Estructura Cómica
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Estructura Cómica
ESTRUCTURA DE UN CHISTE
Existen distintas técnicas para exagerar la realidad, conocidas como técnicas para
hacer remates:
ROLLING GAG: Es un call back que se repite a lo largo de todo el texto. Crea
personalidad y se vuelve memorable para el público.
La fórmula es:
PREMISA: Decidir qué parte específica de la cotidianeidad vamos a plantear.
+
POR QUÉ: Explicar porqué decidimos usar esa premisa, porqué nos interesa ese
tema, porqué nos importa, afecta, molesta, etc.
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TRES EJEMPLOS: En el afán de sobre explicar la premisa se desarrollan tres
ejemplos de ésta.
+
COMPARACIÓN: Para que quede más claro a qué nos referimos con la premisa,
se hace un remate por comparación.
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ANÉCDOTA BREVE: Redactar una anécdota muy breve de un caso en el que a
nosotros nos haya pasado la situación o la idea que se plantea en la premisa.
EJEMPLO:
Yo creo que los hombres han cambiado, ya no son los hombres que conocieron
nuestras abuelas.
La razón de eso es que, ahora, se han puesto en contacto con su lado femenino y
se han vuelto más sensibles.
Perdón, pero para mí eso sólo significa que no pueden hablar de futbol sin llorar,
que ya no se tatúan cosas interesantes como antes (calaveras, rosas, viejas
tetonas que movían las chichis cuando movían los bíceps) sino que ahora se
tatúan frases de Paulo Coelho en el antebrazo.
Y ya no sufren igual tampoco. Antes, le rompías el corazón a un hombre y que
hacía: se emborrachaba. Iba a la cantina con sus amigos, caminaba sobre vidrios,
mordía jalapeños, se apretaba los huevos… todo con tal de sufrir y ya que estaba
bien pedo cantaba cosas como: “Por tu maldito amor”. Ahora, le rompes el
corazón a un hombre y ¿qué canta? Canta cosas como: “Hola bebé, ¿cómo has
estado?”… y se les caen los huevos.
Los hombres en contacto con su lado femenino son como esos superhéroes
modernos que acaban con los villanos, pero usan delineador debajo de la
máscara, quesque para que les dé profundidad en la mirada.
Una vez conocí a un tipo que se tatuó en el brazo: “hay que irse para poder
volver”, y yo pensé “¿irte a dónde si ni te has venido, pendejo?”.