El Angel TBK
El Angel TBK
El Angel TBK
Para mi mamá Nélida y mi papá Rodolfo, a quienes les agradezco su precioso legado: Templanza,
dedicación, sabiduría y sensibilidad para el arte. Y claro, muchísimo amor.
Prólogo
Lo primero que les sucede a los lectores o a los espectadores de El ángel de Hugo Gottschalk es
que desde el inicio se ven atravesados por una sensación de inquietud profunda. La obra plantea
una primera situación que de inmediato nos obliga a plantearnos una cantidad de interrogantes.
Estos interrogantes, afortunadamente, se mantendrán a lo largo de la pieza y la sensación de
inquietud no nos abandonará, ni siquiera cuando la obra haya concluido.
Ahora bien, esta inquietud no se produce porque sí. Tiene su origen en los elementos que
componen la estructura del texto.
Desde el inicio sobrevuela una sensación de amenaza y el acierto de la pieza consiste en que no
podemos determinar en cuál de los tres personajes esta amenaza se origina. Cualquiera de los
tres puede ser víctima, pero cualquiera también puede significar un peligro para los otros dos.
Sospechamos desde el principio que ninguno de ellos es inocente y sin embargo no alcanzamos a
detectar cuál es la culpa que los afecta. De ahí se deriva el suspenso sobre el que se asienta la
obra, suspenso que nos mantiene en permanente estado de expectación acerca de qué es lo que
sucede, quiénes son estas figuras que se presentan ante nosotros, cómo van a evolucionar sus
vínculos, cómo va a desarrollarse la acción.
Los personajes, muy bien delineados, nos resultan atractivos porque advertimos que lo que ocultan
es muchísimo más que aquello que muestran. Solamente conocemos de ellos una superficie
apenas visible y sin embargo intuimos una profundidad que mantiene escondidos sentimientos,
pasiones, sueños, secretos inconfesables. Y es sobre esta base que la obra encuentra su
estructura. Cada personaje, en cada situación en la que está inmerso, no tiene otro camino que
dejar entrever involuntariamente su propia zona oscura la cual, sin embargo, no es fácil de captar a
simple vista. La acción de la obra avanza, la trama se afirma, los personajes se consolidan en sus
vínculos, y nos sorprenden al exponer parte de su mundo interior.
Todos estos aspectos encuentran en los diálogos el vehículo perfecto para manifestarse. Los
diálogos fluyen sin ninguna dificultad, hacen avanzar la acción de manera continua, nos obligan a
sumergirnos en el universo de la obra, que se compone de las almas de los tres personajes.
El ángel se presenta así como una experiencia escénica revulsiva que nos obliga a confrontarnos
con nuestra propia naturaleza, siempre atravesada por deseos, obsesiones, miedos y pasiones.
Héctor Levy-Daniel.
El Ángel
En el centro de una sala un sillón de tres cuerpos. Frente al sillón una mesa baja con un florero,
una botella y una copa. Del lado derecho un biblioteca. Del lado izquierdo una puerta y un ventanal
con cortinas dan al jardín. Angel está sentado en el sillón con la cabeza inclinada hacia adelante.
Dirige la mirada hacia un papel que tiene apoyado sobre sus piernas.
“Des Encuentro”
Ladridos - Golpes en la puerta - Angel deja el papel sobre el sillón, se incorpora, camina hasta la
puerta que da al jardín y la abre. Entra una mujer.
“Encuentro 1”
Porción de jardín entre las fachadas de dos casas. Hay una mesa redonda pequeña con dos sillas.
Claus está sentado en una de las sillas. Dirige la mirada hacia un tablero con figuras de ajedrez
que está sobre la mesa. Beatriz está sentada en la otra silla. Se acerca una taza humeante a los
labios.
“Encuentro 2”
Ladridos-De noche. Porción de jardín entre las fachadas de las casas. Sobre la mesa redonda hay
un tablero de ajedrez. Claus está sentado a la mesa y acomoda las piezas. Ángel está parado y le
ofrece un cigarrillo. Fuman
Beatriz viste un conjunto de jogging, zapatillas y vincha de marca internacional todos de color rosa.
Claus viste un conjunto de jogging de color azul desteñido un poco arrugado. Caminan/trotan por
una calle del Cantri
BEATRIZ: Todavía no pude ver a su mujer ni una vez. Pero él dijo que consultaba con su esposa.
Si tiene esposa donde la tiene. ¿No es raro?
CLAUS: - (Agitado)– Ahhhhhhh!
BEATRIZ: No aceptó venir al cumpleaños de Nina. O sea, muy sociable que digamos no es.
CLAUS: Mmmmmm
BEATRIZ: Tampoco nos presentó a su mujer, ni nos dijo su nombre. ¿Me estás escuchando?
CLAUS: Si.
BEATRIZ: No parece que te importara.
CLAUS: No me importa.
BEATRIZ: Cómo que no te importa. Es nuestro vecino.
CLAUS: A vos te importa. ¿Por qué te importa? Estas muy interesada. Sos muy curiosa.
BEATRIZ: Me puso nerviosa. Tiene un comportamiento, como decir, inexplicable. Parece que
hablara sólo.
CLAUS: Hablará con su mujer. ¿Qué tiene eso de inexplicable?.
BEATRIZ: ¿Qué mujer? No vi ninguna mujer.
CLAUS: Cómo haces para enterarte de tantas cosas. ¿Lo espiás?
BEATRIZ: ¡No! ¡Bueno, sí! Lo estuve observando…… con los prismáticos.
Claus se queda parado. Beatriz camina un poco más. Se detiene y lo mira.
BEATRIZ: Desde el altillo. Da justo a las ventanas del primer piso.
CLAUS: ¿Te metiste al altillo? ¿Cómo hiciste?
BEATRIZ: Entro perfecto
CLAUS: ¿Qué? ¡Estás loca! ¿Qué estás haciendo?
BEATRIZ: El loco podría ser él.
CLAUS: ¿Y?
BEATRIZ: ¿Vos querés a un loco de vecino?.
CLAUS: Lo espiaste.
BEATRIZ: Estás celoso
CLAUS: Ahora entiendo, ¡Te vio!
BEATRIZ: ¡No no no!
CLAUS: Sí, te vio.
BEATRIZ: No puede ser.
CLAUS: ¡Te vió!
Claus se aleja al trote. Beatriz lo mira alejarse.
Ángel está sintonizando un equipo de música. Ladridos. Se dirige a la puerta del jardín, la abre y
entra Beatriz.
ANGEL: Cuando la vi pintando pensé que podía haber algo que podría interesarle. ¡Venga!
Beatriz y Ángel se detienen frente a un cuadro en el salón. Ambos lo miran.
BEATRIZ: ¡Es tremendo!
ANGEL: Gericault 1818
BEATRIZ: ¿Es un naufragio?
ANGEL: La Balsa de la Medusa. Así se llama.
Beatriz se acerca al cuadro y mira unos segundos cada parte del mismo.
BEATRIZ: Hay personas muertas, personas vivas que sostienen los cadáveres, personas que
ayudan a otros, personas que miran el horizonte. Por ayuda supongo. Pero no hay nadie
indiferente.
ANGEL: Cuando las papas queman es raro que alguien permanezca totalmente indiferente.
BEATRIZ: ¿Una metáfora de la vida?
ANGEL: Una denuncia política. La fragata “Medusa” naufragó y sólo 10 personas sobrevivieron.
Había responsabilidad de las autoridades. El artista asume una postura y hace éste retrato
basándose en el hecho real. Genera un escándalo enorme que involucra al gobierno francés.
Finalmente se ven obligados a destituir a un ministro y a 200 oficiales involucrados.
BEATRIZ: Un acto de justicia.
Ángel asiente con la cabeza
BEATRIZ: ¡Impresionante!. ¿Es el original?
ANGEL: El original está en el museo del Louvre. Este se lo compré a una estudiante de una
escuela de arte de París. Los jóvenes suelen ir al museo a copiar a los grandes maestros. Con las
ventas cubren los gastos de estudio. Algunas copias son tan buenas que cuesta diferenciarlos de
los originales. Tampoco son muy baratos pero se pueden adquirir a un precio razonable.
BEATRIZ: Conoce de pinturas entonces.
ANGEL: Un poco. Me gusta. Y Ud. pinta.
BEATRIZ: Un poco. Me gusta
Beatriz camina por la sala, pasa delante de la biblioteca, lee los títulos de los libros, toma un
folleto, lo mira y se lo muestra a Angel.
ANGEL: ¿Le gusta? Es el programa ilustrado de una película de Buñuel.
BEATRIZ: Es un ángel.
ANGEL: El ángel exterminador. Una especie de justiciero ante los pecados de la burguesía. ¿Le
gusta esa interpretación? ¡Qué le pasa, se puso pálida!
Beatriz tiene la mirada fija en el programa que sostiene con las dos manos. Las manos le tiemblan.
BEATRIZ: Estoy bien. Es que…
Angel se acerca a Beatriz. La toma del brazo, caminan unos pasos y la ayuda a sentarse en el
sillón. Angel sirve un trago de una botella y se lo ofrece a Beatriz quien bebe un poco
ANGEL: ¿Quiere contarme?
BEATRIZ: Mejor me voy.
ANGEL: No hay apuro. Beba un poco más. Descanse.- (Pausa larga) - ¿Se siente mejor? ¿Quiere
contarme algo?
BEATRIZ: ¡No sé!
ANGEL: Soy médico. ¿Eso la tranquiliza?
BEATRIZ: ¡Casi no lo conozco!
ANGEL: Tal vez sea una manera de conocernos. ¿Puedo tutearte? – (Pausa)- ¿Estás mejor?
BEATRIZ: Si, mejor. Gracias. – (toma el resto del contenido del vaso de un trago. Mira a Angel.-
Pausa larga)-
BEATRIZ: Cuando estudiaba derecho tenía un compañero que me invitaba a lugares que de otra
manera nunca hubiera conocido. Pertenecía a un grupo de personas que se reunían para ver
películas. Después las debatían mientras comíamos o fumábamos. Todo clandestinamente claro.
En ésa época ésas reuniones estaban prohibidas aunque yo no tenía ni idea.
ANGEL: Y en una de esas reuniones viste esta película.
BEATRIZ: Sí. Con él. Con él. – (Ángel le sirve más en el vaso – Pausa – Bébe) – Un día, cuando
salimos había un operativo en la cuadra. Caminamos unos metros y dos tipos se fueron acercando.
Nos pidieron documentos. Mientras esperábamos mi amigo se acercó y me dijo al oído: “si me
chupan avisále a José. No lo llames. Andá”. No sé qué cara puse porque agregó: “La muerte no es
lo peor que nos puede pasar”. A mí me dejaron ir. No lo volví a ver más.
ANGEL: ¿Nunca?
BEATRIZ: ¡Nunca más!
ANGEL: ¿Y José?
BEATRIZ: Al día siguiente les conté a mis padres. Mi viejo me dijo que no fuera.
ANGEL: ¿Qué fue lo que te impresionó tanto?
BEATRIZ: Mi obediencia con papá.
ANGEL: Yo me refería a la película
BEATRIZ: En aquél momento no me di cuenta de nada. Muchos años después la volví a ver. SÍ.
Me impactó que gente como uno, Usted dijo...bueno, vos dijiste burgueses, bueno que esa gente
en circunstancias, digamos extraordinarias, quede desnuda, en carne viva. Que se les note todo
ese esfuerzo que hacen para ser mejores de lo que son.
ANGEL: Esas personas seriamos nosotros.
BEATRIZ: Si, debería decir nosotros. Que nosotros quedemos expuestos. Que se note la inutilidad
de casi todo lo que hacemos y que de todos modos seguimos haciendo. Como una calesita.
ANGEL: Y la misión del ángel sería destruir toda esa banalidad.
Beatriz deja el programa y el vaso en la mesa baja y se dirige al cuadro. Lo mira.
BEATRIZ: Fracasados. O náufragos como los de esta pintura–(señala con el dedo la balsa) -
ANGEL: ¿Sabés que el primer título que eligió Buñuel era “Los náufragos de la calle Providencia?.
Beatriz mira a Angel y mira el cuadro
BEATRIZ: No, no sabía. La balsa también es una canción que escuchaba mucho de joven. De
naufragios. ¡Cuántas coincidencias!
ANGEL: ¡La Balsa! ¿Nadie llamaría así a un Cantri no?
BEATRIZ : No creo.
ANGEL: Suelen bautizarlos con nombres de cementerio: Manantiales, Los robles o Jardines de
San Andrés como éste.
BEATRIZ: Epa , ¿Un cementerio ? ¿No será demasiado? Dicen que del cementerio nadie puede
salir y nadie quiere entrar.
ANGEL: Los trabajadores del Cantri se van. Los que quedan, o mejor dicho, los que quedamos lo
hacemos en una especie de encerrona cuasi voluntaria. Como los burgueses de la película.
BEATRIZ: ¿Y por qué elegiste vivir acá entonces?
ANGEL: -(Ángel mira su reloj)- Veo que te sentís mejor. Me alegra que te haya gustado el cuadro.
Podemos seguirla en otro momento. Ahora tengo que hacer algo por mi esposa.
Beatriz se levanta y se va por la puerta que da al jardín
BEATRIZ: Hasta otro momento.
“Confesión”
Angel y Claus están sentados en el sillón. Claus tiene el cuerpo desparramado y la ropa floja.
Angel le ofrece una copa servida y toma una para sí. Levanta un botellón de la mesa y se lo
muestra a Claus
ANGEL: Drambuie
CLAUS: ¿Qué es?
ANGEL: Escocés, dulce y especiado.
CLAUS: -(Claus bébe)- ¡Y fuerte!
ANGEL: Si, es un poco fuerte. ¿Te gusta?
CLAUS: Exquisito
Claus tiende la copa y Ángel se la completa. Beben. Cierran los ojos. Se relamen los labios.
Huelen el contenido.
CLAUS: ¡Sin pasado no se traiciona a nadie!
ANGEL: Esa es buena.
CLAUS: Es de Tato, un amigo, que en paz descanse.-(bébe)- pero Tato, le dije, todos tenemos
pasado.
ANGEL: Pero hay que vivir el presente ¿no?
CLAUS: El presente. Sí. Vivir el presente, pero con el lastre del pasado.
ANGEL: ¿Tenés algo de qué arrepentirte?.
CLAUS: ¿Y vos tenés algo de qué arrepentirte? – (Pausa) - Todos tenemos una asignatura
pendiente o algo que demoramos en realizar. Y no voy a generalizar. Voy a decir : Yo esto, yo lo
otro. Qué me importan los demás.
ANGEL: ¡Beatriz te importa!
CLAUS: ¡Beatriz no es los demás! ¿Sabés qué? Cada tanto viajo al centro de la ciudad. Voy en
micro y en subterráneo. Observo mucho a la gente que hace esos trayectos todos los santos días.
Me asusta ver a la gente ensimismada con su celular o mirando la nada con cara de nada. No
están ahí. No sé dónde. ¿Saben ellos lo que están haciendo? Llego acá y veo el mismo panorama
pero en un paisaje más lindo.
¿Quiénes son? : Esos son los demás.
ANGEL: Vos haces lo que te gusta. Vivís bien.
CLAUS: Cuido mi imagen. Algo que detesto pero a lo que le dedico alguna atención. Cómo vos.
Que aparentas tener esposa que nadie conoce, nadie vio.
ANGEL: Puedo expli
CLAUS: No te preocupes. No me interesa. Ya te lo dije.- (Bebe) - Quien sabe tenemos más cosas
en común. Quizás vivas de alguna manera como yo. Por momentos. Momentos especiales
ANGEL: ¿Cómo epifanías?. Cuando conocí el significado de ésa palabra me sentí feliz. Fue como
encontrarle nombre a eso extraordinario que te ocurre, justamente en un momento preciso y corto.
CLAUS: Un orgasmo.
ANGEL: Si, bueno, más o menos. Epifanía es menos vulgar. Y puede durar más. No mucho, pero
más. Es una entrega, un éxtasis. Resulta difícil de describir. Y cuidamos bien a quien se lo
contamos. Queremos estar seguros que entiendan a qué nos referimos. Es como un secreto. Si
deja de serlo, por lo menos que valga la pena.
CLAUS: Liberar la presión. Como un bálsamo que te receta el médico.
ANGEL: ¡Yo soy médico!, ¿te conté?
Claus mira fijo su vaso -Pausa larga-. Levanta la vista. Acerca el rostro muy cerca de Angel
ANGEL: ¿Qué te pasa?
CLAUS: Los miércoles Claus cruza el espejo. -(Pausa)- Voy a una reunión de caballeros
degustadores de whisky y fumadores de cigarros. Sólo para hombres, pudientes, burgueses,
católicos, de habla prudente y reaccionaria. Un club privado. Me hice socio. Voy cada miércoles. –
(Pausa) - Pero es una coartada. Para guardar las apariencias
ANGEL: Que interesante.
CLAUS: Ese club existe pero yo voy a otro lugar. Un lugar mágico donde degustamos otras
bebidas, hablamos poco y reímos mucho, la concurrencia es muuuuy heterogénea y vistosa,
abundan los colores y la música y los aromas. Hay hombres y mujeres. Jóvenes y viejos. Estoy yo
y otras reinas. Nadie hace preguntas. El tiempo se detiene. Todo lo que sucede, sucede en un
presente sin tiempo.
ANGEL: Sin tiempo.
CLAUS: Los miércoles por la noche voy a éste lugar maravilloso. Cuando me preparo para salir el
espacio y el tiempo cambian. Mi cuerpo cambia en el espacio, está dos pasos adelante. El tiempo
se comprime o se expande. No es uniforme .Ni aburrido, digamos. No sé si me explico.
ANGEL: ¿Y los miércoles a la noche quien sos?
CLAUS: Soy otro. La mayoría vamos llegando como a las 7 de la tarde. Directo al camarín. Se van
encendiendo las luces, el espacio se llena de voces, de risas, de música. Dejamos la ropa de calle
en los percheros. Hay mamelucos, jardineros, polleras, delantales, sotanas, ropa deportiva y claro,
muchos trajes. Nina sirve los primeros tragos y los va repartiendo.
ANGEL: ¿Nina? Como tu perra
CLAUS: Si – (se ríe) - . Las dos son unas perras. Nina sabe que me gusta el Negroni, entonces los
primeros tragos me los prepara suaves. Si no, no llego. Con Nina tuve una historia, pero ya pasó.
ANGEL: ¿Entonces?
CLAUS: Comienza el ritual. Porque de eso se trata. Las cremas, los colores, los pinceles, los
peines y las pelucas. Una ceremonia de transformación. Una metamorfosis. Finalmente los
vestidos, los tacos, los detalles.
ANGEL: ¿Nace una estrella?
CLAUS: Nace una reina. Una entre tantas. Cada una más brillante y glamorosa que la otra. Y
nacen reyes, príncipes, hadas.
ANGEL: Para ver cuál es la más linda.
CLAUS: No. No competimos. Al contrario. Nos alegramos de ver la hermosura de las y los demás.
ANGEL: Y el resto de la semana sos. Claus; un burgués ordinario. Casi aburrido ¿Por qué?
CLAUS: No me animo. No sé qué hacer con la imagen que yo mismo construí. No hay red.
ANGEL: La red es como la reina; también hay que construirla.
CLAUS: Eso creo. Vos me entendés. No sé por qué tuve el impulso de contarte todo esto. Mi
secreto. Ahora me siento un estúpido.
ANGEL: No te preocupes. No pienso contárselo a nadie.
CLAUS: Pero por algo te lo conté.
ANGEL: Quien sabe, quizás sólo estás borracho.
“Máscaras”
Angel y Beatriz están sentados en el sillón con copas en la mano, ríen a carcajadas.
BEATRIZ:¡ Qué bueno!. No lo conocía.
ANGEL: Yo tampoco.
- Risas. Se secan las lágrimas .Beatriz deja el vaso en la mesa baja. Angel toma la botella de la
mesa y sirve en el vaso de Beatriz. Beatriz tapa rápidamente el vaso con la mano y niega con la
cabeza. Angel vuelca líquido sobre la mano de Beatriz. Beatriz sacude la mano en la cara de
Angel. Ríen fuerte.- Pausa-
BEATRIZ: Me hiciste reír
ANGEL: ¿En serio? No me había dado cuenta.
BEATRIZ: Hace mucho tiempo que no me reía así.
ANGEL: Yo tampoco.
BEATRIZ: Sos terrible
ANGEL: Terrible. Qué será eso ¿no?
BEATRIZ: Terrible de simpático. Terrible de seductor.
ANGEL: ¡Ah bueno! Pero las apariencias engañan. – (Pausa)-
Yo tendría unos 14 años supongo. El día anterior había visto una película argentina, antigua me
imagino porque era en blanco y negro. Justamente se llamaba “Las Apariencias Engañan”. Se ve
que algo me despertó esa película porque al día siguiente todavía andaba con las imágenes en la
cabeza. Recuerdo que viajaba en el subterráneo y observaba a la gente y pensaba: “Ese señor
parece un hombre de negocios pero las apariencias engañan. Y esa señora parece una maestra
jardinera, pero las apariencias engañan. Y me decía que seguramente cada persona construía
muchas máscaras y elegían cual mostrar de acuerdo a cada situación
BEATRIZ: ¿Y vos ahora cual estas dejando ver?
ANGEL: La del simpático seductor. ¿Y vos?
BEATRIZ: La de la maestra jardinera
ANGEL: Como decía Alberto
BEATRIZ: ¿Quién es Alberto?
ANGEL: Un conocido. Decía “sacáte la careta”. Después escribió un libro.
BEATRIZ : Te sacás la careta y aparece otra. ¿Acaso alguna es mejor que las demás?
ANGEL: Algunas se pegan más supongo. – (Pausa)-
BEATRIZ: Nancy.
ANGEL: ¿Quién?
BEATRIZ: Una amiga. Éramos muy jóvenes. Cuando íbamos a salir, nos juntábamos para
arreglarnos. Ella le dedicaba un montón de tiempo al maquillaje. Tenía una colección increíble de
frascos, cremas, pinceles y cosméticos de todo tipo. El maquillaje la capturaba por completo. Había
un ritual allí. Se operaba una transformación .Yo le porfiaba que quedaba más linda sin nada, pero
se ve que ella, no sé, como si necesitara ocultar algo.- (Pausa) - Todos ocultamos algo ¿no es así?
ANGEL: Puede ser.-(Pausa)-
BEATRIZ: ¿Tu mujer dónde está?
ANGEL: Mi mujer debería estar…digamos... ¿muerta?
Beatriz se tapa la boca con las manos y abre grande los ojos
BEATRIZ: Vos dijiste que consultabas todo con ella.
ANGEL: Desde que murió la consulto. Me ayuda a tomar decisiones.
BEATRIZ: ¿Entonces…hablas con ella?
ANGEL: Digamos que le hago preguntas en voz alta y ella me responde al oído.
BEATRIZ: ¿No es una locura?
ANGEL: Querés decir que estoy loco.
BEATRIZ: ¿Loco? No. Loco no. Pero como que no es normal.
ANGEL: ¿Qué es normal?
BEATRIZ: ¿Normal? No sé. Normal. Entonces serias viudo.
ANGEL: Digamos. ¡Qué curiosa! Si querés pasá más tarde y seguimos charlando.
BEATRIZ: ¿Que día es hoy?
ANGEL: Hoy es…miércoles.
BEATRIZ: Miércoles. Bueno, después nos vemos. Chau
Beatriz sale.
“Seducción”
Ángel está sentado en el sillón. Se escucha la melodía “My Funny Valentine” por Chet Baker. Se
escuchan ladridos. Angel toma dos copas servidas de la mesa baja, se para y mira hacia la puerta
que da al jardín. Beatriz entra por la puerta que da al jardín, se acerca al sillón y toma el vaso que
le tiende Angel. El florero de la mesa baja tiene tres rosas. Se sientan
ANGEL: Las personas se conocen mejor por lo que hacen que por lo que dicen. Me gusta la gente
callada que hace cosas. Cosas que sienten. Que tienen una causa. Y que por esa causa son
capaces de actos heroicos. Incluso de morir o matar en beneficio de eso en lo que creen. O sea,
hasta las últimas consecuencias.
BEATRIZ: Un fanático.
ANGEL: No. Un fanático no piensa en lo que cree. Cree en lo que piensa. Y en realidad no es
capaz de pensar por sí mismo. Lo piensa algún otro.
BEATRIZ. ¿Vos sos así?
ANGEL: Yo no. ¿Y tú marido?
BEATRIZ: ¿Claus? no no no. Seguro que no. Se ve que no lo conocés.
ANGEL: Quizás seas vos la que no lo conoce
BEATRIZ: Mirá si no lo voy a conocer. Vivo con él hace años.
ANGEL: Por eso mismo. Quizás alguna vez hayas tenido el impulso de saber quién era de verdad.
Pero con el tiempo dejaste de interesarte y desde hace un tiempo ya ni te acordás por qué te
gustaba.
BEATRIZ: Me gustaba porque tenía mucha imaginación. ¿Ves que me acuerdo? Y porque era
buen mozo. Y porque venía de una familia bien constituida. Y porque jugaba rugby. Me encantaba
ir a verlo jugar con los amigotes esos. Unos musculosos divertidísimos.
ANGEL: ¿Pero quién es el ahora? ¿Qué representa para vos?
BEATRIZ: ¿El?
Angel toma una rosa del florero y se la entrega a Beatriz.
ANGEL: ¿Hace cuánto que no te coge?
Beatriz se queda congelada con la flor en una mano y la copa en la otra.
Ángel se acerca, le quita la copa de la mano y le acerca los labios a la boca. Se separa unos
centímetros. Beatriz lo abraza y lo retiene.-Pausa- Se para y se aleja un metro del sillón
BEATRIZ: Mejor me voy a casa
ANGEL: Que descanses. Hasta mañana.
Beatriz camina hacia la puerta del jardín. Gira, regresa y deja la rosa sobre la mesa. Sonríe.
BEATRIZ: Hasta mañana.
Beatriz sale por la puerta del jardín- Ladridos.
“Celular”
Beatriz tiene un celular apoyado en su oído. Camina por el jardín unos tres metros. Gira. Regresa
por el mismo trayecto. Repite la caminata una y otra vez.
“La Tercera”
Angel y Beatriz están sentados en el sillón .Entra Claus por la puerta del jardín.
“Jaque mate”
Angel y Claus están sentados frente a frente a la mesa del jardín. Sobre la mesa un tablero de
ajedrez. Claus mira hacia el piso. Angel mueve una figura. Levanta la cabeza. Mira a Claus.
ANGEL: Terminemos este juego. Te toca
Claus mira el tablero, mueve una figura. Mira hacia el piso. Angel lo mira unos segundos, mira el
tablero, mira a Claus.
ANGEL: ¡Ey!
CLAUS: - (levanta la mirada) -¿Qué pasa?
ANGEL: Suicida. ¿Por qué?
CLAUS: ¿Por qué qué?
ANGEL: Jugas a perder
CLAUS: ¿Te parece?
ANGEL: ¿Qué te pasa?
CLAUS: Nada
Angel mueve una figura y mira a Claus
ANGEL: Jaque
CLAUS: Mate
Claus se toma la cabeza con las manos y cierra los ojos. Pausa larga
ANGEL: Si es por lo de…
Claus se para y pega un puñetazo sobre el tablero
CLAUS: ¡Basta! – (Pausa larga)-
Angel toma un cigarrillo. Claus sostiene la mirada sobre Angel
ANGEL:¡ Sentáte! .¡Juguemos!
CLAUS: No gracias.
ANGEL: ¿Querés un cigarrillo?
CLAUS: No. Tampoco.
ANGEL: A veces sucede. No sabemos lo que queremos. ¿Te pasa algo?
Claus se abalanza sobre Ángel y lo toma del cuello
CLAUS: ¡Te la cogés! ¡Te la cogés y después me invitás a jugar al ajedrez. Sos un hijo de puta!.
ANGEL: ¡No es verdad!
CLAUS: Acá no podés ocultar nada. Sale todo a la luz.
ANGEL: Lo que sale a la luz es lo que quieren que sepas.
CLAUS: ¡Cornudo decía el papel! ¿Escuchaste? Clavado en el buzón
ANGEL: Algún idiota.
CLAUS: ¡Yo! Yo soy el único idiota que puede tramar algo así. No jugaste limpio. Te la cogiste
ANGEL: No. Hice sólo lo que me pediste. Dijiste que te aburría. Que era banal, que ya no era como
antes.
CLAUS: Entonces te la cogiste ¿no?
ANGEL: ¡No te traicione! ¡Estás furioso pero siempre te conté la verdad!
CLAUS: ¡Cómo pude confiar en vos!
ANGEL: ¿No te das cuenta que ella también está aburrida?. Busca perderse pero está
desesperada por encontrarte.
CLAUS: ¿Encontrarme? Me tiene al lado, todos los santos días.
ANGEL: ¡Sí! ¿Pero sabés qué vé? Vé a un tipo deslucido, que no la entusiasma. Una sombra. Ella
está aburrida de la imagen ésa que tanto te esforzas en sostener.
CLAUS: Sin esa imagen acá sós hombre muerto. Te crucifican.
ANGEL: Mejor. Es la única oportunidad para resucitar.- (Pausa)- ¡Ella te quiere! ¡Te quiere mucho!
Claus abre la mano y suelta a Angel
ANGEL: ¿Hace cuánto que no le hablás, que no le contás lo que sentís vos o lo que sentís por
ella? Llevála al club. Transformala como te transformas vos. Dale una oportunidad.- (Pausa muy
larga) -
CLAUS: Te creo. No sé por qué, pero te creo.- (Pausa larga) - ¿Y vos? ¿Y tu mujer?
ANGEL: Me divierte hacerme pasar por viudo. La casa me la prestó un amigo mientras resolvemos
el tema del divorcio. El mes que viene me voy a mudar a una casita en la playa. Siempre quise.
CLAUS: ¿Sólo con Roco?
ANGEL: Por ahora, sí. Cuando sufrís una pérdida los primeros tiempos son como escombros.
Aunque nunca se sabe.
CLAUS: ¿Qué pensás de mí?
Entra Beatriz
BEATRIZ: ¿Interrumpo algo?
ANGEL: Ya me estaba yendo.
BEATRIZ : ¿Hubo un terremoto?
CLAUS: Me ganó la partida y pateé el tablero.
BEATRIZ: ¡Literalmente!
ANGEL: ¡Adiós! –(Sale)-
Claus levanta las fichas y acomoda el tablero. Beatriz lo ayuda.
CLAUS: ¿Querés jugar?
BEATRIZ: ¿Ahora? ¿Conmigo?
CLAUS: Si. Ahora. Con vos.
BEATRIZ: Bueno. ¿Querés tomar algo?
CLAUS: ¿Te parece más tarde?
BEATRIZ: Si, mejor.
CLAUS: Podríamos ir a un lugar que conocí.
BEATRIZ: Pero hoy es miércoles. ¿No vás a tu club?
CLAUS: No voy más. Renuncié. Ahora voy a éste. ¿Venís? Quiero que lo conozcas.
BEATRIZ: Después del juego, me arreglo y salimos. ¿El pantalón verde estaría bien? ¿Para éste
lugar?
CLAUS: Te queda muy bien. Como una Reina.
Apagón. -Pausa- Se enciende la luz. Ilumina un cartel sobre la casa de Ángel que dice: “En venta”
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