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EYE CANDY INK: SECOND

GENERATION

THE COMPLETE SERIES


SHAW HART
ÍNDICE

Want a free book?

Ames
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17

Harvey
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16

Rooney
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16

Gray
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14

Ender
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13

Banks
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Want a free book?
Acerca del Autor
Series by Shaw Hart
Otras Obras de Shaw Hart
Copyright © 2021, Shaw Hart
[email protected]
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida de ninguna forma,
ya sea de forma electrónica o mecánica, incluyendo sistemas de almacenamiento o recuperación, sin
el consentimiento escrito del titular, a excepción del uso breves citas en una reseña su apoyo y
respeto es apreciado. Los personajes y eventos reflejados en este libro son ficticios. Cualquier
similitud con personas reales, vivas o muertas, es coincidencia y no es intencional por parte del autor.
Creado con Vellum
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AMES
*

Ames Bronson debe tener un deseo antes de morir.

En su defensa, ¿cómo iba a saber que la chica con la que se acostó cuando
recién llegó a la ciudad sería la hija de su nuevo jefe? Es decir, Zeke parece
alguien genial, pero nadie es así de genial.

Su única salvación es que Zeke no sabe sobre Maxine y él.

Sus hermanos le dicen que debe agradecer por este pequeño milagro y
olvidar que alguna vez la conoció.

Eso debería ser fácil. Trabajan en diferentes sucursales de Eye Candy Ink.
Sólo hará todo lo posible para evitarla y la sacará de su mente.

Sólo hay un problema.

Está casi seguro de que está enamorado de ella.

¿Conquistar a Maxine arruinaría todo? ¿O finalmente podrá tener el final


feliz con el que ha soñado desde la primera vez que la vio?
UNO

Ames

TERMINO DE LIMPIAR MI HABITACIÓN, cansado pero, de alguna


forma, lleno de energía después de mi primer día trabajando como tatuador
en Eye Candy Ink.
Me mudé a Pittsburgh por este trabajo hace unas semanas y ha sido un
remolino de mover cajas, conocer personas, y tratar de adaptarme al
estudio.
Eye Candy Ink es un legendario estudio de tatuajes y cuando supe que
estaban abriendo una segunda sucursal me apresuré a aplicar. Soy un buen
tatuador pero muchos grandes artistas aplicaron y me sorprendí un poco
cuando recibí la llamada de Zeke Miller, el dueño de Eye Candy Ink,
ofreciéndome el trabajo.
Eso fue hace dos semanas y debía empacar y mudarme rápido. Por
suerte, venía desde Filadelfia.
- Ey, ¿ya te vas a casa? – pregunta Harvey metiendo papeles en su
mochila.
-Sí, ya casi termino aquí -, le respondo.
Harvey y Rooney fueron muy amables al dejarme quedar con ellos por
unos días hasta que pude mudarme yo solo. Incluso me ayudaron a
mudarme el fin de semana pasado. Tengo el presentimiento que fue porque
les dije que les compraría toda la pizza y cerveza que pudieran comer si lo
hacían, pero aun así fue amable de su parte darme una mano.
Ellos son los hijos de los copropietarios, sus padres son leyendas en el
mundo del tatuaje. He estado obsesionado con el trabajo de Atlas Warner y
Mischa Jennings desde que tengo memoria.
-¡Ey! ¿Saldremos esta noche? – pregunta Rooney deteniéndose,
tropezando con Harvey.
Harvey no reacciona, y estoy seguro de que está acostumbrado a que su
mejor amigo se tropiece con él. Crecieron juntos y, según Banks, son
literalmente como uña y mugre desde que nacieron.
Rooney es como un enorme cachorro. Es hiperactivo y energético, un
verdadero problema. También es increíblemente gracioso.
Harvey es lo contrario. Donde Rooney es salvaje, Harvey es calmado y
sereno. Es un poco soñador pero ambos son chicos buenos y confiables.
-¿Salir? ¿A dónde iremos? – pregunta Banks, apareciendo detrás de los
otros dos.
Banks es el hijo de Nico Mitchell. Su verdadero nombre es Zeke pero
era confundido con Zeke Miller y es tan misterioso que todos bromeaban
con que podía ser el artista callejero Banksy, así es como obtuvo su apodo.
-Vamos a Se7en,- dice Rooney, y trato de recordar si el lugar me es
conocido.
-Yo voy,- dicen Banks y Harvey al mismo tiempo y yo sonrío.
-Yo también.
Ansiaba ir a casa y dormir pero todavía estoy tratando de hacer amigos
aquí y me gusta salir con ellos.
-Yo conduzco,- dice Rooney, saliendo del estudio y me río cuando
Harvey y Banks gritan “no”.

-YO CONDUCIRÉ, - dice Harvey y sigo a los chicos, dejando que Banks
cierre las puertas de la tienda.
Caminamos por el estacionamiento y entro a mi auto. Banks se dirige al
de él y veo a Rooney y Harvey luchar por las llaves del auto por un
momento antes de que Harvey se lance a la puerta del conductor y deje a
Rooney afuera. Me rio cuando los veo discutir hasta que Rooney se desliza
por el capo del auto, apenas llegando a la mitad. Puedo ver a Banks
carcajearse desde aquí y Harvey sólo sacude la cabeza, sonriendo al loco
que llama su mejor amigo.
Finalmente salimos y los sigo un par de cuadras hasta el club, Se7en es
un club nocturno no muy lejos de mi apartamento. Me estaciono cerca de
Banks y salgo del auto.
-¿Podremos entrar a este lugar?- pregunto, estudiando el edificio de lujo
antes de inspeccionar mi vestimenta casual.
Todos visten pantalones de mezclilla negros y camisetas, dudo que
podamos mezclarnos con los demás en el club.
-Sí,- ríe Banks. – Nuestro tío Max es el dueño y su hija Cat lo maneja.
Cruzamos la calle y los sigo hasta la entrada. Banks decía la verdad y
entramos sin ningún problema.
Dentro del club está oscuro, el bajo hace que tiemblen las paredes y
tengo que parpadear para que mis ojos se ajusten. Nos dirigimos hacia un
bar que corre a lo largo de un lado del salón.
-¿Qué quieres, Ames? Yo pago la primera ronda,- dice Harvey, asi que
ordeno una cerveza y volteo a ver el lugar.
El lugar está lleno y es difícil reconocer a alguien. Hay unas mesas y
butacas en la pared opuesta, luego una escalera que lleva al segundo piso.
Asumo que debe ser el área VIP.
Rooney me pasa una cerveza y me empuja para que los siga mientras
nos hacemos paso a través de la multitud danzante y hacia una de las
butacas en la otra pared.
-¿Qué te está pareciendo Pittsburgh y Eye Candy Ink?- me pregunta
Banks, tomo un sorbo de cerveza antes de responder.
-Está bien. Me gusta la ciudad y mi primer día estuvo bien. ¿El estudio
siempre está así de ocupada?
- Oh sí, nos llenamos con meses de antelación, así que esperamos estar
llenos de clientes todos los días,- dice Rooney mientras toma un largo sorbo
de su cerveza.
-¿Qué hay de los otros dos artistas? ¿Gray y Ender? – pregunto,
preguntándome si esos nombres son verdaderos.
- Son buenas personas. Gray está ocupado con su compañera de cuarto.
Ella es su mejor amiga o algo de su ciudad natal y ahora viven juntos, - dice
Harvey.
-Sí, y está totalmente enamorado de ella y pretendiendo que no,- agrega
Rooney.
-¿Qué hay de Ender? ¿Es ese su verdadero nombre?
-Él es genial, es unos años mayor que nosotros y tiende a estar solo,
pero es confiable,- dice Banks.
-Creo que Ender es un apodo. El hombre fue militar o marino, o algo.
Creo que fue una verdadera bestia pero lo dejo y empezó a tatuar.
Asiento hacia Rooney cuando una mesera se acerca para ver si
queremos algo más. Es linda de forma exagerada pero no funciona para mí.
Ella trata de coquetear con todos nosotros pero la ignoramos y sólo
ordenamos otra ronda de cervezas.
-¿Qué hay de ti? – pregunta Rooney cuando la mesera se va.
-¿Qué hay de mí?
-¿Alguna chica en tu vida?
-Uh, no. Apenas me mudé aquí hace dos meses. No me muevo tan
rápido,-bromeo.
Estuvimos ahí otra hora pero luego estábamos exhaustos. Banks fue el
primero en irse y luego Harvey y Rooney. Les dije que los vería mañana
mientras pagaba la última ronda de cervezas, y se despidieron antes de
desaparecer en la multitud.
Estoy volteando hacia la puerta cuando mis ojos se encuentran con un
ángel.
Está en medio de la pista de baile, pero sus ojos azules brillan mientras
las luces azules pasan sobre ella y me congelo, encantado. Su cabello rubio
está ligeramente despeinado sobre su rostro sonrojado mientras baila con la
música. Su cuerpo se mueve rítmicamente. Es como una sirena, llevándome
a mi ruina.
Me muevo hacia ella sin darme cuenta que mi cerebro le ha ordenado a
mis piernas moverse, y mientras me acerco ella me sonríe lentamente y mi
corazón resuena en mis oídos por encima de la música.
Me detengo frente a ella, mi corazón acelerado mientras mi cerebro
busca algo que decir.
DOS

Maxine

TAL VEZ SON las dos margaritas que bebí cuando llegué al club, pero
estoy segura de que este es el chico más guapo que he visto en mi vida.
Normalmente no soy del tipo de ir a clubs nocturnos, pero cuando mi
mejor amiga, Cat, me invitó a celebrar mi graduación de la universidad y mi
nuevo empleo manejando Eye Candy Ink en unos días, no pude decir que
no. No quería decir no.
Tenía que desestresarme y liberar tensión después de la última semana
de exámenes. He estado esforzándome por los últimos cuatro años,
asegurándome de mantener mis notas y graduarme como primera de mi
clase. Sabía que tenía un trabajo asegurado en el estudio de tatuajes de mis
padres, pero quería hacerlo bien y enorgullecerlos.
Mis padres siempre me han dicho que quieren que los demás chicos y
yo nos encarguemos de los estudios de Eye Candy Ink cuando ellos se
retiren eventualmente. Mi hermana, Nichole, puede dibujar pero nunca ha
estado interesada en aprender a tatuar. Ella prefirió estudiar arte y está
viviendo en Francia con su novia, trabajando en una pequeña galería de
arte.
Yo no puedo dibujar ni una figura de palitos así que sabía que nunca
sería una artista. Los números siempre han sido lo mío, por lo que fui a la
universidad a estudiar administración de empresas. Sabía que nunca
trabajaría en Eye Candy Ink con tatuajes o incluso perforaciones, así que mi
contribución sería manejar el lugar.
Mis ojos escanean al misterioso y guapo extraño y mi cuerpo entero
empieza a cosquillear. He estado enfocada en mis estudios por tanto tiempo
pero ahora que me he graduado, quizá es hora de comenzar a pensar en
tener citas o al menos perder mi virginidad.
Mi hombre misterioso se acerca y le sonrío. Me está dando espacio,
dejándome hacer lo mío y eso me gusta. Ha habido otros chicos en el club
que han tratado de coquetear conmigo pero los he ignorado. Ninguno de
ellos me interesó y no me gustó como sólo invadían mi espacio, su sudor y
aliento apestoso a cerveza en mi rostro.
Este chico no es así.
Me acerco a él, mis manos yendo a su cuello y comenzamos a movernos
juntos al ritmo de la música.
-Me llamo Ames. ¿Cómo te llamas, ángel? – ronronea en mi oído y un
escalofrío recorre mi cuerpo.
-Maxine,- le susurro al oído, dejando que mis labios rocen su oreja.
Todo su cuerpo se tensa y veo su rostro, sorprendida por el deseo que
puedo ver en sus ojos. El poder surge en mí y me vuelvo más atrevida. Mis
manos se hunden en su cabello y me acerco más a él, nuestros cuerpos
ahora frotándose.
Nos frotamos juntos, ambos perdiéndonos en la música y en el otro. El
sudor nos cubre a los dos mientras más personas se unen en la pista de
baile, pero ninguno se aleja.
Nunca he hecho nada loco en mi vida. Mi hermana es el espíritu libre, la
más salvaje de las dos. Yo soy la que se quedaba en casa los viernes por la
noche para hacer tarea extra. Fui voluntaria en el comedor social y en el
refugio de animales durante toda la secundaria y la universidad. Incluso me
quedé en casa durante la universidad para ahorrar en el dormitorio y recién
me mude a mi propio apartamento.
Siempre pienso las cosas, veo los pros y los contras de cada decisión.
Nunca hago algo sin saber lo que pasará.
Entonces, ¿Por qué estoy pensando en irme a casa con Ames esta
noche?
Quizá es porque recién me gradué de la universidad y estoy por
empezar a trabajar y ser una verdadera adulta. Quizá es porque Ames es el
único chico con el que he tenido este tipo de reacción.
Un escalofrío brota por todo mi cuerpo cuando veo a Ames a los ojos,
nuestra piel rozándose. La multitud y el resto del club empiezan a
desaparecer mientras me pierdo en sus oscuros ojos azules.
Antes de saberlo, ambos nos acercamos y nuestros labios se juntan en
una suave caricia. Nuestros cuerpos aún se mueven juntos al ritmo de la
música y el beso se profundiza cuando comienza la siguiente canción. Mis
manos están hundidas en su cabello y las de él sostienen mi cintura con
firmeza, presionándome hacia él.
Nos separamos para respirar y no puedo romper la conexión de nuestras
miradas.
Las canciones pasan una tras otra y no es sino hasta que las luces del
club comienzan encenderse que me doy cuenta que son casi las 2 de la
mañana y Se7en está cerrando. Ames parpadea, como si estuviera saliendo
de un sueño.
-¿Qué harás ahora?- pregunto, sin querer que la noche termine.
-Lo que tú quieras,- responde Ames de inmediato y río.
-Ven conmigo.
Tomé su mano y salimos con el resto de las personas del club hacia la
acera.
-¿Dónde está tu auto?
Él señala al otro lado de la calle y dejo que me guie, sonriéndole cuando
abre la puerta por mí. Cuando da la vuelta para ir al lado del conductor, saco
mi teléfono y envío un mensaje a Cat. Ella me trajo esta noche y quiero que
sepa que voy a casa con un chico llamado Ames.

MAXINE: He conocido a alguien.


Cat: ¡Sí! ¡Por fin está pasando!
Maxine: Ya basta, tú nunca has ido a una cita tampoco
Cat: Uh, ¿obvio? ¿Has visto a los chicos que vienen a este club?
¿Dónde conoceré a un buen chico?
Maxine: Tal vez deberías salir más.
ME ENVÍA el emoji del gato sacando la lengua cuando Ames se desliza
detrás del timón y me río.

MAXINE: Como sea, me iré a casa con él así que no necesito que me lleves.
Cat: ¡SIIIII! ¡Vamos chica!
Maxine: Por dios, me avergüenzas.
Cat: Me amas. Ahora ve a recibir algo de amor de ese tal Ames.
¡Quiero detalles mañana!

GIRO los ojos al guardar mi teléfono y me volteo a estudiar a Ames. Es


guapo con rasgos cincelados, cabello castaño oscuro despeinado por sus
dedos y nuestro baile.
-¿Hacia dónde? – pregunte y muerdo mi labio.
¿Realmente quiero perder mi virginidad hoy? Sí, sí, sí quiero. Mientras
sea con él. Quizá pueda hacer algo loco está noche. Algo que recordar
después de que empiece a trabajar y vuelva a no tener vida.
Puedo tener una aventura de una noche. Si las cosas se vuelven
incómodas o el sexo es malo, entonces puedo escaparme después y no
tendré que volver a verlo.
Mi corazón duele al pensar en no ver a Ames de nuevo y trato de alejar
esos sentimientos. Acabo de conocerlo. No puedo estar así de apegada.
-¿Qué te parece tu casa? – pregunto, tratando de sonar seductora.
Ames sonríe, inclinándose sobre la consola y sorprendiéndome con un
fuerte y rápido beso.
-Lo que sea por ti, Maxine.
Sonrío, relajándome mientras él conduce por las calles casi desiertas.
No vive lejos de mí y me alegra saber que si tengo que escaparme puedo
caminar desde aquí.
Él toma mi mano mientras me lleva por los tres juegos de escaleras y
por un corto pasillo hacia la última puerta a la izquierda. Espero mientras él
abre la puerta y entramos.
Su apartamento tiene vista a la calle principal y el centro, el suave brillo
de las luces y letreros de las tiendas arrojando sombras coloridas a las
paredes.
-Está algo…
-¿Vacío? – dice Ames y asiento.
-Sí.
-Me mude hace sólo unos días,- explica Ames y volteo a ver una pila de
cajas aún acomodadas contra la pared del pasillo.
-Sigue siendo un lindo lugar,- digo mientras él se dirige a la cocina.
-Gracias. ¿Quieres algo de beber?
-No, estoy bien.
Mi valentía de antes ha disminuido un poco ante las luces brillantes en
su apartamento.
-¿Quieres que te lleve a casa? –pregunta Ames y trago saliva, negando
con la cabeza.
-¿Puedo ver tu habitación? – murmuro, lamiendo mis labios mientras él
estudia mi rostro.
-No tenemos que hacer nada, Maxine. Podemos sólo hablar.
Creo que me enamoro un poco con él en este momento.
-Quiero hacerlo, ya sabes,- digo, empezando a bajar la cremallera mi
pequeño vestido.
Ames lame sus labios, sus ojos azules oscureciéndose mientras mira
cada uno de mis movimientos. Da un paso hacia mí y retrocedo,
sonriéndole traviesamente. Me encanta la forma en que me mira, como si
fuera lo mejor que ha visto en su vida. Esa mirada es lo que me ha vuelto
tan audaz y me hace actuar con valentía.
Doy otro paso hacia atrás y él me sigue. Un paso más y estoy contra la
pared. Ames da un último paso antes de acorralarme con su cuerpo, y dejo
caer el vestido. Se desliza hacia abajo, atorándose en mis anchas caderas y
las sacudo un poco para hacer que terminara de caer.
-Demonios Maxine,- respira Ames asombrado, he olvidado que ésta es
la primera vez que un hombre me ha visto desnuda.
Sé que no tengo el cuerpo perfecto de una modelo. Nunca seré una talla
cero. Siempre rondaré la talla doce, pero siempre me he sentido bien con mi
apariencia. Es obvio que a Ames le gusta lo que ve si es que la firmeza en
su pantalón es alguna indicación.
-Tu turno,-le digo, mi voz baja.
Ames alcanza detrás de su cuello y se quita la camisa de esa forma tan
sensual que lo hacen los chicos. Nunca entendí qué tenía de atractivo pero
ver a Ames hacerlo me ha hecho agua la boca y mi cuerpo entero se ha
acalorado.
Veo tatuajes subir por su brazo derecho y quiero trazar cada uno con mi
lengua. Todos están muy bien hechos y a la hija de un artista en mí le
encantan. Parece que tiene unos más en su espalda y quiero verlos, pero no
tanto como quiero verlo quitarse sus pantalones.
Se desabrocha los botones y baja la cremallera antes de deslizarlos hasta
sus muslos y quitárselos. Su bóxer negro se apega a sus muslos, el frente
tenso con su impresionante erección.
-Ven aquí,- dice, y lo próximo que sé, es que estoy en sus brazos, mis
piernas alrededor de su cintura, su miembro frotando contra mí
volviéndome loca mientras me carga por el pasillo y hacia su habitación.
Me recuesta en la cama, deslizando mi sostén por mis brazos y
lanzándolo a un lado. Sus labios bajan por mi cuello, y mi clavícula hasta
que captura uno de mis pezones en su boca. Su boca es cálida, su lengua
juega de arriba hacia abajo con el firme pezón. Pronto mis caderas se
levantan de la cama, tratando de frotarse contra él mientras continúa
jugando con mis pechos.
Cambia al otro mientras su mano baja y libera su miembro de su ropa
interior. No sé cómo esperaba que se sintiera un pene, pero es mejor. Es
como acero aterciopelado rozando contra mí, y no toma mucho antes de que
este cubierto en mis jugos.
-Te necesito,-murmura Ames contra mi piel y abro mis piernas en
invitación.
-También te necesito,- gimo cuando su miembro se desliza contra mi
clítoris, volviéndome loca.
-Quiero probarte primero.
Gruño frustrada, queriendo ser llenada por él, pero entonces su boca
está sobre mí y mis gruñidos se convierten en gemidos en un instante y mi
mente se queda en blanco.
Su lengua es aún mejor entre mis piernas y no toma mucho antes de
sentir una extraña presión dentro de mí.
-Y-yo…
No termino de decirlo antes de venirme en sus labios, mis piernas
envolviendo su cabeza con fuerza mientras bajo de mi nube de placer.
-Sabes al cielo,-dice Ames mientras besa mi cuerpo.
No estoy segura de cuándo se deshizo de su ropa interior pero me
sorprendo al ver su verga.
-Estás perforado,-respiro al ver la barra que corre justo debajo de la
cabeza de su miembro.
-Sí, ¿hay algún problema? –pregunta dudoso mientras toma un condón
de su mesa de noche.
-No, sólo una sorpresa.
Él sonríe y se pone el condón. Entonces está de vuelta entre mis piernas
y hundo mis uñas en sus bíceps cuando empieza a entrar en mí.
Respiro hondo y él se congela.
-¿Eres virgen?- pregunta, sonando sorprendido y asiento.
-Sí, ¿hay algún problema? – pregunto, tratando de romper la tensión.
-No, sólo una sorpresa, - repite mis palabras con una sonrisa.
Él se inclina para besarme, y me concentro en eso en lugar del ligero
dolor mientras termina de entrar.
Ames se aparta, siseando como si sintiera dolor, y me congelo.
-¿Te estoy lastimando? – pregunto, alarmada.
-Nunca había sentido algo tan jodidamente bueno antes. Dios, Maxine.
Eres el cielo, mi jodido cielo.
Mi rostro se sonroja al comprender sus palabras, y presiono alrededor
de él involuntariamente. Puedo sentir ese piercing rozando contra mi pared
y gimo, tratando de mover mis caderas para que pueda sentirlo más.
Ames entiende, sus caderas deslizándose de regreso antes de embestir
una vez más. Mis uñas se hunden en sus hombros cuando comienza a
moverse y pronto mis piernas están envueltas alrededor de sus caderas
mientras nos movemos juntos.
Ames se arrodilla entre mis piernas, cambiando ligeramente el ángulo y
grito de éxtasis cuando golpea un lugar secreto dentro de mí. Su piercing
roza contra ese lugar y me destruye, viniéndome sobre su miembro mientras
embiste contra mí.
-Rayos, rayos, rayos,- dice Ames, sus ojos cerrados con fuerza mientras
alcanza su propio clímax y gimo mientras él me coge suavemente.
No puedo dejar de sonreír cuando sale gentilmente y se gira a un lado.
Se inclina sobre la orilla de la cama, encargándose del condón y luego
vuelve a mi lado, trayéndome a sus brazos para que mi espalda esté contra
su pecho y presiona besos en mi hombro.
-¿Necesitas algo?- me pregunta y puedo escuchar el sueño en su voz.
-No,- respondo, fingiendo un bostezo.
Me besa el hombro una última vez y espero a que su respiración se
estabilice antes de salir de debajo de su brazo y tomar mi ropa. Volteo hacia
Ames en su cama una última vez antes de caminar a la entrada y bajar las
escaleras.
Son casi las cuatro de la mañana cuando camino a casa y colapso en mi
propia cama. No puedo evitar pensar en si estoy cometiendo un error con
cada paso que me aleja del apartamento de Ames, pero eso no me detiene o
me hace regresar.
Abro mi apartamento y me dirijo a mi cama. Mis ojos están pesados y
los cierro. Sé que probablemente debería levantarme y tomar una ducha
pero no quiero lavar a Ames y nuestra noche juntos. Aún no.
Quiero recordar esta noche para siempre. Quiero recordar al hombre que
tomo mi virginidad y un pequeño pedazo de mi corazón.
TRES

Ames

ESTOY DISTRAÍDO LA MAÑANA SIGUIENTE, mi mente sigue


ocupada con pensamientos de la chica de mis sueños, Maxine, de la noche
anterior. No puedo creer que me quede dormido como un idiota y la deje ir.
Ni siquiera tengo su apellido o algo para encontrarla, y si está en las redes
sociales deben ser privadas porque no puedo encontrarla.
-Ey, chico. Te ves como la mierda. ¿Estás seguro que estás listo para
que abramos en unos minutos? – pregunta Harvey cuando pasa por mi
estación y se detiene en la puerta.
-Sí, estoy bien. Es sólo que no dormí mucho.
Claro, porque te despertaste y descubriste que Maxine no estaba, así
que has pasado las últimas tres horas buscándola en las redes sociales.
-Por suerte terminé mis diseños de los próximos días.
-¡Escuché eso! – grita Rooney desde el pasillo y me rio, imaginándolo
sobre su escritorio, apresurándose a terminar los diseños para sus clientes
de hoy.
Harvey se ríe y se va a su estación cuando abren la puerta. Un segundo
después, Banks entra por ella, viéndose como si se hubiera quedado
dormido. Rooney lo llama un momento después, probablemente para
regañarlo por casi llegar tarde, pero no escucho su discusión, mi mente ya
está de vuelta en la noche con Maxine.
Había sido perfecta.
Hasta que me desperté solo esta mañana. Me pregunto por qué se fue
sin despedirse. ¿No sintió nuestra conexión como yo lo hice? ¿La lastimé
anoche?
Las preguntas me están matando y tomo mi teléfono de nuevo, abriendo
mis sitios de redes sociales de nuevo y escribiendo Maxine. Busco entre
cientos de resultados, sintiéndome frustrado cuando no la reconozco en
ninguna de las fotos de perfil.
Abrimos unos minutos después y dejo mi teléfono al lado tratando de
perderme en mi trabajo para poder olvidar a la chica de mis sueños. No
funciona del todo pero me mantiene de pensar demasiado en no poder
contactarla de nuevo.
Voy a buscar comida con todos y me encuentro buscando por la calle,
esperando ver a Maxine en la multitud. No hay suerte y me dirijo al estudio
sin apetito.
Estoy tratando de mantener mis ojos abiertos mientras guardo todo
cuando Zeke, mi jefe y el dueño de Eye Candy Ink, entra al estudio.
-Hola, Ames. ¿Cómo va todo? – me pregunta cuando me detengo en mi
puerta para que pueda pasar.
-Muy bien.
-¿Ya te vas a casa?
-Sí, acabo de terminar con mi último cliente.
-Bien, antes de que te vayas, quiero presentarte a mi hija. Ella tomará el
puesto de gerente en esta local de Eye Candy Ink,- dice con una sonrisa
orgullosa.
Pongo una sonrisa en mi rostro cuando volteo y mi corazón se detiene
cuando mis ojos se encuentran con la chica de mis sueños. Está caminando
hacia mí por el pasillo, riéndose por algo que Rooney le está diciendo. Aún
no me ha visto y me pregunto si estará feliz de verme y saber que también
trabajo aquí.
Obtengo mi respuesta un minuto después cuando voltea a verme y
nuestros ojos se encuentran. Su sonrisa falsea, sus ojos abiertos en sorpresa
y se congela.
No estoy seguro de cómo reaccionar. ¿Pretendo que no la conozco? Esa
parece la mejor opción ya que tratar de explicarle a mi jefe cómo conozco a
su hija parece una mala idea.
-Un gusto conocerte,-dice ella, viéndose nerviosa y fuera de sí.
-Igualmente,- digo, estrechando su delgada mano.
-Ella estará a cargo del lugar por mí. Acaba de graduarse de la
universidad la semana pasada,- dice Zeke, sonriendo a su hija.
Es obvio que ama a su hija y es feliz de incluirla en el negocio.
-Felicidades, - le digo a Maxine y ella asiente, dándome una sonrisa
tensa.
-Gracias.
-Bueno, ustedes pueden conocerse mejor después. Aún quiero mostrarte
la oficina.
-Sí, fue un placer conocerte, - dice ella, viéndose aliviada de que la
conversación haya terminado.
-Igualmente, - le digo, viéndola voltearse y camina por el pasillo.
Ella desaparece en la oficina un minuto después, pero no antes de
voltearme a ver una última vez.
Salgo afuera y cruzo la calle hacia mi auto, sacando mi teléfono en el
camino. Realmente no tengo a nadie con quien hablar sobre Maxine ya que
Harvey, Rooney, y Banks son prácticamente sus hermanos. Ender es el más
callado del estudio y aún no lo conozco muy bien, no me siento muy
cómodo hablando con él.
Abro mis mensajes de texto y el chat grupal con mis dos hermanos,
Anthony y Alexander. Ambos son mayores que mí, pero siempre hemos
sido cercanos. Alexander está casado con su asistente y vive en Nueva
York. Es desarrollador de bienes raíces y el único en nuestra familia que no
tuvo una carrera en algo artístico.
Mi otro hermano, Anthony, es un comediante viviendo en Los Angeles.
Aunque he escuchado que irá a Nueva York pronto para una audición en un
club de comedia.
Son buenas personas, pero también son mis hermanos y sé que aunque
tratarán de ayudarme, también me molestarán sobre esto. Es por eso que sé
que me arrepentiré de esto mientras escribo el mensaje.

AMES: Necesito un consejo.


Anthony: ¿Quién habla?
Alexander: No tengo tiempo para esto.
Ames: Son los peores.
Anthony: Le diré a mamá que dijiste eso.
Alexander: ¿Qué necesitas?
Ames: Conocí a alguien.
Anthony: Está bien, le diré ESO a mamá. Estará llamando en cinco
minutos queriendo saber cada detalle de ella.
Alexander: Hazlo. Así dejará de molestarnos a nosotros.
Ames: Hay un problema.
Alexander: Déjame adivinar, no le interesas.
Anthony: Qué mal, hermano.
Ames: Es la hija de mi jefe.
Anthony: Oh rayos.
Alexander: Demonios, hermano. Sí que sabes elegirlas.
Ames: Jódete. Alex. Te emborrachaste y te casaste con tu asistente en
Las Vegas.
Anthony: Sí, pero estaba enamorado de ella desde hace años. ¿Tu jefe
lo sabe?
Ames: No.
Alexander: ¿Entonces cuál es el problema?
Ames: La quiero.
Alexander: Pues deja de quererla. Sólo olvídate de ella. Es lo mejor. A
menos que quieras encontrar un nuevo trabajo.
Anthony: Sí, estoy de acuerdo con Alex. Agradece que nadie más sabe
y pretende que no sucedió nada.

SUSPIRO, tirando mi teléfono a un lado. Sé que probablemente tengan


razón. Nada bueno puede salir de buscar cualquier tipo de relación con
Maxine, sin importar lo mucho que la quiera o lo increíble que fue anoche.
Sólo hay un problema.
No estoy seguro de poder hacerlo.
CUATRO

Maxine

MI PAPÁ finalmente se va del estudio y me acomodo en la silla de mi


nueva oficina. Se supone que me instale aquí y organice la oficina para que
esté lista cuando venga a trabajar mañana pero no puedo dejar de pensar.
¿Cuáles son las probabilidades de que mi aventura de una noche sea el
nuevo artista en Eye Candy Ink?
Fue una sorepresa cuando voltee y vi a Ames de pie en el pasillo.
Parecía que no sabía cómo reaccionar tampoco y fue un alivio cuando me
siguió el juego cuando pretendí no conocerlo. Hubiera sido incómodo
explicarle a mi papá cómo lo conocía.
Eso, sin embargo, lleva a otro problema.
¿Realmente puedo trabajar aquí con él todos los días y sinque sea
raro? Ya fue difícil sólo pasar a su lado en el pasillo y no demostrar que lo
conocía y lo había tenido entre mis piernas un par de horas antes.
Quizá no sería tan extraño para la mayoría pero trabajo con personas
que son como mis hermanos. Mis tías y tíos vendrán, además de mi papá, y
realmente no quiero que sepan que el chico con el que perdí la virginidad
está trabajando justo al final del pasillo.
Suspiro, tomando mi teléfono y tratando de calcular la diferencia de
horario en mi cabeza cuando abro el contacto de mi hermana, Nichole. Está
viviendo con su novia en Francia y trabajando en una pequeña galería de
arte. Estoy feliz por ella pero es difícil no poder hablar con ella seguido y
siempre es difícil encontrar un momento para hablar con ella.
Responde al tercer timbre, sonando a que estaba dormida, y hago una
mueca.
- Que hay, hermana, - digo, tratando de inyectar algo de entusiasmo en
mi voz.
-¿Qué pasa? – murmura de inmediato y suspiro.
-Dormí con un chico llamado Ames y hoy descubrí que trabaja en Eye
Candy Ink y se supone que seré su jefe y es un desastre.
Dejo salir todo y ella se queda en silencio, escuchando, o quizá se
volvió a dormir. Le digo sobre conocerlo en Se7en e irme a casa con él.
Dejo fuera la mayoría de los detalles explícitos de nuestra noche juntos y
salto a la parte donde me escapo mientras él duerme y luego pretendo no
conocerlo frente a nuestro papá más temprano.
Cuando termino de decirle todo, hay un momento de silencio y luego
Nichole deja salir un gran respiro.
-Rayos Maxine, eso fue mucho.
-Lo sé – gruño con lastima, descansando mi cabeza sobre el escritorio. -
¿Qué se supone que haga?
-Debes averiguar cómo te sientes sobre él primero. Te conozco, y no
hubieras ido y pasado la noche con alguien por el que no sientes algo. ¿Lo
quieres? ¿Quieres una relación con él?
Lo pienso y sé la respuesta. Sí, me gustaría salir con él de nuevo, pero
salir con él parece demasiado ahora. Apenas me estoy estabilizando. Estoy
empezando a trabajar aquí. Además, sería mi primera relación y cuando
inevitablemente algo salga mal, ¿no haría que las cosas aquí se vuelvan más
tensas e incómodas de lo que ya son?
-Sí, pero no sé si vale la pena el riesgo.
-Tú y tus análisis de riesgo, - dice Nichole y puedo imaginarla
volteando sus ojos por mí.
-Lo sé, lo sé, pero si salgo con él y rompemos, será miserable por aquí.
Ella lo piensa y puedo escuchar a Michelle, la novia de Nichole,
levantarse. Debe ser hora de que se alisten para el trabajo y reviso el reloj,
viendo que son casi las once de la noche aquí. Debí perderme en mis
pensamientos y perdí la noción del tiempo.
-Sí así es como te sientes, entonces sé que puedes hacerlo. Puedes hacer
lo que sea. Eres muy fuerte, Maxine, y sé que serás unas excelente gerente
ahí. Puedes manejar algo de incomodidad si las cosas salen mal, ¿pero
quién dice que lo harán? Quizá ustedes dos se enamoraran y envejecerán
juntos.
-Tú y tus fantasías románticas, - me burlo. – Supongo que tienes razón
sobre que puedo manejarlo, - digo, comenzando a sentirme segura que
Ames y yo podemos superarlo.
-Además, si es demasiado, puedes sólo despedirlo, - bromea y me rio.
-No creo que esté lista para despedir a alguien aún.
-Deberías intentarlo con Rooney mañana, - dice riendo y me uno a ella.
Hablo con ella por un par de minutos más, escuchando mientras me
habla de los planes de ella y Michelle para este próximo fin de semana.
Extraño verlas y menciono que sería bueno verlas en persona. Espero que
vengan de visita pronto.
-Hablaré contigo luego. ¡Buena suerte!
Colgamos y me recuesto en la silla.
-Puedes hacerlo. Estará bien. Sólo habla con Ames mañana y déjale
saber que quieres mantener las cosas de forma profesional. No es la gran
cosa.
Termino mi charla motivacional y empiezo a recoger mis cosas para
salir por la puerta, sonriéndole a Rooney, Harvey, y Banks que están afuera.
-¿Estaban esperándome? – pregunto mientras cierro la puerta detrás de
mí.
-Nah, sólo estábamos buscando algo de comer y vimos tu auto.
Pensamos en pasar y ver si estabas bien, - dice Rooney mientras Banks me
pasa una caja de comida para llevar.
-Gracias, - les digo mientras cruzamos la calle donde está estacionado
mi auto al lado del de ellos en el estacionamiento.
Esperan a que esté dentro y con el cinturón de seguridad antes de
despedirse y subir a sus autos, sé que soy afortunada de tenerlos como mis
pseudo-hermanos.
CINCO

Ames

APENAS PUDE DORMIR ANOCHE y no estoy seguro si fue porque no


podía dejar de pensar en Maxine, o por su olor que seguía pegado a mis
sábanas. De cualquier forma, decidí que la única forma de detener esta
locura era llegar temprano y hablar con ella.
Ese plan hubiera funcionado, excepto que Maxine no llegó hasta que
habíamos abierto y para ese entonces estaba ocupado con un cliente. Así
paso todo el día y hubiera pensado que me estaba evitando, excepto que
ambos parecíamos estar llenos de trabajo.
No es hasta la hora de cerrar que encuentro la oportunidad de ir a su
oficina. Banks, Maxine, y yo somos los últimos en el estudio ahora que
Harvey tuvo el día libre, y Rooney y Ender terminaron con su último cliente
hace más de una hora.
He estado pensando en cómo acercarme a ella todo el día. ¿Qué le digo?
Me alegra que ahora sólo somos nosotros dos en la parte de atrás porque
realmente no quiero tener esta conversación frente a personas que ella
considera sus hermanos.
-Ey, ¿tienes un momento? – pregunto tocando la puerta de su oficina.
Ella levanta la mirada, sus ojos azules desenfocados por un momento.
Me ve y luego ve detrás de mí, y asiente cuando ve que no hay nadie más.
-Claro.
Entro a su oficina y cierro la puerta, tomando asiento en la silla frente a
su escritorio.
-Creí que quizá debíamos hablar sobre la otra noche.
-Sí, yo también, - dice ella, dejando a un lado los papeles que estaba
revisando y dándome toda su atención.
-No sabía quién eras esa noche, - digo en un impulso y ella asiente.
-Yo tampoco. Si lo hubiera hecho… - se detiene y sé que ninguno de los
dos quiere decir que no nos hubiéramos ido juntos.
-Esa noche fue genial pero de verdad me gusta trabajar aquí y no quiero
que eso cambie.
-Yo tampoco.
-Entonces, ¿sólo vamos a mantener las cosas profesionales? – pregunto,
señalando entre ella y yo, ella asiente viéndose aliviada.
-Sí, acabo de empezar a trabajar aquí y quiero instalarme antes de
empezar a salir con alguien y todo eso. Y definitivamente no quiero salir
con alguien con quien trabajo. Sería muy complicado.
-Cierto, - digo pero sus palabras no me gustan.
Especialmente, la idea de que quiera estar con alguien más. Es
demasiado buena para cualquiera. ¿No se da cuenta de eso?
-Bien, entonces seremos profesionales.
-Bien.
-Bien, - repito, sintiéndome fuera de lugar. -¿Terminaste por hoy?
-Sí, estaba alistándome para ir a casa.
-¿Puedo acompañarte a tu auto?
-Claro, sería bueno, - dice ella, su voz no suena más que a amable
indiferencia y lo odio.
Quiero escucharla gritar mi nombre mientras estoy dentro de ella.
Quiero escucharla gemir y jadear en mi oído, y besar su cuello. Debería
sonar así sólo cuando está conmigo. No cuando está con algún extraño.
Ella toma su cartera y se levanta del escritorio, yo hago lo mismo,
empujando mi silla hacia adelante para que ambos podamos pasar por la
puerta. Me sonríe y se ve algo forzado. Hago lo posible por reciprocar
cuando ella entra en mi espacio.
Muevo mi brazo detrás de ella y juro que era sólo para cerrar la puerta,
pero antes de darme cuenta nuestros labios están juntos, su lengua está en
mi boca y la tengo acorralada contra la puerta de la oficina.
Sé que debo retroceder, que acabamos de decidir que no haríamos esto,
pero no puedo detenerme. No cuando está jadeando de la forma que me
encanta y hunde sus manos en mi cabello y hala de la forma que me vuelve
loco y me deja jadeando y queriendo más.
Mis manos están enredadas en su cabello y halo, ladeando su cabeza
hacia atrás para tener más acceso a su boca. Sus labios se parten debajo de
los míos y no perdemos tiempo en entrelazar nuestras lenguas y profundizar
el beso.
Sabe a chocolate y miel y no es suficiente. La tengo contra la puerta y
ella me envuelve con fuerza. Estoy a dos segundos de envolver sus piernas
en mi cintura y embestirla contra la puerta.
Antes de poder hacerlo, un golpe nos interrumpe y ambos nos
separamos para vernos con ojos llenos de terror.
-¿Maxine? ¿Aún estás ahí? Terminé por hoy e iba a acompañarte a tu
auto, - dice Banks, y me alejo de ella mientras Maxine trata de acomodar su
cabello.
Sus labios aún están rojos e inflamados por los míos, y estoy seguro que
ambos estamos sonrojados. Será muy obvio lo que estábamos haciendo.
Estoy jodido.
-¿Maxine? – vuelve a llamar Banks y ella me ve con pánico.
Me encojo de hombros, sin saber qué hacer tampoco.
-Sí, salgo en un momento, - dice ella y la veo como si estuviera loca.
Me fulmina con la mirada, y tomo su cartera. Ella abre la puerta y
Banks da un paso atrás. Está tan sumergido en su teléfono y el mensaje que
tiene que ni siquiera levanta la mirada hasta que estamos caminando por el
pasillo.
-Oh, no sabía que aún estabas aquí también, Ames.
-Sí, acabo de terminar con un cliente y vine a ver si podía acompañar a
Maxine a su auto también, - mentí, viéndolo sobre mi hombro mientras
caminamos hacia la entrada.
-Oh, bueno si tú la acompañarás, entonces me iré. Estacioné por ahí, -
dice él, apuntando en la dirección opuesta.
-Suena bien, amigo. Nos vemos mañana, - le digo, agradecido porque
no parece sospechar nada sobre Maxine y yo.
-Adiós Banks, - dice Maxine pero él ha vuelto a su teléfono frunciendo
el ceño.
- ¿Crees que irá a hacer graffiti? – bromeo y ella se ríe.
-Con él nunca se sabe.
La acompaño a su auto, esperando a que lo abra y entre.
-Te veré mañana, - dice y yo asiento, sin confiar en mí para hablar.
Mis dedos tiemblan con las ganas de agarrarla pero me fuerzo a cerrar la
puerta mientras ella enciende el auto y doy un paso atrás. Se despide
mientras conduce y me dirijo a donde deje estacionado mi auto, sentándome
detrás del timón y tratando de ignorar el cosquilleo de mis labios.
No tengo idea de lo que ocurre entre Maxine y yo. ¿Realmente podemos
ser profesionales si apenas podemos mantener las manos lejos del otro?
¿Alguno de los dos quiere hacerlo?
De una cosa estoy seguro.
Estoy muy jodido.
SEIS

Maxine

ASÍ QUE NO PODRÉ MANTENER LAS cosas profesionales entre Ames


y yo.
Creo que eso es obvio después de la forma en que nos besamos en mi
oficina anoche. Me olvido de mi reacción hacia él. Estoy tan acostumbrada
a no sentir nada cerca de chicos que pensé que estar cerca de Ames y
mantener las cosas estrictamente profesionales sería pan comido. Pero
luego veo sus ojos azules y mi cuerpo entero cobra vida.
Estar cerca de él es como estar en medio de un campo durante una
fuerte tormenta. Sé que posiblemente deba correr a cubrirme pero hay algo
hermoso y magnético sobre eso que hace que no me pueda mover.
Nunca he hecho una locura en mi vida. No tomo riesgos, planeo todo, y
he tenido un futuro planeado por años. Mi hermana Nichole es la salvaje.
La que lanzó la tradición por la borda y escapó con su novia. Quien se
mudó al otro lado del océano a un país cuyo idioma apenas podía hablar.
Mis padres están felices de que haya seguido sus sueños, pero yo estoy
celosa.
Nunca podría hacer eso. Tendría que tomar clases del idioma, obtener
un trabajo ahí, un apartamento, todo tendría que estar listo y pensado.
Odio ser la hermana aburrida. Esa es en parte la razón porque la que fui
a casa con Ames. Quería tener una aventura de una noche. Quería hacer
algo salvaje antes de volver a mi plan de cinco años.
Me gustó hacer una locura con Ames. Quizá por eso es que no quiero
mantener las cosas profesionales entre nosotros. No quiero renunciar a la
forma en que me hace sentir. Además, la emoción de esconderse y hacer
algo prohibido es exhilarante.
Llego al trabajo temprano al día siguiente. No había podido dormir
mucho la noche anterior, mi cuerpo lleno de energía debido a Ames y sus
besos y mi mente llena de pensamientos de él y yo.
Me sorprende ver a Banks sentado en su estación cuando entro. Está
ocupado trabajando en un diseño y lo dejo solo, yendo a mi oficina. Mi
teléfono suena cuando cuelgo mi cartera, y sonrío cuando veo el nombre de
Nichole en la pantalla.
-Ey, ¿me llamas para decirme que vienes a casa pronto?
-Aún no, - dice y puedo escuchar la sonrisa en su voz. – Llamaba para
saber si habías resuelto tu problema con el tal Ames.
-Lo hice, pero luego… - me detengo, pensando en cómo decirlo.
Ya sé lo que Nichole va a decir. Ella siempre ha tratado de hacerme salir
de mi cascarón y parte de mí sabe que tiene razón. Debería tratar de vivir un
poco.
-¿Qué pasó?
-Vino a hablar conmigo y accedimos en que mantendríamos las cosas
profesionales entre los dos. Entonces fue a abrir la puerta para mí para
acompañarme a mi auto y terminamos besándonos. Banks tocó la puerta y
nos interrumpió y luego sólo nos fuimos a casa.
-¿Qué querías que pasara? – me pregunto y muerdo mi labio, pensando
en lo emocionada que estaba anoche.
-Quería irme con él de nuevo.
Nichole pega un grito de emoción y me rio. Puedo sentir el calor en mis
mejillas.
-Entonces, ¿te gusta?
-Sí, realmente es ardiente, pero también es bueno. Me hace reir y sentir
un poco alocada, pero también segura.
-¿Por qué no lo invitas a salir? No hay una regla que diga que no puedes
salir con alguien del estudio.
-¡Porque papá enloquecería!
Nichole suspira y sé que sabe que tengo la razón.
-Eres una adulta Maxine. Si quieres salir con él, entonces no hay nada
que papá pueda hacer al respecto. Si quieres estar con él, hazlo.
Escucho a Rooney y Harvey reir cuando entran al estudio y sé que es
hora de empezar a trabajar.
-Abriremos pronto. Debo irme pero te llamaré pronto.
-Está bien, te amo. Llámame si necesitas algo.
-Lo haré. También te amo.
Cuelgo y dejo el teléfono a un lado, sentándome en mi silla y
estirándome. Banks aparece en la puerta un minuto después y le sonrío.
Banks siempre ha sido cercano con Nichole y yo. Incluso fingió salir con
Nichole hasta que ella y Michelle se sintieron cómodas con anunciar su
relación.
-Hola Banks. ¿Terminaste tus diseños?
-Sí, - dice, entrando a la oficina y cerrando la puerta detrás de él. –
Quería saber si querías hablar sobre Ames.
Eso es lo bueno de Banks. Él es directo.
-No hay mucho que decir. Nosotros, uh, dormimos una noche y luego
descubrí que él trabajaba aquí. Tratamos de ser profesionales al respecto y
yo solo… - me detengo, sin saber qué decir.
-Pero tú no quieres.
-Así es.
-Entonces no lo hagas. Ames parece un buen tipo. Además, sería un
idiota al lastimaste sabiendo que todos te amamos y estaríamos de tu lado.
-Nichole dijo lo mismo. Cree que debería pedirle salir conmigo.
Él asiente viéndose pensativo y espero a que termine.
-Entonces hazlo. No le diré a nadie y podrás ver si funciona entre
ustedes antes de que Rooney o tu papá se enteren.
Sonrío agradecida y asiento. Un segundo después, Rooney irrumpe por
la puerta de la oficina y no puedo evitar reír cuando casi se lleva a Banks de
encuentro.
-Hola Maxine. Sólo quería saber si necesitabas algo.
-Gracias Rooney, pero estoy bien.
-¿Tenemos una reunión? – pregunta Harvey, apareciendo en la puerta
detrás de Banks.
-No, - dije al tiempo que Rooney dijo que si y tomó asiento frente a mi
escritorio.
-¿Me perdí de algo? – pregunta Ames al llegar detrás de Harvey.
-No, - decimos todos al mismo tiempo y Ames nos ve sospechoso por
un minuto antes de verme a los ojos.
Me sonríe y puedo ver que no sabe cómo actuar a mí alrededor.
-Está bien todos. Salgan. Vayan a trabajar, - les ordeno y Rooney hace el
sonido de un látigo cuando se va.
Ames es el último en irse y carraspeo, señalándole que entre a mi
oficina.
-Hola, - dice en silencio con una sonrisa casi tímida.
-Hola. Sé que dijimos que seríamos profesionales con lo que ocurrió
pero después de anoche, no parece que pueda hacerlo. Así que me
preguntaba…
-Sí.
-Sí saldrías conmigo de nuevo.
-Sí, - dice de nuevo con una enorme sonrisa.
-Genial. Entonces recógeme mañana por la noche.
Él sonríe, inclinándose sobre el escritorio y besándome rápidamente
antes de levantarse y salir de la habitación para ir a trabajar.
Mi corazón se acelera y sonrío todo el día.
SIETE

Ames

-SÉ HONESTO. Elegiste este lugar para nuestra cita para poder alardear, -
dijo Maxine con una sonrisa cuando la lleve a la clase de pintura y bebida.
-Quizá, - dije, moviendo las botellas de vino y copas a mi otra mano
para poder inscribirnos en la recepción. – También sonó divertido y no
como la típica cena y película.
-Nunca he ido a una de esas. ¿Son aburridas? – pregunta tímidamente y
la veo con sorpresa.
Sabía que no tenía mucha experiencia con el sexo pero pensé que al
menos había ido al cine con un hombre.
-Bueno, haremos eso en la próxima cita, - prometí.
Me sonríe tímida, así como me gusta. Maxine es una maravillosa
combinación de dulce, tímida, y sensual. Es más reservada alrededor de
otros, pero conmigo, especialmente cuando tengo mis manos o boca sobre
ella, es una pantera. Tentadora. La chica de mis sueños.
Nos dirigimos a la gran habitación de manualidades en la parte trasera
de la tienda de arte y tomamos asiento al lado de una mesa grande, tomando
una silla para Maxine. Hay otra mesa enfrente con materiales y Maxine se
dirige a ella para tomar un lienzo y algunas brochas.
Hay otras personas para la clase, otra pareja enfrente y unos cuantos
grupos de mujeres que ya parecen estar algo tomadas. Se ríen a carcajadas
mientras toman asiento en la mesa al lado de nosotros y sonrío. Puedo ver
que serán muy divertidas.
-¿Qué tipo de vino te gusta? Traje pinot gris, rosé, y un cabernet
sauvignon.
-Tomaré un poco del rosé, por favor, - dice Maxine viendo alrededor de
la habitación. – La pintura se ve algo avanzada, - susurra Maxine, sonando
nerviosa y le sirvo un poco más de vino, esperando que la ayude a relajarse.
-Lo harás bien. Esto es para que uno se divierta. Nadie estará
calificándonos.
Respira profundo, asintiendo y tomando la copa de vino para tomar un
gran trago.
-¿Qué tipo de vino es ese? – pregunta una señora sentada en la mesa de
al lado y tengo que revisar la etiqueta.
-Se llama Summer Water Societé, - le digo y ella dice “oh”.
-Me gustan los vinos rosados, - dice con un guiño, Maxine y yo reímos.
-¿Quiere probar un poco? – pregunto y antes de darme cuenta, ella y su
amiga han abarrotado nuestra mesa y están hablando de vino.
Escucho a una de ellas preguntarle a Maxine si estamos juntos y ella
responde que sí, no puedo evitar la sonrisa que casi parte mi rostro.
-Suertuda. Realmente está bueno. ¿Ustedes los jóvenes aún dicen eso? –
pregunta Louise.
-No, ahora dicen ‘está que arde’, - dice su amiga Thelma viendo mi
trasero.
Y no, no estoy inventando esos nombres.
Me acerco un poco a Maxine y ella se ríe. Sólo me alegra que parece
que se está divirtiendo y por fin dejó de preocuparte sobre hacer bien el
cuadro.
Maxine parece haber estado estresada los últimos días con trabajo y
quería hacer algo divertido y tonto con ella para ayudarla a relajarse.
La clase empieza poco después y tomo asiento al lado de Maxine,
sonriendo de forma alentadora mientras nos comienzan a dar instrucciones
en cómo hacer nuestros árboles. Pasamos unas horas bebiendo vino,
esforzándonos por seguir las instrucciones del profesor lo mejor posible, y
riéndonos con Thelma y Louise.
Para cuando es hora de irnos, ambos estamos algo tomados y tenemos
planes de ver a nuestras nuevas amigas en la siguiente noche de pintura. Les
prometo traer más del vino que les gustó.
Nuestras pinturas aún están algo mojadas así que las dejo en la cajuela y
me apresuro a abrir la puerta para Maxine.
-¿Deberíamos caminar un poco? – pregunta y cierro la puerta, tomando
su mano para empezar a caminar por la acera.
El frio aire de la noche ayuda a aclarar mi cabeza y pasamos por un
stand que vende pizza.
-Muero de hambre, - dice Maxine.
-Yo también, - digo y nos compro una rebanada a cada uno antes de
seguir caminando.
-Eso fue muy divertido, - dice Maxine cuando eventualmente
regresamos a mi auto y nos dirigimos a casa.
Ella no vive muy lejos de mí y me encanta que esté cerca. Desearía que
la noche no tuviera que terminar pero ya casi es medianoche y sé que
ambos debemos trabajar mañana.
-Te acompañaré arriba.
Ella sonríe cuando la ayudo a salir del auto y la acompaño al tercer piso.
Tiene un apartamento pequeño. Vi un poco de el cuando vine a recogerla y
me pregunto si me invitará a pasar. Las cosas salieron bien ésta noche pero
no estoy muy seguro de qué tan rápido Maxine quiere que vayamos. Sé que
no tuvimos un inicio muy convencional.
-Me divertí esta noche.
-Yo también, - le digo y ella duda afuera de su puerta. - ¿Se puede
repetir? Podemos ir a ver una película y cenar.
-Eso me encantaría. Es sólo que me gustaría mantener las cosas entre
nosotros por ahora. Si Rooney se entera, pues… - se detiene pero no
necesito que termine.
Si Rooney se entera, entonces todos los demás lo harán. Ese tipo no
puede guardar un secreto aunque le cueste la vida.
-Lo entiendo.
Ella asiente, viéndose aliviada y sonrío, inclinándome y rozando mis
labios contra los de ella. Parece querer tomar las cosas con calma entre
nosotros y estoy bien con eso. Sólo quiero pasar tiempo con ella.
Su manos envuelven mi cuello y me atrae hacia ella hasta que nuestros
labios se encuentran de nuevo.
Este beso es diferente al que tuvimos en su oficina la otra noche. La
pasión aún está ahí, pero la urgencia se ha ido. Nuestro labios se mueven
lentamente, como si estuvieran hechos para eso. Mis manos abrazan su
cintura, acercándola a mi mientras su dedos se hunden en mi cabello.
Nuestras lenguas se mueven contra la otra letárgicamente mientras nos
recostamos en el marco de la puerta y no pasa mucho antes de que estemos
consumidos en el otro, perdidos en nuestro abrazo.
El portazo de una puerta en el piso de abajo hace que nos separemos
lentamente y sonrío cuando veo sus ojos llenos de amor y labios hinchados.
Estoy seguro de que me veo igual.
-Buenas noches Maxine. Te veo mañana, - le prometo y me acerco para
rozar nuestros labios una vez más.
-Buenas noches Ames.
Espero hasta que haya cerrado la puerta de su apartamento antes de
bajar las escaleras hacia mi auto. Conduzco hasta mi complejo y subo a mi
apartamento.
Esta noche, sonrio cuando hundo mi rostro en la almohada y respiro el
dulce olor de Maxine. Sueño con ella y me despierto emocionado de ir al
trabajo a ver a mi chica.
OCHO

Maxine

AMES y yo íbamos a ir a cenar y al cine hoy pero escuchamos a Rooney y


Harvey hablar sobre ir a ver la nueva película de superhéroes así que
tuvimos que cambiar nuestros planes.
Siempre fuimos a cenar. Me llevo a este pequeño lugar italiano. Estaba
fuera del camino y sé que lo escogió porque era poco probable encontrarnos
a alguien que conociéramos ahí.
Nos pudimos conocer durante la cena. Me habló sobre su familia y yo le
hable de la mía. Conocí a uno de sus hermanos brevemente cuando paso por
el estudio anoche justo antes de cerrar. Ames me dijo que Anthony se
dirigía a Nueva York para adicionar para un local especial para comediantes
ahí. Su otro hermano, Alexander, ya vive ahí. Es algún tipo de súper
desarrollador de bienes raíces y parece que le va bien. Me reí cuando me
dijo algunas de sus historias más gracias de cuando creció con ellos. Sus
padres viven en Filadelfia y Ames dijo que trata de verlos al menos una vez
al mes.
Me encanta que sea tan cercano a su familia así como yo con la mía.
Hablo con mi mamá dos o tres veces a la semana y con mi papá aún más,
aunque parte de eso es sólo sobre el negocio. Tenemos cenas semanales los
domingos con todos y pasamos las fiestas juntos todos los años.
Cuando salimos del restaurante Ames me pregunto si me mareaba. Me
reí pensando que bromeaba. No era así. Ni siquiera sabía del viaje en tiki
que ofrecían en Allegheny Park. Es tarde y, aparte del barman, estamos
solos en el bote.
El pequeño bar tiki está en medio del bote. Bueno, en realidad es más
como una plataforma flotante, y sostengo la sobremesa del bar cuando
arrancamos en el agua.
-¿Qué les ofrezco? – pregunta el barman con una sonrisa practicada y
veo el menú.
-Tomaré una cerveza, - dice Ames.
-Yo tomaré un coctel hawaiano, - le digo.
El barman comienza a trabajar en nuestras bebidas y admiro la vista
mientras flotamos en las aguas tranquilas.
-Sabes, he vivido en Pittsburgh toda mi vida y nunca había estado aquí.
Es genial ver la ciudad así, - le digo a Ames y él me sonríe.
-Me alegra estar aquí cuando experimentas algo nuevo.
Dejo que Ames tome mi mano y navegamos en silencio por unos
minutos. Suave música hawaiana suena sobre el sonido del agua al lado del
bote y nunca me había sentido más relajada en mi vida.
-Entonces, ¿te graduaste de la universidad? – pregunta Ames y asiento,
tomando un sorbo de mi bebida.
-Sí, fui por administración de empresas aquí en Pittsburgh.
-¿Querías estar cerca de casa?
-Sí, me encanta aquí. Además, no quería dejar a mi familia y amigos.
Siempre supe que administraría Eye Candy Ink, así que por qué no
establecer mi vida aquí. ¿Qué hay de ti? ¿Extrañas Filadelfia?
-No realmente. Viví en Nueva York por un tiempo y me gustan las
ciudades más grandes pero he querido trabajar en Eye Candy Ink desde que
tengo memoria. Zeke, Atlas, Mischa, Nico, Sam, Trixie, todos son leyendas.
Quería trabajar con ellos, o al menos, para ellos.
Sonrío, orgullosa de mis padres, lo talentosos que son y lo que han
construido. Crecí sabiendo que mis padres eran diferentes. Para empezar,
había una diferencia de dieciséis años entre ellos. Mi papá está cubierto en
tatuajes y siempre ha tenido el cabello largo. Mi mamá ama teñirse el suyo,
especialmente rosa, y tiene su propia colección de tatuajes. No eran como
ninguno de los padres en mi escuela o de mis amigos y siempre me ha
gustado eso. Eran más geniales, y me hacían más genial a mí.
-¿Qué hacen tus padres? ¿Se molestaron cuando quisiste volverte un
tatuador?
-Nah, mi mamá es una artista y mi papá es un profesor de historia del
arte. Ambos estaban encantados de que me gustara dibujar y pintar, siempre
me apoyaron mucho.
-Eso es bueno. Es raro en esta carrera.
Ames asiente y el barman nos empieza a dirigir hacia el muelle. Ni
siquiera me di cuenta cuánto tiempo había pasado y el sol apenas está
comenzando a esconderse. Me alegra que ambos hayamos tenido un turno
más temprano hoy porque no quiero que la noche termine aún.
Termino mi tercer hawaiano azul y le agradezco al barman cuando
atracamos y Ames me ayuda a bajar.
-Gracias, - murmuro y él mantiene mi mano en la suya.
Me ha dejado llevar el ritmo de la relación y parte de mí quiere llevarlo
despacio, para ver si realmente esto es real y no sólo atracción física pero
me gusta Ames. Es dulce y considerado. Talentoso y se lleva bien con
todos. Rooney, Harvey, Banks, incluso Ender, a todos parece agradarles.
Valora la familia, como yo, me hace reír y sentir apreciada. Más importante,
es el único hombre que he conocido que me hace sentir de esta manera. Es
el único que no he podido olvidar.
-Iba a llevarnos al Carnegie Science Center, pero creo que ya cerró, -
dice Ames cuando ve la hora en su teléfono.
-Es cierto. Podemos ir en otro momento.
Me lleva a su auto y en lugar de abrir la puerta por mí como esperaba,
me acorrala contra el auto con su cuerpo.
-Todavía no quiero que la noche termine, - murmura mientras me mira a
los ojos y me siento valiente.
-¿Quién dice que debe terminar?
-No quiero presionarte… - empieza pero lo interrumpo, posando mis
labios sobre los suyos.
-No lo haces. Te quiero, Ames. ¿Qué dices? ¿Me llevas a casa?
No me responde, sólo me levanta del auto para poder abrir la puerta y
ayudarme a entrar. Se inclina una vez que me pongo el cinturón, sus labios
rozando los míos en lo que sería un besos antes de que sus labios
encuentren mi oído.
-Haré lo que sea que quieras, Maxine. Lo que sea y todo por ti.
Un escalofrío corre por mi cuerpo y volteo para ver la promesa en sus
ojos antes de ponerse de pie, cerrar la puerta, y dar la vuelta al auto. Apenas
tengo tiempo de controlarme antes de que suba al auto y nos saque del
estacionamiento.
Sé que tan pronto estemos en su apartamento, no podré contenerme.
Y aun así, no quiero hacerlo. Estoy de lleno con este hombre. Sólo
espero que sienta lo mismo que yo.
NUEVE

Ames

MAXINE y yo llegamos a mi apartamento juntos, tan envueltos el uno en el


otro que no nos importa despertar a los vecinos. Ella ya me está quitando la
ropa y me apresuro a cerrar la puerta antes de ayudarla.
-Amo tu cuerpo, - gime, sus labios como una marca en mi piel.
-Demonios, - apreto los dientes cuando mi pene se presiona
dolorosamente contra la cremallera de mis pantalones. – Te necesito.
Ella canturrea y mi pene pulsa con el sonido. Tomo su ropa,
desesperado por sentir su piel contra la mía y ella busca la forma de salir de
ella, dándome lo que quiero, dándonos lo que ambos queremos.
-He estado soñando contigo, sobre esto, - susurra en esa voz jadeante, y
juro que casi termino en ese momento.
-¿Sí? ¿Qué soñabas Maxine? ¿Todas las maneras en que haré que te
vengas?
Ella asiente frenéticamente, desabrochando su sostén y poniendo sus
manos en mi bóxer mientras nos tropezamos por el camino y hacia mi
habitación.
-¿Eran sueños sucios? ¿Alguna fantasía que deba cumplir? – susurro en
su oído antes de mordisquear la orilla.
-Sólo necesito que me cojas, - casi grita cuando abrazo su cadera, mis
dedos entrando en sus pantaletas para sentir su resbaladizo coño.
Deslizo un dedo dentro de esa húmeda calidad, follándola con lentitud y
ella se menea contra mi, frustrándose más cuando su trasero frota contra mi
gruesa erección. Mi adolorido miembro quiere estar entre esos dos globos
pero me detengo. Quiero volverla loca por mí antes de hundirme dentro de
ella.
-¿Así? – ronroneo contra su hombro y ella niega con la cabeza.
-Más.
Agrego un segundo dedo, presionando lentamente y su cabeza se
recuesta contra mi hombro. Beso su hombro, su cuello, deteniéndome para
succionar en su pulso. Gimo cuando lo siento en mis labios.
Ella está montando mi mano ahora, sus jugos cubriendo la palma de mi
mano y necesito saborearlo. Saco mis dedos, bajando sus pantaletas
empapadas por sus piernas y volteándola. Lamo mis dedos hasta que están
limpios, con la intención de arrodillarme para saborear entre sus piernas
pero ella se me adelanta.
-Maxine, - comienzo pero ella ya está abriendo su boca sobre mi
miembro y sólo puedo gruñir cuando su lengua toca mi perforación. No
juega por mucho tiempo, abriendo más para tomar tanto como puede en su
boca.
Sus manos se posan sobre los centímetros restantes y gruño, mis dedos
enredándose cuando sujeto su cabello. Ella gime, el sonido vibrando por mi
cuerpo, y tengo que ver al techo. La vista de ella desnuda, en sus rodillas
frente a mí, con mi pene llenando su boca es lo más sensual que he visto en
mi vida.
-Te necesito. Necesito cogerte, - digo entre dientes cuando succiona más
fuerte y sacude la cabeza pero no puedo esperar otro segundo.
-Prometo que dejaré que chupes mi verga literalmente en cualquier
momento que quieras, pero ahora realmente necesito estar dentro de ese
maldito coño apretado.
Ella asiente, deslizándose en la cama y abriendo sus piernas para mí.
-Demonios. ¿Cómo es que tengo tanta maldita suerte?
Ella sonríe cuando me uno a ella, deslizándome entre sus muslos y
pasando mi pene por su entrada.
-Te quiero sin condón, - le digo contra sus labios y ella asiente.
Sus caderas se menean con mis palabras y un gemido se escapa de sus
dulces labios. Reclamo su boca, empujando mi lengua dentro al mismo
tiempo que mi miembro entra en ella. Ambos gruñimos con el beso,
nuestros cuerpos en sincronía cuando nos movemos juntos.
Maxine rueda sus caderas, embistiendo contra mi verga y debo pensar
en mi abuela para evitar venirme en ese momento.
-Demonios, te sientes demasiado bien, - gime ella cuando empiezo a
embestirla.
-Jesus, - gruño, cogiéndola, clavando su cuerpo en el colchón.
Maxine grita, sus uñas hundiéndose en mis hombros sujetándome y me
lanzo sobre ella. Puedo ver que está cerca ya y aprieto los dientes. Quiero
que se venga con mi verga al menos dos veces esta noche, y hundo mi
rostro en su cuello cuando la siento venirse.
Sus músculos se tensan y su coño se contrae alrededor de mi pene, sus
pequeñas paredes revoloteando alrededor de mí, tratando de sacar todo mi
semen.
-Rayos, eso es todo. Vente sobre toda mi verga, Maxine.
Su clímax parece tomar varios minutos y sonrío cuando comienza a
pasar sólo para inclinarme más en mis rodillas y comenzar a cogerla
bruscamente de nuevo.
-¡Oh Dios! – grita y presiono mis dientes, tratando de contener mi
clímax hasta que ella se venga de nuevo.
-Es todo, ángel. ¿Sientes cómo me apodero de este coño?
-Uh-huh. – dice ella, sus ojos azules nublados por la lujuria mientras la
monto.
Su coño comienza a contraerse de nuevo y puedo sentir el conocido
cosquilleo en la base de mi espalda y sé que no tomará mucho tiempo.
-¡Ames! – grita por segunda vez al llegar a su clímax una vez más y no
puedo contenerme más.
-Oh sí, así eso. Déjame seco.
Ella grita, su orgasmo intensificándose mientras me vengo en ella.
Cuando ambos hemos bajado de la nube, salgo de ella y colapso a un lado,
trayéndola a mis brazos.
-Sin escaparse esta vez, - murmuro contra su piel húmeda y ella asiente.
-No creo que pueda moverme aunque quisiera, - dice con una risa feliz
y sonrío.
-Bien, entonces el plan funcionó.
Ella ríe, su cabeza descansando en mi pecho y yo sonrío. Ambos
estamos tratando de recuperar el aliento y cierro mis ojos, dejando que el
sueño me reclame con mi ángel acurrucada a mi lado.
DIEZ

Maxine

AMES y yo nos hemos acomodado a una nueva rutina en el último mes.


Pasamos la mayoría de las noches juntos, decidiendo en qué departamento
nos quedaremos. Luego nos separamos para ir a casa y prepararnos para el
trabajo y ambos llegamos a Eye Candy Ink y actuamos amigables y
profesionales.
Ha sido el cielo.
También ha sido más y más difícil no ser obvios con nuestra relación.
No puedo contar las veces que he tratado de tomar su mano antes de darme
cuenta en el último momento o de las veces que me acerqué a besarlo, sólo
para recordar que no deberíamos hacer eso.
Sé que mantener nuestra relación en secreto fue mi idea, pero estoy
comenzando a arrepentirme.
Amo a Ames. Creo que tal vez he estado enamorada de él desde la
primera noche que nos conocimos. No me importa quién lo sepa, pero quizá
deba tomar valor para decirle primero.
Es domingo así que estoy en casa de mis padres para nuestra cena
familiar de la semana. Banks, Harvey, Rooney y Cat están en el patio
trasero y saludo a mi mamá y papá con un beso, saludando a mi tío Mischa
y Atlas, y tía Indie y Darcy antes de unirme a ellos. Mi tío Nico y tía Edie
deben estar retrasados.
-Hey, - saludo a todos, tomando la mimosa que Cat me ofrece.
-¿Una larga semana? – le pregunto cuando toma su copa de un trago.
-Sí, dos nuevos renunciaron después de tres días, así que he estado
administrando el club y trabajando en el piso para ayudar.
-Deberías venir a trabajar en Eye Candy Ink, Cat. Somos fáciles de
manejas. Díselo, Maxine.
-Es cómo arrear gatos.
Cat se ríe y veo a Rooney sonreír como el loco que es por el rabillo del
ojos.
Estiro mis piernas, contenta de estar bajo el sol y hablar con todos. Mi
papá está haciendo lasaña, una receta nueva por la que está muy
emocionado, y el tío Nico y la tía Edie llegan un poco después, dos panes
de ajo en cada mano.
-Hola niña. ¿Cómo va todo? – me pregunta el tío Nico cuando entro por
otra bebida.
-Muy bien. Tengo la oficina arreglada como me gusta ahora y las cosas
van bien.
Él asiente, siempre un hombre de pocas palabras y poco después Mischa
los convence de salir para un juego de croquet. Mi mamá ha estado
obsesionada con jugar por las últimas semanas y veo que el campo de
croquet está listo. Ver a Nico, que mide casi 185 centímetros, con uno de
esos pequeños mazos es muy divertido.
-Hola, - dice Banks cuando se acerca por detrás y sonrío. Se parece
mucho a su papá.
-Hola, ¿cómo va todo? – pregunto, ofreciéndole una botella de
champaña pero se niega.
-Muy bien. Estaba por preguntarte lo mismo. ¿Tú y Ames todavía se
llevan bien? – susurra, mirando alrededor para asegurarse de que estamos
solos.
-Sí, estamos bien, - le digo y me pregunto si sonó tan lleno de amor en
sus oídos como en los míos.
-¿Le dirás a los demás sobre ustedes dos? – pregunta, señalando con la
cabeza hacia la puerta trasera donde todos están ahora reunidos para ver a
Mischa vencer a Nico en el último agujero de croquet.
Puedo escuchar las aclamaciones desde aquí y sé que estaremos
escuchando al tío Mischa bromear sobre el juego por el resto de la noche.
-Aún no. Tengo que hablar con él antes de hacerlo público. Yo, uh, no
estoy segura de cómo lo tomarán mis padres, - admito.
-¿Te refieres a tu papá? – aclara Banks con una sonrisa y me rio.
-Sí, me refiero a papá.
-Quizá debas hacerlo pronto. Creo que Rooney y Harvey sospechan de
ustedes dos.
Asiento ante eso. Tenía el presentimiento de eso también y quiero ser yo
quien le diga a mi papá. Espero que lo tome mejor de esa forma. Sólo
necesito agarrar valor para realmente hacerlo.
-Hablaré con Ames pronto. Entonces todo saldrá a la luz.
-¿Crees que él es el indicado para ti? – pregunta Banks después de un
minuto y asiento.
Hay una leyenda en nuestra familia que todos ven a su persona una vez
y sólo saben que están destinados a estar juntos. Nunca creí en ella, pero
ahora que tengo a Ames, me pregunto si es real.
-¿Crees que la leyenda es real? – pregunta Banks pensativo y es como si
pudiera leer mi mente.
-Quizá. ¿Por qué? ¿Conociste a alguien especial?
-Quizá, - dice y cuando no dice más, sé que es mejor dejar el tema.
Banks es el tipo que habla las cosas en sus términos y si tratas de
presionarlo, sólo se cerrará. Tiene que resolverlo en su cabeza primero antes
de decirlo en voz alta.
-Te veré ahí afuera, - dice cuando hay otro grito y me pregunto quién
ganó el juego.
-Sí, salgo en un momento.
Él asiente y toma una cerveza antes de salir y unirse a los demás. Saco
mi teléfono de mi bolsillo y sonrío cuando veo un mensaje nuevo de Ames.

AMES: Mi mamá se muere por conocerte.


Maxine: ¿Le dijiste sobre nosotros?
Ames: Por supuesto. Quería saber por qué no podía dejar de sonreír.
Ames: Además, Anthony se muere por contarle sobre mi novia y yo.
Maxine: ¡HA!
COMIENZO A ESCRIBIR UNA RESPUESTA, para preguntarle si quizá
es hora de decirle a mis padres y familia también, pero antes de hacerlo me
llaman desde afuera. Sonrío, guardando mi teléfono en mi bolsillo y salgo a
reunirme con los demás.
Mi tío Mischa me pone su brazo sobre mis hombros tan pronto salgo y
me río cuando empieza a contarme todo sobre cómo venció a mi tío Nico en
el croquet.
-¿Cuándo traerás a alguien a casa? – pregunta tío Mischa y sé que sólo
está tratando de molestar a mi papá pero aún así me tenso bajo su brazo.
-Nunca, - dice mi papá, fulminándolo con la mirada.
-Estoy enfocada en el trabajo ahora, tío Mischa. ¿De dónde sacaré
tiempo para conocer a alguien? – trato de bromear.
-Quizá alguien del estudio, - sugiere con un movimiento de cejas y por
un segundo me pregunto si ya lo sabe.
-¡Ha! Ya sabes la regla. Sin relaciones en el estudio o estás despedido, -
dice mi papá con autoridad en su voz.
Mi estómago se hunde ante sus palabras. Nunca había escuchado de esa
regla pero salir con alguien nunca fue preocupación para mí.
¿Qué haré ahora?
Doy una sonrisa falsa y me deslizo del brazo de Mischa para cruzar el
patio y tomar asiento al lado de Cat en un reclinable. Ella y Banks me miran
con lástima y sonrío para ellos, aunque sé que es forzada.
Parece que tendré una charla con Ames. Sólo que será diferente a la que
esperaba.
ONCE

Ames

ME DIRIJO al trabajo el día siguiente cuando mi hermano, Alexander,


llama.
-Hola, - respondo al teléfono. - ¿Qué pasa?
Puedo escuchar otros teléfonos sonando y personas hablando en el
fondo y sé que está en el trabajo. Él y su esposa son adictos al trabajo,
aunque han bajado la carga desde que se casaron en las Vegas hace unos
meses.
-Hola, ¿estás en el trabajo? – pregunta y debe haber cerrado la puerta de
su oficina porque el sonido de fondo ha desaparecido.
-No, voy en camino ahora. ¿Qué sucede?
-Es sólo que no he hablado contigo en un rato. Quería saber cómo van
las cosas.
Entro al estacionamiento frente a Eye Candy Ink y detengo el auto
cuando el teléfono suena en mi oreja.
-Anthony quiere FaceTime, - le digo a Alexander y me cuelga.
Volteo los ojos un segundo después, respondiendo el FaceTime de
Anthony sé que Alexander ya está ahí.
-Hey, ¿qué hay? – pregunto, volteando a ver si el auto de Maxine ya está
aquí.
Tal vez pueda escabullirme adentro y podemos tener unos minutos a
solas antes de que todos lleguen. Puedo presionarla contra la puerta, mi
verga dentro de ella en dos minutos y ella se vendrá justo después de eso.
Aunque aún no puedo ver su auto y frunzo el ceño, volteando hacia mis
hermanos.
-¿Resolviste tus problemas con la chica? – le pregunta Alexander a
Anthony y levanto mis cejas.
-¿Anthony tiene problemas de chicas? Realmente no hablamos hace
mucho.
-Sí, llegó a mi casa con ella hace unas semanas. Sin invitación, -
enfatiza Alexander y Anthony sonríe.
-¿Emerson? – le pregunto, recordando cómo se había detenido en el
estudio con ella cuando pasaba por la ciudad hace unas semanas.
-Sí, y sí, estamos bien ahora, - dice Anthony, volteando los ojos.
-¿Ahora son un “nosotros”? – pregunto sorprendido.
-Sí, pero no es por eso que llamaba.
-¿Por qué llamabas?
-Quería hablar sobre tus problemas.
-Estamos bien, - le prometo.
-Mamá y papá dijeron que no podías dejar de hablar sobre ella, - dice
Alexander y sonrío.
-Sí, las cosas van muy bien entre nosotros. Estoy enamorado de ella, -
les digo y puedo ver a ambos viéndome por la pantalla.
-Bueno, - dice Alexander, rompiendo el silencio. – Estaré en la ciudad
por unos días al final de la semana. ¿Por qué no nos reunimos? Puedo
llevarlos a cenar. Conocer a la chica.
-¿Estás tratando de hacer que te invite a quedarte conmigo? – le
pregunto.
-Dios, no. Estaré quedándome en el cinco estrellas más cercano.
Anthony se ríe a carcajadas y voltea los ojos.
Veo a Harvey y Rooney entrar al estacionamiento. Rooney está tocando
la batería en el aire desde el asiento del pasajero y Harvey está riéndose. No
puedo evitar sonreír cuando se estacionan al lado mío.
-Debo ir a trabajar pero hablaré con ustedes luego. Te veré en unos días,
Alexander.
-Adiós, - dicen los dos y cuelgo.
Apuesto a que ambos siguen en la llamada, probablemente hablando de
mí, pero no me importa. Ender parece ya estar dentro del estudio y Banks
tiene libre el día de hoy. Estoy saliendo de mi auto cuando un lindo Audi se
estaciona al lado de mi y Gray sale de él.
-Gracias por el viaje, Rory, - dice y trato de ver mejor a su amiga.
Todos en el estudio pueden ver que está enamorado de ella. Él siempre
está hablando sobre ella pero cuando tratan de preguntarle por qué no la ha
invitado a salir, se cierra. Hay algún tipo de historia ahí pero es difícil que
Gray se abra sobre ciertas cosas.
-¿Rory? – pregunta Rooney, casi tropezándose con él mismo para salir
del auto de Harvey. - ¡Que bueno al fin conocerte! Éste chico nunca deja de
hablar sobre ti, - dice Rooney mientras trata de abrirse paso hacia el asiento
de pasajero.
-Nos vemos luego, Rory, - dice Gray, tratando de contener a Rooney y
me uno a Harvey en el maletero de su auto para ver el espectáculo.
-¿Cómo estuvo tu fin de semana? – pregunta Harvey cuando Rooney
grita preguntas a Rory, quien está riéndose en su auto. Gray está haciendo lo
que puede para callarlo pero no parece poder controlar a Rooney.
-Muy bien. Fui a Fili para ver a mis padres. ¿Qué hay de tí? – le
pregunto.
-No tuve trabajo el sábado y tuvimos reunión familiar el domingo.
Deberías venir el próximo fin de semana. Podrás conocer el resto de la
familia y podremos hablar de tatuajes.
Temo voltear a verlo, demasiado ocupado preguntándome si sospecha
que Maxine y yo estamos saliendo. No me importa si las personas se
enteran sobre nosotros, de hecho, me encantaría gritar desde el techo que
ella es mía, pero no he escuchado a Maxine decir nada sobre eso.
-Suena bien, - le digo cuando Rory se despide y se va.
Gray podría matar a Rooney con la mirada, quién está retrocediendo
con las manos en alto. Empiezo a caminar hacia ellos para ayudar a
separarlos con Harvey cuando Maxine entra al estacionamiento y me
congelo.
Sus ojos se encuentran con los míos y ambos sonreímos antes de que
ella vea a los chicos y rápidamente desvíe la mirada. Estaría mintiendo si
dijera que verla desviar la mirada no me duele. También significa que tengo
una respuesta sobre nuestra relación secreta.
Le doy la espalda, tratando sonreír mientras bromeo con los chicos y
nos dirigimos hacia las puertas de Eye Candy Ink.
DOCE

Maxine

HAN SIDO unos días ocupados y antes de darme es miércoles y no he


tenido ni un minuto para hablar con Ames. Él se escabulle a mi oficina justo
antes de cerrar y sonrío cansada mientras me pongo de pie y me acerco a
darle un beso.
-¿Terminaste por hoy? – me pregunta y sacudo la cabeza.
-Mi papá encontró un nuevo software para que podamos agendar las
cosas más fácilmente y ha sido una pesadilla configurarlo. Debí aceptar la
oferta de mi tía Indie para hacer que funcionara.
-¿Quieres que vea si puedo ayudar? – se ofrece y sacudo la cabeza.
-Ya hice que funcionara. Sólo tengo que probarlo un poco más.
-¿Vendrás ésta noche? – me pregunta y lo callo, viendo a la puerta
abierta.
Sólo hay una pequeña parte abierta pero no sé quién más está cerca. Mi
papá ya está actuando sospechoso los últimos días y me pregunto si alguien
le dijo. Sé que debería romper con Ames antes de que se entere o uno de
nosotros sea despedido, pero no tengo las fuerzas para hacerlo. No quiero
perder a Ames.
-Somos los únicos aquí. Ender se acaba de ir y le dije que te
acompañaría a tu auto.
Se ve algo herido por mi reacción y me siento como una mierda.
-Lo siento, yo sólo…
No sé qué hacer aquí. ¿Rompo con él y salvo su trabajo? ¿O tratamos de
mantener esto entre nosotros? Al menos por un poco más de tiempo.
De cualquier manera, sé que esto dolerá.
-¿Tú sólo qué, Maxine? – pregunta después de unos minutos, sonando
molesto y un poco dolido.
Todavía no sé cómo responderle y lo sigo viendo, mi corazón comienza
a acelerarse.
-No me avergüenza o da miedo que las personas descubran lo nuestro.
Sé cómo me siento por ti y eso no cambiará porque Rooney sabe y me
moleste al respecto.
-Lo sé, - comienzo pero él me interrumpe.
-Quiero salir contigo y no preocuparme por esconderme en un callejón o
algo. Quiero ir a cenar y no elegir un lugar donde no nos encontremos con
nadie. Quiero estar contigo. Lo que no he podido descifrar es por qué
parece que tú no quieres. ¿Estás avergonzada de mí? ¿Te da pena salir
conmigo?
-¡No! – le digo de inmediato y odio que lo haya hecho pensar eso. – Es
algo complicado.
No sé lo que mi papá hará si se entera que estoy viendo a Ames. ¿Mi
papá realmente lo despediría porque estamos saliendo? ¿Qué pasa si sabe
que estoy enamorada de Ames?
Sé que el sueño de Ames es trabajar en Eye Candy Ink y no quiero ser
la razón por la que lo pierda.
-No, no lo es. No es nada complicado. ¿Quieres estar conmigo, Maxine?
-Sí, pero… no quiero que te despidan. Sé que mis padres, mi papá
especialmente, me protegen demasiado.
-Puedo lidiar con tu papá, - dice con confianza y me niego con la
cabeza.
-No conoces a mi familia. Soy la más joven y aún me tratan como una
bebé.
-Quizá esto les ayude a verte de forma diferente.
-También hay un tipo de regla que dice que no puedes trabajar en Eye
Candy Ink y salir con alguien de ahí. Me acabo de enterar de esto en la
reunión del fin de semana. Si les decimos, uno de nosotros podría ser
despedido y no creo que sea yo.
-¿No debería ser esa mi decisión? – pregunta Ames y no sé qué decir.
-No quiero eso para ti. No quiero que debas elegir entre el trabajo de tus
sueños y yo.
-Lo vales, Maxine, - dice, tomando ambas de mis manos. – Estoy de
lleno contigo. Lo he estado desde la primera noche. Debes saberlo. Solo tú
debes tomar una decisión.
-Por favor, ¿podemos mantenerlo entre nosotros un poco más de
tiempo?
-¿Cuánto más, Maxine?
-No… no lo sé.
Él se queda viéndome, y puedo ver el dolor y decepción en sus ojos. Me
rompe el corazón y quiero arrepentirme de mis palabras pero antes de poder
hacerlo, me da un beso en los labios antes de dirigirse a la puerta,
dejándome pensar en lo que debería hacer.
¿Cuál es la respuesta correcta?
No sé si hay una. Todo lo que sé es que no quiero perder a Ames. Estoy
enamorada de él. Sólo necesito tener el valor de decirle a mi familia.
TRECE

Ames

NO HE VISTO a Maxine fuera del trabajo en los últimos días. Dijo que
estaba ocupada y yo estaba tratando de darle espacio para que tomara su
decisión. Quería volver a su oficina justo después de que me fui y decirle
que me quedaría como un secreto por el tiempo que ella quisiera. No quería
perderla pero también sé que no puedo seguir escondiéndome con ella.
A veces pienso que quizá ella tiene razón y deberíamos mantener
nuestra relación en secreto. No quiero perder mi trabajo aquí o los amigos
que he hecho pero sé que ella lo vale. Estar con ella vale la pena. Puedo
encontrar un trabajo diferente en la ciudad si fuera necesario.
Me he mantenido ocupado, tratando de distraerme. Preparándome para
la visita de Alexander y adelantándome con los diseños de mis próximos
clientes ha ayudado pero aún no es suficiente para distraerme de lo mucho
que extraño a Maxine.
En casa, puedo olerla en las sábanas. Su cepillo de dientes todavía está
en mi baño, alguna de su ropa aún está doblada en mis cajones. A donde sea
que veo aun puedo verla. La única vez que estoy en paz es cuando estoy
trabajando en Eye Candy Ink.
Puedo perderme en un tatuaje pero creo que gran parte de eso es saber
que ella está al final del pasillo. Comienzo a vivir de esos breves encuentros
con ella, incluso cuando las cosas no están bien entre nosotros.
Puedo escuchar el rechinar de sus zapatos en el pasillo y levanto la
cabeza, esperando poder verla cuando pase. Rooney aparece en mi puerta
justo cuando ella pasa y suspiro, tratando de no mostrar mi frustración
cuando veo a Rooney.
-Ey, ¿qué sucede? – le pregunto cuando entra saltando a mi estaciónn y
hacia mi mesa de tatuaje.
-Tienes un invitado. En traje. ¿Quieres que le diga que se vaya?
No puedo evitar sonreír ante eso. Me pregunto qué diría Alexander si
Rooney le dijera que se fuera. Desafortunadamente, nunca lo sabré porque
Alexander aparece en mi puerta un segundo después.
-Hola – saludo, poniéndome de pie y haciendo un espectáculo de
limpiar mis manos antes de ir a abrazarlo.
Aún así inspecciona su traje después de que me alejo y volteo los ojos.
Seguro tiene otra reunión después de esto si sigue vestido así y preocupado
por su apariencia.
-Rooney, este es mi hermano mayor, Alexander. Alexander, este es
Rooney. Él también trabaja aquí.
-¿Te interesa hacerte un tatuaje? – pregunta Rooney con una sonrisa y
moviendo de cejas y veo que Alexander frunce el ceño.
-No, gracias.
-Le he estado ofreciendo uno por años y siempre me rechaza también, -
le digo a Rooney.
-Quizá sólo quiere uno del mejor, - sugiere Rooney y volteo los ojos.
-Tú no eres el mejor, quizá tu papa… - digo. Sé que eso lo molestará.
-Sí, claro, - comienza Rooney pero antes de que continúe, la puerta de
enfrente se abre de golpe y escucho a alguien gritar mi nombre.
-¿Qué rayos hiciste? – preguntan Rooney y Alexander al mismo tiempo
y los fulmino con la mirada antes de voltear hacia la puerta.
-Pues, asumo que Zeke descubrió que he estado saliendo con Maxine, -
digo lentamente.
Rooney se ríe, mirándome como si estuviera bromeando pero cuando ve
mi cara se detiene.
-Oh, vamos. Estás jodido.
Mi hermano se reclina sobre mi escritorio, sonriendo y lo fulmino con la
mirada. Parece que no podré contar con él para ayudarme.
-Gracias, puedo ver que serás de gran ayuda ahí afuera. Sí que puedo
contar con la familia.
-Eden está embarazada, y si es una chica entonces puedo entender a este
Zeke, - dice Alexander con calma y quedo boquiabierto.
-Felicidades, Alex, - digo sinceramente, acercándome para abrazarlo y
me da una palmada en la espalda.
-Gracias.
Y ahí es cuando Zeke irrumpe en mi estación.
Harvey y Banks están viendo desde el pasillo, sus ojos abiertos cuando
ven a Zeke enfurecido.
Alexander da un paso atrás, inclinándose sobre el escritorio una vez más
y cruzando sus brazos sobre su pecho, listo para el espectáculo.
Rooney, por su lado, trata de salir pero Zeke está bloqueando la salida
así que se pega a la pared detrás de mí. Eso resulta ser una mala decisión
porque cuando Zeke da un paso hacia mí, doy un paso atrás, y ahora
Rooney y yo estamos atrapados en la esquina.
-¿Cómo es que siempre termino en estas situaciones? – murmura
Rooney y trato de no reír por lo molesto y confundido que suena.
Eso sólo parece hacer enojar más a Zeke y me apresuro a calmar mi
expresión.
-Hola, tío Zeke, - dice Rooney, tratando de romper la tensión y Zeke
sólo lo señala con el dedo.
-¿Lo sabías? – pregunta enojado.
-Sólo por los últimos veinte segundos, lo juro, - dice Rooney,
levantando las manos en un gesto de no dispares.
Zeke voltea su atención hacia mi y levanto mis manos también, mi
corazón latiendo en mis oídos. Él toma un paso hacia mí y trago saliva, pero
soy salvado por un ángel.
Mi ángel.
Maxine aparece en la puerta y entra a la oficina. Sus ojos se encuentran
con los míos y le doy una sonrisa tensa.
-Creo que tu papá sabe sobre nosotros.
CATORCE

Maxine

-SÍ, puedo verlo, - digo, solo ligeramente en pánico mientras trato de alejar
a mi papá de Ames y Rooney.
-¡Así es! – dice mi papá viendo a Ames.
-¿Cómo te enteraste?
-Tu tío Max los vio una noche. Me acaba de decir. Creyó que ya lo
sabía.
-Eso explica su mensaje de hace unos minutos, - murmuro, recordando
el mensaje que decía que lo sentía en mayúsculas.
-Entonces, ¿es cierto? ¿Has estado saliendo con él? – pregunta mi papá,
mirándome como si estuviera loca y volteo los ojos.
-Sí, y antes de que preguntes por qué no te lo dije, pues… - me detengo,
moviendo las manos en su dirección. - ¡No quería tener que lidiar con esto!
-Tengo todo el derecho de estar molesto. Me ocultaste esto. Sabes las
reglas de aquí.
-¿Entonces me despedirás? – pregunto, cruzando los brazos sobre mi
pecho y fulminándolo con la mirada.
-¿Interrumpo algo? – dice una suave voz detrás de mí y me toma un
momento reconocerla.
Doy la vuelta y me sorprendo al ver a Nichole y Michelle en el pasillo,
maletas en mano.
-¡Oh por Dios! – grito, olvidándome de mi papá y Ames por un
momento mientras corro a lanzar mis brazos alrededor de su cuello. - ¿Qué
están haciendo las dos aquí?
-Queríamos sorprenderlos.
-Misión cumplida, - digo abrazando a Michelle.
Ella ríe y veo a mi papá abrazando a Nichole, sin quitarle la mirada a
Ames.
-Así que al fin sabes de estos dos, ¿no? – pregunta Nichole y la miro
molesta.
-¿Al fin? – grita mi papá y Rooney se esconde detrás de Ames.
-Sí, han estado saliendo por un rato, - dice Nichole y quiero
estrangularla.
-¿Por un rato? – pregunta mi papá agitado.
-¡Papá! Detente, tengo derecho a tener una vida y Ames es una buena
persona y estoy enamorada de él. No puedes venir aquí y asustarlo. Quiero
estar con él.
La habitación entera está en silencio, todos me miran con ojos abiertos.
-Yo también te amo, - dice Ames, sus ojos fijos en mí y me doy cuenta
de lo que acabo de decir por primera vez enfrente de todos.
-¿Sí? – pregunto silenciosamente, volteando a verlo y él me sonríe.
-Sí, claro que lo hago. ¿Cómo podría no hacerlo?
Ames se acerca a mí y acurruca mi cabeza en su mano. Sus labios se
acercan a los míos cuando escuchamos un carraspeo detrás de mí y me doy
cuenta que aún debo lidiar con mi papá.
-Ames y yo estamos juntos y enamorados. Sé que está en contra de las
reglas del estudio y que puede que no estés feliz sobre esto, pero yo sí. Oh,
y si tratas de despedirlo, yo renunciaré.
Alzo el mentón, tomando la mano de Ames y viendo a mi papá. Él
estudia mi rostro y juro que es como si todos en el estudio estuvieran
conteniendo la respiración, esperando a ver lo que sucederá.
-¿Realmente lo amas? ¿Él? – pregunta mi papa y sonrío, sacudiendo la
cabeza.
-Sí, a él. Realmente lo amo.
-Está bien, pero tú y yo tenemos que aclarar unas cosas, - dice,
apuntando a Ames y señalando que lo siga hacia mi oficina.
Quiero objetar, pero antes de poder hacerlo, Ames aprieta mi mano y
me besa rápidamente. Él sigue a mi papá y lo veo irse, preguntándome lo
que mi papá le podría decir y por qué no puede hacerlo frente a mí.
-Así que ese era Ames, huh, - pregunta Nichole después de un momento
y no puedo evitar reír a carcajadas.
Nichole sí que sabe romper la tensión.
-Sí, ¿no estás feliz de haber venido a casa ahora?
-Muy feliz, - dice, abrazándome.
-Es bueno tenerte aquí, - susurro mientras miro al final del pasillo a la
puerta cerrada.
-Te extrañe, Maxine.
-Te extrañe más, Nichole, - digo mientras todos pretenden trabajar y no
ver hacia la puerta.
Estoy a dos segundos de entrar ahí cuando la puerta se abre y contengo
la respiración, esperando a ver la cara de Ames.
QUINCE

Ames

SIGO a Zeke hacia la oficina trasera y cierro la puerta detrás de mí. Parece
haberse calmado desde que entro al estudio pero aún asi me mantengo cerca
de la puerta, por cualquier cosa.
-Maxine es mi bebé, y nunca ha estado interesada en chicos. Supongo
que, como su padre, siempre esperé que nunca lo estuviera, pero eso no es
justo. Ha estado más feliz estas últimas semanas y supongo que tiene que
ver contigo.
Se detiene y no sé qué decir, así que sólo asiento con la cabeza.
-Siempre y cuando continúes haciéndola feliz, no tendremos un
problema. Pareces una buena persona, todos en el estudio te quieren, y
supongo que eso es suficiente para mí. Pero te estaré vigilando.
-Lo entiendo, señor. Amo a su hija. Nunca hare nada para lastimarla.
Él estudia mi rostro por un momento y espero que pueda ver lo sincero
que soy. Nunca haría nada para lastimar o arriesgar mi relación con ella.
Asiente una vez más y me ofrece su mano. La veo por un momento
antes de darle la mía y sacudirla.
-Ahora de vuelta al trabajo, - ordena y asiento, apresurándome a mi
estación y mi chica.
-¿Todo bien? – pregunta cuando llego a su lado y le sonrío.
-Sí, todo bien.
Rooney se ha ido al igual que Banks y Harvey.
-Ames, ésta es mi hermana, Nichole, y su novia Michelle. Chicas, él es
Ames.
Sonrío, tomando la mano de la chica que parece una versión mayor de
Maxine. Ella me sonríe, y me agrada al instante. Su novia es lo opuesto a
las chicas Miller, su cabello un negro media noche con grandes ojos café.
Ella estrecha mi mano con una sonrisa y voltea a ver a Nichole.
-¿Deberíamos ir a tu casa? – pregunta Michelle y Nichole asiente,
tomando su mano.
Es obvio que se aman y volteo a ver a Maxine para encontrarla
sonriendo en mi dirección.
-Oh, sí, y este es mi hermano Alexander, - digo cuando lo encuentro en
mi escritorio.
Él voltea los ojos hacia mí y sonrío.
-Alexander, ella es Maxine.
-Un placer conocerte, - dice Alexander, sonando formal y volteo los
ojos hacia él.
-El placer es mío, - dice Maxine con una sonrisa.
-Los alcanzaré luego, - dice Alexander después de ver su reloj y me
pregunto qué reunión tiene ahora ya que son casi las siete de la noche.
Debo recordar enviarle un mensaje a Eden después para felicitarla y ver
cómo se siente.
-Así que, ahora que es oficial, ¿qué deberíamos hacer primero? –
pregunta Maxine y le sonrío.
-Pues, por fin puedo llevarte a una cita a cenar y al cine.
-Oh, suena emocionante – bromea y me río.
-Y también te podrías mudar conmigo.
Ella abre los ojos sorprendida, me inclino para darle un beso en los
labios.
-Te amo, Maxine. Quiero pasar el resto de mi tiempo libre contigo.
¿Qué dices? ¿Te mudarías conmigo?
-Sí, - dice ella, casi tímida y sonrío.
-Te amo.
-Yo también te amo, - susurra contra mis labios y no puedo esperar a
sellar los míos contra los de ella.
DIECISÉIS

Maxine

UN AÑO DESPUÉS…

SONRÍO cuando veo afuera y mi papá y prometido están lado al lado en la


parrilla. Es domingo y todos estamos en casa de mis padres para la reunión
semanal.
Le ha tomado un tiempo a mi papá aceptar la idea de Ames y yo.
Solíamos tratar de evitar tocarnos o besarnos frente a él pero creo que
vernos juntos realmente ha ayudado. Él sabe que estamos comprometidos
con el otro y que realmente nos amamos. Ames incluso le pidió su
bendición para pedirme matrimonio hace unos meses. En ese momento supe
que finalmente estaba bien con nuestra relación.
Mi mamá nos ha apoyado desde el inicio pero nunca me preocupé
realmente por su reacción. Ella está contenta con verme feliz y Ames
definitivamente me hace feliz.
La boda está planeada para este otoño y estoy emocionada de tener a
Nichole y Michelle de regreso para la boda. Incluso se habló de que ellas se
casaran cuando regresaran a casa y estoy completamente de acuerdo con
tener un fin de semana con boda doble.
Nichole y Michelle aceptaron ser mis damas de honor y Ames le pidió a
sus hermanos, Anthony y Alexander, ser los suyos. Rooney enloqueció por
eso pero Ames le prometió que podía planear la despedida de soltero y lo
superó.
-¿Necesitas algo? – pregunta Ames cuando pasa a mi lado en camino a
la cocina y niego con la cabeza.
Veo que sus ojos miran mi vaso de limonada medio vacío y sé que
estará trayéndome más. Es muy atento y dulce conmigo.
Me mude con él un mes después de que me lo pidiera. Tuve que esperar
a que mi contrato de renta se terminara pero para ese entonces, ya me había
mudado por completo con él ya que dormía ahí todas las noches. Estoy
segura de que Ames estaba moviendo cosas mientras yo estaba en el trabajo
algunos días también y me encanta que estuviera tan emocionado porque
viviéramos juntos.
-Hola, - dice Cat cuando se une a mi en el patio.
Toma la silla Adirondack junto a la mía y veo a su prometido, Ender,
detrás de ella. Siempre es así con ellos. A donde sea que Cat va, Ender no
está muy lejos.
-Lamento llegar tarde, - dice Sayler camino a Rooney.
Harvey y Coraline están detrás de ellos y mi estómago empieza a rugir
cuando huelo los aperitivos que Coraline hizo para hoy. Probablemente
tendrá que irse pronto para volver a su restaurante, Wilde Thyme, pero
siempre es bueno verla, incluso por un rato.
Banks y Palmer deben de llegar pronto. Les toma más tiempo ahora que
su bebé nació.
-Banks acaba de enviar un mensaje diciendo que Palmer terminó de
alimentar a Kya, así que están en camino, - dice Ames cuando sale con una
botella de salsa barbacoa y una limonada nueva para mí.
Sonrío cuando me da la limonada y besa mi cabeza. Hemos hablado de
tener nuestros propios hijos. La pequeña de Banks y Palmer es tan adorable
y verla hace que tenga ideas.
Sé que Ames será un papá increíble y quiero comenzar una familia con
él. Quiero todo con él.
Ames regresa a la parrilla y sonrío cuando veo a toda mi familia
reunida. Mi mamá está hablando con la tía Indie y la tía Darcy. El tío Nico
está acurrucando a la tía Edie cerca del jardín y ella ríe, empujándolo
cuando ella se aleja. La tía Cat y tío Max están hablando con Harvey y
Coraline por la puerta de la cocina y Rooney está corriendo detrás de Sayler
en el patio trasero, tratando de hacerle cosquillas.
Volteo mi rostro hacia el sol, disfrutando de la brisa hasta que siento
ojos sobre mí. Incluso ahora, sentir su mirada todavía me causa un
escalofrío. Sonrío, abriendo un ojo para verlo sonreír en mi dirección.
Cuando señala a la casa con su cabeza, sonrío sabiendo exactamente lo que
significa.
Me estiro, asegurándome que mi camisa se levante antes de ponerme de
pie y caminar casualmente a la cocina. Puedo escuchar sus pasos detrás de
mí y sonrío cuando acelero el paso y me dirijo a mí habitación.
Pasamos al lado de Banks y Palmer en la cocina, sé que todos estarán
distraídos como para notar que nos hemos ido.
Ames toma mi mano y me lleva por las escaleras dos a la vez hacia mi
vieja habitación. Me río cuando cierra la puerta y me empuja contra ella,
sus labios reclamando los míos de inmediato.
Me pierdo en su toque, su abrazo, y estoy a punto de agarrar sus
pantalones cuando escucho a mi papá llamar mi nombre.
Ames gruñe y me río.
-Después. Haré que la espera valga la pena, - le prometo y me da un
beso rápido.
-Siempre vale la pena contigo, Maxine.
-Te amo, - digo, mis adentros derritiéndose y me sonríe con suavidad,
amor brillando en sus ojos.
-También te amo.
DIECISIETE

Ames

CINCO AÑOS DESPUÉS…

-SÉ bueno por el abuelo Zeke, - le digo a mi hijo, Ansel, cuando le doy un
abrazo de despedida.
Está a punto de comenzar el preescolar pero Zeke y Edie lo han estado
cuidando por los últimos años mientras Maxine y yo trabajamos. Aman
pasar tiempo con su nieto y es más barato que una guardería en la ciudad.
Mis padres vienen al menos una vez al mes para vernos ahora. Incluso
Anthony y Alexander se han preocupado por ver más a la familia. Nos
dirigimos a una cabaña con ellos después del trabajo este fin de semana.
Será bueno tener a los niños juntos y ver a todos por unos días.
Todavía tenemos la reunión familiar en casa de Zeke cada semana. La
mayoría de los artistas originales de Eye Candy Ink están retirados o
piensan retirarse, así que paso mi tiempo entre ambos estudios. Maxine está
trabajando duro para encontrar nuevos artistas para tomar sus lugares pero
está tomando más tiempo de lo que pensaba.
-Los veré ésta noche. ¿Quieren que pase por la cena? – le pregunto a
Zeke mientras ayuda a Ansel a quitarse los zapatos y ponerlos al lado de la
puerta.
-¡Pizza! – grita Ansel y sonrío.
-Está bien, campeón. El abuelo Zeke me estaba diciendo que tenía se le
antojaba.
Zeke me mira molesto y sonrío. Sé que come pizza al menos una vez a
la semana porque es la comida favorita de Ansel ahorita. Antes de eso,
prácticamente vivíamos de emparedados de mantequilla de maní, y
macarrón y queso.
-Los veré luego, - digo, despidiéndome mientras corro al patio delantero
y me dirijo a mi auto.
Maxine me llama cuando estoy estacionando en Eye Candy Ink y suena
terrible.
-¿Estás bien? – pregunto, apresurándome a salir de mi auto y entrar al
estudio. – Estoy entrando en este momento.
-Ugh, no puedo dejar de vomitar, - dice, sonando miserable y regreso a
mi oficina, tomando la Sprite que tengo en el mini refrigerador.
-¿Habrá sido algo que comiste? – le pregunto cuando abro la puerta del
baño y la veo sentada al lado del inodoro, su espalda contra la pared.
-No, - dice, agradecida por la botella de soda.
-¿Quieres que te lleve al doctor?
-Aún no.
-Me estás asustando un poco, Maxine, - dijo, en cuclillas al lado de ella
y quitando el cabello de su cara.
-Estoy vomitando porque estoy embarazada.
-¿En serio? – pregunto, una sonrisa amenazando con partir mi rostro.
-Sí, me enteré anoche pero te acababas de dormir.
-¡Debiste despertarme! Pudimos haber celebrado.
-¿Cómo? – pregunta riendo y me uno a ella.
-No lo sé, ¿pastel de cumpleaños y pepinillos?
Se rie y luego gruñe, esta vez sostengo su cabello.
Cuando termina, le paso unas toallas húmedas y me siento con ella en el
piso de baño.
-Estoy muy feliz, - digo y la traigo hacia mí, abrazando sus hombros. -
¿Debería cancelar el viaje de este fin de semana? Todos entenderán si no te
sientes bien.
-No, las náuseas matutinas deben terminar pronto. Estaré bien.
-Tendremos que buscar una casa más grande, - digo cuando pienso en
nuestro ya abarrotado apartamento.
-Lo sé. Quiero una casa. Una linda con un gran patio trasero para poder
tener un perro o dos.
Maxine comienza a listar todas las cosas que quiere en la casa nueva y
sólo sonrío. Sé que la mitad de esas cosas son sólo hormonas hablando pero
aun así tomo nota de revisar todo eso en unas semanas.
-Te amo, Maxine. Y te amo también, - digo, inclinándome para hablar
con su vientre.
-También te amamos, - dice y veo que sus ojos se empiezan a cerrar.
-¿Por qué no te llevo a casa? Puedes tomar una siesta y luego trabajar
un poco cuando tengas más energías.
Asiente letárgicamente y me pongo de pie, ayudándola a hacer lo
mismo.
Está dormida antes de que salgamos del estacionamiento y sonrío
cuando nos dirigimos a casa. Nuestras familias estarán muy felices por
nosotros y no puedo esperar a decirle a Ansel que será un hermano mayor.
Estaciono y cargo a mi esposa hacia nuestro apartamento, sonriendo
mientras dice mi nombre cuando la acuesto en la cama y la cubro con la
sábana.
¿Quién hubiera pensado que esto saldría de una aventura de una noche?
Esa noche encontré al amor de mi vida, la mejor familia y el final feliz que
ni siquiera sabía que quería.
Todo gracias a Eye Candy Ink.

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español!
HARVEY
*

Harvey Warner cree que la perdió.

La razón, quiere decir. 

Dio su corazón voluntariamente tan pronto como sus ojos se posaron sobre
la chef con curvas trabajando en su camión de comida afuera de Eye Candy
Ink una noche.

En su defensa, nunca ha sido bueno hablando con mujeres, pero ahora que
ha conocido a la mujer de sus sueños, lo que está en juego es más
importante que nunca, así que decir su nombre y la frase más cursi que
existe no es un buen inicio para su relación.

Su única salvación es que su torpe intento de coqueteo le parece adorable a


la voluptuosa chef.

Las frases no deberían de funcionar con nadie, pero de alguna manera a


Coraline parece gustarle.

¿Conquistar a Coraline arruinaría todo? ¿O finalmente podrá tener el final


feliz que ha sonado desde que la vio por primera vez?
UNO

Harvey

-¿QUIERES que te esperemos y te acompañemos? Banks sigue aquí pero


tardará una hora o más con su cliente, - le digo a Maxine junto a Rooney en
la puerta de su oficina.
-No, está bien. Ames me trajo al trabajo esta mañana y me acaba de
enviar un mensaje diciendo que ya casi termina las compras y podrá venir a
recogerme.
-Está bien, te veo mañana, - digo antes de despedirnos y dirigirme a la
entrada.
Pasamos al lado de Ames camino a la entrada y asiente con la cabeza,
dándonos un ligero puñetazo en el hombro a los dos.
-Que tal, chicos, ¿cómo va todo? - pregunta.
-Muy bien, - digo, moviendo mi mochila a mi hombro.
-¿Maxine ya terminó todo? - pregunta y sacudo la cabeza con una
sonrisa.
-Lo dudo. La computadora se arruinó a la hora del almuerzo, así que
está poniéndose al día, - le dice Rooney.
-Genial,- gruñe y me río al salir por la puerta.
-Te veo mañana, - le digo cuando Rooney y yo empezamos a caminar
hacia mi auto en el estacionamiento frente a Eye Candy Ink.
Rooney ha sido mi mejor amigo desde que nací. Literalmente. Nuestros
padres son mejores amigos y nos criamos juntos. También somos
compañeros de cuarto, así que nos llevó al trabajo la mayoría de los días.
Rooney ha recibido más multas de las necesarias y es terrible ser el pasajero
cuando conduce, así que funciona muy bien para los dos.
Los dos podríamos pasar por el gemelo del otro con nuestra con
nuestros cuerpos larguiruchos, cabello castaño oscuro despeinado, ojos
azules, y tatuajes oscuros. Pero ahí es donde terminan las similitudes.
Soy el soñador entre los dos y Rooney es el bromista. Nos
complementamos entre nosotros ya que tiendo a tomar las cosas muy en
serio a veces y Rooney raras veces lo hace.
Casi llegamos a mi auto cuando el viento cambia y el olor a carne frita y
especias toca mi nariz. Mi estómago ruge, y volteo a ver a Rooney. Sin
decir nada entre nosotros, ambos cambiamos de dirección y nos dirigimos
al otro lado del estacionamiento.
Hay un camión de comida estacionado que nunca había visto antes pero
si el olor que viene de él y la línea de personas son algún indicativo, estate
viniendo aquí cada noche después del trabajo.
Nos detenemos al final de la fila y revisamos el menú al lado del
camión. Parece un lugar que sirve comida casera elegante y aunque no
conozco la mitad de los ingredientes mencionados en el pizarrón, todo
suena bien. El especial de esta noche es pollo y waffles, y mi estómago ruge
de nuevo cuando un cliente pasa al lado con su comida.
El camión de color azul pálido se llama The Culinerdy Cruiser y el
nombre está a lo largo de él, haciendo que parezca grafiti con colores
fuertes y brillantes. Al artista en mi le gusta y me rio del nombre, volteando
a ver justo cuando la chica que trabaja dentro del camión se da la vuelta.
Mi corazón se detiene por un momento y luego se dispara. Está
entregando la comida a un cliente y le sonríe. Levanta la mirada, sus ojos en
los míos solo por un minuto y casi pierdo el equilibrio.
Demonios. ¿Está sucediendo?
Crecí escuchando a mi papá decirme que vio a mi mamá, Darcy, una
vez y supo que ella era para él. El papá de Rooney solía decirnos que
enamorarse de su mamá, Indie, fue repentino. Siempre me pregunté cómo
me enamoraría. ¿Sería como mi papá o como el tío Mischa?
Parece que será como mi papá.
Mi chica del camión de comida, es hermosa. Incluso acalorada por la
temperatura, es perfecta con su cabello platinado enredado en un mono y
escapando de su gorra de béisbol. Es difícil saber qué tan alta cuando la
ventana del camión solo me muestra desde su torso hacia arriba, pero
parece pequeña.
Sus ojos son el azul más claro y brillan con las luces de las lámparas
cercanas. Asiente en mi dirección, una sonrisa tímida en sus labios antes de
voltearse hacia la parrilla y pienso que si no me hubiera enamorado de ella
a primera vista, de seguro lo habría hecho en ese momento.
-Rooney. Ella es mía, - susurro y él se acerca a mí, viendo a la chica que
ha llamado mi atención.
No necesita que lo explique para saber a lo que me refiero. Supongo que
crecer juntos y ser mejores amigos hace eso. Somos como una pareja de
casados que no necesita palabras para comunicarse.
-¿Estás seguro? - pregunta, estudiando a mi chica, y asiento con la
cabeza.
-Positivo.
Paso el resto de mi tiempo esperando en la fila, estudiándola. Es
eficiente tomando órdenes y haciendo la comida como si hubiera nacido
para eso. Cuando finalmente es mi turno, he pensado en un millón de líneas
de presentación.
Quizá es por eso que es tan decepcionante cuando llego al frente de la
fila y abro mi boca solo para decir, -Hola, soy Harvey. ¿Cómo te llamas? ¿Y
eres fan de las bodas rápidas?
-Oh por Dios, - gruñe Rooney, alejándose de mí como si temiera sentir
vergüenza por mí.
La chica parpadea y para mí, y seguro la de Rooney, total sorpresa,
lanza la cabeza hacia atrás y se ríe. El sonido es tan hermoso y me envuelve
como una sábana, dejándome cálido y en paz.
-Es estuvo buena, Harvey. Es definitivamente la frase más creativa que
he escuchado.
-Oh por Dios. Está igual de loca que tú, - murmura Rooney a sí mismo y
quiero golpearlo pero me niego a quitarle los ojos a mi chica.
-Soy Coraline y este es mi camión. ¿Qué puedo servirles?
Rooney se apresura a ordenar el especial de la noche, yo pido lo mismo
y nos movemos a un lado para dejarla trabajar.
-¿Acabas de abrir el camión? No te he visto por aquí antes, - pregunto,
tratando de hacer conversación. Quiero saber todo sobre ella.
-Sí, solía estar en Filadelfia pero mi mejor amiga se acaba de mudar
aquí y me convenció de venir también. Es mi primera noche en servicio
aquí. Solía estacionar en el Conservatorio Phipps pero no había mucho
tráfico de personas en las altas horas de la noche. Este parece ser un mejor
lugar.
Nos pasa la comida y Rooney le agradece antes de pasar a tomar unas
servilletas de la pequeña sección de condimentos al lado del camión. Yo
dudo, sin querer irme todavía.
-Te veré por ahí, Harvey. Espero que regresen.
-Trabajamos en Eye Candy Ink así que definitivamente lo haremos,
Coraline, - le prometo.
Ella se mueve a atender al siguiente cliente y me reúno con Rooney.
-Está muy bueno, - dice con la boca llena de comida y abro mi plato,
tomando un bocado del waffle y asintiendo.
-Tenemos que volver, - dice y yo asiento con la cabeza.
Sé que volveré. Probablemente todas las noches.
Terminamos nuestra comida y, a regañadientes, sigo a Rooney de
regreso a mi auto. No puedo evitar un último vistazo sobre mi hombro
mientras tomo asiento detrás del volante. Los ojos de Coraline se
encuentran con los míos y sonrío cuando salgo del estacionamiento y hacia
mi apartamento.
Quizá no soy el último que cogió sentimientos esta noche.
DOS

Coraline

SOY un desastre sudoroso la mañana siguiente, encima de la parrilla y


tallado todo hasta que brilla y parece como nuevo. Son solo las diez de la
mañana pero he estado despierta por horas. Fui al mercado de granjeros al
amanecer y recogí más ingredientes para el resto de la semana.
Me he acostumbrado a ordenar suministros cuando estaba al otro lado
de la ciudad y casi que quedo sin ingredientes anoche. El tráfico es mucho
mayor aquí estando cerca de los clubs y debo prepararme para eso de ahora
en adelante.
-¡Hola, amor! - dice mi mejor amiga Sayler entrando al camión,
dándome un susto de muerte en el proceso.
-Hola, Say. ¿Qué estás haciendo aquí? - le pregunto.
Sayler ha sido mi mejor amiga desde la primaria. Cuando se mudó a
Pittsburgh hace unas semanas, vine con ella, queriendo estar cerca de lo que
me quedaba de familia.
Sayler trabaja como diseñadora gráfica independiente y desarrolladora
de páginas web. Siempre ha sido buena con las computadoras y es una
artista fenomenal. Le he pedido que cree un diseño para The Culinerdy
Cruiser y ha hecho un jonrón. Estoy segura que la razón de la mitad de mis
clientes.
También diseñó un sitio web para mí y me ayuda con mis redes sociales,
a cambio, cocino para ella. Obtiene comida gratis del camión siempre que
quiere. Lo que suele ser la mayoría de las noches.
-Solo pensé en ver si necesitabas ayuda. Esta mañana te fuiste antes de
poder preguntarte como te fue anoche, - dice tomando una esponja extra y
comenzando a limpiar el mostrador de enfrente.
-Gracias. Anoche estuvo ocupado. Obtuve casi el triple de clientes aquí,
así que tuve que correr al mercado tan pronto abrió. Estaba tan cansada
anoche que no limpie tan bien como debí.
Ella tararea, limpiando un lugar en particular en el mostrador.
-¿Piensas contratar a alguien pronto? - pregunta cuando me muevo al
mostrador de preparación.
-Ya quisiera. Apenas estoy ganando lo suficiente para cubrir mis gastos
y parte del alquiler ahorita. Quizá después de unas cuantas semanas más en
este lado de la ciudad.
-Puedo cubrir tu parte del alquiler por un tiempo, - ofrece pero ya estoy
negándome.
Sé que Sayler haría lo que fuera para ayudarme, pero no quiero
aprovecharme de ella. Sus padres son ricos, ambos abogados, pero tienden a
tratar de comprar su amor y ella está harta de eso. Esa es parte de la razón
por la que se mudó a Pittsburgh. Quería alejarse de ellos e independizarse, y
aunque sé que le está yendo mejor que a mí, su negocio aún está empezando
también.
-Estaré bien, - le prometo y ella suspiró, sacudiendo la cabeza con
exasperación.
Está acostumbrada a que rechace su ayuda. Siempre me he valido por
mí misma. Probablemente sea a raíz de una vida entera teniendo que hacer
todo por mí misma. Mis padres siempre estuvieron demasiado concentrados
en su propio drama o más reciente pelea la mayor parte del tiempo como
para recordar que tenían una hija.
Siempre fueron así desde que tengo memoria. Miserables, criticándose
el uno al otro en lugar de trabajar juntos. Debieron divorciarse, rayos, nunca
debieron estar juntos para empezar. Eran demasiado tóxicos y crecer en ese
ambiente ciertamente me dejó más de una mala opinión sobre las
relaciones. Quizá ese es el motivo por el que nunca he tratado de salir con
alguien.
-¿Tuviste algún cliente interesante anoche? - pregunta Sayler y en mi
mente aparece el ardiente chico tatuado.
-Sí, este chico que trabaja en el estudio de tatuaje de ahí. Dijo que su
nombre era Harvey. Fue bastante entretenido.
-¿Si? ¿Tiene tatuajes? - pregunta curiosa.
-Si. Preguntó por mi nombre y si me gustaban las bodas rápidas, - dije
con una risa y Sayler se lanzó a carcajadas.
-Cásate con él.
Me rio de ella y me sonríe.
-¡Hablo en serio!
-Sí, sí, - digo moviéndome a la última parte del mostrador.
-No puedo esperar a conocerlo. Era sexy?
Volteo los ojos, ordenando los últimos utensilios de limpieza y
guardándolos en la parte trasera del camión. Sayler es la romántica.
También sabe que no estoy interesada en chicos o en sentar cabeza por
ahora. Acabo de salir de la escuela culinaria hace un año y necesito hacer de
mi pequeño camión de comida un éxito y perfeccionar mi oficio. O mejor
aún, obtener un trabajo en un restaurante para no tener tanto en mi plato.
Ese siempre ha sido mi sueño pero no pude encontrar ningún restaurante
que busque contratar un chef, o incluso un sous chef, en Filadelfia. He
aplicado a unos cuantos lugares en Pittsburgh pero no he escuchado nada.
Es por eso que sigo trabajando en The Culinerdy Cruiser.
Saco unos vegetales del refrigerador y empiezo a trabajar en preparar
algo de comida para esta noche.
-¿Cuál es el especial de hoy? Lo pondré en el sitio web y en tus redes
mientras cocinas.
-Es martes, así que hare tacos de panza de cerdo crujiente con mi salsa
de chili y limón. También tendré tacos regulares y burritos con guacamole
casero y salsa de queso.
-Oh, suena increíblemente delicioso, - dice Sayler, fingiendo limpiar
saliva de su barbilla.
-Te prepararé unos ahorita, - le digo, encendiendo la parrilla.
Preparo pico de gallo y lo guardo en el refrigerador antes de empezar
con la salsa de chili y limón. Sayler tararea una canción pop para ella
misma mientras actualiza todas nuestras cuentas y enciendo el pequeño
ventilador pegado arriba de la ventana del camión para que no muramos de
un choque de calor.
Trabajamos el resto de la tarde. Ella en el trabajo de un nuevo cliente
cuya fecha límite se acerca y yo preparando todo para esta noche. Preparo
mi propio guacamole y queso, y comienzo a hacer las tortillas para los
tacos.
Empieza a hacerse tarde y Sayler guarda su computadora para sacar el
iPad y lector de tarjeta que usamos para procesar pagos.
-¿Te quedarás a ayudar? - le pregunto y ella asiente.
-Sí, tengo el presentimiento de que estarás ocupada. Además, quizá tu
chico tatuado venga y quiero ver si tiene algún amigo.
Me guiña el ojo y me rio, pasándole otro taco cuando nuestro primer
cliente de la noche se acerca al mostrador.
TRES

Harvey

-SE VE SEXY, ¿verdad? - Sally, o Susan, pregunta cuando terminó su


tatuaje en la espalda baja.
-Totalmente, - digo sin entusiasmo
Sharon, o como sea su nombre, ríe, moviéndose ligeramente y trato de
contener el suspiro cuando dejo de tatuarla de nuevo. Esta chica, cuyo
nombre juro que empieza son S, no deja de moverse. Se quejó y movió
durante toda la maldita sesión y cuando no se estaba quejando, trataba de
coquetear conmigo.
Estoy acostumbrado a esto.
Nunca he estado interesado en citas. Ser tatuador siempre atrae a chicas
que buscan aventuras con un “chico malo” y trabajar en el estudio de
tatuajes Eye Candy Ink quizá las alienta a hacerlo aún más. Sé que casi
todas las mujeres que pasan por esas puertas sólo están interesadas en una
aventura y no quiero eso. Quiero algo serio. Quiero amor.
Termino lo último del sombreado y apago mi máquina, tomando el
ungüento y vendaje para poder despachar a como-se-llame.
Este es mi último cliente y puedo escuchar a los demás preparándose
para cerrar y volver a casa. Traje a Rooney al trabajo de nuevo así que sé
que se quedará hasta que yo termine. Me pregunto si puedo convencerlo y
volver a comer en The Culinerdy Cruiser.
No he podido sacarme a Coraline de la cabeza. Su comido estuvo
deliciosa pero fue mi reacción hacia ella lo que se había quedado conmigo
por las últimas veinticuatro horas. Incluso soñé con ella anoche.
-Estás lista, - le digo a mi cliente mientras me quito los guantes y me
pongo de pie.
Ella se toma su tiempo levantándose de la mesa y tomando su cartera de
la silla en la esquina. Se agacha, dando un buen vistazo del vendaje sobre su
trasero y volteo los ojos, dándome la vuelta y saliendo al pasillo.
Rooney, Gray, y Banks están limpiando el área de espera de enfrente y
llevo a mi clienta ahí, apresurando en el proceso del pago. Gray se ofrece a
acompañarla a su auto por mí
y le sonrío agradecido cuando se va con ella.
Rooney y Banks me siguen por el pasillo a mi estación y se recuestan en
el marco de la puerta mientras limpio el desastre de mi último tatuaje.
-¿Te pidió tu numero? - pregunta Rooney mientras limpio la mesa y
volteo los ojos.
-No.
-¿Te dio el de ella? - pregunta Banks y le saco el dedo mientras se ríe.
Banks, Rooney, y yo hemos sido amigos desde que nacimos. Nuestros
padres son muy cercanos y todos han trabajado en el estudio original de Eye
Candy Ink. El tío Mischa, papá de Rooney, y el tío Nico, papá de Banks,
aún trabajan en la otra sucursal.
El verdadero nombre de Banks es Zeke pero con nuestro tío Zeke, se
volvía demasiado confuso. Solíamos molestarlo, preguntándole si era el
artista callejero Banksy. Nunca pudimos probarlo y como necesitábamos un
apodo, Banksy se volvió Banks.
Termino de limpiar mi estación y tomo mi mochila, siguiendo a Rooney
y Banks hacia la entrada. Gray ha vuelto, escribiendo en su teléfono.
Probablemente enviando un mensaje a Nora, su compañera de cuarto y
mejor amiga. Esos dos son inseparables… y perfectos el uno para el otro,
aunque ninguno parece darse cuenta.
-¿Quieren ir por algo de comer? - pregunta Banks buscando sus llaves
en su bolsillo.
-Sí, yo iré ahí, - digo, señalando al otro de la calle hacia el camión de
comida.
-¿Para ver a tu chica o por algo de comer? - pregunta Rooney y le
sonrío.
-¿No pueden ser ambos? Sabes que puedo hacer más de una cosa a la
vez.
Todos se rieron por eso. Soy notablemente malo para hacer varias cosas
a la vez. Necesito concentrarme en una cosa a la vez para asegurar que se
haga a la perfección. Aunque hace algunas cosas muy difíciles. Me refiero a
que a veces apenas puedo hablar y caminar a la vez.
-Yo voy. Muero de hambre, - dice Gray aun en su teléfono.
-Yo también, - dice Banks y todos cruzamos la calle.
Hay otra fila y veo que el especial ha cambiado a tacos. Mi estómago
ruge cuando el olor a carne sazonada y lima picante llega a mí. Coraline
está trabajando en la parrilla y hay una chica nueva tomando órdenes. Es
linda, con cabello negro y grandes ojos verdes pero no me interesa.
Solo mi Coraline puede hacer eso.
-¿Qué van a pedir ustedes? - pregunta Gray y quito mis ojos de Coraline
para responderle.
-Probare uno de esos tacos de panza de cerdo y dos de los regulares.
Ambos volteamos hacia Rooney y me sorprendo de verlo con una
expresión de atontamiento.
Volteo a ver y está mirando a la chica que está tomando las órdenes,
empiezo a sonreír. Entonces pienso: ¿Me veía así de enamorado cuando vi
a Coraline anoche?
-Nora dice que le lleve unos tacos. Debe estar trabajando tarde.
Volteo los ojos, mordiéndome la lengua antes de mencionar que debería
llevarla a una cita de verdad de una vez. Sé que no ayudará en nada.
Rooney está callado, aturdido, hasta que llega nuestro turno de ordenar
y se pone en frente de Gray y de mí para darle una gran sonrisa a la chica
que estaba viendo. Gray se ve sorprendido y me doy cuenta que debió
perderse los ojos que Rooney le estaba haciendo a la chica.
-Hola, - dice Rooney y la chica se inclina sobre el mostrador, dando una
sonrisa.
-Hola tú, - dice ella sonriendo.
Coraline debe escucharla porque voltea a ver y nuestros ojos se
encuentran.
-Ey, ¡boda rápida!
-¿Qué? - dicen Gray y Banks al mismo tiempo, ambos sonando
confundidos y quizá un poco alarmados.
-Les explicare después, - murmuro acercándome a la ventana, tratando
de quitar a Rooney del camino.
-¿Vienes por más? - pregunta Coraline entregándole su pedido a un
cliente.
-Si.
-Bien, ¿qué les sirvo? - pregunta la amiga de Coraline.
-¿Qué tal tu numero? - dice Rooney coqueto y me pateo mentalmente
por no decirle algo así a Coraline anoche.
-¿Qué tal si empezamos con tu orden, bebe? - dice con una risa.
-Si quieres tomarte tu tiempo, puedo esperar. Llevaré dos tacos de panza
de cerco y dos de res, - dice Rooney antes de moverse a un lado y Gray se
mueve a pedir su orden.
- Llevaré seis tacos de res y cuatro de panza de cerdo, por favor.
Sigue Banks y luego es mi turno.
-Dos de res y uno de panza de cerdo, por favor, - digo, moviendo a
Rooney para que pague.
El voltea los ojos pero entrega su tarjeta de débito.
-Rooney Jenning, ¿no? - dice la chica del mostrador cuando lee su
tarjeta.
-Sí, ¿cuál es tu nombre?
-Si te lo digo, ¿dirías algo cursi como que sonaría mejor con Jenning al
final?
-Quizá…
Ella se ríe y se rinde.
-Yo soy Sayler.
Gray comienza a tararear el tema de Sailor Moon casi al instante y
quiero preguntarle cómo conoce la canción pero mis ojos se mueven hacia
Coraline, y me distraigo.
Rooney está ocupado coqueteando lo mejor que puede con Sayler y
muevo mi atención para ver a Coraline cocinando. Tiene una suave sonrisa
en su rostro y me pregunto si es porque ama mucho cocinar o si la
conversación entre Rooney y Sayler es realmente entretenida.
Cuando comienza a empacar nuestros tacos, sé que mi ventana de
conversación está cerrándose rápidamente y me muevo, determinado a
hacer que este momento cuente.
-Aquí tienen, - dice Coraline pasándonos nuestros pedidos.
Gray y Banks toman los suyos y se mueven a un lado. Gray está
ocupado hablando con Nora en su teléfono y Banks ya ha comenzado a
comer. Rooney le agradece a Coraline y continúa coqueteando con Sayler.
No hay nadie en la fila detrás de nosotros así que me recuesto en la
ventana del camión y trato de darle mi sonrisa más encantadora a Coraline.
-¿No hay una frase para hoy? - pregunta con una sonrisa, inclinándose
en el mostrador y trato de pensar en una sin éxito.
-Desearía ser bizco para verte dos veces.
-Jesús, eres malo en esto, - dice Gray, viéndome horrorizado.
Banks y Rooney se ríen, acostumbrados a lo malo que soy hablando con
mujeres. Coraline también se ríe y trato de pensar en otra.
-¿Te gustan las pasas? - le pregunto y me da una gran sonrisa.
-Claro.
-¿Qué hay de una cita?
Se ríe fuerte y sonrío, sintiéndome más relajado.
-Esa estuvo buena, - dice con una risilla y juro escuchar ese sonido
todos los días por el resto de mis días.
Sayler nos está viendo como si nunca hubiera visto una situación como
esta antes y me pregunto si es algo bueno.
-Oh! Tengo una, - dice Coraline emocionada y me acerco a ella. – Si
fueras una gallina, serías impecable.
Me rio de lo mala que es y Coraline casi se dobla de la risa.
Rayos, es adorable.
Volteo a ver a Gray, Banks, y Rooney viéndonos como si estuviéramos
locos pero no me importa.
Algunos clientes se han acercado a la ventana y me veo forzado a
moverme.
-Nos vemos, Harvey, - dice Coraline volviendo a la parrilla y me
despido, deseando haber obtenido su número o algo.
-Adiós Rooney, - pasándole un pedazo de papel antes de atender a los
siguientes clientes.
Los tres nos dirigimos al estacionamiento y Rooney mueve el papel
frente a mí. Lo ignoro y él se ríe.
-Son los peores, - gruñe Gray mientras caminamos a nuestros autos, y
Rooney y yo nos reímos.
Banks se ríe y Gray le saca el dedo mientras sube a su auto y sale del
estacionamiento.
CUATRO

Coraline

LA HORA pico finalmente ha bajado y tomo un descanso, recostándome


sobre el mostrador con un ventilador en mi cara. Deben de hacer noventa
grados afuera y es incluso más caliente en el camión con la parrilla y
freidora encendidas.
El especial de esta noche es hamburguesa de alioli con un fuerte queso
cheddar añejado, tocino ahumado con madera de manzano, cebollas
caramelizadas, tomate, lechuga, y alioli de ajo asado. Me sorprende que casi
todos los clientes hasta ahora la han pedido. Viene con una orden de papas
fritas y me alegro de haber hecho las porciones temprano para solo tener
que meterlas en la freidora y luego trabajar en las hamburguesas.
Mis ojos se desvían hacia el otro lado del estacionamiento al letrero rosa
neón del estudio de tatuajes Eye Candy Ink y me pregunto si Harvey vendrá
de nuevo esta noche.
Como si lo hubiera llamado, sale del estudio y nuestros ojos se
encuentran desde el otro lado de la calle. Levanto mi mano para saludarlo y
él sonríe, cruzando la calle.
-Hola, Coraline. ¿Acabas de salir del horno? Porque estás que ardes, -
dice con una sonrisa traviesa.
-Hola, Harvey, ¿qué vas a ordenar? - pregunto riendo.
-Tomaré el especial. Lo he estado oliendo por la última hora y huele
delicioso.
Mi rostro se sonroja por el cumplido y le sonrió antes de dar la vuelta y
empezar con su orden. Sirvo una porción extra de papas fritas a la freidora y
comienzo a hacer la mejor hamburguesa de mi vida. Quiero que piense que
soy la mejor chef que alguna vez haya cocinado para él. Quiero darle una
razón para que siga viniendo todas las noches, aunque sospecho que lo haría
incluso si la comida fuera una mierda.
-¿Cómo ha estado tu noche? - pregunta después de un momento.
-Bien. La clientela es bastante estable aquí. Si no hiciera tanto calor
sería perfecto, - bromeo, abanicando mi rostro.
-¿Quieres que te traiga una botella de agua helada o algo? - ofrece y mi
corazón se derrite de lo dulce que es.
-No, he estado metiendo mi cabeza en el congelador cada cuantos
minutos, así que estoy bien, - bromeo y él se ríe.
Terminó su orden y le pasó el plato. El mira adentro y sonríe.
-¿Papas extras, Coraline? Es mejor que tengas cuidado o las personas
creerán que te gusto.
-No es esto. Solo trato de engordarte. Estás tan delgado y parece que la
última vez que comiste fue en los años 90s.
-Tengo que darle a las chicas lo que quieren.
-¿Que chicas? No sé de nadie que esté buscando esta, - digo con una
sonrisa, viendo desde sus zapatos hasta su cabello despeinado.
-Hice una encuesta. Alto y larguirucho es lo que está de moda ahora.
-Creo que deberías hacer esa encuesta de nuevo, - molesta.
-Ja ja. Sabes, si de verdad quieres engordarme, deberías darme un trozo
de ese pastel de queso, - dice, apuntando al postre del menú de esta noche.
Me acerco e incluso sobre la ventana del camión.
-No puedo hacer eso, Harvey. Las personas podrían pensar mal y creer
que me gustas o algo así.
Lanza su cabeza hacia atrás, riendo hacia el cielo oscuro y me uno a él.
Nunca había tenido este tipo de relación tan fácil con un chico antes. Estoy
acostumbrada a idiotas sexistas o que solo buscan sexo. Nadie como
Harvey.
La escuela culinaria estaba llena de chicos egocéntricos e incluso si
hubiera estado interesada en uno de ellos, era demasiado competitiva como
para realmente tener algún tipo de relación. Antes de eso, estaba ocupada
tratando de mantener un techo sobre mi cabeza y ahorrar para la escuela. Ni
siquiera tenía tiempo para chicos o citas.
Técnicamente, aún no lo tengo.
Necesito hacer que este camión de comida despegue o encontrar un
puesto de chef en un restaurante cerca de aquí. Necesito mejorar mis
habilidades y volverme la mejor chef que pueda ser. La mejor chef en
Pittsburgh.
Unos clientes más se acercan a mí y mi humor se agrava. No quiero
ayudarlos en este momento. Solo quiero unos minutos más con Harvey.
Así es como sé que él es peligroso.
Sayler no pudo dejar de hablar de Harvey y Rooney anoche y continuó
la conversación incluso después de cerrar el camión e ir a casa. Sé que ya
está planeando citas dobles en su cabeza y odio tener que decirle que no
tengo tiempo para eso ahora. Sé que tratara de hacer que cambie de opinión.
-Ey, um, me preguntaba si quizá querrías… - es interrumpido por la
llegada del siguiente grupo de clientes y me da una sonrisa triste,
moviéndose un poco al lado.
-¿Te veo mañana en la noche? - pregunta moviéndose más y asiento,
dándole una última sonrisa.

TRATO de no ver cuando regresa al estudio y entra por la puerta. Se


detiene cuando llega a la puerta y voltea a ver.
Por un momento, nuestras miradas se cruzan y se aferran. Incluso en la
luz tenue y con la distancia, puedo ver el fuego arder en sus ojos y me
llama. Quiero ir con él. Quiero que me envuelva con sus brazos
larguiruchos. Quiero sentir sus labios en los mío, su cuerpo en el mío.
Me obligó a desviar la mirada y pongo una sonrisa en mi rostro mientras
tomo la siguiente ronda de órdenes y vuelvo al trabajo.
Sayler aparece unos minutos después y le sonrió agradecida cuando se
hace cargo del mostrador. Trabajamos por media hora antes de tener otro
descanso y se lo que va a preguntar antes de que siquiera abra la boca.
-¿Ya vino Rooney? - preguntó y asiento con la cabeza.
-Acabas de perderlo. Vino justo antes de que vinieras.
Ella frunce las cejas y le paso una botella de agua, apuntando el
ventilador hacia ella por unos minutos.
-¿Ya te invito a salir? - pregunta y niego con la cabeza.
-Creo que iba a hacerlo esta noche pero nos interrumpieron.
-Quizá la próxima. Es obvio que le gustas. Solo debemos encontrar el
momento indicado.
Arruga la nariz y juro que casi puedo ver los números en su cabeza de
cuando sería el momento ideal para encontrarse con Rooney.
-No es como si importara. No puedo salir con él.
-¿Que? ¿Por qué no? - demanda molesta.
-Tengo el camión y tengo que hacer que mi negocio prospere. No tengo
tiempo para preocuparme por chicos ahora.
Sayler suspira y toma un trago de agua.
-No siempre puedes predecir todo, Cora. Especialmente el cuándo
conocerás al “indicado”.
-Lo sé. Es justo como dijiste. Necesito que sea en el momento indicado.
Sayler frunce las cejas, sin gustarle que use sus palabras en su contra
pero llegan más clientes y me salvo de sus argumentos.
Aun así, cuando regreso a la parrilla para cocinar, no puedo evitar echar
un último vistazo a las puertas de Eye Candy Ink, esperando ver a Harvey
una última vez antes de sacarlo de mi cabeza de nuevo.
CINCO

Harvey

HOY ES mi última noche de trabajo de la semana y estoy exhausto. Ansío


pasar por el camión de Coraline antes de ir a casa a dormir. Ha sido una
larga semana, llena de clientes uno tras otro y estoy desesperado por dormir.
Salgo de Eye Candy Ink, cerrando la puerta con llave antes de voltear
hacia The Culinerdy Cruiser. Hay una larga fila hoy y sonrió, feliz de que
las personas parecen reconocer lo talentosa que es mi chica. Al acercarme,
noto que hay algo mal.
Todos en la fila parecen estar más que enojados y cuando veo la ventana
del camión, parece que el chico que está ordenando le está gritando a mi
dulce chica. Está inclinado sobre el mostrador, señalando al plato de comida
para llevar y puedo ver a Coraline tratando de calmarlo. También puedo ver
que está tratando de contener las lágrimas y reacciono sin pensar.
Me dirijo a la puerta del camión y toco. El chico que esta gritándole a
Coraline se ha ido y no puedo esperar a que Coraline abra la puerta para mí.
Sus mejillas están rojas, sus ojos brillantes por las lágrimas, pero su
rostro parece relajarse cuando me ve.
-Gracias a Dios. Creí que eras otro cliente que venía a gritarme.
-¿Ha pasado mucho esta noche? - preguntó con cuidado y ella asiente,
sus ojos aun tristes.
-Parece que el gnocchi de pollo cajún no es muy popular, - dice,
tratando de bromear pero puedo escuchar el dolor en su voz y no puedo
soportarlo.
-Me parece que huele muy bien.
-Es demasiado picante. Esa ha sido la queja toda la noche pero marine
el pollo anoche y realmente no puedo cambiarlo ahora. Tendría que hacer
más de la salsa que va con él para bajar el picor pero no puedo ir a
conseguir más ingredientes.
-Déjame ayudarte. Le enviaré un mensaje a Rooney para que vaya a la
tienda. Puedes cocinar y usar más de la salsa por ahora y te ayudaré a hacer
más cuando Rooney llegue.
-No tienes que hacer eso, Harvey. Sé que has trabajado todo el día.
-Quiero ayudarte, Coraline.
-¿Por qué? - pregunta y la multitud comienza a enojarse más.
-Porque me gustas y no puedo verte triste. Ahora, ¿que debe comprar
Rooney?
Se queda viéndome por unos largos segundos y luego empieza a listar
unos ingredientes, le envío el mensaje a Rooney. Me contesta que estará
aquí en veinte minutos y entro al camión y hacia la ventana.
El sistema de la registradora es bastante fácil y lo entiendo rápido.
Trabajamos juntos al unísono, haciendo un buen equipo para despejar la
fila. Estamos terminando con el último cliente cuando Rooney llega y se
acerca con los ingredientes. Dejo que entre y me apresuro a enseñarle cómo
usar la máquina de tarjeta de crédito antes de comenzar a ayudarle a
Coraline en el mostrador trasero.
Me lavo las manos, deslizando un par de guantes sobre ellas y una gorra
de béisbol antes de tomar mi lugar junto a ella.
-¿Puedes ayudarme a revolver la salsa? No quiero que se queme. Cortar
las cebollas y los pimientos verdes.
Tomó su lugar y comienzo a revolver, viendo como Coraline
rápidamente corta y cuba las cebollas y pimientos verdes. Es una maestra
con ese cuchillo, la hoja moviéndose tan rápido que comienza a verse
borrosa. Agrega los vegetales y algunas hierbas al sartén donde estoy
revolviendo y tiene que volver a trabajar cuando llegan nuevos clientes.
Terminamos la salsa y comienzo a ayudar a Coraline a empaquetar la
comida. Los tres trabajamos juntos por las próximas dos horas. No me
había dado cuenta que sus horas más ocupadas son justo cuando Eye Candy
Ink está cerrando. Hay muchas personas afuera, de club en club o camino a
bares así que muchas personas ligeramente borrachas con hambre y todas
parecen gravitar hacia The Culinerdy Cruiser, probablemente por el
delicioso olor.
No cerramos hasta la una de la mañana y para ese entonces estoy
muerto. No sé cómo hace esto todos los días. Y sola, la mayoría de las
veces.
-Muchas gracias por ayudar hoy, - nos dice a Rooney y a mí, y ambos
asentimos.
-Cuando lo necesites, - le digo, acercándome y dándole un abrazo de
lado.
-¿Debemos limpiar algo? Trate de limpiar el mostrador cuanto pude, -
dice Rooney, viendo al camión.
-Oh, no tienen que hacer eso. Puedo encargarme luego.
-Déjanos ayudarte, - le digo. -Luego te acompañaremos a tu auto.
Ella asiente, sonriendo agradecida antes de pedirnos que nos
encargamos de los condimentos afuera del camión y limpiar los
mostradores. Ella limpia la parrilla y Rooney sale, así que tomo una talla y
comienzo a limpiar todo a la vista.
A las dos de la mañana, finalmente hemos terminado y salgo con
Coraline, esperando a que cierre la puerta del camión con llave.
-Saben, si quieren trabajar horas nocturnas, por menos paga, puedo
contratarlos.
Rooney y yo reímos, y puedo ver que también está exhausto cuando
bosteza. Definitivamente le debo una por pasar su noche en el camión con
nosotros.
-Nos vemos luego, Coraline. Nos vemos en casa, Harvey, - dice Rooney
antes de despedirse y caminar a su auto.
Volteo hacia Coraline y nos dirigimos en la otra dirección hacia su viejo
Ford Edge.
-Gracias de nuevo por ayudarme esta noche, - dice con dulzura y
asiento.
-Cuando quieras, Coraline.
Llegamos a su auto y busca las llaves en su bolsillo. Ambos nos
movemos y me gusta pensar que es porque ninguno quiere decir adiós.
-¿Alguna vez te tomas la noche libre? - pregunto.
Estoy harto de darle largas a lo que siento por esta chica. Debo invitarla
a salir. Debo hacerla mía.
-Sí, me tomo los lunes y martes libres.
-Quizá pueda invitarte a cenar, ¿entonces? Puedes dejar que alguien más
cocine para ti para variar, - pregunto y me da una sonrisa que se ve
ligeramente frágil.
-Me encantaría Harvey, pero no puedo. Es solo que estoy muy ocupada
aquí y necesito que el camión sea un éxito antes de preocuparme por algo
más.
Trato de no mostrar mi decepción y solo asiento y muevo mis pies.
-No te preocupes.
-En serio lo siento, - me dice y asiento de nuevo. - Yo, uh, te veré luego,
- dice, abriendo su auto y asiento de nuevo, sintiéndome patético y más
incómodo que nunca.
-Te veo luego, - repito sosteniendo la puerta del auto por ella.
Ella entra y cierra la puerta, despidiéndose antes de que yo cruce el
estacionamiento y entre a mi auto. Espero a que Coraline se vaya y gire en
la calle principal antes de descansar mi cabeza en el volante y dejar salir el
gruñido que estaba conteniendo.
SEIS

Coraline

HARVEY NO HA VENIDO las últimas dos noches y me pregunto si lo


habré corrido o molestado cuando rechace su cita. Sé que solo han pasado
unos días desde que lo conocí, pero ya se ha vuelto parte de mi rutina diaria.
La mayoría de mis días solo están llenos de trabajo, pero ver a Harvey
era la mejor parte de ellos. Podía hacerme reír, sentirme mejor. Ahora que
no lo he visto por unos días puedo ver lo aburridos que son los míos.
Lo extraño.
No puedo evitar echar un vistazo al estudio de Eye Candy Ink. Lo he
hecho toda la noche, esperando ver algo del cuerpo larguirucho de Harvey.
Sayler carraspea y desvió la mirada del estudio de tatuajes para
encontrarme con sus risueños ojos.
-¿Buscas algo? O debería decir, ¿alguien? - pregunta con una sonrisa de
satisfacción y puedo ver que sospecha de mí.
-Nop, - digo, dando mi espalda al estudio y limpiando el mostrador por
la décima vez en la última media hora.
El clima está algo nublado esta noche así que los clientes han sido
pocos. Normalmente estaría agradecida por el descanso en el clima caliente
pero el tiempo libre solo me ha dado más tiempo de pensar y preguntarme
si cometí un error al rechazar a Harvey la otra noche.
-¿Quieres hablar sobre la persona que no estás buscando? - pregunta
Sayler y resoplo una risa por la forma en que hace la pregunta.
-No hay mucho de qué hablar. Me invitó a salir. No tengo tiempo para
citas ahorita, así que lo rechace, - digo pero las palabras suenan ácidas en
mis oídos y tengo que tragar con fuerza por la mentira.
-Quizá obtendrás una de esas plazas de chef por las que has aplicado.
-Entonces tendré aún más que hacer, con toda una cocina
acostumbrándose a mí y la forma en que hago las cosas.
-Entonces, básicamente nunca saldrás con nadie, - dice Sayler a secas y
suspiro.
-Supongo.
Me da una dura mirada y me doy la vuelta. Sé que no la detendrá de
decir lo que tiene en mente.
-¿A qué le tienes miedo? ¿Salir herida? O de que descubrirás que
estuviste equivocada todo este tiempo. Sé que te gusta pensar que todos
están mejor solos por tus padres. Pero estás sola ahora y no eres realmente
feliz. La única vez que te he visto sonreír últimamente es cuando Harvey
está cerca. Creo que eso significa algo.
Sé que tiene razón, que estoy inventando excusas, pero no puedo
evitarlo. No tengo el mejor ejemplo de una relación sana. Mis padres
peleaban constantemente. Se hicieron miserables el uno al otro y nunca
entendí porque se quedaron juntos solo para estar enojados todo el tiempo.
Los padres de Sayler aún están juntos y no dejan de pelear. Dicen que es
porque ambos son abogados pero Sayler y yo dejamos de creernos eso hace
años.
Sus padres no son buenas personas y parte de mí se pregunta si se
corrompieron el uno al otro, o si solo terminaron juntos porque ambos están
corrompidos. De cualquier forma, ¿no será prueba de que terminaras más
fácil estando sola?
-No toda relación termina en desastre, Coraline. No eres tu mamá y
dudo mucho que Harvey sea como tu papá.
Sus palabras me llegan profundo y sé que no debería sorprenderme.
Sayler me conoce mejor que nadie y conoce muy bien mis problemas y
dificultades.
-Lo sé. En mi cabeza, lo sé, es solo que no logro encontrar el valor de
hacerlo.
-¡Para eso me tienes a mí! Solo tienes que decir que sí y tendremos una
cita doble. Estaré ahí para ayudarte si resulta que es un idiota y viceversa.
Son las chicas Meyers y Jones contra el mundo, - dice emocionada,
estirando su puno cerrado hacia mí.
Me río, golpeando nuestros puños y regreso a limpiar los mostradores
mientras pienso en sus palabras.
Tal vez es tiempo de que empiece a salir. Nunca tuve mucho interés en
citas o en los hombres antes, pero hay algo en Harvey que me atrae. Se
siente como si ya estuviera bajo mi piel y no estoy segura de querer sacarlo.
A las diez de la noche, el camión está impecable y está comenzando a
llover así que cerramos y nos preparamos para volver a casa. Sayler todavía
tiene trabajo que hacer, así que me ofrezco para hacer algo de comer y
quedarme con ella.
Ella ama los macarrones con queso y trufa y planeo hacerlo para el
camión en algún día de esta semana por lo que pienso practicarlo ahora.
Comienzo a hervir el agua y me muevo a mi laptop. Debo actualizar mis
gastos y revisar mi correo electrónico. He estado aplicando a unas plazas
para chef en las últimas semanas. Tener un camión de comida nunca fue
realmente mi plan. Me gustó la libertad originalmente, pero es mucho
trabajo. Además, quiero la notoriedad de manejar mi propio lugar. Quiero
que las personas hagan citas para tener la oportunidad de cenar en una de
mis mesas. No pararse en fila en la pequeña ventana de mi camión.
Abro mi correo electrónico primero y mi corazón se detiene cuando veo
el nombre en el primer mensaje.
Maxwell Schultz.
Maxwell es un gran nombre en el negocio de restaurantes. Es incluso
más grande aquí en Pittsburgh. Trabajar para él sería un sueño hecho
realidad y aunque aplique, nunca pensé en que siquiera me darían una
entrevista.
Me apresuro a abrir el mensaje y mi respiración se detiene en mis
pulmones.
-Oh por Dios, - susurro y Sayler voltea hacia mí.
-¿Estás bien? - pregunta desde el soga y volteo con ojos abiertos hacia
ella.
-Tengo una entrevista para el nuevo restaurante que Maxwell Schultz va
a abrir.
-¡Así se hace! - grita Sayler, saltando por encima del sofá para casi
taclearme en un abrazo. -¡Esa es mi mejor amiga! ¡Pateando traseros!
Me río con ella, saltando de arriba a abajo en medio de nuestra pequeña
cocina. Solo me detengo cuando el agua para los macarrones con queso
comienza a rebalsar.
-Eso es increíble, Coraline. Maxwell va a contratarte tan pronto pruebe
tu comida. Vas a hacerlo genial y serás rica y famosa y todos se morirán por
comer tu comida.
Sayler siempre ha sido la que más me ha apoyado y le sonrío, añadiendo
macarrones a la olla y revolviéndolo.
Nos quedamos despiertas por horas hablando sobre la entrevista y lo
que cocinamos. Sayler ya está haciendo planes sobre cómo vender el
camión y como insistirá en tener una reservación permanente para todos los
días.
Es después de las tres de la mañana cuando me dirijo a la cama con una
sonrisa en mi rostro pero el último pensamiento antes de dormirme es
preguntarme si Harvey vendría a verme al restaurante.
SIETE

Harvey

-HOLA, - dice Ames al sentarse en la silla extra en mi estación.


-Hola, ¿que hay? - pregunto y continuo terminando el boceto en el que
estoy trabajando.
-Tengo una pregunta para ti, - dice con una sonrisa y gruñó, sabiendo lo
que viene.
El estudio entero ha estado preguntándome si soy fan de las bodas
rápidas desde que Rooney habló sobre mi primera conversación con
Coraline. También siguen tratando de darle frases para usar con ella.
La noticia se esparció por toda mi familia extendida y mi tío Mischa
sigue tratando de enviarme artículos sobre citas. Mis padres siguen
preguntando cuando la conocerán.
Mientras tanto, ni siquiera puedo hacer que mi chica me deje llevarla a
cenar.
-¿Mischa todavía está enviando esos artículos de citas? - pregunta Ames
y asiento, ignorándolo cuando empieza a reírse.
Gray entra a mi estación, sentándose en mi mesa y asiento hacia él.
-Tengo una pregunta para ti, Harvey, - comienza Gray y Ames rompe en
risa.
El sonido atrae a Rooney, y gruñó cuando entró a mi estación con su
usual sonrisa maniática en sus labios.
-Pensé en otra, - dice Rooney y le lanzo mi lápiz. Parece que no
terminaré mi boceto.
-¿Que? - pregunto.
-¿Recién saliste del horno? Porque estás que ardes, - dice, sonriendo aún
más.
-Buena, - digo a secas.
Solo se ríe y Ames voltea los ojos. Gray está ocupado mandando
mensajes en su teléfono y tuviera que apostar, diría que está hablando con
Nora.
Ender pasa por mi puerta y cuando ve a todos adentro, se detiene y se
recuesta en el marco.
-Que hay, - digo.
Ender ha estado aquí casi un año y todavía siento que no sé nada sobre
él. Es muy callado y usualmente no pasa con nosotros. Hace su trabajo y
desaparece.
-Hola, - dice, su voz profunda hace que la mía parezca que no ha pasado
por la pubertad.
-¿Estás aquí para molestarme por como hablo con las chicas también? -
bromeo y él sacude la cabeza, cruzando sus grandes brazos sobre su pecho.
-¿Buscas consejos, Ender? - pregunta Rooney, levantando las cejas en
su dirección.
Creo que Rooney desea morir. Ender es al menos el doble que el en
tamaño y parece que podría partir a Rooney en dos. Los labios de Ender se
mueven y suspiro aliviado de que el tipo tiene sentido del humor y no va a
matar a mi mejor amigo.
-Escucha, cómo el único aquí con novia, - comienza Ames y Rooney
voltea los ojos.
-¿Cómo sabes que eres el único? - pregunta Gray y todos lo vemos con
interés.
-¿Finalmente sacaste tu cabeza de tu trasero y te diste cuenta que amas a
Nora? - pregunta Ender y me sorprende que sepa sobre Gray y su mejor
amiga y compañera de cuarto.
-No, - dice Gray. - Quiero decir que vi la forma en que Rooney miraba a
Sayler la otra noche.
-Me sorprende que lo notaras cuando tus ojos estaban pegados a los
mensajes de texto con Nora, - murmura Rooney.
-Ey, ¿alguno de ustedes está trabajando? - viene una voz de detrás de
Ender y todos saltamos, volteando para ver a Zeke.
-Eso intentaba, tío Zeke, - digo, adulando al jefe y los chicos me
abuchean.
-Tratábamos de trabajar pero la falta de vida amorosa de Harvey nos
distrajo, - dijo Rooney.
El tío Zeke trata de esconder su sonrisa pero aún puedo verla así que
volteo los ojos.
-¿También estas aquí por eso? - le pregunto a Zeke y sacude la cabeza.
-Vine a recoger un depósito del banco a la oficina para que Maxine no
tenga que hacerlo después. Están hablando sobre tu vida amorosa en el otro
local de Eye Candy Ink y pensé que debía avisar. Parece que Mischa
encontró nuevos consejos, así que puedes esperarlos pronto, - dice con una
risa y mi teléfono vibra en mi escritorio.
-Genial.
-¡Justo a tiempo, tío Zeke! Ames aquí estaba a punto de decirnos cómo
pudo ganarse a tu hija Maxine, - dice con una sonrisa de oreja a oreja y veo
a Ames hacer una mueca y a Gray sonreír. Ender parece que está tratando
de contener la risa cuando Zeke fulmina a Ames con la mirada.
Ames tuvo una aventura de una noche con Maxine hace unos meses y
justo después descubrió que era la hija de su nuevo jefe, Zeke. Decir que
fue un desastre aterrador es subestimarlo pero todos parecen llevarse bien
ahora. Bueno, hasta que Rooney empieza a irritarlos de nuevo.
-Vuelvan al trabajo, - dice Zeke y se dirige a la oficina. -¡Buena suerte
con tu chica, Harvey! - grita sobre su hombro y suspiró, volteando hacia los
chicos.
Esperan hasta que Zeke se ha ido antes de volver su atención hacia mí.
-Hablando en serio, ¿qué vas a hacer? - pregunta Gray curioso.
-Sí, ¿debemos llevarte al club o algo? Puedes emborracharte y olvidarte
de Coraline, - sugiere Ames.
-¿El club de Max? - pregunta Ender, sonando interesado y me pregunto
por qué le importa si vamos al club de Max.
-Claro, - dice Rooney encogiéndose de hombros, viendo a Ender con
curiosidad y puedo ver las tuercas moverse en su cabeza.
-Yo voy, - dice Ender aunque en realidad no quiero ir a un club,
emborracharme, u olvidar a Coraline, como si pudiera. Aun así, siento que
debo decir que sí.
-No quiero olvidarme de Coraline pero estoy bien con una noche de
chicos, - les digo y asienten antes de comenzar el plan para esta noche.
Aún tenemos unas horas para que el estudio cierre y todos tenemos al
menos un cliente más para hoy, así que pronto regresan a sus estaciones.
Ames se queda un momento y cierra la puerta ligeramente.
-Si realmente la quieres, entonces deberías esperar por ella. Invítala a
salir de nuevo y si te dice que aún está muy ocupada ahora, dile que estás
dispuesto a esperarla. Te dirá que está bien y quizá tengas una oportunidad
con ella, o te rechazara de nuevo y sabrás que no estaba destinado a ser.
Su consejo es sorprendentemente romántico pero tiene sentido. Asiento,
sonriendo agradecido.
-Gracias Ames, - le digo honestamente.
El solo sonríe y asiente antes de regresar a su estación.
Regreso a mi escritorio, recogiendo el lápiz y volviendo a mi diseño. Sé
que haré una parada en The Culinerdy Cruiser esta noche para ver a
Coraline y la invitaré a salir de nuevo, tal como Ames sugirió.
Y si dice que no de nuevo, entonces quizá me emborrache esta noche.
OCHO

Coraline

HE ESTADO ocupada todo el día pensando en mi futura entrevista. Juro


que no he dejado de sonreír desde que leí el mensaje. Sayler está conmigo
en el camión esta noche, encargándose del mostrador por mí.
Hemos estado tratando de pensar en ideas para cocinar en mi entrevista
pero creo que ella realmente está aquí porque sabía que haría mis
macarrones con queso y trufa. Ya ha comido dos platos y sé que tomará un
trozo del pastel de queso y canela que hice de postre.
Nunca lo admitiré, pero he estado esperando a Harvey toda la noche.
Por alguna razón, no puedo esperar a darle la noticia sobre mi entrevista.
No estoy acostumbrada a querer compartir cosas con otras personas, aparte
de Sayler por su puesto. Sé que si le dijera a Sayler sobre querer ver a
Harvey solo la motivaría a hacerme salir con él.
He estado pensando en sus palabras por un rato y se en mi corazón que
quiero salir con él. Es mi cabeza con la que tengo problemas.
-Hola, ¿qué deseas ordenar? - pregunta Sayler y veo a dos parejas
mayores en la ventanilla.
-Todos pediremos el especial, - dice una de las mujeres, sus ojos en mí y
le doy una pequeña sonrisa.
Empiezo a trabajar en su orden, tratando de no ser obvia con mi
búsqueda al otro lado de la calle en Eye Candy Ink en caso de ver a Harvey.
Como si mis pensamientos lo invocaran, cuando volteo a ver él está
cruzando la calle. Otros chicos que trabajan en el estudio están cerrando y
me pregunto si pasaran a comer también.
-¿Mama? ¡¿Papa?! - pregunta Harvey, sonando sorprendido y un poco
avergonzado de ver a sus padres frente al camión.
-Amigo, esto debe ser vergonzoso para ti, - dice Rooney con una risilla
malvada mientras se mueve a un lado del camión y veo a Harvey codearlo,
asintiendo hacia donde Sayler está tomando órdenes.
-Esos de ahí son tus padres, - señaló y su cara se puso roja.
-¡Mama y papa! ¿Qué están haciendo aquí? - pregunta, apresurándose a
su lado.
-Solo estábamos en el vecindario y teníamos hambre, - la mujer que
ordenó dice inocentemente pero nadie parece creerle.
-¡Son las nueve de la noche! Deberían de estar en la cama, - dice
Rooney, tratando de llevar a sus padres al auto.
-Todavía podemos ir de fiesta, - uno de ellos protesta con el ceño
fruncido.
-¡Si! Estamos en la onda.
-Oh por Dios, - el hombre y Rooney dicen al mismo tiempo, pero el
hombre lo dice sonriendo hacia su esposa y Rooney parecer que quiere que
la tierra se abre y se lo trague.
Solo queríamos conocer a tu querida dama, - dice la mamá de Harvey,
dándome una sonrisa cálida y veo que Harvey parece haberse relajado ahora
que ve que estoy bien con que ellos están aquí.
-Bien, será mejor que nos vayamos, - dice la mamá de Harvey y me
despido de ellos cuando se dirigen a su auto.
Se detienen para decirle algo a Harvey y Rooney antes de continuar.
-Perdón por eso, - dice Harvey con una mueca y rio.
-Fueron dulces.
Nos quedamos en silencio por un minuto hasta que Harvey rompe la
tensión.
-¿Tienes una venda? Me lastimé la rodilla cuando me rendí ante ti.
-Muy buena, Harvey, - digo con una risa y él me la devuelve al apoyarse
en la ventanilla.
-Hola Sayler, - dice, saludando a mi amiga cuando se mueve a un lado
para hablar con Rooney. - Huele increíble.
-Macarrones con queso y trufa, - le digo y se mueve a sacar su billetera,
haciendo una orden.
-¿A dónde se dirigen esta noche? - le pregunta Sayler cuando empiezo a
empaquetar su comida.
-A Se7en, - dice, refiriéndose al popular club nocturno al final de la
calle.
Max Schultz también es el dueño del lugar y es la entrada perfecta para
decirle sobre mi entrevista.
-¿Estás seguro de que pueden entrar a ese lugar? - bromeo y se ríe.
-Mi tío Max es el dueño del lugar así que espero que tengamos suerte.
Mi estómago se retuerce cuando dice que Max es su tío.
-¿Le pediste que me diera una entrevista? - digo en un impulso, mi voz
sonando acusatoria.
Harvey frunce las cejas y se ve confundido.
-¿Que? ¿Qué entrevista?
-Tengo una entrevista para el nuevo restaurante que Max está abriendo.
¿Le pediste que me diera una?
-No, no he hablado con Max en semanas. Y no paso al tanto de sus
negocios. ¡Pero qué bueno que tengas una entrevista! Lo harás genial.
Parece tan sincero que sé que está diciendo la verdad. Mis hombros se
relajan y puedo ver a Sayler sonriendo entre nosotros.
Sus amigos se acercan y parece tragar con fuerza antes de decir, -Quizá
pueda llevarte a cenar para celebrar.
-Desearía poder hacerlo, pero debo mantener el lugar abierto y
prepararme para mi entrevista.
Incluso cuando las palabras salen de mi boca, sé que estoy cometiendo
un error.
-Está bien. Puedo esperar, porque sé en mi corazón que tú eres para mí.
Vale la pena esperar por ti, Coraline.
Lo dice tan silenciosamente que quiero fingir que no lo escuche pero
puedo ver la honestidad en sus ojos y no quiero lastimarlo.
-Está bien, - susurro y sus ojos se abren más.
-¿Está bien? - pregunta y Sayler se acerca, su cuerpo entero pende de
cada palabra entre nosotros.
-Está bien, iré a cenar contigo.
-¿De verdad? - pregunta, sonando sorprendido pero feliz.
-Sí, ¿el lunes está bien? - preguntó con una risa.
-Sí, claro, - dice de inmediato, sacando su teléfono. - ¿Cuál es tu
numero?
Se lo doy cuando sus amigos llegan y Harvey me da una gran sonrisa.
-¿Dijiste que sí? - pregunta Rooney cuando pasa al lado de Harvey y
asiento. - ¿Todavía iremos a Se7en?
-Sí, - dice un hombre alto parado un poco separado del grupo y Rooney
lo ve por un momento.
-Está bien, - dice Rooney lentamente.
Sayler solo tiene ojos para Rooney cuando hace su pedido y trato de
darles algo de privacidad mientras empaqueto su comida y se la pasó a ella.
Quiero hablar más con Harvey y, como si escuchara mis pensamientos,
mi teléfono vibra en mi bolsillo con el mensaje de un número desconocido.

DESCONOCIDO: Te ves hermosa.

VEO SOBRE MI HOMBRO, conteniendo una sonrisa cuándo encuentro


los ojos de Harvey.

CORALINE: Gracias

AGREGO el emoji de la cara con beso y presiono enviar antes de deslizar


mi teléfono de regreso a mi bolsillo, lavar mis manos, y volver al trabajo.
Un par de clientes llegan así que nos despedimos de los chicos y
volvemos al trabajo. Mientras trabajo, me pregunto si estoy más
emocionada o nerviosa por la entrevista con Max o por mi cita con Harvey.
NUEVE

Harvey

NUNCA HABÍA ESTADO TAN nervioso en toda mi vida. Sé que solo es


una cita, y aunque nunca he tenido una antes, nunca parecieron tan
aterradoras. Supongo que quizá debí prestar más atención a los consejos
que Rooney, Ames, y Gray trataron de darme anoche.
Fuimos a Se7en después de The Culinerdy Cruiser e incluso Banks vino
con nosotros. Tengo el presentimiento de que Rooney lo llamó y le dijo
dónde encontrarnos porque llegó a nuestra mesa con una sonrisa en su
rostro justo cuando los demás comenzaron a molestarme sobre Coraline.
Cat, la hija de Max y gerente de Se7en, también se unió a nosotros para
una ronda y tan pronto vi la forma en que Ender la mirada me di cuenta del
motivo por el que insistió en venir al club.
Se supone que recoja a Coraline en unos quince minutos y vive a unas
calles, así que me veo por última vez en el espejo antes de salir por la
puerta. Por suerte para mí, Rooney está en el trabajo así que no está aquí
para molestar antes de mi gran cita. Me ha enviado mensajes, pero esos los
puedo ignorar.
Trato de motivarme a mí mismo todo el camino hacia el apartamento de
Coraline. Vive a unas calles de mí, cerca de Eye Candy Ink. Logro
encontrar un estacionamiento justo al frente y me dirijo por las escaleras al
cuarto piso para tocar a la puerta de Coraline y Sayler.
Me seco las manos en mis pantalones oscuros mientras espero que
alguien responda a la puerta. No tengo que esperar mucho y juro que casi
me trago la lengua cuando veo a Coraline.
Esta vestida con un par de leggings negros que se amoldan a sus piernas
y exuberantes caderas. Lleva una túnica de encaje con una camiseta rosa
pálido debajo y me da una idea de las curvas que se esconden debajo. Su
cabello rubio pálido está en una coleta alta y tiene algo oscuro y humeante
en sus párpados que solo hacen que el azul de sus ojos resalte y se vean más
grandes.
-Whoa, - susurro y Coraline se ríe.
-Gracias, tú también te ves bien. - dice saliendo al pasillo y cerrando la
puerta detrás de ella.
-¿Lista para irnos? - le pregunto, tomando su mano en la mía.
Ella asiente, bajando la cabeza para esconder su sonrojo y ver el rosado
en sus mejillas me relaja. Quiere decir que no soy el único que se siente
nervioso esta noche. ¿Eso tiene que significar que también tiene
sentimientos por mí, verdad?
Abro la puerta del auto para ella y Coraline me sonríe cuando se desliza
adentro. Tengo planeado ir a una sala de escape antes de ir a Il Tettoo, un
restaurante en una azotea en el centro de Pittsburgh. Fue el lugar más
romántico que pude pensar con sus filas de pequeñas luces y la vista a Penn
Avenue. Se supone que la comida es increíble por lo que es genial. Coraline
cocina para las personas todo el tiempo, así que quiero llevarla a un buen
lugar.
-¿A dónde vamos?
-¿Alguna vez has ido a una sala de escape? - le pregunto.
-Uh, no… pero una pregunta.
-Claro, - digo con una sonrisa.
-Pues, ¿debería preocuparme de que para nuestra primera cita me estás
llevando a un lugar donde literalmente estaré atrapada contigo? - pregunta
con una risa y me uno a ella.
-No había pensado en eso, - admito. -Solo me pareció algo divertido y
nunca lo he hecho, así que podría ser una nueva experiencia para ambos.
-Suena bien. ¿También iremos a comer?
-Sí, hice reservaciones en Il Tettoo a las siete y media así que espero
que hayamos salido de la sala de escape para entonces.
Coraline se ríe y salgo del estacionamiento hacia las Salas de Escape de
Dido, apresurándome al salir del auto para abrir la puerta para Coraline.
-Te ves hermosa, Coraline, - susurro en su oído cuando me inclino para
cerrar la puerta del auto.
Podría jurar que tiembla ante mis palabras y mi confianza crece. Estos
sentimientos no pueden ser solo míos.
Tomo su mano de nuevo cuando nos dirigimos adentro y nos
registramos. Nuestra sala de escape está diseñada como una prisión y
escuchamos las instrucciones antes de que los enérgicos empleados nos
encierren y el cronómetro empiece.
-¿Por dónde quieres empezar? - me pregunta Coraline, y veo alrededor
de la pequeña habitación.
-¿Esos estantes de ahí? - sugiero y empezamos a buscar la primera pista
en la habitación.
Solo tenemos cuarenta y cinco minutos para encontrar todas las pistas y
la llave para salir. Es divertido ver a Coraline volverse competitiva. Es
adorable e inteligente. Encuentra la mayoría de las pistas y salimos de la
habitación con cinco minutos de sobra.
Chocamos los cinco y nos dirigimos al mostrador de enfrente con una
sonrisa. Nunca la he visto tan feliz y libre y me encanta haber sido capaz de
poner eso en su rostro. Quiero hacerlo de nuevo una y otra vez por el resto
de mi vida.
Las cosas son fáciles entre nosotros cuando conducimos por las calles
hacia Il Tettoo y subimos el elevador hasta la azotea. Los ojos de Coraline
se abren asombrados al ver el acogedor restaurante.
Las luces parpadeantes se entrecruzan alrededor del espacio y se
colocan pequeñas mesas por toda la azotea. Hay una música baja y el suave
murmullo de otras parejas hablando añade una sensación íntima al lugar.
-La vista es increíble, - murmura Coraline cuando tomamos asiento
cerca de la orilla de la azotea.
Se puede ver la mayoría del horizonte de Pittsburg desde aquí y el
tráfico de abajo es solo un zumbido distante.
-Nunca he estado aquí antes pero es lindo. Me agrada que te guste.
-Me gusta. Me encantaría ser la chef de un lugar como este, - dice,
mirando alrededor del lugar una vez más.
-¿No te gusta manejar The Culinerdy Cruiser? - le pregunto.
Creí que el camión de comida era su sueño, pero debo darme cuenta
cuando menciono que tenía una entrevista con Max.
-No exactamente. Me encanta ser chef pero quiero mi propio local. No
pude encontrarlo en Filadelfia y, hasta ahora, tampoco aquí en Pittsburgh.
El camión de comida es lo mejor después de eso.
Pienso en esto mientras vemos el menú. Me gusta aprender cosas
nuevas sobre ella y quiero ayudarla a alcanzar todos sus sueños.
La mesera llega para tomar nuestras órdenes y tan pronto como se va,
empiezo a hacerle preguntas a Coraline sobre ella.
-¿Tienes hermanos o hermanas?
-No, soy hija única, aunque Sayler se siente como una hermana a este
punto. ¿Qué hay de ti?
-También soy hijo único, pero es lo mismo con Rooney y yo. De hecho,
todos los chicos son así. Crecí con mi tío Zeke, Nico, Mischa, y tía Sam.
Todos son dueños de Eye Candy Ink y trabajan juntos en el otro local.
Todos sus hijos básicamente viven en la casa de los demás y tomamos
vacaciones familiares juntos.
-Suena como una familia cercana, - dice Coraline con una sonrisa pero
puedo ver algo en sus ojos. Como dolor o anhelo.
-¿Qué hay de ti? ¿Tuviste una familia grande?
-No, solo éramos mis padres y yo.
-¿Se quedaron en Filadelfia?
-No, están muertos, - dice a secas y puedo ver que ya no quiere hablar
de ellos.
-Lamento tu perdida, - murmuro.
La mesera llega a dejar nuestras bebidas y continuamos con temas más
ligeros.
-¿Qué tipo de restaurante te gustaría manejar? ¿Todavía quieres hacer
comida casera elegante? - pregunto y su sonrisa se ilumina.
Su rostro entero se ilumina cuando habla sobre el menú y diferentes
combinaciones de comida y bebidas. La escucho hablar sobre comida por la
mayor parte de la cena y me encanta. Ella brilla cuando habla sobre su
pasión, su cuerpo entero volviéndose más animado y de alguna forma se ve
más ligero.
-Lo siento, me puse a parlotear, - dice mientras pago la cuenta y nos
levantamos de la mesa.
-Me encanto. Tendré que dejar que ordenes por nosotros en nuestra
siguiente cita.
-¿Crees que habrá una segunda cita? - me pregunta cuando entramos al
elevador y la acorralo contra la pared mientras descendemos.
-Eso espero.
Coraline sonríe, moviendo su rostro hacia mí y tomo su invitación,
nuestros labios encontrándose en una suave caricia que termina demasiado
pronto.
Las puertas del elevador se abren y doy un paso atrás, tomando la mano
de Coraline y llevándola a mi auto.
-¿Estas nerviosa por tu entrevista? - le pregunto cuando me uno al
tráfico de la noche y nos dirigimos a su complejo de apartamentos.
-Un poco. Realmente lo quiero, así que siento más presión. Me interesa
escuchar la visión que el señor Schutlz tiene para el nuevo lugar.
-Quisiera poder decirte más, pero no lo he visto en semanas. Ha estado
ocupado arreglando el nuevo lugar.
-Está bien, quiero hacer esto por mí misma, - dice, dándome una mirada
de advertencia y levantó las manos.
-Te lo dije antes. No estoy al tanto de sus negocios. Cuando obtengas el
trabajo, será porque se da cuenta de que eres la mejor chef que existe.
Coraline sonríe, bajando la cabeza pero puedo ver su reflejo en la
ventana del pasajero.
Llegamos a su apartamento unos minutos después y abro su puerta,
ayudándola a salir de mi auto y acompañándola a su puerta.
-Me divertí mucho esta noche, - dice tímida y sonrío.
-Yo también. ¿Eso quiere decir que me dejaras invitarte a salir de
nuevo?
-Sí, me gustaría.
-Bien, - digo, cerrando el espacio entre nosotros y sellando nuestros
labios.
Ella suspira, inclinándose más hacia mí y la envuelvo en mis brazos,
amoldándola a mí. Lamo la orilla de sus labios y los abre para mí. Gime
cuando nuestras lenguas se enredan y la presiono contra su puerta.
Coraline corre sus manos por mis brazos y me estremezco cuando sus
cortas unas rasguñan a los largo de mi piel.
-Coraline, - suspiro contra su piel y beso un camino hacia su pecho.
Ella arquea su espalda, dándome más acceso a su cuello y es cuando la
puerta se abre detrás de ella y ambos nos tambaleamos en su apartamento.
-¡Lo siento tanto! Creí escuchar algo y ni siquiera pensé que serías tu, -
dice Sayler, con semblante de disculpa.
-Está bien, - dice Coraline y asiento hacia Sayler, asegurándome de que
Coraline está estable en sus pies antes de alejarme de ella un momento.
-Bueno, buenas noches, - dice Coraline, obviamente lista para que me
vaya y le sonrío.
-Nos vemos luego, - digo, inclinándome y rozando nuestros labios una
vez más.
Me alejo para ver el sonrojo en sus mejillas y sonrío.
-Que tengan una linda noche, damas.
Mis labios cosquillean todo el camino a casa.
DIEZ

Coraline

RESPIRO PROFUNDAMENTE ANTES de abrir la puerta de la dirección


que Max me envió. Él está esperando en el área del comedor vacía y mi
corazón empieza a acelerarse. Siempre he soñado con trabajar en un
restaurante como este pero cuando cruzo la entrada y tengo el primer
vistazo al restaurante aún sin nombre, se siente más real.
Necesito este trabajo. Quiero manejar este lugar.
-Hola, tú debes ser Coraline, - dice Max, ofreciéndome su mano.
La estrecho, viendo su camisa de botones y pantalón. Está vestido más
casualmente de lo que esperaba pero eso me relaja. Tiene cabello negro con
algo de blanco, cálidos ojos azules, y una mirada amigable en ellos que
también me ayuda a relajarme.
-Es un placer conocerlo, - le digo con una sonrisa y él asiente.
-La cocina está por aquí.
Apunta al área del bar y al pasillo que lleva a la oficina trasera. La
puerta de la cocina está justo al lado del pasillo y lo sigo adentro, casi
llorando cuando veo la prístina cocina.
Es el sueño de un chef y eso solo fortalece mi determinación de tener
éxito en esta entrevista y volverme la chef de este lugar.
-A mi hija, Cat, le encanta tu camión de comida. Creo que come ahí al
menos cuatro veces a la semana, - me dice con una sonrisa y trato de
recordar a mis clientes regulares.
-¿Tiene el cabello púrpura? - le pregunto y sonríe.
-Creo que ahora es turquesa, pero sí, fue purpura por un tiempo.
Sonrío y me dirijo al otro lado del mostrador para ver algunos de los
ingredientes que hay afuera.
-No he pensado en un nombre aún, pero estamos eliminando opciones y
espero abrir el próximo mes. He hecho entrevistas toda la semana y de
hecho eres la última. Espero llegar a una decisión en los próximos días.
-¿Ya ha contratado al resto del personal de la cocina? - pregunto, curiosa
por el proceso.
-No, quiero dejarle eso al chef ya que será quien está a cargo de este
dominio.
Asiento, pasando mis dedos por el mostrador de acero inoxidable.
-Mi visión para este lugar es ser diferente de mis otros restaurantes.
Tengo Abernathy Brewery, que es un bar, Salitos, de tapas, Risel, que es
más de lujo, y este lugar. Quiero que tenga un menú más casero y tranquilo
que el de Risel.
Asiento. Eso es perfecto para mí y lo que quiero cocinar también, así
que es ideal. Ahora solo debo hacer la mejor comida de mi vida para
demostrárselo a Max.
–Eso es lo que hago en The Culinerdy Cruiser. Confort americano, - le
digo con una sonrisa y el asiente.
–Me encanta ese nombre. Si te convirtieras la chef aquí, quizá debería
dejarte nombrar el lugar también, - dice al recostarse sobre el otro
mostrador.
–Tengo unas ideas, - digo con una sonrisa mientras saco mis cuchillos
de chef y otros suministros que traje conmigo.
– ¿Qué cocinarás hoy?
–Pensé en cocinar los macarrones con queso y trufa, mi hamburguesa
Americana, y mi pastel de carne envuelto en tocino.
–Suena delicioso.
Empiezo a organizar mis ingredientes y es fácil entrar en la zona
después de eso y hacer lo que amo. Hablo con Max mientras cocino y me
dice más sobre algunos de sus restaurantes y como ha encontrado su lugar
en el negocio. Le hablo más sobre mi camión de comida y mudarme aquí.
– ¿Listo para el primer platillo? - le pregunto y él asiente, tomando un
banquillo del bar y tomando asiento.
–Huele delicioso, - adula y sonrió más.
–Gracias, - digo, deslizando el plato de macarrones con queso hacia él.
Lo veo tomar un bocado antes de decirle más de lo que contiene.
–Estos son mis macarrones con queso y trufa con mi queso salsa de
queso crema de cabra especial, aceite de trufa, algunas hierbas frescas, y
con migas de pan tostado encima. Lo tendría como entrada en el menú
porque es demasiado pesado y seria difícil acompañarlo con algo más. Otra
opción de que podemos ofrecer añanoadir de pollo, camarón, o alguna otra
proteína con el.
Él asiente, tomando otro bocado y lo tomo como una buena señal.
Terminó la hamburguesa mientras Max toma algunas notas sobre el
primer platillo. Hice mi hamburguesa Americana acompañada de papas
fritas con ajo y parmesano.
–Este es un ejemplo de la hamburguesa que podemos hacer. Tiene
cheddar blanco, crujiente cebolla frita, alioli Dijon, y tocino ahumado en
nogal americano en uno de mis bollos caseros. Como guarnición, hice papas
con parmesano y ajo.
Veo a Max tomar un primer bocado y asiente antes de tomar otro. Yo
sonrío, volteando para emplatar el último platillo.
Las cosas parecen estar yendo bien cuando termino de emplatar el mini
pastel de carne envuelto en tocino.
–Estos son mini pasteles de carne envueltos en tocino con puré de papas
y crujientes judías verdes y cebolletas salteadas.
Pongo el último plato frente a él y me limpio las manos, viéndolo tomar
un bocado de cada artículo en el plato.
–Añadí mi propio glaseado de barbacoa picante al pastel de carne pero
creo que podríamos añadir al menú con diferentes opciones. Quizá un
glaseado de barbacoa con miel y uno picante.
Max asiente, terminando el pastel de carne.
–El puré de papa tiene cheddar y cebollino, y las judías verdes salteadas
con cebolletas tienen ajo.
–Está delicioso, Coraline, - dice Max y sonrió.
–Gracias.
Me pongo a limpiar mientras Max termina de comer y tomar notas.
Estoy guardando mis platillos, ingredientes sobrantes, y cuchillos mientras
el guarda el banquillo por la puerta de la cocina y regresa donde mí.
–Muchas gracias por venir, Coraline. Revisare mis notas y te hare saber
mi decisión final en los próximos días.
–Gracias. Fue un honor siquiera ser considerada para el puesto, - le digo
al estrechar su mano y lo sigo hacia la entrada.
–Gracias de nuevo, - le digo asintiendo y me dirijo a mi auto.
Dejo mi bolso en el asiento trasero y me deslizo detrás del volante,
sacando mi teléfono para enviar un mensaje a Sayler y Harvey sobre cómo
me fue.
No es hasta después de presionar enviar que me doy cuenta que nunca
dude de decirle a Harvey sobre las buenas noticias. Solo lo he conocido un
par de semanas y ya se ha vuelto tan importante para mí que es una de las
primeras personas con las que quiero hablar.
Ese pensamiento me pone nerviosa. Debería preocuparme de que me
vuelva con mis padres y seremos tan miserables que nos destruiremos el
uno al otro, pero por alguna razón, el pánico nunca llega.
Harvey es el hombre más dulce que alguna vez he conocido y sé que
preferiría morir antes que hacerme daño. Es gracioso, payaso, y me apoya
mucho.
Él no es mi padre. No me hará miserable.
Creo que podría ser el hombre de mis sueños.
ONCE

Harvey

HA PASADO una semana desde nuestra primera cita y aunque he ido a The
Culinerdy Cruiser casi todas las noches para comer y verla, no es lo mismo
que estar a solas.
Hoy trabaje un turno temprano, así que estoy saliendo de Eye Candy Ink
para ir a su apartamento. Estaciono afuera del apartamento de Coraline y
me dirijo a su piso. Debe estar esperándome porque abre la puerta unos
segundos después de llamar.
–Hola, te ves hermosa, - le digo y me sonríe.
–Gracias, - dice, poniéndose en puntillas y rozando un beso en mis
labios.
Se termina demasiado rápido para mi gusto y me prometo arreglarlo
más tarde.
Ambos estamos vestidos de forma casual, lo que es perfecto para lo que
tengo planeado para la cita de esta noche. Tomo a Coraline de la mano y la
llevo por las escaleras hacia mi auto.
Tan pronto como ambos tenemos nuestros cinturones puestos y nos
dirigimos al Parque Allegheny Commons, le pregunto sobre cómo le fue en
su entrevista con Max.
–Creo que estuvo bien. Parece que le gusto lo que cocine, - dice y se ve
emocionada al respecto.
Le pregunto más sobre lo que cocino y cuáles son sus planes para el
menú si consigue el trabajo. Está tan feliz, tan animada, mientras describe
todo lo que quiere hacer. Me encanta verla tan emocionada y relajada y dejo
que me diga todos sobre sus grandes planes mientras conduzco.
Me estaciono cerca de la entrada al Parque Allegheny Commons y me
apresuro a la puerta de Coraline. Vamos a cenar después, pero ahorita, ya
que el clima está bien, pensé que podíamos ir por nieves del carrito en la
entrada y tomar un paseo por el parque.
Ambos elegimos cereza y tomo su mano una vez más cuando
empezamos a caminar.
–Nunca he estado aquí antes. Este lugar es hermoso, - dice Coraline y
me alegra de que pueda experimentar algo más por primera vez con ella.
Caminamos por el pequeño puente para peatones y disfrutamos la vista
del horizonte de Pittsburgh mientras terminamos nuestras nieves.
– ¿Cómo estuvo el trabajo hoy? - pregunta después de que tiramos la
basura.
–Bien. Ocupado, pero siempre estamos ocupados.
–Sí, he escuchado que se llenan con meses de antelación, - dice, dejando
entrelazar nuestros dedos.
–No me fijo mucho en el calendario. Maxine se encarga de todo eso y
solo nos da una lista cada semana con nuestros clientes y lo que quieren
hacerse.
–Un buen sistema, supongo, - dice Coraline con una sonrisa y se la
devuelvo.
–Sí, realmente no quiero estar a cargo de lo administrativo pero Maxine
es excelente en eso. Además, es la hija de Zeke y él es dueño del estudio,
así que es bueno que todo parece mantenerse entre la familia.
Le digo más sobre mi familia y mi familia extendida. Pregunta sobre
como empecé a tatuar y le digo que es algo de familia. Me pregunta más
sobre el proceso de un tatuaje y me encanta que esté interesada en lo que
hago y amo.
– ¿Lista para cenar? - pregunto cuando volvemos a la entrada del parque
y ella asiente.
– ¿Qué te gustaría comer?
–Pizza, - dice Coraline de inmediato y me sorprende que no dijera un
lugar más lujoso.
– ¿De Basic Kneads? - pregunto, nombrando una pizzería local popular.
–Obvio, - dice con una risa y abro la puerta del auto para ella mientras
río también, enamorándome cada vez más de ella.
Basic Kneads está a solo unas calles de mi apartamento y cuando veo
que está lleno adentro, decidimos pedir la pizza para llevar e ir a mi
apartamento.
Rooney todavía está en el trabajo, gracias a Dios, así que nos sentamos
a comer en el sofá. Apenas son las seis de la noche cuando el teléfono de
Coraline suena mientras limpiamos, le digo que puede responder. Estoy
metiendo las cosas en el lavaplatos cuando noto lo quieta que está.
Lo primero que pienso es que algo está mal. Estoy caminando hacia
ella, para consolarla o ayudarme de cualquier manera, cuando dice gracias y
se da vuelta con una sonrisa enorme en su rostro.
– ¡Me dieron el trabajo de chef! - grita, lanzándose hacia mí.
La atrapo, gritando de emoción mientras le doy vueltas en círculos.
–Estoy tan feliz por ti. Te lo mereces, - le digo, dándole un beso en los
labios antes de abrazarla con fuerza.
–Gracias, - murmura, envolviendo sus brazos en mi cintura.
– ¿Entonces te desharás de The Culinerdy Cruiser? - pregunto y asienta
contra mí.
–No tiene sentido quedármelo.
–Será raro no poder cruzar la calle todas las noches para verte.
–El restaurante en el que trabajas está a una calle de Eye Candy Ink, -
dice y me rio.
–Está bien, puedo caminar una calle.
Ella se ríe, moviéndose para sonreírme de frente.
– ¿Estás triste por tener que deshacerte del camión? - pregunto,
moviendo el cabello de su rostro.
–Un poco, pero no voy a extrañar el calor o tener que hacer todo sola, -
dice con una risilla.
–Era muy caliente ahí, - admito, recordando la noche que la ayude. -
Aun así, fue tu primera aventura de un negocio sola.
–Es cierto. Quizá me haga un tatuaje para recordar mí tiempo en el
Cruiser.
–Yo lo haré por ti, - me ofrezco de inmediato.
–Está bien, llamaré mañana para hacer la cita, - dice con una risa.
–Si logro hacer espacio antes o después de abrir no tienes que esperar
tanto. Solo hazme saber cuándo quieres hacerlo.
Me sonríe y puedo sentir la atracción crecer entre nosotros. No estoy
seguro de quien se mueve primero pero un momento estamos sonriendo y al
siguiente nuestras bocas están juntas y nos estamos besando con pasión.
Coraline se presiona contra mí, sus exuberantes curvas moldeándose a
mí y gimo, amando lo suave que es. Mis manos se deslizan debajo de su
camiseta y mis dedos rozan su piel suave, erizando la piel en el camino.
Coraline se menea contra mí, sus dedos hundiéndose en mi cabello y
manteniéndome cerca de ella. Me sorprende ya que normalmente esta es la
parte donde nos interrumpen y ella se aleja.
La he dejado manejar que tan rápido vamos en la relación porque sé que
es la indicada para mí y no quiero hacer nada que pueda arruinarlo. Muevo
mis manos de arriba hacia abajo por su espalda mientras nuestros labios
siguen moviéndose juntos, esperando a ver lo que hará a continuación.
Sus manos se deslizan al frente y mi miembro se mueve, muriendo por
sentir sus manos en cada centímetro de mí.
– ¿Deberíamos de, ah, ir a la habitación? - susurra Coraline contra mis
labios y la levanto, casi corriendo hacia la habitación.
Coraline deja salir una risilla cuando cierro la puerta de una patada
detrás de nosotros y la pongo en sus pies al lado de la cama.
– ¿Estás segura de eso? - le pregunto, queriendo asegurarme de que se
sienta cómoda antes de continuar. - No tenemos que hacer nada esta noch–
Los labios de Coraline se posan sobre los míos, interrumpiéndome y se
acerca más a mí, dejándola frotarse contra la firmeza de mis pantalones. Sus
dedos se deslizan debajo de mi camisa y doy un paso atrás, ayudándola a
quitármela antes de ir por el borde de la suya.
Parece sentirse un poco insegura, un poco consciente, tan pronto como
se ha quitado la camiseta, y frunzo el ceño.
–Eres perfecta, Coraline. Cada centímetro de tu cuerpo es un sueño
hecho realidad. Eres mi sueño hecho realidad.
Ella se relaja ante mis palabras, dándome una pequeña sonrisa cuando
deja sus manos caer a sus lados para que pueda apreciarla. Mueve sus
manos detrás de ella para desabrochar su sostén y mi pene se endurece aún
más cuando sus hermosos pechos se revelan ante mí.
Los globos tienen pezones del rojo de una cereza que hacen que babee.
–Rayos, Coraline.
Se siente motivada por mis palabras y mirada lasciva y veo, hipnotizado
mientras se baja sus leggings negras, llevándose las pantaletas de encaje de
un solo.
Entonces está desnuda frente a mí y nunca he visto algo tan bello en
toda mi vida.
–Eres una obra de arte, Coraline. Tan hermosa.
–Tú turno, - dice con una pequeña sonrisa sensual moviendo sus dedos
por mi pecho desnudo.
Me apresuro a bajarme los pantalones y bóxer y luego estamos envuelto
el uno en el otro de nuevo. Es incluso mejor sentir sus curvas completas
contra mí, piel a piel.
Doy un paso atrás, sin darme cuenta lo cerca que estamos de la cama y
ambos caemos en el colchón. Coraline se ríe contra mi boca y sonrío.
–Todo un experto, - bromeo.
Coraline se ríe antes de besarme el cuello. Mi mano encuentra su pecho
y muevo mi pulgar sobre su pezón endurecido. Ella gime mientras se
endurece contra mis dedos y no puedo contenerme más.
Me muevo entre sus piernas, mi boca encontrando el firme pico y
succionando su pezón en mi boca, amándolo con mi lengua y dientes.
–Harvey, - suspira Coraline y mi miembro se mueve ante el sonido.
Sus caderas se levantan del colchón, desesperadas por algo, un poco de
fricción, y estoy emocionado de dársela.
Me muevo entre sus piernas, apretando los dientes cuando la suave piel
roza la punta de mi miembro, dejándome jadeando. Mis bolas están
apretadas contra mi cuerpo, mis dientes tensos, y tengo que pensar en
béisbol para evitar venirme en este momento.
–Me vuelves loco, - murmuro contra su piel mientras beso un camino
hacia su estómago y me acomodo entre sus gruesos muslos.
Su esencia a madreselva me golpea cuando me inclino hacia ella, dando
una larga lamida en su chorreante centro. Es tan pequeña, tan apretada, y sé
que debe ser virgen. Tendré que aflojarla antes de poner meter mi miembro
en ella.
Doy otra lamida, volteando mi lengua sobre su clítoris hasta que su
espalda se arquea en la cama y deja un gemido de necesidad. El sonido me
hace algo y gimo también, repentinamente voraz, y hundo mi cabeza en sus
pliegues de seda.
– ¡Harvey! - grita Coraline, mis sus dedos enredándose en mi cabeza
mientras sus piernas se contraen sobre mi cabeza.
Me sostiene sobre ella pero no necesita hacerlo. No voy a ningún lado
hasta que termine en mi rostro. Hasta que haya gritado mi nombre tantas
veces que pierda la voz.
No toma mucho tiempo.
Coraline es sensible y la lamo hasta llegar a dos orgasmos antes de que
hale mi cabello, pidiéndome levantarme.
–Te deseo, - dice, su voz baja y sensual y soy imponente ante ella.
Alineo mi pene con su ajustada entrada y la beso cuando empiezo a
hundirme lentamente. Puedo sentirla estirarse por mi miembro con cada
centímetro que entra dentro de ella. Puedo sentir cuando llego a su flor,
empujo mi lengua dentro de su boca cuando la desfloro y hundo los últimos
centímetros dentro de ella.
Tengo que cerrar los ojos y hundir mi rostro en su cuello para evitar
terminar en ese momento. Coraline maúlla, sus uñas rasguñando mi espalda
mientras se menea debajo de mí, tratando de hacer que me mueva.
–Mierda, - gimo, dándole lo que quiere.
Salgo lentamente, mi cara aun escondida en su cuello, su esencia a
madreselva llenando mi nariz cuando empiezo a hacerle el amor.
-Oh por Dios, - gime Coraline, empezando a moverse conmigo y pronto
entramos en un ritmo.
–Te sientes increíble, - le digo, mis labios moviéndose contra los de ella
mientras nos movemos juntos.
– ¡Y-yo me vengo! - grita y su cono se contrae alrededor de mi
miembro, causando mi propio orgasmo.
– ¡Mierda! - grito, terminando con ella.
Sus dedos se hunden en mi espalda y me encanta, embistiendo contra
ella con más fuerza hasta que ambos nos relajamos.
–Woah, - dice Coraline cuando empiezo a detenerme.
–Lo sé. Es incluso mejor de lo que imagine.
– ¿Imaginaste tener sexo conmigo? - pregunta, sonando sorprendida.
–Solo cada día desde que te conocí. Te lo dije antes, Coraline. Eres la
chica para mí. Tú y yo para siempre.
Ella me sonríe, dándome un suave beso y me hago a un lado, tomándola
en mis brazos y envolviéndola.
Su respiración se calma después de unos minutos y digo las palabras
que han estado en mi lengua por semanas.
–Te amo, Coraline.
DOCE

Coraline

NO VUELVO A VER a Harvey por una semana. Limpie el camión de


comida y lo vendí esta mañana a alguien que lo cambiara a un lugar de
barbacoa. Me alegra haberlo vendido tan rápido, pero verlo irse fue más
duro de lo que pensé que sería.
Sayler me llevó a cenar para celebrar el comienzo del siguiente capítulo
en mi vida y luego me dejó en Eye Candy Ink para poder ver a Harvey. Se
supone que me hará mi tatuaje hoy ya que estaré increíblemente ocupada
por las próximas semanas preparando el restaurante y el personal.
He estado hablando con Max casi todos los días y me encanta que me
permita dar tantas sugerencias para el lugar. Incluso me dejo nombrarlo y el
letrero y logo para Wild Thyme debería estar listo la próxima semana.
Estamos trabajando en finalizar el menú y preparar entrevistas para él
personas la próxima semana y luego será hora de ordenar suministros y
todo lo demás que necesitamos. Suena abrumador pero estoy emocionada
por esta oportunidad.
Rooney está saliendo cuando Sayler se estaciona afuera y ambas lo
saludamos mientras me bajo del auto.
–Hola, Coraline! Felicidades por el nuevo restaurante, - dice Rooney,
sonando feliz por mí y sonrío.
–Gracias, estoy emocionada.
–Hola, Sayler, - dice Rooney y ella sonríe y lo saluda.
-Hola, Rooney. ¿Cómo va todo?
–Bien, - dice y las cosas parecen estar algo incomodas entre ellos.
Tendré que preguntarle lo que pasa entre ellos después.
–Los veré luego, - les digo a ambos y entro al estudio, Sayler se despide
de los dos antes de unirse al tráfico en dirección a nuestro apartamento.
Abro la puerta del estudio, volteando a ver si Rooney me sigue adentro,
pero está viendo en dirección al auto de Sayler, una mirada llena de anhelo.
No quiero interrumpirlo, así que solo entro al estudio.
Hay una sala de espera en la entrada y luego un pasillo que lleva a la
parte trasera del edificio, así que camino por el pasillo viendo cada una de
las estaciones hasta encontrar a Harvey en una de ellas.
–Hola, - digo entrando a la habitación.
Él está sentado en un escritorio lleno al lado de la puerta y se da la
vuelta en la silla al escuchar mi voz, dándome una sonrisa. Amo verlo
sonreír así.
Se pone de pie y me lleva a sus brazos, dejando cae un dulce beso en
mis labios antes de sonreírme con dulzura.
– ¿Cómo estuvo tu día? - pregunta y suspiro.
–Bien. Más difícil de lo que pensé que seria.
Harvey asiente, viéndose preocupado y quiero calmarlo.
–Tendrás que asegurarte de que el tatuaje sea perfecto para que siempre
pueda recordar mis días en el camión, - bromeo, tratando de aligerar el
ambiente.
–Lo hare. Sera perfecto, - dice, besando mi frente antes de volver a su
escritorio y tomar unos papeles.
Me los pasa y se me corta la respiración al ver el diseño que Harvey ha
dibujado para mí.
Es perfecto.
Sabía que Harvey tenía que ser talentoso si trabajaba en Eye Candy Ink.
Es decir, el lugar es una leyenda y tienen una increíble lista de espera. He
escuchado que incluso tatúan a celebridades a veces, así que deben ser
artistas increíbles.
–Me encanta, - le digo, dando un último vistazo a la versión miniatura
del camión.
–Que bien. ¿Dónde lo quieres? - pregunta y lo pienso un momento.
– ¿Que dices de aquí? - pregunto, tocando el lugar al lado de mis
costillas, donde está mi sostén.
–Puedo hacerlo donde quieras. Puede doler un poco al ir sobre tus
costillas, - me advierte y asiento.
–Lo quiero ahí.
Harvey comienza a trabajar, pidiéndome que me quite la camina y el
sostén antes de recostarme en la mesa. El hace algo con el tatuaje,
transfiriéndolo a un tipo de papel diferente y alineando unos contenedores
de tinta, guantes, ungüentos, y toallas de papel.
Me subo a la mesa y pongo mi mano alrededor de mis pechos,
cubriéndolos y quitando el brazo del camino para darle espacio para
trabajar.
–Muy bien, lo pondré en su lugar y luego podrás ver la plantilla en ti
antes de empezar a trabajar. ¿Está bien?
–Si.
Toma su tiempo alineándolo en mi costado y me encanta lo enfocado y
paciente que es. Me pasa el espejo y lo reviso, asintiendo cuando que esta
exactamente donde lo quiero.
Él toma un par de guante de lates y pone una aguja en su máquina de
tatuajes antes de volverse hacia mí.
–Aquí vamos, - dice, dándome una sonrisa tranquilizadora y trato de no
tensarme cuando empieza a delinear el tatuaje.
Estamos en silencio durante la primera parte del tatuaje, Harvey porque
está concentrado en hacer las líneas perfectas, y yo porque trato de
acostumbrarme al punzón de la aguja.
– ¿Estas preparando todo para el restaurante? - pregunta después de
unos minutos.
–Sí, estamos terminando el menú, y el letrero y logo para el menú y
redes sociales debe estar aquí pronto. Solo tenemos que contratar al
personal, ordenar suministros, y entrenar a todos.
–Oh, ¿eso es todo? - bromea y me rio.
–Lo se, pero me encanta y no parece mucho trabajo, ¿sabes?
–Sí, - dice terminando el delineado.
El tatuaje es pequeño y no le toma mucho tiempo terminarlo. The
Culinerdy Cruiser está escrito en un círculo alrededor de camión de azul
pálido. Agrego algunas estrellas en el círculo una cuchara y tenedor sobre el
camión para que parezca más un logo.
Detiene la máquina y cambia los colores, hundiendo la aguja en el azul
claro.
– ¿Estás bien? - pregunta mientras la aguja se mueve por mi piel.
–Sí, creo que estoy empezando a acostumbrarme.
– ¿Hace que quieras hacerte más?
–Quizá, - digo, mirándolo con una sonrisa.
–Te tatuare siempre que quieras.
Hablamos un poco más sobre el nuevo menú mientras trabaja y pronto,
ha terminado. Toma el ungüento y envuelve el tatuaje.
–Estas lista, - me dice cuando me ayuda a sentarme en la mesa.
Estamos cara a cara y él se inclina, dejando un beso en mis labios.
–Lo hiciste bien.
–Gracias. No fue tan malo como creí que seria.
Envuelvo mis brazos en su cintura y mi centro empieza a cosquillear en
mis leggings. No hemos tenido tiempo a solas desde la semana pasada.
Vivir con compañeros de cuarto hace difícil encontrar tiempo donde solo
nosotros estemos ahí. Además, nuestros horarios de trabajo pueden ser
difíciles de navegar. Claro que nos enviamos mensajes y hablamos por
teléfono todos los días, pero no es lo mismo que verlo cara a cara.
–Te extrañe, - me dice, nuestros labios acercándose.
–Yo también te extrañe, - digo y entonces nuestros labios se conectan y
me pierdo en mi hombre.
Estoy casi desvestida y necesito sentir su piel en la mía, así que halo su
camiseta. El entiende lo que quiero y se la quita. Sus labios vuelven a los
míos pero quiero más. Me muero por sentirlo moverse dentro de mí de
nuevo.
– ¿Podemos… hacerlo aquí? - pregunto, mis dedos bajando al botón de
su pantalón.
–Dios, sí.
Me rio cuando Harvey se apresura a quitarse su pantalón y desvestirse.
Me bajo de la mesa para quitarme los leggings y pantaletas antes de
arrodillarme frente a él y tomar su enorme pene en mi mano.
Veo hacia arriba, sintiéndome como una reina cuando el ve hacia abajo
con tanta reverencia.
–No tienes que hacerlo, - dice cuando me inclino hacia adelante y doy
una pequeña lamida a la parte de bajo de su miembro.
Harvey gruñe y me siento más segura, lamiendo otro camino, mi lengua
trazando la vena.
–Mierda, - dice Harvey, su dedo enredado en mi cabello cuando abro mi
boca y tomo tanto como puedo.
Gimo, mi cabeza subiendo y bajando mientras lamo y trago alrededor
de su pene. Harvey gime, sus dedos presionando mi cabello con cada cosa
que hago.
–Te necesito, - dice Harvey antes de agacharse para recogerme. Jadeo
sorprendida cuando me recuesta en la mesa de tatuaje y Harvey se abalanza
sobre mí y abro mis piernas, desesperada por lo que me hace.
Está a punto de arrodillarse pero lo detengo.
–Créeme, estoy muy húmeda. Te necesito dentro de mí.
–Una probada. La necesito.
Un segundo después está entre mis piernas y gimo, meneándome en la
mesa mientras me come.
– ¡Harvey! - grito cuando llego al orgasmo.
Se levanta un segundo después y entra en mí. Ambos gemimos por un
largo tiempo mientras toma su lugar dentro de mí. Luego solo actuamos por
instinto, moviéndonos y frotándonos mientras buscamos el clímax.
–Jesus, Coraline. Eres mi todo.
Solo puedo gemir, la ola de placer sube dentro de mí.
–Más, mas, - repito mientras mis unas se hunden en sus brazos.
El ritmo de Harvey se acelera y me embiste hasta que la ola finalmente
se rompe, esparciéndose por todo mi cuerpo. Me vengo una y otra vez
mientras Harvey sigue moviéndose dentro de mí.
–Rayos, Coraline. Mierda. Dios, te amo, - dice cuando llega a su propio
orgasmo.
Escucharlo decir esas tres palabras envía una onda de shock por mi
sistema. Quizá debería asustarme de que haya pasado tan rápido, pero todo
lo que siento es emoción. Quiero decirlo también pero entonces entro en
duda.
¿Lo dijo por la emoción del momento? ¿Lo dijo de verdad?
Abro la boca para decir algo, pero las palabras no salen y me apresura a
bajar de la mesa, tomando mi ropa cuando mi teléfono suena.
–Debo contestar, - le digo, vistiéndome. - Gracias por el tatuaje.
Me doy la vuelta y corro por la puerta, ignorando a Harvey cuando
llama a mi nombre. No es hasta que estoy afuera de mi auto que empiezo a
entrar en pánico.
¿Qué rayos hago ahora?
TRECE

Harvey

–LE DIJE a Coraline que la amaba, - digo en un impulso tal pronto entro a
Eye Candy Ink al día siguiente.
Rooney deja caer la caja de pañuelos Clorox que llevaba a la oficina
trasera. Gray y Ender se me quedan viendo en blanco, mientras que Banks
se ve confundido y me doy cuenta que no lo he visto en días así que quizá
no está al tanto de todo. Ames ni siquiera levanta la mirada, demasiado
ocupado abrazando a su prometida, Maxine.
–Felicidades, Harvey. ¿La tía Darcy y el tío Atlas ya lo saben? Sé que le
estaban diciendo a mi papa que todavía no la conocer. Están muy molestos
porque el tío Max y la tía Cat ya la conocieron y ellos no.
Gruño, sabiendo que estaré escuchando más sobre eso de mis pares,
probablemente esta noche.
–Ella no me lo dijo a mí, - le digo a la habitación antes de que esta
conversación se desvíe más.
–Oh, - dice Gray con una mueca.
–Lastima, - dice Banks y creo que aún está tratando de entender la
conversación.
– ¿Quizá no la escuchaste? - sugiere Maxine y yo niego con la cabeza.
–De verdad no lo hizo. Salió corriendo como si el lugar estuviera en
llamas.
–Quizá solo necesita más tiempo, - dice Ames, envolviendo sus brazos
en la cintura de Maxine.
–Sí, la verdad apenas la conociste hace tres semanas. Quizá la asustaste,
- dice Rooney y lo miro molesto.
– ¿Entonces no debí decirle como me sentía? - le pregunto al grupo y
todos miran alrededor.
–Creo que si debías, - dice finalmente Ender y me sorprende que fuera
el que respondiera.
–Sí, quizá solo necesita tiempo para procesarlo, - sugiere Maxine,
acomodando papeles en sus manos.
–Quizá la asustaste, - dice Rooney y creo a Banks fulminarlo con la
mirada.
–No creo que debas tomar la palabra de Rooney. No es como si tuviera
novia, - dice Banks y Rooney lo voltea a ver.
– ¿Y tú sí? - pregunta Rooney y todos volteamos curiosos hacia Banks.
Él se mueve en su silla y mira hacia otro lado y sé que Rooney nunca
olvidara esto.
– ¿Cómo se llama? - pregunta Gray.
– ¿Y cuando la conoceremos? - pregunta Rooney con una sonrisa
traviesa.
– ¿Tu? Nunca.
– ¿Entonces si tienes una novia? - pregunta Maxine cuando se dirige a
la recepción para encender la computadora.
–Aun no, - murmura Banks y tengo piedad de él.
–Bien, de vuelta a mí y mis problemas.
–Solo habla con ella. Dile que la amas de nuevo y que reconoces que
podría ser muy pronto para ella, - dice Ames y asiento.
–Eso podría funcionar.
Me pregunto cuando tendré tiempo para verla. Ha estado muy ocupada
con la apertura del nuevo restaurante y tengo el presentimiento de que
podría evitarme después de anoche.
No pude dormir anoche. Seguía pensando una y otra vez en lo que paso
en el estudio. Quizá debí mantener mi boca cerrada pero no pude contener
las palabras dentro de mí por más tiempo.
Pero ahora he apresurado las cosas y pude haberla alejado. No sé qué
hare si ella termina la relación por esto.
–Gracias, Ames, - digo, alistándome para volver a mi estación.
– ¿Qué hay de mí? También ofrecí un consejo, - grita Rooney detrás de
mí.
– ¡Tu consejo apesta!
Se ríe y lo escucho seguirme hasta mi estación. Un segundo después, el
entra y me lanza una botella de pañuelos Clorox.
–Gracias.
–No hay problema.
Se sube a mi pesa y lo veo por un momento pero cuando no dice nada
vuelvo a trabajar en mis tatuajes para hoy.
– ¿Hablaras con Coraline? - me pregunta después de unos minutos y
asiento.
–Sí, no puedo perderla.
–Lo sé, - susurra y dejo de dibujar para voltear a verlo.
– ¿Lo sabes? - pregunto y mi mente recuerda la forma en que veía a
Sayler. - ¿Invitaste a salir a Sayler?
–Sí, - admite después de un momento.
–Genial amigo. ¿Cuándo saldrán?
–No lo haremos.
– ¿Que? ¿Por qué no?
–Me rechazo. Es solo… podría jurar que ella quería decir que sí.
– ¿Querías que le preguntara a Coraline al respecto? - le pregunto y el
asiente sin voltear a verme.
–Sí, si no te molesta. Es solo, no puedo dejar de pensar en ella y si es
algo que puedo arreglar, entonces lo hare por una oportunidad con ella.
Asiento, sabiendo cómo se siente.
–Hablare con Coraline, - le prometo y me sonríe agradecido antes de
bajarse de la mesa y salir al pasillo hacia su estación.
Se supone que mi primer cliente llegue pronto, así que saco los
pensamientos de Sayler, Rooney y Coraline de mi mente lo mejor que
puedo y empiezo a trabajar.
Un llamado a mi puerta hace que levante la vita y sonrío cuando veo a
mis padres.
–Ey, ¿qué están haciendo aquí? - les pregunto cuando me levanto a
abrazarlos.
–No te hemos visto en unos días y estábamos en el vecindario.
–Sí, he estado ocupado.
–Eso escuchamos, - dice mi papa y sé que está hablando sobre Coraline.
– ¿Cuando la conoceremos? - pregunta mama y sé que esa es la razón
por la que están aquí.
–No lo sé. Tengo que preguntarle y podemos ir a cenar pronto.
Mi mama asiente y empiezo a relajarme, feliz de que no me presionaran
al respecto. Mis padres tienen el matrimonio perfecto, la relación perfecta.
Mi papa adora el suelo por el que mi mama camina y siempre han sido
cercanos.
Quizá por eso no comparto mis problemas con Coraline con ellos.
Me pongo al día con mis padres por un momento pero Eye Candy Ink
abre unos minutos después y mis padres dicen que me llamaran pronto
antes de irse. Mi primer cliente llega unos minutos después y empiezo a
trabajar, emocionado por perderme en el tatuaje.
No funciona mucho. Estoy distraído todo el día, planeando lo que le
diré a Coraline cuando la vea esta noche. Para cuando Eye Candy Ink
cierra, tengo todo planeado en mi mente.
Ahora solo tengo que encontrar a mi chica y arreglar las cosas con ella.
CATORCE

Coraline

ESTOY QUITANDO cosas de mi portapapeles cuando la puerta de la


cocina se abre y veo la cabeza de Harvey asomarse por ella.
–Hola, - lo saludo con una sonrisa nerviosa.
He estado pensando en cómo me asuste y corrí de él todo el día y estaba
por terminar por la noche para poder ir a hablar con él. Necesito decirle
como me siento y disculparme por salir corriendo. Solo espero que no
piense que soy una rara por asustarme como anoche.
–Hola, ¿tienes un segundo? ¿Estoy interrumpiendo? - pregunta, viendo
alrededor de la oscura cocina.
–No, el personal se acaba de ir por la noche y estaba terminando mi lista
de quehaceres.
–Genial. Se ve bien el lugar, - dice.
–Gracias.
Muevo con ansias mis pies, queriendo tocar el tema de anoche pero sin
saber cómo.
– ¿Cómo está el tatuaje? - pregunta, dándome la entrada perfecta.
–Bien, lo amo.
Puedo jurar que hace una mueca ante esas palabras y quisiera darme una
bofetada.
–Me alegra que pasaras. Estaba por ir a buscarte cuando terminara.
– ¿En serio? - pregunta sonando sorprendido y asiento.
–Lamento lo de anoche…
–No debí presionarte, - me interrumpe y niego con la cabeza.
–No, nunca debes disculparte por cómo te sientes. Es solo, en realidad
no he escuchado mucho esas palabras en mi vida y pensé que quizá las
dijiste por el momento. No quería incomodar las cosas en caso de que no lo
dijeras en serio, pero entonces salí corriendo y las volví incomodas de todas
formas.
–No lo dice solo por el momento. Lo dije en serio, Coraline. Te amo.
Sus palabras me brindan calor, como una buena taza de café o un shot
de tequila y sonrío tímida primero pero pronto mi sonrisa crece.
–Dilo de nuevo, - le pido y traga antes de dar un paso hacia mí.
–Te amo, Coraline. Te amo más que a nada.
–Yo también te amo, Harvey. Mucho, - le digo y en envuelve en sus
brazos y nuestros labios chocan contra el otro.
Su lengua se hace camino en mi boca y la abro con avidez para él. Sabe
a menta y algo que es totalmente Harvey. Sus labios se amoldan a los míos
y me hace retroceder hasta llegar al mostrador. Sé que romperemos más de
un millón de violaciones al código de salud si lo hacemos aquí pero aun así
me encuentro con mis manos en el bordillo de su camiseta.
Y es cuando Max, mi jefe y el tío de Harvey, entra a la cocina.
Harvey y yo saltamos en direcciones opuestas y puedo sentir el sonrojo
en mi cara.
–Hola, tío Max. El lugar se ve bien, - dice Harvey y puedo ver que Max
está tratando de no sonreír.
–Gracias Harvey. Solo vine a ver si podía acompañar a Coraline a su
auto antes de irme por hoy pero veo que lo tienes cubierto. Los veré luego,
loquillos, - dice con una sonrisa y se despide al salir por puerta de la cocina.
–Oh por Dios, - gruño y Harvey se ríe.
–Por qué no me dejas llevarte a cenar y luego vamos a mi apartamento
para que pueda revisar tu tatuaje.
–Claro, - digo con una sonrisa y él se ríe.
–Muy bien, llévame a casa, boda fugaz.
Harvey me envuelve en sus brazos, riéndose mientras nos lleva afuera
del restaurante y hacia su auto y descanso en él. En el hombre que amo.
QUINCE

Harvey

UN AÑO DESPUÉS…

TOMO las últimas bolsas de víveres antes de que mi prometida pueda. Me


mira un poco molesta y solo me inclino a darle un beso rápido antes de
subir las escaleras a nuestro apartamento. Coraline todavía es la mujer más
independiente que he conocido pero ha comenzado a aprender que puede
depender de mí y en otras personas.
– ¿Puedes abrir la puerta? – pregunto y se adelanta a mí, abriendo la
puerta del complejo de apartamentos.
La sigo por las escaleras al apartamento al que nos acabamos de mudar.
Mi contrato de renta con Rooney termino y ahora que está viviendo con
Sayler, Coraline y yo decidimos mudarnos juntos. Sayler y Rooney viven al
lado y cuando me acerco a la puerta, veo a Sayler asomarse y sonríe cuando
nos ve.
– ¿Lo conseguiste? - le pregunta a Coraline y mi prometida asiente,
entrando rápido al apartamento con Sayler pisándole los talones.
– ¿Conseguir que? - le pregunto pero solo me da una sonrisa traviesa y
toma una de las bolsas que estoy cargando.
Solo tenía unos cosméticos y shampoo en ella, frunzo las cejas
confundidos cuando ella y Sayler sueltan risillas y se dirigen al baño. Las
dejo ir y me dirijo a la cocina a guardar los víveres cuando alguien llama a
la puerta.
– ¡Hola! - digo cuando abro y veo a mis padres, tía Indie, y tío Mischa
en la puerta. - ¿Que sucede?
El tío Mischa y la tía Indie se hacen paso para entrar y me rio,
abrazando a mis padres.
–Estábamos en el vecindario y queríamos ver si tu y Coraline querían
salir a cenar con nosotros.
–Se supone que Rooney esté en casa ahorita también, ¿verdad? Íbamos
a decirle a él y Sayler también, - dice tía India cuando empiezo a cerrar la
puerta del apartamento.
–Ey! - dice Rooney, sonando indignado cuando cierro la puerta en su
nariz.
–Lo siento, no te vi ahí.
Me mira molesto pero soy sincero.
– ¿Sayler está aquí? - pregunta y suelto una risa.
–Coraline está en casa. ¿Dónde más estaría? - bromeo.
Coraline trabaja horas desorganizadas como chef, lo que significa que
cuando está en casa o tiene un día libre, las chicas usualmente están juntas.
–Hola a todos, - dice Rooney cuando ve a nuestros padres y se dirige al
refrigerador.
Toma una ensalada de papa que acabo de guardar y una cuchara de la
gaveta y volteo los ojos.
–Queríamos llevarlos a cenar, - le dice mi mama y toma una cucharada
de la ensalada de papa antes de guardarla.
– ¿A dónde vamos? ¿Y dónde está mi chica? - pregunta.
–En el cuarto con Coraline, - le digo cuando las chicas salen de la
habitación.
Ambas están sonriendo de oreja a oreja y sonríen aún más cuando ven a
nuestros padres.
–Hola, - dice Coraline abrazando a mis padres antes de cambiar de lugar
con Sayler y abrazar a mi tía Indie y tío Mischa.
Sonrío. Mis padres, mi familia entera, ama a Coraline y Sayler y me
alegra que las chicas ahora tengan la familia que se merecen. Una familia
que las ama y quieren que sean felices.
– ¿Por qué están tan felices las dos? - pregunta Rooney cuando abraza a
Sayler.
–Tenemos noticias emocionantes, - dice Sayler, compartiendo una
mirada con Coraline.
– ¿Que está sucediendo? - pregunto, trayendo a Coraline a mi lado.
Ella me sonríe y me pierdo en sus ojos por un minuto.
– ¡Estamos embarazados! - grita Sayler y veo boquiabierto a Coraline.
– ¿Lo estamos? - susurro y ella asiente con lágrimas en sus ojos.
–Sí, lo estamos, - susurra y la envuelvo en mis brazos, presionándola
contra mí antes de entrar en pánico y soltarla.
– ¡Felicidades! - lloran mama y tía Indie, rodeándonos y abrazando a las
chicas.
Le siguen nuestros padres y luego traigo a Coraline de regreso a mis
brazos.
– ¿Cómo te sientes? - pregunta mi mama y mantengo a mi chica cerca
mientras mi mama y tía bombardean a las chicas con preguntas.
Sonrío todo el tiempo.
Esto es todo lo que quería en la vida. Mi familia, el amor de mi vida, y
ahora tendremos nuestros propios hijos.
–Vamos a comer y celebrar, - dice el tío Mischa y tomo la mano de
Coraline cuando bajamos las escaleras.
– ¿Estas feliz? - pregunta cuando seguimos a los demás afuera y aprieto
su mano.
–No podría estar más feliz. Te amo, Coraline.
–Yo también te amo, - dice, poniéndose de puntillas y rozando sus
labios con los míos.
DIECISÉIS

Coraline

CINCO AÑOS DESPUÉS…

–DEBES PORTARTE BIEN por los abuelos, - le digo a mis hijos mientras
los ayudo con sus bolsos de la noche.
Nuestro hijo, Graham, y nuestra hija, Lila, asienten mientras corren
detrás del otro y suspiro, sabiendo que tendrán mucha energía por la mayor
parte de la noche. Han estado emocionados por tener una pijamada en casa
de sus abuelos toda la semana y sé que Atlas e Indie están igual de
emocionados de pasar tiempo con sus nietos.
Harvey y yo nos dirigimos a cenar y una noche a solas por nuestro
aniversario. Hemos estado casados por cuatro años y desde que tuvimos a
nuestros hijos, no tenemos tanto tiempo a solas como quisiéramos.
Ambos trabajamos horas irregulares y usualmente estamos corriendo en
las mañanas para alistar a nuestros hijos para la escuela.
Todavía vivimos al lado de Rooney y Sayler, aunque ambos tuvimos
que mudarnos a un nuevo edificio con apartamentos más grandes. Ellos
también tienen dos hijos, ambos chicos y son mejores amigos con los
nuestros.
Hoy también es el aniversario de Sayler y Rooney. Sayler y yo
compartimos nuestra boda. Era el gran sueño de Sayler y ya que nunca
imagine mi boda, estuve más que feliz de dejar que la planeara para ambas.
Mi única contribución fue la comida y el alcohol.
– ¡Hola! - saludo a Darcy cuando abre la puerta para nosotros y me
sonríe.
–Hola chicos. Adelante, pasen. El abuelo está preparando la sala para
que podamos tener una noche de películas, - les informa a los niños y ellos
entran.
– ¡Adiós chicos! ¡Nos vemos mañana!
Ellos gritan adiós y me rio.
–Están muy emocionados por esta noche.
–Oh, nosotros también, - promete Darcy y sonrío.
Darcy y Atlas son los padres que desearía haber tenido al crecer. Nos
apoyan tanto y son cariñosos y juraría que nunca los he visto discutir.
–Gracias de nuevo por cuidarlos. Vendemos mañana en la mañana con
desayuno.
– ¡Suena bien! Ten una buena noche, cariño, - dice y me despido antes
de dirigirme al auto.
Todavía trabajo para Max Schultz en Wild Thyme y a lo largo de cinco
años, lo he convertido en uno de los lugares más populares para comer en
Pittsburgh. Tengo un gran sous chef que me cubre dos veces a la semana
para que pueda estar en casa con mi familia. Harvey siempre se toma los
mismos días libres en Eye Candy Ink para que también pueda estar en casa
con nosotros y amo lo involucrado que esta con la familia.
Es un maravilloso esposo e incluso mejor padre. Es el que les ayuda a
vestirse y alistarse para ir a la cama. Les lee todas las noches antes de
dormir y los lleva al parque casi todas las mañanas. El y Rooney incluso
tienen citas de juego casi todas las mañanas de los fines de semana antes de
que Sayler los cuide el resto del día.
Me apresuro al apartamento y me estaciono justo cuando Harvey lo
hace. Él tenía trabajo hoy pero debe haber terminado con su cliente
temprano si es que ya está en casa.
– ¡Arruinaste mi sorpresa! - le digo cuando viene a abrirme la puerta.
– ¿Quieres que espere en el auto un momento? - pregunta, dándome un
ramo de flores y una caja de mi repostería favorita.
– ¿Galletas de roles de canela? - le pregunto y sonríe.
–Y esos macaron que amas.
–Eres el hombre perfecto, - digo con un suspiro y sonríe.
–Lo intento.
Él toma mi mano y dejo que me lleve adentro, hacia nuestro
apartamento. Tenía planeado estar en casa antes que él. El entraría y yo
estaría vistiendo la lencería que compre la semana pasada. Terminaríamos
ordenando la cena más tarde. Espero que mucho más tarde.
– ¿A dónde querías ir a cenar? - pregunta y pongo las flores en la mesa
de la cocina.
–Quiero que me des cinco minutos y entonces te diré.
–Está bien, - dice Harvey con una sonrisa confundida en su rostro.
Él toma las flores y una vasija y beso su mejilla.
–En seguida vuelvo, - le prometo.
Me apresuro al bajo y tomo la lencería para empezar a vestirme.
Despeino mi cabello y aplico otra capa de rímel antes de echarme un último
vistazo en el espejo.
Me veo ardiente. El encaje y la seda purpura abraza mis curvas y sé que
Harvey se volverá loco cuando me vea en ella.
Salgo a la cocina, mis tacones sonando en la piso de madera pero
Harvey no levanta la vista de las flores.
– ¿Ya sabes de que tienes hambre, bebe? - pregunte y me recuesto en el
marco de la puerta de la cocina.
–Dejare que decidas. ¿De que tienes hambre? - pregunto y Harvey
finalmente se voltea hacia mí.
Su boca se abre y puedo ver sus ojos encenderse desde el otro lado de la
habitación.
–Tu, - murmura. -Tengo hambre de ti.
Suelto una risilla, dejando que me levante y me lleve a nuestra
habitación, donde me recuenta en la cama y me devora.

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ROONEY
*

Rooney Jennings está fuera de sí. 

Para ser justos, muchos de sus amigos dirán que nunca estuvo en sus
cabales.

Fue criado por dos bromistas despreocupados que se enamoraron


rotundamente y él creció escuchando su historia de amor y preguntándose si
alguna vez solo vería a alguien y sabría en ese instante que estaban
destinados a estar juntos.

Se había dado por vencido de que eso pasara cuando vio a Sayler Jones, la
animada diseñadora gráfica que lo hacía reír como nadie.

Deberían ser felices juntos, ambos están interesados en el otro y se


complementan.

Solo hay un problema.

Sayler ha sido prometida a alguien más.

¿Conquistar a Coraline arruinaría todo? ¿O finalmente podrá tener el final


feliz que ha sonado desde que la vio por primera vez?
UNO

Rooney

MI TELÉFONO suena cuando estoy terminando de limpiar a mi último


cliente y me siento tenso. Ya sé quién es y lo que quiere y realmente no
quiero hablar de eso ahora.
También sé que si la ignoro, mi mama seguirá mandando mensajes, o
peor, vendrá aquí.

MAMÁ: Entonces, ¿cuándo te vendrás con tu novia?


Rooney: No es mi novia.
Mamá: Podrías traerla el domingo.
Rooney: No es mi novia.
Mamá: Aun así.
Rooney: Te amo. Tengo otro cliente así que hablamos luego.
Mamá: ¡También te amo, osito!

DEJO el teléfono en mi escritorio, suspirando mientras paso una mano por


mi despeinado cabello negro. Mi mama se muere porque consiga una novia
desde que cumplí veinte años. Creo que siempre pensé que era raro que
nunca tuviera una en secundaria, aunque la verdad es que no quería.
Quería un amor como el de ellos. Quería ver a alguien y saber en mí ser
que estábamos destinados a estar juntos, y nunca me sentí así por alguna
chica de la escuela.
Mi mejor amigo y compañero de cuarto pasa por mi estación,
sonriéndole a su teléfono y me doy la vuelta antes de que los ahora
conocidos celos me ataquen.
Quiero a Harvey. Puede que no seamos familia, pero es mi hermano en
todas las formas que cuentan. Hemos sido mejores amigos desde que
nacimos y quiero que sea feliz.
Pero apesta que la mujer de la que se enamoró también es la mejor
amiga de la chica de mis sueños. Ahora está en las nubes y yo estoy
ocupado jadeando detrás de la chica que se robó mi corazón con solo una
sonrisa.
Coraline y Harvey son perfectos juntos y se merece todo lo que desee en
la vida, así que lo soporto, forzando a tragarme los celos y ser feliz por él.
Mi próximo cliente estará aquí pronto así que me fuerzo a sacar a
Harvey, Coraline, y mi chica Sayler de mi mente y volver al trabajo.
Eso no dura demasiado.
Ya tengo listo el diseño del tatuaje y en el papel de trazado. Solo
necesito preparar los colores que el cliente quiere y estaré listo para
empezar.
He querido invitar a salir a Sayler desde la noche que nos conocimos.
Estaba buscando comida con Harvey en The Culinerdy Cruiser, el camión
de comida que Coraline solía tener y estacionada en la calle frente a Eye
Candy Ink la mayoría de las noches.
Harvey fue a comer ahí porque ya estaba totalmente enamorado de
Coraline. Yo fui porque tenía hambre y para asegurarme que Harvey no
arruinara demasiado las cosas con su chica. El chico no sabe coquetear.
Entonces levanté la mirada y vi a Sayler por la ventanilla del camión y
eso fue todo. Una mirada fue todo lo necesario para saber que ella era para
mí. Lo podía sentir en cada fibra de mi cuerpo. Podía sentirlo en mi alma.
Ella era la única para mí.
Me fui esa noche con su número de teléfono pero ella parecía dudar de
iniciar cualquier cosa así que lo he tomado lento. He tratado de captar
señales de ella, pero se ha vuelto más difícil.
Solía ver a Sayler casi todas las noches en The Culinerdy Cruiser, pero
desde que Coraline comenzó a trabajar como chef en el nuevo restaurante
del tío Max, Wild Thyme, y cerro el camión de comida, solo he podido
enviarle mensajes.
He abierto nuestros mensajes, leído los que de los últimos días. Hay
algunos GIFs, y algunas fotos de mis últimos tatuajes, algunos divertidos de
ella pretendiendo llorar sobre su computadora, y muchos mensajes entre
ellas.
Hablamos de nuestros días, lo que debemos hacer y cuando saldré del
trabajo. Ella trabaja desde su casa, diseñando portadas de libros, gráficos, y
sitios web. A veces pide mi opinión sobre alguno de sus trabajos y siempre
me sorprendo de lo talentosa que es.
Combinado con esos mensajes hay algunos donde la invito a comer.
Siempre me rechaza gentilmente.
Harvey pasa por mi estación, silbando, y lo veo sonriéndome. Volteo los
ojos, mirándolo molesto y él se ríe, dirigiéndose al frente por su próximo
cliente.
Es tarde y este es mi último cliente de la noche. Bostezo, estirando mis
brazos sobre mi cabeza para eliminar la tensión de los músculos antes de
levantarme y caminar al frente por mi cliente.
Cuando veo que son dos chicas, ambas unos años menores que yo y
probablemente aun en la universidad, gruño. Siempre me ven como un
pedazo de carne y pongo una sonrisa. Parece que serán otras cuantas horas
de evitar platica coqueta y escuchar sus risillas.
– ¿Listas? - les pregunto con una sonrisa y ambas ríen mientras se
levantan y caminan hacia mí.
Apenas logro esconder la mueca cuando me volteo y las llevo por el
pasillo hacia mi estación.
Mis ojos se desvían a mi teléfono cuando entro y desearía estar
hablando con Sayler en lugar de tatuando una rosa en esta chica.
Por suerte, el tatuaje no toma mucho y estoy empacando mis cosas y
caminando a la puerta poco más de una hora y media después. Paso por la
estación de Harvey y veo que también está terminando con su cliente.
–Te veo en el auto, - le digo y asiente con la cabeza, envolviendo el
brazo de su cliente en plástico.
Salgo afuera, despidiéndome de Gray mientras le cobra a su último
cliente en el mostrador. Cruzo la calle, recostándome en el auto de Harvey.
El conduce prácticamente todos los días ya que no soy el mejor conductor.
Tiendo a tener distraerme fácilmente y hablar mucho con las manos,
ninguno de los cuales son buenos a la hora de conducir.
Saco mi teléfono mientras espero a que Harvey termine y abro mis
mensajes con Sayler. El último es de esta mañana pero estaba ocupada con
su trabajo así que no hablamos por mucho tiempo.
Dudo por un segundo, pero soy débil, especialmente cuando se trata de
ella, y le mando otro mensaje.

ROONEY: ¿Hiciste todo lo que querías hacer hoy?

ESPERO, preguntándome si está ocupada pero responde de inmediato.

SAYLER: ¡Casi! Mañana seguro podré terminar el resto. ¿Cómo estuvo


tu día?
Rooney: Bien. Ocupado. Extraño verte todos los días.
Sayler: Yo también. Además, ahora tengo que ir a Wild Thyme si
quiero comer la comida de Coraline!
Rooney: ¿No cocina para ti en casa?
Sayler: Claro, cuando esta aquí pero ahora siempre está en el
restaurante o con Harvey.
Rooney: Ugh, el verdadero amor es lo peor.
Sayler: LOL! ¿Cierto?
Sayler: Desearía tener lo que ellos *inserta suspiro*

QUIERO RESPONDER y decirle que le daré lo que sea que desee pero
me detengo.
ROONEY: Yo también.

GUARDO mi teléfono en mi bolsillo cuando veo a Harvey caminando en


mi dirección. Gray y el terminan de cerrar Eye Candy Ink y mientras
Harvey se acerca, me dirijo al asiento del pasajero.
– ¿Pizza? - pregunta Harvey cuando abre el auto y asiento.
–Con queso extra.
–Obvio, - dice cuando enciende el auto y salimos del estacionamiento.
Sonrió mientras el conduce por las calles casi desiertas.
DOS

Sayler

NAVEGO POR NETFLIX, totalmente aburrida. Desde que Coraline tomo


el puesto de chef en Wild Thyme mis noches han sido largas y monótonas.
No es que no esté feliz por ella, y sé que se lo merece, pero extraño pasar el
tiempo con ella todas las noches.
No tengo otros amigos en esta ciudad ya que nos mudamos hace pocos
meses y trabajo desde casa. He tratado de mantenerme ocupada, pero no
estoy haciendo un buen trabajo.
Trate de ver diferentes series de televisión, pero nada pudo mantener mi
interés. Incluso trate trabajar y ahora he adelantado el trabajo de dos
semanas y sigo aburrida.
El único momento en que no estoy cansada de estar sola es cuando
hablo con Rooney. Siempre sabe que decir para hacerme reír y me encanta
como funciona su mente.
Mi teléfono suena y por un segundo me pregunto si mis pensamientos
llamaron a Rooney. Mi estómago da vueltas y me apresuro a tomar mi
teléfono. Entonces veo la pantalla y veo el nombre de mi mama, mi
estómago da otra vuelta.
Realmente no quiero responder. Es tarde y sé que debe estar saliendo de
algún evento elegante. También significa que probablemente esté un poco
ebria. Mi mama no es la mejor, pero cuando le dan unos vodkas Martini, se
vuelve terrible.
No quiero responder, pero si no lo hago seguirá llamando hasta que lo
hago. Nunca consideraría que estoy ocupada o que no tengo tiempo de dejar
todo y responder sus llamadas. Siempre ha sido así. Mi mama consigue lo
que quiere.
–Hola mama.
–Sayler, ¿porque tardaste tanto en responder? – dice y contengo un
suspiro.
Porque no quería hablar contigo.
–Lo siento, estaba durmiendo, - digo en su lugar.
A mama le gusta el sueño reparador por lo que sé que no tendrá nada
malo que decir por esa excusa.
–Huh, no suena como si estuvieras dormida.
–Pues lo estaba. ¿Necesitabas algo? - pregunto, esperando terminar la
conversación rápido.
–Sí, tu padre y yo queríamos saber cuándo regresaras a Nueva York. El
hijo de los Radcliff finalmente se graduó de la escuela de medicina y es
hora de empezar a planear su boda.
Mi estómago se retuerce en nudos ante sus palabras.
Mis padres tenían un trato en el que me casaría con el hijo de los
Radcliff, Dalton, prácticamente desde el día en que nací.
Los Radcliff son importantes en la sociedad de Nueva York y es aún
más importante que hayan aceptado esta unión. Mis padres son abogados y
aunque son muy acaudalados, no es nada comparado con la fortuna de los
Radcliff por el aceite.
–No lo sé, mama. Acabo de mudarme a Pittsburgh y me gusta mucho
aquí.
–En Pittsburgh? - dice, con burla en cada palabra.
–Sí, es una buena ciudad. Deberías visitar y verla por ti misma.
Se ríe por eso y el sonido me pone los nervios de punta. Es un sonido
cruel, lleno de malicia y nada de verdadero humor. Debería estar
acostumbrada al sonido. Siempre está poniendo una risa falsa, una risa
aguda y falsa, o riéndose como acaba de hacerlo.
No sé cuál odio más.
–Esperamos que vuelvas a casa pronto. Esta tonta fantasía tuya es una
pérdida de tiempo. Dalton te espera y es hora de cumplir tus compromisos.
Quiero escuchar que no es mi compromiso y que no quiero casarme con
Dalton Radcliff. El tipo es un idiota sexista con complejo de dios y un
círculo de amigos que son tan estirados y materialistas como él. Si me
casara con el mi vida sería un infierno y yo sería miserable.
–Entendido, Sayler? - pregunta mama, su voz dura y con una
advertencia.
No es una pregunta de verdad.
Es una advertencia para comportarme, de seguir en línea y lidiar con las
consecuencias.
–Entiendo, - digo, mi corazón hundiéndose mientras lágrimas me
escuecen los ojos.
–Bien, - dice, colgándome sin despedirse o decir que me ama.
Ni siquiera se molestó en preguntar cómo me iba. No recuerdo la última
vez que me pregunto cómo estaba o en que estaba trabajando.
Cuelgo, apagando la televisión y descanso la cabeza en el respaldar del
sofá. Ni siquiera quiero pensar en mis padres o la vida que me espera de
regreso en Nueva York. Por suerte, mi teléfono suena y esta vez es un
mensaje de Rooney.

ROONEY: Estaba pensando. ¿Te gustaría ir a cenar a Wild Thyme


conmigo alguna vez? Sé que ambos extrañamos la comida de Coraline
y yo extraño verte.

ME MUERDO EL LABIO, leyendo sus palabras de nuevo. Sé que Rooney


está interesado en mí. Que lo ha estado desde que nos conocimos, pero no
quería enredarme con él solo para ser llamada a casa y cumplir “mi deber”.
Aunque quizá debería. Quizá esta sea mi única oportunidad de salir con
alguien que yo elegí. Alguien a quien realmente quiero.
– ¡Wok! - dice Coraline, dejando su bolso y unos contenedores de
comida en el mesón de la cocina cuando entra al apartamento.
– ¡Hola! - digo, abandonando mi teléfono y saltando a ver los bienes
que trajo a casa. – ¿Cómo estuvo el trabajo?
–Increíble, - dice Coraline, una gran sonrisa en su rostro y sonrío.
Amo lo feliz que esta. Merece ser la chef, alcanzar todos sus sueños y
estoy tan feliz que lo esté logrando aquí en Pittsburgh.
¿Realmente puedo dejar a Coraline atrás y volver a Nueva York? Ella
tendría que elegir entre Harvey y yo y no quiero que tenga que hacerlo. O
quizá Harvey podría mudarse también, aunque entonces el estaría dejando
a Rooney y su familia atrás.
¿Algo de esto importa? ¿Realmente puedo casarme con Dalton? Estaré
en el infierno por el resto de mi vida si lo hago. Además, ¿realmente quiero
dejar mi nueva vida en Pittsburgh para volver a Nueva York? El motivo por
el que Coraline y yo nos midamos fue para escapar de mis madres y sus
sofocantes deseos.
– ¿Que me trajiste?
– ¡Hice esta nueva receta de albóndigas! Estaba pensando en agregar un
gyro al menú ya que parecer ser populares ahora. Puedo hacer mi propia
salsa tzatziki de menta para acompañarlo y quizá mi propio pan pita.
Coraline habla emocionada sobre diferentes ingredientes o variaciones
que puede hacer y mi boca empieza a salivar al escucharla. Me pasa un
contenedor de comida y tomo una albóndiga antes de darle un gran
mordisco.
–Oh Dios, está muy bueno, - digo, gimiendo por el bocado en mi boca.
–Gracias, - dice Coraline, sonriéndome cuando termino mi albóndiga.
–Hable con Caroline hoy, - dice y mi humor mejora a la mención de
nuestra amiga.
– ¿Como esta? - pregunta.
–Mejor. O al menos tan bien como se puede esperar. Dijo que había
encontrado una cafetería a la venta en una pequeña ciudad llamada Cherry
Falls. Se mudara con Charlotte en unas semanas.
–Deberíamos ayudarla a mudarse.
Coraline asiente y hago una nota mental de llamar a Caroline mañana.
Las tres fuimos cercanas durante la secundaria. Ella siempre fue cercana a
su hermano así que cuando Coraline y yo nos fuimos de Nueva York tan
pronto como pudimos, ella se quedó para estar cerca de su hermano y su
hija.
Su hermano falleció junto a su esposa hace un año, dejándola como la
guardiana de su hija Charlotte. Sé que ha sido un cambio para ella y hemos
tratado de ayudarla tanto como pudimos sin estar en el mismo estado.
Coraline me pasa otro contenedor y al abrirlo encuentro macarrones con
queso y trufa. Es mi favorito y le doy un pequeño abrazo antes de comerlo.
Ella sonríe, su sonrisa creciendo cuando su teléfono suena y sé que debe
ser su novio, Harvey.
Mi estómago empieza a hundirse cuando la veo contestar. Las cosas
están cambiando aquí. Ella se mudara con el pronto y yo estaré sola aquí.
Quiero lo que Harvey y ella tienen. Quiero ser parte de una pareja.
Quiero enamorarme.
Y sé que nunca lo tendré con Dalton o cualquier otro que mis padres
elijan por mí.
Pero quizá podría tenerlo con Rooney.
Termino los macarrones y le deseo buenas noches a Coraline antes de
irme a la cama. Sus mensajes aun están frescos en mi mente y me doy
cuenta que nunca respondí. Pero estoy indecisa. ¿Cedo a la atracción entre
nosotros y veo donde nos lleva? ¿O lo protejo y le digo que estoy
comprometida con alguien más?
Aún estoy indecisa cuando mis ojos se cierran y el sueño me reclama.
TRES

Rooney

– ¿Quieres una mimosa? - pregunta tío Nico y no logro distinguir si está


bromeando o no.
–No, estoy bien, - digo, levantando mi cerveza, la etiqueta colgando de
donde estaba jugando con ella.
El gruñe y se sienta al lado mío en la terraza, estirando sus piernas.
–Donde esta Banks? - pregunto, hablando de su hijo y él se encoge de
hombros.
–Digo que estaba en camino hace un rato. Debe llegar pronto.
Asiento, moviendo mis piernas cuando mis tíos Atlas y Zeke llegan y
toman las otras dos sillas. Cuando veo a mi papa y Harvey trayendo más
sillas, sé que algo está pasando.
– ¿Que está pasando? - pregunto y todos me miran entretenidos.
–Tu mama quiere nietos, - dice papa seriamente y casi me ahogo con mi
cerveza.
–Oh por Dios, - gruño y empieza a buscar una ruta de escape.
–No tan rápido, - dice papa, bloqueando mi salida con su silla.
–Solo iba a buscar otra cerveza, - miento y Nico mira mi botella medio
llena.
Rápidamente me tomo lo que queda de la cerveza.
–Mama quiere saber cuándo conoceremos a Sayler, - dice papa y trato
de contener un gruñido.
–Ya la conocieron, - señalo, refiriéndome a la noche que fueron a The
Culinerdy Cruiser hace unas semanas.
Realmente estaban ahí para conocer a Coraline pero ya que Sayler
estaba ahí, técnicamente ya la conocieron también.
–Queremos verla de nuevo. Además, Zeke, Nico, Trixie, y Edie no la
han conocido aun, - dice mi papa y me desplomo en la silla.
–No estamos saliendo, así que sería raro traerla aquí.
–Entonces invítala a salir, - agrega útilmente mi tío Nico y lo veo
molesto.
–Lo hice, pero aún no ha respondido.
– ¿Te dejo en leído? - pregunta Banks uniéndose al grupo y volteo los
ojos.
Genial. Ahora es cuando aparece.
–Sí, - gruño, mi pierna empieza a saltar cuando me agobio.
–Entonces, quizá debas olvidarlo, - dice mi tío Max y suspiro.
–No puedo. Se niega de salir de mi mente, - digo, más para mí mismo
que para los demás.
– ¿Como la invitaste a salir? - pregunta Harvey y quiero preguntarle de
qué lado esta.
–Estábamos hablando por mensajes de texto y dijo que extrañaba la
comida de Coraline ahora que está trabajando en Wilde Thyme, así que–
– ¿Qué pasa con mi restaurante? - pregunta mi tío Max cuando se une al
grupo y me hundo una pulgada más en mi silla.
–Rooney invito a Sayler a una cita ahí. Ella no respondió, - resume mi
tío Atlas.
–Oh, vaya, - dice tío Max con una mueca y me hundo aún más en mi
silla, si es posible. A este paso, estoy en peligro de sentarme en el suelo.
–Eso es duro, - dice tío Nico, dándome una palmada en el hombro.
–Gracias, - digo a secas.
– ¿Quieres que intente encontrar a alguien para ti? - ofrece tío Max y
me niego de inmediato.
Quiero a Sayler o a nadie en absoluto.
–No, solo debo encontrar una forma diferente de hacerlo. Está
escondiendo algo, pero no sé qué es.
–Quieres que le pregunte a Coraline? - ofrece Harvey y me niego de
nuevo.
Quiero que Sayler confié lo suficiente en mi para abrirse al respecto.
–Solo dale tiempo. Ser amigos primero siempre es algo bueno. Están
creando una base fuerte, - dice tío Atlas y me animo un poco.
Ir más lento podría matarme, pero si hace que Sayler este conmigo al
final, entonces valdrá la pena.
– ¿Por qué no lo la invitas a salir en persona? Los chicos de ahora con
sus mensajes de texto y… - comienza el tío Zeke.
–Y sus Razr scooters, - termina mi papa, tratando sonar como un
anciano.
Me rio por eso, y me rio aún más cuando el tío Zeke le saca el dedo a mi
papa.
–No estoy tan viejo, - gruñe tío Zeke y sonrío.
–Quizá deberías invitarla a salir en persona, - dice tío Nico.
–Si, en todo caso, podrías notar algo más en ella, - ofrece Banks y
asiento.
Quizá tienen razón. Quizá piensa que no estoy muy interesado o es algo
serio porque solo hablamos por mensajes de texto. Puedo mejorar eso.
Hacerlo bien.
Le llevare flores y le preguntare si quiere ir a cenar conmigo. Ni
siquiera tiene que ser el restaurante de su mejor amiga.
– ¡Hora de comer! - llama tía Darcy y todos nos levantamos y
comenzamos a caminar a la cocina.
–Gracias chicos, - murmuro a los chicos y me dan una palmada en la
espalda o chocamos los puños al caminar.
Me detengo antes de cruzar la puerta, sacando mi teléfono una vez más
para ver si ha respondido.
Mi humor se desploma cuando veo que aún no hay mensajes nuevos.
Meto el teléfono de regreso en mi bolsillo, determinado a hacer un plan
antes de contactarla de nuevo.
– ¡Vamos osito! - llama mi mama y fuerzo una sonrisa cuando entro y
tomo el plato de sus manos.
–Gracias mama, - digo, dándole un abrazo y un beso en su cabeza antes
de empezar a servirme.
Ahora solo tengo que averiguar cómo ganarme a mi chica.
CUATRO

Sayler

CUANDO MI TELÉFONO suena al día siguiente y veo que es mi mama


llamando de nuevo, siento como mi cuerpo entero se tensa. ¿Dos llamadas
en dos días? No es una buena señal.
– ¡Hola mama! - digo, tratando se inyectar alegría en mi tono de voz.
–Sayler, estoy llamando para ver si has pensado un poco sobre nuestra
conversación de anoche.
–Eh, ¿qué pasa con ello, mama? - pregunto.
Ella suspira como si la estuviera cansando y siento que mi corazón se
acelera. ¿Por qué siempre es así? Me hace sentir como una molestia y una
carga en lugar de como su hija.
– ¿Cuándo regresaras a Nueva York? Es donde perteneces y donde están
tus responsabilidades. ¿Tienes idea de lo vergonzoso que es explicarles a
todos nuestros amigos que nuestra hija está en Pittsburgh trabajando en
programación de computadoras? Quiero decir, por Dios, Sayler, - ella
suspira la última parte como si estuviera avergonzada o preocupada de que
alguien la escuche y aprieto el teléfono en mi mano.
–No estoy trabajando en programación de computadora, mama, - digo
entre dientes. - Soy una diseñadora gráfica. Una jodidamente buena.
–Lenguaje, jovencita, - me advierte y su tono de voz hace que explote.
Es como si ella estuviera hablando con un cachorro rebelde y estuviera
tratando de hacerme obedecer. No hay amor ahí. La única razón por la que
los tolero y aun hablo con ellos es porque no quiero perder a mi familia.
Puede que no tengamos nada en común, pero son mis padres. ¿No debería
significar algo?
Siempre pensé que lo hacía, pero últimamente… bueno, ya no estoy tan
segura.
Además, me desheredarían si no hago lo que ordenan. Mi negocio está
bien ahora, pero no tengo mucho en mis ahorros y unos cuantos meses
malos podrían dejarme en la calle.
–No quiero casarme con Dalton Radcliff, - le digo a mama, cambiando
mi voz hasta que no es más que agradable, sin muestra del enojo que arde
dentro de mí.
–Ya está decidido, Sayler Ann.
Oh, el segundo nombre. Habla en serio.
–Pero no lo amo, - trato una vez más.
Ella resopla.
– ¿Amor, Sayler? Él es rico y viene de una familia buena y prominente.
Sera capaz de proveerte una buena vida. Una vida cómoda. Te apoyara, dará
todo lo que necesites. Es la elección correcta. La decisión ya está hecha.
No tengo nada que decir a eso, o al menos nada que la haga cambiar de
opinión, así que me quedo en silencio, con la garganta en llamas por las
palabras que contengo.
Quiero gritarle, decirle que soy su hija y debería importarle lo que
quiero pero sé que no servirá de nada.
–Tu padre y yo esperamos una fecha para tu regreso a Nueva York
pronto. Muy pronto, - advierte antes de colgarme.
–Ugh! - gruño, levantándome del sofá y empiezo a caminar en círculos.
Mi teléfono está en mi mano, sujeto con fuerza y quiero gritar.
Sin pensarlo, abro mis mensajes de texto, encuentro el nombre de
Rooney, y le contesto.

SAYLER: Me encantaría ir a cenar, pero puede que tome algo de tiempo


para una reservación en Wild Thyme. Su chef es muy importante y he
escuchado que la lista de espera es una locura.
Rooney: Podría hacer unas llamadas. Yo también soy muy
importante. Tengo conexiones en toda la ciudad.
Sayler: ¿Te refieres a tu tío Max?
Rooney: Quiza…
Rooney: Esta bien, si. Es solo el y quiza Harvey.
Sayler: ¡HAHA!
Rooney: No te preocupes, si no podemos ir a Wild Thyme, tengo
otras ideas. ¿Que días funcionan para ti?
Sayler: ¿Déjame ver mi calendario y te digo mañana?
Rooney: Suena bien. Hablamos pronto.

GUARDO mi teléfono en mi bolsillo, algo de la energía saliendo de mi


cuerpo después de hablar con Rooney. El siempre ilumina mi día.
Coraline llega unos minutos después, su ropa de chef manchada de algo
rojo y me uno a ella cuando se desploma en el sofá.
– ¿Cómo estuvo el trabajo? - pregunto y ella bosteza.
–Ocupado. Mi sous chef tuvo que irse temprano por una emergencia
familiar y tuve que cubrir por él.
– ¡Debiste llamarme! - bromeo y Coraline se ríe.
Ni siquiera puedo hervir agua y ambas sabemos que no sería de ayuda.
– ¿Que has hecho? -pregunta ella.
–Mama llamo. De nuevo.
– ¿De nuevo?
–También llamo anoche.
–Ugh, lo siento. Ella es de lo peor, - gruñe Coraline, quitándose los
zapatos con los pies.
Asiento con la cabeza. Realmente lo es.
– ¿Qué quería?
–Lo de siempre. ¿Cuándo regresare a Nueva York? Tengo
responsabilidades y Dalton Radcliff finalmente está listo para sentar cabeza,
así que debo terminar con mis tontas fantasías y volver a casa a casarme
con él.
–Dalton Radcliff, - gruñe Coraline a medias, recuesto mi cabeza en su
hombro.
–Lo sé. Él es tan… asqueroso.
–Y es un cerdo sexista que cree que es el regalo de Dios para las
mujeres. Además es un mujeriego serial. Quiero decir, ¿cómo pueden tus
padres pensar que es una buena elección?
Levanto la mano, frotando mis dedos para mostrar dinero y resopla. No
la estoy viendo pero sé que acaba de voltear los ojos.
–Lo sé. Y mi mamá está tratando de convencerme de que tengo suerte
por ser la Señora de Dalton Radcliff.
–Por favor, prométeme que no te casarás con él. Te engañará antes de
que siquiera terminen los votos matrimoniales.
–Nunca podría casarme con él. Es asqueroso.
–Bien, - dice Coraline, posando su cabeza sobre la mía.
–Rooney me invitó a salir. - digo después de un minuto.
– ¡Sí! - dice, toda su energía cambiando cuando cambiamos a un tema
más placentero. - ¿Aceptaste? ¿Dónde te llevará?
–Dije que sí, pero no sé cuándo o dónde iremos. Tengo que ver mi
calendario.
– ¡Estoy emocionada por ti! ¡Ahora podemos tener citas dobles!
Ella me abraza y me rio, devolviéndole el abrazo. Nos sentamos así por
un rato y es exactamente lo que necesitaba. Todo está cambiando por aquí y
mi futuro parece incierto pero es bueno sólo sentarse en el sofá con mi
mejor amiga y pensar en todas las posibilidades.
CINCO

Rooney

ME SIENTO inquieto la mayoría de los días pero esperar a las seis de la


tarde para recoger a Sayler para nuestra primera cita es más difícil de lo
normal. He estado moviéndome alrededor de Harvey y mi apartamento toda
la tarde. Hoy tuve el día libre así que he terminado todos los quehaceres y
tengo suficiente tiempo para planear nuestra cita.
–Amigo, tiene que calmarte, - dice Harvey cuando entra al apartamento
y me ve moverme de un lado a otro.
–No puedo, - digo, volviendo al sofá-
–La vas a asustar, - me advierte y resoplo.
– ¿Quién puede rechazar esto? - bromeo, señalando a mi cuerpo
larguirucho.
– ¿La mayoría de las mujeres?
Suelto una risa y él sonríe.
– ¿Estás listo para esta noche? - me pregunta, dejando su mochila en el
mesón de la cocina.
–Sí, tengo todo planeado. Será increíble. El comienzo de un épico
romance.
– ¿Quieres correr unas vueltas o algo? Quemar algo de esa energía.
–No, - digo, mi pie golpeando el suelo cuando me recuesto en el sofá.
–Muy bien, entonces diviértete. Estoy seguro que todo saldrá bien, - me
dice, chocando el puño conmigo y luego se dirige a su habitación por el
pasillo.
–Gracias, - grito y sonrío cuando veo que es hora de ir por ella. -
¡Tomaré tu auto!
– ¡No! - grita Harvey y sonrío cuando tomo sus llaves y salgo por la
puerta.
Sayler vive a solo unas calles de mí y no hay mucho tráfico así que
llego justo a las seis. Subo las escaleras dos a la vez y toco a su puerta.
Esperar a que Sayler abra la puerta se siente como si tomara años pero
cuando lo hace, mi impaciencia desaparece y mi boca se seca cuando veo a
mi chica.
Su cabello negro está en una coleta despeinada y lleva una camiseta
vieja y un par de leggings que se moldea a sus piernas y hace que mi
miembro se endurezca en mis pantalones.
–Hola, lo siento, no estaba segura de qué vestir. Pero puedo estar lista
en cinco minutos.
Regresa al apartamento y la sigo, admirando el apartamento ordenado.
Su apartamento se parece mucho al de Harvey y mío. Es pequeño, con dos
habitaciones, y un baño con pisos de madera, gabinetes negros en la cocina,
y una sala de tamaño modesto.
Me acerco a un grupo de fotos colgadas en la pared y sonrío cuando veo
unas de Coraline y Sayler más jóvenes, ambas sonriendo en los brazos de la
otra. Es obvio lo mucho que se quieren y se preocupan por la otra y me
encanta verla tan feliz.
Hay otras fotos, la mayoría de ellas dos pero hay una de Sayler con una
pareja mayor que deben ser sus padrea. Se ven como ella, pero mientras que
Sayler irradia luz, ellos se ven serios, sus rostros con un ceño fruncido y su
postura rígida junto a su hija.
– ¿Esto está bien? - pregunta Sayler y volteo a verla.
–Wow, - murmuro, mis ojos abriéndose para ver a la diosa frente a mí.
Su cabello está suelo y cae en suaves ondas debajo de sus hombros.
Debió ponerse algo en sus ojos porque se ven enormes y mucho más verdes
que antes. Sus labios son de un rojo vivo y mis ojos que quedan ahí,
queriendo probarlos. Quiero ver ese labial pintado en todo mi cuerpo.
Viste una blusa que parece de seda que tiene un escote bajo, dándome
un vistazo a sus pechos perfectos. Sus pantalones oscuros abrazan sus
caderas, acentuando su figura de reloj y hace que se me haga agua la boca.
–Te ves jodidamente perfecta, - le digo honestamente. - Lo más bello
que he visto.
Se sonroja ante mis palabras y hace que mi miembro se mueva en mis
pantalones.
– ¿Listo para irnos? - pregunta, tomando su bolso del mesón de la
cocina y asiento, tratando de salir del estupor de lujuria en el que he caído.
La llevo por las escaleras, ayudándola a subir al asiento del pasajero en
el auto antes de deslizarme detrás del volante.
–Pensé que podríamos tomar algo antes de la cena.
–Suena bien.
Conduzco a Letmein, un bar de la era de la prohibición que sirve
cocteles a la antigua. Es un lugar de estética degradada que honestamente
parece cerrado desde afuera. Harvey y yo lo encontramos con Gray una
noche y pensamos que era genial. Volvemos de vez en cuando por un coctel
y para ir a un bar que no esté muy lleno.
– ¿Vas a matarme? - bromea Sayler cuando me estaciono y me rio.
–En realidad es un buen bar, - prometo cuando tomo su mano y
cruzamos la calle hacia la entrada.
Entramos y volteo para ver la expresión de alegría de Sayler. Mi orgullo
crece y estoy feliz de poder poner esta expresión en su rostro.
–Por aquí, - le digo, llevándola al bar.
Encontramos asientos al final de la barra y vemos el menú.
–Todo se ve bien, - dice Sayler, sonriendo mientras sus ojos ven la lista
de bebidas. El bartender viene unos minutos después y ordeno una cerveza
de la cervecería ocal. Sayler ordena un coctel extravagante que tiene
arándanos.
– ¿A qué hora es la reservación en Wild Thyme? - pregunta cuando cada
uno toma un sorbo de su bebida.
–Max dijo que llegáramos entre las siete y treinta y las ocho.
– ¿Entonces no tenemos que apresurarnos con estos? - pregunta con una
sonría y me uno a ella.
–No, tenemos tiempo.
Ella me sonría y si no estaba enamorado de ella antes, lo hubiera hecho
en ese momento. La forma en que sus ojos brillas con picardía y alegría, en
que sus labios se estiran, cada pequeño detalle de ella me encanta.
– ¿Cómo te va en el trabajo? - pregunto, tratando de cambiar el tema
antes de avergonzarme y decir lo obsesionado que estoy con ella. Cómo la
amo y haría lo que fuera para hacerla sonreírme todos los días por el resto
de nuestras vidas.
Nos sentamos a hablar por la siguiente hora, ordenando otra ronda de
bebidas. Ella me dice algunos de los proyectos geniales que tiene y le digo
sobre algunos de los diseños que he hecho últimamente para mis clientes.
– ¿Siempre quisiste ser un tatuador? - pregunta y asiento.
–Sí, es algo de familia, pero siempre me ha llamado la atención.
– ¿Entonces tus padres no te presionaron a hacerlo?
Puedo jurar que escucho una extraña tensión en su voz pero no la
cuestiono.
–No, siempre me han apoyado mucho. Siempre amé dibujar y solía ir a
ver a mi papá, tíos, y tía tatuar y me encantaba. Fueron mis héroes.
Ella sonríe pero parece estar forzándose. Estoy a punto de preguntarle si
está bien cuando el bartender nos interrumpe y pregunta si queremos otra
ronda.
–No, debemos irnos, - digo y me pasa la cuenta-
Pago rápido, tomando la mano de Sayler y nos dirigimos a mi auto.
– ¿Qué hay de tus padres? ¿Están felices de que estés pateando traseros
como diseñadora gráfica? - pregunto, tratando de salir del ambiente raro en
el que nos encontramos.
–No, para nada.
Suena triste y derrotada por lo que inmediatamente cambio de tema. Le
pregunto cómo se conocieron con Coraline, pensando que es un tema
seguro.
Sayler sonríe, toda su energía cambiando y conduzco a Wild Thyme
mientras ella empieza la historia.
–Entonces son mejores amigas desde el jardín de niños. Entonces
Harvey y yo ganamos.
– ¿Oh, sí? ¿Cuándo se conocieron? - pregunta, relajándose en la butaca
de Wild Thyme.
–Desde que nacimos.
– ¿En serio? ¿Literalmente desde que nacieron? - pregunta con una risa
y asiento.
–Sí, él nació sólo unos días antes que yo, así que literalmente desde que
nacimos.
– ¡Eso es genial!
Hablamos un poco más sobre nuestras infancias y compartimos historias
graciosas sobre nuestros amigos. Me encanta que sea tan aventurera como
yo, que pueda ver el humor en las cosas, y no parece tomarse a sí misma
demasiado en serio.
Nuestra comida llega y Coraline se une a nosotros por un minuto.
Harvey aparece de la nada, empujándome en la butaca y me rio.
– ¿Estabas siguiéndome, acosador?
–Ya quisieras. Coraline usualmente toma su descanso a esta hora. Vine a
verla.
Sayler está susurrando con Coraline, ambas sonriendo y lo tomo como
una buena señal, recostándome en la butaca viendo a mi chica con su mejor
amiga.
La. Mejor. Cita. Del. Mundo.
SEIS

Sayler

HE ESTADO EVITANDO las llamadas de mamá y papá en los últimos


días. Los llamé cuando sabía que estarían dormidos y dije que había perdido
mi teléfono y que hablaría con ellos después así que espero que eso me
gane unos cuantos días antes de que traten de contactarme de nuevo.
Rooney y yo hemos estado intercambiando mensajes aún más que antes
y planeando nuestra segunda cita desde la noche de la primera. Me dejó en
casa después de la cena y me dio un beso de buenas noches. Cuando nos
separamos, me invitó a una segunda cita y acepte emocionada mientras él
robaba más besos. Esa noche fui a la cama con una sonrisa en mi rostro y
mis labios cosquilleando.
Las bebidas y la cena con él habían sido increíble. Es tan divertido, tan
interesante, y amo aprender más sobre él. Muchas personas creen que soy
extraña. Tengo una energía y un sentido del humor raro que puede
confundir a las personas. Pero eso no ocurre con Rooney. De hecho, parece
hacer clic conmigo mejor que nadie.
Creo que quizá sólo duele más porque cuando estoy en Nueva York, me
veo forzada a usar un vestido como alguien de la sociedad y esa no soy yo.
Me gusta vestir ropa casual. Me gustan mis curvas y nunca seré una talla
dos, lo que en Nueva York es igual a cometer un crimen.
Todas buenas razones para demostrar que no pertenezco en Nueva York
o con mis padres.
Tuvimos que esperar una semana hasta el próximo día libre de Rooney
para vernos de nuevo. Desayunamos juntos un par de veces antes de que
tuviera que ir a trabajar pero no es lo mismo que una cita de verdad donde
no tenemos que apresurarnos.
Alguien toca a la puerta y sonrío, corriendo a abrirla. Rooney está ahí,
una loca sonrisa en sus labios e de inmediato sé que tendré una buena
noche.
– ¿Estás lista? - pregunta, tomando mis manos y llevándome al pasillo.
Suelto una risilla, cerrando la puerta y corriendo hacia él en el pasillo.
Nos reímos, saltando escalones mientras bajamos a la calle.
– ¿A dónde vamos? - le pregunto y me sonríe cuando abre la puerta por
mí.
–Es una sorpresa.
Sonrío, tomando asiento antes de que él encienda el auto y
arranquemos. Nos movemos por la ciudad hasta llegar a la carretera,
camino a Acme, Pennsylvania. Salimos de la carretera y cruzamos un
bosque hasta que veo el letrero de un restaurante.
–Top’s Restaurant, - leo en voz alta y Rooney asiente.
Está vibrando con energía y me encanta. Me encanta lo emocionado que
está de mostrarme algo o llevarme a algún lado.
– ¡Es una casa del árbol! ¡Vamos a comer en una casa del árbol!
– ¡Oh por Dios! - grito de vuelta, tan emocionada que ahora no puedo
quedarme quieta en el asiento.
Debemos vernos como locos cuando Rooney se estaciona, me saca del
auto, y salimos corriendo a la entrada.
Tenemos que subir un par de escaleras y luego llegamos a una terraza de
madera. Hay caminos de madera conectando puestos de anfitriones en las
diferentes casas de árbol privadas y aprieto la mano de Rooney, emocionada
de saber en cuál nos sentaremos.
Es hermoso aquí arriba. Se puede ver todo Laurel Highland y me tomo
un momento para admirar la vista.
Nunca había escuchado de este lugar y me pregunto cuánto tiempo le
tomó a Rooney encontrarlo. Amo todo el esfuerzo que pone en nuestras
citas para que no sólo sean cenas en un restaurante elegante o una película.
Por un segundo, me pregunto dónde me llevaría Dalton, si me casara
con él. Un restaurante cinco estrellas, de seguro. No se dejaría ver en un
lugar como éste. Probablemente ni siquiera pondría un pie en Wild Thyme,
aunque mi mejor amiga lo maneja.
Realmente no tengo que pensar mucho para ver las diferencias entre
Rooney y Dalton. Tampoco tengo que pensar para saber con quién preferiría
casarme.
–Por aquí, - dice el mesero, llevándonos por un camino de madera por
unas casas del árbol, hasta que entramos en una.
Sólo son dos paredes, con dos salidas, y un techo. De esa forma, los
meseros pueden entrar y salir sin obstruir las maravillosas vistas.
Rooney me pasa un menú y lo reviso. Es más elegante de lo que
esperaba y leo el menú para ver qué suena interesante.
– ¿Qué pedirás? - le pregunto.
–Un bistec y whiskey, - dice, poniendo su menú a un lado.
–Eso suena bien, pero no quiero whiskey. Quizá un Old-fashioned.
El mesero aparece antes de que podamos iniciar una conversación y le
damos nuestras órdenes.
–Este lugar es genial. ¿Cómo lo encontraste? - le pregunto una vez que
el mesero se ha ido.
–Estaba buscando, tratando de encontrar diferentes lugares a los que
pudiéramos ir. Encontré éste y sabía que debíamos venir.
–Pues me alegra que lo hayas encontrado y me hayas traído.
Él me sonríe, inclinándose sobre la mesa para darme un suave beso en
los labios. Persigo sus labios cuando empieza a alejarse y Rooney se ríe,
regresando y presionando su sonrisa contra la mía.
El mesero regresa con nuestras bebidas y nos separamos. Tomo mi vaso
y tomo un gran sorbo mientras veo a Rooney por encima. Todavía me está
sonriendo. Parece que siempre está haciéndolo y me encanta.
Sus manos se mueven sobre la mesa y me dice cómo pensó que Ender
estrangularía a Ames a inicio de la semana porque ponía música a todo
volumen y sus estaciones están al lado de la otra. Me rio, dejando que
juegue con mis dedos cuando pregunta sobre mi día y el nuevo sitio web
que estoy diseñando.
El sol está empezando a ocultaste cuando el mesero nos trae nuestra
comida y sonrío, amando la vista. Pequeñas luces parpadeantes comienzan
a encenderse cuando el sol se oculta más y no creo que haya un lugar más
romántico en el planeta.
Terminamos de comer y Rooney me dice sobre unas vacaciones que
toda su familia tomó cuando era niño. Me rio cuando me dice que todos
terminaron con quemaduras por el sol, cubiertos en aloe vera y aruñones de
gatos porque Harvey y él habían encontrados a unos gatos callejeros afuera
de la casa que alquilaban que no estaban felices cuando trataron de darles
un baño.
– ¿Esas fueron las últimas vacaciones en familia? - pregunto después
que el mesero ha limpiado la mesa.
–Oh, no, tratamos de irnos de vacaciones una vez al año todos juntos.
Harvey y yo no tenemos permitido acercarnos a los animales y siempre
empacamos más de diez botellas de bloqueador solar.
Me rio por eso y Rooney me sonríe.
No tengo experiencias con hombres pero de repente, cuando veo a
Rooney darme una sonrisa burlona, me doy cuenta que lo quiero. Rooney es
tan diferente a cualquier otro hombre que he conocido. Me hace reír, se
asegura que soy feliz y que tengo todo lo que necesito, y ya parece
conocerme mejor que nadie, aparte de Coraline, quizá.
Realmente me gusta Rooney. Demonios, sé que podría enamorarme de
él si me lo permitiera. De hecho, quizá ya lo haya hecho.
Rooney toma mi mano en la suya, sus dedos jugando con los míos y
sonrío, relajándome aún más cuando el sol se oculta por completo detrás de
los árboles y nos quedamos sentados en el árbol, rodeados de pequeñas
luces de Navidad.
SIETE

Rooney

CUANDO SAYLER ME INVITÓ, dice claro, pensando que sólo veríamos


televisión y hablaríamos un poco más. Es por eso que me tomó
desprevenido cuando cerró la puerta del apartamento detrás de nosotros y
comenzó a acorralarme hacia ella, sus labios chocando con los míos.
Quizá debería decirle que podemos tomarnos el tiempo que ella quiera,
pero entonces mi mente se queda en blanco y sólo puedo enfocarme en su
boca sobre la mía.
Sus manos están en mi cabello, luego mis hombros, luego jugando con
el botón de mis pantalones y por un segundo pienso que quizá morí y fui al
cielo. Mi miembro está tan duro que junto que podría cortar diamantes con
él y se vuelve imposiblemente más duro cuando ella mete sus manos en mis
bóxer, su suave y pequeña mano envolviendo mi pene.
– ¿Estás perforado? - pregunto, rompiendo el beso y sólo puedo asentir
tontamente, toda mi atención en sus labios.
–Eso es tan sensual, - gime, sus labios moviéndose a mi cuello y me
pregunto qué más puedo perforarme para ella.
Ella se abre camino por mi cuello y gruño cuando su mano envuelve mi
pene.
–Mierda, - digo entre dientes cuando sus dedos empiezas a jugar con el
piercing en la parte inferior de mi miembro.
–Quiero sentirlo dentro de mí, - gime Sayler y por Dios, yo también.
Esta chica es un genio.
–Desnuda, - digo entre dientes y me pregunto a dónde fueros mis
neuronas. Podría jugar que solía formar oraciones coherentes.
Sayler da un paso atrás, sus manos quitándose la ropa rápidamente y me
apresuro a hacer lo mismo. Estoy seguro que no siempre será así entre
nosotros. Podré tomarme mi tiempo, saborear cada minuto al hacerle el
amor, pero no esta noche. Probablemente no por las próximas cien veces
que tengamos sexo.
Ella está desnuda primero y me apresuro a quitarme los zapatos y
calcetines, trabajando en mi bóxer cuando ella se arrodilla frente a mí.
–Say, - empiezo pero las palabras se me escapan cuando envuelve esos
labios rojos cereza en la punta de mi pene y succiona.
Dejo salir una sarta de palabras, mis ojos cerrados con fuerza cuando
toma más de mí dentro de su boca perfecta.
Veo hacia abajo y vaya. Me está viendo, sus grandes ojos verdes
viéndome con asombro.
–Nunca he hecho esto, - dice, su mano moviéndose de arriba a abajo en
mi miembro, sus dedos jugando con los piercings de mi frenillo.
–Eres perfecta en ello.
Ella sonríe, feliz por mi cumplido y quiero dejarla sobre su espalda y
abrir sus piernas. Quiero adorar cada centímetro de su cuerpo pero antes de
poder hacerlo, ella me vuelve a meter en su boca.
Esta vez succiona más fuerte, sus mejillas se hunden y casi caigo de
rodillas del placer. Su cabeza sube y baja, sus manos diestras frotan el resto
de mi miembro que no entra en su boca y gruño.
Puedo sentir que mis testículos empiezan a contraerse, ese conocido
cosquilleo en la base de mi espalda y tomo a Sayler y la hago a un lado.
–Mi turno, - digo, viendo a sus grandes ojos. –Tampoco he hecho esto
antes, pero demonios, prometo practicar hasta ser el mejor en comer coños
del mundo.
Las pupilas de Sayler se dilatan ante mis palabras y caemos en el sofá.
Ella cae sobre el brazo, su trasero aún en él y me apresuro a lanzar sus
piernas sobre mis hombros y hundir mi rostro entre sus piernas.
Ambos gemimos cuando la pruebo por primera vez. Es como la miel y
algo que es totalmente Sayler y quiero probarlo cada día por el resto de mi
vida.
–Rooney, - grita Sayler, sus manos enredándose en mi cabello y gimo
contra sus húmedos labios.
Mi lengua se mueve dentro de su abertura y la espalda de Sayler se
arquea, sus caderas se vuelven impacientes en la orilla del sofá.
Sigo lamiendo, encontrando su clítoris y jugando con él con mi lengua
hasta que veo que sus ojos se quedan en blanco. Es tan pequeña, tan
apretada y sé que debo prepararla para que pueda entrar en ella.
Deslizo un dedo dentro de su coño, deteniéndome cuando se pone tensa
por él. Mi boca vuelve al trabajo, lamiendo y succionando su clítoris hasta
que se relaja y puedo meter otro dedo.
–Oh, Rooney, - grita, un sonrojo cubriendo todo su cuerpo. - No te
detengas.
Nunca.
Doblo mis esfuerzos, enganchando mis dedos dentro de ella hasta que
encuentro una parte sensible y la froto. Sus piernas se tensan sobre mis
orejas y empieza a jadear.
Entonces es como si todo pasara más rápido. Se menea contra mi rostro,
su cabeza moviéndose descontroladamente en el sofá mientras termina.
Es jodidamente hermosa.
Continúo lamiendo hasta que termina, sin querer perder una gota y
cuando me pongo de pie, esta viéndome con ojos llenos de lujuria.
–Habitación, - decimos al mismo tiempo y tomo su mano, levantándola
y besándola antes de dirigirnos a su habitación.
Caemos juntos en la cama y me mira cuando la coloco debajo de mí.
–Estoy tomando la píldora, - murmura y mi miembro reacciona a la idea
de hacerlo sin condón.
– ¿Estás segura? - pregunto y ella asiente.
–Quiero sentirte.
–Mierda.
Me sonríe, abriendo sus piernas en invitación y me acerco, mi pene
frotando sus labios. La punta choca con su entrada y me inclino para besarla
y comenzar a hundirme en el cómodo canal.
–Mierda, - digo entre dientes cuando coño me aprieta con fuerza.
Sayler gime, sus ojos cerrándose cuando llego a su virginidad. No
quiero lastimarla, así que la beso, mi pulgar moviéndose entre nosotros para
encontrar su clítoris cuando embisto una vez, tomando su virginidad y
haciéndola mía.
Sayler grita pero sólo se tensa por un momento y luego sus caderas
están moviéndose contra las mías, buscando placer.
Empiezo a moverme, lentamente al inicio y luego con total descontrol.
Ella se siente bien, tan caliente, tan apretada, tan húmeda. Es mejor de lo
que alguna vez pude haber imaginado.
–Demonios, Say. Me–
– ¡Vengo! - grita cuando llega al clímax.
Su coño me aprieta aún más, tanto que no tengo opción más que
terminar con ella. Me vengo en sus profundidades y parece durar minutos,
horas.
Cuando los puntos negros finalmente empiezan a desaparecer de mi
vista, bajo la mirada para encontrar a Sayler sonriéndome con timidez.
–Eso fue…
–Te amo, - digo inesperadamente y ella parece sorprendida, pero no por
mucho.
– ¿Sí? - pregunta y asiento, mi corazón parece que va a explotar.
–Sí.
–Bien, porque yo también te amo.
Mi cuerpo entero se relaja y Sayler suelta una risilla debajo de mí, el
movimiento haciendo que la cama se mueva y ambos gruñimos.
– ¿Otra vez? - pregunta y rujo, hundiendo mi rostro en su cuello cuando
empiezo a moverme.
Cuando empiezo a hacer el amor con la chica de mis sueño. La chica
que amo.
OCHO

Sayler

–SÉ que ya conociste a mis padres y a los de Harvey la otra noche en el


camión, pero sólo quiero asegurarme de que sepas en lo que te estás
metiendo. Hablamos de todos. Y serán una verdadera molestia.
–Estaré bien, Roon, - digo con una risa y dejo que me lleve a la entrada
de la casa de su tío Zeke. – No pueden ser tan malo y además, se supone
que Coraline estará aquí por un rato.
Rooney asiente, su cabello negro cayendo sobre sus ojos como un
cachorro y sonrío suavemente cuando lo muevo a un lado.
–Te amarán.
– ¿Como tú me amas? - pregunto, muriendo por escucharlo decirlo de
nuevo.
Lo ha estado diciendo sin parar por las últimas semanas y uno pensaría
que estaría acostumbrado ahora, pero escuchar esas palabras de su parte aún
me llena de emoción.
– ¡Dios, no! Eso sería raro. Yo te amo, te amo. Ellos sólo te amarán.
–Ja ja, abre la puerta, graciosín.
Él se ríe, abriendo la puerta y dejándome pasar.
– ¿Llegamos temprano? - susurro cuando no veo a nadie en la sala.
–No, - dice Rooney despacio, sus cejas fruncidas cuando ve alrededor,
confundido. –Puede que sea una trampa…
– ¿Qué? - pregunto, insegura de haber escuchado correctamente.
No tiene oportunidad de responder.
– ¡Está aquí! - grita la mamá de Rooney, Indie, cuando da vuelta en la
esquina.
– ¡Jesús! - dice Rooney, sorprendido y apenas tengo tiempo de reírme
de él antes de que varias mujeres se unan a nosotros en la entrada.
–Es mucho más linda de lo que dijiste, Rooney, - dice una chica de mi
edad con brillante cabello azul y Rooney voltea los ojos.
–Literalmente dice que se veía como una diosa caída de cielo, así que
eso no es posible.
Puedo sentir el sonrojo por sus palabras y le doy un empujo con mi
rodilla. Me voltea a ver, sonriendo feliz mientras envuelve sus brazos en mi
cintura.
–Está bien, Sayler, ésta es mi familia. Ésta es mi mamá, a quien ya
conocías, mi tía Darcy, tía Edie, tía Trixie, tía Sam, y luego tenemos a
Maxine y Cat. Chicas, ella es mi brillante y, definitivamente, demasiado
buena para mí, novia, Sayler.
Las otras chicas hacen exclamaciones de ternura ante sus palabras y me
sonrojo de nuevo. Harvey, Coraline, y un chico que he visto con los demás
en The Culinerdy Cruiser antes entran y me salvar de tener que responder
cualquier pregunta con su llegada.
–Hola, - dice el chico que no conozco con un movimiento de su cabeza
y lo saludo.
–Hola, Banks. Ella es Sayler. Sayler, él es Banks. Es el hijo de Nico y
Edie y trabaja conmigo en Eye Candy Ink.
–Un gusto conocerte, - digo y me sonríe de vuelta.
– ¿Los chicos están afuera? - pregunta y Rooney se encoge de hombros.
–Aún no hemos llegado tan lejos, - dice a secas y su madre lo golpea en
el brazo.
–Cierto, hagamos que se sientan cómodos. Luego hablaremos entre
chicas.
Me agrada la mama de Rooney. Es tan enérgica como su hijo y su
sentido del humor es maravilloso.
Mis padres la odiarían de inmediato.
Odiarían a todas estas personas inmediatamente y los verían de menos
porque sus cuentas de banco no son tan grandes como las de ellos.
Supongo que es algo bueno que nunca se conocerán.
Rooney me lleva dentro de la casa. Pasamos por una cocina y hacia el
patio trasero donde un grupo de chicos están reunidos alrededor de la
parrilla.
–Hola, chicos, - los saluda Rooney y todos contestan, volteando hacia
nosotros con grandes sonrisas.
–Oh, no, - susurra Rooney y volteo hacia el para saber que sucede.
– ¿Que? - le susurro.
–Puede que nos molesten.
– ¿Por qué? - susurro de nuevo, empezando a ponerme nerviosa.
–Porque yo los molesto.
Eso hace me ría sorprendida y volteo a ver a los chicos.
–Así que, es ella, - uno de los chicos dice y Rooney aprieta mi mano.
–Sí, esta es Sayler. Sayler, este es mi tío Zeke, Nico, Max, mi papa, y mi
tío Atlas.
–Gusto en conocerlos, - les digo a todos, relajándome al lado de
Rooney.
–Igualmente. ¿Tomaron algo de beber? - pregunta Zeke y Rooney me
lleva a una mesa con bebidas.
Nos sirve a ambos limonada, pasándome el vaso con una sonrisa.
– ¿Te sientes bien? - pregunta y me encanta que me pregunte y se
asegure que estoy cómoda.
No tiene idea que nací y fui criada para plática sin sentido con extraños
en eventos de caridad y otras fiestas sociales.
–Estoy bien, - le digo honestamente, acercándome para besarlo.
–Te amo, Say.
–También te amo, Roon.
Él toma mi mano de nuevo y nos dirigimos a unas sillas. Él toma la que
está al lado mío y pronto somos rodeados por el resto de su familia.
– ¿Se nos acabó el jugo de naranja? - pregunta Harvey, viendo a la
mesa.
–Si, por que no van tú y Rooney a la tienda, - dice Mischa, el papa de
Rooney y él se pone de pie, besando mi cabeza antes de murmurar que
vuelve pronto.
Coraline se sienta en la silla que Rooney dejo y le sonrío.
–Hace mucho no te veo, - bromeo y ella sonríe.
–He estado ocupada. Mi jefe es un verdadero perfeccionista.
Me rio mientras que Cat, Maxine, y todas las demás mujeres acomodan
sillas cerca de nosotras.
–Así que, por que no nos hablas de ti, Sayler? - pregunta la tía de
Rooney, Sam, y tomo un sorbo de mi limonada antes de contestarle.
– ¿Que le gustaría saber?
– ¿De dónde eres? ¿Qué haces? - empieza a listar la mama de Rooney,
Indie, y veo que Darcy le lanza una mirada, tratando de controlarla.
–Bien, soy originaria de Nueva York pero me mude a Pittsburgh hace
unos meses con Coraline y me encanta aquí. Soy una diseñadora gráfica,
por ahora es mayormente trabajo independiente.
– ¿Cómo se conocieron Rooney y tú? - pregunta Trixie y le cuento la
historia de cómo nos conocimos en The Culinerdy Cruiser.
– ¿En que trabajan tus padres? - pregunta Darcy.
–Ambos son abogados. Tienen sus propias firmas en Nueva York.
– ¿Vuelves a casa seguido? - pregunta Indie y mi estómago se contrae
ante la idea.
–No, no realmente.
–Qué mal. Tus padres deben extrañarte mucho, - dice Darcy con
simpatía y tengo que contener una risa.
Mis padres no me extrañan. Solo quieren que regrese para que haga lo
que quieren y asegurar su lugar en la elite de Nueva York.
Tomo otro sorbo de limonada en lugar de responder.
Deben darse cuenta de que es un tema sensible porque la conversación
gira hacia Coraline y luego a historias graciosas de Harvey y Rooney de
cuando eran jóvenes.
El día pasa rápido y lleno de risa, conversación, y luz del sol. Para
cuando es hora de irnos, estoy ligeramente ebria y mi estómago duele de
reír todo el día.
También estoy más segura que nunca de lo que tengo con mis propios
padres es un chiste comparado con lo que Rooney tiene con toda su familia
extendida.
También sé que no quiero dejar ir a Rooney o la familia de la que podría
tener si estoy con él.
NUEVE

Rooney

–EY, Rooney. Tienes, uh, visitas.


La extraña oración de Gray es mi única advertencia de que mi vida está
por arruinarse.
Estoy en Eye Candy Ink y entre cliente, así que termino de limpiar y
desinfectar mi estación de mi último cliente antes de ir a la entrada para ver
a la personas que me visita.
De pie en la entrada del estudio esta una pareja mayor que está
completamente fuera de lugar. Están demasiado bien vestidos, para
empezar. El hombre viste un traje y corbata y la mujer tiene un vestido
costoso y tacones.
También están mirando molestos por todo el estudio, viéndose
asqueados, y si sus narices estuvieran más arriba en el aire, no creo que
pudieran ver por donde caminan.
No logro entender por qué querrían verme. No hasta que la mujer se
voltean, sus ojos azules viéndome con odio y asco. Nunca he visto esa
mirada en el rostro de Sayler, pero el azul de sus ojos es exactamente el
mismo.
–Hola, - los saludo.
Ni siquiera sabía que estarían en la ciudad o que Sayler les había
hablado de mí. Ella realmente no habla sobre ellos y al encontrarme con sus
frías miradas, empiezo a entender por qué.
La mama de Sayler me de arriba a abajo, sus labios en una mueca de
asco y cruzo mis brazos sobre mi pecho, sabiendo que no hay forma de que
esto salga bien.
– ¿Qué puedo hacer por ustedes? - pregunto después de un minuto de
ellos viéndome.
–Somos el señor y la señora Jones. Los padres de Sayler, y queremos
hablar contigo. En privado, - dice con énfasis el padre de Sayler y asiento,
llevándolos a mi estación.
Cierro la puerta detrás de nosotros y volteo a verlos. Siento que me
dirijo a mi perdición pero no sé cómo detenerlo.
– ¿Qué puedo hacer por ustedes? - pregunto cuando ven alrededor de mi
estación.
–Recientemente se nos ha hecho saber que has estado saliendo con
nuestra hija, - empieza la señora Jones.
–Así es.
No suenan impresionados por mí y sus palabras implican que Sayler no
fue la que les hablo de nosotros.
–Ese es un problema.
– ¿Por qué? - pregunto bruscamente, empezando a perder la paciencia
que realmente nunca tuve.
–Porque está comprometida con alguien más, - responde la señora Jones
con fuerza y mi mundo entero parece desplomarse debajo de mí.
Mi corazón se detiene y mi cerebro parece hacer corto circuito mientras
trato de entender sus palabras. Me sonríen y puedo ver que entienden que
me han afectado.
–Ha estado comprometida con Dalton Radcliff desde hace años. Quería
ver un poco del mundo primero pero ya es hora de que regrese y planee su
boda.
–Nunca lo ha mencionado, - me susurro a mí mismo, mi cerebro aun
trata de que todo esto tenga sentido.
– ¿Por qué le hablaría de su prometido a su aventura? - pregunta el
señor Jones, una sonrisa cruel en su rostro.
–Sayler no es infiel. Ella no haría eso.
–Solo está aprovechando su tiempo antes de casarse. Está
comprometida con el doctor Dalton Radcliff, de los Radcliffs de Nueva
York, - explica la señora Jones como si eso significara algo para mí.
–No sé quién es y Sayler nunca lo ha mencionado, - repito.
–Viene de una prominente familia en Nueva York. Son una de las
familias más acaudaladas en el estado y han sido amigos de la familia por
años. Dalton y Sayler fueron novios de secundaria y están destinados a estar
juntos. El podrá proveerle la mejor vida, la vida que ella merece. Tiene un
futuro brillante con él, - dice la señora Jones y puedo entender su punto sin
que lo deletree.
No tiene eso conmigo.
–Con Dalton, estará cómoda y será cuidada. Puede ofrecerle un pent-
house hermoso, su elección de silla en cualquier junta de la ciudad, y estará
cerca de su familia y amigos. ¿Tú puedes ofrecerle eso?
Mi mente corre. No tengo nada de eso. Nunca seré rico. Todo lo que
puedo ofrecerle es a mí mismo.
–Amor, - digo y se ríen.
Puedo sentir mi rostro calentándose y mis manos volverse puños.
–Eres una fase. Es hora de que Sayler crezca y vuelva a casa. Si te
importa nuestra hija en absoluto, la dejaras ir.
Con eso, me empujan a un lado y salen por la puerta. Los veo irse, sin
sentir nada.
–Ey, ¿estás bien? - pregunta Harvey cuando entra a mi estación y me ve
de pie.
–Sí, estoy bien, - miento.
– ¿Quiénes eran ellos?
–Los padres de Sayler.
–Rayos, - dice Ender, entrando detrás de los demás y estoy tan
sorprendido de que habla hablado que me rio.
Ender es del tipo fuerte y silencioso y tiende a estar solo la mayoría del
tiempo. Nadie en el estudio lo conoce realmente, aunque lo veo hablar con
Gray ocasionalmente ya que sus estaciones están al lado de la otra.
–Sí, fueron una pesadilla, - le digo a mis amigos, reclinándome en mi
escritorio y pensando en lo que dijeron.
– ¿Qué querían? - pregunta Harvey y puedo ver que está empezando a
enojarse por mí.
–Me dijeron que Sayler está comprometida con alguien más y que es
rico y puede darle todo lo que ella quiera.
–Deben estar mintiendo, - dice Harvey y Ender asiente.
–Si, 0 digo, pero parte de mí no puede dejar de pensar en lo que dijeron.
–Ey, Rooney, tu próximo cliente esta aquí, - dice Ames cuando pasa con
su cliente.
–Gracias, - digo y todos volvemos al trabajo.
–Harvey es el último en irse y me toma del hombro.
– ¿Estas bien? - pregunta y puedo ver la preocupación en sus ojos.
–Sí, estaré bien.
No parece creerme pero me deja ir y me dirijo a hablar con mi próximo
cliente.
Apenas puedo concentrarme el resto de la noche y sé que debo hablar
con Sayler sobre todo esto, pero me encuentro dudando. Si todo es cierto,
¿realmente quiero saber? ¿O sería mejor vivir como si nada por un poco
más?
Sé que solo estoy pensando eso porque quiero proteger mi corazón pero
no puede durar mucho. No saber hará que me vuelva loco.
Saco todo pensamiento que no sea sobre tatuar de mi mente y vuelvo al
trabajo.
DIEZ

Sayler

ROONEY HA ESTADO ACTUANDO raro los últimos días y no sé si hay


algo mal o está entendiendo mi actitud.
También he estado estresada los últimos días, tratando de arreglar todo.
Mi mama me llamo de nuevo la noche del domingo después de que Rooney
me dejara en casa y me informo que ella y papa vendrían a Pittsburgh a
verme.
Sé que eso no llevara a nada bueno.
He estado preparándome para la pelea los últimos días. Sé que no puedo
casarme con quien ellos quieren. Estoy enamorada de Rooney y la vida que
tengo aquí y no quiero forzarme a vivir la vida que ellos quieren cuando sé
que seré miserable.
Es hora de ponerme firme pero decirlo es más fácil que hacerlo con mis
padres. Ambos son abogados, así que son buenos en debates y saben todos
mis puntos débiles. Lo único que no sabes es que conocí a alguien más y
que no me rendiré con él.
He estado adelantando trabajo y ocupada con fechas límites, así que
Rooney y yo no nos hemos visto en todo el día hoy. De hecho, apenas
hemos hablado por mensaje los últimos días y sé que debo hablar con el
pronto y averiguar lo que pasa con él.
El vuelo de mis padres debe llegar en cualquier minuto y me apresuro
en el apartamento de Coraline y mío una última vez, recogiendo cosas que
pase por alto. Estoy metiendo lo último de la ropa sucia en la lavadora
cuando hay un toque en la puerta.
Respiro hondo, tratando de calmar mi agitado corazón y abro la puerta,
pegando una sonrisa en mi rostro cuando veo a mis padres ahí. No parecen
impresionados con mi hogar y ni siquiera han puesto un pie en el
apartamento aun. Realmente estoy feliz de haber pasado la tarde limpiando
el lugar. Debí saber que no haría ninguna diferencia.
–Hola, mama, papa, - los saludo, acercándome para darle un beso en el
aire cerca de la mejilla de mama.
Mi papa me da una palmada en el hombro y no puedo evitar compararlo
con como la familia de Rooney me saludo.
–Deberíamos ir a cenar. Tu padre hizo reservaciones en el mejor
restaurante de la ciudad. Aunque no estoy tan segura de que tan bueno
pueda ser, - dice mama, y sé que aunque fuera la mejor comida del mundo,
nunca lo admitirá.
– ¿Quieren entrar y ver el lugar? - les pregunto y ambos me ven como si
estuviera loca. - Claro. Déjenme tomar mi teléfono.
Entro rápido, tomando mi teléfono y bolso antes de salir con ellos. Ya
han empezado a bajar las escaleras y me apresuro a cerrar la puerta y
alcanzarlos.
Le envió un mensaje a Coraline, sabiendo que está en el trabajo y no
podrá revisar su teléfonos en al menos unas horas. Aun así, es la única que
conoce a mis padres y el tipo de noche que tendré.
Me debatí invitar a Rooney para que los conociera pero sabía que habría
una pelea cuando trataron de hacer que volviera a Nueva York y ya que no
le he dicho a Rooney sobre mis padres, Nueva York, o el hombre con el que
están tratando de casarme por años, decidí no hacerlo.
Mis padres contrataron un auto de la ciudad y me acomode en el asiento
trasero, en medio de ellos dos. Ambos están ocupados con sus teléfonos
todo el viaje y yo veo las oscuras de Pittsburgh por la ventana. Pasamos por
Eye Candy Ink y busco a Rooney, sabiendo que está trabajando en este
momento.
Estoy empezando a desear haberlo invitado. Hubiera hecho la noche
mucho más divertida. Cuando mis padres se volvieran demasiado pesados,
el podría levantar su nariz en el aire y tratar de imitarlos. Haría un chiste de
él mismo si eso me hiciera reír y sonrío ante la idea.
–Dalton envía su amor, - dice mama con una sonrisa y trato de no hacer
una mueca.
–Que bien, - digo, pensando en el hecho de que no ha tratado de
contactarse conmigo en años.
Estoy segura que no envió nada. No le importo, así como a mí no me
importa el. Mi mama solo quiere recordarme el por qué esta aquí y sé que
esta noche está llena de comentarios así.
Nos detenemos frente a un edificio elegante de vidrio y mármol y salgo
del auto detrás de mis padres. Mis tacones empiezan a pinchar mis dedos y
continúo acomodando mi vestido. Me siento como una impostora en esta
ropa después de no tener que usar nada tan formal en casi un año.
Adentro, el lugar es silencioso, decorado en colores oscuros con
camareros vistiendo esmoquin llevando bandejas brillantes.
Lo odio de inmediato.
Rooney nunca me llevaría a un lugar como este. Es la epitome de todo
lo que no soy. Si me caso con Dalton, estaré atrapada en lugares como este
al menos una vez a la semana.
Un escalofrió corre por mi cuerpo.
Somos llevados a nuestra mesa y sonrío a la joven que nos sienta. Mi
madre aprieta los labios cuando estudia el menú y volteo a ver a mi papa
aun ocupado en su teléfono. Trato de no suspirar cuando tomo mi propio
menú y trato de decidir que ordenar.
–La ensalada de fresas suena bien. No lo crees, Sayler? - pregunta
mama y se lo que trata de decir.
Mi mama siempre ha odiado que no soy una talla cero. Cuando era una
adolescente, me puso a dieta e incluso contrato entrenadores personales.
Creo que el hecho de que Coraline cocina para mi es otra razón por la que
no les agrada. Su falta de pedigree de una familia influyente siento la otra
razón.
–Claro, mama, - digo.
Mi estómago está en nudos así que no tengo hambre de todos modos.
Además, quizá si los dejo ganar esa batalla, podre ganar la guerra.
–Deberías empezar la dieta ahora antes de ir a comprar el vestido de
novia en unas semanas. Trata de perder alguna de esas molestas libras.
–No me casare con Dalton, mama. No lo amo.
Mi papa levanta la mirada del teléfono ante esa declaración y ambos
fruncen el ceño.
–Tienes responsabilidades, Sayler Ann, - me recuerda papa, su voz
como un cuchillo que corta el silencio en nuestra mesa.
–Lo sé, pero ninguna de mis responsabilidades es casarme con un
hombre que no amo o mudarme a Nueva York. Soy feliz aquí. Tengo una
mejor amiga, un trabajo que amo, y un gran novio.
Hay otro silencio y luego el mesero nos interrumpe para tomar nuestra
orden. Mi papa ordena por mi mama y por mí y aprieto los dientes cuando
mi mama aleja los bollos de mi lado de la mesa.
El resto de la noche pasa en un silencio frio y sé que todavía no se han
rendido en acosarme para hacer lo que quieren.
Me dejan afuera del edificio de mi apartamento, diciendo que están
demasiado cansados por su viaje, y eso está bien conmigo. No puedo
esperar a deshacerme de ellos también.
Fuerzo una sonrisa y me despido mientras su auto se aleja antes de
entrar a mi apartamento y caer dormida en mi sofá.
ONCE

Rooney

HAN PASADO tres días desde mi encuentro con los padres de Sayler y sé
que salió a cenar con ellos anoche. Parte de mi esperaba recibir una llamada
o mensaje de ella diciéndome que se había terminado y que volvería a
Nueva York, pero nunca llego.
No estoy seguro de si debería estar aliviado por eso o si ella está
esperando para terminar conmigo en persona.
–Muy bien. ¿Qué rayos te pasa? - pregunta Harvey mientras conduce al
trabajo y salgo de mis pensamientos sobre Sayler para voltearme hacia él.
– ¿De qué hablas? - pregunto aunque ambos sabemos de lo que está
hablando.
–Has estado triste por los últimos días. ¿Qué está pasando?
–Estoy bien, - murmuro, volteando a la ventana cuando se detiene en el
estacionamiento frente a Eye Candy Ink.
–No, no lo están. Te has vuelto aburrido los últimos días y
definitivamente no eres tú.
Se estaciono y me apresuro a salir antes de que me siga cuestionando.
No funciona ya que me sigue.
Banks se estaciona al lado de nosotros y ya puedo ver a Gray, Ames, y
Ender en la entrada, a punto de entrar. Prácticamente huyo de Harvey hacia
la puerta. No es que funcione. El solo me sigue, por el pasillo y poniendo su
pie en la puerta antes de que pueda cerrarla en su cara.
– ¿Pelea de novios? - bromea Gray cuando pasa y escucho a Banks y
Ames reírse. Apuesto a que Ender ni siquiera sonrió.
Ese tipo necesita acostarse.
–No, Rooney solo está siendo un imbécil, - gruñe Harvey, tratando de
abrir la puerta a empujones.
–Muy maduro, idiota, - grito y el suspira una risa.
–Solo dinos que sucede. ¿Porque estas siendo tan difícil? - grita de
regreso, logrando empujar la puerta media pulgada.
Acomodo el pie contra el escritorio, tratando de cerrarlo cuando de
repente, se abre y soy aplastado contra la pared detrás de la puerta.
Ender se asoma por la orilla, suspirando y lo saludo. Eso me gana un
volteo de ojos pero al menos deja ir la puerta y puedo respirar de nuevo.
Ahora Ames, Harvey, Gray, Banks y Ender están en mi estación, sus brazos
cruzados sobre sus pechos y sé que no podré salir de esto sin explicar lo que
está pasando.
–Parece que Sayler está comprometida con alguien más, - digo de
pronto y veo como las noticias afectan a mis amigos.
Banks y Ames parecen confundidos, mientras que Gray solo parece
molesto. Harvey y Ender están viéndome. Ellos ya sabían.
– ¿Aun no le has preguntado sobre eso? - pregunta Harvey, frunciendo
el ceño mientras niego con la cabeza.
– ¿Qué quieres decir con que parece que está comprometida con alguien
más? - pregunta Banks y descanso sobre la orilla de mi escritorio mientras
explico.
–Sus padres vinieron a verme hace unas noches. Me dijeron que ha
estado comprometida con un famoso y rico doctor de Nueva York.
– ¿Pero no sabes si es verdad? - pregunta Ames y niego con la cabeza.
–He… estado muy nervioso de preguntarle a Sayler sobre eso.
–No puede ser. Ustedes son asquerosos juntos, - dice Ender, su voz baja
y ronca.
– ¿Gracias? - digo, sin saber si es un halago o no y el solo se encoge de
hombros.
–Solo pregúntale. Entonces podrás dejar de lamentarte, - dice Gray,
viéndose impaciente conmigo, y lo volteo a ver.
–No es tan fácil. Deberías saberlo.
– ¿Qué quieres decir con eso? - pregunta, su voz dura.
– ¡Has estado enamorado de Nora desde siempre! Por qué no le dices
para que puedas dejar de andar detrás de ella.
–No sabes de lo que hablas.
–Claro que sí. Todos saben lo que sientes por ella pero en lugar de hacer
algo al respecto, solo te conformas con ser amigos. ¿Que pasara cuando
empiece a salir con alguien? Cuando bese a alguien más. Duerma con
alguien más…
Entonces Ender me detiene.
–Amigo, te patearan el trasero, - me advierte y puedo ver a Gray verme
con ira.
–Sabes que tengo razón, - digo, más bajo y la ira parece disolverse.
–Sí, lo sé, - dice, pasando una mano por su cabello mientras ve a otro
lado.
Todos estamos en silencio entonces y sé que casi es hora de abrir. Sé
que necesito prepararme para el día y aparto los pensamientos sobre Sayler
y lo que sus padres dijeron a un lado.
–Estoy bien, chicos, lo prometo. Iré a ver a Sayler esta noche. Vamos a
aclararlo todo.
Todos me estudian por un momento antes de asentir y salir al pasillo
para prepararse para el día.
No les digo las otras cosas que los padres de Sayler dijeron sobre que no
soy suficiente para ella. Sé que tienen razón, pero también dudo mucho que
este tipo en Nueva York sea suficiente para ella.
Aun así, Sayler merece lo mejor… y no creo que sea yo.
Tengo clientes todo el día y por una vez, estoy agradecido de estar tan
ocupado. Mantiene mi mente ocupada y no es hasta que el estudio cierra
que recuerdo el desastre en el que estoy.
–Quieres que te deje donde Sayler? - ofrece Harvey y asiento.
Conducimos unas calles hasta su apartamento en silencio y sé que puede
sentir mis nervios irradiando de mi cuerpo.
–Todo estará bien, Rooney.
Asiento, sin querer discutir con él.
– ¿Quieres que te espere aquí? Puedes enviarme un mensaje si te
quedaras.
–Claro. Gracias, Harvey.
El asiente e ignoro la mirada de preocupación que me da cuando salgo
del auto y camino a la entrada.
Se siente como si no tomara nada de tiempo llegar a su puerta y aun no
sé lo que le diré cuando levanto mi mano para tocar a la puerta.
Ella responde unos minutos después, sonriendo de oreja a oreja cuando
me ve.
– ¡Hola!
–Tus padres vinieron a verme hace unas noches, - digo de represente y
su sonrisa desaparece.
– ¿Que? ¿Por qué?
–Me dijeron que estabas comprometida con alguien más.
–Oh por Dios. No, no lo estoy. Siguen tratando de casarme con el hijo
de sus amigos, pero nunca me casare con él.
Parte de mí se relaja ante sus palabras, pero sé que aún no cambia lo que
tiene que pasar.
Tengo que aclarar mi garganta antes de decir las próximas palabras.
–También me dijeron que no soy suficiente para ti, y que no puedo darte
la vida que mereces, y que debemos terminar.
Ella resopla una risa carente de humor, sus ojos duros.
–Claro que lo hicieron. Ni si quiera me sorprende. Solo me molesta. Lo
siento tanto, Rooney. Sé que pueden ser unos idiotas. Debí advertirte.
–No, tienen razón, - digo, las palabras como vidrios mientras suben por
mi garganta. - Nunca podré pagar un apartamento en un pent-house o lo que
sea en Nueva York. Ni siguiera puedo pagar uno en Pittsburgh. No quiero
dejar esta ciudad y parece que tienes una vida a la que se supone que debes
regresar en Nueva York, así que quizás es mejor si terminamos ahora.
Las palabras saben a tierra en mi lengua pero me fuerzo a decirlas de
todas formas. Todo lo que quiero es que sea feliz, y si eso significa que este
con alguien más, entonces estaré bien con eso.
Espero que diga algo más, quizá que refute mis palabras.
En su lugar, me mira con enojo antes de cerrar la puerta en mi cara.
Veo la puerta por un largo minuto, preguntándome si tome la decisión
correcta. En mi mente, se siente así, pero mi corazón se rompe con cada
paso que me aleja de ella.
Harvey debe poder leer lo que paso en mi rostro porque enciende el auto
y nos dirigimos a nuestra pizzería favorita sin que diga una palabra.
DOCE

Sayler

CIERTO LA PUERTA de la alacena de un portazo, tomando el helado del


congelador antes de cerrar esa puerta de un portazo también.
No puedo creerlo.
Normalmente soy una persona muy alegre pero después de los últimos
días. Es todo.
Estoy molesta con todos. Con mis padres por ir con Rooney y decirle
toda esa mierda, o por ser unos padres de mierda. Con Rooney por pensar
que me importa el dinero y vivir “cómoda”, como mis padres dirían, en
lugar de amor y felicidad. Incluso con Coraline porque es feliz y con su
chico sonado cuando nunca estuvo siquiera interesada en el amor o en citas.
Sé que lo último realmente no es justo y la verdad, estoy feliz por ella.
Solo desearía tener a mi chico sonado también.
– ¡Dame cinco minutos y juro que estaré lista! - grita Coraline cuando
entra corriendo al apartamento y hacia su cuarto.
– ¿Lista para qué? - grito alrededor de un bocado de helado.
– ¡Noche de chicas! - grita de regreso y gruño.
Me olvide por completo que Cat envió un mensaje a Maxine, Coraline,
Nora y a mí sobre reunirnos en una noche de chicas la semana pasada. En
ese momento había estado emocionada. Estaba haciendo nuevas amigas y
extendiendo mis raíces aquí. Ahora solo me recuerda a Rooney y me enojo
de nuevo.
Pienso en una forma de evitar ir. No puedo decir que estoy enferma. No
lo parezco y actualmente estoy llenándome de helado. Quizá podría decir
que tengo mucho trabajo que hacer.
– ¿Por qué no estas vestida? - pregunta Coraline cuando regresa a la
sala, poniéndose los zapatos mientras camina.
–No iré.
– ¿Por qué no?
La mentira está en la punta de mi lengua para decir algo del trabajo,
pero termino diciendo la verdad.
–Rooney y yo terminamos, - le digo, rompiendo en lágrimas y ella está
a mi lado al instante.
– ¿Qué? ¿Qué paso?
Le digo sobre la visita de mis padres y como, aparentemente, fueron a
verlo antes de venir a verme. Le digo sobre la cena y sobre cómo no
dejaban de hablar de Dalton. Como Rooney estuvo actuando raro por unos
días y ahora sabia el por qué. Entonces le dije que vino anoche y
terminamos.
–Ese idiota, - resopla y asiento.
–No puedo creer que piense que elegiría el dinero por encima de cómo
me hace sentir.
Ella me abraza, dejándome sollozar en su hombro mientras saca su
teléfono con la otra mano.
– ¿Que estás haciendo? - pregunto.
–Envío un mensaje a las chicas.
Creí que se refería a cancelar los planes para nosotras, pero me
sorprendo cuando todas llegan a nuestro apartamento media hora después,
llenas de comida chatarra y suficiente alcohol como para ponerme
verdaderamente nerviosa de la resaca que tendré mañana.
Quizá me ayudara a distraerme del dolor en mi pecho.
–Que hizo Rooney? - pregunta Cat, molesta cuando deja las cajas de
pizza en el mesón.
Sus manos se posan en sus caderas y frunce el ceño. Me sorprende que
este de mi lado ya que Rooney es como un hermano para ella.
–Termino conmigo para que pueda volver a Nueva York y casarme con
un cerdo sexista con el que mis padres quieren que siente cabeza porque es
rico y tiene el pedigree correcto.
– ¿Que no es de nuevo? - pregunta Nora y me rio.
–Lo sé. Están enojados porque aún no he vuelto a casa para convertirme
en la señora de Dalton Radcliff.
No puedo evitar el escalofrío que llega con esas palabras y Maxine toma
una botella de vodka, abriéndola y preguntando donde están nuestros vasos.
Me levanto y acomodo el mono en mi cabello cuando me reúno con
todas en la cocina. Abarrotamos toda la isla, moviéndonos sobre la otra para
alcanzar la pizza o galletas Alguien me pasa un vaso con algo rosa y tomo
la bebida, tosiendo cuando el alcohol toca mi garganta.
– ¿Demasiado fuerte? - pregunta Maxine. - Nunca he servido bebidas
antes.
–Un poco, - le digo y puedo ver a Cat sonriéndome detrás de su vaso.
–Entonces, ¿qué harás sobre Rooney? - pregunta.
– ¿Qué puedo hacer? El rompió conmigo para que encontrara a alguien
con más dinero.
– ¿Eso es lo que él dijo? - pregunta Nora, sonando indignada.
–Pues, no, - admito.
– ¿Que dijo realmente? - pregunta Maxine y tomo otro mordisco de la
pizza para tener más tiempo.
–Dijo que mis padres le dijeron que estaba comprometida con alguien
más, que en sus cabezas, es cierto, pero nunca me iba a casar con el tipo que
tenían pensado para mí.
Todas asienten y tono otro sorbo de mi coctel.
–Entonces dijo que nunca será suficiente para mí, que nunca podría
costearse un pent-house o Nueva York, y que pensaba que debíamos
terminar.
–Oh por Dios. Es un idiota, - gruñe Cat y asiento en acuerdo,
terminando mi bebida.
No sabe tan fuerte ahora y paso mi vaso de regreso a Maxine, viendo
como trata de servirme otro.
–Es un idiota, y seguro que debió hablar contigo, pero no lo sé. Creo
que es algo dulce, - dice Nora.
–Sí, supongo que estaba tratando de hacer algo bueno por ti. Solo que es
una forma muy complicada, - dice Cat, terminando su bebida también.
Quizá tienen un punto. Es decir, no es como que me haya sido infiel o
me haya mentido. Solo termino conmigo porque pensó que yo podía
encontrar algo mejor.
Aun así, esa debería ser mi elección. No necesito que Rooney me
proteja de mi misma. Sé quién soy y a quien amo.
Pero no puedo rogarle que vuelva conmigo. Tengo más respeto por mí
misma que eso, así que parece que estoy estancada. Al menos hasta que el
saque su cabeza de su trasero y entienda que cometió un gran error.
Dios, espero que lo haga pronto.
La conversación vuelve a las demás chicas y trato de prestar atención
pero mi cerebro está un poco nublado por las bebidas y continuo
distrayendo con pensamientos de Rooney.
Cuando hay un toque en la puerta, mi corazón salta por mi garganta.
Quizá es Rooney.
Coraline me voltea a ver antes de levantarse a abrir la puerta y me
acomodo la camisa, asegurándome que no tengo salsa de pizza o chocolate
en la cara cuando la abre.
Pero no es Rooney.
En su lugar, esta Ender.
–Parece enojado, - murmuro y veo a Nora y Maxine asentir.
Cat se ve fresca como pepino, sonriendo traviesa cuando bebe lo último
de su bebida.
–Te gusta volverme loco, verdad, gatita, - gruñe Ender, entrando al
apartamento, su ojos clavados en Cat.
En un parpadeo, la tiene sobre su hombro, su mano en su muslo
mientras sale apresurado, la puerta cerrándose de un portazo detrás de ellos.
–Eh, ¿deberíamos estar preocupadas? - pregunta Maxine, tomando otro
trozo de pizza.
Su teléfono suena y veo que son las dos de la mañana. Todas estaremos
cansadas y con resaca mañana, pero creo que valdrá la pena.
Le sonrió a Maxine cuando me pasa otro coctel, levantando el vaso a
mis labios mientras veo a mis nuevas amigas.
TRECE

Rooney

SOLO HAN PASADO unos días de que Sayler y yo terminamos pero


estoy muriendo. Siento que estoy en el infierno. Había escuchado que las
rupturas eran difíciles, pero esta es mi primera vez experimentando una y
estoy aquí para decir que las personas realmente infravaloran lo mucho que
apesta.
No puedo comer.
No puedo dormir.
Nada capta mi atención o interés.
Sigo pensando que veo a Sayler en todos lados y mi corazón salta a mi
garganta, solo para caer de nuevo cuando inevitablemente volteo y no la
veo.
He pensado en llamarla o enviarle un mensaje e incluso he empezado a
hacerlo al menos una docena de veces, solo para borrarlo antes de enviarlo.
– ¿Por qué tan triste, Rooney? - dice el tío Max cuando se sienta en la
silla del patio junto a mí.
Es domingo y estoy en la comida familiar. Normalmente, me encanta
estar con mi familia pero en este momento, tengo miedo de ser una pésima
compañía. He estado sentado solo en el patio desde que llegue hace una
hora.
– ¿Te sientes bien? - pregunta el tío Nico cuando se une a nosotros,
tomando otra silla.
–Sí, - murmuro pero puedo ver que no lo creen.
– ¿Que está pasando? - pregunta mi papa cuando se apoya en la
barandilla de la terraza.
–Rooney está de mal humor.
–No estoy de mal humor, - le contesto a mi tío Zeke.
–Claro, - dice, tomando un trago de su limonada.
– ¿Problema con las chicas? - adivina el tío Nico y odio lo observador
que es.
–Quizá, - digo.
– ¿Que está pasando? - pregunta el tío Atlas cuando se une y gruño,
desplomándose en mi silla.
–Sayler y yo terminamos, - admito.
Quizá me ayude hablar al respecto. Quizá me puedan dar algún consejo
que ayude a curar mi corazón.
– ¿Que paso? - pregunta el tío Max al mismo tiempo que papa pregunta
que hice.
–Yo termine con ella.
– ¿Por qué? - pregunta el tío Atlas.
–No puedo darle lo que se merece.
– ¿Que rayos quiere decir eso? - pregunta el tío Zeke.
–Sus padres vinieron a verme al estudio. Tienen un tipo listo para ella.
Un doctor rico que ella conoce de toda la vida. Él puede proveerle mucho
más que yo.
Hay un momento de silencio mientras comprenden mis palabras.
–Eres un idiota, - dice el tío Nico, rompiendo el silencio.
– ¿Que? - pregunto.
No esperaba esa respuesta.
–Eres un idiota, - repite.
–Sí, quiero decir, si ella lo conoce de toda la vida, entonces ha tenido
una oportunidad con él y no lo eligió. Te eligió a ti, - agrega el tío Atlas.
– ¿Pero no debería estar haciendo lo correcto para ella? - pregunto.
–Oh, rayos, - dice el tío Max, hundiéndose en su silla.
–Nunca debes decidir algo por una mujer, - me dice el tío Atlas.
–Solo quería hacer lo mejor para ella. Ella merece lo mejor de todo.
Nunca podre darle un pent-house en Nueva York ni nada de eso.
Todos gruñen y dejo caer mi cabeza en el respaldar de mi silla, con
miedo a lo que vayan a decir a continuación.
–Chico, realmente eres el hijo de tu padre, - dice el tío Zeke con una
risa.
– ¿Que se supone que significa eso? - dice mi papa, molesto.
–Oh, vamos, Mischa, - dice tío Atlas con una risa.
–Sí, recuerda como Indie y tu terminaron como diez veces antes de que
siquiera estuvieran juntos, - agrega el tío Nico.
– ¿Cómo es eso posible? - pregunta tío Max con una risa mientras se
recuesta en su silla.
–Soy un hombre de mujeres. Debes tenerlas adivinando para atraparlas.
¡Míranos a
Indie y a mí ahora! - dice mi papa y volteo los ojos mientras todos ríen.
–Sí, aja. ¿Si pudiéramos volver a mí y mis problemas por un minuto? -
le digo y todos voltean a verme.
–La amas, ¿verdad? - pregunta tío Nico, directo como siempre.
–Sí, - respondo de inmediato.
–Entonces ve por ella. Está bien ser un poco egoísta en el amor, - dice
tío Zeke y tanto tío Max y Atlas asienten.
–Tienen razón. Si la quieres, si la amas, entonces lucharas por ella.
Harvey, Ames, Banks, Maxine y Cat se unen a nosotros en el patio y los
dejo seguir con la conversación mientras pienso en el consejo que acabo de
recibir.
¿Lo arruine? ¿O solo quiero tomar su consejo porque significa que
puedo tratar de recuperar a Sayler?
Paso el día con mi familia, aun si ser mucha compañía, pero es bueno
estar con personas que me aman mientras atiendo mi corazón roto y pienso
en mi siguiente movimiento.
Para cuando me voy, sé que no puedo seguir así. Lo arruine y tengo que
ir a ver a Sayler y rogarle que me perdone y vuelva conmigo.
Comienza a llover mientras conduzco por las calles llenas de tráfico
hacia el apartamento de Sayler. Tengo que dar vuelta a su edificio tres veces
antes de encontrar un estacionamiento y para entonces mis nervios están
descontrolados.
Me estaciono y saldo, inmediatamente empapado mientras espero a
cruzar la calle. Me dirijo a la entrada cuando veo a Sayler estacionando su
auto y cambio de dirección hacia ella.
–Sayler, - digo cuando llego a ella en el estacionamiento pero,
aparentemente, no me escucha porque se tropieza conmigo.
– ¡Woah! - dice y la detengo, tomando sus brazos empapados de agua.
–Hola, - digo mientras nos vemos el uno al otro.
–Hola, - dice ella con cautela, la lluvia se lleva su voz.
–Soy un idiota, - digo de repente cuando parece que va a seguir
caminando y me dejara atrás.
–Sip.
–Un completo idiota.
–No te lo discuto, - dice ella.
–Un completo idiota que está totalmente e irremediablemente
enamorado de ti.
Eso la detiene y me voltea a ver, sus ojos azules muy abiertos, gotas de
lluvia cayendo de sus pestanas y corriendo por su rostro. Su cabello está
pegado a su cabeza, su ropa empapada y estoy seguro que ambos estamos
hechos un desastre, pero nunca he visto algo más hermoso en toda mi vida.
–Te amo, Sayler. Lamento mucho haber dejado que tus padres entraran
en mi cabeza. Nunca seré un millonario. Nunca podre darte un pent-house
en Nueva York o una vida cómoda, pero nunca habrá alguien que te amé
más que yo. Nunca encontrarás a alguien que se esfuerce más en hacerte
feliz cada día por el resto de tu vida...
Contengo la respiración, viéndola a los ojos mientras espero a ver cómo
responde.
–No debiste elegir por mí. Puedo tomar mis propias decisiones y nunca
quise casarme con Dalton. Es un cerdo sexista que me engañaría antes de
que la tinta se seque en nuestro certificado de matrimonio.
–Lo sé. Lo siento mucho, Sayler.
–Nunca lo quise. Solo te quiero a ti.
–Yo también solo te quiero a ti.
–Pero solo si puedes dejar de tomar decisiones sin mí. Se supone que
estemos juntos y eso significa hablar las cosas.
Asiento, sabiendo que tiene razón. Haría lo que sea que me pida si me
acepta de nuevo.
–Tienes razón. Lo siento mucho. No pasara de nuevo, lo juro, - le
prometo.
Ella me estudia un momento antes de darme una sonrisa.
–Te amo, - me dice mientras se pone en puntillas, sus labios tocando los
míos.
La lluvia cae sobre nosotros, empapándonos hasta los huesos, pero a
ninguno le importa. No con sus labios en los míos, sus manos en mi cabello,
y su cuerpo curvilíneo presionado contra el mío.
Sus labios se abren y no pierdo un segundo en deslizar mi lengua en su
boca. Ella sabe a canela y chocolate caliente y gimo, acunando la parte
trasera de su cabeza mientras la acerca más a mí.
La bocina de un auto nos asusta, recordándonos que estamos afuera de
su complejo de apartamentos.
–Quizá deberíamos ir adentro, - dice Sayler con una sonrisa traviesa y
asiento.
–Si, por favor.
Ella se ríe, tomando mi mano y llevándome con ella. Corremos en la
lluvia hasta su entrada y luego corremos por las escaleras hasta su
apartamento. Ella juega con sus llaves y la beso en el cuello, haciendo lo
posible por distraerla.
–Mierda, Rooney. Estoy a dos segundos de mandar todo al diablo y
dejar que me cojas contra esta puerta.
Su vecina mayor, la señora Griggs, nos fulmina con la mirada cuando
pasa y me rio en la curva del hombro de Sayler.
–Oh por Dios, - gruñe y tomo las llaves de sus manos, abriendo la
puerta y metiéndola al apartamento.
Cierro la puerta de un portazo y le acorralo contra ella.
– ¿Que estás haciendo? - pregunta sin aliento mientras mordisqueo su
cuello y desabrocho sus pantalones mojados.
–Está bien, - respira y sonrió.
–Siempre tan complaciente.
Ella se ríe por eso, levantando sus manos cuando trato de quitarle su
camisa mojada. Esa desabrocha tu sostén por mí y entonces queda frente a
mí solo en pantaletas.
–Dios, soy un bastardo con suerte.
–Uhum, - accede, bajando sus pantaletas y luego moviendo sus manos
hacia mi ropa.
Le ayudo a desvestirme y pronto estamos de pie desnudos frente al otro
en tiempo record. Estoy a punto de arrodillarme, separar esos muslos
curvilineos y darme un festín pero antes de hacerlo, Sayler se mueve.
La atrapo, sujetándola entre la puerta y yo.
–Iba a lamer ese dulce cono, - gruño contra su boca y ella me sonríe.
–Puedes hacerlo después. Necesito sentirte dentro de mí. Ahora.
Gruño, ajustando mis caderas y empujando hasta que estoy hasta las
bolas en su ajustado agujero. Mi pene y piercings se arrastran contra sus
paredes lentamente y sonrió, amando la forma en que gime cuando se
deslizan por ese lugar particular dentro de ella.
– ¿Me extrañaste? - pregunto cuando empiezo a embestir y ella gime,
asintiendo con la cabeza mientras mis dedos se marcan en sus muslos.
Para mañana tendrá moretones en forma de dedos y encuentro que me
gusta la idea. Muevo mis caderas dejando que frote su clítoris contra la base
de mi miembro hasta que está chorreando sobre mí.
–Así es. Cúbreme en tus jugos, - le ordeno y gime.
–Oh Dios, - respira, sus ojos cerrados con fuerza y sé que está por
terminar pronto. - ¡Ahí!
La penetro con más fuerza, moviéndola de arriba a abajo en mi pene
mientras la mantengo sujeta contra la puerta. Estoy seguro que los vecinos a
dos puertas pueden escucharnos coger y sonrió.
– ¡Rooney! - Sayler grita mientras su cono se contrae con fuerza en mi
pene y aprieto los dientes mientras lucho conmigo mismo para no venirme.
Sigo embistiendo dentro de ella, tratando de prolongar su orgasmo.
Cuando ella finalmente abre los ojos, dándome una sonrisa letárgica, sonrió
de vuelta.
–Espera, - ordeno y ella chilla cuando tomo su trasero, volteando y
dirigiéndola a la habitación.
La dejo sobre la cama, dándole un corto beso antes de salir de ella y
besar un camino por su hermoso cuerpo. Ella gima cuando chupo sus
pechos, dejándolos húmedos y rojos con mi boca.
Beso su estómago, bajando hacia ese dulce pedazo de cielo entre sus
muslos.
–Rooney, - gime Sayler, sus dedos enredados en mi cabello.
–Dijiste después. Es después, - le recuerdo cuando uso mis dedos para
partir sus gruesos labios y entro.
Ambos gemimos cuando lamo por primera vez, tratando de tomar tanto
de sus jugos como pueda. No quiero desperdiciar ni una sola gota.
Acomodo mi lengua contra su pequeña perla, moviéndola contra ese
dulce botón hasta que Sayler se tensa en la cama, su espalda arqueada, su
cuerpo entero ruborizado.
–Dámelo, Say, - suspiro y deslizo dos dedos dentro de ella, moviéndose
mientras chupo su clítoris con mi boca.
Ella grita, llegando a su clímax y viniéndose en mi boca. La lamo
durante la mayoría de su orgasmo pero antes de que pueda volver a la tierra,
la volteo sobre su estómago, arrastrándola hasta que esta de rodillas y entro
por detrás.
– ¡Mierda! - gritamos los dos y sé que no durare mucho.
La penetro con fuerza, como un animal, y ella grita, sus dedos
enredándose en las sabanas.
–Oh, Dios, mierda, Rooney! - grita cuando termina y esta vez cuando su
cono me aprieta, no me contengo.
Me vengo con ella, un largo y fuerte gemido mientras termino dentro de
ella. Ella colapsa en la cama sobre su estómago, su brazo y una pierna
colgando de un lado y sonrío cuando la tomo en mis brazos, acomodándola
en la cama para acurrucarnos.
–Te amo, Roon, - susurra con sueno contra mi pecho y sonrío.
–Te amo, Say.
CATORCE

Sayler

ROONEY y yo volvimos hace dos semanas y todo ha sido perfecto.


Siempre pasamos la noche con el otro y tratamos de almorzar o cenar juntos
todos los días. Hablamos por mensaje sin parar y hemos empezado a
explorar la ciudad juntos, tratando de superar al otro con un restaurante o
atracción nueva cada noche.
Hemos ido a antros, cafeterías dudosas, y Rooney incluso me llevo a un
parque que decía estar embrujado. Pasamos una hora tratando de ver quien
se columpiaba más alto y me reí tanto que mi estómago dolía al día
siguiente.
Creo que hemos estado en cada esquina de la ciudad hasta ahora pero
estoy segura que Rooney tiene algo más bajo la manga.
Pero hoy, nos quedamos en casa.
Rooney y Harvey invitaron a Coraline, Gray, Nora, Banks, Sam, y
Ender para una noche de películas. Está recogiendo una pizza para todos y
debería volver en cualquier momento.
Mi teléfono suena en la mesa y sonrío cuando veo el nombre de
Caroline en la pantalla.
– ¡Hola cariño! ¿Cómo has estado? - pregunto tanto pronto como la
llamada conecta.
–Bien, - dice y suena más relajada y en paz de lo que la había escuchado
en un año.
–Sí, suena a que estas bien.
–Sí, yo… conocí a alguien.
– ¿Que? - grito, una sonrisa en mi rostro. - ¡Cuéntamelo todo!
Ella se ríe y la escucho contarme todo sobre un tipo llamado Heath que
conoció en Cherry Falls.
–Es muy bueno con Charlotte. Le gusta el aire libre, tiene un centro de
intercambio en Cherry Falls y ama acampar.
–Entonces son perfectos el uno para el otro, - bromeo. Sé que Caroline
no ha acampado un día en su vida.
Ella se ríe y puedo escuchar a alguien decir algo en el fondo.
–Ahora no me importa acampar.
–Sí, estoy segura. No cuando tienes a un hombre grande y fuerte para
cuidarte.
–Realmente lo es, - dice con un suspiro sonador y mi corazón se derrite.
–Estoy feliz por ti, Caro.
–Gracias. ¿Cómo van las cosas con Rooney y tú? - pregunta y paso unos
minutos poniéndola al día con todo lo que ha pasado aquí.
Hemos hablado por mensaje así que sabe todo lo que paso con mis
padres. Prácticamente gruñe cuando le digo que aun piensan que me casare
con Dalton.
Escucho a Charlotte llamarla unos minutos después y la dejo ir,
sonriendo cuando cuelgo. Parece que todas estamos teniendo nuestros
finales felices. Ahora no puedo esperar a conocer a Heath.
Sirvo la bolsa de palomitas que acabo de calentar en un tazón y la llevo
a la mesa justo cuando la puerta se abre y Rooney entra, diez cajas de pizza
en las manos.
Las deja en el mesón, volteando para sonreírme y le regreso la sonrisa,
corriendo hacia él. Salto, envolviendo mis brazos y piernas en él y se ríe
cuando mis labios chocan con los suyos.
–Te extrañe, - digo y el me sonríe.
–Entonces nunca deberíamos separarnos. Múdate conmigo.
Me congelo ante sus palabras. Eso no lo vi venir.
– ¿Hablas en serio? - pregunto y el asiente.
–Por supuesto. Pasamos todo nuestro tiempo juntos de todos modos.
Puedes mudarte aquí, ahorrar en renta, y podemos vernos todo el tiempo. O
al menos todas las noches.
–Tendré que hablar con Coraline. No quiero dejarla con toda la renta.
–Estoy seguro que Harvey también le pidió que se mudara con él, - dice
cuándo empieza a besar mi cuello.
–Entonces, ¿puedo estar contigo y seguir viviendo con mi mejor amiga?
–Uhum, - murmura Rooney contra mi piel, justo sobre mi pulso y me
estremezco.
–Entonces apúntame, - digo, mi voz sonando con un suspiro y lleno de
calor.
Rooney me empuja contra la pares y nuestros labios se encuentran. Me
abro para el de inmediato, dejando su lengua entrar a mi boca para
enredarse con la mía.
Mi teléfono suena y ambos gruñimos, separándonos.
–Son mis padres, - digo, mi estómago contrayéndose y mi buen humor
arruinándose en un momento.
He estado atrasando hablar con ellos por unas semanas ya. Ellos siguen
enviándome mensajes, enviándome noticias de Dalton y demandando saber
cuándo volveré.
Me ha estado volviéndome loca.
–Debería responder esto, - le digo y veo los ojos preocupados de
Rooney.
El viene a mi lado, envolviendo su brazo en mis hombros cuando acepto
la llamada y sostengo el teléfono contra mi oído. Sus peso en mi aumenta y
me recuesto en él, dejándome que me sostenga.
– ¿Hola? - contesto y mi mama suspira impaciente.
–Ahí estas. Me estoy cansando de tener que rastrearte, Sayler.
Me tenso, sabiendo que debo oponerme a ellos. No puedo seguir
peleando con ellos así. Nunca voy a querer casarme con Dalton. Nunca voy
a querer mudarme de regreso a Nueva York y no quiero la vida a la que
ellos quieren forzarme.
– ¿Que necesitas, mama?
– ¿Cuándo te mudaras a Nueva York? Dalton está perdiendo la
paciencia, - explota, y yo también.
–Nunca. Nunca voy a casarme con Dalton y nunca volveré a Nueva
York a menos que Rooney vaya también.
– ¿Rooney? - grita, y me enderezo.
–Sí, Rooney. Estoy enamorada de él, mamá. El me hace más feliz. Estoy
con Rooney y si no estás de acuerdo con eso, entiendo. Creí que estarías
feliz porque encontré a alguien que me hace feliz y me ama tanto como yo a
él, pero si no puedes aceptarlo, entonces ya no podemos hablar.
Contengo la respiración, pero en el fondo ya sé que es lo que sucederá.
Ella cuelga la llamada, y me relajo sobre Rooney.
–Lo siento mucho, Sayler. Son idiotas por no querer que seas feliz.
Asiento contra él, no confiando en mi voz en ese momento.
–Podemos compartir padres. Mi mama ya te ama más de lo que me ama
a mí, - trata, haciendo lo posible para animarme y me rio por su comentario.
Me volteo en los brazos de Rooney, apoyando mi mentón en su pecho y
le sonrío.
–Está bien.
– ¿Está bien? - pregunta, viéndose dudoso y asiento.
–Le comprare una taza que diga “mejor mama del mundo” y empezare a
firmar mis cartas hacia ella como “tu hija favorita”.
Rooney se ríe, sus brazos apretándome.
–Te amo, Say.
–Lo sé, yo también te amo, cariño.
La puerta se abre y Harvey, Coraline, y Banks entran, deteniéndose
cuando nos ven abrazados en medio de la habitación.
–Hola, - digo, separándome de Rooney para saludar a todos.
Abrazo a Coraline mientras Ender, Sam, Gray, y Nora entran.
– ¡Sírvanse pizza! - les digo llevando a Coraline a la habitación.
– ¿Te vas a mudar aquí? - le pregunto y ella se muerde el labio.
–Pensaba hablar de eso contigo, - empieza y sonrío.
–Rooney también me pidió que me mudara con él, - le digo con una
sonrisa y se relaja.
–Entonces, ¿seguiremos siendo compañeras de cuarto?
\–Así es, - digo con una sonrisa y ella me la regresa, dándome un
abrazo.
–Míranos. Felices y enamoradas y esa mierda.
Ella se ríe, tomando mi mano mientras nos reunimos con los demás.
Todos ya están tomando un plato de papel y llenándolo con pizza mientras
Rooney juega con el control remoto, encendiendo la televisión y poniendo
la película.
Tomo to platos, poniendo pizza en ellos para Rooney y para mí. Él nos
trae bebidas y nos sentamos juntos en el sofá. Los chicos hablan sobre el
trabajo y escucho cuando Cat menciona Se7en, el club nocturno que
maneja.
–Empecemos con la película, - dice Rooney, poniendo su brazo sobre
mis hombros cuando la película empieza.
Me recuesto en él, acurrucándome a su lado cuando los créditos el inicio
pasar por la pantalla. Volteo a ver a nuestros amigos, feliz aunque
probablemente haya perdido todo contacto con mis padres esta noche.
Ahora me siento más ligera. Ya no tengo que evitar sus llamadas o lidiar
con sus suspiros decepcionados cuando inevitablemente no cumpla con sus
estándares o siga los planes que tengan para mí.
Tengo la familia que realmente quiero justo aquí conmigo.
Volteo a verlos, notado por primera vez la forma en que Nora y Gray, y
Ender y Cat intercambian miradas traviesas con el otro cuando creen que
nadie está viendo.
Sonriendo, moviéndome contra Rooney cuando me hace cosquillas.
Me pregunto qué pareja será la siguiente en caer.
QUINCE

Sayler

UN AÑO DESPUÉS…

– ¿Estás seguro que estás de acuerdo con esto? - me pregunta Rooney


cuando movemos las ultimas cajas del apartamento que solíamos compartir
con Harvey y Coraline.
–Sera difícil, pero creo que podemos acomodarnos rápido, - digo,
fingiendo limpiar una lagrima de mis ojos.
–Ustedes son ridículos, - dice Gray, volteando los ojos cuando pasa al
lado nuestro y se dirige a la puerta de nuestro viejo apartamento.
–Si saben que solo se están mudando al lado, ¿verdad? - pregunta
Harvey, cargando otra caja.
–Estamos lidiando con mucho, - dice Rooney, yendo detrás de él y veo a
Harvey sonreír y sacudir su cabeza.
–Sera raro ya no vivir contigo, - dice Coraline, poniendo su brazo sobre
mis hombros.
–Lo sé. Es el final de una era, - digo con un suspiro, recostando mi
cabeza en su hombro.
Nos dirigimos a nuestro nuevo apartamento y vemos alrededor. Es una
réplica exacta del que compartimos con Harvey y Coraline, excepto que
todo está del lado contrario.
Cuando nos dimos cuenta que el inquilino anterior se estaba mudando,
saltamos a la oportunidad de alquilarlo. No se malentienda, ha sido
increíble vivir con nuestros mejores amigos, pero esta volviéndose algo
apretado.
– ¿Eso es lo último? - pregunta Cat cuando entramos al apartamento y
asiento.
–Eso es todo. Ahora solo debemos desempacar todo.
Rooney gruñe y le sonrío. Tengo el presentimiento que no me dejara
ayudar con eso.
Descubrimos que estaba embarazada hace unas semanas y desde
entonces ha estado actuando como si estuviera hecha de cristal. Estoy más
cansada últimamente y mi vejiga se siente como si fuera del tamaño de una
canica, pero aun puedo levantar cosas. Pero sé que a Rooney le gusta
mimarme, así que lo he dejado hacer la mayoría de la carga pesada.
Indie y Darcy, las madres de Rooney y Harvey están emocionadas por
ser abuelas. Incluso Atlas y Mischa están emocionados. Ya comenzaron a
buscar cunas y cochecitos. Recibo mensajes de Indie todo el día sobre
nuevas cosas de bebe y me pregunto cómo haremos que todo lo que ya nos
compraron quepa en nuestro nuevo apartamento.
Me encanta que pueda pasar esto junto a mi mejor amiga. Hemos
hablado de como nuestros hijos crecerán juntos y empezado a buscar
guarderías y buenos distritos escolares.
Aun no les he dicho a mis padres, pero de todas formas no he hablado
con ellos en un año. Probablemente sea para lo mejor. No necesito su
negatividad en mi vida o en la del bebe.
–Trajimos comida, - dice Mischa cuando el, Indie, Darcy, Zeke, Trixie,
Nico, Edie, Sam, y Max llegan al apartamento. Apenas hay espacio para
todos nosotros pero solo me rio cuando choco contra Rooney cuando abrazo
a su mama.
Esto es todo lo que quería que fuera mi vida.
Estoy rodeada de personas que me aman, que solo quieren verme feliz,
y son mi familia y mejores amigos. Rooney es el mejor novio que alguien
podría tener y estoy feliz de haberlo encontrado.
El me sonríe, guiñándome el ojo y sé que se muere por decirles a todos.
Le guiño el ojo también, sacando el anillo de diamantes que he estado
escondiendo en mi bolsillo y poniéndomelo.
Rooney me propuso matrimonio hace dos semanas, justo después de
enterarnos que estaba embarazada. Dijo que lo había cargado por unas
semanas, esperando el momento perfecto para pedírmelo y que no podía
pensar en una mejor manera.
El quería que fuéramos una familia y ahora que llevaba a su hijo, pensó
que deberíamos hacerlo oficial.
Por supuesto que dije que sí. Quería ser la señora Sayler Jennings más
que nada. El deslizo el anillo en mi dedo y fue entonces que las náuseas
matutinas decidieron aparecer.
Rápidamente corrí al baño y el me siguió, sosteniendo mi cabello por mí
y diciéndome lo linda que soy y lo mucho que me ama mientras vomitaba
todo lo que habíamos cenado.
Desde entonces, se ha abastecido de remedios para las náuseas, ginger
ale, y salinas y juro que las ha comprado al por mayor. Otra razón por la
que lo amo.
–Todos, Sayler y yo tenemos un anuncio, - dice Rooney y todos voltean
a vernos expectativos.
– ¡Vamos a casarnos! - grito, levantando mi mano para mostrar mi
anillo.
– ¡Oh por Dios! - grita Indie, casi tacleándome cuando me abraza.
–Felicitaciones, - dice Mischa, dándome un ligero apretón.
–Gracias, - digo con una sonrisa y mis mejillas duende por lo mucho
que estoy sonriendo últimamente.
Estoy por darle un abrazo a Darcy cuando mi estómago se revuelve y
corro al baño.
– ¿La apreté muy fuerte? - escucho preguntar a Indie cuando Rooney
me sigue al baño.
–No, es solo que ahora hace eso, - dice Rooney y volteo a verlo. -
Quiero decir, es una hermosa incubadora y–
Golpeo sus piernas y él se ríe, sosteniendo mi cabello por mí.
–Solo bromeo, Say. Te amo y realmente eres la mujer más hermosa que
he visto. Incluso con tu cabeza en el inodoro.
–Eres el peor, - digo, descansando mi cabeza contra sus piernas mientras
espero a que mi estómago se calme. – Pero también te amo.
DIECISÉIS

Sayler

CINCO AÑOS DESPUÉS…

– ¿A dónde vamos? - le pregunto a mi esposo mientras me arrastra por la


calle, empujando a nuestros dos niños en su coche con la otra mano.
– ¡Se supone que sea una sorpresa! Niños, díganle a mama qué es una
sorpresa, - dice y tanto Mia como Jasper voltean en sus asientos y me
abuchean.
–No realmente, pero lo tomare, - dice Rooney con una risa cuando da
vuelta en la esquina y seguimos caminando.
Hemos estados casados por poco más de cuatro años y han sido los años
más felices de mi vida. Claro, no somos ricos, y nunca viviremos en un
pent-house o una mansión, pero tengo todo lo que necesito con él.
Tuvimos a Jasper unos meses después de casarnos. Nos apresuramos
con la boda, no queriendo tener un compromiso largo y también porque no
quería mostrar el embarazo en todas las fotos. Tuvimos a Mia un año
después de eso y dos niños menores de dos años era más que suficiente para
nosotros.
Todavía vivimos al lado de Harvey y Coraline y sus hijos, pero hemos
hablado de conseguir un lugar más grande. Quizá algo con un patio para
que los niños jueguen. También he estado hablando con Caroline y su
esposo, Heath, sobre que se muden más cerca pero ambos ambas Cherry
Falls así que tendré que conformarme con verlos unas veces al año en las
vacaciones o reuniones.
Todavía no he hablado con mis padres y aunque hay días en que los
extraño o el hecho de que nunca conocerán a sus nietos, sé que
probablemente sea para lo mejor. Solo nos haríamos miserables los unos a
los otros.
Indie y Mischa, y realmente toda la familia extendida de Rooney, me
han dado la bienvenida con los brazos abiertos. Tengo una noche de chicas
una o dos veces al mes con Cat, Maxine, Nora, y Coraline, aunque Coraline
a veces no puede asistir debido al trabajo.
Mi negocio también ha crecido en los últimos años. Rooney siempre ha
sido mi benefactor más grande, comprándome una computadora nueva
cuando la vieja se arruino, incluso cuando realmente no podíamos costearla.
Incluso vendió su auto cuando descubrió que yo estaba pensando en
contratar algunos empleados porque no podía manejar todo el trabajo.
Había estado preocupada de no tener suficiente para cubrir costos y el me
aseguro que siempre se iba con Harvey de todas formas.
Eso fue hace dos años y he contratado a dos empleados más desde
entonces, haciendo un gran total de cuatro, pero aun así. He llegado muy
lejos desde que éramos solo mi computadora y yo hace cinco años.
Nuestros hijos están por empezar la escuela y sé que eso ayudara a
aliviar la carga financiera. El preescolar puede ser costoso, pero espero que
una vez que ambos estén en jardín de niños podamos sentarnos a buscar
casas. Un lugar cerca de la ciudad, y que este cerca de Harvey y Coraline,
ya que nuestros hijos son mejores amigos.
– ¡Apresúrate, Say! - llama Rooney, caminando cada vez más rápido y
suspiro una risa cuando me hala la mano, apurándome.
–Voy, voy, - le prometo y me da una de esas sonrisas salvajes que amo
tanto.
Rooney sigue siendo el payaso libre y aventurero del que me enamore.
Se esfuerza en llevarme a mí, o a mí y los niños en una aventura al menos
una vez al mes y sé que eso es lo que haremos hoy. Puedo verlo por su
emoción y el brillo en sus ojos.
Cruzamos la calle y damos vuelta en la esquina y entonces Rooney se
detiene. Casi choco contra su espalda, así que me hago a un lado, viendo
por qué se ha detenido.
–Es eso…
–Sí, - dice con una gran sonrisa.
– ¡Hola, chicos! - dice Indie mientras arrastra a Mischa detrás de ella.
Los saludo y los niños enloquecen, queriendo ir con sus abuelos.
– ¿Están emocionados de explorar? - pregunta Mischa y toma el coche
de las manos de su hijo.
– ¡Si! - gritan, sus ojos abiertos mientras ven al otro lado de la calle al
enorme parque frente a nosotros.
Hay un castillo a un lado con deslizadores y una fosa con cordón.
También hay un cohete y puedo que Jasper ya está tratando de ir ahí.
Rooney toma mi mano, besando mi cabeza mientras me recuesto en él.
– ¿Cómo lo encontraste? - le pregunto.
–Conduje por aquí hace una semana. Debió estar abierto pero no
muchas personas saben al respecto. Vamos, quiero mostrarte la mejor parte.
Dejo que me lleve alrededor del parque, pasando por los columpios y
otro parque de juegos, este con muchas rampas y puentes. Nos dirigimos a
un grupo de árboles y tan pronto la escalera subiendo por uno, empiezo a
reír.
– ¡Una casa del árbol!
Rooney me sonríe, dejándome subir primero y sonrío cuando tomo
asiento. Tengo que acomodarme en una esquina para que él puede subir
también y se ríe cuando su codo golpea contra la pared.
–Recuerdo que esto era más fácil, - dice cuando se acomoda en la otra
esquina.
Es cómico verlo doblar sus largas piernas para que pueda sentarse y me
rio cuando se mueve, tratando de encontrar una posición más cómoda.
–Me encanta. Gracias por traerme aquí.
–Por supuesto, Say. Haría lo que fuera por ti.
Se mueve de nuevo, buscando en el bolsillo de su sudaderas y me sonríe
cuando saca una bosa de galletas quebradas.
– ¿Tienes hambre? - pregunta, pasando la bolsa y me rio, recostándome
en la pared cuando meto unos en mi boca.
Puede que no sea una comida elegante, cocinada en un restaurante cinco
estrellas en el lado este, pero juro que es lo mejor que he probado.

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español!
GRAY
*

Grayson Mackleroy probablemente vaya a arrepentirse de esto.  

Se arrepentía de muchas cosas en su vida. No defenderse contra su padre,


no mudarse de Rosewood cuando tuvo la oportunidad, pero ninguna de
ellas se compara con su mayor arrepentimiento.

No hacer Nora suya el segundo en que la vio. 

Ahora ha pasado demasiado tiempo y aunque ha estado enamorado de ella


desde la primera vez que la vio en el tercer grado, ella lo ve como nada más
que su mejor amigo y compañero de cuarto.

¿O no? 

¿Conquistar a Nora arruinaría todo? ¿O finalmente podrá tener el final feliz


que ha soñado desde que la vio por primera vez?
UNO

Capítulo Uno

Gray

–CREO que deberiamos tener un perro, - dice Nora tan pronto cuando entro
a nuestro apartamento en la noche.
–Esta bien, ¿a qué se debe eso?
–Amas a los perros. ¿Por qué no querrías uno?
–No dije que no quisiera uno. Sólo quería saber por qué tú querías uno
de repente.
–Porque me ofrecí de voluntaria en un refugio de animales esta tarde.
Rediseñaré su página web y tienen los cahorros más lindos ahí.
–¿Y cuántos adoptaste ya? - pregunto mientras tiro mis llaves en la
mesa frente a la entrada.
–Seis.
-¿¡Seis!?
–No, estoy bromeando.
Volteo los ojos, a punto de sentarme en el sofa cuando dos pequeñas
bolas de pelos entran corriendo al cuarto, arrastrando uno de mis zapatos
con ellos.
–¿Creí que bromeabas?
–Lo estaba. Sólo adopté dos. También nos inscribí para ser una casa
hogar, - dice Nora, recogiendo uno de los cachorros y empujando su nariz
contra la mía. - ¿No son lindos?
–Adorables.
–Pienso lo mismo, - dice ella, tomando el otro antes de que pueda
terminar de destruir mi zapato.
–¿Qué raza son? - pregunto, viendo la bola de pelos negro, blanco y
cafe en mis manos.
–Son mixtos. Ese es el macho y ésta es la hembra. Todavía no les pongo
nombre. Creí que debíamos hacerlo juntos.
–Qué tal Moose. Siento que este muchacho será enorme, - murmmuro,
viendo el tamaño de sus patas.
–Aww, qué lindo. Y tú puedes ser Marley.
Nora besa la cabeza de Marley y nunca he estado tan celoso de un perro
en toda mi vida. Desearía que ella me mirara así.
–¿Están entrenados? - le pregunto, tratando de sostener al inquieto
cachorro.
–Aún no, - dice con una sonrisa serena mientras su cachorro se acurruca
contra su pecho. Mientras tanto, Moose parece estar experimentando algún
tipo de exorcismo.
Tomo nota de liberar mis mañanas en el trabajo por las próximas
semanas mientras me acomodo junto mi mejor amiga y el amor de mi vida.
Los cachorros saltan y los veo arrastrar mi zapato con ellos.
–¿Les compraste juguetes?
–Sí, los odian.
Me río, recostandome en los cojines del sofa.
–Pero realmente están disfrutando masticar tus zapatos, - añade.
–¿Cuántos has mordisqueado?
–Sólo ese y antes de que digas algo, ya te ordene un par nuevo.
Me relajo contra el sofá. demasiado cansado para ver qué otras cosas
podrían estar mordiendo. Trabajé mi quinto turno seguido en Eye Candy
Ink, lo que significa que mañana es mi día libre y estaba esperando dormir
hasta tarde y no hacer nada todo el día junto a Nora. Supongo que no
pasará.
Nora y yo hemos sido mejores amigos desde la primaria. Ambos
crecimos en el mismo pueblo de Rosewood, Colorado. No era un lugar feliz
para ninguno de los dos, por lo que nos mudamos tan pronto cumplimos
dieciocho. También es por eso que Nora siempre trata de hacer cosas
normales para nosotros, como adoptar una mascota o aprender a cocinar.
Aunque no puede evitar sobrepasarse un poco, por lo que ahora tenemos
dos cachorros y ambos podemos hacer macarons pero se nos dificulta hacer
fideos.
Tratamos de vivir en Nueva York por un tiempo porque Nora siempre
había querido visitar y yo quería vivir en cualquier lado siempre que Nora
estuviera ahí. Pero Nueva York es caro y demasiado despiadado. Cuando un
puesto se abrio en el nuevo local de Eye Candy Ink, apliqué y cuando me
contrataron, le dije a Nora. Ella estuvo feliz por mi y ambos empacamos y
nos mudamos a Pittsburgh.
Nora es una desarrolladora de web y software y puede hacer lo que sea
con una computadora. También puede trabajar desde cualquier lado siempre
que tenga Wi-Fi.
–Vi a mi hermano hoy.
–Sí, ¿antes o después de adoptar a los cachorros? - pregunto.
–Antes. De hecho, Niall fue quien me dio la idea.
No me sorprende para nada. A Niall le gusta provocar problemas,
especialmente para mí. Él sabe que he estado enamorado de Nora por
decadas y quiere que haga algo para que él pueda dejar de preocuparse por
ella.
–¿Cómo está?
–Bien. Está ocupado entrenando para una pelea.
Asiento, viendo que cierra su laptop y se dirige a su escritorio para
conectarla. Niall es un luchador de la MMA y entrienda en la esquina de
Eye Candy Ink en el Gimnasio King. Siempre está entrenando para una
pelea o recuperandose de otra.
–¿Tienes hambre? Tengo comida del almuerzo.
–¿Qué es?
–Pollo picante.
Mi estómago ruge y Nora se rie, caminando a la cocina para calentarlo
por mí. Los cachorros vienen corriendo a la cocina y Nora se agacha para
acariciarlos.
–¿Tienen que ir afuera? - les dice con voz dulce y tomo sus correas del
mesón.
–Yo los llevaré. - digo y ella me sonríe.
–Gracias.
Me toma unos minutos atraparlos y enganchar las correas a sus collares.
Se pasan masticando las correas mientras bajamos las escaleras, asi que
termino levantándolos y trotando por las escaleras hasta salir afuera.
Empezamos caminar por la cuadra pero tampoco saben caminar con una
correa aún, así que es más difícil y se la pasan halandome. Pero hacen del
baño, así que supongo que es algo.
Los cargo de nuevo al apartamento y les quito las correas, viéndolos
correr hacia Nora donde está calentando la comida en la cocina.
Ella levanta la mirada, sonriéndome, y mi corazón se acelera en mi
pecho. Incluso después de todos estos años, ella aún es lo más perfecto que
he visto. Todavía me hace sentir que estoy en una montaña rusa con una
mirada.
–¿Listo? - pregunta cuando sirve la comida y asiento.
Sí, creo que al fin estoy listo para hacer algo sobre lo que siento por
Nora. Cómo siempre me he sentido por ella. Sólo espero que no arruine
nada entre nosotros.
DOS

Capítulo Dos

Nora

COMETÍ UN TERRIBLE ERROR.


Lo sé la mañana siguiente mientras lucho con los cachorros en la calle.
No sé cómo Gray logró hacer que se viera tan fácil esta mañana.
Caminamos por toda la cuadra con ellos antes de que él fuera a trabajar.
Pensé que podría hacerlo sola antes de ir a comer con mi hermano pero han
pasado veinte minutos y aún no vamos ni por la media cuadra.
–Esta bien, vamos chicos, - suspiro, empezando el proceso de medio
perseguir, medio arrastrarlos hacia el apartamento.
A este paso, llegaré tarde a verme con Niall. Aunque probablemente aún
este en el Gimnasio King. Es un boxeador y pasa la mayoría de sus días
entrenando.
Niall y yo siempre hemos sido cercanos. Teniamos que serlo, creciendo
con un papá como el nuestro. Él siempre ha sido uno de mis amigos más
cercanos y protectores más feroces. Quizá es por eso que se volvió un
boxeador.
Mi teléfono suena y veo que es un mensaje de Niall.
NIALL: El entrenamiento terminó tarde hoy. Ahorita estoy por ir a las
duchas. ¿Te veo en veinte?
Nora: Perfecto. Aún estoy tratando de hacer que los perros regresen
al apartamento.
Niall: ¿Qué perros?
Nora: Es una larga historia.
Niall: Puedo adivinar.
Nora: No, no puedes.
Niall: Te conozco mejor que nadie, hermanita.
Nora: No-oh.
Niall: Te ofreciste de voluntaria en el refugio de animales para
tratar de distraerte de cómo te hace sentir Gray y terminaste
adoptando un perro.
Nora: Nop.
Niall: ¿Qué parte está mal:
Nora: Adopté dos perros.
Niall: Te veo en veinte, hermana.

A VECES ODIO lo bien que Niall me conoce.


Niall ha sabido lo que siento por Gray desde antes de que yo supiera.
Claro, Gray y yo hemos sido mejores amigos desde el jardín de nichos, pero
a lo largo de los años, se volvió mucha más que sólo mi amigo.
Es cierto que sólo me ofrecí de voluntaria en el refugio de animales para
salir más de la casa. Estaba pasando demasiado tiempo con Gray y sólo era
cuestión de tiempo para que le dijera que lo amo como mucho más que un
amigo.
Aunque adoptar a los cachorros puede que haya sido un error, porque
viéndolos acurrucados en el fuerte pecho de Gray casi hace que mis ovarios
exploten anoche. Sin mencionar que hemos pasaremos más tiempo juntos
cuando empiecen las clases de entrenamiento para los cachorros.
Estoy jodida.
Gray es el único hombre con el que he fantaseado, el único además de
mi hermano que he amado.
Él es todo para mí.
Por lo que no puedo arriesgarme y decirle lo que siento.
Niall me ha estado motivando a decirselo por años, pero ha insistido
más desde que nos mudamos a Pittsburgh. Sé que sólo quiere que sea feliz.
Siempre le ha agradado Gray. Sabe que Gray haría lo que fuera por mí, que
me ha estado protegiendo y manteniéndome segura por años. Creo que es
por eso que Niall se sintió lo suficientemente cómodo para irse después de
graduarse de la secundaria. Sabía que Gray no dejaría que nada malo me
pasara.
Me apresuro a llevar los cachorros arriba y al apartamento,
encerrándolos en el baño con sus juguetes nuevos, comida y un tazón de
agua. Tengo diez minutos para llegar al otro lado de la ciudad al Gimnasio
King así que tomo mi bolso, teléfono, y llaves y salgo a la calle.
Tengo un poco de trabajo que hacer esta noche pero sé que Gray saldrá
con Ender, Banks, y Ames después del trabajo así que tendré el apartamento
para mí sola.
Trabajo para una firma de tecnología grande en el centro pero hago la
mayoría de mi trabajo desde la casa y puedo manejar mis horas como quiera
la mayoría de las veces. Siempre que entregue mi trabajo a tiempo, no dicen
nada y me siguen pagando muy bien.
Para cuando me detengo frente al Gimnasio King, mi hermano ya me
está esperando, su cabello aún mojado por su ducha. Me estaciono junto a la
acera, saludando a Beck, uno de sus compañeros de ejercicios, mientras
camina hacia su auto.
–Hola, hermana, - dice Niall cuando se desliza en el asiento del
pasajero.
–Hola, ¿cómo estuvo el entrenamiento?
Niall me dice sobre su entrenamiento con Beck y sobre la siguente pelea
que tendrá pronto mientras conducimos hacia nuestra cafeteria favorita.
–¿Ya le dijiste? - pregunta Niall tan pronto nos sentamos en nuestra
butaca de siempre junto a la pared trasera.
–¿Decirle qué a quién? - pregunto, haciéndome la tonta.
Niall gruñe, tomando el menú aunque ambos sabemos lo que ordenará.
Estos almuerzos semanales son sus comidas trampa de la semana, así que
pedirá dos emparedados de queso, sopa de tomate, una ensalada Cesar, y
una Coca-Cola. Luego se robará uno de los palitos de mozzarella y una
bocado de mi pie como postre. Muevo mi bolso del camino, sabiendo que
su comida tomará la mitad de la mesa.
–¿Qué pedirán? - pregunta nuestra mesera, Everly.
Siempre nos atiende ella ya que siempre nos sentamos en su sección y
es una de las razones por las que amo éste lugar. Niall empieza a sonrojarse
y contengo una sonrisa.
Sí, está enamorado de ella.
–Lo de siempre, Everly, por favor, - digo, fingiendo que pongo el menú
entre el dispensador de servilletas y la pared.
–Igual yo, - gruñe mi hermano y quiero quejarme.
Niall siempre ha estado tanto en superar nuestra infancia y luego en
tener éxito en el boxeo. Nunca muestra interes en las mujeres. No hasta que
conoció a Everly.
Desafortunadamente para él, su falta de experiencia con el sexo opuesto
significa que no sabe cómo coquetear.
–Claro, enseguida, - dice Everly con una sonrisa cansada y se voltea
para regresar a la cocina.
Niall frunce el ceño mientras la vemos irse.
Me pregunto qué es mejor. Sólo poder ver a la persona en la que estás
interesando una vez a la semana, o verlos todo el tiempo y no poder estar
con ellos de la forma en que quieres.
–Entonces, háblame de los cachorros, - dice Niall, finalmente dándome
su atención y sonrío, forzando mis pensamientos lejos de la persona que los
monopoliza.
Por una hora, trato de enfocarme en Niall y nuestra conversación pero
como siempre, pienso en Gray. Cuando Everly nos deja nuestra cuenta y
discuto con Niall sobre a quién le toca pagar, no puedo evitar preguntarme
qué está haciendo Gray en este momento.
TRES

Capítulo Tres

Gray

ES martes por la noche y eso significa tacos. Paso por el lugar favorito de
Nora camino a casa y pido una docena, más tortillas, salda, queso, y
guacamole extra. Nora siempre pide guacamole extra aunque terminará
comiendo tres tacos y luego comiendose las tortillas fritas y el queso.
No puedo evitar pensar en lo que Rooney dijo hoy. Me pregunto qué
haría si alguien alguna vez coqueteaba con Nora o si ella encontraba novio.
Sé que estaba molesto porque las cosas no están yendo bien entre Sayler y
él, que se estaba desquitando conmigo, pero eso no quiere decir que sus
palabras no sean ciertas.
No podría soportar verla con alguien más. Incluso sólo pensando hace
que mis dedos aprieten el volante tan fuerta que truena.
No sé qué hacer. ¿Le digo lo que siento arriesgándome a perderla? ¿O
sigo como siempre y al menos continua en mi vida como mi mejor amiga?
Todavía no tengo una respuesta cuando llego al complejo de
apartamentos, se me ha terminado el tiempo.
Nora está afuera tratando de controlar a los cachorros en los escalones
cuando me estaciono y me apresuro a ayudarla.
–¿Qué tal si cambiamos? - le ofrezco mientras le paso la bolsa de tacos.
Moose y Marley deben oler la comida porque practicamente me halan
por las escaleras detrás de Nora.
–Ya comieron, - me dice cuando empieza a desempacar los tacos y les
quito las correas, viendo como corren hacia ella.
–No estoy seguro de que el entrenamiento para cachorros haya
funcionado, - bromeo y ella sonrie, pasándome un plato.
–Sí, es raro cómo una clase no les enseñó nada, - dice sarcasticamente y
me rio, bajando a Moose cuando trata de olfatear mi plato.
Decido poner a los perros en la caja mientras comemos y Nora hace
margaritas. Se quejan cuando los dejo en su pequeño corral así que me
agacho, acariciando a ambos hasta que se acuestan.
Nora ha servido las margaritas en dos copas para cuando regreso y tomo
la mía, siguiéndola a la sala.
–¿Qué veremos hoy? - le pregunto mientras llevamos nuestros platos y
copas hacia el sofá.
–¿Outlander? - pregunta Nora con esperanza y aunque realmente no me
interesa el programa, sé que es uno de sus favoritos.
–Claro, - digo, buscándola y empezando el programa.
Nora sonrie cuando los créditos de apertura empiezan a rolar,
sentandose de piernas cruzadas en el sofá y equilibrando el plato en su
regazo. Me recuesto en el sofá, viéndola a ella más que a la television.
Recién empezamos este programa, así que todavía estamos en los
primeros episodios. Sabía que se suponía que sería un poco picante pero
nada hasta el momento me había preparado para el episodio siete.
Nora y yo no hablamos mientras vemos a Claire y Jamie en su noche de
bodas. Puedo ver que el rostro de Nora está acalorado y me mira
disimuladamente de vez en cuando mientras los dos actores lo hacen en la
pantalla.
La habitación está llena de tensión sexual y aunque aun tengo hambre,
no me atrevo a tomar mi último taco.
Cuando Nora se lame los labios, su respiración es más rápida, su pecho
sube y baja rapidamente, no puedo evitarlo. Dejo salir un gruñido, tosiendo
de inmediato para tratar de esconderlo.
–¿Muy candente, no? - pregunta Nora, tratando de cambiar la energía
que ha cubierto la habitación.
Me obligo a bajar mi erección antes de que Nora la vea. Por suerte, mi
plato está cubriendo la mayoría.
–Sí, creo que estre programa puede ser interesante después de todo, -
bromeo y ella se rie, pero puedo ver que todavía está algo incómoda por
verlo juntos.
Me pregunto si puede sentir lo mucho que la deseo. Me pregunto si
puede ver lo mucho que quiero hacerle todo lo que Jamie le hizo a Claire, y
mucho más.
Los perros lloran y el hechizo se rompe.
–Los llevaré a caminar, - digo, saltando del sofá y corriendo a la
habitación para sacarlos.
–¿Quieres que te ayude? - se ofrece Nora pero me niego.
–Nah, yo me encargo.
Ella asiento, dejando su plato a un lado y tomando su laptop, y me voy
con Moose y Marley. Bajamos las escaleras y empezamos nuestra vuelta
por la cuadra cuando mi teléfono suena en mi bolsillo. Lo saco, dudando
cuando veo el nombre de mi hermano en la pantalla.
No somos los más cercanos. No desde que me dejo solo nuestro padre.
Parte de mi sabe que él tenía que irse, que su pago del ejercito era lo único
que mantenía un techo sobre mi cabeza y comida en la mesa, pero es difícil
no estar enojado con el, sin importar lo irracional que es.
–Hola, ¿qué tal? - pregunto tan pronto como contesto.
–Hola, Gray, - dice y suena cansado, como si tuviera cien años en lugar
de veintinueve.
–¿Ya volviste al pais? - le pregunto.
El es un soldado de caballería y ha estado desplegado por los últimos
meses. Me gusta pensar que es por eso que sólo hemos hablado un par de
veces en los últimos seis meses.
–No, pero estoy en camino. Tengo noticias, - comienza y por el tono de
su voz sé que no me va a gustar.
–¿Sí? - pregunto nervioso.
–Es papa, Gray, - suspira Jasper.
–¿Qué hay con él? - pregunto, todos los músculos de mi cuerpo tensos.
Ni siquiera me doy cuenta que me he detenido en la acera hasta que
alguien choca conmigo y me muevo, recostándome contra un edificio.
–Murió, - dice Jasper, y se siente como si el mundo se cayera debajo de
mis pies.
–¿Qué? - pregunto y puedo escuchar a mi hermano hablando, pero es
cómo si de repente estuviera en un túnel.
–... así que el funeral será éste fin de semana. Estoy camino a casa para
organizarlo. No creí que quisieras estar ahí para la planeación, - me dice.
Tiene razón. No tengo interés de ir a casa, pero definitivamente no
quiero planear el funeral de ese monstruo.
–Puedo hacerlo si me necesitas, - me ofrezco, rezando porque no lo
acepte.
–No, Gray. Está bien, yo puedo encargarme de eso.
De repente, me doy cuenta que el rencor que le he tenido a Jasper por
irse realmente es injusto. Nunca hubiera podido proveer para nosotros si se
hubiera quedado a trabajar en Rosewood. Hubiéramos tenido que mudarnos
a otro lugar donde todos pudieramos encontrar trabajo, y nunca hubiera
dejado a Nora.
Quizá lo sabe. Quizá estaba tratando de ayudarme a quedarme con Nora
y apoyarnos. Quizá era la única opción.
–Gracias, Jasp. Déjame saber si necesitas algo antes de este fin de
semana.
–Lo haré. ¿Quieres que pague por tu boleto?
–No, puede que Nora quiera ir conmigo, así que compraré mi boleto.
Pero gracias.
Se aclara la garganta y ambos nos quedamos en el teléfono.
–Te veré y a Nora éste fin de semana, - dice finalmente y asiento aunque
no pueda verme.
–Nos vemos.
Los perros estan enredados en las correas y me agacho, liberándolos y
dando vuelta para regresar al edificio.
–¡Justo a tiempo! Acabo de terminar mi trabajo, - dice Nora cuando
entro, dejando a Moose y Marley libre de sus correas.
–¿Quieres ver otro episodio o…? - no termina cuando ve mi expresión y
está en el sofá y frente a mi en un instante. – ¿Qué sucede?
–Mi hermano llamo.
–Oh, Dios. ¿Jasper está bien? - pregunta con preocupación en sus ojos.
–Sí, está camino a casa. A Rosewood.
–¿Entonces qué sucede?
–Mi padre murió. El funeral es éste fin de semana, - digo y ella
reacciona a las noticias igual que yo.
Su cuerpo se trenza, sus brazos apretando mi cintura cuando me abraza.
–Tengo que volver a Rosewood para el funeral.
Ella reacciona, asintiendo firmemente.
–Yo también iré.
Esto, por esto es que la amo. Ella siempre ha estado y siempre estará ahí
para mí. Nora es leal, inteligente, graciosa, y protectora. Ni siguiera me
sorprende que volverá a Rosewood conmigo. Aunque ambos odiamos el
lugar.
Nora me abraza más fuerte y la envuelvo en mis brazos, descansando mi
cabeza sobre la de ella. Es entonces, mientras nos abrazamos, que me doy
cuenta que no puedo arriesgar esta relación. Necesito a Nora. No podría
sobrevivir un día sin ella en mi vida, así que tendré que aceptar que seamos
solo amigos.
Pero sé que es una mentira. La idea de que sólo seamos amigos para
siempre me hace sentir que otra parte de mi alma se muere.
Es hora de ser un hombre.
CUATRO

Capítulo Cuatro

Nora

–¿ESTÁS seguro que quieres que vaya también? - pregunta mi hermano


por milésima vez.
–Estoy segura. Sé que tienes una pelea pronto y necesitas entrenar. Sólo
estaremos ahí dos días de todos modos.
–Si estás segura, - dice Niall pero no suena feliz al respecto.
Sé que sólo está quiere protegerme como un hermano mayor. Él sabe
cómo me siento sobre Rosewood y quiere estar ahí en caso que algo salga
mal.
–Estoy segura. Gray estará ahi junto a su hermano, Jasper. Estaremos
bien.
Niall se relaja un poco y se recuesta en su lado de la butaca. Estamos en
nuestro almuerzo semanal pero debo irme pronto para que Gray y yo
podamos salir hacia el aeropuerto.
–¿Estás segura que no quieres que cuide a Moose y Marley? - pregunta
Niall cuando Everly se acerca con la cuenta.
–Sí, Gray dijo que Rooney y Harvey del trabajo los cuidarán. Pero
gracias.
–¿Necesitan algo más? - pregunta Everly y en espero en silencio a que
mi hermano diga algo encantador.
–No, estamos bien.
Contengo un suspiro, volteando mis ojos y tomando mi bolso. Es mi
turno de pagar y me apresuro a dejar efectivo en la mesa antes que Niall me
gane.
–Mejor me voy. Gray me está esperando.
–Déjame saber cuando aterricen. Y si necesitas algo mientras estés ahí, -
dice Niall dándome una mirada antes de darme un abrazo.
–Lo haré.
Nos separamos en el estacionamiento y me dirijo a mi auto. Niall vive a
unas calles y lo veo caminar hasta que da vuelta en la esquina.
Trato de no bostezar cuando enciendo mi auto y me dirijo a casa. He
estado ocupada toda la semana, tratando de adelantar trabajo ya que no
podré hacer nada éste fin de semana. El estrés de volver a casa me está
pasando factura. La idea de encontrarme con mi padre mientras estoy de
regreso me ha causado pesadillas toda la semana y sé que es por eso que
Niall me ha estado preguntando si estoy segura que no quiero que el vaya a
casa conmigo.
–¿Lista? - pregunta Gray, su voz y rostro sombrío cuando saca su maleta
de su habitación.
–Sí, ya empaqué. Sólo debo tomar mi maleta.
Gray asiente y lo veo caminar a la entrada. Estoy volviendo por el
funeral para apoyarlo, pero no estoy segura de si estoy haciendo un buen
trabajo hasta ahora. Ha estado distante y aislado toda la semana y he tratado
de acercarme pero parece que ninguno puede quitarse esa sensación de
perdición que viene con pensar en Rosewood.
El viaje al aestropuerto y la mayoría del vuelo la pasamos en un silencio
tenso. Trato de preguntarle sobre su hermano y los planes del funero pero
no parece saber mucho. Cuando aterrizamos, Gray toma nuestras cosas y lo
sigo hasta el escritorio del arrendador de autos.
Es pasada la medianoche y sé que ambos sólo queremos llegar al hotel y
dormir. Aún así, conducir por las calles de Rosewood es casi surreal.
La última vez que estuvimos en el pueblo, estabamos empacando
nuestras cosas en el viejo Honda de Gray y escapando del pueblo. Mi papá
había estado en otra escapada y usamos su inconsciencia para nuestra
ventaja. No hay forma de que hubieramos podido salir de ahí sin una
confrontación si él hubiera estado sobrio.
El padre de Gray habia vuelto a desaparecer. Le gustaba tomar el dinero
que Jasper enviaba a casa e irse por unos días. Lo gastaba en alcohol,
drogas, mujeres, y Dios sabe qué más. Siempre volvía después de unos días
y se dormía hasta recuperarse de lo que sea que consumiera.
Nos detenemos en el estacionamiento del hotel y volteo para ver a
Jasper ahí. Está viendo al otro lado de la calle a una mujer de cabello
oscuro. Entrecierro los ojos, tratando de ver si la recuerdo de cuando estaba
pequeña.
–¿Esa no es Evangeline? - le pregunto a Gray y voltea a ver.
–Sí, a Jasper siempre le gustó ella.
–¿Crees que hará algo ahora que volvió a casa? - le pregunto cuando
Gray apaga el auto.
–Quizá.
Salimos del auto, llamando la atención de Jasper, y cuando voltea no
puedo evitar mi sorpresa.
–¿Qué rayos? -gruñe Gray, marchando los últimos metros hasta su
hermano. – ¿Estás herido?
–Sí, - dice Jasper, su mano frotando la parte trasera de su cuello.
Su otro brazo, desde el hombro hasta la muñeca, está envuelto en un
tipo de vendaje. Hay cicatrices en su cuello y unas cuentas en el lado de su
rostro, y me pregunto qué pasó.
–Mi unidad que atacada en nuestra última misión. Iba a decirte pero
luego recibi la llamada sobre papá.
–¿Y decidiste mejor sólo mostrármelo cuando te viera? - pregunta Gray
y puedo ver que está molesto.
–Sólo nos alegra que estés bien, - digo, posando mi mano en el brazo de
Gray. – Es bueno verte de nuevo, Jasper. Lamento tu pérdida.
Esas últimas palabras no son sinceras y sé que nadie piensa que la
muerte de Rod Mackelroy sea una verdadera pérdida.
–Gracias, Nora. Es bueno verte también. ¿Ya hicieron el registro?
–Aún no. Vamos a entrar ahora.
Jasper asiente, siguiendo a Gray cuando entramos a la recepción del
hotel. Dejo que Gray haga el ingreso mientras me pongo al día con Jasper.
–¿Necesitas que haga algo para mañana? - le pregunto, cuidando que
Gray no escuche.
–No, ya hice todos los preparativos. No espero que sea un gran funeral.
Rod no era exactamente un pilar de la comunidad.
–Empieza a las diez, ¿verdad?
–Sí, luego pensé que podríamos almorzar en algún lugar del centro.
Tengo que revisar la casa y limpiarla.
–¿Estás seguro que deberías estar haciendo eso? - pregunto, señalando
su lado herido.
–Estaré bien.
–¿Cuándo volverás al ejercito? - pregunta Gray cuando se une a
nosotros.
–No lo haré. Fui dado de baja por salud.
–Entonces, ¿qué harás?
–Pensé en quedarme en Rosewood por un tiempo. Necesito limpiar la
casa y encargarme de otras cosas.
–¿Y luego qué? - pregunta Gray frunciendo el ceño.
–Honestamente, no lo sé. Pero creo que me gustaría tratar de
averiguarlo.
Mi mente vuelve a la forma en que estaba viendo a Evangeline, y me
pregunto si tiene otras razones para querer quedarse en Rosewood.
–Estamos en el cuarto piso, - me dice Gray y asiento.
–Yo estoy en el tercero, - dice Jasper y presiona el botón del elevador. –
Habitación 314, por si necesitan algo.
Gray sólo asiente, y me recuesto contra él, mis ojos empezando a
cerrarse.
–Nos vemos en la mañana, - dice Jasper cuando sale y ambos asentimos
somnolientos.
–¿Lista para ir a la cama? - pregunta Gray cuando abre la puerta de su
habitación.
–Oh, sí, - digo, dirigiéndome a la cama. – ¿Sólo una?
–¿Qué? - pregunta Gray cuando se llega de dejar nuestro equipaje en el
vestidor.
–Sólo hay una cama.
–Se suponía que fueran dos, - suspira y puedo ver que está exhausto.
–Está bien. No es como si no hubieramos compartido antes, - digo con
una sonrisa.
Gray murmura algo pero no logro escucharlo, estoy demasiado cansada.
Paso a su lado, tomando mis pijamas de mi maleta y entrando al baño. Me
lavo el rostro, dientes, y cambio antes de salir a la habitación.
Gray pasa a mi lado y me acuesto, escuchando el agua en el baño. Estoy
dormida antes de que vuelva a la habitación.
CINCO

Capítulo Cinco

Gray

NINGÚN FUNERAL ES un evento feliz pero el de mi padre es


especialmente deprimente.
Sólo somos Nora, Jasper, y yo en las banquillas cuando el padre
empieza el sermón. Todos estamos vestidos de negro, las vendas blancas de
Jasper resaltando demasiado.
Es incómodo en la pequeña iglesia mientras el padre habla sobre cómo
el mio está en un lugar mejor y caminando con Jesús. No sé cómo decirle
que no hay forma de que mi padre entrara al cielo.
Es un ataúd abierto y me sorprendo cuando veo a mi papa por primera
vez en cinco años. Se veía más pequeño y delgado de lo que recuerdo. Las
drogas y el alcohol realmente lo habían envejecido en los últimos años.
Debo admitir, fue extraño ver al monstruo de mi infancia verse tan, pues,
humano.
Nora sostiene mi mano, sus pequeños dedos envuelven con fuerza los
míos. No hemos hablado de la forma en que nos acurrucamos anoche. No
estaba sorprendido cuando me desperté ésta mañana envuelto en ella. No
había forma en que me resistiera a sus suaves curvas en la misma cama por
toda la noche.
Sé que Rosewood no tiene muchas buenas memorias para ninguno de
nosotros y significa mucho para mí que Nora estuviera dispuesta a venir
para apoyarme. Conducir por la ciudad anoche había sido extraño.
No mucho había cambiado en realidad. La calle principal sigue teniendo
las mismas tiendas, la cafeteria en la Cuarta Calle sigue siendo el lugar
popular para los chicos de secundaria, y sigo sin querer nada que ver con él.
Nora aprieta mi mano y salgo de mis pensamientos. El funeral ha
acabado y es hora de ir al entierro. Jasper vino con nosotros ésta mañana asi
que entra al asiento trasero del auto y conducimos por la cuadra, siguiendo
al coche funebre.
Pasamos por un vivero nuevo, las flores floreciendo en muchos
diferentes colores y me sorprende ver a Evangeline moviendo unas macetas.
Cuando veo por el retrovisor, veo que Jasper también la ha visto.
Ninguno de nosotros pensó en llevar flores y su lápida se ve desnuda al
lado de las más grandes al lado. El padre dice una oración rápida y luego
vemos en silencio cuando es bajado al suelo.
Nora se reclina a mi lado y puedo ver que me está viendo, preocupación
nublando sus ojos.
–Estoy bien. Lo prometo, - le susurro y asiente, tomando mi mano en la
suya una vez más.
–¿Quieres un minuto? - pregunta Jasper, señalando al ataúd en el suelo y
sacudo la cabeza.
–¿Y tú?
–No.
Y así, el funeral ha terminado.
Mi padre está muerto y debería sentir algo, pero todo lo que siento es
alivio. Nunca tuvimos una verdadera relación, no hemos hablados en cinco
años, e incluso antes, apenas hablabamos de algo que no fuera si Jasper
había enviado el dinero mensual para el alquiler y la comida.
–Tengo que pasar por la casa. Ver qué tan mal está, - dice Jasper
quitándose la corbata.
–Iremos contigo, pero quizá deberíamos cambiarnos primero, - sugiere
Nora y Jasper asiente, viendo la lápida una última vez antes de darse la
vuelta y alejarse.
Lo seguiremos y traigo a Nora a mi lado.
–Gracias, - susurro y ella asiente, apretando mi mano.
–Cuando quieras.
Entramos al auto alquilado y conducimos por el pueblo hasta el hotel.
Sigue igual de muerto que anoche.
–¿Nos vemos aquí en veinte minutos? - pregunta Jasper cuando
llegamos a su piso.
–Suena bien.
Él se baja y continuamos hasta nuestro piso en silencio.
–¿Quieres tomar un baño o algo? - le pregunto a Nora y ella niega con
la cabeza.
–No, sólo necesito quitarme ésta ropa.
Trato de no pensar en la imágen de ayudarla a hacerlo. No puedo dejar
de pensar en lo suave que se veía anoche, cómo había gemidos cuando la
traje hacia mí. Se había sentido bien en mis brazos y ahora no sé cómo
podré volver a dormir solo.
–Yo también, - digo, quitándome el saco y colgándolo. – Te dejaré usar
el baño primero.
–Gracias.
Nora se dirige al baño con ropa más casual bajo su brazo y yo colapso
en la cama. Todavía huele a Nora y respiro hondo, dejando que mis ojos se
cierren.
Mi teléfono suena y lo saco para ver que Rooney ha enviado otra foto
de Moose y Marley. Ha estado haciendo esto cada hora y ha llamado para
probarnos que siguen con vida. Creo que estaba nervioso por cuidarlos pero
no sabía de nadie de pudiera cuidarlos tan bien como Rooney.
–¿Ésto está bien? - pregunta Nora, saliendo con unos pantalones y una
camisa rosada sencilla.
–Sí, te ves bien, - digo honestamente, entonces, porque puedo sentir la
tensión sexual empezar a crecer en la habitación, le muestro mi teléfono. –
Rooney dice que los niños están bien.
Nora se rie, sonriendo cuando toma el teléfono de mi mano. Lo dejo con
ella, caminando al baño para cambiarme de ropa.
–¿Dónde quieres ir a almorzar? Jasper mando un mensaje para
preguntar, - dice Nora por la puerta y trato de pensar en restaurantes en el
pueblo.
–Vamos a Wendy’s o algo, - sugiero.
Tengo el presentimiento de que ni Nora ni yo queremos encontrarnos
con alguien del pueblo así que comida rápida parece la mejor opción.
–Suena bien, - dice y me pongo la camisa.
Camino de regreso a la habitación. Tenemos una noche más para dormir
aquí ya que no estaba seguro con qué necesitaría ayuda Jasper. Me pregunto
si podemos terminar todo ésta tarde o si puedo mover nuestros vuelos.
No estoy seguro de poder contener la tentación de dormir junto a Nora
de nuevo.
–¿Listo para irnos?
Sus pantalones se amoldan a sus muslos y trasero y trato de ver a
cualquier otro lugar cuando caminamos hacia el elevador.
Realmmente debemos ir a casa ésta noche. Sé que no podré resistirme a
Nora de nuevo.
Si soy honesto conmigo, no creo que quiera.
Me he estado conteniendo de Nora por decadas y estoy empezando a
falsear. No estoy seguro de cuánto más podre ocultar lo mucho que la amo.
SEIS

Capítulo Seis

Nora

ESTACIONARNOS AFUERA de la casa Mackelroy es abrumador. Nadie


se mueve cuando Gray detiene el auto y puedo ver que ninguno de los
hermanos quiere entrar.
Sus casa no está muy lejos de la vieja casa y no puedo evitar voltear y
ver por la calle. Casi puedo ver la intimidante casa de dos pisos en la
esquina. Mis ojos se quedan en el lugar, la grama perfectamente cortada, las
nítidas camas de flores. Mi padre se preocupa mucho por las apariencias,
pero sé que si alguien entra puede ver la alfombra gastada, el papel tapíz
anticuado, los platos quebrados.
–No, Nora. Respira profundo, - dice Gray, tomando mi mano y haciendo
que deje de ver mi antigua casa. – No iremos ahí. No dejaré que él te haga
daño, - susurra y respiro profundo, tratando de calmar mi agitado corazón.
–Terminemos con ésto, - dice Jasper, saliendo del auto y regreso mi
atención a donde estamos.
–¿Listo? - le pregunto a Gray.
–Sí, - dice él, estudiando mi rostro.
Puedo ver que está preocupado por mí, así que fuerzo una sonrisa. Se
supone que estoy aquí para apoyarlo, no al revés.
Salgo del auto y sigo a Jasper hasta la entrada. El pórtico se está
hundiendo un poco y Gray toma mi brazo, ayudándome a equilibrarme
mientras nos apresuramos a entrar.
–Tendremos que arreglar eso si queremos vender éste lugar, - murmura
Jasper, viendo el lugar.
No hay mucho. Estoy segura que Rod ha vendido o empeñado todo lo
de valor. Gray está congelado en el sitio, su agarre firme en mi codo y
quiero decirle que ya no estoy en peligro de caerme por el suelo pero se
siente como si se estuviera anclando así que guardo silencio.
–¿Por dónde deberíamos empezar? - pregunta Gray, viendo a su
hermano.
–No creo que haya mucho qué hacer. Estaba esperando algo mucho peor
pero no queda mucho. Tendre que contratar un equipo o algo para las
reparaciones y luego podemos anunciar el lugar.
–¿Quieren ver alrededor? ¿Ver si hay algo que quieran? - pregunto y
ambos niegan con la cabeza de inmediato.
–No he necesitado nada de aquí por los últimos cincos años así que
puedo vivir sin eso ahora. Sólo vámonos, - dice Gray y asiento, dejando que
me ayude por el pórtico y hacia el auto.
Todos entramos y conducimos por las calles casi vacías. Puedo ver que
los hermanos están molestos, que todo ésto ha sido más difícil para ellos de
lo que admitirán y cuando pasamos por mi antigua casa, lo entiendo.
Este pueblo no guarda buenos recuerdos para ninguno de nosotros. Es
por eso que estabamos tan desesperados por escapar cuando éramos más
jóvenes.
–¿Puedes detenerte aquí? - pregunta Jasper desde el asiento trasero y
Gray asiente, girando hacia el estacionamiento del vivero.
–¿Harás jardinería? - pregunta Gray a secas y Jasper sólo voltea los
ojos.
–Tendremos que arreglar la fachada para poder vender la casa. Sólo
quiero ver si hacen paisajismo. Ya vuelvo.
–¿Crees que conseguirá su número? - pregunto mientras vemos a Jasper
acercarse a Evangeline donde se encuentra agachada junto a unas plantas.
–De ninguna forma. No sabe cómo hacerlo.
Sonrío, pensando en mi propio hermano y su falta de habilidades con
Everly.
–Quizá es hereditario, - murmuro.
–¿Qué significa eso? - pregunta Gray y hago una mueca.
–Me refiero a mí. Niall también es malo con las chicas.
–¿Tratas de salir con alguien? - pregunta Gray y no puedo evitar pensar
en el tono que escucho en sus palabras.
-Quizá.
–¿Con quién? - demanda, su ceño fruncido cuando me ve.
Me encojo de hombros, volteando a ver a Jasper y Evangeline.
–¿No quieres sentar cabeza con alguien? - pregunto.
Mantengo mi vista lejos de él. No estoy segura de poder lidiar con su
respuesta y no quiero que me vea molesta si dice que está interesado en
alguien.
–Claro.
–¿Alguien en particular? - presiono.
Se siente como si mi corazón estuviera en un precipicio y muerdo mi
labio mientras espero su respuesta.
–Quizá, - dice y sé que sólo lo dice porque yo lo hice pero aún así duele.
–¿Alguien que yo conozca?
–Quizá.
Mi mente se apresura a pensar en todas las mujeres elegibles que
conozco. ¿Será Cat? ¿O quizá alguien del trabajo?
Jasper regresa al auto y conducimos hasta el hotel en silencio.
–¿A qué hora se van mañana? - pregunta Jasper.
–Las ocho, - dice Gray.
Puedo que me está viendo desde el reflejo en las puertas del elevador y
trato de no movereme. Me está viendo como si fuera un acertijo y no está
seguro de cómo resolverme.
–¿Quieres ir a cenar ésta noche? - le pregunto a Jasper cuando nos
detenemos en su piso.
–Tengo que hacer una llamadas y luego tengo una cita con el doctor en
el siguiente pueblo en dos horas. Pero fue bueno verlos a los dos.
–Igualmente, - digo, abrazando a Jasper y moviéndome para que los
hermanos puedan hablar.
–Hablaremos pronto. Déjame saber si necesitas ayuda con la casa o con
algo más. Déjame saber cómo va la cita con el doctor, - dice Gray, su voz
llena de emoción.
Sé que hoy ha sido difícil para él. Volver aquí es difícil para los dos,
pero sé que también está luchando con sus sentimientos hacia su hermano.
Necesitarán una conversación honesta pronto, pero hoy no parece ser el día
para eso.
–Lo haré. No vemos, chicos.
Con eso, las puertas del elevador se cierran y seguimos hasta nuestro
piso, saliendo y caminando a nuestra habitación en silencio.
–Tomaré una ducha. ¿A menos que quieras ir primero? - pregunto,
volteando a ver a Gray de pie justo detrás de mí.
–Yo… - se detiene, sus ojos posándose en mis labios y quedándose ahí.
No puedo evitarlo. Lamo mis labios repentinamente secos, mis ojos en
él. ¿Puede sentir ésto entre nosotros? ¿Puede ver cuánto lo deseo, lo mucho
que siempre lo he deseado?
Nuestras cabezas comienzan a acercarse y mi respiración se acelera.
Puedo sentir su aliento cálido en mi rosto y mi cuerpo entero está a la
espera.
Al fín. Por fín, me ve. Él también me quiere.
–Dejaré que vayas primero, - dice, su voz ronca.
Puedo sentir mi rostro en llamas y tomo lo primero que mis dedos tocan
antes de voltear y correr al baño.
Me encierro adentro, llena de verguenza y dejo caer mi cabeza contra la
puerta.
Mierda, soy una idiota.
SIETE

Capítulo Siete

Gray

DIOS, soy un idiota.


He estado pensando lo mismo una y otra vez desde que casi beso a Nora
en nuestra habitación del hote.
Las cosas han sido un poco incómodas desde esa noche y sé que es
porque no pude controlarme. Casi arruino todo porque no pude contenerme.
Estamos de regreso en Pittsburgh ahora y las cosas han estado un poco
difíciles pero espero que ambos podamos olvidarlo pronto. Rooney y
Harnos nos sorprendieron al ir a la clase de entrenamiento de cachorros en
nuestro lugar pero no creo que haya ayudado. Anoche aún estaban tan locos
como siempre. Pero termino siendo una buena distracción, por una vez, no
me molestó que trataran de lamerme la cara.
Jasper me envió un mensaje para decir que su cita con el doctor había
ido bien y que olvidó decirme que habían unas flores en el funeral de parte
de Ender, Banks, Ames, Maxine, Rooney y Harvey. Es bueno saber que
enviaron algo, así que no me molesto en decirles que el funeral fue un
chiste y definitivamente más como un deber.
–Hola, - gruñe Ender cuando llega al estudio la mañana siguiente.
De todas las personas en Eye Candy Ink, probablemente yo sea más
cercano a Ender. Comenzamos el mismo día, nuestras estaciones estan junto
a la otra, y siempre ha sido una buena caja de sonido. Es casi veinte años
mayor que yo y algunos días deseo tener a alguien como él como mi
verdadero padre.
–Ey, gracias por las flores, - digo cuando termino lo último de los
tatuajes que estaré haciendo hoy.
–Claro. Fue idea de Maxine, - dice y sonrío.
Tiene sentido.
–Aún así. Gracias.
Él asiente, reclinandose en el marco de mi puerta y volteo hacia él.
–¿Todo bien? ¿Me perdí de algo aquí?
–No, no realmente. Sólo quería asegurarme que estuvieras bien. Estás
raro. Lamento tu pérdida. ¿Eran cercanos? - pregunta y no puedo contener
la risa.
–No, para nada. Era un imbécil alcohólico al que le gustaba golpearnos
cuando estaba borrado, lo que sucedía practicamente todas las noches.
Mis palabras salen ácidas y veo que Harvey y Rooney se han detenido
en la puerta y me ven con ojos abiertos.
Ender no parece nada sorprendido por mis palabras y me pregunto si
sospechaba algo.
Entonces Banks llega al estudio, también deteniéndose en mi puerta.
–Hola, Gray. Bienvenido, - dice distraído y asiiento. - Lamento tu
pérdida, amigo.
–No parece que fuera una gran pérdida, - dice Rooney, el enojo claro en
su voz y veo a Harvey codearlo.
–No lo fue, - le prometo.
–¿Al menos fue agradable ver a tu hermano? - pregunta Harvey y me
encojo de hombros.
–Tenemos una relación algo complicada.
–¿Alguno de ustedes está trabajando? - pregunta Mischa cuando aparece
detrás de todos. –Gray, ey, escuché lo de tu papá. Lo lamento.
Sé que sólo está siendo amable pero si vuelvo a escuchar esas palabras
hoy, voy a gritar.
–No fue una pérdida, - decimos Rooney y yo al mismo tiempo y Mischa
frunce el ceño.
–Ya veo. Aún así, es bueno tenerte de vuelta.
–¿Qué haces aquí, papá? - pregunta Rooney y Mischa le sonríe.
–Vine a invitar a todos a la reunión del domingo. Se nos acaba de
ocurrir que hemos estado dejando de lado a la mitad de ustedes, así que los
espero a todos en casa de Zeke éste domingo.
–Nora y yo tenemos el entrenamiento de los cachorros en la mañana.
–¡Vengan después! Trae a los perros y a tu chica.
–No es su chica, - dice Rooney, un brillo diabólico en sus ojos y lo
volteo a ver.
–También podemos ayudar con eso, - dice Mischa y estoy seguro que no
puedo tener a Nora cerca de estos chicos. Si si quiero mantener nuestra
amistad intacta.
Mischa y Rooney regresan al pasillo y suspiro.
–¿Salimos a beber hoy? - sugiere Banks. –Podemos ir a Se7en.
–Yo voy, - dice Ender de inmediato y sé exactamente por qué el
veterano de guerra que odia los ruidos fuertes y las multitudes está
emocionado por ir al club.
Cat.
–Sí, yo también, - digo.
–Yo también, - dice Harvey y Banks asiente, regresando a su estación
con Harvey detrás de él.
–¿Algo más paso en el viaje? - pregunta Ender, curiosidad en sus
oscuros ojos verdes.
–¿Como qué?
–¿Como que quizá le confesaste a Nora que estás enamorado de ella y
no puedes vivir sin ella?
–¿Realmente quieres hacer esto? ¿Debería decirle a todos por qué te
gusta tanto ir a Se7en?
Él se cruza de brazos y contengo una maldición.
–No, está bien. Nada pasó, pero casi la beso.
–Debiste hacerlo.
–Hubiera arruinado todo.
–No. Realmente no, - dice antes de voltearse y dirigirse a su estación.
Pienso en sus palabras todo el día y para cuando estamos cerrando en la
noche, todavía me pregunto si quizá tiene razón.
Estoy por volverme loco y tengo que hacer algo. O le digo cómo me
siento o pretengo que estoy feliz por ella cuando por fín traiga a alguien a
quién le guste.
Mis manos se vuelven puños cuando pienso en cómo habíamos hablado
de sentar cabeza y cómo había dicho que tenía a alguien en mente.
–Gray.
Levanto la mirada y veo a Niall caminar hacia mí en la oscura calle.
–¿Qué haces aquí, Niall? ¿Buscas algo de tinta? - le pregunto al
hermano de Nora y sacude la cabeza.
–No, al menos no hoy.
He hecho todos los tatuajes de Niall. De hecho fue una de las primeras
personas que me dejo trabajar en él. Sabía que yo necesitaba la práctica y
me dejó usarlo como mi conejillo de indias.
–¿Qué puedo hacer por tí entonces? - le pregunto mientras Ender cierra
el estudio detrás de mí.
Harvey y Rooney ya están juzgando cerca de su auto y me pregunto qué
podría necesitar Niall.
–¿Cuándo vas a decirle a Nora lo que sientes por ella? Pensé que algo
podría pasar cuando fueron a Rosewood, - admite y mi estómago se
estremece.
–¿No se supone que los hermanos deben alejar a los chicos de sus
hermanas? - trato de bromear y él suspira.
–No contigo.
–¿Por qué no?
–Porque… Porque eres la única otra persona en el planeta que ama a
Nora tanto como yo. Sé que estará segura contigo.
No tengo una respuesta para eso. Tiene razón, soy la única persona que
la ama tanto como él, cuando de forma diferente.
–Deja de perder tiempo. Vas a lamentarlo algún día.
Con eso, Niall continúa por la calle oscura, desapareciendo en la
esquina.
–¿Estás bien? - pregunta Ender y me olvidé que siquiera estaba ahí.
–Sí, estoy bien. ¿Vienes conmigo?
–Sí.
Cruzamos la calle en silencio. Harvey, Rooney, y Banks ya están en sus
autos, así que Ender y yo nos apresuramos al mio.
–¿Por fin le vas a decir? Parece una señal que incluso su hermano quiere
que lo hagas, - señala Ender mientras conducimos hasta Se7en.
–¿También vas a insistir, amigo? - me quejo y se encoge de hombros.
–¿Invitarás a Cat a salir ésta noche? - le pregunto y se vuelve a encoger
de hombros.
Suspiro mientras me estaciono y nos cruzamos la calle hacia el club.
Seguimos a Rooney y Harvey cuando entran sin problema y hacia el bar.
Ender me pasa una cerveza y agradezco con un gruñido que estoy seguro
que no puede escuchar sobre la música.
–Vamos, - dice Banks y los sigo hasta una butaca al otro lado.
–¿Quieres hablar de algo? - me pregunta Harvey cuando me siento y
niego con la cabeza.
–Está bien, pero estamos aquí por si lo necesitas.
Le sonrío agradecido. No he tenido muchas relaciones cercanas en mi
vida. Nora es la más cercana por mucho pero es bueno saber que éstos
chicos están para mí.
–¿Nora y tú compartieron la habitación de hotel? - pregunta Rooney,
moviendo sus oscuras cejas en mi dirección.
–Sip.
Casi se ahoga con su cerveza y sonrío.
–Sólo dormimos.
–Amigo, ¿qué te pasa?
Me rio, tomando otro trago de mi cerveza.
–Se acobardó, - dice Ender y lo golpeo. – Es la verdad.
–Sí, lo sé.
–¿Por qué no se lo dijiste? Le gustas, amigo, - dice Banks.
Mi corazón se acelera pero qué sabe Banks de chicas. Es el más soltero
de todos nosotros.
–Ella ha sido mi familia desde que éramos niños. No puedo arruinar
eso. No siquiera quiero arriesgarlo.
–Pero si ella siente lo mismo… - empieza Harvey.

–SI LLEGARA a casa y ella me diera una señal, entonces lo haría. Pero no
lo ha hecho, así que no me arriesgaré.
Nadie parece feliz con esa respuesta, ni siquiera yo, ¿pero qué puedo
hacer?
Veo a Cat en el segundo piso y se la señalo a Ender pero claro, él ya la
ha visto. Ella desaparece en su oficina y Ender se voltea para estudiarme un
momento antes de tomar una decisión.
–Ya regreso, - dice y veo asombrado que se dirige a las escaleras y ve a
los porteros que inmediatamente se quitan de su camino. Sube las escaleras
y lo veo dirigirse a la oficina de Cat.
Si él puede ir detrás de quien ama, quizá yo pueda hacer lo mismo.
OCHO

Capítulo Ocho

Nora

GRAY HA ESTADO ACTUANDO raro toda la semana. Primero, pensé


que era porque seguía molesto por el funeral de su padre y volver a casa.
Pero conforme avanzo la semana, eso dejo de parecer posible.
Lo encontraba viéndome, o a mis labios para ser exactos, cuando él
pensó que yo no estaba viendo. Cuando salimos a desayunar un día, miró
mal a cualquier chico que se me acercara.
Si no supiera más, diría que está actuando como un novio celoso.
Ya quisiera.
No he podido dejar de pensar en el beso que casi nos dimos desde que
regresamos de Rosewood. Siento que deberíamos hablar de eso, pero me
acobardo cada vez que trato de mencionarlo.
Estamos en el entrenamiento de los cachorros, tratando de acorralar a
Moose y Marley. Ambos están mejorando lentamente. Ahora podemos
caminar con ellos con correas sin mucho problema y están entrenados para
hacer del baño. Aún muerden todo, pero nos aseguraron que dejarían de
hacerlo conforme crecieran. Nos hemos llenado de juguetes para que ya no
sigan mordiendo los zapatos de Gray..
–Muy bien, clase. Ahora vamos a trabajar en órdenes, - dice nuestro
instructor y Gray y yo nos alineamos con los demás.
Moose y Marley están ocupados oliendo el suelo y tratando de hacer
amigos con el pastor alemán al lado de nosotros.
–Lindo perro.
–Gracias. El tuyo también. ¿Qué edad tiene?
–Cuatro meses. ¿Qué hay del tuyo?
–Tres meses.
–Soy Nate, por cierto.
–Nora, - digo, dando mi mano, sólo para que Gray gruña detrás de mí.
Volteo para verlo fulminando a Nate con la mirada y le doy una propia,
pero me ignora y continua viéndolo. Parte de mí ama que está tratando de
ahuyentar a los chicos. Tiene que significar que le gusto, ¿verdad? Aunque
probablemente sólo piensa que Nate es suficientemente bueno para mí.
El instructor capta nuestra atención de nuevo y volteo para ver a dos
chicos confundidos al lado mío y me enfoco en hacer que Marley se siente.
–¿Tenemos que ir por algo para la reunión? - pregunto cuando nos
dirigimos al auto al final de la clase.
–¿Estás segura que quieres ir? - pregunta Gray mientras lucha para que
Moose entre al asiento trasero.
Moose inmediatamente se mueve sobre la consola y pone su trasero en
el asiento del conductor. Me rio cuando Gray se queda viéndolo.
–Sí, estoy segura. Maxine, Cat, Sayler, y Coraline estarán ahí y me perdí
la noche de chicas de la semana pasada. Quiero verlas.
–Está bien, vamos. Rooney me envió un mensaje diciendo que
deberíamos llevar a los cachorros. Dijo que extraña a sus sobrinos.
Me río por eso, deslizando en el asiento del pasajero y riéndome cuando
Moose y Marley saltan a mi regazo. Pronto serán demasiado grandes para
hacer ésto pero por ahora no me molesta.
La casa de Zeke está a unas calles de la Calle Principal y nos detenemos
enfrente al mismo tiempo que Ender. Él lleva un ramo de flores y volteo
hacia Gray cuando salimos del auto.
–Pensé que dijiste que no debíamos traer nada.
–Así es. Ender sólo lo hace porque quiere ser parte de ésta familia algún
día.
Ender le saca el dedo a Gray, pasándome el ramo de flores y le paso la
correa de Marley a Gray para tomarlas.
–¿Para mí?
–Sí.
–Gracias, Ender, - digo, respirando el dulce aroma floral.
–Sí, - dice Gray lentamente, viendo sospechoso a su amigo.
Ender sólo le sonríe a Gray y pienso que debe ser la primera vez que
veo al hombre sonreír. Gray mencionó que había pasado por mucho en el
extranjero y todavía estaba trabajando en unas cosas. Parece que trabajar en
Eye Candy Ink con los chicos le está ayudando.
–¡Entren! - grita Rooney desde el pórtico y ambos perros se vuelven
locos tratando de ir con él.
Gray toma la correa de Marley de mi mano para que no tenga que tratar
de sostenerla a ella y las flores. Lo sigo por las escaleras hasta adentro. Cat,
Maxine, y Sayler me están esperando justo al abrir la puerta y Ender les
pasa a cada una un ramo de flores. Sonrío cuando veo que Cat tiene el más
grande.
–Bienvenida, - dice Maxine. – Déjame presentarte a todos.
Gray está ocupado hablando con Rooney y Ender mientras lucha para
que ambos perros estén quietos. Me voltea a ver, asegurándose que estoy
bien y sonrío, asintiendo ligeramente mientras sigo a las chicas al patio
trasero.
–Ésta es mi mamá, Trixie, y mi papá, Zeke, - dice Maxine, empezando
las introducciones.
Hago lo que puedo para aprenderme los nombres conforme avanzamos
por el patio, conociendo a todos los tíos y tías. Cuando conozco a Indie y
Mischa, sé de inmediato que son los padres de Rooney y no es porque se
parezcas, aunque lo hacen. Tienen la misma energía caótica que su hijo y
me agradan de inmediato.
Atlas y Darcy son más relajados y tranquilos, como su hijo Harvey, y
Nico y Edie me recuerdan a Banks con su energía casual.
–¿Vendrá Coraline? - pregunto cuando tomamos asiento junto a Cat y
Sayler.
–Está trabajando. Su jefe es un adicto al trabajo, - dice Cay y veo a sus
padres reir.
–Max es su jefe, - me dice Sayler y asiento, entendiendo el chiste.
Mis ojos se mueven hacia Ender y me pregunto si Max y Sam saben
cómo se siente por su hija. Ender le trajo flores a todas las mujeres y puedo
ver que está tratando de causar una buena impresión en Sam y el resto de la
familia. Debe ir en serio con Cat.
–Aquí tienes, - dice Gray pasandome una mimosa.
–Gracias, - digo y él asiente antes de agacharse a dejar libres a los
perros para que puedan explorar el patio.
Rooney los sigue, con dos pelotas y otros juguetes para perros en sus
manos, y Gray gruñe antes de ir con él.
Yo sonrío, tomando un trago de mi bebida. Es más fuerte de lo que
pensé que sería pero el jugo de naranja es refrescante así que tomo otro
sorbo.
–¿Cómo van las cosas entre ustedes? - pregunta Sayler y tomo más de la
mimosa.
Maxine y Cat se rien.
–Oh, ¿así de bien? - bromea Cat y río.
–Todo sigue igual.
–Eso apesta, - gruñe Sayler y me río.
Pienso que el alcohol ya me está afectando y volteo para buscar algo de
comer.
–¡La comida estará lista pronto! - llama Zeke y voltea a ver a Rooney,
Harvey, Ender, Banks, y Gray en el patio, bebiendo y jugando con los
cachorros.
–¿Cómo van las cosas con Rooney? - le pregunto a Sayler, tratando de
cambiar la conversación.
–Bien, muy bien de hecho.
–¿Dónde te llevo para la primera cita? - pregunto y ella empieza a
contarnos la historia.
Rooney ha estado enamorado de Sayler desde que la conoció en el
camión de comida de Coraline. Ella finalmente accedió a salir con él y
tuvieron su segunda cita hace unas noches.
–Fue en un restaurante en una casa del árbol ¡y fue tan genial! La
comida también estuvo muy bien, - dice Sayler ensoñada.
–No sabía que había algo como eso por aquí, - dice Maxine, tomando un
trago de su mimosa.
–Yo tampoco. Pero Rooney lo encontró de alguna forma.
Indie se une a nosotras, pasandonos otra ronda de mimosas y me tomo
lo último de la mía antes de tomar la segunda.
–¿Qué harás sobre Gray? - pregunta Maxine y voltea a ver a los chicos
que siguen jugando en el patio.
–No tengo idea, - admito con un suspiro. – No quiero arriesgar nuestra
amistad.
–Él también te quiere. Todos pueden verlo, - dice Cat y noto que sus
propios ojos se dirigen hacia Ender.
–Pero sis todos puedes ver lo que yo siento por él, él probablemente
también lo hace, y ya que no ha hecho nada al respecto, entonces creo que
tengo mi respuesta, - desvarío.
Cat, Sayler, y Maxine me ven con una expresión en blanco, asi que me
termino el resto de mi segunda mimosa.
–¿Tal vez él no puede verlo? - sugiere Maxine. – Él también podría
tener miedo de perderte.
–Sí, deberías hacer algo para darle un empujón y hacer que admita sus
sentimientos, - dice Sayler, emocionándose con la idea.
Creo que el alcohol realmente me está afectando porque de repente su
idea no suena tan mal.
–Entonces, ¿se supone que lo seduzca? - pregunto y alguien me pasa
otra mimosa.
–¡Sí! - dicen Cat y Sayler y puedo ver que también están algo tomadas.
–¡La comida está lista! - llama Zeke y me levanto, tambaleándose un
poco mientras sigo a los demás a tomar un plato.
Pienso en sus palabras, riendo y tomando unas mimosas más mientras
disfruto pasar el tiempo con mis amigas. Gray viene a ver si estoy lista para
irnos a las cuatro y para entonces, esto borracha.
Nos despedimos y dejo que Gray me ayude hasta el auto. Moose y
Marley ya están adentro y me rio cuando saltan sobre mí.
–Déjame ponerte el cinturón, - dice Gray, riéndose por mi estado de
inebración.
Los perros lamen su cara y parece divertido. Gray se va antes de que
pueda hacerlo yo misma y nos lleva a casa.
–Deberíamos sacarlos a caminar antes de subir. También puedes tomar
algo de aire fresco.
–Está bien, - dice cuando me ayuda a salir del asiento del pasajero.
Tomo la correa de Marley y empezamos a caminar por la acera. Me
tropiezo un par de veces al dar la vuelta a la cuadra y Gray me sostiene
cuando nos detenemos frente a nuestro edificio.
–Esas mimosas estaban fuertes, - digo con una risilla y Gray me sonríe.
–Puedo verlo.
Los veo a los ojos y me maravillo por la forma en que su mirada me
hacer arder más de lo que el licor alguna vez me ha hecho sentir.
–Cuidado, - dice Gray y noto que Moose y Marley han enredado sus
correas alrededor de nosotros como en los 101 Dalmatas.
Lo encuentro gracioso y no puedo parar de reír.
–Vamos arriba, - dice Gray tratando de desenredarlos.
Rozo mis labios contra su mejilla cuando se agacha a desenredar las
correas de nuestras piernas.
–Te amo, - suspiro en su oído y noto que el cuerpo de Gray se congela
pero estoy demasiado borracha para preocuparme.
Gray no dice nada cuando nos desenreda y suspiro feliz cuando toma mi
mano y me lleva arriba.
NUEVE

Capítulo Nueve

Gray

NORA GRUÑE cuando entra a la cocina la mañana siguiente. Yo sonrío,


viendo su cabello despeinado y pijamas arrugadas.
–Buenos días, - digo contento y ella me gruñe cuando toma asiento en el
mesón de la cocina y descansa su cabeza en sus brazos.
–Hice panqueques, - trato de nuevo y ella extiende una mano.
Le paso uno y veo comerlo lentamente.
–No volveré a tomar.
–Sí, sí. Lo he escuchado antes.
–Esta vez hablo en serio.
–Seguro que sí. Aquí tienes, - digo y le paso otro panqueque.
Marley y Moose están sentados a mis pies y parto un panqueque en la
mitad, lanzándoselos.
–Tengo que trabajar mañana en la noche así que tendré que perderme el
martes de tacos, pero estaba pensando en que podemos hacerlo hoy.
–Claro, - dice Nora, tragando el último bocado de su panqueque.
–O, pensé que podíamos hacer algo mejor. Quizá más romántico.
Nora levanta la cabeza rápido y me estudia.
–Eh, claro.
No es exactamente la reacción que estaba esperando pero quizá todavía
tiene resaca. Tuve la genial idea de invitarla a salir después de que anoche
me dijera que me amaba. No es exactamente claro si se refería a como más
que un amigo así que pensé en invitarla a salir pero ser algo vago al
respecto. Para probar las aguas.
–Tengo que ir a trabajar. Hazme saber si necesitas algo, - digo, dando
vuelta en el mesón y dándole un beso en la cabeza.
Lo he hecho cientos de veces en los últimos veinte años así que debería
sentirse natural pero ambos nos tensamos ante el contacto.
Salgo hacia el trabajo pero apenas puedo concentrarme durante el día.
Siento que mi vida está en un precipicio. Esta noche puede salir bien y
puedo tener mi feliz para siempre. O sale terriblemente mal y pierdo todo lo
que me importa.
Mi turno termina a las cinco. Usualmente tengo los lunes libres a menos
que unos de mis clientes insista. Sólo tenía que venir por una pieza en la
espalda hoy. Tomó la mayoría del día pero salío muy bien.
Nora está en casa trabajando cuando entro por la puerta y parece
sorprendida de verme. Eso significa que se perdió en su trabajo y perdió la
noción del tiempo. Mi sueño de una cita romántica parece menos posible
con cada segundo.
–Hola, ¿tienes hambre? - le pregunto y se muerde el labio.
–Sí, pero ocupo una hora y media más aquí. ¿Podemos sólo sacar a
caminar a los perros y ordenar tacos del lugar de la esquina?
–Claro, - le digo cuando me dirijo a mi habitación a tomar una ducha y
cambiarme.
Está terminando el trabajo cuando salgo y le pongo las correas a Moose
y Marley mientras Nora se pone sus zapatos.
–¿Cómo estuvo tu día? - pregunta y le cuento sobre la pieza que hice
hoy mientras caminamos con los perros hacia el puesto de tacos.
–¿Qué hay de tí? - pregunto cuando los perros se detienen a olfatear
algo.
–Me puse al día con el proyecto de programación para ese cliente de
microgestión.
–¿Entonces ya terminaste el trabajo?
–Sí, al menos eso espero. Ha sido un dolor de cabeza.
Ella me cuenta sobre un proyecto emocionante que tiene pronto y
aunque apenas entiendo el lenguaje de tecnología, se siente bien sentarse y
escucharla hablar sobre algo que ama tanto.
–¿Quieres que detenga a los perros o que vaya por la comida?
–Comida, - dice, tomando la correa de Moose.
Me rio y entro, pidiendo lo de siempre. El sun está empezando a
ocultarse cuando regresasmos y volvemos a casa. Nos turnamos con las
correas y los tacos y me rio cuando veo a Nora tratar de comer queso y
caminar a Marley al mismo tiempo.
Nos tomamos nuestro tiempo caminando a casa, ambos disfrutando del
otro y el clima cálido. La comida se ha terminado para cuando llegamos a
casa y tomo la mano de Nora.
–Esto estuvo bien.
–Sí, lo estuvo, - dice Nora con una sonrisa.
Ella aprieta mi mano y sonrío. Esto. Si pudiera tener ésto todos los días
por el resto de mi vida entonces podría morir como un hombre feliz.
Mi corazón está latiendo tan rápido que se siente como si todos los que
pasan deberían poder escucharlo. Es ahora o nunca. O hago algo ahora o
debo dejar que éste amor, ésta obsesión, ir y estar bien con sólo ser amigos.
Nos detengo lentamente, trayendo a Nora de la mano hasta que se voltea
hacia mí. Ella me mira y sus ojos brillan con el sol. Es lo más hermoso que
alguna vez he visto en mi vida y sé que es ahora o nunca.
–Nora, - susurro y veo que se le corta la respiración cuando me acerco a
ella.
Ella se lame los labios, justo como lo hizo en la habitación del hotel
después del funeral la noche que casi nos besamos. Mi corazón comienza a
acelerarse mientras cada celular de mi cuerpo me pide que me acerque más.
Los cachorros están ocupados olfateando un árbol y me acerco más,
inclinándome hasta que nuestros labios están a corta distancia. Los ojos de
Nora se cierran y corto la distancia restante, mis labios tocando los de ella
por primera vez.
Son tan suaves contra los míos y gimo, besándola más firmemente.
Nuestros labios unen como si estuvieran hechos para hacerlo y pongo mi
mano libre en su cintura, pegándola a mi cuerpo.
La mano de Nora está enredada en mi cabello, acercándome a ella como
si yo fuera a alejarme y lamo sus labios. Ella los abre de inmediato y no
pierdo tiempo en deslizar mi lengua y explorar cada centimetro de su boca.
Su lengua se enreda con la mía en un baile erótica y ambos nos
acercamos más hasta que estamos pegados al otro. Me pregunto si puede
sentir lo duro que estoy, mi erección pegada a su estómago. O quizá puede
sentir la intensidad que sale de mí.
Los perros empiezan a ladrar pero apenas entra en mi subconsciente
mientras continuo besando a Nora. No es hasta que halan la correa,
persiguiendo una ardilla que el encanto se rompe.
Entonces nos separamos, ambos con los ojos muy abiertos y respirando
fuerte mientras tratamos de controlar a los perros y a nuestros corazones.
–Por fin, joder, - dice Nora y no puedo evitar reir.
Ella también se rie cuando la halo a ella y los cachorros por las
escaleras hasta nuestro apartamento.
DIEZ

Capitulo Diez

Nora

GRAY CIERRA la puerta de una patada detrás de nosotros, sosteniéndome


contra la madera y se lame los labios, sus ojos azules oscureciéndose
mientras ve cada uno de mis movimientos. Los cachorros están felices de
estar de regreso en casa y desaparecen en su corral donde empiezan a jugar
con sus juguetes, el constante chillido haciendome reir.
Veo su sonrisa y deslizo mis manos en su pecho. Pronto, ambos nos
hemos olvidado de los cachorro y estamos perdidos en el otro de nuevo.
Amo la forma en que me mira, incluso después de todos estos años. Como
si fuera lo más importante en su mundo.
Me pongo de puntillas, mis labios casi sobre los suyos y él entiende. Sus
labios chocan contra los míos y ambos gemimos. Gray toma un paso hacia
mí, atrapándome contra la puerta con su cuerpo firme y gimo, amando la
sensación de su cuerpo presionado contra el mío.
–Mierda, Nora, - respira Gray contra mi boca y gimo.
Gray mueve su brazy y se quita su camisa en un movimiento fluido y
mis ojos devoran cada centimetro de su piel expuesta. Sus tatuajes están a la
vista y paso mis dedos encima de ellos. No suelo ver los que están en su
torso y no quiero perder la oportunidad.
Los tatuajes suben por sus brazos y alrededor de su pecho. Sé que tiene
unos en su espalda también y unos corriendo por el lado izquierdo de sus
costillas. No sé hacia dónde mirar primero pero entonces sus dedos caen en
el botón de sus pantalones y me olvido totalmente de sus tatuajes.
Se desabotono los pantalones y baja la cremallera antes de dejarlos caer
por sus muslos y quitarlos del camino. Sus boxers están pegados a sus
muslos, la parte de enfrente muestra su impresionante erección.
Mi boca se hace agua con la visto y lo veo a los ojos. Es como si
finalmente estuvieramos en la misma página porque ambos empezamos a
remover mi ropa y es como si no pudiera desnudarme más rápido.
Las manos de Gray caen en mis caderas y salto, envolviendo mis
piernas en su cintura. Su grueso miembro se frota contra mis labios y trato
de recordar cuándo se quitó los boxers. Cuando su pene se mueve contra mi
clítoris, mi mente se queda en blanco.
–Estás perforado, - respiro cuando siento una barra de metal corriendo
justo debajo de la cabeza del pene que frota contra mí.
–Sí, - dice Gray, sus mejillas also sonrojadas. – Escuché… que se
supone que sea muy bueno para la mujer.
–Oh, - digo en medio de un gemido mientras me carga.
Su pene se frota contra mí de la forma más exhilarante mientras me
carga por el pasillo pero sé que necesito decirle algo antes de que la
diversión comience.
–Eh, yo nunca he… - comienzo cuando me lleva a la habitación.
–Lo sé. Yo tampoco, - admite y le sonrío cuando me deja en la cama.
Quiero decirle que he esperado por él, pero entonces su boca está en mi
cuello, sus dedos en mi cabello y guardo silencio, sólo queriendo sentirlo.
Tener las manos y boca de Gray sobre mí se siente como un sueño. He
querido esto por tanto tiempo que parte de mí espera despertar sola en la
cama.
Mis dedos se enredan en su cabello oscuro mientras chupa y muerde mi
cuello. Su miembro sigue entre mis piernas y nos movemos juntos. No está
penetrandome, solo deslizandose contra mis labios y volviéndome loca.
Se mueve más abajo, sus labios acariciando el contorno de mi pecho
hasta que sus labios capturan uno de mis pezones. Él chupa el pezón con su
boca, su lengua jugando con él hasta que mi espalda se arquea en la cama.
Su boca es tan cálida, su lengua jugando moviendo el pezón de arriba a
abajo. Pronto mis caderas se levantan, tratando de frotarme contra él, para
llevarlo dentro de mí dónde ardo por él, mientras sigue jugando con mis
pechos.
Él se mueve al otro mientras baja la mano y no puedo contenerme más.
–Necesito más, - digo medio sollozando y él se apiada de mí, bajando
por mi cuerpo hasta que su rostro está encima de mi chorreante coño.
Sus dedos me abren y su lengua lame sobre mi centro.
–¡Gray! - grito cuando chupa mi clítoris, moviendo su lengua encima
hasta que veo estrellas.
El continúa lamiendo mi centro, su lengua moviéndose en mi entrada,
entrando un poco, jugando conmigo antes de centrarse en mi clítoris,
chupando con su boca de nuevo.
No pensé que fuera posible, pero tener a Gray entre mis piernas es
incluso mejor que todas las veces que fantasee con él.
No pasa mucho antes de que sienta una extraña presión dentro de mi,
que cresta como una ola y yo floto con la marea, chocando con las olas.
–Y-yo…
No termino de hablar antes de venirme en sus labios, mis piernas
envolviendo su cabeza con fuerza mientras disfruto del placer.
–Sabes muy bien, - dice Gray dejando un camino de besos en mi
cuerpo.
Él me besa y puedo sentir mi sabor en sus labios. Es erótico y me tiene
lista para otro orgasmo.
–¿Estás lista? - pregunta Gray y asiento, tratando de calmar mis nervios
cuando alínea su miembro como mi entrada y lentamente empieza a
empujar dentro de mí.
Él se inclina, besándome, y trato de enfocarme en eso en lugar del ligero
dolor mientras él entra completamente.
Gray se aleja, su ceño fruncido mientras respira rápido como si sintiera
dolor, y me congelo.
–¿Estás bien? - pregunto, preocupada.
–Es sólo que nunca he sentido algo tan jodidamente bueno antes.
Mierda, Nora. Eres lo mejor que he sentido en mi vida.
Él empieza a moverse y ambos gruñimos. Puedo sentir su piercing
frotando contra mi pared frontal y gimo, tratando de mover mis caderas
para poderlo sentir más.
Mis piernas se envuelven en su cintura, queriéndolo más profundo
dentro de mí. Cuando la base de su miembro frota contra mi clítoris, jadeo,
mis uñas hundiéndose en sus hombros. Eso parece incentivarlo porque
empieza a moverse.
–Se siente tan bien, - chillo, mi espalda arqueándose en la cama
mientras él me embiste.
Gray gruñe, sus dedos hundiéndose en mis caderas mientras me
penetras, perdiendo todo el control que tenía.
Cambia el ángulo y grito de éxtasis cuando golpea un lugar secreto
dentro de mí. Su piercing frota contra ese lugar y me vuelvo loca,
viniéndome en su pene mientras sigue sobre mí.
–Mierda, Nora, mierda, - dice Gray entre dientes, ojos cerrados con
fuerza cuando llega a su clímax y gimo cuando sigue moviéndose dentro de
mí.
Ambos sonreímos cuando él sale lentamente y cae a mi lado. Dejo salir
una risa, mis ojos cerrándose cuando él me lleva a sus brazos.
Él besa mi hombro, su rostro acurrucándose en mi nuca y puedo sentir
que me estoy quedando dormida. Sueño con Gray y yo en el futuro y
cuando despierto, es con una sonrisa en mi rostro.
ONCE

Capítulo Once

Gray

CUANDO DESPIERTO la mañana siguiente con Nora encima de mí,


pienso que quizá morí y fuí al cielo. Su cabello está en mi cara y lo muevo
con delicadeza. Cuando siento el olor de su piel, no logro contenerme más.
La beso en el hombro, el cuello, en su pulso y Nora gruñe dormida, sus
caderas empezando a moverse encima de mí.
Puedo sentir lo húmeda que está mientras se frota contra mí pero sé que
debe estar adolorida después de anoche asi que pongo una mano entre
nosotros, mis dedos encontrando su clítoris y aplicando presión.
–Gray, sí… no te detengas, - gime ella.
Como si pudiera hacerlo.
Gruño, deslizando dos dedos dentro de ella y moviéndolos para
encontrar ese lugar que la vuelve loca. Ella presiona hacia abajo, frotando la
base de la palma de mi mano y su aliento empieza a salir en jadeos
entrecortados.
Mi pene está en llamas y tenerla moviéndose sobre mí no ayuda, así que
le doy vuelta gentilmente en el colchón, aún moviendo mis dedos dentro de
ella y me agacho para besar un camino desde su cuello hasta sus firmes
pechos.
Su cabeza cae hacia atrás, su boca abierta en un grito silencioso y
muerdo so pezón cuando ella llega a su límite. Mi pulgar circula su clítoris,
tratando de prolongar su placer tanto como pueda.
Acurruco mi rostro en su cuello cuando empieza a despertarse por
completo y me levanto para verla a los ojos.
–Hola, - susurra y sonrío con gentileza.
–Hola.
–¿Anoche realmente pasó? - murmura Nora y me congelo,
preguntándome si se arrepiente.
–Sí, ocurrío, - murmuro de vuelta.
–Y ésta mañana… ¿no fue un sueño?
–Nop.
–Hmm, - dice cuando sus dedos envuelven mi grueso miembro y gruño,
mis ojos volteando a la parte de atrás de mi cabeza.
Nora se ríe, el sonido como el llamado de una sirena cuando me
posiciona en mi espalda y lame el cuello.
–Nora, - gimo, su nombre es la única palabra en mi cabeza cuando sus
labios envuelven la punta. –No tienes que hacer esto.
Ella sólo me toma más profundo en su boca y me callo, dejando que
haga lo que quiera conmigo.
Todavía estoy afectado por lo de antes y no me toma mucho sentir el
cosquilleo en la base de mi espalda.
–Mierda… me voy a venir, - le advierta y ella chupa mi pene una vez
más antes de deslizarse sobre mi cuerpo.
–Quiero estar arriba, - dice con voz ronca moviéndo sus caderas y
dejandome entrar a su cuerpo.
–Oh, sí, mierda, - siséo cuando baja sobre mi.
Está tan apretada, tan jodidamente mojada, que juro que veo estrellas.
Tengo que apreetar los dientes para evitar terminar dentro de ella en el
segundo que esta totalmente sentada.
–Tan grande, - gime, gieando sus caderas y yo traato de pensar en
matemáticas y estadísticas de beisbol. Lo que sea menos en lo que me está
haciendo.
Sus uñas se hunden en mi pecho cuando empieza a moverse y no puedo
evitar verla.
Es hermosa.
Su cabello castaño está desordenado alrededor de su cara y hombros,
sus mejillas sonrojadas, su boca ligeramente abierta mientras se mueve. Sus
ojos nublados y llenos de tanta lujuría que casi me quema.
Ella mueve sus caderas, subiendo y bajando en mi miembro con un
ritmo estable pero me inclino hacia ella, tomando uno de sus pezones en mi
boca, y ella empieza a falsear. Puedo ver que ella también está cerca y doy
las malditas gracias porque yo también.
Dos embestidas más y ella cae del precipicio, su coño apretándome y
llevándome con ella.
–Mierda, - dice contra mi hombro y asiento, sin aliento para formar
palabras.
–¡Mierda! - dice, mas fuerte esta vez y frunzo el ceño cuando salta de la
cama y corre al baño.
–Eh, ¿está todo bien? - llamo, empezando a seguirla y ella murmura
algo que no logro escuchar.
–¡Olvidé mi reunión! ¡Llegaré tarde!
Volteo y me dirijo a la cocina, la idea de tener sexo en el baño con ella
desapareciendo cuando empiezo a hacer el desayuno.
Ella entra a la cocina unos minutos después, parte de su cabello sexo.
Lleva su falda y blazer negra del trabajo, su camisa aún desabotonada y le
paso un bagel que hice para ella y una bolsa de nueces.
–Gracias, - dice, besando mi mejilla y corriendo por la puerta.
–¡Nos vemor en la noche! - llama y se despide al salir.
Sonrío y como mi propio desayuno antes de alistarme para el día.
Basicamente llego saltando al trabajo una hora después y eso llama la
atención de todos de inmediato pero no puedo molestarme por la sonrisa
traviesa de Rooney.
–Así que, finalmente le dijiste a Nora entonces, - dice Ender tan pronto
me ve.
–¿Qué me delató?
–El hecho de que tu cara parece que está por partirse en dos por la
sonrisa.
Me río por eso y Ender sonríe.
–Estoy feliz por sí. Entonces, ¿cómo la invitaste a salir? - pregunta.
–¿Buscas consejos, Ender? - pregunta Rooney uniéndose a nosotros.
–No de tí, - dice Ender y se cruza de brazos antes de reclinarse en el
marco de la puerta.
–Bien, sólo para que sepas, nadie le pide a la gente que vayan de novios
ahora.
Ender sonríe y me río pero de repente sus palabras me golpean y mi
estómago se desploma.
La verdad es que realmente no la invité a salir. Quiero decir, lo hice,
¿pero ella lo sabe? Realmente no fuimos al restaurante romántico en el que
hice reservación. Comer tacos con los cachorros aún fue divertido, ¿pero es
obvio que fue una cita?
Tuvimos seño después pero incluso eso fue casual, especialmente ésta
mañana. ¿Ella sabe lo mucho que la quiero y siempre la he querido? ¿Ella
piensa que estoy es algo más como amigos con beneficios? ¿O que sólo
estaba desestresándome?
Mi buen humor se desvanece y trato de no entrar en pánico.
Esto se resuelve fácil. Sólo iré a casa ésta noche y confesaré todo.
Entonces podemos estar seguros de estar juntos.
–¡Aquí está el plan de hoy! - llama Maxine cuando ella y Ames entran
apurados al estudio.
Ella ríe, moviendo su mano y yo quiero eso.
Harvey tiene libre hoy así que Rooney pasa el tiempo con nosotros
cuando Ames desaparece en la oficina con Maxine. Estoy seguro que sólo
está tratando de alejarse de la habitación y cualquier sonido que pueda
escuchar ya que Maxine es basicamente su hermana.
–Tengo cuatro clientes hoy. Una costilla, dos en el pies, y terminar una
manga, - dice Rooney cuando le pasa el plan a Ender.
–Yo tengo dos piezas en el pecho y…
–Dos en la espalda baja, - dice Rooney riéndo maleficamente.
No es secreto que a Ender no le gusta tatuar esa zona. Me siento mal por
él cuando suspira y me pasa la hoja de papel.
–¿Tú qué tienes, Gray? - pregunta Ender y sonrío.
–Una media manga y una pieza en el pecho.
–Bastardo con suerte, - gruñe Ender cuando entra a su estación.
Sonrío detrás de él y me dirijo a mi estación para prepararme para el
día. Todo el día practico en mi mente lo que le diré a Nora cuando llegue a
casa ésta noche.
Ender está de muy mal humor cuando las dos chicas risueñas se van.
Sólo somos él y yo en el estudio ya que todos los demas han terminado y se
han ido.
–¿Así de mal? - pregunto y él gruñe.
Él revisa su teléfono mientras cerramos y cruzamos la calle hasta mi
auto. Usualmente Ender camina al trabajo ya que vive muy cerca pero ésta
vez se detiene junto a mi auto.
Está viendo su teléfono y lo veo con curiosidad.
–¿Todo bien? - pregunto.
–Nop. Necesito que me lleves.
–Claro, ¿adónde?
–La casa de Sayler.
Abre la puerta del pasajero con fuerza y me pregunto qué rayos está
pasando. El camino al apartamento de Sayler y Coraline está lleno de un
silencio tenso.
Me estaciono y Ender ya esta afuera del auto y camino a la entrada.
–Está bien, - murmuro, preguntándome si debería esperar aquí.
Lo pienso un momento antes de ir tras él.
Sólo llego a los primeros escalones antes de que mi teléfono suena y
veo el nombre de mi hermano en la pantalla.
–Hola, ¿todo está bien? - pregunto tan pronto la llamada se conecta.
–Sí, sí, estoy bien. Estaba revisando las cosas de la casa y, bueno,
deberíamos hablar de unas cosas. ¿Aún estás en el trabajo?
–No, estoy camino a casa.
–Bien, hablé con la agente de bienes raíces y cree que debemos arreglar
el lugar antes de venderlo. Bueno, primero preguntó si estaba seguro que no
quería quedármela ya que las bienes raíces son una buena inversión y ésta
en una buena zona de Rosewood. ¿Quieres la casa?
–Claro que no, - siséo y él se ríe.
–Sí, lo imaginé.
–¿Y tú?
–No. Pero creo que deberíamos desmantelar el lugar y volver a
construir. Puede que sea más barato ya que papá no cuidado nada y el techo
debe ser reemplazado junto a la mitad de la tubería.
Jasper suena exhausto y siento algo de culpa. He dejado a mi hermano
limpiando otro de los desastres de mi padre.
–Lo siento, Jasper, - susurro y la línea se queda en silencio.
–¿Por qué? - pregunta después de un momento y trago saliva.
–Por odiarte tanto los últimos siete años. Sé que sólo estabas haciendo
lo que creías correcto, lo que creíste que nos proveería y he sido un idiota.
Estaba tan enojado contigo por dejarme con él.
–No tenía opción. No si queríamos comer.
–Lo sé. Lo sé, pero aún así te culpé.
Nos quedamos en silencio ante esas palabras y respiro hondo.
–¿Siquieras querías unirte al ejército?
–Era un trabajo, - dijo después de un minuto y me siento peor.
Le he guardado rencor a mi hermano por años, culpándolo por dejarme
con nuestro padre, y aquí estaba él trabajando y luchando, haciendo un
trabajo que ni siquiera quería para proveer para mí.
–Lo siento, Jasper.
–Está bien. No es tu culpa. Sólo eras un niño.
–Tú también.
Nos quedamos en silencio mientras me recuesto al lado del edificio,
viendo a la calle.
–Puedo ir a casa y ayudarte con la casa.
–No tienes que hacerlo.
–Sí, tengo. No todo es tu problema, Jasper. Hablaré con mi jefe mañana
y veré cuándo puedo tomar tiempo libre.
–Gracias, Gray, - dice Jasper después de un minuto y puedo escuchar la
emoción en su voz.
Sólo puedo imaginar todo lo que ha pasado en los últimos años. No sé
cómo no me odia por la forma en que lo traté. Fuí tan malo y él sacrificó
todo para darme una vida mejor y más estable.
–Hablaremos pronto.
–Sí, dice y colgamos un momento después.
Me recuesto contra el edificio un minuto más, viendo al cielo estrellado.
La puerta del edificio se abre de golpe y levanto la vista a tiempo para ver a
Ender cargando a Cat sobre su hombro. Me pasa de lado, asintiendo en mi
dirección y le quita las llaves a Cat. Me río al verlos irse.
Olvidé que hoy era noche de chicas. Eso significa que Nora
probablement también está arriba. Por un segundo, pienso en ir a traerla
como lo hizo Ender, pero no quiero interrumpir su noche. Sé lo mucho que
espera salir con sus amigas todas las semanas. Parece que tendré que
esperar a mañana para hablar con ella.
Quizá es para mejor. No estoy en un buen lugar mental o emocional en
este momento.
Suspiro y camino a mi auto para ir a casa.
DOCE

Capítulo Doce

Nora

CREÍ que las cosas finalmente estaban pasando entre Gray y yo pero
después de anoche, no estoy tan segura. Fue noche de chicas y fui al
apartamento de Sayler y Coraline por gran parte de la noche.
Esperaba que Gray estuviera esperándome cuando llegara a casa, pero
estaba dormido en su propia cama. Me debatí en despertarlo pero estaba
muy borracha y sólo quería dormir. Pensé que tendríamos tiempo juntos
ésta mañana pero me quedé dormida y para cuando desperté, él ya se había
ido al trabajo.
Es extraño, como si nuestra burbuja ha explotado y ahora las dudas
empiezan a relucir.
¿Qué pasará ahora? ¿Estamos oficialmente juntos? ¿Por qué Gray no
ha dicho nada? ¿Fue algo de amigos con beneficios? ¿Se arrepiente?
Sé que Gray no es así. Él moriría antes que lastimarme, así que no se
tomaría esto a la ligera y no arriesgaría una amistad de decadas por una
noche juntos.
Aún así, tengo que hablar con él antes de que tenga más dudas.
Moose y Marley están ladrando y bailando por la entrada y sé que Gray
debe estar en casa asi que dejo mi laptop a un lado y me levanto.
–Hola, - digo cuando entra por la puerta.
–Hola, dice y se ve y suena exhausto.
–¿Qué pasa? - le pregunto, envolviéndolo en mis brazos.
–Ha sido un día muy largo y tengo un dolor de cabeza horrible. Tomaré
algo de Tylenol y tomaré una ducha.
–Está bien, ¿quieres que ordene una sopa o algo?
–Sí, gracias, - dice con una sonrisa cansada.
Lo veo entrar a su habitación y volteo para tomar mi teléfono y ordenar
comida. Entonces veo que tengo un mensaje de Cat. Le envié un mensaje
para ver cómo estuvo anoche después de que Ender fuera por ella, le
gruñera a Cat, la lanzara sobre su hombro y se fueran.

CAT: Sí, fue una locura, pero te prometo que estoy más que bien.
Nora: Estoy segura.
Cat: ¿Cómo están tú y tu querido?
Nora: No estoy segura.
Cat: ¡Sólo dile que estás enamorada de él!
Nora: Nos acostamos la otra noche.
Cat: ¿¡Qué!? ¿Y me lo dices hasta ahora?
Nora: Lo siento, quería hablar con Gray antes de decirle a otras
personas pero ahora las cosas están raras entre nosotros.
Cat: ¿Raras cómo?
Nora: Es sólo que no hemos hablado o estado juntos desde entonces.
Recién llegó a casa y dijo que tenía dolor de cabeza así que fue a
bañarse.
Cat: ¡Ve y ayúdalo a mejorarse!
Nora: ¿Y si se arrepiente?
Cat: Está literalmente enamorado de ti así que esa no es una opción.
Nora: Pero no puedes estar segura de eso.
Cat: Cualquiera con ojos lo sabe. Creeme.

ME MUERDO EL LADO. ¿Tendrá razón?


NORA: Debo irme. Está por salir.
Cat: ¡Buena suerte! ¡Dime si necesitas algo!
Nora: ¡Lo haré!

GRAY SALE del cuarto y guardo mi teléfono en mi bolsillo antes de


recordar que nunca ordené la comida.
–¿Sopa de pollo y fideos? ¿O quieres sopa de brocoli y queso?
–Cualquiera está bien, - dice y busco el número del restaurante de la
esquina para ordenar una sopa y emparedados.
–¿Te sientes mejor? - pregunto cuando toma asiento en el sofá.
–Sí, eh, recibí una llamada de Jasper.
–¿Él está bien? - pregunto alarmada.
–Sí, pero necesito regresar a Rosewood y ayudarle con la casa por una
semana o dos.
–¿Es por eso que te duele la cabeza?
–Sí. Fue difícil acomodar mi trabajo para tener suficiente tiempo libre
para eso. Le deberé un gran agradecimiento a todos en el estudio por tomar
algunos de mis clientes.
Suspiro profundo y Gray me mira curioso.
–¿Todo bien contigo?
–Sí, sólo pensé que quizá te arrepentias de algo o, ya sabes… - no
continúo y Gray me mira como si estuviera loca.
–Nora, no quiero haya ninguna confusión. Esto es algo que debí hacer
hace mucho tiempo.
–Está bien, - digo, mis manos sudan cuando volteo a verlo en el sofá.
–Te amo, Nora. Claro que no me arrepiento. Te que querido toda mi
vida. Creí que quizá tú no me querías.
–Siempre te he querido, - digo con una risa, sintiéndome aliviada. – He
estado enamorada de tí desde que éramos niños pero–
–Pero temías decírmelo porque si no sentía lo mismo, habría arruinado
todo, - termina él y asiento.
–Sí.
–Sí, - dice él, sus dedos enredándose con los míos.
–Dilo de nuevo, - le pido cuando me acerca a él en el sofá.
–Te amo, Nora.
–También te amo, Gray.
–Al fin, - dice con una sonrisa un segundo antes de que sus labios se
encuentren con los míos.
TRECE

Capítulo Trece

Gray

UN AÑO DESPUÉS…

–¿LISTA? - le pregunto a Nora cuando termina de escribir algo en su


computadora.
–Sí.
Se inclina para besar mi mejilla y sonrío, tomando su mano y admirando
el anillo de diamantes que puse en su mano hace diez meses.
Hemos estado ahorrando los últimos meses para nuestra boda que se
celebrará el próximo mes y no puedo esperar. Se siente coo si hubiera
esperado mi vida entera para hacer Nora mía y es hora de que se vuelva
realidad.
–Siéntate, - dice Nora y Moose y Marley obedecen, colas moviéndose
contra el suelo cuando abrochamos las correas a sus collares.
–¿Quieres ir al parque de perros? - pregunta Nora y asiento, tomando su
mano en la mía mientras bajamos las escaleras.
Ambos cachorros han crecido y para ser honestos, son mucho más
grandes de lo que creí que serían. Por suerte para nosotros, están entrenados
y se portan muy bien.
Giramos a la izquierda una vez que estamos afuera y empezamos el
recorrido por las calles hasta el parque para perros. Lo encontramos hace
unas semanas cuando estabamos caminando y los perros lo amaron. Está
muy cerca de donde viven Rooney, Harvey, Sayler, y Coralines y ya que
ahora tienen perros, nos gusta encontrarnos ahí y dejarlos jugar.
–Jasper llamó hoy. Dijo que Evangeline y él están planeando venir dos
miércoles antes. Ella quiere ayudarte con cualquier parte de la boda que
pueda.
–Eso es dulce de su parte, - dice Nora, meciendo nuestras manos
ligeramente y sonrío.
Jasper no estaba para nada sorprendido cuando le dije que Nora y yo
estabamos juntos. Había vuelto a casa por dos semanas y los dos pasamos
tiempo juntos y destruímos nuestra casa de la infancia. Jasper ya había
contratado a un constructor que reconstruiría ahí y vendimos la casa con
ganancia el mes pasado.
No me sorprendió cuando Jasper dijo que se quedaría en Rosewood.
Estaba obsesionado con Evangeline cuando éramos niños y parece que su
herida y estar en casa para el funeral de nuestro padre fue la segunda
oportunidad que necesitaban para por fin estar juntos.
Los dos compraron una casa no muy lejos del vivero y él ha estado
ayudándola a cuidar de su madre enferma por los últimos seis meses.
Jasper y yo hemos superado la incomodidad de los últimos años y nos
hemos acercado mucho. Hablamos casi todas las semanas, poniéndonos al
día y aprendiendo del otro y tratamos de vernos cada pocos meses. Incluso
me dejó tatuarlo la última vez que estuvo en la ciudad.
El negocio en Eye Candy Ink ha estado mejor que nunca y ahora que
todos están sentando cabeza con sus prometidas y novias, las novias
parecen mejor que nunca. Todavía tenemos las reuniones de los domingos
en casa de Zeke todas las semanas y ahora que Moose y Marley están
entrenados, son más bienvenidos.
–Parece que Rooney y Sayler están ahí, - dice Nora y volteo a ver a
Rooney luchando con su cachorro de lobero irlándes, Baxter.
–Harvey y Coraline también, - dijo, codeando a Nora hasta que
encuentra a Harvey tratando de hacer que su cachorro de sheepadoodle,
Theo, se siente.
No le está yendo bien.
–¿Quieres mostrarle cómo se hace? - le pregunto a Moose y él mueve su
cola emocionado.
–¡Diviértanse! - llama Nora mientras se dirige a hablar con Coraline y
Sayler.
Le doy un beso antes de que pueda alejarse y se ríe contra mis labios.
Tomo a Marley de sus manos y camino hacia mis amigos.
Si me hubieran dicho hace cinco años que no haría a Nora mía hasta que
tuviera veintiseis, hubiera preguntando qué rayos me tomó tanto tiempo,
pero la verdad es que ella siempre fue mía. Pero ese por fin era el momento
correcto para nosotros. Ambos éramos maduros, teniendo éxito en nuestras
carreras, y económicamente estables.
Dejo a Moose y Marley libres de sus correas y mario cuando se dirigen
a jugar con sus amigos. Harvey se ha dado por vencido con el
entrenamiento de Theo por ahora y sonrío cuando Rooney lanza una pelota
y los cuatro perros corren detrás de ella.
Nunca tuve una verdadera familia. Nora siempre ha sido suficiente para
mí, pero es incluso mejor ahora que tengo a mi hermano y su chica,
Evangeline, y la familia que he creado en Eye Candy Ink.
Ésta es la vida que siempre he querido pero temía desear.
Ahora que la tengo nunca la dejaré ir.
CATORCE

Capítulo Catorce

Nora

CINCO AÑOS DESPUÉS…

–ESO ES, un empujón más, - me urge la doctora y la fulmino con la


mirada.
Ha dicho un empujón más al menos diez veces ya y estoy por volverme
loca. Gray aprieta mi mano, ayudándome a respirar y trato de enfocarme en
finalmente sacar éste bebé de mí.
–Nunca más, - le siséo y él asiente solemne. – Hablo en serio. Nunca
volverás a acercar su pene a mí.
–Entiendo.
Respiro hondo y en enfoco en la creciente necesidad de pujar,
haciéndolo cuando tengo otra contracción.
–¡Mierda! - grito, agarrando la mano de Gray con tanta fuerza que me
sorprendo de que no tenga huesos rotos.
Pero no se queja. Sólo sigue quitándome el cabello de la cara y
diciéndome lo increíble que soy.
Llevamos cuatro años casados y estamos por tener a nuestro primer
bebé en cualquier momento. Creo que ambos estábamos algo aprensivos de
volvernos padres. No hemos tenido los mejores modelos a seguir
exactamente pero hemos visto a Rooney, Harvey, y Ames empezar sus
propias familias y decidimos que era hora.
Hemos creado una familia sustituta aquí en el taller y con nuestros
amigos, y sé que tenemos un buen sistema de apoyo. Si alguna vez
necesitamos algo, sé que tenemos personas que podemos llamar.
Gray y Jasper sólo se han acercado más con los años y me encanta salir
con Evangeline en viajes familiares. Han estado casados por unos años ya y
estan esperando a su primer bebé también. Sé que Gray está esperando que
nuestro bebé y su primo se lleven bien.
Jasper y Evangeline aún viven en Rosewood y aunque hemos vuelto
unas cuantas veces a lo largo de los años, preferimos viajar con ellos a otros
lugares. La última vez que estuvimos en Rosewood, me encontré con mi
papá y no fue el viaje más placentero. Desde entonce, hemos celebrado la
Navidad en Pittsburgh con todos los demás. Evangeline y Jasper lo
entienden y están felices de volar aquí para vernos o viajar a un lugar nuevo
con nosotros cada año.
–Puedo ver la cabeza. Sólo un poco más y dame un fuerte empujón,
Nora.
Le gruño a la doctora, inclinándome hacia enfrente y haciendo lo que
pide. Puedo sentir una sensación ardiente y juro que duele como nada que
haya sentido antes. Entonces la presión se ha ido y caigo en la cama del
hospital, respirando con fuerza.
Gray y yo contenemos el aliento, nuestros ojos en la doctora y el
pequeño bulto en sus brazos hasta que un fuerte llanto rompe la tensión y
dejo salir un suspiro aliviada.
–¡Felicidades! Tienen un saludable varón.
La doctora descansa mi bebé en mi pecho y no puedo evitar las lágrimas
que se me escapan, rodando por mis mejillas.
–Lo hiciste muy bien, Nora, - susurra Gray antes de darme un beso en la
cabeza. – Te amo.
–También te amo.
Nos tomamos un momento para admirar a nuestro bebé recién nacido
antes de escuchar gritos afuera de la puerta.
–¿Quieres que los mantenga afuera? - pregunta Gray y me río.
–No estoy segura que puedas.
La puerta se abre y Rooney y Sayler entran. Harvey, Coraline, Ames,
Maxine, Cat, Ender, y Palmer todos entran después de ellos y sonrío. No me
sorprende cuando Mischa, Indie, Atlas, Darcy, Sam, Max, Zeke, Trixie,
Nico, y Edie entras después, cada uno trayendo tantos globos y animales de
felpa que me sorprendería que la tienda de regalos aún tuviera.
–¿Ya llamaste a Jasper? - le pregunto a Gray y me mira como si
estuviera loco.
–¿Cuándo lo habría podido hacer? - pregunta con una risa y suspiro.
–Hormonas.
–Lo sé, - dice, besando mi mejilla y la cabeza de nuestro bebé.
Él da un paso atrás para que Coraline y Sayler se acerquen. Veo a Gray
moverse a la esquina de la habitación y hacer una llamada, asumo que
llamando a Jasper y Evangeline. Rooney y Harvey están tratando de calmar
a sus propios hijos y me río ante el caos que parece seguir a nuestra familia.
Son ruidosos y bulliciosos, pero los amo a todos y sé que nos aman y
que estarían para nosotros sin importar qué.
–Entonces, ¿cómo se llama? - pregunta Sayler y sonrío, viendo a Gray
cuando se une a mi en la cama de nuevo.
–Sawyer. Sawyer Weston Mackelroy.
Las chicas lo arrullan y dejo que se tomen turnos para cargarlo. Gray
debe ver que me estoy cansando porque saca a todos después de una hora y
pone a Sawyer de regreso en mi pecho.
–Eres una estrella, - dice y puedo escuchar la maravilla en su voz.
–Gracias. Deberíamos darte de comer, ¿verdad, cariño? - le pregunto a
Sawyer y él hunde su cara en mi pecho.
Mientras Gray me ayuda a acomodarme con nuestro bebé, sonrío. No sé
por qué estabamos preocupados por ser buenos padres. Con un padre como
Gray, nuestro estará muy bien.
No puedo esperar a que crezca y nos pregunte cómo nos conocimos. Le
diré que nos enamoramos cuando éramos niños y que sólo existíamos para
el otro.
Sabrá que sus padres estaban destinados a estar juntos.
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español!
ENDER
*

Ender Montrose definitivamente no pertenece aquí.


En este club lleno de estudiantes de universidad y personas de negocios
a quienes les dobla la edad.
Pero sigue aquí.
Por ella.
Cat Schultz.
El bombón que se robó su aliento y su corazón desde la primera vez que
la vio.
Tiene la edad para ser su padre, pero ella calma los pensamientos
tortuosos en su cabeza y él parece calmar la tormenta en ella, también.
¿Pero será eso suficiente para convencerla de que es el hombre para
ella?
¿Conquistar a Cat arruinaría todo? ¿O finalmente podrá tener el final
feliz que ha soñado desde que la vio por primera vez?
UNO

Capítulo Uno

Ender

TRATO DE CONTROLAR mi expresión mientras me abro camino entre


la multitud y hacia mis amigos. Rooney y Gray voltean hacia mí cuando me
acerco a nuestra butaca con la siguiente ronda de bebidas y cuando ambos
se ven preocupados, sé que no lo he logrado.
Estoy casi seguro que todos con los que trabajo en Eye Candy Ink me
ven como su padre. Con treinta y siente, soy mayor que todos ellos por al
menos una década. Pero todos son amables, invitándome a comer o al bar
después del trabajo. Harvey, Rooney, y Banks son de Pittsburgh, así que me
han ayudado a encontrar un apartamento cerca y me mostraron la ciudad
cuando recién llegué.
La canción lenta que está tocando se convierte en un ritmo tecno fuerte
y hago una mueca, mis hombros se tensan con la primera nota que sale de
los parlantes. Gray me codea discretamente y asiento, haciéndole saber que
estoy bien.
Odio los clubes y la mayoría de ruidos fuertes. Los fuegos artificiales
son una maldita pesadilla para mí. Todo eso es una cicatriz que ha quedado
de mi tiempo en la marina, estoy seguro. Cada sonido de estallido o
explosiones fuertes y estoy de regreso en el desierto, la arena y sudor en mis
ojos mientras veo a uno de mis amigos recibir un disparo.
Parpadeo para deshacerme del recuerdo y tomo un largo trago de mi
cerveza, recordando el por qué estoy aquí.
Para estar con mis amigos, pero también tengo otro motivo.
Ella.
Cat Schultz.
Mis ojos se mueven al segundo piso y veo a la puerta de su oficina,
deseando que se abra para poder echar un vistazo a mi chica.
Me pregunto si aún lleva el cabello teñido de ese naranja pastel o si ya
lo cambió. Probablemente sí. Han pasado cerca de dos semanas y media
desde la última vez que la vi y sé que usualmente lo cambia después de tres
semanas o vuelve a teñirlo para avivar el color.
Una ovación se escucha en el bar y frunzo el ceño cuando veo un grupo
de universitarios saliéndose de control. Sólo me recuerdan que soy la
persona más vieja en éste lugar por al menos varios años. Nunca fui a
lugares como éste incluso cuando tenía su edad.
Al crecer, sólo éramos mi madre y yo. No creo que mi madre siquiera
supiera quién era mi padre. No era conocida por ser exactamente segura con
los hombres y era terrible para elegirlos. No había muchas opciones en
nuestra ciudad, pero siempre parecía tener un hombre con ella.
Fue mi madre quien firmó los formularios para que me uniera a la
marina cuando tenía diecisiete. Creo que estaba feliz de deshacerse de mí.
Solía encantarle decirme que yo era un accidente, uno que lamentaba y
entre eso y sus horribles novios que solían robarnos cada vez que
terminaban con ella, me urgía irme.
Creo que fue esa vida lo que me hizo buscar tanto el orden y la
estructura. Me gustaba estar en control y no necesitaba que una terapeuta
me dijera que era porque no lo tuve al crecer. Quizá es por eso que cuando
pienso en estar con Cat, es en un rol diferente al de sólo un novio o un
esposo.
Sabía que nunca podría tener una vida si me quedaba. Probablemente
terminaría en una casa rodante a una calle de ellos ya que los únicos
trabajos en la ciudad eran en una fábrica de plásticos a unas millas de ahí.
Así que me uní a la marina. Pasé el entrenamiento básico y luego fuí
desplegado. Me mudé mucho, recibiendo órdenes de diferentes bases y
siendo desplegado otras varias veces. Estaba acostumbrado a eso. No
siempre teníamos dinero para el alquiler, así que solía mantener mis
pertenencias en lo más mínimo. Hacía que empacar e irnos mucho más
fácil.
Hice mis veinte años y luego me retiré. Sabía que recibiría dinero todos
los meses, pero quería algo más que pasar el tiempo. Siempre me había
gustado trabajar, y terminé conectándome con un viejo amigo del ejército
en Wyoming. Wild se había convertido en tatuador cuando salió, y me
convertí en su aprendiz, aprendí todo lo que pude. Cuando terminé, me
envió aquí y dijo que su amigo, Zeke, estaba buscando contratar para su
nuevo estudio.
Nunca esperé ser contratado en Eye Candy Ink. Todos conocen el lugar,
y Zeke es una leyenda por sí mismo. Pensé en intentarlo y quizá luego
dirigirme al oeste. Escuché que Sequoia Ink buscaba contratar más artistas
y quizá un lugar como ese, en medio del bosque, sería mejor para mí.
Incluso después de conseguir el trabajo, pensaba en irme a una ciudad
más pequeña. Pero antes de decidirlo, vi a Cat por primera vez.
Todavía puedo recordarlo como si hubiera sido ayer. Su cabello era azul
entonces y lo llevaba en dos coletas. Estaba riendo, corriendo detrás de
Maxine en la lluvia, y mi corazón pateó en mi pecho.
Mía.
Lo supe en ese momento. Sólo tomó un momento para que toda mi vida
girara alrededor de una chica.
Me tomó dos semanas volver a verla, y esta vez obtuve un nombre.
Había estado tratando de verla más y más por los últimos meses porque ella
siempre parece estar en el trabajo. Sé que uno de sus cantineros renunció y
otro se mudó, así que ha estado con poco personal pero odio verla tan
estresada.
Quiero ayudarla. Quiero verla sonreír. Quiero verla sonrojarse mientras
se sienta en mi pene.
Tomo otro trago, moviéndome en mi asiento mientras mis ojos se
mueven al segundo piso.
Casi se me cae la cerveza cuando la veo.
Está de pie en la barandilla, hablando con unos de sus empleadas y
señalando a la pantalla de su iPad mientras le muestra algo.
Mi corazón empieza a acelerarse y sonrío al verla. Ella está en control,
segura, y es ardiente verla en su elemento.
Su empleada camina a las escaleras y Cat respira profundo, cruzando
sus brazos y reclinándose en la barandilla, viendo a la multitud. Se ve como
una reina viendo a sus súbditos y mi pene presiona firmemente contra la
cremallera de mis pantalones mientras la veo.
Es hermosa.
Su cabello está teñido de un rosa pálido que parece algodón de azúcar.
Puedo ver su usual maquillaje desde aquí y lleva el brazalete de amuletos
plateados que siempre lleva puesto. Le he comprado al menos una docena
de nuevos amuletos para que los agregue. Todos están esperando en mi
gaveta junto a un anillo de diamante rosado.
Ella se relaja contra la barandilla y mira a la multitud, pero puedo ver
las bolsas bajo sus ojos y la forma en que su boca se mueve hacia abajo
ligeramente en las orillas, sé que necesita un descanso.
Quiero dárselo. Quiero masajear sus pies mientras se relaja en un baño
de burbujas. Quiero darle de comer uvas y robar besos mientras se sienta en
mi regazo. Quiero estirarla sobre mi regazo y darle una nalgada en el
trasero hasta que esté rojo y me ruegue que la penetre.
Nuestros ojos se encuentran y me pregunto si puede ver la lujuria que
tengo claramente escrita en mi rostro. No hay forma de poder esconderla.
La quiero más que a nada. Más que a mi próximo aliento.
Veo su pecho subir y bajar repentinamente y me pregunto si ella
también lo siente. ¿Ella me quiere al menos la mitad de lo que yo a ella?
Sus ojos se quedan en los míos por un momento que termina demasiado
rápido y entonces se endereza y regresa a su oficina. La decepción y
soledad me golpean tan pronto ella está fuera de vista y suspiro,
forzándome a volver con mis amigos.
–Deberías de invitarla a salir, amigo. Es obvio que también le gustas, -
le dice Harvey a Gray y sé, sin ninguna otra información, que están
hablando de Gray y Nora.
Los dos son mejores amigos pero obviamente enamorados del otro. Pero
ninguno lo admite.
–Sí, ¿qué es lo peor que puede pasar? - pregunta Rooney y Gray le lanza
una mirada.
Fuí desplegado con el hermano de Gray, Jasper, un par de veces. Todos
lo llamaban Mack ya que su apellido es Mackelroy y me sorprendí cuando
apareció en Eye Candy Ink.
De todos en Eye Candy Ink, soy más cercano a Gray. Quizá sea porque
conozco a su hermano o porque nuestras estaciones están una al lado de la
otra en el estudio así que hablamos entre nosotros más que los demás.
También somos dos de tres artistas que no están relacionados con alguien
del estudio original de Eye Candy Ink. El tercero, Ames, está por casarse y
unirse a la familia así que ahora sólo somos Gray y yo.
–De todas formas, Ender, ¿mañana terminarás la pieza en la espalda? -
pregunta Gray, tratando de cambiar el tema y asiento.
–Sí, tengo eso y luego unas piezas más pequeñas en brazos.
La conversación cambia a tatuajes y el calendario de la próxima semana
mientras terminamos nuestras bebidas.
Harvey, Rooney, y Banks han aprendido mucho del negocio de sus
padres. Gray y Ames recibieron una certificación y fueron aprendices en
Nueva York antes de ser contratados por Eye Candy Ink.
–¿Listos para terminar la noche? - pregunta Banks y no puedo evitar dar
un último vistazo al segundo piso.
Cat está ahí, sus ojos en mí mientras se apoya en el marco de la puerta
de su oficina. Le regreso la mirada, mi corazón palpitando como un tambor
en mis oídos, bloqueando el resto del club mientras nos vemos.
Ella sonríe cuando los demás se ponen de pie y se preparan para irse y
entonces comprendo.
Gray no es el único que debe actuar como un hombre y reclamar a su
mujer.
DOS

Capítulo Dos

Cat

NO PUEDO EVITAR VOLTEAR A VER A ENDER mientras se hace


camino entre la multitud, las personas moviéndose de su camino cuando se
acerca.
No sé qué tiene el hombre pero me he sentido atraída hacia él desde que
lo conocí hace unos meses. Quiero decir, el hombre es al menos una década
mayor que yo y estoy segura que tiene mucho más experiencia que yo.
Quizá sea imposible que él tenga menos experiencia que yo. No creo que
una sesión de besos después del baile de graduación me haga una experta en
el sexo opuesto.
–Hola, gatita, - Kayley, una de mis meseras en Se7en, dice cuando se
une a mí en la barandilla.
–Hola, Kayley, - digo, tratando de recordar ser paciente.
Kayley ha trabajado en el club por unos años y es obvio que estaba
esperando obtener el puesto de gerente. Ella trata de halagarme mucho pero
tengo el presentimiento de que eso es más porque sabe que mi papá es el
dueño del club.
Estoy segura que ella y algunos de los otros empleados creen que sólo
obtuve éste puesto por mi papá pero la verdad es que me lo gané. Tengo un
título en gerencia de negocios y he trabajado en Se7en desde que tengo
dieciocho años. Fuí una mesera y cantinera y cualquier otro puesto entre
ellos para poder conocer cómo funciona el lugar y poder operarlo de la
mejor manera.
–Mitch quiere tomar un descanso, - dice Kayley y quiero recordarle que
cubrir al cantinero es su trabajo pero desde que Callie renunció la semana
pasada hemos estado cortos de personal y sé que debo ayudar.
–Bajo en un momento, - le dijo y me da una pequeña sonrisa falsa antes
de bajar por las escaleras.
Volteo a ver donde estaba Ender pero no lo veo a él ni a alguno de los
chicos entre las personas. Suspiro, revisando mi teléfono antes de bajar al
bar.
Hay un mensaje de Nora y mi papá preguntándome cómo van las cosas
y le contesto rápido haciéndole saber que puse el anuncio para el nuevo
cantinero hace unos días y estaré haciendo las entrevistas la próxima
semana.
Nora quiere saber sobre la noche de chicas en unos días y me muerdo el
labio. Las cosas están ocupadas aquí y sé que tengo mucho de qué
ocuparme, así que debería faltar pero no las he visto a todas en unas
semanas así que le contesto, dejándole saber que iré y preguntando qué
puedo llevar.
Probablemente ya está dormida así que guardo mi teléfono cuando vibra
de nuevo.

NORA: Sólo a tí misma. ¡Estoy emocionada de verte! Ha pasado mucho


tiempo ☺
Cat: ¿Cuál es el plan?
Nora: Probablemente ir por comida y bebidas y luego Sayler y
Coraline nos invitaron a su apartamento después.
Cat: ¡Suena bien! Hablamos luego.
Nora: ¡Nos vemos! 😘
GUARDO mi teléfono y me aseguro que la puerta de mi oficina está
cerrada antes de bajar y relevar a Mitch para que tome su descanso.
El bar está lleno y empiezo a trabajar, tomando órdenes y tomando
cervezas de la heladera. Mitch regresa pero me quedo a ayudar, tomando un
lugar al otro lado del bar para que Mitch pueda tomar su lugar de siempre.
Es entonces cuando veo a Ender sentado en el bar, sus ojos en mí. Todos
parecen darle su espacio y estoy segura que algunos piensan que es un
portero o algo así con la forma en que su camisa negra que estira en los
hombros y los tatuajes que bajan por sus brazos.
Creí que se había ido con los demás antes pero supongo que decidió
quedarse. Es extraño ya que nunca parece divertirse cuando está aquí.
Hay una energía diferente a su alrededor hoy. Casi como si estuviera
determinado a hacer algo y me pregunto qué puede ser.
El bar empieza a calmarse y me aseguro que Mitch y Alice estén bien
antes de volver a subir. No puedo evitar voltear hacia Ender y lo veo
ponerse de pie cuando me dirijo al final de la barra.
Ninguno dice nada mientras caminamos las escaleras juntos y me dirijo
a mi oficina. Todo el camino hacia el segundo piso trato de convencerme de
que sólo vamos a hablar. Sólo estamos siendo cordiales ya que tenemos el
mismo círculo de amigos.
Pero no creo que sea eso.
La tensión entre nosotros hace que mi corazón se acelere y me suden las
manos.
Cierro la puerta detrás de nosotros y entonces me pregunto si fue un
error. Ahora la energía sexual no tiene dónde escapar.
–Hola, ¿cómo va todo? - pregunta Ender, su voz profunda haciendo que
un escalofrío corra por mi espalda.
–Bien, ocupado, - digo, tratando de descifrar si debería sentarme o
seguir de pie.
–El club parece ocupado, - dice dando un paso hacia mí y asiento.
–Sí, perdimos un cantinero así que debo buscar a alguien. Además,
podríamos buscar otra mesera y un tercer conserje, - digo, divagando. –
¿Cómo está todo en Eye Candy Ink?
–Bien, creo que todos estamos llenos por al menos unos meses.
Asiento, buscando algo que decía que no sea ¿puedo tocar tu barba?
–Me preguntaba si querrías salir conmigo algún día, - pregunta Ender y
me sorprende.
¿Está interesado en mí?
Él es más de mundo, un héroe de guerra según Gray y Rooney; yo
nunca he salido de Filadelfia.
–Yo, eh, estoy muy ocupada en el club en éste momento, - digo para
ganar tiempo.
Mi corazón y mi cerebro me están gritando, preguntándose qué rayos
estoy haciendo rechazando al gran hombre frente a mí.
–Debes descansar alguna vez, - dice y me encuentro asintiendo antes de
siquiera procesar sus palabras.
–No, me refiero a que no tengo tiempo para una relación en este
momento.
–Esa es una excusa patética.
–Lo sé pero no es una excusa. Tengo mucho qué hacer en éste
momento.
–No voy a agregar nada. Sólo quiero pasar tiempo contigo y conocerte.
–Entonces tendrás que esperar. Necesito un nuevo cantinero, una
mesera, y terminar la planilla y eso es sólo ésta semana.
–Está bien, puedo esperar. No me rendiré tan fácilmente.
No sé qué decir así que sólo lo veo.
–Nos vemos, bebé, - dice, su voz jugando con el apodo.
Mis pezones se endurecen en mi sostén y trato de no sonrojarme cuando
lo veo. Quiero pedirme que me vuelva a decir así pero antes de poder
hacerlo, él se voltea y camina hacia la puerta y sólo puedo verlo irse,
preguntándome por qué me excité cuando me llamó bebé con ese tono de
voz.
Colapso en la silla de mi oficina y trato de enfocarme en la montaña de
trabajo que debo terminar pero no puedo. No con la voz de Ender
llamándome bebé resonando en mi cabeza.
TRES

Capítulo Tres

Ender

–NO ENTIENDES MI AMOR, - le dice Rooney a Harvey cuando entro al


estudio la mañana siguiente.
–Oh por Dios, - gruñe Banks recostándose en una de las sillas y camino
hacia él, tomando la que está a su lado.
–¿Por qué están discutiendo? - le pregunto a Banks y él voltea los ojos.
–No lo sé, amigo. Algo sobre un apartamento.
–¿Qué hay de tí, Ender? - pregunta Rooney y frunzo el ceño.
–¿Qué hay de mí?
–¿Por qué no has sentado cabeza? ¿No has conocido a la futura señora
Montrose?
Inmediatamente pienso en Cat pero sé que no puedo decir que he
encontrado a la futura señora Montrose. No cuando ella aún no lo sabe.
–No lo sé. Estuve demasiado ocupado con la marina y luego los
tatuajes, supongo, como para tratar de encontrar a alguien con quien
quisiera pasar el resto de mi vida, - digo, esperando que Rooney deje el
tema.
–Hmm, - dice viéndome, pero Banks se mueve en su asiento hacia mí y
Rooney se dirige a él.
–¿Qué hay de tí, Banks? ¿Tienes alguna chica y no nos has dicho? -
pregunta Rooney y noto que Gray, Ames, y Harvey se han detenido para
escuchar la respuesta.
–Nop, - dice pero siento que está mintiendo y Rooney debe sentirlo
también porque no deja el tema.
–¿En serio? ¿Estás seguro? - dice y me pregunto si sabe algo que
nosotros no.
–Estoy seguro, - contesta Banks tenso y decido ayudarlo.
–¿Ya elegiste al padrino, Ames? - pregunto y todos voltean a verlo.
Banks me codea, gestionando un gracias y asiento.
–Aún no. Aún falta mucho para la boda.
Asiento, poniéndome de pie y caminando a mi estación. Necesito
preparar todo para hoy.
–Sólo digo, creo que yo sería el mejor padrino, - escucho que Rooney le
dice a Ames.
–Sí, no estoy seguro de que Maxine o mis dos hermanos estén de
acuerdo con esa elección, - dice Ames mientras limpia el escritorio de la
entrada.
–¿Qué piensas, Ender? Tú me elegirías como tu padrino, ¿verdad? - dice
Rooney cuando empieza a seguirme e inmediatamente niego con la cabeza.
–De ninguna forma.
–Claro, pero no me refiero a todo. Sólo entre los chicos del estudio.
–Aún así, - le digo cuando entro a mi estudio.
–¿A quién elegirías? - pregunta, siguiéndome y tengo que pensar la
respuesta un momento.
No tengo muchos amigos cercanos. De todos los que conozco, creo que
Gray y yo somos los más cercanos. Me debato decir Harvey o Ames porque
sé que molestará a Rooney pero tengo un día ocupado y sé que no dejará de
molestarme si lo hago.
–Gray, - le digo y hace un puchero.
–Deberíamos salir más, amigo, - dice Rooney y no puedo evitar reírme.
–Sí, sí. ¿No tienes un tatuaje que terminar? - le pregunto con una sonrisa
y él sale corriendo hacia su estación.
Abrimos en unos minutos y ya tengo todo listo para el día. Sólo debo
preparar las agujas y la máquina de tatuar y estaré listo.
Sólo tengo dos clientes hoy pero uno de ellos es un tatuaje en la espalda
que me tomará al menos cinco horas. Conecto mi teléfono, pongo música
mientras saco los diseños y agujas que necesitaré para hoy. Estoy alineando
las tintas cuando Ames me llama para hacerme saber que mi primer cliente
del día ha llegado.
El día es lento y para cuando he terminado con ambos clientes, son
pasadas las nueve de la noche. Sé que debería ir a casa a tomar una ducha y
comer algo pero no puedo evitarlo. Sé que no podré dormir hasta que pueda
ver a Cat de nuevo.
Tomo una ducha y me cambio, comprando una rebanada de pizza de
camino al club. Se7en está a reventar cuando entro pero no le presto
atención a las personas. Ésta vez no pierdo tiempo esperando a que Cat
baje.
Mis ojos pasan por el bar primero, asegurando que Cat no está ahí antes
de ver la puerta de su oficina en el segundo piso.
Una mesera rubia está saliendo, su boca en una mueca burlona cuando
baja por las escaleras. Cat debe estar en su oficina, así que me abro camino
por las escaleras, asintiendo a los porteros que están de guardia.
Toco la puerta pero me doy cuenta que con tanto ruido ella
probablemente no pueda escucharme, así que trato de abrirla. No tiene llave
así que entro, mis ojos yendo directo al escritorio. Como esperaba, Cat está
ahí, su cabello rosa pálido en una coleta despeinada, una lata de Coca-Cola
y una bolsa medio vacía de pretzels cerca de su codo.
Se ve exhausta y estoy segura que ha estado trabajando casi todo el día.
Juzgando por la pila de papeles en su escritorio, estará trabajando unas
horas más ésta noche. Quizá incluso después de cerrar.
–¿Esa es tu cena? - le pregunto, mi voz sonando tensa.
Ella necesita comer más que eso. Necesita cuidarse. Necesita que yo la
cuide.
–Sí, he estado llena de currículums que revisar y entrevistar que planear.
Buscaré algo que comer después, - dice, apenas levantando la mirada.
–Necesitas comer algo. Debes cuidarte más y si no lo haces, yo lo haré,
- declaro y eso llama su atención.
–Tú… ¿quieres cuidarme, Ender? - pregunta y me pongo
imposiblemente duro al escuchar mi nombre en sus labios.
–Más que nada, - admito y ella se sonroja, desviando su mirada.
Estoy seguro que parezco muy intenso y probablemente necesite un
momento para acostumbrarse.
–Ya regreso, - le digo.
No creo que vaya a comer más tarde. Estará tan ocupada que se le
olvidará así que salgo a la calle y corro las dos calles hasta Wild Thyme. La
chica de Harvey, Coraline, es la chef y toco la puerta trasera.
Estoy seguro que Wild Thyme tiene una lista de espera de un mes así
que esto es lo mejor que puedo hacer para conseguirle una comida a mi
chica en tan corto tiempo.
Un limpia vasijas abre la puerta después de unos minutos y asiento.
–¿Está Coraline? - pregunto y él frunce el ceño pero regresa adentro y lo
escucho llamar a Coraline.
–Hola, Ender, - dice ella, obviamente sorprendida de verme.
–Hola, Cat olvidó su cena. ¿Crees que pueda tomar algo rápido para
ella? - pregunto y ella sonríe.
–¡Claro! Dame cinco minutos.
La puerta se cierra detrás de ella y me recuesto contra la pared para
esperar la comida de mi chica. Como dijo, cinco minutos después la puerta
se abre y Coraline me pasa una bolsa llena de contenedores que huelen
delicioso.
–Muchas gracias, - digo.
-Cuando quieras. Dile a Cat que la veo el jueves para la noche de
chicas, - dice Coraline antes de entrar.
Los guardias se están acostumbrando a verme ahí y me saludan y me
dejan entrar sin esperar en la fila. Lo mismo pasa en las escaleras y me
dirijo a la oficina de Cat, dejando la bolsa en una esquina de su escritorio
para que nada caiga en los papeles.
–Toma un descanso, - le digo y ella asiente, su estómago rugiendo
cuando huele la comida.
–¿Wild Thyme? ¿Trajiste el macarrón con queso y trufas? - pregunta
poniéndose de pie y revisa el contenido de la bolsa.
–No lo sé. Sólo le dije a Coraline que era para tí y ella hizo la comida.
Dijo que está emocionada por verte el jueves para la noche de chicas.
Cat asiente, comiendo una papa con ajo y parmesano después de abrir el
contenedor. Ella sonríe cuando ve el macarrón con queso y trufas y le paso
un tenedor, feliz de verla contenta.
–Entonces, ¿todavía buscas un cantinero? - pregunto cuando tomamos
asiento.
–Sí. Muchas personas aplicaron y sólo necesito revisar los curriculums
y luego hacer las entrevistas.
–¿Cuándo son las entrevistas? - pregunto cuando ella toma otro bocado
del macarrón con queso.
–Al final de ésta semana.
–Bien, espero que encuentres a alguien entonces.
Ella asiente, terminando con el macarrón con queso y le paso otro
contenedor. Éste es un bistec con vegetales rostizados y ella felizmente
toma un bocado de brócoli.
–¿Qué hay de ti? ¿Qué hiciste en Eye Candy Ink hoy?
–Tuve una pieza en la espalda y una pequeña en el brazo de una chica.
Nada muy emocionante. Rooney está tratando de ser el padrino de Ames, -
añado y Cat se ríe.
Felizmente le diría sobre las travesuras de Rooney si la hacen reír así.
Ella come en silencio por unos minutos, terminando rápido con el bistec
y vegetales y me pregunto si también se saltó el almuerzo. Le paso lo
último de las papas y luego el pastel de chocolate para el postre.
–Gracias por todo esto. No debiste hacerlo.
–Lo sé, pero como dije, quería hacerlo.
–¿Hablabas en serio entonces? ¿Sobre querer cuidarme?
–Por supuesto.
Ella se pone de pie, tomando los contenedores vacíos y la veo meterlos
de nuevo en la bolsa para luego botarlos.
Hay un momento de silencio y puedo ver que Cat está pensando en qué
decir. Sus mejillas están empezando a ponerse de un rojo brillante y mi
miembro se endurece con la vista.
–¿Qué pasa, bebé? - le pregunto y su respiración se acelera con el
apodo.
–Soy virgen, - dice de repente y es obvio que espera que esto sea un
problema.
–Bien.
–¿Bien? - pregunta, obviamente sorprendida.
–Sí, bien. Eso significa que mi bebé se ha estado guardando para mí.
La tomo de la cintura y la llevo a mi regazo. Ella se menea sobre mi
pene y me muerdo la mejilla para evitar venirme justo ahí. Puedo ver que se
está emocionando pero no puedo apresurar esto.
Muevo su rostro, mi pulgar rozando sus labios carnosos. Se parten ante
mi toque y escucho la respiración repentina cuando sus ojos se encuentran
con los míos. Ella se inclina hacia mí y no puedo esperar otro segundo para
sentir sus labios en los mios.
Cat jadea cuando mis labios rozan los suyos por primera vez y mi pena
pulsa en mis pantalones con el sonido. Aprovecho la entrada y deslizo mi
lengua en su boca para enredarse con la de ella.
Tengo que mover su lengua para que salga y juegue con la mía pero tan
pronto como sus brazos se enrollan en mi cabeza, su lengua está en mi boca
y está frotando lo más que puede en la cresta de mis pantalones.
–Más, papi, - ruega Cat y casi termino en mis pantalones con el nombre
pero parece que es como un balde de agua fría para ella.
Ella salta de mi regazo y aunque quiero tomarla y acercarla a mí, sé que
en este momento está avergonzada y necesita tiempo para calmarse.
Necesito mostrarle que quiero ser su papi. Quiero todas las
responsabilidades y el honor que viene con eso. Quiero ser su mundo.
–Necesito… Necesito que te vayas, - susurra y asiento.
–Lo haré. Pero quiero decir algo primero. Sé que esto está bien y que
parte de ser un papi es saber lo que es bueno para ti. Sé que necesitas
tiempo para pensar todo en esa linda cabeza tuya.
Tomo su teléfono del escritorio y abro un nuevo contacto, agregando mi
nombre y número y guardándolo.
–Puedes llamarme cuando estés lista, bebé.
Cat está sonrojada y no me ve a los ojos así que deslizo mis dedos bajo
su mentón, levantando su rostro hasta que sus ojos conectan con los míos.
–Sólo no te tardes demasiado, - le advierto y asiente.
Salgo por la puerta, deseando que mi chica estuviera a mi lado.
Pronto, me prometo a mí mismo.
CUATRO

Capítulo Cuatro

Cat

PAPI. No puedo creer que lo llame así mientras nos besabamos.


Me sentí tan avergonzada cuando lo dije. No hay que confundirse, se
sintió bien, pero luego empecé a pensar más las cosas.
¿Por qué lo llamaría así? No tengo problemas parentales así que, ¿qué
significa que quisiera llamarlo mi papi? Y más importante, ¿por qué no se
disgustó?
Han pasado dos días y aunque he investigado y aprendido que el que te
gusta el asunto de papi y bebé no significa que tengas problemas parentales.
Es sólo un tonto estereotipo. Es sólo un fetiche, un juego de roles y edad
entre los adultos que consienten.
Pero una línea de mi investigación se ha quedado en mi mente. Decía
que “ella cede el control a papi y confía en que hará lo mejor para ella.”
Eso es lo que quiero.
He estado controlando algo desde que era una niña. Tareas, trabajo,
entrar a una buena universidad y luego ser buena en mi trabajo. Estaba a
cargo de todo eso y ahora estoy a cargo de este club. Puede ser mucho,
especialmente cuando estamos cortos de personal.
Sólo quiero que alguien tome el control. Por un rato.
Sólo quiero a Ender.
Pero aún no he logrado convencerme de llamarlo. Necesito encontrar un
nuevo cantinero y asegurarme de que todo está en orden aquí antes de tratar
de empezar una relación.
La próxima a entrevistar llegará en cualquier momento y tomo un trago
de agua mientras reviso su curriculum.
Sólo tiene diecinueve años y no parece que tenga experiencia laboral,
pero hay algo en su curriculum que hizo darle una oportunidad.
Palmer Calter entra un minuto después, su cabello negro en una coleta.
Está jugando con su camisa blanca de botones y tambaleándose en sus
tacones altos, puedo ver que no está acostumbrada a caminar en ellos.
–¿Palmer? - pregunto y ella asiente.
–Sí, y tú debes ser Catherine.
–Por favor, llamame Cat. Todos lo hacen, - digo cuando estrecho su
mano y señalo que tome asiento.
–Estaba viendo tu currículum. ¿No tienes experiencia? - le pregunto,
tomando los papeles con su información.
–No, desafortunadamente no. Mi padrastro no me permitió trabajar
mientras estaba en la secundaria.
–¿Estás en la universidad ahora?
–Sí, voy a la Universidad de Pittsburgh.
–¿Qué estás estudiando? - le pregunto.
–Negocios, - dice con una sonrisa y asiento.
–También fuí ahí por negocios, - le digo y su sonrisa crece.
–¿Tuviste al Profesor Madison? - pregunta con una risilla y no puedo
evitar reirme cuando recuerdo al viejo profesor. Fue uno de mis favoritos.
–¡Cat! - llama Kayley desde la parte de atrás y apenas puedo contener
un suspiro.
–¿Me permites? - le pregunto a Palmer y ella asiente, pareciendo
reconocer mi molestia con Kayley.
Ha estado presionando más y más últimamente. Me sigue diciendo que
debería contratar a una asistente y es obvio que cree que la persona debería
ser ella.
A decir verdad, probablemente tiene razón sobre contratar a una
asistente para que ayude y yo pueda descansar pero nunca elegiría a Kayley.
Estaría presionando aún más por mi puesto si le doy la oportunidad.
Ella sabía que estaba haciendo entrevistas ahorita y que no debía ser
molestada a menos que fuera una emergencia, así que esperemos que esto lo
sea.
–¿Sí, Kayley? - pregunto y no puedo evitar sonar molesta.
–Me programaste para trabajar el próximo viernes.
–Sí. Shay pidió el día libre porque tiene que ir a una boda. Así que tuve
que programarte para cubrirla.
–Pero no me gusta trabajar los viernes.
Aprieto los dientes para evitar explotar.
–Pero te necesito esta vez. ¿Está bien?
Kayley me lanza una mirada y me cruzo de brazos.
–Ahora, ya que ésta no es una emergencia y te pedí que no me
molestaran mientras hacía entrevistas, voy a volver. Por favor no me
interrumpas de nuevo.
No me molesto en esperar una respuesta, volteando y caminando de
regreso hacia Palmer.
–Lamento eso, - me disculpo con Palmer y ella hace un gesto
despreocupado.
–No hay problema.
–Bien, sin experiencia como cantinera, no tienes lo necesario para el
puesto.
Sus hombros se desploman y muevo algunos papeles en mis manos,
pensando en Kayley y el horario.
–Pero estamos buscando otra mesera.
–¿En serio? - pregunta de inmediato y sonrío.
–Sí, tendrás que acostumbrarte a caminar en tacones, - le advierto y ella
asiente rápidamente.
–Lo haré. Lo prometo.
–Puedes empezar mañana por la noche. Shay puede guiarte por unos
días antes de que trabajes tu propio turno.
–Está bien, - dice Palmer con una gran sonrisa y yo se la regreso,
poniéndome de pie para tomar algunas camisas del club.
Le doy un tour rápido a Palmer y le hago saber que debe estar aquí
mañana a las siete para que pueda conocer a todos antes de abrir. Ella me
agradece antes de irse y yo me dirijo a mi oficina. Tengo un descanso antes
de la próxima entrevista y subo para archivar los papeles que Palmer acaba
de llenar.
Mis ojos se mueven a mi teléfono y me muerdo el labio, debatiéndome
si debería llamar a Ender ahorita. Quiero hablar con él, hablarle de las
entrevistas y mi día, pero también quiero saber qué hará si no llamo.
Sé que lo estoy probando, presionando sus botones para ver qué hará.
Me pregunto si eso es parte del juego de papi/bebé. Me pregunto si quiero
ver cómo me castigaría Ender.
–Cat, necesitamos ayuda en el almacén, - dice Kayley cuando entra a mi
oficina y quiero decirle que vaya a trabajar, pero sé que estamos cortos de
personal y estoy segura que todos podrían beneficiarse de mi ayuda.
–Ya bajo. Adelántate y empiecen sin mí, - le digo y la escucho resoplar
cuando se da la vuelta y sale.
Está empezando a volverse un problema. Voy a tener que despedirla
pronto pero esperaré a que Palmer esté entrenada para que no nos quedemos
cortos de nuevo.
Bajo las escaleras y detrás del bar. Kayley está gritando órdenes y Mitch
y Shay voltean los ojos cuando me ven.
–Yo me encargo, Kayley. Por qué no empiezas a preparar las mesas.
Ella se va pisoteando y la energía cambia de inmediato.
–Gracias por eso. Está empeorando. Es muy mandona, - dice Mitch y
Shay asiente.
–Lo sé. Creo que ella piensa que está a cargo, - añade Shay.
–Hablaré con ella de eso, - les prometo mientras les ayudo a llenar el
bar y el hielo.
Shay y Mitch me preguntan sobre la chica nueva y les digo que es una
mesera. El resto de las entrevistas para cantineros seguirán en unos minutos,
así que tomo el papeleo y vuelvo a mi mesa. Kayley está haciendo un
berrinche en el piso de arriba y la volteo a ver. Ella me mira y la veo voltear
los ojos cuando se dirige abajo a ayudar.
Las entrevistas salen bien y termino contratando a dos nuevos
cantineros antes de abrir esa noche. Empezarán mañana con el
entrenamiento y para acostumbrarse al bar. Mitch y Shay celebran cuando
les digo que tendrán ayuda mañana y Kayley voltea los ojos de nuevo.
–Necesito terminar un papeleo pero bajaré a ayudarlos esta noche, - les
digo y ellos asienten, volviendo al trabajo antes de que las puertas se abran.
Me dirijo a mi oficina y colapso en mi silla. Trato de no pensar en
llamar a Ender pero cuando me encuentro viendo a la silla donde nos
besamos, me rindo.
El teléfono suena dos veces y luego me acobardo y cuelgo antes de que
él conteste. Mi corazón está acelerado y me río, sintiendo que he corrido
una maratón o algo. Sonrío, preguntándome qué hará si juego con él un
poco.
Nada parece molestar a Ender pero tengo el presentimiento de que con
unas cuantas llamadas perdidas mías podría tener a un fuerte hombre de la
milicia a mis pies. Parte de mí piensa que ya lo tengo.
Mi teléfono suena y salto en mi silla. Cuando veo el nombre de mi
mamá en la pantalla, me relajo pero no puedo evitar sentirme un poco
decepcionada de que no sea Ender.
–Hola, mamá, - contesto y puedo escuchar el familiar sonido de una
máquina de tatuar en el fondo, lo que significa que está trabajando en Eye
Candy Ink.
Mi mamá es una perforadora y maneja la recepción del estudio original
de Eye Candy Ink. Es totalmente genial y mi heroína. Incluso pensé en
seguir esa línea de trabajo pero las agujas me dan asco. No hubiera podido
soportar dos segundos en un estudio de tatuajes.
–¡Hola, cariño! ¿Cómo va todo en el club? No estás trabajando
demasiado, ¿verdad? - pregunta mamá y sonrío.
–No, de hecho acabo de contratar algunas personas para poder trabajar
menos, - digo y casi puedo verla volteando los ojos.
–¿Por qué no te creo? - bromea.
–¿Qué hay? - pregunto y ella tararea.
–Nada. Es sólo que no he hablado contigo en unos días.
–Mampa, te vi en la reunión del domingo.
–Eso no cuenta. Necesitamos tiempo entre chicas. Sólo nosotras dos.
–Me encantaría. ¿La próxima semana? Para entonces todos estarán
entrenados.
–¡Cuento con eso! - me advierte.
–Podemos teñirnos el cabello, - sugiero y puedo verla sonriendo en mi
cabeza.
–Hecho. Yo conseguiré el tinte.
–Suena bien. Nos vemos el domingo, mamá, - digo y ella se despide
también.
Cuelgo la llamada y trato de enfocarme en el trabajo pero cuando mi
teléfono suena de nuevo, mi concentración desaparece. Mariposas vuelan en
mi estómago cuando veo el nombre de Ender en la pantalla de mi teléfono.
Muerdo mi labio cuando presiono ignorar la llamada.
CINCO

Capítulo Cinco

Ender

CAT ESTÁ TRATANDO de volverme loco. Estoy seguro.


Sigue llamando y colgando antes de que pueda contestar. Cuando le
regreso la llamada, nunca contesta. Primero, creí que sólo estaba ocupada
en el club. Pero ahora sé que lo está haciendo para molestarme.
Han pasado tres días y mi paciencia se está acabando. Sé que mi bebé
sólo me está poniendo a prueba pero no quiero reclamarla hasta estar seguro
de que ella quiere que sea su papi. Tiene que ser su decisión.
–¿Irás a ver a tu chica? - le pregunta Gray a Harvey cuando se detienen
afuera de mi estación.
Estoy terminando de limpiar y desinfectar todo y sé que me están
esperando para cerrar.
–No, es noche de chicas, así que ambas están en casa. Iré más tarde
cuando Nora y Cat hayan vuelto a casa, - dice Harvey con una sonrisa.
El teléfono de Gray suena y sonríe cuando ve el mensaje. Estoy seguro
que es de Nora y mi mente empieza a trabajar cuando pienso en Cat y la
noche de chicas.
–Parece que te voy a ganar. Nora me pidió que la recogiera en el
apartamento de Sayler y Coraline, - dice Gray y me apresuro a limpiar todo.
–¿Está haciendo viento? - pregunta Rooney cuando se une a ellos.
–Eso parece, - dice Gray encogiéndose de hombros y termino de
organizar mi escritorio, empujando mi silla mientras me dirijo a ellos.
Caminamos afuera y Harvey cierra el local mientras Rooney cruza la
calle corriendo.
–Rayos. Tratará de conducir a casa, - gruñe Harvey corriendo detrás de
él.
Me río con Gray cuando los vemos luchar por las llaves. Rooney abre la
puerta y Harvey salta hacia el asiento del conductor.
–¿Puedo ir contigo? - le pregunto a Gray y se ve sorprendido.
–Eh, claro, - dice Gray y lo sigo por la calle hasta su auto.
Estoy dentro del auto antes que él y Gray frunce el ceño, probablemente
preguntándose por qué estoy actuando raro.
El viaje es silencioso y no puedo dejar de pensar en mi bebé. Estoy
molesto por sus llamadas colgadas y emocionado porque se siente como si
finalmente estuviera ocurriendo. Finalmente podré reclamarla como mía.
Cuando se estaciona afuera del edificio de apartamentos de Sayler y
Coraline, salgo del auto y me dirijo adentro. Escucho su teléfono sonar
detrás de mí y volteo a ver que se ha detenido a responder.
Tomo las escaleras dos escalones a la vez y no me molesto en tocar a la
puerta. Están escuchando música en la televisión de la sala pero todas están
reunidas en la isla de la cocina y mis ojos inmediatamente buscan a Cat.
Ella está por el refrigerador, una margarita casi en su boca. Sus mejillas
están sonrojadas y sé que está cerca de estar borracha.
–Tú, - gruño y todas abren los ojos sorprendidas cuando entro al
apartamento, me inclino, poniendo mi estómago contra el de Cat, tomándo
su bolso del mesón, y la cargo sobre mi hombro.
Cat se ríe mientras la llevo por las escaleras.
–¿Dónde están tus llaves? - le pregunto cuando llegamos a la recepción
y ella se menea en mi hombro, sacando las llaves del bolsillo de su
pantalón.
Las tomo de su mano y camino hacia afuera. Gray está terminando su
llamada y me ve con la boca abierta cuando cruzo la calle con Cat aún
colgando de cabeza en mi hombro.
La siento gentilmente en el asiento del pasajero y le pongo el cinturón.
Su cabeza se mueve en el respaldas y me sonríe borracha.
–Hola, papi, - susurra, tratando de besarme pero me echó hacia atrás.
Me mata tener que rechazar lo que sea que quiera darme, pero sé que
está al menos un poco borracha y no quiero aprovecharme de ella.
Ella hace un puchero y me apresuro al asiento del conductor, moviendo
el asiento hasta atrás. Me uno al tráfico cuando Cat pone una mano en mi
muslo y empieza a subir lentamente. Ella suelta una risilla cuando toma mi
miembro a través del pantalón y aprieto los dientes, diciéndome a mí mismo
que no me vendré en mis pantalones como un adolescente.
–Bebé, - le advierto y se ríe de nuevo, inclinándose sobre la consola
para lamerme el cuello. - Mierda, - siseo y ella lo hace de nuevo.
Me estaciono afuera de su apartamento, prácticamente lanzándome del
auto y corriendo a ayudarla. Ella me envuelve en sus brazos y piernas y
trato de pensar en cualquier cosa que no sea la forma en que se siente
tenerla presionada contra mí mientras la cargo hasta su apartamento.
Abro la puerta y llevo a Cat directo a su habitación. Remover sus brazos
y piernas de mí es una tortura exquisita pero finalmente, está acostada en la
cama. Cuando empieza a quitarse la ropa, sé que estoy en problemas y me
excuso para ir a buscarle una aspirina y agua.
Cuando regreso, ella está desnuda sobre las sábanas y sonríe cuando me
ve.
–Te necesito, - dice, su voz ronca y me recuerdo a mí mismo que ha
estado bebiendo.
Incluso si no estuviera borracha, no es el momento adecuado. Ser un
papi significa hacer lo que es mejor para su bebé. Sus necesidades vienen
primero.
–Bebe ésto, - le ordeno y ella toma las pastillas y el vaso con agua.
Se toma las pastillas y estira sus brazos sobre su cabeza. Carraspeo,
desviando la mirada de sus seductoras curvas para tomar sus sábanas y
cubrirla.
Cat hace un puchero, tratando de sentarse y pongo mis manos en sus
hombros, manteniéndola en su lugar.
–No vamos a tener sexo por primera vez cuando has estado bebiendo.
Así no es como tendrás tu primera vez, - digo con firmeza.
–Pero papi, - se queja y le lanzo una mirada.
Mi mano baja hacía mi bulto de nuevo y aprieto los dientes, forzándome
a dar un paso atrás.
–Estás duro, - me dice con una sonrisa traviesa.
–Siempre lo estoy cerca de tí, pero también siempre hago lo mejor para
tí.
La cubro con la sábana cuando suspira.
–¿Te quedarás conmigo? - me pregunta bostezando y no puedo
negarme.
–Claro.
Ella cierra los ojos y empieza a roncar en cuestión de segundos. Recojo
su ropa, dejando sus zapatos con los demás en la puerta. Pongo el vaso
vacío en el lavabo y miro su apartamento.
Es pequeño pero bonito y es un vecindario seguro. Vive en el tercer piso
y sé que ha estado aquí al menos dos años. Pero el apartamento no tiene la
sensación de que se haya vivido tanto ahí. Probablemente porque siempre
está en el trabajo.
Hay un sofá de cuero en la sala, una televisión de pantalla plana en la
otra pared. Unas almohadas y unas fotos en la pared, pero eso es todo.
Regreso a la habitación y veo que es casi lo mismo. Sólo una cama, un
armario, y una lámpara. Ella sigue dormida, acurrucada de lado y me quito
los zapatos, acostándome a su lado.
No sé cuánto tiempo me quedo viéndola antes de que mis ojos se cierren
y me quede dormido. Incluso estando a su lado, no puedo evitar soñar con
ella como todas las noches.
La única diferencia es que me despierto cara a cara con mi babé.
SEIS

Capítulo Seis

Cat

ME DESPIERTO ATURDIDA la mañana siguiente. Tuve el sueño más


extraño, en el que Ender venía y me sacaba cargando del apartamento de
Sayler y Coraline.
Cuando me doy vuelta, me doy cuenta que no fue un sueño.
Ender está acostado a mi lado en la cama, sus ojos cerrados mientras
duerme y no puedo evitar tomarme el tiempo de estudiarlo. Se ve tan en
paz, tan hermoso y me acerco más a él, queriendo sentir su piel contra la
mía.
Todavía está vestido y acostado sobre las sábanas así que hace que
acurrucarse con él sea un poco difícil ya que estoy desnuda y me dejó algo
apretada bajo las sábanas. Dejo mi mano sobre su bicep, queriendo tocarlo
y sus ojos se abren con ese simple toque.
–Buenos días, - digo, sonando avergonzada.
–Buenos días, - responde con voz ronca. – ¿Cómo te sientes?
Se da vuelta para acostarse de lado y pienso. Me hizo tomar agua y
medicina anoche así que no me duele la cabeza y no estoy tan deshidratada.
–Muy bien. No tomé demasiado anoche, - le digo y él asiente.
–Bien, - dice haciendo que me recueste en mi espalda y él queda sobre
mí. Mis ojos se cierran cuando me besa, sus labios presionando contra los
míos.
Mis manos van a sus bíceps, mis uñas hundiéndose en los músculos y
cuelgo de él mientras su lengua empuja dentro de mi boca, moviéndose,
jugando.
Siento que está en todos lados a mi alrededor y me pierdo en Ender, en
mi papi.
Mis piernas se abren, aceptando la sensación de él entre ellas, de su
peso sobre mí y no puedo evitar moverme con él, tratando de crear más
fricción.
–Papi, por favor, - le ruego cuando sus labios dejan los míos y empieza
a lamer y morder la columna de mi garganta.
–Lo que quieras, bebé. ¿Mi bebé quiere el gran pene de papi?
–¡Sí! - grito, dispuesta a rogar si me consigue placer y alivio de ésta
sensación que recorre mi cuerpo.
–Esa es mi niña caliente.
Sus palabras hacen que un gemido salga de mi garganta y comienzo a
halar su ropa, queriendo sentir su piel desnuda contra la mía. Hay
demasiadas capas de ropa entre nosotros.
Su barba roza contra mi piel, dejando un camino sensible por mi cuerpo.
Él quita las sábanas del camino mientras baja con besos y siento frío por la
falta de las sábanas pero caliente por lo que me está haciendo.
–Quítate la ropa, papi. Quiero verte, - digo, mi voz ronca con deseo.
Ender me hace caso, quitándose la camisa y quitando la sábana del resto
de mi cuerpo. Él se baja de la cama, quitándose sus pantalones y boxers
antes de volver.
Regresa a su lugar entre mis piernas y no puedo evitar moverme contra
él.
–Paciencia, bebé. Papi va a cuidar de tí. Se va a encargar de todo, -
susurra contra mi cadera y trato de quedarme quieta.
Sus grandes manos toman mis rodillas, abriendo mis piernas aún más
antes de que sus manos se muevan por mis muslos. Sus pulgares abren mis
labios inferiores y puedo sentir un aliento cálido en mi piel húmeda.
Mis manos se hacen puños en las sábanas mientras mis piernas tiemblan
en anticipación de lo que hará.
Él se inclina hacia adelante, su barba golpeando mi piel primero y luego
cosquilleando un poco antes de que su lengua toque mi centro.
No puedo concentrarme después de eso. No hay nada más en mi mundo
excepto lo que la lengua y las manos de mi papi me están haciendo. Con
cada lamida me eleva cada vez más hasta que estoy volando. Me lame
durante mi orgasmo y me vengo de nuevo.
Estoy tan sensible y mi sexo empapado. Debería estar satisfecha
después de dos orgasmos pero la presión que siento dentro de mí sigue ahí.
Necesito que él me llene.
–Te necesito, papi, - gimo, jalando su cabello y tratando de hacer que se
levante.
Me lave una vez más, hundiendo su rostro en mis labios hasta que su
barba está cubierta en mis jugos. Entonces se mueve, de rodillas entre mis
muslos y viéndome como un conquistador.
Abro las piernas aún más, necesitando que me tome, que me reclame.
–¿Lista para más, bebé? - pregunta y asiento con energía.
Se acomoda en sus manos para que no me aplaste y no puedo evitar
gemir al sentir su cálida piel contra la mía. Cuando su pene roza mis labios,
puedo jugar que casi termino.
–Debes ser valiente para papi. Él no quiere lastimarte, pero no hay otra
forma, - dice y puedo ver que la idea de hacer cualquier tipo de daño lo está
matando.
–Confío en tí, papi, - digo y puedo ver que las palabras lo hacen feliz.
–Bien. Eso está muy bien, bebé, - dice Ender cuando baja su cuerpo,
besándome mientras su miembro presiona contra mi entrada.
Él empieza a hundirse dentro de mí, pulgada por pulgada. Jadeo cuando
rompe mi virginidad y está completamente dentro de mí.
–Jodidamente perfecto, - sisea Ender y asiento.
Se siente increíble que me abra así. Creí que dolería más pero debí saber
que mi papi haría todo lo posible para hacerlo perfecto para mí.
–Papi se moverá ahora. Ya no puede contenerse. No cuando el coño de
su bebe está apretando su pene tan bien.
Asiento, también necesitando que se mueva.
Comienza lento, viendo mi rostro para asegurarse que estoy bien y me
pregunto si puede ver lo loca que estoy por él. Siento que el amor debe ser
una emoción clara en mi rostro y no sé cómo esconderla. No estoy segura
de querer hacerlo.
–Mierda, bebé, - sisea y su control casi se rompe.
Me encanta que parece que yo soy la única que vuelve loco a éste gran
hombre. Sólo yo puedo tenerlo.
–Oh, papi, - gimo cuando pasa por ese lugar dentro de mí que hace que
vea estrellas.
–Sí, así es. ¿Mi bebé será una niña buena y se vendrá sobre el pene de
papi? - pregunta y eso es todo lo que toma.
Grito cuando termino, mi cuerpo entero está tenso cuando mi orgasmo
me golpea como una ola. Mi uñas se hunden en sus hombros y me sujeto.
Ender grita, su ritmo deteniéndose y siento cuando él termina dentro de
mí.
–Papi, - gimo, mis manos moviéndose en su espalda donde se encuentra
sobre mí.
Él me besa y puedo sentir mi sabor aún en sus labios. Sus brazos me
envuelven y se da vuelta para que yo esté sobre él. Él nunca detiene el beso
y me lleva con él. Hago una ligera mueca y Ender lo nota.
–Espera, bebé, - dice, acomodándome en mi lado y bajando de la cama.
Se dirige a mi baño y vuelve un minuto después con Advil y un vaso de
agua.
–No es tan malo, - trato de decirle pero él toma mi mano y deja las
pastillas en mi palma.
–Es mi trabajo cuidar de tí. Las pastillas te ayudarán con el dolor. El
baño se encargará de lo demás.
Veo tu trasero cuando regresa al baño y empieza a llenar la bañera.
Soy la chica con más suerte del mundo.
SIETE

Capítulo Siete

Ender

SE SIENTE incorrecto estar separado de Cat pero sé que ambos tenemos


trabajos. Además, volveré a estar con mi niña en unas horas.
Gray y yo nos encontramos camino al trabajo y me mira cuando camino
hacia él.
–Hola, amigo. ¿Qué pasó anoche? - pregunta.
Me debato decirle pero quiero tener a Cat para mí mismo un poco más.
–¿Qué pasó entre Nora y tú anoche? - le pregunto y sus mejillas se
sonrojan un poco.
Sólo lo estaba molestando pero ahora me pregunto si algo realmente
ocurrió entre ellos. Ya sería hora.
Nos vemos en silencio por un minuto antes de que Gray asienta y nos
dirigimos al estudio. Mi teléfono suena cuando me siento en mi escritorio y
me sorprende ver el número del hermano de Gray llamándome.
–Hola, Mack. ¿Cómo va todo? - pregunto, viendo hacia mi puerta
abierta en caso que Gray esté escuchando.
–Hola, todo bien, - dice.
–Lamento lo de tu papá, - digo.
Sé que Gray fue a casa por el funeral hace unas semanas pero por lo que
nos dijo, su padre era un pedazo de mierda, y ninguno de ellos parece triste
por su partida.
–Gracias, de hecho es por eso que te llamo, - comienza y me pregunto si
algo está mal.
Si me está llamando a mí en lugar de Gray, me pregunto si es sobre él.
Me pareció que estaba bien en los últimos días pero quizá aún está lidiando
con la pérdida de su padre.
–¿Está todo bien? - pregunto, mi cuerpo empezando a tensarse mientras
espero escuchar posibles amenazas.
–Sí, llamé a Gray anoche y le pregunté si le importaría volver a
Rosewood para ayudarme con la casa de papá.
–¿Quieres que vaya con él? No soy bueno en construcción pero puedo
intentarlo, - ofrecí.
–No, voy a contratar a una compañía para que nos ayude a construir la
casa. El problema es la limpieza. Puedo hacerlo y Gray dijo que podría
volver para ayudar.
–¿Entonces qué puedo hacer? - le pregunto.
–Vigila a Gray. Las cosas han estado tensas entre nosotros por un
tiempo y hablamos de eso anoche. Sólo quiero asegurarme que él está bien
con todo y está lidiando bien con el funeral.
–Lo haré, - le prometo.
–Gracias, Ender, - dice Mack con sinceridad y nos ponemos al día por
unos minutos.
Dice que se quedará en Rosewood al menos hasta que venda la vieja
casa y se encargará de algunas cosas, le ofrecí mostrarle Pittsburgh si
alguna vez viene a visitar y Gray está trabajando. Parece que tiene una
chica en el pueblo y aunque quiero preguntarle al respecto, no lo hago.
Tiene demasiado en su mente sin que yo le pregunte por su vida amorosa.
–El taller está abriendo así que debo irme, pero hablaremos pronto, - le
digo y colgamos poco después.
Tengo que apresurarme a buscar los tatuajes de mis clientes para
tenerlos listos antes de que lleguen, pero de cierta forma ayuda. De ésta
forma no estoy tan distraído pensando en Cat.
Paso las siguientes nueve horas tatuando y para cuando termino, ya está
oscuro y mi estómago está rugiendo. Tengo el presentimiento de que Cat
tampoco ha comido aún. Ella mencionó que estaría entrenando al nuevo
personal así que paso por Wild Thyme por alguna de su comida favorita y
luego me dirijo a Se7en.

LOS PORTEROS me dejan entrar sin tener que detenerme y me gusta


cómo me estoy volviendo algo regular en la vida de Cat. Subo las escaleras
y toco a la puerta de Cat antes de entrar. No estoy seguro de si está
entrenando al personal aquí y no quiero interrumpir pero cuando abro la
puerto, ella está sola.
–Hola, bebé, - digo cuando entro.
Le muestro la bolsa de comida y ella me sonríe, levantándose del
escritorio.
–Eres el mejor, - suspira cuando toma la bolsa de mis manos y empieza
a sacar todo.
Dejo un beso en su cuello, ella deja salir un gemido y se inclina hacia
mí.
–¿Cómo estuvo tu día? - susurro contra su piel y ella se relaja aún más
contra mí.
–Muy bien de hecho. Todo el nuevo personal parece aprender rápido y
se llevan bien con todos los demás. Bueno, casi, - susurra pero logro
escucharla.
–¿Problemas? - le pregunto, girándola para que me vea.
–Es Kayley, - admite, sus ojos brillando y me pregunto qué hizo ésta
Kayley para molestar a mi niña.
–¿No se está llevando bien con los demás?
–Quiere mi puesto. Nunca le ha gustado que me convirtiera en la
gerente y cree que sólo lo obtuve porque mi papá es dueño del club.
–Eso no es cierto, gruño, queriendo asegurarme que sepa lo genial y
talentosa que es.
–Lo sé. Tengo un título y trabajé en todos los puestos mientras estaba en
secundaria pero eso no importa. Kayley ha trabajado aquí tiempo completo
por más tiempo y cree que debió ser ella. Está tratando de hacer que
contrate a una asistente y crear el puesto no es una mala idea pero
definitivamente no quiero que sea ella. Ella está ansiosa por tomar el
control.
–Entonces contrata a alguien más para el puesto. Y despide a esa tal
Kayley.
–Sé que tendré que hacerlo. Ha comenzado a mandar a todo el mundo,
incluso a mí a veces.
–A la mierda, - gruño y Cat suelta una risilla, sonriéndome.
–Esto está bien.
–¿Qué cosa? ¿Que me enoje por uno de tus empleados?
–No, sólo tener a alguien de mi lado. A veces me da miedo decirle a mis
padres porque sé que quieren ayudar pero necesito hacer ésto por mí misma.
Es bueno sólo poder desahogarse con alguien.
–Estoy aquí para cuando me necesites, bebé, - le digo y ella me sonríe.
–Gracias, - dice, poniéndose de puntillas y dándome un suave beso.
–¿Tienes hambre? - susurro y ella asiente, sus ojos se oscurecen cuando
mis manos suben por su espalda y sujetan su cabello.
–Sí, papi, - susurra y mi pene pulsa en mis pantalones.
–¿Te duele? - le pregunto y ella duda un momento antes de negar con la
cabeza.
–La comida primero. No puedo dejar que te distraigas y te olvides de
comer.
Ella hace un puchero y yo tomo asiento, trayendola a mi regazo. Ella
deja su brazo alrededor de mi cuello, sonriéndome cuando tomo el primer
contenedor de comida y lo abro. Es un gyro y lo acerco a su boca,
esperando a que ella tome un bocado y trague antes de ofrecerle otro.
Terminamos toda la comida de esa forma. Ella trata de lamer mis dedos
y succionarlos cuando le doy papas fritas y entre eso y ella moviéndose en
mi regazo, estoy totalmente duro para cuando la comida se termina.
–Más, papi, - susurra Cat en mi oído y aunque quiero estar
cómodamente dentro de su apretado coño, tengo que pensar primero en sus
necesidades.
Recién tomé su virginidad esta mañana. Debe estar adolorida. Aún así,
no puedo dejarla con el deseo.
La levanto a ella, sentándola en su escritorio, levanto su falda y bajo su
ropa interior cuando me pongo de rodillas frente a ella. Tengo sus piernas
en mis hombros antes de que se de cuenta de lo que haré.
Está algo rosa y sé que no está linda para soportar todas mis pulgadas.
Pero no es una pena hacer que termine en mi cara.
Me lanzo hacia ella, sabiendo que estamos en su trabajo y debemos ser
rápidos. Mi lengua se adentra en su coño, lamiendo y frotando su clítoris.
Repito el camino una y otra vez mientras mi niña jadea y se menea contra
mi boca.
–¡Papi! - me llama cuando termina y sostengo sus caderas,
manteniéndola en su lugar mientras chupo su clítoris y juego con su placer.
Tiene una quemadura de barba en el interior de sus muslos pero no
parece molestarle. Ella me sonríe, una mirada nublada en su rostro cuando
la acerco a mí, besando sus labios.
Ella gime cuando prueba su sabor en mis labios y trato de ignorar cómo
mi erección presiona contra el frente de mis pantalones.
–¿Puedo chupártela, papi? - ronronea Cat y mis piernas se debilitan al
imaginarla en sus rodillas frente a mí.
–No tienes que hacerlo, - digo, seguro que mi cremallera debe estar
impresa a mi pene.
–Quiero hacerlo, - dice mientras se pone de rodillas frente a mí.
Sus dedos van a mi cremallera y mete la mano dentro de mis boxers,
sacando mi miembro.
Ver su pequeña mano alrededor de mí es casi obsceno y tengo que
apretar los dientes para evitar terminar antes de que siquiera pueda poner
sus labios en mí.
Ella me mira desde donde está de rodillas y si no estaba enamorado de
ella antes, me hubiera enamorado en este momento. Se ve tan hermosa pero
traviesa. Es una combinación peligrosa.
–Nunca he hecho esto, papi.
–Lo sé. Sólo ponlo en tu boca, bebé, y chupa, - explico y ella me sonríe
antes de hacerlo.
Sus mejillas se hunden y por Dios, no voy a durar.
–Mierda, bebé, - gruño, mi cabeza cayendo hacia atrás mientras mis
manos se enredan en su cabello.
Su cabeza empieza a moverse de arriba hacia abajo por todo mi
miembro y puedo sentir ya puedo sentir la presión en mis bolas.
Su mano me toma y empieza a moverla al ritmo de su boca. Mi niña
aprende rápido y me pregunto si es una bendición o una maldición.
Cuando traga con mi miembro en su boca, decido que es una bendición
–Voy a terminar, - le advierto y empieza a chupar con más fuerza,
queriendo que termine en su garganta.
–Mierda, bebé, - gruño, tratando de guardar silencio pero estoy seguro
que la música del primer piso nos está cubriendo.
Cat traga mi carga, sonriéndome cuando lame una última vez la punta
de mi pene.
La ayudo a ponerse de pie, besándola y tratando de bañarla en todo el
amor que siento por ella con el abrazo.
Hay un toque en la puerta unos minutos después y me levanto
desganado. Su rostro está ligeramente rojo por mi barba y su cabello está
despeinado por mis dedos. Es bastante obvio lo que hemos estado haciendo
aquí.
Trato de acomodar su cabello. Sé que quiere mantener esto privado y no
es asunto de nadie lo que hacemos en privado.
–Te dejaré volver al trabajo. Envíame un mensaje cuando llegues a casa
para saber que estás bien. Aún mejor, envíame un mensaje cuando estés
lista para salir y vendré a recogerte.
–Tengo un auto, - me recuerda y frunzo el ceño.
No me gusta la idea de dejarla tan tarde pero sé que está segura. Tiene
un portero que la lleva a su auto y también debo confiar en ella.
–Te enviaré un mensaje, - me promete y asiento.
–Hablamos pronto, bebé, - susurro contra sus labios y ella sonríe.
Me dirijo a casa con el olor y sabor de ella aún en mis labios.
OCHO

Capítulo Ocho

Cat

ENTRO a Se7en el día siguiente con una sonrisa en mi rostro. Ender vino a
casa conmigo anoche e hicimos el amor una vez más antes de dormir. Me
desperté esta mañana con él envolviéndome y me cogió dos veces más
antes de que ambos saliéramos a nuestros trabajos.
Me muerdo el labio subiendo las escaleras pensando en la forma que me
sostenía de los muslos y el trasero mientras me cogía con fuerza. Me tenía
atrapada contra la pared de la ducha, mi cuerpo envolviendo el suyo
mientras me embestía, preguntándome si me gustaba el gran pene de papi.
Mis sies resonaban en las paredes de la ducha y me vine tan fuerte que casi
me desmayo. Volví en sí para verlo lavándome con cuidado y mi corazón se
derritió por el claro amor que podía ver en su rostro mientras lo hacía.
Todavía no hemos dicho que nos amamos, pero está en cada acción,
cada caricia, nalgada, o cogida.
–Hola, gatita, - ronronea Kayley cuando entro a mi oficina y salto
ligeramente de sorpresa.
Está sentada en mi silla, sus pies en mi escritorio, y la fulmino con la
mirada.
–Levántate de mi silla.
–No lo creo, - dice Kayley, con una fea sonrisa en su rostro.
–¿Disculpa? - pregunto mientras pongo mi bolso y el almuerzo que
Ender me preparo en la esquina de mi escritorio y cruzo mis brazos.
–Lo sé, - susurra Kayley, sus ojos en la puerta.
–¿Sabes qué?
–Te escuché a tí y al viejo anoche. Tu “papi”, - sisea, su rostro
contorsionado en asco y mi estómago se revuelve.
–Eso no es de tu incumbencia, - empiezo pero ella me interrumpe.
–Es asqueroso y lo hiciste aquí, tu lugar de trabajo. Sé que puedes
salirte con la tuya porque tu otro papi es dueño del lugar, pero me pregunto
cómo se sentirá él y el resto del personal cuando sepan lo que has estado
haciendo aquí con ese hombre.
–Tampoco es de su incumbencia. ¿Cómo nos escuchaste? ¿Estuviste
espiándonos en lugar de hacer tu trabajo de nuevo? - respondo y ella se
sonroja, sé que tengo razón.
–Eso no importa. Lo que importa es que te escuche a tí y ahora sé tu
pequeño y asqueroso secreto.
No es asqueroso, quiero decir pero no puedo decirlo.
–Quiero tu trabajo, - demanda Kayley y volteo los ojos.
–No puedes tenerlo.
–Eso lo veremos.
Empieza a ponerse de pie y pienso en lo que haría mi mamá. Es una
mujer genial. No acepta mierda de nadie. Tampoco debería hacerlo su hija.
–Nadie se quedará si te vuelves la gerente. Nadie te soporta. Ni siquiera
tienes el poder y ya dejaste que se te suba a la cabeza. Además, es tu
palabra contra la mía. No tienes prueba que lo que dices realmente pasó.
Le sonrío cuando se congela y me lanza una mirada.
–Algunas personas me creerán, - insiste y niego con la cabeza.
–Como dice, nadie te quiere aquí. Te quejas y ordenas a las personas en
lugar de ayudar cuando estamos cortos de personal. No confían en tí y,
obviamente, no deberían.
–Házme tu asistente y no le diré a nadie.
–No, ¿y realmente estás tratando de chantajearme para que te de un
ascenso? ¿Sabes lo ilegal que es eso?
Ella da un pisotón cuando digo eso, su rostro rojo de enojo.
–Jódete, - sisea y le doy una sonrisa que dice exactamente lo mismo.
–¿Por qué no vuelves al trabajo?
Ella se detiene y puedo ver su mente trabajando pero no voy a
retractarme. No dejaré que tenga ningún poder aquí o ella le hará la vida
miserable a todos aquí, yo incluída.
–¿Crees que no ayudo lo suficiente? Bien, entonces renuncio. Que se
diviertan con poco personal, - dice antes de pasar a mi lado y salir por la
puerta.
Suspiro, estirando los hombros para tratar de aliviar la tensión, y cuando
me siento en mi silla noto que Palmer está en la puerta.
Está sonrojada y es obvio que escuchó nuestra pelea.
–Hola, - digo, tratando de aliviar la tensión y ella entra a mi oficina,
cerrando la puerta detrás de ella.
–Lamento interrumpir. Sólo quería entregar el resto de mis documentos
de contratación y mi información bancaria, - dice y asiento, tomando los
papeles.
–Gracias.
–Esa chica es una perra, - dice Palmer de repente, y parece tan
sorprendida de haberlo dicho que no puedo evitar reírme.
–Sí, lo es. No creo que alguien vaya a estar triste cuando les diga que
renunció.
–Tampoco lo creo.
–Sólo apesta que tendremos poco personal de nuevo hasta que
encuentre a otra mesera.
–Mi compañera de cuarto está buscando trabajo. Fue mesera en
secundaria.
–Traela, - digo de inmediato y Palmer sonríe.
–Lo haré… y sabes que lo que dijo no es cierto, ¿verdad?
–¿Huh? - pregunto, fingiendo no saber a lo que se refiere.
–Sobre ese hombre y tú. No hay nada de malo en eso. No es asqueroso.
–Gracias, Palmer, - susurro y ella me da una sonrisa.
–No hay problema. No creo que la diferencia de edad sea rara tampoco.
Para ser honesta, yo también estoy enamorada de un hombre mayor.
–¿Sí? ¿Alguien que conozca?
–Probablemente no. Es un tatuador en Eye Candy Ink. Quizá hayas
escuchado de él porque es muy bueno.
Mi estómago se revuelve y me pregunto si debería decirle que
básicamente soy familiar de todos los que trabajan ahí. Empiezo a
preguntarme quién podría ser.
–Su nombre es Banks, - dice, con una mirada soñadora y apenas puedo
contener mi risa.
–Eres su vecina, - adivino y ella parece sorprendida.
–Sí, pero…
–Soy como su hermana.
El rostro de Palmer está en llamas y le doy una suave sonrisa.
–No le diré. Creo que también le gustas. Ha estado llegando tarde a la
reunión de los domingos y la familia entera lo ha notado. Siempre dice que
estaba ayudando a su vecina. Creo que todos asumimos que era una señora
de noventa años que necesitaba ayuda en su casa.
–Oh, no. Es… bueno, algo más, - susurra y sé que no quiere hablar de
eso en este momento.
–Si necesitas algo, - empiezo y ella asiente, sonriéndome.
–Gracias. En serio. Enviaré a mi compañera de cuarto. Su nombre es
Rae.
–Gracias, - digo y ella asiente al salir por la puerta.
Palmer se ve y trato de enfocarme en ella y Banks o en el trabajo.
Cualquier cosa menos lo que pasó con Kayley. Sé que tan pronto piense en
eso, me sentiré avergonzada de nuevo y entraré en pánico.
Me pregunto si cometí un error.
¿Qué pasa si mis padres se enteran? ¿O alguien más del trabajo?
¿Cómo los veré a la cara?
Sé que Ender nunca me forzará a llamarlo papi en público, que él sabe
que sólo me gusta hacerlo en privado y no tengo que hacerlo todo el tiempo,
¿pero realmente está bien?
Me muerdo el labio, considerando mis opciones y aunque me rompa el
corazón, le envío un mensaje.

CAT: Lo siento mucho. Creo que esto es un error. Ya no puedo estar


contigo.
PRESIONO ENVIAR y lanzo mi teléfono a mi bolso, tratando de ignorar
los pedazos de mi corazón y concentrarme en el trabajo, esperando que
pueda distraerme del dolor que acabo de causarme.
Sorpresa. No lo hace.
NUEVE

Capítulo Nueve

Ender

CAT: Lo siento mucho. Creo que esto es un error. Ya no puedo estar


contigo.

HE ESTADO VIENDO el mensaje por días y sé que debo detenerme, que


sólo me estoy torturando, pero no puedo evitarlo.
No he respondido al mensaje aunque no quiero más que rogar y pedir
que regrese conmigo. Estoy devastado por el rechazo, pero sé que tiene que
esto, que yo soy bueno para ella. Esa es la decisión que no puedo tomar por
mi bebé.
–Ey, amigo, - dice Rooney cuando se detiene en mi puerta.
–Ey, ¿listo para cerrar? - pregunto, guardando mi teléfono en mi bolsillo
cuando me levanto.
–Sí, Banks está terminando con su último cliente, así que tomará un
momento.
Asiento, arreglando todo en mi escritorio antes de tomar mi bolsa.
–¿Escuchaste? - pregunta Rooney con una sonrisa.
–¿Escuchar qué?
–Que Gray y Nora por fin están juntos. Sayler me lo dijo en el
almuerzo.
–Por fín, - gruño y Rooney se ríe.
–¿Verdad? Ya era hora que esos dos se dieran cuenta de lo que estaba
frente a ellos.
Sonrío y me dirijo a la recepción. Banks está envolviendo el brazo de su
cliente y sé que no tardará mucho.
–Parece que sólo faltan ustedes dos, - dice Rooney sentándose en una de
las sillas y estirando sus piernas.
–¿Qué?
–Sólo falta que se enamoren Banks y tú.
Volteo los ojos, reclinándome en el escritorio de la entrada.
–¿Por qué de repente estás tan obsesionado con nuestras vidas
amorosas? - le pregunto.
–Sólo quiero que seas feliz, amigo.
–Lo soy, - miento.
Lo era, quiero decirle pero no creo que Cat quiera que se sepa que
estuvimos juntos. Trato de que esa idea no duela.
–Claro, - dice Rooney sin sonar convencido y me siento aliviado cuando
Banks sale a la recepción con su cliente.
Él hace el cobro y esperamos a que termine de recoger la caja de
efectivo y la asegure en la oficina de Maxine antes de que Rooney empiece
de nuevo.
–¿Vendrás mañana, Ender? - pregunta Rooney.
–¿Dónde?
–¿A la reunión? Sólo quería saber si debería llevar ramos de flores para
todos.
–Sí, no podemos dejar que nos hagas quedar mal, - bromea Banks.
La familia de Eye Candy Ink tiene una reunión semanal los domingos y
fui invitado la semana pasada. Fui, llevando flores para todas las mujeres.
Las mujeres las amaron, pero he recibido mucha mierda por parte de todos
los chicos.
–No, no podré ir mañana. Tengo otros planes, - miento.
No hay forma de que pueda estar cerca de Cat ahora sin pedirme que
regresemos. Sé que lo que hay entre nosotros es real y está bien, pero
necesito que Cat entienda lo mismo antes de continuar.
–Qué mal, - dice Rooney y me sorprende de que lo diga en serio.
Soy el extraño en el estudio. Mayor que todos los demás, sin mucho
entrenamiento o experiencia, no tan despreocupado. Sé que entre mi
nombre, tamaño, y personalidad, puedo asustar a las personas y creo que
asusté a los chicos aquí cuando fuí contratado. Es bueno ver que estoy
empezando a agradarles.
–¿Qué hay de tí, Banks? ¿Tienes a alguien especial en tu vida? ¿Vas a
traer a esa vecina que siempre necesita ayuda? - pregunta Rooney.
–No, creo que Palmer tiene planes, - murmura Banks cuando termina un
papeleo.
–¿Palmer? - pregunto, el nombre me parece conocido. - ¿La Palmer que
acaba de contratar en Se7en?
–¿Qué? - pregunta Banks, levantando la cabeza. - ¿Qué acabas de decir?
–Cat acaba de contratar a una chica llamada Palmer como mesera en
Se7en, - le informo y pareces furioso.
–¿Cómo sabes a quién contrató Cat? - pregunta Rooney sospechoso.
–¿Estás seguro que su nombre era Palmer? - pregunta Banks antes de
que pueda pensar en cómo responderle a Rooney.
–Sí. Dijo que era más joven, como de diecinueve, y en la universidad
estudiando negocios.
–Hijo de perra, - sisea Banks y entonces está tomando su mochila y
saliendo por la puerta.
Rooney y yo nos miramos, preguntándonos qué rayos fue todo eso.
Quizá soy el único que no ha encontrado el amor.
Cerramos el estudio y me despido de Rooney antes de dirigirme a casa.
Se siente raro no ir a Se7en. Me siento desequilibrado sin mi niña en el
centro de mi mundo y no sé qué hacer al respecto.
Me pregunto cómo está. No puedo olvidar nuestro tiempo juntos y sé
que ella sintió lo que hay entre nosotros.
No tengo mucha hambre y no sé qué hacer conmigo mismo. Sigo
caminando por mi casa y no puedo evitar sentirme triste y agradecido
porque Cat nunca vino aquí. No sé qué haría, cuánto más podría sufrir si la
pudiera oler en todo mi alrededor.
Mi teléfono suena y no puedo evitar querer que sea Cat.
No lo es.
–Hola, Mack, - digo al contestar el teléfono.
–Hola, ¿qué tal todo?
–Muy bien. ¿Llamando para preguntar por Gray? - adivino.
–Sí, y para decirte sobre Brooks Coleman, no sé si lo recuerdas. Fue un
explorador.
–Sí, lo recuerdo, - respondo.
–Va hacía ti. Me acabo de enterar que por fin terminó la terapia física
después del desastre de IED. Se supone que estará en entrenamiento en un
gimnasio ahí. No puedo recordar el nombre.
–Probablemente sea el Gimnasio Kings.
–Sí, ese es. Estará entrenando ahí y tratando de acostumbrarse a la vida
de civil. Debería estar en la ciudad en una semana o dos y pensé que podría
pasarte su número en caso que no lo tengas.
–No lo tengo, así que sí. Lo llamaré y puedo mostrarle la ciudad,
invitarle una cerveza.
–Suena bien. Te lo enviaré en un minuto.
–¿Cómo va la casa?
–Lento, pero bien. Destruir todo es casi terapéutico, - dice con una risa
sombría.
–Gray y Nora ahora están juntos.
–Ya era hora, - suspira y me rio.
–Esa ha sido la respuesta de todos.
–¿Pero él está bien? ¿Están bien? ¿No necesita dinero o algo?
–No, él está bien. Ha estado en el cielo desde que están juntos y todo
parece estar bien entre ellos dos.
–Bien, - dice Mack, sonando aliviado.
–Él mencionó que iría a ayudarte con la casa. Se supone que yo ayude
con los cachorros.
–Oh, suerte con eso, - dice con una risa. - He escuchado que son mucho
trabajo.
–Gracias, - digo a secas.
–Tengo que irme. Me reuniré con alguien en el pueblo, pero te hablaré
pronto.
–Suena bien.
Colgamos y sólo me toma un momento recordar que estoy solo. Me
desplomo en el sofá, viendo al techo y rogando que no le tome mucho
tiempo a mi niña entender que ella también me necesita.
DIEZ

Capítulo Diez

Cat

SÉ que es tonto estar emocionada por ver a Ender en la reunión del


domingo. Terminé con él, ya no debería estar feliz de verlo.
Los últimos tres días pasaron volando. Pero aún duele. Llamé a una de
los candidatos entrevistados la semana pasada y la contraté como mesera
para reemplazar a Kayley. Luego tuve que entrenarla.
Pensé que el entrenamiento me ayudaría a distraerme del dolor
constante en mi pecho pero no ayudó mucho. Siempre estaba ahí, un dolor
agudo en mis costillas.
–¡Hola, Cat! - llama mi tía Indie cuando entro a la casa del tío Zeke.
–Hola, - digo, abrazándola con fuerza.
Tía Indie siempre actúa como si no nos hubiéramos visto en meses
cuando en realidad sólo ha pasado una semana.
–¿Cómo has estado? - pregunta tía Darcy cuando se une a nosotras y me
da un abrazo.
Éstas dos han sido mejores amigas por la mayoría de sus vidas. Son
inseparables y también polos opuestos. Tía Darcy es calmada y con curvas.
Tía Indie es caótica y delgada. Pero las dos se complementan. Lo mismo
ocurre con sus esposos, tío Atlas y tío Mischa.
–Bien, ocupada, - le digo y ella sonríe.
Puedo ver que está estudiando mis rostro y me pregunto qué ve. ¿Puede
ver que estoy distraída y con el corazón roto? ¿Está escrito en mi rostro?
–Todos están atrás, - dice mi mamá viniendo de la cocina.
–Hola, mamá,- digo, forzando una sonrisa.
–Hola, - dice y puedo ver por su cara que sabe que algo me ocurre.
–¿Necesitan ayuda con algo? - pregunto, esperando distraerla antes de
que empiece a cuestionarme.
–Nosotras nos encargamos. Los chicos ya están en la parrilla y todo lo
demás en la cocina. ¿Quieres algo de beber? - pregunta tía Darcy y asiento,
siguiéndolas a la cocina.
Puedo ver a Harvey, Rooney, Ames, Maxine, Sayler, Nora, y Gray
afuera y me pregunto si Coraline está ocupada en Wild Thyme.
No hay señas de Ender y estoy segura que la decepción se muestra en
mi cara. Quizá llegue tarde.
Tomo una limonada y estoy por unirme a mis amigos y familia cuando
Banks entra a la casa. Él me mira y su quijada se tensa cuando camina
directo hacia mí.
–¿Puedo hablar contigo un momento? - pregunta, tomándome de la
mano y llevándome a otro lado.
–¿Todo está bien? - pregunto una vez que estamos encerrados en el
cuarto de huéspedes.
–No, no lo está. ¿Contrataste a alguien llamada Palmer para trabajar en
Se7en? - pregunta y me sorprende la pregunta.
–Eh, sí, - digo, teniendo una idea de a dónde va ésta conversación. - Ella
mencionó que era tu vecina.
–Lo es. También es demasiado joven para trabajar de mesera en un club.
–De hecho, legalmente, es–
–¡Cat! - exclama, exasperado.
–¿Qué? ¿Qué quieres que haga, despedirla?
–Sí.
–No. Es una buena trabajadora y necesita el dinero.
–Puedo… - se detiene y espero a que termine. Cuando no lo hace,
empiezo de nuevo.
–¿Puedes qué? ¿Prestarle dinero?
–No, no lo tomará.
–Chica lista.
Él me lanza una mirada y sonrío.
–Ella quiere ser independiente. Quiere trabajar. Si te preocupas por ella,
no te pondrás en su camino. Querrás que tenga éxito y sea feliz,
Él desvía la mirada y sé que sabe que tengo razón.
Mi consejo para Banks me recuerda a Ender y hago una mueca. Debería
tomar mi propio consejo. Todo lo que Ender quiere es que yo sea feliz y lo
alejé.
–¿Vendrá Ender? - no puedo evitar preguntar.
–No, dijo que tenía otras cosas que hacer hoy, - dice Banks distraído.
–Oh.
Banks se excusa, escribiendo en su teléfono y respiro profundo.
Entonces, ¿qué? No vendrá hoy. No es la gran cosa.
–¿Qué sucede? - pregunta mamá tan pronto cuando salgo del cuarto de
huéspedes.
Tía Darcy, Trixie, Edie, Indie están ahí con Sayler, Maxine y Nora.
–¿De qué hablas? - trato de cubrirme y mi mamá frunce el ceño,
dejándome saber que no engaño a nadie.
–¿Por qué parece que alguien se robó tu helado? - pregunta tía Indie.
Suspiro, decidiendo decirles la verdad. Quizá me ayude tener otra
perspectiva.
–Estaba saliendo con Ender, pero terminamos el otro día, - admito.
–¿Desde cuándo? - pregunta tía Trixie.
–¡Lo sabía! - dice Sayler al mismo tiempo y me río.
–No fue por mucho. Sólo una semana.
–¿Y lo extrañas tanto? - pregunta mamá.
–¿Por qué terminaste con él? - pregunta Nora.
–¿Por qué crees que fui yo? - le pregunto y ella sonríe.
–Eh, porque tengo ojos y he visto cómo te ve él. El hombre está
enamorado de tí. Él nunca terminaría contigo, - dice y veo a Sayler y
Maxine asentir.
–¿Por qué terminaste con él? - pregunta tía Darcy, sonando preocupada.
No quiero darles muchos detalles y trato de pensar en una forma de
explicarles.
–Es sólo que estoy ocupada.
–Eso es una mierda, - dice mamá, cruzándose de brazos.
–Estaba preocupada.
–¿Por qué? - pregunta ella.
–Por la diferencia de edad. Creo que es demasiado y nos estaban viendo
en el club.
Mi tía Trixie y mi mamá resoplan y sé que es porque ambas están
casadas con hombres mayores.
–No lo es. La edad es sólo un número, - dice mi tía Trixie y asiento,
sabiendo en el fondo que ella tiene razón.
–Si lo amas, Cat, no lo alejarás, - dice mamá y sé que está preocupada.
Esta es mi primera relación y me pregunto si está emocionada de hablar
sobre chicos conmigo o preocupada porque me estoy lanzando a las
profundidades.
Asiento con la cabeza y entonces Rooney nos llama desde la puerta,
dejándonos saber que la comida está lista.
–¡Vamos! - contesta Sayler.
Mi mamá se acerca, tomando mi mano y dándome un apretón cuando
las demás se van.
–Si lo amas como creo que lo haces, entonces no lo alejarás. Sólo los
estás castigando a los dos, - me dice y asiento, sintiendo un nudo en la
garganta.
Sé que tiene razón. Siempre que nos amemos, no importa lo que
hagamos en privado.
No puedo creer que lo aleje, que terminé con él cuando todo lo que él
trataba de hacer era amarme y cuidarme.
Me uno a los demás en el patio pero mi cabeza está dando vueltas. Sé
que lo arruiné al terminar con Ender.
Ahora necesito averiguar una forma de disculparme con él.
ONCE

Capítulo Once

Ender

–CASI TE TENÍA, - dice Brooks con una risa cuando salimos del
Gimnasio Kings.
–Ni de cerca, - le digo, golpeando su hombro.
Brooks llegó a la ciudad anoche y ya que es mi día libre, me ofrecí para
mostrarle la ciudad e ir a la sesión de entrenamiento en el gimnasio.
Ha sido bueno verlo de nuevo y ponernos al día. El ejercicio en el
gimnasio me ayudó a distraerme de Cat. Al menos por un rato.
–¿Ya tienes dónde vivir? - le pregunto mientras caminamos.
–Aún no. Me estoy quedando en un hostal pero ya me estoy cansando.
Un tipo que conocí ahí, Niall, dice que puedo quedarme con él una semana
o dos, así que quizá acepté su oferta, - dice Brooks encogiéndose de
hombros.
–También puedes quedarte conmigo, - le ofrezco y él asiente.
–Gracias. Estoy seguro que encontraré algo pronto.
Él frota su hombro izquierdo y puedo ver que la herida que recibió
durante el ataque en el extranjero lo está molestando.
–¿Quieres una cerveza? - le pregunto pero niega con la cabeza.
–Debería volver y tomar una ducha. Quizá poner hielo en mi hombro.
¿La próxima semana? - pregunta y asiento con la cabeza.
–Sí, tienes mi número. Házme saber cuando quieras que nos veamos.
–Gracias, Endeer. Nos vemos pronto, - dice mientras cruza el
estacionamiento hacia su viejo Bronco.
Me deslizo detrás del volante de mi propio auto y suspiro, pensando en
Cat. Me pregunto si me extraño en la reunión de hoy. Me pregunto si ha
recordado comer y cuidarse.
Enciendo el auto y me uno al tráfico, conduciendo el corto camino a
casa. Me estoy estacionando en la entrada cuando volteo a ver un conocido
cabello rosado. Mi corazón se acelera en mi pecho y contengo la
respiración, esperando que la chica del abrigo se de vuelta para que pueda
ver si realmente es Cat. Quizá estoy alucinando.
Ella se voltea y cierro mi puerta de un portazo y mis rodillas se debilitan
cuando la veo con su cabello en dos coletas, el abrigo rozando su piernas
desnudas.
–Hola, - digo, deteniéndome a unos pasos de ella para que pueda verla a
los ojos.
–Hola, ¿podemos hablar? - pregunta y asiento, abriendo la puerta y
dejándola entrar.
–Me gusta tu apartamento, - dice y sólo puedo mirarla.
Tenerla en mi casa se siente como un sueño hecho realidad y parte de mí
teme que esto sólo sea un sueño o una alucinación.
–¿Qué haces aquí? - le pregunto, mi voz sonando ronca.
–Pues, - dice ella, empezando a deshacer el nudo en su cintura.
Mis ojos se aferran al movimiento y cuando ella termina de deshacer el
cinturón, abre el abrigo y lo deja caer a sus pies.
–Quiero disculparme, papi, - ronronea y juro que debo estar soñando.
No hay forma que sea Cat, mi niña, de pie en mi sala en nada más que
un par de tacones, coletas, y un babydoll que acentúa sus curvas.
–¿Qué? - pregunto hipnotizado.
–Dije que quiero disculparme, papi, - repite, acercándose a mí.
Sus manos caen en mi pecho, sintiendo mis pectorales y mi cuerpo se
pone rígido.
–¿Por qué? - demando y ella me ve por debajo de sus pestañas.
–Por alejarte. Es sólo que… estaba asustada. Kayley me confrontó, nos
escuchó en mi oficina y estaba preocupada por lo que la gente pensaría si
sabían lo que habíamos hecho. Pero no hay nada malo en lo que hacemos.
Te extrañé. Estar lejos de tí se sintió mal. Yo sólo… no puedo vivir sin tí,
papi. No quiero.
–Gracias, bebé, porque yo tampoco puedo vivir sin tí.
Entonces la agarro, moldeando sus curvas contra mi pecho y ella
suspira, abriéndose para mí cuando nuestros labios se encuentran y se
aferran al otro.
–Te amo, - digo, mis manos tomando sus muslos y levantándola. - Te
amo tanto que duele.
–Lo sé. Yo también te amo, - gime contra mis labios mientras la llevo a
mi habitación. - Perdón por asustarme y alejarte.
–Sé que lo sientes, bebé, pero debiste venir conmigo y hablar sobre
cómo te sentías. Como no lo hiciste, habrá un castigo.
Ella se muerde el labio, viéndome con una sonrisa sucia. Puedo ver la
emoción en sus ojos, y mierda, extrañaba esto. Necesito a mi niña más que
a nada. Más de lo que necesito mi próximo aliento.
Me siento en la cama, acercándola a mí. Cuando está entre mis piernas,
la doblo sobre mi rodilla para que parte de su pecho esté en la cama. Su
trasero justo delante de mí y levanto el material del babydoll, frotando mi
mano sobre su glúteo desnudo.
–Si empiezas a tener dudas, si tienes una pregunta o algún problema,
vienes con papi. ¿Está claro? - le digo, mi voz firme y ella asiente.
Le doy una nalgada, mi mano dejando una marca roja.
–Respóndele a papi, - ordeno y ella gime, moviéndose en mi regazo.
–Sí, papi, - ronronea y me pregunto si puede sentir lo duro que estoy en
éste momento.
–No estoy seguro de creerte, - digo, dándole otra nalgada.
Ella gime, su trasero empujando hacia mí y le doy lo que quiera, lo que
ambos queremos.
Le doy nalgada tras nalgada, alternando entre el lado izquierdo y
derecho hasta que su trasero está de un lindo color rojo y puedo ver el deseo
en sus muslos.
–¡Lo siento, papi! - solloza, el deseo claro en su voz. - No volveré a huir
de tí.
–Buena niña, porque papi no te volverá a dejar ir, - le halago,
volteandola en la cama antes de desabrochar mi pantalón.
Los deslizo por mis muslos para luego acorralar a Cat en la cama. Ella
pone sus piernas alrededor de mi cintura, urgiendo a que la penetre y no
puedo negárselo a ninguno un segundo más.
La embisto, ambos gruñendo cuando me entro hasta el fondo. Es como
llegar a casa, al cielo. Mi cielo.
Hacer el amor no es lento o fácil. Es duro, primitivo, y crudo, ambos
tratando de recuperar el tiempo perdido. Es coger, pero aún más mucho
amor y confianza entre nosotros.
Puedo sentir su coño empezando a apretarme y sé que no pasará mucho
antes de que ella termine, llevándome con ella.
–Te amo, bebé. Siempre.
–¡Papi! - grita y termina, cubriendo mi pene en sus dulces jugos y
provocando mi propio orgasmo..
Nos doy vuelta para no aplastarla y ambos yacemos ahí, respirando con
fuerza mientras volvemos a la tierra.
–Yo también te amo, papi, - dice somnolienta y sonrío, peinando sus
coletas mientras su respiración se estabiliza.
Esto, aquí. Esto es todo lo que necesitaba en mi vida para ser feliz.
Gracias a Dios que mi niña se dio cuenta que somos el uno para el otro
antes de que perdiera la cabeza o tratara de secuestrarla.
Ahora necesito pasar el resto de mi vida asegurándome que esté bien y
feliz.
Qué maravillosa forma de pasar el resto de mi vida.
DOCE

Capítulo Doce

Cat

UN AÑO DESPUÉS…

–TOMÉ MORADO Y ROSADO, - dice Ender cuando se une a mí en el


baño con el tinte para cabello.
–Tú y el rosado, - digo con una risa cuando pone las cajas en el mesón.
–¿Qué puedo decir? Me gusta ver a mi niña de rosa.
–El rosado entonces, - digo, tomando un par de guantes de látex.
–Iré por unas toallas, - dice Ender y dejo que pase a mi lado para llegar
al gabinete.
Me mudé con Ender poco después de que dijéramos que nos amábamos.
Mi alquiler estaba por terminar y ya estábamos pasando todo el tiempo que
podíamos juntos, así que tenía sentido. Tengo el presentimiento de que si
me hubiera negado, Ender se hubiera mudado conmigo de todas formas.
–Ésta es una marca diferente, - noto cuando abro la caja y Ender asiente.
–Sí, se supone que es más segura para cuando estás embarazada, - me
dice y volteo a verlo.
–No estoy embarazada, - le recuerdo y él me sonríe.
–Aún no.
–¿Quieres tener un bebé conmigo? - pregunto y él asiente.
–Quiero todo contigo, bebé. Lo sabes.
Tiene razón, lo sé.
Ender es el hombre más dulce. Siempre me está cuidando y anticipando
mis necesidades. Amo lo atento que es, cómo todo lo que quiere es verme
feliz.
Me pidió que me casara con él una semana después de mudarme con él.
Creo que mi familia se sorprendió por lo rápido que íbamos pero siempre
que yo fuera feliz, ellos también. Nos casamos en el ayuntamiento. Ambos
queríamos una reunión pequeña con nuestra familia y amigos. Fuimos a
Wild Thyme después y celebramos con todos. Fue perfecto.
Ender se ofreció a planear una boda más grande, él haría posible lo que
sea que yo quisiera, pero no quería un gran día. No era yo y sabía que
tampoco era él. Nuestra pequeña fiesta fue íntima y perfecta.
–¿Tienes los guantes? - le pregunto y él asiente, levantando sus manos.
Me ha estado ayudando a teñirme el cabello por un año ya, así que es
casi un experto. Tomo asiento en el banquillo frente al espejo, acomodando
la toalla alrededor de mi cuello cuando Ender empieza a aplicar el tinte en
mi cabello.
–¿Cómo estuvo el trabajo? - le pregunto y él se encoge de hombros.
–Bien. Vi a Brooks. Vino a hacerse un tatuaje en las costillas.
–Genial. ¿Cómo están él y Rae? - le pregunto.
–Bien. Quieres otra cita doble, o supongo que triple, porque invitaron a
Palmer y Banks.
–Oh, suena divertido.
–Lo arreglaré, entonces. Todavía tienes la noche de chicas el jueves,
¿verdad? ¿O quizá el sábado?
–Suena bien.
Él termina de aplicar el tinte y pone el cronómetro.
–¿Tienes hambre, bebé?
–Uh-huh, - digo, dándole una sonrisa y él se quita los guantes y se
inclina para besarme en la mejilla.
–¿Sandwich de queso asado o algo dulce?
–Ambos.
Él se ríe pero se mueve hacia el refrigerador para tomar un bocadillo.
Yo juego con mi teléfono, enviando un mensaje a las chicas sobre los
planes para la noche de chicas de ésta semana.
–Come y luego lavamos el tinte de tu cabello, - ordena Ender y tomo mi
sandwich con felicidad.
–Gracias, - digo cuando termino mi sándwich y ender me besa con
dulzura antes de quitar el plato del camino y se levanta para ayudarme a
lavar mi cabello.
–¿Lista para verlo? - pregunta mientras seca mi cabello con la toalla.
Volteo hacia el espejo, sonriendo cuando veo mi cabello teñido.
–Me encanta, - digo, volteando y abrazando a Ender. - Gracias por
ayudarme.
–Cuando quieras.
Me besa y no puedo evitar frotarme contra él hasta que siento su duro
pene contra mi estómago.
–Tengo hambre de algo más, papi, - susurro y él gruñe.
–Déjame encargarme de eso, bebé, - dice Ender cuando me levanta y me
lleva a nuestra habitación.
–Te amo, papi, - susurro contra su cuello y sus manos me agarran con
más fuerza.
–También te amo, bebé,
Él pasa toda la noche mostrándome lo mucho que ama a su niña.
TRECE

Capítulo Trece

Ender

DIEZ AÑOS DESPUÉS…

CORRO A LA CASA en busca de Cat. Necesito a mi bebé ahora y nuestra


ventana de oportunidad se está cerrando con rapidez.
–Bebé, es mejor que estés desnuda y esperándome en la cama, - llamo y
la escucho riéndose.
Me dirijo a la habitación y como esperaba, Cay está debajo de las
sábanas, una sonrisa traviesa en su rostro.
–Buena niña, - digo cuando quito las sábanas y la veo desnuda y lista
para mí.
Cat gime, moviéndose en la cama y sé que me desea.
–¿La niña de papi lo necesita? - pregunto cuando la tomo del tobillo y
abro sus piernas, notando que el interior de sus muslos está brillando con
deseo.
–Duele, papi, - gime con un puchero sensual en sus labios y no puedo
resistirme.
El teléfono suena y el nombre de Max aparece en la pantalla. Él está
cuidando a nuestros niños y volteo hacia Cat.
–Contesta, - dice ella y lo hago.
–Hola, Max. ¿Todo bien? - pregunto, preocupado porque uno de los
niños se haya lastimado o enfermado.
–Sí, todo bien. Maxine está aquí con sus niños y bueno, ahora quieren
tener una pijamada aquí. ¿Está bien si se pasan la noche aquí?
–Déjame preguntarle a Cat para asegurarme que está bien, - le digo.
–Los niños de Maxine están ahí y quieren tener una pijamada. ¿Está
bien? - le pregunto y lo piensa por un momento, asegurándose que no tienen
juegos de fútbol o encuentros de gimnasia en la mañana antes de asentir.
–Está bien. ¿Necesitas que lleve algo? - le pregunto a Max, papá de Cat,
y él pide unas pijamas y un cambio de ropa.
–Lo llevaré en un rato.
–Está bien, nos vemos pronto, - dice y cuelgo.
–¿Tenemos que llevar algo? - pregunta ella y empiezo a levantarme de
la cama.
–Sí, ¿pero a dónde vas? - pregunto, volviendo al papel de papi.
–A vestirme.
–Papi necesita cuidar de su niña. Luego podemos ir a dejar las cosas, -
le digo y sus ojos se oscurecen cuando le empujo a la cama.
–La niña de papi siempre viene primero, - susurro y ella tiembla cuando
la beso en su estómago y entre sus piernas.
Uno pensaría que después de diez años estaría cansado de comerme a
mi niña, pero de hecho estoy aún más obsesionado con ella.
Con dos niños, ambos menores de nueve años, no tenemos mucho
tiempo a solas. Nuestra hija está en gimnasia y patinaje artístico y nuestro
hijo está en hockey y fútbol americano. Ambos juegan fútbol y ambos
suelen ir a campamentos de verano de arte por una semana cada junio.
Puede ser mucho de lo qué estar pendiente y llevarlos, pero hacemos que
funcione.
Cat contrató a Palmer como su asistente después de que se graduara, así
que si necesitamos irnos por una actividad o sólo para tener tiempo a solas,
ella nos cubre. Banks y ella terminaron comprando una casa no muy lejos
de aquí, así que tenemos compañeros para juegos y pijamadas todo el
tiempo.
Mi bebé se viene en mi lengua dos veces antes de que me deslice por su
cuerpo y la embista. Ambos gemimos con la sensación y no puedo evitar
acercarme y robar un beso, dejando que pruebe su sabor en mis labios.
–Te amo, papi, - dice y comienzo a moverme.
–También te amo, bebé. Por siempre.

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BANKS
*

Banks Mitchell tiene un pequeño y sucio secreto.


Está enamorado de su nueva vecina.
Palmer Calter es todo lo que él quiere en una mujer. Es hermosa,
increíblemente inteligente, y graciosa.
Sólo hay un problema.
Es demasiado joven para él.
Es decir, acaba de graduarse de la secundaria, por Dios.
Él sabe que debería dejarla ir y superarlo, pero ¿cómo hacerlo cuando
ella sigue apareciendo y viéndolo como si él fuera lo mejor que ella ha
visto?
Cuando ve a un idiota rico alrededor de ella, sabe que tiene que tomar
una decisión. ¿Debería reclamar a su chica o dejarla ir?
¿Conquistar a Palmer arruinaría todo? ¿O finalmente podrá tener el final
feliz que ha soñado desde que la vio por primera vez?
UNO

Capítulo Uno

Banks

–¡NOS vemos mañana! - dicen Ames y Maxine cuando cerramos Eye


Candy Ink.
Me despido, viéndolos caminar a su auto. Estoy estacionado al otro lado
de la calle y no puedo evitar revisar mi teléfono mientras camino hacia él.
No hay mensajes, y trato de ignorar la decepción al ver la pantalla vacía.
Subo al auto, conduciendo unas calles hasta mi apartamento. He vivido
ahí por tres años y de hecho esperaba mudarme a un lugar mejor. Entonces
ella se mudó al lado.
Palmer Calter.
Era lo más bello que había visto en mi vida. Aún lo es.
Fueron sus ojos los que me atraparon. Nunca había visto ojos tan claros
y grises antes. Tienen un círculo lila alrededor de la pupila que hacen que
resalten aún más. Combinado con su cabello negro como la medianoche y
cuerpo curvilíneo, es un sueño mojado caminando.
Acaba de cumplir diecinueve y está preparándose para empezar su
primer semestre en la universidad. Le ayudé a mudarse y he estado
cuidando de ella desde entonces.
Es tan dulce, demasiado dulce para mí, pero eso no me detiene de
quererla. Pero me he estado conteniendo. Para empezar, soy siete años
mayor que ella. Sus padres tienen dinero, son pilares de la ciudad y yo sólo
soy un tatuador.
Estaciono en mi lugar y tomo mi mochila, entrando y subiendo al tercer
piso. Mi corazón se acelera cuando llego a nuestro piso. Envío una plegaria
para poder verla, y alguien debe estar escuchando porque la puerta de
Palmer se abre justo cuando llego a la mía.
–Hola, - la saludo, deteniéndome para poder hablar por un momento.
–Hola, ¿acabas de llegar a casa? - pregunta con una sonrisa brillante y
se apresura a cerrar su puerta.
–Sí, ¿vas a algún lado? - pregunto frunciendo el ceño, pasando una
mano por mi cabello oscuro, y ella se voltea con una gran sonrisa.
–¡Sí! Conseguí trabajo hace unos días. Hoy es mi primer día trabajando
sola, en lugar de acompañando a alguien.
–¿Dónde? - pregunto, preocupado por el tipo de trabajo que empieza a
las nueve de la noche.
–Se7en. ¿Has escuchado del lugar?
–Sip, - digo entre dientes. - Cat es como mi hermana.
Y no puedo creer que haya contratado a mi chica. Cuando me dijo que
lo hizo, hace unos días, le pedí a Cat que la despidiera. Parece que no lo
hizo.
–¡Ella es genial! Y las propinas en Se7en son muy buenas. Estoy
emocionada.
Quiero discutir con ella, pero ya se está yendo.
–¡Nos vemos después!
–¡Espera! - la llamo, - No deberías trabajar en un lugar como Se7en.
–¿Por qué no?
–Habrá muchos hombres borrachos ahí. No quiero que te pase nada.
–Pues, realmente necesito este trabajo. Además, Cat y los porteros me
cuidarán.
–Sí, yo también, - murmuro, guardando la llave de mi apartamento en
mi bolsillo y caminando a las escaleras. - Vamos, te llevaré.
Estamos en silencio al bajar las escaleras. El club está a sólo dos calles,
pero con el tráfico, nos toma cerca de quince minutos. Me estaciono y
Palmer sale del auto, camino a la entrada. Tengo que trotar para alcanzarla y
asiento hacia el portero en la puerta cuando pasamos a su lado.
Ella se dirige hacia atrás del bar y me limito a sentarme en el bar por las
próximas horas. Es viernes por la noche, así que el lugar está lleno y reviso
la habitación para ver a todos los universitarios borrachos que se están
alborotando al final del bar.
–Ey, ¿qué estás haciendo aquí? - pregunta Ender cuando se une a mí en
el bar.
–Eh, sólo cuido a alguien, - digo, asintiendo hacia donde Palmer acaba
de salir.
–¿Esa es tu chica? - pregunta y yo asiento.
–¿Estás aquí para ver a Cat? - le pregunto y él sonríe, asintiendo
mientras ve hacia el segundo piso donde está la oficina de ella.
–Sí, acabo de llevarle de cenar.
Siento que eso podría ser código para algo más, así que no hago más
preguntas.
–Ya me voy a casa pero te veré mañana, - dice Ender y asiento,
buscando a mi chica entre las personas.
–Nos vemos.
Ender me codea, asintiendo hacia una mesa en la esquina, y veo a
Palmer en el centro de un grupo de chicos.
–Trata de no matar a nadie, - dice dándome una palmada en el hombro y
luego se va.
–No prometo nada, - gruño mientras veo a mi chica trabajar.
Mi ojo comienza a temblar cuando veo que otro grupo de chicos
coquetea con ella, y sé que estoy en problemas.
DOS

Capítulo Dos

Palmer

TODAVÍA ME ESTOY ACOSTUMBRANDO a la música fuerte y me


voy a la parte de atrás, tomando algo de Tylenol de mi bolso y tomándola.
Entre el bajo y el sonido de un millón de conversaciones diferentes, mi
cabeza me está matando.
–Ey, ¿estás bien? - pregunta Banks, entrando detrás de mí.
–No creo que tengas permitido entrar aquí, - digo, cerrando mi bote a
gua.
–Conozco a los dueños, creo que estaré bien, - dice a secas.
–Estoy bien. Me duele un poco la cabeza.
Banks frunce el ceño, mirándome como si estuviera asegurándose que
no hay nada más molestándome.
–Quizá no deberías trabajar aquí, - comienza y le lanzo una mirada,
interrumpiéndolo.
–Necesito trabajar aquí. Necesito el dinero, - le recuerdo y él suspira,
viéndose agitado.
Pasa sus manos por su cabello, y puedo ver que está frustrado por mi
respuesta.
–Es hora de volver a trabajar, - digo y comienzo a caminar pero me
detiene cuando paso a su lado, sus manos en mi rostro.
Él levanta mi cabeza, sus fuertes dedos masajeando mi sien, y muerdo
mi labio, tratando de no gemir por lo bien que se siente que me toque, que
se preocupe por mí.
–Estoy bien, - susurro y él asiente.
–¿Estás segura? - susurra también, sus manos moviéndose a mi cuello y
de regreso a mi cabeza.
–Sí, ¿te quedarás?
–Claro, - dice, alejándose de mí a regañadientes e inmediatamente
extraño sus manos sobre mí.
Yo asiento, pasando a su lado y hacia el piso. Recojo mi bandeja y
camino a una mesa para ver si necesitan otra ronda. No puedo evitar voltear
hacia el bar para ver si Banks me está viendo. Mi rostro se calienta cuando
nuestros ojos se encuentran y me pregunto si puedo culpar al calor que hace
aquí.
Desvío la mirada, volviendo al trabajo y las siguientes horas pasan
agonizantemente lento. No puedo dejar de verlo y preguntarme qué
significa el que él insistiera en venir. ¿Es posible que yo también le guste?
Cuando el club cierra, mis pies me están matando y estoy lista para ir a
casa. Banks nos ayuda a limpiar y luego me detiene cuando voy a tomar mi
bolso.
–Llevaré el auto a la entrada.
Asiento, viéndolo irse antes de ir a mi casillero y tomar mis cosas.
–¡Nos vemos mañana! - dice Cat cuando se une a mí y caminamos
afuera.
Banks está estacionado justo en la entrada y sale para abrirme la puerta.
–Te llevaré a casa, Cat, - dice y ella trata de rechazarlo.
–Estoy estacionada ahí, - dice ella, pero él abre la puerta de atrás de
todas formas.
–Sí, no lidiaré con Ender o nuestras familias si algo de pasa. Entra.
Ella voltea los ojos pero entra en la parte trasera del auto y conducimos
por la calle hasta entrar a un estacionamiento.
–Nos vemos mañana, Palmer, - dice Cat, golpeando el brazo de Banks
juguetonamente cuando sale del auto.
Nos quedamos hasta que ella está segura dentro de su auto y entonces
Banks sale del estacionamiento y continua por la calle hacia nuestro
complejo de apartamentos.
–¿Cansada? - pregunta Banks mientras conduce y yo asiento,
conteniendo un bostezo.
Él enciende la música, bajando el volúmen, y aprecio que no trate de
hablar conmigo en éste momento.
Pasamos por el Gimnasio Kings y no puedo evitar tratar de ver a mi
hermanastro, Finn. Él trabaja y entrena ahí y juro que prácticamente vive
ahí. Pero las ventanas están oscuras y estoy segura que debe estar en su
propio apartamento.
No hemos visto a nuestros padres en meses. No desde la pelea. Las
únicas personas con las que he tenido contacto han sido mis hermanastros.
Mi madre se casó con Frank cuando yo tenía once años. Mi padre murió
en un accidente de auto cuando yo tenía cinco y acostumbrarse a vivir con
un nuevo padre, además de dos hijos, fue un cambio. Finn y Hendrix son
buenos hermanos mayores, pero ambos son mayores que mí y no podían
esperar a mudarse. No los culpo por irse tan pronto como pudieron. Yo traté
de hacer lo mismo.
Finn es el mayor y se fue de la casa de nuestros padres el día que
cumplió dieciocho. Obtuvo un empleo en el gimnasio de la ciudad y
comenzó a entrenar. Él nunca vuelve a casa, no que lo culpe, y estoy segura
que no ha hablado con Frank o mamá en años. Hendrix se mudó el año
pasado, y se fue tan lejos como pudo tan pronto se graduó. Él va a la
universidad en California y usa eso como excusa para no volver a visitar o
para las fiestas.
Yo también me quería ir tan pronto cumpliera dieciocho. Mi padrastro,
pues, es un verdadero idiota. Controlador y estricto con un temperamento
horrible, nunca está feliz con ninguno de nosotros. Nunca podemos cumplir
sus expectativas y si tratábamos de defendernos, pues, nunca termina bien.
A veces me pregunto si es por eso que Finn prácticamente vive en el
Gimnasio Finn. O quizá está entrenando para otra lucha.
Mi madre no se defiende. Nunca lo ha hecho. Él es su ticket de la
merienda. Él es un gran CEO en una compañía en el centro y su imagen
significa todo para él. Mi madre pasa sus días en el spa y algunas juntas
directivas. Traté de hablarle sobre él, pero ella no lo aceptó. Es como si
pensara que si lo ignora, no está pasando o que se irá.
Ningún padre quería que yo fuera a la universidad. Estoy segura que
estaban planeando convencerme de casarme con el hijo de otra familia
adinerada tan pronto como pudieran.
Cuando dejé claro que nunca aceptaría eso, sus planes cambiaron.
Querían que me quedara en casa con ellos mientras iba a la universidad.
No se ve bien que uno de sus hijos luche por dinero y él otro se mude a otro
estado para ir a una universidad que ni siquiera es de la Ivy League. Yo era
su última oportunidad, y pensé que podría con eso pero no pude.
No tenía permitido vestir lo que quería o salir con mis amigos, y cuando
Frank me acorraló en la cocina una mañana y comenzó a gritarme a la cara,
exploté. Empaqué y me fuí ese día.
Finn me dejó quedarme con él, pero su apartamento no es grande y me
sentí mal por arrastrarlo a la familia de la que trató de escapar. Mi mamá y
padrastro vinieron a su apartamento y demandaron que volviera a casa, y él
tenía que luchar con ellos para irse.
Banks se estaciona en su lugar de siempre afuera del complejo y hago
una mueca cuando salgo del auto. Sin decir nada, Banks viene a mi lado y
me carga en sus brazos como si yo no pesara nada.Me sonrojo, no
queriendo que él se lastima. No soy exactamente una mujer pequeña y no
estoy segura que pueda cargar mi trasero de talla dieciocho por las escaleras
hasta nuestros apartamentos.
–Deberías usar zapatos más cómodos, - me dice.
–¿Alguna vez has usado tacones? No estoy segura que hagan una
versión cómoda de ellos, - bromeo y Banks se ríe.
–Abre la puerta, sabelotodo, - dice y abro la puerta del edificio por él.
–Puedo caminar, - digo cuando llegamos a las escaleras, pero él me
ignora y sigue caminando.
Descanso mi cabeza en su hombro, tratando de resistir las ganas de
frotar mi mejilla contra él. Trato de no ser obvia al inhalar el olor del papel
de tinta como una adicta.
Nunca le dije, a nadie, pero Banks es la razón por la que elegí éste
apartamento.
Conocí a Rae en la orientación de primer año y nos llevamos bien.
Cuando le dije que estaba buscando un lugar fuera del campus, dijo que ella
también y vinimos a ver el apartamento.
Entramos y ahí estaba él. Se dirigía a su apartamento y nuestros ojos se
encontraron. Él me sonrío, saludando a Rae antes de bajar las escaleras.
Eso fue todo. Una mirada y no pude sacarlo de mi cabeza.
Nunca había visto a un chico dos veces, mucho menos gustarme uno.
No es como si Frank me hubiera dejado salir con alguno de ellos, así que
cuál era el punto, pero no podía olvidar a Banks.
Por suerte para mí, el apartamento estaba bien y en nuestro rango de
precio, así que firmamos los papeles ese día.
Creo que mi padrastro y madre pensaron que volvería a casa y cuando
les dije que había alquilado un apartamento, se volvieron locos. Me
desheredaron. Mis estudios ya estaban pagados y hubiera sido vergonzoso
para ellos si la gente supiera que yo estaba pagando mis estudios así que,
por ahora, eso estaba cubierto. Sé que eso podría cambiar en cualquier
momento, así que debo estar lista.
–¿Tienes hambre? - pregunta Banks cuando me deja en la entrada de mi
apartamento.
–No, sólo cansada, - digo y ésta vez no contengo mi bostezo.
Banks se ve preocupado, y le doy una sonrisa, tratando de calmarlo. Esa
mirada, es obvio que se preocupa por mí. Quizá yo debería dar el primer
paso, dejarle saber que lo quiero. Banks ha sido una luz en mi vida desde
que lo conocí y sé, en el fondo, que somos el uno para el otro.
Mi corazón se acelera y mis manos empiezan a sudar cuando lamo mis
labios y abro la boca.
–Banks, ¿saldrías conmigo?
TRES

Capítulo Tres

Banks

–BANKS, ¿saldrías conmigo?


Esas tres palabras hacen que mi mundo salga de órbita. Quiero decir que
sí. La palabra está en la punta de mi lengua, pero me detengo.
Ella es tan joven, tiene toda su vida por delante. Está a punto de
empezar la universidad y si estamos justo, se perderán muchas experiencias.
Fiestas, conocer gente nueva, todo eso. Estaremos tan enfocados en el otro,
y quiero que conozca todo eso antes de empezar algo entre nosotros.
Abro mi boca de nuevo, pero es demasiado tarde.
Palmer está conteniendo lágrimas y apresurándose a alejarse de mí.
Abre la puerta de su apartamento y trato de seguirla, pero ella es más
rápida.
–¡Palmer, espera! - trato, pero la puerta se cierra en mi cara.
–Mierda, - digo entre dientes, pasando mi manos por mi cara.
–Ouch, - dice Brooks detrás de mí y le lanzo una mirada sobre mi
hombro.
Es el amigo de Ender, un ex militar, y se ha estado quedando en mi
apartamento la última semana desde que llegó a la ciudad. Acaba de salir
del ejército y se mudó a Pittsburgh mientras averigua lo que quiere hacer
con su vida.
Usualmente tenemos horarios opuestos así que casi no lo veo. Sólo lo
dejo quedarse conmigo como un favor para Ender y Cat. Lo último que
necesitan es una persona quedándose con ellos cuando su relación está
comenzando. Además, Brooks es el compañero perfecto. Es callado, limpia
lo suyo, y siempre me guarda comida cuando cocina.
Parece un buen hombre, pero no necesito que alguien me diga que
acabo de cometer un error. Ya lo sé. Mi corazón se rompió el segundo que
vi las lágrimas en los ojos de Palmer.
–Sí, - digo, dando la espalda a su puerta.
–Es obvio que la quieres. ¿Por qué te congelaste? - pregunta, ajustando
las cintas de su mochila mientras saco las llaves de mi bolsillo y abro la
puerta.
No quiero responderle, pero quizá una segunda opinión pueda ayudar.
Suspiro y entro, tomando una cerveza del refrigerador. Le ofrezco una y él
asiente, tomando la botella y recostándose contra el mesón de la cocina.
–Es demasiado joven. Si salimos juntos, será para siempre. ¿No debería
explorar más, explorar el campo antes de que yo la atrape?
–Entonces, ¿quieres que salga en citas o a fiestas con otros chicos? ¿con
chicos universitarios?
Sus palabras hacen que vea rojo, y él se ríe.
–Sí, es lo que pensé.
–La idea de otro chico tocándola me vuelve loco, ¿pero no es egoísta
hacerla mía sin darle esa oportunidad?
–No lo creo. Es decir, ella te quiere o no te hubiera invitado a salir.
Tomo un trago de mi cerveza, dejando que sus palabras corran por mi
cabeza.
–No conozco muy bien a Palmer, pero parece un alma vieja. Creo que
ella conoce su propia mente. Si ella te quiere entonces no tienes que ser un
mártir y alejarla. Quiero decir, las personas se casan con sus amores de
secundaria todo el tiempo. Creo que cuando lo sabes, lo sabes.
Él se encoge de hombro, bebiendo la mitad de su cerveza, y pienso en lo
que dijo. ¿Quizá tiene razón? O quizá sólo quiero que tenga razón para que
yo pueda estar con Palmer.
No estoy seguro de que pueda confiar en mí mismo cuando se trata de
Palmer. Nunca haría nada para lastimarla, pero tampoco quiero controlarla
y evitar que experimente todo lo que ella quiere en la vida.
–Lo pensaré..
Brooks asiente, terminando su cerveza.
–Tomaré una ducha. Nos vemos en la mañana, - dice y asiento,
quedándome en la cocina unos minutos para pensar.
¿Debería ir donde Palmer y disculparme? ¿siquiera querrá verme ahora?
Saco mi teléfono, decidiendo si enviarle un mensaje pero no sé qué
decir ahora. Además, siento que ésta es una conversación que hay que tener
cara a cara.
Termino mi cerveza y voy a mi habitación. Es tarde y debería estar
cansado, pero cuando me acuesto, no puedo dejar de ver las lágrimas en los
ojos de Palmer. Sigo pensando qué hacer.
Sé que me mataría verla con alguien más, ¿pero no soy muy mayor para
ella?
Al final, todavía no sé qué hacer y pasa mucho tiempo antes de que
pueda dormir.
CUATRO

Capítulo Cuatro

Palmer

NO PUEDO DEJAR de pensar en lo que pasó anoche con Banks. Hay un


dolor permanente en mi pecho y me tomó más de una hora hablando con
Rae y decirle lo que pasó para controlar mis emociones y crear un plan.
He decidido evitarlo. Sé que somos vecinos, pero tengo una buena idea
de su horario y si no abro la puerta o contesto sus mensajes, estoy segura
que entenderá lo que está pasando.
El plan falla inmediatamente tan pronto como salgo de mi apartamento.
–Hola.
–¡Jesus! - digo, saltando al escuchar su voz detrás de mí.
–Lo siento, no quise asustarte, - dice Banks, moviéndose sobre sus pies.
–No te preocupes, - le digo terminando de cerrar la puerta.
–¿A dónde vas?
–Al campus. Tengo que buscar mis libros para el semestre.
–Te llevaré.
–Está bien, no me importa caminar, - respondo.
–Entonces caminaré contigo.
Puedo ver que no lo dejará ir, y aprieto los dientes pensando qué hacer
ahora.
–Si tú quieres.
Comienzo a bajar por las escaleras con él detrás de mí. Llegamos a la
acera y él me toma del codo, llevándome a su auto.
–Será más rápido conducir. Además, ¿realmente quieres cargar esos
libros todo el camino?
Me muerdo el labio, pensando, pero él abre la puerta para mí.
–Por favor, necesitamos hablar, - murmura y no puedo resistirlo, así que
entro al auto
Espero a que encienda el auto para hacer la pregunta del millón de
dólares.
–¿Sobre qué tenemos que hablar?
Él sale del estacionamiento y conduce hacia el campus.
–Sobre anoche.
–Nop. No, créeme, no tenemos que hablar de anoche. De hecho creo
que sería mejor si ambos olvidamos lo que pasó y seguimos adelante.
–No puedo.
–Claro que sí.
–No, no puedo. Te quiero, Palmer.
Esa oración parece sacar todo el aire del auto. Mi corazón se acelera
fuera de control y siento la esperanza crecer, pero se siente como si algo
más viene y trato de controlarme.
–Te quiero tanto que duele, Palmer, y no quiero que nunca lo dudes.
–Entonces por qué… ¿por qué no aceptaste anoche? - pregunto cuando
entra al campus.
–Trataba de ser un buen hombre.
–Eres un buen hombre, - le digo cuando se estaciona frente a la librería
del campus.
–Eres joven, Palmer. Estás por empezar la universidad y deberías salir a
fiestas o unirte a una hermandad, o lo que sea que los chicos hacen. Sólo
quiero que sepas en lo que te estás metiendo. Lo que estás dejando.
–¿Y qué es eso? - pregunto, volteando en mi asiento hacia él.
–Necesitas pensar muy bien en lo que quieres. Si quieres salir a una
fiesta o explorar tu sexualidad con otros chicos o chicas, entonces está bien.
Si me quieres a mí, será hasta el final. Debes estar totalmente segura,
porque no te dejaré ir. No puedo.
Lo miro y él me mira de vuelta.
–No soy un chico tonto de universidad que no sabe lo que quiere o sólo
busca acostarse.
No puedo creer que esto esté pasando y tengo que decirle que él es el
único al que quiero, pero la imagen de Frank aparece en mi mente y no
puedo evitar preguntarme si estoy cambiando a un hombre controlador por
otro.
Asiento, mi garganta se siente seca como el desierto cuando me recuesto
en mi asiento, tratando de procesar todo lo que acaba de pasar.
Rae pasa por donde nosotros y nos saluda cuando nos ve.
–Yo, eh, iré a casa con Rae.
Banks asiente, viéndose decepcionado pero entiende.
–Envíame un mensaje si necesitas algo, - dice, y yo asiento mientras
salgo del auto con mi mochila sobre mi hombro.
Cierro la puerta, saludando mientras camino hacia mi amiga.
–¿Qué fue eso? ¿Se disculpó por lo de anoche? - pregunta ella.
–No exactamente.
–¿Entonces qué quería? - pregunta cuando nos dirigimos a la librería.
–A mí.
CINCO

Capítulo Cinco

Banks

–¿TODO bien? - pregunta Harvey cuando se detiene afuera de mi estación


en Eye Candy Ink.
–Sí, - miento, frunciendo cuando veo mi teléfono.
No han habido mensajes o llamadas de Palmer en las últimas
veinticuatro horas, pero no puedo evitar pensar en si lo que dije ayer en la
librería del campus la asustó.
Estaba tratando de darle espacio ayer, por lo que traté de no contactarla
o ir a Se7en a verla, pero ahora me pregunto lo que haré si no vuelvo a
saber de ella.
¿Lo arruiné todo diciéndole lo mucho que la quiero?
Desearía que hubiera alguien con quien pudiera hablar pero todos mis
amigos están felices en una relación y no estoy seguro de si entenderían.
Todos han encontrado su otra mitad y es difícil ser el único que no.
Ender y Cat fueron los últimos en empezar a salir y creo que fue una
sorpresa para todos. Cuando Gray y Nora lo hicieron, todos lo vieron venir.
Lo mismo pasó con Coraline y Harvey, e incluso con Sayler y Rooney.
Quizá podría ir a ver a Cat. Debió haberse acercado más a Palmer desde
que empezó a trabajar para ella en Se7en. A Palmer parece agradarle y
quizá le mencionó algo a Cat sobre mí. Es poco probable, pero estoy
empezando a desesperarme.
–Iré a Wild Thyme a ver a Coraline y por algo de comer. ¿Quieres algo?
- pregunta Harvey y niego con la cabeza, pero entonces recuerdo que me
salté el almuerzo para terminar un cliente.
–El macarrón con queso y esos waffles con pollo si es que los está
haciendo. Sino, entonces lo que sea que tenga como especial, - le digo a
Harvey, sacando mi billetera y dándole dos billetes de veinte.
–Ya vuelvo, - dice y sé que es una mentira.
Él no suele ver a Coraline tanto como quisiera así que cuando tienen la
oportunidad, la aprovechan. No es una molestía. Tengo otro cliente en
quince minutos. Éste es un diseño pequeño en su hombro y no debería
tomarme más de cuarenta y cinco minutos.
Si tengo suerte, eso debería ser suficiente para que Harvey regrese con
la comida.
–Ey, Harvey dijo que estabas llorando o algo, - dice Rooney
apareciendo en mi puerta y gruño.
–Estás bromeando, - digo, tratando de no reírme.
–Estamos muy preocupados por tí.
–¿Por qué? Estoy bien.
–¿Lo estás?
–Sí, - insisto.
–¿Lo estás? - pregunta de nuevo, su voz subiendo varias octavas y
amenazando con quebrarse.
–Oh por Dios, - murmuro, pasando mis manos por mi cara.
Rooney es un verdadero bromista, como su papá. Ambos viven para
molestar a las personas y son maestros en ello.
–En serio, amigo. Estás tenso desde hace unas semanas, - dice y su dedo
índice da vueltas en el aire.
–Tú pareces loco, - le informo, y él me sonríe y entra, sentándose en la
silla junto a mí.
–¿Algo de lo que quieras hablarme?
–Nop.
–Está bien, le diré al tío Nico y tía Edie. Están amenazando con una
intervención.
–No, no lo están, - digo, lanzándole una mirada y él sonríe.
–No lo dijeron con tantas palabras.
–O en absoluto.
–Pero en serio, la familia lo ha notado. Has estado más amargado y
callado de lo normal. Creen que necesitas sexo. Debo decir que estoy de
acuerdo.
Volteo hacia mi escritorio con la intención de volver al trabajo, pero
Rooney me patea la pierna. Cuando volteo para decirle algo, puedo ver que
realmente está preocupado por mí. Rooney sólo se ha visto tan serio una
docena de veces y me muerdo la lengua, esperando a lo que tenga que decir.
–Es tu vecina, ¿verdad? Cat y Ender mencionaron que parecías
interesado en ella.
–¿Ahora Ender pasa chismes? - trato de bromear.
–Sí, se ha abierto bastante desde que sale con Cat. Es más sensible y
eso. ¿Verdad, Ender? - llama Rooney y Ender gruñe cuando pasa por mi
estación.
Me río, pero Rooney no lo deja.
–Entonces, ¿es ella? ¿tu vecina?
–Sí.
–¿Ya la invitaste a salir?
–Sí, ayer. Todavía lo está pensando.
–Eso es bueno entonces. No fue un no, así que puedes trabajar con eso.
Si ella realmente es para tí, entonces no te rindas.
Asiento, dándome cuenta que quizá mis amigos pueden entenderme y
ayudarme con ésto.
–Gracias, Rooney.
–Cuando quieras. Este es el conquistador de Eye Candy Ink…
–Vete.
Él se ríe como el maniático que es cuando se levanta y sale, y sólo un
minuto después Ames me llama, dejándome saber que mi siguiente cliente
está aquí.
Voy a la entrada, tratando de bloquear mis celos cuando veo a Ames y
Maxine acurrucados detrás del mesón. Toda mi familia y amigos están en
una relación y sólo sirve para recordarme que no tengo a Palmer y no he
escuchado de ella. La quiero. Quiero lo que los demás tienen. Un final feliz.
Hablo de la valla blanca, niños, perros, todo, y lo quiero con Palmer.
Me he enfocado en tatuar y mi carrera por tanto tiempo, determinado a
ser el mejor para no tener que vivir en la sombra de mi padre o el resto de
mi familia. Ha pasado una década y me he probado a mí mismo. Ahora
quiero ser el mejor novio, esposo, padre que pueda ser. Quiero sentar
cabeza, quizá incluso recortar mis horas de trabajo.
Me fuerzo a sonreírle a mi clienta y la llevo a mi estación. Su camisa
tiene mangas de espagueti, así que hago que se la quite mientras preparo el
stencil del tatuaje.
–¿Tienes planes para ésta noche? - pregunta y volteo hacia mi teléfono,
preguntándome si Palmer me ha enviado algún mensaje.
–No, - digo, poniéndome mis guantes y ajustando la aguja en la
máquina.
–Qué mal. Quizá podamos cambiar eso, - dice coqueta y no respondo,
inclinando la cabeza y comenzando el delineado de su tatuaje.
Es una rosa, algo que puedo hacer dormido, pero ella lo hace difícil
moviéndose cada vez que la toco con la aguja o siquiera enciendo la
máquina. El tatuaje que debía tomarme cuarenta y cinco minutos termina
tardando cerca de dos horas y para cuando la he vendado y sale por la
puerta, mi comida está fría y voy tarde para mi siguiente cita.
Esperaba poder ir a Se7en hoy y ver a mi chica, pero no parece que
vaya a pasar. Ni siquiera sé si está trabajando ésta noche. Trato de revisar
mi teléfono en cada oportunidad que tengo pero cuando aún no he
escuchado de ella para la medianoche y llego a casa, me pregunto si, de
alguna forma, ya obtuve mi respuesta.
SEIS

Capítulo Seis

Palmer

NO PUEDO DEJAR de pensar en lo que Banks dijo ayer. No trabajé


anoche, así que tuve suficiente tiempo libre para repetir la conversación una
y otra vez en mi cabeza. Incluso soñé con eso anoche.
Esto debería ser un sueño hecho realidad, pero debo concentrarme. Mi
primer semestre en la universidad empieza hoy y debo tener éxito. Debo
concentrarme.
Mi teléfono suena, y por un segundo, me pregunto si es él. Parece que
me está dando espacio desde que me dejó en el campus, y me pregunto
cuánto durará. Banks no me parece el tipo de hombre que se rinde cuando
quiere algo.
Tomo mi teléfono, mi estómago retorciéndose cuando veo el nombre de
mi madre en la pantalla. He estado ignorando sus llamadas desde hace tres
semanas. Sé que lo que tiene que decir no me gustará, pero no estoy segura
de cuánto más pueda ignorar sus llamadas.
¿Y si se aparece aquí con Frank? No puedo dejar que eso pase.
Cierro los ojos, respiro hondo y acepto la llamada, recordando que debo
mantener la calma.
–Hola, mamá.
–¡Palmer, por fín! Te he estado llamando por semanas. ¿Por qué no me
llamaste? - demanda, su voz llena de molestia y me pregunto cuándo fue la
última vez que me habló como cuando yo era niña.
Hoy en día, siempre suena como si estuviera persiguiendo a un hijo
rebelde o como si estuviera decepcionada de mí.
Sé que Frank es la razón de ese cambio. Él está enojado conmigo y ella
tiene que estar de acuerdo con él. Ella está atrapada en ese matrimonio con
él. Si ella se va, no obtiene nada, y ella ama su nueva vida en la sociedad
demasiado como para dejarla. Sólo desearía que me amara más.
–Lo siento, he estado ocupada con el trabajo y preparándome para la
escuela.
–No tendrías que hacer ninguna de esas cosas si no tuvieras que salirte
con la tuya siempre. No debiste antagonizar a Frank como lo hiciste y él
hubiera proveído para tí.
Quiero discutir con ella pero, desafortunadamente, sé que no tiene
sentido.
Mi madre se lanza en un monólogo y la ignoro. Las palabras de Banks
de ayer se repiten en mi cabeza y me pregunto si de haberle dicho que sí,
estaría atrapada como mi mamá en caso de querer irme. Él lo hizo parecer
como si nunca me dejaría ir.
Esa es la razón por la que no le dije que sí ayer tan toronto como me
dijo que me quería. No puedo dejar de compararlo con Frank y me pregunto
si sería un error.
Los dos no se parecen en nada. Claro, ambos aman el control, pero
Banks lo hace porque quiere ayudarme y asegurarse que estoy bien. Frank
lo hace por su imágen y para sentirse mejor.
Banks me ayudó a mudarme aquí. Me envía comida al menos dos veces
a la semana porque una vez bromee que vivíamos de sopa instantánea
porque éramos universitarias quebradas y él me dijo que necesitaba una
mejor dieta y todo eso. Quería que dejara de trabajar en Se7en pero no me
lo prohibió y cuando deje en claro por qué quería hacerlo, me apoyó. Vino
para asegurarse que estaba bien.
Frank nunca hizo nada de eso. Él quiere que yo falle para que tenga que
volver arrastrándome con él y pida perdón.
Banks quiere que yo tenga éxito. Quiere que sea feliz y esté bien y tener
todo lo que quiera o necesite.
Pensar que los dos son iguales es hilarante.
Banks es mil veces mejor que mi padrastro. Quizá por eso siempre me
he sentido atraída por él. Porque es lo opuesto al hombre que odio.
Pero creo que tiene que ser más que eso. Estuve en el campus por horas
hoy, vi a cientos de chicos, y ninguno de interesó.
Sólo Banks puede hacer eso.
–Ey, ¿mamá? Tengo que irme. Lo siento, - digo y cuelgo el teléfono
cuando aún está hablando.
La puedo escuchar gritándome cuando cuelgo, pero no me importa.
Estoy segura que pagaré por eso después pero valdrá la pena.
–Hola, - dice Rae cuando entra por la puerta.
–Hola, ¿cómo estuvo tu día?
–Ocupado. La escuela y el trabajo hacen que el día se sienta muy largo.
Tengo que trabajar en mi horario para el próximo semestre para que mis
días no sean tan largos. - dice dejando su mochila en el sofá y colapsando a
su lado.
–Sí, hoy fue fácil para mí. Mañana será mi día más largo. Hice pasta, -
le digo empezando a servir su plato.
–Eres un ángel, - suspira ella levantándose del sofá y tomando asiento
en el mesón.
Dejo su pasta frente a ella y le paso lo último del pan de ajo mientras
empieza a comer.
–Esto es muy bueno. Gracias. En serio.
–No hay problema.
–¿Ya tomaste una decisión? - me pregunta en medio de grandes bocados
de pasta.
–¿Sobre qué? - pregunto y ella se detiene para mirarme.
–Sobre el guapo de al lado.
–¿Brooks? - bromeo, fingiendo.
Sus mejillas se sonrojan y me pregunto qué es eso, pero ella cambia el
tema a Banks antes de que pueda preguntar.
–¿Has hablado con tu admirador posesivo?
–No, pero lo haré, - digo con una sonrisa y ella se ríe, sonriéndome de
vuelta.
–¡Ve por él, chica!
Le lanzo una toalla de papel y acomodo mi camisa antes de dirigirme a
la puerta.
–¡No esperaré despierta! - dice Rae cuando salgo y me río en la corta
caminata al apartamento de Banks.
Respiro profundo, tratando de calmarme antes de levantar mi puño y
tocar.
Le toma unos minutos venir a la puerta y cuando lo hace, ya está en
pijamas. Mi boca se seca cuando veo su cabello húmedo, la camisa blanca
estirada en su pecho y biceps, un poco de su tatuaje debajo de la tela.
–¿Qué sucede? - pregunta Banks, metiéndome al apartamento y viendo
al pasillo. - ¿Por qué estás despierta tan tarde?
Respiro de nuevo, ignorando sus preguntas y respondiendo otra.
–Acepto.

Capítulo Siete

Banks

TOMO SU MANO, metiéndola al apartamento. Un segundo después, la


tengo contra la puerta y sus labios bajo los míos.
–Ya era hora, - gruño contra sus labios y ella se ríe.
El sonido se corta cuando beso su cuello, succionando en la piel en la
base de su garganta y hombro y luego lamo un camino por su cuello y
mordisqueo su lóbulo.
–Te quiero, pero no quiero presionarte, - susurro y ella niega con la
cabeza, su cuerpo temblando contra el mío.
–También te quiero. Mucho.
La beso una vez más antes de tomar su mano y llevarla a mi habitación.
Brooks aún está fuera y me alegra tener el apartamento para nosotros ahora.
La tomo, besándola y tratando de ser gentil. Quiero arrancarnos la ropa
y sujetarla contra la cama mientra la cojo con fuerza, pero supongo que aún
es virgen y necesita que sea suave por ahora.
Beso su hombro, su cuello, su pulso y Palmer gime, moviendo su
cabeza al lado y dándome más espacio. Sus caderas empiezan a moverse
contra mí y contengo un gemido, haciendo que lo tome con calma.
Entonces las manos de Palmer se deslizan debajo de mi camisa y no
puedo seguir así. Me quito la camisa, tomándo la de ella en el siguiente
segundo, y ella levanta las manos, ayudándome a quitársela.
Es tan pálida y con curvas y juro que se ve como un ángel de pie semi
desnuda en mi habitación.
Sus dedos juegan con sus pantalones y mi boca se seca mientras espero
a ver lo que hará a continuación. Ella los desabrocha, bajándolos y mi boca
cae con ellos.
Tiene un par de pantaletas de encaje y puedo ver un poco de su suave
piel debajo. Toma un paso hacia la cama y la sigo, bajando mis pantalones
mientras camino detrás de ella.
Ella se sienta en la cama, viéndose nerviosa y no puedo dejar que siga
así. Tengo que hacerla sentir bien.
–Me encargaré de tí, bebé. - digo en un respiro cuando me pongo de
rodillas frente a ella.
Ella se sonroja y tomo sus pantaletas, bajándolas y luego abriendo sus
piernas. Está tan húmeda y puedo ver sus jugos brillando en su coño y el
interior de sus muslos.
–Tan hermosa, - digo viéndola, y ella se sonroja más. – Necesito una
probada, - digo, acercándome y lamiendo un camino hasta su centro.
Mi lengua encuentra su clítoris y la muevo sobre el sensible grupo de
nervios hasta que comienza a gemir. Sus dedos se hunden en mi cabello,
sosteniéndome contra ella, y sonrío.
Mi lengua baja, circulando su entrada una y otra vez hasta que ella deja
salir un quejido. Empujo un dedo dentro de ella, sabiendo que necesito
estirarla si quiero que pueda soportar mi pene dentro de este apretado coño.
–Sí, no pares, - gime Palmer.
Como si pudiera.
Yo gimo, chupando su clítoris mientras agrego un segundo dedo y los
doblo, frotando contra ese lugar que la vuelve loca. Ella jadea, su coño
chorreando sobre mis dedos y apretandolos.
Mi pene duele pero estoy determinado a hacer que termine al menos una
vez antes de hundirme dentro de ella y tener mi orgasmo.
–¡Banks! - grita Palmer, su boca abierta y un sonrojo cubriendo su
cuerpo cuando empieza a llegar a su clímax.
–Eso es, - digo alejándome de ella y veo mis dedos cubiertos.
Ella colapsa en el colchón y gentilmente saco mis dedos, dándole una
última lamida a su clítoris antes de besar su cuerpo.
Para cuando llego a sus pechos, ella ha recuperado algo de energía, y se
está sentando, dejándome desabrochar su sostén y deslizar los tirantes por
sus brazos.
Sus pechos salen y se me hace agua la boca al verlos. Ella me ve
emocionada, y sonrío cuando me acerco y muerdo uno de sus pezones. Ella
gime, arqueándose hacia el toque y lamo, calmando el dolor con mi lengua.
Mis dedos se deslizan entre sus piernas para jugar con su clítoris y no toma
mucho para que ella esté en el precipicio.
Tomo turnos con un pecho y el otro hasta que ella termina de nuevo. Se
siente como si mi pene fuera a explorar, así que me bajo los boxers, dejando
mi pene afuera.
Se desliza entre sus labios húmedos y ambos gemimos con el contacto.
–¿Qué es eso? - respira y yo sonrío.
–Estoy perforado.
Sus ojos se agrandan y sonrío más.
–Se sentirá bien. Lo prometo.
Ella asiente y nos muevo al centro de la cama, deslizándome entre sus
muslos.
–¿Lista? - le pregunto, mi pene rozando su coño de arriba a abajo y ella
asiente, respirando hondo para tratar de relajarse.
Me muevo hacia abajo, alineando mi pene con su entrada y lentamente
empiezo a hundirme dentro de ella. Avanzo una pulgada y ya estoy
sudando. Está jodidamente apretada. Nunca he sentido nada mejor en mi
vida.
La volteo a ver, asegurándome que está bien y la vista de su cabello
negro desplegado sobre mis almohadas hace que se me acelere el corazón.
Sus ojos grises y púrpura están brillando cuando me ve.
Me hundo otra pulgada, llegando a su virginidad, y otro pensar que la
estoy lastimando. Palmer asiente, abriendo más sus piernas y empujo,
tomando su virginidad y haciéndola mía.
Palmer hace una mueca y me fuerzo a quedarme quieto, dándole tiempo
para que se ajuste.
–Me siento tan llena, - susurra y juro que casi termino al escucharla.
Ella se mueve, sus caderas contoneándose, y gruño, cerrando los ojos y
apretando los dientes.
–Muévete, - gime y no tengo opción más que hacer lo que pide.
Comienzo despacio, dejando que encontremos un ritmo juntos. Pronto
sus piernas están envolviendo mis caderas y ella está persiguiendo mis
embestidas.
Aceleramos el ritmo naturalmente, ambos buscando nuestros orgasmos.
Sus pechos saltan con cada embestida y la vista hace que me caliente más y
más.
–Eres jodidamente perfecta, - gimo y ella se sonroja, sus ojos
empezando a nublarse con pasión.
–Estoy tan cerca, - dice entre dientes y asiento.
Estoy ahí con ella.
–Termina por mí, bebé. Quiero sentir mi pene cubierto en tus jugos.
Ella grita, su cuerpo tensándose cuando empieza a venirse y la vista de
su placer hace que mi propio orgasme me tome.
–¡Mierda, Palmer! - gruño cuando termino con ella.
Me toma un momento bajar de la nube y me inclino, besándola mientras
salgo lentamente. Ella suspira y sonrío, besándola de nuevo. Mis brazos se
cansan y caigo al lado de ella en el último minuto para no aplastarla.
–Eso fue… mejor de lo que pensé que sería, - dice con una risilla dulce
y la traigo a mis brazos.
–¿Pensaste mucho en eso? - pregunta con una risa y ella asiente,
sonrojándose un poco.
Amo lo dulce que es.
–Yo también, - admito.
Palmer se acurruca a mi lado y beso su cuello, respirando su olor a
algodón de azúcar mientras nos quedamos dormidos en los brazos del otro.
SIETE

Capítulo Ocho

Palmer

HAGO una mueca cuando me estiro la mañana siguiente, mi cuerpo duele


en lugares que no sabía que existían antes de anoche.
–Buenos días, - dice Banks cuando envuelve sus brazos en mi cintura y
me acerca a él.
Puedo sentir que me sonrojo cuando me acaricia el cuello,
mordisqueando mi lóbulo. Su cuerpo es cálido y fuerte contra mi espalda y
no puedo evitar moverme contra él, mi trasero haciendo contacto contra su
duro pene.
–¿Te duele? - pregunta, su manos moviéndose de mi cadera a enmedio
de mis piernas.
Su mano cubre mi coño, su dedo deslizándose entre mis labios y
circulando mi clítoris. Muerdo mi labio, gimiendo y cerrando los ojos. Mis
caderas empiezan a contonearse, buscando más, para él y puedo sentir su
sonrisa en mi hombro.
Sus dedos se mueven más abajo, empujando contra mi entrada, y me
tenso cuando toca un lugar sensible. Banks las quita rápidamente y trato de
detenerlo, pero él me acomoda para que esté sobre mi espalda.
–¿A qué hora es tu primera clase? - pregunta y hago un puchero.
Él se inclina para besarme. Su lengua roza la mía, y trato de profundizar
pero él se aleja de nuevo.
–¿A qué hora es tu clase? - pregunta de nuevo y tengo que pensar un
momento para recordarlo.
–Hasta las diez.
–Ya son las nueve, bebé.
–¿Qué? - pregunto, saltando de la cama y corriendo a recoger mi
teléfono del suelo.
Tiene razón y comienzo a correr, poniéndome la ropa en el camino.
–Aquí, - dice Banks cuando paso por la cocina hacia afuera.
Me da un burrito de desayuno que debió calentar en el microondas y
sonrió cuando le doy una mordida.
–Gracias, - digo acercándome, dándole un beso antes de salir por la
puerta.
–Te enviaré un mensaje cuando tenga un descanso en el trabajo - dice
detrás de mí y asiento, entrando a mi apartamento cuando Rae va de salida.
–¿Quieres que te espere? - pregunta y asiento, dándole otra mordida al
burrito.
–¡Dame cinco minutos!
Ella asiente, quedándose en el pasillo cuando Brooks aparece en las
escaleras y parte de mí quiere espiar su conversación, pero no tengo el
tiempo. Me apresuro a mi habitación y me pongo lo primero que encuentran
mis dedos. Sólo tengo dos clases ésta mañana, así que debería terminar para
la tarde.
Como lo último del burrito y tomo mis zapatos y mochila. Brooks está
entrando a su apartamento cuando salgo y cierro la puerta, levanto una ceja
viendo a Rae pero ella me ignora, tomando mi mano y corriendo por las
escaleras.
–¿Quieres hablar de Brooks? - pregunto entrando al asiento del pasajero
de su auto.
–No, prefiero hablar de lo que pasó con Banks anoche. ¿Están
oficialmente juntos?
–Sí, - digo con un sonrojo y una sonrisa, y ella se ríe, chocando las
cinco conmigo.
–¿Cómo estuvo? - pregunta, moviendo las cejas y yo golpeo su brazo.
–Muy bien. No es como si tuviera con qué compararlo, pero aún así.
–Pues ya era hora. Merecer a alguien que te ame y te ponga primero.
Entramos al campus y Rae me deja frente a mi primera clase antes de
dirigirse al estacionamiento.
–¿A qué hora terminas hoy? - pregunta cuando me bajo.
–Tengo ésta clase de biología y luego inglés, así que debería salir a la
una.
–Todavía creo que es estúpido que necesitemos un crédito en ciencias
cuando nunca vamos a entrar a ese campo, - se queja y yo me rio.
–Lo sé, como estudiante de negocios, ¿cuándo voy a necesitar biología?
Rae se ríe y tomo mi mochila del asiento trasero antes de cerrar la
puerta. Ella abre la ventana y me acerco a ella.
–Termino a la una y quince si quieres que nos veamos en el auto y nos
llevaré a casa.
–Suena bien, - le digo cuando cierro la puerta y camino por la acera
hacia mi clase de biología.
Mi teléfono suena y muerdo mi labio cuando veo el mensaje de Banks.

BANKS: Te extraño.
Palmer: Te extraño más.

LE ENVÍO un emoticón de neso antes de tomar asiento. Tengo unas


llamadas perdidas de mi madre y sé que tendré que encontrar de lidiar con
ella y Frank pronto, pero por ahora, lo pospongo.
Mi clases terminan antes de la hora ya que sólo estamos revisando el
sílabo hoy, así que me dirijo al estacionamiento a buscar el auto de Rae. Mi
teléfono suena en mi bolsillo y lo saco, gruñendo cuando veo el nombre de
mi madre en la pantalla.
Lo ignoro, sonriendo cuando veo a Rae caminar hacia acá. Ambas
dejamos nuestras mochilas en el asiento de atrás y ella deja salir un largo
suspiro cuando enciende el auto y sale del estacionamiento.
–¿Trabajas ésta noche? - le pregunto y ella asiente.
–Yo también.
–¿Quieres ir por pizza para no cocinar? - le pregunto y ella asiente.
–Eres perfecta, - suspira. - Banks es un hombre con suerte.
Me río cuando se detiene en nuestra pizzería favorita. Rae corre a
comprar una pizza y reviso mi teléfono para ver más mensajes de Banks.
Hay uno de hace una hora cuando estaba en su almuerzo pero dijo que hoy
era un día ocupado así que no me sorprendo de que no haya enviado más
mensajes.
Mi teléfono suena. Ésta vez es Frank, y sé que esa es señal de que me
estoy quedando sin tiempo. Sólo desearía sentirme lo suficiente fuerte para
enfrentarlos.
Rae me pasa las cajas y nos dirigimos a casa en silencio. Creo que ella
piensa que sólo estoy cansada, pero la verdad es que estoy tratando de
armarme de valor para enfrentar a mi familia.
Pasamos por el Gimnasio Kings y me pregunto si debería llamar a Finn
o incluso a Hendrix y pedirles consejo sobre cómo lidiar con nuestros
padres.
Rae se estaciona y tomamos la pizza y nuestras mochilas antes de entrar
y subir las escaleras. Estoy riendome de Rae mientras bromea sobre cuántas
rebanadas de pizza se comerá cuando llegamos a nuestro piso y veo a mi
madre caminando enojada frente a la puerta de nuestro apartamento.
–¡Ahí estás! - grita ella, lanzándome una mirada como si la hubiera
corrido cuando ni siquiera sabía que vendría.
–Yo, eh, me llevaré esto, - dice Rae, viendo a mi madre antes de tomar
las cajas de pizza de mis manos. - Déjame saber si necesitan algo.
Asiento, dándole una sonrisa forzada a Rae antes de voltearme hacia mi
madre.
–Hola, mamá.
–No me digas Hola, mamá, jovencita. ¿Por qué no me has llamado? Has
estado ignorando mis llamadas, las llamadas de tu padre–
–Padrastro, - la corrijo, lo que me gana otra mirada.
–Es hora de que esto termine.
–¿Que termine qué? - pregunto, confundida y ya cansada de toda esta
conversación.
–Debes volver a casa. Donde perteneces. No es respetable que una
joven señorita como tú esté viviendo sola y durmiendo por ahí.
–No quiero mudarme de regreso contigo y Frank, - le digo, con cuidado
de no decir “casa”. - Me tomé un año porque me lo pediste, pero es hora de
que viva mi vida. No dejaré lo que quiero sólo para complacerte a tí y a
Frank. No dejaré lo que quiero, como tú lo hiciste, - exploto y eso la
sorprende.
Ella se mueve en sus tacones puntiagudos, su boca abierta y rostro
sonrojado del enojo. Mis manos están sudando y sé que acabo de cambiar
nuestra relación de forma irrevocable.
Ella no dice nada, sólo se da la vuelta y se va, dando pisotones por las
escaleras hasta que sale de mi vista.
Mi apetito se ha ido y sé que Rae me escuchará, pero no creo que
realmente lo entienda.
–Oye, Rae. Iré a correr un poco. Volveré a las cinco, - llamo a nuestro
apartamento antes de darme vuelta y correr por las escaleras.
Saco mi teléfono al llegar a la acera, llamando a Hendrix y
preguntándome si contestará. Está en la universidad también y me pregunto
cuándo tiene clases. Me sale su buzón de voz y dejo un mensaje corto,
dejándole saber que necesito su ayuda con nuestros padres.
Camino por la acera, deteniéndome afuera de un edificio de ladrillos
ligeramente deteriorado. El Gimnasio Kings es un hito local y veo por las
ventanas, encontrando a Brooks y Finn adentro golpeando sacos.
–Hola, entrenador, - digo caminando hacia un señor sentado en la
entrada y él asiente, volviendo a su periodico mientras camino hasta los
sacos y mi hermano.
–Hola, Palmer, - dice Brooks mientras mantiene el saco firme para Finn.
–Hola, ¿cómo va todo? - pregunta Finn y Brooks se aparta, dándonos
algo de privacidad.
–Mamá vino a verme hoy. Ella y Frank han estado llamando mucho en
las últimas dos semanas, así que supongo que debí verlo venir.
–¿Qué quería?
–Quiere que me mude de nuevo con ellos. Dice que no es de una
señorita como yo vivir sola a mi edad.
Finn resopla, viéndose molesto.
–Saber que es una mierda, ¿no? Eres una adulta. Puedes hacer lo que
quieras.
–Lo sé, pero es difícil con ellos acosándome y enojándose conmigo.
Finn asiente, tomando un trago de su botella de agua mientras considera
mis palabras.
–Puedo tratar de crear interferencia para tí, pero probablemente no dejen
de molestar. Es la última oportunidad de Frank para tener un hijo bajo su
control. No se rendirá tan fácil.
Asiento, sabiendo que tiene razón. Pensé que después de obtener un
trabajo y probar que estaba bien fuera de la casa me dejarían ir, pero no ha
pasado.
–Si necesitas algo, sabes que Hendrix y yo estamos aquí para tí.
Podemos ayudar.
–Gracias, - digo, acercándome para darle un abrazo antes de recordar lo
sudado que está.
Finn se ríe, tratando de agarrarme, y me muevo a un lado, caminando
hacia la puerta. Brooks regresa y se une, y sé que debo volver con Rae para
que podamos alistarnos para ir a trabajar.
–Si Rae y tú quieren mudarse conmigo hasta que esto se calme, pueden
hacerlo. No quiero que tengan que acosarte en tu apartamento.
–¿Qué? - pregunta Brooks, frunciendo el ceño pero ambos lo calmamos.
–Gracias, te dejaré saber si vuelve a aparecer.
Finn asiente y asiento hacia Brooks mientras me preparo para irme.
–Hablamos luego, hermano. Nos vemos, Brooks, - digo y ellos se
despiden mientras regresan a los sacos.
Camino a casa sintiéndome más ligera sabiendo que tengo opciones
para lidiar con mamá y Frank. Me pregunto si debería decirle a Banks lo
que está sucediendo. Quizá él pueda aconsejarme algo también.
Me muerdo el labio pensando que si vendrá a verme a Se7en hoy. Quizá
pueda convencerlo de que ya no duele y podamos repetir la noche anterior.
Sonrío subiendo las escaleras hacia mi apartamento.
OCHO

Capítulo Nueve

Banks

TERMINO DE ENVOLVER la pierna de mi cliente y lo acompaño a la


entrada para que pueda pagar con Maxine. Ella se hace cargo y me apresuro
a mi estación para tomar mi teléfono y ver cómo está Palmer.
Ella se fue tan rápido ésta mañana que no pude despedirme
apropiadamente y asegurarme de que estuviera bien después de anoche. Al
menos debí darle medicina para el dolor y prepararle un mejor desayuno.
Tomo mi teléfono y no hay mensajes nuevos de Palmer, así que decido
llamarla.
–Hola, - dice ella, respondiendo en el segundo tono.
–Hola, ¿estás ocupada? - pregunto, sonriendo cuando me siento en mi
escritorio.
–No, sólo terminaba de comer y necesito organizar mi agenda antes de
ir al trabajo.
–¿Cómo estuvieron las clases?
–Bien, sólo vimos el plan del curso así que fue un día bastante fácil.
–Te extrañé, - admito, y escucho una inhalación dramática detrás de mí.
Sonrío, sabiendo sin voltear a ver que Rooney está ahí y que me
molestará tan pronto cuelgue.
–También te extrañé, - dice ella suavemente, y puedo escuchar la
sonrisa en su voz.
–Debería salir cerca de las once hoy. Tengo un cliente más y es para
terminar una pieza en la espalda, así que puede tomar un rato. ¿Quieres que
pase por tí en Se7en ésta noche? - ofrezco.
–Rae también trabajará ésta noche así que puedo irme con ella.
Frunzo el ceño. Parece tensa y me pregunto qué está pasando.
–¿Todo está bien? - pregunto después de un minuto y la escucho respirar
hondo.
–Mi mamá vino hoy.
–¿Todo está bien? - pregunto alarmado.
Ella no ha hablado mucho sobre sus padres en los meses que la conozco
y me pregunto si su madre está enferma o algo.
–Sí, sólo quieren que me mude de regreso a casa.
–No.
–¿Qué? - pregunta, sonando sorprendida por mi tono firme.
–No, no te mudarás de refresco. Amas vivir con Rae. Además, con
nuestros horarios, nunca nos veríamos si no estuvieras al lado.
–Lo sé, y no quiero volver a casa. Eso sólo que… han tratado de
controlarme desde que mamá se casó con Frank y no sé cómo hacer que
vean que soy una adulta y que estoy bien por mí misma. Sé que si me mudo
de regreso me presionarán para dejar la universidad y trataran de casarme
con alguien.
Trato de no gruñir al pensar en Palmer saliendo con alguien que no sea
yo. No parece que sus padres vayan a aprobar que Palmer esté conmigo.
–¿Qué necesitas, bebé? ¿Quieres que esté pendiente de si los veo cerca
del edificio?
–No sé si ella volverá al apartamento. Hablé con Finn, y dijo que
trataría de distraerlos. Hendrix me envió un mensaje y se ofreció a
averiguar en caso de que quisiera transferirme a su universidad en
California y quedarme con él y sus amigos.
–¿Por qué tus padres están haciendo esto? - pregunto, sin gustarme la
idea de que se mude tan lejos de mí.
–Es más que nada la familia de mi padrastro. Está obsesionado con el
control. Todo lo que le importa es su imágen y cuando sus dos hijos lo
abandonaron, sólo me tenía a mí para controlar. No quiero ser una esposa
trofeo o una ama de casa. Quiero ser independiente y ellos no quieren eso
para mí.
–Entonces nos aseguraremos de que no te fuercen a hacer algo que no
quieras. Asegúrate de que Rae tenga mi número de teléfono en caso de
emergencias. Si necesitas algo, Palmer, ven conmigo. ¿Está bien?
–Sí, gracias, Banks, - susurra agradecida.
–Le pediré a Brooks que esté pendiente en caso que alguien aparezca.
¿Necesitas algo más, bebé?
–No, sólo apoyo.
–Lo tienes.
Palmer suspira, sonando como si se hubiera deshecho de un peso
encima y trato de relajarme también. La acabo de obtener. No la dejaré ir,
especialmente por personas a las que no le importan lo que ella quiere en la
vida.
–¿Por qué no te quedas en mi casa hoy? Me quedaré contigo, - le digo.
–Está bien. Tengo que irme, tengo que ir al trabajo o llegaré tarde.
–Sí, mi cliente debe estar aquí en cualquier momento. Te veré en unas
horas.
–Nos vemos, - dice y la línea se corta.
–Bueno, bueno, bueno, - viene la voz contenta detrás de mí y me río
cuando volteo a ver a Rooney.
Harvey y Gray están ahí con él, y ruego en silencio porque mi próximo
cliente aparezca pronto.
–¿Qué hay? - pregunto, tratando de hacerme el desinteresado y todos se
acercan a la vez, atorándose en la puerta.
Me río mientras ellos luchan y tratan de empujar al otro. Gray es el
primero en entrar a la habitación y volteo los ojos cuando Harvey codea a
Rooney y se adelanta.
–Entonces… - comienza Harvey.
–Entonces, Palmer y yo estamos justo, - admito y ellos celebran.
–Por fín, - dice Harvey, recostándose en mi escritorio.
–¿Es por eso que has estado cantando y saltando todo el día? - pregunta
Rooney y volteo los ojos.
–Sí.
–¡Banks! Tu cliente está aquí, - llama Maxine por el pasillo, y salto de
mi silla.
–¿Cuándo la conoceremos? - pregunta Harvey mientras se preparan para
volver a sus estaciones.
–Pronto, - les digo, y me da una palmada en la espalda al salir.
–Estoy feliz por tí, - dice Gray siguiéndolo y sonrío.
–Le dije al tío Nico y la tía Edie, - dice Rooney al salir y gruño.
Estoy seguro que mis padres me pedirán llevar a Palmer, y le saco el
dedo a Rooney cuando salgo a recibir a mi próximo cliente.
Pero no puedo estar realmente enojado ahora. No cuando finalmente
tengo a la chica de mis sueños y sé que estará en mi cama ésta noche.

Capítulo Diez

Palmer

BANKS ME ESTÁ ESPERANDO AFUERA de Se7en cuando salgo y no


puedo decir que me sorprende verlo ahí. Sonrío cuando lo veo venir y
unirse a Rae y a mí.
Sus manos se posan en la parte de atrás de mi cuello y me atrae a él,
reclamando mis labios con los suyos por un momento.
–¿Cómo estuvo el trabajo, bebé? - pregunta y le sonrío.
–Bien. Ocupado.
–Hola, Rae. Te acompañaré a tu auto, - dice y todos caminamos por la
acera hacia el estacionamiento.
–Estoy tan cansada, - gruñe Rae y pongo mi mano libre en su hombro y
doy un ligero apretón.
–¿Tienes hambre? Podemos pasar por comida en el camino a casa, -
ofrece Banks pero ambas decimos que no.
–Te seguiremos a casa, - le digo a Rae cuando sube al auto y ella se
despide cuando nos dirigimos al auto de Banks.
–Creí que me esperarías en casa, - le digo poniéndome el cinturón.
–Estaba preocupado por tí. Si quieren que renuncies, pensé que quizá
aparecerían en tu trabajo y tratarían de hacer que te despidieran.
Mi corazón se derrite por su preocupación, y me relajo más en mi
asiento mientras conduce por las calles desiertas.
–No creo que hagan eso. Arruinaría su imágen al ser vistos en un club
como Se7en.
Las manos de Banks aprietan el volante cuando damos la vuelta en
nuestra calle.
–¿Has pensado en ir a la policía por esto? Si están yendo a tu casa para
acosarte, podría ser hora de una orden de restricción, - sugiere.
–No creo que pueda. Realmente no han violado una ley y podrían decir
que estaban preocupados como padres.
Banks asiente pero no se ve feliz al respecto.
–No quiero que te estreses o te preocupes por esto. Tienes demasiado de
qué preocuparte con el trabajo y la universidad.
Sé que tiene razón. No he querido cortar lazos con ellos, ¿pero cuánto
tiempo creo que realmente me dejarán sola? ¿cuánto hasta que me
deshereden o me den un ultimátum? Sólo se volverá más estresante si sigo
esperando.
–Supongo que sólo estoy esperando que entren en sus cabales y se den
cuenta que soy una adulta y puedo tomar mis propias decisiones. No quiero
perderlos o dejar de hablar con ellos.
–Lo sé. La familia también es muy importante para mí. Rooney le dijo a
mis padres sobre nosotros, así que estoy seguro que se mueren por
conocerte.
–¿Quién es Rooney?
–Oh, sí. Siempre se me olvida que no has conocido a nadie del estudio.
Rooney trabaja en Eye Candy Ink también y es como mi hermano. Sólo
nunca le digas que dije eso.
Me río por lo preocupado que suena cuando dice lo último.
–No lo haré, - le prometo cuando se estaciona afuera de nuestro edificio.
–Tenemos reuniones todos los domingos. ¿Quieres venir éste fin de
semana? Puedes traer a Rae si quieres. Eso te podría hacer sentir más
cómoda. Mi familia es grande y algo ruidosa.
–Le preguntaré, - digo con una sonrisa cuando salimos del auto.
Rae se une a nosotros y entramos juntos.
–¿Dormirás en mi apartamento? - me pregunta Banks y asiento,
mirando a Rae para asegurarme que no le molesta.
–Te veré en la mañana, - dice con una sonrisa y le sonrío de vuelta
mientras Banks me lleva a su apartamento.
–¿Quieres hablar sobre tus padres o algo? - pregunta Banks cerrando la
puerta y niego con la cabeza.
–No, sólo quiero ignorarlo un rato más, - digo, preguntándome si eso es
algo infantil de mi parte.
–Está bien, siempre que sepas que puedes llamarme o enviarme un
mensaje. Siempre, Palmer. Hablo en serio.
Asiento cuando entiendo sus palabras.
–Lo sé, gracias.
Él se acerca, besándome y comenzando con un beso ligero pero
conforme más me besa, más quiero.
Me pongo de puntillas, pasando mis brazos por detrás de su cuello y lo
beso con fuerza. Cuando nos separamos, el ambiente en el apartamento ha
cambiado.
–Te quiero, - susurro y sus ojos brillas.
En el siguiente segundo, Banks me está llevando por el apartamento y
hacia su habitación, donde me acorrala contra la puerta y me besa. Mi
cuerpo empieza a calentarse cuando sus manos se mueven por mis lados y
sostienen mis caderas.
Mi manos van hacia su pantalón y juego con el botón y cremallera,
desesperada por sentir su pene. Nunca he querido dar un oral antes pero es
todo lo que he podido pensar el día de hoy.
–¿Puedo chupártela? - susurro, mi voz ronca cuando veo a Banks por
debajo de mis pestañas.
–Mierda, - dice Banks entre dientes y lo tomo como una buena señal.
Lo empujo hacia atrás y caigo de rodillas, bajando sus pantalones y
boxers por sus muslos.
–Palmer, - susurra Banks cuando envuelvo su duro pene con mi mano.
–¿Sí? - pregunto, acercando y lamiendo la punta de su pene, mi lengua
jugando con la perforación.
–Mierda, - sisea y sonrío cuando me acerco de nuevo, abriendo mi boca
para tomar tanto de él como pueda en mi boca.
Realmente no estaba segura de cómo trabajar con la perforación así que
sólo iba a ignorarla, pero parece sensible. Cada vez que mi lengua la toca o
frota contra ella, sus muslos se tensan. Juego con ella, moviendo mi lengua
sobre ella y él contiene una maldición.
–Tranquila, - me advierte Banks, pero lo ignoro.
No quiero calmarme. Quiero hacer que se vuelva loco.
Chupo con fuerza, envolviendo mi mano en lo que no entra en mi boca.
Trato de tomar más y más, mi lengua arrastrándose por la parte de abajo de
su pene, empujando la perforación con cada oportunidad.
–Te necesito, - gime Banks, sus dedos enredándose en mi cabello y
halándome hacia atrás.
Hago un puchero. Estaba disfrutando lo poderosa que me hacía sentir
enloquecer a un hombre.
–Dejaré que lo hagas siempre que quieras pero necesito tu coño ahora, -
dice Banks poniéndome de pie.
Sus manos caen en mis caderas y salto, envolviendo mis piernas en su
cintura. Su grueso pene frota contra mis labios y me muevo, desesperada
por sentirlo dentro de mí. Cuando su pene frota mi clítoris, mi mente se
pone en blanco.
–Amo tu piercing, - fimo cuando siento la barra de metal frotando
contra mí.
Su pene se mueve contra mí de la forma más deliciosa mientras me
lleva a la cama y me acuesta en el colchón.
Tener las manos y boca de Banks sobre mí hace que me caliente más y
no puedo esperar a que se hunda dentro de mí y me haga gritar mientras me
vengo en mi pene.
Mis dedos se enredan en su cabello mientras besa y muerde mi cuello.
No me está penetrando, sólo desliza su pene sobre mis labios y me está
volviendo loca con deseo.
–Mi turno, - dice cuando empieza a moverse hacia abajo, sus labios
acariciando cada becho hasta que su boca captura uno de mis pezones.
Él chupa el firme retoño, su lengua jugando con él hasta que mi espalda
se arquea en la cama y estoy cerca de rogarle que me coja.
Su boca es tan caliente, su lengua jugando conmigo moviendo el pezón
de arriba a abajo. Pronto mis caderas se levantan, tratando de frotarme
contra él, llevarlo dentro de mí donde muero por sentirlo, mientras continúa
jugando con mis pechos.
Él se mueve al otro pezón y baja la mano pero no puedo esperar más.
–Por favor, Banks. Necesito más, - casi lloro y él se apiada de mí,
bajando por mi cuerpo hasta que su rostro está al nivel de mi chorreante
coño.
Sus dedos me abren mientras su lengua lamen un camino hasta mi
centro. Quiero gritar de frustración, pero entonces empieza a chupar mi
clítoris, moviendo su lengua sobre él y mi boca se abre en un grito ahogado.
Él lame otro camino a mi centro, su lengua dando círculos en mi
entrada, entrando ligeramente, jugando conmigo antes de volver a mi
clítoris, chupando de nuevo.
No pasa mucho antes de que sienta la ya conocida presión dentro de mí,
subiendo como una ola y yo caigo con ella, estrellándome contra la orilla de
mi pasión.
–¡Banks! - lloro cuando empiezo a venirme en su boca, mis piernas
alrededor de su cabeza mientras experimentaba mi clímax.
–Sabes tan bien, - dice Banks mientras besa mi cuerpo.
Entonces me besa y puedo probar mi sabor en sus labios. Es tan erótico
y hace que éste lista para otro orgasmo.
–Te necesito, - digo en un gemido, respirando hondo después de mi
orgasmo.
–Me tienes.
Él alinea su pene con mi entrada y me embiste. Se acerca, besándome, y
me pierdo en la sensación de él dentro de mí.
Banks empieza a moverse y ambos gruñimos. Puedo sentir su piercing
frotando contra mi pared frontal y gimo, tratando de mover mi caderas para
poder sentirlo más.
Mis piernas envuelven su cintura, queriéndolo más adentro de mí.
Cuando la base de su pene frota contra mi clítoris, jadeo, mis uñas
hundiéndose en sus hombros. Eso parece motivarlo porque realmente
empieza a moverse.
–Tan perfecta, - susurra Banks contra mi piel húmeda y puedo sentir mi
segundo orgasmo creciendo dentro de mí.
Banks gruñe, sus dedos hundiéndose en mis caderas cuando empieza a
perder el control. Su ritmo se detiene y se hunde dentro de mí, perdiendo
cualquier fineza que tuviera.
Cambia el ángulo y grito de placer cuando golpea un lugar secreto en lo
profundo de mí, su piercing frotando contra mí perfectamente. La base de
su pene presiona contra mi clítoris y es todo, me vengo sobre su pene
mientras me embiste.
–Mierda, Palmer, - gruñe Banks, sus ojos desenfocados mientras me
penetra.
Él llega a su propio orgasmo conmigo, y gimo cuando sigue
moviéndose dentro de mí.
Ambos estamos sin aliento y cubiertos de sudor cuando él sale
lentamente de mí y cae a mi lado en la cama. Respiro profundo, mis labios
en una sonrisa soñadora.
Banks me trae a sus brazos, besando mi hombro, su rostro acariciando
mi cuello y me muevo para estar más cerca de él, disfrutando su calor. No
pasa mucho antes de que pueda sentir que me estoy quedando dormida.
Por primera vez en mucho tiempo, me siento segura y protegida. Estoy
donde debo estar.
NUEVE

Capítulo Once

Banks

–ESO ES, bebé, - canto en el oído de Palmer mientras la cojo contra la


pared de la ducha.
–Estoy cerca, - se queja, su cabeza deslizándose en la pared.
–Buena niña. Vente sobre mi pene. Quiero sentir ese apretado coño
estrangulando mi pene.
–¡Banks! - grita y puedo sentir sus paredes contrayéndose alrededor de
mi miembro.
No tengo otra opción más que terminar con ella, no cuando ella empieza
a cantar mi nombre. Mis dedos se hunden en su trasero y me pregunto si
estoy dejando moretones, marcando su trasero como mío.
–Mierda, - suspiro en su cuello mientras el agua caliente cae por mi
espalda.
La levanto, saliendo de ella, dejando se ponga su pies en el suelo. Ella
cae sobre mí, una sonrisa alegre en su rostro, y todo lo que puedo pensar es
que quiero que se vea así todos los días de mi vida.
–¿Quieres ir a desayunar conmigo? Puedo pasar dejándote en clase
después, - me ofrezco y ella pone sus brazos alrededor de mi cuello,
sonriéndome.
–Eso suena perfecto. Mi clase comienza a mediodía.
–Me aseguraré de dejarte a tiempo, - le prometo y apago la ducha para
salir.
La seco con la toalla y la veo cubrir su cuerpo curvilíneo. Le queda
corta, terminando sobre sus cremosos muslos y la vista hace que mi pene
esté listo para una segunda ronda. Pero sé que no tenemos tiempo para eso,
así que tomo mi propia toalla, envolviendola en mi cintura y saliendo al
pasillo hacia mi habitación.
Brooks salió temprano ésta mañana al gimnasio antes de ir a AV. Ha
estado yendo a grupos de apoyo y haciendo de voluntario en su tiempo
libre. No sé todo lo que pasó en el ejército pero no somos lo suficiente
cercanos para preguntar, pero me alegra que esté recibiendo ayuda.
Saco algo de ropa, viendo a Palmer poniéndose su ropa de mesera de
anoche.
–Sabes, quizá deberías dejar algo de ropa aquí, - sugiero, viéndola
tomar sus zapatos.
–¿Sí? ¿vas a despejar uno de tus cajones? - bromea y sonrío.
–Puedes quedarte con todos los cajones. El armario también.
Ella se sonroja y espero que sepa que hablo en serio. Ella puede tomar
todo mi apartamento. Quiero tenerla cerca y feliz.
Tomo sus manos cuando vamos a la puerta y ella la abre, sonriendo
cuando levanto la mía y le doy una vuelta. La acerco a mí y ella choca
contra mi pecho, una enorme sonrisa en sus labios cuando le robo un beso.
–Vamos a que te cambies y comas, - digo y abro la puerta, Palmer ríe.
Todo se detiene cuando salimos al pasillo y vemos al hombre enojado
caminando afuera de su apartamento. Viste un traje elegante, su cabello gris
peinado hacia atrás y una mueca en su rostro.
–Ahí estás, - le ruge a Palmer, y la tomo, poniéndola detrás de mí
mientras veo al hombre.
–Esto no te incumbe, - me dice, su tono frío.
–¿Qué haces aquí, Frank? - pregunta Frank y puedo escuchar el inicio
de pánico en su voz.
Eso sólo hace que me ponga aún más frente a ella, queriendo protegerla.
–Debemos hablar. Escuché lo que le dijiste a tu madre ayer. Debería
darte vergüenza hablarle de esa forma.
Palmer se acerca a mí, sus manos en mi espalda, y pongo una mano
atrás para detenerla.
–Es hora de que vengas a casa. Lo intentamos pero obviamente aún no
es el momento para que vivas sola. Podemos intentarlo de nuevo en unos
años. Hasta entonces, debes venir a casa y disculparte conmigo y tu madre.
Ella arregló todo para que seas voluntaria en una de sus caridades.
–Está funcionando, - dice Palmer en voz baja pero Frank la escucha.
–¿Crees que acostándote con éste vago es una buena idea? Tu madre y
yo te criamos mejor que eso. Unos meses fuera de casa y ya te has vuelto
una zorra, - ruge y cuando da unos paso hacia ella, exploto.
Exploto, poniéndome en su cara.
–Eso es suficiente, - siseo. - Palmer no es una puta ni una zorra. Es un
jodido ángel. Ella es fuerte, inteligente, y la persona más dulce que he
conocido. Es un puto milagro que ella me haya notado. Sé que quiere tomar
el crédito de quién ella es ahora, pero es obvio que no lo obtuvo de un idiota
prejuicioso como usted.
Frank se ve sorprendido pero se recupera rápido, tratando de
enfrentarme, pero soy una pulgada más alto que él. Él trata de pasar a mí
lado y tomar a Palmer, y golpeo su mano.
–No la toques. Es una adulta y puede elegir qué hacer con su vida. Ella
quiere vivir con Rae e ir a la universidad, así que no hay nada que puedas
hacer al respecto. Ella quiere salir conmigo, así que no puedes detenernos.
–No pareces muy inteligente, así que déjame darte un consejo. Ella sólo
te está usando, justo como su puta madre me usa por mi dinero y
reputación. Ambas tienen suerte que las haya tomado. Palmer sólo se está
rebelando y decidió hacerlo contigo, pero esto nunca durará.
Me acerco a Palmer, queriendo reconfortarla.
–No estaré aquí cuando esto pase, - dice con una mueca a Palmer. - Ésta
es tu última oportunidad. Ven a casa conmigo ahora o es todo. Serás
desheredada. No más universidad, no más vacaciones o regalos, no más
nada. Elige sabiamente, - dice Franks cuando se va.
Me volteo, abrazando a Palmer, pero ella me aleja con lágrimas en sus
ojos.
–¿Qué puedo hacer, bebé? - pregunto, pero ella niega con la cabeza
cuando las primeras lágrimas caen de sus ojos.
–Nada. Sólo… Necesito estar sola ahora, - dice y me hace a un lado,
entrando a su apartamento.
Me siento impotente cuando ella desaparece de mi vista y me pregunto
qué rayos debería hacer ahora.
¿Sobrepasé un límite con lo que le dije a Frank? Sé que Palmer no
quiere ser desheredada y cortar contacto con su familia, y temo que haya
presionado a Frank.
Veo su puerta por un minuto antes de voltear y dirigirme a las escaleras.
Estoy perdido y sólo hay un lugar donde puedo ir por ayuda.
Saco el auto del estacionamiento y me dirijo a Eye Candy Ink y mi
familia.
–Hola, - digo cuando entro al estudio original de Eye Candy Ink y veo a
mi tía Sam.
–¡Banks! ¿Qué estás haciendo aquí? - pregunta con una sonrisa y se
levanta para abrir la entrada que separa la recepción de las estaciones atrás.
–Necesito un consejo. Es sobre Palmer.
–Ah, y viniste con el don Juan de Eye Candy Ink, - dice mi tío Mischa
con una sonrisa maniática que es igual a la de su hijo Rooney.
–Oh por Dios. ¿Todavía estamos diciendo eso? - pregunta mi tío Atlas
uniéndose a nosotros.
–¿Banks? - dice mi papá, sacando la cabeza de su estación y le sonrío.
–¿Banks está aquí? - pregunta mi tía Trixie cuando sale al pasillo, mi tío
Zeke detrás de ella.
–¿Qué sucede? - pregunta papá y me recuesto contra la pared del
pasillo.
–Creo que lo arruiné con Palmer hoy, - admito y todos se ponen
cómodos.
Les digo lo que sucedió y lo que Palmer me ha dicho de su madre y
padrastro. Ellos escuchan, dejándome decir todo antes de ofrecer cualquier
consejo.
–Vas en serio con ella, ¿verdad? - agrega Atlas, y asiento de inmediato.
–Ella es la indicada para mí.
–Entonces lo arruinaste, - dice tía Sam.
–¿Qué? - pregunta Mischa, viéndose confundido, y Sam voltea los ojos.
–Parece que ese idiota de Frank es un verdadero controlador, así que sé
que sólo estabas protegiendo a tu chica, pero quizá no sería desheredada si
no hubieras discutido con él,- señala ella.
Ella tiene razón. Estaba tratando de ser un buen novio y protegerla de él
pero quizá lleve las cosas demasiado lejos.
–Entonces, debería disculparme con ella.
Sam asiente y sé que tiene razón.
–¿Cuándo la conoceremos? - pregunta tía Trixie y sonrío.
–Déjame arreglar las cosas con ella primero. Entonces se la presentaré a
todos. Habíamos hablado de la reunión semanal antes de esto. Tengo que
asegurarme de que no estará molesta conociendo a mi familia cuando acaba
de perder a la suya.
Tía Trixie asiente y respiro hondo, pensando en la mejor forma de
disculparme con Palmer. Reviso mi teléfono, pero no hay mensajes nuevos
o llamadas de ella. Sigo pensando en ella llorando sola en su apartamento y
sé que debo ver cómo está ahora y arreglar las cosas con ella.
–Gracias por esto. Los dejaré volver al trabajo.
–Cuando quieras, - dice tía Sam cuando me abraza.
Abrazo a todos de despedida y salgo al auto. Me deslizo detrás del
volante y saco mi teléfono, enviandole un mensaje a Palmer y haciéndole
saber que debemos hablar y que la recogeré en quince minutos.
Es hora de arreglar las cosas con mi chica.
DIEZ

Capítulo Doce

Palmer

RAE ya se había ido a sus clases de la mañana cuando entré al apartamento


y no estoy segura de si estoy feliz porque no está ahí para verme
desplomarme o si desearía que estuviera ahí para poder hablar con ella
sobre lo que acaba de pasar.
Paso una hora acurrucada en la cama, sollozando. Sabía, en el fondo,
que esto siempre iba a pasar, pero no estaba lista. Pensé que aún tenía unas
semanas más.
Quería culpar a Banks por esto. Quizá si no hubiera desafiado a Frank,
entonces no estaría aquí, pero sé que si no lo hubiera hecho, Frank me
hubiera arrastrado de regreso a casa esta mañana. Es realmente probable
algo bueno que estuviera ahí conmigo y me apoyara.
También resalta aún más la diferencia entre Frank y Banks. Ambos son
alfas que buscan control, pero Frank quiere dominar a todos y doblegarnos
a su voluntad. Banks sólo quiere proteger a los que ama y quiere asegurarse
que sean felices y estén seguros.
Me levanto de la cama y voy a la cocina. Creo que Rae debería estar en
casa pronto. Estoy bastante segura de que teníamos horarios opuestos los
jueves y sé que necesito calmarme y tratar de preparar un plan.
Puedo tratar de solicitar un préstamo para la universidad pero me
pregunto si mis turnos en el club serán suficientes para cubrir el alquiler y
los víveres. Tengo que obtener un nuevo plan de teléfono, seguro médico y
muchas cosas más. ¿Cómo puedo esperar cubrir todo eso?
Saco mi teléfono. Hay unos mensajes de Banks dejándome saber que
está ahí para mí y que le haga saber lo que necesito. Preguntó si aún
necesitaba transporte para ir a clases y le contesto que no antes de abrir un
nuevo mensaje y escribir los nombres de Finn y Hendrix.

PALMER: Palmer vino a verme ésta mañana…


Finn: ¿Quieres que vaya?
Hendrix: ¿Qué quería ese idiota?
Palmer: Me dijo que debía volver a casa y disculparme o me
desheredara. Así que ya no tengo apoyo financiero.
Hendrix: Mierda. Tengo algo de dinero ahorrado. Puedo enviártelo.
Finn: Igual yo. ¿Quieres mudarte conmigo? Puedes traer a Rae,
pero tendrás que compartir la habitación. Podemos cubrir el costo si
necesitas terminar el contrato.
Palmer: Gracias, chicos, pero no quiero que vacíen sus ahorros.
Finn: Queremos ayudar. Sabemos que somos tus hermanastros pero
siempre te consideramos familia, Palmer.
Hendrix: Sí. ¿Quieres que vaya a casa? Podemos alquilar un
apartamento juntos.
Palmer: Déjame pensarlo. Puedo pedir más turnos en Se7en o
encontrar otro trabajo a medio tiempo.
Hendrix: Está bien, sólo déjanos saber. Estamos aquí para tí,
hermana.
Finn: Puedes venir al gimnasio. Quizá podamos enseñarte defensa
propia en caso que Frank decida volver.
Palmer: Gracias, chicos. Los quiero.
Finn: Te quiero.
Hendrix: Te quiero.
–¡VAYA! Me alegra no tener clases mañana, - dice Rae cuando entra y me
ve en la cocina.
–Lo sé. Ansío tener el día libre mañana.
–¿Qué haces en casa? Creí que tenías una clase a medio día.
–Sí, eh, Frank vino a verme esta mañana.
–Oh, mierda. Eso no puede ser bueno, - dice Rae, su nariz arrugada de
disgusto al escuchar el nombre de Frank.
–Me dijo que debía volver a casa o me desheredara.
–Entonces, te desheredó. Por favor dime que elegiste la opción b y que
no volverás ahí, - ruega Rae y asiento.
–Sí, iba a ir a Se7en y ver si quizá Cat me puede dar más horas. Puede
que tenga que buscar otro trabajo a medio tiempo también.
–Tengo unos ahorros. Puedo ayudar, - dice Rae de inmediato, pero sé
que puedo dejar que lo haga.
Ella es una universitaria sin dinero también y aunque aprecio su oferta,
no quiero que ambas tengamos problemas. No sería justo para ella.
–¿Cómo te sientes con todo esto? - pregunta Rae y suspiro,
deteniéndome por primera vez desde que esto empezó y considerando mi
emociones.
–Estaba devastada al inicio. Aún tengo miedo y estoy estresada y
probablemente lo estaré hasta que encuentre la forma de cubrir todo, pero
otra parte de mi está aliviada. Estoy feliz de ya no tener que lidiar con ellos.
Feliz de no tener que ver sus llamadas o preguntarme si estarán ahí cuando
llegue a casa, buscando otra pelea.
Rae asiente, pasando por el mesón de la cocina y abrazándome.
–Si necesitas algo, estoy aquí.
–Lo sé. Gracias. Eres la mejor, mejor amiga que podría pedir.
–Lo sé, - suspira Rae dramáticamente y me río.
Nos separamos y limpio las lágrimas que hay caído cuando ella va al
refrigerador.
–¿Tienes hambre? - pregunta ella y mi estómago ruge.
–Sí, - digo con una risa cuando me uno a ella.
–¿Quieres sobras de pizza?
–Claro.
Tomo los platos y ella los calienta en el microondas.
–¿Qué dijo Banks de todo esto? - pregunta y me muerdo el labio.
–Él fue el que habló con Frank, en realidad. Yo estaba molesta cuando
Frank se fue, así que vine aquí y lloré un rato. Él me envió un mensaje
preguntando si necesitaba algo, así que quizá debería hablar con él. Quería
hablar primero con Cat sobre mis horas.
Rae asiente y comemos nuestra pizza en silencio por unos minutos.
Mi teléfono suena de nuevo y veo que es un mensaje de Banks.

BANKS: Tenemos que hablar. Paso por tí en quince minutos.


ONCE

Capítulo Trece

Banks

HAN PASADO horas desde que dejé a Palmer esta mañana y no puedo
soportarlo más. No me gusta pensar que ha estado molesta todo el día y que
no he estado ahí para ella.
Después de hablar con mi familia tengo una idea clara de lo que le
quiero decir. Mi reacción normal es avanzar y hacerme cargo, pero Palmer
es una adulta y necesito seguirla a ella en ésto. No puedo forzarla a nada.
Sólo puedo amarla y apoyarla en lo que elija hacer.
Me detengo en el estacionamiento y estoy apunto de apagar el auto y
subir a buscarla cuando veo a Palmer caminar hacia mí. Salgo del auto,
abriendo la puerta del pasajero para ella. Ella me da una pequeña sonrisa y
entra al auto, tomo eso como una buena señal.
Ella está callada mientras conduzco por las calles congestionadas hacia
el Parque Allegheny. Nos toma cerca de media hora llegar y encontrar un
lugar donde estacionar.
–¿Tienes hambre? - pregunto cuando pasamos por unos camiones de
comida.
–No, acabo de comer.
Asiento, tomando su mano y empezando a caminar por el camino.
–¿Cómo te sientes sobre todo? Lamento haberme involucrado esta
mañana. Es sólo que no me gustó la forma en la que estaba hablando de tí,
pero me di cuenta que quizá me sobrepase.
–No, no te disculpes. Me alegra que estuvieras ahí. Él nunca me ha
golpeado, pero no sé lo que hubiera hecho si sólo hubiéramos sido nosotros
dos. Se veía lo suficientemente molesto como para arrastrarme físicamente
a casa.
Mi manos se hacen puños y respiro profundo, tratando de no pensar en
Frank arrastrando a Palmer a ningún lado.
–Quería hablar contigo. Fui a ver a mi familia y les dije lo que pasó. Me
hicieron saber que me sobrepasé y quería disculparme, pero también quería
que supieras que tienes opciones.
–¿Le dijiste a tu familia de mí? - pregunta con una sonrisa tímida.
–Claro. Todos saben que estoy loco y totalmente enamorado de tí. Es
por eso que no pueden esperar a conocerte. Les dije que quizá no quieras
involucrarte con familias por un rato así que están dispuestos a esperar
hasta que estés lista.
Palmer mira a otro lado, lágrimas brillando en sus ojos y pongo su brazo
en sus hombros.
–Te amo, Palmer. Más que nada. Estoy seguro que has estado
preocupada todo el día por el dinero o cómo pagarás todo.
Ella desvía la mirada y sé que tengo razón.
–Puedes mudarte conmigo para ahorrar en alquiler y gastos. Podemos
buscar un lugar más grande y traer a Rae y Brooks con nosotros. Tengo
dinero ahorrado. Puedo pagar tus estudios, alquiler, lo que necesites, bebé.
Sé que quieres ser independiente y forjar tu camino y sólo quiero ayudarte.
Si no tomas el dinero, entonces déjame ayudarte aplicando a becas o ayuda
financiera, lo que necesites.
–No tienes que hacer eso, - dice, pero la detengo antes de que pueda
continuar.
–Quiero hacerlo. ¿Recuerdas lo que dije ese día en el auto?
Ella asiente y levanta la barbilla hasta que nuestros ojos se encuentran.
–Hasta el final. Eres la chica para mí, Palmer. Todo lo que quiero y
siempre querré. Quiero todo contigo. Quiero darte todo. No me importa el
dinero. Sólo quiero que estés segura y feliz. Déjame hacer esto por tí para
que puedas enfocarte en las clases y tener la vida que quieres.
Palmer está llorando, y me rompe el corazón. Limpio las lágrimas con
mis pulgares.
–Por favor, no llores, bebé, - le ruego, sintiéndome ansioso.
–También te amo, - dice, escondiendo su cara en mi pecho y la abrazo,
tratando de reconfortarla.
–Estás llorando más de lo que imaginé cuando imaginé este momento, -
bromeo y ella se ríe en mi camisa.
–Te amo, pero no quiero que pienses que te estoy usando de la forma
que mi madre usa a Frank.
–No lo hago. Lo que tienen tu mamá y Frank no es amor. Es una
transacción de negocios y nunca dejaré que nuestra relación sea así. Te voy
a amar para siempre y sólo porque pague por cosas no significa que no
somos iguales en ésta relación.
Ella estudia mi rostro y tomo sus manos, apretándolas.
–Buscamos a alguien que nos ayude en la recepción de Eye Candy Ink.
Hablé con Maxine. Puedes trabajar cuando las clases y Se7en te lo permita
y ganar dinero extra. Además, podremos vernos más.
Ella sonríe y continúo.
–Te mudarás conmigo o hablaremos con Rae y Brooks para buscar un
lugar más grande. Nos veremos más y ahorraremos dinero.
–Está bien, - susurra y mi corazón se detiene por un momento.
–¿Está bien? - pregunto, asegurándome de no haber escuchado mal.
–Sí, está bien. Gracias, Banks.
Ella levanta su barbilla y lo tomo como una invitación, sellando mi boca
con la de ella. mi lengua se desliza en su boca y ella gime cuando se enreda
con la de ella.
Sus manos se posan en mis hombros y la tomo de la cintura,
acercándola a mí hasta que estamos presionados contra el otro y no puedo
distinguir dónde termino yo y empieza ella.
Sus curvas se amoldan a mi cuerpo y puedo sentir que mi pene se
endurece en mis pantalones mientras más nos besamos.
Sus manos se enredan en mi cabello y lo jala de la misma forma que
cuando está excitada y ansiosa por mi pene y sé que necesito llevarnos a
casa donde tenemos más privacidad.
–Vamos a casa. Entonces puedo encargarme de tí apropiadamente, -
susurro contra sus labios y ella me sonríe.
–Me parece un buen plan.
Tomo su mano y corremos por el camino hasta mi auto. No sé lo que
pasará con los padres de Palmer y su universidad. Todo lo que sé es que
nunca la dejaré ir.
DOCE

Capítulo Catorce

Palmer

UN AÑO DESPUÉS…

–¿QUIERES algo de Wild Thyme? - me pregunta Harvey cuando se detiene


frente a la entrada y volteo a verlo, sonriéndole.
–El macarrón con queso, - digo, tratando de que no se me haga agua la
boca al pensarlo, él sonríe y asiente.
He estado trabajando en la recepción de Eye Candy Ink el último año y
me encanta. Puedo ver a Banks más y estar con su familia.
Todos me han dado la bienvenida, e incluso la han extendido a Finn y
Hendrix. Todos pasamos Navidad juntos el año pasado en casa de Zeke y
Trixie y se sintió bien ser parte de una familia real que se aman unos a otros
y no trata de manipular o controlar a nadie.
–Palmer te cobrará, - dice Banks cuando lleva a su cliente a la
registradora.
Le sonrió, sonrojándome cuando me guiña el ojo. La chica que acaba de
tatuar trata de llamar su atención, pero él la ignora, reclinándose en la pared
y viéndome atenderla.
Tan pronto como se va, sus brazos me toman por detrás y me recuesto
contra él.
–Tu próximo cliente está aquí, - susurro y él asiente.
–Trataré de terminar rápido con ella y podemos comer cuando Harvey
regrese.
–Suena bien, - digo, volteando en mi asiento para besarlo.
Él se dirige a su cliente y la chica me fulmina con la mirada cuando
pasa al lado, pero yo sólo me río. Ya estoy acostumbrada a esas miradas,
pero sé que Banks nunca ve a esas chicas.
Vuelvo a mi tarea. Acabo de empezar mi segundo semestre en la
universidad y las cosas van bien para mí. Pude conseguir unas becas, la más
grande viniendo de Eye Candy Ink. Bank pagó por el resto, pero le prometí
que se lo pagaría. Tengo el presentimiento de que nunca aceptará el dinero
cuando trate de dárselo.
Nos mudamos juntos un mes después del encuentro con Frank.
Terminamos intercambiando, para que Brooks se mudara con Rae y yo con
Banks. Los dos dieron vueltas alrededor del otro antes de empezar a salir.
Sabía que se gustaban y estoy muy feliz por ellos. Se comprometieron el
mes pasado y Rae y yo estamos planeando nuestras bodas juntas.
Banks me propuso matrimonio hace seis meses y sonrío cuando veo mi
anillo. Es un corte princesa en un anillo de platino. Hizo que lo grabaran y
me derrito cuando pienso en las palabras dentro de la banda.
Hasta el final.
–Hola, - dice Rooney cuando trae a su último cliente de la noche a la
caja.
–Hola, - digo, sonriéndole.
Rooney está loco, pero es imposible no quererlo.
Le cobro a su cliente y él colapsa en la silla a mi lado.
–¿Cómo estás, Palm? - pregunta, subiendo sus pies al escritorio y casi
cayendo de espalda en el proceso.
Me río, ayudando a que mantenga el equilibrio.
–¿Te irás a Se7en pronto? - pregunta y asiento.
–En una hora.
–Me quedaré para llevarte entonces. Creo que a Banks le queda un
cliente más.
–Gracias, - digo agradecida y él asiente, sonriendo.
–Claro. Lo que sea por mi hermanita favorita.
–¿Qué quieres? - pregunto con una risa.
–Dicen que Banks busca un padrino. Creo que ambos sabemos quién es
la opción más obvia, - dice, abriendo sus brazos y casi cayéndose de nuevo.
–Veré qué puedo hacer, - digo cuando llega Harvey con la comida.
–¿Adivina quién es el padrino? - alardea Rooney y Harvey voltea los
ojos, dejando mi comida frente a mí.
–¿Cuánto te debo? - le pregunto a Harvey.
–Max invita, - dice con una sonrisa y me río.
–Tendré que agradecerle el domingo.
Banks llega unos minutos después y me apresuro a cobrarle a su cliente
para que pueda comer antes de que tengamos que irnos.
–Rooney me llevará a Se7en. ¿No es el mejor? - le pregunto a Banks
cuando empieza a sacar la comida de la bolsa.
Él me mira y luego a Rooney, suspirando.
–Rooney, ¿quieres ser mi padrino? - pregunta Banks y Rooney grita que
si a la vez que Harvey, Ender, Gray, y Ames gritan que no.
Me río tanto que casi estoy llorando y veo a Rooney correr para
alardear.
–Comamos, - dice Banks y tomo asiento a su lado mientras me pasa mi
comida.
–¿Realmente tendrás a Rooney como tu padrino? - le pregunto y me
voltea a ver.
–Sí, dejaré que alardee unos días antes de decirle que planeo que todos
los chicos compartan el título.
Me río, ofreciéndole a Banks un bocado de mi macarrón con queso.
No he hablado con mi mamá o Frank en un año y hay veces que extraño
a mi mamá, pero sé que ella tomo su decisión. No han tratado de
contactarme y escuché de parte de Finn que Frank fue despedido hace unas
semanas. Me pregunto cuánto más se quedará mamá con él si no puede
darle la vida a la que se ha acostumbrado.
Ninguno de ellos está invitado a la boda, y de hecho le pedí al padre de
Banks, Nico, que me acompañara al altar.
–Rae dijo que podía quedarme con ella la noche antes de la boda, - le
digo y él frunce el ceño.
–¿Por qué harias eso?
–Es costumbre que pasemos la noche separados.
–No me gusta, - dice.
–Creo que es emocionante. La próxima vez que nos veamos, estaremos
por ser marido y mujer.
Banks suspira, pero sé que me dejará hacerlo. Siempre me da lo que
quiero y lo amo por eso. Somos compañeros iguales en ésta relación, justo
como me lo prometió.
–¿Lista? - pregunta Rooney cuando vuelve a la entrada y asiento,
comiendo lo último del macarrón con queso.
–Veré a qué hora salgo, - dice Banks cuando me acerco a besarlo y
sonrío.
–Te amo, - susurro contra sus labios.
–Te amo más, - susurra de vuelta y sonrío cuando me alejo y sigo a
Rooney.
Tenía miedo de perder a mamá y Frank y la estabilidad que proveían,
pero no tenía nada que temer. La vida es mejor de lo que pude imaginar
ahora y se lo debo todo a Banks.
Él es el amor de mi vida, mi todo, y estaré con él hasta el final.
TRECE

Capítulo Quince

Banks

DIEZ AÑOS DESPUÉS…

LE SONRÍO a mi esposa mientras se prepara para ir al trabajo.


–¿Podemos ver una película? - preguntan nuestros hijos, Seth y Jonah,
al mismo tiempo y sonrío.
–Claro. Ustedes elijan la película y yo prepararé palomitas.
–Está bien, creo que tengo todo. Los veré mañana, chicos, - dice Palmer
besando a ambos niños y luego caminando hacia mí.
–Te esperaré, - susurro y ella me sonríe.
–Más te vale.
La veo irse, ya esperando que sea de noche y llegue a casa.
Palmer es asistente administrativa en Se7en y lo ha sido por los últimos
seis años. Cat la contrató justo después de que Palmer se graduara de la
universidad con su título en negocios. Palmer lo ama y estoy feliz de que
sea feliz.
–¡Ven, papá! ¡Apúrate! - llama Seth y me río cuando voy a la cocina a
hacer palomitas.
Hemos estado casados cerca de diez años y han sido los mejores años de
mi vida. Tuvimos a Seth hace cinco años y Jonah nació un año después.
Teníamos las manos llenas, así que dos eran suficiente para nosotros.
Palmer es una súper mamá para ellos. Ella quería quedarse en casa con
ellos y la apoyé, así que por los últimos cinco años, ella ha estado en casa
con ellos durante el día y trabajando en Se7en en la noche. No sé cómo lo
hace todo y estoy maravillado con ella.
Mi familia ha estado ayudando cuando pueden y tenemos citas de juego
con Rae y todos los demás al menos una vez a la semana.
Compramos una casa cerca de mi tío Zeke y ha sido genial tener más
espacio, aunque sé que Palmer extraña estar cerca de Rae y Brooks.
Vierto las palomitas en un tazón y camino a la sala, sonriendo cuando
veo a Seth y Jonah envueltos en sábanas y esperándome.
–Hola, - dice Rooney cuando entra, asustandome.
Ya debería estar acostumbrado. Todos pasan por aquí todo el tiempo y
los viernes por la noche usualmente terminan en pijamadas en casa de
alguien.
–Oh, genial, hiciste palomitas, - dice tomando el tazón de mis manos y
caminando a la sala con sus hijos detrás de él.
–Por favor, siéntete en casa, - digo a secas y él me sonríe.
–No te preocupes por cerrar la puerta. Harvey viene detrás de mí.
Gray viene después con sus hijos y me rindo, volviendo a la cocina para
hacer palomitas para todos.
–Ey, trajimos pizza, - dice Ender cuando entra a la cocina y hago
espacio en el mesón para que la deje ahí.
–¿Dónde están sus mejores mitades? - le pregunto cuando baja las cajas.
–Noche de chicas. Fueron a Wild Thyme a ver a Coraline un rato y luego
irán a Se7en a pasar el rato con Palmer.
Asiento. No me sorprende. Todas están ocupadas con diferentes
horarios de trabajo y niños que deben ponerse creativas para salir todas.
–¿Mis nietos están aquí? - llama Mischa y me rio cuando tomo más
platos.
Entro a la sala para saludar a todos y no puedo decir que me sorprende
ver a Finn con sus hijos, justo a Brooks y el resto de su familia. Apenas hay
espacio para que todos se sienten y los niños ya han distribuido las
almohadas y sábanas en el suelo y se están riendo cuando pongo la película
y paso la pizza.
Me hago espacio entre Finn y Rooney y sonrío cuando la película
empieza en la pantalla.
Ésta vida es loca, pero me alegra que sea mía. Tengo suerte de poder
compartir todo ésto con Palmer y sus hermanos.
Escucharon de sus padres una vez en los últimos diez años. Fue después
de que Palmer se graduara de la universidad. Quisieron convencer a Palmer
de trabajar para Frank en su nueva compañía, pero Palmer lo rechazó. Fue
toda una pelea y después de eso, todos dejamos claro que no queríamos
volver a involucrarnos con ellos.
Se perdieron de tanto estos años. Tres bodas, el nacimiento de todos sus
nietos, vacaciones, fiestas, todo. Le pregunté a Palmer una vez si quería
volver a intentar hablar con ellos, pero ella dejó claro que tenía la familia
que quería con nosotros.
Estoy bien con eso, siempre que ella sea feliz.
Palmer y los niños significan todo para mí. Mi familia significa todo
para mí.
Con ellos, hasta el final.

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