Libro Alicia Completo Corregido
Libro Alicia Completo Corregido
Libro Alicia Completo Corregido
Patricia Stokoe
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La cabaña fue construida por George, su marido, con troncos de
telégrafo y tejas de alerce hacía cuarenta veranos. Supieron llegar en su
primer Volkswagen, luego una vieja Estanciera, un Rambler de los
años 50 y finalmente en un noble y destartalado DKW. Los primeros
años de nuestra niñez, el viaje podía tomar entre tres y cuatro días y así
fue como desde el fallecimiento de mi padre, no dejó de subirse al auto
que tuviera –fue una admirable conductora- buscando que la fecha
coincidiera siempre con el mismo 31 de diciembre para llegar los
primeros días de enero a abrir la tranquera, destornillar persianas,
airear baúles y volver a encender la chimenea junto con nosotras o los
queridos amigos que había invitado aquella temporada para
compartir días de descanso, charlas, lecturas y caminatas.
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Desde entonces completar la escritura devino una saga en si misma
-una saga dentro de una saga- la cual he acompañado a lo largo de los
últimos años. Agradeceré siempre a Alicia nuestros diálogos por mail
tantos domingos en que desde Mendoza me enviaba los borradores para
que vaya leyendo lo que había escrito hasta el momento. Pinceladas sobre
una vida que han captado en pocas palabras, tanto de la personalidad de
mi madre, de sus trayectos, su respuesta militante y creadora a las
realidades que le fue tocando vivir, su manera sensible y luchadora de
ubicarse en la educación y en el arte, así como sus pasiones, dolores,
vulnerabilidad, humor y valentía en la vida. Me he sorprendido más de
una vez al leer sus escritos porque me han permitido acceder aspectos
desconocidos de su vida, la de mis abuelos y propia historia familiar.
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Estos relatos son entonces un primer intento de captar algo de
esta “Vida de novela”, como bien sugirió Violeta H. de Gainza que
podría ser el título del libro, y a quien también agradezco
profundamente por tomarse el tiempo de leer el primer armado del
mismo, ayudarme a reorganizar el índice para facilitar la lectura y
alentarme a no abandonar la tarea hasta ver el libro publicado.
Deborah Kalmar
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L o que me gusta de tu cuerpo,
es el sexo;
es la boca;
es la lengua;
es la palabra.
Julio Cortázar
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e
f
g
h
Dedico este libro a
Patricia Stokoe,
hermana del alma
evocada en mi memoria
con este poema de Federico García Lorca:
.
Y a todos
los expresionistas corporales que fueron
tus alumnos o colegas,
quienes con sus enfoques y talentos personales
siguen esparciendo tu semilla
por la transformación profunda de los seres humanos.
.
Y a usted lector,
que tiene este libro en sus manos
otorgándole ahora el sentido y el derecho a existir
después de haber salvado tantos obstáculos
que parecían no tener fin...
y... con quien,
juntos habremos cerrado el círculo perfecto.
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Agradecimientos
A Tango y Samba mis dos aristogatas siamesas, maestras de eutonía,
relajación y estiramientos; que con su cariño descubrieron que yo era capaz
de amar incondicionalmente.
10
A las Revistas Kiné y Uno Mismo, que me autorizaron ampliamente a
reproducir cualquier artículo referido a Patricia Stokoe.
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¿Y por qué olvidar a los gitanos que baten palmas, taconean
donde se encuentren y les hormiguee el cuerpo, en las mismas calles
de Andalucía, si el baile significa, ni más ni menos, la forma exterior
de un imperativo interior?
¡GRACIAS!
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A VECES APARECEN NOMBRES
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g
h
Patricia Stokoe
PERFIL E IMAGEN
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Lo mínimo, era para ella lo más grande: “ver lo que se mira”, “oír
lo que se escucha”; darse cuenta de lo que provee el contacto físico:
“con-tacto”; percibir las sensaciones y emociones a través del cuerpo
en movimiento porque nos expresa y habla a nosotros mismos y nos
comunica con el resto, aún cuando creamos ser analfabetos en la
materia.
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alumnos el descubrimiento de sus posibilidades, les daba el permiso
necesario para superar los límites, ensanchando el campo de las
búsquedas, despertando la curiosidad sobre todo lo existente. Esa es
una de las cualidades de una personalidad creativa. “Tienen que
buscar hasta encontrar quienes son”, repetía ante cualquier búsqueda.
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Escribió varios libros aunque “escribir me cuesta un parto”,
decía. Y se permitió al fin relatar sus memorias frente a un grabador
aunque no estimaba que su vida pudiera ser ejemplo para nadie.
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–Mirá –le dijo– ya estoy hasta aquí de escucharte hablar de
Patricia. Lo mejor que podes hacer es invitarla a ir a la cama y se
terminó todo el asunto.
1 Es una de las salas del Teatro san Martín de la Ciudad de Buenos Aires antes aludido.
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Al terminar, fuimos al bar que está pegado al teatro, a tomar
nuestra clásica taza de “te con opiniones” sobre el espectáculo que
acabábamos de ver. En medio de la charla, a boca de jarro me pregunta
¿Aceptarías pasar tus vacaciones todo el mes de enero en mi casa cerca
de San Carlos de Bariloche?
Sentí sorpresa mezclada con una gran emoción...había
escuchado tantos comentarios sobre esa casa-loft de madera, que ya
tenía mucha curiosidad por conocerla.
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De esto se trata este libro que tuvo una historia tan vapuleada,
principalmente por esa manía mía de pretender comer todos los días,
en un país como la República Argentina con sus dolorosos tumbos
políticos y económicos donde difícilmente puedan cumplirse los
proyectos en los plazos previstos.
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Capítulo 1
Escenario Bariloche
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VIAJE DE BUENOS AIRES A BARILOCHE
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MALABARISTA EN ACCIÓN
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Fue necesario vestir la casa. Hacerla habitable. Entonces la
vimos subir y bajar esa escalera de medios troncos y meterse en la
bohardilla decenas de veces, muda, concentrada. Llegó a intrigarme
¿qué hace esta mujer tanto subir y bajar con cajas y cajas repletas de
cosas? Me hice invisible en un rincón para no molestar y observarla
sin ser atropellada por este remolino huracanado.
Como por arte de magia esta hechicera de paso firme fue dando
temperatura a la nave. En un santiamén sacó un ángel de madera con
sus alas desplegadas, el artesonado que protegería una de las ventanas
que miraba al lago Nahuel Huapi. Un tapiz centroamericano y un
poster naif de Nicaragua recuperaron su lugar en la pared de enfrente.
3 Tomado del francés por el lunfardo argentino para decir “de cualquier manera”“al descuido”.
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rincón, una explosión de colores estallando en enormes ramos de
flores silvestres que de sólo mirarlos llenaban de gozo el corazón.
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Así de tranquilas escuchamos la radio chilena que anunciaba la
hora del tránsito al año 1991 y fuimos sin quererlo una hora más
jóvenes. Nos abrigamos con un fuerte abrazo. Destapamos la botella
de champagne y brindamos:
–¡Por la vida!
–¡Por la vida! –Respondió ella y nuestras copas hicieron “chin
chin”.
Respiramos paz y tranquilidad.
En realidad, recién al día siguiente junto al nuevo año,
empezaban nuestras vacaciones.
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EL ÁNGEL DEL LAGO
4 Brancuçi, escultor rumano que ha enriquecido los museos del mundo con obras que
anticipan la filosofía y el arte del futuro. Nació en 1870 y no morirá nunca.
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Como seguramente lo habría hecho con los huéspedes que me
antecedieron, me regaló esas maravillosas esculturas que desde
entonces conviven conmigo en casa. Pero había un ángel enorme con
las alas desplegadas cosechado años antes en el lago y que pendía del
dintel de una ventana. Desde muy chica tuve una secreta predilección
por los ángeles y no se le escapó mi mirada codiciosa. –Ese no –me
dijo–. Ese es el ángel custodio de la casa.
LA NATIONAL GEOGRAPHIC
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Tenía razón: rompía el encantamiento, la armonía y la paz de
Casa Kalmar, tan protegida por la naturaleza.
–El gentío de Bariloche en verano me resulta insoportable.
Y, para acortar la espera, siguió hablando:
–¿Sabes por qué a los argentinos en el extranjero, nos dicen “los
Che”?
–Alguna vez lo supe pero lo he olvidado.
–“Che”, en la lengua mapuche, quiere decir “Gente”. Si hay una
palabra que nombra un lugar que termina en “che” quiere decir
“oriundo de”, por ejemplo, “Bariló” (Che), nativo de Bariló, o
Cullunche, nacido en Cullun. Y luego, sin darnos cuenta, lo hemos ido
incorporando a nuestro hablar hasta que se transformó en una
muletilla. Por eso, en el extranjero, a los argentinos nos dicen “los
Che”: El Che-Rodríguez, o el Che-Pérez.
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–O, el caso más paradigmático, el entrañable Ernesto “Che”
Guevara –agregó.
Le gustaba enseñar y aprender. No se subía al púlpito, ni bajaba
línea, lo hacía coloquialmente. No dejaba espacios ociosos ni cuando
hacía las compras:
–Aquí tiene el vuelto señora.
–Muchas gracias, hasta luego.
–Hasta luego –rematé yo, advirtiéndole su capacidad de ejercer
la docencia en cualquier lugar y en cualquier momento.
Conociendo su debilidad por los dulces para compensar el
estrés de la ciudad, le dije:
– ¿Patricia, qué tal si vamos a comer una torta? Y ahí nomás salió
como una flecha hacia la mejor confitería céntrica.
Estábamos sentadas junto a una mesa ubicada en la vereda. Los
ómnibus entraban y salían constantemente, llenos de turistas vestidos
de colores primarios, brillantes, cargados de mochilas. Las bocinas y
los ruidos de frenos producían polución sonora en el ambiente.
–Son ruidos tóxicos que impiden comunicarse. No se puede
conversar. –le digo. Esta vez Patricia no escuchaba, ocupadísima en
relamerse con la torta.
–Mañana, si tenés ganas, podemos ir a la Isla Victoria y caminar
por los senderos que se pierden entre gigantes pinos, robles, cipreses,
coihues, por donde circulan ciervos enanos, jabalíes y ciervos
colorados.
Mientras la escuchaba me parecía estar sentada frente a la
National Geographic.
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METAFORAS REVELADORAS
La observé y dije:
–Compartir.
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Guardo una bestia, un ángel y
un loco dentro de mí,
y mi búsqueda es saber
cómo obran, y mi problema es
sojuzgarlos, vencerlos,
derribarlos y elevarlos;
y mi esfuerzo es que
se expresen a sí mismos.
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Patricia sentía fruición, goce, placer por las palabras. A veces
por la musicalidad de los ruiditos que las envuelven, otras veces, por el
significado que encierran. También por ese afán de enriquecer su
vocabulario y disponer de más recursos para expresar sus ideas con
claridad y precisión al utilizar el español tardíamente dominado:
recién en 1950 empezó a hablar el español o castellano, después de
doce años de ausencia en Europa.
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Era tal el entusiasmo que le produjo la idea, que de inmediato la
pusimos en práctica. La agilidad de las respuestas sugería más un
partido de ping-pong donde en lugar de pelotitas, arremetíamos y
devolvíamos las palabras a un ritmo de feroz excitación en medio de
carcajadas, donde surgía evidente la competición con un toque de
autosuficiencia por parte de cada una.
“Aé,
vengan a ver;
vengan, sóngoro cosongo,
sóngoro cosongo
de mamey!.”
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CAÑA
El negro
Junto al cañaveral.
El yanqui
Sobre el cañaveral.
La tierra
Bajo el cañaveral.
¡Sangre que se nos va!
5 Guillén, Nicolás: La Paloma de vuelo popular - Elegias Editorial Losada, S.A. Buenos Aires,
1959. 157 páginas.
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turcos, árabes, españoles etc. etc., difícilmente puedan hacerlo en
países donde no existan esas mixturas étnicas dentro de una misma
casa.
–Me causa tanta gracia el Martín Fierro en una traducción
italiana que justifica el dicho popular: “Traductor, traidor”.
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decir, es que el futuro de Macbeth no tiene escapatoria: su soledad la
vivirá ahora, día por día, hasta el fin, hasta el final. Que su futuro será
irremediable, siempre igual. Se sabe condenado a que cada día se
repita igual que el anterior.
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La luz inquieta de los leños proyecta su cuerpo en el piso de lajas.
Afuera, el viento de la península se arremolina en torno a la casona y
silba.
Se apagan los últimos troncos y el frío se empieza a colar por las
ventanas. Desempaño los vidrios y afuera la oscuridad es total: sólo se
percibe el zumbido del viento. Patricia está ahora a mi lado.
–Ya verás –me dice– cómo, el 28 de enero, la luna llena
transforma el lago Nahuel Huapi en un espejo plateado. La luna en este
lugar –agrega– no tiene igual: transforma a las montañas, el lago y los
bosques en un paisaje maravilloso.
Y así nos vamos a dormir, cada una a su rincón dormitorio,
privatizado con solo correr las cortinas, como si fuera el escenario de
un teatro.
Antes de cerrar los ojos, como buena rumiante mental que soy,
sigo pensando en la palabra. Ahora surge su valor emocional en las
relaciones humanas y pienso:
La herida en un músculo cicatriza
La herida causada por una palabra
Puede no cicatrizar jamás
Y sí cambiar una vida.
Seamos realistas:
Exijamos lo imposible
Ernesto “Che” Guevara
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ESCALANDO EL CERRO LOPEZ
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corren o dan trancos a los saltos y el que llega antes, gana. El paisaje les
es indiferente tanto la subida como la bajada: mientras más rápido,
mejor.
Y, finalmente, un escalamiento al que he bautizado “estilo
oriental- Zen”, porque debemos estar concientes, a cada instante, de lo
que sucede dentro de nosotros y a nuestro alrededor. Con todos y cada
uno de nuestros sentidos. Son una sucesión de “Aquí y ahora” que hace
tiempo aprendí con todo entusiasmo, al abocarme al aprendizaje de la
gestalt, y que aplico como un ejercicio en este paisaje de belleza
insospechada.
Una regla de oro: “subir y bajar en absoluto silencio”. Patricia me
había indicado la comida que debía llevar en una bolsita: pasas de uva,
queso, el resto balanceado y necesario para reponer el esfuerzo que
gastaríamos en la excursión. Éramos un grupo de cuatro mujeres
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adultas y Noelia , una niña, que pudo superar el susto.
En Colonia Suiza comienza nuestro ascenso.
Vamos en fila india por las curvas siempre ascendentes. A los
pocos metros del arranque “padezco” de una caída de traste magistral.
Un poco más arriba, Patricia nos indica que observemos aquella
“historia de amor” entre dos árboles caídos y abrazados al mismo
tiempo. Bella imagen en medio del bosque de coihues y lengas que nos
seguiría custodiando durante todo el trayecto.
Cuando ya me sentía segura y con confianza, sin darme cuenta
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caí en un mayin . No dije que estaba asustada porque mi
preocupación estaba centrada en lograr algún apoyo que me permita
10 Hija menor de Evelyn Grünthal, amiga y colega de Patricia, residente en Bariloche y cuya
vivienda estaba ubicada en la Península San Pedro, a 1km de la cabaña.
11 Ciénaga en mapuche.
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cintura miro para todas partes esperando encontrar la ayuda de
Patricia. Ella está en lo alto mirándome con los brazos cruzados. “Esta
mujer no me va a dejar morir” pienso. Lo que está buscando es que use
todos mis recursos para salir a flote. Entonces empiezo a sujetarme de
pequeñas lianas que puedan acercarme a las piedras. No es fácil, pero
lo estoy logrando. Una vez bien aferrada al muro de piedras logro
reponerme y salir. No crean que soy felicitada por ella, lo único que me
dice mientras cruzamos un puentecito de troncos es: “te has ganado la
comida” y sugiere al grupo que nos sentemos sobre las piedras a
comer.
Como premio, me enchufan una mochila en la espalda, con la
cual tengo que subir, subir y subir hasta llegar propiamente al refugio.
Cuando largo esa mochila, dejo caer diez años de mi vida en el
camino. Allá arriba nos está esperando Evelyn Grünthal. La vista
junto al refugio es realmente hermosa. Bariloche tiene bien ganado su
prestigio en los cuatro puntos cardinales del planeta.
Cuando emprendimos el viaje de regreso, la empinada bajada
nos obligaba a caminar de costado como caballo de circo y, aun con un
palo que hacía de bastón, ¡caímos de traste bastante seguido!
Patricia me recuerda esta ascensión en una tarjeta que me envía
al año siguiente. Y dice así:
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Bariloche 10 de Enero de 1992
Hello co-pilot!
Feliz Navidad, Año Nuevo y Reyes.
Vi esta postal! Recuerdo de una de tus conquistas en el mundo!
Todavía no lo he visto pero sé que hay cualquier cantidad de nieve
este verano. Está fresco pero dejó de llover. La casa está toda llena de voces y
recuerdos.
Yo leo, escribo, como, duermo, limpio y a veces pienso que la vida es
así, llenita de hechos cotidianos! Estuve con Debbie para su cumple (el día
de Navidad) en San Martín de los Andes y desde allí hablamos con Leslie a
España. El fin de año fue todo muy afectuoso para mí
Te mando un gran abrazo!
Patricia
NATIVOS PIONEROS, MAESTROS EN ECOLOGÍA
Cada porción de este país
es sagrada para mi pueblo.
Cada colina, cada valle, cada llanura
y cada arboleda ha sido reverenciada
por algún recuerdo afectuoso o por alguna
experiencia triste de mi tribu.
Cacique Seattle
Esta mañana sin sol, igual salimos a caminar. Nos dirigimos
hacia La Gruta, en la Península de San Pedro.
Durante ese trayecto me contó Patricia cuanto quería y
respetaba a los mapuches que había conocido en la zona y que, a través
de ese amor, habría de querer luego al resto de los dueños de la tierra,
las poblaciones nativas.
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Me habló de Luisa Calcumil, talentosa actriz de teatro y cine,
quien sigue siendo fiel a sus costumbres mapuches y embajadora de
los de su raza. En cuanta entrevista le hacen por televisión habla de su
etnia, con gran aplomo, relatando entre otras cosas, como los
mapuches respetan las reglas solidarias de su comunidad y a la Madre
Tierra, la Pachamama. Uno deduce que son los adelantados de la
Ecología, que los indígenas fueron los pioneros en descubrir el
equilibrio ecológico y respetar a GEA, como un ser vivo dentro del
equilibrio cósmico.
Pensé que esta actitud contrasta con el comportamiento de
naciones líderes que se proclaman paladines de la civilización y la
democracia, depredadores de los recursos naturales a “troche y
moche”. Vamos comprendiendo de a poco, con la dura experiencia,
que estos mandamases de nuestra América del Norte, no son
auténticos ecologistas: lo son sólo de palabra. En la realidad, las
grandes naciones y sus gobiernos son depredadores que con distintos
matices, inculcan el individualismo, “el sálvese quien pueda”, movidos
sólo por el interés del “dios” dinero y la codicia de acaparar bienes sin
medida ni límites; sin tomar conciencia de que el Planeta Tierra es
nuestra casa grande. Que es un ser vivo y como tal hay que cuidarlo.
Que la solidaridad es un valor imperioso para conseguir la
abundancia para todos y no para unos pocos explotadores. Y que en su
locura, los grandes monopolios cuya Patria es el lugar donde perciban
mayores beneficios económicos, en ese afán de dominar recurren a las
más insólitas mentiras y con su sistema de acumulación de ganancias,
12
suponen que serán eternos.
12 Nota del autor: Referido a los indígenas hay un pequeño librito “El Cacique Seatle” y otros;
“Cartas por la Tierra” Allí encontrará el lector todo el pensamiento y la sabiduría de los pueblos
originarios. Son voces antiguas y actuales que se levantan como parte de una resistencia cultural
aborigen y ecológica. Han sido recopilados y traducidos por Miguel Grinberg y Editados por Errepar-
Longseller.
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EL VUELO DE LOS GANSOS
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A pesar de no estar en actividad, se nota que Patricia está a gusto
y me cuenta que al consultar el I-Ching, entre otras cosas, descubrió
que era ganso. Un ganso salvaje.
–¿Que sabes de los gansos?, le pregunto.
–Mirá, los gansos vuelan en forma de "v" y lo hacen porque al
batir sus alas, cada pájaro produce un movimiento en el aire que ayuda
al pájaro que va detrás de él. Volando en "v", la bandada de gansos
aumenta por lo menos un 70 por ciento más su poder de vuelo.
Quedo sorprendida porque Patricia me habla del vuelo de los
gansos poniendo en evidencia el conocimiento adquirido sobre el
tema. La escucho con mucha atención y así me entero de cosas
maravillosas que solemos desconocer sobre el comportamiento
animal. A lo sumo, de tanto observarlos, podemos comprender el
comportamiento de nuestras mascotas: al perrito o el gatito que
conviven, y hasta duermen, con nosotros.
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–¿Y cuando al que hace punta de flecha le pasa algo, la V se va al
diablo?
–No, ahí está la sabiduría que desconocemos de los gansos.
Cuando el líder de los gansos se cansa, se pasa a uno de los lugares de
atrás. Y otro ganso toma su lugar.
–¡Diablos! –digo, por decir algo.
–No solo eso, los gansos que van detrás, graznan para alentar a
los que van adelante a mantener la velocidad…finalmente cuando un
ganso se enferma o cae herido por un disparo, otros dos gansos salen
de la formación y lo siguen para apoyarlo y protegerlo. Se quedan
acompañándolo hasta que esté nuevamente en condiciones de volar o
hasta que muera y, sólo entonces, los dos acompañantes vuelven a la
bandada o se unen a otro grupo.
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–Patricia, me acabás de dar una lección magnifica que me vas a
permitir retribuirte: Cuando yo trabajaba para Radio Continental
hice un estudio sobre las golondrinas.
–Bueno, ahora soy yo puro oídos, ¡Es que la vida de los animales
es tan sorprendente y, si se trata de hábitos grupales, ni qué decir!
–Esto que voy a contar se lo dedico a Debbie que, me lo anuncia
el olfato, andará alguna vez por esos pagos.
–Ahora tengo más curiosidad que antes. ¡Andando!
LAS GOLONDRINAS
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En 200 años sólo dos veces las golondrinas se retrasaron y
llegaron tarde a la cita. Fue a causa de fuertes vientos y tornados en la
zona del Caribe.
Ninguna compañía aérea hasta la fecha ha superado el record de
puntualidad de las golondrinas.
– ¿De donde sacaste todos estos datos?
–De los libros, ¿de donde va ser?
A mí lo que me asombra es nuestra ignorancia sobre el reino
animal, que seguramente ha debido invertir millones de años para
lograr tantos conocimientos y batir tantos records, no sólo de
puntualidad, como en este último caso, sino de solidaridad como en el
caso de los gansos salvajes.
Ha sido una mañana impensadamente productiva.
51
El refugio de Laguna
Negra está a 1.650 metros de
altura sobre el nivel del mar.
Desde Colonia Suiza hasta el
refugio hay 16 kilómetros de ida
–y otro tanto de vuelta, claro–.
Al final de la picada por un largo
valle nos encontramos con un
camino en forma de caracol o
zigzag para facilitar el ascenso
hasta el refugio. El desafío era el
de ir y volver en un día! Un total
de de 32 Km.
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detalle igualmente indispensable es usar en la cabeza un pañuelo bien
tirante atado en la nuca para sujetar los cabellos y no dejarlos a merced
del revuelo del viento que puede taparnos la cara y ser un verdadero
peligro en caminos muy empinados, con partes de piedra, tierra o
verde de vegetación, donde cada paso tiene que ser firme, bien
sopesado para evitar bajar rodando, –o caer de poto13 –agrego yo–. Por
eso a las dos piernas hay que agregarle otra pata: un buen palo de
sostén y apoyo.
A poco de empezar a andar, el sudor empieza a bajar por la
espalda y la cara se sonroja de energía maquillando el rostro de
juventud y belleza natural sin la mínima necesidad de comprar
pinturas y pinturitas. Con los montañistas –pensé– la industria
cosmética iría a la quiebra y nosotros seríamos compensados con un
baño de agilidad y belleza en un medio natural maravilloso que nada
tiene ver con pedalear en una aburrida bicicleta fija de un gimnasio
ciudadano y esos otros aparatos inventados para caminar siempre en
el mismo lugar lejos del entorno natural que ahora nos estaba
regalando la vida.
13 Poto: Forma familiar en Mendoza de designar la parte de la espalda donde pierde su nombre
decente.
Culo: nombre real en español, resulta vulgar. Triste destino el del culo: ni siquiera puede ser
nombrado, por eso aquí –en Mendoza– hemos sido condescendientes y lo rebautizamos poto.
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los bosques de las laderas son sobrevolados por gaviotas y todo eso
junto, a mi alrededor, cambia de posición y tonalidades con sólo girar
360 grados sobre mi cuerpo. Ocurre que esa visión tridimensional se
transforma en circular envolvente donde yo soy el centro de esa
creación. Se abre un espacio místico dentro de mi corazón y la única
palabra capaz de expresarlo es... ¡GRACIAS!... por estar en este
momento presente aquí.
Cuando regresé a Buenos Aires era tal la energía adquirida en
esas marchas que todas las distancias a pie me parecían cortas y, a
menudo, me pasaba de largo varias cuadras sin darme cuenta.
54
Yo la acompañé en el rodeo para recoger la información
necesaria. Me gustaba hacer estos paseos en auto junto a ella, así
conocía más la zona con lujo de detalles y siempre me presentaba a
personas nuevas.
También descubriría que los tiempos y las distancias tienen una
dimensión muy distinta si las comparamos con la Capital Federal.
Primero que nada había que pedir la autorización de la
Municipalidad de San Carlos de Bariloche.
Acto seguido fuimos a la casa de Alfred Ellrichshausen, dueño
del hotel “El Casco”, él había plantado esos pinos, por lo menos 30 años
antes. Era un experto en esos temas ya que se había dedicado a la
reforestación en Alemania.
Su respuesta fue: –Aquí el único experto en la materia es el
chileno Mario Contreras. Estaba trabajando en una plantación de
malvas para el jardín del hotel, y nos indicó con las manos como llegar
al lugar.
Allí partimos por un camino de ripio y encontramos la casa
donde nos informaron que Contreras estaba sólo hasta las seis pero
después partía a otra casa donde cultivaba un jardín enorme.
–No soporto tanta pérdida de tiempo... me dice mientras vamos
de un lugar a otro.
–Decime una cosa, Patricia: cuándo llegás a Europa, ¿con qué
hora te manejas: con la hora de Buenos Aires o ponés el reloj en la hora
del país donde estás? Esto es exactamente lo mismo, te guste o no te
guste.
Así llegamos a la casa de un hijo del hachero Contreras. Y luego
a la de otro hijo. Total, dos días de búsqueda hasta que... ¡Al fin
encontramos al Mesías!
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Los observo desde el auto y veo que se encuentran frente a
frente: se reconocen, se abrazan, ríen y conversan animadamente.
Patricia vuelve al auto con una cara de éxito total.
Se lo hago notar y me contesta:
– Es que resultó un éxito ¡Total, total! Mañana estará en casa.
Y Patricia me cuenta que esos árboles fueron regados por ella
misma. “No teníamos agua así que yo bajaba con un balde hasta el lago
de donde sacaba el agua y regaba cada árbol con dos baldes cada uno”.
Dicho así parece nada, pero ocurre que la subida del largo Nahuel
Huapí hasta la casa hay que hacerla por un caminito corto,
zigzagueante y muy empinado, además la playa es de piedra
redondeada, no fácil de transitar.
Al día siguiente –que fue antológico– Mario Contreras llegó a
Casa Kalmar acompañado de su esposa y un hijo que oficiaba de
ayudante. Venía con todas las herramientas para la operación del
corte. Nada de pedir ni improvisar. Daba gusto verlo trabajar con tanta
pericia.
Primero, mientras iba subiendo a cada pino, cortaba con su
sierra eléctrica cada rama, lo que le servía de escalera para seguir
subiendo hasta la punta. Luego bajaba al piso, hacía dos cortes como
cuñas, en la dirección exacta para que el pino, al caer, lo hiciera en el
lugar exacto en que estaba el hijo esperándolo. Una vez en el piso, el
tronco talado era segmentado en trozos de cincuenta centímetros de
alto.
56
esposa del hachero que miraba todo desde un costado, donde estaba
sentada sobre una esterilla. A medio día jugó su papel protagónico:
sacó la comida para el grupo familiar. Se ve que me había visto porque
se acercó a mi ventana y me ofreció su queso, casero, y pan, también
casero. Yo lo acepté conmovida y le dije.
–Señora, ¿se da cuenta usted que en esto consiste vivir en
armonía que da tanta felicidad? Y creo que sí, que se daba cuenta por la
sonrisa sin palabras que también me regaló.
Patricia había prestado atención a mis palabras y dijo: –“Sos
sensible, vos.”
Una larga historia de esfuerzos, de ilusiones y disfrutes que
ahora se cerraba con la misma calma con que suceden las cosas buenas
de la vida.
El gran tema es si somos capaces de darnos cuenta de que la vida
nos ofrece, a cada paso, motivos de felicidad o de armonía –término
que me gusta más–: una familia, un trabajo que nos guste y nos
sustente, comida (casera) compartida.
La buena gente no necesita más...
En este caso, con el valor agregado de un lugar paradisíaco.
–¿Cuántas fotos sacaste, Patricia?
–Treinta y seis, luego en Buenos Aires las pondré sobre la mesa
para que las vea Debbie y le mandaré algunas por correo a Leslie.
Le gustaba registrar todo en fotos porque decía, “…- escribir me
cuesta un parto”.
No quedaba detalle sin registrar ¿Qué duda cabe de que esos
árboles han sido un pedazo de su vida?
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DIFERENCIAS NO TAN SUTILES
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–¿Cómo será morirse de hambre?
Aquí lo dice una niñita ante una pregunta del periodista Jorge
Lanata:
Primero te duele el estómago,
querés vomitar pero sólo te sale
agua con espuma.
También te duele la cabeza...
Y te da vueltas pero no podes pensar,
ni sabes adonde ir,
ni que tenés que hacer,
Después te duele el estomago,
querés vomitar pero nada…
Haces arcadas y sentís que te salen los ojos.
–¿Después?
–Nada te quedas como tonto porque
no podes hacer nada.
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Patricia cocina un plato suculento, delicioso y nutritivo como lo
impone el frío de estos días. Está feliz. Su sonrisa picarona le brota por
todos los poros. Lleva la cacerola a la mesa. En total somos cinco
personas para almorzar. A su turno cada uno nos vamos sirviendo y
repitiendo la comida con uno de esos típicos cucharones de
regimiento.
El almuerzo se hace largo, el frío invita a quedarse en casa. Por la
tarde Patricia pone una música de chamamé y les enseña a estos
jóvenes ingleses cómo se baila esta danza popular, vital y alegre de la
Mesopotamia argentina. Las caras bien pegadas, los cuerpos
separados y el brazo que toma al compañero de la mano aletea: de
arriba-abajo, de arriba-abajo, sin parar, al mismo ritmo que los pies
siguen el compás de la música. Hay lindas fotos que testimonian este
momento de disfrute en la Cabaña del sur.
De pronto tanta mansedumbre se rompe con una noticia atroz
que se trasmite por la radio: La paz del mundo se ha visto rota hoy, 16
de enero de 1991, con el bombardeo que el presidente de los Estados
Unidos, George Bush (padre) ha lanzado contra Kuwait estallando
una guerra en gran escala en el Golfo Pérsico. Causa invocada: la
defensa de la democracia. Causa real: el dominio del petróleo. El
estupor se acrecienta para nosotras cuando nos enteramos de que, sin
tener autorización del Congreso Nacional Argentino, el presidente
Carlos Saúl Menem ha enviado barcos con jóvenes argentinos a la
zona del conflicto apoyando el ataque, con lo cual se rompe, por
primera vez en la historia argentina, la honrosa tradición de
neutralidad frente a los conflictos bélicos internacionales.14
14 De acuerdo con la doctrina del jurisconsulto argentino Carlos Saavedra Lamas a quien le
fuera concedido el Premio Nobel de la Paz.
60
Ya por la noche, a raíz de estos sucesos, los inglesitos quieren
saber más sobre la posición política de la Republica Argentina.
Patricia me tira la pelota y me pide que yo les explique, “–porque ella
es abogada” dice, (como si esto fuera una garantía) mientras que ella
oficiará de traductora.
No necesito aclarar que las explicaciones que figuran a
continuación fueron dichas por párrafos necesariamente más cortos
para posibilitar que Patricia hiciera una traducción simultánea.
Haciendo un gran esfuerzo de síntesis, les explico a estos
jóvenes huéspedes, tratando de simplificar una situación bien
compleja que:
“Entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX, la Argentina
inicia una etapa de modernización que abarcará los aspectos políticos,
sociales, económicos y culturales que, en ese momento, serán
dirigidos por la élite propietaria del país. Las mejores tierras, las más
aptas para el cultivo de cereales y con los mejores pastizales para la cría
vacuna, les pertenecían. Estas tierras se concentraban en el litoral
marítimo de la zona pampeana, de clima templado. También allí se
concentraban los principales centros de poder.”
(Tradujo, mientras yo tomaba agua)
“La élite no sólo manejaba los resortes políticos y económicos
del Estado, sino que además conformaba los cuadros de las Fuerzas
Armadas y tenía vinculaciones con la jerarquía eclesiástica. De este
modo, la Iglesia y el Ejército fueron las dos instituciones que
representaron ideológicamente los intereses de la clase dominante.”
(Respiré y ella tradujo). Los jóvenes seguían sumamente
atentos…
61
“Los miembros de esta élite, con el control político en sus
manos, constituían la oligarquía gobernante. Distribuían entre ellos el
acceso al sistema político, regulando las elecciones mediante el fraude
y la compra de votos; decidían el ingreso a la Universidad y lo
limitaban sólo a los descendientes de las familias patricias;
controlaban el crédito ocupando los directorios de los bancos;
negociaban con el capital extranjero, empréstitos e inversiones,
muchas de las cuales se canalizarían en trabajos de infraestructura,
transporte, obras portuarias e inmobiliarias”.
62
Patricia me hacía señas de que quería traducir. Descansé.
Patricia tradujo y al concluir me dió otra vez el uso de la palabra. Les
expliqué que quien defendiera a las víctimas se les respondía “por algo
será” que era un modo inconcebible de legitimar tantos horrores
contra los más elementales derechos humanos.
63
Ahora si, tradujo…
–¿Y ahora que? Preguntó Diana:
–A partir de 1983 se han ido eligiendo gobiernos
constitucionales, bajo cuyo amparo es posible, muy despaciosamente,
ir aprendiendo una forma de vida democrática al mejor estilo
burgués, dentro de las presiones naturales que siempre ejercen los que
sostienen el poder real.
–¿Quienes los gobiernan ahora realmente?, pregunta Martín.
Patricia y yo nos miramos. Ella me dijo:
–Es tu turno.
–Bien, para completar el panorama debo explicarles que si antes
fuimos dependientes de los ingleses, luego, hasta el presente, les ha
sucedido el “gobierno invisible” de las grandes empresas
multinacionales, usureros internacionales cuya única patria es el
dinero.
Tienen nombre y apellido. Son el Banco Mundial y el Fondo
Monetario Internacional. Así dispusieron achicar el Estado argentino
y para facilitar la fuga de capitales, exportación de fabulosas ganancias
y succión extranjera de todo el producto del esfuerzo argentino. La
gente reclama mejor educación, tener asegurada su salud, trabajos
seguros y estables. Pero hoy más que nunca la dominación se lleva a
cabo sobre bases globales sostenidas por las entidades que acabo de
nombrar. Tales problemas son difíciles de comprender porque en la
mayoría de los países las personas no reciben una educación
económica, ni histórica, ni una educación política. Los pueblos
reaccionan cuando se dan cuenta que la situación les resulta
insoportable. 15
15 Nota del editor: Se debería tener en cuenta que este diálogo se desarrolló en 1991, durante
el gobierno de C. Menem.
64
Le pregunto a Patricia si está de acuerdo en que haya sido “tan
pedagógica” y me respondió:
65
Capítulo 2
Reportaje
sobre su Vida
67
NO QUIERO UNA BIOGRAFÍA BLANCA
69
pequeña grandeza de los seres humanos. No debemos olvidar que, al
fin de cuentas, sos una persona y no un arquetipo.
70
–¿Qué tipo de persona te disgusta?
–Los quejosos. No los soporto.
–¿Qué cosas aprecias en los demás?
–El sentido del humor.
–El humor es un don de nacimiento –agregué yo– es como ser
alto, petizo, lindo, feo. No tiene arreglo.
–Sí, pero cada uno puede hacer de un limón una naranjada –Me
retrucó ella.
–¿Qué flor te gustaría ser?
–El amancay, porque crece donde quiere.
–¿Y si fueras un pájaro?
–La garza, porque vuela alto.
–¿Que cosas te enfurecen?
–La injusticia.
–¿Que ponés en el formulario que te dan en los viajes donde dice
“Ocupación”?
–Antes, “bailarina”; después, “coreógrafa”; y ahora, “educadora
a través del arte”.
–¿Y si fueras un personaje mitológico?
–El Ave Fénix.
–¿Si fueras una religión?
–No me gustan las religiones porque no dejan pensar a la gente.
Pero como esto es un juego, elegiría ser una religión inclusiva, que no
excluya a nadie y que no meta miedo, ni manipule con cielos o
infiernos, ni separe a los humanos. Me gusta reunir.
–¿Qué sensación tuviste al ver publicado tu primer libro?
71
–Mi primer libro fue La Expresión Corporal y el niño, con fotos
de Alex Schächter. Cuando se lo entregué a la editorial el hombre que
lo recibió me dijo: “¿Qué es esto, un libro de fotos?” Fue una expresión
muy injusta y apresurada. Lloré todo el día.
16 Stokoe, P. (1978/86), EXPRESION CORPORAL. Guía Didactica para el Docente, Bs. As.: Ricordi
Americana (Hoy Edit. Melos)
72
–¿A qué cosa le tenés miedo?
Son dos cosas y no una. Primero a que a mis hijas les ocurra algo
que les impida ser felices, segundo: que yo tenga que ser dependiente de
alguien. Las dos cosas me aterrorizan.
–¿Un maestro?
–La vida.
–¿Y si fueran personas?
–También aquí son dos: Luise Bartholomew conocida como “Lulu”
y Charles Herbert Stokoe. Ellos han sido mi madre y mi padre. Padezco
del síntoma del determinismo genético. Yo soy una buena mixtura de
ambos.
–Esta prueba da la impresión que vamos a funcionar bien.
–Entonces paremos aquí. Mirá que hora es, che, ¿qué tal si
pensamos que vamos a comer?
–De acuerdo.
Ella cocinaría esta noche, y lo hizo aplicando la teoría de Lavoisier:
“Nada se pierde, todo se transforma”. Yo lavé los platos.
74
–Es que mi caso es diferente del común de los inmigrantes.
Quiero decir que mis padres no vinieron a la Argentina dentro de una
corriente inmigratoria sino por su propia cuenta; sin embargo me
siento tan argentina y con el mismo derecho que la hija de un español,
italiano, turco, polaco, alemán...
1919 su nacimiento
Cada vez que preguntábamos ¿de dónde vienen los niños? nos
contestaban que nacíamos de un repollo, o bien nos traía la cigüeña de
Paris, o bien la versión botánica, que no recuerdo bien quien ponía
una semillita en la panza de mamá, o nacíamos de algodoncitos.
Como Mafalda frente a tantas estupideces nos preguntábamos a
escondidas si nuestras madres nunca tuvieron un parto normal.
Patricia no nació de un repollo. Al grano.
–¿Y qué dicen tus documentos respecto de tu nacimiento?
–Que nací en la Ciudad de Buenos Aires el 23 de septiembre de
1919.
–¿Dónde ocurrió el acontecimiento?
–En el Hospital Británico de Buenos Aires. Enseguida me
llevaron al campo, a la casa de mi familia (papá, mamá y una hermana
Joan, 5 años mayor que yo) que se ubicaba en el centro de un triángulo
75
entre General Suárez, Huanguelén y Lamadrid. La estación de tren
más cercana se llamaba, igual que ahora, La Colina.
Su madre
76
Se llamaba Luise Bartholomew y le decían “Lulú”, mi abuelo era
irlandés, sangre que corre por mis venas y pesa mucho en los
momentos en que debo enfrentar los desafíos y la adversidad.
–No existen escuelas para padres, ni elegimos a nuestros padres.
En tu caso se puede decir que tus padres fueron un don, una gracia…
Tu mamá era sin duda una mujer excepcional, una adelantada,
precursora amante como vos de los desafíos. Contanos un poco de
ella. ¿Cuáles fueron los rasgos más sobresalientes de Lulú?
Tomándose la tercera taza de té, Patricia empieza a darme claves
acerca de los genes que heredaría de su madre. Presten atención:
–Mamá fue una personalidad totalmente atípica y original para
las costumbres femeninas de fines del siglo XIX. Ella pertenecía a una
familia de clase media con fuerte educación victoriana, conservadora
y logró convencer a mi abuelo para que la autorizara a estudiar una
carrera a la cual tenían acceso sólo las señoritas de las clases sociales
muy altas.
–¿De qué se trataba exactamente?
–Cursó sus estudios y se recibió en una escuela de Educación
Física que se llamaba «Instituto Liverpool de Educación Física para
Jóvenes Doncellas» (ambas nos reímos sin recato). Sin duda fue una
elección audaz en ese momento haber elegido el cuerpo como
instrumento de trabajo, por las fantasías que despierta en los demás y
lo que moviliza internamente.
–De tal palo, tal astilla: el cuerpo en movimiento dice ¡presente!
desde los genes.
–Mi madre era una vitalista, le gustaba vivir la vida a pleno.
–Me estás hablando de tu mamá y siento que estás hablando de
vos misma. Pero sigamos con ella: ¿Qué formación recibió en ese
instituto cuyo nombre nos causa hoy tanta gracia?
77
–Allí recibió una formación muy seria, amplia y abarcadora. Por
una parte estudiaban anatomía y primeros auxilios de primer nivel,
luego disciplinas deportivas, algunas como el tiro al arco que ya no se
practica. Además de equitación, natación, educación física y danzas.
Esta última materia le calzaba como un fino guante.
–Supongo que, una vez egresada, se resistió a cumplir con el
mandato de ama de casa reservado para las jóvenes de su clase social
en aquella época.
–Por supuesto. Y ejerció su profesión como docente en un
colegio muy grande de Inglaterra. Mientras trabajaba allí le ofrecieron
un cargo de ayudante de cátedra en un instituto de Buenos Aires
dirigido por una señora inglesa,...
–Y tu mamá, que no debía tener todavía veinte años, se largó
nomás. Sola, con su título, a una edad en que la que no se casaba
quedaba “para vestir santos”,...
–Eso te da la pauta de su temperamento anticonvencional,
hecho para aceptar desafíos y de su espíritu de aventura. Era muy
inquieta, muy activa. Así que se tomó el barco, cruzó el Atlántico en
tres semanas y se hizo cargo de sus trabajos en Buenos Aires. Todo esto
fue antes de la 1º Guerra Mundial.
–¿Y? ¿Cómo sería la vida de esta intrépida joven en la Ciudad de
Buenos Aires del Centenario de la República?
–Esta joven que más tarde sería mi mamá repartía sus horas
entre ese trabajo docente “de lujo” y el deporte. El trabajo docente no
era nada común. Su materia en el Instituto que la contrató consistía en
enseñar las danzas de salón de última moda a los jóvenes de la alta
sociedad de la colectividad inglesa y a los «niños bien» argentinos…
78
También fue instructora de danzas en el Saint George’s Colledge,
que existe actualmente, adonde los alumnos concurrían para aprender
buenos modales, normas de urbanidad y refinamiento, como para
acercase a una chica y bailar cuadrigas o valses y comportarse
correctamente en sociedad. No tenemos que olvidar que la alta
burguesía argentina siempre tuvo un ojo puesto en Europa y debía
conocer las últimas danzas de moda en Paris o Londres para hacer un
buen papel en las distinguidas reuniones sociales de su clase en la
Buenos Aires de entonces.
79
Su padre: un aristócrata del espíritu
80
Cambridge. Y mi padre comenzó la carrera de derecho que
interrumpió cuando se embarcó para Sudamérica. Lo hizo en un
barco que transportaba los famosos toros Aberdeen Agnus de
pedigree escocés y, al encontrarse con la impresionante llanura
ondulada rioplatense tan despoblada, quedó fascinado.
–Fue un cambio radical, una aventura casi, para mi padre, dejar
de lado los libros de abogacía y tantos antecedentes ilustres para echar
raíces en el campo. Es que se enamoró con el paisaje a primera vista,
fue un amor sensorial. Primero estuvo en Fray Bentos, Uruguay y
quedó tan prendado que decidió quedarse allí. Metódicamente, se
dedicó a aprender el idioma, aprender a andar a caballo y todas las
tareas agropecuarias para convertirse en administrador de estancias.
–Lo hizo desde abajo, con toda humildad, desde las tareas
propias del peón hasta las más complicadas del cultivo y explotación
de la tierra y los animales. Luego fue aprendiz en Entre Ríos y
finalmente la Krabee King & Cº le dio el trabajo de administrador en
un terreno virgen muy grande en la zona de Coronel Suárez, Provincia
de Buenos Aires, para que él la transformara en una estancia modelo.
81
–Sí, pero no en el caso de mi padre quien tenía un sentido de la
ética, arraigado hasta los tuétanos. La decencia y la honradez le
circulaban por las venas. Él era un simple empleado de una enorme
estancia. El administrador de intereses millonarios de una familia que
vivía en el extranjero. Es claro que hubo administradores que hicieron
fortunas. Eran familias de la generación de mi padre, hoy
considerados apellidos tradicionales, que fueron comprando su
pequeña chacra hasta llegar a ser propietarios de pequeñas estancias.
–¿Cómo lo hacían?
–Por ejemplo: iban a los remates y compraban dos lotes de vacas.
Unas muy baratas, novillos bien flacos que luego engordaban con el
pastaje de la estancia y vendían percibiendo la ganancia sin
contabilizar, en negro. El otro lote era de vacas gordas listas para
venderlas a los frigoríficos, eran las que aparecían en los libros. Así
hacían otros negocios, operaciones ilícitas incorporadas al folklore
como una tradición.
–¿Y tu papá no entró en ese juego?
–Mi papá fue formado en un sentido de honorabilidad y de la
honradez tal que se hubiera muerto antes de entrar en ese negocio
sucio.
Discriminación al criollo
82
Todo lo contrario, por ejemplo: mi papá dio una vez
instrucciones muy precisas al peón encargado de los animales para
que no hiciera nada a mi servicio, en el cuidado de los caballos, que no
eran míos sino de la estancia. El encargado debió enseñarme a
ponerles el bozal, llevarlos, cuidarlos, ensillarlos, traerlos al establo de
vuelta en un estado decente, desensillarlos y llevarlos a lavar con la
manguera para luego soltarlos.
Entre el caballo y yo existía un amor muy profundo; era mi
amigo, mi confidente y mi compinche.
–Y vos, ¿cómo tomabas estos mandatos? ¿Te rebelabas?
–A mí me encantaba. Las reglas del juego eran esas y yo sentía
que me hacían bien... Cuando fui una adolescente salía a trabajar con
los hombres a varear el ganado, separar las terneras, conducir la
hacienda.
–Culturalmente, eran trabajos de varones...
–No sé, para mí se dio naturalmente y creo que me templó muy
bien para hacer frente a las adversidades posteriores de mi vida. Pero
lo más importante es que el trabajo del campo me hacía sentir muy
feliz.
Creo que una de las cosas más insanas la que más nos debilita es
generar la dependencia. En cambio, con este tipo de enseñanza, yo
sentía que crecía en todo sentido.
–¿Cuál es la imagen que tenés de tu papá?
–Recuerdo a mi padre como un hombre muy recto en su porte y
también en la manera de proceder. No era hablador ni comunicativo,
más bien callado. Reflexivo. Siempre pensativo. Un gran amante de la
naturaleza y, por supuesto, muy dedicado al trabajo de ese campo rudo
y árido que él convirtió en una hermosísima estancia.
83
Sí... Parecía taciturno, pero cuando lográbamos despertarle
alguna risa, nos llenaba de un gozo muy grande porque los ojos le
brillaban y se le iluminaba el rostro.
–¿Y la relación con vos, cómo era?
–Según lo que me contaban, yo tenía una habilidad muy
especial para hacerlo bajar del pedestal. Sin embargo, él para mí era un
hombre misterioso. Simplemente porque no hablaba, se me ocurría
un enigma.
–Ahora me doy cuenta de que tu mamá fue docente de una
disciplina singular: la educación por la danza y que tu papá utilizó un
método autodidacto de aprendizaje de una profesión totalmente
ignorada para él. Entonces, no me resulta un contrasentido que vos
seas maestra hasta los tuétanos, no sólo en situación de aprendizaje
formal, sino en los hechos más cotidianos de la vida. ¿Dónde se
conocieron?
–Supongo que se conocieron en algún baile. En aquella época
los bailes eran el ámbito natural y prestigioso para que los jóvenes
entablaran relaciones con proyectos de futuro. La cuestión es que se
casaron cuando ambos tenían alrededor de treinta años.
84
papá hizo construir una cancha de tenis y otra de golf. Luego, la propia
huerta, poblando además la estancia de animales: vacas, puercos,
ovejas y mis amados caballos. Allí lo tenían todo para el propio
abastecimiento: vivienda, alimentación, recreación, todo. Hasta
generaban la propia electricidad. La estancia era como un oasis en
medio del campo.
85
“¿Cómo lleno de hombres?”, dice mi mamá.
“Si, los veo a todos fumando”, contestó tía Fanny.
Mi mamá agarró la escopeta y se fueron caminando en la noche
cerrada. “Pero no seas tonta”, se escuchó…
Claro, solo eran miles de luciérnagas, ‘lintérnagas’ como las
llamaba yo de niña…
Aquí ya empieza la educación por el arte
86
–Claro, hacía las veces de gobernanta y mucho más cuando
llegaba el invierno y se carneaban los cerdos. Las mujeres,
capitaneadas por mi mamá, una vez carneado el animal, hacían todos
los embutidos: diferentes tipos de chorizos y tartas. Era una faena que
duraba varios días para proveer la comida de todo el año. Y durante el
verano ella, con la ayuda de la cocinera, hacía todos los dulces con
frutos de la huerta. Los envasaba al vacío y luego los guardaba en una
despensa que con mi hermana Joan visitábamos de noche, muertas de
hambre y despiertas por habernos quedado leyendo a escondidas.
La música de la infancia
87
“Como no nací sorda ni hipoacúsica…el sonido apareció en mi
tierna infancia como una experiencia totalizadora. Vivíamos en el
campo de la provincia de Buenos Aires. Allí pude presenciar unas
tormentas eléctricas ¡esplendorosas! que me influenciaron
poderosamente: el sonido de la tormenta que se acercaba. El sonido
del viento sobre el monte de eucaliptos. El sonido in crescendo de la
tormenta la llegada de la lluvia repiqueteando sobre el techo de chapa.
88
escuela inglesa de Hurlingham. Recién cuando salí de la escuela
descubrí que además de una hermana, tenía una compañera.
89
Sentada desde el porche, nada puede compararse al espectáculo de ver
aproximarse esa cortina de agua desde La Pampa. El aire pesado en
verano se hace irrespirable. El cielo gris plomo estruja, encoge el alma.
Solamente los que han vivido en la Provincia de Buenos Aires saben lo
fascinantes que pueden ser estas tormentas desde un lugar protegido.
90
Encierran al castor
–Hasta los nueve años fui educada por mi mamá. Luego entré en
el colegio Crickle Wood de Quilmes, en la Provincia de Buenos Aires,
muy cerca del St.George’s Colledge en el que mi madre había dado sus
famosas clases a los varones “niños bien” de la zona. Todo mi
bachillerato lo hice en aquella escuela que luego abrieron en
Hurlingham y es la que existe hoy con el nombre de St. Hilda´s
Colledge.
–Allí te internaron y ¿cómo hizo esa niña solitaria, libre como
un pájaro, miedosa de las tormentas, compinche de los animales, sin
su paisaje infinito... ahora encerrada en esta jaula de oro, con horarios
estrictos, disciplinas férreas compartidas con tantas compañeras para
comer, dormir, estudiar y jugar con el cemento tapiando el horizonte?
91
El idioma se mama con el biberón
92
–Me pareció muy justo y lo hice en forma acelerada. Pero la
verdad es que cuando tenía treinta años y regresé de Inglaterra recién
empecé a buscar literatura española. Y luego mi vida en Argentina
cambió ¡tanto!... Lo que decís de los alumnos es cierto, son la usina de
las modificaciones del idioma.
Ambición adolescente
–A los diecisiete años cayeron a mis manos los libros del Ballet
Ruso, creo que del Coronel de Basil.18 Fue ver esas fotos y me dio un
vuelco la cabeza y el corazón. “¡Esta quiero ser yo!”, grité por dentro!
93
Lo que no contaba era con mi grado de desinformación. Las
fotos de ese libro fueron el único y primer contacto con la danza
clásica. No existía la televisión y si, por casualidad, llegaba a Buenos
Aires algún espectáculo de ese estilo, no llegaba la noticia al campo, ni
a la escuela.
–¿Es decir que no tenías la menor idea de la danza clásica, ni de
otro estilo de danza académica?
–La danza me era familiar a través de mi madre y sus relatos.
Eran danzas sociales de salón. Luego en la Escuela de Hurlingham,
venía una señora a dar clases de danzas, rudimentarias, pero ese libro
me mostraba otro modelo de movimiento donde el sentido estético y
la expresividad emocional cobraban protagonismo. De campeona
deportiva colegial real, pasé a soñar con la danza como una
posibilidad concreta de realización profunda. Ahora cuerpo y
sentimientos se expresaban con bellos movimientos.
–De lo que no queda ninguna duda es de que tu esencia única e
intransferible, de un modo u otro, es el lenguaje del cuerpo en
movimiento.
–Eso ocurrió toda mi vida. Ya te dije que de niña era un receptor
sensible a los fenómenos de la naturaleza, integrándome con ella en
jineteadas o trepándome a los árboles. Allí era el cuerpo y el entorno
natural. En el internado aparece el cuerpo exigido por una meta:
ganar, ser la mejor en el deporte.
En aquel entonces no había rutinas científicamente elaboradas
como ahora. La consigna era siempre ganar, llegar primera y yo lo
hacía con cuerpo y alma. No había otra técnica ni otra forma.
95
un síntoma terrible para una adolescente que está pendiente de su
aspecto físico, para atraer y poder entablar a través de su cuerpo un
nuevo vínculo humano. Yo padecí esta vergüenza desde los quince
hasta los veintisiete años, con todo tipo de atención médica, incluso el
curanderismo. No podía encontrar respuestas a la vida, entonces el
acné brotaba con más virulencia y yo me volvía cada vez más tímida y
retraída, me sentía como una planta que no crecía por no tener buena
tierra ni sol, ni lluvia, ni aire.
–¿Cómo veían tus padres esta situación tan dura para vos?
-Justamente, la frustración tuvo su punto culminante cuando al
terminar mis estudios secundarios mi padre me dijo, “bueno, ahora tu
tarea es estar al lado de tu mamá, por lo menos estarás un año
acompañando a tu madre”. El volcán que llevaba adentro hizo
erupción en las pústulas, y el acné color tomate se extendió por toda la
cara.
–¿Esa propuesta de tu papá te hizo tocar fondo y fue el detonante
para alguna decisión?
–Sí. Yo solo quería huir, huir de la estancia y no regresar, no me
dejaría atrapar nunca más por ese tipo de encierro.
Y, cuando su padre decidió llevarlos a Inglaterra para visitar a
los parientes que no conocían, Patricia se aferró a ese viaje como un
náufrago a la tabla, siempre con el propósito secreto de quedarse.
–¿No veías como una probabilidad insertarte dentro de la
comunidad inglesa en Argentina?
–Con los ingleses nadie puede salvarse de ser un eterno
marginado. Menos aún si te consideran que pertenecés a “las clases
bajas”, porque mi papá era honrado.
96
Dentro de la comunidad inglesa, todos querían que sus hijos
tuvieran una formación inglesa para preservar la tradición de los
padres, pero había muchas diferencias y todo eso era muy confuso
para mí.
A los hijos de los dueños de las estancias, los enviaban a
Inglaterra a estudiar, pero a los hijos de los administradores o los
empleados de estancias –como en mi caso– o a los empleados de
compañías inglesas, nos mandaban a colegios ingleses de la Argentina
adonde traían profesores directamente de Inglaterra, incluso a los
profesores de Educación Física. Luego, estaban las escuelas bilingües
para los que querían formarse en la doble cultura y allí asistían
muchos argentinos.
Finalmente estaban las escuelas primarias y secundarias con
planes de estudio argentinos. La gran actriz y directora de teatro
argentino, Inda Ledesma, concurrió a una de esas escuelas en Coronel
Suárez.
Dentro de esta clasificación, mi padre, a pesar de su
responsabilidad para el trabajo, y del sentido de creatividad de mi
madre para transformar esa tierra virgen en un establecimiento
agropecuario modelo de confort; eran considerados simples
empleados muy mal pagos. Yo me sentía discriminada y padecía los
sacrificios que debían hacer mis padres.
Ellos sufrían privaciones sacrificándose para mandarnos a esas
escuelas inglesas. La injusticia culminante se haría manifiesta con el
trato vil y el padecimiento humillante que debió soportar mi madre al
fallecer mi papá.
97
“Yo no vuelvo papá. Yo me quedo aquí en Inglaterra”, fue la
respuesta de Patricia en vísperas del regreso de la familia Stokoe a la
Argentina.
La autoridad paterna no fue ejercida por la fuerza y se respetó la
voluntad pronunciada en ese tono inapelable. Sus padres regresaron a
la Argentina, dejando a sus hijas en Londres.
Los ancestros
–Ya ves, Patricia, todas las palabras que empiezan con AL,
Alhambra, Aleluya, alcuza, alcoba, alacena, almohada y mil palabras
más fueron dejadas por los árabes, que en esa época eran cultísimos.
Inventaron el numero cero, para hacer cálculos. Los baños termales.
Los Reyes Católicos no tenían la costumbre de bañarse, debía ser por
la prohibición de la Iglesia de tocarse el cuerpo. La cuestión es que por
parte de mi papá, Juan García GILABERT aunque sea de muchas
generaciones, me gusta imaginarme que corre sangre berebere,
intrépidos trashumantes del norte del África montados en caballos
briosos que no se arraigaban en ningún lugar. Debe ser por esa
poquita pero poderosa sangre, que no me gusta quedarme mucho
98
tiempo en un mismo lugar y disfruto viajando tanto, o más, que
haciendo el amor. ¿Vos Patricia, que me decís de tus ancestros?
–Yo desciendo de un Stokoe, noruego, descendientes de
Vikingos, navegantes por la propia ubicación geográfica, que según
los estudiosos se largaron a descubrir rutas desconocidas en esos
enormes barcos de madera y llegaron a tierras americanas mucho
antes que Cristóbal Colon.
–Es posible, porque no hay que olvidar que la empresa de
Cristóbal Colon estuvo patrocinada por una España empobrecida por
las guerras, que necesitaba extender sus territorios, llevarse sus
riquezas. Los reyes católicos consiguieron como “sponsor” a la Iglesia
Católica, a cambio de que los conquistadores españoles aparecieran
con la Cruz y la Espada y cristianizaran a todos los habitantes. El
apoyo de la Iglesia fue muy importante y ya se sabe que la historia la
escriben los que ganan. En cambió, los vikingos se largaron a navegar
sin otro propósito que la aventura, por eso el dato de ser los primeros
descubridores de América no ha sido tan promocionado... ¿Y por
parte de tu madre?
–Bueno, ella era descendiente de irlandeses, para quienes las
adversidades son una tentación, un desafío digno de ser enfrentado.
Luego, el Pueblo Celta, con su imaginería y sus relatos de gnomos, las
fadas (las hadas) y otros personajes fantásticos, sus danzas y su música
que se expandieron por todo el mapa de Europa. Ahora que lo digo en
voz alta, me doy cuenta de que lo de la educadora través del Arte lo he
heredado de mi mamá ¡y ella de sus ancestros!
99
LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Esta guerra, que tuvo su final recién en 1945 con la derrota de los
nazis, se fue extendiendo por todo el mundo. Se abandonaron para
siempre los códigos de guerra, murieron más civiles que soldados, y
apareció un armamento apocalíptico que marcaría a toda la
generación posterior: la humanidad contó con los medios para
liquidarse con sólo apretar un botón.
–Mi padre –lo repitió una vez más– era un hombre muy
correcto y, también, muy noble, atípico por su honestidad. Murió a los
66 años en la estancia, de un ataque cardíaco. Me contaron luego que
se acercaron personas de leguas para integrar el cortejo, a caballo, en
carro y en sulkis para seguir, a paso de hombre, el féretro de este inglés,
tan arraigado, respetado y querido en toda la zona. Cuentan cómo se
veían esa noche, los faroles que se iban acoplando al cortejo iniciado
en la estancia hasta la estación de tren donde lo cargaron para
conducirlo al cementerio de Coronel Suárez. Este acompañamiento
final de tanta gente que se iba incorporando a lo largo del camino fue
una muestra del gran cariño y respeto que le tenían y también un
reconocimiento a su rectitud.
101
–A pesar de la lejanía, fue un golpe inmenso recibir esta noticia.
Sentí una pena y congoja muy profunda, como la de una muerte en
vida. Por segunda vez surgió en mí el personaje mitológico del Ave
Fénix que muere y resucita de sus propias cenizas. La primera vez que
apareció fue cuando me di cuenta que iba ser imposible cumplir la
meta de ser bailarina clásica. Yo estaba entrenada para fijarme metas y
cumplirlas, pero la muerte de mi padre me hizo tomar conciencia que
me quedaría sola en Inglaterra.
102
Los de arriba y los de abajo
El destino de su madre
20 Nota del Editor: Copiamos aquí las reflexiones de la autora para no cortar el hilo del relato:
“…Trazaron las líneas férreas confluyendo todas hacia el puerto de Buenos Aires, dejando incomunicadas
a las provincias argentinas entre sí. Desde el puerto partían hacia Londres nuestros cueros, lanas, carne,
materia prima que de hecho no nos dejaban manufacturar. España, la antigua metrópolis, dueña del
monopolio comercial, había sido denostada y la independencia nacional proclamada en 1916, se
tornaba ahora en independencia formal. Los buques ingleses volvían cargados de productos ya
elaborados por la industria británica, que debíamos comprar a precio de oro. Los ingleses tenían
experiencia, y sabían a hacer las cosas muy bien a su favor: ferrocarriles, tierras de colonización, bancos,
debían traer, seguramente problemas. Para encontrar soluciones se inaugura en Londres un edificio ¡de
seis pisos!, el “River Plate House” donde se instala las administraciones de las compañías más importantes
con inversiones en Argentina. En el país los intereses conservadores, retrógrados, mantenían sus
privilegios mediante el fraude electoral, más su aliado más poderoso: la ignorancia de la inmensa
mayoría del pueblo que trabajaba.
Las generalizaciones no son buenas y existen excepciones. Había otros ingleses, los sin nombres,
anónimos, numéricamente mayoritarios como Carlos H. Stokoe, padre de Patricia que integro esa legión
de los que se arraigaron y amaron la tierra del sur argentino, donde dejaron sus huesos. Ellos se situaron
en la vereda de enfrente de los británicos colonialistas y de sus socios cómplices vernáculos.
Aquí vemos empinarse al inglés escritor Guillermo Hudson buscando el destino argentino y
universal de nuestro país, a quien se conoció dos años después de su muerte por la admiración que
despertó a Rabindranath Tagore.
103
día para otro quedó sin trabajo a sus 55 años. Frente a esta noticia tan
injusta, mi hermana Joan decidió volver a la Argentina para hacerle
compañía.
105
Había una vez un campo. En el campo había un
tambo. Allí había dos enormes tinajas –aquellas
típicas de dos asas al costado– en las que se recogía la
crema fresca para repartir en el mercado esa próxima
madrugada.
106
–Y así es que resolví ser el segundo sapito. Y, entonces, en
Londres, me metí en las calzas de danza, con el tutú y las zapatillas de
punta y fui alumna de unos maestros de danza clásica que a su vez
estudiaban en la escuela de la Royal Academy of Dance.
107
–Seguro. Cuando llegué a Inglaterra era una joven bastante
soberbia y engrupida por mi experiencia en la Argentina donde me
había lucido en todas las cosas que hacía. Cuando comencé a estudiar
danza clásica en Inglaterra, me dí cuenta de que por más fuerza de
voluntad que pusiera, no podía ni siquiera ponerme en puntas de pie.
Fíjate bien, –me dice mostrándome sus pies, sí, para colmo, tengo
todos los dedos del mismo largo ¿cómo encapsularlos dentro de las
zapatillas de punta? Sentía que no podía, que no era nada.
109
–Concluido el trabajo de invierno, aún sin amor, y otra vez sin
trabajo, cuando volviste a Londres. ¿Qué te ocurrió?
–Me dije: “algo tiene que pasar porque la vida sigue; y ahí vi un
cartelito en un negocio de zapatillas de punta donde pedían una
bailarina para integrar la compañía de ballet Anglo-Polaco. Junté
coraje, me presenté y comprobé que era una compañía seria, estaba
encabezada por estrellas del ballet folklórico polaco, Jalama y
Konarsky, refugiados en Londres por la persecución nazi durante la
guerra. El resto del elenco se integró con bailarines ingleses. Yo debí
presentarme a la audición y, para mi gran satisfacción, fui aprobada.
Integré así el elenco de bailarines y, para no desentonar, me bautizaron
con el seudónimo de Patriuska Stokowska.
–¿Este fue el comienzo de tu carrera profesional?
–Efectivamente. En esta compañía pasé muchos años y adquirí
gran experiencia. Un entrenamiento diario muy intenso por la
mañana, ensayos de las diversas obras por la tarde y por las noches
hacíamos las funciones, que generalmente eran dos. Si bien el sueldo
era mínimo, de subsistencia, yo ganaba en el aprendizaje de las
múltiples facetas que tiene esta profesión. Además, me permitió hacer
giras por el interior de Inglaterra y Escocia, en las cuales conocí las
principales ciudades británicas, tan ricas de historia y tan cercanas a
mí a través de la literatura y la dramaturgia que había conocido
durante mi internación en el colegio de Hurlingham y durante las
lecturas nocturnas en mi casa. Todo esto era un premio y sentía que
bien había valido el esfuerzo realizado.
–¿En qué consistía el espectáculo de la compañía anglo- polaca?
–El programa tenía dos partes: La primera estaba integrada por
obras clásicas como la Sílfides, El lago de los cisnes, El Espectro de la
Rosa y otras.
110
La segunda parte era una gran boda popular que permitía
mostrar toda la gracia de los bailes folklóricos polacos, eran danzas
muy vitales con sus trajes típicos representando a cada una de las
regiones de Polonia.
Durante las giras por Inglaterra, que sólo era atacada con
bombardeos aéreos sobre las principales ciudades, nosotros teníamos
un talento especial para caer justo en las ciudades que bombardeaban.
El plan de trabajo era actuar toda la semana en una ciudad y el
día domingo viajar rumbo a la siguiente.
–Birmingham es una ciudad muy importante, además, centro
industrial en Inglaterra, por ese motivo ustedes debieron actuar ahí y
habrá sido blanco empecinado por los bombardeos aéreos nazis.
–Efectivamente, y una noche de violentos ataques una bomba
cayó justo en nuestro teatro. Para nosotros significó una semana de
vacaciones remando en el río y visitando Stanford-on-Avon, ciudad
natal de William Shakespeare, donde nos dimos un panzazo de obras
del gran poeta, algunos de cuyos trozos aún recuerdo de memoria.
–¿Y mientras tanto qué ocurría con aquella necesidad de amar
que apareció con tanta fuerza en la adolescencia en la estancia?
–Sinceramente, no creo que mi vida privada importe mucho.
–me contesta con firmeza.
–Pero Patricia, si toda tu vida ha sido impulsada por la pasión,
¿cómo podemos marginar al amor?, si es la savia vital que nutre a los
seres apasionados. No se trata de violentar tu intimidad, sino la
necesidad de integrarla a tu totalidad. Además, lo único que te pedí es
que esta no fuera una biografía blanca y aceptaste esa condición.
Acordate de Isadora Duncan, ella sí es un ejemplo de sinceridad,
honestidad y humanismo al hablar de sus sentimientos y no ocultar el
tema del amor o los amores.
111
Otro caso similar es el del Alma Mahler-Werfel quien en su libro
“Mi Vida” habla de sus relaciones con Gustav Mahler, su marido y
también con Gropius, Schöemberg, Stravinsky, Thomas Mann,
Kokoschka. En aquel entonces debía contentarse con consagrar su
vida a amar, haciéndolos partícipes de su personalidad pasional. De
haber nacido un siglo más tarde, Alma habría sido compositora y
directora de orquesta. Mientras tanto, tuvo que contentarse y supo
atraer amigos, amantes y maridos celebres. Hombres todos en quienes
reconocía un genio.
Patricia se levanta abruptamente y dirigiéndose a la cocina me
dice “voy a preparar más té”.
Mientras la espero, miro el lago a través de la ventana en su
pasmosa quietud grisácea de esta tarde. Se supone que estamos de
vacaciones para ser felices y olvidarnos de todo pero es parte de mi
compromiso saber cómo realmente ha sido su vida y no puedo
volverme atrás. Tampoco para mí la situación es cómoda, quizá sienta
miedo de volverse vulnerable al recordar la felicidad y los dolores que
le deparó el amor.
Patricia aparece ahora con una enorme bandeja llena de
tostadas calientes y crocantes, de pan casero, comprado esta mañana
en Colonia Suiza, junto al dulce de grosella preparado “por sus propias
manos” y una tetera humeante con té de rosa mosqueta con un toque
aromático de clavo de olor. Buena señal de que seguiremos
conversando. Mis hombros se aflojan y mi respiración se tranquiliza.
Compruebo una vez más que cuando Patricia es “tocada”
reacciona con la velocidad de un karateka. Por suerte, ahora es ella
misma quien aprieta el grabador para que sigamos conversando,
convencida, como suele decir, de que la realidad es “por sí misma”
interesante.
112
–Mi primer amor fue a los dieciocho años, recién salía del
internado y lo conocí en una clásica fiesta de la comunidad anglo-
argentina. Por un lado lo quiero y por el otro lado no lo quiero: no fue
fácil.
Yo deseaba fervorosamente acceder a una formación
universitaria y también mudarme a otro lugar donde enamorarme
que no fuera el cómodo y protector útero familiar sin perspectiva de
crecimiento ni expresión. Necesitaba un escenario más amplio para
encontrarme con el contacto y el vínculo del otro sexo. Si estimulaba
ese amor en la cerrazón provinciana de la estancia, mi vida estaba
sellada. Así, con todo el dolor de la separación, partí para Londres
llorando a moco tendido; pero estaba segura de que el misterioso
mundo del teatro y de la danza me liberarían de mi timidez y las
inseguridades y, por momentos, en el barco no sabía si mis lágrimas
eran de dolor o de alegría. Esa contradicción fue somatizada con ese
acné color tomate del que ya he hablado hace un rato.
Durante el primer año en Londres respecto al amor anduve con
anteojeras. Mi libido estaba puesta en entrenarme en la danza clásica y
lo hacía disciplinada, ferozmente.
Mis compañeros de danza, los únicos que frecuentaba, eran en
su mayoría homosexuales y ellos encontraban en la danza el lugar
donde desplegar su verdadera sensualidad, (al hacer esta afirmación,
aclaro que no quiero hacer –ni en aquel entonces y menos aún ahora-
haciendo un juicio de valor crítico).
Eran espléndidos amigos y excelentes compañeros pero el
ambiente no era propicio para vínculos amorosos, acorde a mi
necesidad de dos sexos diferenciados. El amor, los amores, vendrían
después y no serían precisamente intrascendentes.
113
–Bien aparecerán cada uno a su turno. Sigamos pues... Después
de tantos años de gira ¿qué?
114
Durante la guerra hubo dos cosas que fueron científicamente
aprobadas para mantener el nivel anímico y moral de los habitantes
civiles o militares. Una fue ofrecer cantidades de espectáculos
culturales y la otra fue la alimentación. Hay una estadística hecha por
Lord Boyd Orr22 que demostró que la salud del pueblo británico nunca
estuvo tan alta como en la guerra.
La mano de obra era esencial. Por ejemplo, todos los mineros,
los obreros de las fábricas de armamento, las mujeres que trabajaban
en esas fábricas de armamentos y las madres de las futuras
generaciones, tenían prioridad en las raciones de comidas. Así mismo,
se les hacía llegar las comidas con mayores calorías para el
sostenimiento de la guerra.
En cuanto a la cultura, tenían accesos a obras artísticas de
indudable efecto espiritual, por ejemplo, las pinturas eran sacadas de
los museos y llevadas en camiones especiales, preparadas para las
fábricas o exhibidas en las salidas de las minas.
Los actores y artistas de teatro o de ballet entrábamos dentro de
esta política cultural y actuábamos a la salida de las fábricas.
–¿Cómo era la vida en Londres?
–Hubo momentos en que vivíamos en una Londres total y
absolutamente oscura, estábamos obligados a forrar todas las
aberturas de las casas con cortinas negras, de tal manera que al abrir
las puertas a las calles sólo se viera oscuridad. Era penado severamente
el que dejaba escapar desde sus casas un rayito de luz. Las calles
estaban sin luz; el transporte, con una luz amarilla que apenas daba
una penumbra. Hubo que acostumbrarse a vivir en una ciudad tan
inmensa, absolutamente oscura.
22 John Boyd Orr (Escocia 1880 - Glasgow 1971) fue biólogo y político escocés que fue
galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1949 por sus estudios en el campo de la nutrición.
115
–Y tu propia vida ¿cómo se desarrollaba?
116
íbamos a Hyde Park –en el centro mismo de Londres- a bañarnos en
los Lagos. Desde luego que no estaba permitido y éramos
transgresores. Aprovechábamos la oscuridad para saltar los
alambrados y allí, refrescados y chorreando, mirábamos los
bombardeos como si viéramos fuegos artificiales. Era una manera de
evadirnos, de salvarnos de esas situaciones límites; no sabíamos si ese
sería nuestro último día, si al día siguiente despertaríamos con vida.
Había que vivir el ahora.
–¿Qué sentimientos te producían esos encuentros furtivos?
117
La guerra es un negocio en el que el pueblo pone los muertos
118
23
Bertolt Brecht
23 Brecht, Bertolt: Preguntas de un obrero ante un libro, Poemas, El libro de bolsillo Literatura
Alianza Editorial -Título ORIGINAL: Hauspostille - Gedichte im Excl - Buc,kower Elegien – Gedtchte /
Versión de Jesús López Pacheco sobre la traducción directa del alemán de Vicente Romano / Primera
edición en «El libro de bolsillo»: 1968 Primera reimpresión: 1997.
119
manipularlos para su propio negocio. Ahora que ya no les eran útiles,
eran descaradamente ignorados. No hubo para ellos el derecho a un
trabajo prioritario, ni un reconocimiento moral tan exaltado como
mientras duró la conflagración.
Muchos de ellos no pudieron soportar ser tratados como
objetos descartables y hubo una verdadera ola de suicidios...
Los soldados norteamericanos, junto a los ingleses, pisaron las
playas de Normandía recién el 8 de junio de 1944, es decir sobre el
borde de la terminación de la guerra e hicieron de Inglaterra un
inmenso portaviones.
Aunque odiados por su arrogancia, los americanos de
Eisenhower ofrecían a las chicas la suntuosidad de un “double
whisky!” Y con sus dólares se instaló la corrupción y el soborno en la
vida cotidiana.
Inglaterra iba perdiendo la dominación política de sus colonias,
era el derrumbe del Imperio Británico que ahora ponía en la mira de
sus negocios a la República Argentina.
120
Con el propósito de calmar los ánimos, el gobierno británico dio
facilidades para viajar a compañías de teatro, de danzas, orquestas y
músicos solistas.
Después de seis años de encierro en una Inglaterra cada vez más
triste, la propuesta de viajar y conocer nuevos lugares me resultó una
necesidad.
En la compañía me reencontré con viejos amigos y conocí a
nuevos compañeros.
India
–Nos embarcamos el año 1946, el 3l de diciembre, una fecha
reiteradamente crucial en mi vida...
Ya el sólo internarnos en el Mar Mediterráneo, con su cielo tan
azul y la luz solar enceguecedora, fueron un impacto comparados con
la brumosa Londres que habíamos dejado apenas cinco días atrás.
Nuestro destino era Bombay adonde arribaríamos después de tres
semanas de padecer constantes mareos ignorados por nuestro
maestro de baile, que religiosamente cada día nos sometía a las clases
de entrenamiento y a los ensayos de espectáculos en un piso que se
bamboleaba causando estragos en nuestros estómagos. Al llegar a
Bombay, los mareos del mar seguían igual, transformándose en
“mareos de tierra”.
Nuestros cuerpos descompuestos por la navegación habían
registrado el abatimiento del clima tropical hasta el punto de que
necesitábamos de un mes para aclimatarnos y recuperar nuestra
capacidad de trabajo. Mientras tanto nos dedicábamos a la
contemplación exaltada de los colores del paisaje, verdadero regalo de
sensualidad golpeando nuestros sentidos.
–¿Fue el paisaje, solamente, lo que te impresiono en la India?
121
–En ese viaje me había propuesto disfrutar de todo con infinito
placer, trabajando, claro. Sin embargo, la realidad social de Bombay
fue una bofetada que me dio vuelta la cabeza
Recuerdo como si fuera hoy, el impacto que me produjo ver la
pobreza más atroz que una mente puede imaginar.
No era una o dos personas, eran una multitud de adultos y niños
en las calles o en los mercados en condiciones infrahumanas de
existencia insoportables de ver. Caminaba entre ellos y no veía la hora
de volver al hotel. Aún tengo intacta la imagen de un mendigo
inmóvil, con una pierna deformada por la elefantiasis cubierto de
moscas; pero también recuerdo el entusiasmo de los soldados
británicos al recibir los espectáculos enviados desde Inglaterra.
–Como si fueran dos mundos en el mismo sitio...
–Efectivamente, era tal la alegría que suscitábamos en la tropa
que una noche, para poder entrar en una sala de concierto a escuchar a
un pianista famoso, tuve que hacer que me levantaran sobre las
cabezas de los asistentes que colmaban el recinto y me sentaran sobre
un placard guardarropas, único espacio posible desde donde pude
escuchar todo el concierto.
Después de ese mes en Bombay cruzamos en tren por la India
hacia Calcuta, en un viaje que duró dos días.
En el trayecto por el interior de la India, la pobreza era aun más
impresionante. Cuando el tren llegaba a las estaciones veíamos venir
corriendo hacia nosotros a racimos de chicos hambrientos que nos
extendían las manos para pedirnos limosna. Estos niños eran ya viejos
por no haber conocido las risas. Esqueletos pequeños cubiertos de
piel, con sus piernas huesudas, los ojos salidos de las órbitas y la panza
abultada, con el ombligo a punto de estallar. Estas escenas típicas del
122
raquitismo infantil se repitieron en cada estación en donde se paraba
el tren, y el corazón se me ahogaba en la garganta.
Saqué muchísimas fotos. Necesitaba retener estas imágenes
para poderlas mostrar a quienes no creyeran en mis palabras.
En mi opinión la austeridad asumida como una elección,
despierta admiración y envidia. En cambio la pobreza de los
sumergidos por la codicia del poder, me produce vergüenza por tanta
indignidad humana.
(Mientras la estoy escuchando, sobre el cielo azul del lago,
imaginó una estela de humo blanco escribiendo: “¡Hermano, hay
tanto que hacer!”... Lástima que si le muestro el cielo a Patricia no
podrá ver el poema de Cesar Vallejo... quizás... Digo yo... Uno nunca
sabe)
–En la película sobre la vida de Gandhi se muestra muy bien lo
que yo vi en el año 1947: la rebeldía sobre el yugo británico, el clamor
por las calles, los incendios sobre los vehículos del ejercito ingles.
–Dice ella mientras yo divago.
–¿Y en Calcuta fueron recibidos como embajadores de la paz y
el progreso?
–En Calcuta no pudimos sacar la nariz a la calle. Para nuestra
propia seguridad fuimos sometidos. Éramos trasladados desde el
hotel hacia el teatro, siempre bajo una permanente custodia.
Estuvimos un mes dando funciones y el único lugar donde pudimos
distendernos después de los ensayos: en la casa del gobernador en la
que había una inmensa pileta de natación. El guardaespaldas del
gobernador era un excelente nadador y nos daba lección de natación y
salto.
123
Rabindranath Tagore
124
–Efectivamente, porque el caos pareció instalarse en mi cabeza
cuando nos mostraron el lugar donde se practica el ritual “Suti” al lado
del Ganges. Es un lugar, al lado del río, donde la mujer que quedaba
viuda se quemaba hasta quedar reducida a cenizas. Es que sola la
mujer no tendría mejor destino. Yo iba abriendo los ojos.
125
Singapur
–¿Desde Hong Kong la compañía voló a Singapur y ahí
terminaba la gira?
126
debían tomarse dentro del elenco para las funciones. Dio la casualidad
(o la causalidad) que en ese mismo hospital estaba internado el
destinatario de la carta.
–¿Ninguno de los dos sabía nada del otro?
–Para nada. Sin embargo en esa situación absurda en que no
podía ni siquiera apoyar el pie en el suelo del dolor, al verlo me dije: “¡es
él!” y percibimos un encandilamiento mutuo. Para mi suerte, mi pie se
recuperó inmediatamente y, desde que se produjo el flechazo, no
dejamos de vernos ni un solo día. Él logró ingresar en la orquesta de la
compañía que tocaba en el foso. Como si nadie existiera, yo bailaba
para él y él tocaba para mí y generamos un amor de alto voltaje.
Vivimos un amor desenfrenado, era el amor que yo andaba buscando.
Creo que todos se daban cuenta del fuego que nos unía, pero no nos
importaba, al contrario nos gustaba desafiar. El mundo no existía; sólo
nosotros dos riéndonos de cualquier cosa, abrazándonos entre
bambalinas, sintiendo burbujas de champagne en la cabeza. Por las
noches necesitábamos estar solos y nos separábamos del grupo a
tomar cerveza. Nos divertíamos como dos locos adolescentes.
Recuerdo la primera noche en que fuimos a un hotel para estar
realmente solos, abrimos un cajón de la mesita de luz y nos
encontramos con el Kamasutra. Fue una sorpresa tan deliciosa que
hoy, después de 44 años, ese “pedagógico” hallazgo me sigue causando
la misma sensación de regocijo.
–¿Hicieron proyectos para el futuro?
–¡Para toda la vida! Tendríamos hijos, nos habíamos
encontrado y juramos amor eterno. Jamás supuse que un amor tan
intenso lo pagaría tan caro ¡demasiado caro!
–¿En qué sentido Patricia?
127
–En el sentido del dolor. Había logrado ¡al fin! ser una mujer. La
mujer más feliz de la tierra. Concluida nuestra gira junto a la
compañía, yo regresé a Londres y él fue repatriado al mes siguiente.
–El ambiente exótico de Singapur había sido el lugar ideal para los
sueños eternos. Pero una cosa son los sueños y otra la realidad. Y la
realidad de Londres al concluir la guerra era la sensación de vacío
generalizada en toda la población. Habíamos ganado la guerra, pero
ante nuestros ojos teníamos una ciudad desvastada, empobrecida y
una visible depresión colectiva.
–El amor es una relación de a dos y como una defensa a ese medio tan
hostil, generamos una situación de dependencia casi enfermiza. Nos
necesitábamos y nos heríamos; nos separábamos y nos buscábamos
desesperadamente. Habíamos perdido la paz interior. Ya no
gozábamos de la dicha de estar juntos: la ansiedad demandaba al otro
lo que el otro no podía dar. La armonía se hizo trizas y cada vez que
intentábamos serenamente hacer algún proyecto, él desaparecía. Se
hacía humo.
128
desencuentros, hasta que un día recibí la confesión de que había
ocurrido un hecho personal de su vida, que lo obligaba a apartarse
definitivamente de mí: había otra mujer que esperaba un hijo suyo.
Fue un golpe mortal... tan inesperado... y caí en una depresión
profunda, sin norte, ni brújula caminaba por la calle hacia mi trabajo
como una muerta en vida. Jamás me tiré a la cama por temor a
morirme de verdad.
–¿Lloraste Patricia?
–Y tanto, hasta quedar extenuada. Entonces decreté que jamás;
jamás, volvería a fusionarme en un amor hasta el límite de perder mi
propia individualidad. Y me juré a mi misma que “dos veces no
tropezaría con la misma piedra”.
Y luego, en la Argentina, habría más amores importantes, sin
embargo, este hecho la marco a fuego, para toda la vida.
129
–No. No tenía respuestas. Sólo el horrible sufrimiento que este
oficio que abracé con pasión y que amaba entrañablemente, se
transformaba en un objeto de odio.
130
–¿Cómo eran las condiciones laborales de los bailarines que no
eran “estrellas”?
–El sistema impuesto por los empresarios teatrales era
totalmente inhumano. Ejercían todo tipo de presiones para que no nos
afiliáramos, ni nos hiciéramos adherentes al gremio, que no
lucháramos por mejores condiciones de trabajo.
131
lo más valioso fue aprender una regla de oro que se aplica a todos los
ámbitos de la vida: “Los derechos hay que conquistarlos porque el que
tiene el poder o la sartén por el mango no regala nada”. Pero
previamente uno tiene que tener conciencia de los derechos que le
asisten y, luego, luchar por conseguirlos. Como consecuencia lógica
aprendí el valor de la solidaridad gremial.
25 Beatrix Alice Lehmann, actriz, directora de teatro y autora Británica. (1 Julio 1903, Bourne
End, Buckinghamshire - 31 July 1979, Londres).
132
considerada por todos, una auténtica maestra, quien reiteradamente
en sus clases nos decía: “Miren chicos, el primer deber como
profesionales es estudiar y ser muy buenos bailarines. Esto es
imprescindible para ser un buen militante en este gremio”…“Quien
sea un buen profesional se destacará más, estará en condiciones de
conocer los problemas específicos de la profesión, será un ser
estimado por sí mismo y respetado por los demás. Su voz o sus
opiniones tendrán peso ante la opinión pública y dignificará el arte
que ejerza”.
133
mejores maestros. En cuanto al modo de encarar el futuro llegué a dos
conclusiones irreversibles:
134
Moshe Feldenkrais
137
e
f
g
h
1950 Regresa a Argentina
139
fue una grabación del conjunto que él mismo formara: La “Kalmar
Chamber Orquestra”26.
Yo había conocido a un oboísta integrante de esa orquesta
quien, al saber que yo viajaba a Buenos Aires, me entregó el disco para
que lo escuchara Kalmar y le hiciera las críticas, si las merecía.
En el barco yo tenía un gramófono portátil muy antiguo, a
cuerda, de brazo y cabezal pesadísimo. Puse el disco para escucharlo y
en un barquinazo del barco, el cabezal de deslizó sobre el disco y lo
rayó del principio al fin. ¡Me quise morir! …bueno ya estaba hecho.
Cuando llegué al puerto de Buenos Aires, desde arriba del barco
alcancé a ver a mi familia sobre el muelle: mi madre, mi padrastro y mi
hermana. Tres cuerpos chiquitos vistos desde arriba. “¡Bueno!” me
dije “esta es mi familia”. El encuentro con mi madre fue muy emotivo.
Me quedé en Buenos Aires, en el departamento de mi hermana,
casada con un francés. Con mi cuñado y mi hermana Joan nos fuimos
a la estancia donde vivía mi madre con su marido, allí me quedé un
tiempito y luego volví a Buenos Aires. Pero antes de partir para la
estancia llamé por teléfono a ese húngaro un poco misterioso y muy
prometedor por todas las referencias que me habían dado.
Convinimos en encontrarnos en la confitería La Opera de calle Callao
esquina Corrientes. Las señas identificatorias serían:
–Yo entraré con el disco bajo el brazo y ¿y vos como sos?
–Me vas a distinguir porque tengo una mata de pelo oscuro.
Con puntualidad inglesa entré, miré y en una mesa había un hombre
enorme con una mata de pelo negro que al ver que yo tenía un disco, se
levantó y vino a mi encuentro.
–¿Qué expectativas tenías de este encuentro con antecedentes
tan especiales?
140
–En Inglaterra me lo habían pintado como una persona fuera de
lo común con el cual era muy difícil entablar una relación y, además,
con el disco rayado, más que expectativas, tenía una sensación de
vergüenza.
–Pero la personalidad multifacética de Jorge Kalmar seria un
desafió para vos. Y a esta altura sabemos que, frente a los desafíos,
funcionás como un dínamo.
–¡Total, total!... Sin dudas, fue un gran estímulo energético para
el renacimiento del Ave Fénix.
–Casi al instante me dí cuenta que había entre nosotros unas
coincidencias muy llamativas. Sus historias no eran iguales a las mías
pero habíamos nacido en el mismo año, yo en septiembre y él en
noviembre; yo había ido a Londres desde Buenos Aires y, en el mismo
año, –1938– él lo había hecho desde Budapest.
Pero había más, ambos habíamos vivido en la misma casa en
Londres en 11, Belsize Square, en una plaza, él había vivido en el
segundo piso con su madre durante cierto período después de la
guerra. En el 48 habían venido a Buenos Aires a ver a su papá y a su
madrastra. En esa misma fecha –año 48 o 49– yo entré a esa misma
casa al romper relaciones con mí ex novio que, como Kalmar, también
era oboísta. La casa era una de esas viejas, antiguas, victorianas,
similar a las de la película “Los de Arriba y Los de Abajo”, Jorge había
vivido en la planta alta y yo en la planta baja. En el jardín de atrás, había
un refugio antiaéreo y, cuando yo le contaba en la confitería La Opera
él me dijo: “ese monstruo –como lo llamas al refugio– fue construido
por mí, por mis propias manos”
–Con lo inmensa que es la ciudad de Londres es como para
pensar en una predestinación...
141
–Es que si esto ocurre en una película, uno se ríe por lo
exagerado de las coincidencias; pero lo cierto es que teníamos
muchísimas experiencias compartidas en el tiempo y lugares sin
habernos conocido. Por supuesto, hubo un periodo en Inglaterra en el
que él cómo extranjero pertenecía a la categoría “residente bajo
vigilancia” que le obligaba periódicamente a presentarse ante las
autoridades para el control de su domicilio y actividades. Esa
situación fue muy diferente a la mía, porque como hija de súbditos del
Imperio Británico, tenía pasaporte inglés.
Él había venido a la Argentina dos años antes que yo, es decir en
el 48; en ese tiempo hizo muchos amigos, trabajó en el estudio del
arquitecto Bonta, muy conocido, y siguió tocando el oboe, a veces con
Teodoro Fuchs en la orquesta juvenil o con otros grupos. Pero siempre
manteniendo el doble oficio de arquitecto y músico. Ejercía ambas
profesiones con igual entusiasmo. Yo, en cambio, desconocía el
terreno y nuevamente me consideraba una outsider, una extranjera.
Entonces me llevó al Collegium Musicum de Buenos Aires, que en esa
época funcionaba en calle Tucumán, en la Asociación Cristiana de
Jóvenes –sección femenina adonde daban un concierto de violín y
piano Simón Blech y su novia. Blech era entonces muy joven, un
muchacho prometedor. Hoy un gran director.
Al ser presentados cometí una de mis típicas “gaffes” causadas
por traducir las palabras directamente del inglés al castellano. Dije
“ustedes juegan mucho juntos”, se rieron a carcajadas y me
respondieron “un poco... no más” y yo no entendía porque seguían las
risas. Es que play significa además de jugar, tocar o ejecutar, como
diríamos en castellano.
–¿Supongo que ese encuentro con Jorge Kalmar te habrá hecho
pasar la depresión?...
142
–Sin duda, fue el factor decisivo para no volver a Inglaterra.
Porque ni la ternura de mi madre con su nuevo marido, ni mi
hermana, ni mi cuñado, con el gran placer que me daban hubieran
sido suficientes para quedarme aquí. Es que Jorge Kalmar me llevó y
me ayudó a entrar a un mundo muy cercano al que tuve en Londres.
Quiero decir que, aparte del compañerismo y del afecto que se generó
entre los dos, la posibilidad de insertame en el mundo artístico fue lo
que determinó que me quedara en Buenos Aires.
–Patricia ¿cómo era físicamente Jorge Kalmar a primera vista?
–Era alto, corpulento, tez cetrina, oscura.
–¿Algo más sobre él?
–... de profesión arquitecto recibido en Cambridge, Inglaterra.
Simultáneamente músico y deportista, organizador de Ensambles
Musicales en Londres; competidor de remo en los ríos de Cambridge;
Fundador del Camping Musical Bariloche. Autor del dibujo que le
sirve de logotipo.
–Recuerdo haber visto el logo del Camping Musical... realmente
muy original, bien ingenioso ese violonchelo cuya trastiera27 se va
transformando en un árbol con ramitas y hojas bien mimetizado con
el paisaje de bosques del sur.
–En la Casa de Bariloche hizo un pequeño escenario para hacer
música en grupo...Práctico en serio, no lo esclavizaban las cosas…
“debemos servirnos del automóvil, pero no ser esclavos de él”.
Seductor y seducido por todo lo que implicaba algún riesgo...
–¿Incluido las mujeres?
–Incluido.
143
El macartismo y la casa de brujas
145
Estaba escrito en el cielo, porque una cadena de coincidencias
tales no puede considerarse ciertamente casualidades.
Ella era hermosa y prometedora, él atractivo y también
hermoso.
Era imposible sustraerse a esta oferta del destino.
Pasado los primeros rodeos, se llevaron tan bien como para
tener un berrinche cada semana.
Él había llegado un año antes y con sus amigos en 1949, en
Colonia Suiza, había iniciado el Camping Musical Bariloche, a imagen
y semejanza de los que existían en Cambridge, adonde asistían
alborozados estudiantes de toda Inglaterra.
Patricia había llegado en 1950. En enero del 51 Jorge la invita al
sur para compartir ese paisaje de asombro con espejos de agua
bordeado de bosques y montañas azules.
El primer vehículo que tuvieron fue un Volkswagen que contaba
con la compañía desaforada, exaltada y jadeante de Rockie, el perro
que Jorge había llevado al sur y, aunque su misión fundamental era
cuidar la carpa en la que acampaban, no bien sentía el ruido del motor,
ahí estaba a los saltos como compañero inseparable en todas las
excursiones que hacían sus dueños. Eran tiempos en que Jorge y
Patricia hacían mucho campamento. Él sentía una atracción
magnética por los ríos y los lagos; ella sentía predilección por las
montañas. Anduvieron mucho de campamento conociendo y
disfrutando.
Cuando llegó el tiempo en que se anunció el advenimiento de la
primera hija al planeta, se hicieron sedentarios. Eligieron un lote
descampado y salvaje en la Península de San Pedro, frente al Lago
Nahuel Huapi y allí Jorge construyó una cabaña de madera a la que
146
bautizó Casa Caissa homenajeando a la Diosa de Ajedrez, juego al que
era aficionado.
El 25 de diciembre de 1956, nació en Buenos Aires esta niña tan
parecida a papá, grandota y de pelo negro como él, con iguales
aptitudes para la música, el dibujo y su interminable deleite para
contemplar el cielo. La llamaron Deborah. El ángel que anticipó su
nacimiento le susurró al oído el poema de William Blake.
147
muy bonitos, graciosos y ocurrentes. La llamaron Leslie. Cuando fue
mayor, se trasladó a España y le dió el primer nieto a Patricia, al que
llamaron Sebastián.
Departamento familiar
Como buen europeo que había vivido la guerra, las casas y las
cosas de las que se rodeaba eran para servirse de ellas y disfrutarlas. No
demostraba ostentación a través de sus posesiones que, más bien,
llamaban la atención por la austeridad, el decoro, desdeñoso de las
falsas apariencias privilegiando sobre todo la utilidad.
148
con la naturaleza, el diseño arquitectónico en su Estudio de calle
Guido; el arte musical, tocando el oboe y la práctica del remo, en las
aguas del Tigre y de los lagos y los ríos del sur.
149
Secundado por su socio y colega, Andrés Baumgarten, instaló el
estudio en el duplex de calle Guido 1871, donde se proyectaban y
exhibían los prototipos de los muebles.
Este emprendimiento llegó a ser muy exitoso. Al fallecer Jorge
Kalmar en un accidente, su equipo siguió trabajando con la misma
cohesión durante diez años más, manteniendo el estilo y el criterio que
le diera origen.
La legendaria Bauhaus
Un silencio dilató nuestro diálogo y pensé en que ese “ser fuerte” como
un varón, con que fue cincelada en la infancia, fue la templanza justa
para afrontar con largueza las dificultades que le depararía la vida. Y
152
advertí que sí, Patricia fue capaz de darle una vuelta de tuerca a las
adversidades como esas aves que tienen resina en las plumas, transitó
muchos pantanos y pudo salir con las alas limpias.
Esta reflexión mía había transcurrido vertiginosamente. A un
segundo apenas de mi pregunta respondió:
–¿Que si lloré? ¡Y tanto!... pero siempre en soledad. Frente a mis
niñas, aun con la congoja ahogándome el pecho, inventaba la alegría,
siempre.
Así sus niñas, Debbie y Leslie, fueron criadas con la alegría
heredada de su abuela Lulú y ahora, al faltar su padre, con el cariño de
Oscar Fessler. Y Patricia, un verano, les compro un “petizo” para que a
caballo aprendieran a conocer los secretos de la península de San
Pedro, como ella misma había sido compinche con su caballo en la
estancia de su niñez en la provincia de Buenos Aires. Y la alegría
estaría siempre presente en el baile, la música, el dibujo y el canto. En
los árboles, los lagos y las montañas.
Pero, al revés de resto del mundo Patricia no festejaría más el 31
de diciembre. Sin que nadie lo advirtiera y siempre que podía, esa
jornada la ocuparía en viajar desde Buenos Aires hasta su casa la
península de San Pedro, cerca de Bariloche, donde se tomaría todo
enero de descanso como lo ha venido haciendo desde que su marido,
Jorge Kalmar, la invitó al año siguiente de regresar a su país.
Hexagrama 53
153
Capítulo 4
Los
Amores de
Patricia
155
e
f
g
h
LOS TRES HOMBRES DE PATRICIA
157
puño y letra, unos días antes de su fallecimiento y como buena
pragmática obsesiva, me la envió con Debbie con destino a este libro
por las dudas que se me escapara algo.
EL TERCER HOMBRE
158
“Sin vida personal, la literatura
159
–Se interesó porque había escuchado hablar de lo lúdico de mi
trabajo, donde incluía el juego y la imagen en mi técnica pedagógica.
Dado mi avanzado estado de embarazo, entendí que no era muy
práctica mi incorporación en ese momento, pero él insistió tanto que
fui a la primera reunión en compañía de Perla Jaritonsky, para que
estuviera presente desde el momento inicial de ese proyecto.
–Volviendo a Fessler, ¿qué impresión te produjo su manera de
enseñar?
–Quedé muy impactada por la manera en que él conducía sus
clases y el modo como trataba a los estudiantes.
Durante los seis años que estuve a su lado integrando su equipo,
asistí a muchísimos exámenes, tanto para ingresar a la Escuela, como
al final de cada año para ser promovidos al año siguiente.
Era notable ver como, ante la situación de rendir un examen,
muchas personas quedaban paralizadas, probablemente de los
nervios y que, aparentemente, daban la impresión de no tener
condiciones o carecer de madera o vuelo. Pero me impresionó como,
bajo la estimulación de Fessler –cuando estaba en sus mejores
momentos ayudaba a las personas a distenderse y conducirlos a que
expresaran lo que tenían adentro. También me llamó mucho la
atención el encadenamiento lógico de una incentivación para pasar de
una situación a otra.
Y lo más notable es que jamás marcaba. Con esto no estoy
emitiendo un juicio crítico porque cada director tiene su modo
personal.
Pero a mí me causaba admiración ver cómo, sin marcar, lograba
que el alumno pudiera sacar su personaje o resolver conflictos
dramáticos.
160
–¿Tenés presente cómo hacía Fessler para sacar al alumno de esa
situación de parálisis?
–Sí, hacía que el alumno desviara su atención de sí mismo y
pasara a descubrir un objeto con sus propios sentidos. Por ejemplo,
frente a una silla tenía que usar la vista para descubrir la forma, con el
tacto descubrir la madera o el material con que estaba construida,
tomarle el peso, la temperatura, es decir, todas las cualidades.
Luego, cómo se puede actuar con ese objeto-silla, desarrollando
la imaginación. ¿En qué se puede transformar según las
circunstancias?: en un paraguas si llueve, o en un escudo en caso de
ataque, en un protector del cuerpo en caso de tener que huir. Igual si es
un bastón, o cualquier otro objeto. Aquí, el desarrollo de la fantasía
ocupaba el lugar del miedo que le producía verse expuesto a la
calificación del profesor, y recuperaba el sí mismo para cumplir los
objetivos indicados.
–Fessler estaba utilizando aquí un clásico ejercicio del maestro
de maestros Konstantin Stanislavky32, sólo que su objetivo, más que el
conocimiento del objeto mismo, era distraer la atención del alumno
llevándola a otro foco diferente.
–¿Cual la historia teatral de este maestro, Fessler?
–Oscar era un ciudadano francés33 que realizó sus estudios
especializados en Europa, donde inició sus actividades como actor y
director de teatro, especializándose en pedagogía actoral.
Durante varios años actuó y dirigió en Paris la compañía Art et
travail y en Le Théâtre des Carrefour fundó un estudio para la
32 Konstantín Stanislavski, El trabajo del actor sobre sí mismo en el proceso creador de la viviencia
(Alba Editorial, 2003).
33 Nota del Editor: Fessler, nacido en Rumania, obtuvo la ciudadanía francesa.
161
formación de actores. También ejerció la dirección teatral en Bélgica y
Holanda.
Fue invitado a realizar su especialidad en Argentina donde creó,
en 1960, el Instituto de teatro de la Universidad de Buenos Aires del
que fue director durante siete años.
En el mismo lapso, simultáneamente, dictó clases en el
Seminario de Investigación Teatral dependiente de la Universidad
Nacional de Buenos Aires, fue profesor de la Escuela de Teatro de La
Plata, dependiente del Ministerio de Educación de la Provincia de
Buenos Aires y, a instancias del Gobierno de la Provincia de Santa Fe,
creó también una escuela de Teatro de la cual fue profesor y director.
–¿Qué obras dirigió en Argentina?
–Entre las obras más recordadas que dirigió en Argentina cabe
citar:
María Estuardo de Schiller con la compañía de Luisa Vehil; El
décimo hombre de Paddy Chayevsky; El Diario de Ana Frank de
Goodrich y Hackett. Las dos últimas premiadas por la Asociación de
Críticos de Buenos Aires. El alma buena de Se-Chuan y El Círculo de
Tiza Caucasiano, ambas de de Bertolt Brecht; Play Strindberg de
Friedrich Dürrematt y una versión de Hamlet de W. Shakespeare.
El Círculo de Tiza Caucasiano fue estrenado en el Teatro General
San Martín de Buenos Aires, protagonizado por Norma Aleandro,
Luis Pollito, Alejandra Boero, Miguel Ligero, Alberto Catrén entre
34
otros.
La erudición de Fessler se extiende también al campo de
Educación en las escuelas. Al respecto tenía una claridad meridiana
162
sobre los objetivos que ésta debía cumplir.35 Consideraba que el “juego
dramático” no debe implementarse para que los alumnos participen
en la fiesta de fin de año en las escuelas y mucho menos con el ánimo
de gustar o lucirse.
Sino que los maestros deben prepararse especialmente para
usar el juego dramático como una disciplina reveladora de la
personalidad de cada alumno y por las posibilidades que brinda a cada
uno para el desarrollo de la observación, la imaginación, la
creatividad, la comprensión de los otros.
El film, “Shiku”, que Ernesto Torchia, dedica a su maestro
Fessler, hace presente algunos de los alcances de su visión artística y
estética. En él incorpora reportajes a directores, actores y pedagogos
de reconocida trascendencia en el medio artístico de Buenos Aires y
países del habla hispana. En los últimos años, uniendo experiencias
artísticas y pedagógicas realiza seminarios teórico-prácticos sobre
varios temas de la expresión dramática en Francia, Brasil, México y
Costa Rica.
Los alumnos que tuvieron la dicha de trabajar con Oscar Fessler
como profesor de teatro lo calificaban como una persona refinada,
exquisita quien hizo del teatro una militancia.
La democracia en América
35 Nota de la autora: Así lo deja explicitado en el libro Educación y Expresión Estética, de Alicia
Herbon, para la biblioteca Pedagógica. Editorial Plus Ultra.
163
misma, por su tendencia a la vida salvaje y su incapacidad de vivir en
una “civilización”. Los invasores se quedaron 19 años. El jefe patriota
Charle Magne Peralte fue clavado en cruz contra una puerta.
Veintiún años duró la ocupación en Nicaragua que desembocó
en la Dictadura de Trujillo.
En 1954, los Estados Unidos inauguraron la democracia en
Guatemala mediante bombardeos que acabaron con las elecciones
libres y otras perversiones.
En 1964, los generales que acabaron con las elecciones libres en
Brasil, recibieron dinero, armas, petróleo y felicitaciones de la Casa
Blanca. Algo parecido ocurrió en Bolivia, en donde algún estudioso
llegó a la conclusión de que Estados Unidos era el país donde no había
golpes de Estado porque allí no había embajada de los Estados Unidos.
Esa conclusión fue confirmada cuando el General Pinochet
obedeció la voz de alarma de Henry Kissinger, y evitó que Chile se
volviera comunista por voluntad de su propio pueblo.
Poco antes, o poco después, Estados Unidos bombardeó a tres
mil panameños pobres para capturar a un funcionario infiel.
Desembarcaron tropas en Santo Domingo para evitar el regreso de un
presidente votado por el pueblo y no tuvieron más remedio que atacar
a Nicaragua para evitar que “invadiera” los Estados Unidos vía Texas.
Por entonces, Cuba ya había recibido una cariñosa visita de
aviones, bombas, buques, mercenarios y millonarios enviados desde
Washington en misión pedagógica. No pudieron pasar más allá de
Bahía de los Cochinos.
Igualmente, los militares argentinos entrenados en West Point
eran fieles a los designios de los Amos del Norte, que les metieron en la
cabeza que “eran superiores para gobernar, que los ciudadanos civiles
164
eran incapaces e ignorantes para mandar dentro de la propia casa”. Esa
siembra de la Democracia en América, tenía ya una arraigada historia
que, con su sabia ironía, satiriza Eduardo Galeano en su libro
Espejos.36
En este contexto, en Argentina se planificaban las operaciones
militares que desembocarían en los sucesos ya largamente conocidos
acerca de la desaparición de personas.
Para el lector poco entrenado en estos acontecimientos explico
que la violencia de estado se rumoreaba y actuaba en la sombra, no
salía a la luz. No se trataba, como en una guerra civil en que ambos
bandos opositores se visualizan e identifican perfectamente. Aquí
todo era secreto, en voz baja, de pronto ibas caminando por una calle y
un Ford Falcon paraba de golpe y “te chupaba”, te metían adentro y te
“desaparecían”. Otras veces el nombre de la victima, era tal porque
simplemente aparecía en alguna agenda de algún sospechoso de
“terrorismo” y era motivo suficiente para que cargaran con esa
persona. Cundía el “no te metás”, el “sálvese quien pueda” y sobre todo
el miedo. Luego se orquestó la “teoría de los dos demonios” que
pretendió justificar las violaciones a nuestras leyes expresando que
combatía a quienes procedían con violencia. En esa categoría
entraban quienes en forma personal o integrando alguna
organización se expresaran por la vigencia de la Constitución, contra
el hambre, la pobreza el analfabetismo y otros derechos elementales y,
para ello, muchos arriesgaban la vida. No todos actuaban
frontalmente ni pertenecían a organizaciones, sin embargo, llegó un
momento en que aún el ser joven constituía una sospecha. Otro tanto
ocurría con intelectuales o personas de mucha cultura que no rendían
pleitesía, ni eran serviles a la dictadura. Tal lo que le ocurrió al Dr.
165
Risieri Frondizi, rector de la Universidad de Buenos Aires, quien
precisamente propuso a Oscar Fessler crear la Compañía Teatral de la
UNBA. El Dr. Frondizi durante la Dictadura Militar de Onganía
literalmente fue tomado de los pelos y puesto en la calle por resistirse a
ser detenido mientras las “fuerzas del orden” destruían su biblioteca.
El terrorismo de estado, dejó de actuar en la sombras en 1966,
utilizando la violencia explicita cuando el Presidente Constitucional
el Dr. Arturo IIía fue sacado por la fuerza de la Casa de Gobierno junto
a los demás funcionarios legítimos por parte de la policía instalando la
dictadura militar encabezada por Juan Carlos Onganía. Un mes
después, a fines de julio de 1966 decretó la intervención de las
universidades nacionales, ordenando a la policía que reprimiera para
expulsar a estudiantes y profesores. La destrucción alcanzó los
laboratorios y bibliotecas de las altas casas de. A esto le siguió el éxodo
de profesores e investigadores y la supresión de los centros de
estudiantes. Una feroz persecución se desplegó hacia los militantes de
izquierda en "La Noche de los Bastones Largos".
37 Nota del editor: Patricia trabajó como Profesora de Expresión Corporal para actores y
coreógrafa de la Escuela de Teatro de la Universidad de Buenos Aires bajo la dirección de Oscar
Fessler (1960-1966) y como Profesora de Expresión Corporal para actores en la Escuela de Teatro de la
pcia. de Santa Fe, bajo la dirección de Oscar Fessler.
38 Nota de la Autora: Ahora sería el turno de la Junta de Comandantes con el general Jorge
Rafael Videla a la cabeza. Derogó la Constitución Nacional, destituyó la Suprema Corte de Justicia,
disolvió el Congreso Nacional, los Partidos Políticos, la Central Obrera de Trabajadores es decir,
implementó todas las medidas fascistas que adoptó Hitler en su momento. Los grupos armados de la
166
En este contexto Oscar Fessler llegó a ser director del Teatro IFT
entre los 60 y 70 dejando escuela, fue un hombre de una riqueza
interior y una producción maravillosa. Fue como un padre para sus
hijas y aunque Patricia no volviera a convivir con ningún hombre
fueron pareja muchos años.
dictadura matan a seis sacerdotes palotinos, en Pilar aparecen 30 cadáveres, “desaparece” el escritor
Haroldo Conti. Y Rodolfo Walsh En la Ciudad de La Plata –1976– se produce “La noche de los lápices”,
brutal represión contra estudiantes secundarios que pedían la rebaja del boleto estudiantil de
transporte. Organizada por el perverso, sádico genocida Miguel Etchecolatz (*7) condenado por éste
y otros crímenes de lesa humanidad a reclusión perpetua al instaurarse la democracia 1984. Pablo
Díaz fue el único sobreviviente de esta tragedia contra los jóvenes estudiantes y se lo reconoció como
propagador de esa tremenda historia porque ese fue su juramento en los últimos minutos de
convivencia con sus compañeros. Detenido cinco años más tarde que sus compañeros, aseguró ese
rol que cumplió durante el Juicio a los Comandantes en 1985 y luego recorriendo colegios para
comentar la película “La noche de los Lápices” haciendo, además, la denuncia ante los micrófonos y
cámaras de Televisión para dar su testimonio.
167
Capítulo 5
Patricia Maestra
de Maestros
169
e
f
g
h
A un verdadero maestro lo descubrimos porque es un ser
iluminador, que nos incita a sentir y a pensar de un modo diferente.
Ante su presencia se nos enciende una pequeña chispa interior. Si
estamos preparados para recibir sus mensajes, nos abre puertas y
estimula a nuevos caminos que, generalmente, transitaremos sin ellos
de la mano, porque no quieren que seamos su calco, sino nosotros
mismos con nuestra singular originalidad.
Porque los verdaderos maestros entienden la paradoja del ser
humano: que si bien todos somos uno en esencia, al mismo tiempo,
cada uno somos un ser único e irrepetible en la propia circunstancia y
constante mutación: como las hojas de un mismo árbol.
Sería bueno empezar a practicar ese percatarse, ese estar alerta,
para expresar sin falsos pudores, el agradecimiento al maestro en el
momento exacto en que percibimos ese don que nos da, y poder
celebrar juntos ese encuentro mágico, singular, como les ocurre a los
amantes al sentirse fusionados en el chispazo cósmico.
¡El guiño de alegría y el amor que genera esa complicidad sería
tan bueno para ambos!
SUS MAESTROS
Antes de hablar de Agnes De Mille, la coreógrafa de
“¡Oklahoma!”, considerada una monarca en el género y a quien
consideras una de tus maestras, te propongo demos un vistazo a la
Comedia Musical.
–Lamentablemente, no tengo documentación en la mano para
expresarme con absoluta propiedad.
–No importa, Patricia, entre ambas podemos dar una idea de
sus características, importancia y proyecciones. Luego, cuando
171
volvamos a Buenos Aires, yo me encargaré de documentarme sobre
este tema, sin duda apasionante.
–Bueno, comienza diciendo Patricia: la comedia musical
norteamericana es una forma de teatro musical que nació en
Broadway, en Nueva York y se ha impuesto en todo el mundo como
uno de los fenómenos escénicos del Siglo XX. ¿Te gustaría recordar
algunas de sus obras? Me pregunta.
–Entre las más famosas, empiezo recordando My Fair Lady (Mi
bella Dama) la florista-violetera que llega a ser una gran dama por
acción de Pigmalion.
El mundo de oeste en Oklahoma!
Las aventuras de una casamentera en Hello Dolly.
Las alegrías y desventuras de los judíos en la Rusia Zarista en El
violinista en el Tejado.
Y hasta Romeo y Julieta en el West Side de Nueva York en Amor
sin barreras. Quizá recuerde otras más adelante.
–¡Qué memoria prodigiosa tenés, che!
–Más o menos. Como decís vos, “son los años”, de ver cine.
En mi familia había cinéfilos y, como decía Truffaut, “cuando
faltaba al cine iba al colegio”. Era chiquita y me cuidaban las
acomodadoras. A Fantasía de Walt Disney la vi l0 veces, me la sabía de
memoria, pero lo que más me impresionó fue descubrir a Igor
Stravinsky con la “Consagración de la Primavera”. Fue una revolución
dentro de mí. En un momento me di cuenta que además de la música
impresionante allí se exponía la Teoría Evolutiva de la Creación. Esto
me causó varios problemas en la escuela Primaria donde esa
concepción estaba prohibida por la Religión Católica Apostólica
172
Romana. Yo me quedé con Stravinsky, porque además desde mi
ventana en Mendoza podía ver la cordillera de los Andes donde está el
Pico Aconcagua, perteneciente a la Era Cuaternaria, joven, sin
desgaste casi de colores claros, marmolados, comparada con la
Precordillera de la Era Primaria, desgastada y casi toda de color
marrón tierra. Lo que era fiel expresión de la Teoría de la Evolución de
Todo lo Creado. Por ejercer el derecho a ver y a pensar, con mi propio
seso, “sin pedirle permiso al Comisario”, tuve que librar duras batallas
desde chiquita porque me pedían que dijera de memoria el cuentito de
que Dios Creo el Mundo en 7 días.
Volvamos a la Comedia Musical:
173
adaptó la novela Show Boat, cuyo autor no recuerdo, las antiguas
comedias musicales tenían una marcada inspiración en las operetas
europeas. No había allí hermosas damitas ni una vida almibarada sino
un grupo de trabajadores negros del sur cantando “los negros trabajan
en el Mississippi, mientras los blancos se pasean”. Kern introdujo un
ambiente más dramático, más auténtico y los personajes eran cálidos y
más reales.
174
los personajes centrales. Los productores que realizaban el
espectáculo pensaron que los espectadores no comprenderían nada,
por lo que el equipo de Oklahoma debió buscar nuevos auspiciantes.
(¡Ay! ¡Cuanto cuesta ser innovador, vanguardista!).
Agnes de Mille
175
–Hay personas que merecen ser considerados verdaderos
maestros porque son capaces de encender chispas iluminadoras que
producen modificaciones profundas en nuestras vidas. Antes de
continuar con el relato de tu vida, desearía que recordaras a Agnes De
Mille por la influencia que tuvo en tu búsqueda incesante hacia el
conocimiento científico del cuerpo en movimiento y la danza como
expresión de la propia personalidad.
–En 1946 Agnes De Mille fue, sin proponérselo, una de mis
grandes maestras. La bailarina norteamericana parienta del cineasta
Cecil B. De Mille y directora de la celebrada película musical
Oklahoma, filmó en Londres London Town.
La película pasó sin pena ni gloria, sin embargo, sólo
observando a Agnes De Mille, la consideré una maestra cuya semilla
caló hondo y me llamó a reflexionar sobre problemas tan importantes
como la ética del cuerpo, el respeto por las personas y el humanismo
indispensable para la cohesión del grupo y la perfección del
espectáculo en sí. Además, puso mucho énfasis en la importancia de
las danzas folklóricas para considerar el tema del cuerpo en el espacio.
En ese momento, yo estaba muy influenciada por todo el
romanticismo y el perfeccionismo de la danza clásica.
Ella era muy amiga de una amiga mía, Peggy Van Pragh, quien
me había hablado muchísimo de Agnes por lo que estuve muy bien
dispuesta para conocerla. Estimulada por mi amiga y por mi maestra
de danza moderna y neoclásica, me presenté a las audiciones para
seleccionar los bailarines integrantes del Chorus Line y me deslumbró
la manera totalmente nueva y original de dar la primera clase de
prueba. Seríamos seis u ocho bailarines y, para mi satisfacción, fui una
de las seleccionadas. Luego trabajamos con ella un mes para adquirir
su estilo, su sello personal.
176
–¿Qué fue lo nuevo que te causó tanto asombro?
177
El amor, la dicha, la tristeza o cualquier situación imaginaria. “Hasta
los sueños pueden bailarse” para ilustrar más ricamente el argumento.
Así, su puesta en escena resultaba muy interesante y coherente con la
línea argumental.
–Es por ello –agrego yo– que George Amberg en su obra Ballet
en América dijo que Oklahoma, coreografiada por Agnes de Mille, no
se distingue por sus vedettes, ni por atractivos suplementarios al gran
espectáculo. Toda la pieza reposa solamente en el interés humano. Es
un fenómeno único en su género. Después, ninguna comedia musical
ha tenido tal grado de perfección, de equilibrio en todos sus elementos
y de tal homogeneidad sin defectos.
–Agnes De Mille era sin duda una gran artista. Con ella –dice
Patricia– descubrí que la danza era un lenguaje. Y que, así como
ocurre con el lenguaje hablado que es muy personal, porque cada uno
tiene sus propios matices de voz, de tono, volumen, metáforas, para
expresarse en cada situación, ocurre lo mismo con la expresión
corporal. El cuerpo tiene su propio lenguaje que, al igual que el
lenguaje vocal o hablado, debe ampliar su vocabulario, pulir sus
expresiones, entrenarlo siempre para que se exprese con fluidez y
adquiera mayores recursos expresivos para manifestarse plenamente.
–¿Respecto de la ética del cuerpo qué reflexiones te motivó?
–Me hizo reflexionar en que el cuerpo tiene una ética que se
debe respetar, no es posible transformarse en drogadicto o llegar a la
anorexia para bailar... Que la belleza no está en ser bonito, sino en ser
auténtico natural y espontáneo.
178
–¿Los bailarines del Chorus Line, eran tratados como artistas de
segunda categoría?
–Ella nos aclaró de entrada que los bailarines del coro éramos
todos personas dignas, respetables y necesarias. Que debíamos
considerarnos y ser tratados del mismo modo que las primeras
figuras. Y que también debíamos responder con absoluto sentido de
responsabilidad.
Eso que hoy parece tan obvio, no era así en aquella época en que
el empresario a la hora de hacer números, ahorraba en los sueldos del
coro, con el agravante de tratar a sus miembros que eran- como vos
decís- tratados como personas de segunda categoría.
–¿Qué importancia asignaba a las danzas folklóricas?
–Le daba mucha importancia sobre todo para el diseño de piso.
Esto yo lo conocía muy bien, por mi pertenencia al Ballet Anglo-
Polaco, donde trabaje durante tantos años.
Ella hablaba de las danzas folklóricas de todo el mundo,
incorporando este tema al aprendizaje de cuerpo y espacio que
conocía empíricamente. También nos hablaba del aporte y la riqueza
de las danzas folklóricas como una fuente inagotable para las
coreografías. La manera de organizar las entradas y salidas; el armado
y desarmado de ruedas, el entramado de las figuras, “está todo allí”.
– También yo coincido con lo expresado por Agnes de Mille.
Esto se ve y se siente claramente en cualquier danza folklórica
europea, pero, sin ir más lejos, – agrego– bailando con ganas nuestro
“Pericón Nacional.”
179
El Método Feldenkrais
180
Así describe sus investigaciones su discípula Beatriz
Walterspiel39:
39 Nota del editor: apuntes personales de la autora acerca de los Seminarios dictados por
Beatriz Walterspiel en la Ciudad de Buenos Aires, agosto y septiembre de 1991.
181
El Método Feldenkrais actúa globalmente. La imagen de sí
mismo reflejada en el comportamiento y movimiento, se hace más
reconocible y transparente produciendo así la oportunidad del
cambio. Este trabajo da impulsos para un desarrollo humano más
profundo.
–¿Podés recordar que sentía tu cuerpo con este abordaje más
profundo?
–Lo primero fue hacer con placer. Y el placer de ser.
Fue el camino de sentirme desde adentro; aprender a vivenciar
sensorialmente lo que iba ocurriendo dentro de mí. Aprender lo que
Feldenkrais llama: “Body Awareness”, o sea, el percatarme de mis
propias sensaciones, emociones, sentimientos, exactamente en cada
momento o, como se dice actualmente, “aquí y ahora”. Muchos años
después, en Argentina, lo llamé propioceptiva, no para enseñar el
método Feldenkrais, sino para dar un título, un rótulo a esta vivencia
interna, de sentir “yo soy, yo me percibo” por el camino que sea o por el
método que sea. Para mí todos son válidos siempre cuando el objetivo
sea “el despertar”, el darse cuenta, el percatarse o, para decirlo con esa
palabra intraducible, Awareness.
Esto fue para mí una revolución, una movida de piso porque
empecé a tener sensaciones que jamás había sentido sobre mí propio
cuerpo a lo largo del camino de la danza clásica. Lo que sí había
sufrido con la danza clásica era un dolor feroz en mis pies acentuado
por el frío y, luego, los desgarros permanentes y el dolor muscular.
Puedo decir, rotundamente, que la danza clásica no era el estilo que a
mí me trajo placer sensorial, cosa que empecé a encontrar en la soltura
y el ritmo del zapateo americano que me encantaba o en distintas
manifestaciones de la danza folklórica que también me produjeron un
placer enorme.
182
Descubre el placer de hacer y descarta la tortura
183
Me valía de la intuición, de querer entenderlos (después supe
que esto era empatía) y de las cosas que estaba recibiendo de Sigurd
Leeder, de quien ya te hablaré. El estudio de las etapas evolutivas,
psicológicas y otros temas complementarios los implementé mucho
tiempo después cuando ya me había radicado en Argentina y, en cada
uno de esos cursos, acepté las sugerencias de personas muy
capacitadas en cada materia donde yo me sentía una alumna más para
aprender todo lo que correspondía.
184
–No. Podía entrar cualquier persona a su grupo. Aún conservo
un ejemplar de su libro Body and Mature Behaviour que me regaló con
una dedicatoria muy cariñosa.
Feldenkrais jamás nos daba un ejercicio para que lo copiáramos,
por el contrario, comenzaba una propuesta muy pequeña y simple
sobre la cual nosotros debíamos hacer nuestra propia exploración.
Nos hacia observar la importancia del descanso entre un momento y
otro de la investigación y poder paulatinamente afinar nuestra
sensibilidad para darnos cuenta qué partes estaban tensionadas y qué
sentíamos cuando bajábamos el tono y ciertas zonas se relajaban o
entraban en la concertación de movimientos propuesta.
De este modo, el movimiento ejecutado fluía naturalmente con
la energía justa que hacía posible que el movimiento apareciera
naturalmente armónico sin las tensiones residuales, entorpecedoras y
frustrantes, que notamos habitualmente cuando los movimientos son
forjados mediante esfuerzos innecesarios. Gracias a este trabajo me
encontré por primera vez con la posibilidad de emprender la
búsqueda de la libertad expresiva personal en un camino que me
conduciría al dominio del cuerpo para ejecutar la propia danza, la
danza de cada cual. Principio axiomático que conservo hasta el día de
hoy.
Isadora Duncan y Rudolf Von Laban
185
dejar una escuela, como tantas veces lo había intentado con sus
alumnos, por lo que después de su muerte desaparecieron, inclusive,
sus imitadores. Lo que si dejó como una marca de fuego fue la íntima
relación entre su danza, la lucha por sus ideales y su manera de vivir.
186
se trasladó a Chile junto con el elenco de Kurt Joos, encabezado en
Chile por el director y coreógrafo Ernest Utoff.
–¿Qué pudiste tomar de Laban a través de Sigurd Leeder?
–Lo nuevo que me pudo transferir fue la forma como él
trabajaba con los chicos. Recuerdo, como si fuera hoy, el modo de
motivarlos para que lograran distintas calidades de movimientos. Fue
fantástico. Él le decía a los chicos: “vengan, vengan corriendo hacia
mí”
Y cuando los tenía en sus brazos, en alto les decía: “ahora
convertite en un bloque de hielo. Tus movimientos quedan
congelados... y ahora derretite hasta convertirte en un charquito de
agua”. Este tipo de estimulación y de aproximación a la danza, el uso de
imágenes y metáforas, fue revolucionario en esa época para mí, por ser
tan vital y libre y, al mismo tiempo, desinhibidor para los niños. Esto
era muy diferente de la escuela pulcra, limpia, clara, perfecta del
método de Royal Academy of Dance. Y también se diferenciaba de la
danza folklórica donde, si bien era vital y alegre, había siempre que
copiar rigurosamente ritmos y pasos marcados que respondieran a las
coreografías diseñadas por otros, pero que no eran genuinos míos.
Por eso, en este método explicado por Leeder, siguiendo a
Laban, además de facilitar la vivencia de cuerpo a cuerpo, persona a
persona, se ponía en juego la afectividad. Él trataba muy
afectuosamente a sus alumnos y estos seguían naturalmente ese
ejemplo; luego, esa afectividad se trasladaba al trabajo corporal y al
contacto físico generador de emociones, afecto, ternura.
Fue para mí el redescubrimiento del placer del ser con placer y
del hacer con placer, que más tarde me llevaría a la identificación del
enfoque y la filosofía de la educación por el arte.
187
Otras puertas se abren
Soledad y crisis
40 Nota del editor: Bert Stimmel, estudió coreografía con Martha Graham y Ballet en el Carnegie
Hall. En 1952 fundó la companía Bert Stimmel de Danza moderna estrenando en la BBC y realizando
giras por Europa y Oriente medio.
188
siempre equilibrados, tendemos a pasar de una inclinación aguda de
la balanza a la otra y lo que intentamos es encontrar el equilibrio, no
siempre fácil. Por ese motivo tuve una etapa de crisis muy grande
dentro de mí: había concluido mi romance intenso con el músico
oboísta que conocí en Singapur y en el cual puse todas mis
expectativas porque habíamos planeamos casarnos y formar una
familia. Esto fracasó estrepitosamente y me produjo un shock.
En ese momento tuve un encuentro con un matrimonio de
psiquíatras amigos de Moshe Feldenkrais quienes me dijeron: “para
salir del estado en que estas, hay dos posibilidades. Una es quedarte en
Londres y hacer una terapia profunda, la otra regresar a tu país”. Los
tratamientos psicoanalíticos eran muy caros y yo no tenía un peso, así
que la suerte estaba echada.
41 Nota de la autora: Esta técnica fue muy difundida en Europa desde la década del 40. En
pedagogía, por ejemplo, se aplica en jardines de infantes, en escuelas para niños normales o con
alguna deficiencia física o caracterológica. También, como técnica de formación de deportistas y
profesores de educación física, de rítmica, de danzas; en las escuelas de arte dramático y, con fines
terapéuticos, se aplica en medicina psicosomática.
189
al equilibrio del tono muscular. Que el músculo no esté tenso, ni
hipotónico, sino que utilice el esfuerzo necesario para el trabajo
realizado sin tensiones residuales. Además, es muy saludable para
cualquier persona en estado de actividad. Es demasiado frecuente que
los dolores que sufren la mayoría de las personas en el cuello, la
espalda, los brazos, la cara, –por mencionar algunos ejemplos, sean a
causa de no saber disociar la parte de cuerpo requerida para una
actividad determinada, manteniendo en estado de relajación el resto
de la musculatura no comprometida con esa acción. Hay una serie de
ejercicios para traer a la conciencia la intensidad del esfuerzo que
hacen los músculos y cuando esta conciencia de la mente es aprendida
por el cuerpo, se torna automática, porque “el mismo cuerpo lo pide”.
Es como manejar un auto: al principio hay que estar alerta a los
cambios, la velocidad, “parar la oreja” para escuchar el ruido del
motor; pero, cuando esto se aprende, ya no se piensa: los cambios se
hacen automáticamente. Lo mismo ocurre con la tensión y distensión
de la musculatura. Mente-cuerpo, una vez, más demuestran ser un
todo interconectado. Su objetivo es tomar conciencia de las regiones
corporales para equilibrar las tensiones en base al buen contacto con
los puntos de apoyo.
190
Pero también la capacidad de adaptarse a otra persona con otro
temperamento, de sentir a otra persona, se debe a la adaptación del
tono. La comprensión exclusivamente intelectual del otro no es
suficiente. En cambio, si uno empatiza tónica y emocionalmente,
como cuando se siente el sufrimiento de otra persona en su propio
cuerpo, realmente comparte la experiencia. Esto proporciona un
encuentro completamente diferente, además de aumentar la
comprensión de los demás.
191
Patricia me cuenta: –Ocurrió en el primer viaje de Gerda
Alexander a Buenos Aires. La escuché y me ofrecí de intérprete.
Escuchar sus teorías y ver el resultado en sus películas fue para
mí un suspiro de alivio: “¡Por fin estoy al lado de alguien que tiene
tanta seguridad y tantos años de experiencia en una línea de trabajo
tan cercana a mis búsquedas”.
No todos estaban en la etapa de comprender sus
descubrimientos. Algunos, seguramente, la rechazarían sin más. A
propósito, hubo un incidente muy significativo: Cuenta Patricia que
se le acerca una docente y le pide que le pregunte a Gerda si el trabajo
que ha mostrado en sus películas y los que ella ha dirigido aquí sobre la
eutonía “no podían, quizá, despertar mucho la sensualidad o el
sexualismo en las personas”
Ella hace textualmente la traducción. Gerda mira a la persona y
sonriente le contesta: “... ¿y de que se trata la vida sino de eso?”.
Patricia sonríe para sus adentros y piensa: “Que maravilla...esta
es una de las mías”.
En lo personal, asistí a los seminarios que G. Alexander dio en la
Escuela Nacional de Danzas, traducidos por Patricia. El salón estaba
atestado de gente. Nos hizo acostar en el suelo sobre simples mantas
llevadas por cada uno. Pidió que no tomáramos apuntes. El
aprendizaje corría por cuenta de la experiencia corporal. Gerda nos
orientó a que observáramos detenidamente cuales eran los puntos de
apoyo de nuestro cuerpo sobre el piso. Era todo muy concentrado y
silencioso. A mi derecha, un profesor de educación física me mira y
me dice por lo bajo: “Esto a mí no me copa”. A mi izquierda, otro joven
empieza a roncar como loco. Por mi parte seguí escuchando y
siguiendo las consignas de Gerda con atención. Ella no guiaba por
sugestión, por eso dice: “…observen las modificaciones registran al
192
estar en contacto con el suelo…los resultados pueden ser diversos, lo
importante es que registren esos cambios y sus resultados”.
En mi caso el resultado fue superlativo. Al descansar tan
contenida y confiada, sentí una tranquilidad y una paz que duró más
de una semana. Mientras caminaba por la calle parecía que hubiera
estado un mes de vacaciones. Me había “desenchufado” de todos los
problemas. Incluso, no me molestaban los ruidos tan intensos del
tránsito de vehículos. La explicación que recibí es que esa experiencia
actúa sobre el sistema nervioso central.
En la segunda parte de esa sesión trabajamos con plastilina. La
consigna era: “Modelen un cuerpo humano”. A diferentes preguntas
como “¿Debo modelar mi cuerpo?” ¿Puedo hacer el de una
escultura?”...”Ustedes deben modelar un cuerpo humano” repetía,
serenamente, sin agregar nada más.
Yo puse la plastilina sobre el piso y se me ocurrió reproducir la
Victoria de Samotracia. Al concluir, nos dijo: “observen en sus casas
detenidamente el trabajo y saquen sus propias conclusiones”.
Como se sabe, la Victoria de Samotracia tiene los brazos
mutilados. Se sabe que a través de los brazos y las manos tomamos
contacto con las demás personas. Advertí que yo, por esa época, sentía
una inhibición interna que me impedía generar contactos personales.
Más bien me aislaba de la gente o me colocaba al margen de los grupos.
Mucho después aprendí a integrarme. En realidad, este tema fue
superado gracias a mis alumnos.
El segundo descubrimiento fue que al hacer el modelado sobre
el piso, la parte de atrás del cuerpo quedó plana. Por aquella época yo
desconocía el volumen y las formas de toda la parte de atrás de mi
cuerpo. La danza clásica que había practicado hasta esa fecha sólo
hacía que nos mostráramos de frente, incluso nuestra imagen era la
193
que veíamos en los espejos de los salones de clases, observándonos de
frente. Recién con Patricia aprendería a tomar conciencia de mi
volumen en su integridad. Y en sus salones no había espejos. La
percepción de las formas se hacía a través del contacto con objetos,
pelotas, diversas cañas de bambú.
195
comida, afecto, salud y educación. Cuando el baile es la esencia de la
existencia. Salvo que se trate de culturas que hacen del baile su
principal y ancestral medio de expresión, como ocurre con los negros
esclavos radicados luego en Brasil, o los gitanos que baten palmas,
taconean y contorsionan sus hombros y caderas en cualquier parte
donde se encuentren y les hormiguee el cuerpo, inclusive en las
mismas calles de Andalucía...
La expresión corporal se extiende como un reguero de pólvora
196
a ese profesorado en mi opinión, en su momento no fue igualada por
ninguna universidad nacional o privada en la Argentina.
Más adelante, en 1980, la rectora de la Escuela Nacional de Danzas,
Dra. Gladys Sterpone de Müller, me llamó para dar unos cursos. Fui
con el músico Eduardo Segal y empecé a dictar clases que tomaban ella
y otras profesoras de la Escuela Nacional de Danzas. Allí trabajamos
hasta 1983.
De esa experiencia surgió la idea y la necesidad de institucionalizar el
profesorado en el ámbito estatal. Y así se fue haciendo en Córdoba,
Rosario y Tucumán pero el tema fundamental que se presentaba, y se
presenta, hasta el día de hoy, era la formación de Profesores en esta
disciplina.
Generalmente se las daban a profesores de educación física o danzas lo
cual no está bien. La búsqueda es incesante, cada uno debe hacer su
propio proceso interior y exterior.
No buscamos la perfección ni la copia de un modelo exterior; por eso
en los grupos, talleres o seminarios proponemos a cada participante
que ponga atención sobre sí mismo, no trate de mirar a los costados
para copiar lo que hacen otros, que cada uno es su propio laboratorio.
Darnos cuenta... darnos cuenta de lo que nos va ocurriendo, de lo que
sentimos, ¿qué es, cómo es, dónde, cuando? , that`s the cuestion.
Se trata del tema central de la gestalt. Tomar conciencia, percatarse, el
famoso awareness intraducible por abarcar el sentir, imaginar,
vivenciar-expresar todo lo que nos va ocurriendo en cada momento...
y como si esto fuera poco, advertir la movilidad entre el fondo y la
forma...
Pero volvamos a su vida personal…
197
Capítulo 6
Escemario
Buenos Aires
199
e
f
g
h
I° de febrero
201
hará cargo del volante, sin relevo, a lo largo de todo el viaje de mil
quinientos kilómetros, con una breve tregua nocturna en un hotel del
camino. Manejar la energiza y se la nota vital. Controlo mi reloj: Son
las 9 de la mañana frente a la Catedral de San Carlos de Bariloche.
Llegaremos mañana a nuestros hogares cruzando por el desierto
patagónico y la pampa argentina.
202
Las montañas de la cordillera van quedando atrás; aparecen
nuevos lagos nacidos de represas que llevan la electricidad hasta
Buenos Aires; valles fértiles conocidos en el mundo entero por la
excelencia de sus frutales y, súbitamente, entramos al paisaje árido y
seco donde sólo las plantas xerófilas se atreven a despuntar. Luego, “el
desierto”: un camino recto de dos horas calcinantes de día, trampa
fatal por la monotonía para quien baje los párpados más de tres
segundos. Aquí hay que entretener a la conductora más que nunca. El
auto lleva una velocidad crucero de 100 kilómetros por hora. Patricia
es una volante fenomenal en ruta, como lo fue en la sinuosa y
escarpada cordillera.
204
El hombre me mira a los ojos y yo le digo: Como tú eres un sabio,
no necesito preguntarte porque ya sabes lo que quiero saber.
205
–Si el coche fuera mío –le digo– y si yo estuviera en tu lugar, me
negaba a pagar.
Me miró confundida y con una seña de cabeza me pide que le
explique, y así lo hago.
–Mirá, ocurre que la Constitución Nacional garantiza la
libertad de tránsito por todo el territorio del país. Esto quiere decir que
todos los habitantes tienen derecho a entrar, permanecer y salir del
territorio argentino.
Este cobro del peaje es inconstitucional y proviene de la
aplicación de la política liberal promovida en la Argentina por el
presidente Carlos Saúl Menem y su Ministro de Economía Domingo
Cavallo que pretendieron privatizar las carreteras interiores del país y
hasta el aire que se respira, para transformarlo en un negocio de los
particulares, restándole al Estado los deberes que, en realidad, no
puede declinar. Después te explico mejor, porque ahora no hay más
tiempo.
Ahí no más nos paran y le digo al personal de gendarmería: “La
señora no va pagar peaje, pero quiere labrar un acta”. Adelante, nos
dice con un gesto cortes y entramos a una pequeñísima construcción
donde han instalado un escritorio. Patricia me mira con una cara de
satisfacción que no se puede creer. Y es coherente porque tiene
vocación por la justicia y en ese momento estábamos frente a un caso
típico de “abuso de autoridad”. Estando adentro de la casilla explico al
funcionario que “en mi condición de abogada de la dueña del
automotor señora Patricia Stokoe allí presente deseamos labrar un
acta para fundamentar la negativa al pago de peaje requerido”.
206
El funcionario escribe a mi dictado el fundamento de la
inconstitucionalidad y, al terminarla, ambas firmamos el acta cuya
copia le es entregada a Patricia para su constancia.
Hasta aquí una simple gestión, pero a partir de ese momento
comprobaría el espíritu de líder de Patricia y la velocidad de karateca
para reaccionar frente a asuntos que no le eran familiares en su vida
diaria.
Seguimos nuestro viaje y, al poco tiempo, se repite la historia.
Ella aprendió rápido la lección: me deja a mí sola para que dicte el acta
de impugnación, mientras va a explicarle lo que debe hacer a un
automovilista que venía detrás de nosotras. “Le explique todo -me
dice- y él me contestó que estaba muy bien, que era juez y que para
evitar una represalia no iba a hacer el planteo. Pero que estaba muy
bien, insistió”. (Menos mal, pensé yo, con el aval de un juez no la para
nadie). Efectivamente, en la parada siguiente había una fila de
camiones y sus camioneros esperando ser atendidos. Se repite la
misma historia, mientras hago redactar el acta, ella parte a donde
están los camioneros. Y veo a esta mujer delgada, pequeñita, rodeada
de corpulentos camioneros a quienes les indica lo que tienen que
hacer “Ustedes tienen razón. No están aquí de paseo como nosotras,
sino que están trabajando y si tienen que pagar tantas veces el peaje se
va a encarecer mucho el transporte y el precio de la mercadería.
Niéguense a pagar porque el peaje es inconstitucional. Si lo hago yo
sola no va a pasar nada, pero si lo hacen ustedes y nos juntamos todos,
algo seguro, vamos a conseguir. Pasen la voz a sus compañeros. Miren
el acta que tengo aquí, ustedes pueden hacer lo mismo.”
Esta anécdota aparentemente sin sentido, me dio la medida
justa y profunda de cómo Patricia, además de pregonar la Educación
por el Arte, sabía hacer a partir de las cosas más comunes de su propia
vida, una obra de arte.
207
¿Acaso la lucha contra la injusticia cotidiana no significa
dignificar la existencia transformándola en el arte de vivir con
dignidad?
Pragmática obsesiva
208
Capítulo 7
Aguafuertes
209
e
f
g
h
LA EXPRESIÓN CORPORAL TAMBIÉN ES COMUNICACIÓN
211
–Yo no estoy muy autorizada para hablar de este documento,
porque acabo de venir de los Estados Unidos donde hice una
convivencia con una antropóloga especializada en la Comunidad de
los Indios Navajos y vengo muy despojada de todo. Lo que pude leer
fue muy duro para mí: demasiadas palabras para la simpleza de
pensamiento que yo traigo después de esta experiencia.
–Yo no vengo de los navajos y me pasó lo mismo. ¿Y ahora que
vamos a hacer?
–He hecho un resumen de lo que pienso del juego, –continua
Hilda– pero no encontré al Juego en la Ley Federal de Educación.
Porque después de especializarme 30 años y recorrer muchos países
con el tema, la ley reduce el juego y la creatividad a dos puntos.
–Y yo tampoco encontré lo que estuve enseñando desde hace 50
años acá.
Ahí estaban entre decir lo que sentían o leer el breve resumen de
lo que cada una había escrito, cuando las llaman a la Mesa Redonda.
Y sigue narrando Hilda:
Al entrar a la sala había 300 personas adentro y afuera 200 que
pujaban por poder entrar. Hacía un calor asfixiante. No cabía una
aguja.
Ya en el escenario le digo por lo bajo: “Yo me siento muy
comprometida de lo que va a pasar acá. Hay muchas personas que me
conocen” y ella no me contestó.
Primero, habló la coordinadora haciendo un discurso de
aproximadamente 15 minutos en que explicó cómo había sido
realizada la Nueve Ley Federal de Educación. Después habló
impecablemente, casi 20 minutos, la persona que se había ocupado del
tema de la Enseñanza de la Música.
212
Después, vino el Rector de la Universidad Nacional de Cuyo
explicando como en Mendoza habían inaugurado un Departamento
de Arte y estaban aplicando los conceptos del proyecto... Y habló más
de...¡¡¡ 20 minutos!!!
Yo tenía unos nervios que no podía con mis huesos.
El ambiente era irrespirable. En un espacio para 300 personas
habían entrado 500. Había sensación de sopor, de asfixia. No se podía
respirar. Y toda esa cantidad de palabras y todos sentados tanto
tiempo.... Ninguno se había parado, nadie se había movido. Nada,
todos leían su discurso, su párrafo armado, como si el público
estuviera pintado. La comunicación interpersonal, una ilustre
desconocida para estos académicos expositores.
Cuando le toca a Patricia, se para como si hubiera tenido un
resorte impulsado por un cohete y se planta, erguida en toda su
osamenta, mira detenidamente al auditorio y dice:
–No puedo hablar mucho de la nueva Ley Federal de Educación
porque a mi no me llamaron. Yo esperaba que me llamaran, porque
llevo 50 años trabajando en esto.
¿Quieren saber que les hubiera dicho si me hubieran llamado?
Hubiera dicho la única cosa que dije en 50 años que vengo caminando
por este país y por el extranjero, enseñando y aprendiendo: “Pónganse
de pie”.
Se pararon todos ¡No saben lo que fue eso!
Verlos parados después de tantas horas con caras y cuerpo
deprimidos por el calor y los discursos. Después de tener que soportar
la inmovilidad, aprisionados como sardinas. Y les dice:
“¿Dónde está la cabeza? Muy bien...varias veces muevan la
cabeza para un costado y el otro, para arriba y abajo... Ahora los pies:
213
mírense los pies. Vean como se mueve el pie derecho, miren el pie
izquierdo. Ahora quédense buscando el eje del cuerpo… ¿Se dieron
cuenta que la cabeza está pegada en una línea a los pies?
Bueno eso es lo que he venido diciendo: No separen la cabeza
del resto del cuerpo. Mente y cuerpo siempre están unidos. Eso es lo
que he venido a decirles”
¡No les puedo decir lo que la gente aplaudió! Gritaban
“¡¡Bravo!!”
La emoción fue para mí tan fuerte que, cuando Patricia se sentó,
y tocaba mi turno, dije:
“Bueno, ustedes ¿qué creen que yo puedo hacer después de
esto? Por de pronto lo voy a hacer parada, como lo hizo ella. En
segundo lugar, les voy a decir que se miren las manos (las personas se
miraron las manos). Ahora, una mano juega con la otra, la otra le
responde hasta trabar una relación de juego. Ahora las manos juegan
con las manos del compañero que tienen al lado.” Los dejé explorando
el juego 5 minutos. “Muy bien, mi experiencia terminó. A mí tampoco
me llamaron. Yo no puedo hacer la síntesis que hizo ella que tiene 50
años de experiencia en su especialidad, porque apenas tengo 30 en la
mía. Entonces, mi síntesis tiene dos puntos: primero, destinen un
espacio y un tiempo a jugar y, segundo, recuperen los juegos
tradicionales. Quizá cuando tenga sus años de experiencia pueda
decirle una sola de estas dos cosas.”
¡Lo que fue el aplauso! Yo le decía a ella: ¿pero que hicimos?...
porque cuando salíamos nos besaban, querían abrazarnos. Las
revistas nos pedían notas. Los maestros nos decían: “esto es un
ejemplo de vida”. Y nosotros contestábamos: “Son muchos años
sosteniendo una ideología lo que hace que uno se juegue de otra
manera”.
214
Había pasado fácilmente media hora y la gente nos seguía por la
Feria.
Le dije: “Vayámonos de acá porque a mí me está resultando muy
duro tanto alboroto alrededor nuestro”. Y las dos nos fuimos. En la
puerta nos dimos un abrazo muy grande, muy grande, y nos dijimos:
“Ojalá que dentro de cincuenta años podamos decir las mismas cosas”.
No sé si la vida me va a premiar con otro encuentro similar.
Encontrarme frente a una personalidad con su soberbia estatura
moral, con toda su sabiduría y poder hacer semejante ensamble.
Ella siempre me llamaba “la pequeña rebelde”.
“Con las veces que te he visto pelear por tu tema y eras tan
chiquita... pequeña rebelde”.
Tenía una dimensión interna que no se podía creer
El último año (1993) no le fue nada bien, pero siempre se la veía
fuerte y alegre. Yo tenía el presentimiento de que iba a morir.
Cuando quedé viuda, necesitaba hablar con otras mujeres
viudas, con hijos como yo, para que me contaran sus historias.
Buscaba en todos lados estas historias de vida: acá, en los Estados
Unidos. Y a ella se lo pregunté muchas veces pero no le gustaba hablar
sobre el tema. No le gustaba hablar sobre su viudez. No.
Cuando venía para acá pensaba:
¿Si me preguntaras que está haciendo ahora? Te diría: o está
peleando con alguno o esta haciendo reír a otro ¡Tenía tanta fuerza
para sostener sus puntos de vista! Y a la vez ¡tenía siempre una alegría
instantánea!
Patricia se fue a bailar su último viaje donde tenía ganas de
bailarlo...
215
EL TITULO UNIVERSITARIO
216
como un hombre de ciencia de la magnitud que gozó en su época, sino
como compositor y músico notable junto a Rimsky Korsakov y
Modesto Mussorgsky. Sus obras más conocidas por nosotros, El
Príncipe Igor y El Asia Central han perpetuado su nombre en el ámbito
musical a causa de su brillante talento, y a pesar de haberle dedicado el
poco tiempo que le dejaba la actividad científica.
¿Y qué decir de Antón Chejov? ¿Alguien se acuerda de que fue
un médico de prestigio? No. Todos lo veneramos como el autor de El
Jardín de los Cerezos, Tío Vania, La Gaviota y otras obras obligadas
44
para un actor a la hora de querer demostrar su talento interpretativo.
Pero sigamos con lo nuestro: la casi obsesión de Patricia por
carecer de un titulo universitario.
Entonces saco de mi galera la genialidad de George Gershwin el
judío-ruso de nacimiento, que murió a los 39 años y sigue siendo la
gloria musical de los Estados Unidos.
Se sabe que George Gershwin fue incitado por el director de
orquesta de Jazz Paul Whitman quien le dijo: “Mire Gershwin, usted
no está ya para escribir canciones, usted debe escribir una sinfonía. Le
doy dos meses para que lo haga”. Así nació Rapsodia en Azul que fue
estrenada en el Carnegie Hall con un suceso escalofriante.
Gershwin, que era prácticamente autodidacta, se presentó un
día ante Maurice Ravel y le dijo:
–Mr. Ravel ¿usted me puede enseñar armonía, contrapunto y
fuga?
–¿Cómo se llama usted?
–George Gershwin.
–Mire: usted siga siendo George Gershwin y yo Ravel.
44 Nota del autor: Para el lector especializado o simplemente curioso le sugiero releer “Mi Vida
en el Arte” de Konstantin Stanislavky en el capítulo dedicado a Antón Chejov.
217
No contento con eso, Gershwin fue donde Igor Stravinsky y le
pidió que le enseñara armonía, contrapunto y fuga.
Stravinsky, que a pesar de su genialidad no era un hombre de
grandes recursos, le pregunto:
–¿Cuánto gana usted Gershwin?
–Gano por año unos 120.000 dólares.
– Usted es el que debe enseñarme a mí, y no yo a usted le
contestó el autor de La Consagración de la Primavera.
Agotadas esas instancias, Gershwin escribió Un Americano en
Paris y Concierto en Fa. Finalmente, dio a luz Porgy and Bess, tan
cuestionada por los críticos-criticones que decían que no se sabía si
era música u obra teatral. En fin, las cosas de siempre, es el precio que
deben pagar los innovadores cuestionados por los pseudos teóricos
cuando una cosa no les encaja en los moldes de sus preconceptos.
Lo real y cierto que a Porgy and Bess se la consideró la primera opera
norteamericana y una de las obras maestras del siglo XX, y es
considerado ya como un clásico, indiscutido.
Otro tanto ocurriría en materia de drama, música y danza con la
película Oklahoma! (1943), coreografiada por Agnes de Mille, quien
sostenía que hasta los sueños pueden ser bailados. Esta comedia
musical basada en el drama folklórico de Lynn Riggs Las lilas crecen
verdes, fue dirigida por Richard Roggerd con libreto de Oscar
Hammerstein. En el momento crucial del segundo acto, el ballet
alegórico traducía en un Pas de Deux los estados anímicos de los
actores que desempeñaban los personajes centrales y que no
aparecían en escena para cambiarse de vestuario. Los productores que
realizaban el espectáculo pensaron que los espectadores no
comprenderían nada, por lo que el equipo de Oklahoma debió buscar
nuevos auspiciantes.
218
(¡Ay! ¡Cuánto cuesta ser innovador, vanguardista!) Estrenada
finalmente con el apoyo del Theatre Guild, se convirtió en el
espectáculo más exitoso de la escena de Broadway con 2.246
representaciones.
–¿He dicho algo, o no?
Patricia permanece muda. Debe ser de sopor.
p-d. Y me siguen apareciendo nombres: Domingo F. Sarmiento;
Stanislavky; Galileo Galilei; el famoso arquitecto norteamericano
Frank Lloyd Wright…
Patricia vivió encendiendo velas por las dos puntas. Ella misma
estaba encendida de ese modo. Su vida demostró que vale la pena
correr el riesgo: iluminó el doble sin consumirse la mitad del tiempo.
Estaba hecha de un material altamente incandescente; forjado en el
esfuerzo y el entusiasmo… Y, tal vez lo más importante, sabía recargar
energía. En el mismo esfuerzo, en el mismo entusiasmo, en su
219
contacto con los demás, Patricia entregaba y bebía combustible y,
además, “sacaba chispas” para mantenerlo encendido.
220
Martes 24 de Noviembre de 1987
46
Querida Evelyn :
Cómo vai? Nos falta poco para ese tan deseado mes en Bariloche.
Espero poder viajar con Leslie para año nuevo. Te escribo esta
nota que te lleva en mano Alicia García Gilabert como un modo de
hacerles conocerse mutuamente.
Alicia trabaja en nuestro oficio, y va a pasar unos días de
vacaciones en San Carlos. Quiero que se conozcan para poder hacer
intercambios mutuos. Ella es profesora en la Escuela de Actores del
Teatro IFT, con los actores y también en la Asociación Cristiana de
Jóvenes en el ámbito de Técnicas y Lenguajes Corporales con orientación
gestáltica. Tal vez le interesaría conocer a EMBOM (¿se llama así?) el
psicólogo gestáltico que vive en San Carlos. No sé, ustedes llegarán a
entenderse.
Ella también practica Tai Chi, según la Escuela Liu Pai Lin.
Espero lo pasen bien juntas.
Un beso grande y un hasta muy pronto.
Patricia.
Octubre de 1994
A la maestra
Leticia Cossettini
Querida Leticia:
Soy argentina de familia inglesa. He visto más de 10 veces la
película de Mario Piazza sobre la escuela que crearon entre los años
46 Nota del editor: Se refiere a Evelyn Grünthal, colega y amiga quien vive en S. C. de Bariloche y
fue la primera persona en desplegar la Expresión Corporal allí.
221
47
1935-1950. La escuela de la Señorita Olga ¡me conmueve cada vez que
la veo de nuevo!
Esta carta es para decirle: GRACIAS por esa historia tan bella y
trascendente. Gracias a ustedes por haber forjado el camino y hecho la
historia, gracias a Mario por haber registrado y conservado para la
posteridad esta experiencia vital.
En Abril del año 1950 yo regreso a Buenos Aires después de doce
años de estudios de danza, y trabajo en el teatro como bailarina en
Londres, y toda Inglaterra, y después de la guerra, en la India, Hong
Kong y Singapur.
47 Nota de la autora: Esta película: “La Escuela de la Srta. Olga” director Mario Piazza y director
de fotografía Tristan Bauer tendría que ser de interés obligatorio en todas las escuelas y también
dentro de las familias donde se respire una insatisfacción por los métodos vigentes de educación.
222
Comienzo mi labor en Argentina el mismo año en que le cierran la
escuela. ¡Qué coincidencia!
Sin saberlo –pues conocí la labor de ustedes muchos años después-
tomé la posta de la Educación por el Arte. Lo hice siempre desde mi área
que es la Danza Libre como Laban, (cuya labor conocí en Inglaterra),
luego cambié el nombre a “Expresión Corporal”.
Ahora me dedico a formar la próxima generación de educadores.
Llevo en mi corazón esta película sobre ustedes como una manera
de comprender- difundir- enseñar y animar a toda la gente.
Una amiga y compañera de trabajo ya la compró y la está
mostrando en Monte Chingolo, una Villa en el gran Buenos Aires. Allí
pensamos abrir un pequeño centro de multiplicadores de trabajos
corporales para el Arte-Educación y Salud. Mi amiga, Aluminé Zani, es
médica. Queremos trabajar con las mamás de los niños que van a la sala
de atención médica.
Otra joven alumna del profesorado de expresión corporal de mi
estudio está trabajando en Barracas, otra villa. A través de la Expresión
Corporal canaliza mucha de la agresividad de los niños varones. Les
cuenta las historias de los arquetipos de guerreros y los incentiva a que
bailen sus danzas de guerreros, pero con estas reglas: 1° nadie gana, 2°
no se tocan, 3° se saludan al comenzar y al terminar… Pone la música y
¡A BAILAR!
Bueno Leticia todo esto te lo cuento para que sepas cuánto te
queremos, cuánto te agradecemos, cuánto nos has dado, y cuánto
seguiremos haciendo.
Yo tengo 75 años, mis hijas 37 y 34, tengo un nieto de 10 meses.
Algún día voy con mi amiga Aluminé Zani a visitarte, ella es
médica y su familia vive en Rosario.
Con mucho afecto y hasta siempre:
Patricia
223
PD: Te voy a hacer llegar, cuando esté listo, el relato de los diez
integrantes de “LA RED” de personas que están trabajando en barrios
dónde viven las personas más postergadas de nuestra comunidad,
llevándoles ánimo y maneras de trabajar entre pares para sembrar las
ganas de vivir con mejor calidad de vida humana.
224
Querida Alicia:
Encontrarla fue para mí una luminosa alegría. ¡Que misterioso es
el enlace de los seres, que voces secretas nos llegan!
Yo le mando fotocopia de la primera carta de Patricia y le escribo
ceñida al acontecer fundamental.
Me pide usted una fotografía “la de las manos como mariposas”.
Me la tomó un joven desconocido. Me pareció realmente encantador y
sugestivo el “mundo circundante”. La vio Bauer, director de la película
Cortázar y él la miró con su buen ojo de mago. Bauer fue el fotógrafo de
la película La Escuela de la Señorita Olga.
Es un recuerdo mío para usted, la amiga de Patricia. Las tres nos
encontraremos en la misma estrella.
Un abrazo de
Leticia.
Querida Alicia:
Recibí tus mensajes y gracias por todo: el recuerdo, el vuelo de la
palabra tierno. Yo tengo 92 años. Los que me agregas tan
generosamente, si me alcanzan será para encontrar el camino a la
perfección.
Siempre recibo cartas. Entre las encantadoras visitas, la de
Déborah, hija de Patricia Stokoe. Creo que su apellido es Kalmar. Me
pareció adorable de inteligencia, modestia y lúcida reflexión.
Gracias de nuevo por todo lo que me cuentas. Se acomodan en el
pentagrama con gracia y ritmo.
Te abraza
48
Leticia
48 Nota del editor: Mariana Mitelman, quien ha leído pacientemente este texto acota: Integré
el grupo “redes” que convocó Patricia, llamado “puentes” un tiempo después. Era le época en que asití
a los encuentros pedagógicos, que se hacían especialmente para la gente del interior. Uno de esos
225
Y la rueda sigue, expande sus tentáculos multiplicándose
insospechadamente. Nada la detiene. Sin embargo yo debo cortar aquí
pensando en usted lector, porque la correspondencia de Patricia era
infinita. ¡Créamelo!
EL CARTERO
días, Patricia nos dijo (con esa autoridad, tipo orden, como dicen algunas de las semblanzas) que
teníamos que ir a ver una película. Yo anoté el nombre de la misma y la dirección donde la
proyectaban en el cuaderno de apuntes de las clases que tomaba con ella, y ahí quedó. Varios años
después, revolviendo cuadernos, buscando inspirarme para una clase de expresión corporal que
debía dar en la escuelita Olga Cossettini de Capilla del Monte, me encontré con la orden: “ ver la
película La escuela de la señorita Olga. Por supuesto, ya la había visto.
226
Al día siguiente Patricia le entregaba un cassette con esa música
de nombre raro, difícil, que le había grabado para él, simplemente por
49
interés demostrado el día anterior.
49 Nota del editor: algunos años después del fallecimiento de Patricia, una de sus hijas se
encontró casualmente en la calle con este mismo cartero, ya jubilado, quien volvió a relatarle que una
vez, al subir las escaleras había escuchado una música que lo había conmovido especialmente.
Resultó ser “Las Flautas de Pan” tocadas por Zamfir. Patricia tuvo, por esos años, la ocasión de dictar
seminarios en Israel, recordando el interés del cartero le trajo un original cassette de Zamfir. El cartero
aún lo atesora.
227
–Sí, claro. Todos pueden bailar (¡y deberían bailar!) sólo que hay
que tener ganas y coraje, o bien, un buen estímulo para hacerlo. Pero
hay algo que quiero compartir con ustedes –prosigue–: Susana
González Gonz tiene cuatro hijos. Uno de ellos, Damián50, hermoso
adolescente, haciendo un salto que exigía cierta destreza cayo
desfasado de la cama elástica lo que le produjo un traumatismo en la
columna cervical y quedó paralítico.
Este joven está ahora en silla de ruedas y el médico le ha
prescripto –a él y a toda su familia– rodearse de sol y ha
contraindicado la tristeza. Hay que ahuyentar a los quejosos, tampoco
demostrarles lástima.
Evitar que nos atrape la compasión, menos aún la
autocompasión que perfora y debilita el alma. Apartarse de las
personas y situaciones tóxicas, las sentimos en el cuerpo son “las
malas ondas”, como la llaman los jóvenes. En definitiva, el médico
impulsa a toda la familia de Demián a apostar por la vida.
50 Nota del editor: Años después, Demián Ariel Frontera, se convierte en uno de los integrantes
del Grupo Alma fundado y dirigido por su madre Susana González Gonz. Integra bailarines, actores
profesionales y personas con diferentes capacidades, desde la creencia que todo ser humano
cualquiera sea su condición, puede desplegar sus alas y hacer volar sus sueños.
228
injustamente casi nadie habla), llegó a doctorarse en filosofía, letras y
en ciencias y ¡OH! casualidad uno de sus libros se llama “Optimismo:
el mundo por dentro”.
Vuelvo a la conferencia y es la voz vital y sonriente de Patricia
que dice: a una persona limitada no hay que enseñarle a asumirse; hay
que enseñarle a volar sobre su limitación. Sin duda el camino de la
recuperación es lento, largo y esforzado, aunque a veces haya que
fingir coraje y optimismo mientras se nos estruja el corazón.
Como lo dice habitualmente en sus charlas: “el movimiento se
demuestra andando”; y propone un ejercicio práctico y sencillo para
ser realizado por el público. Les indica ahora: “tómense de las manos
con los compañeros que tienen a su lado y lentamente dejen que una
ola de movimiento empiece a mecerles el tronco… los hombros,… la
cabeza,… los brazos… y las manos”. De inmediato la sala parece una
suave marea humana.
El hombre sentado en la silla de ruedas también ha participado y
su rostro se ha enrojecido, no de vergüenza, sino de irrigación de la
energía, su respiración se libera y se ensancha, distendido y sonriente.
Patricia recién advierte la escena y también se emociona pero sabe que
debe continuar. Este señor contó a sus amigos de los costados que
había vivido un momento imborrable.
Patricia sigue con la anécdota de Susana y su hijo Damián:
–Madre e hijo toman clases de rehabilitación. Una profesora de
Alemania ha venido a la Argentina para dictar cursos destinados a los
51
discapacitados en sillas de ruedas . Es conocida –prosigue Patricia– la
labor que vienen realizando médicos y otros especialistas en el campo
de la psicomotricidad, deportes y juegos.
229
El vigoroso y fuerte impulso y el esfuerzo creativo de estos
especialistas tropiezan, todavía, con el desconocimiento e
insensibilidad de las autoridades edilicias para crear una ciudad
donde el discapacitado en silla de ruedas sea una persona
independiente, como las rampas al cruce de cada calle, o para entrar a
un lugar con escalones, para dar el ejemplo más simple. Ahora le están
preparando a la profesora alemana una propuesta creativa en base al
placer y al humor.
El día de la demostración, el espacio esta vacío. Lo primero que
el público percibe son los acordes de un tango. En su silla de ruedas
aparece Damián vestido con un sombrero negro ladeado a lo
canyengue y un echarpe blanco satinado, anudado al cuello con aire
compadrito.
Al compás de la música, su silla de ruedas entra en escena:
zigzagueante el avance, cadencioso el retroceso, “junando con la
mirada a la mina” mientras que en falsa escuadra la despista. La
elegida (su madre de pie) pudorosa por tradición, sabe que tiene que
esperar que él la encuentre frente a frente y ahí recién la pareja
empieza a garabatear zig-zag, cortes, quebradas, separaciones y
enfrentamientos; seducción y entrega; filigranas dibujadas en el suelo:
la madre con sus pies, sus piernas y su torso; el hijo dominando la silla
de ruedas y ambos, juntos con la mirada y la expresión del cuerpo y
rostro, firuleteando en el piso una conversación en tiempo de tango.
Porque al final de todo, según la definición de Borges, “el tango son
dos cuerpos que conversan”.
Nos enteraríamos luego que el mismo día de enero de 1991 que
se declaró la guerra del Golfo, Susana y su hijo Demian, únicos
representantes latinoamericanos, repetían en Alemania ese alarde de
creatividad con la música de “El Choclo” ante un Festival que reunió
personas con y sin discapacidades de todo el mundo.
230
Muchos años después pude ver por la televisión argentina un
espectáculo donde Damián, junto a una nueva y joven partenaire se
lucían bailando varios tangos, siendo ovacionados por los miembros
del tribunal que calificaba a los participantes y Damián contó que
52
integraba un grupo artístico capitaneado por León Gieco .
Como solía decir Patricia:
”Danzar según su capacidad.
El límite es el cielo” 53
52 Mundo Alas.
53 Nota del editor: En 1997, Marina Gubbay, Andrea Fernández y Gabriela Guebel, crean en
nuestro país “Danza Sin Límites”, asociación que promueve la difusión, enseñanza y práctica de una
danza inclusiva que cultiva una base común para la expresión artística de todas las personas más allá
de su discapacidad, experiencia o cultura. Danza sin Límites se inspira en el modelo norteamericano
DanceAbility Project, fundado en 1987 por Alito Alessi.
231
–Puedo decir que hay una rutina básica anual en la cual se
insertan los viajes: de febrero a diciembre mis trabajos son,
normalmente, en los estudios de Buenos Aires. Durante el mes de
enero retorno, siempre, a mi casa de Bariloche, más exactamente en la
península de San Pedro.
–Danos la receta de cómo hacer para mantenerte tan bien después de
tantos traqueteos
–Podría decirse que he andado sin parar. Mis viajes duran el
tiempo exacto que me marca la invitación. No me permito hacer
turismo porque en Buenos Aires me espera el cumplimiento de un
plan docente diseñado en mi Estudio con antelación, para todo el año.
Este trajín continuo, sumado al miedo al avión, bastante superado, a
veces excede el límite de mis fuerzas. Entonces es posible que me
sienta cascarrabias y “chinchuda” o mal humorada, irritada, y con una
cara inocultable de cansancio. En esos momentos procuro
mantenerme a bastante distancia de la gente y confío en el mecanismo
de mi recuperación.
–¿Y en qué consiste ese mecanismo?
–La receta es muy simple: duermo las horas necesarias hasta que
mi reloj biológico coincida con la hora oficial del lugar. Es una cura de
sueño.
Cuando estoy de regreso en Buenos Aires, me preservo en la
intimidad de mi departamento. Vuelvo a la alimentación saludable
para mi organismo, entreno Tai-Chi bien temprano en la terraza de mi
casa en medio de las plantas escuchando el canto de los jilgueros. Me
conecto con mis hijas y amigos muy íntimos y en dos días ya me podés
encontrar dando clases y sintiéndome muy feliz. Es que hay muy
pocas cosas que me den tanto placer como ejercer mi docencia.
232
–¿Y antes de partir?
–Bueno, antes de partir siempre preparo muy bien lo que tengo
que decir y hacer para que el público pueda entenderme. Elijo la
música adecuada que voy a usar y los objetos de trabajo necesarios.
Eso me da mucha seguridad. Ya se sabe que cada clase es diferente, que
no responde a un esquema rígido. Hay que estar muy atento a la
respuesta del público, darle los estímulos adecuados. Abrir nuevas
puertas herrumbradas, mantener la chispa para que el fuego no se
extinga.
Las burlas del idioma
233
Yo había visto el espectáculo el día anterior. Esa misma noche la llamé
a su casa y le dije algo más o menos así:
“Mirá Patricia, tenés que ver, sí o sí, este espectáculo mañana
domingo, porque se trata de la última función que da Stoklos en la
Argentina. Si es necesario dejá a tu amante –permanente u ocasional
pero esto no te lo podés perder”. A partir de allí tuve que ir superando
uno a uno sus regateos. (Que no tengo entradas y seguramente no
conseguiré ninguna. Además, ir sola no es divertido, etc.)
–Mirá, por razones que desconozco, el Teatro San Martín
anoche estaba vacío. Yo fui sola, por puro olfato profesional, e
intuiciones construidas por la experiencia, y salí deslumbrada.
Estando adentro, me enteré de que antes, la Stoklos, había hecho
una presentación memorable (1986) con El Orgasmo adulto escapo del
Zoo, compuesto por tres monólogos de ese artista genial a quien luego
le otorgarían el Premio Nóbel de la Literatura. Me estoy refiriendo a
Darío Fo, a quien conozco por haber tomado un seminario con él en el
San Martín.
Ahora, te insisto Denise Stoklos interpretará estos tres
monólogos de Darío Fo y su mujer Franca Rame y exhibe un dominio
corporal pasmoso, deslumbrante.
Y para, estimularla más le explico que en la función de mañana
repetirá el tema de los derechos humanos a través del vínculo entre
María Estuardo y la reina Victoria (que tuvo a su primita Estuardo -si
la memoria no me falla- 17 años presa).
Por fin aceptó y yo, junto a ella, volví a ver el mismo espectáculo
que la noche anterior porque no quería que se lo perdiera ¡Igual fue
para mí otra fiesta!
Curiosamente, ya avanzado el espectáculo me dijo;
234
–¿Y porque no me avisaste?, podría haber invitado a mis hijas…
–¿Avisarte de que? ¡Si estuve media hora tratando de
convencerte!
Tenía ganas de matarla, aunque pensándolo bien y siendo
sincera conmigo misma pienso –y a todos nos pasa– que hay
espectáculos que deseamos compartirlos con una multitud. En
cambio hay otros, como éste, que deseamos la intimidad de una
persona especial a donde las voces y exclamaciones no se mezclen
porque son perturbadoras.
Fue por eso y no por otra cosa que guardé silencio.
EL ÉXITO Y EL TRIUNFO
No bien nos traen las masas fabricadas a la vista del público y sin
ningún preámbulo le pregunto:
–Patricia ¿qué significa para vos tener éxito o triunfar?
–Pienso que el éxito y el triunfo tiene que estar referido, antes
que nada, a la búsqueda de encontrar lo esencial de cada uno, del “sí
mismo” del “self ” Respondernos a la pregunta quién soy yo sin las
presiones familiares, del medio u otras influencias.
En el camino de esa búsqueda el ser humano debería hacer un
esfuerzo para “triunfar” y llegar a tener éxito en la lucha creadora cuyo
resultado o meta es satisfacer sus profundas necesidades o
aspiraciones.
Para que quede más claro: tener “éxito” o “triunfar”, para mí, no
tiene nada que ver con obtener símbolos de prestigio como se supone
livianamente: salir en la TV o ser renombrado en los medios de
comunicación; tener un auto último modelo –si es importado mucho
mejor–; vestir con marcas de renombre, en fin, todas esas cosas para
las que, lo único que hace falta, es tener dinero. En casi todos los casos
235
perseguir esos bienes conduce a la neurosis, la frustración y la
desdicha, agrega.
Generalmente, se tiene en mente una lucha o cualquier tipo de
competición o derrotar al enemigo saliendo vencedor, o el resultado
feliz en un empeño dificultoso.
Si pienso en mi vida la veo como una serie de desafíos
permanentes de muy variados grados de intensidad, niveles de riesgo
y situaciones-límite que he debido superar, a veces, por el placer
mismo del esfuerzo o motivados por ganar un premio.
–¿Podrías darme algún ejemplo según tu experiencia?
–Cómo no: en las épocas en que en Buenos Aires se cortaba la
luz frecuentemente, en lugar de suspender las clases o cerrar el
estudio, aprendimos a meditar y hasta a bailar a la luz de las velas. Era
muy sugestivo ver las luces y sombras que se proyectaban en el espacio
teniendo como protagonistas las luces de las velitas portadas por cada
alumno...
Al terminar cada clase se hacía una evaluación. Era un espacio,
un ritual en el que cada participante explicaba al resto de sus
compañeros lo que le había sucedido. Sentados en el suelo formando
un círculo, este momento era muy apreciado por todos. Se
confrontaban la variedad y la riqueza de las experiencias...
aprendiendo a respetar las diferencias.
Es tan importante vivenciar sensaciones, sentimientos,
situaciones reales o imaginarias, como saber comunicarlas a los
demás. Traducirlas a conceptos.
Para Patricia era importantísimo que los alumnos tuvieran
sensaciones internas y que, además, desarrollaran capacidad de
conceptuar, es decir, que pudieran explicar la experiencia por medio
de las palabras y no solo “esto fue maravilloso”, “lo pasé muy bien”, “no
sabía que tenía eso adentro”.
236
Ella agrega, desde su experiencia docente:
–Para hacer esto posible, previamente, debemos generar un
clima de respeto, que nada tiene que ver con la solemnidad sino con la
confianza grupal. Estimular un “darse cuenta”, percatarse de lo que
acontece dentro de nosotros mismos. Darnos permiso para que ese
suceso se exprese en el lenguaje corporal, gestual, la mirada, los
silencios significativos y en palabras. Sin críticas ni autocensuras,
“matando al policía interior” que todos llevamos dentro. Pero, además
de tomar conciencia de lo que nos ocurre internamente, poder
explicárselo a otros en distintos contextos de tiempo y espacio donde
deseamos interactuar.
Se trata, en definitiva, de transformarnos en seres responsables, de no
juzgar ni juzgarnos, de saber que no hay errores, sino experiencias que
nos sirven para aprender y seguir haciendo camino.
En ese espacio para compartir, una señora contó al grupo de
compañeras:
“Anteayer, al anochecer, se corta la luz en mi departamento. Tenía
cantidades de cosas que hacer pero era imposible en la oscuridad. Pues
bien, encendí una de las velas del living y le digo (a la vela) que me invite
a bailar. Con la vela en mi mano yo me dejo llevar: mientras miro la
llamita, mis pies y el cuerpo empiezan a girar hacia la derecha. Luego
deshacen el camino y se dirigen hacia a la izquierda. Descubro que de
tanto practicar en las clases, las plantas de mis pies han ido adquiriendo
una sensibilidad táctil comparable a la de mis manos. Ahora pruebo ir
hacia atrás y puedo. Subo y bajo, despacio... y me sale bien. Me arriesgo
un poco más: mis rodillas-amortiguadores descienden y el cuerpo gira
porque mi talón hace de pivote.
En eso estaba cuando llegó mi marido, jadeante, con el saco al
hombro y la corbata floja, después de subir por la escalera ocho pisos.
237
Con mucho tacto, en lugar de exclamaciones y de lamentos, tomé
su saco y amorosamente le recibí el portafolio. Cuando advierto que está
más aliviado y su respiración se está calmando, le pongo también una
vela –con portavelas, se entiende– en la mano.
–Vení, vení conmigo, –le digo invitándole con todo cuidado –
Dejemos que las dos llamitas se comuniquen y bailen. Nosotros no
debemos hacer nada. Ellas nos guiarán. Ya vas a ver como nos descansa.
Y mi marido, que es un santo acostumbrado a “mis locuras”, en
lugar de mandarme al diablo, se enganchó con la propuesta.
Yo estaba maravillada de cómo este juego tomaba el cariz de una
ceremonia; vivíamos una concentración meditativa cuando de pronto
irrumpe nuestro hijo adolescente.
–¡¡Pucha!! Se pudrió todo –pensé– mientras me acercaba a él
despacito, le ponía amorosamente otra vela en su mano y le pedí
susurrando vení, vení vos también. Acercate a papá y a mamá y dejemos
que las tres velas bailen por nosotros... y así fue... una improvisación
mágica, hermosa... todo un éxito para mí y mi familia.”
–¿Ven? –Intervino finalmente Patricia– al iniciar la clase de hoy
alguien propuso que reflexionáramos sobre el éxito. En su transcurso,
en apenas poco más de una hora, han ocurrido muchas cosas dentro
de ustedes y lo han dejado expresar a través del lenguaje corporal. La
intervención que acabamos de escuchar es una buena síntesis de lo
que está ocurriendo adentro y afuera. La oscuridad y la luz, en lo
personal y en lo social y la comunicación familiar, increíble en este
caso, –terminó diciendo Patricia– esto es para mí un éxito, un
verdadero logro: que trasladen, que adapten a las situaciones
cotidianas particulares, lo que van aprendiendo en estas clases. Y vos
–mira a la expositora– tenés un marido y un hijo fuera de serie.
¡Cuidalos che!
238
FIESTA DE CUMPLEANOS NUMERO 70
239
El 23 de septiembre de 1989 Patricia cumple los 70 años. Sus
hijas, alumnos y amigos le han preparado una fiesta sorpresa en el
subsuelo de la Librería “Liberarte”, en Calle Corrientes justo frente al
Teatro Gral. San Martín.
El lugar está repleto. El ambiente es cordial y distendido
Reconozco entre “las pioneras” a María Fux... Con su presencia,
María da prueba una vez más de su corazón sensible y generoso.
Patricia, esta vez, no llega unos minutos antes de la hora
indicada como es su hábito. Es la homenajeada así que se permite
llegar 5 minutos tarde.
Con un paso desenfadado baja las escaleras usando un tapado
beige largo hasta los tobillos, de piel ecológica, presumiblemente
traído de Europa. Quedamos con la boca abierta. Luce
despampanante así, vestida “de civil”, tan acostumbrada nos tiene a
verla con sus “calzas de fajina”.
Recibimos su entrada triunfal con un aplauso cerrado.
Hay anécdotas y brindis. Todos podemos hablar con todos,
relajadamente.
Cuando llega la hora del brindis, Patricia levanta su copa y dice
mientras nos va mirando uno por uno a todos los que la
acompañamos en ese número redondo de años tan importante:
“Brindo por vos, y por vos y por vos
y cada uno de ustedes
deseando que vivan cien años.
Y que yo pueda vivir cien años también,
menos un día,
porque no podría vivir sin vos, ni sin vos,
ni sin vos y sin ninguno de todos ustedes”
240
Y haciendo chin, chin, tomamos nuestros vinitos virtuosos,
buen estimulante del entrecruzamiento con abrazos entrañables.
Como cierre, Deborah leyó la “Breve y Personal historia de la
54
Expresión Corporal en Buenos Aires ” que inspiradamente había
escrito de un tirón esa misma tarde. Damos fe de que todo lo que allí se
cuenta con tanto humor, es la pura verdad…
241
En la carta que me escribe el jueves 16 de junio de 1994 me
cuenta... “Me preparo para viajar del 28 de junio hasta el 21 de agosto
¡que dicha poder ver a Leslie y a mi nietito por dos semanas una vez
terminadas mis clases en Barcelona!... ”
Al regresar de ese viaje, nos juntamos para ir al centro y ver un
espectáculo. En el estreno de Pina Bausch se encontró en el hall del
Teatro General San Martín con Mario Giromini Droz. Hacía tiempo
que no se veían. El afecto de siempre se tradujo en sorpresa, besos y
abrazos. Lo primero que dijo fue: “¿Sabes una cosa? ¡Soy Abuela!
Leslie tuvo un bebe divino”, decía como si le hubieran entregado el
Premio Nóbel. Ya para entonces había puesto en sus manos un álbum
de fotos desde las cuales, un niño realmente maravilloso y la amplia
felicidad de Patricia revolcándose en el césped, saltando o jugando,
mostraban más que sus seis libros, lo que ella realmente entendía por
Expresión Corporal.
CRISIS RELIGIOSA
Apenas nos sentamos a la mesa de “nuestra confitería” sin
ningún prolegómeno, le pregunto:
–Decime Patricia, ¿cómo es “tu Dios”?
–¡MI DIOS! ¡Que pregunta!…la presencia de Dios se me revela
en mis dos hijas.
–Pero no siempre fue así, vos pertenecías a la religión
protestante por influencia de tus padres, que ellos habían heredado, a
su vez, de los suyos.
–Eso era cuando iba a la escuela. Yo había sido bautizada,
practicaba sus ritos y hasta recibí la confirmación protestante. A los
quince años estaba lista para seguir los pasos de la directora de mi
escuela a quien admiraba mucho y había sido misionera en África.
242
Bajo su influencia me estaba preparando para hacer una vida de
entrega por “las almas perdidas de África”
–¿Qué te hizo cambiar de parecer?
–Que, como todo niño que recibe el culto de sus padres, lo
aceptaba dócilmente. Cantaba los himnos con melodías muy bellas en
la iglesia donde me sentía muy purificada y muy santa, hasta que un
día, en lugar de cantar como un loro tomé conciencia de ese himno y
me pregunté: “¿Pero qué estoy cantando?”. Y se produjo un cambio
muy brusco, muy doloroso, al escuchar mi propia voz diciendo
semejante letra.
–Por suerte para esas almas perdidas del África un cantito
iluminó tu pensamiento ¿te acordás que decía la letra?
–Sí claro, te la voy a decir en español aunque no suene tan bien
como en inglés y además estaba enriquecida con una bellísima
melodía. Decía así:
“Todas las cosas brillantes y bellas
Todas las criaturas grandes y pequeñas
Todas las cosas sabias y maravillosas
El Señor Dios lo ha hecho todo.
243
–Y, decididamente, en materia ideológica se te puede catalogar
como una humanista.
–Así me siento más cómoda…
NIKITA MIKHALKOV
Para ese año 95 frecuentábamos espectáculos y alguna que otra
película como las del magistral director de cine ruso Nikita
Mikhalkov, director –y a veces también actor– de filmes memorables
como Pieza inconclusa para piano mecánico, Trenes rigurosamente
vigilados, La esclava del amor, Cinco tardes, Ojos negros, Gurka y
Siberiana, en la que intervino como actor, y fue dirigida por su
hermano Andrey S. Mikhalkov-Konchalovsky. De la misma manera
que había ocurrido con el célebre actor francés Gérard Philip fallecido
a sus escasos 39 años y, luego, con Ingmar Bergman en su momento
inaugural; el público de Buenos Aires se volcó ahora a ver Nikita
Mikhalkov y sus películas que se transformaron en objeto de culto.
Concurrimos a una reunión abierta con la presencia del
director, para hablar sobre su reciente film Sol Ardiente cuando en
1995 le otorgaron en Cannes y Hollywood los máximos premios.
Mikhalkov entró a la sala con sus 50 años, 1.90 de altura, rubicundo,
bigotazos entrecanos, ojos celestes y simpatía cautivante. Luego de
sentarse a la mesa, que estaba a un metro de distancia de donde
estábamos sentadas nosotras dos, para parar el aplauso del público, lo
primero que dijo, poniendo las manos tras la nuca fue:
“Después de los recibimientos que me hacen en Buenos Aires, esta
noche cuando me acueste en el hotel voy a pensar que soy un genio”.
Nos metió en el bolsillo a todos. Ante una pregunta sobre su
método de filmación, explicó: “Me gusta mucho más filmar fuera de
244
Moscú porque puedo lograr más entrega en el equipo de actores y
técnicos cuando están lejos de sus problemas cotidianos.”
Se levanta a las 5 de la mañana y corre solo. A las 6.30 hace jugar
un partido de fútbol a todos los actores, actrices y al equipo técnico
para integrarlos bien.
Ante una pregunta que le hace la actriz Graciela Dufau sobre
como logra que la actriz de Sol Ardiente haga temblar la tasa de
porcelana cuando su marido y su ex amante se miran, responde:
“Confío mucho en la inteligencia actoral de mi elenco. Yo
propongo la situación, motivo a que la internalicen y, luego, las ideas
surgen.”
El publico muy satisfecho y las dos salimos felices. A la salida
nos fuimos con Patricia a tomar nuestro proverbial “te con
comentarios”. Las dos coincidimos: Mikhalkov tiene un método de
trabajo muy interesante, pero ante todo, es de una belleza cautivante.
LA ESPIRITUALIDAD
“No salto más alto que los demás
Salto lo más alto que puedo,
Sólo que cuando estoy en el aire,
Allí me quedo un momento”.
V. Nijinsky
Patricia era un ser de esencia espiritual, si por tal entendemos lo
elevado y trascendente. No la ejerció a través de un rito religioso, ni
practicó consecuentemente la meditación, ni se dejó influenciar por
las modas.
Ella vivió la espiritualidad y –como Goethe– potenciaba la ética
y la belleza como sinónimos que emergían desde su profundo ser
interior.
245
“Una acción buena es necesariamente bella; nos hace bien a
todos” solía decir Patricia. Esto lo mamó en su infancia junto a la
naturaleza, siempre propicia para reflexiones trascendentes, y del
ejemplo de sus padres, ambos exponentes vivos de buenos modales,
autenticidad, rectitud y sentido de la responsabilidad y del
compromiso con lo que hacían, que era el compromiso consigo
mismos. Todas estas actitudes tienen un alto componente de
espiritualidad. Hasta el erotismo de la relación sexual, puede estar
compuesto de espiritualidad. Eso fue una constante a lo largo de su
vida, incluyendo a los tres hombres importantes, que a su turno le
dieron tanto placer y tanto dolor. Pero miradas desde otro lugar, cada
uno estaba en su camino de distinta manera para que ella pudiera
cumplir su misión, que fue crear conciencia, a través de la experiencia
y, luego, también desde la teoría, de la existencia de un lenguaje
corporal expresivo y artístico tan válido y necesario como cantar,
escribir o pintar. Para ello debió recorrer un largo proceso preñado de
adversidades.
“Las adversidades sirven para crecer y los placeres para
disfrutarlos” solía decir, y ella fue coherente. Así lo demostró a lo largo
de su existencia.
Y con este modo de encarar la vida después de incesantes
búsquedas, muertes y resurrecciones, llegó a hacer de su propia vida
una obra de arte.
Al final de sus días acompañaba a su amiga, la Dra. Aluminé
Zani al hospital y hacía masajes en los pies a los ancianos
“hambrientos de caricias”. Si esta acción no está inspirada en un alto
contenido espiritual, preguntémonos ¿qué la motivaba a brindar el
contacto de sus manos sabias, a los pies de los abuelos solitarios que
yacían debajo de las sábanas, hasta lograr en muchos casos,
246
recuperarlos para que fueran independientes y disfrutaran
nuevamente de la vida?
ES HORA DE PARTIR
–Yo llegué a Patricia a través de Marilú Pinasco, afirma Carlos
55
Veiga . En mis primeros años de estudio ya se había generado en mí el
embrión de un lenguaje propio, una mirada muy personal con
respecto a la danza; y las técnicas que muchas veces resultan
contraproducentes o estereotipantes, en mi caso, fueron un aporte que
enriquecía una búsqueda particular.
–O sea que, en tu caso, primero fue la Expresión Corporal y
después la Danza.
–Así es: la Danza y el Teatro-Danza. No te olvides que mi
extracción fue teatral, yo llegué al movimiento como una extensión
del Teatro. En realidad, cuándo hacía Expresión Corporal con Marilú
y con Patricia ya estaba bailando, lo que pasa es que aún no lo sabía.
Me parecía que ser bailarín era otra cosa, bailarines eran los del Teatro
Colon.
Hay una anécdota muy curiosa al respecto: unos meses antes de
rendir el examen para ingresar al Taller de Danza Contemporánea del
Teatro General San Martín me preparé con una maestra de clásico
ucraniana: Nadya Angelova. Me sentí terriblemente acomplejado
porque hasta ese momento lo único que yo tenía era una agudísima
conciencia de cada parte de mi cuerpo, gracias a la Sensopercepción,
que para Patricia era fundamental y, además, una enorme libertad.
Pero de técnica de Danza Clásica, poco y nada.
247
En el examen me fue muy bien. Al terminar se acercó Ana
Itelman (quien después sería maestra de composición por varios
años) y me dijo que le llamaba particularmente la atención mi manera
de moverme; si bien notaba que no tenía mucha técnica de
contemporáneo, decía que había algo especial.
–¿Dónde te formaste? –me preguntó.
–Mire, señora, yo trabajé varios años en la Escuela de Patricia
Stokoe…–contesté.
–¡Ah! ¡Con razón!
…Parecía que Ana Itelman había observado valores de los que
ni yo mismo era consciente. Debo reconocer que ya estaba harto de la
Sensopercepción. Yo quería grandes saltos, piruetas y todo lo demás.
Lo que me di cuenta mucho después es que esa técnica me haría
ahorrar mucho tiempo y varias lesiones. Mis avances en mi formación
posteriores fueron rapidísimos y jamás me lastimé. Todas y cada una
de las partes del cuerpo eran como el cerebro, que estaba conciente de
cada movimiento. Era evidente que yo trabajaba de una manera muy
diferente a la de mis compañeros provenientes de la Escuela Nacional
de Danzas o del Colón.
–¿Carlos, cambiando e tema, cómo fue lo del Consejo
Argentino de la Danza?
–En la época en que yo era “activo militante” de la Expresión
Corporal, Patricia me invitó a formar parte del gabinete de la
institución que acabas de nombrar. Éramos tres integrantes Patricia,
56
Lola Brikman y yo . Por aquellos tiempos la E.C. tenía un público
mayoritariamente femenino. Yo ya era docente en escuelas de teatro y
56 Nota del editor: El Consejo Argentino de la Danza (C.A.D.) fue creado el 2 de Setiembre de
1978 – Patricia Stokoe fue miembro fundador del Gabinete de Expresión Corporal.
248
en cursos particulares y, curiosamente, en mis grupos había muchos
hombres. Era obvio que muchos se animaron a deponer sus prejuicios
e inhibiciones de la mano de un docente varón.
–Pero supongo que Patricia no te eligió sólo por tu condición de
varón.
–No, claro. Yo tenía un profundo compromiso con la actividad,
pero no era el único. Ese pequeño grupo que formábamos con Lola y
Patricia fue el puntapié inicial para crear la carrera oficial en la Escuela
Nacional de Danzas. ¡Nada menos! A partir de de ahí sentí: “Misión
cumplida” y emprendí otra búsqueda hasta convertirme en el
coreógrafo que soy hoy.
–¿Qué clase de coreógrafo sos hoy?
–Buena pregunta. Lo que puedo dentro de lo que quiero. Y lo
que quiero en tanto me dejen… como la película “Indiana Jones”, una
aventura continua. Me encantan estas historias, no dejes de incluirlas
en tu escrito.
–Bueno, Carlos, es hora de partir. Muy rica tu merienda.
–¿Te gustó?
Asiento, con una sonrisa de diva, como enmarcada por miles de
flashes fotográficos.
–Te acompaño a tomar un taxi.
–Mañana parto rumbo a Mendoza, pero en un mes estoy de
regreso.
Y Veiga me contó después:
–La noche en que me entrevistaste hace un mes, no dormí
pensando en Patricia, soñé que estaba rodeada de naturaleza. Por el
río regresaba un hombre robusto, hermoso, de rostro diáfano y voz
249
cálida. Se acercaba lentamente hacia ella y le su susurraba al oído:
“Patricia ya es hora de partir”
Un salmo de Vida
Los últimos días de diciembre del año 1994, la llamé por
teléfono desde Mendoza para darle los augurios de rigor para el año
entrante.
–Este año que termina estuvo teñido por la muerte, –me
contesta.
–¿Qué ocurrió, Patricia?
–Tuve cáncer en un pecho. Los médicos que consulté tenían
opiniones opuestas: unos querían extirparme, vaciarme el pecho.
Otros me propusieron un tratamiento para reforzar mi sistema
inmunológico. Tuve que decidir.
Al escucharla sentí un leve mareo que me sentó en la cama para
poder seguir la conversación.
250
–No estaba dispuesta a que me mutilaran –prosigue– Yo opté
por lo segundo, preferí fortalecer mis propias defensas y aposté a la
inmunología.
-–Pero Patricia ¿Por qué no me llamaste?...
–No quise espantar a la gente. Mantuvimos todo en secreto
entre los médicos y yo.
Mientras tenía latiendo en su cuerpo la amenaza de la muerte no
faltó un sólo día a dar clases...Tampoco dijo nada a su hija Debbie,
tampoco a Leslie que vive lejos. Sólo se apoyó en la Dra. Alumniné
Zani, su médica y amiga de años.
Siento cuanto la quiero ¡y cuanto la extraño!
AÑO 1995
251
impotente para realizar las gestiones que le permitieran dormir
tranquila.
58 Nota del editor: Patricia misma recitaba esta versión: “He vivido por la alegría, por la alegría
he ido a combate, por la alegría ahora muero. Que la tristeza no sea nunca unida a mi nombre”; Julius
Jucik, Reportaje al pie del Patíbulo
252
EL ÚLTIMO VIAJE
23 de septiembre de 1995
Aída Rotbart había sido profesora de Teoría del Conocimiento
en el Primer Profesorado Privado de Formación Docente de
Expresión Corporal coordinado por Patricia Stokoe, en el cual hizo
importantes aportes teóricos, entre ellos, el concepto de persona como
“unidad senso-psico-socio-motriz, estructura orgánica indivisible
psicofísica que interactúa dinámicamente con su medio”. También
definió muy bien el complejo proceso abarcativo bautizado por
Patricia con el nombre de “Sensopercepción”, diciendo que “es la
unidad fundante de la Expresión Corporal” y aclarando que “su punto
de partida es la sensación: proceso y resultado del registro de la
realidad a través de los sentidos. Punto de partida de la internalización
del mundo. Unidad de todo el funcionamiento expresivo biopsíquico
59
y social que es el hombre, la sensación es la unidad de conocimiento” .
Además de la precisión para desentrañar conceptos, Aída era
reconocida como una profesional fuera de serie, por su auténtica
vocación docente y una cultura excepcional que prodigaba
generosamente.
En un momento, Aída se alejó del estudio por esas cosas que
pasan y no trascienden. Se sentía dolida, pero quería mucho a Patricia.
Habría que esperar que el tiempo le hiciera reflexionar sobre la posible
injusticia que se pudo haber cometido en perjuicio de Aída y deseara
curar esas heridas. Así fue que el 23 de septiembre de 1995 la llamó por
teléfono y le dijo:
“Si te quedás en tu casa, che: prepará un té que voy para allá”.
59 Kalmar, Deborah. Qué es la Expresión Corporal, a partir de la corriente creada por Patricia
Stokoe, Ed.Lumen, Bs.As., 2006 pag. 158.
253
Al entrar al departamento, lo hizo con una torta en la mano y
distinguió a Aída para festejar –sólo con ella– lo que, secretamente,
presumía su último cumpleaños.
Alicia Verón60 me contó luego que antes de su último viaje a su
cabaña de Bariloche, se iba despidiendo de los vecinos del edificio y de
los amigos del barrio.
Así, fue cerrando círculos con los afectos y personas que le
importaban y que, a veces, como en el caso de Aída, el vínculo se había
interrumpido, pero alcanzó a remediarlo a tiempo.
Sin duda estaba en todos los detalles.
27 de enero de 1996
La dignidad de morir es
la continuidad de vivir.
A los seres que han tenido una vida plena,
la muerte les sobreviene
del mismo modo que el sueño sobreviene a un día
de duro trabajo.
60 Nota del editor: Alicia Verón trabajó y vivió en la casa de Patricia durante 28 años,
volviéndose parte de la familia tanto para ella como para sus hijas a quienes vió crecer.
254
Siento un estilete aquí.
Durante todo este mes de enero no me he movido de mi casa,
cercana al Aconcagua, para escribir este libro. Diariamente escucho su
voz desde los cassettes que grabamos juntas en su casa frente al Lago
Nahuel Huapi.
Estudio bibliografía, releo sus libros y hago nuevos
descubrimientos. Casi siempre en compañía de la música de Vangelis
que escuché por primera vez al subir las escaleras del estudio de calle
Guido, la tarde que la conocí personalmente. Esta música, tan
motivadora en su momento, me parece ahora muy triste.
Sin poder anclar en ninguna parte tomo al azar el libro “El
Proceso de la Creación en Arte” de su autoría, compartida con Alicia
Sirkin. Con letra redondeada, clara y graciosa me escribe esta
dedicatoria:
255
El cuerpo es un pecado,
dice la Iglesia.
El cuerpo es una máquina,
dice la medicina
El cuerpo es un negocio,
dice la publicidad
El cuerpo dice:
Yo soy feliz.
Eduardo Galeano
Emprende su último viaje
El 27 de enero de 1996, temprano a la mañana, el mismo día de
regreso a Buenos Aires luego de un mes de vacaciones, Pilar, la hija de
Aluminé Zani la encuentra consciente pero sin habla en el suelo de
Casa Kalmar. Junto con Maxi, su novio, habían venido de visita a
convivir con ella una semana, para manejar alternadamente durante el
viaje de regreso.
Habiendo brindado la noche anterior, entre velas y un vino, la
ternura de la pareja la llevó a bautizarlos “mis dos ángeles guardianes”,
quienes ahora, sin esperarlo, la llevan de urgencia al hospital, no sin
antes llamar por teléfono a otra amiga querida, China Mayorga,
psicóloga y Machi Mapuche, quien llamó a Debbie al Camping
Musical donde estaba trabajando. Al llegar al hospital, Patricia ya
había partido. Después de una ceremonia íntima pasó a descansar en
la tierra que tanto amó.
Al día siguiente el pequeño grupo se había ampliado con
queridos colegas y amigos que viajaron desde Bs. As.61 y Leslie llegó
con el primer avión desde España…al tomar un té juntos, en la
cabecera de la mesa sirvieron una taza para ella…
61 Nota del Editor: Se refiere a Marina Gubbay, Cristel Gegenschatz, Olga Nicosía y Musia
Auspitz.
256
Ya en Buenos Aires, Deborah me entrega un escrito el día
anterior, el último, donde relata la historia de su esposo Jorge Kalmar
para agregarlo al libro, sin ningún error.
Epitafio
257
La rabia y la decencia
258
Cuentan que ibas derecha con paso de patriarca, Dersu Uzala,
sostenida solamente por la integridad y la decencia.
¡Ay! Dignidad Rebelde…pronto nos encontraremos…Y
arriaremos esas banderas espurias porque: “La mierda es mierda aquí,
en la China y en Inglaterra”, dice el pregonero ibérico.
Y nosotras sabemos que la decencia de los principios perdurará
siempre, que crece con el tiempo, como el buen vino y la buena
música, que se transforma en clásica al ingresar en la memoria de los
genes.
CLAUSULA TESTAMENTARIA
–A esta altura de su evolución pedagógica –le pregunto–, sería
correcto hablar del “método o del sistema Patricia Stokoe.”
–Ni loca –dice ella–. Cada vez que escucho semejantes
disparates, me parece que me están invitando a mi propio entierro. Lo
vivo se recrea a diario y yo estoy viva: cambio todos los días.
Y me cuenta por teléfono:
“Ayer fui a un acto de homenaje a una renombrada personalidad
musical fallecida hace un año. Cuando hablaba el quinto orador (¡y
faltaban tres!) le dije a mi vecina de asiento que tenía vencido el
estacionamiento del auto y salí volando escaleras abajo.
Me impresionó tanto el tufillo a sarcófago del homenaje que
crucé Buenos Aires y me dirigí a la casa de mi hija. La encontré en la
sala de su estudio, deliciosamente abstraída con las sonoridades
potentes que iba suscitando en el piano.
–¡Debbie! –la interrumpí tímidamente– te voy a hacer un
pedido... si al morir me hacen un homenaje, no permitas por favor que
hagan discursos. Los discursos post-mortem me matan. Quiero que
259
en mi homenaje haya música, se baile, que la gente esté alegre. Quiero
sobre todo que “bailen la alegría, pero eso sí, pensando en mí”.
Debbie asintió con la cabeza moviéndola varias veces de arriba
abajo y, con el brillo de sus ojos dulces, me regaló una de sus típicas
carcajadas plenas, las que brotan del alma cada vez que se siente
feliz...Después, haciéndome una reverencia, me dedicó, con gran
fruición, la sonata n. º 5 en sol mayor, K. 283/189h, de Mozart que
estaba estudiando esta tarde.”
260
Pablo Neruda, autor del poema El Río, nuevamente, cuando
habla del pasado, apenas puede hacerlo y termina por fuerza cantando
al presente. Al igual que este poema, Patricia esta aquí porque así la
siento ahora.
El tiempo se divide en dos ríos:
Uno corre hacia atrás,
devora lo que vives,
el otro va contigo adelante
descubriendo la vida.
En un solo minuto se juntaron.
Es éste. Ésta es la hora,
La gota de un instante
que arrastrará el pasado.
Es el presente...Constrúyelo
con amor, con firmeza,
con piedra y ala,
con rectitud sonora,
con cereales puros,
con el metal seguro de tus pasos,
sin temer a la verdad, al bien, a la justicia,
compañeras del baile, compañeros del canto
el tiempo que transcurre
tendrá forma y sonido de guitarra y
cuando quieras
inclinarte al pasado,
el manantial del tiempo
transparente
revelará tu integridad cantando.
Soy un río,
si pones sobre la tierra tus oídos,
escucharás que corro,
sumergido cantando.
261
27 DE ENERO DEL 2006, DIEZ AÑOS
DESPUÉS DE SU PARTIDA
262
Patricia Stokoe (1919-1996)
Bailarina y pedagoga argentina
Creadora de la Expresión Corporal en Argentina.
Patricia Stokoe
263
Apéndice
Karin Angulo, Karin Auspitz, Armando
Barbieri, Alice Bloch, Daniel Bautista, Tito
Bellusci, Néstor Blanco, Rosana de Blanco,
Eva Cziment, Mariana Danani, Iris de
Sousa, Paula Eberhart, Vivi Faifer, Gustavo
Firpo, Carlos Fisicaro, Adriana Gioiosa,
Roberto Giovanetti, Deborah Goldschmidt,
Susana Gonzáles, Claudio Hochman, Leslie y
Déborah Kalmar, Patricia Noronha, Nora
Onetto, Gabriela Panisello, Laura Rabinovich,
Estela Roitman, Ricardo Sobral, Marcela
Suez, Nestor Stieben, Silvina Szperling, Juan
Tausk, Alicia Tealdi, Judith Trumper, Ana
Waisenstein y Marcelo Yampey.
e
f
g
h
El Grupo Aluminé
Sus integrantes eran alegres, espontáneos, vibrantes. Se les
notaba el entusiasmo en cualquier parte que se encontraran. En el bar
continuo al teatro, se los veía felices, portando sus bolsos,
conversando de mesa en mesa. Se los observaba enfervorizados,
llenos de vida. Cada uno era lo que envidiaría cualquier adolescente
“bien educado” es decir “reprimido”. Me podrán responder que la
juventud de hoy, en su generalidad no tiene represiones… respecto al
sexo. Ese es otro tema complejo y ajeno a lo que me estoy refiriendo
ahora. Estoy hablando de exponerse a la mirada de los otros con
nuevas ideas, nuevos pensamientos, nuevo sistema de creencias, a un
público acostumbrado a otro tipo de danzas. “Los años en que actué
con el Grupo Aluminé, fueron los años más felices de mi vida” me dijo
un integrante varón que, aunque fueran minoría, se animó al desafió
de bailar públicamente porque le gustaba de alma. Estoy hablando de
las épocas en que un bailarín varón era sospechado en su virilidad. Por
suerte, actualmente eso ha cambiado.
268
gozo y la significación que tuvo en su vida haber integrado el Grupo
Aluminé.62
ANTECEDENTES E HISTORIA63
62 ALUMINE es voz mapuche que significa “lago luminoso donde se ve profundo”. Dicho lago
está en la Provincia de Neuquén.
63 Publicado por Déborah Kalmar en “Qué es la Expresión Corporal”, Edit. Lumen., a quien
agradezco su autorización para reproducirlo.
269
llevar los conciertos, recitales, obras de teatro y de danza, a las fabricas
de armas, a las minas y a las mismas fuerzas armadas.
Todo este esfuerzo se hizo durante la guerra porque cuando la
contienda terminó, esos apoyos e incentivos fueron anulados. Inglaterra,
que junto a los aliados había ganado la guerra, al terminar padeció una
gran depresión.
Es fácil advertir hasta que punto los gobernantes no están
animados en proteger a los seres humanos, sino “usarlos como soldados
combatientes, hasta dejar la vida si fuera necesario para la defensa de
sus propios intereses.”
270
Paralelamente, desde mi propio estudio organicé grupos de
alumnos para presentar diversos trabajos en público. No fue extraño que
para ese entonces naciera el Grupo Aluminé, siguiendo el deseo de esas
vocecitas ansiosas de ‘bailar para otros’.
Yo enseño a bailar, que es algo más que moverse. Y si se trata de
bailar para otros, hay ciertas reglas que aprender.
En 1973 surgió un ‘laboratorio’ muy concurrido y entusiasta que
funcionaba el sábado por la tarde. Este grupo comenzó a aprender las
técnicas y los códigos para adaptar aquello que se hace para el propio
placer y transformarlo en algo que genere placer para quien lo ve. No
teníamos el nombre definitivo del Grupo, así que lo llamamos
humorísticamente Mongo-Dongo.”
271
¿QUIÉNES ÉRAMOS Y QUE HACÍAMOS?
Para seguir adelante con las actividades del grupo que, para ese
entonces, estaba integrado por una nueva camada de adolescentes
igualmente entusiasmados, juntos preparamos el primer espectáculo
para ser presentado en el Teatro Payró y lo bautizamos como Grupo
Aluminé.”
272
DURANTE 10 AÑOS MUCHAS OBRAS.
Desde entonces y durante diez años, atravesando la dictadura militar,
prepararon y presentaron “nuestras queridas obras”, como llama
Patricia a Collage 76, Collage 78, Este es Nuestro Canto. Divertimento,
Metamorfosis, Collage 82, Tres momentos, Recoged esta voz y Quién tira
de los hilos, para reestrenar La Línea el primer año de recobrada la
democracia en Argentina, ya con otro elenco y una coreografía
madura tras tantos años de aprendizaje.
¿DÓNDE?
Consecuente con la idea de divulgar este nuevo modo de bailar:
Expresión Corporal-Danza, y darlo a conocer a personas que no
estaban habituadas a trasladarse a los teatros del centro para ver sus
espectáculos, habrían de trasladarse adonde estaban los potenciales
espectadores: concurrieron a escuelas, centros de salud, clubes,
teatros del Gran Buenos Aires y a otras provincias del país: 25 de Mayo
y la Plata, Provincia de Buenos Aires; Teatro Gral. San Martín de la
Ciudad de Córdoba, inclusive dando funciones exitosas en plena calle.
Igualmente, participaron ante entidades como la Asociación
Argentina de Actores, III Gimnaseadas Interamericanas, Feria
Internacional del Libro, Facultad de Ingeniería y de Ciencias
Económicas (UBA), Museo Sívori y en el Movimiento Danza Abierta
1981.
Además de estos lugares “informales”, hicieron funciones en
Teatros tradicionales de la Ciudad de Buenos Aires, tales como: Teatro
Payró, Sala Planeta, Teatro Municipal Presidente Alvear, Teatro
Discépolo, Bambalinas y Blanca Podestá, Margarita Xirgu, Santa
María del Buen Aire…
El grupo recibió, además, una invitación especial para
participar en el XV° Congreso del ISME (Internacional Society for
273
Music Educación) realizado en Bristol, Inglaterra en 1982 al que no
pudieron concurrir por razones típicas de la Argentina de la época:
Regía la dictadura militar, que no era precisamente partidaria de
64
apoyar y divulgar la cultura.
274
INTEGRANTES
275
BREVE Y PERSONAL HISTORIA DE LA EXPRESION
CORPORAL EN BUENOS AIRES
Claro, que esa realidad de aquellos días (allá por el año 66) no
siempre era tan agradable como comer una manzana. A veces era dura,
muy dura como los golpes que recibieron en la cabeza los universitarios
en la llamada “noche de los bastones largos”.
276
Ya no se sabía sí era conveniente ser tan sensible a la realidad pero
seguían, sin embargo, insistentes, abocados a su tarea de captarla.
277
Pero la más profunda conmoción, la revolución se produjo
cuando vino una señora, que con mucha suavidad y dulzura nos invitó a
explorar y probar ponernos en las posiciones más extrañas que ella sabía
70
llamar “Posiciones de Control” , y una, a los diecisiete años, se daba
cuenta que ya no podía sentarse con las piernas cruzadas sin que le
doliera la pierna derecha o que no tenía la menor idea de qué forma
tomaba la articulación de la rodilla (entre los “cóndilos” del fémur y los
“platillos” de la tibia), o cuál era la diferencia entre la articulación
cotiloidea y la glenoidea o la función y problemas de nuestro músculo
“esternocleidomastoideo” luego llamado familiarmente “el mastodonte.”
278
. Hasta que un día, desde nuestros ísquiones y desde los talones,
desde los codos y los dedos de todas partes comenzaron a producirse
extrañas vibraciones que solían continuarse en la calle, en casa y aun
en los colectivos... Esa fue una época muy movida.
279
Descubrimos entonces que ser bailarines, para nosotros era algo
así como ser alquimistas. ¡Que trasformábamos nuestra piel, el
espacio, los huesos, los bambúes, los temas, los tiempos, los apoyos y la
vibraciones en preciosas gotas de sentimientos! Y que para juntar los
suficientes como para entregarlos a los demás desde el escenario,
había que ensayar y ensayar, repetir y repetir, o no repetir la
repetición,71 andar y desandar durante incansables horas, hasta lograr
convocar al Duende...72
A veces venía....
¿Y lo que vendrá?
280
Su
Último
Escrito
281
JORGE KALMAR
283
Su facultad es evacuada a Cambridge durante los bombardeos de
Londres junto con otras de la misma Universidad, y allí cambia su
carrera a Arquitectura y a la vez, comienza a tocar el oboe.
Profundamente conectado con la música desde su niñez y
adolescencia en Hungría donde la música de cámara fue parte de su
paisaje sonoro durante esos años juveniles de crecimiento, se dedica
ahora a lograr, a través de ese instrumento, la posibilidad de expresar su
mundo musical interior.
Es también muy buen remero y es seleccionado para remar en las
Competencias de Oxford y Cambridge, pero se le activa una lesión en un
disco intervertebral lumbar y no puede continuar su vida deportiva,
dedicándose, aún más al oboe.
Es allí donde se conecta con la vida intensamente musical del
ambiente Inglés (es decir con profesionales: médicos, arquitectos,
abogados, contadores, quienes tocando diferentes instrumentos hacen
música por el gozo de hacerlo, como otros juegan al ajedrez, cantan en
coros o cultivan su jardín).
Jorge comienza a tocar música de Cámara en grupos de
aficionados en Cambridge y se entera de la tradición de “Music Camps”
o Campamentos Musicales. Y en las vacaciones, así como una vez fue a
talar árboles con un grupo de guardabosques, otra vez participó en una
experiencia de Camping Musical.
¿Cómo era esta propuesta?
Un grupo de músicos, aficionados en su mayoría, contrataban a
un músico profesional con capacitación para dirigir música de cámara y
buscaban un lugar en la campiña inglesa, es decir una granja donde el
granjero les alquilara el uso de su granero para tocar música en caso de
lluvia (que siendo Inglaterra, era la mayoría de las veces) y el uso de su
284
terreno para tender sus carpas donde dormían. En ese entorno ecológico
hicieron “música por amor al arte”.
Finalizados sus estudios académicos Jorge se traslada a Londres
donde, ante todo busca un ambiente musical, de músicos de Cámara,
algunos ya profesionales o en vías de serlo y otros, como él, de otras
profesiones pero con un vínculo muy auténtico con la música.
El lugar de encuentro era la vivienda-estudio de June Hardy
(viola) y Francis Baines (contrabajo), ambos músicos profesionales.
285
No hace más que cinco años cuando visité Londres con mi hija
menor Leslie, nos contaron que fue Jorge quien siempre promovió en el
grupo “que la música se tendría que hacer por la necesidad del alma y no
sólo del bolsillo”. Francis, ya con su “juventud bien acumulada” y una
larga trayectoria en el campo de la música profesional inglesa le dice a
Leslie: “Debemos mucho a tu papá por esta insistencia en el verdadero
amor por la música.”
Bueno, Jorge viene para acá –Argentina– más o menos en el año
1948. Su padre vivía en Buenos Aires. Antes de venir fundó en Londres el
“Kalmar Chamber Orquestra” en la cual tocaban con él, June Hardy,
Francis Baines, Colin Davis y su hija Constance, April Cantello y otros
cuyos nombre ya no recuerdo y fueron ellos los que continuaron tocando
en este conjunto, aun después de que Jorge se había trasladado a Buenos
Aires.
En Buenos Aires busca trabajo como arquitecto y ambiente
musical como vida álmica. Se conecta con los fundadores del Collegium
Músicum y se presenta ante la Orquesta Juvenil que dirigía Teodoro
Fuks. Es aceptado como oboísta en la orquesta, continuando sus estudios
con el maestro Guillermo Gräetzer. Fue en ese entorno que, contando
sus vivencias de los camping musicales de Inglaterra entusiasmó a un
pequeño grupo, entre ellos Hernán Erenhaus (oboe), Favelli (chelo),
Efrain Guigui (clarinete) y Gerardo Levy (flauta) a pasar unas
vacaciones de verano en “una región muy bella de montañas y lagos en la
cordillera” de la que había oído hablar.
Así que se tomaron un tren (probablemente en 2º clase) en
Constitución y bajaron en Zapala. De ahí llegaron como pudieron hasta
Colonia Suiza, “un poco a dedo y otro a pie”. Se instalaron en Colonia
Suiza (no era entonces lo que es ahora) en una hostería tipo chileno, un
aserradero, un almacén y muy poco más y se pusieron a tocar música.
286
De algún lado les llegó la noticia de que a pocos kilómetros de allí
tenía un chalet una señora que tocaba el piano. Tener tan cerca un piano
y una pianista los motivó a visitar la casa de Linda Rautenstrauch donde
pudieron ampliar su repertorio musical considerablemente.
Patricia Stokoe
287
PATRICIA STOKOE 1919- 1996
289
e
f
g
h
Nace en la República Argentina en 1919; en el seno de una
familia inglesa. Su padre era capataz de una estancia inglesa en la zona
de Coronel Suárez – Pcia. de Buenos Aires.
291
Se desempeña como profesora y coreógrafa en la Universidad
de Buenos Aires (Etuba) y de la provincia de Santa Fe, dirigida por el
director de teatro Oscar Fessler desde 1960 hasta 1966.
292
Provincia de Buenos Aires, invitados por la unión de Maestros de
Enseñanza Media. Participa en festivales de danzas en las capitales de
las provincias de Córdoba, Misiones y Salta. Ofrece espectáculos en
escuelas, museos, plazas públicas y calles de las capitales del País.
293
Desde 1968 a 1995 (año de su fallecimiento) dirige su propio
Estudio, el Estudio Stokoe de Expresión Corporal-Danza para
personas desde los tres años de edad, incluyendo cursos de
preparación y perfeccionamiento docente reconocidos por la
Superintendencia Nacional de Enseñanza Privada (SNEP).
294
AUTORA DE LOS SIGUIENTES LIBROS SOBRE SU
ESPECIALIDAD
295
ACERCA DE LA AUTORA
Todo lo que
has visto,
recuérdalo,
porque todo
lo que
olvidas
se lo lleva el
viento.
Canto de
los indios navajos
2971
e
f
g
h
CURRÍCULUM “ESENCIAL” DE ALICIA GARCÍA GILABERT
299
Viajera con interés antropológico y sed por lo diferente.
300
excepcional.73 A su turno, todos nos volvimos adolescentes, porque el
amor es así.
301
LA AMISTAD, una forma distinta del amor a la que rindo culto
aunque exija tanto esfuerzo y creatividad, pero ¡qué menos merece un
buen amig@!
302
Una OBSESIÓN: Los libros que leo y releo hasta
descuartizarlos. Los adoro porque me enseñan muchas vidas y la vida,
mirada con atención, me enseña otro tanto.
IMAGEN DEL ESPEJO: Cuando me miro en el espejo me
devuelve la imagen de la honestidad y eso me tranquiliza la
conciencia.
EL HUMOR es cosa seria y me ha salvado de muchos papelones.
Adoro las paradojas ¡son tan realistas!
LO SOCIAL es mi modo de entender la vida. Mi viaje a Cuba
significó un antes y un después. Me mostró que “el mundo es un
templo hermoso donde caben en paz las personas todas de la tierra”.
Que el “nosotros” es muy superior al “yo” y nadie es excluido. Que vale
la pena apoyar a esta Revolución que – fiel a su tiempo– asegura a
todos el pan, la justicia y el canto.
Allí conocí la solidaridad y la dignidad de caminar con la frente
alta, sin arrodillarse, lo que produce tanto miedo al vecino del Norte
“revuelto y brutal que nos desprecia. En suma: “ que otro mundo es
posible”.
Los que priorizan el tener al ser tienen todo el derecho de cruzar
el charco hasta Miami.
EL VALOR DE LA PALABRA me obliga sobre cualquier
contrato: si prometo algo lo cumplo a muerte, aun cuando sea en
contra de mis propios intereses. ¿Una prueba? Este libro.
MIS VALORES: la ética, aunque parezca un anacronismo sigue
vivita y coleando, y la belleza.
ME EMOCIONA hasta las lágrimas cuando veo actitudes
consecuentes con los principios más elevados.
303
EN LA NECESIDAD me siento feliz, si hago lo que me gusta.
LA PALABRA MAS IMPORTANTE: Solidaridad porque ésta
contiene, además, al Amor.
ACUARIANA-SAGITARIANA por designio de “mis” estrellas.
Es decir: decente, creativa e independiente, lo cual no está nada mal en
cualquier siglo que sea.
304
Alicia García Gilabert
305
Indice
PRÓLOGO 3
Dedicatorias 9
Agradecimientos 10
Patricia Stokoe, perfil e imagen 15
Atraía a los jóvenes 18
Cuándo, cómo y por qué nació este libro 19