Demanda GUOLO GISELA

Descargar como doc, pdf o txt
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 17

SUMARIO:

ACTOR: GUOLO GISELA MARIEL


DEMANDADOS: DIEZ ROMAN
MATERIA: DAÑOS Y PERJ. INCUMP. CONTRACTUAL (EXC. ESTADO)
MONTO: $ 225.000
DOCUMENTACION: Copia DNI, Copia de Causa Penal, Informe Nominal, Acta de
Mediación, Boleto de compra-venta
COPIAS: DEMANDA Y DOCUMENTAL.

PROMUEVE DEMANDA - POR DAÑOS Y PERJ. INCUMP. CONTRACTUAL


(EXC. ESTADO)

Sr. Juez:

GUOLO GISELA MARIEL, con DNI: 30.639.950 con domicilio real en


Castelar 2767, Localidad de Ituzaingo, Pcia de Buenos Aires , por derecho propio y
conjuntamente con el patrocinio letrado del Dr. Nelson Eduardo Gómez, abogado, Tº X,
F º 535, C.A.M., C.U.I.T. Nro. 20-23770113-6, I.V.A. responsable no inscripto,
constituyendo domicilio legal para todos sus efectos en calle Colón nº 224, domicilio
electrónico [email protected]; a V.S. me presento y
respetuosamente digo:

I. OBJETO

Que, en legal tiempo y forma, vengo a interponer la presente demanda por daños y
perjuicios por incumplimiento contractual contra DIEZ ROMAN, DNI: 35.533.607 con
domicilio en la calle Pueyrredon 2730 de San Antonio de Padua, Provincia de Buenos
Aires, en su carácter de ser el dueño del taller “Service Integral del Automotor "Coty"” la
que reclamo $225.000 o lo que en más o en menos resulte de las probanzas a rendir y/o
determine el elevado y prudente criterio de V.S., con más sus intereses y las costas del
proceso. Todo ello, con fundamento en las cuestiones de hecho y de derecho que pasaré a
exponer.

II. INSTANCIA DE MEDIACIÓN


Que tal como emerge de la documentación que se adjunta, dejo constancia de haber
agotado la instancia obligatoria de mediación acorde Ley 26.589, con la parte demandada
en autos.

III. COMPETENCIA
Que V.S. resulta competente para entender en estos autos en razón de reclamarse los daños
y perjuicios derivados de un incumplimiento contractual en el ámbito de la Provincia de
Buenos Aires siendo este en el partido de Ituzaingo; ello es así, toda vez que conforme a lo
dispuesto en el segundo párrafo del art. 118 de la ley 17.418 la demanda puede ser
interpuesta ante el juez del lugar del hecho o el del domicilio del asegurador.

IV. DERECHO:
Fundo mi derecho en el art. 42 de la Constitución Nacional; los arts.
,1092,1093,1094,1095, 1251, 1252, 1256, 1708, 1716, 1717, 1721, 1722, 1723, 1726,
1727, 1728, 1737, 1740, 1741, 1744, 1746, 1748, 1749, 1753, 1757, 1758, 1769 y concs.
del Código Civil y Comercial de la Nación, y art. 118 de la ley 17.418; ley de defensa del
consumidor 24.240, y su Ley modificatoria Ley 26.361; jurisprudencia y doctrina aplicable
al caso.

V. HECHOS

El día 2 de Septiembre del 2015 la actora le compró el vehículo marca Volkswagen


modelo Gol Power, dominio HVW-981 al Sr. Nepomocedo Federico Matias, luego de
mucho esfuerzo y dedicación, el cual traía pequeñas imperfecciones que quería reparar, por
tal motivo llevo a realizar las refacciones correspondes al taller “COTY” perteneciente al
demandado.
Luego de varios días sin novedades, recibe un llamado el 08 de Agosto del 2015 a
las 23:10hs por parte de YAMILA FIGUEROA (novia de DIEZ ROMAN) para informarle
que a las aproximadamente 20:50hs habían ingresado 3 personas a robar al taller y entre
objetos personales de quienes estaban al momento del hecho, también fue sustraído su
vehículo.

Cuando sucedió el robo, la Sra. Guolo no contaba con seguro en su vehículo, el cual
no iba a requerir hasta que pudiera arreglar las imperfecciones que tenía y asegurarlo de
manera correspondiente para su utilización, motivo por el que en múltiples oportunidades
se comunicó con el demandado (dueño del taller) para que pudieran llegar a una solución,
ya que a él le habían robado el automóvil estando en su guarda y tenencia, así como siendo
el mismo parte un contrato de obra y servicio, debiendo responder ante lo sucedido.

Es importante aclarar que es obligación de los talleres mecánicos contar con un


seguro que los respalde ante un siniestro que pudiere surgir, así como el sucedido en autos
y que por falta de este, el requerido hizo caso omiso frente a los múltiples reclamos que se
le realizaron, en donde se solicitaba cumpliera con su obligación como guardián del
vehículo que se le entregó y devolverlo en el estado que lo recibió o mejorado, por los
trabajos contratados de los que fue objeto.

VI. FACTORES DE ATRIBUCION DE RESPONSABILIDAD Y


CULPABILIDAD:

Responsabilidad significa calidad o condición de responsable y la obligación de


reparar y satisfacer, por si o por otro, toda pérdida, daño o perjuicio que injustamente se
hubiere ocasionado.

En otras palabras, la responsabilidad civil es la obligación de reparar todo daño


causado a otro sin causa de justificación. Calvo Costa (Derecho de las obligaciones.
Derecho de daños, t.2, Ed. Hammurabi, pág. 28 y sigtes.) explica que en realidad, más que
el daño injustamente ocasionado por el ofensor, resulta más relevante el daño injustamente
sufrido por la víctima. De este modo, mediante un factor de atribución se habilita el
traspaso de los detrimentos sufridos por la víctima hacia el patrimonio de la persona
sindicada como responsable mediante la mencionada imputación legal.
Esta definición deja traslucir que el fundamento de la responsabilidad civil ha
variado su eje; ya no se basa en el acto ilícito, sino más bien en el daño de aquel sujeto que
lo soporta. Por otro lado, se advierte que es una herramienta que permite efectuar una
imputación patrimonial, adquiriendo la función de distribuir las consecuencias dañosas del
hecho dañoso, trasladando el peso económico, cargando las consecuencias sobre el
dañador.

Dicho esto, y a los fines de encuadrar jurídicamente la cuestión, primeramente


corresponde señalar que el vínculo existente entre esta parte y los demandados se
encuentra enmarcado dentro de las normativas del derecho del consumo. El artículo 1° de
la ley 24.240 de Defensa del Consumidor señala que dicho cuerpo normativo tiene por
objeto la defensa del consumidor o usuario, entendiéndose por tal a toda persona física o
jurídica que adquiere o utiliza bienes o servicios en forma gratuita u onerosa como
destinatario final, en beneficio propio o de su grupo familiar.

Asimismo, el contrato de consumo es regulado en el Código Civil y Comercial de la


Nación, estableciendo que es el celebrado entre un consumidor o usuario final y una
persona humana o jurídica que actúe profesional u ocasionalmente o con una empresa
productora de bienes o prestadora de servicios, pública o privada, que tenga por objeto la
adquisición, uso o goce de los bienes o servicios por parte de los consumidores o usuarios,
para su uso privado, familiar o social (art. 1093 del CCCN).

Por su parte, la relación de consumo es el vínculo jurídico entre un proveedor y un


consumidor (art. 1092 del CCCN).

Esta relación impone una serie de obligaciones a todos aquellos que proveen bienes
y/o servicios, mientras que, por otra parte, los consumidores gozan de la protección
especialmente reconocida por la Constitución Nacional en el artículo 42.
A medida que la sociedad se hizo más compleja, hicieron lo propio las relaciones
contractuales. Una de las derivaciones de esta situación fue que la realidad social fue
separándose cada vez más de la normativa legal vigente. Fue así como la igualdad
reconocida en el art. 16 de la Constitución Nacional cedió el paso a una desigualdad
sustancial, y el derecho del consumidor, entre otras disciplinas, como por ejemplo la
legislación laboral, vino a llenar ciertos vacíos generados por la evolución del contrato.

De esta forma, en la actualidad se tiende a recomponer las injusticias derivadas de la


igualdad formal y a desarrollar una igualdad efectiva.

En otras palabras, la nueva teoría de los contratos profundiza la desigualdad formal


para darle preeminencia a la igualdad real, es decir, sustancial. Este es el contexto que
tornó propicio el nacimiento y desarrollo del derecho del consumo.

En sintonía con lo sostenido, las normas que regulan las relaciones de consumo
deben ser aplicadas e interpretadas conforme con el principio de protección del consumidor
y el de acceso al consumo sustentable. En caso de duda sobre la interpretación del CCCN o
las leyes especiales, prevalece la más favorable al consumidor (art. 1094 del CCCN). A
mayor abundamiento, el contrato se interpreta en el sentido más favorable para el
consumidor. Cuando existen dudas sobre los alcances de su obligación, se adopta la que
sea menos gravosa (art. 1095 del CCCN).

Se configura una suerte de contención normativa que busca mitigar o equilibrar los
desajustes contractuales producidos por la contratación en masa, en orden a proteger a la
parte más débil, evaluar o elegir servicios y productos puestos en el mercado por quienes
manejan poder económico y publicitario (conf. Vázquez Ferreyra, Roberto A. y Peyrano,
Marcos L., “Análisis de la ley 24.240 de Defensa del Consumidor”, en Bueres-Highton,
Código Civil, T. 3B, ed. Hammurabi, págs. 227/235).
Pues bien, el artículo 12 de la ley de defensa del consumidor (LDC) estipula que
frente al incumplimiento de la oferta o del contrato por el proveedor, habilita al
consumidor o usuario a reclamar los daños y perjuicios que correspondan, salvo caso
fortuito o fuerza mayor. Ello sin perjuicio del derecho de elegir libremente entre: a) exigir
el cumplimiento forzado de la obligación, siempre que ello fuera posible; b) aceptar otro
producto o prestación de servicio equivalente; c) Rescindir el contrato con derecho a la
restitución de lo pagado, sin perjuicio de los efectos producidos, considerando la integridad
del contrato.

Frente al mero incumplimiento material de la obligación, el proveedor responderá


por los daños y perjuicios sufridos por el consumidor, salvo que se acredite un supuesto de
caso fortuito o fuerza mayor. Se trata de un supuesto de responsabilidad objetiva, por lo
cual el sindicado responsable no estará habilitado a demostrar su falta de culpa para
eximirse de responder. Las obligaciones del proveedor tienen pues, el carácter de un deber
de resultado (Picasso, Sebastián, en Picasso - Vázquez Ferreyra, Ley de Defensa del
Consumidor. Comentada y anotada, ed. La Ley, págs. 161/162).

En efecto, la LDC diseña un sistema general de responsabilidad del proveedor, con


eje en los artículos 5, 12, y un sistema especial contenido en el artículo 40 para los
supuestos en que el daño haya sido causado por una cosa o servicios riesgosos (Picasso,
ob. cit., pág. 162).

De acuerdo con ello, el artículo 40 de la LDC establece que si el daño al consumidor


resulta del vicio de la cosa o de la prestación del servicio, responderán el productor, el
fabricante, el importador, el distribuidor, el proveedor, el vendedor y quien haya puesto su
marca en la cosa o servicio. También, que el transportista responderá por los daños
ocasionados a la cosa con motivo o en ocasión del servicio. La responsabilidad es solidaria,
sin perjuicio de las acciones de repetición que correspondan. Sólo se liberará total o
parcialmente quien demuestre que la causa del daño le ha sido ajena.

La cuestión central es la determinación del ámbito de aplicación de la relación de


consumo, según el art. 42 de la Constitución Nacional; precisamente, la relación de
consumo abarca, desde una conceptualización amplia, no sólo la relación jurídica existente
a partir de la celebración del contrato hasta su cumplimiento como modo normal de
extinción del mismo; por el contrario, desde una interpretación amplia, la relación de
consumo, definida por el art. 3 de la ley 24.240, según modificación de la ley 26.361, como
aquella relación jurídica existente entre el consumidor y el proveedor, implica establecer
una protección al consumidor, incluso en la etapa precontractual.

La ley 24.240 de defensa de los consumidores y usuarios establece un nuevo criterio


general de derecho, que es el principio de protección al consumidor; a lo que se agrega que
la reforma de 1994, otorgó jerarquía constitucional a la protección de los consumidores en
el art. 42, al expresar que "los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen
derecho, en la relación de consumo, a la protección de su salud, seguridad e intereses
económicos; a una información adecuada y veraz; a la libertad de elección y o condiciones
de trato equitativo y digno", lo que no sólo impone la sanción de normas
infraconstitucionales con arreglo a sus postulados, sino que inclusive obliga a interpretar
los preceptos existentes e n armonía con el mismo, lo cual guía a los operadores jurídicos a
rever interpretaciones clásicas que contradicen el standard tuitivo de los consumidores.

De acuerdo a lo hasta aquí expuesto, a la parte demandada se le imputa una


responsabilidad de corte objetivo en función de lo que emerge de la armonización de los
artículo 42 de la Constitución Nacional, artículos 1286, 1289, 1757 y 1758 del CCCN y la
ley 24.240 de Defensa del Consumidor.

La doctrina nacional ha coincidido en que:


La obligación de seguridad existe cuando, de cierta actividad, o de un servicio
prestado en razón de ella, puede resultar un daño a las personas que participan de la
actividad o reciben el servicio, o a sus bienes. Se sostiene que la obligación de seguridad
emana fundamentalmente del principio de la buena fe”. Puede afirmarse validamente que
la obligación deriva de la autonomía de la voluntad, que en los contratos obliga a lo
expresado en ellos y a las consecuencias implícitamente comprendidas, que las partes
entendieron o pudieron entender, en consideración a la buena fe que preside su
interpretación y ejecución.
Es así que nuestra jurisprudencia reza:

“Como bien determinó la sentenciante de grado, cuando una persona entrega


un automóvil a un tallerista para que éste lo revise y, en su caso, lo arregle, se
establece una relación contractual compleja, siendo la principal la locación de obra o
servicios –reparación del vehículo- y la accesoria la obligación de guarda y custodia.
Es por esto último que se ha entendido que mientras el rodado se halla en posesión
del tallerista, éste es responsable por los perjuicios, deterioros o pérdida del vehículo,
aplicándose al caso las reglas del depósito (conf. Fernández, Raymundo L. – Gómez
Leo, Osvaldo R., “Tratado Teórico-Práctico de Derecho Comercial”, Ed. Depalma,
1991, T° III-B, pág. 321). Y si bien es cierto que para la existencia de un contrato de
depósito se requiere como finalidad principal la custodia de la cosa (art. 2182, C.Civ.),
es indudable que el tallerista asume de modo “accesorio” la obligación de custodia y
restitución del vehículo en razón del contrato de locación de obra que lo vincula al
actor (conf. C.Com., LL, 1981-C, 573, citado en Fernández-Gómez Leo, “Tratado…”,
op. cit., pág. 322).”

Se ha sostenido que la entrega del vehículo a quien debía prestar la obligación


de hacer tuvo por efecto transferir la guarda material del automotor, quedando así en
la esfera de custodia del demandado. La persona que recibe la guarda de un vehículo
a raíz de un contrato, contrae la obligación de custodiar la cosa y de devolverla en el
estado que la recibió o mejorada con los trabajos contratados -locación de servicios o
de obra (cf. C.N.Civ., sala M, L. 45.917, del 28/3/90).

La entrega de un vehículo para su reparación en un taller mecánico, es un


contrato que causa una obligación de hacer persiguiéndose un resultado, y por lo
tanto puede ser calificado como un contrato de obra. Muchos problemas han surgido
por el deterioro o pérdida del vehículo mientras está bajo la guarda del titular del
taller, sea por incendio, roce con otras vehículos, etcétera; en estos supuestos el
tallerista es responsable frente al dueño por aplicación del deber secundario de
conducta de custodia de la cosa, o por aplicación analógica del contrato de depósito
(art. 2202 del Código Civil), como se ha resuelto (Lorenzetti, Ricardo Luis, Tratado
de los contratos, Rubinzal-Culzoni Edit., Buenos Aires, 2000, t. II, p.594; Iñiguez,
Marcelo Daniel, “Servicio de Reparación de Automotores” en Revista de Derecho
Privado y Comunitario 2005-2, Rubinzal-Culzoni Edit., Buenos Aires, 2005, p. 174;
Caivano, “La obligación de custodia en la locación de obra”, en La Ley, 2000-B, p.1;
C.N.Civ., esta sala L.532.672, del 24/8/09).

Considero en principio, que el aquí demandado, es único, exclusivo, excluyente y


absoluto responsable del incumplimiento contractual por locación de obra y servicios, así
como también por una relación en la que era guardián de la cosa (Arts. 1251, 1252, 1256,
1722, 1732, 1741, 1757, 1758 CC y concordantes, del Código Civil de la Nación).

En definitiva, esta parte pretende que la demanda tenga favorable acogida,


condenándose a la accionada a afrontar la reparación de los detrimentos patrimoniales y no
patrimoniales que se detallan a continuación y serán acreditados en la etapa procesal
oportuna a través de los múltiples medios probatorios solicitados infra.

VII. DAÑOS RESARCIBLES

De acuerdo a la carga que impone el art. 330 in fine del código procesal, señalo a V.S. que
conforme a la naturaleza del daño producido, se efectúa una mera estimación de los
montos indemnizatorios, los que en garantía de equidad y justicia procederá a fijar.

A. DAÑOS MATERIALES
El monto del vehículo de mi propiedad ascendía a la suma de $115.000 al momento en el
que fue ingresado al taller de reparación COTY.

De una analogía similar surge la responsabilidad en la que los garajes deben


hacerse cargo de los vehículos que pudieran sufrir un robo, ya que tanto ellos como los
talleres mecánicos, no pueden carecer de un seguro que cubra la compleja relación
contractual que surge, siendo la principal la locación de obra y servicios –la reparación del
vehículo- y de manera accesoria, la obligación de guarda y custodia.

En este sentido se han expresado: “(…) Adelanto que la crítica vertida por el
recurrente resulta infundada, toda vez que, el apelante parte de una concepción equivocada
al considerar que el robo a mano armada excluye totalmente la responsabilidad del
garagista por ser un supuesto de fuerza mayor. Esta falsa conclusión informa todo su
razonamiento sin tener en cuenta que, estos hechos se han vuelto habituales y dejado de ser
imprevisibles, más aún en nuestros días. Tal como ha sido reiteradamente sostenido por la
jurisprudencia del fuero, “…si bien el robo a mano armada constituye “prima facie” fuerza
mayor eximente de responsabilidad en los casos de depósito, no corresponde otorgarle tal
significación en el caso de una empresa comercial que explota el negocio del garage, la
cual en los tiempos que corren, debe prever que ilícitos como la sustracción de un rodado,
deben considerarse dentro del marco del riesgo en que tal actividad se desarrolla, atento la
posibilidad de que sucesos similares puedan acaecer…” (Sala B in re “González Osvaldo
c/Doncos SRL s/sumario” del 31/10/90, esta sala in re “Caja Nacional de Ahorro y Seguro
c/garage Melian s/sumario” del 12/2/90 y “San Cristóbal Sociedad Mutual de Seguros
Generales c/Gonzalez Medina Joaquín s/cobro de pesos” del 22/2/90).-

Se exige al dueño, un cuidado acorde con la magnitud del negocio explotado y con la
importancia de los bienes cuya guarda asume. Por tal consecuencia, la invocación de
fuerza mayor como causal de exención de responsabilidad resulta improcedente. (esta sala
in re “Omega Coop. de seguros c/Marine SA” del 11/8/86, idem “Coria Nidia c/Enrique
Mendez s/daños y perjuicios” del 12/02/90, “San Cristóbal Sociedad Mutual de Seguros
Generales c/González Medina Joaquín s/cobro de pesos del 22/2/90 entre muchos otros).
Aquellos que explotan comercialmente un garage, deben prever el riesgo de tal ilícito y
extremar los medios para desalentar y entorpecer la actuación de los ladrones. Sin
embargo, adviértase, que “… no corresponde exigir que la persona que se encuentra a
cargo del local trate de repeler el asalte con grave riesgo de su vida, sino que corresponde
tener presente de que el contrato de garaje constituye una manifestación del depósito
comercial, que trae como lógica consecuencia que sobre el guardador pesen directamente
los riesgos de su actividad comercial y profesional, la que realiza de manera onerosa…”
(Sala B, in re “Kofler Miguel c/David Escandarami y Hnos. s/ord”. del 26/2/90).”

B. DAÑO MORAL:
El daño o agravio moral, que tiene su sustento legal en el Art. 1741 y concordantes
del Código Civil, comprende la afectación de la esfera espiritual de quien ha sido víctima
de un hecho ilícito, entendiéndose por tal la modificación del equilibrio que la ley presume
que el sujeto tenía antes del infortunio; la sola violación a ese equilibrio, constituye daño
moral.
En el caso que nos ocupa, considero corresponde merituar a los efectos de evaluar
la adecuada indemnización, el desinterés con el que el demandado actúo frente a las
obligaciones que estaba expuesto, ignorando durante años los reclamos por los que debió
haber respondido e incluso ejerciendo su profesión sin tener en cuenta los requerimientos
de la ley a la hora de tener un seguro que lo cubra frente a siniestros que pudiese tener.
Resulta importante volver a destacar que a raíz del hecho dañoso, padece un temor
recurrente a que nuevamente vayan a actuar de manera tan desleal y deshonrosa para con
ella, actitud que le generó durante dos años un estado de impotencia en el cual nada podía
hacer y vio cómo su vehículo después de tanto esfuerzo para poder obtenerlo, fue sin más
sacado de su patrimonio y sin posibilidad de utilizarlo.
“EL DAÑO MORAL PERSIGUE COMO FINALIDAD INDEMNIZAR LOS
PADECIMIENTOS DE LA VICTIMA, LOS SUFRIMIENTOS, LAS ANGUSTIAS
DERIVADAS DE LA INCERTIDUMBRE SOBRE SU GRADO DE
RESTABLECIMIENTO, LA LESION A SUS AFECCIONES, EXTREMOS QUE
EVIDENCIAN EL CARACTER RESARCITORIO QUE SE LE ASIGNA A LA
INDEMNIZACION POR DAÑO MORAL.” (CNEsp. Civil y Com., Sala V, Alba de
Sainz, Marta c/ Allodi, Santiago s/ sumario, 08/09/83

Si bien es cierto que la determinación del daño moral debe quedar librada al
prudente arbitrio judicial, no menos cierto es que para fijarlo es necesario valorar la
enorme magnitud de los daños, padecimientos, dolores, molestias que he deberán soportar,
todo como consecuencia de la negligente conducta del demandado.- () (748.973) ()
Por lo expuesto, se reclama en el presente la suma de PESOS CIENTOVEINTE
MIL ($ 120.000) para la ACTORA, y/o lo que en más o en menos determine el elevado
criterio de V.S.,

VIII. LIQUIDACION:

Daño Material: $115.000


Daño Moral: $120.000
TOTAL: $ 225.000.-
TOTAL RECLAMADO: PESOS DOSCIENTOS VEINTICINCO MIL

De acuerdo a la liquidación que antecede, la presente demanda asciende a la suma


total de PESOS DOSCIENTOS VEINTICINCO MIL ($ 225.000.-) o lo que en más o
en menos resulte de la prueba a producirse en autos y/o criterio de V.S. en aquellos rubros
sujetos a estimación judicial debidamente reajustados a la fecha del fallo con los intereses
de ley y las costas del juicio.
Es aplicable al caso sub. – examine la jurisprudencia que sobre el punto indica:
“EN LOS JUICIOS DERIVADOS DE HECHOS ILÍCITOS, ES PERTINENTE LA
ELEVACIÓN DE LA CONDENA A UN MONTO QUE SOBREPASE LO
SOLICITADO EN LA DEMANDA, SI EN ELLA SE DEJÓ LIBRADO EL PEDIDO
A LO QUE EN MÁS O EN MENOS RESULTE DE LA PRUEBA A RENDIRSE…”
(C.N. Esp. C. y Com. Sala IV, “Mancuso, Roberto c/ Brújula Cía. Arg. De Seguros s/
Daños y Perjuicios”.)
Además resalto que: “…LA SALVEDAD FORMULADA EN LA DEMANDA DEJA
EN CLARO QUE EL ACTOR NO LIMITÓ SUS PRETENSIONES A LAS SUMAS
INDICADAS EN SU ESCRITO Y SU PLANTEO ES PROCESALMENTE
CORRECTO CUANDO UN DAÑO NO PUEDE DETERMINARSE EN SUS
JUSTOS ALCANCES SINO DESPUÉS DE PRODUCIDA LA PRUEBA,
PARTICULARMENTE LA PERICIAL JUDICIAL, ES RAZONABLE QUE EL
ACTOR DEJE LIBRADO SU RECLAMO AL RESULTADO DE DICHA PRUEBA,
EL QUE NO PRETENDE NI MÁS NI MENOS QUE LO JUSTO.” (C.S.J.N.,
“Hurevich c/ Hernandez, 30-XI-66, J.A., 1967-II, pág. 58).

IX.SOLICITA EMBARGO PREVENTIVO. RESERVA DE LAS


ACTUACIONES HASTA LA TRABA DEL EMBARGO QUE SE PIDE

De acuerdo a todas las fundamentaciones establecidas en la demanda (falta de una


cobertura de seguro que se responsabilice frente a un siniestro, siendo esta obligatoria
para el negocio que explota.., las innumerables veces en las cuales el demandado ha
ignorado los múltiples reclamos y mediaciones solicitando comprometerse con la Sra.
Guolo), solicito la embargo preventivo por las sumas liquidadas ut-supra, $ 225.000 (pesos
DOSCIETNOS VEINTICINCO MIL), más lo que VS presupueste para responder a
intereses, costos y costas, solicita se trabe embargo preventivo sobre los bienes muebles
registrables, siempre que el dominio del mismo figure a nombre del demandado.
a) vehículo marca FIAT modelo SPAZIO TRL dominio SNV-310
b) vehículo marca VOLKSWAGEN modelo BORA TDI dominio IKG-124
c) vehículo marca HONDA modelo CRV SI dominio BLZ-538

Hasta tanto no se acredite en autos la traba de la medida precautoria


solicitada, solicita la reserva de las presentes actuaciones.

X. MORA Y CÓMPUTO DE LOS INTERESES

Solicito que se haga lugar a la demanda de daños y perjuicios por la suma total solicitada, y
que resulta de la liquidación practicada en el acápite anterior, o lo que en más o en menos
resulte de la prueba producida o del elevado criterio de V.S., con más los intereses desde
que se configuró cada perjuicio objeto de reparación (CNCiv., en pleno, 16/12/1958,
Gómez, Esteban c/ Empresa Nacional de Transportes s/Daños y perjuicios; así como lo
establecido en el art. 1748 del Código Civil y Comercial de la Nación) y hasta el efectivo
pago, a la tasa que paga el Banco de la Provincia de Buenos Aires denominada BIP:
Existen reiterados pronunciamientos de nuestra Suprema Corte de Justicia de la
Provincia con relación a qué tasa de interés debe aplicarse en el cálculo de los intereses
moratorios.
Ahora bien es sabido en épocas inflacionarias, la aplicación de esta tasa, que es
inferior al costo de vida, resulta ser un muy buen negocio para los deudores, quienes se ven
beneficiados con su aplicación.
Esta realidad tangible debe ser aceptada y revertida por nuestros magistrados,
quienes no pueden mantenerse al margen, más aun existiendo herramientas legales y
constitucionales para respetar la aplicación de la doctrina legal de la Corte Suprema de
Justicia en esta Materia, pero al mismo tiempo resolver el dilema que aquí se plantea.
En esta inteligencia, que esta parte entiende, al igual que una gran mayoría de
juristas y doctrina, que los jueces deben encontrar el modo de dar respuestas a esta
problemática consistente en la disparidad entre la tasa de interés aplicada, el valor del
dinero en épocas inflacionarias y el consiguiente perjuicio ocasionado al acreedor, sin
contravenir la doctrina legal en materia de intereses de la suprema Corte de la Pcia de
Buenos Aires.
La respuesta está dada en la aplicación de una tasa pasiva de mayor rendimiento; es
decir, una tasa que sin vulnerar la doctrina legal, resulte ser más rentable para el acreedor y
que propicie el pago de parte del deudor.
Esa tasa existe, y es la que paga el Banco de la Provincia de Buenos Aires en sus
operaciones de plazo fijo a treinta días respecto de fondos captados en forma “digital” a
través del sistema Home Banking. Que se denomina Banca Internet Provincia o “Bip” en
su modalidad tradicional.
Al respecto la jurisprudencia reciente se ha manifestado de esta manera:
“… Nada impide seleccionar la tasa pasiva de mayor rendimiento ( como haría
cualquier depositante que cuide su dinero), es válido tomar aquella que paga el Banco de la
Provincia de Buenos Aires en sus operaciones de plazo fijo a treinta días respecto de
fondos captados en forma digital, es decir a través del sistema Home Banking de la
entidad que se denomina comercialmente Banca Internet Provincia o BIP, en su modalidad
tradicional (la que impide cancelar anticipadamente) Ese mayor precio del dinero obedece
sin lugar a dudas a una disminución del costo operativo por la forma de contratación. Y
judicialmente el deudor, no tiene porqué beneficiarse de un costo operativo que no
soporta.” “ (Cámara de apelaciones en lo Civil y Comercial de Junin, 4/11/2014 “Remy,
Juan Domingo C/ Viora, Orlando s/ Daños y perjuicios)

XI. PRUEBA
Ofrece la siguiente:
A. DOCUMENTAL:
Se acompaña la siguiente:
a) Copia DNI
b) Copia Causa Penal
c) Informe Nominal
d) Acta de Mediación
e) Boleto de compra-venta

Desde ya solicito la reserva de los originales en la Secretaría del Juzgado.

B. CONFESIONAL:
Se cite a los demandados y al representante legal de la citada en garantía a absolver
posiciones a tenor del pliego que se acompañará, bajo apercibimiento de ley y a reconocer
firmas y documentos.

C. INFORMATIVA: se libren los siguientes oficios a:


a. A la Unidad Funcional de Instrucción Nº 1, Departamento Judicial de Ituzaingo:
Para que informe si consta conforme a auto, una causa penal al respecto, y en su caso
remita copia certificada de la misma.
b. Al Registro Nacional de la Propiedad Automotor, para el supuesto de que el
demandado negara la titularidad del vehículo de la Sra. Guolo involucrado en el caso de
autos, a efectos que se informe sobre titularidad, nombre y domicilio.
c. Al Registro Nacional de la Propiedad Automotor, para que informe si el
demandado posee algún bien.
d. Al Registro de la Propiedad Inmueble de la Capital Federal, para que informe si el
demandado posee algún bien inmueble.
e. Al Registro de la Propiedad Inmueble de la Provincia de Buenos Aires, para que
informe si el demandado posee algún bien inmueble.

D. TESTIMONIAL:

1) Sr. Kisser Jorge Walter Daniel, con DNI: 30.513.922, domicilio en calle
Mitre 5343, localidad de San Martín, partido de San Martín, Prov. de
Buenos Aires. El testigo depondrá en calidad de vendedor del automotor.

2) Sr. Nepomocedo Federico Matias, con DNI: 36.086.023, domicilio en calle


Donizetti 247, partido Lomas de Zamora, Prov. de Buenos Aires. El testigo
depondrá en calidad de vendedor del automotor.

XII. BENEFICIO DE LITIGAR SIN GASTOS


Por cuerda separada, por carecer de recursos esta parte actora y con el fin de hacer
efectivo el derecho al acceso a la justicia, se inician los autos para peticionar la concesión
del beneficio de litigar sin gastos, conforme lo determinan los arts. 78 y concs. del
CPCCN.

XIII. AUTORIZA
Dejamos expresa constancia que se encuentran autorizados a consultar el expediente,
diligenciar cédulas, oficios, testimonios, practicar desgloses, etc. al doctor Claudio Alberto
Gómez tº107 fº415 C.P.A.C.F. y a los señores Diego Bombini, Diego Fabián Alanis y Alex
Nahuel Garippo indistintamente, con las correspondientes facultades de ley.

XIV. RESERVA DE CASO FEDERAL:


Para el caso de un fallo adverso a nuestros intereses, dejamos planteada desde ya, la
RESERVA DEL CASO FEDERAL, a fin de interponer el RECURSO
EXTRAORDINARIO previsto en el art. 14 de la Ley 48, por hallarse “prima facie”
conculcados los Arts. 17 y 18 de la Constitución Nacional.
XV. PETITORIO
Por todo lo expuesto, solicita a V.S.:
1) Me tenga por presentado, por parte, por validado el domicilio electrónico indicado, y por
constituido el domicilio procesal.
1) Tenga por ofrecida la prueba y oportunamente ordene su producción.
2) Se corra traslado de la presente demanda al accionado, por el término y bajo los
apercibimientos de ley.
3) Se reserven los originales en la caja fuerte del Juzgado, previa certificación de las
copias pertinentes.
4) Se tenga presente que se inicia con la presente demanda el Beneficio de Litigar sin
gastos, correspondiente a estas actuaciones.-
5) Se ordene el libramiento de los oficios requeridos a los fines de la producción de la
prueba informativa solicitada.-
6) Oportunamente se haga lugar a la acción instaurada en todas sus partes, condenándose
a los demandados y a la citada en garantía, en forma solidaria, el pago de lo reclamado
y/o lo que en más o en menos resultare de la prueba producida en autos y/o lo que
determine el criterio de V.S. en aquellos rubros sujetos a estimación judicial
debidamente reajustados a la fecha del fallo, con sus intereses y las costas del juicio,
procurándose el cabal cumplimiento del principio restitutio ad integrum
determinándose un mecanismo de repotenciación de los guarismos indemnizatorios
para el caso que los condenados no cumplieran en tiempo útil con su obligación.
7) Se tenga presente la autorización conferida.-
8) Se haga lugar a la petición del embargo preventivo del punto IX.
9) Se tenga presente la Reserva del Caso Federal.

PROVEER DE CONFORMIDAD,
SERÁ JUSTICIA

También podría gustarte