Denuncia
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Sumario: I. En homenaje. II. ¿Por qué se procede por querella? III. Im-
portancia de la querella en el derecho procesal penal. IV. Un error que se hace
derecho en los criterios de querella. V. Criterios de querella en la legislación
federal. VI. La querella no soporta el perdón de la víctima. VII. Conclusión.
I. En homenaje
De las muchas veces en que he visto reír al doctor Jorge Alberto Witker Velás-
quez —porque caracteriza al doctor Witker su alegría y su amenidad—, han
sido, entre otras muchas, mis metidas de pata, mi “imprudente” sinceridad.
Ante uno de mis dichos imprudentes el doctor Witker diría al que está
cerca —con excelente buen humor, con la sabiduría de quien ha tenido que
sufrir para abrir camino—, “¡éste, diciendo lo que dice… llegará lejos, pero
no ahí, por mucho tiempo!”
En este homenaje no puedo sino escribir sobre un tema en que, creo,
hemos aprendido mal y hemos enseñado peor y, por ende, necesito, a pro-
pósito, meter la pata y ser imprudentemente sincero.
De hecho, en el tema del derecho procesal penal, la conferencia más
amena la escuche de don Jorge en uno de los primeros congresos interna-
cionales del Inacipe en esta materia. Ese acento chileno que se mezcla con
la riqueza del lenguaje mexicano nos exige ponerle atención para luego
aprender desde formas mentales muy sencillas y proyectos académicos mag-
nánimos. Luego pude escucharle y hacerme amigo cuando el doctor Carlos
Natarén N. lo invitó a la comisión de redacción del Código Modelo de la
Conatrib. En buena hora.
* Doctor por la Facultad de Derecho de la Universidad Panamericana; licenciado en
Derecho por la Universidad de Costa Rica. Notario público por la Universidad de Costa
Rica.
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1
Barragán Barragán, José, Medios de impugnación en el nuevo sistema procesal penal acusatorio
y oral, México, Secretaría Técnica del Consejo de Coordinación para la Implementación del
Sistema de Justicia Penal, 2012, p. 104.
respeto, pero con la sinceridad con que debo tratar estas figuras procesales,
el estudio del artículo 517 del proyecto federal, a la luz del Código Penal
Federal, y el estudio de las normas relacionadas con la querella en las legis-
laciones locales, con los iguales códigos penales de cada entidad federativa,
me permite corroborar ambos criterios.
Si estudiamos el proyecto de Código Federal de Procedimientos Pena-
les, que aunque es un proyecto ya ha influido en la legislación de varias en-
tidades federativas, nos percatamos de que, en relación con la acción penal,
no ha entendido la distinción entre acción privada y acción particular; la
distinción entre delitos de acción privada y delitos de acción pública perse-
guible a instancia de parte ofendida; que algunos de los delitos por querella
se han confundido con los delitos en que procede aplicar criterios de opor-
tunidad, y los delitos en que procede la solución del conflicto. Temas serios
porque, aunque podrían considerarse con un nuevo propósito procesal, es
lo cierto que luego resulta un proyecto contradictorio en sí mismo, a lo que
se suma que, entonces, es igualmente contradictorio con la doctrina y la le-
gislación comparada.
En efecto, al confundir criterios de oportunidad con acción privada,
México ha dejado a la decisión de la víctima y del imputado temas relacio-
nados con los criterios de oportunidad que, como sabemos, son procedi-
mientos de política criminal que corresponden al fiscal general y/o al pro-
curador, sobre los cuales existe —y/o debe existir— una legislación reglada
y precisa, y acuerdos y/o reglamentos ejecutivos puntuales que impidan su
corrupción. Tan grave es el tema que en muchos países se dispone sobre los
criterios de oportunidad, no por la vía reglamentaria sino en la Ley Orgáni-
ca del Ministerio Público. Muchos de los delitos que permiten la aplicación
de criterios de oportunidad han sido asimilados a la acción por querella,
esto es, no por disposición “estratégica” del Ministerio Público, sino de con-
veniencia de la víctima, lo que me parece grave. Se suma a todo esto que el
criterio se va consolidando sin especial sentido crítico del legislador, de la
doctrina, de la jurisprudencia, de la cátedra, de los expertos.
Como dirán Ferrer Mac-Gregor y Sánchez Gil, para descubrir las dis-
tintas figuras que interesan,
una índole vinculante, y tienen un “contenido mínimo” que puede y debe hacer-
se efectivo; nada en la Constitución carece de fuerza normativa, y aun a falta de de-
sarrollo legislativo las autoridades están obligadas a aplicar sus disposiciones.
Diciendo que los particulares podrán ejercer la acción penal y resaltando
este accionar privado del ministerial —siguen diciendo—, la Constitución
claramente intentó hacerlo autónomo de las decisiones ministeriales. Tal es a
nuestro entender el “contenido mínimo” de la norma constitucional que nos
ocupa, y que el legislador y toda autoridad debe respetar. Desde luego, el
legislador puede regular las hipótesis y las formalidades que correspondan a
esta “acción penal privada”, pero no puede privar de su contenido esencial
a la disposición constitucional que la prevé. Por otra parte, como veremos,
dicha acción penal podría ser exigida por la propia presunción de inocencia, pues
en casos en que no se ejerza la acción penal pública, la víctima podría carecer
de posibilidad de ser indemnizada, aun en la vía civil. Si la negativa del Mi-
nisterio Público impidiera la declaración judicial de la existencia de un delito
del que derive una responsabilidad, la cual no puede establecerse sino en el
proceso penal.5
Aun cuando en casi todos los códigos penales de las entidades federati-
vas el perdón de la víctima es causa de extinción de la acción penal pública,
me atrevo sostener que la querella no soporta el perdón de la víctima.
El perdón de la víctima sólo se tolera, en un proceso penal acusatorio,
como mecanismo alternativo de solución de controversias —perdón de la
víctima con convenio de conciliación y/o mediación—; como mecanismo
alternativo de terminación del proceso —suspensión condicional del pro-
ceso— y, a lo sumo, siempre con control del Ministerio Público, como cri-
terio de oportunidad —criterio de oportunidad por reparación integral del
daño—.6
6 Han introducido criterios de oportunidad por reparación integral del daño los siguien-
tes códigos de procedimientos penales:
a) Estado de Aguascalientes en el 2013. “Artículo 241. El Ministerio Público deberá ejer-
cer la acción penal en todos los casos en que sea procedente, con arreglo a las disposiciones
de la ley. No obstante, podrá prescindir total o parcialmente de la persecución penal, limi-
tarla a alguno o varios hechos delictivos o a alguna de las personas que participaron en los
mismos, cuando: …II. El imputado haya realizado la reparación del daño causado, a entera
...el perdón del ofendido o del legitimado para otorgarlo, extingue la preten-
sión punitiva respecto de los delitos que se persiguen por querella, siempre
que se conceda ante el Ministerio Público si éste no ha ejercitado la acción
penal, o ante el órgano jurisdiccional antes de que cause ejecutoria la senten-
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En el artículo 154 del Código Penal del Estado de Coahuila se dispone que “la acción
penal se extinguirá por perdón del ofendido o legitimado para otorgarlo, cuando se hayan
reparado el daño y sólo en los delitos que se persigan por querella o requisito equivalente”
(no se olvide que Coahuila cuenta ya con código acusatorio y, por ende, con mecanismos
alternativos, tanto de solución de conflictos como de terminación del proceso).
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En el mismo sentido:
a) Durango: “Artículo 108. Extinción por perdón de la víctima. El perdón otorgado por la
víctima, extingue la pretensión punitiva respecto de los delitos que se investigan por querella,
siempre que se conceda ante el Ministerio Público si éste no ha ejercitado la acción penal,
o ante el órgano jurisdiccional antes de que cause ejecutoria la sentencia. En caso de que
la sentencia haya causado ejecutoria, la víctima podrá acudir ante la autoridad judicial a
otorgar el perdón. Ésta deberá proceder de inmediato a decretar la extinción de la potestad
de ejecutar las penas y medidas de seguridad. Una vez otorgado el perdón, éste no podrá
revocarse. El perdón sólo beneficia al imputado en cuyo favor se otorga. Cuando sean varias
las víctimas y cada una pueda ejercer separadamente la facultad de perdonar al responsable
del delito y al encubridor, el perdón sólo surtirá efectos por lo que hace a quien lo otorga”.
b) En Hidalgo se dispone: “Artículo 114. El perdón del ofendido o del legitimado para
otorgarlo, extingue la acción penal respecto a los delitos que solamente pueden perseguirse
por querella, si el inculpado no se opone a su otorgamiento. También extingue la potestad de
ejecutar las penas y medidas de seguridad, cuando se otorgue ante la autoridad ejecutora la
que resolverá lo procedente. Cuando muera el ofendido, podrán otorgar el perdón las demás
personas que tengan derecho a la reparación del daño y los perjuicios, de conformidad a lo
previsto por el artículo 42 de este Código”.
c) Con igual criterio pero distinta redacción el estado de Morelos: “Artículo 93. El perdón
del ofendido o del legitimado para otorgarlo extingue la pretensión punitiva y la potestad
ejecutiva con respecto a los responsables del hecho, cuando se trate de delitos perseguibles
mediante querella u otro requisito de procedibilidad equivalente. El perdón debe ser otorga-
do expresamente, es irrevocable y puede ser concedido en cualquier tiempo, hasta el cum-
plimiento de la sanción. El perdón sólo surte efectos en lo que respecta a quien lo formula
y beneficia a quien se concede siempre y cuando haya cumplido a satisfacción con el pago
de la reparación del daño. Cuando sean varios los inculpados y el ofendido hubiese obte-
nido la satisfacción de sus intereses o derechos, el perdón beneficiará a todos. Se aplicarán
las disposiciones contenidas en los párrafos anteriores cuando la persecución del delito esté
sujeta a un requisito de procedibilidad equivalente a la querella, que deba ser satisfecho por
alguna autoridad, y ésta manifieste que no solicita dicha persecución o que se desiste de la
que hubiese promovido”.
d) Oaxaca: “Artículo 101. El perdón del ofendido o del legitimado para otorgarlo, ex-
tingue la acción penal respecto de los delitos que se persiguen por querella, siempre que se
conceda ante el Ministerio Público, si éste no ha ejercitado la misma o ante el órgano juris-
diccional antes de dictarse sentencia de segunda instancia. Una vez otorgado el perdón, éste
no podrá revocarse. Lo dispuesto en el párrafo anterior es igualmente aplicable a los delitos
que sólo pueden ser perseguidos por declaratoria de perjuicio o por algún otro acto equiva-
lente a la querella, siendo suficiente para la extinción de la acción penal la manifestación de
quien está autorizado para ello de que el interés afectado ha sido satisfecho”.
...si el sujeto pasivo del delito es incapaz, podrá otorgarse el perdón por su
legítimo representante; si carece de él, por un tutor especial designado por el
tribunal del conocimiento. En caso de que la persona ofendida fuere menor
de edad pero mayor de doce años, deberá manifestar su conformidad con el
perdón otorgado por su legítimo representante o, en su caso, por el tutor es-
pecial designado por el tribunal. Si la persona incapaz tiene varios represen-
tantes y existiere desacuerdo entre ellos o entre el incapaz y sus representan-
tes, la autoridad ante quien se otorgue el perdón, previa audiencia, decidirá
cuál voluntad debe prevalecer, atendiendo a los intereses del pasivo del delito.
Para el Estado de México, “el perdón puede ser otorgado por el ofen-
dido o por su representante legal, si aquél fuese menor de edad o estuvie-
ra incapacitado; pero el órgano jurisdiccional o el Ministerio Público, en
este último caso, deberán, a su prudente arbitrio, conceder o no eficacia al
otorgado por el representante y en caso de no aceptarlo, seguir el procedi-
miento”.
Nótese que “el perdón concedido a uno de los inculpados se extenderá
a todos los demás. Igualmente se extenderá al encubridor”. Una disposi-
ción que encuentra norma en contrario en otras entidades federativas que,
con mayor lógica —por tratarse de un perdón por delito— disponen, como
lo hace, por ejemplo, el artículo 85 del Código Penal del Estado de Mi-
choacán, que “cada uno de los ofendidos puede separadamente otorgar el
perdón al delincuente. En este caso, el perdón solamente tendrá efecto con
relación a la persona que lo conceda. El perdón sólo beneficia al inculpado
en cuyo favor se otorga, a menos que el ofendido o su representante hubiese
obtenido la satisfacción de sus intereses o derechos, caso en el cual benefi-
ciará a todos los inculpados”.
Para mayor acentuar el injusto, desde el Estado de México
...el perdón podrá ser otorgado en cualesquiera de las etapas del procedi-
miento penal. Si la sentencia ha causado ejecutoria, el ofendido podrá otor-
...el perdón otorgado por la víctima, ofendido o por quien se encuentre le-
gitimado para otorgarlo, extingue la acción penal, cuando concurran los si-
guientes requisitos:
I. Que el delito se persiga a instancia de parte;
II. Que el perdón se conceda antes de que cause ejecutoria la sentencia
definitiva que se dicte; y
III. Que la víctima u ofendido haya sido debidamente informada en forma
clara, del significado y la trascendencia jurídica del perdón judicial, en caso
de que deseen otorgarlo.
El perdón otorgado al autor o autores beneficia a los partícipes y a los en-
cubridores del delito, siempre que se haya reparado el daño; el otorgado a un
partícipe o encubridor sólo beneficia a quien se le haya otorgado. Igualmente
procederán los efectos del perdón en aquellos delitos que persiguiéndose de
oficio, no sean de los considerados como graves, su sanción, incluyendo las
modalidades o circunstancias modificativas o calificativas del delito, no exce-
da de seis años de prisión como pena máxima y se logre por medio de la me-
diación o conciliación, un acuerdo entre el inculpado o procesado y la víctima
u ofendido, siempre que se haga del conocimiento del Ministerio Público y en
su caso a la autoridad jurisdiccional que conozca del asunto.
Se exceptuará la procedencia del perdón del ofendido si se trata de los
delitos de violencia familiar, o equiparable a la violencia familiar, cuando sea
en perjuicio de una persona de doce años o hasta menor de dieciocho años
de edad y que se le haya ocasionado daño psicológico; o el de lesiones de las
calificadas legalmente que no ponen en peligro la vida y tarden en sanar más
de quince días; de las que sí ponen en peligro la vida y tarden en sanar más de
quince días, o lesiones calificadas. También se exceptuará cuando la víctima
sea persona menor de doce años de edad si se trata de los delitos de violencia
familiar, equiparable a la violencia familiar, o se incurra en el delito establecido
en el artículo 306 bis 1, fracción I, cuando cause daño psicológico, el estable-
cido en la fracción II o en el delito de lesiones a menor de doce años de edad
sea calificado.
...en los casos en que el Ministerio Público o el juzgador estimen por cual-
quier causa que el otorgamiento del perdón no es espontáneo y que puede
VII. Conclusión