Devocional Valientes
Devocional Valientes
Devocional Valientes
Los Valientes son aquellos que no temen trabajar bajo condiciones extremas.
Logran grandes resultados en las peores condiciones.
Ser realmente valiente no es pelear con cualquier que se te ponga en frente, no es ofrecer unos cuantos
golpes a alguien, ni mucho menos hacer lo que muchos te animan a hacer cuando eso es incorrecto
delante de los ojos de Dios.
La valentía que Dios demanda de nosotros no tiene que ver con una fuerza física, sino más bien con un
deseo y una decisión de ser fieles a Él.
Y es que hay que ser valiente para tomar la decisión de ser fiel a Dios en medio de un mundo infiel. Hacia
donde veamos hay gente que hace el mal y también muchas tentaciones que nos invitan a hacer lo
contrario a lo que nuestras convicciones espirituales nos dictan.
Y es que hay que reconocer que es muy fácil hacer lo malo, es fácil ir y satisfacer nuestros deseos más
bajos, pero no lo es el abstenerse de hacer lo incorrecto o ser fiel a Dios, porque eso solo los realmente
valientes lo pueden lograr.
Dios le daba un consejo a Josué y le decía: “Sólo te pido que seas muy fuerte y valiente. Así podrás
obedecer siempre todas las leyes que te dio mi servidor Moisés. No desobedezcas ni una sola de ellas, y
te irá bien por dondequiera que vayas.” Josué 1:7 (Traducción en lenguaje actual). En pocas palabras
hay que ser fuerte y valiente para obedecer a Dios.
¿Qué tan valiente estas siendo? ¿Estás haciendo aun lado aquello que ofende a Dios ó estas cayendo
frecuentemente en eso que no es correcto?
Dios te ha dotado de valentía, esa valentía que Él nos da cuando decidimos rendirnos a Él, hoy te invito a
rendirte delante del Señor, a reconocer tu necesidad de Él y tus debilidades, pero sobre todo a armarte
de valentía para entender que Dios está a tu lado siempre y Él te ayudará a vencer aquello que hasta hoy
creías que era casi imposible de vencer.
Valientes: David, el pequeño valiente
Día 2
Sean fuertes y valientes. No teman ni se asusten ante esas naciones, pues el
Señor su Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandonará.
Deuteronomio 31:6
SABÍAS QUE: Goliat medía casi tres metros, que su armadura pesaba probablemente más que David, y
que todo el ejército de Israel huía y se atemorizaba ante su presencia? David no era parte del ejército, era
sólo un joven pastor de ovejas, que había ido a llevar comida para sus hermanos quienes sí estaban en el
ejército. Pero estando ahí pudo escuchar como Goliat retaba al pueblo de Israel, y los atemorizaba por su
enorme tamaño, El reto era muy serio, pues si perdían, tendrían que convertirse en sus esclavos. Sin
embargo, David no se atemorizó ante aquel gigante que lanzaba amenazas contra su pueblo. Por el
contrario él se indignó y decía “¿Quién es este filisteo pagano al que sele permite desafiar al ejército del
Dios de los vivientes? Lo que sucede es que él no veía el tamaño de Goliat, el veía la grandeza de su Dios.
En la vida a veces estamos llenos de gigantes que nos atemorizan, pueden ser deudas, enfermedad,
personas, soledad, problemas familiares, vicios, etc. Pero así como David, necesitas conocer a Dios, para
que comprendas que cualquier gigante es pequeño comparado con Él. No hay nada que #Jesucristo no
pueda lograr. #Dios quiere que le conozcas por medio de su Palabra, y que le hables desde lo profundo de
tu corazón, y al poner tu confianza en Él, por tu fe y por su gracia, Él derribará aquel gigante que no te
deja avanzar. Cualquier batalla que estés librando, Jesús la peleará por ti. Así que puedes decir con
confianza las palabras que dijo David al gigante: JEHOVÁ TE ENTREGARÁ HOY EN MI MANO, Y YO TE
VENCERÉ” 1Samuel 17:46a RVR60) Medita en esto, da un paso de fe y descansa en el Señor. 1º Samuel
17.45–46 (RVR60) (Lee 1 Samuel 17)
En el peor de los momentos que enfrentaba el pueblo judío, Dios proveyó de rescate a través de Ester. De
una manera mucho más asombrosa, en el peor de los momentos que enfrentaba la humanidad, la
condena a la muerte eterna, y contra el peor de los enemigos, nuestro propio pecado, Dios proveyó
rescate en sí mismo a través de Su muerte en una cruz.
“Ester es una historia de triunfo que surgió de la tragedia, el éxtasis que brotó de la agonía, celebración
que surgió de la devastación. Esta puede ser tu historia”.
Hoy tú puedes ser un instrumento en las manos de Dios, para cambiar el destino de una nación. Pide al
Señor que use tu vida para ir donde más necesidad hay ¿recuerdas en este instante a alguien en esa
condición?
No hay nada más alentador que estar seguros de que estamos en las manos de Dios. Entonces, no
importa cuáles sean las circunstancias. No importa lo que suceda, podemos mantenernos firmes.
Podemos estar pasando por una enfermedad complicada, pero sabemos que estamos en la voluntad de
Dios. Podemos enfrentar una situación amenazante, pero sabemos que estamos en la voluntad de Dios.
Podemos tener todas las circunstancias en contra nuestra, pero sabemos que estamos en la voluntad de
Dios. Nada intimida a los que saben que lo que creen está basado en lo que Dios ha dicho. La ecuación
nunca es 850 contra uno. Es 850 contra uno, más Dios.
Cuando sabemos que estamos en la voluntad de Dios somos invencibles.
Elías no se sintió intimidado en ningún momento. En este pasaje, habla siete veces y cada vez que lo hace
está mandando. Sí, todas las veces. No cambió de posición, no tartamudeó, no insinuó; dio una orden. No
estuvo a la defensiva; estuvo en la ofensiva. Sabía dónde estaba parado. ¿Sabe cuál es la palabra para
describir eso? Invencible.