Artículo 129 Ñ

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Artículo 129-Ñ.

- Esclavitud y otras formas de explotación


El que obliga a una persona a trabajar en condiciones de esclavitud o servidumbre, o la reduce o
mantiene en dichas condiciones, con excepción de los supuestos del delito de explotación
sexual, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de diez ni mayor de quince años.
Si el agente comete el delito mediante engaño, manipulación u otro condicionamiento, se aplicará
la misma pena del primer párrafo.
El consentimiento brindado por el niño, niña o adolescente carece de efectos jurídicos.
La pena privativa de libertad es no menor de quince años ni mayor de veinte años, cuando:
1. La víctima tiene entre catorce y menos de dieciocho años de edad.
2. El agente comete el delito en el marco de las actividades de una persona jurídica o en el
contexto de cualquier actividad económica.
3. Si el agente tiene a la víctima bajo su cuidado o vigilancia por cualquier motivo, o mantiene con
ella un vínculo de superioridad, autoridad, poder u otro que la impulse a depositar su confianza
en él.

Continuando
Ahora veremos los Medios de comisión este delito
Los verbos rectores principales del tipo penal (los cuales son obligar, reducir, mantener)
implican que el medio de comisión del delito se opone a la voluntad de la víctima. En ese
sentido, puede interpretarse que se trata de medios violentos (violencia física o psíquica,
amenazas). El propio tipo penal incluye, además, los medios fraudulentos (engaño,
manipulación, condicionamiento).
Respecto a los elementos subjetivos del delito:
El delito de Esclavitud y otras formas de explotación es también un delito doloso y no
admite la comisión imprudente.
1. Agravantes del delito de esclavitud y otras formas de explotación
Se incorpora en el artículo 129 - Ñ tres grados de agravantes del delito de esclavitud y
otras formas de explotación:
i. Agravantes de primer grado (con una pena privativa de libertad no menor de 15
años ni mayor de 20 años)

Una agravante que atiende a “La víctima tiene entre catorce y menos
la especial vulnerabilidad de la de dieciocho años de edad.”
víctima por la edad
un crimen cometido con la finalidad “El sujeto activo es una persona jurídica o
de explotar económicamente a la está dentro del contexto de cualquier
persona esclavizada, de sacar un actividad económica.”
gran provecho económico de su
fuerza de trabajo
Entonces esta agravante que
solo debiera ser aplicada
cuando su concurrencia
evidencie una mayor
peligrosidad de la conducta del
sujeto activo.
La tercera agravante hace “Si el agente tiene a la víctima bajo su
principal atención a deberes cuidado o vigilancia por cualquier motivo,
especiales del sujeto activo. o mantiene con ella un vínculo de
superioridad, autoridad, poder u otro que
la impulse a depositar su confianza en
él.”
ii. Agravantes de segundo grado (con una pena privativa de libertad no menor de
veinte ni mayor de veinticinco años)
iii. Una agravante de tercer grado (con una pena privativa de libertad no menor de
veinticinco ni mayor de treinta años) cuando se produce la muerte de la víctima.
Debe indicarse que la única interpretación conforme con el principio de
culpabilidad es aquella que exige probar que el sujeto activo pudo prever y evitar
la muerte de la víctima.
CONCLUSION
1. El delito de esclavitud se diferencia del delito de trabajo forzoso por la intensidad
con la que se vulneran la libertad y dignidad, como bienes jurídicos protegidos. De
esa forma se podrá entender que se trata de un delito más grave que el de
Trabajo Forzoso, y que por ello conlleva una pena más elevada.
SUGERENCIAS
1. Debe tenerse siempre presente la situación de la víctima, sus derechos y la
necesidad de evitar su re victimización. Debe por tanto buscarse un equilibrio
entre la persecución del delito y la sanción de sus responsables y la reivindicación
de los derechos de las víctimas. Por lo que es necesario emplear distintos
enfoques para comprender y atender de la mejor manera posible la situación de la
víctima que, por regla general, se encontrará en situación de vulnerabilidad. Si
bien es cierto, todas las víctimas deben ser atendidas con la mayor diligencia,
existen poblaciones particularmente vulnerables para las que es necesario
intervenir de forma integral y tejer redes de apoyo en este campo, como son las
niñas, los niños, los y las adolescentes las mujeres, personas LGBTI, indígenas,
discapacitados, migrantes, entre otros.

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