Órdoba Estelar: Desde Los Sueños A La Astrofísica Historia Del Observatorio Nacional Argentino

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CÓRDOBA ESTELAR

Desde los sueños a la Astrofísica


Historia del Observatorio Nacional Argentino

Edgardo Minniti / Santiago Paolantonio


Primera edición electrónica 2013

®
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por cualquier medio o procedimiento químico o mecánico, incluyendo
el tratamiento informático, la reprografía y distribución por redes
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ISBN: en trámite

Córdoba, Argentina

Universidad Nacional de Córdoba, 2013


E. Minniti – S. Paolantonio Córdoba Estelar 19

Capítulo 1

Los Inicios

S in tener conciencia de ello Domingo Faustino Sarmiento camino al


exilio en Chile, el 18 de noviembre de 1840, comienza a transitar
la senda del Observatorio Nacional Argentino.
Fue durante su permanencia en dicho país que entabló relación y
trató muy de cerca al Teniente James M. Gilliss1, director fundador del
Observatorio Astronómico emplazado durante 1849 en el Cerro Santa
Lucía, Santiago de Chile, por la expedición norteamericana que
comandaba, con quien se vio ligado por una particular amistad.
Cuando Gilliss se ausentó para regresar a Norteamérica, le
obsequió como recuerdo un pichiciego – armadillo –. Años después,
desde el país del norte diría en una carta con cierto humor recordando
el hecho: “el único clamiforus que existe en Estados Unidos”.
Es evidente que ese contacto le brindó la información necesaria
para tomar conciencia de la importancia que tenían las
determinaciones de posiciones celestes y las consecuencias de las
prácticas astronómicas.
A los catorce años Sarmiento había sido ayudante del Jefe de
Ingenieros de San Juan, el francés Víctor Barreau, con quien aprendió
geometría y las técnicas de la agrimensura, poniéndose en contacto
con los rudimentos de las ciencias. La relación concluyó después de
algunos trabajos con el destierro del maestro, pero la semilla se hubo
plantado. Tanto que solo, sin ayuda alguna, continuó con el trazado de
las calles de la ciudad San Juan, hasta que el gobierno lo retiró de los
mismos por supuesta incapacidad, dada su corta edad.

Benjamin Gould planifica una expedición astronómica al sur

El principal y más importante objetivo de la citada Expedición


Astronómica norteamericana en Santiago fue la determinación de la
paralaje solar, ángulo bajo el cual se vería el radio ecuatorial de la
20 Córdoba Estelar E. Minniti – S. Paolantonio

Tierra desde el centro del Sol. Con este valor y el


radio ecuatorial terrestre es posible obtener la
distancia que nos separa del Sol por simples relaciones
trigonométricas. A su vez, con esta distancia pueden
calcularse con facilidad las restantes dimensiones del
Sistema Solar.
Gilliss se dispuso a realizar tal determinación
empleando el método que había propuesto unos años
antes el astrónomo Christian L. Gerling, que requería
observaciones muy precisas de Marte cerca de sus
oposiciones o de Venus en sus máximas elongaciones,
realizadas desde dos observatorios distantes, uno en el
hemisferio sur y otro en el norte, ubicados muy
próximos a un mismo meridiano.
Benjamin Apthorp Gould
(Cuadro existente en el Museo B. Gould) Los cálculos necesarios fueron realizados en
Estados Unidos por un amigo de Gilliss, el astrónomo
Benjamín Apthorp Gould.
Gould, cuyos estudios estaban volcados primordialmente a la
astronomía de posición, trabajó en este sentido mientras dirigió el
Observatorio Dudley en Albany y, luego de renunciar al mismo, en su
observatorio particular.
En la época era evidente la necesidad imperiosa de estudios
precisos del cielo austral, solo débilmente observado por unos pocos
astrónomos en forma no sistemática. Gould estaba especialmente al
tanto de esta situación por haber trabajado en Alemania con Friedrich
W. Argelander2, quien estudió exhaustivamente el hemisferio norte
celeste con un grado de profundidad notable para la época. Fue él
quien examinó el estado de avance de las observaciones astronómicas
y destacó el gran desequilibrio existente entre el conocimiento de
ambos hemisferios celestes.

“... por lo que en estos últimos 18 años, la única región de los


cielos que no ha sido cuidadosamente investigada, es la
comprendida entre el paralelo 31° sud y el límite septentrional
de las no publicadas observaciones de Gilliss. Llenar este vacío
y completar la exploración del cielo, bajo algún plan análogo al
de Bessell y Argelander, era naturalmente un problema
halagüeño." (Gould, 1874)

Por ello, ante la necesidad imperiosa de catalogar los vírgenes cielos


australes, actividad que auguraba gloria segura, Gould planificó una
E. Minniti – S. Paolantonio Córdoba Estelar 21

expedición similar a la de Gilliss y puso todos sus esfuerzos en su


concreción. Con este propósito, en 1864 encarga al eximio constructor
de instrumentos Repsold de Hamburgo, Alemania, la construcción de
un círculo meridiano con un objetivo de 5 pulgadas – 127 milímetros
– de diámetro. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos realizados, no
pudo en esa oportunidad recaudar el dinero suficiente para concretar la
expedición austral, por lo que la misma no se realizó.

Sarmiento Ministro Plenipotenciario en Estados Unidos

El día 5 de mayo de 1865 Domingo F. Sarmiento desembarca en


Nueva York investido del cargo de Embajador Extraordinario y
Ministro Plenipotenciario de la República Argentina. Son oscuras las
razones de su designación, se sostiene habitualmente que la causa era
alejarlo de la arena política local. Sin embargo, nadie puede
desconocer que ello ocurre cuando comienza a ponerse tensa la
situación regional, desembocando en la Triple Alianza – Argentina,
Brasil y Uruguay – en guerra con el Paraguay, justo al terminar la de
Secesión en Estados Unidos, con gran disponibilidad de mano de obra
bélica ociosa y material militar sobrante. La Argentina contaba con
planes incipientes de desarrollo tecnológico y científico que requerían
trabajadores especializados y profesionales de todo orden. Además, es
destacado que fuera acompañado por el propio hijo del Presidente,
"Bartolito" Mitre, que oficia de secretario; ello permite presuponer un
carácter más que especial para tan inusual misión.
Desatada la guerra, en Estados Unidos existía no solo una clara
opinión contraria a la Triple Alianza, sino que las simpatías
gubernamentales y populares se inclinaban abiertamente a favor de
Paraguay, llegando a convertirse Solano López en un héroe mítico que
defendía una pequeña nación.
Innegables son las relaciones que el flamante embajador estableció
con oficiales de alta graduación y profesionales confederados que
ofrecieron sus servicios a la Triple Alianza; como así con proveedores
de armas y otros suministros bélicos.
No por ello descuida el amor de sus amores, la educación.
Dieciocho años antes había visitado el país con el objeto de estudiar la
misma por encargo del gobierno chileno, donde desempeñó una
intensa actividad magisteril, que dio por resultados la fundación del
Colegio de Preceptores en Santiago, primera escuela normal chilena,
entre otros emprendimientos3.
22 Córdoba Estelar E. Minniti – S. Paolantonio

Si bien aquella visita fue relativamente breve y en condiciones de


extrema precariedad económica – son abundantes las anécdotas de las
difíciles situaciones pasadas entonces – le permitió establecer contacto
con una prominente familia de educadores de Nueva Inglaterra, la de
Horace Mann4, cuya esposa lo vincularía con los máximos exponentes
de la cultura y educación estadounidense.
Como consecuencia del extravío de sus credenciales al cruzar el
istmo de Panamá al viajar desde Perú a Nueva York en su carácter de
ministro plenipotenciario argentino, por pérdida de uno de sus baúles,
no pudo asumir oficialmente su rol hasta que recién en noviembre de
ese año de 1865 llegaran los duplicados de los papeles habilitantes.
Sin embargo, participó en Washington desde el palco oficial de la
revista de tropas del Potomac, con la presencia del Presidente
Johnson, los generales Shermann, Grant y Meade. Desfilaron entonces
200.000 hombres.
Característica de su atípica conducta personal, fue la actitud de
fijar su residencia en Nueva York, en lugar de hacerlo en Washington,
destacando con ello su firme voluntad de acercarse lo más posible a lo
que constituiría el eje de su actuación: Boston. Centro educativo y
radiador de cultura de un nivel sorprendente para la época y productor
de la mayoría de los dirigentes, empresarios y científicos, que habrían
de regir los destinos del país en la segunda mitad del siglo XIX.
Fue incesante su producción de artículos en los diarios locales,
buscando volcar la opinión pública a favor de Argentina. Con ese fin
fundó el periódico Ambas Américas. Su tesón y los contactos que
estableciera ayudaron a vencer la reticencia primaria y el egoísmo
puesto de manifiesto por la prensa en un
principio.
En esa etapa el desaliento lo tocó directa
y profundamente, debido a que como
consecuencia de un hecho bélico, perdió la
vida su hijo Dominguito en el frente
paraguayo.
No obstante esa carga – o tal vez como
consecuencia de ella – redobló su actividad
y dio comienzo a la etapa más productiva de
su estadía en el lugar.
A principios de octubre visitó en
Concord5 a su íntima amiga Mary Peabody,
El Ministro Sarmiento y su comitiva. Sentado a la izquierda en 1865 ya viuda de Horace Mann, el
D. F. Sarmiento, de pie a la derecha "Bartolito" Mitre. pedagogo ídolo de Sarmiento y objeto de la
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referida visita en su viaje anterior, donde los conoció y estableció con


ella una relación intensa, notable y en ciertos aspectos extraña 6, que
trajo consigo los contactos más celebrados y benéficos para su
persona. Por su intermediación se desarrolló el programa que dio
como consecuencia el viaje de las famosas maestras norteamericanas a
la Argentina, que tanta trascendencia tuvieron en el desarrollo de la
educación moderna argentina. Ella tradujo al inglés y favoreció la
difusión de Civilización y Barbarie – o El Facundo si se prefiere, en su
versión en inglés “Life in the argentine republic” –, destacada obra del
sanjuanino que llegó por ello a conocerse con anterioridad y
merituarse más en el exterior que en nuestro propio país.
Frecuentó la Biblioteca de Cambridge, donde fue invitado a
suscribir el libro de visitantes ilustres, para lo cual se le facilitó la
pluma que había utilizado Jerónimo Bonaparte y el general Grant.
Reunió gran cantidad de información sobre
economía, política, educación y derecho que trajo
“Al fin se presenta Albany, la capital
consigo al país, haciendo suyo aquello de que es un politica del estado de Nueva-York,
requisito elemental para la libertad, la supremacía de la porque parece que los congresos
yankies huyen del bullicio de las
ley; como así que la educación es la base de la grandes ciudades. Los edilicios
verdadera libertad de los pueblos. Esos preceptos, publicos corresponden al titulo de
capital aun mas que la estension de la
constituyeron su bandera, una enseña que no arrió ciudad la importancia de sus edificios
jamás. particulares. (p.113)…
En carácter de Miembro Honorario de la Rhode M. Mann me favorecio con muchas
cartas de introduccion para sabios,
Island Historical Society dio una conferencia en una de pedagojistas i hombres notables. Su
sus reuniones generales, en Rhode Island. nombre solo era ya por todas partes un
pasaporte i un titulo de capacidad i de
Asistió a los encuentros de la Asociación de importancia para mi. Tuve una larga
Maestros Nacionales en Indianápolis y promovió la conferencia con uno de los ministros
cooperación intelectual entre ambas Américas. de Estado, quien me proveyo de una
orden para que se me entregasen
El 15 de junio de 1867 se embarcó para Francia con varias colecciones de libros i
miras a visitar la Exposición de París y a su amigo documentos publicos, que me ponian al
corriente del estado de la. educacion
Thiers, regresando el 23 de julio a Nueva York. en Massachusetts; i despues de ver
En Pensilvania conoció a Ida Wickersham, otro de cuanto digno encerraba la ciudad de
ser visto, puseme en camino para
los amores de su vida y la única relación que por sus Nueva-York, por una serie de ferro-
características peculiares, también debe tenerse en carriles i vapores combinados, que me
cuenta, dada la influencia que tuvo en la conducta pusieron no se como, de dia i de noche
marchando, en el desembarcadero de
posterior del embajador. Nueva-York.” (Sarmiento Viajes en el
El 23 de julio de 1868 el Merrimac, al separarse del Viajes en Europa, África y América, 2da
Entrega, Julio Belin y Cia, Sgo de
embarcadero en Nueva York, cierra el peculiar periplo Chile, p. 128. Europa, África y
por tierras del norte del especial hombre público. La América, 2da Entrega, Julio Belin y Cia,
partida y el pesimismo que sentía por el alejamiento de Sgo de Chile, p. 128. 1851)
Nueva Inglaterra, así como el incierto resultado de las
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elecciones que se llevaban a cabo en aquel momento en la Argentina,


ensombrecían su faz. Recién en Río de Janeiro vería asomar el sol de
su futuro con las primeras noticias de su notable triunfo electoral.

El Contacto con Gould

Sarmiento, luego de visitar a su amiga Mary Mann en Concord y


almorzar con el poeta Waldo Emerson7, a mediados de septiembre de
1865, en virtud de los vínculos de ella, es invitado a concurrir a
Cambridge donde conoce entre otras personalidades al astrónomo
Benjamin A. Gould.
El 15 de octubre Sarmiento le escribe a Aurelia Vélez:

"De casa de Mrs. Mann me llevaron a Cambridge, la célebre


Universidad, donde he pasado dos días de banquete continuo,
para ser presentado a todos los eminentes sabios que están allí
reunidos: Longfellow, el gran poeta, que habla perfectamente el
español, Gould, el astrónomo, amigo de Humboldt, Agassiz (hijo),
a quien pronostican mayor celebridad que al padre; Hill, el viejo
presidente de la Universidad” (Sarmiento a A. Vélez, 15/10/1865)

Aquel primitivo acercamiento a Gilliss – en ese momento ya fallecido


– fue el eje sobre el que giró la relación inicial con Gould, conforme
lo indica el propio Sarmiento al enviar a la Argentina copia de la
primera carta que le cursara éste; como así su respuesta a la misma,
hábilmente utilizadas mediante su difusión periodística para promover
su imagen con fines políticos.
Al día siguiente del encuentro, Sarmiento se traslada a Boston y se
aloja en la casa del astrónomo.

"En Concord me aguardaba el Profesor Gould, tenido por uno de


los astrónomos más distinguidos de los Estados Unidos, que ya
cuenta en los progresos modernos de esta ciencia; y me compelió
a aceptar una habitación en su casa de Cambridge para visitar la
Universidad de Harvard, tan celebrada…” (Sarmiento a A. Vélez,
15/10/1865)

Visita su observatorio particular donde queda impresionado con la


observación de débiles estrellas circumpolares y el instrumental de
que dispone el astrónomo.
E. Minniti – S. Paolantonio Córdoba Estelar 25

“Mr. Gould, en cuya casa estaba, me llevaba a su


observatorio particular para mostrarme la estrella de
duodécima magnitud más vecina al polo, de cuarenta
que había clasificado por la primera vez. Teniendo en la
mano un aparato eléctrico de su invención, para
transmitir las señales a un telégrafo que las deja
escritas en el papel, con expresión del minuto, segundo
y décimas de segundo en que ocurre el pasaje.”
(Sarmiento a A. Vélez, 15/10/1865)

La observación aludida fue realizada con un círculo


meridiano. Este tipo de telescopio puede solo moverse en
dirección Norte - Sur, sobre el meridiano del lugar, y es Mary Peabody Mann
(tomada de http://coleccion.educ.ar/
utilizado para fijar precisamente la posición de las estrellas coleccion/CD18/contenidos/actividade
midiendo su pasaje por el mismo. El instrumento, de 8 pies s/educar.html)
– 2,4 metros – de longitud, había sido comprado por Gould
gracias a la ayuda financiera de su esposa. El “aparato eléctrico”
mencionado era un cronógrafo, que perfeccionó el astrónomo y que
más tarde emplearía también en Córdoba.
Gould estaba al tanto de la favorable disposición de Sarmiento
hacia las ciencias y sus ambiciosos proyectos políticos por su antigua
relación con Gilliss. Convenientemente informado por la amiga
común Mary Mann, no deja pasar la oportunidad para solicitar apoyo
para llevar adelante su tan anhelada expedición astronómica austral.
En síntesis, el encuentro entre el Dr. Gould y el futuro presidente,
que no fue fortuito, se concretó gracias a dos amistades comunes, la de
Mary Peabody Mann, quien efectivamente hizo posible el mismo. y la
de desaparecido James M. Gilliss.

Nace la idea del Observatorio Nacional Argentino

Es indudable que a fines de 1865 Sarmiento ya había hecho suya la


factibilidad de un observatorio astronómico en la República
Argentina, conforme lo expresa en la respuesta a la requisitoria del
astrónomo.
Establecido sólidamente el vínculo personal, Gould logra una
promesa de apoyo pleno, luego de formalizar el pedido por una nota
dirigida a Sarmiento el 14 de octubre de 1865.
26 Córdoba Estelar E. Minniti – S. Paolantonio

“… Me tomo la libertad, por tanto, de dirigirme a V. E. sobre este


asunto, a fin de inquirir algunos datos que importan a la
realización de este proyecto favorito de una Expedición
Astronómica Austral, confiando en que su valor para el adelanto y
progreso de la ciencia, será a juicio de V. E. suficiente
compensación por la molestia que le ocasiono.
¿Habría probabilidad de que tal expedición fuera bien mirada y
recibida cordialmente por el Gobierno Nacional de la República
Argentina, ayudada en sus esfuerzos, y protegida, en caso de que
esa protección fuese requerida?
¿Podría anticiparse como un incentivo más que a mi regreso el
Gobierno Nacional se encontraría dispuesto a continuar el
Observatorio existente, y adoptarlo como institución nacional, así
haciendo mas útiles mis trabajos y contribuyendo en cierto grado
al establecimiento de un segundo Observatorio Astronómico en
Sud-América?
Finalmente, ¿podríamos en opinión de V. E. esperar una
bondadosa recepción y apoyo de parte de las autoridades locales
de la provincia y ciudad de Córdoba, sobre cuyo amistoso sostén
será necesario reposar, en tan gran parte?” (Gould a Sarmiento,
Cambridge, 14/10/1865)

En este punto, Sarmiento da un giro a la propuesta inicial de Gould.


En la contestación a la carta mencionada, realizada solo dos días más
tarde, consigna una aceptación condicionada a la creación de un
establecimiento astronómico permanente, el cual se constituiría en el
Observatorio Nacional Argentino. De este modo, la idea de una
expedición extranjera y particular, se convierte en un ambicioso
proyecto científico nacional.

“Mi estimado señor:


He recibido con el mayor placer su favorecida del 14, haciéndome
ciertas preguntas conducentes a facilitar el camino a la
realización de una Expedición Astronómica Austral, que tendría
por objeto crear en Córdoba un Observatorio Astronómico, para
completar lo que falta de observaciones de las estrellas del
hemisferio del Sur en un catálogo completo del cielo estelar.
Respondiendo a su primera pregunta, puedo asegurarle desde
ahora que el Gobierno Nacional y los hombres influyentes de la
República Argentina harán por medio de actos públicos todo lo
posible para ayudar a Ud. en su loable empeño. Sirviendo en ello
E. Minniti – S. Paolantonio Córdoba Estelar 27

a la ciencia se servirán a sí mismos, aclimatándola en nuestro


país, en uno de sus mas útiles ramos, de que aún no tenemos
estudios serios.
He aquí lo que creo podrá hacer mi Gobierno para facilitar la
ejecución de la idea: Admitir libres de derechos los instrumentos y
accesorios del Observatorio; hacer el gasto de construcción del
edificio y oficinas; obtener del Congreso autorización para
adquirir los instrumentos y continuar como Institución Nacional el
Observatorio, con los medios de adquirir las observaciones de los
demás del mundo, a fin de continuar en relación con ellos.
Puedo igualmente responderle desde ahora del cordial concurso
de las autoridades y ciudadanos de Córdoba, donde existiendo
desde siglos atrás una Universidad, la población entera está
habituada a estimar en lo que vale la ciencia. Es probable que
mas tarde el Observatorio sea afecto a la Universidad, y que
desde su llegada de Ud. se trate de establecer cursos científicos de
esa parte de las ciencias, y entonces Ud. y sus colaboradores se
harán un grato deber, estoy seguro, en prestar su cooperación y
consejos para asegurar el éxito. Acaso el Gobierno exija que deje
algunos alumnos capaces de continuar las observaciones, en los
términos que lo hizo el Gobierno de Chile, y convendría al menos
que le fuera a Ud. permitido proponer su sucesor, a fin de que
continuase las observaciones que Ud. hubiere comenzado, ó
creyese necesario emprender. …Con la seguridad de obtener de
mi Gobierno la plena y cordial confirmación de lo que ahora
anticipo, tengo el honor de subscribirme su
atento, seguro servidor” (Sarmiento a Gould,
Cambridge, 16/10/1865)

Es interesante destacar de la misiva la idea


subyacente de que el futuro observatorio debía
tarde o temprano integrarse a la universidad de
Córdoba.
Sin embargo, la iniciativa se ve frustrada
circunstancialmente por la carta del 11 de enero
de 1866 del Ministro de Justicia, Culto e
Instrucción Pública, Dr. Eduardo Costa;
imponiéndole de la imposibilidad de llevar
adelante los planes en tal sentido, apoyados
fervientemente por el representante argentino, Domingo Faustino Sarmiento (Detalle cuadro
por razones de índole económica, derivadas de existente en el Cabildo Histórico de Córdoba)
28 Córdoba Estelar E. Minniti – S. Paolantonio

la guerra con el Paraguay. Todavía no era el momento.

“…Al contestar a Mr. Gould, promotor de tan útil pensamiento, ha


dicho V. E. que es su parecer que para facilitar su ejecución el
Gobierno de la República estará dispuesto a admitir libre de
derechos los instrumentos i accesorios del Observatorio, a hacer
el gasto de construcción de edificios i oficinas, i finalmente a
obtener del Congreso autorización para adquirir los instrumentos
i continuar el Observatorio como institución Nacional. Al mismo
tiempo agrega: V. E. que espera que el Gobierno lo autorizará
para confirmar lo que a su nombre anticipa. Muí poco interés en
el progreso de las ciencias acreditaría el Gobierno de la
República si no simpatizara vivamente con la creación en su
territorio de un establecimiento semejante, i no impidiere que el
capital empleado en tanto útil objeto fuese disminuido por
contribuciones fiscales. Así mismo se hará un deber de recabar del
Congreso la autorización para continuar el Observatorio como
institución Nacional, que no duda la prestará gustoso.
Solo teme que el compromiso que contrajera confirmando el
ofrecimiento de V. E. con respecto a la construcción del edificio i
oficinas para el Observatorio, viniera a imponer un gravamen
demasiado fuerte al Erario público, sobre el que, como sabe V: E.,
tan inmensas atenciones pesan en este momento.... (Costa a
Sarmiento, Buenos Aires, 11/01/1866)”

Sarmiento no olvida la propuesta, recuerda a Gould en varias


oportunidades, particularmente en su discurso de Providence en la
Sociedad Histórica de Rhode Island:

“... y si se llevase a cabo la idea del astrónomo Gould de


Cambridge, de erigir en Córdoba un observatorio para completar
lo que falta a un catálogo completo de las estrellas, los Estados
Unidos habría dado la última mano a la grande obra de
inventariar la creación, de que nuestro forma tan mínima y
humilde parte. ...." (Sarmiento, 27/10/1865)

Cabe analizar las razones de la pronta aceptación del Dr. Gould por
parte de Sarmiento.
Como se verá en detalle en el próximo capítulo, Gould era un
astrónomo reconocido, con experiencia tanto en su especialidad como
en otras ciencias conexas, así como en gestión, dado que había sido
E. Minniti – S. Paolantonio Córdoba Estelar 29

director fundador del Dudley Observatory. También tenía fluida


relación con los más prominentes astrónomos y científicos de la
época, un aspecto clave que favorecería el desarrollo de la futura
institución, hecho que fue destacado por Sarmiento al señalar
especialmente su amistad con el célebre naturalista Alexander von
Humbold.
Pero más allá de estos aspectos de gran importancia, Gould estaba
casado con Mary Quincy Adams, perteneciente a una familia poderosa
tanto desde el punto de vista político como económico. Entre sus
ancestros y parientes contaba presidentes estadounidenses, alcaldes de
Boston y un presidente de la prestigiosa Universidad de Harvard. Esto
no pudo ser pasado por alto por Sarmiento, quien seguramente avizoró
un futuro repleto de importantes relaciones.
Finalmente, debe considerarse que Benjamín Gould era masón y
ostentaba la máxima jerarquía en el ordenamiento según el antiguo
rito escocés, organización a la que también Sarmiento pertenecía,
como muchos otros políticos de nota. Los discursos y la
correspondencia entre Sarmiento y Gould permiten aseverar que
coincidían ideológicamente en un gran número de cuestiones, en
cuanto a la ciencia, la política y sus concepciones sociales, lo que sin
dudas facilitó la concreción de la propuesta. Como se verá, estos dos
protagonistas terminaron forjando una estrecha amistad.

Reunión social en la casa de Rutherfurd

A pesar del traspié, Gould no ceja en la búsqueda del compromiso


necesario para concretar su proyecto. En procura de ello organiza para
el miércoles 3 de abril de 1866 una reunión social en casa de su amigo
Mr. Lewis Rutherfurd 8, adinerado inventor y aficionado a la
astronomía. La misma se concreta en el 179 de la 2da Avenida, Nueva
York, con la asistencia de diversas personalidades de distinto carácter
y rango, a la que es invitado el Embajador Sarmiento. Todo parece
indicar que fue el objetivo central del evento, su concurso,
constituyendo una clara evidencia de su infatigable e inteligente "labor
de seducción".
Deslumbrado y con una excelente fotografía de la Luna bajo el
brazo, días después brindará en una larga carta al diario “El Zonda”
detalles del encuentro, demostrando un gran entusiasmo por el
despliegue de técnicas novedosas llevado a cabo para su ilustración,
30 Córdoba Estelar E. Minniti – S. Paolantonio

“resultado de la casual reunión del dinero, las artes mecánicas y el


ingenio yanky", como ponderaría el propio Sarmiento.

“…el aspecto del edifico y el ornato del salón de entrada, que


llamaríamos según, nos dice que estamos entre gente comilfaut
(sic). Introducidos a la sala de recibo, nos hallamos entre las
estatuas, bronces, objetos de arte, cuadros originales magníficos
que cubren mesas y murallas donde las suntuosas colgaduras de
Damasco dejan espacio. La fisonomía de dos damas de la casa
revela la vieja aristocracia holandesa, primitivos pobladores de
esta ciudad de Nueva York. En confirmación somos informados
que la familia posee propiedades que vienen de padres a hijos de
ciento ochenta años atrás. Se van anunciando, a medida que
llegan, los invitados cuyos nombres y títulos se designan, con
algún comentario explicativo. He aquí los que me acuerdo: Mr.
Ballarfairlod, el célebre viajero que ha recorrido la Europa a pié
a descrito la Hungría, visitado la Laponia y la Siberia, recorrido
la Turquía y el Asia; poeta y literato célebre además. Mrs. Failord
hija del célebre astrónomo alemán Hancen De Gotha - Mr
Eheiniger pintor de paisajes y de historia. Mr. Anmaises Rovd el
primer profesor de física de los Estados Unidos - General Pinton
profesor de la Escuela de Minas - Profesor Mr. Russel secretario
de la Sociedad Histórica – Mr. Bell fiscal del distrito de Nueva
York, Estados Unidos. Varios otros abogados, jóvenes y señores
sin contar con el astrónomo Gould huésped de la casa y a cuya
intersección debimos tan científica reunión. El dueño de casa es
un sabán que a los dones de la fortuna y a los gustos artísticos de
que es muestra su habitación reúne dos cualidades singulares, una
es la de ser uno de los mecánicos más ingeniosos, y la otra el
primer fotógrafo del mundo. Con dinero para los gastos, con
hábiles manos para ejecutar las máquinas y aparatos que concibe
para la realización de sus ideas, y con los mejores aparatos
fotográficos, un día se propone fotografiar la Luna, con sus
montañas, valles, y espantosos barrancos o abismos, y obtiene
ejemplares más grandes que el natural, con asombro y alegría de
todos los astrónomos del mundo. Animado con tan completo
éxito le emprende con el cielo estrellado, inventando aparatos
asombrosos para someter el microscopio al telescopio, y dejar en
negativo estampado, las estrellas con sus magnitudes, y distancias.
Las Pléyades (las siete cabrillas) estando en el camino de la Luna,
sirve para medir por las sucesivas, ocultamiento la distancia a la
E. Minniti – S. Paolantonio Córdoba Estelar 31

Tierra. Todo está en medir exactamente la distancia de la una a


otra. El mapa o la mensuración obtenida, a más de los
sufrimientos que importe, observación tan prolija, demanda seis
meses de trabajo. Mr. Rutherfurd dentro de su gabinete sobre
tapices muelles, obtiene la copia en vidrio de las Pléyades y 40
estrellas vecinas más, y entonces la mensuración puede hacerse a
la punta del compás. Mr. Gould ha sido llamado de Cambridge
para revisar y apuntar la memoria que anunciará al mundo
astronómico la sencillez del resultado, de que le darán las gracias
por las penas y tiempo que va a ahorrar. Tendremos mapas
estelares más exactos que los de topografía. He aquí un resultado
obtenido por la casual reunión del dinero, y de las artes
mecánicas, y del genio yanqui.
Se me hace una seña, me escabullo del salón y
soy introducido al Sancta Santorum
laboratorio del mágico. Allí está un telescopio
el segundo en poder de los Estados Unidos:
aquí el salón de trabajos erizado del único
micrómetro existente en la tierra, pues este es
el primero inventado; ''Tercospectrum'' para
la descomposición de la luz con el cual ha
podido determinar el valor de la que arroja
cada sustancia mineral, y por tanto saber que
los habitantes del Sol, careciendo de oro,
plata, cobre, aunque otros metales tengan
deben usar greenveaes, o papel moneda para
sus transacciones comerciales, Mr.
Rutherfurd ha perfeccionado la fuga de los
cristales que forman los prismas, e inventado
un aparato para agrandar y achicar a
voluntad el círculo, haciendo siempre que
coincidan las tangentes de los ángulos,
operación que se hace al tanteo, y demanda
horas de fastidiosos ensayos. Más allá está el
laboratorio o botica de la fotografía - más
allá está el taller del mecánico, herrero,
broncero, óptico, etc, etc. Como recuerdo de
haber sido iniciado en los secretos de la
astronomía práctica, el autor me obsequia
una fotografía de la Luna. Vuelvo al gran
Foto de la Luna obsequiada al Dr. Gould y detalle con la
salón,...” (Sarmiento, 10/4/1866) firma de Rutherfurd.
32 Córdoba Estelar E. Minniti – S. Paolantonio

La fotografía mencionada, autografiada por Rutherfurd, se exhibe


hoy en el Museo Histórico Sarmiento en la ciudad de Buenos Aires.
En la misma oportunidad regala al Dr. Gould otras copias que hoy se
encuentran en el Observatorio Astronómico de Córdoba. Estas
históricas fotografías fueron redescubiertas por los autores, pues se
ignoraba su origen.
Si bien la inquieta actividad itinerante del particular Ministro le
impide un contacto directo y continuo con el astrónomo, la relación
establecida no se interrumpe. Por el contrario, a fines de junio o
principios de julio de 1868 Gould visita a Sarmiento en Nueva York.
Junto con Mary Mann el astrónomo gestiona en la universidad de
Harvard el otorgamiento a Sarmiento de un doctorado “Honoris
Causa”. Un cambio en la reglamentación de la casa de altos estudios
impide en esa oportunidad concretar la iniciativa.
Ante este traspié las gestiones se dirigieron a la Universidad de
Michigan, Ann Arbor, lográndose en la misma el cometido propuesto.
Poco antes de su regreso a la Argentina esa casa de estudios otorga el
título a Domingo Faustino Sarmiento. El Acta de la Junta de Regentes
fechada el 23 de junio de 1868, consigna la concesión de tal grado
honorífico en Derecho. El día 24, en solemne acto académico
multitudinario, se concreta la entrega del correspondiente diploma,
entre otros muchos egresados regulares de esa institución. Acompañó
en la oportunidad al distinguido doctor el propio hijo del Presidente
Argentino, "Bartolito" Mitre, quien se constituyó en calificado testigo
del trascendente suceso.

El doctor Sarmiento regresa a la Argentina

El juego por la Presidencia estaba iniciado y sus posibilidades eran


ciertas, aún cuando la incertidumbre embargaba al ilustre sanjuanino
por las cambiantes e impredecibles condiciones políticas imperantes
en el país.
Llegado el momento de la partida, es despedido por Mary Mann y
sus amistades con un té realizado en Cambridge, al que asistieron las
personalidades del lugar. Si bien se desconoce con precisión quienes
además de Emerson fueron los asistentes, seguramente Gould no fue
ajeno al mismo, directa o indirectamente, después de todo el esfuerzo
que realizara para afianzar sus planes9.
El amanecer del Observatorio despunta por el Sur.
Definitivamente, la suerte estaba echada.
E. Minniti – S. Paolantonio Córdoba Estelar 33

Elección de Córdoba como sede del futuro observatorio

La elección de Sudamérica para realizar la expedición astronómica


proyectada por Gould puede explicarse por la facilidad relativa del
acceso, los buenos antecedentes derivados de la expedición de Gilliss
a Chile y la ventaja adicional de no estar trabajando en esas tierras
ningún astrónomo de renombre.
Fue Gilliss quien en un principio impuso a Gould respecto de las
bondades de la región de Córdoba para la observación astronómica 10.
Cuando realiza la propuesta de la Expedición Astronómica Austral a
Sarmiento, Gould había precisado el lugar conforme sus propias
palabras:

“… después de estudiar e inquirir mucho acerca de los parajes


más adaptables a observaciones astronómicas, he arribado a la
convicción de que la ciudad de Córdoba en vuestra República, por
su posición geográfica, la pureza de su atmósfera, la excelencia y
salubridad de su clima, y el conveniente acceso para los
materiales requeridos para un Observatorio; así como también
por estar libre de los temblores de tierra, que tan frecuentes son
en la parte occidental de aquel Continente, reúne condiciones
favorables para un Observatorio Astronómico, superiores a
cualquier otro punto que pudiera ser convenientemente elegido.”
(Gould a Sarmiento, Cambridge, 14/10/1865)

Sin dudas Gould fue informado sobre este punto para


inducirlo a escribir "pureza y salubridad de su
clima", cosa absolutamente cierta, aunque el número
de noches despejadas en el año no era muy grande.
En una de sus cartas a Sarmiento comenta que de
acuerdo con lo que conocía, en Córdoba había 320
noches al año sin nubes, cuando la realidad solo
marcaban un gran número de días sin lluvia, lo que
no significaba la ausencia de nubosidad.
Charles D. Perrine, cuarto director del
Observatorio Nacional Argentino, al hacer referencia
sobre la creación de la institución, señaló que Gilliss
visitó Córdoba. Sin embargo no se hallaron
elementos que apoyen esta circunstancia. El
astrónomo llegó a Santiago en 1849 junto con los James Melville Gilliss (U. S. Naval Observatory)
alumnos Alférez Archibald MacRae y Henry C.
34 Córdoba Estelar E. Minniti – S. Paolantonio

Hunter, luego reemplazado por Seth Ledyard Phelps. Gilliss regresó a


su patria por mar partiendo desde Valparaíso, Chile. Se tiene la certeza
que MacRae realizó mediciones magnéticas, cruzando Argentina hasta
Buenos Aires, pero no tomó el camino que pasaba por la ciudad de
Córdoba sino por Río Cuarto11, de modo que tampoco este ayudante
conoció Córdoba en esa oportunidad, aunque sí la región.
Sarmiento, que confirmó a Gould sobre la conveniencia de ubicar
la sede del Observatorio en la ciudad mediterránea, no vivió en ésta
por largo tiempo; la conocía sin dudas bastante más que Gilliss.
De todos modos, uno u otro solo pudieron estar poco tiempo en la
ciudad, de modo que su conocimiento de su clima fue indirecto.
No puede dejar de destacarse que con posterioridad en una
correspondencia privada, Gould se queja del error a que fue inducido
desde el vamos, pues las condiciones ambientales cordobesas no eran
precisamente las más propicias para el ejercicio astronómico
continuado, por sus vientos frecuentes – que hacían modificar
abruptamente las condiciones ambientales –, el polvillo de su
atmósfera y la bruma nocturna común en ciertas épocas del año, que
quitaban transparencia a un porcentaje no despreciable de noches 12.
En compensación, destaca que cuando el cielo estaba despejado, su
transparencia era extraordinaria.
De todos modos, debe recordarse que no existían en aquel
momento registros climáticos que le permitieran deducir la frecuencia
de noches despejadas.
Si se analizan las alternativas de localización del observatorio,
tanto Buenos Aires, Rosario, como el resto de las ciudades del Litoral
tienen un clima desde el punto de vista astronómico muy malo por la
elevada humedad. El sur era un territorio “no civilizado”, dominado
por los aborígenes. Cerca de la cordillera se sucedían los temblores
que el astrónomo expresamente trata de evitar, dada la mala
experiencia de Gilliss. La elección en consecuencia no podía ser otra.
Al Dr. Gould le interesaba Córdoba, entonces la más importante
ciudad del interior del país, por ser sede de la única universidad
nacional, en la creencia que ello le permitiría obtener personal idóneo
de apoyo para su emprendimiento. Sarmiento, como se indicó,
también compartía este interés.
Para el futuro presidente se trataba de una tierra que le resultaba
favorable por la presencia de muchas amistades, en particular los
Vélez Sarsfield. Con la universidad, un observatorio astronómico y la
futura Academia de Ciencias, esperaba que Córdoba se constituyera
E. Minniti – S. Paolantonio Córdoba Estelar 35

en un polo cultural, similar en algunos aspectos al de Boston, proyecto


al que no era ajena la planeada Exposición Nacional.
Finalmente, debe tenerse en cuenta que en 1870, solo un año antes
de concretarse el Observatorio, llegó a la ciudad la primera línea
férrea que la unía con Rosario, puerto que entonces permitía una
comunicación segura y económica con alta mar, facilitando de este
modo el traslado de los instrumentos y elementos necesarios.
Ese mismo año también se concluyó la conexión telegráfica con
Buenos Aires, lo que permitiría un fluido contacto con el mundo.
Todo indica que la elección de Córdoba como sede para el
observatorio astronómico resultó de la conjunción de cuestiones
técnicas, prácticas y políticas. No resulta evidente entonces, lo
aseverado por algunos investigadores que simplemente Sarmiento
convenció a Gould para encaminarlo hacia Córdoba.
Entusiasmado con la propuesta, el mismo día que escribe al
Ministro Sarmiento también lo hace al Dr. Dalmacio Vélez Sarsfield,
alertándolo sobre los planes de establecimiento de un observatorio,
mencionando inclusive la posibilidad de su emplazamiento en “los
altos”, zona aledaña a la ciudad, y le pide que vaya preparando las
facilidades necesarias para su concreción.

Imperialismo cultural

La idea de promover la ciencia estaba arraigada en la mente de


Sarmiento al llegar a EE.UU.; el sanjuanino vio una oportunidad
concreta en la propuesta del Dr. Gould, la que hábilmente transformó
en un proyecto propio y nacional, más ambicioso y con mayores
perspectivas que las contenidas en el programa de Gould,
estrictamente técnico.
El período comprendido entre la década de 1860 y fines del siglo
XIX, marca el inicio del proceso de modernización e
institucionalización de la ciencia en la Argentina, que puede
identificarse con la fundación en la ciudad de Córdoba del
Observatorio Nacional Argentino, la Oficina Meteorológica
Argentina, la Academia Nacional de Ciencias y la Facultad de
Ciencias Físico - Matemáticas en la Universidad Nacional.
El establecimiento de estas instituciones científicas pioneras, aún
hoy en plena actividad, formó parte de una política de promoción de
las ciencias, cuyos principales protagonistas fueron Domingo F.
Sarmiento, como presidente de la república, y su Ministro de Justicia,
36 Córdoba Estelar E. Minniti – S. Paolantonio

Culto e Instrucción Pública, Dr. Nicolás Avellaneda, el que al


sucederle en la presidencia posibilitó la continuidad de la propuesta.
La astronomía se presentaba entonces como una ciencia de punta
destinada a convertirse en un agente de cambio para la Argentina.
Sarmiento lo destaca en su discurso pronunciado con motivo de la
inauguración del Observatorio Nacional Argentino:

“Y bien, yo digo que debemos renunciar al rango de nación, o al


título de pueblo civilizado, si no tomamos nuestra parte en el
progreso y en el movimiento de las ciencias naturales...”
(Sarmiento, 24/10/1871)

Otro tanto ocurre con el Dr. Avellaneda, quien pronto aparecerá en


escena en esta historia desempeñando un papel crucial en la creación
del Observatorio, quien señaló en sus discursos parlamentarios:

“…la astronomía marcha al frente de las ciencias naturales…


como todos saben, [la astronomía] es la primera de ellas...”

Avellaneda también sostenía que la existencia del observatorio le


daría a la Argentina notoriedad entre las naciones extranjeras,
ayudándola a insertarse en el contexto internacional.
En una época donde la ciencia era sinónimo de Europa y en
especial de Alemania y Francia, contratar un científico americano fue
en parte un acto de ruptura con ese “imperialismo cultural” vigente.
Sin embargo, esto no se dio de igual modo con la creación
contemporánea de la Academia Nacional de Ciencias, en la que su
director, el Dr. Burmeister – traído por la Confederación Argentina –
y los primeros académicos fueron alemanes.
Mucho se ha hablado de que expresiones estructurales como la
Academia de Ciencias y el Observatorio Astronómico constituyeron
una cabal prueba del ejercicio pleno de una política imperialista
cultural, por parte de las grandes potencias de la época.
Es innegable que las mismas, sean Alemania, Inglaterra, Francia,
Estados Unidos o Rusia, ejercían o pugnaban por hacerlo, una actitud
rectora producto del esfuerzo humano y económico destinado por los
respectivos estados, para mantener supremacía no solo militar o
política, sino también en el ejercicio de las distintas disciplinas,
cualesquiera fueren, en su beneficio. Es infantil desconocerlo.
Particularmente, comprendemos esa actitud defensiva y promotora
de la actividad propia, en su beneficio, como respuesta común de
E. Minniti – S. Paolantonio Córdoba Estelar 37

sociedades que pugnaban a ello, defendiendo a ultranza sus intereses


propios. Pero el imperialismo surge y se ejerce, cuando las políticas,
actitudes o estructuras, son impuestas abierta o solapadamente, no
cuando constituyen la consecuencia de un acto de voluntad propia, en
pleno ejercicio de facultades legítimas y en franca libertad, mediante
mecanismos legítimos y en pos de beneficios concretos.
La Academia y el Observatorio nacieron como resultado no solo
como una decisión de los gobernantes argentinos, sino también de una
necesidad propia del país que crecía rápidamente y requería de esos
instrumentos para promover el desarrollo nacional, de acuerdo con lo
que sus dirigentes, condicionados o no por el pensamiento de la época,
no de manera distinta a como lo fueron en todas partes las decisiones
tomadas para cualquier empresa por cualquiera que tuviese que
hacerlo, resolvieron por voluntad propia y convicciones personales
llevar adelante esa conducta.
El que desconozca tener padre termina por ser un hijo de... madre
sospechosa. Resulta inadecuado caer en tales planos de
fundamentalismos nocivos, resultantes de una puja imperial
descarnada que desgarra el mundo actual, donde se promueve
trasladar hasta esos sitios pasados los juicios de valor asignados a
acciones que sí resultaron imperialistas y trajeron perjuicios a pueblos
que concluyeron aherrojados o sometidos objetiva o subjetivamente
por intereses ajenos de los propios.
Nada más lejano a ello que la acción desarrollada por la Academia
Nacional de Ciencias o el Observatorio Nacional Argentino.
Se puede argüir que fueron Alemania, Estados Unidos, Inglaterra o
Francia, según el caso, quienes participaron de la empresa. No lo
hicieron como estados, sino con la contribución de sus nacionales
calificados para ello – aunque a veces no tanto – pues terminaron aquí
por ser los únicos que ofrecían los servicios específicos necesarios
para lograr aquellos objetivos eminentemente nacionales.
El desarrollo logrado, las obras resultantes, el prestigio ganado
entonces, constituyen prueba palmaria de que de un modo u otro el
país resultó beneficiado en toda la línea.
38 Córdoba Estelar E. Minniti – S. Paolantonio

Notas
1
James Melville Gilliss, nació en 1811. Astrónomo y oficial de la Marina
Norteamericana tuvo a su cargo la expedición austral bajo el patrocinio del
Observatorio Naval – del cual es considerado fundador –, la Academia Nacional de
Artes y Ciencias de Boston y la Sociedad Filosófica Americana de Filadelfia, que dio
lugar con posterioridad a la fundación del Observatorio Nacional de Chile. Gilliss, al
igual que Benjamin Gould, futuro director del Observatorio Nacional Argentino, formó
parte de las 50 destacadas personalidades que el 3 de marzo de 1863 el presidente
Lincoln incorporó a la Academia Nacional de Ciencias. El Dr. Gould, su amigo, trabajó
en parte de la reducción de las observaciones efectuadas por la expedición, en conjunto
con observatorios del Norte y Europa, con miras a determinar la paralaje solar. Falleció
en 1865 siendo Director del Observatorio Naval norteamericano.
2
Friedrich Wilhelm August Argelander, nació en Memel, Prusia (hoy Kláipeda -
Lituania) el 22 de marzo de 1799 y murió en Bonn el 17 de febrero de 1875. Estudió en
la Universidad de Königsberg. En 1837 aceptó una cátedra de Astronomía en la
Universidad de Bonn, donde permaneció hasta su muerte. En esa ciudad concluyó su
obra más importante, la Bonner Durchmusterung. En ella describe las
posiciones relativas y brillo de unas 324.000 estrellas con magnitudes superiores a 9,5
desde el Polo Norte Celeste, hasta 2° al Sur del Ecuador. Entre los logros de
Argelander, se encuentran: el cálculo del movimiento del Sol en el espacio en 1837; el
desarrollo de un sistema de magnitudes para determinar el brillo de estrellas demasiado
débiles para ser visibles a simple vista y el desarrollo del sistema para dar nombre a las
estrellas, vigente en la actualidad. Fue alumno de F. W. Bessel, quien le transmitió la
importancia de disponer de buenos mapas celestes, entonces inexistentes, para proseguir
con provecho los estudios astronómicos.
3
Sarmiento fue un ferviente opositor de Rosas, causa de su destierro. Entre 1841 y
1845 llevó adelante una fuerte actividad de propaganda en contra de Rosas. En 1845 el
gobierno de Rosas solicitó al chileno medidas en contra de Sarmiento. Siendo amigo del
Ministro Manuel Montt, el gobierno chileno encontró la solución al problema, al
comisionar a Sarmiento en un viaje al hemisferio norte, para estudiar la educación
elemental y los métodos de colonización en Argel. Sarmiento partió a Europa en octubre
de 1845. Visitó Francia, España, Italia, Suiza, Alemania, Inglaterra y África, y antes de
retornar a Chile visita Estados Unidos, llegando a Nueva York en septiembre de 1847.
4
En ese momento secretario del “Board” de Instrucción Pública de Massachusetts.
5
Este pueblo es descripto por Sarmiento como “verdadera aldea, sin alumbrado, y
sin embargo bellísima…”. Carta a A. Vélez, 15/10/1865. Obras completas, XXIX, 65.
6
Mary Peabody Mann constituyó la persona que fuera de Ida Wickersham tuvo
mayor influencia sobre la actividad de Sarmiento en Estados Unidos, en particular con
relación al futuro observatorio astronómico y al viaje de las maestras norteamericanas a
la Argentina, una de las cuales, Frances Wall llegó a convertirse en la esposa del
sucesor de Gould en el Observatorio, John Macon Thome. Hija de un médico y librero
de apellido Peabody, contaba con dos hermanas. Una, la esposa de Nathaniel
Hawthorne, el famoso novelista, y la otra, profesora de Historia y destacada educadora,
autora de libros sobre esa materia. Por intermedio de ambas se vincula Sarmiento con
Longfellow, entablando una relación permanente. Este artista, sabiendo de la amistad
que los ligaba, por intermedio de Gould y señora, en oportunidad de sus viajes, le envía
poemas propios. Si bien solo en pocas oportunidades tuvieron contacto personal directo
en razón de sus continuos viajes, la relación fue intensa y objeto de más de doscientas
cartas en el transcurso de un lapso relativamente breve. Los ligaba el común interés por
la difusión de la obra de Mann y del propio Sarmiento, la amistad con Gould y otras
personalidades notables que influyeron grandemente en la misión del embajador. Ella
E. Minniti – S. Paolantonio Córdoba Estelar 39

manifestó que Sarmiento “fue el hombre más extraordinario que haya conocido jamás
en su vida”.
7
Ensayista y poeta americano, nacido en Boston en 1803, se graduó en Harvard y
fue el primer angloamericano que influyó en el pensamiento europeo. Formaba parte del
círculo de amistades de Gould y fue uno de los integrantes del núcleo de intelectuales
que estableció relaciones con Sarmiento gracias a él y a Mary Peabody Mann. Pastor
protestante, hubo de renunciar a su ministerio por las ideas particulares que sustentaba
respecto al culto. Murió en Concord el 27 de abril de 1882.
8
Nacido en Morrisania, New York, el 25 de noviembre de 1816. Fallece el 30 de
mayo de 1892. Para mayor información sobre Rutherfurd ver el capítulo 7.
9
Tiempo después de estos hechos Sarmiento escribe a la señora Mann: "De todos
los pasos dados por mi administración para mejorar la educación, o avanzar la
civilización del país, el Observatorio Astronómico es el que más éxito promete, gracias
a la contracción, talento e instrucción del doctor Gould, nuestro amigo.".
10
En el obituario del Dr. Thome publicado en Monthly Notices of the Royal
Astronomical Society, Vol. 69, en la página 256 se señala que Gilliss consideraba a
Córdoba una plaza deseable desde el punto de vista astronómico.
11
A. MacRae, "Report of a journey across the Andes and pampas of the Argentine
provincies", en Gilliss, The U.S. Naval Astronomical Expedition to the southern
hemisphere, during the years 1849, 50, 51, 53. Repite el recorrido entre 1853 y 1854.
12
En su visita a Boston en 1874 señala: "Inducido por informes de varias
procedencias a creer que el clima de Córdoba, equidistante del Atlántico y del Pacífico
e igualmente exento de los frecuentes temporales de una costa como de los terremotos
de la otra,... El clima de Córdoba no correspondió a mis esperanzas. Sabiendo que no
había lluvias durante medio año, recordando la admirable continuación de tiempo
favorable que Gilliss experimentó en Santiago, contaba con abundancia de cielo sin
nubes. Pero, con pena, pronto adquirí la evidencia de que la carencia de lluvias de
ningún modo implica ausencia de nubes; y juzgando por lo que recuerdo, no estimaría
las buenas noches en Córdoba más numerosas que en Boston,... El cielo suele hacer
jugarretas nublándose de repente precisamente al anochecer de un día magnífico, o
cubriéndolos en pocos minutos con un velo de niebla, sin previo aviso." (Gould,
1874a).

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