2.1.3 Exploración Clínica y Funcional de La Tiroides
2.1.3 Exploración Clínica y Funcional de La Tiroides
2.1.3 Exploración Clínica y Funcional de La Tiroides
REFLEXIÓN Y DEBATE
RESUMEN
Se analizan algunos aspectos del método clínico en relación con las enfermedades
de la glándula tiroidea, que provocan una mayor concurrencia de los pacientes a las
consultas de endocrinología en todo el país, donde se carece en ocasiones de
reactivos hormonales, así como también de la posibilidad de realizar estudios y
terapéuticas con iodo I 131, entre los medios más importantes para diagnosticar y
tratar adecuadamente a quienes padecen esas afecciones.
Palabras clave: tiroides, enfermedad tiroidea, método clínico, endocrinología.
ABSTRACT
Some aspects of the clinical method related to the diseases of thyroid gland are
analyzed, leading to an increase of patients attending the endocrinology
departments throughout the country, where sometimes hormonal reagents are not
available, and there is not a possibility for studies or treatment with iodine I 131,
among the most important ways to diagnose and adequately treat those suffering
from these conditions.
INTRODUCCIÓN
El método clínico surgió a la par de la medicina, cuando urgía sanar a las personas
y aún estaban muy lejos de inventarse los medios que hoy preservan el trabajo de
los galenos; sin embargo, no siempre se cumple con esa técnica tan importante
para diagnosticar las afecciones de las personas que acuden a consulta, quienes al
describir los síntomas y signos que les aquejan, les son orientados exámenes, sobre
la base de los cuales se dictamina la afección, sin apenas haberles observado
físicamente. 1
Respecto a los síntomas y signos, la voz y forma de hablar del paciente indican al
especialista sobre la posible existencia de un hipotiroidismo. La presencia de
MEDISAN 2011; 15(10):1481
• Inspección
Al igual que para otras partes del cuerpo, el examen físico debe realizarse en un
ambiente iluminado, para poder localizar cicatrices operatorias, lesiones en la piel,
secuelas de una antigua irradiación o un bocio, que puede hacerse más visible
cuando el paciente habla, mueve la cabeza hacia atrás y, especialmente, cuando
degluta. 6
• Palpación
Primero, coloque ligeramente los pulpejos de sus dedos índice y del medio, por
debajo del cartílago cricoides, para localizar y palpar el área del istmo. Repita el
procedimiento mientras la persona traga un sorbo de agua, lo que causa elevación
del istmo y permite precisar aún más su textura. Posteriormente, pídale que incline
ligeramente su cabeza hacia el lado izquierdo, para palpar el lóbulo derecho. Utilice
los dedos en el lado opuesto para desplazar la glándula en dirección lateral, hacia el
lado derecho, de manera que al usar los dedos para el examen, pueda sentir mejor
el lóbulo. Sugiera a la persona que trague, mientras explora el lóbulo. Repita el
proceso en el lado opuesto.
2. Con una variante de la técnica anterior (maniobra de Lahey), palpe también los
lóbulos laterales. Se coloca el pulpejo de un dedo pulgar contra la cara lateral
de la tráquea superior, se empuja hacia el lado opuesto, con lo que el lóbulo del
lado hacia el que se está empujando, se exterioriza más hacia delante y puede
ser más accesible al pulgar de la otra mano. Esta acción se completa al
sugerirle al paciente que deglute, mientras se examina.
Según la experiencia del autor de este trabajo, se hace más accesible el examen
con los dedos, si el médico se sienta de frente en un plano inferior al paciente,
quien estará de pie, y palpa la parte anterior con ambos pulgares y presiona la
parte contraria a la que se examina, primero, de un lado y, a continuación, del otro.
La consistencia del tejido tiroideo palpado siempre debe ser reseñada, aunque el
valor de esta observación es limitado. Por una parte, se trata de un dato muy
MEDISAN 2011; 15(10):1483
subjetivo que puede ser valorado de modo distinto por diversos exploradores y, por
la otra, la misma consistencia, o similar, puede hallarse en tiroidopatías muy
distintas. La nomenclatura utilizada por los diferentes autores es muy diversa:
blanda, referida sobre todo a algún tipo de bocio (predominio de transformación
coloide); firme, referido al tiroides normal y a diversas tiroidopatías (por ejemplo:
la tiroiditis de Hashimoto); dura, que se observa habitualmente en los nódulos,
sean estos benignos o malignos; y pétrea, que se palpa en algunos carcinomas, en
zonas calcificadas de bocio multinodular y en la tiroiditis de Riedel.
La dureza es característica del cáncer, pero también son duros los bocios menos
recientes que se fibrosaron o calcificaron. Un nódulo liso, firme y globuloso puede
ser compatible con un quiste. Los adenomas pueden ser quísticos.
Han sido muchas las ocasiones en las que han sido atendidos pacientes, remitidos a
la consulta de endocrinología por un aumento del grosor de la tiroides y que al
realizar la exploración física correcta, solo se palpa tejido graso pretiroideo.
• Auscultación
En algunos pacientes con bocio tóxico difuso puede auscultarse un soplo que se
produce por compresión arterial, debido a la presencia de una gran masa tiroidea.
Generalmente en estos afectados, con soplos tiroideos, el resto de las
MEDISAN 2011; 15(10):1484
CONSIDERACIÓN FINAL
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS