Modulo Vi Relaciones Victimales (1) ..
Modulo Vi Relaciones Victimales (1) ..
Modulo Vi Relaciones Victimales (1) ..
OBJETIVO GENERAL
OBJETIVOS ESPECIFICOS
i. El criminal y la victima
ii. Modalidades en la relación victima – victimario
iii. Modelos de investigación de la pareja penal
MODULO VI
RELACIONES VICTIMALE S
I. EL CRIMINAL Y LA VICTIMA
Conocer la relación criminal - víctima es necesario para prevenir la comisión de actos delictivos, a
la vez es necesario identificar el modo de operar del delincuente y el catalogo de víctimas que elige
debido al hecho criminal que realice.
Existen muchas víctimas que guardan relación con el victimario, puede ser el caso limitado a los
delitos cometidos en el hogar, en donde comúnmente el esposo o conyugue maltrata a su pareja e
hijos. En otros tipos de delitos, por ejemplo, terrorismo, será difícil determinar la vinculación con la
víctima, pues muchas veces sufren personas ajenas al delito.
En los delitos donde la víctima es ajena al victimario, suele suceder que éste previamente analizó a
su víctima o viceversa, pero no hay una relación directa.
Posiblemente el violador mantiene cercanía con la víctima, sin dudar que exista quienes sin
conocerla tomen la iniciativa. Al narcotraficante le corresponden las víctimas fuertes, los policías,
los mandatarios administrativos de la función pública y también los débiles como los distribuidores
menores.
De dicha relación se puede construir planes preventivos, el estudio victimológico forense arrojará
muchos resultados de ambas personalidades, siendo la Criminología la que aporte aquellos datos
sobre el delincuente y la Victimología complemente su análisis con cada caso particular.
La percepción
Para entender la relación victima-victimario, es fundamental el estudio de la percepción que tenga
de ella, pues de esto puede depender la acción o inacción, para conocer estas percepciones y
estereotipos es necesario hacer el análisis del lenguaje, principalmente el utilizado en la jerga
criminal.
Con ello podemos observar como la intención del victimario es infravalorar a la víctima, demostrar
su estupidez frente al delincuente, que es carnal (hermano), mano (hermano), otra cantidad de
denominaciones que no tiene una acepción despectiva sino, por el contrario, se señala la
superioridad del malhechor.
Lo anterior se hace patente en las actitudes post-delictium: cuando la criminal culpa a la víctima y
refuerza los sentimientos de infravaloración hacia ella. De aquí que cosificar a la víctima será un
Por otra parte, es importante analizar la percepción que la víctima tiene del criminal, sobre todo
antes del hecho victimal; aquí la situación es más compleja, pues resulta claro que la percepción
puede cambiar radicalmente después de la victimización para bien o para mal, recordemos el
síndrome de Estocolmo, en que las víctimas desarrollan una peculiar simpatía por el victimario.
El análisis de las relaciones anteriores, el conocimiento previo, las actitudes, etc., son muy valiosas,
pues nos pueden aclarar si la percepción que la víctima tenía del criminal facilitó o no su elección.
La Relación
Determinar relaciones entre la víctima y victimario aportará información relevante del hecho,
cuanto mejor se entienda el punto de encuentro entre ellos, habrá más información sobre la
génesis del hecho.
Principiamos con el conocimiento previo entre víctima y victimario hecho de gran trascendencia
que puede explicarnos parte de la dinámica, pues hay casos en que se elige a una víctima por ser
conocida y en otros es seleccionada exactamente por desconocida.
En la misma manera, hay delitos que nunca se cometerían a un conocido y, por el contrario, hay
ilícitos que es imposible cometer si no se conoce a la víctima (estupro, incesto, abuso de
confianza).
Por tanto, encontramos cuatro posibilidades en lo referente a conocimiento-desconocimiento:
1) criminal y víctima se conocen, por lo tanto, hay una vinculación interpersonal que
puede ser de mayor o menor grado. Así, nos dice Hilda Marchiori que el antecedente de
conocimiento puede deberse a múltiples circunstancias y asumir diversos grados de amistad,
compartir una actitud común, cercanía domiciliaria, vinculación por negocios, afectos, enemistad.
Es decir, la relación interpersonal contempla un conocimiento mutuo autorvíctima.
Múltiples delitos pueden cometerse en este caso, por ejemplo, todos los relacionados
con violencia intrafamiliar, así como los homicidios pasionales. Es interesante plantear la hipótesis
de que a mayor conocimiento menor denuncia; es decir, las razones por las que el victimario ha
elegido esa víctima en concreto pues cree que no será denunciado.
Así, al conocer las circunstancias personales, los hábitos, los lugares que frecuenta, el
lugar donde trabaja, se hace la selección de esa víctima. Algunos de los delitos más graves caen en
este esquema, por ejemplo, el secuestro, el asalto a cuentahabiente, los levantones y ejecuciones
realizados por sicarios.
3) La víctima conoce al criminal, pero éste no conocía a la víctima. Caso que puede
ser fortuito, la víctima es vecina o mantiene cercanía por otras razones de las que el agresor no se
ha dado cuenta. Puede tratarse de un personaje conocido o relevante en el barrio , la escuela o el
trabajo, que la víctima puede identificar.
La Pareja penal elegir a una víctima no equivale a elegir un objeto no puede pensarse en un sujeto
activo que selecciona a un sujeto pasivo.
Por esta razón es tan importante estudiar las relaciones entre ambas partes a partir del fenómeno
que Mendelsohn llamó pareja penal, para diferenciarla de la pareja criminal, muy estudiada por la
criminología. La pareja criminal la componen dos sujetos que unen sus esfuerzos para lograr un
éxito mayor en su empresa delincuencial; es la forma más simple y primitiva de delincuencia
organizada, y sigue reglas propias.
El problema para iniciar el análisis de la relación pareja criminal manejaremos dos variables: La
primera consiste en descubrir si los miembros de la pareja penal se conocían previamente; en la
segunda se contempla la actitud que tiene cada parte hacia la otra, además de tres variantes:
atracción, rechazo e indiferencia, cuyas combinaciones son las siguientes:
Víctima y criminal se atraen. Este mutuo encanto lleva a delitos como proxenetismo,
estupro o incesto, y a hechos como el pacto suicida. El fenómeno puede llegar a
situaciones simbióticas como casos de violencia intrafamiliar. La atracción recíproca puede
unir a dos sujetos con tipos constitucionales complementarios, o puede basarse en una
herencia similar. Algunas relaciones neuróticas y destructivas son ejemplo de esta
seducción bilateral víctima-victimario, en la que a veces los roles se intercambian.
El criminal se siente atraído por la víctima, pero ésta rechaza al criminal. Éste es un caso
claro de víctima determinada: el criminal desea a la víctima, pero es repudiado, por lo cual
pasa a la agresión en formas leves (insultos, calumnias, robos, daños), o muy graves
(violación) hasta llegar al típico crimen pasional “por despecho”.
El criminal rechaza a la víctima, pero ésta se ve atraída por aquél. Esta circunstancia se
puede ejemplificar con el caso donde el ofensor se ve atosigado por la víctima hasta que
El criminal se ve atraído por la víctima, pero ésta es indiferente. A pesar de ser un caso
menos grave que el planteado en la segunda actitud, cuando la víctima rechaza al criminal,
debe tomarse en cuenta pues puede conducir a situaciones trágicas.
La víctima repudia al victimario, pero éste adopta una actitud indiferente. Se trata de
casos en los que la víctima ha agredido al victimario hasta que logra la respuesta; el
momento más grave puede ser el de la legítima defensa, cuando la víctima ataca a su
inmolador y éste, al defenderse, la victimiza. El caso es peculiar, pues aquí nos
encontramos otra situación en la que, quizá sin proponérselo, la víctima ha elegido a su
victimario.
Ambos, víctima y victimario son indiferentes. Éste es el caso en los delitos culposos, pues
en la gran mayoría de ellos víctima y victimario ni siquiera se conocían. En el robo es
también común que no haya conocimiento previo, por lo que, como comentamos, la
elección de la víctima es totalmente independiente de las actitudes de los participantes de
la pareja penal.
Si conjugamos las variables, la que agresión es más leve cuando hay atracción entre
ambas. El caso en la que la agresión es más fuerte es cuando hay rechazo entre ambos. Otro
peligroso es cuando el delincuente hay rechazo hacía la víctima y la víctima siente atracción. Los
LECTURA SUGERIDA
La Victimología https://www.corteidh.or.cr/tablas/a12064.pdf
https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/8194/3/TEMA%208.pdf
REFERENCIAS:
MEZA BRAN DE OLIVA. Julia Mercedes. Estudio sobre los servicios de asistencia a la víctima y la
necesidad de su regulación legal. Guatemala. Ediciones Mayte.2001.
OLGUÍN ROJAS, Karina. Eficacia de los derechos de las víctimas en el nuevo proceso penal.
Guatemala. Ediciones Mayte. 2008.
POLANCO TELLO, Ana Elvira. La victimología en la violación de los derechos humanos en los delitos
de secuestro y encubrimiento en el ordenamiento jurídico penal guatemalteco desde la vigencia
del Decreto 57-92. Guatemala. L y M Impresos. 2002.
REYES CALDERÓN, José Adolfo y Rosario León Dell. Victimología. Tercera dición.Tipografía
Nacional. Guatemala. 2002.