Casos Reales de Malas Decisiones

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Valerie Ross Zhaawendaagozikwe, de 26 años, es técnica en un centro de rehabilitación en Minnesota.

Su adicción nació de la
angustia que le causó el encarcelamiento de su primer amor a los 17.
“Recurrí a la bebida y pensé: ‘Esta es la única manera en que me desharé del dolor’”, relató. Su hermana menor ya estaba usando analgésicos
controlados y heroína, y pronto Valerie también lo hacía.
“Muchas personas indígenas sufren traumas persistentes”, dijo. En efecto, algunos expertos han dicho que la adicción a la heroína es producto de
una “infancia destrozada” porque, de acuerdo con un estudio, por lo menos el 90 por ciento de las personas que se vuelven adictas han tenido
experiencias traumáticas tempranas. “Es como una herida profunda que no comprendemos”, comentó. Zhaawendaagozikwe, miembro de la
tribu india Muckleshoot, dijo que sufrió abusos sexuales cuando era niña. Los opioides la hicieron sentir invencible. “Me quitaron todos los
sentimientos negativos y los remplazaron con euforia”. De los 22 a los 24 años, Valerie intentó entrar en tratamiento por lo menos veinte
veces; sufrió cerca de nueve sobredosis. Durante la última, estuvo ciega brevemente, lo cual la aterró. Probó un tratamiento convencional, pero
no funcionó y regresó a sus raíces para rehabilitarse. Comenzó a asistir a ceremonias nativoestadounidenses y a orar usando pipas
ceremoniales y tabaco. “Trato de decirle a la gente que, si aprendes esas canciones y usas un instrumento de percusión, puedes cambiar tu
mentalidad y la manera en que te sientes”, comentó. En una ceremonia conoció al hombre que se convirtió en su pareja y poco después se
embarazó. “Si no tuviera a mi hijo, no estoy segura de cuán lejos habría llegado”, concluyó.

Jacques Hargrove, de 64 años, ha dado clases de matemáticas en preparatoria durante más de tres décadas. Creció en Nashville; su padre era trabajador de correos
y su madre, ama de casa. Sobresalió en la escuela y asistió a la Universidad Fisk, donde comenzó a fumar marihuana y beber con frecuencia. No obstante,
cuando era estudiante de primer año en la universidad, su hermano le pidió que intentara algo… inyectarse heroína. Poco después, ya vendía la droga. “En ese
entonces, creía que era lo mejor del mundo porque me hacía sentir muy bien”. Sin embargo, en 1975, los amigos con los que vendía drogas fueron encausados.
“Decidí que ya no lo haría”, comentó. “En Navidad, me inyecté por última vez y comencé a beber. Bebí hasta el 29 de diciembre y la pesadez que sentía
desapareció”. Mientras tanto, sus amigos estaban en prisión o tenían antecedentes penales. “Salieron y regresaron a la misma vida en las calles”, comentó.
Se graduó de la universidad y se volvió un exitoso profesor de matemáticas de preparatoria. Ahora está próximo a la jubilación. Bebe “en ocasiones, pero no
mucho” y esta es la primera vez que ha contado su historia. Quería compartirla para “ayudar a los demás” y demostrar que las adicciones no siempre duran toda
una vida.

En ocasiones, los testimonios de fumadores nos llegan a través de sus seres queridos, quienes han padecido la pérdida de un familiar.Tal es
el caso de Lorena.

Mi padre falleció a causa del cigarrillo (cáncer de pulmón). Tengo una amiga en particular que fuma 1 caja diaria,
por más que trato de convencerla que lo deje, no lo he logrado y realmente me preocupa…

Lorena Roa.

Magalí Mendoza

Los Tigres. 18 años. Fue madre a los 17.  "Primero no lo aceptaba, después sí. Mi mamá se puso mal. Terminé cuarto año y me faltó el último. Tuve que

dejar el colegio. El año que viene, si puedo, terminaré quinto año".

El embarazo de Magalí la distanció con su madre. "Me dijo que la había decepcionado. Ella me decía que me cuidara, pero a por ser
rebelde me pasó eso. Ahora me doy cuenta de todo lo que pasé. A mi hermanita de 15 le cuento lo que me pasó a mí. No me gustaría que viviera que lo
mismo". En los 10 minutos que duró la entrevista quiso estar con su bebé en brazos. "Ahora estoy bien con él. Mi mamá me dijo que estuve mal pero que me iba a
apoyar. ¿El papá? No vive conmigo. Me apoya pero no estamos juntos", contó. También que perdió a sus amigas y que si no hubiese sido por su madre, "no sé
que habría pasado".

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