AMIA Desclasificación PDF
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EL PROCESO DE DESCLASIFICACIÓN
DE INFORMACIÓN RESERVADA
O SECRETA SOBRE EL ATENTADO Y
SU ENCUBRIMIENTO
INTRODUCCIÓN������������������������������������������������������������������������������������������������������������4
VII. CUADRO���������������������������������������������������������������������������������������������������������������� 18
Los primeros pedidos de apertura de archivos se remontan al año 1999 y fueron formulados por
familiares. El 30 de noviembre de ese año, por caso, Alberto Zuppi, abogado de las víctimas, solicitó
a la Cámara Federal de Apelaciones de La Plata acceder a la documentación de los archivos de la
ex Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires1, que estaba afectada por
una medida de no innovar dictada por ese tribunal, en el marco de los juicios por la verdad2. Desde
entonces, una serie de decisiones institucionales -muchas de ellas impulsadas por el Ministerio
Público Fiscal de la Nación- forjaron un proceso de paulatina apertura y acceso a la información
clasificada. Con sus notas distintivas y particularidades, este proceso se inscribe en una tendencia
más amplia que apunta a facilitar el acceso a información reservada para combatir la impunidad y
garantizar el derecho de las víctimas, sus familiares y de la sociedad en general de conocer la verdad
sobre lo sucedido3.
Actualmente, la UFI AMIA cumple un papel central en la categorización y análisis del material
liberado y en el impulso de medidas destinadas a completar el registro de los fondos documentales
y ampliar las oportunidades de emplear esa información. Este breve informe pretende ofrecer una
sistematización de las sucesivas medidas que fueron facilitando el acceso a la información sobre
el atentado y su encubrimiento, una síntesis de los requerimientos formulados por la UFI AMIA y
algunos comentarios sobre los desafíos aún pendientes en esta materia.
2. UFI-AMIA, causa 8566, en la cual se investiga el atentado a la sede de la AMIA/DAIA (fs. 428 legajo 388).
3. Pueden mencionarse numerosas decisiones estatales que ordenaron la desclasificación de archivos, documentación e informes vinculados a hechos
históricos y violaciones a los derechos humanos. Por ejemplo, los decretos PEN 4/2010–relacionado al accionar de las Fuerzas Armadas entre 1976 y 1983-,
200/2012 –relativo al Informe Rattenbach- y 503/2015 –referente al conflicto bélico del Atlántico Sur, o las resoluciones 408/2009, 103/2011, 239/2014
del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto –vinculadas al accionar de las Fuerzas Armadas entre 1976 y 1983-.
El decreto también buscó garantizar que, en su rol de director de la UEI, el funcionario tenga
acceso irrestricto a toda documentación o archivo relacionado con el atentado o de utilidad para su
investigación y dispuso que las fuerzas de seguridad, organismos de inteligencia y cualquier otra
repartición de la Administración Publica Nacional debían garantizar tal acceso11. Poco después, la
4. La UEI fue creada por el decreto PEN 452/00 del 8 de junio de 2000.
5. Ver Resolución N° 39/00 de la Procuración General de la Nación, disponible en (http://bit.ly/2clVxls). Los fiscales designados fueron el fiscal nacional en
lo Criminal y Correccional Federal, Eamón Mullen, que estaba a cargo de la Fiscalía N° 9, y los fiscales adjuntos antes los Juzgados Nacionales en lo Criminal
y Correccional Federal, José Barbaccia, Germán Bincas y Pablo Recchini.
6. Cfr. considerandos del decreto PEN 452/00 del 8 de junio de 2000.
7. Concretamente, por los responsables del Departamento Unidad Investigaciones Antiterroristas de la Policía Federal Argentina, la Dirección de Terrorismo
Internacional y Delitos Transnacionales de la SIDE, la División Antiterrorista de la Dirección Nacional de Gendarmería Nacional y el Departamento de Inteligen-
cia de la Dirección Nacional del Servicio Penitenciario Federal.
8. Las acciones enumeradas por el decreto son: a) el impulso de la ley 25.241 que autoriza la reducción de las escalas penales aplicables a imputados que
presten colaboración eficaz al progreso de la investigación de hechos de terrorismo; b) la coordinación y concentración de recursos humanos e institucionales
en el Ministerio Público Fiscal para apuntalar el avance de la pesquisa; c) la creación de la UEI; d) el otorgamiento de facultades a la UEI para promover
investigaciones por iniciativa propia y e) la instrucción a todos los órganos del gobierno nacional para que atiendan los requerimientos de los responsables de
la investigación con el carácter de muy urgente y pronto despacho.
9. Becerra fue designado secretario de Asuntos Políticos del Ministerio del Interior mediante el decreto 21/99 del 13 de diciembre de 1999.
10. En el ámbito del Congreso de la Nación, se conformó la Comisión Bicameral Especial de seguimiento de la investigación de los atentados a la Embajada
de Israel y al edificio de la AMIA/DAIA que produjo tres informes.
En el año 2001, y ante el inminente comienzo del juicio ante el el Tribunal Oral en lo Criminal
Federal N°3 de la Capital Federal (en adelante, TOF3) en el marco de la causa “Telleldin, Carlos
Alberto y otros s/homicidio calificado (Atentado a la AMIA/DAIA)”, el PEN facultó al coordinador
para disponer las medidas necesarias para garantizar la protección de los testigos que prestaren
declaración y estableció que, a tal fin, el funcionario contaría con las facultades previstas por el
decreto 262/199816 -que ordenó la creación de la Oficina de Protección de Testigos e Imputados-17.
Finalmente, en enero de 2016, el presidente Mauricio Macri puso a la UEI bajo la órbita del Minis-
terio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, le asignó nuevas funciones como el establecer
contacto con organismos nacionales e internacionales que puedan contribuir al avance de las inves-
tigaciones y dispuso que el organismo quedaría a cargo de un funcionario con rango y jerarquía de
secretario de Estado, designando en esa posición a Mario J. Cimadevilla18.
Entre los años 2002 y 2003, existió un profuso intercambio de decisiones judiciales y ejecutivas
vinculadas a la desclasificación de documentos y el relevo de la obligación de guardar secreto por parte
de los funcionarios de la agencia de inteligencia. Estas decisiones no siempre fueron coincidentes,
ni avanzaron en la misma dirección, pero paulatinamente configuraron un escenario que, aun con las
numerosas restricciones que persisten, podríamos describir como de creciente acceso a la información.
En lo central, la discusión correspondiente a este período puede ordenarse en función de tres ejes.
Primero, la necesidad de contar con el testimonio de agentes de inteligencia en el marco del juicio
oral contra los imputados locales. Segundo, el interés por conocer más acerca de las irregularidades
en el trámite de la investigación y que involucran a la propia agencia de inteligencia. Tercero, la
En octubre de 2001, el TOF319 requirió al PEN que releve de la obligación de guardar secreto a un
grupo de agentes y ex agentes de la SIDE para que pudieran declarar como testigos en el juicio contra
los entonces imputados por el atentado a la AMIA/DAIA20. En respuesta a esta solicitud, el presidente
Eduardo Duhalde dictó el decreto 490/02 que relevó al titular de la SIDE Hugo Alfredo Anzorreguy,
de la obligación de guardar secreto sobre la labor del organismo durante la investigación judicial del
atentado al solo efecto de declarar en el juicio21 y autorizó al secretario de Inteligencia Carlos E. Soria
a hacer lo propio con el resto de los funcionarios y ex-funcionarios requeridos por el TOF322. Conforme
el decreto, sin embargo, estas autorizaciones no alcanzaban aquellos actos o hechos que involucraran
a ciudadanos de terceros Estados o relacionados con servicios de inteligencia extranjeros23.
Esta restricción fue cuestionada por el TOF3 que solicitó al PEN la modificación del decreto 490/02
en lo relativo a los hechos o actos vinculados a ciudadanos de terceros Estados24. Según el Tribunal,
el límite impuesto comprometía la chances de esclarecer lo sucedido e impedía que las partes
pudieran conocer circunstancias relevantes de la causa25. El PEN respondió mediante el decreto
41/0326 donde aclaró el alcance de esa reserva y precisó que lo determinante no era la nacionalidad
de los ciudadanos, sino el hecho de que “se encuentren relacionados con servicios de inteligencia
extranjeros que hubieren cooperado con la investigación judicial” y que la divulgación de secretos
que pudieran comprometer la seguridad del Estado, o las líneas de investigación en trámite, tampoco
estaba alcanzada por la dispensa.
Según el decreto 41/03, no obstante, esta ampliación del campo respecto del cual declararían los
testigos imponía reducir la nómina de personal exceptuado por el decreto 490/02. Por ello, solo deberían
comparecer aquellos con conocimiento directo, jerarquizado y calificado de las investigaciones, tales
como los directores de la SIDE que ejecutaron las órdenes judiciales y sus jefes de operaciones27.
19. TOF3, causa N° 487/00, Registro N° 809, “Telleldin, Carlos A. y otros s/ homicidio calificado (atentado a la AMIA)”, 17 de Octubre de 2001, 4° párrafo
de sus considerandos.
20. Este pedido fue realizado una vez iniciado el debate oral. Los testigos convocados fueron Hugo Alfredo Anzorreguy, Antonio Horacio Stiuso, Jorge Lucas
o Jorge Lucas Casado, Patricio Miguel Finnen, Alejandro Alberto Brousson, Carlos María Pablo Lavié, Jorge Norberto Igounet, Juan Carlos Gervasoni, Jorge
Bouzas, Néstor Ricardo Hernández, Juan Carlos Anchezar, Rodrigo Toranzo, Daniel Romero y Alba Posse,
21. El requerimiento del TOF3 fue realizado durante el mandato del presidente Fernando de la Rúa, pero fue contestado meses después, ya durante la pres-
idencia de Eduardo Duhalde.
24. Cfr. TOF3, causa N° 487/00, Registro N° 854, “Telleldin, Carlos A. y otros s/Homicidio calificado (atentado a la AMIA)”, 8 de agosto de 2002, cons. 4°.
27. Toma únicamente relevó de la obligación de guardar secreto a Antonio Horacio Stiuso, Jorge Luis Lucas, Patricio Miguel Finnen y Alejandro Alberto
Brousson.
Partes de este decreto del PEN y de la resolución respectiva del secretario de Inteligencia, sin
embargo, fueron anuladas por el TOF3. El 20 de febrero de 2002, el Tribunal ordenó que se presenten
a declarar todos los funcionarios mencionados en el decreto PEN 490/0231. Además, luego dictó un
nuevo pronunciamiento solicitando al PEN la reconsideración de la negativa de Toma32 a relevar de
la obligación de guardar secreto al agente Maiolo33. El 30 de junio de 2003, el presidente Néstor
Kirchner accedió a esta solicitud y cumplió con lo ordenado a pesar de que el fallo había sido
recurrido. Consecuentemente, el presidente relevó a Anzorreguy de la obligación de guardar secreto
e instruyó al secretario de Inteligencia para que haga lo propio con relación a los funcionarios y ex
funcionarios del organismo mencionados en las resoluciones del TOF3 a fin de que puedan declarar
en el juicio34.
Sin perjuicio de ello, el decreto 291/03 reiteró que las declaraciones debían versar sobre información
vinculada a la investigación del atentado, con excepción de aquella que pudiera comprometer la
seguridad del Estado o referida a ciudadanos de terceros Estados relacionados con servicios de
inteligencia extranjeros y añadió que la dispensa tampoco comprendía la posibilidad de declarar sobre
la metodología de la labor desplegada en las actividades de inteligencia, la identidad del personal del
organismo con excepción de los obligados a declarar, documentación ajena a los hechos y cualquier
otra circunstancia relacionada35. Pero estas limitaciones fueron rápidamente dejadas sin efecto por el
decreto 785/0336 que ratificó que las únicas excepciones válidas eran aquellas relativas a los agentes
de organismos de inteligencia extranjeros que hubieren colaborado con la investigación judicial y la
divulgación de secretos que pudieran comprometer la seguridad del Estado.
31. TOF3, causa N° 487/00, Registro N° 869, “Telleldin, Carlos A. y otros s/Homicidio calificado (atentado a la AMIA)”, 20 de Febrero de 2003, punto 3°
de su parte resolutiva.
33. TOF3, causa N° 487/00, Registro N° 886, “Telleldin, Carlos A. y otros s/Homicidio calificado (atentado a la AMIA)”, 10 de junio de 2003, cons. 5°.
34. Ver decreto 291/03 y resoluciones N° 809/03 y 886/03”del 17/01/03 y del 10/06/013, respectivamente-. Esta última se refería al agente Maiolo.
35. Cfr. arts. 3 y 5 del decreto 291/03. En éste último artículo, el decreto también requiere al TOF3 que, en orden a lo establecido por el art. 17 de la ley
25520, adopte las medidas necesarias para evitar que las declaraciones no trasciendan a terceras personas más allá de los miembros del Tribunal y las partes
del proceso.
El 27 de mayo de 2003, sin embargo, el TOF3 declaró la nulidad por inconstitucionalidad del decreto
116/03 y la decisión del secretario de Inteligencia y ordenó al PEN desclasificar el sumario instruido
por la SIDE debiendo preservar, mediante testado, las circunstancias que reflejaran el modo de operar
del organismo y la identidad de sus agentes42. Esta decisión fue impugnada por el Poder Ejecutivo
pero, nuevamente antes de que la cuestión se resuelva, el presidente Kirchner derogó el decreto
116/03 y autorizó al TOF3 a otorgar vista de “la totalidad de las actuaciones en las que tramitara el
sumario instruido por Resolución 540/00 de la Ex Secretaría de Inteligencia de Estado, a las partes
intervinientes en la Causa 487/00, (…) en los términos de los artículos 16 y 17 de la ley 25520”43,
mediante el decreto 146/03.
Durante el mes de junio de 2003, el PEN también relevó a Anzorreguy de la obligación de guardar
secreto para que declarase en la causa 9789/00 del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional
Federal 11 (causa irregularidades) acerca de la existencia, o no, de una disposición de fondos y
eventualmente explicara si éstos habían sido utilizados por la SIDE en operaciones del sector “Sala
Patria” y/o “Contrainteligencia –sector 85” entre los años 1996 y 199744. También, puso a disposición
del Juzgado todas las rendiciones de cuentas y movimientos de fondos relativos a las cuestiones sobre
37. Ver Resolución 540 de la Secretaria de Inteligencia de noviembre del año 2000.
38. Claudio Lifschitz se desempeñó como pro-secretario del Juzgado Criminal y Correccional Federal N° 9 a cargo de Juan José Galeano, desde mayo de 1995
hasta octubre de 1997.
40. Íd.
41. Oficio librado al pte. de la Nación atento resolución Nro. 863, del 15/10/02 -fs. 7633 7636 vta.-Legajo de Instrucción Suplementaria, TOF 3. Causa:
“Telleldin, Carlos A. y otros s/ homicidio calificado (atentado a la AMIA)”; Nro. 487/00, 16 de octubre de 2002
42. TOF 3, en fecha 27/05/03, mediante Sentencia 883, punto 1° de su parte resolutiva.
Años más tarde, y después de enviar una primera selección de materiales47 a la UFI AMIA, el secretario
de Inteligencia Héctor Icazuriaga acogió favorablemente un nuevo pedido del organismo48 y autorizó
la remisión al TOF3 de copias certificadas de los sumarios administrativos en los que se había
investigado la existencia del pago a Carlos Telleldin y la irregularidades cometidas por funcionarios
y agentes del organismo y otros documentos relacionados, bajo los recaudos del decreto 146/03
para preservar las circunstancias que reflejen el modo de operar del organismo y la identidad de los
agentes y haciendo saber a esta Fiscalía que debería adoptar medidas para asegurar que la compulsa
de los legajos sea personal y evitar que la documentación sea reproducida o divulgada49.
El 12 de mayo de 2011, una parte del proceso por las irregularidades en la investigación del atentado
fue elevada a juicio y se radicó ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 2 de la Capital Federal
(en adelante, TOF2) que solicitó al PEN que informe si existía algún impedimento para que el ex
presidente Carlos Saúl Menem prestara declaración como imputado. Esta consulta fue evacuada el 1°
de diciembre de 2015 por el entonces secretario Legal y Técnico de la Presidencia de la Nación, quien
tras reseñar el avance del proceso de desclasificación y destacar la voluntad del Estado argentino de
descubrir la verdad y sancionar a los responsables, sostuvo que no se opondrían obstáculos a la
voluntad del imputado de aportar información sobre los hechos materia de juzgamiento50.
Más recientemente, el 11 de Julio de 2016, en respuesta a una solicitud de la UFI AMIA, el director
general de la AFI autorizó el acceso irrestricto a toda la documentación, informes y archivos aportados
a la investigación a fin de que sean utilizados en el juicio por las irregularidades que tramita ante
el TOF251. Esta Unidad Fiscal informó este avance al Tribunal mediante un oficio52 y, más tarde,
aportó copias certificadas de los sumarios instruidos por la agencia de inteligencia53 que le fueron
entregados a principios de 2015 y que, a diferencia de las que se encontraban en poder del tribunal,
no tenían testado alguno. El TOF2 puso estas copias a disposición de las partes pero únicamente para
que tomen vista y previo labrado de un acta en la que se comprometieron a abstenerse de reproducir
o divulgar la información.
47. Pueden verse más abajo las referencias a la resolución SI “R” 119/05.
48. UFI-AMIA. Causa Nro. 8566, en la cual se investiga el atentado a la sede de la AMIA. (Fs. 116281. Oficio de fecha 06/05/05).
49. Ver resolución “R” 333/05. Los sumarios fueron instruidos a partir de las Resoluciones N° 540/00 y 473/03.
Desde mediados del 2003 y hasta febrero del 2005, la UEI realizó una serie de relevamientos en
distintas dependencias estatales que culminaron con la remisión a la UFI AMIA de una primera
entrega de material clasificado, agrupado en 2047 carpetas. Este material que desde entonces es
resguardado por la Unidad Fiscal no fue relevado de su clasificación de seguridad de origen y, por
ello, las funciones de la UFI AMIA como parte requirente en el proceso judicial estaban jurídicamente
superpuestas con la obligación de custodia y la atribución de acceso conferidas.
Como se verá a continuación, esta situación se modificó una década más tarde cuando, en respuesta
a un requerimiento de los fiscales Roberto Salum, Sabrina Namer y Patricio Sabadini55, el decreto
PEN 395/15 resolvió desclasificar ese material que dejó de tener carácter reservado para las partes y
quedó estrictamente configurado como prueba documental en los términos del Código Procesal Penal
de la Nación, y no como información clasificada en los términos de la ley 25.520.
Este año 2016, además, la UFI AMIA concluyó un proceso de meses de digitalización de dicho
material, iniciado en 2015. Actualmente, la documentación puede ser revisada una vez más con la
asistencia de medios tecnológicos y se encuentra disponible para las partes en ese formato.
En julio de 2003, el PEN autorizó al titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal
de la Capital Federal N° 9 (en adelante, JF9) a acceder a todo el material clasificado vinculado a
la investigación por el atentado que estaba en poder de la Policía Federal, Gendarmería Nacional
y la Prefectura Naval, mediante el decreto 398/03. A diferencia de desarrollos anteriores, en esta
oportunidad la desclasificación se dispuso de modo genérico, y no focalizada en un documento
determinado, a fin de contribuir al esclarecimiento del atentado contra la AMIA/DAIA. La puesta en
55. Cotitulares de la UFI AMIA a partir del 13 de febrero de 2015, por Resolución PGN N° 285/15.
Poco después, el PEN dictó los decretos 786/03 y 787/0357. El primero respondió a una solicitud
del JF9 que reclamó al PEN que se detalle el material individualizado en el marco de este proceso
de desclasificación y, en sintonía con este reclamo, ordenó a la UEI que constituya en cada una de
las fuerzas mencionadas una Unidad de Relevación de Información (en adelante, URI) destinada a
la búsqueda y análisis de documentación y a investigar y comunicar los resultados a los magistrados
competentes y a la Comisión Especial creada por el Congreso de la Nación. Las URI quedaron a
cargo del secretario ejecutivo de la UEI —por entonces, Alejandro Rúa— quien estaba facultado para
crear unidades de relevación en otras dependencias, fuerzas o reparticiones y hasta para solicitar
colaboración a las autoridades policiales para constituir unidades en dependencias provinciales.
El decreto 787/03, por otro lado, autorizó el acceso a la documentación y bases de datos obrantes
en la Secretaría de Inteligencia relativos a los atentados contra la sede de la AMIA/DAIA y demás
instituciones y la Embajada de Israel en Buenos Aires e instruyó a la UEI para que constituya una
URI en la Secretaría de Inteligencia con acceso irrestricto a toda clase de documentación, informe
o archivo, cualquiera sea su nivel de resguardo de confidencialidad y soporte, para proceder a la
búsqueda, compulsa y análisis de cuanto obre en poder del organismo, efectúe las investigaciones que
considere necesarias y comunique los resultados a los magistrados competentes. El decreto precisó
que el secretario ejecutivo de la UEI dirigiría esa URI y que podrían participar en ella funcionarios
judiciales y del Ministerio Público Fiscal y representantes de las partes querellantes.
El decreto 787/03 también determinó que el titular de la UEI -previa intervención del ministro de
Justicia y Derechos Humanos y del secretario de Inteligencia- remitiría copias de la documentación
de interés a los magistrados competentes y que éstas podrían agregarse al expediente una vez que, en
la sede judicial, se resguarden las cuestiones referidas a la identidad de los agentes de inteligencia
extranjeros que hubieran colaborado en la investigación judicial de los atentados o las que, a juicio
del tribunal, impliquen la divulgación de secretos que puedan comprometer la seguridad del Estado58.
58. El decreto resaltó que la UEI había realizado un relevamiento en distintas sedes de la administración nacional –en especial en la Dirección Nacional
de Migraciones y el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto- que permitió detectar la existencia de documentación -alguna de
naturaleza reservada y confidencial- que no había sido hasta ese momento aportada a las investigaciones.
El 28 de abril de 2005, el PEN mediante el decreto 384/05 instruyó a los responsables de todos los
organismos que en atención al tiempo transcurrido desde el atentado y los distintos plazos mínimos
de conservación de documentación que tienen los distintos archivos que funcionan en la órbita de
la Administración Pública Nacional, se abstengan de destruir cualquier clase de documentación,
informe o archivo que posean con relación a los atentados del 17 de marzo de 1992 contra la
Embajada del Estado e Israel y del 18 de julio de 1994 contra la sede de la AMIA, DAIA y demás
instituciones entonces ubicadas en Pasteur 633.
Finalmente, el 12 de julio de 2005, el PEN aprobó el acta firmada en la audiencia celebrada ante
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en el marco la petición N° 12.20459, donde el
Estado nacional reconoció su responsabilidad internacional por incumplir su obligación de prevención,
teniendo en cuenta que dos años antes se había producido el ataque contra la Embajada de Israel,
por el encubrimiento de los hechos y por el grave y deliberado incumplimiento de la obligación de
investigar lo sucedido que constituyó una denegatoria de justicia60. El decreto también mencionó
las medidas de desclasificación y relevo de la obligación de guardar secreto adoptadas desde el año
2003, como un instrumento para la búsqueda de la verdad.
En agosto de 2014, la UFI AMIA reclamó a la Policía Federal, la Gendarmería Nacional y la Prefectura
Naval que remitan la documentación desclasificada por los decretos 398/03 y 786/03 para profundizar
la investigación del atentado61. Las distintas fuerzas contestaron esta solicitud entre agosto y
60. Cfr. decreto PEN 812/05. En línea con la responsabilidad asumida, el 01 de marzo de 2006, el PEN dictó el decreto 229/06 que ordenó a la UEI impulsar
el trámite de los procesos por las irregularidades cometidas en la investigación del atentado y facultó a la Secretaría de Política Criminal y Asuntos Peniten-
ciarios del Ministerio de Justicia y DDHH, entonces a cargo de Alejandro W. Slokar, para intervenir como querellante coordinando su accionar con la Oficina
Anticorrupción. A su vez, el 16 de julio de 2008, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner dictó el decreto 1157/08 instruyendo al Procurador del Tesoro
para que accione civilmente para obtener la restitución de los bienes y la reparación e indemnización por los daños y perjuicios ocasionados al patrimonio del
Estado Nacional por los ilícitos cometidos durante la investigación del atentado.
61. Este requerimiento formulado por UFI AMIA tras tomar conocimiento por intermedio de un testigo de la existencia de tareas de inteligencia desplegadas
por la PFA que, por tener carácter secreto, no estaban en conocimiento de la instrucción.
A raíz del hallazgo, la procuradora general de la Nación creó el Grupo Especial de Relevamiento
y Análisis Documental (GERAD) con la misión de identificar documentación relevante para la
investigación del atentado65 y, luego, aprobó su protocolo de trabajo sobre el material desclasificado
con el objeto de articular el acceso de todas las partes del expediente principal y las necesidades de
la investigación. Al cierre de este informe, el relevamiento había permitido sistematizar alrededor de
10 mil registros y un total de cerca de 200 mil fojas que representan solo una fracción menor de la
documentación desclasificada y sometida a este proceso.
La tarea del GERAD se concentra en tres grupos de documentos bajo distintos regímenes de guarda
y accesibilidad. El primero está compuesto por los documentos pertenecientes a la Secretaría de
Inteligencia que fueron desclasificados por el decreto 395/15 y están bajo la custodia de la UFI
AMIA (Fondo UFI AMIA). En el marco del proceso de relevamiento, se realizó un inventario total de la
documentación que determinó la existencia de 2047 carpetas. Todas ellas ya fueron digitalizadas y
su contenido está siendo procesado -al cierre de este informe se habían elaborado más de 600 fichas
descriptivas con dicha información66-.
El segundo grupo está conformado por la documentación del Archivo de la Dirección de Inteligencia
de la Policía de la Provincia de Buenos Aires solicitada por las querellas en 1998, en virtud del rol
62. El 6 de agosto de 2014, la PFA envió 3 cajas con documentos y dos días después remitió 12 cajas más que estaban en depósito en la Unidad de Inves-
tigación Antiterrorista. El 2 de septiembre de 2014, la Gendarmería Nacional envió a la UFI AMIA un resumen sobre ciudadanos árabes, dos informes sobre
la Sra. Daniela Laura Rodríguez Piñas producidos por el Escuadrón 33 “San Martin de los Andes”, un anexo fotográfico de 57 tomas y un video cassette del
peritaje 25.665 realizado por la Ex-Dirección de la Policía Científica. Asimismo, la Gendarmería informó que contaban con un depósito con documentación y
elementos de la causa que se encuentra a disposición del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 9. Finalmente, el 6 de agosto de 2014 la
Prefectura Naval respondió que no poseía información de interés para la causa.
El tercer grupo corresponde a la documentación desclasificada por el decreto 395/2015 que está
distribuida en tres depósitos de la AFI -ubicados en las direcciones de Inteligencia Antiterrorista y
Contrainteligencia y en la ex Dirección de Observaciones Judiciales-. Estos documentos fueron objeto
de un proceso denominado “estado de fondo” para determinar su magnitud, ubicación topográfica en
el depósito, estado de conservación, número en metros lineales y las condiciones de preservación y
niveles de acceso de los depósitos67. Los trabajos realizados indican que el primer depósito contaba
con 997 cajas/paquetes distribuidos en 698 metros lineales, que el segundo contiene un fondo
heterogéneo en cuanto a materiales y formatos de 730 metros lineales y que el depósito de la Dirección
de Observaciones Judiciales tenía 465 metros lineales. Es decir que la cantidad aproximada de
documentación en poder de la AFI y sujeta a este proceso es de 1893 metros lineales.
La labor desarrollada reveló que la Secretaría de Inteligencia produjo información antes y después del
atentado que no fue incluida en el envío dispuesto por la resolución “S” 119/05 y que, incluso después
de esa remisión, siguió generando información que tampoco se puso a disposición de la UFI AMIA.
Del mismo modo, también aportó información sobre las rutinas de trabajo y producción de informes
de las fuerzas de seguridad y la Secretaria de Inteligencia, la división de funciones internas entre los
distintos grupos de trabajo, quiénes analizaban el material y con qué metodología, las evaluaciones
de la Secretaría sobre los sucesos relacionados a la causa, el modo en que estas evaluaciones y el
trabajo realizado era compartido con los funcionarios de la administración de justicia y las dinámicas
burocráticas que pudieron dar lugar al encubrimiento actualmente juzgado.
Sin perjuicio de ello, las tareas sobre esta documentación continúan y su utilidad para la investigación
sigue siendo analizada. A través de este trabajo, se espera conseguir contextualizar el modo en que
la información de inteligencia se produjo a lo largo de la investigación con el objetivo de identificar
aquella que fue producida con la intención de desviar la pesquisa o que no fue puesta en conocimiento
de las autoridades por la misma razón y distinguirla de la información certera y confiable sobre los
sucesos. Este trabajo además podría ser útil para comprender los motivos por qué se entorpeció o
desvió la investigación y a quiénes se buscó beneficiar con ello.
67. Ver informe presentado por el coordinador del GERAD a los titulares de la UFI AMIA que luce a fs. 93/206 del legajo N° 421.
En junio de 2015, la UFI AMIA solicitó al PEN que desclasifique los informes presentados en octubre
de 2003 por el director general de Operaciones de la Secretaria de Inteligencia y precise el alcance de
dicha decisión para permitir que las partes puedan acceder a la documentación. Este requerimiento
obtuvo una respuesta favorable del secretario de Inteligencia Oscar Parrili, quien ordenó desclasificar
los informes y estipuló que la UFI AMIA debería arbitrar las medidas de seguridad necesarias para
que las partes compulsen las actuaciones en forma personal y en la sede donde se encuentren, sin
que se permita su reproducción o divulgación68.
El 1° de diciembre de 2015, por otro lado, el PEN dictó el decreto 2704/15 que estableció un
mecanismo de consulta ciudadana y autorizó a los particulares y organismos de derechos humanos
que acrediten un interés legítimo en función de su actuación y trayectoria en la colaboración judicial
en las investigaciones por delitos de lesa humanidad a acceder a toda aquella información contenida
en la Base de Datos de Antecedentes pertenecientes a la Dirección de Gestión de Bases de Datos
y Archivos de Inteligencia de la AFI, que no se encuentre alcanzada por alguna de las excepciones
previstas en su art. 3.
Ya en enero de 2016, por otro lado, el presidente Mauricio Macri dictó el decreto 176/16 que
desclasificó la totalidad de los documentos, archivos e informes en poder de la AFI, el Ministerio
de Relaciones Exteriores y Culto, la Dirección Nacional de Migraciones, las fuerzas armadas y de
seguridad y/o de cualquier otra dependencia de la Administración Pública Nacional “desde el mes de
septiembre de 2012 hasta la actualidad, respecto del fallecido fiscal general Natalio Alberto Nisman,
sea que dicha documentación provenga de organismos de inteligencia nacionales o de servicios
colaterales”.
En mayo de 2016, los titulares de la UFI AMIA, Sabrina Namer, Roberto Salum y Leonardo Filippini69
renovaron la solicitud de desclasificación del remanente de materiales reservados vinculados al
atentado y su encubrimiento que habían formulado en el mes de abril. En su presentación, los
fiscales destacaron la importancia que esta medida tendría para el trabajo de la UFI AMIA y para
individualizar a los funcionarios públicos que entorpecieron u obstruyeron la investigación. Por ello,
solicitaron al presidente de la Nación que instruya a todas las áreas del PEN a fin de que:
69. El 30 de septiembre de 2015, la designación del fiscal Patricio Sabadini como cotitular de la UFI AMIA fue dejada sin efecto por la Resolución MP Nro.
3100/15. El 9 de marzo de 2016 se resolvió designar al fiscal Leonardo Filippini, mediante la Resolución MP Nro. 511/16.
•• Releven del deber de guardar secreto a todo organismo, funcionario o empleado público cual-
quiera sea su rango, función, condición de revista o mandato, incluyendo la participación en
los procesos judiciales de las personas que pudieren ser requeridas.
•• Considere invitar a los gobernadores provinciales a adoptar igual criterio en sus respectivas
jurisdicciones.
Los fiscales también adoptaron un criterio similar respecto del Poder Legislativo donde funciona la
Comisión Bicameral de Seguimiento de Actividades de Inteligencia y funcionó la Comisión Bicameral
de Seguimiento de la Investigación que produjo tres informes70 y cuenta con registros que son todavía
parcialmente reservados71. Por ello, los titulares de la UFI AMIA solicitaron reuniones a los presidentes
de ambas cámaras del Congreso con el fin de articular un proceso de relevamiento de esa información
y se entrevistaron con la vicepresidenta, Gabriela M. Michetti.
Del mismo modo, los fiscales solicitaron concretar acciones para acceder a la información que
pudiera existir en otros Estados y mantuvieron a tal fin una reunión con autoridades del Ministerio de
Relaciones Exteriores y Culto. Por cierto, en su reciente declaración ante la UFI AMIA el expresidente
Menem confirmó que se realizaron consultas a servicios colaterales de diversos estados.
70. Los tres informes producidos por la Comisión desde su conformación -en 1997, 1999 y 2001- contienen un anexo que enumera la documentación
archivada y detalla su clasificación de seguridad. En 2015, esta documentación fue remitida al TOF2 con una nota de remisión de la Comisión Bicameral sin
referencia a clasificación de seguridad alguna.
71. El reglamento de la Comisión Bicameral prevé que toda la documentación recibida será tratada conforme a la clasificación de seguridad con que fuera
remitida y que aquella que sea producida por la propia Comisión será clasificada como “secreta” o “pública”.
Este informe buscó sistematizar las medidas que, a lo largo de más de dos décadas, han ido facilitando
el acceso a la información sobre el atentado y su encubrimiento, marcando un progresivo viraje desde
el secreto hacia la apertura. También, intentó enunciar algunos de los desafíos pendientes y los
problemas generales y particulares de este proceso que, a pesar de las sucesivas gestiones, aún se
encuentra inconcluso.
La investigación del atentado a la sede de la AMIA/DAIA se encuentra atravesada por la tensión que
existe entre el interés estatal en preservar el carácter confidencial de ciertos tramos de la actividad
de sus organismos de inteligencia, las necesidades resultantes de la judicialización, el derecho de
las partes a controlar e intervenir en el proceso y el derecho de las víctimas y sus familiares y de la
sociedad en general a conocer la verdad acerca de lo sucedido.
Esa tensión inicial se encuentra condicionada además por una serie de problemas propios de la
investigación. En primer lugar, tenemos la participación de agentes de inteligencia y de las fuerzas
de seguridad en una trama ilícita -comprobada por la sentencia del TOF3- y potencialmente criminal
que hoy es objeto del juicio oral que se desarrolla ante el TOF2, con intervención de esta Unidad.
En segundo lugar, se existen dificultades resultantes del deficiente registro inicial de las pruebas, la
desaparición de cintas y del mal estado de conservación del material. Las irregularidades pasadas, la
ausencia de inventarios y de hojas de ruta y los varios problemas de resguardo detectados, en efecto,
han socavado y comprometen la calidad de la investigación.
En este contexto, no obstante, la UFI AMIA ha impulsado una serie de medidas dirigidas abiertamente
a relevar de secreto grandes tramos de actividad estatal secreta cuya confidencialidad hoy ya no se
justifica en atención al tiempo transcurrido. Del mismo modo, ha implementado una decidida política
de registro, digitalización y uso de dichos materiales con el control de las partes, a pesar de que, como
reflejó este informe, un cúmulo de medidas pendientes todavía requiere el compromiso de diversos
actores. La reciente sanción de la ley 27.275 que regula el derecho de acceso a la información pública y
establece que los sujetos obligados –entre ellos, los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial–tienen el
deber de proveer información en casos de graves violaciones de derechos humanos, sin excepciones72,
abre nuevas posibilidades en este sentido y podría contribuir a agilizar este proceso.
VII. CUADRO
Decreto 107/01 25/01/01 PEN Incorpora a la Oficina Anticorrupción como integrante de la UEI.
Amplia las facultades del coordinador de la UEI para que pueda solicitar
colaboración, documentación o informes a instituciones o reparticiones
provinciales y órganos de seguridad e inteligencia extranjeros y determina que
Decreto 1198/01 21/09/01 PEN
se dispondrán las medidas necesarias para la protección de testigos e imputados
que declaren en el marco de los procesos judiciales y de las investigaciones
desarrolladas por la UEI.
TOF3
Convoca a 13 funcionarios y/o exfuncionarios de la SIDE a declarar como testigos
Jueces Miguel
y requiere al PEN que releve al secretario de Inteligencia, Hugo ANZORREGUY,
Resolución judicial 809/01 17/10/01 PONS, Gerardo
de la obligación de guardar secreto respecto a las investigaciones vinculadas
LARRAMBEBERE y
con el atentado.
Guillermo GORDO
Declara la nulidad de los arts. 1°, 3°, 4° y 5° del decreto 41/03 y la Res. 2/03 del
Resolución judicial 869 20/02/03 TOF3 secretario de Inteligencia y reitera la citación de los agentes de inteligencia en
los términos del dto. 490/02 y del art. 2 del dto. 41/03.
Autoriza a las partes del juicio por el atentado (causa N° 487/00) a acceder
PEN
Decreto 146/03 05/06/03 al sumario instruido por la resolución 540/00 de la SIDE, con testado de
Néstor KIRCHNER
circunstancias que reflejen el modo de operación de SIDE e identidad de agentes.
Requiere al PEN que reconsidere las resoluciones 35 del 21/01/03 y del 29/01/03
Resolución judicial 886/03 10/06/03 TOF3 y releve a Héctor S. MAIOLO de la obligación de guardar secreto en los términos
del decreto 490/02.
Releva a ANZORREGUY de la obligación de guardar secreto para que declare
en la causa 9789/00 (irregularidades) y sobre la disposición de fondos
Decreto 249/03 24/06/03 PEN
utilizados por la SIDE en operaciones del personal del sector “Sala Patria” y/o
“Contrainteligencia” durante 1996 y 1997.
Ministerio de Justicia y Instruye a la PFA, GNA y PNA para que, conforme el dto. 398/2003, acondicionen
Resolución
54/03 24/07/03 Derechos Humanos un recinto en cada una de las fuerzas para que el Juzgado Federal 9 pueda
ministerial
Gustavo BÉLIZ acceder allí a la documentación clasificada que se encuentre.
Deroga parte de los decretos 249 y 291/03, detalla los procesos donde las
personas relevadas deben declarar y el alcance con que pueden hacerlo y aclara
que las únicas excepciones válidas son las relativas a los agentes de organismos
de inteligencia extranjeros que hubieren colaborado con la investigación judicial
Decreto 785/03 17/09/03 PEN
y la divulgación de secretos que pudieran comprometer la seguridad del Estado.
Asimismo releva de la obligación de secreto a los funcionarios que sucedieron
a ANZORREGUY e instruye al Secretario de Inteligencia que releve a otros
funcionarios del organismo para declarar.
Director General de Autoriza al TOF 2, en el marco de la causa Nro. 1906, a acceder a la documentación,
Resolución 470/16 11/07/16 Inteligencia informe o archivos que la AFI aportó a la investigación del atentado contra la
Gustavo ARRIBAS sede de la AMIA que lleva adelante la UFI AMIA.
Solicita a la UFI AMIA la remisión de los sumarios 540/00 y 473/03 de la SIDE sin
testado alguno y autoriza a las partes a consultarlos en la sede de la UFI AMIA
Resolución judicial S/N 15/09/16 TOF2
o del TOF2, tras asumir el compromiso de abstenerse de reproducir y difundir
dicho material por cualquier medio.
27.275 El Art. 8 de la ley establece que los sujetos obligados –entre ellos, los poderes
Ley
(de acceso a la información 30/09/16 Congreso de la Nación Ejecutivo, Legislativo y Judicial- tienen el deber de proveer información en casos
pública) de graves violaciones de derechos humanos, sin excepciones.