Causas de La Guerra de Los Mil Días
Causas de La Guerra de Los Mil Días
Causas de La Guerra de Los Mil Días
El rechazo a las reformas por parte del gobierno, convenció a los liberales guerreristas,
encabezados por Rafael Uribe Uribe, de que la única forma para cambiar el modelo
político del país no era por métodos democráticos sino por medio de una guerra civil
que derrotara al gobierno. Así, en 1898, los guerreristas destituyeron de la dirección
liberal a Aquileo Parra, representante del sector pacifista del liberalismo, e iniciaron la
planificación de una nueva guerra civil.
A esta inestabilidad política, se sumó la crisis económica que atravesó el país hacia
1895, que afectó principalmente a los cafeteros. Debido a la rápida expansión de
cultivos de café en el mundo, este bajó significativamente su precio en el mercado
mundial, lo que significó una reducción de los ingresos de los caficultores colombianos.
Crisis que se acentuó, con la negativa del gobierno de eliminar el impuesto a las
exportaciones de café.
La guerra de los Mil Días dejó un saldo inmediato de más de 100 mil colombianos
muertos, miles de mutilados y lisiados de guerra, buena parte de la infraestructura y
producción nacional disminuida por la destrucción de propiedades y el ausentismo de
los empresarios durante el enfrentamiento, y una situación monetaria y fiscal delicada
para el sostenimiento del Estado y la economía del país.
Si bien esas fueron las consecuencias más traumáticas y visibles al final de la guerra, las
transformaciones que esta ocasionó en el sistema político y económico colombiano,
fueron más profundas y significativas.
Consecuencias económicas
A los meses de haber terminado la guerra, a pesar de que el bando ganador había sido el
de los conservadores nacionalistas adeptos al gobierno, los conservadores históricos y
los liberales lograron imponerse en la toma de algunas decisiones de reforma de la
política estatal, principalmente en el campo económico. Gracias a esta presión
reformista, el Congreso aprobó, en 1903, la Ley 33 que buscaba enfrentar la crisis
monetaria y económica con políticas radicales en contra de la emisión indiscriminada de
papel moneda.
Esta ley establecía el patrón oro para controlar la especulación en la emisión monetaria.
Consecuencias políticas
Después de la guerra de los Mil Días las élites conservadoras comprendieron lo nocivo
de dejar por fuera de la administración del Estado a los liberales. Durante la
Regeneración, el partido conservador excluyo a los liberales del gobierno.
La Guerra de los Mil Días movilizó a amplios sectores del partido conservador, a buscar
un punto de equilibrio que tuviera en cuenta al partido liberal en la administración del
Estado y en la política. Desde 1903 se luchó, en el Congreso, por la aprobación de una
ley que permitiera la participación liberal en todos los entes representativos del
gobierno. Sin embargo, la resistencia de un buen sector de los conservadores
nacionalistas, frustró los primeros intentos por organizar un gobierno bipartidista.
La guerra contribuyó, de manera notable, a exacerbar los odios partidistas a nivel local y
regional. Si bien entre las élites de los partidos se produjo un mayor acercamiento, en la
repartición burocrática del gobierno y en las decisiones políticas, a nivel de las bases de
los partidos aumentó la identificación partidista y el rencor al partido contrario. La
guerra de los Mil Días sembró odios en la población, principalmente rural, que luego se
expresarían, con igual o mayor intensidad, en años posteriores y en el marco de la
denominada Violencia.
Las lealtades partidistas, con la guerra de los Mil Días, adquirieron visos de fanatismo
en el pueblo colombiano. La violencia continuó después de la guerra a nivel local,
manifestada principalmente en periodos de elecciones.
Separación de Panamá
Fin de la guerra
Después de dos años de una desgastante guerra de guerrillas, los liberales encabezados
por Benjamín Herrera, general en jefe del Ejército Unido del Cauca y Panamá, se
dirigieron a Panamá para comenzar desde allí una ofensiva que les diera la victoria.
Pero la derrota y posterior rendición de Rafael Uribe Uribe en el departamento de
Bolívar, frustró el plan de Herrera. Así, el 24 de octubre de 1902, Uribe Uribe firmó el
Tratado de Neerlandia, el cual, oficializaba la rendición de las tropas rebeldes de los
departamentos del Magdalena y Bolívar, ofrecía una amnistía a sus integrantes y les
daba la libertad inmediata a los presos de guerra que se hallaban en las cárceles de estos
dos departamentos.
presidente conservador
Manuel Antonio Sanclemente, de 85 años
de edad. Éste gobernó en forma demasiado
autoritaria, entre 1888 y 1900, en medio
de una crisis económica creciente, y se
sumó a las críticas que ya había logrado su
antecesor, Rafael Núñez, liberal
independiente pero que había accedido a su
segundo mandato en 1884, con el respaldo
del Partido Conservador.
Por esta cuestión, la iglesia estaría del lado de los conservadores a lo largo del conflicto,
tratando a través de la prédica religiosa, conseguir adeptos para esa causa.
Sin embargo, lograron tomar la ciudad de Cúcuta, y vencer a los conservadores en la batalla
de Peralonso, siendo sus fuerzas dirigidas por Rafael Uribe Uribe, entre los días 15 y 16 de
diciembre del año 1899.
Los conservadores estaban divididos en dos grupos, los nacionales, partidarios de las ideas
de la Regeneración y los Históricos, que pretendían poner algún freno a la irresponsabilidad
del Poder Ejecutivo, y disminuir la centralización administrativa. Éstos, lograron hacer caer el
gobierno de Sanclemente para designar Presidente a José Manuel Marroquín, que era el
vicepresidente anterior. Los liberales desconocieron al nuevo mandatario, y, paralelamente,
Fue la batalla de Palonegro, lugar situado a 8 kms. de Santander capital, acaecida entre el
Los rebeldes perdieron su posición en Cúcuta, que fue retomada por los conservadores, el
Los sublevados se dividían, en quienes querían continuar las acciones (belicistas) y los
pacifistas, que comprendían que no quedaba otra alternativa que negociar la paz.
Esta separación ya existía antes de la guerra, cuando tras el gobierno de Rafael Núñez,
sobrevino el mandato de Miguel Antonio Caro, Vicepresidente de Núñez, a quien los liberales
le declararon una guerra en 1895, que en tres meses terminó en fracaso, y algunos liberales
entendieron lo difícil de oponerse al gobierno oficialista.
Uribe Uribe entendió que los pacifistas estaban ahora también en lo cierto, y aunque la lucha
continuó en territorio panameño, hasta noviembre, el 24 de octubre de 1902, se suscribió el
acuerdo en la hacienda Neerlandia, firmándose el definitivo el 21 de noviembre, el Tratado
de Wisconsin, llamado así por haberse celebrado en el acorazado estadounidense que llevaba
ese nombre.