Manual Escritos Penales.
Manual Escritos Penales.
Manual Escritos Penales.
200
COLECCION Ediciones
Judiciales
MANUAL
PRACTICO
ESCRITOS
PENALES 2
1-ACEPTACION DE CARGO DE DEFENSOR. 2-ACOMPAÑA PRUEBA. 3-ACTA DE DECLARACION
DEL
1
Solicita suspensión del proceso por incapacidad sobreviniente- 48-Solicita Sustitución de
Caución Real por Personal-
MANUAL PRACTICO
ESCRITOS PENALES 2
Torquatto Mitre, abogado inscripta en el T. X, f. 10, C.U.I.T. Nº 10000000-3, I.V.A. Resp. Inscripto Leg.
Previsional Nº 1000000 C.A.B.B., constituyendo domicilio procesal en la calle 20 de octubre 240 de Bahía Blanca, me presento
ante V.S. y respetuosamente y digo:
Que habiéndome propuesto para su asistencia Don Mario Errtu, DNI 27.800.800, con domicilio real en calle Golem
nro. 43 de la ciudad de Bahía Blanca, impputado en la causa Nº 14.765, I.P.P. Nº 132.876, de la U.F.I Nº 18 Departamental,
manifiesto aceptar el cargo de abogado defensor del antes mencionado, en el expediente de marras, jurando desempeñarlo legal
y fielmente, constituyendo domicilio en el mencionado en el acápite de inicio.
PROVEER DE CONFORMIDAD,
SERÁ JUSTICIA.-
ACOMPAÑA PRUEBA
Torquatto Mitre, abogado inscripta en el T. X, f. 10, C.U.I.T. Nº 10000000-3, I.V.A. Resp. Inscripto Leg. Previsional Nº 1000000
C.A.B.B., constituyendo domicilio procesal en la calle 20 de octubre 240 de Bahía Blanca, en representación de Roberto Flores,
en la Causa nro. 500, Orden Interno N° 600, caratulada: “Flores, Roberto y otros, por robo”, a V.V.S.S. me presento y
respetuosamente digo:
Que en virtud de haber sido ofrecidas y admitidas como prueba en los autos en que me dirijo remito en este acto las causas
contravencionales nro. 300/00 caratulada “Flores, Roberto s/Infracción al art. 70 ley 8.031” y nro, 297/99 caratulada: “Flores,
Roberto s/Infracción art. 72 de la ley 8.031”, del Juzgado de Paz Letrado de Punta Alta.
(Los Nombres y Apellidos que se muestran en los escritos son ficticios, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia).
IPP Nº 300.000
///la ciudad de Bahía Blanca, en el 31 día del mes de diciembre de dos mil ocho, siendo las 12.30 horas, comparece ante el Sr.
Agente Fiscal y Secretario autorizante una persona previamente citada, a quien se le hace saber que habrá de
recibírsele declaración en los términos del art. 308 del CPP. Seguidamente se hacen saber a la compareciente
los derechos y garantías que le acuerda la normativa procesal, a saber: que podrá designar para su defensa a abogados
particulares de entre los letrados de la matrícula o al defensor oficial; que de no hacerlo se designará de oficio al defensor
oficial; que su letrado podrá entrevistarse previamente con la compareciente y asistir al acto de su declaración; que en caso de
solicitarlo motivadamente, podrá requerir la presencia del Sr. Juez a cargo del Juzgado de Garantías Nº 10 interviniente en la
causa; que ningún interrogatorio podrá ser tomado en consideración cuando su abogado defensor no haya podido asesorarle
sobre si le conviene o no declarar o advertirle sobre el significado incriminatorio de sus manifestaciones; y demás prescripciones
2
contenidas en los arts. 60, 89, 90, 92, 272, 308 y 309 del CPP.---
No habiéndose opuesto a la realización del acto, manifiesta que ratifica la designación como defensor del Dr. Torquatto
Mitre, a quien se ha tenido por designado (fs. 100), el que se halla presente en el acto. Se deja constancia que el
compareciente se entrevista con el Dr. Mitre y que manifiesta que desea que este presencie el acto, así como que no requiere la
presencia del Sr. Juez de Garantías.-------------------------------------------------------
Seguidamente se lo invita a aportar sus datos personales. -art. 311 CPP-, refiriendo llamarse Roberto Chenda, DNI
33.000.000, que dicta, argentino, casado, comerciante, nacido el 10 de mayo de 1945, Capital Federal, que sabe leer y escribir,
hijo de Indra Chenda y de Indira Hamas, domiciliado en calle Lammenais 56 de este medio.-----------------------------------------
-------------------
Que constituye domicilio en calle Ipaguirre 300 de esta ciudad.---------------------------------------------------------------------
Preguntado para que diga si ha sido procesado y, en su caso, por qué causa, por qué tribunal, qué sentencia recayó y si ella fue
cumplida, respondió que: No. -----------------------------------------
Acto seguido, se hace saber el hecho que se le atribuye: Haber sustituido en el cuerpo de la copia que obraba en su poder del
Convenio de Prórroga Contrato de Locación firmado entre Mauro García y Roberto Chenda, firmado con fecha 10 de julio de
2004 con referencia al contrato de locación que se firmara con fecha 1° de octubre de 2002 sobre el inmueble sito en calle
Gustav Meinryk 240 de Bahía Blanca propiedad de la locadora, la leyenda “2004” por “2006”, insertando una enmienda
aclaratoria manuscrita que reza: “primero de octubre del año 2006”, variando de esta forma su tenor, mediante un “hacer
parcial” lo que importó una creación que se vino a sumar al texto preexistente, cambiando su sentido en virtud del agregado y
ocasionando un perjuicio de la disponibilidad del bien jurídico sito en calle Gustav Meinryk 240 para su titular Mauro García
hecho ocurrido con posterioridad al día 10 de enero de 2004. Asimismo, se le hacen saber las pruebas existentes en autos: acta
denuncia (fs. 5/8), documental (fs. 9/25), actuación notarial de fs. 36/38, declaración testimonial de Bram Stoker (fs. 43),
Víctor Hugo (fs. 53/54), copias certificadas del expte. 60.000, caratulado: “Mauro García c/ Roberto Chenda s/ desalojo” del
registro del Juzgado en lo Civil y Comercial de Primera Instancia nro. 20 Departamental que corre por cuerda.-------------
Se le hace saber que puede abstenerse de declarar sin que su silencio implique presunción de culpabilidad, y se lo invita a
manifestar cuanto tenga por conveniente en su descargo o aclaración de los hechos y a indicar las pruebas que estime
oportunas, refiriendo: Que no va a prestar declaración. Que no tiene más para agregar. En este estado se le hace conocer al
imputado las disposiciones legales sobre la excarcelación y su trámite -art. 314 del CPP-, a cuyos efectos se califican "prima
facie" los hechos endilgados como constitutivos de los delitos de adulteración de documento privado -art. 292, 1° párr., 1° parte
del Código Penal-. Con lo que no siendo para más se da por terminado el acto, previa íntegra lectura en alta voz de la presente,
ratificando y firmando el compareciente y el Dr. Torquatto Mitre, después del Sr. Agente Fiscal y por ante mí que DOY FE.
3
ACTA DE RECONOCIMIENTO EN RUEDA DE PERSONAS.
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(Los Nombres y Apellidos que se muestran en los escritos son ficticios, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia)
I.-
II.-
III.-
IV.-
Que tanto el
imputado Eugenio Takhisis como el Sr. Defensor, Dr. Torquatto Mitre, prestan conformidad a la calificación del hecho atribuido y
al pedido de pena y unificación de sentencias.-
5
V.-
(Los Nombres y Apellidos que se muestran en los escritos son ficticios, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia).
I.P.P. 300.000
Atento al estado de autos, y habiendo culminado -a esta etapa- las medidas de investigación; toda vez que se
cuenta con elementos de convicción suficientes para el ejercicio de la acción penal, formúlese requisitoria de citación a juicio de
conformidad con lo normado por los arts. 334 y 335 del C.P.P. respecto del imputado Roberto Chenda en orden al delito de
adulteración de documento privado.
De conformidad con lo dispuesto por los arts. 83 inc. 3º y 36 de la Ley 12.061, notifíquese a las víctimas de autos la presente
resolución.
(Los Nombres y Apellidos que se muestran en los escritos son ficticios, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia).
DENUNCIA PENAL
Juan Pérez, por propio derecho, de nacionalidad argentino, de 42 años de edad, DNI 32.000.000, soltero, de
profesión comerciante, domiciliado en la calle Lammenais 56 de la ciudad de Bahía Blanca, Provincia de Buenos Aires,
constituyendo domicilio procesal en calle Fausto 456, de la localidad de Bahía Blanca, patrocinado por Carlos Voi, abogado
inscripta en el T. X, f. 10, C.U.I.T. Nº 10000000-3, I.V.A. Resp. Inscripto Leg. Previsional Nº 1000000 C.A.B.B., constituyendo
domicilio procesal en la calle Fausto 456 al Sr. Agente Fiscal respetuosamente me presento y digo:
I.- OBJETO.
Que vengo por medio del presente a impetrar formal denuncia por delito de acción pública (art. 71 C.P.)
II.- HECHOS.
Transcurriendo el día 12 de abril del año 2000, siendo aproximadamente las 13.00 hs., en momentos de
hallarme almorzando en un restaurante sito en la intersección de las calles Purt y Cort de Punta Alta, junto a Don Carlos Fourier,
en una mesa cercana al acceso al local de mención, es que se produce el ingreso súbito de una persona de sexo masculino, de
aproximadamente 25 años de edad, de 1,70 m. de altura, cabello oscuro, el que vestía ropa deportiva, recuerdo que de color
azul
El citado, al pasar al lado de la mesa donde me hallaba, tomó un portafolios de mi propiedad colocado en una silla de junto y
egresó a la veloz carrera del local tomando dirección hacia la calle Purt.
El restaurante donde me encontraba se denomina ‘L&M’, encontrándose también presente Jorge Rodríguez quien trabaja de
mozo y Julián González que es el dueño de dicho establecimiento.
Hago mención que en caso de volver a ver a la persona que sustrajo mis pertenencias podría reconocerla, así como también
estoy en condiciones de efectuar un dictado de rostro (identikit).
Dentro del portafolios tenía un teléfono celular número de abonado (0291) 154-000000 de la empresa Movistar, una tarjeta
de crédito V.I.S.A. nro. 123456789012 y un talonario de formulario de cheques correspondiente a la cuenta corriente Nº 44.444
del Banco Santander sucursal calle 125.
Solicito consecuentemente que sin perjuicio de la investigación se comunique a las mencionadas empresas a los fines de
tomar conocimiento del hecho denunciado.-
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III.- SOLICITA PRUEBA
1. Solicito exhibición de álbumes de fotos de la oficina de seguridad departamental a los fines de redireccionar liminarmente la
investigación.
2. Solicito se cite a prestar declaración testimonial a Jorge Rodríguez, Julián González y a Carlos Fourier para que den cuenta del
hecho de mención.
3. Solicito se libre oficio a la empresa VISA a fin que informe si se han producido movimientos a partir del 12 de abril del año
2000, a las 13.00 hs. de la tarjeta V.I.S.A. nro. 123456789012.
4. Solicito se libre oficio al Banco Santander a fin que informe si se han presentado al cobro cartulares referentes a la cuenta
corriente Nº 44.444, chequera nro. 222333 que fuera sustraída en el evento que nos ocupa, señalando datos de identificación
del presentante según el caso.
1. Copia certificada de la documentación referente a la adquisición y adjudicación de la línea relativa al número de abonado
(0291) 154-000000 de la empresa Movistar.
2. Copia certificada de la apertura de cuenta y titularidad de la cuenta corriente Nº 44.444, chequera nro. 222333.
V.- PETITORIO:
PROVEER DE CONFORMIDAD,
SERÁ JUSTICIA.-
Excusación en la I.P.P
IPP n° 100.000.
Por recibida, en atención a lo que surge de la denuncia penal y actuaciones que anteceden, siendo que para con el
Dr. Frank Herbert, Agente Fiscal a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción y de Juicio nro. 20 Departamental, nos une un
vínculo y trato cercano tal que podría afectar nuestra independencia e imparcialidad en los términos del art. 47 incs. 10 y 13 del
rito provincial, es que RESUELVO: Excusarme para entender en las presentes actuaciones, y de conformidad con lo establecido
en los arts. 55 y 47 antes citado del CPP, remítanse las presentes actuaciones a la Sra. Juez de Garantías interviniente a fin que
la misma acepte la excusación planteada, sirviendo la presente de atenta nota de envío.
(Los Nombres y Apellidos que se muestran en los escritos son ficticios, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia)
Torquatto Mitre, abogado inscripta en el T. X, f. 10, C.U.I.T. Nº 10000000-3, I.V.A. Resp. Inscripto Leg. Previsional Nº 1000000
C.A.B.B., constituyendo domicilio procesal en la calle 20 de octubre 240 de Bahía Blanca, en causa nro. 480/05, orden interno
1200, caratulada “Takhisis, Eugenio por lesiones leves reiteradas”, a V.S. me presento y respetuosamente digo: Que visto el
acuerdo composicional a que las partes arribaran en el expediente (fs. 85), y siendo que el instituto de mediación penal ha
hallado un cauce para las necesidades e intereses de los involucrados en la problemática punitiva que nos ocupa es que solicito
el archivo de estas actuaciones ante la conveniencia de suspender la prosecución de la acción pública en la presente y en orden
al principio de oportunidad que rige la actividad persecutoria de esta parte (arts. 56 4° párrafo y 56 bis 2° párrafo del rito
provincial). En este sentido peticiono se le corra traslado a la vindicta pública en torno a los extremos de detalle supra.
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FORMULA DENUNCIA DE DELITO DE INSTANCIA PRIVADA.-
Juan Pérez, por propio derecho, de nacionalidad argentino, de 42 años de edad, DNI 32.000.000, soltero, de profesión
comerciante, domiciliado en la calle Lammenais 56 de la ciudad de Bahía Blanca, Provincia de Buenos Aires, constituyendo
domicilio procesal en calle Fausto 456, de la localidad de Bahía Blanca, patrocinado por Carlos Voi, abogado inscripta en el T. X,
f. 10, C.U.I.T. Nº 10000000-3, I.V.A. Resp. Inscripto Leg. Previsional Nº 1000000 C.A.B.B., constituyendo domicilio procesal en
la calle Fausto 456 al Sr. Agente Fiscal respetuosamente me presento y digo:
I.- OBJETO.
Que vengo por medio del presente a impetrar formal denuncia por delito de instancia privada (art. 71 C.P. y 7 del rito
provincial).
II.- HECHOS.
Que transcurriendo el día viernes 5 de mayo del 2008, siendo las 20:00 hs., en tanto me hallaba en el comercio donde
desarrollo mi actividad laboral cuyo nombre de fantasía es “GIBER”, sito en la calle Carruther Nº 290, de este medio, dedicado a
la venta de artículos del hogar, fui víctima de una agresión ilegítima cuyos extremos explicaré en lo que sigue.
Cinco días antes del evento cuya alusión indicara supra, Alberto Carrizo, persona esta a la que, hace aproximadamente quince
días, le vendí un televisor de 21 pulgadas marca Grundig modelo XT123, se presentó en el comercio alegando que el artefacto
en cuetión no funcionaba y que debía ser cubierto por la garantía. Luego de una revisión profunda del aparato que nos ocuppa,
el técnico electrónico de nuestra firma determinó que éste no tenía defectos de fábrica, sino que había sufrido un daño derivado
de la caída de agua en el sistema de funcionamiento y la garantía no cubría los daños provocados por culpa de los compradores.
Al serle comunicado al mentado Carrizo los resultados de la revisión técnica, principió a efectuar gritos dentro del local de venta,
estando presentes varios empleados quienes trataron de calmarlo, dándole las explicaciones correspondientes.
Sin embargo, lejos de calmarse comenzó a insultarme mediante improperios varios que, eventualmente, serán objeto de la
oportuna querella por injurias. Le solicite que se retirara del local.
No hizo caso, y continuó con su actitud prepotente. Entonces, uno de los empleados del negocio, que se encontraban en ese
momento en el local, le pidió que desistiera de su bochornosa actitud y abandonase el lugar, a lo que Carrizo respondió
insultándolo, para luego acercarse a mí y propinarme un fuerte golpe de puño en el rostro.
El golpe recibido me dejó una importante contusión en el lado derecho de mi rostro, habiendo sido atendido para su revisión en
el Hospital Municipal local por el Dr. Ferroso en el mismo día.
III.- DERECHO.
Salvo mejor criterio de V.S., evalúo que el marco fáctico de mención se halla tipificado a la luz de lo normado por el art. 89 del
C.P., configurando el delito de lesiones leves.
En cumplimiento de lo normado por el art. 72 del digesto punitivo sustancial solicito se tenga por instada la acción penal dando
debido cauce a la investigación del ilícito aludido.
V.- PRUEBA.
1) BALBI, Fabián, empleado de la casa de electrodomésticos, DNI 27.000.000, con domicilio real en calle Hueru 3450, de la
ciudad de Bahía Blanca.
2) LOPEZ, Paola, cliente que se hallaba en el local en el momento de los hechos narrados, DNI 34.000.000, con domicilio real en
la calle Buescas 132, de la ciudad de Bahía Blanca.
3) Dr. Ferroso, Mauro; médico del Hospital Municipal quien me atendiera con motivo de las lesiones sufridas.
Certificado médico extendido por el Dr. Mauro Ferroso, que señala el carácter y entidad de las lesiones sufridas.
VI.- PETITORIO
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1- Se tenga por interpuesta formal denuncia instando la acción penal.
2- Se tenga por presentada la documentación acompañada.
3- Se arbitren los medios necesarios para la sustanciación de la presente denuncia.
PROVEER DE CONFORMIDAD,
SERÁ JUSTICIA.-
Daniel Quiroga, por propio derecho, de nacionalidad argentino, de 33 años de edad, DNI 26.000.000, soltero, de profesión
comerciante, domiciliado en la calle Av. Juncal 1278 de la ciudad de Bahía Blanca, Provincia de Buenos Aires, constituyendo
domicilio procesal en calle 19 de Mayo 531 de la misma ciudad, conjuntamente con mi abogada patrocinante Dra. María
Evangelina Coppolillo, inscripta en el T. VI, f. 204, C.U.I.T. Nº 27-27235453-6, I.V.A. Resp. Inscripto Leg. Previsional Nº
790415-2 C.A.B.B., al Sr. Agente Fiscal respetuosamente me presento y digo:
I.- OBJETO.
Que vengo por medio del presente a impetrar formal denuncia por delito de instancia privada (art. 72 C.P. y 89 C.P.).
II.- HECHOS.
Que transcurriendo el día lunes 18 de abril de 2011, siendo las 19.30 hs y encontrándome dispuesto a abandonar mi puesto
de trabajo como auxiliar administrativo en las oficinas comerciales de la empresa Zarate 349 de la ciudad de Bahía Blanca, entra
en mi oficina el Sr. Juan Ernesto Arriaga, DNI 10.690.555, domiciliado en calle Alvarado 33 de la ciudad de Bahia Blanca, quien
también desempeña tareas de administrativas y me acusa de ser responsable de no haber podido él ascender a Oficial Jefe,
jerarquía que adquiero desde el mes próximo. Si bien no manteníamos una relación de amistad, tampoco se trataba de un
vínculo que hiciera de prever algún tipo de comportamiento como el que a continuación describo.
Ante la sorpresa de su directa imputación hacia mí, me sonrío y pregunto si se trata de una broma o si realmente el estaba
convencido de sus dichos, a lo cual responde con una agresión verbal de modo prepotente y empleando insultos notándose su
tono de vos y movimientos muy diferentes a como los solía percibir diariamente, entendiendo entonces en ese momento que el
Sr. Juan Ernesto Arriaga no se encontraba en un estado de lucidez como para mantener sus dichos que con el correr de la
conversación iba cambiando sin mantener coherencia entre los mismos, pero en todo momento manteniendo el tono prepotente
hacia mi persona.
Mi respuesta en ese estado de cosas fue evasiva, no dándole importancia entendiendo que de seguir sus incitaciones el
resultado del altercado sería peor, mientras la Sra. Ada Espinosa DNI 8.900.400, empleada también de la empresa que se
escuchaba desde la oficina contigua, ingresaba a la que nos encontrábamos el Sr. Ferreira y yo proponiendo terminar la
conversación tratando de calmarlo. Sin embargo esto no hizo más que alterar más aún al Sr. Ferreira quien mientras seguía
insultando se me acerca y me empuja hacia uno de los escritorios a lo que yo respondo empujándolo también apartándolo de mi
persona e inmediatamente recibo de su parte un golpe de puño que me deja tendido entre un fichero y el uno de los escritorios
a lo que, no siéndole suficiente y aprovechando mi estado de indefensión, agrega una patada en mi espalda lo que provoco la
desesperación de la Sra. Ada Espinosa quien abandona la oficina gritando y pidiendo auxilio a quien pudiera escucharla y poder
intervenir para evitar peores consecuencias. Ante esta situación, el Sr Ferreira se retira del recinto y abandona rápidamente el
lugar.
Segundos más tarde, se hacen presentes el Sr. Martín Posse y Nicolás Martínez, ambos empleados encargados de la
seguridad del lugar y que en el momento de las agresiones se encontraban próximos a las puertas de acceso a la empresa y que
junto con la Sra. Ada Espinosa llaman al servicio de emergencias VITAL, que me traslada al Hospital Interzonal José Mendieta,
donde permanezco en observación durante 24 hs.
III.- DERECHO.
Salvo mejor criterio de V.S., evalúo que el marco fáctico de mención se halla tipificado a la luz de lo normado por el art. 89 del
C.P., configurando el delito de lesiones leves.
V.- PRUEBA.
Ofrezco las siguientes pruebas:
a. TESTIMONIAL: se cite a prestar declaración a
1) Ada Espinosa DNI 8.900.400, con domicilio en calle Zapiola 321 de la ciudad de Bahía Blanca, empleada de la empresa a fin
de que preste declaración testimonial sobre lo ocurrido.
2) Martín Posse DNI 29.000.766, domicilio Griogorián 578 de la localidad de Punta Alta, empleado de seguridad y vigilancia para
dar testimonio de la escena que encuentra luego de haber tenido lugar las agresiones físicas e insultos.
3) Nicolás Martínez, DNI 16.777.999, con domicilio en calle Yrigoyen 555 de la localidad de Ingeniero White, a prestar
declaración sobre los hechos.
4) Carlos Acosta y Julia Cáceres, médico y enfermera que me asisten y trasladan en la unidad de emergencia de la empresa
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VITAL.
b. DOCUMENTAL: Se adjunta la documental que sigue:
Certificado médico extendido por la Dra. María José Villegas, Médica MN 435.677, donde se deja constancia del carácter y
entidad de las lesiones sufridas.
c. PERICIA MÉDICO-LEGAL: Se designe perito médico legista, con el objeto de realizar informe que determine el carácter médico
legal de las lesiones en cuestión.
VI.- PETITORIO
Por todo lo expuesto solicito:
1- Se tenga por interpuesta formal denuncia instando la acción penal .
2- Se tenga por presentada la documentación acompañada.
3- Se arbitren los medios necesarios para la sustanciación de la presente denuncia.
PROVEER DE CONFORMIDAD,
SERÁ JUSTICIA
Diana María Suarez, por propio derecho, de nacionalidad argentina, de 32 años de edad, DNI 27.675.111, soltera, de
profesión comerciante, domiciliado en la calle Lamadrid 34 de la ciudad de Bahía Blanca, Provincia de Buenos Aires,
constituyendo domicilio procesal en calle 19 de Mayo 531 de la misma ciudad, conjuntamente con mi abogada patrocinante,
María Evangelina Coppolillo, inscripta en el T. VI, f. 204, C.U.I.T. Nº 27-27235453-6, I.V.A. Resp. Inscripto Leg. Previsional Nº
790415-2 C.A.B.B., al Sr. Agente Fiscal respetuosamente me presento y digo:
I.- OBJETO.
Que vengo por medio del presente a impetrar formal denuncia por delito de acción pública (art. 71 C.P.)
II.- HECHOS.
Transcurriendo el día 5 de Mayo de 2011, siendo aproximadamente las 10.30 horas, me encontraba en el interior de la
sucursal número 26 del Banco Patagonia sito en calle Chiclana num 245 de la ciudad de Bahía Blanca. Esperaba ser atendido en
la mesa de informes, muy próxima a la puerta de acceso público a esa entidad Bancaria. Al ser el primer día hábil del mes en
cuestión la cantidad de personas presentes era considerable siendo aproximadamente unas 18 o 20 personas las que junto a mí
esperaban ser atendidas en el sector informes.
Cuando había sólo una persona delante y ante la proximidad temporal a ser atendida, me dispongo a buscar la
documentación necesaria para poder renovar cuenta de Plazo Fijo que generalmente cumplo en tramitar, cada 30 días, en dicha
mesa de entradas. En ese momento constato que la persona de sexo masculino que estaba detrás de mío se apresuraba en
sacar su mano del bolsillo de mi tapado e inmediatamente abandona la fila de espera empujando a los clientes, alcanzando así la
puerta de salida del Banco escapando sin dar tiempo a reacción sea de mi parte, de parte de los allí presentes o del mismo
personal de seguridad del Banco. Inmediatamente, en un intervalo de pocos segundos constato habían sido sustraídos del
bolsillo de mi campera tanto el Documento Nacional de Identidad, billetera que contenía poco dinero en efectivo
(aproximadamente unos cuarenta pesos), tarjeta de débito Visa Electrón número 2227775555 expedida por el mismo Banco,
correspondiente a caja de ahorro en pesos número 4560007999, así como también el talón que me había sido entregado por
dicha entidad a fin de poder renovar la cuenta de ahorros a Plazo Fijo con vencimiento el día en que los hechos que describo
acontecieron.
En el momento del hecho se encontraban próximos la Sra. Nélida Gómez otro cliente del Banco que se percató de la maniobra
delictiva y abandono de la fila por parte de quien estaba detrás mío aguardando; el Sr. Maximiliano Fuentes, personal de
seguridad de la empresa SEGURNET quien presta servicios de vigilancia en el Banco en cuestión y que al momento de suceder
los hechos estaba a unos cuatro metros de distancia de la puerta de acceso.
III.- DERECHO.
Salvo mejor criterio de V.S., y habida cuenta que la sustracción de los objetos mencionados se efectuó sin ejercer violencia
sobre mi persona, estimo que el marco fáctico en cuestión se halla tipificado a la luz de lo normado por el art. 162 del C.P.,
configurando el delito de hurto simple.
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3. Copia certificada de denuncia de extravío de Documento Nacional de Identidad radicada en Comisaria VIII de la Ciudad de
Bahía Blanca.
VI.- PETITORIO:
Por todo lo expuesto solicito:
1- Se tenga por interpuesta formal denuncia.
2- Se tenga por presentada la documentación acompañada.
3- Se arbitren los medios necesarios para la sustanciación de la presente denuncia.
4- Se dé inicio a la Investigación Penal Preparatoria pertinente.
PROVEER DE CONFORMIDAD,
SERÁ JUSTICIA.
Carlos Voi, abogado inscripta en el T. X, f. 10, C.U.I.T. Nº 10000000-3, I.V.A. Resp. Inscripto Leg. Previsional Nº 1000000
C.A.B.B., constituyendo domicilio procesal en la calle Moreno 345, en representación de la Sra. Natividad Frías, de nacionalidad
Argentina, de 60 años de edad, viuda, jubilada, LC 5.000.000, domiciliada en la calle Lammenais 3000 de la ciudad de Bahía
Blanca, al Sr. Agente Fiscal me presento y respetuosamente y digo:
I.- PERSONERIA.
Que vengo en nombre y representación de la señora Natividad Frías, con domicilio real en calle Lammenais 3000 de este
medio, conforme lo acredito con copia del poder general que acompaño, pasado por escritura nro. 567 otorgada por el notario
del registro Nro. 6 esc. Pedro Rabier, jurando que la copia acompañada es fiel de su original y se encuentra vigente en todas sus
partes.-
II.- OBJETO.
Que vengo por medio del presente a impetrar formal denuncia por delito de acción pública (art. 71 C.P.)
III.- HECHOS.
Transcurriendo el día 12 de abril del año 2000, siendo aproximadamente las 13.00 hs., en momentos de hallarse mi asistida
almorzando en un restaurante sito en la intersección de las calles Purt y Cort de Punta Alta, junto a Don Carlos Fourier, en una
mesa cercana al acceso al local de mención, es que se produce el ingreso súbito de una persona de sexo masculino, de
aproximadamente 25 años de edad, de 1,70 m. de altura, cabello oscuro, el que vestía ropa deportiva, recuerdo que de color
azul
El citado, al pasar al lado de la mesa donde se hallaba Natividad Frías, tomó un portafolios de su propiedad colocado en una
silla de junto y egresó a la veloz carrera del local tomando dirección hacia la calle Purt.
El restaurante donde se desarrollar el marco preexplicitado se denomina ‘L&M’, encontrándose también presente Jorge
Rodríguez quien trabaja de mozo y Julián González que es el dueño de dicho establecimiento.
Señalo que mi asistida ha destacado que en caso de volver a ver a la persona que sustrajo sus pertenencias podría
reconocerla, así como también estaría en condiciones de efectuar un dictado de rostro (identikit).
Dentro del portafolios se hallaba un teléfono celular número de abonado (0291) 154-000000 de la empresa Movistar, una
tarjeta de crédito V.I.S.A. nro. 123456789012 y un talonario de formulario de cheques correspondiente a la cuenta corriente Nº
44.444 del Banco Santander sucursal calle 125.
Solicito consecuentemente que sin perjuicio de la investigación se comunique a las mencionadas empresas a los fines de
tomar conocimiento del hecho denunciado.-
IV.- DERECHO.
Salvo mejor criterio de V.S., evalúo que el marco fáctico de mención se halla tipificado a la luz de lo normado por el art. 162 del
C.P., configurando el delito de hurto simple.
1. Solicito exhibición de álbumes de fotos de la oficina de seguridad departamental a Natividad Frías, a los fines de redireccionar
liminarmente la investigación.
2. Solicito se cite a prestar declaración testimonial a mi asistida, Jorge Rodríguez, Julián González y a Carlos Fourier para que
den cuenta del hecho de mención.
3. Solicito se libre oficio a la empresa VISA a fin que informe si se han producido movimientos a partir del 12 de abril del año
2000, a las 13.00 hs. de la tarjeta V.I.S.A. nro. 123456789012.
4. Solicito se libre oficio al Banco Santander a fin que informe si se han presentado al cobro cartulares referentes a la cuenta
corriente Nº 44.444, chequera nro. 222333 que fuera sustraída en el evento que nos ocupa, señalando datos de identificación
del presentante según el caso.
11
VI.- ACOMPAÑA DOCUMENTAL
1. Copia de poder general para litigar en juicios pasado por escritura nro. 567 otorgada por el notario del registro Nro. 6 esc.
Pedro Rabier.
2. Copia certificada de la documentación referente a la adquisición y adjudicación de la línea relativa al número de abonado
(0291) 154-000000 de la empresa Movistar.
3. Copia certificada de la apertura de cuenta y titularidad de la cuenta corriente Nº 44.444, chequera nro. 222333.
VII.- PETITORIO.
PROVEER DE CONFORMIDAD,
SERÁ JUSTICIA.-
(Los Nombres y Apellidos que se muestran en los escritos son ficticios, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia).
Torquatto Mitre, abogado inscripta en el T. X, f. 10, C.U.I.T. Nº 10000000-3, I.V.A. Resp. Inscripto Leg. Previsional Nº
1000000 C.A.B.B., constituyendo domicilio procesal en la calle 20 de octubre 240 de Bahía Blanca, en la causa caratulada
“Takhisis, Eugenio por robo doblemente calificado”, causa nro. 100/06, orden interno 1500, a V.V.S.S. me presento y
respetuosamente digo:
Que en legal tiempo y forma, vengo a formular la pertinente protesta de recurrir en casación, contra lo resuelto en el
acápite II, in fine, de la resolución de fs. 296 –arts. 338 última parte y 448.1° última parte del C.P.P.-.
(Los Nombres y Apellidos que se muestran en los escritos son ficticios, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia)
Frank Herbert, Agente Fiscal, de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nro. 20 del Departamento Judicial de
Bahía Blanca, en la Investigación Penal Preparatoria Nro. 45.000 y su agregada 45.001, a V.S. me presento y digo:
I-OBJETO.
Que en virtud de contar con elementos de convicción suficientes para el ejercicio de la acción penal, vengo por la
presente a formular requisitoria de elevación a juicio en las Investigaciones Penales Preparatorias precitadas, de conformidad
con lo normado por los arts. 334 y 335 del CPP.
12
El imputado en autos se trata de Eugenio Takhisis; DNI. Nº 27.000.000; de sobrenombre o apodo: Quino; con
domicilio en calle Siglo XXI; de estado civil: soltero; de profesión: empleado en un taller de herrería; de nacionalidad:
argentino; nacido en: Tornquist el día 17 de marzo de 1981.-
Se le atribuye al imputado haber sustraído un prismático de color negro, sin marca visible, de 16 x 50 (73
mm./100), una caja de cartuchos calibre .22 largo, una pistola automática marca Tala calibre .22 largo nro. de serie 46000, con
cargador para diez cartuchos, un cuchillo marca Solinger con cabo de alpaca de aproximadamente 20 cm de hoja y ropas varias,
del interior de la vivienda de menores dimensiones emplazada en el campo de propiedad de Odessa Primus, sito en el Cuartel IV
de la Colonia Sauce del Partido de Tornquist previo violentar el postigo y romper los vidrios de una de las ventanas de la
vivienda mencionada. El hecho acaeció con anterioridad a las 8.00 horas del día 12 de marzo del año 2002.
2-DECLARACIÓN DEL IMPUTADO EN LOS TÉRMINOS DEL ART. 308 DEL RITO PROVINCIAL:
Con fecha 11 de agosto del año 2004 se recibió declaración al encartado en los términos del art. 308, el cual ejerció
su derecho constitucional de negarse a declarar (fs. 65)
Con los elementos que obren en autos, entendemos que se halla suficientemente acreditado, con el grado de
convicción necesario a esta etapa del proceso, la existencia del delito, y la responsabilidad penal del imputado en cuestión.
Así, consta en autos la denuncia de Odessa Primus (fs. 1) quien anoticia del faltante de diversos elementos de la
casa más pequeña del campo sito en Cuartel IV ubicada en la Colonia Sauce, los cuales le fueran sustraídos por autores
ignorados previo violentar un postigo y los vidrios de una de las ventanas del local precitado, aportando en apoyo de su versión
documental (fs. 2/3) y testigos de preexistencia, siendo los mismos Eleazar Petrus (fs. 10) y Constantino Bizant (fs. 11).
El croquis ilustrativo de fs. 6 y el acta de inspección ocular de fs. 5 dan cuenta de las condiciones en que quedaran
las defensas del lugar tras la violencia que se ejerciera sobre el postigo y ventana de aquel, como asimismo anotician en torno a
la ubicación precisa del fundo como así también del desvalimiento en que se hallan los bienes en paraje tan aislado como el que
aquí se trata. El dictamen técnico (fs. 7) puntúa sobre la violencia precitada.
Es así que se presentan Hansel Grimm (fs. 24) y José Marcos (fs. 25) quienes dan cuenta de que Eugenio Takhisis,
apodado “Quino” les había vendido alguno de los elementos que resultaran faltantes en el predio de Odessa Primus, entregando
los mismos. De allí que a fs. 27 Odessa Primus reconoce los elementos entregados por los mencionados como los que le fueran
sustraídos oportunamente, asimismo Eleazar Petrus (fs. 32) y Constantino Bizant (fs. 31) informan acerca de que los elementos
detallados son los que le faltaran al denunciante de autos, reconociéndolos por sus características peculiares.
Finalmente se halla incorporado a los actuados un informe de concepto y solvencia (fs. 39) que denota la mala
reputación del encartado.
4. CALIFICACIÓN LEGAL
El hecho predescripto encuentra su enmarque típico en la figura de robo simple ( art. 164 del Código Penal) por el
que el imputado deberá responder en su carácter de autor (art. 45 del precitado cuerpo legal).
Se le atribuye al imputado haber sustraído en el interior de la vivienda sita en calle Vientos Picados nro. 793 de la
localidad de Tornquist, previo aplicar un golpe de puño en el rostro de Osia Kodiak, la suma de pesos doscientos ochenta ($
280), que el precitado tenía en el bolsillo del pantalón que vestía. El evento luctuoso acaeció el día 15 de marzo del año 2002 a
las 21.15 hs. aproximadamente.
2. DECLARACIÓN DEL IMPUTADO EN LOS TÉRMINOS DEL ART. 308 DEL RITO PROVINCIAL:
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Con fecha 11 de agosto del año 2004 se recibió declaración al encartado en los términos del art. 308, el cual ejerció
su derecho constitucional de negarse a declarar (fs.35)
3. FUNDAMENTOS DE LA ACUSACION:
Con los elementos que obran en autos, entendemos que se halla suficientemente acreditado, con el grado de
convicción necesario a esta etapa del proceso, la existencia del delito, y la responsabilidad penal del imputado en cuestión.
Así, consta en autos la denuncia efectuada por Osia Kodiak (fs. 1), quien anoticia que el día 15 de marzo del año
2002, mientras el citado se hallaba en su vivienda escuchó que golpeaban la puerta trasera del domicilio y al consultar a través
de la abertura acerca de quien se trataba recibió como respuesta “Benjamín”, al creer que se trataba del joven que habita el
mismo predio le franqueó el ingreso, el sujeto que finalmente se apersonó le aplicó al denunciante un golpe de puño en el rostro
lo que lo dejó tirado en el piso semiinconsciente, la persona que ingresara le revisó los bolsillos para finalmente sustraerle la
suma de $ 280, aporta algunos datos descriptivos en torno al sujeto agresor.
A fs. 2 vta., el informe médico que allí obra da cuenta del carácter de las lesiones sufridas por la víctima.
María José Grisli (fs. 3/ 4 y 23) quien se hallaba viviendo en el domicilio de dos amigas suyas: Yanina y Belén,
declaró que allí conoció al imputado de autos. Que como aquellas andaban necesitando dinero, Eugenio Takhisis empezó a
efectuar averiguaciones, hasta llegando a visitarlo horas antes, acerca del dinero que había cobrado Osia Kodiak, el denunciante
de autos, por un alquiler de un fundo de su propiedad. Que sabiendo que este aun tenía algo de dinero, se dirigió a su domicilio
y le sustrajo el dinero, efectuándole a la precitada Grisli un relato en un todo coincidente con el aportado por Osia Kodiak al
tiempo que le mostraba que aun tenía $ 260 de dicho evento.
A fs. 7 obra acta de inspección ocular que gráfica el ámbito de acaecimiendo del hecho, al igual que croquis
ilustrativo del lugar (fs. 8).
4. CALIFICACIÓN LEGAL
El hecho predescripto encuentra su enmarque típico en la figura de robo simple (art. 164 del digesto punitivo) por
el que el imputado deberá responder en su carácter de autor (art. 45 del precitado cuerpo legal).
Por lo tanto, y atento a la pena prevista para los sucesos atribuidos, la conducta del imputado deberá ser juzgada
por el Tribunal en lo Criminal de este Departamento Judicial de Bahía Blanca, según art. 22 del CPP.
VI. EMBARGO:
Conforme lo dispuesto en el art. 197 del CPP, solicito de V.S. se trabe embargo sobre bienes suficientes
del imputado hasta cubrir la suma que estime corresponder, a los efectos de garantizar la indemnización civil y las costas del
proceso.
VII. PETITORIO:
1-Tenga por formulada la requisitoria de elevación a juicio respecto de Eugenio Takhisis, en virtud del hecho descripto y
calificado anteriormente.
2-Cumpla con la notificación pertinente a la defensa de los imputados (art.336 del CPP).
4-Disponga oportunamente la elevación de la presente causa a juicio al Tribunal en lo Criminal que corresponda.
14
BAHIA BLANCA, DE 2006
(Los Nombres y Apellidos que se muestran en los escritos son ficticios, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia).
Torquatto Mitre, abogado inscripta en el T. X, f. 10, C.U.I.T. Nº 10000000-3, I.V.A. Resp. Inscripto Leg.
Previsional Nº 1000000 C.A.B.B., constituyendo domicilio procesal en la calle 20 de octubre 240 de Bahía Blanca, en
representación de Jorge González, en la I.P.P. 300.000, caratulada: “Jorge González por adulteración de la numeración de un
objeto registrable”, a V.V.S.S. me presento y respetuosamente digo:
Que vengo haciendo saber que en la causa n° 530/02 y agregada, del registro del Tribunal en lo
Criminal N° 12 Departamental seguidas contra Eugenio Takhisis, en las que interviene el suscripto, se ha fijado audiencia de
debate para los días 24 y 25 de febrero de 2005 a las 9,30 horas.
Ello, así, y en virtud de la superposición de audiencias, toda vez que en la presente causa se han fijado
los días 23 y 24 de febrero del mismo año para la realización del debate, es que vengo solicitando se fije nueva fecha de
audiencia de juicio.
A todo evento, a los efectos de la petición que formulo, solicito se certifiquen ante el Tribunal Criminal
N° 12 las constancias existentes en tales actuaciones. En caso de que V.V.S.S entiendan que se hubiera incurrido en algún error
al reservarse la fecha que nos ocupa, solicito se oficie a la sede correspondiente haciéndose saber la superposición en cuestión.
SOLICITA:
Frank Herbert, Agente Fiscal a cargo de la Fiscalía de Juicio nro. 20 de este Departamento Judicial, en la causa
caratulada “Takhisis, Eugenio por lesiones leves agravadas, amenazas y daños”, causa nro. 273/03, orden interno 591, a V.S.
me presento y respetuosamente digo:
Que a los efectos de cumplimentar los extremos prescriptos por V.S. a fs. 218, vengo a solicitar la certificación por
parte del Actuario de las fotocopias de las piezas procesales que lucen a fs. 132/142, 173/175, 181, 195, 203 y 217/218; las
cuales se adjuntan a la presente.
(Los Nombres y Apellidos que se muestran en los escritos son ficticios, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia).
María Evangelina Coppolillo, abogada defensora de Juan Fernández, inscripta en la matrícula al T. III F. 209 del CABB, CUIT:
27-435987-6, Responsable Inscripto, con domicilio constituido en 19 de Mayo 531 de la ciudad de Bahía Blanca, en la causa N°
15
22.555, a V.S. me presento y respetuosamente digo:
I. OBJETO:
Que vengo a interponer habeas corpus correctivo a favor de mi asistido, alojado en la Unidad Penitenciaria n° 34 debido a la
agravación de las condiciones de detención que viene sufriendo.
II. HECHOS:
Tal como surge del acta que se adjunta, el Sr. Fernández ha sufrido agresiones dentro de la Unidad Penitenciaria en donde se
encuentra internado.
Según surge del acta que acompaño, mi pupilo ha sido víctima de golpes por parte de agentes del Servicio Penitenciario, con
motivo de una simple discusión originada por el turno para efectuar comunicaciones telefónicas.
En virtud de lo antes expuesto es que se solicita el traslado a la Unidad Penitenciaria n° 4 de nuestra ciudad, o algún Hospital
Nauropsiquiátrico de la zona, ya que además de las agresiones físicas y maltratos recibidos, el mismo hecho de la internación en
la unidad n° 34 está afectando seriamente los vínculos familiares del encausado.
III. PRUEBA.
1) DOCUMENTAL: Se adjunta al presente copia del acta labrada por el Jefe de Despacho de la Procuración General de la
S.C.J.B.A.
2) INFORMATIVA: En virtud del Art. 413 del C.P.P.B.A., solicito se ordene a la Unidad Penitenciaria n° 34 de Melchor Romero
que informe lo siguiente:
- Estado de Salud actual del interno.
- Tratamiento Médico que haya recibido durante su estadía.
- Tratamiento Psiquiátrico que se le viene aplicando al interno.
- Qué medicación recibe el Sr. Fernández y en qué dosis se la suministra.
- El registro de las visitas recibidas por el encausado, detallando nombre de los visitantes y las fechas en que tuvieron lugar las
mismas.
- Número del Pabellón en el cual se encuentra alojado y características de la población que allí reside.
- Si existe escuela secundaria dentro del establecimiento carcelario.
IV. DERECHO.
Respecto de las agresiones físicas recibidas por el Sr. Fernández y de los maltratos perpetrados por el personal del Servicio
Penitenciario se encuentra violación a los arts. 18 de la C.N.; 3 y 5 de la D.U.D.H.; I de la D.A.D.D.H.; 6 y 7 del P.I.D.C.P.; 4 y 5
de la C.A.D.H. Además existe violación al principio n° I de los Principios y Buenas Prácticas sobre la Protección de las Personas
Privadas de la Libertad en las Américas; al principio n° 1 de los Principios Básicos para el Tratamiento de los Reclusos (O.N.U.);
principios 1,6 y 7 del Conjunto de Principios para la protección de todas las personas sometidas a cualquier forma de detención o
prisión y, principios 1 y 8 de los Principios para la protección de los enfermos mentales y el mejoramiento de la atención de la
salud mental (O.N.U).
En cuanto a la imposibilidad de mantener contacto con su familia, implica una falta de cumplimiento al art. 16.3 de la
D.U.D.H.; art. 6 de la D.A.D.H.; art.23 del P.I.D.C.P.; art. 10 del Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales
Culturales; art.15 del Protocolo de San Salvador; Regla 37 de las Reglas Mínimas para el tratamiento de Reclusos (O.N.U.); y
principio n° XVII de los Pricipios y Buenas Prácticas sobre la Protección de las Personas Privadas de la Libertad en las Américas.
PROVEER DE CONFORMIDAD
SERA JUSTICIA
María Evangelina Coppolillo, abogada defensora de Guillermo Ramírez, inscripta en la matrícula al T. III F. 209 del CABB,
CUIT: 27-435987-6, Responsable Inscripto, con domicilio constituido en 19 de Mayo 531 de la ciudad de Bahía Blanca, en la
causa N° 30.000, a V.S. me presento y respetuosamente digo:
I- OBJETO:
Que vengo a interponer a favor de mi asistido acción de habeas corpus preventivo por temor de agravamiento de las
condiciones de detención.
II- FUNDAMENTOS:
Que el día 20 de Septiembre del corriente, el interno mantuvo entrevista con quien suscribe, oportunidad en la que me
informa que el día 28 del corriente mes tendrá que ir a declarar e la I.P.P. 2055.
16
Que dicha I.P.P. es seguida contra el agente del Servicio Penitenciario Chávez, Néstor a raíz de una denuncia iniciada por el
interno César Funes.
Es importante recordar que dicha I.P.P. se originó tras las amenazas que el mencionado agente había propinado al interno
Funes por el habeas corpus n° 12.543 dictado por V.S.
Concretamente, el temor de mi asistido reside en que las autoridades de la Unidad Penitenciaria tomen represalias contra su
persona por el testimonio que debe brindar ante la Fiscalía.
Y su temor tiene sustento ya que todos los internos que presentaron el habeas corpus n°12.543, una vez dictada la
sentencia, fueron trasladados de la unidad n° 4 a otras unidades distantes de nuestra ciudad.
Guillermo Ramírez, teme por su integridad física y por ser trasladado lejos de su familia.
III. PETITORIO:
En virtud de lo expuesto, a V.S. solicito:
1) Se tenga por interpuesta la acción de habeas corpus preventivo.
2) Se ordene la permanencia de mi asistido en la Unidad Penitenciaria n° 4.
3) Se haga lugar y se disponga la orden de habeas corpus.
PROVEER DE CONFORMIDAD
SERA JUSTICIA
María Evangelina Coppolillo, Agente Fiscal a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción y de Juicio nro. 10 de Bahía Blanca,
en la causa nro. 31.433, caratulada “Molina Francisco y otros s/ comercio de estupefacientes y falsificación agravada de
documentos públicos”, a V.S. me presento y respetuosamente digo:
I) OBJETO:
Que vengo por la presente en legal tiempo y forma, y de acuerdo a lo prescripto en los Art. 188 y 439 y sig del CPPBA, a
interponer formal recurso de apelación contra el auto de fs 45/57 que decreto Eximición de Prisión a favor del Sr. Francisco
Molina.
1- De acuerdo con las calificaciones previstas para los hechos que se le imputan al Sr. Francisco Molina y con las circunstancias
que rodearon a esos sucesos, el pronóstico de pena en concreto que se calcula en caso de condena supera los límites impuestos
por la primera parte, segundo párrafo, del artículo 169 C.P.P.B.A.
En efecto, tengamos presente que F. se encuentra imputado por los delitos previstos y reprimidos en los artículos 5.° inc. “c”
en la modalidad de transporte, agravado por el art. 11 inc. “c” por la participación de tres o más personas organizadas para
cometerlo, de la ley 23.737 y arts. 864, 865 y 866 de la ley 22.415, en concurso material con los artículos 292, 293 y 296 del
C.P.
La calidad de los hechos imputados y las escalas de los tipos penales en los que ellos encuadran ya hacen presumir un elevado
pronóstico en concreto que excederá los ocho años de prisión.
2- Además, en apoyo a esa presunción legal, cabe resaltar la complejidad de las maniobras delictivas que se investigan en
estas actuaciones, las que demuestran que estamos frente a un accionar característico de las organizaciones delictivas
estructuradas con cierta permanencia y con vínculos directos, que, en este caso, se ubican en el exterior de nuestras fronteras.
Hacer lugar al beneficio solicitado podría dar lugar, pues, a que el reclamante queden en mejor posición para recibir ayuda
externa de miembros de ese circuito delictivo del que poco sabemos por el momento, sobre todo si reparamos también en las
graves irregularidades comprobadas prima facie en la causa, en relación al control migratorio ejercido por funcionarios del
Aeropuerto de Ezeiza. Esas anomalías, que suponen connivencias entre los imputados de la causa con funcionarios de ese
organismo en el ingreso y egreso ilícito de bienes y personas, bien pueden favorecer ahora la fuga del Sr. Molina de nuestro país
en el caso de concederse el pedido.
3- Por los motivos expuestos, considero improcedente acordar la eximición de prisión al Sr. Molina, a los fines de asegurar la
efectiva presencia del imputado durante el proceso, como así la adecuada acción de la justicia en el caso que nos ocupa, ya que
si bien el derecho constitucional de "permanencia en libertad durante la sustanciación del proceso penal", emanado de los arts.
14, 18 y 75 inc. 22 de la C.N., solo puede ceder en situaciones
excepcionales, es en este caso en particular que existen causas ciertas, concretas y claras, en orden a que el imputado eludirá la
acción de la justicia (art. 171 del C.P.P.B.A.).
III- PETIRORIO:
PROVEER DE CONFORMIDAD
SERA JUSTICIA
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Interpone Recurso de Apelación contra prisión preventiva
María Evangelina Coppolillo, abogada, inscripta al Tº IV Fº 180, en IPP Nº 31.122 de trámite por ante la UFI 1 a cargo del
Dr. Roberto Rodríguez, caratulada “Mariano Cabrera s/ homicidio simple” y causa 4.000 del juzgado de garantías 1
Departamental, a V.S. me presento y respetuosamente digo:
I) OBJETO:
Que vengo por la presente en legal tiempo y forma, y de acuerdo a lo prescripto en los Art. 164 y 439 y sig del CPP, a
interponer formal recurso de apelación contra el auto de fs 58/63 que decreto la Prisión Preventiva de mi defendido MARINO
CABRERA.
PROVEER DE CONFORMIDAD
SERA JUSTICIA
María Evangelina Coppolillo, abogada, inscripta en la matrícula al T: VI, F: 204 del CABB LEGAJO NRO. 790415-2, I
Brutos/CUIT 27-27235453-6, Responsable Monotributo, ratificando domicilio procesal oportunamente constituido en calle 19 de
Mayo 531 de la ciudad de Bahía Blanca, en la I.P.P. N° 532 del registro de la U.F.I. N°10 y Carpeta de Garantías N°769 del
Juzgado de Garantías n°1 que se sigue al Sr. Carlos Cáceres por el delito de violación, a V.S. me presento y respetuosamente
digo:
I- OBJETO:
18
Que vengo por el presente, en tiempo y forma, a interponer recurso de reposición con apelación en subsidio, conforme lo
normado en los .arts. 436, 437, 438, 439 y ccds. del C.P.P., contra la resolución dictada con fecha 12 de Octubre del año en
curso que resuelve cerrar la investigación preliminar de referencia, solicitando se revoque por contrario imperio el auto que lo
ordena y en caso de no hacer lugar a ello, se eleven los autos a la Excma. Cámara de Apelaciones Departamental en la forma de
estilo, todo ello de acuerdo a los siguientes fundamentos de hecho y derecho que seguidamente expongo:
II.- FUNDAMENTOS:
En cuanto a los motivos que sostienen la presente impugnación, principio por expresar que dicho decisorio priva al Sr.
Cáceres a ejercer el derecho de defensa en juicio, coartando el derecho a ser oído, toda vez que vulnera el contenido y alcance
de los arts. 16, 18 y 43 de la Constitución Nacional, y el art. 15 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires.
El derecho de defensa en juicio de la Sr. Cáceres se ve claramente vulnerado en el auto de fecha 12/10/11, cuando se
dispone el cierre de la investigación penal preparatoria, sin hacer lugar a la Pericia Psiquiátrica propuesta por esta defensa, toda
vez que se arriba a la resolución impugnada, luego de una valoración meramente objetiva tanto del hecho delictivo como de la
responsabilidad de mi defendido. Es un hecho cierto que al no observarse integralmente las pruebas solicitadas al plenario o al
dejar de practicarse en su debido momento procesal se viola el debido Proceso a favor del acusado pues con ello se estaría
restando importancia a la necesidad de proveer la prueba de descargo propuesta por esta parte, conforme lo prevé el Art. 318
C.P.P.
Como la jurisprudencia lo ha anotado, “La inimputabilidad debe probarse. Las dos fuentes generadoras de la inimputabilidad,
que son la inmadurez sicológica y el trastorno mental, no se predican, per se, de determinadas personas o grupos de personas,
ni tampoco de ciertas circunstancias psíquicas en que pueda encontrarse un individuo en un preciso momento, sino que es
necesario probar en cada caso su existencia y, además de eso, acreditar que en razón de una u otra el autor del hecho no
estuvo en condiciones, al momento de cometerlo, de comprender su ilicitud o de determinarse de acuerdo con esa comprensión,
no puede, por tanto, deducirse la inimputabilidad de la simple calidad en el sindicado de indígena o de campesino, sino que s e
impone establecer que su grado de madurez mental era tan incipiente o precario que no le permitía valorar los patrones de
conducta vigentes dentro de la sociedad cuyas leyes quebrantó y que, por lo mismo, al cometer el hecho que se le atribuyó, no
estuvo en capacidad de comprender que realizaba algo que era ilícito, ni pudo determinar su comportamiento de acuerdo con
esa comprensión’’. (CSJ, Cas. Penal, Sent. jun. 28/83).
Mi defendido actuó en un estado de incomprensión que le impedía autodeterminar su conducta para el momento de los
hechos, no pudiendo imputarle responsabilidad sobre dolo o culpa con el cual pudo haber cometido tales hechos, pues el aspecto
positivo de la culpabilidad exige claridad de conciencia y libre autodeterminación. De una parte porque si el dolo es la realización
del hecho típicamente antijurídico, querido y sabido por el agente, no puede hablarse de esta manifestación de la culpabilidad
respecto de quien no está en Condiciones de comprender o de determinarse adecuadamente, y con relación a la culpa debe
hacerse similar planteamiento porque aun cuando en el delito culposo el agente no quiere la producción del resultado dañoso,
debe conocer y querer la conducta imprudente, negligente o violatoria de normas legales o reglamentarias de la cual se deriva el
resultado.
Por ello insisto que el actuar del Sr. Cáceres, obedeció a una enfermedad patológica que le produjo el trastorno mental
transitorio tan aludido y que su actuar no fue producto de su conciencia o del querer dañar a su compañera Mirta Medina, madre
de su menor hijo; circunstancia ésta que no se pudo probar por, como se resaltara, haberse clausurado la etapa de instrucción,
sin proveer la prueba de vital importancia a los derechos del encartado ofrecida por esta parte, violando así un derecho tan
fundamental como el defenderse en juicio. .
III. PETITORIO:
PROVEER DE CONFORMIDAD
SERA JUSTICIA
Torquatto Mitre, abogado inscripta en el T. X, f. 10, C.U.I.T. Nº 10000000-3, I.V.A. Resp. Inscripto Leg. Previsional Nº
1000000 C.A.B.B., constituyendo domicilio procesal en la calle 20 de octubre 240 de Bahía Blanca, en representación de Eugenio
Takhisis, en la causa nro. 1500/05, orden interno 1400, a V. S., me presento y respetuosamente digo:
Que habiendo tomado conocimiento de los testigos ofrecidos por la Fiscalía a fs. 135 a los fines del debate oral y en
orden al principio de libertad probatoria que rige el procedimiento de la oralidad (art. 209 del rito provincial) es que no habré de
oponerme a la solicitud impetrada.
19
Bahía Blanca, 19 de abril de 2006.-
CONTESTA VISTA:
Frank Herbert, Agente Fiscal a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción y de Juicio nro. 20 de Bahía Blanca, en
causa nro. 1300/04, orden interno 1000, caratulada “Takhisis, Eugenio por lesiones culposas”, a V.S. me presento y
respetuosamente digo:
Que en atención a la petición formulada por la defensa técnica en torno a la viabilidad de instaurar en el presente el
instituto de mediación penal, estando a la aquiescencia del sujeto pasivo del evento criminoso que nos ocupa, es que en orden al
principio de oportunidad que rige la función de esta representación del Ministerio Público Fiscal (art. 56, 4° párr. del rito
provincial), vista prima facie la conveniencia de suspender la prosecución de la acción pública en el expediente de marras y
teniendo por norte la composición a que podría arribarse entre ambas partes involucradas en el conflicto es que habré de
solicitar la remisión de estos actuados a la Oficina de Mediación dependiente de la Fiscalía General Departamental, a efectos de
la verificación o consolidación de la conciliación a que se alude.-
(Los Nombres y Apellidos que se muestran en los escritos son ficticios, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia).
Torquatto Mitre, abogado inscripta en el T. X, f. 10, C.U.I.T. Nº 10000000-3, I.V.A. Resp. Inscripto Leg. Previsional Nº
1000000 C.A.B.B., con domicilio procesal en la calle 20 de octubre 240 de Bahía Blanca, en representación de Eugenio Takhisis,
en la causa nro. 500, Orden Interno N° 600, caratulada: “Takhisis, Eugenio y otros, por robo”, a V.V.S.S. me presento y
respetuosamente digo:
Que sin perjuicio de ejercer en el momento procesal oportuno la facultad que otorga el art. 366.5° del rito provincial,
vengo a todo evento, en legal tiempo y forma, a formular la pertinente protesta de recurrir en casación, contra lo resuelto a fs.
243 –arts. 338 última parte y 448.1° última parte del C.P.P.
Señor Juez:
20
Ángel Ramírez, DNI 22.345.612, argentino, con domicilio en Avenida Alem 1233, junto a mi abogado defensor Marcos Aguirre
T° XI F° 39 CPACF; constituyendo domicilio en calle Piedra Buena 233 de la ciudad de Bahía blanca, a V.S. me presento y
respetuosamente digo:
Conforme surge de la documentación que acompaño he prestado declaración indagatoria ante el Juzgado en lo Criminal y
Correccional Federal N° 1 sito en Comodoro Py 2002 C.A.B.A. en virtud de un exhorto librado por el Juzgado Federal N° 1 de
Bahía Blanca, Provincia de Buenos Aires en el expediente n° 22.453 caratulado "Ángel Ramírez s/ presunta comisión delito de
estafa"
Por la presente planteo la incompetencia territorial de dicho juzgado para entender en las referidas actuaciones por los motivos
de hecho y de derecho que a continuación expongo.
a- El artículo 37 CPPN expresa en su primera parte: "Será competente el Tribunal de la circunscripción territorial donde se ha
cometido el delito."
Toda vez que se me ha indagado por un hecho que el Instructor estima consumado, la conducta típica que se me imputa
necesariamente se habría desarrollado en la Capital Federal, hecho invocado en la propia denuncia.
b- La cuenta bancaria de la que soy titular y en la que según dichos del denunciante se ha hecho el depósito ha sido abierta en
la Capital Federal.
c- Que mi domicilio se encuentra en la Capital Federal, siendo éste el único lugar en el que puedo tener garantizado el derecho
de defensa.
d- Que no obra en autos ningún elemento que habilite la competencia del Sr. Juez de Bahía Blanca.
En virtud de lo expuesto y conforme la doctrina que dice"...La competencia territorial queda determinada por el cumplimiento
del último acto de acción u omisión típica..." (D´Albora, Francisco J. Cod. Proc. Penal de la Nación Anotado... T° 1 pág. 119,
Ed.Lexis Nexis, 2005); la Justicia Federal de la Capital Federal resulta competente para entender en la actuaciones referidas.
Teniendo en consideración lo dicho ut supra, solicito se libre oficio inhibitorio al Juzgado Federal N° 1 de Bahía Blanca, Provincia
de Buenos Aires en el expediente n° 22.453 caratulado “Ángel Ramírez s/ presunta comisión delito de robo agravado por el uso
de armas” a fin de que se inhiba de entender en esas actuaciones y las remita a V.S..
Con el presente escrito se acompañan copias simples de la declaración indagatoria prestada por quien suscribe, cuya extracción
consta en el expediente y copia del telegrama de citación a indagatoria.
IV- Petitorio
Por lo expuesto a V.S. solicito:
1- Nos tenga por presentados en el carácter invocado y por constituido el domicilio legal
2- Se declare competente (Art. 37 CPPN) y proceda de acuerdo al art. 47 CPPN
3- Se tenga presente la documentación acompañada
Proveer de conformidad,
SERA JUSTICIA
INTERPONE QUEJA
Excma. Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal:
Torquatto Mitre, abogado inscripta en el T. X, f. 10, C.U.I.T. Nº 10000000-3, I.V.A. Resp. Inscripto Leg.
Previsional Nº 1000000 C.A.B.B., con domicilio procesal en la calle 20 de octubre 240 de Bahía Blanca, en representación de
Eugenio Takhisis, en la causa nro. 500, Orden Interno N° 600, caratulada: “Takhisis, Eugenio y otros, por robo”, del registro del
Tribunal en lo Criminal nro. 11, a V.V.E.E. me presento y respetuosamente digo:
I.- Objeto:
Que habiéndome notificado del decisorio de fs. 235 de los autos citados, que en el punto Primero de su parte
dispositiva resuelve no hacer lugar a la incorporación de la prueba ofrecida por esta parte y que comprende las causa nro.
300/02, orden interno 410, caratulada “Fernández, Jorge por robo calificado por el uso de armas en calidad de instigadores”; y
testimonios de la Investigación Pena Preparatoria nro. 22.567, caratulada “Robo con armas y privación ilegal de la libertad
agravada; víctimas: Ronald Dworkin y Herbert Hart”, es que vengo a interponer recurso de queja contra dicha denegatoria, en
los términos del art. 433 del CPP (según ley 13.057).
II.- Antecedentes:
Que mediante el auto de fs. 235 –punto primero- de su parte resolutiva- el Tribunal Criminal nro. 11 decidió rechazar la
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prueba ofrecida y detallada ut supra por esta parte.
Que a su vez, esta representación del Ministerio Público, impetró recurso de apelación a fs. 240.
Que finalmente, a fs. 242, el Tribunal resolvió denegar el recurso de apelación interpuesto, determinando esto último la
presente queja.
III.- Fundamentación:
En primer lugar debe decirse que el art. 439 del CPP dispone que el recurso de apelación será procedente contra las
decisiones de la etapa de la investigación penal preparatoria y durante el trámite del proceso, que expresamente se declaren
impugnables o que causen gravamen irreparable. Claramente, la resolución que impugno corresponde al trámite del proceso, y
por lo que se dirá, causa gravamen irreparable a esta parte.
Así lo ha entendido el Tribunal de Casación de la Provincia de Buenos Aires, al señalar que: “El recurso de apelación es un medio
de apelación ordinario deducible más allá de la etapa preparatoria a los supuestos expresamente previstos, extendiéndose a las
cuestiones que ocasionen gravamen irreparable suscitadas antes del dictado de la sentencia definitiva” (Sala I, sentencia del
5/07/00 en causa n° 787 “Recurso del fiscal de juicio en causa n° 377 del Juzgado en lo Correccional N° 1 de San Isidro, citado
en Piombo, Horacio Daniel, Jurisprudencia del Tribunal de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires, vol. II, pág. 218/9).
Así como que: “La circunstancia de que no esté prevista la apelación respecto de determinada providencia no cierra el camino a
su conocimiento por el tribunal superior en grado, habida cuenta de que la apertura del proceso impugnativo también puede
operarse por causar gravamen irreparable” (Sala I, sentencia del 5/10/00 en causa n° 812 “Arenoztis”, citado en
Piombo, Horacio Daniel, ob.cit., pág. 219).
Y con respecto al gravamen irreparable al que se hace alusión, sostuvo el alto Tribunal Penal Provincial que: “...causan un
perjuicio en los derechos o pretensiones de los sujetos procesales actuantes que no pueda tener remedio en el curso del mismo
trámite o procedimiento o en una fase ulterior, importando circunstancia que, de no ser removida, consolidará una situación en
detrimento de quien la sufre” (Sala I, sentencia del 30/05/00 en causa n° 683 “Moscova”; idem sentencia del 5/07/00 en causa
n° 787 “Recurso del fiscal de juicio en causa n° 377 del Juzgado en lo Correccional N° 1 de San Isidro; idem sentencia del
6/07/00 en causa n° 844 “Paez”, citado en Piombo, Horacio Daniel, ob. citada, pág. 219/20).
Por cierto que la resolución cuya revocación se propicia, en caso de no ser removida, consolidará una injusta situación en
detrimento de la representación de ésta defensa, y de la verdad a la que debe tenderse como fin del interés público del proceso.
Por otro lado, distintos pronunciamientos de la Excma. Cámara de Garantías de nuestro Departamento Judicial han declarado
admisible la apelación contra decisorios de la etapa de juicio (Sala I, Causas IPP 945 y 1710, rtas: 4/07/02).
Cabe agregar por último que el resolutorio impugnado escapa a la previsión del anteúltimo párrafo del art. 338 del CPP, pues el
decisorio de que se trata no es una resolución dictada sobre las cuestiones planteadas en dicha oportunidad, sino que por el
contrario, sin fundamento alguno revoca lo resuelto con anterioridad, a pesar de encontrarse firme.
Por lo que, entendiendo erróneamente rechazado el recurso de apelación interpuesto, es que solicito a la Excma.
Cámara revise dicha resolución, para luego ingresar en el estudio de la impugnación deducida.
IV.- Petitorio:
En virtud de lo expuesto, y dejándose constancia que de conformidad con lo dispuesto por el art. 433 del CPP, se
acompañan al presente escrito fotocopias simples firmadas por el suscripto, del recurso denegado, de su denegatoria y de la
decisión mediante aquel atacada con sus respectivas notificaciones, es que solicito:
1°) Se tenga por presentada en legal tiempo y forma la presente queja;
2°) Se tengan por acompañadas las copias que manda la ley;
3°) Se haga lugar a la queja interpuesta, y al recurso de apelación deducido, revocándose el punto primero del auto de
fs. 235.-
OFICIO
Frank Herbert, Agente Fiscal a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción 20 de Bahía Blanca, en la causa nro. 500/09, o.i.
1000, seguida a Roberto Flores y otros, a fin de solicitarle que obtenga de Roberto Flores, D.N.I. 33.000.000, domiciliado en
calle Lammenais 56, cinco juegos de fichas dactiloscópicas en forma entintada, rodada y pareja con deltas.
Encareciendo al Sr. Jefe de la Comisaría en cuestión el Urgente diligenciamiento del presente y el envío de las actuaciones que
se produzcan, en un plazo que no superará las setenta y dos horas, a la Unidad Funcional de Instrucción nro. 20, sita en calle
Estomba nro. 500 de Bahía Blanca.
(Los Nombres y Apellidos que se muestran en los escritos son ficticios, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia).
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Bahía Blanca, agosto de 2000.
Torquatto Mitre, abogado inscripta en el T. X, f. 10, C.U.I.T. Nº 10000000-3, I.V.A. Resp. Inscripto Leg.
Previsional Nº 1000000 C.A.B.B., constituyendo domicilio procesal en la calle 20 de octubre 240 de Bahía Blanca, en
representación de Roberto Flores, dirijo a Ud., el presente en la Causa nro. 500, Orden Interno N° 600, caratulada: “Flores,
Roberto y otros, por robo en grado de tentativa en concurso real con privación ilegal de la libertad agravada y resistencia a la
autoridad en concurso ideal con lesiones leves”, a fin que se sirva notificar a Hans Hirsch, D.N.I. 91.000.000; domiciliado en
calle Graf zu Dohna nro. 455 de este medio; que deberá comparecer ante el Tribunal en lo Criminal N° 10 Departamental, sito
en calle Estomba nro. 32, 3° piso, de esta ciudad, a la audiencia del día 16 y 17 de septiembre del corriente año, a las 9:30 hs.
en que se llevará a cabo el debate del Juicio Oral decretado en la causa en que me dirijo.
Al mismo tiempo deberá hacer saber al nombrado de la notificación, lo dispuesto por los arts. 133 y 241 del
Código de Procedimiento Penal.
En caso de no ser habido el testigo, deberá especificarse clara y minuciosamente los motivos de tal circunstancia, como
asimismo, detallarse las medidas realizadas tendientes a lograr el presente cometido. Ante la eventualidad de no ser habido el
testigo, deberán ultimar sus esfuerzos en dar con el mismo, detallando todas las diligencias llevadas a cabo.
Dicha circunstancia a saber, fallecimiento, ausencia, o paradero desconocido, entre otras, que hayan
imposibilitado su localización deberá acreditarse fehacientemente, en forma documentada, y proceder al menos a la
individualización de tres testigos con sus datos filiatorios completos (vecinos, conocidos y/o familiares), que den fe de la
información suministrada.
Encareciendo al Sr. Jefe de la Comisaría en cuestión el Urgente diligenciamiento del presente y el envío de las
actuaciones que se produzcan, en un plazo que no superará las setenta y dos horas, al domicilio procesal de calle 20 de octubre
240 de Bahía Blanca, Tel. (0291) 455-14-30.
Asimismo deberá hacerse saber al testigo que indefectiblemente tendrá que concurrir a la audiencia designada,
munido de su respectivo documento de identidad.
(Los Nombres y Apellidos que se muestran en los escritos son ficticios, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia).
Frank Herbert, Agente Fiscal a cargo de la Fiscalía de Juicio nro. 4 de este Departamento Judicial, en la causa nro.
2.636, caratulada “Takhisis, Eugenio por inf. art. 72 ley 8031”, a V.S. me presento y respetuosamente digo:
I.-
Que en legal tiempo y forma vengo por el presente a interponer recurso de apelación contra la resolución de fs.
27, en cuanto resuelve declarar la nulidad del acta de fs. 1/6 y todo lo actuado en consecuencia, absolviendo de tal forma
libremente al encartado.
II.-
Que el a quo indica que el acta de fs. 1/6 expone la realización de una serie de eventos en el marco de un procedimiento,
afirmando entonces que las actuaciones en cuestión no reúnen los requisitos exigidos por el art. 122 primer punto, en razón del
faltante de la firma de uno de los efectivos policiales que participaran de los extremos de referencia, correspondiendo en
consecuencia la nulificación de lo actuado.
Ahora bien, en el acta de constatación que nos ocupa participan –por lo menos- nueve funcionarios policiales, suscribiendo el
acta siete de ellos. Por otra parte, surge que el funcionario a cargo se trata del Oficial Ayudante Giovanni Sartori, quien resulta
ser el primero de los firmantes.
Concluir, como lo hace la resolución, que la falta de firma de uno de los policías nulifica lo actuado, importa exceder las
exigencias del art. 122 inc. 1° del Código de Faltas Provincial, que en su inc. d) solo requiere la firma “del funcionario” que
constata la infracción, y no de la totalidad de los que lo secundan. Y pensemos si no, en una contravención verificada en un
espectáculo público en cuya vigilancia se destinen decenas de efectivos, y se constate una infracción a la vista de todos ellos.
Más allá de dejar constancia de su presencia, resultaría ser un excesivo ritualismo concluir en la nulidad del acta ante la falta de
firma de alguno de ellos.
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El art. 118 del CPP, por su parte, exige en su párrafo segundo la firma de los intervinientes que deban hacerlo, lo que nos
remite al funcionario que constata la infracción, y en todo caso los que lo asisten, existiendo, en el caso que nos ocupa, otros
policías, y el testigo de actuación. Carece de relevancia pues la falta de firma de uno de los tantos (muchos por cierto en este
caso) que suscriben el acta, puesto que no provoca ningún efecto procesal.
Es criterio conocido que el principio de trascendencia establece que no existe nulidad de forma si la desviación
no tiene trascendencia sobre las garantías esenciales de la defensa en juicio, ya que las nulidades no tienen por finalidad
satisfacer pruritos formales sino enmendar los perjuicios efectivos que pudieren surgir de la desviación.
En efecto, es doctrina reiterada de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (ver, entre otros, causa A.63.XXXIV “Acosta”, del
4/05/00) que en materia de nulidades debe primar un criterio de interpretación restrictiva y solo cabe pronunciarse por la
anulación de las actuaciones cuando exista un derecho o interés legítimo lesionado, de modo que cause un perjuicio
irreparable, mas no cuando falte una finalidad práctica en su admisión.
De modo tal que entiendo que la resolución que declara nula el acta de procedimiento de fs. 1/6 y en su
consecuencia la absolución del encartado, debe ser revocada.
Por lo cual, habiéndose indicado entonces los motivos en que se funda el recurso, solicito se eleven las actuaciones
a la Excma. Cámara del fuero, a sus efectos.
Fedor Dostoievski, en representación de Indri Dhundia, en su carácter de particular damnificado en la Causa nro. 500, Orden
Interno N° 600, caratulada: “Takhisis, Eugenio por robo doblemente agravado por haberse cometido en poblado y en banda y
con escalamiento”, a V.V.S.S. me presento y respetuosamente digo:
Que vengo por el presente a observar el cómputo de pena practicado por el Sr. Actuario a fs. 185.
Que surge de autos que el encartado fue condenado a la pena de tres años y seis meses de prisión en causa 2390/01
y 2360/01 (fs. 148/158), siendo la pena reducida finalmente por la Sala II del Tribunal de Casación Penal de la Provincia de
Buenos Aires a tres años y cuatro meses de prisión (ver incidente que corre por cuerda fs. 59/66), finalmente se procedió a
practicar la correspondiente unificación de pena, siendo condenado a la pena de cinco años y tres meses de prisión.
Si tenemos en cuenta que Eugenio Takhisis fue detenido en causa nro. 2.390/01 con fecha 22 de abril de 2000 (fs. 1), siendo
excarcelado el día 26 de abril de 2000 (fs. 7 del inc. de exc. correspondiente) y detenido en causa 2360/01, orden interno 245,
con fecha 4 de febrero de 2001 (fs. 1), excarcelado con fecha 30 de marzo de 2001, se efectivizó la misma el día 16 de abril de
2001 (fs. 9 del inc. de exc. pertinente), cumpliendo entonces en el expte. mencionado dos meses y doce días de prisión; y que
en la causa 500/02, orden interno 600 se produjo su detención el día 11 de enero de 2002 (fs. 1/ 2) sin haber recuperado su
libertad hasta la fecha.
El imputado lleva entonces cumplidos dos años, cinco meses y veintiún días de prisión.
En vista de ello, la pena privativa de libertad impuesta vencerá el día 23 de enero de 2007, solicitando que así se declare.
Torquatto Mitre, abogado inscripta en el T. X, f. 10, C.U.I.T. Nº 10000000-3, I.V.A. Resp. Inscripto
Leg. Previsional Nº 1000000 C.A.B.B., constituyendo domicilio procesal en la calle 20 de octubre 240 de Bahía Blanca, en
representación de Roberto Flores, dirijo a Ud., el presente en la Causa nro. 500, Orden Interno N° 600, caratulada: “Roberto
Flores y otros, por robo en grado de tentativa en concurso real con privación ilegal de la libertad agravada y resistencia a la
autoridad en concurso ideal con lesiones leves”, de trámite por ante el Tribunal Criminal nro. 10 Departamental, a fin de
solicitarle se sirva acompañar original o fotocopia certificada de las partidas de nacimiento de Carina Flores, folio 24 vta., Tomo
10, D.N.I. 45.000.000 y de Cristian Alejandro Flores, Folio 150, Tomo 110, D.N.I. 45.000.001.
24
Saludo a Ud. atentamente.
Torquatto Mitre, abogado inscripta en el T. X, f. 10, C.U.I.T. Nº 10000000-3, I.V.A. Resp. Inscripto Leg. Previsional Nº 1000000
C.A.B.B., constituyendo domicilio procesal en la calle 20 de octubre 240 de Bahía Blanca, en representación de Roberto Chenda,
dirijo a Ud., el presente en la Causa nro. 500, Orden Interno N° 600, caratulada: “Chenda, Roberto y otros, por robo en grado
de tentativa en concurso real con privación ilegal de la libertad agravada y resistencia a la autoridad en concurso ideal con
lesiones leves”, a fin que se sirva notificar al: Oficial Ayudante John Adams, Cabo Primero Thomas Jefferson; Sargento Ayudante
James Madison y al Sargento Primero James Monroe; todos ellos numerarios de dicha repartición; quienes deberán ante el
Tribunal en lo Criminal N° 10 Departamental, sito en calle Estomba nro. 32, 3° piso, de esta ciudad, a la audiencia del día 16 y
17 de septiembre del corriente año, a las 9:30 hs. en que se llevará a cabo el debate del Juicio Oral decretado en la causa en
que me dirijo.
Al mismo tiempo deberá hacer saber a los nombrados de la notificación, lo dispuesto por los arts. 133 y 241 del Código de
Procedimiento Penal.
En caso de no ser habidos los testigos, deberá especificarse clara y minuciosamente los motivos de tal circunstancia, como
asimismo, detallarse las medidas realizadas tendientes a lograr el presente cometido. Ante la eventualidad de no ser habido el o
los testigos, deberán ultimar sus esfuerzos en dar con los mismos, detallando todas las diligencias llevadas a cabo.
Dicha circunstancia a saber, fallecimiento, ausencia, o paradero desconocido, entre otras, que hayan imposibilitado su
localización deberá acreditarse fehacientemente, en forma documentada, y proceder al menos a la individualización de tres
testigos con sus datos filiatorios completos (vecinos, conocidos y/o familiares), que den fe de la información suministrada.
Encareciendo al Sr. Jefe de la Comisaría en cuestión el Urgente diligenciamiento del presente y el envío de las actuaciones que
se produzcan, en un plazo que no superará las setenta y dos horas, al domicilio procesal de calle 20 de octubre 240 de Bahía
Blanca, Tel. (0291) 455-14-30.
Asimismo deberá hacerse saber a los testigos que indefectiblemente tendrán que concurrir a la audiencia designada, munidos de
sus respectivos documentos de identidad.
SOLICITA DECLINATORIA
Torquatto Mitre, abogado inscripta en el T. X, f. 10, C.U.I.T. Nº 10000000-3, I.V.A. Resp. Inscripto Leg. Previsional Nº 1000000
C.A.B.B., constituyendo domicilio procesal en la calle 20 de octubre 240 de Bahía Blanca, en representación de Roberto Flores,
en la Causa nro. 500, Orden Interno N° 600, caratulada: “Flores, Roberto y otros, por robo”, a V.S. me presento y
respetuosamente digo:
Que siendo que por ante el Tribunal en lo Criminal nro. 5 de este Departamento Judicial tramita la causa nro. 569, orden interno
99, seguida al encartado por el delito de Tentativa de Hurto Calificado, y sus acumuladas nro. 1003 (orden interno 268) y nro.
975 (orden interno 222).
Y en virtud de lo normado por el rito en sus arts. 32.3° y 33.1°, y a los efectos de favorecer la armoniosa aplicación de la ley, la
economía jurisdiccional –evitando la multiplicidad de procesos- y la agilización de la actividad probatoria; es que solicito a V.S.
decline su competencia en estos actuados, remitiendo los mismos al organismo citado ut supra.
Dios guarde a V. S.
(Los Nombres y Apellidos que se muestran en los escritos son ficticios, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia).
SOLICITA INHIBITORIA
25
Sr. Juez a cargo del Juzgado en lo Correccional nro. 11:
Torquatto Mitre, abogado inscripta en el T. X, f. 10, C.U.I.T. Nº 10000000-3, I.V.A. Resp. Inscripto Leg. Previsional Nº 1000000
C.A.B.B., constituyendo domicilio procesal en la calle 20 de octubre 240 de Bahía Blanca, en representación de Roberto Flores,
en la Causa nro. 500, Orden Interno N° 600, caratulada: “Flores, Roberto y otros, por robo”, a V.S. me presento y
respetuosamente digo:
Siendo que por ante el Juzgado en lo Correccional nro. 2 de este Departamento Judicial tramita la causa nro. 608, seguida
contra Roberto Flores por el delito de hurto, en la que con fecha 7 de junio de 2001 se dispuso la suspensión del juicio a prueba
por el término de tres años, es que solicito se tramite cuestión de competencia por inhibitoria de conformidad con lo dispuesto
por los arts. 35 y ss. del C.P.P., requiriendo al Juzgado antes mencionado remita la causa a esta sede por aplicación de los arts.
32.3° y 33.1° del rito.
Dios guarde a V. S.
Torquatto Mitre, abogado inscripta en el T. X, f. 10, C.U.I.T. Nº 10000000-3, I.V.A. Resp. Inscripto Leg. Previsional Nº 1000000
C.A.B.B., constituyendo domicilio procesal en la calle 20 de octubre 240 de Bahía Blanca, en representación de Eugenio Takhisis,
dirijo a V.S., el presente en la Causa nro. 500, Orden Interno N° 600, a V.S. me presento y respetuosamente digo:
Que vengo por el presente a solicitar se le conceda a mi pupilo el beneficio de la libertad asistida, señalo que el encartado se
encuentra en las condiciones temporales de acceso al instituto peticionado, por lo que corresponde ingresar al tratamiento del
fondo de la incidencia planteada.
Conforme lo normado por los arts. 104 y 105 de la ley 12.256 de Ejecución Penal, la incorporación al régimen de Libertad
Asistida, deberá fundarse en base al asesoramiento y dictamen del Instituto de Clasificación, siendo los mismos evaluados por el
Tribunal en su decisorio.
De tal forma de un análisis del desempeño institucional de mi pupilo y de diversos parámetros psicológicos y sociales entiendo
que sería idóneo incluir al interno en el régimen de libertad asistida.
Solicito a fin de corroborar los extremos antedichos se forme incidente y se soliciten los pertinentes informes de la Junta de
Selección y del Grupo de Admisión y Seguimiento.
Deviene insoslayable destacar el ponderable gráfico conductal con que cuenta Takhisis.
María Evangelina Coppolillo, abogada, inscripta en la matrícula al T: VI F: 204 del CABB LEGAJO NRO. 790415-2, I
Brutos/CUIT 27-27235453-6, Responsable Monotributo, con domicilio legal constituido en 19 de Mayo 531 de la ciudad de Bahía
Blanca, en la causa que se sigue a JULIO CESAR BENÍTEZ a V.S. me presento y respetuosamente digo:
A. FUNDAMENTOS
I. Que soy Abogada defensora de Julio César Benítez, conforme estos actuados, con la debida designación y aceptación del
cargo, quien se encuentra detenido desde el 27 de Abril del corriente año, y correspondiendo aplicar el Art. 13 del C.P., es que al
día de la fecha, se encuentra en condiciones temporales de acceder a la libertad condicional, toda vez que el 27 de Diciembre del
corriente año llevará cumplidos 8 meses de detención, razón por la cual se encontraría en término, para acceder a dicho
beneficio.
Que conforme el Art. 13 del Código Penal, el condenado a prisión por tres años o menos, que hubiere cumplido ocho meses
de prisión, observando con regularidad los reglamentos carcelarios, podrán obtener la libertad por resolución judicial, previo
informe de la dirección del establecimiento e informe de peritos que pronostique en forma individualizada y favorable su
reinserción social.
II. Además del recaudo temporal exigido, mi defendido, durante el tiempo de detención que lleva, no se limitó a dejar
transcurrir el tiempo para así cumplir con los plazos legales de la pena, sino que se ha comportado como una persona
respetuosa de las normas internas del Servicio Penitenciario, cumpliendo así con las demás condiciones de conducta exigidas
para posibilitar su libertad y con los programas de reinserción social que ha dispuesto el Servicio Penitenciario Provincial.
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Asimismo, mi defendido no es declarado reincidente por el Juzgado sentenciante, y, sin perjuicio de la evaluación que V.S.
haga del caso a fin de resolver al respecto, es importante destacar que el Sr. Cáceres vive en calle Undiano 34 conjuntamente
con su madre y dos hermanos, que todos los miembros del grupo familiar conviviente trabajan siendo un entorno familiar
favorable.
Que el encartado se encuentra realizando cursos de capacitación en electricidad en un centro de educación de adultos,
teniendo expectativas de inserción laboral una vez que finalice con dicha capacitación, lo cual evidencia un buen pronóstico de
reinserción laboral.
III. Que todo ello valorado, y atendiendo a la indudable intención de rehabilitación que informa la actual legislación atinente a
la ejecución de las penas privativas de libertad, hace viable el beneficio aludido a favor de mi asistido, el que solicito se le
conceda en las condiciones que V.S. disponga, conforme lo autoriza el Código Penal.
PROVEER DE CONFORMIDAD
SERA JUSTICIA
Torquatto Mitre, abogado inscripta en el T. X, f. 10, C.U.I.T. Nº 10000000-3, I.V.A. Resp. Inscripto Leg. Previsional Nº
1000000 C.A.B.B., constituyendo domicilio procesal en la calle 20 de octubre 240 de Bahía Blanca, en representación Eugenio
Takhisis en la causa nro. 1105/03, orden interno 1009, a V.V.S.S. me presento y respetuosamente digo:
Que vengo por medio del presente libelo a solicitar se le conceda a mi pupilo el beneficio de libertad condicional (art.
13 C.P.), con fulcro en las puntualizaciones que siguen.
Que el encartado se halla en las condiciones temporales previstas a los fines de acceder al beneficio solicitado.
Que conforme lo normado por los arts. 101 y 103 de la ley 12.256 de Ejecución Penal, la incorporación al régimen de
Libertad Condicional, deberá fundarse en base al asesoramiento y dictamen del Instituto de Clasificación, siendo los mismos
evaluados por el Juzgador en su decisorio, atento ser parte integrante del informe previo de la Dirección del Establecimiento
Carcelario, requerido por el art. 13 de la norma sustantiva. En tal sentido, entiendo, no podrán existir óbices que impetrar
contra mi pupilo en atención al ponderable desempeño institucional del mismo, adunando a ello que cuenta con un robusto
grupo familiar de sostén. En consecuencia solicito se libre oficio a la Unidad carcelaria donde se halla privado de su libertad
Takhisis a fin que remita los informes prealudidos formándose consecuentemente el incidente de rigor.
(Los Nombres y Apellidos que se muestran en los escritos son ficticios, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia).
Solicita probation
Torquatto Mitre, abogado inscripta en el T. X, f. 10, C.U.I.T. Nº 10000000-3, I.V.A. Resp. Inscripto Leg. Previsional Nº
1000000 C.A.B.B., constituyendo domicilio procesal en la calle 20 de octubre 240 de Bahía Blanca, en causa nro. 1000/05,
orden interno 1000 caratulada “Takhisis, Eugenio por robo de vehículo dejado en la vía pública”, a V.V.S.S. me presento y
respetuosamente digo:
En tal sentido, sin perjuicio de lo resuelto en autos, teniendo en cuenta el actual criterio del Tribunal respecto de la
suspensión del juicio a prueba, y la modificación establecida en el art. 404 del CPP, es que habrá de proponerse se conceda al
imputado el beneficio de la probation.
27
Así, teniendo en cuenta el hecho endilgado al encausado descripto en el requerimiento de elevación a juicio (fs. 49/51), el
informe de concepto y solvencia agregado (fs. 25) y la ausencia de antecedentes condenatorios del encartado Takhisis (fs. 31 y
34), esta Fiscalía entiende que corresponde propiciar la SUSPENSIÓN DEL JUICIO A PRUEBA en los términos del art. 76 bis del
CP y 404 del CPP, por el término de un año, con la imposición de las siguientes reglas de conducta:
Todo ello, previo ofrecimiento razonable por parte del imputado Eugenio Takhisis, de la reparación en la medida de
lo posible que impone la ley, en la que en este acto se proponen cincuenta pesos ($ 50).
(Los Nombres y Apellidos que se muestran en los escritos son ficticios, cualquier parecido con la realidad es pura
coincidencia).
SOLICITA.
Torquatto Mitre, abogado inscripta en el T. X, f. 10, C.U.I.T. Nº 10000000-3, I.V.A. Resp. Inscripto Leg. Previsional Nº
1000000 C.A.B.B., constituyendo domicilio procesal en la calle 20 de octubre 240 de Bahía Blanca me presento en la Causa nro.
1120/05, Orden Interno N° 1412, caratulada: “Takhisis, Eugenio por abuso sexual, a V.V.S.S. respetuosamente digo:
Que vengo por la presente a solicitar se proceda a remitir a la sede de la Asesoría Pericial el expte. de marras, ello en
atención a la petición de remisión efectuada por el precitado organismo a los efectos que el Lic. Germán Tapia pueda
cumplimentar el día 2 de febero del corriente los extremos faltantes de la pericia psiquiátrica ordenada en autos.
Don Alejandro Jorge L., con domicilio en calle Roca nro. 434 de este medio, con el patrocinio letrado del Dr. Luis Pascual B. I.,
abogado, inscripto al tomo XI, folio 3 del CABB, legajo previsional nro. 069823-5, CUIT: 20-23136373-5; monotributista, con
domicilio legal constituido en estos actuados en calle Ingeniero Luiggi nro. 87 de este medio, en la I.P.P. 18.153-10, a V.E.
respetuosamente me presento y digo:
I. OBJETO
Que vengo por medio del presente libelo a procurar la revisión por V.E. del archivo dispuesto en estos actuados por el Sr.
Agente Fiscal a fs. 37/39 de la I.P.P. en cuestión, con fulcro en las consideraciones de hecho y de derecho que a continuación se
detallarán (art. 83.8° del ritual penal provincial).
28
hasta que no llame a su abogado, haciéndolos pasar a su oficina. Posteriormente y una vez en la oficina junto con todos los
antes mencionados y cuando el Oficial Sandoval comienza a leer la resolución objeto del procedimiento, ingresaron a la oficina
dos mujeres y un hombre que comienzan a insultar a L., manifestándole que se (entiendo que este “se” sobra, pues distorsiona
el entendimiento del resto del texto) no tenía nada que hacer en el lugar, amenazándolo de muerte, intentando agredirlo
físicamente el masculino. Es por ello que el Oficial Sandoval se interpone entre estos recibiendo un empujón por parte de este
hombre el cual luego le da un golpe de puño a L., lo que también hace S. y las dos mujeres que se encontraban en el lugar,
iniciándoce (iniciándose) una pelea generalizada que el personal policial intentó calmar junto con el abogado antes mencionado,
continuando, a pesar de ello, la gresca con insultos y gritos hacia el personal policial y amenazas de muerte entre ambas partes,
ante esto es que el personal policial procede a identificar a las personas no identificadas aun siendo estas Federico Antonio S.,
Carina Andrea S. y Paola Carla S. procediéndose entonces a la aprehención (aprehensión) de todos estos y de Alejandro S. y
Alejandro L..” (fs. 37/vta.).
Se abona el relato con la declaración de la testigo Paola Genchi (fs. 11) y del personal policial actuante (fs.12/15).
En este punto, el Sr. Agente Fiscal, redirecciona su análisis a dos conductas típicas que, sin mencionarlo, se colige, son las que
entiende se hallan involucradas en sus extremos configuradores básicos respecto a las conductas llevadas a cabo por los
encausados.
En primer lugar se involucra con la figura típica relevada por el art. 149 bis del C.P., amenazas. En torno a esta aporta dos citas
jurisprudenciales para concluir que las amenazas descriptas en el acta de procedimiento que da inicio a estas actuaciones no
poseen la ofensividad necesaria para dar curso a una imputación. Lo dicho halla cauce con la noción de amenazas proferidas en
el marco de discusiones donde el acaloramiento propio de estas denotaría que son inútiles fanfarronadas.
En segundo lugar, el Sr. Agente Fiscal, descarta la configuración en el sub examine de la figura de resistencia a la autoridad
(art. 239 C.P.), apoyado ello en que: a) no se verificaron conductas de lesiones o daños, y b) la jurisprudencia (reporta dos
fallos) entiende que la resistencia a la autoridad consiste en el empleo de intimidación o fuerza contra los sujetos previstos en el
art. 239 del Código Penal, para impedir o trabar la ejecución de un acto legítimo propio del ejercicio de sus funciones.
Concluye señalando que: “…no exist(en) elementos acreditantes de la materialidad de los delitos ni acerca de su autoría
responsable…” (fs. 38 vta.).
III.- DE LOS AGRAVIOS QUE IMPORTAN LOS FUNDAMENTOS DEL AUTO FISCAL
No puedo más que estar en absoluto y completo desacuerdo con los fundamentos vertidos por el Sr. Agente Fiscal en su auto de
fs. 37/39 prereseñados, como asimismo con la técnica utilizada y la vía elegida. Me explico.
a) En primer lugar, el archivo de las actuaciones (art. 268 in fine del C.P.P.B.A.) se halla dispuesto, como es sabido, para los
supuestos en que no se pueda proceder, por obstáculos constitucionales –v.g. privilegio del cargo-, o por obstáculo procesal –
falta de prueba sobre el hecho o la autoría-. Lo cierto es que el representante del Ministerio Público Fiscal no ha dispuesto el
archivo por ninguna de las causales de previsión, sino que lo ha hecho con fulcro en que el hecho no encuadra en ningún
supuesto de hecho legal (i.e. atipicidad de las conductas).
Esto ya importa un yerro técnico en la solución dada al entuerto que nos convoca.
b) En segundo lugar se percibe un defecto epistémico pues, el Agente Fiscal ha entendido que no he sido víctima de delito
alguno (fs. 37/39), sin embargo, la Sra. Juez a cargo del Juzgado de Garantías nro. 2 ha ordenado la prohibición de
acercamiento a menos de 200 metros, por un plazo de seis meses, de mi persona y del domicilio sito en calle Roca nro. 434 de
este medio de Federico S., José S., Paola Carla S. y Karina S.. Se presenta entonces la contradicción lógico-intrasistemática de
que no sería víctima de ningún delito, pero aun así se me otorgan los derechos de tal al prohibirse el acercamiento de los
victimarios a mi persona y mi domicilio con causa en una conducta que no sería típica. El despropósito es total.
c) En tercer lugar, el Sr. Agente Fiscal ha utilizado, sin mencionarlo más que recurriendo a dos precedentes jurisprudenciales, la
clásica doctrina carrariana de la atipicidad de las amenazas proferidas en una discusión o como producto de un estado de ira.
Carrara definía a las amenazas como cualquier acto por el cual un individuo, sin motivo legítimo y sin pasar por los medios o por
el fin a otro delito, afirma deliberadamente que quiere causarle a otra persona algún mal futuro. Agregaba que la fuerza física
subjetiva de este delito no exige especiales condiciones materiales, y es indiferente la naturaleza del acto, con tal que sea
idóneo para infundir temor o para expresar la idea de peligro.
“Hasta aquí parecería decir que para que la amenaza sea delictiva, basta con su idoneidad para provocar el temor, y no su
efectiva producción en el ánimo del sujeto pasivo como exige la jurisprudencia nacional que comentamos (…) Incluso, en la nota
al pie se aclara más la cuestión cuando Carrara afirma que ‘La noción del delito de amenazas es enteramente objetiva y su
esencia consiste en: 1) haber querido infundir temor; 2) en haber realizado con ese fin algún acto que pueda infundirlo. De
modo que aunque en la realidad de las cosas ese acto fuera completamente inofensivo y no tuviera la posibilidad de producir el
mal amenazado, si tuvo potencia para infundir temor, hay lo suficiente para el elemento material del delito’ (…) La nota referida
termina de aclarar la cuestión, para Carrara basta que la amenaza querida por el autor, tenga idoneidad o potencialidad para
provocar temor en términos objetivos.” .
Pero además, cuando Carrara dice que la amenaza debe referirse hacia la provocación de algún mal, explica que es
indispensable que tenga alguna gravedad, pero que su cálculo es relativo y hay que dejar su apreciación a la prudencia del juez.
Discurre en el sentido de que sólo puede decirse, en general, que sobre la esencia de la amenaza no influye para nada la especie
del mal amenazado, con tal que sea de gravedad suficiente.
Agregan Alvero y Palacios en su interesante análisis que seguimos en este aparte que “Entonces, si la naturaleza del mal debe
guardar cierta entidad y su apreciación debe quedar librada a la sapiencia del juez, es evidente que la idoneidad de la amenaza
depende de parámetros objetivos y no de la subjetividad individual de la persona que la sufre, como venimos sosteniendo aquí
(…) No obstante lo expuesto, es cierto que nuestro autor se ha referido expresamente a la amenaza en estado de ira al decir
que ‘el temor producido por la amenaza proferida por un hombre tan ebrio de cólera que apenas sabe lo que dice, es muy
distinto del producido por la amenaza seriamente proferida por un hombre sereno.’ (…) Y agrega que esa afirmación ‘ha sido
sabiamente llevada por los juristas a su último desarrollo, al enseñar que la regla de que el ímpetu de las pasiones en la
amenaza verbal, no sólo es una circunstancia minorante de la imputación, sino mas bien eximente pues la amenaza que se
profiere en el calor de la ira no puede causar temor serio, y por esto no presenta suficientes elementos de imputabilidad
política’. (…) Salvando las distancias en el desarrollo de la teoría del delito desde la época del texto citado hasta la actualidad,
cuando Carrara asevera que la amenaza producida en estado de ira debería ser una circunstancia eximente por no presentar
suficientes elementos de imputabilidad política, parecería estar refiriéndose a una excusa absolutoria establecida con un criterio
de política criminal (y no a la tipicidad objetiva del comportamiento como lo hace la jurisprudencia nacional), en tanto en estos
casos no tendría sentido penarlo por las manifestaciones vertidas en ese estado del ánimo. (…) Esta conclusión se reafirma, si se
tiene en cuenta que Carrara utiliza el término “eximente”, participio activo del verbo “eximir”, cuyo significado es ‘librar,
desembarazar de cargas, obligaciones, cuidados, culpas, etc’.” .
En esta línea de pensamiento también alude a “aminorar” la sanción, lo cual nos ubica decididamente en el plano de la
29
culpabilidad y de la graduación de la pena.
Maggiore, quien fuera el oponente doctrinario clásico del maestro de Pisa, le replicaba que la ira, no anula la voluntad de
intimidar, antes bien, es la fuerza que la determina. Y es superficial la afirmación de que la amenaza del hombre airado no
infunde temor, por estar exenta de seriedad; lo verdadero es lo contrario. El delito, pues, permanece sicológicamente tal como
es, y la perturbación de ánimo del que amenaza puede valer eventualmente tan solo como circunstancia atenuante.
“Maggiore también le atribuye a Carrara ser el mentor de la posición que exigía un propósito específico en el autor de las
amenazas, pues requería ‘querer deliberadamente causar a otro algún mal futuro’. Esto constituye un error, que por antiguo no
se justifica. No hay tal requerimiento específico del dolo en la figura y en todo caso ello no tiene ningún punto de contacto con la
gravedad y seriedad del anuncio del mal futuro. Esto es harina de otro costal. (…) En síntesis, hemos demostrado que Carrara
jamás dijo lo que se le atribuye, pero aún cuando con un dejo en la interpretación alguien se hubiese permitido “un giro
inesperado”, ya Maggiore había dado poderosas y sobradas razones para destruir el dogma naciente y que lamentablemente
creció y se solidificó en nuestra época.” .
Más allá de lo antedicho, que bastaría para demostrar que la contundencia de la atipicidad que pretende la Fiscalía no es tal,
debe traerse a colación una segunda cuestión que la vindicta pública se ha cuidado bien de presentar: es cierto que me fueron
proferidas amenazas en el marco de una discusión, pero se está soslayando que, previo a ello existieron otras amenazas de las
que nada se dice. Me explico.
El acta de procedimiento y aprehensión (fs. 1/ 2) da cuenta que “…una vez en la oficina, el Oficial Sandobal comienza a leer el
acto resolutivo dictado por S.S. Dra. Gilda S., cuando de improvisto, ingresan a dicha oficina dos femeninas y un masculino,
quienes comienza a insultar a L., manifestándole que él no tenía nada que hacer en el lugar, amenazándolo de muerte,
intentando agredirlo físicamente el masculino.” (el resaltado me pertenece), estas son las primeras amenazas y no se dan al
calor de discusión alguna. Posteriormente, cuando el Oficial Sandobal procuró calmar a los recién llegados, fue empujado por el
recién llegado, el que me golpeó, junto con el resto de la familia S.; el acta de procedimiento, fielmente, da cuenta de que los
Oficiales Sandobal y Campetelli procuraron detener la agresión pero fueron empujados y agredidos por los S., allí ingresa mi
abogado patrocinante, y si bien junto al personal policial logran aplacar un tanto a los agresores, estos continúan con insultos,
gritos y amenazas de muerte. Estas segundas amenazas, sí puede sostenerse que fueron en el marco de ánimos exaltados.
Debe tenerse en cuenta, entonces, la distorsión temporal que se dio entre ambas manifestaciones amedrentatorias. Las
primeras fueron emitidas de manera desapasionada cuando simplemente se estaba notificando a S. la orden emitida por la Sra.
Juez de Garantías en el marco de la causa nro. 17.377 I.P.P. 15090/10, las segundas procedieron a posteriori de agresiones.
Entiendo que el Sr. Agente Fiscal ha equiparado ambas conductas cuando debió diferenciárselas.
d) En cuarto lugar el Sr. Agente Fiscal hace referencia a las supuestas conductas de amenazas y resistencia a la autoridad; sin
embargo, nada se dice de las lesiones que sufriera. Obsérvese que a fs. 25 rola informe médico legal que da cuenta que, a
posteriori del hecho que nos ocupa presentaba excoriaciones de 4-5 cm. de longitud en región dorsal, lesiones de carácter leve.
Lo cierto es que no sería dable sostener en la especie lo bagatelar o insignificante de la lesión, pues como ya se sostuviera en el
fallo “Adami” (25 de septiembre de 1986) –Fallos 308:1796- nuestro tribunal cimero nacional, tuvo oportunidad de expedirse
respecto de esto rechazando la procedencia de este principio como excluyente de la punibilidad, en parigual, la Cám. Crim. y
Correc., sala V en la causa “Morales Sandoval, Sergio”, nro. 32.365, sostuvo que “…el principio de insignificancia, por más loable
que sea la finalidad con la cual es utilizado por la doctrina y la jurisprudencia, resulta incompatible con las exigencias de la
seguridad jurídica al dejar la delimitación de los casos que entran bajo su órbita en manos de quienes están llamados a decidir y
de los doctrinarios, por lo que su aplicación por parte del intérprete generaría incertidumbre, ya que la dogmática se asiente en
puntos de vista lógicos pero muy personales.”. Zaffaroni, en su obra conjunta con Alagia y Slokar señala que: “…una lesión
escasa sigue siendo una lesión para quien la sufre, aunque su existencia no se altere por ello. Se trataría de un criterio válido
para graduar la penalidad pero no para determinar la insignificancia… una lesión usualmente insignificante puede ser
significativa para el sujeto pasivo concreto cuando alguna circunstancia particular de éste o de su situación le haga cobrar
significación para su existencia.” (Derecho Penal. Parte General, 2ª ed., 2002, Ediar, Buenos Aires, pág. 472). Por igual vena
García Vitor, “La Insignificancia en el Derecho Penal. Los delitos de bagatela”, Hammurabi, Buenos Aires, 2000.
e) Si bien resulta ajeno al agravio que puede esgrimir esta parte, la cosmogonía situacional que me convoca hoy a solicitar la
revisión del auto del representante de la vindicta pública me impone referir algún tópico en lo relativo al delito de resistencia a la
autoridad, sobre el cual se sostiene también la atipicidad.
La propia jurisprudencia que cita el fiscal viene a sostener la tipicidad de la conducta desplegada por los S., no así su atipicidad
como este sostiene.
De hecho, la conducta desplegada por estos, se ajusta perfectamente a los estándares que la figura típica resiste, conforme con
la doctrina del afamado plenario “Palienko” de la Cám.C.C. de Cap. -1947-:
1. La resolución del funcionario ha sido tomada y está en ejecución.
2. Presupone impedir el cumplimiento de un acto ya en curso.
3. Exige contemporaneidad entre violencia y acto del funcionario.
4. Se quiere que la autoridad no pueda hacer.
5. Se atenta contra la libertad de acción.
Además, y siempre estando al marco que nos impone el accionar de los S. a la luz de lo normado en el Libro II, Título XI,
Capítulo I del C.P., nada se ha dicho en torno a que, en definitiva, la orden emitida por la Sra. Juez de Garantías en el marco de
la causa nro. 17.377 I.P.P. 15090/10 no pudo coronarse, lo que configura en definitiva el delito de desobediencia a la autoridad
(art. 239 C.P.), donde lo tutelado tiende a “resguardar la irrefragibilidad de los mandatos legítimos de la autoridad,… que
mientras estén vigentes se torne ineludible su aplicación…” . Si las órdenes impartidas por los funcionarios públicos pudieran ser
desoídas impunemente se vería seriamente comprometido el normal desenvolvimiento de la Administración Pública.
Existe una costumbre arraigada de no perseguir más de un delito de este Capítulo del digesto punitivo sustancial, como si no
fuera posible darse la concurrencia entre figuras del mismo. De esta forma, si la conducta de los encausados configura el delito
de resistencia a la autoridad, se rechaza el análisis de una posible desobediencia concurrente como acaece en autos.
Ambas conductas son perfectamente escindibles y concurrentes formalmente (art. 54 C.P.).
IV.- PETITORIO
Por todo lo expuesto a V.E. solicito:
a) Se tenga por presentada la presente petición de revisión del auto que dispone el archivo de la I.P.P. 18.153-10 del registro de
la U.F.I.J. 15 Departamental (art. 83.8° del C.P.P.B.A.).
b) Oportunamente se haga lugar al mismo, continuándose la tramitación del expediente y disponiéndose la elevación a juicio de
estos actuados (art. 334 del C.P.P. ss. y cc.).
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Solicita Revocatoria de Condicionalidad de Pena
Frank Herbert, Agente Fiscal a cargo de la Fiscalía de Juicio nro. 20 de Bahía Blanca, en causa nro. 1500/05, caratulada
“Takhisis, Eugenio por lesiones culposas”, a V.S. me presento y respetuosamente digo:
Que de lo informado por la autoridad policial a fs. 120 de autos se deriva que el condenado Takhisis ha incumplido una de las
dos únicas reglas de conducta impuestas en la sentencia de fs. 110/111, esto es, la de fijar residencia.
Por tal motivo, es que solicito se libre oficio al Patronato de Liberados a fin de que se informe si el nombrado se encuentra
cumpliendo la restante regla de conducta. Así, si la respuesta fuera afirmativa, podría intimarse al mismo a que denunciara su
actual domicilio y dejarse sin efecto la averiguación de paradero dispuesta a fs. 121. En cambio, si fuere negativa, importaría
que se encuentra incumpliendo las dos reglas de conducta, lo que habilitaría a la luz de lo dispuesto por el art. 27 bis último
párrafo del Código Penal, a la revocación de la condicionalidad de la condena impuesta, que tal como se certificara a fs. 114, se
encuentra firme.
Frank Herbert, Agente Fiscal a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio nro. 20 de Bahía Blanca, en causa nro.
4000, caratulada “Takhisis, Eugenio por lesiones leves”, a V.S. me presento y respetuosamente digo:
Que de lo informado por la autoridad policial a fs. 259 de autos se deriva que el condenado Takhisis ha incumplido una de
las dos únicas reglas de conducta impuestas al encartado en la sentencia de fs. 234/237, esto es, la de fijar residencia.
En virtud de lo antedicho, y a la luz de lo dispuesto por el art. 27 bis último párrafo del Código Penal, peticiono se proceda
a la revocación de la condicionalidad de la condena impuesta, que tal como se certificara a fs. 248, se encuentra firme.
Diego Molina, Agente Fiscal a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción y de Juicio nro. 20 de Bahía Blanca, en la causa
nro. 2132/09, caratulada “Ernesto Raúl s/ hurto agravado” conforme art. 163 inc.6° C.P., a V.S. me presento y
respetuosamente digo:
I) Que vengo por el presente a solicitar se revoque la excarcelación oportunamente acordada al Sr. Ernesto Raúl conforme lo
dispone el art. 189 C.P.P.B.A.
II) Que de las constancias que obran en expediente ha quedado debidamente acreditado que el encartado de autos violó las
reglas de conducta impuestas en el resolutorio de fs. 130/132 conforme art. 180 C.P.P.B.A., al haberse ausentado de su
domicilio por un término superior a cuarenta días, demostrando una conducta incompatible con la presunción de acatamiento a
la autoridad judicial que es una de las bases de la libertad otorgada.
Durante dicha ausencia, el encartado no ha comparecido ante el llamado de la autoridad judicial, conforme se lo impusiera en
el resulutorio referido, sin esgrimir excusa bastante, lo que evidencia una actitud de rebeldía capaz de frustrar la efectiva
aplicación de la ley penal.
Por lo expuesto, y no siendo la caución Juratoria ofrecida, garantía suficiente del cumplimiento de las obligaciones impuestas
al encartado, es que solicito se revoque la excarcelación concedida.
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Unidad Funcional de Instrucción y Juicio nro. 20
Bahía Blanca, 22 de Agosto de 2011
Elsa Arriaga, Agente Fiscal a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción y de Juicio nro. 18 de Bahía Blanca, en la causa nro.
3116/01, a V.S. me presento y respetuosamente digo:
I) Que vengo por el presente a solicitar se revoque la eximición de prisión oportunamente acordada al Sr. Martín Bustos,
conforme lo dispone el art. 190 C.P.P.B.A.
II) Que de las constancias que obran en expediente, ha quedado debidamente acreditado que se notificó al eximido de la
concesión del beneficio, y habiendo transcurrido el plazo previsto en art. 190 inc 1° sin que se haya presentado a formalizar el
acta respectiva y a satisfacer la caución exigida, solicito haga lugar a la solicitud de eximición de prisión.
Frank Herbert, Agente Fiscal a cargo de la Fiscalía de Juicio nro. 20 de Bahía Blanca, en causa nro. 319/05, orden interno 1147,
caratulada “Takhisis, Eugenio por resistencia a la autoridad y lesiones leves”, a V.S. me presento y respetuosamente digo:
Que contestando la vista conferida a fs. 114, visto el antecedente informado por el Registro Nacional de Reincidencia respecto
de Eugenio Takhisis (fs. 108/112) y toda vez que dicho extremo importa la imposibilidad en caso de recaer sentencia
condenatoria en el presente que la misma sea de ejecución condicional (arts. 76 bis 4° párrafo y 27 del C. P.) es que solicito se
proceda a revocar el beneficio de suspensión de juicio a prueba dispuesto en cabeza del precitado (fs. 77/78) y ello por tratarse
de un imperativo legal (art. 76 ter 3° párrafo), disponiéndose la prosecución del trámite del presente fijándose fecha para
audiencia de debate oral.
Torquatto Mitre, abogado inscripta en el T. X, f. 10, C.U.I.T. Nº 10000000-3, I.V.A. Resp. Inscripto Leg. Previsional Nº
1000000 C.A.B.B., constituyendo domicilio procesal en la calle 20 de octubre 240 de Bahía Blanca, en la causa nro. 1300/03, o.i.
1050, caratulada: “Takhisis, Eugenio s/ tentativa de hurto con escalamiento”, a V.V.S.S. me presento y respetuosamente digo:
Que vista la resolución que dispone declarar rebelde al encartado de autos, es que vengo a hacer saber que Eugenio
Takhisis ha constituido domicilio en calle El Legado nro. 1891 de esta ciudad, por lo que solicito se deje sin efecto la declaración
de rebeldía ordenada en autos.
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(Los Nombres y Apellidos que se muestran en los escritos son ficticios, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia).
Pablo Gouda, por derecho propio, constituyendo domicilio los fines de la presente, en calle Paladine nro. 20 de esta
Ciudad, juntamente con mi letrado patrocinante, en la causa N° 12.000, caratulada “Takhisis, Eugenio por defraudación por
retención indebida”, a V.S., respetuosamente, me presento y digo:
I.– OBJETO
Que, por medio de la presente, vengo a constituirme como actor civil en la causa de referencia, que tramita ante el
Juzgado a vuestro cargo, conforme lo dispuesto en los arts. 65 y ss. del rito provincial., a fin de dirigir la acción civil contra
Eugenio Takhisis, domiciliado en Reor 56 de este medio, y contra quienes resulten ser sus coautores, partícipes y encubridores,
a efectos de promover, oportunamente, formal demanda de restitución de la cosa objeto del delito y e los daños y perjuicios
sufridos.
II.– HECHOS
De conformidad con mi denuncia, Eugenio Takhisis ha cometido en mi prejuicio el delito de defraudación por retención
indebida (art. 173, inc. 2° del C.P.) al negarse a restituirme un aparato televisor marca Sanyo, modelo JKG, numero de serie
AV-234567, de mi propiedad, que le facilite el día 13 del mes de abril de 2006, al único efecto de su uso temporario; no
obstante haberlo intimado a su devolución, por medio de carta documento de fecha30 de septiembre de dicho año, de la cual,
hasta el día de la fecha no obtuve respuesta alguna.
En su momento, aporté al tribunal la documentación que acredita mi condición de propietario del aparato televisor, de
su entrega al imputado, y de la carta documento referida.
Más allá de pretender me sea restituido el aparato televisor de marras, lo cierto es que al no haber sido devuelto a su
debido tiempo, debí alquilar uno de características similares en el comercio denominado “Alquila tutto”, ubicado en Hermanas
del Cielo 435 de Punta Alta, por lo que además reclamaré los daños y perjuicios sufridos.
IV.– PRUEBAS
De conformidad con lo dispuesto en los artículos 209 y cc. del C.P.P. se sugiere que durante la instrucción se oficie al
comercio “Alquila tutto” a efectos de que informen desde que fecha me encuentro alquilando el televisor marca Phillips, modelo
rt3456, y el precio diario y total hasta el día de hoy por mi abonado, así como también, si dicho aparato electrodoméstico resulta
ser de características similares y precio al individualizado previamente y retenido indebidamente por Eugenio Takhisis.
En el momento oportuno aportaré las facturas pagadas por el alquiler del televisor mentado y demás pruebas que
resulten conducentes.
V.– PETITORIO
Tenerme por constituido en actor civil en legal tiempo y forma y por portado el bono ius de ley;
Proveer de conformidad,
Será Justicia
(Los Nombres y Apellidos que se muestran en los escritos son ficticios, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia).
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Solicita Sobreseimiento. Opone Requisitoria deCitación a Juicio. Peticiona Mediación. Peticiona Suspensión de
Juicio a Prueba
Torquatto Maguiar, abogado inscripto en el T. XLVII, f. 105 del C.A.L.P., en la Investigación Penal Preparatoria 20.920-07,
caratulada: “Ruffet, Hilda Silvina s/ lesiones culposas”, a V.S. me presento y respetuosamente digo:
I. OBJETO
Que de conformidad con lo dispuesto por el art. 323.3° del ritual provincial, es que solicito a V.S., proceda a dictar el
sobreseimiento del encartado de autos en orden al delito de lesiones culposas por el que viene acusado (art. 94 último párrafo
del digesto punitivo sustancial), conforme a las consideraciones de hecho y de derecho que a continuación se detallarán.
34
determinado cuál de las conductas en juego ha sido más intensa o preponderante, ni se ha introducido la previsibilidad del daño
en el autor (más allá de cómo actuó la víctima, si podía preverlo o no este último).
Directamente, la vindicta pública, en un paradigma de las acusaciones formularias que imperan actualmente en pro de
exigencias estadísticas no manifiestas, ha efectuado un análisis “lavado” de los hechos, ponderando sólo la conducta de mi
asistida, cuando indudablemente la pretensa víctima también tenía su contribución relevante en el hecho, y lo realizó, como y a
señalé, con fórmulas estereotipadas sin conexión con los hechos.
Dicho de otra forma, se ha afirmado una causalidad no probada.
Pero también se afirmó un nexo de determinación entre la antinormatividad y el resultado, que se procura imponer sin más,
pero no ensamblando los eslabones de la trama factual que nos ocupa. Me explico.
Se señala que mi asistida no respetó la prioridad de paso que le asistía al motovehículo por circular a su derecha y por una
arteria de mayor jerarquía, intentando trasponer la intersección urbana no semaforizada que formaban las calles O’higgins y
Maipú. Así, la conducta antirreglamentaria de Ruffet se circunscribe en haber traspuesto una arteria de menor jerarquía hacia
una de mayor jerarquía, pero la cuestión es: ¿en dónde se halla la violación del deber de cuidado que ha creado un peligro?
En estricta rigurosidad, Ruffet traspuso una arteria, e indudablemente tenía prioridad de paso pues, en definitiva, fue ella la
impactada. Destácase que el art. 57.2 de la ley 11.430 señala que: “El conductor que llegue a una bocacalle o encrucijada debe
en toda circunstancia ceder el paso al vehículo que circula desde su derecha hacia su izquierda, por una vía pública transversal”,
ahora bien, mi pupila ya había traspuesto más de la mitad de la avenida en cuestión, cuando el motovehículo se le “vino
encima”, de donde, no había paso que ceder, ya que no había rodado que circulara previamente, la motocicleta efectuó su
aparición tardíamente y sin detener la marcha con absoluto desprecio de las reglas que rigen la circulación, probablemente fruto
de la inexperiencia del conductor, pues, en definitiva, este era un menor de edad -16 años al momento del hecho-. No puede
soslayarse el faltante de semáforos en la intersección que nos ocupa.
Por otra parte, la supuesta inobservancia de una regla técnica, no puede viabilizar la construcción de un tipo culposo sin más.
Las reglas técnicas, son sólo generalizaciones abstractas de procesos individuales, y dan simplemente puntos de apoyo para el
cuidado debido en un determinado círculo de actividades; que el Derecho Penal permita que los ciudadanos realicen conductas
peligrosas, torna legítima la exigencia de unas determinadas prestaciones bastante estandarizadas. Se asume la realización de
conductas que, abstractamente, acarrean estadísticamente peligrosidades. El Estado interviene en ciertos ámbitos peligrosos
buscando una estandarización mínima de las conductas como primera medida de prevención. A ello conecta una obligación
complementaria, con lo que la permisión se convierte en fuente de nuevos deberes de cuidado, así, en la medida en que el
ordenamiento permite conductas que puedan afectar bienes jurídicos ajenos, exige mayor cuidado respecto de ellos. El
fundamento es similar al de la “injerencia”, la diferencia es que en estos casos no hay que evitar que un riesgo se concrete en
un resultado, sino controlar un peligro abstracto para que no se convierta en concreto, esas reglas de seguridad sólo sirven
cuando se conocen datos objetivos de que la situación es peligrosa, pero no cuando se conocen datos objetivos de que la
situación es más peligrosa de lo normal. Si en tales condiciones, sólo se tienen los cuidados ordinarios, habrán quedado por
debajo de las exigencias del deber de cuidado exigible en el tráfico (Feijóo Sánchez, Bernardo; Resultado lesivo e imprudencia,
Bosch, Barcelona, 2003, págs. 310 a 330), ello no se dio en la especie, pues si el sujeto respeta las reglas generales de
cuidados, y no estaba a su alcance el conocimiento de especiales factores de riesgo, la conducta será atípica: está dentro del
riesgo permitido (Feijóo Sánchez, Bernardo; ibídem). Puede suceder que, como pasa en el caso concreto, aun observando las
normas de reducción de peligros, orientadas a situaciones típicas, se constate un riesgo mayor que el básico (o típico), en este
caso, la conducta que respeta la regla no puede presentarse como creación de riesgo permitido.
36
orden público (cfr. Bidart Campos, Germán; op. cit., pág. 500); así lo entiende también Vanossi, Hugo Alsina, Morello, Haro. Lo
que sí se encuentra vedado es la declaración abstracta, es decir fuera de una causa concreta.
La declaración de oficio no altera el equilibrio de los tres poderes porque no implica arrogarse atribuciones legislativas sino
ejercer la facultad de control propia de la división de poderes. Pareciera absurdo que el silencio de una de las partes del proceso
prive al tribunal de cumplir con el mandato constitucional de asegurar la superioridad de la Constitución Nacional por sobre las
normas infraconstitucionales. Resulta a mi juicio jurídica y lógicamente insostenible que un juez, cuya tarea es sustancialmente
valorativa y que al asumir su cargo ha jurado por la patria, y si las tuviere, por sus creencias religiosas, cumplir y hacer cumplir
la Constitución, tenga ante sí -al disponerse a resolver un caso- una norma evidentemente inconstitucional, que además
perjudica al imputado, se vea impedido de declarar la invalidez de dicha norma simplemente porque éste omitió efectuar el
planteo. A Esto se refirió la Corte Suprema de Estados Unidos en el celebre caso "Marbury vs. Madison" de 1803 en el que
creara en forma pretoriana el control de constitucionalidad, cuando sostuvo que el mentado juramento del juez constituiría algo
peor que una solemne burla.
En el sentido indicado, ha sostenido la Corte Nacional que los jueces están facultados para ejercer de oficio el control de
constitucionalidad sin que se afecte el principio de división de poderes ni el derecho de defensa en juicio (CSJN, "Mill de Pereyra,
Rita A. y otros c. Pcia. de Corrientes", 27/09/01, La Ley, 2001-F-886). En igual sentido: Suprema Corte de Justicia de la Pcia. de
Bs. As., causas L. 77.011 y L. 80.156; Tribunal de Casación Penal de esta provincia, Sala III, causa 4523.
Es que como enseña Luigi Ferrajoli la sujeción del juez a la ley ya no es como en el viejo paradigma positivista, sujeción a la
letra de la ley cualquiera que fuera su significado, sino sujeción a la ley cuando es válida, es decir coherente con la constitución
("El derecho como sistema de garantías", ponencia expuesta en las Jornadas sobre la crisis del Derecho y sus alternativas,
organizadas por el CGJP, Madrid, 30 de noviembre a 4 de diciembre de 1992).
El principio de razonabilidad es una garantía innominada que fluye de los arts. 1, 14, 28 y 33 de la Constitución Nacional. Las
leyes que reglamentan los derechos consagrados constitucionalmente, no pueden alterar sustancialmente esos derechos,
desnaturalizandolos o suprimiéndolos. Por ello la función reglamentaria tiene límites, y si las atribuciones concedidas por la Ley
Fundamental son sobrepasadas debe funcionar el control de constitucionalidad a cargo del Poder Judicial, que deberá velar para
que las normas infraconstitucionales se mantengan en adecuada coherencia con las directrices constitucionales, sin que se
produzcan situaciones inequitativas o irrazonables, en la resolución de los casos concretos.
La doctrina y la jurisprudencia han elaborado el principio de razonabilidad como un intento de delimitación entre la
reglamentación legítima y la que altera los derechos y garantías. Se trata de una norma operativa, ineludible de aplicar por
todos los órganos de poder en un Estado de Derecho, pues lo razonable es lo opuesto a lo arbitrario (cfr. Gelli, María Angélica;
Constitución de la Nación Argentina, comentada y concordada, La Ley, Buenos Aires, pág. 329). Ha resuelto el Tribunal de
Casación Penal de ésta provincia que una norma legal puede ser inconstitucional por incompatibilidad lógica con el texto
supremo o por colisionar con sus principios básicos, y que la tarea de dictar normas generales se ve restringida por el principio
de razonabilidad que exige que el legislador determinen fundadamente los límites al ejercicio de los derechos (TCP, Sala I, sent.
del 10/03/05 en causa 15.875). En igual dirección ha sostenido el Tribunal Cimero de nuestro país que el control de
constitucionalidad que le compete al Poder Judicial exige garantizar que las decisiones legislativas respeten el principio de
razonabilidad, según el cual debe cuidarse especialmente que los preceptos legales mantengan coherencia con las reglas
constitucionales durante el lapso que dure su vigencia en el tiempo, de suerte que su aplicación concreta no resulte
contradictoria con lo establecido en la Constitución Nacional (CSJN, Fallos 316:3104, 317:756; 319:3241).
Se ha sostenido que "el principio constitucional de necesaria racionalidad de los actos de gobierno (art. 1 CN) impone que los
imputados de delitos reprimidos con penas más leves no sean tratados de un modo más severo que aquellos a quienes se
atribuyen delitos sancionados con penas de mayor gravedad. Una elemental exigencia de racionalidad lleva a que a menor
gravedad del delito imputado corresponda un trato penal menos severo resultando lo inverso un acto estatal incluso
desigualitario, por no tratar en forma menos severa la situación procesal de quien resulta imputado de un delito más leve,
mientras que la igualdad ante la ley otorga el derecho a ser tratado de diferente forma ante distinta circunstancia, lo que implica
reconocer el derecho de toda persona a recibir del Estado un trato menos severo (y, más claro aún, no más gravoso) que aquel
que ese mismo Estado brinda a quien se encuentra ante una circunstancia menos grave que otra" (Vitale, Gustavo; Suspensión
del juicio a prueba, 2ª edición, Editores del Puerto, Buenos Aires, 2004, págs. 191/192).
En el caso resulta evidente que ante la presunta comisión del delito de lesiones culposas, que resulta menos grave en cuanto al
peligro ocasionado y a la sanción prevista que el delito de homicidio culposo, de exigirse el pago del monto de la multa se
estaría dando una respuesta más grave a una conducta mas leve de igual naturaleza, con lo cual se afectaría el principio de
razonabilidad y el de proporcionalidad, además de la igualdad ante la ley (arts. 16 CN y 11 Const. Pcia. de Bs. As.). Respecto a
esta última garantía la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha sostenido reiteradamente que la ley debe ser igual para los
iguales en igualdad de circunstancias, y que no se debe excluir a algunos de lo que se concede a otros en iguales circunstancias
(Fallos 127:18; 118:401, etc; en igual sentido: SCBA, I. 2019, "Devia" DJJ del 01/03/04, pág 1067); por eso señala María
Angélica Gelli que el Alto Tribunal "ha examinado la categoría normativa hacia adentro, para evaluar si a alguno de los
integrantes de aquella se los excluye del goce de los derechos que se reconocen a los otros. Una garantía mayor de la igualdad
exige un análisis de razonabilidad más intenso para controlar las pautas con las que se construyeron las categorías" (op. cit.,
págs. 182/183).
En el caso bajo análisis se da un supuesto discriminatorio irrazonable y absurdo desde que la categoría que presenta menor
lesividad recibe un trato más severo. Se trata de una inconsecuencia de la ley en su aplicación al caso concreto que produce
situaciones inequitativas que deben entenderse como no deseadas ni previstas por el legislador, por lo que debe funcionar el
control constitucional por parte del Poder Judicial, en una tarea moderadora y esencial que tiende a asegurar el orden jerárquico
de las normas que rigen en la República.
VI. PETITORIO
Conforme los antecedentes de mención a V.S. peticiono:
1. Se tenga por presentada esta oposición al requerimiento de elevación a juicio fiscal y se dicte oportunamente el
sobreseimiento de Silvina Ruffet en orden al delito por el que viene acusada.
2. Subsidiariamente para el caso de no hacerse lugar al anterior pedido se remitan las presentes actuaciones a la Oficina de
Resolución Alternativa de Conflictos a los fines de evaluar a la posibilidad de arribar a una composición del conflicto.
3. Subsidiariamente para el caso de no hacerse lugar al pedido de mediación se disponga otorgar a Silvina Ruffet el beneficio de
suspensión de juicio a prueba.
4. Se declare en orden al acápite “3” de este apartado, la inconstitucionalidad del pago del mínimo de la multa que dispone el
art. 76 bis , 5° párr. del C.P.
37
Dios guarde a V.S.-
La Plata, 25 de septiembre de 2010.
Torquatto Mitre, abogado inscripta en el T. X, f. 10, C.U.I.T. Nº 10000000-3, I.V.A. Resp. Inscripto Leg. Previsional Nº
1000000 C.A.B.B., constituyendo domicilio procesal en la calle 20 de octubre 240 de Bahía Blanca, en la causa nro. 2000/01,
orden interno 300, caratulada “Takhisis, Eugenio por robo -dos hechos-”, a V.V.S.S. me presento y respetuosamente digo:
En virtud de los extremos que surgen liminarmente, del resolutorio obrante entre las fs. 161 y 162, en atención al
cuadro de psicosis esquizofrénica simple con deterioro global de la personalidad que presenta el encartado es que solicito se
suspenda el trámite del presente proceso por incapacidad mental sobreviniente (art. 63 del rito provincial) debiendo efectuarse
por el señor perito médico forense oficial una nueva evaluación psiquiátrica del causante cada seis (6) meses.
(Los Nombres y Apellidos que se muestran en los escritos son ficticios, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia).
María Evangelina Coppolillo, abogada, inscripta en la matrícula al T: VI F: 204 del CABB LEGAJO NRO. 790415-2, I
Brutos/CUIT 27-27235453-6, Responsable Monotributo, con domicilio procesal en 19 de Mayo 531 de la ciudad de Bahía Blanca,
por mi propio derecho, en la Causa N°11.223, caratulada “Cáceres, Julio c/ Ernesto Raúl, por robo simple”, a V.S. me presento
y respetuosamente digo:
Que vengo a solicitar se sustituya la caución real que se estableciera a favor de mi defendido por la personal de quien
suscribe.
Que como fundamento de la petición se sostiene que mi defendido carece de medios suficientes para poder hacer el depósito
de la caución referida, no pudiendo por sus propios medios hacerse de los fondos para efectivizarla en el plazo previsto para
ello, por lo que solicito haga lugar a mi petición.
Proveer de Conformidad
SERA JUSTICIA
Torquatto Mitre, abogado inscripto en el Tomo X, Folio 124, C.U.I.T. Nº 2727060120-3, I.V.A. Resp. Inscripto Leg. Previsional
Nº7485269, C.A.B.B, constituyendo domicilio procesal en la calle Moreno 345, de la ciudad de Bahía Blanca, en carácter de
abogado defensor del Sr. Eugenio Takhisis, en la I.P.P. Nº 2803 que tramita ante la U.F.I. Nº 10, carpeta de la causa Nº 1132,
por el delito de Robo, me presento ante V.S y respetuosamente digo:
I-
Que de conformidad con lo establecido en el artículo 195 inciso 1 del C.P.P.B.A., vengo a solicitar se sustituya la fianza real que
se estableció a favor de mi defendido, por caución juratoria.
(Los Nombres y Apellidos que se muestran en los escritos son ficticios, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia).
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VISTA DE OPOSICIÓN A LA EXCARCELACIÓN. CONTESTA VISTA:
Frank Herbert, Agente Fiscal a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción 20 de Bahía Blanca, en la
causa nro. 500/09, o.i. 1000 seguida a Eugenio Takhisis por robo, a V.S. me presento y respetuosamente digo:
En éste sentido, ha de indicarse que, si bien el encartado se encuentra en las condiciones temporales
de acceso al instituto peticionado a la luz de las prescripciones ritualistas del art. 169.8º, caben al respecto las ponderaciones
que impliquen la persistencia de la restricción ambulatoria del encartado, por cuanto no se presentan en la especie extremos
excepcionales que viabilicen la excarcelación del procesado. Por el contrario los peligros procesales fundantes de la medida de
coerción personal se ven potenciados bajo la égida de la sentencia condenatoria no firme de marras (fs. 184/194 del principal),
no pudiéndose soslayar tampoco las indicaciones surgidas del Informe del Instituto de Clasificación (fs. 21) que claramente
subrayan la inconveniencia del cese de la medida precautoria.
(Los Nombres y Apellidos que se muestran en los escritos son ficticios, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia).
Frank Herbert, Agente Fiscal a cargo de la Fiscalía de Juicio nro. 20 de este Departamento Judicial, en la causa caratulada
“Takhisis, Eugenio por daño y resistencia a la autoridad”, causa nro. 990/05, orden interno 1308, a V.S. me presento y
respetuosamente digo:
Que vengo por la presente a contestar la vista conferida en autos, en orden a la oposición impetrada por la defensa respecto a la
incorporación por su lectura del acta policial obrante a fs. 1, en la cual se instrumenta la aprehensión del imputado y el
secuestro de efectos.
La defensa se opone fundándose en la intelección a dar al art. 366 del rito provincial ante la reforma por ley 13.260.
Entiendo que la fundamentación es errada, y lo explico. El art. 366 del rito permite, como excepción, la incorporación por lectura
de declaraciones de los imputados (incs. 1° y 3°), de declaraciones testimoniales (incs. 2°, 4°, 5° y 6°), y de otras piezas
procesales, específicamente detalladas (inc. 4°) e inespecificadas (“cualquier otro acto o acta”, inc. 7°).
Pues bien, entre las piezas procesales que el ordenamiento permite incorporar, distintas de las declaraciones de imputados y
testigos, se encuentran las detalladas en el inc. 4° del art. 366: la denuncia, la prueba documental, la prueba de informes, actas
de inspección, de registro domiciliario, de requisa personal, de secuestro, y declaraciones testimoniales (solo los
reconocimientos aludidos en el debate, para verificar sus contradicciones, incongruencias u omisiones).
Se advierte entonces que la norma del inc. 4° del art. 366 del CPP permite la incorporación del acta de fs. 1, pues se
instrumenta por medio de la misma un secuestro, amén de tratarse de un acta en la que se dejó constancia la inspección que
llevó adelante la policía en su función preventora.
Cabe agregar que cuando la norma del art. 366 inc. 4° del C.P.P. hace referencia a la verificación de contradicciones,
incongruencias y omisiones, alude a los reconocimientos vertidos en declaraciones testimoniales, y no al resto de las pruebas
que se enumeran.
Ello, por cuanto dicha interpretación resultaría irrazonable. Pensemos si no, ¿qué contradicción, incongruencia u omisión
podemos encontrar en un cheque, ofrecido como prueba documental? ¿cuál sería la versión oral a que hace referencia la
defensa?. Ninguna, el cheque por sí nada va a poder aludir en el debate. Otras pruebas podrán contrarrestar su valor como
elemento de convicción, pero ello hace a la valoración de la prueba -art. 210 del C.P.P.- y no a la decisión de su incorporación -
art. 366 del C.P.P..
Esta interpretación, es la que incluso, se desprende de la lectura de otros códigos procesales provinciales. Si repasamos el
sistema de incorporación por lectura de todos esos ordenamientos procesales, podremos verificar que en el mismo se habilita la
39
incorporación por lectura de declaraciones imputado y co-imputados, de declaraciones testimoniales (en casos no distintos de
los de nuestro art. 366) y de piezas de la instrucción. Entre estas, se detallan específicamente las del inc. 4°, pudiéndose
agregar que en la mayoría de los ordenamientos la enumeración es aun más amplia.
En virtud de lo expuesto, solicito se rechace la oposición a la incorporación por lectura del acta de fs. 1.
CONTESTA VISTA:
Frank Herbert, Agente Fiscal a cargo de la Fiscalía de Juicio nro. 20 del Departamento Judicial Bahía Blanca, en el
incidente de oposición formado en causa nro. 1400/05 seguida contra Eugenio Takhisis, a V.V.S.S. me presento y
respetuosamente digo:
Que vengo por la presente a contestar el traslado conferido en autos (fs. 20).
Que habiendo tenido a la vista los obrados principales, el cómputo de pena resulta correcto, por lo que entiendo
no corresponde formular objeción alguna al mismo.
Vista en Exhorto
Frank Herbert, Agente Fiscal a cargo de la Fiscalía de Juicio nro. 20 de Bahía Blanca, en el exhorto nro. 1000/05,
a V.V.S.S. me presento y respetuosamente digo:
Que contestando la vista conferida –art. 114 del rito provincial-, hallándose reunidos los recaudos exigidos por la
ley 22.172, no existiendo objeciones que realizar por parte de esta representación del Ministerio Público, entiendo corresponde
dar curso favorable a la presente rogatoria.
CONTESTA VISTA:
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Frank Herbert, Agente Fiscal a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción y de Juicio nro. 20 de Bahía Blanca, en la
causa nro. 7257, formado en favor de Eugenio Takhisis con respecto a la petición de salidas transitorias, a V.S. me presento y
respetuosamente digo:
Que contestando la vista conferida, señalo que de conformidad con lo normado por el art. 146 de la ley 12.256 de
Ejecución Penal (según ley 12.543), para acceder al régimen de salidas transitorias el condenado deberá hallarse ante la
proximidad de su egreso, que la ley establece en 6 meses antes del término previsto para el cumplimiento de la pena, y
asimismo hallarse en el régimen semiabierto del supuesto del art. 133 del cuerpo normativo precitado. Ninguna de estas
situaciones se dan en el sub examine. Por lo que cabe concluir en la imposibilidad de la concesión del beneficio peticionado bajo
éste marco.
Que en segundo lugar, y en subsidio de lo anterior, debo decir que estando a los términos de la ley 24.660 en lo que
hace al beneficio que nos ocupa -encuadrándolo en el instituto de la semilibertad (art. 23 del cuerpo normativo recién citado)-,
este resultaría procedente, en tanto se hallarían cumplidos los requisitos del art. 17 de la ley nacional, esto es el cumplimiento
de la mitad de la condena para los casos de penas temporales (vide informe de fs. 5, inc. I, a), no tener causa abierta donde
interese su detención u otra condena pendiente (vide informes de fs. 15 y 16, inc. II), poseer conducta ejemplar según el
régimen de su internación (vide informe de fs. 17, inc. III) y finalmente merecer del organismo técnico criminológico del
establecimiento carcelario, concepto favorable respecto de su evolución (vide informe de fs. 25, inc. IV).
Por lo antedicho, no hallo obstáculos para imponer a la concesión del beneficio peticionado.
(Los Nombres y Apellidos que se muestran en los escritos son ficticios, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia).
CONTESTA VISTA:
Frank Herbert, Agente Fiscal a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio nro. 20 de Bahía Blanca, en el
Incidente de Libertad Asistida nro. 7260 en favor de Eugenio Takhisis, a V.S. me presento y respetuosamente digo:
Que contestando la vista conferida, señalo que, el encartado se halla en las condiciones temporales de acceso al
instituto peticionado, por lo que, corresponde ingresar al tratamiento del resto de los requisitos de procedencia relacionados con
la incidencia planteada.
En tal sentido, el Informe Técnico Criminológico (fs. 19), a posteriori de examinar los diversos informes de las áreas
de tratamiento del Departamento Técnico Criminológico (informe de desempeño institucional -fs. 14-, informe integral -fs. 18-,
informe social -fs. 15- e informe psicológico -fs. 8/9-) concluye señalando la conveniencia de incluir al interno en el régimen
peticionado en atención a baremos de índole biosociales e institucionales.
Por todo ello, no habré de oponerme a la concesión del beneficio de que se trata.
(Los Nombres y Apellidos que se muestran en los escritos son ficticios, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia).
CONTESTA VISTA:
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Sr. Juez a cargo del Juzgado de Ejecución:
Frank Herbert, Agente Fiscal a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción y de Juicio nro. 20 de Bahía Blanca, en el
Incidente de Libertad Condicional nro. 4810 formado en favor de Eugenio Takhisis, a V.S. me presento y respetuosamente digo:
Que el encartado se halla en las condiciones temporales previstas a los fines de acceder al beneficio solicitado, por lo
que corresponde entrar al análisis de los restantes requisitos.
Conforme lo normado por el art. 13 del Código Penal, y los arts. 101 y 103 de la ley 12.256 de Ejecución Penal, se
exigen a los fines de la incorporación al régimen de Libertad Condicional, la fundamentación en base al informe de la dirección
del establecimiento e informe de peritos que pronostique en forma individualizada y favorable su reinserción social.
En tal sentido, surge del presente legajo una opinión pronóstica desfavorable (vid informe de fs. 18), respecto del
condenado Eugenio Takhisis. Motivo por el cual corresponde no hacer lugar al beneficio solicitado.
Vista Mediación
VISTA MEDIACIÓN
Frank Herbert, Agente Fiscal a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción 20 de Bahía Blanca, en la causa nro. 500/09, o.i.
1000, caratulada “Takhisis, Eugenio por incumplimiento de los deberes de asistencia familiar”, a V.S. me presento y
respetuosamente digo:
Que contestando la vista conferida en autos (fs. 98 vta.), vista la petición formulada por la defensa técnica (fs. 97 vta.),
refrendada por el encartado en la audiencia dispuesta a tenor de lo normado por el art. 338 del rito provincial (fs. 96/99), siendo
que esta Representación del Ministerio Público Fiscal ha mantenido contacto con la víctima de autos con fecha 14 de septiembre
del corriente año, Sra. Claudia Noemí Pérez, la que se ha expresado en un todo conforme con el trámite que nos convoca, es
que en orden al principio de oportunidad que rige la función de esta parte (art. 56, 4° párr. del rito provincial), vista prima facie
la conveniencia de suspender la prosecución de la acción pública en la presente y teniendo por norte la composición a que podría
arribarse entre ambas partes involucradas en el conflicto es que no habré de oponerme a la remisión de estos actuados a la
Oficina de Mediación dependiente de la Fiscalía General Departamental a efectos de solventar definitivamente el conflicto.
Frank Herbert, Agente Fiscal a cargo de la Fiscalía de Juicio nro. 20 de este Departamento Judicial, en la causa caratulada
“Takhisis, Eugenio por robo”, causa nro. 1057/04, orden interno 1295, a V.V.S.S. me presento y respetuosamente digo:
Que vengo por la presente a contestar la vista conferida en autos, en orden a la oposición impetrada por la defensa respecto a la
incorporación por su lectura del acta policial obrante a fs. 1, en la cual se instrumenta la aprehensión del imputado y el
secuestro de efectos.
La defensa se opone fundándose en lo que denomina “la facultad prevista por el art. 366 inc. 7° del CPP”.
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Entiendo que la fundamentación es errada, Y lo explico. El art. 366 del rito permite, como excepción, la incorporación por lectura
de declaraciones de los imputados (incs. 1° y 3°), de declaraciones testimoniales (incs. 2°, 4°, 5° y 6°), y de otras piezas
procesales, específicamente detalladas (inc. 4°) e inespecificadas (“cualquier otro acto o acta”, inc. 7°).
Pues bien, entre las piezas procesales que el ordenamiento permite incorporar, distintas de las declaraciones de imputados y
testigos, se encuentran las detalladas en el inc. 4° del art. 366: la denuncia, la prueba documental, la prueba de informes, actas
de inspección, de registro domiciliario, de requisa personal, de secuestro, y declaraciones testimoniales (solo los
reconocimientos aludidos en el debate, para verificar sus contradicciones, incongruencias u omisiones).
Se advierte entonces que la norma del inc. 4° del art. 366 del CPP permite la incorporación del acta de fs. 1, pues se
instrumenta por medio de la misma un secuestro, amén de tratarse de un acta en la que se dejó constancia la inspección que
llevó adelante la policía en su función preventora.
La norma del inc. 7° del CPP que invoca la defensa, se refiere a “cualquier otro acto o acta del proceso”, es decir distinta de las
enumeradas en los incs. anteriores. Y es para este solo supuesto al que se refiere el “consentimiento de las partes” y la
“aquiescencia del Tribunal”. De modo tal que se advierte que el fundamento de la defensa (la necesariedad de su
consentimiento) se refiere a otro caso del que nos ocupa.
La alegada “reproducción” en el debate por el testimonio de las personas intervinientes (en rigor no es reproducción sino en todo
caso recreación, ya que la inspección, aprehensión y secuestro realizados como tales obviamente no pueden “reproducirse” -
esos mismos medios de prueba- en las mismas condiciones) no puede ser óbice para su incorporación, cuando la ley nada dice
al respecto. Porque además en todo caso el testimonio de los intervinientes podrá ser una medida para su valoración.
Y digo esto porque aparece en esta última argumentación de la defensa una confusión que también debe despejarse. Una
cuestión es la decisión de la incorporación por lectura (en la que solo debe merituarse si el supuesto se encuentra previsto en la
-por cierto- taxativa enunciación del art. 366). Y otra distinta es la valoración de la prueba en términos que impone el art. 210
del CPP, y en la que sí podrá contrastarse con el resto de las pruebas en general, y en particular en otra prueba que se hubiera
recibido frente al Tribunal (ahora sí cabe la alusión al principio de inmediación, del que el art. 366 es una excepción legalmente
prevista).
Siendo así, solo puede evaluarse en esta instancia si la ley prevé la incorporación del acta de fs. 1, que en tanto instrumenta la
inspección y el secuestro llevados a cabo por el personal policial, aparece avalada por la norma del art. 366 inc. 4° del CPP.
Solo restaría dejar aclarado que obviamente cuando éste último dispositivo hace referencia a la verificación de contradicciones,
incongruencias y omisiones, alude a los reconocimientos vertidos en declaraciones testimoniales, y no al resto de las pruebas
que se enumeran.
Ello, por cuanto dicha interpretación resultaría irrazonable. Pensemos si no, ¿qué contradicción, incongruencia u omisión
podemos encontrar en un cheque, ofrecido como prueba documental?. Ninguna, el cheque por sí nada va a poder aludir en el
debate. Otras pruebas podrán contrarrestar su valor como elemento de convicción, pero ello como vimos es una cuestión ajena
a la que en este momento nos ocupa.
Esta interpretación por otro lado, es la que se desprende de la lectura de otros códigos procesales provinciales. Si repasamos el
sistema de incorporación por lectura de todos esos ordenamientos procesales, podremos verificar que en el mismo se habilita la
incorporación por lectura de declaraciones imputado y co-imputados, de declaraciones testimoniales (en casos no distintos de
los de nuestro art. 366) y de piezas de la instrucción. Entre estas, se detallan específicamente las del inc. 4°, pudiéndose
agregar que en la mayoría de los ordenamientos la enumeración es aun más amplia.
En virtud de lo expuesto, solicito se rechace la oposición a la incorporación por lectura del acta de fs. 1.
CONTESTA VISTA:
Frank Herbert, Agente Fiscal a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio nro. 20 de Bahía Blanca, en el
incidente de libertad condicional nro. 2000 seguido a Eugenio Takhisis, a V.S. me presento y respetuosamente digo:
Que el encartado se halla en las condiciones temporales previstas a los fines de acceder al beneficio solicitado, por lo
que entiendo corresponde entrar al análisis de los restantes requisitos visto el cumplimiento de éste extremo.
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Que conforme lo normado por los arts. 101 y 103 de la ley 12.256 de Ejecución Penal, la incorporación al régimen de
Libertad Condicional, deberá fundarse en base al asesoramiento y dictamen del Instituto de Clasificación, siendo los mismos
evaluados por el Juzgador en su decisorio, atento ser parte integrante del informe previo de la Dirección del Establecimiento
Carcelario, requerido por el art. 13 de la norma sustantiva. En tal sentido, la Secretaría Técnica del Instituto de Clasificación
arriba a un pronóstico de inserción social de tendencia favorable, pero señala reservas en base algunos aspectos del interno, por
cuanto se presenta una “... incierta posibilidad de concreción de los proyectos laborales sostenidos por el causante y la carencia
de certeza respecto de la contención tanto normativa como afectiva y material de la que sería objeto por parte de su red
parental” (fs. 14).
Este perfil es reseñado también por el informe psicológico de fs. 12/13 aunque no olvida subrayar que el interno se ha
adoptado bien a la normativa carcelaria.
Que siendo que se encuentran entonces acreditados los extremos para la concesión del beneficio, no habré de
oponerme a su concesión, solicitando que en tal caso y en virtud de las circunstancias personales antes reseñadas, se impongan
al encartado condiciones que, previstas por el art. 13 del CP, se proyecten a una favorable inserción social del penado en el
período de prueba que comenzará.
(Los Nombres y Apellidos que se muestran en los escritos son ficticios, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia).
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