Parte 1: Cáncer, Clasificación Y Epidemiología ¿Qué Es El Cáncer?
Parte 1: Cáncer, Clasificación Y Epidemiología ¿Qué Es El Cáncer?
Parte 1: Cáncer, Clasificación Y Epidemiología ¿Qué Es El Cáncer?
¿QUÉ ES EL CÁNCER?
El término cáncer engloba un grupo numeroso de enfermedades que se caracterizan por el desarrollo de
células anormales, que se dividen, crecen y se diseminan sin control en cualquier parte del cuerpo.
Las células normales se dividen y mueren durante un periodo de tiempo programado. Sin embargo, la célula
cancerosa o tumoral “pierde” la capacidad para morir y se divide casi sin límite. Tal multiplicación en el
número de células llega a formar unas masas, denominadas “tumores” o “neoplasias”, que en su expansión
pueden destruir y sustituir a los tejidos normales.
A. Las células normales se dividen de forma controlada. Cuando una célula normal desarrolla
mutaciones u otras alteraciones que no pueden ser adecuadamente reparadas activa su propio
programa de muerte celular para así controlar su desarrollo y crecimiento. Este proceso es conocido
como “apoptosis”.
B. Las células cancerosas desarrollan mutaciones que no son reparadas y pierden la capacidad para
morir.
Algunos cánceres pueden no formar tumores, como sucede típicamente en los de origen sanguíneo. Por otra
parte, no todos los tumores son “malignos” (cancerosos), hay tumores que crecen a un ritmo lento, que no se
diseminan ni infiltran los tejidos los vecinos y se los considera “benignos”.
Los tumores benignos son de crecimiento lento, no se propagan a otros tejidos adyacentes, no hacen
metástasis y raramente recidivan tras ser extirpados. Las células de los tumores benignos permanecen juntas
y a menudo se rodean por una membrana de contención o cápsula; además estos tumores generalmente no
suponen una amenaza para la vida, se pueden extirpar y generalmente, no reaparecen.
Los tumores malignos son de crecimiento rápido, descontrolado e independiente del tejido donde comenzó
el crecimiento. Se propagan a otros tejidos, dando lugar a metástasis diseminadas por el organismo y
recidivan con frecuencia tras ser extirpados, lo que provoca la muerte del individuo en un periodo de tiempo
variable si no se somete a tratamiento.
El término neoplasia significa tejido de nueva formación. Se utiliza para designar una masa anormal de
tejido causada por la multiplicación a un ritmo superior a lo normal de las células que lo constituyen, con un
sobrecrecimiento que está descoordinado con el de los tejidos normales y que persiste en su anormalidad
después de que haya cesado el estímulo que provocó el cambio. Normalmente se aplica de forma genérica a
los tumores malignos, por lo que se utiliza como sinónimo de cáncer.
En la actualidad se conocen más de 200 tipos diferentes de cáncer, que pueden afectar a personas de todas la
edades y que pueden dañar una gran diversidad de tejidos.
El tipo de cáncer se define entre otras cosas por el tejido u órgano en el que se ha originado. Todos los
tumores, benignos y malignos, tienen dos componentes básicos en su estructura: las células proliferativas del
propio tumor y que constituyen su parénquima, y por otro lado su estroma de sostén, integrado por ejido
conectivo y vasos sanguíneos formados por tejidos no tumorales cuya formación ha sido inducida por el
propio tumor.
Tumores benignos: terminan con el sufijo –oma. En algunos casos derivados de tejido epitelial se
utiliza el sufijo –adenoma.
Tumores malignos: se suele utilizar el sufijo –sarcoma o –carcinoma. Algunos de los más
frecuentes son:
- Carcinomas. Se trata de cánceres que se originan a partir de células epiteliales. Estas son células
que tapizan la superficie de órganos, glándulas o estructuras corporales. Representan más del
80% de la totalidad de los cánceres, incluyendo las variedades más comunes de cáncer de
pulmón, mama, colon, próstata, páncreas y estómago, entre otros.
- Sarcomas. Son cánceres que se forman a partir del llamado tejido conectivo o conjuntivo, del que
derivan los músculos, los huesos, los cartílagos o el tejido graso. Los más frecuentes son los
sarcomas óseos.
- Gliomas. Derivan de células gliales que sirven de apoyo al tejido nervioso.
- Leucemias y linfomas. Son cánceres hematológicos.
Desde el punto de vista epidemiológico, existen una serie de factores que intervienen de forma apreciable en
la predisposición de la población a desarrollar una enfermedad neoplásica. Entre ellos se encuentran:
Edad: de forma general, a probabilidad de desarrollar un cáncer aumenta con la edad, lo cual puede
explicarse por la acumulación de mutaciones somáticas asociadas a la aparición de tumores malignos
y también puede influir el deterioro de la inmunocompetencia asociada a la edad.
Sexo: en general, el cáncer es más frecuente en hombres que en mujeres y presenta una mayor
mortalidad.
Factores ambientales: las sociedades industrializadas exponen a su población a numerosos agentes
tóxicos ambientales, tanto en el aire como en el agua y alimentos, que actúan como agentes
carcinogénicos.
Dieta: en la alimentación que se ingieren habitualmente podemos encontrar, por un lado, elementos
que ayuden a disminuir el riesgo de cáncer como puede ser la fruta, verduras, etc. Pero también
podemos ingerir sustancias que favorezcan la aparición de tumores como conservantes artificiales,
contaminación con metales pesados, etc.
Tabaco y alcohol: a pesar de ser hábitos socialmente aceptados y muy extendidos en la sociedad,
ambos elementos se asocian de manera muy clara con algunos procesos tumorales (tabaco se
considera causante del 77% de cáncer de plumón en hombres y del 43% en mujeres).
Radiaciones ionizantes: son agentes carcinógenos probados y pueden actuar en todas las etapas de
la carcinogénesis. La mayor fuente de exposición de la población se encuentra en los métodos
diagnósticos y terapéuticos utilizados en la actualidad.
Factores hereditarios: en ocasiones, los tumores se desarrollan como consecuencia de actuaciones
de factores personales o heredados, modulados por factores ambientales. Esta herencia se manifiesta
en situaciones de síndromes neoplásicos congénitos, asociados a mutaciones conocidas en algún gen
que se transmite por herencia genética autosómica dominante a cánceres familiares que se asocian
con la herencia de genes mutados y aumentan la incidencia en miembros de una misma familia o a
síndromes que producen cáncer por mecanismos indirectos, que se relacionan con la herencia
autosómica recesiva o ligada al sexo y con defectos en la reparación del ADN.