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EL PRIMER PRINCIPIO (TORRE DE BABEL)

(Esd.7:10) Por cuanto Esdras determinó en su corazón escudriñar la Ley de YHVH; y practicarla, y
enseñar en Israel sus estatutos y preceptos. Con base en este principio no aceptes ninguna
declaración de las escrituras, ni de la iglesia, o de persona (incluyendo al orador o predicador)
como cierta, hasta que hayas encontrado <al escudriñar> a Dios; o una vivencia verdadera <al
practicar> lo que dice. Lo que les digo lo sé por experiencia; también les pido que no acepten mis
palabras sin antes cuestionarlas. Es absurdo aceptar algo simplemente por tradición; porque la
iglesia lo dijo; lo leíste en la Biblia; o lo escuchaste de un Pastor o predicador, etc. Debes perseguir
la reflexión incesantemente cuestionándola por ti mismo. ¿Por qué insisto en esto? Porque en
medio del mundo espiritual hay muchos de Babel, <no hay dos que hablen el mismo lenguaje>.
Uno puede decirte que renuncies a la carne, mientras que otro te dirá algo totalmente diferente.
No estoy hablando de múltiples lenguas como los muchos idiomas que tenemos hoy. Podemos
superar estos con intérpretes; pero si alguien te dice: “Este es el camino”, y otro dice: “No. Este es
el camino”, y no están de acuerdo; estás en Babel, una ciudad de confusión en el camino del
Espíritu (Gén.11:1-9).

Así que quiero hablarte más acerca de este principio, al que siempre puedes recurrir en caso de
duda. Este primer principio es: (Sal.46:10) “Quédate quieto y reconoce que YO SOY Dios”. Sin
importar lo que suceda vuélvete hacia tu interior y quédate quieto. Reconoce que tu conciencia es
Dios y que todas las cosas son posibles para ti. Ponte a prueba y comprobarás esta declaración en
el ensayo; entonces serás libre de tus antiguas limitaciones de creencia. No importa lo que esté
sucediendo en el exterior, vuélvete hacia el primer principio. Empieza por aquietarte, y luego
declara: “YO SOY Dios”. Pregúntate: “¿Es esto cierto?” Nunca conocerás la verdad hasta que la
compruebes. Veamos ahora algunas declaraciones del “YO SOY” de las escrituras. YO SOY la
resurrección. YO SOY la vida. YO SOY el camino. YO SOY la verdad. ¿Son ciertas estas
declaraciones? Sí, me he aquietado y sé que cada declaración es cierta por experiencia. Siendo
humano quería cosas en el mundo del César (el mundo físico), como sin duda tú también las
quieres. Yo quería hacer un viaje que no podía permitirme, sin embargo viajé más de 5.000 millas
por aquietarme y decirme a mí mismo: “Mi conciencia es Dios y todas las cosas son posibles para
Él. Por lo tanto lo que estoy imaginando sucederá.” Luego empecé a imaginar que estaba en un
barco navegando hacia Barbados. Me mantuve fiel a ese acto, cuando de pronto (después de doce
años) recibí una carta de mi familia diciendo que se harían cargo de todos mis gastos si iba a casa
por Navidad. Por lo tanto lo comprobé.

Luego lo puse a prueba una y otra vez, y cuanto más lo intentaba más me daba cuenta de que la
declaración del (Sal.46:10) era verdadera: que Dios es realmente mi propia maravillosa conciencia,
porque aprendí a estar quieto y saber que YO SOY Dios. No podía comprobar las otras fantásticas
declaraciones del “YO SOY” tomando la misma acción. Tuve que esperar, y entonces un día
comprobé que YO SOY la vida. Esa noche me moví en Espíritu a un ambiente donde sabía
intuitivamente que, aunque lo que estaba viendo parecía ser independiente de mi percepción, si
detenía esa sensación dentro de mí todo iba a aquietarse. Lo hice y descubrí que no sólo lo
animado sino los llamados objetos inanimados se quedaron quietos. La caída de las hojas de los
árboles se detuvo en pleno vuelo. Las briznas de hierba dejaron de moverse. Los pájaros que
volaban, los comensales y la camarera (todos fueron congelados) mientras detenía la sensación
dentro de mí. Entonces comprendí la verdad de la declaración: “YO SOY la vida”. Después de
probarme a mí mismo que soy la vida de un estado, me cuestioné la declaración: “YO SOY la
resurrección”. Entonces llegó el día en que me sentí resucitar en la tumba de mi propio cráneo.
Comprobé que Soy el Padre cuando mi hijo llegó en el Espíritu y me llamó “Padre”. Descubrí que
Yo Soy el que fue sacrificado, porque (sabiendo que Soy el Padre) mi cuerpo Espiritual se dividió de
arriba a abajo. Luego descubrí que yo era aquel sobre el cual el Espíritu Santo descendió en forma
corporal como una paloma.

Ahora sé que estas cosas son verdaderas por experiencia, por eso hablo con autoridad. Pero os
digo a todos: tanto si lo escucháis de mí como de una iglesia o de la Biblia: cuestionaos a vosotros
mismos incesantemente hasta que hayáis encontrado la vivencia verdadera en lo que se dijo.
Acepta las palabras pero luego vuelve al primer principio y hazle estas eternas preguntas a la única
que puede responderlas: tu propia maravillosa YOSOYdad.

Relájate. Aquiétate y pregúntate, diciendo: “¿Eres realmente Dios?” Dirígete a ti mismo como si
fueras dos [seres]. “Si eres Dios y puedes hacer todas las cosas, demuéstramelo dándome mi
deseo para que pueda sentir su presencia ahora.” Mira si se demostrará a sí mismo en la ejecución
y cuando lo haga, hazlo otra vez. Sigue preguntando y cuando se pruebe a sí mismo en este nivel,
entonces deja que estas cosas que no se pueden poner a prueba vengan completamente, porque
vendrán. Ahora, la Biblia nos dice que Cristo está en nosotros y que nosotros estamos en Cristo. En
la superficie parece que significan lo mismo, pero hay toda la diferencia del mundo. Cristo en
nosotros es nuestra esperanza de gloria (Col.1:27). Eso es una asunción universal, porque Cristo ha
asumido el cuerpo de cada niño nacido de una mujer. Pero cuando tú estás en Cristo eres una
nueva criatura (2ªCor.5:17). Cristo en ti no te hace nuevo. Cristo en ti es tu vida, porque en él está
la vida y su vida es tu conciencia de fe. Pero cuando tú estás en Cristo eres llamado e incorporado
al cuerpo del Señor Resucitado. Porque Cristo está en ti eres un hijo de Dios, pero cuando eres
elegido llamado a la presencia del Señor Resucitado e incorporado a su cuerpo, tú estás en Cristo.
Hay toda la diferencia del mundo, pues a partir de entonces las escrituras comienzan a cumplirse
dentro de ti.

Si te cuestionas todo lo que escuches de cualquier púlpito, del orador, o de la Biblia; encontrarás a
Dios, o la vivencia verdadera de lo que has oído o leído. Espero que confíes en mí, pero a pesar de
que lo hagas cuestiónate todo lo que te diga. No me cuestiones a mí o a algún sacerdote, o rabino,
o pastor, etc.; sino que vuélvete al primer principio. Quédate quieto y dite a ti mismo: “Soy Dios.
He escuchado esta declaración esta noche, ¿es cierta?” Te digo: aunque sea difícil de creer vivimos
en un fabuloso mundo de sombras. El pasado jueves por la mañana, mientras regresaba a la
superficie, vi en detalle el final de la carrera de la Triple Corona en Belmont. Ahora, esto fue el
jueves y la carrera no iba a realizarse hasta el sábado, pero vi el final tan claramente que si tuviera
un millón de dólares no hubiera dudado en apostarlo todo en el que yo sabía que era el ganador.
De hecho, yo sabía que la carrera no podía cambiarse. Estaba fijada y finalizada. Entonces me
pregunté: “¿Qué es este mundo? ¿No es una escuela de educación de sombras?”

El hombre natural (por supuesto religioso) piensa que de alguna extraña manera va a mejorar este
mundo, pero él no sabe que el mundo, es un aula de clases, donde c/día aprendes algo; y seguirá
siendo sólo eso. El reino de los cielos no es de este mundo de la 3ªD; y no está interesado en
mejorar este mundo, sólo está interesado en sacar a las personas del sometimiento del mundo,
llevándolas hacia él mismo; hacia la vida de reino, la cual es un mundo muy diferente. Pero
nosotros en este mundo, podemos cambiar los eventos del aula de clases, a través del acto de
revisión. En la biblia la palabra es: “arrepentimiento”; que significa “un cambio radical de la
mente” (Rom.12:2).
No tenía intención de revisar esa carrera. Podría haberlo hecho, y esa que estaba completamente
finalizada, en detalle, habría sido cambiada. Mañana por la mañana, mientras llegas a la mente
superficial, observa y graba lo que estés viendo, porque estarás observando lo que tendrá lugar
mañana o la próxima semana en este mundo de sombras. Y si no te gusta lo que ves, cámbialo. No
hagas como haces normalmente, que saltas de la cama, te lavas la cara y una vez más te
encuentras atrapado en este mundo de sombras; tómate un momento y observa tu futuro. Te
insto a cuestionarte incesantemente todo lo que te cuento, todo lo que leas en la Biblia y todo lo
que escuches de algún púlpito. Sigue cuestionando y cuestionando hasta que encuentres a Dios o
la experiencia viva en lo que se dijo. Estoy contándote lo que sé por experiencia. Es cierto. Un día
descubrirás que eres la vida del mundo, que todo lo que consideras como permanente e
independiente de tu percepción está dentro de ti.

Conocerás que el mundo refleja tus pensamientos.


Es una sombra y tú eres su vida. Te darás cuenta de que su actividad no está ahí fuera, sino en ti; y
la detendrás y la empezarás de nuevo, todo dentro de ti. Así que cuando leas: “En él estaba la vida,
y su vida era la luz de los hombres”, sabrás la verdad. Dios está en tí, pero no le conoces. Pero
cuando empiece a despertar en ti, como tú, dirás: “YO SOY el camino, la verdad y la vida, y fuera
de mí no hay otro”. Luego llega el momento en que conoces la verdad de la declaración registrada
en el capítulo 11 del Libro de Juan como: “YO SOY la resurrección y la vida; el que cree en mí,
aunque muera, vivirá, y todo aquel que vive y cree en mí nunca morirá”.

Sabiendo que eres la vida, resucitarás de entre los muertos para no morir más. Todavía no sabrás
que eres aquel del que los ángeles hablaban, cuando le dijeron a los pastores que encontrarían a
un niño envuelto en pañales, hasta que sostengas esa señal en tus brazos. El Hijo de Dios, David, te
llamará Padre, y tu cuerpo espiritual será dividido en dos, de arriba a abajo. Entonces sabrás que
eres el sacrificado. Y finalmente descubrirás que eres aquel sobre el cual el Espíritu Santo
descendió en la forma corporal de una paloma; entonces también habrás encontrado la verdad.

Sé que las escrituras son ciertas porque las cuestioné. Empecé a cuestionarme la ley porque
estaba interesado en cosas. Sin tener dinero quería un viaje y lo conseguí. Entonces empecé a
decirles a los demás cómo quería verlos tomar el mismo principio y probarlo. Y mientras lo
probaban se lo contaban a otros. Te invito a comprobar la verdad en este nivel y a tener fe en que
la verdad es igualmente cierta en el nivel más alto de tu Ser. Continúa probando la ley para las
cosas en este mundo y acepta las promesas de Dios en la fe, basándote en lo que has comprobado
con la ley.

¿Sabes lo que quieres? Te indicaré una forma sencilla de conseguirlo. Simplemente captura la
sensación de que lo tienes y mantén ese sentimiento. Persiste en el reconocimiento de la alegría
del cumplimiento. En tu imaginación cuéntale a tus amigos tus buenas noticias. Escucha sus
felicitaciones, y luego déjale al que oyó a tus amigos y sintió tu alegría por el cumplimiento, traerlo
a tu mundo, porque el que puede hacer todas estas cosas está dentro de ti como tu propia
maravillosa YOSOYdad, tu imaginación, tu conciencia. Eso es Dios.

Pon a prueba a Dios porque él no te fallará. Entonces, cuando se demuestre a sí mismo en la


ejecución, cuéntale a un amigo, y continúa contándole a otros mientras ejercitas esta ley. Y camina
sabiendo que todas las demás declaraciones del YO SOY son tuyas. Pon a prueba esto en el mundo
de las sombras y comprobarás lo otro en el mundo de la realidad. Tu YOSOYdad es la eterna
verdadera realidad. Al vivir en un mundo de sombras mientras declaras tu YOSOYdad estás
declarando la eterna verdad. Cuando dices: “YO SOY la resurrección”, esa es la eterna verdad. “YO
SOY la vida” es la eterna verdad, así como “YO SOY el camino”. Todas estas firmes certezas
precedidas por el “YO SOY” son verdades eternas.

Así pues, no escuches a nadie que te grite desde su torre de Babel y te sugiera de otra manera,
porque no hay otra manera. No tienes que renunciar a la carne o comer sólo pescado los viernes
con el fin de entrar en el camino, pues el camino hacia la causa de toda la vida está dentro de ti.
Cree en tu YOSOYdad porque no hay otro Dios.
En el Libro Primero de Timoteo, se nos dice que es el deseo de Dios que todo hombre sea salvado.
Si es el deseo de Dios y Dios está en cada hombre, entonces Dios se salva a sí mismo. Sé que esto
es cierto porque me he demostrado a mí mismo que soy Dios. Sé que Soy la vida, la resurrección y
Dios el Padre, sin embargo no difiero en nada de cualquier otro [individuo]. He compartido mis
experiencias contigo con la esperanza de que pondrás a prueba mis palabras y las confirmarás en
los ensayos.

Cuestiónate incesantemente. No vayas y le preguntes a un Pastor si estoy contando la verdad,


porque él es Babel gritando su creencia, lo mismo que el rabino. No vayas a otro; vuélvete a tu
interior y aplica el primer principio aquietándote y afirmando: “YO SOY Dios”.

El Salmo 46 es un salmo realmente hermoso. He leído que algunas personas bromean afirmando
que Shakespeare lo escribió, incorporándose él mismo al capítulo introduciendo la vigésimo sexta
palabra "shake" (batir) y la cuadragésimo sexta palabra del final "spear" (lanza, pica). Otros dicen
que era la canción de Rufus. Rufus en el siglo 16 declaró que este salmo inspiró su majestuoso
himno, que es capaz de mover a todo el que lo oye, pero ciertamente él no se atribuyó la autoría
del salmo. Se trata del “Salmo de los Hijos de Coré”. ¿Quién sabe quienes son los Hijos de Coré? Yo
no lo sé. La palabra “Coré” significa “cabeza rapada”. Pero tú y yo sabemos que es un salmo
fantástico, y en el décimo verso dice: “Quédate quieto y reconoce que YO SOY Dios”.

Esta noche cuando te vayas a la cama di: “YO SOY”. Añade cualquier condición que quieras a ese
YO SOY y créelo. Háblale a tu imaginación como si le estuvieras hablando al Dios que creó el
universo y lo sostiene, pues lo eres. Cuando imagines algo pregúntate quién lo está imaginando, y
dirás: “YO SOY”. Ese es el nombre de Dios eternamente. Imagina y quédate dormido imaginando.
Cree que todas las cosas son posibles para tu propia maravillosa humana YOSOYdad. ¡Pruébate a ti
mismo! No necesitas arrodillarte y rezarle a nadie en el exterior. No hay necesidad de santiguarse
(hacer la señal de la cruz) ante ningún icono, porque el Señor es tu imaginación humana, tu
conciencia, tu propia maravillosa YOSOYdad.

Nada puede dejar de ser, pues Dios; el que está en ti como tu conciencia; lo creó en el amor. En la
actualidad Cristo está en ti haciéndote un hijo de Dios. Pero un día las escrituras se desarrollarán
dentro de ti y estarás en Cristo, sabiendo tú mismo que eres Dios el Padre. No tomes nada como si
fuera una verdad absoluta e incuestionable. Yo he comprobado que la Biblia es verdadera, pero
compruébala por ti mismo. Pregúntate lo que quieren decir las declaraciones: YO SOY la
resurrección. YO SOY la vida. YO SOY la verdad. YO SOY el camino. Cuestiónate a ti mismo y
descubrirás las respuestas revelándose dentro de ti.

En el capítulo 25 de Mateo se cuenta la historia de las diez vírgenes. A cinco, que no tienen aceite,
se les dice que no hay de sobra, así que deben ir por su cuenta. Pregúntate por qué no les dieron a
las que no tenían nada y se te revelará que, antes de la llegada del novio (que es el Señor), tú
pensabas que había un límite en lo que podías dar; pero cuando te unes con el verdadero novio
que es todo amor, no conoces limitaciones, pues todo es posible para ti.

En su Libro, Marcos habla de la generación adúltera. ¿Sabes lo que es un adúltero? Alguien que se
desvía lejos de la verdad, porque cuando te apartas de la verdad te apartas del Señor. Cualquiera
que haya escuchado la verdad y todavía busque una causa externa, en lugar de a sus
pensamientos más íntimos, ha cometido adulterio. Se ha alejado de su esposa, cuyo nombre es
“YO SOY”. Es tan simple como eso.
Si viste la carrera de ayer por la noche, habrás oído que todos estos hombres entendidos hablaron
de lo que debería haber pasado, sin embargo la carrera fue perfecta. Ni una sola persona en ese
campo podría haber hecho otra cosa que lo que hizo. Yo podría habérselos dicho, ¿pero quién
escucha a alguien que ni siquiera sabe montar a caballo, y mucho menos entrenar uno? Habiendo
visto la carrera antes de su ejecución, no podía emocionarme cuando la vi por televisión, pues
sabía exactamente quién iba a ganar. Entonces me di cuenta de que si todo el mundo conociese el
final no habría emoción. Vivimos en un mundo maravilloso pensando que vamos a cambiar las
cosas, pero nada se cambia en el exterior. Sólo se puede cambiar desde dentro. Yo no deseaba
cambiar la
carrera, así que la vi del mismo modo que tendría que suceder a menos que alguien que conociera
la ley la hubiera cambiado desde dentro.

Te pido que apliques la ley y cambies los finales aparentemente inevitables desde adentro. Te
estoy contando la verdad basándome en mis propias experiencias. Tu YOSOYdad es Dios, quien es
la resurrección en ti. Él es la vida de tu cuerpo físico, la vida del pájaro en el aire y la de la hoja en
el árbol. Un día sentirás una vibración dentro de ti y sabrás que si la detienes todas las cosas que
percibes morirán, sin embargo no desaparecen. No se desintegrarán, pero se mantendrán
congeladas en el tiempo y el espacio para siempre, porque no tienen vida. Tú –la vida misma– las
animas. Luego liberarás esa vibración y todo se volverá animado una vez más. En el capítulo 4 del
Libro de Lucas leemos la declaración hecha en el capítulo 61 de Isaías: “El Espíritu del Señor está
sobre mí”. Yo sé que esta declaración es cierta, pero te pido que no aceptes mis experiencias, sino
que te las cuestiones cuestionando al único ser que puede darte todas las respuestas. Lo hará,
cuando se sienta a sí mismo en ti. Entonces se te revelará a ti en la primera persona del singular en
una experiencia de tiempo presente.

Todo el mundo va a tener estas experiencias, ¿pero cuándo? yo no lo sé. No dejes que nadie te
diga cuantos días, meses, años o vidas te quedan por venir. ¡Desafíalo ahora! Yo he experimentado
las escrituras. Toma mis palabras y pídete a ti mismo comprobártelas ahora. Entonces deja que él
se revele dentro de ti, y cuando lo haga, este mundo perderá su valor para ti. Te preguntarás de
qué trata toda esta lucha. ¿Por qué alguien debe pelear contra sombras? No critiques a nadie. Si
los que tienen un billón quieren dos; de modo que puedan ser los tontos más ricos del cementerio;
ora por ellos pidiéndole al único ser que puede concederte tu oración, y ese ser es tu propia
maravillosa imaginación humana. No luches haciéndolo. Pregúntate quién está oyendo las buenas
noticias que acabas de escuchar y responderás: “YO SOY” el que las oye. Y ese es Dios. Ese es el ser
que escuchó la petición. Ahora concédela y deja que suceda. Dios la oyó cuando tú la oíste porque
Dios es tu propia maravillosa YOSOYdad, y recuerda: todo lo que pidas en el nombre de tu Padre él
te lo concederá y el nombre de tu Padre es YO SOY.

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