Juego de Simulacion
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Juego de Simulacion
Fernando Rodríguez
Mi nombre es Fernando Rodríguez. Nací en Entre Lagos en el año 1786 y vivo con mi
mujer, María Daniela Muñoz. Mi padre era un comerciante paraguayo y junto con mi madre
vinieron a vivir a Entre Lagos. Empezaron trabajando como comerciantes y cuando ahorraron
dinero, pudieron comprar unas tierras. Me crié en el campo y desde chico me interesé por la
estancia. Hoy es más extensa que antes porque junto con mi papá fuimos comprando y agregando
nuevas tierras.
Hace unos días, llegaron noticias de Buena Aventura. El Director Supremo sancionó una
constitución centralista y, al parecer, ingresaron por el puerto productos eutópicos (tejidos, telas,
muebles) con un precio más bajo que los que vendemos nosotros. Estos no solo se venderán en
Buena Aventura, sino que serán comercializados en las provincias del interior.
Hablé con mi esposa y mis amigos, Germán Álvarez y Emilio Larrosa sobre estas noticas.
Ya estamos cansados de que no nos escuchen y que solo se tengan en cuenta a la gente y
comerciantes del puerto. Pensamos que lo mejor sería armar un ejército y que la tropa marchara a
Buena Aventura para luchar por nuestros intereses, aunque sabemos que no sería fácil y los riesgos
grandes. Yo sería quien conduzca el ejército de Entre Lagos. Lucharía por el libre comercio, quiero
la apertura de nuestro puerto al exterior, así como también proteger la producción artesanal local de
la competencia de productos extranjeros y elegir nuestros gobernantes. Mañana tengo que tomar
una decisión. ¿Marchamos sobre Buena Aventura con un ejército y luchamos por nuestros intereses
o es mejor hablar con los comerciantes de Buena Aventura de nuevo?...
Carlos Ocampo
Me llamo Carlos Ocampo. Nací en Buena Aventura y soy hijo de un padre español que llegó
a Buena Aventura en 1770 y de una madre nacida en estas tierras como descendiente de un pueblo
indígena de esta zona.
Mi padre desde que arribó a Buena Aventura trabajó en el puerto y yo lo hago desde chico
cuando comencé con la carga y descarga de los barcos que arriban. Toda mi vida pasa por este
puerto. Por el trabajo que hago me pagan un dinero suficiente para vivir y comer bien, aunque me
gustaría ganar más y satisfacer todas las necesidades de mi familia.
Hoy cuando llegué al puerto, un hombre se acercó a mí porque quería hablar conmigo. Se
presentó en representación de German Álvarez, defensor del federalismo. Me ofreció mucho dinero
a cambio de que mañana cuando descargue los productos del barco que arribe no los lleve al
depósito, sino que los tire al río. Quedé sorprendido ante el pedido. Su propuesta me resulta difícil
de responder. Pienso que no puedo hundir los productos en el río porque si me descubre la gente del
puerto pueden matarme o puedo ir preso. Pero también sé que el puerto y sus productos no son míos
y que hay mucho dinero de por medio que puede ayudar a mi familia y su futuro. Además, las
provincias se están perjudicando con la entrada de esta mercancía. Tengo que decidir qué hacer.
¿Tiro los productos eutópicos al río, ayudo al interior y gano mucho dinero o rechazo la propuesta
de este hombre y continúo cargando y descargando mercancía de los barcos del puerto como hasta
hoy ganando menos dinero? Pensándolo bien, creo que voy a…
Pedro Navarro
Soy Pedro Navarro y nací en Vera Cruz donde llegaron mis padres desde España en 1750
para trabajar como empleados del gobierno español. Desde chico trabajo como peón en la estancia
de Don Emilio Larrosa, caudillo de Vera Cruz. No me paga demasiado por las tareas que hago y,
muchas veces, no me alcanza para alimentar a mi mujer y a nuestros 5 hijos, razón por la que mis
hijos mayores me ayudan realizando trabajo en otras estancias de la zona.
Ayer Don Larrosa me llamó a su oficina y me comentó una noticia. Me dijo que un tal
Álvarez, líder de los caudillos de las costas, quiere provocar alzamientos contra Buena Aventura.
Me propuso que forme parte de su ejército porque me considera un hombre fuerte y capaz para
participar en una batalla. A cambio él me dará más dinero.
Admiro mucho a Don Larrosa y él me considera una persona de confianza por eso ocupo un
lugar importante en su estancia. Pero sé que es un trabajo difícil ser parte de un ejército y que puede
tener consecuencias negativas estar en un campo de batalla. No le respondí todavía, tengo tiempo de
darle una respuesta hasta mañana. Esta noche voy a hablar con mi mujer y le voy a preguntar qué
me conviene. ¿Me convierto en soldado del ejército de Emilio Larrosa y ganó más dinero o rechazo
su propuesta y evito que probablemente me maten?...