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VITIS-CULTURA

LA VIÑA, EL VINO Y SU CULTURA

Isabel López Cortés


Domingo M. Salazar Hernández
Domingo C. Salazar García

EDITORIAL
UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE VALENCIA
0045P09

VITIS-CULTURA. LA VIÑA, EL VINO YSU CULTURA

Isabel López Cortés


Domingo M. Salazar Hernández
Domingo C. Salazar García

Una cultura, una civilización tiene sus raíces en un territorio, en unos cultivos, en
unas creencias, en unos modos de hacer, de comer y de vivir, en este libro preten-
demos recoger parte de un modo de manejar sus producciones, unas formas de
cultivar y consumir las uvas, basándonos en las tradiciones del Mediterráneo, del
este del Mediterráneo.
Sin olvidar el origen del vino, como parte de esa trilogía de cultivos mediterrá-
neos buscamos adentrarnos en la simbiosis tradición-avance junto con producción y
rentabilidad.
Dentro de la legislación actual no hay que olvidar que el vino es un alimento y
un componente de muchos extractos y fármacos históricos.

UNIVERSITJ.\T
POLlTECNICJ.\
DE VJ.\LENCIJ.\
EDITORIAL
© Isabel López Cortés
Domingo Manuel Salazar Hemández
Domingo Carlos Salazar García

Edita: EDITORIAL DE LA UPV


Camino de Vera, s/n
46022 VALENCIA
Te1.96-38770 12
Fax 96-387 79 12

Imprime: REPROVAL, S.L.

ISBN.: 978-84-8363-518-6
Depósito Legal: V-626-20 1O
Isabel López-Cortés

Domingo M. Salazar

Domingo C. Salazar García

VITIS-CULTURA

La viña, el vino y su cultura

Departamento de Producción Vegetal

Escuela Técnico Superior del Medio Rural y Enología

UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE VALENCIA

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ÍNDICE
CAPÍTULO 1. LA CULTURA VITIVINÍCOLA

1.1. Origen de la vid y el vino

1.2. Qué es la cultura vitivinícola

1.3. Clasificación básica de tipos de vino

CAPÍTULO 2. HISTORIA DE LA VITICULTURA Y EL VINO

2.1. Inicios de la viticultura en el mundo

2.2. La vid y el vino en Hispania

2.3. Historia de la vid y el vino en la Comunidad Valenciana

2.4. Secuencias básicas de la viticultura en el mundo

CAPÍTULO 3. VINO Y SALUD

3.1. El vino y la salud en la historia

3.2. Acciones generales del vino en la salud

3.3. Componentes del vino con influencia en la salud

3.4. Productos inadecuados en el vino

CAPÍTULO 4. CARACTERIZACIÓN BÁSICA SOBRE LOS


ATRIBUTOS DE ALGUNAS CEPAS Y VINOS

4.1. Caracterizaciones aromáticas básicas de algunas cepas

4.2. Definiciones aromáticas de algunos vinos

CAPÍTULO 5. PRODUCCIÓN Y CALIDAD. RELACIONES SUELO-


CLIMA-PLANTA

CAPÍTULO 6. LA MADERA EN EL VINO

6.1. La madera de la barrica

2
6.2. Proceso de elaboración de barricas

6.3. Defectos de las barricas

6.4. Características del parque de barricas

6.5. Preparación de las barricas

CAPÍTULO 7. EL TAPONADO DEL VINO

7.1. El corcho en el vino

7.2. Origen y elaboración

7.3. Tipos de tapones

7.4. Tapones de conservación

7.5. Defectos de los tapones de corcho natural

CAPÍTULO 8. LAS PRENSAS DE VINIFICACIÓN

CAPÍTULO 9. EL CAVA Y SU ORIGEN

9.1. Origen

9.2. Cultivares base del cava

9.3. Secuencia de la elaboración

9.4. Tipificación de los cavas

9.5. El corcho en el cava

9.6. Complementos del cava

CAPÍTULO 10. LA CAVA Y LA CONSERVACIÓN DEL VNO

10.1. Cavas amplias

10.2. Armarios o minicasas climatizadas

CAPÍTULO 11. COMPLEMENTOS Y ACCESORIOS DEL VINO

3
11.1. Los envases del vino

11.2. Etiquetas, collarines, contraetiquetas y cápsulas

11.3. Los sacacorchos o descorchadores

CAPÍTULO 12. OTROS COMPLEMENTOS Y ACCESORIOS DEL


VINO

12.1. Las copas

12.2. Otros complementos del vino

BIBLIOGRAFÍA

ANEJO I

ANEJO II. Vocabulario vitivinícola básico

Índice fotografías

Índice figuras

Índice cuadros

4
INTRODUCCIÓN

Una cultura, una civilización tiene sus raíces en un territorio, en


unos cultivos, en unas creencias, en unos modos de hacer, de comer y de
vivir, en estas notas pretendemos recoger parte de ello, un modo de
manejar sus producciones, unas formas de obtener y consumir las uvas,
basándonos de las tradiciones del Mediterráneo, especialmente del este de
nuestro Mediterráneo.

Evidentemente al hablar de la cultura vitivinícola de la cultura del


vino debemos recordar, en primer lugar qué es el vino. En la actual
legislación el vino se define como un alimento procedente de zumo de uva
fermentado.

El vino en la antigüedad era un líquido de baja graduación


alcohólica, pero no era algo único, históricamente se han utilizado líquidos
similares al vino pero de otros orígenes distintos de la uva. En muchas
culturas estos líquidos fermentados han tenido finalidades alimentarias y
rituales similares; eso sí, el vino ha sido y es uno de los pilares de las
civilizaciones mediterráneas.

El vino es un alimento (mezclado con pan y azúcar), un


componente de muchos extractos y fármacos históricos y un componente
de los rituales de muchas religiones, el vino es una forma de hacer y de
entender la vida.

La trilogía de los cultivos mediterráneos y la base de la alimentación


y muchas tradiciones de nuestro entorno son la vid, el olivo y el trigo.

En Grecia se hablaba de cultura del vino, de cultura mediterránea,


de cultura del saber beber frente a las culturas bárbaras. Se identificaba
nación con un concepto no territorial como el actual, sino como unos
pueblos de costumbres y hábitos similares y era la alimentación uno de los

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nexos más importantes para el concepto de nación, de civilización, de
cultura.

Fotografía nº 1.- Vieja viña en entorno urbano.

Los romanos exaltaron la plantación de la vid como una riqueza,


como ya hicieron los egipcios (Ramses III) y las civilizaciones micénicas.

Homero habla de mares oscuros como las lías del vino y del
juramento de fidelidad a las tierras donde crecen juntos olivos, vid y trigo.

El vino es realmente un fluido de baja densidad (menor que el


agua) multicompuesto; el vino posee más de 300 compuestos diferentes
siendo los mayoritarios, además del agua, el etanol (con porcentajes muy
variables según su tipo, entre 15% o algo más y el 11%, salvo excepciones

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y vinos especiales), glicerol, diversos ácidos (variando entre un 0,3 y
0,89%, entre ellos tartárico, málico, acético, láctico, cítrico, succínico, etc.),
taninos (que son en su conjunto básicos para determinar su color, sabor y
aroma), distintas vitaminas (especialmente del grupo B), azúcares
(glucosa, sacarosa, etc.), normalmente en pequeñísima cantidad, aunque
en vinos especiales como el Oporto puede superar el 10% y diversas sales
minerales y oligoelementos (cuyo estudio puede contribuir a su
tipificación), así como proteínas, aminoácidos, pectinas, algún ácido graso
y numerosos compuestos volátiles como aldehídos, ésteres, cetonas, etc.

El vino es un compuesto orgánico, bastante estable físico-


químicamente, pero que sufre abundantes y frecuentes alteraciones
biológicas y bioquímicas relacionadas con el oxígeno, que estimula
bacterias y otros microorganismos en sus reacciones, que sí modifican las
características y propiedades del vino.

Muy importante es conocer, además de las propiedades de este


alimento para la salud, sus posibles defectos que pueden tener su origen
en la inadecuación de su zona de cultivo o en las inadecuadas prácticas
vitícolas, en su no adecuado momento de vendimia y en la presencia de
daños y defectos en las uvas, pero también en defectos o malas prácticas
de su correcta elaboración.

Entre algunos de los defectos que podemos encontrar y que


debemos analizar están el gusto a tierra, la falta de color, las
precipitaciones, el olor a mohos del corcho o defectos del mismo, el
picado, el sabor y aroma a borras y a vinazas, las burbujas de
fermentaciones extemporáneas, el azufrado y sulfitado excesivo, el sabor
metálico (por presencia de cobre o hierro), la oxidación que altera la
luminosidad, el brillo y otros parámetros de color del vino ya sea blanco o
tinto, la excesiva maderización y en muchas ocasiones, el olor a reducido,

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adquirido normalmente ya en la botella, lo que fuerza a abrir algunos vinos
antes de tomarlos cuando son viejos ya que en caso contrario tienen olores
a huevo podrido, a fármacos, a cocido, etc.

Pero en el vino pueden existir muchos defectos como la presencia


de cloroanisoles, de bretanomices, etc. que alteran y modifican su sabor y
aromas y que pueden, en ocasiones proceder de una mala elaboración, o
de la inadecuada entrada de materia prima en la bodega.

El vino y las viñas han tenido y siguen teniendo una elevada


interrelación con el entorno físico, geográfico, cultural y religioso de los
pueblos, de manera que la aparición y difusión de la viticultura puede
relacionarse con los hábitos de los pobladores de las zonas, donde el
cultivo de la vid existe.

En las zonas donde se cultiva la vid siempre el comercio que sus


vinos han generado, se ha podido correlacionar con hechos de elevada
trascendencia sociopolítica (edicto de Domiciano I siglo, guerra de los Cien
Años etc.).

La viticultura dejo de ser, como fue ya en Egipto, en Roma y en el


periodo medieval uno de los tres ejes (granos, aceite y vino) de la
economía campesina de subsistencia, para pasar a ser uno de los pilares
del comercio y la sociedad urbanita, dejando de ser así un simple medio de
vida para pasar a modular además del paisaje, las costumbres nutritivas y
el carácter de muchas regiones.

Al hablar de vinos y su entorno, de su cultura, debemos considerar


tres fases claras en su estudio: la viticultura, la vinificación con crianza en
su caso, y la comercialización.

Como factores básicos a considerar, además de la calidad de las


uvas, el factor primordial que debemos contemplar, debemos tener

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también en cuenta la interrelación entre el suelo, el clima y el cultivar de
uva. Debiéndose considerar, como hacen la mayor parte de los enólogos
(Amerine y Wagner 1984) el clima y el suelo como los factores
determinantes primarios de la calidad y la tipicidad de los vinos.

Según (Unwin, 2001) la vid y el vino son uno de los símbolos más
importantes de todos los pueblos mediterráneos, que siempre han usado la
vid, en relaciones metafóricas, representando la fertilidad, la vida, la
resurrección, el renacimiento, etc.

El simbolismo del vino está presente en las religiones y sociedades


egipcia, sumeria, asiria, en el judaísmo, en el cristianismo, que mantuvo la
viticultura en la época medieval y que resurgió en el siglo XIV, llegando
casi a tomar en las clases dirigentes de la Europa noroccidental, el papel
que llegó a tener entre los egipcios, los griegos y los romanos.

Este simbolismo, reflejado en los anuncios del vino que aparecen


hoy en revistas y periódicos, mantiene el papel del vino en la sociedad
capitalista del siglo XX y es un indicador del nivel de la burguesía y de la
clase media. Este simbolismo muy evolucionado, sofisticado y estudiado,
especialmente en Francia, refleja el poder social y el erotismo latente en
muchas de las seductoras imágenes empleadas en su promoción.

Los métodos vitícolas y de elaboración han cambiado poco, aunque


han evolucionado en sus técnicas y concepciones pero siempre han tenido
dos sistemas sociológicos distintos, un sistema, la viticultura de
subsistencia y base de la economía familiar (baja o elevada) y otro sistema
la viticultura comercial para satisfacer la demanda de sectores distintos y
con vinos de baja, media o alta calidad según la demanda, propiciada por
el empleo de máquinas que, según Mandel 1976, son la principal arma de
invasión capitalista del campo.

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Si está claro que el vino no es producto único y que ya la Ley de la
viña y el vino 25/2 de 2 de diciembre de 1970, recogía diversos tipos y
categorías, como hace más recientemente la Ley del vino, si es claro que
los vinos tienen orígenes en viticulturas diferenciadas pero siempre en la
búsqueda de un objetivo final más o menos determinado y concreto.

Hay grupos y tipos muy diferenciados de vinos, mientras que otros,


normalmente incluidos en los denominados vinos especiales son difíciles
de tipificar, en ocasiones son productos únicos, tradicionales y elaborados
de forma peculiar a partir de cultivares autóctonos específicos.

La tipificación de un vino es evidentemente una cuestión legal y una


cuestión técnica, y pueden clasificarse de diversos modos, así, podemos
hablar de clasificaciones basadas en:

- Su contenido alcohólico.

- Su forma de elaboración: hablando de blancos, rosados, tintos,


claretes, blanc de blancs, blanc de noir, etc. y otras numerosas
denominaciones.

- Su color.

- Su contenido en azúcares: secos (con menos de 5 g de azúcar


por litro), semisecos, abocados y dulces.

- Su calidad.

- Sus usos: hablando de vinos de guarda, de vinos especiales,


nobles, etc.

Debemos también recordar la existencia de vinos tan especiales


como son los vinos de lágrima (procedentes de escurrido), los dulces
naturales, los cavas y champagnes junto con otros espumosos y vinos de
aguja, los chacolís y evidentemente otros derivados del vino o de la uva
como el vermut y el agraz y evidentemente todos los otros derivados
10
vínicos procedentes de su alcohol, o de mezclas de estos y otros
destilados, que desde luego no son ni tienen nada que ver con el vino, con
los vinos.

Otras formas de tipificación de los vinos es diferenciarlos como


vinos tranquilos y como vinos espumosos.

Los vinos tranquilos pueden ser de muchos tipos, pudiendo


mencionar entre ellos los siguientes:

- blancos jóvenes, normalmente suaves y afrutados;

- blancos criados en barrica;

- tintos jóvenes, del año, pujantes y de vivos colores, con


predominio de las características del cultivo del que proceden;

- tintos de crianza y reserva, más equilibrados y con aromas y


sabores dominantes que se generan en el proceso de crianza;

- rosados con claros bouquets varietales;

- tintos de maceración carbónica;

- tintos con fermentación maloláctica y posterior evolución;

- tintos de doble pasta;

- blancos y tintos dulces naturales;

- generosos, olorosos y creams de crianzas particulares;

- rancios;

- vinos botritizados;

- mistelas;

- fondillón y carlon, vinos tradicionales;

- oportos y madeiras.
11
Entre los vinos espumosos debemos mencionar, además de los
típicos cavas nacionales (elaborados por el método Champenoise o por el
Granvas) y los champagnes de importación, los siguientes:

- vinos de aguja, de fermentación natural;

- vinos espumosos naturales;

- vinos espumosos de inyección con carbónico;

- sparkings;

- skets;

- cremants;

- mouseusses.

Como vinos diferenciados por su bajo contenido en sulfuroso y en


sulfatos debemos recordar los vinos procedentes de cultivo en producción
integrada y los vinos procedentes de agricultura ecológica, que pueden ser
de cada uno de los tipos mencionados anteriormente.

Existen otros vinos peculiares como el vino santo, el vino de misa y


los vinos kosher, consecuencia de manejos particulares que no siempre se
han conservado y respetado.

12
CAPÍTULO 1. LA VID Y EL VINO. LA CULTURA VITIVINÍCOLA.

1.1. Origen de la vid y el vino

Fue a finales de la era Terciaria cuando las plantas del género Vitis,
extendidas por todos los continentes del hemisferio norte, sufrieron una
enorme reducción de sus áreas de extensión que quedaron relegadas a la
franja delimitada por las latitudes 30° y 50° norte.

Tras los periodos glaciares y ya reducida su área natural botánica


fue en Asia Menor y en Transcaucasia cuando 8000 años a.C. debieron
tener lugar las primeras selecciones de vides (Núñez y Walter, 1989). Pero
también y de forma independiente el cultivo de la vid se debió iniciar en el
occidente del Mediterráneo a partir de materiales diferentes unos 2500 a.C.
(Stevenson 1985). Lo que si es claro es que el origen del vino ha estado
ligado a estructuras ideológicas, económicas y socio-religiosas en el
Caucaso, Mesopotamia y Egipto y que en América no se desarrollo la
obtención de vino ni de alcohol a partir de la uva en las civilizaciones
precolombinas. En el viejo continente la expansión de la viticultura ha
estado siempre ligada a las necesidades simbológicas de la religión, de las
sucesivas civilizaciones, ya que la vid representa, con su caída de hojas y
brotación, la muerte y el renacimiento y resurrección, el concepto de
sobrevivir a la muerte ya que de la cepa y sus uvas secas se obtiene el
vivo vino. El vino era considerado adecuado y vía de comunicación con los
dioses por las clases dominantes, y malo si se bebía en exceso, se ha
considerado siempre como catalizador de las relaciones humanas.

Los primeros restos fósiles encontrados de vid pertenecen a la


especie Vitis sezannenseis en estratos de más de sesenta millones de
años, procedente de la flora espontánea asiática occidental en el entorno
del mar Carpio, desde donde llegó a las orillas del Mediterráneo y se
expansionó por toda Europa.
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La Vitis vinífera caucásica extendida desde la India al mar Negro
parece ser la especie precursora de las Vitis vinífera silvestris y Vitis
vinífera sativa, a la que, separadas entre proles o grupos pertenecen los
materiales vegetales en cultivo en los que incluyen los actuales cultivares.

Las pruebas de la cultura de la vid y el vino son básicamente de


dos tipos:

- Fuentes arqueológicas o materiales: restos de prensas, bodegas,


estatuas, pinturas murales, frescos, mosaicos, bajorrelieves,
vasijas pintadas.

- Fuentes documentales o escritas: tablillas, papiros, registros


comerciales (tablillas de Ur 2400 a.C., tablillas Nippur V a.C.,
transacciones y arrendamientos egipcios 1700 a.C.) y obras
literarias como las Historias de Herodoto (siglo V a.C.), Geografía
de Estrabón (siglo I d.C.), Agricultura de Catón (234-149 a.C.),
Res Rusticae de Columela (d.C.) y todos los Libros Sagrados de
las religiones monoteístas.

1.2. Qué es la cultura vitivinícola

Conocer el vino, su elaboración, las variedades de las que procede,


las zonas donde se cultivan estas variedades, como se manejan, cómo se
recogen, qué tipos de vinos pueden dar, cómo se originó su cultivo, cómo
se caracteriza su calidad, etc., son algunas de las partes que deben
desarrollarse en el conocimiento del sector vitivinícola.

Conocer las denominaciones de origen de nuestra Comunidad, en


nuestro país y en el resto de países de la Unión Europea es otro de los
componentes de la cultura vitivinícola.

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Evidentemente conocer el vino no es fácil, pero es posible conocer
la composición y las características básicas de este producto natural, hoy y
casi siempre considerado como un alimento y componente importante de
la dieta mediterránea.

Es importante conocer y valorar sus componentes, su cata es


esencial, así como conocer sus virtudes y efectos sobre la salud.

Conocer la viña y el vino, saber apreciar los sentimientos que el


vino expresa y manejar el léxico básico de la viticultura y de la enología,
forma parte de esa necesaria cultura de la viña y del vino que es integrante
de nuestras civilizaciones occidentales; conocer su historia a lo largo de los
tiempos, cómo ha evolucionado el cultivo de la vid, su elaboración y su
consumo, es importante.

Definir el vino, que evidentemente va ligado a las uvas de las que


procede, de las condiciones de su cultivo, de su maduración y de su
elaboración, es importante.

Así, entendemos que es decisivo conocer las zonas vitivinícolas y


las variedades, identificar las operaciones tanto de cultivo como de
elaboración (conocer los procesos de elaboración de forma detallada),
crianza, manejo y consumo del vino temas estos que forman parte de esa
cultura, de esa ciencia, de ese arte que es conocer el vino y consumirlo
adecuada y moderadamente.

Conocer formas ancestrales de hacer en el mundo de la enología y


aplicar los nuevos conocimientos y tecnologías, permite conseguir la
tipificación y calidad deseada.

Esta calidad debe estar adecuadamente asegurada y es ésta la


única forma de conseguir un vino económico, social y sanitariamente
correcto y adecuado.

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Interpretar y conocer un vino requiere tiempo y experiencia, pero
ser enólogo lo exige, y desde luego nunca se acaba lo que no se
comienza.

Fotografía nº 2.- Evolución de un vino en barrica.

Comenzar a conocer el vino es complejo y está claramente ligado a


las facultades personales, pero hablar de un vino no es vanalizar sobre lo
que nos sugiere, es relacionarlo con las uvas de las que procede, con las
zonas en que se cultivan las cepas, con su elaboración e historia.

El vino es ciencia, pero también es historia, es tecnología, es


tradición y modernidad, tomarlo es sentir y descifrar unas sensaciones.

Saber adquirir un vino, saber conservarlo, saber cómo y con qué


consumirlo y saber integrarlo en la alimentación, tanto cotidiana como
excepcional, es empezar a conocer el vino.

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Conocer su elaboración, su embotellado, su taponado y saber
interpretar primero sus etiquetas, contraetiquetas, collarines y demás
complementos de presentación y luego, de forma más profunda y precisa,
conocer su color, su aroma, su sabor, su significación, su expresión es
cultura vitivinícola, saber beberlo, saborearlo y valorarlo es una exquisitez
y forma parte de esta cultura vitivinícola; pero abusar de él es una
ingratitud, un desprecio y puede ser una tragedia.

La cultura vitivinícola pretende conocer la planta, sus uvas, ir de la


cepa al vino en la bodega y del vino de la bodega a la mesa, conseguir la
satisfacción que da el consumo moderado de ese vino.

1.3. Clasificación básica de tipos de vino

Respecto a los tipos de vinos y teniendo en cuenta la tendencia


actual a la elaboración de monovarietales, ya sea de cultivares foráneos de
probadas calidades o de cultivares autóctonos que pueden aportar
novedades además de cualidades peculiares como pasa con los vinos de
Bobal, Mandó, Monastrell, Verdil, Merseguera, Mencía, etc. es importante,
pero sin olvidar los clásicos o novedosos “coupages” o mezclas de
variedades.

Podemos establecer de forma inicial que procedan de la variedad o


variedades que sean, aunque cada una de ellas posee unas u otras
aptitudes reales o adjudicadas por tradición los siguientes diez tipos
básicos de vinos:

- Vinos generosos secos, muchos de crianza biológica.

- Vinos espumosos, cavas, vinos de aguja, gasificados, etc., con


sus variantes según la proporción de azúcar que contienen,
especialmente en el caso de los cavas.

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- Vinos blancos jóvenes aromáticos, procedentes de un pequeño
grupo de cultivares (Moscatel, Sauvignon, Torrontés, Malvar,
Albariño, Gewürztraminer, etc.).

- Vinos blancos secos naturales, entre ellos los vinos de Verdejo,


Godello, etc.

- Vinos blancos secos fermentados en madera (conos o barricas),


elaborados con Verdejo, Albariño, Chardonnay, Sauvignon.

- Vinos rosados, por ejemplo, procedentes de Bobal, Garnacha y


distintos aloques y que no puede incluir mezclas de vinos tintos y
blancos (antes denominados clarete).

- Vinos tintos jóvenes.

- Vinos tintos con crianza.

- Vinos tintos reserva y gran reserva.

- Vinos dulces, elaborados históricamente con cultivares blancos,


pero existiendo hoy excelentes dulces de tintos como los
elaborados a partir de Bobal o Monastrell, entre otros cultivares.

Desde luego existen otros tipos de vinos atendiendo al


cumplimiento en su cultivo y hoy en su elaboración, de unas normas más o
menos especificadas que pueden incluir cualquier tipo de los anteriormente
mencionados, estos vinos pueden agruparse hoy en los siguientes
epígrafes:

- Vinos de Producción Integrada.

- Vinos procedentes de Agricultura Biológica (hoy ya etiquetables si


se cuida su proceso de elaboración como Vinos Ecológicos).

- Vinos biodinámicos (cultivados según las normas físicoquímicas


establecidas ya en 1924 por Steiner).
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- Vinos sobre madre, sin trasiegos en los primeros tres meses y
fermentando con la uva estrujada,

- Vinos blancos de uvas tintas.

- Vinos de uvas soleadas o pasificadas.

- Vinos de uvas deshidratadas por el frío y el hielo (Icewines).

y algunos otros tipos particulares como los vinos tipo Sauternes, etc.

Fotografía nº 3.- Representaciones artísticas de racimos base de los distintos tipos


de vinos.

Carbonell (1820) habla de distintos modos de elaborar vinos, de


una clasificación de estos y sobre todo del modo y métodos que tenían los
“traficantes de alterar el tipo de vinos”. En primer lugar recuerda que ya los
19
escritores antiguos tenían “ideas bastante exactas acerca de las diversas
calidades y tipos del vino, sus virtudes y sus preparaciones”, indicando por
ejemplo que Dioscórides hace mención “del excelente vino dulce de
Céculo y del áspero de Sorrento, que Plinio describe primero dos tipos de
vino albano uno dulce y otro amargo, y luego habla de ocho tipos distintos,
indicando también que el famoso vino de Falerno es también de dos
especies” asimismo este autor indica: “los antiguos conocieron los vinos
espumosos” (Virgilio escribió refiriéndose a un vino “Ille impiger hausit
spumantem pateram”).

Este autor, Virgilio escribe también lo siguiente:

“Los romanos sacaban sus mejores vinos de la Campania. Los


vinos de Falermo y Másico eran fruto de viñedos plantados en varias
colinas situadas alrededor de Mondragón al pie de las cuales corre el río
Iris. Los vinos de Amiela y de Fondi eran cosecha de un territorio cerca de
Gaeta. El racimo de Suessa se criaba cerca del mar. Pero a pesar de la
gran variedad de vinos que producía el suelo de Italia, bien pronto los
romanos apetecieron de vinos de Asia y se dejaron ver en sus mesas los
excelentes vinos de Chio, de Kesbos, de Efeso, de Cos y de Clazómene”.

“Los griegos adelantaron muchísimo en el arte de hacer y conservar


vinos; los distinguían en vinos protopion y deutroion, según se formaba del
jugo que destilaba el racimo antes de ser pisado, o de que se extraía
después”. “Los romanos distinguieron también estos dos tipos de vino que
llamaron vinum primarium y vinum secundarium”, “poseían el arte de
espesar y desecar vinos para poderlos conservar así muchísimo tiempo”.
Aristóteles dice que los ”vinos de Arcadia se desecaban en odres, que para
ser consumidos era necesario romper estos y desleir aquellos”; Plinio
menciona que vinos guardados 100 años “eran como la miel” no se podían
beber sino desleyéndolos en agua caliente y colándolos por un lienzo.

20
Marcial aconseja colar los vinos de Céculo después de desleidos.

Galeno menciona que los vinos de Asia se colgaban en chimeneas


hasta parecer una sal cristalina marrón y que se les llamaba Vinum
Fusarium.

Los antiguos conocían también vinos ligeros que bebían


usualmente, el vino nuevo era cálido si era colorado, más cálido al
envejecer y suave si era blanco.

“Cada vino tenía su época conocida y determinada en la que se


consideraba bueno, antes de la cual no se usaba de él para la bebida”.

Dioscórides determina el año séptimo como término medio para


beber el vino.

Galeno indica que el vino de Falerno no se acostumbraba a beber


antes de que tuviese diez años, y que en una ocasión le sirvieron un vino
de Falerno de 40 años, este autor especifica concretamente lo siguiente:

“Los vinos albanos habían de tener 20 años de añejo, el de


Sorrento 25 años”.

Plinio menciona un vino que se sirvió en la mesa de Calígula con


160 años.

Horacio menciona en sus versos vinos de 100 años. Este autor


después de estas citas clasifica los vinos como sigue:

- Vino blancos, con color dorado (Sicilia y Grecia) y “otros


decolorados como el agua, que los traficantes azufraban” e indica
específicamente “Cuando el sulfuroso que se halla es en muy
grande cantidad, puede dar origen a muchas enfermedades en el
bebedor”.

- Vinos colorados naturales (el color procede de la raspa de la uva)

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- Vinos colorados (“con arrayan Vacainum myrtillus L. campeche o
fernambuco”)

- Vinos dulces blancos, moscateles.

- Vinos algo dulces blancos, malvasías.

- Vinos ácidos (¿) con mucho tartárico incluyen vinos del Rhin,
Misnie y Naumbourg.

- Vinos dulces blancos que pueden ser algo colorados.

- Vinos rancios.

- Vinos espumosos.

- Vinos de aguardiente.

- Vinos muy secos blancos.

- Vinos de Madera (¿).

- Vinos de Oporto.

- Vinos granates (Burdeos) y granates pálidos (Borgoñas).

- Vinos como los granates (Riojas?) y mejores cuidados en barricas


y atemperadas cuevas.

añadiendo “y otros vinos también con nombre y fama propia”.

Carbonell (1820) al hablar de los tipos de vinos dice que primero


debe conocerse la viña sus clases y el terreno donde están plantadas
estas clases, concretamente indica: “Antes de conocer el arte de fabricar
vino debemos conocer perfectamente la naturaleza de las viñas, como
influyen sobre ellas diversos agentes como la temperatura, que también
influye en el vino, conocer después la química y finalmente entrar en el arte
de fabricar vino sabiendo que cada viñedo tiene su idioma y su
carácter”…”la química proporciona muchos medios para adelantar los
22
métodos y que es fácil inferir que en ocasiones es necesario variar la
fermentación para cambiar o conseguir las calidades de los vinos y el
modo de conservarlos en los toneles”.

González y Álvarez (1878) propone una curiosa clasificación de


vinos españoles, con distintos niveles de calidad, considerando su origen
geográfico y algunos de sus atributos, habla de vinos rubios y tintos y
dentro de cada uno de ellos tres grupos que denomina vinos flor, vinos
fruta y vinos hueso, proponiendo marcar sus recipientes con una, dos o
tres barras verticales respectivamente. Dentro de cada uno de estos
grupos propone unas clases que denomina Avellana, Almendra y Manzana
para los grupos flor y fruta. Para el grupo hueso propone los cuatro tipos
siguientes meloso, áspero, aceitoso y acidoso, como se ve prevé posibles
defectos ligeros en esta tercera clase de vinos.

Concretamente para los rubios dulces y málagas (moscateles)


había de tipos Manzanilla (¿), Tostado, Samboa y Alvaflor además de
Manzanilla ligero, Melón (que aplica a blancos manchegos), Fresa (para
los rubios de la Castilla vieja) y Moscateles, hablando también de vinos
especiales como el Pedro Ximénez.

Para los tintos diferencia su origen (especificando andaluces,


manchegos, aragoneses y catalanes) y los divide en cuatro tipos Tintilla
(como vino especial de Rota), Licorosos, Astringentes, Raspantes y vinos
de mucho color (¿).

Este autor describe las características básicas de cada uno de


estos vinos.

Además González y Álvarez (1878) establecen la existencia, en


España, de ocho distritos geográficos básicos productores de vinos que
son los siguientes:

23
- Distrito Sur, su centro Jerez de la Frontera, con sus peculiares
vinos.

- Distrito del Este, su centro en Málaga e incluyendo vinos de


Montilla, Murcia y Levante (¿).

- Distrito del Oeste, su centro el Condado de Niebla.

- Distrito del Centro, su centro en Valdepeñas.

- Distrito del Noroeste, su centro en Nava del Rey.

- Distrito del Norte, su centro en Cariñena.

- Distrito del Noreste, su centro Priorato.

- Distrito Mallorca, su centro Benalbufar.

Estos distritos explican, junto con el pasado de la viticultura de los


monasterios la distribución actual de nuestras zonas vitivinícolas y gran
parte de nuestras actuales Denominaciones de Origen.

Quizás nuestra región levantina no salga muy bien definida en esta


distribución pero el mismo autor especifica textualmente “las noticias que
tenemos más antiguas, del tiempo de los romanos, y que ya hablan de
nuestros vinos hacen referencia a vinos de las Baleares, Cataluña y
Valencia, estos se consideraban como los mejores del imperio y gozaban
de mucha estimación en los mercados nacionales y extranjeros”.

“De la Tarraconense y de las Baleares debieron ir vinos tan


excelentes a Roma, que en medio del refinamiento de aquella sociedad, se
consideraban dignos competidores de las mejores clases cosechada en
Italia, el vino dulce de la Tarraconense se confundía como si fueran una
misma cosa, con el celebrado Falerno digno de Baco”.

González y Álvarez (1878) dicen sobre la mezcla de las diferentes


clases de uva en las vendimias, que se debe tener el suficiente
24
conocimiento de las propiedades y afinidades (¿) de las frutas, de sus
principios esenciales y de la forma de cultivarse pues “las mezclas hechas
sin conocimiento de las partes afines de las uvas que deben componerse y
al acaso, más que combinaciones deben considerarse montones, que lo
mismo se hacen de estiércol que de uva”. Aquí en ese contexto se dice
también “no deben hacerse combinaciones de uvas ni mostos sin
conocimiento que en este caso no son sino rebujos”.

Evidentemente estas opiniones corresponden a hace dos siglos


pero ya apuestan por vinos varietales elaborados separados, por ello los
vinos varietales no deben ser considerados sólo como un modernismo de
países emergentes, nuestra historia así lo indica, puesto que hace
referencia concreta a vinos de Malvasías, de Garnacha, de Marisancha y
otros vinos varietales específicos.

Sannino (1925) establece una curiosa clasificación de tipos de


vinos e indica la forma conveniente de elaboración y manejo de cada uno
de los tipos, esta clasificación básica es la siguiente:

- Vinos de coupage o mezcla, tanto tintos, rosados como blancos,


en los que incluye el Benicarló, el Cariñena y las Garnachas.

- Vinos de pasta, normalmente de baja graduación en los que


incluye Alella, Montilla, Manzanillas (¿).

- Vinos de lujo en los que incluye vinos secos y alcohólicos


(Malvasía de Sitges y Moscatel seco de origen totalmente natural,
así como Jerez, Marsalá y Oporto como vinos arreglados) y
también vinos dulces (Moscatel de Sitges, Tokay, Sauternes, Vino
Santo, Málaga y otros aromatizados) incluyendo además como
vinos de lujo los espumosos naturales (Champagnes, Saumur,
Moscatel espumoso) y artificiales de diversos tipos. En este
tratado no habla de cava que asimila a espumosos del Penedés.
25
- Vinos blancos muy aromáticos (Chablis, Riesling, Sauvignon,
Semillón, Traminer, Albana, Malvasía, etc.).

- Vinos sin alcohol.

- Vinos de uvas pasas (recomendando las uvas de Corinto, Málaga


y Sultanina para secos y las de Samos, Pantelleria y Moscateles
para dulces aromáticos).

- Vinos cocidos.

- Vinos tónicos o medicinales.

Marcilla (1963) establece la siguiente clasificación de tipos de vinos


basándose más en el modo de elaboración que en la calidad o tipo de vino
ya que sólo diferencia en dos grupos:

- Vinos de pasto, para mezclas y finos de mesa.

- Vinos de lujo.

Define los vinos de pasto, como “vinos comunes consumidos en el


mismo año agrícola en que se obtuvieron”, finos de mesa “aquellos a los
que se somete a crianza para destinarlos al consumo al cabo de varios
años” (vinos jóvenes y vinos añejados?).

Para este grupo de vinos “se exige ser de grado alcohólico medio o
bajo, bien dotados de acidez, de gusto delicado y no rancio (¿)”. Este
segundo grupo completa su crianza en botella.

Se conceptúan vinos para mezclas “aquellos elaborados con mira a


dedicarlos a mejorar caldos más débiles, se caracterizan, si son tintos por
poseer elevada graduación alcohólica, composición bien equilibrada, con
abundante extracto seco, color (capa) muy intenso, de tono vivo y gusto
vinoso sin particularidades demasiado acentuadas (francos de gusto,

26
neutros) y para vinos blancos con elevada riqueza alcohólica y la ausencia
de aromas y gustos muy peculiares”.

Como vinos rosados y claretes indica que hay cierta imprecisión en


su clasificación ya que Marcilla habla de:

“Vinos rosados de Cataluña para hablar de vinos de mostos de uva


tinta (o de uvas tintas y blancas o rosada) que son fermentados en virgen,
(sin orujos) y también asimila el concepto de vino rosados a los vinos
“aloques, ojo de gallo, de una noche y un día” “elaborados con mostos
blancos y uvas tintas, con todos o parte de sus orujos” (claretes) “mostos
tintos sin maceración o con maceración muy breve de los orujos”
(rosados). Este autor menciona también las siguientes definiciones: “vinos
rancios (secos o abocados) y dulces, comunes, a aquellos de alto grado
(como todos los vinos para postre y para consumo en horas diferentes de
la comida y la cena) obtenidos por añejamiento sin normas demasiado
restrictivas para conseguirlo”. Con todo ello establece la siguiente
clasificación:

Primer grupo. Vinos de pasto, para mezclas y finos de mesa.

- Vinos obtenidos por fermentación en presencia de los orujos:


vinos tintos y vinos blancos (elaborados sólo con parte de los
orujos).

- Vinos blancos vírgenes elaborados por fermentación de los


mostos sin orujos. Ya sea a partir de uvas blancas o a partir de
uvas tintas (Blanc de negre?) y mezclas de tintas y blancas con
prensado rápido.

- Vinos rosados y claretes.

27
Segundo grupo. Vinos de lujo.

- Vinos generosos secos o poco abocados. Rancios comunes y de


marca (¿).

- Vinos licorosos dulces. Dulces comunes, de marca y mistelas.

- Vinos espumosos y gasificados. Naturales (con adición de azúcar)


o al estilo de Champagne o sin adición de azúcar al estilo
Piamonte o gasificados de forma no natural, de fermentación, sino
por adición de anhídrido carbónico.

- Vinos aromatizados y especiales. Incluyendo vermuts, quinados,


medicinales y aperitivos (¿).

Este autor desglosa los procesos y peculiaridades de la elaboración


de cada uno de estos tipos de vino y hace una clasificación de las
características de los vinos según las distintas regiones vitivinícolas que
para Marcila (1963) son:

- Región central, oeste y este-sureste de Madrid.

- Región Manchega.

- Región de Levante (donde reproduce un escrito de Pascual


Carrión que incluimos como anexo por su interés).

- Región de Cataluña.

- Rioja, las riojas.

- Vizcaya y Guipuzcoa-Asturias.

- Castilla-La Vieja.

- Región leonesa.

- Galicia, que comenta y desglosa por provincias

- Extremadura.
28
- Andalucía occidental.

- Andalucía oriental.

- Islas Baleares.

- Islas Canarias, en donde alaba el interés de malvasías y


moscateles.

Conocer la calidad de las uvas es básico (véanse las técnicas de


cata de bayas), analizar sensorialmente un mosto y un vino y realizar una
cata técnica o de consumidores (Expertos o no) es también necesario para
hablar de tipos o clasificaciones de vinos, pero conocer sus defectos,
alteraciones y enfermedades es esencial en la cultura vitivinícola.

Marcilla (1963) establece una catalogación de anormalidades en


vinos que afectan desfavorablemente a sus cualidades (enturbiamientos,
quiebras del color, sabores y olores ingratos, etc.) y a los que atribuye
cuatro orígenes que son los siguientes:

- Incidentales en la elaboración.

- Defectos de olor y sabor atribuibles a la falta de limpieza y


preparación de los envases.

- Alteraciones o quiebras de color debidas a fenómenos químicos o


bioquímicos.

- Enfermedades de origen microbiano.

No obstante en otros apartados habla de los defectos de los vinos


por inadecuada maduración de las uvas y por ataques de plagas o
enfermedades del viñedo.

Concretamente Marcilla (1963) indica como incidentes en la


elaboración “enturbiamientos no acompañados de quiebras de color ni de
gustos y olores extraños debidos a:
29
- Precipitación, por enfriamiento, de diversas sustancias como el
bitartrato potásico, etc.

- Lenta floculación de coloides (Enturbiamientos albuminosos,


aunque no son albúminas los coloides que floculan) que producen
opalescencias y grumos.

- Refermentación de los restos de azúcares que quedaron por


fermentación incompleta de mostos, así como aparición de aguja y
enturbiamientos. Debiendo incluirse también como incidentes los
enturbiamientos postfermentativos tempranos (en otoño) o tardíos
(en primavera) por la fermentación maloláctica cuando esta no es
deseada”, dando métodos para detectarlos y diferenciarlos en
varios puntos de su obra.

Marcilla (1963) también menciona como vinos defectuosos:


“aquellos en los que se aprecian gustos y olores extraños y desagradables
debidos a la falta de esmero, de buen criterio en la elaboración o a incurrir
en la falta de limpieza” hablando también de “vinos con defectos de
constitución por baja calidad del mosto ligada, como efecto a causa, con la
insuficiente madurez de los racimos, o exceso de maduración de las
bayas”

Respecto a las quiebras del vino como defecto habla Marcilla de:

- Quiebra parda u oxidásica.

- Quiebra azul o férrica.

- Quiebra blanca, empolvado, nube o anubado, es decir aparición


de opalescencia en los vinos.

- Quiebra cuprosa, ya en la botella, etc.

quiebras cuyos motivos, efectos y posible corrección expone


detalladamente.
30
Finalmente detalla también los problemas en los vinos causados
por microorganismos, aunque después de indicar.

“Todos los microorganismos detectados en vinos no son patógenos


para el hombre ni los animales, son entes banales que pululan en la tierra
y existen en aire, en agua y en vino especialmente si en él quedan restos
de azúcar y sustancias nitrogenadas contenidas, en origen, en orujos o
procedentes de lisis de las levaduras, siendo estos restos muy peligrosos
para la calidad de los vinos, el paso a través de filtros y centrífugas es
siempre recomendable, pero en algunos vinos, procedentes de variedades
muy aromáticas o peculiares, estas características pueden perderse en
estos procesos pero sobre todo en las pasteurizaciones que no se
recomiendan en vinos de una cierta calidad”.

“Los microorganismos del vino pueden ser aerobios formando flores


en el vino (Mycoderma, Pichia, Tórula) que son adecuados en algunos
tipos de vinos y no deseados en otros, y microorganismos anaerobios
facultativos o estrictos que normalmente producen refermentaciones en el
vino que igualmente pueden ser deseadas (fermentaciones malolácticas
por ejemplo) o no, estos microorganismo no forman velos”.

Este autor en un folleto publica el siguiente grupo de defectos en


los vinos:

a) Procedentes de falta de esmero en la elaboración: gustos y


olores a heces, a orujos, a huevos podridos (gas sulfídrico) a
azufre, a terruño (normalmente por desarrollo de levaduras de
razas poco apropiadas en el mosto).

b) Procedentes de incuria o ignorancia en la conservación y en la


limpieza de envases y enseres: sabores y olores a madera
nueva (¿), a madera reseca, a moho, a pez o pellejo, a húmedo,

31
a metal, etc. y aún otros más extraños tales como a humo, a
papel, a apresto de telar y lienzos, etc.

La contaminación de los vinos por haloanisoles, mal llamada sabor


a corcho y que debe denominarse aroma o sabor a moho o a hongos,
debido en general, a la presencia de cloroanisoles (denominados TCA)
consecuencia de la actividad de varios hongos filamentosos (Trichoderma
sp) que metabolizan los halofenoles por biometilación (compuestos
antifúngicos ya poco empleados o agentes utilizados en la conservación y
limpieza de maderas) que dan aromas a humedad, a farmacia o yodados
con umbral de percepción muy bajo y que tienen gran facilidad para ser
adsorbidos por madera, corcho, poliuretano, siliconas, cartón, papel,
resinas, gomas y diversos polímeros plásticos. Este problema no es
específico del vino sino de diversos alimentos como café, pollos, frutos
secos o deshidratados e incluso en el agua.

Actualmente estos compuestos contaminantes son derivados


halogenados del anisol (metoxibenceno) y son además de TCA, TeCA,
PCA y TBA (tricloroanisoles, tetracloroanisoles, pentacloroanisol,
tribromoanisol, etc.), su origen en vinos debe considerarse como un
problema ambiental procedente de residuos industriales que pasan a la
atmósfera y que pueden contaminar aguas, árboles (entre ellos los
alcornoques y los robles) pero también las instalaciones de la bodega.

En la actualidad el mayor problema lo pueden causar los


bromofenoles empleados como ignífugos (retardantes del fuego) y las
pirazinas.

La búsqueda técnica para reducir estos problemas en tapones de


corcho e incluso sintéticos pasa por el empleo del vapor, empleo de fluidos
supercríticos, gases extractivos licuados, microondas, carbón activo,
mejora genética buscando competidores de Trichoderma y otros hongos

32
filamentosos e incluso mediante el empleo de radiaciones ionizantes
capaces de esterilizar los tapones, botellas e instalaciones susceptibles de
recibir los haloanisoles como contaminantes.

Se ha comprobado que uno de los posibles defectos más


frecuentes en los vinos son la presencia de bretanomices y el sabor y olor
de los haloanisoles.

Respecto a los tipos de vinos en 30 de julio de 2009 se publicó un


Decreto que reconoce y regula la indicación geográfica “Viñedos de
España” en el que se desarrollan las funciones de protección del origen y
la calidad de los vinos que emana de la Ley 24/2003 de 10 de julio de la
Viña y el Vino y que recoge la mención tradicional “vinos de la tierra” que
además de vinos de mesa recoge e incluye vinos de licor, vinos de uva
sobremadura y vinos de aguja. En el anexo II de esta orden se dan las
características analíticas que deben tener los vinos acogidos que son:

- Vinos blancos y rosados.

- Vinos tintos.

- Vinos de aguja blancos y rosados.

- Vinos de aguja tintos.

- Vinos de licor.

- Vinos de uva sobremadura blancos y rosados.

Se menciona el anexo XXI del Real Decreto 1244/2008 de 18 de


julio en el que se indica las variedades autorizadas y se regula el potencial
de producción vitícola para poder incluir los vinos procedentes de estas
variedades en “Vinos de España”.

Además se especifica textualmente como características


organolépticas de los vinos acogidos a esta indicación los siguientes:

33
“Organolépticamente los vinos dispuestos para el consumo serán
vinos limpios, brillantes, y en el caso de vinos tintos, bien cubiertos de color
en fase visual; con aromas francos en los que se aprecien las
características propias de la materia prima de que proceden; en boca
serán frescos, sabrosos y equilibrados. No presentarán sensaciones de
oxidación en ninguno de sus caracteres, excepto las derivadas de su
correcto envejecimiento, en cuyo caso deberán presentar las
características aromáticas y gustativas propias de dicha maduración. No
deberán presentar defectos organolépticos en aroma, sabor o color”.

Por otra parte se establecen los derechos y obligaciones que deben


cumplir los vinos y bodegas acogidas para utilizar la etiqueta cuyo logotipo
se indica a continuación y las que serán diseñadas con posterioridad para
reconocimiento de “Vinos de España”.

Además se establecen las normas y el sistema de certificación que


será el sistema de certificación que deberá ser aplicado a estos vinos y
que realizará un organismo de certificación autorizado por el MAMRM.

Una clasificación actual de vinos atendiendo a las nuevas normas


de la Unión Europea son:

- Vinos tranquilos.

- Vinos espumosos y vinos espumosos con denominación de origen


protegida para los que se limitan los cultivares a emplear en los
vinos bases.

- Vinos de licor, entre los que se reconocen las variedades a


emplear en Grecia, Italia y España donde son tradicionales con o
sin adición de mostos concentrados o aguardientes de vino en
España se mencionan como Vinos de licor, con denominación de
origen protegida:

34
- Alicante (moscateles y otros dulces)

- Cariñena

- Jerez-Xéres-Sherry (Pedro Ximénez y Moscateles)

- Málaga (vinos dulces)

- Montilla-Moriles (Pedro Ximénez, Moscatel y vinos dulces)

- Priorato y Tarragona (Vinos dulces)

- Valencia (moscateles y vinos dulces).

Como vinos con adición de aguardientes y vinos bases con 10-10,5%


volúmenes de alcohol se incluyen el Porto, Moscatel de Setúbal, Madeira
(vino base 9%), Cacavelos, Moscatel de Duero, Moscatel de Nolo,
Trentino, Charentes, Floc, Macvin, Jerez, Manzanilla-Sanlúcar, Condado
de Huelva y Rueda.

Como vinos entre 15 y 17,5% de volumen de alcohol se reconocen


los autorizados antes del inicio de 1985 que son:

- Generosos: Condado de Huelva, Jerez, Manzanilla, Montilla-


Moriles, Rueda.

- Seco: Málaga y Porto.

- Secos rancios: Priorato y Tarragona.

- Trentino.

Para vinos dulces naturales se autorizan para su elaboración los


cultivares:

Moscateles Garnachas (tinta, peluda, blanca)

Listán (blanco y negro) Negramoll

Malvasías Mavrodaphne

35
Macabeo Assirtiko

Tintorera Albarola

Monastrell Aleatico

Palomino Bosco

Pedro Ximénez Monico

Giró (¿) Nasco

Cannonao Primitivo

Corinto negro Vermetino

Zibibbo

En vinos tranquilos y aunque los calificativos seco, semiseco,


semidulce y seco nos llevan a recordar el contenido en azúcares de los
vinos espumosos y cavas, también se emplean paro indicar contenidos en
azúcares del vino, el significado en todo los tipos de vinos, distintos de los
espumosos, de estos términos concretamente mencionados con
anterioridad es el siguiente:

- Vino seco, cuando su contenido en azúcar es inferior a 4 gramos


por litro o 9 gramos por litro cuando la acidez total (en ácido
tartárico, g/L) no es inferior en más de 2 gramos por litro al
contenido en azúcar residual.

- Semiseco, cuando su contenido en azúcar supera los valores


anteriores pero no excede de los 12 gramos/litro o 18 gramos/litro
cuando en el contenido en acidez total expresada en gramos de
ácido tartárico por litro no sea inferior en más de 10 gramos por
litro al contenido en azúcar residual.

36
- Semidulce, si su contenido en azúcar es superior al máximo
previsto anteriormente pero no es superior a 45 gramos por litro.

- Dulce, si su contenido en azúcar es igual o superior a 45 gramos


por litro.

Respecto a tipos de vinos debemos recordar también que el


Reglamento 607/2009 en su anejo XV especifica los nombres de las
variedades de uva de vinificación y sus sinónimos que pueden figurar en el
etiquetado de los vinos. Evidentemente el empleo indicativo de cultivares
existentes en las listas UPOV, OIV es optativo y puede emplearse pero sus
sinonimias no siempre están o pueden estar reconocidas.

Los nombres que pueden ser utilizados de variedades que pueden


coincidir con Denominaciones de Origen y que deben ser regulados para
que otros países puedan usar el nombre del vino legalmente hacen
referencia a 64 variedades, las que a nosotros nos afectan más, en nuestro
país, son las siguientes:

- Alicante, puede elaborarse con los siguientes cultivares Alicante


Bouchet, Alicante blanco (¿), Alicante Henri Bouchet, Alicante,
Alikant Buse y el término puede emplearse como nombre de vino
en elaborados de 11 países de la UE.

- Borba, puede elaborarse con Borba y sólo puede emplearse


como nombre de vino en España.

- Rioja, puede elaborarse con Tempranillo, Mazuela, Garnacha,


Graciano y (¿) Torrontés riojano, puede emplearse como nombre
de vino en España y en Argentina.

- Barberá, (Conca de Barberá D.O. Es), pueden elaborarse con


los cultivares existentes en la DO existente en Cataluña y
autorizados por esta y con las variedades Barberá banca y

37
Barberá sarda en Italia y con la variedad Barberá (en seis países
extracomunitarios y cinco comunitarios).

- Vino verde, puede elaborarse con los cultivares Verdea, Verdeca,


Verdellos (Roxo, Tinto, Bianco) Verdese y Verdejo (no menciona
otros cultivares, lo que no parce concordante con la realidad) y
puede elaborarse además de en Portugal, España e Italia en cinco
países extracomunitarios.

Actualmente (Reglamento CE 607/2009) se han establecido unas


disposiciones que permiten la inscripción y revisión de las Denominaciones
de Origen e Indicaciones Geográficas Protegidas a los términos
tradicionales y al etiquetado y presentación de determinados productos
vitivinícolas, que autoriza el empleo de estos términos a terceros países
siempre que cumplan las condiciones idénticas o equivalentes a la de los
estados miembros, en concreto se especifica que incluso un solo
proveedor o productor podrá constituir con sus producciones una DO o una
IGP siempre que se diferencie suficientemente de las zonas colindantes o
su producto difiera de los productos de sus zonas vecinas, aceptándose
también DO e IGP transfronterizas de dos o más países. Los Términos y
Denominaciones tradicionales protegidos actualmente en vigor y los
presentados para su registro hasta el 1 de mayo de 2009 y una vez
revisados serán reconocidos como Términos Protegidos por la UE, se
establecen impresos de nueva solicitud y oposición a estas nuevas
solicitud y oposición a estas nuevas solicitudes y también impresos
específicos de cancelación.

En etiquetado se establecen las siguientes normas comunes


básicas:

Indicaciones y caracteres obligatorios de las etiquetas:

- Se indicará, contiene sulfitos o dióxido de azufre.


38
- Se deberán observar todas las indicaciones que se incluyan en la
etiqueta desde el mismo campo visual, excepto el lote de
elaboración y/o envasado.

- Se prohíbe específicamente el empleo de cápsulas y hojas


fabricadas a base de plomo.

- Incluirá el contenido en alcohol (con tolerancia de 0,5% y 0,8% en


envejecidos y espumosos).

- Se consideran equivalentes “vino de…” “producido en…”


“producto de…” incluso “mezcla de vinos procedentes de …”
(diferentes países de la Comunidad Europea y de terceros países
varios) “mostos de…”

- Se incluirá el nombre del embotellador o “embotellado en…” o


“embotellado en… para…” (en envases autorizados se sustituirá
embotellado por envasado).

- Se indicará el contenido residual en azúcar (fructosa, glucosa y


sacarosa

- Vinos de Jerez, Manzanilla, Cava, Champagne, Asti, Marsalá,


Franciacorta, Porto. Madeira, Commandaria y Samos podrán
prescindir del término “denominación de origen protegida”, ya que
son suficientemente conocidos a nivel mundial.

Indicaciones facultativas:

- Año de la cosecha (siempre que el 85% de las uvas utilizadas


pertenezcan a esa cosecha sin incluir licores de expedición y
tiraje)

- En vinos tardíos o muy tardíos (tras el invierno o en el envero) se


empleará el año civil anterior.

39
- Nombre de la variedad o variedades (siempre que figuren en las
listas oficiales OIV, UPOV o CIRF Consejo Internacional de
Recursos Fitogenéticos). Siempre que al menos el 85%
pertenezca a la variedad mencionada. Si se mencionan dos o más
variedades el 100% será de ellas.

- “Fermentado en botella” si el producto ha tomado espuma en


botella.

- Referencia a producción ecológica (Reglamento CE 834 2007).

- En determinados vinos se podrá indicar “vino fermentado, criado o


envejecido en barrica de... (tipo de madera…).

Para establecer una Indicación Geográfica o Denominación de


Origen Protegida, se podrá emplear “producto de la Comunidad Europea” o
los términos tradicionales reconocidos que son distintos en los países
productores (23). Estos términos para España son:

- Denominación de Origen (DO).

- Denominación Origen Calificada (DOCa)

- Vino de Calidad con Indicación Geográfica.

- Vino de Pago.

- Vino de Pago Calificado.

- Vino de la Tierra.

- Vino dulce natural.

- Vino generoso.

- Vino generoso de licor.

Como complemento y para especificar el tipo de vino se aceptan


una serie de palabras concretas que para España son las siguientes:
40
- Amontillado.
- Añejo.
- Chacolí-Txakolina.
- Clásico (con más de 4,5 g/L de azúcar residual).
- Cream.
- Criadera, Criadera y Solera.
- Crianza.
- Dorado.
- Fino.
- Fondillón.
- Gran Reserva.
- Lágrima.
- Noble.
- Oloroso.
- Pajarete.
- Pálido.
- Palo Cortado.
- Primero de cosecha.
- Rancio.
- Raya.
- Reserva.
- Sobremadre.
- Solera.
- Superior.
- Trasañejo.
- Vino maestro.
- Vendimia Inicial.
- Viejo.
- Vino de Tea.

41
Las especificaciones y características que deben cumplir estos vinos se incluyen en el anejo de terminología
vitivinícola y que en gran parte se recogen en los cuadros que figuran a continuación.

Vino de licor (vino oloroso) de “Jerez-Xérès-Sherry”, “Manzanilla-Sanlúcar de


Barrameda”, “Montilla-Moriles” con DOP. Seco, de punzante aroma, avellanado,
suave y lleno de paladar, de color ámbar u oro viejo, con graduación alcohólica
Amontillado Española DOP (3)
adquirida comprendida entre 16º y 22º. Envejecido al menos durante dos años, por el
sistema de “criadera y soleras”, en vasijas de roble de una capacidad máxima de
1.000 L.
Vinos envejecidos durante un período mínimo de veinticuatro meses en total, en
DOP/IGO (1)
Añejo Española vasijas de roble de una capacidad máxima de 600 L. o en botella.
DOP (3) Vino de licor de “Málaga” con DOP envejecido entre tres y cinco años
Vino de “Chacolí de Bizkaia-BizkaikoTxakolina”, “Chacolí de Getaria-Getariako
Txakolina” y “Chacolí de Álava-Arabako Txakolina” con DOP. Elaborado
fundamentalmente con las variedades Ondarrabi Zuri y Ondarrabi Beltza. Vino con un
Chacolí-Txacolí Española DOP (1) grado alcohólico mínimo adquirido de 9,5% vol (11% vol en el caso del vino blanco
fermentado en barrica), con un máximo de 0,8 mg/L de acidez volátil real y un
máximo de 180 mg/L de anhídrido sulfurosos total (140 mg/L en el caso de los vinos
tintos).
Clásico Española DOP (3, 16) Vinos con más de 45 g/L de azúcar residual
Vino de licor de “Jerez-Xérès-Sherry”, “Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda”,
“Montilla-Moriles”, “Málaga”, y “Condado de Huelva” con un contenido mínimo de 60
Cream Inglesa DOP (3) g/L de materias reductoras, de color ámbar a caoba. Envejecido durante al menos
dos años, por el sistema de “criaderas y soleras” o por el de “añadas”, en vasijas de
roble.
Vino de licor de “Jerez-Xérès-Sherry”, “Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda”,
Criadera Española DOP (3) “Montilla-Moriles”, “Málaga”, y “Condado de Huelva” envejecido por el sistema de
“criaderas y soleras”, que es tradicional en su zona.

42
Vino de licor (vino generoso) de “Condado de Huelva” sometido a un proceso de
Española DOP (3) crianza mínima de tres años, biológica con una graduación alcohólica adquirida
comprendida entre 15 y 17% vol.
Pálido Vino de licor “Rueda” con DOP envejecido al menos cuatro años, pasando los tres
Española DOP (3)
últimos en una barrica de roble
Vino de “Málaga” con DOP elaborado a partir de las variedades Pedro Ximénez y/o
Española DOP (3)
Moscatel, sin adición de “arrope”, sin envejecimiento
Vino de licor (vino generoso) “Jerez-Xérès-Sherry”, “Manzanilla-Sanlúcar de
Barrameda” y “Montilla-Moriles” que comparte las características organolépticas del
Palo Cortado Española DOP (3) Amontillado en cuanto a aroma y del Oloroso en cuanto a su sabor y color, con
graduación alcohólica adquirida comprendida entre 16 y 22º. Envejecido en dos
fases: la primera biológica, bajo un velo de “flor” y la segunda oxidativa.
Vino de “Valencia” con DOP cosechado en los diez primero días de la vendimia
Primero de
Española DOP (1) embotellado dentro de los treinta días siguientes a la finalización de la misma, siendo
Cosecha
obligatorio indicar en la etiqueta la cosecha.
Vinos que han seguido un proceso de envejecimiento marcadamente oxidativo, con
Rancio Española DOP (1, 3) cambios bruscos de temperatura en presencia del aire, bien en envases de madera o
en envases de vidrio.
Vino de licor (vino generoso) de “Montilla Moriles” de similares características a los
“Olorosos” pero de menos paladar y aroma. Envejecido al menos durante dos años,
Raya Española DOP (3)
por el sistema de “criaderas y soleras”, en vasijas de roble de una capacidad máxima
de 1.000 L.

43
Vinos, salvo los espumosos, vinos de aguja y vinos de licor, que cumplen las
condiciones siguientes:
- Los vinos tintos deben tener un período mínimo de envejecimiento de 36 meses,
de los cuales deben permanecer al menos 12 meses en vasijas de roble de una
Reserva Española DOP (1)
capacidad máxima de 330 L. y en botella el resto de este periodo.
- Los vinos blancos y rosados deben tener un periodo mínimo de envejecimiento
de 24 meses, de los cuales deben permanecer al menos 6 meses en barricas
de roble de la misma capacidad máxima y en botella el resto de este periodo.
“Vinos de Madrid” blancos que, como consecuencia de su especial elaboración,
Sobremadre Española DOP (1) contienen gas carbónico procedente de la propia fermentación de los mostos con sus
“madres” (uva despalillada y estrujada).
Vino de licor de “Jerez-Xérès-Sherry”, “Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda”,
Solera Española DOP (3) “Montilla-Moriles”, “Málaga”, y “Condado de Huelva” envejecido por los sistemas de
“criaderas y soleras”.
Vino elaborado, al menos, con un 85% de las variedades preferidas de las
Superior Española DOP (1)
respectivas zonas delimitadas
Vino de licor de “Málaga” con DOP con un período de envejecimiento superior a
Trasañejo Española DOP (3)
cinco años.
Vino de “Málaga” con DOP, que procede de una fermentación muy incompleta,
porque antes de que comience se encabeza el mosto con un 7% de alcohol de vino.
Con este método, la fermentación es muy lenta y se paraliza cuando la riqueza
Vino Maestro Española DOP (3) alcohólica es de 15-16º, quedando alrededor de 160-200 g/L de azúcares sin
fermentar. Envejecido al menos durante dos años, por sistema de “criaderas y
soleras” o por el de “añadas”, en vasijas de roble de una capacidad máxima de 1.000
L.
Vino de ”Utiel-Requena” elaborado a partir de uvas cosechadas en los diez primeros
días de vendimia y con una graduación alcohólica comprendida entre 10 y 11,5% vol,
Vendimia Inicial Española DOP (1)
siendo su juventud la causa de sus atributos especiales, entre los que puede incluirse
un ligero desprendimiento de gas carbónico.

44
Vino envejecido 36 meses, con un marcado carácter oxidativo debido a la acción de
Española DOP/IGP (1)
la luz, del oxígeno, del calor o del conjunto de estos factores.
Vino de licor (vino generoso) del Condado de Huelva con DOP, que posee las
cualidades siguientes: vino de mucho cuerpo, lleno y aterciopelado, aromático,
Viejo
enérgico, seco o levemente abocado, de color similar al de la caoba, con graduación
Española DOP/IGP (3)
alcohólica adquirida comprendida entre 15 y 22º. El vino ha envejecido al menos
durante dos años, por el sistema de “criaderas y soleras”, en vasijas de roble de una
capacidad máxima de 1.000 L.
Vino de la subzona norte de “La Palma” con DOP envejecido en envases de madera
de Pinus canariensis (Pino de Tea) un máximo de seis meses. El grado alcohólico
Vino de Tea Española DOP (1)
adquirido está comprendido, en los vinos blancos, entre 11% y 14,5% vol, en los
vinos rosados, entre 11 y 13% vol, y en los vinos tintos, entre 12 y 14% vol.

45
Una clasificación general muy básica de los tipos de vinos podría
ser, entre otras muchas y citada sólo a modo de referencia, tomada de
Segarra (2003) con algunas modificaciones, la siguiente:

1. Vinos blancos.

1.1. Blancos ligeros y secos, normalmente ácidos, con poco


cuerpo y jóvenes.

1.2. Blancos secos suaves, con poco cuerpo pero equilibrados.

1.3. Blancos secos amplios, que incluyen vinos con cuerpo y


agradable bouquet.

1.4. Blancos secos añejados en botella o barrica, con bastante


cuerpo y peculiares colores y aromas.

1.5. Blancos semisecos, que se embotellan antes de terminar


la fermentación de todos sus azúcares.

1.6. Blancos dulces.

1.7. Blancos licorosos, en muchas ocasiones con adición de


mostos en fermentación o abocados.

1.8. Blancos aromáticos, blancos procedentes de cultivares


que destacan por sus aromas y peculiaridades.

1.9. Blancos de aguja.

2. Vinos rosados.

2.1. Rosados frescos.

2.2. Rosados aromáticos.

2.3. Rosados dulces.

2.4. Rosados especiales, incluyendo los de aguja.

46
3. Vinos tintoreros.

De muy elevado color, opacos y de altísima astringencia; su


comercialización es poco frecuente como tales.

4. Vinos tintos.

4.1. Tintos afrutados, normalmente jóvenes y aromáticos,


secos, con amplia variabilidad según el cultivar de origen,
poco astringentes, más o menos ácidos y ligeros.

4.2. Tintos de cuerpo ligero, poco densos y con alta variabilidad


en orígenes, tipo de elaboración y calidad.

4.3. Tintos intensos y con cuerpo, que incluyen vinos afrutados


que poseen tanicidad media a elevada y pueden envejecer
bien, son vinos de nivel.

4.4. Tintos de guarda procedentes de cosechas reconocidas,


con alta densidad y que se conservan y evolucionan bien
con el tiempo (evidentemente hasta un cierto límite).

4.5. Tintos especiales, normalmente muy secos, aunque


pueden ser de muchos tipos.

4.6. Tintos dulces. Muy interesantes, algunos procedentes de


nuestros cultivares autóctonos.

4.7. Tintos de doble pasta, con alta extracción de color, por el


tipo de elaboración y bastante tánicos y astringentes.

5. Vinos espumosos, Cavas y Champagnes. Estos vinos de


muchas calidades y procedentes de distintas elaboraciones, se clasifican
de forma general en los tipos básicos siguientes:

5.1. Espumosos naturales; incluyen Cavas y Champagnes.

47
5.2. Espumosos con carbónico añadido.

5.3. Espumosos de aguja.

En todos los casos, pero siempre atendiendo a las especificaciones


de las Denominaciones de Origen que los amparan, pueden proceder de
cultivares blancos o tintos.

También dentro de cada grupo, como el caso de los cavas, existen


unas tipificaciones reglamentadas como son:

- Brut

- Seco

- Semiseco

- Dulce

Actualmente existe una elevada diversificación de cavas y


champagnes y se están introduciendo en el mercado cavas
monovarietales, o de combinaciones específicas de dos o más cultivares.

Los vinos espumosos pueden ser también clasificados en tres


grandes grupos generales que son:

1. Espumosos ligeros y afrutados, con muy diversos estilos, pueden


incluir algunos cavas.

2. Espumosos intensos, tipo Champagne y tipo Cava.

3. Espumosos aromáticos y ligeros, que son normalmente dulces y


procedentes de moscateles y malvasías.

6. Vinos especiales, que incluyen una amplia gama de vinos, ya


sean dulces peculiares, alcohólicos, de fermentaciones poco habituales o
vendimias especiales. Este grupo, que es amplísimo, incluiría los
siguientes tipos básicos:

48
6.1. Generosos, normalmente criados en madera y
encabezados, como son la Manzanilla y el Fino de Jerez, entre
otros.

6.2. Olorosos.

6.3. Creams.

6.4.Mistelas (aunque realmente pueden no ser considerados


vinos si no tienen al menos una primera fermentación).

6.5. Fermentados parcialmente, como los Oportos, entre


otros.

6.6. Con varios tipos de fermentaciones secuenciales,


sucesivas.

6.7. Vendimias tardías.

6.8. Vinos de vendimias heladas, vinos de hielo.

6.9. Vinos de uva pasificada y soleada, conocidos


normalmente como tostadillos y que incluyen muchos de los vinos
de la variedad de uva Pedro Ximénez.

6.10. Vino Santo, fermentado en barricas muy pequeñas.

6.11. Muscats.

6.12. Licorosos, que incluyen muchos tipos de vinos


peculiares y que requieren una clasificación específica según
orígenes, cultivares, elaboraciones y otras prácticas empleadas en
su obtención.

Sin duda, otra forma de tipificar los vinos es atendiendo, además de


a su elaboración, al cultivar o cultivares de los que proceden.

49
Son conocidos numerosos vinos monovarietales como los
Chardonnay, Cabernet Sauvignon, Albariño, Godello, Garnacha,
Tempranillo, Macabeo, Pinot Noir y una intensa lista, casi tan amplia como
la de los cultivares existentes, tanto en nuestras zonas vitivinícolas como
en todas las regiones productoras de vino del mundo.

También existen vinos obtenidos con dos o más cultivares, más o


menos estandarizados, y otros que se elaboran con coupages al gusto e
iniciativa innovadora de sus elaboradores.

50
CAPÍTULO 2. HISTORIA DE LA VITICULTURA Y EL VINO

La viticultura ha sido definida y descritos sus principios por diversos


autores e investigadores.

La viticultura y la vid tienen una gran importancia, a nivel


Comunidad Autónoma, País, Europa y también a nivel mundial, ya que en
todos estos niveles es un cultivo ampliamente extendido. La viticultura,
como técnica de cultivo es muy diversa en sus niveles de tecnificación y
desarrollo, por lo que no podemos hablar de una sola viticultura, sino que
debemos aceptar la existencia de diversas viticulturas, así algunos autores
citan viticultura extensiva, viticultura intensiva, de viticultura de precisión,
pero también hablan de viticultura de zonas húmedas, de viticultura de
climas continentales, de viticultura de climas secos, semisecos o
semidesérticos y también en nuestro país se ha hablado en muchas
ocasiones de viticultura atlántica, viticultura mediterránea, etc.

La vid en nuestro país ocupa 1169000 hectáreas y supone una


producción media interanual aproximada de 48.000.000 hL de vino y unas
380.000 tm de uva de mesa o para transformación. Tanto a nivel Europeo
(Unión Europea) como a nivel Mundial el cultivo de esta especie, de la vid
está muy extendido.

Por consiguiente, la importancia de la viticultura en el mundo, en la


Unión Europea, en España y en la Comunidad Valenciana es muy alta. Es
una actividad agraria importante, pero no exenta de problemáticas muy
fuertes como son las heladas, la sequía, muy marcada en algunas zonas
de cultivo, la escasez de mano de obra en épocas puntuales y
concretamente en vendimia, la baja frecuencia de embotellado de los vinos
y las dificultades económicas de las crecientes producciones si no son de
calidad. La propia definición del control de seguimiento y aseguramiento de
la calidad de vinos, uvas y transformados es muy problemática, el ejemplo
51
del uso o no del riego, el adecuado manejo de su fertilización, el uso y
adecuación de patrones y variedades, la incidencia de plagas y
enfermedades, etc., son algunos de los problemas que deben ser
considerados.

La viticultura como cultivo agrario, que comenzó como uno de los


primeros cultivos manejados por el hombre puede dividirse en las
siguientes etapas:

- Viticultura neolítica.

- Viticultura etrusco-palestina.

- Viticultura egipcia, con cepas en pérgolas.

- Viticultura griega, origen de las plantaciones más densas


actuales.

- Viticultura celta.

- Viticultura romana, muy similar a la actual en la mayoría de


nuestras zonas vitícolas, con cepas en vaso o apoyadas en
árboles.

- Viticultura de conventos, viticultura cristiana que se


modificó y mantuvo durante la Edad Media.

- Viticultura moderna, mecanizable e intensiva.

Lógicamente y dentro de esta viticultura más reciente, denominada


en muchas ocasiones postfiloxérica y al poseer más datos concretos por
su proximidad en el tiempo, debemos establecer unas etapas diferenciadas
que pueden ser, en principio, las siguientes:

- Viticultura de plantas francas.

- Viticultura de híbridos productores directos.

52
- Viticultura de simbiosis o del injerto necesario y
materiales poco elegidos.

- Viticultura de patrones y materiales seleccionados frente


a afecciones transmisibles por injerto.

lógicamente una etapa ya comenzada, que aún es muy incipiente, pero de


futuro es:

- Viticultura de plantas genéticamente modificadas.

Si esta es una forma de diferenciar etapas dentro de la viticultura,


otra forma sería atendiendo a sus objetivos, en este caso podríamos
establecer las siguientes viticulturas:

- Viticultura enológica clásica.

- Viticultura para uva de mesa.

- Viticultura productivista y comercial de gran marketing.

- Viticultura en busca de una calidad reconocida.

Parte de estos conceptos se recogen en el cuadro número 1.

53
VITICULTURA ACTUAL: Es la interrelación de las siguientes
viticulturas, no aisladas sino como combinación de las mismas, en una
misma comarca o entorno vitícola y con el mayor respeto posible al
ecosistema local y regional.

VITICULTURA TRADICIONAL Dinámica

Adecuación del riego

Adecuación de la fertilidad

VITICULTURA INTENSIVA

VITICULTURA ECOLÓGICA

VITICULTURA TECNOLÓGICA VITICULTURA CEPAS

VIEJAS

Para vinos selectos

Cuadro nº 1.- Tipos básicos de viticulturas.

54
2.1. Inicios de la viticultura en el mundo

Los primeros datos concretos sobre la viticultura y el consumo de


sus producciones coexisten en los orígenes de muchos pueblos: egipcios,
indoeuropeos, mediterráneos, etc.

Sin duda la viticultura debió comenzar en distintos puntos y con


características diferenciadas.

Orígenes

Actualmente no podemos asegurar un solo lugar como origen del


cultivo de la vid, siendo más probable que fuera el paso de las
civilizaciones cazadoras y recolectoras a la estabilidad espacial de distintos
grupos de poblaciones y su arraigo a la tierra lo que hizo que al menos en
tres (o cuatro) puntos, el hombre plantara sarmientos de vides y selección
ara con el tiempo estos materiales.

En la Península se conocen abrigos con actividad humana


ganadera (rebaños) y el empleo de perros como apoyo desde 8.000 años
a.C., la recolección de frutas, miel data de unos 6.000 años a.C., mujeres
roturando el suelo se han encontrado en pinturas rupestres de 4.000 años
a.C., pero los primeros restos de semillas de uva datan de 700-400 años
antes de Cristo en nuestra zona mediterránea.

La vid silvestre ha sido datada en la Península Ibérica unos 4.000


años a.C., pero los primeros datos del uso del vino datan de la cultura de
Los Millares (restos de vino en una copa en Guadix) de más de 2.600 años
a.C.

La cultura de El Argar entre 1.800 y 1.500 años a.C. conocía el vino


existiendo importaciones de vino cananeo.

Los Tartesos cultivaban la vid y comerciaban con vino primero con


cananeos y unos 1.000 años a.C. con los fenicios.
55
Sobre el origen histórico de nuestras actuales viticulturas debemos
recordar los siguientes hitos y situaciones:

Entre el Tigris y el Eufrates (la agricultura se generó cerca de los


ríos) los sumerios fundan ciudades y para la alimentación utilizan mosto de
uva y cereales a remojo fermentados, iniciando el cultivo sistemático de
cereales, vid y olivo (trilogía agraria mediterránea) que extendieron hacia el
Mediterráneo y a lo largo de sus costas e islas.

Las islas mediterráneas del este fueron ocupadas por pueblos de


Anatolia y/o Egipto y crearon en la Edad de Bronce (2000 años a.C.) unas
civilizaciones y costumbres que construyeron mansiones (palacios de
Knosos, Festos, Mallia, etc.) rodeadas de otras construcciones menores,
en esta época, con la civilización Minoica, se maneja el vino y el aceite
como alimentos y para iluminación, uno de los primeros hallazgos del
almacenamiento de estos productos de consumo datan de entre 1700 y
1450 a.C., época en la que se encontraron numerosas tinajas de
capacidad de algo más de 500 litros, diferenciándose por su forma las
empleadas para el almacenamiento del vino y del aceite.

Los etruscos (toscanos), los griegos, los fenicios, los romanos y los
cartagineses influyeron en las costumbres, en la producción y en el
comercio de nuestros pueblos peninsulares, fue ya en el siglo VII a.C.
cuando llega la cultura Hallstatt a nuestra Península Ibérica y se produce
de forma masiva la conversión de la actividad ganadera en actividad
agrícola que suministraba productos a las colonias griegas y fenicias que
se mantenían en la costa Mediterránea.

Sobre el origen de la viticultura y considerando que se han


encontrado restos de pepitas de uva silvestre de más de 12.000 o 15.000
años en distintos continentes es muy difícil fijar el comienzo de su cultivo
(Renfrew por carpología diferencial, medición entre largo, ancho y pico

56
distingue entre Vitis silvestres y Vitis vinífera). Los primeros restos de
recipientes para líquidos o ánforas conteniendo tartárico y resinas como
conservantes o aromatizantes se han detectado en Irán (Hajji-Firuz) 5000
años antes de Cristo y China (fermentación de arroz, miel y uvas o
endrinos) de 7000 años antes de Cristo.

Lo que si es claro que 1800 años a.C. en Marí (Siria, Irak) se


manejaban grandes volúmenes de vino.

El vino ha tenido y tiene un gran sentido socio-cultural, político y


religiosos ya desde Hammurabi en Babilonia.

El cultivo de la vid y la elaboración de vino de arroz y otro de mosto


de uva y agua debe ser muy antiguo McGovern encontró vasijas de 7000
años a.C. con líquido fermentado de arroz y miel, pero también otras
conteniendo estos productos y pepitas de uva. En Yuchi (asentamiento del
Neolítico chino o cultura Dawenkou) se han encontrado vasijas de 5000
años a.C. con restos de vino de uvas.

Se han encontrado también vasijas de bronce de la dinastía Shang


que contenían vino, hierbas, flores y resinas en diversas tumbas lo que
hace suponer que el uso del vino, también en la cuenca del río Amarillo
tenía uso médico, cultural y religiosos.

Existen referencias de unos 2300 años a.C. de la prohibición de


mezclar vino de uvas con vino de arroz.

Los escitas pueblo que desde China se desplazaron hasta Ucrania


y Hungría conocía el vino y lo utilizaba tanto blanco (Sane) como oscuro ya
3000 años a.C., así los tracios y otros pueblos caucásicos además de
consumir mucho vino también cultivaron la vid. Tomascheck (1893) indica
que en escritos osetas antiguos se habla de la “gran producción de la viña”
que contenta a los sená-she (bebedores de vino).

57
Los sumerios también 3000 años a.C. en su escritura cursiva,
simplificación de la cuneiforme, regulan el uso del agua y del vino con otras
sustancias vegetales para las curaciones. La ciudad de Ebla (ciudad-
estado) que dominaba desde Alepo a Hama 3000 años antes de Cristo
fomentó el cultivo de cereales, vid y olivo desde el Mar Caspio hasta el
Golfo Pérsico. Entre los sumerios el vino estaba ligado a celebraciones
religiosas y su consumo era un lazo de unión con los dioses, Kramer llegó
a traducir seis tablillas sumerias referidas a la vid y el vino, que también es
recogido en la leyenda de Gilgamés, rey de la ciudad Uruk.

Los Amoritas, cuyas tradiciones son recogidas en el Antiguo


Testamento, cultivaban la vid recogiendo los aportes de la lluvia y
elaboraban vino con levaduras (shemer) pisando las uvas con los pies
sobre rocas excavadas. Esta tradición fue recogida por los arameos unos
1200 años antes de Cristo.

La civilización Asirio-babilónica cultivó cereales y vid, elaboró


cerveza y vino, este último se consumía por las clases sociales más altas.

Asurnasipal II, emperador asirio tenía grandes plantaciones de viña


en Calah, Nabucodonosor y Sargon almacenaban vino en sus palacios en
instalaciones especiales para más de 150.000 litros, los asirios llevaron el
cultivo de la vid desde China y la India hasta el Mediterráneo.

Los hititas primer pueblo del Oriente Medio que cambió las ideas de
justicia (cambio castigo por restitución o servicios) fomentó el cultivo de la
vid en Anatolia desde antes del año 2000 a.C. pero ya cultivaban la vid
5000 años antes de Cristo. En 1346 a.C. se hicieron las primeras
clasificaciones de adecuación de suelos para los cultivos entre ellos se
seleccionaban muy bien los suelos mejores para las viñas, se estableció
una legislación especial para el viñedo y la prestación de servicios en
vendimias (época en la que suprimían otras actividades) y se penalizaban

58
el arranque o la producción de daños al viñedo, estableciéndose los
precios de referencia para una cepa, una viña y para el vino (Códice de
Boghazkoy), haciéndose muchas referencias literarias al uso del vino.

Una historia más reciente del vino y la vid comenzó unos 1000 años
a.C. con las grandes ciudades fenicias como Ugarit y Ashkelon, puertos
con instalaciones destinadas específicamente al almacenamiento del vino,
que recogían el legado procedente de 2300 años antes de Cristo los
pobladores de estas ciudades fueron comerciantes y punto de unión entre
la escritura cuneiforme hitita y la jeroglífica egipcia por lo que intermediaron
entre ambas civilizaciones, comerciando con ellas y propagando desde
más de 1000 años antes la cultura y el consumo del vino. Se han
encontrado, en zonas marinas próximas a estas ciudades pecios con
ánforas procedentes de unos 800 años a.C. (Ballard).

La civilización egipcia, eminentemente agraria en sus comienzos y


ligada a la estacionalidad del Nilo cultivo grandes extensiones de cereales,
las viñas las cultivaban en forma de rosaledas en bóveda y el vino era una
bebida de sacerdotes y de las clases altas, la uva se utilizaba también
como fruta, en frescos de tumbas como la de Sennefer, Nakht, Petosiris y
otras se recogen los aspectos del cultivo y de las técnicas de prensado y
elaboración, siempre se extraía el mosto y luego se fermentaba, no se
fermentaba la uva pisada en lagares. Realizaban trasiegos y filtrados,
elaboraban vinos dulces y procedentes de uvas soleadas, utilizaban la
cocción como modo de conservación. Muchas escenas del cultivo de la vid
son de 3500 años antes de Cristo.

Los egipcios exportaban vino dulce al Imperio Romano y existían


protecciones para preservar las viñas de las crecidas del Nilo se conocen
tanto uvas blancas, que eran las más frecuentes y otras tintas como las
denominadas Negra, Ahumada, Nubia, etc.

59
El vino en Egipto se utilizaba como ofrenda a los dioses en las
ceremonias funerarias, para la cocina y se colgaban los racimos para su
consumo como alimento.

En Egipto los viñedos eran propiedad exclusiva del faraón y de los


templos.

En las ánforas de recintos funerarios en algunas ocasiones se


indicaba el tipo de vino que contenían, año de su elaboración, viñedo del
que procedía el vino, calidad estimada del vino, etc.

La cultura griega, eminentemente marítima y comercial también fue


agraria, adaptándose a su peculiar geografía de valles y montañas, plantó
viñas al menos 700 años a.C. pero ya 900 años a.C. era famoso el vino de
Pramnio y el Omfacites procedentes de uvas pasas, pero sobre todo se
bebía el vino fresco de Quíos (La Iliada, Homero).

Teofrasto recoge el primer tratado viticultura en “Investigaciones


sobre las plantas”, en el que analiza la fisiología de la viña y su poda,
mencionando las enfermedades que le atacan.

En Grecia se tomaba vino joven pero también se envejecía en


ánforas (que servían no sólo como medio de traslado) y odres, así en la
Odisea se indica que “el rey Nesto bebe vino de once años”. El vino se
bebía pero también se cocía al fuego y se tomaba muy espeso o diluido
(una parte de vino y tres o cinco de agua), y su consumo se realizaba en
muchas ocasiones pasando a ser reconocido en la danza, el teatro, la
poesía, la prosa y la medicina.

Se recomendaba sin embargo, como dice Platón “no ser consumido


por hombres de guerra, ni jueces, ni muchachos, ni en las ciudades (¿)…”

60
Sobre la vid y sus propiedades escriben Homero, Dioscorides,
Heliodoro (700 años a.C.) que describe la viticultura y los métodos de
producción, incluso de los residuos de prensa.

En Levante se conocen restos arqueológicos que demuestran la


elaboración de vino en Iberia (Kelin, Benimaquia, etc.) y se conoce el vino
griego de Quios (700 a.C.), existen restos de ánforas milesias y
masaliotas, aunque la mayoría contenían aceite.

Grupos étnicos íberos los turdetanos y algunos grupos de Levante y


del Ebro comercializaban con el vino importándolo primero y exportándolo
después.

El siglo I antes de Cristo la producción de vid y aceite es ya elevada


en Hispania y se encuentran importantes restos de ánforas, que también
comenzaron a realizarse en alfares hispanos.

En el siglo I después de Cristo son conocidos por su calidad los


vinos digatanum (precursores del Jerez), layetanos, lacetanos, béticos y
saguntinos, lauros, etc. Marcial, Plinio y Columella hablan de la calidad de
los vinos hispanos.

También en China a principios de nuestra era la dinastía Han hizo


llevar hacia el este de China semillas de uva y trozos de sarmientos
procedentes de Occidente.

Fue en el sigo IV cuando se tienen noticias históricas de los


primeros viñedos ordenados, en 1373 el emperador Ming desterró el
consumo de vino pero fomentó la producción de viñas destinadas al
consumo para uva de mesa y pasas.

El viñedo no volvió a florecer hasta el siglo XIX, estando


actualmente en clara expansión.

61
Roma fundada 753 años a.C. usurpó la riqueza cultural, económica
y agrícola de Grecia que en el año 14 a.C. pasó a ser una provincia del
Imperio Romano. En Roma que extendió el cultivo de la vid a todas sus
provincias, se consideró el uso del vino como un mecanismo de fusión
social en sus fiestas, de elocuencia en el senado y de valentía en las
legiones.

Apicio, Horacio, Plinio, Marcial, Virgilio, hablan del cultivo de la vid.


En general se valoraba más el vino blanco que el tinto, el blanco envejecía
hasta 15 años, el tinto más y se espesaba como en Grecia para luego
beberlo diluido.

La tradición romana no permitía el consumo de vino a las mujeres


ni a los hombres hasta llegar a los 30 años (¿). Consumían vinos
aromatizados, pero también agrios y avinagrados.

En la civilización judía, también se ha consumido vino en


ceremonias religiosas y actos sociales, pero este estaba prohibido a los
sacerdotes cuando realizaban sus funciones religiosas. La Biblia describe
varios usos de la vid y el vino, incluso para teñir tejidos, el cultivo de la vid
se consideraba una actitud noble y su consumo en exceso se consideraba
como inadecuado, dejando constancia de muchas observaciones y
recomendaciones.

La civilización cristiana indica que Noe comenzó a elaborar vino, lo


considera un componente religioso y la vid y el vino son mencionados más
de 500 veces en el Nuevo Testamento.

En Egipto (III y II milenios a.C.) el manejo de cepas, la viticultura y


la elaboración de productos a partir de la uva fueron técnicas desarrolladas
con finalidad ceremonial, farmacológica y elitista.

62
Los griegos y romanos mantuvieron el consumo elitista de ciertos
vinos y consideraron el placer y beneficios de su consumo pasando a
formar parte de su mitología. Al mismo tiempo secularizaron y difundieron
el consumo de vino, el cual era utilizado por todos los grupos sociales
aunque de forma distinta.

La vid y el vino eran conocidos por los persas (3500-3100 años


a.C.), por los egipcios (3200 años a.C.) donde aparecen ya las primeras
referencias al secado de la uva, existen otras referencias en las
construcciones terminadas entre 1600-1100 a.C., por el pueblo palestino y
hebreo que conocían la producción de la uva (2900-2700 a.C.). También
los cretenses, minoicos y antiguos helenos plantaban y cuidaban sus
cepas y elaboraban fermentados (2200 a.C.); los fenicios y cananeos
mejoraron las características de las producciones y sobre todo
comenzaron de forma sistemática el comercio del vino (Ugarit en el año
1600 a.C. fue un puerto creado en torno a este comercio del vino). Unos
900 años a.C. Se produjo una expansión del cultivo de cepas más o menos
aisladas y apoyadas en tutores. Las plantaciones ordenadas se
extendieron 720 años a.C. y fueron de raíces etruscoromanas,
extendiéndose por las zonas del entorno mediterráneo.

Parece ser que el vino se descubrió casi por casualidad 800/1000


a.C. como indican unas vasijas mesopotámicas con restos de vino, pero el
cultivo de la vid comenzó 6000/5000 a.C. en las regiones montañosas
situadas entre los mares Negro y Caspio.

Hay restos de vino con resina de Pistacia de 5400 a.C. en un


yacimiento neolítico (Hajjí Firuz), con restos de ácido tartárico en vasijas de
3500 a.C. (Uruk), etc.

En los asentamientos sumerios el III milenio a.C. era habitual el uso


del vino, pero se importaba de otras zonas como Zagros (Irán) ya que Ur y

63
Lagash están a 31° de latitud norte y el cultivo de la vid se realizaba pero
no siempre las cosechas eran buenas.

Los asirios (códice Hammurabi 1700 a.C.) consumían al principio


cerveza, pero para rituales utilizaban siempre vino, esta era la bebida
favorita de la elite gobernante que no quiso que el vino se vendiera en
vinaterías populares (las sacerdotisas que abrieron estos establecimientos
fueron quemadas). Asurbanipal (668-626 a.C.) popularizó el vino como
ración diaria para los trabajadores al servicio del rey.

En el imperio babilónico (625-605 a.C.) se emplearon barricas para


comerciar y conservar el vino. Estas barricas eran troncos ahuecados de
palmeras.

El vino era conocido en Troya mucho antes de las referencias al


mismo hechas por Homero en la Iliada y la Odisea.

En el antiguo Egipto se elaboraba vino como indican los murales de


algunas tumbas excavadas y estudiadas.

Los asirios lo utilizaban de forma habitual, como indican muchos


relieves del siglo VII a.C., en uno de ellos se representa a Asurbanipal
bebiendo en una copa debajo de una parra que le sirve de bóveda.

En Cartago, Túnez y Marruecos se han encontrado tablillas que


hacen referencia al vino, a su elaboración y a su comercio.

La viticultura que florecía en Persia, en Egipto y probablemente


como un foco diferenciado en el sur de Iberia en Tartesos pasaron muy
pronto a difundirse por toda Europa.

La expansión primera de la viticultura la realizaron los micenos y


luego los fenicios.

64
Los vinos de Lesbos, Lemos, Santorini, Kios, Samos, Kos, Roda y
Creta fueron exportados en la época griega a todo el resto del
Mediterráneo.

Los romanos que comenzaron usando el vino con moderación


pronto pasaron a su abuso además de a su uso litúrgico por exigencias del
cristianismo.

En Egipto los primeros faraones negroides usaban vino de dátiles y


granada, pero muy pronto se aficionaron al vino de uvas que además
manejaban en vasijas selladas y que procedía tanto del alto como del bajo
Egipto. Al menos ya en el III milenio a.C. los viñedos eran propiedad del
rey o de los sacerdotes, se plantaban en montañas o en zonas elevadas
artificialmente, (2600 a.C.), como el caso de los viñedos cuyos restos
fueron encontrados en unas excavaciones recientes y pertenecientes al
alto funcionario Metén, estos viñedos estaban totalmente rodeados por
muros.

Las mejores descripciones del mundo del vino y de su cultivo en


época egipcia son las pinturas murales de la tumbas de Jaemuwase y
Kynebu en Tebas (1450 a.C.) y en la tumba de Boat en Beni Hasan (200
a.C.).

El vino en Egipto al principio (III milenio a.C.) se llevaba de Siria y


Palestina, luego se llevó desde Persia (siglo VI a.C.) y el comercio de
fenicios y micenos favoreció su popularidad. Estos vinos aportaban
distinción a los banquetes (tumba de Nebamun en Tebas 1450 a.C.) en
estos banquetes era frecuente beber en exceso y en ellos como se ve en
las pinturas murales la tensión erótica estaba siempre presente (Manniche
1987).

65
Los hititas tenían ya dioses relacionados con la vid y la uva
(1450/1000 a.C.) puesto que en Afganistán ya se cultivaba vid en el siglo
IV a.C.

También el vino y la viticultura ocuparon un lugar muy importante


en Cartago (814 a.C.) pues los fenicios huidos de Tiro, que fundaron esta
colonia, recogieron la tradición de este cultivo del norte de África y de
Iberia (donde cultivaban vid antes del II milenio a.C.).

El primer tratado científico cartaginés sobre la vid lo escribió


Magón. Este tratado de 28 libros fue, después de la destrucción de
Cartago en el año 146 a.C., la base de la viticultura romana.

Hay datos en China del uso del vino de uva desde el siglo II a.C.
aunque parece ser que era de importación. Solo en pequeñas zonas se
plantó vid en la ruta de las caravanas que partían desde Persia, es decir a
lo largo de la posteriormente llamada ruta de la seda.

En el año 128 a.C. el emperador Wu fomentó la plantación de vides


en toda la Gran Ruta. Probablemente esta era la denominada ruta de la
seda ya mencionada.

En el I milenio después de Cristo el vino de uva se consumía en


gran parte de China como demuestran numerosos escritos poéticos, pero
en el año 1200 se arrancaron casi todas las cepas.

La viticultura ya estaba implantada y muy extendida en Grecia en el


siglo VIII a.C., así Hesiodoro en “Los trabajos y los días”, describe las
tareas de plantación y poda de las vides, cita el asoleo de uvas para
concentrar las uvas y describe los vinos denominados “passito”. Pero las
primeras pruebas documentales son del siglo V y IV a.C.

66
Teofrasto (370-285 a.C.) en su “Historia de las plantas” trata sobre
la fisiología de la vid, los métodos de propagación por esquejes, la poda,
los requerimientos ambientales y las plagas que le atacan.

Dioscórides en “Materia Médica” en el siglo I d.C. cita los vinos de


Lesbos elaborados a base de pasas asoleadas y los caldos de Quíos que
eran muy resinosos.

Grecia desde el siglo VIII a.C. al fundar por todo el mediterráneo las
ciudades estado Cumas (Nápoles) en el 750 a.C., Mesina y Siracusa en el
año 734 a.C. plantaron vides, así Herodoto en el siglo V a.C. denominaba
a la actual Italia Enotría por la cantidad de vides plantadas en estas
regiones.

Los focenses fundaron Massalia (Marsella) en el año 600 a.C. y así


establecieron en el sur de Francia las primeras plantaciones comerciales
de vid.

Grecia propicio el consumo de vino en todas las capas de la


sociedad y el vino pasó a formar parte de la tríada de los alimentos básicos
en los tiempos micénicos.

La vid y el vino siempre han tenido en las religiones politeístas un


dios o una diosa que los representaban.

Si la Tierra era una de las principales divinidades mediterráneas


(Gea en Grecia, Ga-Tum-Dug en Mesopotamia) la vid era representada por
la diosa Geshtin y el dios Pa-Geshtin-Dug en Babilonia, Soma en la India,
Osiris en Egipto comenzó como deidad de la viña aunque luego pasó a ser
el dios de los muertos por la leyenda de Set e Isis, pero siempre estas
diosas han estado relacionadas con el consumo de vino.

Ya en el siglo XV a.C. (en el siglo XII y XIII se datan vasijas


micénicas con alusiones a la viticultura) la viticultura estaba establecida en

67
Grecia como consecuencia de las actividades del poder micénico y su
necesidad de provisión de vino para el comercio. Así nació un dios del
comercio del vino, Dionisio. Se habla de él en la Iliada y en la Odisea (VIII
a.C.). Así se dice que en Troya Dionisio enseñó a hacer vino.

En la cultura romana el lugar de Dionisio lo ocupó Baco, dios


esbelto y poderoso en principio y asociado a numerosas personificaciones
de las cepas, que se veneró desde el siglo III a.C., posteriormente pasó a
ser un dios festivo y obeso, cambió de ser el dios de la viña a ser el dios
del vino. En Roma los rituales báquicos proliferaron durante años. En 186
a.C. Tito Livio los prohibió, ya que generaban abundantes éxtasis místicos
y actuaciones poco coherentes, ya que el vino se consumía habitualmente
con ergotina y llegó a generar envenenamientos y asesinatos de familiares,
falsificación de sellos y testamentos. En esa época llegó a ejecutarse a
muchos de los sacerdotes y sacerdotisas báquicos.

Pero siempre el vino siguió utilizándose por las elites sociales y


esto desde Sumeria hasta la actualidad.

Las leyendas sitúan el origen el hombre civilizado (leyenda sumeria


de Gilgamesh, II milenio a.C.) en el momento en el que el hombre salvaje
(Enkido) toma pan y bebe vino cuando es seducido por las diosas del
Templo que le enseñan a cultivar la vid.

Recordamos que también en el Génesis, de forma muy distinta, fue


Noé quien probó el vino y comenzó a plantar una viña (Génesis IX, 20).

El Talmud cita el vino y su simbolismo. El levítico, El Libro de los


Jueces, Isaías, Los Salmos, Los Proverbios son libros que citan al vino.

68
Fotografía nº 4.- Orígenes bíblicos de la vid Noe, bajo una cepa
(Palacio Ducal de Venecia).
Cuando Moisés llega a Canaán se maravilla del tamaño de las uvas
en esas tierras (II / I milenio a.C.), tema recurrente en las vidrieras góticas
de las catedrales.

El vino en los libros religiosos ha tenido un significado negativo y


otro positivo. Así el Levítico prohibía beber vino cuando se entraba en el
Tabernáculo, en los Proverbios (XX, 1) se indica “lujuriosa cosa es el vino,
y llena está de desordenes la embriaguez, no será sabio quien a ella se
entregue”, pero también se considera el vino como “la alegría del corazón”,

69
“dad licores fuertes al que va a perecer y vino al que tiene amarguras y así
no se acordará de su dolor”.

Los romanos llevaron al vid a Marsella desde donde se extendió por


las orillas del Ródano llegando hasta Borgoña, desde donde este cultivo se
extendió primero a las orillas del Rhin y luego a través de los valles del
Garona llegó a Burdeos. Así la viticultura se extendió por toda la Galia.

Pero los romanos extendieron también el cultivo de al vid por todo


el Danubio siendo esta una de las prioridades de Marco Aurelio, que hacia
que en épocas no bélicas sus legiones se dedicaran al cultivo de la vid.

Pero como indica Cicerón, el privilegio del cultivo de la vid estaba


reservado a los ciudadanos romanos y no a los naturales de las tierras
conquistadas, con lo que estos nativos solo eran mano de obra para las
plantaciones, como ocurría en Narbona y el Rosellón. Solo a los pueblos
que ya cultivaban anteriormente vid se les concedió poder hacerlo, como
fue el caso de Egipto, Persia, Palestina e Iberia.

Plinio comparó Iberia y la calidad de sus vinos con Galia y Tracia.

El cultivo griego de la vid debió introducirse también con


anterioridad desde Marsella hasta Ampurias y Rosas. Los cartagineses lo
implantaron en Cartagena y en los alrededores y norte de Sagunto, y los
romanos lo introdujeron en Tarraco.

Los pueblos primitivos hispanos debieron comenzar la


domesticación de la vid y su cultivo ya a finales del III milenio a.C.

Columela (año 65) recomienda como mejor vino el natural y


desestima aquellos mezclados con sal o agua de mar y los embreados.

Estrabón en su “Geográfica” detalla el mundo conocido e indica la


extensión del viñedo y los tipos de vino en muchas zonas del Egeo
(Samos, Lesbos, Cos, Quíos), del Caspio, donde dice que Asia produce
70
mucho vino, cita el vino de la India en Musicano, el vino de Mareotis en
Egipto, el vino de Turdetania (oeste de Cádiz), el vino de Almeirim en
Portugal (en el Tajo), etc.

Plinio el Viejo en “Naturale Historiae” enumera 91 cultivares de vid y


50 clases de vinos de calidad mas otros 38 vinos menos reconocidos.
Entre los cultivares cita las amineas, de las que diferencia hasta 5 tipos, las
nomencianas de madera roja y con dos tipos distintos, la apiana, la
carbónica, de la que dice que florece en un solo día, la bitúrica de origen
hispano (origen de los cabernets?), y la allobrogica en el sur de Francia.
Cita los vinos de Tarraco y de Baleares, diciendo que Hispania era el lugar
que más vino de calidad producía. Indica el uso de barriles en los Alpes
para conservar el vino y que lo calentaban en invierno, centra el papel del
vino en la salud.

En el siglo I d.C. se extendió la viticultura por la provincia


Narbonense y llegó al Mosela y el Rhin.

Los viñedos borgoñeses tomaron ya fama en el siglo III d.C. y los


de Mosela también.

Al final del siglo I a.C. eran frecuentes las tabernas en las ciudades
romanas y de la Galia.

Se cita de nuevo en este siglo el uso de toneles en la Galia para


transportar el vino.

Pero en el año 121 a.C. también se citan los vinos de crianza en


madera (Petronio en el “Satiricón”). El vino se mezclaba con especias
“conditum” y se usaba en reuniones. Comenzaron a desaparecer las
famosas ánforas Dressel 2 y 4 y aparecer otros tipos de envases para el
vino.

71
Durante la Alta Edad Media, y después de la caída del Imperio
romano de Occidente (siglo V d.C.) el vino se mantuvo por su simbolismo
en el cristianismo y fueron las asociaciones religiosas las que mantuvieron
la viticultura. Pero en Francia y en Hispania siguieron existiendo viticultores
laicos.

En oriente, Constantinopla mantuvo más tiempo la tradición romana


del cultivo de la vid, que luego floreció de nuevo en Grecia, Turquía, Siria,
Palestina, en el Negev y en Gaza, en los que se plantaba en cuidadas
terrazas.

El simbolismo litúrgico del vino y las recomendaciones de mezclar


el agua con vino siguieron hasta el Concilio de Letrán, que prohibió a los
seglares comulgar con vino, esto perduró hasta el Concilio Vaticano II que
volvió a permitirlo, pero la viticultura se salvó en la Edad Media gracias a
las órdenes monásticas que evitaron que los germanos destruyeran la vid.

Los visigodos, suevos, vándalos y burgundios siguieron cultivando


vid en la Galia e Hispania. Su comercio fue floreciente hasta el año 540
d.C. en que el consumo descendió a causa de la peste bubónica y las
epidemias generalizadas de viruelas, difteria y cólera. Pero ya entonces se
apuntó como remedio beber vino en lugar de agua para evitar el cólera,
con lo que su consumo volvió a aumentar, aunque sólo relativamente.

Los datos del cultivo y la elaboración de vino entre el siglo V y el X


proceden siempre de textos eclesiásticos, el vino era patrimonio del clero y
la viticultura propiedad de abades, obispos, reyes y nobles.

Los primeros datos de la nueva expansión de al viticultura proceden


del convento de Saint-Germain-des-Prés en París (año 814), y de la
abadía de Lorsch (año 764) cerca de Heidelberg en Alemania. Luego las
abadías benedictinas de Cluny en Borgoña (1275) y la abadía cisterciense
de Citeaux (1110 a 1336) que tomaron el relevo de las anteriores,
72
recibieron abundantes donaciones y realizaron adquisiciones de tierras y
expandieron la viticultura por otras muchas abadías en España (San Cugat
del Valles, etc.), Francia e Italia.

La expansión monástica entre el año 470 y 1458 fue la promotora


de la expansión vitícola europea postromana.

Realmente han sido las sociedades cristiana. Las que han


extendido el cultivo de la vid por todo el mundo normalmente esta
expansión ha estado ligada a las órdenes monásticas como ocurrió siglos
antes en la expansión del cultivo vitícola monástico en la Península Ibérica
en la que los monjes fueron los mejores elaboradores y consumidores de
vino, recordemos que el consumo sólo estaba limitado los días no festivos
y llegaron a existir 150 días festivos al año.

En los últimos capítulos del Corán, se prohibe el juego y el


consumo de vino, capítulos añadidos en la denominada época medinesa
de su preparación aunque se permitía su uso como medicamento. En los
Califatos hispanos siendo conscientes de la cultura del vino existente,
prohibieron el comercio del vino a los súbditos “dhimmi” o de las religiones
monoteistas (cristianos, judíos, etc.) pero no les prohibieron el cultivo, ni la
elaboración, lo que evidentemente terminaba en un consumo por parte de
élites y privilegiados, que terminó tolerándose al pueblo pero
consumiéndolo siempre como medicina o con fines sociales.

En realidad en Baleares se siguió cultivando la vid pero pasando a


cultivares más dulces y posiblemente para consumo en fresco.

Cuando el Islam se asentó en las grandes zonas históricas


productoras de vid de la Península Ibérica la sequía zonal creciente y los
sabios preceptos del Corán (año 50 después de Cristo) que ponían límite
al consumo de vino y de cerdo por motivaciones sanitarias, supusieron un
descenso del cultivo en sus zonas de influencia pero no su desaparición y
73
menos en los califatos occidentales. Así Avicena indicaba que “el vino es
amigo del sabio y está permitido a gentes inteligentes y enemigo del
borracho y por ello prohibido a los imbéciles”. “ya que lleva al tonto hacia
las tinieblas, al enfermo a la curación”, lo que indica su uso, al menos en
medicina y en ciertos sectores sociales.

Recordemos que en el paraíso del Corán se habla de “ríos de leche


incorrupta y de vino”. Es claro que el vino se consumió pero este consumo
se limitó claramente en todos los califatos.

En el siglo VII el Islam prohibió el consumo de vino probablemente


por una interpretación restrictiva frente a los abusos y el simbolismo del
cristianismo.

De todas formas la prohibición se refiere al consumo de vino, no a


la plantación de vides. En cualquier caso, tras la invasión hispánica de los
omeyas (711) en Hispania y en Persia siguió el consumo moderado de
vinos dulces y se empezó la viticultura de cepas de bayas grandes e
incluso de apirenas para consumo en mesa o para tomar zumo hervido.

Al idrisi (1154) confirmó la plantación generalizada de viñas en


Hispania.

Sin embargo el califa Osmán (siglo X) ordenó el arranque de dos


tercios de las vides en Valencia.

Los elogios al vino y su uso en defensa de la salud caracterizaron a


los pueblos árabes, hispanos y persas.

En el año 731 la vid llegó a Gran Bretaña y se mantuvo en


Normandía, Hungría y el Caucaso.

En el siglo XV existían dos viticulturas muy diferenciadas, la del


Mediterráneo de subsistencia y de convento, y la de las regiones

74
septentrionales europeas con unas viticulturas mucho más orientadas
hacia el comercio y la exportación del vino elaborado.

En el mediterráneo existía la viticultura llevada por las abadías y


conventos y la de pequeños viticultores independientes y aparceros, que
entregaban parte de la producción a las clases nobles o a las abadías,
debiendo pagar entre el décimo y la mitad de las vendimias, y que seguían
con la viticultura romana por tradición, cultivando cepas bajas podadas y
alineadas, o en espalderas con troncos de unos 60 cm de alto apoyadas
en árboles o en piquetas de madera. Crescentiis (1471) describe en su
obra “Liber Commodorum, Ruralium” distintos tipos de vid, necesidades
ambientales de las cepas, labores del viñedo y métodos de vinificación.
Describe 50 variedades nobles.

En esta época se describe el descortezado y el riego de las cepas.

En el norte se seleccionaron cepas de uva blanca para que


madurase mejor, considerando las variedades blancas como más
resistentes a la humedad y al frío. También se cultivaron Pinot noir y
Gamay, pero estos vinos no cubrían las exigencias de la burguesía
naciente y la nobleza, por ello se crearon al menos tres rutas comerciales
del vino en Europa. Una ruta desde Portugal y España (vinos de Malvasía
y Romney) hacia Inglaterra. Nuestros vinos dulces y de alta graduación
sustituyeron a los de la Europa oriental bajo el imperio otomano que
restringió la producción de vino. Los primeros vinos ibéricos que llegaron al
norte fueron vinos gallegos y vascos, se denominaban rubidege, eran
blancos jóvenes; luego empezaron a ser populares los dulces del sur
denominados romney y malmesey y posteriormente los mas alcohólicos y
encabezados con alcohol, procedentes de Madeira (desde 1419).

75
Hungría, fuera del sistema de vasallaje, extendió sus viñedos y
elaboró el actual Tokay a partir de vino adicionado de uvas pasas con
ataques de botritis.

Posteriormente y dentro de la transición del feudalismo al


capitalismo (siglo XV y XVII) y coincidiendo con la era de los
descubrimientos la viticultura se extendió por todo el mundo, llegando
primero a México (1519), luego a Perú (1530), luego a Chile (1556) y de
estos centros se expandió por el resto de Latinoamérica y Norteamérica
impulsada por las misiones, aunque en 1595 Felipe II prohibió las
plantaciones de vid en territorios coloniales. Los hugonotes y británicos
(1560 y 1600) extendieron el cultivo de moscatel en el este de
Norteamérica.

Posteriormente holandeses y portugueses extendieron el cultivo de


las viñas en la Colonia de El Cabo. A continuación, en 1770 llegó el cultivo
de la vid a California desde México, y a Australia y Nueva Zelanda
(1790/1880) introducido por los británicos.

Unas de las primeras ordenanzas de la viticultura, tras la Edad


Media, datan de 1597 y fueron dictadas por Felipe II sobre la regulación de
las plantaciones y el comercio vinícola vallisoletano. También Felipe II
ordenó el diseño de plantaciones vitícolas con riego en Alicante.

Los vinos franceses más famosos en el siglo XVI eran los de


Burdeos con fermentaciones de solo 48 horas, que daban vinos similares a
los rosados actuales, que adquirieron gran fama con el nombre “clairet”.

La destilación era una tradición relacionada con la medicina y la


religión, y no era posible ni conocida la forma de obtención de los licores ni
su formulación, pero en 1514 Luís XII concedió la potestad y la técnica de
elaborar brandy a los viticultores y comerciantes de vino, y que en origen
era un vino quemado o concentrado.
76
Las más famosas aguas de vida en el siglo XV y el XVI fueron las
procedentes del cultivar Folle blanche, (Gros plant) en La Rochelle y de
Colombard en Cognac, así nació el denominado vino de Cognac, en esta
época comenzaron también las destilaciones en Jerez, Cataluña y Oporto.

En 1660 se estableció la primera legislación sobre alcoholes para


evitar los abusos, adulteraciones y malas prácticas, esta legislación la
establecieron en Inglaterra, pero rápidamente fue tomada por los
comerciantes holandeses y se generalizó.

Como respuesta a estos alcoholes aparecieron los nuevos vinos de


mayor graduación preparados por la Compañía Española de Sanlúcar de
Barrameda (1530-1585) y así aparecen también los vinos más alcohólicos
de Burdeos, Charente y Oporto.

En el siglo XVII el vino más famoso a nivel mundial era el


denominado sherris-sack de Jerez. En Valladolid empezaron a añejarse
vinos dentro de las nuevas corrientes de vinos fuertes.

Muchos vinos franceses empezaron a meterse en botellas con


tapones de corcho y se enterraban un tiempo en arena antes de ser
comercializados.

Unos de estos tipos de vinos fueron los de Reims y Epernay que


fermentaban en botella (siglo XVII) y que dieron origen a los vinos grises
que luego se denominaron Champagne. Estos vinos embotellados jóvenes
tras el frío del invierno y al contener restos de azúcar, con los calores del
verano reiniciaban su fermentación. Muchas botellas se rompían y en 1675
Ravenscroft perfeccionó el vidrio añadiéndole plomo en su fabricación, con
lo que el vidrio quedó reforzado y permitió el comercio del Champagne.
También se cambió el sistema de taponado con corcho, que se mantuvo
pero se modificó.

77
En 1775 se diversificaron las formas de las botellas y se
especializaron según el tipo de vino y las comarcas vitivinícolas. Se
empezó a practicar la clarificación del vino con clara de huevo y se
comenzó a estabilizar los vinos con azufre, pero también se comenzó a
adulterar el color de los vinos con bayas de saúco y de muzaque, etc.

El siglo XVIII conoció las primeras clasificaciones actuales de vinos.


En Francia se diferenciaron las calidades en Grand Cru, Cru y vino
popular.

En el siglo XIX (1850) se clasificaron los viñedos por su calidad, y


como consecuencia de ello se calificaron los vinos que de estos viñedos
procedían. Los vinos inicialmente más apreciados fueron los de Burdeos
(Margaux, Latour, Lafite, etc.), Medoc, Borgoña, Alto Duero, Möet, etc.

Fue en la Exposición Universal de París (1855) donde se estableció


la primera clasificación completa de vinos tanto franceses como del resto
del mundo.

También en el siglo XIX y como consecuencia de la importación de


vides americanas para jardinería se extendió el oidio (Oidium tucke rii),
este hongo se detectó en 1846 en París y en 1851 se encontró en todo el
sur de Francia, extendiéndose por Argelia, Grecia, España, Italia, Hungría,
Suiza y Turquía. En la búsqueda de soluciones empezó a utilizarse azufre
y cal hervidos (agua de Grison, 1852), en 1860 empezó a usarse el
espolvoreo con azufre para combatirlo.

En 1860 llegó, o empezaron a conocerse, los primeros ataques de


la filoxera en Francia, parásito introducido al traer planta americana con
raíz y ser los trayectos acortados por el empleo de barcos de vapor en el
transporte.

78
Así la viticultura clásica europea quedó arruinada. En 1890 para
combatir esta plaga se ensayaron 696 posibles remedios, entre ellos el
empleo de sulfuroso, de orina, de vapor, de colza, el bisulfito de carbono,
etc. Los remedios químicos fueron pronto sustituidos por el ensayo de
híbridos, que no daban vinos aceptados por el consumidor por su acidez
peculiar (sabor foxé), y se dio paso hacia la nueva viticultura actual
postfiloxérica, la viticultura de los simbiontes injerto/patrón.

Mientras, la filoxera se expandió por todo el mundo vitivinícola.


Posteriormente hizo su aparición en Europa el mildiu (Plasmopara vitícola).

Muntz (1838) escribe que “la influencia de la cepa en la naturaleza


del vino es casi predominante, ya que cada cepa tienen unas cualidades
propias, no sólo desde la abundancia de sus frutos y su capacidad de
producción de azúcar, sino también en la producción de otras sustancias
sutiles e indefinibles que escapan al examen químico pero que dan enorme
valor a los vinos de algunas cepas, les comunican finura, suavidad y
aroma, que son las cualidades más nobles de un vino”.

La viticultura del siglo XX se caracterizó por el nacimiento de las


denominadas delimitaciones de privilegios, las Denominaciones de Origen,
como defensa natural ante la imitación y la adulteración de los tipos de
vinos.

Así, en Alemania se elaboraba Champagne, en África y Australia


Jerez, existían Chablís españoles, borgoñas californianos, etc.

En 1879 en Alemania se regularon las prácticas que se permitían


realizar con los vinos para su conservación, prohibiéndose la adición de
óxido de plomo.

La primera Denominación de Origen controlada fue Alto Duero, en


Portugal, seguida de la asociación de productores de Chablís (1900) y de

79
los vinos de Burdeos (1901). En 1908 se delimitó y se establecieron
decretos de protección del champagne, del cognac, del armagnac, del
banyuls y del Burdeos.

En 1971 se aprobó la primera ley global del cultivo de la vid y del


vino en Alemania, que jerarquizaba, delimitaba y caracterizaba zonas
vitícolas, así como tipos de vinos.

En 1924 se exportaron Champagnes de Perelada, lo que motivó,


por la Ley de Marcas Comerciales (y de 1887), a crear la DO. Cava.

En 1962 se creó la primera Ley del Vino de la Comunidad Europea,


que establecieron las Denominaciones de Origen Controladas (1963) y
luego se desarrollaron los Reglamentos 816/70 y 817/70 sobre vinos de
calidad.

Fotografía nº 5.- Recipiente vinario romano.

Con los programas americanos de 1990 (Label Integrity


Programme) nació la actual viticultura competitiva, enfrentando para unos y
80
compaginando para otros, la viticultura clásica europea y la viticultura del
marketing y la agresividad de las nuevas zonas vitivinícolas mundiales.

Para entender el concepto y evolución de viticultura y su


importancia en la agricultura, podemos establecer el siguiente esquema
secuencial de hechos que nos relacionan o sitúan la viticultura en el
entorno histórico de la agricultura:

5000 a.C., Fueron datadas, como pertenecientes a esta época, las


primeras semillas de vid cultivadas y restos de su
utilización.

3200 a.C., En las tablillas cuneiformes de Nipur se describe el uso y


efectos del vino.

2500 a.C., Se documenta, en Babilonia el cultivo de la vid o ‘’árbol


que da vida’’.

2440 a.C., Directrices escritas y gráficas para hacer el vino, en la


cuarta Dinastía de Egipto.

1850 a. C., Se encuentran restos de semillas de vid en el interior de


Alicante.

1700 a.C., Existen negocios comerciales (Sippur) sobre la


elaboración, venta y consumo de ‘’cerveza de
montaña’’ (vino) y se habla de calidades diferenciadas.

1580 a.C., En Egipto el cultivo de la vid, en pérgolas y su


aprovechamiento, es encontrado en la decoración de
varios monumentos funerarios datados en estos años.

1350 a.C., Se encuentran restos de semillas y recipientes


especiales para la extracción del zumo de uva y su
almacenamiento en el interior de Valencia (Kelin),
Caudete.
81
800 a.C., Se datan los primeros grandes restos arqueológicos de
instalaciones para la elaboración del vino, en Tarragona y
Gerona.

780 a.C., Se datan los primeros restos de centros elaboradores de


vino en Denia (Benimaquia).

717 a.C., Se datan como procedentes de esta época, las ánforas


conteniendo vino, por los restos de tartárico encontrados
con marchamo de identificación de origen, de Almuñécar.

700 a.C., A esta época pertenecen las grandes instalaciones de


elaboración de vino de Gibeón y Negev en Israel.

650 a.C., Se datan los restos de vajillas para el consumo de vino en


los Villares (Albacete).

551 a.C., Confucio menciona distintos cultivos y las técnicas del


manejo de la vid en sus libros.

500 a.C., Se datan restos que indican el cultivo de la vid en


Cariñena.

450 a.C., Homero indica las peras y las uvas de entre los frutos del
jardín de Alcinea, citando también otros cultivos.

400 a.C., Se datan aperos de cultivos de la vid en Valdepeñas.

322 a.C., Aristóteles escribe su Historia Natural.

316 a.C., Teofrasto menciona ocho clases de uvas, 2 de almendro y


describe el injerto 520 a.C., Se datan unas ánforas de
transporte de vino en Vinaroz (Castellón).

220 a.C., Existen datos del cultivo de la vid en Tarragona.

150 a.C., Catón cita y describe varios cultivos mediterráneos, entre


ellos la vid.
82
50 a.C., Se describe, en una lápidas, el cultivo de la vid en Navarra.

37 a.C., Varrón publica ‘’Res Rusticae‘’ y hace observaciones sobre


olivos, vides, peras, manzanas, granadas, nueces, dátiles
e higos.

276 d.C., Primer decreto romano conocido sobre la liberalización


del cultivo de la vid.

92 d.C., Domiciano ordena destruir los viñedos de la Galia.

42 d.C., Columela, escribe Los Doce Libros de Agricultura, con


abundantes referencias al cultivo de la vid, como ya
hemos indicado en algún caso.

77 d.C., Plinio describe distintas técnicas agrarias y describe


algunos materiales vegetales entre ellos vides,
almendros, melocotones, cerezas, ciruelas, higos y peras.

100 d.C., Colmuela escribe sus 12 libros de agricultura.

240 d.C., Paladius escribe “De Re Rústica”.

880, Se confirma, documentalmente, la existencia de numerosas


plantaciones de vid en Galicia, Asturias, La Rioja y Castilla-
León.

1048, Se concede un permiso especial para el cultivo de la vid en al


menos 20 lugares de La Mancha. Califato de Toledo.

1063, Calendario de la vid, (San Millán de la Cogolla). Rioja.

1150, Alfonso VII cede tierras para el cultivo de la vid en La Mancha


a los Caballeros Templarios.

1208-1276, Jaime El Conquistador, en el ‘’Llibre dels Feits ‘’. Cita el


tribunal de Les Aigües. Asigna vivienda y tierras citando
expresamente su conexión con el viñedo.
83
1265, Se dictan ordenanzas locales para la custodia y protección
del viñedo. Requena.

1343-1403, Eiximenis, en su obra ‘’Regiment de la cosa pública‘’.


Realiza una descripción de plantas del Reino de Valencia.

1510, Felipe II, dictó normas para evitar la entrada de viñas y vinos
procedentes de otras zonas en Alicante.

1512, Alfonso de Herrera, publica su ‘’Tratado de Agricultura ‘’, que


incluye la descripción de la vid.

1513, Alonso de Herrera publica su ‘’Agricultura General’’ con citas


a numerosos vinos españoles apreciados por su calidad e
indicando su zona de origen.

1522, Se hacen las primeras plantaciones vitícolas en México.

1527, Se introduce el cultivo de la vid en Perú.

1550. Serres, publica ‘’Théatre d’ Agriculture’’, Descripción de


árboles y plantas.

1617, Agustín publica su obra ‘’Secrets de L’ Agricultura’’ con un


capítulo dedicado al cultivo de la vid. Libro tercero.

1659, Comienza el cultivo de la vid en Sudáfrica.

1691, Camerarius, escribe por primera vez sobre la sexualidad de


las plantas, indicando como es esta en la vid.

1707-1778, Linneo, padre de la taxonomía y nomenclatura


botánica. Escribe sus obras.

1717, Braddley, realiza por primera vez un cruce entre Dianthus.

1778, Se publica ‘’Sistematis Naturalis Vegetabilis’’.

1780, Manger, publica la primera ‘’Guía Pomológica sistemática’’.


84
1790, Cavanilles, escribe la ‘’Historia Natural del Reino de
Valencia’’. En la que describe frutos y plantas de nuestra
comunidad y realiza interesantes juicios críticos sobre las
prácticas agrícolas.

1797, Mons, describe 400 especies y variedades.

1800, Bentham y Hooker, publican su obra ‘’General Plantarum’’.

1807, Boutelou publica su obra ‘’Memoria sobre el cultivo de la vid


en Sanlúcar de Barrameda”.

1807, Rojas Clemente publicó su obra ‘’ Ensayo de Variedades de


vid común que vegetan en Andalucía’’.

1817, Gallesio, publica ‘’Pomona italiana’’.

1818, Diel, publica ‘’Nomenclatura sistemática’’.

1823, Adlum, publica ‘’Memoria del cultivo de la vid en América’’.

1830, Comienza el cultivo de la vid en Nueva Zelanda.

1844, Engler, escribe su obra sobre ‘’Sistemática y clasificación de


las familias de las plantas naturales’’.

1846, Hoven, publica en la revista de horticultura unas reglas de


nomenclatura de frutos.

1848, Allen, escribe su ‘’ Tratado práctico del cultivo de la viña’’.

1859, Darwin y Wallace, codescubridores de la evolución de las


especies, publican sus ensayos.

1866, Méndel publica sus estudios.

Intentar mantener una cronología secuencial general de hechos, es


desde los años 1866 casi imposible, sin embargo, si debemos indicar, por
su trascendencia, las siguientes fechas, publicaciones y hechos:
85
- 1886, De Candolle, publica su obra ‘’Origen de las plantas
cultivadas’’.

- 1895, Hansen inicia su programa de mejora vitícola y frutícola.

- 1900, Correns, De Vries y Tscherman, redescubren las bases de


la genética.

- 1905, Viala y Vermorel publican su ‘’Tratado de Ampelografía’’.

- 1926, Vavilov escribe su obra ‘’Origen de las plantas cultivadas’’.

Y así un largo conjunto de obras agrarias y de viticultura que deben


ser conocidas y que empiezan a figurar en las bibliografías actuales.

2.2. La vid y el vino en Hispania


En época romana las cepas se alineaban pero desde los años 600
se multiplicaban por mugroneo (franqueado de un sarmiento largo) por lo
que las plantaciones perdieron la alineación y empezó también el cultivo
apoyado en árboles y paredes o cercados. Normalmente se consumía vino
joven y las cepas no se formaban hasta el quinto año desde su plantación.

La viticultura en emparrados se había desarrollado en el sur pero


tuvo poca importancia.

En el centro tras los avatares bélicos y la creación del emirato


independiente, cuando la tierra no tenía propiedad, los habitantes de cada
zona comenzaron a roturar el suelo y plantar cereales y vid y en ocasiones
olivo.

Descubierto el posible sepulcro de Sant Yago (830) comenzó la ruta


de peregrinaje, en el norte donde se comercializaba con vino en odres y
toneles, cuando los eremitas pasaron a reunirse en cenobios comenzaron
a plantar vid. La fundación de los monasterios y las reformas de las
órdenes (benedictinos, etc.) condujeron al fomento y expansión de la
86
viticultura especialmente cuando los monasterios cedieron suelo en
explotación a los campesinos de por vida y en régimen mediero.

Alonso de Herrera (1512) en su Tratado Agricultura habla de las


producciones de la vid y la elaboración, primero de blancos, luego de
mezclas y finalmente de la tendencia en el norte y este a cultivar vides de
uvas tintas, manteniéndose en el noroeste, centro y suroeste las
plantaciones de uvas blancas.

En el siglo XVI las producciones aumentaron mucho y comenzó en


muchos sitios la necesidad de almacenar vinos más de año y medio. Este
fenómeno fue muy marcado en Rioja, Cataluña y en Andalucía, fue este
posiblemente el nacimiento de la tradición actual de crianzas y reservas de
vinos tintos y blancos.

Mención especial merecerían la expansión de la viticultura en Rioja,


Galicia, Cataluña, Andalucía y Levante, que no fueron sincrónicas ni con
los mismos materiales vegetales lo que condujo a estructuras sociales, de
propiedad y técnicas muy distintas en estas zonas.

Recordemos que en época prerromana distintos pueblos íberos


como berones (Rioja), tartessos (Andalucía) y ciertos grupos levantinos
parece que ya recolectaban el fruto de la vid, por lo que los cultivares de
vid, independientemente de la introducciones posteriores más o menos
datadas de Tempranillo, Palomino, Pedro Ximénez, Albariño (¿), etc., son
distintos en cada una de nuestras zonas vitícolas, diferencias y
peculiaridades que en parte se han mantenido hasta nuestros días
evidentemente con la introducción de nuevos materiales considerados
como “mejorantes”.

Una de las primeras reglamentaciones sobre la calidad de los vinos


después del siglo X, en que dominaron los vinos de convento, se deben a
Alfonso X El Sabio (1254) que decía “Nin ose mezclar dos vinos en uno
87
para vender nin metan en ellos cal, sal, ni otra ninguna cosa que no
consumi el hombre directamente”.

La introducción y características con las distintas regiones


vitivinícolas de nuestro país es recogida en el Tratado de Viticultura de
Hidalgo (2002).

2.3. Historia de la vid y el vino en la Comunidad Valenciana

Nuestra actual viticultura valenciana tuvo sus comienzos siete u


ocho siglos a.C., con incipientes raíces íberas de influencia posiblemente y
tartésica en algún caso, se relacionó muy pronto con la tradición y el
comercio minoico y fenicio, pero en nuestro País fueron los griegos y sobre
todo los romanos quienes contribuyeron más al desarrollo de la viticultura
impulsando el envío de sus productos a sus metrópolis.

La viticultura en la Comunidad Valenciana no siempre ha sido


suficientemente reconocida, ni por la calidad e importancia que tuvo
históricamente ni por sus posibilidades actuales. Tuvo unos orígenes
fenicios al igual que la viticultura mediterránea como se ha comprobado en
Benimaquia (Denia) en el s.VI a.C., en distintos puntos de Albacete y
zonas de nuestras comarcas centrales como Liria; pero fueron los griegos
quienes aumentaron su influencia en el oeste del Mediterráneo al
establecerse en el sur de Francia y Ampurias donde establecieron uno de
sus grandes centros vitivinícolas. Cabe destacar Kelin (Caudete de las
Fuentes) en el siglo VI a.C., donde la tradición Ibera tenía sus propias
prácticas, basadas más en la recolección que en el cultivo o elaboración;
fue este centro el que dio origen a nuestras primeras marcas de calidad de
vino, aunque estos vinos se envasaron y etiquetaron en ánforas de
distintos tipos es decir en ánforas ibéricas, en ánforas de influencia
etrusca, masaliotas, fenicias, romanas e incluso algunas elaboradas en la
88
propia península, muchas de ellas con una liebre como distintivo en sus
lacres.

Fotografía nº 6.- En la Comunidad Valenciana el cultivo de la vid es fue


importante (Detalle mosaicos en el Mercado de Colón de Valencia).

La colonización romana generó las primeras grandes zonas


vitivinívolas de nuestro entorno como fueron el Maresme, Layetania,
Tarraco, etc. en Cataluña; Dianium, Lucetum, Ilice, Edeta, Mourvedro y
Valantia en Valencia, estableciéndose también importantes zonas vitícolas
en Aragón, Andalucía y Extremadura. Esta viticultura romana fue la que
más se extendió y más esplendor adquirió en nuestras comarcas. Los
tratados de viticultura de Columela, Varron y otros fueron seguidos en las
normas de cultivo de la vid al principio de nuestra era, fue a partir de los
años 90 y sobretodo pasado el año 300 cuando la viticultura comenzó su

89
nueva etapa expansiva que realmente se desarrolló muy lentamente en
nuestro entorno.

Tras la caída del Imperio Romano de Occidente, lo que trajo nuevas


culturas, se produjo una sustitución parcial de la viticultura, ya que el
abandono de la viticultura nunca fue total por un anclaje del vino a la
religión cristiana, por la existencia de otros cultivos como el olivo y
almendro que se asociaban a la vid, etc. Lo que sí es evidente es que en
esta época no hubieron adelantos evidentes en la elaboración del vino y en
el cultivo de la uva.

En nuestras tierras y aunque parezca paradójico fue el Islam el


impulsor de la viticultura en las épocas siguientes. Es evidente que la vid
se utilizó solo para la fruta, cambiando muchas de las variedades hasta
entonces cultivadas, pero no es menos cierto que los árabes, en nuestro
entorno intentaron respetar al máximo las costumbres de los pueblos
conquistados, es cierto que en todos los dominios se empezó forzando el
arranque de aproximadamente dos tercios de las plantaciones de vid
(Alaquen II,966), pero posteriormente se fomentó de nuevo la planificación
de campos con cepas después de buscar productos alternativos al vino,
como es el ‘’arrope’’ que era un elemento o modo de conservación de los
alimentos, un alimento que se le llamó ‘’dulce de vendimia’’ que era como
caramelo y otros productos específicos, ya que el Corán si permite el uso
de vinos cocidos o ‘’sancocho’’ y otros alimentos derivados de la uva.

Pese a todo algunos musulmanes hispanos debieron seguir


utilizando el vino como tal directa o indirectamente.

Así Abú Isa Ibn Labbdun dice en sus escritos por ejemplo:

‘’Cuantas noches hemos bebido vino puro, de un rojo tan


resplandeciente que aleja todas las penas’’, o como indica Yahya al

90
Saragusi: ‘’Cuantos bienes raíces se han troncado en vino, cuantas
vestiduras se han teñido del color pardo oscuro del vino’’.

Fotografía nº 7.- Mosaico representando la vid y la vendimia (siglo I d.C.).

Evidentemente llegó un momento en la civilización hispano-árabe


en la que la viticultura fue apreciada como se deduce del tratado agrícola
Irn Abdun que indica:

‘’Si se sorprende a un peón llevándose una cepa de viña que haya


arrancado para apropiársela, se le debe confiscar su caballería o utensilios
y hacerle reponer la cepa’’.

Realmente la copa de cristal para el consumo de vino tiene su


origen en la cultura árabe. Entre los árabes levantinos, al igual que entre
los andalusís las libaciones con vinos mezclados con alimentos eran
frecuentes, el concepto de ‘’nape’’ o tapa tiene su origen en esta tradición
de acompañar vino con alimentos, que aunque inicialmente fueron dulces,
pasteles y arrope, luego pasaron a ser frutos secos y el uso del

91
‘’nabib’’(fermentado de pasas sin duda, origen histórico de nuestras
mistelas) a imitación de la fermentación de dátiles que se practica en
oriente como dice Abú Hanifa y que se utilizaba como ‘’restaurador del
cuerpo y mente’’ era habitual entre la población. Pronto se pasó de vinos
dulces a fermentados más secos y la tapa terminó siendo el consumo de
habas, alcachofas y otras legumbres con otros tipos de vinos, primero
claros y luego muy oscuros.

En algunas zonas del sur de Levante fueron famosas algunas


reuniones (cuando se interpretó que el Corán lo que prohibía era beber
sólo y se creó la figura del ‘’nadín’’ o acompañante del bebedor), en las
que las degustaciones de vinos proliferaron y en las que se intentaba
incluso fijar su edad y lugar de procedencia (primeras catas regladas)
después de las históricas catas que se realizaban en Grecia y Roma.

En la época del final de la dominación árabe en Andalucía, y en


Levante se empezó a implantar el ‘’alcabala’’ o impuesto sobre el vino, lo
que indica claramente que este se comercializaba de manera habitual.

Posteriormente la cultura mozárabe mantuvo la costumbre del


consumo de vino y empezó a buscar la calidad, así en el siglo XII en
Córdoba era famoso el ‘’vino de convento’’ y el de algunos tipos de cepas
concretos.

La cristianización de nuestras comarcas levantinas revitalizó la


viticultura, la plantación de viñas en las zonas costeras reconquistadas
aumentó mucho a partir de 1550 y empezó a ser una importante fuente de
ingresos en muchas de nuestras comarcas, que recuperaron así la
tradición de los buenos vinos de la época romana. Los tipos de vinos se
diversificaron y el uso de la lías para destilar se generalizó, tanto en
nuestras zonas como en otros lugares de España. Las destilaciones fueron
muy habituales en conventos que dinamizaron mucho este sector, aunque

92
parece ser que los primeros alambiques y destilaciones debieron realizarse
ya en los años 2800 a.C. en Mesopotamia.

La corona de Aragón, en el Repartiment de nuestro suelo, cita


numerosas concesiones de tierra en nuestra actual Comunidad, para
plantar vides.

Fue en esta época, cuando de nuevo el encabezado de vinos,


empezó a ser otra vez habitual en nuestras comarcas costeras y quizás se
recuperó la tradición de las mistelas.

Boutelou (1807) además de describir magistralmente los vinos


andaluces cita algunos vinos levantinos.

En el interior de nuestra comunidad, se especializaron en la


producción de vinos de mucho color, para destinarlos a mezclas ya a
principios del siglo XIX o probablemente antes, creando las dobles pastas.

Nunca en nuestra región, la viticultura ya sea para producción de


uva de mesa, pasta y derivados o para vinos dejó de estar presente, y
ocupar un lugar importante en nuestra economía.

Como hemos visto en nuestras tierras en la época musulmana de


los siglos VII y XIII pese a la prohibición coránica del consumo de vino, el
cultivo de la vid y su producción se mantienen. Las amplias zonas de
cultivo vitícola son descritos por numerosos geógrafos árabes (Al-Idrsi en
‘’El libro de Roger‘’, etc.) que describen la existencia de grandes zonas de
cultivo y alaban la calidad de las uvas y vinos elaborados en Borriana,
Mourviedro, Denia, Alicante, etc. mencionan también la existencia de
zonas públicas, o comunitarias de plantación de cepas y recuerda la
práctica de cocción de frutos en vinos, la elaboración del arrope de la uva y
el julepe, el consumo de pasas con frutos secos y el uso del vino en la
cocina y la repostería. De especial interés son dos recomendaciones

93
vitícolas realizadas por Al-Idrisi como son el retorcido de los sarmientos
para hacer vinos más dulces y el soleado mediante eliminación de hojas o
alrededor de la cepa para que la uva fuera más apreciada.

Durante las épocas de dominación almorávide y almohade tampoco


se perdió el aprecio por el consumo directo o indirecto del vino a pesar de
ser estas culturas más restrictivas en la interpretación del Corán (Ibu
Mardanis 1072).

Las citas en poesías, descripción de escenas, anécdotas y


expresiones amorosas hacen mención al consumo de los productos de la
vid, los útiles domésticos relacionados con el consumo de la uva y el vino
son abundantes; así es común encontrar estos utensilios en restos
arqueológicos e incluso funerarios procedentes de esta época en Valencia.

En la Edad Media y al heredar el cristianismo la sacralización del


vino, tomado probablemente de tradiciones sumerias, babilónicas, egipcias
y hebreas, la viticultura tuvo a nivel mundial un gran empuje, ya que el
consumo del vino pasó a considerarse un símbolo de prestigio social,
nobiliario y religioso. Fue entonces cuando apareció en España, como
antes ocurrió en Francia, Alemania e Italia, una viticultura peculiar que
creció en el entorno de los conventos. En el área mediterránea esta
viticultura de conventos se desarrolló a la vez que una viticultura de
orígenes monzárabes relacionas con el reparto de tierras de los conventos
o con los nuevos colonos; así existen referencias de la obligación de
plantar viñedos en tierras colonizadas en Onteniente, Xátiva. Alzira,
Sagunto, Segorbe, Vinaroz, Castellón, etc. En algunas zonas la viticultura
entró en recesión en el siglo XV pero se recuperó relativamente pronto por
el espíritu emprendedor de los nuevos pobladores y conversos que
empezaron a comercializar con vinos más suaves que los elaborados en

94
los conventos, crecieron así nuevas viticulturas en la cuenca de El
Palancia (Segorbe y Viver), La Marina, Bajo Maestrazgo, Turís, etc.

El control de la calidad del vino y la defensa de los vinos locales


comenzó ya en 1250. En esta época el gusto por los vinos dulces y
olorosos era mayoritario y las ventas de vinos de estos tipos moscatellet
(muscadet) y marva (malavasí) era muy rentable. Unos años después se
pusieron de moda unos vinos secos y alcohólicos como los grenchs y
montonechs (tintos de garnachas), pymet (vinos aromáticos), vernaches,
lluits y macabeus; el comercio de estos vinos se dinamizó mucho como
consecuencia de la expansión del poder catalano-aragonés en el
mediterráneo y pronto nuestros vinos compitieron con los vinos griegos
originales comercializados por los venecianos.

Fotografía nº 8.- Recuerdo a la vid en una luminaria del siglo I d.C.

Fue a partir del s. XV y hasta el XIX cuando más famosos fueron


nuestros vinos, tres grandes vinos se conocieron entonces en todo el

95
mundo: el Carlon, el Fondillón (o Alacant) y el Murviedro que ocuparon
cotas importantes en los mercados de Flandes, Inglaterra, Alemania, Suiza
y otros países nórdicos. En estos países nuestros vinos dulces aromáticos,
de alto grado y generosos fueron muy cotizados y comparados con los
vinos del Rhin y de Burdeos a los que superaron en fama en algunos
mercados. Si nuestros vinos fueron pioneros en estos mercados luego
fueron acompañados y en gran medida superados por otros vinos como el
Jerez, el Málaga y el Madeira.

El Alicante (Allegant) llegó a ser el vino más caro y apreciado en


Inglaterra en el s. XVIII se elaboraba con la variedad Garnacha pasando
posteriormente a realizarse con Monastrell. Fue en Alicante donde ya en
1560 se inició el primer ambicioso plan de regadío vitivinícola en España
el cual mereció un apoyo muy fuerte del gobierno de aquella época, Felipe
VI promovió la creación de las primeras presas y canalizaciones realizadas
por sus mejores expertos en ingeniería.

Hasta el s. XVIII aparecieron otros vinos muy interesantes en la


zona como el nuevo Fondillón (elaborado con garnachas y Monastrell), el
aloque (vino azafranado similar a nuestros actuales rosados, procedente
de (Monastrell y Parell), las malvasías (vinos blancos elaborados con
malvasía pero también con Moscatel, Forcallat y Blanquet). Los vinos de
Alicante entraron en decadencia a principios del s. XIX por diversos
motivos socio-históricos, estos vinos aún están esperando el lugar que
ocuparon y se merecen.

En otras de nuestras zonas, antiguamente vitivinícolas, también


tenían fama sus vinos así Ibu Labbun (s. XII) alababa los ardientes vinos
de Murviedro (elaborados con esta variedad autóctona hoy considerada
como el auténtico monastrell) y elaborados en las comarcas altas del
Palancia. En Viver y Jérica donde también se cultivaba una excelente

96
variedad blanca muy cotizada fue una época de esplendor aunque
posteriormente estos vinos perdieron su lugar en el mercado y las uvas se
destinaron a la elaboración de aguardientes para así llegar al siglo XIX y
perderse todo el acerbo y tradición vitivinícola en la comarca que hoy se
está intentando recuperar desde el concepto de Vinos de la Tierra de
Castellón.

En el siglo XIX fueron también muy valorados unos vinos blancos


procedentes del Maestrazgo, el denominado Carlon (elaborado con
Macabeo y Verdil y envejecido con barricas de boj) y otro el Tortosí
(elaborado con Tortosina y Embolicaire blanco). También fueron conocidos
otros vinos tintos elaborados con vernatxa (Garnacha) y Bonicaire que tras
tomar fama se les denominó Benicarlon o simplemente Carlon oscuro.
Estos vinos fueron tan apetecidos y similares a los vinos de Burdeos que
se embotellaron con marcas propias y se consideraron como uno de los
mejores vinos del mundo en las tabernas inglesas, creando el precedente
de marcas propias inglesas aplicadas a productos de otros países, en este
caso nuestros vinos, que luego siguieron con los vinos de Oporto, Jerez,
etc.

Además del prestigio evidente de nuestros vinos, durante la Edad


Media y Moderna todo el mundo occidental conocía las pastas con
almendra y uvas pasas elaboradas por los musulmanes españoles o por
sus descendientes; altísimo prestigio tenían las pasas elaboradas en
Espadán, Denia, Xaló y en el Vinalopó.

La estructura vitivinícola de nuestra comunidad cambió por el


desplazamiento de los viñedos hacia el interior y por el dinamismo que
tomó el cultivo del olivo en ciertas comarcas y épocas como
posteriormente ocurrió con hortalizas y otros cultivos.

97
Por su color y fuerza fueron famosos los vinos de Utiel-Requena, de
Liria y del interior de Alicante (Sax, Pinoso), pero al ser considerados vinos
de mezcla o complemento por su alto color y grado nunca ocuparon un
espacio propio entre los vinos europeos conocidos. Esto ha sido una
pérdida de identidad que se ha ido recuperando en Fuente La Higuera,
Turís, Cheste, Titaguas y Utiel-Requena, pero estos vinos aún no han
alcanzado el lugar que les corresponde por sus cualidades y
peculiaridades.

Fotografía nº 9.- Detalles de la presencia del cultivo de la vid en la arquitectura


social.

98
2.4. Secuencias básicas de la viticultura en el mundo
Se recolectaba en el Cáucaso.
Datos de recolección, cepas de gran tamaño en Mesopotamia.

IV y III milenio a.C. Racimos gigantes, datación de ánforas, Caldea, Canaán y Palestina.

En Armenia y Siria existen instalaciones precarias para la elaboración.

Vinos y ungüentos ceremoniales en Egipto.

Descripciones y restos de útiles para la elaboración de vino.

Egipto, Creta, Grecia, India, Mesopotamia. Restos de naufragios fenicios.


II milenio a.C.
Puertos comerciales (Ugarit) dedicados prioritariamente al comercio del vino.
Datos abundantes de comercio en tablillas cuneiformes.

Puertos comerciales con instalaciones para la recepción de ánforas vinarias.


Elaboración de ánforas en Iberia.

Manejo de emparrados de vid.

I milenio a.C. Prensas de viga en bodegas (griegos).


Consumo de piquetas, uso en simposium.

Se clasifica y tipifica el vino.


Citan calidad y pretenden varias tipificaciones de vinos.

Siglo VII a.C. El consumo de vino era habitual en Roma, como herencia fenicia.

Siglo VII a.C. El vino se producía y consumía en la Galia y Germania.

Siglo VI a.C. El vino se comercializaba desde Iberia.

Siglo IV a.C. La vid se plantaba en el Magreb.

Año 1600 a.C. En Egipto hay muchos jeroglíficos sobre el cultivo y recolección de la uva.

Año 870 a.C. Existen numerosos datos sobre banquetes y bacanales con el vino como protagonista.

Año 717 a.C. Se encontraron restos de ánforas en Almuñécar (de alabastros, origen egipcio).

Año 720 a.C. Se encontraron ánforas de barro en gran parte del litoral mediterráneo ibérico.

Año 714 a.C. Se difundió por todas las provincias romanas el cultivo de la vid. (Leyes de Justiniano
para evitar su arranque).

Año 92 d.C. Se decreta el primer arranque sistemático de vides en las fronteras del Imperio romano
para no atraer a los bárbaros (Decreto de Dominiciano).

Año 276 Se restablece la libertad del cultivo de la vid.

Año 810 Comienza el predominio de las órdenes religiosas en el domino de las plantaciones de
Vid y sus elaborados especiales.

Año 991 Cister amplia sus dominios.


Se amplia la influencia cluniacense (Cluny es una multinacional de gestión vitivinícola).

Año 1077 Intervenciones del Papa Gregorio VII.

Año 1140-1202 Intervienen en el sector Trapenses, Cartujos, Benedictinos (posteriormente aumentaron


su influencia Carmelitanos, etc.).

99
Evidentemente el conocimiento más profundo de los materiales
vegetales ha conducido al conocimiento de nuevas plagas y enfermedades
entre ellas algunas transmitidas por injerto que actualmente pueden
hipotecar nuestra viticultura.

Es claro que el futuro de nuestra viticultura es la denominada


viticultura racional y sostenible apoyándose en técnicas de producción
integrada, en la intensa mecanización y cultivo de precisión para optimizar
a nivel local y puntual los insumos. Todo esto buscando la máxima calidad
de la uva en las cepas y preocupándonos, del proceso de entrada en la
bodega como paso necesario para conseguir la calidad de los vinos que
hoy se demandan.

Mantener una viticultura de variedades de mayor demanda, por sus


excelentes vinos o la tipología de los mismos es importante, pero mantener
el cultivo de muchas variedades autóctonas, poco cultivadas o no
suficientemente apreciadas hoy es esencial para la futura renovación y el
mantenimiento de nuestros vinos, que si en el pasado fueron muy
apreciados (Fondillón, Carlón, etc.), sin duda volverán a ocupar el lugar
que se merecen al menos el mencionando en primer lugar con las nuevas
elaboraciones y las empresas que los potencian.

También nuestros nuevos vinos pelean hoy por encontrar un lugar


entre los vinos apreciados, aunque es claro que aún no han llegado a
recuperar el esplendor de los antiguos vinos del Levante peninsular.

La expansión del cultivo de la vid fuera de nuestro entorno


mediterráneo estuvo muy ligada a las conquistas y al papel de la Iglesia y
las distintas órdenes en los terrenos que se iban ocupando así la viticultura
se introdujo:

- 1552 en Nueva España (México).

100
- 1543 en el resto de América Central.

- 1547-1548 en Perú

- 1658 en Sudáfrica, pero ya por razones comerciales.

- 1970 en Australia, consolidándose en 1820.

- 1830 en Nueva Zelanda consolidándose en 1835 de nuevo


por órdenes religiosas (Maristas).

Pero no olvidemos que nuestra gente, nuestros agricultores


levantinos nunca fueron a América, nosotros sólo contribuimos a la
expansión de la viticultura en las tierras mediterráneas de la Corona de
Aragón.

El intercambio de materiales vegetales y productos con estas


nuevas zonas vitícolas supuso la secuencial entrada de graves plagas para
nuestra ancestral viticultura sobre raíces propias de la Vitis vinífera L.

Podemos citar, a modo de orientación, como inicio de las


principales catástrofes vitícolas:

- 1830: Invasión de piral

- 1850: Invasiones de oidio

- 1886: Invasión mildiu

- 1859: Ataques de filoxera, que se expandieron poco a poco


por toda nuestra geografía vitivinícola.

De todas formas la historia de nuestros vinos aún está por terminar


de escribir.

101
CAPÍTULO 3. VINO Y SALUD

El vino, como componente de nuestra vida y de nuestra cultura en


las que ha estado siempre presente, ha sido alimento, complemento
alimentario, fármaco, nutriente, estimulante, etc, volviendo a ser
considerado hoy como un alimento.

El vino ha significado poder, decisión y fuerza (aunque no siempre


la de la razón); ha sido de uso exclusivo de la aristocracia, ha pasado a ser
un engaño, una necesidad o un entretenimiento para el pueblo, llegando a
ser una droga, siendo finalmente recuperado como un componente de
nuestra alimentación, de nuestra dieta mediterránea.

Debemos recordar que el abuso del alcohol era, ha sido y puede


seguir siendo un problema grave en nuestras sociedades actuales.

La compatibilidad entre el consumo de vino y la salud, siempre que


la ingesta sea moderada es claro y siempre cuando este se tome
acompañando las comidas.

Los remedios medicinales de Hipócrates (428 años antes de Cristo)


y de su escuela de Cos con vino y aceite de oliva han sido el inicio de
muchos de nuestros principios y enfoque químicos de la medicina, y sin
duda los principios de lo que hoy conocemos como dietas mediterráneas.

El uso moderado de vino, a partir de una cierta edad supone un


beneficio para el funcionamiento de nuestro cuerpo siempre que este no
esté afectado de determinadas situaciones o patologías concretas o
sometido a medicación no compatible con la ingesta de alcohol
(antidepresivos, ansiolíticos, algunos antibióticos, etc.).

Es claro que el alcohol en dosis altas coagula albúminas, reseca


membranas, produce inflamación y produce severas alteraciones en el
sistema nerviosos, pero en pequeñas o muy pequeñas cantidades puede
102
estimular la circulación sanguínea y otras funciones del organismo, que
siempre se alteran de forma desfavorable por el exceso de alcohol.

Los sumerios, egipcios, romanos y otros pueblos usaban el alcohol


vínico o de otras procedencias como desinfectante, estimulador del apetito,
digestivo, somnífero e incluso anestésico, como estimulante, acelerador de
cicatrización de heridas, etc.

Avicena (siglo X) especifica “el vino es amigo del sabio pero


también enemigo de mucha gente”.

Paracelso (siglo XVI) especifica “el vino puede ser alimento,


medicina o veneno dependiendo de la dosis”.

Pasteur llegó a afirmar que “el vino tomado con moderaciones la


más higiénica y saludable de las bebidas”.

Actualmente existen muchos estudios epidemiológicos que resaltan


el papel beneficioso específico de alguno de los componentes del vino
(polifenoles como el resveratrol, etc.), también existen numerosos estudios
sobre los desastrosos efectos del alcohol.

El efecto beneficioso como bloqueante de radicales libres atribuido


al vino es consecuencia de su alto contenido en antioxidantes, sus efectos
sobre enfermedades cardiovasculares y periodontitis ha sido demostrado,
no tan claro es hoy su papel ante el crecimiento tumoral de grupos de
células y sobre las enfermedades de tipo degenerativo del sistema
nerviosos (alzhéimer, parkinson, envejecimiento precoz, demencia senil,
etc.) efectos que están en estudio y en parte, al menos en situaciones
concretas y en base a experimentación parcial, demostrados, pero no
suficientemente constatados y contrastados.

103
El nuevo papel del vino como protector de la piel ante las
agresiones medioambientales está poniendo también de moda su uso en
cosmetología y esparcimiento.

Actualmente en el vino, integrado en la dieta mediterránea que


tiene en él uno de sus tres pilares básicos que son las hortalizas y frutas, el
aceite y el vino, hay unas tendencias hacia el consumo de tintos, hacia el
consumo de vinos de calidad, y hacia los vinos varietales elaborados en
base a uvas de un solo cultivar; pero también hay otras tendencias hacia la
elaboración de vinos al gusto del consumidor, o hacia vinos muy concretos
de finca o de parcela. Estas dos últimas tendencias están ocupando un
nicho cada vez mayor en el consumo, pero evidentemente cada una de
estas líneas está implantada en sectores de consumidores con diferente
capacidad económica.

Recientemente los vinos blancos vuelven a tener un papel elevado


en el consumo diario e incluso se les atribuyen otros beneficios específicos
relacionados con la salud.

Actualmente el vino llega a todos los consumidores, aunque el


consumidor, buscando equilibrio precio-gusto-calidad no siempre elige
acertadamente, posiblemente no por falta de sensibilidad, sino de datos,
de formación o de información sobre los vinos que consume. Precisamente
una de las líneas actuales en la UE es aumentar la información sobre los
vinos al consumidor tanto en sus etiquetas como en la divulgación y
protección de sus calidades.

La cultura del vino debe abarcar como ya hemos indicado la historia


y el origen del vino y las cepas y potenciar no solo el conocimiento de los
vinos, sino de sus funciones y papeles socioeconómicos, en la salud y en
la alimentación, pero también debe incluir el conocimiento de los
complementos de elaboración y consumo del vino, las leyes y normas a los

104
que están sujetos en sus zonas y países, las denominaciones de origen,
los tipos de vinos, etc, pero un componente importante de la cultura del
vino es su papel en la salud, mediante un consumo moderado insistiendo
en los nefastos efectos del alcohol que contiene, si se toma en exceso o se
toman bebidas alcohólicas derivadas o no del vino.

El vino es un alimento con componentes beneficiosos para la salud,


pero con un contenido mayoritario en alcohol, producto no adecuado, entre
el 10 y el 15% más.

El vino debe integrarse como un componente de la dieta.


Realmente es un pilar básico de la antigua dieta mediterránea.

Existen numerosos ensayos epidemiológicos que han relacionado


el consumo moderado de vino con determinadas patologías coronarías,
con la arteriosclerosis y se ha constatado su papel como antioxidante
general, vasodilatador, con acción antitrombínica y antiinflamatoria y
probablemente con cierta acción antitumoral.

3.1. El vino y la salud en la historia

En Egipto el vino era un símbolo de lujo y prestigio, una ofrenda


característica a los dioses, pero también un condimento, lo que se refleja
en dos papiros que son auténticos libros de cocina.

Aunque el cultivo de la vid no era frecuente, si se cultivaba en


Nubia y en las orillas del Nilo, aunque también se importaba de otras zonas
próximas para así cubrir el consumo que de él se hacía.

Existe un viejo papiro egipcio (IV Dinastía) que hace referencia a


las aplicaciones del vino para el control de las fiebres, a su uso como
digestivo mezclado con determinados extractos vegetales, y a su uso para

105
tratar enfermedades oculares y para estimular la visión, probablemente con
fines religiosos y de adoración.

En Roma los vinos se elaboraban con uva muy madura y de alta


graduación para que se conservaran mejor, por ello debían suavizarse
para su consumo, y se mezclaban con miel, extractos de flores, carrizos,
tomillo, genciana, valeriana, canela, azafrán, ajenjo, almizcle, yodo e
incluso con opio. Mucho de estos vinos tenían un uso terapéutico y se
mantuvieron mucho tiempo en la farmacopea de la Edad Media, y en parte
han sido recogidos por las actuales fitoterapias y aromatoterapias.

Realmente el vino siempre ha estado relacionado con la cultura, la


religión, la mitología, el misticismo y la salud. A la vez el vino ha sido objeto
de refranes, escritos, obras de arte, tratados médicos, etc.

Objetivizar analíticamente los efectos del vino sobre la salud,


aunque actualmente es posible, no es fácil; ya que los ensayos biológicos,
de biodisponibilidad y efectos concretos de sus componentes no son muy
abundantes, contrariamente a lo que pasa con los efectos sinérgicos y
antagónicos del alcohol con numerosos medicamentos y que sí han sido
profundamente estudiados.

La epidemiología debida a los efectos nocivos del alcohol también


ha sido estudiada, llegándose a concluir que en los efectos del alcohol
influyen mucho los factores genéticos hereditarios, los hábitos de vida y
especialmente el sedentarismo, las situaciones de estrés, el peso, los
hábitos alimentarios, la edad, el sexo, etc.

Además de nuestros vinos actuales, considerados como alimento,


históricamente el vino además de tener un papel importante en las dietas
tenía un papel importante en la farmacopea.

106
Así, Homero (siglo IX a.C.) atribuía al vino el poder de facilitar la
cicatrización de las heridas y su cura. En Roma, en distintas épocas, el
vino formaba parte de la dieta de los soldados, como ocurrió
posteriormente con los soldados de los siglos XV al XVII en la España
Imperial.

En la época griega, Hipócrates atribuía al vino la corrección de


defectos en la visión y en los ojos, en las angustias y en los escalofríos
relacionados con las fiebres (probablemente hablaba del tifus), y se
recomendaba el consumo de vino en lugar de agua para evitar
enfermedades, al menos en verano. En Grecia el vino se mezclaba con
miel, con rábanos, con coles y con ajos, todo ello muy interesante y
concordante con los conocimientos nutricionales y terapéuticos actuales. El
vino, junto al aceite, el trigo y la cebada, se consideraban los alimentos
principales.

Teofrasto en “Historia de las plantas” además de indicar las labores


que deben realizarse en el viñedo para aumentar su longevidad, menciona
su adecuación para la salud en consumo como fruta y fermentada la uva.

Es Dioscórides (traducción de Laguna) quien advierte de los


peligros del vino, recomienda el consumo moderado, que no conviene a la
mujer en edad de procrear ni a los muchachos, pero recomienda (¿)
emborracharse una vez al mes para vomitar y así eliminar las impurezas
no adecuadas para el estómago. Su escuela preparó numerosos tipos de
vino que recomendaba en distintas dolencias, pero el vino no siempre era
de fermentación de uva que era lo más frecuente, así recomendó vino de
roete (granadas) para la escasez de orina (como diurético),el vino de
dátiles para mejorar el estómago y el vino sycites (de higos secos) para la
menstruación. Pero recomienda el vino de uva para otras muchas
dolencias así por ejemplo:

107
- Vino melitite o muslo (con miel), para flaquezas de cabeza y
estómago, para mal de riñones y para fiebres.

- Vino sicilifico (con cebolla), para evitar la gota, la angustia y


estrechura de pecho, para toses y pulso bajo.

- Vino marino (con agua de mar evaporada parcialmente) para


fiebre y empachos, vientre duro.

- Vino cydomite (con membrillo), para disentería y alteraciones del


hígado o los riñones, para fortalecer el estómago.

- Vino enanthino (vid silvestre y cultivada) para el control de


disenterías, para regular el flujo celiaco y para estimular el apetito.

- Vino de rosas para disminuir el dolor de estómago y la disentería.

- Vino myrtite (con mirto) para curar llagas y fluxiones internas.

- Vino resinoso (con distintas resinas de coníferas), para hidropesia,


tos y catarros. Una variante de este vino era mezclarlo con piñas
de coníferas y se recomendaba para aliviar la tisis (tuberculosis?).

- Vino cedrino (con resina y hojas de cedro) para evitar la tos,


dolores de pecho, temblores y lombrices.

- Vino empegado (con pez, resina concentrada de conífera) para


evitar dolores de vientre, de hígado, de pecho y de bazo.

- Vino de ajenjo, para disminuir la ictericia y los males de hígado.

- Vino de hisopo, para el control del asma, la tos y enfermedades de


pecho y pulmones.

- Vino aroma (con dátiles, cálamo, nardo, mirra, etc.) que


recomendaban emplear para evitar enfermedades de vejiga y
riñón pero también para dolores torácicos y saneamiento de los
pulmones.
108
Hipócrates ya indicó en los albores de nuestra medicina occidental
"el vino es bueno para el hombre, tanto en salud como en enfermedad, si
se administra en su justa medida, según la constitución individual de cada
persona"; la escuela de medicina de Salerno, una de las más prestigiosas
de la Edad Media, decía "en el vino pon atención, en él se encuentra el
veneno y la solución" y seguía recomendando aplicaciones y usos, que sin
duda hoy no son describibles, pero leyendo con atención tienen su
fundamento aunque, en aquellos momentos, eran recomendaciones
empíricas, sacadas probablemente de la transmisión y recopilación de
datos y situaciones observadas en aquellas épocas o en el pasado,
siempre recomendaba tomarlo acompañando la comida para eliminar los
"malos humores", mejorar la digestión, etc, o simplemente se
recomendaban por efectos aparentemente miméticos, pero que luego se
ha demostrado su efecto y eficiencia parcial, como ocurría con las
prescripciones de vino tinto en debilidades, anemias, heridas sangrantes,
partos, operaciones, etc.

El vino era un componente básico en la medicina mediterránea ya


5500 años a.C., se han encontrado restos de ácido tartárico y resinas en
muchos envase y recipientes de la farmacopea y la medicina encontrados
en Egipto, en Creta, en Grecia y en distintos países del Oriente Próximo,
en excavaciones de sus antiguas civilizaciones.

Históricamente el vino se ha considerado un alimento como


indicaba Noe 2300 a.C., aunque también observó sus peligros.

En Grecia Tucídides recomendaba medio litro de vino diario para


oradores y soldados.

Roma llegó a establecer en sus campañas un litro como ración


diaria para sus soldados.

109
Jenofonte y Plutarco hablaron de las excelencias del vino en los
siglos IV y I siglo antes de Cristo, así Jenofonte decía "no hay abuso del
vino si al beber su consumo no le impide volver sin criado a la casa si el
hombre no es anciano".

En el siglo IX antes de Cristo Homero recoge en la Iliada como las


heridas se curan física y mentalmente con un buen vino.

Fue Hipócrates quien más aplicaciones clínicas descubrió del vino,


en la alimentación y en la cura de infecciones, en afecciones oculares, en
daños de la piel e internas, lo recomienda para tisis, para enfermedades
del riñón, para problemas digestivos, etc., muchas veces sólo insistiendo
en que debían ser vinos astringentes, y otras muchas veces endulzados,
aromatizados o mezclados con principios existentes en otras plantas
dando nacimiento a una peculiar farmacopea aún vigente usando el vino
no sólo como excipiente, sino también como portador de principios activos.

San Mateo recoge en algunos pasajes de su evangelio lo siguiente:


"le daban vino con mirra pero él no aceptó". San Marcos indica "le dieron a
El vino con hiel y una vez probado no quiso beberlo", luego su uso en
medicina queda reflejado en las Sagradas Escrituras Cristianas.
Dioscórides, como médico del ejército romano, describe numerosos vinos,
sus calidades y sus usos como antidiarreicos (vino "ignia" muy
astringente), como digestivo (vino "falerno") y menciona y describe muchos
vinos formulados con dátiles, granadas, ajenjo, etc.

Columela también describe el uso de vinos de marrubio, de mirto,


de ajenjo, de tomillo, de hinojo, de poleo, etc. como remedios para
determinadas dolencias.

Dioscórides recomendaba consumir también “hojas de vid vinífera y


sus zarcillos mojados en vino pues disminuían las cefalgias”, las hojas
dice: “mitigan la inflamación y el dolor de estómago ya que son estípticas y
110
refrigerantes”, el zumo “es útil en los disentéricos, los afectos de estómago
y las mujeres embarazadas”, “los zarzillos remojados en agua tienen los
mismos efectos”. “Las lágrimas de la vid (el lloro gomoso de los
sarmientos) bebidas con vino expulsan los cálculos y aplicada en unción,
cura empeines, sarnas y lepras”… “hace caer las verrugas”… “aplicadas
las cenizas con vinagre cura grietas anales y es un socorro para
mordeduras de serpiente e inflamación del bazo”. “La flor de vid enante
(silvestre) cura cefaleas”.

La farmacopea del pueblo es muchas veces indicativa del poder del


vino adecuadamente formulado para remediar dolencias. Sobre las
virtudes del vino también Rabelais (1622) alaba el beneficio que este
aporta ante distintos padecimientos y si se es perseverante en su uso
mucho mejor tanto utilizando vino solo como adicionado de canela,
artemisa, salvia, nuez moscada, violetas, endrinas, etc. Considerando el
vino con efecto beneficioso en llagas estomacales, en sarna, en fetidez de
dientes, en el mal napolitano (sífilis?), en rosácea, en cálculos de vesícula,
en quemaduras de agua hirviente (¿), en forúnculos, en gonorrea, etc.

Aranguren (1784) además de hablar de técnicas de manejo de los


viñedos, de las técnicas de elaboración de los tipos de vino que existen en
España, recomienda el empleo de blancos y tintos como sigue “El vino
blanco es el mejor desde el punto de vista médico. Es diurético, abre las
vías respiratorias, no altera los sentidos ni grava la cabeza, mueve
blandamente el vientre, disuelve (facilita la digestión) de los alimentos,
limpia los vasos, atenúa lo craso, quita obstrucciones, ahuyenta los flatos y
excita el sudor. Se acomoda a los sanguíneos, coléricos, pituitosos,
literatos, ciudadanos y cortesanos. Puede beberlo sin recelo el niño (¿), el
mancebo, la mujer parida, la embarazada (¿) y la menstruante. El vino
blanco deja las manos suaves, mantecosas y limpias”.

111
“El vino tinto es más tartárico, por ello más pesado, nada diurético
(¿), menos laxante, infla el vientre, suspende la evacuación, grava la
cabeza, entorpece los sentidos, detiene las excreciones, aumenta la fuerza
de los vasos”…”quema, corroe y pone inservible el corambre”…”Pone las
manos ásperas, endurecidas y con grietas”…”el vino tinto muy oscuro da
dolencias, entorpece, afemina (¿) y envejece”..”del vino tinto el menos
malo es el <ojo de gallo> el cual tiene el color de la guinda y se elabora
con uva tinta o con uva blanca y algo de tinta”.

Actualmente y tras conocer la riqueza de los vinos en los


componentes que consideramos más activos en la salud, es difícil
compartir estas observaciones de Aranguren ni en la inocuidad de
suministrar vino blanco a los niños, ni en las apreciaciones sobre los
efectos del vino tinto, que serán comentadas posteriormente. Este autor
comenta “que los agricultores pese a todo ello prefieren el vino tinto que en
la farmacopea levantina también se prefiere el vino tinto”.

Sobre los vinos dulces y generosos Aranguren indica: “Son suaves


al beberlos pero luego son amargos, llaman al sueño pero con estruendo y
dolor de cabeza despiertan”…“causan plenitud de humores, inflaman la
sangre, entorpecen acciones naturales, aumentan la contracción de
nervios y músculos, producen males artríticos, demencias, inflamaciones,
erisipelas, tabardillas, hidropesias, vértigos, apoplexias, nefritis, asmas y
temblores.”

Actualmente la farmacopea del vino está volviendo a tener un cierto


auge en medicina natural.

El efecto del vino sobre las patologías más frecuentes en nuestra


sociedad como son el infarto de miocardio, la aterosclerosis, sobre el
cáncer, sobre el sistema nervioso, sobre el sistema urinario, etc. es
importante.

112
La composición de un vino depende de muchos factores, por lo que
nunca puede ser prescrito como medicamento ni puede ser dosificado para
conseguir efectos terapéuticos, luego siempre debemos considerarlo o
como un preventivo, como un excipiente transportador del principio activo,
o como un simple complemento sanitario o mejor de una dieta adecuada al
menos para personas sanas.

Existen numerosos factores tanto intrínsecos como extrínsecos que


inciden en la composición de un vino, entre los que cabe citar como más
destacados entre los factores intrínsecos los siguientes:

− la variedad,

− la fase y momento de desarrollo de los granos en la cepa,

− el índice de maduración.

Estos factores son importantes ya que evidentemente determinan el


contenido final y la secuencia de acumulación de azúcares, la evolución de
ácidos (tartárico, málico, cítrico, etc.) el contenido de polifenoles (taninos,
antocianos), el contenido en elementos químicos como el potasio, calcio,
magnesio, el contenido en aminoácidos y evidentemente en metabolitos
menores como el resveratrol, las quercetinas y otros compuestos como
pectinas y gomas.

Por otra parte existen numerosos componentes menores como son


los compuestos aromáticos que además de tener un papel en la
aceptabilidad y calidad del vino y que aumentan unos diez días antes de la
recolección habitual o técnica, tienen importantes funciones en el
metabolismo del hombre ya sea como inductores o como moduladores.

Existen también otros factores extrínsecos que influyen


decisivamente en la composición del vino, entre estos debemos citar:

− el patrón empleado,
113
− el tipo y composición del suelo,

− los factores geográficos relacionados con la duración día/noche y


con la época invierno/verano/otoño) y en general con las
temperaturas durante el ciclo anual de las cepas,

− los cambios térmicos,

− factores topográficos, al incidir esta situación topográfica sobre los


elementos climáticos,

− factores climáticos y especialmente la iluminación, la temperatura,


la humedad, las precipitaciones y los vientos,

− factores bióticos, la incidencia de ciertas enfermedades y plagas


como la botritis que estimulan compuestos de defensa de las
cepas como son las fitoalexinas,

− factores antrópicos, o de manejo de las cepas y uvas por el


hombre.

Pero también influye mucho el método y técnicas de elaboración de


los vinos, su envejecimiento en madera tiene una importancia decisiva en
este sentido, ya que la madera además de favorecer los procesos de
oxidación del vino, aporta determinados componentes a los vinos
procedentes de los recipientes en los que están contenidos los vinos y
desde luego la composición de las distintas maderas de roble, ya que el
tipo de roble no es igual ni produce el mismo efecto (es constatable el
efecto diferencial del roble americano, del roble allier y el roble limousin,
sin mencionar otros orígenes en los vinos) y menos si se emplean otras
maderas como se hizo en algunas ocasiones empleando castaño, boj,
alepo, etc., evidentemente hoy es la madera de roble la más utilizada en
estos procesos de envejecimiento, pero incluso la misma madera tiene
peculiaridades distintas y transfiere componentes al menos en cantidades

114
distintas según el secado sea natural o no y según el nivel de tostado o
flameado de las duelas para construir las barricas. Siendo este un mundo
apasionante que entrará a comentarse dentro del tema específico sobre
tonelería.

Sabiendo que no puede generalizarse la cantidad de los distintos


componentes del vino pero sí su presencia, debemos recordar como
componentes habituales los siguientes:

Alcoholes entre ellos los siguientes grupos:

Alcohol etílico (mayoritario por fermentación de los azúcares de la


uva).

Otros monoalcoholes (propanol y metanol). Polialcoholes como son


el glicerol, mayoritario dentro de este grupo y que constituye el producto
final de aproximadamente el 8% de los azúcares de la uva, que aporta
consistencia y suavidad al vino, el Inositol, el 2;3-butanodiol. Otros
alcoholes entre ellos manitol; sorbitol, arabitol, eritritol, etc. están también
presentes como trazas en los vinos.

Alcoholes secundarios o volátiles, mayores en cantidades que


algunos de los anteriores y cuyos contenidos oscilan entre 0,6 y 1,3 g/L
como ocurre con los distintos metil propanoles y metil butanoles, etc.

Entre los fenoles que más influyen directamente en la salud


debemos recordar el resveratrol, la quercetina y la mircetina cuyas
funciones en el organismo humano serán desarrolladas posteriormente.

Aminoácidos presentes en cantidades muy variables según la


variedad y el manejo de la vegetación, así como cualquier otro factor que
incida en el metabolismo de estos compuestos, como el abonado
nitrogenado, etc. La composición en aminoácidos en vinos tintos suele ser
mucho mayor que en blancos y rosados.

115
La relación de aminoácidos en los mostos y su evolución enológica
hasta los vinos, no está suficientemente estudiada y tiene un gran interés
actualmente para evitar respuestas alérgicas, histaminergicas, que pueden
desencadenarse en ciertas personas especialmente sensibles. Como
aminoácidos habituales en el vino en concentraciones de mayor a menor
(aunque no de forma absoluta al ser variables con la variedad y el tipo de
vino y elaboración) podemos indicar los siguientes :

Prolina, alanina, ácido glutámico, arginina, G-aminobutírico, glicina,


leucina, lisina, serina, valina, ácido aspártico, fenilalanina, taurina, onitina,
metionina, etc.

Iones, libres o combinados que forman parte del vino y entre los
que destacan el potasio (con valores entre 800 y 1400 mg/L) y el magnesio
(entre 99-148 mg/L) estando presentes en cantidades menores calcio,
sodio, hierro, litio y rubidio, y en cantidades mucho menores cobre,
manganeso, cloruros, sulfatos, fosfatos y bario.

Azúcares residuales, presentes en el vino cuando las


fermentaciones no son completas o por condiciones naturales o al parar la
fermentación por adición de aguardientes o alcoholes, estos azúcares
suelen ser arabinosa, xilosas, ribosa, sacarosa, y trazas de glucosa o
fructosa.

Proteínas suelen estar en muy baja cantidad y suelen ser índice de


contaminación o anomalías en los vinos.

Gomas, pectinas y otros polisacáridos.

Tirosinasa cuya concentración en mostos de Garnacha, Bobal y


Merlot es excepcionalmente alta y contribuye a su defensa contra
infecciones fúngicas y que puede aparecer en trazas en el vino.

Mesoinositol.

116
Vitaminas, entre las que destacan la nicotinamida, riboflavinas,
tiaminas, biotina y piridoxina es decir vitaminas del grupo B.

En el mosto es abundante el ácido ascórbico, pero sólo suele


presentarse en forma de trazas en los vinos.

La implicación de todos estos componentes, o al menos muchos de


estos y sus metabolitos en la salud es importante, debemos recordar que
en el vino la aparición de acetaldehido es muy inadecuada y que existen
tres vías de formación de este compuesto a partir del alcohol (la acción del
enzima alcohol deshidrogenasa, el sistema microsomal de oxidación
MEOS, como fracción del citocromo P450 y la presencia del enzima
catalasa) en todos los casos se crean metabolitos tóxicos que crean
hipoxia y aparición de radicales libres, pudiendo disminuir la movilización
de ácidos grasos y generando purinas que pueden producir hiperuricemia.

Un tema muy importante, antes de comenzar a resumir los efectos


de los componentes nobles para la salud que posee el vino, es mencionar
las dosis de consumo consideradas aceptables y cuando este consumo es
considerado abusivo y por tanto no adecuado, perjudicial y peligroso.

Determinar los límites de consumo de alcohol no es fácil, lo ideal


sería hablar de alcohol cero en la sangre, puesto que su presencia tiene
siempre efectos tóxicos, e indeseables al alterar más o menos la
capacidad de reacción y la motilidad que puede hiperactivar en un
momento o disminuirla rápidamente en otro, según el nivel de alcohol. A
nivel de consumo, siempre se han recomendado dos vasos de vino diarios
y con las comidas, realmente e intentando objetivizar esta aseveración,
pues los vinos tienen graduaciones muy distintas y los vasos también unas
capacidades muy diferentes, la CIE estableció en principio como dosis
aceptable de alcohol 24 g/día en el varón y 16 g/día en la mujer
entendiendo como uso abusivo pasar respectivamente de 40 y 26 g/día. La

117
dosis considerada aceptable que clásicamente decía dos cuartillos, está
establecida en unos 400 cc/día de vino de 12° en el hombre y algo menos
en la mujer.

El nivel de consumo diario de vino por persona no es fijo y puede


hablarse de consumo anual en litros, lo que permite comparar el consumo
por persona adulta en los distintos países, así en España y sobre todo
Francia e Italia consumen más de 30 litros de vino anuales per cápita
aunque bajando actualmente, lo que indica consumos excesivos de alcohol
ya que superan los 50 g/día. En consumo siguen Argentina, Canadá, Chile,
Australia, etc.

Sí debemos hablar de las excelencias de algunos componentes del


vino, también debemos recordar los problemas asociados al abuso del
alcohol, pero no sin recordar antes que el vino no es sinónimo de alcohol y
que el vino tiene compuestos que interaccionan con el alcohol evitando
algunos de sus efectos, y sin olvidar también que la cantidad porcentual de
alcohol en los vinos es bastante más baja que en los licores y destilados.

El vino se consumía también diluyendo el resultado de su cocción


previa o mezclando esta cocción con otros alimentos.

También en Grecia se recomendaban combinaciones dietéticas y


sanitarias interesantes, como las combinaciones: quina y vino, menta y
vino, adormidera y vino, granadas y vino, jengibre, canela, azúcar y vino,
ruda y vino, orégano y vino blanco, etc.

El vino es un conjunto de componentes con evidente sinergismo


entre ellos y con efectos específicos demostrados en ocasiones en
ensayos “in vitro” o “in vivo”. La mayor parte de componentes son
antioxidantes (evitando sobre todo la oxidación del LDL, evitando así los
efectos de este tipo de lípidos que aglomeran macrófagos, producen
cristales de colesterol y necrosis que conducen a la hinchazón, aumentan
118
la adherencia plaquetaria y facilitan la formación de ateromas que
producen la obstrucción arterial) entre los que debemos recordar los
flavonoides, las antocianinas y antocianidinas, que son realmente
compuestos bactericidas y antisépticos; las epicatequinas y las
quercetinas, el conjunto de taninos que facilitan el peristaltismo, la
procianidina, y el resveratrol; componentes estos todos ellos con otros
efectos específicos. Si estos componentes minoritarios son importantes, el
alcohol, que es el componente más abundante en el vino, además de tener
un efecto directo como vasodilatador arterial, tiene varios efectos
secundarios no deseables y en muchos casos altamente nocivos, que
también mencionaremos.

El vino, como hemos indicado, es considerado hoy como un potente


antioxidante, ya que posee muchos componentes con esa función, que son
capaces de atrapar radicales libres especialmente en las paredes
arteriales; y que son capaces de acumularse en la interfase agua/lípido de
las membranas.

Entre los componentes del vino con efecto antioxidante debemos


citar como ya hemos mencionado anteriormente:

- catequinas y epicatequinas,

- ácidos gálico y cafeico,

- quercetinas,

- mircetina,

- malvidina y cianidina,

- rutina,

- resveratrol y sus derivados.

119
Además, como también hemos indicado, el vino posee una buena
cantidad de minerales, especialmente: calcio, que desempeña un papel
importante en la formación de los huesos; magnesio, con acciones claras
sobre el sistema nerviosos; potasio, con efectos muy diversos sobre el
sistema circulatorio y en concreto en el funcionamiento cardiaco y en la
sangre, ya que es un importante factor de coagulación; hierro, asociado a
los taninos, etc.

El vino también contiene vitaminas, especialmente del grupo B,


entre estas vitaminas debemos señalar: la vitamina B1, que es un eficiente
antiulcógeno y un buen protector gastrointestinal; la vitamina B2, que es un
compuesto protector de las mucosas y la piel; la vitamina B3, que posee
efectos para actuar contra las depresiones, situaciones de estrés y
dermatosis; la vitamina B5, con numerosos efectos ya que es un protector
citológico y mitigador del deterioro de las células nerviosas, con efectos
específicos en los órganos hepáticos y el sistema respiratorio; la vitamina
B8, con acción mejorante de la circulación periférica; la vitamina B12, que es
un compuesto antianémico que favorece la formación de glóbulos rojos;
etc.

Desde siempre, en nutrición, se ha considerado el vino como un


ingrediente de la dieta, pero es claro que los efectos nocivos del alcohol,
que en un momento de la historia fue pócima del conocimiento y vehículo
hacia la inmortalidad, generan o pueden generar violencia e intolerancia,
pero no cabe duda de que el vino tiene o ha tenido importantes funciones
farmacológicas en el pasado sobre todo como disolvente de extractos de
hierbas medicinales y como reconstituyente, funciones estas que se
mantienen en las medicinas alternativas actuales.

Actualmente la OIV y la CIE han realizado numerosos estudios que


recomiendan el consumo moderado de vino ya que es en conjunto un muy

120
buen antioxidante, estableciendo como recomendados unos 375-400 cc de
vino diarios (tomando como referencia contenidos de unos 12º alcohólicos)
lo que puede suponer entre 16 y 24 gramos de alcohol en consumo diario,
se recomienda un consumo menor para las mujeres, y por supuesto
ninguno en niños o enfermos hepáticos.

Así mismo la OIV establece como consumo de riesgo entre 24 y 40


gramos de alcohol en el consumo diario y también más de 168 gramos
semanales. Establece como consumo excesivo todo aquel que supere los
60 gramos por día, ya que repercute en los accidentes, especialmente en
los de tráfico y en los laborales, en la mortalidad, en la hipertensión y en la
cirrosis, etc.

Evidentemente estas cifras están en estudio en nuestra sociedad,


está clara la tendencia a recomendar la reducción de la ingesta diaria de
alcohol y aumentan los casos en los que nunca debe consumirse,
recomendándose también siempre el consumo de bebidas con bajo grado
alcohólico como es el vino y siempre con la comida, los niveles de
consumo antes mencionados y como recordatorio de unos datos similares
ya citados con anterioridad, tienden claramente a reducirse en nuestra
sociedad actual.

En concreto y sin diferenciar, ya que posteriormente entraremos en


más detalles, debemos recordar que el uso del vino es positivo ya que
tiene efectos específicos, de difícil evaluación pero constatados por
numerosas publicaciones científicas, pero siempre consumido con
moderación y responsabilidad.

3.2. Acciones generales del vino en la salud

121
Entre estas acciones del conjunto de los componentes del vino, que
aunque incluye alcohol tiene también otros componentes de muchos de los
cuales ya hemos hablado con acciones específicas y muchas veces con
evidente sinergismo se encuentran las siguientes:

- parece ser un quimiopreventor del cáncer,

- es antioxidante,

- es antiinflamatorio,

- reduce la formación de ateromas al poseer factores


anticoagulación plaquetaria,

- es vasodilatador,

- es un limitante de la absorción de grasas y por ello


quimioprotector al facilitar que el HDL sustituya al LDL.

Sí debemos analizar, aunque sea someramente, los efectos


positivos del vino, y dado que este contiene alcohol, sin duda debemos
recordar también los trastornos que el alcohol puede producir de manera
general y a nivel de los aparatos digestivo y respiratorio, en el sistema
vascular y sanguíneo, en el sistema endocrino, en el sistema nervioso y
muy especialmente a nivel inmunológico y en los sistemas óseo y dérmico.

El alcohol se metaboliza a acetaldehído, que es citotóxico y genera


abundantes radicales libres (superóxidos, peróxidos e hidróxidos), produce
mutaciones del ADN y altera la capacidad de reparación de este ADN.

Pero además el alcohol reduce el nivel de defensas del organismo,


activa el isoenzima del P-450 (el Cyp1A2) que favorece la liberación de la
dimetil-nitrosamina, que es un estimulante del sistema ROS y del cáncer, y
también reduce o bloquea la acción de la vitamina A. Además el alcohol
incrementa la presión arterial (aproximadamente, superada la dosis
recomendada, cada 10 gramos de ingesta diaria suben 1’5-2 mm Hg la
122
presión sistólica y 1 mm Hg la presión diastólica) durante un tiempo
determinado, según el sexo, el peso, y las condiciones; siendo estas
elevaciones mayores en casos de obesidad y cuando se utilizan muchos
de los contraceptivos orales habituales.

Con consumos habituales, al menos en las mujeres, se observa un


aumento de la masa ventricular izquierda, que responde a la supresión del
consumo de alcohol. No debemos olvidar que el alcohol tiene también
efectos nocivos a nivel del páncreas, del hígado (induce hígado graso,
fibrosis perivenular, potencia el efecto de la hepatitis y conduce a cirrosis) y
del cerebro (euforizante inicial y psicodepresor profundo con posterioridad,
así, con algo menos de 0,1 g/L en sangre es euforizante y baja la
ansiedad, con 0,4-0,5 g/L en sangre baja las habilidades y la percepción, y
con más de 0,6 g/L en sangre conlleva la pérdida de reflejos y de la
memoria), contribuye al desarrollo de cáncer de boca, laringe, faringe,
esófago y estómago en bebidas de alto grado; pero también hay estudios
que indican que bebidas con bajo contenido alcohólico (y en concreto la
cerveza) estimulan el desarrollo de cáncer de recto y de colon.

Además, esta claro que el alcohol crea dependencia, y que da lugar


a cuadros clínicos específicos como son:

- pérdida de la memoria reciente,

- demencia,

- disminución de la capacidad de abstracción,

- envejecimiento cerebral prematuro,

- síndrome de SAF (alcoholismo fetal), este síndrome conlleva en


las actuaciones posteriores del niño a la falta de capacidad de fijación de
su atención, baja agilidad mental, comportamiento agresivo, ausencias,
etc. Se puede producir incluso con ingestas bajas de alcohol, por ejemplo

123
con algo más de 13 gramos de alcohol diario, por ello el alcohol en los
periodos de embarazo está siempre desaconsejado,

- a nivel sanguíneo, el alcohol además de reducir las defensas


puede producir anemias, plaquetopenia, monocitomacrofagia (disfunción
del sistema de defensas y reducción de la eficiencia de los macrófagos),
hipovitaminosis, baja la eficiencia de las células T-killer, reduce la
generación de citoprotectores, etc.

Además, el alcohol estimula la osteoporosis (que es reducida con el


consumo moderado de vino tinto), estimula la dermatitis seborreica, las
urticarias y el púrpura dérmico.

También debemos recordar que el alcohol puede tener


interacciones farmacológicas con muchos principios activos, por lo que
nunca debe ser consumido en cantidades significativas en tratamientos
agudos o crónicos con muchos fármacos.

En concreto, el efecto del consumo elevado o por encima de las


ingestas consideradas normales tiene los siguientes efectos básicos en
nuestro organismo:

A nivel del sistema respiratorio:

- estimula y acentúa el síndrome asmático,

- agrava la respuesta a muchos alergógenos, aumentando los


síntomas de rinorea,

- puede conducir a colapso y obstrucción de bronquiolos,

- estimula la odinofagia,

- aumenta la sinusitis,

- aumenta la presión facial por efecto concreto de la 5-hidroxi-


triptamina,
124
- predispone y agrava la neumonía,

- es un factor estimulante de la progresión de la tuberculosis y las


lesiones cavernosas.

A nivel del sistema endocrino los efectos del alcohol pueden afectar
de forma general, pero también de forma específica, por ejemplo al
tiroides, en general produce:

- hipogonadismo,

- aumenta el nivel de azúcar en sangre conduciendo a diabetes, o


estimulando la evolución de algunos tipos de diabetes,

- hiperuricemia,

- acumulo de grasa, estimulando la obesidad precoz y puntual,

- dismenorrea,

- amenorrea y trastornos de la menstruación en general,

- produce vasoconstricción encefálica secundaria,

- disminuye la fertilidad, esto ocurre no solo con el alcohol, sino


también con determinados vinos con elevado contenido en quercetina, que
en general es un factor positivo del vino, pero que en dosis altas disminuye
la movilidad espermática.

A nivel del aparato digestivo:

- síndrome de agrietado esofágico,

- pancreatitis,

- cirrosis,

125
- potencia la hepatitis y sus efectos secundarios,

- estimula la fibrosis hepática,

- reduce la absorción intestinal de muchos nutrientes y


micronutrientes esenciales en la dieta.

A nivel del aparato cardiovascular puede producir:

- arritmias,

- miocardiopatías,

- favorece la formación de ateromas, ateromas que son reducidos


mediante el consumo moderado de vinos tintos, como consecuencia de
determinados componentes minoritarios de estos.

A nivel del sistema nervioso, y de forma general, sin entrar en


patologías ni síndromes concretos, el alcohol produce:

- degeneración cerebelosa y pérdidas de motilidad y reacción


crecientes,

- encefelopatitis diversas,

- polineuripatía,

- convulsiones,

- mielinosis.

Si los efectos del alcohol son negativos, no ocurre así con el vino
tomado con moderación, cuya ingestión inteligente, y que como ya hemos
citado ha estado siempre presente en muestras sociedades tanto actuales
como históricamente hablando, ha formado parte de su cultura, de su
liturgia, de su farmacopea y de su medicina.
126
Es evidente que numerosos personajes históricos han sido
bebedores, pero está claro que los bebedores moderados de vino
consiguen una mejor calidad de vida y una mayor longevidad. De todas
formas, el consumo de vino no está separado de posibles riesgos, pero
estos riesgos están delimitados, para cada individuo, por las dosis
toleradas y permitidas que no generan comportamientos ni disfunciones de
ningún tipo; depende de la genética del individuo, del peso de su cuerpo,
del tipo de alimentación en general y del tipo de alimento concreto con el
que se toma el vino, el maridaje del vino es algo mucho más serio de lo
que se considera actualmente, el maridaje no es moda, no es esnobismo o
presunto buen entendimiento o conocimiento, es una técnica nutritivo-
dietética hoy olvidada por la moda que ha cambiado el sentido técnico para
tener un contenido casi exclusivamente lúdico.

Los efectos del vino, evidentemente, dependen del


acompañamiento que de este vino se hace, del momento del día, y
sobretodo de la actividad de las personas.

Recordemos que el vino tiene componentes muy valiosos como la


vitamina P o la citrina, y que aunque en pequeña cantidad también
contiene quercetinas, rutinas, hesperidinas, eriodictinas, flavonoides,
antocianos y antocianidinas, taninos, resveratrol y otros componentes
deseados que ya hemos mencionado y desarrollaremos a continuación.

Pero el vino, un vino mal elaborado, mal conservado o procedente


de uvas no adecuadamente manejadas en campo o mal seleccionadas,
puede contener componentes cuanto menos problemáticos para la salud,
cuando no claramente perjudiciales. Entre ellos debemos recordar los
siguientes:

- nitrosaminas, si se abusa del abonado nitrogenado aumentan en


los mostos y en los vinos,

127
- diversas micotoxinas de Aspergillus etc, pasan al vino a partir de
las vendimias y uvas podridas sin seleccionar,

- uretanos,

- diversos pesticidas, que aplicados en sobredosis o sin respetar los


márgenes de seguridad pueden pasar al vino,

- antiespumantes no adecuados,

- conservantes que pueden generar problemas respiratorios o ser


alergógenos, como el sulfuroso en exceso, etc.

- contenidos excesivos de azufre,

- contenidos de metales, entre ellos el cobre,

- otros coadyuvantes de clarificación o desferrización, que pueden


ser muy tóxicos,

- ocraxantinas y ocratoxinas diversas.

3.3. Componentes del vino con influencia en la salud

Además de los efectos del alcohol contenido en el vino, que al


menos tiene función vasodilatadora, en el vino existen numerosos
componentes de alto valor para nuestra salud.

Pero recordamos también que el alcohol directamente es inhibidor


de la ciclooxigenasa plaquetaria, actuando de antiagregante y disolvente
de trombos, que refuerza las membranas celulares si se toma con
moderación, que reduce el factor VIII de la coagulación, que reduce el
fibrinógeno plasmático y por tanto es un anticoagulante.

Además, existen como ya hemos indicado muchos compuestos


minoritarios con funciones relacionadas con la salud y la enfermedad,

128
realmente algunos componentes del vino podrían ser considerados como
materias activas, aunque su concentración es muy baja en los vinos y su
dosificación prácticamente imposible.

Ente estos componentes y debiendo diferenciar entre los vinos


tintos y los blancos (aunque ambos tienen virtudes, componentes
específicos y generales) podemos mencionar entre los compuestos
relacionados con la salud.

Sin utilizar una clasificación química rigurosa, que ya hemos


esbozado con anterioridad, de forma muy básica, vamos a mencionar los
papeles en la salud de los siguientes componentes del vino:

- fenoles y sus derivados, especialmente su fracción ácida,


indicando sus efectos generales

- proantocianidinas

- procianidinas

- flavonoides

- catequinas y catecol

- quercetinas

- resveratrol

- alcohol etílico

y sin olvidar los papeles ya mencionados de los minerales y vitaminas


(grupo B) que contiene.

3.3.1. Fenoles

Proceden del ácido sikímico, que se transforma en ácido


parahidroxipirúvico, que da lugar a la mayor parte de los fenoles.
129
A partir de estos fenoles, y de los intermedios de las vías
metabólicas del ácido sikímico y de los poliacetatos, se forman flavonoides,
taninos y antocianos.

Dentro de los fenoles, la fracción ácida es la que mayores efectos


farmacológicos tiene, ya que esta fracción tiene un fuerte carácter
bactericida.

En realidad, el mejor sistema exógeno protector de nuestro cuerpo


es el formado por los carotenoides, aminoácidos azufrados, selenio y
fenoles.

En concreto, los fenoles potencian también el mecanismo de


protección celular endógeno formado por el sistema SOD
(superoxidodismutasa), las catalasas y las glutationperoxidasas, que junto
con la transferrina, las albúminas y la curuplasmina bloquean los radicales
libres.

La fracción ácida de los fenoles del vino incluye ácidos benzoicos,


entre ellos el ácido protocatéquico, que da lugar a las catequinas; el ácido
gálico, que genera los taninos gálicos; y también incluye los ácidos
hidroxicinámicos (ácido caftárico, ácido cutárico, etc.), los ácidos cinámicos
con alto poder antioxidante y bactericida, y los estilbenos (entre ellos el
resveratrol), el ácido cumárico, el ácido siríngico, el ácido vainillinico, el
ácido parahidroxibenzoico, etc.

Las funciones generales de los fenoles relacionadas con la salud


son las siguientes:

- Son potentes antioxidantes.

- Inhibidores de la acción LDL.

- Bloquean las células espumosas, al reducir la presencia y acción


de los macrófagos.
130
- Producen relajación muscular.

- Permiten un eficiente control de los melanocitos, potenciando su


desarrollo y expansión, con lo que reducen los daños causados por los
rayos ultravioleta en la piel mitigando la evolución del melanoma humano,
inhibiendo el número y tamaño de las manchas del melanoma.

- Son bactericidas de amplio espectro.

Los fenoles son muy abundantes en los vinos tintos, y


especialmente en determinados vinos varietales procedentes de cultivares
como Monastrell, Merlot, etc.

Actualmente los fenoles se consideran marcadores taxonómicos,


determinantes de las catas sensoriales del vino y, sobre todo, alimentos
funcionales.

3.3.2. Proantocianidinas

Las proantocianidinas tienen una elevada afinidad por las proteínas,


luego sus efectos en la salud están relacionados con esta acción.

Sus funciones son básicamente las siguientes:

- Son compuestos antihemolíticos, luego al evitar o retrasar la


destrucción de los glóbulos rojos se consideran antianémicos.

- Tienen efecto reforzador del colágeno.

- Con acción estimuladora enzimática específica y potenciadores de


los enzimas gástricos.

- Acción antioxigénica al bloquear distintos compuestos, al ser las


proantocianidinas sustancias con un elevado número de dobles enlaces.
Así actúan como quelantes, antirradicales libres, reductores y sinergizantes
de la acción antioxigénica de otros compuestos.
131
3.3.3. Procianidinas

Son compuestos relacionados con los anteriores cuyo papel es


fundamental como:

- Bloqueantes del LDL, por ello ayudan en el control del nivel de


colesterol.

- Reforzantes de las paredes capilares evitando la fragilidad capilar


y la “púrpura”.

3.3.4. Flavonoides

Los flavonoides y en concreto las catequinas y epicatequinas, son


componentes habituales en los vinos blancos junto al ácido hidrocinámico,
el cutárico y el caftárico.

Los flavonoides tienen importantes efectos saludables como son:

- Mantienen el adecuado estado de la retina evitando o


minimizando la oxidación de los lípidos en sus membranas retrasando
entonces la opacidad de la misma (cataratas).

- Reducen los procesos inflamatorios.

- Mejoran el estado general en caso de diabetes, especialmente la


asociada al envejecimiento.

- Actualmente se les atribuyen efectos reductores de la


degeneración producida por el Alzheimer, cosa aún no comprobada
totalmente.

El papel biológico de los flavonoides es el siguiente:

- Estimular la síntesis proteica.


132
- Mantener la fluidez de las membranas al evitar la oxidación de los
lípidos conformacionales de las mismas.

- Bloquear la biosíntesis de compuestos oxidativos como son los


hidróxidos, los peróxidos y los superóxidos.

3.3.5. Catequinas y catecol

Este grupo de compuestos, presentes especialmente en vinos


tintos, y que actúan como quelantes de los metales y entre ellos del hierro,
tienen los siguientes efectos positivos para la salud:

- Son capaces de bloquear y posteriormente eliminar diversos


radicales libres del entorno celular de los organismos.

- Son inhibidores potentes de las nitrosaminas, luego se consideran


protectores del tracto digestivo evitando o minimizando el efecto
tumorgénico de la nitrosamina.

- Son inhibidores, al menos “in vitro”, de la proliferación celular,


luego actualmente tiene justificación su uso farmacológico contra el cáncer.

- Actúan inhibiendo las ciclooxigenasas y las lipoxigenasas, que son


factores de proliferación celular, es decir, se consideran como inductores
de apóptosis (muerte programada) de las células tumorales. Se ha
constatado este efecto en algunos ensayos “in vivo” con animales.

- Actualmente se están empezando a utilizar compuestos de este


tipo como antivirales, empleándose en el control de la hepatitis B por su
efecto de aclaramiento antigénico y de VIH.

Las catequinas son consideradas también como antioxidantes,


anticoagulantes y bactericidas.

133
Actualmente se ha comprobado el alto contenido de estas
catequinas en vinos varietales de Tempranillo, Merlot, y Pinot, (alrededor
de 70-90 mg/L); mientras que su contenido es bajo en vinos de Monastrell
y de Bobal (en torno a 28-38 mg/L).

3.3.6. Quercetinas

Este grupo de compuestos tiene un claro efecto bifásico, es decir,


son beneficiosos para la salud, pero en un rango de concentraciones,
elevadas que nunca se han detectado en vinos, tienen o pueden tener
efectos muy perjudiciales.

Las quercetinas tienen las siguientes funciones benéficas para la


salud:

- Son inhibidoras muy eficientes de la oxidación del LDL.

- Inhiben la coagulación sanguínea el tener un fuerte efecto


antitrombótico, lo que puede ser inadecuado en determinadas ocasiones
ya que es inhibidor de los factores NK y KB.

- Se considera un potente antidegenerador del sistema nervioso.

- Se ha constatado que es un fuerte bloqueante de radicales libres.

- Posee un efecto reductor de las cataratas ya que inhibe las


aldoreductasas que producen el poliol, componente relacionado con las
características y deterioro de la cornea.

- Es un fuerte antiviral con acción sobre el herpes simple 1 y sobre


la influencia, evitando en gran medida las recidivas de estos virus.

- Es considerado inhibidor tumorgénico, ya que se ha comprobado


que al menos disminuye la evolución de quistes mamarios e inhibe, al
menos parcialmente, la evolución del cáncer de mama. Su papel en
134
adenoma prostático maligno y otros tipos de cáncer está en ensayo con
diversos modelos experimentales.

3.3.7. Resveratrol

Es un componente muy minoritario en los vinos pero con actividad


muy elevada y efectos muy marcados incluso en estas pequeñas
concentraciones.

El resveratrol esta muy relacionado con las situaciones de estrés de


las cepas y las uvas, aumenta en situaciones de sequía y en ataques de
diversos tipos de hongos como la botritis.

Su contenido es especialmente elevado en vinos tintos varietales


de Merlot y de Bobal entre otros cultivares. Sus formas cis-resveratrol y
trans-resveratrol tienen diferencias patentes en su actividad (el segundo es
mucho más activo), pero son interconvertibles entre sí.

Los tipos de suelo, el clima y los procesos de vinificación,


envejecimiento y crianza influyen mucho en el contenido de este
compuesto en los vinos.

El resveratrol es un estilbeno hidrófobo que penetra bien en las


membranas y que además de sus formas cis y trans tiene unos derivados
glicosídicos, denominados piceidos y unos polímeros denominados
viniferinas que también poseen acciones sobre la salud y que son
estimulables por las radiaciones ultravioleta. Existen ensayos ya realizados
para aumentar estos componentes en las uvas utilizando redes y plásticos
permeables o con acción de concentración de rayos UV en las
plantaciones.

135
Poseen actividad antimetastásica e inhiben la proliferación celular,
al menos en modelos experimentales en los que produce apóptosis
(comprobado en células hepáticas y plasmáticas).

Es un antiinflamatorio potente, similar a la indometacina y a la


fenilbutazona.

Es inhibidor del sistema ROS, que tiene efectos muy perjudiciales al


alterar la estructura del ADN, evitando la transducción de señales y
alternando las estructuras proteicas.

El resveratrol también se muestra activo en el bloqueo de distintos


genes (gen FOS, gen RAS, gen MYC y P-53), todos ellos implicados en el
crecimiento, la muerte y la proliferación celular.

Parece que el resveratrol también inhibe la oncoproteína bc 1-2,


que está relacionada con las citoquininas, y que al evitar la muerte celular
normal puede generar proliferación tumoral.

Los efectos establecidos científicamente del resveratrol son


básicamente los siguientes:

- Inhibición de la oxidación del LDL, debemos considerar que la LDL


oxidada es mucho más aterogénica que la LDL simple.

- Inhibición de la síntesis de eicosanoides que son derivados del


ácido araquidónico, que evitan la agregación plaquetaria, luego al
resveratrol se le atribuye un fuerte poder antitrombótico.

- Produce inhibición de las hidroperoxidasas.

- Inhibe las ciclooxigenasas.

- Inhibe la formación de la fase hexagonal en las membranas.

136
- Inhibe la tirosinquinasa que está implicada en el crecimiento
tumoral, por lo que el resveratrol está considerado como un antitumoral, ya
que además inhibe también las protein-c-quinasas y la PKC.

- Tiene papel antioxidante debido a los bifenilos estabilizados que


posee su estructura.

- Evita la rotura de la membrana celular y es un gran regulador de la


permeabilidad de las mismas, a las que comunica mayor fluidez.

- Bloquea los cambios conformacionales de muchas proteínas,


actuando como protector y estabilizante de muchos aminoácidos, entre
ellos la fenilalanina, el triptofano, la histidina, la metionina y la cisteina.

- Evita la rotura de las bases nitrogenadas, actuando como


protector específico de las purinas.

Como efectos saludables y prácticamente farmacológicos del


resveratrol debemos mencionar los siguientes:

- Fuerte antiinflamatorio, y por ello mitigador del dolor.

- Disminuye la adhesividad de los neutrófilos, bloqueando el ICAM-


1 y el VCAM-1.

- Disminuye la síntesis de las prostaglandinas.

- Reduce la degeneración macular del fondo del ojo.

- Disminuye la hiperplasia prostática al disminuir el antígeno


prostático denominado PS1.

- Reduce la litiasis al aumentar el flujo urinario, por lo que es un


potente diurético.

- Inhibe la elastina.

- Inhibe la β-glucosidasa.

137
- Inhibe la tirosinquinasa.

- Inhibe el inositol fosfato.

- Es un fuerte antagonista de las dioxinas, de los benzopirenos y de


los hidrocarburos arílicos.

- Inhibe la replicación de algunos virus, entre ellos el herpesvirus 1


y el herpesvirus 2.

- Inhibe la fosforilación de la tirosina.

- Disminuye los niveles de la ciclina D1.

Actualmente el resveratrol se considera un compuesto


antimutágeno.

El resveratrol tiene efectos mitigadores de patologías específicas,


aunque evidentemente no puede ser considerado como un fármaco
curativo. Así, el resveratrol tiene efectos positivos en:

- Artritis reumatoide.

- Formación de ateromas.

- Cirrosis.

- Distres respiratorios en adultos.

- Enfisema respiratorio.

- Huntington.

- Septicemias.

- Envejecimiento general.

- Opacidad de la cornea, cataratas.

También tiene efectos, aunque menos claros, en:

- Enfermedad de Alzheimer.
138
- Parkinson.

- Esclerosis lateral atrófica.

- SIDA.

y en diversas patologías asociadas a la diabetes.

Actualmente el resveratrol, como potente antioxidante que es, se


considera que tiene un efecto antitumoral, al menos en cáncer hepático y
leucemia.

El resveratrol disminuye la situación de estrés oxidativo en las


células tumorales y reduce la formación de oxidantes y la metástasis.

3.3.8. Alcohol etílico

Desde luego el consumo excesivo de alcohol es inadecuado, en


España es motivo de más del 40% de accidentes de tráfico y del 20% de
accidentes laborales.

El alcohol como tal alcohol etílico tiene los siguientes efectos


negativos básicos:

- Posee efectos depresores en el sistema nervioso.

- Produce hiperoxidación de mielina y bloquea y destruye células


nerviosas.

Aunque favorece la conciliación del sueño disminuye la fase REM y


ondas delta, lo fragmenta y lo hace menos restaurador. Puede producir
excitabilidad de neuronas motoras.

Disminuye la transmisión del impulso nervioso puede desinhibir


estructuras troncoencefálicas que conduce a un bloqueo de las respuestas

139
motoras pudiendo llegar a fases problemáticas como son el coma etílico y
la muerte por parada cardiaca.

Produce desadaptación conductural, con incoordinación en el


lenguaje (farfullado). Mistagno. Rubefacción facial y nasal, telagiectasia
general, eritremas. Irritabiladad. Deterioro de la capacidad de atención.
Anillo corneal senil y deterioro de la visión. Debilidad de las piernas.
Anorexia. Hepatomegalia. Dolores abdominales crónicos. Estímulo de
ulcogénesis que deriva en úlceras. Hipoglucemia transitoria. Cetoacidosis.
Encefalopatías que van desde simple dolor de cabeza, cefaleas sistémicas
relacionadas con daños hepáticos previos, ataxia, oftalmoplejía, anisocoria
y confusión mental con somnolencia, déficits o periodos amnésicos,
agitación e incluso alucinaciones, que conduce a situaciones vividas
repetidas en alucinaciones con predominio nocturno y contenido hostil.
Delirios y celos. Cuadros psicóticos y trastornos del ánimo. Ansiedad y
anomalías actuacionales sexuales. Pérdida de reflejos. Náuseas por
exceso de formaldehido y ácido fórmico que contribuyen al cuadro
denominado resaca.

- Sudoración no fundamentada y temblores.

- Falta de apetito e incluso adversión a la comida.

Evidentemente estas alteraciones están relacionadas con la dosis


de alcohol tomada, el momento de la ingestión que a su vez está muy
relacionado con la eficiencia de absorción y con la tolerancia individual a la
aparición de estos efectos.

Por otra parte debemos recordar que el alcohol puede interferir con
muchos fármacos, en general por su acción sobre el sistema MEOS y el
enzima CYPZEL relacionado con la actuación del citocromo P450, con lo
que pueden aumentar la concentración de fármacos en sangre y sus
efectos, pero el alcohol también puede generar tolerancia y por tanto
140
disminuirán los efectos del fármaco que debe hiperdosificarse para
conseguir los efectos deseados. También reduce la capacidad de
metabolizar los fármacos si el alcohol ha dañado órganos como el hígado.
Además existen interacciones con la oxidación metabólica del acetaldehido
al contrarrestar el enzima aldehidodeshidrogenasa con lo que producen
síntomas específicos como: vasodilatación cutánea, visión borrosa,
sudoración, boca seca, cefalea pulsátil, palpitaciones anómalas, náuseas,
hipotensión postural, e incluso puede conducir a situación de síncope, esta
reacción se denomina reacción tipo disulfurán y está producida por la
interacción del alcohol principalmente con antidiabéticos orales,
antiinfecciosos, antidepresivos, analgésicos, anestésicos, verapamilo,
anticoagulantes, nitratos, antimaníacos y antipsicóticos. Las acciones del
alcohol sobre este tipo de fármacos deben ser consideradas, por lo que en
ocasiones nunca el consumo de alcohol debe ni ser recomendado ni
permitido, incluso ni siquiera el consumo moderado de vino en muchas de
estas ocasiones, es en estos casos inasumible su consumo aunque sea en
cantidades moderadas.

El abuso del alcohol tiene efectos directos sobre los siguientes


sistemas y aparatos de las personas:

Sobre el sistema cardiovascular, al producir arritmias,


miocardiopatia de dilatación, etc.

Sobre el sistema endocrino produciendo hipotiroidismo,


hipovitaminosis, dislipidemias, hiperuricemia, facilitar diabetes e incluso
hipogonadismo.

En el sistema nervioso induciendo encefalopatías degenerativa,


mielinosis atrófica, ambliopatia, cortical, degeneración nerviosa y
cerebelosa y demencia.

141
Sobre el aparato digestivo en el que provoca entre otras cosas
pancreatitis, inadecuada absorción intestinal, esteatosis hepática, fibrosis
hepática y hepatitis conducente a cirrosis, varicosidad esofágica,
anomalías en el cierre de esfínteres, etc.

Sobre el aparato respiratorio, obstrucción y absceso pulmonar,


estimula la evolución de tuberculosis y neumonías.

Sobre el sistema hematológico, favorece o posibilita la aparición de


plaquetopenia, neutropenia, alteraciones inmunitarias, e incluso anemia y
disfunciones monocitomacrofágicas.

Además posee otros efectos como dermatitis seborreica, facilita


determinadas infecciones al debilitar el sistema inmunitario, puede
causante de osteoporosis (no atribuible a causas hormonales), etc.
Debemos recordar además que el alcohol es un prooxidante.

También debemos indicar muy claramente el efecto tóxico del


alcohol y el acetaldehído a nivel hepático ya que lesionan las membranas
celulares y mitocondriales al formar y liberar radicales y citocinas
proinflamatorias (IL-1. IL-6, IL-8 y TNF-α entre otras), aumentando también
el isoprostano y las proteínas inductoras de monocitos (MCP), es decir
aumentan el estrés oxidativo, reducen la vitamina E y alteran la
permeabilidad de las membranas, liberan citocinas y se forman muchos
más radicales libres.

Pero los daños del alcohol al hígado hay que atribuirlos también a
la alteración producida por acetaldehído e hidroxietilo que unidos a
proteínas forman compuestos antigénicos que al inducir la formación de
anticuerpos llegan a producir necrosis hepatocelulares más o menos
dispersas por unión y aglomeración de hepatocitos.

142
3.4. Productos inadecuados en el vino

Además de los efectos nocivos del alcohol que debemos recordar,


en la actualidad se ha demostrado que el abuso del alcohol potencia la
resistencia a la acción de quimioterápicos e induce oncogenes (c-fos, c-
jun, c-myc, etc.) favoreciendo el estrés oxidativo de las células, y
facilitando los daños al ADN.

Pero además del alcohol, existen otros componentes que pueden


estar en los vinos y que se consideran inadecuados, entre ellos:

- Endotoxinas y sobretodo exotoxinas de Aspergillus.

- Ocratoxinas.

- Sulfuroso en exceso, que produce episodios alérgicos e irritativos


en ojos y aparato respiratorio.

- Histamina, que genera problemas gastrointestinales por déficit de


la DAO (diaminooxidasa) y que produce histaminosis y episodios alérgicos
inducidos.

Algunos de estos compuestos deberían detectarse en mostos y así


evitar la elaboración de vinos a partir de ellos, ya que estos problemas se
acentúan con la estabilización y permanencia del vino una vez
embotellado, aunque realmente proceden del inadecuado estado sanitario
de las uvas en la vendimia.

Si hemos indicado que el consumo moderado de vino, es a nivel


general, saludable para la salud no es menos cierto que además del
alcohol y ciertas aminas biógenas que son perjudiciales también contiene
sulfurosos en distintas cantidades. El empleo de este conservante es hoy
por hoy prácticamente irremplazable aunque evidente debería ser
eliminado su empleo, cosa que no es fácil en la actualidad aunque hoy se
están haciendo intentos de reemplazarlo por distintos extractos naturales
143
(concretamente se han empleado experimentalmente extractos
desodorizados de rábano y tomillo con aparentes buenos resultados).

Lo que si es cierto es que aunque hace tiempo se recomendó en la


etiqueta indicar “contiene sulfitos” y recientemente se obligó a utilizar esta
leyenda, actualmente la Unión Europea por Decreto de 24 de julio de 2009
obliga a limitar el contenido de anhídrido sulfuroso en los vinos
(Reglamento CE 606/2009 de la Comisión de 10 de julio de 2009 en la que
se recogen las prácticas enológicas autorizadas para cada tipo de vino en
la Unión Europea) además de obligar al empleo de un logotipo que tiene
como centro SO2 y bordeado por las palabras alergógeno e información,
estableciendo como límites generales en los vinos cuando llegan al
consumidor un máximo de:

- 150 mg/L en vinos tintos

- 200 mg/L en vinos blancos y rosados

- 250 mg/L en vinos blancos y rosados con más de 5 g de azúcares


(Expresados como suma de glucosa y fructosa)

- 300 mg/L en vinos especiales cuyo consumo para personas


alérgicas a este producto debe en principio restringirse, estos
vinos son los tipos “spätlese”, vinos del Reino Unido con más de
45 g/L de azúcar, algunos Tokaji, moscateles de Pantelleria y
algunos vinos checos, eslovacos, eslovenos, algunas vendimias
tardías italianas y hasta 20 grupos de vinos blancos de más de
15% vol de alcohol entre los vinos de pays franceses, ocho grupos
de dulces griegos y cuatro chipriotas además de siete grupos de
vinos blancos pertenecientes a otras tantas denominaciones de
origen españolas (Alella, Navarra, Penedés, Tarragona, Valencia,
País Vasco, y Benissalem-Mallorca).

144
- 350 mg/L en vinos “auslese”, algunos checos, eslovacos y
rumanos.

- 400 mg/L en Sauternes, siete denominaciones germanas, muchos


Alsacianos, los vinos de paja, procedentes de uvas
sobremaduradas, Eiswein, Icewine y en general vinos de hielo y
procedentes de vendimias tardías.

En todo caso como técnicos a este respecto, el contenido en


sulfurosos debe consultarse la legislación correspondiente.

En vinos de licor no pueden superarse a nivel general en la Unión


Europea:

- 150 mg/L cuando contengan menos de 5 g/L de azúcares.

- 200 mg/L cuando el contenido en azúcar sea mayor de 5 g/L.

En los espumosos se permiten:

- 185 mg/L en las categorías de calidad.

- 235 mg/L en el resto de espumosos.

Estos contenidos pueden aumentarse, por condiciones adversas, y


en principio sólo en vinos espumosos, y previa petición de autorización
expresa en 40 mg/L.

145
CAPÍTULO 4. CARACTERIZACIÓN BÁSICA SOBRE LOS
ATRIBUTOS DE ALGUNAS CEPAS Y VINOS

Existen una serie de conceptos básicos sobre los estilos de vino,


atribuibles a propiedades de las variedades con los que se elaboran, de
manera que incluso se puedan asignar olores y sabores que se presentan
en los vinos y que recuerdan frutas, especies, o dulces que pueden ser
definidos por comparación con el olor de algunas frutas, hortalizas y
especias, que pueden también detectarse en el mosto y las uvas. Aunque
muchas veces es un auténtico reto encontrar ‘’ la alcachofa’’ o ‘’el plátano ‘’
en el vino que se está catando, muchos de estos aromas y gustos se
detectan más fácilmente en vinos jóvenes, otros aromas proceden de la
madera y sólo aparecen en vinos que han sufrido envejecimiento, un
ensayo sencillo puede realizarse con el estudio previo de aromas mediante
preparados especiales que hay, hoy, de estos aromas de síntesis o
extracción, pero sus combinaciones en el vino son complejas y no fáciles
de detectar, en ocasiones si se detectan más fácilmente en el mosto recién
exprimido de algunos cultivares.

Existen también algunas formas de cultivar, de manejar y de


recolectar las vendimias que permiten obtener aromas peculiares como
son los sobrepasificados, el efecto de la botritis deshidratadora y
concentradora de aroma que aunque confiere peculiares sabores y olores
(caso de los típicos Sauternes) no siempre son deseables.

Pero también existen unas premisas claras relacionadas con el


medio ecológico de cultivo y evidentemente con las técnicas de
elaboración, así es claro, tanto en tintos como especialmente en blancos,
que:

- Climas cálidos dan colores más intensos.

146
- Alternancias térmicas fuertes entre el día y la noche dan
más acidez.
- Una fermentación en frío da colores más pálidos,
especialmente en blancos.
- Un embotellado rápido da más limpidez al vino ya que el
filtrado es más eficiente, sea este del tipo que sea en vinos jóvenes.
- El envejecimiento oscurece los vinos blancos que toman
color oro, mientras el envejecimiento en tintos les hace perder el
color y sobre todo viveza, tono y matiz.
- El tiempo suaviza los colores rojos intensos que pasan a
rubí granate.
- Algunos vinos jóvenes tienen un característico color rojo
intenso violeta e incluso con tintes azulados.
- El movimiento adecuado de un vino en la copa hace que
se liberen sus aromas y sus defectos, saber valorar la lagrima o
goteo en la copa es importante y da idea del glicerol y sobre
posibles restos de azúcar en los vinos tranquilos.
- El tipo de burbujas, la seriación de estas, los puntos desde
los que comienzan en la copa y la espuma, describen las
características de un cava, de un champagne o de un espumoso.

4.1. Caracterizaciones aromáticas básicas de algunas cepas

Airen

Cultivar con pocos aromas, pero que se potencian al elaborar en


frío y controlar la fermentación logrando interesantes aromas a hierba y a
fruta verde.

Con muy poca acidez y buena graduación alcohólica.

147
Estos blancos se oxidan muy fácilmente y pueden dar aromas
reducidos con facilidad si el vino no se consume joven.

Albariño

Base de blancos muy suaves y ligeros con un toque de burbuja, con


aromas florales y sabor herbáceo pero muy agradable.

Si son excesivamente secos pierden parte de su encanto.

Aceptan envejecimiento pero no es el albariño habitual.

Albillo

Cultivar blanco muy aromático, con aromas melíferos, sabor


ligeramente dulzón. Con acidez y alcohol muy equilibrados. En
sobremaduración da blancos densos, glicéricos, sedosos y que aceptan
crianza en barrica dando vinos de color amarillo pajizo.

En elaboraciones a temperaturas bajas y como vinos jóvenes


recuerdan los aromas de miel, de flores, son frescos y almendrados. Con
muy poca acidez en boca pero cremosos y envolventes.

Bobal

Cultivar muy aromático, base probablemente de los mejores


rosados de nuestros materiales vitícolas autóctonos, ácidos y con color
muy vivo que se mantiene bastante bien para el tipo de vino de que se
trata.

Capaz de tintos jóvenes también muy aromáticos y frescos que


recuerdan la frambuesa y otras frutas verdes, con colores violáceos muy
vivos y persistentes, sin taninos agresivos pero sí herbáceos.

Acepta muy bien la crianza en madera que templa tanto sus taninos
como su acidez. Da vinos envejecidos de excelente calidad y peculiaridad
manifiesta. Se conservan muy bien.
148
Se pueden elaborar como dobles pastas para maximizar su color.

Cabernet Franc

Produce vinos muy ligeros, poco tánicos, con carácter herbáceo.

Con sabor a fresa, chocolate, grosella, pimiento verde y piel de


patata.

Cabernet Sauvignon

Con color, tanino y acidez alta, envejece muy bien.

Con sabor a grosella, a cassis que es en este cultivar un aroma


característico e intenso. Si las cepas son muy vigorosas y no maduran bien
aparecen sabores herbáceos, a hojas de pimiento o incluso terrosos pero
agradables. Al envejecer aparecen aromas de vainilla y mantequilla.

Chardonnay

De moderada acidez con sabores a manzana, melón, lima,


melocotón y nectarina si es joven y la uva se recoge de forma temprana y
procede de climas frescos.

En climas cálidos su aroma recuerda a la piña, a la fruta de la


pasión y a la mandarina, en resumen forma un conjunto muy fresco y
afrutado característico que es inconfundible.

Cuando envejece aparece el aroma a miel, o a miel y mantequilla, a


frutos secos (avellana), caramelo y pan recién horneado.

Gamay

Empleada en vinos tipo Beaujolais y algunos Borgoñas, da vinos


ligeros, frescos, afrutados, con sabor a fresa y cereza cuando son vinos
jóvenes y poseen entonces un color violeta azulado característico. Cuando
se envejecen su sabor recuerda a la pera y a la goma de mascar de fresa
pero muy suave. Su color pasa a granate o teja.
149
Garnacha

Muy apta para rosados, muy aromáticos, da mucho alcohol, con


buena acidez y poco tánicos si madura bien con sabor a pimienta,
frambuesa madura y a hierba recién cortada, en algunos vinos da aromas
a aceite de linaza.

Excepcional para envejecer en madera. Capaz de vinos sencillos y


sabrosos pero también de crianzas y reservas de altísima calidad.

Graciano

Cultivar tinto capaz de vinos jóvenes muy aromáticos, con


moderado grado alcohólico y buena acidez, lo que potencia sus aromas y
frescura. Con aromas a frutas rojas y regaliz.

Da viveza a los vinos en los que participa.

Es bastante sensible a la oxidación, degradándose rápidamente


con el tiempo su coloración.

Malvasía

Cultivar aromático, pero con poca diversidad de aromas con pocos


picos en su aromatograma, con recuerdos melíferos y florales pero
manteniendo los aromas del heno recién cortado y de las frutas verdes.

Sus vinos jóvenes son muy adecuados y agradables.

Permite su envejecimiento en barrica pero estos vinos son muy


sensibles a la oxidación ya que evolucionan muy rápidamente en botella,
tomando notas resinosas y poco las vainilladas.

Suelen tener una acidez equilibrada, a veces demasiado baja y un


elevado contenido en alcohol.

Sus vinos se suavizan mucho con la microoxigenación

150
Malvar

Cultivar blanco de alto potencial aromático que requiere fermentar a


temperaturas bajas. Sus aromas recuerdan la manzana verde, las acerolas
y posee claros matices cítricos difíciles de definir, pero que se parecen a
las esencias de la piel de la naranja navelina, recuerdan también los
aromas de panadería.

Con cuerpo suave pero manifiesto, de baja acidez y con mucha


tendencia a oxidarse y perder sus aromas.

Debe consumirse muy joven.

Mandó

Cultivar autóctono con excelente y vivo color rojo violeta. Con


altísimo contenido en polifenoles lo que le hace muy apto para
envejecimiento en madera.

Sus vinos son bastantes alcohólicos, con abundantes taninos


vegetales pero suaves.

Los vinos criados en barrica toman además del aroma a vainilla un


típico aroma a tabaco melificado y a chocolate, recordando las frutas muy
maduras de la endrina y de los perots.

Mazuela

Origina vinos alcohólicos muy equilibrados, aromáticos, con buena


acidez, aunque con taninos duros con matices vegetales y ligeramente
amargos que pueden moderarse con la microoxigenación.

No acepta bien la barrica ya que pierde sus peculiaridades y sus


aromas.

Merlot

Da vino de alto color con bastante alcohol moderadamente tánico.


151
Como vino joven recuerda a la menta, el eucalipto balsámico, a
pimiento verde, a bayas tipo grosella y posee un cierto aroma de hojas.

En zonas más cálidas y con más maduración recuerda los


arándanos, la zarzamora, la ciruela madura e incluso la mermelada,
recordando el aroma a violetas o hierba recién cortada.

Envejecido recuerda el caramelo, la mantequilla y ocasionalmente


la trufa.

Monastrell

Este cultivar, de maduración bastante heterogénea posee una alta


intensidad de color que pierde con facilidad en elaboraciones poco
cuidadas, sus vinos son algo corto en acidez, con muchos taninos dulces,
con aromaticidad media que recuerda a las guindas y las ciruelas.

Da rosados frescos, aromáticos y suaves pero que se oxidan


demasiado fácilmente.

Muy apta para envejecimiento en barricas donde se redondea y


matiza su equilibrio alcohol-ácido, con aromas a caramelo y a toffée.

Pedro Ximénez

Este cultivar se vendimia pasificado o se pasifica después de la


vendimia y es objeto de elaboración especial para dar tanto olorosos
secos, como dulces naturales muy agradables.

Sus aromas recuerdan las pasas y las ciruelas.

Algunos vinos de Pedro Ximénez se embocan con alcohol y pasan


a crianza oxidativa dando vinos varietales muy apreciados.

Picapoll Blanco

152
Cultivar muy resistente, de bajo rendimiento, pero con mucha
acidez que potencia sus excelentes aromas a cereza y sobre todo a
albaricoque recordando también intensamente el olor del azahar.

Posee un grado moderado si se vendimia en su momento óptimo.

Sus vinos jóvenes, de ligeros tonos verdosos muy agradables, son


algo picantes y aguantan bastante bien la oxidación, recuerda el aroma de
los olivos en flor.

Pinot Noir

Es una variedad con poco hollejo y que da vinos suaves y sedosos


pero de poco color, con poco tanino y de alta acidez.

Tiene sabor a cereza madura, frambuesa y con un toque floral o


herbáceo según su maduración.

En climas fríos da aromas a menta, a eneldo, a pimienta blanca, a


hierba recién cortada y algo a tomate.

Al envejecer toma el aroma vainillado del roble con mucha facilidad.

Riesling

Con sabor a manzana verde, a melocotón y a albaricoques dulces.

Actualmente se comercializan como Riesling muchas variedades


que no lo son realmente con lo que la elegancia y la figura de este vino
varietal se ha degradado mucho. Se suelen confundir con los vinos de
Riesling algunos procedentes de Müller-Thurgau (cepa mucho menos
aromáticas) el Riesling itálico etc. Y en otras ocasiones por errores en la
denominaciones de las cepas como Gray Riesling (que es Pinot Noir),
Esmerald Riesling (que es Semillón) etc.

Por ello tomar un genuino Riesling no es hoy fácil.

Sangiovese
153
Con poco cuerpo, da vinos ligeramente especiados que envejece
muy bien pero son bastante astringentes, con sabor a cereza amarga,
tabaco, hierbas recién cortadas y especias.

Sauvignon Blanc

Con aromas a hierbas recién cortadas a hoja de grosella o a


grosella blanca y uva espina con un ligero aroma de pedernal o que
recuerda un ahumado ligero.

Shiraz

Vino de gran potencia y futuro, con colores muy vivos y atractivos,


cuerpo y sabor agradable que recuerda una mezcla de grosella negra y
grosella roja, pero sin perder su tanino que es muy suave y aterciopelado
que en ocasiones y por envejecimiento pasa a correoso, alquitranado y
algo mentolado.

Los vinos jóvenes de Shiraz son muy afrutados con aroma de


pimienta y color y textura muy suave.

Tempranillo

Variedad muy afrutada que da vinos jóvenes con aromas y sabor a


fresa y algo especiado (a vainilla). Cuando se somete a crianza en roble su
aroma a vainilla aumenta espectacularmente y posee un fondo de
caramelo y mantequilla.

Tintorera

Cultivar con altísimo contenido en polifenoles. En sus vinos jóvenes


predominan los taninos vegetales, muy ásperos y ligeramente amargos.

Sus vinos son muy densos, admiten crianzas moderadas y sirven


para dar color a otros muchos vinos.

154
Solo con microoxigenación y tras una fermentación maloláctica, que
suele ser difícil, se consiguen unos vinos frutales realmente sorprendentes.

Verdejo

Es este un excelente cultivar, base de nuestros mejores vinos


blancos, con aromas peculiares e intensos y con sabor ligeramente
amargo en boca. Con alto contenido alcohólico y buena resistencia a la
oxidación.

Origina blancos muy equilibrados y con aromas persistentes de


frutas verdes y flores.

Acepta muy bien el envejecimiento en madera, tomando aromas


especiados y vainillados sin perder el ligero toque amargo que le
caracteriza.

Zinfandel

Base de rosados muy aromáticos, pero que elaborada en tintos da


vinos con mucho cuerpo, con taninos suaves con sabor a zarzamora,
pimienta negra y especias, con cierto aroma de caramelo.

4.2. Definiciones aromáticas de algunos vinos

Burdeos

El Burdeos es un vino elaborado básicamente con Cabernet


Sauvignon, pero en su origen no es vino monovarietal ya que en su
elaboración y según su comarca concreta procede de mezclas de
Cabernet Sauvignon, Merlot, Cabernet Franc, y en ocasiones con algo de
uva de Malbec y de Petit Verdot, no dominando el Cabernet Sauvignon
sino el Merlot aunque esté en menos proporción. Aunque existen Burdeos
elaborados sólo con Merlot.

155
Un Burdeos recuerda el aroma de la grosella, del cedro (del lápiz)
su color varía desde casi morado a teja, pero en los vinos más jóvenes se
detecta también además del aroma de grosellas, el pimiento verde y el
chocolate que en los más viejos aparecen especiados.

De todas formas los aromas secundarios de un Burdeos, de origen


en esta zona específica, son muy distintos de los elaborados en otras
zonas y a imitación de estos, así por ejemplo los vinos californianos tiene
un poder tánico más reducido e incluso aromas frescos que recuerdan el
mentol, las mezclas con otras variedades además de las mencionadas y
denominadas mezclas de ‘’meritage’’ en la comarca de burdeos cambian el
sabor y dan especiados e incluso herbáceos en su aroma, apareciendo en
ocasiones aromas a tabaco y casis.

Borgoña tinto

Elaborados a base de Pinot noir poseen un aroma y sabor a


arándanos, a grosella y a cereza que los caracterizan y que solo emergen
pujantes en los vinos procedentes de las comarcas de la Borgoña.

Borgoñas jóvenes se han elaborado en todas las zonas emergentes


son afrutados y se parecen a los clásicos pero cuando envejecen no
alcanzan la calidad amplitud y complejidad del auténtico borgoña.

Borgoña blanco

Con matices muy diversos según su zona de producción, la forma


de vendimias antes o después de las primeras heladas, pero son vinos
procedentes de Chardonnay con bastante cuerpo pero muy maleable al
variar su grado de maduración.

Un Chablis es un vino extremadamente seco, acerado, metálico,


brillante y con ligero aroma de nuez.

156
Un Côte d’Or es un vino más suave con aromas dulzones, a
mantequilla y que recuerda la nuez, la avellana y la galleta o el pan
tostado.

Distintos son muchos de los vinos varietales de Chardonnay que se


elaboran en las diversas comarcas vitivinícolas mundiales y que suelen ser
afrutados con componentes de piña y melocotón.

Jerez

Elaborados con la variedad Palomino, incluyen una gran diversidad


de tipos que han hecho perder mucha cota de mercado para los no
especialistas ya que con esta diversidad, que pretendía corregir su
carácter excesivamente seco, se ha perdido la tipicidad.

Por ello debemos definir los distintos tipos de jerez y hablar de su


mejor o sus mejores exponentes el fino y la manzanilla.

Un buen Fino de Jerez, que debe ser muy seco, con aroma a
levadura, con fondos de almendra y ligera avellana.

Un manzanilla es también seco pero con más aroma a levadura flor


con un frescor almendrado y que recuerda la húmeda brisa marina
atlántica, con un recuerdo a la nuez.

Actualmente son los Creams de Palomino los vinos más vendidos


de Jerez, son dulzones, ligeramente melíferos y que recuerdan frutas
sobremaduras.

Oporto

Vino de mezcla de distintas variedades no siempre estandarizadas,


envejecidos en viejas barricas en ambientes muy húmedos durante 10 o 20
años. Algunos oportos también han perdido su tipismo. Actualmente se ha
elaborado en seco, en dulce, en semidulce, envejecido, e incluso en blanco
y en tinto por lo que tampoco se define claramente qué es un oporto.
157
El clásico tiene aroma de nuez, de ciruela pasa, de grosella negra,
de higo seco y de orejón de albaricoque.

El oporto se ha intentado imitar y se imita en todas las regiones


vitivinícolas del mundo con resultados muy diversos.

Sauternes

Elaborado con Semillon y Sauvignon blanc afectadas por botritis


noble, tiene un peculiar sabor a miel, a crema tostada con un regusto a
albaricoque maduro, a piña y a melocotón y con una peculiar textura muy
suave.

Sin entrar en la gran importancia que tiene la valoración sensorial


de las uvas y mostos en la cultura vitivinícola actual que requeriría otros
capítulos diferenciados, deberíamos recordar que todos los momentos del
proceso entre la producción de una uva en la cepa y el consumo de su vino
en una copa influyen en sus características gustativas, visuales y olfativas,
así los aromas a hierba debidos a alcoholes y aldehidos dependen en gran
parte del transporte, así para las uvas debería diseñarse una técnica de
cata, además de la ya existente que contemplará una rosa de aromas del
mosto que incluyera las sensaciones que generan los terpenos glicosilados
(linalol, geraniol, nerol, citronelol, α-terpineol, trienoles, etc.), los
carotenoides, los norisoprenoides (α y β -damamasceno y α y β -ionona)
etc., como podrían ser las siguientes:

Sensaciones similares deberían recogerse en las catas técnicas de


vinos.

Así en una cata deberían, además de detectarse defectos y


virtudes, objetivizar más los parámetros que caracterizan los vinos.

158
Aromatograma básico.

Intensidad
general
Persistencia
Frutales
Evolución
Bayas

Pasas Carácter
varietal

Flor Maderizado

Especiado

Vegetal
(hierba) DEFECTO Horneado
¿cuál?

Evidentemente en esta rosa se deben desglosar o indicar cada uno


de los aromas percibidos, así entre los aromas frutales debemos
diferenciar, manzana ácida, manzana dulce, albaricoque, plátano, cereza,
picota, guayava, melocotón, paraguayo, membrillo, lichi, maracuyá, mango,
fresa, melón, etc y dentro de ellos los aromas de cítricos concretamente
pomelo, limón, nável, pudiendo diferenciarse como otro grupo de aromas
dentro de las frutas el denominado aroma a bayas que son grosellas,
moras, zarzamoras, frambuesa, etc.

159
En los aromas florales no puede hablarse de flores blancas (debe
hablarse de azahar, de jazmín, de lirio, azucena, etc.) si debe hablarse de
aromas florales específicos a citronella, a tulipán, a violeta, a camelia, a
rosa, a flor de magnolio, etc.

Así mismo al hablar de especiados no debemos hablar de vainilla


(que si es una especie pero relacionada con la madera) sino de canela,
clavo, pimienta verde, anís, incienso, menta, regaliz, etc.

Como aromas vegetales deberán considerarse el herbáceo,


pimiento verde, hojas de tomate, té verde, alubias y judía verdes, olivo, etc.

En los aromas a frutos secos podemos diferenciar almendra


(almendra amarga como defecto), nuez, avellana, cacahuete.

En los aromas a pastelería a horneado debemos diferenciar café,


ahumado, tostado ligero (pan), tostado medio (galleta) y caramelo.

En aromas en vinos maderizado debemos distinguir entre roble,


vainilla, resinoso (pino, enebro) y tánico. En aromas fúngicos debemos
distinguir aroma a seta (sirtaki) a champiñón y a trufa y diferenciarlos del
olor a moho que es un defecto y que es producido por la geosmina.

Aromas minerales y metálicos, considerados excepto el pedernal y


el berilio, como defectos en el vino.

Los defectos indicados en la rosa de aromas anteriormente


indicados deben diferenciarse entre aromas microbianos (aroma a queso,
a mantequilla, o a miel), además de sulfuro de hidrógeno, TCA y
propilpirazinas (2-metoxi-3 isopropilpirazina) que recuerdan la humedad, a
cuadra (2-mercaptoetanol), a acetaldehido, aromas a petróleo
(diferenciado entre queroseno-1,6 trimetil-1-2 dihidronaftaleno-plástico,
estireno, fuel, alquitrán, etc.).

160
Sin duda detectar defectos olfativos en un vino es muy importante,
estos defectos son básicamente los siguientes:

- a humedad (pirazinas),

- a tricloroanisoles, bromoanisoles, etc. (TCA),

- a moho (geosmina),

- a sulfídrico (huevos podridos) y sulfuro de hidrógeno,

- a rancio,

- alcohólico,

- acetaldehido (normalmente índice de oxidación del vino),

- a cerilla quemada (a fósforo) o a dióxido de azufre,

- a vinagre,

- a acetato de etilo (indicador de una acidez volátil demasiado


elevada),

- a cuadra (2 mercaptoetanol),

- a marisco (sulfuros),

- a col fermentada (por contaminación con organosulfurados),

- a goma y alquitrán,

- a petróleos o a querosenos (distintos compuestos),

- a cocido (por reacciones de pardeamientos de Maillard),

- a diacetilo (Aroma intenso a mantequilla), etc.

De todas formas actualmente se está estudiando la evolución y


persistencia de los aromas en un vino desde que se abre, momento en el
que predominan los aromas afrutado y algunos defectos, que dejan paso a
los aromas especiados y herbáceos con el tiempo y que se desvanecen en
161
gran parte, todos ellos pasados los 2-25 minutos desde la apertura de las
botellas y su servicio.

Uno de los componentes edónicos más importantes en los vinos es


su aroma, este complejo atributo puede estar formado por más de 1.000
sustancias de ellas unas 40 son básicas, de ellas 26 están prácticamente
en todos los vinos y son la base del aroma vínico, la mayoría se originan
en las fermentaciones, pero algunos son propios de las uvas como son las
β-damascenonas, etc. Otros 36 componentes son peculiares de la mayor
parte de cultivares y constituyen la base de los aromas sutiles en el vino y
que son:

- Fenoles volátiles (fenilacetaldehido, recuerda el aroma a miel).

- Ésteres etílicos de ácidos grasos, con notas frutales, manzana,


etc.

- Norisoprenoides.

- Acetatos de alcoholes superiores.

- Aldehidos alifáticos y ramificados.

- γ-lactonas.

- Vainilla y derivados.

- Furaneol. Homofuraneol, maltol, que dan aromas a caramelos.

- Carotenoides (sus derivados).

- Derivados de proteínas, péptidos y aminoácidos (dado que esta


composición es claramente distinta según la variedad también lo
es el aroma de sus mostos). La treonina parece ser el aminoácido
que más influye en el aroma varietal.

- Terpenos (linalol con notas a flores y a cítricos abundantes en


Albariño y Treixadura y otras uvas denominadas terpénicas).
162
- Mercaptanos polifuncionales relacionados con la cisteina y muy
sensible al oxígeno pero que dan sensación de fruta tropical
(Sauvignon-blanc, Verdejo), el mercaptohexanol que recuerda el
aroma de mango (en Garnachas, Merlot, etc.).

- Derivados de la treonina, la lactona stolon, que recuerda el aroma


a soja y a curry presente en dulces naturales y en vinos de uvas
botritizadas, exaltados también en vinos de crianzas oxidativas,
aunque su origen es varietal.

- Derivados de ácidos grasos poliinsaturados.

- Rotenona (¿) que recuerda el aroma a pimienta verde.

- 2 metoxi-3 metilpiracina del Cabernet Sauvignon y presente en el


Albariño, etc.

De todas formas en una variedad no sólo alguno de estos aromas


impacto son emblemáticos, sino que el aroma de las uvas dependen de la
interacción y composición cuantitativa real de muchos de estos
componentes mencionados y otros muchos.

Siempre tiene que ver el aroma de un mosto recién exprimido, de


unas uvas aplastadas entre los dedos, con los aromas finales de un vino,
pero el vino incorpora muchos aromas fermentativos que interaccionan
entre ellos y con estos aromas varietales para definir aromatográficamente
un vino determinado.

Lo que si es claro es que muchos enzimas actúan como


reveladores de aromas latentes en el mosto (pectinasas, β -glicosidasas,
etc.) pero no es menos cierto que la levadura utilizada o presentes en la
fermentación (Saccharomyces, Candida, Debaromyces), las bacterias
presentes (Oenococcus, Pediococcus, Lactobacillus, etc.) influyen en la
liberación de tioles volátiles, liberación de terpenoles, reducen los ésteres

163
metabolizan sorbatos, etc. y determinan en gran parte el olor final de un
vino.

En realidad el nivel de SO2 de un vino y la temperatura de cata


condicionan de forma decisiva la percepción de los aromas del vino,
especialmente de los aromas varietales, que también se pierden por
tratamientos en bodega como los filtrados, los procesos de embotellado,
etc. Muchas veces debemos dejar pasar un cierto tiempo desde el
embotellado para que el vino se recupere de las acciones del embotellado,
otros componentes (determinados metales) alcanzan su valor mínimo en el
vino tras un periodo de conservación en botella, muchos aromas también
se manifiestan después de un tiempo desde el descorche de las botellas,
aunque la mayoría se pierden en el vino después de un cierto tiempo
desde el descorche.

Actualmente los perfiles aromáticos de los mostos son conocidos


en muchas variedades (Bobal, Chardonnay, Sauvignon, Verdejo, Xarel.lo,
Macabeo, Parellada, Monastrell, Trepat, Cabernet, Sauvignon, Merlot,
Carmener, etc.) y su evolución en la fermentación también. En muchos
casos se han diferenciado clones con mayor potencialidad en aromas
varietales primarios (presentes en la uva) o secundarios (derivados
directamente de precursores no volátiles presentes en la uva en el curso
del tiempo en prefermentación) estando ligados a ellos los aromas
secundarios fermentativos.

164
CAPÍTULO 5. PRODUCCIÓN Y CALIDAD. RELACIONES SUELO-
CLIMA-PLANTA
El concepto de Terroir como locus privilegiado para el cultivo de la
vid data de muy antiguo e intentaba delimitar los suelos y climas que
daban los mejores vinos (crus), luego aquellos capaces de dar más alcohol
y hoy aquellos capaces de generar más antocianos, más taninos dulces y
más aromas en una variedad o cultivar determinado. Plinio describió las
mejores zonas para producir el Falerno, en 1700 se delimitó (zonificó) la
mejor zona para la producción del Tokay en 1716 se delimitó la zona
productora del Chianti, en 1755 se delimitó la zona productora del Porto,
en 1820 se habló de buen y mal lugar para el cultivo de la vid en España
(Carbonell), en 1855 se delimitaron las mejores zonas productoras de los
Burdeos y a continuación comenzaron a delimitarse muchas de las zonas
vitícolas que generaron las actuales Denominaciones de Origen, muchas
de ellas aún sin caracterizar y zonificar técnicamente. Como zonas bien
caracterizadas y zonificadas debemos recordar Rioja, Priorato y Ribera de
Duero, entre otras que han comenzado hoy su nueva zonificación y
adecuación para cada tipo de vino y cada variedad específica y en ello se
está trabajando hoy no sólo a nivel global sino también a nivel concreto, de
bodegas e incluso algunas cooperativas.
Hace ya años dentro del concepto de búsqueda de la calidad en el
sector agroalimentario y pensando sobre todo en las IGP, las DOP, etc. se
forman las AOC o DO en muchos productos entre ellos el vino y para
definir esta calidad se acuñó el término terroir que incluye los conceptos:
- Cultivar empleado (patrón y clon)
- Prácticas de cultivo
- Clima
- Suelo, origen y génesis geológica
- Topografía (exposición, iluminación, inclinación, etc.)

165
Para producir un vino de calidad debe existir una integración entre todos
estos factores pero es imprescindible que la variedad o cultivar se adapte a
las condiciones físicas, químicas y biológicas de un suelo concreto. Suelos
infestados por Xiphinema, Meloidogyne, Rosellinia, Armillaria,
Phaemoniella, Spheracremonium, Botryosphaeria, nunca son deseables
para la plantación de viñas que no progresarán adecuadamente, pero
además el material vegetal debe estar libre de virosis insidiosas, de
bacteriosis, de micoplasmas y de un elevado número de hongos de la
madera Eutypa , Phaemoniella stereum, Phomes, etc y además tener su
ciclo adaptado a las condiciones climáticas del lugar, es decir tener una
ecofisiología varietal acorde con el entorno.

Fotografía nº 10.- Relación planta-suelo específica de la arquitectura vitícola en


vaso.

En la definición de un entorno vitícola capaz de generar uvas de


calidad deben tenerse en cuenta básicamente los siguientes factores
abióticos y bióticos:
166
- Factores abióticos:
- Nivel de CO2 disponible (controlable mediante la superficie
expuesta, arquitectura vitícola, eficiencia fotosintética del
cultivar).
- Cantidad de O2 que es limitante a nivel de suelo (controlable
por drenaje y aireación).
- Disponibilidad de agua (balance hídrico), controlable por la
distribución de las raíces determinada por marcos y
arquitecturas de plantación, por el riego, por el mantenimiento
del suelo y relacionado con la capacidad de absorción de los
patrones, eficiencia en el uso del agua por los cultivares, etc.
- Accidentes meteorológicos (heladas, vientos fuertes y/o secos
o fríos, lluvias violentas, granizos y pedregadas), controlable en
parte por un buen drenaje, empleo de cubiertas aéreas y en el
suelo.
- Contenido en nutrientes del suelo, controlables por el abonado,
la fertirrigación, la poda en verde y dependiente de la
capacidad de absorción del patrón y los requerimientos del
cultivar.
- Intensidad lumínica, controlable por el índice foliar, número de
cloroplastos por célula, porte de la cepa y su interacción con la
arquitectura vitícola y también la calidad de la luz manejable
mediante films reflectantes (solarización?), mallas que
potencien el efecto lumínico, relación sombra/luz y su
intermitencia, relación de la radiación rojo claro/rojo oscuro, etc.
- Temperatura, alternancia día/noche, acumulación de horas frío
y horas de calor, reactividad térmica y precocidad o retardo del
ciclo fenológico, modificables por el empleo de mallas, plásticos
y rafias (evidentemente muy empleados en uva de mesa).

167
- Factores bióticos
- Micorrizas, aireación adecuada, siembra, inoculación,
mantenimiento de cubiertas vivas.
- Fauna simbióntica o beneficiosa del suelo.
- Bioagresores que deben eliminarse mediante el empleo de
biodefensas o fortificantes, control del microclima a nivel de
hojas y racimos, medios de protección, control del vigor,
sanidad de la planta en vivero, mantenimiento lógico evitando
infecciones por heridas, adecuada plantación, empleo de
cubiertas verdes, material vegetal con resistencia o tolerancia.

Fotografía nº 11.- Relación planta-suelo específica de la arquitectura vitícola en


espaldera.

168
En definitiva para conseguir unas uvas de calidad es necesario
tener en cuenta todo lo mencionado anteriormente y por supuesto conocer
los componentes climáticos en sus distintos niveles, es decir Macroclimas
(Geoclima, índices climáticos y potencialidades vitícolas, empleando índice
de sequía (IS), índice heliotérmico (IH), índice de frescor nocturno (IFN),
índice pluviométrico (IP como marcador de botritis), Mesoclima y
Microclima para así definir las variables intraanuales e interanuales que
determinan el concepto vitivinícola de “millésime”, variables cíclicas y
tendencias como el famoso cambio climático que no es más que un caso
de variabilidad cíclica determinada por el aumento del CO2 y controlable
especialmente por la racionalización de los balances hídricos y el empleo
de cubiertas vivas así como por el control de las variaciones de la
temperatura diurna y especialmente las variaciones térmicas día-noche.
Actualmente se busca un índice bioclimático de calidad, muchas
han sido las propuestas, las monitorizaciones y fórmulas propuestas como
es el caso de las fórmulas de Constantinesco (1971), Branas (1974),
Winkler (1975), Hidalgo (1980), Maujean (1983), Hunglin (1986) y
especialmente Fregoni (2003), este último parece muy efectivo y tiene en
cuenta básicamente las oscilaciones térmicas (Tmáxima-Tmínima) durante
el día (en periodo vegetativo completo, o en el último mes antes de la
vendimia) y el número de horas por debajo de 10 ºC, entre otras
consideraciones.
En la búsqueda de esta calidad se pueden establecer distintos
niveles que influyen de forma secuencial en ella, comenzando por los
factores del suelo (mineralogía, propiedades físicas y químicas,
características bióticas), factores geográficos (altimetría, pendiente de
terreno), climáticos y sus correlaciones (pedoclima) y pasando por los
factores del material vegetal que definen la denominada potencialidad
vitícola (capacidad de enraizamiento y eficiencia del sistema de raíces en

169
la absorción de agua, macro y micronutrientes; regularidad de la nutrición;
vigor del cultivar y funcionamiento vegetativo; precocidad; características
del racimo; eficiencia biosintética varietal; rendimiento en mosto, etc.),
potencial de la vendimia, cinética diferencial de la maduración;
características de las bayas es decir grosor del hollejo, características de la
pulpa, número de semillas por baya hoy considerado determinante de la
calidad de la uva (Salazar, 2009) composición del mosto; momento
adecuado de la vendimia (Salazar y López-Cortés, 2009); tipo de vendimia;
sanidad de la uva; etc., potencial enológico (determinado por el tipo de
transporte desde el campo a la bodega, condiciones físicas y químicas del
inicio de la fermentación, tipo de fermentación es decir con o sin hollejo,
forma de estrujado, despalillado, temperatura, aireación y remontados y su
duración, condiciones microbiológicas de la vendimia, levaduras
empleadas) y potencial del vino (dependiente de las condiciones
postfermentativas, del equilibrio de componentes, de la complejidad y
características sensoriales, de la tipicidad varietal, del tipo y manejo en
envejecimiento si se realiza este y del contexto de consumo, etc.) muchas
de estas cosas intuibles mediante cata de bayas (Salazar y López-Cortés,
2009) y constatables mediante catas técnicas, análisis sensorial y
degustaciones comprobándose, finalmente, por la apreciación del
consumidor, por su intención de compra que evidentemente hay que
sectorizar por nivel técnico y económico y que puede ser modificado o
incluso manipulado por factores como la botella, la etiqueta, la
presentación y en definida por el marketing.
Carbonell (1820) habla de la fisiología básica de la viña, del
concepto de climas y suelos adecuados.
Sobre el actual concepto de “terroir”, para nosotros equilibrio suelo-
clima-planta ya Carbonell (1820) escribió: “La calidad del vino depende en
parte de la naturaleza del zumo de las uvas, de las circunstancias de la

170
vendimia y la elaboración pero sobre todo del clima, el sol, el cultivo, su
situación, ya que muchos autores han hablado del vino de un solo vidueño
y han hablado como si infinitos modos de situaciones no hubieren influido
en dirigir la fermentación”.

Fotografía nº 12.- Formas distintas de conducir el mismo cultivo en función de las


diferencias del terreno.

171
“Es importante que no solamente se examinase bien el influjo del
clima, del sol, de la situación del terreno y de su cultivo, sino que también
se supiese positivamente cuanto influye cada uno de estos agentes en la
naturaleza muy variable del racimo”.
Carbonell (1820) indica que la misma especie de viña no da en
todos los terrenos uvas de la misma calidad, indicando que la vid es muy
sensible al entorno, concretamente indica: “el clima y el terreno modifican
de modo asombroso, igual que ocurre con el método de cultivo y la
exposición de las parcelas la calidad de las uvas y sus resultados en la
fabricación del vino”.
Este autor habla concretamente del influjo del clima sobre las uvas,
del influjo del terreno sobre las uvas, del influjo de la exposición de la viña
sobre las uvas, del influjo de las estaciones sobre las uvas y finalmente del
influjo del cultivo sobre las uvas, lo que constituye un claro precedente de
los conceptos de ecología vitícola de la necesidad de zonificar las zonas
de cultivo vitivinícola y en realidad un precedente del actual concepto
internacional de terroir (relaciones suelo-clima-planta y su efecto sobre la
calidad de la uvas), este autor Carbonell, 1820 especifica entre otras cosas
en cada uno estos apartados lo siguiente:
“Del influjo del clima sobre las uvas” “Si la planta crece en climas
fríos, vegeta bien pero sus frutos no podrán adquirir un grado suficiente de
maduración, el zumo pude fermentar y dar un vino ácido y muy agradable
pero no más allá de los 50-52 grados de latitud, pues entonces resulta
agrio”.
“En zonas por bajo los 35 grados se ven en la precisión de regarla
para librarla de un sequío destructor”.
“España y Francia son un buen lugar para el cultivo de la vid, desde
el Rhin hasta Lisboa existen vides en todas las exposiciones si el terreno
es favorable”.

172
“Para observar la influencia del clima hay que conocer las
mutaciones (cambios) que experimentan los majuelos cuando se
trasplantan de países distintos, y aunque el terreno y el cultivo sean
semejantes a los del país nativo de la viña, los frutos puede no tengan
entre sí semejanza alguna, pero una gran parte de los vinos que se beben
en Madrid proceden de viñas, cuyos majuelos se han llevado de Borgoña,
según dice Chaptal”.
“La historia nos enseña que los majuelos de las viñas de Grecia
transportados a Italia, jamás han dado el mismo vino y que las famosas
viñas de Falerno han mutado de forma natural cuando se han cultivado al
pie del Vesubio”.
“Está pues demostrado que las calidades que constituyen cierta
clase de vinos, no pueden reproducirse bajo climas diferentes”. “El paso a
los climas fríos no puede dar lugar sino a la formación de vinos flacos,
acuosos, algunas veces bastante aromáticos; estos últimos no se
conservan mucho y fácilmente se tuercen y adquieren mal gusto”.
“Del influjo del terreno sobre las uvas”. “La viña vegeta en todas
partes pero la bondad del vino jamás está en razón directa con la fuerte
vegetación de la viña, la naturaleza ha destinado los terrenos secos,
ligeros y si es posible pedregosos para la viña”.
“La agricultura debe procurar solamente no invertir el orden natural
y destinar a cada terreno el cultivo que le conviene”.
“Las tierras fuertes y arcillosas no son idóneas para el cultivo de la
viña, sus raíces no se extiende, el agua no penetra y es retenida, aparecen
síntomas de enfermedad, precursores de su destrucción”.
“Hay tierras muy cargadas de nutrientes y muy idóneas para la
vegetación, donde la viña se cultiva con ventaja, pero la fuerza vegetativa
perjudica esencialmente a la buena calidad de las uvas las cuales llegan
con dificultad a madurar y dan vinos que no son fuertes ni olorosos” … “la

173
calidad del producto es mayor en suelos pobres”… “sacar tanto vino como
se pueda no es más que un atraso”.
“Saben los agricultores que terrenos húmedos la planta enferma, se
pudre y muere” … “en terrenos abiertos, ligeros y calizos si son húmedos
la vegetación puede ser hermosa y vigorosa pero el vino no deja de ser
acuosos, débil y si olor”.
“Un suelo calizo es favorable a la viña y al vino que suele ser
espirituoso”…”la viña crece lentamente, es fácil de cultivar, pues cuando
ha echado bien sus raíces empieza a crecer y prospera”.
“Otros terrenos, los más idóneos para la viña son ligeros y tienen
muchos guijarros; las capas de morrillo que cubren la superficie de las
tierras, que les libran del ardor desecante del sol son interesantes; y
mientras la cepa y la uva reciben doblado el influjo de este astro, las raíces
están protegidas y mantienen la humedad por menos calor, estas zonas se
llaman de gredas, petrosas, areniscas y licorellas”.
“Los terrenos volcánicos dan igual vinos muy agradables”…”en
tierras vírgenes vitrificadas, el fuego de que se hallan impregnados parece
pase a las plantas que vegetan en ellos sus buenas características; los
mejores Tockai de Italia (¿) proceden de terrenos volcánicos, la lava del
Vesubio cría el célebre vino Lachrima-Christi”.
“En terrenos con granito en polvo que es como arena seca y
gruesa, zonas en las que se cultiva la viña en Francia y si la exposición es
favorable, la vegetación aumenta, pero aún así el vino de aquel terreno es
de calidad superior, este terreno permite extenderse a las raíces, de
infiltrar agua y deja penetrar al aire, aquella costra silícea modera y reprime
el ardor del sol; aquella preciosa mezcla da los mejores y más aromáticos
vinos”…”los mejores viñedos de Bordeaux se hallan en terrenos graníticos,
silíceos, arenosos muy ligeros. En general toda tierra ligera, porosa, fina y
desmenuzable es idónea para el cultivo de la viña y produce un vino

174
bueno. En Borgoña la tierra granítica negra o la roja (areniscas?), ligera y
desmenuzable es la más apreciada para este objetivo”.
Podemos resumir que se pueden cultivar la vid en terrenos muy
diversos, pero evidentemente la calidad de la uva y el vino quedan
limitados por el tipo de suelo en el que se realizan las plantaciones
vitícolas.

Fotografía nº 13.- Adaptación a las condiciones hídricas características del terreno


tanto en arquitectura de vaso como en espaldera.

175
Siguiendo a Carbonell (1820), este autor respecto a la influencia del
suelo en la calidad de las vendimias indica:
“La viña vegeta casi siempre bien con tal que el suelo sea ligero,
bien dividido, seco y que reciba y permita filtrar el agua con facilidad. Para
la viña son temibles las tierras húmedas, compactas y
arcillosas”…”siempre debe comprobarse la porosidad del terreno antes de
plantar vid”.
Un diálogo muy interesante de Palissy entre Teórico y Práctico dice
lo siguiente:
“Yo te he entregado, estas viñas de las cuales se saca vino tan
apreciado como el Hippocras; y muy cerca de allí hay otras viñas, cuyo
vino jamás llegará a ser bueno y en menos cantidad que el de las uvas
salvajes, con lo cual puedes conocer que los terrenos tienen virtudes muy
diferentes, aunque sean vecinos y aunque se parezcan en su color y en su
aspecto”.
“Del influjo de la exposición de la viña sobre las uvas”.
“El mismo clima, el mismo cultivo y la misma calidad del terreno
nos dan muchas veces vinos de calidades muy diversas”.
Plinio indica que la madera de los árboles que está orientada a
mediodía es de más calidad y produce más.
“Una viña que mira a mediodía da unos frutos muy diferentes e los
que proceden de una viña que mira hacia el norte”. “La mayor o menor
inclinación de la superficie de una viña, incluso bajo la misma exposición,
ofrece aún modificaciones diversas, en la cumbre los vientos castigan la
viña, la temperatura es más variable y más fría, las escarchas frecuentes,
las uvas tardan más en madurar y puede que no lleguen a hacerlo, el vino
es de calidad inferior. El pie de los collados también presenta graves
inconvenientes: la frescura constante del terreno causa mucho vigor en las
cepas, pero las uvas no son tan azucaradas, ni tienen un olor tan

176
agradable como las de la parte central de las colinas, el aire cargado de
humedad y la tierra empapada engorda las uvas y fuerza la vegetación en
perjuicio de la calidad del producto de la viña”.
“las cuestas o laderas de montaña que miran hacia el mediodía en
general producen vinos excelentes”.
“rara vez se encuentra una viña de buena calidad en valle cerrado,
singularmente cuando por el valle pasa algún río, porque las exhalaciones
de este dan nieblas que se renuevan todos los días. Pero la inmediación
de un río o lago no parecen perjudiciales si circula el aire por sus laderas y
no es muy cerrado”.
“la exposición hacia levante es adecuada pero menos que la
orientación a mediodía ya que estas viñas están más expuestas a helarse”.
“el mejor terreno para la viña son colina abiertas, con orientación a
mediodía y levante y con majuelos a mitad de la cuesta”.
“la exposición hacia poniente es también muy poco favorable: la
tierra se deseca por el calor del día”…”el sol penetra hasta el fondo de las
viñas y vibra sus rayos ardientes sobre unas uvas que no están
resguardadas, las deseca, las calienta y detiene su funcionamiento antes
de que lleguen al término de su aumento y a la época de la madurez. Por
otra parte las viñas hacia poniente reciben pocas horas de sol y sus uvas
son siempre ásperas y ácidas sin llegar a madurar con perfección”.
“los sarmientos protegidos por árboles son muy delgados, llevan
poco fruto, maduran de forma tardía imperfecta y desigual en los diversos
granos”…”deben arrancarse los árboles existentes entre las viñas y en sus
márgenes”.
“Podemos deducir que la exposición más favorable a la viña es la
de mediodía; que la de levante aunque menos favorable que la primera es
preferible a la de poniente y a la del norte. En general las viñas que están

177
más expuestas al sol, son las que dan mejor vino en igualdad de
condiciones del terreno y del cultivo”.

Fotografía nº 14.- Cultivo de viña adaptándose al terreno.

Del influjo de las estaciones sobre las uvas.


Hemos visto como influyen el clima, el terreno, la exposición y con
ello la influencia de la humedad, el frío y el calor en la calidad de la uva.
“La viña ama el calor, las tierras ligeras y expuestas a un sol
ardiente” por ello en un año lluviosos las uvas carecen de azúcar y no
tienen olor y el vino resulta insípido y débil, conservándose con
dificultad”…”contienen mucho ácido málico”…”el vino en años lluviosos es
débil, poco espirituoso y abundante, si las lluvias son en vendimia aún
perjudican más, si sobrevienen en floración, son perjudiciales pues la uva
no grana, si se producen cuando empiezan a crecer los racimitos son
favorables”.

178
“En general los tiempos más favorables a las uvas, son los que
proporcionan una alternativa de calor y de lluvias suaves”.
“Los vientos constantes son perjudiciales a la viña: ellos desecan
los sarmientos, los racimos y el terreno; ellos son la cusa, especialmente
en los terrenos fuertes, de que se forme en estos una capa dura y
compacta que impide el paso del aire y el agua hacia las raíces”.
“Las nieblas son también dañosas para la viña y son esencialmente
nocivas a las uvas y especialmente a la flor”.
“El mejor año para las uvas es aquel en que, o bien el tiempo de
florecer es seco caliente y tranquilo, o bien caerán unas lluvias suaves
después de la flor, cuando los granos comienzan a engordar sin seguir
lloviendo mucho tiempo y cuando al final reine una temperatura seca y
caliente que fomente la maduración de las uvas”.

Fotografía nº 15.- Sistema de cultivo de viña en zonas ventosas con necesaria


adaptación a la zona de cultivo.

179
Del influjo del cultivo sobre las uvas.
“Uvas que crecen mucho y viñas que también lo hacen jamás
tienen gusto exquisito”…”el cultivo tiene sus reglas y sus límites”.
“los abonos, preciosos en muchas plantas (pueden ser) son
perjudiciales a la viña, alternando la calidad del vino pues activan
poderosamente la vegetación, luego una viña necesita recibir un
nutrimento muy flaco o ligero, si se desean tener uvas de buena
calidad”…”abonar mucho es sacrificar la calidad a la producción”…”hay
abonos de algas que comunican mal olor a las uvas y al vino”…”los abonos
vegetales no causan problemas como los abonos animales y minerales,
siendo el mantillo esencial”.
“viñas demasiado espesas no toman sol pero en suelos buenos y
abonados y dan vinos buenos”.
“únicamente cuando las uvas han crecido ya lo bastante y que sólo
falta que maduren, entonces se pueden juntar los manojos de ramas y se
dejan al descubierto las uvas; por cuyo medio maduran fácilmente”…”esto
es conveniente siempre pero necesario en estaciones lluviosas, con suelos
fértiles”…”en algunas partes suelen deshojarse las viñas”…”a veces se
retuercen los sarmientos para parar la vegetación, ya Plinio hablaba de
retorcer el pedúnculo del racimo para obtener vinos dulces”.
Algo que sin duda debemos recordar hoy es el párrafo siguiente de
Carbonell (1820): “La edad de la viña influye decisivamente en la calidad
de los vinos; las viñas viejas siempre son las mejores, y es bien sabido,
que cuando se renuevan cepas en una viña sobre todo en un considerable
número de cepas, la cantidad del vino es inferior”.
Rousset (1755) recomienda “plantar en tresbolillo las estacas o
ramas de álamo blanco a seis pies (dos metros) de distancia para usar de
tutores de los sarmientos de vid a enraizar (Recordemos la fecha),

180
sembrando en las calles legumbres, lentejas, habichuelas enanas, cebada
o avenas, etc.” evidentemente antecedente del empleo de cubiertas.

Fotografía nº 16.- Adaptación del viñedo al ecosistema con una búsqueda


integradora.
Este autor también recomienda “no dejar crecer los álamos usados
como tutores y propone observar las vides no podadas”.
Beaume (1783) quiso no podar algunas cepas y ver que ocurría, al
imitar las viñas abandonadas o silvestres pero con un cierto sentido y
181
dejándola crecer por si misma. En aquella época este investigador y
farmacéutico fue ridiculizado pero después de Serres describió como se
manejan las cepas en Santorini, isla volcánica del Egeo expresándose
como sigue:
“Se plantan las cepas a dos o tres pies de distancia unas de otras, y
se las deja brotar por diez o doce años, sin podarla. Cuando se conoce
que han crecido bastante, se podan cada año, dejándoles más yemas de
lo que se acostumbra en el mediodía de Francia. Se sostiene la cepa para
que no caiga o arrastre, sosteniendo sus ramos apoyados en un nido
formado por medio de algunos sarmientos atados alrededor de ellas”.
“Una viña plantada y podada de este modo dura menos que las
viñas de los departamentos meridionales; pero produce doble o triplica la
cantidad de uvas”.
Como se ve la no poda y poda mínima, al margen de la poda en
nido de cigüeña tradicional de la isla volcánica de Santorini ya se ensayo
hace más de doscientos años.
Curiosamente Carbonell (1820) ya habla de mantener las cepas en
poda mínima y comenta su posible empleo para generar productos
distintos al vino, hoy hablaríamos de la obtención de biomasa para uso
energético, con este tipo de cepas muy vigorosas, así este autor indica:
“Si la viña vegeta con mucho vigor, podría cultivarse en parajes
incultos y tratarle como una especie de prado artificial y utilizar sus
despojos”…”no hay planta alguna cuyos despojos puedan aplicarse tan
oportunamente como los de la viña para la fabricación de salitre, de la
potasa, etc”.
Luego el uso de la vid como planta bioenergética no puede
descartarse, además de cómo un buen medio en el control de incendios y
plantificación de espacios mediterráneos.

182
El empleo de emparrados y uso de jardinería de la vid también son
descritos por Carbonell (1820) que entre otras cosas recoge las tres
observaciones siguientes:
“Una vid que cubría una fachada inmensa de la que todos los años
se sacaban varios toneles de vino”.
“una parra que cubría las paredes de una casa y montaba sobre los
techos, pero con tanto artificio que no se veían más que las ventanas y las
puertas. Dichas cepas producían más vino del que consumía la familia que
en ella vivía a pesar de que este consumo era crecido”.
“En un patio de Chamberri había dos cepas que ellas solas
formaban un toldo o bóveda de ocho pies de alto, doce de ancho y sesenta
de largo, y daba todos los años una pipa a lo menos de vino y a veces
dos”.
Sannino (1925) habla de la adecuación del clima cálido y seco para
la crianza de vinos, pero también dice:
“aunque faltan aún experimentos de la influencia del terreno en la
calidad de las uvas podemos afirmar que los terrenos calizos son
convenientes para la producción de uvas ricas en azúcar, las arcillas, por
el hierro que contienen, dan uvas con mucha materia colorante, los silíceos
dan vinos tintos muy ricos en bouquet”…”los terrenos volcánicos ricos en
potasa elemento del que la vid es muy exigente dan uvas muy selectas,
también son convenientes suelos con mucho fosfórico”.
Indicando también “los abonos nitrogenados aplicados en exceso y
los riegos, incluso aunque no sean muy copiosos o si lo son, rebajan la
riqueza azucarada del mosto”…”las cepas criadas altas producen mosto de
más graduación azucarada que las bajas y que en general la poda corta da
uvas con más azúcar que la poda larga”.

183
También critica “el despunte de sarmientos en verde” incluye unos
cuadros interesantes, en parte con datos aportados por Mestre de la
composición total de los racimos.
“Terroir” hoy se define como un sistema activo de interacciones
más o menos complejas (según las situaciones y condiciones concretas
del entorno) entre el suelo, el clima, el material vegetal empleado y el
manejo de estos tres factores, que hace el hombre, para conferir a las uvas
y el vino que de ellas procede en unos productos agrarios unos vinos
particulares, diferentes de los que se pueden obtener en otro lugar.
Este concepto, muy importante hoy para diferenciar y valorizar las
producciones vitícolas, debe basarse, tras la realización de los ensayos
previos de adaptación de los nuevos cultivares o el reconocimiento de los
ancestrales o autóctonos, en una evaluación de los factores naturales y
antropizados que influyen sobre la producción y calidad de la uva así como
de la elaboración del vino.
Todo ello se buscó históricamente y en la actualidad zonificando y
valorando la aptitud de las distintas plantaciones vitícolas.
Actualmente la zonificación que permite evaluar la calidad de una
uva y su adecuación para la elaboración de un tipo de vino diferencial o
valioso, que debe estar previamente determinado, se basa, tras recoger
datos históricos y del origen geológico así como series históricas
climáticas, en las siguientes pautas de actuación:
1. Sobre el suelo:
1. Estudio del mapas geológicos y litológicos o su elaboración
y/o adecuación.
2. Realización de calicatas y estudio del perfil del suelo.
3. Análisis físico-químicos de los componentes del suelo
mediante los muestreos necesarios diseñados
estadísticamente. Definición caracterológica del suelo.

184
4. Estudio y verificación de los mapas vitícolas (incluyendo
patrones, cultivares, edad y ficha de cultivo).
5. Delimitación zonal primaria.
6. Clasificación de suelos por su influencia en los caracteres de
la uva y el vino.
7. Estudio de la vegetación natural, y vegetación potencial.
8. Elaboración de cartografías superponibles.
9. Valoración de pendientes, orientaciones y exposición,
componente topográfico de adecuación zonal.
10. Modelización digital y zonificación edafo-litológica y
topográfica.
2. Sobre clima.
- Obtención de datos meteorológicos oficiales y sobre todo
reales (precipitación, temperaturas, evaporación potencial,
etc.).
- Análisis microclimático parcelario y zonificado (empleo de
registros termohigrométricos continuos).
- Cálculo de índices bioclimáticos (*).
- Periodo activo de la vid y periodo libre de heladas.
- Excesos y déficits hídricos mensuales. Índices de aridez.
- Aplicación de resultados de los índices bioclimáticos tras la
realización de los cálculos e inferencias consideradas
oportunas.
- Elaboración del modelo climático. Submodelos.
- Delimitación de adecuación climática por exclusión (negativa)
y posteriormente positiva buscando el óptimo con tres niveles.
- Elaboración de cartografías climáticas.
- Valoración de los factores topográficos respecto al clima
(zonas de viento, sensibles a heladas, granizos, etc.).

185
- Modelización y zonificación climática.

3. Estudio de la interacción suelo-clima-planta


- Fenología varietal, según los cultivares autóctonos y
tradicionales (deberá realizarse entre 3 y 5 años como
documentación de referencia).
- Seguimiento fenológico.
- Valoración de la fenología de materiales vegetales foráneos.
- Análisis fenológico por edades.
- Análisis fenológico por orientaciones, arquitectura y destino
de las producciones.
- Localización de carencias y fisiopatías. Posicionamiento.
- Elección de cepas testigo, según cultivar, nivel de producción,
vigor, etc.
- Determinación del momento de vendimia.
- Controles de maduración.
- Control sanitario.
- Control de intervenciones y empleo de posibles
modificaciones fenológicas.
- Valoración de la producción, su correlación con número de
yemas dejadas en la poda. Fertilidad teórica, fertilidad real.
- Evaluación de la calidad del mosto (al menos cinco
parámetros).
- Microvinificaciones. Posterior escalado hasta llegar a bodega
comercial tras su ensayo en bodega experimental.
- Elaboración de datos de vendimia y posicionamiento en
mapas.
- Análisis sensorial de las elaboraciones. Elaboración del perfil
de cata.

186
- Mapeo e individualización zonal de la adecuación del material
vegetal, variedad a variedad.
4. Valorización del producto obtenido.
- Ampelografía clásica y por análisis de ADN. Autentificación
varietal.
- Certificación de zona de obtención mediante análisis de
isótopos inestables y mediante RMN.
- Elaboración de diagramas aromáticos por variedades.
- Perfil polifenólico por variedades.
- Índices de color (3-4 índices, Sudraud, Bouterau, etc.).
- Perfil sensorial definido.
- Contenido en elementos químicos en el vino.
- Evaluación de perfiles y mapeo de los mismos. Interpretación.
- Zonificación por calidad y realización de cartas vocacionales.
- Comprobación de su repetitibilidad interanual.
- Diseño y presentación del producto.
- Marketing diferenciador.
En la valoración actual de la calidad de los vinos es esencial
conocer los principios de la nutrición mineral, la función de cada uno de los
nutrientes que ya fue en gran parte establecida para los macroelementos y
algunos microelementos por Liebig (1862), por Fregoni (1990) y por
Marschner (1995) que definieron estas funciones, sus niveles óptimos,
carenciales y tóxicos, constatando que la carencia de cada uno de los
nutrientes no puede ser sustituida por la abundancia de ningún otro, y que
su origen (orgánico o inorgánico) importa, es necesario conocer la dotación
natural el suelo en estos elementos y los aportes para realizar estos es
necesario conocer el momento del ciclo y las condiciones ambientales
(suelo, clima) que hace más eficiente su absorción, hoy se tiende al

187
empleo de abonos de liberación lenta con tecnologías ecológicas (Entec®)
como ensayaron Salazar y López-Cortés, 2008.
Para conseguir una nutrición adecuada, además de conocer la
disponibilidad y la cantidad existente en las cepas (análisis suelo y foliares
o peciolares) de cada uno de los nutrientes es necesario conocer qué
factores influyen en la eficiencia de su absorción, estos factores son
básicamente los siguientes:
- las temperaturas (suelo, agua y aire),
- el patrón y sus relaciones con el injerto,
- la concentración de los nutrientes y su formulación si son
aportados,
- la interacción entre los distintos elementos,
- la intensidad metabólica del cultivar.
Problemas de este tipo pueden cuestionar la adecuación de
algunos cultivares en determinadas zonas concretas como es el caso e la
Shiraz en algunas zonas de nuestra península.

Fotografía nº 17.- Integración de los materiales de cultivo con el entorno vitícola.


188
Evidentemente la disponibilidad de los nutrientes depende de otros
factores como son:
- el origen geológico y litológico del suelo vitícola en que se
establece la plantación,
- los procesos de pedogénesis,
- la porosidad relacionada con las texturas y estructuras,
- el pH,
- el régimen hídrico, determinado por la pluviometría y la
evaporación,
- el régimen térmico,
- la profundidad del suelo explorable por las raíces,
- el color del suelo,
- la exposición y topografía de la parcela,
- la erosividad, etc.
Realmente todos estos factores deberían estudiarse zonalmente para
predecir las características y la calidad esperada de los vinos.
Actualmente es claro que la calidad de la vendimia y por tanto de
los vinos puede modularse mediante las técnicas de cultivo y
especialmente mediante el manejo del suelo, las podas y arquitectura de
las cepas para equilibrar el volumen de las raíces y la parte aérea aunque
evidentemente el manejo del riego debe también ser controlado, tanto en
los aporte como en la temporalización de estos volúmenes a aplicar.
No cabe duda que en último término la calidad de la uva está
determinada por algunas plagas y enfermedades, sobre todo las que
inciden en la maduración de los racimos, por otra parte es claro que la
incidencia de muchas de estas patologías están ligadas a las condiciones
del suelo y sobre todo a los factores ambientales que inciden sobre la
fisiología de las cepas y especialmente en la época de maduración de la
uva como ya hemos indicado.

189
El conocimiento de las plagas y enfermedades, de sus síntomas
para una detección precoz y el ciclo biológico de las mismas en la zona
concreta de cultivo es esencial para evitar o al menos minorizar sus
efectos nocivos en la calidad de la uva y por ende en los vinos.
El análisis sensorial debe tener un papel importante en la
zonificación para ello además de elaborar el perfil edónico de los cultivares
en las distintas ecologías posibles, debería realizarse una carta aromática
de cada uno de los cultivares en cada uno de los tipos de suelo, ello
evidentemente con técnicas HPLC discriminatorio de aromas e
identificación nasal por expertos de cada uno de los picos separados
instrumentalmente. Actualmente existe un proyecto en este sentido en
Italia (Soave), en Cataluña (Cavas) y en Rioja.
En definitiva, los componentes del concepto “Terroir” que no es un
concepto nuevo, determinan fuertemente la tipicidad y la calidad de un
vino.

Fotografía nº 18.- Paisaje vitícola según líneas de terreno.

190
CAPÍTULO 6. LA MADERA EN EL VINO

Las primeras referencias al uso de la madera en el vino eran para


su transporte, las podemos ya encontrar en Homero (s I a.C.) que también
decía que el vino mejoraba en estos toneles. También hay referencias al
empleo de toneles para el transporte del vino en Herodoto (500 a.C.) y en
otros autores griegos y romanos.

Muchos años después, entre el año 742 y el 814 (época carolingia


europea) el uso de los toneles ya se había generalizado tanto en la Europa
nórdica como en la mediterránea. Pero fueron muchos más años después
cuando los vinos de Oporto y Jerez elevaron el uso de las barricas en el
vino, generalizándose su uso, que al tener que ser manejable en el
transporte comenzó a no ser superior a los 500 L de capacidad. Así
nacieron y se generalizaron la barrica bordelesa (225 L) la pipa portuguesa
y la bota jerezana, fueron estos tamaños los que permitieron observar
mejor y evaluar el intercambio entre la madera y el vino que comenzó en
nuestro país en Rioja con pequeños barriles de 72 L y en Italia con barriles
de entre 25 y 50 L (Vino Santo), para adoptar la barrica bordelesa para el
envejecimiento del vino como ocurre hoy en prácticamente todas nuestras
Denominaciones de Origen.

El buen manejo de las maderas de distintos tipos llevó al uso de


estas barricas demasiado tiempo al manejar técnicas de limpieza y lijado o
renovación, pero muy pronto se vio que las relaciones del vino con la
madera que son muy complejas (ya que de esta interacción se modifica su
porosidad) no son limitadas y se empezó a estudiar el momento adecuado
de las renovaciones habituales del parque de barricas, el tipo de madera a
utilizar (casi siempre roble), su origen, su preparación, etc., que conduce a
la técnica casi ciencia de la tonelería actual.

191
Sobre la madera Sannino (1925) en su Tratado de enología indica
que “los conos y otros recipientes enológicos pueden ser de roble (que es
la mejor madera), de castaño silvestre (también buena), de alerce, de
enebro, de abeto(¿) y de pino (¿) siendo siempre mejor utilizar árboles
jóvenes una vez tratados los tablones con vapor. El uso de abetos fue
establecido por De Vicenzi, y el de pino (Pinus sylvestris, Pinus pinea) por
D´Agostino pero sólo para recipientes grandes”. El propio autor realizó
ensayos con madera de cerezo (Prunus cerasus) y chopo (Populus nigra y
Populus italica) de la primera dice que es buena pero escasa y de las
segundas dice que son muy porosas y ricas en materias extractivas.

Sannino (1925) profundizando en la calidad de la madera, aconseja


la madera de roble, especialmente para envases vinarios de poco volumen
pero “desaconsejando la madera de encina (Quercus ilex) por ser
demasiado compacta y difícil de trabajar, desaconseja también el Quercus
sessiliflora por tener madera muy nudosa, poco flexible y que no se hiende
según la fibra, también desaconseja Quercus cerris de madera bermejiza y
aunque es poco nudosa y fácil de trabajar por hendido es difícil de depurar
y comunica o puede comunicar al vino un gusto especial, desagradable, de
hormigas, especificando que la mejor madera es la de Quercus robur
(roble común) o de Quercus pedunculata (roble albar o fresnal)”.

Además este autor aboga por la calidad del roble francés frente al
americano (demasiado vainillado para él) y habla de la adecuación del
roble austro-húngaro, de Eslovaquia y Croacia.

Este autor habla de la conveniencia de turnos de tala de 12-15 años


en la obtención de duelas para construir envases pequeños o medianos y
turnos de 24-30 años para duelas de envases grandes, describe la forma
de preparar duelas y tapas así como la forma de “domar” y “flexibilizar” las
mismas para el montaje de barricas, toneles y cubas.

192
Describe además las características de la “bota bordelesa”, del
“bocoy”, de las “pipas”,pero habla también de otros recipientes de vidrio
como las “damajuanas” de entre 60 y 25 litros de las “garrafas” de menor
volumen así como de distintos tipos de botellas.

En ocasiones se diferencia la tonelería más que por su capacidad


por su forma y normalmente se diferencia entre barricas, fudres y cubas.

- Las barricas varían entre tamaños muy pequeños (25-75 L),


tamaños medios que son los habituales en nuestras zonas
vitícolas (225 L); es decir la barrica bordelesa de la que se llenan
300 botellas ya que esta suele ser de tres cuartos de litro y las
grandes de 500 o 600 L, que hoy están volviendo a ser
consideradas.

- Los fudres o grandes barricas de entre 700 y 1200 L, que


realmente pueden ser más grandes y requieren cintados
especiales. Muchos fudres se emplearon también para la
elaboración de cerveza en el pasado. Realmente hay fudres que
son verdaderas obras de arte de la talla de la madera que se ha
sobrepuesto o sobre el fondo de la tapa delantera o sobre los
refuerzos y bordes de estas.

- Cubas, cuya forma suele ser tronco-cónica y muy característica en


el envejecimiento de nuestros fondillones, que suelen tener más
de 1000 L de capacidad, llegar a los 4000 o incluso 6000 L y que
hoy han sido sustituidos, excepto en bodegas muy peculiares y de
alta calidad de sus elaborados, por el acero.
La utilización de barricas es hoy día muy frecuente y tomada en
muchas ocasiones como índice de valoración de las bodegas, pero el uso
de la madera en las barricas como hoy lo entendemos es relativamente

193
reciente al menos en la mayor parte de nuestras zonas vitivinícolas
mundiales.
En la elaboración y conservación del vino los recipientes de
madera, actualmente muy extendidos y en expansión, no eran frecuentes,
aunque si se usaban esporádicamente en la antigüedad. El empleo de
ánforas de barro cocido y de recipientes de piedra, mármol o incluso
pastas de sílice, similares al actual vidrio, era lo habitual, en las
civilizaciones mediterráneas que producían, utilizaban y comercializaban el
vino.

Fotografía nº 19.-Grandes toneles antiguos (fudres) para el almacenamiento


del vino.

Fueron los pueblos indoeuropeos y posteriormente celtas los que


introdujeron los recipientes de madera primero para el transporte y luego
para la elaboración y conservación, como también se hacia en estas
culturas con otros productos fermentados como la cerveza.
194
Los primeros datos específicos del empleo de recipientes de
madera para el transporte de vino datan del siglo IV, desde esta época las
barricas de madera sustituyen rápidamente a los otros tipos de recipientes
al ser estas barricas mas resistentes, menos pesadas y permitir el manejo
de mayores volúmenes.
El papel y las funciones de la madera en el vino no son solamente
las de continente ya que aportan al vino aromas avainillados y de otros
tipos ya que contienen abundantes esteres y aldehídos que enriquecen el
vino pero también aportan taninos (taninos de la madera) que pueden no
ser adecuados según el tipo y las características del vino contenido en los
recipientes y que permiten además la lenta oxidación y maduración de
diversos componentes del vino como son los taninos propios de la uva, los
polifenoles y un largo etc.

Fotografía nº20.- Viejo tonel


con duelas sin recortar.

195
Fotografía nº 21.- Barricas en una pequeña bodega.

Actualmente las barricas, que inicialmente fueron de distintas


maderas castaño, nogal, acacias, hayas, encinas e incluso enebros, han
pasado a ser prácticamente sólo de robles, ya que este tipo de madera es
considerado hoy como el mas adecuado al ser más o menos permeable,
más resistente, moldeable y capaz de conseguir las estanqueidad
deseada.
Históricamente y de forma ya mas reciente al transportarse el vino
en barricas, el transporte de los vinos de Burdeos, de Porto y de Jerez, que
eran los vinos que más se transportaban a diversos destinos por su calidad
o sus peculiaridades, han generado distintos tipos y aspectos de barricas
por su capacidad (entre 225 y 350 L son las más frecuentes) pero existen
de tamaños muy pequeños 5,10,25 litros en Toscana para el Vino Santo,
de 215,228 litros en Borgoña, de 500, 600 litros en zonas donde se quiere
una ligera maderización del vino, etc.

196
En los años 80 estos recipientes se utilizaron para el
envejecimiento rápido y anejado del vino pero empezaron a utilizarse otros
recipientes para el transporte, pero hace años se volvió a los recipientes de
madera, que una vez salvados los inconvenientes derivados de su
conservación y mantenimiento, aunque en muchos casos con sustitución y
rotación rápida, han vuelto a emplearse de forma mayoritariamente
sistemática, tanto en crianza y envejecimiento como en el transporte.
No todos los vinos aceptan su envejecimiento o conservación en las
barricas de roble, pero es claro que el roble siempre influye de forma más
o menos manifiesta o sutil en los vinos. La crianza da un estilo peculiar a
los vinos, actualmente sus características y propiedades son muy
diversificadas pero apreciadas, lo que ha conducido incluso a imitarlas
incluso mediante el empleo de cubos o astillas de esta madera para
saborizar y aromatizar vinos que realmente no tienen proceso de
envejecimiento.

Fotografía nº 22.- Clásica nave de barricas.

197
Habitualmente los tintos ligeros y los blancos suaves no pasan por
madera, pero incluso estos vinos pueden ser completados en sus
características mediante el contacto de la madera.
Son hoy muchos los vinos en los que se emplea la madera ya que
después de conocer las ventajas de esta, que no sólo sirve de continente,
es también lugar de clarificación y estabilización de los vinos, y además
que interacciona con ellos mediante el proceso de crianza. Los vinos se
elaboran o permanecen en contacto con la madera entre pocas semanas y
bastantes años (incluso 20 años) tomando unas características
específicas.
Si es verdad que en muchos vinos se ha abusado tradicionalmente
de la madera (en los Chardonnay australianos o en algunos Tempranillos
de La Rioja), no es menos cierto que con la madera, regulando su tipo de
roble, el tiempo de permanencia, el tostado, la edad de la barrica, etc. Se
llega a excelentes y equilibrados tintos y blancos.

6.1. La madera de la barrica


Ya que el empleo de barricas es hoy muy frecuente tanto en tintos
como en algunos blancos, conocer el tipo de madera y sus características
es esencial para poder prever la evolución de estos vinos y conseguir las
características que en ellos se buscan.
Tanto el roble como el castaño o la acacia son materiales
adecuados para las barricas aunque sólo las de roble se emplean hoy, ya
que el castaño aporta demasiados taninos y la acacia es excesivamente
porosa y oxida rápidamente los vinos que en las barricas elaboradas con
esta madera evolucionan muy rápido y no llegan a modificar y redondear
sus características como se desea con la crianza de los vinos, además de
ser esta madera muy delicada de manejar durante el proceso.

198
Actualmente el castaño vuelve a utilizarse para los vinos de licor de
expedición en los cavas.
En la actualidad es importante conocer en la madera sus
propiedades y características, permeabilidad, tamaño del grano,
composición y potencial aromático fresco, que es modificado por el tostado
y más recientemente por el ranurado de sus duelas. Evidentemente todo
esto está condicionado por el tamaño de la barrica, que lógicamente influye
en la superficie real de contacto entre la madera y el vino. Es también
importante conocer la edad, limpieza, conservación y por supuesto rotación
del parque de barricas de cada bodega. En la madera también influye
mucho la edad del árbol del que procede, como se ha manejado este, que
posición ocupaba en la masa forestal de la que procede, etc.
Todos estos condicionantes dependen evidentemente del tipo de
vino que queramos elaborar.
Tradicionalmente se habla de roble francés (y actualmente por
extensión de roble europeo al incluir en este tipo de madera las barricas de
origen polaco, húngaro, etc.) pero el tipo de madera de roble francés
también es diversa y así hablamos de roble de Alliers (centro y norte de
Francia que pertenece a la especie Quercus sessilis), roble de Limousin
(oeste y sur de Francia que es el Quercus pedunculata), roble de los
Vosgos, etc. Hoy debemos diferenciar claramente dentro de los robles
europeos y así son muchas las bodegas que están ensayando los
resultados de estos distintos tipos de robles.
El roble de Alliers crece sobre suelos silícicos o ligeramente
arcillosos y pobres, con crecimiento anular lento y por tanto anillos de
crecimiento estrechos, como consecuencia en corte dan maderas de grano
compacto, apretado y por ello poco porosas.
El roble de Limousin crece sobre suelos preferentemente arcillosos
calcáreos y sólo de forma puntual sobre silícicos, siempre más ricos en

199
nutrientes y que comunican a estos robles un rápido y regular crecimiento
anual, que da anillos anuales anchos y por tanto de un grano más grueso.
Actualmente es muy claro que el origen botánico, la ecología y
humedad ambiental y por tanto su origen geográfico, el manejo de los
bosques (monte con bosques altos o monte con bosquecillos bajos) o
sistema de gestión, el turno de corta, el manejo de los árboles y su
situación dentro del bosque en explotación, así como el tamaño del grano y
su densidad, determina su adecuación y características para su empleo en
la crianza de unos u otros tipos de vinos.
Hoy conocer el contenido en compuestos fenólicos y especialmente
en taninos de la madera para elaborar las duelas de la barrica es
importante, por lo que debemos recurrir a extracciones y análisis de
compuestos aromáticos de la madera seca y antes de su tostado y
después de este para así determinar sus posibles potencialidades.
Factores como la altura, la edad, orientación o posición en el
bosque pueden influir en las características de la madera. El origen
botánico de los materiales vegetales puede determinarse mediante
técnicas de identificación isoenzimática y molecular (PCR) o por
caracterización de sus componentes mediante rayos X o por técnicas de
espectrometría de masas.
En principio podemos establecer unas características generales del
tipo de madera que pueden resumirse en las siguientes especificaciones:
- Roble procedente de Alliers:
De grano muy apretado y normalmente con más de 10 anillos de
crecimiento anual por centímetro de diámetro del tronco, con
abundantes taninos elágicos pero de baja estractabilidad. Con
abundante contenido en eugenol y metil-octanolactonas. De
elevada y característica aromaticidad. Muy poroso.
- Roble de Limousin:

200
De grano grueso y con una densidad menor y con entre 2 y 3
anillos de crecimiento por centímetro de diámetro del tronco. Con
gran riqueza en polifenoles extraíbles. Con elevado contenido en
polifenoles catéquicos y elágicos con bajo contenido en eugenol y
de medio a bajo en metil-octanona. Poco poroso al ser menos rico
en vasos liberoleñosos por superficie que el anterior.

Fotografía nº 23.- Tapón de madera para conservación de barrica.

- Roble de los Vosgos:


De grano de tamaño mediano con densidad media de 3 a 5 anillos
de crecimiento anual por centímetro de diámetro del tronco. Con
riqueza media de polifenoles extraíbles, con bajo contenido en
taninos catéquicos y con contenido medio en taninos elágicos. Con
elevado contenido en metil-octanona y muy bajo contenido en
eugenol.

El roble de los países del este europeo es normalmente de grano


medio de entre 3 y 8 anillos de crecimiento anual por centímetro de
diámetro del tronco, muy rico en polifenoles y con aromas

201
vainillados intensos pero sin matices de madera joven y otras
especias.

Fotografía nº 24.- Tapón con junco seco para tapar barricas.

- Roble Americano:
La madera americana procede del roble blanco y es pobre en
compuestos fenólicos pero muy rica en aromas vainillados y de
coco (metil-octanonas). La madera es de grano grueso con menos
de 2 anillos de crecimiento anual por centímetro de diámetro del
tronco. Este roble posee baja porosidad pero su aprovechamiento
es mayor en la elaboración de las duelas en las que la dirección del
aserrado resulta menos importante que en los robles europeos.

202
6.2. Proceso de elaboración de barricas

SELECCIÓN Y TURNO DE CORTE

TALA Y PELADO

FORMACION DE TABLAS Y SELECCION

SECADO DE MADERA (entre 9 y 36


meses)

CORTE, DOBLADO DE DUELAS

RANURADO (Selección)
DE DUELAS

MONTAJE DE FONDOS MONTAJE DE DUELAS

QUEMADO, DOBLADO Y
AJUSTE DE AROS
INFERIORES

TOSTADO (niveles)

ENSAMBLAJE
EMBALAJE DE FONDOS

Flejado
Control de calidad y estanqueidad

203
En el manejo de la madera de roble debe evitarse su humectación
ya sea para su conservación o para su transporte.
Aunque el secado de madera puede ser forzado, se prefiere el
secado al ambiente con duración de entre 9 y 36 a 40 meses que permite
reducir la humedad hasta el 14 o 15 %. La deshidratación inicial es más
fuerte que la del periodo de maduración de la madera en la que sus
componentes se oxidan y acidifican liberándose fenoles y aldehídos entre
ellos el eugenol y la vainillina que caracterizan las maderas junto con el
contenido en metil-octanolactona. Durante el secado también disminuyen
las cumarinas de la madera que pasan de ser amargas (micosiladas) a
formas más suaves (gliconas) que pasan al vino, en este secado natural
también se hidrolizan lentamente parte de los taninos elágicos
disminuyendo la astringencia de estos, con lo que al pasar al vino no
aumentan la astringencia de este.
Estos dos procesos se minimizan mediante el forzado térmico del
secado de la madera por lo que el roble comunica menos aromaticidad al
vino durante la crianza y además puede desarrollar menos “resina” o
secreciones.
Para formar la barrica y flexibilizar las duelas se intenta alcanzar
una temperatura de unos 200 ºC en el interior de la futura barrica, pero
esta elevada temperatura denominada quemado a la llama puede ser
sustituida hoy por tratamientos con vapor o agua caliente que extraen
taninos de la madera y reducen el componente amargo que estas madera
pueden pasar al vino.
Una vez realizado el moldeado de las duelas, si se sigue el
calentamiento durante un tiempo o se produce al flameado inicial si se ha
trabajado con vapor o agua caliente, se procede al denominado tostado.
Previo al tostado puede realizarse el ranurado del interior de las
duelas para aumentar la superficie de contacto entre la madera y el vino.

204
En ocasiones este ranurado se realiza después del tostado. Existen
diversos tipos de ranurados.
El tostado de las duelas una vez montadas por ensamblaje con los
aros superiores permite reducir los compuestos amargos.
El tostado pretende mejorar la aromaticidad de la madera con la
que se realizan las barricas. En el tostado es importante el tiempo durante
el que se mantiene el proceso, la temperatura que se alcanza en el
calentamiento ya que según esta se eliminan o no determinados
componentes de la madera, el tipo de combustible a emplear en el
calentamiento ha evolucionado con el tiempo y tiene también implicaciones
en el aroma que queda en la madera, así se ha pasado de calentar
mediante braseros de combustión de viruta, astillas o serrín del propio
roble y con emisión de humo al empelo de gas natural, de resistencias
eléctricas, etc.

Fotografía nº 25.- Tapón de corcho para barricas.

Actualmente en el tostado se suele hablar de tres niveles distintos


con efectos diferentes en las duelas así podemos hablar de tostado ligero,
medio y fuerte.

205
El roble francés cede más lentamente sus aromas durante la
crianza y el americano tiene notas más acentuadas a vainilla y a coco.
La madera puede comunicar al vino aromas que inicialmente son
buscados pero cuyo exceso puede llegar a resultar un defecto como ocurre
con el aroma a vainilla (producido por la vainillina), con el aroma a clavo
(debido al contenido en eugenol de la madera que pasa al vino).
Otros aromas menos habituales son el aroma a caramelo que es
atribuido al furanol, el aroma a pan tostado atribuido al hidroximetilfurfural,
el aroma a coco atribuido a las octanolactonas y el aroma a almendra
tostada o a almendra amarga atribuida a las pirazinas.
El tamaño de las barricas es determinante de su interacción con el
vino, así un volumen menor permite mantener una tasa mayor de oxígeno
disuelto que un volumen grande, además el intercambio entre la madera y
el vino es mayor tanto por lo que se refiere a los taninos de la madera
(taninos elágicos) como de los aromas, además los fenómenos de
convección cortos o reducidos permiten una mejor clarificación que es
dificultada por el movimiento de las lías en volúmenes mayores.

Fotografía nº 26.- Tapón de plástico para barricas.

206
Una barrica está formada por un cuerpo o panza constituido por
unas duelas o listones biselados de madera cinchados por unos flejes de
hierro o de cinc que pueden estar recubiertos por madera o mimbre y dos
tapas o fondos constituidos por listones planos denominados azuelas,
fondo maestro y chanteles encajados en un jable o ranura de las duelas.
La barrica suele tener una piquera o boca en la duela y puede tener
o no un esquive u orificio en el fondo o tapa para retirar las lías o encajar
un grifo.
En ocasiones las tapas se sujetan con barras de madera sujetas
mediante clavijas también de madera que ajustan el fondo o tapa al jable.
El tipo de tostado depende de la temperatura alcanzada y del
tiempo de este. Estos dos factores se han correlacionado con el aroma
potencial de las barricas y con el empleo o no de agua pulverizada para
estabilizar la temperatura.
El tostado debe ser siempre homogéneo, no deformar las duelas y
no dejar restos de la combustión y puede ser perfectamente
termorregulado y analizado en la evolución de los compuestos volátiles de
la madera y su evolución y modificable con la temperatura.
El tipo y peculiaridades del tostado es adaptable al gusto del cliente
y al tipo de vino deseado ya que los taninos y aromas que la madera cede
al vino dependen en gran manera del tipo de tostado además del tipo de
roble elegido para la barrica.
El tipo de crianza más o menos oxidativa deseada debe determinar
el tipo de madera elegido, el tiempo de permanencia en barricas del vino y
la rotación de estas.
Para una buena crianza es necesario conocer el tipo de vino ya sea
tinto o blanco y considerar que la lenta oxigenación es capaz de estabilizar
mejor el color de los vinos tintos.

207
El aroma y sabores, excesivos a madera pueden mitigarse con el
tipo de tostado.
El contenido en taninos, antocianos y el equilibrio entre ambos es
determinante en la consecución de una buena crianza.
El tostado ligero es un proceso de calentamiento a bajas
temperaturas relativas de aproximadamente 115 ºC en el centro de la
duela y durante un tiempo inferior a 12 minutos. Este tipo de tostado
conserva los taninos elágicos de la madera y mantiene el contenido en
nonenal que comunica un aroma a madera verde que es generalmente
poco apreciado.
El tostado medio que se consigue con temperaturas en el centro de
las duelas de 200 ºC mantenidos durante un tiempo entre 12 y 15 minutos
y conduce a la formación de diversos aldehídos furánicos que por
reacciones de caramelización conducen a la formación de aromas a
almendra, vainilla, clavo, café, etc. Este tipo de aromas potenciados por el
tostado disminuyen al calentar más la madera.
En ocasiones aparecen aromas a proteínas que resultan poco
adecuados.
El tostado fuerte con temperaturas mayores de 230 ºC y durante
más de 15 minutos conduce a aromas ahumados y especiados. Este tipo
de tostado degrada aldehídos y fenoles y especialmente los taninos
elágicos y las ligninas, estos compuestos se solubilizan con estas
temperaturas y pasan al vino dando aromas a especias como el clavo y
degradan los polioles de la madera.
La madera sometida a este tostado fuerte puede agrietarse y formar
ampollas que terminan dando aromas a cocido y con sabores astringentes
y amargos.

208
La aromaticidad del tostado fuerte es más intensa que la del
tostado medio pero demasiado amargo y con aromas a ahumado no
siempre deseado. Una barrica puede recibir unos tostados combinados.
Los tostados fuertes dan aromas a clavo, a caramelo y a pan
tostado. El tostado alto reduce la astringencia de la madera y el típico
aroma a coco, roble o tablón de madera (al reducir las lactonas, y el
noneal).
Un vino complejo requiere normalmente tostados medios, pero los
tostados altos pueden mejorar determinados vinos menos estructurados y
menos complejos.
El tostado de tapas y fondos no es frecuente pero puede emplearse
en crianzas cortas para reforzar los aromas que estas maderas tostadas
comunican a los vinos.

Fotografía nº 27.- Tinas para


la conservación y
envejecimiento del vino.

209
6.3. Defectos de las barricas
Los defectos de las barricas están relacionados con la inadecuación
de la madera que puede estar agrietada, excesivamente seca o atacada
por mohos (que generan los tricloroanisoles, el tetracloroanisol y el
pentacloroanisol, pero que también pueden generar triclorofenol y
tetraclorofenol que posteriormente se degradan principalmente a
tetracloroanisoles).
La madera también puede tomar aromas inadecuados como a
madera verde (por un secado inadecuado y aumento del trans-2 noneal) a
rancio (atribuido a 2 nonenal) y a papel o cartón húmedo (producido por el
3 octeno 1 ona).
Las barricas pueden contaminarse también por distintos
microorganismos que pueden genera aromas a clavel (producido por el
vinil-guayacol), a tierra (producido por la geosmina), a humo o carbonilla
(por efecto del etil-guayacol) y a cuero o ganado (por el contenido en
etilfenoles). Entre los microorganismos más problemáticos están los
Bretanomices.
Por efecto de oxidaciones o reducciones inadecuadas, la madera
también adquiere aromas inadecuados que pasan al vino como pueden
ocurrir con el sulfuroso (que comunica aromas a huevo cocido o podrido),
el etilpiroglutamato (que da aromas melíferos) el hidroxietilglutarato (que
da aromas complejos a cacao), el etiletanol (que da aromas a cebolla por
reducción), además también, se pueden generar fuertes aromas a nuez
moscada, a pimentón picante.

6.4. Características del parque de barricas

210
Una bodega debe decidir el tipo de roble a emplear en sus naves
de crianza. En muchas de ellas se opta por la combinación de distintos
tipos de robles y con rotaciones o permanencia en activo de las barricas
variable según el tipo de roble. Manteniendo normalmente durante más
tiempo en activo las barricas de roble francés ya que las de roble
americano se colmatan y se agotan antes.

Fotografía nº 28.- Diferentes distribuciones del parque de barricas.

Las características del origen del roble son decisivas en el


momento de estructurar el parque de barricas de una bodega que
ocasionalmente puede además ser personalizado tanto en sus tapas como
en el número de aros y separación de estos, estar recubierto por cintas de
mimbre o de castaño, etc.

211
Fotografía nº 29.- Moderna nave de barricas.

La capacidad de las barricas (que suele ser de 225 L tipo bordelés)


está regulada en la mayoría de las Denominaciones de Orígenes al
especificar los requisitos de los crianzas, de los reservas y de los grandes
reservas, aunque estas especificaciones no son idénticas en todos los
casos.
El empleo de barricas borgoñesas (de 228 L) y de barricas de 300 L
o 350 L puede ser una alternativa para determinados vinos. Recordamos
que antiguamente se elaboraba en fudres o depósitos troncocónicos, que
han sido hoy recuperados en determinados vinos de alta gama, o en
espirituosos destacados como el fondillón.
Actualmente existen tonelerías, que buscando la peculiaridad
alternan duelas de roble francés con roble americano, o emplean dos o
tres tipos de robles europeos.

212
El empleo de barricas ranuradas puede dar también peculiaridades
a las barricas ya que en estos casos el tostado es distinto en los lomos y
en los huecos de las ranuras. Este tipo de barricas y los distintos tipos de
ranurados aumentan la complejidad de los vinos aunque al aumentar entre
el 30 y el 80% la superficie aumentan los intercambios madera/vino lo que
requiere un manejo diferenciado de estas barricas y unos turnos de
rotación del vino muy rápido.
Actualmente son ya bastantes los vinos que se fermentan
directamente en barricas o fudres troncocónicos.
El tipo de roble elegido en un parque de barricas determina la
mayor o menor astringencia de los vinos a obtener, la mayor o menor
sensibilidad a la oxidación y por ello la mayor o menor estabilidad del color.
Los robles franceses son muy distintos entre sí ya que el roble de
Limousin libera más rápidamente sus taninos elágicos que el roble de Allier
y que la mayor parte de roble de los países del este.
El tipo de madera determina también la mayor o menor protección
de los compuestos fenólicos que son muy sensibles a la hidrólisis y
favorecen más o menos la unión de taninos-antocianos con lo que el tipo
de madera empleado contribuye de forma muy distinta a la estabilización
del color de los vinos.
Cuando una barrica envejece sufre procesos de colmatación de sus
poros por depósitos de tartratos y otros componentes por lo que diminuye
claramente el aporte de taninos y de compuestos aromáticos a los vinos.
Asimismo la tasa de oxidabilidad de los vinos disminuye con lo que las
crianzas oxidativas tienen problemas en este tipo de barricas.
Actualmente la estabilización del color en las barricas puede
conseguirse por microoxigenación.

213
Un vino debe tener, normalmente, un primer periodo de crianza
oxidativa que debe luego ser reducido para preservar sus aromas
varietales afrutados.
La adecuada limpieza y desinfección de las barricas es necesaria.
Nunca una barrica que haya contenido vinos tintos podrá dedicarse a la
crianza o fermentación de blancos ya que evidentemente transmitiría
colores antociánicos a estos vinos blancos.
El empleo de barricas nuevas y de 1 o 2 vinos combinadas suelen
dar buenos resultados. El turno de renovación de barricas en muchas
bodegas es el terciado de existencia.
El tiempo de guarda de un vino debe ser valorado mediante
regulares catas técnicas.
La reutilización de barricas en una bodega puede ser muy
problemática.
Actualmente existen técnicas de reacondicionamiento y de
regeneración de barricas, mediante el raspado de la madera (para eliminar
tartratos y microflora indeseable) o mediante un cepillado intenso que si es
ligero es inútil y si es excesivo conduce al adelgazamiento de la duela,
además de aumentar el aroma a madera o tabla que puede comunicar a
los vinos, su estanqueidad y resistencia puede quedar mermada.
Actualmente existen protocolos, tanto en Francia como en Italia
para el control de la calidad y trazabilidad de las barricas. Hay ya bastantes
bodegas españolas que emplean pliegos de condiciones de recepción y
conformidad de las barricas.
En la adquisición de barricas se deben comprobar los criterios de
acabado, estanqueidad, así como el tipo de roble y grosor de las duelas
establecidas.
Debiéndose realizar al menos un control del tostado, de la
superficie interna de las duelas para evitar la existencia de hinchazones y

214
ampollas en las mismas, así como comprobar el cinchado de fondos y
olores de la barrica.

6.5. Preparación de las barricas


Al adquirir unas barricas deben tenerse en cuenta una serie de de
tareas a realizar, que aunque normalmente no requieren una desinfección
previa como se hacia antes (evitando así el uso de azufre y agua clorada)
pero si suele requerir los siguientes pasos:
- Escaldar con agua caliente 90º o con vapor las barricas durante
aproximadamente 30 minutos.
- Comprobar la estanqueidad.
- Repasar fondos por estufados si es necesario, o demandar
fondos y tapas tostadas. Puede recurrirse también al destape de
barricas y limpieza con agua fría o incluso llenar toda la barrica
durante 24 horas.
- Limpieza y aclarado de la barrica pero no con presiones elevadas.
- Escurrido y secado.

Fotografía nº 30.- Desinfección


de toneles mediante mechas de
azufre.

215
Si la barrica está bien elaborada y el tostado se ha hecho también
de fondos y tapas normalmente solo se requiere su tratamiento o aclarado
con agua fría que aunque es un proceso más largo no arrastra aromas de
la madera. Este enjuagado puede pactarse con la tonelería que es sin
duda lo más adecuado y debe ser realizado siempre para evitar los restos
de virutas o serrín en el interior de las barricas.
Si las tapas o fondos no están tratadas puede ser recomendable el
uso de agua caliente o el vapor.

Fotografía nº 31.- Antigua balanza y sistema de alzado de barricas.

216
CAPÍTULO 7. EL TAPONADO DEL VINO

Desde que comenzó el empleo del vidrio como envase habitual del
vino ya sea para expedición, en parte de elaboración (en cavas) y
evolución del vino (crianzas, reservas, etc.) la forma de cerrar las botellas o
ampollas buscó distintas opciones, llegando al corcho como la mejor
técnica de taponado, ya que pocos o ningún material, excepto el corcho
natural, cumple las exigencias que se demandan para el taponado que
son:

- neutralidad organoléptica, que no comunique ni aromas ni a


sabores al vino contenido en el vidrio,,

- baja permeabilidad a los gases, pero impermeabilidad total que si


es adecuada para el SO2 pero no para el resto de gases,

- elasticidad, que permita un perfecto ajuste al cuello de las


botellas,

- resistencia al paso del tiempo, sin que se deshaga o se dañe,

- bajo coeficiente de dilatación térmica,

- buena maleabilidad,

- ser resistente a reacciones con ácidos, alcoholes, etc., es decir


ser prácticamente inerte químicamente.

Básicamente estas propiedades físico-químicas, estas prestaciones


sólo las tiene de manera bastante constante el corcho natural.

Existen otras posibilidades de taponado, el tapón de corcho


aglomerado, el tapón técnico de corcho, el tapón sintético, etc., que
mencionaremos posteriormente.

Las industrias de derivados del petróleo comenzaron preparando


unos tapones de polietileno transparente en forma de hongo para el
217
taponado de espumosos de baja gama y siguieron con la preparación de
discos para los tapones corona y de rosca de algunos vinos y licores,
preparando también cabezas para otros tapones.

El empleo de plásticos en tapones sintéticos como alternativas al


tapón de corcho en las botellas comenzó, como en todo el sector
alimentario ocurrió con el empleo de los plásticos, entre los años 70 y 75,
pero se han necesitado más de 10 años para que estos tapones se
empleasen en el vino de forma más o menos sistemáticas y en principio,
pese al escepticismo inicial, sólo en países nuevos productores de vino, sin
alcornocales, sin disponibilidad real de corcho natural.

Siempre a un tapón sintético se le debe exigir compatibilidad e


inocuidad para el vino (no pueden emplearse tapones con más del 14% de
vinilos).

Estos tapones pueden ser más o menos densos según las


condiciones de su fabricación.

Pueden, en nuestro entorno, considerarse alternativas a los


tapones de aglomerado para evitar el empleo de colas y pegamentos, pero
no olvidemos que en sus procesos de obtención se emplean también
compuestos químicos (aditivos) que por el calor pasan a gas y crean la
esponjosidad típica de los polímeros base.

Un tapón sintético puede tener problemas por la heterogeneidad de


su estructura (ya que las burbujas de expansión en sus procesos de
formación pueden ser de tamaño distinto, algunas muy gruesas) y dar
puntos de mal ajuste del tapón, puede generarse una cierta excentricidad
en toda o parte de la longitud del cilindro, pueden producirse también
cavidades, incluso tubulares, en la inyección del polímero en los moldes,
etc.

218
Un tapón sintético si se lava inadecuadamente no está exento, en
realidad de TCA, etc. La impermeabilidad casi total al oxígeno puede ser
problemática en algunos vinos.

Las características de densidad (muy alta en polietilenos lineales


casi sin ramificación) son muy variables, el grado de polimerización
condiciona la flexibilidad, la tenacidad, la resistencia mecánica y la
fragilidad o capacidad de deshacerse, en general son resistentes a ácidos,
soluciones alcalinas, alcoholes, esteres, etc., no agresivos con las
mucosas, etc.

Los elastómeros (copolímeros) de bloques suelen tener mejores


propiedades y si en ellos se emplea la coextrusión las superficies del
cilindro son totalmente continuas, sin rugosidad ninguna, no son
higroscópico (por lo que no pierden estanqueidad en seco, las botellas no
necesitan ni acostarse ni inclinarse).

No debemos olvidar que temperaturas altas afectan al vino pero


también tienen un efecto inadecuado sobre los tapones de materiales
plásticos.

7.1. El corcho en el vino

El corcho como tapón debió ser utilizado hace mucho tiempo en


España para envases de vino y otros productos alimentarios, pero fue
aproximadamente entre 1680 y 1695 cuando en la abadía de Hautvilliers
fue empleado para conseguir una segunda fermentación del vino en
botellas (Don Perignon en elaboración champagnes).

Se comprobó que el corcho por su elasticidad se adaptaba


perfectamente a los imperfectos cuellos de las botellas una vez

219
introducidos en ellas, al mismo tiempo que protegía los vinos de la
oxidación.

Sannino (1925) sobre la calidad del corcho indica: “en terrenos


poco fértiles y bajo clima cálido y seco, la capa de corcho de los
alcornoques crece lentamente, tiene poco espesor y las células son muy
pequeñas, pero en cambio, las paredes celulares son muy gruesas, es
corcho de excelente calidad. Por el contrario si los alcornocales crecen en
terrenos fértiles, en localidades lluviosas, su corteza tiene mayor espesor y
la células son grandes, con paredes delgadas y poco resistentes”.

Indicando además: “el corcho debe ser de textura uniforme y


elástica. Cualquier economía que se quiera hacer es contraproducente, ya
que puede perderse el valor de la botella”.

Respecto a la composición del corcho que atribuye a Chevreuil


habla de ácido gálico, de suberina (70%), cerina y resina y especifica: “el
corcho de España, especialmente de Cataluña, Andalucía y Valencia, al
igual que los de Argelia son muy buenos pues contienen más resina y
resisten más tiempo la acción del vino que los de Córcega y Portugal que
son más esponjosos y más atacables por el vino”.

El alcornoque o Quercus suber L., es un árbol fuerte, de hoja


perenne y tamaño mediano. Tiene un crecimiento relativamente lento y no
alcanza su plena producción hasta los 60 u 80 años. La primera cosecha la
da entre los 20 y 30 años – denominada bornizo o “Corcho Virgen”- que no
es útil para la fabricación de tapones. Posteriormente, una vez que ha sido
extraído el bornizo, cada 9, 10 u 11 años según las zonas y climas, va
generando el tejido suberoso que conocemos como corcho.

Este árbol excepcional tiene también una larga vida útil, llegando a
alcanzar los 300 o 400 años de plena producción. Necesitamos para su

220
crecimiento en condiciones óptimas una pluviometría débil, de entre 400 a
600 mm al año y temperaturas suaves tanto en invierno como en verano.

El alcornoque crece de forma espontánea y desde hace mucho


tiempo en la cuenca mediterránea occidental, con clima suave y húmedo.
Los países donde más corcho se produce son Portugal y España (con casi
el 80% de la producción mundial), norte de África, Italia y sur de Francia, la
producción porcentual respecto al total de los diferentes países
productores es la siguiente:

Portugal 51%
España 27%
Argelia 7%
Marruecos 6%
Italia 4%
Francia 3%
Túnez 2%

De la producción mundial de corcho se estima que escasamente se


produce unos 10.000 millones de tapones al año.

La operación de saca del corcho, denominada también descorche,


se efectúa siempre en verano, cuando el corcho se desprende con
facilidad del tronco. Esta operación es llevada a cabo por verdaderos
especialistas que con sus herramientas evitan herir el tronco del árbol y
repercutir en la calidad de las próximas cosechas de corcho.

La primera pela, denominada desbornizamiento, es llevada a cabo


cuando los árboles alcanzan la edad de 20 a 30 años aproximadamente.
La cosecha posterior recibe el nombre de “corcho segundero” que aunque
es más sólido que el bornizo, aún tiene muchas grietas y aunque ya es
apto para la fabricación de tapones, ofrece un bajo rendimiento para este
uso.

221
Las planchas de corcho de reproducción son las que se producen a
partir de la tercera cosecha y a partir de las cuales ya se pueden fabricar
los tapones. El propietario debe esperar por lo tanto alrededor de 45 años
para que el alcornoque sea explotable como uso taponable.

Las condiciones climáticas junto con la fertilidad del suelo hacen


variar en gran medida la velocidad de crecimiento del corcho. Si la cosecha
tarda demasiado el corcho puede convertirse en más leñoso y perder con
ello la elasticidad esperada para el aprovechamiento como tapones. Por
contra si se realizasen recolecciones muy continuadas el árbol se
estresaría y se obtendría un corcho más esponjoso.

Su crecimiento dependerá de forma determinante de las


características del suelo, grado de humedad del entorno, entre otras
condiciones. No requiere un tipo de suelo especial, tan solo que su pH sea
un poco ácido por eso los vemos crecer en medio de rocas, pizarra,
arenales, etc. Necesita poco suelo y es uno de los árboles que más nos
sirve para la creación de suelo fértil.

No se puede olvidar que el tapón de corcho es uno de los factores


más importantes en la maduración del vino en botella, preservándolo de la
oxidación y dando lugar al ambiente reductor y regenerador de todos los
aromas terciarios que se dan en el vino tras la fase de crianza en madera.
El corcho se hincha al contacto con el vino y la botella quedándose el
envase herméticamente cerrado para que no penetre el aire ni las
bacterias. Es el material ideal para el taponado por su elasticidad,
longevidad e impermeabilidad, ya que resiste cualquier presión, siendo el
material flexible que menos influye en el sabor del vino (aunque a veces
puede ser el causante de sabores y aromas no deseados, como es el
sabor a moho o “bouchonée” que más adelante comentaremos).

222
El uso del corcho tiene antecedentes milenarios, ya los fenicios
tapaban las ánforas con corcho y los romanos lo utilizaban para hacer
sandalias. Se tiene conocimiento del uso del corcho como taponado para
la conservación del vino desde el imperio romano. Estos eran grandes
conocedores del vino, de sus secretos y de sus efectos afrodisíacos y
embriagadores. Utilizaban para tapar las ánforas un trozo de corteza de
alcornoque envuelto en brea o resina. Hasta ese momento los griegos se
habían limitado a extender sobre la superficie del vino que conservaban en
ánforas, una capa de aceite que lo protegía de la oxidación. Del
alcornoque, tan sólo sabemos que utilizaban cilindros de madera rodeados
de esparto o cáñamo empapado en aceite como tapones. Sin embargo fue
en la segunda mitad del siglo XVIII cuando empezó a utilizarse de forma
industrializada para el taponamiento de vinos, siempre en unión de las
vasijas de vidrio que luego evolucionó hasta las botellas actuales. Se dice
que fue el monje francés Pierre Perignon quien empezó a utilizar el corcho
para el taponamiento del champagne en Reims (Francia) y a partir de ese
momento paulatinamente se fue utilizando para el resto de vinos a medida
que su consumo se iba popularizando.

Aunque la principal aplicación del alcornoque, de su corcho es la


fabricación de tapones de corcho, tiene otras utilidades como son la
fabricación de planchas para decoración de paredes y suelos, artículos de
pesca y deportivos, calzado, etc.

7.2. Origen y elaboración

Como ya se ha comentado España es el segundo productor


mundial de corcho. En primer lugar está Portugal, que produce el 51% del
total de la producción, mientras que España contribuye con un 27% del
total. El resto proviene del sur de Europa (Francia e Italia) y norte de África

223
(Argelia y Marruecos). El corcho se extrae de la corteza de una variedad
de alcornoque, el Quercus suber L. que en España encontramos
principalmente en Extremadura y Cataluña. Este árbol es el acompañante
más frecuente en las zonas cálidas de la encina y en menor proporción
siempre en zonas menos cálidas. El alcornoque tiene la propiedad de
regenerar continuamente su corteza esponjosa y ligera, el 85% de ella está
formada por gas (nitrógeno y oxígeno). El descorche del alcornoque se
realiza de forma manual, la corteza se extrae del tronco y de las ramas
más robustas, extrayendo las planchas rectangulares de corcho (llamadas
panas) que previamente han sido marcadas en el árbol, teniendo cuidado
de no dañar la corteza interna, de lo contrario no habría regeneración y el
árbol moriría. Una vez extraídas las planchas de corcho del árbol se
realizan las siguientes fases:

- Clasificar y secar las panas.

Las planchas de corcho se almacenan al exterior de forma que


quedan unidas dos planchas por sus caras internas, ello evitará daños
innecesarios en la zona taponable. En este almacenamiento al aire libre se
consigue que el corcho pierda humedad a lo largo de aproximadamente
seis meses, a la vez que se oxidan sus compuestos fenólicos y se
desarrolla una microflora adecuada competitiva con el posterior
enmohecimiento.

- Primer hervido

Una vez secas las panas se hervirán en autoclaves para


desinfectarlas, quitarles impurezas y es entonces cuando el corcho se
hincha y adquiere su elasticidad definitiva. Tras este hervido en el que se
ha completado la eliminación de sustancias fenólicas y el corcho ha
aumentado en espesor y flexibilidad, debe estabilizarse aproximadamente
224
unas tres semanas en un lugar donde pueden regularse la humedad y
aireación, en este momento se consiguen planchas secas y relativamente
planas.

- Selección del corcho

Después de ser sometidas a reposo, las planchas adquirirán el


grado de humedad recomendado para poder recortarlas y clasificarlas
según su espesor y calidad. Muy importante para esta clasificación es la
cantidad de lenticelas que el corcho albergue, las lenticelas son pequeños
orificios que se forman en corchos jóvenes procedentes de los estomas del
tejido joven. De color marrón rojizo, más o menos lignificadas y que
frecuentemente son invadidas por mohos y microorganismos no deseados.
Cuanto mayor es la cantidad de lenticelas peor será la calidad del corcho.
También influye para su clasificación que el corcho esté maduro, que no
esté verde, así como el hinchado o el nivel de agrietado. Sobre estos
parámetros se realiza la clasificación, por ejemplo el corcho flor es el de
mejor calidad, seguido de los de primera, segunda, tercera y así
sucesivamente.

- Segundo hervido

Este segundo hervido se realiza durante al menos 30 minutos para


que quede definitivamente apto para taponería.

- Entubado

El corte transversal de las planchas da la longitud del tapón del


corcho futuro, equivalente a la altura del futuro tapón, 45 mm
aproximadamente para los vinos jóvenes de consumo inmediato, y entre
50 y 55 mm, es decir, los de mayor longitud para los vinos de guarda.

- Fabricación

225
Por último con cilindros afilados o sacabocados (aparato de láminas
tubulares), se fabricarán los tapones al recortar la plancha de corcho.

Es importante en que sentido se realiza el corte, porque las


lenticelas deben estar en sentido transversal al tapón y no longitudinal
debido a que ésta podría ser una vía de comunicación entre el vino y el
medio exterior.

Fotografía nº 32.- Plancha de corcho tras pasar por el cilindro marcador.

226
Fotografía nº 33.- Plancha de corcho con tapones realizados.

- Lavado

El siguiente paso es el de desinfección de los corchos, siempre


lavados y esterilizados para que no trasmitan aromas ni sustancias que
contaminen el vino. Tradicionalmente se realizaba este lavado con cloruros
y ácido oxálico, actualmente esta técnica está en desuso por los posibles
residuos que pueden quedar en los tapones, que en parte pueden ser
causantes de la presencia de cloroanisoles.

En la actualidad suele realizarse con peróxido, utilizando agua


oxigenada, ácido paracético (residuos <0,2 mg por tapón en producto
terminado), o con metabisulfito, sin embargo este último no actúa sobre
todos los microorganismos.

- Coloración

227
Esta es una etapa que no siempre tiene lugar, se realiza para darle
al corcho un aspecto que algunos usuarios están acostumbrados a
considerar como señal de calidad, aunque no existe una relación
contrastada entre calidad y color.

Esta coloración se realiza con el colorante artificial autorizado para


uso alimentario que es un producto de síntesis, el amarillo-anaranjado
conocido como el E-110.

Tras la aplicación del color, debe realizarse un secado rápido, dado


que una higrometría alta favorece el desarrollo de mohos, que pueden dar
lugar a olores y/o sabores indeseables posteriormente.

La humedad final de los tapones debe encontrarse entre el 4 y el


8%.

- Marcado o impresión

Consiste en imprimir un logo y/o texto en la superficie del tapón,


esta impresión puede hacerse de forma transversal abarcando toda la
zona cilíndrica, o bien en sentido vertical, en este último caso debe tenerse
especial cuidado al realizarse el llenado de la tolva en la taponadora, para
evitar problemas en la colocación del tapón en la botella. Este marcado
debe realizarse antes de los tratamientos superficiales al tapón, teniendo
en cuenta que las tintas deben cumplir la reglamentación vigente,
sobretodo en el tema de metales pesados.

El tapón marcado suele llevar también marcadas, las siglas del


taponero, práctica que permite establecer correctamente la trazabilidad.

La tinta utilizada suele ser de color negro o marrón, siendo


insolubles en agua y en alcohol, para evitar la migración a los vinos. Sin
embargo, como medida de prevención no suelen utilizarse en los extremos
del tapón.

228
En los extremos se realiza el marcado a fuego (aunque a veces se
utiliza sobre el cilindro), se hace rodar el tapón sobre una placa caliente en
la que se encuentra en relieve el grafismo a aplicar.

Fotografía nº 34.- Tapón de corcho natural.

- Tratamientos superficiales

- Parafinado

En la actualidad se realiza el parafinado en frío, para ello se


deposita una película de parafina dejando caer la parafina en un tambor
horizontal con movimiento de rotación, de esta forma durante 10-30
minutos, se crea una fina capa por todas las caras del tapón, según la
duración del proceso la capa satinada será mayor o menor, consiguiendo
de esta forma una mayor hermeticidad con el tapón parafinado.

- Siliconado

Es una forma de sustituir el parafinado, las siliconas más utilizadas


son en forma de aceite por su fácil distribución y aplicación, estos aceites
permiten mejoras en el deslizamiento del tapón, pero corre el peligro de ser
trasmitido a los vinos. Por este motivo se utilizan elastómeros, que son

229
cadenas de siliconas condensadas formando una malla continua.
Transmiten un deslizamiento suficiente para que la introducción de tapones
en la cámara de compresión de la taponadora sea correcta. Estos
compuestos no pueden ser trasmitidos al vino, siendo a la vez
impermeables.

Fotografía nº 35.- Tapón de corcho natural siliconado.

- Embalaje de los tapones

Habitualmente se embalan en bolsas de polietileno de 1000


unidades, dichas bolsas se cierran al vacío, o bien introduciendo SO2 en la
bolsa para evitar el desarrollo de microorganismos.

Deben colocarse dentro de las bolsas deshidratantes que permitan


que la tasa de humedad de los tapones sea baja, ya que en caso contrario
podría dar lugar a la formación de moho. Por supuesto este tipo de
embalaje es mucho más costoso, por lo que habitualmente son utilizados
para entregas a largas distancias.

230
El almacenamiento de los tapones se recomienda, sea lo más corto
posible, intentar no superar los tres meses y desde luego nunca los seis
meses, manteniendo durante este tiempo constante la humedad y evitando
las posibles contaminaciones.

Por último recordar que el “trozo de alcornoque” que alegremente


taladramos con el sacacorchos y que de forma automática nos llevamos a
la nariz, es una labor puramente artesanal tan minuciosa como la de hacer
un buen vino. No debemos olvidar que es parte de nuestra historia y de
nuestra cultura.

7.3. Tipos de tapones

Resumen de los tipos de tapones:

- Corcho natural largo de entre 49 y 55 mm de longitud que debe


aguantar en condiciones al menos 20 años en botellas.

- Corcho natural corto, con una longitud entre 38 y 44 mm.

- Corcho aglomerado.

- Corcho aglomerado con cápsula superior de plástico o vidrio.

- Corcho 1+1, tapones de aglomerado con dos tapas de cocho


natural.

- Corcho +1, tapones de aglomerado con una tapa de corcho


natural en contacto con el vino.

- Tapones sintéticos de silicona o derivados del petróleo.

- Tapón metálico de rosca, muy empleado en producciones de vino


de países emergentes donde su empleo supera el 70% de los
vinos embotellados y recientemente exigido por algunas cadenas
del sector de distribución en países anglosajones y nórdicos.
231
Evidentemente algunas bodegas emblemáticas siguen utilizando
el tapón de corcho.

- Tapón de vidrio, comenzado a utilizar en países centroeuropeos


sin alcornocales y como alternativa al corcho y hoy extendido en
nuevos países emergentes en el sector.

Un tapón de corcho es flexible, de permeabilidad selectiva con un


ligero intercambio de oxígeno entre el interior y exterior de las botellas,
favoreciendo crianzas largas.

Además es renovable, reciclable y biodegradable, con elevada


capacidad de comprensión y expansión, adaptándose perfectamente a los
cuellos de las botellas.

En un tapón de corcho natural de la adecuada calidad podemos


afirmar que además de ser ligero y con una permeabilidad selectiva, posee
la adecuada conductividad térmica y acústica para preservar la templanza
y calidad de un vino, es elástico, durable y de difícil deterioro y totalmente
insoluble en el vino, sin migración de componentes (cosa que no puede
afirmarse de tapones sintéticos ni aglomerados) siendo además su modo
de obtención sustentable para el bosque mediterráneo del que se obtiene.

En estos tapones se deben realizar ensayos microbiológicos, de


humedad, de estanqueidad, de dimensiones, de densidad y de capacidad
de recuperación, de contenido en peróxidos y cloro residual procedente de
su proceso de lavado, de capilaridad y de estudios olfativos sensoriales o
tecnificados, así como estudios de migración en medios alcohólicos.

Auque por mala elaboración, conservación o manejo el tapón de


corcho puede tener problemas de tricloroanisoles, de bromoanisoles o de
bretanomices.

232
Un tapón sintético, carece de la capacidad de compresión y
elasticidad del corcho aunque actualmente se están mejorando sus
propiedades, pero no está exento de problemas de olores en el vino
cuando se deteriora, realmente estos tapones sólo aguantan en botella 2 o
3 años (se ha comprobado su deterioro en Oportos y secos de larga
duración) y ya que se emplea en su fabricación por extrusión en muchas
ocasiones talco no están exentos de la absorción de olores indeseables
(olor a perro mojado, olor a cuadra, etc.) excepto algunos sintéticos de
fabricaciones muy especiales. Actualmente los colores llamativos no se
consideran elegantes ni apropiados además con estos tapones es
prácticamente imposible volver a taponar una botella que no se consume
completamente y los vinos con ellos pierden parcialmente sus sabores
afrutados, además de requerir más de 40 decanewtons para su extracción,
lo que supone un problema, además la estanqueidad es en muchas
ocasiones excesiva y dan carácter reducido a los vinos embotellados más
de un año.

Todo ello sirva para confirmar que el tapón ideal no existe, pero el
corcho natural de primera calidad se aproxima más que ningún otro a las
funciones e inocuidad deseada en un tapón de vino y el vidrio se aproxima
también a estas características.

Tapones de corcho natural colmatado

El colmatado es una técnica que se realiza sobre aquellos tapones


de corcho natural que presentan una porosidad importante sin llegar a ser
excesiva. Para ello y tras la limpieza última de los tapones, en la que nos
aseguraremos la eliminación del polvo que pudiera existir en las lenticelas
se obturan dichos poros o lenticelas, con una combinación de polvo de
corcho finamente mezclado con un aglomerante. De esta forma el tapón
adquiere un aspecto uniforme y liso.

233
En definitiva la calidad del tapón colmatado dependerá de la
limpieza de las lenticelas, de las características del polvo de corcho y del
aglomerante, sin embargo hay que señalar que en gran medida depende
del tipo de tapón natural que se dispusiera antes de la realización del
colmatado.

Con esta acción se consigue además de mejorar el aspecto del


tapón, que se rellenen las pequeñas lenticelas consiguiendo de esta forma
aumentar la hermeticidad del tapón. Sin embargo, este sistema para su
correcto funcionamiento depende en gran medida del material inicial del
tapón de cocho, ya que si inicialmente tiene una mala textura y presenta
muchas lenticelas o bien estas son de gran tamaño, el sistema de
colmatado no mejora las condiciones del material ya que la masa formada
con esta operación no tiene la elasticidad ni la cohesión de un tapón de
corcho natural en las correctas condiciones.

Fotografía nº 36.- Tapón de corcho colmatado.

234
Tapones de corcho aglomerado

Están constituidos por granulado de corcho unido con cola. Este


aglomerado se obtiene a partir de residuos de la fabricación de tapones de
corcho natural, bien sea discos sobrantes del proceso o del resto existente
durante la fase de entubado, o cualquier otra de las etapas de elaboración
de los tapones. Estos residuos de corcho disponen de la misma calidad
que el resto del tapón pero no disfrutan de las dimensiones requeridas
para taponería.

Los restos de corcho son triturados y posteriormente clasificados


mediante el uso de cribas, sólo los de tamaño entre 2 a 6 mm, sirven para
la fabricación de tapones aglomerados.

Una vez seleccionados los gránulos que van a ser utilizados, deben
realizarse diferentes controles no sólo el estudio granulométrico sino
también el control de la humedad y ausencia de contaminantes. Y la
utilización de componentes autorizados para el contacto con productos
alimenticios en la composición de la cola de poliuretano que se utiliza en la
composición de estos tapones, ya que al mismo tiempo no deben producir
alteraciones organolépticas en el vino.

Fotografía nº 37.- Tapón de corcho aglomerado de grano grueso.

235
Una vez constituido el material que va a utilizarse para elaborar los
tapones aglomerados, la realización propiamente dicha es mediante
embutido, en el que el material se comprime en el interior de unos tubos
mediante pistones, cortándolos con el largo deseado o bien realizando
placas que posteriormente son trabajadas igual que en el caso de corcho
natural.

Otro sistema utilizado para la realización de tapón aglomerado es


hacer el moldeado de forma individual, para ello se introduce la cantidad
deseada e idéntica en peso y volumen en un molde.

Normalmente en este punto del proceso se realiza un tratamiento


de superficie que garantizará un buen comportamiento en la botella tanto
en la introducción de las taponadoras que trabajan a alto ritmo, como en la
hermeticidad y facilidad de descorche.

Este tipo de tapones suele utilizarse para vinos de consumo rápido,


hay que tener en cuenta que en ocasiones puede presentar problemas al
comprimirlo en la fase de taponado de la botella, así como al extraerlo, por
este motivo su diámetro debe ser algo menor que el de los tapones de
corcho natural.

Tapones aglomerados 1+1

Este tipo de tapones son denominados 1+1 ya que están


conformados por tres elementos: disco + aglomerado + disco, es decir, un
cilindro de corcho aglomerado al que se le coloca en cada extremo un
disco de corcho natural. De esta forma estos tapones aprovechan las
cualidades de los tapones aglomerados en cuanto a su obturación, junto
con las cualidades del corcho natural, dado que los discos de corcho
natural son los únicos que entran en contacto con el vino.

236
En determinados tapones el disco de corcho natural sólo se coloca
en uno de los extremos del disco, en el caso de utilizarse estos tapones se
dificulta más la fase de taponado dado que deben colocarse los tapones
en una única posición.

Fotografía nº 38.- Tapón aglomerado 1+1.

Tapones técnicos

Estos tapones se elaboran a partir de granulado de corcho natural


de tamaño considerablemente reducido y agentes aglomerantes. De esta
forma se facilita el encolado y se aumentan las cualidades mecánicas de
los tapones.

237
Fotografía nº 39.- Tapón técnico partícula pequeña.

De esta forma se consiguen tapones dimensionalmente más


homogéneos que los tapones de corcho natural, disponen también de una
gran hermeticidad al líquido y al gas, así como buenas características
químicas y organolépticas. Este tipo de tapón se utiliza para vinos de
consumo rápido.

Fotografía nº 40.-
Diferentes
tapones utilizados
en la actualidad

238
Tapones sintéticos

Estos tapones surgieron ante el problema de la contaminación del


corcho a la vez que hay que tener en cuenta que con estos tapones
aumentan las posibilidades de coloración e impresión.

Estos tapones son realizados mediante moldeado por inyección o


extrusión de resinas polímeras.

Puede realizarse en base a tres componentes:

a) Tapones a base de polietileno (PE)

b) Tapones a base de elastómeros termoplásticos (estireno-


butadieno- estireno)

c) Tapones a base de copolímeros: etileno y acetato de


vinilo (EVA)

Las características de estos tapones son:

- Neutros organolépticamente

- Elásticos (estanqueidad ideal)

- Sin contaminación

- Identificación del tapón más fácil

- Impermeabilidad

- Imagen y color

239
Fotografía nº 41 .- Diferentes modelos de tapones sintéticos.

240
La selección del tapón de corcho se hace entre otras cosas en
función de:

- Aspecto de las lenticelas

- Defectos y restos de corteza seca

- Excesiva porosidad

- Manchado:

! Mancha amarilla

! Mancha verde

- Fisuras y grietas

- Raspaduras

- Dimensiones no conformes

- Galerías y perforaciones causadas por plagas o


accidentes

- Imprimación defectuosa

- Ovalado térmico

- Descamación

- Presencia de hongos

A la hora de realizar el taponado tendremos en cuenta la vida


prevista del vino y el almacenamiento.

241
Para determinados vinos pueden utilizarse tapones con cabeza
como se hace para licores y para tapar algunas barricas, especialmente las
de tamaños más pequeños o especiales.

Fotografía nº 42.- Tapón de corcho con cabeza de madera, de gran formato.

Fotografía nº 43.- Tapones cabeza, usados habitualmente en vinos licorosos


jereces (corcho natural y sintético).

242
Fotografía nº 44.- Comparación de tapones cabeza sintéticos y de partículas de
corcho.

La elección del tipo de tapón depende de:

- Tiempo de conservación

- Contenido de CO2, que suele ser el siguiente en los tipos


de vino que se mencionan a continuación.

! Tintos jóvenes 800 mg/L

! Tinto 200 – 300 mg/L

! Blancos secos 800 mg/L

! > 1400 mg/l, 24 – 28 mm

! Vinos de aguja o cava 1800 mg/L

- Temperatura de embotellado

243
7.4. Tapones de conservación

Todo recipiente, sea del tipo que sea y en distintos momentos de la


vida de un vino requiere ser tapado, así podemos hablar de tapones de
conservación, entendiendo como tales, desde los tapones corona con
obturadores más o menos complejos, incluyendo levaduras, etc., en la
etapa de fermentación en botella de un cava, hasta el tapón de corcho,
elemento clave en la vida y calidad de un vino, de una botella, y sin entrar
en el tipo de tapón, desde los naturales, técnicos, de aglomerado de
distintos granos y gestiones de corcho, a tapones sintéticos de distintos
materiales. Debemos también recordar los tapones de madera y corcho, o
los más modernos de vidrio de las barricas y los tampones de las garrafas,
no siempre de corcho, cuando no son simples obturadores de corcho.

Debemos recordar que los primeros tapones eran siempre del


mismo material que el recipiente, es decir, de madera en los toneles y
barricas, que luego paso a complementarse con sistemas que mejorarían
la hermeticidad, como juncos secos, sacos de rafia, plásticos, etc. y de
vidrio en las botellas de vidrio. Estos tapones solían tener problemas de
hermeticidad que se solucionaban con aceite y pasta de vidrio, lo cual
generaba un inconveniente en la apertura de los recipientes de vidrio. Más
adelante se empleó también la madera en las botellas y garrafas por su
mayor flexibilidad, aunque baja, y se solían lacrar o atar con mordazas de
cuerda.

244
Fotografía nº 45.-Tapón de conservación con cabeza de plástico.

Las características y elasticidad del corcho eran conocidas ya


desde la época de los egipcios y romanos, pero no fueron empleadas de
forma habitual hasta entrado el siglo XVII. Francia fue el primer país que
empleó sistemáticamente el tapón de corcho, comenzando por su empleo
en los champagnes, pero pasando a ser de uso general en poco tiempo.
Los alcornocales franceses fueron sobreexplotados y pronto hubo que
recurrir a los entonces extensos alcornocales españoles; naciendo así
florecientes empresas de corcho, sobretodo en Cataluña. Muchas
plantaciones corcheras se arrancaban y se transformaban en corcho en
otros países (Alemania, Austria). Pronto comenzó Italia a emplear el
corcho utilizando los alcornocales propios, de Córcega, Argelia, Túnez y
Marruecos.

245
Fotografía nº 46.- Tapón de conservación troncocónico.

Fotografía nº 47.- Tapón de conservación modelo elíptico.

Evidentemente los tamaños, formas y materiales con los que se


elaboraban estos dos o tres tipos básicos de tapones dan una amplia
diversidad a estos tapones y por tanto, a las técnicas para su elaboración,
a la maquinaria de encorchado de recipientes, que suele ser lo más
frecuente, y a los mecanismos de descorche.

Además de los tapones, cuando hablamos de botellas, estos suelen


estar protegidos por las cápsulas que comunican mayor seguridad, higiene
y estética a las botellas.

Los tipos de tapones pueden ir cubiertos por un simple sello de


papel o un lacre aunque lo habitual es emplazar una estructura en

246
capuchón que solía ser de estaño (actualmente prohibido) y que hoy en día
suele ser de plástico o multicapa de materiales inocuos y que al usarse a
modo de precinto son una garantía de descorche. Este elemento no debe
afectar al tapón y es diferenciador y decorativo, además de identificativo de
marca en las botellas.

En la conservación de botellas en bodega no suelen utilizarse


cápsulas o éstas son parciales o de plástico transparente, así es posible
seguir la evolución del corcho en la botella y poder determinar
adecuadamente el momento de sustituir el corcho viejo por otro que siga
garantizando la adecuada evolución de los grandes reservas y grandes
vinos.

Fotografía nº 48.- Tapón de conservación creador de vacío en botella.

En ocasiones, los tapones están sujetos por elementos externos


como son las estructuras de alambre continuo con arandelas y cápsula que
sujetan el tapón al gollete de la botella, tipo cava. Otros elementos como
las grapas metálicas tienen la misma función, cruzan la parte superior del
tapón que comprimen y se anclan al gollete de la botella.

En muchas ocasiones los tapones de las botellas deben incluir


cierta información, como en el caso de vinos espumosos, el tipo de
elaboración, etc. Es frecuente que el tapón lleve impreso con tinta

247
adecuada y autorizada la marca del vino, la empresa, la denominación de
origen, el fabricante del tapón y otros detalles que buscan la identificación
del producto y de la marca o tipo de vino.

Si hablamos de tapones de conservación no podemos olvidar


aquellos que pueden emplearse cuando una botella no se termina de
consumir y que normalmente se llaman tapones de mantenimiento, no
terminar de consumir una botella cosa que solo debe ocurrir cuando una
persona bebe sola o por determinados motivos específicos, de seguridad
etc., puesto que una botella una vez descorchada debe consumirse cuanto
antes, cosa que no siempre ocurre ni en las casas lo que es asumible ni en
la restauración, por ello antes se empleaban para estos casos el propio
tapón de la botella invertido o unos tapones de corcho troncocónicos
fáciles de quitar de la botella, posteriormente empezaron a utilizarse
determinados tapones de plástico, tapones troncocónicos de acero,
bastante mas elegantes y otros tipos de tapones

Todo ello pasando por los tapones de bisagra o palanca, también


utilizados para el agua con gas y que poseen segmentos de goma
intercalados con segmentos plásticos para así mantener la hermeticidad,
todo ello ha conducido al empleo al menos para los vinos espumosos de
tapones capaces de generar un vacío relativo en el cuello, y en parte del
cuerpo de la botella que no termina de consumirse y que de esta forma
intenta evitar la oxidación del vino en las botellas abiertas, de todas formas
este tipo de tapones , aunque es cierto que cumplen el cometido de
mantener el gas y de evitar relativamente la oxidación, al producir el vacío
dañan la aromaticidad de determinados vinos.

7.5. Defectos de los tapones de corcho natural

Detectables visualmente
248
Los tapones de corcho natural se clasifican de forma visual en siete
categorías, desde extra a sexta. Realizada en función de la cantidad y el
tamaño de las lenticelas y suele realizarse por comparación con una placa
fotográfica.

Con el control del aspecto visual se permite identificar defectos que


pueden aparecer en los tapones y que su presencia podría alterar la
hermeticidad del producto.

Estos defectos además de afectar a esta hermeticidad, perjudican


la homogeneidad del producto y sus características físicas y mecánicas.

Entre estos se puede citar:

- Presencia de grietas

- Presencia de corteza

- Corcho verde

- Corcho hinchado, provocado por un mal control de la


humedad del tapón

- Galerías de insectos: por la presencia de Coroebus undetus u


hormigas Crematogaster scutellaris

- Presencia de venas secas

- Defectos de entubado, ocasionados durante esa fase de


realización del tapón, si el entubado se realiza muy cercano a
los tapones de manera que se produzca un “canal” sobre el
tapón

- Diámetro mínimo insuficiente, por falta de control durante el


proceso, este menor diámetro puede suponer una vía de
escape del vino.

249
- Contaminaciones con 2,4,6-tricloroanisol compuesto
responsable del “gusto a moho”

Fotografía nº 49.- Diferentes tapones defectuosos.

250
CAPÍTULO 8. LAS PRENSAS DE VINIFICACIÓN

Entre los diversos tratamientos mecánicos que se realizan en la


bodega, después del despalillado que también da lugar a instrumentos
muy curiosos, son las prensas, utilizadas para la extracción del mosto por
presión o estrujado de las uvas. Unos de los instrumentos que más nos
pueden hablar de la historia del vino, de las pequeñas elaboraciones,
ensayos y del avance de las técnicas vitivinícolas.

Las prensas tienen por finalidad separar las fases sólida de la líquida ya
sea de la vendimia despalillada o sin despalillar, o de la pasta formada por
los hollejos las semillas de las bayas y el mosto o zumo de la uva.

Fotografía nº 50.- Vieja prensa utilizada en bodega.

Mediante el prensado se varían las características del mosto que


normalmente se obtiene de este proceso, que es claramente dependiente

251
de la presión aplicada a la uva. El prensado debe ser fraccionado y es
realmente un modo de seleccionar el mosto y definir su calidad,
recordemos que si las presiones son muy elevadas y con ello se aumenta
el porcentaje o capacidad de extracción, también se extraen determinados
componentes, no siempre considerados como adecuados en grandes
cantidades en el vino como ocurre con los taninos, ya que si estos no son
suaves podemos, con su excesiva extracción desde los pedicelos y las
partes de las bayas que los contienen, deteriorar las características y la
fineza de los mostos base para la posterior elaboración de los vinos.

Fotografía nº 51 - Vieja
prensa de forma poco
habitual.

252
La extracción debe diferenciar entre el mosto flor o de escurrido,
obtenido por el propio peso de la uva, o mediante presión muy ligera, que
debe separarse y es considerado como el de más calidad, el mosto
obtenido con presiones medias, y el mosto conseguido aumentando la
presión para obtener el máximo de mosto posible.

Fotografía nº 52.- Vieja prensa vertical.

253
El tiempo de prensado debe ser lo más corto posible para evitar la
oxidación del mosto. Actualmente existen prensas que evitan el contacto
de la pasta con el aire.

El nivel de destrozos de las bayas debe ser limitado para evitar


gustos especiales en la fermentación por lo que las partes sólidas no
deben ser demasiado pequeñas.

Fotografía nº 53.- Prensa vertical utilizada hace tiempo en bodega.

Las primeras prensas eran manuales en cuencos de piedra


especiales y se hacían por simple presión con rodillos o con las manos.

254
Posteriormente se buscaron losas y contrapesos que presionaban la uva
sobre una base también de piedra.

Las bases o platos de prensas de vino, diferenciadas por los


canalones y la forma de las prensas de aceite, han sido ligeramente
distintas en nuestro país, un siglo antes de Cristo, según los lugares:
Cataluña, Andalucía y Valencia (Kelin) ya que los íberos ya trabajaban con
ellas, fueron los romanos los primeros unificadores de este tipo de bases
de prensas.

Realmente el segundo tipo de prensas, como indican numerosos


frescos en Egipto y que se mantuvieron en parte durante la edad media,
fueron cuencos de madera donde las uvas eran prensadas con los pies
cayendo directamente sobre barricas, o no. Posteriormente se prepararon
unos recipientes cuadrados con barras de apoyo, en cemento o en
madera, que permitieron el pisado de la uva por varias personas. Más
adelante aparecieron zapatos especiales para realizar esas tareas,
consideradas en parte, como una fiesta.

Muy pronto surgieron las prensas de viga con contrapeso y las de


torniquetes, que sustituyen el pisado. Ya los egipcios recogen en sus
frescos dos tipos de prensas: unas verticales y otras horizontales, que
consistían en un recipiente lleno de uva y hecho con juncos y papiros que
se estrechaban y alargaban mediante palancas, haciendo brotar el mosto
de las uvas.

La descripción de las prensas utilizadas en Egipto, Grecia y Roma


datan de más de tres siglos antes de Cristo y eran de viga y contrapeso
sobre una alberca inclinada, pero ya a principios del siglo I se citan
prensas de torno vertical y jaula. Estas prensas se utilizaban para los vinos
de más calidad ya que los mecanismos eran complejos y caros, por ello se
seguía el pisado para los vinos más corrientes.

255
Muy elevada es la documentación sobre las prensas monásticas
en la Edad Media, tanto de torno como de viga.

El cuidado de las prensas verticales de jaula era muy importante


en la bodega. Estas prensas, de tamaños y formas muy diversas, han
llegado a nuestros días pero han sido sustituidas por modelos neumáticos
y eléctricos. Se habla de los tamaños más o menos adecuados de las
mismas.

Actualmente las viejas prensas de tornillo y jaula no han perdido


vigencia y comparten protagonismo con prensas verticales y horizontales,
neumáticas e hidráulicas, todo ello unido a las prensas centrífugas, hacen
que la gama sea muy amplia y permite agruparlas en continuas y
discontinuas, según su forma de actuar. Así las continuas se basan en el
principio del sinfín helicoidal o en bandas de arrastre de las uvas, poco
utilizadas excepto para cavas. Las helicoidales presionan contra un cilindro
perforado que es atravesado por el mosto, las primeras continuas de
bandas eran mucho menos agresivas que las nuevas generaciones de
este tipo de prensas.

Las prensas continuas se basan en sistemas de carga y descarga


ininterrumpidos y por ambas partes distintas de la prensa.

Las prensas actualmente más utilizadas son las de tornillo, pero


están perdiendo terreno ante las neumáticas de globo o membrana
hinchable en las grandes bodegas. Las prensas de tornillo poseen una
tolva de carga, un cilindro-filtro con dos cámaras, una de escurrido y otra
de prensado con dos salidas diferenciadas de mosto.

No es menos cierto que las prensas verticales hidráulicas son hoy


las más utilizadas en pequeñas cavas; las neumáticas horizontales de
pequeño tamaño están también avanzando en este terreno de prensado de
vinos de la máxima calidad.
256
Fotografía nº 54.- Moderna prensa vertical de obtención de mosto.

Fotografía nº 55.- Moderna prensa vertical.

257
Recordamos que, por ejemplo en blancos, se suele acondicionar
el mosto mediante bioacondicionantes, en la salida de la prensa, pudiendo
utilizarse dióxido de azufre, que ya puede ser adicionado en vendimia o al
mosto y luego al vino embotellado. El empleo de metabisulfito potásico
(K2S2O2), SO2 gaseoso, o el empleo de mechas de azufre deben indicarse
en las etiquetas con la frase “contiene sulfitos”. Un buen vino debe
elaborarse con el mínimo de sulfuroso posible ya que este compuesto y
sus derivados son irritantes a distintos niveles y alergógenos.

En la actualidad pueden emplearse, en algunas ocasiones como


alternativas al sulfuroso, el ácido sórbico y el ácido ascórbico. También se
utilizan otros tratamientos correctores como la destartarización por
desacidificación química o biológica, la corrección del contenido en azúcar,
que suele preverse en campo buscando sobremaduración y pasificado o
vendimiando precozmente según el tipo de vino que se desee obtener. En
caso de adiciones permitidas y buscadas, la prensa suele ser un sitio
óptimo, siempre que no se pierdan, o no se desee que se pierdan
impregnando los hollejos.

Algo muy importante es el mantener siempre las prensas muy


limpias, puesto que pueden ser un punto crítico en el proceso enológico y
origen o fuente de diversos problemas y defectos en el vino. Conviene
tener todo esto en cuenta antes de pasar a la etapa fermentativa y al resto
de operaciones enológicas que se definen mediante los diagramas de flujo
de las distintas elaboraciones; ya sean en blanco, en rosado, en gris, o en
tinto y la forma peculiar, con sus variantes de la elaboración de
espumosos, entre ellos el cava por los métodos tradicionales; también hoy
apoyados en nuevas técnicas como el removido en jaulas o margaritas en
lugar de en rimas.

258
Fotografía nº 56.- Prensa utilizada en laboratorio.

259
CAPÍTULO 9. EL CAVA Y SU ORIGEN

9.1. Introducción y origen

Los vinos espumosos son citados por Homero en la Ilíada y la


Odisea, en las que habla de un vino espumoso como el mar.

Virgilio en la Eneida habla también de vinos “spumantem” que


desbordan las cráteras y dan una excepcional sensación de frescor y
bienestar.

Hipócrates (460-370 a.C.) recomendaba el vino como desinfectante


nutritivo, antipirético, purgante y como diurético, citando los “spumantem”
como los de mayor poder diurético.

En el siglo XIV Eiximenis ya hablaba de vinos “saltants i


formigalejants”.

En Alemania en la época de Carlomagno se citan unos vinos


frescos y suaves, pero en parte se considera un defecto la formación de
espuma.

Fue en el siglo XVII cuando dentro de los nuevos vinos de la época


(Burdeos, Oporto, vinos alemanes sin terminar de fermentar) nació el
champán.

Aunque en el siglo XV los venecianos producían cristal transparente


y empezaron a embotellar vino y este se embotellaba en destino después
de su transporte en barricas de distintas maderas, fue posteriormente, en
1730, cuando las dos innovaciones del siglo coincidieron y abrieron el
camino de los nuevos vinos. Estas innovaciones fueron cerrar las botellas
herméticamente con corcho y enterrarlas en arena en cavas o bodegas
secas.

260
Unos vinos muy cotizados en París y en Londres eran los vinos
blancos procedentes de cultivares tintos que procedían de Reims.

En 1660 el duque de Bedford importó mucho vino de Reims y lo


guardó en la abadía de Woburn donde intentaron imitar su producción sin
conseguirlo, pero sí observaron que los vinos almacenados tenían una
cierta tendencia a la efervescencia. Estos vinos gustaron y en 1676
Etheridge los mencionó por primera vez, en la época reciente como
Champaña espumoso.

Realmente el origen del Champagne fue el resultado de los


ensayos realizados en la abadía de Hautvillers en las comarcas de Reims
y Épernay para vender mejor los vinos en París.

Realmente fue el responsable de la bodega de la abadía de


Hautvillers, Dom Pierre Pérignon quien tras empezar a seleccionar los
viñedos y los cultivares comenzó prensando muy rápido el cultivar Pinot
noir para obtener los vinos blancos de esta cepa tinta, que eran los más
cotizados, pero al hacer la fermentaciones muy cortas y llegar el frío, este
vino quedaba con azúcar. Primero se comercializó como vino gris, luego se
perfeccionó su decantación pero seguía fermentando.

Pérignon acostumbraba a embotellar el vino en marzo y lo


mantenía en bodegas con arena después de taponarlo unos 18 meses
antes de venderlo.

Pero el champagne no se comercializó adecuadamente como tal


hasta que Ravenscroft perfeccionó la resistencia del vidrio al añadirle óxido
de plomo en su fabricación y empezó a diseñar botellas sin hombros y con
fondo cóncavo.

261
Fue este nuevo vidrio y el uso de tapones de corcho cada vez
mejores lo que hizo que a finales del siglo XVII se generalizara el comercio
del Champaña espumoso.

También es cierto que empezó a adulterarse este tipo de vino


añadiendo azúcar a vinos terminados y dejándolos fermentar

Realmente el comercio del champaña espumoso comenzó en 1584


pero fue en 1769 cuando este comercio se generalizó y entraron en el
mercado dos grandes empresas, una de Reims (Ruinart) y otra de Épernay
(Möet).

Dada la fama de estos vinos, comenzaron a ser imitados en


distintos países como Italia y España.

En España fue Cataluña la zona que primero se especializó en


vinos espumosos que se denominaron Champaña de Parellada, al cambiar
el cultivar con el que se elaboraba.

Tras un largo proceso judicial el nombre de los vinos espumosos


elaborados a la manera tradicional como Champagne debió cambiar y se
les comenzó a denominar vinos de reposo en cava, vinos de cava o
simplemente cavas.

Actualmente, aunque el centro del cava es San Sadurní d’Anoia el


cava se elabora en 161 municipios de Cataluña, 18 municipios de La Rioja,
3 municipios de Álava, 2 municipios de Navarra, 2 municipios de Aragón, 2
municipios de Extremadura y un municipio de Valencia (Requena).

Hablar de champaña o de cava es realmente poco significativo,


pero realmente la base de ambos tipos de espumosos, los más cotizados y
vendidos a nivel mundial, es distinto. En un caso es el cultivar Pinot noir
junto con algún otro como Chardonnay en el caso del champaña, mientras
en el otro, el del cava, se utilizan sobretodo Parellada, Macabeo y Xarel.lo.

262
Actualmente esto es, tanto en el caso del champaña como en el del
cava, relativo, pues hoy en cavas por ejemplo se utilizan también
Chardonnay, Pinot Noir e incluso dentro de los nuevos cavas rosados
Monastrell.

Hablar de champaña al referirnos a los cavas es una confesión de


dependencia absurda e innecesaria (Ibáñez 1979) o es un recuerdo hacia
los liberales años de principios del siglo XIX.

Realmente el cava, reconocido en 1989 por la Comunidad Europea


como vino espumoso de calidad producido en regiones determinadas, y
reconocido en el Reglamento 2043/89 recogiendo la normativa española
de la OM 27/77/86, tuvo su Denominación de Origen y su Consejo
Regulador actual a partir de la OM 14/11/91.

Los inicios y la cuna del cava están sin duda en el Penedés, que
era una auténtica viña como casi toda Cataluña desde el Decreto de
libertad de comercio del vino de Carlos III (1778), época en la que se
decía: “planta una cepa allí donde quepa”.

Aunque la vid en la zona data del siglo VI a.C., los espumosos


comenzaron a ser elaborados en 1878 por la casa Raventós y siete amigos
más. Aunque realmente los pioneros del cava fueron Vilaret y Villanueva,
que empezaron a elaborar este espumoso de forma experimental con los
cultivares postfiloxéricos plantados en el Penedés de forma previa a esta
plaga y a modo de ensayo.

El comercio del cava empezó realmente en 1879, el mismo año que


empezó la filoxera en Cataluña, que llegó a Espiells en el Penedés en
1887. El insecto destruyó 384.000 hectáreas de viña en Cataluña.

En la región del Cava, que había florecido por la falta de vinos


franceses, consecuencia de los ataques anteriores de la filoxera en

263
Francia, cesó el encanto de la exportación fácil ya que se quedaron sin
producción. Pero muy pronto se replantó injertando sobre pies americanos,
encargados a los florecientes viveros vitícolas valencianos. Comenzando
así la nueva era vitícola postfiloxérica en el Cava.

El cava, como producto de calidad reconocido por la Unión Europea


como vino espumosos de calidad producido en una región determinada y
cuyo país, denominado país del cava es el Penedés, incluye como hemos
dicho productos elaborados, por excepción de la norma (v.e.c.p.r.d.), en al
menos siete comunidades autónomas, pero siempre debe elaborarse en
base a unos vinos concretos procedentes de determinados cultivares

Es evidente que la ecología regional condiciona los resultados de


las vendimias y que no solo el cultivar influye en el cava finalmente
comercializado.

La norma es rígida en cuanto a los cultivares que pueden


emplearse en las elaboraciones de los cavas.

9.2. Cultivares base del cava

El cava es uno de los tipos de vino considerado espumosos de


calidad en las últimas normativas de etiquetado y prácticas enológicas
establecidas por la Unión Europea (Reglamento 607/09 de 14 de julio).

Se establece la posibilidad de emplear en espumosos un amplio


número de cultivares (lo que no indica que se autoricen para cava), se
autorizan los espumosos de zonas transfronterizas (de más de un país
miembro) y de terceros países, regula el dióxido de carbono (sobrepresión,
en bares, a una temperatura de 20 ºC en los vinos de aguja y espumosos,
especifica que en el caso de los vinos espumosos de calidad, la referencia

264
a la categoría del producto vitícola podrá omitir en los vinos en cuyas
etiquetas figure el término “sekt”.

Respecto a los términos de producción igual que no permite


mencionar vinos criados o envejecidos en recipientes de madera con
denominación de origen o indicación geográfica protegida o de terceros
países cuando se utilicen trozos de madera de roble aún cuando se hayan
utilizado al mismo tiempo recipientes de madera. La mención
“fermentación en botella” sólo podrá utilizarse para la designación de vinos
espumosos a condición de que el producto se haya hecho espumosos en
una segunda fermentación alcohólica en botella, que la duración del
proceso no sea inferior a nueva meses desde el comienzo de la
fermentación destinada a hacer el vino base espumoso, exigiéndose
también lo siguiente:

- La fermentación para elaborar el vino base de espumosos y la


duración del contacto del vino con las lías debe ser como mínimo
90 días.

- El producto, vino base y vino ya fermentado en botella utilizado


debe haber sido retirado de las lías por filtración según el método
de trasvase o por degüelle.

Para utilizar la mención “método tradicional”, “método clásico” o


“método tradicional clásico”, el vino deberá hacerse espumoso en una
segunda fermentación alcohólica en botella, deberá permanecer sin
interrupción, en la misma empresa en contacto con las lías al menos nueve
meses a partir de la constitución del vino base, deberá haber sido retirado
(separado) de la lías por degüelle.

La mención “Cremant” sólo podrá utilizarse en vinos espumosos de


calidad blancos o “rosé” con denominación origen o indicación geográfica

265
protegida incluso en terceros países cuando se cumplan las siguientes
condiciones:

- Las uvas hayan sido vendimiadas a mano,

- El vino sea obtenido a partir de mosto de presión de uvas enteras


o despalilladas y con la condición de que el mosto obtenido de
150 kg de uvas no sea superior a 100 L.

- El contenido máximo de dióxido de azufre no sea superior a 150


mg/L.

- El contenido en azúcar sea inferior a 50 g/L.

- Haya sido hecho espumoso en una segunda fermentación


alcohólica en botella.

- Haya permanecido en esta segunda fermentación al menos nueve


meses a partir de la constitución del vino base.

El vino espumosos de calidad (Cava, Champagne, etc.) el vino


espumoso, el vino espumoso gasificado, el vino espumoso aromático de
calidad deben clasificarse según su contenido en azúcar y utilizando las
siguientes terminologías:

- Brut nature, dosage zéro: cuando el contenido en azúcar es


inferior a 3 gramos por litro, y en vinos a los que no se les ha
añadido azúcar después de la fermentación secundaria.

- Extra brut, si el contenido en azúcar se sitúa entre 0 y 6 gramos


por litro.

- Brut, si su contenido en azúcar es inferior a 12 gramos por litro.

- Extra dry, extra seco, si su contenido en azúcar se sitúa entre 12 y


17 gramos por litro.

266
- Seco, Sec, Dry, si su contenido en azúcar se sitúa entre 17 y 32
gramos por litro.

- Semi-seco, si su contenido en azúcar se sitúa entre 32 y 50


gramos por litro.

- Dulce, si su contenido en azúcar es superior a 50 gramos por litro.

En productos distintos de los espumosos mencionados, pueden


emplearse términos parecidos pero los contenidos en azúcar son distintos.

En la clasificación de vinos espumosos de calidad debemos


recordar que en Portugal (y por tanto en la UE) se acepta el término “Super
reserva” que es una mención reservada al vino espumoso de calidad, con
indicación geográfica o con denominación de origen que haya
permanecido entre 24 y 36 meses en botella antes del trasiego, trasvase o
extracción de las lías.

Inicialmente el cava se elaboró, como hemos indicado, a partir del


coupage de vinos base de Parellada, Macabeo y Xarel.lo.

Posteriormente y según el Reglamento específico se autorizó en


distintas fechas el empleo de otros cultivares de probada adecuación de
vinos base para la elaboración del cava, estos cultivares son: Chardonnay,
Pinot noir de prensado rápido, Subirat o Malvasía riojana; y para los cavas
rosados Garnacha, Monastrell, Trepat y también la Pinot Noir.

Cada cultivar aporta al cava, a través de los vinos base, sus


características peculiares, así podemos indicar lo siguiente sobre los
diversos cultivares empleados:

- Parellada aporta suavidad, moderada graduación y aromas


específicos, este cultivar, muy bien adaptado a zonas altas y frías,
oriundo del Penedés, es de racimos muy grandes y compactos,
bayas grandes y de maduración tardía.
267
- Macabeo, cultivar tradicional de origen no bien determinado, pero
bien implantado y adaptado en el Penedés y Rioja y extendido por
toda la península Ibérica. De racimos grandes y muy compactos,
de hollejo muy fino, aporta grado y acidez muy equilibrados, así
como un aroma sutil y peculiar.

- Xarel.lo, cultivar autóctono del Penedés con racimos medianos


de compacidad también media y fertilidad en yemas altas,
comunica cuerpo, sabor y muy equilibrada acidez.

- Chardonnay aporta una aromaticidad peculiar y unos vinos


potentes y con cuerpo.

- Pinot Noir, prensada en blanco, sin contacto con los hollejos,


comunica aroma y una acidez peculiares.

- Subirat, uno de los primeros cultivares utilizados en la elaboración


de los cavas después de la Parellada, aporta cuerpo, alcohol y
aromas específicos.

El resto de cultivares aportan sus atributos a los cavas rosados.

De todas formas debemos recordar que en el cava se marca mucho


el hecho repetido de que la calidad, la adecuación y la diferenciación de un
vino empieza en la viña.

La uva debe estar siempre limpia de hojas y barro, no interesa


tampoco su exposición al sol ni tampoco sus posibles oxidaciones.

9.3. Secuencia de la elaboración

El cava es uno de los vinos modernos, que retomando antiguas


tradiciones, surgió en el siglo XVII como un auténtico manipulado de la
fermentación por el hombre.

268
El cava, como el Champagne, se inició como el resultado de la
evolución de un cuidado y equilibrado coupage de vinos.

La tradición y las técnicas se han armonizado perfectamente en la


elaboración de los vinos base, en la crianza de las levaduras y en el propio
proceso metodológico de obtención del cava.

El cava comienza en la selección de los depósitos de vinos base


que se elaboran independientemente cultivar por cultivar, para luego
establecer el coupage que define a cada casa comercial, cada marca y
cada tipo concreto de cava.

Pero el prestigio del cava se basa en el cuidado de la vid, en su


vendimia, en el transporte esmerado a la bodega (normalmente cajas de
plástico o palets), buscando siempre que el tiempo transcurrido entre la
vendimia y la obtención del mosto sea lo mas corto posible.

El mosto se clasifica y comienza la fermentación, bajo riguroso


control de la temperatura, con levaduras seleccionadas, y a ser posible
autóctonas, para sí obtener los aromas atribuidos de los distintos
cultivares. En los vinos base del cava deben ser frecuentes los trasiegos y
la clarificación y filtración, prefiriéndose habitualmente el empleo del frío
con estos objetivos.

Aunque el espumoso se puede elaborar con distintas técnicas


(granvás, etc.) el cava se elabora por el método clásico champenoise, que
consta de las siguientes fases:

- Fase de tiraje, que es el embotellado del vino base con adición de


levaduras y azúcar para ser después taponadas las botellas
(normalmente con tapón corona o en determinadas calidades con
corcho grapado). Este tapón debe estar marcado con la fecha.

269
Fotografía nº 57.- Tapón corona para botella de cava en rima.

- Fase de rima o toma de espuma, que es una fermentación en


botella en oscuridad, ambiente húmedo y que no sobrepase los
15ºC, en esta fase se forma carbónico que se incorpora al vino y
aparecen los peculiares aromas pujantes de las levaduras, que
también comunican un sabor determinado. La fase de maduración
debe durar como mínimo nueve meses garantizados por la fecha
impresa o gravada en el tapón de tiraje.

- Fase de removido, en pupitres, que es donde tienen lugar el giro


manual o automático de las botellas con un pequeño vibrado y un
aumento del grado de inclinación de las botellas hacia la vertical.
Tradicionalmente las botellas se giraban un octavo de vuelta cada
día y su duración era variable. Esta fase actualmente se ha
mecanizado con buenos resultados.

- Fase de almacenamiento de botella, en punta, con el tapón hacia


debajo.

270
- Fase de degüelle, normalmente hoy por congelación y
automatizada aunque antes era manual.

Fotografía nº 58.- Tapón sintético utilizado en vinos espumosos y cavas.

271
- Fase de rellenado o nivelado de botellas, o con vino base o con
el denominado licor de expedición, que es característico y
formulado por cada uno de los elaboradores.

- Fase de taponado definitivo, capsulado y etiquetado.

Fotografía nº 59.- Diferentes tapones de corcho para botella de cava.

El tiraje implica, dentro de las operaciones previas y precisas para


embotellar los vinos antes de su segunda fermentación, la preparación del
licor de tiraje, mezcla de sacarosa y levaduras para conseguir la presión
deseada en las botellas. Se realiza en cubas especiales y se denomina
cupada, que es la mezcla de vino añejo, de sacarosa y levaduras, todo ello
antes de proceder al embotellado y taponado de la mezcla. La cupada
correcta garantiza la tenacidad de la espuma, la finura y la persistencia del
burbujeo que definen un buen cava.

Actualmente el uso de tapones corona técnicos especiales con


obturadores con dispositivos portantes de levaduras evita esta cupada,
pero no libra de calcular adecuadamente la cantidad de sacarosa a añadir.

272
Antes se usaban tapones anchos de corcho grapados para este
primer taponado, como aun se hace en algunos cavas de excepcional
calidad, pero la aparición del tapón corona con distintos tipos de
obturadores plásticos permitió las mecanización y el adecuado marcaje por
troquelado de las botellas de cava, que posteriormente pasaran a ser
apiladas en rimas, en balancines o en margaritas.

Fotografía nº 60.- Grapa para la sujeción del tapón de corcho en cava.

El degüelle tradicional ha sido sustituido hoy por sistemas de


descoronado basados en al inmersión de uno o dos centímetros del cuello
273
de las botellas en punta paletizadas, o colocadas sobre unos soportes
perforados en círculo, en un baño de salmuera u otro líquido congelante
que atrapa los sedimentos de las botellas ya situados en su cuello, de
forma que al descoronar, la presión interna empuja el sedimento y lo
expulsa limpiamente de la botella. A continuación se reajusta el nivel de la
botella con el licor de expedición o con vino base, se comprueba la
transparencia del contenido y se tapona, asegurando el corcho con una
grapa o bozal característico.

La Unión Europea por el Reglamento CE 606/2009 de 10 de julio de


2009 define y regula en vinos espumosos, incluidos los de calidad el licor
de tiraje y el licor de expedición. Se considera licor de tiraje “el producto
que se añade al vino base para provocar la formación de espuma” y “licor
de expedición” el producto que se añade a los vinos espumosos con objeto
de conferirles características gustativas especiales, estos no pueden
aumentar la graduación del vino base en más de 1,5% vol. de alcohol y
pueden emplearse sacarosa, mostos (naturales, parcialmente
fermentados, concentrados, concentrados rectificados) vinos o mezcla de
dichos productos y en algunos casos con adición de destilado de vino o
vino añejo.

En espumosos se establecen como graduaciones del vino base


9,5%, 9% y en determinados casos 8,5% vol., pero para los espumosos de
calidad con denominación de origen protegida se exige una mínima
graduación de 10% vol. Tras la adición de los líquidos de expedición.

La sobrepresión mínima podrá ser de 3 bares. La duración del


periodo desde la fermentación para hacerlos espumosos no podrá ser
inferior a 6 meses en fermentaciones en recipientes cerrados y 9 meses si
la fermentación destinada a hacerlos espumosos se efectúa en botella.

274
Se diferencian las exigencias, que son menores para los vinos
espumosos de tipo aromático, donde la duración de las fermentaciones
para tomar espuma estarán entre 30 y 90 días, en estos casos se limitan
los cultivares que pueden emplearse que son 42, entre ellos todos los
Moscateles y Malvasías, Airen, Alvariño, Colombard, Fresia, Gamay,
Gewüztraminer, Giró, Macabeo, Müller-Thurgau, Parellada, Piquepoul B.,
Prosecco, Touriga Nacional, Verdejo.

9.4. Tipificación de los cavas

Desde la creación del Consejo Regulador del Cava en 1991 y tras


el reconocimiento del cava como v.e.c.p.r.d. se realiza un estricto registro e
inspección sistemática de las parcelas catastrales con derecho a producir
uvas con destino al cava.

Los rendimientos y la vigilancia del estado sanitario, así como la


determinación de la fecha aproximada de vendimia, son responsabilidad
del cuerpo técnico del Consejo del Cava, como también lo son los
controles analíticos y organolépticos de la producción.

También corresponde al Consejo la aprobación de etiquetas en las


que figurará, al igual que en el tapón de expedición la palabra cava y una
estrella de cuatro puntas que cataloga el tipo de elaboración clásico.

En la etiqueta también debe figurar el tipo de cava, que esta


definido por el contenido en azúcar y que establece las denominaciones:

- Brut nature, sin adición de azúcar en el rellenado para la


expedición.

- Extra brut, al que se le añade un licor de expedición que lleva al


cava hasta un contenido máximo de 6g/L de azúcar.

- Brut, contenido de hasta 15 g/L de azúcar.


275
- Extra seco, con un contenido entre 12 y 20 g/L de azúcar, (17g/L).

- Seco, con contenido entre 17 y 35 g/L de azúcar, (32 g/L).

- Semiseco, conteniendo entre 33 y 50 g/L de azúcar, (32 g/L).

- Dulce, cava conteniendo más de 50 g/L de azúcar.

todo ello cumpliendo la nueva normativa de la UE para espumosos de


calidad.

9.5. El corcho en el cava

El tapón de expedición del cava es siempre de corcho de primera


calidad, espeso, sin defectos, complejo, de aglomerado y al menos dos
discos de corcho extra, que sea hermético y parafinado al menos en la
parte inferior del mismo, con el anagrama cava y la estrella de cuatro
puntas identificativas.

Fotografía nº 61.- Versiones diferentes de tapones de corcho en cava.

276
Este corcho se puede fijar con una grapa metálica o con un
pequeño bozal con bridas de alambre y tres o cuatro ramas que se unen a
una corona metálica circular superior y un trenzado de cierre en la parte
inferior.

En ocasiones estos tapones son de aglomerado en su parte


superior y con arandelas de corcho natural en la zona en contacto con el
cava.

Fotografía nº 62.- Aros de corcho natural para la realización de tapones


de corcho en el cava.

277
Fotografía nº 63.- Tapones antes y después de ser utilizados en el descorche.

Actualmente en espumosos se utilizan también tapones plásticos,


incluso en vinos alemanes de gran calidad es frecuente el uso de estos
tapones.

Existen tapones huecos y otros de aros paralelos que son los de


más calidad de entre los tapones plásticos.

278
Fotografía nº 64.-Tapón plástico para botellas de cava de pequeños formatos.

9.6. Complementos del cava

Algo importante en el consumo del cava, además de la temperatura


a la que debe consumirse, que oscila entre 7 y 10ºC (entre 6 y 8ºC para
otros expertos), es la copa que se emplea. Así, las copas deben ser de
cristal fino, amplias y profundas, no demasiado anchas y largas, para evitar
la pérdida de aromas y el ascenso de la burbuja.

279
Fotografía nº 65.- Botellas en rima.

La copa clásica abierta y plana no debe ser utilizada, es adecuada


la copa tipo flauta de estilo veneciano, aunque en catas oficiales y técnicas
se recomiendas las copas en tulipán alargadas.

280
CAPÍTULO 10. LA CAVA Y LA CONSERVACIÓN DEL VINO

Debemos recordar que el vino es algo vivo, que una vez en la


botella sigue evolucionando, sufre una serie de cambios fisicoquímicos que
determinan el resultado final al abrir la botella.

Un vino puede estar reducido, haberse oxidado, tomar gusto a los


mohos del tapón y salir de la botella con algún defecto. Estos defectos
normalmente son consecuencia del no adecuado estado sanitario de la
uva, de un proceso enológico no cuidado, de un entorno en la fermentación
no adecuado, de unos defectos de evolución, en la barrica, etc., pero
también pueden ser, al menos algunos de ellos consecuencia de una mala
conservación de las botellas.

Hay botellas cuyo contenido está en parte protegido por el color del
vidrio, por el grosor del mismo, etc. Pero también hay vinos más o menos
sensibles en su conservación hasta ser consumidos.

Fotografía nº 66.- Cava de botelleros en bodega.

281
No es fácil establecer unas condiciones de conservación del vino
como tampoco es fácil establecer las condiciones de consumo adecuado
para cada vino, si la biodiversidad existe en el mundo vivo, la diversidad en
los vinos no es tampoco despreciable. No es lo mismo conservar un buen
vino de guarda, que un vino joven, un blanco, un rosado o un tinto, pero
está claro que las condiciones en que se conserva un vino, la temperatura,
la luminosidad que llega hasta él e incluso la humedad ambiental, pueden
producir problemas al abrir una botella.

Si el vino debe reposar en botella un cierto tiempo, definido tanto en


tintos de crianza y reserva, en cavas y en blancos criados en barrica, que
determinan las normas para el tipo de vino o las bodegas y que muchas
veces incluso especifican en las etiquetas tras su embotellado y puesta en
el mercado. No es menos cierto que en distribución, en los puntos de venta
y en almacenamiento en restauración o en casa, el vino debe estar
adecuadamente conservado.

Fotografía nº 67.-Envejecimiento en botelleros industriales.


282
Está claro que todo vino tiene una curva de vida que ya hemos
comentado, pero no es menos cierto que algunos grandes vinos mantienen
algunas, o incluso la mayoría de sus cualidades, tras muchos años si están
bien conservados, mientras otros evidentemente no mantienen sus
atributos.

Pero realmente son las crianzas, blancos y rosados los vinos que
más deben cuidarse en su conservación y no es menos cierto que en
distribución, almacenes mal acondicionados (húmedos en unos sitios y
auténticos hornos en otros), no contribuyen a mantener la tipicidad y la
calidad de los vinos, como tampoco contribuye ese foco dirigido
directamente a la botella en un expositor y por supuesto mucho menos
conservar el vino junto a la plancha de un bar, si vemos esto también
deberemos recapacitar en la forma con que guardamos el vino en casa, en
qué condiciones, dónde y cómo.

Definir los parámetros de conservación de un vino no es fácil ni


tiene una pauta igual para cada tipo de vino pero “a priori” podemos
establecer como características básicas para la conservación de un vino
las siguientes:

- Temperatura entre 15 y 16ºC, más baja en blancos y rosados, a


ser posible entre 10 y 12ºC.

- Las botellas deben tener una cierta inclinación, estar en horizontal


y sobre la misma inclinar la botella de entre 5 y 10 grados.

- La humedad relativa del lugar de conservación debe tener una


humedad entre el 65 y el 75%.

- Es recomendable la ausencia total de luz permanente y en su


caso, que esta luz sea poco intensa y filtrada evitando las
radiaciones ultravioletas, etc.

283
- Evitar las vibraciones intensas.

Evidentemente hay vinos que no necesitan evolucionar en botella,


como algunos blancos y la mayor parte de rosados, que deben consumirse
dentro del año de embotellado y es mejor consumir antes de 6-8 meses de
estar en botella, lo que depende básicamente del cultivar o cultivares con
los que se hayan elaborado. Otros vinos no necesitan reposo y por ello
también deben consumirse cuanto antes como los blancos jóvenes y los
cavas.

Pero según el tipo de elaboración hay vinos, especialmente tintos


envejecidos y cavas, que requieren un tiempo de reposo en botella, es
decir, requieren un cierto tiempo de almacenamiento antes de ser
consumidos, tiempo que pueden pasar en la bodega elaboradora o fuera
de ella y en estos casos es
cuando hay que cuidar
muy bien sus condiciones
de almacenamiento.

Fotografía nº 68.-
Almacenamiento de botellas
en bodega.

284
El vino tiene siempre una fecha de consumo preferente pero no es
un alimento que tenga realmente fecha de caducidad.

Si tenemos que considerar que hay vinos preparados para su


consumo rápido desde que salen de la bodega (cavas, espumosos, de
aguja y blancos jóvenes) que deben consumirse en corto plazo de tiempo,
unas semanas o unos pocos meses (rosados, tintos jóvenes, etc.) mientras
que otros son para consumo a medio plazo (blanco de barrica, crianzas,
reservas, etc.) o a más largo plazo como son los jerez, grandes reservas,
etc.

El lugar para guardar el vino suele denominarse cava y era


normalmente un sótano con adecuadas condiciones térmicas y de
humedad, sobre todo buscando evitar los cambios bruscos de temperatura.

Una cava no es un lugar para almacenar espumosos, cavas y


blancos, que deben reposar sólo unos días si han sido transportados
desde lejos. Estas botellas requieren mantenerse en sitio fresco y
resguardado de la luz pero en vertical, si los tapones son de aglomerado, o
con una cierta inclinación o hacia abajo si los tapones son de buen corcho
o sintéticos. Estos vinos deben conservarse preferentemente en sus
embalajes o en botelleros aireados.

Actualmente podemos pensar en una cava como una instalación,


más o menos amplia, con unas estancias, como ocurre en restauración o
colecciones o en simples armarios cava para controlar las condiciones
ambientales.

Por ello vamos a diferenciar la cava-almacén de dimensiones


grandes o amplias el armario de conservación.

285
Fotografía nº 69.-Rima de viejas
botellas de cava.

Fotografía nº 70.- Rima de botellas de cava en la actualidad.

286
10.1. Cavas amplias

Normalmente se hacen en bodegas donde se denominan sección


de botellas o botelleros, en las que las botellas suelen estar paletizadas y
normalmente sin etiquetar, pero también pueden ser instalaciones
independientes de almacenistas o superficies de venta, en cuyo caso las
botellas se conservan en sus envases y con sus etiquetas, o simplemente
locales, que deben tener también estrictas condiciones ambientales
controladas denominadas botelleros de colección o descripción.

En este tipo de instalaciones deben incluirse muchas de las criptas


de conservación de añadas de las bodegas.

Evidentemente en casos especiales, en las bodegas, la cava debe


estar diseñada y mantenida en unas condiciones específicas u otras,
según el tipo de vino a almacenar. De todas formas en una cava deben
evitarse siempre los cambios bruscos de temperatura, humedad e
iluminación (lo que justifica el encendido progresivo de muchas de estas
instalaciones) y evitando también las vibraciones, por lo que su ubicación
debe estar pensada dentro del complejo de bodega.

287
Fotografía nº 71.-Ejemplo de cripta de conservación en el punto de venta.

Desde el punto de vista constructivo la cava debe estar formada por


viejas cuevas naturales modificadas y limpias o por almacenes, mejor
semienterrados o enterrados, pero construidos con materiales específicos
muy lentos en su respuesta a las variaciones ambientales.

Su dimensionado es algo en lo que no debemos entrar, ya que este


tema es de pura logística empresarial, pero siempre deben tener las
dimensiones adecuadas para permitir una buena circulación del aire y una
buena homogeneización de las condiciones ambientales, así como una
adecuada circulación de los medios de transporte a utilizar en la cava que
nunca deben emitir gases en su interior. Considerándose a nivel general
que el espacio libre debe ser entre el 30 y el 50% del total de la instalación.

288
Hay que evitar grandes dimensiones para controlar mejor las condiciones y
mantener una estanqueidad adecuada, pero no deben ser espacios
demasiado reducidos ya que esto conduce a espacios saturados y que
fácilmente desarrollan malos olores y estanqueidad excesiva.

Fotografía nº 72.- Almacenamiento del vino en las viejas bodegas.

Constructivamente el suelo debe estar perfectamente aislado, las


paredes exteriores también y las enterradas pueden aportar a la cava
además de protección, humedad.

El suelo debe ser permeable facilitando y manteniendo la humedad;


sin duda debe ser de arena, grava, tierra batida, aunque puede ser de un
tipo de gres especialmente diseñado para ello con cierta porosidad,
289
aunque las zonas de paso deben ser más compactas y con suelo
antideslizante.

En estas grandes instalaciones, la orientación y la situación de la


parte externa es importante para evitar al máximo las temperaturas
extremas teniendo entradas y ventilación preferentemente hacia el sur.

Fotografía nº 73.- Almacenamiento de vino en depósitos de acero.

La ventilación, evitando corrientes y pasos bruscos de viento debe


ser adecuada, pueden emplearse extractores y humificadores tipo cooling
en caso de necesidad, o simples ventanas con rejillas especiales que hoy
sustituyen a los viejos cañizos.

La humedad no debe sobrepasar el 70-75% debido a que si la


humedad es menor pueden secarse los tapones y si esta es mayor
favorece el desarrollo de hongos que aunque sean externos pueden llegar
a perjudicar la conservación y la imagen del vino. Excesos de humedad

290
perjudican las etiquetas, contraetiquetas y cápsulas de las botellas. Mejor
que el empleo de humificadores técnicos es emplear recipientes con agua
o regar adecuadamente el suelo. Si la humedad es excesiva interesa
utilizar absorbentes de esta humedad como el cloruro de calcio.

La temperatura que es deseable en estas instalaciones es entre 10-


15ºC sin oscilaciones para evitar cambios indeseables en el vino (si la
temperatura es inferior los vinos no evolucionan adecuadamente). La
temperatura debe estar regulada y evitar la cercanía de focos de calor y es
conveniente aislar los techos y paredes con materiales comerciales
especializados en este cometido.

Respecto a la iluminación, esta debe ser tenue y si tiene luminarias,


estas deben filtrar la luz para que no penetre el sol directamente
(antiguamente se utilizaban para ello cañizos y espartines) mediante el
empleo de materiales de construcción adecuados. Siempre se evitarán
focos de luz intensa, puesto que intensidades (lux) elevadas perjudican la
estabilidad del vino y aceleran su oxidación, aunque esto depende mucho
del tipo de vino, del cultivar del que proceda, del proceso de fermentación y
de los tratamientos enológicos específicos, como pueden ser los procesos
de microoxigenación o de oxido-reducción.

Fotografía nº 74.-Almacenamiento de
vino en grandes depósitos.

291
Es conveniente utilizar siempre focos de poca potencia y capaces
de dispersar la luz y a ser posible utilizar emisores de luz fría; esto significa
que una cava no debe ser un lugar oscuro, enmohecido y sobresaturado
de humedad y olores y sobre todo, una cava debe ser limpia. Es muy
adecuado pintar las paredes con pinturas especiales y antihumedad, de
colores grises, oscuros o negros.

Una cava debe estar alejada de focos de vibración intensa (vías,


maquinaria, etc.) ya que en la botella el proceso de vibración puede
acelerar los equilibrios biológicos (en el caso del cava) y fisicoquímicos (en
el resto de vinos).

Respecto a las estanterías, depósitos o armarios, estos deben estar


ubicados sobre tacos de caucho o dispositivos amortiguadores de las
vibraciones y no sensibles a la contaminación. El empleo de complementos
de madera en la cava puede ser muy problemático.

Respecto a la disposición de las botellas, éstas en caso de requerir


evolución, reservas y grandes reservas deben estar inclinadas ligeramente
y descansando sobre superficies acanaladas o planas, evitando la
acumulación de polvo y malas aireaciones. Nunca la estructura de los
botelleros debe crear zonas mal ventiladas.

Los materiales pueden ser nichos para grupos de botellas o


receptáculos individualizados para cada tipo de botella.

Los botelleros deben ser lo más sólido y estable posible; hay


módulos de distintos materiales cerámicos y de madera preparados para
hacer fronteras en las paredes.

Nunca deben utilizarse estructuras de hierro para los botelleros ya


que deterioran etiquetas. Muchos botelleros de cerámica también las

292
deterioran debido a que no están bien terminados en los bordes y al sacar
las botellas si no se hace con mucho cuidado, se rasgan las etiquetas.

Las botellas deben poder identificarse en los botelleros sin


necesidad de moverlas.

Si existen posibles vibraciones, como ya hemos indicado, éstas


deben evitarse a nivel de las botellas, por lo que los botelleros deben
poseer dispositivos antivibraciones.

10.2. Armarios o minicavas climatizadas

Se emplean para conseguir un buen almacenamiento y


conservación de los vinos en un domicilio o restaurante o bien en una
colección.

Actualmente existen muchos tipos de armarios climatizados,


algunos de ellos bastantes sofisticados y que mantienen y controlan muy
bien las condiciones ambientales.

Todo armario climatizado estará dotado de los siguientes


mecanismos:

- Generador y regulador de la temperatura, con una o dos zonas


estancas que pueden tener a su vez varias zonas isotérmicas
distintas

- Generador de humedad y controlador de la misma, mediante un


higrómetro que debe ser de precisión y programable según la
temperatura existente en cada compartimento, especialmente si el
armario es grande.

- Mecanismo de ventilación u homogeneizador de la temperatura,


generando un flujo lo más homogéneo posible, el aire cuando se

293
renueve debe pasar por los filtros adecuados, especialmente
diseñados para absorber olores.

Estos armarios siempre deben tener dispositivos antivibraciones.

El diseño de muchos armarios incluyen iluminación, cuya fuente no


emite rayos ultravioleta. Disponiendo en algunos casos de puertas de
cristal compacto y aislante. Las higrometrías están generalmente muy bien
reguladas al igual que las temperaturas. Muchos armarios cava poseen
una estratificación natural o forzada del aire y las temperaturas pueden
variarse en general entre 0ºC y 38ºC.

Fotografía nº 75.- Nichos para la conservación de añadas en botella.

Algunos armarios son de acero o poliestireno aunque también los


hay de maderas tratadas. Pueden poseer diseños clásicos o modernistas y

294
en algunos modelos se incorporan mecanismos para modificar la
composición de la atmósfera en su interior.

Los mecanismos de refrigeración de estos armarios no deben


generar vibraciones, actualmente existen dispositivos patentados basados
en técnicas de estabilidad aeronáutica.

Las capacidades de estos modelos son muy diversas y van desde


pequeños volúmenes, hasta armarios muy amplios con capacidad para
casi 200 botellas. Realmente se pueden servir por las numerosas casas
comerciales, prácticamente con la capacidad y características estéticas
que se desee. Incluyendo en algunos casos una excelente visión de su
contenido, disponiendo de sensores y mecanismos ópticos de la
temperatura y la humedad.

295
CAPÍTULO 11. COMPLEMENTOS Y ACCESORIOS DEL VINO

Hablar de complementos y accesorios del vino, es emprender un


largo recorrido histórico por los envases, botellas y garrafas, sellos,
collarines, etiquetas y contraetiquetas de nuestros vinos, que son
considerados junto con los tapones, morriones y cápsulas los accesorios
del vino. Además el mundo de los complementos es también muy amplio y
diverso y comienza con los husillos y abridores, pasando por los
decantadores, termómetros y filtros del vino, por los instrumentos de cata
(como las venenciadoras y los servicios del vino), terminando en las copas,
eso sin entrar en los utillajes de elaboración (como fuelles, bastones, etc),
accesorios para el envejecimiento (botas, toneles, barricas, tinas, odres,
ánforas, grifos y espitas) y evidentemente botelleros.

También podríamos extendernos más y considerar los alambiques,


las prensas y por supuesto los utillajes de vendimia, los cuévanos, las
despalilladoras, los espartines, etc. Considerando también todos aquellos
elementos relacionados con el vino en el servicio y el uso en otras épocas
como son el uso de concentradores y prensillas de farmacopea y por
supuesto las cerámicas para su conservación (muchos de ellos pueden ser
reconocidos en la arquitectura y el arte de nuestra historia).

En un intento de síntesis debemos considerar como mínimo:

- Los envases del vino,

- las botellas y otros tipos de envases,

- las etiquetas y contraetiquetas,

- los sacacorchos,

- los tapones de conservación,

- los decantadores,

296
- las copas, etc.

11.1. Los envases del vino

Sin entrar en los recipientes de envejecimiento, es decir, en los


envases de madera y en la diversa tonelería existente que ya hemos
comentado, y pasando también muy por encima de los distintos tipos de
ánforas utilizadas por las distintas civilizaciones mediterráneas, que
elaboraban, consumían y comercializaban el vino, nos centraremos en las
botellas, normalmente de vidrio como la histórica en forma de racimo, de
origen egipcio que reproducimos, tomada de Lujan (1988) de uso en la
farmacopea y pasando por otros recipientes cerámicos para la
conservación y el consumo del vino que recuerdan por su forma pequeños
toneles que también existen de vidrio.

La botella, cuya historia comenzó como ya hemos dicho hace


muchos años, tomó nuevas formas y se generalizó su uso ya en el siglo
XVII, del que quedan testimonios emblemáticos y formas y decorados
preciosos que dieron lugar posteriormente a la amplia gama de botellas
actuales con formas, colores y vidrios muy distintos.

La variabilidad en la forma de las botellas es muy amplia, algunas


pretenden diferenciar el producto con una forma peculiar de presentación,
así ocurre con las diversificaciones estéticas de los oportos, los jereces,
etc.

297
Fotografía nº 76.- Botella en forma de racimo. (tomada de Lujan, 1988).

Quizás la forma más extendida es la botella bordelesa, de cuello


corto y hombros marcados con tres tipos distintos de altura; luego es
frecuente la botella borgoñesa, más ancha y más corta y la botella tipo
Rhin o Alsaciana, más esbelta y alargada.

El abanico de términos y modelos de botellas es muy amplio y debe


consultarse en algún catálogo de vidrierías de inflado o de
establecimientos cerámicos especializados.

298
Debemos considerar que en origen, la forma de la botella, permitía
diferenciar el producto junto con el color del vidrio, tema este que no es
vigente hoy, ya que muchas zonas han copiado o modificado las cinco
formas básicas de las botellas (Burdeos, Borgoña, Alsaciana, Oporto y
Jerez) y se han creado otros modelos inspirados en los anteriores.

Las botellas de cava se realizan, como también ocurre en algunos


vinos, con vidrios más gruesos y pesados que además tenían fondos
convexos hacia el interior, como se ha hecho hasta ahora para aumentar la
resistencia a la presión del gas en el interior de la botella, aunque hoy
existen ya otras botellas de cava con fondos planos o incluso convexos
hacia el exterior recordando una ánfora. Evidentemente las formas de las
botellas de cava se han diversificado mucho en los últimos tiempos
buscando notoriedad y diferenciación, existiendo botellas alargadas,
anchas, etc. Y con diversos tipos de etiquetado muchos de ellos de
cerámica o de metal o imitación de metal.

299
Fotografía nº 77.- Diferentes tipos de botellas y colores de vidrio.

Respecto a la capacidad de las botellas, ésta normalmente es de


75 cL, pero la aparición de problemas de reducción en las botellas inició a
las bodegas a ensayar tamaños más grandes y así reducir la cantidad de
oxígeno en la cámara del cuello respecto al volumen de vino contenido
apareciendo así el formato Mágnum de 1,5 cL que conserva mejor el vino
pero no es bien aceptado por el consumidor por su menor manejabilidad y
por requerir empleo de tapones en caso de no terminar el vino (aunque
evidentemente lo más adecuado es cuando se descorcha una botella, no
encorcharla de nuevo sino consumirla).

300
Posteriormente y más por imagen que por utilidad o para eventos
se usan otros tipos de botellas de capacidades crecientes como son los
tipos:

-Jeroboam, con una capacidad de 3 L,

-Réhoboam, con una capacidad de 4,5 L,

-Matusalem, con una capacidad de 6 L,

-Salmanazar, con una capacidad de 9 L,

-Baltasar, con una capacidad de 12 L,

-Nabucodonosor, con una capacidad de 15 L, etc.

También con el tiempo se han ido diferenciando los tipos de bocas


de las botellas que básicamente son bocas en anillo, bordelesa, para tipo
corona y faceta o plana.

Dentro de los cuatro tipos de botellas básicos y considerando su


forma y volumen de 750 mL, y que suelen tener unas dimensiones
estándar que evidentemente se modifican en los nuevos modelos,
buscando diversificación y diferenciación.

Así, la botella bordelesa, suele tener un diámetro de 76,5 mm y 279


mm de altura, la botella tipo borgoñés es algo más ancha y ligeramente
más alta, normalmente con 80,5 mm de diámetro y 287 mm de altura, la
botella alasaciana o renana es la más estrecha de entre 75,5-76 mm de
diámetro y 350-360 mm de altura. La botella estándar de champagne y
cava tiene un diámetro de 88,4 mm y una altura de 300 mm y suele tener
una capacidad algo mayor de 750 cL.

Otros tipos de botellas clásicas son la botella-garrafa, tipo chianti,


decorada con paja o una cestilla sintética, la botella jerez, que actualmente
está cambiando y no sólo de color, la botella oporto, la botella ancha tipo

301
mateus con su modificación de rosados tipo peñascal y la botella, que ha
cambiado de forma reciente del
clásico barbadillo. Seguir
hablando de formas nos llevaría a
mencionar marcas y tipos de vinos
que debe hacerse ante una cava
con distintos tipo de vino,
etiquetas, colores y formas de
botellas.

Figura nº 1.- Dimensiones


habituales en la botella renana y la
botella bordelesa.

302
Figura nº 2.- Dimensiones
habituales en la botella borgoñesa y la
botella bordelesa.

303
Figura nº 3.- Dimensiones
habituales en la botella borgoñesa y la botella para cava.

304
Figura nº 4.- Dimensiones habituales en la botella alsaciana.

305
Aunque el vidrio realmente es transparente, por motivos específicos
de conservación y especialmente para evitar la incidencia de las
radiaciones ultravioleta, se pueden añadir metales o pigmentos al vidrio
que le dan una coloración específica que tiene más que ver con el
marketing y la estética que con la verdadera protección del vino.

Actualmente existen pigmentos verdes muy claros, opacos a los rayos


ultravioleta y que permiten hacer botellas claras y ligeras, con vidrio fino
que dan incluso mejor protección que otras botellas negras, de cristal
grueso y pesadas, aunque la estética y el marketing tiene mucho que ver
en este tema como ha ocurrido con la tendencia a emplear botellas muy
oscuras y azules que últimamente están sufriendo un gran auge en
determinados vinos.

Fotografía nº 78.- Diferentes tipos de botellas y modelos.

306
Fotografía nº 79.- Botellas de diferentes formas.

Los colores y propiedades del vidrio deben ser también recordados,


lo que evidentemente debe hacerse consultando catálogos de empresas
de vidrio que además de recoger las diversas formas ofertadas, incluyen
una amplia gama de colores que va desde la botella transparente o verde,
pasando por la histórica gravada en blanco mate (mateada o esmerilada) y
por las botellas de distintos tonos de marrón y ocres, a las botellas negras
(algunas también mateadas) y azules, hoy también en uso en muchos
vinos emblemáticos de nuestro país y de otros países.

307
No debemos olvidar que existen otros envases también de vidrio en
su origen como son las garrafas, que con distintos volúmenes han sido un
clásico de nuestros vinos y en algunos casos una guía para seguir la
evolución de determinados vinos, como los soleados damascenas, y que
hoy han sido en gran parte sustituidos primero en cubiertas y luego en todo
el recipiente por PVC y PET.

Actualmente existen otros envases para el vino (al menos para


determinados vinos) que técnicamente son impecables por la protección
ante las radiaciones (especialmente la ultravioleta) que alteran la evolución
y la conservación de los vinos y en algunos casos permiten evitar la
oxidación en consumos parciales; pero este tipo de envases, igual que las
latas de aluminio, aún deben vencer el clasicismo y muchos componentes
culturales. No cabe duda que el consumidor asocia mucho el vino al vidrio
que evidentemente es hoy el mejor envase para nuestros vinos, dado que
actualmente existen como ya hemos indicado vidrios que protegen de la
radiación ultravioleta, etc.

De todas formas debemos recordar que hoy hay distintos envases


policapa como son los tetrabrik, el tetrapak y evidentemente el paking-boox
entre otros.

Fotografía nº 80.-
Diferentes sistemas
de envases para
vino.

308
Fotografía nº 81.- Envases de vino en paking-boox.

309
11.2. Etiquetas, collarines, contraetiquetas y cápsulas

En sus inicios, para ser identificadas y protegerlas de


modificaciones y adulteraciones, las tapas de madera o de corcho de las
ánforas de vino se sellaban con lacres y otras sustancias que también
servían para proteger su contenido de la oxidación y otros problemas
frecuentes en los vinos, pero estos sellos servían también para identificar
los productores, o las zonas de procedencia de los vinos.

Actualmente el etiquetado de las botellas está sometido a


legislación específica y estricta que obliga a indicar por ejemplo que
contiene sulfitos, que no se recomienda su consumo en situación de
embarazo (tema éste bastante polémico) y que empieza a verse en
algunos vinos de la UE, etc.

Evidentemente las etiquetas deben cumplir la legislación


alimentaria, ya que hoy el vino es considerado un alimento.

Una etiqueta puede ser un indicativo externo y realizada en papeles


de muchos tipos y calidades y con diseños muy variados, desde muy
clásicos a extremadamente modernos e innovadores, tanto en tamaño
como en forma, existiendo numerosas empresas dedicadas a la creación,
diseño y preparación de estas etiquetas, que pueden ser sustituidas por
serigrafiados sobre el propio vidrio, por láminas de papel corcho o papiro.

Una etiqueta es una presentación de la botella y del producto que


contiene. Como hemos dicho existen unas normas que deben cumplir
estas etiquetas según el reglamento general del etiquetado de la Unión
Europea.

310
En las etiquetas deberán figurar entre otros datos los siguientes:

- Nombre de la Denominación de Origen de procedencia del


vino, o en caso contrario debe indicar “Vino de mesa” o
“Vino de pago”.

- Volumen de la botella.

- Nombre, número de registro sanitario y de embotellado, así


como dirección del embotellador (este último dato puede
ser sustituido por la localidad y el país de origen)

- Grado alcohólico expresado en gramos de etanol por litro.

Además y aunque optativo, suelen ser habituales otras indicaciones


como:

- Logotipo y nombre de la bodega.

- Marca comercial.

- Color del vino.

- Variedad o cultivar de la uva, habitual en monovarietales;


en el resto de vinos se suelen indicar las variedades
empleadas en la etiqueta o en la contraetiqueta, incluso en
algunas ocasiones su composición varietal en porcentaje.

- Modo de elaboración.

Además muchas botellas van numeradas y con información


complementaria. Normalmente la información complementaria suele ir en
las contraetiquetas.

Las marcas, logotipos, añada, cosecha o año de embotellado suele


indicarse también en los collarines.

311
Entre la información de las contraetiquetas suele indicarse que
contienen sulfitos, si son vinos procedentes de agricultura ecológica en
cuyo caso se complementa con las etiquetas o logotipos de los
correspondientes Consejos o Comités de Agricultura Ecológica, en algún
caso se indica su origen a partir de plantaciones en Producción Integrada.

También suelen indicarse técnicas de elaboración especiales, como


uso del sombrero sumergido, empleo de agitación más o menos habitual
continua en barrica de envejecimiento, tipo y lugar de crianza y en
ocasiones algunos datos sobre la cata sensorial de su contenido, dando
también en ciertos casos consejos sobre las temperaturas de conservación
y servicio y sobre el maridaje con distintos tipo de alimentos u otras
recomendaciones gastronómicas, que evidentemente debemos considerar
con reservas y ser más innovadores y un poco renovadores, cuando no
transgresores.

Toda etiqueta debe poder ser interpretada al menos en el idioma de


origen del vino y en sus informaciones obligatorias.

312
Logotipo
Nombre de la
bodega

Volumen de la
botella
Grado
alcohólico

Nombre de la
Denominación
de Origen

Contraetiqueta de la Denominación de Origen

Fotografía nº 82.- Ejemplo explicado de etiqueta de vino.

313
Logotipo
Nombre de la
Variedad bodega
y año

Nombre de la
Denominació
Grado Volumen de
n de Origen
alcohólico la botella

Contraetiqueta de la Denominación de Origen

Fotografía nº 83.- Ejemplo comentado de diferentes etiquetas de botella.

314
Marca
comercial

Subzona dentro de la
Denominación de Origen

Variedades
Sistema y zona
de elaboración

Volumen de
la botella
Grado
alcohólico
Registro s
sanitario y de
embotellado

Denominación
de Origen

Fotografía nº 84.- Ejemplo explicado de etiqueta y contraetiqueta.

315
Fotografía nº 85.- Ejemplo de etiqueta de botella de cava.

Una mención especial requieren los collarines identificativos,


algunos de ellos muy creativos y sobre todo las contraetiquetas
numeradas, emitidas en nuestro entorno por las Denominaciones de
Origen.

Actualmente existen etiquetas muy peculiares, elaboradas con


láminas de corcho o que son simplemente collarines con pequeños libritos
que cumplen los requisitos de etiqueta y de contraetiqueta.

Las cápsulas son también un seña de identidad de las empresas y


elementos decorativos en las botellas de vino, puede ser de distintos
materiales, colores y diseños, se emplean en cavas donde suelen ser de
papel de aluminio o plásticas.

316
Fotografía nº 86.- Cápsulas para botella de cava.

Pero también en vinos, en donde empezaron siendo de estaño y


actualmente han pasado a ser de distintos tipos de plásticos o multicapas.

317
Fotografía nº 87.- Diferentes modelos de cápsulas para botellas de vino

318
11.3. Los sacacorchos o descorchadores

Con origen en los antiguos husillos de limpieza, que se modificaron


para su empleo en la apertura de botellas de vino para quitar los tapones
de corcho, cuando éstos dejaron de ser troncocónicos y salientes (que se
podían extraer con la mano) para pasar a los corchos cilíndricos actuales,
introducidos totalmente en el cuello de la botella y que requieren unos
mecanismos específicos para su extracción.

Al principio se usaron pinzas como hasta hace muy poco o incluso


actualmente se emplean para extraer los tapones de cava, a los cuales ya
les salieron opciones basadas por ejemplo en la ley de la palanca, como el
que se indica en la foto siguiente, o como los actuales muy modernos, los
denominados “tipo camarero”.

Fotografía nº 88.- Sacacorchos antiguo de palanca.

Los modelos y las decoraciones de los sacacorchos de husillo han


sido muy variados, unos de ellos incluyendo brochas de limpieza del
exterior del corcho y del gollete de la botella (como solía ocurrir a principios
319
del siglo XIX) y otros con distintas empuñaduras, recordando distintos
objetos e instrumentos relacionados o no con el mundo del vino, como son
los sacacorchos de tonelillo, de grifo, de fuente, de molinete, de acordeón
o fuelle, de torniquete, etc, muchos de ellos históricos y ampliamente
recogidos en más de un museo del vino.

Fotografía nº 89.-Sacacorchos con brocha.

320
Fotografía nº 90.- Sacacorchos de fuelle.

Pero no debemos olvidar tampoco los antiguos sacacorchos cuyos


sistemas de funcionamiento están todavía de actualidad.

321
Fotografía nº 91.- Sacacorchos de tonelillo.

Fotografía nº 92.-Sacacorchos de grifo.

322
Existiendo también sacacorchos con empuñadura en forma de
tirador.

Fotografía nº 93.- Sacacorchos con empuñadura de tirador.

Actualmente existe un nuevo grupo de sacacorchos de aguja y


presión que están sustituyendo en algunos casos a los de husillo.

También es cierto que la complejidad y la técnica de la palanca


para reducir la fuerza necesaria para extraer los tapones, ha dado lugar a
una nueva generación de sacacorchos de husillo extremadamente
cómodo.

323
Fotografía nº 94.- Moderno sacacorchos de palanca.

Realmente los primeros sacacorchos eran unos instrumentos


basados en el principio de la barrena, en algunos casos de múltiples
dimensiones y longitudes, engarzados como las actuales llaves halen, que
pronto pasaron a ser figurativos y luego con diseños más ergonómicos
para terminar en el clásico sacacorchos abrebotellas en muchas ocasiones
con una pequeña navajilla, denominado sacacorchos de tipo camarero
(con dos puntos de apoyo) que se basa en el antiguo sacacorchos de
navajilla (con un solo punto de apoyo). Luego evolucionó a sacacorchos
del mismo tipo pero articulados que son de los que se utilizan actualmente
y que son muy funcionales.

324
Fotografía nº 95.- Sacacorchos abrebotellas tipo camarero.

Fotografía nº 96.- Antiguo sacacorchos abrebotellas de tipo camarero.

Evidentemente la historia de los sacacorchos sería larga y se


puede observar su evolución con los estilos figurativos de moda en cada
momento y adaptándose al tipo de tapón que debía extraerse, como pasa
con los problemas que surgen al cambiar de tipo de tapón, ya en parte
solucionados por diseños y detalles especiales (punteaduras, consistencia

325
diferencial, etc.), para así poder extraer los cada vez más en boga tapones
sintéticos, que aunque se están mejorando por imitación del corcho
difícilmente sustituirán un buen tapón de corcho fabricado con buena
materia prima y de impecable elaboración.

Uno de los primeros pasos en la evolución de los sacacorchos fue


la forma de torniquete telescópico con apoyo en aro acoplado al cuello de
la botella del que existen numerosas versiones y modelos.

Fotografía nº 97.- Sacacorchos abrebotellas de


torniquete con apoyo en aro acoplado al cuello de la
botella.

326
Fotografía nº 98.- Sacacorchos de
torniquete con apoyo en aro acoplado al cuello de la botella.

327
Existen también algunos peculiares sacacorchos de madera con
husillo, otros de palanca fijos para extracciones de corchos en restauración
y lugares de gran consumo, etc.

También debemos recordar los sacacorchos de láminas, los de


grifo utilizados ocasionalmente para descorchar Cava y Champagne, etc.

Fotografía nº 99.- Antiguo sacacorchos tipo grifo para cava.

328
Fotografía nº 100.- Moderno sacacorchos de palanca asimétrica para
botella de cava.

Evidentemente la condición estética del sacacorchos es importante


pero mucho más lo es su eficiencia y el hecho de facilitar al máximo la
extracción del corcho, para lo que actualmente se emplean espirales de
acero o de fibras de carbono recubiertas de teflón.

Realmente en ocasiones se han fabricado sacacorchos en plata y


oro y piedras preciosas que han sido realmente un objeto de orfebrería que
sigue, con estilos distintos, estando en uso, al menos en ciertos tipos de
eventos y reuniones.

329
CAPÍTULO 12. OTROS COMPLEMENTOS Y ACCESORIOS DEL
VINO

12.1. Las copas

Una copa debe estar diseñada para percibir el color, los aromas y el
gusto del vino, luego debe ser totalmente transparente, con forma capaz
de concentrar en su boca el máximo de aromas y ser de cristal fino, liso y
sin adornos para pasar lo más desapercibido posible a nuestros labios.

En épocas paleolíticas se usaban recipientes naturales (conchas,


cuernos) o de madera para beber, en el Neolítico comenzaron los
recipientes de arcilla y cerámica, luego empezaron a utilizarse recipientes
de plata, oro, cobre y estaño que fueron pasando del simple cuenco a
formas con pie y base.

Los primeros recipientes vinarios tipo copa encontradas en el sur de


la Península pertenecen a la cultura Argárica y datan de unos 1500 a.C.

Básicamente se encontraron dos tipos de copas, unas con pie corto


y ancho mientras que otras encontradas poseen menos pie y cuello más
alto, más pesado y más grueso, lo que parece indicar usos distintos.

En un principio los recipientes para tomar el vino tenían mucho que


ver con la religión y la mitología, luego, antes de las cráteras griegas, se
utilizaron Rhytons en plata u oro por parte de muchas religiones que
asociaban al recipiente de consumo del vino a cabezas de animales, de
dioses o le daban forma de cuerno de carnero o de otro animal.

Las copas en Egipto, Grecia y Roma eran un signo de distinción,


existiendo numerosos recipientes decorados con motivos vitícolas y
vinarios, lo que indica su posible uso como copas para vino.

Debieron ser los egipcios y luego los micenos y fenicios los


primeros en utilizar el vidrio en la elaboración de copas. La industria del
330
vidrio, como otras, fue muy frecuentemente en las épocas pre y
postcristianas de Roma, se perdieron en la Edad Media en la que
proliferaron los recipientes de madera y alabastro para el consumo
colectivo de vino e inspirados en las cráteras griegas.

Los vidrios esmaltados árabes de los siglos XII a XIV inspiraron la


industria del vidrio mediterráneo, de los vidrios venecianos de murano que
alcanzaron gran popularidad y fue en el siglo XVI cuando comenzaron de
nuevo a emplearse esbeltos recipientes de vidrio para el consumo,
pasando de piezas pesadas muy decoradas, a copas más ligeras, dentro
de esta tendencia pero ya en el siglo XVIII nació la copa flauta para
champagne, sustituyéndose las copas talladas, esmaltadas y de colores,
que en principio ocultaban defectos en vinos blancos o con sus irisaciones
embellecían el color de los tintos, por copas completamente transparentes
para conocer las verdades del vino.

Aparecieron formas sin pie para consumo habitual y otras formas


para consumos especiales. Los tamaños y formas, en el siglo XIX, se
intentaron adaptar a los tipos de vinos que en ellas se consumían.

Fue a finales del siglo XVIII cuando comenzaron a utilizarse las


vajillas y por tanto las copas en las mesas.

Cada región vitícola creó prácticamente sus tipos de copas que


pasaba de formas cónicas, a formas troncocónicas, acampanadas,
cubiertas o descubiertas, esféricas o en balón, cilíndricas, etc, de alturas
no definidas y que dependían del gusto del artista o del cliente
normalmente con pie, aunque este pie se definió a principios del siglo XIX
como fino y capaz de permitir agitar la copa fácilmente que debe ser
amplia y ligeramente cerrada en su borde para retener los aromas en su
boca.

331
Es claro que un vino no se mejora por la copa, pero no es menos
claro que un buen vino resulta mucho menos atractivo en un recipiente no
adecuado.

Ello conduce a la definición de tipos de copas para champagne,


cavas y espumosos que queda definida como tulipa ensanchada en su
base y esbelta, aunque durante un tiempo y por motivos sociológicos (por
decirlo de alguna manera) estuvo de moda la copa abierta y plana y luego
las copas cónicas para el cava.

Posteriormente se definió un catavinos, que se generalizó en su


empleo, como una tulipa corta más ensanchada en su base y con pie y
tubo más cortos que el actual catavinos normalizado que tomó forma a
partir de la copa jerezana de fino e inspirada en la copa sauternes en sus
dimensiones.

Fotografía nº 101.- Copa utilizada para el vino de sauternes.

332
No obstante también se utilizaron en catas técnicas los tastavins o
conchas técnicas, aún hoy sólo son emblemas de algunos grupos
enológicos.

Recuperar y mantener aromas, así como aumentar la superficie


pero no el volumen total de vino en las copas, condujo a la amplia gama de
copas balón actual.

Una dimensión nueva a la copa la aportaron los países nórdicos


con sus vajillas con pie compacto y pesado para evitar el vuelco del vino y
hoy tomadas como modelos de diseño en el modernismo de las copas de
cata.

Para hablar de las copas debemos diferenciar entre las copas


técnicas y las copas de consumo. Además existen muchos modelos de
diseño y que deben ser consideradas como anecdóticas y objetos de arte
pero que siempre deben ser adecuadas a su finalidad.

En una copa es importante conocer entre otras cosas las


siguientes:

- Material del que está realizada; sin duda el mejor tipo de material
actual es el vidrio que debe diferenciarse por su finura, su
maleabilidad, su composición (con plomo o sin él, por ejemplo) y
evidentemente por el origen y manipulación del mismo, es decir, el
tipo de vidrio específico ya que son muy distintas las copas de
vidrio Bohemia, dentro del cual hay gran diversidad de calidad y
origen, de las copas de vidrio tipo Arcoroc.

- La copa debe ser transparente, aunque en ocasiones se ha


cincelado y tallado, sin logotipos, cosa que es frecuente como
marketing, etc.

333
- Con formas y tamaños de capacidad muy diversos, dependientes
del vino que pretendan catarse.

- Con formas de pie largo o corto, normalmente redondos aunque


existen otros tipos de diseño, o técnicos.

- Con bases redondas y lisas, aunque actualmente existen copas


con pies angulados en superficie.

Respecto a los tamaños, dependen mucho del tipo de vino al que


van destinadas, al igual que ocurre con su forma.

En principio debemos distinguir entre copas para espumosos,


copas para finos y generosos y copas para vinos tranquilos.

Sin duda las copas de coñac y de licores tienen otras formas,


dimensiones y características.

Fotografía nº 102.- Copa para la degustación de vinos dulces.


334
Un tipo peculiar de copa es la copa cáliz de cerámica blanca con
que se consume el Ribeiro y los vasos cortos con que se consume el
chacolí.

Fotografía nº 103.- Copa para el consumo de Chacolí.

335
Las características y dimensiones de los catavinos normalizados
son los siguientes:

Fotografía nº 104.- Dimensiones de los catavinos normalizados.

Existen catavinos negros y azules para realizar catas


independientes del color del vino, quizás inspirados en las catas de
defectos aromáticos y gustativos de los aceites.

336
Existen modelos de catavinos muy estilizados con el mismo
recipiente pero con base para facilitar su agarre y apoyo del pulgar en el
pie.

Fotografía nº 105.- Catavino de color.

337
Fotografía nº 106.- Copa de cata
normalizada con adaptaciones para
su mejor manejo.

338
La copa de cava no está normalizada pero si hay acuerdo en el tipo
flauta ensanchado en su base y con fondo cónico o plano según el tipo de
espumoso y el tipo de burbuja; un ejemplo de este tipo de copa figura a
continuación:

Fotografía nº 107.- Copa tipo flauta para la cata de cavas.

339
Existen diversos tipos de copas inspiradas en el modelo flauta:

Fotografía nº 108.- Diferentes modelos de copa inspirada en el tipo flauta


veneciano para cava.

Respecto a las copas de cava estas deben ser de cristal, finas y


elegantes, amplias y profundas, no demasiado anchas, aunque existen
unos modelos casi heréticos clásicos que deben desecharse debiendo
utilizarse los modelos flauta venecianos o las copas de tulipa estrecha y
alta donde el cava debe servirse entre los 6 y los 10ºC.

Entre las copas de cava debemos diferenciar como ya hemos


indicado las copas flauta de las copas de boca ancha, existiendo un tipo de

340
copa curioso con base en flauta y boca abierta que no es habitual y no
tiene especial valor, salvo por el curioso diseño, aunque se ha utilizado en
diversas épocas entre el siglo XIX y el siglo XX.

Existen en realidad muchos tipos de copas para el consumo de


champagnes y cavas, entre ellas las siguientes:

- Flauta tipo veneciano evolucionado, permite ver el


desprendimiento, longitud del rosario y tamaño de la burbuja,
además de concentrar los aromas.

- Champagne, ligeramente más ancha que la anterior y con boca


también más ancha.

- Pompadour, copa plana y corta que no permite seguir el


desprendimiento y evolución de las burbujas ni concentrar
aromas, hoy no considerada adecuada.

- Copa mixta, con base en flauta y boca tipo pompadour, no


considerada adecuada aunque mejor que la anterior.

Entre las copas de cava tipo pompadour hay modelos clásicos


recogidos en excelentes colecciones en algunas cavas del
Penedés, entre ellas:

- Modelo veneciano con esmaltado verde y oro.

- Modelo San Ildefonso cincelada en rojo u otros colores.

- Modelo Boccaccio, alta y con engrosamiento en el pie.

- Modelo Saint-Lambert, con base y fondo tallados.

- Modelo ribeteado en S cerrada.

- Modelo Cervelló.

341
- Modelos Baccarat de diversos colores y tallas procedentes de
Francia.

- Modelos con pie de siluro, de origen veneciano.

- Modelo cereza, con esmaltes florales en pie, base y cuenco.

- Modelo Gol.

- Modelo de fondo totalmente plano.

- Modelos portugueses con vidrios modulados.

- Modelo con borde de bronce.

- Modelos Art Déco, muy llamativo.

- Modelo de pie columnar ancho.

- Modelo Mallorca.

- Modelo Manises.

- Modelo dorado de pie alto.

- Modelo estilo retro.

- Modelo Gaudí.

- Modelo pie de plata y cuenco azul esmaltado.

Como modelos tipo flauta decoradas o modificadas podemos citar


los siguientes grupos de copas también para el consumo de cavas:

- Modelos venecianos con pie de siluro en distintos colores y altura


del recipiente y el pie.

- Pie y base cuadrangular de origen rumano.

- Modelo flauta hueca de origen en USA y Alemania.

342
- Modelo San Ildefonso con borde dorado.

- Modelo Orient Express.

- Modelo Rosa, en distintos colores de copa y pie y talla en forma


de rosa, transparentes.

- Modelo con pie y base negros Art Deco.

- Modelo en S.

- Modelo de vidrio bicolor. Rosenthal. Alemania.

- Modelo finlandés, como un husillo de diábolo.

- Modelo Gol.

- Modelo cilindro con pie compacto (origen Dinamarca).

- Modelos de pie exagonal y origen veneciano.

- Modelo Tiffany.

- Modelos pie de trenza, gravados o lisos en el receptáculo.

- Modelo tallado procedente de Worcester, Inglaterra.

- Modelo Rüdesheim, con serigrafías florales, procedentes de


Alemania.

Entre los modelos mixtos para cava debemos mencionar los


siguientes:

- Modelo San Ildefonso mixto de talla en pie y zona en flauta y


gravado en receptáculo superior.

- Modelo en doble flauta o clarinete.

- Modelo Lalique.

343
- Modelo Valencia, de pie azul oscuro y cuenco azul mar.

Para vinos tranquilos las formas de copas pueden agruparse en los


siguientes tipos básicos:

- Copa bordelesa, corta y ancha, no permite concentrar aromas ni


mover adecuadamente el vino.

- Copa Sauternes, corta pero con boca abierta y ensanchada


adecuada para licorosos y dulces, de muy diversos tamaños.

- Copa borgoñona, anchas y altas con borde cerrándose al final


para volver a abrirse, muy adecuada para rosados y blancos
jóvenes.

- Copa balón o borgoñona ancha, muy adecuada para tintos


aromáticos que permite evaluar, con el adecuado movimiento, el
color de los vinos.

- Copa Afnor, tipificada para tintos, con pie largo de tamaño medio y
abierta, ancha con ligera curvatura de cierre en su boca.

- Copa Enólogo, ancha y en su forma de balón no redonda, más


cerrada en boca y más estrecha que la copa borgoñona.

344
Fotografía nº
109.- Copa
normalizada
para la cata de
tintos.

La copa balón es quizás la menos normalizada y más diversa en


tamaños, alturas y formas del propio recipiente.

345
Unos ejemplos de este tipo de copas son los que se acompañan en
las fotografías siguientes:

Fotografía nº 110.- Conjunto de copas balón.

346
Otras veces se usan copas más alargadas y más estrechas para la
cata de tintos.

Fotografía nº 111.- Copa ligeramente alargada para la degustación de vino


tinto.

347
Así mismo, en otras ocasiones, para vinos muy viejos se pueden
emplear copas más anchas que dejen una fina capa de vino en su fondo
que permite apreciar colores y aromas con mucha precisión.

Fotografía nº 112.- Copa ligeramente ensanchada para la degustación de


vinos tintos de mayor añada.

348
Como copas especiales de cata debemos considerar el catavinos
de pulgar e índice sin pie y que permite valorar muy bien la aromaticidad y
la copa de pie ancho y hueco que permite catar dos veces el vino si se
llena adecuadamente y permite valorar muy bien el color en copa quieta y
en agitación pues prácticamente es imposible su vertido por el movimiento.

Fotografía nº 113.- Catavino de pulgar e índice sin pie.

Existen catálogos comerciales de vidrios muy buenos que


presentan tipos de copas técnicamente adaptados para ensalzar las
virtudes de los cultivares más emblemáticos, hablando así de copa
Chardonnay, copa Cabernet, copa Merlot, copa Tempranillo, etc.

349
Algunos tipos de copas corrientes, pero clásicas en nuestro entorno
para el consumo de vino son las siguientes:

Fotografía nº 114.- Tipo de copa corriente para el consumo de vino.

350
Fotografía nº 115.- Copa de uso común para el consumo de vino.

351
12.2. Otros complementos del vino

DropStop. De formas redondas o acarozonadas que permiten


mejorar el servicio del vino evitando el goteo del mismo.

Fotografía nº 116.- DropStop en forma de corazón.

Fotografía nº 117.- Ejemplos de DropStop de diferentes formas.


352
Cortadores de cápsulas. Existen en el mercado diferentes
modelos y sistemas, que sustituyendo a las antiguas navajas o
sacacorchos con navajilla, sirven para cortar la cápsula de las botellas.

Fotografía nº 118.- Descapsuladores de botellas.

353
Existen también golletes antigoteo que inicialmente realizaban el
servicio de los actuales DropStop ya comentados, pero recogiendo las
posibles gotas que podían resbalar por el cuello de la botella.

Fotografía nº 119.- Gollete antigoteo.

Existen igualmente otros accesorios del vino como son los


termómetros para conocer la temperatura del vino al servirlo, etc.

Fotografía nº 120.- Termómetro de vino.

354
La venencia. Definida como un pequeño recipiente metálico con
un mango largo y flexible que se emplea en Jerez por la degustación y
seguimiento de los vinos en las botas y que luego es escanciado de forma
peculiar en las copas para su degustación.

La venencia era utilizada en Egipto y en Grecia al menos tres


siglos antes de Cristo como instrumento necesario para seguir la evolución
de los depósitos y tinas de fermentación y evolución de los vinos.

En principio eran cañas y bambúes con un recipiente de bajo


volumen, luego fueron de bronce con cuerdas, método que se utilizaba
como tomador de muestras y se sigue utilizando, pero ahora de acero
contrapesado, en nuestras bodegas.

Actualmente la venencia está tomando fuerza no sólo como


imagen de Jerez sin también como técnica de escanciar el vino en otros
lugares lejanos de nuestro país.

En Jerez, la venencia, como en Oporto, eran unos recipientes de


plata unidos a una fibra de barba de ballena que hoy ha sido sustituida por
el acero, los plásticos y la fibra de vidrio.

La venencia se considera un mejor sistema de toma de muestras


que las pipetas y tubos. Además es una forma muy cómoda de sacar
muestras en toneles para el control de evolución de vinos finos que, por lo
habitual deben ser catados para su seguimiento. En muchas ocasiones
sobra para conocer esta evolución con el aroma desprendido en el
escanciado y el color del mosto o vino para determinar la calidad y así
proceder a la clasificación y selección de las botas y determinar su
mantenimiento como fino, como oloroso, como amontillado o como palo
cortado, por ejemplo, dentro del mundo del vino de Jerez.

355
Dejamos aparte los complementos técnicos de la elaboración de
vinos como son las despalilladoras, los depósitos, los filtros, las bombas,
las alquitaras o destiladores, así como los recipientes de vendimia o
cuévanos, y de secado o pasificación.

Decantadores. La misión del decantado es realmente librar el vino


de impurezas y es una práctica muy antigua utilizada para clarificar los
vinos y empleando para ello los principios de precipitación y separación
del sobrenadante, que es la función del decantador en la mesa en caso de
vinos viejos, o el filtrado. Pero la decantación para servir el vino, que
también se llamó en un tiempo jarreado, tiene también la misión de airear
el vino y permitir unas transformaciones complejas denominadas muchas
veces como “abrir el vino”, llegándose así a detectar aromas poco
marcados en una botella al abrirse. Así los decantadores más frecuentes
de vidrios finos y de calidad, tienen también como misión resaltar el color y
el brillo del vino antes de pasar a la copa.

Pero la decantación puede ser necesaria no sólo para vinos viejos


sino también para vinos jóvenes embotellados prematuramente, o
mantenidos demasiado tiempo en la botella. Esta práctica en algunas
épocas pasadas fue casi un rito en el servicio de algunos vinos y una
forma de servirlos. Hay partidarios de decantar todos los vinos de calidad
para resaltar sus colores y probablemente sus aromas antes de comenzar
su consumo individualizado en la copa, mientras otros (la mayoría)
pensamos que sólo determinados vinos viejos o muy viejos deben
decantarse y sólo si es para que el vino pase un cierto tiempo entre el
descorche y el consumo pero aún así nunca deben airearse
excesivamente.

Evidentemente tenía más sentido decantar en épocas pasadas,


cuando no se elaboraba del todo correctamente y aparecían aromas a

356
sulfuroso, a lías, a rancio o a excesivamente vinoso, o cuando existía la
tendencia a precipitar componentes y compuestos procedentes de la vid o
de los procesos enológicos. Actualmente las técnicas de selección y
elaboración dan lugar casi siempre a vinos muy limpios que no exigen la
decantación.

Fotografía nº 121.- Diferentes modelos de decantadores.

357
Al margen de la polémica, de su empleo, que en muchos casos es
pura estética por no decir otra cosa, los tipos básicos de decantadores que
son jarras de cuello estrecho o recipientes planos y abiertos, dependen del
objetivo de la decantación, si este objetivo existe realmente. En el primer
caso, facilitar la separación de posos sólidos recipientes de cuello estrecho
y poco amplios, con tapón o tapa, siempre son los más adecuados para
evitar que los posos o sobrenadantes pasen a la copa. Pero si el objetivo
es airear el vino, siempre que con ello no se disipen sus mejores matices
aromáticos, interesan decantadores de cuello ancho y fondos amplios ya
que su finalidad sería abrir el vino y eliminar olores no deseados.

Los primeros decantadores de vino datan del imperio egipcio-


tebano (XVIII dinastías) y no se suelen hacer muchas referencias históricas
a ellos si exceptuamos en Roma en los siglos I y II donde parece ser que
su uso era frecuente y se diferenciaban 35 tipos según la clase de vino.
Los primeros decantadores eran las propias ánforas de transporte ya que
debía servirse con cuidado en las jarras para el consumo.

Como ejemplo de formas de decantadores de la época romana


debemos tener en cuenta la siguiente figura, en la que los dos primeros
eran de vidrio o cerámica (según el tipo de vino fuera blanco o tinto) los
segundos de cerámica o alabastro y el tercer grupo de madera y eran
además jarras para el servicio del vino.

Los decantadores se utilizaban en principio para evitar los posos y


cristales de tartárico que precipitaban en algunos vinos, posteriormente se
consideró una forma de aireado ligero que evitaba el olor a reducido muy
frecuente en muchos vinos, luego además para evitar el roce de
precipitados en boca, que son claramente molestos en la degustación de
un vino y como forma de oxigenar ligeramente el vino potenciando así
algunos aromas en vinos viejos, sigue teniendo vigencia hoy el uso de

358
decantadores en vinos viejos que en contacto con el aire inmediatamente
antes del consumo, sufren unas transformaciones rápidas que lo hacen
interesante el uso de cualquiera de los tipos de decantadores existentes
hoy.

En ocasiones se considera un complemento superfluo pues para


muchos vinos, incluso viejos, la decantación puede hacerse en la propia
botella si esta se mantiene inclinada y abriendo la botella un cierto tiempo
antes del consumo, así nacieron los decantadores de vela, donde se
inclina la botella o complementos, que más bien son servidores de vino
como las cestillas que también deben considerarse como decantadores.

En Roma el decantador empezó, como sigue en parte en la Edad


Media, siendo unas simples jarras más pequeñas que las ánforas
utilizadas para el servicio del vino. Así los primeros decantadores eran
pequeños cántaros de barro, pasando a recipientes de madera decorados
y formados con aros de bronce o de plata, utilizándose sin embargo
también jarras de porcelana china y cuencos de alabastro. La civilización
griega empleaba ánforas vinarias de pequeño tamaño profusamente
decoradas según la época.

Fue a partir del siglo XVI cuando el vidrio comenzó a tomar de


nuevo protagonismo, como ya ocurrió en Roma, en los útiles para el
servicio del vino, comenzando los decantadores a ser auténticos objetos
de arte, en vidrio profusamente tallados, con emblemas y tapón y
empleado en ocasiones incluso como recipiente de conservación.
Normalmente tenía forma de pera con base muy ancha como muchos de
los actuales.

Posteriormente y desde los siglos XVIII y XIX, los diseños se


multiplicaron apareciendo decantadores de bronce nuevo y por supuesto
de cristal, con formas redondeadas, cuadradas, elípticas, muchos de ellos

359
con collarines indicativos del vino que contenían y otros en vidrios con
mucho colorido que pasaron del estilo barroco al neoclásico y
posteriormente al estilo modernista.

En algunas épocas la decantación se hacia cerca de una vela


encendida colocada debajo o junto al cuello de la botella, cuando el vino
pasa al decantador para detectar con toda nitidez los posos; esta técnica
apoya el efecto estético de la decantación, siendo evidentemente esta
iluminación la forma más eficiente de asegurarse una correcta
decantación.

Se han empleado muselinas a modo de filtro en la decantación,


tapones piña que generan múltiples hilos del chorro del vino, o pequeñas
boquillas con objeto de airear el vino o incluso emplearse filtros simples de
porcelana, plata o acero, o incluso filtros con auténticos y complicados
serpentines con la idea de oxigenar lo más rápidamente el vino.

Realmente hoy el buen filtrado en las bodegas y el tratamiento con


frío, ha hecho perder gran parte de su protagonismo a estos utillajes de
decantación, aunque en ocasiones todos encontraremos botellas con
tartratos precipitados.

En el caso de utilizar embudos, entre los que hay verdaderas obras


de arte de la orfebrería, debemos recordar que, especialmente si éstos son
largos y terminados en caña o espiral, algunos metales perjudican o
pueden dar sabores extraños al vino, por ello debemos evitar utillajes
realizados en metal, excepto el acero.

Si se decide no decantar, ya que el oxigenado rápido de un vino


añejo como hemos visto no sólo evita los olores de reducción (y a cuero o
caza), sino que puede dañar su equilibrio, siempre es conveniente dejar
reposar la botella en vertical antes de descorcharla y abrir la botella unas
dos horas antes de servir el vino, aunque lo mejor sin duda es recordar que
360
si el vino no tiene defectos, los olores añejos y los posos no son más que
una garantía de vinos de calidad, extremo este no compartido si los posos
son causa de defectos o de malas prácticas enológicas, o de falta de
higiene en el proceso de elaboración.

361
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363
ANEJO I.

En la descripción de la situación y características de nuestra


viticultura levantina que debe ser conocida comarca por comarca y que
muestra una diversidad elevada y una potencialidad no bien valorada,
dentro de nuestros entornos vitícolas peninsulares y europeos, queremos
recordar unas notas de Carrión enviadas y publicadas por Marcilla (1963)
que merecen ser leídas con atención.

Las diferencias de clima, suelo y variedades de vid que existen en


la región de Levante dan lugar a vinos muy diferentes, según las
comarcas, presentando toda clase de tipos con las características más
dispares.

En la zona alta de la provincia de Valencia, de clima frío, se


encuentra la comarca de Requena-Utiel, en donde se cultiva
principalmente la variedad tinta llamada Bobal, muy rústica y productiva,
con la que se elaboran vinos tintos corrientes de bastante color (muchos
de doble pasta) y rosados. Estos vinos tienen una graduación alcohólica de
11 a 12º (que en años lluviosos y de gran producción baja hasta 10º),
acidez total, expresada en ácido tartárico, de 5,50 a 6,50 g/L y extracto
seco de 24 a 26 gramos en los tintos, llegando a 29 en algunos y en los
rosados sólo a 17-19 g/L.

Son vinos de mesa corrientes, bien equilibrados y agradables, que


se venden generalmente en el año y que el comercio exporta, sobre todo a
Suiza, pero que bien elaborados y añejados dan tipos de mesa excelentes
que no tienen nada que envidiar a los mejores nacionales y extranjeros.

En la parte media de la provincia se encuentra la comarca vitícola


constituida por los partidos judiciales de Carlet, Chiva y Liria, de clima muy
seco y templado o cálido, en la que cultivan diversas variedades de uva

364
blanca y tinta, teniendo preferencia en la actualidad la blanca llamada
Merseguera, bastante productiva, que da buenos vinos corrientes de mesa,
de 13 a 15 º de alcohol y 5 a 5,50 de acidez total expresadas en ácido
tartárico. Otras variedades blancas, para vino, cultivadas en esta comarca
son el Jaén, la Planta Nova y la Planta de Pedralba, esta última
comparable al Pedro Ximénez, que también se cultiva , pero en poca
escala, obteniéndose con esta dos, dejándolas madurar bien, caldos de
alta graduación (15-17º) y mucho extracto, que bien envejecidos dan
excelentes vinos licorosos secos y dulce. En los pueblos de Casinos,
Pedralba y Turís, sobre todo, se obtienen vinos de esta clase, aunque no
en la cantidad en que podrían conseguirse.

También se elaboran en esta comarca vinos tintos y rosados a base


de Garnacha tinta, Bobal y Monastrell, casi siempre mezclados, dando de
13 a 15º de alcohol, acidez tartárica de 4,50 a 5,50 gramos y extracto
reducidos, dando de 28 a 32 gramos en los tintos, empleándose como
vinos de mesa y sobre todo, para mezclas con otros débiles. Dentro de
esta comarca se encuentra Liria, en donde se elabora bastante vino de
Garnacha tintorera, con graduación alcohólica de 14 a 15º y mucho
extracto (34 a 38 gramos), de acidez fija elevada y sobre todo, color muy
intenso, por lo cual los aplica mucho el comercio para mejorar otros caldos.

En otros pueblos de esta comarca se hacen también vinos


arropados que tienen bastante aceptación en el mercado de Valencia, para
consumo inmediato.

En la zona de la costa, tanto de Valencia como de Alicante,


predomina la uva Moscatel, que se dedica, en gran parte, a consumo en
verde o a secarla para pasa, pero también se obtienen con ella excelentes
vinos dulces y mistelas, sobre todo en años de poco valor de la uva como

365
fruta o como pasa. Asimismo se elaboran mostos azufrados que luego se
concentran.

Otra zona de interés vinícola es la de Onteniente-Albaida, en la cual


se cultivan diversas variedades para vino, algunas excelentes como la
Malvasía, Planta Nova y Moscatel, que aunque se emplean también para
verdeo, suelen utilizarse para elaborar vinos dulces especiales y otras
como la Merseguera, Garnacha y Monastrell, que producen vinos
corrientes blancos, tintos y rosados, de buena graduación (13 a 15º).

En la provincia de Alicante, la zona vinícola de más importancia se


halla en la cuenca del Vinalopó, que a diferencia de las de la provincia de
Valencia, presenta bastante homogeneidad. En ella se elaboran casi
exclusivamente vinos tintos con la uva Monastrell, que es poco productora,
pero da excelentes caldos, de mucho color, graduación elevada (14 a 15º),
acidez fija aceptable, 5 a 6 gramos, expresada en tartárico y mucho
extracto seco (28 a 34 gramos). Por ello son vinos que se pagan bien para
mezclas, dedicándose sobre todo a la exportación a Francia para mejorar
otros vinos del país.

En los años de poca exportación se elaboran, con la misma uva de


Monastrell, vinos rosados que, bien cuidados, resultan excelentes para
mesa, aunque de graduación algo excesiva. Los pueblos de los partidos
judiciales de Villena, Monóvar y Novelda, así como algunos de Jijona, dan
nombre a los vinos antes indicados. Con los rosados, que se llaman
claretes en la comarca, se llegan a conseguir vinos dulces especiales
arropándolos o encabezándolos, como hacen en Benejama por ejemplo.

En resumen, la región levantina presenta un amplio mosaico en


materia vinícola. Vinos tintos y rosados ligeros, en Requena y Utiel, buenos
blancos finos de bastante graduación, en Chiva, Cheste y otros pueblos,
licorosos dulces y secos, en Turís, Pedralba y Casinos, dulces de Moscatel

366
y mistelas, en Sagunto y Denia, tintos de Tintorera, en Liria sobre todo y
vinos tintos de alta graduación y extracto, en Monóvar, Villena. Para que
no falte nada en esta gama, hasta se elaboran ya vinos espumosos en
pequeña escala con la Planta Nova en Puebla del Duc, partido de Albaida.

Valiosísimas son también las opiniones recogidas durante años por


Janini y publicadas en diversos informes ya históricos.

Conocer mejor nuestra vitivinicultura requiere considerar también


los numerosos escritos de Piqueras y Guillem entre otros autores de
nuestro entorno y nuestro tiempo.

367
ANEJO II. Vocabulario vitivinícola básico.

Abocado.- Vino moderadamente dulce, obtenido por adición de


azúcar y mosto. Vino que no ha terminado su fermentación y que
conserva azúcares reductores residuales. Los vinos de postre son
generalmente, vinos abocados.

Abierto.- Vino con poca densidad de color. La falta de color puede


ser debida tanto a una variedad pobre en pigmento como a una mala
maduración de la vendimia, pero todos los vinos tintos, con la crianza y con
los años, pierden color.

Abra.- Espacio libre que queda entre las barricas o botas contiguas.

Abrir.- Los vinos de guarda que tienen una vida muy compleja,
aromáticamente se expresan en los primeros meses de vida. Son vinos
abiertos.

Acabado.- Operaciones finales del proceso de elaboración de los


vinos. El descube, la crianza, la clarificación y su embotellado.

Acarreo.- Transporte de la vendimia desde la viña hasta al lagar.


Es un proceso decisivo para la futura calidad del vino, ya que si se hace en
malas condiciones puede provocar oxidaciones indeseables. Si la vendimia
se macera o se aplasta, el mosto entra en contacto con el aire y se
manifiestan los primeros fenómenos de oxidación. Los aromas de los
vinos blancos pierden su frescor y el carácter frutal, los tintos quedan
alterados.

Acerado.- Vino blanco, joven, que exhibe reflejos metálicos, grises,


como el acero.

Acerbo.- Vino que contiene una cantidad excesiva de ácido málico


y tartárico, procedente de uvas poco maduras.

368
Acescencia.- Enfermedad del vino provocada por bacterias que
causan la picadura acética o avinagramiento. Puede ser originada por un
exceso de oxidación. Se puede detectar porque en la superficie del vino
afectado aparece una película gris.

Acetal.- Aroma y sabor sutil a acético penetrante y pegajoso a la


nariz.

Acetaldehído.- Olor a acetaldehído propio de vinos rancios o


carentes de sulfuroso libre o muy aireados. Etanalización.

Acetato de amilo.- Aroma y sabor denso de vino muy joven y


afrutado que recuerda al de la fermentación de pan.

Acético.- Base de la acidez volátil detectable al paladar a más de


0.8 g/litro.

Acetona.- Aroma accidental pero a veces detectable en vinos muy


jóvenes afrutados, propio de la acetona.

Acetificación.- Transformación del alcohol acético en ácido acético


por la acción del género de bacterias Acetobacter (Mycoderma aceti
Paster).

Acidez.- Cualidad del vino con sabor ácido, debido a la presencia


de ácidos libres naturales. El equilibrio de los vinos depende, entre otras
cosas, de la producción de ácidos que contengan, al igual que el alcohol
desempeña un papel gustativo esencial, da a las buenas botellas ataque,
mordiente, vivacidad, frescor y juventud. Una carencia de acidez se
traduce en blandura e incluso pesadez y es la responsable de los vinos
apagados, insulsos, sin atractivos, que cansan enseguida y que no
combinan bien con ningún plato. Quien intente guardar en su cava un vino
cuya acidez sea muy débil debe saber que no se conservará bien. Un buen
vino de reserva, por regla general, debería tener una acidez de cómo

369
mínimo 3 g/L, salvo si el equilibrio con los aromas le permite tener un
menor porcentaje. En el lado opuesto encontramos vinos en los que una
acidez excesiva les confiere un gusto demasiado verde. Un exceso de
acidez revela la mayoría de las veces, uvas que no son los bastante
maduras, aunque también pueden ser causa por ataques de putrefacción o
una vinificación inadecuada. Durante la maduración de la uva, los índices
de acidez y azúcar son inversamente proporcionales: la uva verde es
pobre en azúcar y rica en ácido, la uva muy madura por el contrario es rica
en azúcar y pobre en acidez.

Acidez fija.- Acidez debida a la suma de los ácidos fijos (ácidos


orgánicos y minerales). Se calcula obteniendo la diferencia entre la acidez
total y la acidez volátil.

Acidez real.- Acidez medida por el pH. Los vinos tienen una acidez
intermedia (mínimo 3,8 para un vino rancio o un oporto).

Acidez total.- Suma de acidez fija y de la acidez volátil. Influye en


la vivacidad y en la estabilidad del color de los vinos, en su frescura de
gusto, y favorece su conservación. Para los vinos tintos se sitúa entre 4,8 y
6 g/L expresado en ácido tartárico (3.2 a 4 g/L expresada en sulfúrico). Es
un poco más elevada (6 a 7,5 g/L en tartárico) para los vinos blancos.
Cuando la acidez falta, los vinos se manifiestan blandos, planos y poco
elegantes.

Acidez volátil.- Acidez (que se expresa en gramos de ácido acético


por litro) formada por ácidos de la serie acética, en estado y en forma de
sales. Apenas está presente en los mostos, durante la fermentación
alcohólica (de 0,20 a 0,30 g/L) y la maloláctica (algunos miligramos) una
cantidad elevada de acidez volátil constituye un defecto. Por eso no
pueden ser puestos a la venta vinos blancos que contienen más de 0,58

370
g/L de acidez volátil, exceptuando ciertos vinos generosos especiales. Los
vinos tintos no deben contener más de 0,98 g/L de acidez volátil.

Ácido.- Concepto general que se aplica a vinos de pH inferior a 3,2.

Acidulado.- Calificativo derivado de la cata de un vino de fuerte


grado y fuerte acidez fija.

Acídulo.- Vino que presenta una acidez excesiva.

Aclareo.- En viticultura, técnica de poda en verde que consiste en


eliminar algunos brotes o algunas hojas de la planta para favorecer el
asoleo y oreo de los racimos.

Aclareo de las uvas.- Técnica que se practica igualmente para


obtener mejor calidad de los vinos y menor producción en la planta. Así se
consigue que la cepa esté menos cargada y se obtienen vendimias de
mayor calidad. Mejor equilibrio entre ácidos y azúcares, mejor color, más
grosor del hollejo y más riqueza fenólica.

Acobijar.- Proteger los pies de la cepa con tierra, aporcándola para


abrigar las raíces superficiales.

Acodo, Acodadura o Amugronamiento.- Técnica de la


reproducción de la vid que consiste en implantar un sarmiento de la planta
madre, destetándolo y cortándolo cuando ha arraigado. Era el modo
antiguo de renovar los viñedos, descrito por Catón y Columela. El viticultor
marcaba las mejores cepas, atándoles un mimbre, para acodarlas antes de
que se perdiesen. Los contratos de vendimiadores obligaban a acodar de
veinte a treinta cepas cada año para que el viñedo se renovase y
perpetuase.

Acollar.- Amontonar tierra alrededor de un pie de viña. Esta


operación se practica poco antes del invierno, mientras que la operación
contraria, descollar, tiene lugar en primavera.
371
Acuoso.- Calificativo de vino muy aguado y débil.

Acre.- Agrio con un exceso de acidez volátil (ácido acético y


acetato de etilo). Sensación de amargor, de astringencia y de acidez, que
provoca una crispación de los tejidos de la cavidad bucal.

Adelgazado.- Vino cuando ya está en su declive, cuando está a


punto de perder corpulencia y carnosidad, suavidad y untuosidad. El vino
puede adelgazarse cuando se somete a ciertas operaciones, como el
trasiego efectuado en grandes cantidades o los excesivos filtrados.

Afable.- Vino suave, sedoso y de paladar agradable.

Afectado.- Defecto astringente y duro que aparece en un vino tinto,


debido a la mala maduración de las vendimias. Teóricamente, este adjetivo
sólo puede utilizarse para los vinos tintos, ya que este carácter procede de
los taninos inmaduros.

Afinado.- Vino brillante, que resalta en consecuencia a su aroma y


sabor.

Afrutado.- Vino que exhibe aromas de frutas (melocotón, limón,


albaricoque, plátano, grosella, frambuesa, fresa, cereza, ciruela, casis,
moras, granada, mango, etc.). El carácter frutal puede ser dominante en un
vino. Éste es el caso de los vinos jóvenes, sean blancos, rosados o tintos,
cuando proceden de variedades aromáticas y están bien elaboradas. Las
notas frutales pueden presentarse también con más sutilidad, mezcladas
con otros aromas de crianza o con otros matices varietales, sobre todo en
uvas con mucho aroma primario (Moscatel, Riesling, Gewürztraminer, etc.).

Agárico.- Olor a hongo, vegetal, picante característicos de algunos


vinos que han sufrido una reacción de reducción.

Ágil.- Vino suave, que se desliza bien por la boca.

372
Agosta.- Roturación o desfonde del suelo en el que se ha de
plantar la vid. Consiste en romper y desmenuzar el terreno.

Agostamiento.- Efecto que produce el calor en las plantas y en las


uvas. Sea la transformación del sarmiento ligero en sarmiento duro por
lignificación. En este proceso, el color cambia del verde al marrón.

Agotado.- Escurrido de la uva, operación que consiste en dejar fluir


el mosto de la vendimia, antes de proceder al prensado. Su misión es
separar el zumo liberado por el estrujado de la uva. Vino que se ha
enflaquecido y debilitado por un exceso de crianza o de guarda.

Agracejos.- Uvas pequeñas y verdes que aparecen en algunos


racimos y que nunca maduran del todo.

Agraz.- Grano de uva verde. Vino muy ácido y verde.

Agrete.- Vino desequilibrado por un exceso de acidez y de agrio.

Agresivo.- Condiciones de aroma y/o sabor penetrantes que


invalidan la sensibilidad para continuar la cata o degustación de un vino.

Agriado.- Vino avinagrado afectado por la picadura acética y otras


fermentaciones.

Agrio.- Vino enfermo, dominado por la acidez acética, cuyo aroma


evoca el vinagre.

Aguado.- Antiguamente vino bautizado con agua. Hoy se dice de


los vinos pobres, diluidos, faltos de pigmento, de aroma, de fruta, de
extracto, de vinosidad y de acidez.

Aguapié.- El mosto inferior que se obtenía, durante la pisa, con el


segundo pie de vendimia, después de extraído el mosto de yema. Este
nombre es revelador, porque indica que se la añadía un poco de agua para

373
quitarle tanino y acidez. Por esto estos mostos inferiores, al igual que los
obtenidos por la segunda prensa, se fermentaban separadamente.

Agudo.- Vino que produce una fuerte impresión de acidez y de


delgadez. Un vino excesivamente agudo es acídulo. A veces, se utiliza
este adjetivo como sinónimo de fuerza, pero en este caso es preferible
recurrir al término “punzante”.

Aguja.- Ligera presencia de gas carbónico natural propia de los


vinos jóvenes, embotellado sobre lías o que están desarrollando la
fermentación maloláctica. Vino de aguja: vino inquieto, fresco y agradable
que conserva cierta dosis de ácido carbónico.

Ahilado.- Vino atacado por la enfermedad de la grasa, que le da un


aspecto viscoso. El Bacillus viscosus transforma la levulosa del azúcar en
sustancias mucilaginosas.

Ahumado.- Vino cuyo aroma recuerda el agradable olor de la


madera quemada. Es bastante característico de ciertos vinos como
Chardonnay, Sauvignon blanc, etc.

Aireación.- Ventilación e higienización de los suelos para que las


plantas puedan absorber mejor el agua y las sales minerales. Para
conseguir este propósito se realizan labores de removido y labranza de los
suelos.

Aireado.- Operación de oxigenado de los vinos o los mostos.


Aireado del vino. Someter el vino a decantación: ponerlo en contacto con
el aire antes de degustarlo. El aireado de los vinos cumple distintos
objetivos: eliminar ciertos olores fuertes (como el cuero, la caza u otros
aromas de reducción) que suelen desarrollarse cuando vino permanece
muchos años en botella.

374
Ajado.- Vino que ha perdido su frescor. Este defecto puede
apreciarse en un vino que haya sido sometido a un excesivo
envejecimiento.

Aireado.- Calificativo de un vino que por trasiego ha perdido el


aroma y predomina el etanal al olfato y se muestra pobre al sabor.

Alambique.- Aparato de destilación empleado en la obtención de


los brandies y los orujos.

Albarizo.- Suelo de calidad para el cultivo de la viña; pobre y poco


productivo, de color muy claro y rico en carbonato cálcico. Como drena
bien, ayuda a conservar la humedad en las raíces de la planta.

Alcadafe.- Recipiente que recoge el vino que se vierte en las


barricas y botas de vino.

Alcalino.- Condición de un vino de pH muy alto que muestra color


poco vivo, pobreza de aroma y sabor muy soso.

Alcohólico.- Vino que exhibe una graduación desmedida y


descompensada.

Alcoholizado: Calificativo demostrativo de alcoholizado por


manifestar los defectos inherentes a la adición de un mal destilado.

Aliáceo.- Ligero gusto a ajos, propio de un vino joven reductor que


contiene al sulfhídrico o al mercaptano, pero débilmente.

Alcorque.- Descalce que se hace alrededor de la cepa, caballón


que se hace para recoger el agua de lluvia.

Alegre.- Vivaz de color esplendente, aroma limpio y acidez fresca.


Suele ser una virtud de vinos jóvenes que producen una impresión viva y
jovial, sin pesadez ni austeridad. Se dice también de los vinos espumosos
con una agradable burbuja.

375
Algodonoso.- Vino mal conservado o enfermo, que tiene una
consistencia que recuerda al algodón.

Alheña.- Aroma tostado y vegetal que aparece en algunos


champagnes.

Aloque,- Rosado de zona de tintos fuertes. Rosado intenso


procedente de cultivares con mucho color. Clarete, vino popular elaborado
por mezcla de blancos y tintos.

Amargo.- Calificativo propio de un sabor amargo de los vinos que


difícilmente se da. En cambio los riojanos y los vascos tienden a definir
como amargo lo que en general se denomina como ‘’verdor‘’.

Ámbar.- Concepto que en blancos indica un tono ligeramente


dorado y en general un aroma y sabor muy agradable debido a un fuerte
contenido en succínico.

Almibarado.- Vino excesivamente dulce y untuoso, cuya


consistencia recuerda la de un jarabe.

Amigdalino.- Calificativo de sabor y aromas a almendras amargas


que se da a veces en vinos en que la trituradora rompe la pepita.
Accidentalmente en vinos acidulados y calentados que han sido tratados
inadecuadamente con ferrocianuro.

Almijar.- Espacio donde se asolean los racimos para elaborar


dulces generosos, como el Pedro Ximénez.

Almizclado.- Vino que exhibe el aroma peculiar del almizcle,


característico de ciertas variedades (Moscatel).

Alumbrar.- Cavar alrededor de la cepa para airearla.

376
Amable.- Vino ligeramente más dulce que abocado, que se
caracteriza porque todos sus aspectos son agradables, sin resultar
demasiado fuertes.

Amarrado.- Operación de atar los sarmientos a las espalderas de


alambre que sostienen las cepas.

Aminado.- Sabor y sobre todo, aroma de vinos mantenidos en


suciedad que recuerda el olor animal de felino. Accidentalmente en vinos
envasados en recipientes epoxi mal curados.

Amortiguado.- Condición de cata de un vino que no muestra


característica destacable aunque se intuye que pudo tenerlas. Vino que se
presenta en la cata con poca expresión de sus cualidades, probablemente
porque ha ido decayendo con el tiempo.

Amistelado.- Vino dulce que conserva el aroma dulce y el sabor


del mosto. Como una mistela de alcohol.

Amoroso.- Uno de los diferentes tipos de jerez oloroso; suave y


algo abocado.

Ampelografía.- Ciencia que describe la planta de la vid con sus


diferentes variedades. Este estudio, que puede parecer fácil, es en realidad
tan complicado que los ampelógrafos tienen muchas veces dificultades
para ponerse de acuerdo en la identificación de ciertas cepas procedentes
del mismo origen varietal, y existen, por lo tanto, numerosos sinónimos.
Ciencia que caracteriza y tipifica el material vegetal de la vid.

Amplio.- Acodar el sarmiento de la vid, plantándolo en tierra para


que arraigue y se reproduzca.

Andana.- Hilera de botas o barricas alineadas en las naves o


cavas.

377
Anguloso.- Vino cuya aspereza y acidez dominan sobre las demás
características.

Anormal.- Vino que discrepa de la generalidad habitual de una


zona o entorno vitivinícola por un carácter o varios negativos y
generalmente por accidentes técnicos.

Anubado.- Vino turbio, afectado por quiebras o tornas, que le dan


una apariencia lechosa.

Añada.- Año en que el vino ha sido vendimiado. Debe figurar en la


botella de todos los vinos, ya sean blancos, rosados o tintos. En muchos
viñedos del mundo se conoce también con los nombres de vintage o
millésime.

Añejar.- Criar en barricas o madurar en botella para que el vino


desarrolle, en un tiempo determinado, todas sus cualidades.

Apagado.- Vino opaco en el color, sin aroma y pobre de sabor.


También se dice del espumoso que se ha perdido la presión de gas
carbónico. Se aplica igualmente al mosto cuya fermentación se ha
interrumpido por accidente (por ejemplo, cuando se fermentan uvas
afectadas por podredumbre).

Apariencia.- Primera impresión de limpieza y color en un mosto o


vino.

Apetencia.- Sucesión de condiciones de color y aroma que indican


que incitan a saborear el vino.

Apirena.- Uva o variedad que no tiene pepitas, porque todos los


óvulos han abortado.

Aporcar.- Acción de acumular tierra alrededor de un pie de vid.

Apreciar.- Estimación de calidades valorables del vino.

378
Ardiente.- Calificativo de un vino que por exceso de alcohol o
polifenoles condensados y falta de glicerina, hiere al paladar en retrogusto.

Aromático.- Vino fragante, que exhibe amplia y fina gama de


aromas.

Arrope.- Mosto hervido que se añade a ciertos vinos generosos,


como los málagas y jereces dulces. Aroma que se encuentra en algunos
vinos generosos en los que se han caramelizado los azúcares, pero
pueden encontrarse también en vinos tintos rancios o muy maduros
(aunque en este caso, no se elaboren con adición de arrope). Los
madeiras, elaborados por estufage o calentamiento, también presentan
olores de arrope.

Ascendente.- Vino que todavía no ha llegado al cenit de su


evolución y todavía se presenta duro y fuerte en alcohol, en aromas y
componentes volátiles.

Asoleado.- Exposición de las uvas al sol para pasificarlas y obtener


mostos más azucarados, que permiten elaborar vinos generosos y dulces.

Áspero.- Vino con un exceso de astringencia debido a su fuerza


tánica o que ha sido elaborado sin despalillar.

Asemblaje.- Mezcla de los vinos (no de las uvas) que componen la


cuvée o cosecha final. Los vinos se elaboran por separado, según sus
variedades y según las diferentes parcelas o pagos de donde proceden.
Finalmente se ensamblan o mezclan para obtener el vino final. El
asemblaje suele realizarse antes de la crianza. Permite en numerosas
ocasiones, obtener un vino más redondo y apto para presentar mayores
cualidades organolépticas. Esta práctica se orienta, asimismo, a la
elaboración de un producto siempre reconocible e idéntico a sí mismo.

379
Astringencia.- Sensación de origen químico que provoca una
contracción de las papilas, pone los labios tirantes, corta la salivación y
provoca una sensación rasposa en la lengua y el paladar. La astringencia
se debe a los taninos y suele moderarse con la crianza. Todos los vinos
tintos y todos los vinos criados en madera, son más o menos astringentes.
Existe una relación entre la madurez de la uva y su astringencia: cuanto
más madura es la uva menos agresiva es la astringencia.

Asurada.- Uva quemada o alterada por exceso de calor. Uva


escaldada.

Atejado.- Vino tinto envejecido, que al evolucionar, va adquiriendo


el color de los ladrillos o tejas.

Aterciopelado.- Suave de textura agradable y sedosa. Se aplica


sobre todo a los vinos tintos, redondeados por la crianza o por la cualidad
de sus taninos.

Atinar.- Preparar, limpiar e instalar una barrica en sus durmientes


(vigas de madera), antes de llenarla con vino.

Austero.- Vino inexpresivo, elemental y algo tosco.

Azufrado.- Tratamiento con azufre que se aplica sobre la planta de


la vid y, también sobre las barricas y cubas de madera. Puede aplicarse
también al mosto y al vino.

Azul, quiebra.- Ligera turbidez que se observa en los vinos blancos


y que puede formar una sedimentación en la pared de la botella durante la
fermentación que persiste tras el removido. Se puede observar un color
azul o azulado en algunos vinos tintos que tiene un bajo contenido de
ácido tartárico.

Bagazo.- Vinaza o heces que quedan después de la destilación.


Pueden aprovecharse para obtener cristales de tartrato potásico.
380
Barbado.- Planta joven destinada a ser plantada.

Barrica.- Casco de madera para la crianza del vino, de capacidad


variable según las regiones vinícolas. La barrica más difundida es la
barrica bordelesa que tiene una capacidad de 225 litros.

Barril.- Nombre genérico del casco o envase de madera, de


diferentes tamaños, destinado al almacenamiento o transporte del vino o
de los alcoholes.

Basto.- Vino rústico sin matices elaborado generalmente con


variedades de gran rendimiento o con uvas de taninos muy áspero. Vino
turbio que no está acabado porque la fermentación se ha detenido.

Batido.- Removido o agitado de los mostos. Técnica que consiste


en batir con un bastón los vinos blancos que fermentan en barrica. Así se
remueven las lías y se ponen en suspensión las levaduras todavía activas.
Es muy apreciada en vinos blancos, como los Chardonnay que adquieren
así personalidad y textura.

Bazuqueo.- Mecido de los mostos en la cuba para que los


sombreros, formados por los hollejos en maceración, queden cubiertos.

Bentonita.- Arcilla natural utilizada para la clarificación y el


acabado de los vinos blancos. Tienen la propiedad de eliminar las
proteínas del vino, evitando su sedimentación y las quiebras debidas a las
precipitaciones.

Bina.- Labor de descalce de la viña que se hace tradicionalmente, a


finales de la primavera. Se trata de airear la tierra endurecida por los
primeros calores. Hoy estas labores están mecanizadas o se sustituyen
por el empleo, no siempre inocuo, de herbicidas. Estos herbicidas al
esterilizar el suelo afectan a las raíces superficiales y el metabolismo de la
viña.

381
Biológica, viticultura.- Sistema de cultivo que intenta eliminar
abonos y tratamientos químicos, buscando una viticultura más integrada en
el medio natural. Diferentes técnicas se utilizan para conseguir este fin:

Lucha natural contra las plagas

Técnicas de confusión sexual

En climas cálidos se puede evitar incluso algunos tratamientos de


funguicidas que difícilmente podrían eliminarse en climas húmedos o en
añadas lluviosas. Sin duda la viticultura tiene un largo y apasionante
camino que realizar en este sentido

La eliminación de herbicidas y abonos en el límite de lo posible,


puede ser un avance decisivo para la mejor producción del viñedo y la
calidad de algunos vinos

Necesita una tecnología muy sofisticada y costosa que no está al


alcance del pequeño artesano: equipos refrigeradores, medios especiales
de transportes desde el viñedo a la bodega.

Bitoque.- Tapón de las barricas y cascos de crianza. Se fabrican


en madera, plástico, metal, loza o vidrio. Cuando las barricas se usan para
fermentar los vinos, se debe disponer de un bitoque o botoque especial de
vidrio que permita la salida del anhídrido carbónico e impida, sin embargo,
el paso del aire hacia el mosto. Existen tapones especiales de loza o
porcelana en forma de embudo, que emiten un sonido cuando escapa el
anhídrido carbónico de la barrica, permitiendo vigilar la fermentación.

Blanc de blancs.- Vino espumoso elaborado sólo con uvas


blancas. En la champagne designa exclusivamente a los vinos obtenidos a
partir de la variedad Chardonnay.

Blanc de noirs.- Vino blanco obtenido a partir de uvas tintas que se


vinifican sin sus hollejos.
382
Boca.- Sensaciones que se perciben en el paladar, los labios y la
cavidad bucal en el momento de la cata, incluyendo la percepción
aromática. Las apreciaciones de la boca son táctiles (astringencia,
redondez), térmicas, químicas, gustativas y aromáticas. En ellas se
incluyen fundamentalmente los sabores básicos: amargo, dulce, ácido y
salado.

Bocoy.- Recipiente de madera (roble o nogal) de 700 litros. Fue


muy utilizado antiguamente para la exportación de vinos.

Borra.- Plumón presente en las yemas durmientes. También se


llaman así los orujos.

Bota.- Recipiente rústico de cuero para transportar el vino por


medio de una boquilla que permite beber al trago. Casco de crianza mayor
que la barrica. La bota jerezana tiene una capacidad aproximada de 500
litros. La bota de recibo, que se utilizaba antiguamente como patrón de
medida en Jerez, tiene 516 litros.

Botavino.- El sarmiento que se poda más largo.

Botón.- Yema que cuando se desarrolla, las hojas crecen, el eje se


alarga. Todos los botones son axilares, es decir que se desarrollan en la
axila de la hoja. Pero hay botones precoces que evolucionan el mismo año
de su formación y botones durmientes.

Bouquet.- Conjunto de los aromas terciarios que se desarrollan


durante la crianza (en madera o en botella) de los vinos. Un vino que ha
alcanzado un punto óptimo de su complejidad aromática desprende
simultáneamente los tres aromas que ha acumulado en su trayectoria vital:
primarios o varietales (correspondientes a las características de la variedad
de la uva utilizada), fermentarios (relacionados con la vinificación) y
desarrollados en crianza o en botella (los aromas del bouquet).

383
Bozal.- Armadura de alambre galvanizado con una chapa superior,
fijada en el anillo del gollete de las botellas de vino espumoso. Permite
sujetar el tapón resistiendo la presión del gas carbónico.

Bravo.- Espergura o tallo que proviene del portainjerto. Rebrote de


patrón.

Brazo.- Ramificación principal del tronco de la cepa.

Breve.- Vino corto, raudo, fugaz en boca.

Brillante.- Vino que presenta un aspecto visual esplendoroso y


limpio, con reflejos luminosos.

Brillo.- Cualidad del vino que refleja la luz. Es propia de los vinos
que tiene buena acidez y son ricos en glicerol, no están oxidados.

Brioso.- Vino nervioso, vivo con carácter.

Brisa o briza.- Orujo, vinaza. Conjunto de los hollejos, raspones y


pepitas que quedan como residuos de la vinificación

Brix.- Escala para medir el azúcar y caracterización de vinos dulces


y otras bebidas azucaradas, escala para medir el volumen de azúcar que
contiene el zumo de la uva.

Bronceado.- Color tostado anaranjado de los vinos rosados


cuando evolucionan y se oxidan.

Brote.- Pimpollo de la vid recién nacido. Sarmiento en desarrollo.

Bruñido.- Enfermedad de la viña que se manifiesta por una


coloración marrón en las hojas, que acaban cayendo. El bruñido (llamado
también pardeamiento) se origina por sobreproducción de la cepa.

Brut.- Vino espumoso muy seco, cuyo contenido en azúcar residual


es inferior a 15 g/L. El extra brut posee un contenido de azúcar residual
entre 0 y 6 g/L.
384
Bujeos.- Suelos de barro formados por depósitos aluviales. Exigen
mucho laboreo.

Burbas.- Fangos que se mantiene en suspensión sobre los mostos


después del prensado y antes de la clarificación y del decantado.

Cabecear.- Añadir vino añejo a los vinos nuevos para reforzarlos y


mejorarlos.

Cabezas.- Aguardientes de baja graduación (22-23º) que resultan


de la primera destilación de un vino.

Cabezón.- Vino demasiado alcohólico, desequilibrado.

Cabezuelas.- Lías o madres del vino.

Cachet.- Vino que muestra personalidad. Un vino con cachet es lo


contrario de un vino tecnológico, que sólo tiene cualidades industriales.

Calibre.- Arrope o mosto cocido. Calibrar acto de mezclar vinos.

Calle.- Espacio que queda entre dos líneas de cepas. Separación


entre barricas o depósitos.

Cántara.- Medida de capacidad que se utiliza para el comercio del


vino en rama en algunas regiones. Una cántara equivale a 1.613 cL
aproximadamente.

Cántaro.- Antiguo vaso griego, con dos asas altas. Los cántaros de
la antigua cerámica ática se utilizaban directamente para beber. Por eso
aparecen a menudo en la manos de Dionisos. Más tarde, el cántaro
adquirió mayor volumen, convirtiéndose en una vasija grande,
generalmente de barro, que tenían forma de tinaja: ancha en el centro y
estrecha en la boca y el pie.

Capa.- Pigmentación intensa de ciertos tintos, ricos en antocianos.


Medida comercial para valorar un vino según su color.
385
Carga.- Conjunto de yemas que se dejan al podar la vid.
Producción o peso de uva que soporta cada pie de viña. A veces el
viticultor, previniendo los accidentes y problemas habituales en la viña,
dispone una carga superior a lo ideal. En este caso, antes de que llegue el
envero, debe tomar la decisión de eliminar algunos de los racimos para no
exigirle producción excesiva a sus cepas.

Cargado.- Vino denso, pesado y rico en alcohol. También se dice,


peyorativamente, de los vinos chaptalizados en exceso.

Carnoso.- Vino pleno, graso, rico, que tiene materia y produce en


el paladar una sensación de cuerpo denso. Sensación de redondez, de
plenitud y de graso que percibe el catador al degustar un vino.

Casca.- Orujo, restos vegetales (hollejos, pepitas) que quedan al


prensar la uva.

Castra.- Labor de la viña que consiste en la poda primaveral de los


brotes innecesarios, dirigiendo y ordenando los brazos de la cepa.
También se llama “poda en berza” o poda en verde.

Cata.- Acto por el cual se procede, según normas y reglas precisas,


a un análisis sensorial de los vinos.

Cava.- Denominación que distingue al vino espumoso español, de


máxima calidad, producido por el método tradicional, es decir, que hace su
segunda fermentación en la misma botella que llega al consumidor. El
nombre de cava evoca uno de los rasgos distintivos de estos grandes
vinos, largamente criados en la penumbra y el silencio de las galerías
subterráneas. Recinto o armario para criar o guardar los vinos.

Cepa.- Pie de viña; tronco de la planta de la vid del que salen los
sarmientos.

386
Cepa canaria.- Enfermedad viral de la cepa, conocida más
técnicamente como entrenudo corto (GFV).

Cepage.- Galicismo que se utiliza para designar el vidueño o


variedad de Vitis vinífera. Equivalente a casta. Cultivar de vid.

Cerrado.- Vino embotellado que es necesario airear para que se


desarrollen sus cualidades organolépticas. Un vino cerrado suele presentar
muchos olores de reducción.

Champañización.- La champañización consiste en convertir en


espumosos un vino tranquilo mediante una segunda fermentación, que
tiene lugar en la misma botella que llegará a manos del consumidor.

Chaptalización.- Procedimiento para aumentar un grado alcohólico


de un vino por medio de la adición de azúcar a los mostos.

Charmat.- Método de elaboración de vinos espumosos,


fermentándolos en grandes cubas.

Chupones.- Sarmientos secundarios que brotan en la cepa.


Formaciones muy vigorosos en las cepas.

Cierna.- Apertura de la flor de vid. Floración.

Cincelar.- Eliminar racimos en la planta (aclareo) para descargar la


cepa de producción. También se dice de la operación que consiste en
limpiar el racimo, eliminado granos de uva producidos en mal estado.

Clarea.- Bebida elaborada con vino blanco, miel, azúcar y especias


(canela).

Claret.- Nombre que dieron los ingleses a los burdeos tintos a partir
del siglo XVII. La palabra hacía referencia, sin duda, al ligero pigmento de
estos vinos.

387
Clarete.- Vino tinto afrutado y ligero en cuya fermentación se han
macerado muy lentamente los hollejos y que debe consumirse joven. Vino
procedente de mezcla de tintos y blancos.

Clarificación.- Operación de acabado que consiste principalmente


en encolar y filtrar los vinos para garantizar su perfecta limpidez.

Claro.- Vino límpido, que no presenta sedimentos ni impurezas. En


la elaboración de los vinos espumosos, los vinos de base que se
ensamblan, antes de tomar la espuma. Este término se utiliza en
champagne para referirse a vinos elaborados, que aguardan en las cubas
de vino tranquilo su champañización. Vino con poco color.

Clon.- Serie de individuos genéticamente idénticos procedentes de


la multiplicación vegetativa por medio de injertos o esquejes de una misma
cepa llamada cepa madre.

Clonado vegetativo.- Técnica destinada a multiplicar una cepa


seleccionada por sus cualidades sanitarias u organolépticas. El clonado
vegetativo es el resultado de selecciones clonales. Este método, que
parecía ideal alcanzó rápidamente sus límites, ya que un gran vino nace
del conjunto de cualidades y diferencias de cada variedad vinificada. Por
esta razón no debe plantarse nunca un solo clon. La técnica de selección
masal lejos de haber quedado obsoleta, se va ampliando y desarrollando
día a día.

Clos.- Pago vitícola delimitado, que produce vinos con gran


personalidad.

Cobija.- Capa cubierta de arena que los viticultores aplican sobre


los suelos de barro para protegerlos del calor, evitando que se evapore la
humedad.

388
Cocedero.- Antiguamente sinónimo de lagar o nave donde se
fermentaba el vino. Este término ha caído en desuso desde que los buenos
vinos se fermentan en fresco.

Collage.- Clarificación. Designa el procedimiento de clarificación


que consiste en mezclar a un vino todavía turbio con un producto
gelatinoso. Así se consigue sedimentar las partículas en suspensión en el
fondo del recipiente.

Complejo.- Vino rico en matices sensoriales, bien aromatizado y


elaborado, procedente de una variedad que exhibe un aroma completo y
expresivo. Los caracteres aportados por el terruño, la madurez, las
variedades nobles de sutil riqueza aromática y la crianza justa contribuyen
a la complejidad. Un gran vino es necesariamente un vino complejo. Los
mejores proceden de viñas menos vigorosas. Los grandes están situados
en suelos poco fértiles que aportan poco vigor a la viña.

Conducción.- Técnica que permite dar una forma determinada a la


planta de la vid, obligando a los sarmientos por medio de la poda, a seguir
distintas direcciones. La elección de los sistemas de conducción es muy
importante, ya que influye en la calidad de las vendimias, porque induce el
volumen de producción, en la fotosíntesis, en la circulación de la savia y en
los nutrientes, etc. Incluso la forma de la planta determina la resistencia al
viento y crea condiciones microclimáticas particulares, al influir en la
exposición a la sombra o a la luz que reciben los racimos.

Cono.- Cuba de madera de forma cónica. Por extensión depósito


donde se almacena el vino.

Consistente.- Vino equilibrado, firme, denso y rico en materia. La


densidad y la potencia se traducen en consistencia. Un vino es
inconsistente cuando es débil, enclenque, magro y desvanecido.

389
Constitución.- Estructura de un vino. Se califica de “bien
constituido” un vino cuyo vigor es equilibrado y al que no le hace falta
ningún componente esencial.

Contraetiqueta.- Documento de garantía que algunas bodegas


colocan en la espalda de la botella para ofrecer al consumidor una
información suplementaria sobre las cualidades, la conservación, la añada
y la edad del vino. También contiene algunos consejos sobre el mejor
modo de consumirlo. En algunas zonas lleva el sello de garantía y la
numeración del consejo regulador de una Denominación de Origen.

Cordón.- Sistema de conducción de la cepa sobre espaldera de


alambres. Recibe el nombre de cordón el sarmiento que se sujeta a lo
largo de un hilo de alambre. El cordón parte de un tronco formando un
codo a media altura del suelo (de 30 a 80 cm) y sosteniéndose en toda su
extensión sobre el alambre.

Corpulento.- Vino dotado de poderosa estructura, con vinosidad,


carácter, cuerpo y carne.

Corrimiento.- Mala fecundación de los racimos, favoreciendo la


falta de desarrollo y hasta la caída de algunas bayas. Las uvas pequeñas
(menores de 4 mm) reciben popularmente el nombre de granillas,
granillones. Las causas pueden ser constitucionales, patológicas, por
problemas en la polinización y en la fecundación o razones fisiológicas
provocadas por la irregular distribución de los glúcidos y azúcares, o
incluso por la carencia de ciertos oligoelementos (hierro, boro). Cuando
estos fenómenos se acentúan por las malas condiciones climáticas (frío,
lluvia, exceso de agua en el suelo) puede provocar la pérdida de la
cosecha. Sin duda las malas condiciones para la fotosíntesis (poca
iluminación, bajas temperaturas) favorecen el corrimiento. Parece también
demostrado que las plantas conducidas con mucho vigor, en poda corta, o

390
los patrones vigorosos ayudan a esta alteración. Además algunas
variedades (Merlot, Garnacha) y ciertos portainjertos son proclives al
corrimiento. Efecto de algunas virosis que afectan a la vid.

Cortado.- En la clasificación de mostos y vinos jerezanos, aquellos


que son gordos (que tiene mucho cuerpo), pero muy limpios en nariz. A
partir de estos mostos se originan los vinos cortados.

Corte.- Coupage o mezcla de uvas de diferentes colores y


variedades.

Corto.- Vino flaco cuyo gusto no perdura en el paladar y cuyo


aroma dura poco en vía retronasal. La persistencia aromática es uno de los
factores que determinan la calidad de un vino.

Cotto.- Arrope o mosto deshidratado y concentrado.

Coupage.- Técnica rústica de mezcla o cortes de diferentes uvas y


variedades en la misma cuba. También se conoce con este nombre la
mezcla discriminada de vinos de diferentes orígenes para producir un vino
de mesa vulgar. Mezcla de vinos, o variedades para mejorar u obtener un
tipo de vino deseado.

Crátera.- Recipiente grande donde los griegos y los romanos


mezclaban sus vinos con agua, según las proporciones establecidas.

Cream.- Jerez oloroso dulce, abocado con Pedro Ximenez.

Cremant.- Vino espumoso de poca presión carbónica (3,5 Kg) que


forma burbujas, menos persistentes.

Crianza.- Envejecimiento controlado de un vino en cascos de


madera (barrica, bota, pipa) o en botella. La crianza indica un moderado
aporte de oxígeno que facilita la evolución del vino, así como la presencia
noble de los taninos de la madera y sus perfumados aromas de especias.

391
Cru.- Viñedo o pago de gran prestigio que produce vinos
excepcionales, de especial personalidad. En todos los viñedos del mundo,
se distinguen desde antiguo las diferencias por el terruño, el microclima y
las variedades que se cultivan, denominándose así las mejores
propiedades o los mejores vinos.

Crudo.- Vino aún poco evolucionado, demasiado joven para


expresar sus características.

Cuajado.- Comienzo del desarrollo de los ovarios de las flores,


principio de formación de los granos tras la fecundación.

Cuba.- Gran recipiente donde se almacenan los mostos para ser


sometidos a la fermentación y a las diferentes labores de la vinificación.

Cuerpo.- Untuosidad, carnosidad, materia y estructura del vino. La


corpulencia de un vino depende principalmente de su contenido en alcohol,
en polifenoles y en extractos secos.

Cultivar.- En inglés se designa con este término al cepage o


variedad vinífera. Por extensión, en viticultura se llama así a la variedad
obtenida mediante una selección y multiplicada por vía vegetativa
(esquejes o injertos), que garantizan el mantenimiento de la planta.

Daga y espada.- Sistema de conducción de la viña que consiste en


dejar en la planta dos brazos: una daga podada en corto con dos yemas, y
una espada podada en largo con ocho yemas o más que sostienen la
vegetación y el fruto. Esta poda recibe, más usualmente, el nombre de
pulgar y vara.

Débil.- Vino muy ligero, magro, sin color, pobre en alcohol y en


extracto seco.

Decantar.- Acción de separar el vino claro de las heces y de las


partes sólidas sedimentadas en las cubas, las barricas o en botellas.
392
Durante la crianza de los vinos tintos, parte de los taninos polimeriza y se
deposita en el fondo de la barrica. Posteriormente se eliminan en los
sucesivos trasiegos que no son más que decantaciones.

Decanter.- Recipiente o jarra para decantar.

Decoloración.- Corrección que permite aclarar el color de un vino


blanco. Puede servir para corregir un defecto de la uva o de su vinificación
o se puede utilizar para armonizar el color de un vino, según las
preferencias de los consumidores, que pueden variar según la moda o el
mercado. La decoloración de un vino puede efectuarse con clarificantes
coloidales (colas, albúminas) o por el contacto con el carbón enológico.

Degüelle.- Operación a que se someten los vinos espumosos


elaborados según el método tradicional (champagnes, cavas, etc.).
Consiste en eliminar, después del removido, el sedimento producido
durante la segunda fermentación en la botella. Esta operación, que
antiguamente se realizaba a mano, actualmente se ha mecanizado
inteligentemente; al colocar las botellas en un baño de salmuera frigorífica,
el frío congela el sedimento que saldrá expulsado, bajo la presión del gas
carbónico, al destapar la botella.

Dejo.- Retrogusto.

Delgado.- Vino con poco cuerpo, flaco, con poco extracto.

Delicado.- Cualidad de un vino blanco y sutil. Un vino blanco se


caracteriza por su elegancia y no por su vigor, su pujanza o su fuerte
estructura.

Denominación de Origen.- Mención que ampara en España a


ciertos vinos de calidad obtenidos en zonas delimitadas, elaborados según
un reglamento preciso (variedades de cepa, rendimiento límite por

393
hectárea, grado alcohólico, procedimiento de vinificación, cualidades
organolépticas, etc.).

Nombre de una región, comarca, localidad o lugar delimitado que


haya sido reconocido administrativamente para designar vinos que
cumplan las siguientes condiciones:

Haber sido elaborados en la región, comarca, localidad o lugar


determinados con uvas procedentes de los mismos. Disfrutar de un
elevado prestigio en el tráfico comercial en la tención a su origen y cuya
calidad y características se deban fundamentalmente o exclusivamente al
medio geográfico que incluye los factores naturales y humanos.

Denominación de Origen Calificada.- Mención que en España se


designan a los vinos de calidad de la Rioja y del Priorato.

Además de los requisitos exigibles a las denominaciones de origen,


las “denominaciones de origen calificadas” deberán cumplir los siguientes:

- Que hayan transcurrido, al menos 10 años desde su


reconocimiento como denominación de origen,

- Que los productos amparados se comercialicen exclusivamente


embotellados desde bodegas inscritas y ubicadas en la zona
geográfica delimitada y

- Que dentro de su zona de producción, estén delimitados


cartográficamente, por cada término municipal, los terrenos que se
consideren aptos para producir vinos con derecho a la
denominación de origen calificada.

Despuntar.- Técnica mejora de la calidad que consiste en eliminar


la parte inferior del racimo para prescindir de las uvas menos maduras.

Desaporcar.- Eliminar o desmoronar el caballete o montículo de


tierra que protege la cepa.
394
Desbarbar.- Suprimir las raíces del injerto. Eliminación de raíces de
patrón o planta-injerto para su plantación.

Desborre.- Primera etapa primaveral del ciclo vegetativo de la vid


en la que los brotes nacientes se despojan de la capa lanosa (borra o
plumón) que los protegía durante el invierno.

Desbragar.- Labor de invierno que consiste en realizar una


excavación alrededor del patrón para cortarle las raíces superficiales,
podándolo y preparándolo para el injerto.

Desbravado.- Vino espumoso que ha perdido su gas.

Descabezar.- Cortar la parte aérea de la cepa para proceder a


injertar.

Descalce.- Desaporcado o desmoronamiento del montículo de


tierra que el viticultor forma al pie de la cepa para protegerla.

Descobijar.- Quitar el escobajo de la uva. Operación que suele


realizarse en los vinos tintos antes de estrujar y fermentar la viña.

Decostrado.- Labor superficial o bina de la uva.

Descubado.- Operación que, tras la fermentación alcohólica,


consiste en vaciar mediante trasiego del vino a otro depósito o a otras
barricas, para separarlo de los orujos.

Descubierto.- Vino poco coloreado, especialmente se dice de un


tinto que ha perdido su color al envejecer.

Descular.- Proceder al desfonde de una barrica.

Desequilibrado.- Vino que no muestra armonía entre sus


componentes y que presenta un único y exagerado carácter dominante.

Desfangado.- Operación que consiste en clarificar los mostos,


después de prensar las uvas, eliminando los sólidos o burbas. Se llama
395
también desburbado o desvinazado. Las modernas prensas neumáticas
permiten obtener los mostos blancos con muy pocos fangos, pero la
clarificación de los mostos sigue siendo un proceso importante en la
elaboración de los vinos de calidad. El desfangado estático se realiza
esperando que los depósitos se sedimenten espontáneamente.

Desferrización.- Corrección que consiste en disminuir el contenido


de hierro en un vino.

Desfoliación.- Caída, eliminación de las hojas de la vid. Este


proceso ocurre de forma natural al llegar el otoño.

Desfonde.- Operación que consiste en remover la tierra,


preparándola para retener la humedad y eliminando las raíces viejas antes
de plantar una cepa.

Deshijuelado.- Desnietado.

Desmochado.- Despuntado o corte del extremo de una rama o


sarmiento.

Despampanado.- Poda que consiste en eliminar hojas o pámpanos


en la vid.

Despicado.- Supresión de la parte terminal de los brotes del


sarmiento, aún tiernos. Debe realizarse temprano, al iniciarse la floración.

Despunte o despuntado.- Pinzamiento o desmochado. Operación


que consiste en desmontar la parte superior del sarmiento para moderar su
crecimiento.

Desqueje.- Acodo.

Desrapado.- Despalillado.

Destaluzar.- Descargar de ramaje el patrón o pie, para que suelde


bien el injerto de vid vinífera.
396
Destete.- En la reproducción por acodo, separación de la planta
hija, ya arraigada, de la planta madre. Separación del pie americano y del
injerto. También se llama desbarbado y desvezado.

Desvanecido.- Vino falto de color, poco cubierto, por carencia de


pigmento.

Desvezado.- Destete o corte de los mugrones de la vid para


separar la planta hija de la planta madre.

Desvinazado.- Desfangado.

Desyemado.- Supresión de yemas inútiles de la vid, en los meses


en que la cepa está en reposo.

Deszarcillado.- Supresión de los zarcillos en la vid.

Dolaje.- Pérdida de vino que es absorbido por las duelas de las


barricas.

Dorado.- Color de los vinos blancos evolucionado por la crianza o


por el tiempo.

Drenaje.- Labor en el viñedo que consiste en sanear un suelo en el


que se ha acumulado un exceso de agua.

Duro.- Vino excesivamente tánico y astringente, que todavía no se


ha suavizado con el paso del tiempo. Una cierta dureza es siempre propia
de la juventud de los vinos tintos ricos en taninos y destinados a larga
crianza.

Elaborar.- Proceso de obtención de un vino. Fermentación de


mosto hasta que todos sus azúcares se transformen en alcohol.

Elegante.- Cualidad del vino distinguido, elaborado con variedades


nobles, armonioso en el color y el aroma, equilibrado en el gusto y con la

397
justa crianza. Un vino tinto elegante se caracteriza por un tanino intenso y
aterciopelado, dotado de estructura.

Embocado.- Vino dulzón, debido a una mala fermentación. Práctica


de adición de mosto o azúcar en un vino.

Embrisar.- Añadir al vino orujos de otra cuba para darle fuerza y


tanino. Técnica similar a la extracción en doble pasta.

Empajolar.- Quemar pajuelas de azufre en las barricas o botas de


vino, para desinfectarlas.

Empalagoso.- Vino excesivamente dulce, siruposo, sin la debida


acidez que equilibre la dimensión azucarada.

Empalizar.- Conducir la cepa sobre espalderas, podándola


convenientemente.

Emparrado.- Conducción de la planta sobre entrenudos altos y


horizontales formando una pantalla. La parra se emplea mucho en el
cultivo de uva de mesa. No es adecuada para obtener vinos de calidad ya
que favorece la sobreproducción y crea microclimas con baja luminosidad.

Empolvado.- Vino empañado, de aspecto nublado y opaco.

Encabezamiento.- Adición de alcohol etílico al mosto para detener


su fermentación, preservando así una dosis de azúcar residual
característica de los vinos licorosos naturales.

Encaña.- Labor que consiste en amarrar las cepas a las


espalderas.

Encapachar.- En los climas extremadamente cálidos, recoger los


sarmientos de una cepa, atándolos, para proteger los racimos del sol
excesivo.

398
Encepamiento.- Conjunto de las variedades de vid que componen
un viñedo. Conjunto de las variedades de uva que componen un vino.

Encostrado.- Vino añejo que ha formado, en la pared interior de la


botella, un sedimento pesado y espeso en forma de costra.

Enérgico.- Vino con carácter, dotado de estructura, alcohol, acidez


y tanino.

Ennegrecimiento.- Quiebra negra, que se caracteriza porque el


vino adquiere un color oscuro azulado. Sobre todo se manifiesta en los
vinos blancos, tiene como causa la contaminación por el hierro. Los vinos
que han fermentado en depósitos de hierro pueden presentar esta quiebra
en el momento que entran en contacto con en aire. Se forma entonces el
tanato férrico de color negro azulado.

Enotecnia.- Arte de elaborar el vino.

Enrodrigamiento.- Fijación de los sarmientos en espalderas o


tutores.

Entero.- Vino con carácter, con claro linaje varietal, buen tanino y
noble graduación alcohólica.

Entrapado.- Vino mal acabado y filtrado.

Entrenudo.- Porción del tallo de un sarmiento comprendida entre


dos nudos consecutivos.

Envejecimiento.- Evolución de un vino a través del tiempo. La


crianza es moderadamente oxidativa, mientras que la maduración en
botella es reductiva. Muchos vinos blancos y rosados sólo necesitan
madurar unos meses en botella. El envejecimiento de los vinos tintos es
más largo que el de los blancos y rosados, ya que poseen mayor riqueza
de fenoles y taninos extraídos durante la maceración de los hollejos.
Además, los vinos tintos pueden hacer la maceración maloláctica antes de
399
la crianza en madera. Los tintos de crianza se añejan en barricas de roble,
exigiendo un equilibrio perfecto entre la madera y sus cualidades.

Enverado.- Se dice de ciertos vinos especiales, con baja


graduación alcohólica (7-9º) y fuerte acidez.

Envero.- Cambio de color en los granos de uva, cuando empiezan


a madurar. Es uno de los momentos más importantes en el ciclo de la viña.

Equilibrado.- Cualidad de un vino redondo, que muestra armonía


entre todos sus componentes organolépticos.

Escaldado.- Vino procedente de uvas que han sufrido


temperaturas muy altas. La sequedad y el calor excesivo provocan una
detención en el proceso de maduración de los granos de uva y, al faltar el
azúcar, las uvas muestran una sensación de verdor. Pasificación o
desecación de las bayas de uva por un exceso de calor.

Escamondar.- Suprimir ramas inútiles de la cepa. Es adecuado su


realización después de la floración.

Escobajar.- Eliminar el raspón de las uvas antes de la


fermentación.

Escobajo.- Raspón, parte leñosa o verde del racimo que sirve de


soporte a los granos de uva. Endurece los vinos fermentados en su
presencia.

Escurrido.- Acción de dejar fluir gota a gota, antes del prensado, el


mosto que se desprende de la vendimia.

Espergurar.- Limpiar la vid de los tallos y vástagos que no sean del


año anterior para que no chupen la savia. Aclareo de sarmientos en una
cepa.

Espirituoso.- Vino muy robusto, potente, rico en alcohol.

400
Espumado.- Operación que consiste en separar el mosto de la
espuma que se forma en su superficie cuando comienza la fermentación.

Esqueje.- Vástago con uno o dos brotes que se injerta en el tronco


para obtener la planta. Yema de un cultivar que se injerta sobre un patrón.

Estabilización.- Conjunto de operaciones de clarificación


(precipitación de tartratos, prevención de las perturbaciones coloidales)
que se realizan en los vinos antes de embotellarlos.

Estaca.- Planta para enraizar que se obtiene cortando en trozos un


sarmiento. Tutor de madera destinado a sostener las cepas.

Estrecho.- Vino con poca estructura, sin complejidad,


unidimensional.

Estructura.- Constitución del vino que se percibe al paladearlo en


boca. Un vino dotado de buena estructura muestra poderoso equilibrio
entre su buen grado alcohólico, sus taninos y su acidez.

Estrujar.- Triturar, aplastar los granos de uva para liberar el mosto


azucarado que contienen.

Evolucionado.- Vino que ha sufrido cambios durante su


conservación (en cuba, en barrica o en botella) que se ha oxidado
excesivamente o, al contrario que ha mejorado, al desarrollar cualidades
más armónicas y un bouquet más complejo.

Expresión.- Carácter y cualidades de un vino. Expresión varietal:


cuando un vino recuerda la identidad varietal de las cepas de las que
proceden.

Expresivo.- Vino que manifiesta sus cualidades con espontaneidad


y franqueza.

401
Expurgo.- Entresacado y selección de los racimos para eliminar las
uvas que no ofrecen la calidad deseada.

Extra brut.- Vino espumoso muy seco al paladar, que contiene una
cantidad de azúcar residual inferior a 6 g/L. También se la llama Brut
natural.

Falce.- Hoz o cuchillo corvo utilizado en la vendimia.

Fangos.- Materias sólidas (fragmentos de hollejos, pepitas, etc.) o


turbias que pueden aparecer en suspensión en los mostos recién
prensados y en los vinos que no están decantados ni filtrados.

Fenología.- Descripción del conjunto de los fenómenos


anatomorfológicos y periódicos del año en las cepas. Evolución en el
tiempo de las formaciones vegetativo-productoras de la vid.

Fino.- Vino jerezano, pálido de graduación mínima (15,5º) y


elegantemente seco. Procede exclusivamente de la variedad palomino y se
caracteriza por su nariz limpia y punzante, exaltada por las notas frescas
de la flor, bien integrada por los aromas de la solera y en su acidez total.

Firme.- Vino bien estructurado, con buena acidez y noble tanino,


pero sin dureza.

Flavor.- Conjunto de las sensaciones que produce el vino en boca


(incluyendo la vía retronasal).

Fofo.- Vino sin estructura, con una relación azúcar-ácido


inadecuada para sus características.

Foliación.- Brotación de las hojas de vid en primavera. Formación y


evolución de las pámpanas u hojas.

402
Folletaje.- Apoplejía que puede afectar a la cepa en días de fuerte
calor y vientos secos y que se manifiesta con la desecación total o parcial
de la planta.

Fondillo.- Sedimento que se forma en el fondo de los envases de


crianza.

Fortificado.- Vino encabezado, al que se ha añadido alcohol vínico


puro.

Foxé.- Sabor desagradable, propio de los vinos elaborados con


Vitis labrusca (llamada también foxgrape).

Franco.- Vino que exhibe honestamente sus cualidades (franco de


gusto, franco de paladar), que es noble de carácter, limpio y agradable.

Fresco.- Vino blanco o rosado, con agradable acidez frutal. Puede


aplicarse también a un tinto joven no muy cargado de taninos.

Frutal.- Vino afrutado, cuyos olores recuerdan los olores de la serie


frutal (uva, melocotón, manzana, limón, naranja, fresa, mora, casis,
arándano, piña, albaricoque, maracuyá, lichi, etc.). El carácter frutal puede
ser dominante en cualquier vino, como en los vinos jóvenes (blancos,
rosados o tintos) que proceden de variedades aromáticas y están bien
elaborados. Las categorías de frutal puede combinarse con distintas
categorías de vino y de variedades: las moras con el Merlot y la Garnacha,
la grosella negra en el Cabernet franc, la cereza con la Pinot noir, la
frambuesa con los tintos jóvenes y los cítricos se relacionan con los vinos
blancos de Riesling.

Fuerte.- Vino con elevado contenido de alcohol, generoso.

Gajo.- Pequeños racimos que nacen en los brotes anticipados,


racimas, cabrerot.

Gamellón.- Pila donde se pisa la uva.


403
Garra.- Vino que muestra buena estructura y carácter.
Generalmente los vinos que tiene ‘’garra’’ son los tintos con muchos
taninos, incluso cuando todavía no han pulido sus polifenoles.

Genérico.- Vino elaborado en una amplia zona.

Generoso.- Vino rico en alcohol. Vino especial enriquecido con


alcohol vínico.

Glabra.- Hoja de vid cuando no muestra vellosidades en el envés.

Gordo.- Vino con mucho cuerpo, a veces incluso basto.

Granvás.- Vino espumoso que no hace su segunda fermentación


en botella sino en grandes depósitos. Es un método de elaboración para
grandes envases, conocido como cuve close o charmat.

Granilla.- Nombre con el que también se conoce a la pepita de la


uva.

Graso.- Vino carnoso, untuoso, suave, rico en alcohol y glicerol.

Gris, vino.- Vino rosado muy claro, apenas pigmentado con el


contacto de los hollejos de la uva tinta. Este mosto ligeramente coloreado
se desfanga antes de la fermentación. Vino típico del Languedoc.

Guarnecer.- Acción de revestir y proteger las botellas de vidrio o


con una malla o con un entramado de mimbre.

Gusto.- Término ampliamente utilizado en catas para designar


peculiaridades de algunos vinos como: Gusto americano, a cocido, a
farmacia, levadura, de arpillera de saco, de azufre, de corcho (en realidad
a mohos), de escobajo o raspón, de fondos o heces, de huevos podridos,
de lejía, de luz, de madera, moho, papel, pellejo, piedra de fusil, ratón,
resina, terruño, falso, inglés y metálico.

404
Haustorio.- Órgano de los hongos parásitos que les permite fijarse
en el hospedador y absorber sus jugos.

Heces.- Lías, posos, turbios o sedimentos del vino.

Hecho.- Vino que ha llegado al cénit de sus posibilidades, que está


ya maduro para beber.

Hollejo.- Piel delgada que cubre los granos de uva. La piel de uva
es el fundamento de la calidad de los vinos, ya que en ella se encuentran
los pigmentos, los aromas y los taninos. En la pruina que recubre el hollejo
se depositan además las levaduras que transforman el mosto en vino. El
hollejo o película forma un conjunto heterogéneo integrado por la cutícula,
la epidermis y la hipodermis.

Honesto.- Vino sencillo, con sabor franco, que no presenta


defectos.

Horquilla.- Tutor de madera que se pone en las cepas para


levantar los sarmientos cargados del fruto.

Húmedo.- Sabor que constituye un defecto y que muchas veces


está ocasionado por la utilización de barricas en mal estado.

Impetuoso.- Vino fogoso, cálido y enérgico cuando entra en el


paladar, pero acaba pronto su desarrollo en boca.

Indicación Geográfica, vino con.- Vino producido en una región,


comarca, localidad o lugar determinado con uvas procedentes de los
mismos, cuya calidad, reputación o características se deban al medio
geográfico, al factor humano o a ambos, en lo que se refiere a la
producción e la uva, a la elaboración del vio o a su envejecimiento. Estos
vinos se identificarán mediante la mención “vino de calidad de”, seguida
del nombre de la región, comarca, localidad o lugar determinado donde se
produzcan y elaboren.
405
Injerto.- Asociación de dos estructuras vegetales que permiten
obtener una nueva planta, derivada de ellas. Las vides viníferas se injertan
sobre pies de vides americanas resistentes a la filoxera. Existen diversos
tipos de injertos: injerto de escudete, de espiga, de yema, e injerto omega.

Irisación.- Brillo o reflejo pigmentado que matiza el color de los


vinos, sobre todo cuando adquieren cierta complejidad.

Jambe.- Lágrimas que deja el vino en la copa.

Joven.- Vino sin crianza en el que se han buscado las cualidades


afrutadas y más frescas

Ladrillo.- Color tostado rojizo que produce la oxidación en los vinos


tintos.

Lagar.- Depósito donde se pisa la uva.

Lágrima.- Traza de aspecto oleoso que deja en la copa un vino


rico en alcohol, azúcares y glicerina. Al ser el alcohol más volátil que el
agua, se desarrolla un efecto de tensión superficial que se manifiesta en
las paredes de la copa en forma de gotas.

Largo.- Cualidad de un vino persistente que se prolonga en el final


de la boca, exhibiendo toda su expresión aromática y un paladar sostenido.

Leal.- Vino franco, directo que revela y ofrece sus cualidades sin
ambigüedades.

Lemosín.- Clase de roble francés, procedente de los bosques de la


región de Lemosín (Francia). Por su grano duro y especiado es muy
apreciado en la crianza.

Lías.- Heces o sedimentos que deja el vino tras su fermentación.

406
Licor de expedición.- Licor compuesto de alcohol vínico o vino
base y azúcar invertida, que se añade a los vinos espumosos, una vez
degollados para dosificarlos.

Licor de tiraje.- Preparado azucarado a base de vino base que,


junto con las levaduras se añaden con los vinos espumosos para que
hagan su segunda fermentación en la botella.

Ligadura.- Atadura de los sarmientos a las espalderas y tutores.

Ligero.- Vino con poca estructura.

Lleno.- Vino rico en alcohol, con buena materia corpórea, amplio en


sabores, rico y equilibrado.

Lloro.- Etapa del ciclo vegetativo de la viña. Los brotes emiten por
sus cortes de poda un líquido similar a la savia.

Lomo.- Banda de tierra sin arar que aparece a lo largo de las filas
de cepas.

Maceración.- Inmersión, más o menos prolongada, de los hollejos


de la uva tinta en el mosto que fermenta, para la extracción del color, los
aromas y los taninos. Como maceración debemos recordar: Maceración
carbónica, en frío, pelicular y prefermentativa.

Maderizado.- Vino blanco o rosado que se oxida al envejecer y


adquiere un color ámbar o anaranjado y un sabor peculiar.

Madre.- Sedimento, hez o lía que se deposita en el fondo de la


barrica.

Maduración.- Fase fisiológica del ciclo de la viña, que comienzan


en verano con el envero (cambio de color de las uvas) y acaba con la
vendimia.

407
Madurar.- Alcanzar la sazón el grano de la uva. Evolucionar
lentamente un vino hasta alcanzar su equilibrio.

Magro.- Vino delgado, falto de cuerpo, pobre en alcohol y en


extractos. A menudo se trata de un vino en declive.

Majolar.- Plantación donde hay majuelos.

Majuelo.- Viña nueva que da sus primeros frutos.

Malvina.- Diglucósido presente en el pigmento de algunas uvas


procedentes de algunos híbridos productores directos. Malvidinas.

Manzanilla.- Vino fino generoso criado bajo velo de flor, que se


elabora exclusivamente en Sanlúcar de Barrameda. Manzanilla pasada:
vino de manzanilla sometido a un proceso de envejecimiento más largo o
encabezado con más alcohol.

Marc.- Vinaza, residuo que queda en la prensa de orujo.


Aguardiente obtenido por destilación de vinazas, muy aromático y rústico,
que ofrecen aromas que recuerdan a la uva y el raspón.

Marco.- Esquema de plantación del viñedo en función de la


distancia entre cepas.

Marras.- Vacíos o faltas que se presentan en el marco de un


viñedo, cuando alguna planta no prende o muere accidentalmente.

Mate.- Vino que muestra un color apagado, sin brillo.

Mecido.- Operación practicada en el curso de la fermentación


alcohólica de tintos y rosados para rociar los sombreros con los mostos y
aumentar la extracción de tanino y color.

Médico.- Vino bien pigmentado y sano, con buena graduación


alcohólica, que se añade a otros más flacos para corregir sus carencias o
defectos, o para mejorarlos.
408
Medium.- Vino jerez ligeramente dulce.

Mejorante.- Variedades de uva (Tempranillo, Cabernet sauvignon,


Merlot, etc.) cuyos mostos se utilizan para mejorar el de otras variedades
más sencillas.

Menisco.- Borde o ribete que forma el vino en la copa. Hace


referencia a la concavidad o convexidad que la tensión superficial forma en
los líquidos contenidos en un recipiente estrecho.

Mesoclima.- Clima local de una región, comarca o denominación.


Afecta una extensión de viñedo más amplia que el microclima y más
pequeña que el macroclima. Viñedos situados sobre colinas que tienen la
misma orientación.

Mestizo.- Planta que resulta del cruce de variedades diferentes,


pero de una misma especie.

Microclima.- Conjunto de los elementos climáticos (temperatura,


precipitaciones, viento, insolación etc.) muy locales, característicos de una
cepa, de una parcela o incluso de unas inflorescencias.

Microfiltración.- Filtración que retiene cuerpos y partículas en


suspensión comprendidas entre 0,1 y 10 micrómetros (un micrómetro
equivale a una milésima de milímetro). Hay distintos sistemas de filtración:
por ósmosis inversa, por ultrafiltración o por microfiltración.

Microinjerto.- Técnica que permite obtener plantas libres de virus.


Consiste fundamentalmente en colocar un ápice caulinar (meristemas con
2-4 esbozos foliares) en un patrón de semilla desarrollado in vitro, en
condiciones estériles.

Millerandage.- Fecundación incompleta de las flores de una viña


que provoca el corrimiento y la formación de granos pequeños y agraces.

409
Mistela.- Mosto de uva fresco muy rico en azúcar al que se añade
alcohol antes de que comience o acabe su fermentación.

Monovarietal.- Vino elaborado con una sola variedad.

Montaraz.- Vino de gusto agresivo y, a veces silvestre.

Mugrón.- Acodo. Sarmiento que, sin destetarlo de la planta madre,


se introduce en el suelo para que arraigue. Cuando ha prendido se le
separa de la planta madre.

Nata de vino.- Levaduras de flor que al depositarse en la superficie


del vino le dan un aspecto que recuerda a la nata.

Natural.- Vino que no está adulterado, que manifiesta los


caracteres de su pago, variedad, añada, etc., sin que se le hayan añadido
productos ilícitos.

Nature.- Vino al que no se ha añadido el licor de tiraje y que no


experimenta fermentación espumosa.

Navazo.- Plantación de viñedo en terreno arenoso.

Neutro.- Defecto de un vino sin aromas ni caracteres distintos.

Nieto.- Sarmiento secundario o brote que sale anticipadamente.

Noble.- Variedad vinífera capaz de dar vinos de gran calidad y que


tiene un demostrado prestigio internacional

Nuevo.- Vino joven procedente de mosto de uva recién vendimiada


y elaborada con rapidez.

Ojo.- Yema. Al podar la cepa se dejan uno o varios ojos que llevan
las hojas y las flores en estado embrionario.

Ojo de gallo.- Vino de color rubí, más oscuro que el clarete.

Ojo de perdiz.- Color delicadamente rosado de ciertos vinos.


410
Ombligo.- Abultamiento que se encuentra, en la parte superficial de
la uva, opuesto al pecíolo.

Opulento.- Vino de gran contenido alcohólico.

Orujo.- Masa compacta de vinazas y residuos que se retira de la


prensa una vez extraído el mosto de la uva.

Oxidado.- Vino demasiado evolucionado, que ha perdido sus


cualidades naturales a consecuencia de una oxidación.

Pago.- Viñedo, clima o terruño, excepcional que confiere a los vinos


un carácter particular dotándolos de un rango distintivo.

Designa el paraje o sitio rural con características edáficas y de


microclima propios que lo diferencian y distinguen de otros de su entorno,
conocido con un nombre vinculado de forma tradicional y notoria al cultivo
de los viñedos de los que se obtienen vinos con rasgos y cualidades
singulares y cuya extensión máxima será limitada reglamentariamente por
la Administración competente, de acuerdo con las características propias
de cada comunidad autónoma. La extensión del “pago” no podrá ser igual
ni superior a la de ninguno de los términos municipales en cuyo territorio o
territorios, si fueren más de uno, se ubique. Se entiende que existe
vinculación notoria con el cultivo de los viñedos cuando el nombre del pago
venga siendo utilizado de forma habitual en el mercado para identificar los
vinos obtenidos en aquel durante un periodo mínimo de cinco años. Toda
la uva que se destine al vino de pago deberá proceder de viñedos
ubicados en el pago determinado y el vino deberá elaborarse, almacenarse
y en su caso, criarse de forma separada de otros vinos.

Pago calificado.- En caso de que la totalidad del pago se encuentre


incluida en el ámbito territorial de una denominación de origen calificada,
podrá recibir el nombre de “vino de pago calificado” y los vinos producidos

411
en él se denominan “de pago calificado”, siempre que acredite que cumple
los requisitos exigidos a los vinos de la denominación de origen calificada y
se encuentra inscrito en esta.

Pale.- Tipo de jerez dulce.

Pálido.- Vino de color poco intenso, con poca capa y débil


pigmento.

Palillo.- Raspón, escobajo, pedúnculo del racimo con sus


ramificaciones.

Palo cortado.- Vino generoso de jerez que se asemeja en la nariz


al amontillado y en el paladar al oloroso.

Pámpano.- Brote de vid. También se dice de las ramas largas o


primarias que llevan la flor y el fruto.

Pampinación.- Despampanado o aclareo de la vid.

Pardeado.- Oxidación enzimática de los compuestos fenólicos de


los mostos y de los vinos blancos. La capa del vino sufre un cambio
bioquímico y adquiere un color pardo.

Parra o parral.- Modo de conducción de la viña en porte alto, fijada


a una estructura de madera, a un muro, a un árbol, a tubos metálicos en
forma de bóveda, a alambres.

Pasa.- Uva seca, pasificada o deshidratada.

Pasado.- Vino muy evolucionado, rancio, alterado, velado de color,


sin brillo, quebrado o en malas condiciones.

Pedúnculo.- Ramificación del sarmiento que constituye el sostén


del racimo. La longitud del pedúnculo y la forma del escobajo son
diferentes según las cepas.

412
Perfilado.- Vino bien elaborado. Redondeado por un tiempo justo
de maduración. También puede decirse de un vino fortificado, bien
difundidos con sus alcoholes y sus soleras.

Perlado.- Vino inquieto que desprende burbujas de gas carbónico.

Petillat.- Vino de aguja.

Picado.- Vino afectado por la bacteria acética.

Pie.- Pasta formada por los orujos de la prensa o, antiguamente de


la pisa.

Pie de cuba.- Pequeña cantidad de mosto que se pone a fermentar


a parte para disponer en cualquier momento de una siembra de levaduras.
El pie de cuba, añadido al conjunto de la vendimia, facilita la fermentación
y permite emprender las fermentaciones cuando se detienen.

Pie de viña.- Cepa. Cada pie está compuesto por las raíces y el
tallo (tronco y ramas) donde se insertan los sarmientos y las hojas con toda
la estructura aérea de la planta.

Pie madre.- Nombre que recibe la cepa que proporciona las


estacas para la plantación y propagación de la vid.

Piel de cebolla.- Color rosado con matices cobrizos.

Piqueta.- Aguapié, subproducto del vino. Tiene poco grado


alcohólico y se obtiene vertiendo agua sobre los residuos de prensa y
dejándolos fermentar.

Pirena.- Uva que contiene una o más pepitas, en contraposición a


la Apirena, que tiene todos los óvulos abortados y no contiene ninguna.

Plano.- Vino sin acidez, sin elegancia.

Plantón.- Vid joven que empieza a producir, majuelo. Portainjerto


recién plantado.
413
Plenitud.- Estado de un vino en el cénit de su evolución, cuando
muestra sus mejores cualidades. Algunos vinos alcanzan su plenitud
cuando son jóvenes, en los primeros meses de su vida. Otros necesitan
años o incluso décadas de maduración.

Pleno.- Vino que llena la boca, dotado de cuerpo, alcohol, acidez y


tanino.

Poderoso.- Vino pleno con carácter, intenso, con taninos nobles y


bien estructurados.

Polimerización.- Formación de moléculas complejas en los vinos,


a partir de los prótidos y de los fenoles o flavonoles.

Porte.- Aspecto de la parte aérea de una planta. Las viñas se


conducen en porte alto en las zonas húmedas, para huir de la humedad del
suelo. El porte bajo o rastrero se usa en zonas secas.

Pot.- Tiesto o macetas para plantar en los viveros. Recipiente para


plantar las estacas injertadas.

Precipitación.- Fenómeno que hace aparecer en un vino un


compuesto insoluble que se sedimenta o queda en suspensión antes de
sedimentarse.

Prefermentación.- Etapa que antecede a la fermentación y que


consta fundamentalmente de cuatro operaciones: el traslado de la
vendimia al lagar, la recepción en la bodega, los tratamientos mecánicos
de la uva y las rectificaciones del mosto antes de la propia fermentación
alcohólica. El objetivo es preparar la materia prima, en este caso la uva, y
adecuarla para que llegue a la fermentación en las mejores condiciones.

Prensa.- Máquina que sirve para extraer el mosto de las uvas por
presión. Existen muchas clases de prensas (verticales, horizontales,
neumáticas, hidroneumáticas) que se utilizan para extraer el mosto en la
414
vinificación en blanco, o para la obtención de vino de prensa en la
vinificación en tinto.

Prensado.- Estrujado mecánico de los granos de uva para exprimir


el mosto.

Primarios.- Conjunto de aromas del vino que nacen


fundamentalmente en el hollejo, aunque raspones y pepitas pueden
aportar aromas herbáceos o verdes.

Pruina.- Fina capa de cera que recubre la cutícula del hollejo de la


uva, donde se depositan las levaduras y otros gérmenes. Esta pruina
cerúlea, llamada a veces flor, también puede aparecer ligeramente en los
nudos y en el sarmiento.

Púa.- Vástago de vinífera, recortando en forma de cuña, que se


introduce en una incisión abierta en el patrón.

Pubescente.- Hojas y los sarmientos de ciertas especies y


variedades que muestran vellosidad, a diferencia de las que no tienen
pelos y que se llaman glabras.

Pujante.- Vino con una gran tasa de alcohol pero equilibrado.

Pulgar.- Sarmiento podado a una, dos o tres yemas.

Pulpa.- Parte carnosa y jugosa del grano de uva. Normalmente no


está coloreada, exceptuando en las cepas llamadas tintoreras. La pulpa
tiene mucho azúcar, aumentando esta cantidad cuando disminuye el
numero de pepitas, por lo que las bayas apirenas son muy dulces.

Puntado.- Vino con exceso de acidez volátil.

Quiebra.- Enfermedad del vino que produce alteraciones en su


calidad y en su color. Puede ser físico-química o enzimática.

415
Racimar.- Recoger los redrojos que quedan en la viña, después de
la vendimia.

Racimo.- Conjunto de los granos de uva sostenidos por un


pedúnculo principal y otro secundario que sostienen los granos de uva.

Rancio.- Vino dulce natural que se expone a crianza especial para


que se matice su color y adquiera los aromas del rancio. Se elabora en
blanco y en tinto y se fortifican con alcohol para detener la fermentación.
En su elaboración, se busca siempre la crianza larga y la oxidación,
cuando son jóvenes y conservan su fuerza tánica.

Raquis.- Ramificación central del racimo.

Raspón.- Escobajo, estructura vegetal del racimo. Cuando el


raspón está muy presente en los vinos, les aportamos aromas y sabores
herbáceos.

Raya.- Vino típico de jerez, que tiene el estilo de los olorosos (color
oscuro cuerpo denso y 18-20º de alcohol) aunque no es tan limpio en nariz
y en boca.

Rebina.- Labor manual de desherbado que se realiza en la viña en


agosto.

Rebuscar.- Recoger los últimos racimos que los vendimiadores han


dejado en la planta, generalmente por estar pocos maduros.

Rebusco.- Pequeño racimo de uva, tardío situado en las ramas


altas. Racima. Cabrerot. Bagot.

Receptar.- Plantar en un suelo después de haberlo tenido en


barbecho, sometido a reposo. También se dice de la acción de reponer las
marras de un viñedo, plantando otra cepa en su lugar. Descabezar las
viñas no injertadas, cortando las ramas y la parte aérea de la cepa para
injertarla después.
416
Recorte o recortadura.- Desmoche, desfoliación o desfollonado:
labor que consiste en cortar los extremos de las ramas más crecidas. El
recorte tiene como finalidad la supresión del exceso de follaje, con vistas a
favorecer la fecundación y el desarrollo del racimo y evitar el corrimiento.
Se trata de reducir la competencia entre vegetación y las uvas.

Redondo.- Equilibrado, que muestra armonía entre todos sus


componentes: pigmento, aromas primarios y secundarios, el justo toque de
roble, el bouquet de botella y el conjunto de todos los caracteres propios
de su variedad.

Redrojo.- Racimos pequeños o rebuscos que los vendimiadores


dejan en la planta.

Rejuvenecer.- Refrescar y darle vida nueva a un vino, añadiéndole


otro más joven.

Rellenar.- Llenar una barrica regularmente con un vino del mismo


origen, para compensar la pérdida debida al trasiego, a la evaporación o a
la absorción por la madera. Así se mantienen las mejores condiciones de
conservación en ausencia del aire.

Remango.- Volteo de la pasta de orujos para escurrirla.

Remontado.- Bombeo del mosto que fermenta en la parte inferior


de la cuba para que cubra el sombrero, en el proceso de vinificación en
tinto.

Remostar.- Refrescar un vino, mezclando una pequeña cantidad


de otro más joven.

Removido.- Operación que consiste en agitar y en girar las botellas


colocadas en los pupitres para decantar los sedimentos propios de la
fermentación de los vinos espumosos elaborados por el método tradicional.
Conjunto de operaciones que se efectúan para homogeneizar una cuba.
417
También, cuando no se utiliza el sistema de remontados, la operación que
consiste en hundir los sombreros o en removerlos con paletas con tanques
giratorios. Técnica de elaboración que consiste en rodar las barricas para
que el vino que esté fermentado en ellas se mezcle bien con sus lías.

Renque.- Línea de cepas.

Reposo vegetativo.- Etapa del ciclo de la vid (desde la caída total


de la hoja en otoño hasta el brote de primavera) en que la planta reposa.

Revinar.- Ensolerar, añadir vino viejo al nuevo.

Revuelto.- Vino turbio, velado.

Ribete.- Borde del perímetro del círculo o elipse que forma el vino
en la copa, al contemplarlo desde arriba. El ribete del vino aparece siempre
menos intenso que el corazón, pero es muy significativo porque cambia de
color, según la evolución y la crianza. El ribete de un vino tinto de la última
cosecha será violáceo o frambuesa; si se trata de un vino algo más
maduro será granate y, si ha permanecido en botella más de cinco años,
será de un color atejado.

Rima.- Conjunto de botellas apiladas en posición horizontal o


inclinadas.

Ritidoma.- Corteza agrietada que recubre el tronco de la vid.

Rodrigadura.- Labor que consiste en fijar la cepa a su espaldera o


soporte.

Rodrigón.- Estaca de madera dura, fijada en el suelo para sostener


una cepa de vid.

Rugoso.- Vino áspero, rico en taninos jóvenes, que deja la lengua


rasposa.

418
Saca.- Volumen limitado de vino que se extrae en la solera cuando
se embotellan los vinos generosos. Obtención de muestras o un volumen
pequeño de una barrica o cuba.

Sancocho.- Mosto dulce o arrope que se obtiene calentando el vino


al baño maría o con fuego directo hasta que se reduce a una quinta parte
de su volumen inicial. Se envejece en madera de roble.

Sangrado.- Descubado del vino después de fermentar.

Sangrar.- Acción de extrae el mosto fermentado de la cuba,


separándolo de los hollejos. El momento de sangrar es muy importante
para decidir el tanino de un vino tinto y el color de un vino rosado.

Sarmentar.- Agavillar los sarmientos podados.

Sarmiento.- Rama madura de la cepa, después de la sazón y la


caída de las hojas. Al principio del periodo vegetativo, las ramas largas son
todavía herbáceas y verdes, pero a medida que avanza la estación se
vuelven más oscuras y quebradizas, madurando y convirtiéndose en
sarmientos. Los sarmientos constituyen la madera del año, a diferencia de
las viejas maderas del brazo y del tronco. Después de la salida de dos
brotes se llamará madera de dos años y finalmente madera vieja. Los
sarmientos se componen de nudos y entrenudos o merítalos.

Seco.- Vino que ha fermentado todos sus azúcares. Se dice que un


vino es seco cuando al entrar en la boca deja el paladar enjuto, y no
provoca sensación dulce en la lengua. En los vinos tranquilos significa
carácter desprovisto de sabores azucarados (menos de 4 g/L).

Secundarios.- Aromas de fermentación que se producen en los


diferentes momentos de la vinificación, cuando las levaduras y enzimas
transforman los azúcares, o durante las maceraciones de los hollejos y la
fermentación maloláctica.

419
Sedimentos.- Partículas que se depositan en el fondo de los
recipientes vinarios.

Semidulce.- Vino que contiene cierta proporción de azúcares


residuales, generalmente entre 30 y 50 g/L.

Semiseco.- Vino espumoso que contiene un contenido de azúcar


residual entre 33 y 50 g/L.

Separación.- Operación de desparrado que consiste en desgranar


las uva tintas de sus pedúnculos y escobajos preparándolas para
fermentar en la cuba.

Serpeta.- Podadera pequeña, ondulada, especial para vendimiar.

Serpollo.- Rama corta o secundaria de la vid.

Sierpe.- Rama que brota en la parte baja del injerto. Brotación del
patrón.

Sincero.- Vino franco de gusto, recto, sin defectos ni alteración.

Siruposo.- Vino muy denso y dulce, con poca acidez, que recuerda
en su textura y en su sabor a un jarabe.

Soleo.- Asoleado.

Solera.- En la crianza de algunos vinos generosos, la barrica o bota


que contiene los vinos más añejos. Se llaman así porque se sitúan en la
fila inferior, que está en contacto con el suelo (solera). Se llaman “sistemas
de soleras” a la técnica de crianza que consiste en mejorar el vino joven
con el más viejo, mezclándolos sucesivamente. Es el sistema de crianza
típico de los vinos generosos andaluces.

Sombrero.- Conjunto de materias sólidas, pepitas y hollejos de la


uva tinta, que asciende a la superficie del mosto en fermentación. La
maceración del sombrero en el mosto permite obtener el color y el tanino
420
de los vinos rosados y de los vinos tintos. Para que el sombrero esté
siempre refrescado y rociado por el vino se utiliza la técnica del remontado.
El sombrero siempre debe mantenerse húmedo para evitar el desarrollo de
bacterias termófilas, levaduras o mohos que no toleran el alcohol.

Suavizar.- Envejecer un vino para que pierda la dureza de sus


taninos. Así los taninos y los polifenoles evolucionan, se pulen, se
desgastan, se oxidan y pierden su vigor más agresivo.

Tablar.- Bancal o pequeña terraza donde se cultiva la vid.

Tánico.- Vino rico en taninos. No implica un juicio de calidad


mientras no se especifiquen las cualidades de los taninos; astringentes o
aterciopelados, finos o duros; ásperos o agradables; austeros y resecos o
redondos y fundidos, etc. Hay vinos que pueden resultar excesivamente
tánicos en su juventud, pero se van afinando y puliendo con la crianza y la
maduración en botella.

Tanino.- Sustancia orgánica de sabor astringente contenida en los


hollejos, el raspón y las pepitas de la uva. Químicamente son flavonoides
incoloros, como las catequinas y se diferencian de los antocianos que
están muy pigmentados o los flavonoles débilmente coloreados. Los
taninos integran los compuestos fenólicos de un vino, responsables de su
color, su aroma, su estructura y otras muchas otras virtudes.

Tártaro.- Depósito cristalino de bitartrato potásico que se


sedimenta en las cubas y en las barricas de crianza.

Terciarios, aromas.- Aromas que desarrolla el vino durante su


crianza en madera o durante su maduración en botella.

Terruño.- Comarca, entorno natural y suelo donde se hace un


vino.

421
Tierra (vino de la).- requisitos para la utilización de la mención
tradicional “vino de la tierra” acompañada de una indicación geográfica:

1. En la regulación de las indicaciones geográficas de los productos


citados en artículo 1 deberán tenerse en cuenta, al menos, los siguientes
aspectos:

a) Categoría o categorías de vino a los que es aplicable la


mención,

b) Nombre de la indicación geográfica que emplear,

c) Delimitación precisa del área geográfica comprendida,

d) Indicación de las variedades de vid aptas,

e) La graduación alcohólica volumétrica natural mínima de los


diferentes tipos de vino con derecho a la mención,

f) Una apreciación o una indicación de las características


organolépticas,

g) Deberá señalarse el sistema de control aplicable a los vinos,


que deberá realizar un organismo público o privado.

2. La utilización de una indicación geográfica para designar vinos


resultantes de una mezcla de vinos procedentes de uvas cosechadas en
áreas de producción diferentes estar admitida si el 85%, como mínimo, del
vino procede del área de producción e la que lleva el nombre.

Tiraje.- Llenado de las botellas en el proceso de embotellado.

Tirasavia.- Vara larga que se deja en la poda corta.

Torcedura.- Vino de prensa, obtenido al prensar los orujos.

Tranquilo.- Por oposición a inquieto, vino que ya ha eliminado


prácticamente todo su gas carbónico.

422
Trasegar.- Separar un vino de sus heces, una vez sedimentadas,
por trasiego de una barrica a otra una operación que se puede realizar por
circulación o por bombeo. Transvasar, vaciar un recipiente vinario
llevándose el vino.

Trasiego.- Acción y efecto de transvasar un vino de un recipiente a


otro para conseguir su decantación.

Trujal.- Recipiente del lagar donde se recoge el mosto. También se


dice de la prensa donde se estrujan las uvas.

Trullo.- Recipiente donde cae el mosto. Depósito.

Turbios.- Fangos o depósitos que pueden presentarse en mostos y


vinos, obligando a clarificarlos o decantarlos.

Tutor.- Piquete, estaca de madera, metal, plástico o cemento que


se fija en tierra para sostener la planta.

Uvero.- Formación larga que se deja en las cepas para aumentar


su producción. Denominado también cantara. Sarmiento con ocho o más
yemas vistas.

Vara.- En la poda, rama larga a la que se le deja más de cuatro


yemas para que sostenga las ramas del fruto y la vegetación.

Vector.- En viticultura, agente biótico que disemina y transmite una


enfermedad.

Velado.- Vino que no ofrece la natural transparencia,


probablemente con un exceso de alcohol y glicerina que afecta a la
limpidez y a la vivacidad de los otros componentes.

Verdor.- Carácter ácido que constituye un defecto cuando está


acentuado o reforzado por la astringencia en los vinos tintos. Anima la
expresión frutal de algunos blancos jóvenes, pero debe moderarse con la

423
crianza en los vinos más complejos, compensándose además con una
buena graduación alcohólica.

Vidueño.- Nombre que se aplica a las variedades de vid con


características particulares.

Vinaza.- Líquido que queda en el alambique después de la


destilación. Vino que se saca de los orujos y que normalmente se destila.

Yema.- Brote vegetativo de la vid que aparece en el sarmiento,


formando un pequeño resalte en forma de cúpula o bulbo. En la axila del
pecíolo de cada hoja se encuentran, normalmente, una yema latente y un
falso brote. La yema latente está protegida por escamas marrones y
resistentes. Podríamos claramente distinguir cuatro clases de yemas:

Las yemas prontas se desarrollan en la misma primavera o verano


que aparecen, juntamente con el sarmiento en que están insertas. Por eso
forman sarmientos secundarios que reciben el nombre de nietos, pleguetes
o brotes anticipados.

Las yemas latentes o de invierno, son más visibles y abultadas. Se


desarrollan al año siguiente de su aparición, o sea, en un ciclo vegetativo
posterior. Estas yemas son las que sostiene las ramas largas o pámpanos
que llevan las flores y frutas.

Zarcillo.- Órgano filamentoso enrulado que sirve de agarre y


fijación de los sarmientos a la vid.

424
Índice fotografías

Fotografía nº 1.- Vieja viña en entorno urbano.

Fotografía nº 2.- Evolución de un vino en barrica.

Fotografía nº 3.- Representaciones artísticas de racimos base de


los distintos tipos de vinos.

Fotografía nº 4.- Orígenes bíblicos de la vid Noe, bajo una cepa

(Palacio Ducal de Venecia).

Fotografía nº 5.- Recipiente vinario romano.

Fotografía nº6.- En la Comunidad Valenciana el cultivo de la vid fue


importante (Detalle mosaicos en el Mercado de Colón de Valencia).

Fotografía nº 7. - Mosaico representando la vid y la vendimia (siglo I


d.C.).

Fotografía nº 8.- Recuerdo a la vid en una luminaria del siglo I d.C.

Fotografía nº 9.- Detalles de la presencia del cultivo de la vid en la


arquitectura social.
Fotografía nº 10.- Relación planta-suelo específica dela arquitectura
vitícola en vaso.
Fotografía nº 11.- Relación planta-suelo específica de la
arquitectura vitícola en espaldera.
Fotografía nº 12.- Formas distintas de conducir el mismo cultivo en
función de las diferencias del terreno.
Fotografía nº 13.- Adaptación a las condiciones hídricas
características del terreno tanto en arquitectura de vaso como en
espaldera.
Fotografía nº 14.- Cultivo de viña adaptándose al terreno.

425
Fotografía nº 15.- Sistema de cultivo de viña en zonas ventosas con
necesaria adaptación a la zona de cultivo.
Fotografía nº 16.- Adaptación del viñedo al ecosistema con una
búsqueda integradora.
Fotografía nº 17.- Integración de los materiales de cultivo con el
entorno vitícola.
Fotografía nº 18.- Paisaje vitícola según líneas de terreno.

Fotografía nº 19.-Grandes toneles antiguos (fudres) para el


almacenamiento del vino.

Fotografía nº 20.- Viejo tonel con duelas sin recortar.

Fotografía nº 21.- Barricas en una pequeña bodega.

Fotografía nº 22.- Clásica nave de barricas.

Fotografía nº 23.- Tapón de madera para conservación de barrica.

Fotografía nº 24.- Tapón con junco seco para tapar barricas.

Fotografía nº 25.- Tapón de corcho para barricas.

Fotografía nº 26.- Tapón de plástico para barricas.

Fotografía nº 27.- Tinas para la conservación y envejecimiento del


vino.

Fotografía nº 28.- Diferentes distribuciones del parque de barricas.

Fotografía nº 29.- Moderna nave de barricas.

Fotografía nº 30.- Desinfección de toneles mediante mechas de


azufre.

Fotografía nº 31.- Antigua balanza y sistema de alzado de barricas.

Fotografía nº 32.- Plancha de corcho tras pasar por el cilindro


marcador.
426
Fotografía nº 33.- Plancha de corcho con tapones realizados.

Fotografía nº 34.- Tapón de corcho natural.

Fotografía nº 35.- Tapón de corcho natural siliconado.

Fotografía nº 36.- Tapón de corcho colmatado.

Fotografía nº 37.- Tapón de corcho aglomerado de grano grueso.

Fotografía nº 38.- Tapón aglomerado 1+1.

Fotografía nº 39.- Tapón técnico de partícula pequeña.

Fotografía nº 40.- Diferentes tapones utilizados en la actualidad.

Fotografía nº 41.- Diferentes modelos de tapones sintéticos.

Fotografía nº 42.- Tapón de corcho con cabeza de madera, de gran


formato.

Fotografía nº 43.- Tapones cabeza, usados habitualmente en vinos


licorosos jereces (corcho natural y sintético).

Fotografía nº 44.- Comparación de tapones cabeza sintéticos y de


partículas de corcho.

Fotografía nº 45.-Tapón de conservación con cabeza de plástico.

Fotografía nº 46.- Tapón de conservación troncocónico.

Fotografía nº 47.- Tapón de conservación modelo elíptico.

Fotografía nº 48.- Tapón de conservación creador de vacío en


botella.

Fotografía nº 49.- Diferentes tapones defectuosos.

Fotografía nº 50.- Vieja prensa utilizada en bodega.

Fotografía nº 51 - Vieja prensa de forma poco habitual.

427
Fotografía nº 52.- Vieja prensa vertical.

Fotografía nº 53.- Prensa vertical utilizada hace tiempo en bodega.

Fotografía nº 54.- Moderna prensa vertical de obtención de mosto.

Fotografía nº 55.- Moderna prensa vertical.

Fotografía nº 56.- Prensa utilizada en laboratorio.

Fotografía nº 57.- Tapón corona para botella de cava en rima.

Fotografía nº 58.- Tapón sintético utilizado en vinos espumosos y


cavas.

Fotografía nº 59.- Diferentes tapones de corcho para botella de


cava.

Fotografía nº 60.- Grapa para la sujeción del tapón de corcho en


cava.

Fotografía nº 61.- Versiones diferentes de tapones de corcho en


cava.

Fotografía nº 62.- Aros de corcho natural para la realización de


tapones de corcho en el cava.

Fotografía nº 63.- Tapones antes y después de ser utilizados en el


descorche.

Fotografía nº 64.-Tapón plástico para botellas de cava de pequeños


formatos.

Fotografía nº 65.- Botellas en rima.

Fotografía nº 66.- Cava de botelleros en bodega.

Fotografía nº 67.-Envejecimiento en botelleros industriales.

Fotografía nº 68.- Almacenamiento de botellas en bodega.

428
Fotografía nº 69.-Rima de viejas botellas de cava.

Fotografía nº 70.- Rima de botellas de cava en la actualidad.

Fotografía nº 71.-Ejemplo de cripta de conservación en el punto de


venta.

Fotografía nº 72.- Almacenamiento del vino en las viejas bodegas.

Fotografía nº 73.- Almacenamiento de vino en depósitos de acero.

Fotografía nº 74.-Almacenamiento de vino en grandes depósitos.

Fotografía nº 75.- Nichos para la conservación de añadas en


botella.

Fotografía nº 76.- Botella en forma de racimo. (tomada de Lujan,


1988).

Fotografía nº 77.- Diferentes tipos de botellas y colores de vidrio.

Fotografía nº 78.- Diferentes tipos de botellas y modelos.

Fotografía nº 79.- Botellas de diferentes formas.

Fotografía nº 80.- Diferentes sistemas de envases para vino.

Fotografía nº 81.- Envases de vino en paking-boox.

Fotografía nº 82.- Ejemplo explicativo de etiqueta de vino.

Fotografía nº 83.- Ejemplo comentado de distintas etiquetas de


botella.

Fotografía nº 84.- Ejemplo explicado de etiqueta y contraetiqueta.

Fotografía nº 85.- Ejemplo de etiqueta de botella de cava.

Fotografía nº 86.- Cápsulas para botella de cava.

Fotografía nº 87.- Diferentes modelos de cápsulas para botellas de


vino.
429
Fotografía nº 88.- Sacacorchos antiguo de palanca.

Fotografía nº 89.-Sacacorchos con brocha.

Fotografía nº 90.- Sacacorchos de fuelle.

Fotografía nº 91.- Sacacorchos de tonelillo.

Fotografía nº 92.-Sacacorchos de grifo.

Fotografía nº 93.- Sacacorchos con empuñadura de tirador.

Fotografía nº 94.- Moderno sacacorchos de palanca.

Fotografía nº 95.- Sacacorchos abrebotellas tipo camarero.

Fotografía nº 96.- Antiguo sacacorchos abrebotellas de tipo


camarero.

Fotografía nº 97.- Sacacorchos abrebotellas de torniquete con


apoyo en aro acoplado al cuello de la botella.

Fotografía nº 98.- Sacacorchos de torniquete con apoyo en aro


acoplado al cuello de la botella.

Fotografía nº 99.- Antiguo sacacorchos tipo grifo para cava.

Fotografía nº 100.- Moderno sacacorchos de palanca asimétrica


para botella de cava.

Fotografía nº 101.- Copa utilizada para el vino de Sauternes.

Fotografía nº 102.- Copa para la degustación de vinos dulces.

Fotografía nº 103.- Copa para el consumo de Chacolí.

Fotografía nº 104.- Dimensiones de los catavinos normalizados.

Fotografía nº 105.- Catavino de color.

Fotografía nº 106.- Copa de cata normalizada con adaptaciones


para su mejor manejo.
430
Fotografía nº 107.- Copa tipo flauta para la cata de cavas.

Fotografía nº 108.- Diferentes modelos de copa inspirada en el tipo


flauta veneciano para cava.

Fotografía nº 109.- Copa normalizada para la cata de tintos.

Fotografía nº 110.- Conjunto de copas balón.

Fotografía nº 111.- Copa ligeramente alargada para la degustación


de vino tinto.

Fotografía nº 112- Copa ligeramente ensanchada para la


degustación de vinos tintos de mayor añada.

Fotografía nº 113.- Catavino de pulgar e índice sin pie.

Fotografía nº 114.- Tipo de copa corriente para el consumo de vino.

Fotografía nº 115.- Copa de uso común para el consumo de vino.

Fotografía nº 116.- DropStop en forma de corazón.

Fotografía nº 117.- Ejemplos de DropStop de diferentes formas.

Fotografía nº 118.- Descapsuladores de botellas.

Fotografía nº 119.- Gollete antigoteo.

Fotografía nº 120.- Termómetro de vino.

Fotografía nº 121.- Diferentes modelos de decantadores.

Índice de figuras

Figura nº 1.- Dimensiones habituales en la botella renana y la


botella bordelesa.

Figura nº 2.- Dimensiones habituales en la botella borgoñesa y la


botella bordelesa.
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Figura nº 3.- Dimensiones habituales en la botella borgoñesa y la
botella para cava.

Figura nº 4.- Dimensiones habituales en la botella alsaciana.

Índice de cuadros

Cuadro nº 1.- Tipos básicos de viticulturas.

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