Clase Numero 2
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Clase Número 2
en la psicología como una disciplina que está ligada a la biología del cerebro, al ámbito de
arte estará orientada a relacionar ambos conceptos desde el punto de vista del arte mismo.
Para este propósito, uno puede comenzar desde distintos lugares: la representación
inconsciente estético.
Todos estos lugares tienen algo en común: que para los sujetos el valor del arte
excede su valor material. Para expresarlo en la forma que lo hace Félix de Azúa:
“Durante la segunda guerra mundial, el latrocinio y la acaparación de obras de arte fue tan enorme
por ambos bandos que los americanos, siempre prácticos, crearon un cuerpo militar especializado, los
destino de una enorme cantidad de piezas artísticas, ya que algunos cuerpos del ejército se dedicaban casi
profesionalmente al pillaje. De la División número 42, llamada “Rainbow”, se decía que por cada hombre
dedicado a luchar había dos dedicados a robar. En muchos casos, arriesgando la vida y el honor. ¿Por el valor
Esta cita condensa una serie de cuestiones que albergan análisis de orden
resolver ninguna necesidad de la subsistencia, pero que ha llevado a todas las sociedades
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humanas a realizarse. A su vez, hay peripecias de tipo sociológico, cómo un escuadrón del
ejército americano se afana (en el doble sentido de la palabra) en esa labor de la sustracción
sistemática de obras de arte durante el tiempo de guerra. Como precisa de Azúa, el valor
dedicarse a salvar el arte. Y sin dudas, que la aproximación psicológica se vuelve necesaria,
¿Qué dinámica interna se pone en juego, qué sublimación puede dar cuenta del valor de
esos objetos, que no son sólo mercancía, no son sólo botín de guerra, ni tienen la gloria de
defender la propia patria, ni el honor de la batalla? ¿Qué es eso que llamamos arte, que está
dinámica, pero que a su vez repercute en la psicología del receptor, de quién se encuentra
ideales, de fantasías, de mandatos, de acceso de un goce a pesar (o no) del riesgo presente?
Una forma de abordar esto, lo expresaría por ejemplo la naciente neuroestética, que
es una disciplina en desarrollo y cuyo primer congreso se realizó en San Francisco en 2002.
Esta disciplina consiste en analizar las bases neurales de la contemplación de la obra de arte
recepción de una pintura o una obra musical. Sabemos que la empatía, la simpatía, las
diversas emociones fundamentales, positivas o negativas, tienen bases neurales. Así, junto a
los científicos y los fisiólogos, los artistas pueden considerarse investigadores perspicaces
neurológica y allí encontrar las raíces neuronales que expliquen por qué alguien es capaz de
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emocionarse, generar ciertas reacciones internas o externas. Y si este es suficiente para dar
diagonales que se cruzan, una que refiere a las facultades mentales, a los mecanismos
otro, la creatividad puesta en juego en el artista, sus recursos, o como diría Vigotski, la
manera en que se desarrolla el proceso transformacional que genera el arte, haciendo que
símbolos culturales objetos de una pasión singular, factibles de producir una relación
próxima a la necesidad aunque no sea por ellos que la subsistencia esté en riesgo. Sin
embargo, ¿podría explicarse la condición humana sin estas producciones culturales, sin
del arte a través de analizar algún caso y presentar qué sería lo propio de su inquietud, qué
serían reflexiones de otras disciplinas y estimar qué encuentros, qué empalmes pueden ser
posibles entre las alternativas teóricas concurrentes. Agregando, no sin menor atención,
estas referencias son tanto externas a la psicología como internas a ella, es decir, no sólo a
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Para decirlo al modo que lo aborda Graciela Motta en Psicología, Arte y Creación:
estructura del evento estético, y poder delimitar su objeto de investigación en torno a las
1. Perceptual: donde la obra de arte, como cualquier otro objeto puede ser percibida
pensamiento que es previo a toda reflexión posible, porque conduce a una dimensión
3. Estética: donde la obra de arte nos conduce a transformar el orden del significado
del objeto estético, en un juicio de placer y de goce. Desde aquí surge el plano de la
vivencia estética y con ello, el sentido del arte como aprendizaje y conocimiento.
5. Clínica: donde la obra de arte nos permite detectar procesos de la personalidad del
creador, así como también, el análisis de rasgos psicopatológicos del artista o del
Es muy fecunda esta enumeración que caracteriza las inquietudes y alcances de una
psicología del arte. Ahora bien, podríamos hacer algunas apreciaciones sobre estos puntos
que nos permitan justificar tanto la posibilidad de la psicología del arte como recorte de
saber específico, así como su posible articulación con otros saberes y prácticas.
fisiológicas, sino también los aspectos que hacen a su semiótica, al respecto Umberto Eco
sólo es recibir estímulo, sino organizarlos en una estructura de signos. En este punto quedan
diversas articulaciones como por ejemplo el vínculo con Charles Peirce y su horizonte de
de una gramática y de una visión global del lenguaje, supone la configuración de sentido. Y
si bien es pertinente relacionar la semántica con la dimensión simbólica, habría que situar
con precisión estos vínculos. Por otra parte, como menciona la autora, sería posible
concebir que el arte podría ser una experiencia forjadora de los recursos para nuevas
construcciones de significación y en ese sentido poder configurar una clave para procesos
creativos, herramientas, si es posible para nuevos procesos, no sólo en el ámbito del arte,
juicio y un placer particular, producto de un encuentro creador o receptor con una obra,
diversas vinculaciones, puntos de cruce y ámbitos que no siempre revelan claramente sus
reflexión, sino vías para dar cuenta de las afecciones que presenta la experiencia del arte en
la condición humana. Al mismo tiempo, la psicología con sus aportes mueve los límites de
paradigmas diversos.
Así, el aspecto social en donde se encarna el arte, revela a su vez la dinámica de una
sociedad, en sus preferencias estéticas, en su asignación de lugar para las prácticas artísticas
y los usos de las obras. Por ejemplo, no es mismo uso del arte, ni del lugar del artista ni de
arte como creación, el artista como realizador y la obra como producto han tenido la misma
asignación así como la apreciación del arte estaba condicionada por ese marco cultural
tanto para estudiar las condiciones psíquicas que hacen a las posibilidades de creación de
un artista, a sus motivaciones, buscando esclarecer qué pone en juego allí, tanto desde las
posibles psicopatologías presentes así como de los recursos psíquicos para dar cuenta de
ellas a través del arte. De allí que no han sido pocas las inquietudes de vincular al arte con
vez, el arte puede ser canalizador de experiencias traumáticas, o parte del proceso de una
anfiteatro eran la culminación de un proceso de curación, que entre otras prácticas contenía
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la interpretación de los sueños, y que suponía la catarsis de los males que aquejaban al
enfermo a través del efecto que producía el ser espectador de una representación teatral.
Finalmente, es preciso observar que la colectividad emerge del hecho estético y que
más allá de lo reflexivo que una sociedad genere, es sobre bases afectivas que se produce el
La novela del escritor japonés Haruki Murakami Norweigan Wood puede servirnos
para pensar qué alcances conceptuales tiene una psicología del arte y qué otras referencias
análisis del título, que remite a una canción de los Beatles, llevando por ejemplo a un
título ha sido muy peculiar, ya que en español se conoció como Tokio Blues, eliminando la
referencia musical, que a su vez barre la atmósfera de influencia occidental que supone el
relato. Ahora bien, si varias novelas de Murakami tienen como títulos canciones de artistas
y de esta novela en particular: aquí ya no estamos en una sociología del arte, sino en una
visión que afecta a la psicología del autor, a su elección estética, a cómo han afectado en él
las tradiciones musicales del mundo occidental; de hecho Murakami ha tenido durante
varios el bar de jazz "Peter Cat" ('El Gato Pedro') en Tokio, que funcionó entre 1974 y
1982.
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Será campo de estudio de la historia del arte qué particularidades ha tenido a lo
largo del tiempo las influencias que Occidente ha tenido sobre la literatura oriental, que
tiene en Murakami una pieza singular ya que ha sido traductor de autores como Carver,
Salinger, Irving, Fitgerald. Pero qué efecto esto ha tenido en su propia producción ya es
terreno de la estética y de la psicología del arte. Ahora bien, que el tema del suicidio sea un
tópico central en la novela, revela una problemática que al menos presenta dos relieves
posibles atendibles por una psicología del arte, por un lado, qué llevaría al autor a tratar este
tema y por otro, qué consideraciones sobre la psicología de los personajes entran en juego.
A su vez, que pueda cotejarse el suicidio en Oriente y Occidente, por ejemplo, ya es tema
yo, del sentimiento inconsciente de culpa, o cómo sucede el trabajo de duelo de los
Otra pregunta, otra cuestión que comparte la psicología del arte con la psicología
universalidad, o si lo que ofrece el arte es una singularidad propia del creador, pero también
de la singularidad de todo ser humana, cuya situación única reverbera por parecido, por
contigüidad, en los otros, en los espectadores, en el receptor, pero no es sino por un juego
quizás las obras más emotivas, son las que expresan lo que uno como receptor no viviría
pero lo hace a través del personaje. En efecto, podemos destacar aquí dos posibilidades para
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una psicología del arte, por un lado, la inquietud de encontrar en ella los procesos propio de
subjetividad en sus planos afectivos, intelectuales, relacionales, los ideales, sus fantasías, la
dinámica de su imaginación, las derivas del deseo y los interrogantes de la angustia y las
insistencias del placer. Pero estas mismas vicisitudes no pueden más que vivirse y
tomemos deliberadamente al Edipo Rey de Sófocles, lo que experimente allí el héroe nos
conmueve, diría Freud, porque las condiciones expresadas en esta obra son propios de la
experiencia humana, nos atañen más allá de nuestra conciencia, que refractaria a las
Tenemos, por tanto, ante la experiencia del arte, un horizonte exterior a su abordaje
jalonan en una compleja trama epistemológica, que le da una dinámica tanto teórica como
compartidos- de los personajes esta novela, la psicología rebosa de múltiples maneras, tanto
en los retratos del mundo interior, de la subjetividad de cada uno de ellos, como de las
relaciones humanas que se entraman y devienen a veces de forma sutil u otras de manera
abrupta, las claves psicológicas reflejan tanto la eficacia de una tradición oriental como el
encuentro con el mundo occidental, que no podrían ser otras si concebimos que el relato se
sitúa hacia finales de la década del 1960. No sería posible comprender la dinámica de la
historia y la condición de los personajes, sin dar cuenta de las fuerzas históricas presentes
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en ese tiempo, sin la afectación global de los cambios que se vivieron en ese período,
desilusiones simultáneamente. Aquí resurge la visión de Vigotski quien sostiene que el arte
expresa las condiciones históricas, que una psicología del arte sólo es factible atendiendo su
de los personajes de Norwegian Wood, tanto en su despertar sexual, como en el lugar que
ella tiene en función a una época que corre los límites de la moralidad sexual, que se
los personajes, lo que ella representa para cada uno: son las categorías de la psicología las
que pueden entrever qué lugar ocupa el sexo, para ellos mismos, en sus vínculos, las
biología, de las etapas de la vida –la novela transita el pasaje de la adolescencia hacia la
narcisismo se convierte en claves para poder considerar la dinámica tanto interna, subjetiva,
Podemos, en efecto, recrear a través de la psicología del arte las tres variables que
desde el mundo griego nos ayudan a pensar el estatuto del arte y de la experiencia estética
en general, es decir, no sólo qué es esta práctica humana de realizar objetos bellos –y si es
que esta sería su función-, sino qué lleva a (tener que) realizarlos, qué se pone en juego en
ellos y qué sucede con su recepción. La reflexión que la filosofía haga del arte a través de la
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estética, no determina qué hace la psicología del arte, ni ésta condiciona absolutamente a
estética problematizar el carácter eterno, universal e ideal de la belleza, mostrando así una
reminiscencia platónica o cuestionar bajo fórmulas del relativismo, del recorte histórico o
tiene como tarea el estatuto ontológico de lo bello, no tiene que decidir qué es o no, cuál es
el límite con lo no bello, eventualmente podría confirmar desde un punto de vista propio
porqué el arte provocaría una sensación particular, que, eventualmente, para una
perspectiva psicoanalítica de corte lacaniano sería el encuentro con un objeto que hace
semblante del objeto a, reminiscencia del primer encuentro mítico con fuente de un goce
singular que la experiencia del arte vendría a revivir. En otra filiación psicoanalítica.
A estas tres variantes las podemos llamar con los términos griegos que nos remiten
al origen de nuestra tradición y reflexión sobre el arte. En primer lugar la noción de poiesis,
es decir lo referido a las condiciones que hacen a su producción en la medida que supone
los elementos que lleven a alguien a crear, concibiendo qué cuestiones entran en juego, qué
dinámica interna pone allí de manifiesto. Luego el concepto de mímesis, entiendo por él a
la obra.
estudio desde la psicología. Sujeto (creador, artista, autor), obra (objeto), sujeto (de la
objeto –más epistemológico que empírico, más conceptual que fáctico– Gombrich, en su
expresando que es el estilo aquello que debe ser estudiado. Dicho estudio debe estar
correlacionado con diversas variables que incluyen aspectos tanto físicos o materiales,
nuclear aquí es: ¿de qué modo el artista es capaz de crear con un mecanismo propio, que sin
dudas recrea desde el pasado y de condicionamientos varios, para representar una realidad
Sin dudas que este planteo acerca a la psicología del arte a una estética, dado que el
énfasis que parece subrayar Gombrich es la subjetividad creadora y la receptora, pues según
particular. Quizás esto se aclare mejor en su breve, pero fecundo texto Cuatro teorías sobre
la expresión artística. En este texto Gombrich propone rastrear de qué manera el arte ha
paradigmáticos como son la condición de síntoma, señal y símbolo. Sin dudas, que una
articulaciones para anudar aquí, ya que estos términos no escapan a su interés. Pero una
psicología del arte, que en este caso se aboque a considerar su vínculo con las emociones,
dará a ellos una particular condición si es que allí se pone en juego la dinámica de quién
en el efecto en el receptor.
conceptos a desarrollar desde el punto de vista estético y que luego pueden ser retomados
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de diversos modos: arte, belleza, experiencia estética, forma, poesía, creatividad, mímesis,
imaginación, verdad artística y estilo. Todos estos conceptos se encuentran para nosotros
relacionados con otros que son básicamente psicológicos: subjetividad, consciencia, mente,
percepción y representación.
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