Libro Emociones

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 17

María Menéndez-Ponte

Ilustraciones de Judi Abbot · Asesoramiento de La Nau Espacial

00 INT EMOCIONES 3a ed.indd 1 18/2/19 18:25


Diseño y maquetación: Sergi Puyol
Asesoramiento y redacción de fichas: La Nau Espacial

© 2018, María Menéndez-Ponte, por el texto


Autora representada por IMC Agencia Literaria S.L.
© 2018, Judi Abbot, por las ilustraciones

ISBN: 978-84-17128-71-5
Código IBIC: YB
DL B 18.777-2018

© de esta edición, 2018 por Antonio Vallardi Editore S.u.r.l., Milán


Primera edición: noviembre de 2018
Segunda edición: noviembre de 2018
Tercera edición: marzo de 2019
Duomo ediciones es un sello de Antonio Vallardi Editore S.u.r.l.
www.duomoediciones.com

Impreso en Serbia
Imprenta: Grafostil

Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización por escrito


de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta
obra por cualquier medio o procedimiento mecánico o electrónico
—incluyendo las fotocopias y la difusión a través de internet— y la distribución
de ejemplares de este libro mediante alquiler o préstamos públicos.

00 INT EMOCIONES 3a ed.indd 2 18/2/19 18:25


A Bárbara, que va a ser mi mejor regalo de descumpleaños.
Te llenaré de besitos y te susurraré cuentos y canciones al oído.
María

A mis sabios amigos, Nathalie y Sowmya.


Judi

00 INT EMOCIONES 3a ed.indd 3 18/2/19 18:25


00 INT EMOCIONES 3a ed.indd 4 18/2/19 18:25
I N T R O D U C C I Ó N

¿A quién no le gusta emocionarse: alegrarse al ver a unos viejos


amigos, sentir el amor en el abrazo de un familiar al que volve-
mos a ver por vacaciones, enorgullecerse ante un proyecto que ha
acabado con éxito, llorar de tristeza en el cine…? Las emociones
nos acompañan cada día, cada minuto. Sin embargo, apenas ha-
blamos de ellas. Y menos con nuestros hijos e hijas.
En nuestro rol de educadores, todos queremos que nuestros
hijos e hijas tengan el máximo de recursos para poder desen-
volverse en la vida como personas autónomas y felices. Pero no
siempre disponemos de las herramientas necesarias para llevar a
cabo esta tarea de la mejor forma posible. A veces, ni siquiera las
empleamos con nosotros mismos.
Es aquí donde entran en juego estos 30 cuentos. Las diverti-
das aventuras de sus simpáticos personajes facilitan la compren-
sión de qué se siente, qué experimentamos en nuestro interior
ante determinadas situaciones y os acompañarán en la crianza
con algunos recursos teórico-prácticos para que podáis apoyar a
los pequeños en la gestión de sus emociones.

—5—

00 INT EMOCIONES 3a ed.indd 5 18/2/19 18:25


— EL MIEDO —

UN MONSTRUO
EN MI CAMA
Me llamo Hugo. Estoy solo en mi cuarto y he oído ruidos debajo
de mi cama. Creo que hay un monstruo escondido.
Tengo miedo. Tengo mucho miedo.
No me atrevo a moverme. Si no me muevo, el monstruo pen-
sará que no hay nadie a quien atacar.
–¿Hay alguien ahí?
¡Aaaay! Lo sabía. El monstruo me ha hablado. Tengo ganas
de gritar para que vengan mis papás. Pero el monstruo me atra-
pará antes de que les dé tiempo a llegar.
Mejor me quedo calladito. Igual cree que no hay nadie y ter-
mina marchándose.
–Por favor, ¿me dejas meterme en tu cama?
–¿Qui… quién eres?
–Soy… soy… ¡tu monstruo!
–Yo no tengo ningún monstruo –le respondo, aterrado.
–Por favor, deja que me meta en tu cama.
Me sudan las manos. Me da mala espina que sea un mons-
truo tan educado.
–¿Por qué quieres meterte en mi cama?

—6—

00 INT EMOCIONES 3a ed.indd 6 18/2/19 18:25


00 INT EMOCIONES 3a ed.indd 7 18/2/19 18:25
— EL MIEDO —

–Porque… tengo miedo.


Casi me atraganto con la saliva.
–Los monstruos no tienen miedo. Son ellos los que dan mie-
do a los demás –le replico.
–Pues yo sí tengo miedo. Tengo mucho miedo.
Empiezo a sentir lástima de él. En realidad, lo comprendo
muy bien, porque también yo tengo mucho miedo.
–¿Y por qué has venido entonces? –le pregunto, todavía con
desconfianza.
–No lo sé, tú sabrás.
Doy un respingo en la cama.
–¡Esa sí que es buena! ¿Tengo yo que saber por qué ha veni-
do un monstruo a mi habitación?
–Claro. Tú me has creado.
–¡Pero qué dices! ¡Estás chalado!
–Es la verdad. Por favor, déjame estar contigo. Me muero
de miedo.
La voz del monstruo suena temblorosa.
–¿Eres muy grande? –le pregunto.
–No lo sé.
–¿Roncas?
–No lo sé.
–¿Es que no sabes nada?

—8—

00 INT EMOCIONES 3a ed.indd 8 18/2/19 18:25


— EL GRAN LIBRO DE LAS EMOCIONES —

–Solo sé que tengo miedo.


–¡Vaya! ¡Pues ya somos dos!
–¿Tú también tienes miedo?
–Sí.
–¿Mucho miedo?
–Sí.
–¿Ves como soy tu monstruo? Soy igual de miedoso que tú.
–Pues vaya.
No sé si es mi monstruo o no, pero tiembla tanto que la cama
parece una locomotora. Creo que hasta tiene más miedo que yo.
–¿Dejas entonces que me meta en tu cama contigo?
–Bueeeeno. Vale.
El monstruo ha saltado rápido a mi cama y se ha pegado a
mí. Pobrecito. Estaba temblando. Le he dado la mano y nos hemos
quedado dormidos.

—9—

00 INT EMOCIONES 3a ed.indd 9 18/2/19 18:25


EL MIEDO
¿Qué es el miedo?

El miedo es una emoción básica, desagradable, que sentimos cuando

creemos estar en peligro. Algo que sentimos tanto si se trata de un peli-

gro real como de uno imaginario.

¿Para qué sirve tener miedo?

El miedo sirve para activar nuestro cuerpo y defendernos o escondernos

de un peligro, de una amenaza, es decir, de algo que creemos que nos va

a provocar daño. Pero también sirve para ponernos en alerta sin que haya

ningún peligro, a modo de vigilancia. Así pues, al igual que el resto de las

emociones, no es malo sentir miedo porque, aunque no sea agradable,

sirve para algo.

¿Qué nos da miedo?

Podemos sentir miedo por cosas que ocurren de verdad como, por ejem-

plo, que se acerque muy rápido un coche cuando cruzamos la calle o si

nos perdemos, no identificamos a nadie conocido y no sabemos si nos

encontraremos de nuevo.

Pero muy a menudo los miedos que tenemos son de cosas imagi-

narias, es decir, que nuestro cerebro se imagina que ocurren (monstruos

en la habitación, fantasmas en el pasillo, accidentes que no ocurren…)

porque quiere prepararnos para cualquier peligro.

— 10 —

00 INT EMOCIONES 3a ed.indd 10 18/2/19 18:25


Es importante distinguir si aquello que nos está causando miedo es

real o lo está imaginando nuestro cerebro; en el primer caso hay que

actuar y atender al peligro; en el segundo caso, primero tenemos que

reconocer que el peligro no existe y que se trata simplemente de nuestra

mente que nos hace pasar un mal rato.

Reducir el miedo

En el caso de los miedos imaginarios, el primer paso para reducir el miedo

es darse cuenta de que no es un peligro real y que tan solo es nuestro

cerebro que lo está inventando. El segundo paso es ayudar al cerebro

a pensar en cosas agradables. Podemos confeccionar una lista de co-

sas que nos gustan y que nos hacen sentir bien para que, así, cuando el

cerebro piense cosas que nos dan miedo, podamos «contraatacar» con

pensamientos agradables.

Por último, si compartimos con gente de confianza (amigos, padres,

hermanos…) nuestros miedos, es posible que el miedo se haga más pe-

queño. Hablar de ello ayuda e incluso puede sernos útil comprobar que

no estamos solos, que otros también sienten lo mismo. Incluso seremos

nosotros quienes ayudemos al otro a sentir menos miedo.

— 11 —

00 INT EMOCIONES 3a ed.indd 11 18/2/19 18:25


— LA ENVIDIA —

COCOCHOC
Y COCOTROC
Cocochoc es un cocodrilo rockero que vive en la orilla derecha
del río Cacahuete. Posee una hamaca colgada entre dos palmeras,
una gorra de visera puesta del revés y una guitarra.
Justo enfrente, en la orilla izquierda del río Cacahuete, vive
Cocotroc, un cocodrilo millonario. Posee una gran mansión con
piscina, varios sirvientes, un barco y todo tipo de lujos.
Cualquiera podría envidiar la suerte de Cocotroc, que solo
tiene que abrir la boca para tener alrededor a su séquito de sir-
vientes dispuestos a cumplir sus deseos. Y sin embargo, Cocotroc
nunca está contento, es terriblemente infeliz.
Cocotroc se pasa la vida mirando con sus prismáticos lo que
hace Cocochoc y envidiando su felicidad.
¿Será la guitarra la que lo hace tan feliz?
Cocotroc encarga varios modelos de guitarra, los más ca-
ros que encuentra en las tiendas. Pero, como es demasiado pe-
rezoso para aprender a tocarla, contrata a un músico para que
lo haga.
Sin embargo, su felicidad no mejora; al contrario, los concier-
tos le dan dolor de cabeza.

— 12 —

00 INT EMOCIONES 3a ed.indd 12 18/2/19 18:25


00 INT EMOCIONES 3a ed.indd 13 18/2/19 18:25
— LA ENVIDIA —

¿Será entonces esa ridícula gorra que lleva puesta del revés
la que hace que Cocochoc siempre esté feliz?
A Cocotroc le falta tiempo para encargar treinta gorras de
visera, una para cada día del mes. Sin embargo, su felicidad no
mejora; al contrario, se le recuece la sesera.
Cocotroc contempla rabioso cómo Cocochoc chapotea feliz
en el río. Y da coletazos. Y se ríe a carcajadas. Y habla con unos y
con otros.
Cocotroc, muy fastidiado, se lanza a su inmensa piscina. Pero,
cuanto más flota, más descontento e infeliz se siente.
Así que, cuando sale, regaña al sirviente que le tiende la toa-
lla. Y al que le coloca la sombrilla en la tumbona. Y al que le trae
la piña colada.
Las escamas de Cocotroc se han vuelto de color verde moco.
Cada día está más descolorido y más desganado. Y cuando con-
templa a Cocochoc con los prismáticos, le cae una babilla color
espinaca, se le afilan los dientes y se muerde la lengua de la rabia.
Sus sirvientes lo ven tan mal que llaman a un doctor muy
afamado. Este, solo con verlo, le diagnostica:
–Envidia. Lo que tiene es envidia.
–¿Y a qué espera para recetarme unas pastillas que me cu-
ren? –le increpa Cocotroc.
–La envidia es una enfermedad incurable –sentencia.

— 14 —

00 INT EMOCIONES 3a ed.indd 14 18/2/19 18:25


— EL GRAN LIBRO DE LAS EMOCIONES —

Y desde entonces ya no hemos vuelto a saber de Cocotroc,


porque ha tirado sus prismáticos al río y ha mandado levantar un
muro gigantesco alrededor de su mansión.
¡Qué mala es la envidia!

— 15 —

00 INT EMOCIONES 3a ed.indd 15 18/2/19 18:25


LA ENVIDIA
¿Qué es la envidia?

La envidia aparece cuando nos comparamos con los demás y creemos

que lo que tienen ellos es siempre mejor que lo que tenemos nosotros.

Podemos sentir envidia cuando deseamos las cosas que otras per-

sonas poseen o la manera cómo son. La envidia no procede de los demás,

la envidia viene de dentro de uno mismo y de la comparación constante

con nuestro entorno.

Vivimos en una sociedad que está siempre comparando personas,

objetos, actos; hacemos juicios de bueno y malo, de mejor y peor. Eso

genera en los niños (y no tan niños) frustración —y puede que hasta an-

siedad— por cambiar, por ser diferente a lo que somos, por asemejarnos

al otro o incluso por querer ser mejores que el otro.

¿Y los celos?

A veces, la envidia se confunde con los celos. Estos hacen más referencia

al trato que reciben los demás y que nos gustaría para nosotros mismos,

y se vincula a la emoción y a las relaciones (yo con los demás). En cambio,

la envidia está más relacionada a objetos y actividades de los demás (yo

en comparación con los demás).

Cuando sentimos envidia

Cuando un niño/a siente envidia, es necesario hacer un trabajo de reco-

nocimiento de sus propios méritos sin compararlos con los demás. Por

— 16 —

00 INT EMOCIONES 3a ed.indd 16 18/2/19 18:25


ejemplo, en vez de decir «Qué más da si Pepito tiene una mochila más

nueva. La tuya también está muy bien y es muy resistente», donde esta-

mos claramente realizando una comparación y seguimos focalizando el

problema en el otro, es mejor decir «Entiendo que quieras una mochila

nueva como la de Pepito. Tener cosas nuevas puede ser chulo, pero, al fin

y al cabo, lo que importa es para qué la utilizamos. Tú escogiste la tuya y

lo hiciste muy bien porque te cabe todo y te es muy útil para ir al colegio».

Una propuesta para la envidia de objetos

En el caso de que nuestro hijo/a desee algún objeto, se puede dar un

tiempo para ver si realmente hay un deseo de verdad o si, por el contra-

rio, es simple envidia. Podemos proponer hacer una lista en la que vamos

apuntando todos aquellos objetos que desea el niño/a y decirle que una

semana antes de su cumpleaños la miraremos juntos y podrá seleccionar

un número concreto y razonable de objetos que le gustaría como regalos.

El factor tiempo juega a favor, ya que la envidia viene del deseo de tener

algo de inmediato; si esperamos, al ver la lista, escogerá lo que realmente

quiere.

— 17 —

00 INT EMOCIONES 3a ed.indd 17 18/2/19 18:25

También podría gustarte