Cultura Dominicana Apuntes Yandry

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Cultura dominicana

Todas las sociedades tienen una cultura propia, que es consecuencia de la capacidad


creadora de sus integrantes, las circunstancias, la necesidad y su historia. La
República Dominicana tiene una cultura con una rica diversidad que no nos deja de
identificar.

La cultura está en constante cambio, éstos se acumulan para el aprovechamiento de sus


pueblos. Estas transformaciones se van transmitiendo de generación en generación, es
por esto que la cultura sea original o no, no se pierde.

“La cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace
de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente
comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A
través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como
un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca
incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden”.

La cultura dominicana se basa, fundamentalmente, en la conformación de dos culturas


madres: la española y la africana. Tiene poco de indígena o nada, puesto que en menos
de 50 años los indios habitantes de la isla de Santo Domingo en 1492, fecha en que Don
Cristóbal Colón pisó estas tierras, fueron abolidos por los trabajos forzados.

La cultura dominicana existe. Y no porque sí. Existe por fuerza de una historia de 500
años formada en los sudores fulgurantes de los esclavos, la llegada del europeo a estas
tierras y una mezcla inteligente del fajo de costumbres y culturas en convivencia
durante cinco siglos.

El merengue dominicano es un cadencioso y alegre que ha logrado extender su brazo


fuera de las fronteras nacionales y aposentarse en los salones de bailes de todo el
mundo. Dentro de sus máximos exponentes contamos con las figuras de Joseíto Mateo y
Luis Alberti, o los contemporáneos Johnny Ventura, Juan Luis Guerra, Wilfrido Vargas,
Fernando Villalona y Sergio Vargas, que han exportado nuestra música con gran éxito a
playas extranjeras.

¿QUÉ ES LA CULTURA?
La cultura es la base y el fundamento de lo que somos. Esta existe en nosotros desde el
momento en que nacemos y es el aporte moral e intelectual de nuestros progenitores en
un inicio y de nuestro entorno posteriormente.
Los pueblos del mundo, desde su fundación, van desarrollando su cultura, la cual, se
plasma en sus formas de vida, organización social, filosofía y espiritualidad;
normatividad ética y jurídica; arte, ciencia y
tecnología; economía y comercio, educación; memoria histórica, lengua y literatura entr
e otros.
Cultura es todo lo que existe en el mundo, y que ha sido producido por la mente y la
mano humana. Por ejemplo, las fiestas, los alimentos, los sistemas políticos, la manera
de pensar, la ropa y las modas, los medios de convivencia, el daño al medioambiente, la
manera de jugar algún deporte, la guerra y las armas, los actos humanitarios. Todos
éstos son productos culturales porque han surgido de la creación humana y de su manera
de entender, sentir y vivir el mundo. Por eso también se dice que la cultura es la forma,
para bien o para mal, como el ser humano ha modificado la naturaleza.

Podemos decir, que la cultura se refiere a los bienes tangibles y procesos intangibles que


se producen en la sociedad: arte, invenciones, literatura, artículos de consumo, las
creencias, los valores, las actitudes, las tradiciones y conductas compartidas que se
transmiten de una generación a la siguiente en el interior de una sociedad.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA CULTURA DOMINICANA

Nuestra cultura dominicana ha sido el resultado de una mezcla de


diferentes grupos étnicos que a través del tiempo y por diferentes circunstancias han
prestado sus elementos culturales propios y de ellas hemos patentizado nuestra cultura
dominicana; estos diferentes grupos étnicos que dan origen a la cultura dominicana son:

 La Cultura taina.
 La Cultura española.
 La Cultura africana.

Cada una de estas culturas ofreció fuertes elementos que sustentan de una manera
directa o indirectamente lo que es nuestra cultura hoy en día. Es bueno a la vez precisar
que nuestra cultura, a través del paso del tiempo, recibió algunos aportes de otras
culturas, como son elementos de la cultura francesa, norteamericana, etc. Que fueron
aportados, aunque no de una manera tan notable como las tres anteriores, pero que
podemos encontrarlos en las culturas de nuestra nación.

Desde el momento mismo del descubrimiento de la Española, cuando Colón y sus


acompañantes pisan tierra y entran en comunicación con los aborígenes, tiene lugar
un proceso más o menos complejo de relaciones raciales y culturales entre los unos y
los otros.

Los contactos de los españoles con los nativos de la isla fueron desde el principio
conflictivos, tanto que produjeron la progresiva, pero implacable desaparición de los
nativos. A diferencia de otros países de América, Santo Domingo no presenta en la
actualidad el nuevo tipo étnico común a otras latitudes del continente: el mestizo.

De la cultura taína restan muy pocos remanentes, y estos corresponden sobre todo a los
aspectos materiales de la misma. Hay que advertir, por lo demás, que varios de esos
aspectos perduraron a través del esclavo africano, quien los hizo suyos y los incorporó a
sus costumbres y hábitos de trabajo.

Así, por ejemplo, cuando los taínos empezaban a extinguirse, los negros habían logrado
ya dominar la técnica del cultivo de la yuca y la preparación del casabe, que era el
alimento básico de aquellos. A través de los esclavos africanos, los taínos legaron a
nuestra cultura el cultivo de roza, cuya quema y tala de árboles serían luego continuadas
por los plantadores azucareros.

Otros elementos importantes de la cultura material taina que subsistieron y aparecen hoy
incorporados a la vida y actividad cotidianas del dominicano son:
 1. Instrumentos como la canoa, la hamaca, el caracol (usado como trompeta para
dar avisos) y la cuchara de higüero.
 2. Técnicas como el sistema de pesca denominado barbasco o
“encandilamiento”, el ahumado para la conservación de las carnes, la cestería –
especialmente mediante el empleo de cuerdas de cabuya y la petaca de yagua –, el
encendido de hornos de carbón, la utilización de la piel de ciertos peces para limpiar
y rayar vegetales, etc.
 3. Productos agrícolas como la batata, la yautía, la jagua, el jobo, el maíz, el
lerén, el maní, etc. Todos ellos forman parte de la dieta dominicana.

La mayor aportación del taíno a la cultura dominicana hay que buscarla, sin duda, en el
lenguaje. Numerosos vocablos forman parte del habla criolla.

Los grupos étnicos que proporcionarán el mayor caudal de rasgos y complejos a la


cultura nacional son el español y el africano, con una evidente e indiscutible prevalencia
del primero sobre el segundo a pesar de la opinión de algunos sociólogos e
historiadores, cuya posición antiespañola los lleva a menospreciar la preponderancia
hispánica para encumbrar las influencias ejercidas por los esclavos de distintas naciones
africanas. Esta falsa actitud ha de ser vista, sin embargo, como una reacción frente a
la ideología de la clase burguesa y españolizantes, en la cual los prejuicios raciales,
unidos a una incomprensión del pasado, teñida de etnocentrismo y que las invasiones
haitianas del sigo XIX acrecentaron al máximo, impidieron valorar justamente el rico
fondo etnográfico del esclavo africano, y, en consecuencia, sus contribuciones a la
cultura vernácula.

Los esclavos traídos a Santo Domingo procedían de diversas zonas de África y, por
tanto, pertenecían a culturas diferentes.

El negro africano llegó, pues, a Santo Domingo, en calidad de esclavo, y fue él quien
completó, con su trabajo forzado, la actividad del español conquistador. Es por tanto la
situación de esclavitud la que marca, como trazo fundamental, la presencia del negro en
la isla. Como esclavo, y a causa de esa situación, el negro arribó a América con sus
culturas quebrantadas.

Mientras el español se limitó a importar su sociedad y civilización, no teniendo que


hacer otra cosa sino adaptarlas a un nuevo medio, la esclavitud, al desgarrar la cultura
africana original, sólo permitió que el negro trajera consigo sus creencias y valores,
debiendo sujetarse, en cambio, a una sociedad distinta a la suya e impuesta por su amo
blanco.

En la actualidad, no puede hablarse de civilizaciones o culturas africanas en América,


sino de culturas negras o más bien de rasgos, restos de esas culturas.

En efecto, la población negra y mulata existente en Santo Domingo, es el resultado de


diversas migraciones:

 1. Las procedentes directamente de África.


 2. Las migraciones de esclavos fugitivos desde la colonia francesa de la parte
occidental de la isla.
 3. Los llegados de otros puntos de las Antillas, sobre todo de las Menores.
 4. El tráfico de trabajadores negros desde las Antillas inglesas.
 5. La inmigración de ex esclavos norteamericanos.
 6. La numerosa mano de obra importada desde Haití.

Todas esas migraciones han contribuido grandemente a aumentar los


distintos procesos de transculturación operados en Santo Domingo desde los primeros
días de la esclavitud.

Remanentes culturales africanos se observan en Santo Domingo en muy diversos


aspectos: música, baile, creencias mágico-religiosas, cocina, economía, diversiones,
hábitos motores, lenguaje, etc.

Tal vez la mayor influencia del esclavo africano se observe en la música y baile. Tal
influencia se origina en las danzas, que como la calenda, se practicaban en Santo
Domingo, como en otros lugares de América, desde los años iniciales de la esclavitud.
De esta danza derivan, según investigaciones, varios de nuestros ritmos populares. Uno
de los más generalizados de todos es los palos, nombre con que se designa tanto al
ritmo como a los membranófonos utilizados. Ritmos nacionales de obvia impronta
africana son la sarandunga, los congos, la jaiba, el chenche matriculado, etc. Entre los
instrumentos de origen africano cabe citar los palos, el balsié, la gallumba, etc.
La música popular dominicana está íntimamente ligada a la cultura religiosa, y se
interpreta sobre todo en las llamadas fiesta de santos, conocidas también, según la zona
del país, como velaciones, velas o noches de vela. Otros ritmos populares son de
evidente origen español, como la mangulina y el carabiné.
Las creencias mágico-religiosas dominantes entre las capas campesinas y populares
dominicanas reflejan el sincretismo cristiano-africano operado desde los tiempos de la
colonia. El vodú dominicano es de obvia procedencia haitiana, pero sus rasgos y
complejos se muestran degradados en Santo Domingo. Al panteón voduísta criollo se
han incorporado muchas divinidades o loas nativas. El rasgo más característico del vodú
dominicano es el que lo relaciona directamente con la actividad mágica. Las
correspondencias entre los loa y los santos católicos son similares a las haitianas.
La magia dominicana es también una mezcla heterogénea de creencias y ritos africanos
y europeos, estos últimos especialmente españoles. Animales míticos como el bacá y
el galipote proceden de Haití. Las clásicas brujas y las características que las rodean son
españolas. De Europa nos viene la superstición del mal de ojo, la supuesta existencia de
lugarús (loup-garou) y numerosos hechizos y encantamientos, amén de la mayoría de
las artes adivinatorias.
Los ritos funerarios contienen muchos rasgos de ascendencia africana que son
compartidos con otros países de América. Un ejemplo típico es el baquiní o velorio del
angelito.
La cocina dominicana contiene productos y platos de procedencia africana. Entre los
primeros figuran el guandul, el ñame y el funde. Platos típicamente africanos parecen
ser el mofongo, preparado a base de plátanos verdes y, derivados de la cocina cocola,
el fungí y el calalú. Una bebida común entre los esclavos negros era el guarapo, que se
saca del jugo de caña de azúcar.

La influencia africana en el lenguaje dominicano no es muy significativa, pero aún así


es posible rastrear numerosos vocablos importados por el esclavo negro y que se han
incorporado al léxico popular. Citamos, entre otros, las voces bemba, bachata, guineo,
quimbamba, añangotarse, etc.
El término criollo, aplicable en sentido general a todo lo originario de los países
americanos, estaba reservado exclusivamente, a partir del siglo XVI, para denominar a
los hijos y nietos de africanos nacidos en estas tierras.

Ya en el siglo XVIII el adjetivo criollo designa a todos los nacidos en América, no


importa la casta o mezcla de donde provengan. Se exceptúan de este calificativo a los
descendientes de indígenas.

El proceso de formación de la cultura dominicana, que puede situarse a partir del siglo
XVII, responde pues a la necesidad del criollo de adaptarse al hábitat donde vive y es el
resultado de un largo y prolongado mecanismo de transculturación que se inicia sobre
todo a partir de la cultura española, lógicamente predominante, a la que luego se
mezclarán ingredientes procedentes de la aborígen y africana.

¿Pertenece la cultura dominicana a lo que se conoce como el “área cultural” del


Caribe? La expresión “área cultural” es un artificio inventado por los antropólogos para
designar un espacio geográfico dentro del cual conviven pueblos que presentan culturas
más o menos parecidas. Ahora bien, lo que llamamos “Caribe” ha sido delimitado de
diversas maneras.

Es obvio que la cultura dominicana en nada se asemeja a la centroamericana, ni a la del


sudeste norteamericano, y los rasgos que comparte con los países de la costa norte de
Sudamérica son bien pocos. Habría entonces que delimitar el espacio del “área cultural”
del Caribe, para que en él pudiese tener cabida la cultura dominicana a las dos Antillas:
las mayores y las menores. Pero las primeras incluyen a Jamaica, cuya cultura es muy
diferente a la nuestra, y en cuanto a las segundas, colonizadas por diversas potencias
europeas, apenas es posible observar ciertos rasgos comunes. Tal vez los dos únicos
países que más se parecen culturalmente al dominicano sean Puerto Rico y Cuba y, en
menor medida, Haití.

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA CULTURA DOMINICANA


Ahora bien, ¿Cuáles elementos diferencian nuestra cultura dominicana fuera de
nuestra región?. La República Dominicana comparte junto con los demás pueblos
de América latina uno serie de elementos y características muy similares.

La República Dominicana no se escapa a esta exaltación. La sociedad dominicana


presenta múltiples herencias que representan el sentir y la razón de muchos grupos del
país, aunque no sean manifestaciones de todo el pueblo.

Algunas de las características que definen la cultura dominicana:


 La cultura dominicana es patriarcal (el hombre es la cabeza de la familia y en el
ámbito laboral).
 Hasta antes de la incorporación de la mujer en el ámbito laboral, la toma de
decisiones y el papel preponderante era ejercido por el hombre exclusivamente.
 La familia se constituye a través del matrimonio, en el cual el hombre es la
cabeza de la familia y por lo tanto el hombre sigue siendo el tronco en la formación
de familia.
 Aún predomina el machismo, y algunos tabúes a este respecto.
 El individuo aún permanece en la casa hasta el matrimonio.
 Persisten las reuniones familiares, las celebraciones de festividades especificas,
en el que están presentes las bebidas y el juego, esto sin pasar a la adicción.
 Se acostumbraba que el hombre solicite el permiso para la unión matrimonial a
los padres de la novia.
 Es un pueblo hospitalario.
 Es una cultura influenciada por otros pueblos.
 Es una cultura muy rica en el ritmo, contado con ritmos como la bachata, el
merengue, mangulina, carabiné, café en jarro, la tinaja, etc., entre otras
características.

ELEMENTOS Y/O TRADICIONES QUE IDENTIFICAN LA CULTURA


DOMINICANA

CREENCIAS
Galipotes:

De acuerdo con las creencias populares, los brujos o curanderos tiene la capacidad de
convertir a las personas en animales para su protección o para ellos mismos realizar
mejor su trabajo; son los “galipotes”.

Estos por la magia pueden escapar cuando los están buscando gracias a la capacidad del
mimetismo de asumir diferentes formas de animales de ser inmunes a filos de puñales,
cuchillos, machetes y balas, así como a la acciones de oraciones y resguardos.

Zánganos:

Los zánganos tienen las mismas características de lo galipotes, pero se diferencias de


ellos en que caminan dando zancadas. Ambos tienen en común también que les gusta
salir por las noches a asustar a la gente y hacer todo tipo de bellaquerías.

Bacá:

Cuando una persona comienza a progresar económicamente de manera rápida y poco


comprensible la gente se comenta entonces que es gracias a que tiene un bacá.

Este se consigue en un pacto con el diablo, quien le dará riquezas y las propiedades,
recibiendo como castigo dolores, enfermedades, desgracias y perdiendo popo a poco a
sus seres queridos, familiares y allegados, culminando con él mismo.

El agua de mayo:

Se considera mágica la primera agua de mayo. Cuando esta cayendo, la gente la recoge
con las manos y se la pasa por la cara como despojo para purificarse, con las esperanzas
en algunos de que les eliminara las arrugas y los rejuvenecerá.

También se recogerá el agua de mayo en botellas, la cual servirá como protección y para
resolver problemas de salud.

Amarradores de agua:

Cuando esta nublado “negrecito”, como dice la gente, en las comunidades hay
especialistas con sus poderes mágicos espantan el agua para que no dañe las cosechas o
tumbe las flores de los árboles frutales.

Estas personas también tienen la capacidad para racionalizar las lluvias, haciendo que
caigan o no en determinados lugares que no conviene por fines agrícolas; incluso, ellos
pueden, de acuerdo con las creencias de la gente, caminar en medio de la lluvia y no
mojarse, cayendo el agua a sus espaldas.

La ciguapa:

Se tiene la creencia de que por las noches, sale de los montes una hermosa mujer, de
largos cabellos, pero con los pies hacia atrás, que recibe el nombre de “la ciguapa”, la
cual es completamente inofensiva, sumamente tímida, llegando incluso a asustarse de la
gente.

Las brujas:

De acuerdo con las creencias populares, son frecuentes las apariciones de brujas, las
cuales se pueden trasladar a largas distancias en una escoba voladora y gozan haciendo
daños y asustando a la gente.

Su debilidad son los niños, a los cuales les van chupando la sangre por el ombligo o el
dedo grande del pie hasta matarlos. Si el niño esta bautizado, al chuparle el dedo, la
bruja comenzara a vomitar la sangre. Como protección de las brujas, se coloca una
escoba con la punta para abajo, a fin de que si llega al techo de la casa no pueda volar;
se le coloca también granos de sal, mostaza y ajonjolí. Su mayor miedo es a la sal, ya
que se le sala el cuerpo y se le inmovilizan las coyunturas, haciéndole mas impacto
debido a que han dejado su piel guardada.

Las Nimitas (popularmente “Cucuyos”):

Las nimitas, son luciérnagas muy comunes en el campo que emiten una luz por las
noches cuando van volando en silencio. Las personas creen que las nimitas son
el alma de los difuntos que salen a cuidar a sus seres.

CALENDARIO FOLKLÓRICO

La festividad central de la República Dominicana se centra en los primeros dos meses


del año Enero y Febrero, la constituye a nivel nacional las celebraciones en honor de la
Santísima Virgen Nuestra Sra. De la Altagracia, Madre Espiritual del pueblo
dominicano, a Juan Pablo Duarte (nuestro Padre de la Patria),
la Independencia Nacional y el Carnaval Dominicano.

ENERO
El día 1 de Enero se celebra: “El Santo Cristo de Bayaguana”

Las celebraciones religiosas, sociales, folklóricas y culturales en honor al Santo Cristo


de Bayaguana comienzan con la fundación del pueblo en el 1505, durante la
colonización española, al ponerse en práctica las devastaciones de Osorio e integrarse
los poblados de Yaguana y Bayajá.

Con el tiempo, de acuerdo con la tradición, los milagros de este Cristo convirtieron a
su iglesia en uno de los centros más importantes de peregrinación de la isla, cuyas
festividades reflejan sus dimensiones hateras, religiosas, folklóricas, sociales, culturales,
que se expresan en dos momentos singulares: la llegada y ofrenda de los toros, y la
“venta” de los mismos.

El día 5 de Enero se celebra: “Los Reyes Magos”


Se hizo costumbre en nuestro país, que los niños, antes de acostarse el día 5, le pusieran
debajo de su cama o en un rincón de la casa, hierba y agua para los camellos, así como
dulces, caramelos, “mentas”, para los Reyes Magos, cuando llegaran a la casa a dejarles
los regalos.

El día 21 de Enero: “La Virgen de la Altagracia”

A partir del día 12 hasta el 21, comienzan a nivel popular las novenas en honor de la
Virgen de la Altagracia, Madre Espiritual, y de hecho, la Patrona de la República
Dominicana, cuya sede, centro nacional-internacional de peregrinación, está en la
ciudad de Higuey, en la región Este del país.

Las “novenas” culminan con misas, rezos, cantos, peticiones y aclamaciones, entre
salves y atabales. También es patrona en: Arroyo Hondo (Baní), Cabrera (Provincia de
María Trinidad Sánchez), Castañuelas (Prov. Distrito Nacional), Hostos (Prov. Duarte),
Loma de Cabrera (Prov. Dajabón), San José de Ocoa (Prov. Peravia), la ciudad de
Monte Plata, Paraíso (Prov. Bahoruco), Acosta (Prov. Samaná), La Montería (Prov.
Peravia) y Nizao (Prov. Peravia).

Las salves dominicanas son expresiones musicales y cantos semi-sagrados, originados


de la liturgia tradicional católica, las cuales han sido recreadas, criollizadas, en un
sincretismo singular, creador, de donde, por el ritmo, los instrumentos, las técnicas del
canto y el contenido, dan como resultado una modalidad español-europea y otra de
expresiones africanas. Las salves tienen una dimensión muy solemne, en ocasiones se
bailan y son ejecutadas con balsie (tambor pequeño de un solo parche), tambora
tradicional (dos parches), panderos y güiras.

Los palos o atabales son manifestaciones musicales y danzarias semi-sagradas y de


regocijo, sincréticas (europeo-africano), con ritmos, instrumentos y técnicas vocales de
origen africano, cuya base fundamental son tambores básicamente congos-
dahomeyanos, de un solo parche, que se tocan con ambas manos y se acompañan
indiscriminadamente de güiras (de metal), palitos y maracas, casi siempre en grupos de
tres, que reciben en casi todos los lugares el nombre de palo mayor, alcagüete y adulón,
por parte de los músicos populares.

En los bailes de ofrecimiento solo bailarán las mujeres y en el baile de regocijo, bailarán
parejas dentro de la iglesia.

El día 26 de Enero se celebra: “La Conmemoración del de Juan Pablo Duarte”.

Este día se celebra en todo el país el día del natalicio Juan Pablo Duarte, en este día se
hacen desfiles y actos en todas partes del país. En especial en la Provincia Duarte al
Norte del País, se celebra un Actos Solemne en honor a Juan Pablo Duarte, donde
asisten las principales autoridades del país, entre ellos el presidente de la República.

FEBRERO

En el mes de Febrero en la República Dominicana se celebra principalmente la


Independencia de la Nación, y con esta se celebra todos los domingos del mes el
carnaval dominicano en todas partes del país, este día las personas se reúnen los
principales parques y/o lugares del país para celebrar este día, vestidos con disfraces.

GASTRONOMÍA
La gastronomía dominicana es básicamente una fusión entre la gastronomía africana,
la española y la taína como se había señalado anteriormente. También tiene influencias
árabes e italianas. La gastronomía dominicana esta conformada por los siguientes
platos:
Arroz con Habichuelas

Es la comida base de la cocina criolla antillana; consiste en arroz blanco y frijoles rojos
cocinados y presentados separados aunque el comensal los mezcla a su gusto. En lugar
de frijoles rojos, puede usarse alguna otra leguminosa como el frijol negro o blanco, el
guandul, habas, lentejas, etc. Junto a este plato, se sirve una porción de carne.
En Venezuela, este plato se conoce con el nombre de pabellón, y usan el frijol negro
(“caraota”).

Moro

Es el conocido “moros y cristiano””; es una variante del anterior pero que, en este caso,
el arroz y los frijoles se cocinan juntos. En la República Dominicana, Puerto Rico,
Oriente de Cuba (llamado allí congrí), Haití (donde se llama riz et pois) y Louisiana
(conocido en inglés como rice and beans), se usa preferentemente el frijol (o
habichuela) rojo, mientras que en Cuba (excepto Oriente) se prefiere el negro. Aunque
el básico dominicano se hace con frijoles rojos, es posible hacerlo con otro grano pero
en ese caso se indica en el nombre: moro de guandules, moro de habichuelitas negras
(frijoles negros), etc. En regiones costeras, se le acostumbra echar leche de coco,
especialmente al de guandules.

Nota: Luego de la Restauración, en 1865, se empezó a decir que “los cristianos se


habían ido y quedaban los moros”. Por eso, en la República Dominicana, se dice
simplemente “moro” y no “moros y cristianos”; ese cambio de nombre también permitió
su diversificación y hay diversas variantes: moro con frijoles negros, moro con
guandules e, incluso, moro hecho con trigo, maíz o sorgo en lugar de arroz.
Sancocho

Es el plato con el que sueñan los dominicanos por lo que se le ha llamado el plato
nacional. Debemos aclarar que esta forma de cocinar es muy generalizada y hay una
enorme variedad de sancocho en toda América Latina, por lo que la idea de “plato
nacional” habría que pensarlo. Incluso el ajiaco de Cuba y los hervidos venezolanos son
tipos de sancocho, ni qué decir del sancocho de gallina de Colombia.
Su origen se pierde en el tiempo; incluso algunos creen que viene del ajiaco de los
taínos. Pero hay que reconocer que para los primeros habitantes europeos de la isla, en
la que los víveres y las carnes eran fáciles de conseguir, el sancocho sería una manera
fácil de preparar una comida completa.

Sancocho de Habichuelas

El “sancocho” de frijoles realmente no es un sancocho sino un plato totalmente


diferente. Es un tipo “cassoulet” a base de frijoles secos y carne, preferiblemente de
cerdo. Por sus características, aparenta estar relacionada con la “fabada asturiana” y la
“feijoada”, tanto de Brasil como la trasmontana (Portugal). Una característica
puramente dominicana es la adición de pedazos de plátano y quizás por eso se le llama
sancocho.

Puerco Asado y Otros Productos del Cerdo

El puerco o lechón asado (también llamado “en puya” o “en vara”) es


un desarrollo nativo; es el bucán que ya hemos mencionado. Se prepara principalmente
en el Cibao Central y su mayor consumo es para Navidad.

Del cerdo se produce además el chicharrón y otros productos como la morcilla y la


longaniza. Las zonas de mayor producción son Villa Mella (Santo Domingo Norte) y el
Cibao Central, que son las zonas de mayor desarrollo de la porcicultura. En el resto del
país, la producción es muy ocasional lo mismo que su consumo.

Aunque ya el maíz era consumido por los taínos y los Cronistas de Indias mencionan un
pan de maíz, el maíz quedó relegado como alimento para los esclavos y las clases
menos pudientes.

El maíz comenzó a consumirse en mayor cantidad durante la “sequía del Centenario”, y


era frecuente su consumo en diversas formas, especialmente cocido en leche: el “buche
de perico” en el Cibao y el “chenchén” y el “chacá” en el área de San Juan de la
Maguana hasta la frontera. Una variante interesante se da en Padre las Casas donde el
chenchén se cocina con frijoles, como un moro basado en maíz.

Todas estas variantes pasaron a ser platos para ocasiones especiales y no de consumo
frecuente. Los platos hechos con harina de maíz siguen consumiéndose ocasionalmente.
Algunos ejemplos son: los guanimos, envueltos en panoja de maíz tal como se hace en
América del Sur y Central, las tortas (sobre todo en Los Quemados y Bayacanes) y los
surullitos (o “sorullitos”), preparados en Baní para el desayuno y que son asados
envueltos en hoja de plátano.

Muchos platos que se preparan con harina de maíz parecen tener un origen canario,
derivados del “gofio canario”, que no debemos confundir con lo que en el país se llama
“gofio” que es una harina muy fina de maíz tostado y con azúcar y que se consume
como golosina.

Víveres
En el país ese término se emplea para vegetales farináceos, a veces como guarnición
pero muy frecuentemente como plato principal. Los más consumidos son los plátanos,
la yuca, el ñame, la batata, la yautía, etc. Es común no cocinarlos completos sino en
porciones llamadas “trozos”. Como “trozos”, son parte importante del sancocho.

Se consumen principalmente durante el desayuno y la cena; en el almuerzo, su consumo


es menor y como plato acompañante, sustituyendo el pan.

De todos los víveres consumidos en el país, el principal es el plátano, el cual se come


todos los días (o casi) de una manera u otra. La manera usual es hervido pero también se
consumen como “mangú” (una especie de puré de plátanos) o “tostones”, ya tratados en
secciones anteriores. Pero también se consumen asados, tanto verdes como maduros.
Los plátanos verdes asados se pueden majar en un mortero, al estilo del “mofongo”
puertorriqueño (pero sin chicharrón de cerdo).

Plátanos Maduros en Almíbar

Una manera interesante de preparar los plátanos maduros es como “plátanos a la paila”,
también llamados “plátanos al caldero”, que son plátanos acaramelados. Son muy
similares, en su consumo, con las batatas acarameladas (candied sweet potatoes o
candied yams) que se comen especialmente durante el Día de Acción de Gracia
(Thanksgiving) en todo Estados Unidos aunque su origen claramente es sureño. Tanto
los plátanos como las batatas pueden comerse como postres pero usualmente son
guarniciones de comidas importantes. Ambos platos pudieron haberse originado
independientemente pero también es posible que tengan un origen común: o se siguió
una tradición africana o tuvieron un desarrollo “criollo”. El plátano fue el alimento
básico que dio sustento a nuestras tropas libertadoras y restauradoras.

Yuca

Hay pocos platos hechos a partir de la yuca que se consuman con frecuencia. Su
consumo principal es como producto farináceo, similar al plátano y la papa.

De los taínos viene la tradición de obtener la cativía de la yuca, que es el producto seco
que queda luego de extraer todo el líquido a la raíz rallada (el líquido es muy venenoso).
Esa cativía se usa principalmente para producir el casabe, sobre todo en el área de
Monción (Guaraguanó), pero también para hacer empanadas dominicanas, que son
pasteles rellenos de carne y que se consumen como bocadillos.

En La Vega se producen, especialmente para el Día de la Virgen de Las Mercedes,


roquetes que son unas rosquillas hechas de harina de yuca y coloreadas con bija.
Dulces

Habría que diferenciar entre los dulces hechos en las regiones ganaderas y los hechos en
otras regiones.

En las regiones donde es abundante la leche, se hace dulce con ella, al igual que en
muchas otras partes de América. Hay algunas ligeras variantes, sobre todo en el caso de
que se agregue alguna mermelada. Debe advertirse que el dulce de leche dominicano es
diferente al que se usa en otros países latinoamericanos, especialmente en América del
Sur. El dulce de leche dominicano es sólido y, usualmente, se vende en forma de
bloques.

Quizás la principal variante del dulce de leche sea la del lactomaró (también llamado
lactomarol o lactomaron), que es un dulce de leche a la que se le ha agregado jengibre,
batata, huevos y, a veces, ron (especialmente para ocultar el sabor de los huevos). Es
una clase de mazapán criollo, posiblemente derivado del llamado pan de Cádiz.

El dulce de leche se produce principalmente en Bonao, La Vega, Baní (Paya) e Higüey.


En Otra Banda (Higüey) hacen chicharrón de leche, que es cuajada (o requesón) frita y
conservada en almíbar.

Donde existe trapiche (y antes existían muchos en todas partes), se fabrica raspadura y
melao. La raspadura es azúcar no refinada, conocida con el nombre de panela y papelón
en otros países. Antes del desarrollo de los grandes ingenios azucareros modernos, la
raspadura era el azúcar que se usaba corrientemente; en la actualidad, la raspadura ha
pasado a ser un dulce que se vende protegida con yagua (yagua es la vaina seca de las
hojas de palma). A veces, el dulce de leche se vende en yagua pero eso no es raspadura;
es ¡dulce de leche en yagua!

El melao es el jugo de la caña de azúcar hervido (melado o “melao”) y es uno de los


primeros productos de la fabricación del azúcar. Se puede consumir directamente pero
se usa para hacer algunos dulces, como el jalón de Loma de Cabrera y Santiago
Rodríguez (también se hace en Quijá Quieta, Baní, aunque protegido con hojas secas de
plátano), que es dulce de naranja con melao y protegido con yagua.

La mayoría de los demás dulces son de frutas (o vegetales como la batata) confitadas o
en almíbar o en jaleas y mermeladas.

Un caso especial, porque no podemos determinar su origen, es el de la malarrabia, que


consiste en pedacitos de batata, guayaba y plátano maduro en almíbar. También se
prepara en Cuba. Es muy posible que sea un desarrollo criollo por parte de cocineras de
origen africano. Es difícil que sea de origen africano ya que sus dos ingredientes
básicos, la batata y la guayaba, son de América.

Además, podemos mencionar aquí, aunque no es un dulce propiamente dicho, el mambá


o mantequilla de maní, fabricado manualmente en Haití. No se le agrega azúcar sino sal
y, frecuentemente, ají picante. Su consumo principal es para untar el casabe, pan,
galletas, etc. En la zona fronteriza norte, también lo agregan a la leche como chocolate.

El “arroz con leche”, probablemente de origen árabe, se acostumbra consumir como


postre. Durante el Medioevo y el Renacimiento, se hacía con leche de almendra o leche
de cabra y estaba destinado a consumirse como plato principal y no como postre;
probablemente estaba destinado a servirse en los días que no se consumía carne, como
durante la Cuaresma, o para personas enfermas.

Del fruto del cocotero se preparan diversos dulces. El piñonate, hecho con coco
finamente rayado, puede ser una creación criolla con un nombre castellano o
modificación de un dulce conocido en España pero que se hacía con piñones, las
semillas de pino. El turrón sí parece ser una creación criolla con un nombre español ya
que se hace con coco rayado, pero más grueso que el usado para piñonates, y azúcar; no
se emplea ni miel ni claras de huevo.

Otro dulce de coco es el coconete (o conconete), hecho con harina de trigo y coco; este
aparenta ser un dulce de origen cocolo, y su nombre derivado de la palabra inglesa para
coco, (“coconut”).

Habichuelas con dulce

Es una crema de frijoles rojos pero dulce, para comer como postre y que se consume en
todo el país, especialmente durante Cuaresma y Semana Santa.

A la crema de frijoles se le agrega leche y azúcar al gusto. A veces se sustituye parte de


la leche de vaca con leche de coco. También se le agrega pasas, batata, jengibre y otras
especias. Se acostumbra comer con las llamadas “galletitas de leche”. Una variante del
anterior es la de las habas con dulce, donde se emplea haba de Lima.

El origen de este plato es desconocido ya que prácticamente no se conoce como tal en


otras partes del mundo. Hasta el nombre es extraño: frijoles con dulce y no frijoles
dulces o frijoles con azúcar.

La primera mención a un plato similar (o idéntico) está relacionada con una comida
ofrecida por una familia francesa proveniente de Haití (créole). De ser cierto, el origen
de este plato, con las modificaciones de lugar, podría ser el sur de Francia o el norte de
España.

Su consumo casi exclusivamente durante la Cuaresma es más fácil de explicar ya que


los frijoles con dulce saben mejor con los frijoles frescos, que no hayan tenido mucho
tiempo almacenado. Hasta mediados del siglo XX, casi todos los frijoles que se
consumían el país eran cosechados en tierras bajas y su siembra era durante el invierno
por lo que ya ha mediados de febrero e inicios de marzo se disponía de frijoles frescos.
Y así ocurrió la asociación con la Cuaresma.

Aunque por su alto contenido en azúcar es considerado como un postre, tiene


características especiales que lo diferencian de todos los demás postres. Una costumbre
asociada con los frijoles con dulce es la de compartir con los vecinos por lo que un
mismo día uno podría esta probando los hechos en la casa como también los de algunos
vecinos; costumbre que se va perdiendo con la urbanización. No se acostumbra preparar
cualquier día sino especialmente el Miércoles de Ceniza y los viernes de Cuaresma,
incluyendo el Viernes Santo.
En cuanto al pan, éste no fue un producto de consumo diario hasta muy entrado el siglo
XX. Igualmente sucedía con las galletas, las cuales tenían que ser importadas.

Los tipos más reconocidos son el pan “camarón” y las galletas de Moca. En ambos la
característica especial y, al mismo tiempo, común era el uso de manteca de cerdo. El
pan “camarón” era un tipo de croissant.

Otros tipos de galletas y pan han existido y en muchos pueblos se podía hablar de uno
que era exclusivo de tal localidad. Tal es el caso del pan de huevo que fabricaba doña
Mariquita Marte en Cotuí.

Bebidas

Aunque los cronistas hablan de diferentes tipos de vinos, ninguno de ellos ha llegado a
los tiempos actuales, y las únicas bebidas nativas son el mabí y el cacheo.

El mabí o pru es una bebida ligeramente fermentada producida a partir del bejuco de
indio. Se produce en todo el país como una bebida refrescante. En El Seibo se fabrica un
tipo especial, clarificado, muy estimado en el país.

El cacheo es una bebida que se produce a partir del tallo de la palma cacheo y, al igual
que el mabí al cual se asemeja bastante, es ligeramente fermentado. Solamente se hace
en lugares donde existe tal palmera, principalmente en Azua y San Juan de la Maguana.

El guavaberry es un licor elaborado usando el fruto del arrayán. Es una bebida


introducida en la región este por los cocolos aunque ya el fruto existía aquí antes de su
llegada. Los frutos del arrayán son pequeños y rojos y amarillos y pueden comerse
en estado natural y también se preparan refrescos y mermeladas. Los frutos de arrayán
maduran a finales del otoño y por eso el licor guavaberry está asociado con las fiestas
navideñas. El licor se hace mezclando los frutos con ron o vino, frutas deshidratadas
(pasas, ciruelas pasa, etc.), especias (canela, vainilla, jengibre) y otros ingredientes.
Durante toda la época colonial, una de las bebidas preferidas en las ciudades era la
horchata de almendra, importada de España, aunque luego se hacían bebidas similares
con productos del país, la “horchata criolla”. También se importaban otras, sobre todo
alcohólicas, incluyendo la zambumbia, una bebida fermentada de cebada y fabricada
en México.

En época republicana, en las fiestas en Santo Domingo y otras ciudades se brindaba


“sangría”, también llamada bul, que se preparaba con cerveza (no vino), azúcar y limón.

Dos bebidas de frutas con leche comunes en el país son la champola (zumo de
guanábana con leche) y el morir soñando (zumo de cítrico, especialmente naranja, con
leche). Aparenta que el morir soñando es una bebida desarrollada en el país ya que en
otros países les parece muy extraño esa mezcla (lo que también sucede con los frijoles
con dulce); el problema estaría en determinar la fecha de su aparición ya que un
requisito para hacer morir soñando es que la leche esté bien fría para que el ácido del
jugo no la “corte”. Eso nos indica que su creación debió ser relativamente reciente, al
hacerse común el hielo.
Y es que como población ganadera, la leche era una de las bebidas corrientes. Incluso la
boruga, una leche agria, se vendía en las pulperías como una bebida refrescante, y
alimenticia, y no como algo para comer.

Frutas

La isla siempre ha sido rica en frutas, aunque algunos han ido desapareciendo con el
tiempo y siendo sustituidos por otros. Siempre su consumo ha estado gobernado por
tradiciones y tabúes. Los taínos consideraban que las guayabas eran alimento para las
personas muertas (en realidad, eran los murciélagos).

Los Cronistas de Indias (Las Casas, Oviedo, entre otros) hablan de la variedad de frutas
en la isla. Por ejemplo, mencionan el mamey, que es una fruta que ya prácticamente ha
desaparecido. Oviedo dice: “La fruta de este árbol es la mejor que hay en esta isla
Española…” Y Las Casas dice, “Esta fruta es en olor y sabor fruta de reyes, y en color y
a la vista no hay mucho menos”.

Con el tiempo, se fueron importando frutales de todas partes del mundo,


complementando, y a veces sustituyendo en el gusto, las existentes en la isla. Varias
especies se aclimataron bien y se diseminaron por toda la isla rápidamente, como los
cítricos, traídos de Europa; el mango, proveniente de las Filipinas; y el cajuil, traído de
Brasil.

Entre los mangos, hay dos grupos de variedades que son de las más apreciadas en el
país: los mangos “haitianos”, como el “Jean Marie” (pronunciado “Yamaguí”), que se
producen en la región fronteriza (Dajabón, Santiago Rodríguez, Elías Piña, San Juan de
la Maguana) y el tipo llamado “banilejo”, que se produce en los alrededores de San
Cristóbal. Es interesante el hecho de que los “banilejos” originalmente eran llamados
“manilejos” (de Manila), pero con el tiempo cambió al actual y la mayoría de las
personas piensa que se producen en Baní.

Una fruta nativa que siempre ha tenido una gran estimación es la piña, habiéndose
desarrollado su cultivo en Licey al Medio con la variedad “Pan de azúcar”.
Posteriormente, se desarrollaron agroindustrias para explotar dicha fruta pero con otras
variedades. En la actualidad, la región productora es la provincia Sánchez Ramírez.

De las introducidas, las más diseminadas son los cítricos, en todas sus formas. Son
famosas las naranjas producidas en Higüey. En la Sierra de Bahoruco abundan algunas
variedades de cítricos, como la “toronja” y la naranja “francesa” cuyos orígenes serían
interesantes de averiguar.

Aguacate

El aguacate (de la palabra ahuacatl del idioma Nahuatl) fue introducido desde las tierras
bajas de México junto con muchas otras especies de plantas poco después de
la conquista de México. Se dice que Martín Fernández de Encisco llevó el aguacate a
Europa en 1519, por lo que su introducción en la isla debe ser alrededor de dicha fecha.
Se diseminó por toda la isla, desde las tierras bajas hasta las montañas, con lo que ha
llegado a ser una de las frutas más fáciles de conseguir durante la temporada de cosecha.
El tipo predominante en la isla es el llamado “Indias Occidentales” (aunque ahora se
prefiere llamar de “Tierras Bajas”) pero, con la introducción de variedades para
la exportación, las variedades del país están desapareciendo rápidamente.

Al igual que en la mayoría de los países, el aguacate es un fruto que se consume más
como vegetal que como fruta; se come junto con otras ensaladas o acompañando
algunos platos, como el sancocho.

LENGUAJE

La influencia en el lenguaje puede trazarse directamente a la región sur de España.


Obviamente, en la República Dominicana se habla como idioma natal el Español.

GEOGRAFÍA

La República Dominicana está localizada en el Caribe, entre Cuba y Puerto Rico. Es el


segundo país más grande en las Antillas. Su posición geográfica estratégica lo ha
convertido en el destino turístico principal de la región y en un lugar ideal para
los negocios y el comercio.

La República Dominicana tiene una gran diversidad geográfica, ya que cuenta con
extensas playas de arena blanca, valles fértiles con vegetación exuberante, zonas
desérticas con formaciones de dunas, grandes cadenas montañosas, en las que se
encuentra el Pico Duarte, el más alto del Caribe, y el lago Enriquillo, el lago más grande
del Caribe. El clima es semitropical, con una temperatura anual promedio de 26°C
(78°F).

De acuerdo con la documentación existente, antes de 1520 ya había carnaval en la


ciudad de Santo Domingo aunque para algunos investigadores, las primeras
manifestaciones de carnaval de la isla, y de América, se realizaron en lo que es hoy
las Ruinas de la Vega Vieja, en febrero de 1520. Los habitantes de la Vega Vieja se
disfrazaban de moros y cristianos y realizaban festejos que evolucionaron en las
celebraciones actuales.

En 1795 ya habían carnavales para las fiestas patronales, en honor a Santiago Apóstol,


para Corpus Christi y para carnestolendas, en la ciudad de Santiago de los Caballeros,
cuyas manifestaciones provenían desde los días de la colonia española.

Esta tradición colonial se incrementó luego de las luchas independentistas, teniendo


gran significación las fechas de nuestra Independencia (27 de febrero de 1844) y de la
Restauración (16 de agosto de 1865), de forma tal que los principales carnavales del
país están asociados a estas fechas y no necesariamente a las carnestolendas.

En el país, existen algunos carnavales de origen más africanos y cuyas celebraciones


generalmente no están relacionados ni con las carnestolendas ni con las fechas
patrióticas. Estos carnavales son conocidos como “carnavales cimarrones” y el más
conocido de ellos es el de Cabral, que se celebra en Semana Santa.
El Carnaval es la palabra hoy día aceptada como una manifestación recreativa, artística,
cultural y social. Esta se deriva de Currusnavalais, festividad que se realizaba en honor
de Isis, donde numerosos enmascarados realizaban procesión donde llevaban una
réplica de un barco alegrico, al que llamaban Isis Dis Naviguin.
Se puede decir que el carnaval ha tenido diferentes términos como Carnavale,
Carniprivuin, Carnisprivuin y Privicarniun. De todas maneras prevaleció el de
CARNAVAL, derivado de Carnes Toltiendas que se tradujo y que quería decir: Dejar
hacer la carne.

El Carnaval extendido como una manifestación artística, cultural y social, también es


una expresión pedagógica, recreativa, basada en la Sátira, expresada a través de
Máscara.

El Canto de la música, la danza, la creación y lo imaginario popular, que adquiere una


dimensión colectiva, democrática y libre, donde el pueblo es su protagonista principal.
El Carnaval se expresa en diversos contexto históricos y sociales.

Orígenes del Carnaval Dominicano.

La población original de la isla que hoy compartimos con Haití, no conocía de carnaval
como festividad. Ella llega con el conquistador español a partir de 1492. Sus primeras
expresiones se realizaron en La Vega Vieja, pero sus manifestaciones se van a dar en la
ciudad de Santo Domingo documentados históricamente antes de 1590. Durante la
colonización española el carnaval se va a manifestar en las calles con guerras de Ojos de
Ceras.
También se lanzaban a los transeúntes y las personas que estaban en los barcones de las
casas señoriales, en los encuentros de Mamarrachos frente a la catedral, en las
festividades religiosas de la iglesia católica como Corpus Cristi, San Juan Bautista, San
Andrés, Las Mercedes, etc. En los bailes de la elite en el palacio de las capitanías reales
y en los bailes de los estudiantes de la Universidad de Santo Domingo.
El carnaval de extendió luego en ciudades como Cotuí, Santiago De Los Caballeros,
Higüey y Azua. Cuando se produce la indemanifestación con expresiones de carnaval,
acorde con la tradición colonial, donde había celebraciones religiosas sino también para
las históricas (como la fundación de la ciudad de Santo Domingo), y las patrióticas,
razón por la cual desde entonces ganó este categorial.

Haciendo una ruptura con el de descendencia y conociéndose como el carnaval.


También se caracterizó por sus personajes, trajes, máscaras, coreografía, contenido,
imaginación. Existen dos términos de clases sociales como los bailes en centros
privados por parte de la élite y espontáneo, libre, en los barrios y en las calles.

El diablo se va a convertir en el personaje central, nacional del carnaval dominicano,


asumiendo particularidades en cada lugar, no porque responda a un culto al diablo, sino
porque es una sátira.

En la ciudad de Santo Domingo, San Cristóbal y La Vega, recibieron el nombre


de Diablo Cajuelo; en Bonao y Salcedo será Macaraos; en Cabral (Barahona),
las Cachuas; En Elías Piña, Las mascaras del diablo; en Cotuí, Papeluses; en
Montecristi, Los Toros y en Santiago, Los Lechones. En el carnaval, la gente expresa
muchas veces lo que no es, lo que es y lo que le gustaría ser.
En la celebración del Carnaval Dominicano se aprecia, en particular en los atuendos y
disfraces, una mezcla muy variada por regiones de elementos y tradiciones africanas
traídas por los esclavos transportados al Nuevo Mundo y las costumbres y ropajes
europeos de sus amos y colonizadores.

Se confunden en las festividades los diablos cojuelos, con sus trajes de capa cubiertos
de espejos, cascabeles y cencerros, que ridiculizan a los señores medievales, con los
platanuses y otros disfraces netamente africanos, así como un sinnúmero de
manifestaciones de la creatividad popular.

El Carnaval es la fiesta popular de mayor tradición de República Dominicana. Se


produce desde la colonia, en víspera de la cuaresma cristiana, cuando los habitantes de
Santo Domingo se disfrazaban como un remedo de las carnestolendas europeas.

Si desde el siglo XVI «hubo máscaras en la ciudad de Santo Domingo», lo cierto es que
la tradición colonial creció con las gestas republicanas del 27 febrero de 1844 y del 16
agosto de 1865, al punto de que casi desde entonces nuestros carnavales se celebran en
estas fechas, no importa si se encuentran fuera de las carnestolendas y por lo común ya
dentro de la propia cuaresma, por lo menos la primera.

El Carnaval en República Dominicana es una celebración popular que se celebra desde


la conquista española. Febrero es el mes del Carnaval y cada región tiene su propio
carnaval. Los mejores del país se celebran en la región del Cibao en Santiago y La Vega
aunque los de Santo Domingo capital y Montecristi gozan también de gran popularidad.

ARTE DOMINICANO
Arquitectura

Casi todas las ciudades fueron fundadas por los colonizadores españoles por lo que la
influencia española y morisca se deja ver en todas las ciudades coloniales.

Las calles de la capital se trazan en cuadrícula influencia de estilos de las grandes urbes
estadounidenses. Fuera de las ciudades se encuentran las típicas casas de vernácula
de madera, pintadas en vivos colores y de techos cubiertos de madera o zinc.

Aunque este tipo de construcción es muy común verla en los pueblos de la República
Dominicana, su construcción cada vez es menos frecuente, siendo sustituida por la
construcción de casas de “blocs” de cemento, estéticamente menos favorecidas pero si
más seguras ante las posibles inclemencias del tiempo.

Artesanía

Las artesanías más populares de la República Dominicana son las joyas de ámbar y
larimar, la cestería, la alfarería, la cerámica, la madera tallada y la pintura naif de origen
haitiano.

En Santo Domingo capital se encuentra el Museo Mundo del Ámbar y exhibe diferentes
piezas de ámbar extraídas en la República Dominicana así como otras piedras preciosas
de otros países. En Puerto Plata hay otro museo dedicado al Ámbar: Museo del Ámbar
Dominicano.

MUSEOS Y GALERÍAS
En Santo Domingo la Plaza de la Cultura de Santo Domingo es el punto cultural
principal de la capital. En ella se encuentran varios museos relevantes además de la
Cinemateca Nacional, el Teatro Nacional y la Biblioteca Nacional. En Santiago: El
Museo de las Artes Folclóricas de Tomás Morel, expone mascaras y disfraces
tradicionales de Carnaval. También es de interés el Museo del Tabaco, nos muestra una
de las más importantes industrias de la República Dominicana. En Puerto Plata: El
Museo de Ámbar Dominicano y el Museo de Arte Taíno, dedicado a la historía de los
primeros habitantes de la isla.

MÚSICA

República Dominicana es la patria del Merengue. La música está omnipresente en todo


el país. El merengue es la expresión más popular de la música dominicana. Juan
Luis Guerra ha sido sin duda la mejor representación del merengue a nivel
internacional. Otros ritmos y músicas dominicanas han crecido en popularidad como la
Bachata que cada vez es más escuchada y bailada dentro fuera de sus fronteras.

Orígenes del Merengue

Merengue es ánimo, merengue es movimiento, merengue es una pareja abrazándose y


dando vueltas que los llevan al cielo. Se ha dicho que la música dominicana es
contagiosa, y verdaderamente, el merengue, nacido en un país pequeño, ha llegado a
animar y enriquecer las vidas de gente en el mundo entero. Es contagiosa de manera que
de amor y vida: el merengue es un virus curativo.

El merengue surgió como una transformación afro-americana de la contradanza


europea. Otras transformaciones de la contradanza incluyen el danzón cubano y el
ragtime estadounidense. El término “merengue” (en francés “meringue” y en creole
“mereng”) se aplica a géneros estilísticamente distintos en Haití, Venezuela y
Colombia. Así, el merengue dominicano es parte de una familia de bailes generalizada
en el Caribe. El hecho de que el merengue es el baile nacional tanto de Haití como de la
República Dominicana refleja semejanzas de las culturas de los dos países de la isla
Quisqueya.

El merengue dominicano, como los merengues haitiano y venezolano, surgió en los


salones a mediados del siglo XIX como derivativo de la contradanza, Imitando la buena
sociedad, los campesinos de las varias regiones de la isla transformaron el merengue de
contradanza a sus propias maneras, utilizando estéticas e instrumentos
musicales propios de sus culturas regionales. Lo que hoy en día se llama “el merengue
dominicano” viene de una región de la República Dominicana, el Cibao. Otras regiones
del país, y de Quisqueya entera, han tenido sus propias formas de merengue. Los otros
merengues no se parecen al merengue cibaeño en el estilo musical ni en el estilo
coreográfico.

Los diferentes estilos de merengue son:


 1. El merengue de atabales (en el Este).
 2. El merengue palo echa’o, también llamado pri-prí (en Villa Mella).
 3. El merengue redondo (en Samaná) y,
 4. El merengue cibaeño (en el Cibao).
La colonia dominicana en Estados Unidos creció rápidamente después de los años 1960
y los dominicanos ausentes usaron el merengue como una estrategia para fomentar su
cohesión social en el ambiente foráneo.

Origines de la Bachata

En sus orígenes más remotos conocidos, a comienzos del siglo XX, el término bachata
designaba un tipo de reunión social, emparentada con la jarana de la época, definido por
la presencia de varios géneros de música y baile populares. Etimológicamente, la
palabra bachata es sinónimo de juerga, holgorio, parranda.

La bachata constituía una forma de recreación popular: una fiesta que se realizaba en


cualquier patio, bajo la sombra de un árbol callejero, o en una esquina cualquiera, y
cuyo antecedente podemos establecer que fue el fandango.

A partir de los años treinta, el tipo de celebración que era la bachata se extiende hasta
los bares, casas de cita, y lugares similares. En el Santo Domingo de la época posterior
al ciclón de San Zenón (1930) se recuerda el sitio denominado El Yarey, situado en el
barrio de Villa Francisca, periférico a la ciudad en ese entonces. En Santiago de los
Caballeros era famoso el llamado Callejón de la Alegría, espacio donde por primera vez
se usó el saxofón en el Caribe a comienzos del siglo XX en el conjunto denominado
Perico Ripiao – que ejecuta el merengue típico dominicano-, y por donde, también, el
son cubano reingresó a la República Dominicana alrededor de 1930.

A los grupos que amenizaban las bachatas se les llamaba “conjunto de bachata”.
Nuestras indagaciones indican que el género musical denominado bachata se originó
como resultado de una lenta evolución de la música interpretada en la tipología de
reunión social que ese nombre designaba, y que sus creadores anónimos fueron
los conjuntos que las amenizaban. Recuérdese que los ritmos que predominaban en ellas
eran el bolero rítmico, la guaracha y el son, entre otros, bastante extendidos en las
Antillas después de la primera guerra mundial y con gran repunte, sobre todo del
primero, tras la segunda guerra mundial.

La forma musical de la bachata refleja el predominio del bolero tropical, que es más
acelerado que el tradicional español, y era interpretada por unos músicos generalmente
empíricos. A estas formas de canto y música se le agregó un cambio en coreografía del
baile, incluyendo un elevamiento de los pies al concluir cada ciclo de los movimientos
del baile, con lo cual quedó conformado el género como un ente musical y danzario
autónomo, en los años sesenta del siglo XX.

Es probable que los antiguos “conjuntos de bachatas”, en sus interpretaciones del bolero
la guaracha y el son, chocaran con las limitaciones propias de una débil preparación
musical al intentar hacerlo por las reglas. Esto probablemente llevó a simplificar esos
ritmos, dando origen a una nueva forma de musicalización e interpretación, que con el
tiempo adoptó el nombre de la actividad que designaba la bachata.

A la caída de Trujillo, la afición por la guaracha era tal que pronto esa influencia
encontró una expresión masiva en un canal tan idóneo como la radio, en una sociedad
pre- moderna como la dominicana de aquél entonces. Eso vino a ser La Guarachita, la
emisora especializada en esa música, y cuyo nombre salió de la inclinación popular
hacia ese ritmo. Este nombre, y el de música de amargue, durante mucho tiempo se
disputaron la denominación del nuevo género, aunque en los lustros recientes el nombre
de bachata se ha hecho indisputable.

El nombre mudó del tipo de actividad que designaba, al conjunto musical que la
amenizaba, y finalmente al tipo de música que predominó en aquella, que no era, ya, ni
bolero, ni guaracha, ni son, sino algo nuevo, distinto.

Ahora bien, resulta importante establecer dónde y cuándo se produce el paso final hacia
la constitución de la bachata como especie musical autónoma. Sabemos lo dificultoso
que resulta establecerlo con precisión, principalmente si tomamos en cuenta que la
evolución fue espontánea y anónima. De manera tentativa, y con base en los datos que
he podido recoger, lanzo la hipótesis de que el paso definitivo se produjo en el ámbito
urbano, contrario a la idea de que su origen es rural.

En otras palabras, aunque el término bachata designaba en sus orígenes una actividad de
preeminencia rural, por estar inserta en una sociedad también rural, el género musical
bachata, que resultó de la evolución de aquélla, es de origen urbano, producto de un
movimiento de traslación que convirtió a las ciudades en el epicentro de actividad. El
espacio urbano, en comparación con los campos y por razones culturales, era más
proclive a favorecer la evolución de los patrones culturales.

PINTURA DOMINICANA

Las primeras influencias culturales de Europa en el Nuevo Mundo tuvieron lugar en la


ciudad primada de América, Santo Domingo. La primera expresión de esas culturas,
quedó atrapada en los muros y las piedras. Fue la Arquitectura y el diseño urbano de las
ciudades la principal muestra de esa expresión. Luego se introdujeron la orfebrería, la
platería y finalmente la pintura y la escultura.

La arquitectura colonial atravesó una enorme variedad de estilos y en cada uno de ellos
el aporte de las tierras conquistadas es notable. En Santo Domingo lucen nuevos bríos el
estilo románico, el gótico, el barroco y el neoclásico. Prevalecía, en la pintura y en la
escultura, el aspecto sacro del tema ya que era en los conventos donde se aprendía y se
practicaban las bellas artes.

La pintura dominicana moderna se inicia a principios del siglo XX, adoptando nuevos


estilos que buscan expresar la identidad, de frente a la condición racial, geográfica e
histórica. Aquí se destacan Jaime Colson y Darío Suro.

Con Manolo Pascual En 1939, con la llegada de profesores y artistas españoles a


República Dominicana, se funda la Escuela Nacional de Bellas Artes, en la dictadura de
Trujillo (que duró de 1930-1960), de la cual emergen nuevos artistas: Gilberto
Hernández Ortega (1924-1979), Marianela Jiménez (1925), Clara Ledesma (1924),
Luichy Martínez Richiez (1928), Antonio Prats Ventos (1928). Josép Gausachs (1889-
1959) George Hausdorf.

Entre los años 50 y 60 emergen artistas que contribuyen a desarrollar el arte


dominicano. Sus principales exponentes son: Eligio Pichardo (1930-1984), Paul
Giudicelli (1931-1965), Domingo Liz (1931), Fernando Peña Defilló (1928), Silvano
Lora (1931-2003), Gaspar Mario Cruz (1925). Antonio Toribio (1934), Ada Balcácer
(1930), José Cestero, Ramón Oviedo, Juan Plutarco Andújar y Aquiles Azar.
Durante la década del sesenta, el tránsito de la dictadura a la democracia produce obras
donde todo se cuestiona, estableciendo el límite entre lo moderno y lo contemporáneo
en la producción artística dominicana. En estos años se destacan: Iván Tovar (1942),
Ramón Oviedo (1927).

Cándido Bidó (1936), José Rincón Mora (1938), Rosa Tavares, José Félix Moya
(1944),Jorge Severino, Amable Sterling, Fernando Ureña Rib(1951), Antonio
Guadalupe (1941), José R. Conde (1940-1987), Alonso Cuevas (1953), Alberto Ulloa
(1950), Domingo Liz (1931), Vicente Pimentel (1942), Elsa Núñez (1943), Mariano
Ekert, (1920), Guillo Pérez (1927).León Bosch, Soucy de Pellerano, Alberto Bass,
Orlando Menicucci, Daniel Henríquez, Danilo de los Santos Julio Susana, Vicente
Fabré, Freddy Javier, Joaquín Ciprián, Juan Medina, Freddy Cabral, José Perdomo y
Bismark Victoria.

En los años ochenta y noventa, el desarrollo de la informática y los medios de


comunicación internacionales han llevado a las nuevas generaciones a incursionar en
una propuesta donde lo insular y caribeño, son el sello de identidad de los artistas
dominicanos. Hinojosa, Dustin Muñoz, José García Cordero, (1950) Dionisio Blanco,
Jesús Desangles, Hilario Olivo, Luz Severino, Radahamés Mejía, Juan Mayí, Johny
Bonelly, Raúl Recio, Amaya Salazar (1951) Fabio Domínguez, Tony Capellán y Geo
Ripley. Entre los que se dedican al arte contemporáneo y las instalaciones, cabe destacar
a Marcos Lora Read, Quisqueya Henríquez, Ingrid Madera, Charo Oquet, América
Olivo, Belkis Ramírez, Jorge Pineda y Eliú Almonte.

LITERATURA

Literatura de la República Dominicana hace referencia a las manifestaciones literarias


producidas en el territorio del país o fuera de él por dominicanos. Aunque sólo puede
hablarse con rigor de literatura dominicana tras la independencia del país, se acostumbra
incluir la producción literaria de la época colonial.

Historia de la Literatura Dominicana


Difícilmente antes del siglo XIX se podría hablar de textos fuera del casillero de la
literatura colonial. Los primeros autores nacionales, entonces, contarían entre sus filas a
José Núñez de Cáceres, Juan Pablo Duarte, Nicolás Ureña de Mendoza, que serían los
que rondan el año 1844, el de la proclamación de la República Dominicana. Luego
vendrían José Joaquín Pérez, Manuel de Jesús Galván, Nicolás Ureña de Mendoza y su
hija Salomé Ureña.

Como antecedente, el primer texto literario escrito en la isla, que se recuerda, es el


Diario de navegación del genovés Cristóbal Colón, en el que el almirante describe el
paisaje y los pobladores de América. A partir de esa obra se sucederán otras en diversos
géneros y en distintos momentos de su evolución histórica. Cristóbal de Llerena escribe
el entremés Octava de Corpus Christi y, durante la etapa colonial, Leonor de Ovando
escribe algunos sonetos, por lo que se le considera la primera mujer en
escribir poesía de este lado del mundo.

La poesía, la novela, el cuento, el ensayo y la historia han expresado el discurrir


político, social y económico del país que desde la hazaña del descubrimiento se ha
impregnado de múltiples corrientes de pensamiento, sobre todo europeas y
estadounidenses inicialmente, y del lejano oriente en las producciones de algunos
escritores de finales del siglo XX. La poesía ha tenido exponentes prominentes. El siglo
XIX fue uno de los que más robusteció el género, aunque el XX fue todavía más
prolífico y significó la evolución hacia su madurez, con el surgimiento de las
vanguardias.

Aunque se desarrolló tardíamente, la novela ha tenido y tiene exponentes importantes en


el país, aunque su desarrollo no ha escalado como las otras manifestaciones literarias.
Surgió bajo la influencia del romanticismo francés de Víctor Hugo y acusa tres
momentos importantes de acuerdo a su tipología y temática: la “novela de la caña”, la
“novela bíblica” y “novelas costumbristas”.

El cuento ha tenido más trascendencia que la novela. El aporte de Juan Bosch, maestro
del género en Hispanoamérica, ha sido fundamental. El escritor y político escribió tres
significativas colecciones de cuentos tituladas Cuentos escritos antes del exilio, Cuentos
escritos en el exilio y Más cuentos escritos en el exilio. El cuento moderno se inicia en
la segunda fase del siglo XIX, es decir, tardíamente, a juzgar por otros países.

Durante décadas, los intelectuales dominicanos han tenido en el ensayo un escenario


que han ampliado y desarrollado con talento. Destacan los ensayos políticos de los
independentistas, los conservadores y los restauradores. Uno de sus mejores exponentes
en la arena internacional fue don Pedro Henríquez Ureña. La pasión local por los temas
históricos, sobre todos los que abordan el tema de la dictadura de Rafael Leónidas
Trujillo y otros episodios políticos trascendentales, ha influido en el desarrollo de
historiadores de fuste en diferentes épocas de la República.

Algunos Autores Dominicanos

Américo Lugo.

Tulio Manuel Cestero

Máximo Avilés Blonda

Juan Bosch
Manuel del Cabral

Aída Cartagena Portalatín

Diógenes Céspedes

Plinio Chahín

Hilma Contreras

Gastón Fernando Deligne

Fabio Fiallo

Antonio Fernández Spenser

Manuel de Jesús Galván

Freddy Gatón Arce


Pedro Henríquez Ureña

Ramón Marrero Aristy

Pedro Mir

Mateo Morrison

René del Risco Bermúdez

Manuel Rueda

Enriquillo Sánchez

Robín Santana

Haffe Serulle

Salomé Ureña

Marció Veloz Maggiolo.

Entre muchos otros.

Religión
En la República Dominicana existe libertad de culto siendo su población
predominantemente cristiana y mayoritariamente católica. La primera misa católica en
el Nuevo Mundo se celebró en territorio dominicano el 6 de enero de 1493. La mayoría
de la población es católica aunque existe una creciente presencia de denominaciones
protestantes en el país.

Historia de la Religión Dominicana.

La cristianización del Nuevo Mundo que comenzó en la Cuna de América, República


Dominicana, sembró la semilla de un catolicismo que ha dado frutos por los siglos de
los siglos. Actualmente, en el siglo XXI, el 75% de la población dominicana dice que
profesa la religión católica.

El predominio del catolicismo tiene como telón de fondo la incidencia, muy evidente,
de la jerarquía católica en todos los estratos sociales, económicos y políticos, de la mano
del Concordato firmado entre la Santa Sede y la República Dominicana en 1954. El
acuerdo ha permitido a la iglesia de Roma potenciar un poder espiritual que trasciende
las instancias políticas partidistas y militares.

Sin embargo, durante el siglo XX, República Dominicana comenzó a vivir el desarrollo
de una diversidad de expresiones religiosas –de confesiones protestantes- que se
sumaron a las diferentes manifestaciones de la llamada religiosidad popular, presente
desde la llegada de negros esclavos de África a la isla.

La espiritualidad de la raza negra pronto se puso de manifiesto en la media isla, aunque


la historia tendría que registrar la creatividad a la que tuvieron que recurrir para
disfrazar sus deidades en medio de las imposiciones católicas. Los africanos traídos de
diferentes zonas del continente africano tenían diferentes lenguas, religiones y culturas,
pero en general eran politeísmos. El mantenimiento de su espiritualidad fue su respuesta
ante la necesidad de preservar su identidad con la utopía de recuperar la libertad.

Las manifestaciones de la religiosidad popular que todavía hoy están muy arraigadas en
segmentos de la población provienen de los africanos que ocuparon la parte occidental
de la isla, colonizada por Francia. El vodú fue la religión popular que se formó en Haití
y que luego se manifestó en República Dominicana, con una variante local -religiosidad
popular- tiene elementos del espíritu europeo kardesiano y de la santería cubana.

En la historia religiosa del país hay también un aporte étnico indigenista. Los taínos, los
pobladores de la isla al momento del descubrimiento, tenían creencias religiosas muy
estructuradas a través de las cual se explicaban el origen del mundo –lo natural y lo
sobrenatural- y la existencia humana. Llamaban a sus dioses cemíes, con los cuales se
comunicaban a través de rituales y ceremonias que dirigían un sacerdote o behique.

Por otra parte, la relevancia de los ritos católicos en el país es más evidente en las fiestas
nacionales más trascendentales, todas vinculadas a este culto. La Semana Santa,
la Navidad, las fiestas patronales de los pueblos, la veneración a la Virgen de la
Altagracia, con procesiones anuales de gran trascendencia, son parte del abanico.

Higüey, ciudad principal de la provincia La Altagracia, es el primer centro mariano


de América bajo la advocación de La Virgen de la Altagracia, madre espiritual del
Pueblo Dominicano.

Sobre la práctica de la fe, el 70% de las personas con alguna religión asisten


regularmente a ceremonias religiosas, y que las mujeres participan en mayor proporción
que los hombres (77 versus 64%). Otro dato relevante: Las católicos asisten a actos
religiosos en una proporción bastante más baja que las de otras iglesias: 67% en las
primeras contra 88 a 92% en las segundas. En las provincias, las mayores proporciones
de asistencia a ceremonias religiosas corresponden a María Trinidad Sánchez, Santiago
Rodríguez y La Vega (más del 78% en cada una) y las más bajas a Azua, Bahoruco y
Monte Cristi (de 62 a 63%).

El hombre dominicano
El dominicano como sujeto y objeto de la cultura dominicana también tiene su ego y sus
características, que como es normal, lo diferencia, en ciertos aspectos, de los otros seres
humanos en el ámbito mundial.

Entre los rasgos fundamentales del hombre dominicano, comenzaremos anotando el de


la “toma de decisión”, en el cual el papel preponderante correspondencia al hombre
exclusivamente, hoy día este rasgo a sido modificado por la integración de la mujer en
el ámbito laboral, pero la representación del un hogar está basada en el papel que
ocupa el hombre de la casa. También se constituyen el hogar a través de la unión
matrimonial representada por el hombre como cabeza de familia, por lo tato, el hombre
sigue siendo el que representa el tronco de la formación en la familia (excluimos las
excepciones donde el padre no encabeza ni el sustento ni la manutención de la familia).

El papel social lo compone también las características que tiene el hombre en


nuestra sociedad; todavía predomina el machismo y algunos tabúes a este respecto
principalmente en las clases sociales donde la mujer no se ha desarrollado, aquí todavía
(en el campo, etc.) el hombre tiene el papel predominante sobre la mujer, muchas veces
ejerciendo actos de violencia y predominio en su relación patriarcal. En otra clase social
ambos comparten la manutención, la toma de decisiones y la crianza de los hijos, pero
todavía se conservan algunos tabúes originados en el papel que se le da al hombre, por
ejemplo el hombre se consideraba dueño también de su mujer y de los hijos y estos no
podían decidir sus acciones sino fuera por consentimiento del padre, reiteramos que
actualmente la mujer forma un papel preponderante compartiendo estos papeles, como
son: el sustento de la familia, la toma de decisiones y la educación de los hijos. Estos
roles asignados exclusivamente al hombre, exceptuando la educación de los hijos, ahora
son compartido por la mujer. Pero en nuestra sociedad fruto de las demás culturas
(española, africana y europea), donde la sociedad era patriarcal, el hombre sigue siendo
el representante y la cabeza principal en la formación del núcleo de la sociedad
(familia). Hacemos ver las excepciones estadísticas de las familias compuestas por un
solo miembro, básicamente la mujer, que por múltiples razones responsabiliza en ella
sola la educación y las riendas del hogar (madre soltera, viuda), en este caso se
sobrentiende de que el papel primordial no lo presenta el hombre.

Características Culturales en el Dominicano.


 Le gustan los encuentros amistosos con la familia.
 Su hospitalidad.

Estas características lo ayudan a tener un mejor trato con los demás en los lugares en
que se encuentra. También entre las características se encuentra el modo de
supervivencia del dominicano; el hombre dominicano se inventa
cualquier método laboral (chiripa o búsqueda) para conseguir los ingresos económicos
para resolver los problemas de esta índole.

 No tiene una raza definida por la liga (mestizaje) de taínos, españoles, y de


negros africanos, como puede suceder en varios lugares de América Latina.
 El dominicano suele tomar las cosas con calma, no le gustan las muchas
exigencias, espera que todo tenga remedio y también rehúye a la responsabilidad.
 Carece de cultura general, es poco amante a la lectura.
 Las habilidades del dominicano son muchas veces admirables, y nos damos
cuenta de esto, cuando vemos como de la nada muchos de ellos solo con el mérito
de la superación propia, rompiendo muchos obstáculos, realizando sus ideas.

No encerrándonos solo en estas características podemos percibir como


la transculturación de muchos dominicanos dan diferencias de las características
culturales. Por ejemplo podemos ver como el satanismo esta penetrando en nuestra
sociedad, también la delincuencia, que aunque siempre a existido, no en si con la
frecuencia y profesionalidad con que se encuentra en los últimos tiempos, fruto de los
dominicanos transculturados proveniente del extranjero.

Las consecuencias son de que al transculturizarse pierden los valores y la importancia


de las costumbres de la República Dominicana, además esta adoptando valores,
costumbres y formas de vida de otro país entonces es como si quisieran más ese otro
país que el suyo donde nacieron y viven.

Esto de la transculturización es un problema actual de estos países latinos, sobretodo


nos transculturizamos con la cultura de EE.UU., que es una cultura citadina y
tecnológica entonces al acostumbrarnos a esto y dejamos atrás lo que es de nuestro país
y empezamos a adorar a EE.UU. y deseamos vivir allá, esta es otra consecuencia.
Tipos de cultura, cuales predominan en la republica dominicana y porque cada una de
ellas

La cultura puede clasificarse de acuerdo a distintos criterios. Algunos son:

Según el aspecto socioeconómico:

Cultura de elite. Es aquella que se sostiene desde las altas esferas de poder dentro de una
sociedad.

Cultura popular. Es el conjunto de manifestaciones y elementos culturales propio de un pueblo.

Cultura de masas. Está formada por bienes culturales que son presentados por los medios
masivos de comunicación y a los que accede una gran porción de la población.

Según el uso de la escritura:

Culturas orales o ágrafas. Son aquellas que no conocieron la escritura y utilizaron la forma oral
para transmitir y conservar sus tradiciones.

Culturas letradas. Son aquellas que surgieron luego de la invención de la escritura y que utilizan
esta herramienta para transmitir los rasgos de su cultura de generación en generación.

Según la religión:

Culturas teístas. Son aquellas que creen en una divinidad superior y suelen
ser: monoteístas (cuando creen en una sola divinidad) o politeístas (cuando creen en más de una
divinidad).

Culturas no teístas. Son aquellas que no creen en una divinidad superior, sino que otorgan poder
a otras fuerzas, como las fuerzas de la naturaleza.

Según la forma de producción:

Culturas nómades. Son aquellas que no se asientan de forma permanente en un lugar geográfico,
sino que van trasladando su asentamiento de acuerdo a la disponibilidad de alimento o trabajo.

Culturas urbanas. Son aquellas que se desarrollan en las ciudades y suelen basar su economía en
actividades como el comercio y los servicios. Sus habitantes comparten rasgos y estilos de vida.

Culturas rurales. Son aquellas culturas de tipo sedentarias que se asientan en zonas rurales y
basan su economía en actividades como la agricultura y la ganadería. Estos grupos comparten
tradiciones, costumbres y rasgos propios.

Según la distribución geopolítica:

Cultura global. Es aquella que se da en un espacio geográfico muy amplio y suelen usarse
dentro de esta categoría los términos: cultura occidental, aquella que comparten los países y
grupos del hemisferio oeste; y cultura oriental, aquella que comparten los países situados en el
hemisferio este.

Cultura regional. Es aquella cultura que comparten los países que conforman una región y que
tienen rasgos en común, como Latinoamérica.
Cultura nacional. Es aquella que se desarrolla dentro de un determinado Estado, en el que sus
habitantes comparten valores y símbolos.

Cultura local. Es aquella que se desarrolla en porciones más pequeñas de territorio, en las que
los individuos comparten rasgos y costumbres.

Importancia de la cultura y de la diversidad cultural

La cultura es creada por el ser humano y está presente en los grupos sociales, por lo que  todos
los individuos se ven afectados e interpelados por ella. La cultura es importante porque aporta
identidad a las personas y sentido de pertenencia. Es a través de ella que el individuo se expresa,
incorpora un estilo de vida, comparte y se relaciona con sus pares.

La cultura incluye bienes materiales e inmateriales, que son creaciones que reflejan los valores
de una sociedad y se plasman en formas artísticas, como la música, el arte, la literatura,
la danza, la arquitectura, la gastronomía, entre muchas otras.

Existen diferentes culturas con rasgos propios en todas las regiones del mundo y esto se conoce
como diversidad cultural. La relación y la convivencia armoniosa entre las diferentes culturas
que comparten un tiempo o espacio es importante, porque genera un intercambio de formas de
vida y de creaciones que lleva al enriquecimiento de las distintas sociedades.

Igualmente que otros pueblos de la región del Caribe y en sentido general


Latinoamérica, República Dominicana posee una cultura fundamentada en el
sincretismo racial. Formada a partir de los aportes realizados por diferentes grupos
étnicos. Fundamentalmente aborígenes, negros y españoles.

¿Cómo se identifica la cultura dominicana?


Los dominicanos tienen la reputación de ser de las personas más amistosas que puedes
conocer. Destilan pasión, en la velocidad a la que hablan, en la forma en que se visten y
bailan, y en el abrazo a su prójimo, ya sea vecino o visitante.

Tradiciones y cultura en
República Dominicana
La cultura dominicana es una mezcla de culturas, influidas por:

 La cultura taína, que dejó en herencia parte de su actividad artesanal de objetos


utilitarios y una agricultura de cultivo de productos como la yuca, maíz, batata o
el ají.

 La cultura española, de la que República Dominicana conserva, entre otros


alimentos; el trigo, el café, la cebada, o la caña de azúcar.
 La cultura africana. Que dejó vocablos importados por los africanos, los
sofritos o el escabeche, la cultura de las velas, los altares, el culto a los muertos
y el temido “El mal de ojo”. 

Algunas de las comidas tradicionales en


República Dominicana
En la República Dominicana se sirve todo tipo de comida internacional, pero su
gastronomía está basada en una gran variedad de frutas y vegetales y es muy rica en
sabores.

El plato excelencia del país es La Bandera, que lleva arroz blanco, habichuelas o
frijoles rojos, ternera guisada o pollo y suele ir acompañada de ensalada, aguacate y
plátanos fritos, pero también es conocido el Sancocho, típico del norte. Este último
plato lleva mucha variedad de carnes y se combina con tubérculos y es muy parecido al
cocido español y suele prepararse en celebraciones.

Otra de las delicias dominicanas dignas de probar es el famoso pescado con coco en la


región Nordeste, donde se mezclan hierbas aromáticas con ingredientes frescos y leche
de coco.

Y otros platos como la carne de chivo guisada o el llamado mangú, un puré a base de


plátano verde, muy frecuente en los desayunos dominicanos, forman parte de esta
gastronomía tan peculiar.

Y no podemos dejar de hablar de las habichuelas con dulce, típicas en Semana Santa y
que consisten en un plato de habichuelas rojas, azúcar, leche, pasas, batata (boniato) y
especias aromáticas.  También destacan los dulces dominicanos con coco, naranja, piña
y otras frutas tropicales. 

El baile y la fiesta dominicanos


República Dominicana es sinónimo de celebración y es muy conocida por su música y
bailes típicos. 
El más conocido y contagioso, además de reconocido a nivel internacional, es
el merengue, baile que los dominicanos y dominicanas utilizan como forma de
expresión y diversión. Se trata de una música y un baile que contagian alegría y buenas
vibras y que sigue pasando de generación en generación. 

También son típicos de este país la bachata y el perico ripiao, siendo este último la
versión más antigua del merengue dominicano. El baile se hace acompañado de
tambores, acordeones y güira.

Y cuando llega febrero se celebra una fiesta muy especial; el carnaval. Donde la
diversión, los trajes y máscaras hechas a mano, la música y el baile sin fin están
asegurados. Es característico de esta versión de los carnavales que la gente lleve trajes y
máscaras típicos y de distintos significados según la región donde se celebre la fiesta.
Un espectáculo digno de ver.

Y es costumbre también en esta fiesta huir de unos diablos con fuete o vejiga de cuero
de vaca, con los estos pretenden sacar al demonio del cuerpo de las personas a su paso.

En cuanto a tradiciones navideñas, los dominicanos y dominicanas utilizan todo tipo


de fuegos artificiales para marcar el comienzo de esta época y en las casas no puede
faltar su indispensable charamico que es una versión dominicana del árbol navideño con
forma cónica y con sus ramas pintadas de blanco.

Otras tradiciones
Existen otras tradiciones como la extendida práctica de béisbol en el país, o a la
particular cultura en torno a los funerales,  que impone estas reuniones como una
obligación personal y establece  varias fases de luto para venerar a los fallecidos. 

A República Dominicana le sobran los motivos para ser un destino perfecto, entretenido
y lleno de cultura y tradiciones.

radiciones dominicanas que nos llenan


de orgullo
 Almorzar a las 12 una “bandera dominicana”
 Raspar el concón

 Bailar un perico ripiao

 Comerse unas habichuelas con dulce en Semana Santa

 Ver los “vejigazos” en Carnaval

 Un Charamico para la Navidad

 Comerse un sancocho en los días lluviosos


Conocer la cultura dominicana a fondo implica adentrarse en la mezcla de etnias: africanas,
hispanas y taína que marcaron a la isla a lo largo de su historia. Es por ello que, la República
Dominicana y sus tradiciones más emblemáticas como los bailes, comida, bebidas y
platos típicos llevan un pedacito de cada etnia.

Descubre a continuación algunas de las costumbres dominicanas más importantes dentro de este


paradisiaco destino:

⮚ Bandera dominicana: trío de sabores

La gastronomía en la isla caribeña está llena de peculiares sabores que denotan la mezcla de
culturas. Como parte de esta selección de República Dominicana y sus tradiciones, no podemos
dejar pasar el plato más típico de la región: la bandera.

Se trata de un suculento trío de sabores que une en un mismo plato al arroz, las judías o
habichuelas rojas con pollo o res para crear una suculenta delicia dominicana.

En la isla es frecuente que los habitantes se sienten a degustarlo a la hora del almuerzo, pero los
turistas pueden probarlo, tanto en la comida, como en la cena,  en varios restaurantes de Punta
Cana.

Así que, después de visitar Punta Cana puedes deleitarte con un plato de la bandera, para así
reponer fuerzas y continuar explorando esta preciosa región.

Baila un Perico Ripiao

La danza y conjunto musical denominado Perico Ripiao caracteriza a una de las tantas


variaciones del merengue dominicano, el cual se baila al son del acordeón, la güira y el tambor.

Si quieres bailar un buen Perico Ripiao aventúrate a su zona colonial, donde podrás divertirte al
son de esta alegre música.

El Coco Loco

Punta Cana o mejor dicho La Costa del Coco, debe su nombre a esta dulce fruta autóctona, con
la que se pueden elaborar una gran cantidad de comidas y bebidas tradicionales para deleitarse
con sus matices dulces.

El clásico cóctel Coco Loco es uno de esos néctares, perfecto para que tomes en un día que
necesites refrescarte del calor, si estás de visita en una de sus cristalinas playas.
¿Qué lleva esta bebida? Este cóctel combina la crema de coco con ron, vodka, tequila y el
último toque cítrico se lo da el zumo de limón, logrando así una mezcla inolvidable de sabores
representativos de República Dominicana y sus tradiciones.

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Charamico Navideño

En Navidad los dominicanos imitan al árbol decembrino (árbol de Navidad) al adornar sus


calles con los típicos charamicos, los cuales cuentan con una estructura de cono elaborada con
bejucos y ramas.

Su figura de cono y colores variados que van desde el blanco, rojo y verde hacen de esta
tradición algo difícil de olvidar al visitar la joya caribeña, ya que, los charamicos logran
transmitir la alegría tan característica de la cultura dominicana, dándole la bienvenida a la
Navidad en la isla desde el mes de octubre.

El arroz concón

La historia de este plato típico se remonta a la época de la conquista española. El arroz concón
era cocinado por los sirvientes a sus amos en una paila, formando al final una costra que
quedaba en el fondo de la olla después de haber cocido el grano que los amos no querían comer.

Pero no te dejes engañar por esta descripción porque su sabor es crujiente en el paladar, sin
llegar a tener gusto a quemado, es ideal para mezclar con carne, pollo o con cualquier comida.

Diablos Cojuelos

En la época de Carnaval en República Dominicana, las mejores fiestas y costumbres


multitudinarias llenan la isla de pura diversión.

Una de esas prácticas consiste en huir de los diablos cojuelos, quienes buscan asustar a los
visitantes del carnaval.

Durante esta celebración dominicana los diablos cojuelos se disfrazan con trajes llamativos y
máscaras terroríficas mientras recorren las calles.

Dulce con habichuelas

Después de un animado Carnaval llega la Semana Santa, donde los dominicanos se deleitan
con un delicioso plato de habichuelas con dulce.

Esta receta tiene judías rojas combinadas con azúcar, batata, especias, leche y pasas. ¿Bastante
peculiar, no?

Si estás interesado en degustarlo, no tienes que esperar a Semana Santa para probar el dulce con
habichuelas, ya que a lo largo del año podrás encontrarlo en diferentes sitios de la isla:
restaurantes, tiendas de souvenirs y hasta, incluso, en sus supermercados.

Mamajuana: notas de ron


La isla caribeña es mundialmente reconocida por su fabricación de ron, siendo Mamajuana uno
de los más especiales en Punta Cana.

Así que, si te gusta disfrutar de una copa o cóctel, no olvides probar en algún momento esta
bebida tan representativa de República Dominicana y sus tradiciones, no tendrás problema para
encontrarla en los comercios o probarla en cualquier restaurante.

 Típico sancocho
 Al final de un extenso día no hay nada más delicioso que un sancocho
dominicano, acompañado de la suavidad de un aguacate. ¡Lo mejor para recargar energías!
 Aunque los habitantes dominicanos suelen disfrutar de este plato en los días lluviosos, tú
podrás hacerlo en cualquier restaurante de comida típica sin problemas.

El carnaval dominicano constituye la fiesta más importante del país y la más


trascendente para refrendar la cultura popular con un sentido de libertad e identidad.
Empieza en febrero en las diferentes ciudades del país y culminan en Santo
Domingo donde desfilan todos los representantes de cada ciudad.

De esta manera, cada domingo de febrero, todo el pueblo se entremezcla en las calles,
ya sea en sus localidades o yendo a pueblos cercanos para, con atrevimiento y portando
máscaras, disfraces, vestidos coloridos y mucha alegría, disfrutar de los desfiles.

El gran desfile del carnaval dominicano se celebra en la capital, en Santo Domingo,


generalmente el último domingo de febrero, tomando la avenida George Washington en
el malecón aunque el punto principal de la mayoría de los eventos, de la algarabía, color
y explosión de música y sabor, es el parque Enriquillo.

Todas las comparsas de los distintos sectores participan en una de las tradiciones más
importantes de la ciudad , cada cual queriendo ser más creativa y más divertida.

En Punta Cana, la mayor festividad de carnaval tiene lugar el segundo sábado de marzo


en la avenida principal llamada 5 de noviembre, que se encuentra frente al aeropuerto
internacional, convirtiendo la zona en un escenario de fiesta, música y colores.

El carnaval dominicano está presente en todo el país y no hay sitio de la isla, localidad o


pueblo, por más pequeño que sea, que no se sume a esta gran fiesta.

Para algunos historiadores, los inicios del carnaval dominicano se ubican en 1520, en la


época colonial española e incluso, algunos estudios señalan que los primeros actos
vinculados al carnaval en República Dominicana pudieron haberse dado durante una
visita de Fray Bartolomé de las Casas en la que los pobladores se disfrazaron de moros
y cristianos.
Como en la mayoría de los países que fueron colonizados por los españoles el carnaval
dominicano se realiza precediendo a la Cuaresma, que es tiempo de penitencia y de preparación
para la Pasión de Jesucristo, pero en este país hay un matiz muy especial que también relaciona
la fiesta con la fecha de Independencia de Haití, el 27 de febrero de 1844, por lo que todo
febrero e incluso los primeros días de marzo se llena de música y colores.

A diferencia de otros países, República Dominicana se separó de España de forma amistosa, a


partir de transacciones no bélicas ni violentas, pero inesperadamente fue invadido por el país
vecino Haití que intentó quitar a los dominicanos su lengua y sus costumbres, así como todo
aquello que formara parte de su esencia como el carnaval.

De hecho, durante los 22 años que República Dominicana estuvo ocupada por Haití, se prohibió
la tradición de usar disfraces durante las celebraciones religiosas pero esto pudo recuperarse con
la Independencia y, más allá de ello, ese tipo de vestimentas en las que se incluyen máscaras y
antifaces, dejaron de vincularse a la religión y evolucionaron en los carnavales.

Es por ello que febrero se convierte en el epicentro de la exaltación de la libertad, la cultura


popular, de la esencia de los dominicanos, alegres y bailarines, con su carnaval.

Colores, bailes y disfraces diversos están en Carnaval Dominicano

Mujer disfrazada en el Carnaval Dominicano.

Los dominicanos celebran su carnaval llevando diversos disfraces, coloridos, pero con


personajes singulares, con diferentes significados, de acuerdo con el folklor del país. El diablo
cojuelo, una herencia española que puede tener un nombre distinto según la localidad, es el más
importante.

En el carnaval dominicano, el diablo cojuelo sale cada domingo de febrero de su “cueva” con un


disfraz que es una verdadera obra de arte, un traje muy colorido del cual penden cascabeles,
sonajas, espejos pequeños, cintas, un cencerro y lleva una máscara de cuernos largos.

Una de las peculiaridades del diablo cojuelo es que lleva consigo una vejiga de vaca inflamada,
seca y curada, y con ella reparte golpes en el trasero de los carnavaleros que van distraídos.

Otro de los grandes personajes del carnaval de República Dominicana es Roba la Gallina, que
se encuentra en todas las ciudades del país y cuyo origen se encuentra en el período de la
ocupación haitiana pues en esa época, a las personas que se les sorprendiera robando gallinas se
les ponían plumas en todo el cuerpo y se les obligaba a presentarse así en público.

Roba la Gallina es generalmente un hombre vestido de mujer con rasgos muy exagerados: un
vestido extravagante de diversos colores, pechos y nalgas de gran tamaño, un paraguas y una
cartera grande que es donde se llevaría a la gallina tras robarla y que va cantando y pidiendo a
los jóvenes que le sigan por las calles.

Aunque en el carnaval dominicano hay personajes que son comunes a las diversas ciudades y
localidades del país, hay otros más exclusivos de diversas zonas como son los Lechones, típicos
del carnaval de Santiago y una variante del diablo cojuelo que pretende hacer guardar el orden
en las calles para lo que hace ondear un látigo en el aire.
La máscara de Los lechones del carnaval de Santiago tiene la cara de un cerdo, con un hocico
estilizado y largos cuernos, mientras que el traje lleva incrustaciones de campanillas, espejitos,
cuencos con una cola que puede pender libremente o va enrollada al cuerpo.

Carnaval Dominicano

El personaje principal del carnaval de República Dominicana en Puerto Plata, costa del


Atlántico Norte del país, son los Taimáscaros, otra versión del diablo cojuelo que brinda tributo
a los primeros pobladores Tainos de la República Dominicana y cuyo disfraz está elaborado con
elementos naturales con un alto valor porque se trata de manualidades recicladas.

En sus atuendos, los Taimáscaros mezclan elementos de los tainos, pero también de la herencia


española y de las deidades africanas, lo que constituye una verdadera policromía cultural.

Provenientes de San Pedro de Macorís, en el Sureste de República Dominicana , los Guloyas


alegran el carnaval de este país recordando a los afrodescendientes de otras islas del Caribe, de
habla inglesa, que en el siglo XX llegaron para trabajar en la industria del azúcar.

Con sombreros altos llenos de plumas y coloridos, llamativos, disfraces de cuentas, los Guloyas
llenan el espacio del carnaval dominicano con su música y danza de influencia africana, llamada
Cocolo y que fue proclamada en 2005 Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la
Humanidad de la Unesco.

En Barahona, ciudad al suroeste de la República Dominicana, la rebeldía del carnaval


dominicano llega con los Pintaos, que recordando a los esclavos cimarrones que se refugiaban
en el siglo XVI, pintan todo su cuerpo, de la cabeza a los pies, de varios colores y solo un
pedazo de tela cubre su desnudez.

Hombre disfrazado en el Carnaval Dominicano

El carnaval dominicano vio por primera vez a los Pintaos en 1997, pero desde entonces esta
representación ha ganado diversos premios.

Otra representación de esclavos, en este caso africanos, en las festividades del carnaval de


República Dominicana es la de los Tiznaos, que participan bailando en comparsas y pasarelas
con sus cuerpos pintados con carbón o aceite quemado de automóviles.

El carnaval dominicano también tiene influencia oriental y dentro de ella llegan los Ali Babá,
que con disfraces vaporosos, pero también brillantes y coloridos, comparten sus bailes con
estudiadas coreografías y sus toques de tambor.

Cada Rincón de la isla vive la magia y el color del Carnaval Dominicano

El carnaval dominicano es una fiesta nacional y de todos, de unir la cultura popular y la


identidad en una sola voz pero esto no significa que se celebre de la misma manera en todos
lados. Muchas de las ciudades y los poblados tienen su manera particular y definitoria de dar
voz a este grito por la libertad y alegría de su ser.
Los resorts todo incluido que se encuentran en Santo Domingo o Punta Cana realizan un desfile
solo para los turistas ahí hospedados, además de que en sus teatros hay bailes vinculados a las
fiestas carnavalescas.

El carnaval de La Vega, una ciudad en el centro norte de República Dominicana es uno de los


más importantes del país y del Caribe y sus orígenes están situados en 1520, aunque fue en 1947
que empezó a ser una verdadera tradición en el pueblo y 30 años más tarde fue reconocido como
Patrimonio Folklórico de la Nación.

La Unión Carnavalesca Vegana se conformó en 1983 para organizar y preservar los valores de
esta fiesta que tiene elementos que la hacen diferente, como máscaras muy elaboradas y con
mandíbulas móviles o pantalones muy anchos, pero ajustado a los tobillos.

El carnaval de Santiago tiene también alto reconocimiento nacional e internacional y se celebra


todos los domingos de febrero independientemente de las fechas de la cuaresma. Cuando
comenzó a celebrarse era una fiesta dividida en función de la estratificación de las clases
sociales, festejando en clubes sociales los de más alto ingreso y en la calle los barrios populares,
especialmente en Los Pepines y la Joya y más adelante en Pueblo Nuevo.

Tema 3

La identidad dominicana fue un tema recurrente durante la década de los ochenta del siglo 20.
Los debates sobre el tema se multiplicaron con el impacto de las migraciones y la apertura a un
nuevo modelo productivo que sustituiría la industria azucarera y la exportación de productos
tradicionales como café, cacao y tabaco por las manufacturas de zona franca, el turismo y las
remesas. Durante la segunda década del siglo 21 el debate resurge en condiciones distintas y en
medio de otras problemáticas, aunque enmarcado por una narrativa emparentada con la de los
escritores de la generación de postguerra que se preguntaban por la “esencia” de lo dominicano
en el contexto de la mundialización cultural y la globalización económica. Este artículo entra en
el retorno del debate de la identidad dominicana y específicamente intenta demostrar que con
algunas variantes los discursos contemporáneos sobre “lo dominicano” se mantienen atados a
una concepción fundada en el esencialismo del origen nacional y la continuidad lineal de la
historia. Se aborda el esencialismo presente en los dos grandes relatos de la dominicanidad que
pueden identificarse el primero como nacionalismo de raigambre colonial y el segundo como
nacionalismo popular, este último vinculado a las nociones de clase y negritud. Ambos
discursos comparten la búsqueda de una esencia y sus resortes en la nación dominicana (nación
moderna), cuestión que obstaculiza un marco intercultural y una comprensión actualizada de la
configuración de las identidades. Entre los resultados de la encuesta realizada por el ISD (2016)
encontramos aspectos de ambos discursos encarnados en los actores sociales y políticos
surgidos en este siglo, pero también elementos que muestran rupturas y cambios de imaginarios
en el interior de las anteriores definiciones. Finalmente, el trabajo plantea que la presencia tanto
de los movimientos sociales gays, trans y queer como el surgimiento de nuevos patrones
urbanos de identificación y hábitos de consumo han resignificado las identidades individuales y
colectivas, las cuales ya no se configuran exclusivamente por la pertenencia a una clase social,
un referente o práctica religiosa o por las tradiciones de la cultura popular. Discursos modernos
sobre la identidad dominicana La caída de la dictadura (Trujillo 1930-1961) hizo suponer la
alteración de la narrativa sobre la identidad dominicana que se sedimentó durante el dilatado
régimen. “…uno de los rasgos del texto cultural dominicano es el marcado desprecio de las
élites por la gran población empobrecida y negra, por la población haitiana y sus descendientes
en el país. Resultante de esa visión racista de raigambre colonial…” (Mieses, 2014). La
antropología, la sociología, la literatura y la historia posteriores a la decapitación del tirano
comenzaron a desfigurar los marcos monoculturales fijados en el imaginario social durante un
largo periodo de adoctrinamiento popular a tono con la visión de dominio histórico de las élites.
En estos discursos tomaron cuerpo aspectos de la cultura popular que se abrieron y se
presentaron como contradiscursos. Así “Raza, nación e identidad” fueron los términos en los
cuáles se replanteó el asunto. Los trabajos de Hugo T. Dipp (1979), June Rosenberg (1979),
Franklin Franco (1979), Martha E. Davis (1983), Fennema y Loewenthal (1987) son evidencias
al respecto. En particular F. Franco en “Los negros, los mulatos y la nación dominicana” y
Hugo. T. Dipp “Raza en la historia de Santo Domingo” representan un primer desmonte del
discurso de la dictadura desde la historiografía.1

Cronología de la cultura dominicana

Cultura Taina

Los taínos llegan a la isla que llaman Quisqueya después de una migración en canoa durante
siglos por el archipiélago caribeño desde el delta del Orinoco en América del Sur. Una sociedad
pacífica de pescadores y agricultores basada en una aldea, adoran a los dioses de la naturaleza y
del más allá.

Llegada de Colón en 1498

El explorador genovés pone un pie en Quisqueya, que cree que está cerca de China, y la
renombra Hispaniola. El descubrimiento presagia el advenimiento del colonialismo español, así
como el rápido exterminio de los taínos. La ciudad de Santo Domingo se funda en 1498.

En 1586 Francis Drake saquea Santo Domingo

En la edad de oro de la colonia española termina cuando el corsario inglés saquea y destroza su
camino a través de su ciudad principal. A estas alturas, los piratas ingleses, franceses y
holandeses son una amenaza constante para La Española y otras colonias españolas.

Tratado de Ryswick en 1697

Después de muchos años de creciente presencia francesa en el oeste en la República


Dominicana, un acuerdo divide la Hispaniola entre el Santo Domingo francés y el Santo
Domingo español. Los franceses crean una colonia enorme y próspera, basada en la esclavitud y
el azúcar, mientras languidece el bando español despoblado, dominado por los grandes ranchos
y la Iglesia.

En 1804 la Independencia de Haití

Después de 13 años de revolución y guerra civil en la República Dominicana, un ejército de ex


esclavos expulsa a las tropas de Napoleón de Saint Domingue y declara la independencia de
Haití. La colonia española es invadida y re-invadida, pero regresa al dominio español en 1809.
Varias invasiones haitianas terminan con la ocupación del Santo Domingo español en febrero de
1822.

Independencia de la República Dominicana


El 27 de febrero de 1844 es el día de la independencia de la República Dominicana.
Manifestacion liderada por Juan Pablo Duarte, un grupo de nacionalistas organizan una revuelta
contra la ocupación haitiana de 22 años, declarando una República Dominicana separada e
independiente. Los haitianos son expulsados después de que ricos terratenientes dominicanos
recluten un ejército campesino. Duarte es rápidamente dejado de lado mientras los caudillos
regionales (hombres fuertes) luchan por el control político.

1915-25 La ocupación estadounidense

Los infantes de marina desembarcan en Santo Domingo para imponer la paz y “restaurar el


orden” en un país asolado por la lucha. La presencia de Estados Unidos atrae inversión
extranjera en la industria azucarera y arroja a los campesinos de sus tierras. La ocupación
también crea una Policía Nacional, de la que surge el dictador Rafael Leonidas Trujillo, “el
Benefactor”.

El Asesinato de Trujillo en 1961

Treinta años de brutal dictadura llegan a su fin cuando Trujillo es asesinado a tiros en Santo
Domingo. Trujillo se había vuelto enormemente rico y todopoderoso, encarcelando, exiliando y
asesinando a sus oponentes. Incluso hizo que la capital cambiara el nombre de Ciudad Trujillo
en su honor. Su muerte marca un paso gradual hacia la democracia de la República Dominicana.

1970 llegada del turismo

Los primeros pasos en la creación de una industria turística se dan con la construcción de
hoteles en la Costa Norte de la República Dominicana. Durante las próximas tres décadas, el
país se encoge de hombros ante su dependencia del azúcar y se convierte en un actor importante
en el turismo caribeño.

1996 se realizan las primeras elecciones justas

Un lamentable historial de fraude electoral termina con las primeras elecciones libres y justas
del país. Después de 30 años de dominar la política, el ex presidente títere de Trujillo, Joaquín
Balaguer, se ve obligado a retirarse a la edad de 89 años, lo que le permite ganar a Leonel
Fernández.

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