Escuela Profesional de Derecho
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EXPLICACIÓN EPISTEMOLÓGICA
Con la crisis de los principios del positivismo lógico y el surgimiento de la nueva
filosofía de la ciencia el análisis epistemológico se nutrió de perspectivas
históricas, sociológicas y psicológicas. Esto ratificó la estructura esencialmente
dinámica de la ciencia, explicada por el tránsito o revolución de una ciencia normal a
una ciencia extraordinaria. Así las cosas, conviene advertir las etapas kuhnianas de la
ciencia procesal en relación a la teoría de la acción, esto permitirá advertir en el derecho
procesal diversos momentos como preciencia, o de las concepciones de la acción que no
se entienden científicas, v. gr. la acción en el Código Hammurabi, en las XII Tablas, en
el derecho romano y en la exégesis; ciencia normal, o de la acción en el derecho
procesal o procesalismo científico; crisis científica, o de las erradas y enfrentadas
teorizaciones sobre la acción, revolución científica, o de la explosión neoconstitucional;
y, ciencia extraordinaria, o del nuevo paradigma del “derecho fundamental de acción”.
LA ACCIÓN EN LA ETAPA PRECIENTÍFICA DEL DERECHO PROCESAL
La pre cientificidad del derecho procesal está marcada por la acción en el derecho
romano, teniendo entre sus puntos más claros de fluidez el que las vindicaciones del
pater familias estaban corroboradas por la protección coactiva imprimida en casos de
vulneración de los poderes que tenía conferidos, tal vez los derechos más nítidamente
establecidos para los romanos por los mores maiorum y las leyes. No bastaba tener un
derecho sino tenerlo consagrado para defenderlo o protegerlo, lo que en el ámbito
obligacional se consumaba con las condiciones que eran esa protección coactiva para el
cumplimiento de obligaciones. De estas condiciones más adelante derivan las acciones,
sean reales o personales. En el procedimiento romano se diferencian tres épocas
apareciendo en cada una un sentido distinto de la acción, pero en cada caso siempre con
un contexto pre científico: como las acciones de la ley, el procedimiento ordinario o
formulario y el procedimiento extraordinario.
LA ACCIÓN EN LA CIENCIA NORMAL DEL DERECHO PROCESAL
Comprende los momentos del logro, de la conversión y propiamente de la ciencia
normal. El primer momento, del logro, se dio gracias a las transformaciones
sociales, políticas y económicas de la ilustración, el constitucionalismo y el derecho
penal liberal tangibilizados en la sistematización del derecho, la gesta libertaria a partir
de la Constitución norteamericana y la conversión en principio del nullum crimen, nulla
poena sine lege dando espacio al surgimiento de positivismo jurídico, lo que sin
menoscabar el influjo generado en todos los ámbitos jurídicos si bien fue en un contexto
general un logro para la evolución del derecho no lo fue en concreto y en ese momento
para la del derecho procesal, pues la acción estaba arrastrada aún en la definición de
Celso.
Alemania no permaneció ajena a esta situación originándose en ella un culto al derecho
romano que no duró mucho porque la genialidad germánica se impuso poco a poco
motivada por el desprecio y repudio que sentía hacia el Código del invasor y juristas
como Hugo y Savigny se encargaron de revivir más el espíritu alemán en busca de un
derecho superior al francés. Nació así con Savigny a la cabeza la Escuela Histórica del
Derecho, que sería integrada por tan geniales pensadores como Puchta y Von Ihering.
La acción no nacía con la existencia o lesión de un derecho porque resultaba ser
“Año de la paz, la unidad y el desarrollo”
Claro está en cada caso con diversos matices dogmáticos, pero lo importante aquí es no
perder de vista que por el hecho de que las teorizaciones de la acción sean aquellas
parceladas en el derecho material o en el procesal, o en ambos, no dejan de reflejar su
correspondencia al derecho subjetivo, sea en su plano material o procesal, o en
ambos. La crisis científica de la acción no está en la sistematización, o
mejor, ordenamiento de las diversas teorías que sobre ella han descollado, ellas son
apenas las primeras anomalías e iniciales convulsiones científicas.
I.La incontrolable afluencia de definiciones de la acción y por tanto de asignaciones de
naturalezas jurídicas tan diversas como inconsistentes frente a su importancia
II. El pesimismo sobre la acción
Consecuencias de tantas definiciones de la acción tan
imprecisas, inconciliables, meramente dogmáticas y curiosamente inútiles para la
pacificación de la doctrina que las agrupa trajo, en los menos optimistas, la idea de
organizarle unos solemnes funerales, de la necesidad de abandonar su estudio o de estar
“Año de la paz, la unidad y el desarrollo”
ante la crónica de un enorme fracaso doctrinal; pero en cualquier caso la lógica que
anima estas posturas hostiles frente a la acción no dejan de reflejar las mismas
deficiencias de las definiciones que las motivan.
Es una postura que desmaya sin aliento lógico sin una mínima razón científica y si
consigue referencias doctrinales es porque sintetiza el hastío sobre un tema tan
manoseado, repetido e inconciliable que, se dice, mejor sería abandonarlo.
Pero en su arquitectura esta postura hostil frente a la acción le desconoce contenido
porque entiende este solo desde las perspectivas que enfocan la acción como
acto, concepto u objeto apoyando su eje argumentativo en la acción presentada por
Savigny, no precisamente tal cual se configuró en la etapa formularia del derecho
romano, y a partir de ello describiendo el error de todos los procesalistas que en su
esfuerzo de definir la acción terminan por delatarla carente de contenido e imposible de
ser un concepto fundamental.
III. La dualidad de la acción
La actio romana no era derecho en sentido subjetivo, porque esta categoría no existía en
el derecho romano, o por lo menos no podía distinguirse claramente del ius objetivo, la
actio era simplemente un obrar, o mejor un accionar. La noción de derecho subjetivo
aparece en el siglo XVII con Grocio luego del debate entre De Ockham y el Papa Juan
XXII. Es evidente que el sentido privatista de la acción marcaba su composición de
fondo y de forma muy armonizada con la tesis contractualista del proceso.
Esencia misma del derecho subjetivo, es pues el actuar del titular del derecho para
conseguir el cumplimiento de la obligación por el obligado aún contra su voluntad o sin
ella o sin su obrar. Por eso la acción material supone combatividad y es la inflamación
del derecho o de la pretensión, es el actuar del sujeto para la realización del propio
derecho porque tener un derecho es tener la facultad de gozarlo, o mejor, de ejercer su
“Año de la paz, la unidad y el desarrollo”
CONCLUSIÓN
Si bien el principio fundamental de acción domina la concepción garantista del
proceso. Eso es precisamente el derecho de acción en su nuevo paradigma de principio
fundamental, lo que no significa que esta sea una visión centrista, mixta o conciliadora.