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Comprensión e interpretación
3.1. Inferencias
3.2. Analogía
3.3. Silogismos
3.4. ¿Cómo inferir una palabra
nueva?
3.1. Inferencias
Leer es un proceso que exige generar significados y construir
ideas; uno de los requisitos para llevar a cabo una lectura
comprensiva es que el lector elabore inferencias. Johnston
(1983) afirma que las inferencias constituyen la esencia de la
comprensión de la lectura y que, cuantas más se hagan, mejor
se entenderá el texto.
Las inferencias son estrategias o procesos de pensamiento
que llevan a organizar la información de un texto para darle
significado lógico basándose en la información proporcionada
por el autor y la que posee el lector. En otras palabras “inferir
es sacar a la luz ideas semiocultas de un texto y deducir lo que
nos quiere decir el autor” (Aristizabal, 1999). Tanto en una
película, un cuento, una novela, una poesía, un proverbio, un
chiste o en una canción podemos encontrar información se-
mioculta.
El autor puede utilizar este recurso de ideas implícitas con
diversas intenciones: no repetir información, hacer que la men-
te del lector trabaje, evitar la información explícita y lograr
calidad en el texto.
Hay varias modalidades de razonamiento que también po-
demos considerar como inferencias, o que se relacionan con
esta; entre estas se encuentran la analogía y el silogismo.
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Editorial Politécnico Grancolombiano
3.2. Analogías
La analogía es una modalidad de razonamiento que establece
relaciones de similitud. Ayuda a encontrar un mensaje semio-
culto el cual debe ser deducido por el lector donde se conocen
tres términos y se ignora el cuarto.
Ejemplo:
Página es a libro como sirena : ambulancia.
Calle es a ciudad como timbre : teléfono.
3.3. Silogismo
En esta modalidad, el lector deduce una conclusión o tercera
proposición basándose en dos proposiciones previas.
Ejemplo:
a. Todos los estudiantes del Politécnico Grancolombiano
son responsables.
b. Lucia es estudiante del Politécnico Grancolombiano.
c. Se infiere que Lucia es responsable.
Ejemplo:
a. Los metales son dúctiles
b. El oro es un metal
c. Se infiere que el oro es dúctil.
Ejemplo:
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Manual de lectura y redacción
Principio de discrepancia: Dos cosas de las cuales una es igual
a una tercera y la otra no, no son iguales entre sí.
Ejemplo:
Ejemplo:
a. Todos los boyacenses son colombianos.
b. Pedro y Juan son boyacenses.
c. Se infiere que Pedro y Juan son colombianos.
Ejemplo:
Las fieras no son dignas de confianza.
Se infiere que: el leopardo no es digno de confianza.
Ejemplo:
Un auto no puede ser grande y pequeño al mismo tiempo.
Anita no puede ser una mujer hermosa y fea a la vez.
Ejemplo:
Taller
1. Los siguientes ejemplos son portadores de información
semioculta o implícita, ¿qué nos quiere decir el autor en
cada uno?
a. “A ese juez no le interesa el culpable, si no un culpable”.
Se infiere que:...
b. “Los zancudos y otros insectos son atraídos por luz eléc-
trica”. Se infiere que:...
c. “Todas las mujeres de este grupo son hermosas. Claudia
es de este grupo”. Se infiere que:...
d. La canción dice: “Enterraron por la tarde a la hija de Juan
Simón; y era Simón en el pueblo el único enterrador”. Se
infiere que:...
e. “Hay caminos que al hombre le parecen derechos, pero su
fin es camino de muerte”. Se infiere que:...
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Manual de lectura y redacción
1 Texto tomado de: LORENZ, Konrad. El anillo del rey Salomón. RBA
Editores, S.A, 1993. Barcelona. Pág. 197
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Editorial Politécnico Grancolombiano
Taller
1. Determine los tópicos del texto “Por un país al alcance de
los niños” de Gabriel García Márquez.
2. Elabore un texto expositivo sobre los siguientes temas:
El fútbol
Los deportes
Las mascotas
El tránsito en Bogotá
Los medios de comunicación
La publicidad
Mi música preferida
Mi comida predilecta
5.4. La argumentación
El texto argumentativo es aquel cuyo propósito es convencer o
persuadir al lector. En este tipo de texto se presentan plantea-
mientos que buscan adhesión del lector a las tesis, opiniones
o hechos allí expuestos. Argumentar significa defender ideas,
sustentarlas. Está muy cerca del Derecho y de la discusión
científica.
El procedimiento argumentativo utiliza la sustentación y
la demostración, por medio de razonamientos. Gira en torno
a una o varias tesis, hipótesis o planteamientos acerca de un
problema para lo cual presenta argumentos. Por ejemplo, si se
quiere atacar el uso de celulares en los carros, para lograr el
convencimiento de los interlocutores será necesario acopiar
ejemplos que permitan demostrar los prejuicios de esta práctica.
Un texto argumentativo puede constar de: opiniones o he-
chos que se desean argumentar; presentación de las pruebas
que respaldan la argumentación: datos, casos, alusiones, citas,
estadísticas, testimonios, ejemplos; y una exposición y un de-
sarrollo adecuado y lógico de los argumentos respaldados con
pruebas y no especulaciones o divagaciones.
La forma estructural de un texto de esta naturaleza puede ser:
1. Planteamiento de un problema.
2. Formulación de tesis e hipótesis.
3. Desarrollo de los argumentos.
4. Conclusión.
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Manual de lectura y redacción
5.4.1. Formas de argumentación
Deductiva: como el método científico, va de lo general a lo
particular. Comienza con la enunciación de la tesis, pasa luego
a presentar la información específica que apoya la tesis.
Taller
1. Elabore un texto argumentativo sobre alguno de estos tó-
picos: la legalización de la droga, el aborto o la pena de
muerte.
2. Lea con atención el texto “Por un país al alcance de los
niños” y establezca las tesis propuestas en él por García
Márquez y los argumentos con los cuales las defiende.
Dilucide la estructura de dicho texto.
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Capítulo 7
La redacción
7.2.1. El párrafo
Todo texto está conformado por unidades mínimas de sen-
tido que son las oraciones. A partir de estas se configura el pá-
rrafo, el cual puede contener dos o más oraciones relacionadas
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Taller
1. Determine cada una de las partes del texto de Gabriel
García Márquez: Por un país al alcance de los niños.
2. Investigue en la biblioteca sobre algunos de los siguien-
tes temas. Luego elabore un texto de por lo menos cuatro
párrafos: uno de introducción, dos de desarrollo y uno de
conclusión.
a. El uso de los celulares en los carros.
b. Tener una mascota cuesta.
c. El cuidado del medio ambiente.
d. Retos de la globalización.
e. ¿Cómo prepararnos para las catástrofes?
Taller
1. Con cada uno de los siguientes temas construya párrafos
relacionando la idea central con ideas secundarias con los
propósitos que a continuación de ella se colocan (varíe la
ubicación de la idea principal):
a. Educación en Colombia, una necesidad.
b. La escogencia de su carrera: (relaciones de causa y efecto).
c. Creación de empresa: (relaciones de contraste y compara-
ción).
7.4. La oración
Mientras que el texto se hace comprensible gracias a su co-
herencia lógica u organización macro estructural, como queda
dicho, en el nivel de la sintaxis, la oración es la que contri-
buye a la unidad de sentido con la cual enunciamos nuestros
pensamientos. De acuerdo con Martín Vivaldi en su Curso de
Redacción es necesario adecuar el lenguaje al pensamiento y
no al contrario. Para que las oraciones respondan al propósito
semántico deben estar bien cohesionadas.
Por ejemplo, cuando se dice: “Se venden tableros para ni-
ños porcelanizados”, en realidad se quiere decir: ”Se venden
tableros porcelanizados para niños”; tampoco es necesario de-
cir: ”El postre estaba muy delicioso”, pues con decir “El postre
estaba delicioso”, se significa lo mismo con menos palabras.
La cohesión se establece en el orden lineal, de la frase.
Esto es, en la relación entre sujeto y predicado (sintaxis), en la
concordancia de género, número, tiempos y modos verbales,
en el buen uso de las preposiciones, y de los elementos de enla-
ce, de los signos de puntuación y de la riqueza léxica.
Taller
1. Resuma el argumento del primer capítulo de Don Quijote
en diez oraciones cada una con un solo verbo conjugado.
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Manual de lectura y redacción
7.5. Puntuación
Los signos de puntuación usados en la escritura para indicar las
pausas y el sentido de lo escrito, son: coma, punto y coma, dos
puntos, punto, puntos suspensivos, interrogación, admiración,
paréntesis, comillas, guión, raya, diéresis.
Taller
1. Construya una oración con cada uno de los tres primeros
pasos.
2. En el ejemplo anterior subraye las expresiones adverbiales.
3. Construya una oración con cada una de las expresiones: es
decir, en fin, sin embrago.
Ejemplo:
• La lluvia arreciaba, el viento soplaba con fuerza, la ma-
rejada iba en aumento; pero el barco se mantenía a flote.
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Manual de lectura y redacción
Ejemplo:
• Salió a la calle; más no sabía hacia donde se dirigía.
• Pensó en hablarle, en hacerle frente y aclarar la
situación; pero cuando se encontró ante él no se atrevió.
• Pensaba en ella día y noche, le escribía diariamente;
aunque ella nunca contestaba.
Taller
1. Escriba una oración con cada uno de los casos.
Taller
1. Construya una oración usando los puntos suspensivos
para expresar duda, temor o ironía, o acortar una cita.
Taller
1. Colocar la puntuación en el siguiente texto2:
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Ángel Marcel
8.4. El ensayo
Es mucho lo que se ha dicho y escrito sobre el género ensayo.
A continuación ofrecemos un texto de Susan Sontag que reune
todas sus características:
EL HIJO PRODIGO*
SUSAN SONTAG
Traducción de Andrés Hoyos
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Taller
1. Elabore un ensayo de acuerdo con el tema escogido en
clase para su trabajo final.
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ANTE LA LEY
Franz Kafka, (Publicado por Ediciones del Sur. Mayo de 2003).
DE LAS TRANSFORMACIONES
Friedrich Nietzsche, Así habló Zaratustra
Aquí todo va de mal en peor. La semana pasada se murió mi tía Jacinta, y el sábado,
cuando ya la habíamos enterrado y comenzaba a bajársenos la tristeza, comenzó a llover
como nunca. A mi papá eso le dio coraje, porque toda la cosecha de cebada estaba
asoleándose en el solar. Y el aguacero llegó de repente, en grandes olas de agua, sin darnos
tiempo ni siquiera a esconder aunque fuera un manojo; lo único que pudimos hacer, todos
los de mi casa, fue estarnos arrimados debajo del tejabán, viendo cómo el agua fría que caía
del cielo quemaba aquella cebada amarilla tan recién cortada.
Y apenas ayer, cuando mi hermana Tacha acababa de cumplir doce años, supimos
que la vaca que mi papá le regaló para el día de su santo se la había llevado el río.
El río comenzó a crecer hace tres noches, a eso de la madrugada. Yo estaba muy
dormido y, sin embargo, el estruendo que traía el río al arrastrarse me hizo despertar en
seguida y pegar el brinco de la cama con mi cobija en la mano, como si hubiera creído que
se estaba derrumbando el techo de mi casa. Pero después me volví a dormir, porque reconocí
el sonido del río y porque ese sonido se fue haciendo igual hasta traerme otra vez el sueño.
Cuando me levanté, la mañana estaba llena de nublazones y parecía que había seguido
lloviendo sin parar. Se notaba en que el ruido del río era más fuerte y se oía más cerca. Se
olía, como se huele una quemazón, el olor a podrido del agua revuelta.
A la hora en que me fui a asomar, el río ya había perdido sus orillas. Iba subiendo
poco a poco por la calle real, y estaba metiéndose a toda prisa en la casa de esa mujer que le
dicen la Tambora. El chapaleo del agua se oía al entrar por el corral y al salir en grandes
chorros por la puerta. La Tambora iba y venía caminando por lo que era ya un pedazo de río,
echando a la calle sus gallinas para que se fueran a esconder a algún lugar donde no les llegara
la corriente.
Y por el otro lado, por donde está el recodo, el río se debía de haber llevado, quién
sabe desde cuándo, el tamarindo que estaba en el solar de mi tía Jacinta, porque ahora ya no
se ve ningún tamarindo. Era el único que había en el pueblo, y por eso nomás la gente se da
cuenta de que la creciente esta que vemos es la más grande de todas las que ha bajado el río
en muchos años.
Mi hermana y yo volvimos a ir por la tarde a mirar aquel amontonadero de agua que
cada vez se hace más espesa y oscura y que pasa ya muy por encima de donde debe estar el
puente. Allí nos estuvimos horas y horas sin cansarnos viendo la cosa aquella. Después nos
subimos por la barranca, porque queríamos oír bien lo que decía la gente, pues abajo, junto
al río, hay un gran ruidazal y solo se ven las bocas de muchos que se abren y se cierran y
como que quieren decir algo; pero no se oye nada. Por eso nos subimos por la barranca, donde
también hay gente mirando el río y contando los perjuicios que ha hecho. Allí fue donde
supimos que el río se había llevado a la Serpentina, la vaca esa que era de mi hermana Tacha
porque mi papá se la regaló para el día de su cumpleaños y que tenía una oreja blanca y otra
colorada y muy bonitos ojos.
No acabo de saber por qué se le ocurriría a la Serpentina pasar el río este, cuando
sabía que no era el mismo río que ella conocía de a diario. La Serpentina nunca fue tan
atarantada. Lo más seguro es que ha de haber venido dormida para dejarse matar así nomás
por nomás. A mí muchas veces me tocó despertarla cuando le abría la puerta del corral porque
si no, de su cuenta, allí se hubiera estado el día entero con los ojos cerrados, bien quieta y
suspirando, como se oye suspirar a las vacas cuando duermen.
Y aquí ha de haber sucedido eso de que se durmió. Tal vez se le ocurrió despertar al
sentir que el agua pesada le golpeaba las costillas. Tal vez entonces se asustó y trató de
regresar; pero al volverse se encontró entreverada y acalambrada entre aquella agua negra y
dura como tierra corrediza. Tal vez bramó pidiendo que le ayudaran. Bramó como solo Dios
sabe cómo.
Yo le pregunté a un señor que vio cuando la arrastraba el río si no había visto también
al becerrito que andaba con ella. Pero el hombre dijo que no sabía si lo había visto. Solo dijo
que la vaca manchada pasó patas arriba muy cerquita de donde él estaba y que allí dio una
voltereta y luego no volvió a ver ni los cuernos ni las patas ni ninguna señal de vaca. Por el
río rodaban muchos troncos de árboles con todo y raíces y él estaba muy ocupado en sacar
leña, de modo que no podía fijarse si eran animales o troncos los que arrastraba.
Nomás por eso, no sabemos si el becerro está vivo, o si se fue detrás de su madre río
abajo. Si así fue, que Dios los ampare a los dos.
La apuración que tienen en mi casa es lo que pueda suceder el día de mañana, ahora
que mi hermana Tacha se quedó sin nada. Porque mi papá con muchos trabajos había
conseguido a la Serpentina, desde que era una vaquilla, para dársela a mi hermana, con el fin
de que ella tuviera un capitalito y no se fuera a ir de piruja como lo hicieron mis otras dos
hermanas, las más grandes.
Según mi papá, ellas se habían echado a perder porque éramos muy pobres en mi casa
y ellas eran muy retobadas. Desde chiquillas ya eran rezongonas. Y tan luego que crecieron
les dio por andar con hombres de lo peor, que les enseñaron cosas malas. Ellas aprendieron
pronto y entendían muy bien los chiflidos, cuando las llamaban a altas horas de la noche.
Después salían hasta de día. Iban cada rato por agua al río y a veces, cuando uno menos se
lo esperaba, allí estaban en el corral, revolcándose en el suelo, todas encueradas y cada una
con un hombre trepado encima.
Entonces mi papá las corrió a las dos. Primero les aguantó todo lo que pudo; pero más
tarde ya no pudo aguantarlas más y les dio carrera para la calle. Ellas se fueron para Ayutla
o no sé para dónde; pero andan de pirujas.
Por eso le entra la mortificación a mi papá, ahora por la Tacha, que no quiere vaya a
resultar como sus otras dos hermanas, al sentir que se quedó muy pobre viendo la falta de su
vaca, viendo que ya no va a tener con qué entretenerse mientras le da por crecer y pueda
casarse con un hombre bueno, que la pueda querer para siempre. Y eso ahora va a estar difícil.
Con la vaca era distinto, pues no hubiera faltado quién se hiciera el ánimo de casarse con
ella, solo por llevarse también aquella vaca tan bonita.
La única esperanza que nos queda es que el becerro esté todavía vivo. Ojalá no se le
haya ocurrido pasar el río detrás de su madre. Porque si así fue, mi hermana Tacha está tantito
así de retirado de hacerse piruja. Y mamá no quiere.
Mi mamá no sabe por qué Dios la ha castigado tanto al darle unas hijas de ese modo,
cuando en su familia, desde su abuela para acá, nunca ha habido gente mala. Todos fueron
criados en el temor de Dios y eran muy obedientes y no le cometían irreverencias a nadie.
Todos fueron por el estilo. Quién sabe de dónde les vendría a ese par de hijas suyas aquel
mal ejemplo. Ella no se acuerda. Le da vueltas a todos sus recuerdos y no ve claro dónde
estuvo su mal o el pecado de nacerle una hija tras otra con la misma mala costumbre. No se
acuerda. Y cada vez que piensa en ellas, llora y dice: “Que Dios las ampare a las dos.”
Pero mi papá alega que aquello ya no tiene remedio. La peligrosa es la que queda
aquí, la Tacha, que como palo de ocote crece y crece y que ya tiene unos comienzos de senos
que prometen ser como los de sus hermanas: puntiagudos y altos y medio alborotados para
llamar la atención.
-Sí -dice-, le llenará los ojos a cualquiera dondequiera que la vean. Y acabará mal;
como que estoy viendo que acabará mal.
Esa es la mortificación de mi papá.
Y Tacha llora al sentir que su vaca no volverá porque se la ha matado el río. Está aquí
a mi lado, con su vestido color de rosa, mirando el río desde la barranca y sin dejar de llorar.
Por su cara corren chorretes de agua sucia como si el río se hubiera metido dentro de ella.
Yo la abrazo tratando de consolarla, pero ella no entiende. Llora con más ganas. De
su boca sale un ruido semejante al que se arrastra por las orillas del río, que la hace temblar
y sacudirse todita, y, mientras, la creciente sigue subiendo. El sabor a podrido que viene de
allá salpica la cara mojada de Tacha y los dos pechitos de ella se mueven de arriba abajo, sin
parar, como si de repente comenzaran a hincharse para empezar a trabajar por su perdición…
FIN
Entrada “ABEJAS” en el Diccionario filosófico de Voltaire.