Ejercito Romano

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EL

EJERCITO
ROMANO
En la antigüedad la guerra era el estado normal de los pueblos y la vida de los romanos
siempre estuvo asociada a ella, primero por estar rodeados de pueblos más poderosos
que querían invadir su territorio, y cuando eran un Imperio por presiones de pueblos
vecinos y levantamientos de pueblos conquistados. De los romanos es la famosa frase “si
vis pacem, para bellum” (Si quieres la paz, prepara la guerra). Quiere decir que es
necesario mostrar la fuerza a los adversarios para que no vean debilidades ni oportunidad
de victoria si quieren declarar una guerra. Indica lo importante que es demostrar que una
nación tiene una defensa sólida. Fue Flavio Vegecio Renato, uno de los escritores del
Imperio y autor de libros de estrategias de guerra y estructuras militares, quien la dijo. Si
un pueblo muestra que es poderoso la iniciativa de atacar o no queda en manos del que
tiene la defensa más fuerte y esta fue siempre la máxima del pueblo romano.

La Antigua Roma fue un pueblo conquistador que invadió y sometió a muchas naciones.
Para ejercer ese poder necesitó al ejército, instrumento del que se valió para conquistar y
mantener un imperio que ocupaba todo el Mediterráneo. Se puede decir que fue el más
grande y preparado cuerpo militar de la historia antigua, una máquina perfecta que
permitió que Roma se expandiera a casi todos los límites conocidos de la antigüedad.

Este ejército no fue siempre perfecto ni tuvo tanto nivel. Tampoco dominó siempre la
técnica de la guerra y sufrió muchas derrotas a lo largo de su historia. Su grandeza fue
tener la sabiduría, el poder y la virtud de no creer nunca que una derrota en una batalla
era la derrota total de la guerra. Supo aprender de la experiencia para mejorar técnicas y
conseguir ser ese poderoso ejército que mantuvo unido el Imperio. En sus inicios el
ejército romano no tenía organización ni había estrategias definidas.

El ejército de Roma no era inmutable ni estático; es uno de los motivos por los que fue de
las más eficientes y destructoras maquinas bélicas de toda la historia. Su constitución,
armamento, formaciones y tácticas cambiaron con los años, adaptándose a nuevos
enemigos y aprendiendo constantemente de conocimientos obtenidos observando el
comportamiento de otros pueblos.

Todo cambió cuando el rey Servio Tulio creó un nuevo modelo de ejército que tenía como
unidad básica la legión,
EL EJERCITO DURANTE LA MONARQUIA
Sobre el 750 a. C. Rómulo, primer rey de Roma, crea las primeras legiones al dividir a los
ciudadanos en hombres fuertes y no aptos para el combate. La legio englobaba al ejército
romano en su totalidad compuesta de ciudadanos romanos reclutados para las armas. El
ejército no era permanente y las guerras comenzaban en primavera y acababan en otoño;
terminada la temporada volvían a sus actividades cotidianas

El ejército estaba formado por ciudadanos de 17 a 45 años, mientras que la población de


45 a 60 años estaba dedicada a la reserva y defensa de pueblos y ciudades.

Durante períodos de guerra cada familia estaba obligada a ceder un número determinado
de hombres armados para el ejército, solo había que ser ciudadano romano o de un
pueblo bajo su dominio.

En los primeros años existía una legión con cerca de 3.000 infantes y 300 caballeros, cuyo
jefe supremo era el Magíster Equitum. Con los años aumentó su número hasta alcanzar
5.000 hombres. Eran reclutados según las necesidades que, de la batalla, ya que en esos
momentos eran más escaramuzas que grandes guerras. Las primeras líneas quedaban
formadas por los nobles, puesto que eran ellos los que disponían de mejor equipamiento.
El mando de los infantes correspondía a los Tribunos de la Milicia. Fue también en este
período cuando comenzó a tomar forma la marina romana, al mando de almirantes o
Duoviri navales.

El armamento lo aportaba el soldado, no la ciudad, y por eso los infantes se diferenciaban


según su fortuna: los mejor equipados eran los ricos.

El reclutamiento de los soldados se hacía teniendo en cuenta la división del pueblo


romano en 30 curias y 3 tribus. Cada curia aportaba 100 soldados de infantería (centuria)
y 10 soldados de caballería (decuria). El ejército estuvo compuesto, pues, de 3000 infantes
(pedites) y 300 jinetes (equites) por tanto cada tribu aportaba 1.000 infantes (de aquí el
nombre de miles) y 100 jinetes.
Los 1.000 infantes que estaban al mando de un tribuno (por lo que habrían 3 tribunos) se
dividían en 10 centurias, 100 soldados que se desplegaban en dos filas de 50 hombres,
mandados por un centurión.

Los jinetes (decurias) se denominaron equites (jinetes), céleres (caballería ligera) y


flexuntes (caracoleadores que atacaban en círculos). Posteriormente se reforzó la
caballería y se estableció de forma permanente una formación de 600 jinetes (hasta ahora
las decurias se licenciaban al acabar la campaña) y pasaron a llamarse equites equo
publico.

Bajo Tarquinio Prisco

En el ejército del rey Tarquinio (siglo VI a.C.) romanos, latinos y etruscos luchaban juntos.
Utilizaban una formación helénica y su armamento era de estilo italiano, que se
caracterizaba por llevar un gran escudo. La lucha no tenía estrategia y era un combate
campal entre dos masas de hombres. Los combatientes se dividían en tres grupos raciales
distintos y formando su columna vertebral se encontraban los etruscos. Aparte de éstos
estaban los romanos y los latinos, quienes servían principalmente como tropas auxiliares y
su estilo de combate no estaba bien definido. A los etruscos los utilizaban como carne de
cañón.

Los soldados de las legiones debían tener su propio equipo de combate y armadura. Por
esta razón las espadas y protectores solían ser diferentes entre los soldados, otorgándole
a los ejércitos una apariencia irregular y muy distinta a la que hoy en día se tiene en
mente. Más tarde, gracias a la Reforma de Mario, el ejército romano se convirtió en el
primer ejército profesional de la historia.

Las reformas de Servio Tulio

Servio Tulio, reorganizó el ejército basándose en el patrimonio de cada ciudadano, según


una división en 5 clases. Dio entrada en el ejército a todos los propietarios, patricios o
plebeyos; solo quedaban excluidos los que no podían costearse el equipo militar. Dividió
la ciudad en cuatro tribus y los hombres en dos categorías: iuniores (de 15 a 45 años)
empleados en el servicio activo y seniores (de 45 a 60 años) que formaban el ejército de
reserva.
Se abandonó la agrupación racial de combatientes y se sustituyó por el sistema de clases
porque él era latino y siendo el rey no iba a ser menos que los demás. Este sistema duró
hasta los tiempos de Mario y dividió a los soldados según su censo y cantidad de tierras.
La lógica era que un hombre, mientras más posesiones tuviera para perder, con mayor
ardor lucharía en la batalla; mientras que un hombre pobre preferiría cuidar su vida a
perder unas pocas pertenencias, por lo que sería un soldado que huiría fácilmente de la
batalla dejando al ejército inestable.

Composición de las clases

Primera clase, que era la más rica. Compuesta por 80 centurias. Si bien en esta clase había
algún que otro romano, lo más probable es que su gran mayoría fueran etruscos ya que
eran los que dominaban.

Segunda, tercera y cuarta clase. Compuestas por 20 centurias. Eran lanceros cuyo objetivo
era sostener las filas de combate y evitar desbordamientos.

Quinta clase. Compuesta por 30 centurias de honderos, cuyo objetivo era ponerse en la
línea frontal y bañar al enemigo en una lluvia de piedras para desestabilizar su formación.

Sexta clase. Compuesta por no combatientes que cumplían tareas de transporte y


administración. Además había trompeteros y herreros fabri que acompañaban a las tropas,
así como sirvientes, cocineros, escribas etc.
Se efectuaba un combate de múltiples líneas, aunque no tan elaborado como en siglos
posteriores. Una vez iniciada la batalla y arrojadas las piedras, los honderos se replegaban
detrás de las demás clases y dejaban el combate a los lanceros, y así sucesivamente.

Otra característica importante de esta época es la división por bloques del ejército. Los
jóvenes de 17 a 40 años iban a la campaña mientras que los veteranos, más
experimentados, de 40 a 60 años se quedaban protegiendo la patria. De esta manera a la
campaña partían:

40 centurias de soldados similares a los hoplitas macedonios.

10 centurias de lanceros pesados.

10 centurias de lanceros livianos.

10 centurias de topas regulares.

15 centurias de honderos

EL EJERCITO DURANTE LA REPUBLICA


Con la República no hubo apenas cambios, aunque el aumento de población hizo que el
ejército tuviera que hacer ajustes, tanto en número como en organización. Los primeros
años se caracterizaron por las continuas invasiones del territorio romano.

El entrenamiento físico se endureció y la legión adoptó una estructura más estricta y


formal. Se aplicaron penas a los desertores del ejército que podían ser desde suspensión
de sueldo a ejecución. Si el castigo se aplicaba a una legión completa, esta quedaba
diezmada muriendo uno de cada diez soldados.

En esta época se formaron 4 legiones permanentes mandadas por dos cónsules (luego por
Tribunos Militares), aunque siguieron reclutando legiones cuando hacía falta.
Un Gran Triunfo para Roma era en el que caían al menos 5.000 soldados enemigos,
celebrándose un desfile por las calles de Roma. Tras la victoria el jefe del ejército repartía
el botín entre su tropa y ayudantes para recompensar y mantener su fidelidad.

La formación de falange estaba adaptada para combatir en terreno llano, por lo que
mientras Roma no salió del Lacio no se cambiaron las disposiciones tácticas de la Legión.

Fue durante las guerras samnitas (guerras intermitentes entre el 343 y el 290 aC.) cuando
las legiones se organizaron de un modo más formal, ya que se vieron obligadas a luchar
en un terreno montañoso no apto para la falange. Debido a esto se pasó del sistema de
falange al sistema de manípulos y centurias, más flexible y apto para el terreno
montañoso. Más tarde, tras la reforma de Cayo Mario se adoptó el sistema de cohortes.

Las legiones, compuestas en exclusiva por ciudadanos romanos, se veían apoyadas por las
tropas de aliados (vecinos latinos e itálicos) y auxiliares, los “auxilia”, compuestas por
soldados que no eran ciudadanos romanos. Estas tropas auxiliares eran reclutadas entre
mercenarios o entre pueblos cuya habilidad bélica era bien conocida en el mundo antiguo,
como los jinetes númidas o los honderos baleares.

La legión continuó estando formada por 4200 soldados de infantería, distribuidos en 60


centurias (de 60 o 30 hombres cada una, a los que se añadían los velites) que agrupadas
de dos en dos formaban el manípulo, que pasó a ser la unidad táctica (hacia el siglo IV
a.C.).

Los manípulos se colocaban en tres líneas. En la primera estaban los más jóvenes o
hastati; la segunda estaba compuesta por principes, soldados de más experiencia; en la
tercera estaban los triarii, soldados de más edad.

1ª LÍNEA HASTATI 10 manípulos x 1200 soldados


120

2ª LÍNEA PRINCIPES 10 manípulos x 1200 soldados


120
3ª LÍNEA TRIARII 10 manípulos x 600 soldados
60
VELITES 20 soldados x 1200 soldados
centuria

Las dos primeras líneas iban armadas con el pilum o lanza arrojadiza; los triarii con el
hasta, lanza grande no arrojadiza. Las tres líneas iban armadas con el gladius, espada
corta con doble filo y punta, y como armas defensivas llevaban el escudo y el casco. Los
velites iban armados con palos y hondas.

Además, formaban parte de cada legión las siguientes tropas:

a) Un cuerpo de caballería legionaria, dividido en 10 escuadrones (turmae) de 3 decurias


cada uno, totalizando 300 jinetes o equites.

b) Los socii, tropas proporcionadas por los pueblos itálicos aliados o sometidos. Su
infantería en número igual al de la infantería legionaria no forma parte de la legión y se
encuadra en alae y se agrupa en cohortes.

c) Los auxilia, son tropas no itálicas que apoyan a la legión y suplen el defecto de ésta en
armas especiales, de las más conocidas son la caballería númida, los honderos baleares y
los arqueros cretenses. Mantienen la estructura propia del país de origen y se agrupan en
cohortes. Son, en su mayoría, tropas de carácter mercenario, bien por alistamiento
individual o por medio de un príncipe o jefe de los lugares de origen.

En este período aparte de las legiones propiamente dichas y de la caballería y los auxilia
se conocen otras fuerzas especiales:

a) Los antesignani: iban delante de las enseñas. Era un cuerpo especial de infantería ligera,
aunque con un armamento más completo que el de los velites.

b) Las cohortes praetoriae: eran fuerzas especiales al mando directo de algunos jefes.

c) Los speculatores: eran exploradores encuadrados en cohortes, de forma parecida a los


auxilia.

Reformas de Cayo Mario

El enorme territorio que ocupaban las conquistas de Roma a final del siglo II a.C. hizo que
la lejanía de las guerras afectara económicamente a los soldados, que no podían atender
sus tierras y las perdían. Este empobrecimiento afectó a la clase media romana, que era la
base del ejército. Para tratar de aliviar esta situación Cayo Mario introdujo reforma
decisivas.
a) La triple línea (triplex acies), compuesta antes por manípulos, a partir de Mario estuvo
constituida por cohortes, formando un frente de 3 líneas: 4 cohortes en la primera, 3 en la
segunda y 3 en la tercera. Para entrar en combate, las cohortes se colocaban separadas
entre sí para que, si las cohortes de la primera fila flaqueaban, pudieran retirarse atrás por
los huecos que dejaban los de segunda y tercera línea.

b) Modificación del sistema de reclutamiento: se sustituyó el antiguo alistamiento de


ciudadanos por el reclutamiento voluntario. Se pudo reclutar a toda clase de personas,
incluidos los más pobres y se formó un ejército profesional y mercenario frente a los
soldados-ciudadanos de antes.

c) Desaparición de los socii como fuerzas distintas para integrarse en las legiones.

d) Desaparición de los velites y de la caballería legionaria, sustituidos por auxilia.

e) Adopción de enseñas y numeración para las legiones, que les dan una identidad y una
continuidad. Instituyó la insignia legionaria: un águila de plata.

f) Reforma en el armamento y equipo del soldado. Generalizó el pilum, scutum y galea.

Como consecuencia de la reforma de Mario el ejército llegará a convertirse en una gran


fuerza a disposición de generales ambiciosos.

La estructura de la legión era así antes de Cayo Mario:

CENTURIA

100 soldados

MANIPULO

200 soldados (2 centurias)

COHORTE
600 soldados (3 manípulos)

LEGIÓN

6000 soldados (10 cohortes)

Y quedo así después.

CENTURIA

80 soldados + 20 no combatientes

MANIPULO

180 soldados (2 centurias)

COHORTE

480 soldados (3 manípulos)

LEGIÓN

4800 soldados (10 cohortes)

Cada cohorte era mandada por un Centurión asistido por un optio, (soldado capaz de leer
y escribir). De dos a seis legiones formaban un ejército.

Para finalizar las reformas, Mario pensó también en la jubilación del combatiente,
otorgándole una pensión y tierras para que las trabajara tras su retiro.

No obstante, todas estas reformas tuvieron un fin muy diferente al esperado por Cayo
Mario: las tropas se mantuvieron fieles a sus generales y la ambición de poder de estos
últimos hizo que numerosas guerras civiles internas acabaran con la República durante el
siglo I a.C., dando paso al Imperio.

EL EJERCITO DURANTE EL IMPERIO


Durante el Imperio el elevado número de voluntarios no hacía necesario reclutar nuevos
soldados nativos de tierras conquistadas. La mayoría del ejército lo formaban 30 legiones,
dentro de las cuales había diferentes puestos especializados como los zapadores, médicos
o policía militar.
Augusto creó tropas especializadas entre las personas libres que no eran ciudadanos de
Roma, que pasaron a formar parte del ejército regular. Durante la República estas mismas
tropas habían sido contratadas según necesidades, creándose unidades específicas de
caballería, infantería o mixtas.

En el siglo II d.C., la diferenciación entre tropas auxiliares y legión comenzó a desaparecer


hasta eliminarse en el siglo IV, el de la decadencia de Roma.

En los primeros siglos de nuestra era la marina se vio reforzada con personas procedentes
de las clases más humildes, puesto que una nave de guerra necesitaba alrededor de 300
remeros y 120 marineros.

Los veteranos del ejército en época imperial contaban con una serie de privilegios como
primas en moneda, poder casarse legalmente y otorgar la ciudadanía de Roma a sus hijos,
instalarse a vivir en cualquier zona del ejército o formar parte del consejo en ciudades
importantes de colonias. Además, si habían pertenecido a las tropas auxiliares o a la
marina y no eran ciudadanos romanos, al licenciarse se les concedía este estatus.

Uno de los cuerpos de élite más destacados del Imperio fue la Guardia Pretoriana, creada
por César Augusto como guardia personal del emperador. Se trataba de soldados mejor
preparados y con un salario mayor que el resto, que sólo se presentaban a las batallas
acompañando al emperador.

Los años que los militares tenían que pasar en el ejército antes de licenciarse eran:
legionarios 20 años, guarnición de Roma 20 años, tropas auxiliares 25 años, marineros 26
años.

ESTRUCTURA CLÁSICA

El contubernium, la centuria, el manipulo y la cohorte.


. El Contubernium era la unidad básica. Estaba compuesta por 8 legionarios que
compartían utensilios como la tienda de campaña, un molinillo para hacer pan y una mula
que transportaba parte de sus equipajes. Además, se repartían las tareas en el
campamento. La tienda solo tenía 6 camas, por lo que cada noche 2 legionarios de cada
contubernium vigilaban el campamento. Era una unidad muy dinámica que favorecía la
convivencia de los soldados.

. La Centuria era la espina dorsal de la legio, la organización básica de combate, que


pasa a tener 80 legionarios, por tanto 10 contubernios. Cada centuria era comandada por
un centurión y lo hacía con mano de hierro o mejor dicho, con bastón de madera o vitis,
una vara de madera de vid (de ahí su nombre) o de olivo. Los centuriones más veteranos y
experimentados- los primi ordines- formaban parte de la I cohorte. El más antiguo de
ellos, que comandará esta I Cohorte, es el llamado Primus Pilus , es un soldado de carrera
y asesor del Legado, con derecho a asistir a los consejos de guerra. Además, cada una del
resto de cohortes, era dirigida por un”centurión pilus prior” y otros cinco centuriones
Ordinarii para el total de las 6 Centurias que componían la cohorte. En total habrían 58
centuriones más el Primus Pilus.

Como equipamiento distintivo los Centuriones llevaban una cresta transversal en el casco,
que los hacía identificables a la tropa, especialmente durante el combate. Además llevaban
una armadura de cota de malla (lorica hamata) o de escamas (lorica squamata), en lugar de
la laminar (lorica segmentata imperial), que estaría cubierta por phalerae (condecoraciones
en forma de medallón) y torquex (pulseras colgantes). Usaba además protecciones en las
piernas (grebas). Portaba la espada corta reglamentaria (gladius) en el lado izquierdo en
lugar del derecho, habitual en los simples milites, sujeta al cuerpo mediante un cingulus o
cinturón con la funda del arma. Su símbolo de mando era un bastón de mando hecho de
una rama de vid, el “vitus”.

El centurión es la figura militar más estudiada. El Centurión contaba con la ayuda de


suboficiales como: el optio , que ayudaba en la instrucción; el Cornicen (músico que
transmitía a los legionarios las órdenes del centurión), el Signifer (soldado que lleva el
Signum, estandarte de la centuria, que estaba rematado en forma de punta de lanza, para
la cohorte, o de mano para la centuria en recuerdo del antiguo manípulo; se decoraba con
guirnaldas, cruces y discos.) y el Tesserarius, que organizaba las guardias.
. El Manípulo, era el conjunto de 2 centurias. Su liderazgo era entregado tanto a
centuriones de alta graduación como a los tribunos “tribunii“, oficiales de la orden
ecuestre y senatorial.

La Cohorte “Cohors” era la unión de 3 manípulos (hastati, príncipes y triari) por tanto 6
centurias = 480 hombres. Cada cohorte es liderada por un centurión llamado “centurión
pilus prior” (9) asistido por un optio. Dos cohortes eran mandadas por un Tribuno (5).

La Legión estaba formada por 10 cohortes (numeradas del I al X). De 2 a 6 legiones juntas
constituían un ejército.

La I cohorte era siempre la mejor de una legión, comandada por el “Primus Pilun”. Esta
cohors, compuesta generalmente por los más veteranos, se despliega en primera fila y
contaba con un Vexilium (estandarte de la cohorte). En cuanto al resto de cohortes,
comandadas por los Pilus Prior, la VI la componían los mejores hombres jóvenes y tenía al
Centurión más joven; la VIII eran tropas selectas; y la X buenas tropas. Las cohortes más
débiles eran la 2ª, 4ª, 7ª y 9ª, compuestas la 7ª y 9ª por tropas con poca experiencia.

Desde tiempos de Nerón, la I Cohors solo contaría con 5 centurias pero con el doble de
efectivos (160 hombres en cada centuria). Por tanto, si cada cohorte contendría 480
legionarios que multiplicados por 9 cohortes (de la II a la X) serían un total de 4320
legionarios, y si a esto le añadiéramos el total de la I cohorte (800 legionarios), en total
una legio debería contener exactamente 5.120 legionarios.

La legión contaba con una unidad de caballería romana con 4 turmas con unos 120 jinetes
(equites legionis), al mando de un Decurión, cuyo cometido eran de exploración y
transmisión de mensajes. A éstos se añadían los más de 2.000 auxiliares (tanto de
caballería como de infantería). La caballería auxiliar estaría formada por 2 alas, en cada ala
habrían 16 turmas de caballeria auxiliar y en cada turma 32 jinetes (tracios, galos,
germánicos, hispanos, númidas, etc.). Una legión podía llegar a movilizar cerca de 8.000
soldados.

Este pequeño ejército, capaz de batirse por sí solo en casi cualquier modalidad militar,
arrastraba (especialmente en época imperial) una gran cantidad de personal civil no
directamente relacionado con la legión: comerciantes, prostitutas, “esposas” de legionarios
(que no podían contraer matrimonio), que al establecerse en torno a los campamentos
permanentes o semipermanentes acababan dando lugar a auténticas ciudades.

Cada legio era dirigida por un general, el Legatus, que podía ser el Cónsul, en época
republicana, o el emperador (Imperator), además de otras figuras importantes en la
política de Roma. Bajo su mando contaba con un prefecto del campamento “Praefectus
Castrorum”, como segundo oficial, y seis tribunos militares: 1 tribuno laticlavio- de rango
senatorial que era el primer oficial (vestía de forma similar al legado con una coraza
musculada bien de bronce o de cuero blanco sin adorno en el pecho), y 5 tribunos
agusticlavios- de clase media-alta u orden ecuestre, que estaban al cargo de las cohortes
de y la caballería; tras ellos el Primus Pilum y los 58 Centuriones.

El Praefectus castrorum generalmente era un soldado veterano con mucha experiencia


como un Centurión Primus Pilus retirado, elevado al rango ecuestre y reenganchado como
evocatus. Por lo tanto era un puesto abierto a todas las clases sociales romanas (desde la
clase baja se podía llegar a este cargo y así entrar en clases sociales más privilegiadas).

En cada legión existían otras figuras relevantes:

 El Cornicen era el encargado de, través del “cornu o cornum” trasmitir las ordenes a
los miles: marcar las cadencias de marcha, marcar las horas y toques durante el
campamento (rancho, silencio, fajina, diana, etc.). Poseía el mismo equipo que el
legionario común, salvo que su protección era una cota de mallas (lorica hamata).
Un detalle distintivo era que estaba tocado por una piel de animal salvaje,
generalmente un lobo. Había uno por centuria, es decir 59 en la Legión imperial, y
marchaban al frente de ellas. En caso de ausencia de otros subificiales también
servían de asistente al Centurión.
 El Tesserarius (Cabo de Guardia), era el soldado encargado de las guardias en el
campamento. Éstos organizaban y comandaban las guardias nocturnas en
campamento. Su nombre proviene de la tessera único equipo diferente al del
legionario, una especie de tableta de cera, donde se anotaba el santo y seña del día,
para poder entrar al campamento. Eran, al igual que los Cornicen, uno por Centuria,
en total 59, y también marchaban al frente de ellas. También recibían una paga y
media.

También encontramos los portaestandartes:

 el Aquilifer era el portador del águila de la legión, el símbolo de la misma. Había


uno sólo por toda la Legión, y era generalmente un soldado veterano, curtido y
premiado por su conducta y valor. Tenía una gran responsabilidad a cuestas, pues
si el Águila se perdía en combate significaba una deshonra enorme para la Legión.
Muchas veces las Legiones combatieron salvajemente para no ceder el Águila al
enemigo. El Aquilifer combatía generalmente con una capa de león u oso sobre su
equipo, y utilizaban también el escudo más pequeño, el Parma. El Aquilifer
combatía generalmente con una capa de león u oso sobre su equipo, y utilizaban
también el escudo más pequeño, el Parma.
 El Imaginifer, era el que portaba la estatuilla del emperador que gobernara en el
momento).

 el Vexillarius era portador del vexillum, que era el estandarte en el que figuraban el
nombre y el emblema de la cohorte y que servía no sólo de identificación de la
misma, sino para reunir a los hombres en la batalla. Se empleaba tanto en unidades
de infantería como de caballería.
 El Siginifier llevaba el signum de la Centuria, el emblema militar de la unidad,
rematado en forma de mano o asta y decorado con philarae (medallones). Había
uno por centuria, por tanto 59 en total y cobraban paga doble. Al igual que los
Cornicen, usaban en combate una piel de lobo sobre su casco. También utilizaban
un pequeño escudo llamado Parma en lugar del más grande scutum de sus
compañeros, seguramente para mayor movilidad.

Desde la época de Julio César, las legiones tenían una artillería bastante completa: cada
centuria estaba equipada con una gran ballesta montada encima de un carro
(carroballesta), y cada cohorte con una catapulta, lo que no sólo incrementaba la potencia
de fuego de la legión en el combate a campo abierto, sino que servía también para la
guerra de asedio.

En la marina, cada barco se organizaba como una centuria, fuese cual fuere su tamaño; su
comandante, que estaba a las órdenes de un almirante tenía el título de centurión.
La legión en tiempos de Augusto siguió estando formada por 10 cohortes (de la I a la X)
pero los redujo a la mitad. Los soldados fueron recompensados con tierras. El resto de las
tropas fue utilizado, en parte, en la defensa de las fronteras y, en parte, en la sangrienta
guerra contra las tribus del norte de Hispania.

Las fuerzas de la guerra civil quedaron reducidas a 28 legiones, unos 150.000 hombres,
completadas con un número prácticamente igual de fuerzas auxiliares. Estas nuevas
tropas serían siendo sustituidas por un nuevo ejército disciplinado y escogido, bajo el
mando de oficiales cuidadosamente seleccionados. Tras el desastre de Varo, en el bosque
de Teotuburgo, donde fueron liquidadas tres legiones, permanecieron en servicio solo 25
legiones hastas que Vespasiano elevó su número a 30 y finalmente Septimio Severo a
comienzos del siglo III, las aumentó a 33; es decir alrededor del 3% de la población
ciudadana.

La crisis del S. III provocó nuevas transformaciones del ejército. Los sucesivos
emperadores hicieron cambios y al final del Imperio Romano de Occidente, casi la
totalidad del ejército romano estaba compuesta por foederati (bárbaros). La disciplina
táctica y militar que tanta fama había dado a las legiones en el pasado ya no existían.

Información sacada de:

http://olmo.pntic.mec.es/cviloria/ejercito.htm

http://recursos.cnice.mec.es/latingriego/Palladium/cclasica/esc338ca5.php

https://www.google.es/amp/s/unaderomanos.wordpress.com/2017/03/11/4376/amp/

https://www.imperivm.org/el-ejercito-romano-durante-la-monarquia/
http://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=c,373,m,2916&r=ReP-22681-
DETALLE_REPORTAJESPADRE

https://www.culturagenial.com/es/si-quieres-la-paz-preparate-para-la-guerra/

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