Ardor A La Movilidad

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Ardor a la movilidad

Ruis de Riepen Magdalena / Castra Acuña Carlos Mauricio (1995) ¨Calor y Movimiento¨ E.D.
México D.F., E.D. FCE México. DF

Magdalena de Ripeen una Química Farmacéutica - biológica que posteriormente obtuvo su


doctorado en física química en la Universidad Nacional Autónoma de México por lo tanto,
Carlos Mauricio Castro Acuña obtuvo su doctorado en Fisicoquímico en la UNAM y se ha
dedicado a docencia y la investigación científica a lo cual ambos decidieron hacer un libro para
compartir sus opiniones de la Química.
De igual forma, el hombre aprendió a utilizar el fuego para alterar las propiedades de los metales
y fabricar diferentes utensilios. Los instintos y la evolución de la inteligencia del hombre lo han
llevado a buscar incansablemente el dominio de los fenómenos naturales, tanto para satisfacer
sus necesidades y mejorar su forma de vida como para satisfacer su natural curiosidad en
desentrañar los secretos de la naturaleza. Una vez que logró el dominio del fuego, se puede decir
que la humanidad fue haciéndose dueña de la energía, lo cual le ha permitido aumentar su
capacidad de realizar trabajo que incremente su potencial natural y supere las limitaciones que su
estructura biológica le impone. El dominio de los fenómenos eléctricos y magnéticos ha
contribuido a la creación de máquinas y equipos cada vez más complejos que incrementan día
con día la capacidad de trabajo del hombre. Así surgen, en la historia de la humanidad,
disciplinas científicas cada vez más específicas y complejas que intentan explicar los fenómenos
naturales. Sin embargo, los científicos también se preocupan por transmitir sus descubrimientos,
tanto a los jóvenes estudiantes como a los adultos no especialistas interesados en los temas
científicos de actualidad.
La relación entre el hombre primitivo y los fenómenos naturales se estableció a través del
pensamiento mágico y de las religiones su desconocimiento y temor a los procesos de la
naturaleza hicieron que los asociara a fuerzas y seres sobrenaturales responsables de las lluvias,
tormentas, sismos, la aparición del Sol, las estrellas, etcétera. Por su particular concepción del
mundo, los pueblos primitivos veían, en todo lo que les rodeaba, los efectos de las fuerzas
mágicas o de los espíritus. Con los mitos y las religiones ancestrales se pretendía justificar los
orígenes de los fenómenos naturales; con ello se garantizaba la estabilidad de la realidad
existente y se aceptaba el destino del hombre en relación con sus preocupaciones existenciales
sobre la vejez, las enfermedades, la muerte o las catástrofes. En el desarrollo histórico de las
ciencias naturales, al margen de las religiones y los mitos, han existido periodos de "incubación"
asociados con frustraciones, tensiones, intentos erráticos y falsas aspiraciones; periodos que
Arthur Koestler denomina "de anarquía fértil" y que son recurrentes en la historia de todas las
ciencias. El hombre, para evolucionar; ha tenido que romper con viejos hábitos mentales y con
fronteras absolutas. Ha tenido que elaborar; verificar y consolidar sus teorías por largos periodos
previos a los descubrimientos espectaculares.
En todas las ramas del conocimiento científico se han alternado los periodos breves de conquista
de nuevas fronteras, y los largos, de consolidación. Es imposible apreciar los avances de la
ciencia si no se conoce la evolución histórica de las civilizaciones. El progreso técnico y
científico asombra por su discontinuidad, por sus cambios abruptos en el tiempo y el ritmo de
acuerdo con lo que sabemos, el camino se inicia en el siglo VI a. C., con la aparición en Milo,
Elea y Samos 3 de un gran número de pensadores, "filósofos de la naturaleza", que discuten los
orígenes y la evolución del Universo; su forma, su estructura y las leyes que lo rigen. Su
pensamiento y su lenguaje, en muchos casos, han quedado incorporados definitivamente en la
filosofía y la ciencia actuales.
Una manera de entender el significado de "temperatura" es a través del contacto entre dos
cuerpos: Si ponemos en contacto un cuerpo caliente con otro frío, el material caliente le
suministra energía, en forma de calor, al material frío. Como el termómetro es un aparato para
medir la temperatura, si dos cuerpos están en equilibrio térmico, el valor indicado por el
termómetro deberá ser el mismo para ambos cuerpos. Con lo anterior podemos introducirnos
nuevamente en la historia; como ya mencionamos, Galileo Galilei c inventó el termoscopio,
instrumento que consistía en un tubo lleno de agua o alcohol, abierto en su extremo inferior; y
con una bola de vidrio llena de aire en el extremo superior. Esta escala se utilizó hasta los años
30 de nuestro siglo en Europa; uno de los autores recuerda que en la casa de sus padres había un
termómetro que tenía en la parte izquierda la escala de Celsius y en la derecha la de Réaumur.
Usted podrá decir, con razón, que la división a partir de los puntos de congelación y de ebullición
del agua es tan arbitraria como las divisiones de Fahrenheit, y que uno podría elegir; a voluntad,
el punto cero o un segundo punto de referencia. La diferencia fue que Kelvin determinó la
temperatura mínima no a través de una mezcla frigorífica casual o una medida tomada al azar en
un día muy frío, sino a través de cálculos que lo llevaron a la conclusión de que no puede existir
una temperatura más baja que razones prácticas, conservó el tamaño de las divisiones fijado por
la escala Celsius y de esta manera el punto de congelación del agua es 273.15 K, mientras que el
punto de ebullición es 373.15 K. Tenemos Tenemos así que una diferencia de un grado Celsius
(°C) equivale a una diferencia de temperatura de un Kelvin Por la misma razón, un termómetro
de alcohol sólo funciona en un intervalo de -100°C a 70°C.
En general, los límites de uso de un termómetro de dilatación dependen de dos factores:
1) Los puntos de congelación y ebullición de los líquidos utilizados.
2) La temperatura de reblandecimiento del vidrio.
Cuando el líquido es el galio y el vidrio es de cuarzo, el intervalo de aplicación es de 35°C a
110°C.
En la calibración de los termómetros hemos dado por sentado que las temperaturas de ebullición
y congelación tienen el mismo valor bajo iguales condiciones. Dentro de los límites establecidos,
el metabolismo de un animal tiende a aumentar o disminuir paralelamente con la temperatura de
su cuerpo.
En las especies más evolucionadas (aves y mamíferos), la temperatura del cuerpo y el
metabolismo son relativamente independientes de las influencias térmicas directas del medio
ambiente. La babosa reacciona a temperaturas inferiores a 21°C, aumentando su actividad
locomotora, y basta que la temperatura baje a 20.7°C para que, en un lapso de cinco minutos,
haya cambiado su posición.
La antena de los mosquitos, donde probablemente se encuentra su termo sensor, manifiesta una
sensibilidad a los cambios en la temperatura del aire, de cerca de 0.5°C.
Algunas especies de peces, como el bacalao, nadan con la mitad de su cuerpo hacia afuera, como
respuesta a cambios tan pequeños como de 0.03°C a 0.07°C en la temperatura del agua que los
cubre.
Se considera que los termo sensores de los peces están repartidos en la piel de todo el cuerpo.

LA TIERRA recibe energía del Sol, la cual se aprovecha de muchas maneras. Una gran parte es
absorbida por la atmósfera y los mares mientras que una porción relativamente pequeña es
utilizada por las plantas para realizar el proceso de fotosíntesis. Nuestro planeta también emite
energía al espacio que lo rodea, de tal forma que la energía interna de la Tierra es prácticamente
constante y por lo tanto, la temperatura global también se mantiene si tomamos un sistema y lo
aislamos del universo que lo rodea, que llamamos "alrededores", de tal manera que no pueda
haber intercambio de energía entre ellos, podemos afirmar que la energía del sistema Usist. El
calor es un medio por el que la energía se transfiere, y suele decirse que es energía en tránsito. Lo
anterior es igualmente válido para el trabajo (W) que también es energía en tránsito por
convención, asignamos un signo positivo (+) al calor, Q o al trabajo, W cuando el que recibe la
energía es el sistema, o sea, cuando Usist. aumenta si, por lo contrario, el sistema pierde energía
y Usist disminuye, consideramos que el calor y/o el trabajo son negativos Al menos parte de la
energía se utiliza para generar esta deformación en el material.
En todos los procesos, una parte de la energía se libera en forma de calor hacia los alrededores. Y
también que la posibilidad de acumular energía potencial en un cuerpo por el simple hecho de
elevarlo se debe a que existe un campo gravitatorio y por tanto una fuerza F de gravedad, que
generará el trabajo W al caer el cuerpo una distancia d.
¿Cómo podemos, entonces, alterar la cantidad de energía que posee un cuerpo u objeto?
Suministrándole o extrayéndole energía en forma de calor o en forma de trabajo. Sabemos que la
principal diferencia entre gases y líquidos o entre gases y sólidos, es que, en un gas, las
moléculas que lo constituyen se encuentran tan lejanas entre sí que las podemos considerar como
partículas independientes.
Para un primer estudio de las transformaciones de energía, nos resulta muy útil un sistema en el
que podemos considerar que las energías de interacción entre las partículas son muy pequeñas,
como sucede con los gases, al menos en un intervalo normal de presiones y temperaturas.
Tipos de sistemas
Si el sistema no puede transferir energía hacia sus alrededores y realizamos un trabajo de
compresión, su temperatura tendría que aumentar como consecuencia de que Usist ha
aumentado.
Como ya hemos mencionado, llamamos sistemas cerrados a aquellos en los que puede haber
transferencia de energía entre el sistema y sus alrededores pero no puede haber transferencia de
masa.
Por ejemplo, un recipiente metálico perfectamente cerrado como el que se muestra en la figura
31, contiene en su interior el sistema "agua". Por lo tanto, en la figura 31 tenemos un ejemplo de
sistema cerrado llamamos sistema aislado a aquel cuyas paredes no permiten ni la transferencia
de masa ni la transferencia de energía. Esto se debe a que el alcohol, para pasar de estado líquido
a vapor; requiere de energía y la toma de los alrededores.
En este caso, los alrededores son básicamente nuestra piel. La sensación desaparece rápidamente,
pues nuestra temperatura se equilibra de nuevo la transferencia de calor entre una región y otra
del sistema o bien entre el sistema y sus alrededores puede llevarse a cabo por tres medios
diferentes: convección, conducción y radiación conducción es la transferencia de calor de una
parte de un cuerpo a otra parte del mismo cuerpo, o de un cuerpo a otro cuerpo con el que está en
contacto físico, sin que podamos apreciar un desplazamiento de las partículas que forman estos
cuerpos. El ejemplo de transmisión de calor por radiación más conocido por nosotros es el del
calor que recibimos desde el Sol.
Ecuación del modelo de gas ideal
De las consideraciones anteriores podemos intuir que debe existir una relación entre el volumen
(V), la presión (P) y la temperatura (T) de un cuerpo.
REACCIONES QUÍMICAS EN LA NATURALEZA ocurren continuamente cambios químicos
que pueden pasar inadvertidos para los que no son especialistas en la disciplina.
Difícilmente se puede estar consciente, por ejemplo, de las innumerables reacciones químicas
que ocurren en nuestro cuerpo relacionadas con la respiración, el crecimiento, la alimentación, la
reproducción, etcétera.
Las plantas verdes, por ejemplo, absorben dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera y con la
energía proveniente del Sol, el agua y la clorofila (pigmento que les da el color verde), son
capaces de producir azúcares y oxígeno libre.
12 H2O + 6 CO2 ® C6H12O6 + 6 O2 + 6 H2O Los animales que se alimentan de plantas verdes,
ingieren azúcares 1 [Nota 1]y otros productos químicos elaborados por las plantas, y de esta
manera obtienen la energía que requieren para el desarrollo de sus funciones vitales.
Este cambio químico, que ocurre en los animales, devuelve al ambiente agua y dióxido de
carbono en la expiración.
También es importante reconocer que existen procesos químicos y tecnológicos que conllevan
resultados perjudiciales para la salud de los seres vivos, por ejemplo, la contaminación, la
producción de basura, los efectos secundarios de algunos pesticidas, etc.
El conocimiento de las reacciones químicas es importante, no sólo para los especialistas sino
también para la sociedad, ya que ayuda a crear una conciencia sana y responsable en la
preservación de nuestro medio ambiente y, en términos generales, de la vida en nuestro planeta.
Para poder conocer un poco de estos procesos es necesario ver de manera sencilla aquello que los
químicos llaman reacción química.
Ya hemos visto que la materia (sólidos, líquidos y gases)está formada por átomos que a su vez se
combinan con otros átomos y moléculas para producir muchas sustancias que conocemos y
usamos.
Se llama termoquímica al estudio de los cambios de calor que ocurren durante una reacción
química.
La combustión es un caso particular de las reacciones de oxidación en las cuales una sustancia (o
elemento) reacciona con el oxígeno.
Para ilustrarlo veamos la reacción de oxidación de un metal: Metal + oxígeno = óxido metálico +
absorción o desprendimiento de calor Es bien conocido que si se deja un metal, por tiempo
prolongado, expuesto al aire, su superficie se transforma por la formación del óxido.
Los especialistas en corrosión, mediante el estudio de las reacciones químicas, pueden detener y
a veces eliminar estos efectos cuando son indeseables.
Algunos metales, como el cinc, níquel, aluminio y el cromo, entre otros, no necesitan ser
protegidos de manera especial contra la corrosión, bien sea porque no se oxidan con el aire (el
aire contiene 1/5 parte de oxígeno) o porque cuando se forma una capa muy delgada del óxido,
éste mismo sirve de protección al resto del material para que no se siga oxidando.
Por esta razón se usan como metales protectores de otras superficies más vulnerables a los
efectos de la corrosión.
Actualmente se usan también materiales plásticos para recubrir y proteger superficies contra
estos efectos.
El lenguaje simbólico de la química En párrafos anteriores escribimos una reacción de oxidación
de la siguiente manera: Metal + oxígeno = óxido metálico + absorción o desprendimiento de
calor Para representar esta reacción de manera más económica y hacerla más explícita, se
utilizan los símbolos de los elementos y las fórmulas químicas de los compuestos.
La reacción química de oxidación del mercurio se expresaría en el lenguaje de la química:
Traduzcamos ahora, al lenguaje común, toda la información contenida en esta ecuación química.
Hg es el símbolo del mercurio y proviene del nombre original que se le dio en latín a este
elemento: hydrargirium (que en español quiere decir plata líquida).
Hg es, por lo tanto, una abreviatura del nombre.
(+) este signo, igual al de ‘‘suma‘‘ en las ecuaciones matemáticas, indica que el mercurio se unirá
o combinará con el elemento que sigue a continuación.
(O2) O es el símbolo del oxígeno y el número 2 indica que se trata de una molécula de oxígeno
formada por 2 átomos.
EL LENGUAJE DE LA ALQUIMIA EN LOS orígenes de la química, los alquimistas preferían
expresarse en un lenguaje —basado en analogías— más apropiado para la poesía y el misticismo
que para una ciencia exacta.
Así, se agudizaba la separación entre los iniciados y el hombre común, para el cual la alquimia
era esencialmente un misterio.
La dificultad para decidir si un texto particular se refería a la astronomía o a la alquimia, se
puede ilustrar con un pasaje del texto de alquimia conocido como Turba Philosophorum: Yo
afirmo que los envidiosos han dicho que el esplendor de Saturno no aparece a menos que, por
casualidad, se oscurezca cuando aparece en el aire, que Mercurio está oculto por los rayos del
Sol, y que el argentum vivum vivifica el cuerpo por su intensa fuerza.
Es verdad que en ocasiones se confundía la astronomía (o la astrología) con la alquimia en
detrimento de ambas, pero las mayores dificultades se presentaron en la superposición de la
alquimia con la mitología.
En los textos de alquimia griegos está presente una atmósfera religiosa que también se encuentra
entre los árabes y continúa, a la manera cristiana, cuando la alquimia llega a Europa.
Además, existieron los místicos que, en forma extrema, usaron los conceptos y operaciones de la
alquimia práctica como un ejercicio espiritual: Esteban de Alejandría usaba la transformación de
los metales como un símbolo de la fuerza regeneradora de la religión para transformar el alma
humana.
El primer capítulo del Génesis era visto, por muchos alquimistas europeos, como una guía para
el trabajo químico a desarrollar.
Otros ejemplos del paralelismo entre las ideas cristianas y la alquimia se encuentran en los
supuestos de que se requerían tres días (resurrección) y cuarenta días (cuaresma) de preparación
para alcanzar la perfección.
Es indudable que el lector contemporáneo puede apreciar el lenguaje alegórico de la alquimia en
toda su poesía y misticismo; aunque también hay quien afirma que la literatura alquímica era una
conspiración, entre generaciones sucesivas de escritores, para usar el máximo número de
palabras y dar el mínimo de información.
Otros consideran que el lenguaje de la alquimia era tan solo una máscara que servía para encubrir
su ignorancia básica.
Cualquiera que sea el caso, es cierto que el lenguaje ha sido el principal escollo en la
comprensión y descripción de los procesos alquímicos y que muchos aspectos valiosos de los
mismos se han perdido entre las ambigüedades de su terminología.
EL LENGUAJE DE LA CIENCIA Los conceptos científicos a menudo se presentan utilizando
términos del lenguaje común usado en los asuntos cotidianos.
Sin embargo, ambos evolucionan de diferente manera: en el lenguaje de la ciencia, los términos
se transforman, pierden la ambigüedad asociada al lenguaje de la vida diaria y se hacen más
profundos y rigurosos, de manera que puedan ser aplicados al pensamiento científico moderno.
En ocasiones, por razones históricas, aun en las presentaciones formales de los especialistas,
sucede que se arrastran —deliberadamente o de manera inconsciente— las imprecisiones o
connotaciones de la terminología original.
En el mejor de los casos, el especialista puede estar consciente de la ambigüedad de un término,
pero mantiene su uso, ya sea por costumbre o porque no ha encontrado una alternativa mejor.
Cuando el mensaje científico se dirige a un interlocutor que también es especialista, los riesgos y
consecuencias del empleo de términos poco precisos se atenuan ya que, en ese caso, el lenguaje
forma parte de la comunión esotérica entre ellos: todos saben de qué están hablando.
El científico posee un arma muy poderosa contra las ambigüedades del idioma: el lenguaje
matemático, el más preciso y económico de todos los lenguajes.
Una de las ilustraciones más conocidas de esta cuestión se da en el manejo del lenguaje en la
necesaria distinción entre los términos: calor; temperatura y energía térmica.

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