Archivo de Sermones de John MacArthur 6
Archivo de Sermones de John MacArthur 6
Archivo de Sermones de John MacArthur 6
MacArthur
John F. MacArthur
John MacArthur
Canyon County, CA
2022
Código: 43-76
John MacArthur
Abra su Biblia, si es tan amable, en el capítulo 14 de Juan. Quiero llevarlo a tres versículos
en Juan, capítulo 14. Juan, capítulo 14. Únicamente quiero que vea los versículos 24, 25 y
26. Ahora, usted sabe dónde estamos. Estamos en el aposento alto con nuestro Señor y
los once discípulos. Judas ya se fue para echar a andar el arresto de Jesús a la mitad de la
noche. Para llevar a Su crucifixión la mañana siguiente. Los once discípulos están con
nuestro Señor y esa noche increíble es cuando Él les da promesas masivas, inmensas, que
abarcan mucho. Esas promesas comienzan en el capítulo 14 y llegan hasta el capítulo 16. Y
son selladas en oración en el capítulo 17, conforme el Señor le pide al Padre que cumpla
todas Sus promesas.
Es una porción de las Escrituras sin paralelo. Ya hemos visto algunas de las promesas. La
promesa de un lugar en la casa del Padre, el cielo eterno, fue dada al principio del capítulo
14. La promesa de que el Señor vendrá y llevará a los Suyos para estar con Él en el lugar
que Él ha preparado para ellos. Después, mientras tanto, la promesa de que todos los
recursos del cielo están disponibles aquí y ahora. Lo único que tenemos que hacer, de
acuerdo con los versículos 12 al 14, es pedir. Y si pedimos de acuerdo con Su voluntad y en
Su nombre, Él proveerá.
Entonces, Él promete a Sus discípulos y a todos los que vendrán después de ellos, el cielo.
Que Él vendrá y los llevará allí. Pero, mientras tanto, todos los recursos del cielo están
disponibles mediante la oración. Y después, como vimos la última vez, Él promete que
aquí y ahora, a lo largo de nuestras vidas, y por toda la eternidad, disfrutaremos de la
presencia de la Trinidad. El Padre estará con nosotros, el Hijo estará con nosotros y el
Espíritu estará con nosotros, nuestro Señor dice. Y así es.
Nosotros somos cristianos que existen en la presencia misma de la Trinidad. Padre, Hijo y
Espíritu Santo. La Trinidad, el Dios trino es nuestra vida eterna. No es como si Él nos da
vida de manera independiente de sí mismo. La vida que Él nos da, la vida eterna que Él nos
da es Él mismo. Entonces, el cielo está por venir, y Él va a venir y nos llevará allí. Y
mientras tanto, todos los recursos del cielo están disponibles para nosotros. E inclusive de
manera aún más maravillosa que eso, Dios mismo, en Su realidad trina, vive en todo
creyente.
En los versículos 24 al 26, hay otra promesa sorprendente. “El que no me ama, no guarda
Mis palabras; y la palabra que habéis oído no es Mía, sino del Padre quien me envió. Os he
dicho estas cosas estando con vosotros. Mas el consolador, el Espíritu Santo, a quien el
Padre enviará en Mi nombre, Él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que Yo
os he dicho.”
El regalo más grande que Dios jamás le ha dado al mundo es la verdad -la revelación
Divina, la Verdad Divina. La verdad acerca de sí mismo, la verdad acerca de nosotros, la
verdad acerca del tiempo y la eternidad, la verdad acerca de la vida y la muerte, la verdad
acerca del origen y la consumación, la verdad acerca del juicio, la verdad acerca de la
salvación, la verdad acerca del cielo, la verdad acerca del infierno. Éste es el regalo más
grande que Dios jamás ha dado.
En un mundo de mentirosos, en un mundo de mentiras, en un mundo en donde el engaño
abunda, debido a que el mundo entero está bajo el maligno, quien es el archi engañador y
quien aplica su engaño mediante una masa de ángeles caídos identificados como
demonios y ha mantenido cautiva a la raza humana entera. En medio de todo el engaño
de Satanás, los demonios y los seres humanos engañados, en medio de la oscuridad de las
tinieblas del corazón ignorante de una persona no regenerada, Dios deposita la Verdad.
Es Dios. En Éxodo, capítulo 34, versículo 6: “Es Dios, Jehová Dios, quien abunda en
verdad.” De hecho, a tal grado que las varias ocasiones en las que en el Antiguo
Testamento Él es llamado el Dios de verdad lo confirma. Y nos dice en el Salmo 119,
versículos 142 y 151 que Su palabra es verdad.
El profeta Zacarías escribió que un día el Mesías vendrá. Y cuando Él venga, Él establecerá
su Reino en el mundo. Y cuando Su Reino venga, y Él establezca su trono en el mundo, el
cual está por venir, Jerusalén recibirá un nuevo nombre. Zacarías 8:3 dice que el nuevo
nombre de Jerusalén será la ciudad de la verdad. La ciudad de la verdad. Mientras tanto,
la Iglesia es columna y baluarte de la verdad.
En ese día, cuando nuestro Señor venga, y Jerusalén sea conocida como la ciudad de la
verdad, Zacarías también nos dice que toda la gente amará la verdad. ¿No será ese un
mundo diferente? Con un mundo entero amando la verdad. Debido a que Dios es
verdadero, Cristo es verdadero. Debido a que Cristo es verdadero, el Espíritu Santo es
verdadero. Jesús dijo en Juan 16:7: “os digo la verdad.” Él siempre lo hizo. Él dijo: “Yo soy
la verdad.” En Juan 17, Él le dijo al Padre: “Tu palabra es verdad.” Y aquí Él promete el
Espíritu Santo quien es el Espíritu de verdad. Yo no me disculpo cuando digo que el mundo
entero está inmerso en mentiras y engaño. Y únicamente la Biblia es la verdad. Es la
verdad.
A lo largo de Su ministerio, claro, que Jesús había sido la fuerte de la verdad. A lo largo de
Su ministerio, Él habló la verdad. Cada vez que Él habló, Él habló la verdad. E inclusive Sus
enemigos le dijeron, yo creo que, con sarcasmo, “sabemos que Tú siempre habla la
verdad.”
Pero no es que Él inventó esa verdad. De hecho, regresando al capítulo 7 de Juan, Él hace
una afirmación muy interesante, creo yo, en el versículo 17: “si alguno quiere hacer Su
voluntad, él conocerá la enseñanza, si es de Dios o si hablo por mí mismo. El que habla por
sí mismo busca su propia gloria; pero el que está buscando la gloria del que lo envió, él es
verdadero y no hay injusticia en él.” Él buscó la gloria de Su Padre.
Regrese al versículo 16. “Mi enseñanza no es Mía, Mi doctrina no es Mía, sino del que me
envió.” El Dios de verdad ha hablado mediante Su Hijo, quien es la verdad, quien ahora se
va y enviará al Espíritu de verdad, quien inspirará a los escritores bíblicos para escribir la
verdad, la cual estará contenida en la Palabra de Dios y será entregada a la Iglesia, la cual
se vuelve la columna y el baluarte de la verdad.
Ahora, todos sabemos que Jesús se va. Esta es la noche del jueves de la semana de la
pasión. Él ha estado diciendo que se va. De hecho, Él dijo en el último capítulo, cuando
comenzó la tarde, esa tarde de la Pascua del jueves por la noche: “hijitos,” versículo 33 del
capítulo 13, “estoy con ustedes un poco más. Me buscarán. Y como les dije a los judíos
antes, ahora les digo: a donde Yo voy, no podéis venir.” Y luego Pedro dice: “Señor,
¿adónde vas?” Jesús respondió en el versículo 36: “adonde Yo voy no me puedes seguir
ahora, pero me seguirás después.” Él se va y Él les dijo a dónde. Él dijo: “voy al Padre.” Voy
al Padre. Al final del versículo 2 en el capítulo 14: “voy al Padre. No me veréis más,” Él dice
en el versículo 19. “Voy al Padre.”
Esto crea un horror terrible en sus mentes. Jesús se va. Él ha sido su cielo en la tierra. Él ha
sido su esperanza. Él ha sido su recurso. Él ha provisto todos los recursos Divinos para
sustentarlos durante estos tres años. Él ha sido la presencia de Dios y Él ha sido la verdad.
Él ha sido la verdad a tal grado que Él inclusive ha hecho que el Antiguo Testamento cobre
vida. Ellos no entendían el Antiguo Testamento.
Le he dicho antes que no estaban seguros de lo que el Antiguo Testamento significó hasta
después de la resurrección de nuestro Señor. En el camino a Emaús, Él fue al Antiguo
Testamento, la ley y los profetas y los escritos sagrados, las tres secciones del Antiguo
Testamento y encontró todas las cosas acerca de sí mismo; y les enseñó su significado a
ellos.
Él hizo eso el mismo día que Él resucitó de los muertos. Una vez en la tarde y después, en
la noche, con los once juntos ahí en el mismo lugar. Él les enseñó el Antiguo Testamento.
Él fue su maestro de la verdad. Y después, inclusive después de Su ascensión, durante 40
días, Él les habla acerca de las cosas del Reino de los cielos. Él siempre había sido el
maestro de la verdad.
Miren, ellos habían vivido en un mundo de mentiras, como resto de la gente en el mundo.
El judaísmo estaba lleno de mentiras. Los líderes del judaísmo, los fariseos, los saduceos,
eran mentirosos. Eran parte del Reino de las tinieblas. Juan 8 presenta eso de manera
clara. Regrese por tan sólo un momento Juan 8. Esta es una porción vital de las Escrituras.
En el versículo 41, Jesús les dice a los líderes de Israel “ustedes están haciendo las obras
de su padre”. Ustedes están haciendo la obra de su padre.
Y después, en el versículo 41, al final, ellos dijeron: “nosotros un padre tenemos, que es
Dios.” Y, “Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais;
porque Yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de Mí mismo, sino que Él me
envió. ¿Por qué no entendéis Mi lenguaje? Porque no podéis escuchar Mi palabra.” Y aquí
está la condición humana universal: no pueden oír mi palabra. Versículo 44: “Vosotros sois
de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido
homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en
él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. Y a Mí,
porque digo la verdad, no me creéis.”
Después, versículo 47: “El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís
vosotros, porque no sois de Dios.” El mundo entero está bajo el maligno. El mundo entero
está engañado. No conocen la Verdad, no pueden oír la Verdad con comprensión y
entendimiento. Jesús está ahí para enseñar la Verdad.
Y aquí en los versículos que le leí, Él les dice: “les he estado hablando la verdad,” en el
versículo 25. “Estas cosas.” ¿Qué cosas? “La palabra que oísteis de Mí, que no es Mía, sino
del Padre que me envió. Estas cosas,” estas palabras, “les he hablado mientras que estaba
con ustedes.” Ahora me voy. “Pero el que ayuda, el Consolador, el Espíritu Santo a quien
el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas y traerá a vuestra memoria
todo lo que os he dicho. No carecemos de la verdad, no estaremos sin la verdad. Ustedes
no estarán sin consuelo, ustedes no estarán sin esperanza del cielo. Ustedes no estarán sin
la promesa de Mi regreso para llevarlos ahí. Ustedes no estarán sin recursos celestiales.
Ustedes no estarán sin la presencia de la Trinidad. Y ustedes no estarán sin la Verdad. Yo
no los dejaré sin esperanza. Yo no los dejaré sin consuelo. Yo no los dejaré sin recursos. Yo
no los dejaré sin ayuda o sin poder. Yo no los dejaré sin Mi presencia. Yo no los dejaré sin
la Verdad.
El Padre les dio la verdad y después, el Padre Me envió a ustedes para ser su maestro y
ahora regreso al Padre y les enviaremos al Espíritu Santo, el Espíritu de Verdad. De regreso
en el versículo 17, el Espíritu Santo es llamado el Espíritu de Verdad. En el capítulo 15,
versículo 26, Él es llamado el Espíritu de verdad. En el capítulo 16, versículo 13, Él es
llamado el Espíritu de verdad. Dios es verdad. Cristo es verdad. El Espíritu es verdad. Este
es un regalo increíble, maravilloso. Este es el regalo de todos los regalos, ¿no es cierto?
Digo, ¿dónde estamos si no conocemos la verdad? Estamos atrapados en el reino de
Satanás. Porque la única salida, el único escape es conocer la Verdad. Conoceréis la
verdad y la verdad ¿qué? Os hará libres. Libres de la búsqueda y libres del reino de las
tinieblas. Libres del engaño.
Bueno, usted dice, ¿acaso los hombres no pueden encontrar la verdad por sí mismos? No.
No, la Biblia dice que el mundo por su sabiduría no conoció a Dios. El mundo por su
sabiduría no conoció a Dios. Primera de Corintios 1:21. Tome a los más sabios y a los
mejores, a la élite y a las mentes más brillantes, las personas más brillantes. Y a nivel
singular, individual o colectivo ni siquiera en continuidad a lo largo de la historia, ellos no
pueden encontrar la verdad. ¿Por qué? Ellos están muertos en delitos y pecados, sus
mentes están oscurecidas, sus almas están en oscuridad con las tinieblas del reino de las
tinieblas. Ellos no pueden encontrar la verdad.
Pablo le dijo a Timoteo, en 2 Timoteo 3:7, ellos: “siempre están aprendiendo y nunca
pueden llegar al conocimiento de la verdad.” Ahora, no estoy diciendo que no pueden
conocer la verdad acerca de las matemáticas o la verdad acerca de las ciencias naturales o
la verdad acerca de la mecánica o algo así. Pero no pueden conocer la verdad acerca de su
vida espiritual.
Primera de Timoteo 2:4 dice: “Dios nuestro Salvador el cual quiere que todos los hombres
sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.” La única manera en la que usted
puede llegar al conocimiento de la verdad es ser salvo. Usted tiene que ser liberado del
reino de la ignorancia y las tinieblas y la oscuridad y la muerte. Y eso viene mediante la
cruz de Cristo, ¿no es cierto? La fe en Su muerte y resurrección, Su persona.
Todo lo que Jesús dijo fue de Dios. Todo lo que Jesús dijo sería entonces transmitido,
pasado al Espíritu Santo y mucho más. Oh, mucho más. Hubo cosas que Jesús dijo que los
discípulos no entendieron en absoluto. Por ejemplo, Juan 2:22 cuando Él fue resucitado de
los muertos, Sus discípulos recordaron que Él dijo esto; “y creyeron en la Escritura y la
palabra que Jesús había hablado.” Ellos tuvieron problemas para entenderlo a Él hasta
después de la resurrección, hasta después del camino a Emaús, hasta después de ese
primer día de la semana, cuando Él abrió la Biblia, abrió el Antiguo Testamento, la única
Biblia que tenían, y les explicó todas las cosas acerca de Él que estaban contenidas ahí. Y
después, cuando vino el Espíritu Santo, hubo obviamente una explosión de
entendimiento.
El capítulo 12 de Juan, versículo 16. “Estas cosas Sus discípulos no entendieron al
principio. Inclusive las cosas que Jesús dijo no entendieron. Pero cuando Jesús fue
glorificado, entonces se acordaron que estas cosas fueran escritas de Él y que le habían
hecho estas cosas a Él.” ¿Que motivó su memoria? ¿Qué les dio a ellos entendimiento? La
venida del Espíritu Santo. Fue la venida del Espíritu que los iluminó. Esa es la razón por la
que nuestro Señor dijo en el capítulo 16, versículo 7: es mejor que me vaya y el
Consolador vendrá. Y Él dijo en el versículo 12 del 16: “tengo muchas cosas que decirles,
pero no las pueden sobrellevar ahora. Hay mucho más de lo que puedo hacer por ustedes.
Va a ser mejor para ustedes cuando el Espíritu venga, porque Él les enseñará todas las
cosas.
Usted lo ve en el versículo 26. “Él les enseñará todas las cosas.” Hay cosas que les he
enseñado a ustedes que ustedes no comprenden. Algunas de ellas, comenzarán a
entender después de la resurrección. Algunas de ellas, comenzarán a entender después de
que resucite y les explique las cosas. Algunas de ellas, comenzarán a entender conforme
pasen los días”. Y hablamos del Reino y los 40 días antes de la ascensión. “Pero cuando
hablamos de conocer todas las cosas que he deseado revelarles, eso necesita la venida del
Espíritu Santo.”
Ahora, quizás no estén pensando acerca de esto en la manera en la que deberían estar
pensando acerca de esto. Porque Él no está hablando tanto de lo que el Espíritu Santo va a
hacer en ustedes, más bien está hablando de lo que el Espíritu Santo va a permitir que los
discípulos hagan por ustedes. ¿Qué quieres decir con eso? Digo, primordialmente esta es
una promesa de que el Espíritu Santo va a capacitar a los apóstoles y a sus asociados para
que escriban el Nuevo Testamento. ¿Muy bien? Para escribir el Nuevo Testamento. Y
después, el Señor nos dará todas las cosas que Él no ha podido decir, porque los discípulos
no tenían la capacidad de sobrellevarlas. En esto consiste esta promesa. En esto consiste.
Ahora, mire, voy a admitir algo: hay un ministerio de iluminación del Espíritu Santo por el
cual estoy profundamente agradecido y usted también. Y se nos presenta en las
Escrituras. Permítame mostrarle algo. Primera de Juan 2. Primera de Juan 2. Y esta es una
promesa, una afirmación del hecho dado a todos los creyentes. Hay creyentes
superficiales falsos, versículo 19. “Realmente no son de nosotros, porque salieron de
nosotros, pero vosotros,” refiriéndose a ustedes, creyentes verdaderos, “vosotros tenéis
una unción del Santo y todos conocéis. No les he escrito porque no conocéis la verdad,
sino porque la conocéis y porque ninguna mentira es de la verdad.”
¿Cómo es posible que conocemos la verdad? Tenemos una unción de Dios. ¿Qué quieres
decir con que una unción de Dios? Algo que ha descendido de Dios a nuestras vidas,
versículo 27. En cuanto a la unción que recibisteis de Él, permanece en vosotros. ¿Quién
es este? Éste es el Espíritu Santo. El que ha descendido del Santo para permanecer en
nosotros. No es ningún otro que el Espíritu Santo. Y es Su presencia, entonces, lo que
resulta en el hecho de que no necesitamos maestros humanos. Eso es lo que Él quiere
decir con eso. Pero tenemos una unción que os enseña todas las cosas. Es casi una cita
directa de Juan 14. “Él vendrá y les enseñará todas las cosas.”
Y después, en Primera de Juan, él dice que Él ha venido y les enseñará todas las cosas y es
verdadero y no una mentira, así como esa unción les enseñó. Permanecen en Él. Entonces,
es un Él, es una persona. No es ningún otro que el Espíritu Santo. Entonces sí, escuche sí,
es verdad que, como creyente en el Señor Jesucristo, usted es el templo del Espíritu Santo,
¿verdad? Hablamos de esto la última vez. Él mora en usted. Su cuerpo es el templo del
Espíritu de Dios. Su cuerpo en realidad contiene a la Trinidad. En una realidad espiritual,
presencia espiritual. Pero usted tiene un maestro residente de la verdad. Este es un regalo
que va más allá de todos los regalos.
Usted pregunta bueno, ¿qué es lo que el Espíritu está haciendo? ¿Enseñándome? Le voy a
decir lo que Él hace. Él hace exactamente lo que Jesús hizo. Él es otro ayudante. Él es, se
acuerda lo que le dije, que hay dos palabras, Heteros, otro, de un tipo diferente. Allos,
otro del mismo tipo. Versículo 16 aquí: “Yo pediré al Padre y Él os dará otro.” Allos,
exactamente el mismo tipo. ¿Y qué significa eso? Que así como Yo fui su Maestro, Él se va
a convertir en su maestro. ¿Cómo fue Jesús su maestro? Jesús les explicó el significado de
las Escrituras. ¿Cuántas veces Él regresó y tomó las Escrituras y explicó el significado de las
Escrituras? Y particularmente en el camino a Emaús en Lucas 24.
Vale la pena simplemente recordar Lucas 24 por un momento. Después de Su
resurrección, Él se encuentra con dos discípulos en el camino a Emaús y dice en el
versículo 27: “después comenzando con Moisés y siguiendo con todos los profetas, Él les
explicó todas las cosas en todas las Escrituras acerca de Él.” Él les explicó el significado de
las Escrituras. Él explicó cómo la escritura apunta a Cristo, apunta a sí mismo. Él hizo lo
mismo esa noche, versículo 44, cuando se reunió con todos ellos en ese lugar en donde
estaban reunidos la noche de Su resurrección. Él dice: “estas son Mis palabras que os
hablé mientras que todavía estaba con vosotros. Que todas las cosas que se escribieron
acerca de Mí y la ley de Moisés y los profetas y los Salmos deben ser cumplidas.”
Entonces, les abrió el entendimiento para que comprendiesen las Escrituras.
Permítame decirle algo: usted debe entender esto, que el ministerio del Espíritu en usted,
el ministerio de enseñanza del Espíritu, la unción en usted es enseñarle el significado de la
Biblia. El significado de las Escrituras. No tiene que ver con algún tipo de inspiración
esotérica extra bíblica o alguna revelación que sale del aire. El ministerio de unción del
Espíritu le enseña a usted todas las cosas y todas las cosas que Él le enseña a usted son
todas las cosas que Él ha revelado en las Escrituras. Él es el intérprete de las Escrituras
para el estudiante fiel. Éste es Su ministerio.
Y en particular, en particular se enfoca en Cristo. Capítulo 15, versículo 26: “cuando el
Consolador venga, a quien Yo os enviaré del Padre, esto es el Espíritu de verdad que
procede del Padre, Él dará testimonio de Mí, acerca de Mí”. Y después, en el 16, versículo
14: “Él me glorificará. Él tomará lo mío y os lo revelará. Todas las cosas que el Padre tiene
son Mías. Por lo tanto, dije que Él toma lo mío y Dios os lo revelará a ustedes. ¿Entiende
esta secuencia? La verdad del Padre es pasada al Hijo y después al Espíritu y después a los
apóstoles para que sea registrada en las Escrituras y después, a nosotros.
Entonces, el Espíritu de Dios residente en nosotros se convierte en el Intérprete, el
Iluminador. Esta es la razón por la que estudiamos las Escrituras. ¿Por qué otra razón? El
Espíritu Santo apunta a Cristo. Cristo es el objeto del ministerio del Espíritu, porque Cristo
es el tema de las Escrituras. Cuando nosotros predicamos a Cristo, así como Cristo predicó
a sí mismo a lo largo de todo el Antiguo Testamento; y conforme los apóstoles predicaron
a Cristo a lo largo de todo el Nuevo Testamento, nosotros estamos siguiendo la guía del
Espíritu Santo. Todas las cosas que Dios quiso revelar, Él las reveló en el Antiguo
Testamento. Hebreos 1. “Dios habló mediante los profetas.” Hebreos 1:1.
En 2 Pedro 1:21, hombres santos fueron “movidos por el Espíritu de Dios” y escribieron.
Ese es el Antiguo Testamento. Y de la misma manera en la que Dios le habló a los profetas
y a los hombres santos que escribieron el Antiguo Testamento, Él promete a Sus apóstoles
que Él enviará al Espíritu Santo para hacer lo mismo con estos apóstoles y los otros
asociados con ellos que escriben el Nuevo Testamento.
Entonces, sí, es verdad que hay una promesa general aquí para todos los creyentes de que
el Espíritu de Dios vendrá y será el maestro residente de la verdad. Porque, recuerde, Él
simplemente va a continuar con lo que Cristo estaba haciendo. Y Cristo fue el maestro de
la verdad. Pero, antes de que Él pueda iluminar la verdad para nosotros, Él tiene que
inspirar la verdad en los apóstoles y los otros escritores de la Biblia, ¿verdad?
Ahora, la gente pregunta si entonces toda palabra en las Escrituras es inspirada. Eso es lo
que dice por sí misma. Esta es la promesa de inspiración Divina. Ahora, simplemente vea
por un momento al versículo 26. “Él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo
que Yo os he dicho.” Yo no sé usted, pero yo apenas puedo acordarme de lo que alguien
me dijo ayer, ¿verdad? Y ni siquiera quiero hacer la pregunta ‘¿cuántos ustedes se
acuerdan de lo que les dije el domingo pasado?’ Por favor, no diga nada. No levante su
mano. No haga nada. Simplemente, es retórico. Esa es la razón por la que como
predicador no repito conversaciones que sucedieron 20 años atrás. No repito
conversaciones que pasaron hace 20 minutos atrás, porque no me acuerdo exactamente.
¿Cómo es posible que estos apóstoles y aquellos asociados con ellos, puedan escribir los
cuatro Evangelios con todo detalle y con toda palabra siendo correctos? Tan correctos que
usted puede tomar los cuatro Evangelios y unirlos. Traté de demostrar eso en el libro Una
Vida Perfecta, cómo se integran de manera perfecta. ¿Cómo pudieron hacer eso? ¿Cómo
pudieron recordar todo eso? ¿Cómo puede ser eso? ¿Cómo podía llegar a suceder eso?
Hay un incidente interesante que sucede en el capítulo 11 de Hechos y quizás no haya
pensado acerca de él en este contexto. Pedro comienza a hablar y el Espíritu Santo cayó
en aquellos, así como cayó en nosotros al principio. Pedro está hablando, el Espíritu Santo
viene. El siguiente versículo dice: “y yo me acordé de la palabra del Señor, de como Él solía
decir “Juan bautizó con agua, pero seréis bautizados por el Espíritu Santo.” ” De pronto,
de la nada, Pedro se acuerda de una afirmación que nuestro Señor hizo cuando el Espíritu
Santo cayó en ellos. Este es como un pequeño microcosmos de como ópera el Espíritu
Santo.
Es humanamente imposible reproducir Mateo, Marcos, Lucas, Juan. Inclusive registrar el
libro de los Hechos, tomar citas de Jesús de la nada, del aire, inclusive la que está en el
capítulo 20 del libro de los Hechos. “Más bienaventurado es dar que recibir,” lo cual no
está en los Evangelios. No pueden inventar la teología de las epístolas. No pueden
inventar las visiones del libro del Apocalipsis, es humanamente imposible reproducir
correctamente todas las palabras humanas. Todas las palabras divinas, todos los
incidentes, todas las conversaciones, todos los encuentros, todas las secuencias precisas.
Eso es imposible. Es más imposible porque ellos no lo entendieron en su totalidad.
Eran ignorantes, virtualmente hasta el final. Nunca habrían podido escribir el Nuevo
Testamento si hubieran dependido de sus memorias. El hecho de que alguien asuma eso
es una torpeza total. Simplemente, fueron como los escritores del Antiguo Testamento.
Fueron guiados por el Espíritu Santo. Toda palabra fue exhalada por Dios.
Entonces, lo que tenemos aquí primordialmente es una promesa de inspiración. Una
promesa de inspiración. ¿Por qué luchamos con eso? ¿Puede Dios emplear por igual a un
hombre para hacerlo que Él quiere? Claro que Él puede. Él puede hacer que un asno hable
y reprender la locura de un profeta. Si Él puede colocar palabras en la boca de un asno,
¿acaso Él no puede colocar palabras en la boca de un apóstol? Él usó una mano sin un
cuerpo y una mano sin una mente para escribir MENĒ, MENĒ, TEKĒL, UPHARSIN. ¿Acaso Él
no puede guiar una mente y una mano seria de un apóstol para que escriba Sus palabras?
¿Y que hay acerca de Caifás? Impío, lleno de amargura y odio, quien se entregó a la
crueldad de su propio corazón y nunca soñando que él estaba hablando palabras precisas
de Dios, clamó al concilio judío estas palabras, y cito: “ustedes no conocéis nada ni
consideran que es apropiado para nosotros que un hombre muera por toda la nación.” Fin
de la cita. Mmmm. Ese fue Caifás. Lo dijo en odio. Palabras llenas de veneno dirigidas en
contra de Cristo.
Y, sin embargo, Dios escribió toda palabra. Porque el siguiente versículo dice, Juan 11,
“esto dijo no de sí mismo.” Él profetizó que Jesús moriría para que él hiciera uno de los
hijos de Dios que estaban esparcidos. Caifás, el impío, habló palabras de Dios. Si Dios
puede escoger las palabras exactas de un enemigo impío y hacer que hable por Él, ¿acaso
Él no puede escoger las palabras por Su Espíritu Santo del santo?
Dios hace esto todo el tiempo. Simplemente, si piense acerca de la complejidad de la
creación. Piense acerca de la complejidad masiva, una complejidad incomprensible en la
cual Él emplea todo y lo une para cumplir Sus fines creativos.
Y después, vaya aún más allá, a la complejidad de la providencia, cómo Dios cumple el
desarrollo de todos Sus planes y propósitos mediante las concurrencias inesperadas de mil
millones de actos de la voluntad humana. Tanto inteligentes como ignorantes. Tanto los
que se someten como los que se rebelan.
¿Por qué no puede Dios enviar a Su Espíritu Santo a uno de Sus santos y hacer que él
escriba Sus palabras mismas? ¡Claro que puede! Adonde quiera que usted vaya en la
Biblia. Adonde quiera que usted va, existe esta uniformidad. Sea quien sea que está
tomando la pluma. Puede ser un pastor. Podría ser un rey. Podría ser un granjero. Podría
ser un profeta. Podría ser un escriba. Podría ser un pescador. Podría ser un sacerdote.
Podría ser un recaudador de impuestos. Pero usted sigue recibiendo el mismo mensaje.
Cientos de años pasan. Estas personas están aisladas la una de la otra, estos escritores.
Pero el mismo Dios está detrás de todo, porque los hombres son descritos de la misma
manera. Las naciones son descritas de la misma manera. La historia es descrita de la
misma manera. Son los mismos ángeles, el mismo pasado, el mismo presente, el mismo
futuro, el mismo cielo, el mismo infierno, el mismo juicio. Poeta, historiador, las planicies,
el desierto, los montes, la época del faraón o la época del César. El mismo Dios habla de la
misma ruina, el mismo pecado, la misma caída, la misma impotencia humana, los mismos
ángeles, la misma inocencia, la misma culpabilidad, la misma alabanza, la misma pureza, la
misma felicidad, la misma verdad, la misma misericordia, la misma justicia, la misma
gracia, la misma salvación.
La abundancia de humanidad que se encuentra en las Escrituras no habla en contra de la
inspiración; habla a favor de ella, que Dios es el autor. Esto es lo que afirman las
Escrituras. Fue Éxodo, lo conocemos. Moisés estaba aterrado por lo que él había sido
llamado a hacer. Y entonces le dijo al Señor en Éxodo 4:10: “por favor, Señor, nunca he
sido elocuente, ni recientemente, ni en el pasado.” En otras palabras, nunca he sido
elocuente y no estoy mejorando. “Ni desde que tú has hablado a tu siervo; porque yo soy
torpe de palabra y lento de lenguas.” Y me encanta esto. “El Señor le dijo ¿quién dio la
boca al hombre? Ahora ve y yo estaré con tu boca y te enseñaré lo que debes decir.” Así
funciona. Estaré con tu boca. No sólo tu mente, tu boca.
En Deuteronomio 18: “levantaré profeta entre vosotros como tú,” Él le dice a Moisés.
“Colocaré Mis palabras en su boca y él les hablará a ellos todo lo que Yo le mande.” Así es
como funciona. Yo colocaré Mis palabras en su boca. En el Nuevo Testamento, Mateo
5:18: “el cielo y la tierra pasarán, pero ni una jota ni una tilde pasará de esta palabra hasta
que todo se haya cumplido.” Hasta las letras mismas. Hasta las letras mismas. Juan 10:35.
Usted recuerda que “la Escritura no puede ser quebrantada”. Usted no puede romper un
eslabón. Usted no puede sacar un eslabón de la cadena. Segunda de Pedro 3:15 y 16.
Pedro llama a los escritos de Pablo, Escritura.
La promesa es esta: usted tiene en su mente, querido, la verdad. ¿Verdad? La verdad.
¿Qué está haciendo con ella? ¿Está usted estudiando para presentarse a Dios aprobado
como un obrero que no tiene de qué avergonzarse? ¿Está usted dejando que la palabra de
Cristo more, cómo, en abundancia en usted, lo cual informa su adoración? Esa es la razón
por la que ustedes se hablan entre ustedes mismos entre salmos, himnos y cánticos
espirituales y hacen canción en su corazón al Señor. Porque su alabanza está conectada
con su teología, lo cual es el resultado de su conocimiento de las Escrituras.
Esta es la promesa. Oremos. Padre, Te damos gracias por este regalo de Tu Palabra. Todos
estamos cautivados en cuán agradecidos estamos por Tu Verdad, porque es la Verdad que
nos salva, la Verdad que no santifica, la Verdad que nos consuela, la Verdad que nos
edifica, nos santifica. No sólo es la verdad escrita lo que amamos; es la verdad encarnada.
Amamos a Cristo. Oh Cristo, oh Señor Jesús, Hijo de Dios, ¡gracias por lo que has hecho
por nosotros! Padre, gracias por enviar al Hijo. Espíritu Santo, gracias por regenerar
nuestros corazones muertos para creer y ser justificados. Y qué privilegio tan
incomparable es tener una probada del cielo como esta. Haznos anhelar Tu presencia.
Bendice a toda vida aquí. Cumple Tu buena voluntad en todo corazón. Salva a aquellos
que aún no han venido a un conocimiento del Salvador y santifícanos a todos. Para Tu
gloria pedimos esto en el nombre del Salvador. Amén.
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Abra su Biblia en Juan, capítulo 14. No es un desafío porque las palabras son difíciles. No
es un desafío porque no podemos entender el texto. Es un desafío porque nos presenta el
misterio más inescrutable de todos los misterios divinos: la naturaleza de la Trinidad: Dios
Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo, tres en uno.
A lo largo de los años han habido, inclusive a lo largo de los siglos, esfuerzos llevados a
cabo por parte de predicadores y maestros de tratar de explicar la Trinidad con
ilustraciones. He leído a muchas de ellas, he oído a muchas de ellas; y he encontrado que
todas ellas son absolutamente inútiles, porque la Trinidad no puede ser ilustrada en nada
que está en el marco de nuestro mundo creado. Trasciende la creación. Trasciende el
entendimiento humano. Hay cosas inescrutables en las Escrituras. Hay misterios divinos
que nosotros nunca podremos comprender. Todos tienen que ver esencialmente con la
naturaleza de Dios, éste es el más desafiante de todos: que Dios es uno y al mismo
tiempo, tres personas distintas.
La mejor manera de entender la Trinidad en primer lugar es comenzar reconociendo que
nunca podrás entenderla de manera total. Podría ser que inclusive cuando estemos en
nuestra forma glorificada en el cielo, haya elementos de la naturaleza trinitaria de Dios
que no podremos entender en toda la eternidad, porque no podemos, después de todo,
ser Dios. Seremos seres humanos en una forma glorificada y perfeccionada.
Creo que, si usted comienza entendiendo que ciertamente en esta vida no entenderá la
totalidad de la Trinidad y después, pasa a entender no más ni menos que lo que la Biblia
dice acerca de la Trinidad, encontrará exactamente lo que Dios quiere que usted sepa.
Podemos entender la Trinidad al grado que las Escrituras nos la han declarado. Y esa es la
oportunidad que tenemos frente a nosotros en esta mañana.
Como creyentes, se nos ha prometido una herencia celestial. No somos cristianos
únicamente para esta vida. Aunque ésta sería la mejor manera de vivir esta vida. Pero
somos cristianos porque esperamos las promesas que Dios ha dado a aquellos que creen
en Su Hijo y que vienen a Él para salvación. Las promesas que básicamente están
reservadas en el cielo para nosotros.
Sabemos que todos vamos a vivir para siempre o en el infierno o en el cielo. Deseamos
vivir en el cielo. Ese es nuestro deseo, esa es nuestra esperanza, ese es nuestro anhelo. Y
esa es la promesa de Dios a nosotros. Pasar la eternidad en un lugar de paz y gozo en lugar
de un lugar de castigo y tristeza.
Dicho de manera simple, somos cristianos porque deseamos el cielo. Queremos escapar
del infierno. Pero como creyentes, nos aferramos fuertemente no sólo a la idea general
del cielo, sino a la realidad específica de lo que es el cielo. Es una promesa que es una
herencia para nosotros. Es una herencia. Somos coherederos con Cristo. Heredamos el
cielo. Y Pedro dice que es una promesa definida que no puede ser cancelada, anulada o
alterada. De hecho, la llama una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible,
reservada para nosotros. Esa es nuestra esperanza. Es una herencia que va mucho más
allá de la comprensión.
“Cosas que ojo no ha visto ni oído a oído,” esto significa que no podemos entender las de
manera empírica. No podemos entender las experimentalmente. No podemos entenderla
científicamente, “ni han entrado en corazón de hombre”. No podemos entenderlo en
términos intuitivos. No podemos, en cierta manera, sentir. No podemos encontrarla a
través de nuestros sentimientos o encontrarla de una manera mística. Va más allá de la
comprensión. No obstante, aunque van más allá de la comprensión Pablo oró porque los
ojos de nuestras mentes, los ojos de nuestro entendimiento fueron iluminados para que
pudiéramos entender algo de su gloria.
Entonces, llegamos a las Escrituras con Efesios 1:18 en mente diciendo: “Señor, por lo
menos danos algo de entendimiento de esta herencia que tienes para nosotros”. Y eso es
lo que vamos a ver en el texto que tenemos frente a nosotros. Pero quiero resumirlo y
después, llevarlo al texto.
Cuando la mayoría de la gente piensa en el cielo, inclusive la gente cristiana, piensa en un
lugar. Y es un lugar. Es un lugar definido y descrito en términos de su naturaleza, sus
componentes e inclusive, sus dimensiones. En el libro de Apocalipsis, es un lugar. La
mayoría de la gente cuando piensa en el cielo piensa en el cielo como un lugar en donde
ciertas actividades se llevan a cabo. Y eso es verdad. Alrededor del trono de Dios en el
cielo habrá actividades.
Una de ellas, obviamente, será la alabanza y la adoración. Eso se llevará a cabo todo el
tiempo. En el cielo también habrá otras actividades. Serviremos al Señor en el cielo.
Serviremos a lo largo de la eternidad en maneras que son inimaginables para nosotros.
Entonces, es verdad, el cielo es un lugar. Y el cielo es un lugar en donde habrá actividad.
Pero si eso es lo único en lo que usted piensa acerca del cielo, entonces usted no entiende
el acontecimiento primordial. Usted no entiende lo más importante. El cielo es
primordialmente una relación cumplida. Cuando usted piensa en el cielo, quiero que
piense en el cielo de esa manera. Es la presencia completa del Dios trino. La presencia
completa gloriosa del Padre, Hijo y Espíritu Santo. Estaremos en la relación completa total,
trascendente con la Trinidad. Esto definirá nuestra existencia.
Entonces, primordialmente, escuche: el cielo es una relación. Es una relación. Es comunión
al nivel más puro y alto. Eso es lo que el cielo es. Toda nuestra alabanza es respuesta a la
adoración. Todo nuestro servicio es en vista a la relación. Alabamos debido a esa relación.
Servimos debido a esa relación. La realidad dominante es la relación. Tendremos una
relación con Dios que es absolutamente perfecta y completa, tan plena y completa como
es posible en un ser humano eternamente perfeccionado. Esto es lo que el cielo es. Es una
relación llevada a su cumplimiento absoluto y perfecto. Es definida como paz y gozo
porque eso es extraído de esa relación. Eso es lo que su herencia es. Dicho de manera
simple, el cielo es la presencia del Dios trino. Su herencia de Dios. Su herencia es el Hijo.
Su herencia es el Espíritu Santo. El Dios trino es su herencia.
Ahora, ¿por qué estoy enfatizando esto? Porque en el texto frente a nosotros en Juan 14,
nuestro Señor promete concedernos a nosotros una probada, un adelanto de esta
presencia en su totalidad. Un adelanto de esta presencia completa. Nosotros ahora como
creyentes, poseemos un enganche de la presencia completa de la Trinidad que
experimentaremos en el cielo.
Ahora, de nuevo, no puedo ir más allá de decir eso, porque no podemos comprender
cómo eso será. Pero esto es lo que sabemos: nosotros, en la forma actual en la que
estamos, en esta forma actual, no somos aptos para ese tipo de relación completa.
Necesitamos un cuerpo diferente porque éste no puede funcionar en la eternidad. Este es
un cuerpo que está muriéndose. Desde el momento en el que usted nace, usted comienza
a morir. Sólo es cuestión de cuándo es que usted morirá. La vida realmente es muerte.
Simplemente, es un movimiento constante e inevitable hacia dejar este mundo. Estos son
cuerpos que mueren y a lo largo del proceso, enfrentan aflicción y enfermedades y
heridas e ineptitudes y discapacidades, etc., etc. Luchamos no sólo con la parte física de
nuestros cuerpos, sino también con la parte mental. Tenemos límites en nuestro
entendimiento, nuestra capacidad. Luchamos emocionalmente. Luchamos en términos de
pecado y tentación.
Entonces, no sólo necesitamos un exterior diferente. Necesitamos un interior diferente. Si
vamos a estar en la presencia completa, trinitaria de Dios para siempre, en justicia, gozo y
paz perfectos, tenemos que cambiar este por otro. Esa es la promesa de las Escrituras.
Que cuando un creyente muere, hay una transformación completa que el Espíritu del
creyente entra al cielo; y un día, habrá una resurrección de un cuerpo nuevo y glorificado
como el cuerpo de resurrección de Cristo para unirse a ese Espíritu y convertirse en ese
ser eterno para disfrutar de la presencia completa del Dios trino.
Entonces, cuando usted piense en el cielo, piense en una relación. Una relación perfecta,
completa con el Padre, relación perfecta, completa con el Hijo. Una relación perfecta
completa con el Espíritu Santo. Ahora, todo esto para decir esto: en el texto frente a
nosotros, en el texto frente a usted, nuestro Señor le promete dar a Sus discípulos,
incluyéndonos a nosotros, un adelanto de esta presencia completa. Un enganche, una
probada, por así decirlo, de la comunión celestial eterna con Dios.
Y nos la da aquí y ahora. Aquí y ahora. De tal manera que, como creyente, en este
momento, usted está en comunión completa al grado que es posible, en la forma en la
que nosotros estamos, usted está en comunión completa, personal con la Trinidad. Yo no
sé si usted piensa acerca de su vida cristiana de esa manera, pero eso es una realidad. Y no
sentimos que Él está lejos de nosotros, sino que Él está cerca. Somos llamados a llamarlo a
Él, a invocarlo a Él.
Funciona de esta manera con el Hijo. Usted tiene amor por Cristo. Usted está siendo
conformado a la imagen de Cristo. Es una manera de definir a un cristiano como alguien
que tiene una relación personal con Jesucristo. ¿Acaso no usamos ese lenguaje? Hablamos
así porque hay una comunión de vida real con Cristo.
El apóstol Pablo habla de estar en Cristo y de Cristo estando en nosotros. Y claro que
usted reconoce que el Espíritu Santo vive en usted, ¿verdad? Usted es el templo del
Espíritu de Dios, usted es la casa misma en donde mora el Espíritu Santo y usted puede ser
guiado por el Espíritu. Y es guiado por el Espíritu y llenado por el Espíritu y capacitado por
el Espíritu y dotado por el Espíritu y enseñado por el Espíritu e iluminado por el Espíritu.
Entonces, dicho de manera simple, obviamente usted ya es un ciudadano del cielo porque
usted ya tiene comunión con el Dios trino. Y usted está en comunión constante con el
Padre cuya vida usted comparte; con el Hijo, cuya vida usted comparte; con el Espíritu,
quien ustedes como cristiano. Este es un adelanto de la totalidad de esa comunión que
usted disfrutará en el cielo.
Ahora, todo eso se presenta en el texto que está ante nosotros en Juan, capítulo 14.
Permítame comenzar en el versículo 15. Juan 14:15 y voy a leer hasta el versículo 24: “Si
me amáis, guardad Mis mandamientos. Y Yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador,
para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede
recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con
vosotros, y estará en vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. Todavía un
poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque Yo vivo, vosotros
también viviréis. En aquel día vosotros conoceréis que Yo estoy en Mi Padre, y vosotros en
Mí, y Yo en vosotros. El que tiene Mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama;
y el que me ama, será amado por Mi Padre, y Yo le amaré, y me manifestaré a Él. Le dijo
Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo?
Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, Mi palabra guardará; y Mi Padre le amará, y
vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda Mis palabras; y la
palabra que habéis oído no es Mía, sino del Padre que me envió.”
Ahora, no hay palabras difíciles en español aquí. Esta es una porción de las Escrituras tan
profunda como la que jamás usted ha leído antes. Porque lo lleva a los elementos
imposibles de comprender, complejos, de la vida trinitaria. Yo estoy en el Padre. El Padre
está en Mí. Enviaré al Espíritu Santo. Vendré a ustedes. El Padre vendrá. Vendremos y
haremos nuestra morada. Sólo quiero darle una especie de panorama. En primer lugar,
enviaré al Espíritu Santo, dice Jesús. Después, Yo vendré a vosotros. Después, vendrá el
Padre a vosotros. Resumido: al final del versículo 23, “vendremos.” Nosotros vendremos.
Este texto increíble presenta la realidad que nuestro Señor prometió, presencia trinitaria a
Sus discípulos: de que son el templo de Dios, de que son el lugar de morada, de habitación
del Hijo y que son el santuario del Espíritu Santo. Todo al mismo tiempo. Y todo eso se
desarrollará. Ahora, va a tomar algo de esfuerzo desarrollar eso, explicarlo. Y no voy a
tratar de hacerlo en esta mañana, pero comenzaremos.
Ahora, mantenga en mente que nuestro Señor se está dirigiendo a Sus discípulos el día
jueves a la noche de la semana de la pasión. Y saben que va a morir. Él les ha dicho que Él
será arrestado, será golpeado, maltratado. Él va a ser juzgado, Él va a ser crucificado. Él
resucitará y después, Él irá al cielo, regresará al Padre. Ellos están teniendo problemas con
esto, mucho problema. De hecho, el capítulo 14 comienza con esto: “dejen de permitir
que sus corazones estén turbados.” Dejen de permitir que sus corazones estén turbados.
Voy a enfrentar los problemas que ustedes están sintiendo. Estaban atemorizados,
estaban aterrados, estaban ansiosos. Estaban dudando, porque Jesús era todo para ellos.
Era absolutamente todo para ellos. Todo nivel de sus vidas vino a través de Él. Él era todo.
Toda su dependencia estaba en Él para absolutamente todo. Y ahora, Él se va y están
llenos de temor y ansiedad y terror.
Y entonces, ese jueves por la noche, Él les desempaca, la noche misma en la que Él fue
traicionado. Judas ya se fue. Él se fue, como vimos en el capítulo 13. Judas se fue para
comenzar el proceso del arresto de Jesús. Más tarde, a la mitad de la noche. Y todo se
lleva a cabo más tarde en la oscuridad de esa noche. Después, en la mañana, los juicios
falsos se convocan. Y ya para el próximo domingo, ya para el siguiente día, el viernes, Él
está en la cruz.
Y entonces, este es el fin. Ellos saben que esto está sucediendo porque Él les sigue
diciendo. Él tiene que abrazarlos. Él tiene que fortalecerlos para lo que ellos están a punto
de enfrentar. Como consecuencia, Él pasa esa noche explicando estas promesas. Él
comenzó en el capítulo 13 hablando del amor - tan, tan importante. En el capítulo 14, Él
dijo que Pedro lo negaría y despidió a Judas para que Judas lo traicionara. Esas cosas
pasaron. Los discípulos fueron amados; los discípulos estaban turbados.
Y ahora, en el 14 comienzan las promesas. Y la primera que quiero que vean es la que
acabamos de leer comenzando en el versículo 15. Él ya les ha prometido que ellos harán
obras más grandes de las que Él hizo. Más grandes en extensión, no mayores en tipo. Él ya
les prometió que Él respondería sus oraciones y les proveería todo lo que necesitaran si
fuera en Su nombre, y para Su gloria y para Su propósito. Él hizo promesas acerca del
hecho de que iban a continuar trabajando e iban a continuar teniendo la capacidad de
tener acceso a la provisión que Él tiene en el cielo para proveer para ese ministerio.
Pero ahora llega la promesa personal definitiva. Realmente, es una sorprendente. Pero
antes de que entremos a la promesa en el versículo 16, hay una aclaración en el versículo
15. Obsérvela: “si me amáis, guardad Mis mandamientos.”
Ahora, eso responde a la pregunta: ¿porque está eso aquí? Está aquí porque define para
quién son estas promesas. ¿A quién es que Él hace promesas así? Promesas que “harán
obras más grandes que éstas que Yo hago porque Yo voy al Padre,” promete que “todo lo
que pidáis en Mi nombre, lo haré”. Promesas que Él ha hecho en el pasaje anterior.
Promesas de que la Trinidad va a venir y establecer residencia. ¿A quién es que Él les hace
esas promesas? Respuesta: “a aquellos que me aman y guardan Mis mandamientos.”
Esa es la definición prevaleciente juanina de un cristiano. Verán estos en los capítulos de
Juan por todos lados. Por ejemplo, si usted pasa al versículo 21: “el que tiene Mis
mandamientos y los guarda, ése es el que me ama.” O podría ver el versículo 23: “el que
me ama Mi Palabra guardará.” Y después, en el versículo 24: “el que no me ama, no
guarda Mis palabras.”
Muy bien, entonces digámoslo de manera simple. ¿Cómo puede usted distinguir a un
cristiano verdadero? Un cristiano verdadero ama y obedece. Resumiéndolo: un cristiano
verdadero ama y obedece. No tiene que ver con una profesión. “Muchos me dirán a Mí:
Señor, Señor hice esto, hice aquello, hice lo otro. Yo les diré apartados de Mí, nunca os
conocí.” ¿Cómo es que usted conoce a un cristiano verdadero? Un cristiano verdadero
ama al Señor y como consecuencia, lo obedece. El amor es el motivo y la obediencia es la
acción. Esta es la verdad constante que prevalece.
Vaya al capítulo 15. Juan hace otra afirmación que esencialmente dice lo mismo. Juan
15:10: “si guardaréis mis mandamientos permanecerán en Mi amor, así como Yo he
guardado los mandamientos de Mi Padre y permanezco en su amor.” ¿Cómo es que usted
sabe que Jesús amó al Padre? ¿Cómo sabe que Jesús amó al Padre? Porque Él ¿qué?
Obedeció al Padre. Ése es el modelo, ése es el patrón. Ése es el modelo.
En el capítulo 15 Él dice: “ya no os llamaré esclavos, siervos, porque el esclavo,” versículo
15, “no sabe lo que su amo está haciendo, pero os he llamado amigos porque todas las
cosas que he oído de Mi Padre, os las he dado a conocer.” Este es Jesús hablando de Su
obediencia al Padre. Les he mostrado Mi obediencia al Padre. Esa es la prueba verdadera
del amor.
¿Qué tan seria fue? Versículo 13: “ninguno tiene mayor amor que éste: que uno ponga su
vida por sus amigos.” Él es el modelo de amor. Él amó al Padre lo suficiente como para
hacer la voluntad del Padre, aun cuando significó poner Su vida.
Entonces, una relación con Dios básicamente se manifiesta a sí misma en base al amor
demostrada en la obediencia. Usted encuentra que se hace el mismo énfasis en el capítulo
17, versículo 6. “He manifestado Tu nombre a los hombres que del mundo me diste; Tuyos
eran, y me los diste, y han guardado Tu Palabra.” Han guardado Tu Palabra. Este siempre
va a ser el estándar de Juan para manifestar salvación verdadera.
Observe Primera de Juan por un momento y le voy a mostrar un par de paralelos ahí. De
nuevo, el mismo apóstol Juan está escribiendo. Este es un énfasis que el Espíritu Santo
quiso que él hiciera. Versículo 3; Primera de Juan 2:3. “Por esto sabemos que lo
conocemos.” ¿Cómo sabe que usted lo conoce? ¿Cómo sabe usted que conoce al Padre, a
Jesucristo, el justo? “Si guardamos Sus mandamientos”. El que dice: “yo le conozco y no
guarda Sus mandamientos, es mentiroso y la verdad no está en él. Pero el que guarda Su
palabra, en él el amor de Dios ha sido verdaderamente perfeccionado. Por esto sabemos
que estamos en Él. De nuevo, es amor y obediencia. Siempre es amor y obediencia.
Juan enfatiza este punto de nuevo una, y otra, y otra vez; en el capítulo 4 no es diferente.
Juan habla del mismo tema en el capítulo 4, versículo 19. “Nosotros le amamos a Él
porque Él nos amó primero.” Si alguien dice: “yo amo a Dios y aborrece a su hermano, él
es mentiroso.” Entonces, si usted dice que ama a Dios y no obedece Sus mandamientos,
es un mentiroso. Si usted dice que ama a Dios y aborrece a su hermano, es un mentiroso,
porque aborrecer a su hermano es una violación del segundo mandamiento. “Amarás a tu
prójimo como a ti mismo.” Siempre es el énfasis que Juan presenta.
Toda persona que ama a Dios, obedece. Y la obediencia comienza con obedecer el primer
mandamiento: “amarás al Señor tu Dios.” Y después, el segundo, a tu prójimo como a ti
mismo, capítulo 5 de Primera de Juan. Por esto sabemos que amamos a los hijos de Dios,
cuando amamos a Dios y guardamos Sus mandamientos. Porque este es el amor a Dios,
que guardamos Sus mandamientos. Y Sus mandamientos no son gravosos.
Entonces, ¿cómo definimos a un cristiano? Amor y obediencia. Una obediencia pronta,
una obediencia gozosa, una obediencia feliz. Una obediencia agradecida. Esa es una
característica de un creyente. “Si permaneciereis en Mi palabra,” Jesús dijo en Juan 8:31,
“seréis verdaderamente Mis discípulos.” Son lo verdadero.
¿Y sabe una cosa? Cuando vemos a la gente, vemos sus acciones y tratamos de interpretar
sus corazones. Vemos las acciones de las personas y tratamos de entender su corazón
porque eso es lo único que podemos hacer. Pero, eso es engañoso. Porque la gente puede
ejecutar la acción sin el corazón. Dios no ve a la gente de esa manera. Él vea al corazón e
interpreta la acción. Nosotros vemos la acción e interpretamos el corazón. Dios ve el
corazón e interpreta la acción. ¿Y qué es lo que Dios está buscando? No sólo obediencia,
sino obediencia motivada por amor a Él. Amor a Él. Amor a Él que trasciende, el amor
hacia Él. El amor de un verdadero adorador.
Esto se presentó con claridad. Esto lo entendió claramente Pedro, en Juan 21, cuando
Pedro decidió que él iba a dejar su llamado e iba a regresar a pescar. Jesús se apareció en
Galilea, usted recordará, y le preguntó a Pedro: “¿me amas? Si me amas, alimenta a Mis
ovejas. ¿Me amas? Alimenta a Mis ovejas. ¿Me amas?” Tercera vez, “alimenta a mis
ovejas”. En otras palabras, no me hables del amor sentimental. No me hables de algún
tipo de sentimiento espiritual superficial o alguna emoción. Si me amas, haz lo que te
llamé a hacer. Haz lo que te llamé a hacer. Haz lo que te llamé que hicieras.
El amor y la obediencia siempre son la realidad que definen a los creyentes verdaderos. Y
ése es el punto inicial. Ése es el punto inicial. Entonces, de regreso a Juan 14, y en Juan 14,
nuestro Señor nos recuerda que son aquellos que lo aman y obedecen Sus mandamientos;
y Él nos recuerda tres veces: una vez en el versículo 15, una segunda vez en el versículo 21
y de nuevo en el versículo 23 y después, lo invierte en el versículo 24. Realmente, cuatro
veces es que Él hace referencia a esta idea.
La promesa que Él ahora va a dar de la presencia trinitaria como una especie de adelanto
del cielo, es para aquellos que son creyentes verdaderos, que lo manifiestan debido a su
amor y obediencia. Amor y obediencia. Ellos son los verdaderos amantes del Señor
Jesucristo. Y, por cierto, 1 Corintios 16:22 dice: “si alguno no ama al Señor Jesucristo, sea
anatema, sea condenado.” Si ama a Cristo, se manifestará en su obediencia.
Muy bien, entonces esto nos está dando a los destinatarios de esta promesa. Y no sólo
esta promesa, sino del resto de las promesas en el capítulo 14; 15; 16.
Desempaquémoslas, entonces. En primer lugar, la presencia del Espíritu Santo. Después,
la presencia del Hijo y después, la presencia del Espíritu es prometida al creyente
verdadero. Comencemos con la presencia del Espíritu Santo en el versículo 16.
Muy bien, ahora están en pánico porque Él se va. Él dice: “Yo rogaré al Padre.” Y de nuevo,
la Trinidad entera está involucrada en esto a todo nivel. “Yo rogaré al Padre,” ahí está el
Hijo y el Padre. “Y os dará otro Consolador.” Ése es el Espíritu Santo. Usted tiene a la
Trinidad en ese versículo. Yo el Hijo, el Padre, el Padre. El consolador, el Espíritu. Y “Yo
rogaré al Padre y os dará otro Consolador.” Otro ayudante para que esté con vosotros
para siempre.
Ahora escuche, le dije que el cielo va a ser primordialmente una relación. Y le dije eso, así
es la vida cristiana. No es primordialmente actividad. Es primordialmente una relación de
amor que resulta en conducta obediente. Pero en la médula, en la esencia, en el núcleo,
es una relación. Entonces, lo que nuestro Señor dice ahora es: “no es que les voy a dar
más instrucciones, no es que les voy a dar más deberes, no es que les voy a dar más
responsabilidades. Voy a pedirle al Padre y Él les va a dar al Ayudante para que tengan al
poder residente interno de Dios para hacer lo que os sea mandado”. Es personal. “Os
daré,” personal, individual, de relación. “Os daré al Consolador. Voy a pedirle al Padre.”
Por cierto, en Lucas 11:13, Jesús les dijo a Sus discípulos, “si le piden al Padre, les va dar el
Espíritu Santo”. Bueno, Jesús no esperó que ellos pidieran. Él intercedió. Él es el Intercesor
y Él pidió, “Yo rogaré al Padre y os dará al Consolador,” al que ayuda. Ahora, esta es una
palabra muy general. Es la palabra Paraclete. En el griego es Paraklētos. Klētos es una
forma verbal de un verbo kaleō que significa llamar, pará significa al lado, como paralelo.
Llamar a alguien al lado. Eso es lo que significa la palabra. Alguien llamado al lado. Es muy,
muy general.
Llamado al lado para ¿qué? Para cualquier cosa y toda cosa que usted necesite. Podría ser
un intercesor, podría ser un consolador, podría ser un abogado, podría ser un alentador,
podría ser un maestro, podría ser alguien para advertirle, alguien llamado al lado. Alguien
con más sabiduría, alguien con más verdad, alguien con más poder, alguien con más
experiencia, alguien con más conocimiento del que usted tiene. No alguien menor a
ustedes, sino alguien infinitamente mayor a ustedes a todo nivel de capacidad. Ese es el
Consolador.
Sé que muchas Biblia dicen el Consolador, pero esa es una especie de entendimiento
estrecho de lo que es la función del Espíritu Santo. Ciertamente, está eso. Ciertamente, Él
está ahí para consolar y Él hace eso. Pero más allá de eso, para ayudar a todo nivel en
donde necesitemos ayuda.
Ahora observe esto, “y Yo rogaré al Padre y os dará otro”. En el idioma griego, hay dos
palabras para otro. En español, sólo hay una. Si yo digo otro algo, no le dice nada acerca
de eso. Simplemente, es otro algo del que usted tiene en mente. No, es otra persona. No,
es otro acontecimiento, o lo que sea. Usted no tiene nada en la palabra otro que le diga
algo.
Ese no es el caso en el griego. En el griego hay una palabra heteros. Heteros significa otro,
pero significa otro de un tipo diferente de la cual obtenemos la palabra heterodoxo o
heterogéneo. Significa diferente, otro de un tipo diferente.
Por ejemplo, otro Jesús es heteros Iēsous. En Gálatas 1: “si alguno predica are otro Jesús
sea anatema.” Entonces, esa palabra significa otro de un tipo diferente. Después, tiene la
palabra állos. Állos es usada aquí y significa otro exactamente del mismo tipo; y Jesús usa
eso: “les daré otro állos Paraklētos.” Les daré otro exactamente como Yo, lo cual significa
que les voy a enviar a un Ayudante, alguien que los ayude exactamente como el Ayudante
que Yo he sido. Y eso define para usted el ministerio del Espíritu Santo.
Lo único que tiene que hacer es ver el ministerio de Jesús. ¿Qué es lo que Él hizo por
ellos? Él hizo todo por ellos. Él respondió toda pregunta que jamás tuvieron. Él proveyó
todo lo que necesitaron. Él suplió toda su protección, toda su provisión, toda su
instrucción, toda su sabiduría, todo su conocimiento. Todo vino de Él. Él interpretó todas
sus experiencias. Él no sólo les dijo el significado de lo que había sucedido y que estaba
pasando. Él les explicó lo que estaba por venir y lo que iba a suceder. Él les explicó la
importancia de la revelación divina en el pasado. Y Él hizo todo.
Él fue absolutamente todo para ellos, y Él les dice: “Yo me voy, pero les voy a dar a alguien
que les ayude, Paraklētos, exactamente como Yo. Y aquí están las buenas noticias: Él viene
y Él va a estar con ustedes para siempre. Él no va a estar con ustedes durante tres años
como Yo he estado. Él va a estar con ustedes para siempre. Estará con ustedes a lo largo
de su vida entera aquí y a lo largo de su vida entera en el cielo. Él estará con ustedes.”
Esta es la razón por la que en el capítulo 16, versículo 7, dijo: “os digo la verdad, es para
vuestro bien que Yo me vaya. Porque si no me fuere, el Consolador no vendría. Pero si Yo
me voy, lo enviaré. Yo podría estar en otra ciudad, Yo podría estar en otro edificio, Yo en
podría estar ahí por el camino y no aquí; pero voy a enviar a alguien. Y aquí me voy,
después de tres años. Les voy a enviar a alguien exactamente como Yo, escuchen, quien
hará por ustedes lo mismo que Yo he hecho, quien será vuestro maestro, su iluminador,
quien les advertirá en contra de la tentación, quien los va a acercar a Dios, quien les va a
enseñar cómo adorar, quien les ayudará a pelear la tentación, quien va a proteger en toda
área necesaria y va a proveer todo lo necesario, quien lo hace todo, otro exactamente
como Yo. Y Él estará con ustedes para siempre.”
Y claro, cuando usted va al cielo, su relación con Él instantáneamente se volverá todo lo
que podrá ser y estará en su perfección para siempre, permanente. No están perdiendo
nada; es mejor que se vaya. Para que Él pueda enviar al Espíritu, quien nunca los dejará.
Y después, versículo 17: “Él es el Espíritu de verdad.” Claro, lo es porque Dios es verdad. Y
Jesús dijo antes en el capítulo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Él será lo que Yo fui a
ustedes. Y Yo soy la verdad. Y Él es la verdad. Y todo lo que Él les dice será la verdad. Por
cierto, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le reconoce. Pero vosotros le
conocéis porque mora con vosotros. Y estará en vosotros.”
Tanto que decir acerca de esto. Quiero que se enfoque en esto: Él permanece, pero
ustedes lo conocerán. Ustedes ya lo conocen. El mundo no lo conoce, pero ustedes lo
conocen, porque Él mora con vosotros. ¿Qué es eso? ¿Cómo es que el Espíritu Santo moró
con ellos? Escuche, en la persona de Cristo, en la persona de Cristo. Ese es el punto
primordial de esta afirmación. Él mora con vosotros.
¿Quién fue que le dio vida en el vientre de María? Fue el Espíritu Santo, ¿verdad?, quien lo
concibió en el vientre de ella. Fue el Espíritu Santo quien se movió en el feto en el vientre.
Fue el Espíritu Santo quien estuvo en el bautismo de Jesús y descendió desde el cielo
yreposó sobre Él. Y el Espíritu Santo lo guió al ministerio y el Espíritu Santo lo guió al
desierto para que fuera tentado y el Espíritu Santo le dio toda la capacidad para Su
ministerio. Y Jesús le dio todo el crédito de Su ministerio al Espíritu Santo.
¿Recuerda cómo en Mateo 2 los fariseos y los judíos dijeron que Él hace lo que hace por el
poder de quién? Belcebú. El diablo, el infierno. Eso es prueba de que el mundo no puede
recibir al Espíritu Santo porque no lo ve ni le conoce. El Espíritu Santo estuvo ahí tres años
operando a través de Cristo y no pudieron reconocer al Espíritu Santo en absoluto y le
atribuyeron Su obra al diablo.
Así de ciego es el mundo. “Pero vosotros le conocéis porque Él mora con vosotros. El
Espíritu Santo ha estado aquí haciendo Su obra en mí.” Esa es la razón por la que Jesús le
dijo a aquellos que dijeron que Él hizo lo que hizo por el poder de Satanás, “han
blasfemado, no a Mí; han blasfemado al Espíritu Santo.” “El Espíritu de verdad ha estado
con vosotros en Mí. Es mejor que Yo me vaya para que Él pueda moverse de estar con
ustedes en Mí a estar en ustedes.” ¡Qué promesa tan increíble! ¡Qué realidad tan
sorprendente es esta! Sorprendente.
Ahora, ¿por qué Él es llamado el Espíritu de verdad? Porque Él va a tener una tarea inicial.
Él es llamado el Espíritu de verdad. ¿Por qué? Simplemente en los últimos minutos,
versículo 26: “el Paraclete, el Espíritu Santo, quien el Padre enviará en Mi nombre, esta es
la razón por la que es llamado el Espíritu de verdad. Él os enseñará todas las cosas. Y os
recordará todo lo que Yo os he dicho.” Él es llamado el Espíritu de verdad, porque Él va a
traer la verdad a ellos.
Observe el capítulo 15, versículo 26: “pero cuando venga el Consolador, a quien Yo os
enviaré del Padre.” A veces, Él dice que el Padre lo enviará. A veces, Él dice: “Yo lo enviaré
a Él”. De nuevo, toda la Trinidad está involucrada. “Pero cuando venga el Consolador, a
quien Yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, Él dará
testimonio acerca de Mí. Y vosotros daréis testimonio también porque habéis estado
conmigo desde el principio.”
Y después, pase al versículo 13 del capítulo 16: “Pero cuando venga el Espíritu de verdad,
Él os guiará a toda la verdad; porque no hablará de Su propia cuenta, sino que hablará
todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Él me glorificará; porque
tomará de lo Mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es Mío; por eso dije que
tomará de lo Mío, y os lo hará saber.”
¿De qué está hablando esto? Aquí está. Esta es una promesa inicial hecha por el Señor
mismo de que el Espíritu Santo vendrá a los 11 discípulos y a aquellos asociados con Él con
el propósito de escribir el Nuevo Testamento, con el propósito de escribir el Nuevo
Testamento. “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, cuando venga el Espíritu de
verdad, Él os enseñará a toda la verdad; y os recordará todo lo que les he dicho. Él dará
testimonio de Mí. Él tomará lo que Mi Padre me ha dado y os lo dará a vosotros.”
Voy a resumir esto: la revelación se origina con Dios. Dios descubre esa revelación en
Cristo. Cristo vive y enseña y ministra; y después, el Espíritu Santo viene, toma todo eso y
se lo revela a los apóstoles, quienes entonces lo escriben. De hecho, en 2 Pedro eso es
exactamente lo que Pedro dijo: “hombres movidos por el Espíritu Santo hablaron por
parte de Dios.”
Ninguna profecía de la Escritura es de interpretación o de origen humano. No hay profecía
de las Escrituras que jamás fue realizada por un acto de voluntad humana; sino que
hombres movidos por el Espíritu Santo. Entonces, tiene que entender esto: el Padre tiene
la revelación, Él la revela inicialmente en Cristo, quien es la revelación viva de Dios.
Después, Cristo envía al Espíritu Santo, quien trae a la mente todo lo que Cristo enseñó y
todo lo que Cristo hizo para que los Evangelios pueden ser escritos con precisión e
instruye a todos los escritores del Nuevo Testamento acerca de toda la revelación de Dios
para que puedan escribirla con precisión. Él es Espíritu de verdad. Cristo es la verdad y
Dios es verdadero. Dios es verdadero.
La conferencia hace unas semanas atrás acerca de la inerrancia, este punto fue
presentado de una manera muy fuerte por parte de Sinclair Ferguson. “Tienes a un Dios
que es verdad. Tienes a un Cristo que es la verdad. Tienes a un Dios que es verdadero.
Tienes a un Cristo que es la verdad, tienes a un Espíritu, quien es verdad, quien revela la
revelación por parte de Dios al Padre, al Espíritu, a los apóstoles, que la escriben.”
Toda la Escritura es exhalada por Dios mediante el Espíritu, y no viene de ninguna mente
humana. Entonces, si usted ataca la inerrancia de las Escrituras, usted ha atacado a la
Trinidad, usted ha atacado a la Trinidad. El Dios de verdad reveló Su Verdad de manera
perfecta en Su Hijo. Su hijo entonces envió al Espíritu para revelar Su verdad de manera
perfecta en las Escrituras.
Entonces, como creyentes usted pregunta cómo se aplica esto a nosotros. Bueno, no
estoy esperando revelación del cielo. No tengo ninguna promesa de que de alguna
manera el Señor va a hacerme recordar sobrenaturalmente algo que Jesús dijo que no
está escrito; eso no es para mí. Lo que esto me garantiza es que este libro es verdad. Eso
es todo lo que necesito. Eso es todo lo que necesito. No necesito nada más. No necesito
ninguna revelación privada. No necesito que el Señor me recuerde cosas que Jesús hizo
que nadie sabe. No necesito conocer cosas antiguas acerca del apóstol Pablo. Sólo
necesito este libro, pero necesito que este libro sea absolutamente exacto, preciso.
Y aquí usted tiene a la Trinidad involucrada en el proceso de escribir las Escrituras. Todo lo
que es del Padre, se lo da al Hijo. Lo que es del Padre, se vuelve mío. Lo que es mío, se lo
doy al Espíritu. El Espíritu se lo da a ustedes, ustedes lo escriben y todo lo que es del Padre
y del Hijo y del Espíritu, se vuelve nuestro.
Usted no puede alterar la doctrina de la autoridad escritural y la inerrancia sin atacar a la
Trinidad divina. Primera de Corintios 2:16: “aquí tenemos la mente de Cristo.” Esta es la
mente de Cristo.
El mundo no tiene órgano de discernimiento. Ahora, usted pregunta si esto entonces es
acaso una promesa de inspiración de las Escrituras. No, porque el Espíritu Santo también
es el que ayuda. Y una de las cosas que Él hace para ayudarnos, 1 Juan 2:20 y 27, Juan dice
que Él se vuelve una unción que nos enseña todas las cosas. Entonces, Él se convierte en
un Iluminador residente. Primera de Corintios 2 dice lo mismo, que el Espíritu nos enseña
el significado de las Escrituras. Entonces, tenemos el texto inspirado por el Espíritu y
viviendo en nosotros, tenemos al Autor, quien nos hace entender su significado.
Claro, el mundo, parte del rey de las tinieblas, bajo el dominio de Satanás, quien es un
mentiroso y homicida, Jesús dijo: “porque Yo os hablo la verdad,” en Juan 8, “no me
entienden”.
Claro que no le entendieron. Claro que el mundo no lo entiende, pero nosotros sí.
Entonces, la primera de estas promesas sorprendentes de presencia divina es que el
Espíritu ha estado con vosotros en Mí y Él ahora estará en vosotros para siempre. Y la
primera tarea será traer a su memoria la revelación completa del Padre al Hijo a través del
Espíritu para que la puedan escribir. Hombres santos de Dios escribieron conforme fueron
movidos por el Espíritu de Dios.
Ahora, eso nos hace avanzar únicamente un tercio de lo que tenemos que cubrir. La
próxima vez, la presencia del Hijo y la presencia del Padre.
Señor, gracias de nuevo por esta porción de las Escrituras rica, maravillosa. Ser un
cristiano es simplemente algo sobrenatural y sorprendente. No tiene que ver únicamente
con escapar del infierno; no tiene que ver únicamente con ser librado del pecado. Esto va
más allá de lo que jamás podríamos haber imaginado, que Tú hubieras venido en Tu gloria
completa Trinitaria y hacernos Tu santuario.
Simplemente, es una realidad sorprendente. Queremos la totalidad del Espíritu Santo, la
totalidad del Hijo, la totalidad del Padre. Queremos la plenitud del Espíritu Santo. La
plenitud del Hijo, la plenitud del Padre. Y un día, tendremos esa relación en toda su
perfección. Pero hasta ese entonces, que seamos fieles a Tu presencia en nuestras vidas
para amar y obedecer. Amar y obedecer.
Padre, oro porque Tú lleves a cabo una obra salvadora en los corazones de cualquier
persona aquí el día de hoy, cuyos pecados no han sido perdonados, quienes no han venido
a Ti para encontrar perdón y salvación y gracia y misericordia. Oro Señor porque Tú abras
sus corazones a la Verdad para que abracen la muerte y la resurrección del Salvador a
favor de ellos y sean salvos del juicio. Para aquellos de nosotros que somos creyentes, que
somos marcados por el amor y la obediencia, incrementa nuestro amor. Incrementa
nuestra obediencia y nuestra utilidad a Ti. Incrementa nuestro gozo y el privilegio que es
nuestro, de tener esta relación que tenemos contigo inclusive ahora.
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John MacArthur
Juan 14 está frente a nosotros. Estamos en el discurso del aposento alto. Así es como se
llama Juan 13 al 16. Todas las palabras de Jesús esencialmente con unas cuantas
preguntas presentadas por los discípulos. Esta es la descripción larga que las promesas
que nuestro Señor les da a Sus hijos, a todo creyente.
Desde el capítulo 13 hasta el final del capítulo 16, simplemente una promesa tras otra,
tras otra, tras otra. Comienza con amor, “habiendo amado a los Suyos, que estaban en el
mundo, los amó hasta el máximo,” capítulo 13, versículo 1, así es como comienza. Y
simplemente, va a partir de ahí con promesa, tras promesa, tras promesa. No hay otro
pasaje como este en la Biblia. No aparece en Mateo, Marcos o Lucas. Esto es único en
Juan. Se estira, es profundo y alto. Es la sección más rica de las Escrituras que resume lo
que el Señor promete a aquellos que le pertenecen a Él. Es un pasaje poderoso, poderoso.
Estamos en el capítulo 14 y estamos viendo el capítulo 15 en adelante. Y lo leeré en tan
sólo un momento. Pero antes de que lleguemos a ese pasaje, unos cuantos comentarios.
Fue hace unos cuantos años atrás, probablemente unos 20 años atrás, cuando me
sorprendió ver una ola que llegó a la Iglesia titulada “mi experiencia con Dios”. Mi
experiencia con Dios. Si usted va a cualquier librería cristiana en los últimos 20 años, usted
encontrará libros acerca de mi experiencia con Dios. Hubo un par de pastores bautistas
del Sur que desarrollaron, no sólo los libros, la perspectiva, sino que comenzaron a
desarrollar el currículum y más currículum y más materiales y más libros. Y esto
literalmente se convirtió en un movimiento en la Iglesia evangélica de “mi experiencia con
Dios”.
Siempre me molestó porque parece estar demasiado cercano a lo que es una noción
conocida entre las religiones paganas. De hecho, hay algunos que de hecho creen que
usted puede tener una experiencia con Dios al tener un estado inducido por las drogas.
Esa es la razón por la que los indios nativos fuman peyote. Porque ellos creen que, de
alguna manera, en su estado de adicción o control de las drogas, literalmente estaban
ascendiendo para tener comunión con las deidades. Esto se estaba llevando a cabo por
todo el globo en virtualmente cada área donde había tribus, en donde podían encontrar
alguna planta que alterara la mente, podrían usar eso como algún tipo de inducción a
alguna conciencia más elevada y ascender a las deidades.
Eso se remonta, claro, a las religiones de misterio que salieron de Babilonia. Eso se
remonta a las religiones que existieron en el mundo pagano en el cual el apóstol Pablo
ministró. Pensaban que la embriaguez, las orgías, experiencias de tipo sexual, todo esto
estaba, en cierta manera, creando una euforia que elevaba a la gente a la conciencia de
Dios. Claro que todo esto fue ridículo.
El misticismo cristiano, lo largo de la Edad Media e inclusive hasta la fecha, siempre ha
buscado encontrar a Dios en alguna experiencia, algún sentimiento, alguna emoción,
algún medio mediante el cual piensan que los sentidos perciben la presencia de Dios.
Esto se ha vuelto una noción popular en las iglesias evangélicas pensando que hay
maneras en las que usted puede sentir a Dios, en la que usted puede sentir la presencia de
Dios. Quizás, la más popular es la música. Si usted tiene la música correcta, la música, en
cierta manera, es lo suficientemente seductora y si tiene la suficiente energía emocional,
la gente dirá: “acabo de sentir la presencia de Dios. ¿No sientes la presencia de Dios?”
Bueno claro, eso es absolutamente ridículo. Usted no puede sentir la presencia de Dios.
Usted no tiene ningún mecanismo para sentir la presencia de Dios. Yo nunca he sentido la
presencia de Dios, ni siquiera sé lo que eso significa. Pero esto es lo que sé: Él está aquí. Y
más que eso, Él no sólo habita la alabanza de Su pueblo; está unido a Su pueblo, a los
Suyos en unión todo el tiempo, de tal manera que la Iglesia misma, literalmente está en
comunión constante con Dios colectivamente. No sólo es verdad que en donde dos o tres
están congregados, Él está en medio de ellos. Pero esto es verdad.
Y escuche: la Trinidad vive en todo cristiano - la Trinidad, tres en uno, en todo cristiano.
No hay alguna experiencia que usted pueda tener que lo lleve a alguna comunión con Dios
que de otra manera no tiene. No hay alguna fórmula musical que pueda inducir a algún
tipo de comunión con Dios que sin la música no puede pasar. Ciertamente, no hay una
droga que va a hacer algo diferente de alterar su mente y va a hacerlo pensar que está
pasando algo que no está pasando.
Todo creyente está en comunión constante, interminable, eterna, con la Trinidad. Y no
estoy hablando de cuando usted viene aquí. Estoy hablando de cuando usted se va de
aquí. Estoy hablando de cuando usted está totalmente solo y está en su auto sólo. Usted
está en la presencia de la Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Comunión completa y
total.
Creo que esto, de alguna manera, no lo entienden muchos evangélicos. Hay tantas ideas
necias que corregir en la Iglesia, pero esta es una grande. La idea de que de alguna
manera esta noción de sentir a Dios o percibir a Dios o tener comunión con Dios tiene que
ser inducida mediante algún medio mecánico. Necio.
Ahora, ¿por qué estoy diciendo eso? Porque eso es de lo que realmente nuestro texto
está hablando. De eso está hablando Juan 14:15 al 24, de todas las promesas que nuestro
Señor da en esta sección. Y después, recuerde que en el capítulo 17 Él ora una oración y le
pide al Padre que cumpla las promesas, que haga lo que Él ha orado. Y claro que Él lo hará,
porque Él siempre ora según la voluntad del Padre.
Pero de todas las promesas que nuestro Señor ha dado, aquí en estos versículos está el
corazón de todo, porque lo que leemos aquí es que Jesús les dice a Sus discípulos y se
extiende a nosotros: “cuando Yo me vaya, ustedes van a recibir a la Trinidad. Van a recibir
a la Trinidad.” Esto es algo asombroso. Todo cristiano, en todo momento, y para siempre,
por los siglos de los siglos está en una unión vital de vida con la Trinidad.
Permítame decirlo de otra manera: su vida espiritual es la vida de Dios. El hecho de que
usted está vivo espiritualmente, que ha muerto con Cristo, como usted lo lee en
Colosenses y que ahora está vivo es porque la vida de Dios está en su alma. Usted no
puede separar la vida eterna de la fuente de vida eterna. Usted no puede tener vida
eterna como algo que Dios da sin tener a Dios porque es Su vida, la vida de Él.
Ahora, estoy esperando guiarlo a lo largo de esta sección profunda y gloriosa entendiendo
que es muy difícil entender la Trinidad. Y quiero decirle, antes de que comencemos, que
usted no va a poder entenderlo, nadie puede. La infinidad está más allá de nosotros y la
naturaleza divina está más allá de nosotros. Pero podemos entender lo que Juan está
diciendo lo suficiente como para ser responsable por ello y ver las implicaciones de esto.
Por desafiante que sean entender la verdad profunda de la Trinidad, va más allá de
nuestra capacidad y esa es la razón por la que está en la categoría de Deuteronomio
29:29: “las cosas secretas, pertenecen al Señor”.
Hay algunas cosas que sólo él entiende y conoce. “Oh profundidad de las riquezas de la
sabiduría y del conocimiento de Dios,” estas cosas son inescrutables, son incomprensibles.
Este es ese tipo de realidad, la Trinidad. Y, sin embargo, tenemos esta revelación
cuidadosa de la Trinidad porque tiene un impacto tan vital para nosotros. Inicialmente, es
por causa del consuelo, ¿qué tan confortante es saber que usted está en unión constante
con el Dios trino, el Dios del universo en todas las tres personas? ¿Qué tan confortante es
eso?
Es un pecado de proporciones masivas negar a la Trinidad. Es blasfemia negar a la
Trinidad, porque usted está negando a Dios. Usted está negando la naturaleza de Dios.
Pero no es suficiente decir: “creo que Dios es trino, creo en el Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo. Creo en una deidad trinitaria y creo que Él existe en el cielo.” Eso no es suficiente.
Usted necesita entender que Él existe en usted si usted es un creyente. Y eso es lo que
nuestro Señor nos presenta en este pasaje increíble. Para entender nuestra propia
identidad como creyente, para entender mi vida, para entender su vida como un cristiano,
usted tiene que entender que el Dios trino está en nosotros.
Entonces, permítame recordarle a usted lo que Juan escribe a medida que registra las
palabras de Jesús. Todo aquí es afirmado por Jesús excepto por la pregunta en el versículo
22 hecha por uno de los discípulos. Permítame comenzar leyendo en el versículo 15.
“Si Me amáis, guardad Mis mandamientos. Y Yo rogaré al Padre, y os dará otro
Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el
mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque
mora con vosotros, y estará en vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.
Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque Yo vivo,
vosotros también viviréis.
En aquel día vosotros conoceréis que Yo estoy en Mi Padre, y vosotros en Mí, y Yo en
vosotros. El que tiene Mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me
ama, será amado por Mi Padre, y Yo le amaré, y Me manifestaré a él. Le dijo Judas (no el
Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo? Respondió
Jesús y le dijo: El que me ama, Mi palabra guardará; y Mi Padre le amará, y vendremos a
él, y haremos morada con él. El que no Me ama, no guarda Mis palabras; y la palabra que
habéis oído no es Mía, sino del Padre que me envió.”
No hay pasaje en toda la Biblia que presente de manera más clara a la Trinidad que este.
Usted tiene a nuestro Señor hablando de sí mismo acerca de Su Padre y acerca del
Espíritu. Todos están aquí. Él habla de la unidad de la Trinidad y Él habla de la diversidad
de la Trinidad -uno en esencia, uno en naturaleza, tres en persona. Sí, entiendo que estas
con realidades profundas, pero tienen una importancia tan grande para nuestras vidas.
Permítame recordarle por qué.
En primer lugar, la ocasión es el jueves por la noche cuando esta enseñanza es dada por
nuestro Señor, esta revelación que Juan registró. La noche del jueves de la semana de la
pasión. Y el viernes, Él morirá. Él les ha estado diciendo una y otra vez: “voy a ser
arrestado, voy a ser matado, voy a resucitar de los muertos.” Y ellos están teniendo
dificultad con aceptarlo.
Usted recuerda a Pedro: “Señor; no, no, no, no. Eso no va a pasar; eso no va a pasar.” Y
Jesús dijo: “Quítate de delante de Mí, Satanás, porque esto tiene que pasar.” Dios tiene un
plan para Su muerte y resurrección. Entonces, Él ha estado hablando de ser arrestado, ser
golpeado, ser maltratado y ser matado y resucitar. Esto está en el aire. Creo que, de
manera rutinaria, Él les estaba hablando de esto, pero ellos no querían oírlo. No le gustaba
la noción de esto.
De regreso en el capítulo 7, versículo 33, nuestro Señor dice: “ya no voy a estar aquí con
ustedes mucho tiempo. Me voy, me voy al Padre. Me voy. Ya me voy a ir y no me veréis
más.” Capítulo 8, Él está hablando a algunos fariseos y a algunos líderes judíos: “me van a
buscar y no me van a encontrar. Ya me voy. Me voy.”
Vimos lo mismo en el capítulo 13, regresando un poco al capítulo 13, versículo 33: “hijitos,
estoy con ustedes un poco de tiempo más. Me buscaréis y como le dije a los judíos ahí
atrás en el capítulo 8, ahora les voy a decir ‘me voy’ y no pueden venir.” Él lo volvió a decir
en el versículo 36. Simón Pedro le dijo a Él: “Señor, ¿adónde vas?” Jesús respondió: “a
donde Yo voy, no me pueden seguir ahora, pero seguirás después.”
Él ha sido muy claro: “me voy, me voy.” Esto llena de pánico sus corazones. Recuerden,
han dejado todo para seguirlo. Han dejado sus redes, por así decirlo. Han dejado sus
empresas. Han seguido a Jesús durante un período de tres años de ciudad en ciudad, de
villa en villa. Él ha sido la fuente de todo para ellos. Él ha sido todo; y ahora, Él se va.
¿Dónde está el Reino mesiánico? ¿Dónde están los cumplimientos de todas las promesas
dadas a los profetas? Nada de eso ha sucedido. Nada ha pasado. ¿Y ahora te vas? ¿Qué
está pasando? No sólo te vas, sino que no has cumplido todo lo que supusimos que ibas a
cumplir. Establecer el Reino con todas las promesas a Abraham y a David. Y a través de los
profetas cumplidos. ¿Dónde está el Reino? ¿Cómo puedes ser Tú el Mesías? Esto es tan
abrumador que están desconsolados. De hecho, capítulo 14, versículo 1 dice literalmente:
“dejen de dejar que su corazón esté turbado.” Esto es turbación como nunca antes habían
conocido. Este es un tipo de pánico en el que han entrado porque Jesús se va.
Si usted va al versículo 27 del capítulo 14, Él dice: “Mi paz os dejo, Mi paz os doy. No como
el mundo la da. Dejen de dejar que su corazón se turbe. Dejen de dejar que se atemorice.”
Esta es simplemente la emoción dominante que se está manifestando, que se está
llevando a cabo esta noche.
Capítulo 16, versículo 5, Él le dice al mismo grupo en la misma ocasión: “ahora me voy al
que me envió, me voy al cielo. Me voy al Padre. Ninguno de ustedes me pregunta ¿dónde
vas? Pero debido a que os he dicho estas cosas a ustedes, la tristeza ha llenado su
corazón.”
Dejaron de hacer preguntas y simplemente estaban llenos de tristeza porque se iba. La
trama ya se está cumpliendo en este momento. Sólo hay once discípulos que quedan ahí
en el aposento alto ya ahora en esa comida, en esa cena de la Pascua de la noche del
jueves. Judas ya salió para encargarse del arresto de Jesús a la mitad de la noche en el
huerto, en donde él sabría que estaría. Y después, ya para la mañana, antes del amanecer,
hay un juicio falso. Y después, ya para el viernes, Él es colocado en la cruz. Estos son
momentos oscuros, profundamente oscuros para los discípulos y realmente, no pueden
superarlo.
En el versículo 16 del capítulo 16, Él: “dice un poco de tiempo y no me veréis más, un poco
de tiempo y me veréis. Y algunos de Sus discípulos se dijeron uno al otro: ¿qué es esto que
nos está diciendo ‘un poco de tiempo y no me veréis; un poco de tiempo, y me veréis y
porque Yo voy al Padre? ¿De qué está hablando? ¿Qué está pasando?
Este es el colapso literal de toda la expectativa mesiánica. Él se va. Él se va sin que el Reino
sea establecido. Él los está dejando. Y sabemos cómo el mundo se siente acerca de Él. Y se
van a sentir igual acerca de nosotros. Ahora, estamos aquí sin nada, por así decirlo. ¿Qué
nos va a pasar porque nos hemos identificado con Él? ¿Quién nos va a proteger? ¿Quién
nos va a enseñar? ¿Quién nos va a explicar las cosas a nosotros? ¿Quién nos va a proveer?
¿Quién nos va a asegurar? ¿Quién nos va a mostrar el futuro, nos va a dar una esperanza?
¿Quién nos va a proteger?
Este es un tiempo serio en sus vidas cuando todos sus sueños literalmente se han
desmoronado frente a ellos. Y entonces, nuestro Señor los consuela con las promesas que
están en esta sección entera. Promesa, tras promesa, tras promesa. Pero la promesa
primordial viene aquí frente a nosotros y después, es explicada aún más conforme
entramos a los capítulos 15 y 16. Pero la promesa primordial es esta: “les estoy
garantizando que van a tener la presencia completa del Dios trino en todo momento de
cada día, para siempre. Esa es la garantía.” Todo lo demás que Él promete sale de esa
promesa.
Ahora, dice usted, ¿es esta promesa sólo para los discípulos? No, es para los once. Pero
también es para toda persona que jamás creerá en Cristo. Esta es una promesa que se
estira más allá de ellos y vemos eso en la oración en Juan 17.
Después de que Él ha dado todas las promesas en el 13 al 16, Él hace esta oración y Él
dice: “Padre, cumple todas estas promesas, cumple todas estas promesas.” Pero no sólo
para estos hombres. Ahí en el versículo 20: “no pido sólo por estos, sino también por
aquellos que creerán en Mí mediante la palabra de ellos. Ellos van a escribir las Escrituras
y para toda persona que jamás lee y cree en las Escrituras, estoy orando porque lo mismo
sea cumplido.”
Esta es una promesa que se extiende a nosotros. Y entonces, a todo creyente se le da la
promesa del Dios trino estando presente siempre. Usted no tiene que hacer nada. Nada
tiene que ser inducido. Usted nunca es separado de Dios -el Padre, Hijo, Espíritu Santo.
Nunca. Si usted posee vida eterna, esa vida eterna es Dios. Dios en Su plenitud -Padre,
Hijo y Espíritu Santo.
El mundo realmente no nos ve por quienes en realidad somos. Ellos piensan que
simplemente somos gente como el resto de la gente. No lo somos. Somos seres de otro
mundo en un sentido muy real. Pero debido a que esa naturaleza es espiritual y no física,
es invisible para ellos. Pero lo entendemos.
¿Recuerda usted lo que dijo el apóstol Pablo? Gran afirmación en 2 de Corintios 5, él dijo
esto: “no conocemos a ningún hombre según la carne. No conocemos a ningún hombre
según la carne. ¿Qué significa eso? Significa que no evaluamos a la gente a nivel físico.
Cuando yo conozco a una persona que no es creyente, lo que me preocupa acerca de este
incrédulo no es nada físico. Me preocupa acerca de ese incrédulo es que ese incrédulo es
un hijo de Satanás. Es hijo del diablo. Su padre es el diablo. Él es parte del Reino de las
tinieblas. Necesita desesperadamente el perdón y la liberación, ¿verdad? No vemos a la
gente simplemente a nivel humano. No vemos a la gente en base a su estatus social. No
vemos a la gente en base a su educación. No vemos a la gente en base a su guardarropa o
a su sentido de moda. No vemos a la gente en base a sus relaciones familiares, en base a
su historia. Realmente, no vemos a la gente simplemente por la profesión que tiene en la
vida. Vemos más allá de eso.
Vemos a los santos de la misma manera. No nos vemos unos a otros simplemente
físicamente. No nos vemos unos a otros de esa manera. No conocemos a ningún hombre
según la carne; eso es lo que él quiere decir. Vemos espiritualmente con ojos espirituales
porque entendemos la condición verdadera de aquellos que pertenecen a Cristo y
aquellos que pertenecen a Satanás.
El mundo no conoce eso; y aún no hemos sido manifestados. Habrá un día cuando la gloria
plena será revelada. Romanos 8, Pablo dice: “es la manifestación gloriosa de los hijos de
Dios.” Primera de Juan: “amados, ahora son los hijos de Dios. Pero todavía no se ha
manifestado lo que serán. Y no aparecerá hasta que vean a Cristo y sean como Él.”
Entonces, estamos velados de una manera como Cristo estuvo velado. En Su encarnación,
Su gloria estuvo velada. Hubo un vistazo dado en la transfiguración. Entonces, aquí
vivimos en este mundo, y literalmente somos el templo mismo de la Trinidad, pero está
velado en nuestra carne humana. Pero necesitamos entender la realidad de esa presencia
y eso es lo que Juan ha registrado para nosotros de los labios de nuestro Señor preciado.
Ahora, de regreso en el capítulo 14. Y estoy viendo en cierta manera el cimiento de todo
esto. ¿A quién son dadas estas promesas? Bueno, es bastante claro. Sólo son dadas a los
creyentes. Son dadas a los discípulos y a todos los que vendrán después de Él creyendo en
Su Palabra, la cual será Su Escritura de las Escrituras, el Evangelio, a todos los presentes en
el Evangelio. Pero eso tiene que ser definido aún más porque hay muchas personas que
creen en Jesús. Hay muchas personas que creen en la cruz y en la resurrección, quizás. Y
hay personas que tienen un apego emocional a esas cosas.
Entonces, ¿cómo sabemos quiénes son los destinatarios verdaderos de estas promesas?
Bueno, está en el versículo 15: “si me amáis, guardad Mis mandamientos.” Los verdaderos
amantes de Cristo son conocidos por su obediencia. Entonces, dijimos esto. ¿Qué es un
verdadero creyente? No alguien que cree los hechos del Evangelio. No alguien que cree
los hechos acerca de Jesús, sino alguien que ama al Señor y cuyo amor se manifiesta en
una vida de obediencia, amor y obediencia, amor y obediencia -amor por el Señor,
obediencia al Señor.
Y simplemente, para que no nos confundamos en esto, ahí en el versículo 21 Él lo vuelve a
decir: “el que tiene Mis mandamientos y los obedece es el que me ama.” Y después, en el
versículo 23 lo vuelve a decir: “si alguien me ama, él guardará Mi palabra.” Así es como
usted distingue a un cristiano verdadero.
Y nosotros tenemos un ejemplo de ese tipo de amor y obediencia en el capítulo 15,
versículo 10. Y es ningún otro que Cristo: “Yo,” dice Él, “he guardado los mandamientos de
Mi Padre y permanezco en Su amor.” Yo amo al Padre y es manifiesto en mi obediencia al
Padre. Ese es el modelo de lo que un cristiano es. Alguien que ama a Dios y obedece Su
palabra.
A todos aquellos que aman al Señor y obedecen, las promesas son hechas. No es
suficiente conocer los hechos, inclusive creer los hechos. “Si alguno no ama al Señor
Jesucristo,” 1 Corintios 16:22, “sea anatema.” Y el punto es la obediencia. “El que oye Mi
palabra y la hace es Mi discípulo verdadero,” Juan 8:31 y 32. A los cristianos verdaderos se
les dan estas promesas inmensas y en el corazón de estas promesas, la Trinidad es
prometida a todo creyente.
Ahora, permítame ver esto desde otro ángulo. ¿Qué estamos esperando en el cielo? Y le
dije esto, pero quiero expandir un poco. Cuando vamos al cielo, ¿qué es lo que recibimos?
¿Qué es lo que recibimos? Pase a Apocalipsis 2 y 3. Le dije la semana pasada que todo
tiene que ver con Dios. Todo está centrado en Dios. Tiene que ver con reunirse con Dios,
tener comunión con Dios, conocer a Dios, amar a Dios perfectamente, obedecer a Dios
perfectamente. Ningún pecado interrumpirá esa obediencia. Ningún pecado interrumpirá
ese amor o lo disminuirá. Pero el cielo es Dios; es Dios. Es Dios, el Dios trino.
En el libro de Apocalipsis, usted tiene siete cartas a Iglesias en los capítulos 2 y 3. Estas son
escritas por el Señor mismo. Él es el autor de estas. El Señor mismo. Y Él promete el cielo.
En el capítulo 2, versículo 7, el cielo es llamado el paraíso de Dios. El paraíso de Dios. El
paraíso de Dios, el lugar donde Dios mora.
Ahora, como creyentes, nos dirigimos al paraíso de Dios. Nos dirigimos al cielo. A lo largo
de estas cartas, los creyentes son identificados por una frase: “el que venciere. El que
venciere.” Y Juan en sus epístolas habla de la realidad vencedora de la fe. Fe en el Señor
Jesucristo. Por fe, vencemos. El vencedor es el que ha confiado en Cristo.
Entonces, somos los vencedores. ¿Qué recibimos cuando llegamos al cielo? ¿Qué hay ahí
para nosotros? Observe el capítulo 2, versículo 17: “El que tiene oído, oiga lo que el
Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere,” esto es aún creyente, a él “daré a comer del
maná escondido.” ¿Qué es el maná escondido? Ese es Cristo mismo. Él es el pan
verdadero. Él inclusive dijo eso en Juan 6, ¿no es cierto? Había maná y el pueblo de Israel
fue alimentado en el desierto, “pero Yo soy el pan verdadero. El que come de este pan,
nunca tendrá hambre.” Juan, capítulo 6.
Entonces, ¿qué es lo que recibe usted cuando va al cielo? “Te daré de a Cristo. Te daré a
Cristo.” Eso es el cielo. Te daré a Cristo; y también daré con Cristo, al creyente… “le daré
una piedrecita blanca,” alguna indicación de identidad y recompensa, “y en la piedrecita
escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.”
En otras palabras, piense en el cielo de esta manera -Y quizás esta es una nueva manera
de pensar en él. No vamos a estar todos volando en el cielo, aterrizando en el cielo y
vamos a ser un coro enorme de gente que no tiene identificación o gente que no se
distingue entre sí. Vamos a tener comunión individual con la Trinidad, a tal grado que las
promesas, “te daré a Cristo y Él te dará un nombre que nadie más tiene, un nombre que
nadie más tiene para identificarte personalmente en una comunión y en una relación con
Él.”
El cielo no es una experiencia de grupo, es una comunión personal con el Cristo perfecto,
en amor perfecto, obediencia perfecta y adoración perfecta. Y nadie tendrá el nombre
que usted tenga en su piedrecilla más que usted. Usted recibirá a Cristo en comunión
íntima y personal.
Y al final del capítulo 2, versículo 26, Él habla de lo que va a pasarle al vencedor.
Simplemente, pase al versículo 28 y vamos a comenzar ahí, porque se relaciona con el
cielo. “Al que venciere, le daré la estrella de la mañana.” Usted dice: “¡Guau! ¿Qué quiere
decir eso? ¿Recibo mi propia estrella? ¿Puedo ir a sentarme ahí, a la orilla de mi propia
estrella y tocar mi arpa? ¿Recibo la estrella de la mañana?” ¿Qué es eso?
Capítulo 22, versículo 16, Jesús: “Jesús, Yo, Jesús soy la estrella brillante de la mañana.”
Oh, te doy a Jesús. De nuevo. Te doy el maná escondido, eso es Él. Te doy la estrella
brillante de la mañana, la estrella brillante, eso es Él. ¿Qué le sucede al cristiano en el
cielo? Él recibe a Jesús. Él recibe a Jesús, personalmente.
Capítulo 3, versículo 12: “Al que venciere,” de nuevo, “Yo lo haré columna en el templo de
Mi Dios.” Usted va a estar en el templo divino en la casa del Padre. Usted va a ser como
una columna, una parte inamovible del edificio mismo que contiene a Dios. Y usted no
saldrá jamás de ahí. Usted va a estar con Dios en el lugar donde Él mora, nunca estará
fuera de comunión con Dios. Ahora, estamos hablando del Padre. “Y escribiré sobre él el
nombre de Mi Dios.”
Este es Jesús hablando. Entonces, vamos a tener un nombre que Cristo nos da. Vamos a
tener un nombre mediante el cual somos conocidos por Dios y después, vamos a ser
identificados con nuestra ciudad, “y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén,
la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.” Del que hablé antes. Usted
tendrá un nuevo nombre que Cristo le da, que es entre usted y Él. Usted va a tener un
nombre que Dios Padre le da que es entre usted y Él. Usted no va a estar perdido en una
masa de perfección justa y de alabanza que está adorando. ¿Qué es lo que usted va a
recibir en el cielo? Usted va a recibir a Dios.
Vaya al versículo 21, se vuelve aún más sorprendente: “Al que venciere,” usted ya se ha
convertido en una columna del templo de Dios. “Pero al que venciere,” a un creyente
verdadero, “Le daré que se siente conmigo en Mi trono, así como yo he vencido, y me he
sentado con Mi Padre en Su trono.” ¡Guau!
Ese es un trono muy grande. Ese es un trono metafórico. Pero lo que significa es que en
donde Dios está, en donde Cristo está, ahí estará usted, en comunión constante, íntima,
personalizada con el Padre y el Hijo.
Y claro, también podemos añadir al Espíritu. Eso es el cielo. Esto es el cielo. ¿Qué es lo que
usted recibe cuando va al cielo? Dios. ¿Qué es lo que los discípulos querían? Ellos querían
a Jesús. Lo más horrible que podían pensar era que Él los dejara. Pero Él dice en el capítulo
16, versículo 7: “es mejor para vosotros que me vaya porque es mejor que Yo me vaya
para que el Espíritu Santo pueda venir y eso es para siempre.” Muy bien.
Entonces, esa introducción toma tanto tiempo. Lo siento por eso. Pero yo creo que usted
entiende el panorama del pasaje. La semana pasada vimos la presencia del Espíritu Santo
en los versículos 16 y 17. No voy a repasar esto. Vimos la presencia del Espíritu Santo.
“Pediré al Padre, Él os dará otro consolador,” paraklētos, o alguien, otro que les ayude. “Él
estará con vosotros para siempre.”
Y la parte realmente importante de eso está al final del versículo 17, Jesús dice: “Él esta
con vosotros y estará en vosotros. Él ha estado con ustedes en Mí. Es mejor estar en
ustedes que con ustedes en mí.” ¿Verdad? Ha sido maravilloso. Han tenido al Espíritu
Santo con ustedes porque Él ha estado operando a través de Mí. Y ahora cuando Yo me
vaya, Él va a pasar de estar con ustedes en Mí a estar en ustedes. El Espíritu divino de
Dios, el Espíritu de Cristo.
Él también dice en el versículo 17 que el mundo no puede recibir esto. El mundo no lo
puede entender, no lo ven. No conocen al Espíritu Santo, no lo ven. Están espiritualmente
muertos y ciegos. Creo que es muy importante que Él dijera esto porque Él acababa de
decir en el versículo 12 que “van a hacer obras mayores que las que me han visto hacer y
todo lo que pidiereis en Mi nombre, eso lo haré para que el Padre sea glorificado en el
Hijo. Si algo pidiereis citando Mi nombre o en Mi nombre, lo haré.” ¡Guau! Van a hacer
cosas mayores de las que Jesús hizo. Y cualquier cosa que pidiéremos en Su nombre, lo va
a hacer. Debieron haber pensado que estaban a otro nivel pensando que el mundo
simplemente se iba a caer a sus pies. Entonces, Él les tiene que decir a ellos: “Oh, por
cierto, el Espíritu va a venir sobre vosotros, pero el mundo no va a responder de manera
positiva.”
De hecho, en el capítulo 15, versículo 18, Él dice: “si el mundo os aborrece, sabéis que el
mundo me ha aborrecido antes de que os aborrecieran a vosotros. Si fuerais del mundo, el
mundo amaría lo suyo. Pero debido a que no sois del mundo, sino que os escogí del
mundo, debido a esto, el mundo los aborrece.” Entonces, harán obras mayores,
responderé a toda oración en Mi nombre. Saldrán con poder, Hechos 1:8, cuando el
Espíritu Santo venga sobre ustedes. Pero no esperéis nada más que persecución.
Juan 16:33, “en este mundo tendréis tribulación, tribulación”. Vino la persecución, vino
fuerte, vino rápido. Vino a principios, a principios en el libro de Hechos. Los líderes judíos
persiguieron a los apóstoles y después, comenzaron a perseguir a la Iglesia y apedrearon a
Esteban hasta la muerte. Y bajo Saulo, la persecución, el baño de sangre fue iniciado.
Esparció a la Iglesia.
De vez en cuando, algunas personas en los medios masivos de comunicación en las
noticias me llaman y quieren que haga algún comentario acerca de la persecución de los
cristianos en la actualidad. Y me encanta cuando preguntan eso y mi respuesta es: “¿qué
más podemos esperar? Mataron a Jesús, lo odiaron. Él dijo que nos odiarían a nosotros.
Odian la verdad, odian la Biblia. Odian la Palabra de Dios. Odian el Evangelio.” Esa es la
antipatía natural en el corazón del pecador que sólo puede ser quebrantada por el poder
de Dios. No es sorprendente en absoluto. “Pero tendrán al Espíritu Santo y a pesar del
odio del mundo, cosas más grandes sucederán, no más grandes en tipo, sino más grande
en extensión.” Y ya ha pasado. El Evangelio ha cubierto al globo, no es cierto, a lo largo de
la historia.
Ahora, eso nos lleva al segundo de los tres miembros de la Trinidad, la presencia del
Espíritu Santo, versículos 16 y 17. La presencia del Hijo, versículo 18 en adelante. “No os
dejaré huérfanos. Vendré a vosotros.” ¡Guau!, Él acaba de decir que Él enviaría al Espíritu
Santo. Ahora, Él dice: “vendré a vosotros”. Ese es el Hijo de Dios hablando. “Todavía un
poco y el mundo no me verá más, pero vosotros me veréis; porque Yo vivo, vosotros
también viviréis.”
¿De qué está hablando? ¿Está hablando de Su resurrección? Claro. Él está hablando de Su
resurrección, esto es parte de eso. Pero esa no es la idea primordial. Él va a atravesar la
tumba y va a salir del otro lado y vivir para siempre. Y debido a que yo tengo vida eterna,
ustedes también, ustedes tienen vida eterna -eso es lo que les está diciendo. “En aquel
día, en aquel día, cuando todo sea dicho y hecho, creo que, en aquel día, a partir de
Pentecostés y en adelante, cuando vino el Espíritu, sabrán que Yo estoy en el Padre y
ustedes en Mí y Yo en ustedes. El que tiene Mis mandamientos y los guarda, es el que me
ama. Y el que me ama, será amado por Mi Padre y Yo lo amaré y me manifestaré a él.”
Ahí, Él simplemente está diciendo “voy a regresar. Estoy enviando al Espíritu, pero
también Yo voy a regresar a ustedes.” De hecho, ¿qué es lo que Él dijo en Mateo 28:20 en
la gran Comisión? “Nunca,” ¿qué?, “os dejaré o desampararé. No los voy a dejar como
huérfanos. Regresaré. Sí, después de tres días en la resurrección.”
Pero eso no es lo que Él está diciendo. “Regresaré como el Dios eternamente vivo en
quien ustedes vivirán.” Es como Gálatas 2:20. Gálatas 2:20 no podría decirlo de manera
más profunda. Usted se acuerda de estas palabras: “con Cristo estoy juntamente
crucificado. Mas ya no vivo yo, mas Cristo,” ¿qué?, Vive en mí.”
De eso Él está hablando: estaré de regreso para vivir en ustedes para siempre. Para vivir
en ustedes para siempre. Y en aquel día, cuando el Espíritu venga y Yo venga, cuando el
Espíritu venga y Yo venga, ustedes entenderán la verdad y entenderán la Trinidad.
Ustedes entenderán que Yo estoy en Mi Padre y Mi Padre está en Mí. Ustedes están en Mí
y Yo en ustedes.” Una realidad asombrosa. Y les está recordando de nuevo en el versículo
21 que esto es sólo para aquellos que aman y obedecen: “para aquellos que aman y
obedecen, son amados por Mi Padre y amados por Mí. Y Yo me manifestaré a esa
persona.” Realmente, simplemente, va más allá de la comprensión.
Algunas personas creen que ser un cristiano significa que usted cree en cierto conjunto de
hechos o cierta parte de la historia. Algunas personas creen que ser un cristiano significa
que usted se ha unido a una asociación, a un grupo de personas porque le gusta a usted su
posición moral. No. Convertirse en cristiano es estar en unión viviente con el Dios trino en
Su esencia. Eso es lo que es. Es vida eterna.
¿Qué significa tener vida eterna? Significa tener la vida eterna en usted, la vida eterna en
usted; y la vida eterna no es ningún otro que Dios mismo, lo cual entonces nos lleva al
tercer miembro de la Trinidad. Y vamos a pasar al versículo 24: “Jesús dijo: “el que me
ama, Mi palabra guardará.” ”
Ahí está de nuevo. De nuevo, la aclaración: esto es únicamente una promesa a aquellos
que aman al Señor y lo demuestran por patrones de obediencia: “el que me ama, Mi
palabra guardará y Mi Padre le amará.” Y observe esto: “y vendremos,” esto es Mi Padre y
Yo, “vendremos a él.” ¿Cómo que vendremos? ¿Quiénes? “Yo y Mi Padre vendremos a él y
haremos morada con él.”
Ahora, este es el tercer miembro de la Trinidad, el Padre, la presencia del Padre. Es
correcto decir que usted es el templo del Dios vivo -Padre, Hijo y Espíritu Santo. Usted
necesita reconocer eso. Y usted necesita reconocer a cada persona de la Trinidad.
Algunas veces, oramos: “Padre nuestro que estás en el cielo,” porque esa es la manera en
la que el Señor nos enseñó a orar. Pero del otro lado de la cruz podríamos decir
fácilmente: “bendito Padre que moras en mí. Bendito Espíritu.” Usted puede comunicarse
con cada miembro de la Trinidad -hablarle al Hijo, hablarle al Padre, hablarle al Espíritu.
Comunicarse con el Dios trino.
Pero Judas dice: “¿por qué vas a manifestarte a nosotros y no al mundo?” ¿Por qué es que
él hace esa pregunta? Porque ellos todavía asimilaban la idea de que Él iba a ser el
Salvador del mundo y traer el Reino. Porque todavía están tropezando con la idea de que
Él supuestamente va a ser el Salvador del mundo y traer el Reino. ¿Por qué es esto tan
estrecho? ¿Por qué, después de tres años, sólo somos nosotros escondiéndonos en un
aposento alto? Porque nos preocupa que nos van a arrestar y nos van a llevar. Ya salió un
traidor de nuestras filas.
¿Qué está pasando? ¿Dónde está el Reino? ¿Dónde está el poder? No estás derrocando a
Roma. Nada bueno está pasando. La élite religiosa judía se ha vuelto en contra de Ti. ¿Qué
está pasando? ¿No debes ser Tú el Salvador del mundo? A lo cual nuestro Señor responde
y dice: “si alguno me ama, lo vuelve a decir, guardará Mi palabra.” Esa es la persona que
Mi Padre amará y vendremos a él y haremos nuestra morada con él.” La Trinidad vive en
todo creyente.
Por un lado, versículo 24, “el que no me ama no guarda Mis palabras.” En otras palabras,
si usted no obedece la Palabra de Dios, no ama a Dios sin importar lo que usted diga. “Y la
Palabra que oís no es mía sino del Padre que me envió.” De nuevo, la condición para ser
un verdadero creyente que Jesús establece aquí, Él la recibió del Padre. Todos están de
acuerdo.
Esta es una manera de ver su propia identidad como cristiano y no creo que la mayoría de
los cristianos jamás piensen en esto. Jamás. No es sorprendente que Jesús dice en Lucas 6:
“¿por qué me llamáis Señor y no hacéis lo que Yo digo?” ¿Qué es eso? Si me llamas Señor
y me amas y me obedeces, entonces, das evidencia de ser el templo del Dios trino eterno -
Padre, Hijo, Espíritu Santo.”
Esto es lo que somos. Y de nuevo, no se ha manifestado. La gente nos ve únicamente
como seres humanos. No lo somos. Tenemos vida sobrenatural; y debido a que usted es el
templo del Dios trino.
Regrese conmigo adonde estuvimos antes en el servicio, Colosenses 3. Debido a que esto
es verdad -y esta es la razón por la que leí esto hace un momento en el servicio. Debido a
que esto es verdad, debido a que el versículo 3 es verdad, debido a que habéis muerto y
su vida antigua escondida con Cristo en Dios, debido a que Cristo es nuestra vida, debido a
que usted literalmente está en unión constante con la eternidad, debido a que el que está
unido en el Señor es un espíritu –usted es uno en Cristo- debido a que eso es verdad,
versículo 5, ¿acaso no tiene sentido rechazar la inmoralidad, impureza, pasión, malos
deseos y la avaricia que es idolatría?
Si usted no tiene que ir a algún lugar a adorar a Dios, usted es el templo. ¿Va usted a
meter la idolatría a nivel personal? Pablo lo dice en Primera de Corintios 6, “el que está
unido con el Señor un Espíritu es con Él.” Y después, él dice esto: “si se unen a sí mismos a
una ramera, han unido a Cristo a una prostituta.”
¿Va usted a hacer eso? Además, usted no debe ser caracterizado por el enojo, ira, malicia,
calumnia, palabras pecaminosas. Usted debe hacer a un lado, versículo 9, toda la mentira,
con todas sus prácticas antiguas, prácticas malignas. Usted debe caracterizarse por la
renovación. Usted debe vivir como alguien que -versículo 10- está en la imagen del que lo
creó. Usted debe vivir como el que fue recreado por el Creador, escogido por Dios, santo y
amado, versículo 12, usted debe caracterizarse por compasión, amabilidad, humildad,
gentileza, paciencia, perdón. Y claro, el amor, el cual es el vínculo perfecto de unidad.
En serio, realmente es quiénes somos lo que determina como actuamos, ¿no es cierto?
Quién usted es; usted es el templo del Dios vivo -Padre, Hijo y Espíritu Santo. ¿Adorna
usted esa realidad? ¿Deja usted que su luz brille delante de los hombres de tal manera
que ellos pueden glorificar a su Padre que está en el cielo? ¿Trae usted honra a Cristo,
honra al Espíritu, honra al Padre? La Trinidad está en unión completa, íntima, dándonos
vida con todo cristiano verdadero. Esa realidad poderosa debe ser una realidad
purificadora. Oremos juntos.
Todo esto es tan asombroso porque no somos más que polvo. Somos lo más pequeño de
todas las cosas porque somos criaturas caídas con propensiones tan fuertes hacia el
pecado y la iniquidad y la trasgresión. Somos tan absolutamente indignos. No tenemos
nada con qué recomendarnos a Ti. No podemos ganarnos nuestra salvación. No hay
ninguno de nosotros que sea justo, ni aun uno. Todos somos malos; todos nos hemos
desviado a una.
Pero Señor, sería una cosa que Tú simplemente nos rescataras. Pero has hecho mucho
más que eso. No sólo nos has rescatado del pecado y la muerte y el infierno, sino que has
establecido Tu morada en nosotros. Y Tú nos conoces personalmente por nombre. Tú
sabes esto, oh Dios. Que la única razón por la que Te amamos es porque Tú nos amaste
primero. Tu escogiste amarnos a los elegidos y Tú nos recreaste para amarte en
obediencia correspondiendo a Tu amor. Queremos ser el tipo de personas que traigan
honra a Tu presencia en nuestras vidas.
Verdaderamente, Tú nunca nos dejas. Nunca, jamás nos desamparas. Esto es lo que Jesús
dijo en la gran Comisión. Pero esto es lo que Tú dijiste, nuestro Padre, Dios, mucho tiempo
antes de en Deuteronomio: “nunca te dejaré ni te desampararé.” Y Jesús dijo que el
Espíritu Santo sería nuestro para siempre. Esta es la seguridad de nuestra salvación, esta
es la esperanza del cielo y esta es la salvación amorosa que nos motiva a una vida de
pureza y fidelidad.
Cumple eso. Usa Tu palabra, morando en abundancia en nosotros, para que sea la barrera
en contra del pecado que Te deshonra y guíanos en caminos de justicia y más y más
conformados a la imagen de Cristo, en cuyo nombre oramos. Amén.
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No apagando al Espíritu
Escritura: 1 Tesalonicenses 5:19
Código: 52-30
John MacArthur
Esta mañana estamos como usted sabe, si estuvo aquí la última vez, vamos a desviarnos
un poco de nuestro texto de Efesios 5:18. En nuestro estudio continuo en el libro de
Efesios nos encontramos la semana pasada, en el versículo 18, y ese versículo nos
presenta el tema de la bebida. Debido a que han habido tantas, tantas preguntas acerca
de esta área tan importante, y muchos de ustedes han preguntado: “¿Está bien, debe un
cristiano tomar bebidas alcohólicas? ¿qué enseña la Biblia? y demás; que decidimos
detenernos aquí y compartir algunos pensamientos acerca de eso.
Alguien me estaba diciendo que conforme llegaron a la iglesia esta mañana vieron un logo
espectacular que decía: ¿Qué es la Navidad sin Jim Beam? Quizás eso refleja algo de la
enfermedad de la sociedad en la que vivimos. Nos presenta un problema que de hecho es
un problema. Efesios 5:18 dice: “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución,
antes bien sed llenos del Espíritu.” Este es un mandato directo, en contra de la
embriaguez. El Espíritu de Dios está diciendo que no debemos embriagarnos. Podemos
decir con certeza que Estados Unidos tiene un problema severo con la bebida, y supongo
que no nos sorprende eso demasiado.
Esperaríamos que una sociedad soberbia, que se preocupa por satisfacer sus deseos
egoístas, pecaminosa, que busca como loca el placer, que está llena de culpabilidad
consecuente, ansiedad, frustración, y depresión, trata de tanto de satisfacer su deseo,
como de olvidarlo todo al tomar. No nos sorprende eso en absoluto. Pero lo que podría
ser un poco más extraño es el hecho de que cristianos que por la definición de nuestro
Señor son mansos, abnegados, que han sido absolutamente perdonados, consolados por
el Espíritu Santo, llenos del gozo del Señor, busquen su consuelo y su gozo en una botella.
Ese es un asunto muy importante. Y mucha discusión y mucha confusión se lleva a cabo en
el debate.
Algunas personas dicen que un cristiano no debe beber en absoluto, es absolutamente
inapropiado, está prohibido, está mal, es pecado. Otros dicen: “Si, un cristiano puede
beber en moderación. Está bien. Especialmente debido a que el pueblo de Dios tomó vino,
y si lo haces en moderación está bien.” He estado con cristianos en este país, en Europa,
en Latinoamérica y otros lugares, algunos que tomaban y otros que no. Algunos van a
cenar y piensan en ordenar primero el vino y después piensan en la cena. Y otros no
piensan en ordenar vino. He estado con personas en diferentes campos misioneros que
me dicen que me quede en tan lugar porque el vino era mejor ahí. Y por otro lado he
estado con personas en un campo misionero, en una sociedad misionera por muchos,
muchos años, y nunca han consumido en absoluto. No parece ser un problema si está
usted aquí geográficamente o en algún otro lugar, pero si hay muchos sentimientos
encontrados acerca de lo que está bien.
Se me han acercado personas y me dicen: “¿Cuándo vas a predicar en contra de la
bebida?” Y han habido personas que me dicen: “¿No vas a predicar en contra de la bebida,
o sí?” Habrían disfrutado el estar en mi casa ayer, y oír la ambivalencia en las llamadas
telefónicas que recibí. “Bueno, simplemente estamos llamando para preguntar, ¿no vas a
decir esto mañana? ¿O sí?” Yo diría: Bueno, ven y descúbrelo. Sé que hay mucha
preocupación y lo último que quiero hacer es hacer que todo mundo se sienta culpable, y
lo último que quiero hacer es hacerlo pensar que si bebe o no bebe es un símbolo y
emblema de su espiritualidad. La espiritualidad es lo que usted es.
Ahora recuerde esto, que en nuestro último estudio de Efesios 5:18 le dijimos que la
bebida es usada en contraste aquí, con la llenura del Espíritu Santo, porque no era tanto
algo social que Pablo está viendo, como lo era teológico. Claro, la gente en esa sociedad,
así como en esta sociedad y en cualquier otra sociedad alrededor del mundo, a lo largo de
la historia del mundo, bebe para olvidar sus problemas, bebe para inducir el gozo, bebe
para inducir algún sentido de consuelo. Es verdad que había un elemento social en esto,
pero lo que Pablo tiene en mente va mucho más allá de eso y es teológico.
Como puede ver, el vino era usado para inducir la embriaguez en las religiones paganas,
en la adoración de dioses paganos, por parte de los griegos y los romanos, para inducir lo
que pensaban que era una conciencia religiosa más elevada. Ellos creían que entre más
borrachos estaban más elevado era el nivel de conciencia al que llegaban para tener
comunión con sus dioses. Es exactamente lo que Pablo estaba diciendo en 1 Corintios 10
cuando él dijo: “No pueden beber la copa de los demonios y la copa del Señor. No pueden
ir y beber la copa que los hace embriagarse para tener comunión con los dioses, y después
venir y tomar la copa de la comunión mediante la cual tienen comunión con Jesucristo.”
Nuestra comunión demanda el uso pleno de su facultad, conforme es capacitado por la
llenura del Espíritu en contraste a su comunión, la cual realmente es la ausencia de sus
facultades, inducidas por el contenido alcohólico en alguna bebida. Se acuerda de que le
dije que Satanás había falsificado realmente el evangelio entero. Hablamos del dios Zeus,
que en cierta manera es el padre falso de Satanás, en cierta manera es como Dios Padre, y
Zeus dio a luz a un hijo que después fue desmembrado y volvió a nacer, la cual es la
resurrección falsa.
Se acuerda de que el hijo originalmente fue concebido sin que Zeus jamás conocía la
madre, de tal manera que fue una especie de concepción virginal. Y recuerda usted que
Zeus decidió hacer que ese hijo fuera el señor de la tierra, de nuevo indicando la misma
falsificación. Y entonces, este se volvió señor de la tierra, este hijo de Zeus, quien volvió a
nacer. Su nombre fue Dionisio, y su nombre es conocido como el dios del vino. ¿Por qué?
Porque la religión pagana era inducida por la embriaguez. Todo eso era parte del sistema.
Entonces, cuando Pablo está diciendo: “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay
disolución, antes bien sed llenos del Espíritu,” él está diciendo: “Su tipo antiguo de
adoración religiosa ya no sirve, la nueva ha entrado en vigor, y es por el Espíritu Santo, no
por la embriaguez.” Entonces, esa es la base de su contraste, esa es la base de su
comparación. Es mucho más que simplemente un asunto social, él está hablando en
términos religiosos. Él está diciendo: “Si van a andar en el andar digno, si van a andar en
humildad y en unidad, y si van a andar de manera diferente de cómo andan los gentiles,
van a andar en amor, y luz y sabiduría. Entonces no van a inducir su comunión con Dios
mediante la embriaguez, lo van a hacer mediante la llenura del Espíritu de Dios.”
El punto es que la embriaguez está prohibida, porque es una manifestación de una
manera de vivir antigua, incompatible con la nueva vida. ¿Muy bien? No os embriaguéis
con vino es un mandato, la embriaguez está prohibida en la Escritura, es un patrón que
pertenece a la vida antigua. En Romanos capítulo 13, esto es presentado de manera
abundantemente clara en el versículo 13: “Andemos como de día, honestamente, no en
embriaguez.” En Gálatas capítulo 5, versículo 21 encontramos palabras semejantes a
estas, ahí en el versículo 17 habla de la carne, en el versículo 19 las obras de la carne, y
después en el 21, enlista estas: envidias, homicidios, embriaguez. Estas cosas no son parte
de nuestra vida nueva. Les he dicho en tiempo pasado que los que hacen esas cosas no
heredarán el reino de Dios.
1 Corintios 6:10 dice lo mismo: “Los borrachos no heredarán el reino de Dios.” 1 Pedro
capítulo 4 y versículo 3, “Porque el tiempo pasado en nuestra vida debe ser suficiente
cuando andábamos en lascivia, lujuria, exceso de vino.” Ese es el pasado de nuestra vida,
eso es suficiente para eso, se queda ahí, pertenece a esa época y eso es todo. Eso es parte
de la oscuridad del pasado. “Ya no,” dice 1 Tesalonicenses 5:6, “ya no dormimos como los
otros, sino que velamos y somos sobrios, porque los que duermen, duermen de noche, y
los que se embriagan se embriagan de noche.” El punto es que la embriaguez es parte de
la noche de la que hemos salido. Hemos entrado al día en Jesucristo, y no hay lugar para la
embriaguez.
Entonces, la Biblia advierte en contra de la embriaguez, un creyente no debe embriagarse.
Y la gente siempre dice: “Bueno, ¿qué significa estar embriagado?” La embriaguez puede
ser definido como cualquier punto en el que el alcohol controla cualquier parte de su
facultad. Eso es embriaguez. Ahora eso tiene todo tipo de grados, y no se para toda
persona en dónde está esa línea fina. Pero cuando usted cede el control de su facultad, en
cualquier sentido, ese alcohol, eso se vuelve embriaguez.
Ahora, la Biblia tiene mucho que decir de esto. Me gustaría señalarle un par de cosas.
Proverbios capítulo 20, versículo 1, la Biblia dice: “El vino es escarnecedor, la sidra es
alborotadora, y el que es engañado por ello no es sabio.” El punto es que una persona que
tome eso y se embriaga, es un necio, y se engaña al pensar que hace algo de él que es
positivo. Ese es un engaño de Satanás, es un burlador. Usted piensa que está haciendo
algo por usted y se burla de usted en el acto mismo. Proverbios, quiero que vea conmigo
el capítulo 23, una de las descripciones más interesantes de la embriaguez en toda la
Biblia, Proverbios 23, versículo 19: “Oye hijo mío, se sabio y guía tu corazón en el camino.”
En otras palabras, si eres un hijo del reino, un hijo del rey, si eres parte del mundo de Dios
y el dominio de Dios y caminas en la luz, entonces estás en el camino, entonces mantente
en el camino, guía tu corazón en el camino. En el versículo 20 él dice: “No estés entre los
bebedores de vino.” En otras palabras, tu nueva vida es incompatible con la embriaguez
de aquellos de quienes saliste. No estés entre los bebedores de vino y por cierto, entre
glotones, comedores de carne. Podríamos hablar de eso en algún punto en el futuro,
porque el borracho y el glotón llegarán a la pobreza, y esto vestirá a un hombre de trapos.
Una persona que se vuelve un alcohólico termina en trapos, usted lo puede ver si ha
estado viendo las noticias esta semana, y en cierta manera ha estado viendo lo que ha
pasado, sabe exactamente lo que le pasa a esas personas, cómo se ven. He predicado una
y otra, y otra, y otra vez en las misiones, de hecho, cuándo era muy joven solía ir ahí, a la
calle 3, de noche, después de la noche y predicaba en la misión. Y veía a la gente vestida
en harapos, debido a su embriaguez, que engañador era la bebida. Usted sabe. No estaba
haciendo hombres de distinción, estaba vistiendo hombres en harapos, y era muy
aparente. Lo único que tiene que hacer es ver brevemente esa área y usted puede verlo
por usted mismo.
Ahora, él llega al versículo 29, él describe aquí lo que es un retrato de la embriaguez. Por
cierto, a la mitad él habla de la prostitución, porque la embriaguez y la inmoralidad sexual
son tan afines. Él habla de la ramera en el versículo 27, porque eso en cierta manera va de
la mano con esto, pero el versículo 29, él describe la situación de la embriaguez, quiero
que lo vea. ¿Para quién es el ay? ¿para quién los dolores? ¿para quién las contenciones?
¿para quién las heridas de balde? ¿para quién lo amoratado de los ojos? para los que se
detienen mucho en el vino, los que buscan el vino mezclado.
Ahora, simplemente veamos eso por un minuto. ¿Quién tiene un ay? ¿Quién tiene dolores
de corazón? ¿Quién tiene tristezas, peleas? ¿Quién está balbuceando en la boca? ¿Quién
tiene herida sin causa? ¿Quién es esa, por ninguna buena razón en absoluto choca en una
autopista, choca contra un poste de teléfono, choca contra una pared, se cae por una
ventana, choca contra una llave de agua? ¿Quién es? ¿Quién es el que tiene los ojos rojos?
¿Quién es el que simplemente se mete en problemas y tristeza, y pelea, y balbuceo en la
boca? Es el borracho. Son los que buscan vino mezclado.
Ahora, para evitar caer en este foso, él dice: “No veas el vino cuando está rojo, cuándo da
su color en la copa, cuando desciende con suavidad.” En otras palabras, simplemente no
te involucres en verlo, porque es algo que te tienta verlo. Y usted sabe, alguna vez ha visto
a esas personas, usted sabe, lo mantienen en alto, esos promocionales, y le colocan luces,
y después lo ven, y después lo vacían en cámara lenta, y está cayendo. Y tiene a personas
que son bebedores profesionales de vino, y prueban el vino, es jugar con lo que es una
tentación. Y claro, dice en el versículo 32: “Se ve tan bien, y baja tan suave. Y finalmente,
muerde como serpiente y pica como un áspid, y tus ojos verán cosas extrañas.”
No les voy a pedir a todos ustedes que han tenido esa experiencia que se pongan de pie y
den su testimonio. Podemos suponerlo. “Y tu corazón dirá cosas perversas,” ves cosas
chistosas, los elefantes rosas y todo lo demás, “y tu corazón pronuncia cosas perversas, y
serás como una persona que está en el medio del mar, ahí en la parte de arriba del
mástil.” El versículo significa que aquí hay un barco a la mitad del mar. Y usted, cuando
usted está borracho, es como un hombre que está tratando de dormir en el mástil. Si
usted sabe algo de un barco, es obvio, que el movimiento que se crea en la parte de abajo
será más extremo en la parte de arriba.
Entonces el hombre que está en el mástil va así. Y hablé con alguien esta semana que me
dijo, que él tuvo la experiencia frecuentemente de estar borracho, y esa es la descripción
más apta que jamás ha escuchado en su vida. ¿Pero sabe lo que es sorprendente de esto?
Él dirá: “Me han golpeado, y no estuve enfermo. Me azotaron, mas no lo sentí; cuando me
despierte lo volveré a buscar.” Sorprendente. Todos esos problemas y ¿qué hace usted
cuando se levantan? Lo vuelve a buscar.
Uno de los grandes comentaristas del Antiguo Testamento, Delitzsch dice: “El autor pasa
en este texto del pecado de la prostitución y la inmundicia, a aquel de la embriaguez,
porque están relacionados de cerca, porque la embriaguez incita la lujuria carnal, y para
revolcarse en deleite, en el lodo de la sensualidad, un hombre creado a la imagen de Dios,
primero debe brutalizarse a sí mismo por algún tipo de intoxicación.
Entonces, la Biblia es muy clara acerca de la embriaguez. En Isaías capítulo 5, versículo 11:
“Ay de aquellos que se levantan temprano por la mañana, para que sigan la bebida fuerte,
que continúan hasta la noche hasta que el vino los inflama.” Una de las marcas
características de un alcohólico es que bebe en la mañana. Hay de aquellos que
comienzan en la mañana y beben hasta la noche. Por cierto, como veremos más adelante,
usted tenía que hacer eso en ese día, porque el contenido alcohólico era tan bajo. Usted
realmente tenía que hacerlo todo el día, al menos que claro, usted bebiera bebida fuerte
como es indicada aquí. Si usted tan solo estaba bebiendo vino, tomaría mucho tiempo
debido a una diferencia en su tipo de vino, lo cual veremos en un minuto. Pero la persona
que se levanta y bebe todo el día, va a recibir un ay.
Capítulo 28 de Isaías, y hay muchos otros pasajes, únicamente le voy dar algunas
muestras, capítulo 28 de Isaías, Dios condena Efraín, los hijos del Señor, y es una condena
muy, muy fuerte, Él dice: “Han errado,” Isaías 28:7, “mediante el vino, y mediante la
bebida fuerte, y están fuera del camino.” En otras palabras, la bebida los ha sacado de la
perspectiva correcta hacia Dios. Observe esto: “El sacerdote y el profeta han errado
mediante la bebida fuerte.” Ahora, quiero decirle algo, un sacerdote tenía prohibido
beber en absoluto, y veremos eso la próxima vez. ¿Por qué? Porque un sacerdote estaba
en una posición de representar a Dios, y si se embriagaba y emitía un juicio mal o
representaba algo mal, él podía llevar un grupo entero de personas con él, y aquí el
sacerdote y el profeta de Dios estaban borrachos, y habían errado.
Y habían hecho afirmaciones que no eran verdad. Y estaban inmersos en el vino. Se habían
salido del camino mediante la bebida fuerte, erraron en la visión y tropezaron en el juicio.
Estaban diciendo cosas equivocadas, estaban desviando a la gente, y dice lo mal que
habían llegado a estar, en el versículo 8: “Sus mesas están llenas de vómito e inmundicia,
de tal manera que no hay lugar limpio. Estaban vomitando y produciendo excreciones ahí
en el lugar en dónde estaban bebiendo. Una entrega increíble al pecado por parte del
sacerdote y el profeta, cuando Dios los había llamado al lugar al que los había llamado. No
es sorprendente que Dios los juzgó.
En el capítulo 56 de Isaías, volvemos a encontrar en el versículo 11 y 12, algo similar.
Habla de la gente que supuestamente debían ser los vigilantes para Israel, personas que
supuestamente debían estar cuidando del pueblo, y dice: “Son perros avaros que nunca
pueden tener lo suficiente, son pastores que no pueden entender. Buscan lo suyo, cada
uno busca lo que quiere y dicen: “Voy a preparar vino y vamos a beber con bebida fuerte,
y mañana será como este día, y mucho más abundante.” Simplemente, nos vamos a
mantener borrachos. Y como usted sabe, Dios literalmente condena a estas personas,
cuando una persona está en una posición de responsabilidad espiritual, y beben y se
emborrachan, realmente son condenados por Dios de maneras terribles.
En Oseas capítulo 4, versículo 11, “Prostitución y vino, y nuevo vino quitan el corazón.” Y
aquí usted tiene a Dios relacionando al vino con el adulterio, la bebida con la prostitución,
y la fornicación. Muy bien, ahora vamos a detenernos ahí por un minuto. ¿Muy bien? Creo
que usted entiende como Dios se siente acerca de la embriaguez. Usted vio la maldad
miserable de la embriaguez en Génesis, en dónde el resultado fue incesto terrible.
Sabemos que Dios prohíbe la embriaguez, es repetido una, y otra, y otra, y otra vez.
En ningún punto en la vida de un creyente él o ella jamás debe ceder al control de sus
facultades al alcohol. Todos somos sacerdotes para Dios, todos somos aquellos con
responsabilidad espiritual, todos somos aquellos que debemos hablar de una manera
apropiada, que representa a Dios y hacer algo que represente de manera correcta a Dios
en todo momento, y no cedemos nuestras facultades en ningún momento, en ningún acto
de embriaguez sin importar cuán mínimo sea, sin violar el estándar de Dios para que
estemos de acuerdo con el Espíritu de Dios. Pero, por otro lado, ¿sabe usted que el vino
también es recomendado en la Biblia?
Ahora, algunos de ustedes están diciendo: “Oh no, estaba tan cómodo con esa primera
parte.” Pero el vino también es recomendado en la Biblia, y tenemos que ser justos, lo es.
¿Sabía usted que en Éxodo 29, y Levíticos 23 el pueblo debía traer ofrendas de bebida al
templo para ofrecérselas a Dios, y esas ofrendas de bebida eran vino? Y en Jueces 9:13 y
en el Salmo 104:15 dice que hay un tipo especial de vino que alegra, que lo hace a usted
feliz. Y en Isaías 55:1–2, y este es un shock, Isaías 55:1–2, Isaías equipara el vino con la
salvación. Él dice: “Venid y comprad vino.” Y él realmente está presentando una invitación
a salvación.
Nuestro Señor Jesucristo, bebió vino y ordenó la mesa del Señor, la cena del Señor. Pablo
le dijo a Timoteo en 1 Timoteo capítulo 5, versículo 23, que bebiera un poco de vino por
causa de su estómago. Y es obvio que en el Antiguo y Nuevo Testamento, la bebida
estándar de la gente era el vino. Y, por cierto, cuando el buen samaritano salió del camino
y encontró al hombre al lado del camino, dice en Lucas 10:34, derramó vino en sus
heridas. Y en Proverbios 31, dice que cuando alguien envejece y realmente está enfermo y
están a punto de morir, que les des algo de vino para actuar como un sedante, para aliviar
el dolor como una anestesia.
Entonces, como puede ver en la Escritura, tenemos vino como un destructor, y vino como
un burlador, y vino como algo que disipa, y vino como algo que causa embriaguez, lo cual
está prohibido por Dios. Por otro lado, usted tiene el vino como algo aceptable, en
muchos lugares en la Escritura, como así es indicado. Dice usted, ¿qué estas tratando de
decir? Bueno, estoy tratando de decir que es como cualquier cosa, que una pequeña uva
que cuelga de la viña tiene un potencial para bien y un potencial para mal. Ahora, dice
usted: “Bueno, ¿podemos qué hacer? ¿podemos saber si debemos beber o no beber?
¿acaso la Biblia nos dice algo para ayudarnos? Bueno, sí, y le voy a dar eso.
Esto es lo que llamo, La Lista de Vino del cristiano. Le voy a dar ocho puntos de evaluación.
No sé cuáles son sus presuposiciones, y quiero que sepa que amo a todos y no estoy
tratando, usted sabe, simplemente molestarlo. Le voy a pedir que haga estas ocho
preguntas y tiene que pensarlas conmigo. Y vamos a cubrir las primeras dos, y
simplemente un poco la tercera hoy, ¿muy bien? Y realmente creo en primer lugar que
esto le va a ayudar a usted a tomar una decisión.
Ahora, permítame decirle esto, la Biblia no prohíbe el tomar vino. Ahora, no diga usted
amén. No usted no debe hacer eso, porque alguien que esté cerca de usted puede
asustarse. La Biblia no prohíbe el beber vino, si lo hiciera simplemente leería el versículo,
oraría, y nos iríamos a casa. Tendría que predicar otro sermón, ¿verdad? Eso se acabaría.
La Biblia no dice eso. No dice que el vino está prohibido, pero dice algunas cosas que nos
ayudan a saber lo que debemos saber.
Número uno, y esta es la primera pregunta que vino a mi mente. ¿Es lo mismo? ¿Qué
quiero decir con eso? ¿Acaso beber en la actualidad es igual que en los tiempos bíblicos?
Mejor aún, ¿acaso el vino en la actualidad es el mismo que en ese entonces? Ahora, la
razón por la que hago esta pregunta es porque inevitablemente los cristianos que beben
se apoyan mucho en su derecho a beber en base a la Biblia, dicen: “Bueno, Jesús bebió,
los apóstoles bebieron, tomaron en el Antiguo Testamento, tomaron en el Nuevo
Testamento, no puede haber nada malo con esto. Y pensé en eso, y pensé bueno, eso es
bueno, digo, quieren usar una base bíblica. La gente en la Biblia lo hizo, entonces ¿cuál es
el problema? Y debido a que no tenían, dicen, refrigeración en ese entonces, ciertamente
estaba fermentado, y lo tomaban fermentado, y estamos tomando fermentado, ¿cuál es
el problema?
Entonces inmediatamente pensé, bueno, me pregunto si el vino en la actualidad es el
mismo que era en ese entonces. Entonces, durante las últimas tres semanas he estado
estudiando esto, tratando de entender si era lo mismo. Y he descubierto cierta
información que es fabulosa y se la voy a compartir. Así que sígame. Quiero darle algunas
palabras para comenzar. Estas son las palabras bíblicas y después las voy a integrar en lo
que queremos explicar. ¿Acaso el vino que tomaban, el mismo que el nuestro? Si vamos a
usar su bebida como la base de nuestra bebida, entonces tienen que ser iguales. Si no lo
es, entonces el principio no se considera y vamos a descubrir otro.
Muy bien, en primer lugar, la palabra más común en el Nuevo Testamento es oinos o-i-n-
o-s la palabra griega oinos. Es una palabra que simplemente se refiere al jugo de las uvas.
Es una palabra muy general, es usada de manera muy común, y es la palabra normal del
Nuevo Testamento para vino. Ahora, el equivalente del Antiguo Testamento para oinos es
yayin, y-a-y-i-n, esa es la palabra hebrea. Es usada ciento cuarenta y un veces en el
Antiguo Testamento. Y la palabra yayin, se refiere, escuche esto, a vino que está
mezclado. Muy bien. Mezclado. No con otro vino, sino normalmente con agua. Algunas
veces con miel, algunas veces con hierbas, y algunas veces con mirra, pero siempre
mezclado. Inclusive si estaba mezclado con miel, mirra y hierbas, también podía estar
mezclado con agua, entonces tenían varias mezclas.
Ahora, yayin por cierto significa vino mezclado. Encontré eso en la Enciclopedia Judía
1901. Esa no es una interpretación cristiana, eso no es simplemente algo que inventamos.
Los judíos mismos viendo su propio texto hebreo y examinando su propio uso de las
palabras dicen que yayin significa ‘vino mezclado.’ Hay dos palabras más que tenemos que
considerar, gleukos, de la cual obtenemos glucosa, la cual es algo así como basado en
azúcar, gleuko significa vino nuevo, vino nuevo. Es usado en Hechos 2:13, cuando dijeron
de los apóstoles en el día de Pentecostés, están llenos de vino nuevo. Es ese vino fresco.
Pero observe, todavía está fermentado. No se necesitaban muchos dias para fermentarlo.
Inclusive el vino fresco que acaba de ser extraído de las uvas, sin refrigeración, se
fermentaba rápidamente.
Entonces, aunque comparativamente era fresco y no había llegado a su maduración plena,
todavía, potencialmente era intoxicante. Esa es la razón por la que en Hechos 2:13
dijeron: “Estos hombres están borrachos con vino nuevo.” El hecho de que era vino nuevo
no significaba que no intoxicaba, se fermentaba igual de rápido. Ahora, si usted
simplemente lo extraía de la uva y lo tomaba, obviamente no necesariamente estaba
fermentado. Pero lo que es llamado gleuko o vino nuevo, podía quizás tener unos días,
semanas, unos cuantos meses desde que lo imprimieron y todavía estaba fermentándose.
Por cierto, la palabra del Antiguo Testamento para eso es tirosh, t-i-r-o-s-h tirosh también
significa vino nuevo. Le leí antes Oseas 4:11 y dice, vino nuevo, y es tirosh, escuche esto,
dice en ese mismo versículo que la embriaguez va con el vino nuevo.
Entonces el vino nuevo, tirosh, nuevo vino, gleukos, ambos casos podían crear
embriaguez. Entonces el hecho de que era vino nuevo no significaba que no podía pasar.
Muy bien, ahora quiero darle otra palabra, otra palabra que necesita conocer en el
Antiguo Testamento es shakar, y shakar significa bebida fuerte, y eso significa ‘no
mezclado.’ La palabra del Nuevo Testamento es sikera, y significa ‘no mezclado.’ Ahora
usted tiene tres cosas, número uno: oinos y yayin son vino mezclado, vino mezclado con
agua. Ese es el uso predominante. Y después está gleukos y tirosh, ese es vino nuevo
fresco, el cual por cierto también estaba mezclado con agua, hasta dónde la historia nos
dice. En tercer lugar estaba shakar y sikera, lo cual no estaba mezclado, vino que sale de la
uva, directo de la uva, al vaso y a la boca sin nada en medio.
Ahora, en base a estos términos, y quiero darle algunos principios históricos, y todo esto
va a llegar a una conclusión y creo que le va a parecer fascinante. Mi conclusión es esta, le
doy la conclusión en primer lugar para que sepa dónde voy. El vino de tiempos bíblicos no
necesariamente era lo mismo que el vino que tenemos en la actualidad. El vino que se
toma en la actualidad no está mezclado con agua, es vino puro. Eso no es el caso con el
vino bíblico, y le voy a mostrar por qué.
En primer lugar, algo del vino de los tiempos bíblicos no causaba ninguna embriaguez,
simplemente no estaba fermentado, no intoxicaba en sentido alguno. El profesor Samuel
Lee, de la Universidad de Cambridge dice esto, él dice que el yayin, esto el vino mezclado,
u oinos, la palabra en el Nuevo Testamento, no se refiere únicamente al licor que intoxica,
hecho mediante la fermentación, sino que con mayor frecuencia se refiere a una miel o
jalea que no intoxica, que es espesa, producida por, escuche esto, mediante la ebullición,
mediante hervir para hacer que se pueda almacenar, lo cual indica que era muy común
para ellos tomar aquello que salía de la uva, el vino que salía de la uva, y después servirlo,
lo cual causaba la evaporación de todo el líquido, la perdida de la capacidad de
fermentación cuando el líquido se va. Y tenían un tipo de pasta que podían almacenar, lo
cual colocaban en contenedores.
Ahora, esto no es diferente de las mujeres que en la actualidad enlatan cosas para
preservarlas, y preservan esta sustancia espesa como miel. El jugo de uva, por cierto, que
quedaba después del proceso de ebullición, no podía fermentarse en esa condición, era
entonces almacenado en pieles para vino nuevo. Habían ocasiones y lugares en las que
definitivamente querían eliminar cualquier capacidad alcohólica o de fermentación de lo
que usaba.
Entonces, no es lo suficientemente simple o simplemente decir que tomaban bebida
alcohólica porque no había refrigeración, lo evitaban de esa manera. Y la miel espesa
parecida por cierto a la jalea, o a la mermelada de uvas, con frecuencia la colocaban en
pan, como si fuera jalea, ¿sabía usted eso? Y cuando querían beberla, la metían en algo y
la mezclaban según Plinio, el historiador romano, llegando hasta veinte partes de agua. Si
usted tenía una pasta espesa, tenían que volverle a colocar el agua, esa agua que había
perdido en la evaporación, ¿verdad? y la volvían a mezclar y la bebían de tal manera que
no estaba fermentada, y no los embriagaba en absoluto.
Y, por cierto, lo mejor que puedo ver a partir de mi investigación, es que esa era la manera
preferida de beber. Esa es la razón por la que Samuel Lee dijo que esa era la manera más
común de almacenar y preparar el vino. Y no sabe usted que obviamente es más fácil
almacenarlo de esa manera que almacenarlo en forma líquida, porque sería demasiado,
¿qué? demasiado grande. Entonces, esa era la manera común de hacerlo.
Ahora, los escritores clásicos han hablado acerca de esto, y quiero mostrarle eso para que
usted sepa que hay algunas fuentes reales. Horacio, en el 35 a. C., esto se remonta a la
antigüedad, dice: “Puedes tomar muchos vasos de vino que no embriagan, bajo la
sombra.” Entonces, reconocieron que tenían eso. Plutarco, en el 60 d. C. escribió que el
vino filtrado ni inflama el cerebro, ni infecta la mente y las pasiones y es mucho más
agradable para beber. En otras palabras, Plutarco está diciendo: “Me gusta el tipo que no
tiene contenido alcohólico, no inflama la mente o nada. Es mucho más agradable para
beber.”
Aristóteles dijo: “El vino de Arcadia era tan espeso que era necesario rasparlo de la botella
de piel, en la cual estaba almacenado, y disolver lo que quedaba en agua.” Virgilio, en el
30 a. C. habló del tipo de vino que es hervido hasta llegar al jugo rico y después
preservado.” Homero, en el noveno libro de su Odisea, nos dice que Ulises se llevó en su
barco, una piel de cabra de vino dulce y negro, y cuando se bebió había sido diluido con
veinte partes de agua.” Claro, porque era tan espeso, tenía que tener agua para poder ser
consumido como una bebida.
Columella y otros escritores que eran contemporáneos de los apóstoles nos informan que
en Italia y Grecia era común hervir los vinos, lo cual claro, no habría sido hecho si querían
preservar el contenido alcohólico. El arzobispo Potter, quien nació en el 1674 d. C. en sus
Antigüedades Griegas, en la edición de Edimburgo de 1813, volumen II, página 360, dice
que los Lacedemonios, solían hervir sus vinos sobre el fuego y más tarde se los bebían. Él
se refiere a Demócrito, un filósofo celebrado quien viajó y cruzó la parte más grande de
Europa, Asia y África, quien murió en el 300 a. C. a, a Paladio un médico griego haciendo
una afirmación parecida.
Ahora, estas autoridades antiguas llamaban al jugo de la uva hervido, vino. Y algunos de
ustedes pudieron haber oído del vino opimiano, mencionado por Plinio el historiador
romano, y él dijo que tenía la consistencia de la miel. Entonces, simplemente le estoy
tratando de dar ilustraciones del hecho de que esto realmente era un hecho histórico. Un
profesor, Donovan, dice en un comentario bíblico: “Para preservar sus vinos por mucho
tiempo, los romanos concentraban el jugo de uva, el cual habían elaborado mediante la
evaporación.” Habla de cómo lo hacían para que fuera espeso y como miel, esto no solo
era romano, los judíos lo hicieron.
El Mishna, el cual es la codificación de la ley judía, afirma que los judíos tenían el hábito de
usar vino hervido. W. G. Brown, que viajó por toda África, Europa y Asia, en el siglo 18,
afirma que los vinos de Siria, son primordialmente preparados al hervirlos
inmediatamente después de que son exprimidos de la uva, hasta que se consideran
reducidos en cantidad, hasta que son colocados en botellas, o en frascos, y preservados
para su uso. Después hay un Dr. Newman quien dijo, un profesor de química en Berlín, en
el siglo 18, quién dijo que se observa cuándo los jugos dulces son hervidos hasta llegar a
una consistencia espesa. No solo no se fermentan en ese estado, sino que no son llevados
fácilmente a la fermentación, inclusive cuando son diluidos con agua. Entonces, inclusive
diluirlos de regreso, y dejarlos como están, podría fermentarse, pero se fermentarían de
manera muy lenta.
Entonces, el punto es este, que había una pasta que era usada, que no causaba
embriaguez, que no intoxicaba. El jugo de uva concentrado, por cierto, todavía existe, es
usado en la actualidad en viñas en Palestina, Jordania, y Líbano, es usado para sazonar los
alimentos, es usado inclusive para colocarse en pan, y ahorra la necesidad de refrigeración
para preservar una bebida que no se fermenta. Entonces, lo que quiero que entienda a
partir de eso, es esto, que el vino que era consumido en ese entonces, no necesariamente
era lo que conocemos como vino en la actualidad, era un jugo de uva concentrado, al cual
se le había quitado su propiedad de fermentación y de intoxicación.
El punto que estoy presentando es este, usted no puede defender el beber vino en la
actualidad en base al hecho de que bebían vino en ese entonces, a menos de que pueda
probar que está bebiendo lo mismo que estaban bebiendo, ¿muy bien? Si usted no puede
hacer eso, entonces tiene que dejar ese argumento y debe decir: “Bueno, puedo beber
vino por otra razón.”
Y muy bien, vamos a ir a otra razón, pero esa no va a funcionar a menos de que sea lo
mismo. Permítame añadir otra cosa, no solo tenían esta pasta, sino que también la
almacenaban como un líquido de vez en cuando, y el líquido se fermentaba. Ahora, según
Robert Stein, quién realizó la investigación de esto en 1975 y la publicó en el Cristianismo
en la Actualidad, solían mantener la forma líquida del vino, lo cual usaban diariamente, y
quizás no siempre querían tomar la pasta y mezclarla sino podían, sino tenían el tiempo,
sea cual fuera la razón, la almacenaban en contenedores grandes llamados anforas. Y
hacían esto, a partir de las anforas sacaban el vino, vino puro no mezclado con agua, lo
vaciaban en kráteres k-r-á-t-e-r-e-s, kráteres, y ahí en el kráter lo mezclaban con agua, de
tal manera que vaciaban el agua ahí para mezclarlo. Y a partir del kráter salía el kylix, lo
cuál es la copa.
Nunca servían vino de la afora al kylix sin pasar por el kráter. En otras palabras, no servían
el vino no mezclado con agua, sino era la pasta, si era líquido y se fermentaba entonces lo
mezclaban con agua. Por cierto, encontramos que las mezclas, conforme vemos la historia
podían ser tan elevados como 20 a 1, o tan baja como 3 a 1, eso es lo más bajo que
encontré. De 20 a 1; a 3 a 1, lo mezclaban con agua.
Ahora, escuche esto. Beber vino no mezclado era visto, inclusive por la gente incrédula,
como algo bárbaro. Bárbaro. Atanasio cita a Menesto de Atenas, con esta afirmación: “Los
dioses han revelado vino a los mortales para que sea la bendición más grande para
aquellos que lo usan bien, pero para aquellos que lo usan sin medida, lo opuesto.” Ahora,
observe, “porque da alimento para aquellos que lo toman, y fortalecen la mente y el
cuerpo. En la medicina es muy benéfico,” escuche, “puede ser mezclado con líquido y
drogas, y trae ayuda al herido. En el curso diario es para aquellos que lo mezclan y lo
beben de manera moderada, traer alegría. Si usted cruza los límites trae violencia.
Mézclelo por la mitad y la mitad, y usted termina con locura, sin mezcla, colapso
corporal.”
Como puede ver, esas personas lo mezclaban. Inclusive mezclarlo uno a uno era
considerado bárbaro. Lo más bajo que pude encontrar era tres a uno. Es evidente que el
vino era visto en tiempos antiguos como una medicina, y claro, como una bebida. Y como
una bebida siempre se veía como algo mezclado, o era mezclado en una base de pasta, o
era mezclado a partir de una afora en un kráter, y después era servido, pero no sin
mezclarse. La proporción de agua podía variar, pero solo los bárbaros lo tomaban sin
mezclarse. Y una mezcla de agua y vino de partes iguales, uno a uno, era considerado
como bebida fuerte, y era menospreciado.
Entonces, el término vino, u oinos, o yayin, Antiguo y Nuevo Testamento debe ser
entendido como vino mezclado con agua. Y cuándo querían decir vino no mezclado,
decían que el vino era akratesteron, en otra palabra era akrate, no había kráter en el
medio, salía de la afora al kylix sin mezclarse.
Ahora, el punto que estoy tratando de presentar es este, el vino no mezclado, inclusive
era inaceptable para esa cultura. La bebida fuerte no era mezclada, y eso lo bebían los
bárbaros. Conforme nos alejamos de la iglesia del Nuevo Testamento entramos a la iglesia
después de la iglesia del Nuevo Testamento, la primera iglesia, lo llamamos. Escribieron
esto en un volumen llamado La Tradición Apostólica. Y en la Tradición Apostólica dice que
la primera iglesia siguió esta misma costumbre, sirviendo únicamente vino mezclado a
partir de una base liquida o de un jarabe.
Ahora, dice usted: “Bueno, ¿qué es lo importante en esto? ¿qué estás tratando de decir?
Lo que estoy tratando de decir es esto. Si usted quiere defender el hecho de que usted
puede beber vino en la actualidad en base al hecho de que ellos bebían vino en la Biblia,
entonces necesita reexaminar si lo que bebemos en la actualidad es lo mismo a lo que
bebían en ese entonces. Y descubrimos que conforme nos acercamos al tema, que ellos
bebían lo que no embriagaba, como la base de jarabe, o lo que estaba tan diluido con
agua que su nivel de embriaguez era muy, muy reducido.
Permítame ilustrárselo, llamé al Concilio de Alcohol, su centro de información, ahí en la
biblioteca, y encontré esta información: la cerveza tiene cuatro por ciento de alcohol; el
vino tiene de nueve a once por ciento de alcohol. Y no importa cuánto tiempo ha estado
contenido, ese es simplemente el rango de alcohol que produce, ese es el nivel de
fermentación de nueve a once por ciento. Brandy, el cual es vino fortificado, tiene de
quince a veinte por ciento de alcohol, y el licor, sea cual sea el licor, sea escoces y todas
esas cosas tiene cuarenta por ciento, cincuenta por ciento. En otras palabras, si tiene
ochenta grados tiene cuarenta por ciento de alcohol. Si tiene cien por ciento tiene
cincuenta por ciento de alcohol.
Ahora, cualquier persona que bebía algo de quince a cincuenta por ciento de alcohol en
tiempos bíblicos, habría sido considerado definitivamente un bárbaro. Entonces, no quiero
que ni siquiera necesitamos discutir si un cristiano debe beber bebidas fuertes, licor
fuerte. Creo que es muy aparente, de hecho, usted se da cuenta e inclusive beber en
absoluto y mantener su facultad de razonamiento tiene que beberlo en pequeños sorbos
debido al poder que tiene. Esa es la cantidad que tiene de alcohol, y ni siquiera estoy
tomando el tiempo de entrar a los factores médicos involucrados en lo que el alcohol
hace. Lo único que tiene que hacer es encontrar a alguien en alguna coladera en algún
momento y llevarlo a un hospital y ver como se muere de esclerosis del hígado, y va a
tener una pequeña idea.
Pero tomemos un estimado muy conservador, digamos muy bien, el vino se fermenta a un
nivel de alcohol de nueve a once por ciento. ¿Muy bien? Muy bien, tomemos el nivel de
mezcla más bajo que pude encontrar, 3 a 1, simplemente el más bajo que pude encontrar.
Por no decir nada de 5 a 1, 10 a 1, 15 a 1, lo que sea, 3 a 1, el más bajo que pude
encontrar, ¿está bien? Si usted tomara ese vino fermentado por el alcohol de nueve a
once por ciento en esa afora, usted lo mezclara en un cráter con un porcentaje de tres a
uno de agua, el producto sería éste: el contenido de alcohol en el producto final mezclado
con agua, sería 2.25 a 2.75 de alcohol. Ahora eso es muy bajo. Por cierto, algo tiene que
tener 3.2 por ciento de alcohol para ser clasificado como una bebida alcohólica.
Entonces usted tiene una bebida sub-alcohólica y el punto es este, para que usted se
emborrache con vino mezclado con tres partes de agua, usted tendría que estar ahí todo
el día bebiendo eso. Y esa es exactamente la razón por la que la Biblia dice de los ancianos
en la iglesia no permanezcan por mucho tiempo junto a su vino. En otras palabras, para
emborracharse en esa época, de vino, tenía que planear emborracharse, porque tendría
que superar a su vejiga. Por un lado, si usted tan solo determinara en su mente que se iba
simplemente a emborrachar, tendría que salir y tendría que tomar mucha bebida fuerte,
¿verdad? No lo mezclaría.
Entonces, usted actuaría como un bárbaro, pero las advertencias de la Escritura son estas,
que el vino, y con un contenido de alcohol tan bajo, cuidado con que no en una situación
simplemente se sienten ahí por tanto tiempo que tenga un efecto en ustedes. Pero la idea
es esta, que el vino que era consumido en ese entonces, si era 3 a 1, tendría un contenido
de alcohol de 2.5, un promedio de 2.50, lo cual es tan mínimo que ni siquiera se clasifica a
sí mismo como una bebida alcohólica.
El punto es este, sea que esté hablando de la pasta, o sea que está hablando de la mezcla,
el vino que era consumido en esos días, era un vino con un contenido de alcohol muy
bajo, o no existía. Y la embriaguez era algo que usted buscaba hacer para emborracharse.
La gente que lo hacía simplemente se quedaba por mucho tiempo hasta que se
embriagaba. ¿Y sabe una cosa? He visto a un hombre perder sus facultades por el vino, en
cuarenta y cinco minutos, simplemente al tomar tres o cuatro copas de eso. Bueno, eso no
podía suceder en tiempos bíblicos. Usted tenía que quedarse con su vino por mucho
tiempo para hacer eso. Entonces, el punto es simplemente eso, usted no puede usar
aquello que era consumido en la Biblia, como una base para lo que consumimos en la
actualidad. Ellos veían lo que bebemos en la actualidad como bárbaro, bárbaro. Eso no era
lo que consumían.
Entonces, primera pregunta: ¿Es lo mismo? Respuesta, ¿qué? No. Segunda pregunta: ¿Es
necesario? ¿Es necesario? Ahora, estoy consciente de que en tiempos bíblicos era en
cierta manera necesario beber vino, y podrían haber tiempos en la actualidad en las que
es necesario. Digo, la Biblia no dice que no lo puedes hacer, porque la Biblia sabe que hay
épocas en la historia, van a haber situaciones en las que no tienes mucha alternativa. Digo,
si estuvieras en un país en particular del mundo, en dónde es lo único que hay, y
estuvieras muriendo de sed y demás, y tienes poca alternativa entonces vas a aprovechar
lo que está disponible. Entonces la Biblia no lo borra y punto.
Entonces, tenemos que ir a esta pregunta, ¿es necesario en la actualidad? El Señor
produjo vino, y el Señor habló de beber vino, y usaron vino en el Antiguo Testamento
porque era necesario en su sociedad, pero no concluya que era fermentado, y no concluya
que emborrachaba porque pudo no haberlo sido. Pudieron haber ocasiones cuando tenían
vino que tenían una proporción de uno a uno porque eso era lo que el anfitrión ofrecía, y
eso era lo único que estaba disponible, y tenían que ser muy cuidadosos. Pudieron haber
ocasiones cuando la bebida fuerte se ofrecía, y en medio de la sed tomaban una pequeña
cantidad porque no tenían opción. Pueden haber ocasiones cuando todas estas cosas
estaban ahí, pero tenemos que mantener en mente que en ese día y en esa época, quizás
en algunas partes del mundo en la actualidad, existe una necesidad de esto y esa es la
razón por la que Dios no nos dio una afirmación general.
Pero el punto es este, si nos preguntamos, ¿es mi beber necesario? Esa es una pregunta
muy importante. En esos días quizás tenían vino, jugo de fruta, y agua. Eso era todo.
Tenían pocas alternativas, en la actualidad usted puede beber cualquier cosa, digo, las
repisas en los supermercados están llenos de cosas, todo lo que podamos concebir.
Tendríamos que decir esto, ¿es necesario beber vino en la actualidad? ¿cuál es la
respuesta. No, no es necesario. Y entonces, sale de la categoría de una necesidad a la
categoría de una preferencia, ¿verdad? Tiene que estar en la categoría de una preferencia,
de una, de un deseo. Ese es el único lugar en el que podemos colocarlo.
Entonces, realmente y si usted va a decir que toma, no puede decir: “Tomo porque
tomaban en la Biblia.” Simplemente diga: “Tomo porque quiero hacerlo.” Eso es justo, si
usted prefiere eso, usted prefiere tomar vino que Coca, o que té helado, no sé.
Simplemente admita eso, y básicamente eso es lo que es en nuestra sociedad. Pero no use
este argumento, la gente dice: “Bueno, realmente creo que es necesario porque si no lo
hago entonces la gente se va a ofender. Tengo muchos amigos no salvos y toman, y creo
que simplemente debo tomarme una cerveza con los amigos, o necesito tomar esto con el
grupo, o realmente necesito ser parte de esto. Simplemente creo que no quiero
ofenderlos. Francamente, ese es el argumento más torpe que jamás he oído.
En serio. No es argumento en absoluto, ese no es un argumento. Digo, si una multitud de
gente se reúne y todos se rascan el oído izquierdo, ¿usted se rasca el oído izquierdo para
que sea parte de ellos? Digo, si todo mundo ahí en su cuadra no usa desodorante, ¿usted
no va a usar desodorante? ¿qué es eso? Eso no es argumento. Eso no es nada, eso es
torpe. Usted sabe, probablemente hay tantos no cristianos que no beben, como hay
cristianos que no beben en esta época. Hay muchas personas, no salvas que no toman.
Usted puede encontrarlos a todos en un lugar si tan solo asiste a una reunión de
Alcohólicos Anónimos.
Hay muchas personas que han jurado no volverlo a hacer. Usted conoce a gente todo el
tiempo que no son personas cristianas, que no toman. Inclusive he estado en una
situación con cristianos y no cristianos, en dónde los cristianos tomaron y los no cristianos
no tomaron. Eso no es un argumento. La gente no va a llegar a una conclusión teológica
seria acerca de su capacidad de desarrollar relaciones humanas porque usted no toma. No
van a decir eso. De hecho, hay muchas personas que desearían que no tomaran muchos
de ellos.
Entonces, realmente no acepto el argumento de que usted tiene que hacerlo para ser
aceptado. He estado en Sudamérica, he estado en Latinoamérica en dónde la gente toma,
he estado en México en dónde la gente toma, he estado en todo juego de béisbol que
jugamos en varios años que fuimos ahí para esos torneos de béisbol, que jugábamos en
contra de los campeones nacionales de México, hace unos años atrás. Y cada vez que
íbamos a algún lugar, después de cada juego, preparaban esta fiesta enorme para
nosotros, digo, una grande. Nos llevaban al restaurante local o al country club o lo que
fuera, y hombre les digo, sacaban todo.
Me acuerdo que fuimos a este lugar y enfrente de todo plato estaba esta botella enorme,
simplemente enorme. Digo, no sé lo que era, probablemente era un par de litros,
simplemente algo enorme. Y, en cierta manera todos lo vimos y pedimos Coca, usted
sabe. Pero simplemente ellos disfrutaron mucho. Digo, ellos tomaban el de ellos y el
nuestro, usted sabe, simplemente, y la gran parte de esto es que todos disfrutamos de un
gran tiempo. Nada más que nosotros sabíamos lo que estaba pasando. Disfrutamos la
realidad del momento, y ellos disfrutaron su fantasía. Y cuándo todo se acabó, nos
amaban, nos abrazaban, nos invitaron de regreso el año que entra, y era, y fue el gran
tiempo.
Eso no era importante, eso no era importante en México. He estado en Israel, he estado
en Europa, nunca he visto que fuera un problema en dónde alguien denigrara mi
cristianismo o alguien pensara menos de mí porque escogí no hacer eso. No creo que ese
sea un argumento. Digo esto, si es una necesidad, si está usted en una situación en la que
eso es lo que está disponible, y eso es lo que está ahí, y no tiene alternativa, o poca
alternativa, entonces con discreción usted necesita enfrentarlo como una necesidad, pero
admita que en nuestra sociedad es una preferencia, es una preferencia.
Entonces, tengo que hacerles esta tercera pregunta, simplemente la voy a presentar y
después voy a detenerme y vamos a terminar la próxima vez. Únicamente le he dado dos,
hay seis más, pero ahora escuche. Está esta tercera pregunta, rápidamente, ¿es la mejor
alternativa? Muy bien, admítalo, si usted va a escoger hacerlo, ¿es la mejor alternativa?
Dice usted: “Bueno, es mucho mejor para ti que el café. Es mucho mejor para ti que la
Coca-Cola.” Alguien más dice: “Nunca he visto a un hombre tomarse ocho Cocas y no
podía caminar derecho.”
Entonces, podríamos discutir eso. ¿Es la mejor alternativa? Permítame tan solo mostrarle
una cosa y después voy a entrar a esto la próxima vez. Voy a mostrarle a quien le prohibió
Dios que no tomara nada, en la Biblia, y después vamos a ver si es la mejor alternativa.
Pero antes de hacer eso, y simplemente para cerrar, Lucas 1:15, quiero que conozca al
hombre más grande que jamás vivió, ¿muy bien? Este es el hombre más grande que jamás
vivió, eso es lo que Jesús dijo. Hasta su época, Mateo 11:11, no había nadie que había
nacido de mujer, no hay ninguno que sea más grande que Juan el Bautista.
Mateo 11:11 Jesús dijo, hasta su época, él fue el ser humano más grande que jamás vivió,
un hombre muy, muy importante. Y observe lo que dice Lucas 1:15, “Porque él será
grande a los ojos del Señor.” Ahora observe, “Y no beberá vino, (oinos), ni (sikera), bebida
fuerte, será lleno del Espíritu Santo desde el vientre de su madre.” Ahora, ¿qué está
pasando aquí? El hombre más grande que jamás vivió era un abstemio, Dios le prohibió
tomar una gota. ¿Por qué? Eso es para la próxima vez.
Oremos juntos. Padre nuestro, sabemos que es fácil para nosotros evaluar nuestras vidas
espirituales en base a cosas que hacer y cosas que no hacer, que realmente no importan.
Sabemos que tú no has prohibido el tomar vino, sin embargo, hay algunas cosas que son
claras en la Escritura, que estamos tratando de ver para ayudarnos a tomar una decisión.
Pero Dios, que siempre sepamos que no es la gente que no toma los que son espirituales,
y la gente que toma, no lo es.
No es así de simple, hay otras cosas que considerar. No hacer algo jamás nos hace nada, lo
que somos es lo que importa, y Señor, en donde quiera que estemos, y dónde hemos
estado en este punto, ayúdanos a verlo como Tú lo ves. Ayúdanos a entenderlo como Tú
lo entiendes. Es tan maravilloso Señor que nos has dado tanta verdad para tratar con esto,
tantas cosas para protegernos. Sabemos que no solo debemos evitar el pecado, sino que
debemos evitar cualquier cosa que inclusive pueda llevarnos a pecar. Entonces, ayúdanos
Padre, para juzgar de manera apropiada por nosotros mismos lo que quieres que
hagamos.
Simplemente, mientras que está meditando por un momento, permítame decir esto al
cerrar. Este mensaje es raro para nosotros, tratar con algo que es técnico como esto, sin
embargo, está en el flujo de la Palabra de Dios. Es tan maravilloso ver como toca toda
parte de la vida, pero usted quizás vino esta mañana y dice: “Hombre, vine aquí
esperando oír acerca de Dios y Jesucristo, y encontrar una respuesta para mi vida, mis
problemas, para los problemas y luchas de mi corazón, y hablaste de esto y realmente no
me encontró dónde estaba.”
Bueno, permítame decirle esto, voy a orar y despedirlo en tan solo un minuto. A mi
derecha, enfrente del auditorio, junto al piano hay un cuarto de oración y un centro de
consejería. Tenemos a personas ahí que les encantaría orar con usted y compartir con
usted. Le van a decir cómo puede conocer a Cristo, le van a decir cómo puede Él venir y
llenar el vacío que quizás ha tratado de llenar con la bebida, de vez en cuando. Le van a
decir a usted como puede ser que su vida sea gozosa, y Él puede darle paz en su corazón
turbado. Le van a decir cómo puede Él perdonar su pecado, y limpiar su corazón y darle
vida eterna.
Y entonces, lo invitamos a venir cuando seamos despedidos. No hay obligación, no hay
nada a que unirse, comprar, o hay nada. Simplemente queremos orar con usted y amarlo
y compartir con usted, sea cual sea su problema, ellos estarán ahí. Y si quizás algunos de
ustedes tienen problemas con esta área de la bebida, quizás hay algunos aquí que serían
identificados como alcohólicos, tienen un problema con la bebida. El Señor puede cambiar
eso. Usted no necesita ser un borracho, puede venir a Jesucristo y Él puede lavarlo y
dejarlo blanco como la nieve.
Algunos de ustedes como cristianos, quizás están teniendo problemas con la bebida. Dios
puede encargarse de eso, conforme usted cede a Su Espíritu Santo, Él puede comenzar a
mover Su voluntad, inclinarlo para que se aleje de eso, y se acerque a Él. No se
emborrache con vino, en lo cual hay disolución. Sea lleno del Espíritu. Si Dios pide eso,
entonces Dios capacita eso, y Él lo hará en su vida. Él lo ama, sea cual sea el estado en el
que está usted. Inclusive si usted es un alcohólico, un borracho. Él lo ama a usted, y
nosotros también, pero Él quiere cambiarlo para que use de manera plena sus facultades
para Su gloria. Déjelo hacer eso hoy. A nuestros consejeros les dará gusto orar con usted
por esto.
Padre, gracias por nuestro tiempo esta mañana, por ayudarnos a ver por lo menos el
comienzo de la sabiduría en esta área. Te amamos, porque sabemos que te preocupas
tanto por nosotros, inclusive lo suficiente como para decirnos estas cosas, para que
podamos proteger nuestras vidas al tomar decisiones para Tu gloria. Bendice a toda
persona aquí, Señor. Tráenos de regreso en esta noche, conforme consideramos lo que es
ser pacificadores. Te daremos gracias en el nombre de Cristo. Amén.
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Código: 1938
John MacArthur
Código: 1939
John MacArthur
Veamos juntos Efesios 5:18–21: “Y no os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución,
antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y
cánticos espirituales, cantando y alabando con vuestro corazón al Señor, dando siempre
gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Someteos unos
a otros en el temor de Dios”.
Oremos juntos. Padre, te damos gracias por esta gran palabra; y Señor, me siento
inclusive, en cierto modo, incapaz de tratar un concepto tan grandioso como la llenura del
Espíritu Santo. Y sin embargo sé, Señor, lo práctico y esencial que es; y que de hecho es
una orden. Y por lo tanto, Señor, brinda Tu sabiduría mientras hablo y sabiduría a los que
escuchan, para que seamos obedientes y comprendamos la plenitud de esto que Tú nos
dices. En el nombre de Cristo. Amén.
Usted recordará que estamos analizando el libro de Efesios versículo a versículo –lo
hemos estado haciendo hace ya hace un tiempo- y hemos descubierto que: debemos
caminar con un andar digno, vivir un cierto estilo de vida y que Dios ha establecido para
nosotros los parámetros de nuestro vivir de manera muy, muy clara. Y hemos visto los
capítulos 4 y 5 de Efesios -veremos el capítulo 6 en el futuro- y encontramos que todos
estos capítulos realmente describen cómo el cristiano debe vivir. Y la clave de cómo el
cristiano vive esta aquí mismo, en el capítulo 5, versículo 18. ¿Se da cuenta de que si el
capitulo 5, versículo 18 no estuviera en el libro de Efesios, el libro de Efesios nunca podría
cumplirse? Si este versículo fuera eliminado de este libro, todo en él sería legalista. Si este
libro fuera removido, usted sería el gran motor, el gran vehículo descrito en los capítulos 1
al 3; usted aún tendría su hoja de ruta en los capítulos 4; 5 y 6 -pero no tendría
combustible para ir a ningún lugar. Fuera de esta hermosa declaración en el capítulo 5,
versículo 18, estaría funcionando completamente en la carne: “Sed llenos del Espíritu”.
Ese es el corazón de todo el asunto. Esa es la energía del andar digno. Esa es la clave para
vivir la vida cristiana. Eso es el fondo de todo. Usted nunca puede caminar con humildad,
nunca puede caminar en unidad, nunca puede caminar de manera diferente a la que el
mundo camina, nunca puede caminar en la luz, nunca puede caminar en amor y usted
nunca puede caminar en sabiduría a menos que esté fortalecido por el Espíritu de Dios. La
vida de Dios en el alma es lo único que puede producir ese tipo de vida. Si esto no fuera
cierto, entonces las personas no regeneradas podrían vivir así.
Y por lo tanto, éste es el tema esencial en el versículo 18; nos revela horizontes de
comprensión colosales. Y, por cierto, supongo que tendría que decir que, si usted no
obedece el capítulo 5 versículo 18, es el más necio de todos. En el versículo 15 dice:
“Mirad que andéis, no como necios sino como sabios”. Y el más necio de todos sería el
que trató de caminar con humilde unidad un tipo de vida único, en amor, en luz, en
sabiduría, cumplir toda la voluntad de Dios y cumplirla en la carne. Esa es la mayor
necedad de todas. Un cristiano debe hacerlo en el poder del Espíritu Santo.
Ahora, ¿qué significa ser lleno del Espíritu? Bueno, muchas personas están confundidas
acerca de esto. Algunas personas piensan que significa que usted recibe alguna energía
divina. Algunas personas piensan que esto es lo que sucede cuando usted habla en
lenguas y comprende lo que la gente dice: “¿Estás lleno del Espíritu?” Ellos lo aíslan.
Tienen los “energizados y los que no”. Si ha tenido algún tipo de experiencia exultante lo
tiene; si no, no lo tiene. Y hay mucha variación y discusión sobre este concepto. Hay gente
que por un lado dice que es cuando usted consigue una carga extática y hay gente, por
otro lado, que se acerca muy estoicamente y simplemente lo reconoce como la idea de
que el Espíritu Santo está presente y así sucesivamente. Tiene muy poco impacto en algo
práctico. Pero ambos están equivocados, no es algo estoico y no es una carga extática, no
es nada de eso. La llenura del Espíritu es una realidad muy profunda y queremos
entenderla como mejor podamos, tal como la compartiremos esta mañana.
Veremos tres puntos, sólo para darle un marco a lo que vamos a decir. Veremos el
contraste, la orden y sus consecuencias. Ya hemos visto el contraste, la próxima vez
veremos las consecuencias; hoy nos vamos a centrar en la orden misma y la instrucción es:
“Sed llenos del Espíritu”. Esa es la orden. Permítanme mencionar el contraste para
quienes se puedan haber olvidado o no hayan estado aquí.
En primer lugar, el contraste en el versículo 18: “No os embriaguéis con vino, en lo cual
hay disolución” o disipación o libertinaje o enfermedad incurable sin esperanza; y eso es lo
que lleva a: “Pero sed llenos del Espíritu”. Está el contraste entre la embriaguez y el ser
llenos del Espíritu. Y hemos tratado de señalar a usted, en el último par de semanas, que
la embriaguez era un método usado en las religiones paganas para inducir una supuesta
comunión con las deidades. En otras palabras, no es un problema social del que está
hablando fundamentalmente -a pesar de que sin duda es cierto-, antes de que usted fuera
cristiano es posible que se emborrachara, cuando se convierte en cristiano no debería. Es
cierto en un elemento social, pero él realmente se centra en un problema teológico. Los
paganos estarían borrachos; y así sentían que producirían un alto nivel de conciencia
religiosa y estarían en comunión con los dioses. Y cuando se emborrachaban, realmente lo
hacían; incluso vomitaban para poder beber más. Han descubierto arqueológicamente
que hay lugares donde tenían pozos para ese fin. Ellos provocarían la estupidez de la
embriaguez que creían que los elevaría a la comunión con los dioses; y el apóstol Pablo
está contrastando eso muy crudamente, diciendo que ustedes están en comunión con
Dios, ustedes adoran con salmos, con himnos y cánticos espirituales, viven sus vidas de
mujeres sometidas a los esposos y los maridos amorosos con las esposas, etc. Ustedes
hacen todo esto, no producto de la embriaguez, sino producto de ser llenos del Espíritu de
Dios. Completamente diferente. Pablo señala que encontramos nuestra alegría, nuestro
júbilo y nuestra comunión con Dios, encontramos la base de nuestra adoración, la
motivación para nuestra liturgia -si quiere llamarlo así- por ser llenos del Espíritu Santo.
Ellos son malvados, viles, libertinos, liturgia de música infame ligada con el baile grosero,
conectado con inmoralidad sexual inducida por la embriaguez. Nuestra adoración
verdadera, nuestra hermosa música, nuestra comunión con Dios, son provocadas por el
poder del Espíritu Santo. Y así, en la mente de Pablo, está el marcado contraste entre el
culto borracho desenfrenado de los sistemas paganos y la belleza de la adoración llena del
Espíritu al Dios verdadero; y él está diciendo: como cristiano tienes que dejar esas cosas y
tienes que llegar a este punto, donde estás lleno del Espíritu.
Ahora bien, esto es un contraste común en la Escritura; Lucas 1:15, por ejemplo. En Lucas
1:15 se dice con respecto a Juan el Bautista - y ya hemos hablado de esto en detalle en un
mensaje anterior- “Porque será grande delante de Dios”. Y aquí está una de las cosas que
lo caracterizará: “No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el
vientre de su madre”. Ahí está el mismo contraste. Él no será un bebedor, será lleno del
Espíritu, no tendrá sus actitudes religiosas inducidas por el vino y por beber mucho, sino
por el Espíritu de Dios; no estará influenciado internamente por la bebida sino por el
Espíritu de Dios, no estará motivado por lo que el alcohol le hace a su cerebro, sino por lo
que el Espíritu de Dios hace a su mente. En otras palabras, será guiado por el Espíritu de
Dios, en contraste con lo que guía a tanta gente en la embriaguez.
Capítulo 2 de Hechos; nos encontramos nuevamente con el mismo contraste. Recordará
que dice, en el capítulo 2 versículo 4, que en el día de Pentecostés “fueron todos llenos del
Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que
hablasen.” Y aquí estaban los discípulos; y se pusieron a hablar todos estos idiomas, e
incluso nombra los idiomas en el versículo 9, enumera las diversas lenguas de nuevo en el
versículo 10 y el versículo 11; y estaban hablando de todas estas maravillosas obras de
Dios en idiomas que nunca habían aprendido. El Señor les dio milagrosamente la
capacidad de hacerlo; y el punto era, cuando fueron llenos del Espíritu en el día de
Pentecostés, esto es lo que sucedió. Así que llenos del Espíritu hicieron esto; pero la gente
dijo, en el versículo 12: “Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros:
¿Qué quiere decir esto? Mas otros, burlándose, decían: están llenos de (gleukous) mosto.”
Esto es sólo otra orgía pagana, esto es sólo una típica actividad religiosa gentil. Para un
judío era algo muy desagradable; gentiles motivando su adoración por medio de la
embriaguez. Esto es sólo eso; se han rebajado a un tipo gentil de culto, se han rebajado a
un paganismo, expresan su adoración a Dios de esta manera inaceptable, burlona. En
otras palabras, tenían la intención de emborracharse.
Gleukous era mosto. Y dicen que aquí es temprano en la mañana y ya están saturados de
este tipo de vino fresco; se están burlando de ellos, actividades típicas de paganos y es por
eso que los ridiculizan. Y luego dicen “¿Quién quiere escuchar lo que tienen que decir?”
Pedro se levanta y dice en el versículo 15: “no están ebrios, como vosotros suponéis”. Esto
no es la embriaguez, es la llenura del Espíritu. Pero a veces el mundo en su sandez, no
sabe la diferencia entre la expresión de un culto pagano y lo que es real. Y así, la
comparación es utilizada varias veces.
Regresemos a Efesios 5:18. Nos encontramos nuevamente la misma comparación: “No os
embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución, antes bien sed llenos del Espíritu”. Y estoy
seguro de que Pablo tiene en su mente el relato de Pentecostés. Estoy seguro de que está
mirando hacia atrás y pensando en eso mismo. El día en que los apóstoles y los discípulos
fueron llenos por primera vez del Espíritu de Dios, hicieron cosas que para los demás se
veía como si estuvieran borrachos y practicando un estilo pagano de adoración. Y por lo
tanto, aquí está el contraste.
Echemos un vistazo al mandato, una verdad colosal. Muchos de ustedes saben esto y lo
han estudiado antes, pero muchos de ustedes no; y muchos de ustedes son nuevos, por lo
que queremos tomarnos nuestro tiempo y compartir estos pensamientos con ustedes, un
comando infinitamente profundo. Mírenlo en el versículo 18: “No os embriaguéis con
vino, en lo cual hay disolución, antes bien sed llenos del Espíritu”.
Lo que está diciendo es que esto es algo que Él le exige de usted, esto es una orden. Hay
en la lengua griega un modo indicativo, que es la afirmación de un hecho y hay un modo
imperativo, que es un comando. Éste es un imperativo. Estar lleno del Espíritu. Esta es una
orden para el creyente. No es una opción, no es una sugerencia; Dios rara vez o nunca ha
hecho una sugerencia. Él da comandos y expone hechos. Él no se ocupa de dar
sugerencias. De hecho, hay muy pocas cosas opcionales con Dios; ésta no es una de ellas,
es una orden. Y lo que me preocupa profundamente es que muchos llamados cristianos
no saben lo que es ser llenos del Espíritu. ¿Sabe usted que hay algunos cristianos que
nunca están realmente comprometidos con este principio? Y todos nosotros, en algún
momento de nuestra vida, no lo cumplimos; pero no por eso deja de ser una instrucción.
Y realmente me preocupo por esto porque sé que hoy hay una gran cantidad de material
que surge y gran cantidad de literatura y mucha discusión sobre el hecho de que se puede
ser cristiano y no preocuparse por cualquiera de estas cosas. Hay una especie de una
nueva categoría. Por un lado, el hombre natural, no salvo, no regenerado, en camino al
infierno. Por otro, tenemos el cristiano espiritual, quien ama a la Palabra, ama al Señor, Le
obedece, camina en la Verdad, camina en los mandamientos, anda en la luz. Y en el
medio, esta nueva sección donde se ubica a personas salvas e indiferentes. Se las sacó del
infierno, pero nunca estarán mucho en el cristianismo, no se comprometen.
Ayer leí un artículo de un prominente teólogo que dice que esta es la gente que es salva
pero que nunca camina en la luz. No entiendo, no puedo comprender que si se les salvó
de las tinieblas al Reino de su amado Hijo, tal como Él anda en luz, nosotros andemos en la
luz. Dice que ellos son salvos pero que nunca salen de la oscuridad. Ellos son salvos, pero
nunca pasa nada y hemos creado esta nueva categoría conveniente. Tenemos a los
naturales, los espirituales y los carnales. Metemos a todos allí y podemos decirles: “Usted
está bien, es salvo, irá al cielo. Está bien si usted elige no adoptar un estilo de vida
cristiano, no va a perder su salvación, podrá ir felizmente al cielo y tan solo que no tendrá
un lugar tan grande como el resto de nosotros; pero va a estar bien, después de todo, es
el cielo.” Y usted tiene esa categoría muy conveniente; pero no es así con Dios. El Señor no
dice: “Ahora, si quieres ser uno de los comprometidos, haz esto; si lo que deseas es estar
en la sección carnal, también es una opción.” Es una norma que Dios estableció, y no creo
que el señorío de Cristo es opcional, creo que es esencial para la fe salvadora. Y no quiero
acumular gente en una sección conveniente que dice que puede ser cristiano y no hacer
nada.
El Señor nos ha mandado a que seamos llenos de Su Espíritu y cualquier cosa menos que
eso es de clara desobediencia; y si su vida se caracteriza por este tipo de desobediencia
Primera de Juan dice que usted no es un cristiano, no importa lo piense. Por lo tanto, esto
es crítico. Los verdaderos cristianos, cuya fe es real, no se contentarán negando el señorío
de Cristo. Los verdaderos cristianos, cuya fe es real, no se contentarán negando la llenura
del Espíritu de Dios. No estarán contentos de vivir cómodamente en una sección carnal en
la que podrán decir: “Bueno, yo soy uno de los que no optan por no continuar al paso
dos.” No. Creo que esto es una orden y creo que es un comando porque Dios dice que se
une a cada creyente; y lo único que se puede hacer con un mandamiento de Dios es
obedecerlo.
Ahora vamos a hablar específicamente sobre el significado de ser lleno. ¿Qué significa?
Voy a darles algunas ideas que creo que encontrarán fascinantes. Y quiero que ustedes
tengan los fundamentos claros. Comenzaremos con lo primero. Primer punto: cada
cristiano posee el Espíritu Santo en toda su plenitud. Cada cristiano posee el Espíritu
Santo.
Recientemente, escuché a un cristiano decir: “Oh, he sido cristiano por mucho tiempo y
acabo de descubrir que no tenía el Espíritu Santo. Y desde que le pedí a Dios, Él me dio el
Espíritu Santo y todo ha cambiado.” ¿Ha sido cristiano por mucho tiempo pero no tenía el
Espíritu Santo? El punto es este: cada cristiano, desde el momento que él cree, posee el
Espíritu Santo. No existe un cristiano sin el Espíritu Santo. Es la vida de Dios en usted; esa
es la realidad redentora. Cuando se convierte en un hijo de Dios, Dios mora en usted a
través de Su Espíritu. No hay un cristiano sin el Espíritu de Dios.
Permítanme mostrarles. Romanos 8:9. Voy a intentar enfocarlo desde un ángulo un poco
diferente. Romanos 8:9 es una escritura fascinante. Por cierto, la mayoría de las veces que
se utiliza la palabra carnal en la Biblia, es para hablar de las personas incrédulas, no
cristianas. Aquí hay una buena ilustración: “Por cuanto los designios de la carne son
enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los
que viven según la carne no pueden agradar a Dios”, dice en el versículo 7. Aquí “los que
viven según la carne” significa los que no son salvos. Aquí está diciendo que si vives según
la carne no eres salvo. Algunos dicen, bueno yo soy sólo un cristiano carnal. La realidad
puede ser que sea un cristiano carnal de acuerdo a Primera Corintios 3; o que sea carnal y
punto, tal como Romanos 8, y no sea salvo en absoluto. Así que si usted se siente cómodo
con su carnalidad mejor que se examine para ver si es realmente salvo, porque es posible
que sea carnal de acuerdo a Romanos 8, en lugar de carnal de acuerdo a Primera Corintios
3. Puede haber cristianos que actúan carnalmente, pero la carnalidad es principalmente
una característica de las personas incrédulas. Están en enemistad con Dios, no están
sujetos a la ley de Dios, no pueden estar sujetos a la ley de Dios, no pueden agradar a
Dios. Pero, versículo 9: “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu”. Si
usted es un cristiano, está en el Espíritu, si es cristiano no está en la carne. Miren el final,
donde dice: “Si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros.” En otras palabras, cuando
usted es un cristiano, está en el Espíritu, porque el Espíritu de Dios mora en usted; y luego,
al final del versículo: “Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Él.” ¿Lo ve? Si no
tiene el Espíritu Santo no es que usted es carnal, no es que usted aún no lo ha obtenido,
usted no es salvo. Si alguien no tiene el espíritu de Cristo, no pertenece a Cristo. Si alguien
pertenece a Cristo, tiene el espíritu de Cristo. Es una simple declaración. Al final del
versículo 9: “Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Él. Pero si Cristo está en
vosotros…” Versículo 10. En otras palabras, si es cristiano con Cristo en usted, posee el
Espíritu Santo. Quiero que usted entienda esto desde el principio. Algunos de ustedes son
cristianos nuevos y podrían no comprenderlo. Como cristiano, usted posee el Espíritu y Él
está allí en plenitud, está allí en su totalidad. No hay dosis, usted no lo consigue por
partes, no tiene que decir -he escuchado personas que dicen- Dame más de Tu Espíritu.
No hay más que obtener, Él no viene en medidas, está allí por completo. Cada creyente
posee el Espíritu.
Ahora vean 1 Corintios 12:13, otro versículo importante que se ocupa de la misma
realidad. Aquí tenemos otra vez el mismo énfasis; y es muy interesante saber que los
corintios eran cristianos carnales. Su carnalidad era la carnalidad del cristiano. Eran
cristianos viviendo como si no fueran cristianos en muchos casos; y estoy seguro de que
algunos de ellos no eran cristianos sino que sólo aparentaban serlo. Pero les dice aun a
aquellos que eran pecadores, incluso a los cristianos pecadores: “Porque por un solo
Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o
libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.” A todos los creyentes se nos ha
hecho beber de un mismo Espíritu. Todos los creyentes han sido bautizados en el cuerpo
de Cristo. Y me apresuro a decir que el bautismo del Espíritu no es una experiencia, el
bautismo del Espíritu es no experimental, usted no lo siente, no sabe cuándo ocurre, no se
advierte, físicamente no le pasa nada a usted cuando esto ocurre, porque aquí nos dice
que por un solo Espíritu fuimos bautizados en el cuerpo de Cristo. El bautismo del Espíritu
de Dios es el acto por el cual el Espíritu Santo le coloca en el cuerpo de Cristo cuando cree;
es una realidad teológica, no es una experiencia, es un acto por el cual Cristo, quien
bautiza, a través del Espíritu, le sitúa a usted en el cuerpo. Así que cuando usted es
salvado, es colocado en el cuerpo de Cristo; y al final del versículo dice que se le da de
“beber de un mismo Espíritu.” Usted recibe al Espíritu Santo. Todos los creyentes, dice allí.
Hemos sido bautizados y se nos ha dado a beber de un mismo Espíritu. No hay ningún
cristiano que no lo haya hecho. Ninguno. Todos poseemos el Espíritu Santo.
Ahora regresen a 1 Corintios 6:19. Les está escribiendo a los corintios acerca de su
inmoralidad. Ellos cometían fornicación, iban a la cama con rameras, estaban haciendo
cosas malas, ruines, viles; y ¿qué les dice?” Y usted espera que les diga: ¿por qué no se
llenan del Espíritu Santo, para que puedan limpiar su vida? Pero no se los dice. No les dice
que lo que cristianos necesitan es el Espíritu Santo. Si ustedes tuvieran al Espíritu Santo no
tendrían este problema, no dice eso. Por el contrario, dice: “¿Ignoráis que vuestro cuerpo
es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros?” No dice: “miren, si tuvieran el
Espíritu Santo no actuarían así”. Él dice que “mejor que dejen de actuar así porque están
profanando al Espíritu Santo que ya está ahí. ¿No saben que su cuerpo es el templo del
Espíritu Santo? ¿No saben que están profanando al Espíritu de Dios que está en
vosotros?”
Incluso cuando un cristiano vive en pecado, se ve que el Espíritu Santo está aún allí. Está,
sólo que está siendo profanado. O si lo prefieren, Efesios 4:30 dice: “no contristéis al
Espíritu Santo de Dios.” O 1Tesalonicenses 5:19: “No apaguéis al Espíritu.” Usted puede
apagar al Espíritu, puede verter el agua de su pecado sobre Su fuego de santidad. Puede
contristar al Espíritu. El Espíritu es una persona y Él se entristece, se lamenta y está
angustiado por nuestro pecado; y es profanado cuando el templo, que es nuestro cuerpo,
es profanado. Cada creyente posee el Espíritu, “Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo,
no es de Él”. Cada creyente es bautizado en el cuerpo y bebe del Espíritu. Cada creyente
es el templo del Espíritu de Dios. Gálatas 2:20 lo expresa de otra manera, dice: “Con Cristo
estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí.” ¿Se dan cuenta? El
espíritu de Cristo vive en mí. Cuando entendí esta doctrina fue la verdad más
impresionante imaginable para mí. Que el Dios del universo, Dios mismo, soberano,
todopoderoso y majestuoso, pudiera residir en mi cuerpo era una realidad inconcebible
para mí. ¡Qué pensamiento! Y esa es exactamente la verdad del Nuevo Testamento. Juan
7:37: “En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si
alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su
interior correrán ríos de agua viva.”
Ahora ¿quién recibe los ríos de agua viva? El que cree, cualquiera que crea, alguien que
viene y dice: “tengo sed y quiero beber” y toma a Cristo, recibe los ríos. Y ¿cuáles son los
ríos de agua? Versículo 39: “Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen
en Él”. Detengámonos aquí. ¿Quiénes reciben el Espíritu? Los que creen. Es el simple acto
de fe salvadora que le da a usted el Espíritu Santo, Él se convierte en el río de agua viva y
toma residencia permanente en nuestras vidas. Y nunca puede perderlo. El Espíritu es un
residente permanente en la vida del creyente. Y ese es el motivo de todos los comandos
en el Nuevo Testamento; y hay un sinnúmero de ellos. De todas las instrucciones en el
Nuevo Testamento, nunca hay un comando para ser bautizados con el Espíritu. Nunca.
Hay siete referencias al bautismo del Espíritu en el Nuevo Testamento. Ni una de ellas está
en el modo imperativo, ninguna de ellas es una orden. Nunca se ordena a ser bautizados
por el Espíritu, porque el bautismo con el Espíritu es cuando usted es colocado en el
cuerpo de Cristo. Y eso ocurre en el momento de su salvación.
En segundo lugar, nunca en ningún lugar del Nuevo Testamento, se le ordena a usted a
que “sea morado” por el Espíritu. Nunca. Eso también es una promesa ya garantizada,
nunca se le ordena a usted a ser sellado por el Espíritu o a estar seguro en Él, eso es
también un regalo de Dios. Efesios 1: usted ya ha sido sellado, ya ha sido bautizado, nunca
son dados como órdenes. El comando es este, Efesios 5:18: “sed llenos del Espíritu.” Es
diferente. No que more, que sea bautizado o sellado, sino que sea lleno. ¿Qué significa?
En primer lugar, es lo contrario al tipo pagano de actividad y éxtasis, pero el verbo significa
esto. El verbo, en su sentido literal presente dice: “ser”, en pasivo, ser mantenidos llenos
con el Espíritu. Y la idea es de algo constante. No dice que me llené con el Espíritu y ya
está -por el resto de mi vida. Ser, mantenerse llenos, momento a momento. Día a día, no
de una vez y para siempre. Es momento a momento a momento. Ser, mantenerse
constantemente lleno, es pasivo, es algo que le llena, no lo hace usted mismo, usted
recibe la acción; y es el espíritu de Dios que le llena. Tiempo presente; siendo
constantemente -en el tiempo presente- lleno por el Espíritu de Dios. Usted puede ser
bautizado en el cuerpo, en usted puede morar el Espíritu, usted puede ser sellado por el
Espíritu hasta el día de la redención; ¿pero sabe algo? Usted puede vivir su vida cristiana
en derrota si no sabe lo que es vivir momento a momento siendo continuamente llenado
por la experiencia del Espíritu de Dios.
Expresa la idea de un trabajo continuo, momento a momento. No es algo secundario que
es bueno para el resto de su vida. El que yo fuera lleno del Espíritu hace cinco minutos no
es bueno para este momento. Para nada. El que yo sea lleno del Espíritu mañana no es
bueno para hoy. Es momento a momento.
Cuando usted piensa en ser lleno, piensa en un vaso o una caja en donde usted vuelca
algo; pero esa no es la idea. Voy a darles tres conceptos para que atesoren. La palabra
pleroo se utiliza para un viento que colma una vela y la infla para mover el barco. Eso es lo
que está en el principio en la mente de Pablo como pensamiento; ser llevado, un
pensamiento hermoso. Ser llevado, poner su vida en las manos de; y que la energía y la
presión de su vida sea el poder del Espíritu de Dios.
En otras palabras usted no se mueve en su propia energía, no se mueve en su propia
carne, no se mueve con sus propias ideas, no se mueve con sus propios ideales, no genera
su propia voluntad, está siendo llevado bajo el viento del Espíritu de Dios. Está siendo
llevado por el camino que Él irá. Es en un sentido muy real como quienes escribieron la
Escritura, quienes eran guiados por el Espíritu de Dios. Como si usted fuera no más que un
palo en un arroyo corriendo hacia abajo, siendo llevado por el Espíritu de Dios. Usted está
siendo soplado como una vela en el viento; esa es una idea. Ser lleno del Espíritu es ser
llevado de día a día, momento a momento, de una tarea a otra, de pensamiento a
pensamiento, palabra a palabra, de una acción a otra, por el poder de la energía del
Espíritu de Dios. Por lo tanto, tiene la idea de presión, la presión de llevarle de acuerdo a
la voluntad de Dios.
Hay una segunda, que es la idea de impregnación. Pleroo a veces se utiliza para algo que
impregna; y creo que una buena ilustración es la sal. La sal impregna, de hecho impregna
tan bien que si pone la cantidad suficiente sobre algo, lo preservará, ¿no es así? Cuando
quiere comer algo y le pone sal, le da sabor; impregna todo de sabor. Solía usar la
ilustración de una pastilla efervescente; y si ha leído mi pequeño libro llamado “La
voluntad de Dios”, ha leído sobre el principio de la pastilla efervescente. Existia una
especie de Alka-Seltzer, sólo que con sabor a uva, naranja, cereza y demás. Se ponía una
pastilla efervescente en un vaso lleno de agua y le daba sabor; y pleroo se utiliza en ese
sentido. El espíritu de Dios quiere aliñar su vida para que se sienta como el Espíritu de
Dios; y para que cuando alguien llegue a su lado, el sabor de su vida sea el de Dios, por lo
que estar con usted es en cierto modo como estar con Dios. Por lo que es la idea de
presión para perfeccionarlo y la idea de permearlo para que cuando alguien se le acerque
a usted, ellos piensen que tal vez han estado con Jesús, porque Él le da sabor a su vida.
Pero el pensamiento dominante en mi mente en comparación con el registro del
Evangelio en particular, es el uso dominante de pleroo para hablar de control, control
total. Esa es la idea, avanzar, permear; pero la idea de control es la clave.
Permítame ver si lo puedo ilustrar. En el Evangelio, siempre que el escritor quiere hablar
de alguien que está dominado por una emoción, usará la palabra pleroo que se emplea
aquí. En otras palabras, en Juan 16:6 dice: “la tristeza ha llenado vuestro corazón.” En
otras palabras, una pena a tal grado que no puede ser mitigada por la felicidad; y están
íntegramente tristes.
Permítame darles una ilustración para ayudarles a comprender esto. En nuestra vida, la
mayoría del tiempo podemos balancear las cosas. Tomemos el concepto de la pena.
Tenemos dolor en una balanza y felicidad en la otra. Y pasamos por la vida con un poco de
tristeza; y luego pensamos en algo feliz. Si no va demasiado bien en casa, voy a la oficina y
es mejor; y si no va demasiado bien en la oficina, voy a casa. Lo balanceamos. Hablamos
de cosas tristes; y no queremos ya hablar de ello. Vamos a hablar de algo feliz, ¿lo ve? Nos
gusta. Pero de vez en cuando, no podemos mantener ese balance. Muere la persona que
más amamos. De pronto, la balanza está completamente hacia abajo, en el lado triste. Y
nada que nadie diga y nada que nadie haga puede quitarnos el dolor. Lleno. Y es entonces
cuando se usaría esa palabra. Domina por completo. Por otro lado, usted va por la vida
feliz y triste. La tía Marta muere y le deja mucho, mucho dinero. Nunca lo esperaba, ahora
de repente usted está lleno de felicidad y ese es el concepto de la palabra, está
totalmente dominado por ella y no necesita ningún equilibrio. Y lo más triste que sucede a
su alrededor no le interesa, usted es feliz. Y así es la vida. Puede haber cosas que dan
seguridad; y cosas que nos asustan y nos dan miedo. Un esposo obtiene un aumento de
salario y adquirimos una nueva casa y los niños están bien y nos sentimos…llenos de
seguridad.
Por otro lado, algún desastre ocurre, algo terrible, estamos aterrados; es de noche y
alguien se mete por las ventanas. Eso es pleroo, ser controlado por esa emoción de modo
que ya no puede mantener su equilibrio. Está fuera de control, está controlado por lo que
influye su pensamiento y su emoción. Lo mismo sucede con nuestra forma de vivir la vida
cristiana. Así es el modo en que caminamos la mayoría de nosotros, un poco en nosotros,
un poco en el Espíritu Santo… Pero de repente, en algún momento nos rendimos al
Espíritu de Dios; y cuando el ego desaparece completamente, estamos llenos del Espíritu.
Todo es controlado por Él, todas nuestras emociones, todos nuestros actos de voluntad,
todos nuestros procesos de pensamiento. Eso es lo que significa ser lleno del Espíritu. Es
esencialmente el concepto. La idea de ser llevado, la idea de ser permeado para tener el
sabor de Jesucristo, pero también es la idea de ser controlado por y por una mano firme
de control.
Permítanme darles una ilustración; miren en Mateo 4:1. Dice: “Entonces fue Jesús llevado
por el Espíritu al desierto para ser probado por el diablo.” Aquí está el Espíritu Santo
operando en la vida de Jesús; y dice que el Espíritu Santo llevó a Jesús. Ahora vamos a
Lucas 4:1. Llevó a Jesús -en Mateo 4:1- a la tentación, en Lucas 4:1 tenemos el mismo
suceso, la tentación, la misma situación, pero aquí dice: “Jesús, lleno del Espíritu Santo,
volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu al desierto.”
Ahora, ¿cuál era la condición en la cual Le llevó el Espíritu? ¿Cómo estaba Él? Lleno del
espíritu. ¿Ven lo que significa ser llenos del Espíritu Santo? Significa ser guiados por el
Espíritu, ser controlados por el Espíritu. Marcos capítulo 1, el mismo tema una vez más - la
tentación de Jesús. Y en Marcos 1:12 dice: “Y luego el Espíritu -se utiliza la palabra ekballo-
le impulsó al desierto.” Y esa es una palabra muy fuerte. Él lo condujo al desierto; Él le
empujó al desierto. En otras palabras, Jesús mismo estaba bajo el poder del Espíritu de
Dios, el Espíritu de Dios literalmente lo llevó donde Él quería que fuera. Él estaba
controlado por el Espíritu de Dios, y por eso más tarde, cuando llegaron a Jesús, dijo que
lo que hacían, lo hacían por el poder de Satanás. Él dijo: “No me han blasfemado a Mí,
¿sino a quién? Al Espíritu Santo”. ¿Por qué? Porque Él había cedido el control de su vida al
poder del Espíritu de Dios. Estaba lleno del Espíritu; y por eso era llevado por el Espíritu.
Ser llenos del Espíritu Santo es lo mismo; es la idea de ser impulsado por el Espíritu de
Dios, de ser movido por el Espíritu de Dios, de estar impregnado del Espíritu de Dios, de
ser controlado por el Espíritu de Dios. Esa es la cuestión. Y eso es de lo que estamos
hablando, estamos hablando de vivir su vida bajo el control del Espíritu de Dios, Él está allí
y si usted no vive de esa manera, usted por un lado Le hace sufrir y por otro lado, Le
apaga. Usted Le contriste, que es como Él siente pena; Le apaga, que es como Le restringe
de lo que Le gustaría hacer; por lo que lo trata negativamente a Él y a Sus propósitos. Y
por cierto, a menos que usted esté lleno del Espíritu de Dios, usted es inservible.
Solía usar la ilustración de un guante. Si tengo un guante apoyado aquí y digo: “guante
toca el piano”, ¿qué hace el guante? El guante no toca el piano, solo yace allí. Si pongo mi
mano en ese guante y, a continuación, toco el piano, ¿qué pasa? Caos. Un desastre.
Después de mi primer recital, me dediqué al béisbol. Pero conoces el guante, colocas una
mano en él y el guante se mueve. No dice: “dedos, muéstrenme el camino a seguir”. No
hace eso y no lucha, el guante sólo se mueve. Como cristiano, usted es un guante y puede
yacer sobre la mesa y gruñir por siempre; pero nunca influirá en nada para Dios, a menos
que esté lleno de Su Espíritu. Un guante no puede hacer nada sin una mano. Y usted no
puede hacer nada sin la energía de la plenitud del Espíritu. Todo que usted intenta hacer
por su cuenta, se realiza en la carne y es inútil; como mucho, es una migaja. No de oro,
plata, piedras preciosas. Lo que la Escritura está diciendo aquí es que usted debe ser lleno
del Espíritu de Dios para ser eficaz. Para cumplir con un andar digno, para cumplir con el
andar en amor, de luz, sabio, para hacer cualquier cosa para Dios, para caminar en
sabiduría; usted debe ser lleno del espíritu de Dios, debe ser permeado por Su persona,
nacido de Su poder y debe ser controlado por Su presencia.
Permítanme mostrarles algo; usted sabe a menos que sea de ese modo, es inútil al Señor,
Él no puede hacer nada con usted, es una pérdida de tiempo. Funcionar en la carne no
cosecha absolutamente nada. Cuando el Señor quiere un trabajo hecho, siempre consigue
a alguien lleno del Espíritu. En el capítulo 6 de Hechos, versículo 5 necesitaban a algunos
hombres para un trabajo especial, y ¿cuáles eran las calificaciones? Hechos 6:5: “Agradó la
propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo.”
Lo eligieron porque estaba lleno de fe y lleno del Espíritu Santo. Y dice en 7:55: “Pero
Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús
que estaba a la diestra de Dios.” Estar lleno del Espíritu le lleva fuera de este mundo, ¿no
es así? Ser lleno del Espíritu Santo le da una visión de Dios, le aleja del sistema. Significa
que no me importa lo que me suceda a mí, sino que Él sea glorificado. Es algo
trascendente, es una realidad trascendental, que lo lleva fuera del mundo, de sus
circunstancias, fuera de sus vicisitudes, fuera de sus pruebas para ver a Dios. Cuando Dios
quiere un hombre para un trabajo, Él quiere a un hombre lleno del Espíritu porque puede
suceder que el hombre sea apedreado; y si él no está lleno del Espíritu, nunca será capaz
de soportarlo.
Más adelante, en el capítulo 9 Él necesitaba a un hombre. Necesitaba a un hombre
llamado a Saúl, que francamente era intransigente. Fue un perseguidor de la Iglesia, pero
el Señor lo alcanzó a él y tuvo una condición básica para él en el capítulo 9, versículo 17:
“Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano
Saulo” -esto es después de su experiencia de camino a Damasco- “el Señor Jesús, que se
te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas
lleno del Espíritu Santo.” Saúl, antes de comenzar tu trabajo tienes que ser lleno del
Espíritu o será hecho en la carne. Ser llenos del Espíritu es vivir momento a momento bajo
el control del Espíritu Santo. Eso es todo. Es un sometimiento, vaciarme para que Él me
pueda llenar. Más adelante, en el capítulo 11 versículo 22, el Señor necesita a un hombre
llamado Bernabé para ayudar a un hombre llamado a Pablo; y cuando el Señor quería
escoger a un hombre llamado Bernabé tenía algunas condiciones. Versículo 22: “enviaron
a Bernabé.” ¿Por qué Bernabé? Versículo 24: “Porque era varón bueno, y lleno del Espíritu
Santo.” Tenía que ser así, ¿qué más exigiría Dios? Más adelante, en el capítulo 13 versículo
9: “Entonces Saulo, lleno del Espíritu Santo, fijando en Él sus ojos.” Aquí está él más tarde,
aún lleno del Espíritu Santo. Capítulo 13 versículo 52, me encanta este: “Y los discípulos
estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo”. ¿Y qué sucedió? “Aconteció en Iconio que
entraron juntos en la sinagoga de los judíos, y hablaron de tal manera que creyó una gran
multitud de judíos, y asimismo de griegos.” ¿No es maravilloso? Cuando Dios quiere a
alguien para ministrar a Su iglesia, cuando Dios quiere alguien para un trabajo misionero,
cuando Dios quiere alguien para ganar personas para Cristo, Él encuentra a alguien que
sea lleno del Espíritu. Alguien que se atiene a la voluntad de Dios por la presión del
Espíritu de Dios, permeado por el sabor de Jesús mismo y alguien que está absolutamente
controlado por ese Poder. Es el estándar que Dios ha establecido.
Ese es el significado de estar lleno, pero ¿cómo se logra? ¿Cómo me lleno? Permítame
decirle rápidamente; y con esto terminamos. ¿Cómo obtengo la llenura del Espíritu?
¿Cómo puedo saber esto? Es una orden. Es increíble, escucho a gente que ora por la
llenura del Espíritu. No tiene que orar por ella, no es una petición de oración, es una
orden. Usted no tiene que decir: “Señor, quiero ser lleno.” Él le está diciendo: Sed lleno; y
usted Le está diciendo: quiero ser lleno. Hay una especie de obstáculo allí. Si Él le dio a
usted una orden, entonces usted tiene los recursos, ¿correcto? Y los recursos para
vaciarse a sí mismo de uno mismo, es un asunto de confesar el pecado. Le voy a dar una
manera simple de mirarlo. Se trata de una rendición de su voluntad, su intelecto, su
cuerpo, su tiempo, su talento, su tesoro, todo, para Su control. Es la muerte del ego. Es la
crucifixión del ego. Es aniquilar la voluntad propia. Es la mortificación de los miembros de
su cuerpo. Es la muerte de uno mismo. Cuando usted muere Él le llena, cuando se vacía de
usted mismo, Él le llenará.
Ahora permítame darle una ilustración de eso; veamos Efesios capítulo 5 muy
rápidamente. En Efesios capítulo 5 versículo 18 tenemos esta declaración: “No os
embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu.” Ahora,
¿qué sucede cuando usted está lleno del Espíritu? Esto es lo que sucede: hablarán entre
ustedes con salmos, himnos y cánticos espirituales, versículo 19. Versículo 20, estarán
agradecidos; siempre darán gracias por todo. Versículo 21, se someterán mutuamente.
Verso 22, las casadas llenas del Espíritu estarán sujetas a sus maridos. Versículo 25, los
maridos llenos del Espíritu amarán a sus esposas. Capítulo 6 versículo 1, los hijos llenos del
Espíritu obedecerán a sus padres. Capítulo 6 versículo 4, los padres llenos del Espíritu no
provocarán a sus hijos a la ira. Efesios 6:5, los siervos llenos del Espíritu serán obedientes;
y los amos llenos del Espíritu, Efesios 6:9, tratarán bien a sus siervos.
Ahora que lo ve, ¿no es increíble? La llenura del Espíritu nunca produce algo extático;
provoca cantar, decir gracias, sometimiento y un montón de relaciones humanas
correctas. Nadie cae sobre su espalda; nadie entra en algún tipo de experiencia extática,
¿qué pasa? Todas las relaciones son correctas. Su relación con Dios es correcta porque
canta y le da gracias. Su relación con otras personas es correcta, porque usted se somete,
ya sea en el matrimonio o la familia o en una situación laboral; todo es muy práctico, está
todo muy claro, la llenura del Espíritu afecta a todas estas relaciones con Dios, nuestras
familias y los demás.
Ahora permítanme mostrarles algo. Colosenses capítulo 3, versículo 16; un maravilloso
paralelo. Dice en el medio del versículo: “enseñándoos y exhortándoos unos a otros”. De
nuevo, exactamente como Efesios 5: “con salmos e himnos y cánticos espirituales.”
Versículo 17: “Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre
del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de Él.” Nuevamente la misma
rutina. Condensada, pero está todo aquí: esposas sométanse a sus esposos, maridos amad
a vuestras esposas, hijos obedeced a vuestros padres, padres no provoquen a sus hijos,
siervos obedezcan a sus amos. Y luego en el capítulo 4 versículo 1: “Amos, haced lo que es
justo y recto con vuestros siervos”.
La misma secuencia está toda allí: el canto, el agradecimiento, la sumisión, las esposas, los
esposos, los hijos, el padre, el siervo, el amo, idéntico. Ahora sabemos bien lo que produce
Efesios 5, la llenura del Espíritu. ¿Qué lo produce aquí? Aquí es diferente, versículo 16: “La
palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, en toda sabiduría.”
Déjenme decirles algo, ser lleno del Espíritu es lo mismo que permitir que la palabra de
Cristo more en usted en abundancia. Tiene que ser lo mismo ya que produce los mismos
resultados. La gente dice que ser lleno del Espíritu es algo místico, muy místico. No, la
llenura del Espíritu es tomar la palabra que Cristo nos ha dado y dejarla morar, ¿en
dónde? En su corazón. Si quiere ser lleno del Espíritu no se siente en un rincón y suplique
a Dios. Si quiere ser lleno del Espíritu, aliméntese de la Palabra de Cristo; y a medida que
es alimentado y lleno de la Palabra y como resultado de que ella viva en usted plousios,
abundantemente, ricamente en plenitud, se encontrará bajo su control. ¿Quién es el autor
de la Palabra de Cristo? El Espíritu. Y cuando se vierte la Palabra en él, se convierte en
quien le controla. Como dijo Spurgeon: “su sangre se convertirá en bíblica”. Tiene razón.
Es una cosa sencilla y no hay motivo para que sea confusa. Ser lleno del Espíritu es
simplemente dejar que la Palabra domine mi vida. Si usted quiere saber lo que es ser lleno
del Espíritu, aliméntese con la palabra de Dios; porque cuando la Palabra entra, el Espíritu
tiene la verdad con la cual darle dirección y guía.
Para concluir, una ilustración que he utilizado muchas, muchas veces: Pedro. Pedro quería
estar donde estaba Jesús. Narro esta historia en mi pequeño libro La voluntad de Dios.
Siempre quería estar donde Jesús estaba. Pedro le seguía el rastro por todas partes. El
Señor subía a una montaña; Pedro subía a una montaña. El Señor preguntó: “¿te vas?” Él
dijo: “¿dónde voy a ir?” Pedro siempre estaba cerca. Y yo sé por qué estaba ahí; porque
cuando estaba cerca de Jesús tres cosas se destacan en la Biblia: hacía milagros, decía
cosas milagrosas y tenía una valentía milagrosa. La primera vez que vemos a Pedro, él está
en un barco en el mar. Y está nervioso. En una tormenta, sacudido en medio del mar de
Galilea. De repente ve en la distancia que Jesús viene caminando sobre el agua. Y a
continuación, él va con Jesús. Ha sido un pescador toda su vida en la orilla del mar de
Galilea, pero todavía nunca ha andado sobre el agua. Cada vez que él la pisaba, se hundía.
Sabe que nunca ha sido diferente y aún así, sale el barco y va por el agua. No era
consciente de lo que estaba haciendo ya que su compulsión a estar con Jesús excedía
todo. Sólo iba a estar donde Jesús estuviera; y por supuesto conoció a Jesús y comenzó a
hundirse. Y el Señor se agachó y le levantó; y regresaron hacia el barco. Y puedo
imaginármelo caminando junto a Jesús de regreso al barco sintiéndose fascinante.
Mírennos.
Siempre me da risa porque un escritor dijo que había un banco de arena, que andaban
sobre un banco de arena, pero… es el mismo escritor que dijo que no había un gran pez
que se tragó a Jonás; que ese sólo fue el nombre del bote en la parte posterior de la nave.
Por supuesto, mi pregunta fue ¿quién escuchó decir que un bote vomitó? De todas
formas, Pedro y Jesús estaban caminando hacia la barca; y cuando Pedro estaba cerca de
Jesús podía hacer cosas milagrosas. Me refiero a que no podía caminar sobre el agua, pero
sí pudo hacerlo cuando tenía a Jesús cerca, ¿no es cierto? La próxima vez que lo vemos en
nuestra pequeña analogía, está reunido con los discípulos. Jesús pregunta: “¿quién decís
que soy Yo?” - Mateo 16-, “Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros,
Jeremías, o alguno de los profetas. Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.” Y estoy
seguro que él pensó para sí mismo, ¿de dónde que vino eso? La boca de Pedro estaba
disponible; un poco más adelante en este capítulo, Satanás la utiliza, ¿recuerdan? Y Jesús
tuvo que decir: “¡Quítate de delante de mí, Satanás!”. Su boca estaba disponible, y
entonces Dios la usó: “Tú eres el Cristo, el hijo del Dios viviente.” ¡Qué sorpresa! Y Jesús lo
miró y dijo: “no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos”. Mi
Padre acaba de utilizar tu boca por un momento. No es de extrañar que quisiera estar
donde estaba Jesús, él podía hacer milagros y decir cosas milagrosas.
Tercero, él podía tener un valor milagroso; en el jardín, todos los soldados llegaron a
capturar a Jesús, llevarlo a juicio; y Jesús dijo: “¿a quién buscáis?” Y el ejército romano en
conjunto se cayó, como fichas de dominó, en el piso. Y Pedro pensó que eso iba a ser fácil.
Y así, de pie al lado de Jesús y cada vez más irritado, muy pronto decide arremeter. Toma
su espada y comienza con el primer hombre en la línea, iría a través de la pila entera.
Había quizás quinientos de ellos de Fortaleza Antonia; él le cortó la oreja a Malco e iba por
su cabeza; pero Malco se agachó, no tengo duda de eso. Él no iba solo por su oreja, iba
por todo. Y comenzó con el primer hombre de la línea; y continuaría con la tropa entera.
Nosotros decimos, ¿de dónde sacó el valor? Bien, sabía que todo lo que tenía que hacer
era mirar a Jesús; y Jesús haría que se cayeran nuevamente, por lo que no tenía nada de
qué preocuparse.
Tenía la capacidad de hacer milagros, decir lo milagroso y tener un valor milagroso cuando
estaba cerca de Jesús; no es de extrañar dónde quería estar. No es de extrañar que
cuando Jesús le preguntó si se iría, él le contestó ¿dónde iría Señor?” Y sin embargo,
¿saben lo que sucede la próxima vez que lo vemos? Es apartado de Jesús, Jesús está
dentro siendo juzgado, él está fuera calentando sus manos; y la Biblia dice que le negó
tres veces ¿No es eso terrible? Para Pedro solo bastó estar separado de Jesús para ser un
fracaso. Hay un gran principio en allí. ¿Quiere decir que él era un cobarde cuando Jesús
estaba a cien metros de distancia? Sí. Lo próximo que sucede: Jesús va al cielo, usted
pensará que ese es el final de Pedro. Él es un cobarde estando a cien metros de distancia,
¿ahora qué hará? El Señor está ciertamente en el cielo. ¿Sabe lo que él hace? Él da la cara
el día de Pentecostés y dice: “Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os
sea notorio, y oíd mis palabras.” Y continúa predicando acerca de Jesús, a quien
crucificaron como Señor y Cristo; y predica una obra maestra fantástica. Dios está
utilizando su boca nuevamente, con inspiración divina y “Al oír esto, se compungieron de
corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?
Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo
para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.” Y había tres mil
personas. Otra vez estaba hablando en un modo milagroso; él abría su boca y Dios
hablaba. La próxima vez que lo vemos, él y Juan van al templo para el culto; y hay una
persona tirada en el piso, un mendigo cojo que lo mira y él dice, “No tengo plata ni oro,
pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda”. Y el
hombre saltaba y andaba y entró al templo haciendo todo eso. No sólo podía decir cosas
milagrosas, también podía hacer milagros; por lo que no les gustaba lo que estaba
haciendo. Lo arrastraron ante el Sanedrín y le dijeron que dejara de predicar. Y les dijo:
“Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios”; y lo dejaron ir. Y
salió e inició una reunión de oración. Y oraron para que Dios les diera más audacia; y ellos
salieron y predicaron aún más.
Es increíble para mí que cuando Pedro estaba con Jesús podía hacer cosas milagrosas,
decir cosas milagrosas, tener una valentía milagrosa. Más tarde, cuando Jesús estaba en el
cielo, él podía hacer milagros, hablar cosas milagrosas, tener un coraje milagroso. ¿Cuál es
la conexión? Antes de que diera la cara en Pentecostés la Biblia dice en Hechos 2:4:
“fueron todos llenos del Espíritu Santo”. Aquí está la conclusión. ¿Ser llenos del Espíritu es
lo mismo que vivir como si estuviera al lado de quién? Jesucristo. Ser llenos del Espíritu es
lo mismo que dejar que la presencia de Cristo domine su vida. No es algo místico; es
llenarme con la palabra de Dios para que la verdad de Cristo domine mi pensamiento. Y
luego el Espíritu de Dios, a medida que me rindo a la verdad de Cristo en mí que me
conducirá a hacer y decir y ser lo que Dios quiere que sea. Más acerca de esto la próxima
semana. Vamos a orar.
Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
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Usted podrá reproducir este contenido de Gracia a Vosotros sin fines comerciales de acuerdo con
la política de Derechos de Autor de Gracia a Vosotros.
Sed llenos del Espíritu, 2a Parte
Escritura: Efesios 5:18–19
Código: 1940
John MacArthur
Regresamos esta mañana para nuestro estudio del quinto capítulo de Efesios. Nos está
tomando un poco de tiempo cubrir los versículos 18 al 21 porque están tan cargados de
verdad, y no queremos pasar por alto ninguna de las cosas maravillosas que el Espíritu de
Dios tiene para nosotros en este pasaje tan clave. Si usted no tiene su Biblia con usted, hay
uno cerca de usted en la banca, y puede seguirnos. Y veamos los versículos 18 al 21 de
Efesios 5, y siga con sus ojos conforme leo.
“No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,
hablando entre vosotros con salmos, himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando
al Señor en vuestro corazón; dando siempre gracias a Dios por todo al Dios Padre, en el
nombre de nuestro Señor Jesucristo. Someteos unos a otros en el temor de Dios.”
Ahora, en nuestro último estudio aprendimos que ser lleno del Espíritu, como lo indica el
versículo 18, es vivir todo momento como si usted estuviera en la presencia de Jesucristo.
Conforme comparamos Efesios 5:18 con Colosenses 3:16, señalamos que dejar que la
Palabra de Cristo more en usted en abundancia, es lo mismo que ser lleno del Espíritu. Y
vimos a partir de la ilustración de la vida de Pedro, que Pedro cuando estaba junto a
Jesucristo podía hacer lo milagroso, decir lo milagroso, y tener valentía milagrosa. El
mismo Pedro, cuando estuvo lleno del Espíritu de Dios, es visto haciendo lo milagroso, es
oído diciendo lo milagroso, y es visto teniendo valentía milagrosa.
En otras palabras, el paralelo es interesante, cuando él estaba cerca de Jesucristo en Su
presencia, y cuando estaba lleno del Espíritu de Dios él tuvo el mismo tipo de resultados. Y
como puede ver, eso es exactamente lo que Efesios 5:18 y Colosenses 3:16 nos están
diciendo. Ser llenos del Espíritu no es alguna experiencia estática, no es algún tipo de
experiencia sobrenatural. Ser lleno del Espíritu es simplemente vivir momento a momento
en la presencia consciente de Jesucristo. Ese es el corazón de toda la vida llena del
Espíritu, consciente de Cristo, que Él está presente. Y es una experiencia momento a
momento, a momento, a momento. Es un compromiso para ahora, no para el futuro. Dios
nunca está interesado en compromisos futuros, ¿sabe usted eso, no es cierto?
De hecho, usted no está muy interesado tampoco en ellos. Si su esposa se le acerca y le
dice: “¿Querido, me amas?” Usted no le dice: “Habla conmigo en un par de semanas.” Ella
no está interesada en un par de semanas, ella quiere saber ahora. Bueno, Dios no está
interesado en su futuro, Él está interesado en su presente. Es el momento, es el ahora, es
si su vida está controlada por el Espíritu Santo ahora, lo que importa. Y, por cierto, ¿sabía
usted que solo vivirá ahora, nunca vivirá en el futuro? Nunca lo hará. Usted puede estar
esperándolo, pero nunca llegará ahí. Siempre es el futuro, y usted nunca vive en el
pasado. Algunas personas tratan eso con mucha dificultad, especialmente en nuestra
sociedad en la actualidad. La antigüedad es buena, usted sabe, la gente quiere remontarse
al pasado, pero usted nunca llegará ahí. Usted siempre estará aquí, y este es el único
momento que importa.
Y lo que el apóstol Pablo está diciendo es: “Manténganse continuamente llenos, en este
momento, controlados por el Espíritu.” Esa es la manera de vivir la vida cristiana, no
controlado por usted mismo, sino por el Espíritu de Dios. ¿Cómo? Al llenar su vida con la
Palabra de Dios de tal manera que sus pensamientos son los pensamientos de Dios, sus
caminos son los caminos de Él, lo más posible, de tal manera que Cristo mismo domina su
pensamiento, y así es como usted es controlado por Su Espíritu. Hay un resultado
maravilloso de esto, en 2 Corintios capítulo 3, versículo 18, dice ahí que conforme usted ve
la gloria del Señor, conforme usted se concentra en la consciencia de Cristo, usted será
cambiado a Su imagen por el Espíritu Santo. En otras palabras, la consciencia de Cristo
lleva a la semejanza a Cristo. ¿Lo ve? Esa es la obra del Espíritu conforme usted es lleno
del Espíritu, usted se vuelve como Cristo.
Entonces decimos que el compromiso momento a momento, de manera absoluta, con ser
lleno del Espíritu, lleva a la madurez eventual. Usted se volverá como Cristo, conforme
usted vive en el Espíritu, conforme usted anda en el Espíritu, conforme usted es lleno del
Espíritu. La vida cristiana realmente es un movimiento para ser como Cristo. Y el único
momento en el que usted se está moviendo en esa dirección es cuando usted es lleno del
Espíritu. Cuando usted está operando en función de la carne, usted se estanca, y no hay
progreso. El único progreso en su vida es durante esos tiempos cuando usted está lleno
del Espíritu de Dios, ese es el movimiento hacia arriba. Y la mayoría de los cristianos, como
usted sabe, simplemente van así, planos un poquito, Dios quiere que nos movamos hacia
la semejanza a Cristo, entonces, conforme somos llenos del Espíritu, viendo la gloria de
Cristo, nos volvemos como Jesucristo. Esa es la clave de la vida cristiana. Ahí es donde
usted obtiene la victoria, ahí es donde usted consigue el gozo, ahí es donde la emoción
viene, y el fruto y la utilidad para Dios.
Ahora vimos que hay tres cosas en este texto que queremos señalar. En primer lugar,
estaba el contraste, en el versículo 18. ¿Se acuerda de eso? el apóstol Pablo dice: “No os
embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución,” o asotia, disipación, una enfermedad sin
esperanza, incurable, “antes bien sed llenos del Espíritu.” Y ese es el contraste. En otras
palabras, no somos como los paganos que se embriagan, e inducen algún tipo de noción
falsa de que están teniendo comunión con los dioses mediante la embriaguez. Nuestra
comunión con Dios es mediante la llenura del Espíritu. No somos como los paganos que
piensan que llegan a otro nivel de vida o consiguen mayor fuerza o mayor poder o mayor
lo que sea, mediante la embriaguez, adquirimos toda nuestra grandeza mediante el poder
de la llenura del Espíritu de Dios.
Entonces, ese es el contraste. Ya no somos como ellos. Nuestra influencia controladora,
nuestro recurso, nuestro poder, nuestro recurso para levantarnos a la consciencia de la
presencia de Dios, es la llenura del Espíritu, no la embriaguez. Siguiendo el contraste
vimos el mandato, ¿no es cierto? Y el mandato está al final del versículo 18:
“Manténganse continuamente siendo llenos del Espíritu,” es un estilo de vida. No es solo
una vez, y eso es para la vida entera, usted sabe. No es como una vez y ya. No es eso en
absoluto. El Espíritu Santo no opera así. Es un ceder momento, a momento, a momento de
control total al Espíritu.
De hecho, puede ser mejor ilustrado por la metáfora de caminar. Es caminar, y caminar, es
un paso a la vez. Es inclusive un tipo de ritmo, conforme cedemos un paso a la vez al
Espíritu de Dios. Es tan simple como toda decisión en la vida, la vida es cuestión de
decisiones. La alarma se prende en la mañana, usted tiene su primera decisión; me
levanto o me quedo en la cama, digo que estoy enfermo o digo la verdad. ¿Qué voy a
hacer? Usted va al closet, usted tiene la segunda decisión, uso la camisa azul o la camisa
café. Y así es a lo largo de la vida. Usted va a la cocina y usted tiene otra decisión, usted va
a comer este cereal o tal cereal. Después usted sigue, usted sabe, es un proceso de
decisión, es simplemente una tras otra.
Y la vida controlada por el Espíritu es una que cede todo paso al Espíritu de Dios. Es
cuestión de tomar decisiones, una cosa a la vez. Y cuándo usted se rinde al Espíritu de
Dios, usted simplemente está constantemente siguiendo sus pasos. La única manera en la
que eso sucede, es cuando usted es controlado por la Palabra de Dios, porque usted está
metiéndola diariamente. Usted puede saltarse su cereal, si usted se aseguró de que ingirió
algo de la Palabra. Entonces, tendría usted la información correcta, y los datos, para que el
Espíritu de Dios controle sus pensamientos.
Ahora, caminar entonces es una buena manera de verlo porque usted simplemente toma
un paso a la vez. Veamos Gálatas, un libro atrás, en el quinto capítulo, y veamos que esto
de hecho es la ilustración misma que el apóstol Pablo usa en otro contexto. La gente dice:
“Bueno, usted sabe, ¿cómo es que podemos construir una teología entera en Efesios
5:18? ¿cómo es que llegamos a todo esto en base a solo un versículo? No está basado en
ese versículo, esa es solo una manera de verlo. Esta misma verdad de una vida controlada
por el Espíritu está por todo el Nuevo Testamento, está en todo lugar del Nuevo
Testamento y usted se encuentra con esto a lo largo del libro de los Hechos, se encuentra
con esto en Colosenses, se encuentra con esto en Efesios, se encuentra con esto aquí en el
libro de Gálatas, usted llega y lo ve en el octavo capítulo de Romanos, está en el evangelio
de Juan, conforme Cristo habla de la venida del Espíritu. Está por todos lados.
Pero quiero que observe Gálatas capítulo 5, versículo 16, porque aquí es en dónde él usa
el término andar para hablar con este ministerio del Espíritu. Él dice: “Andad en el
Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.” Ahora, aquí está la vida controlada por el
Espíritu, es algo de caminar, es un paso a la vez, es simplemente tomar un paso a la vez en
el Espíritu, esto es bajo el control del Espíritu. Andad, literalmente en el griego,
manténganse caminando en el Espíritu, no se desvíen de eso. Y si hacen eso, no
satisfacerán los deseos de la carne. En otras palabras, la manera en la que usted va a
superar su pecaminosidad, y la manera en la que usted va a superar sus deseos malos, y la
manera en la que usted va a superar las tentaciones de Satanás, es simplemente andando
en el Espíritu. Simplemente continúe caminando en el Espíritu.
Como puede ver lo positivo se encarga del problema negativo. Usted sabe, la gente dice:
“Oh, el diablo anda tras de mí, y los demonios están tras de mí, más vale que vaya con
alguien para que me saquen los demonios. No sé cómo pelear los demonios, tengo que
conseguir a alguien que sea un experto en eso. Simplemente ande en el Espíritu y usted
no va a tener un problema. ¿Lo ve? Es lo positivo lo que resuelve lo negativo. Entonces,
usted camina en el Espíritu y usted no va a satisfacer los deseos de la carne.
Ahora, debería saber que hay una guerra que se está llevando a cabo en usted. Observe el
versículo 17, “el deseo de la carne es contra el espíritu.” Ahora, dice usted: “¿Qué es la
carne?” La mejor manera de explicar la carne es que la carne es dónde se acuartela el
pecado. La carne es dónde Satanás aterriza con su tentación. Es esa parte de nuestra
humanidad que se expone a la capacidad de pecar. Aunque yo soy una criatura redimida,
y en Cristo todas las cosas se han vuelto nuevas, y es un nuevo yo que vive en Cristo y
Cristo vive en mí; aunque soy una nueva criatura, aunque tengo una nueva naturaleza,
todavía en mí, debido a que soy humano y terrenal, existe la posibilidad de la
pecaminosidad.
Y es en ese cuartel que Satanás aterriza cuando él quiere tentarme. Es ese elemento del
hombre que se opone a la bondad. Es ese elemento del hombre que quiere hacer lo malo.
Es aquello en el apóstol Pablo, en Romanos 7 que inclusive cuando él quería hacer el bien,
lo mantenía ahogándolo de tal manera que no hacía lo que él quería hacer, y terminaba
haciendo lo que él no quería hacer. Y todos tenemos eso, y la manera de enfrentar eso es
no mantenerse ahí peleando, sino simplemente andar en el Espíritu.
Si usted camina controlado por el Espíritu de Dios, todo momento de todo día, consciente
de Cristo porque usted se está alimentando de la Palabra de Dios, consciente de Cristo
porque usted está pensando en Él, y viéndolo a Él y consciente de Él, entonces usted no va
a tener un problema con la carne. Dos cosas no pueden ocupar su mente al mismo
tiempo, usted no puede estar concentrándose en Jesucristo, y concentrándose en la
tentación y el deseo de la carne al mismo tiempo. Usted tiene que disipar uno, o el otro,
para que el uno o el otro suceda.
Entonces él dice: “Miren, hay una guerra, y el Espíritu Santo y su carne están peleando
entre sí. Se oponen el uno al otro. Ahora si usted cede a la carne, ¿qué va a pasar? Si usted
simplemente sigue por la resistencia fácil, usted no estudia la Escritura, usted no pasa
tiempo en oración, usted no anda en el Espíritu, usted no cede el control de su vida, usted
hace lo que quiere, ¿cuál va a ser el resultado? Versículo 19, las obras de la carne. “Y las
obras de la carne son estas: fornicación,” algunos textos incluyen adulterio, también.
Fornicación incluiría eso, pecado sexual; “inmundicia,” lo cual es una impureza general de
vida; “lascivia,” lo cual es la antigua palabra de la Biblia. En otras palabras, es un deseo
que nunca se satisface. Es malo, todo es una especia de perversión sexual.
Después tiene “idolatría, hechicerías,” lo cual tiene que ver con religiones paganas.
Algunas veces esa palabra está también relacionada con drogas. Él añade a eso, “odio,
contiendas, celos, iras, disensiones,” revoluciones realmente, “herejías, envidias,
homicidios, embriagueces, etc., etc. Estas son las cosas producidas por la carne. Y, por
cierto, él dice, “estas son cosas que deberían caracterizar a aquellos que no heredarán el
reino de Dios.” En otras palabras, así vive el no cristiano. Eso es lo más lejano de cómo
deberíamos vivir.
Pero si cede usted a la carne, si usted no anda en el Espíritu, simplemente no deja que el
Espíritu controle su vida, no camina un paso a la vez en Su poder, eso va a suceder en su
vida. Y, por cierto, cuando eso sucede, usted va a caer bajo la disciplina de Dios, versículo
18 dice: “Si usted es guiado por el Espíritu, no está bajo la ley, lo opuesto de eso es esto, si
no está andando en el Espíritu usted va a caer bajo la ley de Dios, ¿qué significa eso? Si
usted hace cosas malas la ley de Dios va a tomar su retribución, ¿verdad? Tiene que
hacerlo.
Entonces, si usted anda en el Espíritu, usted va a escapar la disciplina de Dios. Pero si
usted hace las cosas de la carne, usted cae bajo la consecuencia de una violación de la ley
de Dios. Entonces, decida. Usted tiene al Espíritu Santo deseando, y la carne teniendo
deseo en contra del Espíritu, ¿y qué sucede? Usted sigue la carne, inmediatamente está va
a ver ese tipo de cosas producidas en su vida, va a venir bajo la ley de Dios, y hay
consecuencias. Pero por otro lado, versículo 22, digamos que usted anda en el Espíritu,
digamos que usted cede su vida al control del Espíritu, diariamente usted ingiere la
Palabra de Dios, diariamente usted pasa tiempo en oración con el Señor, diariamente
usted se concentra en la presencia de Jesucristo, diariamente cuando una decisión viene,
y la siguiente decisión de la mañana hasta la noche, usted la cede al control del Espíritu de
Dios.
¿Qué va a pasar conforme usted anda en el Espíritu? El fruto del Espíritu será producido y
esto va a caracterizar su vida. “El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe, mansedumbre, dominio propio, templanza, y contra esas cosas,”
¿qué hay? “no hay ley.” Usted hace eso y usted nunca va a caer bajo las consecuencias o
condenación de una ley quebrantada. ¿Lo ve? No hay castigo para ese tipo de vida. Usted
quiere vivir una vida feliz, usted quiere vivir una vida significativa, usted quiere vivir una
vida gozosa, de paz, ahí está entonces, ande en el Espíritu. Es así de simple.
El versículo 25 lo resume, si ya vivimos en el Espíritu posicionalmente, entonces, andemos
en el Espíritu prácticamente, ¿verdad? ¿Cuál es el sentido de vivir en el Espíritu y andar en
la carne? No tiene sentido. Si usted quería a Cristo para comenzar, ¿no lo quiere ahora? Si
usted ha comenzado en el Espíritu, ¿ahora va a ser perfeccionado en la carne? Digo, si
usted vive en el Espíritu, entonces ande en el Espíritu, cumpla la capacidad definitiva y
potencial de su destino.
Entonces realmente es lo mismo amados, que Pablo dice en Efesios. Él simplemente está
diciendo: “Vivan en el Espíritu. Anden en el Espíritu. Sean llenos del Espíritu, sean
controlados por el Espíritu. La palabra de Cristo mora, more en ustedes. El punto entero
es que Dios quiere que seamos controlados por Él, no por nosotros. ¿Lo entiende?
Muy bien, vayamos al tercer punto, y de eso vamos a hablar en esta ocasión y en la
próxima: las consecuencias. El contraste, el mandato, y las consecuencias. ¿Cuáles son las
consecuencias? Si usted es lleno del Espíritu, ¿qué sucede en su vida? Bueno, realmente
las consecuencias se estiran realmente hasta el final de libro de Efesios. El resto de lo que
sucede en este libro es consecuencia. Si usted es lleno del Espíritu, todo tipo de cosas van
a pasar, pero hay tres principales que quiero que observe esta mañana. Y vamos a
terminar estas la próxima vez. Y después vamos a delinearla de manera específica, más
adelante en enero, después del tiempo de Navidad.
Tres cosas suceden cuando usted lleno del Espíritu, en general. Una, cantar, versículo 19.
Cantar. Dos, gratitud, versículo 20. Tres, someterse, versículo 21. Tres cosas: cantar,
agradecer y someterse. Esas son las tres cosas, esas son las categorías generales. Por
cierto, la tercera, someterse, se convierte entonces la base para todo en el capítulo 5,
versículo 22, hasta el capítulo 6, versículo 9. Esa sección entera es una exposición del
versículo 21. Esa sección entera explica el versículo 21, después del 6:10 y en adelante, la
armadura del cristiano muestra lo que le pasa a alguien que vive andando en el Espíritu.
Satanás entra para tratar de detenerlo, y así es como usted enfrenta a Satanás ahí.
Entonces el resto, realmente trata con esta respuesta de ser lleno del Espíritu. Este es el
locus crucis, este es el punto elevado, esta es la clave, esta es la cúspide del libro de
Efesios. Aquí es en dónde todo se encuentra, usted está andando en el Espíritu,
controlado por el Espíritu, esto es lo que sucede. Ahora, tomemos las tres de estas. En
primer lugar, cantar. Eso es personal, eso es hacia mí mismo. El resultado en primer lugar,
de una vida llena del Espíritu es cierta cosa que me ocurre, que produce una canción.
¿Muy bien?
Entonces, la primera cosa es muy personal, eso es muy hermoso la manera en la que
Pablo hace eso, la manera en la que el Espíritu Santo lo inspiró para hacer eso, que vivir
andando en el Espíritu ser lleno del Espíritu en primer lugar tiene un resultado en mi vida,
produce algo en mí independiente del resto de la gente. En segundo lugar, agradecer, eso
tiene que ver con Dios. En tercer lugar, someterse, eso tiene que ver con toda persona
que me rodea. Entonces, toda relación posible es corregida por la llenura del Espíritu. Yo
estoy bien conmigo, estoy bien con Dios, estoy bien con usted. ¿Lo ve?
Todo se une. No hay otra manera de vivir, ¿verdad? Para estar bien adentro, para estar
bien con Dios, y para estar bien con el resto de la gente, es la manera de vivir. Y cuando
estoy bien conmigo, canto. Y cuando estoy bien con Dios, agradezco. Y cuando estoy bien
con usted, me someto. ¡Hermoso, la manera en que el Espíritu de Dios simplemente unió
a estos tres! Toda relación posible está cubierta en esa área, esas tres verdades simples.
Pero siempre, en cierta manera me sorprende que el primer resultado es esto que es tan
personal.
Cuán maravilloso es por parte de Dios, de nuevo, considerar como respondemos, es
simplemente como Jesús con las bienaventuranzas, comenzando al decir:
“Bienaventurados, felices, bienaventurados, felices, bienaventurados, felices, es el
hombre, feliz es el hombre, feliz es el hombre.” Como puede ver, así siempre con Dios,
primero la consideración para nosotros conforme nos aborda, esto es para ti. Ah, pero hay
un elemento de esto que es para Él, y aquello que toca al resto de la gente y van de la
mano.
Pero veamos el primero, y ni siquiera vamos a cubrirlo esta mañana, así que no se
preocupe. Cantar. Ahora, este es un asunto muy personal. Y me encanta. Simplemente,
literalmente me encanta, tomar esta tremenda verdad teológica como esta, ser lleno del
Espíritu. Dice usted: “Hombre, si vamos a ser llenos del Espíritu ¿qué va a pasar?” Usted
dice: “Oh, podríamos decirle a esa montaña, muévete y será movida. Hombre, podríamos
hacer cosas maravillosas, podríamos predicar la Palabra y almas serían salvadas, y cosas
poderosas.” ¿Y sabe usted lo que dice? Sean llenos del Espíritu y pueden cantar. Dice
usted: “Bueno, eso me parece, no sé, algo que falta aquí.
Dice usted: “Eh, yo, canto en monótono, digo, ¿esto es para mí?” No dice que usted tiene
que cantar con armonía, quiero que sepa eso. Es un gran consuelo eso, ni siquiera dice
que alguien tiene que escucharlo, ¿lo ve? Pero el primer producto de la vida llena del
Espíritu es algo que sucede en mi vida, que es liberado en una canción. ¿Lo ve? Cantar es
la expresión de la emoción del alma. Y la próxima vez le voy a mostrar algunas cosas que
simplemente son absolutamente fantásticas.
¿Sabe usted que inclusive usted puede silbar en el Espíritu? Oh, esto es maravilloso, esto
es para la próxima semana. Es correcto. La raíz de la palabra griega, de la palabra
“hablando entre vosotros,” es “cantar como un ave,” pero vamos a entrar a eso la próxima
vez. Algunos de ustedes, ustedes silban mejor que de lo que cantan, francamente, pero
bueno, esta es una afirmación tremenda del hecho de que cuando un creyente anda en el
Espíritu, hay un gozo interior que es liberado en la música que sale del alma. Dios ha
colocado música en el alma del hombre, y la libera de esta forma tan maravillosa por la
llenura del Espíritu Santo.
Hombre, le quiero decir algo, cuando alguien está lleno del Espíritu Santo, y cantan, ni
siquiera importa si cantan muy bien. No importa, y no necesariamente significa que
tenemos tampoco que estar a tono. El último domingo por la mañana un joven en el
servicio, se me acercó y se presentó, nunca lo había conocido, él dijo: “Mi nombre es
Randy Mendelman.” Y yo dije: “Oh, sí, conozco tu nombre Randy, te he escrito muchas
veces.” Y él dijo: “Sí, acababa de salir en soledad en Vacaville.”
Él había estado en la cárcel por casi tres años, dos, un poquito más, y cuando salió de la
cárcel, alguien le dio una cinta nuestra y escribió para escribir más cintas y recibió todo un
libro en cintas, y él vino a Cristo, dedicó su vida a Cristo, y él ha sido un maestro de la
Biblia en la cárcel. Es increíble. Y él dice que nuestras cintas están en todas esas cárceles y
los hombres se sientan en sus celdas diariamente y escuchan las cintas y el Señor está
haciendo una obra maravillosa. Pero él dijo: “Quiero que oiga mi testimonio.” Él dijo: “Has
escrito y has enviado todas las cintas, y quiero darte una cinta que hice de mi testimonio.”
Y yo dije: “Muy bien, Randy, me encantaría tenerla.” Y la recibí y la metí en mi auto, ahí en
mi pequeño toca cintas estaba manejando a algún lugar, lo escuche y él comenzó al decir:
“En primer lugar quiero cantar.” Él está dando su testimonio, su testimonio de despedida
a todos los prisioneros, y esto fue hace dos semanas atrás. Y él dijo: “Quiero cantar, en
primer lugar.” Él dijo: “Simplemente, siento que tengo que cantar, en mi corazón.” Y él
comenzó a cantar. Y quiero decirle que él cubrió cinco diferentes claves en esa primera
parte, tratando de encontrar en dónde comenzar. Usted sabe. Y tratando de encontrar la
melodía.
Y él cantó esa canción, no había piano, ni guitarra, nada. Él debe haber estado ahí en un
edificio sólido de cemento, con un suelo de concreto sólido, porque simplemente
rebotaba en todos lados y había eco. Y él simplemente cantó, y cantó, y cantó y después
terminó y dijo: “Quiero cantar otra canción.” Y él cantó y él debe haber cantado por diez o
quince minutos. Y usted sabe, para cuando él terminó, me estaba riendo en mi corazón,
yo estaba tan lleno de gozo. Y tenía lágrimas en mis ojos.
Y sabe una cosa, no importaba que no había una orquesta, no importaba que no había un
gran piano, o un órgano. No importaba porque el hombre estaba cantando a partir de la
plenitud del Espíritu de Dios. Ni siquiera importaba que él estaba a tono. Él estaba
cantando lleno de la presencia de Cristo, y obviamente, lo fue evidente para mí y para el
resto de la gente. Por otro lado, he oído cosas con todo el talento y todos los instrumentos
y todo el trasfondo, y toda la amplificación y todo, y no se oyó como si realmente fue
generado por el Espíritu de Dios. De eso está hablando Pablo.
Había algo en el corazón de Randy, como puede ver, algo en su corazón debido a lo que
Dios estaba haciendo en su vida. Y ahora él ha entregado su vida para regresar a esas
prisiones y llevarle a Jesucristo a los hombres. Cómo puede ver, hay algo adentro de él
que le dio esa canción, fue un cántico nuevo, la canción que solo Cristo puede ver. En
contraste a eso, el pagano, música fuera de orden de las orgías que se habrían llevado a
cabo en la ciudad de Éfeso, conectadas con la religión mala, demoníaca. Que diferencia
habría sido la canción dulce del Espíritu Santo que nació en los corazones de aquellos que
estaban bajo su control.
Y esa es la diferencia como puede ver, Pablo está diciendo: “Cuándo nos congregamos,
cantamos entre nosotros y es diferente que las canciones que solíamos oír.” Amados, si
hay algo que debería ser nuevo en la vida cristiana debería ser la música. Si, escuche esto,
si la música realmente refleja el idioma del alma, entonces la nuestra debería ser diferente
que la del mundo, ¿verdad? Porque somos diferentes. Colosenses 3:16 dice lo mismo, dice
que cuando usted está lleno de la Palabra de Cristo esto es lo que va a pasar: usted ve a
hablar entre vosotros en salmos, himnos y cánticos espirituales, aquí está de nuevo,
cantando con gracia en vuestros corazones al Señor.” Siempre comienza con el corazón, y
siempre va al Señor. ¿Lo ve?
En Santiago, capítulo 5, una afirmación tan hermosa ahí, dice en el versículo 13: “¿Está
alguno de vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanza.” Las
canciones siempre son la expresión del gozo del Espíritu Santo. Y en Romanos nos dice
que el reino de Dios es justicia, y gozo, y paz en el Espíritu Santo. Y cuándo el Espíritu
Santo produce esa paz, y esa justicia y ese gozo, irrumpe en una canción. Eso es algo
maravilloso. El Espíritu de Dios nos ha dado esa liberación, el expresarlo así, la redención
nos da una nueva canción, ¿lo ve? una nueva. Y no es, nueva, neos, esto es nueva en
cronología, es nueva, kainos, lo cual es una canción que es nueva debido a que nunca
antes había habido una canción como esta. No es nueva en cronología, es una nueva en
tipo, es nueva en naturaleza, es nueva en cualidad, nuestra canción debería ser una
canción diferente.
He oído algunas canciones que supuestamente son canciones cristianas, y para mí se oyen
exactamente como el resto de las canciones en el mundo. Y después oigo como lo que
oímos esta mañana, y nada en el mundo jamás se oye así, es una canción nueva. Y, por
cierto, usted tiene todas las menciones de una, de un cántico nuevo, y creo que hay nueve
diferentes ocasiones en las que es mencionada en la Escritura, y cada vez que es
mencionada está conectada con la redención, está conectada con la salvación, de tal
manera que es la salvación lo que produce una canción nueva.
Puedo ilustrarle eso de una manera tan vívida al pedirle que me acompañe a los Salmos
por tan solo un momento. En el Salmo 33, y el versículo 1, “Regocijaos en Jehová, oh
justos.” Estamos regocijándonos porque Dios nos ha hecho justos, porque la alabanza es
apta para los rectos. “Alaben a Jehová con el arpa, alábenlo con el salterio, y un
instrumento de decacordio. Cantan a él un cántico nuevo” - ¿Por qué? – “porque la
Palabra de Jehová es recta y todas sus obras son hechas en verdad. Y él ama la justicia y la
rectitud, y la tierra entera está llena de su bondad.” En otras palabras, es debido a lo que
Dios ha hecho al hacernos justos, es debido a lo que Dios ha hecho al redimirnos, que
cantamos un nuevo cántico.
En el Salmo 40, versículo 3, lo mismo. Dice en el versículo 2, “Él me sacó de un foso
horrible. Me sacó del lodo, colocó mis pies en la roca, estableció mi vida,” y como
resultado de una salvación tan gloriosa, Él colocó un cántico nuevo en mi boca. ¿Lo ve?
Usted entra más a los Salmos, en el Salmo 96 versículo 1, “Oh, cantad a Jehová un cántico
nuevo. Cantad a Jehová toda la tierra, cantad a Jehová, bendecid su nombre, mostrad su
salvación.” De nuevo, es la canción de salvación. Y en el versículo 1, del capítulo 98; Salmo
98, “Oh, cantad a Jehová un cántico nuevo.” ¿Por qué? Versículo 2, “Jehová ha dado a
conocer su salvación.” Inclusive lo encuentra al final de los Salmos, Salmos 144, lo tiene en
el versículo 9, “Cantaré un cántico nuevo a ti.” Salmos 149, versículo 1, “Cantad a Jehová
un cántico nuevo.”
Siempre esta canción está conectada con redención, y esa es la esencia entera. Y
finalmente, me encanta en Apocalipsis 5:9 dice: “Y cantaron un cántico nuevo.” ¿Y cuál es
el cántico nuevo? “Digno es el Cordero, realmente, porque él nos ha redimido de toda
tribu y nación, y pueblo y lengua.” Es siempre la canción de la redención. Escuchen,
amados, si hay algo nuevo en la vida cristiana es un cántico nuevo. Es la canción de la
redención, que nace del Espíritu de Dios que vive en el creyente, que irrumpe en alabanza
a partir del gozo que está ahí cuando somos controlados por Su Espíritu. Hemos sido
redimidos, y eso nos ha dado una canción. Y el Espíritu de Dios, cuando Él controla nuestra
vida, hace que salga esa canción.
La canción de Moisés, una canción de redención. Léala en Éxodo 15. Dios había sacado a
Israel de Egipto. Ese es un retrato de la redención, en un sentido, ¿no es cierto? Lo sacó
ahí, y partió el mar y después ahogó al ejército de Faraón, y lo primero que hicieron
cuando salieron por el otro lado, Éxodo 15, el grupo entero de Israel se unió y cantaron el
cántico de Moisés. Y después estuvo la ocasión cuando Dios libró a Israel, en Jueces
capítulo 5, por la mano de esas dos personas maravillosas Débora y Barac, y usted tiene el
primer dueto en la Biblia, Débora y Barac, Jueces capítulo 5, cantaron un dueto, un dueto
de redención, como Dios liberó a su pueblo y así sigue. La canción es la canción de los
redimidos, la canción de aquellos a quienes Dios maravillosamente ha liberado de la
esclavitud del pecado, de los problemas.
Amados, ¿sabían ustedes que Dios simplemente ama la música? Digo, simplemente le
encanta. Los ángeles cantaron antes de la caída, y el cielo para siempre al final va a estar
lleno de canciones, a Él simplemente le encanta la música. Usted sabe, en el Antiguo
Testamento, simplemente para darle algo de información de esto, en el Antiguo
Testamento hubieron treinta y ocho mil individuos que ministraron en el templo. Treinta y
ocho mil. Cuatro mil de ellos eran músicos. Eso es casi uno de nueve. A Dios le encantó la
música.
¿Sabe usted que en Éxodo capítulo 15, versículos 20 y 21 tenemos el primer coro de
mujeres? Es correcto. ¿Sabe usted quien fue el conductor? María, comenzó un coro de
mujeres. ¿Sabe una cosa? ¿Sabe usted cual es el primer coro de hombres que pude
encontrar? Está en 1 Samuel capítulo 10, versículo 5, y fue constituido por profetas. Los
profetas se unieron y tuvieron un coro de hombres. Hombre, me encantaría haber oído
eso. Le aseguro que la teología en sus canciones era la correcta. ¿Puede imaginarse a
todos los profetas cantando?
Escuche, le voy a decir algo emocionante. Si usted quiere oír un grupo de hombres cantar
como ningún otro, escuche a un grupo de predicadores. Fui a la Conferencia de Pastores
de Moody y escuché a mil doscientos pastores cantando y hombre, es emocionante.
Tuvieron un coro de hombres, tuvieron un canto congregacional. 1 Crónicas 13, versículo
8 dice: “Todo el pueblo cantó en alabanza congregacional, instrumentos,” y me encanta
esto, “y cantaron con todas sus fuerzas.” Dice, escuche, la Biblia dice que a Dios le gusta
fuerte, a Dios le gusta la música fuerte. Y algunas veces estoy escuchando música en casa,
y mi esposa dice: “Bájale.” Y yo le digo: “Por favor, no seas no espiritual.”
A Dios le gusta fuerte. No ruidoso, pero las alabanzas son apropiadas para Él, y le gusta
así. En 1 Crónicas 16:4 y 5 David instituyó un coro, y David era un músico maestro, ¿no es
cierto? Usted no puede imaginarse que tipo de coro fue ese. ¿Sabe usted que, en el
templo de Salomón, en 1 Crónicas 23:5, nos dice que Salomón tuvo un coro de cuatro mil
voces? ¡Que coro debió haber sido ese! Imagínese oyendo a cuatro mil personas,
preparadas, cantando. Cuando Esdras habla de re dedicar el templo, usted sabe, y
Zorobabel regresó y tuvieron uno más pequeño y el país había pasado por la terrible
cautividad babilónica, una de las primeras cosas que hicieron, Esdras capítulo 2, tuvieron
un coro. Tenía doscientas personas, pero fue un coro.
¿Sabe usted que los levitas y algunos de los sacerdotes, fueron preparados para ser
músicos hábiles? Escuche, si usted tiene a hijos que tienen alguna propensidad así,
hombre, desafíelos en esa dirección, y hágalos prepararse, porque van a ayudarnos al
resto de nosotros a expresar nuestra alabanza, ¿lo ve? En Nehemías, capítulo 12, hubo
una canción antifonal, lo cual aparentemente es una de los tipos favoritos de Dios, en
dónde usted tiene un coro por acá y un coro por allá, y cantan el uno al otro. A Dios le
gusta eso, y le voy a mostrar porqué en algunos minutos.
Tuvieron instrumentos, no soy un experto en esto, pero descubrí estas cosas en la Biblia.
Los instrumentos de cuerdas y de viento, inclusive tambores, algunos de ustedes están
diciendo: “Oh, ¿eso está en la Biblia?” Hay tambores en la Biblia, eran membranófonos,
los que lo llaman, pero un tipo de tambores de membrana. Y algunos de ellos los sostenía
con la mano y eran golpeados de esa manera. Hay otras cosas como campanas que
encajan en el área de percusiones, pero uno de los instrumentos de cuerdas fue el azor, lo
cual era una especie de arpa.
Estaba otro que era golpeado en lugar de ser rascado. Estaba el arpa misma, era una lira,
algo así grande que sostenían con la mano, habían instrumentos de viento, como vimos
esta mañana, una trompeta, una flauta, un órgano de viento. Y para la gente que no eran
muy buenas con las notas, estaba ahí el cuerno de carnero, simplemente métalo ahí, lo
toca y están todos estos tipos de cosas, porque la alabanza al Señor era apropiada, y la
música era la manera en la que el alma podía expresar su alabanza. ¿Lo ve? Y cuándo
usted viene al Nuevo Testamento, es algo diferente. Vamos a ver la próxima vez en el
Nuevo Testamento, que enseña el uso de música instrumental, en nuestro próximo
estudio veremos eso.
¿Pero sabe usted que, en la mesa del Señor, lo último que hicieron antes que el Señor
saliera para ser llevado cautivo y para que fuera juzgado y crucificado, dice que lo último
que hicieron después de la cena del Señor es que cantaron un himno? ¿Lo ve? Los
discípulos se reunieron y cantaron. En Hechos, capítulo 4, creo que tenemos uno de los
primeros himnos, creo que tenemos unos de los primeros himnos que la iglesia cantó. De
hecho, creo que también hay uno y veremos eso probablemente la próxima semana, en
Filipenses y otros lugares.
Pero en Hechos capítulo 4 dice que todos estos creyentes se congregaron. Y versículo 24,
“levantaron su voz a Dios, a una voz, y dijeron,” y comienzan con esto. Bueno, ¿cómo es
que un grupo entero de personas diga lo mismo, a menos de que conozcan las palabras,
¿verdad? Y todos cantaron: “Señor, nuestro Dios, tú que hiciste el cielo y la tierra y el mar,
y todo lo que hay en ellos y demás.” Y siguen así, inclusive tenemos algunos textos, sin
duda alguna, en el Nuevo Testamento, de himnos que cantaron.
¿Qué estaban haciendo Pablo y Silas en la cárcel? Cantando. ¿No es cierto? cantando. En 1
Corintios 14 el apóstol Pablo está tratando de corregir la canción de los corintios y dice:
“Miren, cantan con el espíritu, pero también canten con - ¿qué? – con el entendimiento.”
Y él dice: “Cuándo se congreguen cada uno de ustedes tiene un salmo,” eso es demasiado,
no quieres ocho personas cantando solos todo el tiempo. Es algo difícil de escuchar,
entonces tienes que ordenarlos. Pero siempre hubo música con el pueblo de Dios.
Ahora, ¿sabe una cosa? Cuando Jesús regrese Él va a establecer el reino milenial, ¿verdad?
Un reino de mil años en la tierra, la maldición será invertida y es cuando los ángeles van a
cantar de nuevo, y todo en el mundo va a ser maravilloso, y Él va a reinar como el Príncipe
de Paz, y sabe usted que una de las primeras cosas que Él va a hacer es construir un
templo en el reino milenial. Ahora, Ezequiel describe los detalles de este templo, en
Ezequiel. Alrededor del capítulo 40 y en adelante, él nos da una descripción del templo
que el Señor va a construir para glorificarlo a Él en el reino milenial.
Y una de las cosas más fascinantes acerca de esto es que en ese templo, Dios va a
construir un lugar para un coro enorme. ¿Sabía usted eso? Uno de los miembros del coro,
puedo ver una sonrisa grande en su rostro. Ellos ahora tienen un nuevo gozo de
expectativa para la venida del Señor. Pero en el templo milenial va a haber un coro. Da las
dimensiones, uno de un lado, uno del otro, parece indicar que será un coro antifonal.
Habrá un elemento por aquí y otro elemento por allá. Y lo que es descrito es tan grande
que fácilmente podría incluir a miles de personas en ambos lugares, cantando entre sí.
Ahora, aquí vemos lo que Dios piensa de la música. Y quería tomar el tiempo para entrar a
eso, simplemente para que sepa que a Dios le encanta la música. Pero le encanta la
música que refleja la nueva canción de la redención, la música que sale de la vida llena del
Espíritu. Eso es lo que le encanta a Él. Ahora, en el futuro, nos dice todo acerca de las
canciones.
Si usted regresa a Apocalipsis, capítulo 14, descubrirá que sus voces irrumpen, y esto es
maravilloso, un coro maravilloso, es el coro, y quiero que vea que coro es, versículo 1 dice:
“Y vi, y he aquí, un Cordero que estaba de pie en el monte Sion, y con él ciento cuarenta y
cuatro mil, con el nombre de su Padre escrito en sus frentes. Y oí una vez del cielo, como
la voz de muchas aguas, y como la voz de un gran relámpago, y oí la voz de los de las arpas
tocando con sus arpas y cantaron un nuevo cántico ante el trono, y ante los cuatro seres
vivientes y los ancianos. Y ningún hombre podía aprender esa canción, sino los ciento
cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de la tierra.”
Escuche, van a tener un coro de ciento cuarenta y cuatro mil voces con arpas celestiales.
Hombre, ¡qué canción! ¡qué canción! El capítulo 15 nos dice otra cosa. Lo mismo, capítulo
15, versículo 3, de nuevo la misma idea. Ahora, ¿qué estamos diciendo? A Dios le encanta
la música. A Dios le encanta la música que lo refleja de manera apropiada, tanto en la
manera como en el contenido.
Ahora, regresemos a Efesios 5, eso simplemente fue una desviación, pero observe Efesios
5. Voy a hacer algunas preguntas. Vamos a ver dos de ellas quizás esta mañana, y vamos a
terminar la próxima vez. Ahora, cuando la gente llena del Espíritu se congregue, así opera
la iglesia. Cuando la gente llena del Espíritu se congrega, en primer lugar, debemos cantar,
esa es la expresión de lo que hay en nosotros. ¿Entre quienes cantamos? Muy bien, ¿entre
quienes? Aquí está la primera respuesta, no quiero estirar el punto, simplemente quiero
explicarlo, “Hablando entre vosotros en salmos, e himnos.” ¿A quién cantamos? A
nosotros mismos, entre nosotros, y en últimas, versículo 19, al final, dice: “al Señor.”
Entonces, nuestra canción está dirigida entre nosotros al Señor. Ahora, quiero que
observe esto, realmente creo que es importante simplemente mencionar esto, que la
canción de los santos siempre es entre ellos a Dios. Eso es verdad a lo largo de la Escritura,
realmente usted nunca encuentra música evangelista como tal. Creo que Dios puede usar
música para traer a alguien a Cristo, creo que Dios puede usar la música para alcanzar un
corazón tierno, pero creo que debe haber una presentación del evangelio, en algún punto
a lo largo del proceso, y quizás la música toca esa cuerda que produce la reacción, creo
eso. Pero la música no es primordialmente diseñada por Dios como una herramienta de
evangelismo.
Sin embargo, siempre hay gente que dice: “Bueno, tenemos un grupo de música
evangelístico, tenemos un grupo que canta, que sale.” Bueno, no estoy seguro de que eso
es evangelismo. Ahora, usted puede hacer su música, para congregar una multitud, pero
tarde o temprano usted más vale que predique a Cristo si quiere tener una respuesta. La
música, primordialmente es la expresión de una vida llena del Espíritu. Y realmente no
creo, realmente no creo que la gente incrédula debe cantar nuestra música. No creo que
nosotros debemos usar a personas que no conocen al Espíritu de Dios, que no conocen al
Cristo, que es la fuente de nuestra música para expresar nuestra música. Creo que es
nuestra música y viene de nuestros corazones.
Entonces, debemos tenerla entre nosotros, dirigida hacia el Señor. Ese es el uso primordial
de la música. Debe ser usada en nuestra adoración, en nuestra reunión colectiva, en la
celebración de nuestra vida juntos en Cristo, y como una alabanza a Él. Realmente no es
música para el mundo. Ellos están afuera. Creo que a veces es algo triste cuando
anhelamos tanto cantar nuestras canciones al mundo, que tomamos nuestras canciones y
las colocamos en las palabras del mundo, y después pensamos que eso va a ser
evangelístico, cuando realmente ese no es el punto para la música en la Escritura.
Entonces debemos cantar entre nosotros. Sabe una cosa, lo que es triste cuando una
iglesia no canta. Sabe usted que la iglesia católica romana robó a la iglesia de la música
por mil quinientos años, le quitaron la música de la gente, completamente. Y no fue sino
hasta la reforma que la música regresó. Sabe una cosa, los reformadores mismos fueron
algunos de los mejores escritores de himnos que jamás vivieron. Una de las primeras
cosas que los grandes reformadores hicieron, fue colocar la música de regreso a la iglesia,
la música de regreso para que la gente cantara, porque se les había quitado eso.
Entonces, cuando venimos a Grace, cantamos, ¿no es cierto? porque eso es lo que la
gente llena del Espíritu hace entre ellos. Cantan. Es para nosotros cantar juntos, eso es
entre nosotros. Segunda pregunta: ¿Desde dónde? ¿De dónde se genera la canción? ¿Cuál
es el punto de su origen? Bueno, vemos en el versículo 19 de nuevo, dice al final del
versículo, “cantando,” y ve usted la frase, “en vuestro corazón.” Ahora, la palabra ‘en’ no
está ahí en el griego. Es implícita por el caso en el cual el nombre aparece.
Pero hay todo tipo de posibilidades acerca de ese caso. Saqué mi texto griego esta semana
y simplemente estuve investigando un poco, descubrí que podía ser en forma locativa.
Para ustedes, alumnos de griego, podría ser instrumental de medio, podría ser
instrumental de causa, de hecho, hay un uso muy parecido en el instrumental del caso. Si
es usado así, entonces, es decir, ‘cantando y haciendo melodía causada por nuestros
corazones al Señor.’ Y ese realmente es el punto, ¿no es cierto? Nuestra canción es de
nuestro corazón. Amados, si no está en su corazón usted no lo puede contar, ¿verdad?
Usted no puede cantar de la manera en la que Dios quiere que sea cantada.
¿Se acuerda de Israel, Israel capturada, llevada a Babilonia, corazones tristes,
quebrantados? ¿Cómo respondieron a eso? Salmo 137:1, “Por los ríos de Babilonia nos
sentamos y lloramos cuando nos acordamos de Sion. Colgamos nuestras arpas ahí, porque
nos habían llevado cautivos, demandaban de nosotros una canción. Y los que nos llevaron
demandaban mirra, diciendo: ‘Cántenos una de las canciones de Sion.’ Cómo cantaremos
la canción de Jehová en una tierra extranjera.” Dijeron. Colgaron sus arpas.
Cómo puede ver, cuando no había canción en su corazón, no había canción en la voz
tampoco. No podían cantarla. No podían entretener a los babilonios. No había nada ahí,
hombre, tengo que admirar eso, ¿usted no? No iban a ser hipócritas, no iban a actuar, no
iban a presentar un show, sino había canción alguna en los corazones, no iba a haber
canción alguna en los labios. Si no había ninguna música que tocar, no había ningún arpa,
las colgaron. Si usted no tiene una canción en su corazón, usted realmente no puede
cantar con mucha credibilidad en sus labios.
Hay gente que canta por dinero, hay gente que canta por fama. Hay gente que toca por
soberbia, cantan sin el Espíritu, van a cantar sin estar llenos del Espíritu, pero esa no es la
canción que el Señor quiere oír. ¿Sabía usted eso? Si ese es el tipo de canción que usted
canta, no la cante. Si usted viene a Grace en la mañana, y usted canta porque todo el
mundo canta, y usted está amargado contra Dios y enojado contra Dios, por favor no
cante. Dios no quiere oír su canción. O si tiene una oportunidad de ponerse de pie y cantar
un solo, o tocar una canción, y su corazón no está lleno del Espíritu de Dios, no haga eso,
porque usted no quiere ser hipócrita, porque nuestra canción es la canción de los
redimidos, y la canción de aquellos que están llenos del Espíritu de Dios.
Y recuerde la palabra de Amós el profeta, que condenó al pueblo de Israel porque estaban
cantando, aunque sus corazones estaban mal. Y en Amós capítulo 5, versículo 21, Dios le
dice al profeta: “Odio y menosprecio sus festividades, no me deleito en sus asambleas
solemnes, aunque me ofrezcan holocaustos y ofrendas de comida no las aceptaré, ni voy
poner atención a las ofrendas de paz, de sus bestias gordas. Quiten de mí el ruido de sus
canciones. No voy a oír la melodía de sus arpas, sino que la justicia corra como las aguas y
la rectitud como arroyo.”
En otras palabras, hasta que la justicia y la rectitud esté bien, no estoy interesado en su
música. Dios quiere oír la canción de los redimidos y la canción que sale de una vida llena
del Espíritu. Oh, que prioridad tan elevada, Dios le ha dado a la canción, porque es una
expresión del corazón. Y amados, esa es la razón por la que nuestra música debe ser
diferente, porque el Espíritu de Dios es tan único. La nuestra no puede ser igual a la del
resto del mundo. La nuestra no puede ser la de ellos, no puede ser porque Dios no es
como el sistema.
Nunca lo olvidaré, y voy a cerrar con esto. Estando en un pequeño lugar, ahí en la parte
alta de los Andes en la tierra sudamericana de Ecuador, habíamos manejado ahí con los
Schubert, y habíamos visto las llamas ahí pastando por todos lados en la montaña, y los
indígenas por todo el camino ahí en un camino de polvo. Llegamos a una pequeña aldea, y
Ken dijo: “Quiero mostrarte la aldea.” Entonces dije: “Muy bien.”
Entonces salimos y caminamos ahí, en las pequeñas casas que estaban hechas de lodo,
simplemente lugares de lodo. Y allí en medio, ahí la calle era como así de lodo, y estaba
ahí a la mitad del caño, ciertamente era un tipo de lugar depresivo. Muy, muy primitivo,
no tenían nada excepto animales y simplemente lo que podían cultivar ahí, ahí arriba a
varios miles de metros de altitud. Entonces caminamos por esta pequeña aldea y vimos a
la gente y estaban comiendo ahí pequeñas gallinas que estaban por todos lados.
Simplemente las tomaban, les rompían el cuello y las metían ahí a la olla y seguían ahí
cocinando todo el tiempo. Y cuando usted tenía hambre, comía.
Y conforme llegamos al final de esta pequeña aldea, no había nada más que chozas de
lodo, era lo único que había. De pronto oí algo de canciones, y era sorprendente porque
reconocí el tono, “Cuán amigo nos es Cristo.” Pero no entendí las palabras muy bien, y nos
acercamos más y más. Y, llegamos a un pequeño edificio y no tenía ventanas, hecho de
lodo, y Ken dijo: “Acércate al frente.” Y nos acercamos al frente y allí estaban, no había
nadie sentado, todo mundo estaba de pie, porque esa era la única manera en la que todos
podían caber.
Todos estaban de pie, así, simplemente así, como si fuera una lata de sardinas. Y estaban
ahí saliendo de la puerta y por todos lados y estaban cantando lo más fuerte que podían,
‘Cuán amigo nos es Cristo,’ en su propio idioma. Y yo pensé: ¡qué interesante! porque esa
es música occidental, eso no es música que nació en las tierras nativas de los montes de
los Andes. No conocen esa música. Pero sabe una cosa, lo que me pareció sorprendente,
lo que había pasado ahí es que algunas personas habían estado ahí por años, y años, y
años, y nada pasó, no tuvieron ningún resultado, nada pasó.
Y finalmente el Espíritu de Dios irrumpió, y esos indígenas se volvieron cristianos
rápidamente. Simplemente, un avivamiento irrumpió, y había gente salva por todos lados.
Y simplemente construyeron una pequeña iglesia y finalmente tuvieron que ponerse de
pie así, todo el tiempo. Y estaban ahí, cantando un himno tras otro, tras otro. Y pensé,
sabes una cosa, hay una cosa que los cristianos tienen en común, todos tenemos un
cántico nuevo cuando venimos a Cristo, ¿no es cierto? Esa no era la canción para el resto
de la gente que cantaban ahí, fue un cántico nuevo, expresaba una nueva dimensión de
vida.
Bueno, esa es una de las primeras cosas que sucede en la vida de un cristiano. Algo sucede
adentro de mí que me da una nueva canción. Me da tanto gusto, porque Dios nos ha dado
la oportunidad de expresarnos. Y estoy tan agradecido porque el Señor en cierta manera
ha presentado este pequeño pensamiento aquí, que cuando somos llenos del Espíritu el
primer resultado es para nosotros. Me da gusto por ese tipo de gracia. Y la próxima vez
veremos cómo afecta nuestra relación con Él y con el resto de la gente.
Oremos. Gracias Padre, de nuevo esta mañana, simplemente por el gozo de estar juntos,
el gozo de cantar la canción de los redimidos, con los redimidos. Quiero agradecerte
especialmente el día de hoy, por los músicos dotados que nos ha dado, por Jack Coleman,
y por Reggie, y tantos otros. Mary Jane, y Steve y tantos, padre, que cantan y nos
ministran. Padre, cuán importante son ellos en Tu plan, cuan maravillosamente
importantes son conforme proveen dirección y coordinación y liderazgo a la canción que
está en nuestros corazones. Gracias, por todos los que han escrito las grandes canciones
en años pasados, inclusive en la actualidad.
Gracias Señor por la música, porque podemos cantar y sobre todo por Tu Espíritu Santo
que vive en nosotros y nos llena conforme cedemos a Él. Oh Dios, ayúdanos a andar en el
Espíritu, para que sin importar lo que suceda en la vida, aún si somos perseguidos, aún si
todo se desmorona, conforme andamos en el Espíritu, siempre habrá una canción que
cantar. Te damos gracias en el nombre de Cristo. Amén.
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Código: 1942
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Veamos de nuevo Efesios capítulo 5, versículos 18 al 21, ésta es nuestra lección siete en
este texto tremendo conforme avanzamos lentamente a lo largo del libro de Efesios.
Efesios capítulo 5, versículos 18 al 21. Y el tiempo es un poco más corto esta mañana
entonces queremos entrar de inmediato para ver lo que el Señor tiene para nosotros.
Permítame leerle este texto de nuevo, comenzando en el versículo 18 de Efesios 5.
“No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,
hablando entre vosotros en salmos, himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al
Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias a Dios por todo en el nombre de
nuestro Señor Jesucristo. Someteos unos a otros en el temor de Dios.”
Ahora, como dije, hemos pasado siete lecciones, o esta es nuestra lección número siete en
este texto tremendo. Usted podría pensar que un texto tan breve podría ser cubierto en
menos tiempo que digamos cinco, seis horas, o lo que sea ese tiempo total. Pero el hecho
es que ni siquiera hemos llegado a acercarnos a agotar el contenido rico que está aquí. Y
estoy seguro que usted encuentra igual que yo que la Palabra de Dios es una especie de
pozo ilimitado, entre más fuerte bombea usted, más rico y más clave y más lleno se vuelve
el torrente. Entre más estudio la Biblia más inagotable se vuelve. Entre más profundo
escarbo, mayor es la expansión de tesoro que aparece frente a mis ojos, es inagotable. Es
una de las experiencias increíbles del ministerio, escarbar en mayor profundidad, más y
más y descubrir que entre más profundo va usted más grande se vuelve el tema.
Y como usted sabe, la ignorancia es una bendición en un sentido. Usted piensa que lo
entiende al principio, y después entre más lo estudia más amplio y amplio se vuelve,
entonces ni siquiera hemos comenzado a agotar la profundidad tremenda del significado
que está aquí, aunque hemos pasado seis, y ahora una séptima lección viéndolo. Pero la
verdad principal del pasaje es fácil de identificar. La verdad principal de este pasaje breve
es que toda nuestra vida cristiana, todo este asunto de vivir la vida cristiana, andar de una
manera digna, la idea entera de la experiencia del cristiano, se basa en el concepto de ser
lleno del Espíritu. Al final del versículo 18 usted tiene la afirmación: “Sed llenos del
Espíritu,” o “manténganse continuamente llenos del Espíritu.”
Y eso se vuelve el corazón del asunto en la vida cristiana. Únicamente, conforme somos
llenos del Espíritu de Dios, esto es conforme somos controlados por el Espíritu, movidos
por el Espíritu, cediendo al Espíritu, dirigidos por el Espíritu Santo, solo conforme nuestras
vidas están funcionando en respuesta al Espíritu de Dios, realmente conocemos el poder
de Dios en nuestras vidas. Usted no puede experimentar el poder de Dios, o moverse en la
voluntad de Dios, o conocer la plenitud o la bendición de Dios a menos de que esté lleno
de Su Espíritu.
En Gálatas capítulo 3, el apóstol Pablo le dijo a los Gálatas en el versículo 3: “¿Sois tan
necios? ¿Habiendo comenzado en el Espíritu ahora son perfeccionados en la carne?” En
otras palabras, si ustedes saben que renacieron del Espíritu, saben que fueron salvos por
el Espíritu, saben que entraron al cuerpo por el Espíritu, ¿piensan que habiendo
comenzado en el Espíritu pueden ser perfeccionados en su carne? La respuesta
obviamente es: “Claro que no.” Fuimos redimidos por el Espíritu de Dios, fuimos renacidos
por el Espíritu de Dios, se nos implantó una simiente tan incorruptible por el Espíritu de
Dios, dice Pedro, y habiendo comenzado en el Espíritu seremos perfeccionados
únicamente en el Espíritu.
En otras palabras, conforme ascendemos en la escala de la madurez, crecemos solo en la
medida que somos llenos del Espíritu. Cuando no somos llenos o controlados por el
Espíritu, nos estancamos y no hay progreso en absoluto. Los tiempos en los que crecemos
en nuestra vida son los tiempos cuando somos controlados por el Espíritu Santo.
Entonces, y solo entonces el flujo de poder de Dios funciona dentro de nosotros. Ahora,
todo creyente posee al Espíritu y necesita en todo momento en la vida, ceder al Espíritu
de Dios. Esa es la clave de este pasaje, y la hemos estado viendo. Podría quizás expandir
su entendimiento de eso al señalarle esto, que todos los líderes claves en el Nuevo
Testamento se caracterizaron específicamente como personas llenas del Espíritu.
Por ejemplo, dice de Jesucristo mismo, en Lucas capítulo 4, versículo 1: “Y Jesús, siendo
llenos del Espíritu.” Y en Juan 3:34 dice que Dios no dio el Espíritu por medida a Él. En
otras palabras, Él no midió alguna dosis del Espíritu, sino que más bien le dio la plenitud
del Espíritu. Jesús inclusive dijo: “Las cosas que hago las hago por el poder del Espíritu de
Dios.” Él fue lleno del Espíritu Santo. Juan el Bautista, el precursor de nuestro Señor
Jesucristo, el hombre más grande que jamás había vivido hasta ese entonces, de Él se dice
en Lucas 1: “Y él será lleno del Espíritu Santo desde el vientre de su madre.” Y su madre
Elisabet y su padre Zacarías, ambos fueron también llenos del Espíritu Santo.
Conforme usted avanza en el Nuevo Testamento usted descubre, por ejemplo, en Hechos
capítulo 4, que Pedro, el gran apóstol está lleno del Espíritu de Dios. Sabemos que él fue
lleno del Espíritu junto con el resto de la gente en el día de Pentecostés, pero en el
capítulo 4, versículo 8 específicamente dice: “Entonces, Pedro lleno del Espíritu Santo les
dijo.” Pedro, lleno del Espíritu. Además, avanzamos al capítulo 6 del libro de los Hechos, y
encontramos a los primeros oficiales seleccionados para la primera iglesia. Y dice de estos
individuos que debían ser hombres llenos del Espíritu Santo. Y en el versículo 5 dice:
“Escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, y a Felipe y Prócoro, y
Nicanor y Timón y Parmenas, y Nicolao, prosélito de Antioquía.”
En otras palabras, aquellos a quienes se les asignó el liderazgo de la primera iglesia fuera
de los apóstoles fueron los que debían servir a la gente, y fueron los que estaban llenos
del Espíritu. Esteban, claro, fue uno de ellos, lleno del Espíritu. Más adelante en el capítulo
7, versículo 55, cuando Esteban estaba siendo apedreado, “pero él, siendo lleno del
Espíritu Santo vio hacia el cielo.” Más adelante conocemos otro individuo maravilloso que
prácticamente cubre el resto del Antiguo Testamento, un hombre llamado Saulo, que se
vuelve Pablo. Y a él, Ananías le dice que él recibiría su vista, y en Hechos 9:17 sería lleno
del Espíritu Santo.
Entonces el apóstol Pablo sabía lo que era ser lleno del Espíritu. En Hechos 13:9 dice:
“Entonces Saulo, quien es llamado Pablo, lleno del Espíritu Santo fijó su vista en él y dijo…”
Allí estaba un hombre maravilloso que estaba acompañando al apóstol Pablo, un hombre
que conocemos y el que era un consolador, su nombre es Bernabé. Y se dice de Bernabé
en el versículo 24 de Hechos 11, que fue un hombre justo y lleno del Espíritu Santo. Como
puede ver, desde Juan el Bautista y Jesús, y los evangelios a personas clave en el libro de
los Hechos, aquellos que se vuelven realmente los escritores del Nuevo Testamento en
parte, el concepto de la llenura del Espíritu de Dios es central. No hay manera en la que un
creyente como individuo pueda operar en el poder de Dios, fuera del control del Espíritu
de Dios.
Y entonces, esto se vuelve la médula, esto se vuelve el estándar número uno. Regresamos
al lugar en dónde cedemos el control de nuestras vidas al Espíritu de Dios, y claro, lo que
pasó fue que personas que estaban llenas del Espíritu de Dios pudieron operar con tal
poder que se dijo de ellos, han volteado de cabeza al mundo. La realidad de ceder al
Espíritu Santo libera el poder divino para capacitarnos a hacer las cosas que solo Dios
puede hacer. Si usted va a hacer cosas más grandes que estas, como Jesús dijo, si usted va
a llegar a conocer lo que es hacer mucho más abundante de lo que usted puede pedir o
entender, según el poder que opera en usted, usted solo lo conocerá conforme usted es
lleno del Espíritu.
Y vimos eso, eso significa ser controlado por el Espíritu, ceder a Su poder. Esto es el yo ha
muerto, la voluntad personal ha muerto, el pecado es confesado y quitado de su vida, y
usted es obediente al Espíritu de Dios. Y sabe una cosa, siempre me sorprende que la
gente en cierta manera está en una búsqueda por tratar de reproducir el día de hoy la
iglesia primera. Y creo que es parte de lo que está pasando en mi vida. No puedo hablar
para las generaciones antes, pero inmediatamente en la generación antes, no estoy
seguro de que fue tan intenso como es en la actualidad, pero ha existido desde que fui un
alumno de seminario, unos cuantos años atrás, un esfuerzo tremendo de recapturar el
significado de la primera iglesia y creo que he sido parte de ese esfuerzo yo, redefinir
como es que la primera iglesia lo hizo.
¿Cómo lo hicieron en el libro de los Hechos? ¿Cómo se estructuraron a sí mismos? ¿Cuál
fue su modus operandi? ¿Cuáles fueron sus métodos? ¿Cómo operaban? ¿Cómo estaban
estructurados en términos de liderazgo? ¿Cómo respondieron los laicos? ¿Cómo
trabajaron con personas que fueron enviados al campo misionero? ¿Cómo comisionaron y
ordenaron? ¿Cómo funcionaron con disciplina en la iglesia? ¿Cómo alcanzaron al mundo?
¿Cómo evangelizaron, y cómo edificaron? Siempre estamos buscando recapturar a la
primera iglesia. Y oímos mucho acerca de la renovación de la iglesia, y la regeneración de
la iglesia del primer siglo.
Y sabe una cosa, creo que en muchas maneras lo hemos hecho mucho más complicado de
lo que es. Cómo puede ver, la clave para reproducir el poder de la primera iglesia no es el
modus operandi de la primera iglesia; es el mismo Espíritu Santo que estuvo en la primera
iglesia, eso es todo. Y cuándo la iglesia en el siglo veinte está habitada por el Espíritu de
Dios como lo es, y cuándo se vuelve llena del Espíritu de Dios, como Dios quiere que sea,
entonces será la iglesia del siglo veinte, bajo la definición divina. No es cuestión de
recapturar la metodología, es cuestión de ser lleno del Espíritu de Dios, entonces
volveremos de cabeza al mundo del siglo veinte. Quizás deberíamos estar menos
preocupados con lo académico, o la restructuración de la iglesia y más preocupados con la
inspiración de una vida llena del Espíritu, porque esa es la médula.
Entonces, Pablo dice aquí en Efesios capítulo 5, versículo 18, manténganse siendo llenos
del Espíritu, en otras palabras, todo lo que he dicho en el libro de Efesios, toda su posición
en Cristo en los capítulos 1 al 3, toda su práctica en los capítulos 4 al 6, todo esto involucra
ser lleno del Espíritu de Dios, o no puede cumplirse, no puede implementarse. Ahora, si
usted recordará hablamos de tres puntos en este texto: el contraste, el mandato y las
consecuencias. El contraste en el versículo 18, “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay
disolución, o asotia, disipación, enfermedad llevando a la muerte, antes bien sed llenos
del Espíritu. En otras palabras, no hagan como los paganos lo hacen, no traten de inducir
algún tipo de comunión con los dioses paganos por embriaguez, tenemos comunión con
nuestro Dios, experimentamos su poder mediante la llenura del Espíritu. Ese es el
contraste.
El mandato, manténganse continuamente siendo llenos del Espíritu. Es algo continuo. Y
sabe una cosa, esto podría causarle una sorpresa un poco, pero Dios no se interesa por su
futuro. ¿Sabía usted eso? En un sentido. Dice usted: “Bueno, espera un minuto. A mí me
preocupa mucho el futuro, me preocupa mucho la profecía y todo eso.” Bueno, eso está
bien, pero Dios no está preocupado de manera específica por su futuro, por esta razón,
nunca vivirá en él. ¿Ha notado eso? ¿Alguna vez ha notado que nunca ha llegado al
futuro? Cada vez que usted habla usted óigase, es verdad. Nos gusta pensar en el pasado,
la nostalgia, las cosas viejas, los muebles. Nos gusta regresar, vestirnos como en los
veintes de nuevo, nos encanta el pasado, y después por otro lado nos encanta el futuro.
Sabe una cosa, “La guerra de las Galaxias” y las naves espaciales y todas esas cosas y
criaturas raras, y Ray Bradbury y la Ciencia Ficción. Nos encanta el futuro porque el futuro
todavía no lo hemos echado a perder, y nos encanta el pasado porque solo podemos
recordar lo bueno. Es el presente del que tratamos de salirnos, pero nunca vamos a tener
éxito. Tienen que hacerlo bien aquí, y me imagino que así es en la vida. Si usted va a ser
lleno del Espíritu no es algo que usted le promete a Dios que va a hacer, es algo que usted
lo es o no.
Siempre en cierta manera me gusta relacionarlo a mi matrimonio, cuando Patricia decidió
decirme si, después de que la perseguí, y en cierta manera le impuse el asunto, ella dijo:
“Muy bien, John. No tengo otra opción entonces me caso contigo.” Decidimos casarnos.
Sabía que mi padre me diría, él me dijo: “¿Prometes amar a esta mujer hasta que la
muerte los separa?” Porque él siempre decía eso. ¿Prometes amar a esta mujer hasta que
la muerte los separa? Bueno, digo, usted sabe, es una pregunta difícil de responder,
¿verdad? Digo, realmente la amo ahora, no estoy seguro de lo que va a pasar en el futuro.
Depende de cómo se conduce ella. Usted sabe, digo. Soy joven, no sé qué esperar, pero la
amo ahora.
Entonces, me acuerdo en cierta manera estaba esperando esto, y la boda fue, quería ser
honesto acerca de esto, prometer amarte hasta que la muerte nos separe, usted sabe, es
difícil decir eso porque usted no sabe lo que el futuro pueda traer. Entonces, hice un pacto
ahí en mi corazón que simplemente la amaría ahora y no me preocuparía por el futuro. Y
sabe una cosa, todavía estoy en ese mismo ahora, y todavía la amo. Y sabe una cosa, a ella
no le importa el futuro, digo, ella viene y me dice: “Querido, ¿me amas?” Ella no quiere
oír, “regresa en un par de meses y te voy a decir cómo me siento.”
Bueno, ella no quiere oír, “sabes una cosa, estoy planeando eso. Definitivamente ese es el
plan. Te voy a amar, está ahí. Puedo ver que viene.” Y Dios tampoco quiere ser tratado de
la misma manera. A Dios no le interesa sus compromisos futuros y Él no está interesado
en su amor futuro. Dios solo está interesado en su ceder al Espíritu de Dios ahora, porque
este es el único momento en el que usted va a vivir. Manténganse continuamente llenos.
Ese es el mandato.
Después las consecuencias, en tercer lugar, ¿recuerda? Dijimos que habían tres categorías
de consecuencia: primero hacia nosotros mismos, segundo hacia Dios, y tercero hacia
otros. Hacia nosotros mismos cantando, hacia Dios agradeciendo, y hacia otros, ¿qué?
sometiéndonos. Inclusive hubo una cuarta, sirviendo. Podemos hablar de eso si tenemos
tiempo en esta mañana. Pero el punto es este, cuando usted vive una vida llena del
Espíritu, la consecuencia general es bendición. Contenida en primer lugar hay una
consecuencia personal, cantando. ¿Y qué es lo que esto está diciendo? Una persona llena
del Espíritu tiene un corazón lleno de gozo, ¿verdad? Hablamos de eso ahora, por un par
de semanas, el corazón de una persona llena del Espíritu, literalmente está irrumpiendo
con canción, eso es lo que sucede en el interior de nosotros, y él entra todos los detalles
de esa realidad maravillosa.
Pero vayamos a una segunda categoría de consecuencia, hacia Dios. Una persona llena del
Espíritu se relaciona de manera correcta consigo mismo, y hombre, él es una persona
saludable en su totalidad. Él puede cantar y regocijarse, y su corazón está lleno de
canción, irrumpe en él, ¿por qué? porque él está controlado por el Espíritu de Dios, y él
pierde todas esas cosas que destrozan la personalidad humana. Él está bien, él lo tiene
todo bien, él está bien con Dios y eso significa que él está bien en el interior.
Pero hay un segundo elemento y ese es hacia Dios. No solo está este sentido tremendo de
gozo y justicia consigo mismo, sino que una persona llena del Espíritu se vuelve hacia Dios
inevitablemente, lo que sucede es que él dice: “Gracias,” versículo 20. Esta es la segunda
consecuencia: “Dando gracias a Dios por todo, a Dios Padre en el nombre de nuestro
Señor Jesucristo.” Escuchen amados, un cristiano lleno del Espíritu consciente de Cristo,
lleno de la Palabra, obediente, fiel, le da gracias a Dios por todo. Comenzamos nuestro
servicio esta mañana, leí el Salmo 100, “Entrad en sus puertas con,” ¿qué? “con gratitud,”
¿por qué? porque esa es la manera en la que usted siempre entra en la presencia de Dios.
Esa es la manera en la que usted siempre entra en la presencia de Dios, con gratitud.
William Hendriksen dice: “Cuándo una persona ora sin gratitud, él ha cortado las alas de la
oración de tal manera que no pueden subir. Entramos sus puertas con gratitud, entramos
en sus patios con alabanza, ¡Oh agradecedle a Él y bendecir su nombre!” Escuche, yo creo
que una persona llena del Espíritu va a ser una persona que agradece a Dios. Ahora,
permítame decirle algo que quizás nunca ha considerado de esta manera. Estoy
convencido de que el acto más grande de adoración personal que usted puede darle a
Dios es estar agradecido. Es correcto, eso para mí es la epítome de la adoración, no
ventanas emplomadas y música de órgano, por agradable que sea eso, no sentarse en la
iglesia y cantar grandes himnos, sino que la expresión de adoración más magnánima y
elevada y mejor y definitiva en la adoración, es tener un corazón agradecido.
Esa es la clave, porque la gratitud de últimas crucifica al yo; la gratitud en últimas
reconoce a Dios como la fuente de todo, la gratitud siempre puede decir en medio de
cualquier cosa buena e inclusive difícil, Dios sea alabado, Dios sea alabado. La gratitud ve
más allá de las circunstancias al plan de Dios. Ve más allá del dolor a la soberanía de Dios.
Vea Romanos 8:28, ve que todas las cosas funcionan para bien, para aquellos que aman a
Dios y son llamados conforme a sus propósitos, ve la mano de Dios en todo, lo bueno y lo
difícil.
La gratitud es el acto definitivo de alabanza, porque dice: “Dios te agradezco inclusive por
los tiempos difíciles. Te agradezco inclusive por un matrimonio difícil, te agradezco
inclusive por un trabajo que no es satisfactorio, te agradezco por todo porque sé que
puede ser usado para mi bien y su intención es que me pueda conformar a Jesucristo. Job
dijo: “Desnudo vine al mundo y desnudo me iré.” Y eso está bien porque Jehová dio y
Jehová quitó. Después que dijo él: “Bendito sea el nombre de Jehová, te agradezco Dios
cuando das y te agradezco Dios cuando quitas.” ¿Lo ve?
Ahora, eso es madurez. Esa es una persona llena del Espíritu. En 2 Corintios capítulo 4,
versículo 15 Pablo dice esto: “Porque todas las cosas son para vosotros.” En otras
palabras, todo lo que Dios hace es para ustedes. Algunas veces es una bendición y algunas
veces es una bendición en prueba, pero todo es para ustedes. ¿Por qué? “Para que la
gracia abundante pueda mediante la gratitud de muchos redundar para la gloria de Dios.”
En otras palabras, ahora observe esto, la meta definitiva es la gloria de Dios, el medio para
la gloria de Dios es la gratitud, el medio a la gratitud son todas las cosas que Dios hace en
su vida, porque todas las cosas son por vosotros, para que estén agradecidos a Dios para
que Él pueda ser glorificado. Usted glorifica a Dios al estar agradecido. Dice usted: “Dios,
esto es para Tú gloria. No importa cuánto duela, no importa cuanto sea el dolor, no
importa cuanto sea el problema.”
Más adelante en 2 Corintios capítulo 9, versículo 11, “Siendo enriquecidos en todo para
toda generosidad.” ¿Por qué? ¿Por qué es que Dios es generoso con nosotros? ¿Por qué?
Lo cual causa a través de nosotros gratitud a Dios. Esa es la razón. Cómo puede ver, la
expresión definitiva de respuesta a lo que Dios ha hecho, es gratitud. Si usted es una
persona ingrata, usted no ha entendido el punto. Toda nuestra vida cristiana consiste en
llegar finalmente al lugar de gratitud. En el versículo 12 él inclusive la llama “abundando
por mucha gratitud a Dios.” Y después él cierra el capítulo diciendo: “Gracias sean dadas a
Dios por su don inefable.” Escuche, Dios ha hecho todo lo que Dios ha hecho para que
estemos agradecidos con Él, porque cuando le agradecemos a Dios eso le da gloria a Él,
porque lo reconoce como la fuente y soberano de todo. Y cuando usted hace eso, usted
realmente le está dando gloria, porque Él lo es.
Ahora, veamos el texto y veamos algunas preguntas que podamos responder de este
versículo. ¿Qué tipo de gratitud está buscando Pablo? En primer lugar, ¿cuándo debemos
estar agradecidos? Versículo 20. “Dando gracias,” ¿cuál es la siguiente frase? “siempre.”
¿Cuándo entonces debemos estar agradecidos? Siempre. Dice usted: “No conoces mi
problema.” Todavía dice siempre. “No conoces a mi esposa.” Todavía dice siempre. No
conoces a mis adolescentes.” Todavía dice siempre. “No conoces el trabajo malo que
tengo.” No conoces el trato malo que enfrento.” “No sabes lo que me hicieron en ese
lugar.” Siempre, siempre, siempre, siempre. ¿Por qué? Porque esto reconoce que Dios
está en control en su vida, y que Dios está tratando de conformarlo a la imagen de Cristo,
con todas las cosas que ocurren y en todas esas cosas usted redunda para la gloria de Dios
en gratitud.
Y, entonces dice, observe 1 Tesalonicenses 5:18, gran afirmación. “Dando gracias a Dios en
todo, porque esto es la voluntad de Dios en Cristo Jesús para vosotros.” Si usted no
conoce la voluntad de Dios, intente eso para comenzar. De gracias. De gracias. De gracias.
Esta es la voluntad de Dios.
Ahora, de regreso a Efesios 5:17. “No seas insensatos, sino entendidos de cuál es la
voluntad del Señor.” Versículo 20, “Dando siempre gracias a Dios por todo.” La misma
idea, la voluntad de Dios es que estemos agradecidos. Shakespeare dijo: “Cuán más filoso
que un diente de serpiente es tener a un hijo ingrato.” “La ingratitud es un corazón de
mármol.” Inclusive Shakespeare reconoció lo que es tener ingratitud, piense como Dios
debe sentirse. Cuándo Dios trae dificultades a nuestras vidas, cuando Dios trae pruebas a
nuestras vidas, y nos quejamos y no entendemos el significado de Santiago 1 que dice:
“Cuándo vengan las pruebas en su vida, tened por sumo gozo porque a partir de esa
prueba Dios va a traer perfeccionamiento y una madurez.” ¿Lo ve? Como puede ver,
queremos ayudarle a Dios, y queremos quejarnos, y queremos en cierta manera
murmurar, y toda la Biblia pide de nosotros ese estar agradecidos, para que Dios pueda
llevar a cabo Su obra perfecta. Esta es la voluntad de Dios.
Ahora, hay tres categorías de personas agradecidas. Y vamos a ver en cual encaja usted,
¿muy bien? Usted aplíquese esta prueba. Número uno, esta es la parte fácil. Hay algunos
que están agradecidos después de la bendición, ¿verdad? Dice usted: “Yo soy uno de
ellos.” Esa es la parte fácil, ¿verdad? Seguro, después de que Dios acaba de bendecirlo a
usted, usted está agradecido. ¡Oh, usted sabe, estaba enfermo y el Señor tocó mi cuerpo y
ahora estoy bien, estoy tan agradecido! ¡Usted sabe, no sabíamos que íbamos hacer y
después el Señor nos dio un hogar nuevo! ¡Bueno, perdimos un trabajo y Dios nos dio!
Después de la bendición siempre está la gente agradecida después de la bendición. Esa es
la parte fácil, ¿verdad? Dios simplemente acaba de descargarle a usted y usted dice: ¡Oh,
gracias Señor! Parte fácil.
Es bíblico, no obstante, vea Éxodo capítulo 14, está bien, Dios espera que usted esté
agradecido después de la bendición, sería terrible que no lo estuviera, usted recuerda que
aquí están los hijos de Israel y vienen al Mar Rojo y Moisés levanta su vara y se abre así el
Mar Rojo y las aguas se abren y caminan por ahí. Y Faraón dice: “Bueno si lo pueden hacer
podemos hacerlo.” Nada más que no pudieron hacerlo. Faraón marchó con el ejército
egipcio entero en eso, y se cerró el mar y los ahogó a todos.
Versículo 28 de Éxodo 14: “Las aguas regresaron, cubrieron los carros y a los jinetes y todo
el ejército de Faraón que vino en el mar tras ellos y no quedó ni uno de ellos, pero los hijos
de Israel caminaron sobre la tierra seca en medio del mar, y las aguas fueron un muro a su
derecha y a su izquierda. De esta manera Jehová salvó a Israel ese día, de la mano de los
egipcios. Israel vio a los egipcios muertos ahí en la costa.” Los cuerpos ahí acabaron.
“Israel vio la gran obra que el Señor Dios hizo en los egipcios, y el pueblo temió a Jehová y
temió a Jehová y a su siervo Moisés.”
Y, ¿sabe lo que hicieron, en primer lugar? tuvieron un gozo tremendo eterno. Y entonces
dice en el versículo 1 del capítulo 15, “Y cantaron,” ¿verdad? “cantaron Moisés y los hijos
de Israel.” Y esta fue la canción: “Cantaré a Jehová porque él ha triunfado gloriosamente,
el caballo y al jinete el arrojó al mar. Jehová es mi fortaleza y mi canción, y él se ha vuelto
mi salvación, él es mi Dios. Le prepararé a él una habitación, lo exaltaré. Jehová es un
varón de guerra, Jehová es su nombre, los carros de Faraón y su ejército él aventó al mar.”
Y la canción sigue y sigue, y hasta el versículo 19. Esta es la canción después de la
bendición. “Oh, gracias Jehová, gracias por lo que has hecho,” versículo 11. “¿Quién es
como tú, oh Señor, entre los dioses? ¿Quién es como tú glorioso en santidad? Terrible en
alabanzas, haciendo maravillas,” versículo 18, “Jehová reinará para siempre.”
Como puede ver, esto es gratitud después de la bendición. Lo encuentra en Apocalipsis 15,
y es un retrato maravilloso de como el Señor viene en juicio poderoso sobre la tierra, que
ha sido bañada en el baño de sangre conocido como la tribulación y las siete plagas, son
derramadas en la tierra y hay algunas personas en el versículo 2, quien tienen la victoria
sobre la bestia, habrán algunas personas que el anticristo no podrá destruir, y cantaron el
cántico de Moisés, la canción del Cordero: “Grandes y maravillosas son tus obras, Señor
Dios todopoderoso, justos y verdaderos son tus caminos. Rey de los santos.” ¿Lo ve?
Cantan después de que la victoria se acabó, después de que se ganó la batalla, después de
que la conquista se realizó.
Ahora escuche, este es un tiempo para dar gracias. Hay siempre algunas victorias ganadas,
hay siempre algunas guerras que ya han sido superadas, hay siempre algunas conquistas
que ya se han logrado. Siempre hay algo que Dios ha hecho y debemos decir gracias
después de la bendición. Pero es fácil en ese caso, ¿verdad?
Vayamos al paso dos. Esta es la capacidad de agradecer antes de que la batalla comience,
por la victoria que usted sabe que va a venir. ¿Muy bien? Primero es después del hecho,
en segundo lugar, es en expectativa del hecho. Ahora, aquí es donde la gente de fe entra.
Estas son las personas que creen en Dios antes de que algo pase. Estas son las personas
que están celebrando antes de la guerra. Estas son las personas que están diciendo:
“Señor, veo un problema que viene. ¡Cuán maravilloso! Voy a creer en ti para la victoria en
medio de esto antes de que llegue ahí.
Este es Jesús. Este es Jesús en Juan capítulo 11, conforme Él está al lado de la tumba de
Lázaro. Todo mundo a su alrededor está llorando, todo mundo está en lamento, Él dice:
“Muevan esa piedra,” y Marta se enoja por eso, versículo 41, “Después tomaron la piedra
del lugar en dónde el muerto estaba. Y Jesús levantó sus ojos y dijo: Padre, te doy gracias
porque tú me has oído, gracias Señor por lo que vas a hacer.” Ahora, eso es fe, ¿no es
cierto? Y después Él dijo: “Lázaro, ven.” Y salió. Gracias por adelantado.
Ahora, ese es otro nivel de madurez espiritual. Esa es la capacidad de decir gracias antes
de lo que realmente inclusive se va a desarrollar. ¿Es usted una de esas personas que
agradece por adelantado? ¿Usted ve algo que viene y puede creer en Dios para la victoria,
inclusive antes de que llegue? ¿Puede usted agradecerle a Jesús en espera de la muerte?
¿Puede usted decir vi una muerte en mi familia, veo la muerte de alguien que amo, gracias
Señor, gracias porque se lo que va a pasar, él va a venir en vida de resurrección? ¿Puede
usted estar agradecido frente a la muerte?
Le voy a dar otro. Observe esto. Esto es fabuloso. 2 Crónicas capítulo 20, ese es el Antiguo
Testamento. 2 Crónicas capítulo 20. Esto es realmente maravilloso. Ahora, el pueblo de
Dios, Judá está a punto de entrar en guerra con un par de enemigos realmente fuerte,
Amón y Moab, los amonitas y los moabitas. Y se están preparando para una guerra a gran
escala aquí. Pero Josafat es un hombre bastante fiel, de oración, entonces él acude al
Señor y él simplemente le dice al Señor, todo. “Señor, esta va a ser tu batalla. Digo,
simplemente no puedo enfrentar esto, no lo podemos hacer solos.”
Él se postró ante Dios y él derrama su corazón, y él dice: “Señor, tú vas a tener que hacerlo
con estas personas. Simplemente hazlo como cuando ahogaste a los egipcios. Vas a tener
que hacer algún milagro. Vas a tener que encargarte de esto Señor. Yo no puedo enfrentar
este problema. Lo puedo ver venir, no lo puedo enfrentar.” Y él acabó con su oración y
después decidió, es momento de agradecerle al Señor. Y alguien podría haber dicho:
“Bueno, eres bastante presuntuoso ahí, Josafat, porque ni siquiera hemos entrado a la
batalla. ¿Vas a alabar al Señor primero?”
“Sí, vamos a alabar al Señor primero.” De hecho, lo primero que él va a hacer está en el
versículo 20: “Y se levantaron temprano por la mañana, y salieron al desierto de Tecoa, y
conforme salieron Josafat se puso de pie y dijo: “Oídme Judá, y vosotros habitantes de
Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios.” Muy bien, “confiemos en Dios desde el
comienzo. Entonces, seréis establecidos, creed en sus profetas y prosperareis,” ¿verdad?
Vamos a creer en Dios para una victoria que ni siquiera hemos visto.
Ahora, aquí está lo primero. “Y cuando él había consultado con el pueblo, él designó a
cantantes para el Señor que alabaran en la belleza de la santidad, conforme salieron
frente al ejército para que dijeran: “Alaben a Jehová porque su misericordia permanece
para siempre. Escuchen Israel, los ejércitos, no aterrizaron primero, el coro aterrizó,
llegaron primero porque la alabanza precedió al ejército. ¿Lo ve? Señor, cuán maravilloso
eres, vamos a ganar. Digo, ¿puede imaginarse esos hombres que pasaron su vida entera
aprendiendo música, y cuándo se preparan para la gran guerra, lo que primero que oyen
es: “Coro adelante, van por delante.”
Increíble, eso es exactamente lo que pasó. Y comenzaron a cantar. Quizás un poco
nerviosos al principio, pero salió. Comenzaron a cantar y a alabar, el Señor estableció una
emboscada en contra de los hijos de Amón, Amón y Moab y el monte Seir, quien iban a
venir contra Judá y fueron heridos porque los hijos de Amón y Moab estuvieron en contra
de los habitantes del Seir, totalmente matados y destruidos. Y cuando habían terminado
con los habitantes de Seir todo mundo ayudó para destruir a otros.
¿Quiere saber algo? Esto es Jonestown, todos se mataron unos a otros. Sorprendente. Y
cuándo Judá salió hacia la torre de la guardia en el desierto, ese sería su campamento,
vieron a la multitud y he aquí habían cuerpos muertos que habían caído en la tierra y
ninguno escapó. Se acercaron a un montón de cuerpos muertos. Y cuando Josafat y su
pueblo vinieron para llevarse el botín de ellos, encontraron entre ellos la abundancia,
tanto de riquezas, como de cuerpos muertos y joyas preciadas, las cuales quitaron para sí
mismos, más de lo que podían llevarse. Y hubieron tres días para reunir el botín, era tanto.
Y Dios les había prometido el botín de la tierra. Entonces era de ellos por derecho. Pero,
¿no ve usted lo que pasó? Ni siquiera tuvieron que pelear la guerra, creyeron en Dios y le
agradecieron a Dios antes de que la batalla inclusive comenzara, y la batalla era de ellos.
¿Lo ve?
Ahora, esto es más difícil después del hecho, pero Dios quiere esto también. Dios quiere
su gratitud antes de que la batalla inclusive comience. Y esto es difícil, esta es la prueba de
su madurez espiritual. Cuando usted se desmorona esperando el problema entonces no
ha alcanzado este nivel aún. Agradecerle a Dios después de la bendición, eso es fácil.
Agradecerle a Dios antes de la batalla, eso es más difícil, pero lo más difícil de todo, ¿está
listo usted para la tercera? La más difícil de todos es agradecerle a Dios a la mitad de la
batalla cuando parece como si usted está perdiendo.
Eso es difícil. Usted puede hacerlo después del hecho, y puede hacerlo antes de eso, pero,
¿puede hacerlo usted a la mitad? Bueno, ciertos ciervos selectos de Dios lo han hecho. El
rey estableció un decreto en el día de Daniel que nadie más debía ser adorado, inclusive a
nadie se le debía orara más que a él, no le molestó a Daniel. Dice en Daniel capítulo 6
versículo 10, “Daniel entró a su aposento, y como era su costumbre y abrió las puertas
como siempre estaban abiertas hacia Jerusalén, tres veces al día y se postró y dio gracias a
Jehová su Dios.” Y él sabía lo que le costaría, y lo tomaron y lo llevaron al foso de los
leones. Pero eso estaba bien, él iba darle gracias a Dios a la mitad del problema.
Sabe una cosa, dice de Jonás, que cosa tan fantástica. ¿Puede imaginarse si estuviera en la
situación de Jonás? Digo, usted lo oye como una historia bíblica, pero trate de imaginarse
como sería ser tragado por un pez enorme, flotando en el ácido de su estómago. Y peor
que eso estar vivo y despertar flotando ahí. Y Jonás, en el capítulo 2, en cierta manera se
corrige, y esto es lo que dice, esto es sorprendente. “Cuándo mi alma desfalleció dentro
de mí, me acordé de Jehová y mi oración llegó a ti, a tu templo santo.” ¿Y cuál fue tu
oración, Jonás? “Ofreceré el sacrificio a ti, con la voz de gratitud. Voy a pagar mis votos, la
salvación es de Jehová.” Aquí está Jonás en medio de un estómago lleno de ácido de algún
monstruo gigante del mar, diciendo: “¡Gracias, Señor!”
Dice usted: “Esa no es fe, eso es torpeza.” No. Gracias Señor, gracias. Y sabe una cosa, a
Dios le gustó tanto esa oración que hizo que ese gran pez vomitara a Jonás, y no solo lo
vomitó, lo vomitó en el lugar en el que debía estar. Aquí estaba un hombre que le
agradeció a Dios en medio del estómago de un monstruo grande del mar. Increíble. Dios
lo honró. Ahora, usted nunca ha enfrentado eso, ¿verdad? Lea usted Hebreos capítulo 11,
acerca de esas personas que agradecieron a Dios a la mitad de esas pruebas terribles. Y
después oye al escritor de Hebreos decir: “No han enfrentado algo tan malo, no han
sufrido hasta la sangre, aún, ¿o sí?”
En Hechos capítulo 5, la primera iglesia está siendo terriblemente perseguida y dice en
Hechos 5:40, “Los tomaron y los golpearon, y los golpearon. Y después que los habían
golpeado dijeron: “Ya no prediquen.” Y salieron ahí y agradecieron a Dios porque fueron
contados dignos de sufrir por su nombre. Estuvieron agradecidos ahí en medio de los
golpes. Y después encuentra usted a Pablo y a Silas en el capítulo 16 de Hechos. Y sus pies
están estirados lo más que se podían, y están ahí encerrados en el cepo y los músculos
están entumidos, y están en dolor increíble, ¿y qué están haciendo? cantando gratitud y
alabanza a Dios.
Usted llega a Filipenses 1 y la gente está persiguiendo a Pablo, cuando él es un prisionero,
y él ve el tiempo en el que él va a morir, y su corazón simplemente está lleno de gratitud.
Escuche, es indicativo de su virtud como usted da gracia porque usted adora a Dios en
conexión con su corazón. Y si el único momento en el que puede adorar a Dios y
agradecerle a Dios es después de la bendición, entonces usted está ahí abajo en el primer
nivel. No obstante, si usted puede moverse un poco más arriba, y puede agradecerle a
Dios antes de que la batalla inclusive comience, esperando la victoria que Él va a dar, eso
es mejor. Pero si usted puede agradecerle a Dios en medio del dolor, en medio de la
prueba, entonces usted ha alcanzado el nivel de madurez que pocos cristianos realmente
conocen.
Joni Eareckson, quién ha estado viniendo a nuestra iglesia durante los últimos ocho
meses, ha escrito un maravilloso libro que habla de su vida y de su accidente, que paralizó
su cuerpo. Y hace la afirmación: “Agradecer no es cuestión de sentimiento, de sentirse
agradecido, es cuestión de obediencia.” ¿Lo ve? Usted no siempre tiene que sentirse
agradecido, pero es cuestión de gratitud. Es un reconocimiento de que mi vida, y mis
circunstancias y mi destino están en las manos soberanas de Dios. ¿Lo ve?
Y todo lo que sucede está operando para cumplir el propósito de conformarme a
Jesucristo. Y va a tener un efecto profundo en su actitud. ¿Quiere saber una cosa? Va a
tener un efecto profundo en su actitud. Entonces, ¿cuándo da gracias usted? Siempre.
¿Por qué? ¿Por qué? Dando gracias a Dios, ¿por qué? Por todo. Dice usted: “¿Por todas las
cosas? ¿Quieres decir, por todo? ¿Aún las cosas que son problemáticas y difíciles?”
Seguro, tened por sumo gozo cuándo os halléis en diversas pruebas. ¿Por qué? Porque esa
es la manera en la que Dios lo perfecciona a usted.
No le voy a dar a usted una lista larga, grande, he escrito una aquí y no voy a tomar el
tiempo para hacerlo, pero enliste unas cuarenta cosas que la Biblia dice de manera
específica, por las que usted debe estar agradecido. Y no solo son cosas individuales, son
categorías en las que usted podría estar agradecido por cien cosas diferentes dentro de
esa categoría. Debemos estar agradecidos por todo, por todo, por todo. No hay límite.
Simplemente la plenitud de todas las cosas que Dios ha hecho por nosotros, todos sus
atributos están enlistados, todas las cosas que Él ha hecho.
Debemos estar agradecidos. ¿Sabe usted que la Biblia nos dice que debemos estar
agradecidos por todos los hombres, por toda persona? Nos dice que debemos estar
agradecidos por todas las cosas, estar agradecidos a Dios por Cristo, por nuestra salvación,
por el Espíritu Santo, por todo lo que tenemos, estar agradecidos en medio de la
dificultad, como también en medio de la prosperidad. Estar agradecidos por todas las
cosas.
Ahora, permítame decirle algo. Solo hay un tipo de persona que puede estar agradecido
por todo, y esa es una persona humilde. Es correcto. Esa es una persona humilde. Dice
usted: “¿Qué quieres decir con eso?” Simplemente escuche. Una persona humilde sabe
que no merece nada, ¿verdad? Entonces, lo más pequeño para él es causa de gratitud. Si
usted tiene un problema en su vida con estar agradecido, el problema no es falta de
gratitud, ese es el síntoma, el problema es soberbia. Usted está diciendo: “Dios,
simplemente no puedo estar agradecido porque no creo que estoy recibiendo lo que
merezco.” ¿Lo ve? Pero si usted sabe que no merece nada, si usted se ve a sí mismo como
un pecador, que no merece realmente nada, entonces cualquier cosa que Dios le dé, no
puede haber nada más que gratitud. ¿Lo ve? Realmente es un problema de soberbia.
Una persona agradecida siempre tiene un corazón humilde. Y, por cierto, como puede ver
la humildad es parte de ser lleno del Espíritu, porque usted solo es lleno del Espíritu
cuando usted se niega a sí mismo, ¿verdad? Cuándo usted muere a sí mismo, cuando se
crucifica a sí mismo, cuando se hace al lado a sí mismo y responde al Espíritu, es un acto
de humildad que lo hace estar lleno del Espíritu. Por lo tanto, es un acto de humildad que
causa la gratitud la cual procede de esa llenura. Llegamos de regreso al primer pecado de
todos los pecados que corrompe el sistema entero, y es el pecado de soberbia, ¿verdad?
Eso es con lo que Satanás comenzó, ¿verdad? Él volteó alrededor en el cielo y dijo: “A ha,
Dios no debería tener todo esto, debería tenerlo.” Entonces, él dijo: “Haré esto, y me
exaltaré a mí mismo y demás, y demás,” y fue yo, yo, yo, yo. Y después Eva en el huerto
ella sabía que podía ser como Dios, yo, yo, yo. Siempre es así, la soberbia es la clave del
pecado.
Entonces, si no está agradecido, no es realmente que usted necesite en cierta manera
motivar la gratitud, es que necesita experimentar la humildad, y la humildad lo lleva de
regreso al concepto de ser lleno del Espíritu, porque es solo conforme usted se crucifica a
sí mismo, y se niega a sí mismo, y cede al Espíritu, que la humildad puede realmente ser
una realidad. Pero si usted es una persona humilde, entonces estará agradecido por todo.
Todo. Dice usted: “Bueno, algunas personas dicen: Bueno, hombre, mi marido no es
perfecto, ¿cómo es que quedé atorada con él? Y el marido dice: mi esposa es, no funciona
ella, hombre. Debe haber otras mujeres en el mundo con las que la gente realmente está
contenta. ¿Cómo es que me metí esto?”
La gente dice: “Bueno, mi trabajo no es lo que debe ser, no me tratan como deben
tratarme, mi familia no me trata como debería tratarme, la gente no me entiende, no son
amables hacia mí.” Y, tienen un enfoque amargo en la vida y se quejan. Y, ¿saben por qué?
Porque piensan que merecen algo mejor, ¿verdad? Hombre, debería tener una persona
perfecta. Debería tener un trabajo perfecto, debería tratarme todo mundo como debería
ser tratado. Como puede ver, todo es soberbia, ¿lo ve? Mientras que somos soberbios,
nunca estaremos agradecidos. Y cuando usted rompe la espalda de su soberbia, y termina
en el polvo, entonces puede experimentar lo que es estar agradecido por todo. Todo.
Entonces, ¿cuándo debemos estar agradecidos? Siempre. ¿Por qué debemos estar
agradecidos? Por todo. ¿Cómo? Observe esto, es una afirmación fabulosa. ¿Cómo
debemos estar agradecidos? Vea el versículo 20 de nuevo, dice esto: “Dando siempre
gracias a Dios por todo, por Dios Padre,” aquí viene, “en el nombre de nuestro Señor
Jesucristo.” Oh, esto es tan fantástico, escuche. Simplemente significa en el nombre del
Señor Jesucristo, significa coherente con quien es él. De manera coherente con lo que él
ha hecho. En otras palabras, sin importar lo que me pasa a mí, yo puedo agradecer por lo
que Cristo es, y lo que Él ha hecho, no importa lo que pase en mi vida, resulta que va a ser
para mi bien y para Su gloria, ¿verdad? Esa es la verdad fabulosa de todo.
¿Se acuerda usted de lo que le dije antes? Cuándo cantamos es Cristo cantando a través
de nosotros. ¿Se acuerda de eso? Y cuando decimos gracias es Cristo diciendo gracias al
Padre, mediante nosotros. Escuche, no podría estar agradecido por todo si no fuera por
Cristo, pero debido a Cristo, las cosas buenas, inclusive las cosas malas en mi vida, todas
tienen una parte en conformarme a la imagen que Dios quiera que yo tenga, la imagen de
su Hijo. Como puede ver, yo no solo puedo decir, “Da gracias a Dios por todo, punto.”
Si usted no es cristiano y usted no está en Cristo, y usted no tiene a Cristo intercediendo a
la diestra de Dios a favor de usted, si usted no tiene a Cristo morando en su vida, y usted
no tiene la adopción como hijo, y el estatus de ser co-heredero que Él le prometió, si
usted no tiene eso entonces no puede dar gracias por todo, porque lo que usted va a
recibir usted no necesita estar agradecido por ello. Pero, por otro lado, si mi vida está en
el control de Cristo y soy su hijo y soy un coheredero con él, y estoy en Su reino y Él
intercede por mí a la diestra del Padre, y Él me sigue limpiando por todo pecado, y Él está
conformándome a Su imagen, si todo esto está a mi favor, entonces tengo causa por estar
agradecido a Dios por todo.
Sabe una cosa, por naturaleza somos tan egoístas, porque pensamos de una manera tan
elevada de nosotros mismos y si no tenemos las cosas que queremos entonces nos
enojamos y estamos no agradecidos. Pero Cristo no fue así. Oh, escuche, debemos estar
agradecidos. Este versículo está diciendo, también como Cristo dio gracias. Si es Él dando
gracias a través de nosotros, será la manera en la que su gratitud fue dada.
¿Sabe usted que Él estuvo agradecido con Dios? Mateo 11:25 Él dice: “Te doy gracias, oh
Padre.” Juan 6:11, “Te doy gracias.” Juan 6:23, “Te doy gracias.” Juan 11:41, “Te doy
gracias.” Él estuvo agradecido a lo largo de Su vida, y usted ve Su vida y usted se pregunta
porque, ¿verdad? Digo, Él que tuvo todo en la gloria vino a esta tierra y se humilló a sí
mismo, y se volvió un siervo. Le escupieron, lo menospreciaron, lo rechazaron, lo
crucificaron, y Él no mereció nada de esto, sin embargo, estuvo agradecido. Agradecido.
Escuche esto, aunque Él mereció gloria, Él recibió humildad. Aunque Él recibió amor, Él
recibió odio. Y aunque Él mereció adoración Él recibió rechazo. Aunque Él mereció
alabanza Él recibió menosprecio. Aunque Él mereció riquezas, Él fue pobre. Y aunque Él
mereció santidad, Él recibió pecado. Y así fue, y a la mitad de todo esto nunca perdió de
vista la gratitud a Dios, porque Él podía ver el fin. Fue el gozo que fue puesto delante de Él,
que le permitió soportar la cruz. Y véanos, merecemos humildad y recibimos gloria.
Merecemos odio y recibimos amor divino. Merecemos rechazo, pero Dios nos hace sus
hijos. Merecemos menosprecio, pero recibimos afecto. Merecemos pobreza, y Él nos da
riqueza. Y merecemos la maldición del pecado, y Él nos da Su justicia. Y después si todo no
sale como queremos nos quejamos. ¿Lo ve? No tiene sentido, ¿verdad?
De acuerdo con una leyenda medieval, dos ángeles fueron enviados a la tierra, a uno se le
dio la tarea de recoger todas las peticiones, y al otro de recoger la gratitud. El ángel que
salió a recoger las peticiones no podía traer de regreso la carga. El ángel que fue para
conseguir la gratitud regresó con unas cuantas en su mano. Bueno, esa es la leyenda, y las
leyendas pueden ser exageradas y fantásticas, pero me temo que esa no está demasiado
lejos de la realidad. No es tan exagerada. Anhelamos tanto las peticiones, ¿verdad? lo cual
es como firmar su nombre, tu siervo egoísta, John. Y nos quedamos muy cortos en la
gratitud. Quizás ese es el pecado más común de todos los santos.
¿Cuándo damos gracias? Siempre. ¿Por qué damos gracias? Por todas las cosas. ¿Cómo
damos gracias? En el nombre de Cristo. Finalmente, ¿a quién le damos gracias? A Dios
Padre. Versículo 20 de nuevo, “A Dios Padre.” Y me encanta el hecho de que él usa la
palabra Padre, porque es la actitud benevolente de Dios que está siendo vista aquí, es
Dios en su paternidad que Él nos concede los regalos de Su amor. Dios Padre enfatiza la
beneficencia amorosa de Dios a Sus hijos. Él siempre, siempre nos está dando regalos. Él
es el Padre de las luces, en quien no hay mudanza de variación, de quien toda buena
dádiva y todo don perfecto desciende.
Todo viene de Él, inclusive las cosas que vienen a través de otras personas a usted, vienen
de Él, conforme Él opera a través de otras personas. Es Cristo cantando a través de
nosotros, es Cristo agradeciendo a través de nosotros, y Cristo dando a través de
nosotros. En una ocasión recientemente le di algo a alguien, tenían una necesidad y tuve
el gozo maravilloso de darle algo para satisfacer esa necesidad, y siempre me gusta ver la
respuesta cuando usted hace eso, y como la gente responde. Y recibí una nota hermosa y
me pareció muy interesante que la nota entera simplemente agradeció a Dios.
Simplemente fue refrescante. A lo largo de la nota agradeció al Señor, nunca dijo algo de
mí, simplemente agradeció al Señor, y como puede ver, ahí hay una persona reconociendo
a Dios como la fuente de todas las cosas.
Cuando comenzamos a agradecernos unos a otros, en cierta manera llega a acercarse a la
adulación, un poco. Pero cuando vemos a Dios como la fuente de todo, vemos la
perspectiva de Efesios 5:20. Escuche, si usted está lleno del Espíritu hacia usted mismo,
usted canta hacia Dios, usted dice gracias. Oh escuche el Antiguo Testamento llama esto
una y otra vez, Salmo 30; Salmo 50; Salmo 69; Salmo 92; 95; 100; 105; 116 y más,
simplemente nos llama a agradecerle a Dios, agradecer a Dios, agradecer a Dios. Dice en
Romanos 1:21 que los paganos se caracterizan de esta manera, “Habiendo conocido a
Dios no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias.” ¿Vio usted eso? Esa es una
característica de un mundo no regenerado, la ingratitud. Dios quiere que Su pueblo esté
agradecido. Pablo le dice a los filipenses, “por nada estéis afanosos, sino sean conocidas
vuestras peticiones delante de Dios en todo oración y ruego, con acción de gracias.” Con
acción de gracias.
Colosenses 2:7 nos dice que estemos agradecidos con Dios. Hebreos 13:15 dice “levanten
sus labios y con sus labios den la alabanza a Dios que viene mediante la gratitud.” En el
Antiguo Testamento ciertas ordenes de sacerdotes levitas, no tenían otro trabajo que
guiar al pueblo en gratitud. ¿Sabe usted que todas las fiestas y festividades de Israel
fueron establecidas para la gratitud? El propósito entero de toda festividad
conmemorativa, la fiesta de las semanas y tabernáculos, y trompetas y pentecostés y
pascuas, todos fueron actos nacionales de gratitud a Dios quien había servido a Su pueblo
de manera tan amorosa y tan llena de gracia.
Ahora escuche, voy a cerrar este punto al decir esto, usted tiene tres maneras posibles de
responder. Tres tipos de personas, cuando hablamos de gratitud, que podemos ver al
cerrar. Y quiero que lo vea en el libro de Lucas, para verlos, capítulo 12; Lucas capítulo 12.
En primer lugar, algunas personas nunca dan gracias. Esta es la categoría de personas que
nunca le agradecen a Dios por nada. Piensan que lo han hecho todo solos, piensan que lo
han hecho a su manera. Lucas 12:16: “Él habló una parábola a ellos diciendo: La heredad
de cierto hombre rico produjo de manera abundante. Y él pensó dentro de sí mismo
diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo lugar para guardar mis cosechas? Él dijo: Esto haré:
derribaré mis graneros y construiré unos mayores y ahí guardaré todos mis bienes.”
“Hombre, vean lo que he hecho. He cultivado esta cosecha tremenda, ¿no es maravilloso?
Voy a almacenarlo todo, y voy a decirle a mi alma: Alma mía, muchos bienes tienes
guardados para muchos años, descansa, come, bebe, regocíjate, simplemente toma el
resto de tu vida para consumir todo lo que tienes.” Y Dios le dijo: Necio, esta noche han
venido para pedirte tu alma, y lo que tienes, ¿de quién será? Así es el que ha atesorado
para sí mismo y no es rico para con Dios.”
Dice usted: “¿Cuál es el punto?” Este es el punto, él no pensó que le debía nada a Dios,
porque él no pensó que él fue la fuente de nada. ¿Lo ve? Él pensó que lo hizo solo. “Ve lo
que he hecho, pasaré el resto de mi vida consumiéndolo de mi propio mérito.” Y Él dijo:
“Vas a morir esta noche.” Vas a morir esta noche porque no reconociste que nada crece
en ningún lugar a menos que Dios lo haga crecer. No hay suelo, no hay grano a menos de
que Dios lo haga. Y no has sido rico hacia Dios, no has reconocido a Dios como la fuente de
todo, por lo tanto, lo vas a perder todo. ¿Lo ve? Estas son personas que no están
agradecidas por nada, simplemente piensan que lo hicieron, ganaron su propia fortuna,
han triunfado en la vida, han disfrutado todo, lo hicieron solo. Dios ni siquiera está
involucrado, ni siquiera esa es una opción. Usted solo puede ser una de esas personas que
nunca da gracias.
Y después están otros que dan gracias, pero es hipócrita. Observe el capítulo 18 de Lucas,
esta es la gratitud hipócrita. Lucas 18, versículo 9. Y aquí está otra parábola dada a
aquellos que confiaban en sí mismos como justos. Estos son los que piensan que son
buenos por sí mismos. “Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo y el otro
era publicano. El fariseo puesto en pie oraba consigo mismo.” Observe que él está
hablando consigo mismo y dice: “Dios”. Él se adora a sí mismo, entonces realmente se
identifica a sí mismo. “Te doy gracias.”
Ahora, escuche, este hombre no tiene un gramo de gratitud en su corazón, él no está
agradeciéndole a nadie más que a sí mismo. Él está diciendo: “Estoy tan agradecido
conmigo por lo que he logrado.” ¿Lo ve? Pero él en cierta manera trata de hacer que
aparezca como si esta fuera adoración a Dios. “Te doy gracias porque no soy como los
otros hombres, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano. Oh, estoy tan agradecido,
porque soy tan maravilloso.” ¿Lo ve?
“El otro, el publicano, estando a distancia, ni siquiera levantaba sus ojos al cielo, sino que
se golpeaba el pecho diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.” Jesús dijo: “Os digo, que
este hombre descendió a su casa justificado antes que el otro, porque todo el que se
exaltar a sí mismo será humillado, el que se humilla a sí mismo será exaltado.” Como
puede ver, hay algunas personas que nunca dan gracias en absoluto, después hay otras
personas que simplemente andan agradeciéndose a sí mismos, bajo el disfraz de que
están agradeciendo a Dios. Son los justos en sí mismos. Esto es hipócrita.
Hay una tercera categoría en Lucas 17, los que verdaderamente están agradecidos. Esta es
una historia hermosa, la voy a leer rápidamente. Versículo 11 de Lucas 17, “Y sucedió que
conforme iba a Jerusalén, que él pasó en medio de Samaria y Galilea. Conforme él entró a
cierta aldea, se encontró con diez hombres que eran leprosos, que estaban a lo lejos. Y
levantando sus voces dijeron: Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros. Y cuando él
los vio les dijo: Vayan, muéstrense a los sacerdotes. Y sucedió que conforme iban fueron
limpiados. Y uno de ellos,” ¿cuántos? Uno de ellos. ¿Solo uno de diez?
“Cuándo él vio que fue curado se volvió y a voz alta glorificó a Dios, y cayó sobre su rostro
a sus pies, dándole gracias.” Digo, ¿solo uno agradecido, de diez? Y él fue un samaritano,
un hombre rechazado, que no era de raza pura. “Y, Jesús respondiendo dijo: ¿No fueron
diez limpiados? ¿dónde están los nueve?” No se encontraron los que regresaron a darle
gloria a Dios excepto por este extraño. “Y él le dijo: Levántate, vete, tu fe te ha salvado.”
Creo que eso está diciendo en otras palabras, los diez fueron curados, pero solo uno
recibió la salvación.
Escuche, eso es gratitud verdadera, eso es gratitud verdadera. El resto recibieron lo que
querían, y lo que querían era que se cumpliera su egoísmo, querían deshacerse de su
enfermedad que los hacía un rechazado de la sociedad. El otro, la minoría magnifica le dio
a Cristo lo que Cristo quería, gloria. ¿Ve usted la diferencia? Algunos de nosotros estamos
satisfechos con recibir lo que queremos, y ni siquiera pensamos en Cristo. Otros están
preocupados por la gloria que Él quiere y merece.
La gratitud, amados, es el hombre en su mejor condición. La ingratitud es el hombre en su
peor condición. David dijo: “De esta manera proclamaré con una voz de gratitud y contaré
todas tus obras maravillosas.” Nosotros, de todas las personas deberíamos estar
agradecidos, usted sabe. Si nunca tuviéramos nada más que Jesucristo deberíamos estar
agradecidos, ¿verdad? porque al tener a Cristo tenemos todo por la eternidad.
Un misionero en la ciudad, en Londres, fue llamado a un edificio antiguo. Una mujer se
estaba muriendo y en las últimas etapas de la enfermedad, el cuarto era pequeño y estaba
frío y la mujer estaba ahí tendida en el suelo. Este misionero trató de ayudar a esta dama
y preguntó si había algo que ella quería. Y esto es lo que ella dijo: “Tengo todo lo que
realmente necesito, tengo a Jesucristo.” Bueno, el hombre nunca lo olvidó, y él salió de
ahí y escribió estas palabras: “En el corazón de la ciudad de Londres, en medio de los
pobres, estas palabras doradas, brillantes, fueron pronunciadas, “Tengo a Cristo, ¿qué
más quiero?” Hablados por una mujer solitaria, muriendo en un suelo, sin tener un solo
artículo de comodidad terrenal. Tengo a Cristo, ¿qué más quiero? Él que las oyó corrió
para prepararle algo de la gran tienda del mundo, era innecesario, murió ella diciendo:
“Tengo a Cristo, ¿qué más quiero? ¡Oh, mi querido pecador! Alto o bajo, rico o pobre,
¿Puedes decir con profundidad en la gratitud, “tengo a Cristo, que más quiero?”
Inclinémonos en oración. Padre, gracias porque tenemos a Cristo, y la mayoría de
nosotros tenemos mucho más que viene de Tu mano de gracia. Haznos estar siempre
agradecidos, siempre agradecidos conforme brota de corazones que son humildes, hechos
humildes por la llenura de Tu Espíritu. En el nombre de Jesús. Amén.
Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
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El Espiritu Santo
Código: 1703
John MacArthur
Código: 1704
John MacArthur
Hemos llegado en nuestro estudio continuo al libro de los Hechos, un libro maravilloso del
Nuevo Testamento que nos da la historia de la primera iglesia, la iglesia del primer siglo. Y
cuando uso el término “iglesia”, simplemente para efectos de aclaración, no estoy
hablando de un edificio en una esquina, estoy hablando de un cuerpo de creyentes.
Cuando hablamos de la iglesia esta mañana, a eso nos estamos refiriendo.
Ahora, recordamos a partir de nuestro estudio de Hechos, capítulo 1, que en el primer
capítulo de Hechos, el Espíritu Santo nos da la preparación para la iglesia. Aprendimos
algunas cosas maravillosas con respecto a lo que Jesús hizo para equipar a los suyos
realmente para que cumplieran la tarea cuando la iglesia naciera. Ahora, al llegar a Hechos
2, la iglesia nace, y están listos para cumplir con la tarea; y como veremos en esta mañana,
comienzan a hacerlo y es emocionante.
En relación a lo que sucede en Hechos 2, Jesús había prometido dos grandes
acontecimientos. En primer lugar, Jesús había prometido el nacimiento de la iglesia. En
Mateo 16:18 Jesús dijo: “Edificaré mi iglesia y las puertas del Hades no prevalecerán
contra ella”. Después, Jesús no solo había prometido el nacimiento de la iglesia, sino que
había prometido la venida del Espíritu Santo. En Juan 14:16 y 17, Él dijo: “Y yo rogaré al
Padre y Él os dará otro consolador, para que Él permanezca con vosotros para siempre”;
esto es el Espíritu de Verdad. Y después Él dijo: “Él está con vosotros, él estará en
vosotros”. Y después, Él lo aclaró un más en Hechos 1:5, cuando Jesús dijo: “Seréis
bautizados con el Espíritu Santo no muchos días a partir de ahora”.
Entonces, Jesús hizo dos grandes promesas: La iglesia nacería y los creyentes serían
bautizados con el Espíritu Santo; ambos acontecimientos se llevaron a cabo en el mismo
tiempo, en el mismo día, y están registrados en Hechos, capítulo 2. Ahora, para aquellos
de ustedes que no estuvieron aquí la semana pasada, nos disculpamos al decir que
comenzamos este mensaje la semana pasada, y como es con frecuencia el caso, no
acabamos el mensaje, entonces vamos a retomar donde nos quedamos con un repaso
breve.
Ahora, el nacimiento de la iglesia, como aprendimos la semana pasada y el bautismo del
Espíritu Santo ocurrieron simultáneamente, y eso tiene que ser así, porque la definición
teológica del bautismo del Espíritu Santo es que es el colocar a los creyentes en la iglesia,
eso es lo que el bautismo del Espíritu es. El Apóstol Pablo en 1 a de Corintios, capítulo 12 y
versículo 13, se lo define de manera muy clara cuando dice: “Porque por un Espíritu
fuimos todos bautizados en un cuerpo”, esto es en el momento de la salvación, todo
creyente es colocado en la iglesia, la cual es una unidad, un cuerpo unido; de tal manera
que la formación de la iglesia y el bautismo del Espíritu tuvieron que suceder juntos
porque el bautismo del Espíritu es colocar a creyentes juntos en el cuerpo. Y entonces
sucedieron en el mismo día. La iglesia nació en Hechos 2, los creyentes fueron bautizados
con el Espíritu en Hechos 2, al mismo tiempo. Eso es el bautismo del Espíritu.
Ahora, desde ese entonces, naturalmente reconoce que esta fue una transición, que este
es el comienzo de algo aquí, entonces no sucedió aquí, esto es el bautismo y la entrada a
la iglesia; no sucedió a estos discípulos en el momento que fueron salvos, ellos ya habían
sido salvos antes de esto, pero debido a que la época está cambiando y esta es una
transición, ocurre ahora en el diseño de Dios. Entonces, aunque eran salvos, quizás
después de que Jesús resucitó, ellos habrían entendido la totalidad de la salvación del
Nuevo Testamento; el Espíritu no viene, sino hasta el Día de Pentecostés, de tal manera
que hay un periodo de tiempo ahí, en donde vemos la transición de las dos épocas, la
época del Antiguo Testamento y la del Nuevo Testamento; eso no significa que usted
recibe a Cristo, y cuarenta o cincuenta días después usted recibe al Espíritu Santo, esa no
es la norma para toda la época de la iglesia, eso simplemente fue lo que sucedió aquí en la
transición.
A partir de ahí, en el momento de la salvación, un creyente cuando cree en Cristo es
bautizado en el cuerpo, se vuelve uno con Cristo, eso es Romanos 6 –entramos a eso la
semana pasada, eso es Gálatas 3, hemos visto todo eso–, pero esa es la norma para el
cristiano. En el momento de la salvación es el momento del Espíritu en el cuerpo; pero
aquí, claro, ocurriendo después de que creyeron porque debido a la venida de la nueva
época, específicamente diseñada por Dios para que fuera en el Día de Pentecostés; y
entonces, vemos que lo que sucede aquí es una nueva comunión que trae el Espíritu Santo
que vive en todos los creyentes.
Entonces, si usted quiere conocer una definición de la iglesia en la actualidad, de la iglesia
verdadera, usted diría que son aquellos que han sido colocados en una unión y aquellos
que, de manera individual, son morados por el Espíritu Santo; todos los cristianos son
parte del cuerpo, todos los cristianos son morados por el Espíritu; y el cuerpo comenzó a
formarse en Pentecostés, Hechos 2.
Ahora, ese tan solo fue un repaso rápido de la última vez, y vamos a continuar nuestro
repaso por tan solo un momento. Vimos que el pasaje está dividido en tres partes. Muy
bien. La evidencia de la venida del Espíritu en los primeros cuatro versículos, el efecto de
la venida del Espíritu en los versículos 5 al 11, y la explicación de la venida del Espíritu en
los versículos 12 y 13; la evidencia, el efecto y la explicación. Ahora, la última vez
comenzamos a hablar de la evidencia de la venida del Espíritu y vamos a retomar eso en
esta mañana.
Los versículos 1 al 4 nos da la evidencia de que el Espíritu Santo vino, observe el versículo
1, y vamos a repasar por tan solo un momento. “Cuando llegó el Día de Pentecostés,
estaban todos unánimes juntos”; ahora, esto es unos cincuenta días después de la Pascua,
cincuenta días después de que Jesucristo murió. De hecho, es exactamente ese momento,
es en el Día de Pentecostés. El Día de Pentecostés fue la celebración de una fiesta
exactamente cincuenta días después de la Pascua, la Fiesta de la Cosecha. Y le mostramos
la última vez como por el tiempo divino, el hecho del nacimiento de la iglesia y el bautismo
del Espíritu Santo ocurriendo en Pentecostés, cumple la profecía de Levítico 23, en la cual
vemos la Fiesta de la Cosecha como una probada o un tipo de la iglesia y el bautismo del
Espíritu; entramos en eso la última vez.
Como Cristo, por ejemplo, cumplió la Fiesta de la Pascua al morir en la Pascua, así como Él
cumplió la Fiesta de las Primicias al resucitar en el día de la Fiesta de las Primicias; así el
Espíritu y el nacimiento de la iglesia ocurren en Pentecostés para cumplir el significado de
esa fiesta de Levítico 23. Como puede ver, estas tres fiestas son tipos o retratos
proféticamente de lo que está por venir. Y Jesús murió en el día correcto, Él resucitó en el
día correcto, y la iglesia nació en el día correcto; porque Levítico 23 lo bosquejó en los
retratos de las fiestas en lo cual entramos la última vez.
Entonces, cuando dice que el Día de Pentecostés vino, esta es la clave para interpretar el
pasaje. En otras palabras, esto tiene una importancia muy básica directa para un día
especial en el calendario de Israel. Y el hecho de que la gente viniera y dijera que el
Espíritu de Dios viene sobre un individuo como en Hechos, cuando la preparación es
correcta y cuando el individuo hace las correctas, es malinterpretar el pasaje. El Espíritu
vino en un día específico diseñado por Dios, el Día de Pentecostés, no tuvo nada que ver
con los creyentes ahí, no tuvo nada que ver con que ellos estuvieran reunidos, no tiene
nada que ver con que ellos cumplieran con algún requisito o alguna demanda; estaban
ahí, sucedió porque Dios soberanamente diseñó que sucediera.
Entonces, en el día escogido la iglesia nació, así como en el día escogido por Dios, Jesús
resucitó; así como en el día escogido por Dios, Jesús murió como un retrato que se
remontaba hasta Levítico 23 en las fiestas que le dio a Israel. La iglesia entonces es
bautizada en el buen tiempo de Dios por la soberanía de Dios. Observe el versículo 2 y nos
dice la evidencia de que el Espíritu vino y la iglesia nació: “Y de repente, vino del cielo un
estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban
sentados”. Observe el sonido. Le dijimos que fue la palabra griega “pnoe”, lo cual significa
un golpe, un aliento, y vino del cielo; este es el aliento de Dios, el Espíritu Santo; Dios está
exhalando a la Tierra su Espíritu Santo. Un golpe de aliento no es un viento, no es un
viento fuerte, es únicamente un sonido como un viento fuerte. En otras palabras, está
todo el ruido de un huracán y una calma absoluta.
Después, en el versículo 3, nos lleva un paso más adelante, y dice que: “Aparecieron como
lenguas repartidas como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos”. No solo fueron
mezclados juntos en el versículo 2 en el cuerpo, el bautismo del Espíritu; sino que en el
versículo 3 el Espíritu de Dios vino a morar a cada uno de ellos como fue significado,
mostrado por el hecho de que las lenguas estuvieron sobre ellos, y cada uno de ellos se
convirtió en el poseedor del Espíritu Santo que vivía en ellos. Y a partir de ese momento,
amados, no existe algo tal como un cristiano que no tiene al Espíritu Santo, no existe algo
tal.
Romanos 8:9, como le dijimos la semana pasada, dice: “Y si alguno no tiene al Espíritu de
Cristo, no es de Él”, todo creyente posee al Espíritu Santo. Después, para comenzar en
donde comenzamos hoy, llegamos al versículo 4; y además de recibir el bautismo del
Espíritu dice: “Y fueron todos llenos del Espíritu Santo”. Ahora, usted no puede ser lleno
con algo que usted no tiene. Entonces, así es que en los versículos 2 y 3 recibieron el
Espíritu de Dios; en el versículo 4, el Espíritu de Dios liberó su poder para llenarlos. Y
creemos que hay una distinción entre el bautismo del Espíritu y la llenura. El bautismo es
posicional, la llenura es práctica; el bautismo concede el poder, la llenura lo enciende.
Ahora, para una definición teológica de esto, usted tiene que ir al Apóstol Pablo, y usted
encuentra –como cité antes– que el bautismo del Espíritu Santo es colocarlo a usted en el
cuerpo y colocar al Espíritu en usted, 1 a de Corintios 12:13. La llenura del Espíritu Santo,
Efesios 5:18, es una cuestión de ceder al Espíritu que ya está presente, de tal manera que
lo controle de manera total a usted. Ahora, esa es la cuestión en la vida cristiana. Todo
cristiano ya posee al Espíritu Santo, es solo una cuestión de que si usted cede a su poder o
no.
Permítame tan solo ver si puedo hacer una distinción para ayudarlo a entenderlo. Usted
oye a muchas personas decir: “Bueno, he aceptado a Cristo como Salvador, pero no como
Señor”, ¿ha oído usted eso? Y más adelante en su vida, usted sabe, doblan la rodilla ante
el señorío de Cristo. La Biblia no enseña eso, la Biblia no enseña que Jesucristo es
únicamente Cristo y después, un poco tiempo después, Él llega a ser Señor. Jesús es Señor,
ese es un hecho. Usted no decide hacerlo Señor, Él es Señor. El único asunto en la vida
cristiana no es quién es Señor, sino que está obedeciendo usted a quién es Señor. Cuando
usted recibió a Cristo en el momento de su salvación, usted lo recibió como Él es: Señor. Él
fue Señor de su vida. El único asunto que queda es si usted está obedeciendo al Señor de
su vida, y la misma pregunta se lleva al ministerio del Espíritu; no es cuestión de que si
tengo al Espíritu, ¿o acaso el Espíritu me está guiando a mí o el Espíritu me está guiando a
mí? Es solo cuestión de que si estoy siguiéndolo, eso es todo.
Entonces la cuestión en términos de este contexto no es si he recibido el bautismo; sí,
estoy experimentando la llenura del Espíritu quien está en mí, ese es el único asunto.
Ahora, no voy a tomar mucho tiempo en eso, debido a que hicimos un estudio de la
llenura del Espíritu y está disponible; si usted quiere escuchar el sermón de esto y
estudiarlo más. Pero permítame tan solo resumirlo por un momento. En el Nuevo
Testamento tenemos el término “lleno” usado muchas veces, y es usado cuando está
hablando de algo que supera o controla todo lo demás. Por ejemplo, dice que Esteban fue
lleno de fe, en otras palabras, en medio de que estaba siendo apedreado, lo abrumador
fue la fe; él creyó en Dios y lo guió. Dice, por ejemplo, que los fariseos estaban llenos de
enojo; ahora, usted realmente no comparte eso con ningún otra emoción; cuando usted
está lleno de enojo, la furia se apodera sobre lo demás.
La Biblia habla de ser lleno de amor, donde el amor domina, y ese es el significado de la
palabra en términos del Espíritu Santo. Cuando usted está lleno de enojo eso es lo
dominante, cuando usted está lleno de amor eso es lo dominante, cuando usted está lleno
de fe eso es lo dominante, cuando usted está lleno del Espíritu de Dios significa que usted
ha cedido al dominio total del Espíritu en su vida. Ahora, hay muchos cristianos,
francamente la mayoría, que tienen al Espíritu Santo, pero no entienden el ceder al
dominio total del Espíritu. ¿Se da cuenta? La obstinación, el esfuerzo personal, el diseño
personal, el diseño personal, hacer lo que usted quiere y no ceder ciertas áreas de su vida,
no significa que usted no tiene el bautismo del Espíritu, eso ocurrió en la salvación;
únicamente significa que no está experimentando el ceder de manera total al Espíritu.
El Apóstol Pablo dijo: “Sigan siendo llenos del Espíritu”, eso significa que puede venir e
irse; él nunca dijo: “Sean bautizados”, él nunca dijo: “Vayan a conseguir al Espíritu Santo”;
él solo dijo: “Permitan al Espíritu quien ya está ahí para controlar”. La llenura del Espíritu
es simplemente una situación de control, eso es todo. Si usted quiere un paralelo, el
paralelo es Efesios 5:18 con Colosenses 3:16 y en adelante, porque ahí usted tiene los
mismos resultados. Por ejemplo, en Efesios 5 dice que si usted es lleno del Espíritu usted
hará esto, usted hará esto, hará esto, hará esto; en Colosenses 3, da la misma lista
idéntica, nada más que no dice “si usted es lleno del Espíritu”, dice: “Si la Palabra de Cristo
mora en abundancia en vosotros”, hacemos un sinónimo entonces; si ser lleno del Espíritu
significa lo mismo que dejar que la Palabra de Cristo more en usted en abundancia. Hemos
estudiado esto antes, pero simplemente un repaso breve.
Ahora, para dejar que la Palabra de Cristo more en abundancia en usted, ¿significa qué?
Significa estar saturado con la Palabra de Cristo, saturado con las cosas de Jesucristo, ser
dominado de nuevo es la idea entera. Deje que la Palabra de Cristo lo controle, deje que el
Espíritu Santo lo controle. Es todo lo mismo.
Ahora, ¿qué sucedió aquí en Pentecostés? Fueron bautizados en el cuerpo en el versículo
2, el Espíritu vino a vivir en cada uno de ellos individualmente sin excepciones, y hubo una
pequeña señal en su cabeza simplemente para probarlo en el versículo 3. Después en el
versículo 4, ese Espíritu residente llenó su sumisión; cedieron, estaban listos para hacer lo
que Dios quisiera que hicieran, estaban realmente sometidos, no creo que haya algún
momento cuando un individuo está más sometido quizás que en el momento de la
salvación, y el Espíritu de Dios los llenó. Y dice al final del versículo 4 que lo que les dio es,
¿qué? Palabra. En otras palabras, en ese punto sus labios eran como fideos, usted sabe;
cualquier cosa que venía salía de otra fuente; y comenzaron a hablar, pero no fue ellos,
fue en sumisión al Espíritu de Dios y Él controló lo que dijeron.
Entonces, cuando estamos hablando del bautismo del Espíritu y la llenura, estamos
hablando de dos cosas absolutamente distintas. Y este hablar en idiomas, amados, no
ocurrió como resultado del bautismo del Espíritu, ocurrió como resultado de, ¿qué?, de la
llenura, lo dice en el versículo 4. Dice que fueron llenos del Espíritu ya residente en ellos y
entonces hicieron esto. Ahora, ser lleno del Espíritu entonces es estar tan saturado de
Jesucristo que los controles de su vida están bajo el control de Él, eso es lo que sucedió. Se
habían sometido a Cristo, habían esperado en obediencia lo que sucedería, y cuando
sucedió en su sumisión fueron llenos del Espíritu de Dios y después comenzaron a hablar
en otros idiomas.
Ahora, dice usted: “¿Qué son estos otros idiomas?”. Bueno, en primer lugar son idiomas,
aclaremos eso; la palabra “glosa” siempre significa “lenguaje”; nunca significa nada más
que idioma, nunca jamás significa algún tipo de palabras estáticas, balbuceos, siempre
significan idiomas, ese es el término, idiomas. De hecho, si hay alguna duda al respecto,
véalo en esta sección en el versículo 6, menciona la palabra “idioma”, en el versículo 8
“lengua”, y en el versículo 11 “lengua”; pero hay dos palabras diferentes siendo usadas,
una es “glosa” y la otra es “dialecto”. Y “dialecto” de la cual obtenemos “dialecto”, tiene
que ver con dialectos. Entonces, idiomas y dialectos, no balbuceos es el asunto aquí.
Cuando la gente dice que tienen el don pentecostal y que hablan algo que no es un
idioma, no lo hablan; son idiomas lo que se tiene aquí en mente. En caso de que haya
alguna duda, inclusive él le dice a usted cuáles hablaron en los versículos 9, 10 y 11, qué
lenguajes hablamos, sus idiomas. Y creo que este es el patrón, y si va a haber una ocasión
de lenguas en el Nuevo Testamento certificada, deben ser idiomas. Ahora, quiero
recordarle que los idiomas vinieron como el resultado de la llenura, no del bautismo.
Conectar estos idiomas con el bautismo del Espíritu es errar, porque el bautismo es
simplemente el colocar al creyente en el cuerpo, es algo no experimental, ocurre; es Dios
colocándolo a usted en la unión con Cristo y los otros creyentes.
Pero como resultado de la llenura, comenzaron a hablar. Ahora, permítame decirle que
fue un fenómeno especial para ese día, no es el patrón universal para todo cristiano, no es
el patrón universal que cada vez que usted es lleno del Espíritu usted habla en estos
idiomas, no puede ser. No tuvo nada que ver con el bautismo del Espíritu en lo absoluto,
pero ni siquiera es el resultado siempre de la llenura. Por ejemplo, ya para cuando usted
llegue a Efesios 5:18 dice: “Sed llenos del Espíritu y harás esto”, y le da a usted una lista de
cosas, ninguna de las cuales es hablar en otros idiomas. Dice cosas que son más difíciles
que eso como amar a su esposa y obedecer a su esposo y ser amable con sus hijos, y
obedecer a sus padres, y todas estas cosas, ser un buen empleado y ser un buen jefe, y
atraviesa por todas las cosas prácticas para cuando Pablo define la llenura del Espíritu no
tiene nada que ver ya con lenguas, idiomas, nada.
Ahora, es interesante también que algunos que dicen que están llenos del Espíritu, y de
esta manera hablan en los lenguajes, no cumplen con los requisitos de Efesios 5 que son
los verdaderos requisitos de ser llenos del Espíritu. Hay algunas personas que dicen que
están llenos del Espíritu y que hablan en idiomas, pero realmente no aman a sus esposas
como Cristo amó a la iglesia; hay algunas mujeres que dicen tener el don de idiomas, pero
realmente no podrán estar llenas del Espíritu o de lo contrario se estarían sometiendo a
sus maridos; hay algunos padres que dicen tener el don de idiomas como resultado de la
llenura del Espíritu, pero si realmente estuvieran llenos del Espíritu, no provocarían a sus
hijos a ira.
Como puede ver, usted se vuelve bastante práctico en las epístolas paulinas, no es tan
etéreo como lo es aquí, porque ésta fue una ocasión especial y no tuvo la intención de ser
el patrón universal. Ahora, el milagro de los idiomas aquí fue importante debido a la
estrategia del esparcimiento del Evangelio. Y antes de que terminemos, en esta mañana
creo que usted va a ver algo realmente emocionante en esta estrategia porque en
Jerusalén en este momento habían personas de todo el mundo judío, y pudieron haber
habido tantos como un millón. Usted puede meter a 200 mil de ellos en el patio del
templo nada más, están comprimidos en este lugar, y este milagro específico fue
específicamente para esta ocasión, para este día, y no volvía volverse en el patrón o la
norma para todos los cristianos.
Dice usted: “Bueno, no sé acerca de eso, porque sucede otra vez en Hechos varias veces y
no es en Jerusalén y no es con un grupo de judíos, de hecho, son con gentiles”, y yo digo:
“Usted tiene razón, pero le voy a mostrar por qué”. Le voy a mostrar por qué lo mismo
sucede de nuevo en el libro de los Hechos. Pase al 8:14, y creo que a usted le va a parecer
esto interesante. Para este entonces, el Evangelio se ha esparcido a Samaria. ¿Se acuerda
usted de Hechos 1:8 que dijo: Prediquen el Evangelio en Jerusalén, Judea y después en
toda Samaria? Bueno, ya para el capítulo 8 ya llegaron ahí, y en el versículo 14 cuando los
apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la Palabra de Dios,
enviaron a Pedro y a Juan, quienes cuando llegaron oraron por ellos para que recibieran al
Espíritu Santo porque todavía no había caído sobre ninguno de ellos, solo habían sido
bautizados en el nombre de Jesús. Y después les impusieron las manos y recibieron el
Espíritu Santo.
Ahora, usted tiene aquí un grupo de samaritanos. Ahora, ¿recuerda usted la actitud de los
judíos hacia los samaritanos? Estoy seguro que lo recuerda. Despreciaban a los
samaritanos, dicho de manera suave, los odiaban. ¿Por qué? Porque originalmente eran
una raza judía pura y se casaron con gentiles, nada más menospreciable, y eran odiados y
menospreciados por los judíos; de hecho, los judíos ni siquiera pasaban por su país. Ahora,
lo que sucede aquí es que el Evangelio que vino a Israel, el Mesías de Israel, es recibido en
fe, y después, de pronto, algunos samaritanos creen en Él. Ahora, la tendencia de los
judíos va a ser que los samaritanos sean cristianos de segunda clase, si es que eran
cristianos en absoluto considerados por ellos. Entonces, para asegurar que eso no
sucediera, el Espíritu de Dios le permitió a esos samaritanos que se convirtieran.
Pero en el momento de su conversión no recibieron el Espíritu Santo, no fueron
bautizados en el cuerpo. ¿Por qué? Porque el Espíritu de Dios quería que algunos judíos
muy importantes estuvieran ahí cuando sucediera, para que ellos supieran que, de hecho,
había sucedido exactamente lo que les pasó a ellos. Y los dos judíos más importantes vivos
en el mundo en ese entonces fueron Pedro y Juan. Y entonces, no sino hasta que Pedro y
Juan fueron ahí, vino el Espíritu, ¿por qué? Para que Pedro y Juan pudieran regresar y
decirle a los judíos: “Nunca van a creer lo que pasó: los samaritanos recibieron lo mismo
que nosotros recibimos”. ¿Se da cuenta? Esto es unir al cuerpo. Y lo que es importante es
que creo yo que aunque no lo dice en el capítulo 8 es muy posible que hablaron en
lenguajes, en idiomas, de hecho, creo que lo hicieron, ¿por qué? Para que hubieran tenido
la misma señal que los judíos tuvieron para que no hubiera manera alguna en la que el
judío dijera: “Tenemos algo que ustedes no tienen”. ¿Se da cuenta? En absoluto.
Ahora, permítame profundizar un poco, vaya al capítulo 10, capítulo 10, versículo 44.
Ahora, Pedro no le está hablando a judíos ya, él fue a Cornelio quien es un gentil, el
Evangelio realmente está avanzando ahora. Mientras que Pedro hablaba estas palabras, el
Espíritu Santo cayó en aquellos que oyeron la Palabra. Y los de la circuncisión que
creyeron, ¿qué? Se sorprendieron. ¿Quiénes son los de la circuncisión? Los judíos.
¡Estaban sorprendidos! ¡No podían creerlo! ¡Gentiles! El Espíritu Santo, de hecho, vino a
un gentil. ¡Fue un shock! Y observe lo que dice: “Y los que vinieron con Pedro”, ¿por qué
están tan sorprendidos?, “Porque en los gentiles también fue derramado el don del
Espíritu Santo”. ¿Cómo lo supieron? Versículo 46: “Porque los oyeron hablar en lenguas”,
idiomas.
Como puede ver, no ve importante ahí que hablaban en idiomas para efectos de
comunicación, lo que fue importante ahí es que hablaron en idiomas para que los judíos
supieran que recibieron lo mismo que los judíos recibieron en Pentecostés. ¿Lo ve? En
otras palabras, conforme la iglesia está siendo formada en el flujo del libro de los Hechos,
el Espíritu de Dios quiere que todo mundo se asegure de que la iglesia, de hecho, es un
cuerpo, ¿verdad? Y entonces, hace el esfuerzo por asegurarse de que todo mundo sepa. Y
Pedro, esto realmente le impactó, capítulo 11, me gusta esto, versículo 15, Pedro está
contando esto, como usted sabe, de estos gentiles que recibieron el Espíritu Santo de la
misma manera, y es algo impresionante. Versículo 15 él dice: “Conforme comencé a
hablar, el Espíritu Santo cayó en ellos como en nosotros al principio”.
¿Saben una cosa? ¡Qué shock! Es difícil aceptarlo para él. Versículo 16: “Después me
acordé de la Palabra del Señor, como Él dijo: Juan, de hecho, bautizó con agua, pero
vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo”, recibieron el bautismo del Espíritu
exactamente como los judíos lo recibieron. Después dice él: “Porque entonces Dios les dio
el mismo don que nos dio a nosotros”, ese es el punto. Y después él dice: “¿Y quién era yo
que pudiera resistir a Dios?”. En otras palabras, cualquier otra cosa que no fuera eso, yo
tampoco lo habría creído. Después usted va al capítulo 15 y Pedro regresó a Jerusalén
para reportarle al concilio de Jerusalén, y todo el concilio de Jerusalén está reunido ahí
para tratar de decidir este asunto, si los gentiles realmente pertenecen y van a tener un
concilio grande por esto.
Versículo 6: “Y los apóstoles y los ancianos se reunieron para considerar este asunto”, y
esa es la terminología técnica de este comité, y sabemos que son un comité porque el
siguiente versículo dice: “Cuando había visto mucha disputa, Pedro se levantó y les dijo:
Hombres, varones y hermanos, agárrense de su sombrero, quiero que entiendan esto.
Saben cómo hace tiempo atrás Dios decidió que los gentiles oyeran por mi boca la Palabra
del Evangelio y creyeran, y Dios, quien conoce los corazones, les dio testimonio dándoles
el Espíritu Santo así como con nosotros, y no hizo diferencia entre nosotros y ellos”. Como
puede ver, ese es el punto. La razón por la que recibieron al mismo Espíritu Santo de la
misma manera, fue para amarrarlos en un cuerpo que nació en Pentecostés. No porque
había alguna importancia en los idiomas, sino únicamente como un vínculo en
Pentecostés. No dice que el idioma tuvo algo que ver con algo, simplemente los conectó.
Ahora, hay otro grupo que anda suelto y ese no ha sido incluido en el cuerpo aún, y ese es
un pequeño grupo de los doce santos del Antiguo Testamento que son residuos de Juan el
Bautista. Y ellos están pensando que nada ha pasado desde Juan el Bautista, ni siquiera
saben lo que ha pasado, y entonces nos encontramos con ellos en el capítulo 19, y el
Espíritu Santo también los quiere meter en el cuerpo. “Y sucedió que mientras Apolos
estaba en Corinto, Pablo, habiendo pasado por las partes de arriba llegó a Efeso, y
encontrando a ciertos discípulos les dijo: ¿Habéis recibido el Espíritu Santo?”, ¿se da
cuenta? Ahora él está asegurándose de que todo mundo esté en el cuerpo. Ahora, estos
discípulos de Juan el Bautista, debido a que no encajan en ninguna de las otras dos
categorías: “¿Habéis recibido el Espíritu Santo desde que creísteis? Y le dijeron: No hemos
oído de que si hay algún Espíritu Santo, no sabemos nada. Y él les dijo: ¿En qué fueron
bautizados? Y dijeron: En el bautismo de Juan, somos discípulos de Juan el Bautista”. ¿Qué
es todo esto?
Entonces, Pablo dijo: “Juan, ciertamente, bautizó con bautismo de arrepentimiento,
diciéndole al pueblo que debían creer en Aquel que vendría después de él, esto es en
Cristo Jesús”; y después evidentemente usted puede implicar aquí que Pablo pudo
haberles compartido con ellos más acerca de Cristo Jesús. “Cuando oyeron esto, fueron
bautizados en el nombre del Señor Jesús, y cuando Pablo les impuso las manos”; y esta es
una forma apostólica, el Espíritu siempre vino en presencia de los apóstoles, “El Espíritu
Santo vino sobre ellos y hablaron con idiomas y profetizaron”. De nuevo, lo mismo
exactamente, a través de un apóstol, para unirlos con el primer grupo en Pentecostés.
Ahora, ¿no ve usted el genio maravilloso del Espíritu Santo aquí uniendo al cuerpo de tal
manera que ninguna parte del cuerpo pueda ver otra parte y decir: Nosotros tenemos lo
que ustedes no tienen? Diseñado perfectamente por el Espíritu Santo. Pero una vez que el
cuerpo incluyó a todos los residuos de los santos del Antiguo Testamento, y todos los
judíos del Nuevo Testamento, y los gentiles del Nuevo Testamento, ya no había razón
alguna de que existiera este fenómeno porque todo mundo que viene a Cristo ahora está
cubierto bajo lo que ya sucedió a los judíos y gentiles, ¿lo ve? Ya no necesitamos más
cosas especiales cuando somos salvos; y a partir de ahí, eso lo cubrió. Solo hay judíos y
gentiles y el cuerpo fue unido, judío y gentil, Efesios 2, ¿no es eso hermoso?
La pared de en medio fue derribada y el judío y el gentil se volvieron uno en Jesucristo, y
toda persona que vino a Cristo desde ese entonces simplemente es colocada en el cuerpo
en la salvación por el bautismo del Espíritu. Eso significa que usted es bautizado en el
cuerpo en unión con Cristo. Entonces, el Espíritu dio el mismo don en la presencia de los
apóstoles a cada parte única de la iglesia para que no hubiera división, para que no
hubiera duda alguna de quién pertenecía a qué, para que la unidad del cuerpo estuviera
segura.
Entonces, no vamos a enseñar patrones de doctrina a partir de estas ocasiones que son
interminables para la iglesia, eso sería como decir: “Bueno, si eres samaritano significa
que no recibes al Espíritu hasta que equis número de días pasen. Si tú resultas ser este
tipo de persona, quizás no recibas al Espíritu hasta equis número de días después, y
demás”. Eso no es lo que eso están enseñando. Meramente nos está mostrando lo que
sucedió en la transición. Ya para cuando usted llega a las epístolas paulinas, usted tiene las
doctrinas del Espíritu Santo definidas de manera muy precisa y muy clara. Y en el punto de
la salvación, todo creyente recibe al Espíritu y es colocado en el cuerpo por el bautismo
del Espíritu.
Ahora, notará usted al final del versículo 4, ese es un comentario al margen largo; pero al
final del versículo 4 dice que hablaron conforme el Espíritu les dio que hablaran. Este es un
recordatorio de quién controla al individuo quien está lleno del Espíritu. Un individuo lleno
del Espíritu es controlado por el Espíritu Santo. Y esto es exactamente como puede ver lo
que la vida llena del Espíritu es, es una vida controlada por el Espíritu, en donde usted ha
cedido todo al control del Espíritu; usted ya no está a cargo de su vida y es algo
momentáneo. Dice usted: “Si te llenas del Espíritu, ¿cuánto dura?”, solo un momento, eso
es todo, solo dura mientras que haya sumisión. Dice usted: “Bueno, ¿debo estar haciendo
eso toda mi vida? ¿Vivir mi vida entera simplemente cediendo, cediendo, cediendo?”, eso
es exactamente correcto. Y eso no es problema alguno.
Usted vive ahora exactamente en este momento únicamente, usted nunca ha vivido en el
futuro, nunca vivió en el pasado, usted está atorado aquí, más vale que usted ceda. Y no
se confunda por el futuro, nunca llegará ahí; no se preocupe, simplemente solo puede
vivir en el momento. Se preocupará por el dulce mañana y no vivirá en el hoy
desagradable, y no será nunca diferente de eso, porque ahora, este es el momento en el
que usted vive y es tan simple como ceder ahora, eso es todo.
La gente dice: “Oh, no puedo vivir la vida cristiana durante 80 años”. No es tan larga. Es
tan larga como este momento de ceder al control del Espíritu Santo. Y aquí vemos un
retrato de aquellos que cedieron, se sometieron y el Espíritu se movió a través de ellos y
llevó a cabo un milagro especial. Ahora, cuando los hombres son llenos del Espíritu de
Dios más adelante en el libro de los Hechos predican la Palabra con denuedo. En Efesios
tienen relaciones maravillosas con toda persona que los rodea. Experimentan gozo y
evangelismo como resultado.
Entonces, necesitamos ser, como Pablo dijo, necesitamos estar siendo llenos del Espíritu.
Entonces, vemos la evidencia de la venida del Espíritu, ¿no es cierto? Y todos los sentidos
perceptivos son confrontados. En primer lugar, oyeron y vieron, y después sus mentes
comprendieron estos idiomas; cosas fantásticas sin duda alguna. El Espíritu vino, la
promesa de Jesucristo se volvió verdadera, la promesa de Jesucristo llegó a ser una
realidad, y todo cristiano viviendo en la actualidad posee el Espíritu Santo, usted y yo
tenemos dentro de nosotros la dinámica divina, tenemos la presencia misma del Espíritu
de Dios, de tal manera que podemos hacer mucho más abundantemente de lo que
podemos pedir o entender. Está ahí.
Permítame añadir un par de notas aquí. Si la gente pentecostal, y no me gusta tener que
usar ese título con ciertas personas porque es un término maravilloso; pero si la gente
pentecostal quiere hacer esta señal, esta ocasión la norma para todos los cristianos, y si
quieren hacer de las lenguas la señal absoluta del bautismo de un creyente, entonces van
a tener que hacer realmente lo que es hecho aquí, y van a tener que tener la ocasión junto
con un ruido del cielo como un viento fuerte y con lenguas como de fuego y asegurarse de
que están en Jerusalén cuando esto ocurra, porque esto es una maravilla especial para un
acontecimiento histórico especial.
Y quiero añadir algo. Y voy a mostrarle algo realmente emocionante acerca de la
estrategia del Espíritu Santo. Esto no fue primordialmente para predicar el Evangelio, para
esto no se da esto, es una señal para lo que es; la predicación viene después, ¿quién
predica más adelante? Pedro predica el Evangelio. Nunca dice que predicaron el
Evangelio, dice que hablaron de las obras maravillosas de Dios, nunca dicen nada acerca
del Evangelio de Jesucristo en absoluto, lo que hicieron fue hablar las obras maravillosas
de Dios, y llegaremos a eso, como una señal. Como puede ver, esto fue para captar la
atención de los judíos de que algo sobrenatural estaba pasando y entonces Pedro
predicaría el Evangelio. Este es siempre el patrón apostólico.
La predicación de los apóstoles a lo largo de la primera iglesia fue acompañada de señales,
maravillas y obras poderosas; pero esto no fue sustituto para la predicación porque el
sermón viene en el versículo 14, capítulo 2, y hay más sermones después a lo largo de
todo el libro de los Hechos. Permítame darle un versículo que le va a ayudar a entender
esto. 2a de Corintios 12:12, no lo busque, se lo voy a leer, 2ª de Corintios 12:12:
“Verdaderamente –escuche esto– las señales de un Apóstol fueron hechas entre vosotros
en toda paciencia”, ¿cuáles fueron?, “En señales, prodigios y milagros”. Fueron las señales
que pertenecieron a los apóstoles, en donde los apóstoles proclamaron las señales, los
acompañaron, para tener el oído de la gente.
¿Cómo sabe usted que el hombre está hablando por parte de Dios? Si él tiene cosas
sobrenaturales que van junto con el mensaje, esa es una evidencia bastante buena. Y hay
otro versículo muy importante en Hebreos 2:3, hemos estudiado esto, dice: “¿Cómo
escaparemos si descuidamos una salvación tan grande? La cual al principio comenzó a ser
hablada por el Señor, y fue confirmada en nosotros por aquellos que lo oyeron a Él”. Esos
eran los apóstoles que oyeron a Cristo. ¿Cómo lo confirmaron? Escuchen esto: “Dios,
dando también testimonio con señales, maravillas y diversos milagros y dones del Espíritu
Santo”. La gente se pregunta: “¿Para qué son esos dones del Espíritu Santo, como las
lenguas, interpretación de lenguas y milagros y sanidad?”, esos fueron para confirmar la
proclamación apostólica del Evangelio, para eso eran, dones del Espíritu Santo, Hebreos
2:4, eso es lo que dice.
Entonces, lo que puede ver, lo que sucede aquí entonces es la expresión de algo milagroso
para captar la atención de estas personas, para que reconocieran que algo sobrenatural
está pasando. No sustituyó la predicación del Evangelio. La gente probablemente habló
arameo de manera fluida, probablemente predicó Pedro en ese idioma, entonces ese no
fue el punto. El punto no fue simplemente comunicarles el Evangelio, sino darles una
señal sobrenatural; y la única manera en la que realmente podrían determinar que era
una señal fue si el idioma era algo que conocían y que pudieran verificar que los galileos
que normalmente no sabían cómo hablar los idiomas, a menos de que algo estuviera
pasando.
Ahora, ¿puedo añadir otra nota? Y vamos a retomar algunas de estas partes en los
minutos que nos quedan. Si existe un don tal como lenguas o idiomas como en Hechos, y
si todavía es válido en la actualidad, entonces algo está mal, algo está mal en el patrón de
la iglesia; en el diseño del Espíritu Santo algo falta. Y cito del doctor Barns, un erudito
maravilloso de hace unos años atrás, y dijo eso y cito: “El don de milagros fue retirado. Los
apóstoles por ese milagro simplemente fueron capacitados para hablar otros idiomas. Ese
poder debería continuar si el Evangelio va a ser predicado; pero ahora demanda el
esfuerzo de muchos años para hablar en idiomas extranjeros. Ahora debe ser obtenido no
por milagros, sino mediante el estudio y el trabajo lento y cuidadoso. Los hombres deben
laborar por él”. Fin de la cita.
En otras palabras, si el don todavía existe, entonces Dios por alguna razón extraña ha
colocado estorbos innecesarios en el Evangelio, porque Él hace que la gente tenga que
estudiar durante años idiomas antes de que jamás puedan comenzar a dar testimonio. Y si
la gente tiene este llamado “don” de hablar en lenguas o idiomas extranjeros, parecería
más bien innecesario; y si Dios hubiera diseñado que un milagro de idioma como ese fuera
para la actualidad, parecería como si podría usarse mucho. Y si hay un don de lenguas, de
idiomas, amigos míos, permítame preguntarle esto: ¿Por qué si únicamente para ciertas
personas especiales en ciertos movimientos especiales que se reúnen, en reuniones de
oración especiales, y se hablan el uno al otro, y ya hablan el mismo idioma y ya conocen la
verdad? Y si hay incrédulos presentes, Pablo dice que dirán que están locos porque
únicamente los confundirá.
Como puede ver, si un don así existe en la actualidad, ¿por qué no existe para los
misioneros? O mejor aún, por qué hay algunos misioneros que dicen tener el don, pero
todavía van a una escuela de idiomas. Entonces, como puede ver, esta experiencia en
Hechos de ninguna manera es la norma. No podemos hacerla la norma para todos los
cristianos. Usted no puede decir que todo cristiano debe hablar en idiomas extranjeros.
Wycliffe estaría más que feliz de aceptar eso, debido a que están ocupados en reducir el
idioma de toda persona a escritura y tratan de comunicarle el Evangelio a ellos.
Entonces, vemos aquí dos obras distintas del Espíritu: El bautismo en los versículos 2 y 3, y
la llenura en el versículo 4, el cual dio lugar a idiomas por una razón especial, no para
predicar el Evangelio primordialmente, aunque en un sentido estaban declarando
verdades, sino para actuar como una señal de que Dios se estaba moviendo y más vale
que escuchen y más vale de que pongan atención porque la predicación viene en un
minuto, y vino inmediatamente después de esto en el versículo 14. Pedro se pone de pie
entre los 11, Juan y él empezó a predicar.
Muy bien, entonces vemos la evidencia rápidamente, el efecto de la venida del Espíritu,
versículos 5 al 11; y simplemente vamos a leer a lo largo de este texto con algunos
comentarios breves. Esto es lo que sucedió cuando comenzaron a hablar en idiomas.
Versículo 5: “Moraban entonces en Jerusalén, judíos, varones piadosos, de todas las
naciones bajo el cielo”. Ahora, la afirmación final, “de todas las naciones bajo el cielo”, es
una expresión y no necesitamos tomarla literalmente, sino que más bien de manera
idiomática para referirse a muchas, muchas tierras. Y observe la palabra “piadosos”, esa es
una palabra realmente interesante, en algún momento voy a hacer un estudio de palabras
de eso, pero es muy interesante; viene de una palabra griega “eulaves”, lo cual significa
“precavido”, la gente devota es precavida, en referencia a que no quieren ofender a Dios,
esa es la esencia de reverencia; la esencia de una persona realmente devota es que no
hará nada para ofender a Dios. Es precavida. Una palabra muy interesante. Y entonces,
fueron precavidos al estar presentes en la fiesta, no sea que ofendieran a Dios. ¿Qué es lo
que Proverbios 9:10 dice? “El temor de Jehová es el principio de la sabiduría”. Hombres
devotos temen, no sea que ofendan a Dios. Son muy cautelosos. Muy bien.
Muy bien. Entonces, Jerusalén es invadido en Pentecostés por una asamblea cosmopolita
de judíos de toda tierra. Versículo 6: “Y hecho este estruendo, se juntó la multitud y
estaban confusos”. Vamos a detenernos ahí por un momento. Dice: “Y hecho este
estruendo”. Permítame darle una explicación interesante de eso. ¿Cuál fue este
estruendo? Bueno, algunos dicen: “Oh, esto de hablar en idiomas”; no creo. Creo que el
griego indica algo más. La traducción literal griega del versículo 6 dice esto: “Pero este
sonido”, “phoné”, singular, “habiendo venido, la multitud se reunió”. Sea lo que sea que
oyeron, fue un sonido singular, “phoné”. Y ocurrió en un punto en el tiempo en el que el
verbo “giroma” indica, debido a que ese es un verbo aoristo, entonces, lo que sea es un
sonido singular en cierto momento.
Ahora, si usted regresa en el pasaje, usted encuentra dicho sonido singular en cierto
momento en el versículo 2, dice: “De repente, vino del cielo – estruendo del cielo”. Ahora,
yo creo que lo que oyeron fue el sonido del cielo, no sonidos (plural) de todos estos
idiomas. No estaban gritando estos idiomas, no pudieron haberlo oído por todo Jerusalén.
Pero de seguro pudieron haber oído lo que se oye como un huracán fuerte. Y el sonido de
ese viento los congregó y estaban confundidos, ¿por qué? Hay un sonido, pero no hay un
huracán, no hay viento. El versículo 6 dice que estaban confundidos, lo cual es una palabra
interesante, únicamente es usada en Hechos, viene de la raíz de una palabra la cual
significa “derramar juntos”; todos estaban mezclados, todos estaban confundidos y
perplejos, ¿qué estaba pasando?
Y lo que realmente los confundió es que cuando se reunieron todo hombre los oyó
hablando en su propio idioma, y este fue un shock; aquí están todos estos hombres que
han estado en ese lugar y están caminando y están hablando en el propio idioma de todo
mundo, y simplemente están en shock absoluto. Versículo 7: “Y estaban atónitos”.
Entonces, ahora sabemos que están confundidos, atónitos, y después añadimos a eso: “Y
maravillados”. Ahora, ¿entiende usted la idea de que el Espíritu Santo está tratando de
decirnos que esto hizo una impresión? Realmente están de cabeza, digo, en nuestro
idioma diríamos que estaban súper, súper, súper sorprendidos por lo menos para tratar
de que expresemos el punto, porque hemos echado a perder tantas palabras al derramar
superlativos con tanta frecuencia. Pero aquí lo que usted tiene es la idea de que el Espíritu
nos está mostrando que esta es una perplejidad y confusión masivas, estaban
confundidos, estaban sorprendidos, estaban atónitos, y lo que realmente los sacudió fue
esto.
Estaban diciendo: “Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan?”. Ahora usted tiene
que entender un poco de la actitud que tenían hacia Galilea. Galilea realmente era el lugar
de los ignorantes, Galilea era el lugar donde la gente era analfabeta por así decirlo, y la
única gente que vivía en Galilea era el tipo de gente rara, digo, gente que no estaba
preparada, no estaba informada, granjeros y gente que realmente no estaban en el flujo
cultural, usted entiende; y usted regresa por ejemplo a Mateo 26:29, y Pedro en la
negación dice – ahora, Pedro se sentó afuera en el patio y vino una joven y demás, y
venían y le preguntaban y él siguió negando y negando, versículo 73: “Después de un poco
de tiempo, vinieron a él los que estaban a su lado y le dijeron a Pedro: Seguro tú eres uno
de ellos, tú eres uno de esos seguidores de Jesús, porque tu manera de hablar lo muestra.
Tú tienes ese acento galileo”. Ahora, no sé lo que fue, pero evidentemente involucraba
gramática mala.
Marcos 14:70 lo mismo, él dice – Pedro vuelve a negar y en un tiempo los que estaban ahí
vinieron y le dijeron a Pedro: “Seguro tú eres uno de ellos porque tú eres un galileo y tu
manera de hablar lo muestra, seguro te oyes como un galileo”, y los galileos no eran
conocidos por ser lingüistas, dicho de manera suave; de hecho, Natanael le dijo en Juan
1:46: “¿Acaso algo bueno puede venir de Nazareth?”. Nazareth era una de las ciudades en
Galilea, ¿se da cuenta? Y en el capítulo 7, versículo 52, los judíos estaban diciendo cuando
Jesús dijo que era un profeta de Galilea, los judíos dijeron: “Escudriñad y ved, porque de
Galilea no se levanta un profeta, nunca nada sale de ahí que valga la pena algo”,
realmente tenían una perspectiva baja de Galilea.
Y aquí, de pronto, todos estos galileos no preparados, incultos, están hablando en todos
estos idiomas y están absolutamente boquiabiertos. No saben lo que está pasando.
Versículo 8: “No tenían explicación alguna”, dice: “¿Cómo, pues, los oímos nosotros hablar
cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido? ¿De dónde sacaron ellos toda esta
información? ¿Cómo están haciendo ellos esto?”, no significa el único idioma en el que
hablaron, significa el idioma natal en el que ellos nacieron, y eso es marcado de manera
incisiva en ese versículo.
Y después nos presenta la lista de los idiomas: Partos, ahora él comienza en el este, no voy
a tomar el tiempo con todos éstos, pero él comienza hasta el este y viene hasta el oeste
nombrando estos diferentes lugares; Partos, e incidentalmente – probablemente fueron
los peores enemigos del imperio romano; al extremo oeste, los medos, habían sido una
parte del imperio medo-persa; los elamitas, que habitaban el territorio antiguo alrededor
de Babilonia; los que habitamos en Mesopotamia, esa sería el área entre los dos ríos, el
Tigris y el Eufrates, eso es lo que Mesopotamia significa, “aquello que está entre ríos”; los
que estaban en Judea, después viniendo al oeste a Asia Menor, en Capadocia, en el Ponto
y en Asia – Asia no significa el continente como lo conocemos, significa el pequeño
territorio de Asia Menor allá arriba; Efeso era la capital, y Pérgamo y Esmirna, ambas eran
ciudades ahí con las que estamos familiarizados, pero todo esto es Asia Menor.
Después Frigia y Panfilia, después brincando al otro lado del Mediterráneo hasta Egipto y
las partes de Libia, ahí por donde está Cirene, al norte de África está Libia y algunos judíos
alrededor de un cuarto de la población de Cirene, Josefo dice era judía y entonces estaban
ahí. Después los residentes de Roma. Y sabemos que hubo una población judía en Roma
porque en el 49 después de Cristo, Claudio los expulsó, entonces tuvieron que haber
estado antes de esta fecha. Después judíos y prosélitos, prosélitos son los que se
convirtieron que aceptaron la circuncisión y adoptaron el judaísmo; cretenses de la Isla de
Creta, a más de
60 kilómetros, o algo así, al sur de Grecia; y árabes de la gran Península Árabe, entre el
Mar Rojo y el Golfo; ahí estaban todos congregados, todas estas personas, judíos de todo
lugar. Qué tiempo tan estratégico como para que el Espíritu hiciera algo.
Y observe en el versículo 11 dice esto: “Les oímos hablar en nuestras lenguas las
maravillas de Dios”. Ahora, escuche esto: Aquí viene una estrategia bastante interesante
por parte del Espíritu Santo. Ahora, le dije a usted antes que no necesariamente
predicaron el Evangelio, no nos está diciendo que tuvieron una proclamación ordenada ni
discurso, no dice que dieron las primeras cuatro leyes del primer siglo en orden que
simplemente presentaron el Evangelio, no dice eso. La indicación aquí es muy clara de que
hablaron las obras maravillosas de Jehová, Dios. En otras palabras, hablaron en un
contexto judío.
Ahora, observe la estrategia del Espíritu. En primer lugar, el Espíritu envió un sonido como
un viento, simplemente para asegurarse de que se congregaran. Los reunió a todos,
después tuvo este milagro maravilloso de hablar en idiomas, simplemente para asegurarse
de que realmente volteara de cabeza sus mentes. Y como puede ver, cuando comenzaron
a hablar de las obras maravillosas de Dios, entonces los judíos únicamente tuvieron dos
opciones: O esto era un milagro del diablo o es un milagro de Dios. Pero cuando
comenzaron a alabar a Dios, eso eliminó a una de las dos opciones. Y entonces, lo que el
Espíritu estaba haciendo era concentrar todo a la misión de que esto es de Dios, ¿se da
cuenta? Y después, cuando estaban viendo de que esto era de Dios, y Pedro, en medio de
ese grupo se levantó y comenzó a predicar el Evangelio, la conexión fue obvia. ¿Ve usted
lo que el Espíritu está haciendo? Él simplemente los está uniendo, preparándolos,
derribando las barreras y después presentando a Cristo ahí en la escena; es una estrategia
hermosa.
Y entonces, comienzan a exaltar las obras maravillosas de Dios, y todo judío ahí pudo
haber dicho: “Amén, oh, amén, amén”, y pudo haberse reunido ahí con ellos porque
estaban diciendo lo que era con respecto al Dios de Israel, declarando sus obras
maravillosas. ¿Qué habría significado eso? Eso significaría recitar de la creación a lo largo
del Antiguo Testamento, ¿no es cierto?, todas las obras maravillosas de Dios. ¿Sabe usted
que los judíos siempre hacían eso? ¿Sabe usted que eso fue parte de la vida judía el recitar
las obras maravillosas de Dios? Siempre.
En Éxodo, por ejemplo, en el capítulo 15:11: “Quién es como tú, oh Jehová, haciendo
maravillas”. Después usted llega a los Salmos, y los Salmos uno tras otro hace esto. Salmo
26, versículo 7: “Para que dé a conocer con la voz de gratitud y cuente de todas tus obras
maravillosas”. Después usted va al Salmo 40 y versículo 5 y usted lee: “Muchas, oh,
Jehová, mi Dios, son tus obras maravillosas”. Después usted va al capítulo 77, versículo 11
y lee: “Me acordaré de las obras de Jehová, ciertamente me acordaré de tus obras, de tus
maravillas”; capítulo 78, versículo 4: “Las obras maravillosas que el Señor ha hecho”;
capítulo 89, capítulo 96, capítulo 107, capítulo 111, y sigue constantemente alabando las
obras maravillosas de Dios; Isaías 25:1 es otra buena.
Entonces, lo que usted tiene aquí es a muchos judíos simplemente alabando a Dios y
glorificando a Dios ahí en medio de un milagro, por lo tanto, conectando el milagro, ¿a
quién? A Dios. Y esto es muy difícil de enfrentar para los demás, porque realmente no les
caen bien estos discípulos de Jesús en absoluto, pero ahí en este contexto judío es un
poco difícil. Y después, cuando ahí de en medio de toda esta alabanza de Dios, Pedro se
pone de pie y no tienen opción alguna, sino decir: “Tiene que ser de Dios”. El diablo no va
a estar por Jerusalén alabando a Dios. Y la única opción que les queda – y de pronto,
Pedro salta en medio de ellos y les dice: “Ahora, déjenme hablarles de lo que este Dios
tiene que decirles acerca de su hijo”. Qué hermosa preparación para el mensaje, y eso es
exactamente lo que sucedió.
Usted llega al sermón de Pedro por tan solo un momento, y le voy a dar una probada, esto
no cuenta, vamos a entrar a esto la semana próxima, pero le voy a dar un vistazo. Pedro
toma su texto inmediatamente del Antiguo Testamento, versículo 17: “Y sucederá en los
días postreros, dijo Dios”. Oiga, este es el mismo Dios, la misma Palabra de la que hemos
estado hablando; y después él comienza. Y a lo largo de esto, lo relaciona Dios, versículo
22, él habla de Jesús, pero él dice: “Jesús, un hombre aprobado”, ¿por quién?, “Por Dios”,
versículo 23: “Jesús, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de
Dios”, versículo 24: “Dios lo resucitó”, versículo 30: “Prometido por Dios”, versículo 33:
“Exaltado por Dios”, para sentarse en el trono Dios lo declaró como Rey, versículo 36: “Por
lo tanto, que toda la casa de Israel sepa ciertísimamente que Dios a ese mismo Jesús, a
quien vosotros crucificasteis, lo hizo Señor y Mesías”.
¿Ve lo que Él está haciendo? ¿Ve la belleza de la estrategia del Espíritu Santo?
Simplemente alaba Dios, alaba a Dios todo el tiempo, establece el hecho de que su Dios es
el mismo Dios que esos judíos tienen; y después, a partir de ese contexto, comienza a
hablar acerca de lo que Dios dice acerca de su Mesías. ¿Ve usted la preparación del
Espíritu Santo hasta la predicación? ¿Sabe usted cuál es la cosa más importante que
sucede en los primeros dos capítulos de Hechos? El sermón que Pedro predicó. Y todo lo
demás simplemente es preparación, eso es todo; fueron bautizados en el cuerpo para que
pudieran ser llenos del Espíritu, para que pudieran hablar en idiomas para establecer una
señal, para que a través de esa señal pudieran declarar las obras maravillosas de Dios,
para que pudieran tener el oído del judío, para que pudieran predicar el Evangelio. Ese es
el fin definitivo de la llenura del Espíritu, ese es el diseño definitivo para todo creyente y es
predicar el Evangelio. Todo lo demás simplemente fue algo adjunto que llevó a eso.
Y entonces, el Espíritu de Dios, en una técnica maravillosa, maestra, prepara la tierra para
la plantación de la semilla. ¿Y no fue maravilloso lo que sucedió? Tres mil personas
vinieron a Jesucristo, sus corazones habían sido suavizados y preparados por toda la obra
del Espíritu que llevó a la predicación. Entonces, vemos la evidencia y el efecto de la
venida del Espíritu.
Finalmente y rápidamente la explicación de la venida del Espíritu. Ahora, en esta multitud
usted tiene muchos incrédulos. Ahora, ¿qué van a hacer para explicar esto? ¿No es
interesante cómo con toda la prueba en el mundo algunas personas todavía no están
convencidas? ¿Sabe una cosa? Yo ya determiné lo que quiero creer, no me confundan con
hechos. ¿No es sorprendente cómo usted puede darle toda la evidencia que hay y no
quieren creer, no lo van a creer? Esa es la razón por la que decimos que la salvación no es
asunto de diálogo, es asunto de soberanía; no tiene que ver con qué tan bien discutimos,
tiene que ver con cómo el Espíritu derriba las barreras.
Y entonces, aquí hay algunos que han visto todo esto y no van a ceder y decir: “Es de
Dios”, ¡no! Simplemente bloquean sus mentes, las cuales están cegadas por Satanás. Y
versículo 12, escuche esto: “Y estaban todos atónitos y perplejos”. Aquí están
simplemente tan confundidos como siempre. ¿Qué está pasando? Diciéndose unos a
otros: “¿Qué quiere decir esto?”. Ahora, ¿ve esto usted? Simplemente, a partir de hablar
de las obras maravillosas de Dios, no estaban entendiendo el mensaje, eso simplemente
fue una señal. El significado no vino sino hasta el sermón, ¿lo ve? ¿Qué está pasando?
Bueno, esto es para captar su atención, amigos, estaban sorprendidos y confundidos; pero
siempre estarán los que ofrecen la respuesta rápida, usted sabe, los que se burlan, los
sarcásticos; aquí viene en el versículo 13: “Mas otros, burlándose, decían: Están llenos de
mosto”.
Ahora, esto no solo es un análisis, esto es burla. No solo están diciendo: “Oh, deben estar
borrachos”, eso no sería burla, eso por lo menos sería un enfoque, una manera de verlo. Y
debido a que Pablo dice que con frecuencia la gente llena del Espíritu puede ser
confundida por gente que está embriagada, en Efesios 5:18: “No os embriaguéis con vino,
sed llenos del Espíritu”, en otras palabras, usted entregue el control total de su vida a una
fuerza exterior o una fuerza interior mejor; pero lo que él está diciendo aquí es que otros
están burlándose cuando dicen esto. Bueno, ¿qué tipo de burla es ésta? Bueno, usted
tiene que entender el griego para entenderlo.
Hay varias palabras para “vino”, hay una palabra para el vino que es fermentado y eso es
lo que realmente le afecta a usted, como usted sabe; eso es lo que usted sabe, y
simplemente no puede ingerir eso, demasiado de eso, y no hay duda de que usted está
borracho. Pero él usa la palabra que no tiene nada que ver con fermentación. La palabra
para dulce, para un jugo de uva dulce que acaba de ser extraído, y de esta manera es
burla, es un golpe en contra de ellos, es una especie de golpe suave, frágil, un intento por
explicar lo que está pasando. Están ridiculizando estos hombres al referirse a este estado
como un estado de embriaguez usando estos términos, están diciendo esto: “Son como
bebés que cuando toman un pequeño sorbo de jugo de uva, se emborrachan. No pueden
ni siquiera tolerar su jugo de uva”, eso es lo que están diciendo. “Son bebés que están
balbuceando, están embriagados de jugo de uva, véanlos”.
Entonces, con burla, abrazan la teoría de que la teoría de que la embriaguez enseña el
idioma. Brillante. Y como pueden ver, a sus ojos Pentecostés es una burla. Este es una
burla de embriaguez. Es sorprendente cómo estas personas judías que pensaban que eran
tan sabios en las cosas de Dios, eran tan torpes, ¿verdad? ¿Se acuerda usted de lo que
Jesús les dijo en Juan 8? Él dice: “Yo sé por qué no me entienden, porque yo hablo la
verdad”. Él dice: “Vosotros sois de vuestro padre, el diablo; si yo mintiera, lo
entenderían”. No entendieron y trataron de explicarlo al burlarse de ellos y al decir:
“Miren estos bebés, no pueden ni siquiera tolerar el jugo de uva”; esto fue solo el
principio de lo que será su actitud, porque en el capítulo 4, versículo 7, comienzan a
cuestionar; capítulo 4, versículo 17, comienzan a amenazar; capítulo 5, versículo 18, los
meten a la cárcel; capítulo 5, versículo 40, los golpean; y en el capítulo 7, versículo 58, los
matan. Esto tan solo es el comienzo de su actitud.
¿No es sorprendente cómo la predicación del Evangelio, cómo la obra de Dios parte por la
mitad a la gente, y los hombres o vienen corriendo a Jesucristo o vienen en contra de los
suyos con piedras y palos? Usted lo ve a lo largo de los Hechos. Entonces, la iglesia nace y
nace en una estrategia maravillosa del Espíritu Santo, todo enfocándose en la predicación
del Evangelio. ¿Y saben una cosa, amados? El Espíritu de Dios ha sido dado a usted, así
como fue dado a aquellos en Pentecostés; el Espíritu de Dios vive dentro de usted, el
Espíritu de Dios puede operar a través de usted; quizás no en este sentido milagroso, pero
en un sentido que, de hecho, es milagroso. El Espíritu de Dios puede operar a través de
usted conforme usted cede a Él y experimenta la llenura del Espíritu, para que mediante
su vida Él prepare tierra fértil para que usted predique la Palabra de Dios. Y no comience
en ningún otro lugar más que en el comienzo.
Si usted quiere ser un cristiano eficaz, comience en donde la Biblia dice que debe
comenzar, comience a ser lleno del Espíritu. Usted posee el Espíritu Santo, el poder está
ahí; enciéndalo al tener una vida totalmente entregada, y después vea a Dios moverse en
todas sus relaciones, y mediante el tipo de persona que usted es, preparando la tierra
fértil para que cuando usted abra su boca la semilla esté lista para ser recibida. Como
puede ver, si Pedro se hubiera puesto de pie para hacer lo que él hizo y predicar ese
sermón sin la preparación, él hubiera sido apedreado en el lugar mismo; y entonces, el
Espíritu de Dios se movió de una manera maravillosa para preparar a los oyentes, y así
también el Espíritu quiere operar mediante la vida de usted.
Usted realmente no tiene derecho alguno de ponerse de pie y hablar hasta que por la vida
que usted ha vivido, usted ha preparado la tierra para que ellos con disposición escuchen.
Deje que el Espíritu de Dios lo llene a usted, para que cuando usted abra su boca, ahí
pueda haber recepción. Oremos.
Padre, estamos agradecidos en esta mañana porque nos has enseñado de nuevo a partir
de tu Palabra algunos principios para que los aprendamos en nuestras vidas. Estamos
agradecidos por lo que hemos visto tan solo en la doctrina del nacimiento de la iglesia, y
tratando de entender estas cosas en estas dos semanas. Y, Señor, simplemente oramos
que seamos estudiantes fieles de las Escrituras, aquellos que no solo saben sino que lo
hacen, no solo oyentes sino hacedores.
Padre, te damos gracias porque en tu gracia maravillosa Tú diseñaste edificar tu iglesia, y
que no has dejado que las puertas del Hades prevalezcan contra ella. Y que todavía estás
edificándola, inclusive en la actualidad esta mañana, Tú estás bautizando a creyentes
nuevos en el cuerpo, y estás morando por tu Espíritu a cristianos. Y, Padre, que Tú estás
diciéndole a cada uno de nosotros que estamos aquí en esta mañana: “Quiero llenar tu
vida, quiero morar dentro de ti ricamente, esto es llenar toda área de tu vida controlando
totalmente todo”.
Padre, que no reclamemos nada para nosotros mismos, sino que entreguemos todo al
control de la presencia del Espíritu de Cristo. Que, de hecho, podamos ser el tipo de
persona que llama la atención de otros, el tipo de vida de milagro que llama la atención de
los ojos y los oídos y los corazones de otros a nosotros, para que cuando abramos nuestra
boca, la tierra ya haya sido preparada por el tipo de persona que somos, para que el
mensaje que damos dé fruto.
Entonces, Padre, sabemos que antes de que la tarea sea hecha, debemos ser las personas
que la puedan hacer; comienza con nosotros realizando una gran obra de convicción, si es
necesario, para que veamos el pecado que no ha sido confesado, para que lo confesemos
y comencemos de manera fresca y recta contigo para que seamos controlados por el
Espíritu.
Y después, Padre, que seamos usados para la gloria definitiva de Jesucristo, al ganar a
hombres y mujeres para Él. Gracias por lo que hemos aprendido hoy y por lo que Tú nos
enseñarás continuamente conforme estas cosas están en nuestros corazones. En el
nombre de Jesús. Amén.
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El espíritu de adopción
Escritura: Romanos 8:14–16
Código: 90-420
John MacArthur
Abramos la Palabra de Dios al octavo capítulo del libro de Romanos, ese tratado amado,
maravilloso del apóstol Pablo, del evangelio y todos los aspectos de él. Y estamos viendo
Romanos 8 porque ese es el capítulo del Espíritu Santo, y esta sería la parte seis, o el
mensaje número seis en el estudio del Espíritu Santo, el ministerio del Espíritu Santo en el
creyente, lo que el Espíritu Santo hace en nosotros. Y comencé esta serie por todas las
malas representaciones del Espíritu Santo que abundan en el mundo cristianos
contemporáneo. Es mal representado, de manera de tan terrible, tan insultado, tan
contristado, tan entristecido, tomando lenguaje bíblico y tan blasfemado.
Si usted observa la fila carismática actual de gente ungida por el Espíritu Santo, usted no
tendría idea en absoluto de lo que el Espíritu Santo hace. Para como que, si son las
víctimas de un espíritu no santo, en lugar de un Espíritu Santo, el Espíritu Santo. El Espíritu
Santo no hace que la gente sea mundana, carnal, jactanciosa, que no rinda cuentas,
ridícula, etc., etc. El Espíritu Santo tiene un objetivo y es hacer que la gente sea santa,
santa. Entonces, si alguien dice que él o ella está ungida por el Espíritu Santo, lo que
debería manifestarse en esa persona es santidad evidente. Esa es la obra del Espíritu
Santo, esa es la razón por la que él es llamado el Espíritu Santo.
En el trihagion famoso de Isaías, él oye a los ángeles en la adoración antifonal y están
diciendo, Santo, Santo, Santo es Jehová de los Ejércitos y eso puede ser trinitario. Santo es
el Padre, Santo es el Hijo, Santo es el Espíritu. Esa es la razón por la que hay tres de ellos.
Este es el reconocimiento angélico de que la Trinidad es esencialmente santa. Y la obra del
Espíritu Santo es esencialmente producir esa santidad en seres humanos, en nosotros.
Para entender mejor eso, quiero que veamos los versículos 14 al 16 de Romanos 8, los voy
a leer y vamos a regresar a ellos en un momento. “Porque todos los que son guiados por
el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios, pues no habéis recibido el espíritu de
esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción
por el cual clamamos, “Abba Padre”. El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de
que somos hijos de Dios.”
Par de referencias ahí, el Espíritu Santo, como las ha habido en los primeros trece
versículos, porque como hemos estado diciendo esto, en la gran carta de Pablo a los
Romanos, este es el capítulo que trata con el ministerio del Espíritu Santo en la vida de los
creyentes. Pero regresemos al punto inicial de lo que hemos estado hablando. Dios Padre
es Santo, Dios Hijo es Santo, y el Espíritu es Santo. Con respecto al Padre, Levíticos 19 dice,
“Yo Jehová vuestro Dios, Soy Santo”. Y eso, por cierto, se repite docenas de veces en el
Antiguo Testamento, Dios dando testimonio de Su propia santidad. El Hijo de Dios es
considerado como Santo en Lucas capítulo 1, Él es llamado el Santo Ser. Y en el libro de
Hebreos, Él es llamado Santo y sin mancha. Y al ver al tercer miembro de la Trinidad, el
Espíritu de Dios, leemos en Romanos 1:4, que uno de sus nombres es el Espíritu de
Santidad.
Entonces, es verdad, Santo, Santo, Santo, es una confesión trinitaria. Todos son Santos,
todos los miembros de la Santa Trinidad son por naturaleza y esencia y sustancia, Santos.
Pero hay una obra en particular de Dios el Espíritu, con respecto a reproducir santidad en
los creyentes. Esa es su obra. Él opera en lo que llamamos santificación, lo cual es
separación del pecado, al transformar a creyentes en santidad. Oh, por así decirle, a la
semejanza de Jesucristo. El ministerio del Espíritu Santo no es un producto corporal, no
puede ser visto de manera visible en la manera en la que usted se mueve o tiembla o se
mueve hacia atrás, o coloca sus manos en el aire. Es una obra de alma, es una obra de
corazón.
En el Antiguo Testamento diríamos que la obra del Espíritu Santo consistía en producir
piedad. En el Nuevo Testamento diríamos que la obra del Espíritu Santo consiste en
producir semejanza a Cristo. El mensaje del Antiguo Testamento es ser como Dios, el
mensaje del Nuevo Testamento es ser como Cristo. El agente de eso es el Espíritu Santo.
Quizás el versículo que aclara de manera más singular esto es 2da de Corintios 3:18, un
versículo acerca del cual escribí un libro una vez, cuando se me pidió, “¿podrías escribir un
libro pequeño del versículo más importante para los cristianos, en el Nuevo Testamento?”
Yo dije, “Bueno, no sé si puedo hacer eso, pero podría escoger. Y escogí este, 2da
Corintios 3:18, “Por tanto nosotros, todos, mirando a cara descubierta sin obstrucciones,
sin nada que bloquee nuestra vista, mirando a cara descubierta como en un espejo la
gloria del Señor, conforme vemos al Señor, conforme vemos la gloria del Señor somos
transformados en la misma imagen de gloria en gloria, y esto es llevado a cabo por el
Señor, quien es el Espíritu.”
El Espíritu Santo nos transforma a la semejanza de Cristo conforme vemos al Señor mismo,
moviéndonos de un grado a otro, de un nivel de gloria al otro, a otro, a otro. Esa es su
obra, es la obra del Espíritu Santo. Esa es la razón por la que Él es llamado el Espíritu Santo
de manera única, o el Espíritu de Santidad, para producir santidad en nosotros. Como dije,
en el Antiguo Testamento el termino era piedad en el Nuevo Testamento es semejanza a
Cristo. En la santificación el Espíritu Santo es, los teólogos lo dirían de esta manera, el
Espíritu Santo es la causa suficiente, el Espíritu Santo es la causa eficiente, las Escrituras
son el medio instrumental que el Espíritu Santo usa.
Retrocedamos un poco y hablemos de esto, quiero que tengan el panorama general. Muy
bien, porque usted necesita entender que esta obra del Espíritu Santo es el propósito de
Dios en la redención. Esto no es parte de, esta no es una subcategoría, este es el propósito
de Dios en la redención, hacer a un pueblo que es santo, piadoso, semejante a Cristo. Ese
es el premio del supremo llamamiento. Esa es la meta de la redención. La meta no es
lograda en la justificación, únicamente es lograda en la glorificación cuando todos nos
volvemos perfectos en santidad. Y la obra del Espíritu mientras tanto consiste en hacernos
más y más santos en esta vida, hasta que alcancemos esa santidad perfecta en la vida
venidera.
Pero retrocedamos un poco y entendamos desde el principio mismo lo que Dios está
haciendo. El hombre fue creado a imagen de Dios, es el mensaje de Génesis 1 y 2, ¿no es
cierto? Génesis 1:26 y 27 Dios hizo al hombre a su imagen, a su semejanza, con un
propósito, revelar a Dios, reflejar la gloria de Dios, expresar la naturaleza de Dios,
desplegar su gloria. Capítulo 3, el hombre cae, el hombre cae y ese propósito es perdido
porque ahora usted tiene a la humanidad pecaminosa, incapaz de reflejar o expresar la
gloria de Dios. Esa es la razón por la que Romanos nos dice que todos estamos destituidos
de (¿qué?) de la gloria de Dios. Esa es una verdad universal de la humanidad caída, no
podemos hacer aquello para lo que fuimos creado a hacer. Hechos a imagen de Dios, con
el propósito de reflejar, expresar la gloria de Dios, caídos en pecado, corruptos,
distorsionados, pervertidos, no podemos hacerlo.
Y si usted ve la historia antigua, después de Adán usted ve a unas cuantas personas que
fueron rescatadas de esa condición, y quienes verdaderamente se convirtieron en
personas que podían reflejar la gloria de Dios. Enoc caminó con Dios, un día simplemente
siguió caminando y siguió caminando hasta llegar al cielo y no murió. Los hijos de Set,
quienes fueron una línea piadosa, pero hubieron tan pocas personas en esa humanidad,
distorsionada, pervertida, corrupta. Escuche esto, al grado que unas cuantas generaciones
después Dios ahogó a la raza humana entera, porque únicamente hubieron ocho personas
que podían reflejar su gloria. Únicamente ocho, de millones. Los borró. Comenzó desde el
principio. Así de profunda y caída es la corrupción.
Dios el Padre entonces, determinó a partir de esas ocho personas, restaurar la imagen
terriblemente distorsionada, terriblemente corrupta de Dios en la humanidad, al
transformar soberanamente, sobrenaturalmente y en su gracia, esos pecadores. No fue un
trabajo superficial, no fue un trabajo de apariencia, no fue algo por fuera, tenía que ser
algo en el interior. Él tenía que recrearlos para que fueran capaces de manifestar su gloria.
Pedro lo describe en palabras que son muy, muy importantes y muy claras, Pedro dice, en
2da de Pedro 1:4, “han escapado la corrupción”. Ustedes han escapado el estar
distorsionados, han escapado estar en esa condición perversa, han escapado eso al
volverse, escuche esto, participantes de la naturaleza divina. Wow! ¿Participantes de la
naturaleza divina? La naturaleza misma que es de Dios, ¿les ha dado la naturaleza misma
que es de Dios, le ha sido dada a usted en un renacimiento?
Ese es el propósito de la salvación. El propósito del plan redentor de Dios, es recuperar a
la humanidad de su incapacidad de darle gloria. El propósito de la salvación, es revertir la
caída, y hacer que los hombres sean capaces de glorificarlo a Él. Y para eso, Dios tiene que
recrearlos, tienen que volver a nacer espiritualmente. Tienen que tener una nueva
naturaleza, tienen que convertirse en nuevos hombres, todo ese es lenguaje bíblico.
Tienen que tener un nuevo nacimiento. Si alguno está en Cristo nueva criatura es, 2da
Corintios 5:17 nos dice. Esa obra entera de hacer eso, es la obra del Espíritu Santo.
Celebramos la cruz y de manera apropiada lo debemos hacer, celebramos el amor de Dios,
la grandeza de Dios, cantamos himnos de alabanza a Dios, cantamos de la cruz y de
manera apropiada debemos hacer eso, pero a la mitad de todo esto nos olvidamos que la
causa real eficiente, la fuente divina de todo lo que somos como cristianos es de hecho el
Espíritu Santo.
El plan de Dios es tomar a pecadores corruptos que no pueden glorificarlo, que no tiene
capacidad, que se quedan cortos de poder hacer eso, en quienes la imagen divina es
distorsionada, es distorsionada a tal grado, así de distorsionada esta que fuera de la
regeneración todas esas personas distorsionadas son tan inútiles para Dios, para cumplir
el propósito por el cual él hizo al hombre, que los arroja al montón de basura del universo,
el cual es un foso que está ardiendo eternamente, llamado Gehena, el cual fue el nombre
del montón de basura en Jerusalén, en donde arden para siempre porque son inútiles, sin
la posibilidad de escape alguno.
¿Cuán severa es la distorsión? Lo suficientemente severa como para arrojar a la
humanidad en el basurero como absolutamente inútil, que sea consumida eternamente.
El plan de redención es rescatar algunas de esas personas, rehacerlas, darles vida nueva,
regenerarlos, recrearlos, restaurarlos, transformarlos, colocarlos, hacer que atraviesen por
una metamorfosis espiritual y hacerlos participantes de la naturaleza divina. Esa es una
afirmación tan grandiosa, ese es el plan de Dios. Él lo inició. Ahora, cuando Dios hace eso,
¿qué es lo que una persona verdaderamente regenerada que se convierte en un
participante completo de la naturaleza divina, se ve? ¿cómo se ve? Lo voy a dar la
respuesta, en una palabra, Jesús.
Dios lo inició y Jesús lo demostró. Cuando usted ve a Jesús, usted ve la imagen perfecta de
Dios en forma humana. ¿Podía él glorificar a Dios? Juan 1:14 dice, “Vimos su gloria”. ¿Y
que gloria fue? Gloria como del Unigénito del Padre, gloria como del Unigénito del Padre.
Él desplegó a Dios como Dios nunca antes había sido desplegado. Si usted quiere ver la
obra perfecta del Espíritu Santo en un individuo, vea a Jesucristo. Recuerde lo que Jesús
dijo. Todo lo que él hizo fue la obra del Espíritu Santo en él, ¿verdad? todo. En su
condescención él cedió todas esas prerrogativas de sí mismo y se sometió a la voluntad
del Padre, y a la obra del Espíritu Santo. De tal manera que todo lo que él hizo, lo hizo por
el poder del Espíritu Santo. E inclusive, ofreciéndose a sí mismo en la muerte, inclusive
resucitando de los muertos, fue la obra del Espíritu Santo, porque él se convierte entonces
en el modelo perfecto de la obra del Espíritu Santo y el resultado final de eso es una
humanidad perfecta.
Y ¿Cómo se verá? Se verá como Jesucristo. Esa es la razón por la que dice, cuando usted va
a al cielo, usted va a tener un cuerpo en semejanza al cuerpo de la gloria Suya, y usted va
a ser como él porque usted lo verá como él es y el día que usted lo vea como él es, usted
será hecho como es él. Esa es la meta. Entonces, ¿cuál es el propósito de la redención?
Crear una humanidad que es como Cristo. No es que somos como Dios. Siempre seremos
una humanidad glorificada, pero seremos tanto como Jesucristo como la humanidad
glorificada puede ser. Seremos perfectos a la imagen de Dios en forma humana. Entonces,
Dios la inició, Jesús la demostró, y el Espíritu Santo la efectúa. Al final, es el Espíritu Santo
que nos resucita. Ya vimos eso en este capítulo. Es el Espíritu Santo quien nos resucita,
versículo 11 nos dice eso.
Entonces, Él nos resucitará a la gloria, veremos más de eso en versículos futuros aquí. Es el
Espíritu Santo quien nos resucita a la gloria, y nos hace al final como Cristo. Entonces,
seremos esa humanidad completamente restaurada, gloriosa, perfecta, justa, santa, para
siempre. Pero, mientras tanto el Espíritu Santo nos deja aquí para que podamos llevar a
cabo la obra de evangelismo, ¿verdad?, porque somos la fuente que Dios ha determinado
usar para llevar a cabo la obra de evangelismo. Pero mientras que él nos deja aquí, él tiene
que meternos en el proceso santificador. Esa es 2da de Corintios 3:18, de un nivel de
gloria al siguiente, por grado, por grado, por grado. Cuando usted va al cielo es
instantáneo, usted es inmediatamente perfeccionado.
Mientras tanto es un progreso llevado a cabo por el Espíritu Santo. El Espíritu Santo lo
comienza al darnos nacimiento, somos nacidos del Espíritu, Él nos regenera, Él es él que
nos da esa nueva vida. Él es el que nos rescata de nuestra corrupción y nuestra
perversidad y nuestra impiedad, y Él es él que nos rescata de estar distorsionados de tal
manera sin esperanza, que deberíamos terminar en el montón de basura del infierno para
siempre. Él nos rescata, nos da vida nueva, nos recrea, Él es la causa eficiente de eso, y el
medio instrumental que Él usa es las Escrituras. Somos renacidos por la verdad, somos
santificados por la verdad, esta es Su obra, y Él nos va a glorificar. Entonces Él nos
regenera, nos santifica y nos glorifica. Él es el que en un sentido entrega a Dios a esta
humanidad perfeccionada, redimida.
Ahora, ese en cierta manera es el panorama general. La obra del Espíritu entonces, es la
restauración de la imagen de Dios en el hombre, en ultimas, en la gloria de la perfección
en el cielo cuando seamos hechos como Cristo. Pero mientras tanto, en esta vida, Él está
comprometido con movernos por grado, de un nivel de gloria al siguiente, al siguiente, al
siguiente. Ahora, hay otro componente en esto, y quiero que usted lo entienda, conforme
expando esta idea un poco. Voy a regresar a esa idea y extenderla un poco. Si usted fuera
a ver el Antiguo Testamento e hiciera la pregunta, ¿qué dice de la santificación? Usted no
encontraría nada en el Antiguo Testamento que dice que la meta de la santificación es
hacerlo a usted como Cristo, porque no habían visto a Cristo, ¿verdad?
Entonces, la palabra que usted necesita usar cuando usted habla de la santificación en el
Antiguo Testamento, es piedad, piedad. El objetivo del Antiguo Testamento era tener a un
pueblo que fuera como Dios. En Levítico, por ejemplo, y ese en cierta manera es el lugar
clave para esto, comenzando en el capítulo 11, o inclusive antes, y corriendo hasta el
capítulo 20 o por ahí, unos diez capítulos, usted oye esto: “Sed santos, porque Yo Soy
Santo”, “Sed santos, porque Yo Soy Santo”, “Sed santos, porque Yo Soy Santo”, esto es
repetido y repetido y repetido. Piedad, sean como Dios. Sean Santos como Dios es Santo.
¿Cómo sucede eso? Bueno, Levítico nos da un principio critico de eso en varios lugares,
pero únicamente voy a usar dos de ellas, o uno para comenzar.
Levítico 20, y versículo 8. En el versículo 7 está esa afirmación conocida, “Sed santos,
porque Yo Jehová vuestro Dios, soy Santo”. Pero en el versículo 8 dice esto: “Guardareis
mis estatutos y los practicareis. Yo Soy Jehová, que os santifica.” ¿Entiende usted lo que
eso está diciendo? la santificación es llevada a cabo por el Señor, en un contexto de
obediencia. Tienen que conocer mis estatutos y practicarlos. Entonces, de nuevo, las
Escrituras son el medio instrumental mediante el cual el Señor santificaba a Su pueblo,
inclusive en el Antiguo Testamento. Él les dio Su Palabra, debían obedecer Su Palabra,
debían practicar lo que Él dijo, y ese es el medio mediante el cual el Señor santificaba a Su
pueblo.
En el capítulo 21, versículo 8, Él habla de lo mismo, “Seréis santos, porque Yo el Señor que
os santifica, Soy Santo.” De nuevo, quiero que sean santos, porque Yo Soy Santo. Y Yo voy
a santificarlos conforme ustedes creen y obedecen Mi Palabra. El medio instrumental de la
santificación es la Palabra. Ahora, permítame dar un paso más hacia adelante, para
profundizar. Para entender la santificación en el Antiguo Testamento, usted necesita
entender una verdad básica, y es esta, Dios se estaba esforzando en el proceso de la
santificación por la obra del Espíritu Santo, en producir una semejanza familiar en Su
pueblo, un pueblo que es como Dios. En el Sermón del Monte del Señor, él dijo esto,
capítulo 5 de Mateo, versículo 45, “Sed pues como vuestro Padre que está en los cielos. Si
perdonan a su enemigo, aquellos que los dañan, serán como Su Padre que está en los
cielos.” Esa es una perspectiva del Antiguo Testamento de la santificación. Sean como
Dios, sean como Dios.
Otro en el mismo sermón, capítulo 5, es este: “Sed pues vosotros perfectos, como vuestro
Padre que está en los cielos es perfecto.” Si perteneces a Dios, si eres un hijo de Dios,
debe haber una semejanza familiar, ¿verdad? Esa es la esencia de entender la
santificación del Antiguo Testamento. La santificación en el Antiguo Testamento es vista
como parte de una relación de pacto verdadera con Dios. Y esa relación de pacto es una
relación de familia. Han venido a la familia de Dios, y el proceso de santificación está
diseñado para hacerlo a usted más y más como su Padre. Esa es la santificación en el
Antiguo Testamento, ser como Dios, eso es la piedad. La meta es la restauración de la
imagen divina.
Ahora, lo que sucede en el Nuevo Testamento es muy importante, pero fácil de entender.
En el Nuevo Testamento el énfasis no es tanto, sean como Dios, sino ¿Qué?, sean como
Cristo. ¿Por qué? ¿es eso diferente? No. Es esto, que Cristo es la representación perfecta
de lo que un ser humano, quien es totalmente como Dios, se ve. ¿Verdad? Este es un ser
humano, completamente humano y en semejanza a Dios. Juan 1:14 de nuevo, “Y vimos Su
gloria”. Él era como Dios, Él estaba lleno de gracia y de verdad. Esa es la obra del Espíritu
Santo. Él hace a gente piadosa, gente semejante a Cristo, la santificación equivale a
piedad, equivale a semejanza a Cristo, eso es lo que es la santidad. Separación del pecado
a la piedad, a la semejanza a Cristo.
Entonces, la realidad maravillosa de una vida de Cristo, vivida aquí en la tierra es que
usted ve como se ve la piedad, de como se ve la piedad perfecta en un ser humano. Y ese
es el modelo y esa es la razón por la que el apóstol Pablo dijo, “Sed imitadores de mí, así
como yo de Cristo.” Cristo dice, ‘Síganme, Yo Soy el patrón’. Dios habló en tiempo pasado,
revelándose a Sí mismo mediante los escritores del Antiguo Testamento, pero en estos
postreros días, Hebreos 1 dice, “nos ha hablado en Su Hijo, quien es la representación
exacta de Su Persona.”
Entonces, cuando alguien me dice quiero ser piadoso, ¿cómo se ve? Yo digo, se ve
exactamente como Jesucristo. ¿Quieres ver la piedad en una forma humana? Cristo. Esa
es la razón por la que se nos dice en 2da Corintios 3:18, que veamos la gloria del Señor,
porque ese es el estándar de santidad y santificación. Y el Espíritu Santo, conforme esa
visión se vuelve clara para nosotros y domina nuestras mentes, nos moverá de un grado al
siguiente, al siguiente, al siguiente. Inclusive en esta vida. El milagro divino de la
regeneración es llevado a cabo por el Espíritu Santo. El milagro divino de la glorificación es
llevado a cabo por el Espíritu Santo. Y el milagro divino a la mitad de la santificación, es
también llevado a cabo por el Espíritu Santo y no es menos milagroso.
Lo que el Espíritu Santo hace es que nos muestra las cosas de Cristo. ¿Se acuerda usted de
lo que Jesús dijo en el Aposento Alto? ‘Él les va a mostrar las cosas de Cristo’. ¿Por qué?
porque es solo conforme usted ve a Cristo, que usted ve la representación completa de
Dios. Es solo conforme usted ve a Cristo que usted entienda la piedad, la santidad, la
santificación, y conforme usted mira esa perfección que todo lo absorbe en forma
humana, que se convierte en el modelo y el estándar al cual el Espíritu de Dios lo forma a
usted. Entonces, cuando alguien dice, “soy ungido por el Espíritu Santo”, deberían verse
mucho como Cristo. Esta es la obra del Espíritu Santo en todo creyente. La meta del
Espíritu Santo es producir hijos de Dios, que tienen un parecido familiar, que son como su
Padre, como su hermano Jesucristo quien no se avergüenza de llamarlos hermanos.
Esa es la meta de la muerte de Cristo y la resurrección. La meta de la muerte de Cristo, la
meta de la resurrección era regresar al cielo habiendo provisto una expiación suficiente y
enviar al Espíritu Santo. La meta de la muerte de Cristo, la resurrección, fue enviar al
Espíritu Santo con el propósito de regenerar, santificar y glorificar a aquellos que creen,
todo tiene que ver con la familia, y tiene que ver con parecido a la familia, de lo que
estamos hablando aquí. Y si usted regresa conmigo a Romanos 8, finalmente llegamos ahí,
usted verá que el tema principal aquí es que el Espíritu Santo está llevando a cabo la obra
de adopción. Usted tiene la referencia a hijos de Dios, en el versículo 14, usted tiene la
referencia a adopción como hijos, en el versículo 15, y usted tiene la referencia a hijos de
Dios o hijos de Dios, de nuevo en el 16. Todo esto tiene que ver con estar en la familia.
Tiene que ver con esta relación de pacto con Dios, que lo hace a usted un miembro de la
familia. Y la obra del Espíritu Santo es hacerlo que sea vea a usted como el resto de la
familia, como su Padre, y como su hermano Perfecto. Todo tiene que ver con parecido a la
familia.
No fue el menos que Juan Calvino, quien tuvo un entendimiento bastante bueno de la
teología, quien dijo, “Este regalo de ser hechos hijos, es el privilegio más elevado de la
redención. Y la obra primordial del Espíritu Santo.” Juan Calvino dijo, ‘esta es la obra
primordial del Espíritu Santo’. Lo es. ¿Puedo ser tan atrevido como para decir que
inclusive su obra de inspirar las Escrituras fue un medio de lograr Su obra de santificar y
glorificar un pueblo? Las Escrituras son un medio para alcanzar un fin y no un fin. Este es el
fin. Es el privilegio más elevado de la redención, convertirse en un hijo de Dios, y es la obra
primordial del Espíritu Santo hacer hijos de Dios al regenerarlos, glorificarlos, y a la mitad
santificarlos para que su testimonio sea creíble. Esa es la razón por la que estamos aquí.
Bueno, esta es verdad poderosa y elemental, debemos conocer esto. No solo es aquí en el
escrito de Pablo a los Romanos sino que él hace una referencia parecida a la urgencia y a
la importancia de entender esto, al final del capítulo 6 en 2da Corintios, cuando dice “Salid
de en medio de ellos y separaos, dice el Señor.” Y él está tomando eso claro de Isaías, “y
no toquéis lo inmundo y lo recibiréis y seré Padre a vosotros, y me seréis hijos e hijas para
mí, dice el Señor Todopoderoso.” Dios está haciendo una familia, Dios está redimiendo
una familia, Dios está regenerando una familia, escuche, que tendrá la capacidad de
demostrar Su gloria, por la imagen de Dios que está en ellos. Para restaurar la imagen de
Dios tenemos que ser recreados, tenemos que ser renacidos, y en eso consiste la
regeneración y el nuevo nacimiento.
Le ayudará creo, entender la naturaleza de la adopción, porque probablemente está
diciéndose a sí mismo, ‘bueno, la adopción, tu sabes’, habla de eso en el versículo 15. Pero
la adopción es una especie de asunto de segundo nivel, usted sabe, leemos en el periódico
de gente que adopta a niños y los coloca después en un avión y los envían de regreso
porque no los quieren. Y la gente dice esto todo el tiempo. Usted nunca va a saber lo que
va a obtener usted sabe, puede atravesar por todo el asunto legal y puede adoptar un
niño, pero no cambiar el corazón de un niño, entonces terminas con lo que terminas. Y
quizás no funcione muy bien y los hijos adoptivos puedan terminar siendo un desastre y
un terror en el hogar, y etc., etc., etc., porque realmente no puedes controlar lo que son
en el interior, puedes hacer todo el trabajo legal por fuera.
Usted necesita entender lo que la Biblia dice de la adopción, y es tan completo y tan
amplio que hace a un lado esas críticas y se lo voy a explicar. En el siglo primero, si usted
era adoptado, eso no lo hacía a usted un hijo de segunda clase. Eso lo hacía un hijo de
primera clase. Y esto es básico, muy bien. Con toda honestidad, cuando usted tiene bebes
en su familia, usted termina con lo que termina, ¿verdad? Usted podría ver un hijo y decir,
guau, podríamos usar un poco más de cerebro aquí, podríamos usar un poco menos de
rebelión aquí, podríamos usar un poco de paciencia aquí, pero esto es lo que tenemos.
Terminamos con esto.
Hablo lo suficiente con los padres para saber que si les hubiera dado una lista de lo que
querían podrían haber estado contentos con haber colocado ahí lo que hubieran querido,
si hubieran sabido los resultados que podrían esperar. Y esa es la razón por la que, de
hecho, la gente que va a esos bancos y compran esperma, quieren una especie de perfil
genético, porque quieren dirigir el tipo de niño que van a tener y en cierta manera quieren
administrar eso. Pero, digo, la realidad es que usted termina con lo que termina, y eso
está bien porque usted entiende eso, usted ama a esos hijos.
Pero en el mundo antiguo si usted adoptaba a alguien, usted estaba adoptando a un hijo
en la mayoría de los casos. No era rescatar a niños de la calle, no adoptaban a niños de la
calle como una operación de rescate. Usted adoptaba a un hijo porque usted encontraba
a alguien que excedía en capacidad a los que usted tenia. Esto es un asunto de primera
clase. Un hijo adoptivo era escogido deliberadamente por un padre que adoptaba para
perpetuar su nombre y heredar su patrimonio. Así es como usted podría tratar con un
delincuente. Usted simplemente adoptaba a un joven noble para que se convirtiera en su
hijo, de ninguna manera ese hijo que era adoptado era inferior.
En ocasiones podría haber sido una hija, pero en la mayoría de los casos era un hijo, pero
era a los que se les pasaba el patrimonio, y la responsabilidad. Esto era típico, usted
escogía este hijo debido a su capacidad superior de representar a la familia para
administrar el futuro de la familia y heredar el patrimonio de la familia. Este hijo que era
adoptado bien pudo haber sido la manzana del ojo de su padre, el gozo del corazón de su
padre, él pudo haber recibido lo mejor del afecto del padre y educación, más que un hijo
que había nacido en la familia. E inclusive pudo haber demostrado la virtud de su padre, y
la preparación de su padre de manera más perfecta que los demás.
El punto entero del retrato es para decir esto, han sido adoptados, esa es una elección
divina. No porque antes de que usted fuera adoptado usted era tan noble que Dios no
podía continuar manteniendo su reino en movimiento sin usted. Por elección soberana,
divina, Dios lo prefirió a usted y me prefirió a mí. Elección libre, voluntaria. Es algo
sorprendente. Permítame decirle cómo funcionaba. Una adopción romana era un evento
muy formal, un acontecimiento muy formal. Era difícil porque en la ley romana existía esta
regla llamada ‘patria potesta’, es el poder del padre, eso es latín. Y el poder del padre
significaba que él tenía poder absoluto sobre la familia, él tenía derecho absoluto de hacer
lo que quisiera con sus hijos, las primeras etapas del Imperio Romano, matar a sus hijos si
él quería. Control absoluto sobre ellos.
Con respecto a un hijo romano, él nunca llegaba a la edad adulta, en el sentido de que él
nunca tenia independencia alguna del poder de su padre. No importa la edad que tuviera,
no importa si él estaba casado, él siempre estaba bajo el poder absoluto de su padre. Si
usted era un hijo o hija, usted estaba bajo el control absoluto, bajo la posesión absoluta
de su padre. Esto hacía de la adopción algo muy difícil, porque si usted encontraba un hijo
que usted quería usted lo quería porque podía usarlo en su negocio, en su patrimonio, en
su familia, para el bienestar del futuro de su familia. ¿Cómo es que usted va a hacer que el
otro padre lo dejara ir?, si él es un hijo con la suficiente nobleza para usted, al grado que
lo quiere tanto, ¿cómo es que va a suceder eso?
Bueno, algunas negociaciones estaban involucradas en eso, él tenía que salir de la patria
potestas del hombre a quien le había nacido, y pasar a la patria potestas del padre que lo
adoptaba. Dos pasos, interesante. Paso número uno era llamado ‘mancipatio’ de lo cual
obtenemos ‘emancipación’. Mancipatio era llevado a cabo mediante una venta simbólica,
una venta simbólica de hecho en la que las balanzas, la báscula y pedazos de cobres eran
usados y tres veces una pequeña ceremonia se llevaba a cabo. Tres veces había una venta
simbólica, aquí está el niño, y el dinero era colocado en la báscula. La primera vez el padre
entonces lo tomaba de regreso y decía, No, no. Y él lo volvía a hacer. Y el dinero era
colocado en una báscula y él lo tomaba de regreso. Y esto era para demostrar que se
rehusaba, y comunicaba que el no solo estaba aventando a este hijo, a este niño. No
obstante, la tercera vez él no lo tomaba de regreso, y él era emancipado de la patria
potestas de su padre de nacimiento.
Después seguía una ceremonia llamada ‘vindicatio’. El padre que adoptaba iba al oficial
romano, magistrado, presentaba un caso legal para la transferencia del hijo, de una
familia a la otra. Cuando todo estaba completo, la adopción estaba completa. Muy formal.
Ahora, esto era lo que pasaba. Esto es importante, cuatro cosas muy importantes se
llevaban a cabo. Una: la persona que era adoptaba, perdía todos los derechos de su
familia anterior. No tenía derechos, no tenía existencia en esa familia anterior, y él ganaba
todos los derechos de su familia nueva. No podía regresar y tratar de obtener algo de su
familia anterior. Todo era completamente cortado del pasado, y él tenía todos los
derechos de un hijo totalmente legitimo en su familia nueva.
En segundo lugar, él se convertía en heredero del patrimonio de su padre nuevo. Él se
convertía en heredero del patrimonio de su padre nuevo. Esta era la razón por la que esto
era realizado. Y cuando él se convertía en un heredero del patrimonio de su padre nuevo,
inclusive después, si otros hijos nacían no podían reclamar en contra de esto porque eran
hijos naturales. No afectaban los derechos del hijo que era adoptado.
En tercer lugar, la vida antigua de la persona que era adoptada, escuche esto, era
completamente borrada. Era como si nunca hubiera vivido, todas sus deudas eran
canceladas ahí mismo. Todos sus registros eran borrados, eran como si hubiera nacido el
día en el que había sido adoptado, todo lo demás dejaba de existir. Él era como una nueva
persona que acababa de comenzar su vida.
Y, en cuarto lugar, a los ojos de la ley la persona que era adoptada era de manera
permanente y absoluta el hijo de su padre nuevo. ¿Le suena eso, mucho como la
salvación, a usted? Eso es exactamente lo que está retratando, ese concepto de adopción.
Todos nuestros derechos de nuestra familia anterior y nuestro padre anterior, el diablo,
son cancelados. Adquirimos todos los derechos, hijos totalmente legítimos a nuestra
nueva familia. Herederos de Cristo, co-herederos con Cristo de todo lo que el Padre posee.
Somos los herederos de Su patrimonio. Todo lo de nuestra vida antigua es borrado,
¿verdad? ¿Acaso la deuda que era contra nosotros, no fue cancelada en la cruz? Y, ¿acaso
no somos los hijos verdaderos, eternamente los hijos verdaderos de nuestro Padre nuevo?
Esto es sorprendentemente hermoso.
Y si usted todavía está un poco molesto por el hecho de que esto parece ser algo
superficial, permítame ayudarle con eso. Usted puede adoptar un hijo, pero usted tiene
que reconocer que cuando usted adopta un hijo, usted no puede cambiar su naturaleza,
esa es la naturaleza del hijo. Y vemos ese tipo de problema todo el tiempo. Bueno,
adoptamos este hijo pensando que era el mejor, y este hijo es incorregible, este hijo es
rebelde, y este hijo está enojado y este hijo, usted, y meta las letras ADD, ADHD, bipolar,
psicótico. Y usted, pasó por todo el asunto para poder cumplir con el aspecto legal de
esto, pero usted no pudo cambiar el corazón. Ahí es donde la obra bíblica del Espíritu de
Dios es tan diferente de la adopción.
Escuche, nos convertimos en hijos por adopción, pero también nos convertimos en hijos
por la regeneración. La adopción nos da el nombre, y el título, y los derechos. La
regeneración nos da la naturaleza de nuestra nueva familia. Los genes espirituales de
nuestra familia nueva. El énfasis en la adopción es para mostrar que fuimos escogidos, y
es la analogía de que todo el pasado es cancelado, es como si hubiéramos nacido de
nuevo y apenas comenzáramos a vivir. Esa es la razón por la que la adopción es algo tan
importante, porque habla de selección, elección, decisión. Y después habla de cancelar
todo en el pasado, y una familia nueva. Pero no a expensas de la regeneración. La
adopción confiere el nombre y el titulo, la regeneración confiere la naturaleza. En otras
palabras, ahora nos hemos convertido no solo en hijos adoptivos, sino en participantes de
la naturaleza divina. Es algo sorprendente y el Espíritu Santo está haciendo todo esto,
todo esto.
Ahora, veamos estos tres versículos. Usted sabe adónde vamos a ir con esto. Entonces,
está bien ¿cómo es que el Espíritu Santo demuestra esta adopción? Uno, al guiarnos.
“Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son los hijos de Dios”. O
volteándolo, el que es un hijo de Dios está siendo guiado por el Espíritu Santo. La primera
marca de hijos adoptivos, es que son guiados por el Espíritu Santo, son guiados por el
Espíritu Santo, son dirigidos por el Espíritu Santo, sus vidas son controladas por el Espíritu
Santo. Se nos presenta esta realidad maravillosa de que el Espíritu Santo ha establecido Su
residencia en nuestras vidas e internamente nos está dirigiendo. Él no guía mediante
violencia. Escuche, Él no guía mediante violencia, Él guía por inclinación. Él genera en
nosotros ‘inclinación’. Inclinando, cambiando nuestra voluntad, cambiando nuestros
deseos, cambiando nuestros anhelos, cambiando nuestros afectos, cambiando nuestros
intereses. Esto es milagroso, y esto es parte de lo que significa ser participantes de la
naturaleza divina. Amamos lo que la naturaleza divina ama. De pronto, repentinamente
amamos la ley de Dios, Pablo dice en Romanos 7. Nos deleitamos en la ley de Dios, Salmo
119, ciento setenta y cinco veces David lo dice. Esto es la obra del Espíritu Santo.
¿Cómo nos guía Él? de dos maneras. Externamente, por las Escrituras. Externamente, por
las Escrituras, Salmo 119:18, “Abre mis ojos y miraré las maravillas de tu ley.” Muéstrame
la verdad de las Escrituras. Externamente por las Escrituras. Internamente por la
santificación. Esas dos maneras, externamente Escrituras e internamente, santificación.
¿Qué quieres decir que el Espíritu agita el corazón? No sé, esa es la categoría de milagros,
¿verdad? Eso es lo milagroso, usted es un milagro viviente. No fue nada más un milagro
que usted fue salvo, es un milagro que usted está siendo santificado. Y es un milagro
cuando usted sea glorificado. Usted conoce el milagro de la glorificación. Usted sabe que
cuando usted se vaya de aquí y vaya al cielo, y usted reciba un cuerpo glorificado y usted
esté en la presencia del Señor, nadie va a discutir contra ese milagro.
Y entendemos el milagro de la regeneración, pero el milagro de la santificación es
igualmente milagroso porque usted está siendo movido de un nivel de gloria al siguiente,
al siguiente, al siguiente por el Espíritu Santo. Externamente su medio instrumental son las
Escrituras, internamente Él lleva a cabo Su obra para santificarlo a usted. Esa es la razón
por la que David ora en el Salmo 143:10, “Enséñame a hacer tu voluntad”, enséñame a
hacer tu voluntad, sé mi Maestro interno. O el Salmo 119:35, “Hazme ir por el camino de
tus mandamientos”. Hazme ir por ese camino. Y eso es lo que el Espíritu Santo hace. O el
Salmo 119 “Ordena mis pasos en Tu Palabra”. Llévame por ese camino. Esa es la obra
interna del Espíritu Santo, cuyo templo somos. Los tiempos verbales, ‘estamos siendo
guiados’, es todo el tiempo, todo el tiempo, todo el tiempo, constante. Ser guiados por el
Espíritu Santo no es un momento de éxtasis, no es algún tipo de momento de emociones,
es un estilo de vida, es una manera de vivir. Es un milagro invisible, conformándolo a
usted más y más a la semejanza a Cristo, al inclinar su voluntad y sus deseos en esa
dirección.
La segunda cosa que el Espíritu Santo hace es darle a usted, acceso intimo a Dios.
Versículo 15, “No habéis recibido el espíritu de esclavitud para que estéis otra vez en
temor”. Cuando usted era una persona no-regenerada, cuando la imagen de Dios estaba
tan distorsionada que usted estaba condenado al montón de basura del universo, el
montón de basura de la eternidad en el infierno, usted vivía en temor, usted vivía en
terror. Usted vivía en la expectativa del juicio, usted estaba en la esclavitud al pecado, por
lo tanto, estaba en la esclavitud a la culpabilidad, ansiedad, temor, juicio, así vivía usted.
Lo que sucedió cuando usted fue regenerado y el Espíritu comenzó una obra de
santificación, es esto, usted recibió un espíritu de adopción, o quizás mejor el Espíritu de
adopción, lo cual algunos teólogos dicen es el nombre supremo para el Espíritu Santo. Si
usted quisiera tomar el nombre de todos los nombres que darle al Espíritu Santo, Él
debería ser llamado el Espíritu de adopción porque es Su obra de traernos a la familia y
conformarnos al parecido de la familia, que domina lo que Dios le ha dado que él haga. Lo
que el Padre le ha dado que haga.
Tenemos en, por el Espíritu Santo, usted no puede decidir si está hablando del Espíritu
Santo o si está hablando del espíritu humano. Puede ser cualquiera de los dos, pero me
gusta pensar en que son ambos, es el Espíritu de adopción quien nos da un espíritu de
adopción, capacitándonos para clamar Abba Padre. Usted no nada más entró corriendo a
la presencia de un Dios infinitamente santo y le dice ‘Papá’. Eso es lo que ‘Abba’ significa,
‘papá’. ¿Ese tipo de intimidad con Dios? Eso sacudiría a los judíos hasta lo más profundo
de su ser. ¿Qué? Dios es distante y santo, y aquí viene esta persona corriendo, ‘Papá,
papá, Abba Padre. No hay temor, ¿verdad? No hay temor.’ Usted tiene acceso íntimo. Uno
de los grandes gozos, el gran gozo, me imagino en ciertas maneras de ser un abuelo, es
ese afecto sorprendente, sin estorbos, sin refreno que viene de los nietos. Algunas
personas creen que soy una persona importante, ellos no. Algunas personas creen que es
difícil conocerme, ellos no. Algunas personas creen que en cierta manera deben guardar
su distancia, ellos no.
¿Hay algo más preciado que los niños pequeños corriendo y abriendo sus brazos y
abrazándolo a usted como a un padre o abuelo, en esos tiempos básicamente de afectos
ilimitados, sin estorbos, sin cuestionamientos? Papá, viene volando hacia mí de toda
dirección. Y eso es exactamente lo que tenemos aquí. Hay un sentido en el que
simplemente entramos corriendo sin temor a la presencia de Dios, porque el Espíritu
Santo nos ha hecho hijos por nacimiento, e hijos por adopción, con acceso completo al
Padre.
Hay un tercer ministerio del Espíritu Santo en esta obra de ser hechos hijos, y esa es no
solo que Él nos está guiando y no está dando acceso íntimo, sino que Él nos está dando
certeza. Él nos da certeza. Versículo 16, “El Espíritu Santo mismo, da testimonio a nuestro
espíritu de que somos hijos de Dios.” Él da testimonio a nuestro espíritu de que somos
hijos de Dios. El Espíritu Santo viene a nosotros, establece residencia en nosotros y
confirma a nuestros corazones que pertenecemos a Dios. Permítame decirle de donde
viene esto. En el proceso de adopción en la Roma antigua, siete testigos tenían que estar
ahí, siete testigos. Siete testigos oculares de la transacción en su totalidad. ¿Por qué?
Bueno, lo que sucede cuando el padre se muere, y todos los hijos nacidos resienten al hijo
que fue adoptado, quien es el heredero. Va a haber una batalla. Entonces los hijos que
nacen al padre van a decir, ‘él no es legítimo, él está haciendo una afirmación ilegitima’. Y
en algún lugar van a haber siete personas que fueron testigos oculares, de esta
transacción tan legal, que pueden afirmar la veracidad de la legitimidad de eso. No
necesitamos siete, únicamente necesitamos uno, el Espíritu Santo que nos ha sellado para
el día de la redención, lo cual significa que estamos protegidos hasta el dia de la
redención. Nadie jamás puede tomar nuestra herencia, está reservada y apartada para
nosotros, como dice Pedro, ¿verdad? “incontaminada, y guardada en el cielo para
vosotros”.
El Espíritu Santo es el sello, el Espíritu Santo es el ‘arrabón’, el anillo de compromiso, la
garantía, y el Espíritu Santo es las primicias. En otras palabras, la garantía de la herencia
completa. Eso es lo que el versículo 16 está diciendo, “Él testifica con nosotros que somos
hijos de Dios”. Él da testimonio junto con nuestro espíritu. Hay una confianza interna de
que todo está bien. Esto en una palabra es llamado ‘esperanza’. Tenemos una esperanza
fuerte. ¿No es cierto? Y esa es la obra del Espíritu Santo, darnos esa esperanza fuerte.
Yo no vivo en temor diario de que quizás no llegue al cielo. Nunca entrará en mi mente.
¿Por qué? porque el testimonio interno del Espíritu Santo me da esperanza, me da
esperanza. Si usted fuera un hijo que saliera de las calles o de una familia muy difícil,
abusiva, que está pereciendo, lo que usted querría seria que alguien lo guiara a usted por
el camino correcto. Alguien que quitara todo el temor de su vida, toda la ansiedad de su
vida, y que tuviera todo recursos que jamás habría esperado usted, que jamás necesitara y
muchos más. Alguien que le asegurara a usted de un futuro. Si usted tan solo pudiera
encontrar alguien así, eso lo haría un hijo adoptivo feliz. Bueno, eso es lo que usted tiene y
más, porque Dios le promete a usted, y no solo lo toma a usted por adopción, sino que lo
que cambia es su naturaleza, y después comienza a hacer que usted se vea como el Padre
y el hermano Cristo, mismo. Esta es la obra bendita del Espíritu Santo. Nada menos le da a
Él la honra que Él merece, que entender esto.
Padre, hemos sido bendecidos esta mañana en tantas maneras. Conocernos unos a otros,
y tener comunión unos con otros, y cantar juntos y escuchar la belleza de música tan
gloriosa, y ahora estar expuestos a estas verdades tan profundas y maravillosas que nos
hablan de nosotros. ¡Cuán bendecidos somos! Cuan bendecidos de manera inimaginable
somos y todo es por gracia. Te damos gracias. Bendecimos tu nombre, y oramos,
“Enséñame oh Señor a hacer tu voluntad”, junto con David. Inclíname en esa dirección, oh
Espíritu Santo, inclíname mi corazón por ese camino. Controla mis afectos, mis deseos,
mis anhelos, muéveme de un nivel de gloria al siguiente, al siguiente, para que pueda
reflejar la gloria de Dios en una imagen de Dios restaurada mediante la obra de la
regeneración hasta el día de la glorificación.
Gracias por un llamado tan elevado, y un regalo tan sorprendente. No solo nos has dado a
Cristo, Padre, sino que nos has dado el Espíritu para hacernos un milagro viviente y
creciente y que está progresando. Que siempre estemos agradecidos contigo, oh bendito
Espíritu Santo, por esta obra. Gracias por vivir en nosotros, y llevar a cabo esto. Somos
indignos, reconocemos eso, pero estamos profundamente agradecidos. Y que sea que la
obra que tú estás haciendo, se manifieste a aquellos que nos rodean para que puedan
vernos y ver a Cristo. Y oramos en Su nombre. Amén.
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John MacArthur
Abra en Juan 13 su Biblia y en esta mañana vamos a ver Juan 13; 14; 15 y 16. Algunos de
usted están diciendo: “Seguro que sí.” Pero lo vamos a hacer, y esto va a ser un panorama.
Tengo una idea para un libro que en cierta manera está naciendo en mi mente, de este
tema en particular, entonces en cierta manera voy a experimentar con usted y voy a ver
qué tipo de reacción recibo.
He titulado este estudio en esta mañana, “El legado de Jesús.” “El legado de Jesús.” Sé que
todos nosotros en un punto u otro hemos recibido una herencia, o hemos pensado mucho
en recibir una. Y quizás inclusive hemos orado mucho por recibir una, pero eso es algo
muy, muy familiar para la experiencia humana. Y aunque quizás no lo haya entendido,
todos nosotros en un sentido u otro hemos recibido legados de cierto tipo, si no es una
gran cantidad de dinero o algún objeto de valor que nos he dejado, hay simplemente,
están esos artículos de las vidas de personas que son muy queridas para nosotros. Mi
madre por ejemplo tiene cosas de su madre que son muy preciadas para ella, que le dejó
su madre al morir.
Hay personas, cuyos hijos dejan el hogar, se casan y se mudan y de pronto todas las
pequeñas cosas que eran de ese hijo se vuelven significativas, de manera especial. Y todos
nosotros sabemos lo que es tener un legado, que algo se nos deje. Y eso es precisamente
lo que está en el corazón de Jesús en Juan 13 al 16. Su ministerio entre los hombres se
acabó en el capítulo 12. Él ahora pasa el capítulo 13; 14; 15 y 16 con sus discípulos, todo
ocurre en un breve período de horas, en un lugar en el Aposento Alto. Y todo ocurre en la
noche antes de su crucifixión. Y apenas antes de que Él muera, Él les da a los discípulos, y
como consecuencia a todos nosotros a lo largo de la historia, su último testamento.
Él dice: Esto es lo que les estoy dejando. Y yo lo llamo, el legado del cristiano. Esta es
nuestra herencia en Cristo. Si alguien me pregunta: ¿qué es como cristiano que tú posees
que yo no tengo? Y yo digo, poseo todo lo que Jesús dio en Juan 13 al 16. Y le digo que si
usted me fuera a acorralar y me dijera ¿cuál es tu Escritura favorita? Tendría dificultades
en decir algo fuera de Juan 13 al 16. No hay nada que yo haga, realmente, Jesús no pide
algo de sus discípulos en particular, hay algunas exhortaciones en cierta manera
esparcidas en el proceso, pero básicamente todo este texto es: Esto es lo que les estoy
dejando. Esto es lo que les ofrezco. Esto es lo que les doy.
Y yo creo que esto, a su vez, es lo que podemos ofrecerles a personas que no conocen aun
a Cristo, y decirles: Aquí hay una buena razón para venir a Cristo. Oye, escucha Su legado.
Estas son mis posesiones más atesoradas. En este mundo entero, realmente, si lo pienso
considerar y pienso en lo que vale la pena en mi vida, tendría que decir que esto es lo más
preciado que poseo en este mundo, y está registrado aquí en este pasaje. Todas estas
cosas que me pertenecen, porque son regalos de Jesús para mí. No poseo nada
materialmente que signifique algo para mí. Estas cosas significan algo para mí. Y sé que
también para usted.
Expliquemos la escena un poco. Conforme vemos la situación, Jesús está a punto de morir.
Él ha anunciado Su muerte a ellos en varias maneras diferentes, particularmente en el
capítulo 2, en el versículo 24, cuando Él habló que la semilla caía al suelo y moría, e iba a
producir fruto, y Él les ha dicho que Él va a morir. En Juan 11 Él dijo que Él iba a morir, de
hecho, Él dijo: Tengo que ir a Jerusalén, entonces, han habido varias ocasiones en las que
en cierta manera les ha presentado esa verdad. Pero ahora Él realmente lo explica.
Juan 13:31, veamos este texto para comenzar. “Por tanto, cuando él salió, Jesús dijo:
Ahora, el Hijo del hombre es glorificado y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en
él, Dios también se glorificará en él, y a su vez lo glorificará.” Ahora, si usted quiere
entender eso va a tener que conseguir la cinta que producimos hace mucho tiempo de
eso, no quiero entrar en eso y desarrollarlo, simplemente resumirlo al decir esto, Jesús
dijo: Es ahora el momento que sea glorificado y que el Padre sea glorificado. Y lo que Él
quiso decir con eso fue su muerte y resurrección y regreso al Padre.
En Juan 17 Él dice: “Padre, te he glorificado en la tierra, ahora glorifícame contigo con la
gloria que tuve antes que el mundo comenzara. La gran culminación de glorificar a Dios
ocurrió en la cruz, la resurrección y la ascensión. Y Jesús dijo: Es ahora el momento de eso.
Versículo 33, “Hijitos, un poco más y estaré con vosotros, y no estaré aquí por mucho
tiempo.” Y Él no lo estuvo. “Me buscaréis,” y como le dije a los judíos, y Él dijo esto a ellos
antes, “adónde yo voy vosotros no podéis venir. Entonces, ahora os digo,” Él dice, “me
voy, y me voy en poco tiempo. Y ustedes me buscarán, pero no me hallarán. Y no pueden
venir adónde voy.”
Ahora, que imagina usted que fue la reacción de los discípulos, durante tres años lo único
que habían conocido fue la presencia de Jesucristo. Durante tres años Él había sido todo
en el mundo de ellos, cuando necesitaban que sus impuestos sean pagados Él consiguió
un pez y sacó sus impuestos de su boca. Esa es una idea agradable. Cuándo necesitaron
alimento, Él lo creo. Cuándo necesitaron verdad, Él la enseñó. Cuando necesitaron
consuelo, Él lo dio.
Cuándo necesitaron reprensión, la recibieron. No habían conocido nada más que la
provisión y el sustento y la presencia de Jesús, y se habían apoyado tanto en Él que, si se
iba a ir, ellos se iban a quedar a la deriva. ¿Qué vamos a hacer? No puedes hablar en serio.
Pedro en una ocasión inclusive le dijo: “Señor, nunca te suceda esto. Que no pase.”
¿Cómo respondieron? Observe el versículo 36 del mismo capítulo, Juan 13. Simón Pedro le
dijo: Señor, ¿adónde vas? bueno, ¿adónde vas Señor? Jesús dijo: Adónde yo voy no me
puedes seguir. Pedro realmente no quería saber adónde iba, él quería saber cómo podía
llegar ahí.
Entonces, Jesús no respondió la pregunta que él hizo, Él respondió la pregunta que estaba
en su mente. “No puedes venir Pedro, pero lo harás más tarde.” Pedro dijo: “Señor, ¿Por
qué no puedo venir?” Se oye como uno de mis hijos. “¿Cómo que no puedo venir? Yo
moriré por ti. Digo, si vas a morir e irte, entonces yo moriré e iré contigo.” Me gusta su
espíritu. Apunta a la verdad de que él no podía concebir la existencia separado de
Jesucristo. ¿Lo ve? Para él ni siquiera sería vivir.
Observe el versículo 1 del capítulo 14. La expresión en griego aquí es esta. Dejen de dejar
que su corazón esté afligido. Jesús les anunció que se iba y ellos se desmoronaron y Jesús
les dice: “Oigan, deténganse. Dejen de dejar que su corazón esté turbado.” Observe el
versículo 5: Tomás, le dijo Señor, no sabemos adónde vas, y no conocemos el camino. Nos
vas a dejar y no sabemos adónde llegar, en dónde tú vas a estar. Observe el versículo 27;
Juan 14, al final del versículo, de nuevo Él dice: “Dejen de dejar que su corazón esté
turbado, ni se atemorice.” Estaban en una ansiedad tremenda, y temor. Jesús era todo
para ellos, Su presencia misma era su seguridad. Y estaban turbados, y tenían miedo.
Observe Juan 16, versículo 6: Y esto simplemente, de nuevo los ayuda a entender su
emoción en ese momento. Juan 16:6. Bueno, vea el versículo 5, “Pero ahora me voy a
aquel que me envió. Voy de regreso al Padre, y ninguno de vosotros preguntáis adónde
vas, pero debido a que he dicho estas cosas a vosotros, la tristeza ha llenado vuestros
corazones. Nadie realmente preguntó adónde iba, ellos simplemente le preguntaron la
manera de llegar ahí. Y Jesús dice: “Su actitud es de tristeza, ha llenado su corazón. Y la
palabra, la hemos visto antes en nuestro estudio, el llenar significa dominado.
Estaban llorando, estoy seguro, estaban sollozando en el interior, nunca podían concebir
una vida sin Cristo, no había manera en la que pudieran identificarse con eso. Usted
piensa cuando está quebrantado de corazón, cuando usted pierde a un ser querido. Ni
siquiera podría comenzar a concebir como sería vivir en la presencia del Hijo de Dios
perfecto sin pecado, y sin mancha, con todo su amor y empatía increíbles y perfección, en
toda relación humana posible después entender que Él se iría. Y usted no sabe en dónde
estaría y cómo llegaría usted ahí. Y tenían miedo. Y Jesús, en lugar de preocuparse por su
propia muerte, lo cual estaba a punto de venir en cuestión de horas, siempre mostrando
empatía perfecta, estaba mucho más preocupado con ellos, por ellos, de lo que Él estaba
por sí mismo.
Y entonces Él pasó Juan 13; 14; 15, y 16 para decirles lo que Él les iba a dejar. “Sé que me
voy, pero esto es lo que quiero dejarles.” Y cuando todo se haya dicho y hecho, su punto
es, es mejor que yo me vaya porque si no me voy no pueden tener estas cosas. Y la idea es
que cuando Él termine, ellos van a estar diciendo: Señor entendemos, es mejor para
nosotros que te vayas, es mejor que te vayas.
Ahora, ¿qué es lo que les dejó? ¿Qué cosas les dejó Jesús como un legado a sus discípulos
y a todos los que confían en Él? Encontré diez de ellas, y vamos a tomar las primeras cinco
esta mañana y vamos a terminar la próxima vez. Número uno, la primera cosa que Jesús
dejó fue la prueba de su amor. La prueba de su amor. Creo que una cosa es que alguien le
diga a usted que lo ama, otra cosa es que ellos lo prueben, ¿no estará de acuerdo con
eso?
Me acuerdo cuando era un niño pequeño la primera cosa que aprendí como un niño que
iba a la escuela dominical, era como un ratón de iglesia, estaba ahí toda mi vida, pero lo
primero que aprendí, la primera cosa que usted aprende, Jesús me ama esto se, porque la
Biblia dice así. Primer versículo que aprendí, “Porque de tal manera,” ¿qué? “amó Dios al
mundo.” Y ese es el mensaje básico, pero, sabe una cosa, si yo hubiera estado ahí con
Jesús y él hubiera dicho por tres años: “Te amo,” y después él dijera me voy, yo podría
haberme dicho: Si él me ama, cómo puede hacerlo, ¿verdad? Porque él sabe cómo me
siento.
Sería como si usted se enamorara de alguien y su amor hacia esa persona fuera
absolutamente el amor perfecto y un día la persona le dijera: “Tú sabes, yo te amo
verdaderamente, te amo de manera absoluta, te amo sin reservas, pero me voy y nunca
más te volveré a ver.” Eso sería algo difícil de enfrentar, porque eso es esencialmente lo
que pasó.
Entonces, los discípulos estaban ahí, ¿realmente nos amaba? ¿realmente nos amaba? Y
Jesús quería asegurarse de que ellos supieran que Él los amaba. Y entonces él les dio
prueba de su amor. Vea Juan 13, hermoso. Y cuando viniera a mi mente para cuestionar si
Dios me ama, y tengo esa pregunta, porque no soy la persona más digna de amor, cuando
ese tipo de pregunta entrara a mi mente, inmediatamente regresaría a Juan 13, a esta
gran verdad.
Ahora, observe el versículo 1: “Ahora, antes de la fiesta de la Pascua, cuando Jesús sabía
que su hora había venido, que él debía dejar este mundo para ir al Padre,” es momento de
que Él se vaya, “habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, él los amo hasta la
perfección.” Era tiempo de irse, entonces, sabe lo que Él quería mostrarles, que, amor.
Miren, tengo que convencerlos, entonces los amo al límite.
Él derramó Su amor en esas últimas horas, ¿cómo? el versículo 2 nos dice cómo.
“Habiendo comenzado la cena.” Algunas de sus Biblias podrían decir habiendo terminado.
No, el griego dice: “La cena habiendo comenzado.” Acababan de empezar a comer y
después hay una pequeña afirmación, o más de Judas. Vamos a saltarnos al versículo 4, Él
se levanta de la cena, hizo a un lado su atuendo, tomó una toalla y se ciñó, colocó agua en
un contenedor, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a limpiarlos con la toalla con
la que se había ceñido.
Ahora, entienda lo que está pasando, los discípulos están todos comiendo porque están
tan apresurados por comer y porque todos están discutiendo, están discutiendo acerca de
quien va a ser el más grande en el reino, y debido a ese tipo de argumento, y la ausencia
de un siervo que normalmente haría esto, nadie se molestó por lavar los pies. Y claro, eso
proveyó la oportunidad perfecta para el Señor. Él se quita Su prenda exterior, colocó una
toalla alrededor de Su cintura, encima de Su prenda interior y empezó a lavar los pies de
ellos. Y claro, Él llega a Pedro, y Pedro dice: Señor, ¿vas a lavar mis pies? No puedo
concebir esto, eres Dios. ¿Qué estás haciendo?
Jesús dijo: Lo que yo hago no lo entiendes, pero lo entenderás después. Lo que él quiso
decir con eso fue: “No entiendes el acto total de humillación. No entiendes lo que estoy
tratando de mostrarte. Lo que estoy tratando de mostrarte es que te amo, Pedro. Y es en
parte ahora, y va a ser parte un poco después que lo vas a saber. Vas a saberlo ahora, a
partir de que estoy lavándote los pies. Y lo vas a saber un poco después a partir de mi
muerte. Vas a saber que te amo.” Pedro dice: “Nunca lavarás mis pies. No lo voy a
permitir.” Jesús dijo: “Si no te lavo, no vas a tener parte conmigo.” Y él le dice: “Señor, no
solo mis pies, sino mis manos y mi cabeza. Dame un baño, Señor,” en esas condiciones.
Ahora, observe el versículo 13, “Vosotros me llamáis maestro y Señor, bien decís porque
lo soy. Y si soy su Señor y maestro, y he lavados sus pies, ciertamente deberían lavarse los
pies los unos de los otros, porque os he dado ejemplo para que hagáis como os he hecho.
De cierto, de cierto os digo, el siervo no es mayor que el Señor, ni el que es enviado mayor
que el que lo envió. Si sabéis estas cosas, bienaventurados sois si las hacéis.” Ahora, Jesús
dijo: Les doy un patrón, les doy un modelo, les doy un ejemplo de amor, lavé sus pies.
Inmediatamente después de esto hay un interludio con Judas, muy triste, y es seguido por
el versículo 34, y Jesús regresa a la idea de lavar los pies. Obsérvelo, versículo 34: “Un
nuevo mandamiento os doy, que os améis unos a otros, como yo os he amado, que
también os améis unos a otros. Ahora escúcheme, Jesús dice: “Los he amado.” Dice usted:
¿cómo nos amaste? al hacer, ¿qué? al lavar sus pies. Como puede ver el versículo 1, los
amó a la perfección, los amó al límite. Está bien que lo sienta, pero, ¿cómo lo demuestra
él? Lo demuestra al lavarles los pies.
Y después él dice: “Miren, así cómo les mostré mi amor hacia ustedes, así es como espero
que ustedes se muestren el amor unos a otros mediante servicio humilde, al inclinarse al
lugar de la mansedumbre. Los amo.” Si Jesús estuviera aquí, Él no tendría mayor gozo que
lavar los pies de ustedes. ¿Sabe usted eso? Y yo sería como Pedro. Si el Señor viniera y
comenzara a lavarme los pies, yo diría: “Señor, levántate. Esto nunca pasará.” Pero como
puede ver él está diciendo, te amo, pero él tiene que hacer más que decirlo para
convencer a estos hombres con los corazones quebrantados.
Entonces, Él lo prueba al hacer algo que verdaderamente es un acto de amor. Y lo que es
tan hermoso acerca de esto es que, entrelazado en el capítulo 13 es el trasfondo de Judas,
Él inclusive lo amó a él. Él inclusive lavó sus pies, Él ama. Pero hay más. Observe Juan 15.
La prueba de amor dada en esta última noche no solo termina ahí. Juan 15:2, Él regresa al
mismo tema. Recuerde, todo esto es en cuestión de tan solo unas pocas horas en la
misma noche, entonces la conversación entera simplemente se entrelaza.
Estas cosas os he hablado para que mi gozo permanezca en vosotros, y para que vuestro
gozo sea cumplido. Ahora escuche. Este es mi mandamiento: “Que os améis unos a otros,
así como yo os he amado.” Ahora, Él va a llevarlo un paso más hacia adelante, escuche,
“Ninguno tiene mayor amor que este, que un hombre,” ¿qué? “ponga su vida por sus
amigos.” Y después aquí viene la afirmación clave, “Y vosotros sois, mis,” ¿qué? “amigos.”
¿Se acuerda lo que dije en Juan 13? Jesús le dice a Pedro: Ahora, Pedro, estoy haciendo
esto y vas a entender más después. Jesús estaba diciendo: “Te amo Pedro, permíteme
mostrártelo al lavarte los pies, y después más adelante te voy a mostrar,” porqué, al
poner, ¿qué? mi vida por ti. Escuche, ninguno tiene mayor amor que este, que un hombre
ponga su vida por sus amigos. Él quiere que tengan un modelo, que tengan un patrón.
Entonces él dice: “Piensen en esto cuando me vean en la cruz, eso es yo amándolos.” ¿Lo
ve? Esta no es tan solo una lección, ¿lo ve? No es tan solo un sermón, es una prueba. Dios
probó su amor hacia nosotros en que, siendo aún pecadores, ¿qué pasó? Cristo murió por
nosotros. Yo no cuestiono el amor de Jesús hacia John MacArthur. Yo podría cuestionarlo
bajo ciertas condiciones, podría decir: Yo soy la persona más fácil de amar, ciertamente no
soy la persona más obediente, fallo, soy infiel, he pecado en mi vida de vez en cuando, no
siempre hago las cosas que quiero hacer, normalmente quiero hacer las cosas correctas
pero no siempre lo cumplo.
Si fuere el hecho de que tú me amaras en base a lo que yo soy, estaría en muchos
problemas. Cuando cuestionara si Él me amara o no, regresaría a esta porción en
particular y diría: Pero Señor, si tu estuvieras aquí tu lavarías mis pies, y ciertamente
moriste por mí, y esos tienen que ser los actos de amor más grande. Mansedumbre, y
muerte, condescendientes, ¿qué nos dejó Jesús? ¿qué es parte de su legado? Algo
fantástico que comienza todo. Nos dejó la prueba de su amor, ¿verdad? Y paso mi vida
entera, ¿sabe una cosa? sabiendo que Jesucristo ama a John MacArthur, eso es
emocionante.
Permítame darle la segunda cosa. ¿Cuál es la segunda de las cinco que le voy a dar a usted
esta mañana? La segunda del legado de Jesucristo está en el 14, versículos 1 al 3; Juan
14:1–3. Y llamo a esto la esperanza del cielo. No solo la prueba del amor, sino la esperanza
del cielo. Ahora, estos hombres estaban diciendo: Señor, vas a algún lugar, y ni siquiera
sabemos adónde vas. Y ni siquiera sabemos cómo vas a llegar ahí, y no nos estás dejando
ningunos boletos. Estamos en muchos problemas.
Entonces, Él dice: Bueno, permítanme contarles todo de esto. Juan 14:1. “Dejen de dejar
que su corazón se turbe. Cálmense. No estén tan tristes. Creen en Dios, en otras palabras,
confían en Dios, ¿no es cierto? Entonces, confíen en Mí, hombre. Y Él se coloca a un nivel
igual de confianza con Dios. Si la Palabra de Dios es segura, así es la de Él. Eso es igualdad
de deidad. No se entristezcan, confíen en mí. No los voy a dejar.
Ahora, escuche el versículo 2, esto es tan bueno. “En la casa de mi Padre, hay muchas
habitaciones.” ¿Tiene usted la palabra “mansiones” en su Biblia? Eso no es lo que está en
el cielo. Cuándo pienso en una mansión siempre pienso en la familia Adams. Le voy a decir
una cosa, no voy a vivir en una casa como esa en el cielo. Escúchame, en la casa de mi
Padre muchas mansiones. ¿Usted no podría colocar muchas mansiones en una casa?
¿Sabe usted cuantas casas hay en el cielo? Una. ¿Sabe de quién es? La casa del Padre, y
voy a vivir en ella.
Le dije antes, no, no vamos a vivir como si el cielo todo estuviera seccionado y alguien está
a cuatro kilómetros por este camino y a seis kilómetros por allá. Estamos viviendo en la
casa del Padre. “En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones, eso es emocionante,
sabe una cosa, en esos días en Israel el padre de una familia, en cierta manera era el tipo
patriarcal. Usted sabe, tenía su casa, una casa simple con un patio en frente de ella, y
después sus hijos se casaban, su hijo se casaba y él añadía otro departamento a la casa del
padre, y después continuaba construyéndola hasta que la construían y llegaba a ser un
cuadrado.
Y la familia entera vivía en torno al área central, y todos venían, comían juntos, esa era la
vida familiar patriarcal. Todos los hijos traían a sus esposas para que vivieran en la casa del
padre, con frecuencia una hija se podía casar con un prosélito de una tierra extranjera, y él
también añadía su parte. Y ellos calculaban lo que necesitaban hacer y se unían a todo
esto juntos y de esta manera todos estaban en la casa del padre, y esa es la razón por la
que generación tras generación, tras generación tenían la misma propiedad y la misma
casa.
Así es el cielo. Todos estamos en la casa del Padre, Él está ahí arriba preparando nuestras
habitaciones. Ahora, me gusta esto, “si no fuera así, no os habría dicho.” ¿Sabe usted que
Él no guarda secretos? Sabe una cosa, si fuera Dios, ha sido un buen tipo, los años que
hemos disfrutado juntos, cuando mueran se despiden, se acabó, oscuridad, adiós. Si fuera
cierto, É dijo, les habría dicho eso. No estoy tratando de engañarlos, pero les estoy
diciendo algo: eso no es verdad. Lo que es verdad es que va a haber algo para ustedes en
el cielo, voy a preparar lugar para vosotros. Oh, eso es tan bueno.
¿Sabe una cosa, que el Señor está haciendo en este momento es preparar un lugar para
nosotros? Algunas veces cuando una persona me dice que no cree en la seguridad de un
cristiano, o que un cristiano no puede saber que va al cielo, no están demasiado seguros.
Entonces, siempre pienso, bueno supones que el Señor está ahí arriba construyendo
lugares que nunca serán ocupados. Pensando, oh, ese es uno tan bonito, y él calló. Él
nunca estará. No, escuchen amigos si Él lo está preparando, usted va a estar ahí.
“Voy a preparar lugar para vosotros.” ¿Cómo sabes? Vea el versículo 3. “Y si voy y preparo
lugar, y no hay ningún lugar vacante en el cielo, entonces, si eso es verdad, regresaré y
¿qué? los recibiré para mí mismo. No hago lugares para personas que no van a estar ahí.”
En Su gran soberanía, en Su gran gracia Él sabe quiénes son Sus hijos y Él está preparando
un lugar para ellos. Sabe una cosa, cuándo pienso en el cielo, puedo pensar en el en
muchas maneras.
En la Biblia el cielo es llamado país, debido a su magnitud. Es llamado una ciudad, debido a
la grandeza de su población. Es llamado un reino, debido a la estructura y el orden. Es
llamado paraíso, debido a la belleza. Pero el mejor lugar para el cielo es la casa de mi
Padre. ¿No lo cree? Digo, no puedo emocionarme demasiado acerca de ir a un país, o ir a
una ciudad, o ir a un reino o ir a un paraíso, eso es un poco más emocionante, pero lo más
emocionante es que me gustaría estar con mi padre, vivir en la casa de mi padre.
Algunas personas han dicho: “Bueno, ¿supones que va a haber lugar en el cielo para toda
persona que llegue ahí?” Bueno, usted sabe lo que dice en el versículo 2, dice: “Hay
muchas habitaciones.” ¿Sabe usted que tan grande es el cielo? Yo tampoco. Pero le voy a
decir una cosa, es lo suficientemente grande, simplemente la Nueva Jerusalén es increíble.
Solo la Nueva Jerusalén es increíble. La Nueva Jerusalén descrita en Apocalipsis 21 es de
mil quinientas millas cúbicas. ¿Sabe usted que tan grande es eso? Dos millones, doscientas
cincuenta mil millas cuadradas. Dos millones, doscientas cincuenta mil millas cuadradas.
¿Sabe usted que tan grande es Londres? Ciento cuarenta millas cuadradas.
Ahora, ahí hay suficiente lugar para mí. Usted y yo y el resto de nosotros que vamos a
estar ahí, el Señor sabe eso. Además, usted tiene el universo entero para pasear. Son
muchas habitaciones, una casa grande, una casa grande. Pero lo que me gusta está en el
versículo 3, simplemente me gusta esto. Y Jesús dice: “Si voy y preparo lugar para
vosotros, regresaré, y os recibiré,” ¿qué? “para mí mismo. Para que en dónde yo,” ¿qué?
“estoy.” ¿Sabe usted cuál es la mejor parte del cielo? Estar con ¿quién? Cristo.
¿Sabe usted lo que solía pensar cuando era un niño? Si yo pudiera irme al cielo, quizás
podría conseguir una cita para pasar algo de tiempo con Jesús. Él está muy ocupado, yo
sé, con todos esos cristianos ahí arriba esperando estar con él y cubrir muchas cosas por
las que han estado esperando hablar con Él. Pero cuando usted piensa en esto de esta
manera, Jesús simplemente está diciendo: “Voy a traerte a mí mismo, nunca habrá un
momento en el cielo y a lo largo de la eternidad en el que no esté en la presencia de
Jesucristo. Ese es el cielo, es fantástico. Entonces Él dice: “Voy a darte prueba del amor y
te voy a dar la esperanza del cielo.”
En tercer lugar, otra parte de su legado, la garantía del poder. La garantía del poder.
Ahora, usted puede entender cómo se sintieron porque Cristo había sido el recurso de
todo, para todo. Y se casi invencibles cuando estaban cerca de él. Pedro con seguridad así
se sintió. Pedro podía hacer cualquier cosa, cuando estaba cerca de Cristo él caminó sobre
agua, dijo cosas milagrosas, y él tuvo tanta valentía, inclusive en el huerto tomó una
espada y trató de pelear contra el ejército romano por sí solo.
Y estoy seguro de que estaba ahí diciendo, si me meto en problemas, mátalos. Usted sabe,
él simplemente tenía este sentimiento de invencibilidad cuando Cristo estaba cerca de él.
Y ahora Él se va a ir y estoy seguro de que están comenzando a sentir de que todo su
poder en cierta manera se está yendo. Oh, dijo, hombres, solo quedan once, Él se va.
¿Cómo vamos a enfrentar esta situación? ¿Cuál va a ser el recurso?
Pero Él les da la garantía del poder, observen el 14:11; Juan 14:11. “Creedme,” Él dice, o
crean mis palabras, realmente, “creedme que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí.
Créanme que yo soy lo mismo que Dios. Crean mis palabras que afirmo. Crean que yo
afirmo ser Dios. Créanlo. O creedme por causa de las obras mismas.” Si no es solo las
palabras, entonces, que las obras prueben las palabras. “Han visto lo que he hecho.” Y
todos podían decir: “Oh, lo hemos visto.” Realmente le está hablando a Felipe. Oh, lo
hemos visto.
“De cierto, de cierto os digo,” versículo 12, aquí está, “Os digo. Entiendan esto, el que cree
en mí, las obras que yo hago, él hará también y hará obras mayores que estas porque yo
voy a mi Padre.” La palabra ‘obras’ ahí en el versículo 12 está inclinada, la segunda vez en
algunas versiones, y creo que es mejor no incluirla y leerlo, “las obras que yo hago él hará
también, y mayores que esta.” No obras mayores, mayores en un sentido diferente. ¿Qué
significa eso? Bueno, hay mucha confusión en esto, pero escuche, Jesús está diciendo: “Si
creen en mí, y eso cubre a la comunidad cristiana, las obras que yo hago, ustedes las
harán.”
Oh, dice usted, eso es increíble. Mantenga en mente esto, esto es primordialmente para
los apóstoles. ¿Los apóstoles resucitaron a los muertos? Sí. ¿Curaron a los enfermos? Sí.
¿Le dieron oído a los sordos? Si. ¿Vista a los ciegos? ¿voces a los mudos? Si. Lo hicieron.
Esa referencia primaria es a ellos, pero en una dimensión espiritual, Jesucristo vino con
poder regenerador, y Él regeneró la vida de los hombres, y ese es el corazón de lo que Él
está diciendo. ¿Y los discípulos hicieron eso? ¿Llevaron el evangelio de la regeneración y
vieron vidas transformadas? Absolutamente. ¿Y nosotros? Sí.
¿Qué significa ‘y mayores’? Y he oído a personas diciendo: “Bueno, de hecho, estamos
haciendo más milagros estupendos que los que hizo Jesús.” Oh, eso no es cierto. La gente
dice: “Bueno, tenemos un tipo de poder mayor de lo que Él tuvo.” Eso es ridículo, Él es
Dios. No hay un poder más grande, entonces no puede significar que vamos a tener un
poder más grande. Bueno, no vamos a hacer obras más grandes. Dígame usted si hay algo
mayor que resucitar a los muertos. ¿Qué es mayor que resucitarse a sí mismo de los
muertos? ¿Qué es mayor que ascender al cielo y simplemente irse e ir hacia arriba? ¿Qué
es mayor que atravesar un muro? ¿Qué es mayor que curar a las masas de humanidad?
¿Qué es mayor de crear peces y pan para que la gente pudiera comer? ¿Qué es mayor que
caminar sobre el agua? No hay nada más grande en tipo que eso. No hay un poder más
grande que el poder divino. Dice usted: Bueno. Entonces, ¿a qué se refiere mayores?
Simplemente significa mayor en su extensión. Esa es la razón por la que la palabra obras
confunde mayor en términos de cuán lejos llega. Permítame decirle algo, no puedo hacer
algo mayor de lo que hizo Jesús, eso sería ridículo en términos de tipos de milagros. Sin
embargo, hay personas que afirman eso. Pero he podido ver, escuche esto, una extensión
más amplia del milagro de la transformación, de lo que Jesús vio de hecho en su propia
vida.
Ahora, permítame decir algo que podría parecerle sorprendente. John MacArthur
blasfemo antes de venir a Cristo, pecador, salvo por gracia, le ha predicado a más
personas de lo que Jesús le predicó en su vida entera. ¿Sabe usted eso? ¿Sabe usted que
probablemente hay más personas viviendo en el mundo en la actualidad que ha traído
más personas a un conocimiento de Dios en su vida, de lo que Jesús hizo en su ministerio
de tres años? Personas.
Ahora, entienda lo que estoy diciendo, claro que Él es el que trae a toda persona a Dios,
pero en el tiempo en sí de su ministerio, Él enfrentó primordialmente qué, rechazo, han
habido evangelistas y misioneros y cristianos a lo largo de la historia, que han extendido el
evangelio mucho más allá del lugar de que Jesús lo hizo. ¿Sabe usted que él nunca salió de
Palestina? Es de doscientas millas de largo y unas cincuenta o sesenta millas de ancho. Y
ahí está. Y no había radio, televisión, o periódicos o nada más.
¿Sabe usted que el apóstol Pablo extendió el evangelio más lejos de lo que Jesús lo hizo?
¿Sabe usted que el número de milagros se extendió más allá de lo que Jesús hizo? Cuando
la primera iglesia fue capacitada por el espíritu de Dios y los apóstoles salieron haciendo
milagros por todos lados, y las iglesias se establecieron por todos lados, inmediatamente
cosas mayores comenzaron a ser hechas. No mayores en tipo, no mayores en poder, sino
solo mayores en extensión.
Y en la actualidad, de usted y yo, realmente estamos siguiendo esa misma línea, amados.
Estamos viendo cosas mayores de las que Jesús vio en Su propia vida, conforme el
evangelio penetra el mundo y literalmente, diariamente, personas en todo este globo
están viniendo a un conocimiento de Jesucristo, y vidas están siendo transformadas,
milagros espirituales continuamente se están llevando a cabo en las vidas de personas.
Entonces, Él les dice a los discípulos: “Hombres, no deben sentirse mal porque me voy.
Deberían emocionarse, porque cuando me vaya ustedes van a ver una extensión mayor
del ministerio que jamás vieron conmigo aquí. ¿Y sabe usted lo que pasó? Hombre, el día
de Pentecostés el Espíritu de Dios vino, hombre, comenzaron a predicar, revolucionaron a
la ciudad entera de Jerusalén, algo que no había pasado amados durante la vida de Jesús.
Y después de que Jerusalén fuera volteada de cabeza, los expulsaron, se esparcieron y
predicaron el evangelio por toda Samaria, Judea, y después fueron esparcidos hasta lo
último de la tierra. Y estuvieron por todos lados fundando iglesia y ganando a personas
para Cristo, y usted y yo todavía estamos en el proceso, ¿verdad?
Jesús dijo: “No se sientan mal porque me voy. Van a tener tanto poder. Van a ver una
extensión mayor de estas cosas de las que jamás han visto cuando estuve aquí. ¡Qué
promesa! Increíble. Ah, simplemente ser parte de eso es excepcional. Dice usted: ¿De
dónde viene ese poder? Viene del Espíritu Santo. Hechos 1:8, “Pero recibiréis poder,”
¿qué? “después que el Espíritu Santo venga sobre vosotros.” Jesús regresó al Padre, envió
al Espíritu, y Pablo dice: “Y aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más
abundantemente de lo que podéis pedir o entender, según el poder que actúa en
nosotros.” Y entonces Jesús dice, permítanme dejarles una cosa, la garantía de poder.
Añada a eso la esperanza del cielo y la prueba de amor.
Número cuatro, y esta tiene que ser una verdad súper emocionante, la certeza de
provisión. La certeza de provisión. Cómo mencione antes, los discípulos, claro, disfrutaron
de que todas sus necesidades fueron provistas por Jesús. Fueron suficientes porque él
tuvo la capacidad de proveer. Y ahora, el pensamiento de que Él se iba era una amenaza
terrible. Cómo es que iban a suplir sus necesidades, ¿quién les iba a enseñar? ¿quién les
iba a dar lo que necesitaban para vivir? ¿quién les iba a proveer abrigo? ¿quién los iba a
vestir? ¿a quién acudirían cuando tuvieran una carga o preocupación o ansiedad o una
necesidad o querían que algo pasara, y querían pedir algo o hacer una petición? ¿a quién
acudirían si Jesús no estaba ahí?
Entonces, en Juan 14:13–14 Jesús les da la certeza de la provisión. Y esto es tan, tan rico.
Escuche, versículo 13: “Y todo,” me gusta eso, “Y todo lo que pidiereis en mi nombre lo
haré.” Observe el versículo 14, “Si pidiereis cualquier cosa en mi nombre, lo haré.” ¿Sabe
cómo llamo yo a eso? Lo llamo el cordón umbilical espiritual. Usted y yo, así como ellos,
estamos conectados a Cristo que simplemente sigue dándonos la vida, la provisión de vida
en nosotros. Él dice: Yo me voy, pero ustedes y yo vamos a tener una conexión íntima.
Cualquier cosa que pidan en mi nombre, yo lo haré. ¿Qué es eso? Eso es oración, ¿no es
cierto? Sabe una cosa, nunca conocí a Jesucristo físicamente, nunca lo he visto.
Le he hablado a personas que dicen que sí. Hablé con un hombre el otro día que dijo que
Cristo se le acercó y habló con él, le puso la mano sobre su hombro y demás, y no me
identifico con eso muy bien, pero bueno, eso es lo que él dijo. Pero nunca he hablado con
Cristo, nunca lo he visto. Pero, sabe una cosa, todos los días de mi vida, desde que me
volví cristiano, Él ha provisto todo lo que he necesitado. ¿Sabía usted eso? “Mi Dios,
suplirá todas vuestras necesidades conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús,”
¿verdad?
Dios ha provisto, mediante Cristo todas mis necesidades, y continúa haciéndolo, y veo su
mano operando hacia mi vida. Y le hablo a Él y le oro a Él, Él está vivo para mí, Él no está
en mi mundo, Él no anda por todos lados y me da lo que necesito y Él no va por aquí y
hace esto y aquello físicamente, pero Él provee mis necesidades continuamente cada día
de mi vida. Como resultado de la oración estoy involucrado en ese proceso.
Ahora, “Todo lo que pidáis en mi nombre eso haré.” Algunas personas dicen: Oh, eso es
algo bastante general aquí. ¿Cuáles son los requisitos? Permítame mostrarle. “En mi
nombre.” Dice usted: ¿Qué significa pedir en el nombre de Jesús? Bueno, hemos dicho
antes, usted sabe, algunas personas dicen: Bueno significa decir al final en el nombre de
Jesús. Amén. Y después usted recibe lo que quiere.” No, no, no, no. No significa eso. Eso
es lo que la gente dice que significa, pero no funciona. Pedir en su nombre significa de
manera coherente con quien es Él, es decir, esto pido porque esto es lo que yo creo que
Jesús querría.” Significa que oramos en Su persona, en Su lugar, identificados con Él,
pidiendo en base a nuestra unión con Él, de tal manera de que Él se vuelva el que
realmente pide.
Significa que rogamos ante Dios en base a los méritos de Su Hijo amado. Significa que Él es
el receptor real, es decir, Padre oro en Su nombre, pido lo que Él querría, busco lo que Él
busca, promuevo lo que está en Su corazón y deseo darle gloria. Y he aprendido en mi
propia vida de oración, en mi propia vida de oración en privado conforme le hablo al
Señor, cerrar mis oraciones al decir, Señor, estas son las cosas que pido porque pienso
hasta dónde yo puedo ver que probablemente esto es lo que Jesús querría. Y eso me
ayuda mucho, en cierta manera para aclarar mis oraciones. Esto es lo que yo creo que
Jesús querría, y si lo es, Él dice, lo haré. Lo haré.
¿Por qué? ¿Alguna vez se ha preguntado por qué debemos orar? Observe el versículo 13,
“Para que el Padre sea glorificado en el Hijo.” ¿Sabe usted porque debemos orar? Dice
usted: “Sí, para conseguir lo que queremos.” No. Para glorificar a Dios, es correcto. ¿Se
acuerda de eso? Hemos estudiado eso. Debemos orar para que Dios pueda actuar para
que Él sea glorificado.
Recuerde, usé la ilustración de un hombre que se puso de pie en un grupo de comunión, o
en un grupo de oración o algo así, y dijo: Tal y tal vino a Cristo y estoy tan emocionado, y
es emocionante, hombre. Y alguien dijo: Gracias al Señor, y tal y tal vino a Cristo. Y alguien
sentado ahí en la esquina dijo: “Oh, eso es maravilloso, mm mm.” Usted sabe, en cierta
manera indiferente. Dice usted: ¿cuál es la diferencia en las dos personas? La diferencia es
que uno estaba orando por la salvación del hombre, y estaba realmente involucrado, el
otro no oró acerca de esto, entonces cuando pasó, realmente no le afectó.
Sabe qué, Dios podría hacer las mismas cosas que Él va a hacer de cualquier manera, ore o
no por ello, pero si usted ora por eso, usted va a estar involucrado en la respuesta de Él, y
después usted lo va a glorificar, porque usted lo va a ver como una respuesta directa a la
oración. Y Dios quiere ser glorificado. Él quiere que usted ore, para que lo vea operando, y
sepa que está operando y después lo glorifique. La oración no es para que usted consiga lo
que quiere, la oración no es para cambiar a Dios de lo que Él va a hacer de cualquier
manera, la oración es darle a Dios la oportunidad de mostrarse a Sí mismo para que usted
pueda alabarlo por lo que Él está haciendo.
Entonces, Dios nos dio esa promesa de provisión. Y les digo, ¿alguna vez piensan en eso?
¿qué piensan que las personas en Cristo hacen cuando tienen necesidades? ¿adónde
acuden? ¿qué es lo que usted y yo hacemos? Padre, tengo una necesidad, aquí está. Que
cosa tan fantástica. Digo, es como tener un cheque en blanco en el Banco del Cielo.
Fantástico. Es un legado increíble. Nuestro querido Señor nos dejó la prueba de Su amor,
la esperanza del cielo, la garantía del poder, la certeza de provisión.
Y, una quinta cosa, y simplemente estamos tocando de manera ligera esto, una quinta
cosa, Él nos dejó el regalo del Espíritu. Juan 14:16, “Y oraré al Padre,” y me encanta eso,
¿sabe por qué? Porque ese es un retrato tan hermoso de la sumisión de Cristo en Su
encarnación. “Yo rogaré al Padre, y él os dará otro Consolador, para que él permanezca
con vosotros para siempre, esto es el Espíritu de Verdad.” Deténgase ahí. quizás este es el
legado más grande de todos para algunos de nosotros. Un ayudante sobrenatural. La
palabra consolador, paraklētos en el griego, kletos, de kaleo, lo cual significa llamar. Se
oye como lo que significa, para, estar al lado de, llamar al lado de. Un consolador es
alguien llamado al lado para ayudar, un ayudante sobrenatural.
Entonces, Jesús dice: “Miren, le voy a pedir al Padre, y Él les va a dar un Ayudante
sobrenatural.” Hombre, les digo, esto es fantástico. Miren, me voy, pero en mi ausencia,
oigan, quiero darles un Ayudante sobrenatural, personal, que se va a quedar con ustedes
todo el tiempo. Wow. Emocionante. Observe la palabra ‘otro’, dos palabras griegas que
podrían ser traducidas por la palabra en español, ‘otro’, allos, y heteros. Heteros sería
usada para hablar de otro, de un tipo diferente.
Allos, otro, del mismo tipo exactamente. Y la palabra usada es allos. Les voy a enviar a otro
del tipo exacto, idéntico a Mí. ¿No es eso hermoso? ¿Sabe usted quien es el Espíritu
Santo? Pablo lo llama el Espíritu de Cristo. El Espíritu de Cristo. Cristo dice: Yo me voy,
pero me voy a enviar uno exactamente igual a Mí, un Sustituto perfecto para la presencia
familiar de Jesús para esos discípulos. Y Él va a ser Su ayudante sobrenatural. Hombre, me
emociona eso. ¿Se da cuánto usted, lo que es poseer al Espíritu de verdad, al Espíritu
Santo en su vida?
Después Él añade en el versículo 17, “A quien el mundo no puede recibir.” Van a tener
esto, y el mundo no. Esto es algo que es súper humano. Esto es algo que va más allá de la
norma de la existencia humana, y el mundo no lo puede recibir porque no le ve. Estos no
tienen la manera de percibirlo espiritualmente a Él. Ni lo conocen ni lo experimentan,
pero vosotros lo conocéis porque Él mora con vosotros, y estará, ¿en dónde? en vosotros.
¡Qué promesa! que el Ayudante sobrenatural que ha estado con ustedes va a venir, y a
vivir, ¿en dónde? en ustedes.
Ahora, ¿Por qué añadió esa pequeña parte acerca de que el mundo no percibe? Creo que
es importante añadir eso, porque habría sido fácil para ellos emocionarse y volverse súper
ansiosos. En cierta manera, sobre ansiosos, y pensar, bueno, el Espíritu Santo va a venir,
vamos a salir y vamos ahí a matar al mundo y van a caer. Y Él solo quería recordarles que
el mundo no percibirá al Espíritu Santo mejor de lo que habían percibido a Jesucristo. No
iba a cambiar, simplemente sepan eso. Pero tienen un Ayudante sobrenatural. Él no nada
más va a estar ahí como lo ha estado, Él va a estar en ustedes. ¡Fantástico! Cuando me
detengo a pensar que Dios vive en mí, como Pablo dice, que este templo es el templo del
Espíritu Santo, no solo la personalidad de este hombre. Es una realidad increíble.
Entonces, el Espíritu Santo es dado a mí, a usted, como el legado de Cristo. Permítame
llevarlo un paso más hacia adelante con el ministerio del Espíritu Santo. Observe Juan
16:7, Él les promete no solo que el Espíritu Santo vivirá en ellos, sino otra cosa. “No
obstante, os digo la verdad, es mejor para vosotros que me vaya, es mejor para su
provecho que me vaya, porque si no me fuera, el Consolador no vendrá, pero si me voy lo
enviaré a vosotros, es como si el Padre dio al Espíritu Santo como una recompensa por la
obra terminada de Cristo.
Entonces, Cristo dice: “Si termino mi obra el Padre enviará al Consolador, y eso es mejor
teniendo al Espíritu Santo viviendo en ustedes que yo viviendo cerca de ustedes y entre
ustedes. Estar mejor en términos del potencial de tener al Espíritu Santo de Dios viviendo
en ustedes de lo que es tenerme aquí físicamente, porque entonces no tiene que
preocuparse porque vayan conmigo, Él estará con ustedes, pero, además de esto, cuando
Él venga, versículo 8, Él convencerá o reprenderá al mundo de pecado, justicia y de juicio.
Sabe usted lo que es fabuloso, cuando estoy predicando, cuando estoy compartiendo a
Cristo, cuando estoy esforzándome por vivir una vida de testimonio, el Espíritu de Dios
está operando en mi vida. Pero, ¿sabe qué más? Él también está operando en la vida de la
persona que estoy tratando de alcanzar. ¿Qué está haciendo en esa persona? Me está
capacitando a mí, y está convenciéndolos a ellos. ¿De que los está convenciendo? De
pecado, porque no creen en Mí, del pecado de rechazar a Cristo. De justicia, porque voy a
mi Padre y no me veráis más. En otras palabras, cuando Cristo fue al Padre, fue la
afirmación de Dios de que Él era justo, de que Él había cumplido con Su obra y Él iba a ser
exaltado.
Y entonces, el Espíritu Santo no solo convence del pecado de rechazar a Cristo, sino
convence del hecho de que Cristo es justo y la fuente de justicia y el estándar de justicia.
Y, en tercer lugar, Él convence de juicio, porque el príncipe de este siglo ha sido juzgado.
En otras palabras, todo lo que el Espíritu Santo necesita hacer es decirle a alguien, “Miren
lo que le pasó a Satanás. Miren su juicio, ¿y que te hace pensar que tú te vas a salir con la
tuya si él no pudo? Entonces, el Espíritu Santo viene y convence.
Entonces, Jesús dijo: “Voy a enviarles a mi Espíritu Santo, y Él va a vivir en ustedes, y Él va
a llevar a cabo Su obra en ellos.” ¡Qué promesa! Promesa fantástica. El Espíritu Santo lo
hace. Él lleva a cabo Su obra en el incrédulo. Juan Bunyan en su libro Guerra Santa, tiene
una ciudad llamada El Alma del Hombre, y El Alma del Hombre representa a las personas
redimidas. Emanuel viene y redime al alma del hombre, pero el alma del hombre tuvo una
rebelión, y se llevaron al señor Conciencia. El señor Conciencia tenía un trabajo en la
ciudad, su trabajo era tocar la campana, y él siempre estaba tocando la campana. Cada
vez que algo salía mal, gong, venía la campana.
Entonces, cuando sucedió la revuelta encerraron al señor Conciencia en su casa, y
cerraron las ventanas. ¿Saben lo que pasó? Juan Bunyan dice que sin importar como lo
encerraron, a pesar de todo él de alguna manera escapó y tocó la campana. Sabe cómo es
en nuestras vidas, en las vidas de la gente no regenerada pueden tratar de encerrar al
señor Conciencia e incidentalmente cortan la cuerda también, pero lo hizo de cualquier
manera, y tratan de encerrar a la conciencia, pero de alguna manera el Espíritu de Dios le
abre la puerta al señor Conciencia y toca la campana. Eso es convicción.
Y entonces, el Espíritu Santo está operando. ¡Qué promesa! Piénselo. Jesús nos dejó la
prueba de amor, la esperanza del cielo, la garantía de poder, la certeza de provisión y el
regalo del Espíritu Santo. Y eso es solo la mitad. Y le voy a decir una cosa, permítame
voltearlo y decirlo de esta manera, cuando me detengo a pensar en el hecho de que Él me
mostró la prueba de Su amor, me hace querer amarlo en correspondencia a Él. ¿A usted?
Me hace querer amarlo correspondiendo a su amor, y Él dijo: “Si me amáis,” ¿qué?,
“guardad mis mandamientos.”
Y cuando yo me detengo a pensar en que me dio la esperanza del cielo, y Él dijo: “Y eres
un ciudadano MacArthur, estoy trabajando en tu habitación.” Yo me digo: “Hombre,
debería vivir como un ciudadano del reino.” ¿No es cierto? Debería tener un poco de esa
actividad celestial manifestada en mi mundo terrenal. Debería actuar como un ciudadano
del reino. Y cuando la Biblia dice que Él me ha garantizado poder, debería tener la
suficiente valentía para salir ahí, y probarlo a Él. ¿No lo cree?
Y cuando Él dice: “Te he dado la certeza de provisión,” debería pasar algo de tiempo de
rodillas, porque hay muchas cosas que Jesús quiere y hay muchas cosas en las que podría
estar involucrado para que pudiera darle a Él gloria. Y cuando me doy cuenta que Él me ha
dado el regalo del Espíritu Santo, hay tres cosas que no quiero hacer, no quiero mentir al
Espíritu, no quiero entristecer al Espíritu, y no quiero apagar al Espíritu. Y hay una cosa
que quiero hacer, quiero ceder al Espíritu. Con ese tipo de legado es increíble creer que
los cristianos serían algo menos que devastadores en este mundo, desde el punto de vista
de efecto, y que deberíamos estar contentos desde el punto de vista de saber lo que
tenemos en Cristo.
Padre, queremos agradecerte esta mañana, por ayudarnos a ver algunas de las cosas que
son tan importantes. Lo que me emociona Señor es que la razón por las que estas cinco
cosas nos pertenecen es porque Tú nos perteneces. Y Tú realmente nunca nos dejaste,
pero tenemos estas cosas debido a que te tenemos a Ti. Realmente no te fuiste, te fuiste
físicamente pero nunca te fuiste. Gracias. Gracias por lo que me has dado. Gracias por la
herencia que tengo. No soy un hijo digno por mí mismo, pero en Tu gracia me has hecho
digno y quiero andar de una manera digna de lo que me has hecho. Y quiero honrarte por
ese legado que diste, y es mi oración por todos nosotros esta mañana, en el nombre de
Jesús. Amén.
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John MacArthur
Quiero que veamos Juan 13; 14; 15 y 16 porque creo que esta es una sección muy
importante de la Escritura. Hay muchas partes de la Escritura que son muy preciadas para
el cristiano. algunas obviamente nos gustan más que otras, pero en mi propia vida y de mi
propio punto de vista creo que esta es la porción más preciada de la Palabra de Dios de
todas. Juan 13 al 16, es porque tiene muchos pactos, tiene mucha emoción, tiene mucha
empatía, mucho amor, pero más que eso es porque es el legado de Jesucristo a sus hijos,
sus discípulos, a sus seguidores, a aquellos de nosotros que lo conocemos y lo amamos.
Y como le mencioné a usted la última vez, el último testamento de Cristo a sus discípulos
ciertamente debería ser de gran importancia para nosotros, cuando nos damos cuenta de
que Jesucristo al dejar este mundo nos dejó un increíble legado, va a enriquecer nuestras
vidas a tal grado que nos obliga a entender y apropiarnos de estas cosas que están en este
pasaje. Usted tiene que decir que estas son las posesiones más atesoradas de los
cristianos.
Ahora, recordará que en Juan 13; 14; 15 y 16, todo se lleva a cabo en una ocasión, en el
Aposento Alto la noche antes de que Jesús fuera llevado cautivo como prisionero y
crucificado. Esta es su última vez con sus discípulos, los primeros doce capítulos del
evangelio de Juan tratan del ministerio de Jesús al área amplia de Israel. Los capítulos 13
al 16 de Juan tratan con el ministerio de Jesús a los discípulos, el capítulo 17 con su
oración al Padre, el capítulo 18 en adelante con su muerte y resurrección.
Y entonces, el corazón de este ministerio particular de Cristo a sus discípulos, todo se
desarrolla aquí en Juan 13 al 16 conforme lo vemos dándole promesas a los suyos,
promesas que se extienden más allá de esos hombres a todos aquellos que jamás han
nombrado el nombre de Cristo. Él les ha anunciado que va a morir y ese es un golpr para
ellos, y tienen mucha tristeza. En el capítulo 16, y en el sexto versículo dice: “La tristeza ha
llenado vuestros corazones por los que he dicho.”
Ahora, estos discípulos habían depositado toda su confianza en Él. Habían confiado en Él,
y no me refiero únicamente en un sentido espiritual, me refiero en un sentido físico
también, y en un sentido emocional, inclusive en un sentido económico, habían confiado
en Él para todo en su existencia, y ahora Él les está anunciado que los está dejando. Pero
Él rápidamente dice: Tengo un legado que les quiero dejar. Esto se vuelve la herencia de
todo cristiano que vive, esto es lo que Jesús diseño para alentar a los corazones de sus
discípulos, para fortalecerlos en el momento de gran tristeza y gran estrés, conforme lo
veían siendo llevado prisionero y crucificado.
Ahora, mencioné la última vez cinco de las diez que quiero mencionarles que son el legado
de Jesús a sus hijos. La primera cosa que Él nos dejó es la prueba de Su amor, y eso está en
el capítulo 13, Él nos dejó la prueba de Su amor. Al final del versículo 1, en el 13 dice, Él
amó a los suyos que estaban en el mundo hasta la perfección, Él los amó totalmente. Y
querían que supiera que los amaba porque podrían sentir que debido a que se iba, de
alguna manera Él era indiferente a su necesidad, que Él tendría que estar un poco
despegado de ellos para dejarlos en una circunstancia tan difícil, sin recurso alguno.
Y entonces, Él quiere que sepan que esa no es toda la verdad, sino que de hecho Él los
ama y Él los ama hasta la perfección. Y entonces, Él en Juan 13 lava sus pies como una
señal de Su amor hacia ellos, como un símbolo de Su amor hacia ellos, Él se inclina para
servirlos en el tipo de servicio más bajo que podía ser imaginado. Y Él dice, ahora eso es
amor, y esa es la manera en la que quiero que se amen unos a otros, con ese tipo de
servicio humilde.
Y entonces les dio esa prueba hermosa de amor, pero además en Juan 15, versículo 12
recordará que estudiamos los versículos 12 al 14 brevemente, únicamente señalando el
13, “Ninguno tiene mayor amor que este, que un hombre ponga su vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos.” Jesús aquí de nuevo está probando Su amor al decir, ahora el
amor más grande que un hombre jamás puede tener hacia alguien, sería que sacrificara su
vida por esa persona. Y Jesús dice esto, de tal manera que cuando lo haga ellos van a
recordar que Él lo dijo, y vean que esto de hecho es un acto de amor.
Y entonces mediante el lavado de los pies en Juan 13 y la afirmación que ningún amor
podría tener alguien más que tener que morir por sus amigos, Jesús prueba Su amor. Él
nos ama. La segunda cosa que Jesús dejó como un legado, no solo fue la prueba de amor,
sino la esperanza del cielo, capítulo 14. Él dijo: “Me voy, pero voy a regresar por ustedes, y
los voy a llevar a un lugar que estoy preparando ahora para ustedes. Entonces, dejen de
dejar que su corazón esté turbado, si confían en Dios pueden confiar en mí.” Y ahí hay una
afirmación de Su igualdad con Dios. Yo me voy para preparar su habitación en la casa de
mi Padre. Y entonces les prometió la esperanza del cielo.
La tercera cosa que Él les prometió, que vimos la última vez, fue la garantía de poder, en
Juan 14:11–12. Él dice: “Han visto mis obras, son prueba suficiente de quien soy, pero de
cierto, de cierto os digo,” Juan 14:12, “el que cree en mí, las obras que yo hago él también
hará. Y mayores que esta él hará porque yo voy a mi Padre.” Aquí está la promesa o la
garantía de poder, que debido a que Él va al Padre, nosotros y los discípulos,
primordialmente aquí en perspectiva, podrán hacer obras mayores de las que Él hizo, y
explicamos lo que eso significa.
No significa que haremos obras que son mayores en poder, porque no podría haber un
poder mayor que el poder de Dios. No haremos ninguna obra que sea mayor en tipo,
porque usted no puede ser algo más grande en tipo que resucitar a los muertos y crear
cosas, y eso es lo que Él hizo. Pero a lo que Él se refirió aquí fue que la extensión de su
poder sería mayor en términos de su extensión de lo que jamás había sido durante Su
ministerio.
Los milagros de la primera iglesia fueron llevados a un área más grande geográficamente
de lo que jamás se hizo en la vida de Jesús. Y desde ese entonces, el milagro del poder
transformador y el acto de salvación han sido llevado por todo el globo, y eso es lo que Él
tenía en mente, que simplemente porque me voy no los voy a hacer impotentes, sino que
más bien van a poder salirse de aquí y extender el poder de Dios a lugares que nunca han
sido tocados de esa manera.
Entonces, la prueba del amor, la esperanza del cielo, la garantía del poder, y la cuarta cosa
que vimos fue la certeza de la provisión, la certeza de la provisión, Juan 14:13. “Todo lo
que pidieres en mi nombre eso haré.” El 14 dice lo mismo, “Si pedís algo en mi nombre lo
haré.” Y aquí encontramos que Jesús está diciendo: “Miren, sé que les parece aterrador
para ustedes que me vaya, y que no van a tener ningún recurso, pero quiero apresurarme
a añadir que van a tener todo lo que necesiten, si simplemente lo piden.”
Y como señalamos la última vez, la oración es el cordón umbilical que nos conecta con la
fuente de poder, con la fuente de provisión en el cielo. Cristo nos ha prometido que todas
las cosas son nuestras. Pablo hizo de eco cuando dijo: “Mi Dios, pues, suplirá,” ¿qué?
“todas vuestras necesidades conforme a sus riquezas en gloria, en Cristo Jesús.” Una gran
afirmación, conforme a sus riquezas, no a partir de, sino según. Él no nos da a partir de,
esto es un pequeño pedazo de lo que Él tiene, Él nos da según, en una medida igual a la
provisión que Él tiene para satisfacer la necesidad. Y entonces, la promesa del Señor
Jesucristo, de que tendremos una certeza de provisión de que nunca tendremos
necesidad de nada, sino que tendríamos provisión absoluta. Y eso es adquirido por
nosotros al buscar al Padre en oración, para que cuando Él lo de, Él pueda ser glorificado
por haber respondido.
Después, la quinta cosa que vimos la última vez, y en dónde nos detuvimos, que el Señor
nos da no solo la prueba de amor, la esperanza del cielo, la garantía de poder, la certeza
de provisión, sino, y probablemente ésta tiene que ser un clímax, por lo menos en esas
primeras cinco, la promesa del Espíritu Santo. Él dice en el versículo 16 del capítulo 14, “Yo
oraré al Padre y Él os dará otro paraklētos, ayudante, ayudante sobrenatural, que
permanecerá con vosotros para siempre, el versículo 17 nos dice quién es, el Espíritu de
verdad. Versículo 26, pero el Consolador, quien es el Espíritu Santo, a quien el Padre
enviará en mi nombre.
Y aquí de nuevo, usted tiene la misma idea indicando la venida del Espíritu Santo a morar
dentro de nosotros por varias razones. Dijimos la última vez que el Espíritu Santo viene
adentro de nosotros para capacitarnos, Hechos 1:8, “Pero recibiréis poder cuando el
Espíritu Santo haya venido sobre nosotros.” El Espíritu Santo viene para consolarnos,
habla del consuelo del Espíritu Santo, el Espíritu Santo viene para garantizar nuestro
legado, nuestra herencia. Se nos ha dado las arras del Espíritu, el Espíritu viene para sellar
nuestra salvación. Hay muchas cosas que el Espíritu hace. El regalo del Espíritu Santo es
dado a nosotros por Cristo, para equiparnos para el ministerio al que nos llama.
Entonces, como cristianos, somos ricos. Tenemos la prueba de amor, la esperanza del
cielo, la garantía de poder, la certeza de provisión, y el regalo del Espíritu Santo. Ahora,
quiero darle las últimas cinco. Y son muy, muy simples, y muy básicas, y podrían ser
expandidas mucho más de lo que lo voy a hacer esta mañana, únicamente apenas voy a
tocar la superficie de ellas. Número seis: nuestro Señor nos dejó la posesión de la verdad,
la posesión de la verdad. Sabe una cosa, es un mundo frustrante en el que vivimos, para
alguien que busca la verdad.
Siempre pienso en la respuesta cínica de Pilato, quién le dijo a Jesús, ¿qué es verdad? Él
estaba en el punto en su vida en dónde él estaba tan cansado del esfuerzo por
encontrarla, que se había vuelto cínico y simplemente como si dijera: Ah, no hay verdad.
La Biblia habla del hecho de que los hombres buscan la verdad y nunca la encuentran, que
no hay final para el escribir libros, pero se encuentra muy poco la verdad, que la filosofía
del hombre es engaño vano. La lucha del hombre por descubrir la realidad y con eso me
refiero a la realidad definitiva del destino, de la eternidad, del origen, la salvación, el
propósito de ser parte de algún continuum eterno.
Todo ese tipo de verdad es lo que el hombre de manera tan desesperada busca, ese vacío
abrumador en su corazón, que solo puede ser llenado por conocer la razón de ser. Sin
embargo, Jesús nos dio eso. Observe Juan, capítulo 13, versículo 17, al darnos el Espíritu,
dice, esto es el Espíritu de verdad. El Espíritu Santo es inseparable de la verdad. Y cuando
Dios nos dio el Espíritu, ahora, subraye esto, cuando Dios nos dio al Espíritu, Él nos dio al
Maestro de verdad residente. El Espíritu de Dios en la vida de un creyente es un Revelador
subjetivo de la verdad. Esto es, me refiero a subjetivo en términos internos, porque el
Espíritu de Dios nos guía al conocimiento de la verdad. Es una gran, gran realidad saber
que el Señor Jesucristo nos ha concedido un Maestro de verdad residente.
Quiero llevarlo a 1 Juan por un minuto, capítulo 2. 1 Juan, capítulo 2, versículo 20. Y Él está
comparando a los anticristos con los cristianos verdaderos aquí, mostrando la diferencia.
Pero en el versículo 20, Él se concentra en una diferencia muy elemental. Y hay varias
diferencias en los versículos 18–27 únicamente vamos a concentrarnos en esta. La primera
diferencia es que los cristianos verdaderos, en contraste a los anticristos, los cristianos
verdaderos tienen una unción del Santo, y conocéis todas las cosas. Tenemos una unción.
La palabra en el griego literalmente significa, ungüento, tenemos un aceite, una unción. Y
esa es del Santo, de Dios mismo, de Cristo. Y vosotros sabéis, como resultado de eso,
¿qué? todas las cosas.
Ahora, eso no significa todas las cosas en términos de todas las cosas en el universo, igual
a Dios. 1 Corintios 13:9 dice: “Ahora conocemos en parte, algún día conoceremos como
somos conocidos.” Entonces, no es la idea de que conocemos todo lo que se puede
conocer, sino que conocemos todas las cosas que pertenecen, usando las palabras de
Pedro, a la vida y a la piedad. Conocemos todas las cosas necesarias para entender la
salvación, y la conducta consecuente. Conocemos todas las cosas necesarias para ser
conocidas, porque tenemos un maestro residente de verdad. Subjetivamente él lleva a
cabo la obra en nuestra conciencia, para llevar nuestra conciencia a la conformidad con la
verdad de Dios.
Ahora, observe el versículo 21. “Os he escrito a vosotros porque conocéis la verdad.” ¿Lo
ve? Y a la mitad Él dijo, no porque no conocéis la verdad, sino porque la conocéis.” “Os
escribo, ahora observe esto, “Os escribo a vosotros estas cosas, porque conocéis la
verdad.” Dice usted: “¿Qué es el punto de eso?” Usted tiene al Maestro de verdad
subjetiva. Ahora observe, y ahora les estoy dando la revelación objetiva y la combinación
de ambos los está equipando. Y es solo cuando usted tiene, escuche, es solo cuando usted
tiene al maestro residente de verdad, que usted tiene la capacidad de entender esto,
¿verdad?
1 Corintios nos dice eso de manera tan clara, en el capítulo 2. “El hombre natural, no
percibe las cosas que son del Espíritu de Dios.” La única manera en la que podemos
entender las cosas de Dios es tener al Espíritu de Dios. En 1 Corintios más adelante, en el
12 él dice: “Ningún hombre puede, ni siquiera decir Jesús es Señor, sino por el Espíritu de
Dios.” Entonces, tenemos al Maestro residente de verdad, Juan dice, como consecuencia
les escribo la revelación objetiva, y la van a entender y se ven a unir para darles la
constitución de verdad que Dios quiere que tengan. La verdad como teología objetiva y la
verdad como dirección personal en su vida por el Espíritu Santo aplicando la Palabra.
Ahora, vaya al versículo 27, y él explica aún más esto. En el versículo 27 él dice, “Pero la
unción que vosotros recibisteis de Él, permanece,” ¿en dónde? “en vosotros.” Ahora,
¿Quién es la unción? Dijimos. ¿Quién es la unción? ¿Quién es el aceite? ¿el ungüento? El
Espíritu Santo. El Espíritu Santo permanece en ustedes. Esto es hermoso. Observe todas
estas cosas del Espíritu Santo: Él procede de Cristo; han recibido de Él; Él es interno en
vosotros; Él permanece, presente continuo; Él es suficiente.
No necesitáis que ningún hombre os enseñe. Dice usted: “Bueno, entonces vete a casa
MacArthur y déjanos solo.” No, no me voy a ir a casa, eso no me deja sin trabajo. Dice
usted: “Bueno, dice aquí que no necesitamos que ningún hombre nos enseñe.” Sí, pero
quiero interpretar eso, si me permite el privilegio. Y lo voy a hacer de cualquier manera.
Lo que significa es que no dependemos de la enseñanza humana, no necesitamos oír
enseñanza humana.
Ahora, eso no significa, oh, puedo sacar a mis hijos de la escuela, no necesitan aprender
nada. Pero no, no significa eso. Se refiere a la enseñanza acerca de la salvación en todo
este contexto. Enseñanza acerca de la piedad, enseñanza acerca de la verdad eterna en
relación a Dios. Cuando hablamos de todo eso, no necesitamos que los hombres nos
enseñen, somos enseñados por el Espíritu Santo.
Ahora, algunas veces el Espíritu Santo le enseña a usted a través de mí, pero todavía es el
Espíritu Santo, ¿verdad? Usted no necesita estudiar enfoques humanos a la religión, y
como le he dicho antes, la única vez en la que la religión humana está correcta es cuando
se cruza con la Escritura. Y cuando hace eso, usted no necesita religión humana, porque
usted tiene ya la Escritura. El resto del tiempo está equivocada, y ciertamente no lo
necesitan.
Entonces, el punto es que la Palabra de Dios concedida a nosotros objetivamente,
combinada con la unción de Dios quien es el Espíritu Santo residiendo en nosotros
permanentemente y quien suple la aplicación de la verdad de tal manera que conocemos
la verdad. Ahora, este es el legado de Jesús a nosotros. Simplemente piénselo,
simplemente piénselo, cuando usted quiere conocer una respuesta a algo, usted puede
venir a este libro. Está aquí, este es el tesoro del cual su vida es gobernada.
Ahora, regrese a Juan capítulo 14 por un minuto, y después vamos a ver un par de otras
cosas, diremos algo más. Pero Juan 14, quiero añadir el versículo 26, versículo 26, y aquí
llegamos a la parte objetiva de nuevo. “Pero el Consolador, quien es el Espíritu Santo, o el
Espíritu de verdad, a quien el Padre enviará en mi nombre,” esto es coherente con mi
persona, Él será igual a mí, “Él os enseñará todas las cosas. Y traerá todas las cosas a su
memoria, todo lo que os he dicho.”
Ahora amados, quiero que sepan en primer lugar que ese versículo no tiene una aplicación
primordial a todo cristiano, tiene una aplicación primaria a los escritores del Nuevo
Testamento, a los predicadores apostólicos en la primera época de la iglesia. Y lo que es,
es una promesa de inspiración verbal. Observe, Él está diciendo, ahora me voy, pero
cuando el Espíritu venga, aquí viene el punto uno, Él les enseñará a ustedes todas las
cosas que todavía no han aprendido, pero que deben conocer para tener el panorama
completo de la salvación. Y Él también traerá todas las cosas pasadas que les he enseñado
a su memoria.
Ahora, ahí tiene usted las dos facetas del Nuevo Testamento, usted tiene en la primera
cosa, Él traerá todas las cosas a su memoria, el registro de los evangelios en Mateo,
Marcos, Lucas y Juan. Y cuándo ellos se sentaron a escribir esos evangelios tenían que
recordar las cosas que Jesús dijo, ¿verdad? Porque esos cuatro evangelios registran la vida
de Cristo. ¿Cómo es que ellos se iban a acordar? Oh, lo dice ahí, el Espíritu Santo, a quién
el Padre enviará en mi nombre, Él les enseñará todas esas cosas y traerá esas cosas a su,
¿qué? a su memoria, todo lo que os he dicho.
Cuándo el Nuevo Testamento registra en los evangelios las palabras de Jesús, son
entonces exactas, más vale que sean exactas, el Espíritu Santo lo está haciendo y Él nunca
comete un error, y Él nunca miente, según 1 Juan 2, no hay mentira en Él, Él es el Espíritu
de verdad, versículo 17 dice. Entonces, cuando el Espíritu de Dios traiga cosas a su
memoria, serán exactas. Entonces, usted puede leer los evangelios, amado, y leer la vida
de Cristo ahí, y tener confianza absoluta debido a la promesa de Jesús de que lo que usted
está leyendo, de hecho, es su palabra misma. ¿No es eso una gran confianza? Cuándo yo
voy a la Biblia no necesito especular acerca de que si es exacto o no. Si Jesús dijo, cuando
venga ahí, será exacta, entonces yo lo creo. ¿Usted no?
Y entonces, Él dice: “Cuándo se acuerden, escribir los evangelios, recordarán con exactitud
por el Espíritu.” Pero hay un punto adicional, también continuaré enseñándoles todas las
cosas. Y eso comienza en el libro de los Hechos, y sigue hasta el fin de Apocalipsis. Hay
más que hay por decir, y les ensenará eso mediante el Espíritu Santo. Entonces, usted
tiene el libro de los Hechos, casi todas las cartas de Pablo, y las epístolas generales y
después el libro de Apocalipsis. Y esta es una promesa de inspiración verbal, esta es una
promesa de exactitud divina, esta es la promesa de que cuando yo tomo esta Escritura y
comienzo a leerla puedo tener la confianza de que esto es exacto, porque Jesús me
prometió que sería. Jesús me prometió que esto será registrado de la mente del Espíritu
Santo, quien es llamado el Espíritu de, ¿qué? verdad. Esta es la verdad.
Entonces, encontramos la promesa doble. Van a recordar y van a aprender cosas nuevas.
El apóstol Pablo en cierta manera da testimonio de eso en el tercer capítulo de Efesios en
dónde dice, “Si han oído de la dispensación de la gracia de Dios que me ha sido dada hacia
vosotros, en otras palabras, si han oído de mi ministerio, han oído, si han oído de lo que
Dios me ha llamado a hacer, aquí está, como mediante revelación Él me da a conocer el
misterio, ahora salte al versículo 5, el cual en otras épocas no fue dado a conocer a los
hijos de los hombres, y ahora es revelado a sus apóstoles y profetas santos, observe, por
el Espíritu. Pablo dice, estoy escribiendo todas estas cosas por el Espíritu. Todos los
misterios que nunca fueron revelados me han sido dados por revelación de Dios, son del
Espíritu Santo quien es llamado el Espíritu de verdad.
Entonces Pablo dice, pueden confiar en todo lo que escribo. Jesús dice, pueden confiar en
todo lo que voy a traer a su memoria. Y cuando esos primeros hombres escribieron, y
cuando esos primeros apóstoles predicaron, Dios los inspiró para hablar la verdad y
recordar las palabras de Jesús con exactitud absoluta. Y cuando comenzaron a enseñar
nueva verdad, el Espíritu de Dios les dio nueva revelación la cual entonces escribieron
para constituir el Nuevo Testamento. Y todo esto nos dice que tenemos la verdad. No solo
la verdad objetiva bíblica, sino al Maestro residente de verdad subjetivo. Y la combinación
de esas dos cosas nos garantiza el conocimiento de la verdad.
Y me atrevería a decir, amados, que un hombre, una mujer tendría que ser un necio para
no estudiar la verdad, ¿no es cierto? Es la verdad lo que nos bendice, es cuando
obedecemos la verdad que Dios puede responder en bendición. Imagínese en algún punto
como sería estar sin la Palabra de Dios. Cómo en la historia de Israel cuando olvidaron la
Palabra de Dios, y simplemente se desintegraron. ¿Por qué? Porque no tenían guías,
pienso en mi propia vida, nada pasa en mi vida que no piense mediante el filtro de la
Escritura. Todo lo que me pasa pienso, bueno, ¿cómo se relaciona esto con la Escritura?
¿cuál es el patrón bíblico aquí? ¿cuál es el estándar bíblico aquí? ¿Qué dice la Escritura
acerca de esto para que sepa como conducirme?
Nos reunimos como ancianos y tomamos muchas decisiones, y las cosas que nos
preocupan en esas decisiones son cosas de la Escritura. ¿Qué es lo que Dios tiene que
decir acerca de esto? ¿Cuál es Su palabra para nosotros acerca de esto? Es tremendo
poder tener un recurso como este, poder acudir y decir, esto es lo que Dios quiere, y esto
es lo que, si obedecemos nos va a llevar a la bendición. Cuando usted abre la Palabra de
Dios, usted tiene esa verdad maravillosa que el mundo no conoce.
Ahora, observe el 16:12, y le voy a mostrar una de mis afirmaciones favoritas, breves. De
todas las afirmaciones de Jesús, me encanta esta como cualquier otra, Juan 16:12, todavía
está hablando de la misma idea. “Todavía tengo muchas cosas que deciros.” Deténgase
ahí. simplemente me encanta eso. Eso es tan personal. Él no dice, ahora hay más decretos
que vienen del trono. Él dice, tengo mucho que decirles. Eso es muy personal, ¿no es
cierto? No sé qué piensa usted, pero cuando yo abro la Escritura, me involucro con una
conversación con Jesús porque me doy cuenta que todo lo que es dicho en el Nuevo
Testamento viene de Él.
Él simplemente está dejando que el Espíritu Santo sea el agente de transporte para
llevarla a nosotros. El Espíritu Santo en cierta manera es un cartero sobrenatural, pero
Jesús es el que escribió la carta. Dice usted: ¿De dónde sacas eso, John? Versículo 13, “No
obstante, cuando Él el Espíritu de verdad venga, Él los guiará a toda la verdad, porque Él
no hablará de Sí mismo, sino todo lo que Él oiga,” ¿de quién? “de mí.” Eso hablará, y les
mostrará las cosas que vendrán. Él me glorificará a mí, porque recibirá de mi, y se lo
mostrará a ustedes, ¿lo ve?
El Espíritu Santo toma la carta de Cristo a los suyos y la entrega, y este Nuevo Testamento
es la Palabra de Dios, la Palabra del Hijo a través del Espíritu al creyente. Tengo muchas
cosas que deciros, pero no las pueden sobrellevar ahora, entonces voy a tener que
esperar un poco y el Espíritu Santo se las va a traer a ustedes después. Y estoy seguro que
los discípulos se emocionaron cuando oyeron eso. ¿Puede imaginarse cuando
emocionados estaban cuando el Espíritu de Dios vino sobre ellos y comenzaron a escribir,
o cuando se pusieron de pie a predicar? Y Dios simplemente fluyó a través de ellos y
hablaron realidad divina, verdad divina, en cumplimiento de eso.
Si usted puede mantener esa pequeña afirmación en mente, le va a ayudar en su estudio
bíblico. Juan 16:12, “Todavía tengo muchas cosas que deciros,” la oración, siempre
decimos, es hablarle al Señor. Leer la Biblia es el Señor hablándonos a nosotros. Yo voy a
mi estudio diariamente a estudiar la Palabra de Dios, y siempre en mi mente está el deseo
de que Dios se revele a Si mismo. Y entonces, siempre oro porque Dios me ayude
conforme estudio, y de alguna manera haga que mis fragilidades y la confusión que puede
haber en mi mente, en cualquier momento, no sea un impedimento, sino que supere eso.
Y yo pienso, conforme entro a la Palabra de Dios, esto no es académico.
Esto no es algo grande que fue dejado caer del cielo. Esta no es como la ley de Sinaí, que
fue grabada con un dedo en llamas en una piedra y después, usted sabe, entregada a los
hombres con relámpagos y truenos. Esto es Jesús diciendo: “Oye, MacArthur, tengo unas
cuantas cosas que decirte hoy.” Y mientras que yo pueda concebir esa intimidad personal,
el estudio bíblico se vuelve para mí comunión, en lugar de algo académico. Jesús me está
hablando y siempre me digo a mi mismo: “Señor, háblame.” ¿No dice usted eso? Háblame
en Tu Palabra. Y eso es lo que realmente es. El Espíritu Santo nos hablará las palabras de
Cristo, esa es una gran, gran promesa. Simplemente una gran promesa.
Si usted ve Juan 15:26, una nota adicional de esto. “Cuando venga el Consolador, a quien
yo os enviaré del Padre,” esto es, “el Espíritu de verdad el cual procede del Padre, Él dará
testimonio,” observe, “de mí.” Ahora, observe esto: “Y, vosotros también daréis
testimonio porque habéis estado conmigo desde el principio.” Y ustedes son los hombres,
Él les dice a Sus discípulos, que lo van a escribir todo. Ustedes son la clave. Va a venir a
ustedes y ustedes lo van a escribir. Usted coloca estas referencias juntas, y lo que usted
tiene es la promesa del Nuevo Testamento, ¿lo entiende? Jesús nos dejó el Nuevo
Testamento.
Este es Su legado. Usted lo abre, y le habla a usted y está vivo. La Biblia dice por sí misma:
“La Palabra de Dios es viva.” ¿Verdad? Hebreos 4:12. Está viva y penetra y divide, tiene la
capacidad de dar vida, tiene la capacidad de transformar la vida, tiene la capacidad de
sustentar la vida. Está viva. Entonces, vemos la Palabra de Dios como el legado vivo de
Jesús, quien tiene algo que decirnos.
Bueno, vayamos al séptimo. Él nos dio la prueba de amor, la esperanza del cielo, la
garantía de poder, la certeza de provisión, el regalo del Espíritu, la posesión de verdad
divina. Número siete, el legado de paz. El legado de paz. Hombre, eso es algo que el
mundo haría bien en encontrar. Versículo 27, del capítulo 14, en su conversación aquí Él
también les prometió paz. “Paz os dejo,” me gusta esto, ¿la paz de quién? “mi paz os doy.
No como el mundo la da, os la doy a vosotros, dejen de dejar que su corazón se turbe.
Dejen de dejar que se atemorice.”
Un legado de paz. ¿De qué está hablando? Bueno, hay dos tipos de paz en la Escritura.
Está la paz con Dios, de la que se habla en Romanos 5:1, “tenemos paz con Dios.” ¿Sabe
usted lo que eso significa? ¿Sabe usted lo que la paz con Dios significa? Significa que la
guerra se acabó, es como un trato. En Efesios Pablo dice, “éramos enemigos, y aislados de
la vida de Dios y demás, y estábamos en guerra con Dios y recibimos a Jesucristo y
estamos en paz con Dios.” De hecho, Pablo lo llama en Efesios el evangelio de la paz.
¿Cuáles son las buenas noticias de la paz? Que un hombre puede detener su rebelión y Él
estará en paz con Dios; que Dios estará de nuestro lado, que Él será por nosotros. Y la
Biblia dice: “Si Dios es por nosotros quién puede estar contra nosotros.” Él es
Todopoderoso.
Y esa es la promesa, que cuando nos volvemos cristianos y colocamos nuestra fe en Cristo,
Dios se vuelve de nuestro equipo. Y esa es la razón por la que en Efesios capítulo 6,
versículo 15, Él dice: “Cuándo están peleando contra Satanás, que sus pies estén calzados
con este conocimiento. Y ellos usaban botas que tenía clavos para que se aferraran al
suelo muy bien cuándo pelearan. Y él está diciendo: La manera de mantener una postura
firme es recordar que ustedes están en paz con Dios, y Él está en su equipo.” Y cuándo
usted entra en una batalla con Satanás lo único que tiene que decir: “Dios, adelante.” Dios
está en mi equipo, eso es fabuloso. Y si Dios es por mí, mucho cuidado todos, están en
muchos problemas.
Ahora, ese es el punto, la paz con Dios significa, Dios está en mi equipo. ¡Qué confianza!
Los indios quechua en Ecuador, tienen una palabra para la paz que significa sentarte en tu
corazón. Eso simplemente significa estar en casa, en reposo y sentarte en tu corazón.
Usted se mete en una guerra simplemente, siéntese, deje que Él la pelee. Pero esa no es
realmente la paz de la que Él está hablando aquí. Simplemente incluye eso. Eso fue bueno,
¿verdad? Pero en el versículo 27, él tiene un tipo de paz diferente en mente. La paz os
dejo, mi paz os doy, no como el mundo la da, dejen de dejar que su corazón se turbe. Esa
no es la paz objetiva de la relación con Dios. Esa es la paz objetiva de tranquilidad de
mente, pero ciertamente emana de la primera, ¿verdad? Esa es la razón por la que se la
di. Es debido a que tengo a Dios de mi lado que estoy en paz. En primer lugar, estoy en paz
con Dios, y debido a que estoy en paz con Dios estoy en paz conmigo mismo.
Cuando yo llego al punto en el que puedo a comenzar a preocuparme digo, ¿Por qué me
estoy preocupando, Dios está en mi equipo? Y si Él está en mi equipo, ¿por qué me estoy
preocupando? Observe, Filipenses 4, creo que quizás nos pueda ayudar para tener una
idea de esto. Filipenses 4:7, “Y la paz de Dios,” observa la distinción. Cuándo usted tiene
paz con Dios, usted recibe la paz de Dios. Esta es la tranquilidad subjetiva que viene con el
hecho objetivo de su identificación como parte del equipo de Dios.
Después usted tiene paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento. Es como el tipo de
paz que no tiene sentido, simplemente es ridículo tener esa cantidad de paz en la
situación en la que está. Y que hace esta paz, guarda, y es un término militar que significa
estar de pie, de guardia sobre su corazón y su mente. Evita que usted termine perdiendo
los estribos y termine en una celda acolchonada. ¿Qué hace? La paz de Dios que viene
cuando usted reconoce que está en paz con Dios. Cuando me doy cuenta que Dios está en
mi equipo no tengo nada porque preocuparme. Y el reconocimiento verdadero de que
Dios está de mi lado debería darme paz conmigo mismo para que pueda estar estable en
mi corazón, y estar en reposo.
Y cuándo todo lo demás está explotando a mi alrededor, puedo ser el que está en paz y
nadie lo va a entender. Lo que hace eso posible se remonta al versículo 5 de Filipenses 4,
al final del versículo. El Señor está cerca. Eso no está hablando de la segunda venida, eso
está hablando de la presencia del Señor. El Señor está aquí, ¿verdad? El Señor está cerca.
Como consecuencia no os afanéis, ¿qué? por nada. Por nada estéis afanosos. ¿Por qué
está preocupado? El Señor está aquí y Él está en su equipo. ¿Por qué está preocupado?
Dice usted: “Tengo problemas.” Sí. Bueno, haga esto.
En oración, en súplica, con gratitud, dé a conocer sus peticiones, simplemente dígale,
Señor tengo un problema. Deje que Él se encargue de eso. Él siempre está ahí, el Señor no
está cerca, no se preocupe. Ore al respecto y el resultado será, versículo 7, “Y la paz de
Dios guardará su mente.” Permítame decirle algo. No creo que la paz de Dios realmente va
a guardar su mente. Reconozca, número uno que usted está en paz con Dios. Él siempre
está ahí, y en lugar de preocuparse usted ora y se lo entrega a Él. Entonces, usted tendrá
la paz de Dios.
Y entonces, la promesa maravillosa que Jesús dio fue, les voy a dar mi paz, la misma
serenidad que no se turba, hermosa, que lo caracterizó a Él puede caracterizarlo a usted.
Sin temor, paz. Sabe usted porqué Jesús tuvo una paz así, piénselo. Iba a la cruz, Él pudo
haber sido una bola de nervios. Piense como habría estado usted. Pero él fue con
serenidad absoluta. Paz absoluta. ¿Sabe por qué? Porque Él sabía que el Padre estaba
cerca. ¿verdad? Él sabía que el Padre estaba cerca. Y usted tiene el mismo derecho
conforme enfrenta cualquier prueba con paz, porque usted sabe que el Padre está a su
lado.
Muy bien, 16:33 de Juan. Él añade un pensamiento adicional acerca de esto, regresando a
la misma idea. Estas cosas os he hablado para que, en mí, y ese es el único lugar en dónde
usted jamás va a encontrar paz, podréis tener paz. Que sea conocido para todo el tiempo,
para todo el mundo, para cualquier persona que lo oye, que el único lugar en dónde jamás
usted va a encontrar paz en Él. En el mundo tendréis aflicción, pero no se preocupen por
eso, yo he vencido al mundo. No se preocupe por el mundo, usted va a tener problemas,
está bien, ya lo vencí estoy en control, está en paz. Y realmente, conforme usted medite
en quien es Dios, en el hecho de que Él está en su equipo, el resultado puede ser paz.
Hay una octava cosa, simplemente rápidamente, que Él nos da en nuestro legado, y esa es
la promesa del fruto. La promesa del fruto. Eso está en Juan 15, versículo 5. “Yo soy la vid,
vosotros los pámpanos, el que permanece en mí,” creo que eso se está refiriendo a un
cristiano, ahí, cualquier cristiano permanece en Cristo. Él que permanece en mí, y yo en Él,
este produce mucho fruto. ¡Oh, eso es bueno! Hombre, sabe una cosa, Él dice nos
caracterizamos por fruto. ¿Sabe usted que no existe un cristiano que no da fruto? Es
correcto. Usted no puede ser un cristiano que no da fruto, porque todos los cristianos
deben tener algún fruto. Algunos cristianos dan poco fruto, algunos cristianos son
cristianos con fruto, y algunos cristianos son cristianos con mucho fruto, pero no existe
algo tal como un cristiano sin fruto.
Ustedes saben, todos nosotros amados, hemos recibido la promesa por parte de Jesús de
que daremos fruto. Dice usted: “¿qué es fruto? ¿buenas obras? ¿obras justas? ¿ganar a
personas a Cristo?” Hemos cubierto eso antes, pero permítame tan solo darle un
pensamiento general. El fruto es el producto de una vida que tiene una vida continua. El
fruto es algo que vive más allá de mí, algo que yo reproduzco. ¿No es emocionante tener
una parte del continuum eterno al producir fruto que va a estar ahí cuando usted ya no
esté?
Observe el versículo 16 de Juan 15, esto es fabuloso. “No me habéis elegido a mí, sino que
yo os he elegido a vosotros.” Estoy seguro de eso. “Y os he puesto,” ahora, esta no es una
opción, ésta es una promesa, “para que vayáis y des fruto.” Ahora, lo ve, los cristianos van
a tener fruto, y me encanta el que sigue. Oh, es emocionante. “Y que vuestro fruto,”
¿qué? “permanezca.” No es eso emocionante. Los cristianos, no nada más son una chispa,
los cristianos no solo viven para comer, para eliminar, para comer, para eliminar, y
mueren algún día, y se van a alguna caja, adiós y se acabó. Los cristianos son parte de un
plan eterno, son parte de un producto que va a seguir por toda la eternidad, como olas en
un lago eterno. Y usted y yo tenemos que se van a oír por los pasillos del cielo, por los
siglos, de los siglos, de los siglos, de los siglos. ¿No es esa una súper promesa?
Sabe una cosa, cuando pienso en eso, en cierta manera sé que todo lo que pasa aquí en la
tierra es insignificante. Tantas veces trabajamos, usted sabe, para acumular en este
mundo, y morimos y todo, todavía está aquí. Gracias a Dios, porque Él nos prometió que
va a haber algo que simplemente va a permanecer por toda la eternidad. Cada vez que
guio a alguien a Jesucristo, simplemente pienso en las consecuencias eternas de eso.
Soy un cristiano hoy porque alguien fue un cristiano en mi familia hace años, y alguien
llevó a mi abuelo a Cristo, y alguien llevó a mi padre a Cristo, y siguió, y siguió y siguió, y
mis hijos y seguimos, y alguien ahí atrás cuando fue un cristiano y llevó a alguien más a
Cristo, digo la generación de cristianos es fantástica. Y mis obras justas en esta vida,
aunque sean pocas, van a afectar a alguien más, y alguien más. Y la vida de alguien más va
a ser cambiada y la vida de alguien más va a ser cambiada, y esto va a seguir por siempre.
Recibí una carta esta semana de una señora y dice: “Simplemente quiero decirte una cosa,
es muy, muy emocionante en nuestra familia. Le di una cinta tuya a mi hermano y escuchó
esa cinta, e inclinó su cabeza y después solo invitó a Jesucristo a su vida. Y él regresó y me
agradeció, y él está tan emocionado, y quiere más cintas, y solo quiero decirte gracias.”
Bueno, sabe una cosa, eso me emociona. Sabe una cosa, quiero hacer más en este mundo
que simplemente morir, y decir, se acabó. ¿Quién era? No quiero simplemente ser una
marca en un cementerio, porque creo que la vida fue planeada para ser más que eso.
Y entonces Jesucristo dice: “De hecho lo es, vas a tener fruto que permanecerá.” ¡Que
promesa! Ser parte de un plan eterno. ¿Quién querría algo menos que eso? No puedo
imaginar a la gente que simplemente quiere estar rodando sus llantas y vivir como
existencialistas en la actualidad, y explotar todo y morir, y despedirse y ese es el fin de
todo. Cuándo al conocer a Jesucristo, su vida es invadida con un poder divino que le
capacita a usted para producir fruto que permanecerá para siempre. Eso da significado a
la vida.
Bueno, hay una novena cosa. Esta es la única negativa, pero usted tiene que tener eso
porque tiene que mantenerlo realista. Y ese es el dolor de la persecución. Una cosa que
podemos esperar es ser perseguidos, usted no puede ser este tipo de personas viviendo
en este tipo de mundo, sin que haya alguna reacción. Juan 15:18. “Si el mundo os
aborreciere, sabed que me aborreció antes de que me aborreciera a vosotros.” Jesús dice,
no se impresionen, van a salir y van a estar ahí afuera con ese mensaje, y van a querer
contarle a todo mundo y de pronto van a darse cuenta de que los odian. Pero, no se
sorprenda demasiado, después de todo me aborrecieron. Y francamente no había nada en
Él para odiarlo. Y hay algunas cosas en nosotros que simplemente no son tan lindas.
“Si fueras del mundo,” versículo 19, “el mundo amaría lo suyo,” pero, “porque no sois del
mundo, sino que os he escogido del mundo, por tanto, el mundo os aborrece.” Ahora, lo
que él quiere decir ahí es que el mundo es el sistema malo de Satanás. Y el minuto en el
que usted fue salvo, usted fue sacado de ese sistema, ¿verdad? “Hemos vencido al
mundo,” Juan 5 dice. ¿Y qué es lo que vence al mundo? ¿Qué? “nuestra fe.”
Entonces, somos sacados del mundo, estamos fuera del mundo, somos apartados del
mundo, no somos del mundo entonces el mundo no nos acepta. Versículo 20, “Acordaos
de la palabra que os dije, “el siervo no es mayor que su Señor, si me persiguieron a mí,
también a vosotros os perseguirán. Si han guardado mi palabra, también guardarán la
vuestra.” Algunos creerán, la mayoría perseguirá. “Pero todas estas cosas os harán a
vosotros por causa de mi nombre.” Realmente no los están buscando a ustedes, es que
me odian a mí y me recienten porque no conocen al que me envió. Si yo no hubiera
venido y no les hubiera hablado, no tendrían pecado, pero ahora no tienen excusa para su
pecado. Lo que rechazan, como pueden ver, lo que rechaza el mundo es el mensaje del
pecado, ¿no es cierto? La razón por la que rechazan a Cristo es porque Él viene y los
desenmascara y no pueden esconder ya más su pecado.
Y entonces, nos odian, y lo odian a Él. Versículo 23, “El que me odia a mí, odia al Padre.”
Odian a todos los involucrados. “Si no hubiera hecho entre ellos las obras que ningún otro
hombre hizo, no tendrían pecado.” ¿Lo ve? Ellos no habrían tenido esa revelación
tremenda de pecado a menos de que hubieran visto a Cristo. Ahora, han visto y odiado a
mí y a mi Padre, en el versículo 25, Él dice, “Me odiaron a mí sin causa.” Capítulo 16,
versículo 1, Él dice: “Estas cosas os he hablado para que no tropecéis.” No les sorprenda,
ni se ofendan cuando pase, los van a sacar de las sinagogas, hicieron eso, créame.
Expulsaron a los cristianos de las sinagogas, encontramos eso inclusive en los libros de los
Hechos. Sí, “el tiempo vendrá que aquel que os mataré pensará que da servicio a Dios.”
¿Sabe quién es ese? Esa es la profecía de un hombre en que puedo pensar: Pablo. Y
hubieron otros.
“Y estas cosas os harán a vosotros, porque no han conocido al Padre, ni a mí. Prepárense,
Él dice, tengo que prometerles esto también. No va a ser fácil, porque van a ser
identificados conmigo, el mundo que me odia a mí los va a odiar a ustedes. Simplemente
no podemos encajar en el sistema, el sistema nos rechaza. Ahora, eso no significa que
usted va y se mete a un rincón y trata de traer sus cualidades experimentales, raras, para
que estén al nivel de su posición.
Eso no significa que usted debe ser una persona rara porque usted en cierta manera
quiere exaltarse en esa situación. Usted debe ser tan amoroso y gentil y considerado y
amable y tan generoso como pueda ser en el medio del mundo, como Jesús lo fue. Y usted
debe asegurarse de que si lo odian a usted no es que lo odian por su personalidad, sino
que más bien por la verdad que usted habla. Todas estas cosas son nuestras, tenemos que
esperarla. Me da gusto que Él nos dijo, “de esta”, ¿a usted no? Porque podía ser un poco
sorprendente si no lo esperáramos.
Hay una décima, y una última, y rápidamente se la voy a dar. La última cosa que nos dio
fue la promesa de gozo, la promesa de gozo. Y tengo que mostrarle esto. Esto es tan
bueno, Juan 15:11. “Estas cosas os he hablado para que mi gozo permanezca en
vosotros.” ¿El gozo de quién? Mi gozo. “Y para que vuestro gozo sea cumplido.” Le he
estado diciendo todo este legado, digo les he dado todas estas cosas para que estén
gozosos. Amados, yo les diría a ustedes que la razón por la que coloco gozo al final es
porque gozo es el resultado de todo lo que Él dijo. Cuando pienso en todo lo que Él me ha
dejado no puedo evitar sino estar gozoso, y aunque tenga problemas en la vida todavía no
puedo evitar el estar gozoso, porque sé que cuando se acabe el problema, las cosas
grandes van a estar ahí.
Observe el 16:20; Juan 16:20. Esta es una de mis afirmaciones favoritas de nuestro Señor
también. Él dice: “De cierto, de cierto os digo, lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se
regocijará.” En otras palabras, va a parecer un poco incongruente para ustedes porque el
mundo va a estar tan feliz y realmente disfrutando, y ustedes van a estar ahí en un rincón
llorando. Y van a estar tristes, pero aguanten, su tristeza se convertirá en gozo. Me gusta
esa, “vuestra tristeza se convertirá en gozo.”
Ahora, ¿qué quiso decir con eso? La gente dice: Bueno, significa que van a tener algunas
circunstancias terribles, y algunas tristes, y después más adelante el Señor va a traer
algunas felices y van a ser agradables, y después vas a tener más circunstancias malas, y
después, eso no es lo que significa. No. Observe el versículo 21, la ilustración lo aclara, una
mujer cuando está en dolores de parto, esto es en el momento del parto, tiene tristeza. Si,
hay dolor ahí, y hay lágrimas y hay angustia y agonía y todo eso. Y claro, en ese período de
tiempo no tenían las cosas agradables que en cierta manera pueden aliviar eso, como lo
hacen en la actualidad.
Y entonces, la mujer estaba en dolor, pero, tan pronto como ella ha dado a luz al niño, ella
ya no se acuerda más la angustia, por el gozo de que un hombre ha nacido en el mundo. Y
yo tendría que añadir, que ni siquiera es la mitad de malo cuando una mujer ha nacido.
Pero el punto del versículo es, que el mismo acontecimiento que causa el dolor, causa el
gozo. Entiende usted eso, y esa es una verdad muy importante. Jesús está diciendo, en el
parto hay angustia terrible, pero inmediatamente da lugar el gozo, y la angustia se olvida.
Y lo que nuestro Señor nos promete es esto, van a tener circunstancias dolorosas, pero
esas son las circunstancias mismas a partir de las cuales vendrá el mayor gozo. Se acuerda
usted de lo que aprendimos en 1 Corintios 10:13, la manera de salir de las pruebas es,
¿Qué?, pasarlas. Y la luz al final del túnel, es gozo. Él no está diciendo, oh, les voy a dar
circunstancias diferentes, felices, en lugar de sus tristes. Él está diciendo, a partir de esas
tristes vendrá el gozo, si tan solo lo creen y lo esperan.
¡Qué legado, amados! ¿Lo ven? La prueba de amor, la esperanza del cielo, poder, la
provisión, el Espíritu Santo, la verdad, Su paz, fruto, persecución, gozo, todas esas cosas
son nuestras. Y quiero resumirlo con este pensamiento, gran pensamiento. ¿Sabe usted
porque todas estas cosas son nuestras? ¿Sabe usted por qué? Escuche esto. Porque Él es
nuestro. ¿Quiero oír algo en cierta manera emocionante? Cuándo Él se fue, Él nunca
realmente se fue en absoluto. Dice usted: “Bueno, ¿qué quieres decir con eso?”
Observe Juan 14:20 y vamos a cerrar con este pensamiento. Juan 14:20. Bueno, regreso al
versículo 18, “No os dejaré sin consuelo,” ¿cuál es la siguiente frase? “Yo vendré a
vosotros. Un poco más y el mundo ya no me verá más, pero vosotros me veréis.” Dice
usted: ¿Qué quieres decir? En aquel día vosotros sabréis que yo soy en mi Padre, y
vosotros en mí, y yo, ¿qué? “en vosotros.” Yo me voy en forma física, pero voy a estar en
ustedes en forma espiritual. Ese es el punto, en el versículo 23, Él dice lo mismo.
“Vendremos,” al final del versículo, “a Él y haremos nuestra morada con Él.” La razón por
la que todo el legado de Cristo es mío, es porque Cristo es mío. Él se fue físicamente, pero
Él nunca se fue. Y Él mora en todo creyente con Su propia presencia maravillosa. Esto es
de usted, si cree. Espero que usted crea. Oremos.
Gracias Padre por nuestro tiempo ésta mañana, gracias por tú verdad, como habla, como
penetra nuestro corazón, cómo extrae de nosotros gratitud. Oro Señor porque tú nos
enseñes en términos de cosas practicas aplicar lo que hemos aprendido, y que también te
alabemos por los regalos que nos has dado con tanta libertad. Para aquellos de nosotros
que nunca hicimos nada para ganárnoslo, todo por gracia. Simplemente va más allá de las
palabras expresar nuestra gratitud. Yo oro por alguna persona que esté aquí que nunca ha
estirado su mano para recibir el legado de Jesús por la fe, que tú Espíritu se mueva en su
corazón y que hagan eso inclusive el día de hoy. Oro en el nombre de Cristo. Amén.
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John MacArthur
Ahora queremos hablar un poco de la doctrina del Espíritu Santo y no quiero atorarme y
pasar semanas y semanas y semanas definiendo toda faceta del ministerio del Espíritu.
Pero básicamente quiero ver lo que es importante y crítico y revelado en las Escrituras y
que nos instruye y es eficaz y necesario para nuestras vidas espirituales con respecto al
Espíritu de Dios. Tenemos que asumir unas cuantas cosas y una es que vamos a asumir
que usted entiende que el Espíritu Santo es Dios. De hecho en Hebreos 9:14 se hace
referencia a Él como el Espíritu eterno y entonces eso en sí mismo afirma que Él es Dios
quien es eterno y quien únicamente es eterno. Génesis 1:2 nos dice que Él es el que se
movió sobre la faz del abismo y le dio forma, por lo tanto Él es el creador.
Las Escrituras también nos dicen que Él es el agente divino mediante quien las Escrituras
fueron escritas. Santos hombres de Dios escribieron conforme fueron movidos por el
Espíritu Santo. Hay pasajes trinitarios en las Escrituras tales como el bautismo de Cristo en
donde usted tiene al Espíritu descendiendo como paloma. Tiene al Padre hablando desde
el cielo y tiene al Hijo presente. Y entonces Dios no es solo un Dios que aparece en tres
personas diferentes en momentos diferentes. Él es en todo momento tres, Padre, Hijo y el
Espíritu Santo. Entendemos entonces que cuando hablamos del Espíritu Santo, estamos
hablando de Dios. Dio la tercera persona de la eternidad. Totalmente Dios digno de
alabanza, digno de adoración, digno de todo lo que le damos a Cristo y de todo lo que le
damos a Dios Padre.
Vamos a dejar eso como el cimiento, que entendemos que el Espíritu Santo es de hecho
como es así designado en las Escrituras, el Espíritu de Dios, así como Jesús es el hijo de
Dios. Pero quiero que veamos en base a esa suposición lo que es su ministerio divino.
¿Cómo es que Él opera para cumplir con los propósitos de Dios? En la eternidad pasada
cuando el Padre y el Hijo acordaron llevar a cabo la obra gloriosa de la redención, el Padre
determinó crear un mundo y a partir de ese mundo, llamar a la gloria eterna a una
humanidad redimida como un regalo de amor para su hijo. El Hijo responde al estar
dispuesto a recibir ese regalo y encarnarse en este mundo y por lo tanto pagar el precio
necesario para comprar ese regalo; el precio de la redención en la cruz. Y entonces
pensamos en ese compromiso entre el Padre y el Hijo y eso hecha a andar a toda la
historia redentora. Pero es importante afirmar también que el Espíritu Santo acuerda en
todo eso y se convierte en el que hace la aplicación de ese plan. Es el Espíritu, por
ejemplo, que viene sobre María y a ella se le da un niño sin un padre humano. Es el
Espíritu quien llena al Señor Jesús y quien opera a través de Él, de tal manera que negar el
poder de Jesús era blasfemar al Espíritu Santo. Es el Espíritu, la voluntad del Padre quien
lo resucita de los muertos. Es el Espíritu quien desciende y establece la iglesia. Es el
Espíritu quien regenera a todo creyente. Es el Espíritu quien ha dado, como dije, toda la
revelación de Dios de tal manera que todo lo que conocemos acerca de Dios y todo lo que
conocemos acerca de la historia redentora y todo lo que conocemos acerca de la salvación
es el producto del Espíritu Santo.
Entonces cundo hablamos del Espíritu Santo de Dios, estamos hablando del Dios mismo,
como los hombres de la antigüedad solían llamarlo. Él es igual a Dios Padre en todo
sentido. Igual a Dios Hijo en todo sentido. Y de ninguna manera él es menos que igual a
ellos. Sin embargo, Él no recibe consideración por igual y eso quizás sería más el caso en
este clima en particular de lo que ha sido antes, por lo menos en mi vida, en el pasado. Me
acuerdo cuando comencé en el ministerio como alumno de universidad y hablaba aquí y
allá en convenciones de jóvenes y en lugares así, casi todo mundo quería que hablara del
ministerio del Espíritu Santo. A dondequiera que iba, se me pedía que hablara de lo que
significa ser lleno del Espíritu. Lo que significa andar en el Espíritu. Lo que significa ser
sellado por el Espíritu. Lo que significa ser morado por el Espíritu de Dios. Lo que significa
ser enseñado por el Espíritu. Lo que significa cuando la Biblia dice, “Que les haré recordar
todas las cosas por el Espíritu, el Espíritu de verdad”. Este era un énfasis primordial.
Se escribieron muchos libros acerca del Espíritu Santo, acerca del ministerio del Espíritu
Santo. Y yo diría que probablemente fue el ministerio del Espíritu Santo lo que fue el tema
dominante en esos primeros años de mi ministerio. Se decía mucho menos acerca de la
persona y obra de Jesucristo. Habían algunas cosas que en cierta manera se daban por
sentado, estándares. Y muy poco se decía de la doctrina de la justificación, sustitución,
imputación, lo cual es muy popular en círculos evangélicos en la actualidad. Y
francamente, no se decía mucho acerca de Dios y la persona de Dios y la naturaleza de
Dios. Si usted quería encontrar un libro así, realmente tenía que regresar a la literatura
puritana y encontrar el libro de Steven Charnock de La Existencia y los Atributos de Dios o
algún libro antiguo acerca de Dios. Hasta que el pequeño libro de A.W. Tozer comenzó a
adquirir interés público. El conocimiento del Santo y después el libro tan impactante de J.I.
Packer, Conociendo a Dios, llegó al escenario en los primeros años de mi ministerio y la
gente comenzó a enfocarse hacia Dios.
Y poco a poco el interés en el Espíritu Santo disminuyó y el interés en el Espíritu Santo
entre los evangélicos comenzó a disminuir en proporción directa a la ascendencia del
movimiento carismático conforme los carismáticos secuestraron más y más al Espíritu
Santo y lo tuvieron como rehén de su teología aberrante. El interés en el Espíritu Santo
comenzó a decrecer entre otros evangélicos que no querían comenzar a pelear con los
carismáticos. Entonces en cierta manera se hizo a un lado el ministerio del Espíritu Santo
para efectos de unidad, porque si vamos a enseñar una doctrina bíblica del Espíritu Santo,
va a ser un ataque frontal en contra de la enseñanza aberrante acerca del Espíritu Santo,
lo cual esencialmente es parte de ese movimiento. Y entonces, poco a poco la explicación
significativa, útil, directa, precisa, las presentaciones bíblicas de la persona y obra del
Espíritu Santo comenzaron a desaparecer.
Después de que el movimiento carismático cumplió con su trabajo, en cierta manera, de
llevarse al Espíritu Santo, llegó el movimiento pragmático. Y el pragmatismo básicamente
dijo que podemos llevar a cabo la obra o el trabajo de la iglesia. Podemos cumplir con el
trabajo del ministerio mediante medios humanos. Si tan solo podemos inventar una
estrategia mercadológica apropiada, podemos ganar a la gente para Cristo. Si podemos
inventar cómo presentar de manera eficaz el mensaje y abordar a la gente en base a su
necesidad percibida, podemos convencerlos mediante nuestra técnica y mediante nuestro
estilo para que abrecen el Evangelio. Si podemos entender las claves psicológicas de la
gente, podemos encontrar lo que los motiva si podemos definirlo psicológicamente,
entonces podremos alcanzarlos. Y entonces, conforme la iglesia se movió del movimiento
carismático al movimiento psicológico y al movimiento pragmático, el interés en el Espíritu
Santo continuó disminuyendo y disminuyendo y disminuyendo hasta que aquí estamos en
la actualidad y es algo muy raro oír un mensaje acerca de la persona del Espíritu Santo, del
ministerio del Espíritu Santo.
Por un lado, no queremos enseñar la verdad en contraste al error que es tan popular
acerca del Espíritu Santo. Por otro lado, no estamos realmente seguros de que el Espíritu
Santo es tan critico acerca de todo, no es tan importante en todo. Porque somos tan
buenos en lo que hacemos, en términos de mercadotecnia, de estrategias, y hemos
descubierto cómo la gente piensa y hemos entendido también a la gente con nuestro
análisis psicológico, que básicamente sabemos cómo llegar a ellos. Y quizás el ministerio
del Espíritu Santo no es tan crítico como lo fue una vez. Además de eso, tenemos tantos
recursos. Tenemos tantos libros y cintas y CDs y seminarios y oportunidades para que la
gente obtenga la información que necesita y digiera y procese esa información, que
tenemos tantos ministerios, ministerios interminables. Tantos maestros en la radio y
televisión y tantos autores proliferando en el horizonte, que ciertamente hay suficiente
allá afuera como para que la gente absorba. Y no lo diríamos pero hace que el Espíritu
Santo sea menos crítico.
Bueno, algo así estaba pasando en el pensamiento de los gálatas. En las iglesias en Galicia
y Pablo se dirigió a ello. Pase a Gálatas, capítulo tres, un enfoque un poco diferente pero
lo mismo. La misma idea. Ellos también estaban disminuyendo el lugar del Espíritu Santo.
Capítulo tres de Gálatas y no quiero tomar el tiempo para desarrollar el argumento entero
aquí, pero leeremos los primeros tres versículos y haremos un par de comentarios
simplemente para preparar el contexto. “Oh, Gálatas insensatos, ¿quién nos engañó ante
cuyos ojos Jesucristo fue presentado públicamente como crucificado? Esto es lo único que
quiero saber de vosotros. Y es esto: ¿Recibisteis el Espíritu Santo por las obras de la ley
por el oír con fe? ¿Sois tan necios habiendo comenzado pro el Espíritu que ahora sois
perfeccionados por la carne?” Los Gálatas como el resto de los creyentes comenzaron sus
vidas cristianas en el poder del Espíritu. Así es como comenzaron. Pero estaban siendo
influenciados por maestros judaizantes, esos serian judíos que afirmaban el Evangelio y al
Señor Jesucristo, pero también añadían la necesidad de la circuncisión, circuncisión física
literal y obediencia a la Ley Mosaica como algo necesario para la salvación de tal manera
que esencialmente le están pidiendo a la gente que sea salva mediante el Señor
Jesucristo. Y entonces vivan sus vidas si su salvación va a ser legitima, siguiendo
ceremonias mosaicas, la circuncisión y la Ley Mosaica. El Evangelio de la gracia entonces
desaparece y en su lugar entra un sistema de esfuerzo humano.
Pablo llama esto engañados, engañados describe su condición, vizcaíno es el verbo griego.
Significa fascinar, significa encantar de una manera engañosa. ¿Quién los ha encantado y
los ha alejado de la realidad? ¿Quién los ha encantado y los ha alejado de la verdad? Ellos
se habían convertido en víctimas intencionales sucumbiendo a un tipo de espiritualidad
que agradaba a la carne. Recibieron el Espíritu Santo por la fe, comenzaron la vida
cristiana por la fe. Va a ser perfeccionada por la carne. Va a ser perfeccionada mediante
métodos carnales, por la circuncisión y por guardar la ley y las ceremonias. El punto de
Pablo es bastante simple. Si una persona recibe salvación eterna, mediante la confianza en
Cristo, quien es públicamente presentado como crucificado, versículo uno, y en ese punto
al creer en el Cristo crucificado, ha recibido la plenitud del Espíritu Santo que mora en el
como todos los creyentes lo reciben en el punto de la salvación. Y si con el Espíritu
estableciendo su residencia en la vida de ese creyente, el poder de Dios, por lo tanto, es
colocado a disposición de ese creyente, ¿por qué es que alguien se volvería al esfuerzo
humano para alcanzar metas espirituales? El Espíritu Santo es la fuente del cristiano de la
vida y el poder. El Espíritu Santo es para el cristiano lo que el creador es para la creación.
Sin Dios el creador, el mundo no llega a existir. Sin Dios como el sustentador, no continúa
existiendo. Es Dios quien lo creó y Dios quien lo sustenta. Y así es con el Espíritu Santo y el
cristiano. Sin el Espíritu Santo no seríamos la nueva criatura. Sin el Espíritu Santo, no
naceríamos de nuevo, no seríamos regenerados. Y sin el Espíritu Santo, no continuaríamos
siendo continuamente santificados por el poder divino.
Inmediatamente fuera del Espíritu Santo, regresaríamos a un estado de muerte espiritual
del cual salimos. La creación no puede continuar, no puede sobrevivir sin el poder
sustentador de Dios el creador y tampoco puede un cristiano sustentar esa vida cristiana
mediante obras o mediante ceremonias o mediante rituales religioso. Únicamente puede
ser sustentado, sostenido por el Espíritu Santo si no fuera sostenido o sustentado por el
Espíritu Santo, lo vuelvo a decir, regresaríamos a un estado de muerte espiritual. Vivimos
en el Espíritu. Estamos siendo mantenidos por el Espíritu. Él es la fuente de nuestra vida,
Él es la esfera de nuestra existencia espiritual. Nadie es algo sin el Espíritu ni es santificado
sin el Espíritu. No podemos ministrar en la carne. Ministramos eficazmente y solo en el
Espíritu. Entonces, ¿por qué le dice a los Gálatas, “Comienzan a entender el poder del
Espíritu que los salvó”? Y después darle la espalda a esa obra del Espíritu por gracia en su
corazón y regresar esas cosas que dejaron, esas cosas externas, carnales, esos elementos
simbólicos crean una sombra. Porque comenzar en el Espíritu y tratar de perfeccionar lo
que fue comenzado en la carne, en la carne. Tengo la idea de que la iglesia evangélica en
la actualidad ciertamente diría haber comenzado en el poder del Espíritu, en la salvación.
Ahora ha tratado de perfeccionarse a sí misma en la carne.
Este movimiento masivo llamado el movimiento carismático se dice ser originado por el
Espíritu Santo, pero es mucho más una obra de la carne de lo que es la obra del Espíritu,
porque el Espíritu de Dios no invierte expresiones convincentes de su poder en teología
aberrante. El Espíritu de Dios no es eso. Si hubiera un don de sanidad, no le pertenecería a
un hereje. Dios no certifica herejes. No le pertenecería a un falso maestro. No le
pertenecería a un charlatán. No le pertenecería a un fraude. No le pertenecería a alguien
que se está enriqueciendo a expensas de la gente enferma. Si Dios diera ese tipo de
capacidades de hacer milagros, no se las daría a gente que quiere llevarse su dinero y huir.
No se las daría a actores farsantes. Él no se las daría a aquellos que enseñan de manera
equivocada acerca de la obra del Espíritu Santo. Dios no certifica ni verifica el error. Pero
hemos retrocedido como si la gente en ese movimiento son los únicos que tienen un
derecho de afirmar ciertas cosas acerca del Espíritu Santo y es tiempo sin enfocarnos
necesariamente, únicamente en ese movimiento, decir que necesitamos regresar y
entender lo que la Biblia dice acerca del ministerio del Espíritu Santo. Ahora si usted
quiere conocer más acerca de ese movimiento especifico, he escrito un libro llamado Caos
Carismático, todavía habla con ese asunto con claridad acerca de los temas que son
necesarios.
Pero no es solo eso. Como mencioné hace un momento en lo que hacemos, muy capaces
en lo que hacemos en la iglesia, muy capaces en nuestro estilo y técnica, muy capaces en
de desarrollar la música que atrae una multitud, muy buenos en evaluar las necesidades
percibida psicológicas de la gente. Nos hemos vuelto muy adeptos en las estrategias
mercadológicas de tal manera que podemos vender millones y millones de libros cuando
desarrollamos la estrategia que va a funcionar en un mercado de dado y en una cultura
dada. Somos muy buenos en ese tipo de cosas y eso nos enorgullece. Y cuando muchos
números de personas responden a eso, da la ilusión de éxito espiritual y puede no tener
absolutamente nada que ver con el Espíritu Santo. Se dice muy poco acerca de la obra del
Espíritu Santo en la actualidad. Hay muy poco interés en la llenura del Espíritu Santo. Muy
poco interés en andar en el Espíritu. Y como dije en los primeros años de mi ministerio, a
dondequiera que iba estaba esto como el tema principal de qué hablar. Tuve un periodo
de unos dos y medio, casi tres años apenas antes de que llegar a Grace Church, ahí en los
sesentas cuando estaba viajando predicando unas 35 veces por mes, unas 35 veces por
mes. Hice eso por unos dos y medio años, casi tres años. Estaba hablándole
primordialmente a grupos de jóvenes aquí y allá. E invariablemente a dondequiera que
iba, querían que hablara del ministerio del Espíritu Santo. Ese era el tema en el que la
gente estaba interesada. Eso fue antes de que las cosas se confundieran tanto cono el
desarrollo del movimiento carismático y pragmático y psicológico. Esto es deshonrar al
Espíritu Santo, claro, y necesitamos regresar y dar al Espíritu Santo la honra que Él merece
como Dios. Usted no puede hacerlo a un lado sin traer deshonra a Dios porque Él es Dios.
Entonces, ¿qué vamos a aprender del Espíritu Santo? Permítame darle algunas cosas en
qué pensar. Simplemente una especie de lista, ¿muy bien? Vamos a avanzar a lo largo de
esta lista. Antes de que haga eso, simplemente un comentario más o dos. Realmente creo
que este es un pecado en la vida de la iglesia, el disminuir y menospreciar el ministerio del
Espíritu Santo es un pecado serio. Es un pecado pensar que podemos hacer lo que solo el
Espíritu Santo puedo hacer. Que podemos mediante nuestra inteligencia convertir a la
gente. El pelagianismo, por así decirlo, es un pecado. Esto es creer que la gente salva
mediante su propia voluntad y lo único que tenemos que hacer es manipular su voluntad.
Es un pecado en contra del Espíritu Santo. Es un pecado pensar que podemos ganar a la
gente a Cristo mediante nuestras técnicas. Es una especie de usurpación de la función del
Espíritu Santo. Es una especie de blasfemia, por así decirlo. Es algo así como profanar,
realmente. Y sabemos que el Espíritu Santo siempre opera, siempre lleva a cabo su obra
mediante la Palabra. Y usted no puede honrar al Espíritu sin honrar la Palabra, porque el
Espíritu es el auto de la Palabra. Se reduce al hecho de que la iglesia ha perdido su interés
en el ministerio del Espíritu Santo pensando que quizás puede hacer las cosas mejor. Estoy
profundamente preocupado y creo que el Espíritu es apagado y está entristecido por esto.
Entonces, hablemos del ministerio del Espíritu Santo.
En primer lugar, tenemos que comenzar en donde tenemos que comenzar. Y eso es que el
Espíritu Santo es el agente de la salvación. El Espíritu Santo es el agente de la salvación. No
sé si vamos a terminar esto, pero está bien. ¿Qué queremos decir con eso? Comencemos
al ver Juan 16. Juan 16. Y quiero que sepa que hay tanto en las Escrituras acerca del
Espíritu Santo que nunca podríamos realizar un estudio exhaustivo de esto en unas
cuantas noches del domingo. No estamos intentando hacer esto, sino que más bien
estamos dándole un panorama. Este es el Espíritu Santo clase 101. Esto no es el estudio
avanzado de doctrina del Espíritu Santo. Si usted quiere el estudio avanzado y más
extensivo, usted puede ir a la librería o a la biblioteca y usted puede escarbar y encontrar
tomos ahí en las repisas que van a expandir la amplitud maravillosa de la revelación bíblica
acerca del Espíritu Santo. Pero hay algunas cosas que son tan básicas con respecto al
ministerio del Espíritu Santo que necesitamos entenderlas bien y entenderlas muy bien.
En Juan, capítulo 16, el Señor Jesús está prometiendo enviar al Espíritu Santo. Él ha estado
diciendo eso. Él lo dice en el capítulo 14, lo dice en el capítulo 15 y Él lo vuelve a decir en
el capítulo 16. Vea el versículo 7. Si no me fuera a la mitad del versículo, el consolador, el
Espíritu Santo, quien así ha sido designado en la mención anterior en el capítulo 15,
versículo 26, el paracleto. Hay otras en el capítulo 14:26. “El abogado, el ayudante del
paracleto, el consolador. Si no me fuera el consolador, no vendría a vosotros, más si me
fuere os lo enviaré. Y cuando Él venga convencerá al mundo de pecado, de justicia y de
juicio. De pecado por cuanto no creen en mi, de justicia por cuanto voy al Padre y no me
veréis más. Y de juicio por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado”.
Ahora, vamos a detenernos ahí por el momento. ¿Cuál es este ministerio del Espíritu
Santo? Convencer al mundo. Convencer al mundo. Esto es traer al corazón y alma de la
humanidad no redimida la conciencia de pecado. Él lleva a cabo una obra de
convencimiento. Él convence de pecado, en primer lugar, “Porque no creen en Mí y ese es
el pecado que condena. Finalmente y en últimas, ningún otro pecado, finalmente y en
últimas, lo condenara a usted sino ese. Aquellos que van al infierno, van al infierno porque
no creen en Cristo. Cualquier otro pecado es perdonado cuando uno cree en Cristo”.
Entonces este es ese pecado definitivo condenador, rechazo de Jesucristo. El Espíritu
entonces convence. El Espíritu opera en el corazón para producir culpabilidad y temor y
ansiedad y miedo y terror y la realidad del pecado. Y después, en segundo lugar, justicia.
“Por cuanto voy al Padre y no me veréis más”. ¿Qué significa eso? Significa que el Espíritu
convence al pecador no solo de su propio pecado, sino que el Espíritu convence al pecador
de la justicia de Jesucristo, quien es totalmente diferente del pecador y esa es la razón por
la que el Padre lo recibió a su diestra. Él fue a su Padre y su Padre lo recibió y lo sentó a su
diestra debido a su justicia perfecta. Es el Espíritu de Dios entonces quien opera esas
grandes realidades en el corazón humano. La realidad del pecado del pecador y la justicia
del salvador. El Espíritu también produce en el corazón convicción con respecto a juicio.
“Que el pecado será juzgado porque el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado”.
Conforme Cristo aplastó la cabeza de la serpiente en la cruz, conforme Cristo aplastó a su
enemigo como la simiente de la mujer, de Génesis 3:15, destruye al enemigo de nuestras
almas, vemos el poder del juicio de Cristo desplegado y todos aquellos que son del
dominio de satanás experimentaran ese mismo juicio.
Esas son las cosas que el Espíritu de Dios quiere producir en el corazón a manera de
convicción. Convicción de pecado porque la gente no cree en Cristo. Convicción de la
justicia absolutamente perfecta de Cristo que por lo tanto ha satisfecho a Dios con una
expedición suficiente y propiciación y ha entrado al cielo. Y se ha sentado a su diestra. Y
en la realidad del juicio, en contra de aquellos que permanecen como parte del dominio
de satanás, debido a que esas son las áreas en las que el Espíritu Santo opera para
convencer a los pecadores. Entonces, esas deben ser las áreas que proclamamos,
¿verdad? El Espíritu Santo no lleva a cabo esta obra en un vacío. Conforme predicamos
pecado y justicia y juicio, probemos la verdad necesaria para que el Espíritu Santo lleve a
cabo su gran obra. Hay que reconocer que predicar el pecado no es popular, no es lo que
la gente quiere oír, pero es absolutamente necesario. Predicar la justicia perfecta de
Jesucristo y el hecho de que Su sacrificio es por lo tanto una satisfacción perfecta de la ley
santa de Dios y la ofrenda perfecta que satisface su ira santa, Él entonces recibe a Cristo a
su diestra. Y entonces estamos predicando aquí la gran doctrina de la sustitución. Las
grandes doctrinas de la propiciación. Y claro, predicamos juicio. Y eso significa el juicio del
príncipe de este mundo y todos aquellos que son parte de su reino de las tinieblas
predicamos juicio eterno, infierno eterno, ira eterna, retribución eterna. El Espíritu Santo
de Dios opera para producir estas cosas. El Espíritu Santo necesita que la Palabra se
proclamada en estas categorías para que Él lleve a cabo su obra. Y ahí, literalmente a lo
largo de las páginas de las Escrituras, a lo largo de las páginas de las Escrituras, estas
verdades son reiteradas una y otra vez en el Antiguo Testamento a manera de profecía y
tipo y símbolo. Y a lo largo del Nuevo Testamento.
Escuche 1 Tesalonicences 1:5: “Porque nuestro Evangelio no vino a vosotros en Palabra
solamente, sino en poder y en el Espíritu Santo con plena certidumbre”. Cuando usted
predique el Evangelio, en el poder del Espíritu, Él produce convicción. Si yo quiero
evangelizar a alguien, si yo quiero predicar un mensaje que realmente puede cambiar los
corazones de la gente, lo primero que tengo que entender es que yo no puedo hacer eso.
Yo no puedo hacer eso por mí mismo. Solo hay uno que transforma a la gente y ese es
Espíritu Santo. Entonces, quiero hacer la pregunta: ¿qué es lo que el Espíritu Santo hace?
¿Qué es lo que el Espíritu de Dios usa para comenzar la obra de convicción? Y es la verdad
acerca del pecado y la verdad acerca de Cristo y la cruz y la verdad acerca del juicio. En
segundo lugar, si vamos a comenzar en el comienzo, tenemos que entender que es el
Espíritu Santo quien produce convicción cuando la verdad es proclamada y oída y
entendida. También es el Espíritu Santo quien produce arrepentimiento, de hecho, tengo
la confianza de que eso es precisamente lo que tenemos en el capítulo 11 de Hechos en el
versículo 18: “Cuando oyeron estas cosas se callaron glorificando a Dios y diciendo, ‘De
manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida’.” ¿Y cómo es
que esto sucedió? La predicación mencionada antes en los versículos anteriores y después
en el versículo 15: “El Espíritu Santo cayó sobre ellos así como cayó sobre nosotros al
principio”. Versículo 17: “Dios les dio el mismo don que nos dio a nosotros”. Entonces
después de – también después de creer en el Señor Jesús porque el mismo Espíritu que
vino sobre nosotros es el Espíritu que vino sobre ellos, quien antes de eso les había
concedido arrepentimiento.
El Espíritu produce convicción acerca de pecado, convicción acerca de la verdad de la cruz,
lo cual está relacionado con el pecado y nuestra pecaminosidad y es la única esperanza
que tenemos de escapar del juicio. Y el Espíritu produce convicción acerca del juicio para
producir arrepentimiento. Y claro, podemos añadir a eso, observe 1 Pedro 1:12; 1 Pedro
1:12. El Espíritu energizo capacita el Evangelio y estas son simplemente maneras
diferentes de ver la misma obra dinámica del Espíritu. Pero 1 Pedro 1, dice: “Les fue
revelado que no estaban sirviéndose a sí mismos, sino a vosotros en estas cosas”,
hablando de los profetas del Antiguo Testamento, “en estas cosas que ahora os han
anunciado a vosotros a través de aquellos que predicaron el Evangelio a vosotros
mediante al Espíritu Santo enviado del cielo. El Evangelio cuando es verdaderamente
predicado, es predicado por el Espíritu Santo enviado del cielo”. ¿Por qué decimos eso?
¿Estamos hablando de algún poder místico? Bueno, estamos hablando ciertamente del
poder divino del Espíritu Santo. También estamos hablando del Evangelio que nos ha sido
dado por la inspiración del Espíritu Santo. Entonces, el Espíritu, quien es el autor del
Evangelio, también es el que lo energiza. Aquellos que predican el Evangelio a usted por el
Espíritu Santo enviado del cielo, dando la indicación aquí es que el Espíritu Santo es el que
energiza o el que capacita la predicación del Evangelio. 1 Juan 5 dice: “El Espíritu es el que
da testimonio porque el Espíritu es la verdad. En donde hay una representación de la
verdad de las Escrituras viene del Espíritu Santo y por lo tanto el testimonio del Espíritu es
aun más energizado por el Espíritu”.
Regrese a Juan, capítulo 3 y simplemente estamos tocando estas cosas de manera breve
para avanzar un poco, pero en Juan, capítulo 3 todo se une en cierta manera aquí cuando
Jesús tiene su conversación con Nicodemo. “¿Cómo puede un hombre nacer cuando es
viejo?” Hablando del nuevo nacimiento, hablando de cómo entrar al Reino de Dios, es
necesario nacer de nuevo. Y después en el versículo 5, “De cierto, de cierto os digo”, Jesús
dice, “a menos de que alguien nazca de agua y del Espíritu, él no puede entrar al Reino de
Dios. Aquello que es nacido de la carne, carne ella. Aquello que es nacido del Espíritu,
Espíritu es”. El punto aquí es que el Espíritu regenera. Entonces el Espíritu convence de
pecado, de justicia y de juicio. El Espíritu produce arrepentimiento mediante esa
convicción. El Espíritu energiza, capacita la predicación del Evangelio. El Espíritu entonces
regenera. Si hay regeneración es porque el Espíritu ha hecho eso. El Espíritu da vida. Esa
es la razón por la que estamos hablando de ser nacido del Espíritu. En Tito, capítulo 3 dice
en el versículo 5: “Nos salvó, no por obras que nosotros hubiéramos hecho de justicia,
sino según su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación
por el Espíritu Santo”. Es el Espíritu quien renueva y regenera. Esos son casi sinónimos en
ese pasaje.
Entonces, la obra entera de salvación es la obra del Espíritu de Dios. Él es el autor de las
Escrituras, la cual es la fuente de verdad acerca del pecado, justicia y de juicio. Él es el
autor de las Escrituras, lo cual es el llamado al arrepentimiento. Él es el autor de las
Escrituras, lo cual es la verdad del Evangelio. Él es quien entonces a través de la
proclamación de las Escrituras, convence, produce arrepentimiento, energiza, capacita la
predicación del Evangelio y el testimonio y regenera y da vida nueva. Ahora, eso no es
todo lo que el Espíritu Santo hace, pero eso es la obra inicial. Y hay muchas maneras de
ver eso en el flujo general de la enseñanza del Nuevo Testamento. Permíteme tan solo
darle un par de ilustraciones. Observe 2 Tesalonicenses 2:13. Y aquí encontramos un
panorama un poco más amplio de este ministerio inicial del Espíritu Santo. 2
Tesalonicenses 2:13: “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a
vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio
para salvación mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad”. No estamos
hablando de santificación progresiva aquí. Estamos hablando de la santificación aquí que
es sinónima con la salvación y la santificación con frecuencia es sinónima con la salvación.
La palabra santificación significa ser apartado, significa ser limpiado, significa ser
separado. Eso es lo que es la salvación. Somos separados del pecado. Somos separados de
la inequidad. Somos separados se la condenación. Somos separados del reino de las
tinieblas al reino del Hijo de Dios. Entonces, la salvación inicial es el inicio de la
santificación. Es una separación y de eso es de lo que estamos hablando aquí, porque dice,
“Salvación mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad”. Sucede de esa
combinación perfecta de creer la verdad cuando es proclamada y experimentar el poder
glorioso del Espíritu Santo. Él nos aparta para Dios. Esta es otra manera de decir todo lo
que ya dije, que Él nos convence y Él causa el arrepentimiento y el apodera el Evangelio y
Él regenera simplemente otra manera de decir lo mismo. Hay muchas otras cosas que el
Espíritu Santo hace, pero todo comienza con su obra poderosa de salvación.
Entonces, regresando a nuestro texto en Gálatas, capítulo 3, usted no necesita ir ahí.
Simplemente escuche. Pablo dice: “Habiendo comenzado en el Espíritu, ahora son
perfeccionados por la carne”. Sabemos que comenzamos en el Espíritu. Todo comenzó
con la obra del Espíritu y necesitábamos recordar de nuevo el hecho de que cualquier
evangelismo que hace a un lado la agencia o los agentes que el Espíritu usa, esto es la
revelación bíblica acerca del pecado, la justicia, el juicio. La verdad bíblica acerca del
arrepentimiento. La verdad bíblica acerca del Evangelio. Ya hablamos un poco de eso esta
mañana y lo que está involucrado en una presentación verdadera y apropiada del
Evangelio y la verdad bíblica acerca de la regeneración. Y eso no es algo que el pecador
puede hacer por sí mismo, pero eso es algo que solo Dios puede hacer y todo lo que el
pecador puede hacer es clamar a Dios y rogarle a que Dios haga eso a favor de él. Cuando
predicamos ese tipo de mensaje, entonces predicamos la verdad que el Espíritu de Dios
aplica.
Habiendo comenzado en el Espíritu, ¿podemos entonces ser perfeccionados por la
actividad de nuestra carne? Esa es la pregunta que Pablo está haciendo y mientras que se
relaciona con el asunto específico que estaba sucediendo ahí, ¿van a entonces seguir en
algún tipo de forma de vida carnal, algún tipo de forma de vida externa, ceremonial,
ritualista y asumir que eso es necesario para aferrarse a su salvación y progreso con Dios?
Si usted lo hace, entonces está dejando el Espíritu con quien usted comenzó y ahora está
viviendo en la carne y esto es una especie de engaño. Necesitamos continuar en el Espíritu
ahora que hemos comenzado en el Espíritu y necesitamos continuar en el Espíritu. ¿Qué
significa eso? Permítame darle unas cuantas cosas para comenzar y probablemente podría
darle una 15 o 20 cosas que el Espíritu hace, pero vamos a ver cómo las podemos resumir.
Por aquí hay un par de cosas con las que necesitamos comenzar, ¿muy bien? Número uno,
Él nos trae el conocimiento de y la comunión con Dios. Él nos trae el conocimiento de Dios
y la comunión con Dios. El Espíritu es el que nos da acceso a la comunión con Dios. Él es la
fuente de toda nuestra comunión, toda nuestra comunión. Pase a Romanos 8. Romanos 8,
hay un par de pasajes que dicen esto. Y serían suficientes por el momento para presentar
el punto, pero en Romanos, capítulo 8, este ese el capítulo que habla de la vida del
Espíritu y quiero sugerirle que usted no podría estudiar nada mejor que este capítulo 8
entero y descubrir lo que significa vivir en el Espíritu. Y lo vimos antes en nuestro estudio
doctrinal cuando estábamos hablando de la doctrina de la santificación. Pero trata del
Espíritu. Versículo 9, por ejemplo, bueno, podemos regresar al versículo – podemos
regresar hasta el principio del capítulo, pero comencemos en el versículo 6: “Porque el
ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz”. Versículo 9:
“Más vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios
mora en vosotros”. Versículo 11: “Y si el Espíritu de Aquel que levanto de los muertos a
Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también
vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros”. Versículo 13: “Porque si
vivís conforme la carne moriréis, más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne,
viviréis”. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios.
Entonces, estamos hablando de la vida en el Espíritu aquí. Esto es claro, es claro.
Comenzamos en el Espíritu y vivimos en el Espíritu. Seguimos viviendo en el Espíritu, no
según la carne. Pero simplemente vea el versículo 14 y vamos a seleccionar uno de los
elementos, que esto es un tesoro para todos nosotros. “Porque todos los que son guiados
por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios. Cuando usted experimenta la guia directa
del Espíritu de Dios en su vida, es una afirmación de que usted pertenece a Dios como un
hijo verdadero, pues no había recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en
temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos, ‘¡Abba,
Padre!’ El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios”.
Ahora, esta es una realidad maravillosa en nuestras vidas. Literalmente, decimos, “Abba,
Padre”. Eso básicamente es un diminutivo para ‘papi, papito’ que significa cariño,
intimidad. Es como el escritor de Hebreos diciendo, “Acorcémonos”, o Santiago, “Acercaos
a Dios y Él se acercará a vosotros”. Este es un privilegio inmenso, llamar a Dios, “papito,
papi”. Y hacemos eso por el Espíritu. El Espíritu nos libera del temor. Nos libera del terror.
Nos libera del miedo que uno puede tener en el corazón de uno al acercarse a Dios, quien
es un Dios santo, glorioso. Y venimos a la presencia de Dios como hijos y venimos con
disposición y corremos a su presencia. Y le hablamos de manera íntima y descargamos
nuestros problemas y preocupaciones y deseos y nuestras peticiones y oraciones y
nuestra alabanza. Y decimos, “papito, papi”. Y esa es la obra del Espíritu. Cuando uno ha
sido nacido de nuevo, el Espíritu de Dios produce esa actitud en el corazón de un
creyente. Nos sentimos atraídos a Dios, no temerosos de Él. Nos sentimos privilegiados de
pedirle cualquier cosa y el Espíritu de Dios nos da esa libertad interna.
El Espíritu de Dios ha revelado en las Escrituras, como el medio divino, mediante el cual las
Escrituras han venido a nosotros. Todas estas cosas que son verdad acerca de nuestra
relación, pero no creo que únicamente está hablando de información. Creo que está
hablando de un espíritu o actitud. Ese es el versículo 14: “Si sois guiados por el Espíritu,
estos son los hijos de Dios. Usted no ha recibido un espíritu de esclavitud. Eso se acabó”.
Usted oye a la gente hablar de ser convertido y de que la carga sido levantada. Usted oye
a la gente hablar de que nunca antes quería orar, no tenía conocimiento de Dios, no tenía
interés en Dios. De pronto son convertidos a Jesucristo y quieren orar y quieren leer la
Palabra y les encanta tener comunión y quieren cantar alabanzas y el sentido de que Dios
está abierto, hay un gozo verdadero de comunión, porque el acceso ha sido abierto.
Inclusive, podemos echar todo sobre de Él porque sabemos que Él se preocupa por
nosotros. Podemos descargar todo problema en nuestras vidas. Podemos ser honestos
con Él acerca de nuestros pecados. No tenemos que esconderlos de Él. Podemos ser
honestos con Él acerca de nuestros pecados. Debemos ser honestos con Él acerca de
nuestros pecados. Debemos confesarlos todos delante de Él sin temor, sabiendo que
todos han sido cubiertos por su gracia a través del sacrificio de Cristo. Entonces, el Espíritu
nos abre la comunión con Dios. Y conforme usted crece como creyente, esta comunión
gozosa, esta oración gozosa y alabanza se apodera más y más de su vida y hay una libertad
maravillosa en eso. Cantamos himnos acerca de la santidad de Dios. Cantamos himnos
acerca de la gloria de Dios. Los cantamos con una sonrisa, los cantamos con gozo en
nuestros corazones. Los cantamos con gusto. Podemos venir delante del Señor, como dijo
el salmista, con cantos. Verdaderamente somos personas felices. No tenemos temor
debido a la obra del Espíritu Santo.
Hay un segundo ministerio del Espíritu Santo del que le quiero hablar en esta noche. Y
simplemente voy a cubrir éste brevemente. Voy a dejar el resto para la próxima vez. Él
ilumina las Escrituras. Él ilumina las Escrituras. Acabamos de terminar nuestro estudio
breve de la doctrina de las Escrituras. Y la doctrina de la inspiración de las Escrituras.
Usted puede construir un pequeño puente en su mente a esta función en particular, del
Espíritu Santo. Él ilumina las Escrituras, como mencioné antes, según las palabras de
Pedro, 2 Pedro 1, dijo una profecía de la Escritura es de interpretación humana. Porque
ninguna profecía de la Escritura fue traída por voluntad humana. Sino que los santos
hombres de Dios fueron movidos por el Espíritu Santo de Dios. Eso nos dice que el Espíritu
Santo es el autor de las Escrituras. Pero Él no solo es el autor de las Escrituras, Él es el
iluminador de las Escrituras. El iluminador de las Escrituras. 1 Juan 2. Véala por un
momento, 1 Juan 2, le voy a dar un par de pasajes que ver. 1 Juan capítulo 2 y versículo
20: “Más vosotros tenéis la unción del Santo. Vosotros tenéis la unción o una unción del
Santo y todo sabéis”. O algunas versiones dicen, “Ustedes lo conocen todo”. ¿Qué es esta
unción? Bueno, no es ningún otro que el Espíritu Santo, quien es la fuente de nuestro
entendimiento de las Escrituras. Ahí en el versículo 27: “En cuanto a vosotros la unción
que de Él recibisteis permanece en vosotros”. Ahora sabemos que estamos hablando del
Espíritu Santo. Lo recibimos del Señor y Él permanece en nosotros. “Y no tenéis necesidad
de que nadie os enseñe”. No necesitamos ninguna filosofía humana, sabiduría humana,
maestros humanos. No significa que no necesitamos un maestro lleno del Espíritu. No
significa que no necesitamos a maestros creyentes, porque el Señor le ha dado a la iglesia
evangelistas y maestros y pastores maestros con enseñanzas de las Escrituras. Pero no
tenemos necesidad alguna de alguien fuera de aquellos que son los medios, mediante los
cuales el Espíritu nos enseña la Palabra, porque conforme su unción les enseña de todas
las cosas y es verdadera y no es mentira. Y así como les ha enseñado, vosotros
permanecer en Él. Él está en nosotros y nosotros en Él. El Espíritu vive en nosotros y
nosotros vivimos en el Espíritu. Vivimos y nos movemos y tenemos nuestro ser en la
esfera del Espíritu Santo. Literalmente poseemos la vida del Espíritu y el Espíritu vive en
nosotros. Esto es algo maravilloso. Y el ministerio del Espíritu, por lo tanto, esta unción,
este regalo de Dios, este depósito colocado en nosotros es nuestro maestro, el que nos
abre un entendimiento de la verdad divina. La palabra unción aquí es la palabra crisma.
Significa unción. Algo colocado en nosotros como un aceite de unción. Y es el Espíritu de
verdad, como dije en Juan 14; Juan 15; Juan 16. El Espíritu de verdad viene a guiarnos a
toda la verdad, a guiarnos para ver las glorias de Cristo. Vamos a ver más de eso más
adelante. Todo esto, claro, se refiere al Espíritu Santo.
Pero para el pasaje que es más crítico acerca de esto, pase a 1 Corintios 2 y vamos a
terminar aquí. Simplemente unos cinco minutos o por ahí. 1 Corintios, capítulo 2 y
versículo 9. Ahora, el versículo 9 parte de un par de pasajes en Isaías, “Antes bien como
escrito, cosas que ojo no vio ni oído oyó”. Muy bien, esta sería verdad no disponible a la
búsqueda empírica. No está disponible para la búsqueda empírica, en segundo lugar, ni
han subido en corazón de hombre. No está disponible mediante la intuición. Usted no
puede encontrar esto externamente y no lo puede encontrar internamente. Sino que esas
cosas que son verdad son las que Dios ha preparado para los que le aman. Todo lo que
Dios tiene para aquellos que son sus hijos, no está disponible en términos de
entendimiento para los no regenerados. No está disponible para ellos. Usted no las puede
encontrar externamente mediante el esfuerzo académico. Usted no las puede encontrar
internamente mediante la intuición. Versículo 10: “Pero Dios nos la reveló a nosotros. Esto
es estas cosas que Él ha preparado para los que le aman, mediante el Espíritu, por el
Espíritu. Dios nos la reveló por el Espíritu. Porque el Espíritu todo lo escrudiña, aun lo
profundo de Dios”. Esto quiere decir que el Espíritu conoce todo lo que la mente de Dios
conoce porque el Espíritu es Dios. Pero Dios nos la reveló a nosotros por el Espíritu. El
Espíritu, de nuevo, es el agente mediante el cual todo lo que Dios conoce y quiere que
conozcamos nos es provisto. Y Él da una pequeña analogía: “Porque ¿quién de los hombre
sabe las cosas del hombre sino el espíritu del hombre que está en Él? Así tampoco nadie
conoció las cosas de Dios sino el Espíritu de Dios”. Si usted quiere conocer los
pensamientos de Dios, entonces Dios va a tener que determinar, revelar esos
pensamientos a usted y Él ha hecho eso mediante su Espíritu. “Y nosotros no hemos
recibido”, versículo 12, “el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios para
que sepámonos lo que Dios nos ha concedido”. Todas estas cosas maravillosas que usted
no puede encontrar mediante una búsqueda académica externa, usted no las puede
encontrar mediante intuición interna. Todas estas cosas que Dios ha preparado para los
que le aman, no están disponibles para nadie fuera de aquellos que son instruidos,
enseñados por el Espíritu Santo. “Y nosotros”, versículo 12, “hemos recibido al Espíritu”.
Entonces, tenemos a un maestro interno residente de la verdad quien nos ilumina. Esto es
parte de la doctrina de la iluminación. La inspiración nos trae el mensaje. La iluminación es
la obra del Espíritu que nos da un entendimiento de lo que el mensaje significa. El Espíritu
nos iluminó para entender nuestra pecaminosidad. El Espíritu nos iluminó para entender
el Evangelio. El Espíritu nos iluminó desde el comienzo mismo y continúa esta obra de
hacer que brille la luz de la verdad de manera brillante en nuestras mentes. Entonces, dice
Pablo, versículo 13, lo cual también hablamos. “Entonces hablamos las cosas que el
Espíritu nos reveló, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que
enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no
percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura. Y no las puede
entender porque se han de discernir espiritualmente”.
Recibí una llamada telefónica hace unos cuantos meses atrás del History Channel. Y el
History Channel sigue haciendo todos estos documentales religiosos acerca de Jesús y el
Nuevo Testamento y el Antiguo Testamento y la Biblia. Y usted ha visto alguno de ellos. Y
dijeron, “Nos gustaría que fuera uno de nuestros expertos regulares acerca de la Biblia, ¿le
interesaría?” Y mi respuesta fue, “Absolutamente no. Absolutamente no”. Porque no hay
concordia entre Cristo y Belial. No hay comunión entre la luz y las tinieblas. Usted no
puede tener una lista entera de gente negando lo que la Biblia dice y entiendo su
negación, porque está explicado aquí. El hombre natural no acepta las cosas que son del
Espíritu de Dios. Son locura para él. Él no puede entenderlas porque se evalúan
espiritualmente, él está espiritualmente muerto. Entonces, termina con una respuesta
intelectual o alguna respuesta intuitiva que no se acerca a la verdad, ¿y por qué me voy a
subir a un barco de necios? Yo no necesito ser simplemente otra voz en esa multitud,
particularmente cuando será mi tendencia de decir, bueno, todos ustedes están mal y yo
conozco exactamente lo que es la verdad. Duraría, creo que solo un programa. Me
habrían editado para que no dijera nada y no es porque yo soy más inteligente que ellos,
no lo soy. No es porque yo tengo más escuela que ellos. No. Es porque tengo al maestro
de verdad, residente que vive en mí e ilumina la Palabra cuando me aplico diligentemente
a entenderla. Y lo más maravilloso de todo esta en versículo 16: “Porque ¿quién conoció la
mente del Señor? ¿Quién lo instruirá? ¿Quién conoce la mente del Señor sino el Espíritu
del Señor?” Esa es la implicación. Más nosotros tenemos la mente de Cristo.
Es algo sorprendente entender que esperamos – espero que la gente no regenerada haga
a un lado la interpretación bíblica. Espero que entienda de manera equivocada el Antiguo
Testamento y el Nuevo Testamento. Me he sentado con algunos rabinos, algunos
caballeros muy decentes, algunos muy brillantes, mucho más brillantes que yo y mucho
más elocuentes que yo, que no entienden el Antiguo Testamento. No lo entienden en
absoluto y yo entiendo eso. He leído, interactuado con – entre comillas – estudiantes y
eruditos del Nuevo Testamento que no lo entienden en lo absoluto. Y yo lo entiendo, no
porque soy más inteligente, sino lo entiendo porque soy como usted. Tengo al maestro,
tengo al residente en mí. El que escribió las Escrituras. Y quien la interpreta. Y sé que
algunas veces usted piensa que yo invento cosas, que simplemente usted no puede
encontrar. Inclusive, hace una semana alguien me dijo, “¿De dónde sacas estas cosas?
Vengo cada semana y presentas cosas que nunca he visto en el texto”. Solo quiero que
sepa, no hay secreto. Como le dije a un joven pastor hace muchos años atrás quien me
dijo, “¿Cuál es el secreto para la gran predicación?” Yo le dije, “Interpretación precisa del
Texto”. ¿Cómo haces eso? Mantente sentado en la silla hasta que has entendido lo que
significa. Usted tiene la promesa del maestro de la verdad, pero no va a suceder en un
vacío de ignorancia. Usted tiene que aplicarse a sí mismo. ¿Sabe usted lo que realmente
es ser pastor? Es simplemente tener la libertad de trabajar con suficiente esfuerzo como
para traerle lo que usted no tiene tiempo de encontrar. O quizás la preparación. Quizás
estoy justificando la necesidad de mi existencia, pero ¿qué puedo decir? Usted está aquí y
está escuchando. Eso es algo bueno. Pero es tan maravilloso salir de horas y horas de
estudio cada semana y decir, “Sé lo que esto significa. Sé lo que esto significa”. La obra
iluminadora del Espíritu de Dios lo ha hecho claro. Significa esto. Y lo que Pablo está
diciendo aquí es nadie conoce a la persona sino el espíritu de esa persona. Y eso es verdad
en el sentido divino por analogía. Nadie realmente conoce la mente de Dios, sino el
Espíritu de Dios y no estamos agradecidos porque el Espíritu de Dios escribió la verdad
aquí para que tengamos la representación verdadera de la mente de Dios y la mente de
Cristo. Entonces, el Espíritu ha establecido su residencia en nosotros para iluminar esa
verdad a nosotros.
Bueno, esa es 2 de 10. Cubriremos algunas más las próxima semana. Padre, de nuevo, qué
día tan maravilloso para estar juntos y queremos honrarte, Espíritu Santo, no hay razón
por la que no podemos orar a Ti y alabarte y agradecerte, Bendito Espíritu, por salvarnos,
por convencernos de pecado, justicia y de juicio. Te damos gracias, Espíritu Santo, por
producir en nosotros arrepentimiento. Te damos gracias por avivar y hacer que el
Evangelio fuera vivo y penetrara en toda su sabiduría. Te damos gracias por regenerarnos,
por darnos vida para que pudiéramos abrazar, entender la verdad gloriosa del Evangelio.
Te damos gracias por santificarnos. Te damos gracias por darnos conocimiento íntimo de
Dios y te damos gracias por llevarnos a su presencia en la que disfrutamos de comunión
en la dulzura de la oración y la alabanza. Te damos gracias por abrirnos la Palabra, aunque
no somos mucho nobles o poderosos. Somos los débiles y los bajos y los que no somos
nada ni nadie. Tenemos la mente de Cristo. Te damos gracias porque eso nos ha sido dado
a conocer y la podemos entender por la obra que Tú llevas a cabo, Bendito Espíritu Santo
y lamentamos y nos duelen las actitudes en la actualidad que te hacen a un lado. Esto
debe ser un momento de tristeza para Ti. Se nos advierte en las Escrituras a no entristecer
al Espíritu Santo. Se nos advierte no apagar al Espíritu Santo. Y se nos llama a darte honra
a Ti, oh Espíritu Santo, que Tú perdones los pecados horrendos en contra de Ti, por parte
de aquellos que dicen ser hijos de Dios. Y que Tú le des a la iglesia un nuevo deseo por
conocer Tu obra y por conocer Tu persona. Por experimentar Tu poder. Por depender de
Ti. Que aquellos de nosotros que estamos en el Espíritu, vivamos por el Espíritu y no por la
carne. Que no seamos como esos gálatas, que seamos engañados por medios humanos,
sino que siempre sepamos que la obra que Tú haces, es hecha mediante la Palabra.
Haznos fieles a eso. Y que Tú seas honrado en nuestras vidas conforme andamos,
conforme a Tu voluntad y en Tu poder. Oramos en el nombre de Cristo. Amen.
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John MacArthur
Esta noche vamos a continuar con nuestra mirada al Ministerio del Espíritu Santo. Estamos
en un estudio doctrinal y algunas veces escarbamos en cierta profundidad y cubrimos
algunos aspectos más estrechos de la teología. Y algunas veces damos una especie de
panorama general, una especie de entendimiento elemental más simple, más directo de
estas diferentes doctrinas. Y al hacerlo nos esforzamos por hablarle a aquellos que han
estado aquí por mucho tiempo y aquellos que conocen y entienden los grandes temas de
la teología. Y al mismo tiempo hablarle a aquellos que son nuevos y necesitan un
entendimiento básico.
Y en esta noche, como vimos en nuestra última mirada al Ministerio del Espíritu,
realmente estamos hablando de un entendimiento muy básico de la obra del Espíritu
Santo. Creo que es obvio para todos nosotros que el Espíritu Santo es el miembro de la
Trinidad que recibe la menor cantidad de atención. Tenemos muchas, muchas canciones
que son escritas y cantadas acerca de Dios, acerca de la gloria de Dios, la persona de Dios,
la obra poderosa de Dios desde la creación a lo largo de la redención. Tenemos himnarios
llenos de canciones de alabanza a Dios, tenemos muchas canciones, quizás inclusive más
acerca de las realidades maravillosas de la persona de Cristo y la obra del Señor Jesucristo.
De hecho parece no haber fin a las canciones que son escritas acerca de nuestro Salvador.
Tenemos una cantidad mucho menor de himnos y una cantidad mucho menor de
canciones que están dedicadas a la persona y obra del Espíritu Santo. Él es incluido aquí y
allá como una frase o en una referencia a la Trinidad, pero simplemente no hay una
himnología sustancial relacionada con el Espíritu Santo. Y eso nos deja cortos de darle
adoración al tercer miembro de la Trinidad, adoración la cual es debida al Espíritu.
También tenemos una tolerancia baja al error doctrinal con respecto a la naturaleza de
Dios. Corremos, por así decirlo, para rescatar a Dios de los herejes y de aquellos que
hablan de Él de una manera que no es un reflejo verdadero de su naturaleza. Hacemos
todo lo que podemos por proteger la naturaleza de Dios y la obra de Dios. Hacemos lo
mismo por Cristo, somos excesivamente prontos por asegurarnos de que no se represente
de manera equivocada la persona y obra del Señor Jesucristo. Somos cuidadosos en
definir las facetas de la encarnación de la naturaleza de Cristo, el Dios encarnado, el Dios
en carne humana. Somos prontos por entender todo matiz de su obra redentora, por
entender la cruz y la importancia de la cruz y los grandes temas doctrinales de la
redención en toda su plenitud y en todo su detalle minúsculo. Somos cuidadosos de hecho
cuando hablamos de Dios y de Cristo.
Por otro lado, cuando hablamos del Espíritu Santo tendemos a ser mucho más tolerantes
de representaciones equivocadas del Ministerio del Espíritu Santo, las cuales por cierto
abundan por todos lados. Con frecuencia no corremos para rescatar las grandes verdades
acerca del Espíritu Santo. A lo largo de los años me he esforzado por hacer eso de vez en
cuando. Hace varios años atrás escribí un libro titulado Los Carismáticos en un esfuerzo
por cuestionar un movimiento no bíblico que representaba de manera equivocada la obra
del Espíritu Santo. No tenía idea en ese entonces de que el movimiento continuaría
expandiéndose mucho más allá de lo que vi cuando escribí ese libro allá por los setentas.
Escribí otro libro titulado Caos Carismático, el cual se esforzaba por volver a ver esa
representación equivocada del Espíritu Santo en ese paradigma en particular de la
santificación que conocemos como el movimiento carismático. También fue unos cuantos
años después de eso que sentí la necesidad de hablar del asunto del paradigma de la
psicología y mucho de lo que estaba predicando y enseñando no solo aquí sino en
conferencias de pastores y otras oportunidades que tuve por todo el país y por todo el
mundo era tratar de definir un entendimiento bíblico de la santificación fuera de la
entrada o la influencia de la psicología humana. Pero de nuevo con frecuencia me sentí
como una voz que clamaba en el desierto, como si estuviera nadando contra corriente en
contra de la tendencia evangélica la cual era un movimiento carismático que seguía
creciendo y creciendo y un movimiento psicológico que seguía expandiéndose
continuamente.
Después vino el movimiento pragmático, en donde en esencia hemos definido la idea de
que nos movemos hacia adelante en nuestras vidas espirituales mediante técnicas,
mediante ciertos medios de operación que podemos si nos sentamos bajo la enseñanza de
los maestros correctos y aplicamos los principios correctos. Y el pragmatismo ha hecho lo
mismo, ha quitado la prioridad, ha quitado el énfasis, en algunos casos casi ha hecho que
desapareciera el Espíritu Santo en su totalidad. Hay muy poca enseñanza en el ministerio
pragmático impulsado por la mercadotecnia de los evangélicos en la actualidad acerca de
la obra del Espíritu Santo.
Entonces regreso una vez más con el mismo tipo de objetivo que ocasionalmente ha
tenido a lo largo de los años, y ese objetivo consiste en regresar a que pongamos atención
a la realidad de la persona y el Ministerio del Espíritu Santo, tener un paradigma de
santificación verdadero, un entendimiento verdadero de la obra del Espíritu es crítico
debido a que los paradigmas falsos de santificación no pueden refrenar la carne, no
pueden alejar del pecado, no pueden llevar al crecimiento espiritual y a la eficacia
espiritual ni a la gloria de Dios. La iglesia tiene doctrinas muy débiles acerca del Espíritu
Santo, su persona y obra, y una muy grande tolerancia hacia errores con respecto a la
obra y el Ministerio del Espíritu Santo.
Entonces estamos viendo el asunto de cómo el Espíritu Santo nos ministra a nosotros los
que estamos en la familia de Dios. Y comenzamos como un buen punto de partida con
Gálatas capítulo 3, y una pregunta que es presentada en el versículo 3, “Sois tan necios
habiendo comenzado por el Espíritu, ahora, sois perfeccionados por la carne.” Si
pensamos en esto y lo pensamos bíblicamente, recordamos que nuestra salvación es una
obra del Espíritu, nacemos de nuevo por el Espíritu de Dios mediante el medio de la
palabra de verdad. Somos nacidos del Espíritu, como estábamos hablando inclusive de eso
esta mañana. Entonces entendemos que nuestro nuevo nacimiento, nuestra
regeneración, nuestra conversión es una obra del Espíritu de Dios. No es por sangre ni de
la voluntad de la carne ni de la voluntad del hombre, sino de Dios mediante el Espíritu que
hemos sido salvos. Y después habiendo comenzado en el Espíritu eso es comenzado
nuestra vida en Cristo en el Espíritu, somos tan necios como para pensar que la perfección
espiritual puede venir a través de la carne mediante algún medio humano. Y la respuesta a
la pregunta, claro, es que no debemos ser tan necios, debemos reconocer que así como
fuimos regenerados por el Espíritu seremos santificados también por el Espíritu y
únicamente por el Espíritu.
Ahora, vimos al principio la obra salvadora del Espíritu Santo. Hablamos de cuatro cosas
que el Espíritu convence de pecado. Jesús dijo en Juan 16 que Él enviaría al Espíritu, y
cuando Él venga convencería al mundo de pecado y de justicia y de juicio. Esta es la obra
inicial del Espíritu Santo al salvar a una persona, convencer a esa persona de su pecado.
Esto no es natural para el hombre. Esto no viene mediante la voluntad del hombre, como
vimos en las palabras de Jesús quien dijo con respecto al joven rico, que este hombre
estaba tratando de hacerlo por sí mismo algo que era imposible. Él no puede cambiar su
propia vida, inclusive la convicción de pecado, inclusive la obra de la ley pronunciándolo
culpable delante de Dios bajo una maldición y dirigiéndose al juicio eterno es un tipo de
convicción no natural para la humanidad, sino concedido sobrenaturalmente por el
Espíritu de Dios. Entonces Él lleva a cabo la obra de convicción.
Fluyendo de eso está su segunda obra. Él produce a partir de esa convicción penitencia o
arrepentimiento. También es la obra del Espíritu causar que el pecador se arrepienta. En
tercer lugar, el Espíritu energiza o capacita el Evangelio en el corazón individual. Es el
Espíritu quien hace que el Evangelio esté vivo. Es el Espíritu quien aviva el Evangelio.
Inclusive en su predicación 1 Pedro 1:12 dice, “El Evangelio fue predicado por el Espíritu
Santo enviado del cielo.” Esto es, fue predicado de tal manera que penetró el corazón de
una manera transformadora. Y claro, después en cuarto lugar, el Espíritu lleva a cabo la
obra en sí de la regeneración, siendo renovado, recibiendo vida nueva. Esa es la obra
salvadora del Espíritu, convicción, arrepentimiento, capacitando la verdad del Evangelio
en el corazón para producir fe y la obra de regeneración.
Todo eso es la obra del Espíritu, la salvación es la obra del Espíritu en su totalidad, como el
viento sopla de dónde quiere, viene de dónde desea venir, va a dónde desea ir, no
tenemos control sobre eso, solo podemos ver su efecto. Así es el Espíritu Santo, Él hace lo
que Él quiere, con quien Él quiere, cuando Él quiere inclusive en la obra de la
regeneración, como Jesús le estaba señalando a Nicodemo. Entonces es la obra del
Espíritu Santo.
Ahora, en el momento de la salvación hay varias cosas que el Espíritu de Dios hace. Según
las Escrituras la manera muy clara del Espíritu de Dios de manera inmediata establece Su
residencia en la vida de todo creyente. De tal manera que 1 Corintios 6:19 dice que somos
el templo del Espíritu de Dios. Romanos 8:9 lo dice de esta manera, “Y si alguno es de
Cristo, él tiene al Espíritu Santo. Si alguno no tiene el Espíritu no es de Él.” Entonces el
Espíritu de Dios establece Su residencia en el creyente. 1 Corintios 12:13 lo expresa de
esta manera, “Somos bautizados por Cristo mediante el Espíritu en el cuerpo.” Y entonces
hay una obra de bautizo que Cristo lleva a cabo mediante el poder del Espíritu
colocándonos en el cuerpo de Cristo. Todo eso se lleva a cabo en el momento mismo de la
salvación. Debemos concluir también que en ese mismo momento el Espíritu nos asegura
para la gloria eterna. El primer capítulo de Efesios presente esto de manera muy clara, que
se nos da el Espíritu Santo como un sello, esto es somos sellados hasta el día de la
redención. Entonces recibimos al Espíritu Santo, establece Su residencia en nosotros, el
Espíritu de Dios entonces por Su poder nos coloca en la vida de la iglesia, el cuerpo de
Cristo. El Espíritu nos asegura hasta la gloria eterna.
Inclusive hay una obra separadora del Espíritu Santo, dice en 2 Tesalonicenses capítulo 2,
versículo 13, “Que hemos sido santificados por el Espíritu y la fe en la verdad.” Lo cual
significa apartados del pecado, el pecado ya no tiene dominio sobre nosotros, somos
apartados de él por la obra del Espíritu. Y otra cosa que el Espíritu hace según 1 Corintios
capítulo 12, versículo 4 al 7 es que el Espíritu de Dios nos concede capacidades de
ministerio, capacidades de ministerio sobrenaturales. Estas son llamadas los dones del
Espíritu. Todo esto converge en el momento mismo de nuestra redención, desde la
convicción al arrepentimiento y la fe en el Evangelio. Esta obra regeneradora entera hasta
que el Espíritu establece Su residencia en nosotros, el Espíritu nos bautiza en el cuerpo de
Cristo asegurando nuestra gloria eterna apartándonos del pecado y dándonos ministerio,
capacidades espirituales sobrenaturalmente dadas. Todo esto ocurre en nuestra salvación.
Entonces así es como comenzamos en el Espíritu. Es algo poderoso, poderoso que el
Espíritu domina el volverse hijo de Dios. Es una obra grande, poderosa, duradera,
permanente que es sobrenatural y que es llevada a cabo por el Espíritu de Dios. Si usted lo
piensa en un sentido trinitario es el Padre quien elige, es el Padre que atrae, es el Hijo
quien paga el precio para comprar a los redimidos, y es el Espíritu entonces quien aplica la
obra del Padre y la obra del Hijo al individuo.
Ahora, que poseemos todas estas cosas mediante el Espíritu Santo, quien ha establecido
Su residencia en nosotros de tal manera que mientras que estemos viviendo en este
mundo mora en nosotros el Espíritu Santo viviente. ¿Cuál es Su obra continúa? Habiendo
comenzado en el Espíritu, ¿cómo entonces somos perfeccionados en el Espíritu?
La última vez le di un par de cosas para comenzar. Número uno, el Espíritu nos lleva de
manera incremental a la intimidad con Dios. El Espíritu nos lleva más y más a la intimidad
con Dios. Usted oyó a Juan decir cuando estaba dando su testimonio esta noche, que él
conoce a Dios, que él conoce a Cristo, que él ama a Cristo, que él conoce, él sabe que hay
una relación personal con el Señor que existe en su vida. Esta es la obra del Espíritu Santo.
Este es el Ministerio del Espíritu.
Y señalamos un par de versículos, simplemente se los recuerdo brevemente porque son
importantes en esta área. Romanos capítulo 8, versículo 14, “Porque todos los que son
guiados por el Espíritu de Dios, estos son los hijos de Dios. Porque no habéis recibido el
Espíritu de esclavitud que os lleva a temer, sino que habéis recibido el Espíritu de
adopción como hijos por el cual clamamos Abba Padre.” Abba Padre significa papito. De
pronto pensamos en Dios como nuestro papá, nuestro papito, ya no como una figura
distante, terrible, aterradora con la que no debemos jugar, sino que de pronto hemos sido
llevados a un sentido de intimidad con Dios en donde corremos a entrar a Su presencia
como niños pequeños llamándole papá en el sentido más cariñoso y cálido y lo hacemos
sin temor y eso es debido a cierta actitud, cierta disposición que ha sido llevada a cabo en
nosotros por la obra del Espíritu que mora en nosotros.
Y dice entonces versículo 16, “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro Espíritu de que
somos hijos de Dios.” Esta es la obra del Espíritu, confirmarnos que pertenecemos a Dios
de una manera tan verdadera, tan íntima como para poder llamarle a Dios nuestro papá.
La misma verdad maravillosa es presentado para nosotros en Gálatas capítulo 4 en donde
dice en el versículo 6, “Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones
clamando Abba Padre.” Cuando le hablamos a Dios con familiaridad, cuando le hablamos
a Dios con intimidad, cuando hablamos acerca de nuestro Dios siendo personal y
conociendo a Dios, esta es la obra del Espíritu Santo.
Lo segundo que le señalé la última vez, no solo el Espíritu nos lleva a la intimidad con Dios,
sino que Él ilumina las Escrituras, Él ilumina las Escrituras. Vimos 1 Corintios capítulo 2, y
no vamos a regresar a los detalles ahí. Pero recuerde lo que dice ahí, “Dios ha revelado las
cosas que ojo no ha visto ni oído ha oído, ni pueden entrar al corazón del hombre. Dios
nos las ha revelado mediante el Espíritu.” Mediante el Espíritu. “Y el Espíritu nos las ha
dado – versículo 13 – no en palabras enseñadas por sabiduría humana, sino en palabras
enseñadas por el Espíritu, combinando pensamientos espirituales con palabras
espirituales.” Dios ha tomado la verdad espiritual. Dios el Espíritu ha tomado la verdad
espiritual y la ha colocado en palabras espirituales en las Escrituras. De tal manera que en
las Escrituras tenemos la mente de Cristo. Y como aprendimos de 1 Juan, también
tenemos al Espíritu Santo que mora en nosotros, quien es una unción de Dios, que nos
enseña todas las cosas. Entonces tenemos la palabra escrita por el Espíritu, verdades
espirituales colocadas en palabras espirituales, y no solo tenemos las Escrituras escritas
por el Espíritu sino que tenemos morando en nosotros al maestro de las Escrituras, la
unción que viene de Dios. Muy bien.
Número tres, y vamos a continuar en nuestro pequeño bosquejo acerca de los ministerios
básicos del Espíritu Santo, Él glorifica a Cristo para nosotros, Él glorifica a Cristo para
nosotros. Veamos Juan 15 por un momento Juan capítulo 15, versículo 26, y aquí nuestro
Señor dice, cuando el consolador, cuando el paracletos venga de dos palabras, llamar y
estar al lado. “Cuando aquel quien es llamado a venir al lado de nosotros, cuando Él venga
a quien yo os enviaré del Padre, esto es el Espíritu de verdad.” Él está hablando del día de
Pentecostés. Hablando del momento cuando el Espíritu de Dios es enviado, Él es el
Espíritu de verdad quien procede del Padre, Él dará testimonio de mí, Él dará testimonio
de mí. En el capítulo 16 si usted pasa al versículo 14, lo mismo se vuelve a decir. De hecho
el versículo 13, “Cuando el Espíritu de verdad venga, Él los guiará a toda la verdad.” Eso es
lo que acabamos de ver en el segundo punto. Él no hablará de suyo propio sino que lo que
Él oiga, Él lo hablará y Él lo revelará lo que está por venir. Esto, claro, se relaciona con la
espiración que vino mediante el Espíritu a los escritores de las Escrituras, pero va más allá
de eso también. Él es el Espíritu de Dios, Él nos guía a toda la verdad en las Escrituras. Y
como el verdadero intérprete de las Escrituras residiendo en nosotros.
Después versículo 14 dice, “Él me glorificará porque tomará de lo mío y os lo revelará a
vosotros.” Este es el Ministerio maravilloso del Espíritu de Dios, y es apuntarnos a
Jesucristo.
Ahora, si usted ve 1 Corintios capítulo 12, usted verá esto en un contexto totalmente
diferente pero uno muy importante 1 Corintios capítulo 12, en la iglesia corintia había un
tumulto que se estaba llevando a cabo en el nombre de dones espirituales, la gente
estaba hablando en balbuceo como si fuera un verdadero lenguaje dado por Dios, era una
especie de balbuceo pagano, una especie de experiencia esotérica que todavía es común
en algunos ambientes paganos. Algunas veces ellos estaban hablando pensando que era el
Espíritu de Dios y de hecho estaban maldiciendo a Cristo. Esto podría ser porque de hecho
en algunas ocasiones hablaron un lenguaje que de alguna manera se les dio o fue hablado
a través de ellos mediante demonios. Los demonios estaban usando el desorden de la
iglesia corintia para representar de manera equivocada la verdad y para blasfemar a
Cristo.
Y entonces él les dice en el versículo 1, “Acerca de los dones espirituales no quiero que
seas ignorante. Vosotros sabéis que cuando erais paganos, erais llevados a los ídolos como
erais llevados.” Cuando estaban en el paganismo eran llevados a un tipo de experiencias
que no involucraban la mente, eran llevados a los ídolos mudos, ciertamente por los
demonios. Y quiero que esto sea conocido, que nadie que hable por el Espíritu de Dios
dice que Jesús es anatema, es maldito, puede imaginarse que en el nombre de algún don
espiritual por parte de Dios de hecho estaban maldiciendo a Jesús. Pablo dice, “Nunca.
Jamás.” Cuando está hablando por el Espíritu de Dios dice que Jesús es anatema. Pero por
otro lado nadie puede llamar a Jesús Señor excepto por el Espíritu Santo. El Espíritu Santo
se preocupa por exaltar a Cristo. Cualquier persona que exalta a Cristo lo está haciendo
bajo la influencia del Espíritu Santo. El Espíritu Santo siempre nos lleva a darle gloria a
Cristo, a reconocer el señorío de Cristo como la única persona gloriosa, divina, quien es
nuestro Salvador y nuestro Redentor. No solo nos lleva a la salvación, no es solo para
llevarnos a la salvación, yo creo que Jesucristo realmente es el tema de todas las
Escrituras. Fue Él mismo quien dijo en el camino a Maus que Él era el tema del Antiguo
Testamento. Él dijo, “Escudriñad las Escrituras porque dan testimonio de mí, hablan de
mí.” Antes en Su ministerio. Y en el camino a Maus Él comenzó en Moisés y en todos los
profetas y en los escritos sagrados y les mostró todas las cosas acerca de sí mismo. Él es el
tema del Antiguo Testamento. Él ciertamente es el tema de los Evangelios, Su Evangelio es
el tema del libro de los hechos y Su obra redentora es el tema de todas las epístolas, y Su
regreso glorioso es el tema del libro de Apocalipsis. Y entonces Él es el tema de todas las
Escrituras, de tal manera que el Espíritu Santo continúa aplican la verdad de las Escrituras
para apuntarnos directamente a la gloria de Jesucristo. ¿Qué es lo que Él tiene en mente?
Observe 2 Corintios capítulo 3 por tan solo un momento. 2 Corintios capítulo 3, y el último
versículo en este gran capítulo. 2 Corintios 3:18, Pablo dice, “Pero nosotros todos con cara
o rostro descubierto, a diferencia de Moisés quien tuvo un velo sobre su rostro en su
experiencia de la gloria de Dios en el Antiguo Testamento. El velo es quitado. Miramos
como en un espejo claramente la gloria del Señor. No vemos las cosas en sombras como
Moisés lo vio cuando él fue metido al lado de una roca y vio y Dios permitió que la gloria
pasara solo la parte de atrás al lado de él o enfrente de él, no la gloria plena. No tenemos
una perspectiva disminuida de Dios como Moisés la tuvo. No tenemos, ni la iglesia de
Jesucristo la tiene, una perspectiva velada de Dios. En Cristo Dios es revelado de una
manera más grande que jamás lo fue en el Antiguo Testamento. Un día Él será revelado de
una manera más plena cuando Él venga en la segunda venida y se despliegue a sí mismo
en esa gloria que disfrutaremos en la eternidad. Pero por ahora el velo es quitado como
estaba colocado en el Antiguo Testamento y vemos en un espejo y vemos la gloria del
Señor y dónde es que vemos eso. Es en la Palabra de Dios. Aquí es en donde Su gloria es
revelada, es revelada en las Escrituras. Y conforme continuamos viendo la gloria del Señor
revelada en las Escrituras” El versículo 18 dice, “Somos transformados a la misma imagen.
Nos movemos de un nivel de gloria al siguiente. Estos son niveles ascendientes de gloria.”
Otra manera de decirlo, nos volvemos más y más como Cristo, conforme miramos Su
gloria estamos siendo transformados a la misma imagen. ¿Qué imagen? La imagen de la
gloria de Cristo que vemos en las Escrituras.
Una de las razones por las que siempre predicamos a Cristo, una de las razones por las que
nunca puedo estar contento con estar fuera de los Evangelios de Cristo es porque Cristo
siempre debe estar en despliegue, Él debe ser siempre el enfoque de todo porque
conforme usted mira Su gloria, usted es transformado a Su imagen moviéndose de un
nivel de gloria al siguiente, al siguiente. Esta es una manera bíblica típica de hablar acerca
de gloria ascendente o que se incrementa. ¿Y quién lleva a cabo la obra? Al final del
versículo 18, “Como por el Espíritu del Señor.” Entonces el Espíritu no solo nos muestra a
Cristo en el momento de nuestra salvación activando nuestra fe en el Evangelio, sino que
el Espíritu continúa revelándonos la gloria de Cristo, y conforme eso es revelado a
nosotros mediante la palabra que Él ha escrito y mediante la iluminación conforme
leemos la palabra literalmente estamos siendo transformados a la imagen misma de esa
gloria por la obra del Espíritu Santo.
Entonces de una manera continua él glorifica a Cristo para nosotros y nos moldea de
manera incremental más y más en la gloria de Cristo. Recuerde usted lo que Pablo en
Gálatas 4:19, “Hijitos míos por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto hasta que Cristo
sea formado en vosotros.” Cualquier pastor fiel entiende que queremos que el pueblo de
Dios sea como Cristo. Este es el premio del supremo llamamiento por el cual Pablo
entregó su vida, él buscó la imagen de Cristo. Conforme vemos la gloria de Cristo una
transformación se lleva a cabo, es en ciertas maneras una transformación imperceptible,
en ciertas maneras una transformación lenta, no monumental, es un movimiento gradual
que se incrementa más y más subiendo por la escalera gloriosa hacia la imagen completa
de Cristo. Esto es hecho por la obra del Espíritu Santo y lo hace mediante la palabra la cual
es el don de la gloria de Cristo, es revelada y desplegada.
Número cuatro, el Espíritu Santo nos guía personalmente a la voluntad de Dios. Ahora,
usted debe tener cuidado cuando usted habla de esto porque hay mucha gente que está
por todos lados diciendo que usted necesita escuchar la voz de Dios. Dios quiere hablarle
a usted, asegúrese de que esté sintonizado de alguna manera y escuché Su voz. Y eso
puede volverse un poco peligroso. No estamos hablando de impulsos, no estamos
hablando de algún tipo de experiencia que usted puede sentir. Eso puede ser muy
peligroso.
De lo que estamos hablando es que hay un movimiento sobrenatural del Espíritu de Dios
providencialmente en la vida de un creyente en la dirección de aquello que Dios
determina, y algunas veces ni siquiera lo sabemos hasta que es hecho, puedo pensar,
bueno, por ejemplo mi esposa Patricia, me casé con ella. Pensé que era la voluntad de
Dios, pero no tuve ninguna inclinación sobrenatural, no hubo algún tipo de aureola sobre
la cabeza de ella, no hubo ninguna obra sobrenatural de Dios mediante la cual Él me habló
de la oscuridad y dijo cásate con esta niña. Me quise casar con ella, lo sabía, nunca quería
casarme con nadie más, simplemente quería casarme con ella. Y pensé que mi vida estaba
bien y entonces pensé que si hacía lo que estaba bien, el Señor entonces me estaba
guiando y entonces me casé con ella. No tenía idea alguna de cómo será mi vida, y ella no
tenía idea, ¿verdad? Todavía no tiene idea de lo que está por venir, no teníamos idea de
cómo se vería el futuro, no teníamos concepto del lugar al que iría, Dios sabía a dónde iría,
Dios sabía exactamente lo que necesitaba, Dios sabía exactamente cuál era el plan y quién
sería la ayuda idónea perfecta, el Espíritu de Dios me guió.
Ahora, esto no fue fácil para el Espíritu de Dios porque cuando yo comencé a darme
cuenta de ella, ella estaba comprometida con alguien más. Ese es un problema serio. De
hecho estaba tan lejana la posibilidad que ella tenía invitaciones para la boda para casarse
con ese hombre y estaban ya las invitaciones con dirección en la cajuela de su auto y ella
supuestamente debía llevarlas a la oficina postal. ¿Quién la refrenó? No hay duda alguna,
no hay duda. Ahora, en ese momento ella no sabía lo bueno, que estaba consiguiendo,
pero el meollo del asunto es que lo que está pasando aquí es este movimiento
sorprendente del Espíritu de Dios quien detiene a una joven de enviar invitaciones para
una boda y realmente ella no sabe por qué.
En ese momento yo no tuve poder para enfrentar eso, pero Dios conocía todo acerca de
eso y Dios conocía a la persona que necesitaba para mi vida y para que fuera la madre de
mis hijos y la abuela de mis nietos y para que fuera mi colaboradora en el Ministerio, y su
Ministerio, su objetivo es ese tipo de guía personal providencial. Y dice usted, bueno,
¿cómo puedes estar seguro de que vas a seguir cuando suceda? Y el meollo, y he dicho
esto durante los años y años al enseñarle a los jóvenes, simplemente asegúrate de que
éstas caminando con el Señor como debes caminar, y si estás caminando con el Señor en
obediencia a Su palabra eso es lo que significa caminar en el Espíritu. Y si estás caminando
o andando en el Espíritu Él va a llevarte al lugar en donde Él quiere que esté. ¿Por qué vine
a Grace Church? Bueno, hubieron un par de iglesias en otros lugares que me habían
hablado de ser el pastor, un estado en una isla en Hawái, esa tuvo algo de atractivo. Otra
fue una iglesia en Long Beach. ¿Y por qué aquí? Vine aquí, no escuché ninguna voz de
Dios, no escuché alguna señal del cielo, pero fue tan obvio que Dios me estaba guiando
aquí, más obvio cuando llegué, más obvio ahora que nunca.
Y eso nos lleva de regreso a Romanos 8:14, “Todos los que son guiados por el Espíritu de
Dios, estos son los hijos de Dios.” Él no nada más lo echa a andar a usted y después lo deja
solo, tú sigues a partir de ahí. Es un poco más dramático por ejemplo en el libro de los
Hechos, en el capítulo 13 del libro de los Hechos, habían en Antioquia, en el versículo 1, en
la iglesia que estaba ahí, profetas y maestros, Bernabé y Simeón, quien era llamado Níger
y Lucio de Cirene y Manáen, quien había sido criado con Herodes el tetrarca, y Saulo. Y
mientras que estaban ministrando al Señor y ayunando el Espíritu Santo dijo, “Apartadme
a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado. Y cuando hubieron ayunado y
orado y habiéndoles impuesto las manos los enviaron, fueron enviados por el Espíritu
Santo. Ahora, obviamente el Espíritu Santo habló en ese día antes de que se completaron
las Escrituras, y varias cosas milagrosas se estaban llevando a cabo en la era apostólica.
Ese no es el punto, así no es como el Espíritu de Dios opera ahora. Pero el punto que
quiero que observe es que el Espíritu de Dios determina a quién quiere enviar a qué lugar.
Y eso no ha cambiado.
Y entonces podemos tener la confianza de que el Espíritu de Dios providencialmente nos
va a dirigir, no va a ser un sentimiento, va a ser el desarrollo de Su voluntad. Y para estar
en el medio de ella usted necesita asegurarse de que está andando en el Espíritu, lo cual
significa andar de manera o vivir de manera coherente en obediencia con la Palabra de
Dios. Y veremos eso cuando lleguemos ahí más adelante en nuestra pequeña lista. Me
encanta lo que dicen Hechos 15, “Pareció bien al Espíritu Santo y a nosotros no imponeros
mayor carga que estas cosas.” Ahora, eso es andar en el Espíritu, le pareció bien al Espíritu
y a nosotros, aquí está la confianza de que estaban operando en la dirección que era
coherente con la obra del Espíritu. Hechos 16, pasaron por la región de Frigia y Galacia
habiendo sido impedidos por el Espíritu Santo a hablar la palabra en Asia. Y cuando
llegaron a Misia, estaban tratando ir a Vitina y el Espíritu de Jesús no les permitió.
Ahora, mire, aquí estamos de nuevo, en algunos casos parece bien para el Espíritu que
vayan por este camino, fue la voluntad del Espíritu separados de la iglesia en Antioquia y
enviarlos a otro lado. En otra ocasión el Espíritu los detiene de ir a cierto lugar. Los
fenómenos de era apostólica son diferentes, fueron diferentes de la actualidad. Pero el
mismo Espíritu ejerce los mismos propósitos y la misma voluntad para querer que
vayamos aquí y no allá, y si usted quiere disfrutar la plenitud del Espíritu en un cónyuge de
por vida, en una carrera en su vida, en un ministerio. Entonces nos vemos obligados a
estar en el Espíritu, y eso es andar en el Espíritu, y eso es estar caminando en obediencia a
la Palabra de Dios para que estemos bajo el control del Espíritu. Entonces el Espíritu Santo
provee intimidad con Dios, el Espíritu Santo ilumina las Escrituras, el Espíritu Santo
glorifica a Cristo y el Espíritu Santo nos guía a la voluntad de Dios, no mediante violencia,
no al violar nuestra inclinación, sino al inclinar sobrenaturalmente nuestra voluntad,
cambiar sobrenaturalmente nuestros deseos y mediante la providencia al ordenar las
circunstancias.
El Espíritu Santo mueve el corazón como también ilumina la mente, Salmo 143:10,
“Enséñame a hacer Tu voluntad.” Salmo 119:35, “Hazme ir en el camino de Tus
mandamientos en los que me deleito.” A.W. Pink describió esta guía del Espíritu con estas
palabras, “Aquellos que son dirigidos por este Espíritu divino son movidos a examinar sus
corazones y notar de manera frecuente sus caminos y llorar por su carnalidad y
perversidad a confesar sus pecados y buscar diligentemente gracia para capacitarlos para
ser obedientes.” Ahora, conforme usted ora de esa manera y usted vive de esa manera el
Espíritu de Dios dirige su vida. Es una manera tan maravillosa el vivir así, es lo único que
he vivido en mí vida, es todo lo que he conocido. El Espíritu de Dios me guió a la mujer
correcta. El Espíritu de Dios me guió a la iglesia correcta. El Espíritu de Dios me guió a la
escuela correcta, al ministerio correcto, a la gente correcta con quien trabajar. Mi vida
está llena de gente que han sido traídos a mi vida por el Espíritu Santo. Es sorprendente,
sorprendente. De hecho es abrumador tener al Espíritu Santo traer a tantas personas
dotadas en su vida. La gente me dice, ¿cómo realizas tantos ministerios diferentes?
¿Cómo haces todo eso? Y mi respuesta es yo no hago todo eso, yo básicamente me
aparezco aquí el domingo y predico y todo lo demás sucede porque el Señor a través de la
obra del Espíritu ha traído este ministerio a muchas personas dotadas, y miro a todas
estas personas y digo todas son regalos del Espíritu Santo, me son dadas a mí por la obra
providencial del Espíritu Santo. Y espero que estas personas también sientan que el resto
de nosotros son dados a ellos por el Espíritu Santo.
Y simplemente algo sorprendente vivir su vida nunca mirando hacia atrás, nunca dudando,
la gente me dice, “Si tuvieras que vivir otra vez tu vida, ¿qué harías diferente?” Mi
respuesta es yo no estoy a cargo de mi vida, yo no estoy a cargo de mi vida. Mi vida me ha
sucedido a mí, yo no he hecho que sucediera. Aún no entiendo por qué sucede como
sucede, pero que aventura. Si usted simplemente se queda en el lugar en donde Dios
quiere que usted esté entonces usted va a andar en el Espíritu y usted simplemente va a
caminar en las áreas de la voluntad de Dios que el Espíritu tiene para usted.
Bueno, le voy a dar una más y después guardaré las últimas que quedan para la próxima
vez, voy a estar fuera un par de semanas, entonces serán unas cuantas semanas antes de
que regresemos. Número 5, el Espíritu nos ministra a través del cuerpo de creyentes. Y
quería decir esto porque encaje con lo que acabamos de estar explicando. Dios nos rodea
con gente por su Espíritu Santo, Él nos une de una manera que crea ministerio mutuo para
tener un impacto máximo. Esta no es solo una iglesia donde la gente se sienta en una
banca y escucha a alguien hablar. Esto no es nada más una religión a la cual alguien se
apega. Esto es, por la definición del Nuevo Testamento, un cuerpo de creyentes, somos el
cuerpo de Cristo, tenemos vida en común, la vida de Dios. Y hemos sido colocados, como
un cuerpo es colocado, con todas las partes necesarias para eficiencia completa y total
espiritual y para cumplir con la voluntad de Dios. Y todas las partes tienen que estar ahí.
Tenemos que tener personas que tienen el don de liderazgo y la capacidad de predicar y
enseñar y ministrar. Tenemos que tener aquellos que pueden discernir el conocimiento de
las Escrituras y aplicar la sabiduría de la Palabra de Dios. Tenemos que tener personas que
sirven y gente que tienen el don de fe, que pueden orar. Todas esas funciones. Todos esos
ministerios son cruciales para el cuerpo de Cristo.
Observe 1 Corintios capítulo 12, y veremos cómo esta es la obra del Espíritu Santo. 1
Corintios capítulo 12, versículo 4, ahora bien hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el
mismo, el Espíritu es el mismo, el mismo Espíritu por el que podemos decir Jesús es Señor,
es el que capacita todos estos dones. No estamos hablando de alguien como un niño
dotado, ese es un uso diferente de la palabra en su totalidad. No estamos hablando de su
capacidad de tocar el violín o de ser precoz en términos matemáticos cuando usted tiene
6 años de edad. No estamos hablando de su coeficiente intelectual, no estamos hablando
de su capacidad deportiva, esas son cosas humanas. Estamos hablando de dones
espirituales aquí, capacidades espirituales, capacidades de ministerio, son dadas por el
Espíritu. Hay variedad de ministerios, mismo Señor, variedad de efectos, mismo Dios. Hay
capacidades que difieren, funcionan en ministerios diferentes y tienen una variedad de
efectos. Todo es el mismo Dios, todo es el mismo Señor y todo es el mismo Espíritu.
Pero a cada uno, versículo 7, a cada creyente le es dada la manifestación del Espíritu para
provecho. Cada uno de ustedes como creyente tiene la manifestación del Espíritu
mediante una capacidad de ministerio. El Espíritu de Dios le ha dado usted una capacidad
de ministerio para el bien en común, no es para usted, es para nosotros, es para nosotros.
Porque esta es dada por el Espíritu palabra de sabiduría, a otro palabra de ciencia según el
mismo Espíritu, a otro fe por el mismo Espíritu. Y después en la época apostólica habían
dones de sanidades, a otro el hacer milagros, a otro profecía, a otro discernimiento de
espíritus, diversos géneros de lenguas, y a otro interpretación de lenguas. Pero todas estas
cosas las hace uno y el mismo Espíritu repartiendo a cada uno en particular como Él
quiere. Todo individuo tiene una manifestación del Espíritu en una capacidad de
ministerio en la época apostólica.
Y ese es otro estudio para otro momento. Hubieron dones de señales los cuales son
milagros, sanidad, lenguas, interpretación de lenguas. Romanos capítulo 12 también tiene
una lista de dones que necesita ser comparada con esta. Romanos capítulo 12 habla de un
cuerpo, todos los miembros no tienen la misma función. Versículo 4, “Nosotros que somos
muchos somos un cuerpo en Cristo, individualmente miembros los unos de los otros. Y
tenemos dones que difieren según la gracia que nos fue dada; profecía, servicio,
enseñanza, exhortación, dar, presidir, misericordia.” En 1 Pedro 4 usted tiene dos
categorías; hay dones de servicio y donde se habla que son multicoloridos, multiformes, y
todos no son dados por el Espíritu Santo. Eso es lo que el versículo 11 dice en 1 Corintios
12:11, “Uno y el mismo Espíritu hace todas estas cosas.” Esto es lo que es sorprendente. El
Señor por el este coloca todas estas personas juntas para que podamos ministrarnos de
manera mutua el uno al otro en plenitud para que pueda haber una manifestación de la
gloria plena de Cristo mediante Su cuerpo, el cual es la iglesia.
Esa es la razón por la que se nos manda en Hebreos 10, y este es un mandato importante
conocido por usted, Hebreos capítulo 10, versículo 24, “Y considerémonos unos a otros
para estimularnos al amor y a las buenas obras.” ¿Cómo hacemos eso? Mediante nuestros
dones, mediante nuestros ministerios el uno al otro. No dejando de congregarnos como es
el hábito de algunos. No sea como algunos que no están aquí todo el tiempo. No deje el
congregarse sino que más bien exhortando mucho más conforme veis que el día se
acerca. Nos reunimos para tener un ministerio mutuo. Nos reunimos para estimularnos
unos a otros al amor y a las buenas obras. Usted puede añadir a eso toda la lista de los
unos a otros en el Nuevo Testamento, exhortaos unos a otros, orad unos por otros, amaos
unos a otros, reprendeos unos a otros, restauraos unos a otros, y siguen y siguen y siguen.
Así es como el cuerpo de Cristo funciona. Todos estos unos a otros, todos estos dones son
la obra del Espíritu Santo. Habla del Espíritu Santo, entonces tiene un ministerio continuó
mediante el cuerpo de creyentes, mi don no es para mí, es para usted. Su don no es para
usted, es para mí. Y todos somos enriquecidos por la multiplicidad de dones dados por el
Espíritu, capacitados por el Espíritu.
Entonces cuando usted piensa en el Espíritu Santo pase algo de tiempo adorando al
Espíritu Santo, adórelo, adórelo de la misma manera en que usted adora a Cristo, adórelo
de la misma manera en la que usted adora a Dios Padre.
Sé que no tenemos suficientes himnos para cantarle al Espíritu Santo, necesitamos escribir
más. Adore al Espíritu Santo como el que lo ha regenerado a usted, como el que lo ha
traído a usted a la intimidad con Dios, como el que le ha dado a usted las Escrituras y está
iluminándolo a usted para que entienda esas Escrituras, como el que está mostrándole a
usted la gloria de Cristo, como el que de manera personal está guiándolo a usted a la
voluntad de Dios dirigiendo todos los asuntos de su vida en la dirección de la voluntad de
Dios, como el que lo ha colocado a usted en el cuerpo y lo ha dotado a usted y a toda la
gente que lo rodea para el ministerio mutuo. ¿Por qué?
Veamos Efesios 4 y vamos a detenernos ahí. Y veamos cómo está ministerio mutuo opera,
Efesios 4 versículo 12, habla de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, el
perfeccionamiento de los santos para la obra del Ministerio, para edificación del cuerpo
de Cristo porque, por qué, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del
conocimiento del Hijo de Dios a un varón perfecto a la medida de la estatura de la
plenitud de Cristo. Lo que queremos es un cuerpo que se ve como el de Cristo. Le
agradezco a Rich por lo que dijo hace un momento cuando él dijo que la gente que viene a
las diferencias se van no solo hablando de la enseñanza sino hablando del Ministerio de la
gente. Eso es tanto la obra del Espíritu Santo como lo es la enseñanza y la predicación. Y
ese es la plenitud cuerpo manifestando la plenitud de Cristo. Eso es lo que debe ser una
iglesia, la gente debe venir a una iglesia y debe decir, la enseñanza obviamente es
capacitada por el Espíritu Santo, pero también lo es el amor y también es la comunión y
también es el Ministerio mutuo a todo nivel. Es obvio que el Ministerio de los niños y
jóvenes y adultos es capacitado por el Espíritu Santo. Es obvio que el Ministerio a los
necesitados y a aquellos que están sufriendo es capacitado por el Espíritu de Dios. Debe
permearlo todo de tal manera que Cristo es manifiesto en todos lados porque hemos
alcanzado lo que Pablo llama la medida de la estatura que pertenece a la plenitud de
Cristo.
Bueno, mi tiempo se acabó y tengo un par de puntos importantes más, y después una
especie de retrato final acerca de cómo caminar en el Espíritu. Pero guardaremos eso para
la próxima vez.
Espíritu Santo, venimos delante de ti ahora, te adoramos y pedimos perdón por
contristarte, por a pagarte, por no darte la honra y la gloria que te mereces. Tú eres tan
digno como lo es Cristo. Tú eres tan digno como lo es Dios Padre. Tú eres todo glorioso. Tú
eres maravilloso. Tú eres majestuoso. Tú eres eterno. Te adoramos. Te amo alabanza y
honra y gratitud por implementar todo lo que el Padre y el Hijo han establecido en el
decreto eterno para desarrollarlo en el plan de redención. Te damos gracias por
convencerlos de pecado, por llevarnos al arrepentimiento, por avivar nuestros corazones
bajo el poder del Evangelio, por regenerarnos. Te damos gracias, oh Espíritu Santo, por la
obra continua de santificación, separándonos del pecado más y más. Te damos gracias por
venir establecer tu residencia en nosotros aunque somos indignos. Te damos gracias por
colocarnos en el cuerpo. Te damos gracias por equiparnos con capacidad de Ministerio
que es sobrenatural. Te damos gracias glorificar a Cristo más y más para nosotros y
moldea nos a Su más imagen. Te damos gracias por guiarnos a entender la palabra y a
conocer Tu voluntad de las providencias de la vida. Te damos gracias por llevarnos al lugar
en donde Tú quieres que estemos, enriqueciendo nuestras vidas con dones tan buenos,
con regalos tan buenos. Gracias por colocarnos en el cuerpo de Cristo en donde Tú puedes
ministrar nos no solo en nuestras propias vidas, sino mediante las vidas de aquellos que
nos rodean en la comunión. Te amamos. Enséñanos a amarte más y a regocijarnos en ti,
que nunca, nunca te asignemos esas cosas que no son tuyas, que nunca te abaratemos,
que defendamos la integridad de Tu Ministerio como es revelada en las Escrituras, que
defendamos Tu honra y Tu gloria, que seamos representantes verdaderos de Tu obra, que
coloquemos Tu obra en despliegue por la manera en la que vivimos individualmente, que
sea obvio que estamos llenos del Espíritu, que somos controlados por el Espíritu y que
somos guiados por el Espíritu, porque no hay otra explicación para nuestro impacto
espiritual como individuos, y que nuestra iglesia te responda de tal manera a tus
influencias poderosas mediante la palabra y mediante Tu guía interna para que podamos
llegar en el ejercicio de todos nuestros ministerios a la plenitud misma de Cristo, para que
Cristo verdaderamente sea mostrado. Sabemos que esto te agrada a ti, porque así como
Cristo vino a mostrarnos el Padre, Tú has venido a glorificar al Hijo. Y te alabamos y te
damos gracias por esta obra. Te damos gracias porque Tú nos sellaste para la gloria eterna
y el sello nunca puede ser roto. Nos has asegurado para que lleguemos a nuestro destino
eterno. Y por eso también te alabamos. Y volvemos encomendarnos a caminar en
obediencia a la voluntad que es revelada a través de las Escrituras para que podamos
caminar verdaderamente en Tu poder y en Tu dirección y conocer la plenitud de gozo que
Tú concedes, porque el reino de Dios es justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. Danos ese
gozo en plenitud. Oramos en el nombre de Cristo. Amén.
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John MacArthur
Hemos estado estudiando una pequeña serie acerca del ministerio esencial del ministerio
del Espíritu Santo. Nuestra explicación continua de la doctrina bíblica y no tratando de
explicar los detalles técnicos en este proceso, sino que más bien regresar a los elementos
sustanciales básicos del ministerio del Espíritu Santo. Y he estado muy preocupado por
esto, porque creo que necesita de manera desesperada atención en la iglesia en la
actualidad. De hecho, estoy preocupado porque la doctrina de la santificación, como se le
llama teológicamente, es casi un elemento ausente en el ministerio en esos días. Nos
encontramos en una situación no diferente a la de los gálatas. Abra su Biblia en Gálatas,
capítulo 3 y vamos a refrescar nuestra mente acerca de la situación en la que estaban. Y
después quiero leer una sección de Gálatas, capítulo 5 en donde nos concentraremos.
Gálatas, capítulo 3, versículo 1: “¡Oh, gálatas insensatos!” Un lenguaje fuerte. Son
insensatos. “¿Quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros, ante cuyos ojos
Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado? Esto solo
quiero saber de vosotros”. Pablo reduce su deseo a uno: “Recibisteis el Espíritu por las
obras de la ley o por el oír con fe. Tan necios sois habiendo comenzado por el Espíritu,
¿ahora vais a acabar por la carne?” Habían comenzado por el poder del Espíritu, es la obra
del Espíritu la que inicia la salvación. Hemos visto eso. Hemos repasado cómo la vida
espiritual comienza con el ministerio del Espíritu Santo. Es el Espíritu Santo quien nos
convence de pecado, de justicia y de juicio. Es el Espíritu Santo quien produce en nosotros
arrepentimiento. Es el Espíritu Santo quien nos regenera, nos da vida nueva. Somos
nacidos del Espíritu. Es el Espíritu Santo quien produce en nosotros fe y su misión a Cristo.
Es el Espíritu, entonces, quien nos da vida eterna. Somos después habitados por el
Espíritu, bautizados mediante el Espíritu en el cuerpo de Cristo, dotados por el Espíritu
para tener dones espirituales que son usados para ministrar para la edificación del cuerpo.
Somos asegurados para vida eterna por el Espíritu. Somos separados del pecado por el
Espíritu. Todo eso ocurre en el momento de nuestra salvación. Y explicamos eso hace unas
semanas atrás.
Y la pregunta que el apóstol Pablo está haciendo, debido a que todo esto es verdad y el
comienzo fue en el Espíritu, ¿ahora asumen que pueden ser perfeccionados por la carne?
¿Ahora que son salvos, es momento de hacer a un lado al Espíritu Santo y esforzarse en
base a su propia sabiduría, su propia fortaleza, en su propia capacidad para alcanzar al
perfección? Es como si él estuviera diciendo, “Ustedes confiesan y admiten que cualquier
entendimiento de la cruz, cualquier entendimiento de Cristo crucificado, cualquier cosa
relacionada con su justificación es la obra del Espíritu, pero ahora han abandonado a la
obra del Espíritu con respecto a su santificación. Creo que este es un problema enorme en
el cristianismo contemporáneo. Se habla muy poco, se explica muy poco, hay muy poco
diálogo, hay muy poco énfasis en estos días en el ministerio del Espíritu Santo en la
santificación. Y como señalamos hace unas semanas atrás, muchos en el cristianismo
evangélico, muchos que están orientados de manera fuerte, en términos bíblicos en su
teología, huyen el ministerio del Espíritu Santo, no sea que se vean asociados con aquellos
que básicamente han secuestrado al Espíritu Santo y lo han metido a la carismania,
haciendo que la identificación misma con el Espíritu Santo sea algo que ellos necesitan
evitar. No sea que se vean manchados por los abusos que se llevan a cabo en su nombre.
Pero debemos regresar a un entendimiento verdadero y bíblico del Espíritu Santo y de su
ministerio.
El ministerio del Espíritu Santo ha sido amenazado de muchas maneras, no solo por la
carismania, sino también por la invasión de los enfoques psicológicos a la santificación que
se han infiltrado a la iglesia, en donde usamos manipulación personal de personalidad
para tratar de cambiar a la gente y alterar a la gente. La santificación psicológica, de
hecho, elimina al Espíritu Santo cualquier idea humanista, cualquier idea de terapia,
cualquier idea pragmática que intenta cambiar la conducta de la gente mediante algún
tipo de presión externa, realmente choca con lo que Dios quiere hacer. Y es otro del
mismo tipo de problemas que enfrentó la iglesia en Galicia. Gente que comenzó en el
Espíritu y ahora piensa que puede ser perfeccionada por alguna sabiduría humana.
Vivimos en un tiempo muy parecido a ese. Tenemos la doctrina de la justificación bastante
clara. Inclusive, gente quien en el pasado, en años pasados pusieron poca o ninguna
atención a cosas como la doctrina de la justificación, ahora están poniéndole atención a la
justificación. De hecho, hay un grupo que se concentra en la expiación sustitutiva. Y la
gente está concentrándose en eso porque es popular y quieren asegurarse de que
cautivan a la multitud que les interesa en eso. Pero ciertamente no hay ningún grupo que
se concentra en la santificación. Hemos dejado afuera al Espíritu Santo, por así decirlo, ahí
en el polvo. Es momento de que nos concentremos en el Espíritu Santo. Creo que es parte
de lo que sucede en la historia de la iglesia. Peleamos en ciertos frentes y por un tiempo la
batalla es tan ardiente en un frente, que dejamos otros abiertos y éste es uno de esos.
La única manera en la que puede ser usted perfeccionado en la vida cristiana es por el
ministerio del Espíritu Santo. No es algo que usted puede producir por sí mismo. Vimos
una lista de cosas que definen lo que el Espíritu hace. El Espíritu nos lleva a la intimidad
con Dios. El Espíritu ilumina las Escrituras. El Espíritu glorifica a Cristo en nosotros y otros.
El Espíritu, de manera personal, nos guía a la voluntad de Dios. El Espíritu ministra en
nosotros a través de otros creyentes y a través de nosotros a otros creyentes. El Espíritu
nos fortalece. El Espíritu intercede con nosotros constantemente e incesantemente
delante de Dios. Siempre la voluntad perfecta de Dios. Y esos ministerios son todos
nuestros por el Espíritu, siempre y cuando no apaguemos al Espíritu como se indica en 1
Tesalonicences 5:19. O entristezcamos al Espíritu como se indica en Efesios 4, versículo 30.
Apagamos al Espíritu al darle la espalda a sus ministerios y volvernos a otras cosas.
Entristecemos al Espíritu por la misma acción. Cuan necio fue para los gálatas, cuan necio
es para que alguien abandone la única esperanza de crecimiento espiritual y desarrollo y
santificación. Y eso es el ministerio del Espíritu y sustituirlo por cualquier otra cosa.
Pase a Jeremías, capítulo 2 por tan solo un momento. Hay un par de secciones en Jeremías
que son importantes para que las recordemos con respecto al ministerio del Espíritu
Santo. Cuando el Espíritu de Dios está condenando a los hijos de Israel por su pecado a
través del profeta Jeremías, capítulo 2, versículo 11. Aquí está la Palabra del Señor.
Jeremías 2:11: “¿Ha cambiado una nación dioses cuando no eran dioses? Ustedes
comenzaron adorando al Dios vivo y verdadero, ¿ahora han abandonado eso y se han
vuelto a otros que no son dioses? Pero mi pueblo ha cambiado su gloria”, siendo Dios,
“por aquello que no aprovecha, se han alejado del Dios que les dio vida y se han desviado
a otras cosas. Sorprendeos, oh cielos, ante esto y sacudíos. Queden desolados”, dice
Jehová. Estamos hablando de algo que es de gran severidad en la mente de Dios, volverse
de Él. Y es descrito en el versículo 13 con este lenguaje inolvidable: “Porque mi pueblo ha
cometido dos males. Me han dejado a Mí. la fuente de aguas vivas”. Esa es la primer
maldad. La fuente de vida. La segunda maldad, “Se han hecho para sí mismos cisternas,
cisternas rotas que no pueden contener agua”. Lenguaje vivido, “En Dios tenían una
fuente interminable, completa de vida espiritual y poder. Lo dejaron a Él y se volcaron a
una cisterna, lo cual no es absoluto un manantial, lo cual no es en absoluto una fuente de
nada, sino un contenedor. Y de hecho, los contenedores estaban rotos. Aquí hay una
descripción de la vida vivida sin Dios. Habían comenzado con Dios y se habían vuelto de Él.
Si usted ve el capítulo 31 de Jeremías y la profecía maravillosa del Nuevo Pacto; Jeremías
31:31, el cual es el pacto que Dios hizo con Israel indicando que un día Él los llevaría a la
salvación. Pero es un pacto en el que todos nosotros también recibimos beneficio, porque
todos somos creyentes del Nuevo Pacto. Pero notará la naturaleza de este pacto, versículo
31: “He aquí que vienen días”, dice Jehová, “en los cuales haré Nuevo Pacto con la casa de
Israel y con la casa de Judá, no como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su
mano para sacarlos de la tierra de Egipto”. Ese es el pacto sináico. Ese es el pacto de la ley,
el pacto mosaico, el pacto sinaítico, el pacto de Sinaí. “¿Por qué ellos invalidaron mi pacto,
aunque fui yo un marido contra ellos?” dice Jehová. “Pero este es el pacto que haré con la
casa de Israel, después de aquellos días”, dice Jehová. “Daré mi ley en su mente y le
escribiré en su corazón y yo seré a ellos por Dios y ellos me serán por pueblo”. Es la
naturaleza del Nuevo Pacto que Dios escribe su ley en el corazón, que la ley de Dios en
lugar de ser una presión externa a la cual el hombre se conforma, se convierte en una
motivación interna. Para ver, en mayor profundidad ese mismo Nuevo Pacto.
Pase a Ezequiel, capítulo 36 de nuevo – estos son pasajes de Nuevo Pacto. Ezequiel 36 en
el versículo 26 nos habla más de esto – más de este Nuevo Pacto. Versículos 26 y 27: “Os
daré corazón nuevo y pondré Espíritu nuevo dentro de vosotros y quitaré de vuestra carne
el corazón de piedra y os daré un corazón de carne”, versículo 27, “y pondré dentro de
vosotros mi Espíritu. Y haré que andéis en mis estatutos y guardéis mis preceptos y los
pongáis por obra”. Esto es lo que sucede cuando el Espíritu establece su residencia en la
vida de una creyente. Es el poder del Espíritu lo que capacita la obediencia. Hace que
usted camine en mis estatutos y guarde mis preceptos. En el capítulo 37 dice lo mismo, en
el versículo 14: “Y pondré mi Espíritu en vosotros y viviréis y sabréis que yo, Jehová, hablé
y lo hice”, dice Jehová. La vida del Nuevo Pacto, entonces, es vida en el Espíritu. El Espíritu
se convierte para nosotros esa fuente viviente de aguas divinas que siempre está
brotando de manera interminable, proveyendo todos los recursos espirituales que jamás
podemos necesitar y mucho, mucho más. Cuan insensato es entonces al vivir nuestras
vidas cristianas, dejar esta fuente de aguas vivas al Espíritu Santo que mora en nosotros y
volvernos a cisternas rotas, vacías. Si usted quiere vivir al nivel espiritual, si usted quiere
vivir en el poder de Dios, usted entones necesita vivir en el Espíritu.
Ahora, con eso en mente, regresemos a Gálatas. Nada más que en esta ocasión, vamos al
capítulo 5; Gálatas capítulo 5 y aquí está el texto en el que quiero que nos concentremos
en esta noche, conforme consideramos lo que es una porción muy práctica de las
Escrituras. Gálatas capítulo 5 y versículo 16. Palabras muy directas: “Digo, pues, andad en
el Espíritu. Andad en el Espíritu”. Esto es por el poder y dirección y guía del Espíritu. “Y no
satisfagáis los deseos de la carne”. Es así de simple. “Andad en el Espíritu y no satisfagáis
los deseos de la carne”. Andad es un mandato de tiempo presente, implica simplemente
en la palabra un progreso constante en un ritmo paso a paso, constante. Continúe
andando, caminando, podría ser traducido. Conforme su vida como cristiano se desarrolla
un momento a la vez, un día a la vez, cada paso es tomado en el poder y bajo el control
del Espíritu. Este es un mandato a dejar que si vida sea gobernada por y dominada por el
Espíritu Santo. Ahora, todos poseemos el Espíritu Santo. “Si alguno no tiene el Espíritu de
Cristo, no es de él”, Romanos 8:9: Todo cristiano tiene el Espíritu. No necesitamos, como
tantas personas que andan por todos lados y oran como si no tuvieran al Espíritu Santo,
oran por recibir al Espíritu Santo. Todos tenemos el Espíritu Santo. Es el Espíritu Santo
quien nos dio vida. Es el Espíritu Santo quien viviendo en nosotros sustenta esa vida.
“Somos el templo del Espíritu de Dios”, 1 Corintios 6:19–20, eso es tan básico. Pero poseer
al Espíritu Santo y ser templo del Espíritu Santo no necesariamente es lo mismo que andar
en el Espíritu. Andar significa, simplemente, que usted toma todo paso de manera
coherente en línea con la voluntad y en la dirección provista por el Espíritu Santo.
Ahora, la vida cristiana es descrita como un andar o un caminar muchas, muchas veces.
Porque es una experiencia día tras día, paso a paso. Le voy a dar una pequeña teología del
caminar o del andar aquí, por tan solo un momento. Efesios 4:2–3 dice: “Andad en
humildad”. Romanos 13:13 dice: “Andad en pureza”. 1 Corintios 7:17 dice: “Andad en
contentamiento”. 2 Corintios 5:7 dice: “Andad en fe o confianza”. Efesios 2:10 dice:
“Andad en buenas obras”. Efesios 4:17: “Ande de manera diferente que los no
convertidos”. 2 Tesalonicenses 3:6: “Ande separado”. Efesios 5:2–3: “Andad en amor”.
Efesios 5:8–9: “Andad en la luz”. Efesios 5:15–16: “Ande en sabiduría”. 3 Juan 3 y 4: “Ande
en la verdad”. Y la clave de todo eso es andar en el Espíritu. Es Él quien produce humildad,
pureza, contentamiento, fe, buenas obras, separación, amor, luz, sabiduría y verdad.
Resumiéndolo todo, entonces, está en este versículo 16. Lo que usted tiene aquí, lo que es
realmente una definición medular de cómo vivir la vida cristiana: “Andad en el Espíritu y
no satisfagáis los deseos de la carne”. Eso es triunfo, eso es victoria. Eso es conquistar el
pecado que permanece, la carne que está en nosotros. Y viene únicamente al andar en el
Espíritu. Y lo vuelvo a decir, esto no es lo que usted oye en la actualidad. Se nos habla de
trucos psicológicos. Se nos habla de pasos prácticos para esto y pasos prácticos para
aquello y cómo cambiar la manera en la que nos conducimos mediante confesión positiva
y palabras positivas. Y nómbrelo y reclámelo como si tuviéramos algún poder en nosotros
mismos para alterar la realidad. Dicho de manera simple, debemos andar en el Espíritu, o
de contrario no conquistaremos los deseos de la carne que están siempre presentes.
Ahora, esta es una batalla y Pablo va del mandato en el versículo 16, el cual es claro al
conflicto en los versículos 17 y 18. Veámoslo. Esto es uno de estos textos básicos que
definen una verdad clara que todo cristiano realmente necesita entender. Vivimos en una
batalla. Vivimos en una guerra que se está llevando a cabo en nuestro interior. Aunque
somos nuevas criaturas, somos totalmente nuevos, Gálatas 2:20: “Con Cristo estoy
juntamente crucificado más vivo yo, más no, sino Cristo vive en mí”. Somos un nuevo yo,
pero el pecado todavía está presente. Está todavía ahí. Y eso ciertamente es indicado en el
versículo 16. Solo cuando andamos por el Espíritu no cumpliremos los deseos de la carne.
Lo cual significa los deseos de la carne todavía están ahí, aunque estamos en Cristo y
hemos sido justificados. Todavía están ahí y nos van a conquistar si no andamos por el
Espíritu.
Realmente es una realidad triste ver el “panorama”, entre comillas, del cristianismo
evangélico en la actualidad y ver cuan dominado es por los deseos de la carne. Inclusive, el
nivel más elevado de ministerio supuestamente pastoral. El liderazgo cristiano, ahí usted
tiene gente que parece estar totalmente sin control alguno de sus deseos carnales.
Pastores cayendo en inmoralidad y pecado horrendos y esa es la parte que conocemos.
Dios conoce la parte que es pública como algo que todavía no es conocido. Los pecados de
algunos hombres vienen después. Algunos son conocidos en el tiempo. Y desciende del
liderazgo a lo largo de los rangos hasta aquellos quien dicen ser cristianos, al grado que
hay casi una actitud indiferente hacia la carne. Y después tiene usted a la cultura ocupada
por tratar de atarse a la cultura para que de alguna manera puedan ganar a la cultura al
afirmar la cultura o la sociedad. Entonces usted tiene a predicadores que quieren ser los
expertos en películas para adultos y expertos en música vil y bien versados en las
inmoralidades de nuestra sociedad para que de alguna manera puedan identificarse con la
gente a la que ministran y se han sobreexpuesto a si mismos de una manera toxica al
permitir que se infiltren estos vicios mundanos. Así no es cómo usted supera la carne,
pero no parece haber mucho interés en superar o vencer los deseos de la carne. Y en
donde hay algo de interés en eso, parece descender algún nivel de manipulación, algunos
niveles de inteligencia o algún nivel de aptitud aprendida o crear un mundo que usted
crea en el cual usted puede tener su propio poder para vencer la carne. Y puede ser
únicamente realizado por el poder del Espíritu. En primer lugar, tenemos que
preocuparnos porque se hagan y en segundo lugar, entonces tenemos que andar por el
Espíritu.
Ahora, ¿de qué estamos hablando cuando hablamos de la carne? En el versículo 17 dice:
“La carne se opone al Espíritu y el Espíritu contra la carne”. Eso es lo que está pasando en
la vida de todo mundo. Me parece que en este clima, en particular, en la iglesia más gente
está perdiendo esta batalla de lo que jamás he visto en mi vida. Y está empeorando todo
el tiempo. ¿De que estamos hablando cuando hablamos de la carne? Sarks es la palabra
griega. ¿qué es? Es un término muy, muy importante en las Escrituras. Es usado del
cuerpo físico. Lucas 24:39: “Un Espíritu no tiene carne ni huesos”. Ese es una manera
simple de referirse a lo físico. Entonces, la palabra puede significar simplemente el cuerpo
físico. También puede significar la condición caída humana como es así presentada en
Romanos 7, en donde Pablo dice que la maldad o el mal está en mí. Los anhelos malos
están en mi carne. Y por carne, ahí él quiere decir no solo su cuerpo físico, sino su
condición caída. También puede referirse al esfuerzo personal como así se presentó en
Gálatas 3:3, “van a terminar por la carne” y ahí significa su propio esfuerzo personal.
Puede significa su cuerpo físico, su estado caído y también puede significar sus propios
esfuerzos. También puede significar su debilidad o su inutilidad, como en Romanos 6:19,
en la debilidad de nuestra carne. Simplemente significa ahí que hay una debilidad innata
en nosotros para alcanzar las cosas que honran a Dios. También puede referirse a nuestra
condición entera antes de la conversión como en Romanos 7:5, “estábamos en la carne”.
Entonces, cuando usted encuentra la palabra carne, más vale que tenga cuidado en cómo
la interpreta, porque puede significar cuerpo físico, condición caída, nuestros propios
esfuerzos, nuestra propia debilidad o inutilidad. Y puede referirse a nuestra condición
anterior. Pero también puede referirse al principio caído que está operando de manera
plena en nuestra condición actual. Y así es precisamente como Pablo la usa en Romanos 7.
Observe Romanos 7 por un momento, porque esta es una porción importante de las
Escrituras, para entender esto correctamente. Pablo dice en Romanos 7:14: “Porque yo
soy carnal vendido al pecado”. Y ahí él define lo que él quiere decir con carne. Él quiere
decir, “yo tengo esta esclavitud al pecado. Tengo esto en mí que es ejercido por el pecado.
No es lo que quiero”. Aunque en versículo 15, él dice: “Porque lo que hago no lo entiendo.
No estoy practicando lo que me gustaría hacer, sino haciendo lo que aborrezco y si hago lo
que no quiero hacer, concuerdo con que la ley es buena, entonces yo no soy ya el que lo
hago, sino el pecado que mora en mí”. Entonces, hay este principio de pecado, este
pecado que todavía reside y que permanece en todo creyente que nos lleva en el área de
los deseos de la carne para hacer lo que nuestra naturaleza redimida no quiere hacer. Y no
lo que nuestra naturaleza redimida quiere hacer. Hay un principio, entonces, según el
versículo 21: “Que el mal está presente en mí aunque yo soy el que quiere hacer el bien. Y
yo, con gozo, estoy de acuerdo con la ley de Dios en el hombre interior. Me deleito en la
ley de Dios, y todos vivimos en esto, entendemos en esto, pero veo una ley diferente, un
poder diferente en los miembros de mi cuerpo que lucha contra la ley de mi mente,
haciéndome un prisionero en la ley del pecado que está en mis miembros miserable de
mí”. Es como si yo estuviera pegado a un cuerpo muerto. Entonces, lo que aprendemos de
eso es que la carne todavía está ahí. Sí. Todavía somos físicos, pero de eso no está
hablando. Él está hablando de nuestra condición caída. Las propensidades pecaminosas
que están en nuestra naturaleza humana, que van a estar ahí hasta que seamos
glorificados. Más que tan solo nuestra debilidad, como se indica por la debilidad de la
carne. Más que tan solo nuestros propios esfuerzos personales. Esta es una presencia
innata del pecado.
Pablo dice entonces – regrese a nuestro texto en Gálatas: “La carne establece su deseo
contra el del Espíritu. La vida cristiana es una batalla. Es una guerra que se está llevando a
cabo en nosotros”. Deseos significa deseos fuertes. Anhelos que son muy, muy poderosos
producen pecado. Santiago, capítulo 1 lo presenta: “Cuando alguno es tentado, no diga
que es tentado por Dios, porque Dios no puede ser tentado por el mal ni Él tienta a nadie.
Sino que cada uno es tentado cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.
No es el diablo, no es Dios. Está en nosotros. Cada uno es tentado cuando es atraído y
seducido por su propia concupiscencia. Entonces, la concupiscencia, habiendo concebido,
la luz al pecado. Cuando el pecado es consumado, produce la muerte. Y después Él
procede a decir, “Solo cosas buenas vienen de Dios. Cosas malas vienen dentro de
nosotros. La concupiscencia concibe y produce el pecado”. Entonces, en nosotros la carne
existe. Nuestra condición caída estableciendo sus deseos en contra del Espíritu Santo,
quien está en nosotros. La guerra se está llevando a cabo. Nuestro deseo caído,
moviéndonos en una batalla en contra del Espíritu Santo para ver quién va a dominar.
Dice usted, “Bueno, ¿a caso el Espíritu no es más poderoso que la carne?” Sí. Y el Espíritu
ha sujetado nuestra carne, en términos de salvación. El Espíritu ha sujetado nuestra carne
a gran nivel, a un grado transformador, en términos de salvación y regeneración. Pero
todavía está la presencia de esa carne, aunque ha sido sometida grandemente, todavía
hay una parte de ella que todavía no ha sido sujetada y que está liberando una batalla en
contra de la obra del Espíritu. Si queremos ganar esa batalla, necesitamos aliarnos con el
Espíritu Santo y no con la carne.
En Romanos, capítulo 6, versículo 12, Pablo presenta para nosotros en algunas directrices
simples que usted recordará. Romanos 6:12: “No dejen que el pecado reine en vuestro
cuerpo mortal para que obedezcáis sus concupiscencias. No continúen presentando los
miembros de su cuerpo al pecado como instrumentos de injusticia. No continúen
haciendo eso. Todos estos mandatos asumen nuestra responsabilidad. Sino presentaos
vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos y vuestros miembros como
instrumentos de justicia a Dios”. Lo que él está diciendo es, alinéense con el Espíritu.
Pónganse de lado del Espíritu, no de la carne. Esto no es pasivo. Este es un tipo de acción
activa. De nuevo, Pablo en Romanos trata con esto en el octavo capítulo. Creo que es el
versículo 13: “Porque si vivís según la carne, moriréis. Más si por el Espíritu hacéis morir,
las obras de la carne viviréis”. Es matar de manera activa, agresiva las concupiscencias y
los deseos. Esto es lo que significa que usted se ha vestido del nuevo hombre y usted ya
no vive según la manera en la que usted solía vivir. Pero es un tipo de obediencia activa.
La vida cristiana es una carrera que debe ser corrida, según Hebreos, capítulo 12, es una
pelea que debe ser peleada. Según 1 Corintios, capítulo 9: “Golpeando su cuerpo para
someterlo. El diablo es un enemigo que ataca a la carne a través del sistema del mundo y
él es un enemigo que debe ser resistido”. Y para que nosotros resistamos de manera
eficaz, Tito 3:8 dice: “Debemos aplicarnos a buenas obras”. Pablo llama este tipo de
enfoque agresivo, “proseguir hacia la meta de la semejanza a Cristo”, el cual es el premio
del supremo llamamiento, Filipenses 3. Y en Filipenses 2, él lo llama, “Ocupaos de vuestra
salvación que Dios ha llevado a cabo en el interior de usted”. En otras palabras, tenemos
que alinearnos con el Espíritu Santo y no con la carne. Tenemos que andar en el Espíritu,
no en la carne. Tenemos que responder a las directrices y mandatos del Espíritu y no a los
deseos de la carne. En Efesios 5:18, este mismo principio es afirmado de otra manera.
Dice, “Sed llenos del Espíritu”. Literalmente, estén siendo continuamente llenos del
Espíritu. En otras palabras, dejen que el Espíritu los domine. Y en Colosenses 3:16, el
pasaje paralelo, por cierto, a Efesios 5:18, el pasaje que es exactamente paralelo, todos los
pasajes que lo rodean son exactamente los mismos. El paralelo dice esto: “La Palabra de
Cristo mora en abundancia en vosotros”.
Ser lleno del Espíritu, ser controlado por el Espíritu, ser dominado por el Espíritu es lo
mismo que dejar que la Palabra de Cristo lo domine a usted. La Palabra y el Espíritu,
siendo lo mismo. La Palabra refleja la voluntad del Espíritu. Si usted quiere andar en el
Espíritu, entonces debe andar, según las Escrituras, según lo que la Palabra de Dios
enseña. Usted se pregunta, ¿por qué hay tan poco interés en la santificación en la
actualidad? Es un paralelo directo a un poco interés en las Escrituras. ¿Por qué hay tantas
personas que caen en pecados tan horrendos a todo nivel en la vida de la iglesia? Es
porque no conocen lo que necesitan conocer para seguir la mente del Espíritu. No han
sido instruidos. No se le hace favor alguno a la gente cuando no se le predica nada más
que sermones simples evangelísticos basados en la cultura para tratar de atraer a los
incrédulos semana tras semana, año tras año y dejar al resto de la gente que está sentada
ahí que viene a Cristo moribunda, muriéndose de hambre de verdad espiritual, sin
conocer lo suficiente para ganar la batalla que sé está llevando a cabo en el interior.
Entonces, en el capítulo 5, se nos manda andar en el Espíritu si tenemos esperanza alguna
de conquistar nuestra carne con sus deseos. La carne se opone contra el Espíritu y el
Espíritu contra la carne, porque estas están en oposición el uno al otro. Escuche esto,
“Para que no hagáis lo que quisiereis”. Eso nos lleva de regreso a Romanos 7 de nuevo,
“para que no hagáis lo que quisiereis”. Ahí es exactamente en donde vivimos. Odiamos el
pecado en nosotros mismos y entre más santificado esté usted y entre más se involucre
usted en esta batalla, más odiará usted el pecado que hay en usted. Y después quiero que
observe el versículo 18: “Pero si sois guiados por el Espíritu, lo cual es lo mismo que andar
por el Espíritu, lo mismo que ser lleno del Espíritu, no estáis bajo la ley”. Esta es una
afirmación maravillosa, maravillosa. El versículo 16 dice, “Andar en el Espíritu y no
satisfagáis los deseos de la carne”. Entonces, ¿qué va a satisfacer usted? Usted va a
satisfacer la voluntad del Espíritu. Ahora sigue esto, usted va a cumplir la voluntad del
Espíritu. No el deseo de la carne, si usted anda por el Espíritu. Andar por el Espíritu
significa ser lleno, ser dominado ricamente por la Palabra de Dios, la cual es la mente del
Espíritu. Si usted anda, camina de esa manera, lleno y dominado por las Escrituras, usted
no va a satisfacer el deseo de la carne, decía así el versículo 16. Versículo 18: “No estáis
bajo la ley”. Ahora eso parecería decir, espera un minuto. ¿No será mejor decir que si
usted es guidado por el Espíritu, usted está bajo la ley? Eso quiere decir que usted se está
sometiendo a la ley. Usted está obedeciendo la ley. Usted está alineándose con la ley.
¿Por qué dice él que no estáis bajo la ley? ¿Por qué – qué significa eso? Simplemente esto.
Usted ya no está en una situación en la que usted está tratando de ser controlado
externamente.
La transformación y la obra del Espíritu en el interior está controlándolo a usted desde el
interior y esa es la esencia de lo que le mostré en Jeremías y Ezequiel con respecto al
Nuevo Pacto. Y eso es lo que significa recibir al Espíritu Santo, ser el templo del Espíritu.
Un lugar en donde el Espíritu ha establecido su residencia. Nosotros ya no estamos bajo la
presión externa de la ley, ahora estamos bajo el deseo interno del Espíritu Santo. Usted
puede tomar a dos personas. Usemos a Pablo como ejemplo, el apóstol Pablo antes de
que fuera cristiano. Él estaba bajo la ley, ¿no es cierto? Por su propia confesión, él estaba
bajo la ley y él se esforzó por vivir según la ley. La ley era un estímulo exterior. Él tenía un
corazón caído. Él tenía un corazón malo, no redimido. Él no tenía nada de Dios dentro de
él. El Espíritu no vivía dentro de él, sin embargo, él dijo, “En lo que a la ley concierne, yo
soy irreprensible”. Hay muchas personas morales que operan bajo la ley. Someten sus
vidas a cierto nivel de la ley externamente y tratan de vivir sus vidas según la ley. Están
operando por obras. Están operando por esfuerzo humano y pueden mantenerlo así por
un tiempo. Pueden hacerlo exitosamente por un tiempo y pueden esconder las cosas que
necesitan esconder y revelar únicamente las cosas que necesitan revelar. Pero el pecado
todavía es dominante en el interior. Pero cuando usted recibe al Espíritu en su
regeneración, y cuando el Espíritu establece su residencia en usted y usted and en el
Espíritu o es guiado por el Espíritu, usted ya no está bajo una presión externa. Usted está
bajo una motivación divina, interna. Esto es lo que el salmista quiso decir cuando dijo,
“Oh, cuánto amo yo to ley”. Esto es lo que Pablo quiere decir en Romanos 7 cuando dice,
“Me deleito en la ley de Dios. Es santa, justa, buena. Mi persona interior quiero obedecer
y quiere guardar la ley”. Esta es la diferencia.
Hay gente en el mundo en la actualidad que es gente muy moral. Algunos de ellos son más
morales externamente que los cristianos profesantes, pero todo es presión externa. Sea
cual sea la razón por la que quieren conformarse una ley externa, hasta donde alguien
puede ver. Pero cuando usted anda en el Espíritu, la ley externa se quita y el Espíritu de
Dios lleva a cabo su obra en el interior. Y eso es exactamente lo que el profeta Ezequiel y
Jeremías tenían en mente cuando registraron la Palabra del Señor y dijeron, “Escribiré mi
ley en vuestro corazón”. No necesito un letrero en mi casa que me diga que ame a Dios.
No necesito un letrero en mi casa que diga que honre a Cristo. No necesito un letrero. No
necesito colocar algo frente a mí que me diga que debo hacer lo que es lo correcto, honrar
a Dios, adorar a Dios, andar según la Palabra de Dios. No necesito eso. No necesito nada
externo para motivarme, porque hay una motivación en el interior llevada a cabo en mí
por el Espíritu Santo, a quien anhelo con todo mi corazón y toda mi pasión responder de
manera plena y coherente. Entonces simplemente regresando al versículo 18: “Pero si sois
guiados por el Espíritu”, ahí está la clave ahí. “Siga la guia del Espíritu Santo. Ande o
camine en el camino que el Espíritu Santo lo dirige a usted”. ¿Cómo sabe usted – en qué
camino lo está dirigiendo el Espíritu a usted? Porque está revelado en la Palabra de Dios.
Así es como los creyentes deben vivir, Romanos 8:14: “Todos los que son guiados por el
Espíritu de Dios son los hijos de Dios”. Si usted es hijo de Dios, usted está siendo guiado
por el Espíritu de Dios. Entonces, si usted es guiado por el Espíritu de Dios, siga. Todo es
maravilloso y es correcto y es noble y puedo decirle esto. Si usted es cristiano, esto
resuena y esto es lo que usted quiere hacer. Esto es lo que usted anhela. Esto es por lo
que usted tiene hambre. Si a usted no le gusta lo que estoy diciendo, no se engañe que
usted es un creyente. Si usted es un creyente verdadero, usted quiere andar en el Espíritu.
Usted está siendo guiado por el Espíritu y usted desea seguir, pero usted entiende que la
carne se resiste y pelea por estorbar eso.
Y para comenzar, usted no puede ni por un momento, inclusive, entretener la idea de que
usted de alguna manera puede vivir una vida santificada si usted abandona la única
manera en la que puede ser vivida y eso es por el poder del Espíritu Santo. La batalla es
demasiado intensa. La carne es demasiada fuerte. En nuestra propia fuerza, somos
demasiado débiles. No podemos ser perfeccionados por nuestra fortaleza humana. No
podemos dejar que nos suceda lo que le sucedió a los gálatas. Comenzaron bien en el
poder del Espíritu. Después vino el esfuerzo personal. El Espíritu Santo fue ignorado y
cayeron en pecado. Siga al Espíritu, siga al Espíritu al seguir la mente del Espíritu. Siga la
mente del Espíritu al seguir la revelación de las Escrituras.
Ahora, hay varias razones por las que usted debe andar en el Espíritu. Permítame darle
tres que usted puede analizar; número uno, debido al estándar imposible de Dios, debido
al estándar imposible de Dios. 1 Pedro 1:16: “Es Santo porque yo soy Santo”. Yo podría
alcanzar, no lo sé, algún nivel de satisfacción en la comunidad religiosa si viviera de cierta
manera. Podría ser aceptado por la gente moral y la gente religiosa, inclusive la gente
cristiana, si guardara mi vida de cierto tipo de pecados abiertos. Pero el estándar que es
establecido en las Escrituras para nosotros es, “ser santos como yo soy santo”. Esa gran
demanda levítica de Dios que es repetida por Pedro, en 1 Pedro 1:16. Este estándar
imposible está mucho más allá de mi poder. Mucho más allá de mi poder. Entonces,
necesitamos andar en el Espíritu porque el estándar de otra manera es imposible de
cumplir. En segundo lugar, nuestro enemigo es poderoso. Nuestro enemigo es poderoso.
¿Y qué quiero decir con eso? La carne. Entonces, digamos que la carne es poderosa. La
carne es poderosa. “En mi carne”, dice Pablo, “no hay nada bueno”. Es poderosa porque
es fuerte. Poderosa porque siempre está ahí presente. Poderosa porque es fácilmente
activada y eso me lleva a la tercera razón por la que debemos andar en el Espíritu.
Primero, debido al estándar imposible de Dios, debido a la naturaleza poderosa de nuestra
carne. Y en tercer lugar, debido a la operación constante de satanás. Satanás tuerce y
dirige el sistema para atacar la carne, el cual es la base de operaciones sobre la cual él
aterriza sus tentaciones.
Entonces, tenemos una batalla seria que enfrentamos y si vamos a ganar esa batalla,
necesitamos andar en el poder del Espíritu. 2 Corintios 6:16: “Vosotros sois el templo del
Dios viviente”. Como Dios ha dicho, “Viviré en ellos y andaré en ellos”. Es un caso de Dios
caminando en nosotros y nosotros caminando en Él. Y caminando o andando significa
siempre conducta diaria progresiva. El Espíritu del Dios todopoderoso del universo vive en
usted. Usted es el templo del Espíritu Santo. Él está vivo en usted. Él está andando. Él está
moviéndose hacia delante. Debemos seguir y andar en el Espíritu. Y esos significa que
debemos abrazar la mente del Espíritu y la cual es la verdad del Espíritu, lo cual significa
que debemos estar saturados con la Palabra de Dios. Y cuando la oímos, debemos
abrazarla. Eso es lo que Colosenses 3:16 está diciendo: “La Palabra de Cristo mora en
abundancia en vosotros”. No solo oírla y después acudírnosla, sino dejar que encuentre un
lugar profundo y rico en su alma. Hay tanta superficialidad, inclusive en casos en donde
versículos bíblicos son usados y supuesta enseñanza bíblica se está presentando. Carece
de profundidad y amplitud y altura y extensión. Carece de riqueza. Carece de profundidad.
Carece de verdad contundente que penetra nuestras almas y nos cautiva.
Esa es la razón por la que es tan importante que usted se exponga a ese tipo de
entendimiento de la Palabra de Dios en todo momento que usted pueda. Llenando de
manera interminable su alma de ella para que usted siempre esté dominado por la mente
del Espíritu. Es esa verdad que está usted recibiendo y recibiendo y recibiendo que
domina. Y yo sé que usted entiende eso. Y yo sé que para mí, yo estudio constantemente
y leo constantemente, no solo para predicar. De hecho, nunca estudio para preparar un
sermón. Siempre puedo pensar en algo que decir. Siempre estudio para conocer la verdad
de la Palabra de Dios, y a partir de eso, sale un mensaje en un sentido común resultado
consecuencia. Pero ni siquiera estoy leyendo todo el tiempo, simplemente en conexión
con el tema que voy a predicar. Simplemente leyendo para ser nutrido. Simplemente
leyendo para entender de manera más rica y más profunda las cosas del Espíritu y
anhelando en mi propio corazón aplicar eso, aplicarlo para que se incruste en mi propio
entendimiento. No hay otra manera de vivir la vida cristiana fuera de andar por el Espíritu.
No hay otra manera de andar en el Espíritu fuera de conocer lo que el Espíritu quiere. No
hay otra manera de conocer lo que el Espíritu quiere a menos de que usted entienda las
grandes verdades ricas de las Escrituras. Y claro, en la actualidad existe esta masa de
gente que va a la iglesia y no oye nada que sea profundo o penetrante o útil.
Y entonces quedan en esta batalla horrenda que se describe aun más en los versículos 19
al 23. Veámoslo. El mandato vino primero y después el conflicto y aquí está el contraste
entre la carne y el Espíritu. Aquí está lo que describe o delinea los componentes de estas
dos realidades. Las obras de la carne, simplemente en caso de que pueda olvidarlo, esto
es lo que usted no debe permitir que domine su vida. Inmoralidad. Estos son típicos. A
Pablo le encanta este tipo de listas. Ahí está la palabra porneia, fornicación, de la cual
obtenemos la palabra pornografía, conducta sexual ilícita. Eso es lo primero en la lista,
seguido de inmundicia, acatarcia. Una catarsis es una limpieza. Una acatarsis es algo que
no está limpio. Usado, por cierto en tiempos antiguos de la pus que salía de una herida
sucia. Suciedad de pensamiento y mente que lleva a pensamientos y conducta
pornográfica. Y después él habla de lascivia ___, básicamente una palabra que significa sin
refreno. Es abandono sexual que no conoce refreno. El que ha llegado tan lejos en la
lujuria y deseo que a él le podría importar menos lo que alguien pensara. De hecho, esta
es la persona que desfila su maldad en frente de todo mundo, aparentemente sin refreno
alguno.
Esos son los elementos de la carne que se presentan en la categoría de la moralidad.
También hay elementos de la carne que se presentan en la categoría, crealo o no, de la
religión, versículo 20, idolatría. Esta tanto una obra de la carne como la inmoralidad, y no
quiero decir con eso simplemente adorar un ídolo, una imagen. Es adorar cualquier cosa
que no sea el Dios verdadero y el verdadero, Señor Jesucristo. Cualquier religión falsa.
Seguida de hechicerías, farmaqueia, de la cual obtenemos, obviamente, farmacia.
Farmacéutico. Siempre significó una droga. Las drogas eran usadas en el mundo antiguo
como un medio común en la práctica de la magia y la hechicería. Usaban drogas para
inducir estados de euforia de consciencia que ellos asumían que los elevaba al mundo de
los dioses. Alteraban sus mentes mediante el uso de las drogas, la hechicería. Cualquier
tipo de pensamiento alterado. En ese caso, haber usado en su adoración religiosa
conectada con la magia, la hechicería y otras formas de hechicería.
También hay pecados de la carne que operan en el área de relaciones sociales. No solo
inmoralidad y pecado sexual. No es solo religión falsa, pero inclusive en nuestras
relaciones con otros. Por ejemplo, observe de nuevo, enemistades, versículo 20. Extra,
odio es lo que significa, plural aquí. Odios, hostilidad. Después viene pleitos, eiris, lo cual
significa peleas, luchas, toma la actitud del odio y la coloca en la acción. Después viene
celos, es zelos, de lo cual viene celo. El enojo producido por lo que alguien más tiene que
usted quiere tener. Después vienen iras – hay un tipo de progresión aquí, ___ la expresión
de hostilidad de temperamento no controlado. Eso lleva, obviamente, a disputas muy
serias, disensiones y contienda. Eso lleva, obviamente, a contiendas muy serias.
Disensiones y envidias, como comienza el versículo 21. Entonces, usted tiene estos tipos
de pecados que se manifiestan en la categoría de nuestras vidas personales, nuestras
vidas religiosas y nuestras vidas sociales. Y después incluye borracheras, orgias. Esto serian
orgias públicas, que eran parte de la religión antigua. Y lo demás que usted quiera incluir y
cosas semejantes a estas acerca de las cuales sois amonesto como ya os lo he dicho antes.
Que los que practican tales cosas no heredaran el reino de Dios. Se oye aquí como Juan,
¿verdad? Juan en blanco y negro. Que el que es nacido de Dios no practica el pecado
como dice Juan en 1 Juan, capítulo 3. Los que practican ___, en el tiempo presente. Con
eso él quiere decir aquellos cuyas vidas se caracterizan por cosas como estas. Es un
durativo de acción en el idioma griego y entonces habla de práctica habitual, de cosas
como estas. Y los que habitualmente hacen este tipo de cosas, no heredaran el reino de
Dios. Estas son las obras de la carne que expresan la carne sin refreno, si son constantes.
Ahora, este tipo de cosas pueden aparecerse en la vida de un creyente. Si un creyente
puede ser inmoral, impuro, sensual, idolatro, inclusive, estar involucrado en drogas y
todas las cosas que son enlistadas en los elementos sociales ahí. Enemistad, contienda,
celos, enojos, contiendas, disensiones. Sí pueden envidiar, sí pueden emborracharse, sí
pueden involucrarse en la inmoralidad, pero para ellos no es un patrón de vida. Es una
aberración, no obstante, el punto que él está presentando aquí es que así es como la
carne opera. Esto es lo que la carne produce. Esta es la naturaleza de la carne. Y esto es lo
que está en usted y en mí todo el tiempo. Está ahí en guerra contra el Espíritu Santo.
Y por otro lado, el versículo 22 nos dice que si vemos al Espíritu, esto es lo que
encontramos: “El fruto espontaneo del Espíritu”, por así decirlo, usando la analogía
agrícola. El producto espontaneo del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe, mansedumbre, templanza. Entonces eso es lo que está pasando en usted. En
usted, se está llevando a cabo una operación del Espíritu Santo que está produciendo
nueve actitudes básicas: amor, ágape, la forma más elevada de amor. Gozo. A ese gozo
añadimos paz. Eirene, tranquilidad en mente, en base a una relación establecida con Dios.
Paciente, ____, lo cual significa un sufrimiento. Alguien que es paciente, tolerante, usado
comúnmente, por cierto, en la Biblia de la actitud de Dios hacia los pecadores. Benignidad,
crestotes. Bondad, agathosune. Excelencia moral, espiritual. Y finalmente las tres gracias.
Fe o mejor fidelidad, gentileza y templanza o dominio propio. La capacidad de mantenerse
en línea. Todo esto es la obra del Espíritu que produce amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Entonces, todo esto está sucediendo.
Dos extremos presentes en usted, en su carne todo lo que es malo en el Espíritu, todo lo
que es justo. Todos estos, por cierto, fueron características de Jesucristo y si tuviéramos
tiempo, podríamos regresar a lo largo de la vida y ministerio de Jesús y ver cómo Él
demostró todas estas nueve virtudes, producidas por el Espíritu Santo, quien, claro,
estaba operando a través de Él en su ministerio encarnado.
Observe el final del 23, que Él hace una afirmación muy interesante. “Contra tales cosas
no hay ley”. La ley fue dada para refrenar la maldad. Usted no necesita una ley para
refrenar esto. Usted no necesita una ley, inclusive, para producir esto. ¿Qué contraste? La
conducta normal del hombre natural en la carne está descrita en los versículos 19 al 21. Y
una ley fue necesitada para refrenarla. Pero en el creyente, la conducta normal es descrita
en los versículos 22 y 23. Y ninguna ley se necesita para refrenar eso o producir eso,
porque es la obra del Espíritu en el interior. La vida controlada por el Espíritu, produce
todo eso. La vida cristiana, entonces, en toda su plenitud es una vida vivida en el poder del
Espíritu Santo. Y si no la vivimos de esa manera, no es posible que podamos ser
victoriosos. Entonces, hay un punto final en los versículos 24 y 25. Y si usted quiere puede
llamar o la conquista, el conflicto está ahí. El contraste entre los elementos que
caracterizan a la carne y al espíritu. ¿Qué hay acerca de la conquista? Versículo 24. Pero
los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Eso es historia.
Eso es historia pasada. Se refiere al momento de sus salvación cuando usted fue
crucificado con Cristo. Usted ya ha crucificado a la carne, ya se ha matado el poder pleno
de la carne. El viejo hombre ya ha sido matado. Usted ha sido crucificado con Cristo y en
esa crucifixión su carne – y esto es tan importante – ha crucificado la carne con sus
pasiones y deseos. Qué gran afirmación. Aquellos que pertenecen a Cristo, han crucificado
la carne con sus pasiones y deseos. El señorío de la pasión, el señorío del deseo malo
sobre su vida ha sido roto en su salvación, ya no reina. Usted ahora es dominado por el
Espíritu, versículo 25: “Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu”. Ahora
ya no vivimos por la carne. Ahora vivimos por el Espíritu. No dominados por la carne, sino
dominados por el Espíritu. Romanos 8:5: “Porque los que son según la carne, colocan su
mente en las cosas de la carne”. Los que son, según el Espíritu, colocan sus mentes en las
cosas del Espíritu. Claro. Versículo 9: Más vosotros no estáis en la carne, sino en el
Espíritu. Si el Espíritu de Dios mora en vosotros y si Cristo está en vosotros, aunque el
cuerpo está muerto debido al pecado, el Espíritu está vivo, debido a la justicia. Pero si el
Espíritu de aquel que levantó a Jesús de los muertos mora en vosotros, el que levantó a
Jesús de los muertos, también vivificará vuestros cuerpos mortales mediante su Espíritu
que mora en vosotros”. Lo que él quiere decir es vida y poder espirituales sobre la carne.
Entonces, ya no estamos bajo obligación, versículo 12, de vivir según la carne. “Porque si
vivís según la carne, moriréis. Más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne,
viviréis”. Estamos viviendo, si somos cristianos, por el Espíritu. Por lo tanto estamos
experimentando el poder dominante del Espíritu y debemos andar plenamente en el
Espíritu. Esto es elemental para la vida cristiana. No hay manera de llegar ahí, fuera de
conocer la mente del Espíritu. Esto no es misticismo. No ha manera de llegar aquí, fuera
de conocer la mente del Espíritu. No hay manera de conocer la mente del Espíritu, fuera
de que la Palabra de Cristo more en abundancia y profundamente en usted. Eso es tan
importante. No solo oírla, no solo siendo oidores de la Palabra, sino hacedores como
Santiago lo dijo. Me preocupa la gente que se acostumbra a no aplicar la verdad. Me
preocupa eso mucho. Y sé que hay gente en esta iglesia que han estado aquí por años y
años y años y se han metido en algún pecado terrible, como si no hubieran oído nada. Hay
gente que se han sentado oyendo enseñanza sana y se han acostumbrado, se han
preparado a ignorarla. Y el mismo sol que derrite la cera, endurece la arcilla. Y lo que está
cambiando y transformando algunas personas, está endureciendo otras personas. Es
crítico que usted realice un pequeño inventario acerca de cómo responde usted a la
verdad que el Señor le da a usted. Entonces, el versículo 25 lo resume: “Si vivimos por el
Espíritu y vivimos por el Espíritu, mejor traducido debido a que vivimos por el Espíritu,
“andemos también por el Espíritu.
Me entristece, como dije al principio, que el Espíritu Santo es tan deshonrado en este
tiempo. Hay tan poco interés en la santificación real. En la santidad, piedad, la separación
del mundo. La gente cree que es una estrategia necesaria para el evangelismo conectarse
con la cultura y estar bajo su influencia corrompedora y dañina. La gente cree que
predicar la palabra de Dios, predicar doctrina sana, saturar a la gente con la verdad divina,
de alguna manera es algo inaceptable, aburrido, no interesante, no importante. Y
entonces, la gente que de hecho se ha convertido, queda expuesta al poder de la carne. Y
está flotando este especie de fantasía acerca del Espíritu Santo que ha salido del
movimiento carismático que domina nuestra manera de pensar. Necesitamos regresar al
ministerio real del Espíritu Santo, el cual consiste en activar su poder en nosotros a través
de su Palabra. Para que podamos conquistar verdaderamente la carne para la gloria de
Cristo y la bendición de su iglesia y el beneficio de los perdidos.
Padre, de nuevo, en esta noche estas verdades son traídas con fuerza a nuestros
corazones porque vienen de Tu Palabra de autoridad, inspirada y narrante. Esta es Tu
Palabra para nosotros. Este no es mi mensaje. Este es Tu mensaje. Hemos contristado al
Espíritu Santo. Ciertamente, hemos apagado el Espíritu Santo. Hemos representado de
manera equivocada al Espíritu Santo. Hemos ignorado al Espíritu Santo. Y mientras que
parece haber un intento que se hace por no deshonrar al Padre, inclusive un intento por
no deshonrar al Hijo, parece haber poco interés en no deshonrarte a Ti, oh, Espíritu Santo.
Por algún momento en el que te hemos entestecido, por algún momento en el que te
hemos contristado o apagado, pedimos Tu perdón. Te damos gracias por tu fidelidad hacia
nosotros, por continuar intercediendo por nosotros con gemidos indecibles y por lo tanto
debido a que Tú intercedes por nosotros aquí, debido a que el Hijo intercede por nosotros
allá en el cielo, todas las cosas son para nuestro bien. Te damos gracias por Tu intercesión
constante por nosotros. Te damos gracias por tu presencia en nosotros. Te damos gracias
por tu guía y pedimos, oh, Espíritu de Dios, que Tú nos coloques en el anhelo y deseo y
motivación por caminar por el camino que Tú estás guiándonos. Y seguirte a Ti de esta
manera, darte gloria y de esta manera disfrutar Tu fruto y no el producto de la carne. Y de
esta manera vivir vidas que traen honra a Ti y que hacen que el evangelio sea creíble. Te
damos gracias por el privilegio que tenemos, que va más allá de la comprensión de
tenerte a Ti, oh, Espíritu Santo, viviendo en nosotros, sorprendente. Sorprendente. Es casi
inconcebible que Tú, el que se movió sobre la faz del abismo en la creación e hizo que las
cosas existieran. Tú, el que reveló las Escrituras, la plenitud de la revelación. Tú, el que
capacitó el cuerpo de María para que diera a luz al Salvador. Tú, el que operó a través del
Hijo de Dios encarnado, el que descendió y formó a la iglesia. Aquel por quien somos
colocados en el cuerpo de Cristo. Tú vives en nosotros todo el tiempo. Esta es una realidad
impresionante. Y que sepamos que a dondequiera que vamos, todo lo que decimos, lo que
hacemos, lo que pensamos, hacemos, todo eso con Tu conocimiento pleno. Porque el que
se une al Señor, uno es con él y somos uno Contigo y Tú uno con nosotros. Te damos
gracias porque Tú continúas dirigiéndonos, guiándonos en tu gracia continuamente,
pacientemente, amorosamente, que sigamos con corazones dispuestos anhelando sobre
cualquier otra cosa hacer lo que Tú deseas que amamos. Ejerciendo obediencia a Tu
Palabra para que podamos someter en Tu poder las obras de la carne y disfrutar el fruto
pleno del Espíritu manifestándose. Viviendo en amor y gozo y paz y todas esas otras cosas
es la única manera en la que queremos vivir y está ahí para que lo entendamos si
caminamos por el camino que nos guías. Haz que hagamos eso de manera dispuesta con
la confianza que en eso seremos bendecidos. Tú serás honrado. Otros serán afectados en
la iglesia y afuera de la iglesia. Por esto oramos para tu gloria, Amen.
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Herederos de Dios
Escritura: Romanos 8:17–18
Código: 90-421
John MacArthur
Para esta mañana, vamos a abrir nuestras Biblias de nuevo al octavo capítulo de Romanos,
conforme continuamos viendo el ministerio del Espíritu Santo. He sido tan bendecido y
tan alentado al estar viendo al Espíritu Santo y Su ministerio en la vida del creyente. Estoy
tan agradecido por la respuesta que estoy recibiendo de ustedes, muchas respuestas
personales de personas que han salido de iglesias en el pasado en donde el Espíritu Santo
es insultado, en donde el Espíritu Santo es blasfemado, en donde el ministerio del Espíritu
Santo y persona es mal representado. Y simplemente es maravilloso oír los comentarios
refrescantes, consoladores, alentadores de personas que están comenzando a entender la
verdad acerca de Su ministerio y pueden adorarlo como Él puede ser adorado, como Él
debe ser adorado.
Y entonces, me estado deleitando simplemente en el privilegio que he tenido de sacar
libros de mi repisa, que he tenido a lo largo de los años de la persona del Espíritu Santo, la
doctrina del Espíritu Santo, y simplemente ver esos libros, he visto varios libros
simplemente para mi propia lectura, simplemente en cierta manera para enriquecer mi
propia mente, mi propio corazón y en cierta manera reiniciar en mi propia mente, un
entendimiento sano, bíblico, y una teología del Espíritu Santo. Ha sido muy refrescante
para mí, me ha ayudado para darle honra y adoración al Espíritu Santo, lo cual me hallo a
mí mismo haciendo en cierta manera, a nivel regular, a lo largo inclusive del día.
Simplemente agradeciéndole al Espíritu Santo por todo lo que Él está haciendo en mi vida.
Por otro lado, de eso es descubrir como el Espíritu Santo ha sido mal representado en la
iglesia cristiana contemporánea en la actualidad, y es igualmente desalentador, así como
la verdad es alentadora. Hice una especie de investigación los otros días, de las cosas
actuales que se atribuyen al Espíritu Santo en el movimiento carismático, y quizás
inclusive extendiéndose un poco más allá de eso. Y terminé con una lista de cosas que son
los ministerios del Espíritu Santo que básicamente son atribuidos al Espíritu Santo y Su
obra en la vida de los creyentes. La lista va así: derribar a gente al suelo, hacer que la
gente se ría sin control, hacer que la gente se siente como si estuviera en un shock
eléctrico, como si su calor corporal estuviera ascendiendo, hacer que la gente caiga en una
especie de hipnosis, de un hechizo hipnótico, y algunas veces en trances que duran por
horas.
Después hay convulsiones del Espíritu Santo e hipo del Espíritu Santo, hay algunos que
dicen que el Espíritu Santo cuando Él viene sobre ti actúas como si estuvieras borracho, te
tambaleas, te tropiezas sobre cosas, inclusive te puedes caer en un estado de
seminconsciencia. El Espíritu Santo también puede hacer que tú te sacudas y tiemblas, y
tengas una parálisis temporal. El Espíritu Santo si viene sobre ti, puede causar que hables
cosas absurdas, balbucee, inclusive Él puede hacer que hagas sonidos de animal, como un
pollo, o un pato, o un perro. El Espíritu Santo puede hacer que rompas tu ropa, el Espíritu
Santo puede levitarte de tal manera que puedes subir en el aire a varios metros, y
moverte al otro lado del lugar adonde estás. En un caso tus zapatos van a ir en la dirección
opuesta.
El Espíritu Santo puede capacitar y motivar a un sanador a golpearte con toda su fuerza en
el medio de tu estómago, para poder sanarte. O quizás él te golpea en la quijada, inclusive
te golpea en el rostro, dependiendo en donde tu necesidad está de ser curado. Y después
está el Espíritu Santo cacheteándolo, lo cual es un poco menos dramático y doloroso. Hay
saltos en el Espíritu Santo, y bailes del Espíritu Santo. Y, por cierto, este Espíritu Santo que
hace todo esto, y si tu envías tu dinero a los evangelistas, así será. Y recordé el octavo
capítulo del libro de Hechos, donde Simón el Mago viene y les ofrece a los apóstoles
dinero. Cuando él vio que el Espíritu Santo estaba presente por las manos de los
apóstoles, él les ofreció dinero diciendo, “denme esta autoridad, también, para que en
toda persona que yo imponga las manos pueda recibir el Espíritu Santo”. Pedro le dijo,
“que tu plata perezca contigo, porque pensaste que podías obtener el regalo de Dios con
dinero.” No compran nada de Dios, mucho menos el poder del Espíritu Santo, aunque eso
es lo que con mucha frecuencia es prometido.
Todo este tipo de cosas, y muchas, muchas más cosas, son atribuidas al Espíritu Santo.
Todas son blasfemas, e insultan, entristecen, no tiene nada que ver con el Espíritu Santo
en absoluto, en ninguna manera, en ninguna manifestación, y son el polo opuesto de la
adoración que Él merece. Esto no es marginal, esto no debe ser tolerado, esto es
intolerable, esto es exactamente lo opuesto de la adoración verdadera. Y creo que la
gente algunas veces cree, el Espíritu Santo es una especie de fantasma que está por
encima de Gasparín, y es algo con lo que podemos jugar, cuando necesitamos considerar
que el Espíritu Santo es absolutamente, y en todo sentido el Dios Eterno, la Tercera
Persona de la Trinidad, que debe ser amado y adorado y honrado por quién es Él, y por lo
que de hecho a hecho, y está haciendo. Él es deidad, y no debe ser ignorado, y no debe
ser mal representado, sino adorado.
Creo que la ironía es que el Espíritu Santo de hecho es la deidad que está involucrada de
manera más íntima en la vida de un creyente. Es el Espíritu Santo, hemos aprendido,
quien nos da vida nueva, es el Espíritu Santo quien nos regenera, es el Espíritu Santo quien
nos adopta en la familia de Dios. Es el Espíritu Santo quien entonces nos santifica, es el
Espíritu Santo quien desde nuestro interior nos capacita al llenarnos. Es el Espíritu Santo el
que nos coloca por el bautismo, bautismo espiritual en el cuerpo de Cristo. Es el Espíritu
Santo el que nos ilumina, y nos enseña las Escrituras las cuales Él mismo, Él escribió, Él es
el Autor de ellas. Es el Espíritu Santo quien un día nos va a glorificar, un día va a resucitar
nuestros cuerpos a vida eterna. Todo este ministerio es el ministerio del Espíritu Santo, a
lo largo de todas nuestras vidas como creyentes, Él está en el proceso de conformarnos al
estándar de santidad que es la imagen misma de Jesucristo. Y Él hace eso regularmente,
moviéndonos de un nivel de gloria al siguiente, hasta ese día cuando Él nos perfeccione en
el cielo. Este es el ministerio del Espíritu Santo, no es un ministerio de torpeza, es un
ministerio de santidad. Gran diferencia.
Ahora, quiero que tenga algo usted de idea del panorama general del ministerio del
Espíritu Santo, por así decirlo. Así que veamos Efesios capítulo 1. Esto nos va a ayudar,
creo yo, para identificar de una manera singular, en que consiste todo este plan de
redención de Dios. ¿Qué es lo que Dios está haciendo en el mundo? ¿Qué es lo que Él está
tratando de hacer? ¿Cuál es Su plan? Lo tenemos en Efesios 1:3–4, esta es una bendición,
esta es una ofrenda de alabanza a Dios. “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo”, el Dios quien no es conocido en el Nuevo Testamento, como el Dios de
Abraham, Isaac y Jacob sino quien es conocido como el Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo. Lo cual significa que son iguales en naturaleza, iguales en esencia, el Dios quien
es uno con el Señor Jesucristo, “quien nos bendijo con toda bendición espiritual en los
lugares celestiales en Cristo.”
Él nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,
ahora y en el futuro, en el sentido completo. ¿Con que propósito? ¿Cuál es su razón? ¿Por
qué está haciendo él esto? aquí viene en el versículo 4, es porque nos escogió en él antes
de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él. Esa es
una afirmación que abarca todo, que lo lleva a usted desde la eternidad pasada hasta la
eternidad futura. Eso comienza antes de que el tiempo comience, y termina después de
que el tiempo se acaba. Esa es una afirmación de la elección y glorificación. Él nos escogió
en él antes de la fundación del mundo, y el propósito de eso es que fuéramos santos y sin
mancha delante de él. Eso es en cielo, cuando lo vemos cara a cara.
El Padre nos da toda bendición, con el propósito de producir en nosotros santidad y una
vida irreprensible, justicia, por así decirlo, perfección. Mediante la cual podemos estar
delante de Él y no ser consumidos. Ningún hombre puede verme y vivir, el Antiguo
Testamento dice. Nadie podía ver la gloria de Dios, Moisés únicamente pudo ver una
porción velada de la gloria de Dios. Cuando Ezequiel solo vio una porción de la gloria de
Dios, él entró en una semi-coma, lo mismo le pasó a Isaías, él pronunció una maldición
sobre él mismo. Lo mismo le pasó al apóstol Pablo, cuando el Cristo glorificado se apareció
en el camino a Damasco. Él quedó cegado, cayó en el polvo. Lo mismo le pasó a Juan en el
primer capítulo de Apocalipsis, cuando él entró en un trauma, casi llegando a la muerte
porque él había tenido una visión de la gloria de Cristo. Es una gloria sobre la cual una
persona no perfeccionada no puede ver, pero la promesa de Dios es que Él está
congregando a una humanidad redimida, quien será santa, irreprensible, a tal grado, a tal
grado de perfección que de hecho pueden estar delante de él, en Su presencia. Este es el
plan.
Mientras tanto, entre la elección y la glorificación. El Espíritu de Dios está en el proceso de
llevar al pueblo justificado de Dios y santificarlos en otras palabras, haciéndolos
progresivamente más santos, progresivamente más justos, progresivamente más como
Cristo, quien usted recordará, es la representación exacta, exacta, de un hombre perfecto.
El es el modelo. Estamos siendo conformados a su imagen. Entonces, ¿Cuál es la meta de
Dios? la meta de Dios es la santidad. La meta de Dios es ser irreprensibles, la meta de Dios
es una justicia absolutamente perfecta que nos capacita a estar en su presencia. Este es el
plan de redención iniciado por Dios, producir a dichas personas que estarán con Él para
siempre en la gloria, para servirlo y honrarlo.
Esto es iniciado por Dios, demostrado por Cristo, después ratificado por Cristo en la cruz, y
todo es aplicado por el Espíritu Santo. Es el Espíritu Santo que nos da vida, es el Espíritu
Santo que nos resucita para la gloria, y es el Espíritu Santo quien nos santifica. Entonces,
es el Espíritu quien está operando en nosotros, como vinos en 2da de Corintios 3:18
moviéndonos de un nivel de gloria al siguiente, al siguiente, conforme vemos la gloria de
Cristo. Él es el modelo, él es la imagen, el Espíritu Santo dijo Jesús, vendría y nos mostraría
las cosas acerca de Cristo. Y conforme vemos a Cristo, el Espíritu nos cambia a Su imagen.
Y un día, como vemos en Romanos 8, usted puede pasar ahí ahora, un día aquellos de
nosotros que hemos sido predestinados, y llamados y justificados, versículo 30 dice,
“seremos glorificados”. ¿Cómo será la glorificación? versículo 29, “hemos sido
predestinados para ser conformados a la imagen de Su Hijo”.
Esa es la obra de Dios en la redención, crear una humanidad redimida que reflejará a Su
Hijo. Será parecida a la familia. Y la última vez aprendimos, ¿no es cierto? que Dios nos ha
adoptado en Su familia, lo cual nos da todos los derechos como herederos. Pero Él
también nos ha regenerado para que no solo seamos hijos que hemos sido adoptados,
sino que somos hijos que hemos nacido. Como hijos adoptivos, tenemos derechos. Y como
hijos nacidos, tenemos la naturaleza. Nos hemos convertido en participantes de la
naturaleza divina. Y ahora el Espíritu Santo nos está haciendo, nos está conformando a la
semejanza de la familia, haciéndonos que nos veamos como nuestro hermano Jesucristo.
Esta es la obra del Espíritu.
Entonces, el Espíritu no está interesado en torpeza. El Espíritu está interesado en santidad.
Él está interesado en la semejanza a Cristo. Ahora, en Romanos capítulo 8 hemos visto
varios elementos de esto. El Espíritu Santo nos libera del pecado y la muerte, vimos eso en
los versículos 2 y 3. El Espíritu Santo nos capacita para cumplir la ley, versículo 4. El
Espíritu Santo cambia nuestra naturaleza, versículo 5 al 11. El Espíritu Santo nos capacita
para la victoria sobre el pecado, versículos 12 y 13. Y después la última vez, el Espíritu
Santo nos adopta a la familia de Dios, como hijos, versículos 14 al 16. Y todo esto es el
ministerio del Espíritu Santo por el cual le damos alabanza y gratitud.
Ahora, llegamos al punto final. El Espíritu Santo asegura nuestra gloria eterna, el Espíritu
Santo asegura nuestra gloria eterna. Y eso es los versículos 17 al 30, que les leí a usted
antes. Y después los versículos 31 al 39 son, en mi juicio, el resumen más grande de clímax
de bendición de las glorias de la salvación que están en cualquier lugar de las Escrituras. Es
una respuesta de la obra poderosa del Espíritu Santo. Veremos eso comenzando en el
versículo 31. Pero, por ahora, versículos 17 al 30, vamos a estar viendo durante las
siguientes semanas, como el Espíritu Santo asegura nuestra gloria eterna. Usted verá en el
texto que leímos antes, versículo 23 que el Espíritu Santo es designado como primicias, las
primicias del Espíritu. Ese es un concepto muy importante. Un granjero, siempre sabia
como iba a ser la cosecha cuando las primicias aparecían, los primeros frutos eran una
señal de como serian el resto del fruto. Y el Espíritu Santo es dado a nosotros, y toda Su
gloria, y todas las bendiciones que Él trae es únicamente un primer fruto. Únicamente una
promesa, solo una probada, solo una garantía del resto de las cosas que Dios ha
preparado para aquellos que le aman.
Y el Espíritu Santo también es llamado la promesa, ‘arrabón’, garantía, arras. La palabra es
la palabra para anillo de compromiso, enganche y seguridad del Espíritu Santo, es el anillo
de compromiso, que prueba que la boda se va a llevar a cabo. El Espíritu Santo es el
enganche, Dios va a hacer el resto de los pagos cuando lleguemos a la gloria. Él es la
garantía, el Espíritu Santo también es llamado el sello. Esto es el sello de Dios, de
autenticidad, de autoridad, de posesión. Ese es el sello del Espíritu Santo, somos sellados
por el Espíritu, tenemos la promesa del Espíritu, las primicias del Espíritu. 2da Corintios
1:21 “el que no se establece con nosotros en Cristo, y los ha ungido es Dios, quien nos ha
sellado y nos dio al Espíritu en nuestros corazones, como una promesa”. Ahí usted tiene
sello y promesa en el mismo versículo. 2da Corintios 1:22.
Entonces, el Espíritu Santo está en nosotros, para sellarnos como el enganche, la garantía
de nuestra gloria eterna venidera. Este es un ministerio para nosotros. Ahora,
simplemente resumiendo todo lo que hemos dicho, la libertad que tenemos del dominio
del pecado en nuestras vidas, el poder para hacer lo que es correcto, el deseo de colocar
nuestras mentes en las cosas del Espíritu, la fortaleza para superar la carne, los gozos y
confianza cierta de ser hijos, todas estas cosas son la obra del Espíritu Santo en la
regeneración, y la santificación. Y todas son una garantía de la obra de la glorificación
venidera. Filipenses 1:6 dice, “el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará
hasta el día de Jesucristo”. La obra únicamente ha comenzado y será completada, esa es la
razón por la que Pablo comienza el capítulo diciendo, “así que no hay condenación para
los que están en Cristo”. Se nos asegura de que no hay condenación, se nos asegura en
contra de cualquier condenación futura, por la promesa de Dios y la operación del Espíritu
Santo.
Entonces, el Espíritu Santo está en nosotros, para asegurarnos a lo largo de esta vida,
hasta el final. Y después, llevar nuestros espíritus a la presencia de Dios, y un día resucitar
nuestros cuerpos para unirse a esos espíritus, para que para siempre estemos ante la
gloria completa, refulgente, de la presencia de Dios, en el cielo de cielos y servirlo y
adorarlo ahí. Vamos, estamos en el camino a la gloria, y el Espíritu Santo es nuestro
protector en el proceso. Y he dicho esto en el pasado, si hubiera una manera posible de
perder la salvación, yo la perdería. Si fuera posible que yo me descalificara a mí mismo de
la salvación, yo me descalificaría, yo me descalificaría. No me puedo salvar y no me puedo
mantener salvo. No puedo ser lo suficientemente justo para salvarme a mí mismo, y usted
tampoco. Y no puedo ser lo suficientemente justo para mantenerme salvo. Dios va a tener
que salvarme por gracia, él va a tener que salvarme por gracia, él va a tener que salvarme
por su poder, el poder del Espíritu Santo, regeneración, Él va a tener que guardarme por
Su poder, el poder del Espíritu Santo de protección hasta el final. Y esa es la promesa de
Dios.
Nos dirigimos a la gloria, queridos. Y lo que eso quiere decir es que seremos como el
hombre perfecto, Jesucristo, 1ra de Juan 3:2, “seremos como él, cuando le veamos como
él es”. Tendremos un cuerpo en semejante al cuerpo de la gloria suya, Filipenses 3:20–21.
Hemos sido elegidos desde antes de la fundación del mundo, para ser santos e
irreprensibles delante de él, y nadie se pierde en el proceso. Juan 6 dice, “todo lo que el
Padre me da vendrá a mí, y no perderé nada”. Yo no pierdo a ninguno de ellos, sino que
los resucito a todos en el día postrero en el poder del Espíritu Santo. Como Romanos 8:11
dice. Es el Espíritu quien resucitó a Cristo de los muertos, quien también nos resucitará de
los muertos.
Entonces, ¿Cuál es el punto de la salvación? es que seamos llevados a la presencia de Dios,
para estar delante de Él, y ver la totalidad de Su gloria brillando desde Su trono en la
Nueva Jerusalén en el centro del nuevo cielo y la nueva tierra, y estar con Él para siempre.
Estar con Él para siempre. Cuando un hombre viene al mundo, él no tiene gloria, estamos
destituidos de la gloria de Dios como Pablo dice en Romanos, estamos muy destituidos de
la gloria de Dios, no podemos alcanzar eso, no tenemos gloria, es una marca muy, muy
desvanecida, es la imagen de Dios la cual llevamos a partir de nuestra creación original. Ha
sido terriblemente dañada, y distorsionada, pero en Cristo podemos tener gloria. En Cristo
podemos volvernos gloriosos, en Cristo literalmente compartimos la gloria misma de Dios.
En el Antiguo Testamento Dios dijo, “no daré Mi gloria a otro, no compartiré mi gloria con
otro”, con otro ídolo, con otro dios falso, no. Pero Él va a compartir Su gloria con Su
pueblo. Vivimos, Pablo dice, en la esperanza de gloria, Cristo en vosotros la esperanza de
gloria. Todavía nos somos gloriosos en el sentido completo, aunque hemos probado esa
gloria. Esa gloria ha venido a nosotros, el Espíritu vive en nosotros. Esa gloria aun no es
manifiesta, esa es la razón por la que Romanos 8, que leí antes, dice, “el mundo entero no
ha visto la manifestación gloriosa de los hijos de Dios. Estamos velados en este momento,
estamos velados, estamos cubiertos, pueden vernos caminando por la calle y no ven
ninguna gloria, pero un día seremos glorificados de manera total y seremos como Cristo.
Esa es la meta de la salvación como señalé al final del versículo 30, a los que Él predestinó
serán a los que el glorificará.
Entonces, el Espíritu Santo, ha establecido residencia en nosotros para guardarnos, para
mantenernos seguros a lo largo del proceso santificador hasta la gloria. Él es el sello, la
garantía, el anillo de compromiso, el enganche, las primicias de nuestra gloria venideras. Y
todo esto está basado en el hecho de que hemos sido hechos hijos, para que la gloria que
será nuestra un día, es dada a nosotros como una herencia de nuestro Padre. Hemos sido
adoptados en la familia de Dios, hemos nacido en la familia de Dios, somos hijos en ambas
maneras y somos hijos para que podamos recibir gloria. Somos los hijos de Dios con
derechos completos a compartir todo lo que Dios posee. Es una realidad magnifica.
Ahora, veamos los versículos 17 y 18. Únicamente vamos a ver esos dos versículos hoy,
vamos a cubrir el resto después de Navidad. Y únicamente quiero dividirlo un poco,
estamos hablando aquí de herencia, versículo 17. “Y si hijos, también herederos.
Herederos de Dios, y co-herederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con Él
para que juntamente con Él seamos glorificados. Pues tengo por cierto que las aflicciones
del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de
manifestarse.” Entonces, el versículo 18 termina hablando de gloria incomparable, y gloria
que no tiene comparación, también sabemos que esa gloria que tendremos con Él, es
nuestra herencia. Somos herederos de Dios, co-herederos con Cristo, y lo que heredamos
es gloria. Eso es lo que heredamos.
Ahora, veamos si dividamos eso un poco, en ese texto simple, y hablemos del hecho de
nuestra herencia. El hecho de nuestra herencia. Esta es una promesa para usted, versículo
17, “Y si hijos, también herederos”. Una pequeña partícula aquí, la palabra, sí. Esa es una
construcción en el griego, cuando usted tiene esta partícula, usted tiene lo que se llama
una condición cumplida. Y una condición cumplida no es una condición ‘sí’. Una condición
cumplida es una condición ‘debido a’, entonces este versículo debería leerse de esta
manera. “Y debido a hijos” esa es una condición cumplida, ¿cómo sabemos eso? porque
acabamos de cubrirlo en los versículos 14, 15, y 16, somos hijos, versículo 16 termina,
‘somos hijos de Dios’. versículo 14 termina, “que somos hijos de Dios”. Hemos sido
adoptados, tenemos todo derecho de clamar “Abba Padre”. Y debido a que somos hijos, y
esta es una realidad, esta es una condición cumplida, somos entonces herederos. Somos
herederos.
Gálatas 3:26 dice, “todos vosotrois sois hijos de Dios, por fe en Cristo Jesús’. Usted no es
un hijo de Dios al nacer en el mundo, usted es un hijo de Dios y un heredero por la fe en
Cristo Jesús, Gálatas 3:26. Y si usted es un hijo, un hijo de Dios, usted entonces es un
heredero. Usted es un heredero también. Ahora, recuerde las leyes de adopción romanas.
Un hijo adoptado no era inferior a un hijo que nacía de manera natural, un hijo que nacía
en la familia. De hecho, los hijos que eran adoptados, con frecuencia eran adoptados
porque los padres querían un hijo superior a los que ya tenían. Entonces, cuando alguien
escogía adoptar a un hijo era porque querían seleccionar a ese hijo, de manera deliberada,
para el beneficio futuro y bienestar de la familia y ese hijo tendría todos los derechos a la
herencia, iguales a los hijos que habían nacido de manera natural en esa familia.
El hecho era que ese hijo que era adoptado, era por lo menos igual, y en muchos casos era
visto como superior a los otros hijos. En la tradición judía, la herencia era de una porción
doble para el hijo mayor. Si había dos hijos, el mayor recibía dos tercios y el más chico
recibía un tercio. El hijo mayor recibía una doble porción de la herencia. Ese no es el caso
en la ley romana. Nada en la historia romana indica eso, lo que tenemos en la ley romana,
que todavía podemos encontrar es que todos los hijos recibían la misma herencia. Había
un nivel igual de herencia en el sistema romano, y eso era para los hijos adoptados
también. Esa era la ley, sea que la siguieron o no, todo el tiempo obviamente podía ser
debatido.
Entonces, Pablo está usando la costumbre romana, en su analogía aquí. Y lo que él está
diciendo es que, bajo la ley romana, todos los que son hijos, bajo la analogía de la ley
romana, todos los que son hijos de Dios son herederos iguales. Todos herederos por igual.
Si hijos, o debido a que son hijos, hijos herederos también. Y, por cierto, según la ley
romana, algo recibido por herencia era algo que estaba más de seguro que lo que era
poseído por compras. Usted recibía algo por herencia, esa era la posesión más segura que
usted jamás podía tener, y eso es lo que Pablo está diciendo. Como los hijos de Dios, se
nos ha dado por igual la herencia y está más segura que cualquier otra cosa que
pudiéramos ganar por nosotros mismos.
De hecho, cualquier cosa que ganáramos por nosotros mismos lo dejaríamos aquí,
¿verdad? debido a que somos hijos, por lo tanto, somos herederos. Para ayudarle con eso
un poco, Gálatas 4 es un buen pasaje, y simplemente voy a comenzar a leer en el versículo
4. Y usted oyó esto antes en el servicio. “Cuando la plenitud del tiempo vino, Dios envió a
Su Hijo, nacido de mujer, bajo la ley, para que pudiera redimir a aquellos que estaban bajo
la ley.” ¿Y en que consiste esta redención? Para que recibiéramos la adopción de hijos. En
otras palabras, para eso es la salvación, para traernos a la familia, adoptarnos como hijos
nos da todos los derechos y después regenerarnos como hijos nos da naturaleza. Y
después podemos ser conformados al parecido de la familia, para el cual Cristo es el
modelo.
Y como resultado de la adopción como hijos, Dios envió al Espíritu de Su Hijo a nuestros
corazones, clamando Abba Padre, por tanto, ya no sois esclavos sino hijos, escuche esto,
“Y si hijo entonces un heredero a través de Dios.” Este es el hecho de nuestra herencia.
Este es el hecho de nuestra herencia. Ese hecho es expresado aún más en las palabras
magnificas de 1ra Pedro 1, y estas no las debe de perder de vista, 1ra Pedro 1. Y esto de
nuevo es una bendición, alabanza a Dios, “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo”. De nuevo Dios, es el Dios quien es el Padre de Cristo, esto es su esencia es la
misma, son uno en naturaleza, la deidad de Cristo siendo enfatizada. “Quien según su gran
misericordia”, todo esto es misericordia, todo esto es gracia, “nos ha hecho nacer”, somos
adoptados en Gálatas, somos renacidos y eso habla tanto de nuestros derechos como de
nuestra naturaleza a una esperanza viva.
Literalmente hemos sido salvos a una esperanza viva mediante la resurrección de
Jesucristo de los muertos. ¿Cuál es nuestra esperanza viva? Aquí viene, “para obtener una
herencia”, para obtener una herencia. ¿Qué hay acerca de esta herencia? Es
imperecedera. Imperecedera, no puede morir, no puede desaparecer, no puede ser
quitada, e incontaminada, no puede ser limitada, no puede ser distorsionada, no puede
desvanecerse, desaparecer, disiparse. Y está reservada en el cielo para vosotros. Esa es la
razón por la que usted fue salvo. Esa es la razón por la que usted renació. Esa es la razón
por la que usted fue adoptado en la familia, “para obtener una herencia que es
imperecedera, incontaminada e inmarcesible, reservada en el cielo para vosotros”, no
para alguien más, sino para usted.
Y usted es, el siguiente versículo, versículo 5, “protegido por el poder de Dios”, el poder de
Dios, el poder del Espíritu Santo. recibiréis poder después que el Espíritu Santo venga
sobre vosotros. Eso es poder para dar testimonio, pero también es poder para protección.
Es el Espíritu Santo en nosotros quien nos protege mediante el medio, y esto es
maravilloso, el poder de Dios mediante la fe. ¿Cómo es que el Espíritu Santo lo mantiene a
usted en Cristo? ¿Cómo es que el Espíritu Santo lo protege a usted de fracasar, de fallar,
de abandonar, de negar a Cristo, de desertar? En otras palabras, es el Espíritu Santo quien
capacita la fe de usted, Efesios 2, “por gracia sois salvos, por medio de la fe”, inclusive esa
fe no es de vosotros, “es el don de Dios”.
Dice usted, “Bueno, conocí a alguien que tuvo fe, y su fe murió”. No, alguien que tuvo fe
que murió, tuvo una fe humana. La fe que Dios da es una fe que no puede morir, usted es
guardado por esa fe, capacitado por el Espíritu Santo. Y él procede a decir, “para alcanzar
una salvación que está lista para ser revelada en el tiempo postrero”. El punto entero de la
salvación es que seamos irreprensibles y santos delante de Él, en la eternidad. En donde
recibiremos una herencia. Ese es el hecho de nuestra herencia. Es incontaminada,
imperecedera, inmarcesible, reservada en los cielos, y el Espíritu Santo es el protector
interno que sustenta su fe hasta el fin.
¿Quién es la fuente de esta herencia? Es el hecho de ella. La fuente de ella en el versículo
17, “herederos de Dios”, quien, Dios es la fuente. Somos herederos de Dios. Heredamos lo
que Dios ha decidido que debemos tener. Dios es el que nos da a nosotros la herencia.
Dios es el que la apartó. Las palabras de 1ra de Pedro, “guardada para vosotros”. Es Dios
quien apartó el tesoro de nuestra herencia en el cielo para nosotros. Simplemente fue
algo sorprendente, bendito sea el Dios y Padre, que ha hecho que tengamos esta
herencia.
En Colosenses 3:24, y hay muchos versículos maravillosos que hablan de esto. Este es uno
de los que creo que es tan maravilloso. Habla de, del Señor, Colosenses 3:24, recibiréis la
recompensa de la herencia. “Del Señor recibiréis la recompensa de la herencia”. Va a venir
del Señor. Es solo Él en darla, y solo de Él en darla. Ahora, permítame profundizar un poco
en eso. Dice usted, “Que, ¿qué es lo que el Señor ha dejado para nosotros?” En el sentido
más puro y verdadero y más amplio, es perfección, santidad, ser irreprensible, justicia
absoluta, totalidad. Es la perfección de humanidad glorificada.
Por eso inclusive, más que eso, una mejor manera de entenderla es esta. El Salmista habla
de que el Señor es su porción. Jeremías habla de que el Señor es su porción. En
Apocalipsis 21:3 leemos que cuando entremos al cielo en nuestra gloria final, Dios se
aparece y Él dice, “Yo seré su Dios, y ellos serán Mi pueblo, Y viviré entre ellos. Yo
enjugaré sus lágrimas, etc., etc., etc. La herencia es Dios mismo. Esa es la herencia. ¿Qué
está esperándonos? Dios, Dios. Él es Él que está brillando desde el trono en la nueva
Jerusalén, su gloria se extiende hasta los fines infinitos del nuevo cielo y la nueva tierra, y
entramos en la gloria completa, refulgente de esa gloria, y no somos incinerados porque
somos santos, irreprensibles. Y todo lo que Dios es, y todo lo que Dios tiene se vuelve
nuestro. Una realidad sorprendente, heredamos a Dios. Inclusive compartimos Su gloria,
en Su cielo, para siempre.
Empujando esto un poco, permítame presentarle un tercer punto del que habla este
texto, la extensión de la herencia. Simplemente que tan extensivo es esto, es así de
extensivo que somos coherederos con Cristo. Somos coherederos con Cristo. Y eso de
nuevo enfatiza la costumbre romana de la herencia igual. ¡Que pensamiento! Todo lo que
será de Cristo será nuestro. Salmo 2, ¿qué le dijo Dios a Cristo? Te daré las naciones para
tu herencia. Más allá de eso, él da todo. Cristo será todo en todos, y todo estará en Cristo.
1ra Corintios 15, todo se resolverá en Cristo. Todo.
Efesios capítulo 1, habla del hecho de que Él es el gobernante sobre todas las cosas. Todas
las cosas están sujetas a él. Todo es de él. Absolutamente todo es de él. Y al final, todo lo
que es de él será nuestro. Literalmente nos convertiremos en coherederos con Cristo.
Hebreos 1:2 llama a Cristo, “el heredero de todas las cosas”, el heredero de todas las
cosas. En él nos convertimos en los herederos de todas las cosas. Es una realidad
sorprendente. Reinaremos con él, Apocalipsis 15:8 dice. Nos sentaremos en su trono,
Apocalipsis 3:21 dice. Llevaremos su imagen, la imagen del celestial, 1ra Corintios 15:49.
Estas son realidades que hablan del hecho, de que todo lo que es de Cristo será nuestro.
No seremos deidad, seremos humanidad glorificada, pero hasta donde la humanidad
glorificada puede compartir la gloria de Dios, y la herencia de Cristo, la compartiremos de
manera completa.
Alguien podría decir, “Bueno, Cristo quizás esté un poco molesto por eso. Él hizo mucho
para ganar esa herencia en la cruz, y ¿por qué debería ser entregada a nosotros? ¿es esto
una decepción para Cristo, que el Padre sea tan generoso con personas tan indignas como
nosotros?” Bueno, tenemos una respuesta a esa pregunta. Esto no es algo que el Señor no
quiere dar. Escuche su oración en Juan 17, “La gloria que me diste, se las he dado, para
que seamos uno, así como somos Uno.” Juan 17:22. Él comparte completamente su gloria
con nosotros, sin rehusarse. La grandeza de esta herencia es absolutamente
sorprendente, es por gracia, no obras. Es por una obra soberana de Dios, no por esfuerzo
humano. Es un pacto de Dios, quien no puede mentir y no puede cambiar. Esta herencia
no es reducida porque tiene que ser dividida entre muchos herederos, porque la provisión
de Dios es gloria infinita. Es gloriosa, es amplia, está segura. Heredaremos a Dios, Su
gloria, compartir Su gloria, y todo lo que es de Cristo, será nuestro. Así es la ganancia
incomparable de gloria. Está asegurada a nosotros por el Espíritu Santo, quien guarda y
protege nuestra fe hasta el fin.
Hay una cuarta cosa que considerar en este versículo, preparación para la herencia.
Preparación para la…todos recibimos la misma vida eterna, todos recibimos la misma
gloria. El denario en la parábola que Jesús contó, no importa cuántas servimos. Todos
recibimos la misma presencia de Dios, todos recibimos la misma herencia con Cristo. Pero,
habrá grados de responsabilidad, y grados de servicio que están conectados con el servicio
de esta vida. Y el Señor presentó eso claro en la parábola, varias parábolas. Pero hay un
principio que nos lleva a decir que el factor más importante que determina la naturaleza
de nuestra herencia eterna, a nivel personal no es éxito, como lo mediríamos en el
mundo, sino sufrimiento.
Regrese al versículo 17, lo hemos visto, “Si hijos, herederos, herederos de Dios,
coherederos con Cristo.” Después llegamos al, “Sí, de hecho, sufrimos con él, para que
también con él seamos glorificados”. Desde el siglo 12, la palabra “sí, de nuevo” estaba
siendo traducida por eruditos bíblicos, “debido a”, y esto es simplemente una afirmación
de un hecho. Debido a que somos hijos, somos herederos. Y de vida a que sufrimos con él,
de hecho, con certeza seremos glorificados con él. En otras palabras, hay una
inevitabilidad en la vida de un creyente, que ese creyente va a sufrir. Y no estoy hablando
de martirio necesariamente, aunque podría pasar. Toma tu cruz, sígueme. Gente ha
muerto por la causa del Evangelio. Pero lo que está diciendo es, “debido a que sufrimos,
como una realidad, como un hecho. Porque exaltamos a Cristo, y vivimos para Cristo, y
proclamamos a Cristo, en un mundo sin Cristo que odia a Cristo, que rechaza a Cristo, hay
una medida de sufrimiento”.
Llevamos, por así decirlo, el vituperio de Cristo. El sufrimiento está relacionado a eso. No
estamos hablando del hecho de que usted tuvo una enfermedad, o usted tuvo algún tipo
de defecto, o algunos desafíos en su matrimonio, o algunos problemas con su trabajo,
todo ese tipo de cosas están en la categoría de sufrimiento humano, y el Señor está
preocupado por eso, y él muestra empatía y compasión por eso. Pero lo que se mide, en
contraste a esa gloria eterna, y esa recompensa eterna es el sufrimiento que los creyentes
reciben por el nombre de Cristo. Y sea que no estamos siendo perseguidos, no estamos
siendo encadenados, no estamos siendo quemados en aceite o se nos está metiendo
bambú en nuestras uñas, no estamos siendo perseguidos a ese grado, pero todos
entendemos la burla cruel que viene para aquellos que son fieles en proclamar el nombre
de Cristo en un ambiente hostil. Todos lo hemos sufrido en cierta manera.
“En este mundo tendréis tribulación”, Jesús dijo, “tened ánimo, he vencido al mundo”. En
este mundo los van a tratar como me trataron a mí, me odiaron, los van a odiar a ustedes.
Así es, vamos a disfrutar lo que Pablo llamó “la participación de sus padecimientos”. Pablo
inclusive dijo en Colosense 1 que él estaba llenando en su cuerpo los sufrimientos de
Cristo. Él estaba recibiendo ese sufrimiento por su relación con Cristo. Pedro habla, 1ra de
Pedro 4, de sufrir para Cristo y al mismo tiempo regocijarse. El camino a la gloria es
mediante el sufrimiento. Se acuerda usted de que Jesús dijo que él fue a la cruz por el
gozo que fue puesto delante de él. No recordamos que teníamos que predicar, el apóstol
dijo, teníamos que predicar que Cristo necesita padecer, ¿por qué? Porque Jesús les dijo
eso en Lucas 24, “¿no sabían que el Mesías necesitaba padecer y después entrar a su
gloria”. Conforme participamos en los sufrimientos de Cristo, conforme llevamos el
vituperio de Cristo, entonces seguimos el camino a la gloria. Esto está muy lejos de la idea
que Dios quiere que usted sea alguien con salud, rico, feliz, exitosos, popular, cómodo. No,
el Espíritu Santo está preocupado por su gloria eterna, y Él entiende que el camino a la
gloria eterna es llevar el vituperio de Jesucristo.
Entonces, mientras que todos recibimos a Dios, todos somos coherederos de todo lo que
Cristo posee. Hay cierta manera en la que serviremos en la gloria del cielo, que puede ser
determinada por la medida de sufrimiento que hemos llevado por la causa de Cristo. El
cristianismo no es escapismo, es una mentira pensar que todo lo que el Espíritu Santo
quiere que usted haga es que tenga todo lo que usted quiere y que sea feliz. El Espíritu
Santo quiere que usted sea glorificado, y Él entiende que el camino a la gloria es mediante
el sufrimiento. Esta es la palabra de Dios para nosotros.
Bueno, simplemente una palabra final y después tomaremos la mesa del Señor. Pablo dice
esto en el versículo 18, “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no
son comparables con la gloria venidera, que en nosotros ha de manifestarse.” Recibimos
lo que viene, ¿verdad? “Llevo en mi cuerpo las marcas de Cristo”. Reciba el vituperio de
Cristo, sufra para Cristo, no es digno de compararse con la gloria que está por revelarse en
nosotros. Tenemos una gloria incomparable, amados, esperándonos en la presencia del
Señor. Esa es su promesa para nosotros. Y es la obra del bendito Espíritu Santo
asegurarnos hasta el fin, para recibir esa gloria. “El Espíritu Santo”, Efesios 1, “de promesa,
es dado como una promesa de nuestra herencia, con miras a la redención de la posesión
de Dios para alabanza de Su gloria.”
Inclinémonos en oración. Padre, recordamos que Pablo dijo, “No contristéis al Espíritu
Santo, por quien somos sellados para el día de la redención”. Que estemos honrando al
Espíritu, que estemos adorando al Espíritu en la manera en la que Él lo merece. Ahora
Señor, al venir a esta mesa, queremos asegurarnos de que honramos esta celebración de
comunión, al confesar cualquier pecado que podamos conocer en nuestras vidas,
cualquier cosa a la que nos estemos aferrando, para arrepentirnos de ello, volvernos de
ello, y para adorar a los pies de la cruz, agradecidos porque todo esto ha sido provisto
porque Cristo lo hizo posible mediante Su muerte.
Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
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