BIOPOLITICA

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BIOPOLITICA

INTEGRANTES:

Erick Esparza Peraza

José Francisco Beltrán Ramírez

Barina Daneth Zaragoza Benítez

Cristian Alexis Soto Heredia

FILOSOFIA DEL DERECHO


Biopoder

El biopoder es un término acuñado por el filósofo francés Michel Foucault para referirse
a la práctica de los Estados modernos de “explotar numerosas y diversas técnicas para
subyugar los cuerpos y controlar la población”.

Es una tecnología del poder que se desarrolla desde fines del siglo XVII debido a la
exigencia de un ejercicio de poderes que pueda adaptarse a una sociedad en vías de
desarrollo, por ello se genera una nueva mecánica que recae sobre los cuerpos y la
vida y ya no tanto sobre la tierra y sus productos. El Biopoder es una tecnología del
poder que considera como fenómeno fundamental la vida del ser humano, es decir al
ser humano en cuanto ser que ejerce unas relaciones de fuerza para producir. Este
Biopoder tomara a la vida como objeto de saber y objeto de aplicación de relaciones de
poder, por ello generara un espacio para la producción de saberes sobre la vida y
ejercicio de poderes sobre ella.

Foucault afirma que gracias a este biopoder ocurre una mutación en el ejercicio de
poderes y su fin, ahora el fin de la aplicación de fuerzas es para “hacer vivir” a unos
sujetos y a la población, y debido a este “hacer vivir” se permite el acceso al cuerpo y a
la subjetividad de estos, ahora es posible componer su forma con el fin de extenderla.
Esta tecnología se hará cargo del cuerpo y de la vida, toma la vida cotidiana
administrándola.

En el biopoder las relaciones de poder se ejercen positivamente sobre la vida, ahora se


procura administrarla, aumentarla y multiplicarla, se busca ejercer sobre ella unos
controles precisos y regulaciones generales para que la vida se sostenga. Las
relaciones de poder ya no se ejecutarán para hacer morir, sino que se utilizarán para
hacer vivir y sobre el cómo de la vida. Esta nueva tecnología tiene la tarea principal de
posibilitar unas técnicas y políticas que hacen proliferar la vida, esta tecnología busca
fabricar lo vivo. Para fabricar lo vivo se modificará el funcionamiento de la microfísica
para que los flujos de fuerza se intensifiquen a la vez que se cuiden.

Foucault afirma que por primera vez en la historia lo biológico se refleja en lo político,
debido a que el hecho de vivir pasa al campo de control del saber y de intervención del
poder. Foucault mostrara como en base a este biopoder se permitirá que las relaciones
de poder y saber puedan penetrar materialmente los cuerpos para el sujetamente de
esa vida a la red generada por el biopoder. Este afirma que:

Si el poder hace blanco al cuerpo no es porque haya sido con anterioridad


interiorizado en las conciencias de la gente. Existe una red de biopoder, de somato-
poder, que es al mismo tiempo una red a partir de la cual nace diversos mecanismos
1
por los cuales se concretiza la penetración al cuerpo.

El biopoder desarrolla dos tipos de tecnologías que permiten configurar la vida o las
relaciones de fuerza que existen en la sociedad como una red continua y extendida que
permite un control – gestión económica por sobre ella. Estas tecnologías del poder
configuraran una serie de mecanismos y herramientas discursivas para poder cumplir
su cometido: hacer frente a una sociedad en desarrollo y al deber de atender a las
problemáticas que conlleva una expansión social.

De este modo, se distinguen dos conjuntos de técnicas de biopoder que surgen en los
siglos XVII y XVIII. La primera es la anatomopolitica, caracterizada por ser una
tecnología individualizante del poder, basada en el escrutar en los individuos sus
comportamientos y su cuerpo, con el fin de anatomizarlos, es decir, producir cuerpos
dóciles y fragmentados. Se basa en la disciplina como instrumento de control del
cuerpo social penetrando en el hasta llegar hasta sus átomos. Las herramientas
anatomopoliticas son la vigilancia, el control, intensificación del rendimiento,
multiplicación de capacidades, el emplazamiento, la utilidad, etc.

El segundo grupo de técnicas de poder es la biopolitica, la cual tiene como objeto las
poblaciones humanas, como grupos de seres vivos regidos por procesos y leyes
biológicas. Esta entidad posee tasas conmensurables de natalidad, mortalidad,
morbilidad en los territorios, etc., que pueden usarse para controlarla en la dirección
que se desee. De este modo, según la perspectiva Foucaultiana, el poder se torna
materialista y menos jurídico, ya que ahora debe tratar respectivamente, a través de las
técnicas señaladas, con el cuerpo y la vida, el individuo y la especie.

1
Foucault, 1979, pags. 156.
Para el autor, el desarrollo del biopoder y sus técnicas constituyen una verdadera
revolución en la historia de la especie humana, ya que de la vida está completamente
invadida y gestionada por el poder, lo que fue fundamental para la expansión del
capitalismo al crear los instrumentos para la inserción “controlada de los cuerpos en el
aparato de producción y mediante un ajuste de los fenómenos de población a los
procesos económicos” que genero una expansión inaudita de la acumulación de
capital.

Sin embargo, otros autores reescriben este concepto en el marco teórico marxista.
Para ellos. Tanto el biopoder como la biopolitica “son la contribución especial que
marca el discurso del terrorismo, el cual debería en realidad ser llamado discurso de
la globalización”. En la teoría del operatismo, el biopoder y la biopolitica son
pensados en términos positivos, son fuerza de vida, potencia constitutiva y ontológica.

También algunos autores la definen el concepto clásico de soberanía como integrador,


desde sus inicios en la antigua Grecia, de biopoder, término que interpreta como la
emergencia histórica de un cierto tipo de tecnología de poder.

Biopolitica

El concepto de biopolitica tiene un significado que va en paralelo con el de biopoder. La


biopolitica es un tipo de política y de gestión que busca el biopoder. Para llegar a este
concepto, Foucault hizo un estudio histórico de las formas en que se ejerció el poder.
Según el filósofo francés, hasta el siglo XVII, el poder tradicional entendía el cuerpo
como una máquina. De esta forma, el poder trataría de influir en la educación, las
aptitudes y los comportamientos de los individuos para producir cuerpos dóciles y
fragmentados. Para este fin se desarrollarían herramientas como la vigilancia, el control
o los exámenes sobre las capacidades2.

Sin embargo, a partir del siglo XVIII y con el desarrollo de disciplinas como la
Demografía, quienes administraban el poder habrían encontrado un nuevo campo
sobre el que ejercerlo. En palabras de Foucault:

2
La biopolitica de Foucault: un concepto esencial para comprender la sociedad contemporánea. 11 de julio del
2020.
“A partir del XVIII se han intentado racionalizar los problemas que planteaban a
la práctica gubernamental fenómenos propios de un conjunto de seres vivos
constituidos como población: salud higiene, natalidad, longevidad, razas, etc.” 3

Para Foucault, desde entonces y acentuado desde el siglo XIX, estos problemas han
ido ocupando un lugar creciente, hasta suponer hoy en día una serie de retos
económicos y políticos.

Para llegar a este concepto, Foucault hizo un estudio histórico de las formas en que se
ejerció el poder. Según el filósofo francés, hasta el siglo XVII, el poder tradicional
entendía el cuerpo como una máquina. De esta forma, el poder trataría de influir en la
educación, las aptitudes y los comportamientos de los individuos para producir cuerpos
dóciles y fragmentados. Para este fin se desarrollarían herramientas como la vigilancia,
control o los exámenes sobre las capacidades.

La noción de biopolitica refiere, en su núcleo conceptual, a la idea de una política de la


vida. El doble valor del genitivo introduce desde el inicio una posibilidad de que algo
tenga dos valores distintos o pueda entenderse o interpretarse de dos maneras
diferentes. La vida puede ser tanto el sujeto como el objeto de la política. Esta
ambivalencia del genitivo, por otro lado, ha visto multiplicados sus efectos por los
diferentes sentidos que se pueden atribuir a cada uno de los términos que componen el
concepto.

Se puede entender por “vida”, en efecto, la simple vida biológica, el conjunto de


procesos que aseguran el crecimiento y la reproducción, común a todos los seres
vivientes, o a la vida propiamente humana. En cuanto al concepto de política, puede
ser entendido desde un Angulo primordialmente institucional y jurídico, donde entran en
juego la soberanía, la ley, los poderes y las formas de organización del Estado o, en
cambio, desde una perspectiva social, a partir de las formas no jurídicas y no
necesariamente estatales del gobierno, de la conducción o de la administración de los
individuos y de la población.

3
Foucault, 1999, p. 209.
La noción de biopolitica no es una categoría fácil de circunscribir, ni siquiera cuando se
la aborda dentro del marco teórico de un mismo autor. Se ha convertido además en un
término atractivo, pero cada vez más impreciso. El término de biopolitica corre el riesgo
de vaciarse finalmente de todo contenido específico.

La forma antigua de poder tenía en el mas allá, en la muerte, una justificación


metafísica de su poder terrestre. El biopoder en la muerte su límite.

Esto se muestra, por ejemplo, en los regímenes totalitarios, que movilizan poblaciones
enteras para hacer la guerra con el pretexto de conservar la vida del grupo, mientras
que antes las personas iban a la guerra o hacían para mantener el poder político del
señor o el soberano.

Anatomo- política

La Anatomo política se refiere a los dispositivos disciplinares encargados de extraer del


cuerpo humano su fuerza productiva, mediante el control del tiempo y del espacio, en el
interior de instituciones como la escuela, el hospital, el taller y la cárcel. A su vez, la
biopolitica de la populación se vuelve a la regulación de las masas, utilizando saberes y
prácticas que permitan gestionar tasas de natalidad, flujos de migración, epidemias,
incremento de la longevidad. Además, se busca relacionar los análisis de Foucault
sobre la política de la vida a la problemática del liberalismo, evidenciando la
extrapolación de la lógica económica para relaciones sociales. Al final del artículo, los
autores discuten los desarrollos contemporáneos de las tecnologías de la vida y buscan
enseñar como el concepto de biopoder auxilia en la comprensión de las formas
actuales de gobierno de las conductas.

La anatomopolitica fue instaurada desde finales del siglo XVII y comienzos del XVIII por
medio de la vigilancia, castigo y adiestramiento de los cuerpos individuales. 4

El cuerpo de las personas se trata como una pieza de un engranaje mucho mayor. De
ahí que sea necesario estructurarlo de tal modo que cumpla satisfactoriamente con
ciertos objetivos trazados de antemano para el por instancia superior de poder. Para
ello el poder se sirve de técnicas y dispositivos de vigilancia y control que vuelven al
4
Revista de Estudios Cotidianos, ISSN-e 0719-1936, Vol. 1, N. 1, 2012
cuerpo completamente dócil y al mismo tiempo completamente eficiente para la
realización de su función en el engranaje. El propósito es disciplinarlo para aumentar su
eficiencia mediante su obediencia. 5

El individuo aparece, así como producción del poder, una realidad fabricada por las
disciplinas que lo moldean. Y por ello puede hablarse de que el poder anatomopolitico
empieza a tratar el cuerpo como un artefacto. Como lo plantea Lugo Márquez, desde
los análisis de Foucault, “Los conceptos de técnica y tecnología han sido
problematizados y llevados a otros niveles que nos permiten analizar como los
dispositivos sociales producen cuerpo, como convierten los cuerpos en artefactos
disciplinados, ejercitados, medicalizados y productivos.”

El punto es que el cuerpo de la anatomopolitica no es una entidad natural que uno


pueda encontrar mientras recorre el mundo. Es más bien el resultado de
procedimientos humanos intencionado al diseño de entidades culturales con funciones
precisas y claramente identificables. Como sucede en la generación de otros
artefactos, aquí también se toma un sustrato básico, en este caso un sustrato biológico,
que se modifica y transforma en conexión con otros artefactos hasta convertirlo en un
tipo de entidad muy bien definida respecto a un campo de aplicación perfectamente
determinado y delimitado. Por eso es importante evitar caer en una identificación
simple entre el cuerpo de la anatomopolitica y el cuerpo máquina de principios de la
época moderna.

El poder anatomopolitico es en este sentido creativo. No se reduce al mero control del


individuo, sino que se concentra especialmente en los procesos que permiten su diseño
y producción. Por ello, como afirma Merino, “el poder anatomopolitico no debe verse
como algo puramente represivo o de muerte, sino que en ciertos contextos históricos
puede revelarse incluso como un motor de creación, incluso una manifestación de vida.
Pero para que esto suceda, resulta necesario destacar antes una consecuencia
inesperada del poder: la resistencia.

5
El cuerpo como artefacto: tecnologías médicas, anatomopolitica y resistencia, Jorge M. Escobar Ortiz, 20 de
marzo del 2015
No existe poder sin resistencia, afirma Foucault. La resistencia es en cierto modo
inherente a situaciones de dominio. Ella surge como una expresión de libertad y
autonomía para idear alternativas igualmente creativas de lucha con ese poder
dominante. Mientras el poder anatomopolitico trata de controlar el cuerpo del individuo
y por medio de la subjetividad, la resistencia se erige como un espacio de fuga donde
el individuo intenta blindar y reafirmar esa subjetividad. En este sentido, Giraldo Díaz
mantiene que la resistencia no plantea una lucha enfocada en el estatuto del individuo,
sea en pro o en contra de este, sino más bien en el gobierno de la individualización por
parte del poder.

Control de nacimiento en China:

Uno de los ejemplos que más ruido ha causado en la historia reciente de la humanidad
es el control de nacimientos en China. El gobierno chino, para controlar la alta tasa de
nacimientos que ocurrían en el país (los cuales dieron cabida a un exceso de población
significativo) dictó una ley para que los padres solo pudiesen tener un hijo.

Esta ley china cambió su estructura en 2012, pero la tasa de natalidad disminuyó de
manera significativa igualmente.

Leyes migratorias

Otro ejemplo de la biopolítica que afecta a todos los países del planeta es la presencia
de leyes migratorias. Los controles fronterizos evitan una migración masiva de
población entre países. Esto da un orden a las sociedades de cada nación en
momentos de crisis; en la antigüedad estos movimientos hubiesen significado un éxodo
masivo.

Gobernabilidad

En la época medieval los eventos biopolíticos eran mucho más influyentes, pues no
existía el escrutinio moderno que se tiene en los gobiernos de la actualidad. Los
exterminios y conquistas de países vecinos son ejemplos claros de la biopolítica en la
antigüedad.

Tasas de mortalidad
La biopolítica antigua también se ve reflejada en los severos castigos que recibían los
criminales y la falta de organización moderna de la población, lo que daba pie a tasas
de mortalidad altas.

Pandemia del coronavirus

La pandemia del coronavirus que surgió a final del año 2019 ha supuesto que los
países tomen decisiones políticas relacionadas con la biología, como la obligación de
vacunarse a ciertos grupos de la sociedad, la imposición de pruebas para poder viajar,
pasaportes sanitarios, etc.

CRISPR

Es una técnica para llevar a cabo la modificación genética de embriones humanos” es


un término en inglés, pero traducido al español son: “las repeticiones palíndromas
cortas agrupadas y regularmente interespaciadas” Para no entrar en conceptos más
detallados de temas biológicos, se puede llamar al CRISPR como una técnica que
permite editar el ADN, así mismo realiza cambios precisos, por medio de una posible
sustitución, extracción o solo la identificación del material genético defectuoso. Tiene
como finalidad, curar embriones enfermos.

Pero la misma técnica, como lo argumentó Arnold Kraus (médico y profesor de la


UNAM), apoyó el surgimiento de otra, esto es, la eugenesia. Definida por algunos
como: filosofía social, otros como una disciplina y unos más como una pseudociencia,
que busca perfeccionar la especie humana pero también es capaz de conocerla a
detalle, ya que se han encontrado genes que en cuyo ADN, determinan el cabello,
formas de cejas o cuestiones psicológicas como la timidez.

Biopoder, sexualidad y VIH en militares (México)

Si bien el desarrollo de los tratamientos antirretrovirales —cuyo acceso en México es


universal— ha dislocado parcialmente la equivalencia entre VIH y muerte; los
acontecimientos aquí analizados muestran que los militares entrevistados, el Ejército
mismo y algunos ministros de la Suprema Corte, no habían actualizado sus
apreciaciones. Por ello se instituyó una dinámica agónica al momento de recibir el
diagnóstico: más allá de la situación particular de cada uno, todos los entrevistados
recibieron el diagnóstico de VIH positivo como un aviso de muerte inminente, casi
inmediata.

Esta equivalencia entre infección y muerte, entre VIH y sida, no sólo se debe a la falta
de información de estos militares, sino que fue alimentada por algunos miembros del
personal médico al momento de darles el resultado de las pruebas. Más aún, en
ocasiones la sentencia de muerte venía acompañada de un aviso informal de que
también sobrevendría el cese del Ejército. A la perspectiva de la muerte se sumaba el
desamparo económico, social y simbólico anunciado en ese mismo momento.

Asimismo, conforme los entrevistados iban adentrándose en las implicaciones del


diagnóstico, el ominoso anuncio desplegaba todas las pérdidas posibles: la atención
médica sería suspendida junto con los haberes y las prestaciones económicas, así
como los derechos laborales y la seguridad social. La muerte aparecía aún más
próxima, acompañada por múltiples daños que se infringirían a sí y a otros:
compañeras, esposas, hijos.

Como hemos indicado antes, para Foucault (1981) el dispositivo de la sexualidad es


una herramienta fundamental del biopoder y el lugar donde el poder se engarza con la
vida biológica. En este caso, dado que se discute sobre un virus cuya principal vía de
transmisión es la sexual, la importancia del sexo como campo de poder se intensifica.

Las 2 formas de biopoder

Para Foucault, diversos avances en la tecnología que culminaron justo antes de la


Revolución Francesa permitieron alargar y mejorar la vida al tiempo que controlarla
mejor. Así, el biopoder se empezó a ejercer de dos formas diferentes pero conectadas
entre sí: las disciplinas del cuerpo y los controles de la población.6

 Disciplinas del cuerpo: las disciplinas del cuerpo surgen a mediados del
siglo XVII, y se centran en hacer fuerte y útil un cuerpo individual entendido
como máquina. Lo ejercen instituciones como la educación o el ejército, pero

6
Nilsson, J. and Wallenstein, S. (2013). Foucault, biopolitics, and governmentality. 1st ed. Huddinge: Sodertorns
hogskola.
también la anatomía. Son sistemas encargados de moldear al individuo para
integrarlo en la sociedad y convertirlo en un elemento útil. Así, el sistema
educativo, por ejemplo, además de impartir una serie de conocimientos se
encargan de generar una serie de hábitos y actitudes corporales, de la
misma forma que el ejército.
 Controles de la población: A mediados del siglo XVIII surgen los controles
de la población. Mientras que las disciplinas del cuerpo se centran en el
individuo, los controles de población se centran en la especie. Se estudian
los cuerpos en tanto que soportes de procesos biológicos colectivos. Se trata
de disciplinas como la estadística, y de problemas antes desconocidos de
control de la natalidad, la mortalidad, la longevidad o el nivel de salud de la
población. Vemos como se trata de formas de ejercer el poder que no buscan
la muerte, sino administrar la vida. Así, se pasa de concebir a los gobernados
como sujetos de derecho a concebirlos como seres vivos. Esto tiene la
consecuencia de que mientras que la antigua forma de poder contemplaba la
existencia humana en tanto que jurídica, el biopoder la contempla en tanto
que biológica. Así, el poder ya no se basa exclusivamente en la ley. Si bien la
ley sigue existiendo, esta es un elemento más en un entramado de
instituciones que buscan gobernar a base de regular lo que es lo normal y
adaptar a ellos a todos los individuos de la sociedad.

El biopoder se convierte así también en un nuevo marco para las ciencias, que bajo
este nuevo paradigma se erigen como parte del entramado de instituciones que ejercen
el biopoder.

Geopolítica

La geopolítica es una disciplina bastante reciente. El termino se acuño por primera vez
en 1905, pero no sería hasta los años 30 cuando tomo relevancia de la mano del
general alemán Karl Haushofer; sus teorías popularizaron el termino y la disciplina,
hasta el punto de que Hitler tomo algunos de sus conceptos para elaborar la ideología
nacionalsocialista. Esa vinculación con el nazismo hizo que se dejara de hablar de
geopolítica durante algunos años y que no se cultivase la disciplina por las
connotaciones tan negativas que desprendía. No sería hasta los años 70 y 80 cuando
se saltó este obstáculo y se volvió a trabajar en el campo geopolítico, aplicando el
término “geopolitik” para referirse a la teorización nazi y de esa forma distinguirla de la
nueva disciplina.

Así se entiende como; la disciplina que estudia cómo se dispone del espacio y que
impacto tiene este desde un punto de vista político, ya sea por parte de un Estado u
otra entidad política. Es decir, abarca desde el estudio de las fronteras hasta la
importancia de ciertos recursos naturales para las relaciones exteriores de un país.
Bajo esta definición, la geopolítica tiene una vertiente claramente practica: desde el
principio, sus teóricos estuvieron muy vinculados a los Gobiernos, y enfocaron su
trabajo hacia la toma de decisiones y la elaboración de estrategias políticas.

No obstante, la geopolítica también tiene al menos otros dos significados. El primero la


concibe como la visión a través de la que una entidad política ve el mundo y su lugar en
el, que tiene un impacto sus acciones y estrategias. Así pues, un ejemplo seria la
política de la Unión Europea hacia sus vecinos del este. Un segundo lugar, la
geopolítica también hace referencia a las teorías que se construyen para entender el
mundo aunando geografía y política. Un ejemplo de esto es la teoría del heartland, de
halford mackinder, que divide el mundo en diversas zonas, siendo el área privote o
heartland la que hay que controlar para dominar el globo.

Recientemente también han surgido otras visiones que apuestan por reformular la
geopolítica, como la que propone una geopolítica situada que tenga en cuenta las
condiciones de las que se parte (genero, edad, etnia, clase socioeconómica,
nacionalidad, etc.) a la hora de crear o aplicar la teoría geopolítica. Además, ya hay
quien plantea que el próximo es incluir también el estudio del espacio ultraterrestre
en los estudios geopolíticos.

Teoría del heartland: la conquista del mundo

A principios del siglo XX, el geógrafo Mackinder elaboro una teoría para comprobar que
potencia dominaría el mundo. Desde el imperio ruso a la Alemania nazi, pasando hoy
por el gigante chino, nadie ha conseguido cumplir esa profecía geopolítica.
En 1904 el político y geógrafo inglés Halford John Mackinder ideo una teoría
generalista sobre el pasado, presente y futuro del poder mundial. Esta teoría, llamada
teoría del Heartland o del corazón continental, venía a decir que, históricamente, quien
controlaba la zona de Asia central, Rusia central, Siberia, tenía bastantes
probabilidades de controlar tanto el resto de Asia como el resto de Europa y obtener así
una posición privilegiada de cara al dominio mundial. Esta especia de profecía
geopolítica nunca ha llegado a producirse realmente, aunque si es cierto que en varios
momentos de la historia ha estado cerca de cumplirse.

En los últimos tiempos se ha relacionado este poder del Heartland con el ascenso
vertiginoso de china, que regionalmente es una potencia consolidada y mundialmente
es una firme candidata a lograr el título de superpotencia en las próximas décadas. Por
tanto, aunque esta teoría de principios del siglo XX sea simplista e inconcluyente en
muchos aspectos, es interesante porque se ha tomado repetidamente como modelo de
política exterior o económica.

Mackinder introducía la idea de que, históricamente, el poder se había expandido por


un medio geográfico determinado. Hasta la edad media, la expansión se había dado a
través del medio terrestre, gracias al caballo y los ejércitos montados. Añadía también
el hecho de que hasta esa época todas las grandes invasiones que habían sufrido
Europa o Asia provenían de una región en concreto: Asia central.

En la edad antigua, en los primeros siglos después de cristo, los humos comenzaron
una expansión desde la zona de Mongolia y Asia central hacia el resto de Eurasia. De
hecho, esta expansión fue uno de los motivos de la construcción de la Gran Muralla
China. Por ese mismo continente llegaron a la india y Persia, mientras que en su
expansionismo por Europa durante el siglo V d.c. estuvieron a punto de destruir el
imperio romano de Occidente (que solo aguanto 20 años mas). Casi mil años después,
durante el siglo XIII, los mongoles llegaron hasta el sur de China, Irán, Turquía o países
actuales tan distantes como Ucrania o Rumania.

A partir del siglo XV, con el desarrollo de la navegación ultramarina y la llegada a


América de los europeos, el medio de expansión más rápido y eficaz deja de ser la
tierra y pasa a ser el mar, por lo que la ventaja del heartland respecto a la capacidad de
expansión se pierde. Ahora son los países europeos con amplio acceso al mar los que
se expanden de manera extraordinaria. España, Inglaterra, Francia y Holanda llegan a
conseguir extensos territorios fuera de Europa gracias al desarrollo de sus armadas y al
comercio marítimo. Es más, con la movilidad naval ganan en penetración terrestres, por
lo que el efecto del corazón continental se ve aún más reducido. También las
estructuras políticas, económicas y militares han cambiado desde las grandes
invasiones. En la zona de Asia central siguen existiendo tribus o pueblos desunidos y
que no se han desarrollado tecnológicamente, mientras que los pueblos europeos, que
siglos atrás tenían una capacidad tecnológica similar a la de los invasores asiáticos,
han desarrollado armas de fuego potentes, formas de gobierno eficientes,
infraestructuras de calidad, poblaciones numerosas y medianamente densas, etc.

En este punto parece que la teoría de Mackinder se diluía en el propio devenir de la


Historia, pero entonces llegó un avance que devolvió la vida al maltrecho heartland: el
ferrocarril. Gracias a este invento se empezaba a reequilibrar la carrera entre la tierra y
el mar. No cabe duda de que el ferrocarril ha sido uno de los puntos de inflexión en la
Historia mundial: acortaba el tiempo de desplazamiento de ejércitos y productos y
aumentaba la capacidad de transporte entre un punto y otro, especialmente en sitios
alejados del mar.

Así llegamos a 1904, cuando nuestro autor explica de manera más amplia todo lo
comentado anteriormente. El medio terrestre parecía estar ganando de nuevo la partida
al mar, por lo que la teoría del corazón continental resucitaba. De manera más amplia,
ahora debía haber una potencia terrestre y una marítima, que básicamente pugnarían
por el control del heartland. Quien controlase el corazón continental controlaría el
“cinturón interior”, zona que comprendía el resto de la Europa y Asia continental, y
quien controlase ese cinturón interior probablemente acabase controlando el “cinturón
exterior”, que venía a ser el resto del mundo.

La lucha por el Halland

Para entender este modelo también debemos verlo desde la óptica de la época en la
que Mackinder lo propuso. En 1904 Gran Bretaña era la potencia indiscutible.
A finales del siglo XIX casi estalla una guerra entre británicos y rusos en Afganistán e
India por el control de Asia central, una región geoestratégica clave según Mackinder.
La cuestión de entonces no era quién iba a controlar el corazón continental, puesto que
se sabía ya sobradamente que en su mayoría esta zona estaba bajo el dominio del
Imperio ruso, sino si este sería capaz de desarrollar el potencial suficiente para cumplir
la profecía geográfica.

La Primera Guerra Mundial evidenció que Rusia no era ni iba a ser ese candidato a
dominador mundial. Su ejército, pésimamente armado, apenas hizo nada en la guerra
al no haber una capacidad industrial detrás que respaldase ese esfuerzo. Llegó la
Revolución de Octubre, Rusia cambió su nombre por el de la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas (con una dura guerra civil acompañada de hambrunas) y el
puesto de potencia terrestre se quedó otra vez sin candidato al estar también Alemania
puesta contra la lona tras el Tratado de Versalles.

El siguiente momento en el que saltaron las alarmas fue durante la Segunda Guerra
Mundial. Gran Bretaña todavía mantenía el estatus de potencia marítima, mientras que
la alianza germano-soviética hacía temer que se consumase la gestación definitiva de
una potencia terrestre. La ruptura de esa alianza con la guerra entre ambos hizo que el
remedio fuese peor que la enfermedad: si Alemania, que dominaba de manera efectiva
casi toda Europa Occidental, dominaba también la enorme extensión que suponía la
URSS, heartland incluido, el mundo acabaría siendo alemán.

El medio siglo posterior estaría marcado por la Guerra Fría entre Estados Unidos y la
URSS. Ahora sí había verdaderamente una potencia marítima con una capacidad de
despliegue mundial y una potencia terrestre, de enorme extensión, con muchos
recursos, una industria potente y un ejército numeroso y bien armado que además
controlaba el heartland. El modelo de Mackinder de esa lucha de gigantes empezaba a
cuadrar.

El inconveniente que había ahora era la amenaza nuclear, que implicaba la destrucción
mutua si la situación se les iba de las manos, así que todo acabó derivando en la
llamada doctrina de la contención, que trataba de impedir cualquier expansión, tanto
territorial como de influencia, por parte de las dos superpotencias.
NecroPolitica

es un concepto que hace referencia al uso del poder social y político para dictar cómo
algunas personas pueden vivir y cómo algunas deben morir. Está relacionado también
con la llamada tanatopolítica, que ha sido utilizado como su sinónimo.

Achille Mbemb, fue el primer académico en explorar el término en profundidad en su


artículo del mismo nombre. La necro política se discute a menudo con biopoder, el
término de Foucault para el uso del poder social y político para controlar la vida de las
personas.

Mbembe tenía claro que la necro política es más que el derecho a matar (droit de glaive
de Foucault), sino también el derecho a exponer a otras personas (incluidos los propios
ciudadanos de un país) a la muerte. Su visión de la necro política también incluye el
derecho a imponer la muerte social o civil, el derecho a esclavizar a otros y otras
formas de violencia política7.La necro política es una teoría de los muertos vivientes, es
decir, una forma de analizar cómo "las formas contemporáneas de subyugación de la
vida al poder de la muerte" obligan a algunos cuerpos a permanecer en diferentes
estados de estar situados entre la vida y la muerte". 8Mbembe utiliza los ejemplos de la
esclavitud, el apartheid, la colonización de Palestina y la figura del terrorista suicida
para mostrar cómo diferentes formas de necro poder sobre el cuerpo (estatista, racial
izado, estado de excepción, urgencia, martirio) reducen a las personas a condiciones
de vida precarias.

El sociólogo mexicano José Manuel Valenzuela usó el concepto para una discusión
sobre biopolítica, necro política, juvenecido y narco cultura en América Latina 9.

El término no está incluido en el Diccionario de la Real Academia Española, si bien es


utilizado por los políticos en sus plenos y debates

La oposición al poder

7
Mbembe, Achille (2003). «Necropolitics». Public Culture
8
Mbembe, Achille (2003). «Necropolitics». Public Culture
9
Valenzuela Arce, José Manuel (2018). Trazos de sangre y fuego. Bio-Necropolítica y Juvenicidio en América Latina
(en esp). Bielefeld, Guadalajara: BiUP. Archivado desde el original el 26 de marzo de 2020.
Frente a esto, la oposición al poder se basa, según Foucault, en la misma concepción
biopolitica, pues dicha oposición exige la posibilidad de vivir una vida plena, algo antes
impensable. Así, la ideología del biopoder alcanza incluso la resistencia al poder.

El biopoder después de Foucault

La biopolitica se ha convertido, después de Foucault, en toda una disciplina académica


en el interior de campos como la filosofía política, la filosofía de la naturaleza, la
sociología o las ciencias políticas. En efecto, el marco critico creado por Foucault se ha
hecho más y más útil conforme la tecnología penetra más y más en las estructuras
biológicas para modificarlas, tanto a nivel molecular como antropológico, con el
surgimiento de los “ciborgs” y el transhumanismo, generando una multitud de
problemas éticos y políticos. Por otro lado, la transgresión del límite entre tecnología y
naturaleza es central en cuestiones como el cambio climático.

Al día de hoy los expertos se podrían dividir en dos grupos. Por un lado, están aquellos
que creen que toda noción biológica y toda concepción sobre la naturaleza es una
instancia del biopoder, de forma que toda política estaría dentro del marco de la
biopolitica. Así, no habría una naturaleza que proteger sino unas biopoliticas que
modificar. Por otro lado, estarían aquellos que creen en una especie de biopolitica
positiva. Siguiendo un apunte del propio Foucault en Historia de la sexualidad, este
grupo cree que siempre hay algo de la naturaleza que escapa del biopoder, por
ejemplo, en los impulsos vitales más irracionales e íntimos del ser humano, o en el
elemento de aleatoriedad presente en el funcionamiento de la naturaleza, que
ocasionalmente escaparía a los mecanismos de control biopoliticos. Para este grupo, el
objetivo es mantener al margen del biopoder a la naturaleza a base de denunciar los
excesos biopoliticos.

Tecnología de Poder

Es un concepto acuñado por Michel Foucault que designa los procedimientos a través
de los cuales las relaciones de poder se articulan en una sociedad determinada
mediante la producción de regímenes específicos de “verdad”, que identifican o
elaboran ellos una verdad a imponer a un sector.
Existen por lo menos dos concepciones sobre el poder que, al intentar aclararlo,
terminan desdibujándolo. Se trata, por una parte, del denominado economicismo en su
doble vertiente: la jurídico-política y la marxista y, por otra, la de la hipótesis represiva.
Ambas conciben el poder como una sustancia o idealidad, cuando para Foucault,
practicando el nominalismo, no se trata de un a priori universal, sino de un ejercicio y,
en último término, “es el nombre que se presta a una situación estratégica compleja en
una situación dada” (Foucault 1986:113).

Economicismo

Es un criterio o doctrina que implica un sesgo o abuso en la concepción del


comportamiento de una sociedad, reduciendo todos los hechos sociales a su aspecto
económico.

Una consecuencia del economicismo es la desatención de los aspectos sociales,


morales, culturales y políticos de problemas sociales tales como la degradación
ambiental, la guerra, la salud pública, el analfabetismo. Según Bunge la sociedad debe
entenderse como un sistema constituido por cuatro subsistemas: biológico, económico,
político y cultural.

El termino economicismo también se usa, en filosofía de la ciencia, por ejemplo, para


calificar los modelo o teorías de la microeconomía clásica, en los que la oferta y la
demanda son los únicos factores pertinentes o importantes para explicar y predecir el
comportamiento económico de la sociedad, con lo cual se ignoran otros factores de
índole cultural, humana, social, política, espiritual o moral.

En la investigación social inspirada por el individualismo metodológico el economicismo


consiste en una reducción unilateral del hombre a la figura del homo económicas: una
reducción que, en el nombre de una filosofía gruesa y de una falsa psicología, deja de
lado todos los demás aspectos del ser humano.

El economicismo fue una corriente del socialismo ruso marxista surgida a finales del
siglo XIX. Los partidarios de esta corriente encontraban el resultado de los
propagandistas marxistas pobre entre el proletariado. Según su evaluación, la
propaganda apenas había logrado extender el marxismo entre unos exclusivos círculos
de trabajadores, pero no había logrado formar los necesarios cuadros que permitiesen
promover el socialismo entre las masas. La agitación basada en la defensa de los
objetivos económicos inmediatos de los trabajadores, por el contrario, comenzó a
mostrarse efectiva en la década de 1890.

Son una multitud de interacciones, reguladas por normas sociales, entre dos o más
personas. Se piensa en el poder no como un objeto que alguien posee y otros
desposeen o que este localizado en los aparatos del Estado sino desde una
perspectiva relacional con una trama más compleja. Se desprende de la concepción
jurídica del mismo, observando que no son las instancias globales las que explican la
dominación de la vida de las personas, sino que son las relaciones múltiples, mínimas,
locales de la vida cotidiana las que permiten el funcionamiento de los poderes macro
sociales. Al igual que Agnes Heller y los teóricos de la sociología de la vida cotidiana,
realiza una crítica profunda a la sociedad y al statu quo vigente problematizando
instituciones, estereotipos y formas de pensar, hacer y sentir de las personas y la
misma construcción de la subjetividad y de las formas de saber y verdades instituidas y
pensadas como inmutables.

La relación de poder se sustenta sobre la base de dos elementos: un “Otro” que actúa y
que, frente a una relación de poder pueda abrirse un capo completo de respuestas,
reacciones, resultados o invenciones posibles; dado que “el otro”, sobre quien se ejerce
la acción de poder, es un ser que actúa y que al actuar da cuenta de sus propias
acciones, al confrontarse las acciones de unos y de otros, desencadena como
resultado el consenso o la violencia.

El poder no es algo que posee la clase dominante; postula que no es una propiedad,
sino que es una estrategia. Es decir, el poder no se posee, se ejerce. En tal sentido.
Sus efectos no son atribuibles a una apropiación sino a ciertos dispositivos que le
permiten funcionar plenamente.

La relación de poder, se basa en la interacción entre dos o más personas, reguladas


por normas sociales, aunque este concepto no hace alusión a que alguien posee el
poder sobre alguien que no, en base a lineamientos del Estado, sino que este
fenómeno es más complejo, pues las relaciones de dominancia social son un cumulo
complejo de las relaciones económicas, sociales o políticas de la sociedad. La relación
de poder puede ser compleja.

Tipos de poder en las interacciones sociales

 El coercitivo, donde por medio de amenaza o coacción se ejerce el control,


pudiendo usar medios físicos, sociales, económicos o emocionales.
 El de recompense, que ofrece un premio a aquellos individuos que acaten
sus designios, estas recompensas pueden ser tanto positivas como
negativas.
 Legítimo, Es de orden formal, que ejerce una jerarquía en nuestra sociedad,
es un puesto de autoridad designado por el estado.
 De referencia, aquel poder que se obtiene con base en nuestro conocidos o
grupos sociales que se frecuentan, el caso más sencillo de exponer, es el
poder que adquieren los individuos que tienen cercanía con alguien que
ejerce un cargo en el Estado.
 Experto, aquel poder que se ejerce en base al conocimiento, en las
credenciales profesionales o la experiencia.
 Informativo, es el que tiene un actor social sobre la información que tiene y
ofrece al público, pudiendo modificar el pensar de las personas con base en
esa información suministrada.

Es así pues que, para Foucault, el poder no es algo que posee la clase dominante;
postula que no es una propiedad, sino que es una estrategia. Es decir, el poder no se
posee, se ejerce. En tal sentido, sus efectos no son atribuibles a una apropiación sino a
ciertos dispositivos que le permiten funcionar plenamente

Estado Profundo

Un Estado profundo, también conocido como Estado dentro del Estado o cloacas del
Estado, hace referencia a una forma de gobierno clandestino de un Estado, operado
mediante redes de grupos de poder encubiertas, que actúan de manera coludida, con
el fin de seguir una agenda en común y objetivos propios de manera independiente y
en paralelo al gobierno legítimo y/o elegido democráticamente, muchas veces
cometiendo actos de corrupción. Ejemplos de los órganos del Estado que son utilizados
para estos fines son las fuerzas armadas o autoridades civiles (servicios de
inteligencia, policías, policías secretas, agencias gubernamentales y de la
Administración Pública en general). Asimismo, este término es utilizado comúnmente
para la creación de teorías de conspiración relacionadas con la política, en especial
cuando existe un cambio de mando en el poder y pasa un partido o coalición opositora
a ser oficialista.10

Por otra parte, un Estado profundo también puede tomar forma a través de funcionarios
atrincherados que actúen de manera no conspirativa, para promover sus propios
intereses. La finalidad de un Estado profundo puede incluir la continuidad del Estado
mismo, la seguridad del empleo para sus miembros, un mayor poder y autoridad, y la
búsqueda de objetivos ideológicos. Puede operar por medio de la burocracia en
oposición a la agenda de los funcionarios electos, obstruyendo, resistiendo y
subvirtiendo sus políticas, condiciones y directivas. También puede tomar forma
mediante empresas públicas o compañías privadas que actúan independientemente del
control regulatorio o estatal.11

Otro término relacionado es el de Estado dentro del Estado, que tradicionalmente


designa una organización que adquiere un poder tal que es capaz de eludir la autoridad
del Estado o incluso dictar su voluntad, y se ha empleado para calificar a
organizaciones criminales como la mafia, los grupos de narcotraficantes o las bandas
terroristas.

Durante los siglos XVII y XVIII, el debate político en torno a la separación de la Iglesia y
el Estado a menudo giraba en torno a la percepción de que si no se controlaba, la
Iglesia podría convertirse en una especie de Estado dentro de un Estado, como una
invasión ilegítima del poder civil natural del Estado laico. 12

BIBLIOGRAFIA

10
Lissardy, Gerardo (1 de marzo de 2017). «Qué es el “Estado profundo”, el misterioso enemigo que el gabinete de
Donald Trump cree enfrentar en Estados Unidos». BBC Mundo. Consultado el 5 de agosto de 2019.
11
Miller, Andrew (31 de julio de 2018). «¿Es real el ‘Estado profundo’?»
12
Blackstone, Sir William (1765-1769). Commentaries on the Laws of England (en inglés). Oxford, Inglaterra:
Clarendon Press.
https://www.redalyc.org/pdf/4095/409534415003.pdf

https://psicologiaymente.com/social/biopoder

http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0187-57952006000300005

https://1library.co/document/yeo6w1rq-cuerpo-artefacto-tecnologias-medicas-
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https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-39124379

file:///C:/Users/52664/Downloads/1568-Texto%20del%20art%C3%ADculo-5744-1-10-
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https://elordenmundial.com/que-es-la-geopolitica/

https://elordenmundial.com/que-es-la-geopolitica/#google_vignette

http://diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/67945/1/TFM_belen%20permuy.pdf

http://www.scielo.org.mx/pdf/espiral/v25n73/1665-0565-espiral-25-73-9.pdf

https://concepto.de/poder/

https://dle.rae.es/economicismo

https://www.mexicosocial.org/economicismo-en-la-definicion-de-clases-medias/

https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-39124379

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