Redioactividad

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UNIDAD EDUCATIVA FÍSCAL ´´ SAN FRANCISCO DE

QUITO´´
Integrantes: Adrián Barrera, Emily Chimba, Sol Durán, Derlis Hinojosa, Kimberly
Pilaquinga, Sebastián Quijia.
Curso: 1ro BGU ´´D´´
Fecha: 2023 \ 03 \ 30
Los antiguos griegos propusieron que la materia no podía ser dividida
indefinidamente, de tal forma que supusieron que ésta debía estar compuesta
por unidades indivisibles a las que llamaron átomos (de palabras griegas que
literalmente significan: sin división). Los griegos supusieron que las diversas
formas que los átomos tenían -los cuales eran sólidos- determinaban las
características de las diferentes sustancias.
Después vino la idea de los elementos, la cual suponía que diferentes
elementos estaban constituidos por diferentes clases de átomos. John Dalton
(1766-1844) mostró que cada elemento estaba formado de átomos que diferían
en masa de los átomos de otros elementos. Por ejemplo, el carbón tiene una
masa relativa de 12, el oxigeno de 16, siendo la unidad el átomo de hidrógeno,
el cual es el más ligero de todos los átomos.
Los químicos habían estudiado el comportamiento de los gases y habían
notado que si doblaban el volumen del gas, la presión disminuía a la mitad y si
dividían a la mitad el volumen, su temperatura se duplicaba. Durante mediados
del siglo XIX, James Clerk Maxwell (1831-1879) explicó la ley de los gases
aplicando estadística al movimiento azaroso de los átomos. Mostró que cuando
se calienta un gas sus moléculas incrementan sus velocidades, lo que hace
que reboten contra las paredes de contenedores con más fuerza y de esta
forma incrementando la presión. Para mantener la misma presión el volumen
debe de incrementarse. Para estas fechas, los átomos eran dados por hecho y
tratados como simples esferas. En este punto, tal concepto de los átomos -
como simples esferas- se vino abajo por descubrimientos hechos hacia el final
de el siglo XIX.
Tambien se creía a finales del siglo XIX, que los componentes básicos de la
materia conocida eran estables, siempre iguales, inmutables. Se pensaba que
cuando un material no recibe influencia externa alguna (no se calienta, no se
parte, no se tiñe, etc.), permanecerá igual a través del tiempo, sus átomos no
cambiarán: es decir desde un lenguaje más científico se creía que las
moléculas podían sufrir transformaciones, recombinándose para formar otras,
pero los átomos se mantenían siempre inalterados.
Pero, en 1896 Becquerel informó a la comunidad científica un fenómeno que no
encajaba con esta idea de la inmutabilidad de los materiales...

1 . HENRI BECQUEREL
Poco después de que se descubriera los rayos X, en
1895; Antoine Henri Becquerel (1852-1908) mostró un
fenómeno que no era explicable de acuerdo con el
modelo inmutable que se tenía de los átomos. Había
observado repetidas veces que unas placas fotográficas
envueltas en papel negro junto a un cierto mineral (que
luego sería denominado pecblenda), se habían
ennegrecido (se habian velado). Esto sucedía de un día
para otro, es decir en un tiempo relativamente cortos, lo
que hacía suponer que el cambio se debía a un agente externo. No podía
entrar luz a las placas, y éstas no habían sido calentadas. Tampoco podían
haber sido afectadas por algun agente químico. Al revelar la placa apareció que
algún rayo emitido por el mineral debía haber penetrado a través del papel.

Pero, ¿cómo había sucedido esto? El peso de la evidencia, tras mucho repetir
la operación, llevó a la conclusión que existía "algo" producido o emitido por la
pecblenda, que atravesaba la gruesa protección de las placas fotográficas de la
época y las impresionaba igual que cuando se sacaba una fotografía
exponiéndolas a la luz visible común. De este modo Becquerel descubrió la
radiactividad. Posteriormente, mostraría que los rayos provenientes del uranio
podían ionizar el aire y también eran capaces de penetrar a través de láminas
metálicas delgadas.

2 . MADAM CURIE

En 1898, Marie Sklodowska Curie (1867-1934), con su


esposo Pierre Curie (1859-1906), dirigió sus investigaciones
a la radiactividad. En poco tiempo el matrimonio Curie
descubrieron dos elementos nuevos, el polonio y el radio,
ambos radiactivos. Para confirmar su trabajo sobre el radio,
procesaron una tonelada de residuos de pecblenda, para
obtener 0.1 g de cloruro de radio puro, que usaron para
efectuar más estudios sobre las propiedades del radio y determinar su masa
atómica.
Marie Curie, dos años después de el descubrimiento de Becquerel, en 1898, le
dio a este fenómeno el nombre de radiactividad.

3 . ERNEST RUTHERFORD

Ernest Rutherford, en 1899, comenzó a investigar la


naturaleza de los rayos emitidos por el uranio. Encontró
dos tipos de rayos, a los que llamó rayos alfa y beta.
Pronto se dio cuenta que el Uranio, al emitir estos rayos,
se transformaba en otro elemento. A la altura de 1912 se
conocían ya más de 30 isótopos radiactivos y hoy se
conocen mucho más. Paul Villard descubrió en 1900, los
rayos gamma, un tercer tipo de rayos que emiten los
materiales radiactivos y que es semejante a los rayos X.
De acuerdo con la descripción del átomo nuclear, Rutherford se atribuyó el
fenómeno de la radiactividad a reacciones que se efectúan en los núcleos de
los átomos.

V I . L A R A D I A C T I V I D A D Y L A
E S T I M A C I Ó N D E E D A D E S

PARA MEDIR la edad de las piezas arqueológicas, fósiles, yacimientos o la


de la Tierra misma, se requiere de un reloj que permita medir el tiempo
transcurrido desde que se fabricaron las piezas, desde que murió la planta
o animal que luego quedó en forma de fósil, desde que se depositaron los
minerales en un yacimiento o desde que nació la Tierra misma.

En ocasiones, estos tiempos sólo son de miles de años, y en otras de miles


de millones de años. El reloj requerido debe variar con el tiempo en una
forma muy bien conocida. El decaimiento radiactivo posee precisamente
estas características, ya que se puede considerar que decae en forma
constante a través del tiempo, en ocasiones con una vida media
relativamente corta, como la del carbono-14, de menos de 6 000 años, y en
otras con vidas extremadamente largas, como la del uranio-238, de 4 500
000 000 de años. La vida media de cada radisótopo es una constante y se
mantiene invariable a través del tiempo.

Para poder utilizar ese reloj se requiere conocer la concentración del


material radiactivo cuando se inició el proceso cuya edad se desea estimar.
También se requiere conocer esa concentración de material radiactivo en
el momento actual. Utilizando la vida media del isótopo se puede calcular
el tiempo transcurrido. El problema principal en la aplicación de estas
técnicas es conocer la concentración inicial del material radiactivo.

Cuanto mayor sea la vida media de un radisótopo es mayor su utilidad para


estimar edades de piezas o acontecimientos más antiguos. Los
radisótopos que se utilizan más a menudo para este propósito son el
carbono-14, el uranio-238, uranio-235, torio-232, rubidio-87 y potasio-40.

EL CARBONO- 14

El método del carbono-14 para determinar edades ha sido de gran


importancia para encontrar la antigüedad de restos de animales de
diferentes culturas, fósiles, etc. Aunque actualmente se utilizan otros
isótopos radiactivos de otros elementos con más éxito que éste, aquí se
presenta al lector esta técnica porque tuvo mucho éxito desde que fue
propuesta por Libby hace ya muchas décadas.

¿En qué se basa esta técnica? Son varios los procesos naturales que
permiten aplicarla:

•Los neutrones producidos por la radiación cósmica reaccionan con el


nitrógeno de la atmósfera a elevadas altitudes sobre la superficie de la
Tierra y forman el isótopo radiactivo carbono-14.
•Este carbono-14, a su vez, reacciona con el oxígeno de la atmósfera para
formar el bióxido de carbono- 14, que se mezcla uniformemente con el
bióxido de carbono existente en la atmósfera.

•Las plantas utilizan y asimilan el bióxido de carbono-14 mezclado con el


bióxido de carbono normal.

•Todo material viviente contiene, pues, carbono-14, que asimila de las


plantas.

•Finalmente, cuando el ser viviente muere deja de asimilar carbono-14 y


éste va decayendo de acuerdo con las leyes del decaimiento radiactivo, de
tal manera que una pieza se reconoce como antigua cuanto menos
carbono-14 contenga.

La proporción de radiactividad del carbono-14 en cualquier fracción de


materia orgánica da así una medida del tiempo transcurrido desde que dejó
de existir como materia viviente.

La estimación de edades de materia orgánica utilizando el carbono- 14 ha


encontrado aplicación en muchos campos, pero las mediciones más
espectaculares que se han logrado con este método han sido en muestras
arqueológicas. Por otra parte, la vida media relativamente corta de este
isótopo radiactivo y varias dificultades técnicas hacen que este reloj sea
bueno únicamente para tiempos menores de unos sesenta mil años.

ESTIMACIÓN DE EDADES GEOLÓGICAS POR LOS MÉTODOS


RADIACTIVOS

Para la medida de edades geológicas, como la edad de ciertos yacimientos


o la edad de la Tierra, se utilizan isótopos radiactivos de vidas medias muy
largas.

Son muy pocos los átomos radiactivos con vidas medias del orden de la
duración de tiempos geológicos. Los geocronologistas usan principalmente
tres relojes, los cuales se caracterizan por su par de átomos: el padre,
siempre radiactivo, y el hijo, que puede o no ser radiactivo. Estos métodos
son conocidos con los nombres de potasio-argón, rubidio-estroncio y
uranio-plomo, en virtud de que el primer isótopo de cada par es el átomo
padre, y el segundo su descendiente.

El potasio-40 al decaer da lugar al nacimiento del argón-40, que tiene una


vida media de más de 1 260 000 000 de años; el rubidio-87, por su parte,
da lugar al nacimiento del estroncio-87, con una vida media de 48 000 000
000 de años; y finalmente, el uranio-235 y el uranio-238 tienen por
descendientes dos isótopos estables del plomo, de peso 204 y 206,
respectivamente.

Estos isótopos radiactivos padres generan a sus descendientes muy


lentamente, en el transcurso de millones y millones de años. Al analizar
una muestra de acuerdo con la presencia del isótopo hijo, sea radiactivo o
no, puede determinarse, con ayuda de las leyes del decaimiento radiactivo,
el tiempo transcurrido desde la formación del yacimiento o de la Tierra. En
este caso, una mayor cantidad del isótopo hijo indica una mayor
antigüedad de la muestra.

Simples en principio, estos métodos para estimar edades deben ser


aplicados con mucha precaución. En efecto, se puede calcular la edad por
estos métodos si, a partir de la fecha en que se depositó el yacimiento o se
formó la Tierra, no ha habido movimiento de los descendientes y los
padres del par radiactivo en la muestra; es decir, si no ha habido aporte ni
pérdida de los elementos allí presentes.

En esta forma se calculó que la corteza sólida de la Tierra debe de haber


existido desde hace aproximadamente cuatro mil quinientos millones de
años.

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