Notas - Impericia Médica
Notas - Impericia Médica
Notas - Impericia Médica
Caso de impericia en el área dental. El paciente Guzmán había sufrido una fístula a partir de
una extracción de una muela en el lado izquierdo. El Dr. Silén intentó 6 veces sanar la herida
repitiendo el mismo proceso de limpieza. Luego de semanas de agonía, el paciente recurrió a
otro médico, el Dr. Dávila, cirujano reconocido, el cual le curó casi al 100% luego de un
tratamiento. Guzmán demanda a Silén por daños y perjuicios a causa de no haberle tratado
con diligencia y por no haberlo referido a un especialista.
El TPI halló con lugar la demanda, imputando $3,000 de pago. TSPR confirma.
Muerte de una menor luego de ser operada de las amígdalas. ***No se realizó una autopsia.
TPI desestimó la demanda.
Reglamente de hospitales 24 LPRA 332 a: “los hospitales llevarán récords completos y exactos
de cada paciente”; (b) “inmediatamente después de una operación, el médico anotará en el
récord [todo detalle de la operación]”; (c) “el récord del paciente debe incluir . . . la fecha de
ingreso”. (d) “los pacientes que estén bajo la influencia de anestesia general o intrarraquídea
serán atendidos constantemente por una enfermera, hasta que hayan recobrado la conciencia
o hayan pasado los efectos de la anestesia”; (e) “No se operará bajo anestesia general. . . al
menos se le haya hecho al paciente un examen físico que incluya placas de pecho . . .o de
enfermedad cardiaca y un análisis de orina con pruebas de albumina y azúcar”; (f) todo el que
sepa de una muerte en 24 horas deberá informarlo a la policía, a un juez, o a un fiscal.
El TPI condenó al Dr. Torees y al Hospital Matilde Brenes a pagar solidariamente 39,000 por el
maldiagnóstico de la menor María Morales.
¿Cuándo responde el ELA por las actuaciones de un hospital? No se responde en este caso.
Caso de paciente anciano que fue internado en Centro Médico. Aquí, fue sometido a varios
procesos, entre estos dos enemas de agua y una sigmoidoscopia sin problema. Al tratar de
introducirle enema de bario, el paciente se agitó, se arrancó el equipo que tenía introducido
en el ano. Luego, cuando fue trasladado al Presbisteriano, falleció de una peritonitis causada
por el bario introducido que llegó a la cavidad abdominal. El bario entró de la cánula a la
cavidad abdominal. Hay 4 posibles causas de estos; a falta de prueba, no hay negligencia del
hospital.
Existe una presunción general a favor del experto de la salud, la cual deberá ser rebatida por la
preponderancia de prueba. Es decir, debe mostrarse la negligencia y su carácter de causa
adecuada.
Los cirujanos dejaron una gasa dentro del abdomen de la demandante luego de practicar una
cesárea. Esto después que la enfermera confirmó erróneamente que se encontraba todo el
equipo fuera. Luego de esto, la paciente comenzó a sentirse grave en el área abdominal. El Dr.
aminoró esas quejas y le receto analgésicos. Luego de repetidas instancias de desatender las
quejas de su paciente –incluso esta teniendo un sonograma –la paciente recluyó a otro
médico, el cual encontró la gasa, la cual al ser removida perforó el intestino grueso. La
paciente tuvo que ser operada y estuvo diez meses con la bolsa para las heces. Sufrió daños
severos en su vida personal y familiar. TPI ordenó 112,500 y encontró a los médicos 75%
responsable, 25% al ELA.
¿Quién tuvo el grado mayor de responsabilidad? El médico, según el TSPR. Los médicos no
delegan su responsabilidad a sus asistentes, deberán ser cautelosos aun. Esto fue “una omisión
de carácter grave”.
Sr. Morales fue atendido por una dra. residente primeriza, la cual no removió de su cuerpo
una hoja de la cuchilla con la cual fue apuñalado. El retraso de esta operación le retrasó su
recuperación. Cita de autoridad doctrinal: “[e]l médico que acepta un paciente debe ir más
allá del examen mismo. Si el historial y los síntomas sugieren más de un diagnóstico, es su
deber hacer diagnósticos diversos y emprender un proceso de eliminación mediante los
exámenes conocidos y prevalecientes en la profesión”. El TSPR redujo de 16,000 a 5,000 la
partida por sufrimientos físicos y morales; se eliminan los 1,500 del menor [diablo. . .]. Se
conserva la partida de lucro cesante y se reduce la partida de honorarios.
***Razonamiento de Oliveros.
Conc. Y dis. Negrón García: Debe de quitarle la partida de lucro cesante por no pagar
impuestos. [usa una cita muy bonita] Lammennais: “el derecho y el deber son como dos
palmeras que no dan fruto si no crecen la una al lado de la otra”.
Conclusión sobre las actuaciones del médico: “[l]a totalidad de sus acciones acusan
indiferencia y pobre juicio profesional frente a la posibilidad real de que, dada la naturaleza de
la lesión, ocurriera una infección, tal como la gangrena gaseosa. . . [L]a suma total de sus
actuaciones y omisiones concomitantes y subsiguientes señalan indefectiblemente hacia una
conclusión de negligencia profesional”.
*** “No puede considerarse razonable un tratamiento que somete a un paciente a riesgos
innecesarios y previsibles, cuando se cuenta con medios alternos para evitarlos o
disminuirlos”.
Se hallaron responsables los médicos del Centro Médico, no los del Centro de Diagnóstico, los
cuales atendieron al menor con diligencia, indicando desde temprano la posibilidad de una
infección.
En este caso, llega el Sr. Pérez Cruz al CDT de Lajas luego de un accidente de carro. Llegó con
la nariz rota y con dolor abdominal. De este lo envían a la Concepción en donde es atendido y
dado de alta por un médico practicante. El Dr. en la Concepción lo atendió escuetamente y no
le auscultó bien el abdomen. El récord es insuficiente, como mínimo. El paciente se siguió
sintiendo mal, a pesar de las recetas. La mañana siguiente regresó al CDT en donde el médico
que allí se encontraba le identificó fracturas de las costillas. El paciente murió unas horas
después.
Modificaciones a los montos: de 2,500 a 1,000 a cada causahabiente por sufrimientos del
fenecido; 65,000 a 40,000 mamá; 25,000 a 15,000 hijo porque (a) habían recibido 10,000 de la
ACAA y (b) porque habían continuado con una vida normal. Se confirman las demás.
“[En este caso] [l]o esencial es dictaminar si el tratamiento es uno aceptable que satisfaga las
exigencias generalmente reconocidas por la profesión médica a la luz de los medios modernos
de corrección, enseñanza y equipos disponibles”. Fue así, en todos los sentidos.
El Tribunal también rechaza un argumento sobre la doctrina de diagnostico diferencial previo.
Aclara que esta solo exige que se realice un procedimiento para distinguir entre posibles
enfermedades. [En los casos anteriores se vio que se levantaba este argumento cuando el
proceso de diagnóstico fue reprochable].
***La decisión del anestesiólogo de no entubar a la bebé fue negligencia crasa. No se cumplió
con el criterio Oliveros.
Daños e indemnización: Redujo lucro cesante de 30,000 a 15,000 (ella era actriz); confirmo
100,000 por angustias morales; redujo la porción de la menor de 800,000 a 400,000 tanto por
daños físicos como morales y redujo los costos de honorarios a 30,000.
Voto particular Naveira de Rodón: En desacuerdo con reducirle el monto a la menor y con
reducir la cuantía de honorarios. En casos donde los daños por causantes solidarios no sean
concertados, existirá solidaridad hasta que una de las partes pueda individualizar el daño y así
librarse de esa porción de la responsabilidad.
***en ausencia de prueba de negligencia, existe una presunción a favor del médico. En este
caso, toda la evidencia indicaba que el medicamento usado era el apropiado para el caso y que
era lo indicado según la literatura médica.
Voto particular Naveira de Rodon: antes de exigir consentimiento informado, hay que
establecer el deber de informar al paciente en ‘x’ caso, según la práctica médica cotidiana.
12. Pérez Torres v. Bladuell Ramos 120 DPR 295 (1988)