Poemas Del Día de La Madre
Poemas Del Día de La Madre
Poemas Del Día de La Madre
Es difícil expresar el amor hacia una madre con palabras. En este hermoso poema de la poeta
chilena Gabriela Mistral, contenido en su libro Ternura (1924), el hablante lírico expresa todo el
amor que siente hacia su madre. Refleja esa unión maternofilial que viene, incluso, desde el propio
vientre de la madre.
Madrecita mía,
madrecita tierna,
déjame decirte
dulzuras extremas.
Es tuyo mi cuerpo
que juntaste en ramo,
deja revolverlo
sobre tu regazo.
Madrecita mía,
todito mi mundo,
déjame decirte
los cariños sumos.
Entre las composiciones poéticas del escritor argentino Álvaro Yunque, se encuentran algunos
poemas infantiles como este. En él, no solo se expresa la fraternidad a través de la imaginación del
niño, sino también el amor filial hacia una madre, por la cual el hijo es capaz de hacer hasta lo
imposible: bajar la luna del cielo.
El autor estadounidense, Edgar Allan Poe, también dedicó un poema a su madre adoptiva. La
prematura muerte de su mamá biológica, influyó significativamente en su obra. En esta
composición menciona a ambas, pero en ella destaca el amor que ha profesado hacia Francis
Allan, por ser mucho más que su madre.
Este poema de Neruda, de temática amorosa, forma parte de la su etapa inicial en la poesía. En
esta composición, contenida en el poemario Crepusculario (1923), el hablante lírico expresa el
amor que siente hacia su amada. La adoración que siente hacia ella es tal, que desearía haber sido
su propio hijo.
A menudo, las mamás son quienes más conocen a sus hijos. Esa complicidad maternofilial puede
ser difícil de expresar con palabras. El autor de origen brasileño, Olegario Víctor Andrade, escribió
un poema sobre esta conexión inexplicable de las madres con el alma de sus hijos. Un poema que
nos recuerda que las madres siempre están ahí, en los buenos y en los malos momentos.
No hay mayor refugio que los brazos de una mamá. Gabriela Mistral escribió poemas como este,
donde plasma la imagen de una madre que besa, cuida y protege a su hijo entre sus brazos. Uno
de los más tiernos y nobles gestos de amor que puede haber en el mundo.
Yo te miro, yo te miro
sin cansarme de mirar,
y qué lindo niño veo
a tus ojos asomar...
Este poema de Amado Nervo, uno de los mayores representantes del modernismo
hispanoamericano, está dedicado a sus progenitores. El hablante lírico expresa su adoración a su
madre y a su padre. Ellos son quienes lo acompañan siempre en sus buenos y malos momentos, y
también quienes lo han enseñado a ser bondadoso y dichoso.
Esta composición elegíaca forma parte de una de las primeras obras de la autora gallega Rosalía de
Castro, la cual lleva por título A mi madre (1863).
En este poema, trata el tema de la muerte, y la angustia que causa para una madre la muerte de
un hijo. El hablante lírico, también explora su propio dolor aludiendo al momento del deceso de su
propia madre.
II
Esta composición del poeta uruguayo Mario Benedetti está contenido en el poemario El amor, las
mujeres y la vida (1995), una compilación de poemas de amor.
Este poema personal del autor evoca el recuerdo de su madre, testigo de acontecimientos difíciles
a nivel social y político en su país. Alude a un periodo de 12 años, en los que el autor se pasó en el
exilio. En estos versos, los ojos de su madre, quien permaneció indemne en aquel lugar en apuros,
son como los suyos propios.
ahora la recobro
solo con un bastón de diferencia
o acaso no la mira
solo repasa sus adentros
no sé si de reojo o de hito en hito
sin pestañear siquiera
Este fragmento del poema Rimas, de Unamuno, evoca el estrecho vínculo que se produce entre
madres e hijos. En él, el hablante lírico expresa sus sentimientos hacia su madre, cuyo recuerdo es
eterno.
(...)
Los brazos de una mamá deberían ser eternos, para volver a ser niños. Esta bella composición,
atribuida a la escritora y poeta italiana Alda Merini, evoca ese lugar donde siempre queremos
volver.
Hay un lugar en el mundo donde el corazón late rápido,
donde te quedas sin aliento por la emoción que sientes,
donde el tiempo se detiene y ya no tienes edad.
Este poema del escritor mexicano Gutiérrez Nájera, uno de los precursores del Modernismo
literario, expone los lamentos de un hijo que, en un momento de mucho dolor, implora el amor a
su madre, quien significa todo para él. El autor dedicó este poema a su progenitora en el año 1878.
Entre los poemas de Gabriela Mistral, se encuentra este sobre la maternidad. Esta composición
evoca la imagen de una madre que abraza en su seno a su recién nacido, a quien pide que no se
separe de ella.
Velloncito de mi carne
que en mi entraña yo tejí,
velloncito friolento,
¡duérmete apegado a mí!
Hierbecita temblorosa
asombrada de vivir
no te sueltes de mi pecho
¡duérmete apegado a mí!
Superar la muerte de una mamá puede ser un proceso muy difícil. El poeta mexicano, Jaime
Sabines, dedicó esta composición a su madre, quien fue una gran influencia para él en su poesía.
En estos versos, se adivina el proceso de duelo del hablante lírico, ante la ausencia de su
progenitora.
El escritor español Miguel de Unamuno dedicó parte de su obra a la poesía. En esta composición,
el hablante lírico le pide a su madre que lo acompañe antes de ir a dormir. En él se percibe el
cuidado que las mamás proporcionan a sus hijos y la calma que, solo ellas, transmiten para
conciliar el sueño.
No te vayas de mi lado,
cántame el cantar aquel.
Me lo cantaba mi madre;
de mocita lo olvidé,
cuando te apreté a mis pechos
contigo lo recordé.
Este poema del autor mexicano Luis Gonzaga Urbina está dedicado a sus progenitores. En él, el
hablante lírico destaca las habilidades heredadas de cada uno de ellos, especialmente de su
madre, quien lo llenó de ternura, amor, dulzura y vitalidad. Lo enseñó a apreciar los detalles más
hermosos de la vida.
Mi padre fue muy bueno: me donó su alegría
ingenua; su ironía
amable: su risueño y apacible candor.
¡Gran ofrenda la suya! Pero tú, madre mía,
tú me hiciste el regalo de tu suave dolor.
El poeta más representativo del Romanticismo español escribió hermosos poemas de amor. Si
bien, en esta rima, el hablante lírico expresa sentimientos eternos hacia su amada, sus versos
también describen a la perfección el amor filial.
El amor hacia una mamá es, tal y como dice este poema, imposible de apagar.
Enseñarás
Enseñarás a volar... pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar... pero no soñarán tus sueños.
Enseñarás a vivir... pero no vivirán tu vida.
Enseñarás a cantar... pero no cantarán tu canción.
Enseñarás a pensar... pero no pensarán como tú.
Pero sabrás que cada vez que ellos vuelen, sueñen, vivan, canten y piensen...
¡Estará en ellos la semilla del camino enseñado y aprendido!
Madre Teresa de Calcuta
¿Qué te parece este poema para un madre? ¡Le encantará!
A mi madre
¡Oh, cuan lejos están aquellos días en que cantando alegre y placentera,
jugando con mi negra cabellera,
en tu blando regazo me dormías!
¡Con que grato embeleso recogías la balbuciente frase pasajera que,
por ser de mis labios la primera,
con maternal orgullo repetías!
Hoy que de la vejez en el quebranto,
mi barba se desata en blanco armiño,
y contemplo la vida sin encanto,
al recordar tu celestial cariño,
de mis cansados ojos brota el llanto,
porque, pensando en ti, me siento niño.
Un golpe di con temblorosa mano sobre su tumba venerada y triste;
y nadie respondió...
Llamé en vano porque ¡la madre de mi amor no existe!
Volví a llamar, y del imperio frío se alzó una voz que dijo:
¡Si existe! Las madres, nunca mueren...
Hijo mío desde la tumba te vigilo triste...
¡Las madres, nunca mueren!
Si dejan la envoltura terrenal, suben a Dios, en espiral de nubes...
¡La madre, es inmortal!
Vicente Riva Palacio
CANTOS DEL DÍA DE LA MADRE