Catalina Pastrana
Catalina Pastrana
Catalina Pastrana
Realizó sus estudios de primaria en la Escuela Braulio Rodríguez de Iguala, y una desafortunada
negativa familiar le impidió cristalizar su deseo de ser maestra, por lo que ingresó a la Academia
Comercial Simó n Bolívar de dicha ciudad, lo que le permitió posteriormente trabajar como
secretaria en el H. Ayuntamiento de Iguala y en la Agencia del Ministerio Pú blico.
Desde que estudiaba la primaria, se manifestó su inclinació n hacia las letras, ya que obtuvo el
primer lugar en un concurso escolar de composició n en prosa con el tema má rtires, en el cual
escribió sobre Jesucristo, utilizando el seudó nimo Calipastra Tanana.
Desde un principio, combinó sus actividades de servidora pú blica con las de escritora,
colaborando en perió dicos locales, en los que se publicaron sus primeros escritos con el
seudó nimo de Rosel, destacando una serie de artículos titulados La importancia de las cosas.
La poesía de Catalina Pastrana, quien se declaró autodidacta en el arte de las letras y libre
pensadora, tiene un fuerte componente social, con un estilo muy especial que llega al sentimiento
popular; destacan las tituladas: Palabras al sol, Nací libre, El ú ltimo Tenochca, Agua que huele a
resinas, Sinfonía mortal, La loba, Cuna de honor, La cruz de sicomoro y Huaraches para los reyes,
De la vida de una dama, entre muchas otras.
Impartió durante 20 añ os clases de declamació n, logrando agrupar a 25 intérpretes con los que
se realizaron recitales en Chilpancingo, Iguala, Taxco, grutas de Cacahuamilpa y en eventos
culturales celebrados en los estados de Puebla, Colima, Jalisco, Michoacá n y Morelos.
Publicó : Foro para los grandes declamadores; Cuentos infantiles; Cuentos novelados; Cuentos
barranqueñ os; Remembranzas histó ricas de Iguala y apuntes de su tradició n; Iguala la Trigarante,
y la novela corta Cielo abierto.
En la Antología Poética publicada por el Instituto Guerrerense de la Cultura durante la gestió n del
gobernador Alejandro Cervantes Delgado fueron incluidos cinco poemas de doñ a Catalina
Pastrana.
Durante los ú ltimos añ os de su existencia, fungió como directora del Museo de la Bandera en su
ciudad natal.