Vanessa Cortés Marulanda-2022
Vanessa Cortés Marulanda-2022
Vanessa Cortés Marulanda-2022
Universidad de Caldas
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 2
Tesis de Grado
18 de mayo de 2022
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 3
Índice
Introducción……………………………………………………………………………………….5
Objetivos…………………………………………………………………………………………..8
Diseño metodológico……………………………………………………………………………...8
Marco legal
El campo policial
Los hechos en una demanda administrativa por uso ilegal de la fuerza policial en Colombia…..48
Conclusiones……………………………………………………….…………………………….55
Referencias..…………………………………………………….………………………………..57
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 5
Un estudio sociológico sobre el uso ilegal de la fuerza física por la policía de Colombia
Resumen
teórica del Habitus. Para hacerlo se parte de la definición y regulación al uso de la fuerza policial
que establecen las leyes colombianas. Se indaga buscando establecer motivos que los miembros
de la Policía tienen para usar la fuerza física por fuera de los límites legales, y la manera en que
estos motivos orientan esta conducta en su desarrollo con el fin de proponer que este empleo es
metódico; útil y justo para el policía, y que estos rasgos del comportamiento han de hallarse en la
Introducción
Garrido (1953), afirma que la actividad policial al amparo del Estado de Derecho se explica
partiendo del estatus de libertad negativa; ya que dicha actividad implica “una excepción al
principio que informa este estado, según el cual la administración no puede inmiscuirse en la
esfera reservada al particular” (p. 2) 2. Sobre la base de esta misma excepción, en consecuencia,
1
Según Garrido “Hacia comienzos del siglo XV (…), la policía es ya algo que se refiere a la prosperidad y seguridad
públicas. Unas Ordenanzas reales francesas del año 1415 hablan de las disposiciones “pour garder le bien public... en
tres bonne pólice»: “para el bien público, es muy buena la policía” (1953).
2
“Según el mismo autor, caracteriza Ranelletti el estado de libertad negativa como «aquella posición del individuo
sustraída a la intervención y mando del Estado, y por éste reconocida y protegida, en la que el individuo se manifiesta
en su vida natural y desarrolla su actividad para conseguir los fines y satisfacer los intereses que tiene como hombre,
independientemente, esto es, de su calidad de miembro del Estado” (Garrido, 1953, p. 2).
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 6
se explica jurídicamente también el uso policial de medios coactivos, como la fuerza física, en la
modernidad.
El medio material, legal, necesario, proporcional y racional, empleado por el personal uniformado de
la Policía Nacional, como último recurso físico para proteger la vida e integridad física de las
personas incluida la de ellos mismos, sin mandamiento previo, para prevenir, impedir o superar la
La anterior definición implica tanto al uso de las Armas, municiones, elementos y dispositivos
menos letales, como al uso físico de la fuerza por parte de la Policía de Colombia.
En esta investigación se parte de la hipótesis de que más allá de los contextos de protesta
social en Colombia, el uso ilegal de la fuerza física por la Policía, junto con el de dispositivos
menos letales, constituye un Habitus. Y se considera a este uso, así como al de estos dispositivos
cuando ocasionan lesiones graves en las victimas y homicidios, como una forma de Histéresis
del Habitus debido a que en estos casos, se dedujo, son más las probabilidades -contrario al uso
ilegal de la fuerza policial cuando no causa lesiones físicas tan graves en las víctimas-, de que los
policías reciban sanciones disciplinarias, las cuales pueden ir desde una Suspensión e Inhabilidad
Especial de hasta 24 meses, hasta una Destitución e Inhabilidad General por un término de 20
años; y de que estos obtengan además sanciones de tipo penal. Consecuencias que ellos por
La adecuación de la teoría del Habitus a las características del empleo ilegal de la fuerza
policial en Colombia, se propone en vista de que a partir de este concepto dicha práctica puede
ser explicada por los motivos de los policías en relación a su pertenencia a la Policía Nacional.
Mejor dicho, por la posibilidad que este concepto brinda para exponer dicho uso como una
estrategia policial basada en la inculcación y asimilación por parte de los miembros de esta
institución, de los valores y conceptos que en esta se privilegian, enseñan y transmiten de manera
oficial, así como en la práctica cotidiana de todos y cada uno de los policías.
Este estudio se realiza en un momento en el cual, desde varias instancias sociales y políticas
procure entre otras cosas que el comportamiento policial en lo relativo al uso de la fuerza se
ajuste a las leyes, que este sea verdaderamente acorde al Derecho Internacional.
efectivamente en el largo plazo a erradicar esta práctica. Los medios coactivos han sido
a la Policía no es un asunto que se haya contemplado -seriamente-, vez alguna por las
Lo cierto es que la discusión tiene que darse, que una Policía Nacional más profesional en lo
referente al uso de la fuerza y demás medios y actitudes policiales si se cree posible; y que en
3
Dice Garrido (1953) además, que “a fines del siglo XV la expresión de policía, originariamente francesa, como se
ha visto, pasa a Alemania para designar posiblemente toda la actividad estatal en el sentido amplio. En otra referencia
sobre el mismo asunto se dice que “el origen de la policía se da en Alemania y Austria con la aparición de la
cameralistica. Esta última nace en el Estado feudal con el kammerer, el tesorero del electorado de la marca de
Brandemburgo, que más tarde se convertirá en el Reino de Prusia. Este funcionario único evolucionará hasta
conformar el Consejo de Cámara del príncipe, organismo que se ocupará, a parte de las finanzas, de la política
internacional y la administración del Estado”.
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 8
todo caso para ello es fundamental comprender las lógicas de la institución policial moderna, y a
su actividad.
Objetivos
Objetivo general
Considerar al uso ilegal de la fuerza policial a partir de la perspectiva teórica del Habitus
Objetivos específicos
• Establecer motivos que los miembros de la Policía tienen para usar la fuerza física
por fuera de los límites y situaciones que estipulan las leyes de Colombia.
• Proponer que el empleo ilegal de la fuerza policial es metódico; útil y justo para el
Diseño metodológico
ciudad de Manizales (8); una entrevista informal a Benjamín Herrera -abogado colombiano
relacionados con uso ilegal de violencia policial en Colombia-; una entrevista semiestructurada a
dos víctimas de uso abusivo de la fuerza policial en nombre de una las cuales se encuentra en
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 9
curso una demanda de reparación directa contra la Nación por este delito; y la revisión de
Del diseño y aplicación de las entrevistas así como de la consulta de dicha demanda, se
La Resolución 02903 del 29 junio de 2017; la Ley 2196 de 2022 y el Código Penal
colombiano fueron las disposiciones jurídicas en las que se basó el marco legal del trabajo.
El informe Bolillo, dios y patria (2021), de la ONG Temblores, fue el medio para obtener los
datos cuantitativos en el trabajo debido a que las cifras suministradas desde entidades como
Procuraduría y Fiscalía con sede en la ciudad de Manizales fueron vagas, y las que se solicitaron
Para analizar al uso ilegal de la fuerza física por la Policía de Colombia como habitus, se
recurrió principalmente al trabajo del sociólogo español Martín Criado (2017) quien ha estudiado
con detenimiento la evolución de este concepto central pero difuso, en el desarrollo de la teoría
de Bourdieu.
Las preguntas que se plantearon a los policías entrevistados tuvieron como fin conocer desde
sus subjetividades los motivos y argumentos con los cuales legitimaban el uso de la fuerza
cuando traspasaba la frontera de la legalidad; y a determinar cómo operaba entonces: ¿En cuáles
ciudadano con alicoramiento y por tanto en estado de indefensión, que anteriormente había
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 10
afectado una de las motocicletas de dotación de esta institución. Al narrar esta situación se
hicieron manifiestas ideas y percepciones frente al uso ilegal de la fuerza policial, y respecto a la
Nacional en el marco del más reciente Paro Nacional, y las jornadas de protesta de septiembre de
2020, y ello influyó en la dificultad para obtener una muestra poblacional más amplia y
específica.
A continuación se presentan las guías de entrevista que orientaron el desarrollo las preguntas
hechas a miembros de la Policía Nacional, al abogado Benjamín Herrera y a las dos víctimas de
Guía de entrevista # 1:
Lugar: ______________________________________
Entrevistadora: ____________________________________________________________
• ¿Por qué cree que se presentan tantos casos de uso ilegal de la fuerza policial en
Colombia?
• ¿Han llegado a sancionar disciplinariamente a algún compañero suyo por usar la fuerza
de manera ilegal?
Guía de entrevista # 2
Fecha: _______________________
Lugar: ______________________________________
Entrevistadora: ____________________________________________________________
Profesión: ___________________________________________________________
• ¿Cuántas ha ganado?
• ¿Cuáles son las leyes que reglamentan el Uso policial de la fuerza en Colombia?
• ¿Cómo se establecen las sanciones por uso ilegal de la fuerza policial a los miembros de
la Policía Nacional?
policial en Colombia?
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 12
Guía de entrevista # 3
Fecha: _______________________
Lugar: ______________________________________
Entrevistadora: ____________________________________________________________
Profesión/ocupación: ________________________________________________________
Aunque tanto la Policía como la milicia han sido abordadas por las Ciencias Sociales se
considera desproporcionado aducir una sociología de lo militar, y más aún, de lo policial. Sin
embargo, lo explorado se considera suficiente para afirmar que existe cierta tradición en el
Dicha tradición, en el caso militar, data de los años posteriores a la terminación de la Segunda
Guerra Mundial4. En cuanto al campo policial -aunque el interés intelectual y académico ha sido
menor respecto al militar, -menos sistemático- cabe aquí señalar que Foucault realizó
Aparicio (2016) encuentra que la escasez y novedad en los estudios de las Ciencias Políticas y
de la Sociología sobre los cuerpos policiales en Latinoamérica, se explica entre otras en la misma
parte de la academia para estudiar estos temas debido al protagonismo policial en los actos
represivos de los regímenes dictatoriales latinoamericanos durante la segunda mitad del siglo
XX. A lo anterior se suma el hecho de que la policía en tanto concepto, actividad e institución no
ha sido un objeto de estudio independiente, sino que las Ciencias Sociales y Políticas lo han
estudiado dentro de la teoría del Estado. La renuencia de la institución policial para proveer
4
“Las reflexiones surgidas a raíz de la Segunda Guerra Mundial, crearon una gran cantidad de inquietudes que
dieron lugar al desarrollo de estudios de investigación, realizados por científicos de la época, sobre problemas de
moral en las tropas y en la sociedad civil; problemas de motivación en las tropas; de mal uso de la propaganda y
otros; a los cuales se sumaron fenómenos tales como el abundante desarrollo tecnológico de las armas, los sistemas
de reclutamiento, los grados de satisfacción o malestar de los soldados, las decisiones de guerra tomadas por los
políticos” (Baquer, 1984, p.33).
5
Castro (2019) “establece que las referencias sobre el tema que aparecen dispersas en los libros de Foucault
encuentran una formulación articulada en las clases de sus cursos, que conforman una especie de breve tratado sobre
la policía en los siglos XVll y XVlll, respecto a su objeto, sus límites y sus antinomias”.
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 14
información, así como en el poco valor que le ha concedido en el “mundo real” a los estudios
intelectual desde la perspectiva del Derecho, y en especial desde la óptica del Derecho
Administrativo, por la institución policial en general y por el uso ilegal de la fuerza en particular.
Sobre el uso ilegal de la fuerza policial se destacan en Latinoamérica los estudios del
investigador mexicano Carlos Silva Forné. En el artículo academico llamado Uso Excesivo de la
En las investigaciones sobre uso excesivo de la fuerza policial es común que la observación
población donde se sabe que se concentran los abusos. Por ejemplo, enfrentamientos con
Greenleaf, 2000). Sin embargo, también se ha señalado que la violencia policial puede escalar en
fenómeno delictivo (Lersch & Mieczkowski, 2005; MacDonald, Manz, Alpert & Dunham, 2003).
El trabajo de Silva presenta de hecho un marco teórico acerca del estudio sociológico de la
fuerza policial, el cual resulta muy acoplado a la tradición teórica más fuerte en el campo del
“la de la amenaza social y la de la amenaza criminal. A estas, afirma Silva, Hays suma y
analizar las variaciones del comportamiento delictivo en diferentes espacios barriales, y que el
autor utiliza también para explicar las variaciones del uso excesivo de la fuerza policial”. (p. 170)
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 15
deja fuera niveles de análisis como el individual y el organizacional, de los que difícilmente
puede argumentarse que carecen de teorías que expliquen las relaciones esperadas entre sus
fuerza (Fyfe, 1979; Walker, 2005; Fridell, 2010), así como teorías de las subculturas policiales
que analizan los diferentes valores, significados compartidos, recompensas simbólicas y recetas
para resolver los problemas cotidianos de los oficiales que otorgan mayor o menor legitimidad al
uso excesivo de la fuerza policial como recurso en su trabajo cotidiano (Westley, 1970; Terrill,
Marco teórico
Westley sobre "la génesis y la función del uso ilegal de la violencia policial” (p. 115) a partir de
La policía en Estados Unidos, como institución moderna, nace en el año 1844. Desde
entonces, según Westley (2016), “la brutalidad y el tercer grado han sido identificados con la
6
“La investigación se hizo a la manera de la etnografía urbana, y los datos fueron recolectados durante un período de
10 meses de presencia en el lugar -precedido por un breve período de iniciación al trabajo policial a través de contactos
con policías de Chicago- por medio de "observación de las operaciones en el departamento seleccionado para el
estudio" (p. 12) y "entrevistas sistemáticas a una muestra amplia y representativa de hombres del departamento".
Reseña sobre el trabajo de este autor realizada por Egon Bittner en el volumen 77(4) de la American Journal of
Sociology .
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 16
Por otro lado el autor refiere el término Good pinch (p. 117); el cual indicaría la diferencia
dentro del ámbito policial estadounidense entre un “arresto limpio”, y otro en el que se hace uso
de prácticas violentas (brutales) y denigrantes contra un indiciado, con el fin de conseguir una
confesión o hacer un arresto. En otras palabras el termino Good pinch hace alusión en la
investigación a la diferencia entre medios legales empleados por la policía municipal de Estados
Según la perspectiva analítica de este autor, el uso excesivo de la fuerza por la policía de
justificación para el uso de la violencia. Los agentes la ven como buena, útil y como propia”. [Y
que,] “a pesar de que legalmente su uso de la violencia está limitado a los requerimientos de un
conducen a extender el área en el cual la violencia puede ser utilizada (Westley, 2016, p.117).
cuerpo policial de Chicago, del uso ilegal de la fuerza en virtud de su experiencia ocupacional.
Con la condena del criminal este autor hace referencia a dos funciones policiales específicas
las cuales, según él, constituyen para el policía la esencia del trabajo policial: arrestar e
interrogar (p.117). Estas, afirma, son “la fuente de prestigio dentro y fuera de los círculos
policiales, tienen implicaciones para la carrera profesional y son la mayor fuente de justificación
7
“ El término tercer grado comúnmente refiere a la interrogación extrema. La Comisión de Wickersham (1931) define
al tercer grado como “el empleo de métodos que infligen sufrimiento, físico o mental, sobre una persona para obtener
información sobre un crimen”. Pero para comprender en un sentido más amplio este término es necesario entenderlo
como una práctica institucional, práctica que crea un marco en el cual la policía puede infligir castigo y terror sin
restricciones para obtener confesiones de los detenidos”. Referencia proporcionada por el mismo autor en el artículo.
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 17
Westley sugiere que sabida para el policía la importancia política de atrapar criminales y
conseguir las pruebas para enjuiciarlos, así como sabido y sentido para él el prestigio personal e
institucional que ello conllevaba, era que se producía la tendencia a echar mano de aquel recurso
ilegal pero efectivo, el uso excesivo de la fuerza, y que este se hacía legítimo dentro del círculo
policial.
vigilancia respecto al detective en la consecución de la condena del criminal, son otros factores
que Westley (2016) añade a la explicación de la legitimidad del uso ilegal de la fuerza para el
(2016) afirma que las denuncias y casos relacionadas con abuso sexual se constituían en desafíos
enormes para la policía de Chicago, debido a que los obligaba más que cualquier otro delito a
capturar con la mayor celeridad al posible agresor, en circunstancias siempre muy adversas
(p.119). El autor narra que por la naturaleza de este tipo de casos era frecuente que las víctimas se
mostraran renuentes a denunciar o relatar lo sucedido, o que aumentaran las denuncias por este
tipo de delitos, las cuales en su mayoría resultaban ser falsas. Esto, sumado a la enorme presión
que desde la ciudadanía solía imprimirse en las dependencias policiales para dar con los
culpables y aclarar los hechos, explicaría también el uso excesivo de la fuerza policial allí.
escasez de testigos, pero la policía está obligada a actuar como consecuencia de la gran demanda
Además de la condena del criminal y el control de la conducta sexual, este autor encuentra
que existen otras razones por las que el policía justifica y emplea la fuerza de manera ilegal.
- La no aparición -la mayoría de las veces- de alguna sanción social entre pares ante el
ejercicio del uso ilegal de la fuerza, lo que les permitía “emplearlo sin miedo alguno” (p.
123).
- El hecho de que los policías no reconocían la ilegalidad del uso excesivo y brutal de la
fuerza (p.121).
- La búsqueda a partir del ejercicio de dicho uso, de una actitud respetuosa de parte de la
comunidad hacia ellos, sobre todo cuando se trataba de encuentros con el “chico listo”
(p.121). Según Westley (2016) “los policías usan el recurso de la violencia para persuadir
Dicha búsqueda, afirma el autor, constituye “la base particular sobre la que está legitimado el
Además de lo expuesto hasta aquí, hay otros asuntos muy interesantes y significativos para el
desarrollo del trabajo propio según el enfoque analítico que adopta -la teoría del habitus-, que
8
Narra Westley (1951) que “setenta y tres policías entre todos los rangos y que constituyen un 50 % del total de los
agentes de patrulla, fueron indagados con la siguiente pregunta: “¿Cuándo piensas que está justificado que un policía
sacuda a un tipo?”. La intención de la pregunta era llevarlos a legitimar el uso de la violencia” (p.120). Y que encuentra
“que 1) la violencia está legitimada por fines ilegales en un 69 % de los casos 2) la violencia está legitimada en
términos de fines puramente personales o del grupo en un 37 % de los casos (esto es importante, en tanto es la razón
singular más esgrimida para el uso de la violencia) y 3) los fines legales son las bases para la legitimación en un 31 %
de los casos.
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 19
aporta el trabajo de Westley, y que tienen que ver con demás hallazgos que él realiza en el
contexto empírico que analiza. En este, Westley (2016) encuentra, además, lo siguiente:
-Todos los policías son conscientes de los peligros del uso ilegal de la violencia. Si son detectados,
pueden estar sujetos a juicio y la posible expulsión de la fuerza. Entonces, limitan su uso a lo que
ellos piensan que es viable sin sufrir consecuencias negativas. Así, reconocen que si un hombre es
arresto, en tanto creen que un hombre culpable tiende a actuar como una precondición para el uso
-Diversos sectores del público tienen diferentes definiciones a cerca de la conducta adecuada y son
de importancia diferencial para el policía y el modo en que la policía define esos diferentes
sectores del público tiene un efecto sobre si utilizarán o no la violencia. La policía cree que
estudiada incluyen tanto a los negros como a los residentes de los barrios bajos en esta categoría.
La discriminación con respecto al público está fundamentalmente basada en el poder político del
grupo, en el grado en el cual la policía crea que el grupo es potencialmente criminal y en el tipo
de tratamiento con que la policía cree que obtendrá respeto del grupo. (Pp. 123-124).
Policía como un grupo ocupacional es la siguiente: “Los medios de la violencia, que eran
originalmente una propiedad del Estado, en préstamo a sus agentes de la fuerza pública, están
confiscados en un sentido psicológico por la policía, y son concebidos como una propiedad
Queda la sensación después de conocer y presentar aquí el trabajo de Westley, de que hubo un
esfuerzo suyo por justificar el uso ilegal de la fuerza policial en el Departamento de Policía de
El estudio de Westley (2016) le permite llegar a la conclusión anterior, así como a obtener
hallazgos contundentes que él al parecer suaviza aduciendo cosas como “es erróneo decir que la
violencia policial es frecuente y surge ante una mínima provocación” (p.122); “el uso “real” de la
violencia está limitado por factores individuales, la amenaza del descubrimiento y la sensibilidad
ante las reacciones públicas” (p.122); “esto probablemente represente una distorsión de los
El uso ilegal de la fuerza policial constituye un delito, toda vez que es ilegal. Admitirlo o
abstención de hacerlo, además de la perspectiva de análisis usada por Westley, la situación del
trabajo de campo, el entorno en sí, o la época. Todo lo cual no le resta importancia a sus análisis,
trabajo.
Marco legal
Resolución 02903 del 23 de junio de 2017 y la Ley 2196 de 2022; y se hará alusión además, al
curso sancionatorio que le sigue a una actuación policial ilegal al usar la fuerza.
En el Código Penal dicho delito se entiende bajo una categoría general que es “Abuso de
autoridad por acto arbitrario e injusto”, la cual describe “(…) la conducta del servidor público
que fuera de los casos especialmente previstos como conductas punibles, con ocasión de sus
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 21
multa y pérdida del empleo o cargo público” (Artículo 416 del Código Penal Colombiano).
Resolución 02903 del 23 de junio de 2017 “Por la cual se expide el Reglamento para el
Esta norma constituye el protocolo para el uso diferenciado de la fuerza y las armas en
Colombia, el cual aplica a todo el personal uniformado de la Policía Nacional como queda
La Resolución está fundamentada por pautas legales tanto de carácter nacional como
convencionales y no convencionales10.
De esta fundamentación lo más palpable en el diseño del protocolo o Modelo para el uso
diferenciado de la fuerza es la acogida de los “26 Principios básicos sobre el empleo de la fuerza
y las armas de fuego por los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley”, los cuales fueron
9
Los preceptos legales de carácter nacional en que se basa la presente son los siguientes: la Constitución Política de
Colombia Artículos 2, 6, 11, 12 ,81 ,90, 93, 213, 216, 218 y 222; la Ley 62 de 1993. Artículo 1; la Ley 525 de 1999;
la Ley 1801julio 29 de 2016 Código Nacional de Policía y Convivencia ciudadana; Artículos 22, 149, 166 y 167.
10
Entre las convencionales se encuentran las siguientes: El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
artículos 2, 6, 7 y 9; el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, artículos 8.1, 8.2 y 12; la
Convención contra la Tortura, preámbulo, párrafos 4 y 6; artículos 1, 2 y 4; la Convención americana de Derechos
Humanos, artículos 2, 4, 5, 7 y 27. Entre las no convencionales, se encuentran estas: La Declaración Universal de
Derechos Humanos, artículos 3 y 5; el Código de conducta para funcionarios encargados de hacer cumplir la ley; la
Resolución 34/169 del 17 de diciembre de 1979. Organización de las Naciones Unidas; la Declaración Americana de
los Derechos y Deberes del Hombre; la Convención sobre la prohibición del desarrollo, la producción, el
almacenamiento y el empleo de armas químicas y sobre su destrucción. Paris, enero de 1993; y los 26 Principios
básicos sobre el empleo de la fuerza y de las armas de fuego por funcionarios encargados de hacer cumplir la ley.
Octavo congreso de las Naciones Unidas, 1990.
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 22
principios 1, 2, 4, 5, 9, 11 y 20.
A continuación se procederá a exponer esta disposición legal en los capítulos l, lll y lV.
Uso de la fuerza
“Es el medio material, legal, necesario, proporcional y racional, empleado por el personal
uniformado de la policía nacional, como último recurso físico para proteger la vida e integridad
física de las personas incluida la de ellos mismos, sin mandamiento previo, para prevenir, impedir
“Son medios de apoyo de carácter técnico y tecnológico, que por su capacidad y características
están concebidos para controlar una situación específica, sobre una persona o grupo de personas,
de esta manera evitando desplegar fuerza letal. El alcance y características técnicas de los
dispositivos a emplear obedecen a las particularidades del fenómeno que se pretende controlar”.
Este capítulo establece el modelo para el uso diferenciado de la fuerza. Según este, los
principios en que se basa el uso de la fuerza policial en Colombia son los de: Necesidad,
Se supone entonces que en caso de ser considerado como necesario, el uso de la fuerza
policial es valorado por el uniformado; o sea, este debe hacer una elección de entre los medios de
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 23
policía disponibles, aquellos más eficaces para controlar la situación, causando el menor daño
posible. Esta elección dependería de la conducta ciudadana, ante la cual el policía encuentra
procedimiento policial. (b) Cooperador: Persona que acata todas las indicaciones del efectivo
policial, sin resistencia manifiesta durante la intervención. (c) No cooperador: No acata las
nivel de desafío físico contra el personal policial. (b) Agresión no letal: Agresión física al
atenten contra la integridad física. (c) Agresión letal: Acción que pone en peligro inminente de
A continuación se permite mostrar una gráfica tomada de la norma que representa a el Modelo
La Presencia Policial así como la Comunicación y Disuasión constituyen dentro del Modelo la
y fuerza física; así como de Armas, municiones, elementos y dispositivos menos letales y las
• Capítulo lV: Del empleo de armas, municiones, elementos y dispositivos menos letales.
elementos y dispositivos menos letales. La parte más relevante en función de los principios para
Uso de la fuerza policial y las Armas menos letales la constituye el numeral 3 del artículo. En
este se dice que estos Medios de Policía serán empleados “como recurso previo al uso de armas
Resolución”. Dice además que dichos medios serán empleados “única y exclusivamente en los
siguientes eventos:
-Cuando (a) exista un riesgo razonable e inminente para la integridad física del policía o de
seguridad.
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 25
municiones, elementos y dispositivos menos letales, a menos que dicha advertencia implique
poner en peligro la vida del policía o de terceras personas” (Artículo 17, numeral 3, p.13).
Ley 2196 de 2022 “Por medio de la cual se expide el Estatuto disciplinario para la Policía
Nacional”.
En el articulado se incluyen por defecto algunas faltas que atentan contra la Disciplina Policial
al mismo tiempo que contra la legalidad de los Derechos Humanos; sin embargo este aclara en el
artículo 82, parágrafo 2 que “cuando se trate de faltas disciplinarias que constituyan violaciones
del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, será competente la Procuraduría General
de la Nación” (p.13).
De lo anterior se sigue otro aspecto que ratifica la ley, y es que “la acción disciplinaria es
autónoma e independiente de cualquier otra que pueda surgir de la comisión de la falta” (Art. 5,
p.1). Esto quiere decir que la Policía es autónoma en la determinación de las sanciones a
por las demás instancias designadas por la ley para regular y sancionar la función policial.
Cabe señalar aquí otros dos asuntos que sanciona la Ley 2196 de 2022:
conducta se haya cometido en servicio activo” (Art. 30, p.3); además se aclara que el personal
Policía Nacional con atribución disciplinaria, conocer de las conductas disciplinables de los
título Vl en gravísimas, graves, y leves (Art. 44, p. 4). La sanción a la falta se establece según se
dependiendo del comprobado dolo, culpa gravísima o culpa grave, con que esta se hubiere
cometido11.
11
“Para el personal uniformado escalafonado, se aplicarán las siguientes sanciones:
a. Para las faltas gravísimas dolosas, destitución e inhabilidad general por un término de diez (10) a veinte (20) años.
b. Para las faltas gravísimas realizadas con culpa gravísima, destitución e inhabilidad general por un término de cinco
(5) a diez (10) años.
c. Para las faltas gravísimas con culpa grave, suspensión e inhabilidad especial de dieciocho (18) a veinticuatro (24)
meses; sin derecho a remuneración.
d. Para las faltas graves dolosas, suspensión e inhabilidad especial de doce (12) a dieciocho (18) meses, sin derecho a
remuneración.
e. Para las faltas graves realizadas con culpa gravísima, suspensión e inhabilidad especial de seis (6) a doce (12) meses,
sin derecho a remuneración.
f. Para las faltas graves realizadas con culpa grave, suspensión e inhabilidad especial de uno (1) a seis (6) meses, sin
derecho a remuneración.
g. Para las faltas leves dolosas, multa de treinta (30) a noventa (90) días.
h. Para las faltas leves realizadas con culpa gravísima o culpa grave, multa de quince (15) a treinta (30) días. Ver
artículo 50 de la ley en el cual se establecen las clases de sanciones y sus límites”.
PARÁGRAFO 1. Habrá dolo cuando el sujeto disciplinable conoce los hechos constitutivos de la falta disciplinaria,
su ilicitud y quiere su realización.
PARÁGRAFO 2. Habrá culpa gravísima cuando se incurra en falta disciplinaria por ignorancia supina, desatención
elemental o violación manifiesta de reglas de obligatorio cumplimiento.
PARÁGRAFO 3. Habrá culpa grave cuando se incurra en falta disciplinaria por inobservancia del cuidado necesario
que cualquier policía debe imprimir a sus actuaciones. (Art. 50. Clases de sanciones y sus límites, Ley 2196 de 2022).
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 27
En todo caso los miembros de la Policía Nacional podrían estar sujetos a cualquiera de las
siguientes sanciones según el estatuto disciplinario: (a) Destitución e inhabilidad general; (b)
Suspensión e inhabilidad especial; (c) Multa; (d) Amonestación escrita (Art. 49, Ley 2196 de
2022).
La presente ley se refiere al uso ilegal de la fuerza policial en su artículo 45, es decir como
las personas o de los bienes, como consecuencia del exceso en el uso de las armas, d/e la fuerza,
de los demás medios coercitivos o con otros elementos no reglamentarios” (2022, p.5).
los uniformados de la Policía que incurrieran en la misma podrían ser -con arreglo a este estatuto
e independiente de las sanciones que pudieran serles impuestas en virtud de las demás
A partir de la entrevista realizada al abogado Benjamín Herrera Agudelo se puede extraer que,
el posible curso sancionatorio que le sigue a una actuación ilegal de un policía por uso excesivo
de la fuerza es el siguiente:
2. Que las víctimas de Abuso intenten una acción de reparación directa ante la jurisdicción
actuación del policía actor del hecho. Este es un proceso que se adelanta inicialmente ante los
juzgados o ante el tribunal contencioso administrativo y que puede terminar o bien en tribunal, o
bien ante la sección tercera del Honorable Consejo de Estado con sede en Bogotá.
3. Existe la posibilidad del proceso penal adelantado el uniformado de la Policía Nacional causante
del hecho en cuyo caso deberá responder este directamente con su patrimonio, pero que los
juristas únicamente utilizan para practicar las pruebas necesarias para demandar al Estado
“la actuación irregular de un policía genera las siguientes posibilidades: (1) Que se le
puede terminar con una destitución, con una amonestación, con una multa según sea el caso; (2)
Que se le investigue penalmente para que responda patrimonialmente ante la constitución de una
demanda de parte civil; (3) Que se interponga una demanda de reparación directa ante el Estado
para que este responda por los daños ocasionados por su funcionario público”12.
Finalmente él aseveró que “la Justicia Penal Militar actúa cuando el hecho policial fue
cometido en razón, con ocasión o en función del servicio; y la Justicia Ordinaria lo hace cuando
la actuación policial estuvo por fuera de los marcos del servicio”. Es decir que la Justicia Penal
12
B. Herrera, comunicación personal, 29 de agosto de 2019.
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 29
Militar juzgaría a un policía en caso de comprobarse que el acto le siguió, por ejemplo, a la orden
de un superior suyo.
Una de las definiciones que realiza Bourdieu del concepto habitus es la siguiente:
de prácticas y representaciones que pueden estar objetivamente adaptadas a su fin sin suponer la
búsqueda consciente de fines y el dominio expreso de las operaciones necesarias para alcanzarlos,
que todo esto, colectivamente orquestadas sin ser el producto de la acción organizadora de un
Esta definición se encuentra en el libro Le sens practique, una de las tres obras de Bourdieu
que constituyen su teoría de la práctica, y en la cual él expone lo que Criado (2013) distingue
servicio militar en Argelia: “en plena guerra de independencia, Bourdieu consigue un destino en
13
En su versión dura, (…) “el habitus: a) es sistemático, coherente, al ser interiorizado en un entorno socializador
coherente; b) se incorpora especialmente en la socialización primaria, mediante familiarización práctica y mímesis
corporal; c) es resistente al cambio, al estar incorporado y al ser el principio de selección de los ambientes en que se
mueve el individuo; d) es transferible a los dominios de práctica más variados; e) permite hacer prácticas certeras,
ajustadas a la situación, sin necesidad de reflexión” (Criado, 2013:143).
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 30
el gobierno general de Argel, en cuya biblioteca se encierra para trabajar en un libro a partir de la
describe a las sociedades bereberes -un grupo poblacional presente en la región Cabilia, Argelia-
externas; todo cambio procede del exterior: de la colonización europea. La cohesión social estaría
Bourdieu se inicia en la Sociología con métodos de la Antropología. “El nudo argumental del
libro Sociología de Argelia se apoya en tres autores: Levis-Strauss, Margaret Mead y Émile
Durkheim” (Criado, 2013, p.127). Los supuestos teóricos de estos autores constituirían la base de
dos principios cognitivos que se forma Bourdieu, y que operarían no solo en el desarrollo del
libro Sociología de Argelia, sino también en el de su obra posterior. Estos son: “la concepción de
En esta “integra tres ensayos sobre etnología cabilia, que ilustran constantemente sus argumentos
con ejemplos extraídos de Cabilia” (Criado, 2013, p.135). Esta sociedad es presentada aquí,
nuevamente, como sociedad tradicional, cuando esto no era tan así, y Bourdieu lo sabía (Criado,
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 31
2013, p.137)14. La Cabilia como sociedad tradicional sería un recurso metodológico, un atajo
intelectual suyo para sostener a cabalidad la teoría del habitus en un momento el que procuraba
Para exponer su teoría del habitus, la “versión dura”, Bourdieu precisaba de una sociedad
cuyos elementos empíricos dieran cuenta de relaciones sociales entabladas a partir de principios
de acción coherentes entre sí y con las situaciones en que tenían “sentido”, principios de acción
que engendraran practicas duraderas. Necesitaba una sociedad coherente, integrada y estable.
Todo lo dicho hasta aquí no quiere decir por supuesto que el concepto habitus, incluso en su
llamada versión dura, no sea operativo en el contexto de sociedades modernas. Quiere ubicarlo
en la teoría de Bourdieu. En estas sociedades claro está, hay varias y variadas fuentes de
como externas las modifican. No son estables. En ellas perviven múltiples identidades. Sin
pertenecientes a un círculo concreto, y que son extensivos a este. En estas también “se percibe,
juzga y actúa a partir de esquemas interiorizados resistentes al cambio” (Criado, 2013, p.144).
14
Argumenta Criado que “La Cabilia que Bourdieu conoce, lejos de ser una sociedad tradicional, es en buena parte
resultado de la política colonial, (…) en Travail, en Le déraciment y en otros textos (Lane, 2000: 114) él destaca
muchos de estos hechos” (Criado, 2013, p.137).
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 32
Pero para poderlo operativizar en el seno de las sociedades de solidaridad mecánica -como las
modernas- de manera correcta, es decir, aprovechando todas las posibilidades explicativas del
comportamiento humano en sociedad que de hecho posibilita el concepto, Martín Criado (2013)
sugiere algunas salvedades de orden metodológico. La más importante: asumir que este
comportamiento se explica tanto por la socialización primaria como por la secundaria. Que esta
De hecho Bourdieu habría sugerido lo anterior en la medida que emplea la noción habitus de
campo (Criado, 2013, p.144); así como replantearía en trabajos posteriores otros aspectos a cerca
necesariamente coherente” (Bourdieu, 1999, p. 210); que los habitus funcionan a menudo en
condiciones distintas de aquellas en que se formaron; que “los habitus cambian sin cesar en
función de las experiencias nuevas” por lo que “se caracterizan por una combinación de
constancia y variación” (Bourdieu, 1999, p.211); que “el habitus tiene sus fallos, sus momentos
críticos de desconcierto y desfase”, o que “el grado en el que cabe dejarse llevar por los
automatismos del sentido práctico varía, evidentemente, según las situaciones y los ámbitos de
Ahora, no quiere decir todo lo anterior que la socialización secundaria en campos específicos
disposiciones sociales coherentes entre sí y con múltiples situaciones. Quiere decir que la
como se verá a continuación, en la explicación de la práctica social por medio del habitus
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 33
también importa la forma en que las personas que hacen parte del conjunto asimilan y aplican lo
Como también afirma Criado: “(…) el habitus permite distinguir con nitidez lo que se debe a
la situación y al habitus: ésa es la paradójica virtud del concepto habitus” (Criado, 2013, p.148).
Habitus se hayan allí donde se observa que son relevantes los motivos por los que se hace, así
como la forma en la cual se hace. El habitus como principio no solo legitima un comportamiento,
también lo orienta. Es decir que no solo produce y reproduce los valores y nociones en las que se
justifica como buena, aceptable o útil una práctica, sino que además transcribe los modos
corporales adecuados a la situación. El habitus es una especie de estilo, de modus operandi. Dice
Martínez que “podemos entenderlo como un genotipo propio de la posición en el espacio social,
como práctica, como el producto de una actividad que obedece a sus propias “reglas”, como una
por medio de ella, o ellas mismas. Es decir, explicarla o explicarlas en función de los motivos de
Cuando, en un lapso perdurable, las disposiciones sociales que legitiman y orientan la práctica
le permiten al agente social realizar un cálculo medios-fines optimizador, del cual la práctica es
medio, se supone que esta se explicaría por un sistema de disposiciones sociales coherente con
Cuando bajo la influencia de las mismas disposiciones sociales el cálculo medios-fines que
habitus.
En la interpretación del comportamiento por medio del habitus este debe ser entendido como
una práctica. En la explicación, como una estrategia; no obstante, una condicionada por los
principios de este.
El habitus como una estrategia apela a un sentido práctico de la acción. Martínez (2017) lo
refiere como el “sentido del juego” de lo social: “las “estrategias” como señalan Chevallier y
derivan de su implicación [del agente] (illusio) en el juego y de su sentido del juego, conllevan
anticipaciones prácticas de las tendencias inmanentes del juego, que concuerdan con lo que él
puede (solamente) esperar alcanzar gracias a la posición que ocupa”. Son las acciones
probables/posibles del habitus, resultado de combinar la tensión entre las normas sociales y el
interés del agente en sacar partido en la aplicación de dichas normas (Pág. 4).
De modo pues que el habitus produce prácticas intencionales, más no conscientes. Sobre esto
es muy oportuno citar nuevamente a Martínez cuando dice que “el habitus, al ser estructura
incorporada, es un sustrato de la dominación, pues con él se jerarquizan los principios en los que
se sustenta dicha dominación. Este proceso se traduce en una inculcación (Bourdieu y Passeron
2001), asegurando que la legitimidad de toda forma cultural es arbitraria” (2017, p.5).
operativizar el concepto habitus, que se presenta cuando -constituyendo toda vez la práctica del
agente una acción social con arreglo tanto a valores como a fines- esta en tanto medio, no
satisface los fines sopesados “racionalmente” del sujeto perteneciente un círculo social concreto.
situación. Mejor dicho, en el cambio social. Si las condiciones en que el habitus se produjo
presente distinto.
Pero desde la teoría del habitus también cabe una explicación a la producción a la histéresis
del habitus en la práctica en sí; a partir de un improviso que se le presente al agente, un algo con
lo que él no contó y produjo los resultados no buscados por él; o partir de una mala praxis suya.
Para terminar esta parte no está de más señalar que debido a la concepción de la práctica
como una estrategia en el marco de la teoría del habitus, es que se dice que este
es el concepto clave de Bourdieu para romper entre el “fisicalismo objetivista sin sujeto” –ya
fenomenológico sin estructura” (Ib.) –pues tampoco es acción consciente ni mera suma de
El campo policial
estructura orgánica de esta institución de formar y capacitar a su personal. Para ello, dicha
dependencia cuenta con “21 escuelas en el país de las cuales 8 están en Cundinamarca. Las 13
escuelas restantes están ubicadas en 10 de los 32 departamentos del país” (Baracaldo, 2018, p.15).
A continuación un cuadro tomado del trabajo de Baracaldo, que las enlista según sus
Ahora, no se puede hablar de educación policial sin remitirse a la Doctrina Policial; pero
tampoco confundir la una con la otra. El acto pedagógico en la Policía en tanto institución
educativa constituiría un medio idóneo de inculcación de la Doctrina Policial. Pero esta última no
comportamiento en específico, los cuales permitirían asimilar estos contenidos y demás directrices
institucionales.
La Doctrina Policial es definida por la Policía Nacional como el “conjunto de tesis, teorías,
quehacer institucional”15.
De modo que la formación teórico-táctica en la Policía constituiría más bien una “ocasión” de
Por otra parte, es probable que de la interacción social entre pares en relación a sus comunes
máxime cuando esta interacción se da en los términos de una unidad de cuerpo-, también resulten
15
Definición tomada de la sitio wed de la Policía Nacional de Colombia.
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 38
Nacional.
simbólica. Esta implica una franca irrupción en las estructuras personales y sociales del
uniformado. Es franca y aun así logra ser invisible, exitosa. La objeción de conciencia en la Policía
más que un derecho constitucional o humano, constituye una prerrogativa, una externalidad.
La educación policial, por defecto pues doctrinal, ha sido considerada dentro de las lógicas
militares y policiales como una parte esencial en la labor de profesionalizar a estos cuerpos
Chaparro (2006), sostiene que una de las tareas más significativas que se empezaron a
desarrollar en Colombia con miras a profesionalizar a las Fuerzas Armadas, fue el establecimiento
de la academia militar, encargada de formar a los oficiales del ejército con un espíritu patriótico
que inculcara a estos la tarea de defender y garantizar la integridad del Estado, del territorio y de
En dicha labor la formación doctrinal resulta pues ser decisiva en la formación de la disciplina
militar y policial. Podría decirse incluso que este tipo de formación en la milicia y la policía ha
constituido el conjunto de principios que permite en esencia la asimilación para los uniformados
de la disciplina, en tanto germen del cual emanan concretamente sus funciones y medios; sus
facultades, límites, y demás aspectos que con arreglo a las leyes, orientan su actividad.
16 Sobre el reclutamiento y la formación militar en Colombia en el contexto de la república naciente se dice además
que “la formación de una milicia disciplinada fue la tarea más difícil y tediosa”. Que “el objetivo fundamental de la
política de la milicia disciplinada era desarrollar, mediante la combinación de liderazgo efectivo, entrenamiento
regular y sentido de orgullo corporativo, un cuerpo de ciudadanos militarmente capaces que en tiempos de crisis
pudiera compartir el peso de la defensa” (Cubajante, 2018, P. 251) En el compendio: Perspectiva histórica de la
Sociología militar.
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 39
cuales, miembros de la Policía Nacional hicieron manifiestos durante las sesiones de entrevista.
Ellos casi de manera instintiva se referían a la Policía como una familia. Al respecto se expresaron
de las siguientes maneras: “Es que la policía somos una familia muy grande”; “Yo a la policía le
debo mucho, le debo todo lo que tengo”. Los policías también expresaron en relación pensamientos
suyos que permiten deducir que poseen un gran sentido de pertenencia por el inmobiliario y el
mobiliario policial. Para ellos el CAI es su casa, y las motos de dotación su patrimonio personal.
Así concebida, la unidad de cuerpo en la Policía permitiría en teoría que sus miembros formaran
un grupo cohesionado y orgulloso de su figura, y que como tal permanecieran. Entre la doctrina
policial y el espíritu de cuerpo en la Policía parece pues existir una relación circular: la doctrina
unidad de cuerpo policial, y esta afianzaría el trabajo de la doctrina; el de ser principio o conjunto
de principios accionares.
Para empezar esta parte hay que decir que las líneas doctrinales oficiales en la institución
policial y militar no han sido necesariamente coherentes con los valores constitucionales del
Estado, ni con ideas jurídico-políticas modernas. En Colombia estas líneas se han formado ante
todo en función del contexto social, y la lectura de los gobiernos nacionales de ese contexto.
Como cita Cubajante (2018) “El control civil de los militares ha sido una norma desde los
Colombia, se construyó con los mismos aristócratas criollos que formaron el núcleo de las castas
de militares de otros países latinoamericanos en el siglo XlX (Ruhl, 1980)” (p. 230).
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 40
Es por ello por lo cual se afirma, que los hechos que han dado forma a la historia republicana
de Colombia han propiciado una indefinición funcional entre ejército y policía; ya que ambos, y
El siglo XlX en Colombia se caracterizó por la continua ocurrencia de guerras civiles. Del
bipartidista y el Bogotazo.
situación de violencia política. Al respecto Pizarro (1987) explica que “el tradicional
funcionamiento clientelista utilizado para reclutar a los miembros de la policía y ante todo su alta
para organizar, a su vez y desde el poder, una "policía política", que comenzaría a actuar como
una suerte de brazo ejecutivo del partido de gobierno, en particular en sus niveles intermedios y
de las guerrillas comunistas. En la historia de las reformas militares en Colombia, este hecho
marcaría “un proceso de ampliación y fortalecimiento de su papel en el control del orden social,
17 En relación al proceso de profesionalización que había experimentado para entonces la milicia, el de la policía era
incipiente. Esta surge en 1892, mientras que el ejército nacional “emergió de la posindependencia” (Cubajante, 2018,
p. 255). Para el año de 1982, este ya había pasado por varias experiencias y reformas conducentes a profesionalizarlo,
lo cual le permitió soportar las presiones políticas durante un tiempo mayor que la policía” (Pizarro, 1987, p. 9)
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 41
que implicó un viraje hacía la seguridad interna que se vio favorecido con la doctrina de guerra
De esta manera, como ejército contrainsurgente, este seguiría operando hasta los años 90, en
los cuales se produce la escalada militar de las FARC (Cubajante, 2018, p.260) y llega al poder
ejecutivo Andrés Pastrana, quien con el respaldo financiero de Estados Unidos, y en nombre de
la lucha contra los grupos armados al margen de la ley y el narcotráfico, implementa el Plan
Colombia.
[Mediante este,] se hizo un gran esfuerzo por adecuar la doctrina a las realidades del conflicto
armado interno, tanto en el ejército como en las otras Fuerzas -incluida la fuerza policial-. El
principal cambio doctrinario consistió en pasar de una actitud pasiva, defensiva y estática a un
concepto operacional proactivo, ofensivo y móvil. (Rojas, 2003 en: Cubajante, 2018, p.261).
piensa, hay demás figuras que representan para los policías sus enemigos; y se piensa también
que esta representación -la idea del enemigo del policía-, ha sido construida por él debido al éxito
de la Doctrina Policial.
18 En el sentido que este proceso implicó cambios en la estructura del funcionamiento de las fuerzas militares en
Colombia, que desembocaron en su fortalecimiento técnico y tecnológico para su modernización.
19 A partir de 1955 “por parte del gobierno, surge el argumento de que estas zonas estaban penetradas por actividades
soviéticas o del Partido Comunistas, iniciándose una acción psicológica sin precedentes, con el fin de convencer a la
opinión pública y a las Fuerzas Armadas sobre este hecho. Nacía un nuevo mito contrainsurgente: las repúblicas
independientes, categorías creadas por ideólogos civiles y militares ultra regresivos (Riochiquito, Pato, Guayabero,
Marquetalia), dónde la mayoría de la oficialidad y tropas aprendieron lecciones represivas contrainsurgentes”.
(Cubajante, 2018, p.235)
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 42
Entre estas figuras estarían el joven que consume sustancias psicoactivas, el vendedor
Desafortunadamente más allá de sus propias expresiones -las de los policías-, es difícil rastrear
la doctrina policial; además esta, como se sugirió, se transmite tanto de manera vertical como
horizontal en instituciones como la Policía, lo cual hace más difícil la labor de exponer de manera
concreta unos principios de comportamiento en específico dentro de esta institución, al igual que
prepararlo para el trabajo policial. Que forma la lectura que el policía tiene de la realidad que le
circunda; que informa un sentido del ser policial, que lo justifica; así como a sus objetivos en el
Las cifras señaladas se obtuvieron del informe de la ONG Temblores: Bolillo, dios y patria
(2021). En este se incluyen cifras de violencia por agentes del Estado en Colombia entre los años
2017 a 2019 distinguida en los siguientes tres tipos: homicida, física, y sexual. Para cada una de
geográfico del hecho, según el escenario de los hechos y según el factor de vulnerabilidad de la
Humanos en relación a la Violencia Policial en el país desde la entrada en vigencia de la ley 1801
La información recolectada por la ONG para el informe fue de carácter tanto cualitativo como
Medicina Legal, Procuraduría y Policía Nacional, la entidad obtuvo la mayoría de los datos
cuantitativos20.
periodo señalado, 328 casos fueron presuntamente cometidos por las Fuerzas Militares, 289 por la
De un total de 40.481 hechos de violencia física cometidos por miembros de la Fuerza Pública
en contra de la ciudadanía, 39.613 de estos casos se le atribuyen a la Policía, 809 a las Fuerzas
De los datos anteriores se puede concluir que entre 2017 y 2019 en Colombia:
20
“Como principal herramienta de recolección de datos cuantitativos, acudimos al derecho de petición de información
como método para obtener datos estadísticos provenientes del Estado sobre (i) hechos de violencia policial homicida,
física y sexual en los últimos tres años cometidos presuntamente por miembros de la Policía Nacional; (ii) el número
de investigaciones relacionadas con estos hechos victimizantes y (iii) el número de condenas por parte del Estado
frente a estos hechos. En total, enviamos en conjunto con la representante a la cámara, María José Pizarro, 9 derechos
de petición a las siguientes instituciones: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (2), Fiscalía
General de la Nación (2), Procuraduría General de la Nación (2) y Policía Nacional (3)”. (Camargo, V. et al.,
2021, p.13)
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 44
- Sumadas las cifras de casos violencia física y homicida atribuidos a agentes del
- Del total de cifras correspondientes a hechos de violencia física atribuidos a agentes del
Estado, estos habrían sido perpetrados por miembros de las Fuerzas Militares en un
del Estado, en un porcentaje del 51 % estos habrían sido cometidos por miembros de las
Los uniformados de la Policía Nacional entrevistados justificaron el uso ilegal la fuerza física
medio para amedrantar el ciudadano y/o ciudadana “alzado/a”. Para que este/a “aprendiera a
Respecto al empleo de la fuerza física de manera ilegal como medio en el cumplimiento de sus
funciones legales, cabe aportar la siguiente apreciación de uno de los uniformados entrevistados:
“Usted entra a turno a las 6 de la mañana para salir digamos a las 3 de la tarde, y le sale un caso a
detenido rinde indagatoria… se dan las 5 de la tarde y usted todavía no ha terminado el turno. Usted
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 45
iba a terminar su turno en una hora y sale terminándolo en tres. ¿Entonces usted qué hace? le da su
zarandeada, ¡y listo!”.
Durante las entrevistas se les contó a todos los entrevistados sobre una experiencia personal: la
policial, en medio del cual se observó que golpeaban con patadas a un joven que estaba borracho
y tendido en el piso; presencia de la cual no se percataron los más o menos 8 policías que se
encontraban rodeándolo. El hecho sucedió en la vía pública. Mientras golpeaban al sujeto que les
tumbó la moto estos le gritaban: “¡para que aprenda a respetar!”. Al comentar este episodio a uno
- A lo que se le contrapregunta: ¿Según las normas ese era el procedimiento por seguir? ¿Dónde
queda el procedimiento que está reglamentado como llevarlo a un CAI o imponerle una multa?
- A lo que él responde: “¿y luego quién pagaba el daño de la moto? Si uno lo lleva por el delito de
daño a bien público al otro día lo sueltan; el seguro de la moto no cubre esos daños, son daños
- Nuevamente se interroga: ¿Y no es más fácil arreglar la moto que exponerse a posibles sanciones?
- Él responde: “Pues sí. Pero una cosa son esas leyes que usted estudia y otra la realidad, la práctica.
Respecto a el uso ilegal de la fuerza física como medio en el desempeño de tareas cotidianas, y
en relación al suceso relatado, fue demostrativa también la siguiente afirmación de uno de los
policías entrevistados:
- “Con eso aprendió a no volver a meterse con las motos de los policías”.
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 46
En relación al uso de la fuerza para que los y las ciudadanas reconozcan a la autoridad policial
-sobre todo aquellos y aquellas que no siguen sus órdenes, que suelen enfrentarla- son
- “Uno trata de llegar bien, pero le sale la niña o el niño “alebrestado” ¿y qué toca? ¡Usar
la fuerza!”
- “Es que yo le pongo un ejemplo: es que es como el papá de la casa; que si los hijos están
Además fue aclaratoria en este orden de ideas una experiencia de uno de los entrevistados la
- La otra vez estábamos patrullando y le pedimos una requisa a unos pelados que estaban parados en
una esquina, y que a no dejarse requisar. Pues nos los llevamos para el CAI y allá les dimos su pela.
Cuando llegaron las mamás preguntaron porque, y les dijimos: ¡si ustedes en la casa no les enseñan
Una reflexión común a todas los entrevistas cuando se puso sobre la mesa el ejercicio por la
“los videos que divulgaban los medios televisivos y las denuncias en redes sociales solo
mostraban la parte en que le policía estaba golpeando y que no mostraban lo que ocurrió antes”.
En esta misma dirección justificaron los policías la golpiza que recibió el joven que protagonizó
el caso de abuso policial anteriormente enunciado: todo a raíz de haberles pateado y tumbado la
moto.
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 47
Dos de los entrevistados preguntaron: “¿Usted que haría dónde yo viniera a pegarle en este
momento?”
Otro argumentó:
“¿Por qué lo van a requerir a usted por usar la fuerza…? usted está haciendo su trabajo.
“En Colombia la ley es muy laxa con el delincuente y muy dura con el policía, cuando debería
sustancias psicoactivas precisamente para preguntarles “qué estaban haciendo antes de que la
Finalmente vale poner en este apartado que otra de las razones en nombre de las cuales se
encuentra justificado el uso ilegal de la fuerza por la policía para sus integrantes, es la defensa del
A propósito de una mención durante las entrevistas al actuar policial en las jornadas protesta
“(…) Pero no nos dejamos quemar el CAI. Es que usted como se va a dejar quemar la casa. Si
dejábamos quemar uno luego seguían con el otro, con el otro y con el otro”.
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 48
Sobre la situación relatada a ellos en relación a la golpiza recibida por el joven en estado de
“¿A usted como no le va a dar rabia que se metan con su patrimonio, con sus cosas?”
Los hechos en una demanda Administrativa por uso ilegal de la fuerza policial en
Colombia
directa contra de la Nación colombiana (Ministerio de Defensa y Policía Nacional) por uso ilegal
JGMH Y JSHQ, primo del anterior se desplazaban por el sector de la Calle 52 con Carrera 10ª del
número 10A-27, negaron el ingreso de los dos jóvenes, generándose una discusión sin
para una requisa, replicando los jóvenes que nada malo estaban haciendo y recibiendo como
policiales, uniéndose al brutal procedimiento, quedando uno de los jóvenes sin sentido en el
requerimientos JSHQ, fue dejado en libertad cuando era transportado en la panel policial en
2017 emanado del Instituto de Medicina Legal firmado por la doctora LINA MERCEDES
PATIÑO GIRALDO, determinó: (i) que el paciente informó que todo se debió a “…una pelea
con unos policías porque nos negamos a una requisa, se bajaron de la moto y me dieron con el
bolillo en la cabeza, me dieron varias veces en la cabeza y también en el cuerpo con el bastón,
pero más que todo fue en la cabeza…”, , que luego lo tuvieron en el calabozo, insistiendo que fue
agredido únicamente con el bastón de mando; (ii) fue atendido inicialmente en la Clínica
Versalles, con un diagnóstico de meningitis post traumática, herida quirúrgica en región parieto-
temporal derecha; (iii) conforme al examen neurológico hemiparesia izquierda, sin signo de
reingresando al centro asistencia por cuadro de deterioro progresivo del estado de conciencia, por
por sus sepsis con signos de hipertensión endocraneana y herniación cerebral por edema
cerebral severo, con protrusión de masa encefálica a través del lecho de la craneotomía previa,
además salida de pus por la herida, se lleva a craneotomía descompresiva, con fungus cerebri y
drenaje de pus subdural, meningitis con venas trombosadas, dejan flap óseo sub cutáneo en
abdomen… evolución inicial mala con alto riesgo de muerte …”; (v) en el examen médico legal,
consignó el forense “…se evidencia disartria, afecto triste, actividad motora disminuida, sin
izquierda, logra movilizar el hombro, no hay movilidad en codo, muñeca ni dedos de la mano, no
tiene funciones de pinza ni agarre. Moviliza cadera y rodilla, no tobillo…”; (vi) en cara presenta
cicatriz de aspecto quirúrgico, con gran defecto óseo en un área de 11x11cm a nivel
frontotemporal derecho, que genera marcada asimetría facial y craneana; (vii) en abdomen,
traumático de las lesiones, fue determinado como contundente, con una incapacidad definitiva de
70 días; (ix) secuelas “Deformidad física que afecta el rostro de carácter por definir.
funcional del órgano de la prensión de carácter por definir. Perturbación funcional del miembro
inferior izquierdo de carácter por definir. Perturbación funcional del órgano de la locomoción de
carácter por definir. Perturbación funcional del órgano sistema nervioso central de carácter por
definir (…)”.
JGMH, la víctima del suceso en nombre de quien se adelanta la demanda y quien en este
momento es una persona en condición de discapacidad a causa de las limitaciones físicas que
resultaron del daño neuronal provocado por los golpes que con el bolillo recibió por los policías
en su cabeza, fue entrevistado en el marco de este trabajo sobre lo ocurrido. Durante la entrevista
él señaló lo siguiente:
Los policías primero nos inmovilizaron así como les enseñan a ellos, nos hicieron una llave. Ya
estando tirados en el piso nos dieron con el bolillo. Yo en ningún momento perdí la conciencia,
mi primo sí.
Cuando nosotros vimos llegar a la policía nos fuimos de la casa, no corriendo sino “a paso largo”
para evitar tener problemas con ellos. En la esquina nos alcanzaron. Según ellos nos pegaron
Después de que nos golpearon nos llevaron al puesto de Salud de San Cayetano, y allá dieron la
versión de que mi primo y yo estábamos peleando entre nosotros, y de que así nos habíamos
A mi primo lo dejaron ir antes porque la herida en la cabeza de él era más grande que la mía y le
estaba sangrando. Seguramente les dio susto que le fuera a pasar algo grave.
Según la demanda:
GRGM, PT. S D JE, PT. LCAM y PT. JJDL, han planteado como excusa: (i) que la víctima fue
policial; (ii) que los jóvenes huyeron del lugar -Calle 52 con Carrera 10 del Barrio “Villa
requisa, fueron agredidos con arma cortante, obligando la reacción policial; (iv) que en ningún
emplearlo los policías “jugarían” con las leyes que reglamentan la función policial en miras a
conseguir fines propios racionalmente sopesados y perseguidos por ellos; mientras causan un
disciplinarias y penales. Como práctica este uso podría interpretarse bajo la figura de la
21
“La diferencia fundamental entre la costumbre y la ley consiste en que la segunda se crea por un acto consciente de
un órgano del Estado al cual le está atribuída la función de crearla, en tanto que la primera resulta de la conducta
instintiva e inconsciente de la comunidad. De la costumbre existe una clasificación generalmente aceptada, que tiene
su origen en el derecho romano y se basa en la conformidad u oposición entre la ley y la costumbre.
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 52
Dicho uso se plantea como un habitus policial, por tanto como una estrategia policial
condicionada por sus principios, en vista de que los miembros de esta institución lo emplean
como medio en razón de fines que se relacionan directamente con el servicio policial.
Al parecer el uso ilegal de la fuerza policial en Colombia es una herramienta para tramitar casi
cualquier tipo de tarea policial de manera “eficaz”. Al emplearlo el policía considera que cumple
con su trabajo ganando el tiempo que perdería en el cumplimiento del protocolo legal que se
sigue de un arresto; esto es el curso que corresponde al cumplimiento de las garantías procesales
a un indiciado bajo su custodia antes de que este sea sometido a un posible juicio. Pareciera que
el policía encuentra más rentable golpear a modo de castigo por una falta a la convivencia, la
seguridad y el orden público, o a la ley, que aplicar las leyes que regulan los límites y las
Por otro lado los policías en Colombia emplean la fuerza física de manera ilegal para obtener
ocasión del servicio, los policía en Colombia exceden los límites del uso de la fuerza si perciben
que un ciudadano o ciudadana les alza la voz, no atiende sus órdenes, o si en todo caso su
comportamiento es visto por ellos como una falta de respeto o un desafío hacia su autoridad. En
este sentido puede decirse que el uso ilegal de la fuerza física por el policía es una forma
mediante la cual él busca mantener y acumular una de las formas de capital simbólico que
La costumbre secundum legem, es la norma que adquiere su carácter de tal, y, por consiguiente, su fuerza
obligatoria,por la expresa referencia que a ella hace la ley. Costumbre praeter legem es la relativa a un asunto no
contemplado por la ley dictada por el legislador. Costumbre contra legem es la norma contraria a la ley creada por
el Estado, ya se limite a la inobservancia de la misma, o establezca una solución diferente a la contenida en ella. Los
dos casos implican que la ley escrita entra en desuso” (Demanda de inconstitucionalidad del artículo 13 del la ley 153
de 1887, 1994).
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 53
Ahora, es un hecho que de esta práctica podrían resultar como se dijo, sanciones legales para
el policía entre las cuales se cuentan la destitución de la Policía, la inhabilidad para ejercer
cargos públicos y también medidas carcelarias. El policía sabe esto, eso es claro; pero al parecer
no les teme a posibles sanciones en circunstancias especificadas por el sentido común al círculo
policial. En otras palabras, en situaciones que ellos ya reconocen como viables para usar la
La forma en que actuaron los policías durante el procedimiento policial ejecutado el pasado
razones en que se excusaron del brutal ataque perpetrado contra sus víctimas, podría expresar
una forma de dicho sentido común con arreglo a la situación. Es decir, expresar un modus
Tal vez los policías implicados en dicho procedimiento no esperaban causar lesiones tan
graves como las que obtuvo JGMH; sino reprenderlos físicamente por haber intentado “volarse”,
por haberlos “hecho correr”. Es probable que ellos esperaran que con el tiempo ambas víctimas
se repusieran de los golpes en su cabeza, de modo que fuera poco probable que se produjera
algún tipo de denuncia; y que, en caso de que se esta se produjera, ellos tuvieran como haz bajo
la manga la presunción de culpabilidad de las victimas dada la reputación del sector de la ciudad
de Manizales en que sucedieron los hechos, y el perfil social de las víctimas: dos hombres
Finalmente hay que señalar que el uso ilegal de la fuerza física por la policía como habitus
constituye una práctica intencional; por tanto, una que se plantea al análisis bourdiano
únicamente cuando se presenta con dolo. No obstante, práctica no consciente. Las disposiciones
sociales que orientan la actitud policial que se adopta antes, durante y después de usar la fuerza
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 54
realizado por cada policía de acuerdo a la situación, y a fines que él busca conseguir porque lo
Como acto intencional, el uso ilegal de la fuerza física por la policía en Colombia podría pues
comprenderse bajo el tipo ideal de un uso orientado por una situación de intereses, y el de una
acción racional con arreglo a fines. De este modo la estabilidad en el tiempo de esta práctica
estaría asegurada en la medida que satisface expectativas y objetivos policiales sean estos
objetivamente legítimos o no; es decir, que esta se afianza gracias a su legitimidad en vista de su
Como acto condicionado por los principios del habitus, o sea como acción racional con
arreglo a valores, la estabilidad de dicho uso estaría asegurada por la creencia compartida entre
otras palabras, sin la necesidad de que exista ningún tipo de coacción que obligue su ejercicio, y
sin que aparezca algún tipo de sanción social por el par policial ante su no empleo; sino solo por
Histéresis del habitus en el uso ilegal de la fuerza física por el policía en Colombia
Como medio del policía el uso ilegal de la fuerza física puede fallar; es decir que puede
producir resultados no queridos ni esperados por el policía al emplearlo. El más temido y lógico:
que se le abra una investigación por esta comisión que en el código disciplinario de la Policía
implica falta gravísima, y que se le adelante por ello un proceso penal. Como quedó sugerido,
este uso en tanto habitus falla cada vez que de la actuación policial se siguen consecuencias
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 55
dolientes de emprender acciones legales en contra del Estado colombiano a través del Ministerio
No obstante, la histéresis de dicho uso podría darse en circunstancias distintas a una “mala
praxis del policía”. Del empleo de este uso también podrían surgir resultados que el policía no
busca, si cambian las lógicas del habitus. Es decir si se modifican las condiciones objetivas en
que este generalmente ha “funcionado”. En el devenir social y político de Colombia esto podría
expresarse en un viraje de la doctrina policial, una aplicación efectiva de las leyes que sancionan
esta práctica, o un cambio social que sea extensivo al resto de la sociedad colombiana y a sus
condiciones de vida materiales y las demás que determina la cultura como expresión de lo que se
siente, piensa y hace. Un largo etcétera que no sin laberintos, y también por ellos, representa un
fin que si no es utópico, es de muy pero muy largo aliento. Afortunadamente el debate hoy ya se
Conclusiones
• El supuesto de que al causar lesiones graves a un ciudadano como producto del uso
ilegítimo de la fuerza, o lesiones que terminen con la vida de este, el policía estará más
expuesto a sanciones legales de que si solo causa lesiones leves; las suficientes para
enseñar, que si solo da “la pela”, “la muenda”, “la zarandeada”, es coherente con los
porcentajes de uso ilegal de la fuerza física respecto a la homicida entre los años 2017-
2019, que se concluyen de las cifras obtenidas por la ONG Temblores. La violencia
física representa un porcentaje del 98% del total de los casos de violencia policial al
usar la fuerza entre estos años y del total de casos de violencia física presentados la
Policía es la responsable del 97%. En otras palabras, de la violencia ilegal por parte de
EL USO ILEGAL DE LA FUERZA POLICIAL COMO HABITUS 56
los agentes del Estado al usar la fuerza lo que más se presentan son casos considerados
• La doctrina policial como principio a partir del cual los policías obtienen, seleccionan
e interpretan la información, podría explicar la validez del uso ilegal de fuerza física
por la policía para ellos. Este constituye una práctica ilegal, la cual no realizarían por
• Los policías en Colombia confunden entre el uso legítimo de la fuerza, y uso ilegal de
la fuerza dentro del servicio policial. Al parecer, por presentarse dentro del servicio y
para los fines del servicio policial, esta práctica deja de revestir para el policía un acto
del cual temer sanciones. Por el contrario, en la medida en que se presenta dentro del
servicio es que parece resultarles útil, y en la medida que se ejerce por el servicio que
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