Revoluciones Indigenas Xvii
Revoluciones Indigenas Xvii
Revoluciones Indigenas Xvii
porque podemos ver la lucha que tuvieron que los indígenas y también las ganas y la fuerza
para alzarse en contra de sus opresores a pesar que eran mejor preparados, armado y mejores
estrategas
Referencias bibliográficas
https://historiaperuana.pe/periodo-colonial/virreinato/rebeliones-indigenas
https://miviaje.com/rebeliones-indigenas-siglo-xviii-americano/
https://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n
La fase aimara contó con el liderazgo de Diego Cristóbal, Miguel Bastidas y Andrés
Mendigure. A ellos se sumó, en 1781, el dirigente aimara Julián Apaza, conocido como Túpac
Catari. A diferencia de Túpac Amaru, el rebelde aimara no tenía rango curaca. Desde marzo
de 1781 los rebeldes al mando de Túpac Catari mantuvieron cercada la ciudad de la Paz
durante 109 días.
Finalmente, parte de los rebeldes se acogió al perdón hacia octubre de 1781. Con la muerte de
Túpac Amaru II no se murió del todo la rebelión. En la región del sur en el año 1780 se había
iniciado otro alzamiento liderado por Túpac Katari con la ayuda de un primo de Túpac
Amaru. Este movimiento se nutrió de las fuerzas que habían sobrevivido a la captura de
Túpac Amaru y continuaron la luchaEstos rebeldes, que contaban con un ejército de unos 40
000 hombres, sitiaron La Paz durante más de seis meses.
El líder Túpac Katari fue capturado y ejecutado el mes de noviembre de 1781. Tras la
ejecución de Túpac Katari, el primo de Túpac Amaru continuó en la lucha hasta que el 15 de
marzo de 1783, fue capturado y condenado a la pena capital con atenaceado, o sea, arrancarle
la carne con tenazas al rojo vivo.
Anexos
Juan Santos Túpac Amaru II
Atahualpa
Túpac Catari
Rebeliones indígenas: Túpac Amaru II
La rebelión de Túpac Amaru II o Gran Rebelión movilizó una considerable cantidad de indios
e incluyó también grupos de criollos, mestizos y negros. Además, contó con el apoyo de
muchos curacas, entre los que destacan los hermanos Catari.
Su base social creció junto con el descontento generado por las reformas borbónicas: no solo
habían subido los impuestos, sino que se perjudicó el comercio con Potosí al crearse el
virreinato de Río de la Plata (1776).
Túpac Amaru II, curaca prestigioso y acomodado, se pronunció contra las reformas fiscales
dictadas por Areche y elevó su reclamo ante las autoridades de Tinta, Cusco y Lima, sin
ningún resultado. Como él, otros curacas, mestizos y criollos estaban descontentos. Así, una
rebelión en Chayanta (Bolivia), que precedió a la de Túpac Amaru II, dirigida por Tomás
Catari y sus hermanos Dámaso y Nicolás, levantó sus quejas contra los abusos del corregidor
y el cambio arbitrario de los jefes étnicos o curacas. Esto fue aprovechado por el insurgente
peruano que ofreció a los criollos la abolición de aduanas y alcabalas; a los mestizos, la
eliminación del reparto; y a los indios, el cese de los tributos y la mita minera de Potosí.
El 4 de noviembre de 1780, José Gabriel Condorcanqui capturó al corregidor Antonio de
Aliaga y lo mandó ejecutar seis días después. Al principio, Túpac Amaru II se sublevó contra
el mal gobierno de los corregidores, pero más adelante radicalizó su postura. El 18 de
noviembre de 1780 derrotó al ejército español en la batalla de Sangarará, dando muerte a
numerosos criollos y peninsulares. Esto lo distanció de la población blanca y del clero, pero
marcó la masiva adhesión de los indígenas a su causa.
Finalmente, las tropas enviadas por el virrey Jáuregui derrotaron y capturaron a Túpac Amaru
en el cuzco, donde se lo sometió a un juicio sumario. Su ejecución pública se produjo en la
plaza central de la ciudad el 18 de mayo de 1781. Con él murieron sus esposa, Micaela
Bastidas; y su hijo mayor, Hipólito. Sin embargo, la rebelión continuó hasta noviembre,
liderada por Diego Cristóbal Túpac Amaru.
Con la llegada de los europeos a nuestro territorio americano se inició un proceso de conquista
en el que las poblaciones indígenas que sobrevivieron fueron condenadas a vivir
subordinadas. Como es lógico, los sometidos se resistieron al proceso de dominación desde un
primer momento. Así, desde el año 1494 ya nos encontramos con rebeliones indígenas en
América.
La biografía de Juan Santos Atahualpa antes del año 1742 es algo borrosa. Él afirmaba que era
descendiente de los incas, nacido en Cuzco y criado por los jesuitas, quienes lo llevaron de
gira por España, Portugal y África. Tenía gran bagaje cultural, ya que dominaba el castellano,
el latín, el quechua y otras lenguas indígenas.
Entorno al año 1740 ofreció su ayuda a los misioneros franciscanos que operaban en la región
de Chanchamayo, en la selva central. La instauración de esta misión favoreció la penetración
de colonos españoles interesados en la explotación de la sal. Estos empezaron a utilizar la
mano de obra indígena de la región cual si fuera mano de obra esclava.
Sublevó a los indios del Gran pajonal contra las misiones franciscanas de la zona en 1742.
Enfatizando su estatus de Apu Inca y declarándose descendiente de Atahualpa, reclutó adeptos
de distintas etnias serranas y selváticas (shipibos, conibos, amueshas, campas). Los indios de
la selva soportaron devastadores epidemias entre 1709 y 1737, que llegaron con los
misioneros y generaron un consecuente rechazo hacia ellos.
Para Juan Santos, el mundo se dividía en tres reinos soberanos: España, para los
españoles; África, para los africanos; y América, para los indios, mestizos y criollos.
Desarrollo de la revolución
A pesar de mantener el catolicismo, Juan Santos incitó a los indios a rebelarse contra los
trabajos impuestos por los misioneros católicos y exigió la ordenación de sacerdotes
indígenas. Su plan era hacerse primero con el control de la selva, luego con la sierra,
posteriormente con la costa y culminaría con su coronación como Inca en Lima.
Esta rebelión adquirió grandes dimensiones gracias a que Juan Santos tenía la
posibilidad de comunicarse en sus lenguas con los indígenas de la selva central.