Subsidio Corona de Adviento - Ciclo B - Año Impar
Subsidio Corona de Adviento - Ciclo B - Año Impar
Subsidio Corona de Adviento - Ciclo B - Año Impar
LA CORONA DE ADVIENTO
Subsidio Litúrgico para la Celebración en Familia
del Encendido de la Corona de Adviento
Ciclo B
Año impar
CONFERENCIA EPISCOPAL VENEZOLANA
EXCMO. MONS. JOSÉ LUIS AZUAJE AYALA
Arzobispo de Maracaibo
Presidente
Preparación y Transcripción:
R.P. Publio José Díaz Rengifo, OCD
Secretariado de Pastoral Litúrgica de la Arquidiócesis de Mérida
Lcdo. Jesús Bladimir Dávila Contreras
Comisión Diocesana de Liturgia de la Diócesis de Maturín
E-mail: [email protected]
Diseño y diagramación:
MEGA Agencia Creativa, C.A.
E-mail: [email protected]
Introducción
La Comisión Episcopal de Liturgia de la CEV ha
pedido la elaboración de unos subsidios para el Ad-
viento y la Navidad en este 2020 en el marco de la
pandemia que afecta a toda la humanidad, y que ha
impedido a los discípulos del Señor poder celebrar
la sagrada liturgia en comunidad de fe.
Con estos subsidios se busca mantener viva la
espiritualidad cristiana por medio de la oración y
celebración en familia del Adviento y la Navidad,
misterios iniciales al gran misterio de la Pascua,
centro de la vida litúrgica y espiritual de la Iglesia.
Estos tiempos de COVID 19 nos exigen una
máxima responsabilidad en el cuidado mutuo, y el
gran sacrificio de que muchos no puedan participar
en la vida litúrgica de la Iglesia, pero respondiendo
a esta emergencia se nos presenta la oportunidad
de crecer y fortalecer la vida espiritual en familia,
Iglesia Doméstica (Lumen Gentium 11), anhelando
poder encontramos nuevamente para cantar juntos
las alabanzas al Señor.
Mantengamos viva la fe, alegres en la esperanza
y diligentes en el amor.
Desde el Departamento de Liturgia agradece-
mos a la Comisión Nacional de Liturgia de la CEV
la elaboración de estos y futuros subsidios para el
Pueblo de Dios.
Departamento de Liturgia CEV
CELEBRACIÓN DEL ENCENDIDO
DE LA CORONA DE ADVIENTO
¿Qué es el Adviento?
La Palabra Adviento proviene del latín “adventus” que significa venida, llegada.
En la concepción pagana la divinidad venía una vez al año, en un día determinado,
para estarse en el templo durante el cual se celebraban festejos.
En el campo social se aplicó el término a la visita del emperador, a su aniversario
o su fiesta, en las cuales se festejaba como si fuese su retorno, su “adventus”.
En la Iglesia Católica el Adviento es el tiempo en que nos preparamos:
∼ a celebrar la llegada en la carne de nuestro Redentor, Jesucristo.
∼ A esperar la segunda venida del Señor para finalizar esta historia de salvación e
iniciar el tiempo definitivo donde Dios será todo en todos.
∼ Y mientras esto acontece, se desarrolla en nuestro hoy por la acción del Espíritu
Santo las continuas venidas del Señor a través de su Palabra, en los Sacramentos
y en el ejercicio de la caridad, especialmente en la ayuda del hermano necesitado.
El Adviento es celebración del Señor que vino, viene y vendrá.
Un poco de historia
En la Iglesia latina nació hacia el siglo Vº como una forma de oponerse a las
herejías de Nestorio. La fiesta de Navidad tuvo una preparación ascética en Ravena,
Francia y España desde el fin del siglo IV y principios del V. La duración era de tres
semanas, unidas a la preparación de los bautismos que, para entonces, se administraban
en la Epifanía. El concilio de Zaragoza (380) recuerda y prescribe a sus fieles que
vayan a la iglesia desde el 17 de diciembre hasta la Epifanía.
En la liturgia de Roma, el Adviento aparece en la segunda mitad del siglo VI. Es
un tiempo de preparación, pero sin consideraciones ascéticas. Se centra mucho más
en la alegre espera de la fiesta de Navidad que se prolonga hasta la vuelta del Señor
glorioso al fin del mundo. Los textos de Isaías y las palabras de san Juan Bautista
son las grandes voces del adviento. La Iglesia de Oriente ha visto en el Adviento
más bien la espera de la luz que va a nacer .El Adviento bizantino tiende sobre todo
hacia la Epifanía “fiesta de las luces” mientras que el Adviento latino lo hace hacia
la Navidad, fiesta de la venida del Señor en nuestra carne. Para preparar la victoria
de la luz debemos abrirnos cada vez más ella y examinarnos en nuestra luz interior.
En la liturgia bizantina, el domingo que precede es el de la conmemoración de todos
los que, desde Adán y Eva, los primeros creados hasta José, el esposo de la Madre de
Dios, han anunciado la venida en la carne del Hijo de Dios con sus obras y palabras.
Oración:
Dios todopoderoso, aviva en tus fieles, al comenzar el Adviento, el deseo de salir
al encuentro de Cristo, acompañados por las buenas obras, para que, colocados
un día a su derecha, merezcan poseer el reino eterno. Por Jesucristo nuestro
Señor. R./. Amén
El Señor, infinitamente bueno nos bendiga +, nos guarde de todo mal, y nos lleve
a la vida eterna.
R./ Amén.
Oración:
Señor, todopoderoso, rico en misericordia, cuando salimos animosos al encuentro
de tu Hijo, no permitas que lo impidan los afanes de este mundo; guíanos hasta
él con sabiduría divina para que podamos participar plenamente de su vida. Por
Jesucristo Nuestro Señor. R./ Amén
El Señor, infinitamente bueno nos bendiga +, nos guarde de todo mal, y nos lleve
a la vida eterna.
R./ Amén.
Se hace un momento de silencio para dejar que la Palabra proclamada resuene o se puede compartir
qué dice esta palabra a la familia.
Se encienden tres cirios mientras se dice este verso
R./ Canten con gozo, con ilusión, ya se acerca el Señor
1. Les anunciamos el gozo de Adviento con la primera llama ardiendo; se acerca ya
el tiempo de salvación, dispongan, pues, la senda al Señor.
Todos: En nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
2. Les anunciamos el gozo de Adviento con la segunda llama ardiendo; el primer
ejemplo Cristo nos dio, vivan unidos en el amor.
Todos: En nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración:
Estás viendo, Señor, cómo tu pueblo espera con fe la fiesta del nacimiento de
tu Hijo; concédenos llegar a la Navidad, fiesta de gozo y salvación, y poder
celebrarla con alegría desbordante. Por Jesucristo Nuestro Señor. R./ Amén
El Señor, infinitamente bueno nos bendiga +, nos guarde de todo mal, y nos lleve
a la vida eterna.
R./ Amén.
Oración:
Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros, que hemos conocido por el anuncio
del ángel la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos, por su pasión y su cruz,
a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo Nuestro Señor. R./ Amén
El Señor, infinitamente bueno nos bendiga +, nos guarde de todo mal, y nos lleve
a la vida eterna.
R./ Amén.