Origen de Una Hoja

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Origen de una hoja:

La hoja es una estructura que se encuentra en las plantas y se origina a partir de una yema
vegetativa en el tallo o en las ramas. Esta yema se desarrolla y forma una estructura
aplanada, que es la hoja. La hoja tiene una serie de partes, como la lámina, el pecíolo y la
nervadura, que son esenciales para su funcionamiento.
El proceso de formación de la hoja comienza con la división celular en la yema vegetativa.
Las células se dividen y crecen, formando una protuberancia en el tallo o en la rama. Esta
protuberancia se desarrolla en una estructura aplanada que se va diferenciando en las
diferentes partes de la hoja.
Una vez formada, la hoja realiza varias funciones esenciales para la planta, como la
fotosíntesis, la transpiración y la respiración. Además, las hojas también pueden tener otras
funciones, como la defensa contra depredadores o la captación de nutrientes.
Después lees la diapositiva.

Funciones de las hojas:


Las hojas son estructuras muy importantes para las plantas, ya que tienen diversas
funciones esenciales para su crecimiento y supervivencia. Algunas de las funciones más
importantes de las hojas son:
Fotosíntesis: Las hojas son los principales órganos encargados de realizar la fotosíntesis,
un proceso mediante el cual las plantas utilizan la energía del sol para producir glucosa a
partir del dióxido de carbono y el agua. La clorofila presente en las hojas es la encargada de
capturar la energía del sol y convertirla en energía química.
Transpiración: Las hojas también tienen la función de regular la pérdida de agua de la
planta a través de la transpiración. Las hojas tienen pequeños orificios llamados estomas
que regulan el intercambio de gases y la transpiración, lo que ayuda a mantener el
equilibrio hídrico en la planta.
Respiración: Las hojas también realizan la respiración, un proceso mediante el cual las
plantas convierten la glucosa en energía utilizable. Durante la respiración, las hojas toman
oxígeno del aire y liberan dióxido de carbono.
Almacenamiento de nutrientes: Algunas hojas pueden almacenar nutrientes, como en el
caso de la remolacha o la zanahoria, que almacenan carbohidratos en sus hojas.
Defensa contra depredadores: Algunas hojas tienen estructuras como espinas o pelos que
las protegen de los depredadores.
Identificación: Las hojas pueden ser útiles para la identificación de plantas, ya que pueden
variar en tamaño, forma, color y textura según la especie
Morfología de las hojas, hipopolio:
La morfología de las hojas varía dependiendo de la especie de planta. Sin embargo, la
mayoría de las hojas tienen una estructura básica que incluye una lámina y un pecíolo.
La lámina es la parte más visible de la hoja y es generalmente plana y delgada. La lámina
puede tener diferentes formas, como ovaladas, lanceoladas, redondeadas o lobuladas,
dependiendo de la especie de la planta. La lámina puede ser lisa o tener una superficie
rugosa, y puede estar cubierta por una cutícula cerosa que ayuda a la planta a retener la
humedad.
El pecíolo es la parte de la hoja que une la lámina con el tallo de la planta. El pecíolo puede
ser corto o largo, y su forma puede variar dependiendo de la especie de la planta. El pecíolo
también puede contener vasos conductores que transportan agua y nutrientes desde el tallo
hasta la hoja.
En cuanto al hipopodio, es una estructura que se encuentra en algunas plantas acuáticas. Es
una especie de hoja modificada que se encuentra debajo de la lámina de la hoja. El
hipopodio tiene forma de disco y se encuentra sumergido en el agua. El hipopodio ayuda a
la planta a flotar y a mantenerse estable en el agua. Además, también puede contener
células especializadas que realizan la fotosíntesis.

Acrófilo:
Un acrófilo es un término utilizado para describir una hoja o estructura foliar que crece en
un ambiente seco o en la parte superior de una planta. Este término se utiliza en
contraposición a hidrófilo, que describe una hoja o estructura foliar que crece en un
ambiente húmedo o acuático.
Las hojas acrófilas suelen tener una serie de adaptaciones que les permiten sobrevivir en
ambientes secos. Por ejemplo, pueden tener una menor superficie de hojas en comparación
con otras hojas de la planta, lo que reduce la pérdida de agua por transpiración. También
pueden tener una forma más esférica o en forma de cono, lo que ayuda a reducir la
exposición de la superficie de la hoja al sol y a la evaporación del agua.
Las plantas que viven en ambientes áridos o desérticos suelen tener hojas acrófilas, como
cactus, suculentas y plantas adaptadas a la vida en zonas de alta montaña. Estas plantas han
desarrollado adaptaciones específicas para sobrevivir en ambientes secos, como la
capacidad de almacenar agua en sus tallos y hojas, y la habilidad de cerrar sus estomas
durante el día para reducir la pérdida de agua.
División de la lámina, hojas simples, hojas compuestas y la forma de la lámina:
La lámina de la hoja es la parte más ancha y plana de la misma y se puede dividir en
diferentes partes o secciones. A continuación, se describen las principales divisiones de la
lámina de la hoja:
Base: Es la parte más cercana al pecíolo, donde la lámina se une al tallo de la planta.
Ápice: Es la parte más alejada del pecíolo, la punta de la hoja.
Borde o margen: Es el contorno de la hoja, que puede ser liso o presentar diferentes tipos
de incisiones o dientes, como serrado, lobulado, dentado, entre otros.
Nervadura: Es la estructura que da soporte a la hoja y transporta la savia. Las nervaduras
principales se extienden desde la base hasta el ápice de la hoja y se ramifican en nervaduras
secundarias y terciarias.
Limbo: Es la parte central y más ancha de la hoja, que se encuentra entre la base y el ápice.
Pecíolo: Es la parte estrecha que conecta la lámina con el tallo de la planta.
Estípulas: Son estructuras pequeñas y a menudo en forma de hoja que se encuentran en la
base del pecíolo.

Hojas simples y Hojas compuestas:


La hoja simple tiene un limbo sin partir o, aunque este limbo esté partido, las divisiones no
llegan hasta el nervio principal, son aquellas que tienen una sola lámina, sin estar dividida
en folíolos. Pueden tener diferentes formas y bordes, como ovaladas, redondeadas,
lobuladas, serradas, etc. Las hojas simples son características de muchas plantas, como la
mayoría de los árboles y arbustos.
Por otro lado, las hojas compuestas son aquellas que el limbo está dividido en fragmentos
que llegan al nervio principal, tienen una lámina dividida en varias partes llamadas folíolos.
Los folíolos pueden estar dispuestos en diferentes formas y patrones, como pinnados,
palmados, trifoliados, entre otros. Las hojas compuestas son características de muchas
plantas, como el trébol, el castaño de indias, el fríjol, entre otras.
Hay diferentes tipos de hojas compuestas según la disposición de los folíolos. Las hojas
compuestas pinnadas tienen folíolos dispuestos en ambos lados de un raquis central, como
en la hoja del nogal. Las hojas compuestas palmadas tienen varios folíolos que parten de un
punto central, como en la hoja del arce. Las hojas compuestas trifoliadas tienen tres
folíolos, como en la hoja del trébol.
En general, las hojas simples y compuestas tienen diferentes adaptaciones y características
que les permiten cumplir funciones específicas dentro de la planta, como la realización de
la fotosíntesis, la regulación de la transpiración y la protección contra el daño por
herbívoros y agentes externos.

La forma de la lámina:
La forma de la lámina de la hoja se refiere a la apariencia general de la lámina, que puede
variar desde formas simples y regulares hasta formas complejas e irregulares. A
continuación, se describen algunos de los tipos de forma de la lámina de la hoja más
comunes:
Lanceolada: La hoja tiene una forma de lanza, con la base ancha y el ápice estrecho.
Ovalada: La hoja tiene una forma ovalada, con los bordes curvados y la base ligeramente
redondeada.
Cordada: La hoja tiene una forma de corazón, con una base ancha y una punta afilada.
Redondeada: La hoja tiene una forma redondeada, con los bordes curvados y la base y el
ápice redondeados.
Elíptica: La hoja tiene una forma alargada y ovalada, con los bordes paralelos y la base y el
ápice redondeados.
Ovada: La hoja tiene una forma ovalada, con la base más ancha que el ápice.
Acicular: La hoja tiene una forma de aguja, con el ápice afilado y la base estrecha.
Espatulada: La hoja tiene una forma de espátula, con la base ancha y el ápice estrecho.
Lineal: La hoja tiene una forma alargada y estrecha, con los bordes paralelos y la base y el
ápice redondeados.
Reniforme: La hoja tiene una forma de riñón, con la base ancha y el ápice estrecho.
La forma de la lámina de la hoja puede ser utilizada como un criterio de identificación de
las plantas, ya que es una característica muy distintiva y puede variar ampliamente entre las
diferentes especies. Además, la forma de la lámina también puede estar relacionada con la
función de la hoja dentro de la planta, como la absorción de la luz, la protección contra los
herbívoros y la regulación de la transpiración.

Indumento y nervadura:
El indumento y la nervadura son características importantes de la morfología de las hojas.
El indumento se refiere al tipo y densidad de los pelos o tricomas que cubren la superficie
de la hoja. Los tricomas pueden ser unicelulares o multicelulares, y pueden tener diferentes
formas y tamaños. Algunas plantas tienen un indumento muy denso que cubre toda la
superficie de la hoja, mientras que otras tienen un indumento más escaso o no tienen ningún
tipo de pelo.
El indumento puede cumplir diferentes funciones, como proteger la hoja contra la radiación
solar, la pérdida de agua y la herbivoría, o ayudar a la planta a capturar el agua y los
nutrientes del suelo.
La nervadura se refiere a la disposición y patrón de las venas que recorren la lámina de la
hoja. Las venas pueden ser de diferentes tipos, como las venas principales o nervadura
central, las venas secundarias o nervadura secundaria, y las venas menores o nervadura
terciaria.
La nervadura puede tener diferentes patrones, como la nervadura paralela, que se encuentra
en las hojas de monocotiledóneas, donde las venas principales son paralelas entre sí y no
forman una nervadura central evidente, y la nervadura reticulada, que se encuentra en las
hojas de dicotiledóneas, donde las venas principales se ramifican y forman una red
compleja de venas.
La nervadura puede ser utilizada como un criterio de identificación de las plantas, ya que es
una característica muy distintiva y puede variar ampliamente entre las diferentes especies.
Además, la nervadura también puede estar relacionada con la función de la hoja dentro de
la planta, como la absorción de la luz, la conducción del agua y los nutrientes, y la
regulación de la transpiración.

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