Profundizando Desarrollo
Profundizando Desarrollo
Profundizando Desarrollo
PROFUNDIZANDO EL MODELO
Introducción
Ahora bien, este nuevo escenario post-crisis del 2001, post emergencia y de
economía normalizada, reconoce también la necesidad de buscar nuevos consensos y de
aprovechar la oportunidad -por la mayor previsibilidad lograda- de consolidar el
crecimiento y de comenzar a establecer un rumbo de mediano plazo y las líneas
directrices de un plan productivo para el país (Grupo Proyecto y Gestión, 2006).
Lo cierto es que dentro de los logros del modelo productivo (superávit, nivel de
reservas, reducción del desempleo, de la pobreza) no es menor la oportunidad que
brinda para poder pensar el mediano plazo y salir del coyunturalismo. Se trata de pensar
y consolidar la planificación estratégica en un proyecto de mediano plazo, es también
contar un relato común (Plan Fénix, 2006). En ese sentido, el mismo anuncio del Plan
Productivo Nacional para los próximos 10 años, en conjunción del Ministerio de
Economía con los ministerios de producción de las Provincias, es un avance sobre una
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Artículo publicado por la RED de Organizaciones para el desarrollo con Inclusión, septiembre de 2007,
en www.desarrolloinclusivo.com.ar.
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Se trata de la búsqueda de una complementación más que de confrontación entre el campo, la industria y
los servicios, en la que el sector agropecuario continúe aportando los beneficios excedentes a una
reindustrialización incipiente que consolide el crecimiento del mercado interno y siga mejorando los
niveles de empleo. El campo resuelve el problema externo, trae las divisas, pero no soluciona el problema
interno: mejor distribución del ingreso, mejores salarios, que sí lo resuelve la industria y los servicios.
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conformamos el futuro con las decisiones del presente? (F. Utopías) en particular para la
nueva etapa política que se inicia hacia fines de este año.
-Existe un alto porcentaje de jóvenes todavía sin futuro (cerca de 1.000.000) que
no estudian ni trabajan, que viven al día y que sus experiencias laborales no configuran
una positiva cultura del trabajo, ya que tienen alta rotación en sus empleos, estos son
precarios, mal pagos y no los capacitan.
-Para ser más competitivos, uno de los desafíos es también atacar el elevado
nivel de concentración que muestra la economía argentina, en algunos de los sectores
clave productores de materia prima (en algunos casos controlan hasta el 90%) (M.
Marco del Pont, 2007). Así el tema de inflación y aumento de precios (agravado por la
crisis del INDEC) inmediatamente dispara orientaciones ortodoxas (menos obra
pública, subir el superávit , bajar el tipo de cambio, etc.) cuando en realidad estas
tensiones que se están dando en el terreno de los precios no tienen que ver con las
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El Coeficiente de Gini, paso de 0,494 a 0,490, del primer trimestre de este año respecto del anterior,una
leve mejora.
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1. Crecer a tasas altas durante por lo menos otro quinquenio para hacer que la
brecha que nos separa de los países desarrollados disminuya de modo sustancial. Llevar
a cabo un crecimiento en industrias y en servicios complejos que eleven la jerarquía del
sistema productivo, promuevan la desaparición de la exclusión social mediante la
creación de más empleos, productividad y reindustrialización (Rodrik, 2005). Para ello
se requiere de mayores inversiones para desactivar presiones inflacionarias que hoy vive
nuestra economía. Evitar la peligrosa falacia de que la economía enfrenta una “inflación
de demanda” y que invita a enfrentar la actividad y reducir el gasto público, para poder
considerar que que las presiones inflacionarias también responden a una estructura
productiva fuertemente concentrada y oligopólica, con prevalente dominio sobre los
precios.
que guíe el crecimiento supone no debatir otras opciones y políticas que integren una
perspectiva más amplia del bien común.
1. Tal vez se requiera demandar por una mayor y mejor regulación del uso de los
recursos naturales y hacer una agricultura sustentable. (Ej. La sanción de Ley de
presupuestos mínimos para la defensa de los bosques nativos, reforma de la ley de
Minería). Lo cierto es que lo ambiental, lo social y lo productivo deben ser más
articulados en la visión de desarrollo que se adopte. Acaso ¿no va a ser esta agenda
creciente en nuestra sociedad? A esto se suma a los problemas de minería a cielo
abierto, sin el pago debido de cánones, con contaminación en los lugares de explotación
y exportación del producto extraído a granel. Se trata de una riqueza que no derrama
sobre sus poblaciones ni enriquece su valor agregado en el lugar de origen, de una
riqueza que empobrece a muchos, concentra en pocos y genera alta conflictividad.
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Ver de Daniel García Delgado, “Crisis energética y desarrollo con inclusión social. Desafíos para una
nueva etapa”, FLACSO, Buenos Aires, agosto de 2007 www.flacso.org.ar.
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Hoy entre la ciudad mas rica y las mas pobre hay 8,5 veces de diferencia, una de las más acentuadas de
la región. El crecimiento económico tiene que sustentarse en una mejora equitativa del ingreso de todos
los pueblos y las ciudades del interior del país (De Mendiguren, 19.06.07)
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donde todavía no hay ninguna autoridad planificadora que se haga de la misma 6Así
vemos :
Que si bien Argentina es un país federal, el 70% de los recursos los controla la
Nación, las provincias el 23% y los municipios el 7% y esto resulta una restricción para
el desarrollo local y territorial. Que en el corto y en el mediano plazo nos enfrentamos a
la posibilidad de ciudades con problemas crecientes de convivencia por creciente
fragmentación, saturación, o de estar al borde del colapso en infraestructuras de
servicios de salud, educación, transporte público, seguridad, medio ambiente. ¿Qué
proponer, para hacer más equilibrado este desarrollo? En todo caso, ¿cómo la red de
organizaciones por un DI pueden ayudar a promover articulaciones y medidas en favor
de un mayor equilibro espacial de la producción y del desarrollo territorial? Tal vez:
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Ver al respecto los acuerdos sectoriales promovidos por la Fundación Metropolitana (pagina
www.Fundación Metropolitana.com
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4. Superar la restricción del transporte. Las vías terrestres con el alto crecimiento
del producto están al borde del colapso, pero también las vías férreas y aéreas, y hace
falta una planificación y una mayor orientación e inversión a favorecer las vías
ferroviarias y fluviales. Falta una política sectorial de aeronavegación y una aerolínea de
bandera que permita cubrir los distintas ciudades del país, y no estar este sector bajo una
lógica de mercado desregulado.
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En Argentina, las actividades de innovación, las tecnologías de punta y las investigaciones tecnológicas
muestran un perfil cultural y económico muy dependiente de capitales externos. Lo evidencia una balanza
de pagos tecnológica altamente deficitaria. Frente a esto ¿qué? Posiciones ortodoxas como del CEMA,
afirman que la Argentina no debe destinar esfuerzos a producir tecnología sino a “crear las condiciones
institucionales que permitan absorber la tecnología generada por los líderes globales.” En cambio, los
defensores de los sistemas naciones de innovación enfatizan la necesidad de que se consideren los
avances tecnológicos como una actividad endógena. Sostienen, que es necesario adaptar las tecnologías a
los contextos locales. “El impacto de la economía en las nuevas tecnologías. El desafío del futuro”,
Tomas Lukin, Suplmento Cash, 26-08-07
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Las nuevas tecnologías parecen tener asegurados altísimos niveles de productividad y rentabilidad, pero
existen importantes limitaciones que condicionan su desarrollo en nuestro pais. Según Diana Garcia, del
Centro Redes, las dificultades para acceder a insumos importados, la falta de oferta de bienes y servicios,
las dificultades de acceso al crédito y el bajo poder adquisitivo v de la demanda. Este panorama “conduce
a la búsqueda de adaptaciones locales del producto o del proceso productivo. así, las empresas dirigen sus
esfuerzos a realizar cambios menos y no a la creación de innovaciones tecnológicas (y patentes)”.
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Según Facundo Peirano el aumento del gasto en I+D sin un incremento en la intensidad tecnológica de
la estructura productiva podría estar indicando una baja capacidad de traducir este gasto en mayor
generación de conocimiento productivo. A la inversa, un aumento de la intensidad tecnológica sin un
incremento del gasto en I+D podría en realidad estar encubriendo actividades demandantes de mano de
obra no calificada aún perteneciendo a sectores high-tech”. En Argentina ambos escenarios se
superponen, entonces es necesario encontrar la proporción entre acumulación de capital, desarrollo del
conocimiento e investigación que permitan apropiarse de los frutos de las investigaciones que están
llevando adelante aquellos que las desarrollan antes que los capitales de los países centrales “ op. cit.,
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mayor valor agregado, con más innovación y en una optimización de las potencialidades
de nuestros recursos humanos.
En estos cuatro años se ha comenzado a tener un mayor control del destino nacional,
con la recuperación de la política y a generar mejores expectativas en la población y en
la autoestima nacional. También se comenzó a la reinstitucionalizar el trabajo, y a
valorar el trabajo de calidad o decente y no flexibilizado como eje de la integración
social. Ahora bien, el desarrollo no es economicismo y técnica, sino también cultura,
valores, identidad y fines. La idea del desarrollo inclusivo es integral, es para todo el
hombre y para todos los hombres. Y en este sentido, tenemos problemas en esta
articulación entre Desarrollo y Cultura porque el modelo neoliberal, fomentó un
individualismo extremo, el consumismo, la visión antipolítica e instauró una sociedad
de mercado de fuerte especulación, exclusión precarización del trabajo marginación y
vulnerabilidad de amplios sectores. Asimismo la globalización desregulada escindió la
relación que existía anteriormente entre economía, cultura, sociedad y política y
promovió una inseguridad generalizada. Se trata entonces de salir de una conciencia
refleja, pasiva que trabaja en los temas de una agenda central, en oposición a la mirada
globalizada que propone una única economía (la neoliberal, ortodoxa), una única cultura
(la mediatica globalizada) y una sola matriz social (la asentada en el consumo
individualista).
sobre derechos difusos, protección de bienes públicos, medio ambiente, protección del
consumidor y una nueva subjetividad ciudadana.
¿Que hacer entonces para articular desarrollo nacional con el regional para hacer
más complementarias las economías? Probablemente todavía falte un debate más
profundo sobre el perfil productivo de cada país y los medios para lograrlo. Falta una
agenda más articuladora que permita profundizar y articular en una común visión
estratégica iniciativas como: resolver problemas de financiamiento de largo plazo: de
impulsar una política financiera y el financiamiento de largo plazo (como la del Banco
del Sur); de construir un mercado de capitales regional; de configurar la política
energética regional como el corazón de la unidad del bloque; de favorecer políticas
productivas para la generación de cadenas de valor y empleo de calidad regionales;
profundizar las política de corrección de asimetrías, e impulsar la integración mediante
políticas de transferencia tecnológica y dar importancia a lo comunicacional.
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Buena parte de la estructura de conducción intermedia no acepta la autoridad de quines detentan los
cargos de conducción política, lo que generan lógicas limitaciones en la gestión. Al mismo tiempo esta
conducción intermedia de planta permanente choca con sus propias limitaciones a la hora de conformar
equipos de trabajo, por lo que se reducen considerablemente las posibilidades de éxito de las políticas
públicas. A lo que se suma una planta transitoria que por sus condiciones salariales mayores, y de
estabilidad menores también establecen lógicas diferenciadas. (IPAP, 2007) A ello debería sumarse la
inexistencia de carrera administrativa, la situación precaria, y de congelamiento escalafonario y los bajos
salarios, que en algunas provincias y municipios están bajo la línea de pobreza. Por ultimo, agregar el
estado de la infraestructura pública que permanece así desde décadas naturalizando, que lo privado es
moderno, funcional, agradable y adecuado para el trabajo tecnológicamente avanzado, mientras que por el
sector público sería lo contrario, también conspiran con el clima de trabajo, la estima pública y la eficacia
de la gestión.
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El proceso de recuperación y fortalecimiento del Estado todavía esta en una etapa incipiente luego de
más de tres décadas de desmantelamiento y extrañamiento de la gestión publica de su rol clave como
principal organizador de un modelo de desarrollo nacional e inclusivo. Instalar nuestros temas es una
tarea, somos empujados a creer en los valores , principios e ideas que como verdaderos dogmas propone
hoy el complejo comunicacional global: simpen y llanamente nuestros temas como latinoamericanos no
están en la agenda global (IPAP, 2007).
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vi) Replantear la regulación de los servicios públicos hacia una mejor calidad. Una de
las herencias más importantes de la década del ´90 fue la pérdida de calidad de los
servicios públicos. El crecimiento económico de los últimos años ha colapsado todo el
sistema de transporte de la Argentina: las carreteras, los aeropuertos y los vuelos de
cabotaje, los trenes urbanos y de larga distancia, los micros de larga distancia y el
transporte público en general. Un proceso de crecimiento sostenido debe ser
acompañado por un diseño e inversiones que eviten cuellos de botella en este sentido,
pero también porque que este sector afecta notoriamente lo calidad de vida,
principalmente de los sectores populares y medios.
Por último, no obstante, para este fortalecimiento y recuperación del Estado para un
proyecto productivo se revelan resistencias que oponen los sectores concentrados del
establishment, con énfasis en una perspectiva ortodoxa de la calidad institucional y
clima de inversión y apreciación cambiaria. Pero donde también es importante
preguntarse ¿para quién es la seguridad jurídica: si para los más concentrados o para los
que menos tienen? Y si esto significa ¿consagrar las reglas del juego ya fijadas en los
‘90 o las que se puedan fijar de aquí en más?
En ese sentido, para profundizar el rumbo se requiere una inversión funcional desarrollo
del mercado interno y a la inclusión social, de una nueva institucionalidad, que lleve a
cabo modificaciones de la legislación que viene todavía de los ‘90, como por ej., en la
relación a la reforma de la Carta orgánica del Banco Central, hasta las leyes de reforma
del Estado de primera generación, como las leyes de minería, de recursos protección de
naturales, de financiamiento público, etc.
una hoja de ruta y un consenso estratégico y básicamente que este plan sea concertado
y tenga diálogo social. Porque si bien recuperamos el diálogo social entre empresarios y
trabajadores por ingreso, también es necesario plantear acuerdos más amplios en esa
concertación a diversos niveles el modelo de país a mediano y largo plazo que se desea.
Básicamente porque el Estado no es sólo una dimensión jurídica, normativa o de
articulación de relaciones sociales y de gestión, sino también es un proyecto colectivo.
Porque planificar un rumbo no es sólo un problema económico sino integral, que
requiere una construcción plural con diversos actores e instituciones. Porque ¿cómo
salir de la fragmentación tanto social como estatal heredada del modelo, de la cultura
del temor y desanimo y sospecha sobre lo publico? cómo ayudar a canalizar energías
sociales en positivo? ¿Como salir de las culturas cortoplacistas? ¿No hay peligro de
constituir sociedades pasivas y de bajo involucramiento, de reproducirnos más que
cambiar?
Hacia un proyecto esperanzador. En síntesis, nos enfrentamos a una nueva etapa
y se requiere para los próximos años una articulación Estado y sociedad en una visión
estratégica común. Así el Estado requiere relanzar un proyecto esperanzador para la
próxima etapa (Giraud, 2006). Este debe incorporar en su concepción un proyecto
productivo que no sólo esté bien fundado y que sea técnicamente consistente, sino que
también movilice energías e imaginarios que aumenten las expectativas y la
participación de amplios sectores, que mucha gente vea que tiene futuro, o un camino
que no depende solo de sus posibilidades individuales o del azar.
En síntesis, un modelo de desarrollo inclusivo no es sólo un problema de medios
sino también de fines, no sólo técnico-instrumental sino también político, social y de
valores, de construir un sueño colectivo. Así, el modelo de desarrollo inclusivo implica
construir un relato y asumir un proceso transformador de construcción de futuro que
despierte las energías y potencialidades necesarias para que la Argentina que viene sea
una sociedad mejor, sea una sociedad para todos.
Bibliografía