Profundizando Desarrollo

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 17

1

PROFUNDIZANDO EL MODELO

7 desafíos para un desarrollo con inclusión


1
Daniel García Delgado

Introducción

El país en su conjunto ha hecho en estos últimos cuatro años, un esfuerzo


significativo por salir de la emergencia e instalar un modelo productivo de alto
crecimiento, con reducción del desempleo e inclusión social. Se destaca así la exitosa
renegociación de la deuda externa, que ha ido acompañada de un alto nivel de reservas
que reduce el riesgo a exposiciones externas y otorga previsibilidad a las inversiones. Al
mismo tiempo, se ha mantenido un tipo de cambio competitivo, ligado a una fuerte
expansión de los diferentes componentes de la demanda interna que han servido de
pivote para sostener un crecimiento en el orden del 8% este año y la economía que
creció 48,7% en 5 años. Este crecimiento tiene tres aspectos centrales: haber atacado los
déficit fiscales y externos; haber sostenido el nivel de demanda agregada como forma de
ir expandiendo el mercado interno; y, haber desarrollado políticas activas para
incrementar el nivel de inversión, tanto pública como privada. Asimismo, esto ha sido
posible por la confluencia de un conjunto de factores como: la recuperación de la
autoridad política, un rol estatal más activo, el esfuerzo del sector productivo y del
sector social, así como también, por la existencia de condiciones internacionales
favorables.

Ahora bien, este nuevo escenario post-crisis del 2001, post emergencia y de
economía normalizada, reconoce también la necesidad de buscar nuevos consensos y de
aprovechar la oportunidad -por la mayor previsibilidad lograda- de consolidar el
crecimiento y de comenzar a establecer un rumbo de mediano plazo y las líneas
directrices de un plan productivo para el país (Grupo Proyecto y Gestión, 2006).

Lo cierto es que dentro de los logros del modelo productivo (superávit, nivel de
reservas, reducción del desempleo, de la pobreza) no es menor la oportunidad que
brinda para poder pensar el mediano plazo y salir del coyunturalismo. Se trata de pensar
y consolidar la planificación estratégica en un proyecto de mediano plazo, es también
contar un relato común (Plan Fénix, 2006). En ese sentido, el mismo anuncio del Plan
Productivo Nacional para los próximos 10 años, en conjunción del Ministerio de
Economía con los ministerios de producción de las Provincias, es un avance sobre una

1
Artículo publicado por la RED de Organizaciones para el desarrollo con Inclusión, septiembre de 2007,
en www.desarrolloinclusivo.com.ar.
2

situación que parecía carente de orientaciones explícitas, al menos de mediano plazo.


(Mecon, 2007)

Ahora bien, dentro de esta nueva situación es necesario destacar la importancia


del debate, del diálogo social y opciones conceptuales sobre los modelos de desarrollo.
Preguntarse, por ejemplo, ¿Cuál es la definición que adopta la red frente a la noción de
desarrollo? ¿Por qué apuntamos al desarrollo inclusivo y no a un desarrollo a secas? ¿Y
en todo caso, los objetivos productivos, sociales de equidad o de inclusión, qué desafíos
o restricciones principales encuentran? Porque este debate se inscribe en torno a varias
denominaciones posibles (desarrollo humano, desarrollo social, crecimiento con
equidad, desarrollo ético, desarrollo sostenible, etc.) y también diversas estrategias
(ortodoxia, neoinstitucionalismo, neodesarrollismo-productivista).
En ese sentido consideramos el modelo de desarrollo con inclusión como un
proceso de acumulación económico, social, institucional que tiene como finalidad
principal incluir a la mayor parte de las personas y potenciar sus capacidades humanas
y productivas en empleos de calidad, dentro de un contexto de integración social. Este
modelo incorpora tres enfoques: a) Un enfoque integral, en la visión de la noción de
desarrollo, entendiéndolo no sólo desde un punto de vista económico, sino incorporando
dimensiones sociales, político-institucionales, ético-culturales y ambientales. Resulta
integral, porque el desarrollo así concebido, es para todo el hombre y para todos los
hombres. Y, a su vez, es intersectorial, porque, a diferencia de anteriores etapas, no es el
sector industrial, o el de servicios o el agrario al único que debe privilegiarse, sino al
conjunto productivo de la sociedad. 2
b) Un enfoque productivista que apuesta a una sustentabilidad macroeconómica,
que evite las bruscas crisis cíclicas del pasado, pero junto a un alto dinamismo de su
crecimiento, superávit mellizos (comercial y fiscal), alto nivel de reservas, tipo de
cambio competitivo y retenciones; pero que también integre la mejor distribución del
ingreso social (sustentabilidad social) y la ambiental: es decir una sustentabilidad
compleja.
c) Y finalmente, un enfoque democrático concertador, que considere que este
modelo no sólo debe ser llevado por el Estado o el sector privado, sino debe ser fruto de
una concertación público-privado, o en todo caso, entre el sector público, el productivo
(empresarios y gremialistas), el del conocimiento y el social.

7 Desafíos para un modelo de desarrollo inclusivo

Ahora bien, a partir de esta oportunidad abierta, de esta definición de modelo de


desarrollo, ¿qué desafíos tenemos hacia mediano plazo para profundizarlo? y ¿cómo

2
Se trata de la búsqueda de una complementación más que de confrontación entre el campo, la industria y
los servicios, en la que el sector agropecuario continúe aportando los beneficios excedentes a una
reindustrialización incipiente que consolide el crecimiento del mercado interno y siga mejorando los
niveles de empleo. El campo resuelve el problema externo, trae las divisas, pero no soluciona el problema
interno: mejor distribución del ingreso, mejores salarios, que sí lo resuelve la industria y los servicios.
3

conformamos el futuro con las decisiones del presente? (F. Utopías) en particular para la
nueva etapa política que se inicia hacia fines de este año.

Primer desafío: lograr competitividad con distribución del ingreso

Hemos tenido en estos cuatro años logros en crecimiento, competitividad y mejoras


sociales: el tipo de cambio alto, las retenciones, el superávit mellizo y los aumentos de
productividad, también posibilitaron la reducción del desempleo (la tasa de desempleo
bajó del 26,7% a menos del 10% en la actualidad) se redujo significativamente la
pobreza (del 54% al 26,9), y la indigencia (del 27% al 8%), aumentó el gasto y la
cobertura en previsión social y en infraestructura física para el desarrollo, etc. Pero
asimismo todavía tenemos problemas de desigualdad, brechas distributivas y de
cohesión social, y cualquier país debe buscar un mayor equilibrio social, de allí que
deban atenderse con prontitud.

-Alta precarización y desigualdad, el empleo no registrado si bien ha disminuido


todavía alcanza a casi el 43 % de la PEA con un promedio salarial del 30% menos para
los no registrados. Asimismo, también está el problema de los bajos salarios medidos en
dólares, sobre todo para el sector publico, y que el promedio de los salarios medios
todavía están por debajo de la línea de la pobreza.

-Existe un alto porcentaje de jóvenes todavía sin futuro (cerca de 1.000.000) que
no estudian ni trabajan, que viven al día y que sus experiencias laborales no configuran
una positiva cultura del trabajo, ya que tienen alta rotación en sus empleos, estos son
precarios, mal pagos y no los capacitan.

-Subsiste un gran sector informal de la economía no integrado, con baja


productividad (se calcula que cerca del 3 millones están involucrados en una economía
que trabaja a otra productividad y condiciones de trabajo). Esto marca una distribución
del ingreso regresiva, que todavía permanece por debajo de la de los ‘90. Así estamos
en una relación de la pobreza de 30 a 1 entre los más ricos y los más pobres, y si bien
durante la crisis era de 44, a mediados de la década de los ‘90 era de 20, la diferencia
sigue siendo muy amplia, los sectores de mayores ingresos se llevan un 34,4% de la
torta, mientas que en el otro extrema los segmentos mas desprotegidos de la sociedad
perciben apenas el 1,2% del total. 3

-Para ser más competitivos, uno de los desafíos es también atacar el elevado
nivel de concentración que muestra la economía argentina, en algunos de los sectores
clave productores de materia prima (en algunos casos controlan hasta el 90%) (M.
Marco del Pont, 2007). Así el tema de inflación y aumento de precios (agravado por la
crisis del INDEC) inmediatamente dispara orientaciones ortodoxas (menos obra
pública, subir el superávit , bajar el tipo de cambio, etc.) cuando en realidad estas
tensiones que se están dando en el terreno de los precios no tienen que ver con las

3
El Coeficiente de Gini, paso de 0,494 a 0,490, del primer trimestre de este año respecto del anterior,una
leve mejora.
4

tensiones tradicionales de inflación en la Argentina. Según esta autora, a la inflación


hay que atacarla con medidas heterodoxas, que vayan a donde se originan los problemas
que tienen que ver con la oferta, la concentración de la economía, el carácter oligopólico
y formador de precios de muchos sectores. Sobre todo, teniendo en cuenta que la
demanda interna esta creciendo y la externa también. Particularmente también hay que
reconocer que una economía que aspira a seguir crecimiento a una tasa de 8 o 9 %, y a
preservar el mercado interno va a sufrir tensiones.

Por lo tanto, ¿Qué orientaciones proponer para un Desarrollo Inclusivo (en


adelante DI) que articule competitividad con distribución del ingreso y control de la
inflación? Porque se trata de apuntar a una competitividad “a la alta” más que “a la
baja” (es decir, competir con mayor valor agregado, mejores salarios y calidad de
productos e innovación, más que solo por precios, y bajos salarios), y a una
competitividad sistémica, más que solo basada en el tipo de cambio. Esto requiere
aumentar las exportaciones pero sin descuidar llevar adelante un modelo en el
crecimiento del mercado interno, sin perder de vista la necesidad de mejorar la
redistribución de la riqueza, de bregar por el trabajo de calidad o decente y de apostar a
un proceso de reindustrialización. Se tratar así de:

1. Crecer a tasas altas durante por lo menos otro quinquenio para hacer que la
brecha que nos separa de los países desarrollados disminuya de modo sustancial. Llevar
a cabo un crecimiento en industrias y en servicios complejos que eleven la jerarquía del
sistema productivo, promuevan la desaparición de la exclusión social mediante la
creación de más empleos, productividad y reindustrialización (Rodrik, 2005). Para ello
se requiere de mayores inversiones para desactivar presiones inflacionarias que hoy vive
nuestra economía. Evitar la peligrosa falacia de que la economía enfrenta una “inflación
de demanda” y que invita a enfrentar la actividad y reducir el gasto público, para poder
considerar que que las presiones inflacionarias también responden a una estructura
productiva fuertemente concentrada y oligopólica, con prevalente dominio sobre los
precios.

2. Incorporar una reforma impositiva progresiva, sobre todo en ganancias, que


mejore la distribución del ingreso mediante una imposición al capital financiero y que
además permita canalizar el ahorro hacia la inversión productiva. Una reforma al
régimen tributario para MiPymes; eliminación del IVA de la canasta familiar, etc.

3. Demandar por la integralidad de las políticas de empleo de calidad o decente,


promover el diálogo social, el acceso al crédito de las PyMES y al sector industrial, pero
de crédito de largo plazo; el promover una nueva cultura empresaria no rentista ni
cortoplacista, que no ajuste por salarios y ganancias por remarcación, sino en función de
inversión de mayor productividad y de una “calidad productiva integral” (inversión,
registración, incorporación tecnológica, buenos salarios, capacitación).
5

4. Integrar al sector de la economía informal y de la economía social como


subsistema. Se trata de cerca de 3 millones de personas, de cuentapropistas, pero
también productores y sectores que no son sujetos de crédito y que se encuentran fuera,
en una economía de dos velocidades.

5- Profundizar y ampliar la reinstitucionalización del mercado de trabajo de esta


gestión, en la cual se ha avanzado con la nueva ley de contrato laboral, con la
negociaciones colectivas, con la reforma previsional, con el aumento salarios familiares.
Pero habría necesidad de un seguro de desempleo más amplio, para los trabajadores
precarizados, que fuerce la formalización en las empresas, un derecho que incorpore una
asignación o obligación la capacitación para recibirlo y un ingreso familiar.

En síntesis: la mayor competitividad es necesaria e inevitable para integrarse a la


economía mundial, pero una sociedad más justa, más igualitaria y con mejor
distribución del ingreso, es también necesaria y posible de lograr. Y ésta será, a la vez,
también más competitiva, porque será menos conflictiva y permitirá aumentar sus
capacidades productivas y exportadoras tanto en bienes, por precios, en calidad de sus
productos y en innovación.

Segundo desafío: lograr sustentabilidad macroeconómica con sostenibilidad


ambiental

En estos últimos tiempos, se consolida una mayor sustentabilidad


macroeconómica ínter temporal, frente al ciclo de crisis estructurales regulares que se
presentaban cada 4 ó 7 años y este es un dato positivo a destacar. No obstante, si bien la
sustentabilidad macroeconómica es una condición necesaria para un modelo de
desarrollo inclusivo, no debe ser a costa de la sustentabilidad ambiental de mediano y
largo plazo.

¿Porqué? porque el cambio climático avanza sobre nuestro país y observamos


tendencias a fuertes inundaciones (llueve más y la desforestación elimina el primer
dique contra las inundaciones, y hay menos escurrimiento), faltan obras de
infraestructura adecuada, canalización y dragado. Es decir, necesitamos una cultura de
anticipación, tanto a nivel nacional como provincial y porque el cambio climático
afectará a poblaciones y producciones.

-La Argentina presenta cultivos muy rentables y demandados, y tiene un sector


agroindustrial muy eficiente y competitivo, pero la tendencia a extenderse
monocultivos indefinidamente impacta en la deforestación indiscriminada, en la erosión
de los suelos, en las migraciones, y finalmente, en el despoblamiento de vastas zonas,
de expulsión y pérdida del derecho al hábitat de los pobladores. Estas tendencias deben
ser reguladas, porque sólo perseguir la máxima rentabilidad empresaria como una lógica
6

que guíe el crecimiento supone no debatir otras opciones y políticas que integren una
perspectiva más amplia del bien común.

-Por procesos de concentración y trasnacionalización de la propiedad de la tierra


y el agua en áreas estratégicas. También observamos la utilización de las mejores tierras
productivas en zonas periféricas de las grandes ciudades para destino inmobiliario de
alta gama y “loteos” de barrios cerrados. Se detectan problemas crecientes con el agua
por ascenso de las napas freáticas en la Provincia de Buenos Aires, la contaminación de
ríos, y de falta de acceso al agua potable de centenares de miles de personas.

-Asimismo, se incrementan los problemas en la relación entre pobreza y medio


ambiente en las mega-ciudades. Si bien la demanda ambiental es transversal al conjunto
de la sociedad, el impacto ambiental afecta a los más pobres en términos de tratamiento
de residuos a cielo abierto, de contaminación del aire y su impacto sobre la salud, del
suelo de las cuencas hídricas, la falta de un sistema de cloacas de infraestructura y de
tratamiento de efluentes adecuados.

Ahora bien, ¿qué orientaciones desde la red de DI pueden proponerse para


suturar esta brecha entre sustentabilidad macro y sostenibilidad ambiental en el mediano
plazo?

1. Tal vez se requiera demandar por una mayor y mejor regulación del uso de los
recursos naturales y hacer una agricultura sustentable. (Ej. La sanción de Ley de
presupuestos mínimos para la defensa de los bosques nativos, reforma de la ley de
Minería). Lo cierto es que lo ambiental, lo social y lo productivo deben ser más
articulados en la visión de desarrollo que se adopte. Acaso ¿no va a ser esta agenda
creciente en nuestra sociedad? A esto se suma a los problemas de minería a cielo
abierto, sin el pago debido de cánones, con contaminación en los lugares de explotación
y exportación del producto extraído a granel. Se trata de una riqueza que no derrama
sobre sus poblaciones ni enriquece su valor agregado en el lugar de origen, de una
riqueza que empobrece a muchos, concentra en pocos y genera alta conflictividad.

2. Reconocer que donde hay pobreza, hay también problemas ambientales, y de


ecología humana. Ello lleva a la necesidad de integrar las políticas sociales, ambientales
y productivas, con las destinadas al ataque de problemas de pobreza, y al mismo tiempo
a una mayor efectividad entre lo presupuestado y lo realmente ejecutado.
3. Promover nuevas estrategias e instrumentos para el reciclado de residuos: ya que
las experiencias comparadas muestran que es posible que pague el que contamina; o que
se generan empresas con tecnologías propias de descontaminación y junto con ello más
empleo de calidad y dignidad de las personas que se ocupan de estas tareas. Se trata
también de ser proactivos en generar conciencia y campaña ambiental un plan nacional
de concientización respecto del derroche en ciertos consumos, de la construcción de
fastuosos edificios sin contemplar el ahorro energético, etc.
7

4. Superar la restricción energética. Si bien este es un problema complejo con aspectos


coyunturales álgidos y de mediano plazo, se trata de apoyar una matriz energética que
tienda al alto crecimiento y a la sustentabilidad socio-ambiental. -Problemas con la
exportación de recursos energéticos no renovables: (como el petróleo y el gas), y el
probable agotamiento del primero en una década y la falta de reinversión de las
empresas adjudicatarias.
Esta es una apuesta fuerte a diversificar la matriz energética, y a desarrollar energías
alternativas y limpias, y a regulaciones más fuertes de las petroleras y trasportadoras
para privilegiar el mercado interno y consumos familiares antes que la exportación. Un
país que exporta energía esta desperdiciando oportunidades de desarrollo. En ese
sentido, se plantean respuestas como el biocombustible como posible solución a futuros
cuellos de botella de la mayor demanda energética, pero ¿será suficiente? ¿será lo
mejor?4
En síntesis: suturar la brecha entre desarrollo y medio ambiente debe entrar en los
desafíos de la Argentina que viene pero no como algo externo, adorno o ex post (cuando
ya se produjeron problemas de difícil resolución), sino en sus consideraciones de diseño
sobre el perfil productivo y social que se busca. Sobre todo para la red de organizaciones
para el DI se trata de no disociar la noción de desarrollo de protección de nuestros
recursos naturales y de la justicia intergeneracional.

Tercer desafío: lograr alto crecimiento con equilibrio y desarrollo territorial

El dinamismo productivo de estos años alcanza a las distintas regiones y


ciudades del país -si bien de manera diferenciada-, así algunas provincias y ciudades
han alcanzado un nuevo auge y prosperidad y esto es positivo y alentador.

Sin embargo, se trata de prever que el crecimiento sin ninguna orientación


estratégica también puede agudizar fracturas tradicionales o históricas en los diferentes
territorios del país, tener impactos sociales. Porque si bien crecen las economías
regionales existen problemas de desequilibrio territorial y de fragmentación,
concentración de la propiedad y desigualdad espacial, salarial y de oportunidades tanto
en términos del NEA, NOA, en los Conurbanos como al interior mismo de las grandes
ciudades y de las provincias.5 También es necesario reconocer que la Región
Metropolitana es una región en sí misma donde convergen todos los problemas pero

4
Ver de Daniel García Delgado, “Crisis energética y desarrollo con inclusión social. Desafíos para una
nueva etapa”, FLACSO, Buenos Aires, agosto de 2007 www.flacso.org.ar.
5
Hoy entre la ciudad mas rica y las mas pobre hay 8,5 veces de diferencia, una de las más acentuadas de
la región. El crecimiento económico tiene que sustentarse en una mejora equitativa del ingreso de todos
los pueblos y las ciudades del interior del país (De Mendiguren, 19.06.07)
8

donde todavía no hay ninguna autoridad planificadora que se haga de la misma 6Así
vemos :

Que si bien Argentina es un país federal, el 70% de los recursos los controla la
Nación, las provincias el 23% y los municipios el 7% y esto resulta una restricción para
el desarrollo local y territorial. Que en el corto y en el mediano plazo nos enfrentamos a
la posibilidad de ciudades con problemas crecientes de convivencia por creciente
fragmentación, saturación, o de estar al borde del colapso en infraestructuras de
servicios de salud, educación, transporte público, seguridad, medio ambiente. ¿Qué
proponer, para hacer más equilibrado este desarrollo? En todo caso, ¿cómo la red de
organizaciones por un DI pueden ayudar a promover articulaciones y medidas en favor
de un mayor equilibro espacial de la producción y del desarrollo territorial? Tal vez:

1. Promover una nueva institucionalidad para el desarrollo. Pareciera ser necesario


contar con un Banco Nacional de Desarrollo que dé fomento y crédito, similar al
BNDES de Brasil. Una institución que fomente pero reconozca el riesgo empresario, y
que permita el financiamiento de largo plazo del sector industrial, que sea regionalizada,
ágil gerencialmente y, a la vez, con sus créditospromueva la calidad productiva integral
(innovación, empleo de calidad, capacitación, exportación) Asimismo, se necesita de
una nueva Ley de Coparticipación concertada que permita partidas especificas para el
desarrollo territorial y la innovación. De una reforma impositiva que desgrave de
ganancias a la reinversión de las pymes, que atiendan a localizar y fomentar la inversión
en forma más descentralizada y desde una perspectiva de desarrollo provincial y
territorial.
2. Reindustrializar el interior del país, a partir del aumento de la cadena de valor de
los productos primarios. Para ello, se necesita no solo de instrumentos crediticios, de
partidas con destinos específicos porque se trata de descentralizar no sólo competencias
hacia provincias y municipios, sino recursos, créditos, capacitación e innovación
técnica, y articularlas en puntos modales. Se necesita de políticas activas, de
construcción de actores y regiones. Y si bien el crédito a las Pymes aumentó
positivamente y se financió 1500 millones en el 2006, se necesita más y más
descentralizado para generar cadenas y cluster locales para poder enraizar en la gente
del lugar, de dar posibilidades de empleo, capacitación, de futuro y de calidad de vida.
Descentralizar productivamente el espacio nacional y de construir las regiones internas
con más recursos. Así defender la industria y las economías regionales debe ser una
política de Estado (Mecon, 2007).

3. La creación de Planes productivos regionales de desarrollo con articulaciones


público-privado. No es sólo el Estado sino el sector privado el del conocimiento y el
tejido social del territorio los que deben participar. Se plantea así, la importancia del
diálogo social, de la vinculación de actores empresariales, gremiales de actores del

6
Ver al respecto los acuerdos sectoriales promovidos por la Fundación Metropolitana (pagina
www.Fundación Metropolitana.com
9

conocimiento y movimientos sociales y ong`s con el sector público para generar y


promover un perfil productivo de la región.

4. Superar la restricción del transporte. Las vías terrestres con el alto crecimiento
del producto están al borde del colapso, pero también las vías férreas y aéreas, y hace
falta una planificación y una mayor orientación e inversión a favorecer las vías
ferroviarias y fluviales. Falta una política sectorial de aeronavegación y una aerolínea de
bandera que permita cubrir los distintas ciudades del país, y no estar este sector bajo una
lógica de mercado desregulado.

En síntesis, se trata de apuntar a modificar una matriz de país desequilibrado y


concentrado de larga data y esto apunta a resolver dos problemas al mismo tiempo: por
un lado, la tendencia al exceso de concentración y saturación de actividades en los
grandes aglomerados; y por otro, el despoblamiento y la erosión de posibilidades en
otros lugares. Se trata de lograr que el crecimiento se transforme en desarrollo y siga
mejorando la inclusión social; de mejorar simultáneamente el valor agregado en las
producciones locales y provinciales, y poner un límite a la expansión desordenada de las
mega ciudades. Un desarrollo inclusivo debe apuntar a un desarrollo territorial que
permita un país más desconcentrado y equilibrado, lo cual facilitará también lograr un
crecimiento alto y sostenido del producto.

Cuarto desafío: Articular la sociedad de la producción con la del conocimiento

En estos años hemos tenido logros significativos en el aumento de la producción


y productividad en el pasaje del eje de acumulación basado en lo financiero-
especulativo y servicios a otro vinculado a la producción y en la economía real.
También aquí ha aumento el presupuesto y jerarquizado la labor de la SECyT. Ahora
bien, las sociedades competitivas y exitosas son aquellas que tienen más capacidad de
invertir en ciencia y conocimiento aplicados a la producción. Y las que articulan la
orientación macroeconómica a su sistema nacional de innovación. No obstante, la
aplicación de las recetas de la economía de libre mercado han llevado a la
desindustrialización, a una reducción de la inversión pública en I+D y a un retraso en
esta articulación de sociedad de la producción con la del conocimiento. (CEPAL, 2004)7

Pero suturar esta brecha de articulación entre conocimiento y producción no se


alcanza solo con el mero mantenimiento de un tipo de cambio real elevado y la
promoción de los productos argentinos en el exterior. Sino que tenemos problemas para

7
En Argentina, las actividades de innovación, las tecnologías de punta y las investigaciones tecnológicas
muestran un perfil cultural y económico muy dependiente de capitales externos. Lo evidencia una balanza
de pagos tecnológica altamente deficitaria. Frente a esto ¿qué? Posiciones ortodoxas como del CEMA,
afirman que la Argentina no debe destinar esfuerzos a producir tecnología sino a “crear las condiciones
institucionales que permitan absorber la tecnología generada por los líderes globales.” En cambio, los
defensores de los sistemas naciones de innovación enfatizan la necesidad de que se consideren los
avances tecnológicos como una actividad endógena. Sostienen, que es necesario adaptar las tecnologías a
los contextos locales. “El impacto de la economía en las nuevas tecnologías. El desafío del futuro”,
Tomas Lukin, Suplmento Cash, 26-08-07
10

suturar estas dos sociedades entre inversión en investigación y desarrollo; entre


capacitación e inversión de las empresas; 8entre articulación de educación pública y
demanda de empresas; entre institutos, universidades y producción. Entonces, ¿qué
hacer?, porque suturar esta brecha es importante dado que de lo contrario vamos a ser
sustentables fiscalmente, y probablemente gobernables políticamente, pero
inevitablemente nos vamos a reprimarizar, y la brecha de desarrollo técnica y social se
va ampliar. Asimismo, la falta de profesionales y el constante crecimiento económico
esta creando cuellos de botella en recursos humanos en varios sectores. Por ello se
necesita ir hacia una competitividad sistémica.
2. Se requiere elevar los recursos que el país asigna a las actividades de
investigación y desarrollo, dado que la tendencia concentradora en lo económico y
centralizadora en lo geográfico del avance científico se mantiene a nivel mundial. 9Las
grandes firmas invierten grandes sumas para la promoción de la innovación en los
países centrales y se limitan a patentar aquí sus licencias. Si la Argentina no se inserta
como agente activo en la producción y desarrollo de tecnologías de punta, su papel
quedara reducido a la provisión de recursos naturales y al suministro de mano de obra
no calificada.
3) Universalizar la capacitación como derecho social: La tarea de compatibilizar
la sociedad de la producción con la del conocimiento es compleja y no sólo se trata de
dinero o de recursos en educación: porque se ha mejorado el presupuesto en educación y
se apunta al 6,1 % del presupuesto, pero todavía hay problemas de articulación entre la
sociedad de la producción y del conocimiento, entre educación pública y lo que
demandan las empresas. Lo cierto es que centenares de miles de jóvenes requieren una
rápida actualización de conocimientos para fines productivos específicos, y entre ellos
se triplica la tasa de desempleo, de precarización y de pobreza.

En síntesis, si no se sutura esta brecha entre sociedad de la producción y el


conocimiento, corremos el riesgo de perder esta carrera de desarrollo tecnológico, aún
con países vecinos. Es decir, que toda audacia puesta en esta articulación será poca, que
todo gasto en inversión, en I + D, y en la mejora de la capacitación de nuestra gente, es
necesaria, y de todo lo que se haga en este sentido redundará en un perfil productivo de

8
Las nuevas tecnologías parecen tener asegurados altísimos niveles de productividad y rentabilidad, pero
existen importantes limitaciones que condicionan su desarrollo en nuestro pais. Según Diana Garcia, del
Centro Redes, las dificultades para acceder a insumos importados, la falta de oferta de bienes y servicios,
las dificultades de acceso al crédito y el bajo poder adquisitivo v de la demanda. Este panorama “conduce
a la búsqueda de adaptaciones locales del producto o del proceso productivo. así, las empresas dirigen sus
esfuerzos a realizar cambios menos y no a la creación de innovaciones tecnológicas (y patentes)”.
9
Según Facundo Peirano el aumento del gasto en I+D sin un incremento en la intensidad tecnológica de
la estructura productiva podría estar indicando una baja capacidad de traducir este gasto en mayor
generación de conocimiento productivo. A la inversa, un aumento de la intensidad tecnológica sin un
incremento del gasto en I+D podría en realidad estar encubriendo actividades demandantes de mano de
obra no calificada aún perteneciendo a sectores high-tech”. En Argentina ambos escenarios se
superponen, entonces es necesario encontrar la proporción entre acumulación de capital, desarrollo del
conocimiento e investigación que permitan apropiarse de los frutos de las investigaciones que están
llevando adelante aquellos que las desarrollan antes que los capitales de los países centrales “ op. cit.,
11

mayor valor agregado, con más innovación y en una optimización de las potencialidades
de nuestros recursos humanos.

Quinto desafío: articular desarrollo con cultura, identidad y calidad de vida

En estos cuatro años se ha comenzado a tener un mayor control del destino nacional,
con la recuperación de la política y a generar mejores expectativas en la población y en
la autoestima nacional. También se comenzó a la reinstitucionalizar el trabajo, y a
valorar el trabajo de calidad o decente y no flexibilizado como eje de la integración
social. Ahora bien, el desarrollo no es economicismo y técnica, sino también cultura,
valores, identidad y fines. La idea del desarrollo inclusivo es integral, es para todo el
hombre y para todos los hombres. Y en este sentido, tenemos problemas en esta
articulación entre Desarrollo y Cultura porque el modelo neoliberal, fomentó un
individualismo extremo, el consumismo, la visión antipolítica e instauró una sociedad
de mercado de fuerte especulación, exclusión precarización del trabajo marginación y
vulnerabilidad de amplios sectores. Asimismo la globalización desregulada escindió la
relación que existía anteriormente entre economía, cultura, sociedad y política y
promovió una inseguridad generalizada. Se trata entonces de salir de una conciencia
refleja, pasiva que trabaja en los temas de una agenda central, en oposición a la mirada
globalizada que propone una única economía (la neoliberal, ortodoxa), una única cultura
(la mediatica globalizada) y una sola matriz social (la asentada en el consumo
individualista).

Entonces, ¿qué valores promover en el modelo de desarrollo productivo


inclusivo ya que el estado juega un rol en este sentido? Porque se trata de llenar de
sentido comunitario, de tener un rumbo y motivaciones para transformar, para salir del
paradigma individualista defensivo basado en el temor. Por ello es importante, el
promover una nueva perspectiva plural abierta y convivencial: la esperanza contra el
escepticismo y la apatía, la solidaridad respecto del egoísmo y la fe a la resignación.
Aquí el concepto de desarrollo vinculado a la cultura y valores entra en juego con el
concepto de estilos de desarrollo y de calidad de vida deseado.

La competitividad y la innovación son necesarios en el modelo productivo, pero


no suficientes en todo caso, no lo deben ser menos que la valoración del sentido ético
del trabajo, y el fomentar una cultura del trabajo, y de la vida, de la inclusión, del
derecho al hábitat, al medio ambiente, de la calidad de vida pública y de la dignidad de
las personas que se busque lograr.

1. Así necesitamos definir qué entendemos por calidad de vida. Si se trata de un


acceso individual, sólo privado, de confort, medio ambiente comprado y separado,
vinculado a capacidad de consumo o a una calidad de vida pública. Este concepto
atraviesa como demanda transversalmente la sociedad y tal vez sea una superación del
concepto de bienestar del anterior Welfare State, porque además de integrar educación,
salud, trabajo, incorpora ahora una exigibilidad democrática y de ciudadanía amplia
12

sobre derechos difusos, protección de bienes públicos, medio ambiente, protección del
consumidor y una nueva subjetividad ciudadana.

1. ¿Qué se entiende por seguridad y para quiénes El problema de la insegu0ridad


creciente es posmoderno, y fomentado por la globalización y la agenda de seguridad,
pero es un riesgo si sólo se lo plantea desde la óptica de la seguridad privada, de la
propiedad e individual y con un enfoque policial del control, porque la seguridad es
también social, lo que requiere de alguna forma de universalización de prestaciones y
seguros sociales, de previsión sobre el futuro de muchos, de alguna forma de Estado
social. (R. Castell, 2005). La verdadera seguridad es que la vivienda, la salud, la
educación, el empleo y la justicia lleguen a todas las familias sin distinción entre ricos y
pobres. La necesidad de recrear los vínculos, una mayor libertad subjetiva forma parte
de la necesidad de replantear el estilo de desarrollo, las industrias culturales y el modelo
de sociedad que se pretende.

2. ¿Qué se entiende por Responsabilidad Social Empresaria? Esta responsabilidad


es positivamente asumida por las empresas y es una condición de su competitividad.
Asimismo existen redes naciones y regionales de fundaciones empresariales y
organizaciones de la sociedad civil en esta temática, pero necesitamos definir si es algo
light y neofilantrópico y auto referenciado, donde cada uno resuelve que es ético o hay
una concepción compartida de eticidad pública, acerca del empleo de la calidad del
empleo prioridades y de lo justo.

En síntesis: Si queremos un desarrollo sustentable no debería escindirse


desarrollo de cultura, así como tampoco planificación estratégica de mundos de vida. Se
trata de llenar vacíos de sentido, de fortalecer subjetividades y de articular
positivamente perspectivas macro con las micro. Se trata de llenar de sentido
comunitario lo cual significa salir del paradigma individualista consumista defensivo,
donde cada juega a un juego pequeño, individual o sectorial pero donde se pierde de
vista el bien común. Porque si queremos una sociedad mejor es necesario trabajar por
los valores que dan sentido a la vida comunitaria: la solidaridad, la asociatividad, la
justicia, la valoración de lo propio, y alentar aquellos que construyen la felicidad
pública, entre ellos tener propósitos comunes.

Sexto desafío: articular desarrollo nacional con el regional (el Mercosur


productivo y social)

Ya no hay nación sin región, y tampoco es posible separar el modelo productivo


que se adopte a nivel nacional en la compleja construcción de la región o del bloque del
que formamos parte. En ese sentido, hemos tenido logros importantes en estos 4 años no
sólo de salida de la crisis estructural del país, sino también con la apuesta a una región
(MERCOSUR y Comunidad Sudamericana de Naciones) como forma de insertarnos a
la globalización. Pero, a la vez, se observan problemas, vinculados tanto a conflictos de
predominancia de interés gubernamentales sobre el regional; o de falta de
supranacionalidad y de mecanismos como los de las Cumbres que a veces adolecen de
13

baja aplicabilidad y de no internalización de las normativas en los distintos países;


donde falta legislar sobre marcos regulatorios comunes, definir una agenda común.

¿Que hacer entonces para articular desarrollo nacional con el regional para hacer
más complementarias las economías? Probablemente todavía falte un debate más
profundo sobre el perfil productivo de cada país y los medios para lograrlo. Falta una
agenda más articuladora que permita profundizar y articular en una común visión
estratégica iniciativas como: resolver problemas de financiamiento de largo plazo: de
impulsar una política financiera y el financiamiento de largo plazo (como la del Banco
del Sur); de construir un mercado de capitales regional; de configurar la política
energética regional como el corazón de la unidad del bloque; de favorecer políticas
productivas para la generación de cadenas de valor y empleo de calidad regionales;
profundizar las política de corrección de asimetrías, e impulsar la integración mediante
políticas de transferencia tecnológica y dar importancia a lo comunicacional.

Asimismo establecer lineamientos de política social que permitan hacer del


bloque un proceso de crecimiento y a la vez de equidad, en salarios, distribución del
ingreso, en calidad de empleo, en infraestructura social. La gente tiene que sentir al
bloque como una oportunidad para una vida más digna y para su futuro, que es
Mercosur. Y esto tiene que ver centralmente con la política de participación de la
sociedad civil. Es importante que el Mercosur deje de ser una iniciativa de las elites
funcionariales, políticas y empresariales para ser apropiado por la gente a través de
diversos foros sociales. (Consejo Consultivo de la Sociedad Civil, 2007)

En síntesis, el desafío para la Argentina es el de profundizar el modelo nacional


de desarrollo inclusivo y de articularlo con un Mercosur productivo y social. Consolidar
el crecimiento en el mediano plazo es, a la vez, contribuir a construir una región
consistente. Pensar a un bloque es pensar a un actor con creciente capacidad de
negociación en un escenario multipolar, es pensar en grande, o en todo caso distinto a
los ‘90 con más libertad y autonomía. La disyuntiva parece ser la siguiente, seguir
considerándonos como 6 o 7 países que se integran solos en el mundo basados en sus
únicas fuerzas, o como un bloque regional.

7. Fortalecimiento del Estado y de la gestión para un proyecto colectivo

Por último, pero no menos importante como condición para el Desarrollo


Inclusivo, es la del fortalecimiento del Estado y la gestión de calidad, de tener un Estado
presente, mediador, activo y árbitro del conflicto laboral y de la distribución del ingreso
y orientador del perfil del desarrollo (Revista del trabajo, 2007). Y si bien desde el
posdefault comenzó a recuperarse un rol más activo, y hay mayores grados de,
regulación y control del destino nacional, todavía subsisten problemas de
burocratización, de institucionalidad de los noventa, de falta de capacidades, y de
articulación entre Estado y sociedad. (Grupo Proyecto y Gestión, 2006). Así parecería
ser necesario:
14

i) Mejorar de las capacidades de la gestión. Se observa que uno de los


principales problemas identificados en la gestión pública esta relacionados precisamente
con importantes limitaciones en cuanto a la capacidad de gobierno, tanto en aspectos
técnicos, como en la capacidad de conducción y conformación de grupos.10 Asimismo,
vemos límites a la estructura y capacidades que se recibieron del Estado fragmentado
heredado (del desguazamiento neoliberal) y de una estructura que empieza a entrar en
tensión con el mismo dinamismo económico. Sea tanto por burocratización, por la
necesidad de apoyar el alto crecimiento del producto o por la continuidad de estatutos y
leyes de reforma del Estado de los ’90. En realidad el fortalecimiento del Estado y de la
gestión para el bien común no consiste sólo de un proceso de modernización técnica, o
de reforma en términos de incorporar racionalidad instrumental e informática, que
además son necesarios, sino de una mejora de calidad de la gestión para un proyecto
colectivo. 11

ii) Institucionalizar y sofisticar las políticas de regulación. Requiere conformar equipos


que permitan analizar la cadenas productivas, para saber quienes se están quedando con
los excedentes, conocer cuáles son los eslabones productivos más débiles y el Estado
tiene que salir con políticas de promoción de la inversión y de ampliación de la oferta
(ej. transformar el BICE en un Banco de Desarrollo regionalizado). En esta segunda
etapa que se aproxima habría que institucionalizar y sofisticar las políticas de
regulación. La Argentina sigue teniendo una estructura concentrada en sectores que
tienen que ver con la producción y la comercialización de bines de la canasta familiar y
de insumos industriales (FIDE, 2007).

iii) Proponer una ética pública de responsabilidad y de una concepción de servicio


público de responsabilidad requieren no solo control sobre la corrupción, también del
reconocimiento de sus funcionarios y de su trabajo. Se trata de promover las áreas
productivas del sector público y de fomentar trabajo en equipos. Asimismo, en un
Estado tradicionalmente jerárquico y vertical se requiere fomentar una gestión con

10
Buena parte de la estructura de conducción intermedia no acepta la autoridad de quines detentan los
cargos de conducción política, lo que generan lógicas limitaciones en la gestión. Al mismo tiempo esta
conducción intermedia de planta permanente choca con sus propias limitaciones a la hora de conformar
equipos de trabajo, por lo que se reducen considerablemente las posibilidades de éxito de las políticas
públicas. A lo que se suma una planta transitoria que por sus condiciones salariales mayores, y de
estabilidad menores también establecen lógicas diferenciadas. (IPAP, 2007) A ello debería sumarse la
inexistencia de carrera administrativa, la situación precaria, y de congelamiento escalafonario y los bajos
salarios, que en algunas provincias y municipios están bajo la línea de pobreza. Por ultimo, agregar el
estado de la infraestructura pública que permanece así desde décadas naturalizando, que lo privado es
moderno, funcional, agradable y adecuado para el trabajo tecnológicamente avanzado, mientras que por el
sector público sería lo contrario, también conspiran con el clima de trabajo, la estima pública y la eficacia
de la gestión.
11
El proceso de recuperación y fortalecimiento del Estado todavía esta en una etapa incipiente luego de
más de tres décadas de desmantelamiento y extrañamiento de la gestión publica de su rol clave como
principal organizador de un modelo de desarrollo nacional e inclusivo. Instalar nuestros temas es una
tarea, somos empujados a creer en los valores , principios e ideas que como verdaderos dogmas propone
hoy el complejo comunicacional global: simpen y llanamente nuestros temas como latinoamericanos no
están en la agenda global (IPAP, 2007).
15

participación y cooperación, configurando la solidaridad como valor. Para eso también


tenemos que modernizar e innovar en la gestión, hacerla de calidad e inducir al cambio.
iv) Apuntar a una mayor articulación y coordinación de la gestión, porque se heredó un
Estado desguazado y una gestión con alta fragmentación horizontal. Además, la gestión
requiere de una de mayor transversalidad interministerial y de mayor concertación con
la sociedad civil.

v) También se trata de apuntar a un Estado ‘tecnológicamente o sólido’ para un proceso


de reindustrialización, que apueste a la innovación y a la exportación de mayor valor
agregado; ello requiere fortalecer a los institutos tecnológicos nacionales (ej INTA,
INTI) en una perspectiva integral de articulación con la producción, el Estado y la
sociedad, es decir más que importar equipos de alta tecnología avanzar en desarrollos
locales en asociación de diversos institutos públicos y privados. En ese sentido se
requiere de más Estado, no de menos, un estado impulsor, estimulador que promueva
proyectos y posibilidades.

vi) Replantear la regulación de los servicios públicos hacia una mejor calidad. Una de
las herencias más importantes de la década del ´90 fue la pérdida de calidad de los
servicios públicos. El crecimiento económico de los últimos años ha colapsado todo el
sistema de transporte de la Argentina: las carreteras, los aeropuertos y los vuelos de
cabotaje, los trenes urbanos y de larga distancia, los micros de larga distancia y el
transporte público en general. Un proceso de crecimiento sostenido debe ser
acompañado por un diseño e inversiones que eviten cuellos de botella en este sentido,
pero también porque que este sector afecta notoriamente lo calidad de vida,
principalmente de los sectores populares y medios.

Por último, no obstante, para este fortalecimiento y recuperación del Estado para un
proyecto productivo se revelan resistencias que oponen los sectores concentrados del
establishment, con énfasis en una perspectiva ortodoxa de la calidad institucional y
clima de inversión y apreciación cambiaria. Pero donde también es importante
preguntarse ¿para quién es la seguridad jurídica: si para los más concentrados o para los
que menos tienen? Y si esto significa ¿consagrar las reglas del juego ya fijadas en los
‘90 o las que se puedan fijar de aquí en más?

En ese sentido, para profundizar el rumbo se requiere una inversión funcional desarrollo
del mercado interno y a la inclusión social, de una nueva institucionalidad, que lleve a
cabo modificaciones de la legislación que viene todavía de los ‘90, como por ej., en la
relación a la reforma de la Carta orgánica del Banco Central, hasta las leyes de reforma
del Estado de primera generación, como las leyes de minería, de recursos protección de
naturales, de financiamiento público, etc.

En definitiva, se trata de construir un Modelo y o Plan Productivo para los próximos


cuatro años y un Sistema de Planeamiento Estratégico para los próximos 10, de tener
16

una hoja de ruta y un consenso estratégico y básicamente que este plan sea concertado
y tenga diálogo social. Porque si bien recuperamos el diálogo social entre empresarios y
trabajadores por ingreso, también es necesario plantear acuerdos más amplios en esa
concertación a diversos niveles el modelo de país a mediano y largo plazo que se desea.
Básicamente porque el Estado no es sólo una dimensión jurídica, normativa o de
articulación de relaciones sociales y de gestión, sino también es un proyecto colectivo.
Porque planificar un rumbo no es sólo un problema económico sino integral, que
requiere una construcción plural con diversos actores e instituciones. Porque ¿cómo
salir de la fragmentación tanto social como estatal heredada del modelo, de la cultura
del temor y desanimo y sospecha sobre lo publico? cómo ayudar a canalizar energías
sociales en positivo? ¿Como salir de las culturas cortoplacistas? ¿No hay peligro de
constituir sociedades pasivas y de bajo involucramiento, de reproducirnos más que
cambiar?
Hacia un proyecto esperanzador. En síntesis, nos enfrentamos a una nueva etapa
y se requiere para los próximos años una articulación Estado y sociedad en una visión
estratégica común. Así el Estado requiere relanzar un proyecto esperanzador para la
próxima etapa (Giraud, 2006). Este debe incorporar en su concepción un proyecto
productivo que no sólo esté bien fundado y que sea técnicamente consistente, sino que
también movilice energías e imaginarios que aumenten las expectativas y la
participación de amplios sectores, que mucha gente vea que tiene futuro, o un camino
que no depende solo de sus posibilidades individuales o del azar.
En síntesis, un modelo de desarrollo inclusivo no es sólo un problema de medios
sino también de fines, no sólo técnico-instrumental sino también político, social y de
valores, de construir un sueño colectivo. Así, el modelo de desarrollo inclusivo implica
construir un relato y asumir un proceso transformador de construcción de futuro que
despierte las energías y potencialidades necesarias para que la Argentina que viene sea
una sociedad mejor, sea una sociedad para todos.

Bibliografía

(Colocar la bibliografía y documentos anteriores del Grupo Proyecto y Gestión y la red


y de aquellos artículos de miembros de la red que parezcan pertinentes)
-Castell, Robert, La Sociedad Insegura, 2005
-CEPAL, (2004) "Información y conocimiento: la difusión de las tecnologías de
información y comunicación en la industria manufacturera argentina". Por: Gabriel
Yoguel, Marta Novick, Darío Milesi, Sonia Roitter y José Borello. CEPAL, 2004.
-García Delgado, D, (2006), “El modelo de desarrollo con inclusión: desafíos para la
Argentina que viene. Suturar brechas, llenar vacíos, remover obstáculos, MECOM y
Red de organizaciones para el desarrollo con inclusión. Seminario: “Consolidación del
17

crecimiento y planificación estratégica de la Argentina que viene”, Hotel Claridge,


Ciudad de Buenos Aires, mayo.
-Giraud, C. (2005), “Sociología del Estado y la esperanza”, Conferencia en el Instituto
Nacional de Administración Pública, Buenos Aires.
-Grupo Proyecto y Gestión, (2006) “Repensar el Estado y la gestión en un contexto
postneoliberal. Aportes para la construcción de un relato”, Documento Base Seminario
Integración regional, empleo y pymes.
Kosacoff, Bernardo, Hacia un nuevo model o industrial, Claves Para Todos, Buenos
Aires, agosto, 2007
-Marco Del Pont, M. (2007) (FIDE)
-MECOM (2007) “Lineamientos Estratégicos para el desarrollo productivo en la
Argentina,” en Ministerio de Economía, Documento Institucional, Plan Productivo de
Mediano Plazo, Buenos Aires.
-Plan Fénix. Proyecto estratégico de la Universidad de Buenos Aires, “La inclusión
social, el bienestar y la educación: imperativos para el desarrollo”, Plan 2006-2010,
Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, octubre de 2006.
P.ET. Plan Estratégico Territorial, Gobierno Nacional
-Revista de Trabajo, “Instituciones del mundo del trabajo” (II), num. Nueva Epoca 3,
2006
Short, Martin,
-Rodik, D. (2005), “Nuevos enfoques en la economía mundial”, John F. Kennedy
School of Goverment, Harvard University, Boletin Informativo Techint, nº 318, Buenos
Aires.

También podría gustarte