Via Lactea 1
Via Lactea 1
Via Lactea 1
La Vía Láctea es una galaxia de tamaño mediano en donde, según los últimos estudios realizados,
se encuentran unas 150.000 millones de estrellas dispuestas en 6 brazos espirales, dos de ellos
los más importantes, que nacen de un bulbo o núcleo central galáctico que no puede observarse,
oculto por gases y polvo. Posee además 126 cúmulos globulares, 1.055 cúmulos estelares abiertos
y 70 asociaciones de estrellas.
Posee 21 galaxias satélites, varias de las cuales están siendo asimiladas (o canibalizadas) debido
a las inmensas fuerzas de la marea gravitatoria, lo que produce torrentes de estrellas que se
entrelazan con sus brazos. Complementa la estructura de nuestra galaxia, densas nubes que
viajan a alta velocidad (HVC) sin ninguna correspondencia con la rotación galáctica.
Debe su nombre a la apariencia lechosa con la que observamos sus zonas más densas en las
noches oscuras. Lo que vemos es el ecuador de nuestra galaxia, que aparece como una inmensa
banda luminosa que atraviesa el cielo.
Una rápida inspección nos permite discernir que al alejarnos de esa banda, disminuye la cantidad
de estrellas en el cielo: esto es así, debido a que nos estamos alejando de las zonas en donde se
aglomeran la mayor cantidad de estrellas en la galaxia, su plano galáctico.
Ciklos Galácticos (la rueda lechosa) la llamaron los griegos. Los romanos llamaron Vía Láctea a
una de las entradas más importantes de la ciudad de Roma.
Posteriormente, la apariencia que asume la Vía Láctea observada desde la Tierra, llevó a los
cristianos católicos a denominarla, el Camino de Santiago, en alusión a la travesía que realizó el
apóstol Santiago el Zebedeo, de retorno desde el Norte de España hasta Jerusalén.
El conocimiento sobre nuestra galaxia es muy reciente. Apenas a comienzos del siglo pasado fue
que se descubrió su rotación, debido al trabajo de Jacobus Kapteyn (1851-1922) en 1904, al
encontrar estrellas con movimientos propios en direcciones opuestas.
Diez años después, en 1914, Arthur Eddington (1882-1944) estableció que nuestra galaxia era
apenas una parte muy pequeña del Universo. Hasta ese momento se pensaba que la Vía Láctea
era el Cosmos propiamente dicho.
Se la puede considerar un sistema físico interactuante, ubicado a enormes distancias de otros
similares, con algunos de los cuales está vinculado.
En 1918, Harlow Shapley realiza un estudio de los cúmulos globulares y descubre que se
encuentran distribuidos en torno al centro galáctico. Determina la posición del Sol en la galaxia,
ubicación que es la aceptada en la actualidad, a mitad del radio galáctico, es decir, a unos 26.000
a.l. del núcleo. Los desplazamientos del Sol en la galaxia y el desplazamiento de la galaxia misma,
fueron establecidos posteriormente (1979).
Movimientos de la galaxia:
El movimiento de la Vía Láctea corresponde a un disco en rotación, con un eje que pasa por el
centro de gravedad del sistema, es decir el centro galáctico. Tomando como referencia la posición
del Sol, una vuelta completa hasta la ubicación actual tomó un tiempo de 250 millones de años. A
este tiempo se lo llama año galáctico. Un simple cálculo indica que el Universo tiene una edad de
tan solo 60 años galácticos y el Sol, desde su formación, realizó 20 vueltas a la galaxia, es decir
solo tiene 20 años.
Hasta las cercanías del Sol, la Vía Láctea se mueve prácticamente como un cuerpo rígido: todos
los elementos galácticos se mueven con velocidades angulares iguales. El Sol se mueve a unos
220 km/s y a partir de él y hacia el borde galáctico la velocidad angular disminuye. Esta diferencia
de velocidades hace que el movimiento se denomine rotación diferencial.
El hidrógeno es muy abundante en nuestra Galaxia (80 % en promedio en el Universo), esto hace
que la línea espectral de 21cm producida por el hidrógeno atómico ocurra frecuentemente, por ello
es una de las líneas más importantes en radioastronomía. En particular, es posible estudiar la
estructura global de nuestra Galaxia por medio del corrimiento Doppler de la línea de 21 cm.
Poblaciones estelares:
En la galaxia se distinguen tres tipos distintos de
poblaciones de estrellas que tienen íntima
relación con su posición en la estructura de
acuerdo con los estudios de W. Baade (1944). El
análisis de los objetos en la galaxia llevó a definir
el concepto de población estelar. Se distinguen
tres categoría: la Población I, la Población del
Disco y la Población II:
• Población I: corresponde a estrellas muy
luminosas de clase O y B, estrellas de
cúmulos abiertos, variables cefeidas, gases y polvo. Se trata en general de estrellas
jóvenes de no más de 10 millones de años, con un 2 % de elementos superiores al helio
(tienen metalicidad alta).
• Población del Disco: caracterizadas por estrellas de edades y metalicidad intermedia.
Comprenden las nebulosas planetarias, el Sol y la mayoría de las estrellas a su alrededor.
Son la población entre los brazos. Su concentración aumenta hacia el centro galáctico.
Esta población puede asimilarse a la de la población I.
• Población II: Son las estrellas más viejas, menos luminosas y pobres en metales:
cúmulos globulares, estrellas variables RR Lira y gigantes rojas. Fundamentalmente
comprende a las estrellas que se encuentran fuera del plano galáctico.
Entorno galáctico:
La Vía Láctea se encuentra inmersa en un pequeño conglomerado de galaxias denominado el
Grupo Local, compuesto por 51 galaxias que se desplazan como un todo en el Universo. Junto con
Andrómeda (M31) y la galaxia del Triángulo (M33) conforman los objetos más importantes del
Grupo Local.
Además de la Vía Láctea, Andrómeda y el Triángulo, los demás objetos pueden agruparse en los
siguientes conjuntos astronómicos:
• galaxias enanas esferoidales (dSph)
• torrentes de estrellas
• nubes de alta velocidad (HVC) y velocidad intermedia (IVC)
Hasta el momento se han descubierto 21 galaxias enanas esferoidales (dSph) que en unión con
las Nubes Mayor y Menor de Magallanes, conforman las 23 galaxias más importantes que se
encuentran asociadas gravitatoriamente con la nuestra. La imagen nos ilustra el complejo entorno
que acompaña la Vía Láctea en el Grupo Local de galaxias.
Especial atención ha merecido la corriente de
Sagitario: especie de arco de materia que
encierra nuestra galaxia, producto de la
acreción gravitatoria de la galaxia enana
esferoidal (dSph) de Sagitario. Los astrónomos
han determinado que se trata de una galaxia
enana que está siendo “devorada” por la Vía
Láctea.
Otra galaxia que se encuentra sujeta a
acreción es la enana del Can Mayor. En abril
de 2006 se descubrió un componente, que
paradójicamente es la dSph más alejada de la
Vía Láctea: la enana de Canes Venatici.
La última camada de galaxias satélites fue reportado el 9 de enero del 2007. Se trata de un
conjunto de siete galaxias enanas, canibalizadas por la Vía Láctea. El descubrimiento lo realizó un
equipo internacional de astrónomos que trabajan con el Sloan Digital Sky Survey (SDSS). Estas
nuevas satélites se encuentran disgregadas hacia el Polo Norte galáctico.
Una octava galaxia enana, denominada Leo T, ha intrigado a los astrónomos. Ubicada hacia el
borde de la influencia gravitatoria de la Vía Láctea (aproximadamente 1,4 millones de Años-Luz),
no se ha comprobado su condición de satélite.
Según los científicos, puede ser una enana
flotando libre en el Grupo Local.
El 18 de septiembre de 2008, un equipo de
astrónomos, que hacen uso del telescopio Keck,
en Hawai, como herramienta del proyecto SEGUE
(Sloan Extension for Galactic Understanding and
Exploration) reportaron el descubrimiento de la
galaxia enana Segue 1, mil millones de veces
menos brillante que la Vía Láctea, pero más de
1.000 veces más masiva de lo que se puede
observar.
Corrientes de estrellas:
Las corrientes de estrellas que se han encontrado en la Vía Láctea son consecuencia directa de
los procesos de acreción o asimilación de galaxias satélites enanas.
Hasta la fecha se han detectado 19 corrientes de estrellas. La evidencia de estas corrientes se
constituye en que sus movimientos propios no son consistentes con las estrellas en su contorno.
Representación de las corrientes de estrellas en órbita alrededor del centro galáctico.
La gran fuerza de atracción gravitatoria de la Vía Láctea deforma y alarga hasta desgarrar las galaxias enanas
satélites, las que en su movimiento dejan un halo de estrellas de forma elíptica.
Bibliografia:
www.astrosmo.unam.mx/~radiolab/Estudiantes/CNF-Antonio.pdf
http://www.tayabeixo.org/via_lactea/vialactea.htm