Geopolitica IV

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Geopolitica IV

Como ha apuntado Brewster,34 la propia existencia del sistema marítimo que sostenía a
la hegemonía de Reino Unido en escala mundial, dependía de negar la interconexión
territorial de Eurasia. Hasta entonces, la efectividad de la conectividad marítima y su cuasi
monopolización por la presencia británica, estaba dada por la falta de vinculación territorial
en la masa euroasiática, con lo cual, las pretensiones rusas manifiestas en la construcción a
gran escala de líneas férreas, representaba un primer reto a ser superado.
En segundo término, la joya de la corona –India– podía ver seriamente comprometida
su seguridad y estabilidad, en caso de que el expansionismo ruso alcanzara territorios más
hacia el sur. Por último, la inestabilidad otomana, la llamada cuestión de oriente, planteaba
una preocupación estratégica para la pax britannica, al abrir la posibilidad de que los
estrechos del Bósforo y los Dardanelos fueran apropiados por Rusia, obteniendo por fin la
tan anhelada salida al Mediterráneo. En conclusión, todo el sistema hegemónico se veía
seriamente comprometido por la ecuación euroasiática. De ahí que Mackinder afirmara:
Hace una generación, el vapor y el canal de Suez parecían haber aumentado la
movilidad del poder marítimo con relación al poder terrestre. Los ferrocarriles
funcionaron principalmente como tributarios del comercio oceánico. Pero los
ferrocarriles transcontinentales están ahora modificando las condiciones del
poder terrestre, y en ninguna parte pueden ejercer tanto efecto como en el
cerrado “corazón continental” de Eurasia… 35
Para añadir, más adelante:
Los espacios comprendidos entre el Imperio ruso y Mongolia son tan extensos,
y son hasta tal punto incalculables sus potencialidades en cuanto a población,
trigo, algodón, combustibles y metales, que es inevitable que ahí se desarrolle
un gran mundo económico, más o menos aislado, que será inaccesible al
comercio oceánico.36
34Cfr. David Brewster, ““Silk Roads and String of Pearls: The Strategic Geography of China’s New Pathways
in the Indian Ocean”, Geopolitics, Vol. 22, No. 2, 2017.
35 Halford Mackinder, “El pivote geográfico de la historia”, Geopolítica(s), Vol. 1, No. 2, 2010, p. 315.
36Ibíd., p. 316.
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Como es posible observar, más que teoría se trata de praxis, una urgencia estratégica de
instrumentalización (geo)política del espacio euroasiático en un momento de emergencia
para la hegemonía británica. Esta geopolítica –que no se hace llamar tal– es más pragmática
y, en ese sentido, abre la brecha para reflexionar la geoestrategia, es decir, la estrategia
dirigida a la instrumentalización del espacio. Es determinista, el organicismo y el
biologicismo están presentes, es abiertamente imperialista y también contiene una
geopolítica social dirigida más a la regulación de la vida de los espacios que objetualiza y
define como centro de su reflexión. No obstante, es una geopolítica cuya pragma (πραγμα)
guía a la reflexión, que en ese sentido es más técnica e instrumental.
Esas características se encuentran todavía más presentes en la vertiente americana. El
americanismo referido por Gramsci –esa hegemonía nacida en la fábrica y que requiere de
pocos intermediarios políticos para realizarse– 37 se manifiesta en una racionalidad
instrumental que en el ámbito de la geopolítica –también muchas veces negada como tal–
entrecruza la razón de Estado con la razón de mercado, introduciendo una mercabilidad de
un capitalismo radical38 junto con imágenes, valores y creencias mesiánicas, religiosas, y
por ello metapolíticas,39 todas incluidas en un complejo concepto de seguridad.
De esta manera, el expansionismo territorial durante todo el siglo XIX responde a la
necesidad de asegurar la reproducción del capitalismo radical estadounidense, junto con las
formas de la sociedad racial, patriarcal, mesiánica, elitista y productivista que se hereda de
la llamada etapa colonial. El status quo es el centro de la dinámica revolucionaria
estadounidense.
Los autores más representativos del pensamiento geopolítico estadounidense son:
Alfred T. Mahan, Nicholas Spykman y Zbigniew Brzezinski, aunque pueden citarse
también Isaiah Bowman, Richard Hartshorne, Robert Strausz-Hupe, Margaret y Harold
Sprout, Saul Bernard Cohen y Henry Kissinger. Todos ellos son pensadores más orientados
37Cfr. Antonio Gramsci, “Rationalization of the demographic composition of Europe”, en David Forgacs
(edit.), The Gramsci Reader. Selected Writings 1916-1935. New York University Press, Nueva York, 2000,
pp. 278-279.
38Cfr. Bolívar Echeverría, “La modernidad americana (claves para su comprensión”, en B. Echeverría
(comp.), La americanización de la modernidad. CISAN/Era, México, 2008, pp. 23-25.
39 Cfr. José Luis Orozco, De teólogos, pragmáticos y geopolíticos. Aproximación al globalismo
norteamericano. UNAM/Gedisa, México, 2001, pp. 15-35.
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hacia la geoestrategia que a la geopolítica (a pesar de que Bowman, Hartshorne y Strausz-
Hupe sí debatieron el concepto como tal). 40
Por cuestiones de espacio, es imposible hacer una revisión puntual de cada uno de sus
postulados. Por ello, solamente plantearé las grandes líneas que imprimieron a la
geoestrategia estadounidense. Alfred Mahan, concebido como autor de la teoría del poder
marítimo, en realidad planteó una geoestrategia marítima en el momento en donde el
expansionismo territorial llegaba a sus límites y comenzaba el vínculo con la globalización
económica-financiera. Su obra The Influence of Sea Power upon History, 1660-1783,
publicada en el año de 1890, se encuentra imbuida de un determinismo geográfico y del
pensamiento imperialista, clasista y racista decimonónico.
No obstante, su particularidad reside en el objetivo de “estimar el efecto del poder
marítimo sobre el curso de la historia y la prosperidad de las naciones”, 41 como el mismo
Mahan afirmó. A partir de esa estimación el Almirante buscaba plantear una política naval
de corte expansionista que posicionara a Estados Unidos en la competitiva y conflictiva
etapa de rivalidades intercapitalistas e interimperialistas de finales del siglo XIX. La
apropiación del proyecto del Canal de Panamá, la guerra hispano-americana y la
consiguiente apropiación de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, junto con la anexión de Hawaii,
son elementos clave de esa geoestrategia.
El caso de Spykman es más notable aún, debido a la época en que escribe. En el
contexto de la Segunda guerra mundial aparecen sus obras más representativas: America´s
Strategy in World Politics (1942) y Geography of the Peace (1944). Los supuestos
principales de Spykman no difieren en gran medida de aquellos planteados por Mackinder,
ni siquiera en el fundamento realista de ambas visiones. La instrumentalización geopolítica
del espacio euroasiático aparece en Spykman como de central interés. Lo que difiere en
demasía es elcómo. Si Mackinder plantea la noción de un heartland a ser dominado, es
porque el propio imperio británico tiene acceso al mismo.
En el caso de Estados Unidos, éste se encuentra totalmente fuera del alcance de ese
heartland, por lo que Spykman plantea la penetración euroasiática a partir de los llamados
40 Aunque estos autores no serán abordados, puede verse una aproximación en Gearóid Ó’Tuathail, “The
Critical Reading/Writing of Geopolitics: Re-Reading/Writing Wittfogel, Bowman and Lacoste”, Progress in
Human Geography, Vol. 18, No. 3, 1994, pp. 313-332.
41 Alfred T. Mahan, The Influence of Sea Power Upon History, 1660-1783. Little Brown & Co., Boston, 1918,
pp. v-vi. [Traducción propia]
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rimlands, las costas y tierras emergidas circundantes de la gran masa euroasiática. Junto
con su noción de un sistema de seguridad colectivo ad hoc que complemente la política de
poder,42 el pensamiento spykmaniano pone especial énfasis en la penetración y el control
territorial a partir de los puntos de acceso más proclives para la geoestrategia
estadounidense: la zona transatlántica (la parte aliada de Europa), la zona transpacífica (la
defensa a partir de la guerra con Japón) y el Hemisferio occidental (el aseguramiento de la
defensa, el acercamiento político-ideológico y la movilización continental de recursos). 43
La geoestrategia de Spykman, junto con aquella elaborada desde los think tanks, el
Departamento de Guerra y el Departamento de Estado, 44 sería la base no solamente para la
estrategia de guerra, victoriosa en innumerables aspectos, sino también de la praxis espacial
estadounidense durante la guerra fría. La influencia de su pensamiento es tal, que la
geoestrategia para Eurasia planteada por Zbigniew Brzezinski, ex-asesor de seguridad
nacional de la administración Carter y el autor más influyente en temas de geopolítica
contemporánea en Estados Unidos, encuentra en la obra de Spykman una base sólida
anterior.45 Ésta, es uno de los pilares fundamentales de la geoestrategia actual de Estados
Unidos.
Debates contemporáneos en geopolítica. Entre la crítica de la geopolítica y la
geopolítica crítica
I
Posterior a la Segunda guerra mundial, el concepto geopolítica cae en un olvido
inducido. La Geopolitik fue tachada de espantajo ideológico al servicio del
nacionalsocialismo y de los fascismos en general, versión que no se encontraba muy alejada
de la realidad. No obstante, el pensamiento geopolítico era reducido solamente a los
postulados de la Geopolitik alemana, dejando de lado otras formulaciones (la
angloamericana
entre ellas) que también se habían producido durante el mismo periodo. Aunque
42Cfr. Nicholas Spykman, “Frontiers, Security and International Organization”, Geographical Review, Vol.
32, No. 3, julio de 1942, pp. 442-444.
43Cfr. Nicholas Spykman, Estados Unidos frente al mundo. Trad. Fernando Valera, FCE, México, 1944, pp.
92-428.
44Cfr. Laurence H. Shoup y William Minter, Imperial Brain Trust. The Council on Foreign Relations and
United States Foreign Policy. Monthly Review Press, Nueva York – Londres, 1977, pp. 117-140.
45Cfr. Zbigniew Brzezinski, El gran tablero mundial. La supremacía estadounidense y sus imperativos
geoestratégicos. Paidós, Barcelona, 1998, pp. 45-63.
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el abandono no impidió que el razonamiento geopolítico y geoestratégico se fortaleciera y
floreciera como parte de la estrategia de confrontación durante la guerra fría.

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