Clase 5: Diferencias Entre Plan, Programas y Proyectos. Diseño de Proyectos. Diferencias Entre Indicadores de Resultados e Impacto
Clase 5: Diferencias Entre Plan, Programas y Proyectos. Diseño de Proyectos. Diferencias Entre Indicadores de Resultados e Impacto
Clase 5: Diferencias Entre Plan, Programas y Proyectos. Diseño de Proyectos. Diferencias Entre Indicadores de Resultados e Impacto
Diseño de
proyectos. Diferencias entre indicadores de resultados e impacto.
Objetivos: a través del desarrollo de los contenidos de la clase se espera que
las y los estudiantes:
- Comprendan los conceptos de Plan, Programa, Proyecto, Actividad y Tarea y realicen
comparaciones que les permita concebir las similitudes y diferencias que hay entre estos.
- Conozcan y apliquen las diferentes etapas que involucran el diseño de un proyecto de
práctica social educativa.
- Establezcane incorporen la importancia de los procesos transversales en el diseño y la
ejecución de un proyecto de práctica social educativa.
- Conozcan las diversas herramientas utilizadas para la evaluación de los proyectos.
- Establezcan comparaciones entre los diferentes tipos de indicadores que se pueden usar
durante la ejecución de un proyecto de práctica social educativa
- Relacionen el diseño y realización de un proyecto de práctica social educativa con su
futura práctica como profesionales de las ciencias de la salud humana.
Bibliografía:
• Tapia MN. Aprendizaje y servicio solidario en el sistema educativo y las organizaciones
juveniles. Ed. Ciudad nueva. 2006
• Ministerio de Educación. Itinerario y herramientas para desarrollar un proyecto de
aprendizaje-servicio. 2015.
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En esta clase se abordarán las características que se deben tener en cuenta para diseñar y
llevar a cabo un proyecto relacionado con las prácticas sociales educativas, pero antes se
trabajará con una serie de conceptos que están íntimamente relacionados y que es
importante que conozcan y los sepan diferenciar.
Estos conceptos son: Plan, Programa, Proyecto, Actividad y Tarea.
El plan se define como un documento, generalmente producido por los más altos niveles
jerárquicos (por ejemplo, gobiernos nacionales o provinciales) que plantea objetivos
prioritarios y explica un conjunto de directivas generales (políticas) en torno a los mismos,
las alternativas para alcanzarlos (estrategias) y los medios para obtenerlos (esquema general
de asignación de recursos). Se puede decir que es un parámetro técnico-político dentro del
cual se enmarcan los programas y proyectos.
Por su parte, el programa hace referencia a un conjunto coordinado y ordenado de
propuestas que persiguen los mismos objetivos y tienden a la atención de problemas
específicos relacionados con algunos de los aspectos señalados en el plan. No
necesariamente los programas tendrán temporalidad acotada, y aunque se los implemente
para períodos determinados, se les suele adjudicar continuidad a lo largo del tiempo. En este
sentido, el programa lleva adelante una parte del plan mediante la realización de acciones
orientadas a alcanzar las metas y objetivos propuestos dentro de un período determinado.
El proyecto, desde el punto de vista social, es el conjunto de actividades concretas,
interrelacionadas y coordinadas entre sí, que se realizan con el fin de producir determinados
bienes y servicios capaces de satisfacer las necesidades o resolver un problema determinado
en un espacio territorial y/o poblacional definida o, en otros términos, una intervención
planificada con tiempo y recursos acotados. (Nirenberg, Brawerman, Ruiz ; 2003)
Tanto los programas como los proyectos se concretan a través de un conjunto de actividades
organizadas y articuladas entre sí, para alcanzar determinadas metas y objetivos específicos.
La diferencia entre un programa y un proyecto radica en la magnitud, diversidad y
especificidad del objetivo que se quiere alcanzar o la acción que se va a realizar: si es
compleja, habrá de ser un programa con varios proyectos; si es sencilla, un simple o único
proyecto podría desarrollarla.
En relación a la actividad, se la puede definir como el medio de intervención sobre la
realidad mediante la realización secuencial e integrada de diversas acciones necesarias para
alcanzar las metas y objetivos específicos del proyecto.
Finalmente, la tarea es la acción concreta dentro de la actividad que tiene un grado máximo
de concreción y especificidad. Esto significa que un conjunto de tareas configura una
actividad, entre las muchas que hay que realizar para concretar un proyecto.
Ahora que hemos desarrollado estos conceptos nos focalizaremos en las características que
presentan los proyectos, describiendo sus diferentes ítems.
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Características generales de los proyectos:
• Todo proyecto conlleva una serie de actividades de duración determinada. Esto
diferencia a los proyectos de la prestación de servicios, que supone un proceso
continuo.
• En un proyecto se combina el empleo de recursos humanos, materiales y financieros.
• Todo proyecto tiene que alcanzar determinados resultados, de acuerdo con los
objetivos previstos en su diseño y conceptualización.
Al momento de diseñar un proyecto hay que tener en cuenta los siguientes aspectos básicos:
• Un proyecto es un conjunto de actividades y acciones que se deben emprender.
• No son actuaciones espontáneas, sino ordenadas.
• Se combinan la utilización de diferentes tipos de recursos.
• Se orientan al logro de un objetivo o resultado previamente fijado.
• Se realiza en un tiempo y espacio determinado.
• Se justifica por la existencia de una situación-problema que se quiere modificar.
1- Fundamentación o justificación
En la fundamentación del proyecto hay que presentar los criterios y las razones que
justifican su realización. En este punto, se debe explicar en qué se fundamenta el proyecto,
cómo surge, a qué necesidades responde, las razones que lo motivan y la importancia de la
participación de estudiantes. Todo ello debe completarse con datos de la realidad más
próxima (análisis social, datos estadísticos, análisis del entorno concreto, etc.) que avalen los
argumentos y razones que lo justifican.
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formulación del objetivo principal o general y de los objetivos específicos es la garantía para
elaborar un buen proyecto, ya que en torno a los objetivos, se da coherencia al conjunto de
actividades que componen el proyecto, recursos, costos, tiempos, etc.
Los objetivos específicos son pasos que hay que dar para alcanzar o consolidar el objetivo
general. No hay que confundir los objetivos con los medios para alcanzarlos. Así, por
ejemplo, cuando se dice “realizar una investigación” o “coordinar”, etc., se está haciendo
referencia a medios por lo que no deben utilizarse para definir objetivos. Tampoco hay que
confundir los objetivos con la finalidad del proyecto. Así, por ejemplo, si decimos “disminuir
el analfabetismo en la región X”, estamos indicando una finalidad o dicho de otro modo,
precisando el impacto que puede tener el proyecto. En cambio, si formulamos, “reforzar el
servicio de educación de adultos en la región X” estamos señalando un objetivo.
Generalmente, no suele ser necesario formular finalidades en los proyectos, ya que éstas
normalmente son expresadas en los programas o planes más generales.
Cuando se escriben los objetivos en el proyecto, la primera palabra debe ser un verbo y estar
en infinitivo.
Una característica propia y que distingue a los proyectos de aprendizaje servicio, es que a los
objetivos “de servicio” relacionados con la intencionalidad social/solidaria, deben sumarse
los “objetivos pedagógicos” relacionados a la intencionalidad pedagógica, es decir, con los
contenidos curriculares que van a trabajar los y las estudiantes durante la intervención.
3- Metas
Para que los objetivos adquieran un carácter realizable, que no sean abstractos o ideales,
hay que traducirlos en logros específicos, es decir, hay que indicar cuánto se quiere lograr
con la realización del proyecto, dentro de un plazo determinado y en un ámbito o espacio
también delimitado. Las metas permiten concretar los objetivos, ya que establecen cuánto,
cuándo y dónde se realizarán éstos.
4- Participantes y “Destinatarios/as”
Todo proyecto está a cargo de una o dos personas (Director/a y Codirector/a) que son las
responsables de la coordinación y ejecución general del proyecto.
Otra característica propia de los proyectos de aprendizaje-servicio, es la participación de
docentes y fundamentalmente estudiantes quienes deben estar involucrados en todas las
etapas de un proyecto, es decir, desde el diseño y planificación, hasta su ejecución y cierre
final.
En un primer momento se podría decir que las y los principales destinatarios/as de un
proyecto de aprendizaje servicio son las personas de la comunidad que se verán
beneficiadas por las acciones concretas del servicio. Sin embargo, es importante resaltar que
en este tipo de proyectos a las personas de la comunidad se las considera coprotagonistas
(junto a los estudiantes) logrando así un cambio de paradigma en el modo de ver al otro.
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Es importante entonces identificar a qué sector de la población va dirigida la acción,
estableciendo quiénes serán los y las destinatarios/as inmediatos/as, (los directamente
favorecidos por la concreción de los objetivos y metas del proyecto), y quiénes serán los
beneficiarios finales o indirectos, es decir, aquellos a quienes favorecerán los impactos del
proyecto.
Para el buen diseño de un proyecto es necesario identificar con precisión los y las
destinatarios/as, especificar el número de participantes y sus características (edades,
ocupaciones, situación social, laboral, económica, etc.) así como también los criterios de
inclusión y exclusión en las diferentes actividades que se realizarán en el proyecto. El uso de
términos generales y vagos como, por ejemplo, “grupos carenciales”, “sectores
desfavorecidos”, etc., no ayuda al diseño del proyecto ya que son insuficientes y suelen ser
formulaciones que se hacen a nivel político.
5- Actividades
La ejecución de cualquier proyecto presupone la realización secuencial e integrada de una
serie de actividades e implica llevar a cabo un conjunto de tareas concretas para cumplir los
objetivos propuestos. Por lo tanto, habrá que planificar tareas tendientes a cumplir tanto los
objetivos de servicio como los pedagógicos. Esto significa, que en el diseño del proyecto se
tiene que explicitar de manera concreta y precisa, cuáles son las actividades que hay que
ejecutar para alcanzar las metas y objetivos propuestos. Cabe destacar, que no se trata de
un simple listado de actividades y tareas, sino que es necesario establecer una
temporalización de las actividades que permita fijar la dinámica del proyecto.
Finalmente, en el diseño de las actividades hay que tener en cuenta los siguientes aspectos:
- especificar, ordenar y sincronizar las actividades a realizar,
- distribuir el tiempo,
- establecer los recursos necesarios,
- precisar quienes será los responsables de cada actividad.
Las actividades deben estar apuntadas a brindar un servicio solidario, a trabajar contenidos
curriculares, a evaluar, a reflexionar y finalmente a comunicar y difundir los resultados
obtenidos de la ejecución del proyecto
6- Metodología
Es la forma de participación de las personas junto con los métodos y las técnicas que se van
a utilizar en el diseño y la ejecución del proyecto.
En los proyectos de aprendizaje servicio la metodología a utilizar se define como
participativa, activa, didáctica, de diálogo, flexible, orientada a las personas y a los grupos, a
sus intereses y a la mejora de su realidad.
En otras palabras, que potencie en todo momento la participación en las actividades que se
propongan (Participativa), que se base en la observación personal y en la propia experiencia
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(Activa), además debe tener en cuenta las necesidades, inquietudes y vivencias de las
personas de la comunidad.
Asimismo, el modo en que se lleve a cabo la ejecución del proyecto debe permitir la
realización de ajustes en cada momento de manera que permita corregir el rumbo que va
tomando su desarrollo.
Otro pilar fundamental de la metodología de este tipo de proyectos es la reflexión
permanente y constante de las prácticas que se están realizando. Al utilizar la reflexión y el
análisis como elementos fortalecedores del conocimiento y la crítica constructiva se logra
una alta calidad en los proyectos de aprendizaje servicio.
Por último, esta metodología debe basarse en la creatividad lo que potenciará a las personas
y al grupo en su conjunto, al buscar diferentes alternativas a los problemas que se susciten y
solidaria, es decir alcanzar una mirada que supere al individualismo.
9 Recursos
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Todo proyecto requiere para su realización una serie de recursos para obtener resultados y
lograr los objetivos previamente fijados. Cuando se elabora un proyecto suelen distinguirse
tres tipos de recursos: humanos, materiales y financieros.
Puede ser útil rellenar un cuadro a fin de disponer de un listado más o menos completo de
los recursos que se requieren para cada una de las actividades. De este modo, se asegura
una mayor precisión y adaptación de los recursos, a las acciones que conlleva la ejecución
del proyecto.
Tipos de recursos
Humanos: para ejecutar cualquier tipo de proyecto hay que disponer de personas adecuadas
y capacitadas para realizar las tareas previstas. Esto supone especificar la cantidad de
personal, las cualificaciones requeridas y las funciones a realizar, indicando quién es
responsable de qué y cómo está distribuido el trabajo.
En este punto hay que tener presente en primer lugar a los estudiantes involucrados en el
proyecto. Luego a los miembros de la comunidad que oficiarán de nexo entre los
responsables del proyecto y la comunidad. Finalmente, debe conformarse el equipo de
trabajo docente.
Materiales: dentro de este recurso se incluye desde los materiales de papelería o de oficina,
materiales didácticos (folletos didácticos o de difusión), instrumentos (determinados test o
cuestionario de evaluación de las capacidades de los sujetos, historia social o clínica de los
sujetos, etc.), equipos (calculadora, computadoras para registrar los datos, etc.), hasta
instalaciones o infraestructura física necesaria para llevar a cabo el proyecto (por ejemplo
local con determinadas características, muebles de oficina, etc.).
Financieros: en este tipo de recurso se realiza una estimación de las diferentes fuentes de
financiamiento con que se podrá contar, tanto propios como externos a la institución
(presupuesto ordinario, subvenciones, pago del servicio por los usuarios, ingresos o
beneficios, créditos, etc.). Es imprescindible realizar un registro ordenado y detallado de los
gastos y de los ingresos.
Para que un proyecto sea viable es indispensable lograr una coherencia entre la
problemática a abordar, los objetivos propuestos y los recursos disponibles.
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Debido a la gran interdependencia entre presupuesto y actividades, como se mencionó
anteriormente, es de vital importancia confeccionarlo adecuadamente para lograr
coherencia y viabilidad del proyecto.
- Gastos de funcionamiento: seguros, gastos de oficina (papelería, teléfono, etc.), agua, gas,
electricidad, limpieza, impuestos, adquisición de libros, revistas, etc.
- Imprevistos: en todo proyecto hay que prever una cierta cantidad de dinero para gastos
imprevistos. Esta suma se suele calcular sobre la base del 5% del total del presupuesto de
gastos.
- Viáticos: incluye los gastos por desplazamiento del personal (transporte, alojamiento y
alimentación), necesarios para realizar actividades fuera del lugar habitual de residencia.
- Costo de personal: se calcula sobre la base del número de personas que participan, en
forma remunerada o no, en la realización del proyecto, especificando su cualificación y la
dedicación que se requiere en cada caso. Cabe destacar que las personas que intervienen en
el proyecto no cobran por participar del mismo. Sin embargo, se puede llegar a contratar a
alguien externo para que realice un asesoramiento o de una conferencia.
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- en qué momentos y quiénes participarán en las diferentes evaluaciones (actores,
estructuras, personas).
Determinar estos elementos de evaluación al diseñar el proyecto es de gran importancia, ya
que ello permitirá orientarlo con mayor precisión hacia el logro de los objetivos desde el
inicio. Por el contrario, cuando se determinan criterios, indicadores e instrumentos de
evaluación después de que el proyecto está en marcha (muchas veces cuando se llega al
momento de la evaluación), impide o dificulta alcanzar lo que el equipo de trabajo se había
planteado como necesario o deseable.
Para realizar las evaluaciones nos vamos a valer de los indicadores que son los instrumentos
que permiten comprobar empíricamente y con cierta objetividad la progresión hacia los
objetivos propuestos. Si carecemos de ellos, toda evaluación seria que nos propongamos
será casi inútil, o poco viable. De acuerdo a lo que se trabajó en la primera clase de la
asignatura, se puede decir que los indicadores son “las medidas específicas y objetivamente
verificables de los cambios o resultados de una actividad”. En este sentido, nos sirven de
patrón para medir, evaluar o mostrar el progreso de una actividad, respecto a las metas
establecidas y al logro de los objetivos.
Asimismo, como los indicadores representan características, propiedades o situaciones que
se pueden observar y medir durante el desarrollo de un proyecto, permiten evidenciar las
transformaciones o cambios que puedan haberse producido intencionadamente a partir de
la implementación del proyecto para avanzar hacia sus objetivos, de esta manera, permiten
conocer y medir los cambios, tanto de las personas como del medio, atribuibles a la
intervención realizada.
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Por ejemplo, si un objetivo del programa es el de “capacitar en técnicas que permitan
ahorrar recursos a las familias”, deberán determinarse indicadores que permitan conocer
cambios relacionados con:
- Número y características de las personas capacitadas.
- Nuevas técnicas en que fueron capacitados los beneficiarios del programa (¿Cuáles y
cuántas? ¿Con qué profundidad? ¿Durante cuánto tiempo? ¿Por cuántas sesiones?).
- Recursos que han podido ahorrar las familias con el conocimiento y manejo de estas
nuevas técnicas (alimentarios, energéticos, financieros u otros).
Existen diferentes instrumentos para calcular los indicadores. En este sentido, los
instrumentos que mejor sirven para hacer una evaluación de carácter cuantitativo son las
estadísticas y los registros que permiten expresar en números los datos que se desea
obtener (productos, recursos, actividades u otros). Por su parte, los instrumentos que se
usan para evaluaciones de carácter cualitativo deben facilitar la reflexión y expresión de los
participantes en relación a los temas que se evalúan, como la observación, apreciación y
análisis de los procesos en su totalidad. Algunos ejemplos de instrumentos apropiados para
este fin pueden ser entrevistas, trabajo con grupos focales y dinámicas de discusión grupal
entre otros.
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respecto al promedio de la comunidad, en respuesta a la pregunta “¿Cómo clasificaría las
condiciones económicas de su familia en comparación con otras en su pueblo?”), y
presentadas en forma numérica, señalando por ejemplo que el 40% de una comunidad
considera bajo su nivel de bienestar. Diferencias entre los indicadores cuantitativos y
cualitativos se encuentran también en la selección de las unidades de observación y en los
métodos de recolección de los datos.
Indicadores absolutos y relativos Los indicadores pueden ser expresados en los términos
absolutos en que se realiza la medición (por ejemplo, población total), o derivados mediante
un proceso de cálculo que relacione dicha medición con otras magnitudes (por ejemplo, tasa
de crecimiento de la población). La expresión de los indicadores en términos relativos facilita
la comparación entre países. Los indicadores en números absolutos pueden ser utilizados
para construir indicadores específicos aplicables a distintas áreas de interés. Por ejemplo, la
población total de un país por sexo y grupos de edad se utiliza como denominador para el
cálculo de toda una serie de indicadores de educación.
Indicadores de eficacia y eficiencia Los indicadores de eficacia miden el grado en que una
política o programa social es capaz de alcanzar las metas y objetivos definidos, en el tiempo
previsto y con la calidad esperada, pero sin tener en cuenta los costos. La eficacia de un
sistema educativo podrá entonces ser juzgada a través de indicadores como las tasas de
matriculación y de repetición, que miden el cumplimiento de metas básicas del proceso
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educativo como la progresión de los estudiantes en el mismo proceso. Los indicadores de
eficiencia, a su vez, miden la relación entre productos obtenidos y costos.
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Preguntas orientadoras
1.Mencione y explique tres diferencias entre plan y proyecto.
2.¿Cuáles son los aspectos básicos que deben tenerse en cuenta en el momento de diseñar
un proyecto?
3.Teniendo presente la definición de aprendizaje servicio (o PSE), mencione tres
apartados que están en un proyecto y que se relacionan de manera directa con este
concepto
4.Mencione y describa los procesos transversales que deben estar presente en todo
proyecto de ASS.
5.¿Qué tipo de indicadores se utilizan en los proyectos de ASS? Descríbalos brevemente.
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