Derecho de Alimentos 12 - 02 - 2023

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DERECHO DE ALIMENTOS 1

Sumario:
1.- Definición de alimentos y principios en que se funda la obligación alimenticia en la
legislación chilena.
2.- Características del derecho de alimentos y de la obligación alimenticia correlativa, o
del llamado derecho-deber alimentario.
3.- Clasificación de los alimentos.
4.- Requisitos para exigir alimentos.
5.- Modalidades para el pago de las pensiones alimenticias.
6.- Titulares del derecho de alimentos.
7.- Consecuencias que se derivan para el alimentante, por el incumplimiento de su
obligación alimenticia.
8.- Medios previstos en la ley, para asegurar el pago de las pensiones alimenticias.
9.- Modalidades de la acción de alimentos.
10.- El procedimiento ordinario en materia de alimentos.
11.- El procedimiento ejecutivo en materia de alimentos.
12.- El procedimiento especial para el cobro de deudas de pensiones de alimentos.
13.- El procedimiento extraordinario para obtener el pago de pensiones de alimentos
con fondos que el alimentante mantenga en una administradora de fondos de
pensiones.
14.- Medida cautelar de retención de fondos.
15.- Disminución y extinción de la obligación alimenticia.
16.- El Registro Nacional de Deudores de Pensiones de Alimentos.
Cuestionario.

1.- Definición de alimentos y principios en que se funda la obligación


alimenticia en la legislación chilena.

a) Definición.

Ni el Código Civil ni leyes especiales definen los alimentos o la obligación


alimenticia. En la doctrina nacional, los alimentos, desde un punto de vista jurídico, se
han definido como las prestaciones a que está obligada una persona respecto de otra
de todo aquello que resulte necesario para satisfacer las necesidades de la existencia 2.
Agregaríamos nosotros a este concepto, que esta obligación subsistirá, en la medida
que el obligado esté en condiciones de satisfacerla (con las salvedades que veremos) y
el acreedor justifique su necesidad de reclamarla.
La Corte Suprema ha dicho al efecto “Que los alimentos, conforme la quinta
acepción que da el Diccionario de la Lengua Española, constituyen ‘la prestación debida
entre parientes próximos cuando quien la recibe no tiene la posibilidad de subvenir a

1
Fecha de última modificación: 10 de febrero de 2023.
Este apunte constituye una versión extractada de una parte de nuestro libro Los Alimentos en el Derecho
Chileno, Santiago de Chile, Editorial Metropolitana, 2009, segunda edición ampliada, 326 pp. En este apunte
se incluyen las reformas introducidas a nuestra legislación con posterioridad a la publicación del aludido
libro, específicamente por la Ley Nº 21.389, que “Crea el registro Nacional de Deudores de pensiones de
Alimentos y modifica diversos cuerpos legales para perfeccionar el sistema de pago de las pensiones de
alimentos”, publicada en el Diario Oficial de fecha 18 de noviembre de 2021, el reglamento de esta ley,
aprobado por el Decreto Supremo N° 62, del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, publicado en el
Diario Oficial el 29 de julio de 2022 y por la Ley N° 21.484, sobre “Responsabilidad parental y pago efectivo
de deudas de pensiones de alimentos”, publicada en el Diario Oficial de fecha 7 de septiembre de 2022.
2
Rossel Saavedra, Enrique, Manual de Derecho de Familia, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile,
1994, séptima edición actualizada, p. 334.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 1


sus necesidades’, y debe comprender no solo la comida, el vestuario y el lugar donde
vivir, sino que lo preciso para que la persona que los solicita pueda desarrollarse
espiritual y materialmente, lo que involucra la educación y la salud, también
actividades recreativas y de esparcimiento, por lo tanto, la obligación de
proporcionarlos no solo tiene por finalidad conservar o mantener la vida física de la
persona del alimentario sino también propender a su desarrollo intelectual y moral”
(Rol N° 9.605-2022, sentencia de 3 de febrero de 2023).
René Ramos Pazos, define el derecho de alimentos como aquél “que la ley
otorga a una persona para demandar de otra, que cuenta con los medios para
proporcionárselos, lo que necesite para subsistir de un modo correspondiente a su
posición social, que debe cubrir a lo menos el sustento, habitación, vestidos, salud,
movilización, enseñanza básica y media, aprendizaje de alguna profesión u oficio”. 3
Un autor extranjero señala por su parte que los alimentos comprenden “todo
aquello que una persona tiene derecho a percibir de otra –por ley, declaración judicial
o convenio- para atender a su subsistencia, habitación, vestido, asistencia médica,
educación e instrucción”. 4
Pertinente también es citar la definición de pensión alimenticia del Instituto
Interamericano del Niño, entendida como la “prestación de tracto sucesivo destinada a
la asistencia económica de una persona –sustento, vestuario, medicamentos y
educación-, cuya existencia surge de la ley, contrato y testamento”. 5 Nuestra Corte
Suprema, por su parte, considera los alimentos como “las subsistencias que se dan a
ciertas personas para su mantenimiento, o sea, para su comida, habitación y aún en
algunos casos para su educación, y corresponde al juez regularlos en dinero,
periódicamente, o en especies”. 6 De esta última definición, cabe destacar tres ideas:
i.- Los alimentos corresponden a lo necesario para la subsistencia de una persona.
ii.- Corresponde al Juez determinarlos, en última instancia.
iii.- Pueden corresponder en una suma de dinero (en cuyo caso de pagará
periódicamente) o en especies (por ejemplo, mediante un usufructo alimenticio).

b) Principios en que se funda la obligación alimenticia en la legislación


chilena.

Las normas sobre alimentos, que analizaremos en los acápites siguientes,


constituyen una manifestación de los siguientes principios, los más importantes de
nuestro actual Derecho de Familia:
a) Principio de protección a la familia;
b) Principio de protección al matrimonio;
c) principio de protección al interés superior de los menores; y
d) principio de protección al cónyuge más débil.
Respecto de estos principios, nos remitimos a lo que expresamos en nuestro
apunte de “La Familia y el Matrimonio”. 7

2.- Características del derecho de alimentos y de la obligación alimenticia


correlativa, o del llamado derecho-deber alimentario.

3
Ramos Pazos, René, Derecho de Familia, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 2000, tercera
edición actualizada, Tomo II, p. 499.
4
Obal, Carlos R., artículo titulado “Alimentos”, en Enciclopedia Jurídica Omeba, Buenos Aires, Driskill, 1979,
Tomo I, p. 645.
5
Bavestrello Bontá, Irma, Derecho de Menores, Santiago de Chile, LexisNexis, 2003, segunda edición
actualizada, p. 79.
6
Sentencia citada por Abeliuk Manasevich, René, La Filiación y sus efectos, Santiago de Chile, Editorial
Jurídica de Chile, 2000, Tomo I, p. 378.
7
Cfr. en www.juanandresorrego.cl, Apuntes, Derecho de Familia, La Familia y el Matrimonio.

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a) El derecho a pedir alimentos es irrenunciable (art. 334 del Código Civil).

Se justifica esta característica, considerando que se encuentra comprometida la


existencia misma de la persona que reclama los alimentos. De esta forma, cualquier
estipulación entre la persona obligada a proporcionar los alimentos y aquella facultada
para reclamarlos, será ineficaz si en ella la segunda renuncia a demandar alimentos.
Como señala Meza Barros, “En la obligación alimenticia interfiere el interés general que
no consiente que el obligado se libere de su obligación. Puede decirse que la renuncia
del derecho no mira al interés particular del renunciante. La renuncia y la consiguiente
liberación del deudor harían gravitar la obligación sobre otras personas o sobre la
colectividad, haciendo más gravosa la carga de las instituciones de beneficencia, sean
públicas o privadas. El sustento de una persona, en suma, no es un problema de índole
particular; es un derecho que la ley protege por motivos de interés público”. 8 Daniel
Juricic, por su parte, refiere que “Renunciar al derecho de pedir alimentos o disponer
de él significa o puede significar, en definitiva, abdicar o desprenderse de lo necesario
para vivir, lo que a la luz de las normas de nuestro ordenamiento jurídico no es
aceptable”. 9
Según veremos, el carácter irrenunciable del derecho de alimentos no descarta
la posibilidad de que pueda ser objeto de transacción y de mediación.

b) Es un derecho imprescriptible.

Algunos fundamentan este carácter imprescriptible de los alimentos, dado que,


se dice, no están en el comercio humano 10.
En verdad, los alimentos son un bien comerciable, porque pueden radicarse en
un patrimonio, pueden ser objeto de una relación jurídica, sin perjuicio que sean
inalienables e intransmisibles. Prueba que los alimentos constituyen un bien
comerciable, la circunstancia de encontrarse implícitos en el Nº 2 del art. 1464 del
Código Civil, y no en el Nº 1, que se refiere precisamente a las cosas que están fuera
del comercio humano.
El carácter imprescriptible de los alimentos responde más bien a la idea de
derecho asistencial que tiene, en términos tales que está en juego la subsistencia
misma de un individuo. Como señala Vodanovic, “Siendo el fin del derecho de
alimentos la subsistencia y mantenimiento de la vida, no se concibe que prescriba.
Siempre y cada vez que concurran en un sujeto las condiciones para que tal derecho
legal se haga actual y exigible, puede demandarlo. No importa que hayan transcurrido
años y años sin ejercerlo, a pesar de haber estado en condiciones de hacerlo,
resignándose mientras tanto a vivir de la generosidad de los amigos o de la caridad
pública. Respecto de ese pasado no podrá cobrar alimentos, de acuerdo con el
principio ‘nadie se alimenta para el pretérito, no se vive para el pretérito’ (…) pero sí
podrá solicitarlo para el futuro, desde que los demande”. 11
La imprescriptibilidad se refiere al derecho mismo, es decir a la facultad de
pedir alimentos, pero no a las pensiones alimenticias decretadas y devengadas, las que
de no cobrarse oportunamente prescribirán en favor del deudor, conforme a las reglas

8
Meza Barros, Ramón, Manual de Derecho de Familia, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1979,
segunda edición, Tomo II, p. 706.
9
Juricic Cerda, Daniel, La relación jurídica alimentaria, apunte proporcionado en Diplomado “Derecho de
Familia con mención en Mediación”, Universidad de Chile, Facultad de Derecho, 2005, p. 7.
10
Así, Rossel Saavedra, Enrique, ob. cit, pág. 335; Abeliuk, Manasevich, René, ob. cit., pág. 397; y López
Díaz, Carlos, Manual de Derecho de Familia y Tribunales de Familia, Santiago de Chile, Librotecnia, 2005,
Tomo II, p. 581.
11
Vodanovic H., Antonio, Derecho de Alimentos, Santiago de Chile, Editorial Jurídica ConoSur, 1994, tercera
edición, p. 223.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 3


generales (arts. 336, parte final, del Código Civil y 19 bis de la Ley Nº 14.908). En
consecuencia, transcurridos que sean cinco años contados desde el día en que la
obligación de pagar la pensión alimenticia se hizo exigible, habrá prescrito la acción del
alimentario (arts. 2514 y 2515 del Código Civil), subsistiendo la obligación como
natural (art. 1470 Nº 2 del Código Civil). Por ende, si el deudor paga voluntariamente
las pensiones cuya acción para cobrarlas está prescrita, no podrá repetir en contra del
alimentario, quien podrá retener lo que se le hubiere pagado.
Con todo, también debemos tener presente la posibilidad de que la prescripción
esté suspendida en favor del alimentario, conforme se desprende de los arts. 2509 y
2520 del Código Civil y del citado art. 19 bis de la Ley Nº 14.908. Así, por ejemplo, si
se trata de pensiones alimenticias que se deben a un menor de veintiún años, de
acuerdo con estos arts. no corre prescripción en su contra, mientras no alcance dicha
edad. Tampoco podrá alegarse suspensión, transcurridos que sean diez años, desde
que la obligación se haya hecho exigible (art. 2520). Sin embargo, nos parece que, si
se trata de un menor de edad alimentario, la suspensión se mantendrá aún más allá de
los diez años, conforme se desprende del art. 19 bis en cuestión. En efecto, en esta
última norma, se deja en claro que el plazo de prescripción sólo comenzará a
computarse desde que el alimentario “cumpla 21 años”. Dispone la norma: “El plazo de
prescripción para las acciones ejecutivas de cobro por deudas de pensión alimenticia
será de tres años y se convertirá en ordinaria por dos años más, y se comenzará a
computar desde el momento en que el alimentario o alimentaria cumpla 21 años”.
Cabe destacar que, en el caso anterior, nos encontramos ante una suspensión de la
prescripción que puede operar en favor de personas mayores de edad (alimentarios
que tengan entre 18 y 20 años).
De esta manera, el art. 19 bis –en cuanto norma especial-, nos parece que
prevalece por sobre lo dispuesto en el art. 2520 del Código Civil, pues la última es
norma general. Pero esta excepción sólo debe entenderse que opera en favor del
alimentario menor de veintiún años, y no cuando se trate de otro alimentario, aun
cuando le afectare una causa de incapacidad distinta de la menor edad.
Lo anterior, sin perjuicio de la discusión doctrinaria, que ha trascendido a la
jurisprudencia, en virtud de la cual, en opinión de algunos, si el incapaz tenía un
representante legal –su padre, madre o guardador-, que velaba por sus intereses, el
plazo de prescripción no debe entenderse suspendido. Algunas sentencias han recogido
esta tesis.
Sin embargo, la Ley Nº 21.389 zanjó esta discusión, en lo que se refiere al
alimentario menor de edad, desde el momento en que agregó el art. 19 bis a la Ley Nº
14.908. Pero el aludido planteamiento doctrinario mantiene su vigencia, en lo que
respecta a otros alimentarios, conforme a lo expresado.

c) El derecho a pedir alimentos es intransferible e intransmisible.

El derecho a reclamar alimentos no puede venderse, cederse ni enajenarse en


forma alguna (art. 334 del Código Civil). Sólo la persona en cuyo beneficio la ley ha
establecido la obligación de alimentos puede reclamar su cumplimiento.
Tampoco este derecho es transmisible por causa de muerte. Fallecido el
alimentario, se extinguirá su derecho. En otros términos: si la personas que tenía
derecho a demandar alimentos no lo hizo en vida, sus herederos carecerán de ese
derecho, pues no se ha radicado en el patrimonio de éstos.
El carácter intransferible e intransmisible del derecho a demandar alimentos es
una consecuencia de encontrarnos ante un derecho personalísimo.
Con todo, las pensiones alimenticias atrasadas sí pueden renunciarse o
compensarse y el derecho de demandarlas puede transmitirse por causa de muerte,
venderse y cederse (art. 336 del Código Civil).

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d) El derecho de alimentos es inembargable.

Conforme lo prescrito por los arts. 1618 Nº 1 (que se refiere a las pensiones
alimenticias forzosas) y Nº 9 (que alude a los derechos personalísimos) del Código Civil
y 445 Nº 3 del Código de Procedimiento Civil (“No son embargables: 3º Las pensiones
alimenticias forzosas”). Cabe preguntarse si lo anterior debe entenderse sólo respecto
de las pensiones alimenticias futuras, y no de las ya devengadas, o abarca ambas
hipótesis. Vodanovic considera que sólo son inembargables las pensiones alimenticias
futuras, y no las ya devengadas, expresando al efecto: “Las pensiones alimenticias
atrasadas que, por cualquier causa, ha dejado de percibir el acreedor, se transforman
de créditos de naturaleza alimentaria, en simples créditos comunes y por eso, así como
pasan a ser de libre disponibilidad y pueden renunciarse, venderse o donarse,
lógicamente son embargables por los acreedores del alimentario”. 12 Sin embargo, hay
quienes han sustentado otra tesis, sobre la base de que el art. 445 Nº 3 no hace
distingo entre las pensiones futuras y las atrasadas, de manera que la
inembargabilidad protegería a las dos clases de pensiones. 13

e) El crédito por concepto de alimentos no admite compensación.

El que debe alimentos, no puede oponer a su acreedor, en compensación, lo


que éste le deba al primero (arts. 335 y 1662, inc. 2º, ambos del Código Civil).
Puestos los créditos uno frente al otro, la ley excepcionalmente no admite la
compensación, considerando la especial naturaleza asistencial del primero. Sin
embargo, las pensiones atrasadas podrán compensarse (art. 336 de Código Civil).

f) La transacción sobre alimentos está sujeta a ciertas limitaciones.

Dichas limitaciones se encuentran establecidas en el art. 2451 del Código Civil y


en el art. 11, inc. 3º de la Ley Nº 14.908. Es decir, debe aprobarse judicialmente y no
podrá serlo si de algún modo contraviene lo dispuesto por los arts. 334 y 335 del
Código Civil. Se trata de una formalidad habilitante de aquellas que la doctrina
denomina “homologación”, pues el acto jurídico se materializa primero y se revisa
después.
De acuerdo con el citado art. 11, inc. 3º de la Ley Nº 14.908, el juez sólo podrá
dar su aprobación a las transacciones sobre alimentos futuros a que hace referencia el
art. 2451 del Código Civil, cumpliéndose los siguientes presupuestos:
i.- Que se disponga el pago mensual y anticipado de un monto expresado en unidades
tributarias mensuales.
ii.- Que el pago sea hecho mediante depósito o transferencia a una cuenta de ahorro u
otro instrumento equivalente dispuesto exclusivamente para el cumplimiento de esta
obligación.
iii.- Que se especifique la época del mes en que dicho depósito o transferencia ha de
realizarse.
iv.- Sin perjuicio de lo anterior, también serán válidos los acuerdos de constitución de
derechos de usufructo y de uso o habitación sobre bienes del alimentante, realizados
de conformidad a lo dispuesto en el art. 9 de la Ley Nº 14.908.
v.- También serán válidos los aportes económicos a los que se obligue el alimentante
para el otorgamiento de prestaciones o beneficios en favor del alimentario, que surgen
de una relación contractual suya que permite satisfacer las necesidades del alimentario

12
Vodanovic H., Antonio, ob. cit., pp. 237 y 238.
13
Caffarena, Elena, De las pensiones alimenticias, en especial las que se deben los cónyuges, Santiago,
1986, p. 56, citada por Vodanovic H., ob. cit., p. 238.

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en condiciones más favorables, tales como el aporte de la cotización para salud o el
pago de la prima del seguro de salud. Estas prestaciones deberán ser valorizadas en
unidades tributarias mensuales en el acuerdo, debiendo el incumplimiento ser alegado
por el alimentario tan pronto lo conozca, objetando la liquidación.
vi.- El acuerdo deberá especificar las circunstancias consideradas para determinar la
capacidad económica del alimentante y las necesidades del alimentario.
vii.- El acuerdo deberá indicar la proporción en la que los padres deberán contribuir,
conformes a sus capacidades económicas, a solucionar los gastos extraordinarios del
hijo en común, entendiéndose por tales aquellas necesidades que surgen con
posterioridad y cuya existencia no era posible prever, tales como el caso de
hospitalizaciones y gastos médicos de urgencia.
viii.- El monto de la pensión, expresado en unidades tributarias mensuales, no podrá
ser inferior al establecido en el art. 3 de la Ley Nº 14.908.
ix.- Las exigencias precedentes deberán cumplirse para que el tribunal apruebe un
acuerdo sobre alimentos futuros, cualquiera sea la forma autocompositiva por la que
éste se alcance.
El inc. 2º del art. 11, consigna por su parte que “En las transacciones sobre
alimentos futuros tendrán la calidad de ministros de fe, además de aquellos señalados
en otras disposiciones legales, los Abogados Jefes o Coordinadores de los Consultorios
de la respectiva Corporación de Asistencia Judicial, para el solo efecto de autorizar las
firmas que se estamparen en su presencia”.

g) Si bien los alimentos futuros no pueden ser objeto de actos jurídicos, las
pensiones alimenticias devengadas sí pueden serlo.

Estas últimas serán por ende transmisibles, transferibles, renunciables, y


podrán cederse, venderse y compensarse (art. 336 del Código Civil).
Con todo, cabe reiterar la excepción relativa a las pensiones futuras: ellas
podrán ser objeto de una transacción, en los términos expuestos precedentemente.

h) El derecho a pedir alimentos no puede someterse a compromiso.

Según lo dispone el art. 229 del Código Orgánico de Tribunales: “No podrán ser
sometidas a la resolución de árbitros las cuestiones que versen sobre alimentos o
sobre derecho de pedir separación de bienes entre marido y mujer”. Se ha estimado
que no cabe compromiso ni siquiera respecto de las pensiones atrasadas. 14
Por lo tanto, sólo puede invocarse y establecerse ante los Juzgados de Familia,
quienes son competentes, conforme a lo dispuesto en el art. 8° Nº 4 de la Ley Nº
19.968, que crea los Tribunales de Familia.

i) La obligación alimenticia es intransmisible, a juicio de algunos, y


transmisible, en opinión de otros.

Se discute en la doctrina nacional si una vez fallecido el alimentante, su


obligación se transmite o no a sus herederos. La mayoría de los autores se ha inclinado
por considerar que no se transmite. En el Derecho comparado, las legislaciones
exhiben la misma tendencia. En efecto, si bien el derecho a exigir alimentos futuros es
personalísimo y por ende no puede transferirse ni transmitirse, la discusión surge en
torno a la obligación de prestar alimentos. La mayoría de la doctrina considera que la
obligación no se transmite, sin perjuicio de constituir los alimentos “que se deben por

14
Peña González, Carlos; Etcheberry Court, Leonor; y Montero Iglesis, Marcelo, Nueva regulación del
derecho de alimentos. Primera parte. Aspectos sustantivos, publicación del Servicio Nacional de la Mujer y la
Universidad Diego Portales, Santiago de Chile, 2003, segunda edición, p. 79.

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ley”, una baja general de la herencia, debiéndola los herederos en conjunto, a menos
que el testador se la haya impuesto expresamente a uno o más asignatarios (art. 1168
del Código Civil). Se puntualiza que esta baja general no es la obligación que adeudaba
el causante. Con todo, el efecto práctico es el mismo: los herederos deben apartar un
capital, con el cual seguir sirviendo el pago de la pensión alimenticia.
Revisamos esta materia con mayores detalles en nuestro apunte relativo a las
asignaciones forzosas en la sucesión por causa de muerte. 15

j) El derecho a percibir alimentos es permanente.

En principio, los alimentos que se deben por ley se entienden concedidos para
toda la vida del alimentario, continuando las circunstancias que legitimaron la
demanda (art. 332, inc. 1º del Código Civil). De ahí que se afirme que se trata de una
obligación de tracto sucesivo. Con todo, hay también un importante componente de
variabilidad en la obligación alimenticia. Por eso, se afirma que “Es una obligación legal
fundamentalmente condicionada y variable, ya que depende del patrimonio del
obligado y de las necesidades –entendidas éstas dentro de su propia situación
económica y social- del alimentario”. 16
Por ello, si varían las circunstancias existentes al momento de establecerse la
pensión de alimentos, el alimentante podrá solicitar el cese o la disminución de su
obligación, o el alimentario el aumento de la pensión, según corresponda y el mérito
de los antecedentes así lo justifiquen.

k) El derecho de alimentos tiene por fuente principal, la ley.

Aunque los alimentos pueden tener por fundamento el testamento y la


convención, los de mayor relevancia jurídica son aquellos cuya fuente es la ley, que
manda pagarlos a determinadas personas. Es posible afirmar que la obligación
alimenticia es el paradigma de una obligación que tiene por fuente directa la ley, y por
ello el Código Civil, al definir en su art. 578 el derecho personal o crédito, y aludir a la
obligación correlativa que pesa sobre el deudor por la sola disposición de la ley, indica
como ejemplo precisamente los alimentos que el padre adeuda al hijo.

l) El derecho de alimentos es un crédito que goza de preferencia para su pago,


hasta el límite señalado por la ley.

El crédito por concepto de pensiones alimenticias goza de preferencia para su


pago, de primera clase, pero sólo hasta la suma de 120 unidades de fomento. La Ley
Nº 21.389 de 2021 agregó en el art. 2472, Nº 5 del Código Civil, la siguiente frase: “La
primera clase de créditos comprende los que nacen de las causas que en seguida se
enumeran: (…) 5. (…) y los alimentos que se deben por ley a ciertas personas de
conformidad con las reglas previstas en el Título XVIII del Libro I, con un límite de
ciento veinte unidades de fomento al valor correspondiente al último día del mes
anterior a su pago, considerándose valista el exceso si lo hubiere”.
El art. 29 de la Ley Nº 14.908, por su parte, refiriéndose a las demandas
ejecutivas que se dirijan en contra del alimentante, dispone lo siguiente en sus tres
primeros incisos: “Los tribunales de justicia, en la tramitación de los procedimientos de
ejecución, antes de realizar el pago del dinero embargado o producido por la
realización de bienes, deberán consultar, en la forma y por los medios dispuestos en el
artículo 23, si el ejecutado y el ejecutante aparecen con inscripción vigente en el

15
Cfr. en www.juanandresorrego.cl, Apuntes, Derecho Sucesorio, “Sucesorio 6”.
16
Obal, Carlos R., ob. cit., p. 649.

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Registro en calidad de deudor de alimentos. / Si el ejecutado aparece inscrito en el
Registro en calidad de deudor de alimentos, el tribunal, al hacer el pago, deberá
considerar al alimentario como un acreedor preferente, en los términos del número 5
del artículo 2472 del Código Civil. Respecto del pago que al alimentario corresponda,
deberá el tribunal hacer la retención correspondiente y pagar a través del depósito de
los fondos en la cuenta bancaria inscrita en el Registro. / Si el ejecutante tiene
inscripción vigente en el Registro, el tribunal deberá retener del pago el equivalente al
cincuenta por ciento o el monto total de los alimentos adeudados si éste es inferior, y
pagar dicha suma al alimentario a través del depósito de los fondos en la cuenta
bancaria inscrita en el Registro”.
Como disponen las normas transcritas, la calidad de acreedor preferente de
primera clase del alimentario, sólo podrá considerarse si el ejecutado o el ejecutante
aparecen inscritos en el “Registro Nacional de Deudores de Pensiones de Alimentos”. Si
así fuere, el tribunal de la causa, y según si el deudor de alimentos fuere el ejecutado
o el ejecutante, deberá:
i.- Hacer la retención correspondiente del dinero embargado o del producto de la
subasta y pagar al alimentario a través del depósito de los fondos en la cuenta
bancaria inscrita en el Registro, si el deudor de alimentos fuere el ejecutado.
En consecuencia, el ejecutante sólo recibirá el remanente, de haberlo.
ii.- Retener del pago el equivalente del cincuenta por ciento o el monto total de los
alimentos adeudados si éste es inferior y pagar dicha suma al alimentario a través del
depósito de los fondos en la cuenta bancaria inscrita en el Registro, si fuere el
ejecutante el deudor de los alimentos y tuviere inscripción vigente en el Registro.
Al igual que en el primer caso, el ejecutante sólo recibirá el remanente, de
haberlo.
Como puede colegirse de lo expuesto, el acreedor de alimentos no necesita
interponer una tercería de prelación para obtener el pago de su acreencia.
A su vez, el inc. 4º del mismo art. 29, se refiere a los procedimientos
concursales de liquidación, en los siguientes términos: “Tratándose de los
procedimientos concursales de la ley N° 20.720, con el objeto de asegurar el pago de
los créditos alimenticios, el liquidador, previo a realizar el primer pago o reparto de
fondos, deberá consultar en el Registro, en la forma y por los medios dispuestos en el
artículo 23, si el deudor y los acreedores beneficiarios tienen inscripción vigente en
calidad de deudor de alimentos. Si el deudor aparece inscrito en el Registro en calidad
de deudor de alimentos, el liquidador deberá considerar de oficio al alimentario como
acreedor preferente en los términos del número 5 del artículo 2472 del Código Civil.
Para estos efectos, el liquidador deberá hacer reserva de fondos y pagar la deuda
alimenticia a través del depósito de los fondos en la cuenta bancaria inscrita en el
Registro. Si el acreedor tiene inscripción vigente en el Registro, el liquidador deberá
retener del pago o reparto el equivalente al cincuenta por ciento o el monto total de los
alimentos adeudados si éste es inferior, y pagar dicha suma a su alimentario a través
del depósito de los fondos en la cuenta bancaria inscrita en el Registro”.
De esta manera, el liquidador, antes de realizar el primer pago o reparto de
fondos a los acreedores, deberá consultar el Registro, distinguiéndose al efecto:
i.- Si el deudor aparece inscrito en el Registro en calidad de deudor alimentario, el
liquidador deberá considerar de oficio al alimentario como acreedor preferente de
primera clase en los términos del Nº 5 del art. 2472 del Código Civil (sin necesidad por
ende de que éste haya verificado su crédito en el concurso). En este caso, el liquidador
hará reserva de fondos y pagará la deuda alimenticia a través del depósito de los
fondos en la cuenta bancaria inscrita en el Registro.
ii.- Si el acreedor tuviere inscripción vigente en el Registro, el liquidador deberá
retener del pago o reparto el equivalente al cincuenta por ciento o el monto total de los

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alimentos adeudados si éste es inferior, y pagará esta suma a su alimentario a través
del depósito de los fondos en la cuenta bancaria inscrita en el Registro.

m) El derecho de alimentos es recíproco.

Entre cónyuges, ascendientes, descendientes y hermanos. En efecto, la misma


persona obligada a pagar una pensión alimenticia podría tener derecho a pedirla,
variando las circunstancias económicas. 17

n) Los alimentos no constituyen renta.

Los alimentos que se perciban por el alimentario que tenga derecho a ellos por
disposición de la ley, no constituyen renta: así lo establece el art. 17, Nº 19, de la Ley
de la Renta.

ñ) El derecho de alimentos goza de una especial protección de la ley.

Confiere la ley amplias facultades judiciales y establece diversas figuras


penales. Como indica Daniel Juricic, los procedimientos judiciales para obtener el
cumplimiento de la obligación alimenticia contemplan facultades extraordinarias para
los jueces, como por ejemplo fijar los alimentos provisorios, ejercer ciertas facultades
de oficio, decretar apremios y ejercer una potestad cautelar (art. 22 de la Ley sobre
Tribunales de Familia), que sólo se explican por el fundamento de la relación jurídica
alimentaria, esto es, la protección de la vida y de la integridad física y psíquica del
alimentario. 18
En el mismo sentido, la Ley Nº 14.908, consagra varias figuras penales, para
aquellos que intenten eludir o entorpecer el cumplimiento de la obligación alimenticia.

o) Las causas sobre derecho de alimentos son de mediación previa u


obligatoria.

El art. 106 19 de la Ley Nº 19.968, sobre Tribunales de Familia, distingue entre


materias de mediación previa (u obligatoria), voluntaria y prohibida. Entre las
primeras, se incluyó las causas relativas al derecho de alimentos. Ello implica que
deben someterse a un procedimiento de mediación, previo a la interposición de la
demanda. El art. 109 de la misma Ley, trata de las reglas especiales sobre la
mediación en causas relativas al derecho de alimentos.

3.- Clasificación de los alimentos.

a) Forzosos o legales y voluntarios.

Son forzosos o legales los reglamentados, especialmente, en el Código Civil


(arts. 321 a 337) y en la Ley Nº 14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de
Pensiones Alimenticias. Como señala Meza Barros, estos alimentos “se deben ex lege,
esto es, la obligación alimenticia encuentra su fuente en la ley. Y puesto que ella
impone a determinadas personas el gravamen de tal obligación, de modo

17
Abeliuk Manasevich, René, ob. cit., p. 399.
18
Juricic Cerda, Daniel, ob. cit., p. 7.
19
Cuyo tenor fijó la Ley Nº 20.286, publicada en el Diario Oficial de fecha 15 de septiembre de 2008, que
reformó la Ley Nº 19.968, sobre Tribunales de Familia.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 9


independiente de su voluntad, estos alimentos se denominan también forzosos”. 20
Son voluntarios los otorgados por testamento o por donación entre vivos, sin
mediar obligación legal. Quedan entregados a la voluntad del testador o donante, en
cuanto haya podido disponer libremente de lo suyo (art. 337 del Código Civil).

b) Provisorios y definitivos.

Aunque en verdad, como lo han dicho nuestros tribunales superiores, la


obligación alimenticia es una sola, el carácter asistencial de la prestación hace
necesario que el juez no espere hasta que dicte su sentencia y ella quede ejecutoriada
para imponer al demandado el pago de la prestación reclamada. De ahí que se formule
el distingo entre alimentos provisorios y definitivos, al que nos referimos
seguidamente.

b.1) Alimentos provisorios.

Esta materia, está regulada en el art. 4 de la Ley Nº 14.908, y en el art. 327 del
Código Civil. Este último, dispone que mientras se ventila la obligación de prestar
alimentos, deberá el juez ordenar que se den provisoriamente, con el solo mérito de
los documentos y antecedentes presentados 21; sin perjuicio de la restitución, si la
persona a quien se demandan obtiene sentencia absolutoria. Con todo, cesa este
derecho para exigir la restitución, contra el que, de buena fe y con algún fundamento
plausible, haya intentado la demanda 22.
En cuanto al momento a partir del cual se deben los alimentos provisorios, se
han sostenido dos opiniones en la jurisprudencia: para la primera, se deben desde el
momento en que haya quedado ejecutoriada la sentencia que los fijó; para la segunda,
se deben desde el momento en que se notificó la demanda. Esta segunda tesis,
mayoritaria, parece ser la correcta, considerando lo dispuesto en el art. 331, al que
seguidamente aludiremos, y que no distingue según se trate de alimentos provisorios o
definitivos, aplicándose por tanto a los dos.
Por su parte, el art. 4 de la Ley N° 14.908, contempla las siguientes reglas:
i.- En los juicios en que se demanden alimentos 23, el juez deberá pronunciarse sobre
los alimentos provisorios, junto con admitir la demanda a tramitación, con el solo
mérito de los documentos y antecedentes presentados 24; significa entonces que el

20
Meza Barros, Ramón, Manual de Derecho de Familia, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1979,
segunda edición, Tomo II, p. 703.
21
La actual redacción del art. 327 del Código Civil se aviene con la naturaleza asistencial del derecho de
alimentos, que no admite demora en su ejercicio, pues está comprometida la existencia misma de su titular.
La expresión “deberá” hoy empleada en el precepto, se incorporó al tipo legal por la Ley Nº 19.741,
publicada en el Diario Oficial de fecha 24 de julio de 2001. Antes, el artículo consignaba que “Mientras se
ventila la obligación de prestar alimentos, podrá el juez ordenar…”, lo que no pocas veces suscitó criterios
dispares en los tribunales de justicia, aunque las Cortes solían asentar el principio actualmente consagrado
en la ley. En dicho sentido, una sentencia de la Corte de Apelaciones de Santiago de fecha 19 de abril de
1995, subraya que atendida la naturaleza precautoria de los alimentos provisorios, esto es, que tienen por
objeto adelantar provisoriamente los efectos de la sentencia definitiva para evitar perjuicios al actor, no es
posible que un incidente relacionado con ellos se resuelva en la misma sentencia definitiva, debiendo el juez
pronunciarse derechamente sobre el incidente formulado: GACETA JURÍDICA, Nº 178, Santiago de Chile,
Editorial Jurídica ConoSur Limitada-LexisNexis, p. 96.
22
Texto modificado por la Ley Nº 20.152, publicada en el Diario Oficial de fecha 9 de enero de 2007.
23
Antes de la reforma de la Ley número 20.152, el antiguo art. 5 de la Ley N° 14.908 exigía, para decretar
alimentos provisorios, que los alimentos se solicitaren en favor de los hijos menores del demandado, caso en
el cual, el juez debía fijar dichos alimentos en el plazo de 10 días, contados desde la notificación de la
demanda. Hoy, no es necesario que se demanden alimentos para los hijos menores del demandado, y los
alimentos provisorios, según se expresó, deben fijarse antes, es decir, tras la presentación de la demanda y
antes de notificarla al demandado.
24
Antes de la reforma de la Ley N° 20.152, el antiguo art. 5 de la Ley N° 14.908 exigía, para decretar
alimentos provisorios, que existiere “fundamento plausible del derecho que se reclama”, y agregaba que

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 10


juez, antes de notificarse la demanda al demandado, ha de fijar el monto de los
alimentos provisorios; ¿debe el juez fijar los alimentos provisorios aunque ellos no se
soliciten en la demanda? ¿puede decretarlos de oficio, o el deber que le impone la ley
se entiende bajo el supuesto que el actor así lo haya pedido en su demanda? Creemos
que ha de hacerlo aún sin que la parte demandante lo hubiere solicitado, considerando
los términos imperativos de los preceptos legales citados y la sanción asociada a la
omisión del aludido deber, a la que más adelante se hace referencia.
ii.- El demandado tendrá el plazo de 5 días, para oponerse al monto provisorio
decretado. Para este efecto, en la notificación de la demanda deberá informársele
sobre esta facultad; de no mediar oposición en el plazo citado, la resolución que fija los
alimentos provisorios causará ejecutoria;
iii.- Si el demandado se opone a los alimentos provisorios, el juez resolverá de plano,
salvo que del mérito de los antecedentes estime necesario citar a una audiencia, la que
deberá efectuarse dentro de los 10 días siguientes;
iv.- El tribunal podrá acceder provisionalmente a la solicitud de aumento, rebaja o cese
de una pensión alimenticia, cuando estime que existen antecedentes suficientes que lo
justifiquen;
v.- La resolución que decrete los alimentos provisorios o la que se pronuncie
provisionalmente sobre la solicitud de aumento, rebaja o cese de una pensión
alimenticia, será susceptible del recurso de reposición con apelación subsidiaria, la que
se concederá en el solo efecto devolutivo y gozará de preferencia para su vista y
fallo; 25 y
vi.- El juez que no se pronuncie sobre los alimentos provisorios en la oportunidad
prevista en el inc. 1° del art. 4, incurrirá en falta o abuso que la parte agraviada podrá
perseguir conforme al art. 536 del Código Orgánico de Tribunales.
vii.- El inc. 7º del art. 4 de la Ley Nº 14.908, dispone que “El tribunal inmediatamente
después de decretar los alimentos provisorios, deberá ordenar de oficio a la entidad
financiera correspondiente, la apertura de una cuenta de ahorro u otro instrumento
equivalente exclusivo para el cumplimiento de la obligación”.
Se refieren también a los alimentos provisorios los arts. 54-2 y 109 de la Ley Nº
19.968, sobre Tribunales de Familia.

b.2) Alimentos definitivos.

Los alimentos definitivos se deben, dice la ley, “desde la fecha de la primera


demanda” y se entienden concedidos por toda la vida del alimentario, continuando las

“Para estos efectos, se entenderá que existe fundamento plausible cuando se hubiere acreditado el título que
habilita para pedir alimentos y no exista una manifiesta incapacidad para proveer.” Hoy, la ley le confiere al
juez una facultad más amplia, pues resolverá “con el solo mérito de los documentos y antecedentes
presentados”.
25
En una sentencia de la Corte de Apelaciones de Concepción, de fecha 11 de mayo de 2007, se rechazó un
recurso de hecho deducido en contra de la resolución del tribunal a quo que había denegado admitir el
recurso de apelación para ante el Tribunal ad quem, ya “Que, en su informe, la juez titular recurrida afirmó
que, efectivamente, el recurrente interpuso un recurso de apelación en contra de la resolución que se
pronunciaba sobre los alimentos provisorios y resolviendo ésta, atendido el mérito de lo dispuesto en el
artículo 5 de la Ley número 14.908 sobre Abandono de familia y Pago de Pensiones Alimenticias, dispuso no
ha lugar a lo solicitado, por cuanto según lo dispone la norma precitada la resolución que decretare los
alimentos provisorios o la que se pronunciare provisionalmente sobre la solicitud de aumento, rebaja o cese
de una pensión alimenticia, será susceptible del recurso de reposición, pero con apelación subsidiaria. Que
del mérito de los antecedentes aparece que el recurrente apeló derechamente en contra de la resolución que
le negó la posibilidad de obtener alimentos provisorios para el hijo menor de su representada, por lo que
teniendo presente lo prescrito en el artículo 5 de la Ley número 14.908, resulta improcedente tal recurso
interpuesto derechamente por no haber sido deducido en forma.”: www.legisnews.com Boletín diario de
Jurisprudencia Chilena. Lo mismo resolvió una sentencia de fecha 27 de junio de 2006, de la Corte de
Apelaciones de Rancagua, que desestima un recurso de hecho, ante la negativa del tribunal de primera
instancia de admitir una apelación directa: www.legisnews.com Boletín diario de Jurisprudencia Chilena.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 11


circunstancias que legitimaron la demanda (arts. 331 y 332 del Código Civil). La Corte
Suprema ha puntualizado que “al referirse el art. 331 del Código Civil a la primera
demanda para establecer que desde ella se deben los alimentos, la referencia debe
entenderse a la fecha de la notificación de la demanda y no al tiempo o fecha en que
fue presentada al tribunal correspondiente”. Tampoco debe entenderse que la ley
alude, como acontece por regla general, a la fecha en que quede ejecutoriada la
sentencia que disponga el pago de la pensión de alimentos. Como dice Vodanovic,
mientras el demandado no sea válidamente notificado, procesalmente nada le puede
afectar. Y sería injusto que, sin tener conocimiento del estado de necesidad de su
acreedor, el alimentario (sic, entiéndase alimentante) tuviera que responder por algo
que, sin culpa suya, hasta entonces ignoraba, al menos en el ámbito procesal 26. Por
cierto, si durante el juicio se habían fijado alimentos provisorios inferiores a los que se
regulan como definitivos, el demandado deberá pagar la diferencia por todo el período
que haya transcurrido entre la notificación de la demanda y el momento en que quedó
ejecutoriada la sentencia definitiva.

c) De alimentos congruos y necesarios a alimentos adecuados o inadecuados.

A partir de la reforma introducida al Código Civil por la Ley Nº 19.585 del año
1998, se afirmaba que todos los alimentos, conforme lo expresaba el propio Código,
eran congruos: vale decir, los alimentos debían habilitar al alimentado para subsistir
modestamente de un modo correspondiente a su posición social (antiguo art. 323, inc.
1º y art. 330).
La Ley N° 21.484, modificó el inc. 1° del art. 323, quedando del siguiente
tenor: “Los alimentos deben habilitar al alimentado para subsistir adecuadamente,
resguardando el interés superior, la autonomía progresiva y el desarrollo integral del
niño, niña o adolescente”.
Como puede observarse, al comparar el tenor del art. 323 antes y después de la
reforman, se observan las siguientes diferencias:
i.- Antes: “Los alimentos deben habilitar al alimentado para subsistir modestamente…”.
Ahora: “Los alimentos deben habilitar al alimentado para subsistir
adecuadamente…”.
La palabra “modestamente” significa “moderadamente” o “austeramente”, y se
explica también por sus antónimos, como “fastuosamente”, “ostentosamente”.
La palabra “adecuadamente” denota algo “apropiado a las condiciones o
circunstancias”.
Desaparece entonces la referencia a la modestia o austeridad, para poner en
énfasis en una pensión de alimentos que sea apropiada a las necesidades del
alimentario.
ii.- Antes: “… de un modo correspondiente a su posición social”.
Ahora: “… resguardando el interés superior, la autonomía progresiva y el
desarrollo integral del niño, niña o adolescente”.
Desaparece entonces toda referencia a la “posición social” del alimentario, para
poner el acento en resguardar tres aspectos de los niños, niñas y adolescentes: i) El
interés superior; ii) La autonomía progresiva; y iii) El desarrollo integral.
De esta manera, el antiguo distingo entre alimentos y necesarios, es
reemplazado por el de los alimentos adecuados e inadecuados.
Sin embargo, veremos que el art. 330 sigue aludiendo a la posición social del
alimentario. Bien podría entenderse entonces que la posición social carece de

26
Vodanovic H., Antonio, ob. cit., p. 163. Por lo demás, agregamos nosotros, la fórmula en virtud de la cual
nada se debe sino desde la notificación de la demanda, no es ajena al propio Código Civil, que la contempla,
por ejemplo, en el art. 1890, inc. 2º, a propósito de la rescisión del contrato de compraventa por lesión
enorme: “No se deberán intereses o frutos sino desde la fecha de la demanda…”.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 12


relevancia cuando se trata de alimentos demandados por menores de edad o por hijos
que estén estudiando y no hayan cumplido 28 años. Para todos ellos, lo que importa
ahora es que los alimentos sean los “adecuados”, conforme a sus circunstancias y
necesidades. En cambio, si quien demanda alimentos fuere otra persona, sí habría que
considerar su posición social, al determinar la cuantía de los alimentos.
Con todo, a nuestro juicio subsisten al menos dos casos de alimentos necesarios
en nuestra ley. El primero, puede presentarse como una consecuencia de la separación
judicial de los cónyuges. En efecto, tratándose de dicha institución, se desprende del
art. 175 del Código Civil que el cónyuge culpable de la separación judicial, sólo puede
demandar al cónyuge inocente alimentos “necesarios”, mientras que el cónyuge
inocente de la separación judicial, sí podrá demandar al culpable, alimentos
“congruos”. Nos remitimos a lo que estudiamos a propósito de la separación judicial de
los cónyuges.
Otro caso en el cual, eventualmente, también podría estimarse que subsisten
los alimentos necesarios, es el contemplado en el art. 324 del Código Civil, cuando la
ley autoriza al juez a moderar el rigor de esta disposición, que en principio priva al
alimentario de alimentos si hubiere incurrido en una causal de injuria atroz, en el caso
que la conducta del alimentario fuere atenuada por circunstancias graves en la
conducta del alimentante.
Cabe señalar además que las personas que bajo la legislación que la Ley Nº
19.585 modificó tenían determinado por sentencia judicial o transacción aprobada por
la justicia, el derecho a percibir alimentos necesarios, pueden solicitar la adecuación de
la pensión alimenticia determinada, de acuerdo con el actual art. 323 del Código Civil
(art. 3º transitorio de la Ley Nº 19.585). En consecuencia, el alimentario podrá
solicitar que se “adecuen” los alimentos, lo que en verdad significa que puede solicitar
que se aumente su cuantía, para que le permitan subsistir adecuadamente.

4.- Requisitos para exigir alimentos.

Deben reunirse copulativamente tres requisitos: norma legal que otorgue el


derecho a pedirlos; estado de necesidad de aquél que solicita alimentos; y que el
alimentante tenga facultades económicas para solventar los alimentos. Los
revisaremos seguidamente en el mismo orden.

a) Norma legal que otorgue el derecho a pedirlos.

La ley enumera taxativamente a las personas que tienen derecho a reclamar


alimentos. El derecho a pedir alimentos tiene por fuentes, en lo que refiere a normas
de rango legal, las siguientes:
i.- Los arts. 321 a 337 del Código Civil. El art. 321 enumera las personas que tienen
derecho a pedir alimentos. Con todo, el art. 322 deja en claro que lo dispuesto en los
artículos 321 a 337 corresponde a las reglas generales aplicables a los alimentos, “sin
perjuicio de las disposiciones especiales que contiene este Código respecto de ciertas
personas”. Efectivamente, como destacan Peña, Etcheberry y Montero, en otras
disposiciones del Código Civil, se alude también al derecho de alimentos (a los
preceptos por ellos señalados, hemos agregado otros), a saber: arts. 131 y 134
(derecho de alimentos entre los cónyuges y contribución del marido y la mujer a los
gastos de la familia común); art 160 (contribución de cada cónyuge “en el estado de
separación”; arts. 174 a 177 (relación entre separación judicial de los cónyuges y
derecho de alimentos); arts. 203 y 324 (consecuencias para el derecho de alimentos
del progenitor cuya paternidad o maternidad fue determinada judicialmente y con
oposición del demandado, que además abandonó al hijo en su infancia); art. 209 (nexo
entre la reclamación judicial de la filiación y la obligación del juez de decretar

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 13


alimentos provisorios); art. 231 (hijo con bienes propios); art. 232 (la obligación de
pagar alimentos y los abuelos); art. 240 (los alimentos de un hijo abandonado por sus
padres); art. 241 (suministro de los alimentos al hijo menor de edad en caso de
encontrarse en urgente necesidad y sin posibilidad de ser asistido por sus padres);
arts. 230 y 1740 (la obligación de pagar alimentos y la sociedad conyugal); arts. 431 a
434 (relación entre la tutela y el derecho de alimentos); art. 959 (la obligación
alimenticia es una baja general de la herencia); art. 968 Nº 3 (vínculo entre la
indignidad para suceder y la obligación alimenticia); art. 1134 (el legado de alimentos
voluntarios); arts. 1167 y 1168 (la obligación alimenticia es una asignación forzosa);
art. 1170 (posibilidad de rebajar alimentos futuros, que parezcan desproporcionados a
las fuerzas del patrimonio efectivo dejado en herencia por el difunto); y arts. 1208 Nº
2 y 1210 inc., 2º (causas y efectos del desheredamiento en relación con el derecho de
alimentos). 27
ii.- La Ley Nº 7.613, sobre Adopción, que establecía la obligación alimenticia entre
adoptante y adoptado. Si bien dicha ley fue derogada por la Ley Nº 19.620, sobre
adopción de menores, el art. 45 de la misma establece que los que tengan la calidad
de adoptante y adoptado conforme a la Ley Nº 7.613, continuarán sujetos a los efectos
de la adopción previstos en el mencionado cuerpo legal. Por ende, la Ley Nº 7.613
subsiste, para aquellos que tenían la calidad de adoptados y adoptantes, a la época de
entrar en vigencia la Ley Nº 19.620.
iii.- La Ley Nº 14.908, sobre abandono de familia y pago de pensiones alimenticias.
iv.- La Ley Nº 16.618, Ley de Menores.
v.- La Ley Nº 19.947, de Matrimonio Civil.
vi.- La Ley Nº 19.968, sobre Tribunales de Familia.
vii.- El art. 132, de la Ley Nº 20.720 sobre Insolvencia y Reemprendimiento.
viii.- La Ley Nº 16.271, de Impuesto a las Herencias, Asignaciones y Donaciones, art. 4
Nº 4 (para determinar la asignación líquida que corresponde al heredero o legatario,
debe deducirse del cuerpo o masa de bienes que el difunto ha dejado, entre otras, las
asignaciones alimenticias forzosas) y art. 18 Nº 3 (estarán exentas del impuesto que
establece esta ley, entre otras, las asignaciones y donaciones que consistan en
cantidades periódicas destinadas a la alimentación de personas a quienes el causante o
donante esté obligado por la ley a alimentar; cuando a juicio del Servicio de Impuestos
Internos la pensión pareciere excesiva, podrá pedir a la justicia ordinaria que
determine cuál es la parte exenta del impuesto).

b) Estado de necesidad de aquél que solicita alimentos.

Los alimentos se deben en la parte en que los medios de subsistencia del


alimentario no le alcancen para subsistir de un modo correspondiente a su posición
social (art. 330 del Código Civil). En realidad, para hacerlo concordante con el art. 323,
este art. 330 también debió ser modificado por la Ley N° 21.484, en cuanto alude a “la
posición social” del alimentario en lugar de subsistir “adecuadamente”. Esto, al menos
para el caso de que se demande alimentos por menores de edad.
De cualquier manera, lo primero que debe analizar el juez de la causa es si el
que pide alimentos tiene o no ingresos que, si bien no le permiten satisfacer todas sus
necesidades, al menos parcialmente lo hacen.
Por ende, puede ocurrir que el solicitante de alimentos disponga de algunos
ingresos, pero que ellos sean insuficientes.
Como es obvio, lo anterior debe entenderse, por regla general, para el caso de
que no se trate de alimentos que demande un menor de edad, pues normalmente éste
carecerá de ingresos propios.

27
Peña González, Carlos; Etcheberry Court, Leonor; y Montero Iglesis, Marcelo, ob. cit., pp. 22 y 23.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 14


Meza Barros sintetiza los factores a considerar para determinar la necesidad del
alimentario:
i.- No es necesario que el alimentario sea por completo indigente; pero si no lo es, los
alimentos sólo se otorgarán en la medida necesaria para completar lo que haya
menester.
ii.- Entre los medios de subsistencia del alimentario, deben tomarse en consideración
los bienes con que cuente y muy particularmente su capacidad de trabajo; agrega este
autor, citando a Luis Claro Solar, que “Los alimentos no pueden ser un medio de
liberarse de la dura ley del trabajo; otra cosa sería fomentar la pereza y el ocio. El juez
debe desechar, pues, la demanda de quien no esté impedido para trabajar y no lo
hace”.
iii.- Si el alimentario tiene bienes productivos, el juez considerará la posibilidad de que
estos bienes se conviertan en otros que permitan a su dueño subsistir, porque no es
lógico que, por esta circunstancia, pueda cargar sobre otro la satisfacción de sus
necesidades. 28
Acerca del peso de la prueba, en algunas ocasiones se ha fallado que
corresponde al demandado de alimentos acreditar que el alimentario dispone de
medios de subsistencia y que por ende la acción es improcedente, lo que implica que
se invierte el onus probandi, por evidentes razones de protección a la parte más débil
del juicio de alimentos. 29 En caso contrario, se ha dicho, si se obligare al actor a probar
sus necesidades e imposibilidad de obtener los recursos para satisfacerlas, se exigiría
probar un hecho negativo, lo que sería imposible. Tal es la doctrina planteada por
Alfredo Barros Errázuriz, quien si bien admite, en principio, que probar el estado de
necesidad del alimentario correspondería en principio a éste, como demandante,
debiendo justificar su título legal para pedirlos y su falta de medios de subsistencia,
éste último es un hecho negativo, que no puede transformarse en la afirmación de un
hecho positivo contrario, de manera que no es susceptible de prueba directa; por esta
razón, agrega Barros Errázuriz, será el demandado quien deba justificar que el
demandante no se halla en el caso previsto por la ley, pues a él le será fácil la
demostración del hecho positivo de los recursos con que cuenta el alimentario para
subsistir. De otra manera, afirma el autor, se burlaría el derecho de pedir alimentos. 30
Con todo, en otras ocasiones, el criterio ha sido el inverso al expuesto por los autores
mencionados, entendiéndose que el peso de la prueba incumbe al actor, a quien
sostiene que se le deben alimentos. 31 Tal era la opinión de Luis Claro Solar, quien
consideraba que no existía razón alguna para no aplicar en esta materia la regla del
artículo 1698 del Código Civil; en consecuencia, agregaba, es el alimentario quien debe
probar que no cuenta con medios económicos para subsistir modestamente de un
modo correspondiente a su posición social y la importancia de los recursos de que
puede disponer el demandado para socorrerlo. 32 Como dice Meza Barros, adhiriendo a
esta posición, rigen las reglas generales de la prueba en cuya virtud debe probar la
existencia de la obligación quien la alega. 33 A la misma conclusión llegan Manuel

28
Meza Barros, Ramón, Manual de Derecho de Familia, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1979,
segunda edición, Tomo II, pp. 710 y 711.
29
Sentencia citada por Abeliuk Manasevich, René, ob. cit., p. 393.
30
Barros Errázuriz, Alfredo, Curso de Derecho Civil, tercer año, 1ª parte, volumen IV, Editorial Nascimento,
Santiago, 1931, p. 320, citado a su vez por Gómez de la Torre Vargas, Maricruz, El sistema filiativo chileno,
Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 2007, p. 188.
31
En esta línea, el art. 257 del Código Civil paraguayo: “El que solicite alimentos debe probar, salvo
disposición contraria de la ley, que se halla en la imposibilidad de proporcionárselos.”
32
Claro Solar, Luis, Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado, tomo III, “De las Personas”, Nº
1.825, Editorial Jurídica de Chile, 1944, p. 463, citado a su vez por Gómez de la Torre Vargas, Maricruz, ob.
cit., pp. 188 y 189.
33
Meza Barros, Ramón, Manual de Derecho de Familia, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1979,
segunda edición, Tomo II, p. 711.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 15


Somarriva, Fernando Fueyo y René Ramos Pazos. 34 Esta tesis se ha impuesto, en
algunas ocasiones, en las cortes. Pensamos que sería conveniente una modificación
legal, en virtud de la cual se resuelva esta controversia en uno u otro sentido. En todo
caso, distinta debiera ser la exigencia probatoria, según si quien demanda alimentos es
un menor de edad, o una cualesquiera de las demás personas que eventualmente
reclamen alimentos. En efecto, si ya hemos subrayado que los menores tienen derecho
a recibir alimentos que les permitan la plena satisfacción de sus necesidades, y resulta
inconcuso que, en circunstancias normales, carecen ellos de bienes o de recursos,
entonces, razonablemente, parece plausible concluir que debieran estar exonerados de
la prueba de tales necesidades, debiendo sólo discutirse en el juicio el rango en que se
pueden cubrir, conforme a las facultades económicas del demandado.
Cabe advertir que el art. 328 del Código Civil dispone que, si hubo dolo para
obtener alimentos, serán obligados solidariamente a la restitución de los mismos
quienes los hayan recibido y también a la indemnización de perjuicios todos aquellos
que hubieren participado en él. La norma es similar al art. 2317 del Código Civil, en
materia de responsabilidad extracontractual, que hace solidariamente responsables a
quienes participan en la comisión del delito civil; y también a la que contempla el art.
1458, inc. 2° del Código Civil, que dispone que aquellos que fraguaron el dolo
responden por el total valor de los perjuicios y quienes se hubieren aprovechado de él
hasta concurrencia del provecho que han reportado del dolo. Como señala Abeliuk,
este caso, probablemente, implicará una hipótesis de fraude procesal, pues lo normal
es que los alimentos se determinen en juicio. Así, quienes deduzcan una acción dolosa,
fundada por ejemplo en documentos falsos o declaraciones falsas de testigos, deberán
restituir lo obtenido, y solidariamente con quienes participaron en el dolo. 35
A su vez, la doctrina se ha planteado la incidencia que tiene la propia culpa de
quien reclama alimentos, en originar el estado de necesidad en que fundamenta su
demanda. ¿Podría el demandado invocar dicha culpa para exonerarse de su obligación?
La mayoría de la doctrina se inclina por rechazar tal excepción a la demanda. Como
expresa Juricic, “Sobre este punto no hay, en verdad, mucho espacio para la duda. Las
circunstancias que condujeron al alimentario a su estado de necesidad, son
irrelevantes. La vida está antes que el reproche a la negligencia. Además, el Código
Civil no condiciona el derecho de alimentos a la falta de culpa, y, todavía, dispone
explícitamente que sólo una ley expresa puede negar ese derecho (artículo 321, inciso
final), la que no existe fundada en la culpa del alimentario”. 36 Con todo, no han faltado
autores, extranjeros o nacionales, que se han pronunciado por la tesis contraria,
negando alimentos a quien culpablemente generó su estado de necesidad o
rebajándolos. 37
Cabe preguntarse también qué ocurre con aquél que demanda alimentos
alegando estado de necesidad, pero se encuentra en condiciones de desempeñar un
trabajo y por ende sufragar sus gastos. Como afirma Juricic, “En general, la doctrina
está de acuerdo en que la persona que puede trabajar no tiene derecho a pedir
alimentos”. 38 Agrega que la opinión en virtud de la cual el alimentario debe probar que

34
Ramos Pazos, René, Derecho de Familia, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 2000, tercera
edición actualizada, Tomo II, p. 502. Cita a Manuel Somarriva Undurraga y su obra Derecho de Familia, Nº
650, p. 616.
35
Abeliuk Manasevich, René, ob. cit., p. 225.
36
Juricic Cerda Daniel, ob. cit., p. 10. Entre los autores que concluyen que tiene derecho de alimentos, cita
Juricic a Ripert y Boulanger, Planiol y Ripert, Colin y Capitant, Zannoni, Carbonnier y Josserand.
37
Juricic cita a López A., Montés, V.L., y Roca, E., Derecho de Familia, valencia (España), Editorial Tirant Lo
Blanch, tercera edición, 1997, p. 40; y Peña González, Carlos, El Derecho de Alimentos en el ordenamiento
Jurídico Chileno, Cuadernos de Trabajo de la Universidad Diego Portales, Nº 1, junio de 1995, Santiago, p.
84.
38
Juricic cita a los siguientes autores: Puig Peña (Compendio de Derecho Civil Español, p. 494); Planiol y
Ripert (Tratado Práctico de Derecho Civil Francés, p. 28); Zannoni (“Tratado de Derecho Civil”), p. 118;

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 16


intentó sustentarse con su trabajo, pero que ello no le fue posible, “es acertada, pues
de la inactividad del necesitado se advierte que en rigor no está en estado de
necesidad, pues éste es la más fuerte motivación a la ocupación remunerada”. Sin
embargo, tal conclusión debe matizarse, no debe ser tomada en sentido absoluto,
“pues bien puede suceder que aun con un esfuerzo razonable no le sea posible al
alimentario conseguir un trabajo. En esta hipótesis, debe declararse el derecho de
alimentos, atendido que se configura un genuino estado de necesidad”. 39 Compartimos
esta opinión. El “estado de necesidad” presupone la imposibilidad de quien reclama
alimentos de procurárselos por sí mismo, desarrollando una actividad laboral. El
derecho de alimentos no puede ser un seguro a la desidia, la incuria o flojera, sino una
herramienta que, de manera excepcional, puede emplearse cuando razonablemente,
quien demande la ayuda de otro, no puede por si mismo subsistir. Todos, si las
condiciones físicas y psíquicas lo permiten, deben contribuir al esfuerzo colectivo que le
exige su pertenencia a la comunidad nacional. Excepcionalmente, cuando exista un
impedimento objetivo, el ordenamiento jurídico le prestará el auxilio necesario, para
que recurra a otras personas, que estarán obligadas a proporcionarle alimentos. Por
cierto, las reflexiones precedentes no deben plantearse, si quien demanda alimentos
fuere un menor de edad o siendo un descendiente o hermano mayor de edad del
demandado, se encontrare cursando estudios.
A una conclusión similar cabe arribar, si el alimentario posee un capital
improductivo. Como refiere Juricic, varios autores están a favor de negar el derecho a
alimentos si el alimentario tiene bienes: Lehmann, Meza Barros, Fueyo y Carbonnier. 40
Este último autor, sin embargo, plantea como condición que el capital sea de fácil
realización. Tal interpretación le parece adecuada a Juricic, conforme a los siguientes
argumentos: i) El derecho de alimentos no tiene por objeto suplir la falta de rentas,
sino proteger la vida del necesitado; ii) No se ve por qué para la sustentación de una
persona habrían de preferirse antes los bienes de otra que los suyos; iii) Los capitales
facilitan la obtención de créditos, pues sirven de garantía, y la persona que tiene
acceso al crédito responsable, con posibilidades de pagarlo, no está en estado de
necesidad; y iv) A mayor abundamiento, el propio art. 330 del Código Civil obliga a
pagar alimentos cuando los “medios” del alimentario no le sirven para vivir, no cuando
sus “rentas” o “ingresos” sean insuficientes a este efecto. 41

c) Que el alimentante tenga facultades económicas para solventar los


alimentos.

Dispone el art. 329 del Código Civil que en la tasación de los alimentos se
deberán tomar siempre en consideración las facultades del deudor y sus circunstancias
domésticas. ¿Qué debemos entender por “facultades económicas” del alimentante? ¿Se
trata sólo de considerar sus ingresos periódicos que se traducen en dinero efectivo, o
también han de avaluarse sus capitales, aún aquellos improductivos? La doctrina no
está conteste sobre este punto. Refiere Juricic que están a favor de tomar en cuenta el
capital del demandado Diez-Picazo, Gullón y Carbonnier, mientras que rechazan tal
posibilidad Josserand y Fueyo. 42 Juricic agrega que en principio, nada obsta a que se
contabilice el capital del demandado; sin embargo, agrega que hay al menos dos

Josserand (Derecho Civil), p. 313; Fueyo (Derecho Civil), p. 561; y Messineo (Manual de Derecho Civil y
Comercial), p. 187.
39
Juricic Cerda Daniel, ob. cit., p. 11.
40
Juricic Cerda Daniel, ob. cit., p. 11: Lehmann, en su Tratado de Derecho Civil (p. 390); Meza Barros, en su
Manual de Derecho de Familia (p. 711); y respecto de Fueyo, en su obra Derecho Civil (p. 560).
41
Juricic Cerda Daniel, ob. cit., p. 12.
42
Juricic Cerda Daniel, ob. cit., p. 12: Díez-Picazo y Gullón, en la obra Sistema de Derecho Civil (p. 55);
Carbonnier, en su texto Derecho Civil (p. 410); Josserand, en Derecho Civil (p. 313); y Fueyo, en Derecho
Civil (p. 563).

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 17


elementos de juicio que ponen en duda esta conclusión: i) La obligación de pagar
alimentos no puede conducir al alimentante a una condición de indigencia o necesidad,
de modo que dentro de sus facultades no deberá incluirse aquellos bienes que sirven al
demandado para su sustento y el de su familia, como podría ser la vivienda familiar; y
ii) A partir de lo dispuesto por el art. 7, inc. 1º, de la Ley Nº 14.908, que prohíbe, por
regla general, fijar una pensión que exceda del 50% de las rentas del alimentante,
puede extraerse una tendencia de la ley a dar preponderancia a las rentas por sobre el
capital, al establecer el límite en consideración a éstas y no a éste. 43 Las reflexiones de
Juricic, sin embargo, fueron formuladas en el 2005, mientras que la reforma a la Ley
Nº 14.908, publicada en el Diario Oficial con fecha 9 de enero de 2007, dispuso en el
art. 5 que el demandado ha de acompañar los documentos que determinen su
“patrimonio” y su “capacidad económica”. Por ende, para nuestro legislador, las
“facultades” del alimentante comprenden tanto el capital que posea como los ingresos
que obtenga. De cualquier forma, el juez ha de ser prudente en considerar el capital
del demandado, particularmente cuando se trate de bienes que no generan rentas
periódicas, sino que, por el contrario, exigen ingentes gastos para su conservación.
En cuanto a la prueba de las facultades del demandado, hoy, parece no haber
dudas acerca de que a él le concierne, en primer lugar, considerando especialmente lo
dispuesto en el citado art. 5, inc. 1º de la Ley Nº 14.908, en virtud del cual el juez, al
proveer la demanda, debe ordenar al demandado, acompañar, en la audiencia
preparatoria, todos los antecedentes que sirvan para determinar tanto su patrimonio
cuanto su capacidad económica. Agrega la norma que en el evento de que no disponga
de tales documentos, acompañará, o extenderá en la propia audiencia, una declaración
jurada, en la cual dejará constancia de su patrimonio y capacidad económica. La
declaración de patrimonio deberá señalar el monto aproximado de sus ingresos
ordinarios y extraordinarios, individualizando lo más completamente posible, si los
tuviere, sus activos, tales como bienes inmuebles, vehículos, valores, derechos en
comunidades o sociedades.
Es el demandado, por ende, quien tiene la obligación procesal de agenciar toda
la documentación que permita visualizar sus facultades económicas y circunstancias
domésticas (obligación cuyo incumplimiento doloso, incluso, traerá consigo para el
demandado sanciones penales). Todo lo cual, por cierto, podrá impugnar, mediante
pruebas contradictorias, el demandante.
Con todo, dispone el inc. 2º del art. 5 de la Ley Nº 14.908 que “Con la sola
resolución que provea la demanda, el tribunal, de oficio o a solicitud del demandante,
podrá ordenar dentro de quinto día, al Servicio de Impuestos Internos, a PREVIRED, a
las entidades bancarias, al Conservador de Bienes Raíces, a la Tesorería General de la
República, a la Superintendencia de Pensiones, a la Comisión para el Mercado
Financiero, a las instituciones de salud previsional, a las administradoras de fondos de
pensiones y a cualquier otro organismo público o privado que aporten antecedentes
útiles que permitan determinar los ingresos y la capacidad económica del demandado”.
Como se observa, el tribunal, incluso de oficio, puede requerir mayores
antecedentes que permitan determinar el patrimonio y la capacidad económica del
demandado.
En relación con la prueba de las facultades económicas del alimentante, si bien
el tribunal puede fundarse en presunciones, ellas deben tener un razonable sustento.
Meza Barros subraya que deben considerarse aquí dos aspectos:
i.- Debe considerarse la fortuna del deudor, esto es, los bienes que posea, e
igualmente sus deudas: en suma, su activo y su pasivo; y

43
Juricic Cerda Daniel, ob. cit., p. 13.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 18


ii.- También deben tenerse en cuenta sus “circunstancias domésticas”, o sea, sus
cargas de familia; el número de personas que viven a sus expensas, de hijos que
educar, etc. 44
A propósito de este tercer requisito para que se confiera alimentos, Claudia
Schmidt opina que no cabe exigirlo, cuando se trata del régimen alimentario a favor de
los niños y adolescentes, caso en el cual los alimentos proceden “a todo evento, pues
por sobre la normativa general tiene aplicabilidad la normativa especial, conforme a la
cual la fuente de este deber de alto contenido moral es la filiación biológica, la
procreación, por lo cual, sólo debe atenderse a las necesidades de los alimentistas, que
siempre existen, pero que pueden variar según sus circunstancias particulares”. Así las
cosas, si quien demanda alimentos fuere un hijo u otro descendiente, dos y no tres
serían los requisitos que deben cumplirse para que opere el derecho de alimentos:
fuente legal y necesidad de quien los reclama. Se deduce de tal doctrina que el padre,
la madre u otro ascendiente demandado, siempre deberá proporcionar alimentos al
hijo u otro descendiente demandante.
El primero de los tres requisitos analizados, constituye un punto de derecho y,
por ende, basta con acreditar la existencia del precepto legal que impone la obligación
alimenticia a favor del demandante. Los otros dos requisitos constituyen cuestiones de
hecho, que deberán probarse en la secuela del juicio. En todo caso, la prueba será
apreciada de acuerdo con las reglas de la sana crítica (art. 32, Ley sobre Juzgados de
Familia).
Directamente relacionado con la integridad del patrimonio del demandando, el
inc. final del art. 5 de la Ley Nº 14.908, consagra por su parte la posibilidad de deducir
una acción rescisoria, semejante a la acción pauliana consagrada en el art. 2468 del
Código Civil. Expresa que podrán rescindirse los actos y contratos otorgados o
celebrados por el alimentante, en las siguientes hipótesis:
i.- Tratándose de los actos y contratos gratuitos.
ii.- Tratándose de aquellos contratos onerosos celebrados por el alimentante con
terceros, siempre que se pruebe la mala fe de los adquirentes. Para estos efectos, se
entenderá que el tercero adquirente contrató de mala fe, cuando conocía o debía
conocer que el “otorgante” (el alimentante) tenía una o más deudas alimenticias
impagas.
iii.- Tratándose de los actos simulados o aparentes celebrados por el alimentante con
el propósito de reducir su patrimonio en perjuicio del alimentario (en estricto rigor,
ésta no es una hipótesis de acción pauliana o revocatoria, que se fundamenta en la
inoponibilidad, sino más bien de nulidad absoluta, por falta de consentimiento).
Prescribirá esta acción rescisoria en el plazo de tres años, contado desde la
fecha de celebración del acto o contrato.
La acción se tramitará como incidente ante el juez de familia y podrá deducirse
tanto en la etapa de cumplimiento de la pensión alimenticia, como en la etapa
declarativa respecto de los alimentos provisorios impagos. La resolución que se
pronuncie sobre esta materia será apelable en el solo efecto devolutivo.
La acción no aplicará para los actos celebrados en cumplimiento de las
condiciones legales previstas en el Título Final de la Ley Nº 14.908, que se refiere al
Registro Nacional de Deudores de Pensiones de Alimentos.
Dispone la norma: “El alimentario tendrá derecho a que se rescindan los actos y
contratos celebrados por el alimentante con la finalidad de reducir su patrimonio en
perjuicio del alimentario, de conformidad con las disposiciones siguientes:
1. Podrán rescindirse los actos y contratos gratuitos.

44
Meza Barros, Ramón, Manual de Derecho de Familia, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1979,
segunda edición, Tomo II, p. 711.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 19


En cuanto a los contratos onerosos, podrán rescindirse probándose la mala fe del
adquirente, esto es, conociendo o debiendo conocer que el otorgante tenía una o más
deudas alimenticias impagas.
2. También podrá ejercerse para rescindir los actos o contratos simulados o aparentes
celebrados por el alimentante con la finalidad de reducir su patrimonio en perjuicio del
alimentario.
3. La acción prescribirá en un plazo de tres años contado desde la fecha de celebración
del acto o contrato.
4. Esta acción se tramitará como incidente, ante el juez con competencia en asuntos
de familia, pudiendo ser deducida tanto en la etapa de cumplimiento de la pensión
alimenticia, como en la etapa declarativa respecto de los alimentos provisorios
impagos. La resolución que se pronuncie sobre esta materia será apelable en el solo
efecto devolutivo.
5. Esta acción no aplicará respecto de los actos celebrados en cumplimiento de las
condiciones legales previstas en el Título Final de la presente ley, referido al Registro
Nacional de Deudores de Pensiones de Alimentos”.

5.- Modalidades para el pago de las pensiones alimenticias.

Esta materia se encuentra regulada en el art. 333 del Código Civil, que
establece que el juez determinará “la forma y cuantía en que hayan de prestarse los
alimentos”, y en los arts. 6 y 9 de la Ley Nº 14.908. Los alimentos pueden pagarse
conforme a las siguientes modalidades:

a) Pago de una suma de dinero.

La modalidad más frecuente, consiste en que el Tribunal fije una suma de


dinero, a pagar por mensualidades. Al efecto, el art. 6, inc. 2º de la Ley Nº 14.908
establece las siguientes reglas:
i.- Toda resolución que fije una pensión de alimentos deberá disponer el pago mensual
y anticipado de un monto expresado en unidades tributarias mensuales.
ii.- La resolución deberá señalar el período del mes en que ha de realizarse el pago.
iii.- La resolución ordenará la apertura de una cuenta de ahorro u otro instrumento
equivalente exclusivo para el cumplimiento de la obligación.
iv.- La resolución deberá especificar las circunstancias consideradas para determinar la
capacidad económica del alimentante y las necesidades del alimentario.
v.- La resolución deberá indicar la proporción en la que los padres deberán contribuir,
conforme a sus capacidades económicas, a solucionar los gastos extraordinarios del
hijo en común, entendiéndose por tales aquellas necesidades que surgen con
posterioridad y cuya existencia no era posible prever, tales como el caso de
hospitalizaciones y gastos médicos de urgencia.
Cabe consignar aquí lo dispuesto en el art. 3º transitorio de la Ley Nº 21.389,
que se refiere a las pensiones de alimentos decretadas con antelación al 18 de
noviembre de 2021 y que no se hubieren fijado en unidades tributarias mensuales: “El
alimentario cuya pensión no estuviere expresada en unidades tributarias mensuales
podrá solicitar en cualquier momento la conversión del monto de su pensión a su
equivalente en unidades tributarias mensuales, sea que ésta hubiere sido establecida
en una suma determinada sin incorporar una fórmula de reajustabilidad, o teniéndola
se hubiere dispuesto otra distinta. Esta solicitud será resuelta por el tribunal sin más
trámite. / Respecto de la pensión de alimentos cuyo monto no sea expresado en
unidades tributarias mensuales o no sea éste convertido en los términos del inciso
precedente, las disposiciones legales que regulan el deber de los tribunales de liquidar
de oficio y periódicamente la deuda, y aquellas que reglamentan la operatoria del

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 20


Registro Nacional de Deudores de Pensiones de Alimentos, serán aplicadas sin
considerar ninguna fórmula de reajustabilidad. De esta forma, se considerará el valor
nominal de la pensión si éste no hubiere sido expresado en un valor reajustable, o el
equivalente en pesos al día que entre a regir este nuevo sistema de cumplimiento, de
conformidad a los incisos primero y segundo del artículo primero transitorio, en caso
de haberse aplicado otra fórmula de reajustabilidad. / Respecto de los alimentarios
cuya pensión no hubiere sido convertida de conformidad al inciso primero, ni ésta esté
fijada en un porcentaje de los ingresos del alimentante, ni en ingresos mínimos, ni en
otros valores reajustables, sino en una suma determinada, continuará aplicándose lo
dispuesto en los incisos tercero y cuarto del artículo 7 de la ley N° 14.908, que esta ley
deroga, con las restricciones a las que hace mención el inciso anterior”.
Así las cosas, la ley plantea dos situaciones:
i.- El alimentario solicita la “conversión” de la pensión de alimentos a unidades
tributarias mensuales. Podrá hacerlo “en cualquier momento”, es decir, no tiene plazo
para solicitarlo.
ii.- El alimentario no solicita la “conversión” de la pensión de alimentos a unidades
tributarias mensuales. En este caso, el Juez, al practicar la respectiva liquidación, no
podrá considerar ninguna fórmula de reajustabilidad. El monto adeudado será nominal
por ende. Sin embargo, si la pensión no está fijada en un porcentaje de los ingresos
del alimentante ni en ingresos mínimos ni en otros valores reajustables, sino en una
suma determinada, continuarán aplicándose lo dispuesto en los incisos 3º y 4º del art.
7 de la Ley Nº 14.908, a pesar de haber sido derogados por la Ley Nº 21.389. Dichos
incisos disponían: “Cuando la pensión alimenticia no se fije en porcentaje de los
ingresos del alimentante, ni en ingresos mínimos, ni en otros valores reajustables, sino
en una suma determinada, ésta se reajustará semestralmente de acuerdo al alza que
haya experimentado el Indice de Precios al Consumidor fijado por el Instituto Nacional
de Estadísticas, o el organismo que haga sus veces, desde el mes siguiente a aquél en
que quedó ejecutoriada la resolución que determina el monto de la pensión. / El
Secretario del Tribunal, a requerimiento del alimentario, procederá a reliquidar la
pensión alimenticia, de a acuerdo con lo establecido en el inciso anterior”.
En principio, de conformidad al art. 7 de la Ley Nº 14.908, el tribunal no puede
fijar una pensión que exceda el cincuenta por ciento de las rentas del alimentante.
Históricamente, la doctrina y la jurisprudencia entendieron que la suma de todas las
pensiones de alimentos (en el supuesto que se demandare alimentos por dos o más
personas), debía mantenerse dentro del porcentaje señalado. Esto, como es previsible,
generaba serios problemas, cuando las pensiones decretadas en un primer juicio ya
habían copado dicho límite, y más tarde se interponía una nueva demanda, en la que
otra persona reclamaba alimentos del mismo alimentante (por ejemplo, un nuevo
hijo). La Ley Nº 21.389, modificó el art. 7, otorgándole al Juez la facultad para que, en
su sentencia, pueda fijar un monto total que exceda dicho límite. Reza el precepto
después de la reforma: “El tribunal no podrá fijar como monto de la pensión una suma
que exceda del cincuenta por ciento de las rentas del alimentante, salvo que existan
razones fundadas para fijarlo sobre este límite, teniendo especialmente en cuenta el
interés superior del niño, niña o adolescente, velando por que se conserve un reparto
equitativo en los aportes del alimentante demandado para con todos los alimentarios a
quienes tiene el deber de proveer alimentos. / Las asignaciones por carga de familia no
se considerarán para los efectos de calcular esta renta y corresponderán, en todo caso,
a la persona que causa la asignación y serán inembargables por terceros”.
Como puede observarse, el Juez de la causa podrá en su sentencia exceder el
aludido límite al fijar el monto de la pensión o de las pensiones de alimentos, cuando
“existan razones fundadas” que así lo justifiquen, “teniendo especialmente en cuenta el
interés superior del niño, niña o adolescente” y además “velando por que se conserve

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 21


un reparto equitativo en los aportes del alimentante demandado para con todos los
alimentarios a quienes tiene el deber de proveer alimentos”.
La Corte Suprema ha señalado que esta limitación del cincuenta por ciento rige
para el juez de la causa, pero no así para el caso de que las partes, voluntariamente,
convengan un porcentaje mayor. En los citados autos Rol N° 9.605-2022, por
sentencia de 3 de febrero de 2023, la Corte Supremo acogió el recurso de casación en
el fondo deducido por el demandante de rebaja de pensión de alimentos. Después de
referirse al tenor del inc. 1° del art. 7, expresa el fallo: “De este modo, dicha norma
establece una limitación para el Tribunal al momento de fijar el quantum de la pensión
de los alimentos, prohibición que no rige para las partes que voluntariamente pueden
obligarse a pagar un porcentaje mayor al 50% de sus rentas, por lo que al
establecerse una suma mayor a la ofrecida por el alimentante se transgredió el artículo
7 inciso primero de la Ley N° 14.908, por lo que corresponde que el recurso de
casación en el fondo sea acogido”.
El inc. 5º del art. 14 de la Ley Nº 14.908, dispone el pago de intereses,
devengados desde el vencimiento de la respectiva cuota, en caso de mora del
alimentante y después de haber decretado dos o más apremios: “En caso de que fuere
necesario decretar dos o más apremios por la falta de pago de unas mismas cuotas,
las pensiones alimenticias atrasadas devengarán el interés corriente entre la fecha de
vencimiento de la respectiva cuota y la del pago efectivo”.
Por su parte, el art. 17 de la Ley Nº 14.908, reitera lo relativo al pago de
intereses desde la mora del alimentante: “Los alimentos adeudados devengarán el
interés corriente para operaciones reajustables, determinado por la Comisión para el
Mercado Financiero, de acuerdo a lo establecido en el artículo 6 de la ley N° 18.010,
que establece normas sobre operaciones de crédito y otras obligaciones en dinero que
indica. / La entidad financiera en la que se abra una cuenta de ahorro u otro
instrumento equivalente, para el cumplimiento de la pensión alimenticia, deberá
proporcionar al tribunal todos los medios y antecedentes necesarios para poner a
disposición de las partes una liquidación con información actualizada del monto de la
deuda y la cantidad de mensualidades adeudadas”.
El Código Civil, por su parte, dispone que la pensión de alimentos se paga en
dinero y por mesadas anticipadas (art. 331, inc. 1º del Código Civil). Con todo, agrega
la ley que no se podrá pedir la restitución de aquella parte de las anticipaciones que el
alimentario no hubiere devengado por haber fallecido (art. 331, inc. 2º del Código
Civil). Así, por ejemplo, si se pagó la pensión mensual de alimentos ascendente a
$300.000.- el día 5 del respectivo mes y el alimentario falleciere el día 10, no puede
reclamar el alimentante la devolución de los $200.000 correspondientes a los 20
últimos días del mes.
El art. 19 ter, establece por su parte en su inc. 1º, una acción de reembolso, en
favor del tercero que hubiere pagado la deuda alimentaria ajena: “Por el no pago de la
deuda alimentaria, el tercero que ha debido contribuir económicamente a satisfacer las
necesidades del alimentario, sin estar legalmente obligado o en exceso de lo que era
su obligación, tendrá acción de reembolso en contra del alimentante, por el
enriquecimiento sin causa de éste a expensas suya. Esta acción se tramitará ante el
tribunal con competencia en asuntos de familia que hubiere decretado o aprobado la
pensión alimenticia”.
El inc. 2º, se refiere a una “solicitud de condonación de la deuda alimenticia”,
que pueda presentar el alimentario. En este caso, se ocupa la ley del tercero que pagó
–parcialmente, se entiende- la obligación ajena: “Ante la solicitud de condonación de la
deuda alimenticia presentada por el alimentario, el tribunal que estimare que a otros
sujetos que no han comparecido al proceso pudiera corresponderles el ejercicio [de]
esta acción, deberá ordenar poner el proceso en su conocimiento, para que dentro del

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 22


término de emplazamiento presente su demanda. Si no la presentare, caducará su
derecho”.
Nótese que el inciso consagra un caso en que por el solo ministerio de la ley se
extingue un derecho –el del tercero para obtener el reembolso de lo que pagó-, si no
presenta su demanda en el término indicado. Puesto que el derecho del tercero para
interponer su acción de reembolso “caduca”, ha de entenderse que también se
extingue con ello la acción que tenía en contra del alimentante cuya deuda pagó en
parte.
Cabe señalar también que, de conformidad a lo previsto en el art. 7, letra h), de
la Ley Nº 20.880, sobre probidad en la función pública y prevención de los conflictos
de intereses, la calidad de deudor de alimentos y si corresponde la de encontrarse
inscrito en el Registro de Deudores de Pensiones de Alimentos (al que más adelante
aludiremos) debe informarse en la “declaración de intereses y patrimonio”. Dispone la
norma: “La declaración de intereses y patrimonio deberá contener la fecha y lugar en
que se presenta y la singularización de todas las actividades y bienes del declarante
que se señalan a continuación: (…) h) La enunciación del pasivo, siempre que en su
conjunto ascienda a un monto superior a cien unidades tributarias mensuales. Sin
perjuicio de lo anterior, deberán declararse las deudas por concepto de pensión de
alimentos, provisorios o definitivos, cualquiera sea su monto, fijados o aprobados por
resolución judicial. Del mismo modo, el declarante deberá informar si registra
inscripción vigente en el Registro Nacional de Deudores de Pensiones de Alimentos”.
Todo lo anterior, “es sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 9” de la citada
Ley, que se refiere a la constitución de un derecho real como equivalente a la pensión
alimenticia. Nos referiremos a esta segunda modalidad a continuación.

b) Constitución de un derecho real de uso, habitación o usufructo.

Regula esta materia el art. 9 de la Ley Nº 14.908, del siguiente tenor: “El juez
podrá fijar o aprobar que la pensión alimenticia se impute total o parcialmente a un
derecho de usufructo, uso o habitación sobre bienes del alimentante, quien no podrá
enajenarlos ni gravarlos sin autorización del juez. Si se tratare de un bien raíz, la
resolución judicial servirá de título para inscribir los derechos reales y la prohibición de
enajenar o gravar en los registros correspondientes del Conservador de Bienes Raíces.
Podrá requerir estas inscripciones el propio alimentario. / La constitución de los
mencionados derechos reales no perjudicará a los acreedores del alimentante cuyos
créditos tengan una causa anterior a su inscripción. / En estos casos, el usufructuario,
el usuario y el que goce del derecho de habitación estarán exentos de las obligaciones
que para ellos establecen los artículos 775 y 813 del Código Civil, respectivamente,
estando sólo obligados a confeccionar un inventario simple. Se aplicarán al
usufructuario las normas de los artículos 819, inciso primero, y 2466, inciso tercero,
del Código Civil. / Cuando el cónyuge alimentario tenga derecho a solicitar, para sí o
para sus hijos menores, la constitución de un usufructo, uso o habitación en
conformidad a este artículo, no podrá pedir la que establece el artículo 147 del Código
Civil respecto de los mismos bienes. / El no pago de la pensión así decretada o
acordada hará incurrir al alimentante en los apremios establecidos en esta ley y, en el
caso del derecho de habitación o usufructo recaído sobre inmuebles, se incurrirá en
dichos apremios aun antes de haberse efectuado la inscripción a que se refiere el inciso
segundo”.
Las reglas que podemos deducir de este precepto son las siguientes:
i.- Fijada (por el juez a falta de acuerdo de los interesados) o aprobada (cuando el
alimentante y el alimentario someten a revisión del tribunal el acuerdo a que han
llegado) que sea la pensión, ésta podrá imputarse total o parcialmente a un derecho
real de usufructo, uso o habitación, que se constituirá sobre bienes muebles o

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 23


inmuebles del alimentante. Como puede observarse, tanto el Juez (al fijar la pensión)
como las propias partes (al llegar a un acuerdo que someten a la aprobación del
Tribunal), pueden imputar toda o parte de la pensión, a un derecho real de usufructo,
uso o habitación.
ii.- La ley señala que la pensión “se impute” total o parcialmente a uno de los citados
derechos reales. El usufructo, por ende, debe valorarse, y si resulta su valor
equivalente al monto de la pensión, la imputación será total, y por el contrario, si se
considera que tiene una valoración menor, la imputación será parcial y la diferencia
deberá ser pagada por el alimentante en dinero efectivo. En este último caso, la
pensión de alimentos se dividirá en dos prestaciones: una, con la constitución del
derecho real; otra, con el pago de una suma de dinero.
iii.- El alimentante no podrá enajenar o gravar el bien gravado con el usufructo, uso o
habitación, sin autorización del juez. La situación en la que queda el bien gravado con
el derecho real, es semejante a la prevista para los bienes embargados o sobre los
cuales se ha decretado una medida precautoria (art. 1464 del Código Civil). En
consecuencia, habrá objeto ilícito en el acto jurídico por el cual el propietario del bien
enajenare o gravare el inmueble, sin mediar autorización del juez.
iv.- El bien sobre el cual se constituya el derecho real debe pertenecer al alimentante
(“sobre bienes del alimentante”, dice el precepto). Se descarta por ende la posibilidad
de que el bien pertenezca a un tercero. No vemos la razón por haber establecido esta
restricción, si consideramos que de acuerdo a las reglas generales del Código Civil
acerca de la prenda y de la hipoteca, nada obsta a que un tercero garante constituya la
caución.
v.- Si dicho bien fuere un bien raíz, la resolución judicial servirá de título para inscribir
los derechos reales y la prohibición de enajenar o gravar en los registros
correspondientes del Conservador de Bienes Raíces. Podrá requerir estas inscripciones
el propio alimentario. El Conservador, en consecuencia, deberá practicar dos
inscripciones: una, en el Registro de Hipotecas y Gravámenes (el usufructo, uso o
habitación); otra, en el Registro de Interdicciones y Prohibiciones de Enajenar (la
prohibición). Cabe notar que, si se trata de un derecho de usufructo, el alimentario
podrá dar en arrendamiento el bien y obtener la respectiva renta. En cambio, si se
trata de un derecho de uso o de habitación, carecerá de dicha facultad. En el caso del
derecho real de usufructo, como se trata de uno de naturaleza “alimenticia”, es decir
corresponde a un derecho de alimentos, el usufructuario no podrá cederlo, rigiendo al
respecto el art. 334 del Código Civil y excluyéndose la posibilidad de aplicar el art. 793
del mismo Código. Si se trata de los derechos de uso o de habitación, no será posible
transferirlos, atendido su carácter de derechos personalísimos (art. 819 del Código
Civil).
vi.- El usufructo, uso o habitación alimenticio, con todo, no puede afectar derechos de
terceros, anteriores a la constitución del gravamen. ¿Qué debemos entender por
créditos que tengan “una causa anterior” a la inscripción del usufructo o derecho de
uso o de habitación alimenticio? Por cierto, quedan comprendidos en la expresión
aquellos créditos que se encontraren determinados antes de la referida inscripción, o
sea, que sean líquidos (por ejemplo, el mutuo documentado en un pagaré suscrito por
el alimentante con antelación a la inscripción del gravamen, el mutuo documentando
en una escritura pública o en una escritura privada con fecha cierta o el saldo de precio
de cierta compraventa, etc.). Pero de igual forma, creemos que se comprenderían en
la aludida frase aquellos créditos que si bien pueden haber sido ilíquidos o
indeterminados al momento de la inscripción del gravamen alimenticio, pasan a ser
líquidos o quedan determinados después de practicada aquella, como por ejemplo, el
de un individuo que había deducido una demanda en la que reclamaba una
indemnización de perjuicios por hechos acaecidos antes de la inscripción conservatoria
que nos ocupa, y cuyo crédito se reconoce y declara en una sentencia que queda

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 24


ejecutoriada después de haber practicado dicha inscripción. En tal caso, sería
inoponible al demandante el gravamen alimenticio constituido sobre el inmueble del
demandado. La doctrina nacional había llegado a la misma conclusión, señalado en su
época Manuel Somarriva que la ley guardaba silencio sobre la posibilidad de constituir
otros derechos reales sobre el inmueble hipotecado (distintos de una nueva
hipoteca, que admite el art. 2415 del Código Civil), tales como las servidumbres
y el usufructo. Se preguntaba el citado autor si ello era posible, respondiendo que,
en principio, podría contestarse afirmativamente, atendiendo al principio de
“quien puede lo más, puede lo menos” (si podía hipotecar, podía también
constituir otro gravamen sobre el inmueble, como un usufructo). Pero
semejante conclusión, agregaba Somarriva, sería errada, porque si el
legislador autoriza al propietario para enajenar o hipotecar el bien dado en
garantía, es porque de ello no se sigue perjuicio alguno al acreedor
hipotecario; no acontece lo mismo con la constitución de un usufructo, de una
servidumbre o de un derecho de uso o de habitación, ya que con ello se
cercena el valor de la garantía, causándole al acreedor un perjuicio evidente.
Por eso, subrayaba Somarriva, los autores unánimemente estimaban que la
constitución de estos derechos no empecía al acreedor hipotecario, quien siempre
podrá ejercer las facultades que le da el carácter de tal con prescindencia de ellos.
Corroboraba la conclusión anterior lo dispuesto en los artículos 1366 y 1368 del
Código Civil, en las normas del pago de las deudas hereditarias y
testamentarias: el usufructo constituido sobre la finca no es oponible al
acreedor hipotecario, pero a contrario sensu, la hipoteca sí afecta al usufructuario;
éste debe pagar al acreedor hipotecario subrogándose así en los derechos del
acreedor contra los herederos, si la deuda era del testador, o contra el tercero
deudor, si el testador sólo era un garante hipotecario, todo ello salvo que el último
haya expresamente querido gravar al usufructuario con la deuda en cuestión 45. La
jurisprudencia, en los años ochenta del siglo pasado, terminó por alinearse en la
doctrina precedente. 46 La cuestión quedó zanjada en la ley, como hemos explicado,
con el actual tenor del art. 9 que estamos revisando. En todo caso, para evitar un
perjuicio a los interesados en el remate del inmueble y al propio ejecutante, éste
podrá solicitar que el usufructo, o el derecho de uso o habitación, sean alzados por el
mismo Tribunal que los hubiera decretado, sin que éste pueda oponerse a ello, si se
acredita que se trataba de un crédito que tenía una causa anterior a la inscripción. El
Tribunal, entonces, deberá ordenar que se oficie el respectivo Conservador de Bienes
Raíces, para que éste cancele la inscripción.
vii.- El usufructo alimenticio exige menos requisitos que aquél regulado en el Código
Civil. El art. 9 exonera asimismo al alimentario en cuyo favor se constituya el derecho
real de usufructo, de uso o de habitación, a prestar caución de conservación y
restitución, aun cuando sí exige confeccionar un inventario simple, disponiendo al

45
Somarriva Undurraga, Manuel, Tratado de las cauciones (Santiago de Chile, Editorial Jurídica Ediar-
ConoSur Ltda., sin año), pp. 415 y 416.
46
Se expresa en una sentencia: “El demandado en el juicio de alimentos que otorga a su cónyuge e hijos,
como parte de la pensión alimenticia, el usufructo sobre un inmueble de su propiedad, conviniendo la
prohibición de celebrar actos y contratos, no obstante que con anterioridad había otorgado hipotecas a favor
de un banco para garantizar ciertas deudas, tales usufructos y prohibiciones, por ser posteriores, no afectan
a la hipoteca, porque ésta abarcó la plena propiedad, siéndole inoponible al acreedor hipotecario, no estando
éste obligado a soportar esos gravámenes y limitaciones, lo que se traduce en el derecho de pedir su
alzamiento y cancelación.” (Revista de Derecho y Jurisprudencia, Tomo LXXXII, segunda parte, sección
primera, 1985, p. 71); en otro fallo, se concluye: “Resulta inoponible al acreedor hipotecario el usufructo
que imponga el juez de menores, ya que la acción hipotecaria ejercida por el acreedor afectada por la
decisión de dicho juez, impide proseguir la subasta del inmueble con prescindencia de la limitación al
dominio, siendo necesario alzarlo.” (Revista de Derecho y Jurisprudencia, segunda parte, sección primera,
1987, p. 106). Ambas sentencias, citadas por Gómez de la Torre Vargas, Maricruz, “El sistema filiativo
chileno”, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 2007, p. 202.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 25


efecto que “En estos casos, el usufructuario, el usuario y el que goce del derecho de
habitación estarán exentos de las obligaciones que para ellos establecen los artículos
775 y 813 del Código Civil, respectivamente, estando sólo obligados a confeccionar un
inventario simple. Se aplicarán al usufructuario las normas de los artículos 819, inciso
primero, y 2466, inciso tercero, del Código Civil” (inc. 3º). La última frase deja en claro
que el usufructuario, como ya se dijo, no podrá ceder su derecho. De igual forma, el
derecho de usufructo será inembargable, como acontece también con el usufructo (o
derecho legal de goce) del padre y madre sobre los bienes del hijo no emancipado y
del marido sobre los bienes propios de la mujer, cuando mediare régimen de sociedad
conyugal. Por cierto, tampoco podrá embargarse el derecho real de uso o habitación
(art. 1618, Nº 9 del Código Civil). Por lo demás, siendo estos últimos, derechos
personalísimos, de nada habría servido embargarlos, pues no podría pedirse por el
ejecutante su venta forzada.
viii.- Se contempla la incompatibilidad de los derechos de usufructo, uso o habitación,
decretados como pensión alimenticia, con los mismos derechos, constituidos conforme
al art. 147 del Código Civil, en el marco de los bienes familiares. Se entiende la
incompatibilidad, pues resultaría redundante constituir el mismo derecho a favor de
idéntica persona.
ix.- El incumplimiento por parte del alimentante, permitirá al alimentario solicitar los
apremios previstos en la Ley Nº 14.908, de la misma manera que si se tratare de una
pensión que debe pagarse en dinero. Podrán pedirse dichos apremios, aun cuando el
derecho real de usufructo, de uso o de habitación, no estuvieren inscritos. Es más,
precisamente el incumplimiento se producirá cuando la escritura pública mediante la
cual se constituye el usufructo, uso o habitación sobre un inmueble, no pudiere
inscribirse en el Registro Conservatorio por alguna causa imputable al alimentante.

c) Intereses de un capital.

Se trata en realidad de una variante de la primera modalidad de pago.


Establece el art. 333 del Código Civil que el juez podrá disponer que los alimentos se
conviertan en los intereses de un capital, que se consigne a este efecto en una caja de
ahorro o en otro establecimiento análogo (hoy en día, en un Banco). Una vez que cese
la obligación alimenticia, dicho capital deberá restituirse al alimentante o a sus
herederos. Esta forma de pago no es muy conveniente, pues como señala Irma
Bavestrello, se inmoviliza una importante suma de dinero y no hay certeza respecto al
monto de la pensión por los efectos de la inflación, que podría incluso hacerla
desaparecer. Adicionalmente, se corre el peligro que se embargue el capital por los
acreedores que pueda tener el alimentante. 47 Además, es improbable que un
alimentante disponga de un capital del que pueda disponer para estos efectos, a
menos que sea una persona de fortuna. Por lo tanto, en la práctica, es muy improbable
que se recurra a esta modalidad de pago.

6.- Titulares del derecho de alimentos.

Se deben alimentos a las siguientes personas:

a) Al cónyuge (art. 321 Nº 1 del Código Civil).

a.1. Obligación de socorro y obligación alimenticia.


Los alimentos entre cónyuges corresponden a una manifestación concreta de la
obligación de socorro, cuando ésta no se cumple espontáneamente; obligación de

47
Bavestrello Bontá, Irma, ob. cit., p. 88.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 26


socorro que a su vez se enmarca en uno de los fines esenciales del matrimonio
enunciados en el art. 102 del Código Civil, como es el que tiene los cónyuges, de
auxiliarse mutuamente. Consiste esta obligación de socorro en la de proporcionar un
cónyuge al otro los auxilios económicos necesarios para la vida. Se trata de una
obligación recíproca de los cónyuges, establecido en el art. 131 y desarrollado en el
art. 134, ambos del Código Civil. Ahora bien, mientras esta obligación se cumpla
espontáneamente, en el ámbito privado de la familia, el Estado no intervendrá. Pero en
caso de incumplimiento, la obligación de socorro se judicializará y se transformará en
una obligación de alimentos, interviniendo el Estado a través del Juez competente.
Constituye asimismo la obligación alimenticia entre cónyuges, una manifestación del
principio de protección al cónyuge más débil.
a.2. Existencia de sociedad conyugal.
En el régimen de sociedad conyugal, el marido, como administrador, debe
subvenir a los gastos de mantenimiento de la mujer y de la familia común (art. 1740
Nº 5 del Código Civil). Por ende, todos los egresos deben imputarse al pasivo definitivo
de la sociedad conyugal, sin que ésta tenga una recompensa o crédito contra alguno
de los cónyuges. Para ello, la ley, como contrapartida, le da al marido el usufructo de
los bienes propios de la mujer. Por ello, se ha dicho, lo normal será que el marido
casado bajo este régimen le deba alimentos a su mujer, y muy excepcionalmente
ocurrirá la situación inversa, cuando la mujer posea un patrimonio reservado cuantioso
y la sociedad conyugal no lo tuviere 48.
a.3. Existencia de otros regímenes matrimoniales.
En el régimen de separación total de bienes y en el de participación en los
gananciales, cada cónyuge efectúa sus propios gastos de mantenimiento, sin perjuicio
de que, si alguno no tiene ingresos o bienes suficientes, debe ser auxiliado por el otro.
En estos dos últimos regímenes, no cabe pues formular como regla general que el
marido sea el primero de los cónyuges obligado al pago de alimentos a favor de la
mujer. Conforme a lo dispuesto en el art. 160 del Código Civil, los cónyuges separados
de bienes deben acudir al mantenimiento de la familia común según sus facultades; en
caso de discrepancia, el juez reglará el monto de la contribución. Si se hubiere
decretado separación judicial, los cónyuges también deben socorrerse (arts. 174 y 175
del Código Civil); tienen este derecho, aun cuando hayan dado causa a la separación
judicial por su culpa, conforme a lo previsto en el segundo de estos preceptos.
a.4. Cónyuges separados de hecho.
Cabe establecer, por su parte, qué ocurre cuando los cónyuges se separan de
hecho, sin que se disuelva el matrimonio. Se debe concluir que el marido y la mujer
conservan la obligación de socorrerse mutuamente. La jurisprudencia ha declarado que
se deben alimentos al cónyuge aun cuando exista separación de hecho y que no es
admisible, por ejemplo, la excepción del marido aduciendo la negativa de la mujer a
vivir con él, pues en tal hipótesis, no hay injuria atroz, y por ende no hay causal que
haga cesar por completo el derecho a alimentos. Además, si la Ley de Matrimonio Civil
deja en claro que la sentencia de separación judicial no suspende la obligación de
socorro, con mayor razón tal obligación subsiste si se trata sólo de una separación de
hecho.
a.5. Efectos del incumplimiento de la obligación alimenticia a favor del cónyuge.
El cónyuge que no da alimentos puede ser obligado compulsivamente a ello,
conforme lo establece la Ley Nº 14.908. Además, de conformidad al art. 19, inc. 1º de
la Ley Nº 14.908, cualquiera de los cónyuges podrá solicitar la separación de bienes si
el otro, obligado al pago de pensiones alimenticias, en su favor o en el de sus hijos
comunes, hubiere sido apremiado por dos veces en la forma establecida en los arts. 14
y 16 de la misma ley. La petición puede hacerla el titular de la acción respectiva, de

48
Abeliuk Manasevich, René, ob. cit., p. 385.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 27


manera que el marido sólo podrá pedir la separación de bienes, tratándose del régimen
de participación en los gananciales, pues los arts. 153 y 155 del Código Civil sólo
facultan a la mujer para pedir separación de bienes, habiendo sociedad conyugal. 49
Como lo indicamos, el juez ponderará la cuantía de los alimentos que correspondan al
cónyuge que dio lugar a la separación judicial, atendiendo a su conducta antes y
después de decretado éste y a las circunstancias del mismo (arts. 174, 175 y 177 del
Código Civil).
De igual forma, el cónyuge más débil podrá demandar el divorcio “por culpa”,
de conformidad a lo previsto en el art. 54 de la Ley de Matrimonio Civil.
A su vez, el incumplimiento reiterado de esta obligación de alimentos facultará
al cónyuge demandado para solicitar que se rechace la demanda de divorcio, de
acuerdo al art. 55, inc. 3º de la Ley de Matrimonio Civil.
a.6. Los alimentos y el matrimonio putativo.
Debe subrayarse que la circunstancia de declarar la nulidad del matrimonio no
extingue el eventual crédito que uno de los ex presuntos cónyuges hubiere tenido en
contra del otro, por pensiones alimenticias devengadas pero no pagadas a la fecha en
que queda ejecutoriada la sentencia o al menos hasta que cese la buena fe del
cónyuge alimentario. En efecto, confirma lo anterior lo previsto en el art. 51 de la Ley
de Matrimonio Civil, que dispone: “El matrimonio nulo que ha sido celebrado o
ratificado ante el Oficial del Registro Civil produce los mismos efectos civiles que el
válido respecto del cónyuge que, de buena fe y con justa causa de error, lo contrajo,
pero dejará de producir efectos civiles desde que falte la buena fe por parte de ambos
cónyuges”. Se trata de un matrimonio que tenía la apariencia de válido, al menos para
uno de los ex presuntos cónyuges. Por ello, a pesar de que se declare su nulidad, no se
entienden extinguidos los efectos que hubiera producido, reconociéndolos la ley, como
si el matrimonio hubiere sido válidamente contraído. Y entre tales efectos, podrá
encontrarse el crédito por alimentos.

b) A los descendientes (Nº 2 del art. 321 del Código Civil).

b.1. Los alimentos y la autoridad parental.


Cabe distinguir aquí entre la obligación que pesa sobre los padres y la
obligación que, en subsidio de los primeros, han de cumplir los demás ascendientes del
alimentario. La obligación alimenticia que tienen los padres para con los hijos, se
enmarca en el ejercicio de la “autoridad parental” y que los textos denominaban como
“autoridad paterna”. Hoy, debiéramos reemplazar dicha expresión por otra, que
responda mejor, al hecho de ejercer conjuntamente los progenitores autoridad sobre el
hijo.
Por ello, proponemos al efecto la de “autoridad parental”, porque así
englobamos la autoridad que tanto el padre como la madre o ambos progenitores (si
fueren dos padres o dos madres) ejercen sobre la persona del hijo.
Ahora bien, dicha potestad parental impone a los progenitores tres deberes
principales: criar, corregir y educar a los hijos. Tales deberes constituyen una
manifestación del principio del interés superior de los hijos y en particular de los
menores, consagrado fundamentalmente en el inc. 1° del art. 222 del Código Civil, que
reza: “La preocupación fundamental de los padres es el interés superior del hijo, para
lo cual procurarán su mayor realización espiritual y material posible, y lo guiarán en el
ejercicio de los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana de modo
conforme a la evolución de sus facultades”.

49
Corral Talciani, Hernán, Bienes Familiares y Participación en los Gananciales. La reforma de la Ley número
19.335, de 1994, a las relaciones personales y al régimen económico del matrimonio, Santiago de Chile,
Editorial Jurídica de Chile, 2007, segunda edición actualizada, p. 45.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 28


De estos tres deberes, dos de ellos, el de crianza y el de educación,
corresponden directamente a la obligación de socorro y si este no se cumple, a la
obligación de proporcionar alimentos al hijo. Los gastos vinculados al cumplimiento del
deber de crianza comprenden su alimentación, habitación, vestuario, cobertura de
salud, recreación, etc., es decir, todo aquello que resulta indispensable para la
subsistencia del hijo y su adecuada realización material y espiritual. Los gastos
vinculados al cumplimiento del deber de educar al hijo se traducen en cubrir todos los
egresos que demande el cursar regularmente el hijo sus estudios básicos, medios y
aún superiores, hasta que cumpla 28 años (art. 332, inc. 2º del Código Civil).
La Ley N° 21.430, “Sobre garantías y protección integral de los derechos de la
niñez y adolescencia”, se refiere también en su art. 24 al derecho a la vida,
obviamente vinculado al derecho de alimentos: “Derecho a la vida. Todo niño, niña o
adolescente tiene el derecho intrínseco a la vida. El Estado garantizará en la máxima
medida posible la supervivencia y el desarrollo del niño, niña o adolescente”. A su vez,
el art. 25 del mismo cuerpo legal, alude al derecho a un nivel de vida, desarrollo y
entorno adecuado. Expresan sus dos primeros incisos: “Derecho a un nivel de vida,
desarrollo y entorno adecuado. Todo niño, niña o adolescente tiene derecho a un nivel
de vida que le permita su mayor realización física, mental, espiritual, moral, social y
cultural posible. / Los padres y/o madres tienen obligaciones comunes en la crianza y
el desarrollo del niño, niña o adolescente. Corresponderá a los padres y/o madres, o en
su caso, a los representantes legales o a quienes tuvieren legalmente al niño, niña o
adolescente a su cuidado, el derecho y deber preferente de su crianza y desarrollo.
Deberán proporcionar, dentro de sus posibilidades, las condiciones de vida que sean
necesarias para su pleno desarrollo. Su preocupación fundamental será el interés
superior del niño, niña o adolescente”.
b.2. Los alimentos y el deber de crianza.
En cuanto al deber de crianza, en primer lugar, distinguimos según si existe o
no matrimonio, y de haberlo, si hay o no régimen de sociedad conyugal y en este
último caso si se trata de expensas ordinarias o extraordinarias:
1º Si existe matrimonio y hay sociedad conyugal, distinguimos a su vez:
1.1. Gastos correspondientes a las expensas ordinarias: serán de cargo de la sociedad
conyugal, conforme al art. 230 del Código Civil. En armonía con el precepto
anteriormente citado, el art. 1740 Nº 5 del Código Civil establece que la sociedad
conyugal es obligada al pago del mantenimiento de los descendientes comunes. Aún
más, agrega este precepto que la sociedad conyugal también estará obligada a “toda
otra carga de familia”, y entre ellas, “Se mirarán como carga de familia los alimentos
que uno de los cónyuges esté por ley obligado a dar a sus descendientes (…), aunque
no lo sean de ambos cónyuges; pero podrá el juez moderar este gasto si le pareciere
excesivo, imputando el exceso al haber del cónyuge”.
Dichos gastos pesan sobre el pasivo definitivo de la sociedad conyugal. A su
vez, el art. 1744 del Código Civil reitera que las expensas de educación de un
descendiente y las que se hicieren para establecerle y casarle, se imputarán, por regla
general, a los gananciales.
1.2. Gastos correspondientes a las expensas extraordinarias: serán también de cargo
de la sociedad conyugal, en las condiciones señaladas; sin embargo, si el hijo tuviere
bienes propios, estas expensas extraordinarias se imputarán a dichos bienes en cuanto
cupieren en ellos y en cuanto le hubieren sido efectivamente útiles; a menos que
conste de un modo auténtico que el marido, o la mujer, o ambos de consuno, quisieron
hacerlas de lo suyo (art. 1744 del Código Civil).
2º Si no existe matrimonio o habiéndolo no hay sociedad conyugal sino alguno de los
regímenes alternativos, los padres contribuirán en proporción a sus respectivas
facultades económicas (art. 230, inc. 1º del Código Civil). En caso de fallecimiento del

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 29


padre o madre, los gastos corresponden al sobreviviente (art. 230, inc. 2º del Código
Civil).
El art. 231 del Código Civil ratifica que, si el hijo tuviere bienes propios, los
gastos de su crianza, en caso necesario, podrán sacarse de ellos, conservándose
íntegros los capitales en cuanto sea posible.
b.3. Responsabilidad eventual de otros ascendientes.
Puede ocurrir que el padre, la madre o ambos, así como también el hijo,
carezcan de los medios para afrontar los gastos indicados. En tal caso, dispone el art.
232 las siguientes reglas:
1º La obligación de alimentar al hijo que carece de bienes, puede pasar a los abuelos
(aunque la ley sólo se refiere a los abuelos, creemos que si éstos no vivieren o no
pudieren solventar adecuadamente las necesidades alimenticias del descendiente,
eventualmente podría demandarse alimentos a los bisabuelos, si vivieren, cuestión
cada día más usual, dado los índices de esperanza de vida promedios de la población
chilena; la obligación de los bisabuelos se fundaría en el art. 321 del Código Civil, que
señala que se debe alimentos “a los descendientes”, sin indicar grado);
2º Ello acontecerá, en dos casos:
2.1. Por la falta de ambos padres;
2.2. Por la insuficiencia de ambos padres.
3º En caso de insuficiencia de uno de los padres, la obligación pasará en primer lugar a
los abuelos de la línea del padre o madre que no provee, y en subsidio de éstos, a los
abuelos de la otra línea.
En caso de desacuerdo entre los obligados a la contribución de los gastos de
crianza y educación del hijo, el juez determinará dicha contribución, de acuerdo a las
facultades económicas de los obligados. El juez podrá de tiempo en tiempo modificarla,
según las circunstancias que sobrevengan (art. 233 del Código Civil).
b.4. Los alimentos y el deber de educar.
Respecto al deber de educar a los hijos, cabe aludir en primer lugar al art. 236
del Código Civil, que dispone que los padres tendrán el derecho y el deber de educar a
sus hijos, orientándolos hacia su pleno desarrollo en las distintas etapas de su vida. Tal
derecho cesará respecto de los hijos cuyo cuidado haya sido confiado a otra persona,
la cual lo ejercerá con anuencia del tutor o curador, si ella misma no lo fuere (art. 237
del Código Civil).
Al igual que lo expresamos respecto del deber de crianza, el art. 1740 Nº 5 del
Código Civil establece que la sociedad conyugal es obligada al pago de la educación de
los descendientes comunes o incluso de los descendientes que no lo sean de ambos
cónyuges.
Asimismo, conforme al citado art. 231 del Código Civil, si el hijo tuviere bienes
propios, los gastos de su educación, en caso de que así fuere necesario, podrán
sacarse de ellos, conservándose íntegros los capitales en cuanto sea posible.
En relación con lo precedentemente expuesto, debe tenerse presente que el art.
1198, inc. 2°, del Código Civil, dispone que “…los gastos hechos para la educación de
un descendiente no se tomarán en cuenta para la computación de las legítimas, ni de
la cuarta de mejoras, ni de la cuarta de libre disposición, aunque se hayan hecho con
la calidad de imputables”.
b.5. El “establecimiento” de los hijos.
¿Forma parte de la obligación de socorro al hijo y por extensión de los
alimentos, el “establecimiento” de éste? Nuestra doctrina ha entendido por gastos de
establecimiento “los necesarios para dar al hijo un estado o colocación estable que le
permita satisfacer sus propias necesidades, como los que demande su matrimonio o
profesión religiosa, su ingreso a un servicio público o particular, la instalación de una
oficina o taller, etc.”. El Código Civil alude al establecimiento del hijo, entre otros, en
los arts. 230, 231, 233 y 1740 Nº 5. En el primero, al señalar que los gastos de

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 30


establecimiento de los hijos son de cargo de la sociedad conyugal, y si no la hubiere,
los padres contribuirán en proporción a sus respectivas facultades económicas. En el
segundo, al establecer que, si el hijo tuviere bienes propios, los gastos de
establecimiento podrán sacarse de ellos, conservándose íntegros los capitales en
cuanto sea posible. En el tercero, al disponer que, a falta de acuerdo de los obligados a
los gastos de establecimiento del hijo, la contribución a los mismos será determinada
por el juez conforme a las facultades económicas de los padres. En el cuarto, cuando
se consigna que la sociedad conyugal está obligada al pago del establecimiento de los
descendientes comunes de los cónyuges. Aunque se desprende de estos preceptos que
el gasto para el establecimiento del descendiente común pesa sobre el pasivo definitivo
de la sociedad conyugal, estimamos que ello no implica que los progenitores estén
obligados a establecer al descendiente, aunque si pudieren hacerlo, y si el régimen
matrimonial fuere el de sociedad conyugal, entonces ésta soportará el pago de los
gastos sin derecho a reclamar recompensa. A su vez, si los cónyuges estuvieren
casados bajo alguno de los regímenes matrimoniales alternativos, contribuirán cada
uno de ellos conforme a sus facultades económicas. Pero todo lo anterior, sobre la
base que los padres, voluntariamente, asumieren el financiamiento de los gastos de
establecimiento del hijo. Si no pudieren o simplemente si no quisieren hacerlo,
entendiendo que su obligación de socorro ha concluido al finalizar los estudios del hijo,
entonces éste, en nuestra opinión, carecería del derecho para exigirle a sus
progenitores el pago de los gastos de establecimiento. Estos, en definitiva, no se
encasillan dentro del concepto de alimentos. En ocasiones, sin embargo, los tribunales
han incluido el establecimiento del hijo en el concepto de alimentos, determinándose
que corresponden a la obligación alimenticia los gastos del ajuar matrimonial de una
hija menor. 50 Discrepamos sin embargo de tal conclusión.
b.6. Causal de emancipación.
Por su parte, la circunstancia de haber apremiado al padre o madre que debe
alimentos al hijo menor de edad podrá causar su emancipación judicial, conforme a lo
previsto en el art. 19 de la Ley Nº 14.908, en relación con el art. 271 Nº 2 del Código
Civil.

c) A los ascendientes (Nº 3 del art. 321 del Código Civil).

Los hijos tienen el deber de cuidar a sus padres en su ancianidad, en el estado


de demencia, y en todas las circunstancias de la vida en que necesitaren sus auxilios.
Dicha obligación, que se materializa en la obligación de socorro, recae en los hijos de
cualquier edad, aún aquellos emancipados (art. 223, inc. 1º del Código Civil). Tienen
derecho al mismo socorro todos los demás ascendientes, en caso de inexistencia o de
insuficiencia de los inmediatos descendientes (art. 223, inc. 2º del Código Civil). El
incumplimiento de esta obligación de socorro origina sanciones civiles. Así, por
ejemplo, el art. 968 Nº 3 del Código Civil declara indigno de suceder al difunto como
heredero o legatario, al consanguíneo dentro del sexto grado inclusive, que, en el
estado de demencia o destitución del causante, no lo socorrió, pudiendo. Por su parte,
el art. 1208 Nº 2 del Código Civil, faculta al ascendiente para desheredar al
descendiente que en tales circunstancias no lo socorrió, pudiendo. De igual forma, el
art. 324 del Código Civil establece que, en el caso de injuria atroz, cesará la obligación
de prestar alimentos, agregando el precepto que constituyen injuria atroz
precisamente las conductas descritas en el art. 968. Por ende, el hijo que no socorrió
al padre o a la madre perderá el derecho a pedir alimentos a sus progenitores. Con
todo, si la conducta del alimentario (el hijo en este caso) fuere atenuada por

50
Sentencia citada por Abeliuk Manasevich, René, ob. cit., p. 367.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 31


circunstancias graves en la conducta del alimentante (el padre o madre, en este caso),
podrá el juez moderar el rigor del art. 324.
Cabe tener presente que de conformidad al último inciso del art. 324 del Código
Civil, quedarán privados del derecho a pedir alimentos al hijo el padre o la madre que
no haya pagado pensión de alimentos judicialmente decretada, o le haya abandonado
en su infancia cuando la filiación haya sido establecida por medio de sentencia judicial
contra su oposición. Volveremos sobre este punto, al tratar de la disminución y
extinción de la obligación alimenticia. En todo caso, el progenitor afectado por esta
hipótesis conserva, sin embargo, su derecho a demandar alimentos a sus
descendientes de grado posterior al de sus hijos, es decir, a sus nietos o bisnietos. En
otras palabras, no podrá demandar alimentos a su hijo, pero sí a la descendencia de
éste. Lo anterior, porque los arts. 203 y 324 del Código Civil sólo sancionan al padre o
madre respecto del hijo, y por otro lado el art. 321 del mismo Código expresa en su
inciso final que “No se deben alimentos a las personas aquí designadas, en los casos
en que una ley expresa se los niegue”, y tal norma expresa sólo se refiere al padre o
madre, pero no al mismo en su calidad de abuelo o bisabuelo. 51

d) A los hermanos (Nº 4 del art. 321 del Código Civil).

Se deben alimentos a los hermanos, hasta que ellos cumplan 21 años, salvo
que estén estudiando una profesión u oficio, caso en el cual cesarán a los 28 años
(arts. 323 y 332 del Código Civil). Con todo, si se prueba que les afecta una
incapacidad física o mental que les impida subsistir por sí mismos, o si por causas
calificadas el juez considera los alimentos indispensables para la subsistencia del
alimentario, conservarán su derecho a percibirlos (art. 332, inc. 2º, del Código Civil).
Debe prevenirse que se deben alimentos a los hermanos, sean éstos de simple o de
doble conjunción, pues en esta materia, el Código Civil no distingue, como sí lo hace
en materia sucesoria. No parece posible tampoco que el Juez llamado a decretar la
pensión alimenticia, pueda ponderar este factor para fijar una prestación menor para el
hermano que sólo lo fuera por parte de padre o de madre.

e) A la madre del hijo que está por nacer.

Así lo dispone el art. 1º, inc. 4º, de la Ley Nº 14.908, lo que, por lo demás,
viene a cumplir el mandato previsto en el Nº 1 del art. 19 de la Constitución Política de
la República. Se trata asimismo de una derivación del principio consagrado en el art.
75 del Código Civil, en cuanto dispone que la ley protege la vida del que está por
nacer, de manera que el Juez ha de tomar, a petición de cualquier persona o de oficio,
todas las providencias que le parezcan convenientes para proteger la existencia del no
nacido, siempre que crea que de algún modo peligra.
Por lo demás, el deber de proporcionar alimentos en tal caso resulta una justa
contrapartida, a la circunstancia de extenderse la patria potestad sobre los derechos
eventuales del que está por nacer (art. 243, inc. 2º del Código Civil).
El derecho que se le otorga a la madre suscita algunas cuestiones de la mayor
importancia, relativas a los sujetos con legitimación activa y pasiva. Ahora bien,
nuestra doctrina, en esta materia, ha concluido que no cabe duda de que “la madre del
hijo que está por nacer”, en cuanto titular de la acción alimenticia, sería la cónyuge del
demandado, a quien le favorece la presunción de paternidad del no nacido,
contemplada en el art. 184 del Código Civil. Por lo demás, se agrega, no podría ser de

51
Peña González, Carlos; Etcheberry Court, Leonor; y Montero Iglesis, Marcelo, ob. cit., pp. 42 y 43; en el
mismo sentido, Abeliuk Manasevich, René, ob. cit., pp. 388 y 389.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 32


otra forma, pues antes del nacimiento, no puede haber reconocimiento del hijo no
matrimonial, ya que aún no es persona. 52
Ahora bien, aunque no cabe duda de que estamos ante un derecho que se le
otorga a la madre, cabe preguntarse si se trata o no de un derecho que también se
confiere al propio nasciturus. La pregunta no es ociosa, pues si concluyéramos que el
derecho también lo tiene el concebido y aún no nacido (quien para nosotros ya es una
persona), bien podría ocurrir que, si la madre se niega a demandar alimentos a su
marido, un tercero, como el abuelo por ejemplo, podría accionar cautelando el interés
del nasciturus. Sobre el particular, cabe tener presente que el profesor Gonzalo
Figueroa Yáñez subraya que el derecho del embrión implantado a que se proteja su
vida es claramente un derecho puro y simple, puesto que no está sujeto a condición,
plazo o modalidad alguna. Es decir, el nasciturus es titular del derecho a la vida 53, y
por ende, creemos que la acción que se intente en su interés, y que por ejemplo
asegure que su gestación y nacimiento se produzcan en condiciones adecuadas, no es
privativa de la madre, pues en este caso la ley no sólo protege el interés de ésta, sino
del propio nasciturus. 54 Pero, yendo más lejos, nos preguntamos, ¿podría haber base
jurídica para admitir una demanda de alimentos para el hijo que está por nacer,
deducida contra el que, conforme lo asevera la futura madre, pueda ser su padre?
Dicho de otro modo: ¿cabe la posibilidad de admitir la demanda a favor del nasciturus,
cuando la madre no tenga vínculo matrimonial con el demandado? En principio, y
conforme a la conclusión de nuestra doctrina, pareciera que la respuesta ha de ser
negativa. Sin embargo, creemos que –admitiendo que la materia es muy discutible-,
podría fundarse la acción en algunas normas de rango constitucional y también legal.
En efecto, primero habría que tener presente el citado Nº 1 del art. 19 de la
Constitución Política de la República. Por su parte, el art. 12 del Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, vigente en nuestro país desde el año
1989, dispone que los Estados Partes deben adoptar las medidas necesarias (y entre
ellas, de corte legislativo, agregamos nosotros), para reducir la mortinatalidad y la
mortalidad infantil. A su vez, el art. 1 de la Convención Sobre los Derechos del Niño,
vigente en nuestro país desde el 27 de septiembre de 1990, define al “niño” como
“todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley que
le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad”. Nótese que la Convención
no se pronuncia expresamente acerca del concebido y aún no nacido, pero no lo
excluye, pues en el Preámbulo, se cita la Declaración de los Derechos del Niño, en
aquella parte que dice: “el niño, por su falta de madurez física y mental, necesita
protección y cuidados especiales, incluso la debida protección legal, tanto antes como
después del nacimiento”. No hay pues una definición tajante en la Convención de
1989, acerca de la condición jurídica del nasciturus en cuanto a si podemos o no
considerarlo “persona”. 55 Aún más, el propio Código Civil podría invocarse en esta
materia, específicamente el art. 210, que contempla en su inc. 1º: “El concubinato de
la madre con el supuesto padre, durante la época en que ha podido producirse
legalmente la concepción, servirá de base para una presunción judicial de paternidad”.
Se podría pues presumir la paternidad del demandado que convivió con la madre, para
el solo efecto de decretar alimentos, aunque el nacimiento del hijo aún no haya
acaecido. En tal contexto, los alimentos podrían otorgarse con el carácter de
provisorios, bajo el entendido que no subsistirán si en un plazo prudente, contado

52
Bavestrello Bontá, Irma, Derecho de Menores, Santiago de Chile, LexisNexis, 2003, segunda edición
actualizada, p. 84.
53
Figueroa Yáñez, Gonzalo, Derecho Civil de la Persona. Del genoma al nacimiento, Santiago de Chile,
Editorial Jurídica de Chile, 2007, pp. 144 y 145.
54
Orrego Acuña, Juan Andrés, Los alimentos en el Derecho Chileno, Santiago de Chile, Editorial
Metropolitana, 2007, p. 74.
55
Orrego Acuña, Juan Andrés, Temas de Derecho de Familia, Santiago de Chile, Editorial Metropolitana,
2007, p.28.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 33


desde el nacimiento del alimentario, no quedare legalmente determinada la
paternidad. El riesgo, lo admitimos, es que tal solución podría abrir la compuerta para
demandas temerarias, contra personas que no sean realmente los progenitores del
nasciturus. Sin embargo, entre ese riesgo y el asegurar la supervivencia y el
nacimiento de la criatura en condiciones adecuadas, habría que optar por proteger el
interés jurídico de ésta última. Por lo demás, no olvidemos que el art. 328 del Código
Civil dispone que, si hubo dolo para obtener alimentos, serán obligados solidariamente
a la restitución y a la indemnización de perjuicios todos lo que han participado en el
dolo.

f) Al donante, cuando la donación fue cuantiosa (art. 321 Nº 5 del Código Civil).

El donante que cae en indigencia tiene derecho a pedir alimentos al donatario,


siempre que la donación que hubiere hecho fuere cuantiosa y no haya sido rescindida,
resuelta 56 o revocada. El hecho que la donación haya sido o no cuantiosa, será
apreciado por el juez. Dado que la ley no define lo que para estos efectos debemos
entender como donación cuantiosa, cabe darle a esta última expresión el sentido que
le asigna el Diccionario de la Lengua Española, conforme al cual, cuantioso es,
sencillamente, “grande en cantidad o número”. 57 De cualquier forma, creemos que en
este caso, lo cuantioso es un concepto objetivo, pues no debe atenderse a la capacidad
económica del donante, pues para él, podría ser cuantiosa la donación de una suma
que otro individuo considere más bien modesta. En otras palabras, lo donado ha de ser
cuantioso para una persona media, para un buen padre de familia. El parámetro
debiera ser entonces el de una persona “de clase media” conforme a la realidad
socioeconómica imperante al momento de la donación. Pero, además, el juez debe
considerar los efectos de la donación. Así, si por ejemplo la donación consistió en
entregar al donatario $20.000.000.- para que pudiera financiar sus estudios
universitarios que le han permitido obtener una profesión que le asegure un buen nivel
de rentas en el futuro, es razonable acoger la demanda de alimentos, cuando dichas
rentas ya se consiguen por el donatario y el donante por el contrario se ha
empobrecido al extremo de no poder subvenir sus gastos más necesarios. En relación
con esta materia, debemos tener presente lo dispuesto en el art. 1428 del Código Civil,
que faculta al donante a revocar la donación, por ingratitud del donatario,
entendiéndose por un acto de tal índole cualquier hecho ofensivo del donatario, que le
hiciera indigno de heredar al donante. No hay ninguna duda que un acto de ingratitud,
como sería negar alimentos a quien hizo una donación cuantiosa, se encuadraría en la
hipótesis del art. 968 Nº 3, pero siempre que el donatario fuere consanguíneo hasta el
sexto grado con el donante, y éste se encontrare en estado de destitución, es decir,
privado de lo indispensable para la vida. Claro está que si la revocación de la donación
mejora en tal medida la fortuna del donante que revoca, se extinguirá su derecho a
reclamar los alimentos, al no cumplirse ahora el requisito del estado de necesidad
como presupuesto de su demanda.
También debemos tener presente, respecto del donante, lo dispuesto en el art.
1408 del Código Civil, conforme al cual, si el donante que donó todos sus bienes no se
reservó lo necesario para su congrua sustentación, podrá en todo tiempo obligar al
donatario a que, de los bienes donados o de los suyos propios, le asigne a este efecto
(o sea, para la congrua sustentación del donante), a título de propiedad, o de un
usufructo o censo vitalicio, lo que se estimare competente, habida proporción a la
cuantía de los bienes donados.

56
Como indica Abeliuk, al señalar el art. 321 que la donación no se hubiere rescindido, también se ha
querido referir al caso de la resolución, pues en el art. 1426 se denomina “rescisión” a lo que en realidad es
resolución: ob. cit., p. 390.
57
Diccionario de la Lengua Española, Tomo 6, p. 470.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 34


g) Al adoptado o al adoptante, conforme a la Ley Nº 7.613.

Como se expresó, la Ley Nº 7.613, sobre Adopción “Ordinaria”, que no confería


al adoptado el estado civil de hijo, establecía sin embargo la obligación alimenticia
recíproca entre adoptante y adoptado (art. 22). Aunque dicha ley fue derogada por la
Ley Nº 19.620, sobre adopción de menores, única vigente sobre adopción, el art. 45
de la misma establece que los que tengan la calidad de adoptante y adoptado
conforme a la Ley Nº 7.613, continuarán sujetos a los efectos de la adopción previstos
en el mencionado cuerpo legal. Por ende, se le reconoce ultra actividad a la Ley Nº
7.613, que entendemos subsistir, para aquellos que tenían la calidad de adoptados y
adoptantes, a la época de entrar en vigencia la Ley Nº 19.620 (se publicó en el Diario
Oficial de fecha 5 de agosto de 1999, y entró en vigencia el 27 de octubre del mismo
año).

h) El deudor efecto a un procedimiento concursal de liquidación tiene derecho


a alimentos para él y para su familia.

La materia está regulada en el art. 132, inc. 3º de la Ley Nº 20.720, de


“Insolvencia y reemprendimiento”, del tenor siguiente: “Administración de bienes en
caso de usufructo legal. La administración que conserva el Deudor sobre los bienes
personales de la mujer o hijos de los que tenga el usufructo legal, quedará sujeta a la
intervención del Liquidador mientras subsista el derecho del marido, padre o madre
sujeto al Procedimiento Concursal de Liquidación. / El Liquidador cuidará que los frutos
líquidos que produzcan estos bienes ingresen a la masa, deducidas las cargas legales o
convencionales que los graven. El tribunal, con audiencia del Liquidador y del Deudor,
determinará la cuota de los frutos que correspondan a este último para su subsistencia
y la de su familia, habida consideración de sus necesidades y la cuantía de los bienes
bajo intervención. / El Liquidador podrá comparecer como parte coadyuvante en los
juicios de separación de bienes y de divorcio en que el Deudor sea demandado o
demandante”.
Las reglas anteriores, podemos esquematizarlas de la siguiente forma:
i.- Se aplica la norma cuando el deudor sujeto a un procedimiento concursal de
liquidación fuere el marido casado bajo el régimen de sociedad conyugal.
ii.- El liquidador asumirá la administración de los bienes del deudor, comprendiéndose
entre estos dos categorías de bienes: los bienes de la sociedad conyugal y los bienes
propios del marido.
iii.- El marido conserva la administración de los bienes propios de su mujer, así como
también la administración de los bienes de sus hijos menores de edad (en este último
caso, por regla general administra en conjunto con su mujer, pues en principio ambos
son titulares de la patria potestad). Sin embargo, la administración de estos bienes
propios de la mujer o de los hijos menores, queda sujeta a la “intervención” del
liquidador.
iv.- La aludida intervención se concreta en que los frutos líquidos que produzcan estos
bienes ingresen a la masa de acreedores, deducidas las cargas legales o
convencionales que los graven.
v.- Sin embargo, no se trata de todos los frutos, sino que, de una cuota de ellos, pues
la ley agrega que el tribunal, con audiencia del Liquidador y del Deudor, determinará a
su vez la cuota de los frutos que correspondan a este último para su subsistencia y la
de su familia, habida consideración de sus necesidades y la cuantía de los bienes bajo
intervención. Esta última cuota corresponde, entonces, a los alimentos que percibe el
marido y su familia.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 35


vi.- En el evento que la mujer demandare al marido para que se ponga término a la
sociedad conyugal o para que se decrete el divorcio, el respectivo liquidador estará
facultado para intervenir en dichas causas judiciales como parte coadyuvante. Lo
mismo ocurrirá si fuere el marido el que demandare a la mujer, lo que sólo puede
ocurrir tratándose del divorcio y no de la separación judicial para poner término a la
sociedad conyugal.

i) factores que permiten demandar alimentos en el Derecho chileno.

De lo expuesto, podemos concluir que, en el Derecho chileno, hay en la


actualidad cinco factores que permiten demandar alimentos:
1° El vínculo matrimonial (incluyendo el matrimonio que fue nulo putativo);
2° El parentesco por consanguinidad. Este factor, sin embargo, es más restrictivo en
materia de alimentos que en materia sucesoria, pues en ésta, son llamados a suceder
al causante, a falta de otros herederos de mejor derecho, sus colaterales hasta el
sexto grado inclusive (art. 992 del Código Civil);
3° El parentesco legal, que se origina cuando un segundo padre o una segunda madre,
que no posee vínculo sanguíneo con un niño o niña, lo reconoce.
4° La gratitud o equidad natural, en el caso del donante y de los sujetos concernidos
por la adopción prevista en la Ley Nº 7.613; y
5° La sola asistencia humanitaria, en el caso de la Ley Nº 20.720.

7.- Consecuencias que se derivan para el alimentante, por el incumplimiento


de su obligación alimenticia.

Diversas consecuencias se producen para el alimentante, cuando no cumple con


su obligación de proporcionar alimentos a quien tiene por ley derecho a reclamárselos.
Los reseñaremos a continuación:

a) Privación de su calidad de legitimario (si la tenía) y en general, de sus


derechos en la sucesión de aquél a quien se debía proporcionar alimentos.

El alimentante perderá su derecho a suceder al alimentario, en el evento de


declararse la indignidad para suceder (art. 968, Nº 3 del Código Civil) o en el caso de
que el segundo desheredase al primero (art. 1208, Nº 2). La indignidad podrá afectar
a cualquier asignatario por causa de muerte (heredero o legatario), mientras que el
desheredamiento afectará sólo a un legitimario.

b) Posibilidad de no conferir el cuidado personal del menor a uno de los


padres (alimentante), cuando correspondiéndole dicho cuidado al otro de los
progenitores, el primero no proporcionó los alimentos a que estaba obligado.

Tratándose de la atribución judicial del cuidado personal del hijo, cuando el


padre que actualmente no lo detenta lo demandare, el juez deberá considerar y
ponderar conjuntamente varios criterios y circunstancias, y entre ellos, la contribución
del primero a la mantención del hijo mientras estuvo bajo el cuidado personal del otro
padre, pudiendo hacerlo (art. 225-2, letra c) del Código Civil).
En esta materia, cabe prevenir que antes de la reforma hecha al art. 225 del
Código Civil por la Ley Nº 20.680 (publicada en el Diario Oficial el 21 de junio de
2013), disponía el inc. 3º del art. citado, que el Juez “no podrá confiar el cuidado
personal al padre o madre que no hubiese contribuido a la mantención del hijo
mientras estuvo bajo el cuidado del otro padre, pudiendo hacerlo”. Hoy, el art. 225 no
contiene una norma semejante, pero el art. 225-2, en su letra c), establece: “En el

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 36


establecimiento del régimen y ejercicio del cuidado personal, se considerarán y
ponderarán conjuntamente los siguientes criterios y circunstancias: (…) c) La
contribución a la mantención del hijo mientras estuvo bajo el cuidado personal del otro
padre, pudiendo hacerlo”.
Teniendo presente lo anterior, es erróneo lo indicado en el inc. 2º del art. 19 de
la Ley Nº 14.908, cuando expresa: “La circunstancia señalada en el inciso anterior será
especialmente considerada para resolver sobre: a) La falta de contribución a que hace
referencia el artículo 225 del Código Civil”. En realidad, el inc. debe entenderse que se
refiere al art. 225-2, letra c).

c) Privación o pérdida del derecho a ejercer la patria potestad sobre los


bienes del hijo, cuando éste fue abandonado por el progenitor.

Establece el art. 203 del Código Civil: “Cuando la filiación haya sido
determinada judicialmente contra la oposición del padre o madre, aquél o ésta quedará
privado de la patria potestad”. En este primer caso, el padre o madre no podrá ejercer
la patria potestad.
Dispone a su vez el art. 271 del Código Civil que “La emancipación judicial se
efectúa por decreto del juez: 1º. Cuando el padre o la madre maltrata habitualmente
al hijo, salvo que corresponda ejercer la patria potestad al otro; 2º. Cuando el padre o
la madre ha abandonado al hijo, salvo el caso de excepción del número precedente”.
En este segundo caso, el padre o madre que era titular de la patria potestad, perderá
el derecho a continuar ejerciéndola.
El art. 19, inc. 2º de la Ley Nº 14.908, expresa que la circunstancia señalada en
el inc. 1º (si se hubiere decretado dos veces alguno de los apremios indicados en los
arts. 14 y 16 de la misma Ley), “será especialmente considerada para resolver sobre
(…) b) La emancipación judicial por abandono del hijo a que se refiere el artículo 271,
número 2, del Código Civil”.

d) Privación del derecho a demandar alimentos al hijo, cuando el padre o


madre no haya pagado pensión de alimentos judicialmente decretada, o,
cuando éste fue abandonado por el progenitor en su infancia y la filiación se
determinó judicialmente con oposición del segundo.

La Ley N° 21.484, publicada en el Diario Oficial el 7 de septiembre de 2022 y


vigente a partir del 19 de mayo de 2023, modificó el inciso final del art. 324 del Código
Civil, estableciendo que quedarán privados del derecho a pedir alimentos al hijo el
padre o la madre que no haya pagado pensión de alimentos judicialmente decretada.
El tenor del artículo quedó como sigue: “Quedarán privados del derecho a pedir
alimentos al hijo el padre o la madre que no haya pagado pensión de alimentos
judicialmente decretada, o, que le haya abandonado en su infancia cuando la filiación
haya debido ser establecida por medio de sentencia judicial contra su oposición”.
Dos son por ende los casos en que se privará del derecho a pedir alimentos al
padre o madre:
i.- Cuando no hayan pagado la pensión de alimentos judicialmente decretada; y
ii.- Cuando cualquiera de ellos haya abandonado al hijo en su infancia cuando la
filiación haya debido ser establecida por medio de sentencia judicial contra su
oposición.
Respecto del primero de estos casos, a nuestro juicio, la expresión
“judicialmente decretada” comprende tanto la hipótesis en la que la sentencia acoge la
demanda de alimentos y decreta el pago de la pensión, como también la hipótesis en
la que la sentencia aprueba la transacción de alimentos presentada por las partes.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 37


e) Posibilidad de que la mujer casada en sociedad conyugal deduzca demanda
de separación judicial de bienes, por incumplimiento por parte del marido, de
su obligación de socorrer a la primera y a la familia común, de haberla.

Dispone el art. 155 del Código Civil que el Juez decretará la separación de
bienes, si el marido, por su culpa, no cumple con las obligaciones que imponen los
arts. 131 y 134 del Código Civil. Entre estas obligaciones, se encuentra la obligación de
socorro.

f) Posibilidad de que cualquiera de los cónyuges casados en régimen de


participación en los gananciales, demande el término de este régimen y su
sustitución por el de separación total de bienes, si uno de los cónyuges
hubiere sido apremiado en dos oportunidades para el pago de su obligación
alimenticia.

Dispone el art. 19 de la Ley Nº 14.908: “Si constare en el proceso que en


contra del alimentante se hubiere decretado dos veces alguno de los apremios
señalados en los artículos 14 y 16, procederá, en su caso, ante el tribunal que
corresponda y siempre a petición del titular de la acción respectiva: 1. Decretar la
separación de bienes de los cónyuges”.

g) Posibilidad de que el cónyuge que tenía derecho a recibir los alimentos


deduzca demanda de divorcio, en contra del cónyuge obligado a
proporcionárselos.

La demanda se fundará en este caso en el art. 54, Nº 2 de la Ley de Matrimonio


Civil, que establece: “El divorcio podrá ser demandado por uno de los cónyuges, por
falta imputable al otro, siempre que constituya una violación grave de los deberes y
obligaciones que les impone el matrimonio, o de los deberes y obligaciones para con
los hijos, que torne intolerable la vida en común. Se incurre en dicha causal, entre
otros casos, cuando ocurre cualquiera de los siguientes hechos: (…) 2º.- Trasgresión
grave y reiterada de los deberes de convivencia, socorro y fidelidad propios del
matrimonio”.

h) Posibilidad de que, ante la demanda de divorcio deducida por el cónyuge


alimentante, por cese efectivo de la convivencia por al menos tres años, el
cónyuge demandado alimentario (o si hubiere hijos alimentarios), solicite que
la acción sea rechazada.

Así lo consigna el art. 55, inc. 3º, de la Ley de Matrimonio Civil: “Habrá lugar
también al divorcio cuando se verifique un cese efectivo de la convivencia conyugal
durante el transcurso de, a lo menos, tres años, salvo que, a solicitud de la parte
demandada, el juez verifique que el demandante, durante el cese de la convivencia, no
ha dado cumplimiento, reiterado, a su obligación de alimentos respecto del cónyuge
demandado y de los hijos comunes, pudiendo hacerlo”.

i) Puede originarse responsabilidad para el alimentante, en el marco de la Ley


Nº 20.066 sobre Violencia Intrafamiliar.

Dispone el inc. final del art. 5 de la Ley Nº 20.066: “Asimismo, constituyen


violencia intrafamiliar las conductas ejercidas en el contexto de relaciones afectivas o
familiares, que tengan como objeto directo la vulneración de la autonomía económica
de la mujer, o la vulneración patrimonial, o de la subsistencia económica de la familia

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 38


o de los hijos, tal como el incumplimiento reiterado del deber de proveer alimentos,
que se lleven a cabo con el propósito de ejercer control sobre ella, o sobre sus
recursos económicos o patrimoniales, generar dependencia o generar un menoscabo
de dicho patrimonio o el de sus hijos e hijas”.
A su vez, el inc. 1º del art. 14 de la misma Ley, que tipifica el “delito de
maltrato habitual”, establece: “Delito de maltrato habitual. El ejercicio habitual de
violencia física, psíquica o económica respecto de alguna de las personas referidas en
el artículo 5º de esta ley se sancionará con la pena de presidio menor en su grado
mínimo a medio, salvo que el hecho sea constitutivo de un delito de mayor gravedad,
caso en el cual se aplicará sólo la pena asignada por la ley a éste”.
Por su parte, el art. 14 bis, expresa: “El que estando obligado al pago de
pensiones de alimentos, y con el objeto de menoscabar o controlar la posición
económica de la mujer incumpliere reiteradamente el pago de la pensión de alimentos,
será sancionado con las penas del artículo 14 de esta ley. Se entenderá, en este caso,
que existe un incumplimiento reiterado cuando el deudor permanezca por más de 120
días en el Registro Nacional de Deudores de Pensiones de Alimentos”.

j) A juicio de una parte de nuestra doctrina, confiere al que tenía derecho a


percibir alimentos, la facultad para reclamar indemnización por daño moral o
material.

Claudia Schmidt plantea que el incumplimiento de lo que llama “la


responsabilidad parental”, una de cuyas manifestaciones es el omitir proporcionar
alimentos a quien por ley tiene derecho a reclamarlos, “importa un daño a la persona
(del alimentario) hoy en día resarcible por omisión del ejercicio de la autoridad
parental”. 58 Ello, pues si bien las normas legales (Código Civil y Ley Nº 14.908,
fundamentalmente), no establecen expresamente tal sanción, del conjunto de normas
emanadas de los tratados internacionales, así como también de la Constitución Política
de la República, ambas de rango superior a las legales, sí puede desprenderse la
facultad para demandar tal indemnización de perjuicios.

k) Autorizar a la mujer para asumir la administración ordinaria de la sociedad


conyugal y celebrar un contrato, previa autorización judicial.

La Ley N° 18.802, al modificar el art. 145 del Código Civil (actual art. 138),
introdujo una situación novedosa: excepcionalmente, la mujer tendrá a su cargo la
administración ordinaria, cuando se cumplan los siguientes requisitos:
i.- Que afecte al marido un impedimento;
ii.- Que el impedimento del marido no fuere de larga e indefinida duración;
iii.- Que de la demora en contratar se siga perjuicio a la sociedad conyugal;
iv.- Que el juez autorice a la mujer, con conocimiento de causa; y

58
Schmidt Hott, Claudia, ob. cit., p. 94. Alude Schmidt a la Memoria de Prueba para optar al Grado de
Licenciada en Ciencias Jurídicas y Sociales de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, de Julie
Patricia Massmann Wyneken, titulada “La omisión de la responsabilidad parental y su resarcimiento: un
nuevo caso de derecho de daños.” Manifiesta Massmann: “Lamentablemente, incluso con la variedad de
herramientas que se establecen para lograr que se cumpla con el pago de los alimentos, sigue siendo una
responsabilidad que se omite y las sanciones aún son insuficientes. No hay conciencia de que se trata de un
asunto gravísimo, pues no puede negarse que la inobservancia de este deber constituye un abandono
económico que a su vez es un grave maltrato. Se viola el derecho humano a la subsistencia
constitucionalmente protegido, como también se frustra o entorpece el plano desarrollo del niño. Y a pesar
de que la relación entre el no pago de los alimentos y la violación de los derechos fundamentales es
evidente, no se contempla dentro de las sanciones legales la indemnización por el daño moral provocado por
el desamparo, ni la reparación de los daños materiales futuros (la falta de chance)”.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 39


v.- Que se trate de celebrar por la mujer determinados actos o contratos,
comprendidos en la autorización judicial.
Sin embargo, el tercero de estos requisitos no se exigirá, en el caso previsto en
el art. 19, Nº 2 de la Ley Nº 14.908, del siguiente tenor: “Si constare en el proceso
que en contra del alimentante su hubiere decretado dos veces alguno de los apremios
señalados en los artículos 14 y 16, procederá en su caso, ante el tribunal que
corresponda y siempre a petición del titular de la acción respectiva, lo siguiente: (…) 2.
Autorizar a la mujer para actuar conforme a lo dispuesto en el inciso segundo del
artículo 138 del Código Civil, sin que sea necesario acreditar el perjuicio a que se
refiere dicho inciso”.

l) Autorizar la salida del país de los hijos menores sin el consentimiento del
alimentante.

El mismo art. 19 de la Ley Nº 14.908, pero en su Nº 3, dispone: “Si constare en


el proceso que en contra del alimentante su hubiere decretado dos veces alguno de los
apremios señalados en los artículos 14 y 16, procederá en su caso, ante el tribunal que
corresponda y siempre a petición del titular de la acción respectiva, lo siguiente: (…) 3.
Autorizar la salida del país de los hijos menores de edad sin necesidad del
consentimiento del alimentante, en cuyo caso procederá en conformidad a lo dispuesto
en el inciso sexto del artículo 49 de la ley Nº 16.618”.

m) Inclusión del deudor en el Registro Nacional de Pensiones de Alimentos.

Nos referiremos más adelante a este Registro, incorporado a la Ley Nº 14.908


por la Ley Nº 21.389 de 2021.

8.- Medios previstos en la ley, para asegurar el pago de las pensiones


alimenticias.

La ley ha previsto un conjunto de mecanismos tendientes a cautelar, de manera


directa o indirecta, que se obtenga por parte del alimentario, el pago de la obligación
alimenticia que pesa sobre el alimentante. Ellas son:

a) Arresto del alimentante, inicialmente nocturno, y de ser necesario, íntegro.

Los cuatro primeros incisos del art. 14 de la Ley Nº 14.908, se refieren al


eventual arresto del alimentante. Las normas son las siguientes: “Si decretados los
alimentos por resolución que cause ejecutoria en favor del cónyuge, de los padres, de
los hijos o del adoptado, el alimentante no hubiere cumplido su obligación en la forma
pactada u ordenada o hubiere dejado de pagar una o más de las pensiones decretadas,
el tribunal que dictó la resolución deberá, a petición de parte o de oficio y sin
necesidad de audiencia, imponer al deudor como medida de apremio, el arresto
nocturno entre las veintidós horas de cada día hasta las seis horas del día siguiente,
hasta por quince días. El juez podrá repetir esta medida hasta obtener el íntegro pago
de la obligación. / Si el alimentante infringiere el arresto nocturno o persistiere en el
incumplimiento de la obligación alimenticia después de dos periodos de arresto
nocturno, el juez podrá apremiarlo con arresto hasta por quince días. / En caso de que
procedan nuevos apremios, podrá ampliar el arresto hasta por 30 días. / Para los
efectos de los incisos anteriores, el tribunal que dicte el apremio podrá facultar a la
policía para allanar y descerrajar el domicilio del demandado y ordenará que éste sea
conducido directamente ante Gendarmería de Chile de ser habido. La policía deberá
intimar previamente la actuación a los moradores del domicilio que consta en el

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 40


proceso, dejando constancia por escrito en el acta. En el caso de que el alimentante no
fuese habido en el domicilio que conste en el proceso, los funcionarios deberán solicitar
a los moradores un documento que acredite la identidad y su relación con el
demandado, lo que quedará registrado en el acta de notificación. / El alimentante
podrá ser arrestado en el domicilio que se registre en autos o en cualquier otro que
tenga conocimiento la parte, el tribunal o la fuerza pública o en el que aquel se
encuentre, por un plazo de sesenta días desde la resolución que lo ordena”.
De esta manera, las reglas fundamentales son las siguientes:
i.- El arresto puede decretarse sólo si los alimentantes fueren el cónyuge, los padres,
los hijos o el adoptado. Si el alimentario fuere un hermano o el donante, no procederá
este apremio.
ii.- Se decretará primero el arresto nocturno, entre las veintidós horas de cada día
hasta las seis horas del día siguiente, hasta por quince días.
iii.- El Juez podrá repetir esta medida, “hasta obtener el íntegro pago de la obligación”.
iv.- El arresto nocturno podrá mutar a un arresto íntegro, en dos casos: (i) Si el
alimentante infringiere el arresto nocturno; y (ii) Si persistiere en el incumplimiento de
la obligación después de dos períodos de arresto nocturno.
v.- El arresto íntegro se decretará primero por quince días, y luego podrá ampliarse
hasta por treinta días.
vi.- El Tribunal podrá facultar a la policía para allanar y descerrajar el domicilio del
alimentante.
vii.- El alimentante podrá ser arrestado en cualquier domicilio en el que se encuentre,
por un plazo de sesenta días.
El último inc. del art. 14, señala en qué casos puede dejarse sin efecto el
arresto o el arraigo del alimentante: “Si el alimentante justificare ante el tribunal que
carece de los medios necesarios para el pago de su obligación alimenticia, podrá
suspenderse el apremio y el arraigo, y no tendrá aplicación lo dispuesto en el inciso
cuarto. Igual decisión podrá adoptar el tribunal, de oficio, a petición de parte o de
Gendarmería de Chile, en caso de enfermedad, invalidez, embarazo y puerperio que
tengan lugar entre las seis semanas antes del parto y doce semanas después de él, o
de circunstancias extraordinarias que impidieren el cumplimiento del apremio o lo
transformaren en extremadamente grave”.

b) Arraigo del deudor de alimentos.

Se establece en el inc. 6º del art. 14 de la Ley Nº 14.908: “En las situaciones


contempladas en este artículo, el juez dictará también orden de arraigo en contra del
alimentante, la que permanecerá vigente hasta que se efectúe el pago de lo adeudado.
Para estos efectos, las órdenes de apremio y de arraigo expresarán el monto de la
deuda, y podrá recibir válidamente el pago la unidad policial que les dé cumplimiento,
debiendo entregar comprobante al deudor. Esta disposición se aplicará asimismo en el
caso del arraigo a que se refiere el artículo 10”.
Aludiremos al art. 10 en la letra i) de este numeral.

c) Retención de la devolución anual de impuestos a la renta.

El art. 16, Nº 2 de la Ley Nº 14.908, establece esta posibilidad: “Sin perjuicio


de los demás apremios y sanciones previstos en la ley, existiendo una o más pensiones
insolutas, el juez adoptará, a petición de parte, las siguientes medidas: 1. Ordenará,
en el mes de marzo de cada año, a la Tesorería General de la República, que retenga
de la devolución anual de impuestos a la renta que corresponda percibir a deudores de
pensiones alimenticias, los montos insolutos y las pensiones que se devenguen hasta

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 41


la fecha en que debió haberse verificado la devolución. / La Tesorería deberá
comunicar al tribunal respectivo el hecho de la retención y el monto de la misma”.
El art. 30 de la Ley Nº 14.908, también consagra esta retención, que podrá
afectar al deudor de alimentos que figure inscrito en el Registro de Deudores de
Pensiones de Alimentos. El precepto impone a la Tesorería General de la República la
obligación de consultar si el contribuyente está o no inscrito en el mencionado
Registro, y de estarlo, dicho servicio público deberá retener el monto que corresponda
y pagar lo adeudado, en la forma prevista en la ley. Adicionalmente, la Tesorería
deberá informar al Tribunal respectivo de la retención y el pago. Establece el artículo,
en su parte final, la sanción que recaerá en el funcionario que no hubiere dado
cumplimiento a estas obligaciones de consulta, retención, pago e información.
Dispone la norma: “Retención de la devolución de impuestos a la renta. En el
mes de marzo de cada año, la Tesorería General de la República, antes del pago de la
devolución anual de impuestos a la renta, deberá consultar, en la forma y por los
medios dispuestos en el artículo 23, si el contribuyente aparece inscrito en el Registro
en calidad de deudor de alimentos. / Si el contribuyente tiene inscripción vigente en el
Registro, la Tesorería General de la República deberá retener de la devolución, con
preferencia a otro tipo de deudas que generen retención, una suma equivalente al
monto de los alimentos adeudados y pagar dicha suma al alimentario a través del
depósito de los fondos en la cuenta bancaria inscrita en el Registro, en la medida en
que el monto a devolver sea superior a la deuda. Si la deuda alimentaria fuere mayor
al monto correspondiente a la devolución anual de impuestos a la renta, la Tesorería
deberá retener y pagar al alimentario la totalidad de la suma correspondiente a la
devolución anual de impuestos a la renta. La Tesorería General de la República siempre
deberá informar de la retención y el pago al tribunal respectivo. Si la Tesorería General
de la República efectúa el pago habiéndose incumplido las obligaciones previstas en los
incisos precedentes, el personal respectivo incurrirá en responsabilidad disciplinaria, la
que será sancionada con multa, a beneficio fiscal, del diez por ciento al cincuenta por
ciento de su remuneración”.

d) Rescisión de los actos ejecutados por el alimentante, con el propósito de


disminuir su patrimonio y eludir de esa forma el cumplimiento de la obligación
alimenticia.

Nos remitimos a lo que expresa el art. 5 de la Ley Nº 14.908.

e) Nulidad de los actos simulados ejecutados por el alimentante, con el mismo


objetivo señalado en la letra precedente.

También nos referimos a esta situación, regulada en el art. 5 citado.

f) Separación judicial de bienes, en el evento de haberse decretado apremios


en dos oportunidades en contra del marido.

El art. 19, Nº 1 de la ley Nº 14.908, establece esta posibilidad, a la que hicimos


referencia.

g) Denegación de la demanda de divorcio deducida por el cónyuge


alimentante.

Así lo dispone el art. 55, inc. 3º de la Ley de Matrimonio Civil: “Habrá lugar
también al divorcio cuando se verifique un cese efectivo de la convivencia conyugal
durante el transcurso de, a lo menos, tres años, salvo que, a solicitud de la parte

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 42


demandada, el juez verifique que el demandante, durante el cese de la convivencia, no
ha dado cumplimiento, reiterado, a su obligación de alimentos respecto del cónyuge
demandado y de los hijos comunes, pudiendo hacerlo”.
Nos remitimos a lo expuesto acerca de esta norma en materia de divorcio, en
nuestro apunte de “La Familia y el Matrimonio”.

h) Constitución de cauciones por parte del alimentante.

Se refiere a esta materia el art. 10 de la Ley Nº 14.908: “El juez deberá


también ordenar que el deudor garantice el cumplimiento de la obligación alimenticia
con una hipoteca o prenda sobre bienes del alimentante o con otra forma de caución. /
Lo ordenará especialmente si hubiere motivo fundado para estimar que el alimentante
se ausentará del país. Mientras no rinda la caución ordenada, que deberá considerar el
periodo estimado de ausencia, el juez decretará el arraigo del alimentante, el que
quedará sin efecto por la constitución de la caución, debiendo el juez comunicar este
hecho de inmediato a la misma autoridad policial a quien impartió la orden, sin más
trámite”.
Como puede observarse, el precepto se pone en dos casos:
i.- El Juez deberá ordenar al deudor que otorgue una caución, para garantizar el
cumplimiento de la obligación alimenticia. La caución podría ser real –una hipoteca o
una prenda- o personal, pues el precepto, después de aludir a las hipotecas y prendas,
agrega la frase “o con otra forma de caución”.
ii.- El juez “ordenará” al alimentante (por ende, la ley señala un mandato al Juez)
constituir la caución, “si hubiere motivo fundado para estimar que el alimentante se
ausentará del país”. En este caso, mientras no se constituya la caución, el Juez
decretará el arraigo del alimentante, que quedará sin efecto por la constitución de la
caución.

i) Responsabilidad solidaria de ciertas personas que presten colaboración al


alimentante, para que éste eluda el cumplimiento de su obligación.

Así se establece en el art. 18 de la Ley Nº 14.908, del siguiente tenor: “Serán


solidariamente responsables del pago de la obligación alimenticia los que, sin derecho
para ello, dificultaren o imposibilitaren el fiel y oportuno cumplimiento de dicha
obligación. El tercero que colabore con el ocultamiento del paradero del demandado
para efectos de impedir su notificación o el cumplimiento de alguna de las medidas de
apremio establecidas en la presente ley, será sancionado con la pena de reclusión
nocturna, entre las veintidós horas de cada día hasta las seis horas del día siguiente,
hasta por quince días”.

j) Penalización de ciertas conductas en que incurre el alimentante o terceros,


lesivas a los intereses del alimentario.

Nos referiremos a esta materia, al tratar del art. 5 de la Ley Nº 14.908, en


relación con los arts. 207 y 212 del Código Penal.

k) Retención de la pensión por empleadores, entidades pagadoras de


pensiones de vejez, invalidez o sobrevivencia o por quien debe pagar
honorarios al alimentante.

Dispone al efecto el art. 8 de la Ley Nº 14.908: “Las resoluciones judiciales que


ordenen el pago de una pensión alimenticia, provisoria o definitiva, por un trabajador
dependiente, o que perciba una pensión de vejez, invalidez o sobrevivencia,

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 43


establecerán, como modalidad del pago, la retención por parte del empleador o la
entidad pagadora de las pensiones, a menos que el tribunal establezca, por razones
fundadas, su falta de idoneidad para asegurar el pago. Asimismo, si se tratare de un
trabajador independiente, sujeto a contrato de honorarios, el tribunal establecerá la
retención de sus honorarios, si atendidas las circunstancias concretas, estima que es
un medio idóneo para garantizar el cumplimiento íntegro y oportuno de la pensión
alimenticia. / La resolución que ordena o aprueba la retención que indica el inciso
anterior se notificará a quien deba pagar al alimentante su remuneración, pensión o
cualquier otra prestación en dinero, a fin de que retenga y entregue la suma o cuotas
periódicas fijadas en ella directamente al alimentario, a su representante legal, o a la
persona a cuyo cuidado esté. / La notificación del inciso anterior se efectuará por
cédula, dejándose testimonio en el proceso de la práctica de la diligencia, en los
términos del artículo 48 del Código de Procedimiento Civil. No obstante lo anterior, el
juez podrá ordenar que dicha notificación se efectúe por alguna otra forma expedita,
segura y eficaz, y dejará constancia de ella en el proceso”.
A su vez, tratándose de la aprobación por el tribunal de una transacción de
alimentos, dispone el art. 11 de la Ley Nº 14.908, en sus dos últimos incisos: “Salvo
estipulación en contrario, el juez que aprobare un acuerdo sobre alimentos futuros
deberá ordenar al empleador del alimentante, a la entidad que pague la respectiva
pensión, o a quienes suscriban con él un contrato de honorarios, en los términos
dispuestos en el artículo 8, que retengan de la suma de dinero que le deben pagar, el
monto equivalente a la pensión de alimento convenida. / Esta modalidad de pago se
decretará, de oficio o a petición de parte, sin más trámite, cada vez que el alimentante
no cumpla con la obligación alimenticia acordada. En la misma resolución, el tribunal
ordenará su notificación a quien deba practicar la retención, en los términos de los
incisos segundo y tercero del artículo 8”.
El art. 11 bis de la Ley Nº 14.908, precisa también sobre esta materia: “El
empleador del alimentante, quien lo contrate a honorarios o la entidad que pague la
pensión respectiva, que esté obligado a practicar la retención judicial, deberá
descontar el monto correspondiente a los alimentos decretados o aprobados
judicialmente, a continuación de los descuentos obligatorios por concepto de impuestos
y cotizaciones obligatorias de seguridad social. En caso de que haya más de un
empleador, el tribunal ordenará el pago en los términos más convenientes para el
alimentario”.
El art. 13 de la misma Ley, establece una serie de obligaciones y de eventuales
sanciones por su incumplimiento, para las personas que deban hacer la retención,
cuando expire la relación laboral con el alimentante. Las normas son las siguientes:
i.- El inc. 1º, establece una multa por no retener el monto correspondiente a la
pensión: “Si la persona natural o jurídica que deba hacer la retención a que se refieren
los artículos 8º 11 y 11 bis, desobedeciere la respectiva orden judicial, incurrirá en
multa, a beneficio fiscal, equivalente al doble de la cantidad mandada retener, lo que
no obsta para que se despache en su contra o en contra del alimentante el
mandamiento de ejecución que corresponda”.
ii.- El inc. 2º, se refiere al mérito ejecutivo de la resolución que imponga al empleador
la multa: “La resolución que imponga la multa tendrá mérito ejecutivo una vez
ejecutoriada”.
iii.- El inc. 3º, impone al empleador la obligación de comunicar al Tribunal el término
de la relación laboral con el alimentante: “El empleador deberá dar cuenta al tribunal
del término de la relación laboral con el alimentante, dentro Art. primero del término
de diez días hábiles. En caso de incumplimiento, el tribunal aplicará, si correspondiere,
la sanción establecida en los incisos precedentes. La notificación a que se refiere el
artículo 8° deberá expresar dicha circunstancia”.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 44


iv.- El inc. 4º, alude a la retención cuando corresponda pagar al trabajador
indemnización sustitutiva del aviso previo: “En caso de que sea procedente el pago de
la indemnización sustitutiva del aviso previo a que se refieren los artículos 161 y 162
del Código del Trabajo, será obligación del empleador retener de ella la suma
equivalente a la pensión alimenticia del mes siguiente a la fecha de término de la
relación laboral, para su pago al alimentario”.
v.- El inc. 5º, impone también la retención, cuando deba pagarse al alimentante
indemnización por años de servicio: “Asimismo, si fuere procedente la indemnización
por años de servicio a que hace referencia el artículo 163 del Código del Trabajo, o se
pactare ésta voluntariamente, el empleador estará obligado a retener del total de dicha
indemnización el porcentaje que corresponda al monto de la pensión de alimentos en
el ingreso mensual del trabajador, con el objeto de realizar el pago al alimentario. El
alimentante podrá, en todo caso, imputar el monto retenido y pagado a las pensiones
futuras que se devenguen”.
vi.- El inc. 6º, impone al ministro de fe respectivo (notario público o inspector del
trabajo), previo a la ratificación del finiquito, verificar que se haya dado cumplimiento
a las retenciones ordenadas en los incisos 4º y 5º: “En caso de ser procedentes las
retenciones de los dos incisos anteriores, los ministros de fe respectivos, previo a la
ratificación del finiquito, deberán exigir al empleador la acreditación de haberse
efectuado el descuento, la retención y el pago del monto indicado en dichos incisos, en
la cuenta ordenada por el tribunal. Lo anteriormente señalado también será aplicable al
funcionario de la Inspección del Trabajo que autorice un acta de comparendo de
conciliación, a propósito del término de la relación laboral y en que conste el pago de
las indemnizaciones señaladas en los incisos precedentes. Para dar cumplimiento a lo
anterior, el funcionario de la Inspección del Trabajo o el ministro de fe, según
corresponda, deberá verificar si el empleador está sujeto a la obligación de retener
judicialmente la pensión de alimentos, para lo cual deberá solicitar las tres últimas
liquidaciones que den cuenta de las remuneraciones mensuales del trabajador y su
correspondiente descuento por retención judicial, anteriores al término de la relación
laboral. No obstante lo anterior, el empleador estará obligado a declarar por escrito su
deber de retener judicialmente la pensión alimenticia, especialmente cuando dicha
retención no apareciere especificada en las liquidaciones”.
vii.- El inc. 7º, aplica la obligación anterior al presidente del sindicato o al delegado
sindical respectivo: “La obligación del inciso anterior se extenderá al presidente del
sindicato o al delegado sindical respectivo, si procediere de acuerdo con el artículo 177
del Código del Trabajo. 59 Tratándose de las obligaciones consagradas en éste y en el
inciso precedente, su incumplimiento hará a quien corresponda solidariamente
responsable del pago de las pensiones alimenticias no descontadas, retenidas y
pagadas, sin perjuicio de la reparación civil de los daños que por su omisión pudiere
causar”.
viii.- El inc. 8º, se aplica si hubiere intervención judicial en el cese de la relación
laboral: “Si hubiere intervención judicial, el tribunal con competencia en lo laboral, una
vez establecida la suma total a pagar en favor del trabajador, ordenará al empleador
descontar, retener, pagar y acompañar el comprobante de pago de las sumas a que se
refieren los incisos cuarto y quinto. Para estos efectos, el empleador estará obligado a
poner en conocimiento del tribunal su deber de retener judicialmente la pensión
alimenticia. Sin perjuicio de lo anterior, se admitirá la participación del alimentario, en
calidad de tercero, para efectos de acreditar en juicio la existencia de la obligación
alimenticia y el deber de retención del empleador. Asimismo, el tribunal podrá
consultar al tribunal con competencia en asuntos de familia o a la institución financiera

59
Esta norma establece una serie de exigencias para que el ministro de fe ratifique el finiquito laboral.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 45


correspondiente a fin de comprobar la efectividad del depósito de los alimentos por
parte del empleador”.
ix.- El inc. 9º, agrega que, además de la multa establecida en el inc. 1º, el empleador
que no cumpliere con cualquiera de las obligaciones que le impone este art.,
responderá solidariamente de las pensiones no descontadas, retenidas y pagadas: “Si
el empleador incumpliere una o más de las obligaciones expresadas en este artículo,
quedará sujeto a la sanción dispuesta en el inciso primero. Asimismo, quedará
obligado solidariamente al pago de las pensiones no descontadas, retenidas y pagadas
en favor del alimentario”.

l) Retención del precio en la compraventa de vehículos y de inmuebles.

El inc. 2º del art. 31 de la Ley Nº 14.908, ordena efectuar una retención de


hasta el cincuenta por ciento del precio de la venta, cuando el vendedor fuere un
deudor de alimentos inscrito en el Registro de Deudores de Pensiones de Alimentos.
Hecha la retención, deberá efectuarse el pago al alimentario o deberá otorgarse una
garantía que asegure dicho precio (que podrá corresponder a valores o documentos
representativos de pago que se entreguen al Notario Público mediante “Instrucciones”,
al celebrarse la compraventa de un inmueble). De no efectuarse la retención, el
Servicio de Registro Civil e Identificación o el Conservador de Bienes Raíces respectivo,
no podrá practicar la inscripción de la compraventa.
Señala la disposición: “Si el vendedor del vehículo o inmueble tiene vigente una
inscripción en el Registro en calidad de deudor de alimentos, la entidad a cargo de
practicar la inscripción de dominio sólo podrá admitir la solicitud cuando se deje
constancia en el título traslaticio, por un notario público, de que el cincuenta por ciento
del dinero correspondiente al precio de venta, o una proporción inferior si ésta es
suficiente para solucionar el total de la deuda, ha sido retenido y pagado al
alimentario, o que se han otorgado garantías que aseguran el pago en un plazo no
mayor a cinco días hábiles contados desde la inscripción. Para estos efectos, se
entenderá que la entrega al notario en comisión de confianza de valores o documentos
representativos de pago e instrucciones escritas constituyen garantía suficiente para
asegurar el correspondiente pago. El notario, una vez cumplido el encargo, deberá
mantener el texto de la instrucción dejada en su poder, al menos por un año”.
Para cumplir lo expuesto, el inc. 3º del art. 31 agrega que la entidad registral
(Servicio de Registro Civil e Identificación o Conservador de Bienes Raíces) deberá
consultar el mencionado Registro de Deudores: “Para los fines de este artículo, la
entidad registral deberá consultar, en la forma y por los medios dispuestos en el
artículo 23, si las partes del contrato de compraventa tienen inscripciones vigentes en
el Registro, en calidad de deudor de alimentos”.

m) Suspensión de la licencia para conducir vehículos motorizados.

Así lo dispone el Nº 2 del art. 16 de la Ley Nº 14.908: “Sin perjuicio de los


demás apremios y sanciones previstos en la ley, existiendo una o más pensiones
insolutas, el juez adoptará, a petición de parte, las siguientes medidas: (…) 2.
Suspenderá la licencia para conducir vehículos motorizados por un plazo de hasta seis
meses, prorrogables hasta por igual período, si el alimentante persiste en el
incumplimiento de su obligación. Dicho término se contará desde que se ponga a
disposición del administrador del Tribunal la licencia respectiva. / En el evento de que
la licencia de conducir sea necesaria para el ejercicio de la actividad o empleo que
genera ingresos al alimentante, éste podrá solicitar la interrupción de este apremio,
siempre que garantice el pago de lo adeudado y se obligue a solucionar, dentro de un
plazo que no podrá exceder de quince días corridos, la cantidad que fije el juez, en

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 46


relación con los ingresos mensuales ordinarios y extraordinarios que perciba el
alimentante”.
De esta manera, la licencia de conducir:
i.- Podrá suspenderse por un plazo máximo de seis meses (podría ser inferior el plazo
de suspensión, por ende).
ii.- La medida podrá prorrogarse por igual período.
iii.- El plazo de suspensión se contará desde el momento en que se ponga a disposición
del administrador del Tribunal la licencia respectiva.
iv.- El alimentante podrá solicitar que se interrumpa la suspensión, “En el evento de
que la licencia de conducir sea necesaria para el ejercicio de la actividad o empleo que
genera ingresos al alimentante”. Sin embargo, la interrupción sólo podrá operar
cuando se cumplan dos requisitos: (i) Que el alimentante “garantice el pago de lo
adeudado”; y (ii) Que “se obligue a solucionar, dentro de un plazo que no podrá
exceder de quince días corridos, la cantidad que fije el juez, en relación con los
ingresos mensuales ordinarios y extraordinarios que perciba el alimentante”.

n) Retención de fondos que el alimentante tenga en cuentas bancarias u


otras.

El juez ordenará la retención de los fondos que el alimentario tenga en sus


cuentas bancarias u otros instrumentos financieros o de inversión, para lo cual
resolverá en un plazo de cinco días hábiles (art. 16, N° 3 de la Ley N° 14.908).

9.- Modalidades de la acción de alimentos.

La acción se dirige contra el que por ley está obligado a la prestación, pero
puede darse el caso de que el acreedor reúna más de un título para demandarlos (por
ejemplo, ser hijo, tener un hermano y ser donante de una donación cuantiosa no
rescindida ni revocada). El art. 326 del Código Civil resuelve esta situación,
estableciendo que el demandante sólo puede hacer valer su derecho en contra de uno
de los obligados, conforme al siguiente orden de precedencia:
a) En primer lugar, hace valer su título de donante de donación cuantiosa.
b) Si carece de tal derecho, invoca su calidad de cónyuge.
c) Si no tiene tal calidad, invoca su condición de descendiente.
d) A falta de los títulos anteriores, invoca su calidad de ascendiente.
e) A falta de todo otro título preferente, invoca su calidad de hermano.
Entre varios ascendientes o descendientes debe recurrirse a los de grado más
próximo. Entre los de un mismo grado, como también entre varios obligados por un
mismo título, el Juez distribuirá la obligación en proporción a sus facultades. Habiendo
varios alimentarios respecto de un mismo deudor, el juez distribuirá los alimentos en
proporción a las necesidades de aquéllos.
Sólo en caso de insuficiencia de todos los obligados por el título preferente,
puede recurrirse al que le sigue en el orden de precedencia. En todo caso, la Corte
Suprema ha planteado en sus fallos dos criterios. Conforme al primero, “Una persona
que se encuentra en condiciones de solicitar alimentos, no necesita entablar demandas
sucesivas, y en el orden de prelación que indica el artículo 321 del Código Civil, en
contra de cada uno de los obligados. Le basta dirigirla contra aquel de ellos que estima
se halla en condiciones de prestarlos, y en ese juicio podrá demostrarse que los
obligados preferentemente se encuentran o no capacitados para proporcionarle
alimentos”. 60 En otras oportunidades, nuestros tribunales superiores han exigido, sin

60
Repertorio de Legislación y jurisprudencia Chilenas. Derecho de Menores, Santiago de Chile, Editorial
Jurídica de Chile, 2000, p. 164. Fallo dictado por la Corte Suprema el 9 de octubre de 1972.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 47


embargo, que se accione primero contra el padre, y después, contra el abuelo: “Para el
cumplimiento de la obligación de prestar alimentos el hijo (…) ha debido recurrir
primero en contra de su padre (…), habiendo correspondido al demandante acreditar
que dicho padre carece de bienes o que es insuficiente dicho título preferente; sólo
acreditada tal insuficiencia habrá lugar al llamamiento del ascendiente inmediatamente
más próximo: el abuelo…”. 61 De igual forma, se sostiene en una sentencia de la Corte
Suprema de fecha 19 de abril de 1991, que no se puede invocar en la demanda dos
títulos en forma paralela (el que se tiene en contra del padre y en contra de los
abuelos paternos), ya que ello infringe el artículo 326 del Código Civil, regulatorio del
orden en que prefieren los títulos para demandar alimentos. 62 La misma opinión
sostiene Irma Bavestrello, quien afirma que “…con la redacción actual del artículo 3º
(de la Ley 14.908), para demandar a los abuelos se requiere la existencia de una
causa en contra de progenitor o progenitora en la que se hayan decretado alimentos
que no hayan sido pagados o que se hayan estimado insuficientes.” 63

10.- El procedimiento ordinario en materia de alimentos.

a) Respecto de las normas que fijan la competencia para demandar alimentos,


o su aumento, rebaja o cese.

Dispone el art. 1, inc. 1º, de la Ley Nº 14.908, que, de los juicios de alimentos,
conocerá el juez de familia del domicilio del alimentante o del alimentario, a elección
de este último. Estos juicios –agrega la ley- se tramitarán conforme a la Ley Nº
19.968, sobre Tribunales de Familia, es decir, aplicando las normas del juicio ordinario
de familia, pero con las modificaciones establecidas en la Ley Nº 14.908. El mismo
artículo, regula la competencia, tratándose de la demanda de aumento de la pensión, o
de la demanda destinada a obtener la rebaja o el cese de la pensión. Se distingue al
efecto:
i.- Demanda de aumento de la pensión alimenticia: será competente el mismo tribunal
que decretó la pensión o el del nuevo domicilio del alimentario, a elección de éste (art.
1, inc. 2°). El aumento de la pensión (como también la rebaja o el cese de la misma),
exige como presupuesto acreditar el cambio de las circunstancias que habían motivado
fijar la pensión alimenticia primitiva.
ii.- Demanda de rebaja o cese de pensión de alimentos: conocerá el tribunal del
domicilio del alimentario (art. 1, inc. 3°).
El inc. 3° del art. 1, establece, refiriéndose al demandante, que “El tribunal
deberá declarar inadmisible la demanda de rebaja o cese de pensión en el caso que la
persona se encontrare con inscripción vigente en el Registro Nacional de Deudores de
Pensiones de Alimentos, salvo que se presentaren antecedentes calificados para ello,
en concordancia con lo dispuesto en el inciso cuarto del artículo 3°”.
El inc. 4° del art. 1, dispone que la madre, de cualquier edad, podrá solicitar
alimentos para el hijo ya nacido o que está por nacer. Agrega el precepto que, si ella
fuere menor de edad, el juez deberá ejercer la facultad que le otorga el art. 19 de la
Ley Nº 19.968, en interés de la madre. Establece este precepto que, respecto a los
niños, niñas o adolescentes, o incapaces, el juez debe velar porque éstos se
encuentren debidamente representados. Para ello el Juez designará a un abogado
perteneciente a la respectiva Corporación de Asistencia Judicial o a cualquier

61
Repertorio de Legislación y jurisprudencia Chilenas. Derecho de Menores, Santiago de Chile, Editorial
Jurídica de Chile, 2000, p. 166. Fallos dictados por la Corte Suprema el 21 de noviembre de 1985, por la
Corte de Apelaciones de Valparaíso el 19 de abril de 1991 y por la Corte de Apelaciones de Santiago el 6 de
agosto de 1981.
62
GACETA JURÍDICA, Nº 132 (Santiago de Chile, Editorial Jurídica ConoSur Limitada-LexisNexis), p. 59.
63
Bavestrello Bontá, Irma, ob. cit., p. 82.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 48


institución pública o privada que se dedique a la defensa, promoción o protección de
sus derechos, en los siguientes casos:
i.- Cuando los menores o incapaces carezcan de representante legal; o
ii.- Cuando teniéndolo, el juez, por motivos fundados, estime que el interés del menor
o del incapaz es independiente o contradictorio con el interés de aquél a quien
corresponda legalmente su representación.
Estas normas, que confieren al demandante de alimentos -y por ende entre
ellos a los menores-, la facultad de elegir entre el tribunal del domicilio del
demandando o del demandante, protegen el interés superior de los menores, y en tal
caso, sus representantes, presumiblemente optarán por litigar ante el juez que
corresponda al domicilio de dichos menores.

b) Respecto del domicilio del demandado.

Establece el inc. 1° del art. 2 que, en la demanda de alimentos, podrá omitirse


la indicación del domicilio del demandado, si éste no se conociera. En este caso, el
tribunal procederá en conformidad a lo previsto en el art. 23 de la Ley Nº 19.968
(dicho precepto, dispone que la primera notificación al demandado será personal y
hecha por un funcionario del tribunal, pero cuando no resultare posible tal notificación
personal, “el juez dispondrá otra forma, por cualquier medio idóneo, que garantice la
debida información del notificado para el adecuado ejercicio de sus derechos”).
Por su parte, el inc. 2° del art. 2 ordena al demandado, informar al tribunal de
todo cambio de domicilio, o de empleador o de lugar en que labore o preste servicios,
dentro de 30 días, contados desde que el cambio se haya producido. El inc. 3°,
establece la sanción por omitir la obligación anterior: a solicitud de parte, se le
impondrá al demandado una multa de una a quince Unidades Tributarias Mensuales, a
beneficio fiscal.
El inc. 4º del art. 2, dispone a su vez que el abogado patrocinante, en
cumplimiento de la carga legal de las partes de actualizar la forma de notificación
electrónica que se ha ofrecido al tribunal, aun en la etapa de cumplimiento y previo a
renunciar al patrocinio, deberá informar al tribunal una forma de notificación
electrónica válida respecto de su representado. El abogado patrocinante que
incumpliere esta obligación será sancionado con multa a beneficio fiscal de 3 a 15
unidades tributarias mensuales.

c) Respecto del monto máximo de la pensión de alimentos y de las


presunciones acerca de tener el alimentante los medios para otorgar
alimentos.

Dispone el art. 329 del Código Civil que en la tasación de los alimentos se
deberán tomar siempre en consideración las facultades del deudor y sus circunstancias
domésticas. Las “facultades” del deudor dicen relación con sus rentas, es decir, con su
capacidad económica, a su activo. Sus “circunstancias domésticas” se entienden
alusivas a todos sus gastos, a las deudas que soporta, es decir, a su pasivo.
Confrontando entonces el activo y el pasivo del demandado de alimentos, el juez ha de
concluir si está o no en condiciones de subvenir a las necesidades del demandante, y
en caso afirmativo, en qué medida.
Por su parte, el art. 7, inc. 1, de la Ley Nº 14.908, al que hicimos referencia,
precisó este concepto, al establecer que el tribunal no podrá fijar como pensión una
suma que exceda del 50% de las rentas que reciba el alimentante, salvo que existan
razones fundadas para fijarlo sobre este límite, teniendo especialmente en cuenta el
interés superior del niño, niña o adolescente, velando por que se conserve un reparto

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 49


equitativo en los aportes del alimentante demandado para con todos los alimentarios a
quienes tiene el deber de proveer alimentos.

d) Qué se entiende por renta. Algunos ingresos no constitutivos de renta.

No definió la Ley Nº 14.908 lo que debe entenderse por “renta”, de manera que
podríamos recurrir a la definición contenida en la Ley Sobre Impuesto a la Renta, que
en su art. 2º, Nº 1, señala que se entenderá por tal “los ingresos que constituyan
utilidades o beneficios que rinda una cosa o actividad y todos los beneficios, utilidades
e incrementos de patrimonio que se perciban o devenguen, cualquiera que sea su
naturaleza, origen o denominación”. Con todo, debemos considerar también lo
dispuesto en el art. 17 de la citada ley, que establece los ingresos que no constituyen
renta, aludiendo, entre otros, a la indemnización de cualquier daño emergente y del
daño moral, siempre que la indemnización por este último haya sido establecida por
sentencia ejecutoriada; las indemnizaciones por accidentes del trabajo, sea que
consistan en sumas fijas, rentas o pensiones; la adquisición de bienes por accesión de
inmueble a inmueble o de mueble a inmueble, o por prescripción, sucesión por causa
de muerte o tradición cuando el título es una donación; la indemnización por desahucio
y la indemnización de retiro hasta un máximo de un mes de remuneración por cada
año de servicio o fracción superior a seis meses; etc.

e) Presunciones de rentas del alimentante.

A pesar de que el Código Civil ordena considerar las “facultades del deudor” y
“sus circunstancias domésticas”, el art. 3 de la Ley Nº 14.908, establece las siguientes
presunciones, a favor de los alimentarios menores:
i.- Para los efectos de decretar los alimentos cuando un menor los solicitare de su
padre o madre, se presumirá que el alimentante tiene los medios para otorgarlos. La
presunción opera, entonces, sólo si quien demanda es el hijo menor de edad;
ii.- En virtud de la referida presunción, la ley establece montos mínimos para la
pensión de alimentos: (i) La pensión alimenticia que se decrete a favor de un menor
alimentario no podrá ser inferior al 40% del ingreso mínimo remuneracional que
corresponda según la edad del alimentante; (ii) Tratándose de dos o más menores, el
monto de la pensión alimenticia no podrá ser inferior al 30% por cada uno de ellos;
(iii) El juez podrá rebajar prudencialmente los montos mínimos antes señalados, si el
alimentante justificare que carece de los medios para pagarlos: se trata, por ende, de
presunciones simplemente legales.

f) Responsabilidad subsidiaria de los abuelos.

Cuando los alimentos decretados no fueren pagados o no fueren suficientes


para solventar las necesidades del hijo, el alimentario, podrá demandar a los abuelos,
de conformidad con lo que establece el art. 232 del Código Civil en relación con el art.
3 de la Ley Nº 14.908; pero en este caso, no regirán las presunciones de rentas antes
mencionadas, debiendo probarse que el abuelo o la abuela demandados están en
condiciones de otorgar la pensión alimenticia.
Sin embargo, no podrá demandarse de alimentos a los abuelos, cuando la única
fuente de ingreso de éstos corresponda a una pensión de vejez, invalidez o
sobrevivencia (art. 3, inc. 5° de la Ley N° 14.908).
En cuanto a la hipótesis de una demanda deducida en contra del abuelo
paterno, cuando es el padre quién no provee los alimentos, es necesario armonizar el
art. 232, que contempla el derecho a dirigirse en primer lugar contra el referido
abuelo, con el art. 326, inc. 2°. En efecto, si bien el art. 232 consigna que entre varios

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 50


ascendientes, debe recurrirse a los de próximo grado, el art. 326 dispone que entre los
de un mismo grado, el juez distribuirá la obligación de proporcionar alimentos en
proporción a sus facultades.
Así las cosas, si bien debe demandarse primero a los abuelos del progenitor que
no provee los alimentos, esto no significa que sólo ellos deban afrontar la obligación
alimenticia, salvo que sus facultades económicas y circunstancias domésticas así lo
permitan.
Al tenor de lo expuesto, en nuestra doctrina se formulan cuatro conclusiones 64:
i.- Los abuelos no pueden ser demandados directamente sino cuando los alimentos
decretados no fueren pagados o no fueren suficientes (art. 3, inc. 5°, de la Ley N°
14.908);
ii.- Cada abuelo responde de la obligación que no está cumpliendo o que cumple
insuficientemente su hijo (art. 232, inc. 2°, del Código Civil);
iii.- La responsabilidad de los abuelos es subsidiaria, porque corresponde en primer
lugar a los padres; y
iv.- Si el abuelo no cumple o cumple insuficientemente con la obligación alimenticia o
no tiene los medios para proporcionar alimentos a su nieto, la obligación pasará a los
abuelos de la otra línea.

g) Respecto de la obligación del demandado, de acompañar documentos


justificativos de sus ingresos y de su patrimonio.

Conforme al art. 5 de la Ley Nº 14.908, el juez, al proveer la demanda,


ordenará que el demandado acompañe, en la audiencia preparatoria, las liquidaciones
de sueldo, copia de la declaración de impuesto a la renta del año precedente y de las
boletas de honorarios emitidas durante el año en curso (al de la interposición de la
demanda, se entiende) y demás antecedentes que sirvan para determinar su
patrimonio y capacidad económica. Por ende, además de los documentos que prueben
los ingresos del demandado, podría pedir la parte demandante que el demandado
acompañe, por ejemplo, copia de las inscripciones de inmuebles en el Registro de
Propiedad del Conservador de Bienes Raíces, o certificados en que conste ser titular de
acciones en sociedades anónimas o propietario de vehículos motorizados, etc. Si el
demandado no dispusiere de tales documentos, acompañará, o extenderá en la propia
audiencia, una declaración jurada, en la que dejará constancia de su patrimonio y
capacidad económica. La declaración de patrimonio deberá señalar el monto
aproximado de los ingresos ordinarios y extraordinarios, e individualizar, lo más
completamente posible, si los tuviere, sus activos, tales como bienes inmuebles,
vehículos, valores, derechos en comunidades o en sociedades. Se desprende de lo
anterior, entonces, que dicha declaración no está circunscrita a declarar los ingresos o
emolumentos que perciba el demandado, sino que debe comprender todo su
patrimonio, incluyendo por ende su activo y su pasivo. Para efectos de lo anterior, el
tribunal citará al demandado a la audiencia preparatoria personalmente o
representado, bajo apercibimiento del apremio establecido en el artículo 543 del
Código de Procedimiento Civil.
En todo caso, como ya se refirió, el inc. 2º del art. 5 dispone que con la sola
resolución que provea la demanda, el tribunal, de oficio o a petición del demandante,
podrá ordenar a diversos servicios públicos, que aporten antecedentes útiles que
permitan determinar los ingresos y la capacidad económica del demandado.

64
Gómez de la Torre Vargas, Maricruz, ob. cit., pp. 194 y 195; Ramos Pazos, René, Derecho de Familia,
Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1998, pp. 513 y 514.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 51


Cuatro son las conductas que sanciona el legislador en el art. 5, respecto de la
información que el demandado debe proporcionar acerca de su patrimonio y su
capacidad económica:
i.- El ocultamiento de cualquiera de las fuentes de ingreso del demandado, efectuado
en juicio en que se exija el cumplimiento de la obligación alimenticia, será sancionado
con la pena de prisión en cualquiera de sus grados (entre uno y sesenta días);
ii.- El no acompañar todos o algunos de los documentos requeridos o no formular la
declaración jurada requerida, será sancionado con las penas del art. 207 del Código
Penal 65;
iii.- El presentar a sabiendas documentos falsos, incluyendo al tercero que le
proporcione maliciosamente al demandado documentos falsos o inexactos o en que se
omitan datos relevantes con el fin de facilitarle el ocultamiento de sus ingresos,
patrimonio o capacidad económica, será sancionado con las penas del art. 207 del
Código Penal;
iv.- El incluir datos inexactos y omitir información relevante en la declaración jurada,
será sancionado con las penas del art. 212 del Código Penal 66.
El art. 5 contempla, asimismo, la posibilidad de deducir una acción rescisoria, a la
que ya hicimos referencia.

11.- El procedimiento ejecutivo en materia de alimentos.

El inc. 1º del art. 11 de la Ley Nº 14.908, dispone que “Toda resolución judicial
que fijare una pensión alimenticia, o que aprobare una transacción bajo las condiciones
establecidas en el inciso tercero, tendrá mérito ejecutivo. Será competente para
conocer de la ejecución el tribunal que la dictó en única o en primera instancia o el del
nuevo domicilio del alimentario”.
El art. 12 de la misma Ley, regula el respectivo procedimiento ejecutivo. Sus
normas son las siguientes:
i.- Inc. 1º: “El requerimiento de pago se notificará al ejecutado en la forma establecida
en los incisos primero y segundo del artículo 23 de la ley que crea los juzgados de
familia”.
Disponen los incs. 1º y 2º del art. 23 de la Ley Nº 19.968: “Notificaciones. La
primera notificación a la demandada se efectuará personalmente por un funcionario
que haya sido designado para cumplir esta función por el juez presidente del comité de
jueces, a propuesta del administrador del tribunal. Dicho funcionario tendrá el carácter
de ministro de fe para estos efectos. La parte interesada podrá siempre encargar, a su
costa, la práctica de la notificación a un receptor judicial. / En los casos en que no
resulte posible practicar la primera notificación personalmente, por no ser habida la
persona a quien se debe notificar, y siempre que el ministro de fe encargado de la
diligencia establezca cual es su habitación o el lugar donde habitualmente ejerce su

65
Dispone el art. 207 del Código Penal: “El que, a sabiendas, presentare ante un tribunal a los testigos,
peritos o intérpretes a que se refiere el artículo precedente, u otros medios de prueba falsos o adulterados,
será castigado con la pena de presidio menor en su grado mínimo a medio y multa de seis a veinte unidades
tributarias mensuales, si se tratare de proceso civil o por falta, y con presidio menor en su grado medio a
máximo y multa de veinte a treinta unidades tributarias mensuales, si se tratare de proceso penal por
crimen o simple delito. / Los abogados que incurrieren en la conducta descrita sufrirán, además, la pena de
suspensión de profesión titular durante el tiempo de la condena. / Tratándose de un fiscal del Ministerio
Público, la pena será de presidio menor en su grado máximo a presidio mayor en su grado mínimo. / En todo
caso, si la conducta se realizare contra el imputado o acusado en proceso por crimen o simple delito, la pena
se impondrá en el grado máximo”. De lo transcrito, se deduce que tratándose de un proceso ventilado ante
un Juzgado de Familia, la pena de presidio podrá fluctuar entre 61 días y 3 años.
66
Dispone el art. 212 del Código Penal: “El que fuera de los casos previstos en los artículos precedentes
faltare a la verdad en declaración prestada bajo juramento o promesa exigida por ley, será castigado con la
pena de prisión en cualquiera de sus grados o multa de una a cuatro unidades tributarias mensuales”. De lo
transcrito, se desprende que la privación de libertad podrá llegar hasta los 60 días.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 52


industria, profesión o empleo y que se encuentra en el lugar del juicio, de lo que dejará
constancia, se procederá a su notificación en el mismo acto y sin necesidad de nueva
orden del tribunal, en la forma señalada en los incisos segundo y tercero del artículo
44 del Código de Procedimiento Civil”.
ii.- Inc. 2º: “Solamente será admisible la excepción de pago y siempre que se funde en
un antecedente escrito”.
Se podría entender, en principio, que la única excepción admisible es la de
pago, y que por tanto no sería posible deducir la excepción de prescripción. Sin
embargo, las dudas que al efecto se planteaban antes de la reforma hecha por la Ley
Nº 21.389, han quedado disipadas, atendido lo dispuesto en el art. 19 bis, ya citado,
que fue agregado a la Ley Nº 14.908. El ejecutado, en consecuencia, sí podrá oponer a
la demanda la excepción de prescripción de la acción ejecutiva.
iii.- Inc. 3º: “El pago parcial que efectúe el ejecutado frente al requerimiento de pago
no entorpecerá la tramitación del procedimiento de ejecución ni hará exigible una
nueva liquidación. El juez, de oficio, deberá ordenar la deducción de la cantidad
abonada, una vez acreditada, del monto expresado en el mandamiento de ejecución y
embargo”.
Este inc. fue agregado por la Ley Nº 21.389. Su objeto es no entorpecer la
ejecución, a consecuencia de abonos que realice el ejecutado a la deuda que se cobra.
iv.- Inc. 4º: “Si no se opusieran excepciones en el plazo legal, se omitirá la sentencia y
bastará el mandamiento para que el acreedor haga uso de su derecho en conformidad
al procedimiento de apremio del juicio ejecutivo”.
Si el ejecutado no opusiere excepciones, el mandamiento hará las veces de
sentencia.
v.- Inc. 5º: “Si las excepciones opuestas fueren inadmisibles, el tribunal lo declarará
así y ordenará seguir la ejecución adelante”.
vi.- Inc. 6º: “El mandamiento de embargo que se despache para el pago de la primera
pensión alimenticia será suficiente para el pago de cada una de las venideras, sin
necesidad de nuevo requerimiento; pero si no se efectuara oportunamente el pago de
una o más pensiones, deberá, en cada caso, notificarse por el mandamiento, pudiendo
el demandado oponer excepción de pago dentro del término legal a contar de la
notificación”.
vii.- Inc. 7º: “Para facilitar el cobro ejecutivo de la deuda, aplicación de un apremio, la
inscripción del alimentante en el Registro Nacional de Deudores de Pensiones de
Alimentos, o actualizar en dicho Registro el monto de la deuda, los juzgados con
competencia en asuntos de familia deberán disponer de oficio, mensualmente, que se
practique la liquidación de la pensión y su notificación a las partes para que presenten
sus objeciones dentro de tercero día. Presentada la objeción a la liquidación, el tribunal
deberá resolverla en el más breve plazo, de plano o previo traslado, y con el solo
mérito de los antecedentes que las partes acompañen a sus presentaciones y aquellos
que obren en el proceso. La decisión que acoge la objeción a la liquidación, sea total o
parcialmente, sólo será impugnable por la contraparte mediante recurso de reposición
y siempre que ésta no hubiere tenido ocasión de ser oída sobre la materia que se
reclama. Dicha solicitud de reposición deberá deducirse dentro de tercero día y de
forma fundada. El tribunal fallará de plano la reposición, pero podrá oír a la otra parte
cuando la complejidad del asunto así lo aconsejare. En contra de la resolución que
resuelve la reposición no procederá recurso alguno. Tampoco será recurrible la
resolución que rechaza la objeción a la liquidación”.
El inc. ordena al Juez de Familia liquidar la pensión y notificar dicha liquidación
a las partes. Lo anterior deberá hacerse, para facilitar: (i) El cobro ejecutivo de la
deuda; (ii) La aplicación de un apremio; (iii) La inscripción del alimentante en el
Registro Nacional de Deudores de Pensiones de Alimentos; y (iv) Actualizar en dicho

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 53


Registro el monto de la deuda. La liquidación deberá ser hecha de oficio y en forma
mensual.
Las partes podrán objetar la liquidación dentro de tercero día. El tribunal
resolverá la objeción “en el más breve plazo, de plano o previo traslado”. Si se acoge
la objeción, sólo podrá deducirse en contra del fallo reposición, dentro de tercero día y
de forma fundada, “y siempre que ésta no hubiere tenido ocasión de ser oída sobre la
materia”. El Juez fallará de plano y contra esta resolución no procederá recurso alguno.
Tampoco será recurrible la resolución que rechaza la objeción a la liquidación.
viii.- Inc. 8º: “Salvo lo dispuesto en el inciso primero, las resoluciones dictadas en la
etapa de cumplimiento de la pensión alimenticia deberán notificarse en la forma
electrónica que el alimentante hubiere indicado, según lo dispuesto en el inciso final
del artículo 23 de la ley N° 19.968, que crea los tribunales de familia, y, en caso de no
haber señalado forma alguna de notificación o no encontrarse ésta vigente, por medio
del estado diario electrónico. En estos casos no tendrá aplicación lo dispuesto en el
artículo 52 del Código de Procedimiento Civil”.
Dispone el mencionado inc. final del art. 23 de la Ley Nº 19.968: “Los
patrocinantes de las partes, en la primera actuación que realicen en el proceso,
deberán indicar otra forma de notificación que elijan para sí, que el juez califique como
expedita y eficaz, bajo apercibimiento de serles notificadas por el estado diario todas
las resoluciones que se dicten en lo sucesivo en el proceso”.
ix.- Inc. 9º: “Durante la etapa de cumplimiento el alimentante podrá requerir al
tribunal, excepcionalmente, la imputación de los gastos útiles y extraordinarios que
hubiere efectuado para satisfacer necesidades del alimentario, que no hubieren sido
previstos, en aquella proporción que exceda a la contribución que al alimentante
corresponda. En estos casos, podrá el juez imputarlo al pago de la pensión,
considerando la naturaleza del gasto y el grado de contribución que el alimentante y a
quien tiene el cuidado personal del alimentario les corresponda, de acuerdo a sus
facultades económicas, previo traslado al alimentario. La resolución que acoja dicha
solicitud deberá ser fundada, teniendo en especial consideración el interés superior del
niño, niña o adolescente. Cualquiera sea el caso, el juez no podrá imputar al pago
mensual una suma que exceda del veinte por ciento del monto de la pensión fijada o
aprobada, debiendo proceder, si fuera necesario, a prorratear la suma total a imputar
al pago de las pensiones sucesivas”.
Este último inciso discurre sobre la base de que el alimentante hubiese
efectuado pagos para satisfacer necesidades del alimentario, no previstos, solicitando
que se imputen al pago de la misma. Debe tratarse de gastos: (i) Útiles; y (ii)
Extraordinarios. El Juez deberá dar traslado al alimentante. La resolución que acoja la
solicitud del alimentante ordenará imputar dichos pagos a la pensión, pero con un
límite: no podrá imputar al pago mensual una suma que exceda del veinte por ciento
del monto de la pensión fijada o aprobada. El exceso, se imputará al pago de las
pensiones sucesivas.

12.- El procedimiento especial para el cobro de deudas de pensiones de


alimentos.

Está regulado en el art. 19 quáter de la Ley N° 14.908. Sus reglas con las
siguientes:

a) Presupuestos para que opere.

Tres presupuestos deben cumplirse:

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 54


i.- Es necesario que los alimentos estén decretados por resolución que cause ejecutoria
en favor de las personas señaladas en los números 1°, 2° y 3° del art. 321 (cónyuge,
descendientes o ascendientes).
ii.- La deuda de alimentos debe estar liquidada.
iii.- Que haya operado lo previsto en el N° 3 del art. 16 de la Ley N° 14.908, esto es,
que se haya ordenado la retención de los fondos que el alimentario tenga en sus
cuentas bancarias u otros instrumentos financieros o de inversión, pero no se tuviere
conocimiento de las cuentas bancarias o de los instrumentos financieros o de inversión.

b) ¿Qué debe hacer el Tribunal de Familia?

Cumplidos los mencionados presupuestos, el tribunal deberá iniciar una


investigación del patrimonio activo del deudor bajo reserva, para lo cual deberá
revisar, dentro del plazo de tres días hábiles desde que se inició la investigación, en los
sistemas de interconexión que mantiene con la Comisión para el Mercado Financiero, el
Servicio de Impuestos Internos y otros servicios del Estado que estime pertinente, las
cuentas bancarias, las cuentas de ahorro previsional voluntario y los instrumentos
financieros o de inversión que el alimentante mantenga en las instituciones bancarias y
financieras.

c) ¿Qué ocurre si el Tribunal de familia encuentra cuentas a nombre del


alimentante?

En caso de encontrar cuentas bancarias, cuentas de ahorro previsional


voluntario y/o instrumentos financieros o de inversión a nombre del alimentante, el
tribunal tendrá un plazo de cinco días hábiles, desde que se inició la investigación, para
dictar una resolución por medio de la cual se ordena oficiar a dichas instituciones
bancarias y/o financieras a fin de que informen dentro de un plazo de diez días hábiles
los saldos, movimientos y toda la información que se considere relevante para el pago
efectivo de la deuda de alimentos.

d) ¿Qué debe hacer el Tribunal de Familia una vez que las entidades
responden los oficios?

Una vez recibidos dichos oficios, el tribunal tendrá un plazo de tres días hábiles
para dictar la resolución que ordena el pago de la deuda liquidada con dichos fondos.

e) ¿Qué medida cautelar debe decretar el Tribunal de Familia?

Con el objeto de cautelar los derechos derivados de la pensión de alimentos, la


resolución que oficia a las instituciones bancarias y/o financieras, también deberá
decretar una medida cautelar de retención de los fondos del deudor en las cuentas
bancarias y/o instrumentos financieros o de inversión cuando aquellos sean habidos,
hasta un monto equivalente al total de la deuda actualmente exigible, el que deberá
ser expresado en la resolución. Esta medida surtirá efectos desde la notificación de la
resolución a la respectiva entidad bancaria o financiera y antes de notificarse a la
persona en contra de quien se dicte. Para estos efectos, el tribunal ordenará que la
respectiva resolución sea primero notificada a la institución en que se encuentran los
fondos e inmediatamente después a la persona en contra de quien se dictó.

f) ¿Qué obligación tienen las entidades bancarias y financieras?

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 55


La entidad, tan pronto fuera notificada de la resolución, deberá comunicarla al
titular de los fondos a través de los medios que establece el inciso segundo del artículo
12 bis de esta ley (deberá comunicarla al titular de los fondos contra quien se dictó la
medida, mediante medios electrónicos o, en su defecto, mediante carta certificada
dirigida al domicilio registrado en la respectiva entidad. En estos casos, la
comunicación por medios electrónicos o por carta certificada, servirá de suficiente
notificación, la que se entenderá practicada, según corresponda, a contar del envío de
la comunicación por medios electrónicos, o a contar del tercer día siguiente a la
recepción de la carta certificada en la oficina de correos respectiva).

g) ¿Qué ocurre si la suma retenida excede el total de la deuda de alimentos?

Si se hubiere procedido a retener una suma que excede el total de la deuda, el


alimentante una vez liquidada íntegramente la deuda podrá requerir la liberación de los
fondos restantes. En dicho caso, para efectos de determinar sobre qué fondos ha de
mantenerse la retención, se preferirá en primer lugar los dineros depositados en
cuentas bancarias y cuentas de ahorro previsional voluntario y, en lo que faltare,
aquellos instrumentos financieros o de inversión cuya liquidación resulte más sencilla o
expedita.

h) ¿Qué debe contener la resolución del Tribunal de Familia que ordena el


pago?

La resolución que ordena el pago de la deuda deberá:


i.- Individualizar las cuentas bancarias, las cuentas de ahorro previsional voluntario,
los instrumentos financieros y/o de inversión del alimentante, según sea el caso, que
se utilizarán para el pago total de la deuda;
ii.- Señalar el monto específico y el porcentaje de la deuda que se ordena pagar
respecto de cada una de ellas; y
iii.- Contener la individualización de la cuenta bancaria en que se debe realizar el pago.

i) ¿Qué plazo tiene la entidad bancaria o financiera para realizar la


transferencia?

Notificada la resolución señalada en el inciso anterior, la respectiva institución


tendrá un plazo de quince días hábiles para realizar la transferencia ordenada por el
tribunal, bajo sanción de que, en caso de no hacerlo, se le aplique lo dispuesto en el
artículo 18 de la Ley N° 14.908.

j) Verificación de la existencia de otros alimentarios.

Una vez iniciada la investigación regulada en el art. 19 quáter, el tribunal


revisará dentro del plazo de tres días hábiles dispuesto en el inciso 1° de dicho
artículo, por medio del sistema de interconexión, si existen otros alimentarios y/o
alimentarias respecto del mismo alimentante, y en el evento de que ello así ocurra,
dicha circunstancia será conocida conjuntamente y en un solo proceso por el tribunal
competente que conozca de la causa vigente más antigua, el que deberá para efectos
del pago prorratear los fondos habidos del alimentante entre cada una de las deudas
alimentarias. A las alimentarias y/o alimentarios que no son solicitantes, se le
efectuará el pago prorrateado por medio del presente procedimiento si, al menos,
tienen una mensualidad de alimentos adeudada por parte del alimentante. Con todo,
efectuado el prorrateo de la deuda por el tribunal competente, el plazo para el pago

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 56


íntegro a los alimentarios y/o alimentarias no podrá exceder de veinticinco días hábiles
desde el inicio de la investigación.

k) ¿Qué debe hacer el Tribunal de Familia si se había dictado la medida


cautelar de retención de fondos prevista en el art. 12 bis de la Ley N° 14.908?

En caso de que durante el procedimiento se haya dictado la medida cautelar de


retención de fondos dispuesta en el artículo 12 bis de la Ley N° 14.908, cabe
distinguir:
i.- Si los fondos retenidos son suficientes para el pago de la deuda de alimentos, el
tribunal procederá directamente a ordenar el pago con estos fondos, de conformidad a
lo señalado en el inc. 2° del art. 19 quáter.
ii.- En caso de que los fondos retenidos sean insuficientes para el pago íntegro de la
deuda, las actuaciones dispuestas en el art. 19 quáter sólo tendrán por objeto buscar
los fondos suficientes para pagar el saldo de la deuda.

l) Inadmisibilidad de recursos.

Dispone el art. 19 octies que, en contra de las resoluciones que ordenan el pago
no procederá recurso alguno.

13.- El procedimiento extraordinario para obtener el pago de pensiones de


alimentos con fondos que el alimentante mantenga en una administradora de
fondos de pensiones.

Se regula la materia en los arts. 19 quinquies a 19 octies, cuyas reglas son las
siguientes:

a) Presupuestos para que opere.

Son tres:
i.- Que hubiere tres pensiones adeudadas continuas o discontinuas (art. 19 quinquies,
inc. 1°).
ii.- El alimentante no mantenga fondos en cuentas bancarias o instrumentos
financieros o de inversión, o que habiendo fondos éstos sean insuficientes para el pago
de la deuda (art. 19 quinquies, inc. 1°).
iii.- Que el alimentante no se encuentre percibiendo una pensión de vejez o invalidez
de conformidad al decreto ley N° 3.500, de 1980 (art. 19 sexies, inc. 4°).

b) ¿Qué puede pedir el alimentario?

La parte alimentaria podrá solicitar al tribunal que consulte, por vía de


interconexión con la institución administradora de fondos de pensiones en la que se
encuentra afiliado el alimentante, de los saldos que éste mantiene en su cuenta de
capitalización individual de cotizaciones obligatorias.
Para tal efecto, se comunicará a dicha entidad la prohibición de que el deudor
cambie de institución de administración de fondos de pensiones.

c) Plazo en que debe responderse la consulta y decretarse el pago.

La obtención de la información y la dictación de la resolución que ordena el


pago de la deuda liquidada se realizará dentro de un plazo de tres días hábiles
contados desde la presentación de la solicitud que regula el art. 19 quinquies.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 57


d) Regulación de los recursos destinados al pago de las pensiones adeudadas.

Distingue el art. 19 quinquies las siguientes situaciones:


i.- En el caso de que, al momento de presentar la solicitud de inicio de este
procedimiento, el alimentante se encuentre a 15 años o menos de cumplir con la edad
legal para ser beneficiario de la pensión de vejez, según lo dispuesto en el inciso 1° del
art. 3° del decreto ley N° 3.500, de 1980, el pago que se efectúe con cargo a la cuenta
de capitalización individual de cotizaciones obligatorias del deudor, no podrá exceder
de un 50% de los recursos acumulados en ésta.
ii.- En el caso de que, al momento de presentar la solicitud de inicio de este
procedimiento, el alimentante se encuentre a más de 15 años y menos de 30 años de
cumplir con la edad para ser beneficiario de la pensión de vejez, según lo dispuesto en
el inciso 1° del art. 3° del decreto ley N° 3.500, de 1980, el pago que se efectúe con
cargo a la cuenta de capitalización individual de cotizaciones obligatorias del deudor,
no podrá exceder de un 80% de los recursos acumulados en ésta.
iii.- En el caso de que, al momento de presentar la solicitud de inicio de este
procedimiento, el alimentante se encuentre a más de 30 años de cumplir con la edad
para ser beneficiario de la pensión de vejez, según lo dispuesto en el inciso 1° del art.
3° del decreto ley N° 3.500, de 1980, el pago que se efectúe con cargo a la cuenta de
capitalización individual de cotizaciones obligatorias del deudor no podrá exceder de un
90% de los recursos acumulados en ésta.

e) Requisitos que debe cumplir la resolución que ordene el pago de la deuda.

La resolución que ordena el pago de la deuda deberá:


i.- Individualizar la cuenta de capitalización individual de cotizaciones obligatorias del
afiliado al sistema privado de pensiones regido por el decreto ley N° 3.500, de 1980,
que se utilizará para el pago de la deuda;
ii.- Señalar el monto específico y porcentaje de la deuda que se ordena pagar respecto
de aquella; y
iii.- La individualización de la cuenta bancaria en que se debe realizar el pago.
El valor cuota del fondo de capitalización obligatoria, corresponderá al día en
que la administradora previsional sea notificada de la resolución que ordena el pago de
la deuda.

f) Notificación de la resolución que ordena el pago de la deuda.

El tribunal ordenará que la resolución por la que se dispone el pago sea


notificada a la administradora de fondos de pensiones respectiva en el más breve plazo
y por medios electrónicos.

g) Obligaciones de la administradora de fondos de pensiones.

El art. 19 sexies dispone que deberá cumplir con las siguientes obligaciones:
i.- Para efectos de realizar el pago de la deuda con cargo a los fondos acumulados en
la cuenta de capitalización individual de cotizaciones obligatorias del deudor de
alimentos referido en el art. 19 quinquies, la administradora de fondos de pensiones
deberá liquidar la cantidad de cuotas necesarias para obtener el monto en dinero
correspondiente a la deuda ordenada pagar por el tribunal.
ii.- El pago deberá efectuarlo la administradora de fondos de pensiones en la cuenta
bancaria individualizada en la correspondiente resolución del tribunal, en un plazo de
cinco días hábiles desde que le fuere notificada la resolución que ordena el pago de la

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 58


deuda liquidada conforme lo dispuesto en el inciso final del art. 19 quinquies, bajo
sanción de que, en caso de no hacerlo, sea solidariamente responsable del pago de la
obligación alimenticia conforme a las limitaciones establecidas en el inciso segundo del
referido artículo.
iii.- Los fondos con los que se pagará la deuda de alimentos, a los cuales hace
referencia el art. 19 quinquies, no constituirán renta o remuneración para ningún
efecto legal y, en consecuencia, serán pagados en forma íntegra y no estarán afectos a
comisiones o descuento alguno por parte de las administradoras de fondos de
pensiones.

h) Verificación de la existencia de otros alimentarios.

Se refiere a esta materia el art. 19 septies. Dispone al efecto que dentro del
plazo de tres días hábiles contados desde la presentación de la solicitud regulada en el
art. 19 quinquies, el tribunal revisará por medio del sistema de interconexión, si
existen otros alimentarios y/o alimentarias a quienes se les adeude alimentos por el
mismo alimentante. En el evento de que ello así ocurra, la solicitud será conocida
conjuntamente y en un solo proceso por el tribunal competente que conozca de la
causa vigente más antigua. Para efectos del pago de las deudas, el tribunal deberá
prorratear los fondos disponibles del alimentante según las restricciones establecidas
en el inciso 2° del art. 19 quinquies entre cada una de las deudas alimentarias. A las
alimentarias y/o alimentarios que no son solicitantes, se le efectuará el pago por medio
del presente procedimiento si, al menos, tienen una mensualidad de alimentos
adeudada por parte del alimentante. Además de las menciones señaladas en el inc. 3°
del art. 19 quinquies, la resolución que el tribunal dicte en el caso tratado en este
inciso deberá consignar el monto y porcentaje de los fondos con que se pagará cada
una de las deudas.

i) Inadmisibilidad de recursos.

Dispone el art. 19 octies que, en contra de las resoluciones que ordenan el pago
no procederá recurso alguno.

14.- Medida cautelar de retención de fondos.

Se refiere a esta materia el art. 12 bis de la Ley Nº 14.908: “En cualquier etapa
del procedimiento, sea éste ordinario, especial o de cumplimiento, el tribunal, con
objeto de cautelar derechos derivados de pensiones alimenticias invocados ante sí y
que se encuentren devengados, podrá decretar la medida cautelar de retención de
fondos acumulados en cuentas bancarias u otros instrumentos de inversión del
alimentante, teniendo en cuenta la verosimilitud del derecho invocado y el peligro en la
demora que implica la tramitación del proceso, ante la inminencia del retiro de los
fondos depositados o invertidos. / La medida cautelar de retención decretada conforme
al presente artículo surtirá efecto desde la notificación de la resolución a la respectiva
entidad bancaria o financiera, y aun antes de notificarse a la persona contra quien se
dicte. Para estos efectos, cuando el tribunal decretare la medida cautelar de retención,
dictará resolución ordenando que primero sea notificada la respectiva entidad en que
se encuentran los fondos, en el más breve plazo y por medios electrónicos, y que la
notificación a la persona contra quien se dicte la medida sea practicada
inmediatamente después. La entidad, tan pronto fuere notificada de la resolución,
deberá comunicarla al titular de los fondos contra quien se dictó la medida, mediante
medios electrónicos o, en su defecto, mediante carta certificada dirigida al domicilio
registrado en la respectiva entidad. En estos casos, la comunicación por medios

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 59


electrónicos o por carta certificada, servirá de suficiente notificación, la que se
entenderá practicada, según corresponda, a contar del envío de la comunicación por
medios electrónicos, o a contar del tercer día siguiente a la recepción de la carta
certificada en la oficina de correos respectiva”.
Del artículo transcrito, puede desprenderse:
i.- La medida cautelar consistirá en la “retención de fondos acumulados en cuentas
bancarias u otros instrumentos de inversión del alimentante”.
ii.- La medida se podrá decretar “con objeto de cautelar derechos derivados de
pensiones alimenticias invocados ente el Tribunal y que se encuentren devengados.
iii.- Para decretar la medida, el Tribunal deberá tener en cuenta: (i) La verosimilitud
del derecho invocado; (ii) El peligro en la demora que implica la tramitación del
proceso, ante la inminencia del retiro de los fondos depositados o invertidos.
iv.- La medida surtirá efecto desde la notificación de la resolución a la respectiva
entidad bancaria o financiera, y aun antes de notificarse a la persona contra quien se
dicte.
v.- El Tribunal ordenará que la resolución que decrete la medida cautelar, se notifique
primero a la respectiva entidad bancaria o financiera, “en el más breve plazo y por
medios electrónicos”, e inmediatamente después a la persona contra quien se dicte
dicha resolución.
vi.- La entidad bancaria o financiera, una vez notificada, deberá comunicarla al titular
de los fondos, mediante medios electrónicos o por carta certificada dirigida al domicilio
registrado en la respectiva entidad. Esta comunicación “servirá de suficiente
notificación, la que se entenderá practicada, según corresponda, a contar del envío de
la comunicación por medios electrónicos, o a contar del tercer día siguiente a la
recepción de la carta certificada en la oficina de correos respectiva”.

15.- Disminución y extinción de la obligación alimenticia.

15.1 Casos en que la obligación disminuye.

La cuantía de la obligación de proporcionar alimentos puede reducirse cuando


cambien las circunstancias económicas del alimentario o del alimentante. El juez
ponderará en cada caso. Los alimentos forzosos pueden ser rebajados en cualquier
época. Los arts. 330 y 332, inc. 1º, ambos del Código Civil, lo permiten tratándose de
pensiones alimenticias fijadas por el juez (por ello, se habla de “cosa juzgada
provisional”). Cabe advertir que la rebaja puede pedirse, aún cuando el juicio
respectivo hubiere concluido por avenimiento: “La circunstancia de que las partes en
un juicio de alimentos hayan puesto término a la tramitación de aquél mediante
avenimiento aprobado judicialmente, no se opone a que el alimentante pueda solicitar
en esa causa la rebaja de la pensión alimenticia convenida, cometiendo falta los jueces
que no lo deciden así.”. 67 O, como se afirma en un fallo, la transacción es también
modificable por una sentencia, “ya que la obligación de prestar alimentos no arranca
de la transacción sino de la ley”. De esta forma, se puede concluir que no sólo la
sentencia, sino también la transacción judicial, pueden entenderse siempre como
provisorias, existiendo respecto de la segunda una excepción al principio consagrado
en el art. 1545 del Código Civil, es decir, a la ley del contrato. De cualquier manera,
para acoger una demanda de rebaja de pensión alimenticia, es imprescindible que el
actor pruebe que sus facultades y circunstancias domésticas han variado en su
perjuicio, o, que ya no existe el estado de necesidad para el alimentario en las mismas

67
Repertorio de Legislación y jurisprudencia Chilenas. Derecho de Menores, Santiago de Chile, Editorial
Jurídica de Chile, 2000, p. 173. Fallo dictado el 26 de marzo de 1984 por la Corte Suprema.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 60


condiciones que existían al tiempo en que se fijó o aprobó la pensión de alimentos,
siendo su actual situación más favorable.

15.2 Casos en que la obligación se extingue.

Cuando nos referimos a la extinción de la obligación de alimentos, queremos


referirnos a su extinción definitiva. En efecto, otra cosa es que se aluda a la extinción
de la deuda alimenticia que se encuentre devengada, pues en este caso, la obligación
se extinguirá por cualquiera de los modos de extinguir las obligaciones previstos en la
ley, como el pago, la condonación, la novación, la confusión, etc. Aunque cabe
advertir, como ya se indicó, que la compensación no puede operar, conforme se
desprende del art. 1662 del Código Civil. Como ya lo señalamos, el art. 19 ter de la
Ley Nº 14.908, incorporado a la misma por la Ley Nº 21.389, se refiere en su inc. 2º a
la solicitud de condonación de la deuda alimenticia “presentada por el alimentario”.
Con esta reforma, queda en claro que el alimentario puede condonar o remitir su
crédito directamente ante el Tribunal de Familia. En la “Historia de la Ley Nº 21.389”,
consta que inicialmente, se propuso, mediante una indicación, que el alimentario no
podría condonar la deuda alimenticia a través del Tribunal de Familia (indicación Nº 28
de las senadoras Allende, Provoste, Sabat y von Baer). Pero el Ejecutivo propuso a su
vez una norma en sentido opuesto, permitiendo la condonación, argumentándose:
“que la propuesta del Ejecutivo modifica la propuesta contenida en la indicación 28,
que impide la condonación de la deuda alimenticia a través del tribunal de familia
competente, toda vez que ello implica restringir excesivamente la facultad de
disposición del acreedor-alimentario (…) La vicepresidenta de la Asociación Nacional de
Magistradas y Magistrados del Poder Judicial y jueza de Familia, Magistrada Verónica
Vymazal, valoró la propuesta, en lo relativo a cautelar la libertad del alimentario para
condonar la deuda alimenticia”. Votado el punto, fue acogida en definitiva la propuesta
del Ejecutivo. 68
Se extingue en cambio el derecho de alimentos y la obligación recíproca del
alimentante, en la mayoría de los casos en forma definitiva y en otras en forma
provisoria, en los siguientes casos:

a) Por injuria atroz.

Cesa totalmente la obligación de prestar alimentos, cuando el alimentario


realiza un hecho constitutivo de injuria atroz contra la persona del alimentante.
Quienes incurren en alguna de las causales de indignidad contempladas en el art. 968
del Código Civil 69, cometen injuria atroz, conforme lo establece el art. 324 del mismo
Código. No hay más casos. El art. 979 del Código Civil, en armonía con el art. 324, los
priva totalmente del derecho de alimentos. Por ello, se ha concluido que las demás
causales de indignidad serían constitutivos de injuria grave, persistiendo por ende el
derecho de alimentos. Con todo, debemos tener presente que el inc. 1º del art. 324,
permite al juez moderar el rigor de la norma, si la conducta del alimentario fuere
atenuada por circunstancias graves en la conducta del alimentante. En otras palabras,

68
“Historia de la Ley Nº 21.389”, Biblioteca del Congreso, pp. 169 y 170.
69
“Artículo 968: Son indignos de suceder al difunto como herederos o legatarios: 1° El que ha cometido el
crimen de homicidio en la persona del difunto, o ha intervenido en este crimen por obra o consejo, o la dejó
perecer pudiendo salvarla; 2° El que cometió atentado grave contra la vida, el honor o los bienes de la
persona de cuya sucesión se trata, o de su cónyuge, o de cualquiera de sus ascendientes o descendientes,
con tal que dicho atentado se pruebe por sentencia ejecutoriada; 3° El consanguíneo dentro del sexto grado
inclusive, que en el estado de demencia o destitución de la persona de cuya sucesión se trata, no la socorrió
pudiendo; 4° El que por fuerza o dolo obtuvo alguna disposición testamentaria del difunto, o le impidió
testar; 5° El que dolosamente ha detenido u ocultado un testamento del difunto, presumiéndose dolo por el
mero hecho de la detención u ocultación.”

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 61


podrá subsistir el derecho a percibir alimentos, aunque disminuido, pues la norma sólo
autoriza al juez a “moderar el rigor” de la norma, no a prescindir de su aplicación.
Conforme a lo que expresamos al aludir a los alimentos congruos y necesarios, este
podría ser un caso de los últimos, es decir, una hipótesis en que subsistirían alimentos
necesarios en nuestra ley. Además, de conformidad al art. 973 del Código Civil, la
indignidad puede ser perdonada por el afectado por la injuria. Por ello, si el alimentario
acreditare que el alimentante perdonó la injuria en la que incurrió el primero en
perjuicio del segundo, podría aquél reclamar alimentos conforme a las reglas
generales.

b) Por llegar la persona del alimentario descendiente o hermano, a los 21


años de edad.

Cuando cualquiera de éstos cumple 21 años, cesa su derecho a percibir


alimentos (sea hombre o mujer, a diferencia de lo establecido antes de la reforma de
la Ley Nº 19.585, que sólo aludía a los varones, persistiendo el derecho de las
mujeres), salvo:
i.- Que estén estudiando una profesión u oficio, caso en el cual el derecho cesará a los
28 años; dados los términos de la ley, los estudios pueden cursarse en cualquier
establecimiento de educación básica o media, o en una universidad, en un instituto
profesional o en un centro de formación técnica.
ii.- Que por algún impedimento físico o mental se hallen inhabilitados para subsistir por
si mismos, o que, por circunstancias calificadas, el juez considere indispensables los
alimentos para la subsistencia del individuo de que se trate (art. 332, inc. 2º del
Código Civil). El impedimento físico o mental deberá acreditarse fundamentalmente
con informes periciales de médicos u otros profesionales afines. Las “circunstancias
calificadas” deben acreditarse en todo caso, y encontrarse debidamente fundadas en la
sentencia respectiva.

c) Con la muerte del alimentario.

El derecho de alimentos es personalísimo y por ende intransmisible. Con todo,


si a la muerte del alimentario existían pensiones devengadas, pero no pagadas, sus
herederos serán ahora titulares de dicho crédito, que harán efectivo en contra del
alimentante.

d) Cuando el padre o la madre no haya pagado la pensión de alimentos


judicialmente decretada (art. 324, último inciso, del Código Civil).

A nuestro juicio, el impedimento subsistirá en la medida en que los alimentos


no se pagaren. Si el padre o madre alimentante que estuviere en mora en el
cumplimiento de la obligación de alimentos pagare con posterioridad lo adeudado, se
restablecería su derecho a reclamar en el futuro una pensión de alimentos, si
concurren todos los supuestos para que ella se decrete judicialmente.
En consecuencia, creemos que, en este caso, no se extingue de manera
definitiva el derecho a reclamar alimentos, sino que, más bien, se suspende. Removida
la causal de suspensión, se reestablecerá el derecho.

e) Cuando el padre o la madre hubiere abandonado al hijo en su infancia, y la


filiación hubiere debido ser establecida por medio de sentencia judicial contra
la oposición del aludido padre o madre (art. 324, último inciso, del Código Civil).

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 62


En verdad, en este caso más que extinguir el derecho de alimentos, la ley
impide que nazca. El abandono, a nuestro juicio, implica que el progenitor no
contribuyó a la subsistencia del menor en un modo proporcionado a las necesidades de
éste y a la capacidad patrimonial del padre o madre. Pero si lo hizo, aunque no
reconoció la paternidad o maternidad, no se configura tal abandono. Ahora bien, el
abandono al que alude la ley pareciera tener esta exclusiva connotación económica,
siendo dudoso que pueda haberse configurado cuando el padre o madre se limitó a
proporcionar los medios para que el menor subsista, aunque no mantuvo con el
alimentario ningún vínculo. De todas formas, reconocemos que el punto es discutible,
pues el abandono afectivo puede lesionar igualmente el desarrollo espiritual del menor.
Como subraya Irma Bavestrello, no hay en nuestra ley un concepto genérico de
“abandono” de un menor por sus padres, distinguiéndose al efecto entre aquél
abandono en que incurren ambos progenitores o sólo uno de ellos. En cuanto al
abandono por parte de ambos padres, cabe tener presente el art. 12 de la Ley de
Adopción de Menores, que señala como presupuestos para la declaración de
susceptibilidad de ser adoptado un menor, el no proporcionarle atención personal o
económica, durante el plazo de dos meses, que se rebaja a treinta días si el niño fuere
menor de un año 70; y la entrega de éste a una institución de protección de menores o
a un tercero, existiendo por parte de los padres o guardadores el ánimo manifiesto de
liberarse de sus obligaciones legales. Agrega el art. 12 citado dos presunciones del
aludido ánimo: primero, cuando la mantención del menor a cargo de la institución o
del tercero no obedezca a una causa justificada, que la haga más conveniente para los
intereses del menor que el ejercicio del cuidado personal por el padre, la madre o las
personas a quienes se haya confiado su cuidado; segundo, cuando dichas personas no
visiten al menor, por lo menos una vez, durante cada uno de los plazos señalados
precedentemente, salvo causa justificada (para este efecto, agrega el art. 12, las
visitas quedarán registradas en la institución). La ley también se pone en el caso del
abandono por parte de uno solo de los progenitores: en el art. 225-2, letra c) del
Código Civil, que posibilita no conferir el cuidado personal al padre o madre que no
contribuyó a la mantención del hijo mientras está bajo el cuidado personal del otro
progenitor; en el art. 19 de la Ley Nº 14.908, en relación al art. 271 Nº 2 del Código
Civil, para los efectos de proceder a la emancipación judicial del menor, por abandono
de sus padres; y en el art. 267 del Código Civil, que establece entre las causales de
suspensión de la patria potestad, la larga ausencia del padre o madre, de la cual se
siga perjuicio grave en los intereses del hijo, a que el padre o madre ausente no
provee. 71 Bavestrello cita también los arts. 238 y 240 del Código Civil. El primero tiene
gran importancia, pues en él advierte la ley que los derechos concedidos a los padres
en el Título IX del Libro Primero del Código Civil (vale decir, el cuidado personal –que
involucra la crianza, corrección y educación del menor- y el mantener con su hijo una
relación directa y regular, si no estuviere bajo su cuidado personal), no podrán
reclamarse (o ejercerse) sobre el hijo que hayan abandonado. A las normas anteriores,
agregamos nosotros el art. 324, cuando alude al progenitor que abandonó al hijo en su
infancia. Este artículo es por lo demás perfectamente armónico con los arts. 223 y 238
del Código Civil. En el primero, se dispone que aunque la emancipación confiera al hijo
el derecho de obrar independientemente, queda siempre obligado a cuidar a los padres
en su ancianidad, en estado de demencia, y en todas las circunstancias de la vida en
que necesitaren sus auxilios (caso este último en el cual se encuentra el fundamento
para reclamar del hijo alimentos); el segundo, al que ya hicimos referencia, priva al
progenitor de “Los derechos concedidos a los padres en los artículos anteriores”, y
entre dichos artículos, está ciertamente el art. 223.

70
Estos plazos, inferiores a los que se contemplaban originariamente en la Ley de Adopción, fueron
establecidos por la Ley Nº 20.203, publicada en el Diario Oficial de fecha 3 de agosto de 2007.
71
Bavestrello Bontá, Irma, ob. cit., pp. 25 y 26.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 63


Bavestrello cita una definición de abandono propuesta en Argentina, y conforme
a la cual se entiende por tal “Toda situación de carencia que afecta la formación
integral del menor desde el punto de vista material, psíquica o moral, por ejercicio
defectuoso o abusivo de la autoridad paterna 72 o por no estar sometido a ella”. 73
Comparando la situación actual en nuestro Derecho con aquella que existía a
propósito de la filiación natural, se concluye que la ley es ahora más severa con el
ascendiente, pues éste siempre tenía derecho a alimentos, aún si el reconocimiento
hubiere sido forzado; en cambio, la norma es similar a lo que ocurría en la filiación
natural, en cuanto a privar al ascendiente de derechos hereditarios en la sucesión
abintestato del hijo, cuando dicha filiación respondía a un reconocimiento forzoso. El
padre o madre conservará, en cambio, todas sus obligaciones legales cuyo
cumplimiento vaya en beneficio del hijo o sus descendientes (art. 203, inc. 2º del
Código Civil).
Acerca de la determinación judicial de la paternidad o maternidad con oposición
del progenitor, Eduardo Gandulfo señala que pueden presentarse cuatro situaciones:
1° Que el padre o madre o ambos se allanen a la demanda, en cuyo caso no habrá
para ellos consecuencias desfavorables, pues se tratará de un reconocimiento judicial
voluntario; 2° Que el padre o madre o ambos simplemente no contesten la demanda:
en tal caso, opina el autor citado, tampoco hay consecuencias desfavorables para los
progenitores, pues quien nada ha dicho, no sostiene posición alguna (Gandulfo cita la
conclusión contraria que plantea Hernán Corral, para quien la no contestación de la
demanda constituye una defensa procesal negativa, y por ende, priva a los padres de
sus derechos) 74; 3° Que el padre o madre o ambos contesten la demanda, pero en
forma no asertiva, es decir, con dudas de la paternidad o maternidad. Dicha posición,
no es título suficiente para sancionar al demandado; y 4° Que el padre o madre o
ambos sostengan una pretensión contraria. En este último caso, sin embargo, es
necesario que el tribunal enjuicie si la oposición es o no razonable, de acuerdo con la
situación fáctica ventilada en el proceso. Por lo demás, no se puede olvidar que, dentro
de los derechos constitucionales, está la libertad o inviolabilidad de la defensa
procesal. Concluye Gandulfo afirmando que, para operar la sanción, el demandado
debe sostener: 1° Una pretensión directamente contraria a la del actor; y 2° Debe
carecer de razonabilidad o justificación, que la haga expresión de la falta de lealtad y
de la intención de evadir la paternidad o maternidad. 75
Daniel Juricic también formula una crítica a los términos de los arts. 203 y 324,
afirmando que la solución del Código Civil “limita el derecho a defensa, consagrado
constitucionalmente. Si la filiación se determinó judicialmente, significa que existió un
proceso, en el cual, como una manifestación básica del debido proceso, ambas partes
tienen derecho a defenderse. Este derecho se hace ilusorio si por el solo hecho de
ejercitarse, lo que se hace oponiéndose a la demanda, el demandado se ve expuesto a
drásticas sanciones. Así, junto con el del artículo 203, la norma es un perverso
desincentivo del derecho a defenderse, que pone a los padres o madres demandados
en situación de verse forzados a allanarse a una demanda infundada, pues defenderse

72
Hoy, debiéramos decir “autoridad parental”.
73
Bavestrello Bontá, Irma, ob. cit., pp. 24 y 25, quien a su vez cita a Alvarez, Atilio, “Conformación Jurídica
del abandono y su declaración judicial”, Primer Congreso Chileno de Adopción, Concepción, 1987. La
definición que éste reproduce, corresponde a la elaborada en el Tercer Encuentro de la Asociación de
Magistrados de la Judicatura de Menores de la República Argentina, celebrado en Colón, en el año 1982.
74
Corral Talciani, Hernán, “Determinación de la Filiación y Acciones de Estado en la Reforma de la Ley
número 19.585, 1998”, en “Revista de Derecho” (Universidad Católica de Valparaíso, Nº 20, 1999, pp. 94 y
95.
75
Gandulfo R., Eduardo, “La filiación, el nuevo ordenamiento y los criterios para darle origen, factores de
determinación y metacriterios de decisión”, en Gaceta Jurídica Nº 314, (Santiago de Chile, agosto de 2006,
pp. 44 y 45.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 64


puede irrogarles un perjuicio mayor. Tanto el artículo 203 como el 324 son, en este
aspecto, inconstitucionales”. 76
Igualmente crítica es Claudia Schmidt, quien afirma: “No compartimos (…) la
causal de exclusión contenida en el artículo 324, inciso 3°, según el cual quedan
privados del derecho a pedir alimentos al hijo, el padre o madre cuando la filiación
haya debido ser establecida por medio de una sentencia judicial contra su oposición
(…) En nuestro juicio en muchas ocasiones de la vida real, un hijo pudo haber sido
engendrado en una relación casual, y en esos casos, es lógico pensar que al supuesto
padre le asistan dudas razonables acerca de su paternidad, pero que una vez
comprobadas en juicio a través de la prueba biológica del ADN, éste quiera tener una
relación parental con ese hijo. Con esta norma, lo que el legislador está fomentando es
la no coparentalidad, entrando en conflicto con el principio de la corresponsabilidad a
que alude el artículo 7 número 1 de la Convención sobre los derechos del Niño”. 77
Como destaca Schmidt, el inc. 3° del art. 324 fue prácticamente copiado del art. 111
del Código Civil español 78, que ha sido tachado de inconstitucional por el Tribunal
Supremo. 79
Ahora bien, cabe tener presente que la privación de los derechos al padre o
madre no es irreversible. En efecto, se restituirán al padre o madre todos los derechos
de los que está privado, si el hijo así lo consintiere (art. 203, último inciso). Para ello,
deben cumplirse los siguientes requisitos:
1° Que el hijo alcance la plena capacidad;
2° Que manifieste su voluntad por escritura pública o por testamento (en este último
caso, no sirve el testamento del menor adulto). El restablecimiento por escritura
pública producirá efectos desde su subinscripción al margen de la inscripción de
nacimiento del hijo y será irrevocable. El restablecimiento por acto testamentario
producirá efectos desde la muerte del causante (en este último caso, si bien estamos
ante una “declaración” testamentaria, no es de aquellas que surten efectos de
inmediato). 80 La restitución de derechos al padre o madre no alcanza, por cierto, a la
patria potestad, pues para operar la aludida restitución, se requiere que el hijo sea
plenamente capaz. La restitución tendrá sí gran importancia, en aspectos sucesorios,
pues confiere al padre o madre la calidad de legitimario (art. 1182, inc. 2º del Código
Civil).
Pero frente al aludido restablecimiento de derechos hereditarios, cabe
preguntarse lo siguiente: ¿Tiene derecho a pedir alimentos al hijo, el padre o madre en
cuyo favor operó la restitución de derechos, cuando dicho padre o madre hubiere

76
Juricic Cerda, Daniel, ob. cit., p. 20.
77
Schmidt Hott, Claudia, ob. cit., pp. 111 y 112.
78
Dispone el art. 111 del Código Civil español: “Quedará excluido de la patria potestad y demás funciones
tuitivas y no ostentará derechos por ministerio de la Ley respecto del hijo o sus descendientes, o en sus
herencias, el progenitor: 1º Cuando haya sido condenado a causa de las relaciones a que obedezca la
generación, según sentencia penal firme. 2º Cuando la filiación haya sido judicialmente determinada contra
su oposición. / En ambos supuestos el hijo no ostentará el apellido del progenitor en cuestión más que si lo
solicita él mismo o su representante legal. / Dejarán de producir efecto estas restricciones por determinación
del representante legal del hijo aprobada judicialmente, o por voluntad del propio hijo una vez alcanzada la
plena capacidad. / Quedarán siempre a salvo las obligaciones de velar por los hijos y prestarles alimentos.”
79
Señala una sentencia de 23 de julio de 1987, del Tribunal Supremo: “a nivel de preceptos
constitucionales, más bien cabría de tachar de inconstitucional el precepto del artículo 111 por cuya
aplicación se pugna, ya que indiscriminadamente relega graves efectos sancionatorios a la mera oposición a
la acción de filiación, sin acepción de los progenitores que razonablemente abrigaron dudas sobre su
paternidad y disipadas por prueba del juicio, acataron lo pronunciado aquietándose con la sentencia de
primer grado.”: fallo publicado en “Actualidad Civil”, Referencia 922/87, citada primero por O’Callaghan
Muñoz, Xavier, en “Investigación de la Paternidad, Acciones de Filiación. Acción de investigación de la
Paternidad. Prueba biológica”, Actualidad Editorial S.A., Madrid, 1993, pp. 14, 116 y 117, y citada también
por Schmidt Hott, Claudia, ob. cit., p. 112.
80
Obviamente, la restitución de derechos por acto testamentario no tendrá incidencia en el derecho de
alimentos del padre o madre, quienes sólo en vida del testador podrían haberlos reclamado.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 65


abandonado en su infancia al hijo? Parece dudoso, pues el art. 324 nada dice al efecto,
a diferencia de la expresa indicación contenida en los arts. 994 y 1182, acerca de los
derechos hereditarios. Con todo, Maricruz Gómez de la Torre Vargas concluye en otros
términos, afirmando: “Sin embargo, si el hijo perdonare al padre por escritura pública
o testamento, se restituirán todos los derechos de que esté privado respecto del hijo.
Esta restitución restablece el derecho a demandar alimentos al hijo si los necesitare”. 81
El abandono que justifica la pérdida del derecho a reclamar alimentos ha de
haberse producido en la “infancia”. Ahora bien, el art. 26 del Código Civil dispone que
“Llámase infante o niño todo el que no ha cumplido siete años.” Por ende, en principio,
debiéramos entender que la “infancia” concluye cuando el menor cumple siete años. La
sanción del legislador se justificaría, al faltar el progenitor a su deber elemental de
proteger a su hijo en los primeros años de vida. Como vemos, el Código Civil asimila a
la expresión “infante” a la de “niño”. Ocurre, sin embargo, que en otras normas de
nuestro ordenamiento jurídico, la palabra “niño” se extiende más allá de los siete años
de edad. En efecto, en la Convención sobre los derechos del Niño, se entiende por tal
el que no ha cumplido los 18 años. Por su parte, en el art. 16 de la Ley sobre
Tribunales de Familia, niño o niña es todo ser humano que no ha cumplido los catorce
años. ¿Cómo resolver esta discrepancia? A juicio de Claudia Schmidt, “una correcta
interpretación del artículo 324 inciso final que analizamos, nos debe llevar a interpretar
recurriendo especialmente al elemento sistemático, que niño o niña es el ser humano
que no ha cumplido 14 años a lo menos. De esta premisa, resulta como consecuencia
que en la especie no es aplicable el artículo 26 del Código Civil”. 82 El punto nos parece
discutible, considerando que, para el Código Civil, no obstante hacer sinónimos infante
y niño, no hay duda que el límite de la infancia está en los siete años. 83 Y es
precisamente por haber abandonado al hijo en sus primeros años de vida, que se
explica la sanción que recae sobre el progenitor. De cualquier forma, compartimos la
sugerencia de Claudia Schmidt, en cuanto a la necesidad de reformar el art. 26 del
Código Civil, para armonizarlo con las otras normas mencionadas.

f) Por cesar las necesidades del alimentario.

Como lo expresamos, los alimentos se deben en la parte en que los medios de


subsistencia del alimentario no le alcancen para subsistir de un modo correspondiente
a su posición social (art. 330), y mientras continúen las circunstancias que legitimaron
la demanda (art. 332). Así las cosas, si la situación patrimonial del alimentario
evoluciona favorablemente en términos tales que puede por sí solo atender a su
subsistencia, resulta injustificable que se mantenga la obligación de proporcionar los
alimentos por el alimentante. En tal caso, éste deberá deducir la respectiva demanda
de cese de pensión alimenticia.

g) Por cesar respecto del alimentario, la causa legal que lo facultaba para
reclamar alimentos.

El derecho a percibir una pensión de alimentos subsistirá, mientras se


mantenga respecto del alimentario, la causa legal que así lo justifique. En

81
Gómez de la Torre Vargas, Maricruz, El sistema filiativo chileno, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de
Chile, 2007, p. 195.
82
Schmidt Hott, Claudia, ob. cit., pp. 113 a 115.
83
Hay sin embargo otro argumento favorable al planteamiento de Claudia Schmidt: para el Diccionario de la
Lengua Española, “infancia” es el “Período de la vida humana desde que se nace hasta la pubertad”. Para el
Código Civil chileno, no lo olvidemos, son púberes las mujeres de 12 años y los varones de 14 años, hasta
los 18 años. Para la Ley sobre Tribunales de Familia, los púberes, que llama tal ley “adolescentes”, son los
niños y las niñas entre 14 y 18 años.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 66


consecuencia, una vez que ésta se extinga, se extinguirá también el derecho de
alimentos. Ocurrirá lo anterior, por ejemplo, en los siguientes casos:
i.- Cuando quedare ejecutoriada la sentencia de divorcio. Dispone al efecto el art. 60
de la Ley de Matrimonio Civil: “El divorcio pone fin a las obligaciones y derechos de
carácter patrimonial cuya titularidad y ejercicio se funda en la existencia del
matrimonio, como los derechos sucesorios recíprocos y el derecho de alimentos, sin
perjuicio de lo dispuesto en el Párrafo 1 del Capítulo siguiente”.
ii.- Cuando quede ejecutoriada la sentencia que declare la nulidad del matrimonio o
cuando cese la buena fe de ambos presuntos cónyuges. Aun en el caso de que el
matrimonio hubiere sido “putativo”, los efectos que dicho matrimonio aparente hubiere
generado, expirarán cuando la sentencia respectiva quede ejecutoriada o incluso
antes, en el momento en que haya cesado la buena fe de ambos presuntos cónyuges.
Dispone el art. 51, inc. 1º de la Ley de Matrimonio Civil: “El matrimonio nulo que ha
sido celebrado o ratificado ante el oficial del Registro Civil produce los mismos efectos
civiles que el válido respecto del cónyuge que, de buena fe y con justa causa de error,
lo contrajo, pero dejará de producir efectos civiles desde que falte la buena fe por
parte de ambos cónyuges”.
iii.- Cuando quede ejecutoriada la sentencia que acoja la acción de impugnación de la
filiación o la acción de impugnación y reclamación de la filiación. Como es lógico, si la
sentencia determina que el alimentario o la alimentaria no es descendiente del
alimentante o es en realidad descendiente de otra persona, se extinguirá la obligación
de alimentos que pesaba sobre el, hasta ese momento, supuesto progenitor.
iv.- Cuando quede ejecutoriada la sentencia que acoja la acción de nulidad del
reconocimiento de un hijo. Caben las mismas consideraciones que en el caso anterior.

16.- El Registro Nacional de Deudores de Pensiones de Alimentos.

La Ley Nº 21.389, incorporó a continuación del art. 19 ter de la Ley Nº 14.908,


un Título Final, que crea el aludido Registro, que entró en vigencia el 19 de noviembre
de 2022. 84 Seguidamente, revisaremos sus normas, que inciden en variadas materias.
Todas, propenden a lograr que el deudor de pensiones de alimentos pague lo debido y
cumpla con ello con su obligación esencial para con su familia.

16.1. Definiciones.

El art. 20 de la Ley Nº 14.908, define “Registro”, “Deudor de alimentos”,


“Personas con interés legítimo en la consulta” y “Servicio”:
“Definiciones. Para los efectos de este Título, se entenderá por:

84
De acuerdo al art. 1º transitorio de la Ley Nº 21.389, las disposiciones “que regulan el Registro Nacional
de Deudores de Pensiones de Alimentos y el deber de los juzgados con competencia en asuntos de familia,
referido en el inciso séptimo del artículo 12 de la ley N° 14.908, de disponer de oficio y mensualmente
realizar la liquidación de las pensiones de alimentos y notificar dicha liquidación a las partes, entrarán en
vigencia transcurrido un año contado desde la publicación de esta ley en el Diario Oficial. Asimismo,
tratándose de los alimentos decretados o aprobados con anterioridad a la publicación de la presente ley, las
disposiciones legales referidas en el inciso anterior sólo tendrán aplicación luego de transcurrido un año
contado desde la publicación de esta ley en el Diario Oficial, y siempre que el alimentario manifieste su
voluntad de cobro de la pensión ante el tribunal. Se entenderá que el alimentario manifiesta su voluntad de
cobro de la pensión, cuando éste requiera practicar una nueva liquidación o solicite la conversión del monto
en los términos del artículo tercero transitorio. Podrán practicarse las solicitudes del inciso anterior desde la
publicación de esta ley en el Diario Oficial. Para estos efectos, deberá disponerse de formularios especiales,
dentro del plazo de dos meses, cuyo contenido y formato serán determinados por la Corporación
Administrativa del Poder Judicial”. Puesto que la Ley N° 21.389 se publicó en el Diario Oficial el 18 de
noviembre de 2021, sus disposiciones entraron en vigencia el 22 de noviembre de 2022.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 67


1. Registro: el Registro Nacional de Deudores de Pensiones de Alimentos. 85
2. Deudor de alimentos: el alimentante con inscripción vigente en el Registro.
3. Personas con interés legítimo en la consulta: el deudor de alimentos, su alimentario
o el representante legal de éste, los tribunales con competencia en asuntos de familia
y las personas o entidades obligadas a consultar el Registro.
4. Servicio: el Servicio de Registro Civil e Identificación”.
Con relación al Nº 3, según podrá observarse de las normas que siguen, el
acceso a consultar el Registro es restringido, pues sólo ciertas personas naturales y
jurídicas están facultadas para hacerlo. Son las que tienen un “interés legítimo”.
Respecto de las personas con interés legítimo en la consulta, el art. 1 del
decreto Supremo N° 62, publicado el 29 de julio de 2022 (“Aprueba reglamento del
Registro Nacional de deudores de pensiones de alimentos”), precisa que se incluyen
entre ellas “los órganos de la Administración del Estado y entidades que, de
conformidad con las disposiciones de la ley N° 14.908, puedan consultar el Registro,
para la adjudicación de beneficios económicos”.

16.2. Objetivo del Registro y gestión del mismo.

Establece el art. 21: “El Registro. Créase el Registro Nacional de Deudores de


Pensiones de Alimentos, cuyo objeto es articular diversas medidas legales, a fin de
promover y garantizar el cumplimiento de las pensiones de alimentos. Este Registro
será electrónico y de acceso remoto, gratuito e inmediato, para cualquier persona con
interés legítimo en la consulta. / El funcionamiento y la administración del Registro
estarán a cargo del Servicio de Registro Civil e Identificación. Un reglamento, expedido
por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, regulará los aspectos técnicos, de
operatividad y de cualquier otra especie necesarios para la adecuada implementación y
funcionamiento del Registro”.
Como se dijo, el Reglamento de la Ley N° 21.389 consta en el Decreto Supremo
N° 62, publicado en el Diario Oficial el 29 de julio de 2022.
El art. 1, letra d) de este Reglamento, se refiere a la “Plataforma Electrónica
Centralizada”, en los siguientes términos: “Herramienta informática dispuesta para el
funcionamiento del Registro, en la cual el Servicio efectuará las inscripciones que el
tribunal competente le ordene, y cuya finalidad es recibir la información, almacenar
electrónicamente los documentos y permitir a las personas con interés legítimo
consultar si una persona tiene inscripción vigente en el Registro en calidad de deudor
de alimentos, otorgando la correspondiente certificación o comprobante de consulta,
según corresponda”.
El art. 2 del Decreto Supremo N° 62 se refiere al Registro Nacional de Deudores
de Pensiones de Alimentos en los siguientes términos: “El Registro. El Servicio tendrá a
su cargo el funcionamiento y la administración del Registro, destinado a dar cuenta de
las inscripciones ordenadas por los tribunales con competencia en asuntos de familia,
de aquellos alimentantes que reúnan las condiciones señaladas en el artículo 22 de la
ley N° 14.908; como, asimismo, de la actualización, modificación o cancelación de
dichas inscripciones, permitiendo el acceso a la información contenida en este a toda
persona con interés legítimo en la consulta”.
Nos referimos al art. 22 de la Ley N° 14.908 en el acápite que sigue.

16.3. Contenido del Registro.

85
Al mencionar más adelante “el Registro”, sin otra calificación, debe entenderse que aludimos al Registro
Nacional de Deudores de Pensiones de Alimentos.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 68


Dispone el art. 22 quiénes deben incorporarse al Registro: “Contenido. El
Registro dará cuenta de la inscripción de las personas que reúnan copulativamente las
siguientes condiciones:
a) Que estén obligadas al pago de una pensión de alimentos, provisorios o definitivos,
fijados o aprobados por resolución judicial que causa ejecutoria.
b) Que adeuden, total o parcialmente, al menos tres mensualidades consecutivas de
alimentos provisorios o definitivos, o cinco discontinuas”. 86

16.4. Funciones del Servicio de Registro Civil e Identificación en lo que


respecta al Registro y acceso al mismo por personas “con interés legítimo en
la consulta” y a las certificaciones que se le pidan.

Dos son estas funciones, expresadas en el art. 23, inc. 1º: “Funciones del
Servicio. En lo que respecta al Registro, son funciones del Servicio de Registro Civil e
Identificación:
a) Realizar las inscripciones, modificaciones, actualizaciones y cancelaciones en el
Registro, ordenadas por el tribunal competente, por los medios y en la forma que
determine el reglamento.
b) Certificar en línea, por los medios y en la forma que determine el reglamento, si la
persona por la que se consulta tiene inscripciones vigentes en el Registro en calidad de
deudor de alimentos”.
A su vez, el inc. 2º se refiere a quiénes pueden acceder al Registro y
consultarlo: “Toda persona con interés legítimo en la consulta y quienes deban
realizarla podrán acceder en línea al Registro y obtener en forma gratuita la
certificación indicada en este literal. En caso de existir una inscripción vigente, la
certificación deberá individualizar al deudor de alimentos, mediante su nombre
completo y número de cédula de identidad o documento de identificación
correspondiente; indicar el número de alimentarios afectados, el monto actualizado de
la deuda y la cantidad de cuotas adeudadas, la individualización del tribunal que fijó o
aprobó la pensión y los datos de la cuenta dispuesta para realizar el pago. Si quien
realiza la consulta es el alimentario afectado o su representante legal, se podrá optar a
que la certificación también incluya referencia a dicho alimentario, individualizándolo a
través de su nombre completo y número de cédula de identidad o documento de
identificación correspondiente”.
De esta manera, el respectivo certificado otorgado por el Servicio de Registro
Civil e Identificación debe contener:
i.- La individualización del deudor de alimentos (nombre completo, número de su
cédula de identidad o documento de identificación correspondiente);
ii.- Número de alimentarios afectados;
iii.- El monto actualizado de la deuda;
iv.- La cantidad de cuotas adeudadas;
v.- La individualización del tribunal que fijó o aprobó la pensión;
vi.- Los datos de la cuenta dispuesta para efectuar el pago.

86
Debe tenerse presente lo dispuesto en el art. 5º transitorio de la Ley Nº 21.389: “En la contabilización del
número de cuotas adeudadas necesaria para la inscripción de una persona en el Registro en calidad de
deudor de alimentos, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 22 de la ley N° 14.908, incorporado por
esta ley, sólo se considerarán las pensiones alimenticias devengadas y no pagadas a partir la publicación de
esta ley. / No obstante lo dispuesto en el inciso anterior, una vez cumplidas las condiciones legales para ser
inscrito en el Registro, la inscripción deberá dar cuenta de la totalidad de las cuotas y monto adeudado
resultante de la liquidación, incluidas las pensiones devengadas con anterioridad a la publicación de esta ley.
En consecuencia, para efectos de la cancelación de la inscripción en el Registro, de conformidad con lo
dispuesto en los artículos 25 y 26 de la ley N° 14.908, deberá considerarse la totalidad de las pensiones
alimenticias adeudadas”.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 69


vii.- Eventualmente, la individualización del alimentario (nombre completo, número de
su cédula de identidad o documento de identificación correspondiente), si quien realiza
la consulta es el alimentario afectado o su representante legal.
El art. 3 del Decreto Supremo N° 62, establece lo siguiente respecto del
funcionamiento del Registro Nacional de Deudores de Pensiones de Alimentos: “Del
funcionamiento del Registro. El Registro será electrónico y de acceso remoto, gratuito
e inmediato para cualquier persona con interés legítimo en la consulta. / El Registro se
organizará de forma tal que permita consultar, en un solo acto, todas las inscripciones
vigentes que afectaren a una persona en calidad de deudor de alimentos. / El Servicio
deberá adoptar las medidas que sean necesarias a efectos de garantizar el correcto
funcionamiento del Registro y que este opere de manera ininterrumpida; velar por la
fidelidad y preservación de la información registrada; y el adecuado acceso a las
consultas y certificaciones del Registro, brindando el soporte técnico y humano
necesario en coordinación permanente con los tribunales de justicia con competencia
en asuntos de familia. / El Servicio, de conformidad con lo dispuesto en los literales h)
e i) del artículo 7° de la ley N° 19.477, podrá celebrar convenios con otras
instituciones públicas y privadas con el objeto de coordinar la interconexión con el
Registro y las comunicaciones de información por medios electrónicos”.
El art. 4 del citado Reglamento, regula lo concerniente a las “actuaciones
registrales”, que pueden ser de cinco tipos: i) inscripciones; ii) actualizaciones; iii)
modificaciones; iv) cancelaciones; y v) anotaciones. Establece la norma: “Actuaciones
registrales. Para efectos del presente reglamento, se consideran actuaciones
registrales las inscripciones, actualizaciones, modificaciones, cancelaciones y
anotaciones, ordenadas al Servicio por los tribunales con competencia en asuntos de
familia, así como las rectificaciones administrativas referidas en el artículo 8°. / El
tribunal comunicará al Servicio, mediante sistema de interconexión electrónica, la
orden de inscripción, actualización, modificación, cancelación o anotación
correspondiente. El Servicio, con el mérito de la respectiva orden del tribunal
competente, procederá a practicar la correspondiente inscripción, actualización,
modificación, cancelación o anotación, manteniendo actualizado el Registro. / El
Registro deberá disponer de una Plataforma Electrónica Centralizada que permita dejar
constancia del tipo de actuación registral que le sea comunicada al Servicio por parte
del tribunal que la ordena; de su contenido; y la fecha y hora de la comunicación”.

16.5. Inscripción de los deudores en el Registro.

Se regula esta materia en el art. 24:


i.- El inc. 1º del art. 24, reglamenta la periodicidad con que los Tribunales de Familia
deben enviar al Servicio de Registro Civil la información necesaria para incorporar
deudores al Registro y señala los requisitos que debe cumplir la resolución judicial que
contenga dicha información y ordene la inscripción: “Inscripción en el Registro.
Mensualmente, el tribunal competente, de oficio o a petición de parte, una vez
practicadas las liquidaciones correspondientes, ordenará al Servicio, con citación al
alimentante y al alimentario, inscribir en el Registro al alimentante moroso que reúna
las condiciones señaladas en el artículo 22. Esta resolución deberá individualizar de
forma completa a la persona que registre deudas derivadas de pensiones alimenticias,
con señalamiento de la identificación de cada uno de los alimentarios, causas
respectivas, número de cuotas adeudadas, sea total o parcialmente, monto adeudado
resultante de la liquidación y datos de la cuenta dispuesta para realizar el pago”.
De esta manera, le resolución judicial que ordene la inscripción, debe una vez
que se practique la correspondiente liquidación y contener: i) La individualización del
deudor; ii) La identificación de cada uno de los alimentarios; iii) Las causas respectivas
en las que se haya decretado el pago de las pensiones adeudadas; iv) El número de

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 70


cuotas adeudadas, señalando si se deben en su integridad o de manera parcial; v) El
monto adeudado, resultante de la liquidación practicada por el tribunal; y vi) Los datos
de la cuenta dispuesta para el pago de las pensiones adeudadas.
ii.- El inc. 2º del art. 24 alude a la notificación de la resolución que ordena incorporar
al deudor al Registro y a la objeción que pueda plantearse por el afectado y la forma
en la que ésta debe resolverse: “La resolución indicada en el inciso anterior y la o las
liquidaciones en las que se funda deberán ser notificadas conjuntamente y en un solo
acto a las partes interesadas, en la forma dispuesta por el inciso octavo del artículo 12,
teniéndose por aprobadas si no fueren objetadas dentro de tercero día. Habiéndose
presentado objeción contra esta resolución o las liquidaciones, el tribunal resolverá en
el más breve plazo, de plano o previo traslado, y con el solo mérito de los
antecedentes que las partes acompañen a sus presentaciones y aquellos que obren en
el proceso. En contra de la resolución que ordena la inscripción del alimentante en el
Registro, éste sólo podrá alegar el incumplimiento de las condiciones legales del
artículo 22”.
Se desprende por lo tanto de esta norma, que antes de que el tribunal ordene al
Servicio de Registro Civil e Identificación que practique una inscripción en el Registro,
será necesario: i) Liquidar la deuda; ii) Notificar a las partes (alimentante y
alimentario) tanto la resolución como la liquidación; y, iii) Que transcurra el plazo de
tres días sin que hayan sido objetadas, o, si hubo objeción, que el tribunal se haya
pronunciado acerca de ésta.
La notificación a las partes deberá hacerse “en la forma dispuesta por el inciso
octavo del artículo 12”, del siguiente tenor: “Salvo lo dispuesto en el inciso primero,
las resoluciones dictadas en la etapa de cumplimiento de la pensión alimenticia
deberán notificarse en la forma electrónica que el alimentante hubiere indicado, según
lo dispuesto en el inciso final del artículo 23 de la ley N° 19.968, que crea los
tribunales de familia, y, en caso de no haber señalado forma alguna de notificación o
no encontrarse ésta vigente, por medio del estado diario electrónico. En estos casos no
tendrá aplicación lo dispuesto en el artículo 52 del Código de Procedimiento Civil”.
iii.- El inc. 3º del art. 24 señala el único plazo que tienen las partes para objetar la
liquidación de la deuda, cuando el alimentante reúne las condiciones para ser inscrito
en el Registro: “La única oportunidad para presentar objeciones a la liquidación, en los
casos en que habiéndose practicado ésta el tribunal constate que el alimentante
moroso reúne las condiciones señaladas en el artículo 22 para ser inscrito en el
Registro, es el plazo de tres días referido en el inciso anterior. En consecuencia, en
estos casos, el tribunal únicamente notificará a las partes la liquidación conjuntamente
con la orden de inscripción, y en un solo acto, para que exista un plazo único y común
para hacer valer las objeciones que correspondan”.
iv.- El inc. 4º del art. 24 se pone en el caso de que sea acogida la objeción a la
resolución que ordena la inscripción o a la liquidación: “La decisión que acoja la
objeción deducida, sea respecto de la orden de inscripción o de la liquidación que le
sirve de fundamento, sólo será impugnable por la contraparte mediante recurso de
reposición y siempre que ésta no hubiere tenido ocasión de ser oída sobre la materia
que se reclama. Dicha solicitud de reposición deberá deducirse dentro de tercero día y
de forma fundada. El tribunal fallará de plano la reposición, pero podrá oír a la otra
parte cuando la complejidad del asunto así lo aconsejare. En contra de la resolución
que resuelve la reposición no procederá recurso alguno. Tampoco será recurrible la
decisión que rechaza la objeción deducida”.
Como puede observarse, será en este caso el alimentario (interesado en que se
realice la inscripción del deudor) quien deberá interponer el recurso de reposición.
v.- El inc. 5º del art. 24, se refiere al pago hecho por el alimentante, mediante el cual
evita que se le incorpore al Registro: “El alimentante, dentro del plazo señalado para
presentar objeciones o, en su caso, hasta el día siguiente a que se falle la objeción o

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 71


solicitud de reposición deducida, podrá enervar la orden de inscripción mediante el
pago íntegro de la deuda por pensión alimenticia”.
vi.- El inc. 6º del art. 24, trata de la actualización mensual de la información contenida
en el Registro: “Una vez practicada la inscripción en el Registro, el tribunal
competente, mensualmente, tan pronto quede firme la liquidación respectiva, deberá
comunicar al Servicio el número de mensualidades y monto adeudado para proceder a
su actualización”.
El art. 5 del decreto Supremo N° 62 establece que, para requerir una
inscripción, deberá proporcionarse la siguiente información: i) la individualización del
deudor de alimentos; ii) la individualización de cada uno de los alimentarios
beneficiarios de la pensión alimenticia; iii) la individualización del proceso judicial; iv)
el número de cuotas adeudas; y v) Los datos de la cuenta en la que debe efectuarse el
pago de las pensiones.
Dispone la norma: “Inscripción. Para efectos de practicar las inscripciones en el
Registro, las órdenes de los tribunales competentes que le sean comunicadas al
Servicio deberán contener las menciones señaladas en el inciso primero del artículo 24
de la ley N° 14.908. En caso de que la respectiva orden no lo indique, el Servicio
deberá solicitar la siguiente información al respectivo tribunal:
a) La individualización del deudor de alimentos, mediante su nombre completo,
domicilio y número de cédula de identidad o documento de identificación
correspondiente.
b) La individualización de cada uno de los alimentarios beneficiarios de la
pensión alimenticia, mediante su nombre completo, domicilio y número de cédula de
identidad o documento de identificación correspondiente.
c) La individualización del proceso judicial a través del cual fue fijada o
acordada la pensión alimenticia, mediante la designación del tribunal, número de causa
y fecha de la resolución.
d) El señalamiento del número de cuotas adeudadas, sea total o parcialmente, y
del monto adeudado que resulte de la última liquidación practicada.
e) Los datos de la cuenta dispuesta para realizar el pago de la pensión de
alimentos”.

16.6. Actualizaciones en el Registro.

Se refiere a la materia el art. 6 del Decreto Supremo N° 62, del siguiente tenor:
“Actualización. De conformidad con lo dispuesto en el inciso final del artículo 24 de la
ley N° 14.908, luego de practicada una inscripción en el Registro, el tribunal
competente, mensualmente, tan pronto quede firme la liquidación respectiva,
comunicará al Servicio el número de mensualidades y monto adeudado, con objeto de
que proceda a la actualización de estos datos en el Registro”.

16.7. Modificaciones y rectificaciones en el Registro.

El Decreto Supremo N° 62 regula en su art. 7 lo que concierne a las


modificaciones y rectificaciones judiciales. A su vez, el art 8 reglamenta las
rectificaciones administrativas.

a) Modificaciones y rectificaciones judiciales.

Establece el art. 7: “De la modificación y/o rectificación judicial. El Servicio


procederá a practicar las demás modificaciones o rectificaciones que sean ordenadas
por el tribunal competente, cuando esto sea necesario a efectos de enmendar algún
dato o mención registrado de conformidad con la comunicación que originalmente se

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 72


haya remitido al Servicio, o actualizar un dato no comprendido en la actualización
periódica regulada en el artículo anterior”.

b) Rectificaciones administrativas.

Dispone el art. 8: “De la rectificación administrativa. Lo dispuesto en el artículo


anterior no impide el ejercicio de la facultad que tiene el Director Nacional del Servicio
de ordenar, de oficio y por la vía administrativa, la rectificación de las inscripciones que
contengan omisiones o errores manifiestos, de conformidad con lo dispuesto por el
artículo 17 de la ley N° 4.808, sobre Registro Civil, 87 cuyo texto refundido, coordinado
y sistematizado fue fijado por el artículo 3° del decreto con fuerza de ley N° 1, de
2000, del Ministerio de Justicia”.

16.8. Cancelación de una inscripción en el Registro.

Regula la materia el art. 25: “Cancelación de la inscripción en el Registro. La


cancelación de la inscripción en el Registro será dispuesta de oficio por orden judicial y
comunicada al Servicio, tan pronto se constate el pago íntegro de los alimentos
adeudados o se adopte un acuerdo de pago, serio y suficiente, que sea aprobado por el
tribunal por resolución firme o ejecutoriada, según lo dispuesto en el artículo 26”.
Por lo tanto, dos son las situaciones que autorizan al Juez para disponer la
cancelación en el Registro:
i.- Cuando se constate que el alimentante pagó íntegramente lo adeudado.
ii.- Cuando se apruebe un acuerdo de pago serio y suficiente, en los términos
expuestos en el art. 26, al que seguidamente nos referiremos.
El art. 9 del Decreto Supremo N° 62, establece por su parte: “Cancelación. Por
la cancelación de una inscripción en el Registro, esta quedará sin efecto. La
cancelación de la inscripción únicamente podrá ser dispuesta por orden judicial
expresa, comunicada al Servicio en conformidad con el artículo 4°, y que contenga los
datos necesarios para su eliminación del Registro”.
El inc. 2° del art. 4 del Decreto Supremo N° 62, dispone respecto de la
notificación que el tribunal haga al Servicio: “El tribunal comunicará al Servicio,
mediante sistema de interconexión electrónica, la orden de inscripción, actualización,
modificación, cancelación o anotación correspondiente. El Servicio, con el mérito de la
respectiva orden del tribunal competente, procederá a practicar la correspondiente
inscripción, actualización, modificación, cancelación o anotación, manteniendo
actualizado el Registro”.

16.9. Anotaciones en el Registro.

Se refiere a la materia el art. 10 del Decreto Supremo N° 62: “Anotación. El


Servicio, a través de una anotación al margen de la inscripción respectiva, deberá

87
El art. 17 de la Ley N° 4.808, dispone: “Las inscripciones no podrán ser alteradas ni modificadas sino en
virtud de sentencia judicial ejecutoriada. / No obstante lo anterior, el Director General del Registro Civil
Nacional podrá ordenar, por la vía administrativa, la rectificación de inscripciones que contengan omisiones o
errores manifiestos. / Asimismo, el Director podrá ordenar, de oficio o a petición de parte, la rectificación de
una inscripción en que aparezca subinscrito el reconocimiento de un hijo o la sentencia que determina su
filiación, con el solo objeto de asignar al inscrito el o los apellidos que le correspondan y los nombres y
apellidos del padre, madre o ambos, según los casos. / Se entenderán por omisiones o errores manifiestos
todos aquellos que se desprendan de la sola lectura de la respectiva inscripción o de los antecedentes que le
dieron origen o que la complementan. / Las rectificaciones ordenadas administrativamente estarán exentas
de impuesto. / Estas rectificaciones se practicarán de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 104 del
Reglamento Orgánico del Registro Civil, aprobado por Decreto con Fuerza de Ley N.º 2.128, de 10 de agosto
de 1930”.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 73


dejar constancia en el Registro de la orden judicial expedida por el tribunal
competente, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 34 de la ley N° 14.908. /
La anotación indicará la fecha de la resolución, identificando si la autorización es para
la expedición de licencia de conducir o de pasaporte, y el plazo de vigencia limitada de
la autorización”.
Nos referimos al art. 34 más adelante (N° 16.27).

16.10. Acceso al Registro.

El art. 11 del Decreto Supremo N° 62 reglamenta el acceso al Registro,


estableciendo: i) la manera de consultarlo; ii) los datos que deben proporcionar las
personas naturales que lo consulten; y iii) los datos que deben proporcionar las
personas que hagan la consulta en representación de una persona jurídica.
La norma es del siguiente tenor:
“Consulta. Toda persona con interés legítimo en la consulta y quienes deban
realizarla, podrán acceder en línea al Registro, a fin de consultar si una determinada
persona tiene inscripción vigente en calidad de deudor de alimentos. Para estos
efectos, los usuarios deberán utilizar el mecanismo de autenticación de identidad que
al efecto establezca el Servicio, de conformidad con lo establecido en el inciso segundo
del artículo 2°, del artículo primero, del decreto con fuerza de ley N° 89, de 2020, del
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, que establece normas para regular los
registros y procedimientos relativos a inscripciones, subinscripciones y certificados, a
cargo del Servicio de Registro Civil e Identificación, necesarias por las modificaciones
introducidas a la ley N° 19.880 y el archivo, los libros y los documentos, y sus medios
de registro, que deban llevar los oficiales civiles, en virtud de lo dispuesto en el artículo
octavo transitorio de la ley N° 21.180, sobre transformación digital del Estado.
Tratándose de una persona natural, deberá proporcionar su nombre completo y
número de cédula de identidad o documento de identificación correspondiente, como,
asimismo, el nombre completo y número de cédula de identidad o documento de
identificación correspondiente de la persona consultada.
Tratándose de una persona jurídica, la consulta deberá ser efectuada por la
persona que declare ser el representante legal de la misma, indicando su nombre
completo y número de cédula de identidad o documento de identificación
correspondiente, como, asimismo, la razón social y rol único tributario de la persona
jurídica a la cual representa”.

16.11. Certificación y comprobante de la consulta en el Registro.

El art. 12 del Decreto Supremo N° 62 consigna lo concerniente a la certificación


y obtención de un comprobante de consulta. La certificación se otorga cuando una
persona tiene una inscripción vigente en el Registro. El comprobante de consulta se
entregará cuando la persona por la que se consulta no tiene inscripción vigente en el
Registro.
La certificación deberá dar cuenta: i) de las inscripciones vigentes de una
persona, individualizándolo; ii) separadamente respecto de cada inscripción, el número
de alimentarios afectados; iii) el monto actualizado de la deuda; iv) la cantidad de
cuotas adeudadas; v) la individualización del tribunal que fijó o aprobó la pensión; vi)
los datos de la cuenta dispuesta para realizar el pago; y vii) las anotaciones
practicadas.
Si quien realiza la consulta es el alimentario afectado o su representante legal,
podrá solicitarse que la certificación haga referencia, además, a quien consulta.
Establece el art. 12:

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 74


“Certificación y comprobante de consulta. Efectuada una consulta, el Servicio,
en forma automática, expedirá la correspondiente certificación, o el comprobante de
consulta, que en cada caso corresponda, mediante un documento electrónico gratuito,
que será enviado al interesado a través de los medios electrónicos a que refiere el
artículo 46 de la ley N° 19.880, que establece bases de los procedimientos
administrativos que rigen los actos de los órganos de la Administración del Estado.
La certificación deberá dar cuenta de las inscripciones vigentes, individualizando
al deudor de alimentos, mediante su nombre completo y número de cédula de
identidad o documento de identificación correspondiente, e indicar, separadamente,
respecto de cada inscripción, el número de alimentarios afectados, el monto
actualizado de la deuda y la cantidad de cuotas adeudadas, la individualización del
tribunal que fijó o aprobó la pensión, y los datos de la cuenta dispuesta para realizar el
pago. Asimismo, deberá dar cuenta de las anotaciones practicadas, de conformidad
con lo dispuesto en el artículo 10.
Si quien realiza la consulta es el alimentario afectado o su representante legal,
y respecto de la persona por la que se consulta existe una inscripción vigente, este
podrá optar a que la certificación, además de las menciones referidas en el inciso
anterior, también haga referencia a este alimentario, individualizándolo a través de su
nombre completo y número de cédula de identidad o documento de identificación
correspondiente.
Si la persona por la que se consulta no tiene una inscripción vigente en el
Registro, en calidad de deudor de alimentos, el Servicio emitirá un comprobante de la
consulta en el que conste la individualización de la persona por la que se consulta,
mediante su nombre completo y número de cédula de identidad o documento de
identificación correspondiente, la fecha y hora de la consulta, y señalará, a
continuación, la siguiente frase: “SIN INSCRIPCIÓN VIGENTE en el Registro Nacional
de Deudores de Pensiones de Alimentos”.
Las certificaciones y comprobantes de consulta que emita el Servicio, además
de contener las menciones que en cada caso corresponda, deberán ser suscritos con
firma electrónica avanzada; contar con sello de autenticidad, consistente en un código
único que permitirá su verificación en el portal de internet del Servicio; y señalar la
fecha y hora de emisión del respectivo documento público electrónico”.

16.12. Acuerdo de pago “serio y suficiente” de las pensiones de alimentos


adeudadas.

Se refiere a este acuerdo el art. 26:


i.- El inc. 1º alude al derecho del deudor de proponer el acuerdo: “Acuerdo de pago
serio y suficiente de las pensiones de alimentos adeudadas. El alimentante que no
tuviere bienes suficientes para solucionar el monto total de las pensiones alimenticias
adeudadas podrá proponer por intermedio del tribunal la adopción de un acuerdo de
pago de la deuda, que sea serio y suficiente”.
ii.- El inc. 2º indica cuándo el acuerdo es “serio” y “suficiente”: “Se entenderá que es
serio el acuerdo si da cuenta de las circunstancias o garantías objetivas que hacen
verosímil proyectar su cumplimiento íntegro y oportuno, atendido el grado de diligencia
con que el alimentante regularmente ha dado cumplimiento al pago de la pensión, y la
buena fe con la que ha actuado, especialmente, al transparentar su capacidad
económica. Se entenderá que es suficiente, si permite solucionar íntegramente la
deuda en el menor plazo posible, atendida la capacidad económica actual del
alimentante y las necesidades del alimentario”.
De esta manera, para ponderar por el Juez si el acuerdo propuesto es “serio”,
deberá considerar: (i) Las circunstancias o garantías objetivas que hacen verosímil
proyectar su cumplimiento íntegro y oportuno; (ii) Atenderá al grado de diligencia con

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 75


que el alimentante regularmente ha dado cumplimiento al pago de la pensión; y (iii)
Considerará la buena fe con la que ha actuado, especialmente, al transparentar su
capacidad económica.
A su vez, para concluir que el acuerdo es “suficiente”, el Juez deberá
considerar: (i) Si el acuerdo propuesto permite solucionar íntegramente la deuda en el
menor plazo posible; (ii) La capacidad económica actual del alimentante; y (iii) Las
necesidades del alimentario.
iii.- El inc. 3º dispone que la solicitud del alimentante se tramitará como incidente y
señala los presupuestos para aprobarla: “La solicitud presentada por el alimentante de
conformidad con lo dispuesto en el inciso anterior se tramitará como incidente, y
cuando resulte necesario, el tribunal citará a las partes a audiencia especial. Para
aprobar el acuerdo de pago de la deuda, el tribunal previamente deberá resguardar su
seriedad y suficiencia, y verificará el consentimiento del alimentario. En ejercicio de
esta función podrá proponer las modificaciones que estime necesarias a fin de
subsanar sus deficiencias”.
En consecuencia, para aprobar el acuerdo propuesto, el Juez: (i) Deberá
resguardar la seriedad y suficiencia del mismo; (ii) Deberá verificará el consentimiento
del alimentario; y (iii) Podrá proponer las modificaciones que estime necesarias a fin
de subsanar sus deficiencias.
Es requisito sine qua non el consentimiento del alimentario. No puede ser de
otra manera, si tenemos presente que se trata de un “acuerdo”.
iv.- El inc. 4º permite al Juez dividir en cuotas el monto adeudado: “Para efectos de
alcanzar un acuerdo, se podrá dividir en cuotas el monto total adeudado, expresándose
el valor de cada cuota en unidades tributarias mensuales. No será aplicable el límite
previsto en el inciso primero del artículo 7 al monto que resulte de adicionar a la
pensión de alimentos el pago de las pensiones adeudadas”.
La referencia al art. 7, implica que el monto de la cuota en mora más la cuota
no devengada, puede exceder del cincuenta por ciento de las rentas del alimentante.
v.- El inc. 5º establece el efecto que se genera por la aprobación del acuerdo de pago:
“Tan pronto el acuerdo de pago fuere aprobado por el tribunal por medio de una
resolución firme o ejecutoriada, el tribunal deberá comunicarlo al Servicio y solicitará la
correspondiente cancelación en el Registro”.
vi.- El inc. 6º señala las consecuencias por el incumplimiento del acuerdo de pago: “Si
el alimentante incumpliere el acuerdo de pago, el tribunal ordenará inscribir al deudor
en el Registro. Cuando el acuerdo de pago se hubiere dividido en cuotas, el
incumplimiento de una sola cuota hará exigible la totalidad de la deuda. Si el
alimentante no compareciere al tribunal a señalar las razones que justificaren el
incumplimiento del acuerdo dentro del término de un mes desde que éste se produjo,
se le impondrá una multa de 1 a 5 unidades tributarias mensuales, que en caso de
reincidencia podrá imponerse hasta por el doble. Si en cambio compareciere dando
razones justificadas, podrá proponer al tribunal la aprobación de un nuevo acuerdo de
pago serio y suficiente”.
Se desprende entonces de este inc. 6° lo siguiente: i) Si el pago de la deuda se
dividió en cuotas, será suficiente la mora en una de ellas y se hará exigible el total de
lo adeudado; ii) Ante el incumplimiento, el tribunal ordenará inscribir al deudor
nuevamente en el Registro; iii) Adicionalmente, si el deudor no comparece señalando
las razones que justifiquen el incumplimiento dentro del plazo de un mes contado
desde que se produjo la mora, el tribunal deberá imponerle una multa, que fluctuará
entre 1 a 5 unidades tributarias mensuales, que en caso de reincidencia podrá
imponerse hasta por el doble. En cambio, si el deudor comparece dentro de este plazo:
i) No se le impondrá esta multa; y, ii) Podrá proponer un nuevo acuerdo de pago.

16.13. Formularios para realizar presentaciones judiciales.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 76


Se refiere a ellos el art. 27: “Formularios. Para realizar las presentaciones
judiciales a que se refiere este Título, deberá disponerse de formularios especiales,
cuyo contenido y formato serán determinados por la Corporación Administrativa del
Poder Judicial. Dichas presentaciones deberán realizarse a través de la plataforma
electrónica del Poder Judicial, por el medio de identificación que el sistema provee”.

16.14. Obligaciones de consulta, retención y pago, en las operaciones de


crédito de dinero y en las inscripciones hipotecarias y de prendas sin
desplazamiento.

Tres son las obligaciones que establece este precepto: consultar si el solicitante
de un crédito se encuentra o no inscrito en el Registro, y de estarlo, retener parte del
monto del crédito y pagar lo que se hubiere retenido.
Regula esta materia el art. 28, en los siguientes términos:
i.- El inc. 1º establece la obligación de consultar el Registro, que pesa sobre el
proveedor de servicios financieros, cuando se trate de un mutuo igual o superior a
cincuenta unidades de fomento: “Retención en las operaciones de crédito de dinero.
Todo proveedor de servicios financieros que al celebrar con una persona natural una
operación de crédito de dinero, entregue o se obligue a entregar una suma igual o
superior a cincuenta unidades de fomento, para que sea restituida en cuotas
periódicas, a excepción de los productos financieros con créditos disponibles o créditos
rotativos, estará obligado a consultar, en la forma y por los medios dispuestos en el
artículo 23, si el solicitante se encuentra inscrito en el Registro en calidad de deudor de
alimentos”.
La excepción relativa a los “créditos disponibles o créditos rotativos”, alude a
una línea de crédito, a la que el cliente puede recurrir de manera progresiva y no de
una sola vez.
ii.- El inc. 2º señala qué debe hacer la institución proveedora del servicio financiero, si
el cliente que solicita el préstamo tiene inscripción vigente en el Registro: “Si el
solicitante de una operación de crédito tiene inscripción vigente en el Registro, el
proveedor de servicios financieros estará obligado a retener el equivalente al cincuenta
por ciento del crédito o un monto inferior si éste es suficiente para solucionar el total
de los alimentos adeudados y pagar dicha suma al alimentario a través del depósito de
los fondos en la cuenta bancaria inscrita en el Registro”.
De esta manera, la institución proveedora del servicio financiero tiene dos
obligaciones en este caso: i) Retener hasta el 50% del crédito solicitado por el deudor;
y, ii) Pagar el monto que se haya retenido al alimentario, depositando los fondos en la
cuenta bancaria que figure en el Registro.
iii.- El inc. 3º, impone al respectivo Conservador de Bienes Raíces, antes de inscribir
una hipoteca, verificar que la persona a quien se asigna el crédito, no figura en el
Registro o de estarlo, que el proveedor de servicios financieros dio cumplimiento a los
deberes de retención y pago señalados en el inciso anterior: “El Conservador de Bienes
Raíces, en forma previa a la inscripción de una hipoteca que tenga por objeto
caucionar el crédito otorgado por un proveedor de servicios financieros, deberá
requerir a quien solicita la inscripción que acredite que la persona a la cual se le asigna
el crédito no figura inscrita en el Registro en calidad de deudor de alimentos, o en su
defecto, que el proveedor de servicios financieros ha dado cumplimiento a los deberes
de retención y pago señalados en el inciso anterior”.
En la práctica, en la respectiva escritura pública de constitución de la hipoteca,
deberá constar que el mutuario no figura inscrito en el Registro o, si lo está, que se
hizo la retención del caso. El Conservador de Bienes Raíces quedará así respaldado por
el tenor del propio contrato hipotecario.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 77


iv.- El inc. 4º, también impone al Servicio de Registro Civil e Identificación, antes de
inscribir una prenda sin desplazamiento, la misma obligación descrita en el inciso
precedente: “Los mismos deberes serán aplicables respecto del Servicio, tratándose de
la inscripción de una prenda sin desplazamiento, constituida para caucionar el crédito
otorgado por un proveedor de servicios financieros”.
v.- El inc. 5º, establece que se aplicará el art. 31, cuando la operación crediticia tenga
por objeto financiar la compraventa de inmuebles o de vehículos motorizados. En
dichos casos, no se aplicará lo dispuesto en los incisos 3º y 4º del art. 28. Nos
referiremos al art. 31 más adelante. Establece el inc. 5°: “Será aplicable lo dispuesto
en el artículo 31 cuando la operación de crédito de dinero tenga por objeto financiar la
compraventa de inmuebles o vehículos motorizados. En consecuencia, en tales casos,
no será aplicable lo señalado en los incisos tercero y cuarto”.
vi.- El inc. 6º, establece las sanciones aplicables al proveedor financiero, a los
conservadores y a los funcionarios del Servicio de Registro Civil e Identificación, que
no cumplieren con la obligación de consultar, retener y pagar, según fuere el caso: “El
proveedor de servicios financieros que celebre una operación de crédito de dinero
señalada en este artículo y omitiera consultar si el solicitante de la operación se
encuentra inscrito en el Registro en calidad de deudor de alimentos o bien omitiera los
deberes de retención y pago, incurrirá en multa, a beneficio fiscal, equivalente al doble
de la cantidad que debió retener y pagar al alimentario. La misma sanción recaerá
respecto del Conservador de Bienes Raíces que no cumpla con las obligaciones
contenidas en el inciso tercero. En caso de incumplimiento de las obligaciones a su
cargo por parte de personal del Servicio, éste incurrirá en responsabilidad disciplinaria,
la que será sancionada con multa, a beneficio fiscal, de diez a cincuenta por ciento de
su remuneración”.

16.15. Obligaciones de consulta, retención y pago, en los procedimientos


ejecutivos.

Establecen estas obligaciones, que debe cumplir el Tribunal ante el cual se lleva
a cabo la ejecución, los tres primeros incisos del art. 29.
Nos remitimos a lo expresado acerca de estas normas, cuando nos referimos a
las características del derecho de alimentos.

16.16. Obligaciones de consulta, retención y pago, en los procedimientos


concursales.

Las mismas tres obligaciones debe cumplir el liquidador, conforme a lo


dispuesto en el inc. 4º del art. 29.
Al igual que en literal anterior, nos remitimos a lo que señalamos a propósito de
las características del derecho de alimentos.

16.17. Prohibición de participar como postor en un remate público.

El inc. 5º del art. 29, establece una prohibición para participar como postor en
remates judiciales, a quienes se encuentren inscritos en el Registro. La norma supone
privar a una persona del “derecho al dominio”, consagrado en el art. 19, Nº 23 de la
Constitución. Sin embargo, no puede considerarse como una norma inconstitucional,
porque vista desde otro punto de vista, se trata de un requisito que ella establece para
participar en un remate judicial (no estar inscrito en el Registro).
Durante la tramitación del Proyecto, en la Cámara de Diputados se planteó que
la norma debía ser de quorum calificado, atendido lo dispuesto en el Nº 23 citado, que
dispone: “Una ley de quórum calificado y cuando así lo exija el interés nacional puede

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 78


establecer limitaciones o requisitos para la adquisición del dominio de algunos bienes”.
Sin embargo, se impuso finalmente la tesis en virtud de la cual no se trata de una ley
de dicha clase, porque el requisito no dice relación con “el interés nacional”.
Reza el precepto: “En la realización de los remates públicos los tribunales de
justicia no admitirán a participar como postores a las personas con inscripción vigente
en el Registro en calidad de deudor de alimentos. Para estos efectos, el tribunal deberá
consultar el Registro, en la forma y por los medios dispuestos en el artículo 23, en
forma previa a hacer la calificación de la garantía de seriedad de la oferta. De igual
forma, el Notario Público no extenderá la escritura pública de compraventa, mientras
no verifique que el adjudicatario no tiene una inscripción vigente en el Registro en
calidad de deudor de alimentos. Si por lo dispuesto anteriormente no pudiere
suscribirse la escritura pública de compraventa, el tribunal deberá dejar sin efecto el
acta de remate y el proceso de subasta pública, haciendo efectiva la garantía de
seriedad de la oferta, en los términos del artículo 494 del Código de Procedimiento
Civil, y dispondrá la devolución del dinero del precio de venta consignado por el
adjudicatario, con deducción del monto que éste adeude por pensión alimenticia, el
que será retenido y pagado a su alimentario”.
En resumen:
i.- Se prohíbe al deudor participar como postor en el remate judicial.
ii.- El tribunal, antes de calificar la garantía de seriedad de la oferta, deberá hacer la
pertinente consulta en el Registro.
iii.- El notario público que corresponda, no extenderá la escritura pública de
compraventa, mientras no se verifique que el comprador no tiene inscripción vigente
en el Registro.
iv.- Si en definitiva el adjudicatario tuviere inscripción vigente en el Registro, el
tribunal dejará sin efecto el acta de remate y la subasta pública.
v.- En el caso anterior, el tribunal hará efectiva la garantía de seriedad de la oferta.
vi.- Asimismo, el tribunal procederá a la devolución del dinero que el comprador
hubiere consignado como precio de la compraventa, previa deducción y retención del
monto que adeude por pensión alimenticia.
Vii.- El monto deducido y retenido, será pagado al alimentario, mediante transferencia
que se hará por el tribunal a la cuenta que figura en el Registro.

16.18. Sanciones para quienes no cumplan las obligaciones previstas en el


art. 29.

El inc. 6º y final del art. 29, dispone al efecto: “En caso de incumplimiento de
las obligaciones previstas en los incisos precedentes por parte de funcionarios de los
tribunales, éstos incurrirán en responsabilidad disciplinaria, la que será sancionada con
multa, a beneficio fiscal, de diez a cincuenta por ciento de su remuneración. En caso
de incumplimiento del deber referido en el inciso cuarto por parte del Notario Público,
éste incurrirá en multa a beneficio fiscal, equivalente al doble de la cantidad que debió
retener y pagar al alimentario”.
El precepto exhibe dos falencias: la primera, al equivocarse con la referencia al
inciso 4º, pues es en el inciso 5º en el que se alude al Notario Público. La segunda, en
cuanto nada se dice respecto de la sanción aplicable al liquidador del respectivo
procedimiento concursal.

16.19. Retención de la devolución de impuestos a la renta.

El art. 30, consagra esta retención que puede afectar al deudor que figure
inscrito en el Registro. Nos remitimos a lo que expusimos en el Nº 8, letra c).

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 79


16.20. Restricciones para comprar y adquirir ciertos bienes por el deudor
inscrito en el Registro.

El art. 31, inc. 1º (de redacción algo oscura), establece que el deudor que figure
inscrito en el Registro no podrá comprar vehículos motorizados o inmuebles. Se trata
de otro caso, semejante al señalado en el inc. 5º del art. 29, en el que se establece
una restricción para “acceder al dominio”.
Dispone la norma: “Traspaso de bienes sujetos a registro. El Servicio de
Registro Civil e Identificación deberá rechazar la inscripción de dominio por
compraventa de un vehículo motorizado a nombre de una persona con inscripción
vigente en el Registro, en calidad de deudor de alimentos, a menos que a la fecha de
suscripción del título se certifique por un notario público que tales inscripciones no
existían y que a partir de esa fecha, no han transcurrido cinco meses. La misma
obligación adoptarán los Conservadores de Bienes Raíces ante la presentación de una
solicitud de inscripción de dominio de un inmueble por compraventa”.
Como puede desprenderse del precepto, dos requisitos deben cumplirse:
i.- Que, a la fecha de otorgarse el contrato de compraventa, el comprador no figure
inscrito en el Registro. Tal circunstancia deberá certificarla el Notario Público ante el
cual se celebre el contrato.
ii.- Que, a la fecha en que el comprador requiere al Servicio de Registro Civil e
Identificación o al Conservador de Bienes Raíces respectivo la pertinente inscripción,
no hayan transcurrido más de cinco meses a partir de la data del contrato.
En verdad, no divisamos qué justificación puede tener esta norma. Por el
contrario, la factibilidad de que el deudor pueda adquirir bienes, redundaría,
seguramente, en un aumento de sus rentas y en posibilitar que pague lo que adeude
por concepto de alimentos. En tal sentido, compartimos lo expresado por la Ministro de
la Corte Suprema, Sra. Rosa Egnem, en el marco de las observaciones formuladas por
el máximo Tribunal de la República durante la tramitación del Proyecto: “Asimismo, se
deja constancia que la ministra señora Egnem estuvo por informar negativamente la
iniciativa en lo relativo a la propuesta contenida en su artículo 31, cuando el
alimentante es el comprador a quien se impide inscribir a su nombre un vehículo o un
bien inmueble, por estimar que sobrepasa el deber de protección del derecho de
alimentos, llegando incluso a obstaculizar a una persona el obtener un bien que incluso
puede constituir una fuente de ingresos”. 88
En cambio, más útil habría sido que al momento de inscribir el bien de que se
trate, se entendiere que queda sujeto a prohibición de gravar y enajenar, por el sólo
ministerio de la ley, debiendo el Servicio de Registro Civil e Identificación y el
Conservador de Bienes Raíces, dejar constancia en sus registros de tal prohibición.

16.21. Retención del precio de la compraventa de vehículos motorizados e


inmuebles.

Se refieren a la materia los incisos 2° y 3° del art. 31 de la Ley N° 14.908, ya


revisados, de manera que nos remitimos a lo expuesto en el Nº 8, letra l) de este
documento.

16.22. Obligación de la entidad que deba practicar una inscripción en el


Registro de Vehículos Motorizados o en el Registro de Propiedad de Bienes
Raíces, de comunicar tal hecho al Tribunal de Familia.

88
“Historia de la Ley Nº 21.389”, Biblioteca del Congreso, p. 32.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 80


El inc. 4º del art. 31, consigna que la entidad a cargo del registro en que deba
practicarse la inscripción (Servicio de Registro Civil e Identificación y Conservador de
Bienes Raíces) del título por medio del cual el deudor de alimentos adquiere o
transfiere un vehículo o un inmueble, deberá comunicar al Tribunal de Familia de la
solicitud de inscripción en la que el deudor pretende transferir o adquirir un vehículo
motorizado o un inmueble: “Sin perjuicio de lo dispuesto en los incisos precedentes, la
entidad a cargo del registro en que se deba practicar la inscripción de dominio, antes
de practicar la inscripción solicitada, cualquiera sea el título en que se funde, deberá
comunicar inmediatamente al tribunal con competencia en asuntos de familia que
fuere competente, de la solicitud de inscripción que tenga por título el aporte,
transferencia, transmisión o adquisición del bien por un deudor de alimentos, para que
éste proceda conforme a sus atribuciones legales”.

16.23. Sanciones en caso de infringir lo dispuesto en los incisos 1º a 4º del


art. 31.

El inc. 5º del art. 31, señala las sanciones aplicables al Conservador de Bienes
Raíces y a los funcionarios del Servicio de Registro Civil e Identificación, que no dieren
cumplimiento a las obligaciones que señalan los cuatro primeros incisos del mismo
artículo: “El Conservador de Bienes Raíces que incumpla los deberes a que se refieren
los incisos precedentes incurrirá en multa, a beneficio fiscal, equivalente al doble de la
cantidad que debió retener y pagar al alimentario. En caso de incumplimiento de las
obligaciones a su cargo por parte de personal del Servicio, éste incurrirá en
responsabilidad disciplinaria, la que será sancionada con multa, a beneficio fiscal, del
diez al cincuenta por ciento de su remuneración”.
En todo caso, el inc. 6º del art. 31 deja en claro que la infracción a las aludidas
obligaciones no afectará la validez de la respectiva inscripción de dominio ni de la
transferencia.

16.24. Las obligaciones de retención y de pago y de abstenerse de inscribir,


establecidas en el art. 31, no se exigen tratándose de las ventas forzadas.

El inc. 7º y final del art. 31, deja en claro que las obligaciones que establece el
precepto no regirán en el caso de las ventas forzadas, con la sola excepción de la
comunicación al Tribunal de Familia (inc. 4º del artículo): “Tratándose de la venta en
pública subasta no tendrá aplicación el presente artículo, con excepción del deber de
comunicación al tribunal con competencia en asuntos de familia al que hace referencia
el inciso cuarto. Respecto de tales actuaciones, será aplicable lo dispuesto en el
artículo 29”.

16.25. Restricción para la obtención de un pasaporte.

De conformidad al art. 32, no se otorgará pasaporte, a la persona que aparezca


inscrito en el Registro: “Del pasaporte. Para dar curso a la tramitación de un pasaporte
de conformidad con la normativa vigente, al momento de la petición, el Servicio deberá
consultar en línea si el solicitante se encuentra inscrito en el Registro a su cargo en
calidad de deudor de alimentos. En el evento de aparecer con inscripción vigente en el
Registro el Servicio rechazará, sin más trámite y en el acto, la solicitud. / En caso de
incumplimiento de las obligaciones previstas en el inciso precedente, el personal
respectivo incurrirá en responsabilidad disciplinaria, la que será sancionada con multa,
a beneficio fiscal, del diez al cincuenta por ciento de su remuneración”.

16.26. Negativa para otorgar licencia de conducir o su duplicado.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 81


Hemos aludido en el Nº 8, letra m), a lo dispuesto en el art. 16, Nº 2 de la Ley
Nº 14.908, que faculta al Juez de Familia para decretar la suspensión de la licencia de
conducir del alimentante que se encuentre en mora en el cumplimiento de su
obligación de pagar pensiones alimenticias. Adicionalmente, el art 33 de la misma Ley,
establece la obligación de consultar el Registro, a la municipalidad a la que se le pida
expedir una licencia de conducir o un duplicado de la misma, y en caso de figurar
inscrito en dicho Registro el alimentante, no dará curso a lo solicitado.
Establece el precepto: “De la licencia de conducir. La municipalidad competente
para expedir una licencia de conducir o su duplicado, de conformidad con el artículo 5
de la ley N° 18.290, de Tránsito, cuyo texto refundido, coordinado y sistematizado fue
fijado por el decreto con fuerza de ley N° 1, de 2007, del Ministerio de Transportes y
Telecomunicaciones, y de Justicia, deberá consultar en línea al Servicio si el solicitante
se encuentra inscrito en el Registro en calidad de deudor de alimentos. Si aparece con
inscripción vigente en el Registro, lo informará al solicitante y no dará curso a la
solicitud. / En caso de incumplimiento de las obligaciones previstas en el inciso
precedente, el personal respectivo incurrirá en responsabilidad disciplinaria, la que
será sancionada con multa, a beneficio fiscal, del diez al cincuenta por ciento de su
remuneración”.

16.27. Reglas comunes a los arts. 32 y 33 de la Ley Nº 14.908.

Establece el art. 34 normas comunes aplicables tanto a la solicitud de pasaporte


(art. 32) y de licencia de conducir o duplicado de la misma (art. 33). En virtud de estas
normas comunes, el alimentante, no obstante figurar inscrito en el Registro, podría
obtener el pasaporte o la licencia, por un plazo limitado, siempre que cumpla con los
requisitos señalados en la norma, del siguiente tenor: “Reglas comunes a los artículos
32 y 33. Si el o la solicitante de los documentos a que se refieren los artículos 32 y 33
precedentes justificare ante el tribunal, de forma fundada, que la expedición del
pasaporte o de la licencia de conducir son indispensables para el ejercicio de la
actividad o empleo que le genera ingresos, éste podrá ordenar a la autoridad
correspondiente que expida la licencia de conducir o el pasaporte, con una vigencia
limitada, por un plazo no inferior a seis meses ni superior a un año, siempre que el
alimentante garantice el pago íntegro de la deuda y se obligue a solucionar las
cantidades y con la periodicidad que fije el juez, en relación con los ingresos
mensuales ordinarios y extraordinarios que perciba. Una vez recibida la solicitud, el
tribunal deberá resolverla en el más breve plazo, de plano o previo traslado, con el
solo mérito de los antecedentes que las partes acompañen a sus presentaciones y
aquéllos que obren en el proceso. / Con todo, vencidos los documentos otorgados con
vigencia limitada, la tramitación ordinaria de renovación de alguno de éstos por las
autoridades autorizadas por ley a otorgarlos quedará supeditada al cumplimiento
íntegro y oportuno de las condiciones señaladas por el juez, hasta alcanzar el pago
íntegro de la deuda. / Deberá dejarse constancia en el Registro de la orden judicial que
el tribunal expida de conformidad con este artículo”.
Así las cosas, para que el alimentante pueda acceder al documento que
requiera, deberá cumplir con los siguientes requisitos:
i.- Que el alimentante justificare ante el tribunal, de forma fundada, que la expedición
del pasaporte o de la licencia de conducir son indispensables para el ejercicio de la
actividad o empleo que le genera ingresos.
ii.- Que el alimentante garantice el pago íntegro de la deuda.
iii.- Que se obligue a solucionar las cantidades y con la periodicidad que fije el juez, en
relación con los ingresos mensuales ordinarios y extraordinarios que perciba.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 82


Sin embargo, de acceder el Juez a la solicitud del alimentante, podrá ordenar
que se expida el documento con una vigencia limitada, por un plazo no inferior a seis
meses ni superior a un año.
Una vez vencido el plazo por el cual se haya otorgado el respectivo documento,
y el alimentante pretenda su renovación, deberá haber dado cumplimiento íntegro y
oportuno a las condiciones señaladas por el Juez, hasta alcanzar el pago íntegro de la
deuda.
Deberá dejarse constancia en el Registro de la orden judicial que el tribunal
expida de conformidad con este artículo.

16.28. Restricción para la obtención de beneficios económicos que otorguen


entidades de la Administración del Estado y obligación de retención y pago,
cuando corresponda.

Regula la materia el art. 35 de la Ley: “Beneficios económicos. Los órganos de


la Administración del Estado podrán consultar el Registro, en la forma y por los medios
dispuestos en el artículo 23, para la adjudicación de los beneficios económicos
señalados en el inciso segundo, cuando en el acto administrativo por el que se
aprobaren las bases de postulación a ellos se disponga como requisito o condición para
percibirlo, no tener una inscripción vigente en el Registro como deudor de alimentos, o
se pondere dicha circunstancia en los procesos de evaluación de antecedentes de los
postulantes, o se establezcan exigencias u obligaciones especiales a su respecto, en
orden a promover el pago total o parcial de la deuda alimenticia. En tales casos, se
entenderá que los respectivos órganos de la Administración del Estado son personas
con interés legítimo en la consulta. / Los órganos de la Administración del Estado
deberán realizar la consulta regulada en el inciso primero cuando se trate de las
postulaciones a beneficios económicos que se otorguen a las personas, destinados al
desarrollo del capital humano; al financiamiento para la creación de empresas o para el
fomento de empresas ya creadas; o para el desarrollo de proyectos de inversión. /
Será también aplicable lo señalado en los incisos precedentes, tratándose de las
personas jurídicas sin fines de lucro creadas de conformidad con lo dispuesto en los
artículos 100 y siguientes de la ley N° 19.175, orgánica constitucional sobre Gobierno
y Administración Regional, cuyo texto refundido, coordinado, sistematizado fue fijado
por el decreto con fuerza de ley N° 1-19.175, de 2005, del Ministerio del Interior; en el
artículo 12 del decreto con fuerza de ley N° 1-3.063, de 1980, del Ministerio del
Interior, y en los artículos 129 y siguientes de la ley N° 18.695, orgánica constitucional
de Municipalidades, cuyo texto refundido, coordinado y sistematizado fue fijado por el
decreto con fuerza de ley N° 1, de 2006, del Ministerio del Interior. En tales casos, se
entenderá que las respectivas entidades son personas con interés legítimo en la
consulta. / Con todo, si el favorecido por un beneficio estatal que implica una
transferencia directa de dinero tiene inscripción vigente en el Registro, el ente estatal
estará obligado a retener el equivalente al cincuenta por ciento de la transferencia
directa o un monto inferior si éste es suficiente para solucionar el monto total de los
alimentos adeudados, y entregar dicha suma al alimentario a través de una
transferencia de los fondos a la cuenta bancaria inscrita en el Registro. / Para efectos
del presente artículo, en ningún caso se considerarán dentro de las categorías de
beneficios económicos sujetos a sus disposiciones, aquéllos que estén destinados a
ayudar a personas y familias en situación de vulnerabilidad socioeconómica, ni los
destinados a enfrentar la cesantía”.
Se desprende entonces de la norma transcrita, que para la adjudicación de los
beneficios económicos que otorgue el Estado, el respectivo acto administrativo por el
que se aprobaren las bases de postulación a ellos, podrá:

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 83


i.- Disponer como requisito o condición para percibirlos, no tener una inscripción
vigente en el Registro como deudor de alimentos.
ii.- Ponderar dicha circunstancia en los procesos de evaluación de antecedentes de los
postulantes.
iii.- Establecer exigencias u obligaciones especiales a su respecto, en orden a promover
el pago total o parcial de la deuda alimenticia.
En los casos anteriores, se entenderá que los respectivos órganos de la
Administración del Estado son personas con interés legítimo en la consulta del
Registro.
Seguidamente, el precepto ordena a la Administración del Estado realizar la
consulta del Registro, cuando se trate de las postulaciones a beneficios económicos
que se otorguen a las personas, destinados:
i.- Al desarrollo del capital humano.
ii.- Al financiamiento para la creación de empresas o para el fomento de empresas ya
creadas.
iii.- O para el desarrollo de proyectos de inversión.
Consigna la norma que será aplicable lo dispuesto en los incisos 1º y 2º a las
personas jurídicas sin fines de lucro creadas de conformidad con lo dispuesto en los
arts. 100 y siguientes de la Ley Nº 19.175, Orgánica constitucional sobre Gobierno y
Administración Regional. Dispone el art. 100 de esta Ley: “Los gobiernos regionales
podrán asociarse entre ellos y con otras personas jurídicas, para constituir con ellas
corporaciones o fundaciones de derecho privado destinadas a propiciar actividades o
iniciativas sin fines de lucro, que contribuyan al desarrollo regional en los ámbitos
social, económico y cultural de la región”. Estas personas jurídicas tienen “interés
legítimo” en la consulta del Registro.
Si el beneficio estatal consistiere en una transferencia directa de dinero, y el
beneficiario estuviere inscrito en el Registro de Deudores, el ente estatal deberá
retener el equivalente al cincuenta por ciento de la transferencia directa o un monto
inferior si éste es suficiente para solucionar el monto total de los alimentos adeudados,
y entregar dicha suma al alimentario a través de una transferencia de los fondos a la
cuenta bancaria inscrita en el Registro.
Sin embargo, en dos casos no regirán las normas antes reseñadas:
i.- Tratándose de beneficios que estén destinados a ayudar a personas y familias en
situación de vulnerabilidad socioeconómica.
ii.- Ni en el caso de beneficios destinados a enfrentar la cesantía.

16.29. Obligación que se impone a funcionarios públicos y a personas que


resulten elegidas para cargos públicos.

El art. 36 establece la obligación de “autorizar” la retención y el pago,


directamente al alimentario, del monto de las futuras pensiones, más un cierto
recargo, cuando el funcionario público o la persona electa a un cargo de elección
popular, tenga una inscripción vigente en el Registro de Deudores. Establece también
la inhabilidad para optar a ciertos cargos para quienes tengan una inscripción vigente
en el Registro Nacional de Deudores de Pensiones de Alimentos.
Dispone la norma: “Autoridades y personal de organismos públicos. Toda
persona, para ingresar a las dotaciones de la Administración del Estado, del Poder
Judicial, del Congreso Nacional o de otro organismo público, o ser nombrado o
contratado en alguna de estas instituciones, o promovido o ascendido y que tenga una
inscripción vigente en el Registro en calidad de deudor de alimentos, deberá autorizar,
como condición habilitante para su contratación, nombramiento, promoción o ascenso,
que la institución respectiva proceda a retener y pagar directamente al alimentario el
monto de las futuras pensiones de alimentos, más un recargo de un diez por ciento,

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 84


que será imputado a la deuda de alimentos hasta extinguirla íntegramente. / No
podrán ser candidatos a gobernadores regionales, consejeros regionales, alcaldes o
concejales, quienes tengan una inscripción vigente en el Registro Nacional de Deudores
de pensiones de Alimentos. / Tratándose del nombramiento, contratación, promoción o
ascenso en cargos directivos de exclusiva confianza de la autoridad facultada para
efectuar el nombramiento, en cargos de alta dirección pública del primer y segundo
nivel jerárquico de acuerdo al Título VI de la ley N° 19.882, y en cargos con
remuneración bruta mensualizada igual o superior a 80 unidades tributarias
mensuales, el recargo será de un veinte por ciento. Para estos efectos, no será
aplicable el límite previsto en el inciso primero del artículo 7, al monto que resulte de
adicionar a la pensión de alimentos el respectivo recargo del diez o veinte por ciento. /
Tratándose de quienes resulten electos senadores, diputados, gobernadores
regionales, consejeros regionales, alcaldes, concejales y cualquiera otra persona que
resulte electa para ejercer un cargo de elección popular, que tengan una inscripción
vigente en el Registro en calidad de deudores de alimentos, deberán autorizar, en
forma previa a la asunción de su cargo, que la institución respectiva proceda a retener
y pagar directamente al alimentario en los términos expresados en el inciso
precedente, con recargo de un veinte por ciento. / Extinguida la deuda, la institución
respectiva continuará obligada a retener y entregar directamente al alimentario, a su
representante legal o la persona a cuyo cuidado esté, la suma o cuota periódica
establecida como pensión alimenticia, y deberá ajustar la retención al monto necesario
para el pago de ella. / Es obligación de la institución respectiva consultar en el
Registro, en la forma y por los medios dispuestos en el artículo 23, si el interesado se
encuentra inscrito en calidad de deudor de alimentos, como asimismo, deberá adoptar
los protocolos y medidas administrativas necesarias para dar íntegro cumplimiento a lo
dispuesto en este artículo. Tratándose de senadores, diputados, gobernadores
regionales, consejeros regionales, alcaldes, concejales y cualquiera otra persona que
resulte electa para ejercer un cargo de elección popular, para efectos de lo dispuesto
en el inciso segundo, las entidades correspondientes deberán cumplir con las
obligaciones de que trata este inciso, de consulta en el Registro, y de adopción de las
medidas administrativas del caso, dentro de los diez días hábiles anteriores a la fecha
prevista para la asunción del cargo de que se trate. / En caso de incumplimiento de las
obligaciones previstas en este artículo, el personal respectivo incurrirá en
responsabilidad disciplinaria, la que será sancionada con multa, a beneficio fiscal, de
diez a cincuenta por ciento de su remuneración”.
La norma transcrita, distingue las siguientes situaciones:
i.- La persona que ingrese a la Administración del Estado, o al Poder Judicial, al
Congreso Nacional o a otro organismo público o pretenda ser nombrado o contratado
en alguna de estas instituciones, o ser promovido o ascendido. Si esta persona tuviere
una inscripción vigente en el Registro de Deudores, deberá autorizar, como condición
habilitante para su contratación, nombramiento, promoción o ascenso, que la
institución respectiva proceda a retener y pagar directamente al alimentario el monto
de las futuras pensiones de alimentos, más un recargo de un diez por ciento, que será
imputado a la deuda de alimentos hasta extinguirla íntegramente.
ii.- Quienes figuren inscritos en el Registro Nacional de Deudores de pensiones de
Alimentos no podrán ser candidatos a los siguientes cargos: i) Gobernadores
regionales; ii) Consejeros regionales; iii) Alcaldes; o iv) Concejales.
iii.- El recargo señalado en el primer acápite aumentará al veinte por ciento, cuando se
trate del nombramiento, contratación, promoción o ascenso en cargos directivos de
exclusiva confianza de la autoridad facultada para efectuar el nombramiento, en cargos
de alta dirección pública del primer y segundo nivel jerárquico de acuerdo al Título VI
de la ley N° 19.882, y en cargos con remuneración bruta mensualizada igual o superior
a 80 unidades tributarias mensuales.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 85


Para todos los que se encuentren en las dos situaciones descritas, no será
aplicable el límite previsto en el inciso primero del art. 7, al monto que resulte de
adicionar a la pensión de alimentos el respectivo recargo del diez o veinte por ciento.
Es decir, el monto que en definitiva se retenga y pague, podrá exceder del cincuenta
por ciento de la renta del funcionario.
iv.- Respecto de quienes resulten electos para cargos de elección popular, que tengan
una inscripción vigente en el Registro en calidad de deudores de alimentos, deberán
autorizar, en forma previa a la asunción de su cargo, que la institución respectiva
proceda a retener y pagar directamente al alimentario en los términos expresados en
el inciso precedente, con recargo de un veinte por ciento.
v.- Una vez extinguida la deuda de las personas a que se refieren las tres situaciones
precedentes, la institución respectiva continuará obligada a retener y entregar
directamente al alimentario, a su representante legal o la persona a cuyo cuidado esté,
la suma o cuota periódica establecida como pensión alimenticia, y deberá ajustar la
retención al monto necesario para el pago de ella.
vi.- El precepto regula la obligación de consulta del Registro de deudores (inc. 4º).
vii.- En caso de incumplimiento de las obligaciones previstas en este artículo, el
funcionario respectivo incurrirá en la respectiva responsabilidad disciplinaria (inc. 5º).

16.30. Pluralidad de deudas inscritas en el Registro.

Puede ocurrir que el deudor de alimentos tenga pluralidad de obligaciones, para


con distintos alimentantes, y que, por tal razón, existan dos o más inscripciones en el
Registro. En tal caso, la cuantía que se retenga deberá distribuirse entre todos los
alimentantes, de manera que se les pague en forma proporcional. Se refiere a este
caso el art. 37: “Pluralidad de deudas inscritas en el Registro. Si la suma retenida, de
conformidad con lo dispuesto en los artículos 28 a 31 y en el artículo 36, es insuficiente
para cubrir íntegramente las deudas consignadas en el Registro, a través de distintas
inscripciones, la cuantía retenida deberá distribuirse de manera que todas las deudas
inscritas sean solucionadas de forma proporcional”.

14.31. Directores y gerentes generales de sociedades anónimas abiertas con


transacción bursátil.

El art. 38 establece una norma especial, para la retención y pago, para el caso
de que el deudor que tenga una inscripción vigente en el Registro, fuere director o
gerente general de una sociedad anónima abierta: “De los directores y gerentes
generales de sociedades anónimas abiertas con transacción bursátil. Cuando un
gerente general o director de una sociedad anónima abierta con transacción bursátil
tenga una inscripción vigente en el Registro, en carácter de deudor de alimentos, la
sociedad respectiva deberá retener del sueldo del director o del gerente general, según
corresponda, el equivalente al cincuenta por ciento de su sueldo o el monto total de los
alimentos adeudados si éste es inferior y pagar directamente esos montos al
alimentario a través del depósito de los fondos en la cuenta bancaria inscrita en el
Registro. / El incumplimiento del deber de retención antes indicado no afectará la
validez de los actos o contratos que hubieren practicado o celebrado los gerentes
generales o directores. / Para estos efectos, se entenderán personas con interés
legítimo en la consulta, además del propio interesado, la respectiva sociedad anónima
abierta y el competente órgano fiscalizador”.

14.32. Deber de consulta y de información que se le impone al oficial del


Servicio de Registro Civil e Identificación.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 86


Establece el art. 39 que al momento en que los interesados en contraer
matrimonio o celebrar el acuerdo de unión civil realizan la manifestación, el oficial del
Servicio de Registro Civil e Identificación, deberá consultar el Registro, e informar por
escrito a los futuros cónyuges o convivientes civiles, si alguno de ellos posee una
inscripción vigente en el Registro. En tal caso, les entregará un certificado en el que
conste dicha situación: “Deber de información en la manifestación del matrimonio o
acuerdo de unión civil. El Oficial del Servicio de Registro Civil e Identificación, al
comunicársele por los futuros contrayentes la intención de celebrar matrimonio o
acuerdo de unión civil, deberá consultar el Registro e informarles por escrito,
entregándoles copia de la certificación, si los futuros contrayentes poseen una
inscripción vigente en calidad de deudor de alimentos, so pena de incurrir el
funcionario en responsabilidad por su omisión, en los términos dispuestos en el inciso
final del artículo 10 de la ley N° 19.947, que establece nueva Ley de Matrimonio Civil. /
En ningún caso la infracción de este deber acarreará la nulidad del matrimonio o del
acuerdo de unión civil, ni del régimen patrimonial aplicable”.

14.33. Comisión de Coordinación y Evaluación del Nuevo Sistema de


Cumplimiento de pensiones Alimenticias.

El art. 40, regula la “Comisión de Coordinación y Evaluación del Nuevo Sistema


de Cumplimiento de pensiones Alimenticias”. Se trata de una comisión consultiva.
Revisemos los detalles atinentes a la misma en lo que se refiere a su objetivo, sus
funciones, su integración, su coordinación, sus sesiones, su secretaría ejecutiva y su
duración:

a) Objetivo de la Comisión: “procurar el fortalecimiento del sistema de cumplimiento


de pago de pensiones alimenticias concebido en este Título, en adelante, “Sistema” o
“Sistema de Cumplimiento”, a través de proposiciones técnicas que faciliten su
implementación, coordinación, seguimiento, evaluación y eficacia, así como la acción
mancomunada de las instituciones en ella representadas”.

b) Funciones de la Comisión:
i.- “Coordinar la actuación de los organismos que participan de la operatoria del
Registro”.
ii.- “Coordinar la actuación de los organismos encargados de dar cumplimiento a las
medidas legales contempladas en este Título que afectan a las personas con inscripción
vigente en el Registro”.
iii.- “Evaluar la implementación y el funcionamiento del sistema, con el objeto de
proponer las medidas pertinentes tendientes a mejorar su funcionamiento”.
“En el marco de esta función, podrá preparar propuestas de convenios de
colaboración interinstitucional que se estimen necesarios para el debido
funcionamiento del Sistema, a fin de proponer su suscripción a los representantes de
las respectivas instituciones”.
iv.- “Proponer las reformas que resulten pertinentes a las autoridades de los
ministerios integrantes de la Comisión; preparando para estos efectos evaluaciones,
estudios y demás antecedentes que sustenten las proposiciones técnicas que se
formulen”.
v.- “Preparar un informe anual, respecto de las evaluaciones, propuestas técnicas y
demás antecedentes preparados por la Comisión; y respecto de los diagnósticos de la
gestión institucional y proposiciones técnicas que remitan las instituciones, de
conformidad a lo dispuesto en el inciso final del presente artículo. El informe deberá
ser entregado a las autoridades de las instituciones integrantes de la Comisión en el
mes de diciembre de cada año y remitido en igual fecha a la Comisión Especial

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 87


encargada de conocer iniciativas y tramitar proyectos de ley relacionados con la mujer
y la igualdad de género del Senado y a la Comisión de Mujeres y Equidad de Género de
la Cámara de Diputados”.
“Para facilitar la debida coordinación institucional, y el cumplimiento de las
normas legales que integran el sistema, la Comisión podrá establecer lineamientos,
estándares y criterios generales, así como proponer los protocolos de actuación
institucional que correspondan a las entidades encargadas de dar cumplimiento a las
obligaciones dispuestas en este Título”.

c) Integración de la Comisión: “La Comisión estará integrada por un representante del


Poder Judicial, del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, del Ministerio de
Justicia y Derechos Humanos, del Ministerio de Desarrollo Social y Familia y del
Servicio de Registro Civil e Identificación. Dichos representantes serán funcionarios de
las instituciones mencionadas y serán designados por medio de la dictación del acto
administrativo correspondiente emanado de la autoridad respectiva. Asimismo, los
representantes podrán hacerse acompañar en las sesiones de la Comisión por otros
funcionarios de las respectivas instituciones”.

d) Coordinación del funcionamiento de la Comisión: “La Comisión será coordinada bajo


la responsabilidad del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, en el que estará
radicada su secretaría ejecutiva. El Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género
deberá proveer los medios necesarios para garantizar el funcionamiento de las
sesiones y la elaboración y registro de las evaluaciones, estudios y demás
antecedentes que debe preparar la Comisión en el marco de sus funciones”.

e) Periodicidad de las sesiones de la Comisión y quorum de las mismas: “La Comisión


sesionará en forma ordinaria, convocada por su secretaría ejecutiva, cada cuatro
meses, dentro de los primeros quince días del mes correspondiente. Las sesiones
extraordinarias serán convocadas por la secretaría ejecutiva a solicitud de al menos
dos de sus miembros. / La Comisión no podrá sesionar sin la concurrencia de, al
menos, tres de sus integrantes. Sus acuerdos se adoptarán por la mayoría de sus
miembros presentes. Si un integrante titular estuviere imposibilitado de asistir, será
reemplazado por quien corresponda que lo subrogue”.

f) Secretaría ejecutiva de la Comisión: le corresponde al Ministerio de la Mujer y la


Equidad de Género. Dispone la ley que “La secretaría ejecutiva deberá levantar acta de
cada sesión respecto a las materias tratadas y de los acuerdos adoptados y, en su
caso, incluirá los antecedentes estadísticos, técnicos y demás pertinentes en que se
haya fundado la Comisión para obrar y resolver. Estas actas serán públicas de acuerdo
a las disposiciones establecidas en la ley Nº 20.285, sobre acceso a la información
pública”. Agrega la ley que “La Comisión podrá invitar a sus sesiones a los
representantes de organizaciones e instituciones públicas y privadas que estime
pertinente, como, asimismo, podrá solicitar ser recibida por cualquier autoridad o
funcionario del Estado, para recabar antecedentes o representar las necesidades que
sea indispensable atender para el cumplimiento de sus fines”.

g) Información que deben proporcionar a la Comisión diversos Ministerios, la Corte


Suprema y el Servicio de Registro Civil e Identificación. Establece la ley al efecto: “Con
el fin de garantizar el trabajo coordinado de los actores involucrados en la Comisión, el
o la Ministro(a) de la Mujer y la Equidad de Género, el o la Presidente(a) de la Corte
Suprema, el o la Ministro(a) de Justicia y Derechos Humanos, el o la Ministro(a) de
Desarrollo Social y Familia y el o la Director(a) Nacional del Servicio de Registro Civil e
Identificación deberán remitir a la Comisión, en el mes de octubre de cada año, un

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 88


diagnóstico de la gestión institucional respectiva en torno al funcionamiento del
Sistema de Cumplimiento concebido en este Título, y propuestas de trabajo para el
diseño de proposiciones técnicas para su seguimiento, evaluación y fortalecimiento. En
todo caso, la Comisión podrá requerir mayor información o antecedentes a las
referidas autoridades para una mejor comprensión de los datos proporcionados”.

h) Duración de la Comisión: de conformidad al art. 6º transitorio de la Ley Nº 21.389,


la Comisión tendrá una duración de tres años. Establece la norma: “La secretaría
ejecutiva convocará a la primera sesión de la Comisión de Coordinación y Evaluación
del Nuevo Sistema de Cumplimiento de Pensiones Alimenticias, a la que se refiere el
artículo 40 de la ley N° 14.908, incorporado por esta ley, la que se desarrollará en los
primeros diez días hábiles del mes subsiguiente al de la fecha de publicación de la
presente ley. La Comisión tendrá una duración de tres años a contar de la fecha de su
constitución”.

14.34. Incidencia de la inscripción en el Registro de Deudores, en la


evaluación prevista para la adopción de menores.

Dispone al respecto el art. 20, inc. 1º de la Ley Nº 19.620, sobre adopción de


menores: “Podrá otorgarse la adopción a los cónyuges chilenos o extranjeros, con
residencia permanente en el país, que tengan dos o más años de matrimonio, que
hayan sido evaluados como física, mental, psicológica y moralmente idóneos por
alguna de las instituciones a que se refiere el artículo 6º, que sean mayores de
veinticinco años y menores de sesenta, y con veinte años o más de diferencia de edad
con el menor adoptado. Dentro de la evaluación a que se refiere este inciso se
verificará que el o los solicitantes no se encuentren inscritos en el Registro Nacional de
Deudores de Pensiones de Alimentos. Los cónyuges deberán actuar siempre de
consuno en las gestiones que requieran de expresión de voluntad de los adoptantes”.

14.35. Incidencia de la inscripción en el Registro de Deudores, en la salida de


menores al extranjero.

En el art. 49 de la Ley Nº 16.618, “Ley de Menores”, al regularse en ella la


salida de menores al extranjero, dispone su inciso final: “No obstante lo anterior, si el
o la alimentante no diere su autorización y se encontrase publicado en el Registro de
Deudores de Pensiones de Alimentos, el juez, subsidiariamente, podrá otorgar dicho
permiso sin considerar las razones que tuviera para la negativa, lo que no podrá
aplicarse en caso de que la salida al extranjero sea con el fin de establecerse con
residencia definitiva”.

CUESTIONARIO:

1.- Proporcione una definición de derecho de alimentos.


2.- ¿En qué principios en que se funda la obligación alimenticia en la legislación
chilena?
3.- Enumere diez características del derecho de alimentos y de la obligación alimenticia
correlativa, o del llamado derecho-deber alimentario.
4.- Explique brevemente la característica en virtud de la cual el derecho a pedir
alimentos es irrenunciable.
5.- Explique brevemente la característica en virtud de la cual el derecho a pedir
alimentos es imprescriptible.
6.- ¿Prescribe la acción destinada a obtener el pago de alimentos decretados por un
tribunal? Fundamente su respuesta.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 89


7.- ¿Qué alcance cabe hacer respecto de la suspensión de la prescripción, cuando se
trata de los alimentos que se deben a un menor de 21 años?
8.- Explique brevemente la característica en virtud de la cual el derecho de alimentos
es intransferible e intransmisible.
9.- Explique brevemente la característica en virtud de la cual el derecho de alimentos
es inembargable.
10.- Explique brevemente la característica en virtud de la cual el derecho de alimentos
no admite compensación.
11.- Explique brevemente la característica en virtud de la cual la transacción sobre
alimentos está sujeta a ciertas limitaciones.
12.- ¿Qué presupuestos deben cumplirse para que el juez sólo pueda dar su
aprobación a las transacciones sobre alimentos futuros?
13.- ¿Qué precepto del Código Civil permite que las pensiones alimenticias devengadas
puedan ser objeto de un acto jurídico? ¿Qué puede convenirse respecto de ellas?
14.- ¿Puede someterse a compromiso el derecho a pedir alimentos? Fundamente su
respuesta.
15.- Explique brevemente qué se ha dicho acerca de la transmisibilidad de la obligación
de alimentos.
16.- Explique brevemente la característica en virtud de la cual el derecho a percibir
alimentos es permanente.
17.- Explique brevemente la característica en virtud de la cual el derecho de alimentos
tiene por fuente principal, la ley.
18.- Explique brevemente la característica en virtud de la cual el derecho de alimentos
es un crédito que goza de preferencia para su pago, hasta el límite señalado por la ley.
19.- ¿Qué establece la ley respecto de las demandas ejecutivas que se dirijan en
contra del alimentante?
20.- ¿Qué obligación le impone la ley al liquidador de un procedimiento concursal de
liquidación?
21.- ¿Qué significa que el derecho de alimentos sea recíproco?
22.- ¿Constituyen renta los alimentos que se perciban? Fundamente su respuesta.
23.- Explique brevemente la característica en virtud de la cual el derecho de alimentos
goza de una especial protección de la ley.
24.- ¿Qué establece la Ley Nº 19.968, sobre Tribunales de Familia, acerca de la
mediación en causas de alimentos?
25.- Señala las tres clasificaciones de alimentos que se estudiaron.
26.- ¿Qué se entiende por alimentos forzosos o legales? ¿Qué se entiende por
alimentos voluntarios?
27.- ¿Qué normas regulan lo concerniente a los alimentos provisorios?
28.- ¿Qué establece el art. 327 del Código Civil acerca de los alimentos provisorios?
29.- ¿Qué opiniones se han formulado acerca del momento desde el cual se deben los
alimentos provisorios? ¿Cuál de ellas ha prevalecido?
30.- Señale brevemente las reglas que establece el art. 4 de la Ley N° 14.908, acerca
de los alimentos provisorios.
31.- Refiérase brevemente a los alimentos definitivos.
32.- ¿Qué diferencias se observan en el tenor del art. 323 del Código Civil, antes y
después de la reforma que se hizo en virtud de la Ley N° 21.484?
33.- ¿Qué casos de “alimentos necesarios” subsistirían en nuestra legislación a juicio
de la cátedra?
34.- ¿Qué derecho se les confiere a las personas que conforme a la antigua legislación
habían obtenido alimentos “necesarios”?
35.- Enumere los requisitos que deben cumplirse para obtener alimentos.
36.- Señale cinco materias en el Código Civil en las que se contienen normas relativas
al derecho de alimentos.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 90


37.- Señale cinco leyes en las que se contienen normas relativas al derecho de
alimentos.
38.- ¿Qué factores deben considerarse para determinar la necesidad del alimentario,
según Meza Barros?
39.- ¿Qué opiniones se han formulado acerca del peso de la prueba, respecto del
estado de necesidad del alimentario? Resuma brevemente cada opinión.
40.- ¿Qué efecto se produce si dos o más personas se han concertado para obtener
dolosamente alimentos?
41.- ¿Puede el demandado de alimentos excepcionarse, alegando que el estado de
necesidad del demandante se debe a su propia culpa? Fundamente su respuesta.
42.- ¿Puede el demandado de alimentos excepcionarse, alegando que el demandante
podría satisfacer sus necesidades con su propio trabajo? Fundamente su respuesta.
43.- ¿Qué argumentos se han formulado para que el demandado de alimentos pueda
excepcionarse, si el demandante posee capitales productivos?
44.- ¿Qué alcance cabe dar a la expresión “facultades del deudor”, empleada en el art.
329 del Código Civil?
45.- ¿A quién corresponde la prueba de las facultades del demandado? Fundamente su
respuesta.
46.- ¿Qué puede disponer el juez de la causa, de oficio o a petición de parte, respecto
de la prueba de las facultades del demandado?
47.- ¿Qué aspectos deben considerarse para determinar las facultades económicas del
demandado y sus “circunstancias domésticas”, según Meza Barros?
48.- ¿Qué opinión tiene la profesora Claudia Schmidt, acerca del requisito que alude a
las facultades y circunstancias domésticas del demandado?
49.- ¿Qué diferencia observa, respecto de la prueba, al comparar los tres requisitos
que deben cumplirse para obtener alimentos?
50.- ¿Cómo debe apreciarse la prueba en los juicios de alimentos? Fundamente su
respuesta.
51.- Resuma las normas contenidas en el art. 5 de la Ley Nº 14.908, referidas a la
acción rescisoria ahí consagrada.
52.- Enumere las modalidades para el pago de las pensiones alimenticias,
contempladas en nuestra legislación.
53.- ¿Qué reglas establece el art. 6, inc. 2º de la Ley Nº 14.908, cuando se dispone el
pago de la pensión de alimentos en dinero?
54.- ¿Qué dispone el art. 7 de la Ley N° 14.908, acerca del límite de las pensiones de
alimentos, con relación a los ingresos del alimentante?
55.- ¿A partir de qué momento de la deuda de alimentos genera intereses y cuáles son
éstos?
56.- ¿Qué reglas estable ele art. 19 ter, para el caso de un tercero haya pagado las
pensiones de alimentos?
57.- ¿Qué reglas podemos deducir del art. 9 de la Ley N° 14.908?
58.- Refiérase brevemente a la modalidad de pago de la pensión de alimentos
mediante “los intereses de un capital”.
59.- Enumere a los titulares del derecho de alimentos.
60.- Resuma las normas que se refieren al derecho y obligación de alimentos entre
cónyuges.
61.- Refiérase a los alimentos y la autoridad parental.
62.- Refiérase a los alimentos y el deber de crianza.
63.- Refiérase a la obligación eventual de pagar alimentos que recae en ascendientes
distintos que los padres.
64.- Refiérase a los alimentos y el deber de educar a los hijos.

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 91


65.- ¿En qué consiste el “establecimiento” de los hijos? ¿Forma parte de la obligación
de socorro al hijo y por extensión de los alimentos, el “establecimiento” de éste?
Fundamente su respuesta.
66.- Refiérase a la obligación de alimentos para con los ascendientes.
67.- Refiérase a la obligación de alimentos para con los hermanos.
68.- Refiérase a las principales ideas expuestas al tratar de los alimentos en favor del
que está por nacer.
69.- Refiérase a las principales ideas expuestas al tratar de los alimentos en favor del
donante de una donación cuantiosa.
70.- Refiérase a las principales ideas expuestas al tratar de los alimentos en favor del
adoptado de conformidad a la Ley N° 7.613.
71.- Señale qué se dispone en el art. 132, inc. 3º de la Ley Nº 20.720, de “Insolvencia
y reemprendimiento”, acerca de los alimentos, cuando el marido fuere sujeto de un
procedimiento de liquidación concursal.
72.- ¿Qué factores permiten demandar alimentos en el Derecho chileno?
73.- Señale siete consecuencias que se derivan para el alimentante, por el
incumplimiento de su obligación alimenticia.
74.- Mencione siete medios previstos en la ley, para asegurar el pago de las pensiones
alimenticias.
75.- Señale el orden de precedencia que establece el art. 326 del Código Civil, cuando
el demandante tiene más de un título para demandar alimentos.
76.- ¿Qué establece la ley cuando existen varios ascendientes o descendientes a los
que puede demandarse?
77.- ¿Qué establece la ley cuando existen varios demandados de un mismo grado,
como también varios obligados por un mismo título?
78.- ¿Qué establece la ley cuando existen varios alimentarios respecto de un mismo
deudor?
79.- ¿Cuándo puede recurrirse al que sigue en el orden de precedencia como potencial
demandado de alimentos? ¿Qué criterios se han formulado en la jurisprudencia en este
caso?
80.- ¿Qué jueces de familia pueden ser competentes para conocer de una demanda de
alimentos? ¿Conforme a qué procedimiento deben tramitarse estas causas?
81.- ¿Qué jueces de familia pueden ser competentes para conoce de las demandas de
aumento, rebaja o cese de una pensión de alimentos? Haga los distingos del caso.
82.- ¿En qué caso el tribunal deberá declarar inadmisible la demanda de rebaja o cese
de pensión de alimentos?
83.- ¿Qué establece el art. 19 de la Ley N° 19.968? ¿En qué caso el juez que conoce
de una demanda de alimentos debe aplicar este artículo?
84.- ¿Qué establece el inc. 1° del art. 2 de la Ley N° 14.908, respecto del domicilio del
demandado?
85.- ¿Qué le ordena al demandado el art. 2 de la Ley N° 14.908? ¿Qué consecuencia
se produce para el caso de que el demandado no cumpliere lo ordenado por la ley?
86.- ¿Qué les ordena a los abogados patrocinantes el art. 2 de la Ley N° 14.908? ¿Qué
consecuencia se produce para el caso de que un abogado patrocinante no cumpliere lo
ordenado por la ley?
87.- ¿Qué se deberán tomar siempre en consideración para la tasación de los
alimentos, de conformidad con el art. 329 del Código Civil?
88.- ¿Qué presunciones establece el art. 3 de la Ley Nº 14.908 y a favor de quiénes?
89.- ¿Qué conclusiones pueden formularse respecto de la responsabilidad de los
abuelos de un alimentario?
90.- ¿Qué documentación debe acompañar el demandado en la audiencia preparatoria?
91.- ¿Qué conductas sanciona la Ley N° 14.908, en el art. 5, respecto de la

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 92


información que el demandado debe proporcionar acerca de su patrimonio y su
capacidad económica?
92.- ¿Qué resoluciones tendrán mérito ejecutivo y qué jueces son competentes para
conocer de la respectiva demanda ejecutiva?
93.- ¿Qué presupuestos deben cumplirse para que pueda demandarse conforme con el
procedimiento especial para el cobro de deudas de pensiones de alimentos? ¿Qué debe
hacer el tribunal en tal caso?
94.- ¿Qué ocurre si, en el marco del procedimiento especial para el cobro de deudas de
pensiones de alimentos, el Tribunal de familia encuentra cuentas a nombre del
alimentante?
95.- ¿Qué debe hacer el Tribunal de Familia una vez que las entidades respectivas
responden los oficios enviados en el marco del procedimiento especial para el cobro de
deudas de pensiones de alimentos?
96.- ¿Qué medida cautelar debe decretar el Tribunal de Familia, en el marco del
procedimiento especial para el cobro de deudas de pensiones de alimentos?
97.- ¿Qué obligación tienen las entidades bancarias y financieras, una vez que se les
notifique la resolución dictada por el Juez de Familia, en el marco del procedimiento
especial para el cobro de deudas de pensiones de alimentos?
98.- ¿Qué ocurre si la suma retenida en el marco del procedimiento especial para el
cobro de deudas de pensiones de alimentos excede el total de la deuda de alimentos?
99.- ¿Qué debe contener la resolución del Tribunal de Familia que ordena el pago, en
el marco del procedimiento especial para el cobro de deudas de pensiones de
alimentos?
100.- ¿Qué plazo tiene la entidad bancaria o financiera para realizar la transferencia,
ordenada por el tribunal en el marco del procedimiento especial para el cobro de
deudas de pensiones de alimentos?
101.- ¿Qué debe verificarse por el tribunal, una vez iniciada la investigación regulada
en el art. 19 quáter de la Ley N° 14.908?
102.- ¿Cuáles son los presupuestos para que opere el procedimiento extraordinario
para obtener el pago de pensiones de alimentos con fondos que el alimentante
mantenga en una administradora de fondos de pensiones?
103.- ¿Qué puede pedir el alimentario, en el procedimiento extraordinario para obtener
el pago de pensiones de alimentos con fondos que el alimentante mantenga en una
administradora de fondos de pensiones?
104.- ¿ ¿Qué debe contener la resolución del Tribunal de Familia que ordena el pago,
en el marco del procedimiento extraordinario para obtener el pago de pensiones de
alimentos con fondos que el alimentante mantenga en una administradora de fondos
de pensiones?
105.- ¿Qué puede desprenderse del 12 bis de la Ley Nº 14.908, que regula la medida
cautelar de retención de fondos?
106.- ¿En qué casos puede disminuir la obligación de alimentos?
107.- ¿En qué casos se extingue el derecho de alimentos y la obligación recíproca del
alimentante en forma definitiva?
108.- Refiérase a las definiciones contenidas en el art. 20 de la Ley N° 14.908.
109.- ¿Cuál es el objetivo del Registro Nacional de Deudores de Pensiones de
Alimentos y a quién corresponde su gestión?
110.- ¿Qué personas deben inscribirse en el Registro Nacional de Deudores de
Pensiones de Alimentos?
111.- ¿Cuáles son las dos funciones esenciales que tiene el Servicio de Registro Civil e
Identificación en la gestión del Registro Nacional de Deudores de Pensiones de
Alimentos?
112.- ¿Cuándo y de qué forma se deja sin efecto o “cancela” una inscripción hecha en
el Registro Nacional de Deudores de Pensiones de Alimentos?

Derecho de Alimentos – Juan Andrés Orrego Acuña 93


113.- Resuma las reglas contempladas en el art. 26 de la Ley N° 14.908, referidas al
acuerdo de pago “serio y suficiente”.
114.- ¿Qué entidades deben cumplir con las obligaciones de consulta, retención y pago
y en qué operaciones, de conformidad con el art. 28 de la Ley N° 14.908?
115.- Resuma lo dispuesto en el art. 29, inc. 5° de la Ley N° 14.908, en relación con la
participación como postor en un remate judicial del deudor inscrito en el Registro.
116.- ¿Qué establece el art. 31, inc. 1° de la Ley N° 14.908, respecto de restricciones
para comprar y adquirir ciertos bienes por parte del deudor inscrito en el Registro?

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