Memoria de Título Presentada Como Parte de Los Requisitos para Optar Al TÍTULO DE Médico Veterinario
Memoria de Título Presentada Como Parte de Los Requisitos para Optar Al TÍTULO DE Médico Veterinario
Memoria de Título Presentada Como Parte de Los Requisitos para Optar Al TÍTULO DE Médico Veterinario
VALDIVIA-CHILE
2022
PROFESOR PATROCINANTE
Hedie Almagro Bustamante Díaz
PROFESORES INFORMANTES
Ricardo Hugo Chihuailaf Vivanco
Capítulos Página
1. RESUMEN……………………………………………………………… 1
2. SUMMARY……………………………………………………………… 2
3. INTRODUCCIÓN……………………………………………………… 3
4. MATERIAL Y MÉTODOS……………………………………………… 8
5. RESULTADOS…………………………………………………………… 10
6. DISCUSIÓN……………………………………………………………… 18
7. REFERENCIAS…………………………………………………………... 22
8. ANEXOS…………………………………………………………………. 24
1
1. RESUMEN
Los procedimientos anestésicos traen consigo un riesgo, el que puede ser categorizado por la
clasificación ASA (Sociedad Americana de Anestesiología), una escala de clasificación ordinal que
se utiliza para categorizar el estado de salud de un paciente antes de someterse a la anestesia y se
basa en descriptores simples del estado de salud actual. Las puntuaciones ASA altas predicen la
morbilidad y la mortalidad anestésica en pacientes veterinarios, sin embargo, esta puede llevar a
una sobreestimación o subestimación del riesgo, ante lo cual se cuestiona la necesidad de anticipar
esto con la realización de análisis preanestésicos.
El objetivo de este trabajo fue determinar alteraciones en exámenes de laboratorio prequirúrgicos
en perros sometidos a anestesia general y clasificados en base a una escala de riesgo anestésico
durante el 2018 en el Hospital Clínico Veterinario de la Universidad Austral de Chile.
Los resultados revelaron falta de información en algunas fichas clínicas que no permitió la
clasificación de algunos pacientes, los cuales fueron catalogados como pacientes sin ASA. En las
distintas variables del hemograma, se evidenció una diferencia significativa entre los pacientes con
ASA 1 – ASA 2 y ASA 3 – ASA 4 solo en el conteo de eosinófilos, linfocitos y monocitos. En
cuanto al panel de coagulación, hubo diferencias significativas en el valor de concentración de
plaquetas entre los grupos, además de valores fuera del intervalo de referencia en este y en el tiempo
de protrombina. Por último, en el perfil bioquímico hubo diferencias significativas entre los
pacientes con ASA 1 – ASA 2 y ASA 3 – ASA 4 en los valores de aspartato aminotransferasa (AST),
fosfatasa alcalina, creatinina y urea, con valores que indicarían alteraciones renales y hepáticas que
podrían no haberse notado en el examen clínico.
Los pacientes de ambas agrupaciones de riesgo anestésico presentaron alteraciones, con mayor
relevancia en el examen bioquímico de los pacientes con alto riesgo anestésico. También se destaca
la importancia de realizar un correcto registro del examen clínico.
2. SUMMARY
Anesthetic procedures carry a risk, which can be categorized by the ASA (American Society of
Anesthesiology) classification, an ordinal classification scale that is used to categorize the state of
health of a patient before undergoing anesthesia and is based on into simple descriptors of current
health status. High ASA scores predict anesthetic morbidity and mortality in veterinary patients;
however, this can lead to an overestimation or underestimation of the risk, which calls into question
the need to anticipate this by performing pre-anesthetic tests.
The objective of this work was to determine alterations in pre-surgical laboratory tests in dogs
subjected to general anesthesia and classified based on an anesthetic risk scale during 2018 at the
Veterinary Clinical Hospital of the Austral University of Chile.
The information required to fulfill the objectives was obtained from clinical records of dogs
hospitalized at the Veterinary Clinical Hospital during 2018, selecting only those in which the
patient underwent anesthesia with previous pre-anesthetic tests and were classified according to the
updated criteria. of the ASA classification, which were grouped into patients with low anesthetic
risk (ASA 1 – ASA 2) and high anesthetic risk (ASA 3 – ASA 4). With the information obtained on
the patients, the corresponding blood counts, coagulation panel and biochemical profile were
collected. Finally, the normality and homoscedasticity of the variances were confirmed and the
statistical significance between categories was determined, considering a value P < 0.05 as
significant.
The results revealed a lack of information in some clinical records that did not allow the
classification of some patients, who were classified as patients without ASA. In the different
variables of the complete blood count, a significant difference was evidenced between the patients
with ASA 1 - ASA 2 and ASA 3 - ASA 4 only in the count of eosinophils, lymphocytes and
monocytes. Regarding the coagulation panel, there were significant differences in the platelet
concentration value between the groups, in addition to values outside the reference interval in this
and in the prothrombin time. Finally, in the biochemical profile there were significant differences
between patients with ASA 1 - ASA 2 and ASA 3 - ASA 4 in the values of aspartate aminotransferase
(AST), alkaline phosphatase, creatinine, and urea, with values that would indicate renal and hepatic
alterations that might not have been noted on clinical examination.
Patients from both anesthetic risk groups presented alterations, with greater relevance in the
biochemical examination of patients with high anesthetic risk. The importance of making a correct
record of the clinical examination is also highlighted.
3. INTRODUCCIÓN
Actualmente en las clínicas veterinarias se suele advertir a los propietarios que los procedimientos
anestésicos traen consigo un riesgo, el cual ha variado con los años y acorde al lugar en el que se
describa. Una clínica veterinaria francesa informó un riesgo de muerte por anestesia en perros y
gatos de 1,35% tanto en pacientes clínicamente sanos como en enfermos y 0,12% en pacientes
sanos (Bille y col 2012). Otros autores anteriormente describieron una mortalidad en perros
sometidos a anestesia y sedación del 0,17 % en general, estimándose un riesgo en perros sanos de
0,05% y de un 1,33% en perros enfermos (Brodbelt y col 2008). Debido a esto la evaluación
preoperatoria del estado de salud de un animal es valiosa para reconocer los riesgos preanestésicos,
identificar las prioridades de gestión y asesorar adecuadamente a los clientes antes de la anestesia y
la cirugía (Brodbelt y col 2015).
El examen preanestésico físico consiste en un minucioso examen que debe ser completado y
documentado antes de la anestesia. Es rápido de realizar, de bajo costo y puede reducir o minimizar
las complicaciones durante la anestesia, identificando comorbilidades que pueden tener un impacto
significativo en la clasificación del estado físico ASA y por lo tanto alterar el riesgo anestésico.
Factores como la presencia de soplo cardíaco y experiencia del anestesista se han relacionado con
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cambios en el protocolo anestésico y analgésico, mientras que, por cada kilogramo de aumento en
el peso del paciente, las probabilidades de que se produzca un cambio en el protocolo de técnicas y
agentes anestésicos y analgésicos disminuyen en un 1,7% (Louro y col 2021).
Pese a lo anteriormente expuesto, la práctica de la clasificación ASA tiene una concordancia entre
inter observadores de moderada a deficiente, siendo, por lo tanto, una clasificación que puede llevar
a una sobreestimación o subestimación del riesgo anestésico y de esta manera influenciar el
compromiso del paciente por la anestesia, además de no incorporar los riesgos relacionados con el
procedimiento a la puntuación final (McMillan y Brearly 2013).
Las deficiencias de la clasificación ASA hacen necesario tener ciertas consideraciones al momento
de examinar al animal, ante esto Ferreira (2020) propone una serie de aspectos para reducir el riesgo
de muerte por la anestesia general, que serían las consideraciones preanestésicas específicas de la
raza, mayor probabilidad de tener comorbilidades en pacientes con más de 7 años, la condición
corporal del paciente, siendo la obesidad un factor de riesgo y un examen clínico exhaustivo que
tenga en cuenta el procedimiento para el cual el animal será anestesiado.
Considerando que en la práctica veterinaria los pacientes no pueden proporcionar una historia
directa y, como tal, los veterinarios dependen de historias clínicas de segunda mano. Los
propietarios tienen diferentes niveles de contacto directo con sus mascotas y diferentes capacidades
para identificar e informar cambios sutiles en el comportamiento del animal. Además, el examen
físico puede ser limitado o difícil en animales con temperamentos nerviosos o agresivos (Dell’Osa
y col 2016). Sin embargo, se discute la necesidad de hacer estos exámenes, ya que tiene desventajas
tales como el costo, estrés en el paciente y retraso del procedimiento quirúrgico (Mitchell y col
2018).
Ante la discusión sobre la necesidad de realizar exámenes y si esto tiene beneficios, se ha encontrado
una serie de estudios que tienen relación al respecto. En uno de estos, luego de evaluar los exámenes
preanestésicos, se recalificó el estado ASA del 8% de los pacientes caninos a uno más alto. Sin
embargo, se concluyó que el examen de laboratorio es innecesario en perros y los cambios que estos
detectan, a menudo, son de poca relevancia clínica y no provoca que se realicen cambios
importantes en la técnica anestésica (Alef y col 2008).
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Otro estudio en humanos señaló, que en el caso de exámenes para evaluar la coagulación de
pacientes asintomáticos sin antecedentes clínicos de enfermedad que altera la hemostasia, no es
necesario realizar una prueba de hemostasia, ya que al ser pruebas que elevan los costos, retrasan la
cirugía y pueden revelar valores fuera del intervalo de referencia en pacientes sanos. Incluso los
resultados normales de tiempo de tromboplastina parcial activada, tiempo de protombina y conteo
de plaquetas no excluyen la posibilidad de enfermedad hemostática o el riesgo de sangrado
perioperatorio pudiendo dar una falsa garantía de ausencia de riesgo. Sin embargo, si se sugiere que
se deben realizar estudios hemostáticos en casos de enfermedad hepática,
malabsorción/desnutrición, enfermedad de la sangre o cualquier otro estado patológico capaz de
alterar la función hemostática, así como en los casos de medicación anticoagulante (incluso sin
síntomas hemorrágicos) (Bonhomme 2013). En perros se ha recomendado el conteo de plaquetas
y paneles de coagulación para pacientes que muestran signos de hematomas inexplicables o
fácilmente hechos, petequias o equimosis y para procedimientos en los que es posible una
hemorragia importante. También razas de perros como los Doberman Pinshers que tienen una alta
incidencia de Enfermedad de von Willebrand, para los cuales, se recomienda un tiempo de sangrado
de la mucosa bucal realizado antes de la anestesia para cualquier cirugía (Warne y col 2018).
Por otra parte, una investigación realizada en perros y gatos señaló que el 95% de los 772 pacientes
investigados tuvieron al menos uno o más resultados de análisis de sangre fuera del intervalo de
referencia, en 8.23% de los perros, estos resultados anormales fueron motivo de preocupación para
los médicos. Solo el 0,9% de los pacientes fueron diagnosticados con una enfermedad previamente
desconocida acorde a una elevación de fosfatasa alcalina y urea, relacionándose esta última a
enfermedad renal o causa desconocida (Davies y Kawagushi 2014).
También ha sido evaluada la importancia de medir leucocitos antes de cirugías en perros de refugios,
y se concluyó que moderadas leucocitosis pueden ser comunes, pero no afectan la seguridad de la
cirugía, por lo que un hemograma completo debería reservarse para perros clínicamente enfermos
y la edad debería ser considerada en los intervalos de referencia, ya que según este estudio los perros
menores a tres meses de edad tenían una mediana de recuentos de leucocitos y linfocitos más alta
en comparación a aquellos mayores a 6 meses de edad (Lai y col 2022).
En otro estudio también realizado con perros pertenecientes a refugios que fueron presentados
para ovariohisterectomía y castración se evaluó el nivel de hematocrito (Hct) al ser la anemia un
factor de riesgo anestésico para el que se aconseja una intervención correctora, que resultó en que
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los perros de refugio juveniles aparentemente saludables a menudo tienen resultados de Hct
calculado que son más bajos que los de los perros de refugio adultos y los intervalos de referencia
de perros adultos, sin embargo rara vez se requirió posponer la ovariohisterectomía o la castración
(Kukanich y col 2021).
En un cribado de laboratorio de perros golden retriever clínicamente sanos que incluía recuento
completo de células sanguíneas, el perfil bioquímico y análisis de orina se encontraron anomalías en
el 54,7% de los perros, las cuales incluyeron hipoalbuminemia, azotemia con orina concentrada
inadecuadamente, piuria con bacteriuria en muestras de orina obtenidas mediante cistocentesis,
aumento de la actividad de ALT, anemia, leucopenia, trombocitosis, neutropenia, neutrofilia, urea
baja con microcitosis e isostenuria, proteinuria, estruvita y oxalato de calcio en orina. Sin embargo,
al no haber pruebas diagnósticas de seguimiento se desconoce el significado de las anomalías (Webb
y col 2012).
Ferreira (2020) expresa que en pacientes sanos no geriátricos que se someten a procedimientos
electivos de rutina (p. ej., orquiectomía), el uso de análisis de sangre de rutina antes de la anestesia
general puede no ser necesario. En cambio, el médico veterinario debe guiarse por el historial del
paciente y los hallazgos clínicos, con la adición de análisis de sangre previos a la anestesia general
cuando corresponda. La excepción son los casos en los que se va a realizar una cirugía no rutinaria.
Sin embargo, incluso en perros mayores de 8 años se ha evaluado el cambio en el manejo
preanestésico, en base a los resultados de un examen prequirúrgico, siendo pocos cambios y los
anestesistas predijeron correctamente los resultados de los exámenes en base al examen clínico en
la mayoría de los casos (Del Mar Díaz y col 2021).
Warne y col (2018) recomienda que ante limitaciones financieras o técnicas que impidan la
realización de análisis bioquímicos y hematológicos preanestésicos extensos, sean obligatorios los
siguientes exámenes preanestésicos mínimos: hematocritos, sólidos totales, glucosa en sangre,
nitrógeno ureico en sangre y la gravedad específica de la orina. Antes de los procedimientos
quirúrgicos mayores, también recomienda realizar una evaluación de frotis de sangre periférica para
permitir la rápida identificación y caracterización de afecciones como la anemia y la
trombocitopenia.
Como se ha mencionado, se cree que la relevancia de los análisis sanguíneos preanestésicos está en
su utilidad para pacientes con un mayor riesgo anestésico y posibilidades de tener enfermedades
asociadas, por lo que este estudio se enfocará en comparar si hay una diferencia significativa entre
los análisis sanguíneos de pacientes con un bajo riesgo anestésico (ASA 1 y 2) y aquellos con un alto
riesgo anestésico (ASA 3 y 4) que justifique su mayor utilidad para estos últimos.
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3.2.1. Hipótesis
Perros con bajo riesgo anestésico presentan alteraciones en exámenes de hemograma, perfil
bioquímico y panel de coagulación preanestésicos, en menor frecuencia que aquellos con alto riesgo
anestésico.
4. MATERIAL Y MÉTODOS
El estudio se llevó a cabo con el material clínico obtenido del Hospital Clínico Veterinario
perteneciente a la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Austral de Chile.
4.1. MATERIAL
4.2. MÉTODOS
Para determinar la clasificación ASA para cada uno de los pacientes seleccionados, se revisó en las
fichas de hospitalizados el motivo de ingreso de cada paciente y observaciones respecto a su examen
clínico. Con la información obtenida se clasificaron los pacientes acordes a los criterios actualizados
de la clasificación ASA y sus correspondientes definiciones que se señalan a continuación (Warne y
col 2018):
Para la presentación de los resultados, las distintas clasificaciones de ASA fueron agrupadas en
aquellas que significan un bajo riesgo anestésico y otras de alto riesgo, siendo los de bajo riesgo
ASA 1 y 2 y los de alto riesgo ASA 3,4,5.
Las variables obtenidas se agruparon para los distintos grupos ASA de la siguiente forma:
• Hemograma: recuento eritrocitario, volumen globular aglomerado (VGA),
concentración de hemoglobina, recuento de leucocitos, neutrófilos, monocitos,
eosinófilos y linfocitos.
• Panel de coagulación: concentración de plaquetas, tiempo de tromboplastina parcial
activado (TTPA) y tiempo de protrombina.
• Perfil bioquímico: actividad de alanina transaminasa (ALT), gamma-glutamil transferasa
(GGT), aspartato aminotransferasa (AST), fosfatasa alcalina (FA), concentración de
creatinina, proteínas totales y urea.
5. RESULTADOS
Se recolectaron y analizaron 118 fichas clínicas de perros que fueron sometidos a procedimientos
de anestesia general y a los cuales se les realizó exámenes de sangre prequirúrgicos, la frecuencia de
edades de los distintos pacientes registrados se señala en el Cuadro 1. De los 118 pacientes, se
establecieron tres grupos para su análisis: 21 pacientes no fueron clasificados (SIN ASA), 10
pacientes fueron clasificados como ASA 1, 53 como ASA 2, 23 como ASA 3 y 11 como ASA 4.
De éstos, solo se encontraron registrados los hemogramas de 108 pacientes y los perfiles
bioquímicos de 105.
5.1. HEMOGRAMA
A B
Figura 1. Media aritmética error estándar e intervalos de referencia de los valores de recuento
eritrocitario x 106 µL, VGA y concentración de hemoglobina, de perros anestesiados y clasificados
de acuerdo con su riesgo anestésico.
A B
C D
Figura 2. Media aritmética ± error estándar e intervalos de referencia del recuento de leucocitos,
neutrófilos, monocitos, eosinófilos y linfocitos, de perros anestesiados y clasificados de acuerdo
con su riesgo anestésico.
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A B
A B
C D
Figura 4. Media aritmética ± error estándar e intervalos de referencia de los valores de actividad
de ALT, GGT, AST y fosfatasa alcalina, de perros anestesiados y clasificados de acuerdo con su
riesgo anestésico.
dos ASA 3 – ASA 4. Respecto a las medias analizadas, estas fueron 77,7 34,2 µmol/L en los
individuos ASA 1 – ASA 2 y 72,1 25,4 en los ASA 3 – ASA 4. No hubo diferencias significativas
entre los valores de creatinina de cada grupo (Figura 5A).
A B
Figura 5. Media aritmética ± error estándar e intervalos de referencia de los valores de creatinina,
proteínas totales y urea, de perros anestesiados y clasificados de acuerdo con su riesgo anestésico.
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6. DISCUSIÓN
Como se señaló en los resultados, una parte de los pacientes no pudo ser clasificada en ningún
grupo ASA por la falta de información que había respecto a su examen físico, siendo las razones de
ingreso en su mayoría por limpiezas quirúrgicas, un caso de paciente atropellado y uno que requería
retiro de una masa. Estos casos no aportan en la comparación respecto a la diferencia que hay entre
exámenes preanestésicos de pacientes con bajo riesgo anestésico y alto riesgo anestésico. Sin
embargo, Matthews y col 2017 hace mención de que las probabilidades de muerte para los perros
anestesiados fueron significativamente mayores cuando los resultados del examen físico
preanestésico no se registraron (frente a los registrados), lo que destaca la importancia que hay
detrás de aquellos pacientes en este estudio que no tuvieron un apropiado registro.
6.1. HEMOGRAMA
El conteo de eosinófilos mostró valores dentro del intervalo de referencia en los pacientes con bajo
riesgo anestésico (ASA 1 y 2), pero valores significativamente más bajos en los pacientes con alto
riesgo anestésico (ASA 3 y 4), lo que puede deberse a una respuesta por el estrés (Wittwer 2006).
Por el contrario, el conteo de linfocitos alcanzó valores significativamente más altos en aquellos
pacientes con ASA 1 – 2 a diferencias de los clasificados como ASA 3 – 4 , lo que podría deberse a
un aumento de catecolaminas por excitación, por una estimulación antigénica prolongada o
inflamación crónica (Lopez y Mesa 2015).
La anemia se considera un factor de riesgo anestésico, por lo que se aconseja una intervención
correctora (Matthews y col 2017), en este estudio los valores de VGA bajo el intervalo de referencia
en los pacientes ASA 1 – ASA 2 y ASA 3 – ASA 4 se presentaron sin diferencia, aunque tal como
se ha visto en otro estudio, los pacientes más jóvenes pueden tender a un VGA más bajo y no
necesariamente significa que se deba posponer la cirugía (Kukanich y col 2021), sin embargo este
estudio no considera los distintos intervalos de edades en solo un tipo de agrupación, para evaluar
la significancia de los valores de VGA bajo el intervalo de referencia.
Los valores elevados de leucocitosis se presentaron de igual manera tanto para pacientes con bajo
riesgo anestésico y aquellos con alto riesgo anestésico, sin embargo se ha evidenciado que
moderadas leucocitosis pueden ser comunes, pero no afectar la seguridad de la cirugía, por lo que
un hemograma completo debería reservarse a perros clínicamente enfermos y considerando que
perros menores a tres meses pueden tener una mediana de recuento de leucocitos más alta en
comparación a aquellos mayores a 6 meses de edad (Lai y col 2022).
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Los demás valores alterados que no tuvieron diferencias significativas podrían indicar policitemia,
leucopenias relacionadas a infecciones sobreagudas, destrucción medular o por el contrario
linfocitosis relacionada a un estado de excitación del paciente, infecciones bacterianas, traumatismo
o hemorragia (Wittwer 2006). La neutrofilia también tiene diversas causas de aumento como
fisiológicas por catecolaminas, inducida por corticoides endógenos o exógenos, origen inflamatorio
o aumento de la demanda, sin embargo, en este estudio no se consideraron las observaciones hechas
por los laboratorios que podrían indicar cambios tóxicos de los neutrófilos. Los casos con
neutropenia podrían estar relacionados con el uso de ciertos tipos de fármacos o infecciones, pero
no descarta necesariamente otra alternativa como una infiltración neoplásica de la médula ósea o
patologías inmunomediadas (Lopez y Mesa 2015). Los monocitos al igual que otras alteraciones
también pueden haberse visto aumentados por el estrés del paciente o por inflamación crónica.
Por lo tanto, la variación de valores del eritrograma fue similar en los grupos ASA 1 – ASA 2 y ASA
3 – ASA 4 y generalmente el recuento de los distintos glóbulos blanco tuvo una variación sin
diferencias en los distintos grupos, teniendo significancia de variación en solo dos (eosinófilo y
linfocitos) de los cinco distintos recuentos. En un estudio tanto el recuento reducido o elevado de
los glóbulos blancos fue una de las razones para que se cambie el estado de ASA a uno más alto en
un 8% de los pacientes, pero no se encontró que haya una relevancia clínica (Alef y col 2008).
Hubo casos tanto de trombocitopenia como de trombocitosis que podrían relacionarse a una menor
producción por daños en la médula ósea, alteraciones inmunomediadas o infecciones que pueden
provocar la disminución de plaquetas o un estado excitado del animal, hemorragias, deficiencias de
hierro o infecciones que podrían provocar un aumento de estas (Wittwer 2006). El tiempo de
protrombina aumentado se espera en la deficiencia hereditaria del factor VII, coagulación
intravascular diseminada, deficiencia o antagonismo de la vitamina K e insuficiencia hepática
(Latimer 2011).
Los valores de AST indicaron diferencias significativas entre los grupos con bajo y alto riesgo
anestésicos y en ambos hubo valores de AST fuera del intervalo de referencia, pero fue en aquellos
con un bajo riesgo donde se alcanzaron los valores significativamente más altos, los cuales se pueden
relacionar al daño muscular debido a fracturas que era la razón de ingreso de un gran número de
estos pacientes, aunque en solo un caso de estos el aumento de AST se relacionó con un aumento
de creatinina y en algunos casos estuvo asociado a un aumento de ALT y fosfatasa alcalina, lo que
puede indicar hepatitis. Además, la AST puede aumentar por la hemolisis encubierta que ocurre
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cuando el suero se deja con el coágulo (Latimer 2011). En aquellos casos donde hubo valores bajo
el intervalo de referencia, hubo un caso asociado a bajos niveles de ALT y para lo que faltaría más
información de su examen clínico e información entregada por el propietario, puesto que hay signos
que podrían haber pasado desapercibidos por este.
La fosfatasa alcalina alcanzó valores significativamente más altos en aquellos pacientes con alto
riesgo anestésico. Este aumento elevado podría relacionarse con colestasis, lisis de huesos o
remodelación, hiperplasia nodular hepática, enteritis y uso de corticoesteroides. Hay casos
relacionados a un aumento de las anteriormente mencionadas AST y ALT lo que podría indicar
hepatitis, pero en otro caso se relacionaron con valores menores de AST y ALT, valores de Urea
fuera del intervalo de referencia y GGT elevada.
Los pacientes de alto riesgo anestésico alcanzaron significativamente valores más altos de urea que
pueden relacionarse a deshidratación o haberse alterado por un alto conteo de proteínas. En algunos
pacientes tanto con un alto como bajo riesgo anestésico, este aumento de la urea también se
relacionó a un conteo alto de creatinina, que podría indicar falla renal. La baja urea puede significar
una pérdida del 70% de la función hepática (Latimer 2011), el caso de un paciente con bajo riesgo
anestésico tuvo valores bajo el intervalo de referencia en su conteo de urea, además de un valor más
elevado de ALT, otro paciente con alto riesgo anestésico también tuvo un valor bajo el intervalo de
referencia de urea y valores de AST y ALT elevados.
Los valores hacen relación con un estudio donde al 0,9% de los pacientes caninos se les encontró
una elevación de fosfatasa alcalina y de urea que permitió el diagnóstico de enfermedades que eran
previamente desconocidas (Davies y Kawagushi 2014).
Hubo pacientes con valores de ALT sobre y bajo el intervalo de referencia, sin discriminar entre los
grupos de bajo (ASA 1 y 2) y alto riesgo anestésico (ASA 3 y 4). En otro estudio en el cual se hizo
cribado preanestésico a perros golden retriver clínicamente sanos, ALT también se encontró
aumentada en el 9,4 %, urea disminuida en el 5,7% de los pacientes, pero por el pequeño tamaño
muestral no pudieron establecer la relevancia clínica de esto (Webb y col 2012).
Solo en tres de los siete valores evaluados del perfil bioquímico evidenciaron diferencias
significativas entre los pacientes del grupo ASA 1 – ASA 2 y ASA 3 – ASA 4 y en todos en las
demás variantes evaluadas hubo valores fuera del intervalo de referencia con una similar variación.
En general las alteraciones con diferencias significativas apuntaron a ser más en los pacientes con
alto riesgo anestésico, pero se podría decir que en ambos grupos hubo resultados que indicarían
alteraciones renales y hepáticas que pueden no haberse notado en el examen clínico y afectarían en
las decisiones respecto a la anestesia de los pacientes. En el estudio anteriormente mencionado de
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Davis 2014, el 95% de los perros tuvo al menos un resultado del análisis de sangre fuera del intervalo
de referencia, igualmente no todos estos eran necesariamente clínicamente significativos, pero
fueron motivo de preocupación para los médicos en el 8,23% de los casos.
Potenciales limitaciones del presente estudio incluyen principalmente que las fichas de los pacientes
caninos evaluados carecían de una anamnesis completa y registrada. Además, en las fichas solo se
evidenciaban algunas variantes del examen clínico tales como raza, edad, frecuencia cardíaca,
frecuencia respiratoria, temperatura, observaciones que variaban acorde al animal y prediagnóstico
o diagnóstico, lo que significó una falta de información que afecta la exactitud de la clasificación
ASA. Incluso algunas fichas debieron descartarse por la falta de registros, lo que significó también
la disminución del tamaño muestral, es por esto que, el examen clínico del paciente y el registro en
la ficha clínica es un elemento fundamental para la toma de decisiones y elaboración de un protocolo
anestésico.
6.5. CONCLUSIONES
Pacientes con bajo riesgo anestésico presentaron alteraciones en los exámenes sanguíneos
preanestésicos al igual que aquellos con alto riesgo anestésico. Sin embargo, en el examen
bioquímico las alteraciones apuntaron a ser más en los pacientes con mayor riesgo anestésico.
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8. ANEXOS