Espíritu Alma y Cuerpo
Espíritu Alma y Cuerpo
Espíritu Alma y Cuerpo
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Hoy, sigo tan emocionado por el entendimiento del espíritu, el alma y el cuerpo como desde
el primer día en que Dios me lo mostró hace más de treinta y cinco años. De hecho, ¡he visto
al Señor liberar a más personas por esta sola enseñanza que por cualquier otra que yo haya
predicado! Lo que ahora sostienes en tus manos tiene el potencial para ¡revolucionar tu vida
cristiana por completo!
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Espíritu, alma y cuerpo El espejo de Dios
Lección 1
El Espejo De Dios
Y que el mismo Dios de paz os santifique por completo; y que todo vuestro ser, espíritu, alma
y cuerpo, sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
1 Tesalonicenses 5:23, énfasis añadido.
Aun cuando la Palabra de Dios nos enseña claramente que estamos formados de tres partes,
muy pocos cristianos ejercen un conocimiento práctico del espíritu, el alma y el cuerpo en
sus vidas diarias. En realidad, la mayoría de las personas creen que sólo están hechos del
cuerpo y el alma. Confunden el alma y el espíritu como si fueran básicamente lo mismo. Por
consiguiente, cotidianamente, ellos sólo reconocen una parte física y una parte emocional,
mental, interna (comúnmente llamada “personalidad”).
¡Incluso la Strongs Concordance falla al distinguir las tres! La palabra griega para “espíritu”
es “pneuma” y se define como “el alma inmortal”. No quiero criticar el trabajo de ninguna
persona, pero mi estudio de la Palabra de Dios ha revelado una diferencia distinta entre el
espíritu y el alma. Por lo tanto, no coincido con esta definición en particular de la palabra
“pneuma”. Tu espíritu es la parte más profunda de tu ser, no tu “alma inmortal”.
Tu cuerpo es evidente. Es la parte física de ti que se puede ver en un espejo. Si estuvieras
hablando cara a cara conmigo, estarías viendo mi cuerpo.
Sin embargo, estarías hablándole a mi alma, que es mi parte mental, emocional. Algunas
personas definen “el alma” como “tu mente, tu voluntad y tus emociones”. Aunque
ciertamente es verdad, es una definición incompleta porque también se debe incluir tu
conciencia. Tu alma es lo que la mayoría llama su “personalidad”.
Puedes sentir a ambos—tu cuerpo y tu alma. Si pongo mi mano en tu hombro, sabrás que
te toqué. Sin embargo, también puedo tocarte independientemente de que yo esté
físicamente cerca de ti o no. Si le hablo a tu alma, puedo hacer que te sientas contento, triste
o enojado. A través de mis palabras, puedo “herirte” aunque no toque físicamente tu
cuerpo. Es fácil saber cómo te sientes en tu cuerpo y en tu alma porque ¡constantemente
estás en contacto con ellos!
Si haces un inventario mental, tu cuerpo instantáneamente puede decirte cómo se siente.
Sabes si tu adrenalina está aumentando o si estás cansado, si estás saludable o estás luchando
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Espíritu, alma y cuerpo El espejo de Dios
Lección 1
El entendimiento del espíritu, el alma y el cuerpo abre el reino espiritual para que puedas
experimentar ¡quién eres y lo que tienes en Cristo!
Debido a que el reino espiritual no se puede ver ni tocar naturalmente, la única manera de
percibir la verdad espiritual con precisión es a través de la Biblia. Simplemente ¡toma la
Palabra de Dios y créela!
Jesús dijo: “El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os
he hablado son espíritu y son vida” (Jn. 6:63). La Palabra de Dios revela la realidad
espiritual. Si quieres saber cómo es tu espíritu, debes descubrirlo por la Palabra. No puedes
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Espíritu, alma y cuerpo El espejo de Dios
Lección 1
dejarte llevar por las emociones o por otra manera de percibir las cosas. ¡La Palabra de Dios
es espíritu y vida!
Cuando estudias la Biblia, te estás contemplando a ti mismo en el Espíritu.
“Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre
que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego
se olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, [la
palabra de Dios, específicamente la del Nuevo Testamento] y persevera en ella, no siendo oidor
olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace”
(Santiago 1:23-25 corchetes añadidos, RV1960).
¡La Palabra de Dios es un espejo espiritual!
UN REFLEJO PERFECTO
Cuando te ves la cara en el espejo, realmente no te estás viendo a ti mismo. Más bien, estás
viendo un reflejo. De hecho, tus ojos nunca han visto directamente tu propia cara. Piensa al
respecto—¡siempre has visto un reflejo! Aunque es sólo una representación, has aprendido a
confiar en ella.
Si quieres saber si tu cabello está bien peinado o si te pusiste maquillaje, no te dejas llevar
por lo que sientes. Puesto que estas cosas no se pueden sentir, tienes que verte en un espejo
y luego confiar en lo que ves. ¡Es lo mismo con tu espíritu nacido de nuevo!
La Palabra de Dios refleja perfectamente quién eres en el espíritu. Ésta es la única manera de
saberlo. No puedes simplemente suponer: “Si tuviera el poder de Dios dentro de mí, estaría
consciente de ello” porque ¡lo que es del Espíritu espíritu es y lo que es de la carne carne es!
Sería como tratar de sentir si traes puesto el maquillaje o si tu cabello está peinado. ¡Estas
cosas no se pueden sentir! Tienes que ver en el espejo de Dios y ¡confiar en la realidad
espiritual que ves!
VERSÍCULOS
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Espíritu, alma y cuerpo El espejo de Dios
Lección 1
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Espíritu, alma y cuerpo Todas las Cosas son Hechas Nuevas
Lección 2
ESTAMPAS VERDES S Y H
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Espíritu, alma y cuerpo Todas las Cosas son Hechas Nuevas
Lección 2
Jesús pagó por tu cuerpo glorificado a través de Su muerte, sepultura y resurrección. A pesar
de que el pago total ya se hizo, todavía tienes un cuerpo corruptible mientras esperas para
recibir tu cuerpo inmortal e incorruptible. En este momento, aún no tienes la redención de
la posesión adquirida (Ef. 1:14).
¡Tu alma tampoco fue salvada! Esto le parece raro a mucha gente porque dicen cosas como
estas; “¡soy un ganador de almas!” y “vine a ver la salvación de un alma” para describir a un
evangelista y la evangelización. En realidad, el Nuevo Testamento sólo menciona “la
salvación del alma” unas cuantas veces—y ninguna de ellas, en este contexto, está hablando
de la experiencia del nuevo nacimiento (He. 10:39; Stg. 1:21, 5:20; 1 P. 1:9). La salvación
del alma ocurre cuando un cristiano desanimado y mentalmente derrotado empieza a creer
en la Palabra de Dios y luego experimenta éxito, paz y gozo nuevamente. Sin embargo,
cuando vuelves a nacer, ¡tu alma no es la parte de tu ser que cambió completamente!
Si antes de ser salvo no eras listo, sigues igual después de ser salvo. Si antes de haber vuelto a
nacer no entendías las matemáticas, tampoco las entenderás después de haber vuelto a
nacer. De hecho, si estabas deprimido antes de ser vuelto a nacer, seguirás en la depresión
hasta que tu alma cambie su manera de pensar por medio de creer la Palabra de Dios.
Tu alma puede ser transformada en este momento según el nivel en que renueves tu mente,
cambies tus actitudes y ajustes tus valores a la Palabra de Dios. Este cambio debe darse y tu
alma está en este proceso, pero no sucedió automáticamente. En tu alma, las cosas viejas no
han pasado y todas las cosas todavía no son hechas nuevas. ¡La transformación de tu alma
no se completará sino hasta que estés en la presencia de Jesús!
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Espíritu, alma y cuerpo Todas las Cosas son Hechas Nuevas
Lección 2
¡Tu espíritu sí cambió totalmente con la salvación! En lo tocante al hecho de que aceptaste a
Jesucristo como tu Señor, tu espíritu sufrió una transformación completa e instantánea. Por
lo general, tanto tu cuerpo como tu alma fueron impactados por lo que sucedió, pero no
fue algo total, ni completo.
Las personas que no entienden que el cambio ocurrió en sus espíritus y que tiene que
encontrar la salida hacia sus almas y sus cuerpos, por lo general se sienten muy
desilusionados. “Pensé que me había convertido en una nueva persona. ¡Jesús iba a cambiar
todo!” Después la incredulidad se presenta. “Pero las cosas no cambiaron, ¡sigo siendo el
mismo!” Algunos hasta pueden dudar si fueron salvos o no. Los que conservan su salvación
a menudo dejan de creer que alguna vez realmente experimentarán y disfrutarán los
beneficios de ese cambio aquí en esta vida.
Pero la verdad es que—¡tu espíritu cambió totalmente! No estás en medio de un proceso
para obtener algo de parte de Dios. Todo lo que alguna vez pudieras necesitar en la vida
cristiana ¡ya está presente en su totalidad en tu espíritu! En este momento tu espíritu nacido
de nuevo es tan perfecto y completo como lo será por toda la eternidad. No obtendrás uno
nuevo cuando llegues al cielo. Tu espíritu tampoco tendrá la necesidad de madurar, de
completarse, ni de limpiarse de cualquier contaminación que hubiera experimentado aquí
en la tierra. ¡Tu espíritu es—ahora mismo—tan perfecto, maduro y completo como Jesús
mismo!
VERSÍCULOS
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Espíritu, alma y cuerpo Todas las Cosas son Hechas Nuevas
Lección 2
Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para
la preservación del alma.
SANTIAGO 1:21 LBLA
Por lo cual, desechando toda inmundicia y todo resto de malicia, recibid con humildad la
palabra implantada, que es poderosa para salvar vuestras almas.
SANTIAGO 5:20 LBLA
Sepa que el que hace volver a un pecador del error de su camino salvará su alma de muerte, y
cubrirá multitud de pecados.
1 PEDRO 1:9 LBLA
Obteniendo, como resultado de vuestra fe, la salvación de vuestras almas.
1 CORINTIOS 13:9-12 LBLA
Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; pero cuando venga lo perfecto, lo
incompleto se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño,
razonaba como niño; pero cuando llegué a ser hombre, dejé las cosas de niño. Porque ahora
vemos por un espejo, veladamente, pero entonces veremos cara a cara; ahora conozco en
parte, pero entonces conoceré plenamente, como he sido conocido.
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Espíritu, alma y cuerpo El Punto Clave
Lección 3
El punto clave
EL VERDADERO TÚ
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Espíritu, alma y cuerpo El Punto Clave
Lección 3
Considera este primer diagrama de tres círculos concéntricos (se parece a una diana). El
círculo exterior representa tu cuerpo. Es la parte que puedes ver y sentir. Después tienes una
parte interna que no puede verse pero que puede sentirse. Ésta es tu alma. Observa cómo tu
alma toca a los dos: a tu cuerpo y a tu espíritu. Tu espíritu es la segunda parte interna;
aunque es el núcleo de quien eres, no puede verse ni sentirse.
La mayoría de las personas no reconocen el hecho de que su espíritu es el núcleo de su ser.
Actúan primordialmente desde el ámbito del alma, con la idea de que lo que piensan o
sienten es la realidad. Quizá perciben que sus almas son la parte más interna de su ser, pero
la Palabra de Dios dice algo muy diferente. ¡Tu espíritu es el verdadero tú!
Porque así como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin las obras está
muerta.
Santiago 2:26
Después de que Dios creó a Adán, Él le sopló aliento de vida (Gn. 2:7). La palabra hebrea
que se tradujo como “aliento” también se tomó como “espíritu” en otras citas bíblicas (por
ejemplo, Job 26:4 y Pr. 20:27). El cuerpo y el alma de Adán (las partes físicas, mentales y
emocionales) no tenían vida hasta que se impartió el “espíritu”. ¡Tu espíritu es la parte de tu
ser que vivifica!
Como tu vida procede de tu espíritu, es el círculo más interno de los tres. También observa
que tu espíritu está completamente rodeado por tu alma. No tiene acceso directo a tu
cuerpo físico. El diagrama de los 3 aros también ilustra la ausencia de esta conexión directa.
Por esta razón todo lo que sale de tu espíritu hacia tu cuerpo, ¡debe pasar por tu parte
mental y emocional!
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Espíritu, alma y cuerpo El Punto Clave
Lección 3
ser sólo una gotera, un chorrito o ríos (Jn. 7:38). Cuando la válvula está cerrada, el fluir del
espíritu hacia el cuerpo se detiene. ¡Ésta es una ilustración muy buena que representa la
manera como opera un creyente que ha vuelto a nacer!
En tu espíritu, tú tienes el mismo poder que resucitó a Jesucristo de entre los muertos (Ef.
1:18-20). Sin embargo, es posible tener este poder y que nunca lo manifiestes. Si tu alma,
como una válvula, se cierra ante esta verdad, no lo experimentarás. Si no se abre la válvula
por medio de la renovación de tu mente con la Palabra de Dios, la realidad eterna que está
en tu espíritu no será capaz de impactar la “realidad” temporal de tu mundo físico. Toda la
vida de resurrección y poder se queda atrapada en tu interior. Si no pasas suficiente tiempo
viendo el espejo espiritual hasta que llegues a ver el verdadero tú, la vida de resurrección y el
poder se quedan atrapados adentro.
De hecho, podrías morir con todo el poder que resucitó a Jesús de entre los muertos
reposando dentro de ti sin aprovecharlo. ¡Sería como morirte de sed, mientras te reclinas
sobre un pozo lleno de agua dadora de vida! Si estás dominado por lo que sientes, tu alma
estará de acuerdo con el mundo natural. “Me siento enfermo y mi cuerpo me duele. El
doctor dice que me estoy muriendo. ¡Aquí está el reporte médico que lo comprueba!”
Aunque tienes en tu espíritu la vida de resurrección de Dios, tu alma puede mantenerla
encerrada de manera que ni una gota del poder vivificador llegue a tocar tu cuerpo físico
alguna vez.
Puedes experimentar la depresión, la cólera y la amargura mientras que posees el amor de
Dios, el gozo y la paz en tu espíritu (Gál. 5:22). Puesto que esto se aplica a cada área de tu
vida, ¿puedes ver qué esencial es tu alma?
Tu cuerpo en realidad no controla nada. Sólo sigue la corriente de lo que ve, prueba, oye,
huele y siente, a menos que el alma lo influya de otra manera. Es amoral—no es ni bueno, ni
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Espíritu, alma y cuerpo El Punto Clave
Lección 3
malo. Dejado solo, tu cuerpo simplemente reacciona y se deja llevar por lo que está
sucediendo en el ámbito físico.
Cuando tu alma se pone de acuerdo con tu espíritu, la vida de Dios que reside en ti se
manifestará por sí misma en tu cuerpo físico. ¡Experimentarás la sanidad, la liberación, la
unción, la victoria, el poder, el regocijo, la prosperidad—y mucho más!
VERSÍCULOS
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Espíritu, alma y cuerpo Renueva, Reconoce y Experimenta
Lección 4
Como la mayoría de los cristianos no tienen un conocimiento práctico del espíritu, el alma
y el cuerpo, están dominados por lo que pueden ver, probar, oír, oler y sentir en vez de estar
dominados por la Palabra de Dios. El fluir de la vida interna permanece obstruido porque
no creen en nada que no puedan ver. Tampoco entienden el cambio que ocurrió en sus
espíritus nacidos de nuevo, ni están totalmente conscientes de quienes son en Cristo. Para
estas personas, algo no es real si no pueden percibirlo a través de los cinco sentidos naturales.
En un intento por ser “honestos”, buscan el poder de Dios en su mundo físico, emocional y
mental. Si no lo pueden percibir, entonces piensan que no lo tienen.
Sin embargo, la verdad es que las cosas viejas pasaron, y todas las cosas son hechas nuevas en
tu espíritu en el momento que fuiste salvo. Ahora bien, todo lo que pudieras necesitar en tu
vida cristiana, ya está allí. Lo único que tienes que hacer es renovar tu mente y ¡soltarlo!
Esta verdad, ¡revolucionó mi vida! Yo había experimentado el poder y la realidad de Dios,
pero cuando este sentimiento se atenuó, pensé que aquéllas se habían ido. Conocía a Dios y
sabía que todo lo que Él prometió era real, pero pensaba que tenía que hacer que Él me
diera cosas. Debido a mi pensamiento erróneo, pasé por un período de desánimo,
frustración y desesperación—no por causa del pecado, sino más bien porque tenía un deseo
sincero de vivir para Él y de experimentar lo mejor que Dios tiene para mí. Sentía que no
importaba cuánto me esforzara, nunca podría lograrlo. Después empecé a darme cuenta de
que Dios ya me había dado todo en mi espíritu vuelto a nacer. Cuando entendí esta
revelación, me di cuenta de que solamente necesitaba soltarlo. ¡Este simple entendimiento
cambió todo!
Desde entonces, he reconocido que la vida cristiana no es un proceso para “obtener algo de
Dios”. Más bien, es un proceso para renovar mi mente y aprender a soltar lo que ya recibí.
Es mucho más fácil soltar algo que ya tengo, que obtener algo que todavía no tengo.
Este concepto erróneo de tratar de obtener algo que aún no tienes, conlleva un elemento de
duda. Ves una promesa en la Palabra respecto a la sanidad, el gozo, la victoria, el poder, la
provisión, a lo que sea y como tú sabes que Dios ama a Sus hijos, y que Él cumple Sus
promesas, empiezas a encaminarte hacia allá “creyéndole a Dios”.
Sabes que es posible—Dios hasta lo prometió—pero como todavía no lo puedes percibir en
tu ámbito mental, emocional y físico, no crees que ya fue hecho. En tu mente, la promesa
de Dios no es una “realidad” hasta que se materializa.
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Espíritu, alma y cuerpo Renueva, Reconoce y Experimenta
Lección 4
Sin embargo, la verdad es que Dios ya puso todo lo que alguna vez necesitarás dentro de tu
espíritu vuelto a nacer. Cuando crees que ya lo tienes, ¡se elimina la duda! Tú no estás
tratando de ser salvo; ¡fuiste salvo! No estás en el proceso de ser vuelto a nacer; ¡fuiste vuelto
a nacer! Cuando confesaste que Jesucristo es tu Señor y Salvador, tu espíritu cambió
instantáneamente. En tu espíritu, eres nuevecito y estás completo. Dios ya te ha dado todo
lo que necesitas. El resto de tu vida cristiana no consiste en aprender cómo obtener algo de
Él, sino más bien consiste en descubrir cómo liberar lo que Él ya puso en tu interior.
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Espíritu, alma y cuerpo Renueva, Reconoce y Experimenta
Lección 4
productiva y operativa es por el conocimiento de todo el bien que hay en ti (en tu espíritu)
en Cristo. Puesto que sólo puedes reconocer las cosas que ya existen, no puedes reconocer
algo que no es real. Por lo tanto, para que tu fe funcione, ¡debes reconocer, creer, e
identificar todo lo bueno que hay en ti en Cristo!
UN TERCIO COMPLETO
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Espíritu, alma y cuerpo Renueva, Reconoce y Experimenta
Lección 4
en tu espíritu para que tu alma y tu cuerpo físico puedan experimentar los beneficios de la
salvación.
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en
sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este
siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que
comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Romanos 12:1-2 RV1960
¡No te conformes a este siglo! Conformar significa “vaciar en el molde de”. En la vida,
enfrentarás presiones—del mundo, del diablo, de los incrédulos y de las circunstancias.
Aunque no puedes evitar que las presiones te derritan, sí puedes escoger en qué molde
encajarás. Cuando las presiones vienen, ¿te amargarás o mejorarás? Cuando surjan las
pruebas de fuego, ¿te mantendrás victorioso o cederás ante la derrota? La decisión es tuya,
pero ¡cambiarás!
¡Transfórmate por medio de la renovación de tu mente! La palabra griega que se tradujo
como “Transformar” es la misma palabra de la que se deriva “metamorfosis”. Es la imagen
de un pequeño gusano que hila un capullo y luego sale de ahí convertido en una mariposa.
La manera como te transformas, cambias, y te metamorfoseas dejando de sentirte amargado,
herido, enfermo, y derrotado para convertirte en la persona sana, cariñosa, y victoriosa que
Dios creó, es por medio de la renovación de tu mente. Tu espíritu ya cambió, y tu cuerpo
básicamente es el cabús1 de tu alma. Cualquier cosa que pienses en tu alma, tu cuerpo se va
a dejar llevar por ella. Por lo tanto, tu mente, tus pensamientos, y tus actitudes determinarán
si vas a experimentar la victoria y la vida de Dios en tu espíritu o la derrota y la muerte en el
ámbito natural caído. ¡Renovar tu mente con la Palabra, facilita tu transformación!
La Palabra de Dios te dice cuál es la verdad espiritual. Te da los nuevos valores y actitudes a
los que debes conformarte. Conforme continúes viendo en el espejo espiritual del Señor,
empezarás a ver y a experimentar por ti mismo ¡quién eres en realidad!
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Espíritu, alma y cuerpo Renueva, Reconoce y Experimenta
Lección 4
Información Adicional
VERSÍCULOS
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Espíritu, alma y cuerpo Renueva, Reconoce y Experimenta
Lección 4
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Espíritu, alma y cuerpo Realidad – ¿Carnal o Espiritual?
Lección 5
Realidad—¿Carnal o Espiritual?
Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz.
Romanos 8:6
Mentalidad carnal no significa necesariamente mentalidad “pecaminosa”. Todo pecado es
carnal, pero no toda la carnalidad es pecado. “Carnal” literalmente significa “de los cinco
sentidos”, o “sensorial”. Tener la mente puesta en la carne es permitirle a tu mente que te
domine por lo que puede ver, probar, oír, oler, y sentir. Tú tienes la mente puesta en la
carne cuando tus pensamientos están centrados principalmente en el ámbito físico.
Inclusive en el ámbito natural, has aprendido a creer en cosas que no puedes ver. Las señales
de radio y televisión te rodean constantemente. Las microondas calientan tu comida. Por los
gérmenes, te lavas las manos, aunque no se vean sucias. Aunque estas cosas físicas no se
pueden ver, tú estás muy consciente de su presencia en tu vida.
Sin embargo, también existe un mundo totalmente espiritual—incluyendo las realidades en
tu interior—que existe más allá de tu percepción natural. Tu cerebro y tus cinco sentidos
no pueden percibirlo, pero tu alma sí puede por medio de la Palabra de Dios. Por fe, ¡tú
puedes creer en cosas que no se pueden ver físicamente!
La mentalidad espiritual libera el fluir de la vida de Dios que reside en tu interior, pero la
mentalidad carnal lo detiene. Dicho de manera simple: la mentalidad carnal = la muerte; y la
mentalidad espiritual = la vida y la paz (Ro. 8:6).
El término “muerte” significa “cualquier cosa que sea el resultado del pecado”. Esto no se
limita solamente a la muerte física final de tu cuerpo, también incluye todos los efectos
progresivos de la muerte (es decir; la tristeza, la soledad, la amargura, la enfermedad, la
cólera, la pobreza, etc.). En este mundo caído, dejarse dominar por tus sentidos naturales
produce la muerte.
¡Pero la mente puesta en el espíritu produce vida y paz! Jesucristo declaró:
Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
Juan 6:63
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Espíritu, alma y cuerpo Realidad – ¿Carnal o Espiritual?
Lección 5
Cuando tus pensamientos están dominados por lo que la Palabra dice, tienes una
mentalidad espiritual. No importa cuáles sean tus circunstancias—¡Dios puede guardarte
en perfecta paz!
Tú guardarás en perfecta paz a todos los que confían en ti; a todos los que concentran en ti sus
pensamientos.
Isaías 26:3 NTV
Conforme tu mente permanece en Él, tu alma se pone de acuerdo con tu espíritu, y la paz
de Dios se libera hacia tu alma y tu cuerpo. Tu espíritu vuelto a nacer siempre está en
perfecta paz—¡la cuestión es sacarle provecho!
En cambio, cuando tu mente permanece en tus problemas no experimentarás la paz. La
paz—una emoción—está ligada con tu manera de pensar. Si no tienes paz, la causa no son
las circunstancias o alguna persona; es el resultado de que le permitiste a tu mente que se
deje dominar por lo que puede ver, probar, oír, oler, y sentir. Estás ocupado pensando en los
posibles problemas, considerando la manera como ese problema ha afectado a otros, y
desmenuzando las opiniones de los demás al respecto. Mientras tanto, la paz de Dios ha
estado presente en tu espíritu, pero tú no la aprovechaste. ¡Abre esa válvula cerrada y
permite que fluya la paz!
Los creyentes no deben vivir como la gente perdida, que están atrapados en su mundo
carnal y físico.
Esto digo, pues, y afirmo juntamente con el Señor: que ya no andéis así como andan también
los gentiles, en la vanidad de su mente.
Efesios 4:17
En este contexto, un “gentil” era alguien que no era judío, alguien que no tenía una relación
de pacto con Dios. Dicho en otras palabras, los incrédulos no usan sus mentes para percibir
la verdad espiritual.
Entenebrecidos en su entendimiento…
Efesios 4:18
Si no renuevas tu mente y no la usas para estudiar y meditar en la Palabra de Dios, ésta se
inclinará automáticamente por lo que puedes ver, probar, oír, oler, y sentir. Esto oscurece tu
entendimiento.
El entendimiento es la aplicación del conocimiento. Podemos asemejar el “conocimiento” al
proceso de poner comida en tu boca y masticarla. Podemos asemejar el “entendimiento” al
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Espíritu, alma y cuerpo Realidad – ¿Carnal o Espiritual?
Lección 5
proceso de tragar y digerir la comida para que los beneficios nutricionales se liberen en tu
cuerpo.
El conocimiento de Dios es esencial, pero debe entenderse para que pueda ser útil. Sin el
entendimiento, no puedes liberar la vida que está en ese conocimiento.
Cuando un cristiano vive como un incrédulo, obtiene los mismos resultados— muerte. Los
creyentes que no entienden ni aplican el conocimiento de Dios en sus vidas se inclinan por
una mentalidad carnal. Sin el conocimiento espiritual y el entendimiento, tu mente no
puede renovarse, y la vida de Dios en tu espíritu no puede liberarse. Es por eso que entender
esta revelación del espíritu, el alma, y el cuerpo ¡es el primer paso para vivir con vida y paz!
Cuando el entendimiento de un creyente se entenebrece, están:
Excluidos de la vida de Dios por causa de la ignorancia que hay en ellos, por la dureza de su
corazón.
Efesios 4:18
Dicho en otras palabras, la vida de Dios permanece ahí, pero ellos están excluidos de la vida
de Dios debido a la ignorancia, lo que se refiere a la mente. Así es como la mayoría de los
cristianos viven sus vidas—separados de la vida de Dios, debido a su propia ignorancia de la
verdad espiritual.
En Su Palabra Dios declara que por Su llaga tú fuiste sanado (1 P. 2:24) Te ves a ti mismo y
te preguntas: “¿Ya desapareció ese tumor canceroso?” Todavía sientes dolor, te sientes
agotado emocionalmente y con temor, entonces prosigues… “Dios dice que soy sano, pero
no estoy sano. Todavía está ahí el tumor, por lo tanto, no debo estar sano”. Cuando adoptas
esa actitud, le permites a tus cinco sentidos que te dominen más que la Palabra de Dios. El
mismo poder que resucitó a Jesucristo de la muerte reside en ti, pero tú no lo creíste (Ef.
1:18-20). Tú le permitiste a tu mente que se dejara controlar por lo que vio en el ámbito
físico más que por el ámbito espiritual. Por lo tanto, aunque tienes la resurrección de la vida
de Dios en tu espíritu, no se manifestará en el ámbito físico, porque tú tienes la mente
puesta en la carne, y eso equivale a la muerte.
¿MÁQUINA O CABÚS?
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Espíritu, alma y cuerpo Realidad – ¿Carnal o Espiritual?
Lección 5
Hay una clase de sentimientos que son santos. No niegas que tus sentidos existen. Sin
embargo, la mayoría de la gente ha hecho más que simplemente recibir información
sensorial y han llegado al punto en que se dejan dominar por sus sentidos. Se han alejado del
propósito que Dios tenía para los sentimientos y han llegado a la lascivia—donde los
sentimientos gobiernan sus vidas.
Los sentimientos deberían ser el cabús1 y no la máquina. Fueron diseñados para que sigan lo
que piensas, no para que determinen el camino. Cuando tú permites que el cabús1 actúe
como la máquina en tu vida te darás cuenta de que andas sin rumbo, o que veas rumbo a
¡un accidente! No debe ser así para un creyente.
VERSÍCULOS
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Espíritu, alma y cuerpo Realidad – ¿Carnal o Espiritual?
Lección 5
Mi oración es que los ojos de vuestro corazón sean iluminados, para que sepáis cuál es la
esperanza de su llamamiento, cuáles son las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,
y cuál es la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros los que creemos,
conforme a la eficacia de la fuerza de su poder, el cual obró en Cristo cuando le resucitó de
entre los muertos y le sentó a su diestra en los lugares celestiales.
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Espíritu, alma y cuerpo Justo y Santo
Lección 6
Justo y Santo
Pero vosotros no habéis aprendido a Cristo de esta manera, si en verdad lo oísteis y habéis sido
enseñados en Él, conforme a la verdad que hay en Jesús, que en cuanto a vuestra anterior
manera de vivir, os despojéis del viejo hombre, que se corrompe según los deseos engañosos, y que
seáis renovados en el espíritu de vuestra mente, y os vistáis del nuevo hombre, el cual, en la
semejanza de Dios, ha sido creado en la justicia y santidad de la verdad.
Efesios 4:20-24
Renueva tu mente de acuerdo a la Palabra de Dios, ¡y vístete del nuevo hombre! Efesios 4:24
deja muy claro que tu espíritu vuelto a nacer—el nuevo hombre—fue creado en la justicia y
santidad de la verdad. Tú debes reconocer y percatarte de tu verdadero yo en el espejo de
Dios. ¡Desde este momento en tu espíritu, eres justo y santo!
Algunas veces, tú podrías pensar: “soy más santo que antes”, pero en realidad, solamente te
estás refiriendo a tus acciones en el ámbito físico. El nivel de santidad que reflejas en el
exterior puede variar, pero la naturaleza de tu espíritu vuelto a nacer es la justicia y la
verdadera santidad.
¡Por eso es que debes adorar a Él en espíritu y en verdad!
Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad.
Juan 4:24
Tu espíritu es la parte de tu ser que cambió totalmente. Las cosas viejas pasaron, y todas las
cosas son hechas nuevas. Tú no puedes acercarte a Dios, a menos que te acerques a Él por
medio de la justicia y la verdadera santidad de quien eres en el espíritu.
Tú no eres merecedor de entrar a la presencia del Señor con base en la justicia y la santidad
de tus pensamientos y tus acciones. Inclusive con tu mejor esfuerzo, no cumples con todo lo
que deberías hacer. Aun cuando has estado buscando al Señor con todo tu corazón, tienes
pensamientos impuros en tu mente. No importa cuánto te esfuerces, nunca llegarás a la
altura de la perfección de Dios por medio de tu propio esfuerzo en los ámbitos físico,
emocional, y mental.
Entonces, ¿cómo puede Dios en Su santidad convivir contigo si aún con tu mejor esfuerzo
quedas por debajo de Su estándar? ¡Él está en comunión contigo de Espíritu a espíritu! Tú
te convertiste en una criatura nuevecita que ahora es justa y santa. En tu espíritu vuelto a
nacer, eres tan puro como Cristo es, porque se te ha dado Su justicia.
Mas por obra suya estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual se hizo para nosotros sabiduría de
Dios, justificación, santificación, y redención.
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Espíritu, alma y cuerpo Justo y Santo
Lección 6
1 Corintios 1:30
¡Jesucristo mismo literalmente se convirtió en tu justicia!
Es incorrecto que un creyente del Nuevo Testamento confiese, “¡Toda mi justicia es como
trapos de inmundicia!” (Is. 64:6). Una de dos: o te estás refiriendo a tu justicia
propia—aunque no debes acercarte a Él con base en ésta—o ignoras por completo la verdad
de que fuiste hecho justo en tu espíritu con la justicia de Cristo. Llamar a la justicia de
Cristo—misma que recibiste en la salvación—un trapo de inmundicia ¡es una afrenta en
contra de Dios y de Su Palabra!
La referencia en Isaías 64:6 al trapo de inmundicia, era válida para el Antiguo Testamento
porque nadie había vuelto a nacer; las personas no tenían espíritus nuevos. A pesar de que
vivieran vidas muy santas en su ámbito físico y mental, aun así pecaban y estaban
destituidos de la gloria de Dios. Todos nosotros estamos destituidos de la gloria de Dios
(Ro. 3:23 RV 1960). Pero ahora que eres vuelto a nacer, una tercera parte de tu ser es
totalmente justa.
A diferencia de tu espíritu, tu cuerpo y tu alma están en proceso. Hasta que estés con Jesús
en la gloria, tu cuerpo y tu alma no han “llegado a la meta”—arrancaron y van hacia la meta.
Tu ámbito físico, emocional, y mental siempre necesitarán mejoras, pero tu espíritu
siempre está completo.
Como Dios es un Espíritu, Él te ve a ti de Espíritu a espíritu (Jn. 4:24). Por eso debes adorar
a Él en espíritu y en verdad. Tú debes presentarte ante Él en tu espíritu porque es la única
parte de ti que fue creada en la justicia y la verdadera santidad. Dios solamente puede
aceptarte con base en la persona que eres en tu espíritu vuelto a nacer. ¡Por eso es que el
nuevo nacimiento es esencial!
Cualquier persona que no ha recibido al Señor pero que intenta acercarse a Él con base en
su manera de actuar y de pensar, siempre estará destituida de la gloria de Dios, aunque haya
mejorado mucho personalmente, Dios no puede bajarse a su nivel. Simplemente no es
posible que puedan acercarse a, comunicarse, o convivir con Dios, por su naturaleza impía.
El comportamiento del hombre simplemente no puede lograr lo que el nuevo nacimiento sí
puede—¡cambiar su naturaleza espiritual!
FIJA TU MIRADA
27
Espíritu, alma y cuerpo Justo y Santo
Lección 6
VERSÍCULOS
28
Espíritu, alma y cuerpo Justo y Santo
Lección 6
Y porque sois hijos, Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones, clamando:
¡Abba! ¡Padre!
ROMANOS 8:9 LBLA
Sin embargo, vosotros no estáis en la carne sino en el Espíritu, si en verdad el Espíritu de
Dios habita en vosotros. Pero si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de Él.
29
Espíritu, alma y cuerpo Uno con Jesús
Lección 7
Si creyeras que tú eres, en tu espíritu, así como Jesús es en el cielo—en toda Su gloria, poder,
y perfección—¡tu vida sería revolucionada! Sin embargo, creer es sólo el primer paso. Tú
también debes aprender a manifestar esta realidad desde tu interior.
30
Espíritu, alma y cuerpo Uno con Jesús
Lección 7
El solo hecho de meditar en esto una vez, no cambiará todo de manera instantánea en tu
vida. ¡Es un proceso! Conforme la semilla de esta verdad se arraiga y establece en tu mente,
un proceso de comprensión, y de madurez empieza en tu ámbito del alma. Después, al pasar
el tiempo tú verás la manifestación de cambios radicales conforme continúas creyendo esta
verdad y continúas soltando de manera correspondiente el poder de Dios desde el interior
de tu espíritu vuelto a nacer.
¿Qué harías si te dijera que hay un millón de dólares escondido en tu jardín? Está enterrado
(por lo tanto no puedes verlo ni sentirlo), ¡pero ahí está! Como no hay ninguna evidencia en
el jardín de esta verdad, solamente cuentas con mi palabra y tu sentido común. ¿A qué le vas
a creer?
Si confías más en lo que puedes ver y sentir que en mi palabra, te perderías del tesoro. ¿Por
qué? ¡No lo buscarías! El dinero se quedaría enterrado y tú ni pensarías al respecto. A lo
mejor yo podría recordártelo ocasionalmente, pero a ti no te importaría. De hecho, podrías
vivir en la miseria estando a unos cuantos metros de esa riqueza abundante que está
escondida ahí en tu propiedad. Podría estar muy cerca, y a ti nunca te beneficiaría. A menos
que creyeras en mi palabra, ¡te perderías del tesoro!
Sin embargo, si confiaras en mi palabra, ¡empezarías a cavar! Aunque creer es un paso
importante, tan sólo es el primer paso. Tú tienes que cavar, encontrar el dinero, y después
desenterrarlo para que te pueda beneficiar. Si tuvieras una excavadora eléctrica o un azadón
y pudieras sacar grandes cantidades de tierra, podrías encontrar el tesoro más rápido que
alguien que solamente tuviera una cuchara. Sin embargo, si ambas personas tienen fe, con el
tiempo ambos lo encontrarían. Quizá tú lo encuentres más rápido que la persona que
solamente tiene una cuchara, pero si esa persona no se da por vencida después de excavar el
primer centímetro o después de la primera llaga, ¡también encontraría el dinero!
Inclusive si todo lo que tienes es una cuchara espiritual, descubrirías la mina si sigues
cavando. Mientras más conoces y entiendes la Palabra de Dios, comenzarás a ver más
rápidamente que las riquezas espirituales se manifiestan en tu vida. Pero antes de que
empiece a funcionar, tú debes reconocer lo que ya está allí. En tu espíritu, como Jesús es, ¡así
eres en este mundo!
ACEPTANDO LA VERDAD
31
Espíritu, alma y cuerpo Uno con Jesús
Lección 7
La palabra griega que se tradujo al inglés como “one”1 (uno o un) significa “uno en singular,
excluyendo a los demás.” Es algo más profundo que un simple parecido (es decir, estar
unidos juntos como “uno” con el mismo propósito); esto se refiere a una unión completa.
Si hay moléculas y átomos en el ámbito espiritual, entonces tú eres molécula por molécula y
átomo por átomo idéntico a Jesús. Como Él es, así eres en este mundo. ¡En tu espíritu, eres
completamente uno con Él!
Muchos creyentes no aceptan estas verdades reformadoras porque no pueden comprobarlas
físicamente. Atrapados por la percepción natural, están muy acostumbrados a dejarse
dominar por lo que pueden ver, probar, oír, oler, y sentir como para creer que
verdaderamente tienen esta clase de unión espiritual con el Señor. Aunque es la verdad de la
Palabra de Dios, simplemente no pueden llegar a percibir la realidad espiritual. ¡Es algo
enteramente contrario a lo que les dicen sus sentidos físicos!
¡Pero tú puedes creer y experimentar esta verdad! Tú puedes transformarte por la
renovación de tu mente hasta el punto en que compruebes—manifiestes ante tus sentidos
físicos— la buena, la agradable, y la perfecta voluntad de Dios (Ro. 12:1-2). Si aceptas la
Palabra, podrás ver que la perfección contenida en tu espíritu, empieza a fluir por medio de
tu alma y tu cuerpo. No solamente te impactará a ti, también impactará a las personas que
Dios toque por medio de ti. ¡La virtud fluirá desde tu interior y sanará a la gente como lo
hizo con Jesús!
Desde que entendí estas cosas, he visto la manifestación de casi toda clase de sanidades
(personas que resucitan de entre los muertos, cánceres que sanan, ojos ciegos y oídos sordos
que sanan, etc.). También he visto personas que sanan de problemas emocionales y que
fueron liberadas de la depresión, el desánimo, y cosas similares. ¡Lo que estoy compartiendo
contigo sí funciona! No solamente ha transformado mi vida, también las vidas de miles de
personas a las que les he ministrado.
Todavía no he echado mano de todo, pero he visto suficiente como para dar testimonio. Así
como tú, continúo con el proceso de renovar mi mente. Pero cada creyente tiene la
capacidad de experimentar lo que yo he experimentado y mucho más. ¡Estas verdades te
transformarán!
YO SEGUÍ CAVANDO
Si tú piensas que lo que puedes ver, probar, oír, oler, y sentir es la única realidad, no podrás
caminar en todo el designio de Dios. Si no puedes percibir cosas que están más allá de tu
cuerpo y tu alma, no experimentarás el poder y la capacidad de Dios que están en tu
32
Espíritu, alma y cuerpo Uno con Jesús
Lección 7
interior. Si tú piensas que el poder de Dios está con Él por alguna parte, dudarás que alguna
vez puedas obtenerlo y finalmente te desilusionarás. La cuestión no es que no creas que
Dios no tiene poder, más bien es que dudas que alguna vez tú puedas llegar a obtenerlo.
Debes creer que eres un Espíritu con Él y que es tu responsabilidad liberar Su poder desde
tu interior para poder ver que se manifiesta.
¡Tú no puedes dudar que obtendrás algo que ya tienes! Se trata de que sueltes lo que Él
puso en ti. Si verdaderamente crees, seguirás cavando hasta que des con la mina de oro y las
cosas empiecen a funcionar.
Durante muchos años yo no entendía cómo funciona la fe, pero el solo hecho de que sabía
que ya estaba ahí, me motivó para seguir cavando. Empecé a orar y a tener fe para recibir
cosas a pesar de que no había ninguna prueba natural que pudiera hacerme pensar que yo
pudiera manifestar esa clase de poder. Cuando oraba por la gente para que sanaran, no
sentía nada en mi carne—ningún hormigueo, ni calor, nada. No tenía ninguna razón para
creer que el poder de Dios se iba a manifestar, excepto que había estado viendo en mi espejo
espiritual y que sabía que ese poder estaba dentro de mí por alguna parte.
Al principio no sanaban muchos, porque yo no entendía muchas cosas. Pero como iba
orando por muchas personas imponiéndoles las manos, empecé a ver que algunos sanaban.
Un poder que estaba más allá de mi capacidad natural se manifestaba. Motivado, seguí
cavando. Mientras cavaba más profundo, encontraba más. Mientras más encontraba, la
excavación se me hacía más fácil y lo hacía con mayor rapidez. Dejé mi cuchara y opté por
una pala. Después de un tiempo, aventé mi pala y me subí a una excavadora. ¡Hoy, sigo
extrayendo las riquezas que Dios puso en mi espíritu vuelto a nacer!
Mi actitud cambió completamente desde que descubrí estas verdades. Cuando se
presentaban los problemas, por lo general me sentía inadecuado. Me lamentaba: “¡Oh Dios,
sé que tú tienes el poder, pero yo sólo soy un hombre. No tengo ningún poder a mi
disposición!” Después me di cuenta de que ya no soy simplemente un hombre. Una tercera
parte de mí es idéntica a y es una con Jesús. ¡Una tercera parte de mí es de pared a pared
Espíritu Santo! Por la confianza, la seguridad, y la fe que esto me ha infundido, ahora puedo
enfrentar y vencer problemas que antes no podía. Conforme sigas excavando, ¡estas verdades
harán lo mismo para ti!
VERSÍCULOS
1 JUAN 4:17 LBLA
33
Espíritu, alma y cuerpo Uno con Jesús
Lección 7
En esto se perfecciona el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio,
pues como Él es, así somos también nosotros en este mundo.
1 CORINTIOS 6:17 LBLA
Pero el que se une al Señor, es un espíritu con El.
ROMANOS 12:1-2 LBLA
Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros
cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto racional. Y no
os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para
que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto.
34
Espíritu, alma y cuerpo ¡Sellado!
Lección 8
¡Sellado!
Ningún ser humano pudo haber imaginado el nuevo nacimiento y todas las realidades que
se llevaron a cabo en nuestros espíritus nacidos de nuevo. Simplemente está más allá de
nuestra imaginación que el Espíritu de Dios pudiera morar en nosotros y que nuestros
espíritus pudieran ser como Él es en este mundo.
Si has recibido la revelación hasta aquí, puedes decir, “¡Lo veo! Soy una nueva persona en mi
espíritu. Las cosas viejas pasaron y todas son hechas nuevas. Así como Jesús es ahora mismo,
así soy en este mundo. Mi espíritu, el verdadero yo, fue creado en justicia y verdadera
santidad”.
Ha habido mucha gente que ha visto estas verdades, se regocijaron en ellas y sintieron un
efecto inmediato, pero después pecaron, se ocuparon con otras cosas y se olvidaron. Algo se
les interpuso y vuelven a encontrarse en las mismas circunstancias negativas que tenían
antes de nacer de nuevo (es decir, derrota, desánimo, etc.). Debido a su aparente fracaso,
piensan así: “Quizá había cambiado, pero volví a fallar”. En relación a todo lo que hemos
estudiado acerca de lo que sucedió en la salvación argumentan: ¡A lo mejor así era antes,
pero he cometido tantos errores desde entonces que ahora ya no puede ser verdad para mí!
Tengo buenas noticias, lo que Dios hace en el espíritu siempre permanece constante y no
cambia, a pesar de las fluctuaciones en tu conducta.
ENCARCELADO
Hay cierta semejanza entre los presos y todos nosotros. Todos tenemos prisiones—
problemas en nuestras vidas que nos tienen atados. Lo que sucede es que nuestros
problemas no siempre son tan obvios como los de aquellos que están tras las rejas.
En la cárcel, mucha gente se da cuenta que han arruinado sus vidas. Como ya no desean los
problemas en los que están, reflexionan y se preguntan: “¿Cómo puedo cambiar? ¡Tengo
que salirme de aquí!”
Luego algún ministro se cruza por su camino predicando:
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, he aquí, son
hechas nuevas.
2 Corintios 5:17
35
Espíritu, alma y cuerpo ¡Sellado!
Lección 8
La idea de que Dios los ama y que quiere transformar sus vidas por completo, armoniza
perfectamente con lo que tienen en mente la mayoría de los prisioneros. Con toda su alma
quieren cambiar, salir de ahí y ver que sus vidas toman un rumbo diferente. Entonces oran y
aceptan al Señor—no sólo para un beneficio eterno, sino también con el propósito de
cambiar inmediatamente.
Un prisionero que acaba de nacer de nuevo, a menudo será vulnerable al desánimo, la duda
y la incredulidad porque no entiende que el cambio se llevó a cabo en su espíritu y que el
resto de su vida cristiana consistirá en renovar su mente para creer en y liberar lo que Dios ya
puso en su interior. Al despertar se encuentran en la misma celda, enfrentando las mismas
dificultades y los mismos castigos. Con la atención puesta solamente en el mundo físico, es
fácil que concluyan: “No funcionó. La Palabra no es verdad. ¡Dios no me cambió porque
todo sigue igual!”.
Esto también sucede fuera de la cárcel. Te despiertas a la mañana siguiente (después de que
volviste a nacer), y todavía te encuentras casado con la misma persona, trabajando en el
mismo empleo, enfrentando la misma enfermedad y bajo la misma montaña de deudas. De
hecho, es muy probable que tus problemas se intensifiquen después de que naces de nuevo.
La razón es que el diablo te está aventando todo lo que tiene, porque ya no estás de su lado y
quiere detener el testimonio de Dios en tu vida. Si no tienes cuidado, puedes confundirte y
pensar; “¡Creo que no sucedió nada!”
El cambio ocurrió en el espíritu, no en el mundo físico. ¡De hecho una tercera parte de él ya
está completa! Tu nuevo hombre fue creado en la justicia y santidad de la verdad (Ef. 4:24).
No estás en un proceso de evolución, porque en tu espíritu ya eres así.
ACEPTADO
36
Espíritu, alma y cuerpo ¡Sellado!
Lección 8
crees la primera mitad de este versículo, entonces también deberías creer la segunda mitad
¡eres justo!
Dios no te ve como tú te ves a ti mismo. Él ve tu espíritu y ve que eres justo. La mayoría de
las personas oran así: “Oh Dios, lo siento. Te he fallado terriblemente de nuevo. ¿Cómo
puedes amarme? ¡Ten misericordia!” No reconocen la verdad de que la manera de actuar de
sus cuerpos y almas—sea buena o mala—no tiene nada que ver con el hecho de que Dios los
acepte. Si naciste de nuevo, no importa si te rebelaste o no eres todo lo que deberías ser.
¡Dios te ve como justo y Santo porque Él está viendo tu espíritu!
¡Dios está complacido contigo!
En amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo,
según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos
hizo aceptos en el Amado.
Efesios 1:5-6 RV1960
“Aceptos” significa más que pura tolerancia. ¡Él en realidad está complacido contigo! A lo
mejor no te agrada la condición en la que está tu mente o tu cuerpo, pero Dios te ve en el
Espíritu. Cuando naciste de nuevo te convertiste en una nueva criatura y ¡Él está
complacido con Su obra!
“Aceptos” en Efesios 1:6 corresponde a la palabra Griega que se tradujo como “muy
favorecida” en Lucas 1:28, RV 1960
Y entrando el ángel, [Gabriel] le dijo [a María]: ¡Salve, muy favorecida! El Señor está contigo;
bendita eres tú entre las mujeres (corchetes añadidos).
Éstos son los únicos dos lugares en la Biblia donde se encuentra esta palabra griega en
particular. Por lo tanto, así como la mujer que dio a luz a Cristo fue aceptada, ¡tú también
eres muy favorecido por el Señor!
PRESERVADO Y PROTEGIDO
37
Espíritu, alma y cuerpo ¡Sellado!
Lección 8
Cuando una mujer envasa alimentos, sella el frasco con parafina. Esto forma un sello
hermético que preserva y protege los alimentos que hay adentro. Las impurezas del aire no
podrán entrar y causar que la comida se pudra o se eche a perder. Así es como esta palabra
“sellado” se usa en Efesios 1:13.
Cuando naciste de nuevo, inmediatamente tu espíritu fue encerrado—sellado al vacío—por
el Espíritu Santo con el propósito de la preservación. Cuando tú fallas en cualquier área de
tu vida después de ser salvo, la podredumbre, la suciedad y la deshonra que llegan a tu
cuerpo y a tu alma no penetran a tu espíritu. Este sello del Espíritu Santo mantiene lo
bueno dentro y lo malo fuera.
Dios no ve el pecado de la manera como la gente lo ve. Para Él, el pecado no es solamente
hacer algo malo cuando se viola un mandamiento, también es dejar de hacer lo bueno que
deberías haber hecho.
A aquel, pues, que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado.
Santiago 4:17
Nadie ama a su pareja exactamente como Cristo amó a la iglesia. Ninguno es tan apasionado
como debería ser para evangelizar a los demás. Ninguno de nosotros meditamos en las cosas
de Dios tanto como deberíamos. Por lo tanto, de acuerdo a la definición de Dios del pecado,
constantemente todos nos quedamos cortos.
Si tú no entiendes que el Espíritu Santo encerró herméticamente a tu espíritu nacido de
nuevo, tu conciencia eventualmente te dará la impresión de que perdiste la justicia y la
santidad con las que tu espíritu fue creado. Tu conciencia con su conocimiento del bien y el
mal, constantemente forma juicio en tu mente sobre tus pensamientos y tus acciones. Si no
tienes cuidado permitirás que el conocimiento de tus fallas te afecte. Pensarás: “Bien,
cuando nací de nuevo, Dios me dio la oportunidad de empezar de nuevo, pero he fallado
desde entonces”. Puedes confesar la Palabra, esforzarte, y volver a sentir que: “Ya me
recuperé y todo está bien”. Pero no pasará mucho tiempo antes de que tu conciencia te
muestre algo más. Si andas así cuesta arriba y cuesta abajo, día tras día, año tras año, (como
de hecho sí lo haces) después de un tiempo pensarás: “¿De qué sirve todo esto?”
NACIDO DE DIOS
Sin embargo, la verdad es que tu espíritu fue sellado. El pecado y sus efectos, no pueden
entrar a tu espíritu. Cuando pecas, tu espíritu no participa. Retiene su santidad y pureza
original y ¡lo hará por la eternidad!
38
Espíritu, alma y cuerpo ¡Sellado!
Lección 8
Ninguno que es nacido de Dios practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él;
y no puede pecar, porque es nacido de Dios.
1 Juan 3:9
Esto significa que eres tan justo y santo en tu espíritu ahora como lo serás por siempre.
¡Esta verdad es crucial en tu relación con Dios! Si atas su aceptación a tu comportamiento,
siempre te quedarás corto. Posiblemente tu comportamiento sea mejor que el de otras
personas, pero tu propia conciencia te condenará. Eventualmente, te impedirá que goces del
amor y las bendiciones de Dios porque sabes que has tratado y tratado, pero todavía tienes
fallas después de todos estos años. Cuando entiendes el espíritu, el alma y el cuerpo, sabes
que fue tu espíritu el que cambió. Creado en la justicia y santidad de la verdad, fue sellado
por el Espíritu Santo para que ningún pecado pueda penetrarlo. La justicia con la que
naciste de nuevo permanece libre de contaminación.
Puesto que Dios es un Espíritu, Él siempre trata contigo de Espíritu a espíritu. No importa
cómo te estás comportando, siempre te puedes acercar a Dios con base en tu espíritu
renacido. ¡Esto es asombroso!
Información Adicional
Mucha gente batalla para comprender 1 Juan 3:9 porque el contexto claramente muestra que
los cristianos pecan:
Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en
nosotros (1 Juan 1:8).
Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a Él mentiroso y su palabra no está en nosotros. (1
Juan 1:10).
Hijitos míos, os escribo estas cosas para que no pequéis. Y si alguno peca, Abogado tenemos para
con el Padre, a Jesucristo el justo (1 Juan 2:1).
Estas son 3 instancias de la misma carta donde el escritor, el apóstol Juan, habla sobre el pecar.
Las primeras dos comunican, “Si dices que no has pecado, eres mentiroso”. Añade, “te estoy
escribiendo para que no vayas (tiempo futuro) a pecar. Pero si lo haces, tienes un abogado con el
Padre”. Después, en el 3:9 declara, “Si has nacido de Dios, no puedes pecar”. Esto suena muy
contradictorio.
Ambas, las Escrituras y la experiencia revelan que los cristianos pueden pecar. El contexto de 1
de Juan muestra que 3:9 no está diciendo que es imposible para un creyente nacido de nuevo
39
Espíritu, alma y cuerpo ¡Sellado!
Lección 8
que haga algo que sea pecado. Sin embargo, claramente dice que si eres nacido de Dios, no
puedes pecar. ¿Cómo puede ser esto?
VERSÍCULOS
40
Espíritu, alma y cuerpo ¡Sellado!
Lección 8
41
Espíritu, alma y cuerpo ¡Sellado!
Lección 8
42
Espíritu, alma y cuerpo Redención Eterna
Lección 9
Redención Eterna
Hebreos 9 hace contrastar la Ley del Antiguo Testamento con la gracia del Nuevo
Testamento. Lo que hemos recibido a través de Jesús en el Nuevo Pacto, es ampliamente
superior a lo que teníamos en el Antiguo. Los sacrificios del Antiguo Testamento realmente
no pudieron liberar a nadie; fueron puestos ahí como ilustración y recordatorio para la
gente hasta que el verdadero sacrificio se hiciera. Puesto que éstos eran simbólicos y
realmente no podían depurar el pecado, los sacrificios del Antiguo Testamento tenían que
ofrecerse una y otra y otra vez. Pero ahora que Jesús ha dado Su vida como el sacrificio por el
pecado, nunca habrá necesidad de que se repita. A través de Cristo, ¡el sacrificio perfecto por
el pecado fue hecho de una vez por todas!
Tu espíritu nacido de nuevo nunca necesita volver a limpiarse, ni depurarse, ni nacer de
nuevo y de nuevo cada vez.
Pero cuando Cristo apareció como sumo sacerdote de los bienes futuros, a través de un mayor y
más perfecto tabernáculo, no hecho con manos, es decir, no de esta creación, y no por medio de
la sangre de machos cabríos y de becerros, sino por medio de su propia sangre, entró al Lugar
Santísimo una vez para siempre, habiendo obtenido redención eterna.
Hebreos 9:11-12
¡Tu salvación es eterna!
Porque si la sangre de los machos cabríos y de los toros, y la ceniza de la becerra rociada sobre
los que se han contaminado, santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre
de Cristo, el cual por el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, purificará
vuestra conciencia de obras muertas para servir al Dios vivo? Y por eso El es el mediador de un
nuevo pacto, a fin de que habiendo tenido lugar una muerte para la redención de las
transgresiones que se cometieron bajo el primer pacto, los que han sido llamados reciban la
promesa de la herencia eterna.
Hebreos 9:13-15
Jesús “entró al Lugar Santísimo una vez para siempre” y “obtuvo redención eterna” (ver.
12). Entonces en el versículo 15, Él nos proveyó de una “herencia eterna”. Cada una de estas
declaraciones hace énfasis en un sacrificio que se ofreció una vez y para siempre.
43
Espíritu, alma y cuerpo Redención Eterna
Lección 9
¡UNA VEZ!
44
Espíritu, alma y cuerpo Redención Eterna
Lección 9
¡Has sido perdonado de tus pecados pasados, presentes y futuros! Esto es lo que la
“redención eterna” significa. Quizás pienses: “¡Dios no puede perdonarme de un pecado
que no he cometido!” Pues bien, más te vale que creas que Él sí puede, porque Cristo sólo
murió una vez por tus pecados. Si Jesús no puede perdonar un pecado antes de que lo
cometas, entonces no puedes ser perdonado en lo absoluto. ¿Por qué? ¡Jesucristo no ha
muerto por el pecado en más de 2000 años!
Jesús pagó por todos los pecados—pasados, presentes y futuros. A lo mejor los seres
humanos no piensan de esta manera, pero Dios sí. Él es eterno—el tiempo, la distancia y el
espacio no son problemas para Él. A través de Su sacrificio perfecto, Dios ya trató con todos
los pecados.
Cuando Jesús murió, puso un testamento en vigor. “En esa voluntad somos santificados
mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre” (He.
10:10 RV 1960). Fuiste santificado, separado—hecho santo—a través de la ofrenda de
Jesucristo una vez para siempre.
Hablando en general, los pentecostales fueron los que introdujeron la doctrina de “volver a
caer”, que cada vez que pecas, pierdes tu salvación y si no confiesas ese pecado antes de que
mueras, te irás al infierno a pesar de que ya habías nacido de nuevo hace veinte o treinta
años. Erróneamente interpretan este versículo como si dijera “un sacrificio para toda la
gente”.
Sin embargo, el contexto prueba que Hebreos 10:10 quiere decir que un sacrificio te hace
santo por todo el tiempo. Observa todas las palabras que se refieren al tiempo en los cuatro
versículos siguientes:
45
Espíritu, alma y cuerpo Redención Eterna
Lección 9
Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los
mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; pero Cristo, habiendo ofrecido una
vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, de ahí
en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; porque con
una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.
Hebreos 10:11-14 RV 1960, énfasis añadido.
¡La única ofrenda de Cristo te perfeccionó y santificó para siempre!
En caso de que todavía no estés convencido, Hebreos 12:23 es otro versículo del mismo
contexto.
A la asamblea general e iglesia de los primogénitos que están inscritos en los cielos, y a Dios,
el Juez de todos, y a los espíritus de los justos hechos ya perfectos.
No puede quedar más claro. Tu espíritu ha sido perfeccionado para siempre—por todo el
tiempo. No pierdes tu posición correcta con Dios si pecas. ¡Qué verdad tan radical y
maravillosa para la iglesia hoy en día!
DAVID LO VIO
A la mayoría de los cristianos les enseñan que su comportamiento afecta su comunión con
Dios. Cuando naces de nuevo, eres perdonado, limpiado y te conviertes en una nueva
persona. Sin embargo, cada vez que pecas, pierdes esa posición correcta con Él hasta que
confieses ese pecado en particular y que lo cubras con la sangre. Si no lo haces, Dios está
disgustado y no puede aceptarte. Si llegaras a morirte antes de que te arrepintieras y antes de
que confesaras todos esos pecados, te irías al infierno. En este sentido, están diciendo que
debes nacer de nuevo y de nuevo.
¡Esto no es lo que la Palabra de Dios enseña! La Biblia habla de la redención eterna y de la
herencia eterna. Tú no eres santificado y perfeccionado hasta que te equivoques lo cual
sucede constantemente. ¡Eres santificado y perfeccionado por siempre! La gente que piensa
que lo perdió todo y que tiene que comenzar de nuevo cada vez que peca, nunca maduran
ni ven gran crecimiento en sus vidas espirituales. Están atorados en la carne, enfocados en el
comportamiento de sus cuerpos y sus almas. La palabra de Dios revela que tus pecados
fueron perdonados, pasados, presentes y futuros.
David vio por fe, a través de la inspiración del Espíritu Santo, cuán grande sería la salvación.
Como también David habla de la bendición que viene sobre el hombre a quien Dios atribuye
justicia aparte de las obras: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades han sido perdonadas,
y cuyos pecados han sido cubiertos [pecados en tiempo pasado y presente]. Bienaventurado el
46
Espíritu, alma y cuerpo Redención Eterna
Lección 9
hombre cuyo pecado el Señor no tomará en cuenta [tiempo futuro] (Ro. 4:6-8, Pablo hace
referencia a Salmos 32:1-2; corchetes añadidos).
Salmos 32:2 aún agrega,
Y en cuyo espíritu no hay engaño.
David (un patriarca del Antiguo Pacto) vio proféticamente las bendiciones de tu Nuevo
Pacto de comunión con Dios. Gracias a la naturaleza justa de tu espíritu nacido de nuevo, el
Señor ya no retiene ningún pecado en tu contra. ¡Ahora bien, éstas son buenas nuevas!
VERSÍCULOS
47
Espíritu, alma y cuerpo Redención Eterna
Lección 9
Pues ya que la ley sólo tiene la sombra de los bienes futuros y no la forma misma de las
cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que ellos ofrecen continuamente año tras
año, hacer perfectos a los que se acercan.De otra manera, ¿no habrían cesado de ofrecerse, ya
que los adoradores, una vez purificados, no tendrían ya más conciencia de pecado?
2 CORINTIOS 5:21 LBLA
Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia
de Dios en El.
HEBREOS 10:11-14 RV 1960
Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los
mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; pero Cristo, habiendo ofrecido
una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, de
ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies;
porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.
HEBREOS 12:23 LBLA
A la asamblea general e iglesia de los primogénitos que están inscritos en los cielos, y a Dios,
el Juez de todos, y a los espíritus de los justos hechos ya perfectos.
ROMANOS 4:6-8 LBLA
Como también David habla de la bendición que viene sobre el hombre a quien Dios
atribuye justicia aparte de las obras: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades han sido
perdonadas, y cuyos pecados han sido cubiertos. Bienaventurado el hombre cuyo pecado el
Señor no tomará en cuenta.
SALMO 32:1-2 LBLA
¡Cuán bienaventurado es aquel cuya transgresión es perdonada, cuyo pecado es cubierto!
¡Cuán bienaventurado es el hombre a quien el Señor no culpa de iniquidad, y en cuyo
espíritu no hay engaño!
48
Espíritu, alma y cuerpo Preguntas Básicas Del Evangelio
Lección 10
Una vez que la gente entiende que su comportamiento—sea bueno o malo—no afecta a sus
espíritus vueltos a nacer ni su relación con Dios, usualmente surgen preguntas serias. “¿Qué
estás diciendo? ¿Dios me amará y no perderé mi buena relación con Él haga lo que haga?
¿Quieres decir que puedo vivir en pecado?” ¡Pablo trató con lo mismo!
“¿Qué diremos, entonces? ¿Continuaremos en pecado para que la gracia abunde?”
Romanos 6:1
La respuesta, por supuesto es:
“¡De ningún modo!”
Romanos 6:2
A menos que esta pregunta surja, no estás predicando el mismo Evangelio que el apóstol
Pablo predicó. ¡Él trató con esta cuestión en cuatro ocasiones diferentes! (Ro. 3:8, 6:1-2,
6:15; y Ga. 2:17) “¿Qué estoy diciendo? ¿Continuamos en pecado? ¡De ningún modo!”
Aunque te explayes en tu mensaje, ésta debería ser una pregunta lógica.
Nadie interpreta el mensaje de la mayoría de las iglesias como si dijera: “Puedes ir y vivir en
pecado”, porque están muy ocupadas predicando duramente en contra del pecado. ¡Nunca
surge esta pregunta! La enseñanza común de hoy en día ata el amor de Dios y Su aceptación
a tu comportamiento. Por lo tanto esos mensajes “en el nombre del Señor” producen una
justicia de obras (justicia propia que se basa en tus acciones) en la mayoría de los creyentes.
La Biblia no enseña que Dios te acepta o rechaza por tus acciones; ¡te enseña que tus
acciones nunca serán lo suficientemente buenas!
La Palabra de Dios dice que Él te acepta dependiendo de que tu espíritu sea justo o no. Ese
espíritu no se vuelve justo a través de tus buenas acciones y actitudes. La justicia viene a
través de confesar a Jesucristo como tu Señor y Salvador. Cuando naces de nuevo, Dios te da
un espíritu nuevo. ¡La justicia NO se basa en tus acciones!
La siguiente pregunta que la gente hace es: “¿Estás diciendo que no importa cómo viva?”
No, eso no es lo que estoy diciendo. Pablo continúa con Romanos 6 dando dos razones por
las que un cristiano debe vivir una vida santa:
1) Tu nueva naturaleza lo desea y…
2) No quieres darle acceso al diablo a tu alma y a tu cuerpo a través del pecado.
Tu manera de vivir no afecta a la justicia de tu espíritu, pero ¡sí afecta tu vida en gran
manera!
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Espíritu, alma y cuerpo Preguntas Básicas Del Evangelio
Lección 10
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Espíritu, alma y cuerpo Preguntas Básicas Del Evangelio
Lección 10
El diablo quiere traer muerte a tu vida de cualquier forma que pueda: la enfermedad, la
dolencia, la vergüenza, la pobreza, la depresión, el desánimo y toda clase de otras cosas feas.
¿Qué razón hay para que le des a tu enemigo una oportunidad para que te ataque?
Como cristiano, no tienes que vivir en santidad con el propósito de que Dios te acepte y le
agrades. Sin embargo, tus acciones y actitudes sí determinan cómo te relacionas con otras
personas. Por eso te conviene vivir una vida santa.
SANTIDAD CASUAL
Entender que puedo relacionarme con Dios con base en la perfección, santidad y justicia
que hay en mi espíritu me ha librado del pecado, no me ha librado para pecar. En mi carne
nunca seré completamente perfecto hasta que reciba mi cuerpo glorificado. Mientras tanto,
puedo continuar relacionándome con Dios con base en quién soy en mi espíritu. Esto hace
que mi relación con Él sea estable y segura.
He vivido una vida más santa sin proponérmelo que lo que la mayoría de la gente ha hecho
a propósito. Siempre que se enseñan estas verdades, la gente critica diciendo: ¡Tú estás
predicando esto para que puedas vivir en pecado! No puedes acusarme de eso porque nunca
he dicho una palabra profana, ni he bebido licor de ninguna clase, ni he fumado cigarros, y
¡ni siquiera he probado el café en toda mi vida! No estoy diciendo que el café o la bebida
alcohólica sean lo mismo. Hay un versículo en el que te puedes apoyar para beber café.
Marcos 16:18 promete: “aunque beban algo mortífero, no les hará daño”. Dejemos la
broma. Sólo te estoy diciendo que la gente no puede verme y decir que la razón por la que
predico esto es porque me permite vivir en pecado. No, vivo una vida muy santa.
No vivo con santidad porque tenga que, sino porque quiero. No lo hago para obtener la
bendición de Dios. Lo hago porque Él me reveló esta verdad y cambió mi corazón. Deseo
vivir una vida santa porque es bueno para mí. Me ayuda para que sirva mejor a otros y me
hace más feliz vivir una vida santa que vivir como un impío.
Dios seguiría amándome aunque yo viviera en pecado (porque mi espíritu ha sido
cambiado), pero yo no me amaría a mí mismo ni amaría a los demás. El pecado ofende a
Dios, pero también ofende a las personas. Si verdaderamente naciste de nuevo, Él te tratará
como a su hijo, con base en tu espíritu vuelto a nacer. Pero la gente no te amará si tú le
robas. Si te atrapan, te meterán a la cárcel donde sufrirás, estarás confinado y te sentirás
lastimado. No tendrás una vida agradable, pero aun así Dios te amará. ¡Aun así serás justo,
pero también serás un tonto! (no estoy tratando de ser áspero, sólo franco.)
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Espíritu, alma y cuerpo Preguntas Básicas Del Evangelio
Lección 10
Vivir en santidad no hace que Dios te ame más, pero sí incrementa tu amor por Él.
Asimismo, la falta de santidad no causará que Dios te ame menos, pero definitivamente
disminuirá tu amor por Él. Aunque el amor de Dios por ti no cambia, tu comportamiento
influye directamente en el amor que sientes por Él. ¿Puedes ver ahora el propósito de Dios
en cuanto a la santidad?
El pecado nunca es una opción sabia, pero tampoco es un problema entre Dios y tú. Él
trató con tu pecado, pasado, presente y futuro, cuando volviste a nacer. Puedes acercarte
con confianza al Señor en cualquier momento—incluso cuando fallas, cuando no estás
satisfecho contigo mismo, y cuando le abres a Satanás una brecha en tu vida. Aun así puedes
acercarte con confianza a la misma presencia de Dios tu Padre y puedes recibir de Él porque
tu espíritu no perdió la relación correcta con Él.
La Palabra te anima para que te acerques al Señor cuando necesitas misericordia y ayuda.
Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia,
y hallemos gracia para la ayuda oportuna.
Hebreos 4:16
No debes esperarte para acercarte a Él hasta que hayas hecho todo “correctamente”. Puedes
confiadamente acercarte al Señor y recibir gracia y ayuda aunque hayas cometido grandes
fallas. Tu Padre celestial te ha invitado para que te acerques a Su trono en cualquier
momento por la fe en su Hijo y por quién eres en Él. ¡Es tu derecho de nacimiento como un
hijo del Rey!
Información Adicional
Como no puedo dar una explicación detallada de esta verdad aquí, me gustaría recomendarte
mi estudio La Verdadera Naturaleza de Dios. En esa enseñanza, expongo mucho más sobre
este tema en particular. Descubrirás cómo Dios, que es el mismo ayer, hoy y por siempre (He.
13:8), puede actuar de maneras diferentes con el género humano, desde el Antiguo hasta el
Nuevo Testamento. Si no entiendes cómo fue que todo cambió cuando Jesucristo vino, pensarás
que Dios es esquizofrénico. Te aseguro, ¡Él no lo es! Recomiendo mucho esta enseñanza para un
estudio más a fondo.
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Espíritu, alma y cuerpo Preguntas Básicas Del Evangelio
Lección 10
VERSÍCULOS
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Espíritu, alma y cuerpo ¿Una vez salvo, siempre salvo… ?
Lección 11
Cuando al principio empecé a entender esta revelación, me preguntaba: “Dios mío, ¿es
como dicen los Bautistas—una vez salvo, siempre salvo? ¿O es como enseñan los
Pentecostales—salvo, perdido, salvo, perdido; nacer de nuevo, de nuevo? Batallé con estas
preguntas por mucho tiempo. Finalmente, un día el Señor me habló al respecto y me dijo:
“No es la opción A) una vez salvo, siempre salvo; ni la opción B) salvo, perdido, salvo,
perdido; nacer de nuevo, de nuevo. Es la opción C) ¡ninguna de las anteriores!” Me enseñó
que ambos puntos de vista tienen una verdad parcial, pero la verdad completa está en algún
lugar intermedio.
El grupo de personas que enseñan “una vez salvo, siempre salvo” entiende que tu espíritu
fue santificado y perfeccionado para siempre. Puesto que no fuiste salvo por tus propias
buenas obras, tu falta de buenas obras no puede hacer que pierdas tu salvación. Si confiesas
tu fe en el Señor Jesucristo, eres vuelto a nacer. Puesto que la fe es el asunto, el pecado no
causa que pierdas tu salvación.
Alguien quizás diga: “¡Un momento! Yo creo que si pecas, pierdes tu salvación. ¡No puedes
decirme que una persona que cometió algún pecado grave puede ir al cielo!”
Aunque yo pueda ser considerado como un “santo” por la mayoría de los estándares
religiosos, me he quedado corto en mis acciones. No he usado malas palabras, bebido licor,
fumado cigarros ni cometido adulterio, pero sí he quebrantado algunas de las leyes de Dios.
No he amado a la gente de la manera en que debía, ni tampoco he dicho siempre la verdad.
Me esfuerzo; sin embargo, recuerdo que de niño me sorprendieron mintiendo. No he
cometido lo que se considera como pecados “grandes”, pero sí ¡he quebrantado la Ley de
Dios!
Porque cualquiera que guarda toda la ley, pero tropieza en un punto, se ha hecho culpable de
todos. Santiago 2:10
La Ley es como una ventana de vidrio delgado. Puedes disparar una balita y hacer un hoyo
pequeño o arrojar un piano y hacer uno grande. El tamaño no importa porque el vidrio no
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Espíritu, alma y cuerpo ¿Una vez salvo, siempre salvo… ?
Lección 11
Si estás por debajo de la gloria de Dios, ¡fallaste! Supón que estás en un cuarto con un techo
de 6m de altura y Dios dice que tienes que saltar y tocarlo para poder ser salvo. Si fueras
Michael Jordan, y pudieras saltar 4.5m estarías a punto de tocarlo. Si fueras un perezoso,
quizá pudieras saltar 15cm pero te quedarás muy lejos de la meta. De cualquier forma, el
resultado final no sería diferente. Si no puedes tocar el techo, no puedes ser salvo. ¡Ambos
fracasaron!
Así es con el estándar de Dios. Dios no califica por promedios. Él no dice: “Haz lo mejor
que puedas. Mientras estés en el 10% de los más altos promedios, te aceptaré, porque
realmente lo intentaste”. ¡No, o eres perfecto, o necesitas un Salvador que lo sea!
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Espíritu, alma y cuerpo ¿Una vez salvo, siempre salvo… ?
Lección 11
Si puedes perder tu salvación por causa del pecado, entonces el único camino al cielo es
morir inmediatamente después de nacer de nuevo. La cosa más amorosa que podríamos
hacer por los nuevos conversos sería matarlos. Entonces no tendrían oportunidad de pecar y
perder la salvación que acababan de recibir. El evangelista que los asesinara podría irse al
infierno, pero los nuevos conversos no tendrían tiempo para invalidar su entrada al cielo a
causa del pecado. ¿Suena ridículo? Lo es.
Tu espíritu ha sido sellado, santificado y perfeccionado para siempre, su estado de justicia
no fluctúa con la santidad de tus acciones y actitudes. Ya que la salvación depende
solamente de que pongas tu fe en Jesús y que seas vuelto a nacer, tu pecado no afecta tu
relación con Dios. ¡Él tiene comunión contigo basándose únicamente en tu fe en Cristo!
RENUNCIANDO Y RECHAZANDO
Sin embargo, la Biblia tampoco enseña que “una vez salvo, siempre salvo”. Varios capítulos
en la Biblia discuten la posibilidad de convertirse en un réprobo y perder la salvación. Éste es
el ejemplo clásico:
Porque en el caso de los que fueron una vez iluminados, que probaron del don celestial y fueron
hechos partícipes del Espíritu Santo, que gustaron la buena palabra de Dios y los poderes del
siglo venidero, pero después cayeron, es imposible renovarlos otra vez para arrepentimiento,
puesto que de nuevo crucifican para sí mismos al Hijo de Dios y le exponen a la ignominia
pública.
Hebreos 6:4-6
Si una persona apostata, ya no hay más sacrificio. Hebreos 6:4-6 está ubicado en el mismo
contexto y hace énfasis en que la única ofrenda de Jesús proveyó tu redención eterna. Sin
embargo si ese sacrificio único se anula, entonces ya no hay otro. No se puede volver a
aplicar. No puedes nacer de nuevo, de nuevo. Jesucristo no va a experimentar otra vez la
vergüenza, y la humillación para morir una segunda vez. ¡Su sacrificio fue único y para
siempre!
Puedes anular el efecto del sacrificio de Cristo si vuelves al legalismo y a confiar en tus
propias obras para obtener justicia.
¡Oh, gálatas insensatos! ¿Quién os ha fascinado a vosotros, ante cuyos ojos Jesucristo fue
presentado públicamente como crucificado? Esto es lo único que quiero averiguar de vosotros:
¿recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? ¿Tan insensatos sois? Habiendo
comenzado por el Espíritu, ¿vais a terminar ahora por la carne?
Gálatas 3:1-3
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Espíritu, alma y cuerpo ¿Una vez salvo, siempre salvo… ?
Lección 11
ENDURECIDO
Antes de que alguien pudiera renunciar a tan gran salvación, esa persona tendría que
endurecerse hacia Dios. (He. 3:13-14). Aunque tu espíritu no experimenta efectos por el
pecado, tu cuerpo y tu alma sí los experimentan. El pecado entorpece tu percepción, tu
sabiduría y la capacidad de comprender quién eres en el espíritu. Si persistes en el pecado
por mucho, mucho tiempo, puedes llegar a un punto en que Satanás tratará de hacer que
renuncies a tu fe en Cristo. Sin embargo, a menos que alguien esté totalmente cegado a la
verdad, ¡nadie en su sano juicio rechazaría al Señor!
Si renuncias a tu fe y rechazas a Dios, puedes perder tu salvación. No es algo que pierdes por
casualidad, como cuando pierdes las llaves del carro. Debes rechazarlo deliberada y
abiertamente. Esto es algo que se lleva a cabo a través de un periodo de tiempo.
Eres salvo por la gracia de Dios, por lo tanto las acciones pecaminosas no hacen que pierdas
tu salvación. Sin embargo, el pecado puede endurecer tu corazón hasta que eventualmente
llegues a un punto en que tú renuncies a tu fe en el Señor (He. 6:4-6). Si eso sucede, es
imposible alguna vez ser renovado nuevamente para arrepentimiento.
Esto contradice la idea de “salvo, perdido, salvo, perdido; nacer de nuevo, nacer de nuevo”.
Aquellos que creen que pierdes tu salvación cada vez que pecas, también creen que todo lo
que tienes que hacer es confesarlo y eres salvo otra vez. Simplemente “lo superas por la
oración” y regresas a la posición correcta con Dios. ¡Hebreos 6:4-6 dice que esto nunca
puede suceder!, una de dos: o no perdiste tu salvación cuando pecaste, o si lo
hiciste—¡nunca podrás volver a ser salvo!
Los requisitos enumerados en Hebreos 6:4-6 para poder renunciar a tu salvación son
bastante rigurosos. Debes revisarlos cuidadosamente antes de que te condenes a ti mismo
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Espíritu, alma y cuerpo ¿Una vez salvo, siempre salvo… ?
Lección 11
En una ocasión cuando yo era niño, entre los cinco y los ocho años, me enojé y huí de mi
casa. Salí corriendo, pero me di cuenta de mi error antes de que perdiera mi casa de vista.
Pensé: “¿Adónde me iré? ¿Qué comeré? ¿Dónde dormiré? ¡Amo a mis padres!” Quizás me
enojé, pero en realidad, no quería huir. Como era muy orgulloso para admitirlo, me atoré a
propósito en una cerca de alambre de púas, para que mi hermano me atrapara (él estaba
corriendo detrás de mí para llevarme a casa).
Como era muy pequeño, no me lo tomaron en serio. Aunque estaba enojado y antes de
huir declaré: “¡Ya no quiero ser un Wommack nunca más!” no lo consideraron una cosa
grave. Si hubieran llamado a la policía, ésta hubiera tenido la misma opinión que mis padres,
porque yo era muy pequeño. No sabía lo que estaba tratando de hacer, ni era capaz de
hacerlo legalmente.
Sin embargo, ahora soy mayor de edad y puedo decidir. Si renunciara a mis padres, el
gobierno me respaldaría y podría rechazarlos legalmente.
Sucede lo mismo con la persona que renuncia y rechaza la salvación. Dios sabe si la persona
es madura o no. Solamente Él conoce el corazón.
¿Estás arrepentido y lamentas lo que has hecho? ¿Deseas estar en comunión con el Señor? Si
así es, no eres un réprobo. El Espíritu Santo todavía está tratando contigo. No eras lo
suficientemente maduro cuando le diste la espalda o te apartaste. Como Pablo, eres
perdonado porque eras ignorante cuando hiciste esas cosas. ¡Gloria a Dios!, ¡Él es tu
amoroso Padre celestial!
Información Adicional
Para poder calificar como un “réprobo” bíblico tienes que reunir unos requisitos muy
rigurosos.
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Espíritu, alma y cuerpo ¿Una vez salvo, siempre salvo… ?
Lección 11
(1) Tienes que, ser iluminado, que significa ser atraído por el Espíritu Santo. Juan 6:44
declara:
Nadie puede venir a mí si no lo trae el Padre que me envió, y yo lo resucitaré en el día final.
Si tu experiencia fue esta: te sentiste obligado a hacer alguna declaración, a firmar la lista de
miembros de la iglesia o a repetir una oración; y después cuando no experimentaste un
cambio radical, te desilusionaste y renunciaste diciendo: “¡Rechazo esto! ¡No es real!”,
entonces no tuviste una verdadera contrición motivada por el Espíritu Santo. Te obligaron,
pero no fuiste atraído. Fuiste a la iglesia porque tus padres te obligaron o eras novio(a) de
alguien que te hizo repetir una oración. ¡Tú no reúnes los requisitos! Por lo tanto, ni
siquiera puedes ser responsable de lo que llamamos “rechazo”.
También debes (2), haber probado el don celestial, lo que significa que debiste ser vuelto a
nacer de manera genuina;
(3) haber tenido parte en el Espíritu Santo, lo que se refiere a ser bautizado en el Espíritu
Santo;
(4) haber probado la buena Palabra de Dios, lo que significa que la Palabra literalmente te
impactó; hiciste más que simplemente ponerla en tu boca—la tragaste, la digeriste, y te
beneficiaste de sus nutrientes y de la vida que contiene;
y (5) haber gustado de los poderes del siglo venidero, lo que se refiere a una persona llena del
Espíritu que ha ejercitado los dones del Espíritu Santo y avanza hacia la madurez.
Dicho en otras palabras, debes ser un cristiano maduro antes de que realmente puedas
renunciar a tu salvación. Si un cristiano maduro rechaza al Señor, no puede ser restaurado
para el arrepentimiento. Es un trato que sólo se hace una vez. Se le reconoce su
responsabilidad, es condenado, ¡y se acabó! Jesucristo proclamó que la blasfemia en contra
del Espíritu Santo era el único pecado imperdonable (Mt. 12:31-32). Sin embargo, Pablo
dijo que él obtuvo misericordia porque lo hizo por ignorancia en su incredulidad (1Ti.
1:13). Esto muestra que hasta el pecado imperdonable de la blasfemia en contra del Espíritu
Santo depende de que se haya cometido con o sin conocimiento pleno.
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Espíritu, alma y cuerpo ¿Una vez salvo, siempre salvo… ?
Lección 11
Al entregarlos a una mente réproba, Dios quita la persuasión del Espíritu Santo. “Réprobo”
significa “más allá de la Esperanza”. No sientes la convicción de tu necesidad por tener una
relación con el Señor a menos que el Espíritu Santo esté tratando contigo (Jn. 6:44).
Mientras está tratando contigo, no eres un réprobo. Sin embargo, si alguien cumple con los
requisitos de Hebreos 6:4-6 y renuncia a su salvación, entonces Dios les quita al Espíritu
Santo y se convierte en un réprobo. Sin la persuasión del Espíritu Santo no saben que están
haciendo algo malo. No sólo les agrada hacerlo, sino que también simpatizan con todos
aquellos que están en rebelión en contra de Dios. Los réprobos muestran una falta total de
deseo y respuesta para el Señor.
VERSÍCULOS
SANTIAGO 2:10
Porque cualquiera que guarda toda la ley, pero tropieza en un punto, se ha hecho culpable
de todos.
SANTIAGO 4:17
A aquel, pues, que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado.
ROMANOS 13:1-7
Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan; porque no hay autoridad sino de
Dios, y las que existen, por Dios son constituidas. Por consiguiente, el que resiste a la
autoridad, a lo ordenado por Dios se ha opuesto; y los que se han opuesto, sobre sí recibirán
condenación. Porque los gobernantes no son motivo de temor para los de buena conducta,
sino para el que hace el mal. ¿Deseas, pues, no temer a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás
elogios de ella, pues es para ti un ministro de Dios para bien. Pero si haces lo malo, teme;
porque no en vano lleva la espada, pues ministro es de Dios, un vengador que castiga al que
practica lo malo. Por tanto, es necesario someterse, no sólo por razón del castigo, sino
también por causa de la conciencia. Pues por esto también pagáis impuestos, porque los
gobernantes son servidores de Dios, dedicados precisamente a esto. Pagad a todos lo que
debáis: al que impuesto, impuesto; al que tributo, tributo; al que temor, temor; al que
honor, honor.
HEBREOS 6:4-6
Porque en el caso de los que fueron una vez iluminados, que probaron del don celestial y
fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, que gustaron la buena palabra de Dios y los
poderes del siglo venidero, pero después cayeron, es imposible renovarlos otra vez para
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Espíritu, alma y cuerpo ¿Una vez salvo, siempre salvo… ?
Lección 11
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Espíritu, alma y cuerpo Hemos Recibido De Su Plenitud
Lección 12
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Espíritu, alma y cuerpo Hemos Recibido De Su Plenitud
Lección 12
Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para
limpiarnos de toda maldad.
1 Juan 1:9
Tradicionalmente 1 Juan 1:9 se ha enseñado como si dijera que cada vez que pecas, tienes
que confesar tus pecados con el fin de recibir perdón. Si en verdad dice eso, entonces eso
pondría una tremenda carga sobre ti para lidiar con cada pecado. La religión categoriza el
pecado, pero la Palabra de Dios es mucho más incluyente. El pecado no es sólo lo que haces
mal, también es dejar de hacer lo bueno. De algunos pecados te das cuenta, pero de la
mayoría no. Si tienes que confesar cada pecado antes de que sea perdonado, nadie podría
conservar su salvación. ¡No puede ser que esto sea lo que quiere darse a entender!
1 de Juan 1:9 se refiere a la primera vez que te acercas al Señor. Si el perdón dependiera de
que tú confieses todo lo que has hecho mal y todas las cosas buenas que no hiciste, la
salvación estaría fuera del alcance porque ya se te olvidaron muchas cosas. Este versículo
invita a los incrédulos a nacer de nuevo pero no invita al creyente a confesar cada pecado en
todo momento. Así es como te acercas al Señor por primera vez. Reconoces tu naturaleza de
pecado y tu separación de Dios, para doblar tu rodilla y recibir la salvación. Confiesas que
eres un pecador que necesita perdón y eres limpio de toda la injusticia cuando recibes tu
espíritu nuevo y renacido.
También 1 de Juan 1:9 puede significar limpiar el alma y el cuerpo de un creyente de los
efectos del pecado. El pecado no afecta a tu espíritu, pero tu alma y tu cuerpo sí se ven
afectados. El pecado le da al diablo el derecho legal de traer muerte a tu vida porque te
sometiste a él. (Ro. 6:16). ¿Cómo te arrepientes y lo hechas fuera? Debes decir, “Dios mío,
yo estaba equivocado y Tú estabas en lo correcto. Pequé y le di a Satanás esta oportunidad.
¡Me arrepiento!” Por medio de la confesión, tú tomas la salvación, el perdón, la santidad y la
justicia que ya son una realidad en tu espíritu, y que nunca fluctuaron cuando caíste, y los
viertes a tu cuerpo y a tu alma. Esto literalmente hecha fuera al diablo y le quita la ventaja.
Una vez que te arrepientes y te apartas de lo que hiciste, el enemigo deja de tener derechos y
privilegios en tu vida.
Si entiendes tu redención eterna, eso no te dará confianza para pecar; más bien, podrás
declarar con libertad: “¡Qué Dios tan grande eres!” Hasta querrás pasar más tiempo con Él.
Desearás vivir en santidad para que nada te impida estar consciente de estas grandes
verdades y de Su amor. ¡Entender tu redención eterna hará que vivas una vida santa!
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Espíritu, alma y cuerpo Hemos Recibido De Su Plenitud
Lección 12
¡Así deberían ser las cosas! No debes tratar de vivir una vida santa por el miedo al rechazo o
al castigo; vivir una vida santa debe ser el resultado de tu salvación. Debes tener “por
vuestro fruto la santificación” (Ro. 6:22). Observa que la santificación es un fruto, no
una raíz, de la salvación. La “santidad” no hace que Dios actúe en tu vida, más bien tus
acciones externas de santidad son el resultado de entender la naturaleza justa de tu espíritu
nacido de nuevo.
¡Esto ha transformado mi vida! Esto me ha dado una seguridad estable en mi relación con
Dios porque sé que Él me ama. Me ama infinitamente más de lo que he podido percibir.
Después de que los sentimientos conmovedores de mi maravilloso encuentro con Dios
menguaron, (por causa de mis acciones) pensé: “Bien, Él me amó en un tiempo, pero ahora
no estoy seguro de que Él todavía me ama porque no me siento digno”. Después me di
cuenta que mi espíritu nacido de nuevo es justo y santo. Reconocí que Dios me ve de
Espíritu a espíritu y que él ama mi parte renacida.
Soy hechura suya, “creado en Cristo Jesús para hacer buenas obras” (Ef. 2:10). En mi
espíritu soy perfecto y puro. Dios me ama y nunca estoy separado de Su amor. Eso pone el
siguiente versículo bajo una nueva luz.
¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o
desnudez, o peligro, o espada? Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni
ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo,
ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor
nuestro.
Romanos 8:35, 38-39
En mi espíritu, Dios me ha dado Su medida completa de amor.
Pues de su plenitud todos hemos recibido, y gracia sobre gracia.
Juan 1:16
Estoy lleno de Dios. Una tercera parte de mí es de pared a pared Espíritu Santo. Y si tú
naciste de nuevo, todo esto también es verdad respecto de ti.
Este conocimiento impactará tu vida y hará que te sientas muy puro. ¡Apreciarás tanto lo
que Dios ha hecho que tus acciones serán más santas por accidente que lo han sido a
propósito!
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Espíritu, alma y cuerpo Hemos Recibido De Su Plenitud
Lección 12
VERSÍCULOS
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Espíritu, alma y cuerpo Hemos Recibido De Su Plenitud
Lección 12
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Espíritu, alma y cuerpo La Fe Sobrenatural de Dios
Lección 13
La Fe Sobrenatural de Dios
En tu espíritu, tú tienes la medida exacta de fe. No necesitas más fe de parte de Dios porque
ya tienes toda la que alguna vez pudieras necesitar. Tu fe no es pequeña, ni inmadura ni está
en proceso de desarrollo; ya es tan perfecta y completa como la fe de Jesús, ¡sólo necesitas
renovar tu mente y aprender a desatarla!
Cuando al principio tomé las cosas de Dios en serio, empecé a desear intensamente poder
ver en mi vida lo que veía en los personajes de la Biblia. Cuando leía cosas en la Palabra, yo
sabía que no eran solamente para las personas de esa época. Aunque no había visto que se
manifestaran cosas como esas con anterioridad, sabía en mi corazón que también eran para
mí ahora. Como la fe es lo que suelta la habilidad sobrenatural de Dios, comencé la
búsqueda para empezar a operar con Su clase de fe.
Por supuesto, al principio malinterpreté varias cosas. Pensaba que la fe era algo que debería
obtener. Creía que después de ser salvo tenía que hacer cosas para que Dios me diera más fe.
A causa de eso, sentía que mi fe era inadecuada cada vez que tenía que enfrentar algún
problema. Albergaba pensamientos recurrentes como, ¡la fe funciona, pero no tengo
suficiente y la que tengo es demasiado débil! Ésa era mi actitud. Sin embargo, por medio de
esta revelación del espíritu, el alma y el cuerpo, el Señor corrigió mis interpretaciones
equivocadas acerca de la fe y revolucionó mi vida y mi ministerio.
A veces un pasaje de la Escritura se vuelve tan familiar que lo único que puedes ver es una
sola aplicación. A menos que le permitas al Espíritu Santo que arroje más luz en esa parte de
Su Palabra, te quedarás atorado con el único conocimiento que ya tienes. No estoy
sugiriendo que interpretes algo de la Palabra de Dios que no está ahí, te estoy
recomendando que mantengas una actitud humilde ante tu Maestro—el Espíritu
Santo—mientras analizamos con detalle algunas citas bíblicas que son muy familiares.
Así como naciste de nuevo, así recibes todo en la vida Cristiana, por gracia por medio de la
fe.
Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don
de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.
Efesios 2:8-9
67
Espíritu, alma y cuerpo La Fe Sobrenatural de Dios
Lección 13
La salvación es todo lo que Dios proveyó por medio de la expiación de Jesús; no se reduce a
tu experiencia inicial cuando caminaste por la puerta del cielo y recibiste el perdón de
pecados y un espíritu y nuevecito. La salvación es todo lo que hay en Su casa así como—la
sanidad, la liberación, la prosperidad, el regocijo, la paz, el amor y todo lo que recibes de Él.
Todos estos beneficios de la salvación vienen de la misma manera como cuando naciste de
nuevo—por gracia por medio de la fe.
Colosenses 2:6 concuerda con esto, y dice:
Por tanto, de la manera que recibisteis a Cristo Jesús el Señor, así andad en Él.
¿Cómo recibiste a Cristo? Por gracia por medio de la fe. ¿Cómo vives en Su presencia y
gozas de todos los beneficios de Su paquete de salvación? ¡Por gracia por medio de la fe!
Mucha gente interpreta a Efesios 2:8 muy estrechamente porque reducen la palabra
“salvados” refiriéndose únicamente a la experiencia inicial de nacer de nuevo. Sin embargo,
la palabra griega para salvación aquí es “sozo” que incluye todos los aspectos de la salvación.
Por lo tanto, Efesios 2:8 realmente dice:
Porque por gracia habéis sido salvados [sozo—perdonado de los pecados, vuelto a nacer,
hecho justo, sanado, prosperado, etc] por medio de la fe. (Mi interpretación).
Otros pierden de vista el hecho de que tanto la salvación como la fe no son: “De vosotros,
sino que [son dones] de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe (Ef. 2:8- 9, corchetes
añadidos). Dios no solamente provee la salvación que necesitas, Él también suple la fe que
usas para apropiarte de Su gracia. Ambas, la salvación y la fe que usas para recibirla son
dones de Dios.
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Espíritu, alma y cuerpo La Fe Sobrenatural de Dios
Lección 13
Dios puso Su fe en Sus palabras. Cuando se predican esas palabras, éstas contienen fe. Si
abres tu corazón, entonces la fe entra y produce la salvación. (1 P. 1:23-25). La fe que usas
para recibir la salvación no es meramente fe humana sino la fe sobrenatural de Dios. Y la
recibes por medio de Su Palabra.
Es importante saber si tu fe es natural o sobrenatural. Si crees que tu fe nada más es fe
humana, el diablo podrá convencerte de que no es muy buena. Te dirá que es endeble, débil,
frágil y pequeña en cantidad y fuerza. Pero cuando tú entiendes que la fe que estás usando
es la Fe sobrenatural de Dios, y que te llegó por medio de Su Palabra, tu nivel de confianza y
tus expectativas se elevarán.
Puesto que la fe de Dios es una fe sobrenatural, produce resultados sobrenaturales. Tiene la
habilidad de hacer cosas que te llevarán más allá del ámbito físico. Si crees que solamente
estás usando fe humana para la vida cristiana, sólo podrás recibir resultados naturales. Sin
embargo, cuando te das cuenta de que en realidad estás usando la fe de Dios, ¡empezarás a
experimentar resultados sobrenaturales!
LA FE HUMANA
69
Espíritu, alma y cuerpo La Fe Sobrenatural de Dios
Lección 13
no, cuando te preparas para sentarte en una silla, la inspeccionas primero. Quizá no es una
revisión minuciosa, pero obtienes algún conocimiento sensorial para apoyar tus acciones.
También has aprendido que cuando la luz de tu semáforo está en verde, el otro lado tiene la
luz roja. Puedes confiar en tu experiencia personal porque otras veces tú has estado del otro
lado esperando la luz verde. Sin embargo, para estar más seguro, es probable que tomes la
precaución de que no hubiera alguien que pudiera pasarse la luz preventiva antes de que tú
avances.
La fe humana está limitada con lo que puede ver, probar, oír, oler y sentir. Si te dieras
cuenta que le falta una de las alas del avión, no volarías en ese avión. Si vieras un choque en
la intersección, no pasarías derecho por allí—aunque la luz estuviera en verde. Si pareciera
que la silla se va a desbaratar por tu peso, no tratarías de sentarte en ella. Si aparentemente
los hechos no apoyan la acción, no puedes actuar de manera contraria cuando estás usando
la fe natural.
¡TU FE ES SOBRENATURAL!
70
Espíritu, alma y cuerpo La Fe Sobrenatural de Dios
Lección 13
para que dieras un paso de fe que no se basara en lo que puedes ver, probar, oír, oler o sentir.
Por medio de Su Palabra, Dios te dio Su fe sobrenatural cuando volviste a nacer.
La misma fe que tuviste para nacer de nuevo, ahora siempre está presente en tu espíritu. No
se evapora, disminuye, envejece, ni pierde su poder. La fe sobrenatural en tu espíritu vuelto
a nacer es exactamente la misma que estaba presente cuando fuiste salvo. A lo mejor no estás
experimentando esa fe y todos sus beneficios en tu cuerpo y en tu alma, pero ahí está en tu
espíritu. Si has nacido de nuevo, ¡ya tienes la fe sobrenatural de Dios!
La fe es un fruto que proviene de tu espíritu.
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Gálatas 5:22-23 RV 1960, énfasis añadido.
La fe—la confianza—es un producto que viene de lo profundo de tu corazón, no sólo de tu
mente.
Porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación.
Romanos 10:10
Para el creyente vuelto a nacer, de hecho la fe fue puesta en su espíritu recreado.
No necesitas más fe, solamente necesitas creer que ya la tienes. Así como Jesús es ahora, así
eres en este mundo (1 Jn.4:17) ¿Jesús está operando con fe? Por supuesto, Él está operando
perfectamente en la fe. Tu espíritu vuelto a nacer contiene la fe de Dios en forma perfecta,
sin carencia ni defecto. ¡Reconócelo! Ve a la Palabra de Dios y descubre las Leyes que
gobiernan el funcionamiento de la fe. Luego, empieza a cooperar y a usarla para tu propio
beneficio. Descubrirás que la fe que ya está dentro de ti es más que suficiente para enfrentar
cualquier problema que alguna vez pudieras tener.
VERSÍCULOS
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Espíritu, alma y cuerpo La Fe Sobrenatural de Dios
Lección 13
72
Espíritu, alma y cuerpo Una Fe igualmente Preciosa
Lección 14
UN PROBLEMA DE CONOCIMIENTO
El primer paso es creer que tienes esta fe, pero la meta es liberar sus beneficios y verterlos a
tu alma y tu cuerpo. Al igual que tu espíritu, tu fe no fluctúa por tus acciones. Tú naciste de
nuevo independientemente de tus obras, usando la fe sobrenatural de Dios. Ahora bien, esa
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Espíritu, alma y cuerpo Una Fe igualmente Preciosa
Lección 14
PEDRO, PABLO Y TÚ
Pablo usó la fe de Jesús. En Gálatas 2:20, básicamente declaró “Estoy viviendo por la misma
fe que Jesús usó cuando Él caminó en esta tierra”. Romanos 12:3 revela que no hay varias
medidas o diferentes cantidades. Así que si Pablo vivió por la fe del Hijo de Dios, entonces
74
Espíritu, alma y cuerpo Una Fe igualmente Preciosa
Lección 14
esto significa que cada creyente nacido de nuevo al igual que él, también tiene la fe del Hijo
de Dios. ¡Qué verdad tan radical!
Cuando volviste a nacer, se te dio la fe de Jesucristo. Aunque todavía no sepas cómo
liberarla, el solo hecho de saber que ahí está y estás consciente de su potencial te motivará
para no darte por vencido hasta que veas la manifestación. Si puedes comprender lo que te
estoy compartiendo, tus expectativas no tendrán límite.
Pedro tuvo esta misma fe.
Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de
nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra.
2 Pedro 1:1 RV 1960
Pedro le escribió esta carta a un grupo de creyentes que ya habían obtenido: “una fe
igualmente preciosa”. No era algo que estaban buscando o tratando de alcanzar, ya la
tenían. ¿Recibieron esta fe porque eran santos o por las cosas que hicieron? No, llegó por
“la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo”. Cuando naciste de nuevo, tú
también recibiste “una fe igualmente preciosa”.
Pedro liberó su fe y manifestó muchas cosas maravillosas. Él caminó sobre el agua en medio
de una tormenta en apogeo (Mt. 14:29). Predicó y vio que tres mil personas nacieron de
nuevo en el día de Pentecostés (Hch. 2:37-41). Pedro sanó al cojo que pedía limosna a las
puertas del templo. (Hch. 3:6-7). Su sombra caía sobre la gente y sanaban instantáneamente
cuando él caminaba por la calle (Hch. 5:15-16). También resucitó a Dorcas de entre los
muertos (Hch. 9:36-41). Él fue el que dijo que tú tienes una fe igualmente preciosa.
Si tú no crees que tienes esta fe, entonces deberías arrancar 2 de Pedro de tu Biblia porque
¡entonces esto no es para ti! Esto se escribió específicamente para los creyentes con “una fe
igualmente preciosa” (2P. 1:1 RV 1960) Pedro no estaba operando con su propia fe
humana. No fue el hecho de que era apóstol y que había caminado con Jesús lo que lo
invistió con una fe como esa. Como Pablo, a Pedro se le dio la medida de fe cuando nació de
nuevo. Él estaba viviendo su vida por la fe del Hijo de Dios y—¡tú también puedes hacerlo!
¡Tienes la misma fe que Jesús! Quizás tú no la estás haciendo funcionar toda como Él lo
hizo, pero ahí está. Tu alma, como un filtro, examina lo que fluye de tu espíritu al mundo
físico. Todos tus pensamientos e ideas que son contrarios a la revelación de la Palabra de
Dios bloquean el flujo. Ésta es la cuestión, si tus pensamientos están verdaderamente mal,
muy poco de lo que hay en tu espíritu podrá penetrar a través de tu alma para manifestarse.
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Espíritu, alma y cuerpo Una Fe igualmente Preciosa
Lección 14
Quizá es por eso que no estás viendo grandes cambios ni en tus acciones ni en tus
resultados. Sin embargo, conforme continúas renovando tu mente, más de la fe
sobrenatural de Dios que está en ti, será libre para manifestarse.
Yo he experimentado un gran incremento en la manifestación de la fe de Dios en mi vida.
Aunque no soy un ejemplo perfecto, he visto personas resucitar de entre los muertos. Los
ojos de los ciegos y los oídos de los sordos literalmente han sanado enfrente de mí. Los
dones del Espíritu Santo han podido fluir a través de mí llegando más allá de lo que yo podía
haber percibido en el ámbito natural. Por medio de una palabra de conocimiento, a algunas
personas las he llamado por su nombre sin tener algún conocimiento previo. También he
percibido en mi espíritu con toda precisión diferentes enfermedades y dolencias de la gente,
lo que está sucediendo en sus matrimonios, etc. ¡Se necesita fe para hacer cosas como estas!
No hago todo perfectamente, pero he visto un incremento tan grande en la manifestación
del poder de Dios que me motiva para compartir contigo los buenos resultados que he
experimentado. Y todo ha sucedido porque creo que ya tengo la fe sobrenatural de Dios.
No estoy tratando de obtener más fe, sólo estoy tratando de liberar la que ya tengo.
Cuando le preguntaron en la televisión, ¿por qué ve muchas más sanidades en los países
tercermundistas que aquí en los Estados Unidos de América? ¿Es porque tienen más fe?
Reinhard Bonnke, el poderoso evangelista Alemán de sanidades, de renombre mundial por
su pasión por África, respondió: “¡Ésta no es una pregunta válida!” Aclaró su aseveración
añadiendo: “los americanos son las únicas personas en la faz de la Tierra que he encontrado
que tienen ese concepto de ‘más fe’ y ‘menos fe’. En otros países, o crees o no crees.
Solamente los americanos creen en varios niveles y que tienen que llegar al décimo nivel, o al
vigésimo o lo que sea antes de que su fe empiece a funcionar”.
En realidad, esta idea viola lo que Jesús enseñó en Mateo 17:20. Él dijo que si tu fe es como
un grano de mostaza, tú puedes decirle a un monte que se mueva, y te obedecerá. Tú
podrías sólo hablarle, ¡y tu fe funcionaría!
¡Qué diferencia hará esta revelación en tu vida! Ahora puedes declarar honesta y
audazmente:
“Me fue dada la medida de fe del Señor Jesús en el momento de mi salvación. La fe de Cristo
está en mí—no más y no menos que en cualquier otro creyente nacido de nuevo. La misma fe
que Jesús utilizó para levantar a Lázaro de entre los muertos está disponible para mí, ahora
mismo. Sólo es cuestión de que renueve mi mente, porque en mi espíritu, tengo el mismo poder,
unción y potencial. De hoy en adelante, ¡espero ver en mi vida un incremento en las
manifestaciones del poder de Dios para Su gloria! ¡Amén!”
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Espíritu, alma y cuerpo Una Fe igualmente Preciosa
Lección 14
VERSÍCULOS
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Espíritu, alma y cuerpo Una Fe igualmente Preciosa
Lección 14
Pero Pedro dijo: No tengo plata ni oro, mas lo que tengo, te doy: en el nombre de Jesucristo
el Nazareno, ¡anda! Y asiéndolo de la mano derecha, lo levantó; al instante sus pies y tobillos
cobraron fuerza.
HECHOS 5:15-16 LBLA
A tal punto que aun sacaban los enfermos a las calles y los tendían en lechos y camillas, para
que al pasar Pedro, siquiera su sombra cayera sobre alguno de ellos. También la gente de las
ciudades en los alrededores de Jerusalén acudía trayendo enfermos y atormentados por
espíritus inmundos, y todos eran sanados.
HECHOS 9:36-41 LBLA
Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita (que traducido al griego es Dorcas);
esta mujer era rica en obras buenas y de caridad que hacía continuamente. Y sucedió que en
aquellos días se enfermó y murió; y lavado su cuerpo, lo pusieron en un aposento alto.
Como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, al oír que Pedro estaba allí, le enviaron dos
hombres, rogándole: No tardes en venir a nosotros. Entonces Pedro se levantó y fue con
ellos. Cuando llegó, lo llevaron al aposento alto, y todas las viudas lo rodearon llorando,
mostrando todas las túnicas y ropas que Dorcas solía hacer cuando estaba con ellas. Mas
Pedro, haciendo salir a todos, se arrodilló y oró, y volviéndose al cadáver, dijo: Tabita,
levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó. Y él le dio la mano y la levantó;
y llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva.
MATEO 17:20 LBLA
“Y Él les dijo: Por vuestra poca fe; porque en verdad os digo que si tenéis fe como un grano
de mostaza, diréis a este monte: ‘Pásate de aquí allá’, y se pasará; y nada os será imposible.”
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Espíritu, alma y cuerpo Tu Espíritu conoce todas las cosas
Lección 15
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Espíritu, alma y cuerpo Tu Espíritu conoce todas las cosas
Lección 15
La mente de tu espíritu y tu mente física son dos entidades separadas dentro de ti. Cuando
no se ponen de acuerdo, se presenta el doble ánimo.
Y vosotros de doble ánimo, purificad vuestros corazones.
Santiago 4:8
La clave para la vida cristiana es entrenar a tu mente física para que esté de acuerdo con la
mente de tu espíritu, que es la mente de Cristo.
Tú eres espíritu, alma y cuerpo. Tu espíritu renacido siempre está de acuerdo con Dios. Tu
cuerpo está bajo la influencia de lo que puedes ver, probar, oír, oler y sentir. Cuando tu
mente natural piensa de la misma manera que la mente de tu espíritu, tienes unicidad de
propósito. Es cuando estás creyendo con todo tu corazón y ves que el poder de Dios se
manifiesta. Sin embargo, si tu mente física piensa lo contrario que la mente de tu espíritu,
tu experiencia será diferente de la manera de pensar de tu espíritu. Tu
alma—específicamente tu mente natural y tu manera de pensar—es el factor determinante.
La mente de tu espíritu siempre piensa como Dios piensa. La Palabra representa
perfectamente lo que piensas en tu espíritu. Y dice:
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Filipenses 4:13
Si tu mente física concuerda, entonces verás que el poder y la capacidad sobrenaturales
fluirán a través de tu alma hacia tu cuerpo, lo que produce resultados en el ámbito físico.
Pero si tu mente se opone, pensando: “No puedo vencer esta enfermedad, ¡Conocí a cinco
personas que murieron de lo mismo y mi doctor me dio pocas esperanzas!” Entonces, eres
de doble ánimo. ¡Una persona de doble ánimo no recibe nada de parte del Señor!
Una mente con unicidad de propósito da estabilidad, pero una mente de doble ánimo
produce inestabilidad.
Pero si alguno de vosotros se ve falto de sabiduría, que la pida a Dios, el cual da a todos
abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero que pida con fe, sin dudar; porque el que
duda es semejante a la ola del mar, impulsada por el viento y echada de una parte a otra. No
piense, pues, ese hombre, que recibirá cosa alguna del Señor, siendo hombre de doble ánimo,
inestable en todos sus caminos.
Santiago 1:5-8
La mente de Cristo está en tu espíritu, pero tu alma no piensa automáticamente de esa
manera. Requiere esfuerzo renovar tu mente física para que esté de acuerdo con la mente de
tu espíritu. Básicamente, aquí es donde reside el conflicto de la vida cristiana—en la mente.
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Espíritu, alma y cuerpo Tu Espíritu conoce todas las cosas
Lección 15
La mayoría de los cristianos creen que lo único que cambió cuando nacieron de nuevo fue
su futuro—el cielo en vez del infierno. Después de aceptar a Cristo, no ven ningún cambio
en sus cuerpos físicos y tampoco lo perciben automáticamente en sus almas, así que
concluyen que el verdadero cambio solamente ha de ser en teoría. Realmente nada cambia
hasta que lleguemos al cielo, donde todo será maravilloso.
Sí, el cambio se va a completar en el cielo, pero en este momento una tercera parte de ti ya
está completa. Tu espíritu tiene la mente de Cristo y sabe todas las cosas. Si tú realmente
creyeras esto, no serías empujado tan fácilmente a la derrota, lamentándote: “Yo sé que Dios
puede hacerlo, pero ¡no entiendo las cosas de Dios!” Aceptas tu ignorancia, y empiezas a
cantar canciones que hablan de que algún día todo será mejor, pero ahora, “Sólo soy un
pobre peregrino”. Quejándote y esforzándote glorificas a tus enfermedades, y te consuelas
con este pensamiento: “Soy tan inadecuado. No puedo ser victorioso hasta que llegue a la
presencia del Señor”. ¡Esto no es verdad! Lo que sucede es que no te has dado cuenta de que
en tu espíritu ya eres una persona completamente nueva.
En tu espíritu, ¡tú conoces todas las cosas!
Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.
1 Juan 2:20 RV 1960
“Unción” simplemente significa: “un atributo especial de poder, o una habilidad”.
El Santo es Jesús.
Las personas que no entienden el espíritu, el alma y el cuerpo leen un versículo como éste, y
expresan su frustración diciendo: “La Biblia es muy difícil de entender. Puedo demostrar
con la calificación de mi último examen que yo no sé todas las cosas. Hasta se me olvidó en
donde dejé mis llaves esta mañana. Después de que entro a una habitación, no puedo
recordar a qué iba. ¡Esto prueba que no sé todas las cosas!” Aquellos que sólo reconocen su
cerebro físico y el ámbito de su alma nunca serán capaces de comprender esta verdad de la
Palabra de Dios.
Sin embargo, 1 Juan 2:20 claramente revela que tú conoces todas las cosas. ¿Cómo puede
ser esto? En tu espíritu, tú tienes la mente de Cristo. La Palabra griega que se tradujo como
“todas” significa “sin exclusión”. Esto quiere decir que no sólo conoces algunas cosas o
muchas cosas sino todas las cosas. En la mente de tu espíritu ¡sabes todo lo que Jesús sabe!
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Espíritu, alma y cuerpo Tu Espíritu conoce todas las cosas
Lección 15
VERSÍCULOS
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Espíritu, alma y cuerpo Liberando la mente de Cristo
Lección 16
Estudiar la Palabra de Dios sacará la sabiduría que ya está en tu espíritu. Cuando lees la
Biblia, estás recibiendo palabras con tus ojos físicos que son espíritu y son vida. Conforme
introduces este conocimiento a tu alma, a tu mente física le llegan pensamientos e ideas
nuevos. Cuando eso sucede, tu espíritu—que ya tiene la verdad y la mente de Cristo—dará
testimonio de eso.
Seguramente a ti te ha sucedido que leíste una cita bíblica y de repente sentiste que “viste”
algo. Quizás la has leído una docena, o a lo mejor cientos de veces con anterioridad, pero de
repente, todo dentro de ti exclama: “¡Sí!” Eso sucede cuando tu espíritu y tu alma se
convierten en una mente. Cuando el ámbito de tu alma obtiene una verdad y empieza a
aceptarla, tu espíritu se conecta y la acepta. Una vez que la conexión se hace, esa verdad se
ilumina en tu interior. Ahora es una revelación y una realidad para ti. Por el testimonio
interno que tienes, no necesitas que alguien más te lo compruebe; ¡simplemente lo sabes!
Varias citas bíblicas revelan este testimonio interno.
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios.
Romanos 8:16
1 Juan 5:6-10 también describe esto, específicamente el versículo 10, que dice:
El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo.
Estudiar la Palabra de Dios es vital para lograr unicidad de propósito y soltar el poder de
Dios. Tu mente espiritual, la mente de Cristo, concuerda totalmente con la Palabra.
Cuando una verdad de la Palabra de Dios se arraiga en el ámbito de tu alma, el
conocimiento, que ya existía en la mente de tu espíritu se activa y se fusiona con esa verdad.
Esto desata en tu ámbito físico, el poder de Dios que ya reside en ti. ¡Cuando eso sucede ves
la manifestación!
83
Espíritu, alma y cuerpo Liberando la mente de Cristo
Lección 16
Cuando oras en el Espíritu estás hablando misterios. ¡Y es tu espíritu el que está orando!
Porque si yo oro en lenguas, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto.
1 Corintios 14:14
Este versículo muestra ambas mentes en operación. Cuando oras en lenguas, tu espíritu ora,
pero tu entendimiento—tus facultades mentales, tu mente física natural— queda sin fruto.
Te edificas a ti mismo orando en lenguas.
El que habla en lenguas, a sí mismo se edifica.
1 Corintios 14:4
“Edificar” significa “fortalecer” o “promover el crecimiento espiritual”. Es tu alma la que
está madurando y se está fortaleciendo, porque tu espíritu ya está perfecto y completo. La
mente de Cristo en tu espíritu ora cuando tú oras en lenguas.
Tu meta es facilitar la unicidad de propósito. No estás tratando de introducir la Palabra de
Dios a tu espíritu porque la mente de Cristo ya conoce todas las cosas. Estás tratando de
llevar la Palabra de Dios a tu alma para que tu espíritu pueda concordar con ella. Conforme
el ámbito de tu alma acepta una verdad y concuerda diciendo: “Sí, Dios, yo lo creo. Rechazo
los pensamientos y las creencias que contradigan esto. Ahora, esta verdad gobernará mi
vida”, tendrás unicidad de propósito. Tu alma se une con la mentalidad de tu espíritu; y tú
te fortaleces cuando viertes la sabiduría y el conocimiento de tu espíritu en el ámbito físico.
¡Es entonces cuando ves la manifestación del poder de Dios!
LA SABIDURÍA OCULTA
84
Espíritu, alma y cuerpo Liberando la mente de Cristo
Lección 16
nacido de nuevo (la mente de Cristo, 1 Co. 2:16), y hay una sabiduría que procede de tu
cerebro físico (lo que alguien te enseñó). Como realmente no puedes entender las cosas de
Dios sólo con tu mente natural, debes entenderlas por medio de tu hombre del espíritu. Es
la sabiduría que viene de tu espíritu la que te permite relacionarte con Dios. Pablo predicó
esa sabiduría conforme invitaba a los incrédulos a creer y exhortaba a los creyentes a
madurar.
Pablo predicó la sabiduría oculta de Dios que recibió por revelación. Él declaró:
Hablo en lenguas más que todos vosotros.
1 Corintios 14:18
Conforme Pablo oraba en el Espíritu, él declaraba los misterios de Dios y recibía
conocimiento revelado de los mismos (1 Co. 14:2). Sin embargo, él no predicaba ni
enseñaba en lenguas. (1 Co. 14:19). Pablo enseñaba en un idioma normal la sabiduría que
recibía cuando oraba en lenguas.
Ora en lenguas cuando estudies la Palabra de Dios. Conforme lo hagas, liberarás la mente de
Cristo para verterla en el ámbito de tu alma por medio de la revelación del conocimiento.
No estoy promoviendo la idea de que hables en lenguas y que después aceptes cualquier
cosa que te llegue a la mente, como si fuera de parte de Dios. No, se tiene que cotejar con la
Palabra. Dios te revelará cosas de manera sobrenatural por medio de Su Palabra como
resultado de orar en lenguas.
El conocimiento revelado viene cuando el Espíritu Santo que reside en tu interior le
demuestra a tu alma la verdad de algún principio en la Palabra de Dios. Quizás estás leyendo
o escuchando un versículo cuando de repente éste se vivifica dentro de ti. ¡Ésa es la
revelación!
Simeón reconoció al niño Jesús por la revelación del conocimiento.
Y por el Espíritu Santo se le había revelado que no vería la muerte sin antes ver al Cristo del
Señor. Movido por el Espíritu fue al templo. Y cuando los padres del niño Jesús le trajeron para
cumplir por Él el rito de la ley, él tomó al Niño en sus brazos, y bendijo a Dios.
Lucas 2:26-28
Ningún ser humano podía haberle dicho esas cosas. Dios se las reveló a Simeón por medio
de su espíritu.
El conocimiento revelado viene de adentro hacia afuera, no de afuera hacia adentro. Quizás
estás leyendo la Palabra, estudiándola, buscando cosas en griego, verificando las referencias y
85
Espíritu, alma y cuerpo Liberando la mente de Cristo
Lección 16
leyendo o escuchando la opinión de otra persona acerca del significado de la Palabra. Pero,
de repente, la mente de Cristo en tu espíritu nacido de nuevo alcanza y agarra esa verdad
exclamando, ¡Sí! Esto es verdad. ¡Esto es para mí! Ése es el conocimiento revelado.
86
Espíritu, alma y cuerpo Liberando la mente de Cristo
Lección 16
Dios que las interpretara para mi mente para que yo pudiera entenderlas, la revelación
llegaba.
La comprensión llegaba mientras escribía esas citas bíblicas, meditaba, oraba en lenguas
pensando en ellas y recibía la interpretación. De hecho, esta revelación del espíritu, el alma y
el cuerpo fue una de las primeras cosas que Dios me mostró. Como mi manera de pensar se
había distorsionado por la religión y la enseñanza equivocada, me tardé un par de meses
para que pudiera conectar las ideas. Después, de repente, en una semana, Dios comenzó a
revelarme el significado de varias cosas. Entendí la redención eterna y el hecho de que Dios
me ama. Estas verdades se iluminaron en mi interior y se convirtieron en una realidad para
mí. Después de una semana, la revelación estaba llegando con tanta rapidez e intensidad que
literalmente le pedí a Dios que lo hiciera más despacio. Quería comprender y retenerlo todo
sin perderme de nada. Una de las razones por lo que eso sucedió, ¡fue que oré por la
interpretación!
Meditar en la Palabra de Dios, hablar en lenguas, y recibir la interpretación es la manera
rápida para llegar a la unicidad de propósito y la manifestación.
Información Adicional
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Espíritu, alma y cuerpo Liberando la mente de Cristo
Lección 16
versículo, Pablo cita un versículo del Antiguo Testamento (Is. 64:4) La gente del Antiguo
Pacto no había nacido de nuevo, así que no tenían espíritus nuevos. Por eso, es totalmente
adecuado decir que no podían entender las cosas de Dios. Para ellos eran locura porque
tenían que ser discernidas espiritualmente (1Co. 2:14). Sin embargo, es incorrecto decir lo
mismo acerca de los creyentes del Nuevo Testamento que tienen la mente de Cristo en sus
espíritus nacidos de nuevo. ¡Ellos sí pueden entender las cosas de Dios!
¿DESASTRE O SEGURIDAD?
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Espíritu, alma y cuerpo Liberando la mente de Cristo
Lección 16
VERSÍCULOS
89
Espíritu, alma y cuerpo Liberando la mente de Cristo
Lección 16
Sino como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han entrado al corazón del
hombre, son las cosas que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló
por medio del Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, aun las profundidades de
Dios. Porque entre los hombres, ¿quién conoce los pensamientos de un hombre, sino el
espíritu del hombre que está en él? Asimismo, nadie conoce los pensamientos de Dios, sino
el Espíritu de Dios. Y nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu
que viene de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha dado gratuitamente. Porque
¿quien ha conocido la mente del Señor, para que le instruya? Mas nosotros tenemos la
mente de Cristo.
ISAÍAS 64:4 LBLA
Desde la antigüedad no habían escuchado ni dado oídos, ni el ojo había visto a un Dios
fuera de ti que obrara a favor del que esperaba en El.
1 CORINTIOS 2:14 LBLA
Pero el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad;
y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente.
1 CORINTIOS 14:18-19 LBLA
Doy gracias a Dios porque hablo en lenguas más que todos vosotros; sin embargo, en la
iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para instruir también a otros,
antes que diez mil palabras en lenguas.
LUCAS 2:26-28 LBLA
Y por el Espíritu Santo se le había revelado que no vería la muerte sin antes ver al Cristo del
Señor. Movido por el Espíritu fue al templo. Y cuando los padres del niño Jesús le trajeron
para cumplir por Él el rito de la ley, él tomó al Niño en sus brazos, y bendijo a Dios.
1 CORINTIOS 14:13
Por tanto, el que habla en lenguas, pida en oración para que pueda interpretar.
ISAÍAS 28:11-12
En verdad con tartamudez y en lengua extranjera, El hablará a este pueblo, al cual había
dicho: Aquí hay reposo, dad reposo al cansado; y: Aquí hay descanso. Pero no quisieron
escuchar.
90
Espíritu, alma y cuerpo Una capacidad esencial
Lección 17
91
Espíritu, alma y cuerpo Una capacidad esencial
Lección 17
92
Espíritu, alma y cuerpo Una capacidad esencial
Lección 17
VERSÍCULOS
93
Espíritu, alma y cuerpo El Espíritu contra la carne
Lección 18
94
Espíritu, alma y cuerpo El Espíritu contra la carne
Lección 18
NOVEDAD DE VIDA
Conforme Pablo enseñaba que Dios trata con la gente con base en Su gracia, y no en su
comportamiento, eso planteaba la pregunta de Romanos 6:1.
95
Espíritu, alma y cuerpo El Espíritu contra la carne
Lección 18
96
Espíritu, alma y cuerpo El Espíritu contra la carne
Lección 18
“Viejo hombre” se refiere al espíritu que tenías antes de la salvación. Es tu ámbito espiritual
el que estaba muerto en sus delitos y pecados. (Ef. 2:1). Tu viejo hombre ya no existe
porque fue crucificado, ha muerto y fue enterrado con Cristo. La manera como algunas
personas enseñan las Escrituras podría hacerte pensar que tienes hasta cuatro espíritus
viviendo en alguna parte dentro de ti (el viejo espíritu, el nuevo espíritu, el Espíritu de
Cristo y el Espíritu Santo). Es peor que ser esquizofrénico, son varias personalidades. ¡La
Palabra de Dios no enseña eso!
La mayoría de los cristianos hoy en día creen que tienen una naturaleza vieja y una nueva.
Eso está mal porque tu viejo hombre murió, y tu nuevo hombre es quien tú eres ahora en el
espíritu. Con lo que estás lidiando es con la guerra del espíritu en contra de la carne. Sin
embargo, no voy a tratar de probar este punto aquí, porque mi propósito es enseñarte a
vencer la carne. Éste es nuestro punto de partida en la próxima lección.
VERSÍCULOS
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Espíritu, alma y cuerpo El Espíritu contra la carne
Lección 18
Así que, hermanos, somos deudores, no a la carne, para vivir conforme a la carne, porque si
vivís conforme a la carne, habréis de morir; pero si por el Espíritu hacéis morir las obras de la
carne, viviréis.
ROMANOS 6:23 LBLA
Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús
Señor nuestro.
ROMANOS 6:1-3 LBLA
¿Qué diremos, entonces? ¿Continuaremos en pecado para que la gracia abunde? ¡De
ningún modo! Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no
sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en
su muerte?
1 CORINTIOS 12:13 LBLA
Pues por un mismo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, ya judíos o griegos,
ya esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber del mismo Espíritu.
ROMANOS 6:4-6 LBLA
Por tanto, hemos sido sepultados con Él por medio del bautismo para muerte, a fin de que
como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros
andemos en novedad de vida. Porque si hemos sido unidos a Él en la semejanza de su
muerte, ciertamente lo seremos también en la semejanza de su resurrección, sabiendo esto,
que nuestro viejo hombre fue crucificado con Él, para que nuestro cuerpo de pecado fuera
destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado.
EFESIOS 2:1 LBLA
Y Él os dio vida a vosotros, que estabais muertos en vuestros delitos y pecados.
98
Espíritu, alma y cuerpo Andad por el Espíritu
Lección 19
En los versículos donde la versión King James usa la palabra “flesh” (carne), la Nueva
Versión Internacional usa la frase “naturaleza pecaminosa” (Ro. 7:18; Ro. 7:25)—¡eso va
más allá de una interpretación! En el nuevo nacimiento, tu vieja naturaleza se crucifica,
muere y se va. En su lugar, Dios te da un espíritu completamente nuevo y te conviertes en
una nueva criatura. Este espíritu está tan unido con Cristo que de hecho no hay diferencia
entre tu espíritu y el Espíritu de Cristo, el cual fue enviado a tu corazón. Realmente te
volviste uno con Él (1 Co. 6:17). Tu espíritu vuelto a nacer es idéntico a Jesús. Los dos se
han convertido en uno, produciendo una persona completamente nueva. Después, tu
espíritu fue sellado, rodeado y encerrado por el Espíritu Santo.
La gente acepta el concepto de que tienen una naturaleza vieja que los impulsa a pecar,
porque esa idea explica de una manera lógica su continua tendencia a pecar. Pero Romanos
6:6 explica lo que necesitas saber para ser libre. Tu viejo hombre fue crucificado con
Jesucristo, pero después, ¡el cuerpo de pecado tiene que ser destruido!
Cuando mueres físicamente, dejas un cuerpo atrás. “Porque así como el cuerpo sin el
espíritu está muerto, así también la fe sin las obras está muerta” (Stg. 2:26 LBLA). La
muerte física ocurre cuando tu espíritu deja tu cuerpo. Se requiere un período de tiempo
para que tu cuerpo empiece a deteriorarse y a descomponerse. Aunque tu espíritu se fue,
por un tiempo breve tu cuerpo físico se ve igual que siempre.
Hace muchos años, un amigo mío trabajaba en la morgue que estaba en el decimotercer
piso del hospital Parkland en Dallas, Texas. En una ocasión, él jaló a un hombre muerto que
estaba sobre la plancha y luego se volteó para agarrar algo. Cuando se volteó, ese cuerpo se
sentó boquiabierto y con los brazos colgando. Aterrorizado, ¡mi amigo casi saltó por la
ventana!
Salió corriendo por el corredor, y llevó a alguien para que le revisara los signos vitales a ese
hombre. ¡Muerto! Después de que empujaron el cadáver para recostarlo de nuevo, el
profesional médico le explicó: “A veces cuando una persona acaba de morir, todavía puede
tener impulsos eléctricos en su cuerpo; sus músculos se contraen y puede sentarse, pero ya
no está viva”. El cuerpo todavía tiene algunas reacciones que podrían dar la impresión de
que está vivo, pero ya no tiene vida.
99
Espíritu, alma y cuerpo Andad por el Espíritu
Lección 19
Cuando volviste a nacer, tu vieja naturaleza de pecado dejó atrás un cuerpo. Por esto todavía
te sientes atraído por el pecado aunque ya moriste a él. Tu viejo hombre fue crucificado, ha
muerto y se fue, pero sus efectos todavía los puedes sentir a través de tu cuerpo físico y de tu
mente sin renovar.
Tu mente natural fue programada para actuar como el hijo del diablo que eras antes de
recibir al Señor (Ef. 2:1-2). Aprendiste a ser egoísta, iracundo, lujurioso, criticón, codicioso,
amargado y a cometer todos los pecados que cometías. Pero ahora que eres vuelto a nacer,
tu Padre celestial te ha adoptado en Su familia y te dio una naturaleza completamente nueva
y justa. Sin embargo, tu viejo hombre dejó atrás un cuerpo. Esto significa que tu mente
física continuará funcionando como una computadora con sus programas anteriores hasta
que la renueves con la Palabra de Dios.
Tienes una naturaleza pero dos mentes. Si piensas que tienes tanto la vieja naturaleza como
la nueva adentro, vas a pensar que tienes dos personalidades. ¡Ésa es la esquizofrenia!
Solamente tienes una naturaleza—la nueva. Pero sí tienes dos mentes diferentes—la mente
sin renovar (la carne) y la mente de Cristo (el espíritu).
La clave está en reprogramar tu mente física para que esté de acuerdo con tu mente
espiritual. Tu espíritu siempre está a favor de Dios, siempre considera lo que tienes en el
Señor y siempre tiene fe para lo que puedes hacer en Él.
Conforme renuevas tu mente natural para que piense como tu espíritu, experimentarás la
vida y el poder de Dios que está en ti.
Es así de simple, pero no es tan fácil. Si como un nuevo creyente obtienes acceso al mundo
espiritual, y sólo escuchas mensajes sobre quien eres en Cristo y únicamente permites que el
Espíritu Santo te instruya sin ninguna influencia externa negativa (humana, religiosa o
demoníaca), naturalmente empezarás a radiar y a manifestar la vida de Dios en tus
pensamientos y en tus acciones. Sin embargo, la vida no es así. Te programaron mal y
necesitas ser reprogramado. El enemigo te miente y tus amigos, familiares y la gente religiosa
dicen “¡Oh no, tú no tienes la naturaleza de Dios! Tú sólo eres un viejo pecador salvado por
la gracia de Dios. ¡No puedes hacer estas cosas!” Esas voces constantemente te inhiben para
que no creas en lo que tu espíritu te está diciendo. Debido a eso, manifiestas la vida de Dios
100
Espíritu, alma y cuerpo Andad por el Espíritu
Lección 19
que reside en tu espíritu sólo en diferentes niveles, dependiendo de qué tan bien renueves tu
mente.
Tu mente física decide si vas a ser dominado por tu espíritu o por tu carne. Si no la renuevas
con la Palabra de Dios, tu mente natural automáticamente se inclinará por lo que puede ver,
probar, oír, oler y sentir. Tienes que adentrarte en la Palabra de Dios y combinarla con tu fe
para poder ser guiado por tu espíritu.
“Digo, pues: Andad por el Espíritu, y no cumpliréis el deseo de la carne”.
Gálatas 5:16
Abotonarme la camisa era un problema para mí hasta que reprogramé mi mente. No estoy
seguro por qué, pero cuando era niño, se me dificultaba abotonarme la camisa. Cada vez
que lo intentaba, lo hacía mal. Cuando llegaba hasta abajo, me daba cuenta que la había
abotonado incorrectamente y tenía que volver a hacerlo. Sin embargo, hoy en día, no tengo
problemas con esto. A menudo uso camisas con botones y las abotono correctamente desde
el principio sin pensar en ello. Abotonarme la camisa se ha convertido en mi “segunda
naturaleza”.
Podrías pensar que algo que puedes hacer con mucha facilidad es tu “naturaleza”, cuando
en realidad, es algo que aprendiste. La razón por la que todavía haces algunas de las cosas
que haces es porque no has renovado tu mente. Tu vieja naturaleza de pecado está ahí
obligándote a hacer las cosas como lo hacías antes de que fueras vuelto a nacer. Te has
comportado bajo la influencia de cosas negativas, y el mundo carnal que te rodea te las ha
reforzado continuamente, de manera que ahora se han convertido en patrones establecidos
de pensamiento y de conducta. Si volviste a nacer, no eres malo en tu interior. Sólo necesitas
reprogramar tu mente para que se adapte a la manera de pensar y de actuar de Dios.
¡Jesús te ha hecho libre! No hay una naturaleza pecaminosa en tu interior contra la que estás
luchando. El viejo hombre está muerto y se fue. La única razón por la que no estás
manifestando tu libertad en cada área de tu vida es por tu ignorancia. No has renovado tu
mente y tu carne sigue dominándote de diferentes maneras. Personalmente he
experimentado mucha victoria, pero todavía estoy en el proceso de renovar mi mente al
igual que los demás.
ESPÍRITU = espíritu
101
Espíritu, alma y cuerpo Andad por el Espíritu
Lección 19
Estrictamente hablando, lo que es verdad del Espíritu Santo es verdad de tu espíritu vuelto a
nacer porque son uno.
Pero el que se une al Señor, es un espíritu con El.
1 Corintios 6:17
Como no hay letras mayúsculas en el griego, los traductores decidieron con base en el
contexto del pasaje si ponían “Espíritu” o “espíritu”. De cualquier manera—Espíritu Santo
o espíritu vuelto a nacer, el punto que se establece es el mismo.
Andad por el Espíritu [espíritu], y no cumpliréis el deseo de la carne.
Gálatas 5:16, corchetes añadidos.
Los pensamientos, deseos, patrones y hábitos que te inculcaron a través de la vieja
naturaleza pecaminosa empezarán a disminuir conforme decidas ser dominado por tu
espíritu. No tienes que seguir siendo esclavo de la codicia, el alcohol, el odio, las drogas, la
discordia, el chisme, la depresión, la enfermedad, el desánimo, las dolencias, la pobreza, etc.
Puedes romper con todas esas cosas porque en tu espíritu, ya eres libre. La cuestión es que
renueves tu mente y que empieces a ver que el Cristo en ti se manifiesta. Cuando eso suceda,
ya no cumplirás el deseo de la carne. ¡Asombroso!
VERSÍCULOS
102
Espíritu, alma y cuerpo La Vida Imposible
Lección 20
La Vida Imposible
Porque lo que hago, no lo entiendo; porque no practico lo que quiero hacer, sino que lo que
aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero hacer, eso hago, estoy de acuerdo con la ley,
reconociendo que es buena. Así que ya no soy yo el que lo hace, sino el pecado que habita en mí.
Porque yo sé que en mí, es decir, en mi carne, no habita nada bueno; porque el querer está
presente en mí, pero el hacer el bien, no.
Romanos 7:15-18, énfasis añadido.
Pablo sabía que el Espíritu de Cristo moraba en su espíritu renacido. Por lo tanto, él no
podía estar en lo correcto y decir: “En mí no habita nada bueno” si no lo aclaraba diciendo:
“Es decir, en mi carne”.
Pablo reconocía su espíritu vuelto a nacer, sin embargo, él declaró: “No hay nada bueno en
mi carne,—mi mente sin renovar y mi cuerpo físico, todas mis partes externas que
funcionan separadas de Cristo. ¡No hay nada bueno en eso! Voy a tener que renunciar a esta
carne y recibir un cuerpo y un alma nuevos, los cuales estarán completamente renovados y
actuarán exactamente como Dios”.
Porque yo sé que en mí, es decir, en mi carne, no habita nada bueno; porque el querer está
presente en mí, pero el hacer el bien, no. Pues no hago el bien que deseo, sino que el mal que no
quiero, eso practico. Y si lo que no quiero hacer, eso hago, ya no soy yo el que lo hace, sino el
pecado que habita en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo la ley de que el mal está
presente en mí. Porque en el hombre interior me deleito con la ley de Dios, pero veo otra ley en
los miembros de mi cuerpo que hace guerra contra la ley de mi mente, y me hace prisionero de
la ley del pecado que está en mis miembros.
Romanos 7:18-23
Suena muy parecido a lo que escribió en Gálatas:
Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne, pues éstos se
oponen el uno al otro, de manera que no podéis hacer lo que deseáis.
Gálatas 5:17
Romanos 7:24 resume el sombrío dilema de Pablo: ¡Miserable de mí! ¿Quién me libertará
de este cuerpo de muerte?
103
Espíritu, alma y cuerpo La Vida Imposible
Lección 20
490
Hay una gran libertad que viene cuando reconoces y desatas al Cristo en ti. No tienes que
decir en la carne: “Está bien, te voy a amar” y voy a poner la otra mejilla. Es mucho mejor
orar: “Padre, a mí me gustaría noquearlo. Mi carne no puede hacer lo que tú me ordenas,
(Pablo describió esto en Romanos 7), pero en mi espíritu, puedo hacer todo por Cristo que
me fortalece”. Tengo el mismo Espíritu que Jesús tenía cuando estaba colgado en la cruz y
perdonó a los que lo crucificaron” (has leído esto en la Palabra de Dios y lo crees). “Padre,
no tengo ganas de hacerlo en este momento, pero sé que mi espíritu es el mismo que le
permitió a Jesús extender su misericordia a aquellos que se burlaron de Él. En lo natural, no
104
Espíritu, alma y cuerpo La Vida Imposible
Lección 20
puedo hacerlo. Padre, por favor vive a través de mí. Dame una compasión sobrenatural por
esta persona para que pueda amarla”.
Pedro se sintió muy generoso cuando preguntó: “¿Cuántas veces debo perdonar a mi
hermano? ¿Más de siete veces?” “¡Jesús respondió: siete veces, no, sino aun hasta setenta
veces siete!” ¡Esto es 490 veces en un día! Esta fue su manera de comunicar que tu perdón
no debe tener un límite (Mt. 18:21-22).
El Señor quiere que perdones totalmente—¡tantas veces como sea necesario! En tu carne, tal
vez seas capaz de perdonar a una persona por algo sin importancia una, dos o hasta siete
veces en un día (Pedro pensó que era capaz de hacer eso). Pero lo que Jesús pide va más allá
de tu capacidad humana. La única manera como puedes perdonar de esta manera es
diciendo: “Padre, yo no puedo hacerlo, pero Tú sí. Señor, por favor ámalos a través de mí”.
Cuando te humillas renunciando a tu propia habilidad natural y recurres a Dios y a su
capacidad divina, descubrirás una fortaleza sobrenatural ¡que fluye a través de ti!
Tú tienes una provisión ilimitada de la clase de amor de Dios en tu espíritu.
El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es
arrogante; no se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el
mal recibido; no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad; todo lo sufre,
todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
1 Corintios 13:4-7
¡Su amor nunca falla! (1 Corintios 13:8).
En tu espíritu, tienes una capacidad ilimitada para perdonar, aguantar, creer y esperar. Si te
sorprendes a ti mismo remachando: “Ya no puedo aguantar a esta persona. No lo soporto.
¡Estoy al final de mis fuerzas!”, lo que realmente estás diciendo es: “¡He llegado al final de mi
carne!” ¡Esto es bueno! ¡Ahora deja que tu espíritu tome el control!
Haz esta oración: “¡Dios mío, cuánto lo siento! Me he apoyado en mis propias fuerzas, por
eso estoy fatigado, frustrado y enojado. Perdóname y vive tu vida a través de mí. Creo en Tu
Palabra. En el Espíritu soy una persona completamente nueva. Voy a caminar en el espíritu,
no voy a satisfacer los deseos de la carne”. (Después, empieza a meditar en quien eres y en lo
que tienes en Cristo.) “Por fe, yo opto por ser esta clase de persona”.
Esto es renovar tu mente y desatar la vida sobrenatural de Dios, de tu espíritu hacia tu alma
y a tu cuerpo. Cuando tu mente física se pone de acuerdo con tu mente espiritual,
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Espíritu, alma y cuerpo La Vida Imposible
Lección 20
VERSÍCULOS
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Espíritu, alma y cuerpo La Vida Imposible
Lección 20
Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la
vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó
a sí mismo por mí.
MATEO 18:21-22 LBLA
Entonces se le acercó Pedro, y le dijo: Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí
que yo haya de perdonarlo? ¿Hasta siete veces? Jesús le dijo: No te digo hasta siete veces,
sino hasta setenta veces siete.
1 CORINTIOS 13:4-8 LBLA
El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia el amor no es jactancioso, no es
arrogante; no se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el
mal recibido; no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad;todo lo sufre,
todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.El amor nunca deja de ser.
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Espíritu, alma y cuerpo Liberando Tu Verdadera Identidad
Lección 21
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Espíritu, alma y cuerpo Liberando Tu Verdadera Identidad
Lección 21
relación a tu comportamiento. ¿Cómo puedes liberar algo que no sabes o crees que tienes?
Una vez que lo crees, debes rechazar la carne y andar con base en quien eres en el espíritu.
Cultiva una buena imagen de quien eres en Cristo y permite que eso se convierta en tu
verdadera identidad. Simplemente se trata de descubrir y desatar tu verdadera identidad.
UN EXTROVERTIDO INTROVERTIDO
Por medio de esta revelación, ¡Dios ha hecho un milagro en mi vida! Yo era demasiado
introvertido antes de dedicarle mi vida al Señor. Por mi nerviosismo y porque era tímido, no
podía ver a la gente directamente a la cara sin tartamudear. Ahora, Dios me permite hablarle
a diario a una audiencia de millones de personas por la radio y la televisión. He compartido
la Palabra con la gente, en persona, en diferentes reuniones por todo el mundo, a veces hasta
a más de 5.000 personas en una sola reunión. Sin embargo, ya no tengo temor porque ya no
representa un problema para mí. ¡Mi atención está en quien soy espiritualmente!
Mi carne es la misma que antes. Todavía me inclino a ser introvertido. De hecho, cuando no
tengo la atención puesta en el Señor y alguien me sorprende en la carne, todavía prefiero
retraerme, quedarme tranquilo, y buscar un lugar apartado para sentarme. Este aspecto de
mi naturaleza, no ha cambiado.
La mayoría de las personas piensan que están mejorando a su carne cuando nacen de nuevo.
¡Esto simplemente no es verdad! No mejoras tu ser natural por la vida cristiana; incrementas
tu capacidad para negarlo. El progreso se da conforme optas por reconocer tu nueva
identidad en Cristo y permites que esos pensamientos y acciones se manifiesten desde tu
espíritu.
Ahora cuando hago exámenes de personalidad, siempre obtengo la máxima calificación en
las categorías para personas extrovertidas. Es la personalidad que he adoptado y quien soy en
Cristo. Ése es mi espíritu vuelto a nacer. Si de alguna manera pudieras descubrir mi
personalidad cuando no estoy actuando bajo la influencia del Espíritu, te darías cuenta de
que en mi carne todavía soy un introvertido.
La vida cristiana no es un proceso por medio del cual tu carne se fortalece en la santidad
hasta que llegues al punto en que ya no necesitas al Espíritu Santo tanto como al principio.
Más bien consiste en fortalecerse en el espíritu y debilitarse en la carne. El predominio de la
carne disminuirá conforme aprendes a liberar de manera constante lo que hay en tu espíritu.
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Espíritu, alma y cuerpo Liberando Tu Verdadera Identidad
Lección 21
VERSÍCULOS
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Espíritu, alma y cuerpo Liberando Tu Verdadera Identidad
Lección 21
Digo, pues: Andad por el Espíritu, y no cumpliréis el deseo de la carne. Porque el deseo de la
carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne, pues éstos se oponen el uno al
otro, de manera que no podéis hacer lo que deseáis.
PROVERBIOS 28:1 NTV
Los perversos huyen aun cuando nadie los persigue, pero los justos son tan valientes como
el león.
ISAÍAS 11:2 LBLA
Y reposará sobre Él, el Espíritu del Señor, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de
consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor del Señor.
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Espíritu, alma y cuerpo Sé Consciente de tu Espíritu
Lección 22
Sé Consciente de tu Espíritu
Por la dislexia espiritual, la mayoría de las personas interpretan Gálatas 5:16 totalmente al
revés.
Digo, pues: Andad por el Espíritu, y no cumpliréis el deseo de la carne.
Reconocen que la carne y el espíritu se oponen, pero asumen que automáticamente están
caminando en el espíritu si rechazan su carne. Por lo tanto, se concentran en renunciar a
esto y rechazar aquello, pensando: “¡Si tan sólo dejo de hacer estas cosas malas y de tener
estos pensamientos obscenos, entonces andaré por el espíritu!” ¡Error! Este versículo no dice
“anda por la carne y estorbarás al espíritu”, tampoco dice “vence a la carne, y entonces
andarás por el espíritu.” No, dice precisamente lo opuesto: “¡anda por el espíritu y no
cumplirás el deseo de la carne!”
La oscuridad simplemente es la ausencia de la luz. No puedes deshacerte de la oscuridad
pateándola afuera del cuarto. Sin embargo, si prendes la luz, ¡se desvanecerá! Cuando
caminas en el espíritu (prendes la luz), automáticamente—como un subproducto—no
cumplirás el deseo de la carne (la oscuridad se desvanece). La fuerza de voluntad es la pala de
la carne. Si sientes que realmente no puedes aceptar quien eres en Cristo hasta que superes
la oscuridad de tu vida—beber, chismear, fumar o cualquier problema que actualmente
tengas, terminarás frustrado y atorado (Ro. 7). La cuestión no es que Dios no ponga Su
poder a tu disposición; ¡lo que sucede es que no has prendido el interruptor! Suelta esa pala
y prende la luz. Adéntrate en la Palabra de Dios y comienza a reconocer y a meditar en
quien eres en Cristo. Conforme pongas tu atención en la realidad de tu nueva identidad, el
resplandor de quien eres en el espíritu empezará a brillar en y a través de ti a tal grado que
quebrantará el control de la carne y te liberará de esos problemas externos. ¡La luz siempre
vence y saca fuera las tinieblas!
Un amigo mío era un artista laico muy conocido, que escribió varias canciones famosas.
Mientras estaba en esa profesión, fue vuelto a nacer. Después de terminar un concierto a
media noche, se subía al autobús con sus músicos y comenzaba a viajar a su siguiente
destino. Emocionado por Dios y Su Palabra, mi amigo inhalaba cocaína en las páginas de su
Biblia para mantenerse despierto y poder seguir leyendo sobre lo mucho que el Señor le
amaba.
Hoy, este hombre ha sido pastor durante más de veinte años. ¿Cómo venció a su carne y
esos malos hábitos? ¿Dejó de inhalar la cocaína al principio y de hacer todas las otras cosas
que no eran santas? ¡No! Este hombre no permitió que sus vicios le impidieran empezar a
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Espíritu, alma y cuerpo Sé Consciente de tu Espíritu
Lección 22
descubrir lo que la Palabra de Dios decía de él. Enfocó su atención en descubrir quién era en
Cristo y todo lo que Jesús había hecho por él. Conforme estas cosas se convirtieron en una
realidad, finalmente llegó a un punto en el que Dios lo sacó de ese estilo de vida.
¡Dios quiere que vengas a Él tal y como eres! Después de que recibes al Señor y Él cambia tu
interior, debes renovar tu mente con lo que eres en Cristo. Conforme descubres quien eres
en el espíritu, consecuentemente cambiarás en el exterior. Si empiezas a andar por el espíritu
poniendo tu atención en las cosas de Dios— independientemente del estado de tu
carne—¡quebrantarás el dominio que ésta tiene sobre ti!
Puedes saber si estás andando en el espíritu o no, por las cosas en las que estás poniendo tu
atención.
Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en
las cosas del Espíritu.
Romanos 8:5, RV 1960
¡Lo que estás pensando te dirá si estás viviendo en la carne o en el espíritu!
¿En qué está puesta tu atención? Si el doctor te dice que vas a morir, ¿estás más dominado
por su palabra o por la Palabra de Dios? ¿Estás imaginando y anticipando la enfermedad, la
dolencia y la muerte? O ¿tienes la atención puesta en las Escrituras que declaran que Él se
llevó todas tus enfermedades y que por Su llaga fuiste curado de toda enfermedad? ¿Estás
enfocado en el espíritu o en la carne?
Si tu mente permanece en las cosas de la carne, entonces andas en la carne. No puedes
agradar a Dios, ni serás capaz de vencer ese padecimiento. Morirás físicamente a pesar de
que el poder sanador y resucitador de Dios ya está dentro de tu espíritu vuelto a nacer.
Aquello en lo que tu mente se enfoca determina si andas por la carne o no. ¡Esto es
realmente simple!
Al aprender a mantener tu mente en Dios, tu espíritu dominará y controlará a tu carne.
Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz.
Romanos 8:6
No se trata solamente de tiempo de calidad; es ambos: calidad y cantidad del tiempo que se
invierte poniendo atención a las cosas de Dios.
La mentalidad física es muerte. “la carne” literalmente significa “de los cinco sentidos”. La
mentalidad carnal es ser corporal, físico, de una mentalidad puesta en las cosas externas en
vez de ser de una mentalidad espiritual. Es estar dominado por tus cinco sentidos. Si tu
113
Espíritu, alma y cuerpo Sé Consciente de tu Espíritu
Lección 22
cuerpo está enfrentando alguna enfermedad y tú estás más conectado y eres más sensible a
lo que sientes (carne) en vez de a lo que crees (la Palabra) entonces eres carnal. Tener una
mentalidad carnal es muerte, pero tener una mentalidad espiritual es vida y paz.
Debes llegar al punto en que crees más el anuncio de Dios que el del mundo. Has pasado al
lado del espíritu cuando la Palabra de Dios te domina más de lo que puedes ver, probar, oír,
oler y sentir. En vez de permitir que el diablo te diga lo que no puedes hacer o que alguien te
diga que te vas a morir o que tu chequera te diga que otra vez estás en un aprieto, pones tu
atención en lo que Dios dice de ti, lo que Él dice que tienes, y lo que Él dice que puedes
hacer. Cuando lo haces, descubrirás que eso quebrantará el dominio, el poder y el control
que la carne tiene sobre ti.
La sanidad física fue comprada por medio de la expiación de Cristo. No es una añadidura al
perdón de pecados; la sanidad es una parte integral de lo que Jesús obtuvo por medio de su
muerte. De hecho, Su sacrificio provee la sanidad física tanto como el perdón de los
pecados. ¿Por qué? Jesús derramó Su preciosa sangre para redimirnos completamente de
ambas cosas.
Entender una verdad no significa que te beneficiarás automáticamente de ella. ¡De hecho,
normalmente el conflicto surgirá! Hebreos 10:32 revela que una vez que eres iluminado,
sostienes “una gran lucha de padecimientos”. ¿Por qué? Satanás viene inmediatamente a
robar la Palabra antes de que se arraigue en tu corazón y produzca fruto (Marcos 4:15; 19),
intenta sacarla cuando eres inmaduro, cuando la verdad todavía es nueva para ti, antes de
que eche raíces y quede establecida como parte de tu ser.
Una vez que vi en la Palabra que siempre es la voluntad de Dios sanar ¡la pelea empezó!
Satanás me atacó y empecé a padecer enfermedad más que nunca. Inmediatamente tuve un
conflicto interno entre mi carne y mi espíritu. El espíritu declaró, “por Sus heridas fui
sanado” (1 P. 2:24); ya fue hecho (Ef. 1:18)” y “el mismo poder que resucitó a Jesucristo de
entre los muertos vive dentro de mí (Ef. 1:19-20).” En mi espíritu, tenía ese poder de
resurrección, pero mi carne continuaba argumentando, “¡estás enfermo!” Te sientes
terriblemente y estás a punto de vomitar. “¡Acéptalo!” Experimenté un gran conflicto entre
lo que veía en mi espíritu a través de la Palabra de Dios y lo que sentía en mi cuerpo físico.
¡Mi carne y mi espíritu estaban peleando el uno contra el otro!
Era mi mente sin renovar, y no una vieja naturaleza interna que trataba de hacerme dudar
de Dios. Por varios años mi hombre viejo me enseñó cómo creer sólo en lo que podía ver,
114
Espíritu, alma y cuerpo Sé Consciente de tu Espíritu
Lección 22
probar, oír, oler y sentir. Cuando el viejo hombre fue crucificado, mi mente se quedó,
todavía programada según el conocimiento sensorial. Todo en mi ámbito físico, natural,
corporal gritaba: “¡estás enfermo!” Mi cuerpo me decía que tenía dolor. Otras personas me
comentaban lo mal que me veía. Por lo tanto, ¡era una batalla real para mi mente tratar de
creer en lo que no podía ver!
Simplemente resolví en mi corazón que no me daría por vencido y no cedería hasta que
viera con mis ojos físicos la verdad de la Palabra de Dios manifestada en mi cuerpo. Estaba
tan comprometido con el hecho de que lo que Dios dijo de mí era verdad, que decidí
obligarme a creerlo.
REVENTANDO LA PRESA
En ese tiempo, yo vivía y pastoreaba una iglesia pequeña en Seagoville, Texas. Predicaba
sobre la sanidad y tenía revelación al respecto, pero estaba enfermo en mi cuerpo. El diablo
estaba peleando conmigo. ¡Mi carne y mi espíritu estaban en conflicto!
Como la fe sin obras está muerta, una noche decidí que no me iba a quedar en la cama
actuando como enfermo (Stg. 2:17; 20, y 26). No quería matar mi fe sometiéndome a la
presión. Sin embargo, era físicamente imposible para mí pararme porque estaba muy
enfermo. Tuve que ponerme de rodillas en la sala para que Jamie pudiera irse a dormir. Puse
mi Biblia en el piso enfrente de mí, ¡y me propuse en mi corazón que iba a pelear en contra
de eso!
Me pasé horas citando versículos de sanidad. No me detenía, porque yo sabía que me
quedaría dormido por el cansancio si lo hacía. Confesaba en voz alta: “Por Sus llagas, fui
sano”. Mi cuerpo refutaba: “¡Oh, no, no lo eres!” Después yo contestaba: “¡Sí, lo soy—la
Palabra así lo dice!” Esa pelea continuó por varias horas mientras empujaba mi Biblia
gateando por el cuarto sobre mis manos y rodillas para permanecer despierto.
Tú no tienes que hacerlo como yo lo hice, ¡pero vas a tener que vencer el mismo conflicto!
No puedes decir con ligereza: “Muy bien, veo la verdad. ¡Carne, renuncio a ti y decido
andar en el Espíritu!” No, será una experiencia traumática cuando des el cambio y tomes
otra dirección. Tu mente y tus emociones han estado consentidas por muchos años.
Siempre te han dicho que lo que ves es más real que lo invisible. Habrá un conflicto, y es
factible que no suceda todo en una tarde.
Esa noche representó una gran victoria para mí. Reventé la presa de la carne que retenía el
fluir de la vida de Dios en mí. Mi espíritu empezó a dominar de ahí en adelante poco a poco.
Todavía trato con cosas como esas, pero he madurado mucho. Estoy viendo mucha victoria
115
Espíritu, alma y cuerpo Sé Consciente de tu Espíritu
Lección 22
en mi vida, y puedo ayudar a mucha gente. Todavía continúo con este proceso, pero sigo
renovando mi mente y ganando la batalla entre mi carne y mi espíritu.
VENCE A TU CARNE
Tú vences cuando estás consciente de lo que la Palabra de Dios dice de ti— especialmente el
Nuevo Testamento. Cuando tu mentalidad concuerda con la Palabra, tienes una mente
espiritual porque las palabras de Dios son espíritu y vida (Juan 6:63). Puedes desear cosas
correctas, orando rogándole a Dios por ellas, pero no obtienes la victoria sólo porque la
deseas o ruegas por ella. Obtienes la victoria, que Él ya logró y proveyó para ti, poniendo tu
atención en el espíritu. Cuando lo hagas, vencerás.
En mi opinión, no vas a manifestar mucho de la vida de Dios si estás conectado con el
mundo por medio de la radio, la televisión, los noticieros y las revistas. Se requiere mucho
esfuerzo, un verdadero esfuerzo, para mantener tu atención en las cosas de Dios. ¿Cómo
puedes esperar resultados diferentes cuando lees, ves, oyes y piensas las mismas cosas que tus
vecinos que no son creyentes? Esto es ignorancia llevada al máximo. Cierto, es posible que
leas tu Biblia cinco minutos al día, y que tengas un conocimiento intelectual de que Dios te
quiere sano, próspero y libre de la opresión. Quizás hasta tienes un anhelo por Dios y una
sensibilidad por Él que ellos no tienen. Pero en cuanto a los resultados, realmente no vas a
experimentar más del poder milagroso de Dios en tu vida mientras continúes pensando en
las mismas cosas carnales que ellos piensan todo el día. ¡Para obtener resultados diferentes,
tienes que hacer algo diferente!
Si estás ocupado en las cosas de la carne, entonces vas a andar según la carne, y el ámbito
físico te dominará. No podrás agradar a Dios (Ro. 8:8), ni experimentar la victoria que está
disponible para ti. Para desatar el poder y la vida de Dios, debes vencer a la carne enfocando
continuamente la mente en quien eres y en lo que tienes en el espíritu.
Información Adicional
Para un análisis más profundo sobre la sanidad, te recomiendo mi estudio titulado Dios
Quiere Que Estés Sano.
Hace tiempo, como requisito para una póliza de seguros me pidieron que me hiciera un
examen médico en una caminadora. Sin embargo, como no les permití que me rasuraran el
vello del pecho, los electrodos se cayeron después de veinte minutos. Varias semanas
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Espíritu, alma y cuerpo Sé Consciente de tu Espíritu
Lección 22
Versículos
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Espíritu, alma y cuerpo Sé Consciente de tu Espíritu
Lección 22
Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu,
en las cosas del Espíritu.
ROMANOS 8:5-6 LBLA
Porque los que viven conforme a la carne, ponen la mente en las cosas de la carne, pero los
que viven conforme al Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque la mente puesta en la carne
es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz.
HEBREOS 10:32 LBLA
Pero recordad los días pasados, cuando después de haber sido iluminados, soportasteis una
gran lucha de padecimientos.
MARCOS 4:15-19 LBLA
Y éstos que están junto al camino donde se siembra la palabra, son aquellos que en cuanto la
oyen, al instante viene Satanás y se lleva la palabra que se ha sembrado en ellos. Y de igual
manera, estos en que se sembró la semilla en pedregales son los que al oír la palabra
enseguida la reciben con gozo; pero no tienen raíz profunda en sí mismos, sino que sólo son
temporales. Entonces, cuando viene la aflicción o la persecución por causa de la palabra,
enseguida tropiezan y caen. Otros son aquellos en los que se sembró la semilla entre los
espinos; éstos son los que han oído la palabra, pero las preocupaciones del mundo, y el
engaño de las riquezas, y los deseos de las demás cosas entran y ahogan la palabra, y se vuelve
estéril.
1 PEDRO 2:24 LBLA
Y Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, a fin de que muramos al
pecado y vivamos a la justicia, porque por sus heridas fuisteis sanados.
EFESIOS 1:18-20 LBLA
Mi oración es que los ojos de vuestro corazón sean iluminados, para que sepáis cuál es la
esperanza de su llamamiento, cuáles son las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,
y cuál es la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros los que creemos,
conforme a la eficacia de la fuerza de su poder, el cual obró en Cristo cuando le resucitó de
entre los muertos y le sentó a su diestra en los lugares celestiales.
SANTIAGO 2:17.20 Y 26 LBLA
Así también la fe por sí misma, si no tiene obras, está muerta. Pero, ¿estás dispuesto a
admitir, oh hombre vano, que la fe sin obras es estéril? Porque así como el cuerpo sin el
espíritu está muerto, así también la fe sin las obras está muerta.
JUAN 6:63 LBLA
El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado
son espíritu y son vida.
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Espíritu, alma y cuerpo Sé Consciente de tu Espíritu
Lección 22
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Espíritu, alma y cuerpo ¡Tiempo de Partir!
Lección 23
¡Tiempo de Partir!
Cuando haces a Jesucristo el Señor de tu vida porque verdaderamente crees en Él, se da un
cambio instantáneo. Este cambio ocurre en tu espíritu, no en tu carne (es decir, tu cuerpo o
tu alma). Que el cambio alguna vez llegue a manifestarse en tu mundo físico depende de tu
manera de pensar.
La carne, tu ser natural, jala en una dirección y tu espíritu te guía por otra. Tu manera de
pensar determina lo que experimentas. Si tu mente está sólo en las cosas físicas—no
necesariamente cosas pecaminosas—entonces estarás limitado y dominado por tu carne.
Quizás hasta seas una persona muy moral, pero no experimentarás la vida sobrenatural de
Dios.
La única forma como experimentarás el poder de Dios que está en ti es andando por el
espíritu. Tener fe en Dios para resucitar a alguien de entre los muertos va más allá de vivir
una vida santa. Tienes que creer en algo que no tiene absolutamente ninguna prueba ni
evidencia en el mundo físico. Tienes que ir más allá del mundo físico y reconocer que hay
un mundo espiritual. Conforme reconozcas tu verdadero poder y creas firmemente, el
mundo espiritual se convertirá en algo más real para ti que el mundo físico.
¡Esto también se aplica a la prosperidad! Habrá ocasiones en que no hay ninguna base para
tener fe en tus circunstancias físicas. Tu estado de cuenta del banco no va a dar pruebas de
solvencia. Quizá, todo en el ámbito natural está en contra de la Palabra, pero si tú
permaneces en el espíritu, firme en lo que Su Palabra dice, serás capaz de verte a ti mismo
próspero mientras tratan de embargar tu casa, tu carro, etc. Si te mantienes firme en la
Palabra de Dios, tu espíritu vencerá a tu carne y quebrantará su dominio. ¡Entonces es
cuando verás la manifestación de la Palabra!
LA PAZ
¡Puedes tener una mente espiritual! Lo que continuamente estás pensando, sin importar lo
que sea, te dominará (Pr. 23:7) Si piensas en quien eres y lo que tienes en Cristo entonces
eso es lo que finalmente se manifestará en tu vida física.
¡Una tercera parte de tu salvación ya está completa! Tu espíritu no está en el proceso de
crecer o de madurar. Ahora mismo en tu espíritu, eres exactamente como lo serás por toda
la eternidad (1 Jn. 4:17). Tienes un cuerpo físico y un alma que todavía no han cambiado.
Son susceptibles de cambio y pueden cambiar, pero no sucede de manera automática. Sin
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Espíritu, alma y cuerpo ¡Tiempo de Partir!
Lección 23
Si quieres experimentar lo mejor de Dios, debes entender estas verdades respecto al espíritu,
el alma y el cuerpo. Tienes un potencial ilimitado, pero todo está en el espíritu. La victoria
que Dios te ha dado no está en tu carne, está en la parte de ti que volvió a nacer. Conforme
maduras en la vida cristiana, no te vuelves menos carnal; lo que sucede es que la carnalidad
no te dominará y se manifestará menos, porque, en cambio, te estás sometiendo al espíritu.
A través de la Palabra de Dios, concéntrate para ver quién eres en Cristo. Pasa menos tiempo
alimentando la carne, y en cambio, enfócate en el espíritu.
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Espíritu, alma y cuerpo ¡Tiempo de Partir!
Lección 23
Relaciónate con personas que hablan con fe, que son positivos y que están establecidos en el
potencial que tenemos en Cristo, en vez de relacionarte con los quejosos y los querellosos.
Desarrollarás una mentalidad que está basada en tu nueva identidad en Cristo conforme
permitas que te domine lo que ves en el espejo espiritual de la Palabra de Dios.
Nada puede separarte del amor de Dios porque tu espíritu nacido de nuevo ha sido
santificado y perfeccionado para siempre. Dios es un Espíritu y Él te ve en el espíritu. (Jn.
4:24). Él tiene comunión contigo, de Espíritu a espíritu vuelto a nacer. Dios nunca te da lo
que te mereces con base en tus pensamientos y en tus acciones en la carne; más bien, Él trata
contigo en el ámbito espiritual. Por eso es que Él puede recibirte en cualquier momento, en
cualquier condición—¡tú eres su hijo amado!
Constantemente estás recibiendo información y ésta te jala en una dirección u otra—la
carne o el espíritu (Gá. 5:17). El Espíritu Santo siempre procura atraerte hacia Dios y
recordarte de tu nueva identidad en Cristo. Satanás, por medio del mundo, sus imágenes y
sus voces—los medios de comunicación, los cines, los libros, los periódicos, las revistas, las
asociaciones e incluso las organizaciones eclesiásticas que promueven creencias
erróneas—constantemente te compelerán a aceptar la derrota. Aquello en lo que tu
pensamiento permanece es lo que experimentarás (Pr. 23:7).
Tu carne y tu espíritu pelean constantemente en tu mente. Dios dice: “Todo lo puedes en
Cristo que te fortalece”. El mundo responde: “No, tú no puedes. ¡Eres un fracasado!” Y así
cada día la batalla arrecia. Por eso es que esta verdad transformadora no es algo que aprendes
una vez y luego concluyes: “¡Lo tengo!” El entender el espíritu, el alma y el cuerpo debe
motivarte para que con iniciativa te esfuerces para renovar tu mente con la Palabra de
Dios—¡un proceso que continuará por el resto de tu vida!
EMPAPA TU MENTE
Empapa tu mente con estas verdades que Dios ha dicho. Quizás necesitas revisarlas y
volverlas a leer en una semana o en un par de meses. De cualquier manera, debes meditar
siempre en estas verdades hasta que se vivifiquen para ti. Después refréscalas en tu memoria
repasándolas frecuentemente.
Dios me mostró estas verdades hace más de 35 años, pero todavía estoy en el proceso de
renovar mi mente con ellas. A través de los años, Él ha estado ampliando, desarrollando y
aumentando mi comprensión sobre esto. Me siento como el apóstol Pablo, quien después
de veinte años o más de conocer y servir a Dios, dijo:
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Espíritu, alma y cuerpo ¡Tiempo de Partir!
Lección 23
Hermanos, yo mismo no considero haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando lo
que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo hacia la meta para obtener el
premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Filipenses 3:13-14
¡No te desanimes! No estoy diciendo que tengas que esperar mucho tiempo antes de que
veas algún resultado. Hasta que lleguemos al cielo, todavía no hemos llegado a la meta, pero
podemos iniciar la carrera. Si el Señor te ha hablado a través de este estudio ¡debes empezar
ahora mismo! Aléjate de la mentalidad carnal, y en cambio, empieza a ser dominado por tu
espíritu nacido de nuevo. Descubre las realidades acerca de quién eres en el espíritu y deja
que éstas te controlen. Cuando lo hagas, experimentarás la vida y la paz. ¡Realmente es así
de simple!
¡Pero no es fácil! De hecho, cambiar tu enfoque de la carne al espíritu es una de las cosas más
difíciles que alguna vez harás. Es algo gradual, pero total, volver a programar tu mente
natural para que concuerde con tu espíritu. Por medio de la renovación de tu mente con la
Palabra de Dios, ¡puedes adoptar una mentalidad espiritual!
Lo que Dios te ha mostrado por medio de este libro tiene el potencial de cambiar
radicalmente tu vida, pero aplicar estas verdades requerirá un enfoque y un esfuerzo reales
de tu parte. Sin embargo, las buenas nuevas son que Dios desea, inclusive más que tú, que
las comprendas totalmente y que vivas de acuerdo a ellas. Él cumplirá fielmente con su parte
si tú te encaminas en esa dirección con esta actitud: “¡Dios, voy a necesitar un milagro para
renovar mi mente!”“¡Está muy acostumbrada a ser dominada por la carne! ¡Realmente voy a
necesitar tu ayuda!”El Espíritu Santo te revelará qué clase de persona eres en Cristo. Él te
mostrará a Jesús, la verdad espiritual y la realidad. Simplemente se requiere un compromiso
y un esfuerzo de tu parte para enfocarte en la Palabra y en el espíritu.
EMPIEZA AHORA
A la luz de lo que has leído, te invito a que digas la siguiente oración en voz alta, con todo tu
corazón:
“Padre, abro mi corazón al Espíritu Santo para que continúe revelándome estas verdades.
Reconozco que es un proceso y no algo que sucede una sola vez. Por lo tanto, te pido que
me des mayor revelación de lo que es el espíritu, el alma y el cuerpo a lo largo del resto de mi
vida. Conforme aplico lo que Tú me has enseñado, por favor te pido que me motives con
algunos resultados rápidos. Quiero establecer nuevos patrones para andar por el Espíritu
para que pueda vivir una vida plena y eficaz en Ti.
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Espíritu, alma y cuerpo ¡Tiempo de Partir!
Lección 23
Gracias por traer a mi memoria estas verdades cuando las necesite, Gracias por ayudarme a
compartirlas con otros para que también puedan quedar libres del dominio de la carne.
Gracias por hacerme libre y también por usarme para liberar a muchos otros. ¡Te amo,
Padre! Amén”.
VERSÍCULOS
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