El Papa Francisco Incluye en Las Letanías

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El Papa Francisco incluye en las letanías «Madre de la Esperanza»

Así lo ha anunciado el cardenal Sarah (hermano de la Macarena) y monseñor


Arthur Roche
El Papa Francisco incluye en las letanías «Madre de la Esperanza»
M. J. R. Rechi
M. J. R. RECHI

23/06/2020 a las 12:33h.

El Papa Francisco, ante la situación actual de la pandemia en la que se encuentra


el mundo, ha emitido un decreto por el cuál modifica las letanías lauretanas,
incluidas en las invocaciones del rezo del Santo Rosario.

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En concreto ha incluido tres, siendo una de ellas «Madre de la Esperanza» , una


de las advocaciones más importantes de esta ciudad. Las otras dos son las
siguientes: «Madre de la Misericordia» y «Consuelo de los Migrantes».

Esta noticia ha sido comunicada por parte del cardenal Robert Sarah y monseñor
Arthur Roche, prefecto y secretario de la congregación para el culto divino y la
disciplina de los sacramentos. Se trata de una inclusión que por ejemplo en su día
hizo el Santo Padre San Juan Pablo II, agregando la invocación «Madre de la
familia».

La vinculación del cardenal Sarah y con la Macarena


El cardenal Sarah visitó durante el mes de marzo de 2019 a la Macarena , donde
entregó una reliquia a la hermandad de San Juan Pablo II y pasó a formar parte de
la nómina de hermanos de la corporación. Aquella visita coincidió con el
aniversario del fallecimiento de Santa Ángela de la Cruz donde celebró una
eucaristía y participó en un encuentro con el clero diocesano en la Casa
Sacerdotal y visitó la Santa Iglesia Catedral.

Meses más tarde, una representación de la hermandad acudió a la basílica de San


Pedro de Roma para acompañarlo en la eucaristía de sus 50 años como
sacerdote. El hermano mayor, José Antonio Fernández Cabrero, le entregó la
medalla corporativa y un cuadro de la Virgen de la Esperanza , a la que el
cardenal le profesa una gran devoción.
El Papa Francisco incluye en las letanías «Madre de la Esperanza»
Así lo ha anunciado el cardenal Sarah (hermano de la Macarena) y monseñor
Arthur Roche
El Papa Francisco incluye en las letanías «Madre de la Esperanza»
M. J. R. Rechi
M. J. R. RECHI

23/06/2020 a las 12:33h.

El Papa Francisco, ante la situación actual de la pandemia en la que se encuentra


el mundo, ha emitido un decreto por el cuál modifica las letanías lauretanas,
incluidas en las invocaciones del rezo del Santo Rosario.

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En concreto ha incluido tres, siendo una de ellas «Madre de la Esperanza» , una


de las advocaciones más importantes de esta ciudad. Las otras dos son las
siguientes: «Madre de la Misericordia» y «Consuelo de los Migrantes».

Esta noticia ha sido comunicada por parte del cardenal Robert Sarah y monseñor
Arthur Roche, prefecto y secretario de la congregación para el culto divino y la
disciplina de los sacramentos. Se trata de una inclusión que por ejemplo en su día
hizo el Santo Padre San Juan Pablo II, agregando la invocación «Madre de la
familia».

La vinculación del cardenal Sarah y con la Macarena


El cardenal Sarah visitó durante el mes de marzo de 2019 a la Macarena , donde
entregó una reliquia a la hermandad de San Juan Pablo II y pasó a formar parte de
la nómina de hermanos de la corporación. Aquella visita coincidió con el
aniversario del fallecimiento de Santa Ángela de la Cruz donde celebró una
eucaristía y participó en un encuentro con el clero diocesano en la Casa
Sacerdotal y visitó la Santa Iglesia Catedral.

Meses más tarde, una representación de la hermandad acudió a la basílica de San


Pedro de Roma para acompañarlo en la eucaristía de sus 50 años como
sacerdote. El hermano mayor, José Antonio Fernández Cabrero, le entregó la
medalla corporativa y un cuadro de la Virgen de la Esperanza , a la que el
cardenal le profesa una gran devoción.
Esta semana hemos recibido la noticia de que el Santo Padre ha decidido
incorporar tres nuevas invocaciones a las Letanías Lauretanas: «Solacium
migrantium» (Consuelo de los migrantes), «Mater Misericordiae» (Madre de la
misericordia) y «Mater Spei» (Madre de la esperanza).

En primer lugar, cabe preguntarse qué son las Letanías Lauretanas que,
normalmente, rezamos tras el Rosario. En el Directorio sobre la piedad popular y
la liturgia. Principios y orientaciones, elaborado por la Congregación para el Culto
Divino y la Disciplina de los Sacramentos de la Santa Sede en el año 2002, se las
define así:

Entre las formas de oración a la Virgen, recomendadas por el Magisterio, están las
letanías. Consisten en una prolongada serie de invocaciones dirigidas a la Virgen,
que, al sucederse una a otra de manera uniforme, crean un flujo de oración
caracterizado por una insistente alabanza-súplica. (…)

Estas letanías —que reciben el nombre de Lauretanas en honor al Santuario de


Loreto—, hunden sus raíces en las invocaciones a la Madre de Dios que ya hacían
los cristianos en los primeros siglos y que, sin lugar a dudas, constituyen un bello
testimonio del amor que la Iglesia profesa a María Santísima.

De las tres nuevas invocaciones me gustaría detenerme brevemente, por razones


obvias, en la de «Mater Spei» (Madre de la Esperanza). María es la mujer
creyente por excelencia, aquella que creyó en las promesas de Dios y por cuyo
fíat entró la Salvación al mundo.

La esperanza cristiana no tiene nada que ver con las “falsas esperanzas” que
ofrecen las sociedades consumistas y las utopías que venden la salvación
intramundana. Tampoco tiene nada que ver con la pseudo-filosofía de Mr.
Wonderful, que viene a decir que todo saldrá bien siempre y que la vida es un
festival de luz y de color. No, en la vida se mezclan en una urdimbre esencial la
alegría y la tristeza; el éxtasis gozoso y el paroxismo del dolor; el bien y el mal. Así
pues, en un mundo contingente y finito, que camina evolucionando hacia su
perfección última y en el que se deja espacio a la libertad de la criatura, la
presencia ominosa del mal se impone como una realidad. El Verbo, al encarnarse,
asumió nuestra naturaleza para restañar la herida del pecado y para glorificarla en
el seno mismo de la Trinidad.

Se me vienen unas palabras del Rabino Harold Kushner: “el papel de Dios no es
protegernos del dolor y de la pérdida, sino protegernos del hecho de permitir que
el dolor y las pérdidas definan nuestras vidas”. En efecto, Dios, en Jesús, no vino
a explicar teóricamente el sufrimiento, sino a iluminarlo con su presencia. La
esperanza cristiana, cuyo fundamento es la Resurrección y Ascensión de Cristo,
consiste en la promesa, más firme que los sillares de Roma, de que ni el mal ni el
pecado ni la muerte tendrán la última palabra, ya que en la totalidad de lo creado
han sido vencidos para siempre.
En nuestra Madre se encuentra colmada la promesa divina, pues Ella participa de
manera eminentísima de la victoria de su Hijo; lo que es más, en su gloriosa
Asunción en cuerpo y alma queda confirmada nuestra esperanza: una de nuestro
linaje vive gloriosa para siempre. Así pues, María se nos presenta como imagen
de la humanidad entera que aguarda la luz del día sin ocaso en el que, por pura
gracia, gozaremos de los cielos nuevos y la tierra nueva ante la soberana
presencia del Dios Amor. Esta es la esperanza cierta que no defrauda.

Qué hermoso y reconfortante será contemplar a todo el orbe cristiano invocando a


María como Madre de la Esperanza.

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