Romanticismo
Romanticismo
Romanticismo
El Romanticismo es un movimiento cultural que nace en Europa (Alemania, finales del siglo
XVIII) y
que instala una nueva ética creadora, reaccionando fundamentalmente contra las
prescripciones estrictas y
en la ruptura de las antiguas reglas que regían la poética y las mediciones métricas. El
temperamento
rebelde, altiva, contraria a las leyes y a los límites impuestos, desafiante, nacerá el tipo de
personaje que será
llamado "Héroe Romántico". Este tipo de héroe se hallará siempre en contradicción con la
sociedad, a la que
de que el arte hace superiores a los hombres y los eleva por encima de una burguesía sin
horizontes.
Hay dos aspectos o períodos en los que podría dividirse al Romanticismo: el primero, llamado
de
aislarse de ella. Por eso tienden a pintar ambientes exóticos o pasados remotos, así como
también las
sociedades y naturalezas primitivas. Otra característica de este primer período será el gusto
por los paisajes
solitarios (brumosos, otoñales, crepusculares, nocturnos), que guardan una consonancia con
los sentimientos
-Además del desborde sentimental hay un planteamiento social de tono combativo que
intenta remover el
El Romanticismo en la Argentina
Luego de su estadía en Francia, entre los años 1825 y 1829, Esteban Echeverría introdujo las
ideas
tierras un movimiento artístico de origen europeo que no venía desde España. Esto se debió a
que, luego de
La literatura romántica, en la Argentina, tomó casi exclusivamente un tinte político. Esto no fue
casual:
las ideas románticas se adecuaban al momento histórico y a las necesidades de los autores
que, en general,
instrumento de lucha, como Juan Bautista Alberdi (1810-1884), Esteban Echeverría, Domingo
F. Sarmiento,
José Mármol (1817-1871) y José Hernández (1834-1886), entre otros. Sus posturas políticas
podían diferir,
pero lo que los unía era su adhesión al gran objetivo romántico: la búsqueda, la lucha por la
libertad. Libertad
defendió en todos los órdenes de la vida: libertad de ideas, política, religiosa, idiomática.
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El ideario romántico local
por su oposición a la Iglesia cada vez que esta limitaba las libertades individuales; en lo
idiomático, por la
defensa de las formas propias que toda lengua de una comunidad adopta. La libertad
perseguida, finalmente,
se expresó en lo económico por medio del liberalismo, doctrina en pleno auge en la sociedad
europea.
y su proyecto político.
En relación con la ideología del movimiento, los autores crearon personajes con características
particulares. Sus héroes son generalmente seres perseguidos, incomprendidos, que sufren el
destino de
fueron los unitarios; en Hernández, el gaucho. Los primeros crearon héroes que encarnaban
los ideales de
libertad individual y social. Activos, capaces de luchar hasta la muerte en la consecución de sus
fines, se
oponen a todo lo que sea uniformidad, represión, censura, encierro económico y cultural; en
suma, atraso. La
subjetividad romántica se manifiesta en su modo de ver la realidad hostil que los rodea. Los
autores tenían
mucho en común con sus personajes: sufrieron el mundo que les tocó vivir, se le opusieron,
defendieron sus
ideas por las armas y, también, por medio de su obra periodística y literaria. El exilio fue, para
muchos de ellos,
La naturaleza romántica
reflejo del modo de percibir la realidad histórica. En las obras de los argentinos, la pampa
ilimitada y la
naturaleza salvaje son símbolos de libertad, en el sentido de que no han sido modificadas por
el hombre, y los
En síntesis, la literatura romántica local, por medio de la descripción de los habitantes del país
y de la
exposición de su ideología política, muestra cómo era la sociedad argentina a la vez que
manifiesta el proyecto
de sus autores sobre cómo debía ser. Esta tensión entre opuestos —civilización y barbarie—
definió la
Estudiar la literatura romántica argentina tiene una significación especial, ya que, para muchos
sin realizar, al mismo tiempo, un análisis del contexto histórico en el que tuvo lugar, ya que la
principal
CONTEXTO HISTÓRICO
Entre 1820 y 1830, la Argentina estaba independizada, pero disgregada enfrentando estallidos
de
guerra civil. La inestabilidad política era el resultado de las posturas encontradas entre el
interior y Buenos
Las provincias, lideradas por caudillos que buscaban una organización federal de la Nación, se
oponían
a las pretensiones de Buenos Aires de ejercía un poder centralizado y hegemónico, basado en
la supremacía
económica estratégica que le daba el puerto. Esta etapa se caracterizó por la sucesión de
períodos en los que
existía un gobierno nacional y otros en los que las provincias se declaraban autónomas.
Federales y unitarios
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Entre los primeros, se destacaron Juan Manuel de Rosas, hacendado bonaerense, y Facundo
Quiroga, caudillo
riojano que llegó a tener un poder militar y político muy importante en el interior.
En 1826, se promulgó una Constitución de marcado tinte unitario, que fue rechazada por parte
de las
provincias. El país vivía una situación crítica por la imposibilidad de lograr la organización
nacional y por los
problemas económicos y de política exterior (la guerra con el Brasil por la Banda Oriental). El
gobierno nacional
no existía, y la capacidad para manejar las relaciones exteriores recayó en Buenos Aires, a
cargo del federal
Manuel Dorrego.
La guerra civil
La paz con el Brasil, firmada en 1828, originó un levantamiento unitario comandado por el
general
Juan Lavalle, quien asesinó a Dorrego. Las provincias consideraron esta muerte una traición y
decidieron
enfrentarse al poder unitario. Así se inició la guerra civil. Lavalle se unió a José María Paz,
quien luchaba contra
los caudillos; mientras, en Buenos Aires, el poder de Rosas crecía y comenzaba el exilio de los
unitarios.
el interior, bajo el dominio unitario logrado con la campaña exitosa de Paz, quien había
vencido a Juan Bautista
La Liga Unitaria reunió a Córdoba, Salta, Tucumán, Catamarca, Mendoza, San Juan, San Luis y
Santiago
del Estero, con el fin de constituir un gobierno nacional. Como contrapartida, Buenos Aires y
las provincias del
agresión externa y a organizar el país bajo el sistema federal cuando las condiciones de paz lo
permitieran.
Mientras tanto, nada se planificaba sobre economía, y la industria nacional sufría la entrada
irrestricta
de mercaderías del exterior. Las provincias signatarias del Pacto declararon la guerra a Paz y lo
vencieron. El
Pacto Federal recibió a las provincias de la vencida Liga Unitaria y formaron una
Confederación, base de la
facultades extraordinarias.
En 1834, se produjo una guerra civil entre Tucumán y Salta, provincias federales. Rosas envió a
controlar la situación a Quiroga, quien murió asesinado en Barranca Yaco, en 1835. Ese mismo
año, la
poderes públicos y extendió su mandato a cinco años. Pero este segundo período, comenzado
en 1835,
organización fue centralista, a pesar de que se hablaba del país como de una Federación, y
esto acrecentó el
sentido de unidad. Si bien Rosas era gobernador de Buenos Aires, reunía las atribuciones de un
presidente y
su mandato, de hecho, tenía alcance nacional: así, por ejemplo, manejaba las relaciones
exteriores, el vínculo
con la Iglesia y la economía a partir del control de la Aduana e intervenía las provincias que se
le opusieran.
Algunas de estas condiciones vigentes durante un período de tiempo tan extenso fueron
conformando la
unidad nacional.
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La oposición a Rosas
del 371
, de la que formaron parte José Mármol, Esteban Echeverría y Domingo Faustino Sarmiento,
entre
otros.
Exiliados muchos de ellos, hicieron oír su voz contra el gobierno no sólo a través del manifiesto
político, sino también mediante el relato y la novela. Intentaron, además, imponer nuevos
proyectos para el