Las supersticiones son creencias irracionales que implican que un elemento externo como un objeto o ritual puede influir en los resultados de una situación, aunque no tenga una relación objetiva con ella. Esto ocurre porque las supersticiones surgen de la incertidumbre ante situaciones incontrolables y generan niveles altos de estrés. Los comportamientos supersticiosos tienden a aparecer en circunstancias relacionadas con objetivos específicos como el estudio o el deporte.
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Las supersticiones son creencias irracionales que implican que un elemento externo como un objeto o ritual puede influir en los resultados de una situación, aunque no tenga una relación objetiva con ella. Esto ocurre porque las supersticiones surgen de la incertidumbre ante situaciones incontrolables y generan niveles altos de estrés. Los comportamientos supersticiosos tienden a aparecer en circunstancias relacionadas con objetivos específicos como el estudio o el deporte.
Las supersticiones son creencias irracionales que implican que un elemento externo como un objeto o ritual puede influir en los resultados de una situación, aunque no tenga una relación objetiva con ella. Esto ocurre porque las supersticiones surgen de la incertidumbre ante situaciones incontrolables y generan niveles altos de estrés. Los comportamientos supersticiosos tienden a aparecer en circunstancias relacionadas con objetivos específicos como el estudio o el deporte.
Las supersticiones son creencias irracionales que implican que un elemento externo como un objeto o ritual puede influir en los resultados de una situación, aunque no tenga una relación objetiva con ella. Esto ocurre porque las supersticiones surgen de la incertidumbre ante situaciones incontrolables y generan niveles altos de estrés. Los comportamientos supersticiosos tienden a aparecer en circunstancias relacionadas con objetivos específicos como el estudio o el deporte.
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Las
supersticiones son creencias irracionales según las cuales se considera
que un objeto, acción o circunstancia, sin una relación objetiva con una situación vital de la persona, puede influir en ella (Damisch et al., 2010).
Implican que un elemento externo a la persona (un objeto, un ritual etc.) se
convierta en determinante para el curso y resultados de los acontecimientos.
Esto se debe a que la superstición se alimenta de la incertidumbre ante
situaciones incontrolables (Vyse, 1997, p.201), en las que la persona presenta expectativas y experimenta niveles elevados de estrés (Whitson & Galinsky, 2008; Keinan, 1994).
Los comportamientos y creencias de tipo supersticioso tienden a aparecer en
circunstancias relacionadas con un tema específico, como por ejemplo el estudio, el trabajo, las relaciones interpersonales, el rendimiento deportivo, etc. (Jahoda, 1969).
Qué consecuencias tiene ser supersticioso?
El comportamiento supersticioso sirve para regular la tensión psicológica que sentimos al querer alcanzar un objetivo, creando un sentimiento de control y predictibilidad ante situaciones percibidas como caóticas y fuera de control (Keinan, 2002; Schippers & Van Lange, 2006; Damisch et al., 2010). Así que, creer en la buena y mala suerte, puede desembocar en conductas como cruzar los dedos (Vyse, 1997), tocar madera (Keinan, 2002) o usar algún tipo de amuleto (Wiseman & Watt, 2004). Dependiendo del alcance y del tipo de creencia, la influencia de una superstición puede generar desde un comportamiento más leve (como llevar determinada vestimenta o algún objeto considerado amuleto) hasta comportamientos más perturbadores (como evitar situaciones), generando alteraciones en las rutinas y costumbres de la persona. En este sentido, las supersticiones se pueden distinguir entre positivas y negativas, según sus efectos en los comportamientos de la persona. Por qué se producen las supersticiones?
Cuando las personas se enfrentan a situaciones nuevas e incontrolables, sus
creencias y comportamientos pueden oscilar entre dos extremos: la sensación de indefensión y la ilusión de control.
La forma en que una persona se posiciona ante la incertidumbre, creyendo en
la buena suerte (Darke y Freedman, 1997), depende de su sensación de poder controlar las consecuencias de sus acciones (Peltzer 2003; Mundada, 2013), de su personalidad (Wiseman y Watt, 2004), de sus estrategias de afrontamiento (Irwin, 1994), de su sentimiento de autoeficacia (Tobacyk y Shrader, 1991; Sachs, 2004; Damisch et al., 2010), si es más optimista o pesimista (Day y Maltby, 2003) y de sus creencias religiosas (Stanke y Taylor, 2004, Beck y Miller, 2001).
En particular, las personas que tienden a atribuir los resultados de sus
acciones a uno mismo creen menos en la buena suerte, en comparación con aquellos que atribuyen los resultados de los acontecimientos a causas externas, independientes de uno mismo (Sagone y DeCaroli, 2014).