Adversidades
Adversidades
Adversidades
Aunque las Escrituras no mencionan una edad exacta, se estima que David fue escogido para ser
rey cuando era adolescente (1 S. 16:1-13). Habrá parecido en ese momento que su vida estaba
resuelta y, sin embargo, a partir de ahí los problemas no se hicieron esperar.
De ser un simple pastor de ovejas, David fue llamado a tocar música para el rey Saúl, donde se
desempeñó con excelencia (1 S. 16:22-23). Además de eso, se convirtió en un héroe de guerra al
enfrentar y matar a Goliat, quien amenazaba al pueblo (1 S. 17). ¿Cuál fue su recompensa? El odio
de Saúl, quien se llenó de envidia, a partir de ese momento no perdió ocasión para tratar de
matarlo. David tocaba el arpa para traer paz al alma de Saúl, y el rey aventaba una lanza para
tratar de clavarlo en la pared. David seguía tocando, el rey aventaba otra lanza. ¿Alguna vez has
tenido un jefe así?
Fue tal el peligro en medio de la adversidad que David prefirió huir para evitar los ataques de Saúl,
y refugiarse en otras regiones. (1 S. 21). De ser un héroe pasó a fingirse loco para evitar ser
atacado (1 S. 21:12-15). Saúl continuó persiguiéndolo, asesinando a quienes le ayudaban (1 S.
22:6-19). De esta forma David comenzó a juntarse con afligidos y amargados (1 S. 22-1-2), a
quienes posteriormente convertiría en su ejército. Entre las montañas convivió con pueblos que lo
traicionaron, rechazaron, o que tras las dificultades se encendían en ira planeando su muerte.
En fin, no sería sino hasta muchos años y mucha adversidad después, que David podría ejercer las
funciones de un rey (2 S. 5:4). Sin embargo, durante su tiempo de exilio, David eligió caminar con
integridad, respetando aún al rey que lo perseguía. En dos ocasiones tuvo oportunidad de matar a
Saúl, pero escogió no tocar al “ungido de Jehová” (2 S. 24, 26). Y cuando la gente planeaba
apedrearlo, David “se fortaleció en Jehová su Dios” (1 S. 6:30). Las dificultades le permitieron
crecer en sabiduría en medio de persecución e incertidumbre. Aquél grupo de hombres
amargados se convirtió con el tiempo en un ejército de valientes bajo su dirección (2 S. 23:8-39).
Es una mentira pensar que si haces las cosas de cierta manera, siempre te irá bien. Dice la Palabra
que Dios hace “que llueva sobre justos e injustos” (Mt 5:45). Ser una buena persona muchas veces
no evitará que se desinfle una llanta de tu carro camino al trabajo, que alguien en tu familia se
enferme, o que seas despedido en un recorte masivo. A veces las cosas malas suceden, aunque no
las busques o merezcas.
La pregunta no es si la adversidad llegará a tu vida (puedes estar seguro de que lo hará), sino más
bien ¿cuál será tu reacción? Puedes enojarte o llenarte de tristeza, pero también puedes aprender
a responder como lo hizo David. Toma en cuenta los siguientes consejos:
1. Adora al Señor
David no maldijo ni culpó a nadie, y tampoco se quejó; de hecho muchos de los salmos fueron
escritos por él cuando se encontraba en angustia.
“Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; mi escudo,
y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio. Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, y
seré salvo de mis enemigos” (Sal. 18:1-3).
El Señor no es un dios ciego, sordo, o mudo. El envió a su hijo a morir y resucitar por ti y por mi, de
tal forma que ahora vive intercediendo a nuestro favor. Más aún Dios no nos ha dejado huérfanos
sino que envió a su Espíritu Santo para guiarnos. No hay lugar al que podamos ir, en donde El no
esté; y en sus tiempos, nuestro Señor responde.
“En cuanto a Dios, perfecto es su camino, y acrisolada la palabra de Jehová; escudo es a todos los
que en él esperan” (Sal. 18:28).
“Claman los justos, y Jehová oye, y los libra de todas sus angustias. Cercano está Jehová a los
quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu” (Sal. 34:17-18).
Enfócate en El
Cuando te encierras en ti mismo sintiéndote mal y teniéndote lástima, nada sucede. Pero si
apartas un poco la vista de tu adversidad y volteas hacia Dios, declarando que Él es perfecto,
misericordioso y bueno, recordarás Su poder ante tus problemas. Dios es quien te protege (Sal.
91:1-3) y te provee (Fil. 4:19), tu Dios de paz y tu buen pastor (Jn. 10:11). El Señor es tu amparo y
fortaleza en medio de la tribulación (Sal. 46:1).
Job nunca pudo entender porque sufrió, pero reconocía la soberanía de Dios y comprendía que la
sabiduría del Señor estaba por encima de la suya (Job 12:13). El perdió sus hijos, propiedades, e
incluso su salud. Su esposa le aconsejó maldecir a Dios (Job 2:9), y sus amigos lo culparon por sus
desgracias (Job 4). Cabe aclarar que hay ocasiones en las que el sufrimiento sí es consecuencia de
nuestros pecados, mas otras veces las aflicciones llegan aún cuando nos encontramos haciendo lo
correcto.
El apóstol Pablo acostumbraba enviar palabras de aliento a sus hermanos en las iglesias, mientras
él se encontraba encerrado en la cárcel. En medio de roedores y aguas negras, Pablo decidía
adorar al Señor. Tu puedes responder de la misma forma al dolor y aflicción, dejando de mirar tu
situación y comenzando a enfocarte en Dios. Aún en medio de la tristeza y oscuridad, el Señor
sigue siendo santo, fiel, puro, y merece ser adorado.
“Alabad a Jehová, porque Él es bueno; porque para siempre es su misericordia” (Sal. 118:1).
2. Confía en el Señor
David pasó más de 10 años lejos de casa, y en ese tiempo tuvo que aprender a apoyarse en el
Señor. Lejos de su hogar, en compañía de un grupo de amargados, y viviendo sin lugar fijo en las
montañas, David decidió confiar y apoyarse en el Señor, y al hacerlo descubrió que Dios es fiel.
“Jehová, roca mía y castillo mío, mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; mi escudo, y
la fuerza de mi salvación, mi alto refugio. Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, y seré
salvo de mis enemigos” (Sal. 18:2).
Cuando el Señor comienza una buena obra en tu vida, Él la termina. Aún en medio de los
problemas, puedes estar seguro de que Dios es bueno y tiene un propósito para ti. Dice la Palabra
que El Señor no avergonzará a quien en Él confía (Sal. 25:3, Nueva Traducción Viviente), y puedes
estar seguro de que el Señor responde a tu necesidad.
“Desde la angustia invoqué a Jehová, y me respondió Jehová, poniéndome en lugar espacioso.
Jehová está conmigo; no temeré lo que me pueda hacer el hombre. Jehová está conmigo entre los
que me ayudan…” (Sal. 118:5-7, Reina Valera Revisada 1960).
Un lugar de descanso
En una ocasión, dentro de un concurso de artistas, el reto era pintar aquello que describiera la paz.
El primer participante pintó una puesta de sol, otros dibujaron lagos tranquilos o montañas
nevadas. Pero aquel que ganó el concurso fue quien pintó una tormenta, en donde la lluvia caía
con fuerza, los truenos se veían en el fondo, y el granizo golpeaba las rocas. ¿Cómo se
representaba la paz en este escenario? En medio de la roca había un pequeño agujero que servía
de refugio para un ave, la cual descansaba sana, salva, y protegida.
Al vivir en el mundo la paz no llegará por la ausencia de tormentas, sino por confiar en Dios y
permitir la presencia de Jesús en tu vida. Aún cuando el mundo se esté cayendo a tu alrededor, tú
puedes estar tranquilo, en paz, porque el Señor es quien te guarda, quien te llena de gozo, y te da
seguridad.
“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción, pero
confiad, yo he venido al mundo” (Jn. 16:33).
3. Obedece al Señor
David se sometió al liderazgo impuesto por Dios, y a sus tiempos (Ver 1 S. 24), sin saber en qué
momento se cumpliría el llamado del Señor en su vida, y sin entender por qué había sido escogido
como rey mientras otra persona ya tenía el puesto. En muchas ocasiones no podrás comprender
todo lo que sucede en tu vida, pero sí puedes escoger hacer lo correcto cada día, y responder con
integridad ante cada situación. Cuando actúas correctamente, el Señor utiliza la adversidad para
enseñarte, moldearte, y transformar tu corazón de acuerdo a Su voluntad y al propósito que tiene
para tí.
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro
entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”
(Ro. 12:2).
“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de
Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo,
tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre,
se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Fi. 2:5-8).
Aún cuando se encontraba rodeado de personas deprimidas y amargadas, David no dejó que eso
definiera su vida, y no permitió que la ira y venganza lo influenciaran durante la adversidad. En vez
de guardar amargura, David guardó su corazón, y de esa forma pudo salir adelante y convertirse
en instrumento de cambio para la gente a su alrededor.
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida” (Pr. 4:23).
La ansiedad es un instrumento en manos del enemigo, que sirve para deprimirte y alejarte de la
Voluntad del Señor, pero en la Palabra de Dios puedes encontrar esperanza (Pr. 12:25). Cuando te
encuentras en medio de circunstancias injustas es común experimentar impotencia, enojo,
tristeza, rencor, pero las Escrituras nos enseñan la importancia de no dejar que las emociones nos
controlen, sino aprender a entregárselas al Señor. Dios es bueno para escuchar cuando derramas
tu corazón delante de Él, y se encarga de reemplazar tu tristeza con paz, gozo y descanso.
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda
oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento,
guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Fi. 4:6-7).
“¿Acaso hay algo que pueda separarnos del amor de Cristo? ¿Será que El ya no nos ama si
tenemos problemas o aflicciones, si somos perseguidos o pasamos hambre o estao en la miseria o
en peligro o bajo amenaza de muerte?… Claro que no, a pesar de todas estas cosas, nuestra
victoria es absoluta por medio de Cristo, quien nos amó. Y estoy convencido de que nada podrá
jamás separarnos del amor de Dios. Ni la muerte, ni la vida, ni ángeles ni demonios, ni nuestros
temores de hoy ni nuestras preocupaciones de mañana. Ni siquiera los poderes del infierno
pueden separarnos del amor de Dios. ningún poder en las alturas ni en las profundidades, de
hecho, nada en toda la creación podrá jamás separarnos del amor de Dios que está revelado en
Cristo Jesús nuestro Señor” (Ro. 8:35-38, Nueva Traducción Viviente).
“…Tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra
fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales,
sin que os falte cosa alguna” (Stg. 1:3-4 Reina Valera Revisada 1960).
Cuando Jesús estuvo en la tierra, Él sabía que estaba destinado a sufrir, y comprendía que su
adversidad tendría un propósito. Él pasó por angustia, temor, rechazo y traición, pero el fruto de
su dolor fue tu salvación. El fruto de sSu aflicción fue poder darte una vida nueva, un corazón
rescatado y restaurado.
El enemigo está buscando utilizar las adversidades de la vida cotidiana para destruirte. Es un
ladrón buscando “robar, matar, y destruir” (Jn. 10:10), pero Jesús es el buen pastor, que no
descuida a sus ovejas (Jn. 10:10). Cuando te encuentres en angustia, deja de sentir lástima por ti
mismo, y aprende a poner tu mirada en Jesús. En su tiempo el Señor será glorificado en medio de
tus circunstancias, y las dificultades obrarán para bien de acuerdo a su voluntad.
“Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y
eterno peso de gloria, no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; puse las
cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” (2. Cor. 4:17-18).
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que
conforme a su propósito son llamados” (Ro. 8:28).
CATEGORÍASVIVIENDO EN CRISTO
MIS NOTAS
- Si bien no es la voluntad de Dios, los cristianos aun cometen pecados y deben tener la
confianza de acercarse al Señor, arrepentirse y confesar sus pecados para que sean limpiados
y perdonados.
(1 Juan 1:9)
Conclusión:
Gozosos en las pruebas
-¿Se puede estar alegre en medio de una prueba?
--Definitivamente que sí.
La Biblia dice:
(1era Pedro 4.12-13). Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido,
como si alguna cosa extraña os aconteciese, 13sino gozaos por cuanto sois participantes de los
padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría.
-El gozo en nuestro corazón hará que alabemos constantemente a Dios en actitud de
agradecimiento por su fidelidad.
-Esta alegría te mantiene lleno de amor y confianza y saldrás de la prueba lo antes posible.
-Un ejemplo de ello es Habacuc 3.17-19.
Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos,
Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean
quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales;
Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace
andar.
Todos somos necesarios, la actitud ante los problemas es lo que nos define como
personas y profesiones. Debemos intentar afrontar los problemas con naturalidad,
ya que forman parte de la naturaleza humana.
Los responsables de la selección de talento para las empresas deben saber reconocer
a las personas con mayor potencial para la resolución de problemas, sobre todo en
los niveles directivos. En el Máster en Dirección y Gestión de Recursos
Humanos, del CEF.- los profesionales de la selección de personal, aprenderán a
seleccionar a las personas con más talento, para las organizaciones para las que
realicen los procesos selectivos.