Esi JM - Fundamentación Final

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FUNDAMENTACIÓN- PROYECTO DE EDUCACIÓN SEXUAL INTEGRAL

COLEGIO JESÚS MARÍA- CÓRDOBA

HACIA UNA EDUCACIÓN SEXUAL INTEGRAL HUMANIZANTE Y EVANGÉLICA…


INTRODUCCIÓN
Los evangelios presentan a Jesús como como un modelo ético, un ejemplo de vida. El camino de los cristianos consiste
en seguirlo, especialmente en su entrega y en su amor desinteresado. En el mandamiento del amor culmina su
enseñanza moral: “amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mt 22,39). Para Jesús, el amor es la síntesis de todos los
preceptos: “el que ama al prójimo ha cumplido la ley” (Rm 13,8). Y, aunque directa y explícitamente el precepto del
amor no encierra ninguna alusión sexual, la primacía que Jesús le otorga conlleva profundas implicaciones para la ética
sexual (Lc 7,36-50), haciendo de éste el principio inspirador. El mandamiento del amor extendido a todas las gentes de
cualquier raza y condición -incluso enemigos- manifestado en el servicio, se convierte en criterio de identidad del
cristiano y de toda su conducta moral (Jn 13,34-35). Desde el amor al prójimo está llamado a vivir el discípulo de
Cristo, testimoniando, en todas las realidades y actividades humanas, el amor con el que es amado; un amor que
procede de Dios. Todo el evangelio es un testimonio de cómo amar, cómo vivir la relación con los demás abriendo
espacios de intimidad, de ternura, de compasión, cómo cuidar a los que amamos, cómo escuchar sus gemidos o
secundar los deseos de su corazón, cómo nutrirnos de su cercanía y de su confianza, cómo caminar en el amor hacia el
Amor.
Nos pronunciamos por una ética sexual cristiana y humanizante, que favorezca el desarrollo de la persona en forma
íntegra e integradora, en la que la sexualidad se reconozca en el gozo del verdadero encuentro, guiado por la
responsabilidad y el cuidado por uno mismo y por el otro. Creemos en un Dios que crea a la persona sexuada, y su
sexualidad está ligada al amor y al encuentro con lo trascendente.
Desde esta visión, el desafío de hoy es formar jóvenes con convicción, con espíritu crítico, conscientes de su valor,
capaces de realizar opciones de vida en libertad y responsabilidad, desde una ética que los fortalezca a nivel personal y
comunitario.
En este camino de formación deseamos que nuestros niños y jóvenes descubran el valor de la vida como don de Dios,
como regalo que cada uno ha recibido para cuidar, hacer crecer y compartir con los demás. El don de la vida y el don
de la creación provienen del amor de Dios a la humanidad. En relación con este tema nos dice el Papa Francisco:
“Pienso en los no nacidos, a los que se niega el derecho a venir al mundo, en los que no tienen acceso a los medios
necesarios para una vida digna, en los que están excluidos de una educación adecuada, en los que están injustamente
privados de su trabajo u obligados a trabajar como esclavos, en los que están detenidos en condiciones inhumanas...
Cada uno está llamado a contribuir con coraje y determinación, en la especificidad de su papel, a respetar los derechos
fundamentales de cada persona, especialmente de las "invisibles": de los muchos que tienen hambre y sed, que están
desnudos, enfermos, son extranjeros o están detenidos (cfr. Mt. 25.35-36), que viven en los márgenes de la sociedad o
son descartados"1.

1
Papa Francisco, Mensaje del Santo Padre a los participantes en la Conferencia Internacional "Los derechos humanos en el mundo
contemporáneo: conquistas, omisiones, negaciones" , 10.12.2018
1
La propuesta de la Educación sexual Integral es ofrecer un camino que oriente la vida en el amor y la libertad,
acogiendo el proyecto de la salvación de Dios, la fidelidad de su amor y el dinamismo de la conversión continua. Esta
vivencia evangélica de la sexualidad sitúa al cristiano ante la necesidad de superar un doble reto, evitando caer en los
extremos de un moralismo legalista, obsesionado por la norma y la obligación exterior, pero sin más motivación que la
culpa o el castigo; o en el conformismo con el ambiente que lleva a una comprensión banal y superficial de la
sexualidad, trivializando de este modo a la persona misma.
La sexualidad humana, don de Dios y tarea personal, es una pulsión que apunta al encuentro y la comunión
interpersonal profunda y plena. En cuanto lenguaje del amor, se enraíza en la alteridad, se recrea en la atracción,
construye intimidad, orienta la pasión y consolida el compromiso. Todas ellas, dimensiones constitutivas del amor
humano entendido como proyecto. La sexualidad abraza todos los aspectos de la persona humana, en la unidad de su
cuerpo y de su alma. Concierne particularmente a la afectividad, a la capacidad de amar y de procrear y, de manera
más general, a la aptitud para establecer vínculos de comunión con otro. Por todo esto, en su vivencia y realización la
sexualidad trae consigo dos grandes dones para la vida de las personas: la fecundidad y el placer.
Dios no sólo ama, sino que es Amor. Y los seres humanos entran en la dinámica de la salvación en la medida en que
aman verdaderamente. El Dios del amor y de la vida, que se encuentra en el origen de todo amor y de toda vida, no
puede ser nunca obstáculo o barrera para la unión y la comunión, para el cariño y la ternura, para el amor y la vida. El
proyecto de Dios pasa por la sexualidad; y, consecuentemente, la sexualidad deviene camino hacia Dios.
Fieles a este mandamiento, deseamos acompañar, desde la aceptación amorosa e incondicional, a cada persona en su
realidad y condición, en sus búsquedas y desafíos de realización personal, de construcción de felicidad, de salvación…
siendo testigos y cauce del amor tierno y misericordioso de Dios a cada uno de sus hijos e hijas, evitando el juicio, el
rechazo o la discriminación.
Este proyecto que orienta la vida hacia el amor, el cuidado de uno mismo y del otro, la libertad y la plena realización
de cada uno y de los otros, también nos lleva a mirar e identificar preventivamente, aquellas situaciones, factores o
condiciones que podrìan dificultar este proceso. Por ejemplo, el consumo excesivo de alcohol y tabaco, así como la
adicción a las drogas, deshumanizan, desorientan y destruyen a nuestros jóvenes. Se vuelve crucial entonces brindar
herramientas para la prevención de estos flagelos, tales como:

✔Información acerca de los efectos y consecuencias del consumo de sustancias tóxicas;

✔Propuestas de interioridad y espiritualidad que favorezcan el encuentro con ellos mismos y con un Dios que ama sus

vidas, los abraza y acepta en sus realidades;


✔Acompañamiento en cada vivencia situada, ayudando a los jóvenes a expresar ese caudal de experiencias,
promoviendo la elaboración de respuestas resilientes y superadoras, para lograr el desarrollo de una sana autoestima;
✔Herramientas que ayuden a ahondar en el autoconocimiento que fortalezcan su capacidad de discernir y elegir.
✔Saberes que les permitan reconocer y discernir discursos y propuestas culturales.

NUESTROS PRINCIPIOS PASTORALES PARA ACOMPAÑAR A LA COMUNIDAD EDUCATIVA


Como Escuela católica caminamos orientados por los cuatro principios pastorales explicitados por el Papa Francisco en
la exhortación apostólica “Evangelii Gaudium”, que promueven el desarrollo de la convivencia social y la construcción
de un pueblo donde las diferencias se armonizan en un proyecto común buscando la paz.
2
● “El tiempo (entendido como proceso) es más importante que el espacio: darle prioridad al tiempo es ocuparse
de iniciar procesos más que de poseer espacios. El tiempo rige los espacios, los ilumina y los transforma en
eslabones de una cadena en constante crecimiento, sin caminos de retorno. Se trata de privilegiar las acciones que
generan dinamismos nuevos en la sociedad e involucran a otras personas y grupos que las desarrollarán, hasta que
fructifiquen en importantes acontecimientos históricos. Nada de ansiedad, pero sí convicciones claras y tenacidad
(…) Este criterio requiere tener presente el horizonte, asumir los procesos posibles y el camino largo”. El Papa nos
invita a la prudencia y la reflexión ante las nuevas realidades que van surgiendo, a iniciar procesos fecundos con la
mirada puesta en el horizonte.
● “La unidad es más importante que el conflicto: El conflicto no puede ser ignorado o disimulado. Ha de ser
asumido. Pero si quedamos atrapados en él, perdemos perspectivas, los horizontes se limitan y la realidad misma
queda fragmentada. Cuando nos detenemos en la coyuntura conflictiva, perdemos el sentido de la unidad
profunda de la realidad. De este modo, se hace posible desarrollar una comunión en las diferencias, que sólo
pueden facilitar esas grandes personas que se animan a ir más allá de la superficie conflictiva y miran a los demás
en su dignidad más profunda. El anuncio de paz no es el de una paz negociada, sino la convicción de que la unidad
del Espíritu armoniza todas las diversidades. Supera cualquier conflicto en una nueva y prometedora síntesis. La
diversidad es bella cuando acepta entrar constantemente en un proceso de reconciliación, hasta sellar una especie
de pacto cultural que haga emerger una “diversidad reconciliada””. Por esto, y convencidos de que en la Iglesia
todos tenemos un lugar, aspiramos a forjar una comunidad respetuosa de las diferentes realidades, en la que no
haya espacio para el rechazo o la agresión.
● “La realidad es más importante que la idea: la realidad simplemente es, la idea se elabora; entre las dos se debe
instaurar un diálogo constante, evitando que la idea termine separándose de la realidad. La idea —las
elaboraciones conceptuales— está en función de la captación, la comprensión y la conducción de la realidad”.
Creemos que es importante acompañar toda realidad humana cercana a nosotros y entrar en diálogo con ella, más
allá de que su expresión coincida o no con nuestras ideas.
● “El todo (la comunidad) es superior a las partes: Entonces, no hay que obsesionarse demasiado por cuestiones
limitadas y particulares. Siempre hay que ampliar la mirada para reconocer un bien mayor que nos beneficiará a
todos”. Es importante reconocer el valor de lo que cada persona puede aportar; incluso aquellas que pudieran ser
cuestionadas por sus errores, tienen algo que aportar que no debe perderse.

CRITERIOS Y CONCEPTOS DE BASE


● Dios crea al hombre y la mujer; los crea a su imagen, y los crea “humanos”. Todo lo que está unido a la condición
sexuada –masculina o femenina– de la persona es bueno en sí mismo. Y todo cuanto contribuya a mejorar la vida
humana, cuanto la enriquezca y conduzca a su plenitud, cumple el plan y el proyecto de Dios. Porque Dios crea
para la plenitud, para el gozo, para la felicidad.
● La sexualidad no está separada de nuestra dimensión psicológica y espiritual, somos seres íntegros; por tanto,
deseamos favorecer una educación sexual que integre todas las dimensiones de la persona, fundada en el amor y
el compromiso profundo con el otro. Consideramos que una sexualidad plena debe estar ligada a la afectividad y al
respeto por uno mismo y por el otro.

3
● Desde la riqueza de nuestra espiritualidad ignaciana, buscamos educar promoviendo el discernimiento en orden a
la realización plena y humanizante de cada uno y de todos.
● En relación con las cuestiones de género estamos convencidos de que el sexo es biológico, y nacemos varones o
mujeres; pero estamos igualmente convencidos de que circunstancias genéticas, psicológicas, biográficas,
familiares pueden llevar, en algunos casos a una construcción de identidad diferente.
● Afirmamos que la vida humana comienza en la concepción y que debemos educar desde esta convicción.
● Creemos que es muy importante adecuar los contenidos y materiales a las realidades, necesidades, intereses y
etapas cronológicas de cada niño/a o joven.
● Educar en el respeto por las diversas realidades familiares y personales en relación con la identidad y orientación
sexual, acompañándolas desde nuestro lugar.
● Integramos este proyecto específico a nuestro proyecto institucional, por lo que ha de sostener los valores que el
carisma promulga: capacidad de perdón, misericordia, espíritu de familia, amor hacia los “más pobres”.
● Educar desde nuestros valores y carisma, atendiendo e iluminando desde ellos la realidad y los debates que hoy se
presentan en la sociedad que interpelan a nuestros alumnos (género, abuso sexual, violencia de género,
feminismo, aborto). Destacamos que es importante promover el ejercicio del juicio crítico, la tolerancia, el
respeto, y así evitar, entre los alumnos, la violencia verbal, física o virtual.

CONCLUSIÓN
Aspiramos a una educación sexual integral e integrada. Nuestro desafío es que nuestros niños y jóvenes adquieran las
capacidades básicas para su desarrollo pleno: la autoestima necesaria y la aceptación del propio cuerpo, la autonomía
personal, la capacidad de ser responsables del propio proyecto de vida, el desarrollo de la afectividad, la capacidad de
comunicación y de diálogo, la aceptación y la tolerancia frente a lo diverso, el desarrollo de la ética del cuidado, la
expresión emocional y la empatía para la convivencia, la capacidad crítica y de reflexión frente a las propuestas de la
sociedad de consumo.
Claudina Thévenet promovía a las religiosas de su época el desarrollo de una pedagogía preventiva, la cual supone
una mayor delicadeza de amor la acción de quitar un obstáculo que puede provocar una caída, que curar las heridas
después de ella. Conforme a nuestra pedagogía preventiva,creemos que educar, formar e informar a nuestros jóvenes
es anticipar, y de este modo proteger, cuidar y facilitar un desarrollo más armónico y feliz.

BIBLIOGRAFÍA
Iglesia Católica. Papa (2013 - : Francisco), & Francisco, P. (2013). Evangelii Gaudium: Exhortación Apostólica del Santo
Padre Francisco: los obispos, a los presbíteros y diáconos a las personas consagradas y los fieles laicos: sobre el
anuncio del evangelio en el mundo actual / Papa Francisco. Cochabamba: Verbo Divino.
Eugenio Alburqueque, HACIA UNA ÉTICA SEXUAL MÁS EVANGÉLICA,
http://www.confar.org.ar/descargas/textos/etica_sexual_evangelica.pdf, Mayo 2004
Fundamentación del Proyecto de Educación Sexual Integral del Colegio Claret de Bs. As.
AUDEC (Asociación Uruguay de Educación Católica), “Educación sexual, marco doctrinal”
ALVAREZ, M- de la P. R. J-M. «Claudina educadora». Roma 1982. P. 59

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