La Autoridad en La Familia

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AUTORIDAD EN LA FAMILIA
«Mandar y obedecer no son tan difíciles de hacer»
La autoridad en la familia es imprescindible para la consecución de los fines
educativos en los hijos. Para ejercer la autoridad se necesita prestigio, que se
gana con cariño, dedicación y entrega a los demás.
Además, la autoridad es compartida por los padres, y es ejercida al servicio de
los hijos. Resulta elocuente la anécdota relatada por el conocido actor Bill
Cosby:
«Solamente una vez he cometido el gran error de dar permiso. Uno de mis
hijos me preguntó:
— Papá, ¿puedo salir a jugar?
— Pues claro —contesté yo—. No ve por qué no.
— Esa fue la última vez que no vi por qué no. Al poco rato, entró mi esposa y
quiso saber:
— ¿Has dejado tú salir al crío ese?
— Sí —admití.
— Bueno, pues la próxima vez, pregúntame a mí primero. ¡Estaba castigado!
A partir de aquel día, me he mantenido siempre en mi lugar, y cada vez que un
niño empieza a preguntar: “Papá, ¿puedo…?”, aunque este sea mi nombre, mi
respuesta invariable es: “¿Qué dice tu madre?”
Y aunque el niño, o la niña, me aseguré que tiene permiso, yo sigo diciendo:
— Muy bien. Pues tráeme una nota de tu madre. No hace falta que esté
legalizada ante notario, bastará con la firma y la fecha».
PADRES:
— Ten definido el estilo educativo de la familia, en el que se incluyen los
aspectos que se quieren vivir.
— Nunca tomes una decisión que afecte a tu hijo de forma precipitada y sin
consultar con el otro cónyuge.
— Mantén la decisión tomada en toda su integridad, a no ser que la prudencia
aconseje su modificación. Por ejemplo, si acuerdas un pequeño castigo
educativo, sirve de poco si al final solo se cumple a medias.
NIÑOS:
— Ten claro que las personas que más te exigen son las que más te quieren, y
sin lugar a dudas son tus padres.
— Obedece sin poner mala cara cuando mamá o papá te manden hacer algo,
sobre todo si tu obligación: recoger los juguetes, ordenar tu habitación, etc.
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— No protestes ante las indicaciones que te hagan, diciendo que eso es


obligación de tu hermano. Tampoco debes pedir regalos por obedecer, la vida
familiar depende del esfuerzo de todos.
ADOLESCENTES:
— Colabora con tu opinión sobre las normas y horarios a seguir en familia,
aceptando gustosamente las decisiones que tomen tus padres.
— Consulta con tus padres si, excepcionalmente, en algún momento puedes
saltarte una norma. Por ejemplo: venir a casa más tarde por el cumpleaños de
un amigo.
— Explica a aquellos amigos que te dicen: «mis padres me permiten todo», que
en esta vida todos debemos sujetarnos a una mínima normativa de
convivencia, que aúna cariño y exigencia. Quien no exige no ama.

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