Técnicas Facilitación Equipos
Técnicas Facilitación Equipos
Técnicas Facilitación Equipos
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En las diez horas siguientes, la persona facilitadora se convierte en entrenadora
de comportamientos. Se trabaja a nivel conductual, es decir, se entrenan
comportamientos para mejorar i) la expresión de lo que pensamos y sentimos;
ii) la escucha empática, es decir, saber escuchar a las personas desde su propia
perspectiva; iii) formas de analizar y de negociar las diferencias referentes a la
metodología de trabajo y al funcionamiento social del mismo. Lo que se
aprende en un equipo es una forma nueva de interactuar con otras personas,
basada en una red de comunicación abierta a todos los miembros del equipo.
Esta nueva forma de interacción dará lugar a estados psicológicos
compartidos, que llamamos los mediadores emergentes. Los tres mediadores
emergentes (confianza en el equipo, planificación de la tarea y estructuración
cognitiva del equipo) son resultado de la nueva forma de interacción de los
miembros del equipo.
El equipo dispone de diez horas para el entrenamiento de los tres mediadores
emergentes. Es poco tiempo, pero, con la ayuda de la personas facilitadora, el
equipo puede adquirir la metodología de trabajo que, más tarde, en la fase de
eficiencia, deberá profundizar mucho más.
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Fijar la frecuencia de reuniones del equipo y determinar el día, la hora y el
lugar de las reuniones.
Aprender a utilizar los siguientes instrumentos para el trabajo en equipo:
- Utilizar la técnica de la selección ponderada en la toma de decisiones de
equipo.
- Utilizar el diagrama de afinidad para analizar fenómenos de grupo desde
una perspectiva multinivel.
2) Planificación de la tarea del equipo: Significa definir, de manera operativa, el
objetivo del equipo y la estrategia a seguir en su realización. Un equipo es un
sistema socio-técnico. Sistema técnico, porque se trata de realizar un trabajo que
requiere cierta formación técnica. Sistema social, porque exige unas relaciones de
cooperación entre las personas. El carácter técnico de la tarea requiere:
Información adecuada sobre el encargo recibido.
Conocimientos referentes al encargo.
Una tecnología apropiada para el encargo recibido.
Definición de objetivos.
Definición de estrategias.
Distribución de las actividades, relacionadas con la tarea, teniendo en cuenta
los roles de equipo.
Definición de un sistema de evaluación de las actividades.
Definición de indicadores para la evaluación de los resultados.
3) Estructuración cognitiva del equipo. Significa construir el sistema social del
equipo: modelos mentales compartidos, referentes a la tarea y al funcionamiento del
equipo, y la memoria transactiva del equipo. Los medios a utilizar:
La reflexividad: reflexión compartida sobre el trabajo y el funcionamiento de
cada uno de los miembros en el equipo.
Aplicación del programa informático de Belbin.
Intercambio sobre la autopercepción de los roles de equipo.
Intercambio sobre la percepción mutua de los roles de equipo.
Aprender a utilizar la negociación creativa de intereses:
- Presentación de los intereses individuales de los miembros del equipo.
- Puntos de encuentro y de divergencia.
- Lluvia de ideas sobre posibles relaciones más satisfactorias.
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- Creación de una nueva forma de relación más satisfactoria para todos los
miembros del equipo (innovación social).
Al cabo de doce horas de trabajo, el equipo puede ser considerado como un
equipo formado, con capacidad para funcionar con cierta autonomía. Se considera que
el equipo tiene la viabilidad básica.
Al final de la fase formativa, la persona facilitadora pide a los miembros del
equipo una reflexión sobre su voluntad y capacidad para trabajar en equipo. Esta
reflexión termina con la respuesta a la pregunta: ¿Queremos continuar trabajando
en equipo?
En caso afirmativo, la persona facilitadora pasa a ejercer en el equipo la función
de una persona observadora. Observa y corrige, procurando que las correcciones se
realicen al final de la sesión. Solamente, en casos de un comportamiento muy negativo,
que está perjudicando gravemente al equipo, debería intervenir interrumpiendo el
trabajo del equipo. La persona facilitadora ejerce esta función observadora durante un
tiempo, el tiempo necesario para que el equipo aprenda a trabajar de acuerdo con la
formación recibida.
Una vez formado el equipo y definidos los roles del equipo, ya no es necesaria la
presencia física de la persona facilitadora. En cualquier momento, puede ser consultada
por la persona coordinadora del equipo. Puede, incluso, volver al equipo, si los
miembros están de acuerdo y las circunstancias lo aconsejan. El ideal es que el equipo
llegue a ser autónomo, es decir, capaz de autorregularse. Esto es posible solamente
cuando todos sus miembros asumen la responsabilidad de la evolución del equipo. Una
de las funciones importantes del equipo es la coordinación del mismo. Esa coordinación
tiene dos dimensiones: i) coordinar ideas y propuestas de solución a los problemas
planteados; ii) coordinar las intervenciones de las personas. En la terminología de
Belbin, la coordinación de las ideas y de las soluciones es la función de las personas
“monitoras y evaluadoras”. Son las que ayudan al equipo a buscar semejanzas entre las
diferentes aportaciones, a agrupar propuestas que, inicialmente, parecen diferentes, pero
que, a medida que avanza la reflexión, se van aproximando hasta que el equipo las
agrupa, reduciendo así los tipos o categorías de opciones. Las personas que coordinan
las intervenciones de los miembros son las “personas coordinadoras”. Éstas cumplen
con una función fundamental del equipo: adecuar las intervenciones de las personas a
las necesidades del equipo en cada período de la evolución del mismo.
Cuando las funciones del equipo están bien definidas y los miembros van
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asumiendo estas funciones, a medida que se va desarrollando el equipo, éste tiene
autonomía de funcionamiento y está preparado para demostrar que es un equipo
eficiente.
En la fase de funcionamiento, el equipo aplica la reflexividad tanto en lo referente
a la metodología de trabajo como en lo referente al funcionamiento social del equipo.
El equipo vuelve, una y otra vez, a revisar su forma de trabajar y su forma de hacer
frente a los problemas que aparecen en el equipo.
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riqueza del equipo y como una oportunidad para mejorar los resultados del
equipo? En caso de que surjan conflictos interpersonales, ¿aplica el equipo la
técnica de la negociación creativa de intereses? La negociación creativa de
intereses consiste en superar las diferencias descubriendo una nueva
perspectiva que permita integrar las posiciones divergentes. El nivel de
compromiso del equipo depende, en buena medida, de esta capacidad de
negociación creativa en las situaciones de conflicto de intereses. El
compromiso del equipo es el resultado de la capacidad que tiene el equipo
para abordar, de manera creativa, tanto las diferencias internas del equipo
como los posibles conflictos que nacen de dichas diferencias.
2) Por otra parte, está el problema de la participación de todos los miembros del
equipo. En la práctica, la cuestión que se plantea es la siguiente: ¿Se
distribuyen equitativamente, entre los miembros del equipo, el
reconocimiento y valoración de sus aportaciones? Es la cuestión del
aprendizaje grupal. No todos los miembros del equipo reciben el mismo
reconocimiento. Se reconoce más a los que aportan más y a los que se
interesan más por los otros miembros del equipo. Los equipos son implacables
con los “vagos” y con las personas egoístas e insensibles al sufrimiento de los
demás. El equipo tiene que evitar dos peligros: i) no reconocer las
aportaciones de las personas que ocupan una posición “minoritaria”;; ii) no
reconocer las aportaciones de los “mejores” del equipo. Los mejores del
equipo son los más comprometidos con el equipo, los que dedican más tiempo
y más energía al equipo y los que tratan de ayudar a las personas que tienen
más dificultades en el equipo. La buena distribución del poder en el equipo
exige el “empoderamiento” de los más débiles para que el equipo utilice y
saque provecho de todas las capacidades que tienen sus miembros. Este
empoderamiento viene de los miembros más reconocidos del equipo, quienes
utilizan su prestigio para ofrecer un mayor reconocimiento a los miembros
más marginados del equipo.
Conclusión.
Lo esencial para el éxito de un equipo de innovación es que, en la fase de
formación, desarrolle un alto nivel de sinergia y de capacidad de negociación creativa.
Porque, en ese caso, el equipo estará capacitado para resolver los problemas que,
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necesariamente, surgirán en la fase de eficiencia y de desarrollo del equipo. En caso de
dificultad, el equipo puede siempre recurrir a la ayuda de la persona facilitadora.
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